Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CRISTOFER
Desde una perspectiva general sobre el delincuente sexual, no resulta fácil establecer un
patrón específico sobre los antecedentes familiares y personales; sin embargo, es necesario
señalar que hay ciertos aspectos que por lo general acompañan a los agresores sexuales a lo
largo de su historia de vida.
Para Marshall y Barbaree (2013) la etiología de la delincuencia sexual hace referencia a los
factores que están en el origen de la conducta sexual delictiva, incluyendo los procesos
asociados al desarrollo del comportamiento, su inicio y mantenimiento, siendo éstos
predisposiciones genéticas, experiencias de desarrollo adversas, disposiciones psicológicas
como falta de empatía, actitudes pro-criminales, preferencias sexuales desviadas,
problemas en las habilidades interpersonales y emocionales, estructuras sociales y
culturales y factores personales como el estrés, la intoxicación etílica o el abuso de drogas.
TATHIANA
Estos déficits afectivos y de comunicación podrían a su vez hacer a estos jóvenes más
lábiles para adquirir repertorios conductuales de abuso o agresión sexual (Agnew, 2014).
Es decir, algunos adolescentes psicológicamente más frágiles pueden experimentar,
durante las etapas tempranas de su socialización sexual, vivencias anómalas que pueden
incluir interacciones sexuales forzadas o con niños ya sea directamente, participando en
ellas, o bien observándolas en otros o visualizando pornografía al respecto (Fergusson,
2013). Efectivamente, se constata que muchos delincuentes sexuales (no todos) habrían
tenido experiencias sexuales más amplias, variadas, atípicas y traumáticas que la
generalidad de los menores de su misma edad (y también que otros delincuentes no
sexuales), incluyendo a menudo la utilización de pornografía con imágenes violentas o con
implicación de menores (Seto y Eke, 2015). Tales vivencias podrían tanto alentar un
interés sexual desviado hacia los menores o hacia el sexo violento, como dificultar la
adquisición de las inhibiciones necesarias para evitar conductas sexuales ilícitas.