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Problemas asociados a la producción y tráfico de drogas en América latina, afectan la

calidad de vida de la sociedad civil, conllevando a una pseudo exclusión social y


debilidad de varias instituciones estatales; causando un impacto profundo en temas de
inseguridad y violencia, desprestigiando así la gobernabilidad de los diferentes países
de la región.

América latina concentra actualmente la totalidad de la producción de hoja de coca a


nivel mundial; además de la hoja de marihuana que se exporta de manera ilegal a
varios países del globo.

Este problema aqueja principalmente a la población más joven, especialmente a los


hombres. La marihuana se consume en mayores cantidades, seguidos de la pasta base
de cocaína, el crack y otras sustancias ilícitas.

Los gobiernos han adoptado medidas para intentar reducir el consumo y expendio de
las drogas y fortalecer las instituciones de justicia sin lograr mayor éxito.

“La gran mayoría de analistas concuerdan en afirmar que la historia reciente de


nuestros países es que el problema y las formas de abordar el problema nos han
venido importados en tres facetas (historia de la guerra contra las drogas, procesos de
construcción de la información, y, los cambios ocurridos al interior de los EE.UU). El
desarrollo de nuestras normas e instituciones públicas, ha seguido un mismo derrotero:
vienen de afuera hacia adentro, carecen de sustento en la realidad, y más bien ésta se
adecúa a los marcos político- jurídicos. Este derrotero ha estado caracterizado por la
construcción del “drogo problema” y su progresiva securitización, la sucesiva
ampliación de los tipos penales, el aumento desproporcionado de las penas, la
reducción de garantías para consumidores, detenidos, procesados y presos” (Soberon,
2013)

El narcotráfico en la actualidad se relaciona con los diferentes grupos armados y


cárteles que manejan a diestra y siniestra desde el cultivo hasta la venta final en las
diferentes calles de América latina y del mundo.

“Como si fuera una multinacional que se rige por las precisas reglas de la economía
globalizada, el cartel de Sinaloa, una de las más grandes organizaciones criminales de
México, pretende abrir una ‘sucursal’ en el suroccidente colombiano que le permita
manejar directamente el millonario mercado de la cocaína, sin necesidad de acudir a
intermediarios” (Colprensa, 2013)
Desde inicios del 2008 ha existido una estrecha cooperación entre varios países y las
mismas han sido reforzadas para el control del narco expendio. Esta iniciativa es muy
importante y demuestra que el efecto de la cocaína reafirma todas las convicciones de
varios países en Europa, que en la actualidad son el destino de la droga.

Otro elemento a destacar, es el plan Colombia, que se anunció a inicios del mes de
septiembre del 2012 y que tiene como elemento clave el ataque al cultivo de
sustancias ilícitas.

Historia

Aunque no se conozca con exactitud cuál fue la primera droga que se usó, el alcohol
está entre las primeras ya que es probable que cuando se almacenaba la miel y ésta
fermentaba, se producía el primer vino. Desde entonces, las bebidas fermentadas han
sido consumidas a lo largo de la historia convirtiéndose en un importante comercio
colonial.

El opio es el jugo de un tipo de amapola y hay registros de que sus funciones


psicotrópicas eran conocidas ya en el 3.000 a.C. Utilizado como alimento, forraje o
aceite, fue extendiéndose desde Oriente Medio hacia la India llegando en el siglo IX a
China. A Europa Occidental no llegó terapéuticamente hasta el siglo XVI gracias al
médico y alquimista suizo Paracelso que difundió el uso de la "piedra de la
inmortalidad" en forma de láudano o tintura. En el siglo XIX llega a ser un gran
problema sanitario en Occidente ya que la popularización en consumir opio para el
ocio incrementó su adicción.

En América el uso de la coca como estimulante se remonta hacia el 5.000 a.C. La


planta de la coca crecía de manera silvestre hasta que en el siglo X comenzó a ser
cultivada por los indios de Colombia que la difundieron hacia el sur. En la cultura Inca
era usada como planta sagrada en rituales. Además como poderoso estimulante la hoja
de coca era mascada por los trabajadores para mitigar los efectos derivados de la
altitud, el hambre o la fatiga y como medicina para las molestias gastrointestinales,
catarros o contusiones. La coca no se exportó a otros lugares hasta que en el siglo XVI
llegaron los españoles y se sorprendieron por sus efectos.
El cultivo de la marihuana en América data del siglo xvi, en la época de la
colonización. El consumo principal en aquella época se relacionaba con la extracción
de la fibra que se usaba para la elaboración del jarcia naval.

Irónicamente este producto no era tan importante entonces para los efectos médicos o
psicoactivos. El consumo como lo conocemos en el presente, lo hacían los esclavos
angoleños, quienes habían llevado consigo las semillas cuando fueron vendidos a
plantaciones azucareras en el norte de Brasil desde finales del siglo XVI.

Para ellos la marihuana era un producto energizante, también médica, y facilitador en


la interacción social debido a sus efectos eufóricos entre los grupos masculinos. A su
llegada a América, la marihuana era consumida por las clases sociales más bajas, en
otras palabras; era conocida como el “opio de los pobres”.

Su cultivo tuvo mucho éxito en los EEUU en comparación con Brasil, en este país fue
introducido por los esclavos procedentes de África, de ahí se esparció por el resto de
norteamérica.

Sin embargo no fue sino hasta principios del siglo XX, durante la “revolución
farmacológica” que se la denomina como “droga”, asociándose con el término de
adicción, en referencia al consumo de sustancias químicas. Lo llamativo de esta
revolución es que se inició en Alemania, quienes proveyeron de suministros y
tecnologías necesarias para el mundo de las farmacéuticas, pero fueron los británicos
y norteamericanos quienes crecieron de gran manera en este tema durante la primera
guerra mundial.

Las Drogas en Latinoamérica

En América latina el consumo y comercialización de las drogas son un problema


general, y su dinámica depende en gran medida de lo poco transparente de los
gobernantes.

En promedio se estima que éste negocio mueve alrededor de 500 mil millones de
dólares al año, lo que corresponde al 7,6% del comercio mundial; así mismo la ONU
calcula que al año, en los diferentes países de latinoamérica se lavan un promedio de
200 mil millones de dólares dentro de los diferentes sistemas financieros.
Y es precisamente en los países de la zona andina, debido a sus condiciones
climáticas, donde crece la materia prima para la fabricación del consumo mundial de
cocaína y que en los últimos años, la producción de amapola se ha incrementado.

Si al clima ideal para la producción de la materia prima, le añadimos la gran


problemática de las distintas infraestructuras gubernamentales, como resultado
tenemos lo que actualmente estamos viendo por los diarios; un masivo incremento de
la inseguridad, violencia y más ligados al consumo, producción y expendio de
sustancias ilícitas.

Durante los años 60 y 70, México y Colombia eran los principales países que
abastecían al mercado norteamericano de marihuana. Pero a inicios de los años 80
hasta finales de los 90, ésta zona del continente con su alta demanda, provocó que
países del área andina como Perú, Bolivia y Ecuador; se sumen a la producción de ésta
planta, así como también de la hoja de coca.

En latinoamérica, la producción en la actualidad está enfocada en el cultivo de la hoja


de coca y su principal derivada que es la cocaína. Cabe recalcar que el origen de ésta
hoja tiene su base en la zona andina. Su producción ha creado para estos países un
clima internacional muy tenso y así mismo, se incrementó los conflictos socio
políticos y la percepción de inseguridad.

Debemos tener en cuenta el capital que mueve y los medios de los que éste negocio se
sirve, el comercio ilegal de drogas representa un desafío en general para la democracia
y para el estado de derecho de varios países en latinoamérica. No solo lleva a
distorsiones estructurales de la economía, sino que también incrementa la desigualdad
social en la región.

El consumo

Con el fin de los años 80, se recolectaba muy poca información que detallen o
muestren la realidad acerca del consumo de las drogas en los países desarrollados. El
motivo, pues; se pensaba que éste mal solo aquejaba a los países denominados como
del primer mundo o industrializados, pero como ésto se ha incrementado a escala
mundial, al día de hoy existe información en abundancia sobre las estadísticas de
consumo y el daño respectivo que conlleva a la sociedad en general a la destrucción.
A finales del año 2000, por primera vez se publicaron estadísticas sobre el consumo
ilegal de sustancias a nivel mundial.

Un estudio publicado a principios de 1999 por la Comisión de Drogas de las Naciones


Unidas sobre el consumo de drogas entre la juventud puso de manifiesto que los
jóvenes en los países en desarrollo se ven afectados crecientemente por el abuso de
sustancias. En una comparación a nivel mundial son sobre todo los países africanos y
sudamericanos los que muestran altas tasas de incidencia entre los jóvenes (CND
1999). Esta tendencia se vio confirmada a finales del año 2000.

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