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Uso de aditivos
Como se señala en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control
Sanitario de Actividades, Establecimientos, Productos y Servicios de nuestro país, el uso
de los aditivos alimentarios se justifica siempre que implique alguna ventaja de tipo
tecnológica, nutricional, sensorial o de conservación. Además, es necesario que los
aditivos que se empleen en alimentos sean aptos para el consumo humano (inofensivos
y sin ningún tipo de alteración), que se utilicen en las cantidades necesarias según el
efecto que se desee, supeditándose a las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF) y sin
la intención de enmascarar algún defecto del propio alimento, además, que se apliquen
sin exceder los límites permitidos por la Secretaria de Salud de nuestro país, según se
marque en la legislación vigente.
Consideraciones normativas.
El uso normativo de aditivos alimentarios en México se genera en la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal y en una serie de artículos que pertenecen a la Ley
General de Salud con fundamento en lo anterior surge, como ya se ha indicado renglones
atrás, el reglamento vigente que llene por objeto la regulación control y fomento sanitario
del proceso importación y exportación así como de las actividades, servicios y
establecimientos relacionados con una serie de productos, entre ellos los aditivos que
pueden emplearse en la elaboración de alimentos. Igualmente. el marco legal involucra
Normas Oficiales Mexicanas (NOM. normas obligatorias) así como Normas Mexicanas
(NMX, normas voluntarias), además de los acuerdos que se publican en el DOF como
adiciones a los señalamientos de la reglamentación vigente. Para el caso de los aditivos
alimentarios, a la fecha existen documentos de esta índole que puntualizan algunas
sustancias permitidas corno aditivos y coadyuvantes, así como los límites máximos de
aplicación en alimentos bebidas y suplementos alimenticios, publicados en fechas
posteriores a la de la reglamentación; ejemplo de estos últimos son los acuerdos
publicados en el DOF en 2006 y 2009.
Colorantes y pigmentos
En términos generales, el color de un alimento representa un elemento clave en la
aceptación de cualquier consumidor, y aunque en muchos casos esta propiedad sensorial
puede considerarse como un asunto meramente cosmético, en la industria confitera
adquiere un papel clave, pues como ya se ha destacado, es una de las características
esenciales de los productos que se elaboran. Los requerimientos, en cuanto a variedad
de colores y tonalidades, son muy amplios, pues es necesario proporcionar a los diversos
grupos de consumidores las mejores asociaciones entre lo que pueden observar y los
sabores que esperan encontrar (aunque debe decirse que, en la actualidad, en el
desarrollo de productos novedosos, la tendencia es que el sabor sorprenda).
Dependiendo de la relación anterior, la cualidad sensorial de color en un producto de
confitería será posiblemente la primera que se considere para consumirlo o no, por lo
tanto, quizá de ella depende una elección.
Colorantes naturales
Los colorantes naturales son compuestos muy diversos en cuanto a su estructura
química; pue den obtenerse a partir de fuentes vegetales, animales o minerales, e incluso
microbianas. Este origen no necesariamente significa que se trate de sustancias inocuas,
pues, aunque se deriven de compuestos presentes en la naturaleza 1os procedimientos
de tipo industrial que se utilizan implican el uso de algunos tratamientos (químicos, por
ejemplo) para extraerlos estabilizarlos y estandarizarlos. Por lo tanto, deben
evaluarse por los organismos adecuados y dentro de sus marcos normativos en cuanto
a sus características de calidad para determinar si toxicológicamente son seguros para
su empleo y consecuente consumo.
Colorantes sintéticos
Los colorantes sintéticos son compuestos químicamente sintetizados, y pueden ser
productos idénticos o no a los naturales. Como en el caso de los colorantes naturales,
deben ser estudia- dos de manera exhaustiva para poder establecer los riesgos que
puedan presentar para la salud. De hecho, como resultado de muchos de estos estudios
realizados tanto en nuestro país como en el extranjero, son pocos los colorantes
sintéticos aceptados por la legislación en México; puede citarse el azul brillante, rojo 40
o rojo allura, amarillo sunset, eritrosina, tartracina (o tartrazina), rojo punzo, carmoisina y
azul indigotina. Estos compuestos aportan colores primarios y a partir de sus
combinaciones se pueden elaborar otros colorantes de tipo secundario.
Para que los colorantes sintéticos puedan utilizarse en confitería deben reunir una serie
de requisitos que garanticen su seguridad, entre ellos su procedencia: deben pertenecer
a una especie química bien definida y pura; también deben proporcionar una alta
capacidad de coloración, con lo que pueden emplearse en cantidades mínimas; deben
ser compatibles con los productos que serán coloreados, sin aportar ni sabores ni olores
desagradables, además de ser fáciles de incorporar; es necesario que presenten amplia
estabilidad a factores como luz , calor y pH y ser económicos.
Composición de un sabor
Un sabor se compone de una parte no aromatizante y de otra aromatizante. En el primer
caso, se trata de los ingredientes que no proporcionan sabor, como los aditivos
diluyentes, vehículos, colorantes, conservadores, antioxidantes y algunos productos
alimentarios, y en el segundo, de los ingredientes propiamente responsables de im-partir
el sabor.
Componentes no aromatizantes
Para disolver, dispersar o diluir la parte saborizante que permite la producción adecuada,
estabilidad, conservación, manipulación y utilización de los sabores se requieren
elementos no aro- matizantes (que además son utilizados con fines tecnológicos). Estos
componentes deben emplearse siempre en el nivel más bajo de uso que establezca la
normatividad cuando su función no sea de aplicación tecnológica en el alimento,
garantizando con esto la calidad e inocuidad del producto al que se aplican. Su uso debe
hacerse de acuerdo con las disposiciones legales, considerándose para la selección del
más adecuado al que cumpla las especificaciones necesarias. Como ejemplo de
ingredientes no saborizantes pueden listarse: propilenglicol, triacetina, alcohol etílico,
agua, maltodextrina, almidón modificado, sal, butilhidroxianisol (BHA), butilhidroxi·
tolueno (BHT), ácido cítrico y benzoato de sodio, por citar algunos ejemplos. El
conocimiento de estos vehículos, así como el de sus características y propiedades,
contribuirá en la selección de la opción de sabor más apropiada para cada uno de los
productos de confitería.
Componentes aromatizantes
Los componentes aromatizantes son aquellas sustancias que aportan el sabor. En
México, estas sustancias se clasifican en tres categorías: saborizantes idénticos a los
naturales, saborizantes naturales y saborizantes sintéticos artificiales. A continuación, se
presentan las definiciones tomadas del reglamento correspondiente. Se denomina:
Además de los saborizantes sintéticos, se usan diversos productos naturales que pueden
cumplir con la función de aportar sabores, entre ellos:
Todos los productos de confitería que se fabrican con sabores frutales pueden abarcar
toda la gama de las frutas; el único dulce que presenta limitantes es el malvavisco, debido
a que es una emulsión agua-aire-azúcar-proteínas; esta característica no permite el uso
de cualquier sabor, por lo tanto se tiene que seleccionar el más adecuado para no romper
la emulsión.
Conservadores o conservantes
Un aditivo conservador se define en la legislación mexicana como "la sustancia o mezcla
de sustancias que previene. retarda o detiene la fermentación, el enmohecimiento, la
putrefacción, acidificación u otra alteración de los productos causada por algunos
microorganismos y por algunas enzimas".
Como se ha venido destacando desde el principio de este libro, una ventaja de los
productos de confitería es su baja actividad de agua y su alta concentración de sacarosa,
por ello, el uso de conservadores no es necesario. Si se elaboran correctamente los
productos no habrá necesidad de utilizarlos, se recomienda solamente que en el
etiquetado se manifiesta una fecha de consumo preferente y no una fecha de caducidad,
ya que el producto solo se demerita en cuanto a aspectos sensoriales. como son la
intensidad de los colores y la potencia del sabor, y es dificil que sea propenso al
crecimiento microbiano. Hay que aclarar que lo anterior se lograra siempre y cuando se
realicen los procesos atendiendo a las BPF.
Los productos de confitería enchilados se encuentran en otra s1tuac1ón debido a
que la presencia de chiles en polvo en su formulación pue- de llegar a manifestar
alteraciones por microorganismos, originadas precisamente por las altas cargas que
pudiera tener esta materia prima des- de su origen. Para conservar un buen producto
enchilado sin que presente alteraciones microbianas, físicas y químicas, tendrá que ser
elaborado con chiles sanitizados o irradiados, además de que tendrán que agregarse
conservadores y antioxidantes como medida preventiva.
Conservadores en confitería
De considerarse conveniente el uso de algún conservador en los productos de confitería,
se recomienda que se utilicen los de aplicación más usual, como son benzoato de sodio,
sorbato de potasio y propionato de sodio.
Benzoato de sodio
Esta sal sódica deriva del ácido benzoico. También puede identificarse por otros nombres
químicos, como sal sódica del ácido bencencarboxílico o sal sódica del ácido
fenilcarboxílico. Su presentación comercial se caracteriza por ser un polvo granular o
cristalino de color blanco, inodoro. Es parcialmente soluble en agua y si se ingiere en las
concentraciones permitidas no es tóxico para el ser humano.
Usos
El benzoato de sodio es quizá el conservador de uso más común en la industria
alimentaria, ya que presenta un amplio espectro de acción sobre microorganismos,
especialmente sobre hongos y levaduras y en menor grado sobre bacterias. La dosis de
empleo es de 0.05 a 0.15% en peso y está limitada por el resabio picante y metálico que
deja y que además es fácilmente detectable. Es necesario que para su uso se considere
el pH del medio ya que su efecto es mejor a valores bajos, por lo que, si el pH aumentara,
debería incrementarse la concentración para lograr la misma efectividad. Quizá uno de
los ejemplos más claros que pueden implicar la necesidad de su aplicación en productos
de confitería es el caso de los productos enchilados, por las condiciones particulares de
sus ingredientes, como ya se ha dicho. También se emplea en jaleas y en algunos dulces
a base de leche.
Sorbato de potasio
El sorbato de potasio o sorbato potásico es la sal más soluble del ácido sórbico; se
considera parcialmente soluble en agua y ligeramente soluble en alcohol. Se caracteriza
por presentarse en forma de gránulos o como un polvo blanco o blanco-amarillento,
inodoro.
Usos
El sorbato de potasio es un agente adecuado para prevenir el crecimiento de hongos y
levaduras en una gran cantidad de alimentos Su uso en confitería se recomienda en
rellenos elaborados a base de frutas y también en jaleas y confituras: en general se
sugiere su empleo en productos de confitería cuya conservación no esté garantizada por
el uso de cantidades medias y bajas de sacarosa. Se emplea en dosis de 0.15 a 0.2%
con relación al peso total de la formulación del producto.
Propionato de sodio
Sal sódica del ácido propiónico; se denomina también propanoato de sodio.
Comercialmente se encuentra como un polvo blanco incoloro o como cristales, es de
carácter higroscópico. Es fácilmente soluble en agua y su olor es el característico del
ácido propiónico. Aunque puede estar presente de manera natural en algunos alimentos
de origen lácteo, se obtiene industrialmente por reacciones químicas o bien por procesos
fermentativos bacterianos.
Usos
El espectro de acción del propionato de sodio abarca la mayoría de los hongos y presenta
ligera actividad sobre bacterias. Aunque no es un conservador de uso tan común en la
confitería, puede ser utilizado en gomitas de grenetina y almidón enchiladas y en general
en prácticamente cualquier tipo de producto enchilado, aplicado en dosis de 0.3% en
peso del producto final.
Antioxidantes
Se denomina antioxidante a la sustancia o mezcla de sustancias destinada a impedir o
retardar la oxidación y enranciamiento de los alimentos. especialmente aquellos que
contienen grasas compuestas por lípidos saponificables y aceites. Los factores que
pueden señalarse como facilitadores del proceso de oxidación son el calor, la luz, la
presencia de metales pesados, las radiaciones ionizantes, así como el grado de
insaturación de las grasas presentes.
Los antioxidantes sintéticos son compuestos que se obtienen por síntesis química
pero que no semejan ningún compuesto natural Su uso debe fundamentarse
cuidadosamente. de la misma manera que en el caso de los naturales. Como ejemplo de
estos compuestos pueden citarse: galato de propilo, galato de octilo, ascorbato de sodio,
BHT y BHA.
En la industria de la confitería, los antioxidantes agregados con este fin son los
sintéticos, por ser más efectivos, estables y económicos, aunque al igual que en el caso
de otros aditivos, existe también una fuerte tendencia hacia el uso de antioxidantes
naturales, buscando incrementar la seguridad alrededor de su uso Aunque ya se pueden
encontrar avances muy importantes en este sentido, aún deben resolverse algunos
aspectos tecnológicos, además de que los pro- ductos que se encuentran disponibles
son, como en otros casos, todavía muy costosos.
Los galatos de alquilo (galato de propilo, galato de octilo y galato de dodecilo) son
sólidos cristalinos solubles en grasas y ligeramente solubles en agua (conforme aumenta
su peso molecular aumenta también su capacidad de solubilidad en las primeras y
decrece en la segunda). Son compuestos sensibles al calor, por lo que no pueden
emplearse en productos que sean tratados a temperaturas elevadas. Aunque su poder
antioxidante es bueno, su presencia en el alimento puede aportar un gusto astringente o
amargo. La mejor manera de emplearlos es combinándolos con otros antioxidantes,
como BHA y BHT, y con un secuestrante, como el ácido cítrico.
Tocoferoles
Estas sustancias antioxidantes pueden obtenerse por extracción de aceites naturales a
partir de germen de trigo, arroz, soya, maíz o girasol, y se denominan antioxidantes de
extracto natural rico en tocoferol, o bien pueden ser preparados por síntesis química; los
primeros, denominados naturales, son los que actualmente tienen mayor aceptación, ya
que pueden añadirse a los alimentos sin ninguna limitación, siempre que la fabricación
se realice atendiendo a las BPF.
Los tocoferoles pueden encontrarse en cuatro formas isómeras: alfa, beta, gama
y delta, disminuyendo el efecto antioxidante de la forma delta a la alfa y presentando
actividad provitamina E mayor en la forma alfa, decreciendo hacia la delta. Su
presentación comercial se encuentra en concentrados que se caracterizan por ser
viscosos y aceitosos, sin aroma particular y ligeramente amarillentos. Por ser solubles
sólo en grasas, se utilizan en alimentos grasos.