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peter ettedgui

diseño de producción
& dirección artística
biografía

La colaboración entre Dean Tavoularis y Francis Ford


Coppola ha deparado películas con algunos de los diseños
más sorprendentes de la historia reciente del cine. Entre los
logros del tándem cabe destacar el impresionante fresco de la
ciudad de Nueva York en The Godfather (1972-1990. El
padrino), la sublime teatralidad y los espectaculares decora­
dos de estudio de One From the Heart (1982, Corazonada),
el naturalismo minucioso y detallado de The Conversation
(1974, La conversación), los estilizados y monocromáticos

dean tavoularis
entrevista

paisajes urbanos de Rumble Fish (1983. La ley de la calle) y En mis tiempos de estudiante no sabía absolutamente nada
la espeluznante evocación de la locura y el horror de la guerra acerca del arte cinematográfico. De hecho, hasta que empecé a
en Apocalypse Now* (1979). Dean Tavoularis también tra­ trabajar en la compañía Disney como animador no me enteré
bajó a las órdenes de Coppola en The Outsiders (1983. de que existiera algo llamado departamento artístico. En el
Rebeldes), Peggy Sue Got Married (1986. Peggy Sue se momento en que se produjo aquel descubrimiento me di cuen­
casó). Tucker: The Man and His Dream (1980. Tucker, un ta de que mis estudios universitarios me podrían ser de gran
hombre y su sueño) y Jack (1996), así como en un par de lar­ ayuda para iniciar una carrera como diseñador de producción.
gometrajes producidos por Coppola: The Escape Artist
(Caleb Deschanel, 1982, Maestro enfugas) y Hammett (Wim Yo había estudiado arquitectura y bellas artes. La arquitectura
Wenders, 1983, El hombre de Chinatown). me había enseñado a pensar el espacio en términos de volu­
men, mientras que en la facultad de bellas artes había apren­
Otros films en los que ha trabajado como director artístico son dido a utilizar el color. En mi opinión, el volumen y el color
Zabriskie Point (Michelangelo Antonioni, 1970) y The constituyen las materias primas fundamentales para crear la
Ninth Gate (Roman Polanski, 1999. La novena puerta). atmósfera de una película. Desde el punto de vista arquitectó­
Tavoularis también colaboró en dos ocasiones con Arthur nico, me gusta compartimentar el espacio para transmitir sen­
Penn: Bonnie and Clyde (1967, Bonnie y Clyde) y Little sación de profundidad; también me gusta que siempre haya
Big Man (1970, Pequeño gran hombre). algo en el fondo de la acción, como una vista a través de una
ventana o una vista de otra ventana. Por lo que respecta al
Su filmografía se caracteriza por su extraordinaria variedad en color, me gusta crear estratos de contraste en los decorados,
cuanto al estilo de sus diseños. Sea cual sea el tema de la para lo cual utilizo una amplia gama de colores.
película, la mirada de Tavoularis capta a la perfección todos
los detalles y transporta al espectador al mundo ficticio recre­ Mi primera lectura del guión tiene siempre una gran importan­
ado por la cámara. cia. Me gusta leer los guiones rápidamente, de una sentada.
Leyendo de esta manera consigo que enseguida acudan a mí
64 Apocalypse Now. Tavoularis leyó El corazón de las tinieblas, de Joseph
Conrad, y la Biblia durante el proceso de documentación de esta película.
“Basada en la novela de Conrad, la historia trata de un viaje a las profundi­
dades del alma humana, un viaje que, poco a poco, se vuelve más y más
oscuro a medida que avanza.” (1-2) Ilustraciones del departamento de pro­
ducción. (4-7) Algunas ilustraciones del storyboard. (8) Fotograma del film.
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dean tavoularis
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One From the Heart. (1-3) Tavoularis creó una ciudad de


Las Vegas extravagante en el plato de los estudios Zoetrope.

Trilogía de The Godfather. La estética de estas tres películas,


próxima a la pintura clásica (4-6), surgió de una reunión de más
de diez horas entre Tavoularis, Coppola y Gordon Willis, el
director de fotografía. Tavoularis diseñó los decorados ponien­
do mucha atención en los detalles para dar profundidad visual
y unidad global a las diferentes épocas de la trilogía. A pesar de
lo que dicen algunos críticos, la aparición repetida de naranjas
(6) a lo largo de la trilogía no tiene valor simbólico. Tavoularis
simplemente pensó que estas frutas añadirían color y encajarí­
an bien con la fotografía de Willis.
las primeras impresiones e imágenes que me servirán para ra) e II deserto rosso (El desierto rojo) había significado para
visualizar el diseño de la pelíc ula. Asimismo, considero funda­ mí una de las experiencias más enriquecedoras de mi etapa
mental hacerme una idea muy clara de la esencia de una pelí­ como estudiante (siempre me llenó mucho más el cine europeo
cula. ¿De qué va la película? ¿Se trata de la búsqueda de algo que el que salía de Hollywood). Sin embargo, Antonioni no era
o de alguien o de dos personas que se reúnen? Al leer el guión una persona con la que resultara fácil trabajar de entrada; era
de Bonnie and Clyde, por ejemplo, pensé que se trataba de introvertido y se mostraba muy suspicaz en cada ocasión en
la historia de dos renegados en rebelión contra el mundo en el que trataba de explicarle cuáles eran mis intenciones. Su res­
que les había tocado vivir. Apocalypse Now era una historia puesta a cualquier idea que le proponía era siempre un no
sobre la locura infernal de la guerra. The Godfather, que en rotundo. En Zahriskie Point, después de tres semanas de pre­
la Paramount veían como una película más de gángsters, trata­ parativos, Antonioni, que tenía que regresar en avión a Roma,
ba sobre una familia y el sueño americano. todavía se mostraba reacio a aceptar las ideas que le ofrecía.
v Así que después de que cogiera su avión, fui a mi despacho en
Una vez que he determinado la idea que considero clave, la MGM y empecé a elaborar bocetos que ilustraran todo lo que
regreso a ella como punto de referencia para todo lo que hago. había conversado con él. Saqué fotografías de todos los mue­ 67
Las posteriores discusiones con el director servirán, sin duda bles que tenía intención de utilizar en mis decorados. Preparé

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alguna, para que el proceso de diseño acabe de cobrar forma. el tipo de presentación que hubiera hecho un interiorista para
Al fin y al cabo, una película pertenece a su director y no a su su cliente, la cual incluía retales de muestra, tablas de colores,
diseñador de producción. dibujos en perspectiva desde diferentes ángulos, etcétera.
A continuación construí una caja enorme con compartimentos
Aprendo muchas cosas conversando con los directores con los individuales para cada uno de estos elementos y se la envié a
que trabajo. Sin embargo, no me gusta preguntarles directa­ Roma. Sabiendo lo exigente que era Michelangelo, resultaba
mente acerca de la película para la que me han contratado. fundamental que lo que le enviara no fuera un pequeño boceto
Prefiero hablar con ellos de un modo más general. Es impor­ hecho de prisa y corriendo, estrujado en un sobre junto con
tante hacerse una idea precisa de qué tipo de personas son una nota que dijera “¿qué te parece?”. Bueno, el caso es que
para entender qué tipo de película quieren hacer, porque cada recibió mi paquete y cuando regresó a los Estados Unidos me
uno es un mundo. encontré con una persona completamente distinta. Había
logrado que por fin confiara en mi trabajo.
Me encanta trabajar con Francis Coppola, con el que manten­
go desde hace años una estrecha relación profesional. Siempre Para el diseño de producción es necesario utilizar los dos
hablamos sobre proyectos que él desea materializar algún día. hemisferios del cerebro. Tener ideas y diseñar supone única­
Esto es algo que me entusiasma, puesto que lo habitual es que mente un 10 o un 20 por ciento del trabajo de diseñador. Por
un diseñador no empiece a trabajar en una película hasta ser mucho talento creativo que se tenga, nadie logra convertirse en
contratado, lo cual suele ocurrir entre diez y veinte semanas un buen diseñador de producción sin tener un gran sentido
antes del inicio del rodaje. Mi relación con Coppola me permi­ común y ser organizado y metódico en el trabajo. Asimismo, es
te empezar a pensar en un proyecto con mucho tiempo de imprescindible saber trabajar en equipo y adaptarse a presu­
antelación, a veces incluso varios años antes de que la pelícu­ puestos bajos y plazos apretados.
la tenga quien la financie.
Cuando me embarco en una película, lo primero que hago,
Ganarse la confianza de un director no siempre resulta fácil. normalmente, es instalar mi despacho en un lugar en el que
Cuando me vi por primera vez con Michelangelo Antonioni pueda sentarme a trabajar y hacer llamadas telefónicas.
para hablar acerca de Zahriskie Point, sentía por él gran res­ Llegado a este punto del proceso, uno debe tomar varios tipos
peto y temor reverencial. Haber visto L’Avventura (La aventu­ de decisiones, aparte de las referentes al diseño propiamente
dicho. Hay que elaborar una lista detallada de todo aquello estudios han hecho películas de indios”. Me acerqué al alma­
sobre lo que es necesario documentarse. Hay que localizar los cén de atrezos de la Fox para echar un vistazo. Lo que me
exteriores. Hay que contratar a los miembros que formarán el encontré fue grotesco: tipis hechos toscamente de ante de
equipo. Rodearse de un equipo competente tiene una impor­ color naranja con zigzags amarillos y puntadas separadas
tancia fundamental. Asimismo, contar con un buen director entre sí por varios centímetros. De manera que decidí investi­
artístico y un buen constructor jefe te permite descargar sobre gar por mi cuenta. Poco tiempo después, descubrí en un
ellos algunas responsabilidades, de manera que no tengas que museo de Pasadena un tipi de la tribu de los cheyenne. Fue
estar a cada momento preocupándote acerca del presupuesto y una revelación. Estaba cosido de manera impecable para no
el plazo de que dispones. dejar pasar el agua. Parecía un trabajo de cirugía. Estaba
hecho de una piel de búfalo muy fina, de manera que si de
En mi método de trabajo personal tiene una gran importancia noche se encendía algún tipo de luz en su interior, brillase
el proceso de documentación. Me encanta documentarme. Ese desde fuera. Aquello hizo que nos decidiéramos a fabricar
proceso me absorbe hasta tal extremo que en ocasiones estoy nuestros propios tipis. Encontré una tienda de curtidos en el
68 cerca de olvidarme de la película en cuestión. Pero ésta es mi centro de Los Ángeles. Adquirimos pieles de vaca, las cosi­
manera de adentrarme en ella. Leo novelas o libros de historia mos bien juntas, tratando de que las puntadas se vieran lo
dirección artística

relacionados con ella. Me dedico a acumular todo tipo de menos posible, e introdujimos las pieles cosidas en una
material que guarde alguna relación con la película con el fin máquina que las dejó completamente rasuradas. A continua­
de obtener ideas para su diseño. ción las teñimos de un color terroso y las cortamos de manera
que guardasen las proporciones correctas. Después de aquello
En una película de época, todos los detalles poseen una ya no había vuelta atrás. Todo tenía que estar a la altura del
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importancia vital. Hay que cuidar la selección de cada pieza


diseño de producción

mismo patrón de autenticidad. Nos pusimos manos a la obra y


del vestuario y cada decorado, aunque siempre hay que evitar fabricamos flechas, lanzas, arreos, collares de abalorios, bor­
saturar la película de elementos simbólicos de su tiempo. Se dados, etcétera. Reprodujimos con detalle los materiales tra­
trata de encontrar las cosas cotidianas y corrientes de la épo­ dicionales que los indios utilizaban, materiales que procedí­
ca, lo cual resulta difícil, pues no suele haber fotografías en an, evidentemente, de la naturaleza. Así, por ejemplo, los
las que aparezcan este tipo de objetos. Documentarse implica pigmentos que usaban en sus pinturas de guerra proporciona­
visitar, con el decorador, tiendas y mercadillos de segunda ron a nuestra película una paleta de colores terrosos muy
mano. Ya se trate de una película de época o de una película orgánicos. Descartamos los colores amarillos chillones o los
del presente, uno debería pensar siempre en qué tipo de pose­ tonos azules ultramar. Desechamos todo aquello que no fuera
siones tendrían los personajes en cuestión. El apartamento de fiel a la realidad de los indios, lo que nos sirvió para contra­
Gene Hackman en The Conversation lo dejamos intenciona­ riar a un montón de gente. “¡Cómo osáis hacer algo así!
damente sin decorar, al igual que el de Johnny Depp en The ¡Llevamos años haciendo películas de indios!” fue uno de los
Ninth Gate. Ambos personajes están totalmente obsesionados comentarios que más escuchamos. A lo que yo contestaba:
por su trabajo. Ninguno de los dos tiene familia ni hobbies. “De acuerdo, pero estaban mal hechas. Intentemos que esta
Hackman, espía de profesión, únicamente tenía un lugar en el sea un poco mejor”. La recompensa nos llegó tras el estreno,
que poder reparar sus artilugios de espionaje. Depp, un mar­ cuando varios periodistas del American Heritage se nos acer­
chante de libros antiguos, vivía rodeado tan sólo de libros. En caron para agradecernos que hubiésemos sido los primeros
ambos casos, convertimos las herramientas de sus profesiones cineastas en hacer una película que mostrara respeto por el
en el material decorativo de sus respectivas viviendas. estilo de vida de los indios norteamericanos.

Cuando tuve que buscar tipis para la película Little Big A la hora de hacer una película, lo más habitual es rodar
Man. alguien me dijo: “Todo el mundo tiene lipis; todos los algunas escenas en decorados construidos en el estudio y
Tucker. Fotograma de la película (I) y boce­
tos de Tavoularis (2-4) para el diseño del auto­
móvil futurista que conduce el héroe de la
película de Coppola, basada en la biografía de
Preston Tucker.
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70 Tucker. (1-6) Storyboard de una


secuencia rodada en dos localizaciones
distintas: el teatro y el Ayuntamiento.

JIote- Las columnas se dispusieron formando


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una transición fluida entre ambos esce­
narios. (7) Fotograma de la película.
otras en decorados construidos en localizaciones. Lo que a mí emplazado en medio de una selva verdaderamente frondosa y
me gusta es construir en localizaciones. Cualquier localiza­ salvaje. Aquel lugar era el destino hacia el que se había diri­
ción exterior puede convertirse en un excelente decorado. gido toda la película, su ’‘corazón de las tinieblas”. Encontrar
una localización que encajara con lo que buscábamos no
Cuando empezamos a trabajar en The Godfather, la resultó nada fácil. Pero más complicado todavía fue desplazar
Paramount quería que rodáramos todas las escenas en su pla­ hasta allí a las seiscientas personas necesarias para su cons­
to permanente de Nueva York, el cual no se parece en nada al trucción. En un caso así. el transporte del material y la comi­
auténtico Nueva York. Francis y yo tuvimos que luchar para da se convierte en una empresa extremadamente ardua.
que nos dejaran rodar en diferentes localizaciones de Nueva Ningún camión podía acceder a aquel lugar, por lo que todo
York. Siempre me ha entusiasmado la imagen de esta ciudad tuvo que ser transportado hasta allí en trineos de bambú
que crearon Elia Kazan y su director de fotografía Boris arrastrados por earibús. Empezamos a construir aquel decora­
Kaufman, rodando en bares o garitos de billar de verdad. do al inicio de la producción (la película se rodó respetando
Aquello le daba gran credibilidad a sus películas. el orden cronológico del guión) y no estuvo acabado hasta
Deseábamos dotar a la trilogía de The Godfather de ese tipo poco antes del final del rodaje. Utilizamos los métodos de 71
de realismo. En The Godfather Part II necesitábamos construcción tradicionales de las Filipinas, muy parecidos a

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construir un enorme decorado de diversas calles para las los de la tribu vietnamita de los montagnard. No usamos nin­
escenas que describen los primeros años de Vito Corleone en gún tipo de maquinaria mecánica; tuvimos que construirlo
aquella ciudad. Conduje por Nueva York con el ayudante del todo de forma artesanal, con machetes para cortar las frondas
director de localización en busca de un lugar que tuviera de bambú y las palmeras.
algún parecido con una fotografía de Little Italy del año 1912.
Después de muchas vueltas, dimos con una calle del barrio Usé muchos rojos en el decorado del templo con el fin de
ucraniano que pensamos que podría servirnos. Empezamos a sugerir la locura y la muerte. También en The Godfather
llamar puerta por puerta y a hablar con los vecinos, quienes, Part II habíamos tratado de impregnar la película de alusio­
por suerte para nosotros, poseían un enorme interés por la nes a la muerte mediante púrpuras, marrones y negros. Me
historia de su vecindario. Algunos de ellos nos condujeron gustaría aclarar que, a pesar de lo que sostienen muchos críti­
hasta un sótano en el que estaba emplazado un museo dedica­ cos. la aparición repetida de naranjas a lo largo de la trilogía
do a los primeros inmigrantes ucranianos que llegaron a no escondía ninguna intención simbólica sino que cumplía
Nueva York. Casualmente, aquellos ucranianos habían llega­ únicamente la función de contrastar el color naranja con los
do a la Gran Manzana aproximadamente en la misma época tonos más oscuros que utilizamos para el resto. Actualmente,
que los italianos de nuestra historia. Para utilizar aquella mi interés se centra en continuar explorando las posibilidades
calle en la película tuvimos que negociar con todos sus veci­ del color en el diseño cinematográfico. En Bulworth* utilicé
nos, que sumaban unos trescientos. Cambiamos todo, desde una tira larga de papel para apuntar cada uno de los momen­
las farolas a las señales. Tuvimos que pedir que cerraran tos críticos que marcan el desarrollo de la historia. En la par­
varios comercios, incluida una funeraria. Levantamos nuevas te inferior de aquella tira, creé una banda con un espectro
tiendas, asfaltamos la calzada. Construir todo aquel decorado cromático que reflejara la evolución dramática de la película,
nos llevó seis meses en total. empezando por la total ausencia de color con la que se inicia
el film. Me encanta tener la oportunidad de hacer algo nuevo
Levantar un decorado en una localización exterior puede ser en cada película.
una empresa tan ardua como la de Fitzcarraldo transportando
su barco de vapor a través de las montañas de la selva amazó­
nica. En Apocalypse Now era fundamental que el decorado
del templo en el que la historia alcanza el clímax estuviera

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