Traducido del inglés al español - www.onlinedoctranslator.

com

Revista internacional de nutrición deportiva y metabolismo del ejercicio,2019, 29, 189-197

https://doi.org/10.1123/ijsnem.2018-0290 ©
2019 Human Kinetics, Inc. REVISIÓN ACADÉMICA

Nutrición para la Prevención y Tratamiento de Lesiones

en atletas de pista y campo
Graeme L. Cerrar craig venta
Universidad John Moores de Liverpool Universidad de Nottingham Trent

keith baar Stephane Bermón

Universidad de California Universidad Costa Azul

Las lesiones son una consecuencia inevitable del rendimiento deportivo y la mayoría de los atletas sufren una o más durante sus carreras deportivas.
Hasta uno de cada 12 atletas sufre una lesión durante las competencias internacionales, muchas de las cuales resultan en pérdida de tiempo de
entrenamiento y competencia. Las lesiones del músculo esquelético representan más del 40% de todas las lesiones, siendo la parte inferior de la pierna el
sitio predominante de la lesión. Otras lesiones comunes incluyen fracturas, especialmente fracturas por estrés en atletas con poca disponibilidad de
energía, y lesiones en tendones y ligamentos, especialmente en deportes de alto impacto, como los saltos. Dada la alta prevalencia de lesiones, no
sorprende que haya habido un gran interés en los factores que pueden reducir el riesgo de lesiones o disminuir el tiempo de recuperación si se produce
una lesión: Una de las principales variables exploradas es la nutrición. Esta revisión investiga la evidencia en torno a diversas estrategias de nutrición,
incluidos los macro y micronutrientes, así como la ingesta total de energía, para reducir el riesgo de lesiones y mejorar el tiempo de recuperación,
centrándose en las lesiones del músculo esquelético, los huesos, los tendones y los ligamentos.

Palabras clave:atletismo, colágeno, epidemiología, proteína

En el atletismo, la epidemiología de las lesiones que ocurren antes o
durante una competencia internacional de élite ha sido ampliamente descrita (
Eduardo et al., 2015,2016;Feddermann-Demont et al., 2014).
Desafortunadamente, hay información menos precisa disponible cuando se
trata de lesiones que ocurren durante los períodos de entrenamiento (fuera de
competencia) y/o en atletas de élite o recreativos. En atletas de atletismo de
élite, hubo aproximadamente 81 lesiones por cada 1000 atletas registrados en
un Campeonato Mundial (Feddermann-Demont et al., 2014), en otras palabras,
aproximadamente uno de cada 12 atletas registrados sufrirá una lesión durante
los Campeonatos Internacionales de Atletismo. Esto es importante ya que
aproximadamente la mitad de estas lesiones resultarán en una pérdida de
tiempo y ausencia de los deportes, incluidos los entrenamientos y las
competencias (Feddermann-Demont et al., 2014). Entre estas lesiones, el
músculo esquelético es el tipo principal, representando el 40,9% de todas las
lesiones registradas (Eduardo et al., 2016), con el 58% de estas lesiones
resultando en pérdida de tiempo durante los Campeonatos Internacionales de
Atletismo entre 2007 y 2015. La lesión de isquiotibiales es, con mucho, la lesión
más frecuente (aproximadamente 17%), y es más frecuente (riesgo relativo:
1,94) en hombres atletas que en las mujeres atletas. Estas lesiones de los
isquiotibiales se describen con mayor frecuencia en los velocistas, mientras que
las lesiones por uso excesivo de
Close es del Instituto de Investigación para las Ciencias del Deporte y el Ejercicio, Universidad
John Moores de Liverpool, Liverpool, Reino Unido. La venta es con el Grupo de Investigación
de Fisiología Musculoesquelética, Centro de Investigación de Deporte, Salud y Mejora del
Rendimiento, Escuela de Ciencia y Tecnología, Universidad de Nottingham Trent, Nottingham,
Reino Unido. Baar está en el Departamento de Neurobiología, Fisiología y Comportamiento
de la Universidad de California, Davis, CA; y Departamento de Fisiología y Biología de
Membranas, Universidad de California, Davis, CA. Bermon está con LAM-HESS, Université
Côte d'Azur, Niza, Francia; y Departamento de Salud y Ciencia, Asociación Internacional de
Federaciones de Atletismo, Mónaco, Principado de Mónaco. Cerca (glclose@ljmu.ac.uk) es el
autor correspondiente.
la parte inferior de las piernas se reporta con más frecuencia en corredores de
distancia media-larga y caminantes. Las atletas de élite experimentan más
(riesgo relativo: 3.1) lesiones por fracturas por estrés que los atletas masculinos
(Eduardo et al., 2015), y esto se explica por una mayor incidencia del Síndrome
de Deficiencia Energética Relativa en el Deporte (Mountjoy et al., 2014) y la
reducción asociada de la absorción, la fijación y la densidad mineral ósea del
calcio en esta población.
Se han identificado predictores de preparticipación para lesiones y
enfermedades en Campeonatos (Timpka et al., 2017). Por ejemplo, los atletas
que reportaron un síntoma de enfermedad que les causaba ansiedad antes de
la competencia tenían cinco veces más probabilidades de sufrir una lesión
durante los campeonatos. Además, los campamentos de entrenamiento
intensivo o los períodos de puesta a punto a menudo se asocian con un mayor
estrés y una respuesta alterada del apetito y una disminución de la ingesta de
alimentos (tanto en aspectos cuantitativos como cualitativos) en atletas
entrenados en potencia. Estos hallazgos dan fe del importante papel que la
ansiedad, el estrés y sus consecuencias juegan en el estado nutricional del atleta
y en el desarrollo de una lesión durante una competencia importante. Por lo
tanto, es relevante proporcionar intervenciones nutricionales y de manejo del
estrés como posibles intervenciones previas a la participación que pueden
reducir la aparición de una lesión aguda.
Aunque las lesiones podrían clasificarse como un resultado muy
probable del deporte, es importante reconocer que las estrategias
nutricionales adecuadas tienen la capacidad de reducir el riesgo de
lesiones y mejorar la recuperación si se produce una lesión. Todos los
atletas deben contratar a un nutricionista debidamente calificado que
promueva un "enfoque de prioridad de alimentos" para prevenir y tratar
lesiones. Aunque la principal estrategia nutricional preventiva será
asegurar una ingesta total de energía adecuada y una ingesta dietética
adecuada, existen algunos suplementos que tienen el potencial de ayudar.
Esta revisión se centrará en las estrategias nutricionales para ayudar con
las lesiones más comunes, es decir, músculo esquelético, hueso, tendón y
ligamento. Incluimos una revisión de la literatura existente que ha

189
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC
190 Cerrar et al.
analizó la nutrición para prevenir lesiones y aumentar la reparación, además de
considerar el cambio en los requisitos de energía durante el período de la
lesión.
Nutrición para Prevenir y Tratar los Músculos
Lesiones
Existe una investigación directa limitada sobre nutrición para
prevenir/tratar lesiones musculares, y la mayoría de las
investigaciones se originan en el daño muscular inducido en
laboratorio para estudiar el dolor muscular de aparición tardía
(Owens et al., 2019). Aunque tales estudios brindan
información sobre posibles estrategias nutricionales, se debe
enfatizar que existen diferencias sustanciales entre el dolor
muscular de aparición tardía y un desgarro muscular
importante, tanto en términos del daño estructural como del
nivel de inmovilización y descarga que puede ocurrir. . Sin
embargo, dado que no hay ensayos de control aleatorios
controlados con placebo publicados sobre nutrición para
prevenir o tratar lesiones musculares después de una lesión
muscular "verdadera" en atletas de élite, la literatura sobre
daño muscular inducido en laboratorio actualmente
proporciona la mejor base de evidencia para ayudar a guiar la
práctica. aunque, por supuesto, teniendo en cuenta las
limitaciones de este enfoque. Desde la perspectiva de la
nutrición,
Dado el papel crucial de la proteína dietética en el recambio de proteína
muscular, no sorprende que se le haya prestado mucha atención a la proteína
dietética en la prevención de lesiones musculares. Se acepta que la provisión de
proteínas en la dieta mejora los procesos de adaptación al ejercicio tanto de
fuerza como de resistencia (Phillips y Van Loon, 2011) y, por lo tanto, es atractivo
plantear la hipótesis de que el aumento de la proteína en la dieta puede aliviar
los marcadores de daño muscular. Sin embargo, la evidencia que respalda esta
hipótesis es, en el mejor de los casos, equívoca, y algunos estudios informan un
beneficio (Buckley et al., 2010;Cockburn et al., 2010;Nosaka et al., 2006),
mientras que otros no muestran ningún beneficio (Blacker et al., 2010;Wojcik et
al., 2001), aunque en estudios de daño muscular inducido en laboratorio. En una
revisión sistémica reciente, el balance de la evidencia sugirió que los
suplementos de proteínas tomados de forma aguda, a pesar de los aumentos
en la síntesis de proteínas y la señalización intracelular anabólica, no
proporcionan reducciones medibles en el daño muscular inducido por el
ejercicio y una mejor recuperación de la función muscular (Pasiakos et al., 2014).
Esta falta de efecto puede explicarse por los diferentes cursos de tiempo entre
una lesión muscular aguda y el recambio de proteínas musculares, siendo las
adaptaciones al recambio de proteínas musculares un proceso relativamente
lento.Tipton et al., 2003) en comparación con los cambios rápidos que ocurren
después de una lesión. Por lo tanto, se puede concluir que, dado que se
proporciona suficiente proteína dietética en la dieta general de un atleta, la
ingesta adicional de proteína no evitará las lesiones musculares ni reducirá el
dolor muscular posterior al ejercicio. Sin embargo, hasta la fecha, esta hipótesis
no se ha explorado completamente en atletas de élite después de una lesión
real y, por lo tanto, los datos de estudios de casos pueden ayudar a
proporcionar más información.
Aunque la proteína adicional puede no prevenir una lesión muscular, el
aumento de la proteína en la dieta puede ser beneficioso después de una lesión tanto
en términos de atenuar la atrofia muscular como de promover la reparación. La
inmovilización de las extremidades reduce la síntesis de proteínas musculares en
reposo e induce una resistencia anabólica a las proteínas de la dieta.Muro et al., 2013),
aunque, de nuevo, hay que subrayar que dichos estudios se basan en el laboratorio y
no siguen una lesión real. Esta resistencia anabólica puede atenuarse (aunque no
prevenirse) mediante el aumento de la dieta.
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
ingestión de aminoácidos (Glover et al., 2008). Está más allá del alcance de este
manuscrito discutir en profundidad cuál es la ingesta adecuada de proteínas
para los atletas y, para ello, se dirige al lector a varias revisiones excelentes (por
ejemplo,Morton et al., 2018;Phillips, 2012;Stokes et al., 2018;Tipton y Phillips,
2013). Contrariamente a la creencia popular, es probable que los atletas que
realizan entrenamiento de resistencia de todo el cuerpo se beneficien de más de
los 20 g de proteína por comida que se mencionan a menudo, y investigaciones
recientes sugieren que 40 g de proteína pueden ser una estrategia de
alimentación más óptima (Macnaughton et al., 2016). La ingesta de proteínas
debe repartirse por igual a lo largo del día, algo que muchos deportistas de élite
no consiguen (Gillen et al., 2017), con muchos atletas consumiendo la mayor
parte de su proteína en la cena, consumiendo menos en el desayuno y el
almuerzo. En términos de una cantidad absoluta de proteína por día, aumentar
la proteína a 2,3 g/kg de masa corporal reduce la pérdida de masa corporal
magra (LBM) durante la ingesta reducida de calorías (Mettler et al., 2010), una
estrategia que también podría resultar útil para el atleta lesionado. En conjunto,
a pesar de las limitaciones de la base de literatura actual, los atletas lesionados
pueden beneficiarse al aumentar su ingesta de proteínas para superar la
resistencia anabólica inducida por la inmovilización, así como ayudar a atenuar
las pérdidas asociadas de masa muscular magra documentadas en atletas
lesionados (Milsom et al., 2014).
Después de una lesión muscular, es probable que las actividades atléticas se
reduzcan, si no se detengan por completo, para permitir que el músculo se recupere,
aunque es probable que continúe algo de entrenamiento en las extremidades no
lesionadas. Esta reducción de la actividad da como resultado un menor gasto de
energía, lo que en consecuencia requiere una reducción de la ingesta de energía para
evitar aumentos no deseados de grasa corporal. Dado que muchos atletas periodizan
su ingesta de carbohidratos, es decir, aumentan su ingesta de carbohidratos durante
los días de entrenamiento intenso y la limitan durante el entrenamiento ligero o los
días de descanso, parece apropiado que durante la inactividad, la ingesta de
carbohidratos deba reducirse (Impey et al., 2018). Sin embargo, se debe enfatizar que
la magnitud de la reducción en la ingesta de energía puede no ser tan drástica como
se esperaba dado que se ha demostrado que el proceso de curación produce
aumentos sustanciales en el gasto de energía (Frankenfield, 2006), mientras que el
gasto energético de usar muletas es mucho mayor que el de caminar (Aguas et al.,
1987). Además, es una práctica común que los atletas realicen algún tipo de ejercicio
en la(s) extremidad(es) no lesionada(s) mientras están lesionadas para mantener la
fuerza y el estado físico. Es, por lo tanto, crucial que los atletas no reduzcan la
nutrición, es decir, bajo el combustible en la etapa de recuperación por estar
demasiado enfocados en no ganar grasa corporal; por lo tanto, se necesita una
planificación cuidadosa para gestionar la magnitud de la restricción energética
durante este período crucial de recuperación. Una cosa que generalmente se acepta
es que, al reducir la ingesta de energía, los macronutrientes no deben reducirse de
manera uniforme, ya que mantener una ingesta alta en proteínas será esencial para
atenuar la pérdida de masa muscular magra.
Se ha prestado poca atención a los lípidos dietéticos en la prevención
de lesiones musculoesqueléticas. En este contexto, se han estudiado
principalmente los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (n-3 PUFA) por
sus propiedades antiinflamatorias. Muchos estudios han investigado los
efectos de la suplementación con PUFA n-3 sobre la pérdida de la función
muscular y la inflamación después del daño muscular inducido por el
ejercicio, y el balance de la literatura sugiere algún grado de beneficio (p.
ej.,DiLorenzo et al., 2014;Marqués et al., 2015). Estos suplementos deben
tomarse durante un mínimo de 2 semanas con 5 g/día de cápsulas de
aceite de pescado (que proporcionan 3500 mg de ácido eicosapentaenoico
y 900 mg de ácido docosahexaenoico) para permitir aumentos detectables
en la composición de lípidos de AGPI n-3 del músculo (McGlory et al., 2014
). Este nivel de suplementos de PUFA n-3 supera con creces lo que se
consumiría en una dieta típica y mucho mayor que la mayoría de los
regímenes de suplementos sugeridos. Dado que es
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC
 Nutrición para prevenir y tratar lesiones deportivas 191

no es posible predecir cuándo puede ocurrir una lesión, se podría sugerir que
los atletas deberían tomar suplementos de PUFA n-3 de manera regular; sin
embargo, la dosis diaria a largo plazo requiere más investigación. Una vez más,
sin embargo, depender de los hallazgos del modelo de daño muscular inducido
por el ejercicio para determinar un beneficio de los PUFA n-3 en la prevención o
recuperación de lesiones musculares macroscópicas es especulativo en esta
etapa.
Hay una serie de otros nutrientes que tienen alguna justificación para
la suplementación para reducir la magnitud de la lesión del tejido
muscular y/o promover la curación. Se afirma que muchas de estas
estrategias de nutrición funcionan actuando como antioxidantes o
reduciendo la inflamación. En realidad, a menos que haya una deficiencia
en la dieta, la gran mayoría de las intervenciones nutricionales tienen
investigaciones limitadas para respaldar tales afirmaciones. Algunos de los
micronutrientes más estudiados y complementados para ayudar con las
lesiones del músculo esquelético se resumen en la Tabla1.
Finalmente, se debe considerar el equilibrio entre la recuperación
muscular y la adaptación muscular. Cada vez hay más evidencia de que las
estrategias nutricionales que pueden ayudar con la recuperación muscular,
como las estrategias antiinflamatorias y antioxidantes, pueden atenuar las
adaptaciones del músculo esquelético.Owens et al., 2019). Por lo tanto, sería
prudente diferenciar entre una lesión que requiere tiempo perdido en el
deporte y el dolor muscular típico inducido por el ejercicio cuando se trata de
implementar una estrategia de recuperación nutricional. Cuando la adaptación
viene antes que la recuperación, por ejemplo, en una fase de entrenamiento de
pretemporada, el mejor consejo nutricional puede ser simplemente seguir una
dieta regular y permitir que las adaptaciones se produzcan de forma natural.
Nutrición para prevenir y tratar lesiones óseas
Las fracturas por estrés son lesiones óseas comunes que sufren los atletas que
tienen una etiología diferente a las fracturas de contacto, que también tienen
una ocurrencia frecuente, particularmente en deportes de contacto. Las
fracturas por estrés son lesiones por uso excesivo del hueso que son causadas
por la aplicación rítmica y repetida de carga mecánica de manera subumbral.
McBryde, 1985). Dado esto, los atletas involucrados en alta
volumen, el entrenamiento de alta intensidad, donde el peso corporal del
individuo es cargado, son particularmente susceptibles a desarrollar una
fractura por estrés (Fredericson et al., 2007), y el tiempo de entrenamiento
perdido puede ser significativo (Ranson et al., 2010). La fisiopatología de
las lesiones por fracturas por estrés es compleja y no se comprende por
completo.Bennell et al., 1999), pero algunos estudios han sugerido que las
insuficiencias nutricionales podrían considerarse un factor de riesgo (
Morán et al., 2012). Dicho esto, hay poca información directa relacionada
con el papel de la dieta y la nutrición en la prevención o recuperación de
lesiones óseas, como las fracturas por estrés. Como tal, la realización de
este artículo requiere cierta extrapolación de la información relacionada
con los efectos de la dieta y la nutrición en la salud ósea en general.
Palacios (2006) brinda un breve resumen de algunos de los nutrientes
clave para la salud ósea, que incluyen un suministro adecuado de calcio,
proteína, magnesio, fósforo, vitamina D, potasio y fluoruro para apoyar
directamente la formación ósea. Otros nutrientes importantes para apoyar
el tejido óseo incluyen manganeso, cobre, boro, hierro, zinc, vitamina A,
vitamina K, vitamina C y vitaminas B. El silicio también podría agregarse a
esta lista de nutrientes clave para la salud ósea. Dado esto, es probable
que el consumo de lácteos, frutas y verduras (particularmente del tipo de
hojas verdes) sean fuentes útiles de los principales nutrientes que
respaldan la salud ósea.
De las cuestiones más específicas para el deportista, sin duda el factor más
importante es evitar la baja disponibilidad energética, que es fundamental para
evitar consecuencias negativas para los huesos (Papageorgiou et al., 2018a,
2018b). Ihle y Loucks (2004) estuvieron entre los primeros en demostrar esto,
mostrando que la formación ósea se redujo a una disponibilidad de energía (EA)
de 30 kcal·kg LBM−1·día−1. Reducciones más severas en la disponibilidad de
energía a 10 kcal·kg LBM−1·día−1tuvo el efecto de reducir la formación ósea y
aumentar la reabsorción ósea, probablemente iniciando un doble efecto
negativo en el hueso. Esto parece ser un problema serio, particularmente si
continúa en el tiempo, dado que se ha informado que algunas atletas
amenorreicas tienen disponibilidades de energía de∼16 kcal·kg LBM−1·día−1(
Tanga et al., 2000). Dos estudios de nuestro propio grupo de investigación han
utilizado este nivel de disponibilidad de energía y han demostrado que 5 días de
baja EA

Tabla 1 Estrategias nutricionales que supuestamente ayudan con las lesiones del músculo esquelético en atletas

micronutriente Justificación del suplemento Dosis sugerida Investigación clave

Vitamina D Está bien establecido que muchos atletas tienen deficiencia de vitamina D debido a la 2000–4000 UI D3se toma diariamente Owens et al. (2015,
falta de exposición a la luz solar. La evidencia emergente sugiere que las deficiencias durante los meses de invierno para 2018)
de vitamina D pueden afectar la regeneración muscular después del ejercicio dañino garantizar que la 25(OH)D sérica sea
tanto in vitro como in vivo. superior a 75 nmol/L con una exposición
solar sensible en el verano.

Vitaminas C y E Se ha afirmado que una mayor producción de radicales libres aumenta la Sin necesidad de Cerrar et al. (2005);
magnitud del daño muscular después del ejercicio y, por lo tanto, los suplementación adicional. Cobley et al. (2015);
suplementos con vitaminas C y E podrían aumentar el tiempo de recuperación. Owens et al. (2019)
La literatura, sin embargo, indica que las vitaminas C y E tienen una capacidad
limitada para atenuar el daño muscular o promover la recuperación.
polifenoles Se afirma que los polifenoles pueden atenuar el daño muscular causado por la Una dieta rica en polifenoles (frutas Bell et al. (2015);
inflamación y aumentar la producción de radicales libres. cerezas Montmorency ( y verduras) puede ser la mejor Peeling et al. (2018)
prunus cerasus)se sugieren para ayudar a mejorar la tasa de recuperación de la estrategia para aumentar la
función muscular después del daño, así como para reducir el dolor muscular y la recuperación del ejercicio dañino en
inflamación, especialmente en atletas que consumen una dieta baja en polifenoles. lugar de suplementos específicos.

Creatina El monohidrato de creatina es uno de los suplementos más utilizados para apoyar las 20 g/día durante 5 días seguidos de 5 g/ Hespepel et al. (2001);
ganancias de fuerza y masa magra. Se ha demostrado que la suplementación atenúa la día a partir de entonces. Johnston et al.
pérdida de masa y fuerza muscular de la parte superior del brazo durante la inmovilización (2009)
de las extremidades, así como también aumenta la hipertrofia muscular después de la
inmovilización de la parte inferior de la pierna.

IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019

Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC
192 Cerrar et al.
(15 kcal·kg LBM−1·día−1) disminución de la formación ósea y aumento de la
resorción ósea en mujeres, pero no en hombres (aunque algunos hombres se
vieron afectados;Papageorgiou et al., 2017). En los atletas, esto plantea la
cuestión de si el efecto de la baja disponibilidad de energía en los huesos es el
resultado de una restricción dietética o de un alto gasto de energía durante el
ejercicio. Recientemente, los efectos de 3 días de baja disponibilidad de energía
(a 15 kcal·kg LBM−1·día−1) alcanzados por la dieta o el ejercicio sobre los
marcadores de recambio óseo en mujeres eumenorreicas activas (Papageorgiou
et al., 2018b). La EA baja lograda a través de una ingesta de energía dietética
inadecuada resultó en una disminución de la formación ósea pero no cambió la
resorción ósea, mientras que la EA baja lograda a través del ejercicio no influyó
significativamente en el metabolismo óseo, lo que destaca la importancia de
una ingesta dietética adecuada para el atleta.
La evidencia del impacto de la baja disponibilidad de energía en la salud
ósea, particularmente en las atletas femeninas, proviene de los numerosos
estudios relacionados con la Tríada de la Atleta Femenina (Nattiv et al., 2007) y
Deficiencia Energética Relativa en Síndromes Deportivos (Mountjoy et al., 2014),
y este último también sugirió que esto también podría ser un problema para los
atletas masculinos. Una revisión exhaustiva de estos síndromes está más allá
del alcance de este artículo; sin embargo, se recomienda a los interesados
hacer uso de la base de literatura existente sobre este tema. Mantener una
disponibilidad energética de 45 kcal·kg LBM−1·día−1con el tiempo es probable
que sea importante para optimizar la salud ósea en el atleta y, potencialmente,
para ayudar a proteger el hueso contra el desarrollo de lesiones óseas. Dicho
esto, es probable que este sea un objetivo poco realista para muchos grupos de
atletas, particularmente el atleta de resistencia (p. ej., ciclistas de ruta,
corredores de maratón o triatletas), cuyo gasto de energía durante el
entrenamiento probablemente sea alto, con un programa de entrenamiento
que limita la cantidad de tiempo disponible para el abastecimiento de
combustible. Este objetivo también puede ser difícil de lograr en atletas jóvenes
que tienen poco tiempo para alimentarse dadas las demandas combinadas de la
escuela y el entrenamiento. Además, a menudo se considera que un déficit de
calorías impulsa el fenotipo de resistencia en estos atletas, lo que significa que
se necesita trabajo para identificar el umbral de disponibilidad de energía por
encima del cual hay pocas o ninguna implicación negativa para el hueso. Sin
embargo, un estudio de caso reciente sobre una atleta de resistencia femenina
de élite durante un período de 9 años demostró que es posible entrenar
ligeramente por encima del peso de carrera óptimo y mantener suficiente
disponibilidad de energía durante la mayor parte del año, y luego reducir la
ingesta de calorías para alcanzar el peso de carrera. en momentos específicos
del año (Stellingwerff, 2018). Esta puede ser la estrategia ideal para permitir que
los atletas compitan con su peso ideal, entrenen en momentos con poca
disponibilidad de energía para impulsar el fenotipo de resistencia, pero que no
tengan una disponibilidad de energía peligrosamente baja durante todo el año.
Morán et al. (2012) recopilaron datos sobre la ingesta dietética de reclutas
militares al comienzo y al final del entrenamiento básico utilizando cuestionarios
de frecuencia alimentaria y compararon la ingesta dietética de los reclutas que
sufrieron una fractura por estrés (norte =12) con los que no (norte =62). El
desarrollo de fracturas por estrés se asoció con deficiencias dietéticas
preexistentes, no solo en vitamina D y calcio, sino también en la ingesta de
carbohidratos. Aunque se trata de un estudio de asociación a pequeña escala,
estos datos proporcionan alguna indicación de los posibles factores de riesgo
dietéticos para la lesión por fractura por estrés. Miller et al. (2016) también
demostraron un mayor riesgo de fractura por estrés en atletas con niveles bajos
de vitamina D, según lo evaluado por la 25(OH)D circulante3. De manera similar,
otros grupos han demostrado una relación entre la ingesta de calcio y la
densidad mineral ósea (Myburgh et al., 1990) y el riesgo de fractura por estrés (
Nieves et al., 2010) en deportistas. Por el contrario, se ha demostrado que
mejorar el estado de la vitamina D y el calcio con 800 UI/día de vitamina D y
2000 mg de suplementos de calcio reduce el riesgo de desarrollar una fractura
por estrés en los reclutas militares (Lappe et al., 2008). A pesar de estos
hallazgos inicialmente alentadores, quedan
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
relativamente pocos estudios prospectivos que evalúen la ingesta óptima
de calcio y vitamina D en atletas en relación con (a) la prevención de
fracturas por estrés o (b) la curación ósea. Para una revisión más completa
de esta área, se dirige a los lectores a una revisión reciente de Fischer et al.
(2018).
Una consideración adicional que podría ser necesaria con respecto a
la ingesta de calcio de los atletas de resistencia (y posiblemente los atletas
de clasificación de peso que practican estrategias de deshidratación para
ganar peso) es la cantidad de calcio perdido por la piel con el tiempo.
Aunque es poco probable que la cantidad de calcio dérmico que se pierde
con el ejercicio a corto plazo sea tan importante en algunos atletas de
resistencia que realizan series de ejercicio prolongadas o múltiples
sesiones por día (p. ej., triatletas), esto podría convertirse en un problema.
Bajo estas circunstancias, los atletas deben considerar una comida antes
del ejercicio rica en calcio que contenga∼1.300 mg de calcio (Haakonssen
et al., 2015) o un suplemento de calcio de 1000 mg (Barry et al., 2011), los
cuales han demostrado limitar las alteraciones de la homeostasis del calcio
y, potencialmente, la respuesta metabólica ósea al ejercicio posterior.
Por lo general, se recomienda a los atletas que consuman más
proteínas que la cantidad diaria recomendada de 0,8 g·kg de BM−1·día−1, y
muchos atletas consumen de 2 a 3 veces esta cantidad. La proteína es un
constituyente clave de la estructura del hueso, constituyendo una
proporción sustancial de su masa y volumen (Zimmermann et al., 2015).
Como tal, parecería lógico proponer que la ingesta de proteínas en la dieta
es importante para la salud ósea, pero se ha cuestionado el papel de las
proteínas (particularmente las fuentes de proteínas animales) en la salud
ósea, y algunos sugieren que podría ser perjudicial debido a la carga ácida
que crea; denominada “hipótesis de la ceniza ácida” (Barzel y Massey, 1998
). Más recientemente, sin embargo, varias revisiones (Rizzoli et al., 2018) y
metanálisis (Shams-White et al., 2017,2018) se han opuesto a este punto de
vista y han demostrado que no hay consecuencias negativas, y algunas
beneficiosas, de una ingesta alta en proteínas para la salud ósea,
particularmente cuando se consume suficiente calcio.
Mantener una ingesta dietética adecuada es
importante para mantener la forma física y la salud y/o
recuperar la forma física después de una lesión en los
atletas. Por el contrario, las deficiencias en la ingesta
dietética tienen un efecto negativo sobre el rendimiento
físico, lo que, a su vez, podría contribuir a un mayor riesgo
de lesiones. Este es el caso tanto del hueso como de otros
tejidos de importancia para el atleta, como músculos,
tendones y ligamentos. A pesar de esto, existe una relativa
escasez de información relacionada con los efectos de la
ingesta dietética sobre la salud ósea en los atletas y, en
particular, sobre la dieta óptima para apoyar la
recuperación de una lesión ósea. En general, sin embargo,
es probable que las necesidades nutricionales para la salud
ósea en el atleta no sean sustancialmente diferentes de las
de la población general.
Nutrición para prevenir y tratar el tendón
y lesiones de ligamentos
La tendinopatía es uno de los problemas musculoesqueléticos más comunes en
los deportes de alto impulso. Jerk, la tasa de cambio de aceleración, es la
propiedad física que los entrenadores y atletas consideran como carga
pliométrica. Cuando la carga pliométrica es alta a través de un tendón, como en
el tendón rotuliano en los corredores de vallas y en la planta de la pierna de los
saltadores y lanzadores, las tasas de tendinopatía son altas: aproximadamente
30 % y 45 % para los atletas de élite, respectivamente (Lian et al., 2005). En
apoyo del papel de jerk en el desarrollo de la tendinopatía, en la distancia
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC

corredores, donde el tirón a través del tendón rotuliano es más bajo, las tasas de
tendinopatía rotuliana son igualmente más bajas <15%, mientras que las tasas de
tendinopatía de Aquiles aumentan a∼55% (Knobloch et al., 2008).
Dado que el volumen de los movimientos de tiro alto aumenta en los
atletas de élite, las intervenciones para prevenir o tratar las tendinopatías
tendrían un impacto significativo en el rendimiento de élite. El objetivo de
cualquier intervención para tratar la tendinopatía es aumentar el contenido de
colágeno orientado direccionalmente y la densidad de enlaces cruzados dentro
de la proteína para aumentar la resistencia a la tracción del tendón. La
intervención más común para tratar la tendinopatía es la carga. La comprensión
de que los tendones son tejidos dinámicos que responden a la carga comenzó
cuando el laboratorio de Kjaer demostró un aumento en la síntesis de colágeno
del tendón, en forma de propéptidos de colágeno aumentados en el espacio
peritendinoso 72 horas después del ejercicio (Langberg et al., 1999). Siguieron
esto usando infusión de isótopos estables para mostrar que la síntesis de
colágeno del tendón se duplicó dentro de las primeras 24 horas después del
ejercicio (Miller et al., 2007). Por lo tanto, la carga puede aumentar la síntesis de
colágeno y esto puede contribuir a los efectos beneficiosos de la carga sobre la
tendinopatía. Recientemente, se ha propuesto combinar la carga con
intervenciones nutricionales para mejorar aún más la síntesis de colágeno (
Shaw et al., 2017) y promover la curación de tendones y ligamentos (Bar, 2018),
y esta posibilidad se discutirá más adelante.
Vitamina C
La nutrición ha sido reconocida como esencial para la síntesis de colágeno
y la salud de los tendones durante más de 200 años. En el primer ensayo
nutricional controlado jamás registrado (1747 d. C.), el escocés James Lind
alimentó a 12 marineros con escorbuto con una de seis intervenciones
diferentes: ningún tratamiento, un litro de sidra, “veinticinco gaviotas” de
vitriolo, seis cucharadas de vinagre, media una pinta de agua de mar, o
dos naranjas y un limón (Lindo, 1757). Los dos marineros que recibieron
las naranjas y el limón se recuperaron en 6 días; sin embargo, la relación
entre los cítricos y el escorbuto siguió debatiéndose durante más de 150
años. En 1959, Jerome Gross demostró que los conejillos de indias con una
dieta deficiente en vitamina C no sintetizaban colágeno a un nivel
detectable (Bruto, 1959), haciendo la conexión molecular entre la vitamina
C y el escorbuto. El requerimiento de vitamina C en la síntesis de colágeno
proviene de su papel en la regulación de la actividad de la prolil hidroxilasa
(Mussini et al., 1967), una enzima necesaria para el entrecruzamiento y la
exportación del colágeno desde el retículo endoplásmico. Como la
vitamina C se consume en la reacción de hidroxilación y los seres humanos
carecen de laL-enzima gulono-γ-lactona oxidasa requerida para el último
paso en la síntesis de vitamina C (Drouin et al., 2011), necesitamos
consumir 46 mg/día para mantener la síntesis normal de colágeno.
Aunque se requiere un nivel basal de vitamina C para la síntesis de
colágeno, aún no se ha determinado si exceder este valor resulta en un
aumento concomitante en la síntesis de colágeno. Por lo tanto,
actualmente, no hay evidencia de que aumentar la ingesta de vitamina C
aumente la síntesis de colágeno y prevenga las lesiones de los tendones.
Cobre
Al igual que la vitamina C, el cobre también es necesario para la
reticulación enzimática del colágeno a través de su papel como cofactor de
la enzima lisil oxidasa (Kagan y Li, 2003). Al igual que la vitamina C, la
deficiencia de cobre conduce a un deterioro de la función mecánica de los
tejidos que contienen colágeno, como los huesos.Jonás et al., 1993), lo que
lleva a un aumento de fracturas en personas con deficiencia de cobre (
Paterson, 1988). Sin embargo, los efectos beneficiosos del cobre solo se
ven en la transición de la deficiencia a la suficiencia (Opsahl et al., 1982).
No hay más aumento en la función del colágeno con el aumento de
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
Nutrición para prevenir y tratar lesiones deportivas 193
dosis de cobre. Por lo tanto, la meta para la ingesta de cobre debe
aproximarse a la RDA de∼1 mg·kg−1·día−1.
Glicina
Los colágenos fibrilares son un tripéptido repetitivo de glicina-X-prolina/
hidroxiprolina, donde X representa cualquier aminoácido que no sea glicina y
prolina. Esta secuencia permite que el colágeno forme la triple hélice apretada
que le da a la proteína su fuerza mecánica. Debido a la importancia de la glicina,
algunos investigadores han planteado la hipótesis de que aumentar la glicina en
la dieta tendría un efecto beneficioso sobre la curación del tendón. Vieira et al. (
2015a) mostró que 21 días después de una lesión por colagenasa en el tendón
de Aquiles, las ratas con una dieta que contenía un 5% de glicina demostraron
un aumento en el contenido de colágeno y glicosaminoglicanos, así como en la
resistencia mecánica. Los autores repitieron los resultados en un estudio de
seguimiento (Vieira et al., 2015b), lo que sugiere que la glicina puede ayudar en
la recuperación de la función del tendón después de una lesión. Sin embargo,
consumir una dieta en la que el 5% de las calorías provienen de la glicina no es
realista en una población atlética.
Gelatina/Colágeno Hidrolizado
Otra fuente potencial de los aminoácidos que se encuentran en el colágeno es la
gelatina o el colágeno hidrolizado. La gelatina se crea hirviendo la piel, los
huesos, los tendones y los ligamentos del ganado vacuno, porcino y pescado. La
ebullición libera proteínas de gran peso molecular (>100 kDa) que muestran una
solubilidad limitada en agua y forman un gel después del calentamiento. La
hidrólisis química o enzimática adicional de la gelatina rompe la proteína en
péptidos más pequeños que son solubles en agua y ya no forman un gel.
Debido a que tanto la gelatina como el colágeno hidrolizado se derivan del
colágeno, son ricos en glicina, prolina, hidroxilisina e hidroxiprolina (Shaw et al.,
2017). Como se esperaría de una intervención dietética que aumenta la síntesis
de colágeno, el consumo de 10 g de colágeno hidrolizado en un estudio
aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo en atletas disminuyó el dolor
de rodilla al estar de pie y caminar (Clark et al., 2008). La disminución del dolor
de rodilla podría ser el resultado de una mejora en la síntesis de colágeno del
cartílago dentro de la rodilla, ya que el grosor del cartílago, medido mediante
resonancia magnética marcada con gadolinio, aumenta con el consumo a largo
plazo de 10 g de colágeno hidrolizado (McAlindon et al., 2011). El papel del
consumo de gelatina en la síntesis de colágeno fue probado directamente por
Shaw et al. (2017). En este estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con
placebo y con diseño cruzado, los sujetos que consumieron 15 g de gelatina
mostraron el doble de síntesis de colágeno, medido a través de los niveles de
propéptido sérico, ya sea como placebo o como grupo de 5 g. Además, cuando
se agrega suero de sujetos alimentados con gelatina o colágeno a los
ligamentos modificados genéticamente, los ligamentos modificados
demuestran una mecánica y un contenido de colágeno más del doble (Avey y
Baar sin publicar; Figura1). Aunque bañar los ligamentos diseñados en suero
rico en aminoácidos de procolágeno proporciona un efecto beneficioso, esto
está muy lejos de lo que se vería en las personas. Sin embargo, estos datos
sugieren que consumir gelatina o colágeno hidrolizado puede aumentar la
síntesis de colágeno y potencialmente disminuir la tasa de lesiones en los
atletas.
Otros nutrientes
Existe una miríada de otros nutrientes que supuestamente mejoran la
función de los tendones/ligamentos, como la cúrcuma/curcumina, la
taurina, la arginina, la bromelina o el ácido boswélico. Estos y otros
nutracéuticos han sido revisados recientemente por Fusini et al. (2016).
Curiosamente, se cree que muchos de estos nutrientes disminuyen la
inflamación y el papel de la inflamación en la tendinopatía en
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC
194 Cerrar et al.
Figura 1 -Efecto del suero aislado de un atleta antes (barras abiertas) o 1 hora después (barras grises) de consumir 15 g de gelatina o colágeno hidrolizado y
vitamina C tanto en (a) módulo (rigidez) como (b) porcentaje de colágeno.
deportistas de élite sigue siendo controvertido (Peeling et al., 2018). Por lo
tanto, se necesita trabajo futuro para validar estos supuestos nutracéuticos en
la prevención o el tratamiento de lesiones de tendones o ligamentos.
Conclusiones
Si bien los atletas van a sufrir lesiones, existen varias soluciones nutricionales
que se pueden implementar para reducir el riesgo y disminuir el tiempo de
recuperación. Para reducir el riesgo de lesiones, es crucial que los atletas no
tengan una baja disponibilidad de energía crónica, ya que este es un factor de
riesgo importante para las lesiones óseas. La estrategia más eficaz puede ser la
ingesta de energía cíclica a lo largo del año para permitir que se logre el peso de
la carrera, mientras se logra una disponibilidad de energía adecuada fuera de
las competencias. También es crucial para la salud de los huesos, músculos,
tendones y ligamentos asegurarse de que no haya deficiencias en la dieta,
especialmente una ingesta baja de proteínas o vitamina C, D, cobre, PUFA n-3 o
calcio inadecuados. Esto destaca la importancia de que los atletas tengan acceso
a un apoyo nutricional calificado para ayudarlos a alcanzar sus objetivos sin
comprometer la salud. Si ocurre una lesión, una de las consideraciones clave
durante la lesión es garantizar que no se pierda una masa muscular magra
excesiva y que se consuma suficiente energía para permitir la reparación, sin
aumentar significativamente la grasa corporal. Es crucial comprender el cambio
en las demandas de energía y, al mismo tiempo, asegurarse de que se consume
suficiente proteína para la reparación, especialmente porque el músculo podría
volverse resistente a los anabólicos. En cuanto a la salud de los tendones, existe
un interés creciente en el papel de la gelatina para aumentar la síntesis de
colágeno. Los estudios ahora muestran que la suplementación con gelatina
puede mejorar el grosor del cartílago y disminuir el dolor de rodilla, y puede
reducir el riesgo de lesiones o acelerar el regreso al juego, brindando un
tratamiento profiláctico y terapéutico para la salud de los tendones, los
ligamentos y, potencialmente, los huesos. Por último, conviene subrayar que,
Peeling et al., 2018). Cuando se considere necesaria la suplementación (p. ej.,
deficiencias de vitamina D diagnosticadas), los deportistas deben buscar el
asesoramiento adecuado de personal cualificado con conocimientos
actualizados sobre la contaminación de suplementos y las normas antidopaje.
Por último, pero no menos importante, se necesita más investigación basada en
humanos, idealmente en poblaciones de atletas de élite, sobre los posibles
beneficios de algunos macro y micronutrientes en la prevención o recuperación
acelerada de atletas lesionados. Dado que los ensayos controlados aleatorios
controlados con placebo son excepcionalmente difíciles de realizar en atletas de
élite (ningún atleta querría estar en un grupo de placebo si existe un beneficio
potencial de una intervención, combinado
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
con el hecho de que el curso temporal y la patología de las mismas lesiones
suelen ser muy diferentes), es importante que ahora se publiquen estudios de
casos de alta calidad en atletas de élite para ayudar a desarrollar una base de
evidencia para las intervenciones.
Expresiones de gratitud
Todos los autores contribuyeron por igual al manuscrito, cada autor escribió secciones
específicas y todos los autores editaron el manuscrito final antes de la presentación
final. También declaran no tener conflictos de intereses relacionados con este
manuscrito.
Referencias
Baar, K. (2018). Relajación del estrés y nutrición dirigida para tratar la rótula
tendinopatíaRevista internacional de nutrición deportiva y metabolismo
del ejercicio,1–18. hacer:10.1123/ijsnem.2018-0231
Barry, DW, Hansen, KC, van Pelt, RE, Witten, M., Wolfe, P. y Kohrt,
WM (2011). La ingesta aguda de calcio atenúa la alteración de la homeostasis del
calcio inducida por el ejercicio.Medicina y ciencia en deportes y ejercicio, 43,617–
623. Identificación de PubMed:20798655hacer:10.1249/SMS. 0b013e3181f79fa8
Barzel, EE. UU. y Massey, LK (1998). El exceso de proteínas en la dieta puede afectar negativamente
afectar el hueso.Diario de Nutrición, 128,1051-1053. Identificación de PubMed:
9614169hacer:10.1093/jn/128.6.1051
Bell, PG, Walshe, IH, Davison, GW, Stevenson, EJ y Howatson, G.
(2015). Facilitación de la recuperación con cerezas Montmorency después de un
ejercicio metabólicamente desafiante de alta intensidad.Fisiología aplicada,
nutrición y metabolismo, 40,414–423. Identificación de PubMed:25794236 hacer:
10.1139/apnm-2014-0244
Bennell, K., Matheson, G., Meeuwisse, W. y Brukner, P. (1999). Riesgo
Factores de las fracturas por estrés.Medicina Deportiva, 28,91–122. Identificación de
PubMed: 10492029hacer:10.2165/00007256-199928020-00004
Blacker, SD, Williams, NC, Fallowfield, JL, Bilzon, J. y Willems,
YO (2010). Carbohidratos versus suplementos de proteínas para la recuperación
de la función neuromuscular después del transporte prolongado de carga.
Revista de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva, 7,2. ID de PubMed:
20157419hacer:10.1186/1550-2783-7-2
Buckley, JD, Thomson, RL, Coates, AM, Howe, PR, DeNichilo,
MO y Rowney, MK (2010). La suplementación con un hidrolizado de proteína de
suero mejora la recuperación de la capacidad de generar fuerza muscular
después del ejercicio excéntrico.Revista de Ciencia y Medicina en el Deporte, 13,
178–181. Identificación de PubMed:18768358hacer:10.1016/j.jsams. 2008.06.007
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC

Clark, KL, Sebastianelli, W., Flechsenhar, KR, Aukermann, DF, Meza,
F., Millard, RL, : : : Albert, A. (2008). Estudio de 24 semanas sobre el uso de
hidrolizado de colágeno como suplemento dietético en deportistas con dolor
articular relacionado con la actividad.Investigación y opinión médica actual, 24,
1485– 1496. ID de PubMed:18416885hacer:10.1185/030079908X291967 Close,
GL, Ashton, T., McArdle, A. y Maclaren, DP (2005). los
papel emergente de los radicales libres en el dolor muscular de aparición tardía
y la lesión muscular inducida por la contracción.Bioquímica y fisiología
comparativas: parte A: fisiología molecular e integradora, 142, 257–266.
Identificación de PubMed:16153865hacer:10.1016/j.cbpa.2005.08.005 Cobley, JN,
McHardy, H., Morton, JP, Nikolaidis, MG y Close, GL
(2015). Influencia de la vitamina C y la vitamina E en la señalización redox:
Implicaciones para las adaptaciones al ejercicio.Biología y medicina de radicales
libres, 84,65–76. Identificación de PubMed:25841784hacer:10.1016/
j.freeradbiomed. 2015.03.018
Cockburn, E., Stevenson, E., Hayes, PR, Robson-Ansley, P. y
Howatson, G. (2010). Efecto de la suplementación con carbohidratos y proteínas
a base de leche sobre la atenuación del daño muscular inducido por el ejercicio.
Fisiología aplicada, nutrición y metabolismo, 35,270– 277. Identificación de
PubMed:20555370hacer:10.1139/H10-017
DiLorenzo, FM, Drager, CJ y Rankin, JW (2014). docosahexaenoico
El ácido afecta los marcadores de inflamación y daño muscular después
del ejercicio excéntrico.Revista de investigación sobre fuerza y
acondicionamiento, 28,2768–2774 . Identificación de PubMed:25029008
hacer:10.1519/ JSC.0000000000000617
Drouin, G., Godin, JR y Page, B. (2011). La genética de la pérdida de vitamina C
en vertebrados.Genómica actual, 12,371–378. Identificación de PubMed:
22294879hacer:10.2174/138920211796429736
Edouard, P., Branco, P. y Alonso, JM (2016). La lesión muscular es la
El tipo de lesión principal y la lesión de los músculos isquiotibiales es el primer
diagnóstico de lesión durante los campeonatos internacionales de atletismo de
primer nivel entre 2007 y 2015.Revista británica de medicina deportiva, 50, 619–
630. Identificación de PubMed:26887415hacer:10.1136/bjsports-2015-095559
Edouard, P., Feddermann-Demont, N., Alonso, JM, Branco, P., &
Junge, A. (2015). Diferencias de sexo en lesiones durante campeonatos
internacionales de atletismo de alto nivel: datos de vigilancia de 14
campeonatos entre 2007 y 2014.Revista británica de medicina deportiva,
49,472–477. Identificación de PubMed:25618889hacer:10.1136/
bjsports-2014-094316
Feddermann-Demont, N., Junge, A., Edouard, P., Branco, P. y Alonso,
JM (2014). Lesiones en 13 campeonatos internacionales de atletismo entre
2007 y 2012.Revista británica de medicina deportiva, 48,513– 522. ID de
PubMed:24620039hacer:10.1136/bjsports-2013-093087
Fischer, V., Haffner-Luntzer, M., Amling, M. e Ignatius, A. (2018).
Calcio y vitamina D en la curación de fracturas óseas y el recambio óseo
postraumático.Células y materiales europeos, 35,365–385. Identificación de
PubMed:29931664hacer:10.22203/eCM.v035a25
Frankenfield, D. (2006). Gasto energético y requerimientos proteicos
después de una lesión traumática.Nutrición en la práctica clínica, 21,430–437.
Identificación de PubMed:16998142hacer:10.1177/0115426506021005430
Fredericson, M., Chew, K., Ngo, J., Cleek, T., Kiratli, J. y Cobb, K.
(2007). Densidad mineral ósea regional en atletas masculinos: una comparación
de jugadores de fútbol, corredores y controles.Revista británica de medicina
deportiva, 41,664–668. Identificación de PubMed:17473003hacer:10.1136/bjsm.
2006.030783
Fusini, F., Bisicchia, S., Bottegoni, C., Gigante, A., Zanchini, F., &
Busilacchi, A. (2016). Suplemento nutracéutico en el manejo de
tendinopatías: una revisión sistemática.Diario de músculos, ligamentos y
tendones, 6,48–57. Identificación de PubMed:27331031
Gillen, JB, Trommelen, J., Wardenaar, FC, Brinkmans, Nueva York, Versteegen,
JJ, Jonvik, KL, : : : van Loon, LJ (2017). Ingesta dietética de proteínas y patrones de
distribución de atletas holandeses bien entrenados.Internacional
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
Nutrición para prevenir y tratar lesiones deportivas 195
Revista de Nutrición Deportiva y Metabolismo del Ejercicio, 27,105–114.
Identificación de PubMed:27710150hacer:10.1123/ijsnem.2016-0154
Glover, EI, Phillips, SM, Oates, BR, Tang, JE, Tarnopolsky, MA,
Selby, A., : : : Rennie, MJ (2008). La inmovilización induce resistencia
anabólica en la síntesis de proteínas miofibrilares humanas con infusión
de aminoácidos en dosis bajas y altas.El Diario de Fisiología, 586,6049–
6061. ID de PubMed:18955382hacer:10.1113/jfisiol.2008.160333 Grueso, J.
(1959). Estudios sobre la formación de colágeno. IV. Efecto de la vitamina
Deficiencia de C en el colágeno extraíble en sal neutra de la piel.Revista de
Medicina Experimental, 109,557–569. Identificación de PubMed:13654628 hacer:
10.1084/jem.109.6.557
Haakonssen, EC, Ross, ML, Knight, EJ, Cato, LE, Nana, A., Wluka,
AE, : : : Burke, LM (2015). Los efectos de una comida antes del ejercicio rica en calcio
sobre los biomarcadores de la homeostasis del calcio en ciclistas femeninas
competitivas: un ensayo cruzado aleatorizado.POR FAVOR UNO, 10, e0123302.
Identificación de PubMed:25970439hacer:10.1371/diario.pone.0123302 Hespel, P., Op't
Eijnde, B., Van Leemputte, M., Urso, B., Greenhaff, PL,
Labarque, V., : : : Richter, EA (2001). La suplementación oral con creatina
facilita la rehabilitación de la atrofia por desuso y altera la expresión de
factores miogénicos musculares en humanos.El Diario de Fisiología, 536,
625–633. Identificación de PubMed:11600695hacer:10.1111/j.
1469-7793.2001.0625c.xd
Ihle, R. y Loucks, AB (2004). Relaciones dosis-respuesta entre
disponibilidad de energía y recambio óseo en mujeres jóvenes que hacen ejercicio.
Revista de investigación de huesos y minerales, 19,1231–1240. Identificación de
PubMed: 15231009hacer:10.1359/JBMR.040410
Impey, SG, Hearris, MA, Hammond, KM, Bartlett, JD, Louis, J.,
Close, GL y Morton, JP (2018). Combustible para el trabajo requerido:
un marco teórico para la periodización de carbohidratos y la hipótesis
del umbral de glucógeno.Medicina Deportiva, 48(5), 1031– 1048. ID de
PubMed:29453741hacer:10.1007/s40279-018-0867-7 Johnston, AP,
Burke, DG, MacNeil, LG y Candow, DG (2009).
Efecto de la suplementación con creatina durante la inmovilización inducida por
yeso sobre la preservación de la masa muscular, la fuerza y la resistencia.
Revista de investigación sobre fuerza y acondicionamiento, 23,116–120.
Identificación de PubMed:19130643hacer:10.1519/JSC.0b013e31818efbcc Jonas,
J., Burns, J., Abel, EW, Cresswell, MJ, Strain, JJ y Paterson,
RC (1993). Deterioro de la resistencia mecánica del hueso en la deficiencia
experimental de cobre.Anales de Nutrición y Metabolismo, 37,245–252.
Identificación de PubMed:8311418hacer:10.1159/000177774
Kagan, HM y Li, W. (2003). Lisil oxidasa: propiedades, especificidad y
funciones biológicas dentro y fuera de la célula.Revista de bioquímica
celular, 88,660–672. Identificación de PubMed:12577300hacer:10.1002/jcb.
10413
Knobloch, K., Yoon, U. y Vogt, PM (2008). Lesiones agudas y por uso excesivo
correlacionado con las horas de entrenamiento en atletas corredores expertos.Pie y
Tobillo Internacional, 29,671–676. Identificación de PubMed:18785416hacer:10. 3113/
FAI.2008.0671
Langberg, H., Skovgaard, D., Petersen, LJ, Bulow, J. y Kjaer, M.
(1999). Síntesis y degradación de colágeno tipo I en tejido
peritendinoso después del ejercicio determinado por microdiálisis en
humanos.El Diario de Fisiología, 521,299–306. hacer:10.1111/
j.1469-7793. 1999.00299.x
Lappe, J., Cullen, D., Haynatzki, G., Recker, R., Ahlf, R. y Thompson, K.
(2008). La suplementación con calcio y vitamina D disminuye la incidencia de
fracturas por estrés en reclutas de la marina femenina.Revista de investigación
de huesos y minerales, 23,741–749. Identificación de PubMed:18433305hacer:
10. 1359/jbmr.080102
Lian, OB, Engebretsen, L. y Bahr, R. (2005). Prevalencia de saltadores
rodilla en deportistas de élite de diferentes deportes: un estudio transversal.
Diario Americano de Medicina Deportiva, 33,561–567. Identificación de PubMed:
15722279hacer:10.1177/0363546504270454
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC
196 Cerrar et al.
Lind, J. (1757).Un tratado sobre el escorbuto (2ª ed.). Londres, Reino Unido: A.
Millar. Macnaughton, LS, Wardle, SL, Witard, OC, McGlory, C., Hamilton,
DL, Jeromson, S., : : : Tipton, KD (2016). La respuesta de la síntesis de proteínas
musculares después del ejercicio de fuerza de todo el cuerpo es mayor después
de ingerir 40 g que 20 g de proteína de suero.Informes fisiológicos, 4(15),
e12893. Identificación de PubMed:27511985hacer:10.14814/phy2. 12893
Marques, CG, Santos, VC, Levada-Pires, AC, Jacintho, TM, Gorjao,
R., Pithon-Curi, TC y Cury-Boaventura, MF (2015). Efectos de la suplementación
con aceite de pescado rico en DHA en el perfil de lípidos, marcadores de daño
muscular y función de neutrófilos en atletas de baloncesto en silla de ruedas
antes y después del ejercicio agudo.Fisiología aplicada, nutrición y metabolismo,
40,596–604. Identificación de PubMed:25942100hacer:10. 1139/apnm-2014-0140
McAlindon, TE, Nuite, M., Krishnan, N., Ruthazer, R., Price, LL,
Burstein, D., : : : Flechsenhar, K. (2011). Cambio en el cartílago de la
osteoartritis de la rodilla detectado por resonancia magnética mejorada
con gadolinio retardado después del tratamiento con hidrolizado de
colágeno: un ensayo piloto controlado aleatorio.Osteoartritis Cartílago, 19,
399– 405. ID de PubMed:21251991hacer:10.1016/j.joca.2011.01.001
McBryde, AM, Jr. (1985). Fracturas por estrés en corredores.Deportes Clínicos
medicina, 4,737–752.
McGlory, C., Galloway, SD, Hamilton, DL, McClintock, C., Breen, L.,
Dick, JR, : : : Tipton, KD (2014). Cambios temporales en el músculo esquelético
humano y la composición de lípidos en sangre con suplementos de aceite de
pescado.Prostaglandinas, leucotrienos y ácidos grasos esenciales, 90, 199–206.
hacer:10.1016/j.plefa.2014.03.001
Mettler, S., Mitchell, N. y Tipton, KD (2010). Aumento de la ingesta de proteínas
reduce la pérdida de masa corporal magra durante la pérdida de peso en atletas.
Medicina y ciencia en deportes y ejercicio, 42,326–337. Identificación de PubMed:
19927027 hacer:10.1249/MSS.0b013e3181b2ef8e
Miller, BF, Hansen, M., Olesen, JL, Schwarz, P., Babraj, JA, Smith,
K., : : : Kjaer, M. (2007). Síntesis de colágeno tendinoso en reposo y después del
ejercicio en mujeres.Revista de Fisiología Aplicada, 102,541–546. Identificación
de PubMed:16990502hacer:10.1152/japplfisiol.00797.2006 Miller, JR, Dunn, KW,
Ciliberti, LJ, Jr., Patel, RD y Swanson, BA
(2016). Asociación de vitamina D con fracturas por estrés: un estudio de cohorte
retrospectivo.Revista de cirugía de pie y tobillo, 55,117–120. Identificación de
PubMed:26419854hacer:10.1053/j.jfas.2015.08.002
Milsom, J., Barreira, P., Burgess, DJ, Iqbal, Z. y Morton, JP (2014).
Estudio de caso: Atrofia e hipertrofia muscular en un jugador de fútbol de
primera división durante la rehabilitación de una lesión del LCA.Revista
Internacional de Nutrición Deportiva y Metabolismo del Ejercicio, 24,543–552.
Identificación de PubMed:24458224hacer:10.1123/ijsnem.2013-0209
Moran, DS, Heled, Y., Arbel, Y., israelí, E., Finestone, AS, Evans, RK,
& Yanovich, R. (2012). Ingesta dietética y fracturas por estrés entre reclutas
de combate masculinos de élite.Revista de la Sociedad Internacional de
Nutrición Deportiva, 9,6. ID de PubMed:22413851hacer:10.1186/1550-
2783-9-6
Morton, RW, Murphy, KT, McKellar, SR, Schoenfeld, BJ,
Henselmans, M., Helms, E., : : : Phillips, SM (2018). Una revisión sistemática,
metanálisis y metarregresión del efecto de la suplementación con proteínas en
las ganancias de masa muscular y fuerza inducidas por el entrenamiento de
resistencia en adultos sanos.Revista británica de medicina deportiva, 52, 376–
384. Identificación de PubMed:28698222
Mountjoy, M., Sundgot-Borgen, J., Burke, L., Carter, S., Constantini, N.,
Lebrun, C., : : : Ljungqvist, A. (2014). La declaración de consenso del COI: Más allá
de la tríada de atletas femeninas: Deficiencia energética relativa en el deporte
(RED-S).Revista británica de medicina deportiva, 48,491–497. Identificación de
PubMed:24620037hacer:10.1136/bjsports-2014-093502
Mussini, E., Hutton, JJ, Jr. y Udenfriend, S. (1967). Prolina de colágeno
hidroxilasa en la cicatrización de heridas, formación de granulomas, escorbuto y
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
crecimiento.Ciencias, 157,927–929. Identificación de PubMed:4378050hacer:10.1126/
ciencia.157.3791.927
Myburgh, KH, Hutchins, J., Fataar, AB, Hough, SF y Noakes, TD
(1990). La baja densidad ósea es un factor etiológico de las fracturas por estrés
en los atletas.Anales de Medicina Interna, 113,754–759. Identificación de
PubMed: 1978620 hacer:10.7326/0003-4819-113-10-754
Nattiv, A., Loucks, AB, Manore, MM, Sanborn, CF, Sundgot-Borgen,
J., Warren, MP y Colegio Americano de Medicina Deportiva. (2007). Soporte
de posición del Colegio Americano de Medicina Deportiva. La tríada de la
mujer atleta.Medicina y ciencia en deportes y ejercicio, 39,1867– 1882. ID
de PubMed:17909417hacer:10.1249/mss.0b013e318149f111 Nieves, JW,
Melsop, K., Curtis, M., Kelsey, JL, Bachrach, LK,
Greendale, G., : : : Sainani, KL (2010). Factores nutricionales que influyen en
el cambio en la densidad ósea y el riesgo de fractura por estrés entre las
jóvenes corredoras de fondo.Medicina Física y Rehabilitación, 2,740–750.
Nosaka, K., Sacco, P. y Mawatari, K. (2006). Efectos del aminoácido
suplementación sobre el dolor muscular y el daño.Revista Internacional de
Nutrición Deportiva y Metabolismo del Ejercicio, 16,620–635. Identificación
de PubMed:17342883hacer:10.1123/ijsnem.16.6.620
Opsahl, W., Zeronian, H., Ellison, M., Lewis, D., Rucker, RB y Riggins,
RS (1982). Papel del cobre en el entrecruzamiento del colágeno y su influencia en
propiedades mecánicas seleccionadas del hueso y tendón de pollo.Diario de
Nutrición, 112,708–716. Identificación de PubMed:6121843hacer:10.1093/jn/
112.4.708
Owens, DJ, Allison, R. y Close, GL (2018). La vitamina D y el deportista:
Perspectivas actuales y nuevos retos.Medicina Deportiva, 48,3–16.
Identificación de PubMed:29368183hacer:10.1007/s40279-017-0841-9
Owens, DJ, Sharples, AP, Polydorou, I., Alwan, N., Donovan, TF,
Tang, J., : : : Cerrar, GL (2015). Una investigación basada en sistemas sobre la
vitamina D y la reparación, regeneración e hipertrofia del músculo esquelético.
American Journal of Physiology—Endocrinology and Metabolism, 309,E1019–
E1031. Identificación de PubMed:26506852hacer:10.1152/ajpendo. 00375.2015
Owens, DJ, Twist, C., Cobley, JN, Howatson, G. y Close, GL (2019).
Daño muscular inducido por el ejercicio: ¿Qué es, qué lo causa y cuáles son
las soluciones nutricionales?Revista Europea de Ciencias del Deporte, 19 (
1), 71–85. hacer:10.1080/17461391.2018.1505957
Palacios, C. (2006). El papel de los nutrientes en la salud ósea, de la A a la Z.
Reseñas críticas en ciencia de los alimentos y nutrición, 46,621–628.
Identificación de PubMed:17092827hacer:10.1080/10408390500466174
Papageorgiou, M., Dolan, E., Elliott-Sale, KJ y Sale, C. (2018a).
Reducción de la disponibilidad de energía: Implicaciones para la salud
ósea en poblaciones físicamente activas.Revista Europea de Nutrición, 57,
847–859. hacer:10.1007/s00394-017-1498-8
Papageorgiou, M., Elliott-Sale, KJ, Parsons, A., Tang, JCY, Greeves,
JP, Fraser, WD y Sale, C. (2017). Efectos de la disponibilidad reducida de
energía sobre el metabolismo óseo en mujeres y hombres.hueso, 105,191–
199. ID de PubMed:28847532hacer:10.1016/j.hueso.2017.08.019
Papageorgiou, M., Martin, D., Colgan, H., Cooper, S., Greeves, JP, Tang,
JCY, : : : Venta, C. (2018b). Respuestas metabólicas óseas a la baja disponibilidad
de energía lograda por dieta o ejercicio en mujeres eumenorreicas activas.
hueso, 114,181–188. hacer:10.1016/j.hueso.2018.06.016 Pasiakos, SM,
Lieberman, HR y McLellan, TM (2014). Efectos de
suplementos proteicos sobre el daño muscular, el dolor y la recuperación de la
función muscular y el rendimiento físico: una revisión sistemática. Medicina
Deportiva, 44,655–670. Identificación de PubMed:24435468hacer:10.1007/
s40279-013-0137-7
Paterson, CR (1988). La química del colágeno y las enfermedades de los huesos frágiles.
Esfuerzo, 12,56–59. Identificación de PubMed:2458906
Peeling, P., Binnie, MJ, Goods, PSR, Sim, M. y Burke, LM (2018).
Suplementos basados en evidencia para la mejora del atletismo
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC

actuación.Revista internacional de nutrición deportiva y metabolismo del
ejercicio, 28 (2), 178–187. Identificación de PubMed:29465269hacer:10.1123/
ijsnem.2017-0343
Phillips, SM (2012). Requerimientos de proteína dietética y ventajas adaptativas
en deportistas.Revista británica de nutrición, 108 (Suplemento 2), S158–S167.
Phillips, SM y Van Loon, LJ (2011). Proteína dietética para deportistas: Desde
requerimientos para una adaptación óptima.Revista de Ciencias del
Deporte, 29(Suplemento 1), S29–S38. hacer:10.1017/S0007114512002516
Ranson, CA, Burnett, AF y Kerslake, RW (2010). Lesiones a la
espalda baja en jugadores de bolos rápidos de élite: los cambios de estrés agudo en la
resonancia magnética predicen la fractura por estrés.Journal of Bone and Joint Surgery
—British, 92,1664–1668. hacer:10.1302/0301-620X.92B12.24913
Rizzoli, R., Biver, E., Bonjour, JP, Coxam, V., Goltzman, D., Kanis, JA,
: : :Registro, JY (2018). Beneficios y seguridad de la proteína dietética para la
salud ósea: un documento de consenso de expertos respaldado por la Sociedad
Europea de Aspectos Clínicos y Económicos de la Osteopororosis, la Osteoartritis
y las Enfermedades Musculoesqueléticas y por la Fundación Internacional de
Osteoporosis.Osteoporosis Internacional.Identificación de PubMed: 29740667
hacer:10.1007/s00198-018-4534-5
Shams-White, MM, Chung, M., Du, M., Fu, Z., Insogna, KL, Karlsen,
MC, : : : Weaver, CM (2017). Proteína dietética y salud ósea: una
revisión sistemática y un metanálisis de la Fundación Nacional de
Osteoporosis.El Diario Americano de Nutrición Clínica, 105,1528–
1543. ID de PubMed:28404575hacer:10.3945/ajcn.116.145110 Shams-
White, MM, Chung, M., Fu, Z., Insogna, KL, Karlsen, MC,
LeBoff, MS, : : : Weaver, CM (2018). Proteína animal versus vegetal y salud
ósea en adultos: una revisión sistemática y un metanálisis de la Fundación
Nacional de Osteoporosis.POR FAVOR UNO, 13,e0192459. Identificación de
PubMed:29474360hacer:10.1371/diario.pone.0192459 Shaw, G., Lee-
Barthel, A., Ross, ML, Wang, B. y Baar, K. (2017).
La suplementación con gelatina enriquecida con vitamina C antes de la actividad
intermitente aumenta la síntesis de colágeno.El Diario Americano de Nutrición
Clínica, 105,136–143. Identificación de PubMed:27852613hacer:10. 3945/
ajcn.116.138594
Stellingwerff, T. (2018). Estudio de caso: Periodización de la composición corporal en un
Corredora de media distancia de nivel olímpico durante una carrera de 9 años.
Revista Internacional de Nutrición Deportiva y Metabolismo del Ejercicio, 28,
428–433. Identificación de PubMed:29140157hacer:10.1123/ijsnem.2017-0312
Stokes, T., Héctor, AJ, Morton, RW, McGlory, C. y Phillips, SM
(2018). Perspectivas recientes con respecto al papel de la proteína dietética para la
promoción de la hipertrofia muscular con el entrenamiento de ejercicios de resistencia.
Nutrientes, 10(2), E180. Identificación de PubMed:29414855hacer:10.3390/ nu10020180
IJSNEM vol. 29, núm. 2, 2019
Nutrición para prevenir y tratar lesiones deportivas 197
Tanga, FS, McLean, C. y Graham, TE (2000). Leptina plasmática en mujeres.
deportistas: relación con la grasa corporal, factores reproductivos,
nutricionales y endocrinos.Revista de fisiología aplicada, 88 (6), 2037–2044.
Timpka, T., Jacobsson, J., Bargoria, V., Periard, JD, Racinais, S., Ronsen,
O., : : : Alonso, JM (2017). Predictores previos a la participación para lesiones y
enfermedades en campeonatos: estudio de cohorte en los Campeonatos
Mundiales de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo de
Beijing 2015. Revista británica de medicina deportiva, 51,271–276. Identificación
de PubMed: 27827793hacer:10.1136/bjsports-2016-096580
Tipton, KD, Borsheim, E., Wolf, SE, Sanford, AP y Wolfe, RR
(2003). La respuesta aguda del balance neto de proteínas musculares refleja el
balance de 24 horas después del ejercicio y la ingestión de aminoácidos.
American Journal of Physiology—Endocrinology and Metabolism, 284,E76–E89.
Identificación de PubMed:12388164hacer:10.1152/ajpendo.00234.2002 Tipton,
KD y Phillips, SM (2013). Proteína dietética para la hiper-
trofeo.Serie de talleres del Instituto de Nutrición Nestlé, 76,73–84. Identificación
de PubMed:30256501hacer:10.1159/000350259
Vieira, CP, De Oliveira, LP, Da Re Guerra, F., Dos Santos De Almeida,
M., Marcondes, MC y Pimentel, ER (2015a). La glicina mejora las
propiedades bioquímicas y biomecánicas después de la inflamación
del tendón de Aquiles.El registro anatómico, 298,538–545. hacer:10.
1002/ar.23041
Vieira, CP, Guerra Fda, R., de Oliveira, LP, Almeida, MS, Marcondes,
MC y Pimentell, ER (2015b). El té verde y la glicina ayudan en la recuperación de
la tendinitis del tendón de Aquiles de las ratas.Investigación del tejido conectivo,
56,50–58. hacer:10.3109/03008207.2014.983270 Pared, BT, Snijders, T., Senden,
JM, Ottenbros, CL, Gijsen, AP,
Verdijk, LB y van Loon, LJ (2013). El desuso afecta la respuesta sintética de
proteínas musculares a la ingesta de proteínas en hombres sanos.Revista
de Endocrinología Clínica y Metabolismo, 98,4872–4881 . Identificación de
PubMed:24108315hacer:10.1210/jc.2013-2098
Waters, RL, Campbell, J. y Perry, J. (1987). Costo de energía de tres puntos
deambulación con muletas en pacientes con fracturas.Revista de Trauma Ortopédico,
1,170–173. Identificación de PubMed:3506593
Wojcik, JR, Walber-Rankin, J., Smith, LL y Gwazdauskas, FC
(2001). Comparación de bebidas a base de carbohidratos y leche sobre el daño
muscular y el glucógeno después del ejercicio.Revista Internacional de Nutrición
Deportiva y Metabolismo del Ejercicio, 11,406–419. Identificación de PubMed:
11915776
Zimmermann, EA, Busse, B. y Ritchie, RO (2015). la fractura
mecánica del hueso humano: Influencia de la enfermedad y el tratamiento.
Informes Bonekey, 4,743. ID de PubMed:26380080hacer:10.1038/llave de hueso.
2015.112
Sin autenticar | Descargado el 23/06/22 a las 13:04 UTC