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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA, RELACIONES


INDUSTRIALES Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

UNIDAD DE PRODUCCIÓN DE BIENES Y SERVICIOS DE LA UNSA

ELABORACIÓN DE PERITAJE PSICOLÓGICO


“PERFIL DEL DELINCUENTE SEXUAL”
Doc: María Alexandra Manrique Aguirre

Alumnos:
Cárdenas Canchari De Torres, Yaleni Alejandra
Centellas Rodriguez, Vilma
Gamarra Ramirez, Bretzi Andrea
Pauccara Coaquira, Nelida Margot
Ramirez Del Cario, Cristofer
Rosado Casaperalta, Etna Julia
Tejada Pacheco, Yaxmin Gina
Tite Salas, Elizabeth Frida
Velásquez Dávila, Tathiana Miluska
Vilca Pilco, Korina

AREQUIPA-PERÚ
2022
INTRODUCCIÓN

El delito sexual tiene un rostro que abarca más allá de lo meramente legal. Los llamados
“delitos sexuales “conllevan consigo un impacto cultural y social, además de las posibles
consecuencias personales, sociales y psicológicas que ocasionan en las víctimas, es por esto
que se le considera un problema social y comunitario al cual deben hallarse soluciones más
allá de los meros castigos penales.

Actualmente, se considera que para poder explicar el fenómeno del “delito sexual
“requerimos prestar especial atención a la combinación de distintos factores (Patry, 2018).
Algunos estudias han abordado y llegado a la conclusión que son los factores genéticos los
mecanismos desencadenantes de la conducta sexual delincuencial, siendo entre ellas: las
experiencias de desarrollo adversas, estructuras sociales y culturales proclives, disposiciones
psicológicas como la falta de empatía, actitudes pro-criminales, preferencias sexuales
desviadas, problemas en las habilidades interpersonales y emocionales y factores contextuales
como el estrés, la intoxicación etílica o el abuso de drogas, entre otros (Ward, 2014)

Es así, que `para poder explicar el fenómeno del “Delincuente Sexual”, actualmente, se
considera que se requiere tomar en consideración el marco teórico desde el cual se analiza..
Si bien, actualmente, el conjunto de delitos sexuales son universalmente execrables y suelen
ser seguidos de graves consecuencias sociales y penales, todavía queda algún resquicio de
tolerancia hacía este tipo de conductas en ciertos ámbitos y circunstancias (Redondo, 2002).
El perfil del delincuente sexual, suele ser un tema polémico ya que dentro de la categoría de
“Delincuente Sexual” se enmarca una población muy diferenciada, en cuanto a sus
características personales, sociales, psicopatológicas, de estilo de vida, tasa de reincidencia y
respuesta al tratamiento. Todo ello implica la necesidad de una combinación de métodos
evaluativos que nos den una descripción lo más completa y fiable posible de cada agresor
sexual (Sánchez, 2003).

Por ello, consideramos es importante conocer que características definen a un “delincuente


sexual” y que mecanismos de asocian a sus características y rasgos de personalidad,
antecedentes personales y familiares, patrón conductual (usos y costumbres), así como, sus
distorsiones cognitivas al respecto, teniendo como objetivo, el mejorar el quehacer del
psicólogo forense a la hora de realizar una evaluación pericial con esta población.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓ

N
I. DELITO SEXUAL...........................................................................................................1
1.1 Tipos de Delito Sexual.............................................................................................1
1.1.1 Violación:........................................................................................................1
1.1.2 Abuso sexual o agresión sexual:.....................................................................2
1.1.3 Acoso sexual:..................................................................................................2
1.1.4 Pornografía:....................................................................................................2
1.1.5 Corrupción de menores...................................................................................2
1.16. Estupro:...........................................................................................................2
1.1.7 Exhibicionismo sexual:...................................................................................2
II. NORMATIVA SOBRE LOS DELITOS SEXUALES...................................................3
2.1 Bien Jurídico............................................................................................................3
2.2 Delito de Violación Sexual......................................................................................3
2.3 Tipos de violación presentes en el código penal......................................................4
2.3.1 Violación de persona inconsciente o incapaz de resistir (Artículo 171)..........4
2.3.2 Violación de persona incapaz de consentir (Artículo. 172).............................4
2.3.3 Violación sexual a menor de edad (Artículo 173)...........................................5
2.3.4 Violación sexual de persona dependiente (Artículo 174)...............................5
2.3.5 Violación sexual mediante engaño (Artículo 175)..........................................5
III. DELINCUENTE SEXUAL.............................................................................................6
3.1 Agresor y/o Delincuente Sexual...............................................................................6
3.2 Modelos Teóricos del Delincuente Sexual...............................................................7
Modelos unifactoriales.............................................................................................7
Modelos multifactoriales..........................................................................................8
3.3 Antecedentes Pre-mórbidos o Historia Familiar......................................................8
I.V TIPOS DE AGRESORES SEXUALES........................................................................12
4.1 Tipología de Barudy (1999)...................................................................................12
4.2 Tipología de Gómez (1999)...................................................................................13
4.3 Tipología de Noguerol (2005)................................................................................13
4.4 Tipología de Gonzales, Martínez, Leyton y Bardi (2008)......................................14
4.5 Otras tipologías......................................................................................................15
4.5.1 Agresor sexual de mujeres adultas................................................................15
4.5.2 Agresor sexual infantil..................................................................................15
4.5.3 Mujeres agresoras sexuales...........................................................................15
4.5.4 Agresor sexual intrafamiliar..........................................................................16
4.5.5 Agresor sexual adolescente...........................................................................16
V. PERFIL DEL DELINCUENTE SEXUAL...................................................................17
5.1 Perfiles del Delincuente Sexual..............................................................................17
5.1.1 Delincuentes Sexuales con Víctimas Adultas.............................................17
5.1.2 Delincuentes Sexuales con Víctimas Menores...........................................21
5.1.3 Abusadores Sexuales a través del Internet................................................25
5.2 La evaluación del Agresor Sexual..........................................................................27
5.3 Métodos Evaluativos..............................................................................................28
5.3.1 Aspectos Generales......................................................................................28
V.I CARACTERÍSTICAS DEL PERFIL DEL DELINCUENTE SEXUAL...................30
6.1 Características Cognitivas......................................................................................30
6.2 Características de Personalidad..............................................................................31
6.3 Características Biológicas......................................................................................32
6.4 Características Sociales..........................................................................................34
V.II CONCLUSIONES..........................................................................................................35
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................37
I. DELITO SEXUAL

Al hablar de delitos sexuales, estamos aludiendo a una categoría jurídico-penal.


Se trata de actividades sexuales o vinculadas con lo sexual y que constituyen
delito en tanto constituyan acciones u omisiones típicas, o lo que se prevé como
delitos en una ley penal. En los delitos sexuales, el bien jurídico protegido por el
derecho es la libertad sexual de las personas o bien la moralidad pública (Manual
de criminalística. 2006. p. 232), es así que Sánchez (2008) define al delito sexual
como: “una forma de englobar todos aquellos delitos que atentan contra la
libertad, la indemnidad sexual y el desarrollo de la sexualidad de una persona”.

La violencia sexual, desde el punto de vista desde la salud pública, es un


fenómeno general de la violencia, que la Organización Mundial de la Salud
(OMS) lo define como: "El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho
o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo, que cause lesiones,
muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones".

1.1 Tipos de Delito Sexual

Los delitos sexuales han evolucionado, cambiando en algunos casos su


naturaleza y denominación; como sucede con delitos antiguos como la
violación y el estupro, desapareciendo en otros casos, como el adulterio, o
creándose nuevas figuras, como el sexting, que es la circulación de un
contenido sexual, fotografías o videos, a través de dispositivos móviles y
que se da mediante diversas aplicaciones.

Los principales delitos sexuales son:

I.1.1 Violación:

Se define por la penetración sexual sin consentimiento, o con


consentimiento en el caso de los menores de edad, variando la edad
de consentimiento según los países (generalmente pre-adolescentes).
Es un delito sexual de máxima gravedad.

1
I.1.2 Abuso sexual o agresión sexual:
Se define como la realización de actos sexuales que no incluyan
penetración, sobre el cuerpo de una persona sin consentimiento de
esta, o con consentimiento en caso de menores de edad. Los límites
de edad varían según los países.

I.1.3 Acoso sexual:


Se define por el uso de una posición de poder para intimidar, ofender
u obligar a mantener relaciones íntimas, mediante acciones verbales
o físicas que no lleguen a constituir abuso sexual. Muchos países no
consideran el acoso sexual como delito.

I.1.4 Pornografía:
Se refiere a la producción o difusión de material o espectáculos
pornográficos, con participación de menores (en algunos países
también mayores), o dirigido hacia personas menores de edad.

I.1.5 Corrupción de menores.

En general se define con variantes, por la realización de un acto


sexual consentido, de una persona mayor de edad con una persona
menor de edad, generalmente dependiente de aquella, que afecte la
sana maduración sexual de la persona menor de edad.

1.16. Estupro:

Se define por la penetración sexual de una persona menor de edad,


casi siempre adolescente, con consentimiento de la víctima mediante
la seducción o engaño.

1.1.7 Exhibicionismo sexual:

Se define por la exhibición que una persona hace de partes íntimas de


su cuerpo, sin consentimiento de la persona que lo ve, o aún con
consentimiento, cuando es menor de edad.

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II. NORMATIVA SOBRE LOS DELITOS SEXUALES

2.1 Bien Jurídico

El bien jurídico protegido es la libertad sexual, por lo que la normativa


sanciona todo acto de índole sexual que no haya sido deseado ni querido por
la víctima. La falta de consentimiento del sujeto pasivo es el eje central para
la tipificación del delito que lesiona la autodeterminación sexual como una
manifestación de la dignidad humana. Además que el bien jurídico
protegido también es la indemnidad sexual cuando se trata de menores de 14
años.

La distinción entre libertad e indemnidad implica reconocer que existen


actos que no atacan la libertad sexual de las víctimas (en caso de menores de
edad), porque carecen de la determinación para decidir sobre su integridad
sexual, tanto más si como consecuencia de la comisión de este delito quedan
secuelas psíquicas sobre la víctima que le impiden formarse una
autodeterminación sexual de manera normal en el futuro.

2.2 Delito de Violación Sexual

El delito de acceso carnal sexual se configura cuando el sujeto activo hace


uso de la violencia o amenaza grave y logra realizar el acceso mediante vía
vaginal, anal o bucal sin contar con el consentimiento de la víctima. Por
acceso carnal debe entenderse la introducción de objetos o partes del cuerpo
en las cavidades antes señaladas (vagina, ano y boca).

Obligar supone que, previo al acceso carnal, se ha vencido la resistencia de


la víctima. Identificar la negativa de la víctima o su imposibilidad de prestar
negativa es lo que afirma un abuso sobre su libertad sexual, sin importar si
la conducta de la víctima es pasiva o activa.

Esto permite sancionar a la persona que obliga a que la víctima le practique


actos sexuales, como ocurre, por ejemplo, en el caso de una persona que
obliga a un menor de edad a realizarle un coito. Por otro lado, tampoco
importa si la acción del sujeto activo conlleva a un abuso sexual directo o

3
indirecto. Así las cosas, es sancionable si una persona coacciona a otra para
que tolere la práctica sexual que le practica un tercero.

2.3 Tipos de violación presentes en el código penal

2.3.1 Violación de persona inconsciente o incapaz de resistir (Artículo


171)
Este delito se comete cuando el sujeto activo previamente coloca a la
víctima en un estado de incapacidad física, incapacidad para
defenderse (atarla de manos), o incapacidad para prestar
consentimiento (doparla).

Conforme a la redacción del tipo penal, se entiende que el autor obra


de manera que asegure la consumación; en otras palabras, se suman
como actos de ejecución de este delito las acciones que colocan a la
víctima en las situaciones antes descritas con la finalidad de que no
pueda evitar la consumación delictiva, siendo esta la razón político-
criminal para sancionar con mayor pena esta modalidad típica.

2.3.2 Violación de persona incapaz de consentir (Artículo. 172)


Se da cuando el agente activo comete el tipo base conociendo el
estado psicológico y físico, disminuidos o anulados del sujeto pasivo,
debido a circunstancias ajenas a su actuar. Es decir, este estado de
vulnerabilidad es propio de la víctima, causado por un tercero o
incluso por la propia víctima. Aquí lo importante es que el sujeto
activo no produjo esa situación.

Este tipo penal justifica su reconocimiento en función a que el agente


activo conoce del estado sobrevenido de la víctima, como podría ser
un caso de anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia,
retardo mental u otra incapacidad análoga que impida comprobar el
consentimiento del sujeto pasivo. Para la configuración de esta
conducta delictiva no se necesita demostrar el empleo de violencia o
amenaza sobre la víctima que ya está en un estado de incapacidad de
consentir.

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2.3.3 Violación sexual a menor de edad (Artículo 173)
Este hecho punible se configura cuando el agente dolosamente realiza
un acto carnal sexual a un menor de catorce años de edad o lo somete
para que el menor practique estos actos a su favor o en favor de un
tercero.

Para la configuración de este delito no se necesita verificar que el


agente haya empleado violencia, amenaza o intimidación. No importa
si hubo estado de inconsciencia producido por el autor o sobrevenido
por causas ajenas al accionar de este; no interesa si existió engaño o
efectivamente consentimiento del menor, este delito se configura con
mera actividad.

La justificación de la especial tipificación de este delito radica en que


nuestro ordenamiento jurídico nacional contempla a un menor de
catorce años como una persona carente de autodeterminación sexual.

2.3.4 Violación sexual de persona dependiente (Artículo 174)


El delito analizado lo comete el sujeto activo que aprovecha su
condición de autoridad o vigía sobre la víctima, quien tiene una
condición especial que la convierte en dependiente del sujeto activo,
pues ocurre que el sujeto pasivo está internado o encerrado en una
institución pública o privada.

En este tipo penal no se requiere el empleo de violencia o amenaza. La


razón de su reconocimiento radica en las situaciones en las cuales esta
víctima no tiene otra alternativa más que consentir la agresión sexual,
esto sumado a que tampoco se encontraría con las mismas condiciones
como si tuviese plena libertad ambulatoria.

2.3.5 Violación sexual mediante engaño (Artículo 175)


También denominado delito de seducción, se configura cuando el
agente activo hace uso del engaño para lograr el consentimiento de
una víctima entre 14 y menos de 18 años de edad. Para la
configuración de este delito es necesario el empleo de un medio
fraudulento como el engaño sobre la práctica sexual a realizarse, ya

5
que como consecuencia de ello el agente induce en error a la víctima y
logra el acceso carnal.

El engaño no debe tener la finalidad de conseguir el consentimiento de


la víctima, sino facilitar la realización del acceso sexual. Por el
contrario, si el agente hace promesas al sujeto pasivo para que éste
acepte el acceso carnal, y luego dichas promesas no se cumplen, no se
dará el delito.

III. DELINCUENTE SEXUAL

3.1 Agresor y/o Delincuente Sexual

La estadística indica que la mayoría de los individuos que cometen


agresiones sexuales son principalmente hombres; sin embargo, también hay
mujeres y menores que las cometen, pero entre el 85 y el 95% de los
delincuentes sexuales identificados son varones. Los hombres que agreden
sexualmente no son diferentes en la mayoría de sus características y rasgos
al resto de los hombres. Pueden provenir de todas las esferas profesionales y
estratos sociales, y sus características demográficas son reflejo de la
población general. De hecho, ningún grupo de hombres parece estar exento
del riesgo de cometer agresiones sexuales (sordos, discapacitados físicos,
minorías). Los agresores sexuales adoptan muchas tácticas para ocultar sus
tendencias delictivas, incluyendo el presentarse ante los demás como
personas socialmente adaptadas. Quizás lo más complicado a la hora de
intentar comprender a estos delincuentes, sea saber qué dificultades
funcionales llevan a un hombre a convertirse en un agresor sexual. Algunas
de las experiencias de los agresores sexuales que contribuyen al desarrollo
de su comportamiento desviado son las mismas que están presentes en la
etiología de otros trastornos como las conductas antisociales o la depresión.
Un posicionamiento teórico sobre la etiología de la delincuencia sexual
refiere como fundamento básico el desarrollo de una vulnerabilidad por la
ruptura de los lazos entre padres e hijos. Dicha vulnerabilidad determinará
la respuesta de la persona a sus posteriores experiencias y se expresará en
patrones concretos de comportamiento. (Cándido, 2003).

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3.2 Modelos Teóricos del Delincuente Sexual

Haciendo una breve revisión de los modelos teóricos que se han


desarrollado en los últimos años para explicar el abuso sexual infantil se
encuentran modelos unifactoriales y multifactoriales. Pero es necesario
señalar que, ningún modelo resulta ser abarcador y más bien habría una
interacción entre distintos factores.

Modelos unifactoriales
- Modelo biológico: Algunos investigaciones hablan de factores
genéticos, hormonales y de neurotransmisores que podrían estar
relacionados con la impulsividad y un aumento del interés y
excitación sexual.
- Modelo psicoanalítico: Proviene de la teoría de la seducción de
Freud que relaciona la seducción sexual de un menor por parte de
un adulto, generalmente el padre, con la histeria en la etapa adulta.
En parte porque esta teoría sugería una alta prevalencia de abuso
sexual infantil, Freud la reformuló como fantasías reprimidas y no
satisfechas relacionadas con la sexualidad del menor.
- Modelo feminista: En este modelo, el abuso sexual es redefinido.
No se pone el acento en la gratificación sexual del abusador sino en
la gratificación por el abuso de poder que ejerce. El abuso está
causado por el desequilibrio de poder existente en la familia
patriarcal tradicional.
- Modelo conductual: Este modelo ha adaptado la perspectiva del
aprendizaje social para explicar el abuso sexual infantil. Los
investigadores enfatizan la importancia de experiencias tempranas
de condicionamiento. El ofensor frecuentemente recordaría sus
experiencias sexuales iniciales y esa fantasía adquiriría propiedades
sexuales de excitación.
- Modelo sistémico: El incesto es visto como producto de un sistema
familiar problemático, en el cual cada uno de los miembros de la
familia ha contribuido potencialmente al abuso del menor. Una
preocupación frecuentemente mencionada en relación a este
modelo es la posibilidad de que la víctima y/o otros miembros

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familiares, como la madre, puedan ser culpabilizados por el abuso
sexual.
- Teoría del apego: El apego inseguro predispone a necesidades de
dominio de las relaciones.

Modelos multifactoriales
- Multisistémico (Trepper y Barret): Para la aparición del abuso
sexual tendrían que conjugarse tanto factores socio-ambientales
como variables culturales, factores de la familia de origen del
abusador (Ej. experiencia de abuso, ausencia de ambiente de
cuidado y afecto), factores psicológicos individuales (Ej. baja
autoestima, habilidades sociales inadecuadas y depresión) y
factores del sistema familiar (Ej. la distorsión de roles).
- Modelo de las cuatro precondiciones (Finkelhor): Para que un
abuso sexual ocurra sería necesario la motivación de abusar , ya sea
por experiencias propias traumáticas o por incapacidad de
relacionarse con otras personas adultas; un bloqueo de los
inhibidores internos, esto es: conciencia, moral y autocontrol;
bloqueo de los inhibidores externos como: el control social, la
represión judicial, la acción de la familia y de la comunidad; y
acceso a una persona menor vulnerable, ya sea por falta de
información, por aislamiento o porque jamás se le reconocieron sus
derechos.

3.3 Antecedentes Pre-mórbidos o Historia Familiar

Desde una perspectiva general sobre el delincuente sexual, no resulta fácil


establecer un patrón específico sobre los antecedentes familiares y
personales; sin embargo, es necesario señalar que hay ciertos aspectos que
por lo general acompañan a los agresores sexuales a lo largo de su historia
de vida.

Para Marshall y Barbaree (2013) la etiología de la delincuencia sexual hace


referencia a los factores que están en el origen de la conducta sexual
delictiva, incluyendo los procesos asociados al desarrollo del

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comportamiento, su inicio y mantenimiento, siendo éstos predisposiciones
genéticas, experiencias de desarrollo adversas, disposiciones psicológicas
como falta de empatía, actitudes pro-criminales, preferencias sexuales
desviadas, problemas en las habilidades interpersonales y emocionales,
estructuras sociales y culturales y factores personales como el estrés, la
intoxicación etílica o el abuso de drogas.

Se ha documentado que determinadas vivencias sexuales traumáticas en la


infancia o la adolescencia pueden contribuir a una futura involucración de
los individuos en conductas de abuso o agresión sexual (Redondo y
Martínez, 2012). Esto se evidencia en hogares con determinadas
características como: carencia de cuidados parentales (negligencia y/o
abandono), un estilo parental autoritario, dónde las relaciones entre los
integrantes de la familia eran extremadamente rígidas y distantes o dónde se
vivencia de manera constante la violencia física, psicológica y sexual; lo
que configura unos inadecuados estilos parentales y negligentes modelos
parentales. En este sentido, también se ha puesto de relieve que aquellos
estilos parentales negligentes que comportan graves déficits en el cuidado
de los hijos, incongruencia educativa y rechazo o desvinculación emocional,
pueden incrementar la vulnerabilidad de los adolescentes para adquirir
repertorios sexuales desviados y antisociales (Maniglio, 2012). Algunos
investigadores dicen que el ciclo de abuso parece repetirse de generación en
generación, incluyendo todas las formas de abuso: físicas, verbales,
emocionales y sexuales. Más concretamente, a partir de estas graves
carencias afectivas y comunicativas, hacen que los niños se sientan
desprotegidos, vean a sus cuidadores como ausentes y se sientan
rechazados. Esto puede conllevar en consecuencias psicológicas negativas
para los niños, como baja autoestima, actitudes antisociales, malas
habilidades interpersonales o pobres habilidades de afrontamiento. Puesto
que podrían llevar a un niño a internalizar actitudes negativas sobre sí
mismo y en las relaciones con los demás. Y éstas a su vez podrían alterar la
forma en la que el niño percibe su papel en las relaciones sexuales.

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Por otro lado, si están en presencia de actitudes antisociales y misóginas por
parte de los padres o familiares directos o tienen sentimientos de
inadecuación, es posible que acepten discursos que eleven a los hombres a
una posición de poder sobre la mujer, experimentando así una
hipersexualización de su emocionalidad y conducta (inicialmente a través de
fantasías sexuales desviadas y masturbación) como mecanismo de
compensación y afrontamiento de sus problemas de relación con otras
personas y de su aislamiento social (Mancini et al, 2012). Varios estudios
han evidenciado que los problemas de comunicación y el aislamiento social
son en efecto características distintivas de muchos abusadores sexuales en
mayor grado que de otros delincuentes. A su vez el hecho de ver el sexo
más allá de la gratificación sexual, éste suceso puede aumentar la
autoestima, los sentimientos de competencia social o la sensación de lograr
los estándares de la masculinidad ideal, pudiendo reforzar la conducta
sexual delictiva.

Generalmente el inicio y desarrollo sexual a partir de la adolescencia suele


culminar, en una socialización sexual adecuada, lo que incluye también la
adquisición de los necesarios controles e inhibiciones a este respecto, tanto
racionales como emocionales. Sin embargo, aquellos varones que en la
pubertad y la adolescencia han sufrido experiencias traumáticas de
abandono familiar, rechazo afectivo o victimización sexual podrían mostrar
déficits severos en autoestima, capacidad de comunicación y habilidades de
relación interpersonal (Barbaree y Langton, 2006). Además indican que es
importante para el adolescente aprender a distinguir entre impulso sexual y
agresividad, así como aprender a inhibir la agresividad en situaciones
sexuales, por lo que factores situacionales como sentimientos de soledad,
rechazo social o ruptura de una relación juegan un papel muy importante ya
que podrían desencadenar la conducta sexual abusiva.

Estos déficits afectivos y de comunicación podrían a su vez hacer a estos


jóvenes más lábiles para adquirir repertorios conductuales de abuso o
agresión sexual (Agnew, 2014). Es decir, algunos adolescentes
psicológicamente más frágiles pueden experimentar, durante las etapas

10
tempranas de su socialización sexual, vivencias anómalas que pueden
incluir interacciones sexuales forzadas o con niños ya sea directamente,
participando en ellas, o bien observándolas en otros o visualizando
pornografía al respecto (Fergusson, 2013). Efectivamente, se constata que
muchos delincuentes sexuales (no todos) habrían tenido experiencias
sexuales más amplias, variadas, atípicas y traumáticas que la generalidad de
los menores de su misma edad (y también que otros delincuentes no
sexuales), incluyendo a menudo la utilización de pornografía con imágenes
violentas o con implicación de menores (Seto y Eke, 2015). Tales vivencias
podrían tanto alentar un interés sexual desviado hacia los menores o hacia el
sexo violento, como dificultar la adquisición de las inhibiciones necesarias
para evitar conductas sexuales ilícitas.

Andrews y Bonta (2010) en su modelo de la conducta delictiva conocido


como Riesgo-Necesidad- Responsividad o RNR establecieron una
clasificación de factores de riesgo en donde se tienen los estáticos;
considerados no modificables por su naturaleza ya que forman parte del
individuo, como los antecedentes delictivos, edad, etnia o su estructura de
personalidad como la impulsividad y la propensión al riesgo. Así mismo,
Redondo y Martínez-Catena (2015) en su teoría del Modelo del Triple
Delicitivo sostiene que: “la conducta delictiva se origina y mantiene por la
confluencia de diversos factores de riesgo que se potencian
recíprocamente”. Éstos se agrupan en tres grandes fuentes de riesgo, según
su naturaleza etiológica:

- Riesgos personales (RP): Se incluyen las características psicológicas y


de la personalidad de los sujetos, ya sean innatas o adquiridas, que
configuran su identidad y que cuando se muestran en sus vertientes más
negativas, pueden dificultar su correcto desarrollo.
- Riesgos o carencias en el apoyo pro-social (CA): Se refiere a las
características o condiciones familiares, educativas y sociales que
conforman al individuo a lo largo de su vida las cuales, cuando no son
favorables, pueden entorpecer su correcta socialización.

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- Oportunidades delictivas (Op): Exposición del sujeto a ciertas
situaciones, contextos, características ambientales o estímulos sociales
susceptibles de facilitar el comportamiento delictivo.

Se ha interpretado que los delincuentes sexuales presentan déficits


empáticos favorecedores de sus delitos (Marshall et al, 2009); es decir,
dificultades para ponerse en el lugar de otras personas (especialmente de las
víctimas) e imaginar qué desean, o más bien no desean, y qué consecuencias
negativas podrían derivarse para las víctimas como resultado de la conducta
de agresión sexual (Beavin, 2015). En relación con las carencias en empatía
mostradas por los agresores sexuales, diversos estudios han hallado relación
directa entre las vivencias traumáticas tempranas que pueden haber sufrido
los agresores y sus déficits empáticos específicos. Así, individuos que
habían padecido en su infancia victimización sexual y exposición a
pornografía infantil mostraban escasa empatía con niños víctimas de abuso
sexual, a la vez que también confesaban haber cometido más delitos de
abuso sexual de menores.

I.V TIPOS DE AGRESORES SEXUALES

4.1 Tipología de Barudy (1999)

Barudy (1999), en tanto, efectúa una tipología de agresores sexuales


conforme a los procesos de individuación y a los factores que propician el
abuso sexual, clasificándolos en:

- Abusadores sub individuados totalmente indiferenciados principalmente


se tratan de abuso intrafamiliar, donde el otro es percibido como una
prolongación de sí mismo.

- Abusadores sub individuados con una diferencia débil (abuso


intrafamiliar o extra-familiar tanto homosexual como heterosexual, como
parte de una estrategia de supervivencia para compensar carencias del
pasado

- Abusadores sub individuados con una diferencia moderada (abuso


intrafamiliar o extra-familiar, precipitado por estresores exógenos o

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crisis, angustia frente a la percepción de pérdida o de deterioro de
relaciones interpersonales
- Abusadores sobre individuados indiferenciados (cometen actos abusivos
dentro del contexto familiar que responden esencialmente a un patrón
transgeneracional); e) Abusadores individuados con una diferencia
moderada el abuso responde a factores estáticos [dentro de la historia del
agresor asociados a un ambiente de violencia y de rechazo del padre, en
paralelo a la sobreprotección de la madre.

- Abusadores sobre individuados con escasa diferenciación (el acto


abusivo se concentra en el agresor y su excitación sexual, respondiendo –
en lo esencial– a factores estáticos asociados a un padre pasivo y
despreocupado, sumado a una madre funcional.

- Abusadores sobre individuados con una diferenciación moderada


responde a perfiles del tipo psicopáticos [con escasa empatía, donde el
abuso sexual es uno de los diversos delitos que el sujeto comete.

4.2 Tipología de Gómez (1999)

Gómez (1999), en tanto, identifica cuatro grupos de agresores sexuales en


función del tipo de víctima:

- Agresor sexual en ámbito familiar

- Agresor sexual de víctima desconocida

- Agresor sexual de víctima conocida

- Agresor sexual infantil.

4.3 Tipología de Noguerol (2005)

Noguerol (2005), finalmente, distingue cuatro tipos de agresores sexuales:

- El violador primario: enfocado en víctimas desconocidas, no presenta


una excitación sexual inicial, el sentido de su agresión es humillar con
sadismo y violencia.

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- El violador secundario: enfocado en demostrar su habilidad sexual
como intento de compensación de su baja autoestima e introversión; por
lo general, son personas temerosas frente a víctimas que oponen
resistencia

- El violador agresivo: con tendencias antisociales, parejas inestables y


distorsiones cognitivas sobre el deseo y goce femenino; despliega
conductas violentas con altos componentes de expresión sádica, pudiendo
provocar la muerte de su víctima.

- El violador impulsivo: por lo general, presenta una trayectoria delictiva


marcada por la versatilidad delictual; bajo esta tipología, la violación
puede ser colateral a otros actos delictivos.

4.4 Tipología de Gonzales, Martínez, Leyton y Bardi (2008)

Con relación a estas clasificaciones, González, Martínez, Leyton y Bardi


(2008) realizaron un análisis de las diversas tipologías de agresores sexuales
existentes en la literatura, agrupando los distintos criterios utilizados por los
autores.

- Según las inclinaciones sexuales: abusadores extra- familiares o


pedófilos [de escasa integración social, presentan impulsos, intereses y
fantasías sexuales centrados en niños y/o niñas] y abusadores
intrafamiliares, endogámicos o incestuosos [mayormente integrados a la
sociedad, dirigen sus intereses sexuales preferentemente hacia las niñas
de su familia

- Según la exclusividad de la atracción por niños: pedófilos exclusivos


atraídos solamente por niños, pedófilos no exclusivos [atraídos por
adultos y niños

- Según el sexo de las víctimas: atraídos por hombres, mujeres o por


ambos sexos

- Según la edad de las víctimas: abusadores pedófilos propiamente tales


atraídos por niños sin distinción de sexo, abusadores hebefílicos, atraídos
por púberes o adolescentes.

14
- Según el estilo/dinámica de la conducta abusiva: abusadores regresivos
situacionales/circunstanciales, abusadores obsesivos, pedófilos o fijados de
atracción compulsiva y crónica hacia los niños.

4.5 Otras tipologías

4.5.1 Agresor sexual de mujeres adultas


El porcentaje de agresores sexuales de mujeres adultas es bastante
modesto en comparación a la población general de agresores sexuales.
Esto, dado que el despliegue de conductas violentas cometidas durante
el abuso sexual constituye junto a los agresores sexuales infantiles–
uno de los grupos de mayor estudio dentro de esta población forense
(Levenson, Willis y Prescott, 2016).

4.5.2 Agresor sexual infantil


Pese a los criterios clínicos que definen el diagnóstico de pedofilia, es
necesario señalar que no todo agresor sexual infantil es un pedófilo.
Existen diversos factores asociados al abuso infantil que no mantienen
directa relación con este diagnóstico, tales como el estrés, problemas
de pareja, la falta de disponibilidad de un compañero adulto,
tendencias antisociales, alto deseo sexual acompañado de escaso
autocontrol, problemas de origen psicológico o social, abuso de
alcohol o drogas, estados depresivos y –en algunos casos– déficit
cognitivo (Oliverio y Graziosi, 2004).

4.5.3 Mujeres agresoras sexuales


De igual manera como ocurre con la población de agresores sexuales
en general, la figura de la mujer como victimario no se encuentra del
todo definida. En comparación con las investigaciones sobre
delincuentes sexuales masculinos, la delincuencia sexual femenina es
relativamente poco investigada, mal teorizada e incomprendida
(Hayes y Carpenter, 2013; Hayes y Baker, 2014), y aunque las
estadísticas evidencian que la mayoría de los autores sexuales son
hombres, los últimos hallazgos confirman que la agresión sexual
cometida por mujeres no es poco común y que el efecto del acto

15
abusivo –perpetrado por estas– puede ser tan traumático como el
abuso sexual ejercido por un hombre.

Una de las tipologías más citadas en la literatura es la de Mathews,


Matthews y Speltz (1989), quienes identifican tres tipos de agresoras
sexuales.

a) Abusadora profesora/amante (considera al adolescente como una


pareja adecuada)

b) Abusadora coercionada por un hombre (participa por proposición


bajo amenaza de un hombre)

c) Abusadora predispuesta/intergeneracional (agresora intrafamiliar


de actuación solitaria). Poels (2007), posteriormente, incluye la
categoría psicológicamente perturbada, para dar cuenta de aquellas
agresoras que presentan problemas de larga data, como inseguridad
emocional, baja autoestima y aislamiento social, con predisposición
a iniciar o participar en el abuso sexual, posiblemente derivada de
una dependencia patológica.

4.5.4 Agresor sexual intrafamiliar


Un primer acercamiento a la fenomenología de la agresión sexual
intrafamiliar da cuenta que los abusos cometidos por familiares y
conocidos de la víctima representan “más del 70% de los casos
denunciados” (Martínez, 2000, 2004,) lo que, dadas las características
de la dinámica abusiva y la figura del agresor, puede alcanzar una
cronicidad de 13 años de duración (Quarshie, Osafo, Akotia, Peprah y
Andoh-Arthur, 2017).

4.5.5 Agresor sexual adolescente


La agresión sexual entre menores de edad ha sido un tema de
constante debate. Ello, principalmente, porque no existe un criterio
unívoco que sirva para precisar un acto como agresión sexual cuando
es cometido entre pares.

Por lo mismo, su definición no ha estado exenta de controversia. Esto


cobra relevancia si se considera que los menores de edad no están
16
siendo abusados solamente por adultos, sino que, en un número no
menor de casos, también son agredidos por otros menores de edad que
se valen de su poder frente a los niños más pequeños e indefensos
(Acero, 2009).

V. PERFIL DEL DELINCUENTE SEXUAL

5.1 Perfiles del Delincuente Sexual

5.1.1 Delincuentes Sexuales con Víctimas Adultas


Los agresores sexuales de personas adultas no comprenden un grupo
homogéneo (Blasko, 2016; Knight y Prentky, 1990; Zinik y Padilla,
2016), aunque sí que comparten algunas similitudes. Algunas de ellas
son la visión negativa de las mujeres, la justificación de la violencia o
la híper-masculinidad (Marshall et al, 1990). En cuanto a
características psicológicas, suelen mostrar baja autoestima,
sentimiento de inutilidad, problemas con el abuso de sustancias,
incapacidad para el manejo de la agresividad o estados de ánimo
disfóricos, concretamente rabia, miedo o depresión (Cunha y
Abrunhosa, 2013; Robertiello y Terry, 2007; Simons, 2015). No es
extraño que presenten antecedentes penales violentos o de otro tipo ya
que suelen ser delincuentes versátiles (Gottfredson y Hirschi, 1990;
Simons, 2015).

A) Tipología de Knight y Prentky (1990): Estos autores desarrollan


un modelo taxonómico denominado Massachusetts Treatment
Center: Rapist Tipology 1 (MTC: R1), el cual, después de dos
revisiones exhaustivas ha pasado a denominarse MTC: R3
(Knight, 2010). Se trata de una clasificación en la que se
identifican cuatro tipos generales de violadores según sus
motivaciones (Zinik y Padilla, 2016):

- Violador oportunista. Se consideran individuos impulsivos,


con comportamientos antisociales. La agresión sexual es fruto
de los factores situacionales, no está planeada. Su motivación

17
principal es la gratificación sexual inmediata (Robertiello y
Terry, 2007). Esta categoría se divide en función de las
competencias sociales del sujeto. Aquellos con mejores
competencias sociales suelen comenzar a tener
comportamientos impulsivos cuando son adultos. Sin embargo,
aquellos con las competencias sociales más limitadas se inician
en los comportamientos antisociales durante la adolescencia
(Blasko, 2016).
- Violador enojado: Se trata de sujetos con problemas en el
control de sus impulsos, tienen antecedentes de comportamiento
agresivo y antisocial. Su motivación para cometer la agresión
sexual es la rabia, la agresividad y el odio. Pueden usar
violencia incluso cuando la víctima no se resiste, por ello causan
graves daños físicos a sus víctimas (Blasko, 2016).

- Violador sexual: Los violadores de este tipo sienten


constantemente preocupación por el sexo. Esta categoría
también está subdividida en función de si la agresión está
sexualizada o no. Con ello los autores se refieren a si el agresor
es sádico o no lo es (Blasko, 2016). En el caso del violador
sexual sádico, expresa fuertes distorsiones al relacionar aspectos
sexuales y violentos. Los violadores sádicos se subdividen en
dos subcategorías dependiendo de si sus fantasías sexuales-
agresivas se expresan en las violaciones en forma de agresión
(violador sexual sádico manifiesto) o no (violador sexual sádico
encubierto). El violador sexual no sádico, tiene fuertes
sentimientos de inadecuación que dominan su preocupación
sexual. También se subdivide dependiendo del alta o baja
competencia social del sujeto.

- Violador vengativo: Tienen como motivación principal el


poder, el control y el odio, por ello a menudo usan el daño físico
para denigrar y humillar a sus víctimas. Estos violadores sienten
rabia contra las mujeres, pero a diferencia de los oportunistas y
los enojados, no son muy impulsivos. Esta categoría también

18
está subdividida en dos: según la competencia o las habilidades
sociales de los individuos (Blasko, 2016).

B) Clasificación de Barbaree, Seto, Serin, Amos, y Preston (1994):


En 1994, Barbaree et al., exploraron más tipologías de violadores
dividiéndolos en dos grandes tipos: los violadores no sexuales
(corresponden a los tipos oportunistas o vengativos) y los
violadores sexuales (similares a los sádicos).

- Violadores no sexuales: Tienen más antecedentes penales


debido a su versatilidad delictiva. Son muy impulsivos y tienen
tasas más bajas de excitación sexual ante las señales de
violación (Barbaree et al., 1994).
- Violadores sexuales: Los sádicos sexuales tienen tasas más
altas de psicopatía y usan más armas que los violadores no
sádicos: A pesar de ser menos impulsivos, causan más lesiones
y usan más fuerza. Puntúan más alto en aislamiento social.

C) Clasificación de Canter (Canter y Heritage, 1990): A diferencia


de las clasificaciones anteriores, Canter y Heritage (1990)
proponen el uso de procedimientos estadísticos multivariados para
examinar empíricamente los comportamientos que se producen en
las violaciones, centrándose en el comportamiento del violador
referido por la víctima. Este nuevo sistema de clasificación se
denomina “sistemas de clasificación conductual” y puede
complementar a los sistemas de clasificación motivacionales vistos
más arriba como el MTC: R3 o el del FBI (Canter et al, 2003). El
modelo de Canter identifica cinco patrones distintos en las
violaciones:
- Intimidad: El violador intenta establecer cierto grado de
intimidad con la víctima. Relacionado con el intento de
compensar la falta de habilidad para establecer relaciones de
pareja normales.

19
- Sexualidad: Elemento principal del ataque son las relaciones
sexuales en sí.
- Violencia: El violador tiene la voluntad de ejercer violencia
sobre la víctima, acto sexual como consecuencia.
- Impersonal: Este patrón implica el tratamiento puramente
impersonal de la víctima.
- Criminalidad: Se trata de un patrón de ataque en el que se
cometen acciones delictivas de diversa índole, entre ellas el
delito sexual. Aunque éste no es el propósito principal.

D) Clasificación según Criterios de Cleckley: - Psicópatas:


Dentro del ámbito forense el agresor sexual psicópata puede
atacar tanto a adultos como a niños, con preferencia por las
mujeres y las niñas. Normalmente la víctima será desconocida,
aunque el psicópata también puede atacar a víctimas próximas o
familiares. Es un agresor muy peligroso, reincidente.
- Sociales (oportunistas): son aquellas personas que sin
padecer un trastorno de personalidad o alteración relacionada
con una particular predisposición agresiva llegan a una
situación de violación o abuso cuya base se encuentra en unas
creencias distorsionadas sobre la mujer y la sexualidad.
Aparece en estas personas una mentalidad muy centrada en el
dominio del varón sobre la mujer.
- Psiconeuróticos (patológicos): Estos agresores suelen actuar
generalmente utilizando la agresión como un mecanismo de
compensación. Detrás de ello se encuentra una gran dificultad
para entablar relaciones satisfactorias interpersonales y
sexuales. Se suelen generar situaciones de gran estrés y
hostilidad que son "desplazadas" hacia la víctima de la
agresión. La agresión de este tipo no es premeditada sino que
aparece de una forma explosiva. Suelen darse sentimientos de
culpa y vergüenza y en ocasiones comportamientos bizarros.
Algunos de estos agresores intentan "reconvertir“ la agresión

20
reconciliándose con la víctima, dándole su teléfono o
acompañándola hasta su domicilio.
- Asociales (subculturales): Personas criadas en ambientes muy
marginales, con un estilo generalizado de relación violenta
dentro de su ambiente social. Los asociales agredieron
sexualmente en el curso de otro tipo de delito, por ejemplo, en
el curso de un robo con fuerza dentro de un domicilio.

5.1.2 Delincuentes Sexuales con Víctimas Menores


Los abusadores sexuales de menores tienen características muy
heterogéneas ya que varían mucho en factores como el estado civil, el
estatus económico, la orientación sexual o la etnia (Robertiello y
Terry, 2007; Simons, 2015). Aunque se suelen caracterizar por ser
personas pasivas en sus relaciones de pareja, solitarias, con pocas
habilidades sociales y con sentimientos de inadecuación (Groth, 1979;
Marshall, 1993). Una de las distinciones importantes que se deben
hacer acerca de los abusadores de menores es si son pedófilos o no. La
pedofilia, a nivel clínico, es la preferencia sexual por los niños,
generalmente menores de 13 años; esta preferencia puede conducir, o
no, a cometer un abuso sexual. No todos los abusadores de menores
son pedófilos. De la misma manera, no todos los pedófilos cometen
abusos a menores. Otra parafilia que pueden presentar los abusadores
de menores es la hebefilia o efebofilia, que define a aquellas personas
que tienen preferencia sexual por menores de edad adolescentes, entre
13 y 18 años (Stephens y Seto, 2016).

A) Tipología de Groth (Groth et al, 1982): Groth et al (1982)


sugirieron uno de los esquemas de clasificación más importantes.
Éste tiene en cuenta dos temas básicos, si el abusador es pedófilo
o no, y sus necesidades psicológicas. A partir de esta
clasificación, Groth establece dos tipologías de abusadores de
menores dependiendo de sus intereses y motivaciones sexuales.
- Obsesionados: Los abusadores de menores obsesionados son
aquellos que se identifican social y sexualmente con niños, y
por ello prefieren relacionarse con ellos que con adultos

21
(Blasko, 2016; Simon, Sales, Kaszniak, y Kahn, 1992; Simons,
2015). Sienten atracción por los niños de forma continua,
persistente y compulsiva. Suelen desarrollar y mantener
relaciones con niños con el fin de satisfacer sus necesidades
sexuales. La mayoría de los abusadores sexuales de esta clase
abusan de menores de sexo masculino desconocidos
(Robertiello y Terry; 2007).
- Regresados: Los abusadores regresados, por lo contrario, se
identifican tanto social como sexualmente con personas
adultas. Y es con ellas con quien prefieren relacionarse. Por
ello, si se relacionan sexualmente con menores es situacional y
como resultado de una mala gestión de los estresores de la vida
como la pérdida de empleo, problemas de pareja y abuso de
drogas, o debido a estados emocionales negativos como los
sentimientos de soledad, la ansiedad o el aislamiento (Groth, et
al, 1982; Robertiello y Terry, 2007; Simon et al., 1992;
Simons, 2015). Generalmente, esta categoría de abusadores
comete incesto, es decir, sus víctimas suelen ser niños de su
familia porque son de fácil acceso. Sus víctimas también
suelen ser chicas adolescentes (Priest y Smith, 1992; Simons,
2015).

B) Tipología de Knight y Prentky, (1990): De la misma manera


que Knight y Prentky (1990) desarrollaron el MTC: R3 referente a
las tipologías de violadores, también diseñaron el Massachusetts
Treatment Center: Child Molester Versión 3 (MTC: CM3) para
definir de forma multidimensional tipologías de abusadores de
menores. Estas tipologías están divididas en dos ejes. El eje 1
incluye el grado de fijación con los niños y el nivel de competencia
social del abusador. El eje 2 evalúa el grado de contacto con los
niños analizado según si es contacto interpersonal o sexual.
Además, también evalúa el grado de daño físico acontecido
(Blasko, 2016; Knight y Prentky, 1990; Robertiello y Terry, 2007;
Terry y Tallon, 2004).

22
C) Tipología del FBI: El FBI se basó en la tipología de Groth para
establecer su propia tipología. Ésta, consta de 7 subtipos de
abusador encuadrados en dos categorías (Blasko, 2016; Knight y
Prentky, 1990; Robertiello y Terry, 2007; Terry y Tallon, 2004):

- Abusadores situacionales: Esta categoría está basada en la de


los Regresados de Groth e incluye 4 subtipos:
a) Regresados: Los abusadores de este grupo tienen pobres
capacidades de afrontamiento, sus víctimas son de fácil
acceso y abusan de niños como sustitutos de relaciones
sexuales adultas frustradas.
b) Moralmente indiscriminado: Estos abusadores no prefieren
a los niños más que a los adultos, sin embargo, los usan para
su propio interés, ya sea sexual o de otro calibre, por su fácil
accesibilidad.
c) Sexualmente: indiscriminado. Se trata de abusadores que
están mayormente interesados en la experimentación sexual y
abusan de menores para salir del aburrimiento.
d) Inadecuados: Son hombres socialmente inadaptados que se
sienten inseguros, con baja autoestima. Suelen ver sus relaciones
con menores como su única posibilidad sexual.

- Abusadores preferenciales: Basada en la categoría de


abusadores obsesionados de Groth, incluye 3 subtipos:
a) Seductor. Abusadores que cortejan a los niños dándoles
afecto, amor, regalos, etc. para conseguir una relación
amorosa con ellos.

b) Obsesionado. Individuos con un desarrollo psicosexual muy


limitado. Sienten deseo y atracción por los niños.
c) Sádico. Estos abusadores son violentos, se excitan
sexualmente con la violencia, sus víctimas son desconocidas.

23
D) Clasificación de Echeburúa y Redondo (Echeburúa y Redondo,
2010): Echeburúa y Redondo (2010) clasifican a los abusadores de
menores según si presentan parafilia o no en dos tipos:

- Primario o preferencial: en este grupo se incluyen los pedófilos


y hebéfilos. Se caracterizan por ser jóvenes, con trabajos en los
que se establece contacto con menores, y solitarios. Suelen
buscar situaciones que les permitan acercarse a los menores,
actúan de forma premeditada, compulsiva y persistente
(Echeburúa y Guerrica Echevarria, 2000; Echeburúa y Redondo,
2010). Suelen presentar mayores distorsiones cognitivas acerca
de las conductas de seducción hacia los menores y la
normalización del abuso sexual como un acto inofensivo de
expresión de cariño. Por ello, tienen mayor riesgo de
reincidencia. Este grupo se divide en tres subtipos:
a) Preferenciales: Se refiere a aquellos sujetos con preferencia
sexual por menores de edad de los que terminan abusando.
b) Pasivos: Se trata de individuos con atracción sexual por
menores de edad pero que no llegan a establecer contacto
físico con ellos. Si cometen algún delito es el de consumo de
pornografía infantil.
c) De desarrollo: Este subtipo se compone de aquellos que
generalmente sienten deseo sexual por personas adultas, pero
acaban sintiéndose atraídos también por menores.
- Secundario o situacional: individuos con preferencias sexuales
por personas adultas pero que abusan de menores como
mecanismo compensatorio de estresores psicosociales, como los
problemas con la pareja, laborales, baja autoestima, situaciones
de soledad u hostilidad. Su conducta se caracteriza por ser
impulsiva. Suelen presentar sentimientos contradictorios hacia
sus propios comportamientos como remordimiento o vergüenza.
Por ello, su disposición al tratamiento es favorable.

24
E) Clasificación según Criterios de Cleckley
- Pedófilos y víctimas de pedofilia: La pedofilia es definida en
las distintas clasificaciones de enfermedades mentales como
una "parafilia" en la cual un adulto siente interés sexual por un
menor pre-púber. Desde el punto de vista de la ley nos
encontramos con un delito. Pero como peritos nuestra labor es
más compleja y consiste en determinar si la persona acusada es
o no responsable de sus actos. Para poder llegar a responder a
esta pregunta debemos realizar un análisis clínico de la
conducta donde la pregunta esencial es si esta persona concreta
puede o no puede elegir entre realizar o no un determinado
acto.

5.1.3 Abusadores Sexuales a través del Internet


Mención aparte merecen los delincuentes sexuales “online” ya que
tienen características diferentes al resto de abusadores de menores.
La facilidad de acceso a contenido de cualquier tipo que proporciona
Internet se ha convertido en un arma de doble filo. Y es que Internet
se ha transformado en una nueva forma de cometer delitos,
especialmente de naturaleza sexual, entre otros tipos.
Principalmente, mediante esta plataforma se cometen tres tipos de
delitos: hacer fotos o videos pornográficos de niños y subirlos a la
red haciendo este material accesible al consumidor; distribuir
imágenes pornográficas de niños; y atraer o seducir a menores online
(Robertiello y Terry, 2007; Simons, 2015).

Los abusadores sexuales de menores a través de internet son hombres,


normalmente más jóvenes que otros tipos de delincuentes sexuales, y
suelen tener más problemas psicológicos en la adultez. Aunque tienen
más posibilidades de reinsertarse en la sociedad y menos posibilidades
de participar en comportamientos sexualmente arriesgados que los
abusadores de menores (Webb, Craissati, y Keen, 2007).

25
Diversos autores han creado varias tipologías para clasificar a los
abusadores a través de internet (Beech, Elliott, Birgden, y Findlater,
2008; De Hart et al., 2017; McLaughlin, 1998).

A) Tipología de Beech, Elliott, Birgden y Findlater (2008):


Diferencian 4 tipos de abusador:
- Sujetos que acceden a imágenes pornográficas infantiles por
curiosidad o por un impulso. Estos individuos no han mostrado
ningún tipo de problema sexual hasta que han descubierto
internet (Delmonico y Griffin, 2008).

- Los individuos de este grupo acceden o trafican con imágenes


pornográficas debido a su interés sexual por los niños (Beech
et al., 2008). Para ellos, Internet es un facilitador de su conducta
sexual desviada preexistente (Delmonico y Griffin, 2008).

- Este grupo lo componen abusadores de menores que usan


internet para contactar con posibles víctimas para un contacto
sexual en directo. Su uso de internet forma parte de su patrón de
abuso sexual fuera de internet (Beech et al., 2008; Delmonico y
Griffin, 2008).

- Los individuos que integran este grupo utilizan la pornografía


infantil como medio para lucrarse económicamente, pero no
tienen ningún interés sexual en ellas.

B) Tipología de McLaughlin (1998): McLaughlin (1998) propone 4


tipos de cyber abusadores de menores:
- Los coleccionistas: Coleccionan y trafican con imágenes de
niños, buscan niños con características específicas (color de
cabello, pose, edad, etc.), frecuentemente solteros y socialmente
aislados, pueden tener trabajos con acceso a niños como ser
maestro.
- Los viajeros: Chatean online y solicitan citas o encuentros a sus
víctimas, normalmente adolescentes; persuasivos y seductores,

26
normalmente pagan a las víctimas el viaje hasta el punto de
encuentro o les hacen regalos; posiblemente coleccionen
pornografía. Este tipo de abusador online encaja con la tipología
de abusador obsesionado de Groth (visto más arriba).
- Los fabricantes: Producen pornografía infantil, tomando
fotografías a niños en espacios públicos o a sus propios hijos y
publicándolas online. Muchos tienen relaciones sexuales con
niños o antecedentes de abusos sexuales.
- Los charlatanes: Coleccionan fotografías eróticas en lugar de
pornografía, chatean con sus víctimas online hasta conseguir
cyber sexo, convencen a sus víctimas de que son de fiar y a
menudo escalan en sus comportamientos hasta establecer
contacto telefónico o quedar con la menor en persona.

5.2 La evaluación del Agresor Sexual

Las evaluaciones forenses en materia penal son solicitadas para evaluar


diferentes casos como imputabilidad en el momento del hecho, analizar la
personalidad del delincuente, se solicitan evaluaciones de diagnóstico,
valoración del daño en víctimas de abuso sexual y evaluación de agresores
sexuales. La evaluación de los imputados en delitos sexuales deriva en la
carga de la prueba desde un análisis e investigación de todas aquellas
operaciones que pueden estar vinculadas al tipo penal; es decir “la pericia
procederá siempre que, para la explicación y mejor comprensión de algún
hecho, se requiera conocimiento especializado de naturaleza científica,
técnica, artística o de experiencia calificada” (Código Procesal Penal, 2015).
En esta línea de argumentación el tratadista Zeledón (2005), sostiene que la
valoración que se le realiza a una persona acusada de un delito sexual es
igual que la hecha a cualquier imputado, no obstante se hace una mayor
profundización en lo que respecta a la historia sexual, condiciones,
antecedentes, sexualidad en la familia de origen y presente, se debe
determinar la respuesta a largo plazo, la actitud hacia su detención, el grado
de empatía con la víctima, la percepción de su problema y necesidad de
tratamiento, la cooperación con la investigación. (Sucari, 2016)

27
5.3 Métodos Evaluativos

5.3.1 Aspectos Generales


La evaluación nos debe aclarar los siguientes aspectos:
– Comportamiento sexual, es decir, preferencias sexuales desviadas
– Funcionamiento social evaluando habilidades sociales, asertividad
ansiedad social, ajuste.
– Distorsiones cognitivas.
Al evaluar a delincuentes sexuales, se deberían intentar establecer los
siguientes objetivos:
1. El alcance y la magnitud de la desviación sexual.
2. La existencia o no de una amenaza social inmediata o a largo plazo.
3. Si se pueden modificar las cogniciones, actitudes, reacciones
emocionales y conductas erróneas.
4. Que programas de tratamiento podrían ser los más apropiados y nivel
de motivación
Continuación revisaremos algunos de los métodos que se vienen utilizando
en la evaluación psicológica de los agresores sexuales:

A. La Entrevista
Puede proporcionarnos un nítido panorama del proceso de desarrollo
del sujeto. Cuando este contraste con su status psicológico actual, con
sus respuestas a un combinado de pruebas psicológicas, aparecerá su
perfil psicológico. Dicho perfil puede utilizarse para realizar un
pronóstico realista de su conducta futura.
B. Evaluación Fisiológica
Algunos agresores sexuales desarrollan patrones de excitación sexual
anómalos. Aunque generalmente minimizan sus trastornos sexuales,
estos sujetos han cultivado durante años fantasías sexuales y
conductas masturbatorias desviadas. Para obtener una información
más fiable sobre su patrón de excitabilidad sexual se recomienda la
utilización de procedimientos de registro fisiológico. Pueden aparecer
diferencias significativas entre la estimación del sujeto sobre su propio
arousal, que es el nivel de activación cerebral. Implica tanto el ritmo

28
de los procesos cerebrales como el nivel general de atención frente a
los estímulos del medio y está regulado por el sistema de activación
reticular, y el nivel real del registro.
Básicamente se han identificado cinco tipos de respuesta fisiológica
básicos: respuesta electro dérmico, cardiovascular, respiratorio,
pupilar y peneal.
La más interesante, por ahora, es la medición fotométrica o
pletismográfica de la excitación peneal, otras opciones están en fase
de desarrollo - respuesta pupilar- o bien por haber sido prácticamente
abandonadas - respuesta respiratoria, electro dérmica y cardiovascular
-. Numerosos especialistas confirman el uso del pletismógrafo peneal
como el mejor método de evaluación de la excitación sexual
disfuncional y normal.

C. Evaluación Psicométrica
Las pruebas psicométricas se han utilizado para identificar aspectos
generales del agresor sexual: aptitudes, características personales,
déficits emocionales, problemas de aprendizaje, disfunciones
neurológicas y una pléyade de rasgos psicológicos y patrones de
comportamiento. Algunos de los más utilizados podrían ser: la Escala
de Wechsler (WAIS), el Minnesota Multiphasic Personality
Inventory-2 (MMPI-2), el Millon Clinical Multiaxial Inventory
(MCMI-II), el Sixteen Personality Factors de Cattell (16PF), el
Rorschach y los Tests de Apercepción Temática ,y el Cuestionario de
Rotter: Incomplete Sentence Blanck.

D. Pruebas específicas
Desde la aparición de las primeras investigaciones de Master y
Johnson en los años 70, se han desarrollado una serie de cuestionarios
para identificar disfunciones y problemas sexuales específicos. Por
ejemplo, el S.S.I. (Survey of Sexual Interactions), el B.I.Q.
(Background Information Questionnaire). Proporcionan información
sobre el nivel actual de fracasos y satisfacciones sexuales en un sujeto.
El Sone Sexual History Background Form o el Multiphasic Sex

29
Inventory, que proporcionan información sobre cuestiones relativas al
desarrollo sexual, patrones conductuales, fantasías, experiencias,
disfunciones, etc.

E. Aspectos Cognitivos
Dentro de estas escalas destacan: la escala de Abel y Becker (Abel and
Becker Cognitive Scale), la escala de Aceptación del Mito de la
Violación de Burt (Burt Rape Myth Acceptance Scale), la escala de
Actitudes hacia las Mujeres (Attitude towards Women Scale), etc.
Sobre la evaluación ha de tenerse presente que:
– Algunos agresores sexuales falsificaron o distorsionan
información relevante, incluso en el pletismógrafo, pues en
muchos casos la evaluación va a tener una repercusión
importante a corto o largo plazo (resoluciones judiciales,
beneficios penitenciarios, altas de tratamiento, etc.).
– Una evaluación psicológica adecuada requiere dedicación y
tiempo suficiente, de los que muchas veces no se dispone.
– Se debe intentar realizar una evaluación lo más exhaustiva
posible con múltiples técnicas, ya que hay que tener en cuenta
que una evaluación precipitada y negligente puede ser más
engañosa y perjudicial que la no-evaluación.

V.I CARACTERÍSTICAS DEL PERFIL DEL DELINCUENTE SEXUAL

6.1 Características Cognitivas

Se puede decir, que los procesos cognitivos sesgados o distorsionados


representan interpretaciones erróneas que facilitan los conflictos
interpersonales debido que proporcionan una visión negativa sobre el
entorno social, una distorsión cognitiva se produce porque la persona
procesa inadecuadamente la información del contexto, de manera que se
destaca aquella información que refuerza el esquema, y elimina la
información que lo contradiga.

30
Las distorsiones cognitivas pueden utilizarse como pretextos y
justificaciones que pretenden minimizar la gravedad del comportamiento
sexual, a partir de la incapacidad para manejar la conducta agresiva y
hostilidad hacia los otros, la necesidad de poder y reafirmación, la
intencionalidad sexual, la minimización del daño o la necesidad de sexo de
las mujeres y las personas tienden a persistir de forma recurrente en los
errores propios de su pensamiento; todo lo anterior tiene el propósito de
evitar la responsabilidad moral o proteger a la persona de las consecuencias
de su comportamiento. Siendo así, las distorsiones cognitivas tienen una
clara intención para el delincuente, como el evitar aceptar la responsabilidad
de sus agresiones culpando a la víctima diciendo que lo había provocado,
atribuyendo la responsabilidad a otra persona o puede afirmar no ser
consciente de su comportamiento. Otros autores afirman lo siguiente de los
agresores sexuales: Suelen presentar un gran número de distorsiones
cognitivas o errores valorativos sobre las mujeres y su papel en la sociedad
(por ej., “las mujeres deben someterse a los deseos de los hombres; así ha
sido siempre”), sobre la sexualidad (por ej., “aunque sea obligada, seguro
que ella disfruta”), y sobre las normas y valores sociales y legales acerca de
qué puede y no puede hacerse en términos de comportamiento sexual
humano (por ej., “si un niño lo acepta, ¿por qué no voy a poder tener una
relación sexual con él?”).
Por otra parte, otro ejemplo relevante de una distorsión cognitiva es la de
etiquetas globales, la cual se basa en que la persona realiza un
etiquetamiento erróneo y general de lo ocurrido en su entorno y con otras
personas, lo que causa una postura inflexible frente a lo que percibe.

6.2 Características de Personalidad

El estilo de personalidad o el patrón habitual de comportamiento de las


personas que han delinquido puede orientar acerca de pensamientos,
actitudes y comportamientos usuales de los sujetos que servirán para
comprender mejor los motivos que le han llevado a delinquir. No obstante
estos no son los mismos para todos los victimarios de abuso sexual, es por
eso que se llega a la conclusión de que no existe un perfil psicológico ni un
patrón de conducta estándar para los victimarios, sino que estos cambian
31
dependiendo del contexto, la cultura y su realidad; algunos de estos
victimarios no están informados sobre lo que significa el termino de
sexualidad y abuso sexual, puesto que no lo ven como un acto agresivo y
violento, mostrando que no tienen perspectiva de responsabilidad a la hora
de realizar el acto.
Los estilos básicos de personalidad reflejan patrones complejos de
características psicológicas profundamente arraigadas que, en parte son
inconscientes y que son difíciles de cambiar. El estilo básico de cada
persona es el resultado de la confluencia de determinantes biológicos y
ambientales y comprenden el modo de percibir, sentir, pensar, afrontar y
comportarse de cada individuo. Los distintos estilos de personalidad y en
sus complicaciones, los diversos trastornos de personalidad permiten
predecir, en cierta manera, el comportamiento futuro de una persona en
circunstancias similares.
Finalizando en la sub categoría de alteración y/o distorsión se asocia a
algunos victimarios con el termino psicópata ya que se establecen patrones
de comportamiento, el modo operando entre otros, no obstante, la
psiquiatría muestra que no existe un patrón predictivo y conductual, más
bien un conjunto de teorías que no permite tener una visión integrada de la
personalidad, y se cuestiona si existe alguna teoría, capaz de reflejar la
personalidad como el patrón de variables que abarca la constelación
completa de la persona. Por lo tanto, Millon, presenta su propuesta dónde
sintetiza a dos grandes abordajes de la personalidad, la teoría biosocial y el
modelo evolutivo.(Diaz y Pinella, 2016, p. 17).

6.3 Características Biológicas

Hay múltiples teorías que recogen factores biológicos como posibles


motivadores de la conducta sexual desviada. Algunos de los factores pueden
ser que la agresión sexual se ve originada por factores cognitivos, sociales y
biológicos, destacando tres de éstos últimos: el nivel de serotonina, el nivel
de arousal ante un estímulo sexual y el sexo del agresor.
En el sistema monoaminérgico, numerosos estudios han encontrado una
relación entre el funcionamiento del sistema monoaminérgico cerebral y
rasgos propios de los agresores sexuales como la dominancia o la
32
agresividad especialmente en el caso de la serotonina. Bajos niveles de
serotonina se relacionan con comportamientos impulsivos, respuestas
exageradas al estrés, agresividad y comportamiento antisocial, rasgos
propios de algunos delincuentes, entre ellos los delincuentes sexuales,
encontraron que los agresores sexuales tenían mayores deficiencias en el
sistema serotoninérgicos que otro tipo de delincuentes.
Aunque se ha visto que los niveles disminuidos de esta monoamina guardan
algún tipo de relación con el comportamiento impulsivo (propio de
agresores sexuales, aunque no exclusivo), diversos investigadores indican
que, por sí solos, las monoaminas no pueden explicar la delincuencia,
puesto que existen factores ambientales que pueden ser más relevantes.
El término arousal hace referencia al estado de activación y excitación
fisiológica, la activación ante un estímulo sexual es una buena medida del
carácter apetitivo del mismo. Es decir, cuando una persona se activa y se
excita ante una situación concreta, significa que ésta le gusta o apetece.
Diversos estudios muestran que los agresores sexuales presentan un mayor
nivel de activación (arousal) ante escenas de violación en comparación con
la visión de escenas de sexo consentido. Por tanto, se puede deducir que un
incremento anormal del grado de arousal implica una disfunción en el
funcionamiento psicosocial y la posible presencia de una desviación sexual,
así pues, este nivel anormalmente incrementado de arousal estaría
relacionado con la comisión y la reincidencia sexual
El sexo, diversos estudios han comprobado que la mayoría de las víctimas
de agresión sexual (alrededor de un 80%) son mujeres, por el contrario, la
mayoría de delincuentes sexuales en España son varones, tal y como
afirman los datos penitenciarios. En 2012, el 99,6% de las agresiones
sexuales fueron cometidas por hombres; datos similares a los de años
anteriores. Este hecho podría estar influenciado por la participación de la
testosterona (hormona masculina) en el desarrollo de los comportamientos
agresivos. La importancia de influencia de la testosterona sobre el
comportamiento masculino se ve reflejada en el efecto de la castración
química (procedimiento basado en la reducción de la producción de
testosterona) sobre la conducta. Distintos estudios indican que este
procedimiento reduce notablemente los comportamientos sexuales,

33
especialmente aquellos relacionados con parafílias o instintos
extremadamente anormales.

6.4 Características Sociales

Empezaremos por mencionar a Latour, quien se refiere a los factores


sociales como aquellos poseedores de propiedades específicas ya sean
positivas o negativas que pueden utilizarse para echar algo de luz sobre
fenómenos específicamente sociales y así aportar cierto tipo de explicación
para aquello de lo que no pudieran dar cuenta los otros dominios
(biológicos, naturales, etc.), es decir; los factores sociales pueden explicar
los “aspectos sociales” influenciados por la dimensión social en la que se
encuentren los fenómenos a estudiar, es por ello que los factores sociales
aportan y permiten reproducir o revertir el orden social. Otro de los
razonamientos del autor sobre los factores sociales es que ellos no son los
que explican la ciencia sino es el contenido científico el que explica la
forma de su contexto (Latour, 2005).

Los factores sociales se encuentran involucrados en la transmisión educativa


y cultural, que dan forma al pensamiento conceptual a través del
intercambio de conductas entre los sujetos que integran la sociedad según el
tipo de relación solidaria o de dependencia que se geste entre ellos. Por esta
razón los individuos que son parte de una familia, grupo o comunidad
adquieren las prácticas que en ella se manifiestan, es así que la violencia en
sus diversas manifestaciones es aprendida, es interiorizada a través de
experiencias propias o ajenas y se vuelve un común en la forma de
relacionarse con sus pares.

Los hombres que agreden sexualmente no son diferentes en la mayoría de


sus características y rasgos al resto de los hombres. Pueden provenir de
todas las esferas profesionales y estratos sociales, y sus características
demográficas son reflejo de la población general. De hecho, ningún grupo
de hombres parece estar exento del riesgo de cometer agresiones sexuales
(sordos, discapacitados físicos, minorías).

34
La heterogeneidad de los grupos es tan grande y el solapamiento entre ellos
es tan extenso que incluso resulta difícil identificarlos mediante evaluación
psicológica especializada. Estas similitudes entre los grupos de agresores
sexuales y los no-agresores resultan trascendentales pues no ayudan a la
sociedad a identificar aquellas características que pudieran claramente
distinguir a los agresores sexuales de los que no lo son de cara a la
prevención y la protección social. Tampoco permiten a los profesionales y a
los tribunales basarse en una evaluación para decidir si un acusado de un
delito sexual realmente lo es.Por el momento, desgraciadamente, no
podemos identificar fácilmente a los agresores sexuales.

Un posicionamiento teórico sobre la etiología de la delincuencia sexual


refiere como fundamento básico el desarrollo de una vulnerabilidad por la
ruptura de los lazos entre padres e hijos. Dicha vulnerabilidad determinará
la respuesta de la persona a sus posteriores experiencias y se expresará en
patrones concretos de comportamiento.

V.II CONCLUSIONES

1. Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual son hechos producidos a


diario en nuestro país; estos fenómenos suceden en nuestro medio social
debido a debilidades en el sistema jurídico y la legislación de nuestro país.
Deben realizarse profundos cambios en la legislación peruana,
modificaciones de las leyes para sancionar debido a vacíos y penas blandas
para este tipo de delitos. Haciendo revisión de estas leyes y tomando
medidas de control más estrictas se podría mejorar esta problemática.
2. El delito base de violación sexual es un tipo penal doloso de tendencia
interna intensificada, pues reclama que la violencia o amenaza empleada en
el acceso carnal sin consentimiento tenga además una finalidad de satisfacer
una apetencia sexual del sujeto activo, caso contrario, se trataría de una
conducta atípica o subsumible en otro tipo penal distinto.
3. Se ha documentado que determinadas vivencias sexuales traumáticas en la
infancia o la adolescencia pueden contribuir a una futura involucración de
los individuos en conductas de abuso o agresión sexual

35
4. El perfil del delincuente sexual es muy vasto y muchos autores exponen
propuesta tanto basados en las víctimas que escogen, como en las
motivaciones y en la conducta que exhiben llevando a cabo el delito, cabe
resaltar que hay dos tipos en los que la mayoría de autores coincide y es en
aquellos que agreden a víctimas adultas y los de víctimas menores, hay
sustancial diferencia entre ellos siendo necesaria la categorización en
estudio de esto.
5. Los estilos básicos de personalidad reflejan patrones complejos de
características psicológicas profundamente arraigadas que, en parte son
inconscientes y que son difíciles de cambiar
6. No existe un perfil psicológico ni un patrón de conducta estándar para los
victimarios, sino que estos cambian dependiendo del contexto, la cultura y
su realidad; algunos de estos victimarios no están informados sobre lo que
significa el termino de sexualidad y abuso sexual, puesto que no lo ven
como un acto agresivo y violento, mostrando que no tienen perspectiva de
responsabilidad a la hora de realizar el acto.

36
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