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Tema lit.

Latinoamericana II
Doña Bárbara

“Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos fue publicada en 1929 en Caracas y es


considerada como un emblema nacional de Venezuela por su carga idológica-política. Su
estructura narrativa pertenece a lo que se llamó “novelas de la tierra”, producto del
regionalismo. Esta corriente literaria no se puede situar temporalmente en un momento fijo
(fue anterior pero también convivió con el vanguardismo) pero surgió con la necesidad del
Modernismo de poner a la literatura nuevamente en contacto con una esencia primigenia, y
la orientación primitivista se ocupó de buscarla en las raíces folklóricas y las caracterísitcas
regionales locales. En latinoamérica el regionalismo o criollismo nació a partir de la
necesidad de búsqueda de una identidad propia, motivada en los países latinoamericanos por
varios factores:
• el centenario de las independendencias (1910-1920) motivó una revalidación de la
independecia en otros ámbitos sociales, por ejemplo, el cultural/literario.
• El rechazo por las políticas liberales de EEUU y los peligros de la modernización
(pérdida de lo original en lo extranjero) → ej: el proyecto del panamericanismo, un
intento de dominación hegemónica por parte de EEUU sobre toda América (=
Docrina Monroe)
• Las revoluciones Mexicana y los acontecimientos en Rusia en la misma época
inspiraron a la denuncia social, las propuestas antiimperialistas y las reformas
populares.
La lengua, en este aspecto, y por extensión la literatura, fueron un punto importante
para la gestación de la identidad nacional y las propuestas políticas se mezclaron con los
proyectos literarios, como en el caso de Doña Bárbara para Venezuela. El objetivo común
era el de crear un mito fundacional que identificara la nación (o el continente
latinoamericano) en su originalidad y representatividad. Las características de este tipo de
escritura (grado cero para las vanguardias posteriores) fueron: interés por la recuperación
del habla popular, es decir una revalidación del registro de la oralidad, un tratamiento
especial de la geografía (descripción de paisajes locales, regiones, etc) como agente telúrico
gestor de identidades (creían que el ambiente forjaba el carácter), y una concentración en las
actividades humanas en consonancia con ésta última. Se trata de una escritura realista que
pretende lograr un efecto textual de “leer la realidad autóctona”, percibir el folklorismo de
las costumbres y revalorizar el ALMA NACIONAL. Sin embargo, el tratamiento del
narrador es siempre el del distanciamiento, asimilándose a una lengua culta y haciendo
visible el lenguaje como artificio: el léxico, las costumbres locales y la geografía aparecen
descpritas en comentarios, referidas en glosarios, etc. Por eso puede verse en esto una cierta
crítica valorativa.
Este último punto tiene que ver con la ambigüedad que atraviesa a toda la literatura
criollista y especialmente a los ideales latinoamericanos: la tensión que siempre existía entre
la aspiración a la modernización y el progreso (tendencia cosmopolita de “aprender” de
Europa) y el recelo independentista, la búsqueda de la identidad propia y la vuelta nostálgica
a la tradición autóctona. Esto, dice Alonso, es propio de la condición de las sociedades
periféricas y una cuenta pendiente que el populismo no pudo resolver.
Esta tensión se puede ver en “D.B” en varios aspectos. Con respecto al proceso
creativo podemos ver que, como explica Sommer, la lengua popular sólo se limita a la
utilización por parte del narrador de un vocabulario local (en muchas partes comentado y
explicado) para el paisaje, para las acciones humanas y las costumbres del Llano, pero no se
utilizan construcciones gramaticales sino que se mantiene un lenguaje convencional (y
culto); y los momentos en los que se imita el habla regional se hace dentro de los diálogos,
donde aparecen por ejemplo los arcaísmos que usa Marisela. Esto demuestra que la
necesidad de recuperar lo autóctono convive con una no identificación del narrador (o del
autor) con esa realidad. Esto se expresa más claramente en el simbolismo de los personajes
y en el argumento de la novela: A simple vista, como muchos críticos han aportado, se
puede leer en D.B una representación de la dicotomía sarmientina “civilización vs barbarie”:
Santos Luzardo (=la santa luz de la razón) inicia su misión de volver a su lugar de origen, el
Llano venezolano, para corregir los vicios que se han desarrollado en esa tierra bárbara y
salvaje, y para esto trae la Ley, la educación, la racionalidad y las buenas costumbres de la
ciudad. Se encuentra allí con el enemigo que debe someter o “salvar” a través del trabajo
civilizador: Doña Bárbara (barbarie). Sin embargo, es posible darse cuenta que en realidad
Rómulo Gallegos no creía en la dicotomía drástica de estos contrarios sino que tenía una
idea más bien integradora (dos en uno) de la condición humana. Por eso, Doña Bárbara, a su
vez que representa la violencia, la corrupción, el abuso, el odio, el rencor, la brujería y la
superstición (se la trata de marimacho o devoradora de hombres), es también una mujer
desenfrenadamente seductora, valiente y fuerte, que se la presenta por otro lado como el
resultado de la justiciaa vengadora ya que su carácter se forzó de esa manera por la doble
violación (de su madre y la suya). Lo mismo, Luzardo, se lo caracteriza en ocasiones como
un hombre con tendencia a la femineidad (le falta hombría), con una tendencia a la violencia
producto de la historia de su familia y de la marca filicida y una atracción por la barbarie. A
su vez, siente culpa en los enfrentamientos con D.B ya que tiene una conciencia histórica
sobre la imposición violenta de sus antepasados (Evaristo Luzardo) sobre la tierra indígena.
Ambos personajes se puede decir, entonces, que son contrastes espejados y se
retroalimentan uno al otro, porque ambos nacen de una naturaleza violenta. En este sentido,
menos el principio y el final, desarrollan un proceso de inversión (Lasarte Valcarcel) donde
Santos se barbariza y Doña Bárbara se ilumina → “Es la construcción de un proceso de
conversión de lo que “es” en una cierta recuperación de lo que “pudo haber sido””. Del
mismo modo aparecen figuras como el centauro (mitad hombre, mitad caballo) que son
ambiguas porque representa tanto la barbarie “que todos los llaneros llevan dentro” como la
hombría , el valor heroico “hombre que le dio muchos centauros a la epopeya”; se hacen
paralelismos entre acciones propias de la vida de la llanura y la acción civilizatoria
(educación de Marisela → domación de la yegua).
En D.B se puede ver un foco distinto sobre las raíces que, como explica Lasarte
Valcarcel, parodia el modelo sarmientino para mostrar su escasa viabilidad o su
productividad negativa. Es, según este autor, mas que una novela de contrastes una “novela
de confluencias”. Esto se puede explicar si entendemos la novela como una especie de
programa político donde Rómulo Gallegos propulsó sus ideas políticas sobre un nuevo tipo
de gobierno superador y civilizador para Venezuela, que terminara con el autoritarismo, la
violencia, y el desinterés de las clases gobernantes militares que venían dominando el
panorama político del país. La propuesta de D.B está más cerana a la postura de “Nuestra
América” de Martí, que promueve una vuelta a la patria del “mestizo autóctono”, y propone,
ante la enfermedad de la desintegración y la violencia social la unidad efectiva y solidaria de
un pueblo gobernante.
En el contexto autoritario del presidente Juan Vicente Gómez, las ideas de R.G
habían influido en sus alumnos, quienes frente a los desintereses del gobierno sobre las
necesidades del pueblo, comenzaron una serie de huelgas que fueron reprimidas pero que
luego decantaron en la formación del partido Acción Democrática, propio del movimieno
populista. (Aquí R.G se vio obligado a exiliarse ante la obligación de Gómez a formar
renunciar a sus ideales y formar parte del partido; pero en su regreso, luego de la muerte del
militar Gómez, Gallegos ganó las primeras elecciones libres y democráticas de Venezuela).
Teniendo en cuenta esto, se peude ver en la novela Soña Bárbara una denuncia sobre la
amenaza externa e interna con la que convivía el país que venía a romper el equilibrio
natural: el caudillismo seguía existiendo, ya que el gobierno autoritario avalaba estos
tratamientos de las tierras, y también como peligro externo existía la constante intromisión
de EEUU en el tema del petróleo. Una lectura más analítica podría considerar que D.B
representaba entonces a Gómez y la dictadura sobre la tierra, y su aliado Mr. Danger al
imperialismo feroz de EEUU.
Pero Doña Bárbara no es sólo una representación de los males presentes y una crítica
social sino que es una propuesta positiva y una esperanza de progreso. El objetivo de
Rómulo Gallegos era proponer la implementación de una política legítima que suponga
otras estrategias y metodologías: el reconocimiento del otro y el establecimiento de nuevos
valores sociales (solidaridad y amor) para reunificar y reconstruir la familia de la nación y
protegerla de sus amenazas. Un pacto populista a la vez modernizador y democratizador,
unificador y pacificador. Esto es simbolizado en la unión de Santos Luzardo y Marisela: en
este matrimonio se consolida la conciliación entre aquellas dos partes contradictorias que
caracterizan a la nación y que deben estar unidas para hacer posible el progreso (ambos
aprenden uno del otro); dice Lasarte que significa el PACTO NACIONALISTA y el
nacimiento de una nueva nación mestiza. Esto es posible a partir de la desaparición (o
suicidio) de Doña Bárbara que representa la vieja ley del llano, ya corrupta e irreparable.
El proyecto de R.G, que es el de Santos, tiene que ver con la educación de la
PALABRA, y aunque reconoce la arbitrariedad, y en cierto sentido injusticia, del lenguaje y
de las leyes (ya que Santos en varias partes se replantea que tiene el mismo derecho que D.B
sobre las tierras porque su ley es basada en la imposición violenta de sus antepasados),
también tiene conciencia de que la única forma de lograr la armonía y el orden es instalar un
sistema, representado en el cercado y la población del territorio → gobernar es poblar. En
esta sociedad más justa y solidaria, se recuperaría la esencia primigenia de la naturaleza
venezolana pero educada y ordenada por la civilización.

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