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1) Doña Bárbara de Rómulo Gallegos se publicó en 1929 y es considerada un emblema nacional de Venezuela.
2) La novela pertenece al regionalismo literario latinoamericano, que buscaba encontrar una identidad propia a través de las raíces folklóricas y características regionales.
3) Doña Bárbara presenta una tensión entre la búsqueda de modernización y el recelo a la influencia extranjera, simbolizada por los personajes de Santos Luzardo y Doña Bárbara.
1) Doña Bárbara de Rómulo Gallegos se publicó en 1929 y es considerada un emblema nacional de Venezuela.
2) La novela pertenece al regionalismo literario latinoamericano, que buscaba encontrar una identidad propia a través de las raíces folklóricas y características regionales.
3) Doña Bárbara presenta una tensión entre la búsqueda de modernización y el recelo a la influencia extranjera, simbolizada por los personajes de Santos Luzardo y Doña Bárbara.
1) Doña Bárbara de Rómulo Gallegos se publicó en 1929 y es considerada un emblema nacional de Venezuela.
2) La novela pertenece al regionalismo literario latinoamericano, que buscaba encontrar una identidad propia a través de las raíces folklóricas y características regionales.
3) Doña Bárbara presenta una tensión entre la búsqueda de modernización y el recelo a la influencia extranjera, simbolizada por los personajes de Santos Luzardo y Doña Bárbara.
“Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos fue publicada en 1929 en Caracas y es
considerada como un emblema nacional de Venezuela por su carga idológica-política. Su estructura narrativa pertenece a lo que se llamó “novelas de la tierra”, producto del regionalismo. Esta corriente literaria no se puede situar temporalmente en un momento fijo (fue anterior pero también convivió con el vanguardismo) pero surgió con la necesidad del Modernismo de poner a la literatura nuevamente en contacto con una esencia primigenia, y la orientación primitivista se ocupó de buscarla en las raíces folklóricas y las caracterísitcas regionales locales. En latinoamérica el regionalismo o criollismo nació a partir de la necesidad de búsqueda de una identidad propia, motivada en los países latinoamericanos por varios factores: • el centenario de las independendencias (1910-1920) motivó una revalidación de la independecia en otros ámbitos sociales, por ejemplo, el cultural/literario. • El rechazo por las políticas liberales de EEUU y los peligros de la modernización (pérdida de lo original en lo extranjero) → ej: el proyecto del panamericanismo, un intento de dominación hegemónica por parte de EEUU sobre toda América (= Docrina Monroe) • Las revoluciones Mexicana y los acontecimientos en Rusia en la misma época inspiraron a la denuncia social, las propuestas antiimperialistas y las reformas populares. La lengua, en este aspecto, y por extensión la literatura, fueron un punto importante para la gestación de la identidad nacional y las propuestas políticas se mezclaron con los proyectos literarios, como en el caso de Doña Bárbara para Venezuela. El objetivo común era el de crear un mito fundacional que identificara la nación (o el continente latinoamericano) en su originalidad y representatividad. Las características de este tipo de escritura (grado cero para las vanguardias posteriores) fueron: interés por la recuperación del habla popular, es decir una revalidación del registro de la oralidad, un tratamiento especial de la geografía (descripción de paisajes locales, regiones, etc) como agente telúrico gestor de identidades (creían que el ambiente forjaba el carácter), y una concentración en las actividades humanas en consonancia con ésta última. Se trata de una escritura realista que pretende lograr un efecto textual de “leer la realidad autóctona”, percibir el folklorismo de las costumbres y revalorizar el ALMA NACIONAL. Sin embargo, el tratamiento del narrador es siempre el del distanciamiento, asimilándose a una lengua culta y haciendo visible el lenguaje como artificio: el léxico, las costumbres locales y la geografía aparecen descpritas en comentarios, referidas en glosarios, etc. Por eso puede verse en esto una cierta crítica valorativa. Este último punto tiene que ver con la ambigüedad que atraviesa a toda la literatura criollista y especialmente a los ideales latinoamericanos: la tensión que siempre existía entre la aspiración a la modernización y el progreso (tendencia cosmopolita de “aprender” de Europa) y el recelo independentista, la búsqueda de la identidad propia y la vuelta nostálgica a la tradición autóctona. Esto, dice Alonso, es propio de la condición de las sociedades periféricas y una cuenta pendiente que el populismo no pudo resolver. Esta tensión se puede ver en “D.B” en varios aspectos. Con respecto al proceso creativo podemos ver que, como explica Sommer, la lengua popular sólo se limita a la utilización por parte del narrador de un vocabulario local (en muchas partes comentado y explicado) para el paisaje, para las acciones humanas y las costumbres del Llano, pero no se utilizan construcciones gramaticales sino que se mantiene un lenguaje convencional (y culto); y los momentos en los que se imita el habla regional se hace dentro de los diálogos, donde aparecen por ejemplo los arcaísmos que usa Marisela. Esto demuestra que la necesidad de recuperar lo autóctono convive con una no identificación del narrador (o del autor) con esa realidad. Esto se expresa más claramente en el simbolismo de los personajes y en el argumento de la novela: A simple vista, como muchos críticos han aportado, se puede leer en D.B una representación de la dicotomía sarmientina “civilización vs barbarie”: Santos Luzardo (=la santa luz de la razón) inicia su misión de volver a su lugar de origen, el Llano venezolano, para corregir los vicios que se han desarrollado en esa tierra bárbara y salvaje, y para esto trae la Ley, la educación, la racionalidad y las buenas costumbres de la ciudad. Se encuentra allí con el enemigo que debe someter o “salvar” a través del trabajo civilizador: Doña Bárbara (barbarie). Sin embargo, es posible darse cuenta que en realidad Rómulo Gallegos no creía en la dicotomía drástica de estos contrarios sino que tenía una idea más bien integradora (dos en uno) de la condición humana. Por eso, Doña Bárbara, a su vez que representa la violencia, la corrupción, el abuso, el odio, el rencor, la brujería y la superstición (se la trata de marimacho o devoradora de hombres), es también una mujer desenfrenadamente seductora, valiente y fuerte, que se la presenta por otro lado como el resultado de la justiciaa vengadora ya que su carácter se forzó de esa manera por la doble violación (de su madre y la suya). Lo mismo, Luzardo, se lo caracteriza en ocasiones como un hombre con tendencia a la femineidad (le falta hombría), con una tendencia a la violencia producto de la historia de su familia y de la marca filicida y una atracción por la barbarie. A su vez, siente culpa en los enfrentamientos con D.B ya que tiene una conciencia histórica sobre la imposición violenta de sus antepasados (Evaristo Luzardo) sobre la tierra indígena. Ambos personajes se puede decir, entonces, que son contrastes espejados y se retroalimentan uno al otro, porque ambos nacen de una naturaleza violenta. En este sentido, menos el principio y el final, desarrollan un proceso de inversión (Lasarte Valcarcel) donde Santos se barbariza y Doña Bárbara se ilumina → “Es la construcción de un proceso de conversión de lo que “es” en una cierta recuperación de lo que “pudo haber sido””. Del mismo modo aparecen figuras como el centauro (mitad hombre, mitad caballo) que son ambiguas porque representa tanto la barbarie “que todos los llaneros llevan dentro” como la hombría , el valor heroico “hombre que le dio muchos centauros a la epopeya”; se hacen paralelismos entre acciones propias de la vida de la llanura y la acción civilizatoria (educación de Marisela → domación de la yegua). En D.B se puede ver un foco distinto sobre las raíces que, como explica Lasarte Valcarcel, parodia el modelo sarmientino para mostrar su escasa viabilidad o su productividad negativa. Es, según este autor, mas que una novela de contrastes una “novela de confluencias”. Esto se puede explicar si entendemos la novela como una especie de programa político donde Rómulo Gallegos propulsó sus ideas políticas sobre un nuevo tipo de gobierno superador y civilizador para Venezuela, que terminara con el autoritarismo, la violencia, y el desinterés de las clases gobernantes militares que venían dominando el panorama político del país. La propuesta de D.B está más cerana a la postura de “Nuestra América” de Martí, que promueve una vuelta a la patria del “mestizo autóctono”, y propone, ante la enfermedad de la desintegración y la violencia social la unidad efectiva y solidaria de un pueblo gobernante. En el contexto autoritario del presidente Juan Vicente Gómez, las ideas de R.G habían influido en sus alumnos, quienes frente a los desintereses del gobierno sobre las necesidades del pueblo, comenzaron una serie de huelgas que fueron reprimidas pero que luego decantaron en la formación del partido Acción Democrática, propio del movimieno populista. (Aquí R.G se vio obligado a exiliarse ante la obligación de Gómez a formar renunciar a sus ideales y formar parte del partido; pero en su regreso, luego de la muerte del militar Gómez, Gallegos ganó las primeras elecciones libres y democráticas de Venezuela). Teniendo en cuenta esto, se peude ver en la novela Soña Bárbara una denuncia sobre la amenaza externa e interna con la que convivía el país que venía a romper el equilibrio natural: el caudillismo seguía existiendo, ya que el gobierno autoritario avalaba estos tratamientos de las tierras, y también como peligro externo existía la constante intromisión de EEUU en el tema del petróleo. Una lectura más analítica podría considerar que D.B representaba entonces a Gómez y la dictadura sobre la tierra, y su aliado Mr. Danger al imperialismo feroz de EEUU. Pero Doña Bárbara no es sólo una representación de los males presentes y una crítica social sino que es una propuesta positiva y una esperanza de progreso. El objetivo de Rómulo Gallegos era proponer la implementación de una política legítima que suponga otras estrategias y metodologías: el reconocimiento del otro y el establecimiento de nuevos valores sociales (solidaridad y amor) para reunificar y reconstruir la familia de la nación y protegerla de sus amenazas. Un pacto populista a la vez modernizador y democratizador, unificador y pacificador. Esto es simbolizado en la unión de Santos Luzardo y Marisela: en este matrimonio se consolida la conciliación entre aquellas dos partes contradictorias que caracterizan a la nación y que deben estar unidas para hacer posible el progreso (ambos aprenden uno del otro); dice Lasarte que significa el PACTO NACIONALISTA y el nacimiento de una nueva nación mestiza. Esto es posible a partir de la desaparición (o suicidio) de Doña Bárbara que representa la vieja ley del llano, ya corrupta e irreparable. El proyecto de R.G, que es el de Santos, tiene que ver con la educación de la PALABRA, y aunque reconoce la arbitrariedad, y en cierto sentido injusticia, del lenguaje y de las leyes (ya que Santos en varias partes se replantea que tiene el mismo derecho que D.B sobre las tierras porque su ley es basada en la imposición violenta de sus antepasados), también tiene conciencia de que la única forma de lograr la armonía y el orden es instalar un sistema, representado en el cercado y la población del territorio → gobernar es poblar. En esta sociedad más justa y solidaria, se recuperaría la esencia primigenia de la naturaleza venezolana pero educada y ordenada por la civilización.