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¿Se puede estar presente en la ausencia corporal?

El cuerpo es un elemento central del proceso educativo. Aprendemos desde y con el


cuerpo. Enseñamos sobre la corporeidad. Somos y tenemos un cuerpo. Tal como nos
dice Hernan Aldana en el video “Enseñar y Aprender de los pies a la cabeza”: Hay que
poner el cuerpo en el centro de la educación.
Para que se produzca el acontecimiento de enseñar y aprender es necesario establecer
un vínculo que depende de las generaciones que se encuentran y de cómo se constituye
cada una en relación con la otra. En este encuentro el cuerpo toma un rol
preponderante.
En el labor docente la presencialidad es uno de los aspectos fundantes del proceso
educativo. La tarea docente en entornos virtuales implica múltiples transformaciones en
la forma de ejercer nuestro rol docente. Principalmente en la dimensión vincular del acto
educativo, en la relación que se establece entre el estudiante y el docente. Implica una
forma distinta de pensar el espacio y el tiempo. El acto educativo siempre ocurrió en
espacio y tiempo compartido, ahora es el estudiante quien regula el ritmo y tiempo de
aprendizaje, orientado a la distancia por el docente. Y escribo lo de distancia, porque no
estamos frente a un aislamiento social, sino un distanciamiento social, lo cual nos invita a
reconstruir y transformar las formas de vinculación entre los docentes y los estudiantes,
en esta no simultaneidad y vinculo asincrónico.
El cuerpo, siguiendo a Pablo Scharagrodsky, siempre ha quedado prendido en el interior
de poderes muy ceñidos que le han impuesto coacciones, interdicciones, autorizaciones y obligaciones
permanentes. Alicia Grasso plantea 3 dimensiones de nuestra corporeidad. Cuerpo físico:
la acción, la ejercitación; Cuerpo mental: el pensamiento; y el Cuerpo emocional: los
sentimientos.
Todos nuestros mediadores en la comunicación son producciones corporales. En
estas producciones corporales están incluidas los gestos, la mímica, el lenguaje, la voz, la
actitud postural, la mirada. Y estas son herramientas fundamentales en el establecimiento
del vínculo con nuestros estudiantes en el espacio aula. El aula, es un escenario donde se
articulan las distintas dimensiones de la persona y determinan los procesos de
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aprendizaje-enseñanza. Y cuando pensamos en las dimensiones de la persona, hacemos
referencia a las dimensiones corporales. Además estas producciones corporales son
identitarios. Esta ausencia de espacio físico escolar, nos pone de manifiesto lo que ocurre

Natali Russo Prof Ciencias de la Educación | 3364323992


en las aulas. Las aulas son espacios de encuentro, de encuentro de los cuerpos, y por
tanto es un espacio multisensorial, donde percibimos todos los lenguajes corporales,
podemos seguir las miradas, mirar los cambios en la actitud postural, las variaciones de
los tonos de voz, los gestos, los ritmos. Esta dialéctica de los cuerpos nos permite saber
que funciona y que no funciona en ese encuentro.
Ahora en esta virtualidad, tenemos que reaprender como encontrarnos y como
encontrarse entre ellos, ya que a los estudiantes les faltan las voces de sus pares y
claramente no solo las voces.
El encarnamiento de significados hegemónicos que atraviesan a los docentes, operan a modo
de oscurecimiento ante las posibilidades de pensarse como un ser Sujeto/Subjetivo, como un
cuerpo, posicionándose bajo un velo propicio a la reproducción en sus aulas, de los estándares
dominantes.
Nada puede sustituir a la humanidad del maestro en el aula” y que el apego emocional
que se crea con y entre los estudiantes dentro del ámbito presencial es realmente difícil
alcanzarlo en un proceso educativo a distancia.
Unido a la cuestión emocional, la crisis sanitaria también ha puesto en evidencia las
carencias de un sistema educativo presencial que no ha suministrado de suficientes
recursos ni de formación al cuerpo docente para una situación como la vivida. Sin un
modelo definido, los docentes han tenido que adaptar los contenidos a la educación a
distancia en tiempo récord, haciendo uso de herramientas para comunicarse con el
alumnado o realizar tareas en línea que, en algunas ocasiones, nunca se habían utilizado.
El docente virtual no puede poner en movimiento su cuerpo, ya que se encuentra
capturado en una pantalla. Su comunicación no es fluida ya que esta depende de la buena
conexión de internet. No puede representar todom con el cuerpo mantener la clave
sostenida, ya que se encuentra sentado frente una pantalla (computadora, tablet, o
celular). No hay participación en el aula, ya que los niños se encuentran en sus hogares,
quizás solo la minoría, quizás sin poder ver su rostro o no pueden tener voz porque no
disponen de dispositivos(tecnológicos), o quizás solo porque están muteados.estos niños
no pueden jugar, porque la situación no lo permite. Tampoco podemos percibir las
emociones, solo vemos la rigidez del aprendizaje, un aprendizaje sistematico, que quizás
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no hay vuelta, no hay retroalimentación, no porque el docente no logre la transposición
adecuada, sino simplemente porque los alumnos sienten apatía de esta situación clase

Natali Russo Prof Ciencias de la Educación | 3364323992


(debido a todas las emociones que conllevaron el confinamiento social y la salud personal
y familiar –algunos sufrieron pérdidas x el covid-). Nos falta la expresión corporal.

…Aquellas instituciones plagadas de risas, gritos, llantos, voces de todos los colores, se convirtieron en
lugares fríos y oscuros, museos de lo que alguna vez, fueron sitios de encuentro y aprendizaje. La
oscuridad y el silencio se apropiaron de cada rincón, los carteles de bienvenida y decoraciones que se
fueron cayendo con el paso de los días sin que nadie los haya percibido…

Natali Russo Prof Ciencias de la Educación | 3364323992


Cuerpo docente
Mario Benedetti

Bien sabía él que la iba a echar de menos


pero no hasta qué punto iba a sentirse deshabitado
no ya como un veterano de la nostalgia
sino como un mero aprendiz de la soledad

es claro que la civilizada preventiva cordura


todo lo entiende y sabe que un holocausto
puede ser ardua pero real prueba de amor
si no hay permiso para lo imposible

en cambio al cuerpo
como no es razonable sino delirante
al pobrecito cuerpo
que no es circunspecto sino imprudente
no le van ni le vienen esos vaivenes
no le importa lo meritorio de su tristeza
sino sencillamente su tristeza

al despoblado desértico desvalido cuerpo


le importa el cuerpo ausente o sea le importa
el despoblado desértico desvalido cuerpo ausente
y si bien el recuerdo enumera con fidelidad
los datos más recientes o más nobles
no por eso los suple o los reemplaza
más bien le nutre el desconsuelo

bien sabía él que la iba a echar de menos


lo que no sabía era hasta qué punto
su propio cuerpo iba a renegar de la cordura

y sin embargo cuando fue capaz


de entender esa dulce blasfemia
supo también que su cuerpo era
su único y genuino portavoz

Natali Russo Prof Ciencias de la Educación | 3364323992

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