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C U A R TA PARTE
Segceón D
flO
SACRAMENTOS Y SACRAMENTALES
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C UARTA PARTE: OTRA DO CU M EN TAC IÓ N LITÚRGICA POST-CONCIUAR
amigos, sino que están ahí también como para saber si el bautismo ya recibido fue
representantes de una comunidad de fe, celebrado válidamente. Al investigarlo,
garantes de ía fe y del deseo de comunión habrán de tenerse en cuenta las recomen
eclesial del candidato. daciones siguientes:
a) No obstante, basándose en el bau a) No ofrece duda alguna la validez
tism o común, y a causa de lazos de fami del bautismo, tal como se administra en
lia o de amistad, un bautizado pertene las diferentes Iglesias Orientales. Basta,
ciente a otra Comunidad eclesial puede pues, establecer el hecho del bautismo.
ser admitido como testigo del bautismo, En estas Iglesias el sacramento de la con
pero sólo junto con un padrino católico. firmación (crismación) se administra co
Un católico puede ejercer el mismo papel rrectamente por el sacerdote al mismo
para una persona que va a ser bautizada tiempo que el bautismo; sucede así con
en otra comunidad eclesial. frecuencia que en el testimonio canónico
b) Por razón de la estrecha comunión del bautismo no se hace ninguna mención
existente entre la Iglesia católica y las Igle de la confirmación. Pero esto no autoriza
sias orientales ortodoxas, está permitido en modo alguno a dudar de que la confir
que por una razón justa se admita a un fiel mación haya sido también administrada.
oriental como padrino al mismo tiempo b) Respecto a los cristianos de otras
que un padrino católico (o una madrina Iglesias y Comunidades eclesiales, antes
católica) para el bautismo de un niño o de examinar la validez del bautismo de un
adulto católico, a condición de que se ha cristiano habrá que saber si se ha efectua
ya provisto de modo suficiente a la educa do un acuerdo sobre el bautismo (como se
ción del bautizado y que sea reconocida cita más arriba, n° 94) por las Iglesias y las
la idoneidad del padrino. Comunidades eclesiales de las regiones o
No se prohíbe a un católico el papel de localidades de que se trata, y si el bautis
padrino en un bautismo administrado en mo se administró efectivamente según di
una Iglesia oriental ortodoxa, si es invitado cho acuerdo. Hay que notar sin embargo
a ello. En tal caso, la obligación de cuidar que la ausencia de un acuerdo formal so
de la educación cristiana corresponde en bre el bautismo no debe llevar automática
primer lugar al padrino (o madrina) que es mente a dudar de la validez del mismo.
fiel de la Iglesia en la que el niño es bauti c) Respecto a estos cristianos, cuan
zado. do aportan un testimonio oficial eclesiásti
co, no hay ninguna razón para dudar de la
8258 validez del bautismo administrado en sus
99. Todo cristiano tiene derecho, por ra Iglesias o Comunidades eclesiales, a no
zones de conciencia, a decidir libremente ser que, en un caso particular, un examen
entrar en la plena comunión católica. La mostrara que existe motivo serio de duda
labor de preparar a una persona que de sobre la materia, la fórmula utilizada para
sea ser recibida en la plena comunión de el bautismo, la intención del bautizado
la Iglesia católica, es en sí una actividad adulto y el ministro que ha bautizado.
distinta de la actividad ecuménica. El rito d) Si incluso tras cuidadosa averigua
de Iniciación cristiana de Adultos prevé ción persistiera una duda seria sobre la
una fórmula para recibir a dicnas perso correcta administración del bautismo, y se
nas en la plena comunión católica. Sin juzgara necesario bautizar bajo condición,
embargo, en tales casos, igual que en los el ministro católico deberá mostrar su res
matrimonios mixtos, la autoridad católica peto por la doctrina según la cual el bau
puede sentir la necesidad de investigar tismo se puede administiar una sola vez,
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2 - DIRECTRICES PARA LA APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS Y N O R M A S SOBRE EL ECUM ENISM O
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CUARTA PARTE: O TRA D O C U M E N T A C IÓ N LITÚRGICA POST-CONCILIAR
c) Así pues, el com partir las activida 107. Los católicos deben mostrar un sin
des y recursos espirituales debe reflejar cero respeto hacia la disciplina litúrgica y
este doble hecho: sacramental de las demás Iglesias y Co
1) la comunión real en la vida del Espí munidades eclesiales, y a éstas se les in
ritu, que ya existe entre los cristianos y vite a que muestren el mismo respeto ha
que se expresa en su oración y en el culto cia la disciplina católica. Uno de los obje
litúrgico; tivos de la consulta antedicha debería as
pirar a una mejor comprensión mutua de
2) el carácter incompleto de esta co
la disciplina de cada uno, e incluso a un
munión, por razón de las diferencias de fe
acuerdo sobre el modo de regular situa^
y de modos de pensar que son incompati
ciones en que la disciplina de una Iglesia
bles con el compartir sin restricción los
cuestiona o va contra la de otra.
dones espirituales;
d) la fidelidad a esta realidad compleja
hace necesario establecer normas sobre Oración en común
el compartir espiritual, teniendo en cuenta
6261
la diversidad de situación eclesial existen
te entre las Iglesias y Comunidades ecle- 108. Donde sea conveniente, debe ani
siales implicadas en ello, de modo que los marse a los católicos a asociarse, si
cristianos aprecien sus riquezas espiritua guiendo las normas de la Iglesia, para
les comunes y se gocen de ellas, pero orar con cristianos pertenecientes a otras
también se llame su atención sobre la ne Iglesias y Comunidades eclesiales. Tales
cesidad de superar las separaciones que oraciones en común son ciertamente un
aún existen; medio eficaz para pedir la gracia de la
unidad y constituyen una expresión au
e) puesto que la concelebración euca
téntica de los lazos por los que los católi
ris tía es una manifestación visible de la
cos están ya unidos a esos otros cristia
plena comunión de fe, de culto y de co
nos. La oración común es en sí misma un
munidad de vida de la Iglesia católica, ex
camino que conduce a la reconciliación
presada por los ministros de esta Iglesia,
espiritual.
no está permitido concelebrar la Eucaris
tía con ministros de otras Iglesias y Comu 109. A los católicos y a los otros cristia
nidades eclesiales. nos se les recomienda la oración en co
mún para presentar juntos a Dios las ne
6260 cesidades y preocupaciones que compar
105. Tendría que existir cierta “ reciproci ten - por ejemplo la paz, las cuestiones
dad” , pues las actividades y recursos es sociales, la caridad mutua entre los hom
pirituales compartidos, incluso en los lími bres, la dignidad de la familia, los efectos
tes definidos, contribuyen al crecimiento de la pobreza, el hambre y la videncia,
de la armonía entre cristianos, en espíritu etc.- Semejantes a estos casos son las
de buena voluntad y de caridad. ocasiones en que, según las circunstan
cias, una nación, una región o una com u
106. Se recomienda que haya consultas nidad desea dar gracias a Dios com unita
entre las autoridades católicas competen riamente o pedir su ayuda; lo mismo en un
tes y las de las otras Comuniones respec día de fiesta nacional, en tiempo de cala
to al compartir, para tratar de hallar las po midad o duelo públicos, en el día fijado
sibilidades de una legítima reciprocidad para celebrar el recuerdo de los muertos
según la doctrina y las tradiciones de las por la patria, etc. Se recomienda también
diferentes Comunidades. esta oración común en las reuniones don
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2 - DIRECTRICES PAR A LA A PLIC A C IÓ N DE LOS PRINCIPIOS Y N O R M A S SOBRE EL E C U M E N IS M O
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2 - DIRECTRICES PARA LA A PLIC A C IÓ N DE LOS PRINCIPIOS Y N O R M AS SOBRE EL ECUMENISMO
munión con ella existe siempre una co los cristianos orientales, debe respetar
munión muy estrecha en el ámbito de la en lo posible la disciplina oriental, y abs
fe. Además, “ por la celebración de la Eu tenerse de tom ar parte en ella si esta
caristía del Señor en cada una de estas Iglesia reserva la comunión sacramental
Iglesias, la Iglesia de Dios se edifica y a sus propios fieles, excluyendo a todos
crece” y “ estas Iglesias, aunque separa los demás.
das, tienen verdaderos sacramentos, so
bre todo - gracias a la sucesión apostóli 125. Los ministros católicos pueden líci
ca -, el sacerdocio y la Eucaristía [...]” . tamente administrar los sacramentos de
Esto, según la concepción de la Iglesia penitencia, Eucaristía y unción de enfer
católica, proporciona un fundam ento mos a los miembros de las Iglesias orien
eclesiológico y sacramental para permitir tales que lo pidan espontáneamente y que
y hasta fomentar una cierta comunica tengan las disposiciones requeridas. Tam
ción con estas Iglesias en el terreno del bién en estos casos hay que prestar aten
culto litúrgico, incluso en la Eucaristía, ción a la disciplina de las Iglesias orienta
“ en circunstancias favorables y con la les para sus propios fieles y evitar toda
aprobación de la autoridad eclesiástica” . apariencia de proselitismo.
No obstante se reconoce que, por su
propia concepción eclesiológica, las Igle 126. Durante una celebración litúrgica
sias orientales pueden tener una discipli sacramental en una Iglesia oriental, los
na más restrictiva en la materia, y que los católicos pueden hacer lecturas, si se les
demás deben respetarla. Conviene que invita a ello. Se puede invitar a un cristiano
los pastores instruyan cuidadosamente a oriental a hacer lecturas en celebraciones
los fieles para que tengan un conoci semejantes en las iglesias católicas.
miento claro de los motivos particulares
de este com partir en el campo del culto 127. Un ministro católico puede estar
litúrgico, y de las diversas disciplinas que presente y tomar parte en una ceremonia
existen en torno a este asunto. de matrimonio, celebrada según las re
glas, entre cristianos orientales o entre
123. Cuando lo exige la necesidad o lo
dos personas una de las cuales es católi
sugiere un verdadero bien espiritual, y con
ca y la otra un cristiano oriental, en una
tal que se evite todo peligro de error o de
iglesia oriental, si ha sido invitado por la
indiferentismo, está permitido a cualquier
autoridad de la Iglesia oriental, y actúa
católico a quien sea física o moralmente
conforme a las normas que se dan más
imposible encontrar un ministro católico el
abajo para los matrimonios mixtos, allí
recibir los sacramentos de penitencia, Eu
caristía y unción de enfermos de un minis donde se apliquen.
tro de la Iglesia oriental.
128. Una persona que pertenece a una
124. Dado que existen usos diferentes Iglesia oriental puede ser testigo de un
sobre la frecuencia de la comunión, la matrimonio en una iglesia católica; igual
confesión antes de la comunión y el ayu mente, una persona perteneciente a la
no eucarístico entre los católicos y los Iglesia católica puede ser testigo de un
cristianos orientales, es necesario que matrimonio, celebrado según las reglas,
los católicos tengan cuidado de no pro en una iglesia oriental. En todos los casos
vocar escándalo y desconfianza entre los este modo de actuar debe estar de acuer
cristianos orientales por no seguir los do con la disciplina general de las dos
usos orientales. Un católico que desea Iglesias sobre la participación en tales
legítimamente recibir la comunión entre matrimonios.
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b. Compartir la vida sacramental con los 130. En caso de peligro de muerte, los
cristianos de otras Iglesias y Comuni ministros católicos pueden adm inistrar
dades eclesiales estos sacramentos en las condiciones
abajo enumeradas (n° 131). En otros ca
6236 sos, se recomienda vivamente que el
129. El sacramento es una acción de obispo de la diócesis, teniendo en cuenta
Cristo y de la Iglesia por el Espíritu. Su ce las normas que hayan podido establecer
lebración en una comunidad concreta es se en esta materia por la Conterencia
el signo de la realidad de su unidad en la episcopal o por los Sínodos de las Iglesias
fe, el culto y la vida comunitaria. A la par orientales, establezca normas generales
que signos, los sacramentos, y muy espe que sirvan para juzgar las situaciones de
cialmente la Eucaristía, son fuentes de necesidad grave o apremiante y para veri
unidad de la comunidad cristiana y de vi ficar las condiciones abajo mencionadas
da espiritual, y medios para desarrollarlas. (n° 131). Conforme al derecho canónico,
En consecuencia, la comunión eucarística estas normas generales no deben esta
está inseparablemente unida a la plena blecerse sino después de consultar a la
comunión eclesial y a su expresión visible. autoridad competente, al menos local, de
Al mismo tiempo, la Iglesia católica la otra Iglesia o Comunidad eclesial impli
enseña que por el bautismo los miembros cada. Los ministros católicos juzgarán los
de las demás Iglesias y Comunidades casos particulares y no administrarán este
eclesiales se encuentran en comunión re sacramento más que de conformidad con
al, aunque imperfecta, con la Iglesia cató estas normas, allí donde existan. En otro
lica y que “el bautismo es el vínculo sa caso, juzgarán según las normas del pre
cramental de unidad que existe entre los sente Directorio.
que han sido regenerados por él [...], se
orienta completamente a la adquisición 131. Las condiciones según las cuales
de la plenitud de la vida de Cristo” . La Eu un ministro católico puede adm inistra ios
caristía es para los bautizados un alimen sacramentos de la Eucaristía, de la peni
to espiritual que les hace capaces de su tencia y de la unción de enfermos a una
perar el pecado y vivir de la vida misma persona bautizada que se hallare en las
de Cristo, ser más profundamente incor circunstancias antes m encionadas (n°
porados a Él y participar con mayor inten 130), son que esta persona se halle en la
sidad en toda la economía del misterio de imposibilidad de recurrir a un ministro de
Cristo. su Iglesia o Comunidad eclesial para el
A la luz de estos dos principios bási sacramento deseado; que pida este sa
cos que han de considerarse siempre en cramento por su propio deseo, que mani
conjunto, la Iglesia católica, de manera fieste la fe católica en este sacramento y
general, da acceso a la comunión eucarís que esté debidamente dispuesta.
tica y a los sacramentos de penitencia y
unción de enfermos únicamente a quienes 132. Basándose en la doctrina católica
están en su unidad de fe, de culto y de vi sobre los sacramentos y sobre su validez,
da eclesial. Por las mismas razones reco un católico, en las circunstancias antes
noce también que en ciertas circunstan mencionadas (nn. 130, 131), sólo puede
cias, de modo excepcional y con ciertas pedir estos sacramentos a un ministro de
condiciones, puede autorizarse o incluso una Iglesia cuyos sacramentos sean váli
recomendarse la admisión de cristianos dos, o a un ministro reconocido como vá
de otras Iglesias y Comunidades eclesia lidamente ordenado, según la doctrina ca
les a estos sacramentos. tólica de la ordenación.
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2 - DIRECTRICES PARA LA A P LIC A C IÓ N DE LOS PRINCIPIOS Y N O R M A S SOBRE EL E C U M E N IS M O
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2 - DIRECTRICES PARA LA A P LIC A C IÓ N DE LOS PRINCIPIOS Y NO R M AS SOBRE EL ECUM ENISM O
147. Para cumplir con esta responsabili 150. Cuando, por causa justa y razona
dad, cuando lo pide la situación, habría, si ble, se pide permiso para contraer matri
es posible, que dar los pasos para crear monio mixto, ambas partes deben ser ins
relaciones con el ministro de la otra Iglesia truidas en los fines y propiedades esen
o Com unidad eclesial, aunque eso no ciales del matrimonio que no deben ser
siempre resulte fácil. En general, los en excluidos por ninguna de las dos partes.
cuentros mucuos de pastores cristianos Además, a la parte católica se le pedirá,
con el fin de sostener a estos matrimonios según la forma establecida por el derecho
y de mantener sus valores, pueden ser un particular de las Iglesias orientales católi
excelente terreno de colaboración ecumé cas o por la Conferencia episcopal, decla
nica. rar que está dispuesta a apartar los peli
gros de abandono de la fe y prometes sin
S2T3 ceramente el hacer lo posible para que to
148. Al establecer los programas de la dos los hijos sean bautizados y educados
necesaria preparación al matrimonio, el en la Iglesia católica. Su pareja debe ser
sacerdote o el diácono y quienes les ayu informada de dichas promesas y respon
dan, deberían insistir en los aspectos po sabilidades. Al mismo tiem po hay que
sitivos de lo que, como pareja cristiana, constatar que la parte no católica puede
comparten de la vida de gracia, de fe, de experimentar una obligación similar por
esperanza y de amor y de otros dones in causa de su propio compromiso cristiano.
teriores del Espíritu Santo. Cada cónyuge, Hay que notar que en el Derecho canóni
permaneciendo fiel a su compromiso cris co no se exige a la otra parte ninguna pro
tiano y poniéndolo en práctica, debería mesa escrita ni oral.
buscar lo que puede llevar a la unidad y a
En los contactos que se tengan con
la armonía, sin minimizar las diferencias
quienes desean contraer matrimonio m ix
reales y evitando una actitud de indiferen
to se sugerirá y favorecerá la discusión, y
cia religiosa.
a se*' posible la decisión previa al matri
149. Para favorecer una mayor compren monio, sobre la cuestión del bautismo y
sión y unidad, cada cónyuge debería la educación católica de los hijos que
aprender a conocer mejor las conviccio tengan.
nes ¡eligiosas del otro, y las enseñanzas y El Ordinario del lugar, para valorar la
prácticas religiosas de la Iglesia o Comu existencia o no de una “causa justa y ra
nidad eclesial a la que éste pertenece. Pa zonable” para conceder el permiso para
ra ayudar a ambos cónyuges a vivir su he este matrimonio mixto, tendrá en cuenta,
rencia cristiana común, hay que recordar entre otras cosas, el posible rechazo ex
les que la oración en común es esencial plícito de la parte no cató'ica.
para su armonía espiritual, y que la lectura
y el estudio de las Sagradas Escrituras 151. En el cumplimiento de su deber de
son muy importantes. Durante el peí iodo transmitir la fe católica a sus hijos, el con
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CUARTA PARTE: OTRA DO CUM ENTACIÓ N LITÚRGICA POST-CONCILIAR
sorte católico respetará la libertad religio teria de vida li.úre'ca y de devoción priva
sa y la conciencia del otro, y se preocupa da pueden servir para animar la oración
rá de la unidad y permanencia del matri familiar en lugar de dificultarla.
monio y de conservar la comunión fami
lia''. Si a pesar de todos los esfuerzos, los 153. El matrimonio entre una persona ca
hijos no son bautizados ni educados en la tólica y un miembro de una igles:a Oriental
Iglesia católica, el consorte católico no es válido si se ha celebrado según un rito
cae bajo la censura del derecho canónico. religioso por un ministro ordenado, siem
Sin embargo, no cesa la obligación que pre que se hayan observado las demás re
tiene de compartir con sus hijos la fe cató glas de derecho exigidas para la validez.
lica. Esta exigencia permanece, y puede En tal caso, la forma canónica de celebra
exigiris, por ejemplo, que juegue un papel ción es requisito para la iicitud. La forma
activo en la contribución a la atmósfera canónica se requiere para la validez de los
cristiana en el hogar; que haga todo lo po matrimonios entre católicos y cristianos
sible con su palabra y su ejemplo para de otras Iglesias y Comunidades eclesia-
ayudar a los demás miembros de la familia les.
a apreciar los valores específicos de la
tradición católica; que tome todas las dis 154. Quedando a salvo el derecho de las
posiciones necesarias para que, estando iglesias orientales, el Ordinario del lugar
bien informado de su propia fe, pueda ser de la parte católica puede, por graves ra
capaz de exponerla y discutir sobre ella zones, y tras consultar al Ordinario del lu
con los demás; que rece con su familia gar en que se celebre el matrimonio, dis
para pedir la gracia de la unidad de los pensar a la parte católica de la observan
cristianos, tal como el Señor la quiere. cia de la forma canónica del matrimonio.
Entre los motivos de dispensa pueden
152. Aun teniendo muy presente que considerarse el mantenimiento de la ar
existen diferencias doctrinales que impi monía familiar, la obtención del acuerdo
den la plena comunión sacramental y ca de los padres para el matrimonio, el reco
nónica entre la Iglesia católica y las diver nocimiento del compromiso ¡eligioso par
sas Iglesias orientales, en la pastoral de ticular de la parte no católica, o su lazo de
los matrimonios entre católicos y cristia parentesco con un ministro de otra Iglesia
nos orientales hay que prestar especial o Comunidad eclesial. Las Conferencias
atención a la enseñanza correcta y sólida episcopales deberían establecer normas
de la fe que comparten ambos y al hecho para que tal dispensa pueda concederse
de que en las Iglesias orientales hay “ver siguiendo una práctica común.
daderos sacramentos, sobre todo, en vir
tud de la sucesión apostólica, el sacerdo 155. La obligación impuesta por ciertas
cio y la Eucaristía, que los unen íntima Iglesias o Comunidades eclesiales de ob-
mente a nosotros” . Una verdadera aten seivar su propia forma de matrimonio no
ción pastoral para con las personas com es causa de dispensa automática de la
prometidas en estos matrimonios puede forma canónica católica. Las situaciones
ayudarles a comorender mejor cómo se particulares de este tipo deben ser objeto
rán iniciados sus hijos en los misterios sa de diálogo entre las Iglesias, por lo menos
cramentales de Cristo y cómo serán ali a nivel local.
mentados espirituaimente por ellos. Su
formación en la doctrina cristiana auténti 156. Cuando el matrimonio se celebra
ca y en la forma de vivir en cristiano debe con d'spensc de la forma canónica, ha de
ser en su mayor parte semejante en cada tenerse muy presente que para la validez
una de las Iglesias. Las diferencias en ma se requere una cierta forma pública de
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3 - DIRECTORIO PARA LA VID A Y EL MISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
celebración. Para subrayar- la unidad del los otros cristianos, teniendo en cuenta
matrimonio no se permite que se tengan esta situación especia! d.e la recepción del
dos celebraciones religiosas separadas sacramento del matrimonio cristiano por
en las que habría dos intercambios de la dos cristianos bautizados.
expresión del consentimiento, o bien una
celebración en que se realizaran conjunta 160. Aunque los esposos de un matrimo
o sucesivamente tales intercambios. nio mixto tengan en común los sacramen
tos del bautismo y del matrimonio, el
¿27 ¡ compartir la Eucaristía sólo puede ser ex
cepcional, y en cada caso han de obser
157. Si son invitados, un sacerdote cató
varse las normas antes mencionadas so
lico o un diácono pueden, previa autoriza
bre la admisión de un cristiano no católico
ción del Ordinario del lugar, estar presen
a la comunión eucarística, así como las re
tes o participar de algún modo en la cele
lativas a la participación de un católico en
bración de matrimonios mixtos, cuando
la comunión eucarística en otra Iglesia
se haya concedido la dispensa de la for
ma canónica. En tal caso sólo puede ha
ber una ceremonia en la que quien la pre
side recibe el intercambio del consenti
miento de los esposos. Si este celebrante
le invita, el sacerdote católico o el diácono D irectorio para la Vida y ©•’ M in isterio
pueden recitar oraciones suplementarias y de tos P resbíteros
apropiadas, leer la Escritura, hacer una
breve exhortación y bendecir a la pareja.
Congregación para el Clero, Directorio pa
158. Si la pareja lo pide, el Ordinario del ra la Vida y el Ministerio de los Presbíte
lugar puede permitir que el sacerdote ca ros, 31 de enero de 1994.
tólico invite al ministro de la Iglesia o de la
Comunidad eclesial de la parte no católica
C apítulo I
a participar en la celebración del matrimo
nio, a leer la Escritura, hacer una breve ex IDENTIDAD DEL PRESBITERO
hortación y bendecir a la pareja.
6272
159. Como la presencia de testigos o in
2. Raíz sacramental.
vitados no católicos puede plantear pro
blemas sobre la participación eucarística, Mediante la ordenación sacramental
un matrimonio mixto celeorado según la hecha por medio de la imposición de las
forma católica se celebra de ordinario fue manos y de la oración consacratoria del
ra de la liturgia eucarística. No obstante, y Obispo, se determina en el presbítero «un
por una razón justa, el Obispo de la dióce vínculo ontoiógico especifico, que une al
sis puede permitir la celebración de la Eu sacerdote con Cristo, Sumo Sacerdote y
caristía. En este último caso, la decisión Buen Pastor»1
de admitií o no a la parte no católica del La identidad del sacerdote, entonces,
matrimonio a la comunión eucarística ha deriva de la participación especifica en el
de tomarse de acuerdo con las normas Sacerdocio de Cristo, por lo que el orde
generales que existen en la materia, tanto nado se transforma en la Iglesia y para la
para los cristianos orientales como para Iglesia—en imagen real, viva y transparen
1 JUAN PABLO II, Exhort. Ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, 11 O.C., 675.
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUM ENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
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3 - DIRECTORIO PARA LA V ID A Y EL MISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
10 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presbyterorum Ordinis, 18; CDC, can. 246 § 2; 276 § 2, 3;
JUAN PABLO II, Exhort. Ap. post-sinodal Pastores Cabo vobis, 26, 72: O.C. 697-700; 783-797.
11 CfrCDC, 1174 § 1.
12 CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presbyterorum Ordinis, 18; JUAN PABLO II, Exhort. Ap. post
sinodal Pastores dabo vobis, 26; 37-38; 47; 51; 53; 72: O.C., 697-700; 718-723; 740-742; 748-750; 751-
753; 783 -787.
13 Cf. CDC can. 276 § 2, 5.
14 Cf. CONC. ECUM. VATICANO il, Decr. Presbyterorum Ordinis, 4; 13; 18; JUAN PABl O II, Exhort.
Ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, 26; 47; 53; 70; 72: O.C., 697-700; 740-742; 751-753; 778-782; 783-
787.
15 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presbyterorum Ordinis, 18; CDC can. 276 § 2, 4; JUAN
PABLO II, Exhort. Ap. post-sinodal Pastore■; dabo vobis, 80: O.C., 798-300.
16 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presbyie.orum Ordir. s, 18; CDC can. 246 § 3; 276 § 2, 5;
JUAN PABLO II, Exhort. Ap. post sinodal Pastores dabo vobis, 36; 38; 45; 82: O.C., 715-718; 720-723; 736-
738; 800-804.
17 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presbyterorum Ordinis, 18 JUAN PABLO II, Exho.t. Ap.
post-sinodal Pastores debo vobis, 26, 37-38; 47; 51; 53; 72: O.C., 697-700; 718-723; 740-742; 748-750;
751-753; 783-787.
18 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presby teroruni Ordinis, 18c.
19 JUAN PABLO II, Carta a los Sacerdotes Novo incipiente con motivo del Jneves Santo 1979, 8
abril 1979, 1: AAS 71 (1979), 394; Exhort. Ap. post-sinodal Pastores cebo vobis, 80: O.C., 798-799.
20 Cf. POSIDONIO, Vita Sancti Aurelii Augustini, 31: PL 32, 63-66.
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUM EN TAC IÓ N LITÚRGICA POST-CONCILIAR
41 ss), antes de la confesión de Pedro (Le que lees, enseña lo que crees y haz vida lo
9, 18), cuando enseña a los discípulos a que enseñas. De este modo, mientras da
orar (Le 11,1), cuando regresan de su mi rás alimento al Pueblo de Dios con la doc
sión (Mt 1 1 ,25ss; Le 10, 21), al bendecir a trina y serás consuelo y apoyo con el buen
los niños (Mt 19, 13) y al rezar por Pedro testimonio de vida, será constructor del
(Le 22, 32). templo de Dios, que es la Iglesia». De mo
Toda su actividad cotidiana nacía de la do semejante, en cuanto a la celebración
oración. Se retiraba al desierto o al monte de los sacramentos, y en particular de la
a orar (Me 1,35; 6, 46; Le 5,16; Mt 4,1; 14, Eucaristía: «Sé por lo tanto consciente de
23), se levantaba de madrugada (Me 1,35) lo que haces, imita lo que realizas y, ya
y pasaba la noche entera en oración con que celebras el misterio de la muerte y re
Dios (Mt ,4, 23.25; Me 6, 46.48; Le 6, 12). surrección del Señor, lleva la muerte de
Hasta el final de su vida, en la última Cristo en tu cuerpo y camina en su vida
Cena (Jn 17, 1-26), durante la agonía (Mt nueva». Finalmente, con respecto a la di
26, 36-44), en la Cruz (Le 23, 34.46; Mt 27, rección pastoral del Pueblo de Dios, a fin
46; Me 15, 34) el div.no Maestro demostró de conducirlo al Padre: «Por esto, no ce
que la oración animaba su ministerio me- ses nunca de tener la mirada puesta en
siánico y su éxodo pascual. Resucitado Cristo, Pastor bueno, que ha venido no
de la muerte, vive para siempre e interce para ser servido, sino para servir y para
de por nosotros (Hebr 7, 25).21 buscar y salvar a los que se han perdi
do».22
Siguiendo el ejemplo de Cristo, el sa
cerdote debe saber mantener — vivos y
frecuentes — los ratos de silencio y de 6277
oración, en los que cultiva y profundiza en 42. La Oración como comunión
el traio existencial con la Persona viva de Fortalecido por el especial vinculo con
Nuestro Señor Jesús. el Señor, el presbítero sabrá afrontar los
momentos en que se podría sentir solo
6275 entre los hombres; además, renovará con
41. Imitar a la Iglesia que ora vigor su trato con Jesús, que en la Euca
Para permanecer fiel al empeño de ristía es su refugio y su mejor descanso.
«estar con Jesús», hace falta que el pres Así como Jesús, que, mientras estaba
bítero sepa imitar a la Iglesia que ora. a solas, estaba continuamente con el Pa
Al difundir la Palabra de Dios, que él dre (Cf. Le 3, 21; Me I, 35), también el
mismo ha recibido con gozo, el sacerdote presbítero debe ser el hombre, que, en la
recuerda la exhortación del evangelio he soledad, encuentra la comunión con
cha por el obispo el día de su ordenación: Dios,23 por lo que podrá decir con San
«Por esto, haciendo de la Palabra el obje Ambrosio: «Nunca estoy tan poco solo
to continuo de tu reflexión, cree siempre lo como cuando estoy solo».24
1638
3 - DIRECTORIO PARA LA V ID A Y EL MISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
25 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Const. Dei Verbum, 5; Catecismo de la Iglesia Católica, 1-2,142.
26 Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 150-152,185-187.
27 Cf. JUAN PABLO II, Catequesis en la audiencia general, 21 abril 1993, ó: «L’Osservatore Roma
no» 22 abril 1993.
28 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Const. dogm. Dei Verbum, 25.
29 Cf. CDC. O.C., 757, 762, 776.
1639
CUARTA PARTE: OTRA DOCUM ENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
con autoridad la fe católica y a dar testi Para ser eficaz y creíble es importan
monio oficial de la fe de la Iglesia. El Pue te, por esto, que el presbítero — en la
blo de Dios, en efecto, «es congregado perspectiva de la fe y de su ministerio —
sobre todo por medio de la palabra de conozca, con constructivo sentido crítico,
Dios viviente, que todos tienen el derecho las ideologías, el lenguaje, los entramados
de busca" en los labios de los sacerdo culturales, las tipologías difundidas pe;
tes».00 los medios de comunicación y que, en
gran parte, condicionan las mentalidades.
Para que la Palabra sea auténtica se
debe transmitir «sin doblez y sin ninguna Estimulado pe. el Apóstol, que excla
falsificación, sino manifestando con fran maba: «¡Ay de mi si no evangelizara!»
queza la verdad delante de Dios» (2Cor 4, (1 Cor 9, 16), él sabrá utilizar todos los me
2). Con madurez responsable, el sacerdo dios de transmisión, que le ofrecen la
te evitará reducir, distorsionar o diluir el ciencia y la tecnología modernas.
contenido del mensaje divino. Su tarea Sin lugar a dudas, no depende todo
consiste en «no enseñar su propia sabidu solamente de estos medios o de la caoa-
ría, sino la palabra de Dios e hvitar con in cidad humana, ya que la gracia divina
sistencia a todos a la conversión y la san puede alcanzar su efecto independiente
tidad».331
0 mente de! trabajo de los hombres. Sin em
bargo, en el plan de Dios la predicación de
Por lo tanto, la predicación no se pue
la Palabra es normalmente el canal privile
de reducir a la comunicación de pensa
giado para la transmisión de la fe y para la
mientos propios, experiencias personales,
misión de evangelización.
simples explicaciones de carácter psico
lógico,32 sociológico o filantrópico y tam La exigencia dada por la nueva evan
poco puede usar excesivamente el encan gelización constituye un desafío para el
to de la retórica empleada tanto en los sacerdote. Para los que hoy están fuera o
medios de comunicación social. Se trata lejos del anuncio de Cristo, el presbítero
de anunciar una Palabra de la que no se sentirá particularmente urgente y actual la
puede disponer porque ha sido dada a la angustiosa pregunta: « ¿Cómo creerán sin
iglesia a fin de que la custodie, examine y haber oído de Él? Y ¿cómo oirán si nadie
les predica?» (Rom 10, 14).
transmita fielmente.333 4
Para responder a tales interrogantes,
6k79 él se sentirá personalmente comprometi
do a conocer particularmente la Sagrada
46. Palabra y vida
Escritura por medio del estudio de una sa
La conciencia de la misión propia co na exégesis, sobre todo patríst’ca; la Pala
mo heraldo del Evangelio se debe concre bra de Dios será materia de su meditación
tar siempre más en la pastoral, de manera — que pi acticará de acuerdo con los di
que, a la luz de la Palabra de Dios, pueda versos métodos probados por la tradic.ón
dar vida a las muchas situaciones y am espiritual de la Iglesia — ; así logrará tener
bientes en que el sacerdote desempeña una comprensión de las Sagradas Escritu
su minis'.erio. ras animada por el amor. ‘ Con este fin, el
1640
3 - DIRECTORIO PARA LA V ID A Y EL MISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
1641
CUARTA PARTE: OTRA DO CUM EN TAC IÓ N LITÚRGICA POST-CONCILIAR
43 Cf. JUAN PABLO II, Catequesis en la audiencia general, 12 mayo 1993, n. 3: «L’Osservatore Ro
mano» 14 mayo 1993.
44 Cf. CONO. ECUM. VATICANO II, Decr. Presbyterorum Ordinis, 5.
45 Ibid.
46 Cf. ibid 5,13; SAN JUSTINO, Apología I, 67: PG ó, 429-432; SAN AGUSTIN, In lohannis Evange-
lium Tractatus, 26,13-15: COL 36, 266-268.
47 Cf. CDC can. 904.
48 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Const. Sacrosanctum Condiium, 128.
49 Cf. ibid. 122-124.
50 Cf. ibid. 112,114,116.
51 Cf. ibid. 120.
52 Cf. ibid. 30.
53 Cf. CDC, C. 899 § 3.
1642
3 - DIRECTORIO PARA LA V ID A V EL MISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
54 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Const. Sauosanctum Concilium, 22; CDC can. 846 § 1.
55 Cf. CDC can. 929; Missale Romanum Institutio Generalis nn. 81 y 298; S. CONGREGACIÓN PA
RA EL CULTO DIVINO, Instrucción Liturgicae Instaurationes (5 de septiembre de 1970), 8 c: AAS 62 (1970),
701.
56 JUAN PABLO II, Catequesis en la Audiencia General del 9 junio 1993, n 6, «L’Osservatore Roma
no», 10 de junio de 1993; Cf. Exhort. Ap. post-sinodal Pastores dabo vobis 48: O.C., 744; S. CONGREGA
CIÓN DE LOS RITOS, Instr. Eucharisticum Mysterium (25 mayo 1967), 50: AAS 59 (1967), 539-573; Catecis
mo de la Iglesia Católica 1418.
57 JUAN PABLO II, Catequesis en la Audiencia General del 2 junio 1993, n. 5; «L’Osservatore Ro
mano», 3 junio 1993; Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Const. Sacrosanctum Concilium 99-100.
1643
CUARTA PARTE: OTRA DO CUM ENTACIÓ N LITÚRGICA POST-CCiMCILIAR
ción del hombre con Dios exclusivamente ordenación sacramental, pues los cristia
a sus Apóstoles y a aquellos que les suce nos — como demuestra la experiencia —
den en la misma misión. Los sacerdotes acuden con gusto a recibir este Sacra
son, por voluntad de Cristo, los únicos mi mento, allí donde saben que hay sacerdo
nistros del sacramento de la reconcilia tes disponibles. Esto se aplica a todas
ción.'8 Como Cristo, son enviados a con partes, pero especialmente, a las zonas
vertir a los pecadores y a llevarlos otra vez con las iglesias más frecuentadas y a los
al Padre. santuarios, donde es posible una colabo
La reconciliación sacramental resta ración fraterna y responsable con los sa
blece la amisiad con Dios Padre y con to cerdotes religiosos y los ancianos.
dos sus hijos en su familia, que es la Igle Cada sacerdote seguirá la normativa
sia. Por lo tanto, ésta se rejuvenece y se eclesial que defiende y promueve el valor
construye en todas sus dimensiones: uni de la confesión individual y la absolución
versal, diocesana y parroquial. personal e íntegra de los pecados en el
coloquio directo con el confesor.626
3La con
A pesar de la triste realidad de la pér
fesión y la absolución colectiva se reser
dida del sentido del pecado muy extendi
van sólo para casos extraordinarios con
da en la cultura de nuestro tiempo, el sa
templados en las disposiciones vigentes y
cerdote debe practicar con gozo y dedi
con las condiciones requeridas.61 El con
cación el ministerio de la formación de la
fesor tendrá oportunidad de iluminar la
conciencia, del perdón y de la paz.fq
conciencia del penitente con unas pala
Conviene que él, en cierto sentido, se bras que, aunque breves, serán apropia
pa identificarse con este sacramento y — das para su situación concreta. Éstas ayu
asumiendo la actitud de Cristo — se incli darán a la renovada orientación personal
ne con misericordia, como buen samarita- hacia la conversión e influirán profunda
no, sobre la humanidad herida y muestre mente en su camino espiritual, también a
la novedad cristiana de la dimensión me través de una satisfacción oportuna.64
dicinal de la Penitencia, que está dirigida a
En cada caso, el presbítero sabrá
sanar y perdonar.5 60
9
5
8
mantener la celebración de la Reconcilia
ción a nivel sacramental, superando el pe
6285 ligro de reducirla a una actividad pura
52. Dedicación al ministerio de la Recon mente psicológica o de simple formalidad.
ciliación
Entre otras cosas, esto se manifestará
El presbítero deberá dedicar tiempo y en el cumplimiento fiel de la disciplina vi
energía para escuchar las confesiones de gente acerca del lugar y la sede para las
los fieles, tanto por su oficio51 como por la confesiones.65
58 Cf. CONC. ECUM. TRIDENT., res. VI, de iustificatione, c. 14; se. XIV, de paenitentia, c. 1,2, 5-7,
can. 10; ses. XXIII, de ordine, c. 1: DS 1542-1543; 1668-1672; 1679-1688; CONC. ECUM. VATICANO II,
Decr. Presuyterorum Ordinis, 2, 5; CDC can. 965.
59 Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1443-1445.
60 Cf. CDC can. 966 § 1; 978 § 1; 981; JUAN PABLO II, Discurso a la Penitenciaría Apostólica (27 de
marzo de 1993): L’Osser^atore Remano, 28 marzo 1993.
61 Cf. CDC can. 986.
62 Cf. ibid, can. 960; JUAN PABLO II, Carta ene. Redemptorheminis, 20: AAS 71 (1979) 309-316.
63 Cf. CDC can. 961-963; PABLO VI, Alocución (20 marzo 1978), AAS 70 (1978), 328-332; JUAN
PABLO II, Alocución (30 ene'o 1981): AAS 73 (1981), 201 -204; Exhort. Ap. post-sinodal Reconcili'itio et Pa
enitentia (2 diciembre 19G4), 33: AAS 77 (1985), 269-271.
64 Cf. CDC can. 978 §1 ; 981.
65 Cf. ibid., can. 964.
1644
3 - DIRECTORIO PARA LA VIDA Y EL MISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
66 Cf. ibid., can. 27G 5 2, 5; CONC. ECUM. VATICANO II, Decr. Presb/terorum Ordinis 18b.
67 JUAN PABLO II, Exhort. Ap. post-sinodal Reconciliatio et Paenilentie (,2 diciembre 1984), 31:
AAS 77 (1985), 266, Exhort. Ap. post-smodcl Pastores d?bo .obis, 25: O.C., 699.
68 Cf. JUa N PABLO II, Exhort. Ap. pe jt-s¡nodal Reconciliatio et Paeniientia (2 diciembre 1984), 32:
AAS 77 (1985), 267-269.
69 Cf. CONC. ECUM. VATICANO II, Const. S .cro'.anctum Concilium, 7.
70 Cf./b/d. 10.
1645
CUARTA PARTE: OTRA DO CUM EN TAC IÓ N LITÚRGICA POST-CONCILIAR
6260
4
2. El hombre ha sido creado a imagen de
Dios “en la justicia y la santidad de la ver
Praenotandos del
dad” (Ef 4, 24) Y su dignidad pide que ac
“Ritual de les exorcismos”
túe según una elección consciente y
libre.5 Pero, seducido por el maligno, ha
abusado totalmente del don de su liber
INTRODUCCIÓN GENERAL
tad. Por el pecado de la desobediencia
(Praenotanda)
(cf. Gn 3; Rm 5, 12), ha caído en poder del
diablo y de la muerte, hecho esclavo del
Congregación para el Culto Divino y la pecado.6 Por eso “ la dura lucha contra las
Disciplina de los Sacramentos, Praeno- potestades de las tinieblas (...) invade to
tandos del “Ritual de los Exorcismos. 22 da la historia de la humanidad. Esta lucha
de noviembre de 1998. comenzó en el principio del mundo y du
1546
4 - PRAENOTANDOS DEL "R ITUAL DE LOS EXORCISMOS"
rará hasta el intimo d'a, tal como dice el manifiesta en su gloriosa resurrección,
Señor” (cf. Mt 24, 13; 13, 24-30 y 36-43).7 cuando Dios le elevó de entre los muer
tos y le hizo sentarse a su derecha en el
6291 cielo y lo puso todo bajo sus pies (cf. Ef
3. El Padre omnipotente y misericordio 1, 21-22).
so envió al mundo a su Hijo amado para
liberar a los hombres del poder de las ti 6294
nieblas y llevarlos a su Reino (cf. Ga 4, 5; 6. En el ejercicio del ministerio, Cristo dio
Col 1, 13). Por eso Cristo, primogénito a los apóstoles y a los otros discípulos el
de toda criatura” , renovando al hombre poder de expulsar los espíritus inmundos
viejo, se revistió de la carne del pecado, (cf. Mt 10, 1.8; Me 3, 14-15; 6, 7.13; Le 9,
“ a fin de destruir por medio de la muerte a 1; 10, 17-20). Les prometió como Aboga
aquel que tenía el dominio de la muerte, do al Espíritu Santo, que procede del Pa
esto es, al diablo” (Hb 2, 14) y para cons dre por medio del Hijo, para que conven
tituir en nueva criatura, mediante su pa ciera al mundo en el juicio, porque el prín
sión y resurrección, y con el don del Espí cipe de este mundo ya está condenado
ritu Santo, a la naturaleza humana herida (cf. Jn 16, 7-11). Entre los signos que
(cf. 2Co 5, 17). acompañarán a los creyentes, el evange
lio enumera la expulsión de los demonios
6292 (cf. Me 16,17).
4. En los días de su vida mortal, el Señor
Jesús, vencedor de la tentación en el de 6295
sierto (cf. Mt 4,1-11; Me 1,12-13; Le 4 ,1 - 7. Por eso la Iglesia, ya desde el tiempo
13), con su propia autoridad, expulsó a de los apóstoles, ha ejercido el poder que
Satanás y a los otros demonios, impo Cristo le dio de expulsar los demonios y
niéndoles su divina voluntad (cf. Mt 12, de rechazar su influencia (cf. Hch 5, 16; 8,
27-29; Le 11, 19-20). “ Haciendo el bien y 7; 16, 19; 19, 12). Así, pues, “en nombre
curando a todos los oprimidos por el dia de Jesús” ora continuamente y con con
blo” (cf. Hch 10, 38), manifestó su obra fianza para ser liberada del Maligno (cf. Mt
salvadora para liberar al hombre del peca 6, 13).10 También en este mismo nombre,
do,8 de sus consecuencias y del autor del por la *uerza del Espíritu Santo, conmina a
primer pecado, homicida desde el co los demonios a que no se opongan a la
mienzo y padre de la mentira (cf. Jn 8, 44). obra de la evangelización (cf. 1Ts 2,18) y a
que cedan ante el “más Fuerte” (cf. Le 11,
6293 21-22) el dominio sobre todos y cada uno
5. Cuando llegó la hora de las tinieblas, de los hombres. “ Cuando la Iglesia pide
el Señor, “ obediente hasta la muerte” (Flp públicamente y con autoridad, en nombre
2, 8), rechazó el último ataque de Satanás de Jesucristo, que una persona o un obje-
(cf. Le 4, 13; 22, 53) con el poder de la +o sea protegido contra la influencia del
cruz9 y triunfó de la soberbia del antiguo maligno y substraído a su dominio, se tra
enemigo. Esta victoria de Cristo se hizo ta del exorcismo".11
7 Conc. Vaticano II, GS 37 y 13; 1Jn 5, 19; Catecismo de la Iglesia Católica (=CCE)
401.407.409.1717.
8 Cf. CCE 517.549-550.
9 Cf. Misal Romano, prefacio I de la Pasión.
10 CCE 2850-2854.
11 CCE 1673.
1647
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
12 Cf. Ritual Romano de la Iniciación cristiana de adultos, 101; cf. CCE 1673.
13 Cf. ibid. 156.
14 Cf. Ritual del bautismo de niños, nn. 49. 86.115. 221.
15 Concilio de Trento, sesión VI, Decreto sobre la justificación DS 1524.
16 Misal Romano, embolismo después del Padrenuestro.
17 Cf. Ga 5,1; Ritual de la Penitencia n.7.
18 Cf. Juan Pablo II, Exhortación apostólica Reconciliatío et paenitentia, de 1985, nn. 14-22; y Car
ta encíclica Dominum et vivificantes, de 1936, n.18.
19 Cf. Concilio de Trento, sesión V, Decretum de peccato originali, nn. 4-5: DS 1514-1515.
1648
4 - PRAENOTANDOS DEL "RITUAL DE LOS EXORCISMOS"
1649
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
un sortilegio o de una maldición que otros de Dios y de todo io que vincula a los fie
han lanzado sobre ellos, o contra sus ta les a la acción salvífica de Dios.
mizares o contra sus cosas. A estos no les
negará la ayuda espiritual, pero no les 3305
exorcizará. Podrá rezar con ellos y por 17. El exorcista, manteniendo siempre el
ellos otras oraciones, para que encuen secreto de la confesión, juzgará con pru
tren la paz de Dios. Tampoco se ha de dencia sobre la necesidad de utilizar el rito
rehusar el auxilio espiritual a los creyentes del exorcismo, después de un examen di
a los que el Maligno, aún sin tocarlos (cf. ligente y de haber consultado, si es posi
1Jn 5, 18), les tienta, y sufren por ello, ya ble, a personas expertas en las cosas es
que quieren ser fieles a Jesús, el Señor, y pirituales y, si hace falta, a médicos y psi
a su evangelio. Esto lo podrá hacer tam quiatras que posean sensibilidad para la
bién un sacerdote que no sea exorcista - y vida espiritual.
hasta un diácono -, sirviéndose de oracio
nes y súplicas adecuadas. 3303
18. Cuando los casos afecten a personas
6304
no católicas o se presenten muy difíciles,
16. Por tanto, el exorcista no procederá a se recurrirá al obispo de la diócesis, el
la celebración del exorcismo si no tiene la cual, por razones de prudencia, podrá pe
certeza moral de encontrarse ante una dir el parecer de algunos expertos antes
persona realmente poseída por el demo- de tomar una decisión sobre el exorcismo.
nio^6y, si es posible, con su consentimien
to. Según una práctica aceptada, son sig G3o?
nos de posesión diabólica: decir muchas
19. El exorcismo se hará de tal manera
palabras en lengua desconocida o enten
que manifieste la fe de la Iglesia y radie
der al que habla así; descubrir la existen
pueda considerarlo como una acción má
cia de objetos distantes y escondidos;
gica o supersticiosa. Hay que evitar pre
mostrar una fuerza superior a la que es
sentarlo como un espectáculo para los
propia de su edad y condición natural. Es
que lo presencian. Cuando tenga lugar el
tas señales pueden aportar un cierto indi
exorcismo, no se permitirá la presencia de
cio. Pero, como que no necesariamente
ningún medio de comunicación social, y
han de considerarse provenientes de po
tanto antes del exorcismo como después,
sesión diabólica, hay que tener en cuenta
ni el exorcista ni los que estén presentes
también otras, sobre todo de carácter mo
divulgarán su noticia, sino que guardarán
ral y espiritual, que descubren de otro mo
la debida discreción.
do la posesión diabólica: así, una fuerte
aversión hacia Dios, al Santísimo Nombre
de Jesús, a la Bienaventurada Virgen Ma 4. El rito
ría y los santos, a la Iglesia, a la palabra de
Dios, a los objetos y ritos sagrados - so 6303
bre todo los sacramentales - y a las imá 20. En la celebración del exorcismo, se
genes sagradas. Por último, hay que exa pondrá una especial atención, además de
minar con mucho cuidado la relación de las fórmu'as del mismo exorcismo, en los
todas estas señales con la fe y con la lu gestos y los ritos que ocupan el primer lu
cha espiritual en la v'da cristiana, ya que el gar y reciben su sentido de como se reali
Maligno, por encima de todo, es enemigo zan en el tiempo de la purificación en el
26 Cf. Benedicto XIV, Carta SolliCi:udini, 1 de octubre de 1745, n. 43; cf. CDC de 1917, c. 1152, 2.
1650
4 - PRAENOTANDOS DEL "RITUAL DE LOS EXORCISMOS"
6310 6313
22. Sigue el rezo de las letanías, con que
28. Finalmente, pronuncia la fórmula de
se invoca la misericordia de Dios sobre el
precativa, con que se invoca a Dios, y la
vejado mediante la intercesión de todos
fórmula imperativa, con que, en nombre
los santos.
de Cristo, se conjura al diablo a que deje
al vejado. No se usará la fórmula imperati
6311
va sin haber recitado antes la fórmula de
23. Después de la letanía, el exorcista precativa. Pero la fórmula deprecativa se
puede recitar uno o más salmos de los puede usar sin la imperativa.
que imploran la protección del Altísimo o
ensalzan la victoria de Cristo sobre el Ma 6317
ligno. Los salmos se dicen seguidos o en
29. Todo lo que se ha dicho hasta ahora,
forma responsorial. Acabado el salmo, el
en cuanto sea necesario, se podrá repetir,
exorcista puede añadir una oración sobre
sea en la misma celebración - observando
el salmo.
lo que se dice después, en el n. 34 -, sea
en otro momento, hasta que el vejado sea
5312
lioerado totalmente.
24. A continuación se proclama el evan
gelio, como signo de la presencia de Cris 6318
to, el cual, con su palabra, proclamada
30. El rito acaba con un canto de acción
por la Iglesia, cura los males de los hom
de gracias, la oración y la bendición.
bres.
1651
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1652
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1653
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
“ la obia de Dios” (cf. Jn 17, 4). Por la litur precedida por la evangelizaron, la fe y la
gia, Cristo, nuestro Redentor y Sumo Sa conversión; sólo así puede da" sus frutos
cerdote, continúa en su Iglesia, con ella y en la vida de los fieles: la Vida nueva según
por ella, la obra de nuestra redención. el Espíritu, el compromiso en la misión de
la Iglesia y el servicio de su unidad.
1070. La palabra “Liturgia” en el Nuevo
Testamento es empleada para designar
Oración y Liturgia
no solamente la celebración del culto divi
no (cf. Hch 13, 2; Le 1,23), sino también el 1073. La Liturgia es también participa
anuncio del Evangelio (cf. Rm 15, 16; Flp ción en la oración de Cristo, dirigida al °a-
2, 14-17.30) y la caridad en acto (cf. Rm dre en el Espíritu Santo. En ella toda ora
15, 27; 2Co 9, 12; Flp 2, 25). En todas es ción cristiana encuentra su fuente y su tér
tas situaciones se trata del servicio de mino. Por la liturgia el hombre interior es
Dios y de los hombres. En la celebración enraizado y fundado (cf. Ef 3,16-17) en “el
litúrgica, la Iglesia es servidora, a imagen gran amor con que el Padre nos amó” (Ef
de su Señor, el único “ Liturgo” (cf. Hb 8, 2 2, 4) en su Hijo Amado. Es la misma “ ma
y 6), del cual ella participa en su sacerdo ravilla de Dios” que es vivida e interioriza
cio, es decir, en el culto, anuncio y servicio da por toda oración, “en todo tiempo, en
de la caridad: el Espíritu” (Ef 6,18)
Con razón se considera la liturgia co
mo el ejercicio de la función sacerdotal de Catequesis y Liturgia
Jesucristo en la que, mediante signos
sensibles, se significa y se realiza, según 1074. “La Liturgia es la cumbre a la que
el modo propio de cada uno, la santifica tiende la acción de la Iglesia y, al mismo
ción del hombre y, así, el Cuerpo místico tiempo, la fuente de donde mana toda su
de Cristo, esto es, la Cabeza y sus miem fuerza” (SC 10). Por tanto, es el lugar privi
bros, ejerce el culto público. Por ello, toda legiado de la catequesis del Pueblo de
celebración litúrgica, como obra de Cristo Dios. “ La catequesis está intrínsecamente
sacerdote y de su Cuerpo, que es la Igle unida a toda la acción litúrgica y sacra
sia, es acción sagrada por excelencia cu mental, porque es en los sacramentos, y
ya eficacia, con el mismo título y en el sobre todo en la Eucaristía, donde Jesu
mismo grado, no la iguala ninguna otra cristo actúa en plenitud para la transfor
acción de ¡a Iglesia (SC 7). mación de los hombres” (CT 23).
1654
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓUCA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1655
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1656
5 - CATEOS' 10 DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
£33^
...que participa en la L;turgia celestial
1093. El Espíritu Santo realiza en la eco
1090. “ En la liturgia terrena pregustamos nomía sacramental las figuras de la Anti
y participamos en aquella liturgia ce'estial gua Alianza. Puesto que la Iglesia de Cris
que se celebra en la ciudad santa, Jerusa- to estaba “preparada maravillosamente en
lén, hacia la cual nos diiigimos como pe la historia del pueblo de Israel y en la Anti
regrinos, donde Cristo está sentado a la gua Alianza” (LG 2), la Liturg:a de la Iglesia
derecha del Padre, como ministro del san consei ya como una parte integrante e
tuario y de' tabernáculo verdadero; canta irremplazab'e, hac;éndo'os suyos, algu
mos un himno de gloria al Señor con todo nos elementos del cu|+o de la Antigua
el ejército celestial; venerando la memoria Alianza:
de los santos, esperamos participar con
- principalmente la lectura de1Antiguo
ellos y acompañarlos; agualdamos al Sal-
Testamento;
vado»- nuestro Señor Jemcristo, hasta
que se maniueste El, nuestra Vida, y noso - la oración de los Salmos;
tros nos manifestamos con El en la gloria” - y sobre todo la memoi ,a de loe acon
(SC 8; cf. LG 50). tecimientos salvíficos y de las realidaoes
1C57
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1658
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
IV. ' .os sacramentos de la salvación ca (cf. 2 P 1, 4) a los fieles uniéndolos vi
talmente al Hijo único, el Salvador.
5342
1127. Celebiados dignamente en la fe,
V. Los sacramentos de la vida eterna
los sacramentos confieren ia gracia que
significan (cf. Ce. de Trento: DS 1605 y 3343
1606). Son eficaces porque en ellos actúa
1130. La Iglesia celebra el Misterio de su
Cristo mismo; El es quien bautiza, él quien
Señor “hasta que él venga” y “ Dios sea to
actúa en sus sacramentos con el fin de
do en todos” (1Co 11, 26; 15, 28) Desde
comunicar la gracia que el sacramento
significa. El Padre escucha siempre la ora la era apostólica la Liturgia es atraída ha
ción de la Iglesia de su Hijo que, en la epí- cia su término por el gemido del Espíritu
clesis de cada sacramento, expresa su fe en la Iglesia: “¡Maranatha!” (1Co 16, 22).
en el poder del Espíritu. Como el fuego La liturgia participa así en el deseo de Je
transforma en sí todo lo que toca, así el sús: “Con ansia he deseado comer esta
Espíritu Santo transforma en Vida divina lo Pascua con vosotros...hasta que halle su
que se somete a su poder. cumplimiento en el Reino de Dios” (Le 22,
15-16). En los sacramentos de Cristo, la
1128. Tal es el sentido de la siguiente Iglesia recibe ya las arras de su herencia,
afirmación de la Iglesia (cf. Ce. de Trento: participa ya en la vida eterna, aunque
DS 1608): los sacramentos obran ex ope “aguardando la feliz esperanza y ia mani
re operato (según las palabras mismas del festación de 'a gloria del Gran Dios y Sal
Concilio: “por el hecho mismo de que la vador nuest¡o Jesucristo” (Tt 2, 13). “ El
acción es realizada”), es decir, en virtud de Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven!... ¡Ven,
la obra salvífica de Cristo, realizada de Señor Jesús!” (Ap 22,17.20).
una vez por todas. De ahí se sigue que “el S. Tomás resume así las diferentes di
sacramento no actúa en virtud de la justi mensiones del signo sacramental: “ Unde
cia del hombre que lo da o que lo recibe, sacramentum est signum rememorativum
sino por el poder de Dios (S. Tomás de eius quod praecessit, scilicet passionis
A., STh 3, 68, 8). En consecuencia, siem Christi; et desmonstrativum eius quod ¡n
pre que un sacramento es celebrado con nobis efficitu1' per Christi passionem, scili
forme a la intención de la Iglesia, el poder cet gratiae; et prognosticum, id est, prae-
de Cristo y de su Espíritu actúa en él y por nuntiativum futurae gloriae” (“ Por eso el
él, independientemente de la santidad sacramento es un signo que rememora lo
personal del ministro. Sin embargo, los que sucedió, es decir, la pasión de Cristo;
frutos de los sacramentos dependen tam es un signo que demuestra lo que sucedió
bién de las disposiciones del que los reci entre nosotros en virtud de la pasión de
be, Cristo, es decir, la gracia; y es un signo
que anticipa, es decir, que preanuncia la
1129. La Iglesia afirma que para ’os cre
gloria ven Jera” , [STh III, 60, 3].)
yentes los sacramentos de la Nueva Alian
za son necesarios para la salvación (cf.
Ce. de Trento: DS 1604). La “gracia sacra RESUMEN
mental” es la gracia del Espíritu Santo da
da por Cristo y propia de cada sacramen c444
to. El Espíritu cura y transforma a los que 1131. Los sacramentos son signos efica
lo reciben conformándolos con el Hijo de ces de la gracia, instituidos por Cristo y
Dios. El fruto de la vida sacramental con confiados a la Iglesia por los cuales nc~ es
siste en que el Espíritu de adopción deifi dispensada la vida di -¡na. Los ritos visibles
1653
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1664
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1139. En esta Liturgia eterna el Espíritu y 1142. Pero “todos los miembros no tie
la Iglesia nos hacen participar cuando ce nen la misma función” (Rm 12,4). Algunos
lebramos el Misterio de la salvación en los son llamados por Dios en y por la Iglesia a
sacramentos. un servicio especial de la comunidad. Es
tos servidores son escogidos y consagra
dos por el sacramento oel Orden, por el
Los celebrantes de la liturgia sacramental
cual el Espíritu Santo los hace aptos para
actuar en representación de Cristo-Cabe
1140. Es toda la comunidad, el Cuerpo
de Cristo unido a su Cabeza quien cele za para el servicio de todos los miembros
bra. “Las acciones litúrgicas no son accio de la Iglesia (cf. PO 2 y 15). El ministro or
nes privadas, sino celebraciones de la denado es como el “ icono” de Cristo Sa
Ig'esia, que es ‘sacramento de unidad’, cerdote. Por ser en la Eucaristía donde se
esto es, pueblo santo, congregado y orde manifiesta plenamente el sacramento de
nado bajo la dirección de los obispos. Por la Iglesia, es también en la presidencia de
tanto, pertenecen a todo el Cuerpo de la la Eucaristía donde el ministerio del obis
Iglesia, influyen en él y lo manifiestan, pe po aparece en primer lugar, y en comu
ro afectan a cada miembro de este Cuer nión con él, el de los presbíteros y los diá
po de manera diferente, según la diversi conos.
dad de órdenes, funciones y participación
1143. En orden a ejercer las funciones
actual” (SC 26). Por eso también, “siem
del sacerdocio comúi, de los fieles existen
pre que los ritos, según la naturaleza nro-
también otros ministerios particulares, no
pia de cada uno, admitan una celebración
común, con asistencia y participación ac consagrados por el sacramento del Or
tiva de los fieles, hay que inculcar que és den, y cuyas funciones son determinadas
por los obispos según las tradiciones litúr
ta debe ser preferida, en cuanto sea posi
ble, a una celebración individual y casi pri gicas y las necesidades pastorales. “ Los
vada” (SC 27). acólitos, lectores, comentadores y los que
pertenecen a la ‘schola cantorum’ desem
1141. La asamblea que celebra es la co peñan un auténtico ministerio litúrgico”
munidad de los bautizados que “ por el (SC 29).
nuevo nacimiento y por la unción del Espí
ritu Santo, quedan consagrados como ca 1144. Así, en la celebración de los sacra
sa espiritual y sacerdocio santo para que mentos, toda la asamblea es “liturgo” , ca
ofrezcan a través de todas las obras pro da cual según su función, pero en “la uni
pias del cristiano, sacrificios espirituales” dad del Espíritu” que actúa en todos. En
(LG 10). Este “sacerdocio común” es el de las celebraciones litúrgicas, cada cual, mi
Cristo, único Sacerdote, participado por nistro o fiel, al desempeñar su oficio, hará
todos sus miembros (cf. LG 10; 34; PO 2): todo y sólo aquello que le corresponde
según la naturaleza de la acción y las nor
La Madre Iglesia desea ardientemente
mas litúrgicas” (SC 28).
que se lleve a todos los fieles a aquella
paiLcipación plena, consciente y activa
en las celebraciones litúrgicas que exige II. ¿Cómo celebrar?
la naturaleza de la liturgia misma y a la
cual tiene derecho y obligación, en virtud Signos y símbolos
del bautismo, el pueblo cristiano “linaje
escogido, sacerdocio real, nación santa, 6347
pueblo adquirido” (1P 2, 9; cf. 2, 4-5) 11-,5. Ur.a celebración sacramental esta
(SC 14). tejida de signos y de símbolos. Según la
1665
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1666
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1668
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
del año. Cada semana, en el día que llamó El día del Señor
‘del Señor’, conmemora su resurrección,
que una vez al año celebra también, junto 6352
con su santa pasión, en la máxima solem 1166. “ La Iglesia, desde la tradición
nidad de la Pascua. Además, en el círculo apostólica que tiene su origen en el mis
del año desarrolla todo el misterio de Cris mo día de la resurrección ce Cristo, cele
to... Al conmemorar así los misterios de la bra el misterio pascual cada ocho días, en
redención, abre la riqueza de las virtudes el día que se llama con razón ‘día del Se
y de los méritos de su Señor, de modo ñor’ o domingo” (SC 106). El día de la Re
que se los hace presentes en cierto modo, surrección de Cristo es a la vez el “primer
durante todo tiempo, a los fieles para que día de la semana” , memorial de' primer
los alcancen y se llenen de la gracia de la día de la creación, y el “octavo día” en que
salvaron” (SC 102). Cristo, tras su “ ;eposo” del gran Sabbat,
inaugura el Día “que hace el Señor” , el
1164. El pueblo de Dios, desde la ley mo “día que no conoce ocaso” (Liturgia bi-
saica, tuvo fiestas fijas a partir de la Pas zantma). El “banquete del Señor” es su
cua, para conmemorar las acciones mara centro, porque es aquí donde toda la co
villosas del Dios Salvador, para darle gra munidad de los fieles encuentra al Señor
cias por ellas, perpetuar su recuerdo y en resucitado que los invita a su banquete
señar a las nuevas generaciones a confor (cf. J n 2 1 ,12; Le 24, 30):
mar con ellas su conducta. En el tiempo El día del Señor, el día de ¡a Resu¡ Lec
de la Iglesia, situado entre la Pascua de ción, el día de los cristianos, es nuestro
Cristo, ya realizada una vez por todas, y día. Por eso es llamado día del Señor: por
su consumación en el Reino de Dios, la li que es en este día cuando el Señor subió
turgia celebrada en días fijos está toda ella victorioso junto al Padre. Si los paganos lo
impregnada por la novedad del Misterio llaman día del sol, también lo hacemos
de Cristo. con gusto; porque hoy ha amanecido la
luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de
1165. Cuando la Iglesia celebra el Miste justicia cuyos rayos traen la salvación (S.
rio de Cristo, hay una palab.a que jalona Jerónimo, pasch.).
su oración: ¡Hoy!, como eco de la oración
que le enseñó su Señor (Mt 6, 11) y de la 1167. El domingo es el día por excelencia
llamada del Espíritu Santo (Hb 3, 7-4, 11; de la Asamblea litúrgica, en que los fieles
Sal 95, 7). Este “ hoy” del Dios vivo al que “deben reunirse para, escuchando la pala
el hombre está llamado a entrar, es la “ Ho bra de Dios y participando en la Eucaris
ra” de la Pascua de Jesús que es eje de tía, recordar la pasión, la resurrección y la
toda la historia humana y la guía: gloria del Señor Jesús y dar gracias a
La vida se ha extendido sobre todos Dios, que los ‘hizo renacer a la esperanza
los seres y todos están llenos de una am viva por la resurrección de Jesucristo de
plia :uz: el O: tente de los onentes invade el entre los muertos’” (SC 106):
universo, y el que existía “antes del lucero Cuando meditamos, oh Cristo, las ma-
ce la mañana” y antes de todos los astros, ravi"as que fueron realizadas en este día
inmortal e inmenso, el gran Cristo brilla de. domingo de tu santa Resurrección,
sobre todos los serec más que el sol. Por decimos: Bendito es el día del domingo,
eso, para nosouas que creemos en él, se porque en éi tuvo comienzo la Creación.,
instaura un día de uz, largo, eterno, que .la salvación del mundo...la renovación del
no se extingue: la Pascua mística (S. Hi género humano...en él el cielo y la tierra se
pólito, pase. i-2). regocijaron y el universo entero quedó lle-
1669
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIARO
.10 de luz. Bendito es el día del domingo, Iglesias buscan hoy un acuerdo, para lle
porque en él fueron abiertas las puertas gar de nuevo a celebrar en una fecha co
del paraíso para que Adán y todos los mún el día de la Resurrección del Señor.
desterrados entraran en él sin temor
(Fanqíth, Oficio siriaco de Antioquia, vol 6, 1171. El año litúrgico es el desarrollo de
1a parte del verano, p.193b). los diversos aspectos dei único misterio
pascual. Esto vale muy particularmente
para el ciclo de las fiestas en torno al Mis
El año litúrgico terio de la Encarnación (Anunciación, Na
vidad, Epifanía) que conmemoran el co
5353
mienzo de nuestra salvación y nos comu
1168. A partir del “Triduo Pascual” , como nican las primicias del misterio de Pascua.
de su fuente de luz, el tiempo nuevo de la
Resurrección llena todo el año litúrgico
El santoral en el año litúrgico
con su resplandor. De esta fuente, por to
das partes, el año entero queda transfigu
6364
rado por la Liturgia. Es realmente “año de
1172. “En la celebración de este círculo
gracia del Señor” (cf. Le 4,19). La Econo
anual de los misterios de Cristo, la santa
mía de la salvación actúa en el marco del
Iglesia venera con especial amor a la bie
tiempo, pero desde su cumplimiento en la
naventurada Madre de Dios, la Virgen Ma
Pascua de Jesús y la efusión del Espíritu
ría, unida con un vínculo indisoluble a la
Santo, el fin de la historia es anticipado,
obra salvadora de su Hijo; en ella mira y
como pregustado, y el Reino de Dios
exalta el fruto excelente de la redención y
irrumpe en el tiempo de la humanidad.
contempla con gozo, como en una ima
1169. Por ello, la Pascua no es simple gen purísima, aquello que ella misma, to
mente una fiesta entre otras: es la “ Fiesta da entera, desea y espera ser” (SC 103).
de las fiestas", “Solemnidad de las solem
1173. Cuando la Iglesia, en el ciclo anual,
nidades” , como la Eucaristía es el Sacra
hace memoria de los mártires y los demás
mento de los sacramentos (el gran sacra
santos “ proclama el misterio pascual
mento). S. Atanasio la llama “el gran do
cumplido en ellos, que padecieron con
mingo” (Ep. fest. 329), así como la Sema
Cristo y han sido glorificados con El; pro
na santa es llamada en Oriente “la gran
pone a los fieles sus ejemplos, que atraen
semana” . El Misterio de la Resurrección,
a todos por medio de Cristo al Padre, y
en el cual Cristo ha aplastado a la muerte,
por sus méritos implora los beneficios di
penetra en nuestro viejo tiempo con su
vinos” (SC 104; cf. SC 108 y 111).
poderosa energía, hasta que todo le esté
sometido.
La Liturgia de las Horas
1170. En el Concilio de Nicea (año 325)
todas las Iglesias se pusieron de acuerdo ©355
para que la Pascua cristiana fuese cele 1174. El Misterio de Cristo, su Encarna
brada el domingo que sigue al plenilunio ción y su Pascua, que celebramos en la
(14 del mes de Nisán) después del equi Eucaristía, especialmente en la Asamblea
noccio de primavera. Por causa de los di dominical, penetra y transfigura el tiempo
versos métodos utilizados para calcular el de cada día mediante la celebración de la
14 del mes de Nisán, en las Iglesias de Liturgia de las Horas, “el Oficio divino” (cf.
Occidente y de Oriente no siempre coinci SC IV). Esta celebración, en fidelidad a las
de la fecha de la Pascua. Por eso, dichas recomendaciones apostólicas de “orar sin
1670
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. l A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
cesar (1Ts 5,17; Ef 6,18), “está estructu los troparios que le siguen), y, a ciertas
rada de tal manera que la alabanza de Horas, las lecturas de los Padres y maes
Dios consagra el curso entero del día y de tros espirituales, revelan más profunda
la noche” (SC 84). Es “la oración pública mente el sentido d d Misterio celebrado,
de la Iglesia” (SC 98) en la cual los fieles ayudan a la inteligencia de los salmos y
(clérigos, religiosos y laicos) ejercen el sa preparan para la oración silenciosa. La
cerdocio real de los bautizados. Celebra lectio divina, en la que la Palabra de Dios
da “según la forma aprobada” por la Igle es leída y meditada para convertirse en
sia, la Liturgia de las Horas “realmente es oración, se enraíza así en la celebración li
la voz de la misma Esposa la que habla al túrgica.
Esposo; más aún, es la oración de Cristo,
con su mismo Cuerpo, al Padre” (SC 84). 1178. La Liturgia de las Horas, que es
como una prolongación de la celebración
1175. La Liturgia de las Horas está lla eucarística, no excluye sino acoge de ma
mada a ser la oración de todo el Pueblo nera complementaria las diversas devo
de Dios. En ella, Cristo mismo “sigue ciones del Pueblo de Dios, particularmen
ejerciendo su función sacerdotal a través te la adoración y el culto del Santísimo Sa
de su Iglesia” (SC 83); cada uno participa cramento.
en ella según su lugar propio en la Iglesia
y las circunstancias de su vida: los sacer
dotes en cuanto entregados al ministerio IV. ¿Dónde celebrar?
pastoral, porque son llamados a perma
6366
necer asiduos en la oración y el servicio
de la Palabra (cf. SC 86 y 96; PO 5); los 1179. El culto “ en espíritu y en verdad”
religiosos y religiosas por el carísma de (Jn 4, 24) de la Nueva Alianza no está liga
su vida consagrada (cf. SC 98); todos los do a un lugar exclusivo. Toda la tierra es
fieles según sus posibilidades: “ Los pas santa y ha sido confiada a los hijos de los
tores de almas debe procurar que las Ho hombres. Cuando los fieles se reúnen en
ras principales, sobre todo las Vísperas, un mismo lugar, lo fundamental es que
los domingos y fiestas solemnes, se cele ellos son las “piedras vivas: , reunidas pa
bren en la Iglesia comunitariamente. Se ra “la edificación de un edificio espiritual”
recomienda que también los laicos recen (1P 2, 4-5). El Cuerpo de Cristo resucitado
el Oficio divino, bien con los sacerdotes o es el templo espiritual de donde brota la
reunidos entre sí, e incluso solos” (SC fuente de agua viva. Incorporados a Cristo
100). por el Espíritu Santo, “somos el templo de
Dios vivo” (2Co 6, 16).
1176. Celebrar la Liturgia de las Horas
exige no solamente armonizar la voz con 1180. Cuando el ejercicio de la libertad
el corazón que ora, sino también “adquirir religiosa no es impedido (cf. DH 4), los
una instrucción litúrgica y bíblica más rica cristianos construyen editicios destinados
especialmente sobre los salmos” (SC 90). al culto divino. Estas iglesias visibles no
son simples lugares de reunión, sino que
1177. Los signos y las letanías de la Ora significan y manifiesian a la Iglesia que vi
ción de las Horas insertan la oración de ve en ese lugar, morada de Dios con los
los salmos en el tiempo de la Iglesia, ex hombres reconciliados y unidos en Cristo.
presando el simbolismo del momento del
día, del tiempo litú. gico o de la fiesta cele 1181. “ En la casa de oración se celebra y
brada. Además, la lectura de la Palabra de se reserva la sagrada Eucaristía, se reúnen
Dios en cada Hora (con los responsorios y los fieles y se venera para ayuda y consue
1671
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
lo de los fieles la presencia del Hijo de 1185. La reun.ón del pueblo de Dios co
Dios, nuestro Salvador, ofrecido por noso mienza por e1Bautismo; por tanto, el tem
tros en el altar del sacrificio. Debe ser her plo debe tener lugar apropiado para la ce
mosa y apropiada para la oración y para lebración del Bautismo y favorecer el re
las celebraciones sagradas” (PO 5; cf. SC cuerdo de las promesas del bautismo
122-127). En esta “casa de Dios”, la ver (agua ¿endita).
dad y la armonía de ios signos que la cons La renovación de la vida bautismal ex'. ■
tituyen deben manifestar a Cristo que está ge la penitencia. Por tanto el templo debe
presente y actúa en este lugar (cf. SC 7): estar preparado para que se pueda expre
sar el arrepentinfento y la recepción del
1182. El altar de la Nueva Alianza es la perdón, lo cual exige asimismo un lugar
Cruz del Señor (cf. Hb 13, 10), de la que apropiado.
manan los sacramentos del Misterio pas
El templo también debe ser un espacio
cual. Sobre el altar, que es el centro de la
que invite al recogimiento y a la oración si
Iglesia, se hace presente el sacrificio de .'a
lenciosa, que prolonga e interioriza la gran
cruz bajo los signos sacramentales. El al
plegai ¡a de la Eucaristía.
tar es también la mesa del Señor, a la que
el Pueblo de Dios es invitado (cf. IGMR
1186. Finalmente, el templo tiene una
259). En algunas liturgias orientales, el al significación escatológica. Para entrar en
tar es también símbolo del sepulcro (Cris la casa de Dios ordinariamente se fran
to murió y resucitó verdaderamente). quea un umbral, símbolo del paso desde
el mundo herido por el pecado al mundo
1183. El tabernáculo debe estar situado de la vida nueva al que todos los hombres
“dentro de las iglesias en un lugar de los son llamados. La Iglesia visible simboliza
más dignos con el mayor honor” (MF). La la casa paterna hacia la cual el pueblo de
nobleza, la disposición y la seguridad del Dios está en marcha y donde el Padre
tabernáculo eucarístico (SC 128) deben “enjugará toda lágrima de sus ojos” (Ap
favorecer la adoración del Señor realmen 21, 4). Por eso también la Iglesia es la ca
te presente en c1 Santísimo Sacramento sa de todos los hijos de Dios ampliamente
del altar. abierta y acogedora.
El Santo Crisma (Myron), cuya unción
es signo sacramental del sello del don del
Espíritu Santo, es tradicionalmente con RESUMEN
servado y vererado en un lugar seguro del 6357
santuario. Se puede colocar junto a él el
1187. La Liturgia es la obra de Cristo to
óleo de los catecúmenos y el de los enfer
tal, Cabeza y Cuerpo. Nuestio Si'mo Sa
mos.
cerdote !a celebra sin cesar en la Liturgia
1184. La sede del obispo (cátedra) o c'el celestial, con la santa Madre de Dios, los
Aoóstolec, todos los santos y la muche
sacerdote debe significar su oficio de
dumbre de seres humanos que han entra
presidente de la asamblea y director de la
do ya en el Reino.
oración” (IGMR 271).
El ambón: "La dignidad de la Palabra 1188. En una celebración litúrgica, toda
de Dios exige que en la iglesia ha'a un si la asamblea es “liturgo", cada cual según
tio reservado para su anuncio, hacia el cu función. El sacerdocio bautismal es el
que, durante la liturgia de la Palabra, se sacerdocio de todo el Cuerpo de Cristo.
vuelva espontáneamente la atención de Pero algunos fieles son ordenados por el
los fieles” (IGMR 272). sacramento del Orden sacerdotal para r -
1672
5 - CATECISMO DE LA IGLESU CATÓLICA. "LA. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1193. El domingo, "día del Señor”, es el 1199. En estos templos, la Iglesia cele-
día principal de la celebración de la Euca b. a el culto público para gloria de 'a San
ristía perqué es el día de la Resurrección.
tísima Trinidad; en ellos escucha la Pa'a-
Es el día de la Asamblea litúrgica por ex
bra de Dios y canta sus alabanzas, eleva
celencia, el día de la lamina cristiana, el día
su oración y ofrece el Sacrificio de Cristo,
del gozo y de descanso del trabajo. El es
sacramentaJmente presente en medio de
fundamento y núcleo de todo e1año litúr
ia asamblea. Estas iglesias son también
gico” (SC 106).
lugares de recogimiento y de oración per
1194. La Iglesia, “en el círculo del año sonal.
desarrolla todo el misterio de Cristo, des
1673
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
mentales que la Iglesia ha recibido de semejanza entre las etapas de la vida na
Cristo, y a la comunión jerárquica. La tural y las etapas de la vida espiritual (cf.
adaptación a las culturas exige una con S. Tomás de A., s.th. 3, 65, ¡).
versión del corazón, y si es preciso, rup
turas con hábitos ancestrales Incompati 1211. Siguiendo esta analogía se expli
bles con la fe católica” (ibid). carán en primer lugar los tres sacramen
tos de la iniciación cristiana (capítulo pri
mero), luego los sacramentos de la cura
RESUMEN
ción (capítulo segundo), finalmente, los
63SQ sacramentos que están al servicio de la
comunión y misión de los fieles (capítulo
1207. Conviene que la celebración de la
tercero). Ciertamente este orden no es el
liturgia tienda a expresarse en la cultura
único posible, pero permite ver que los
del pueblo en que se encuentra la Iglesia,
sin someterse a ella. Por otra aparte, la li sacramentos forman un organismo en el
turgia misma es generadora y formadora cual cada sacramento particular tiene su
de culturas. lugar vital. En este organismo, la Eucaris
tía ocupa un lugar único, en cuanto “sa
1208. Las diversas tradiciones litúrgicas, cramento de los sacramentos” : “todos los
o ritos, legítimamente reconocidas, por otros sacramentos están ordenados a és
significar y comunicar el mismo Misterio te como a su fin” ($. Tomás de A., sth. 3,
de Cristo, manifiestan la catolicidad de la 65,3).
Iglesia.
1675
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITURGICA POST-CONCILIAR
¡67 6
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1677
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
de Dios paganos (Hch 2, 41; 8,12- i 3; 10, fesión de fe, el Bautismo, la efusión del
8; 16, 15). El Bautismo aparece siempre Espíritu Santo, el acceso a la comi.-'ón
ligado a la fe: “Ten fe en e¡ Señor Jesús y eucarística.
te salvarás tú y tu casa” , declara S. Pablo
a su carcelero en Filipos. El reíalo conti 1230. Esta iniciación ha variado mucho a
núa: “el carcelero inmediatamente recibió lo largo ae los siglos y según las circuns
el bautismo, él y todos los suyos” (Hch 16, tancias. En les primeros siglos de la Igle
31-33). sia, la iniciación cristiana conoció un gran
desarrollo, con un largo periodo de cate-
1227. Según el apóstol S. Pablo, por el cumenado, y una serie de ritos preparato
Bautismo el creyente participa en la muer rios que jalonaban litúrgicamente el cami
te de Cristo; es sepultado y resucita con no de la preparación catecumenal y que
él: ¿O es que ignoráis que cuantos fuimos desembocaban en la celebración de los
bautizados en Cristo Jesús, fuimos bauti sacramentos de la iniciación cristiana.
zados en su muerte? Fuimos, pues, con él
sepultados por el bautismo en la muerte, a 1231. Desde que el bautismo de los ni
fin de que, al igual que Cristo fue resucita ños vino a ser la forma habitual de cele
do de entre los muertos por medio de la bración de este sacramento, ésta se ha
gloria del Padre, así también nosotros vi convertido en un acto único que integra
vamos una vida nueva (Rm 6, 3-4; cf. Col de manera muy abreviada las etapas pre
2, 12). Los bautizados se han “revestido vias a la iniciación cristiana. Por su natura
de Cristo” (Ga 3,27). Por el Espíritu Santo, leza misma, el Bautismo de niños exige un
el Bautismo es un baño que purifica, san catecumenado postbautismal. No se trata
tifica y justifica (cf. 1Co 6,11; 12,13). sólo de la necesidad de una instrucción
posterior al Bautismo, sino del desarrollo
1228. El Bautismo es, pues, un baño de necesario de la gracia bautismal en el cre
agua en el que la “semilla incorruptible” cimiento de la persona. Es el momento
de la Palabra de Dios produce su efecto propio de la catequesis.
vivificador (cf. 1P 1,23; Ef 5, 26). S. Agus
tín dirá del Bautismo: “Accedit verbum ad 1232. El Concilio Vaticano II ha restaura
elementum, et fit sacramentum” (“Se une do para la Iglesia latina, “el catecumenado
la palabra a la materia, y se hace el sacra de adultos, dividido en diversos grados”
mento” , ev. lo. 80, 3). (SC 64). Sus ritos se encuentran en el Or
do initiationis christianae adultorum
(1972). Por otra parte, el Concilio ha per
III. La celebración del sacramento de! mitido que “en tierras de misión, además
Bautismo de los elementos de iniciación contenidos
en la tradición cristiana, pueden admitirse
La iniciación cristiana también aquellos que se encuentran en
uso en cada pueblo siempre que puedan
6367
acomodarse al rito cristiano” (SC 65; cf.
1229. Desde los tiempos apostólicos, SC 37-40).
para llegar a ser cristiano se sigue un ca
mino y una iniciación que consta de varias 1233. Hoy, pues, en todos los ritos lati
etapas. Este camino puede ser recorrido nos y orientales la iniciación cristiana de
rápida o lentamente. Y comprende siem adultos comienza con su entrada en el ca
pre algunos elementos esenciales: el tecumenado, para alcanzar su punto cul
anuncio de la Palabra, la acogida del minante en una sola celebración de los
Evai .gelio que lleva a la conversión, la pro tres sacramentos del Bautismo, de la
1678
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
í 679
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCIUAR
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. " L ^ CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
larmente en el bautismo de niños. Por tan 1255. Par? que la gracia ba' 'tismal pueda
to, la Iglesia y los padres privaban al niño desarrollarse es importante la ayuda de
de la gracia inestimable de ser hijo de los padres Ese es también el papel del
Dios si no le administraran el Bautismo padrino o de la madrina, que deben ser
poco después de su nacimiento (cf. CDC creyentes sólidos, capaces y prestos a
can. 867; CCE, can. 681; 686,1). ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto,
en su camino de ia vida cristiana (cb CDC
1251. Los padres cristianos deben reco can. 872-874). Su tarea es una verdadera
nocer que esta práctica corresponde tam función eclesial (officium\ cf. SC 67). Toda
bién a su misión de alimentar la v,da que la comunidad eclesial participa de la res
Dios les ha confiado (cf. LG 11; 41; GS 48; ponsabilidad de desarrollar y guardar la
CDC can. 868). gracia recibida en el Bauhsmo.
1681
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CCNCILIAR
dar !a nrvsión que ha recibido del Señor de nos permiten confiar en que haya un cami
hacer “renacer del agua y del espíritu a no de salvación para los niños que muerer.
todos los que pueden ser bautizados. sin Bautismo. Po' esto es más apremiante
Dios ha vinculado la salvación al sacra aún la llamada de la Iglesia a no impedir
mento del Bautismo, pero su intervención que los niños pequeños vengan a Cristo
salvifica no queda reducida a los sacra por el don del santo bautismo.
mentos.
1260. “Cristo murió por todos y la voca 1263. Po’- el Bautismo, todos los peca
ción última del hombre en realmente una dos son perdonados, el pecado original y
sola, es decir, la vocación divina. En con .odos los pecados personales así como
secuencia, debemos mantener que el Es todas 'as penas del pecado (cf. DS 1316).
píritu Santo ofrece a todos la posibilidad En efecto, en los que han sido regenera
de que, de un modo conocido sólo por dos no permanece nada que les impida
Dios, se asocien a este misterio pascual” entrar en el Reino de Dios, ni el pecado de
(GS 22; cf. LG 16; AG 7) Todo hombre Adán, ni el pecado personal, ni las conse
que, ignorando el evangelio de Cristo y su cuencias del pecado, la más grave de las
’glesia, busca la verdad y hace la voluntad cuales es la separación de Dios.
de Dios según él la conoce, puede ser sal
vado. Se puede suponer que semejantes 1264. No obstante, en el bautizado per
personas habrían deseado explícitamente manecen ciertas consecue' .cias tempora
el Bautismo si hubiesen conocido su ne les del pecado, co. no los sufrimientos, la
cesidad. enfermedad, la muerte o las fragilidades
inherentes a la vida como las debilidades
1261. En cuanto a los n!ños muertos sin de carácter, etc., así como una :nclinación
Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos al pecado que la Tradición llama concu ■
a la misericordia divina, como hace en el piscencia, o “fomes peccati": La concu-
rito de las exequias por ellos. En efecto, la p'scencia, dejada para el combate, no
gran misericordia de Dios, que quiere que puede dañar a los que no la consienten y
tocos los hombres se salven (cf. 1Tm 2, 4) la resisten con coraje por la gracia de Je
y la ternura de Jesús con los niños, que le sucristo. Antes bien ‘el que legítimamente
hizo decir: 1Dejad que los niños se acer luchare, será coronado’ (2Tm 2 5)” (Ce de
quen a mí, no se lo impidáis” (Me 10, 14), Trento: DS 1515).
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCIUAR
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
ción de las manos la ha sido con toda ra 1291. Una costumbre de la Iglesia de Ro
zón considerada por la tradición católica ma facilitó el desarrollo de la práctica oc
como el punitivo origen del sacramento cidental; había una doble unción con el
de la Confirmación, el cual peipetúa, en santo crisma después del Bautismo: reali
cierto modo, en la Iglesia, la gracia de zada ya una por el presbítero al neófito al
Pentecostés” (Pablo VI, consi. apost. “ Di- salir del baño bautismal, es completada
vinae consortium naturae”). por una segunda unción hecha por el
obispo en la frente de cada uno de los re
1289. Muy pronto, para mejor significar cién bautizados (véase S. Hipólito ae Ro
el don del Espíritu Santo, se añadió a la ma, Trad. Ap. 21). La primera unción con
imposición de las manos una unción con el santo crisma, la que daba el sacerdote,
óleo perfumado (crisma). Esta unción ilus quedó unida al rito bautismal; significa la
tra el nombre de “cristiano” que significa participación del bautizado en las funcio
“ungido” y que tiene su origen en el nom nes profética, sacerdotal y real de Cristo.
bre de Cristo, al que “ Dios ungió con el Si el Bautismo es conferido a un adulto,
EspTitu Santo” (Hch 10, 38). Y este rito de sólo hay una unción postbautismal: la de
la unción existe hasta nuestros días tanto la Confirmación.
en Oriente como en Occidente. Por eso en
Oriente, se llama a este sacramento cris- 1292. La práctica de las Iglesias de
mación, unción con el crisma, o myron, Oriente destaca más la unidad de la inicia
que significa “crisma” . En Occ:dente el ción cristiana. La de la Iglesia latina expre
nombre de Confirmación sugiere que este sa más netamente la comunión del nuevo
sacramento al mismo tiempo confirma el cristiano con su obispo, garante y servidor
Bautismo y robustece la gracia bautismal. de la unidad de su Iglesia, de su catolici
dad y su apostolicidad, y por ello, el vín
culo con los orígenes apostólicos de la
Dos tradiciones: Oriente y Occidente
Iglesia de Cristo.
6079
1290. En los primeros siglos la Confirma II. Los signos y el rito de la Confirmación
ción constituye generalmente una única
celebración con el Bautismo, y forma con 6380
éste, según la expresión de S. Cipriano, 1293. En el rito de este sacramento con
un “sacramento doble. Entre otras razo viene considerar el signo de la unción y lo
nes, la multiplicación de los bautismos de que la unción designa e imprime: el sello
niños, durante todo el tiempo del año, y la espiritual.
multiplicación de las parroquias (rurales), La unción, en el simbolismo bíblico y
que agrandaron las diócesis, ya no permi antiguo, posee numerosas significacio
te la presencia del obispo en todas las ce nes: el aceite es signo de abundancia (cf.
lebraciones bautismales. En Occidente, Dt 11, 14, etc.) y de alegría (cf. Sal 23, 5;
por el deseo de reservar al obispo el acto 104,15); purifica (unción antes y después
de conferir ía plenitud al Bautismo, se es del baño) y da agilidad (la unción de los
tablece la separación temporal de ambos atletas y de los luchadores); es signo de
sacramentos. El Oriente ha conservado curación, pues suaviza las contusiones y
unidos ios dos sacramentos, de modo las heridas (cf. Is 1, 6; Le 10, 34) y el ungi
que la Confirmación es dada por el presbí do irradia belleza, santidad y fuerza.
tero que bautiza. Este, sin embargo, sólo
puede hacerlo con el “myron” consagrado 1294. Todas estas significaciones de la
por un obispo (cf. CCE, can. 695,1; 696,1). unción con aceite se encuentran en la vida
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. ''LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONClUAR
tu de tu santo temor. Por Jesucristo nues - nos concede una fuerza especial del
tro Señor. Espíritu Santo para difundir y defender la
fe metí ante la palabra y las obras como
1300. Sigue el rito esencial del sacra verdaderos testigos de Cristo, para confe
mento. En el rito latino, “el sacramento de sar valientemente el nombre de Cristo y
la confirmación es conferido por la unción para no sentir jamás vergüenza de la cruz
del santo crisma en la frente, hecha impo (cf. DS 1319; LG 11,12):
niendo la mano, y con estas palabras:
Recuerda, pues, que has recibido el
“ Recibe por esta señal el don del Espíritu
signo espiritual, el Espíritu de sabiduría e
Santo” (Paulus VI, Const. Ap. Divinae
inteligencia, el Espíritu de consejo y de
consortium naturae). En las Iglesias orien
fortaleza, el Espíritu de conocimiento y de
tales, la unción del myron se hace des
piedad, el Espíritu de temor santo, y
pués de una oración de epíclesis, sobre
guarda lo que has recibido. Dios Padre te
las partes más significativas del cuerpo:
ha marcado con su signo, Cristo Señor te
la frente, los ojos, la nariz, los oídos, los
ha confirmado y ha cuesto en tu corazón
labios, el pecho, la espalda, las manos y
la prenda del Esp;'itu (S. Ambrosio, Myst.
los pies, y cada unción va acompañada
7, 42).
de la fórmula: “Sello del don que es el Es
píritu Santo” . 1304. La Confirmación, como el Bautis
mo del que es la plenitud, sólo se da una
1301. El beso de paz con el que concluye
vez. La Confirmación, en efecto, imprime
el rito del sacramento significa y manifies
en el alma una marca espiritual indeleble,
ta la comunión eclesial con el obispo y
el “carácter” (cf. DS 1609), que es el signo
con todos los fieles (cf. S. Hipólito, Trad.
de que Jesucristo ha marcado al cristiano
Ap. 21).
con el sello de su Espíritu revistiéndolo de
la fuerza de lo alto para que sea su testigo
III. Los efectos de la Confirmación (cf. Le 24, 43-49).
16L8
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
6383
1330. Memorial de la pasión y de la resu
rrección del Señor. 1333. En el corazón de la celebración de
la Eucaristía se encuentran el pan y el vino
Santo Sacrificio, porque actualiza el que, por las palabras de Cristo y por la in
único sacrificio de Cristo Salvador e inclu vocación del Espíritu Santo, se conv.erten
ye la ofrenda de la Iglesia; o también san en el Cuerpo y la Sang e de Cristo. Fiel a la
to sacrificio de la misa, “sacrificio de ala orden del Seño., la Iglesia continúa ha
banza” (Hch 13,15; cf. Sal 116,13.17;, sa ciendo, en memoria de él, hasta su retorno
crificio espiritual (cf. 1P 2, 5), sacrificio pu glorioso, lo que él hizo la víspera de su pa
ro (cf. Mt 1, 11) y santo, puesto que com sión: “Tomó oan...” , “tomó el cáliz heno de
pleta y supera todos los sacrificios de la vino...” . Al convertirse misteriosamente en
Antigua Alianza. el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los signos
Santa y divina Liturgia, porque toda la del pan y del vino siguen significando tam
liturgia de la iglesia encuentra su centro bién la bondad de la creación. Así, en el
y su expresión más densa en la celebra ofertorio, damos gracias al Creador por el
ción de este sacramento; en el mismo pan y el vino (cf. Sal 104,13-15). fruto “del
sentido se la llama también celebración trabajo del hombre”, pero antes, “fruto de
de los santos misterios. Se habla tam la tierra” y “de la vid” , dones de' Creador.
bién del Santísimo Sacramento porque La Iglesia ve en el gesto de Melquisedec,
es el Sacramento de los Sacramentos. rey y sacerdote, que “ofreció pan y vino”
Con este nombre se designan las espe (Gn 14,18) una prefiguración de su propia
cies eucaríst'cas guardadas en el sagra ofrenda (cf. MR, Canon Romano £5).
rio.
1334. En la Antigua Alianza, el pan y el vi
no eran ofrecidos como sacrificio entre las
1331. Comunión, peque por este sacra
pnmicias de la tierra en señal de reconoci
mento nos unimos a Cristo que nos hace
miento al Creador. Pero reciben también
partícipes de su Cuerpo y de su Sangre
una nueva significación en el contexto del
para formar un solo cuerpo (cf. 1Co 10,
Éxodo: los panes ácimos que Israel come
16-17); se la llama también las cosas san
cada año en la Pascua conmemoran la sa
tas [ia hagla; sancla] (Const. Apost. 8,13,
lida apresurada y liberadora de Egipto. El
12; Didaché 9, 5; 10, 6) - es el sentido pri
recuerdo del maná del desierto sugerirá
mero de ia comunión de los santos de que
siempre a Israel que vive del pan de la Pa
habla el Símbolo de los Apóstoles -, pan
labra de Dios (Dt 8, 3). Finalmente, el pan
de ¡os ángeles, pan del cielo, medicina de de cac'a día es el fruto de la Tie..a prome
inme talidad (S. Ignacio de Ant. Eph 20, 2), tida, prenda de la fidelidad de Dios a sus
viático... promesas. El “cáliz de bendición” (1Co
10, 16), al final del banquete pascual de
1332. Santa Misa porque la liturgia en la los judíos, añade a la alegría festiva del vi
que se realiza el misteno de salvación se ne una d:mensión escatológica, la de 'a
termina c^n el en-'ío de los rieies (missio) a espera mesiánica cel restablecimiento de
fm de que cumplan la voluntad de Dio-: en Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía
su vida cotidiana. dando un sentido nuevo y definii.vo a la
bendición del pan y del cáliz.
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA» CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
venga” (1Co 11, 26), no exige solamente diversidad de tradiciones rituales litúrgi
acordarse de Jesús y de lo que hizo. Re cas. He aquí lo que el san.o escribe, hacia
quiere la celebración litúrg:ca por los el año 155, para explicar al emperador pa
apóstoles y sus si cesc~es del memorial gano Antonino Pío (138-161) ío que hacen
de Cíisto, de su vida, de su muerte, de su los cristianos:
resurrección y de su intercesión junto al El día que se llama día del sol tiene lu
Padre. gar la reunión en un mismo sitio de todos
los que habitan en la ciudad o en el cam
1342. Desde el comienzo la Iglesia fue
po.
fiel a la orden del Señor. De la Iglesia de
Jerusalén se dice: Acudían asiduamente a Se leen las memorias de los Apóstoles
la enseñanza de los apóstoles, fieles a la y los escritos de los profeias, tanto tiempo
como es posible.
comunión fraterna, a la fracción de! pan y
a las oraciones...Acudían al Templo todos Cuando el lector ha terminado, el que
los días con perseverancia y con un mis oreside toma la palabra para incitar y ex
mo espíritu, partían el pan por las casas y hortar a la imitación de tan bellas cosas.
tomaban el alimento con alegría y con Luego nos levantamos todos juntos y
sencillez de corazón (Hch 2, 42.46). oramos por nosotros...y por todos los de
más donde quiera que estén a fin de que
1343. Era sobre todo “el primer día de la seamos hallados justos en nuestra vida y
semana", es decir, el domingo, el día de la nuestras acciones y seamos fieles a los
resurrección de Jesús, cuando los cristia mandamientos para alcanza así la salva
nos se reunían para “ partir el pan” (Hch ción eterna.
20, 7). Desde entonces hasta nuestros dí
Cuando termina esta oración nos be
as la celebración de la Eucaristía se ha
samos unos a otros.
perpetuado, de suerte que hoy la encon
tramos por todas partes en la Iglesia, con Luego se lleva al que preside a los her
la misma estructura fundamental. Sigue manos pan y una copa de agua y de vino
siendo el centro de la vida de la Iglesia. mezclados.
El presidente los toma y eleva alaban
1344. Así, de celebración en celebración, za y gloria al Padre del universo, por el
anunciando el misterio pascual de Jesús nombre del Hijo y del Espíritu Santo y da
' hasta que venga” (1Co 11, 26), el pueblo gracias (en griego: eucharístian) largamen
de Dios peregrinante “camina por la sen te porque hayamos sido juzgados dignos
da estrecha de la cruz” (AG 1) hacia el de estos dones.
banquete celestial, donde todos los elegi Cuando terminan las oraciones y las
dos se sentarán a la mesa del Reino. acciones de gracias todo el pueblo pre
sente pronuncia una aclamación diciendo:
IV. La celebración litúrgica Amén.
de la Eucaristía Cuando el que preside ha hecho la ac
ción de gracias y el pueblo le ha respondi
La misa de todos los siglos do, los que entre nosotros se llaman Diá
conos distribuyen a todos los que están
6331
presentes pan, vino y agua “eucaristiza-
1345. Desde el siglo II, según el testimo dos” y los llevan a los ausen.es (S. Justi
nio de S. Justino mártir, Leñemos las gran no, apol. 1,65; 67).
des líneas del desarrollo de la celebración
eucarística. Estas han permanecido inva 1346. La liturgia de la Eucaristía se desa
riables hasta nuestros días a través de la rrolla conforme a una estructura funda
1694
5 - CATECISMO DE U IGLESIA CATOLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1352. La Anáfora: Con la plegaria euca Porque este pan y este vino han sido,
ristía, oración de acción de gracias y de según la expresión antigua “eucaristiza-
consagración llegamos al corazón y a la dos”, “llamamos a este alimento Eucaris
cumbre de la celebración: tía y nadie puede tomar parte en él si no
en el prefacio la Iglesia da gracias al cree en la verdad de lo que se enseña en
Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo, por tre nosotros si no ha recibido el baño pa
todas sus obras, p e ' la creación, la reden ra el perdón de los pecados y el nuevo na
ción y la santificación. Toda la asamblea se cimiento, y si no vive según los preceptos
une entonces a la alabanza incesante que de Cristo” (S. Justino, apol. 1,86,1-2).
la Iglesia celestial, los ángeles y todos los
santos, cantan al Dios tres veces santo;
V. El sacrificio sacramental:
1353. en la epíclesis, la Iglesia pide al Pa acción de gracias, memorial, presencia
dre que envíe su Espíritu Santo (o el poder
de su bendición (cf. MR, canon romano, 6333
90) sobre el pan y el vino, para que se 1356. Si los cristianos celebran la Euca
conviertan por su poder, en el Cuerpo y la ristía desde los orígenes, y de forma que,
Gangie de Jesucristo, y que quienes to en su substancia, no ha cambiado a tra
man parte en la Eucaristía sean un solo vés de la gran diversidad de épocas y de
cuerpo y un solo espíritu (algunas tradicio liturgias, sucede porque sabemos que es
nes litúrgicas colocan la epíclesis después tamos sujetos al mandato del Señor dado
de la anámnesis) la víspera de su pasión: “haced esto en
en el relato de la insiituclón, la fuerza memoria mía (1 Co 11, 24-25).
de las palabras y de la acción de Cristo y
el poder del Espíritu Santo hacen sacra 1357. Cumplimos este mandato del Se
mentalmente presentes bajo las especies ñor celebrando el memorial de su sacrifi
de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, cio. Al hacerlo, ofrecemos al Padre lo que
su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez él mismo nos ha dado: los dones de su
para siempre Creación, el pan y el vino, convertidos por
el poder del Espíritu Santo y las palabras
1354. en la anámnesis que sigue, la Igle de Cristo, en el Cuerpo y la Sangre del
sia hace memoria de la pasión, de la resu mismo Cristo: Así Cristo se hace real y
rrección y del retorno glorioso de Cristo misteriosamente presente.
Jesús; presenta al Padre la ofrenda de su
hijo que nos reconcilia con él; 1358. Por tanto, debemos considerar la
en las intercesiones, la Iglesia expresa Eucaristía:
que la Eucaristía se celebra en comunión
- como acción de g. ac as y aiabanza
con toda la Iglesia del cielo y de la tierra,
al Padre
de los vivos y de los difuntos, y en comu
- como memorial del sacrificio de Cr,s-
nión con los pastores de la Iglesia, el Pa
to y de su Cuerpo,
pa, el obispo de la diócesis, su presbiterio
- como presencia de Cristo oor el po
y sus diáconos y todos los obispos del
der de su Palabra y de su Espíritu.
mundo entero con sus igles.as.
1696
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBF ACIÓN DEL MISTERIO CRISTI/' NO"
banza en acción de gracias por la obra de se hacen, en cierta forma, presentes y ac
la c.eación. En el sacrificio eucarístico, to tuales. De esta manera Israel entiende su
da la creación amada por Dios es presen liberación de Egipto: cada vez que es ce
tada al Padre a través de la muerte y resu lebrada la pascua, los acontecimientos
rrección de Cristo. Por Cristo, la Iglesia del Exodo se hacen presentes a la memo
puede ofrecer el sacrificio de alabanza en ria de los creyentes a fin de que confor
acción de gracias por todo lo que Dios ha men su vida a estos acontecimientos.
hecho de bueno, de bello y de justo en la
creación y en la humanidad. 1364. El memorial recibe un sentido nue
vo en el Nuevo Testamento. Cuando la
1360. La Eucaristía es un sacrificio de iglesia celebra la Eucaristía, hace memo
acción de gracias al Pad'e, una bendición ria de la Pascua de Cristo y esta se hace
por la cual la lgles:a expresa su reconoci presente: el sacrificio que Cristo ofreció
miento a Dios por todos sus beneficios, de una vez para siempre en la cruz, per
por todo lo que ha realizado mediante la manece siempre actual (cf. Hb 7, 25-27):
creación, la redención y la santificación. “ Cuantas veces se renueva en el a'tar el
“ Eucaristía” significa, ante todo, acción de sacrificio de la cruz, en el que Cristo,
gracias. nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la
obra de nuestra redención” (LG 3).
1361. La Eucaristía es también el sacrifi
cio de alabanza por medio del cual la Igle 1365. Por ser memorial de la Pascua de
sia canta la gloria de Dios en nombre de Cristo, la Eucaristía es también un sacrifi
toda la creación. Este sacrificio de ala cio. El carácter sacrificial de la Eucaristía
banza sólo es posible a través de Cristo: se manifiesta en las palabras mismas de
él une los fieles a su persona, a su ala la institución: “ Esto es mi Cuerpo que será
banza y a su intercesión, de manera que entregado por vosotros" y “ Esta copa es
el sacrificio de alabanza al Padre es ofre la nueva Alianza en mi sangre, que será
cido po r Cristo y con Casto para ser derramada por vosotros” (Le 22, 19-20).
aceptado en él. En la Eucaristía, Cristo da el mismo cuer
po que por nosotros entregó en la cruz, y
la sangre misma que “derramó por mu
El memorial sacrificial de Cristo y de su
chos para remisión de los pecados” (Mt
Cuerpo, que es la Iglesia
26, 28).
1362. La Eucaristía es el memorial de la
1366. La Eucaristía es, pues, un sacrificio
Pascua de Cristo, la actualización y la
porque representa (= hace presente) el sa
ofrenda sacramental de su único sacrifi
crificio ue la cruz, porque es su memorial y
cio, en la liturgia de la Iglesia que es su
aplica su fruto:
Cuerpo. En todas las plegarias eucarísti-
cas encontramos, tras las palabras de la (Cristo), nuestro Dios y Señor, se ofre
institución, una oración llamada anámne ció a Dios Padre una vez por todas, mu
sis o memorial. riendo como intercesor sobre el aliar de la
cruz, a fin de realizar para ellos (los hom
1363. En el sentido empleado por la Sa bres) una redención eterna. Sin embargo,
grada Escritura, el memorial no es sola como su muerte no debía poner fin a su
mente el recuerdo de los acontecimientos sacerdocio (Hb 7, 24.27), en la última Ce
del pasado, sino la proclamación de las na, “ la noche en que fue entregado” (1Co
maravillas que Dios ha realizado en favor 11,23), quiso dejar a la Iglesia, su esposa
de los hombres (cf. Ex 13, 3). En la cele amada, un sacrificio visible (como lo recla
bración litúrgica, estos acontecimientos ma la naturaleza humana), donde sería re
1697
CUARTA PARTE: OTR.-. DOCUMENTACIÓN LITÜRC;CA POST-CONCILIAR
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
hallareis, os acordéis de mi ante el altar Iglesia, “allí donde dos o tres estén reuni
del Señor (S. Mónica, antes de su muerte, dos en mi nombre” (Mt 18, 20), en los po
a S. Agustín y su hermano, Conf. 9, 9, 27). bres, los enfermos, los presos (Mt 25, 31-
A continuación oramos (en la anáfora) 46), en los sacramentos de los que él es
por los santos padres y obispos difuntos, autor, en el sacrificio de la misa y en la
y en general por todos los que han muerto persona de.' ministro. Pero, “sobre todo,
antes que nosotros, creyendo que será de (está presente) bajo las especies eucarísti-
gran provecho para las almas, en favor de cas” (SC 7).
las cuales es ofrecida la súplica, mientras
se haila presente la santa y adorable vícti 1374. El modo de presencia de Cristo
ma...Presentando a Dios nuestras súpli bajo las especies eucarísticas es singular.
cas por los que han muerto, aunque fue Eleva la eucaristía por encima de todos
sen pecadores,... presentamos a Cristo los sacramentos y hace de ella “como la
inmolado por nuestros pecados, haciendo perfección de la vida espiritual y el fin al
prop'cio para ellos y para nosotros al Dios que tienden todos los sacramentos"' (S.
amigo de los hombres (s. Cirilo de Jerusa- Tomás de A., s.th. 3, 73, 3). En el santísi
lén, Cateq. mist. 5, 9.10). mo sacramento de la Eucaristía están
“contenidos verdadera, real y substancial
1372. S. Agustín ha resumido admirable mente el Cuerpo y la Sangre junto con el
mente esta doctrina que nos impulsa a alma y la divinidad de nuestro Señor Je
una participaron cada vez más completa sucristo, y, por consiguiente, Cristo ente
en el sacrificio de nuestro Redentor que ro (Ce. de Trento: DS 1651). “ Esta pre
celebramos en la Eucaristía: sencia se denomina 'real’, no a título ex
Esta ciudad plenamente rescatada, es clusivo, como si las otras presencias no
decir, la asamblea y la sociedad de los fuesen 'reales’, sino por excelencia, por
santos, es ofrecida a Dios como un sacri que es substancial, y por ella Cristo, Dios
ficio universal por el Sumo Sacerdote que, y hombre, se hace totalmente presente”
bajo la forma de esclavo, llegó a ofrecerse (MF 39).
por nosotros en su pasión, para hacer de
nosotros el cuerpo de una tan gran Cabe 1375. Mediante la conversión del pan y
za...Tal es el sacrificio de los cristianos: del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se
“siendo muchos, no formamos más que hace presente en este sacramento. Los
un sólo cuerpo en Cristo” (Rm 12,5). Y es Padres de la Iglesia afirmaron con fuerza
te sacrificio, la Iglesia no cesa de reprodu la fe de la Iglesia en la eficacia de la Pala
cirlo en el Sacramento del altar bien cono bra de Cristo y de la acción del Espíritu
cido de los fieles, donde se muestra que Santo para obrar esta conversión. Así, S.
en lo que ella ofrece se ofrece a sí misma Juan Crisóstomo declara que:
(civ. 10, 6). No es el hombre quien hace que las
cosas ofrecidas se conviertan en Cuerpo y
La presencia de Cristo por el poder de su Sangre de Cristo, sino Cristo mismo que
Palabra y del Espíritu Santo fue crucificado por nosotros. El sacerdote,
figura de Cristo, pronuncia estas palabras,
0304 pero su eficacia y su gracia provienen de
1373. “Cristo Jesús que murió, resucitó, Dios. Esto es mi Cuerpo, dice. Esta pala
que está a la derecha de Dios e intercede bra transforma las cosas ofrecidas (Prod.
por nosotros” (Rm 8, 34), está presente de Jud. 1, 6).
múltiples maneras en su Iglesia (cf. LG Y san Ambrosio dice respecto a esta
48): en su Palabra en la oración de su conversión:
1699
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
Estemos bien persuadidos de que es mayor cuidado las hostias consagradas,
to no es lo que la naturaleza ha producido, presentándolas a los fieles para que las
sino lo que la bendición ha consagrado, y veneren con solemnidad, llevándolas en
de que la fuerza de la bendición supera a procesión" {MF 56).
la de la naturaleza, porque por la bendi
ción la naturaleza misma resulta cambia 1379. El Sagrario (tabernáculo) estaba
da...La palabra de Cristo, que pudo hacer primeramente destinado a guardar digna
de la nada lo que no existía, ¿no podría mente la Eucaristía para que pudiera ser
cambiar las cosas existentes en lo que no llevada a los enfermos y ausentes fuera de
eran todavía? Porque no es menos dar a la misa. Por la profundizaron de la fe en la
las cosas su naturaleza primera que cam presencia real de Cristo en su Eucaristía,
biársela (myst. 9, 50.52). la Iglesia tomó conciencia del sentido de
la adoración silenciosa del Señor presente
1376. El Concilio de Trento resume la fe bajo las especies eucarísticas. Por eso, el
católica cuando afirma: “Porque Cristo, sagrario debe estar colocado en un lugar
nuestro Redentor, d:jo que lo que ofrecía particularmente digno de la ig'esia; debe
bajo la especie de pan era verdaderamen estar construido de tal forma que subraye
te su Cuerpo, se ha mantenido siempre en y manifieste la verdad de la presencia real
la Iglesia esta convicción, que declara de de Cristo en el santo sacramento.
nuevo el Santo Concilio: por la consagra
ción del pan y del vino se opera el cambio 1380. Es grandemente admirable que
de toda la substancia del pan en la subs Cristo haya querido hacerse presente en
tancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor su Iglesia de esta singular manera. Puesto
y de toda la substancia del vino en la que Cristo iba a dejar a los suyos bajo su
substancia de su sangre; la Iglesia católica forma visible, quiso darnos su presencia
ha llamado justa y apropiadamente a este sacramental' puesto que 10a a ofrecerse
cambio transubstanciación” (DS 1642). en la cruz por muestra salvación, quiso
que tuviéramos el memorial del amor con
1377. La presencia eucarística de Cristo que nos había amado “hasta el fin” (Jn 13,
comienza en el momento de la consagra 1), hasta el don de su vida. En efecto, en
ción y dura todo el tiempo que subsistan su presencia eucarística permanece mis
las especies eucarísticas. Cristo está todo teriosamente en medio de nosotros como
entero presente en cada una de las espe quien nos amó y se entregó por nosotros
cies y todo entero en cada una de sus (cf. Ga 2, 20), y se queda bajo los signos
partes, de modo que la fracción del pan que expresan y comunican este amor:
no d'vide a Cristo (cf. Ce. de Trento: DS La Iglesia y el mundo tienen una gran
1641). necesidad del culto eucarístico. Jesús nos
espera en este sacramento del amor. No
1378. El culto de la Eucaristía. En la litir- escatime mos tiempo para ir a encontrarlo
gia de la misa expresamos nuestra fe en la en la adoración, en la contémplac án llena
presencia real de Cristo bajo 'as especies de fe y ab'erta a reparar las faltas graves y
de pan y de vino, entre otras maneras, delitos del mundo. No cese nunca nuestra
arrodillándonos o inclinándonos profun adoración. (Juan Pablo II, lit. Dominicae
damente en señal de adoración al Señor. Cer.ae, 3).
' La Iglesia católica ha dado y continua
dando este culto de adoración que se de 1381. “La presencia del verdadero Cuer-
be al sacramento de la Eucaristía no sola po de Cristo y de la verdadera Sangre de
mente durante la misa, sino también fuera Cristo en este sacramento, "no se conoce
de su celebración: conservando con el por los sentidos, dice S. Tomás, sino solo
1700
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
por la fe, la cual se apoya en la autoridad representa los dos aspectos de un mismo
cíe Dios’. Por ello, comentando e> texto de misterio: el altar del sacrificio y la mesa
S. Lucas 22, 19: 'Esto es mi Cuerpo que del Señor y esto, tanto más cuanto que el
será entregado por vosotros’, S. Cirilo de altar cristiano es el símbolo de Cristo mis
clara: 'No te preguntes si esto es verdad, mo, presente en medio de la asamblea de
sino acoge más bien con fe las palabras sus fieles, a la vez como ia víctima ofreci
del Señor, porque él, que es la Verdad, no da por nuestra reconciliación y como ali
miente” (S. Tomás de Aquino, s.th. 3, 75,1, mento celestial que se nos da. “¿Qué es,
citado por Pablo VI, MF 18): en efecto, el altar de Cristo sino la imagen
del Cuerpo de Cristo?” , dice S. Ambrosio
Adoro te devote, latens Deitas, (sacr. 5, 7), y en otro lugar: “ El altar repre
Quae sub his í:guris vere tatúas: senta el Cuerpo (de Cristo), y el Cuerpo de
Tibi se cor meum totum subjicit, Cristo está sobre el altar” (sacr. 4, 7). La li
Quia te contemplans totum déficit. turgia expresa esta unidad del sacrificio y
Visus, gustus, tactus in te fallitur, de ia comunión en numerosas oraciones.
Sed auditu solo tuto creditur: Así, la Iglesia de Roma ora en su anáfora:
Credo quidquod dixit Dei Filius: Te pedimos humildemente, Dios todo
Nil hoc Veritatis verbo verius. poderoso, que esta ofrenda sea llevada a
tu presencia hasta el altar del cielo, por
(Adorote devotamente, oculta Deidad, manos de tu ángel, para que cuantos reci
que bajo estas sagradas especies te ocul bimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al
tas verdaderamente: participar aquí de este altar, seamos col
A ti mi corazón totalmente se somete, mados de gracia y bendición.
pues al contemplarte, se siente desfalle
cer por comoleto.
“Tomad y comed todos de él” :
La vista, el tacto, el gusto, son aquí falaces; la comunión
sólo con el oído se llega a tener fe segura.
Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios, 1384. El Señor nos dirige una invitación
nada más verdadero que esta palabra de urgente a recibirle en el sacramento de la
Verdad.) Eucaristía: “En verdad en verdad os digo:
si no coméis la carne del Hijo del hombre,
y no bebéis su sangre, no tendréis vida en
V!. El banquete pascual vosotros” (Jn 6, 53).
1701
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1702
5 - CATECISf-10 DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
de la vida cristiana necesita ser alimenta para el pecado vivamos para Dios (S. Ful
do por la comunión eucarística, pan de gencio de Ruspe, Fab. 28, 16-19).
nuestra peregrinación, hasta el momento
de la muerte, cuando nos sea dada como 1395. Por la misma caridad que enciende
viático. en nosotros, la Eucaristía nos preserva de
futuros pecados mortales. Cuanto más
1393. La comunión nos separa del peca participamos en la vida de Cristo y más
do. El Cuerpo de Cristo que recibimos en progresamos en su amistad, tanto más di
la comunión es “entregado por nosotros” , fícil se nos hará romper con él por el peca
y la Sangre que bebemos es “derramada do mortal. La Eucaristía no está ordenada
por muchos para el perdón de los peca al perdón de los pecados mortales. Esto
dos” . Por eso la Eucaristía no puede unir es propio del sacramento de la Reconci
nos a Cristo sin purificarnos al mismo liación. Lo propio de la Eucaristía es ser el
tiempo de los pecados cometidos y pre sacramento de los que están en plena co
servarnos de futuros pecados: munión con la Iglesia.
“Cada vez que lo recibimos, anuncia
1396. La unidad del Cuerpo místico: La
mos la muerte del Señor” {1Co 11, 26). Si
Eucaristía hace la Iglesia. Los que reciben
anunciamos la muerte del Señor, anuncia la Eucaristía se unen más estrechamente
mos también el perdón de los pecados . a Cristo. Por ello mismo, Cristo los une a
Si cada vez que su Sangre es derramada, todos los fieles en un solo cuerpo: la Igle
lo es para el perdón de los pecados, debo sia. La comunión renueva, fortifica, pro
recibirle siempre, para que siempre me fundiza esta incorporación a la Iglesia rea
perdone los pecados. Yo que peco siem lizada ya por el Bautismo. En el Bautismo
pre, debo tener siempre un remedio (S. fuimos llamados a no formar más que un
Ambrosio, sacr. 4, 28). solo cuerpo (cf. 1Co 12,13). La Eucaristía
realiza esta llamada: “El cáliz de bendición
1394. Como el alimento corporal sirve
que bendecimos ¿no es acaso comunión
para restaurar la pérdida de fuerzas, la Eu
con la sangre de Cristo? y el pan que par
caristía fortalece la caridad que, en la vida
timos ¿no es comunión con el Cuerpo de
cotidiana, tiende a debilitarse; y esta cari
Cristo? Porque aun siendo muchos, un
dad vivificada borra los pecados veniales solo pan y un solo cuerpo somos, pues
(cf. Ce. de Trento: DS 1638). Dándose a
todos participamos de un solo pan” (1 Co
nosotros, Cristo reaviva nuestro amor y 10,16-17):
nos hace capaces de romper los lazos de
sordenados con las criaturas y de arrai Si vosotros mismos sois Cuerpo y
garnos en él: miembros de Cristo, sois el sacramento
que es puesto sobre la mesa del Señor, y
Porque Cristo murió por nuestro amor, recibís este sacramento vuestro. Respon
cuando hacemos conmemoración de su déis “Amén” (es decir, “sí”, “es verdad”) a
muerte en nuestro sacrificio, pedimos que lo que recibís, con lo que, respondiendo,
venga el Espíritu Santo y nos comunique lo reafirmáis. Oyes decir “el Cuerpo de
el amor; suplicamos fervorosamente que Cristo” , y respondes “amén” . Por lo tanto,
aquel mismo amor que Impulsó a Cristo a se tú verdadero miembro de Cristo para
dejarse crucificar por nosotros sea infun- que tu “amén” sea también verdadero (S.
dido por el Espíritu Santo en nuestro pro Agustín, serm. 272).
pios corazones, con objeto de que consi
deremos al mundo como crucificado para 1397. La Eucaristía entraña un compro
nosotros, y sepamos vivir crucificados pa miso en favor de los pobres: Para recibir
ra el mundo...y, llenos de caridad, muertos en la verdad el Cuerpo y la Sangre de
1703
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
Cristo entregados por nosotros debemos con estas comunidades no es posible. S'n
reconocer a Cristo en los más pobres, sus embargo, estas comunidades eclesiales
hermanos (cf. Mt 25,40): “al conmemorar en la Santa Cena la muer
Has gustado la sangre d-?l Señor y no te y la resurrección del Señor, profesan
reconoces a tu hermano. Deshonras esta que en 'a comunión de Cristo se significa
mesa, no juzgando digno de compartir tu la vida, y esperan su venida gloriosa' (UR
alimento al que ha sido juzgado digno de 22).
participar en esta mesa. Dios te ha libera
do de todos los pecados y te ha invitado a 1401. Si, a juicio del ordinario, se presen
ella. Y tú, aún así, no te has hecho más ta una necesidad grave, los ministros ca
misericordioso (S. Juan Crisóstomo, hom. t ó lo s pueden ad nrrstrar los sacramen
in 1Co 27,4). tos (eucaristía, penitencia, unción de los
enfermos) a cristianos que no están en
1398. La Eucaristía y la unidad de los plena comunión con la Iglesia católica,
cristianos. Ante la grandeza de esta miste pero que piden estos sacramentos con
rio, S. Agustín exclama: “O eacramentum deseo y rectitud: en tal caso se precisa
pietatis! O signum unitatis! O vinculum ca- que profesen la fe católica respecto a es
ritatis!” (“¡Oh sacramento de piedad, oh tos sacramentos y estén bien dispuestos
signo de unidad, oh vínculo de caridad!” , (cf. CDC, can. 844, 4).
Ev. Jn. 26, 13; cf. SC 47). Cuar.Lo más do
lorosamente se hacen sentir las divisiones
V!L La Eucaristía, “P.gnus futurae
de la Iglesia que rompen la participación
gloriae”
común en la mesa del Señor, tanto más
apremiantes son las daciones al Señor 6397
para que lleguen los días de la unidad
completa de todos los que creen en él. 1402. En una antigua oración, la iglesia
aclama el misterio de la Eucaristía: “O sa-
1399. Las Iglesias orientales que no es crum convivium in quo Christus sumitur.
tán en plena comunión con la Iglesia cató Recolitur memoria passionis eius; mens
lica celebran la Eucaristía con gran amor. impletur gratia et futurae gloriae nobis pig-
“Estas Iglesias, aunque separadas, tienen nus datur” (“¡Oh sagrado banquete, en
verdaderos sacramentos, y sobre todo, en que Cristo es nuestra comida; se celebra
virtud de la sucesión apostólica, el sacer el memorial de su pasión; el alma se llena
docio y la Eucaristía, con les que se unen de gracia y se nos da la prenda de la glo
aún más con nosotros con vínculo estre ria futui a!”). Si la Eucaristía es el memoria!
chísimo” (UR 15). Una cierta comunión in de la Pascua del Señor y si por nuestra
sacris, por tanto, en la Eucaristía, “no so comunión en el altar somos colmados de
lamente es posible, sino que se aconse toda bendición celestial y gracia” (MR,
ja...en circunstancias oportunas y apro Canon Romano 96: “Supplices te roga-
bándolo la autoridad eclesiástica” (UR 15, mus”), la Eucaristía es también la anticipa
cf. CDC can. 844, 3). ción de la gloria celestial.
1400. Las comunidades eclesiales naci 1403. En la última cena, el Señor mismo
das de la Reforma, separadas de la Iglesia atrajo la atención de sus discípulos hacia
católica, “sobre todo por defecto del sa el cumplimento de la Pascua en el reino
cramento de. orden, no har. consejado la de Dios: ‘ Y os digo que desde aho;a no
sustancia genuma e íntegra del Misterio beberé de este fruto de la vid hasta el d;a
eucarístico” (UR 22). Por esto, para la Igle en que lo beba con vosotros, ce nuevo, en
sia católica, la intercomunión eucarística el Reino de mi Padre” (Mt 26,29; cf. Le 22,
1704
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
18; Me 14, 25). Cada vez que la Iglesia ce 1407. La Eucaristía es el corazón y la
lebra la Eucaristía recuerda esta promesa cumbre de la vida de la Iglesia, pues en
y su mirada se dirige hacia “el que viene” ella Cristo asocia su Iglesia y todos sus
(Ap 1,4). En su oración, implora su venida: miembros a su sacrificio de alabanza y ac
“Maranatha' (1Co 16,22), ' Ven, Señor Je ción de gracias ofrecido una vez por todas
sús” (Ap 22, 20), “que tu gracia venga y en la cruz a su Padre: por medio de este
que este mundo pase” (Didaché 10, 6). sacrificio derrama las gracias de la salva
ción sobre su Cuerpo, que es la Iglesia.
1404. La Iglesia sabe que, ya ahora, el
Señor viene en su Eucaristía y que está 1408. La celebración eucarística com
ahí en medio de nosotros. Sin embargo, prende siempre: la proclamación de la Pa
esta presencia está velada. Por eso cele labra de Dios, la acción de gracias a Dios
bramos la Eucaristía “expectantes bea- Padre por todos sus beneficios, sobre to
tam spem et adventum Salvatoris nostri do por el don de su Hijo, la consagración
Jesu Christi” (“ Mientras esperamos la del pan y del vino y la participación en el
gloriosa venida de Nuestro Salvador Je banquete litúrgico por la recepción del
sucristo” , Embolismo después del Padre Cuerpo y de la Sangre del Señor: estos
Nuestro; cf. Tt 2, 13), pidiendo entrar “en elementos constituyen un solo y mismo
tu reino, donde esperamos gozar todos acto de culto.
juntos de la plenitud eterna de tu gloria;
1409. La Eucaristía es el memorial de la
allí enjugarás las lágrimas de nuestros
Pascua de Cristo, es decir, de la obra de la
ojos, porque, ai contemplarte como tú
salvación realizada por la vida, la muerte y
eres, Dios nuestro, seremos para siempre
la resurrección de Cristo, obra que se ha
semejantes a ti y cantaremos eternamen
ce presente por la acción litúrgica.
te tus alabanzas, por Cristo, Señor Nues
tro” (MR, Plegaria Eucarística 3, 128: ora 1410. Es Cristo mismo, sumo sacerdote y
ción por los difuntos). eterno de la nueva Alianza, quien, por el
ministerio de los sacerdotes, ofrece el sa
1405. De esta gran esperanza, la de los
crificio eucarístico. Y es también el mismo
cielos nuevos y 'a tierra nueva en los que
Cristo, realmente presente bajo las espe
habitará la justicia (cf. 2P 3, 13), no tene
cies del pan y del vino, la ofrenda del sa-
mos prenda más segura, signo más mani
críficio eucarístico.
fiesto que la Eucaristía. En efecto, cada
vez que se celebra este misterio, se reali 1411. Sólo los presbíteros válidamente
za la obra de ni:estra redención” (LG 3) y ordenados pueden presidir la Eucaristía y
“ partimos un mismo pan que es remedio consagrar el pan y el vino para que se con
de inmortalidad, antídoto para no morir, viertan en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
sino para . ivir en Jesuc. isto para siempre”
(3. Ignacio de Antioquía, Eph 20,2). 1412. Los signos esenciales del sacra
mento eucarístico son pan de trigo y vino
de vid, sobre los cuales es invocada la
RESUMEN bendición del Espíritu Santo y el presbíte
ro pronuncb las palabras de la consagra
6338
ción dichas por Jesús en la última cena:
1406. Jesús dijo: “ Yo soy el pan vivo ba “Esto es mi Cuerpo entregado por voso
jado del cielo. Si uno come de este pan, tros... Este es el cáliz oe mi Sangre... ”
vivirá para siempre...el que come mi Carne
y bebe mi Sangre, tiene vida eterna...per 1413. Por la consagración se realiza la
manece en mí y yo en él" (Jn 6, 51.54.56). transubstanciación del pan y del vino en el
1705
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bajo las es zas a lo largo del peregrinar de esta vida,
pecies consagradas del pan y del vino, nos hace desear la Vida eterna y nos une
Cristo mismo, vivo y glorioso, está presen ya desde ahora a la Iglesia del cielo, a la
te de manera verdadera, real y substan Santa Virgen María y a todos los santos.
cial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y
su divinidad (cf. Ce. de Trento: DS 1640;
1651). CAPÍTULO SEGUNDO
1706
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1707
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1428. Ahora bien, la llamada de Cristo a 1431. La penitencia interor es una reo
la conversión sigue resor,ando en la vida rientación radical de toda la ' ,;da, un retor
de los cristianos. Esta segunda conver no, una conversión a Dios con todo nues
sión es una tarea ininterrumpida para toda tro corazón, una ruptura con el pecado,
la Iglesia que “recibe en su propio seno a una aversión del mal, con repugnancia ha
los oecadores” y que siendo “santa a. cia las malas acciones que hemos cometi
mismo tiempo que necesitada de purifica do. Al mismo tiempo, comprende el deseo
ción constante, busca sin cesar la peni y la resolución de cambiar de vida con la
tencia y la renovación” (LG 8). Este esfuer esperanza de la misericordia divina y la
zo de conversión no es sólo una obra hu confianza en la ayuda de su gracia. Esta
mana. Es el movimiento del "corazón con conversión del corazón va acompañada
trito” (Sal 51, 19), atraído y movido por la de dolor y tristeza saludables que los Pa
gracia (cf. Jn 6, 44; 12, 32) a responder al dres llamaron animi cruciatus" (aflicción
amor misericordioso de Dios que nos ha del espíritu), “compunctio cordis” (arre
amado primero (cf. 1Jn 4,10). pentimiento del corazón) (cf. Ce. de Trento:
DS 1676-1678; 1705; Catech. R. 2, 5, 4).
1429. De ello da testimonio la conversión
de S. Pedro tras la tupie negación de su 1432. El corazón del hombre es rudo y
Maestro. La mirada de infinita misericordia endurecido. Es preciso que Dios dé al
de Jesús provoca las lágrimas del arre hombre un corazón nuevo (cf. Ez 36, 26-
pentimiento (Le 22, 61) y, tras la resurrec 27). La conversión es primeramente una
ción del Señor, la triple afirmación de su obra de la gracia de Dios que hace volver
amor hacia él (cf. Jn 21,15-17). La segun a él nuestros corazones: “Conviértenos,
da conversión tiene también una dimen Señor, y nos convertiremos” (Le 5, 21).
sión comunitaria. Esto aparece en la lla Dios es quien nos da la fuerza para co
mada del Señor a toda la Iglesia: “¡Arre menzar de nuevo. Al descubrir la grande
piéntete!” (Ap 2, 5.16). za del amor de Dios, nuestro corazón se
S. Ambrosio dice acerca de las dos estremece ante el horror y el peso del pe
conversiones que, en la Iglesia, “existen cado y comienza a temer ofender a Dios
el agua y las lágrimas: el agua del Bautis por el pecado y verse separado de él. El
mo y las lágrimas de la Penitencia” (Ep. corazón humano se convierte mirando al
41,12). que nuestros pecados traspasaron (cf. Jn
19, 37; Za 12,10).
Tengamos los ojos fijos en la sangre
IV. La penitencia interior de Cristo y comprendamos cuán preciosa
es a su Padre, porque, habiendo sido de
6403
rramada para nuestra salvación, ha con
1430. Como ya en los profetas, la llama seguido para el mundo entero la g; acia del
da de Jesús a la conversión y a la peniten arrepentimiento (S. Clem. Rom. Cor 7, 4).
cia no mira, en prime’' lugar, a las obras
exteriores “el saco y la ceniza” , los ayunos 1433. Después de Pascua, el Espíritu San
y las mortificaciones, sino a la conversión to “convence al mundo en lo refe-ente al
del corazón, la penitencia interior. Sin ella, pecado” (Jn 16, 8-9), a saber, que el mundo
las obras de penitencia permanecen esté no ha creído en el que el Padre ha enviado.
riles y engañosas; por el contrario, la con Pero este mismo Espíritu, qi e desvela el
versión interior impulsa a la exp.esión de pecado, es el Consolador (cf. Jn 15, 26)
esta actitud por medio de signos visibles, que da al corazón del hombre la gracia del
gestos y obras de penitencia (cf. Jn 2, 12- arrepentimiento y de la co iversión (cf. Hch
13; Is 1, 16-17; Mi 6,1-6.16-18). 2, 36-38; Juan Pablo II, DeV 27-48).
1708
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1710
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
Iglesia preseruan este sacramento como acción del Espíritu Santo, a saber, la con
“ la segunda tabla (de salvación) después trición, la confesión de los pecados y la
del naufragio que es la pérdida de la gra satisfacción; y por otra oarte, la acción de
cia” (Tertuliano, paen. 4, 2; cf. Ce. deTren- Dios por ministerio de la Iglesia. Por medio
to: DS 1542). del obispo y de sus presbíteros, la Iglesia
en nombre de Jesucristo concede el per
1447. A lo largo de los siglos la forma dón de los pecados, determina la modali
concreta, según la cual la Iglesia ha ejer dad de la satisfacción, ora también por el
cido este poder rec.oido del Señor ha va pecador y hace penitencia con él. Así el
riado mucho. Durante los primeros siglos, pecador es curado y restablecido en la
la reconciliac:ón de los cristianos que ha comunión eclesial.
bían cometido pecados particularmente
graves después de su Bautismo (por 1449. La fórmula de absolución en uso
ejemplo, idolatría, homicidio o adulterio), en la Iglesia latina expresa el elemento
estaba vinculada a una disciplina muy ri esencial de este sacramento: el Padre de
gurosa, según la cual los penitentes debí la misericordia es la fuente de todo per
an hacer penitencia pública por sus peca dón. Realiza la reconciliación de los peca
dos, a menudo, durante largos años, an dores por la Pascua de su Hijo y el don de
tes de recibí, la reconciliación. A este “or su Espíritu, a través de la oración y el mi
den de los penitentes (que sólo concer nisterio de la Iglesia:
nía a ciertos pecados graves) sólo se era
Dios, Padre misericordioso, que re
admitido raramente y, en ciertas regiones,
concilió consigo al mundo por la muerte y
una sola vez en la vida. Durante el siglo
la resurrección de su Hijo y derramó el Es
Vil, los misioneros irlandeses, inspirados
píritu Santo para la remisión de los peca
en la tradición monástica de Oriente, tra
dos, te conceda, por el ministerio de la
jeron a Europa continental la práctica
Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuel
“privada” de la Penitencia, que no exigía
vo de tus pecados en el nombre del Padre
la realización pública y prolongada de
y del Hijo y del Espíritu Santo (OP 102).
obras de penitencia antes de recibir la re
conciliación con la Iglesia. El sacramento
se realiza desde entonces de una manera Vil. Los actos del penitente
más secreta entre el penitente y el sacer
dote. Esta nueva práctica preveía la posi 64G8
bilidad de la reiteración del sacramento y 1450. “La penitencia mueve al pecador a
abría así el camino a una recepción regu sufrir todo voluntariamente; en su cora
lar del mismo. Permitía integrar en una zón, contrición; en la boca, confesión; en
sola celebración sacramental el perdón 'a obra toda humildad y fructífera satisfac
de los pecados graves y de los pecados ción” (Catech. R. 2, 5, 21; cf. Ce de Trento:
veniales. A grandes líneas, esta es la for DS 1673).
ma de penitencia que la Iglesia practica
hasta nuestros días.
La contrición
1448. A través de los cambios que la dis
ciplina y la celebración de este sacramen 6409
to han experimentado a lo largo de los si 1451. Entre los actos del penitente, la
glos, se descubre una misma estructura contrición aparece en primer lugar. Es “ un
fundamental. Comprende dos elementos dolor del alma y una detestación del peca
igualmente esenciales: por una parte, los do cometido con la resolución de no vol
actos del hombre que se convierte bajo la ver a pecar” (Ce. de Trento: DS 1676).
1711
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1452. Cuando brota del amor de Dios Iglesia con el fin de hacer posible un nue
amado sobre todas las cosas, la contri vo futuro.
ción se llama “contrición perfecta”(contri-
ción de caridad). Semejante contrición 1456. La confesión de los pecados he
perdona las faltas veniales; obtiene tam cha al sacerdote constituye una parte
bién el perdón de los pecados mortales si esencial del sacramento de la penitencia:
comprende la firme resolución de recurrir “En la confesión, los penitentes deben
tan pronto sea posible a la confesión sa enumerar todos los pecados mortales de
cramental (cf. Ce. de Trento: DS 1677). que tienen conciencia tras haberse exami
nado seriamente, incluso si estos peca
1453. La contrición llamada “imperfecta” dos son muy secretos y si han sido come
(o “atrición”) es también un don de Dios, tidos solamente contra los dos últimos
un impulso del Espíritu Santo. Nace de la mandamientos del Decálogo (cf. Ex 20,
consideración de la fealdad del pecado o 17; Mt 5, 28), pues, a veces, estos peca
del temor de la condenación eterna y de dos hieren más gravemente el alma y son
las demás penas con que es amenazado más peligrosos que los que han sido co
el pecador. Tal conmoción de la concien metidos a la vista de todos” (Ce. de Tren
cia puede ser el comienzo de una evolu to: DS 1680):
ción interior que culmina, bajo la acción Cuando los fieles de Cristo se esfuer
de la gracia, en la absolución sacramental. zan por confesar todos los pecados que
Sin embargo, por sí misma la contrición recuerdan, no se puede dudar que están
imperfecta no alcanza el perdón de los presentando ante la misencordia divina
pecados graves, pero dispone a obtenerlo para su perdón todos los pecados que
en el sacramento de la Penitencia (cf. Ce. han cometido. Quienes actúan de otro
de Trento: DS 1678 1705). modo y callan conscientemente algunos
pecados, no están presentando ante !a
1454. Conviene preparar la recepción de bondad divina nada que pueda ser perdo
este sacramento mediante un examen de nado por mediación del sacerdote. Por
conciencia hecho a la luz de la Palabra de que 'si el enfermo se avergüenza de des
Dios. Para esto, los textos más aptos a cubrir su llaga al médico, la medicina no
este respecto se encuentran en el Decálo cura lo que ignora’ (S. Jerónimo, Eccl. 10,
go y en la catequesis moral de los evan 11) (Ce. de Trento: DS 1680).
gelios y de las caitas de los apóstoles:
Sermón de la montaña y enseñanzas 1457. Según el mandamiento de la Igle
apostólicas (Rm 12-15; 1Co 12-13; Ga 5; sia “todo fiel llegado a la edad del uso de
Ef 4-6, etc.). razón debe confesar al menos una vez la
año, los pecados graves de que tiene con
ciencia” (CDC can. 989; cf. DS 1683;
La confesión de los pecados 1708). “Quien tenga conciencia de hallar
se en pecado grave que no celebre la mi
8410
sa ni comulgue el Cuerpo del Señor sin
1455. La confesión de los pecados, in acudir antes a la confesión sacramental a
cluso desde un punto de vista simple no ser que concurra un motivo grave y no
mente humano, nos libera y facilita nues hay=* posibilidad de confesarse; y, en ecte
tra reconciliación con los demás. Por la caso, tenga presente que está obligado a
confesión, el hombre se enfrenta a los hacer un acto de contrición perfecta, que
pecados de que se siente culpable; asu incluye el propósito de confesarse cuanto
me su responsabilidad y, por ello, se abre antes” (CDC, can. 916; cf. Ce. de Trenío:
de nuevo a Dios y a la comunión de la DS 1647; 1661; CCE, can. 711). Los niños
1712
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
1713
C IE R T A PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
ios presbíteros, en virtud del sacramento las heridas, del Padre que espera al hüjo
del Orden, tienen el poder de perdonar to pródigo y lo acoge a su vuelta, del justo
dos los pecados “en el nombre del Padre Juez que no hace acepción de personas y
y del Hijo y del Espíritu Santo”. cuyo juicio es a la vez justo y mise¡ icordio-
so. En una palabra, el sacerdote es el sig
1432. El perdón de los pecados reconcilia no y el instrumento del amor misericordio
con Dios y también con la Iglesia. El obis so de Dios con el pecador.
po, cabeza visible de la Iglesia particular,
es considerado, por tanto, con justo título, 1466. El confesor no es cueño, sino el
desde los tiempos antiguos como el que servidor del perdón de Dios. El ministro de
Liene principalmente el poder y el ministe este sacramento debe unhse a la inten
rio de la reconciliación: es el moderador de ción y a ia caridad de Cristo (cf. PO 13).
la disciplina penitencial \LG 26). Los pres Debe tener un conocimiento probado del
bíteros, sus colaboradores, lo ejercen en la comportamiento cristiano, experiencia de
medida en que han recibido la tarea de ad las cosas humanas, respeto y delicadeza
ministrarlo sea de su obispo (o de un su ccn el que ha caído; debe amar la verdad,
perior religioso) sea del Papa, a través del ser fiel al magisterio de la Iglesia y condu
derecho de la Iglesia (cf. CDC can 844; cir al penitente con paciencia hacia su cu
967-969, 972; CCE, can. 722, 3-4). ración y su plena madurez. Debe orar v
hacer penitencia por él confiándolo a la
1463. Ciertos pecados particularmente misericordia del Señor.
graves están sancionados con la excomu
nión, la pena eclesiástica más severa, que 1467. Dada la delicadeza y la grandeza
imoide la recepción de los sacramentos y de este ministerio y el respeto debido a las
t. ejercicio de ciertos actos eclesiásticos personas, la Iglesia declara que todo sa
(cf. CDC, can. 1331; CCE, can. 1431, cerdote que oye confesiones está obliga
.4 j 4), y cuya absolución, por consiguien do a guardar un secreto absoluto sobre
te, sólo puede ser concedida, según el los pecados que sus penitentes le han
derecho de la Iglesia, al Papa, al obispo confesado, bajo penas muy severas (CDC
del lugar, o a sacerdotes autorizados por can. 1388, 1; CCE, can. 1456). Tampoco
ellos (cf. CDC can. 1354-1357; CCE, can. puede hacer uso de los conocimientos
1420). En caso de peligro de muerte, todo que la confesión le da sobre la vida de los
sacerdote, aun el que carece de la facul penitentes. Este secreto, que no admite
tad de oír confesiones, puede absolver de excepción, se llama “sigilo sacramental” ,
cualquier pecado (cf. CDC can. 976; para porque lo que el penitente ha manifestado
la absolución de los pecados, CCE, can. al sacerdote queda “sellado” por el sacra
725) y de toda excomunión. mento.
1714
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
contrito y con una disposición relig.osa, 11; Ga 5, 19-21; Ap 22, 15). Convirtiéndo
“tiene como resultado la paz y la tranquili se a Cristo por la penitencia y la fe, el pe
dad de la conciencia, a las que acompaña cador pas? de la muerte a la vida ' y no in
un profundo consuelo espiritual” (Ce. de curre en juicio” (Jn 5, 24).
Trento: DS 1674). En efecto, el sacramen
to de la reconciliación con Dios produce
una verdadera “resurrección espiritual” , X. Las indulgencias
una restitución de la dignidad y de los bie
3414
nes de la vida de los hijos de Dios, el más
precioso de los cuales es la amistad de 1471. La doctrina y la práctica de las in
Dios (Le 15, 32). dulgencias en la Iglesia están estrecha
mente ligadas a los efectos del sacramen
1469. Este sacramento reconcilia con la to de la Penitencia (Pablo VI, const. Ap.
Iglesia al penitente. El pecado menoscaba “Indulgentiarum doctrina”, normas 1-3).
o rompe la comunión fraterna. El sacra
mento de la Penitencia la repara o la res
Qué son las indulgencias
taura. En este sentido, no cura solamente
al que se reintegra en la comunión ecle- 6415
sial, tiene también un efecto vivificante so
bre la vida de la Iglesia que ha sufrido por “ La indulgencia es la remisión ante
el pecado de uno de sus miembros (cf. Dios de la pena temporal por los pecados,
1Co 12. 26). Restablecido o afirmado en la ya perdonados, en cuanto a la culpa, que
comunión de los santos, el pecador es un fiel dispuesto y cumpliendo determina
fortalecido por el intercambio de los bie das condiciones consigue por mediación
nes espirituales entre todos los miembros de la Iglesia, la cual, como administradora
vivos del Cuerpo de Cristo, estén todavía de la redención, distribuye y aplica con
en situación de peregrinos o que se hallen autoridad el tesoro de las satisfacciones
ya en la patria celestial (cf. LG 48-50): de Cristo y de los santos” .
Pero hay que añadir que tal reconcilia “ La indulgencia es parcial o plenaria
ción con Dios tiene como consecuencia, según libere de la pena temporal debida
por así decir, otras reconciliaciones que re por los pecados en parte o totalmente” .
paran las rupturas causadas por el peca “Todo fiel puede lucrar para sí mismo o
do: el penitente perdonado se reconcilia aplicar por los difuntos, a manera de su
consigo mismo en el fondo más íntimo de fragio, las indulgencias tanto parciales co
su propio ser, en el que recupera la propia mo plenarias” (CDC, can. 992-994).
verdad interior; se reconcilia con los her
manos, agredidos y lesionados por él de
algún modo; se reconcilia con la Iglesia, se Las penas del pecado
reconcilia con toda la creación (RP 31).
6416
1470. En este sacramento, el pecador, 1472. Para entender esta doctrina y esta
confiándose al juicio misericordioso de práctica de la Iglesia es preciso recordar
Dios, anticipa en cierta manera el juicio al que el pecado tiene una doble conse
que será sometido al fin de esta vida terre cuencia. El pecado grave nos priva de la
na. Porque es al ora, en esta vida, cuando comunión con Dios y por ello nos hace in
nos es ofrecida la elección entre la vida y capaces de la vida eterna, cuya privación
la muerte, y sólo por el camino de la con se llama la “pena eterna” del pecado. Por
versión podemos entrar en el Reino del otra parte, todo pecado, incluso venial,
que el pecado grave nos aparta (cf. 1Co 5, entraña apego desordenado a las criatu
1715
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
ras que tienen necesidad de purificación, entre quienes ya son bienaventurados co
sea aquí abajo, sea después de la muerte, mo entre los que expían en el purgatorio o
en el estado que se llama Purgatorio. Esta los que peregrinan todavía en la tierra - un
purificación libera de lo que se llama la constante vínculo de amor y un abundan
“ pena temporal” del pecado. Estas dos te intercambio de todos los bienes” (Pablo
penas no deben ser concebidas como VI, loid). En este intercambio admirable, la
una especie de venganza, infligida por santidad de uno aprovecha a los otros,
Dios desde el exterior, sino como algo que más allá del daño que el pecado de uno
brota de la naturaleza misma del pecado. pudo causar a los demás. Así, el recurso a
Una conversión que procede de una fer la comunión de los santos permite al pe
viente caridad puede llegar a la total puri cador contrito estar antes y más eficaz
ficación del pecador, de modo que no mente purificado de las penas del pecado.
subsistiría ninguna pena (Ce. de Trento:
DS 1712-13; 1820). 1476. Estos bienes espirituales de la co
munión de los santos, los llamamos tam
1473. El perdón del pecaoo y la restaura bién el tesoro de la Iglesia, “que no es su
ción de la comunión con Dios entrañan la ma de bienes, como lo son las riquezas
remisión de las penas eternas del pecado. materiales acumuladas en el transcurso de
Pero las penas temporales del pecado los siglos, sino que es el valor infinito e ina
permanecen. El cristiano debe esforzarse, gotable que tienen ante Dios las expiacio
soportando pacientemente los sufrimien nes y los méritos de Cristo nuestro Señor,
tos y las pruebas de toda clase y, llegado ofrecidos para que la humanidad quedara
el día, enfrentándose serenamente con la libre del pecado y llegase a la comunión
muerte, por aceptar como una gracia es con el Padre. Sólo en Cristo, Rédente-
tas penas temporales del pecado; debe nuestro, se encuentran en abundancia las
aplicarse, tanto mediante las obras de mi satisfacciones y los méritos de su reden
sericordia y de caridad, como mediante la ción (cf. Hb 7, 23-25; 9, 11-28)” (Pablo VI,
oración y las distintas prácticas de peni Const. Ap. “Indulgentiarum doctrina”, ibid).
tencia, a despojarse completamente del
“hombre viejo” y a revestirse del “hombre 1477. “Pertenecen igualmente a este te
nuevo” (cf. Ef 4, 24). soro el precio verdaderamente inmenso,
inconmensurable y siempre nuevo que tie
nen ante Dios las oraciones y las buenas
En la comunión de los santos
obras de la Bienaventurada Virgen María y
6417 de todos los santos que se santificaron
por la gracia de Cristo, siguiendo sus pa
1474. El Ciis+;ano que quiere purificarse
sos, y realizaron una obra agradable al Pa
de su pecado y santificarse con ayuda de
dre, de manera que, trabajando en su pro
la gracia de Dios no se encuentra sólo. “ La
pia salvación, cooperaron igualmente a la
'rida de cada uno de los hijos de Dios está
sai/ación de sus hermanos en la unidad
ligada de una manera admirable, en Cristo
del Cuerpo místico” (Pablo VI, ibid).
y por Cristo, con ’a vida de todos los otros
hei manos cristianos, en la unidad sobre
natural del Cuerpo místico de Cristo, como Obtener la indulgencia de Dios por medio
en una persona mística” (Pablo VI, Const. de la Iglesia
Ap. “ indulgen+¡arum doctrina'’, 5).
6418
1475. En la comunión de 'os santos, por 1478. Las indulgencias se obtienen por !a
consiguiente, “existe entre ios fieles -tanto Iglesia que, en virtud del poder de atar y
1716
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL M .'TE R IO CRISTIANO
desata" que le fue concedido por Cristo haga comparecer sin condenaros en su
Jesús, interviene en favor de un cristiano y tem'ble tribunal. El que es bendito por los
le abre el tesoro de los méritos de Cristo y siglos de los s:glos. Amén.” .
de los santos para obtener del Padre de la
misericordia la remisión de las penas tem 1482. El sacramento de la penitencia
porales debidas por sus pecadas. Por eso puede también celebrarse en el marco de
la Iglesia no quiere solamente acudir en una c e le t'ación comunitaria, en la que .os
ayuda de este cristiano, sino también im penitentes se preparan a la confesión y
pulsarlo a hacer a obras de piedad, de pe juntos dan gracias por el perdón recibido.
nitencia y de caridad (cf. Pablo VI, ibid. 8; Así la confesión personal de los pecados y
Ce. de Tremo: DS 1835). la absolución individual están insertadas
en una liturgia de la Palabra de Dios, con
1479. Puesto que los fieles difuntos en lecturas y homilía, examen de conciencia
vía de purificación son también miembros dirigido en común petición comunitaria
de la misma comunión de los santos, po del perdón, rezo del Padrenuestro y ac
demos ayudarles, entre otras formas, ob ción de gracias en común. Esta celebra
teniendo para enos indulgencias, de ma ción comunitaria expresa más claramente
nera que se vean libres de las penas tem el carácter eclesial de la penitencia. En to
porales debidas por sus pecados. do caso, cualquiera que sea la manera de
su celebración, el sacramento de la Peni
tencia es siempre, por su naturaleza mis
XI. La celebración del sacramento de la ma, una acción litúrgica, por tanto, ecle
Penitencia sial y públ!ca (cf. SC 26-27).
1717
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
con ocasión de grandes Tiestas o de pere mismos, para la Iglesia y para el mundo
grinaciones no constituyen por su natura entero.
leza ocasión de la referida necesidad gra
ve. 1489. Volver a la comunión con Dios,
después de haberla perdido por el peca
1484. “ La confesión individual e íntegra y do, es un movimiento que nace de la gra
la absolución coniinúan siendo el único cia de Dios, rico en misericordia y deseoso
modo ordinario para que los fieles se re de la salvación de los hombres. Es preciso
concilien con Dios y la Iglesia, a no ser pedir este don precioso para sí mismo y
que una imposibilidad física o moral excu para los demás.
se de este modo de confesión” (OP 31). Y
esto se establece así por razones profun 1490. El movimiento de retorno a Dios,
das. Cristo actúa en cada uno de los sa llamado conversión y arrepentimiento, im
cramentos. Se dirige personalmente a ca plica un dolor y una aversión respecto a los
da uno de los pecadores: “Hijo, tus peca pecados cometidos, y el propósito firme
dos están perdonados” (Me 2, 5); es el de no volver a pecar. La conversión, por
médico que se inclina sobre cada uno de tanto, mira al pasado y al futuro; se nutre
los enfermos que tienen necesidad de él de la esperanza en la misericordia divina.
(cf. Me 2,17) para curarlos; los restaura y
los devuelve a la comunión fraterna. Por 1491. El sacramento de la Penitencia es
tanto, la confesión personal es la forma tá constituido por el conjunto de tres ac
tos realizados por el penitente, y por la ab
más significativa de la reconciliación con
solución del sacerdote. Los actos del pe
Dios y con la Iglesia.
nitente son: el arrepentimiento, la confe
sión o manifestación de los pecados al sa
RESUMEN cerdote y el propósito de realizar la repa
ración y las obras de penitencia.
1718
5 -C ATE C IS M O DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1498. Mediante las indulgencias, los fie 1502. El hombre del Antiguo Testamento
les pueden alcanzar para sí mismos y tam vive la enfermedad de cara a Dios. Ante
bién para las almas del Purgatorio la remi Dios se lamenta por su enfermedad (cf.
sión de las penas temporales, consecuen Sal 38) y de él, que es el Señor de la vida
cia de los pecados. y de la muerte, implora la curación (cf. Sal
6, 3; !s 38). La enfermedad se convierte
en camino de conversión (cf. Sal 38, 5;
39, 9.12) y el perdón de Dios inaugura la
A rtículo 5 curación (cf. Sal 32, 5; 107, 20; Me 2, 5-
12). Israel experimenta que la enferme
LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS dad, de una manera misteriosa, se vincu
la al pecado y al mal; y que la fidelidad a
6421 Dios, según su Ley, devuelve la vida: “Yo,
1499. “Con la sagrada unción de los en el Señor, soy el que te sana” (Ex 15, 26).
fermos y con la oración de los presbíteros, El profeta entreve que el sufrimiento pue
toda la Iglesia entera encomienda a os en de tener también un sentido redentor por
fermos al Señor sufriente y glorificado pa los pecados de los demás (cf. Is 53, 11).
ra que los alivie y los salve. Incluso los Finalmente, Isaías anuncia que Dios hará
anima a unirse libremente a la pasión y venir un tiempo para Sión en que perdo
muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien nará toda falta y curará toda enfermedad
del Pueblo de Dios” (LG 11). (cf. Is 33, 24).
1719
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1720
5 -C A TE C IS M O DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
cuidados que proporciona a los enfermos cada vez más exclusivamente, a los que
como por la oración de intercesión con la e'.taban a punto de morir. A causa de es
que los acompaña. Cree en la presencia to, había recibido el nombre de ‘ Extre
vivhicante de Cristo, médico de las almas maunción” . A pesar de esta evolución, la
y de los cuerpos. Esta presencia actúa liturgia nunca dejó de orar al Señor a fin
particu,ármente a través de los sacramen de que el enfermo pud:era recobrar su sa
tos, y de manera especial por la Eucaris lud s: así convenía a su salvación (cf. DS
tía, pan que da la vida eterna (cf. Jn 6, 1695).
54.58) y cuya conexión con la salud cor
poral insinúa S. Pablo (cf. 1Co 11,30). 1513. La Constitución apostólica “Sa-
cram Unctionem Infirmorum” del 30 de
1510. No obstante la Iglesia apostólica Noviembre de 1972, de conformidad con
tuvo un rito propio en favor de los enfer el Concilio Vaticano II (cf. SC 73) estable
mos, atestiguado por Santiago: “ ¿Está ció que, en adelante, en el rito romano, se
enfermo alguno de vosotros? Llame a los observara lo que sigue:
presbíteros de la Iglesia, qi s oren sobre él
y le unjan con óleo en el nombre del Se El sacramento de la Unción de los en
ñor. Y la oración de la fe salvará al enfer fermos se administra a los gravemente
mo, y el Señor hará que se levante, y si enfermos ungiéndolos en la frente y en las
hubiera cometido pecados, le serán per manos con aceite de oliva debidamente
donados” (S t5 ,14-15). La Tradición ha re bendecido o, según las mmunstancias,
conocido en este rito uno ue los siete sa con otro aceite de plantas, y pronuncian
cramentos de la Iglesia (cf. DS 216; 1324- do una sola vez estas palabras: 'per istam
1325; 1695-1696; 1716-1717). sanctam unctionem et suam piissimam
misericordiam adiuvet te Dominus gratia
spiritus sancti ut a pecca^'s liberatum te
Un sacramento de los enfermos salvet atque propitius allevet (“Por esta
santa Unción, y por su bondadosa miseri
342o
cordia te ayude el Señor con la gracia del
1511. La Iglesia cree y confiesa que, en Espíritu Santo, para que, libre de tus pe
tre los siete sacramentos, existe un sacra cados, te conceda la salvación y le con
mento especialmente destinado a recon forte en tu enfermedad” , cf. CDC, can.
fortar a los aii ibulados por la enfermedad: 847,1).
la Unción de los enfermos:
Esta unciún santa de los enfermos fue
instituida por Cristo nuestro Señor como II. Quién recioe y quién admimstra ecte
un sacramento del Nuevo Testamento, sacramento-
verdadero y propiamente dicho, insinuado
por Pvic (cf. Me 6, 13), y recomendado a En caso de grave enfermedad...
los fieles y promulgado por Santiago,
6427
apóstol y hermano del Señor [cf. St 5,14-
15] (Ce. deTrento. DS 1695). 1514. La unción de los enfermos “ no es
un sacramento sólo paia aquellos que es
1512. En la tradición litúrgica, ta.ito en tán a pumo de mc:ir. Por eso, se conside
Oriente como en Occidente, se poseen ra tiempo oportuno para recibirlo cuando
desde la antigüedad testimonios de un el fiel empiezo a estar en peligro de muer
ciones de enfermos practicadas con acei te oor enfermedad o \ejez” (SC 73; cf.
te bendito. En el transcurso de los siglos, CDC, can. 1004,1; 1005; 1007; CCE, can.
la Unción de los enfermos fue conferida, 738).
1721
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
1515. Si un enfermo que recibió la unción caristía debería ser siempre el último sa
recupera la salud, pueoe, en caso de nue cramento de la peregrinación terrenal, el
va enfermedad grave, recibir de nuevo es “viático” para el “paso” a la vida eterna.
te sacramento. En el curso de la misma
enfermedad, el sacramento puede ser rei 1518. Palabra y sacramento forman un
terado si la enfermedad se agrava. Es todo inseparable. La Liturgia de la Pala
apropiado recibir la Unción de los enfer bra, precedida de un acto de penitencia,
mos antes de una operación importante. abre la celebración. Las palabras de
Y esto mismo puede aplicarse a las perso Cristo y el testimonio de los apóstoles
nas de edad avanzada cuyas fuerzas se suscitan la fe del enfermo y de la comuni
debilitan. dad para pedir al Señor la fuerza de su Es
píritu.
1722
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1723
C U A R T PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCIUAR
1529. Cada vez que un cristiano cae gra 1533. El Bautismo, la Confirmación y la
vemente enfermo puede recibir la Santa Eucaristía son los sacramentos de la ini
ciación cristiana. Fundamentan la voca
Unción y también cuando, después de
ción común de todos los discípulos da
haberla recibido, la enfermedad se agrava.
Cristo, que es vocación a la santidad y a la
misión de evangelizar el mundo. Confieren
1530. Sólo los sacerdotes (presbíteros y
las gracias necesarias para vivir según el
obispos) pueden administrar el sacramen
Espíritu en esta vida de peregrinos en
to de la Unción de los enfermos; para con
marcha hacia la patria.
ferirlo emplean óleo bendecido por el
Obispo, o, en caso necesario, por el mis 1534. Otros dos sacramentos, el Orden y
mo presbítero que celebra. el Matrimonio, están ordenados a la salva
ción de los demás. Contribuyen cierta
1531. Lo esencial de la celebración de mente a la propia salvación, pero esto lo
este sacramento consiste en la unción en hacen mediante el servicio que prestan a
la frente y las manos del enfermo (en el ri los demás. Confieren una misión particu
to romano) o en otras partes del cuerpo lar en la Iglesia y sirven a la edificación del
(en Oriente), unción acompañada de la Pueblo de Dios.
oración litúrgica del sacerdote celebrante
que pide la gracia especial de este sacra 1535. En estos sacramentos, los que
mento. fueron ya consagrados por el Baut'smo y
la Coi ifirmación (LG 10) para el sacerdocio
común de todos los fieles, pueden recibir
1532. La gracia especial del sacramento
consagraciones particulares. Los que reci
de la Unción de los enfermos tiene como
ben el sacramento del orden son consa
efectos:
grados para “ en e1 nombre de Cristo ser
- la unión del enfermo a la Pasión de los pastores de la Iglesia con la palabra y
Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia; con la gracia de Dios” (LG 11). Por su par
te, “los cónyuges cristianos, son fortifica
- el consuelo, la paz y el ánimo para dos y como consagrados para los deberes
soportar cristiana nenie los sufrimientos y dignidad de su estado por este sacra
de la enfermedad o do la vejez; mento especial” (GS 48, 2).
- el perdón de los pecados si el enfer
mo no ha podido obtenerlo por el sacra A rtículo 6
mento oe la penitencia-
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
- el restaolecimiento de la sarud cor
poral, si conviene a la salud espiritual; 64'34
1536. El Orden es el sac¡amento gracias
- la pi cparación para el paso a ia vida al cual la misión confiada por Cristo a sus
eterna. Apóstoles sigue siendo ejercida en la Igle
sia hasta el ¡.n de los tiempos: es, pues, el
sacramento del ministerio apostólico.
1724
5 - CATECCMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CCNCIUAR
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLIC.-,. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1550. Esta presencia de Cristo en el mi 1553. “ En nombre de coda la Iglesia” , ex
nistro no debe se' entendida como si éste presión que no quiere decir que los sacer
estuviese exento de todas las flaquezas dotes sean los delegados de la comuni
humanas, del a'án de poder, de errores, dad. La orac:ón y la ofrenda de la Iglesia
es decir del pecado. No .odos ios actos son inseparables de la oración y la ofren
del ministro son ga-antizados de la misma da de Cristo, su Cabeza. Se trata siempre
manera por la fuerza del Espíritu Santo. del culto de Cristo en y por su Iglesia. Es
Mientras que en los sacramentos esta ga toda la Iglesia, cue.po de Cristo, la que
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
ora y se ofrece, per ¡psum et cum ipso et el ministerio de los obispos que, que a tra
in ¡oso. en la unidad del Espíritu Santo, a vés de una sucesión que se remonta has
Dios Padre. Todo el cuerpo, caput et ta el principio, son los transmisores de la
membra, ora y se ofrece, y por eso quie semilla apostólica” (LG 20).
nes, en este cuerpo, son específicamente
sus ministros, son llamados ministros no 1556. “ Para realizar estas funciones tan
sólo de Cristo, sino también de la Iglesia. sublimes, los Apóstoles se vieron enrique
El sacerdocio ministerial puede represen cidos por Cristo con la venida especial del
tar a la Iglesia porque representa a Cristo. Espíritu Santo que descendió sobre ellos.
Ellos mismos comunicaron a sus colabo
radores, mediante la imposición de las
II!. Los tres grados del sacramento del manos, el don espiritual que se ha trans
Orden mitido hasta nosotros en la consagración
de los obispos” (LG 21).
6441
1554. El ministerio eclesiástico, institui 1557. El Concilio Vaticano II “enseña que
do por Dios, está ejercido en diversos ór por la consagración episcopal se recibe la
denes que ya desde antiguo reciben los plenitud del sacramento del Orden. De he
nombres de obispos, presbíteros y diáco cho se le llama, tanto en la liturgia de la
nos” (LG 28). La doctrina católica, expre Iglesia como en los Santos Padres, ‘sumo
sada en la liturgia, el magisterio y la prácti sacerdocio’ o ‘cumbre del ministerio sa
ca constante de la Iglesia, reconocen que grado’” (ibid).
existen dos grados de participación minis
terial en el sacerdocio de Cristo: el episco 1558. “ La consagración episcopal con
pado y el presbiterado. El diaconado está fiere, junto con la función de santificar,
destinado a ayudarles y a servirles. Por también las funciones de enseñar y go
eso, el término “sacerdos" designa, en el bernar... En efecto...por la imposición de
uso actual, a los obispos y a los presbíte las manos y por las palabras de la consa
ros, pero no a los diáconos. Sin embargo, gración se confiere la gracia del Espíritu
la doctrina católica enseña que los grados Santo y queda marcado con el carácter
de participación sacerdotal (episcopado y sagrado. En consecuencia, los obispos,
presbiterado) y el grado de servicio (diaco de manera eminente y visible, hacen las
nado) son los tres conferidos por un acto veces del mismo Cristo, Maestro, Castor y
sacramental llamado “ordenación” , es de Sacerdote, y actúan en su nombre (in eius
cir, por el sacramento del Orden: persona agant)” (ibid). “El Espíritu Santo
que han recibido ha hecho de los obispos
Que todos reverencien a los diáconos los verdaderos y auténticos maestros de
como a Jesucristo, como también al obis la fe, pontífices y pastores” (CD 2).
po, que es imagen del Padre, y a los pres
bíteros como al senado de Dios y como a 1559. “ Uno queda constituido miembro
la asamblea de los apóstoles: sin ellos no del Colegio episcopal en virtud de la con
se puede hablar de Iglesia (S. Ignacio de sagración episcopal y por la comunión je
Antioquía, Trall. 3, 1) rárquica con la Cabeza y con los miem
bros del Colegio” (LG 22). El carácter y la
La ordenación episcopal, plenitud del sa naturaleza colegial del orden episcopal se
cramento del Orden manifiestan, entre otras cosas, en la anti
gua práctica de la Iglesia que quiere que
1555. “ Entre los diversos ministerios que para la consagración de un nuevo obispo
existen en la Iglesia, ocupa el primer lugar participen va. ios obispos (cf. ibid). Para la
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITURGICA POST-CONCILIAR
host'a inmaculada” (LG 28). De este sacri cando así que el d.ácono está especial
ficio único, saca su fuerza todo su minis mente vinculado al obispo en las tareas de
terio sacerdotal (cf. PO 2). su “Qiacc.iía” (cf. S. Hipólito, trad. Ap. 8).
1567. “ Los presbíteros, como colabora 1570. Los diáconos participan de una
dores diligentes de los ob spos y ayuda e manera especial en la misión y la gracia
instrumento suyos, llamados para servir al de Cristo (cf. LG 41; AA 16). El sacramen
Pueblo de Dios, forman con su obispo un to del Orden los marco con un sello (ca
único presbiterio, dedicado a diversas ta rácter) que nadie puede hacer desapare
reas. En cada una de las comunidades lo cer y que los configura con Cristo que se
cales de fieles hacen presente de alguna hizo “diácono”, es decir, el servidor de to
manera a su obispo, al que están unidos dos 'cf. Me 10, 45; Le 22, 27; S. Policarpo,
con confianza y magnanimidad; participan Ep 5, 2). Corresponde a los diáconos, en
en sus funciones y preocupaciones y las tre otras cesas, asistir al obispo y a los
llevan a la práctica cada día” (LG 28). Los presbíteros en la celebración de los divi
presbíteros sólo pueden ejercer su minis nos misterios sobre todo de la Eucaristía y
terio en dependencia del obispo y en co en la distribución de la misma, asistir a la
munión con él. La promesa de obediencia celebración del maHmonio y bendecirlo,
que hacen al obispo en el momento de la proclamar el evangelio y predicar, presidir
ordenación y el beso de paz del obispo al las exequias y entregarse a los diversos
fin de la liturgia de la ordenación significa servicios de la caridad (cf. LG 29; cf. SC
que el obispo los considera como sus co 35,4; AG 16).
laboradores, sus hijos, sus hermanos y
sus amigos y que a su vez ellos le deben 1571. Desde el Concilio Vaticano II, la
amor y obediencia. Iglesia latina ha restablecido el diaconado
“como un grado particular dentro de la je
1568. ' Los presbíteros, institu'dos por la rarquía" (LG 29). mientras que las Iglesias
ordenación en el orden del presbiterado, de Oriente lo habían mantenido siempre
están unidos todos entre sí por la íntima Este diaconado permanente, que puede
fraternidad del sacramento. Forman un ser conferido a hombres casados, consti
único presbiterio especialmente en la dió tuye un enriquecimiento importante para
cesis a cuyo servicio se dedican bajo la di la misión de la Iglesia. En efecto, es apro
rección de su obispo” (PO 8). La unidad del piado y útil que hombres que realizan en la
presbiterio encuentra una expresión litúrgi Iglesia un ministerio verdaderamente dia
ca en la costumbre de que los presbíteros conal, ya en la vida litúrgica y pastora1 ya
impongan a su vez las manos, después del en las obras sociales y caritativas, ‘ sean
obispo, durante el rito de la ordenación. fortalezcan por la imposición de las ma
nos transmitida ya desde los Apóstoles y
se unan más estrechamente al servicio del
La ordenación de los diáconos, “en orden
altar, para que cumplan con mayor efica
al ministerio”
cia su ministerio por la gracia sacramental
3743
del diaconado” (AG 16).
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por su importancia para la vida de la 'gle- bro de los evangelios al diácono que aca
sia particu'ar, exige el mayo; concurso po ba de rec'bir la misión de anunciar el
sible de fieles. Tendrá lugar preferente evangelio de Cristo.
mente el domingo y en la catedral, con
una solemnidad adaptada a las circuns
tancias. Las tres ordenaciones, del obis V. El ministro de este sacramento
po, del presbítero y del diácono, tienen el
6445
mismo dinamismo. El lugar propio de su
celebración es dent.o de la Eucaristía. 1575. Fue Cristo quien eligió a los após
toles y les hizo partícipes de su misión y
1573. E! rito esencial del sacramento del su autoridad. Elevado a la derecha de! Pa
Orden está constituido, para los tres gra dre, no abandona a su rebaño, sino que lo
dos, por la imposición de manos del obis guarda por medio de los apóstoles bajo
po sobre la cabeza del ordenando así co su constante protección y lo dirige tam
mo por una oración consecratoria especí bién mediante estos mismos pastores que
fica que pide a Dios la efusión del Espíritu continúan hoy su obra (cf. MR, Prefacio de
Santo y de sus dones apropiados al minis Apóstoles). Por tanto, es Cristo “quien da”
terio para el cual el candidato es ordenado a unos el ser apóstoles, a otros pastores
(cf. Pío XII, const. Ap. Sacramentum Ordi- (cf. Ef 4,11). Sigue actuando por medio de
nis, DS 3858). los obispos (cf. LG 21).
1574. Como en todos los sacramentos, 1576. Dado que el sacramento del Orden
ritos complementarios rodean la celebra es el sacramento del ministerio apostóli
ción. Estos varían notablemente en las co, corresponde a los obispos, en cuanto
distintas tradiciones litúrgicas, pero tienen sucesores de los apóstoles, transmitir ‘el
en común la expresión de múltiples as don espiritual” (LG 21), “la semilla apostó
pectos de la gracia sacramental. Así, en el lica” (LG 20). Los obispos válidamente or
rito latino, los ritos iniciales - la presenta denados, es decir, que están en la línea de
ción y elección del ordenando, la alocu la sucesión apostólica, confieren válida
ción del obispo, el interrogatorio del orde mente los tres grados del sacramento del
nando, las letanías de los santos - ponen Orden (cf. DS 794 y 802; CDC, can. 1012;
de relieve cue la elección del candidato se CCE, can. 744; 747).
hace conforme al uso de la Iglesia y pre
paran el acto solemne de la consagración;
después de ésta varios ritos vienen a ex VI. Quién puede recibir este sacramento
presar y completar de manera simbólica el
misterio que se ha realizado: para el obis 3446
po y el presbítero la unción con el santo 1577. “Sólo el varón (vir) bautizado reci
crisma, signo de la unción especial del Es be válidamente la sagrada ordenación”
píritu Santo q je hace fecundo su ministe (CDC, can 1024). El Señor Jesús eligió a
rio; la entrega del libro de los evangelios, hombres (viri) para formar el colegio de los
del anillo, de la mitra y del báculo al obis doce apóstoles (cf. Me 3,14-19; Le 6, 12-
po en señal de su misión apostólica de 16), y los apóstoles hicieron lo mismo
anuncio de la palabra de Dios, de su fide cuando eligieron a sus colaboradores
lidad a la Iglesia, esposa de Cristo, de su (1Tm 3, 1-13; 2Tm 1, 6; Tt 1, 5-9) que les
cargo de pastor del rebaño del Señor; en sucederían en su tarea (S. Clemente Ro
trega al presbítero de la patena y del cáliz, mano Cor, 42, 4; 44, 3). El colegio de los
“la ofrenda del pueblo santo” que es lla obispos, con quienes los presbíteros es
mado a presentar a Dios; la entrega del li tán unidos en el sacerdocio, hace presen
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
te y actualiza hasta el retomo de Cristo el rosos los presbíteros que lo escogen libre
colegio de los Doce. La Iglesia se recono mente por el Reino de Dios. En Oí tente
ce vinculada por esta decisión del Señor. como en Occidente, quien recibe el sacra
Esta es la razón por la que 'as mujeres no mento del Orden no puede contraer matri
rec ben la ordenación (cf. Juan Pablo II, monio.
MD 26-27; CDF deci. “ Inter ¡nsigniores”:
AAs 59 [1977] 98-116).
Vil. Los efectos del sacramento
1578. Nadie tiene derecho a recibir el sa del Orden
cramento de! Orden. En efecto, nadie se
El carácter indeleb'e
arroga para sí mismo este oficio. Al sacra
mento se es llamado por Dios (cf. Hb 5 4). 6747
Quien cree reconocer las señales de la lla
1581. Este sacramento configura con
mada de Dios al ministerio ordenado, de
Cristo mediante una gracia especial del
be someter humildemente su deseo a la
Espíritu Santo a fin de servir de instrumen
autoridad de la Iglesia a la que correspon
to de Cristo en favor de su Iglesia. Por la
de la responsabilidad y el derecho de lla
ordenación recibe la capacidad de actuar
mar a recibir este sacramento. Como toda
como representante de Cristo, Cabeza de
gracia, el sacramento sólo puede ser reci
la Iglesia, en su triple función de sacerdo
bido como un don inmerecido.
te, profeta y rey.
1579. Todos los ministros ordenados de
1582. Como en el caso del Bautismo y de
la Iglesia latina, exceptuados los diáconos
la Confirmación, esta participación en la
permanentes, son ordinariamente elegi
misión de Cristo es concedida de una vez
dos entre hombres creyentes que viven
para siempre. El sacramento del Orden
como célibes y que tienen la voluntad de
confiere también un carácter espiritual in
guardar el celibato “por el Reino de los deleble y no puede ser reiterado ni ser con
cielos” (Mt 19,12). Llamados a consagrar ferido para un tiempo determinado (cf. Ce.
se totalmente al Señor y a sus “cosas” (cf. de Trento: DS 1767; LG 21.28.29; PO 2).
1Co 7, 32), se entregan enteramente a
Dios y a los hombres. El celibato es un 1583. Un sujeto válidamente ordenado
signo de esta vida nueva al servicio de la puede ciertamente, por causas graves,
cual es consagrado el ministro de la Igle ser liberado de las obligaciones y las fun
sia; aceptado con un corazón alegre, ciones vinculadas a la ordenación, o se le
anuncia de modo radiante el Peino de puede impedir ejercerías (cf. CDC, can.
D’os (cf. PO 16). 290-293; 1336, 1, nn 3 y 5; 1338, 2), pero
no puede convertirse de nuevo en la ro en
1580. En las iglesias Orientales, desde sentido estricto (cf. CC. de Trento: DS
hace siglos está en vigor una disciplina 1774) porque el carácter impreso por la
distinta: mientras los obispos son elegi ordenación es para siempre. La vocación
dos únicamente eniie los célibes, hom y la misión recibidas el día de su ordena
bres casados pueden ser ordenados diá ción, lo marcan de manera permanente.
conos y presbíteros. Esta práctica es con
siderada como legítima deso a tiempos re 1584. Puesto que en último término es
motos; estos presbíteros ejercen un mi Cristo quien actúa y realiza la salvación a
nisterio fructuoso er el seno de sus comu través del ministro ordenado, la indigni
nidades (cf. PO 16). Por otra parte, el celi dad de éste no impide a Cristo actuar (cf.
bato de los presbíteros goza de gran ho- Ce. de Trento: DS 1612; 1154). S. Agustín
n c' en las Iglesias Orientales, y son nume lo dice con firmeza:
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONC1LIAR
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CUARTA PAR Í']: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICh POST-CONCILIAR
es Amor (cf. 1Jn 4, 8.16). Habiéndolos 1607. Según la fe, este desorden que
creado Dios hombre y mujer, el amor mu constatamos dolorosamente, no se origi
tuo entre ellos se convierte en imagen del na en la naturaleza del hombre y de la mu
amor absoluto e indefectible con que Dios jer, ni en la naturaleza de sus relaciones,
ama al hombre. Este amor es bueno, muy sino en el pecado. El primer pecado, rup
bueno a 'os ojos del Creador (cf. Gn 1, tura con Dios, tiene como consecuencia
31). Y este amor que Dios bendice es des pnmera la ruptura de la comunión original
tinado a ser fecundo y a realizarse en la entre el hombre y la mujer. Sus relaciones
obra comí, i del cuidado de la creación. “Y quedan distorsionadas per agravios recí
los bendijo Dios y les dijo: ‘ Sed fecundos proco^ (cf. Gn 3, 12); su atractivo mutuo,
y multip'icaos, y llenad la tierra y someted don propio de. creador (cf. Gn 2, 22), se
la’” (Gn 1,28). cambia en relaciones de domirno y de
concupiscencia (cf. Gn 3, 16b/, la hermo
1605. La Sagrada escritura afirma que el sa vocación del hombre y de la mujer de
hombre y la mujer fueron creados el uno ser fecundos, de miltip'icarse y somecer
para el otro: “ No es bueno que el hombre la tierra (cf. Gn 1, 28) queda sometida a
esté solo” . La mujer, ' carne de su carne” , los dolores del parto y los esfuerzos de
su igual, la criatura más semejante al ganar el pan (cf. Gn 3,16-19).
homore mismo, le es dada por Dios como
una auxilio” , representando así a Dios 1608. Sin embargo, el orden de la Crea
que es nuesYo “auxilio” (cf. Sal 121,2). ción subsiste aunque gravemente pertur
“Por eso deja el hombre a su padre y a su bado. Para sanar las heridas del pecado,
madre y se une a su mujer, y se hacen una el hombre y la mujer necesitan la ayuda de
sola carne” (cf. Gn 2, 18-25). Que esto la gracia que Dios, en su misericorc'a infi
significa una unión indefectible de sus dos nita, jamás les ha negado (cf. Gn 3, 21).
vidas, ei Señor mismo lo muestra recor Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no
dando cuál fue “en el principio” , el plan pueden llegar a realizar la unión de sus vi
del Creador: “ De manera que ya no son das en orden a la cual Dios los creó “al co
dos sino una sola carne” (Mt 19, 6). mienzo”.
El matrimonio bajo la esclavitud del pecado El matrimonio bajo la pedag 5gía de la an
tigua Ley
6^52
1606. Todo hombre, tanto en su entorno 6474
como en su propio corazón, vive la exce 1609. En su misericordia, Dios no aban
de nc:a del mal. Esta c periencia se hace donó al hombre pecador. Las penas que
sentir tannoién en las relaciones entre el son consecuencia del pecado, “los dolo
hombre y la mujer. En todo tiempo, la res del parto” (Gn 3,16), el trabajo “con el
unión del hombre y !a mujer vive amena sude" de tu frente” (Gn 3, 19) constituyen
zada por la discordia, el espíritu de domi también remedios que limitan los daños
nio, la infidelidad, los celos y conflictos del pecado. Tras la caída, e! matrimonio
que pueden conducir hasta el odio y la ayuda a vencer el repliegue sobre sí mis
ruptu a. Este desorden puede manifestar mo, el egoísmo, la búsqueda del propio
se de mar era más o menos aguda, y pue placer, y a abrirse al otro, a la ay uda mu
de ser más o menos superado, según las tua, al don de sí.
culturas, las épocas, los individuos, pe.o
siempre aparece como algo de carácter 1610. La conciencia mora! relativa a la
universal. unidad e indisolubilidad del matrimonio se
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5 - CATECISMO LE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO”
desarrolló bajo la pedayogía de .a Ley an nio y el anuncio de que en adelante el ma
tigua. La poligamia de los patriarcas y de trimonio será un signo eficaz de la presen
los reyes no es todavía prohibida de una cia de Cristo.
manera explícita. No obstante, la ,_ey da
da por Moisés se orienta a protege" a la 1614. En su predicación, Jesús enseñó
mujer contra un dominio arbitrario del sin ambigüedad el sentido original de la
hombre, aunque ella lleve también, según unión del hombre y la mujer, tal como el
la palabra del Señor, las huellas de “la du Creador la quiso al comienzo: la autoriza
reza del corazón” de la persona humana, ción, dada por Moisés, de repudiar a su
razón por la cual Moisés perm.úó el repu mujer era una concesión a la dureza del
dio de la mujer (cf. Mt 19, 8; Dt 2¿, 1). corazón (cf. Mt 19, 8); la unión matrimonial
del hombre y la mujer es indisoluble: D.os
1611. Contemplando la Alianza de P!os mismo la estableció: “ lo que Dios unió,
con Israel bajo la imagen de un amor con que no lo separe el hombre” (Mt 19, 6).
yugal exclusivo y fiel (cf. Os 1-3; Is 54.62;
Jn 2-3. 31; Ez 16, 62; 23), los profetas fue 1615. Esta insistencia, inequívoca, en la
ron preparando la conciencia del Pueblo indisolubilidad del vínculo matrimonial pu
elegido para una comprensión más pro do causar perplejidad y aparecer como
funda de la unidad y de la indisolubilidad una exigencia ii realizable (cf. Mt 19, 10).
del matrimonio (cf. Mal 2, 13-17). Los li Sin embt."go, Jesús no impuso a los es
bros de Rut y de Tobías dan testimonios posos una carga imposible de llevar y de
conmovedores del sentido hondo del ma masiado pesada (cf. Mt 11, 29-30), más
trimonio, de la fidelidad y de la te. nura de pesada que la Ley de Moisés. Viniendo
los esposos. La Tradición ha visto siempre para restablecer el orden inicial de la crea
en el Cantar de los Cantares una expre ción perturbado por el pecado, da la fuer
sión única del amor humano, en cuanto za y la gracia para vivir el matrimonio en la
que éste es reflejo del amor de Dios, amor dimensión nueva del Reino de Dios. Si
“fuerte como la muerte” que “ las grandes guiendo a Cristo, renunciando a sí mis
aguas no pueden anegar” (Ct 8, 6-7). mos, tomando sobre sí sus cruces (cf. Mt
8, 34), los esposos podrán “comprender"
(cf. Mt 19,11) el sentido original del matri
El matrimonio en el Señor monio y vivirlo con la ayuda de Crisio. Es
ta gracia del Matrimonio cristiano es un
6455
fruto d^ la Cruz de Cristo, fuente de toda
1612. La alianza nupcial entre Dios v su la vida cristiana.
pueblo Israel hacía preparado la nueva y
eterna alianza mediante la que el Hijo de 1616. Es lo que el apóstol Pablo da a en
Dios, encarnándose y dando su vi^a, se tender diciendo: 1Maridos, amad a vues
unió en cierta manera con *oda la humani tras mujeres como Crhto amó a la Iglesia
dad salvada oor él ^cf. GS 22), prepamndo y se entregó a sí mismo por ella, para san
así “las bodas del cordero” (Ap 19 7.9). tificarla” (Ef 5, 25-26), v añadiendo ense
guida: “ ‘Pe. eso dejará el hombre a su pa
1613. En el umbral de su vida pública, dre y a su madre y se unirá a su mujer, y
Jesús realiza su primer signo -a petición los dos se harán una sola carne’. Gran
de su Madm - con ocasión de ut. banque rrrsterio es éste, lo digo respecto a Cristo
te de boda (cf. Jn 2,1-11). La Iglesia con y a la Iglesia” (Ef 5, 31-32).
cede una gran importancia a la presencia
de Jesús en las oodas de Ca.iá. Ve en ella 1617. Toda la vida cristiana está marcada
la confirmación de la bondad del matrimo por el amor esponsal de Cristo y de 'a
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CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCILIAR
Iglesia. Ya el Bautismo, entrada en el Pue Reino de Dios, vienen del Señor mismo.
blo de Dios, es un misterio nupcial. Es, por Es él quien les da sentido y les concede la
así decirlo, como el baño de bodas (cf. Ef gracia indispensable para vivirlos confor
5, 26-27) que precede al banquete de bo me a su voluntad (cf. Mt 19,3-12). La esti
das, la Eucaristía. El Matrimonio cristiano ma de la virginidad por el Reino (cf. LG 42;
viene a ser por su parte signe eficaz, sa PC 12; OT 10) y el sentido cristiano del
cramento de la alianza de Cristo y de la Matrimonio son inseparables y se apoyan
Iglesia. Puesto que es signo y comunica mutuamente:
ción de la gracia, el matrimonio entre bau Denigrar el matrimonio es reducir a la
tizados es un verdadero sacramento de la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es
Nueva Alianza (cf. DS 1800; CDC, can. realzar a la vez la admiración que corres
1055, 2). ponde a la virginidad... (S. Juan Crisósto-
mo, virg. 10,1; cf. FC, 16).
La virginidad por el Reino de Dios
1619. La virginidad por el Reino de los 1622. “En cuanto gesto sacramental de
Cielos es un desarrollo de la gracia bautis santificación, la celebración del matrimo
mal, un signo poderoso de la preeminen nio...debe ser por sí misma válida, digna y
cia del vínculo con Cristo, de la ardiente fructuosa” (FC 67). Por tanto, conviene
espera de su retorno, un signo que recuer que los futuros esposos se dispongan a la
da también que el matrimonio es una reali celebración de su matrimonio recibiendo
dad que manifiesta el carácter pasajero de el sacramento de la penitencia.
este mundo (cf. 1Co 7, 31; Me 12, 25).
1623. Según la tradición latina, los espo
1620. Estas dos realidades, el sac: amen sos, como ministros de la gracia de Cris
to del Matrimonio y la virginidad por el to, manifestando su consentimiento ante
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
la Iglesia, se confieren mutuamente el sa tud en el hecho de que los dos “vienen a
cramento del matrimonio. En las tradicio ser una sola carne” (cf. Gn 2, 24; Me 10, 8;
nes de las Iglesias orientales, los sacerdo Ef 5, 31).
tes - Obispos o presbíteros - son testigos
del recíproco consentimiento expresado 1628. El consentimiento debe ser un acto
por los esposos (cf. CCE, can. 817), pero de la voluntad de cada uno de los contra
también su bendición es necesaria para la yentes, libre de violencia o de temor grave
validez del sacramento (cf. CCE, can. externo (cf. CDC, can. 1103). Ningún po
828). der humano puede reemplazar este con
sentimiento (CDC, can. 1057,1). Si esta li
1624. Las diversas liturgias son ricas en bertad falta, el matrimonio es inválido.
oraciones de bendición y de epíclesis pi
diendo a Dios su gracia y la bendición so 1629. Por esta razón (o por otras razones
bre la nueva pareja, especialmente sobre que hacen nulo e inválido el matrimonio;
la esposa. En la epíclesis de este sacra cf. CDC, can. 1095-1107), la Iglesia tras
mento los esposos reciben el Espíritu examinar la situación por el tribunal ecle
Santo como Comunión de amor de Cristo siástico competente, puede declarar “la
y de la Iglesia (cf. Ef 5, 32). El Espíritu San nulidad del matrimonio” , es decir, que el
to es el sello de la alianza de los esposos, matrimonio no ha existido. En este caso,
la fuente siempre generosa de su amor, la los contrayentes quedan libres para ca
fuerza con que se renovará su fidelidad. sarse, aunque deben cumplir las obliga
ciones naturales nacidas de una unión
precedente (cf. CDC, can. 1071).
III. El consentimiento matrimonial
1630. El sacerdote (o el diácono) que
6458 asiste a la celebración del matrimonio, re
1625. Los protagonistas de la alianza cibe el consentimiento de los esposos en
matrimonial son un hombre y una mujer nombre de la Iglesia y da la bendición de
bautizados, libres para contraer el matri la Iglesia. La presencia del ministro de la
monio y que expresan libremente su con Iglesia (y también de los testigos) expresa
sentimiento. “Ser libre” quiere decir: visiblemente que el matrimonio es una
realidad eclesial.
- no obrar por coacción;
- no estar impedido por una ley natural 1631. Por esta razón, la Iglesia exige or
o eclesiástica. dinariamente para sus fieles la forma ecle
siástica de la celebración del matrimonio
1626. La Iglesia considera el intercam (cf. Ce. de Trento: DS 1813-1816; CDC,
bio de los consentimientos entre los es can. 1108). Varias razones concurren para
posos como el elemento indispensable explicar esta determinación:
“que hace el matrimonio” (CDC, can.
- El matrimonio sacramental es un ac
1057, 1). Si el consentimiento falta, no
to litúrgico. Por tanto, es conveniente que
hay matrimonio.
sea celebrado en la liturgia pública de la
1627. El consentimiento consiste en “ un Iglesia.
acto humano, por el cual los esposos se - El matrimonio introduce en un ordo
dan y se reciben mutuamente” (GS 48, 1; eclesial, crea derechos y deberes en la
cf. CDC, can. 1057,2): “Yo te recibo como Iglesia entre los esposos y para con los
esposa” - “Yo te recibo como esposo” hijos.
(OcM 45). Este consentimiento que une a - Por ser el matrimonio un estado de
los esposos entre sí, encuentra su pleni vida en la Iglesia, es preciso que exista
1739
CUARTA PARTE; OTRA DOCUMENTACIÓN LITURGICA POST-CONCILIAR
1740
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
1741
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITU R G IA . POST-CONCILIh R
1644. El amor de los esposos exige, por 1648. Puede parecer difícil, incluso im
su misma naturaleza, la unidad y la indiso posible, atarse para toda la vida a un ser
lubilidad de la comunidad de personas humano. Por ello es tanto más importante
que abarca la vida entera de los esposos: anunciar la buena nueva de que Dios nos
“De manera que ya no son dos sino una ama con un amor definitivo e irrevocable,
sola carne” (Mt 19, 6; cf. Gn 2, 24). "Están de que los esposos participan de este
llamados a crecer continuamente en su amor, que les conforta y mantiene, y de
comunión a través de la fidelidad cotidia que por su fidelidad se convierten en tes
na a la promesa matrimonial de la recípro tigos del amor fiel de Dios. Los esposos
ca donación total” (FC 19). Esta comunión que, con la gracia de Dios, dan este testi
humana es confirmada, purificada y per monio, con frecuencia en condiciones
1742
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
muy difíciles, merecen la gratitud y el apo comunidad deben dar prueba de una
yo de la comunidad eclesial (cf. FC 20). sienta solicitud, a fin de aquellos no se
consideren como separados de la Iglesia,
1643. Existen, sin embargo, situaciones de cuya vida pueden y deben participar en
en que la convivencia matrimonial se hace cuanto bautizados:
prácticamente imposible por razones muy
Se 'es exhorte a escuchar la Palabra
diversas. En tales casos, la Iglesia admite
de Dios, a frecuentar el sacrificio de la mi
la separación física de los esposos y el fin
sa, a perseverar en la oración, a incremen
de la cohabitación. Los esposos no cesan
tar las obras de caridad y las iniciativas de
de ser marido y mujer deiante de Dios; ni
la comunidad en favor de la justicia, a
son libres para contraer una nueva unión.
educar sus hijos en la fe cristiana, a culti
En esta situación difícil, la mejor solución
var el espíritu y las obras de penitencia
sería, si es posible, la reconciliación. La
para implorar de este modo, día a día, la
comunidad cristiana está llamada a ayu g:acia de Dios (FC 84).
dar a estas personas a vivir cristianamen
te su situación en la fidelidad al vínculo de
su matrimonio que permanece indisoluble La apertura a la fecundidad
(cf. FC; 83; CDC, can. 1151 -1155).
6465
1650. Hoy son numerosos en muchos 1652. ‘ Por su naturaleza misma, la insti
países 'os católicos que recurren al divor tución misma del matrimonio y el amor
cio según las leyes civiles y que contraen conyugal están ordenados a la procrea
también civilmente una nueva unión. La ción y a ia educación de la prole y con
Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra ellas son coronados como su culmina
de Jesucristo (“Quien repudie a su mujer y ción” (GS 48,1):
se case con otra, comete adulterio contra Los hijos son el don más excelente del
aquella; y sí ella repudia a su marido y se matrimonio y contribuyen mucho al bien
casa con otro, comete adulterio”: Me 10, de sus mismos padres. El mismo Dios,
11-12), que no puede reconocer como vá que dijo: “ No es bueno que el hombre es
lida esta nueva unión, si era válido el pri té solo (Gn 2,18), y que hizo desde el prin
mer matrimonio. Si los divorciados se cipio al hombre, varón y mujer” (Mt 19, 4),
vuelven a casar civilmente, se ponen en queriendo comunicarle cierta participa
una situación que contradice objetiva ción especial en su propia obra creadora,
mente a la ley de Dios. Por lo cual no pue bendijo al varón y a la mujer diciendo:
den acceder a la comunión eucarística “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28). De ahí
mientras persista esta situación, y por la que el cultivo verdadero del amor conyu
m'sma razón no pueden ejexer ciertas gal y todo el sistema de vida familiar que
responsabilidades eciesiales. La reconci de él procede, sin dejar posponer los
liación mediante el sacramento de la peni otros fines del matrimonio, tienden a que
tencia no puede ser concedida más que los esposos estén dispuestos con fortale
aquellos que se arrepientan de haber vio za de ánimo a cooperar con el amor del
lado el signo de la Alianza y de la fidelidad Creador y Salvador, que por medio de
a Cristo y que se comprometan a vivir en ellos aumenta y enriquece su propia fami
total continencia. lia cada día más (GS 50,1).
1651. Respecto a los cristianos que vi 1653. La fecundidad del amor conyugal
ven en esta situación y que con frecuencia se extiende a los frutos de la vida moral,
conservan la fe y desean ecjcar cristiana espiritual y sobrenatural que los padres
mente a sus hijos, los sacerdotes y toda la transmiten a sus hijos por medio de la
1743
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA POST-CONCIUAR
educación. Los pacYes son los principales recepción de los sacramentos, en la ora
y primeros educadores de sus h'jos (cf. ción y en la acción de gracias, con el testi
GE 3). En este sentido, la tarea fundamen monio de una vida santa, con la renuncia y
tal del matrimonio y de la familia es estar el amoi que se traduce en obras” (LG 10).
al servido de le vida (cf. FC 28). El hogar es así la primera escuela de vida
cristiana y “escue'a del más rico humanis
1654. Sin embargo, los esposos a los mo” (GS 52,1). Aquí se aprende la pacien
que Dios no ha concedido tener hijos pue cia y el gozo del trabajo, el amor fraterno,
den llevar una vida conyugal plena de el perdón generoso, incluso reiterado, y
sentido, humana y cristianamente. Su ma sobre todo el culto divino por medio de la
trimonio puede irradiar una fecundidad de oración y la ofrenda de su vida.
caridad, de acogida y de sacrificio.
1658. Es preciso recordar asimismo a un
gran número de personas que permane
VI. La iglesia doméstica
cen solteras a causa de las concretas
6453 condiciones en que deben vivir, a menudo
sin haberlo querido ellas mismas. Estas
1655. Cristo quiso nacer y crecer en el personas se encuentran particularmente
seno de la Sagrada Familia de José y de cercanas al corazón de Jesús; y, por ello,
María. La Iglesia no es otra cosa que la merecen afecto y solicitud d.„gentes de la
“familia de Dios”. Desde sus orígenes, el Iglesia, particularmente de sus pastores.
núcleo de la Iglesia estaba a menudo Muchas de ellas viven sin familia humana,
constituido por los que, “con toda su ca con frecuencia a causa de condiciones de
sa” , habían llegauo a ser creyentes (cf. pobreza. Hay quienes viven su situación
Hch 18, 8). Cuando se convertían desea según el espíritu de las bienaventuranzas
ban también que se salvase “toda su ca sirviendo a Dios y al prójimo de manera
sa” (cf. Hch 16, 31 y 11,14). Estas familias ejemplar. A todas ellas es preciso abrirles
convertidas eran islotes de vida cristiana las puertas de los hogares, “ iglesias do
en un mundo no creyente. mésticas” y las puertas de la gran familia
que es la Iglesia. “Nadie se sienta sin fa
1656. En nuestros días, en un mundo fre
milia en este mundo: la Iglesia es casa y
cuentemente extraño e incluso hostil a la
fami.ia de todos, especialmente para
fe, las familias creyentes tienen una im
cuantos están 'fatigados y agobiados’ (Mt
portancia primordial en cuanto, faros de
11, 28)” (FC 85).
una fe viva e irradiadora. Por eso el Conci
lio Vaticano II llama a la familia, con una
antigua expresión, “Ecclesia domestica” RESUMEN
(LG 11; cf. FC 21). En el seno de la familia,
“los padres han de ser para sus hijos los 6437
primeros anunciadores de la fe con su pa 1659. S. Pablo dice: “Maridos, amad a
labra y con su ejemplo, y han de fomentar vuestras mujeres como Cristo amó a la
la vocación personal de cada uno y, con Iglesia...Gran misterio es éste, lo digo con
especial cu’dado, la vocación a la vida respecto a Cristo y la Iglesia (Ef 5, 25.32).
consagrada” (LG 11).
1660. La alianza matrimonial, por la que
1657. Aquí es donae se ejercita de i .lane un hombre y una mujer constituyen una ín
ra privilegiada el sacerdocio bautismal del tima comunidad de vida y de amor, fue
padre de familia, de la madre, de los hijos, fundada y dotada de sus leyes propias por
de todos los miembros de la familia, “en la el Creador. Por su naturaleza está ordena
1744
5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO"
da s1bien de los cónyuges así como a la Por eso la casa famHiar es llamada justa
generación y educación de los hijos Entre mente “Iglesia domésiiea” comunidad de
bautizados, el matrimonio ha sido elevado gracia y de oración, escuela de virtudes
por Cristo Señor a la dignidad de sacra humanas y de caridad cristiana.
mento (cf. GS 48, 1; CDC, can. 1055, 1).
1745
CUARTA PARTE: OTRA DOCUMENTACIÓN LITÚRGICA PO'T-CONCILIAR
3, 9). Por eso los laicos pueden presidir abad o de la abadesa de un monasterio,
ciertas bendiciones (cf. SC 79; CDC can. la consagración de vírgenes y de viudas,
1168); la presidencia de una bendición se el rito de la profesión religiosa y las ben
eserva al ministerio ordenado (obispos, diciones para ciertos ministerios de la
presbíteros o diáconos, cf. De benedictio- Iglesia (lectores acólitos, catequistas,
nibus, 16, 18), en la medida er. que dicha etc.). Como ejemplo de las que se refie
bendición afeae más a la vida eclesial y ren a objetos, se puede señalar la dedica
sacramental. ción o bendición de una iglesia o de un
altar, la bendición de los santos óleos, de
1670. Los sacramentales no confieren la los vasos y ornamentos sagrados, de las
gracia del Espíritu Santo a la manera de campanas, etc.
los sacramentos, pero por la oración de la
Iglesia preparan a recibirla y disponen a 1673. Cuando la Iglesia pide pública
cooperar con a ella. “ La liturgia de los sa mente y con autoridad, en nombre de Je
cramentos y de los sacramentales hace sucristo, que una persona o un objeto sea
que, en los fieles bien c.spuestos, casi to protegido contra las asechanzas del ma
dos los acontecimientos de la vida sean ligno y sustraída a su dominio, se habla de
santificados por la gracia divina que ema exorcismo, u'esús lo practicó (cf. Me 1,
na del misterio pascual de la pasión, 25s; etc.), de él tiene 'a Iglesia el poder y el
muerte y resurrección de Cristo, de quien oficio de exorcizar (cf. Me 3, 15; 6, 7.13;
reciben su poder todos los sacramentos y 16,17' En forma simple, el exorcismo tie
sacramentales, y que todo uso honesto ne lugar en la celebración del Bautismo. El
de las cosas materiales pueda estar orde exorcismo solemne sólo puede ser practi
nado a la santificación del hombre y a la cado por un sacerdote y con el permiso
alabanza de Dios” (SC 61). del obispo. En estos casos es preciso pro
ceder con prudencia, observando estric
tamente las reglas establecidas por la
Diversas formas de sacramentales
Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los
t’4£S demonios o liberar de1 dominio demonía
co gracias a ia autoridad espiritual que Je
1671. Entre los sacramentales figuran en
sús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto
primer lugar las bendiciones (de personas,
es el caso de las enfermedades, sobre to
de la mesa, de objetos, de lugares). Toda
do síquicas, cuyo cuidado pertenece a la
bendición es alabanza de Dios y oración
ciencia médica. Por tanto, es importante,
para obtener sus dones. En Cristo, los
asegurarse, antes de celebrar el exorcis
c istianos son bendecidos por Dios Padre
mo, de que se traía de un presencia del
“con toda clase de bendiciones espiritua
Maligno y no de una enfermedad (cf. CDC,
les” (Ef 1,3). Por eso la Iglesia dd la bendi
can. 1172).
ción invocando el nombre de Jesús y ha
ciendo habitualmente la señal santa de la
cruz de Cristo. La religiosidad popular
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5 - CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. "L A CELEBRACIÓN DEL MISTEPIO CRISTIANO"
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