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1 Cfr. Mancnti, A. Vivere gli ideali:fra paura e desiderio. Bolonia, 1988, p. 59-60.
6 7
El hombre, «animal deseante»
Perfil bíblico
El pensamiento de Agustín parece estar perfectamente en lí
nea con lo que dice la Escritura, con la exacta interpretación de
Gen 2, 7: el hombre es un ser viviente que desea; es tensión pe
renne hacia algo que está siempre «más allá>>; es deseo intenso
que puede y debe volverse pasión y que sólo Dios puede col
mar.2
22 23
mos a tener un poco de amor: y, a medida que este deseo va calidad y del desear comofacultad. En términos más simples
creciendo, va aumentando también el amor. Quien ardientemente y particularmente en referencia a la generación juverúl, se tiene la
desea amar, muy pronto amará ardientísimamente» 22• sensación de que los jóvenes de hoy desean poco y todos de
la misma manera: parecen contentarse con esos tres o cuatro
O, como también dice San Agustín acerca de la oración y el
deseos, siempre los mismos, sin mucha fantasía ni originalidad, y
deseo de orar: «Tu deseo es tu oración; si continuo es tu deseo,
al interior de perspectivas de corto alcance, de necesidades
continua es tu oración ... El deseo es la oración interior que no
inmediatas, de gustos elementales, de ambiciones primitivas. En
conoce interrupciones»23 •
general, desean en grupo, el uno copiando del otro y, a veces, el
Esto por lo que atañe a la modalidad dinámica del desear. uno en competencia con el otro (para tener y exhibir la moto
Desde el punto de vista de los contenidos, los deseos del cre más veloz, la chica más atractiva, la situación económica más
yente son y deberían ser cada vez más los mismos deseos de ventajosa...) en función de modelos que se imponen cada vez
Dios, es decir, lo que el Creador desea para la criatura o incluso más a los gustos de la manada25 y, a veces, parecen incluso
su misma manera divina de desear. Sólo Dios, por un lado, pue dictar un sabor común.
de indicar al hombre lo que es digno de ser deseado. Por otro
Acerca del contenido, parece que en general los deseos ju
lado, el deseo de Dios está escondido en cada conciencia.
venil es responden sobre todo a las necesidades de
Por eso, se puede muy bien decir que «el deseo y la capaci autoconservación y homeostasis o, en el mejor de los casos, de
dad de desear son el órgano o el lugar por excelencia de la afirmación de sí frente a los demás (y siempre según los criterios
experiencia humana de Dios»24 • fijados por la manada), y mucho menos a tendencias más
específicamente espirituales o a exigencias de autotrascendencia.
Un fenómeno inquietante: la caída del deseo
Las consecuencias de este fenómeno a nivel vocacional son
Es la constatación de muchos observadores, sobre todo en evidentes. La vocación, en el fondo, es un deseo, pero con ca
el ámbito de la cultura juvenil o de la cultura en general. Hoy racterísticas exactamente opuestas a la tendencia del actual de
esat mos asistiendo al fenómeno de la caída del deseo como sear juvenil: en primer lugar, no representa por cierto un ideal
22 San francisco de Sales. Teótimo. xn, 2. 2.1 Dígase esto de manera no ofensiva para seftalar el fenómeno hoy cada vez más
21 San Agustín. Enarrationes in Psalmos. Salmo 37, 14. PL XXXLVI. Cfr. también evidente de cierto «neo-borrcguismo», por el cual parecen haber cambiado,
respecto de antaño, los puntos de referencia, pero quedando sin variar o volviendo
ldem, Sermones. Sermón LXXX, 7. PL XXXVIll. a emerger la tendencia a agruparse y a depender conjuntamente no tanto de un
2' Cencini, A. Vida Consagrada. Itinerario formativo por el cami no de Emaús. llder, cuanto el uno del otro y todo juntos de la entidad social (gratificados por
San Pablo, Madrid 1996, p. 223. lo que Fromm llama «el calorcito del establo»).
colectivo, ni en sí misma, ni en los requisitos que presupone; Sucede así que, cuanto más una persona es regulannente gra
además, se sitúa en una dimensión netamente trascendente, y tificada y contentada en sus requerimientos, tanto menos apren
supone familiaridad con lo espiritual, valentía en el tender hacia de a sufrir la falta de algo, así como aquella renuncia que se halla
lo alto, e incluso una pizca de locura en decidirse por algo que implícita en todo camino de realización de los deseos y que lue
está más allá de las fuerzas de uno y de cierta lógica «garantista>>. go abre al gozo de la conquista; es decir que no aprende nunca
Todos aspectos que parecen ausentes en el identikit del joven y a desear de manera intensa lo que es digno de ser deseado. En
del «no joven» de hoy. efecto, ya Ovidio decía: «No se desea lo que es fácil de obte
Entre l as muchas causas de este fenómeno, señalamos algu nern.
nas, indicando por cada una de ellas también la consecuencia Hoy, según diría el experto en psicología evolutiva L.
deformante acerca de la capacidad de desear. Castellazzi, podemos paradójicamente decir que «al niño y al
adolescente no se le reconoce el derecho al sufrimiento. Me
1. Vacío educativo y vacío existencial refiero naturalmente a un sufrimiento sano, que ayuda a cre
Nos referimos sobre todo a cierta tendencia de estos últimos cer...» , aquel sufrimiento sano que deriva de la capacidad pro
26
decenios en fuerza de la cual, también por las cambiadas condi gresiva de oponerse a la lógica o al chantaje del placer obligado.
ciones socioeconómicas, se ha iIDstaurado en las familias un cli A confirmación de tal hipótesis, el escritor Carlo Castellaneta,
ma más bien pe1misivo y condescendiente con relación a los hablando desde el punto de vista de los padres (casi una
hijos (cada vez menos numerosos y cada vez más en el centro autoacusación), explica así este equívoco educativo: «La feroz
de la atención), un clima de cumplimiento casi inmediato de los competitividad a la que la vida de hoy expone a nuestros mu
deseos, sin ya intervalo alguno entre su manifestación y su grati chachos nos induce a protegerlos, a anticipamos a sus deseos, a
ficación. ahorrarles posibles decepciones antes de que la edad adulta se
encargue de hacérselas experimentar, sin preocuparnos dema
Ha habido quien ha dicho que estos hijos de hoy tienen más
siado por forjar su carácter, para que tengan esa «personalidad»
cosas que deseos, y sin embargo parece que no saben gozar de
fuerte y valiente cuya ausencia a menudo les reprochamos. Aho
ell as, también debido a unos padres que, a su vez, representan
ra yo digo: ¿es culpa nuestra si nuestros hijos tienen muchas más
«la última generación de hijos que han obedecido a sus padres,
cosas que deseos? Tal vez sí, desde el momento que, como
y la primera generación de padres que obedecen a sus hijos»,
padres de familia, les hemos quitado la gran experiencia de La
satisfaciendo sus requerimientos, pero sin activar en ellos cami
no alguno de búsqueda o de conquista, sin abrirles nuevos espa 26 Castcllazzi, L. La crisi ad olescenziale. Problemi di diagnosi diflerenziale ira
cios significativos. crisi evoluliva e psicosi. En: «Orientamenti pedagogici», 37 ( l 990) p. 242.
,.\-11 "I�
26 ,ty�;� 27
(alta, y luego de la conquista, el placer de saborear una pose 2. Cultura de la prevención y sociedad del miedo
sión largamente suspirada ... Porque los deseos... es bonito El deseo -según dijimos- se nutre de belleza o, mejor dicho,
empollarlos, cortejarlos, acariciarlos largamente con lafantasía»27. de aquella belleza que está estrechamente ligada a la verdad de
Quien trabaja en la formación conoce muy bien la conse las cosas y es su esplendor, que por lo general se manifiesta en
cuencia de todo esto, aquel extraño fenómeno de la mortifica bondad de vida, de gestos y de corazón. Pero precisamente
ción de los deseos y de la libertad de los jóvenes, que también éste es hoy un discurso incierto y precario: en tiempos de pensa
Aristóteles definía naturalmente «proclives a los deseos»28• He miento débil, es exactamente la conexión entre verdad, belleza y
aquí la razón por la cual el joven de hoy desea poco, en un solo bondad lo que aparece inestable y ya no tan evidente. De esta
sentido y de manera repetitiva. Es como si se hubiese alojado en manera, la belleza es privada de sus raíces naturales y es hecha
la planta baja, autocondicionándose a pensar-desear-obrar en incapaz de alcanzar su fin: el de expresar la fascinación de la
pequeño y a corto plazo. «La edad del deseo» 29 corre el riesgo verdad, hacerla bella y atractiva, deseable, punto de referencia
de volverse la edad del vacío existencial o de la pobreza de los de las opciones y decisiones personales.
deseos. Una existencia carente de deseos es una vida vacía... Puede parecer una interpretación abstracta y poco adherida
No quisiéramos reducir el problema a un discurso moralista, a la realidad y a la praxis juvenil, pero están a la vista de todos el
pero está claro que allí donde no se respeta el «derecho al sufri decaimiento del gusto estético, que se ha vuelto ambiguo, y la
miento» o no se consiente «la gran experiencia de la falta y luego debilidad del criterio estético, que ya no es capaz de ofrecer
de la conquista», tampoco se consiente la formación de aquellas motivaciones a la decisión de un individuo. Hoy el joven escoge
ilisposiciones estructurales internas que hemos mencionado an o es provocado (casi constreñido por la cultura dominante) a
tes30 , que permitan desear y desear mucho, y escoger así un escoger sobre la base de la funcionalidad de la cosa escogida y
proyecto de vida coherente e intensamente «deseado». de su utilidad, en vista de su interés personal, a través de cálcu
los que miden y pretenden medirlo todo y en los cuales ya no es
concebible que algo salga de uno sin que regrese con los corres
pondientes intereses, o donde se vuelve incluso ridícula y risible
27 Castellaneta, C. /o sognavo una banana, loro vogliono / 'e/icottero. En: «Oggi», la decisión por una opción ideal, hecha simplemente porque ...
15 de diciembre de 1990, p. 60. es hennoso pensarse así, es hennoso, por ejemplo, darse a Dios,
2' Aristóteles. Retorica. En: «Opere», IV, Bari, 1973, p. 421.
ser totalmente suyos, cantarlo, celebrarlo, anunciarlo, amarlo,
" Es el título que el ya citado Castellancta le da a su ensayo sobre la adolescen cia servirlo en los hermanos...
(L 'eta del desiderio. Milán, 1990).
311 Véase p. 18. Entonces el deseo es pobre y débil, él también, igual que el
pensamiento; parece como si no hubiese tiempo ni espacio para reactivo, el desear es creativo, <<proactivo»; el primero nace del
desear, como si fuese una actividad inútil o un lujo, el lujo de una miedo, el segundo nace de la atracción; quien prevé actúa cau
libertad hoy cada vez más rara y sustituida por el miedo. Hay teloso; quien desea se deja conquistar; el prevenir tiene que ver
tanto miedo en la sociedad de hoy, y muy visible en el ánimo con lo que es feo y repugnante, mientras que el desear tiene que
juvenil, aun cuando asume actitudes aparentemente bravuconas ver con lo que es bello y fascinante, etc.
o que ostentan seguridad. Miedo de un mundo que percibe como Luego, respecto de nuestros adolescentes de hoy, ellos son
hostil, que no lo acoge y no le da espacio; miedo del futuro, que bombardeados por una miríada de informaciones preventivas
vislumbra incierto y que no puede pensar y escoger según cier que son muy precisas en sugerir qué cosas no hacer, pero no
tos ideales; miedo de lo que ve alrededor de sí, de la fealdad y dan ningún contenido positivo al obrar cotidiano. Entonces el
chabacanería que lo rodea; miedo de la sociedad misma, de la miedo de la sociedad genera un replegarse sobre sí mismos,
violencia que hay en las relaciones, de la injusticia, de la delin sobre lo familiar, lo conocido, lo acostumbrado, aunque carente
cuencia, de la superchería, de las diversas infecciones o epide de vitalidad, evitando tantas experiencias, mortificando inevita
mias (cada cierto tiempo aparece una...). blemente también la capacidad y la libertad de desear3 1 •
No es fácil ni obvio tener el valor de desear en semejante Es un poco un círculo vicioso: allí donde no hay belleza y
contexto; parece casi prohibido, como si uno que tiene los pies verdad, también el individuo, inevitablemente, pierde poco a poco
bien plantados en la tierra no debiera abandonarse a las ilusio su natural libertad de dejarse atraer por la hermosura de las co
nes. Se tiende más bien a defenderse de esta realidad enemiga: sas y de los ideales, y por la esperanza de construirla en su pro
no acaso laprevención es hoy asumida como modelo de todas pia historia personal, aunque en pequeña y limitada medida. Ésta
las relaciones sociales; es el nuevo mito, la nueva palabra de orden. es la señal de que el cáncer sutil de la fealdad, del desaliento y
del miedo está penetrando en el corazón del hombre. Un cáncer
En los últimos tiempos hemos asistido a un proliferar de pre
que mata también el deseo...
venciones (desde la prevención de la caries hasta aquella de la
droga, desde la prevención de los riesgos sexuales hasta aquella
3. De la ingratitud al hastío
de los riesgos vinculados con diferentes tipos de enfermeda
des), pero -parece lícito preguntarse- ¿basta prevenir, para ir al Otra causa determinante la caída del desear podemos identi
encuentro de la vida? ¿Basta dar informaciones, para prevenir, ficarla en una situación que hoy es cada vez más frecuente. La
como si fuera cierto que «si lo sabes, lo evitas»? En cierto senti sociedad actual es una sociedad del bienestar, totalmente cons
do, il prevenir indica un movimiento interior exactamente con truida alrededor de la centralidad de cada individuo y de sus
trario a aquel que está implícito en el desear: el prevenir es 11 Bramucci, A. Giov ani ne/la socieli1 della paura. En: «Rocca», 6 (1998), p. 45-46.
necesidades. Tal sociedad ha creado un clima cultural en donde ¡ Resarcir, indemnizar por haberla hecho existir! Una especie
todo parece debido y todo debe ser perfecto. De esta manera, de nuevo pecado sin posible absolución, que alimenta en tantos
si por un lado rige el principio de la gratificación inmediata y padres de familia aquella coacción a seguir proveyendo acrítica
total, por el otro, todo esto se está volviendo cada vez más un e indiscriminadamente, y a veces incluso solícita e ilimitadamen
derecho del individuo, y esto ya no permite reconocer con gra te, todo capricho o antojo juvenil.
titud el bien recibido.
Si no hay gratitud, -aquí viene otra variante- la vida no se
Consecuentemente, llega a faltar otro componente :fundamen abre a la esperanza y se cierra en un presente que se repite, casi
tal equilibrio psíquico humano: la gratitud; la conciencia de
del una clonación infinita de tantos pequeños instantes todos iguales
que lo que he recibido no era ni es un derecho que yo tengo; la a sí mismos, instantes que huyen hacia el vació. Es el aburri
conciencia de la desproporción entre el eventual mérito mío per miento, el tedio que vemos reflejado en tantos rostros jóvenes,
sonal y lo que efectivamente me ha sido dado; la libertad de en una generación que ha pasado demasiado rápido de la fiebre
emocionarse frente a la bondad de la vida y de tantas personas del sábado por la noche al hastío del domingo por la tarde, inca
que han sido buenas conmigo... Todo esto es indispensable para paz incluso de divertirse, de gozar, de inventar algo bonito y
mirar con confianza hacia el futuro; porque es únicamente una entretenido ... ; o que, por reacción o por desesperación, para
memoria grata y agradecida (la memoria es el órgano del pasa no confrontarse con el vacío interior de ideas y perspectivas, va
do) que da una mirada optimista y esperanzada respecto del buscando emociones fuertes, emociones intensas... y, precisa
porvenir, una mirada interior capaz de desear (el deseo es el mente para sentirse viva, termina por jugar con la muerte, propia
órgano del futuro), de hacer proyectos, de confiar en la reali y ajena. Algo querrá decir, en este sentido, el hecho de que, tan
dad, de madurar la certeza de poder realizar algo bueno, en la menudo en estos jóvenes, una orgía de vida se transforme en
correspondiente certeza de que la vida seguirá siendo buena... loca transgresión y termine en muerte sin sentido. Lo dice el
Si no hay gratitud, hay a veces la obstinada pretensión de IS TAT que, en las edades debajo de los 21 años, en Italia, el
seguir teniéndolo todo de los padres, «culpables» precisamente suicidio es la segunda causa de muerte, después de los acciden
de esto (de haber dado la vida), que debería suscitar sentimien tes automovilísticos.
tos de gratitud en quién la recibió, y que por el contrario es Es un joven, el de hoy, que «podría ..., pero no le da la gana»,
considerado como una culpa. Tal es el caso de aquella minúscu decepcionado o herido por el bienestar, y un poco deprimido y
la joven, an�réxica y aparentemente dulcísima, que seguía pre enfadado32, o saciado e insatisfecho, como puntualmente seña-
tendiendo todo de sus padres y, melancólicamente cínica, expli
caba: «¡Sólo (se trata de) resarcimiento por los daños, papá!». n Cfr. Manenli. A. Ob. cit., p. l 11-118.
lan los diferentes análisis sociológicos33• Es sutilmente frágil: basta «Resulta dificil, en tal contexto, tener una concepción o vi
una bofetada del papá, una mala nota en la escuela, el «no» de la sión del mundo unitaria, y por ende se vuele débil también la
joven amada, y el futuro es borrado. Y con él todo posible capacidad «proyectual» de la vida, no obstante las múltiples
deseo. oportunidades ofrecidas por esta sociedad. En efecto, cuando
una cultura ya no define algunas supremas posibilidades de sig
4. El gran «pantheon» y el uniformismo general nificado, o no logra crear convergencia alrededor de algunos
valores como particularmente capaces de darle sentido a la vida
Finahnente, hay otro factor muy influyente, señalado por el
sino que pone todo en el mismo nivel, allí cae también toda po
documento final del Congreso europeo sobre las vocaciones al
sibilidad de opción <<proyectual», y todo se vuelve indiferente y
sacerdocio y a la vida consagrada (Nuevas vocaciones para
monocorde»34 •
una nueva Europa).
Decir que todo es colocado y propuesto en el mismo nivel
En la parte inicial, donde describe la situación cultural de la
significa que llegan a faltar las premisas para tener y alimentar
nueva Europa, se exprime en estos términos: «Otro aspecto ca
deseos; también porque, en este contexto del bienestar, todo se
racteriza la actualidad sociocultural europea: las excedentes po
da y todo es hecho posible (más aún,hay un excedente de posi
sibilidades, ocasiones y solicitaciones, frente a la carencia de
bilidades). La consecuencia a nivel vocacional -sigue afirmando
focaliza.ción, de «propositividad>> y de «proyectualidad>>. Es algo
el documento- es que «en la Europa culturalmente compleja Y
así como un nuevo contraste que aumenta el grado de compleji
carente de precisos puntos de referencia, semejante a un gran
dad de este período histórico, con una recaída obviamente ne
'pantheon ', el modelo antropológico prevaleciente parece ser
g,ativa en el plano vocacional.
el del 'hombre sin vocación'»35 • Es decir que, donde no nacen
«Al igual que Roma antigua, también la Europa moderna pa deseos y capacidad de desear, allí es muy dificil que nazcan op
rece semejante a un 'pantheon ',a un gran 'templo' donde to ciones y disponibilidades vocacionales.
das las «divinidades' están presentes,es decir, donde todo 'va
Además' otra consecuencia de este clima de confusión gene-
lor' tiene su lugar y su nicho. 'Valores' diferentes y contrastantes ral es el estado de ignorancia en la que viven los Jóvenes
están presentes de manera simultánea y coexisten, sin una preci acerca de ellos mismos, de quiénes son y de lo que quieren.
sa jerarquización, al igual que códigos de lectura y valoració n de
signo y comportamiento totalmente disúniles entre ellos. " Pontificia Opera per le Vocazioni Ecclesiastiche. Nuove _voc_azioni per i_ ma
nuova Europa. Documento finale del Congresso su lle Vocaz1om al SaccrdOLIO e
3' Cfr. en particular los iofonnes anuales CENSlS, especialmente de estos úlúmos alla V ita Consacrata (Roma, 5-1 O maggio 1 997), 11-a.
años. " Allí mismo, 11-c.
34 35
Hasta hace algunas décadas circulaban, entre los más reflexi que dure más de un día, ningún interés que supere el tiempo de
vos, estos versos deMontale (aquí traducidos lo más fielmente una emoción. «Generación desperdiciada», -se aventura a de
posible): «No nos preguntes la fónnula que pueda abrirte mun cir alguien más-, «generación de los marginales», de los «sacrifi
dos: Sí, alguna torcida silaba y reseca como un ramo. Esto sólo cados>>, de los «no partícipes»36, según las diversas etiquetas
podemos hoy decirte: lo que no somos, lo que no queremos». que la investigación de turno, a intervalos regulares. se permite
endilgarles.
En aquella época de certezas contrapuestas, aquellos
«montalianos» eran vistos con suspicacia, como profesionistas Por otro lado, hay que decir también que ya no se está hoy
de la incertidumbre. acusados de ser culpables cultores y detrás de los jóvenes por parte de las diferentes agencias: ¡esto
difusores de la duda. Había unos jóvenes «empeñadoS)> en criti ya acabó! También porque «los jóvenes ya no abren nuevos
carlos, -aunque desde posiciones diferentes-, ligados como es caminos, sino que prefieren mirar hacia atrás, volviendo a reco
taban a agencias diversas, pero en todo caso seguras en su afir rridos seguros, a caminos incluso demasiado trillados o a circui
mación de la verdad y más que nunca interesadas y decididas a tos que siempre regresan al mismo punto de partida (es decir, ¡ a
estar detrás de los jóvenes, de sus gustos y de sus intuiciones mamá y pápá ! )»37 .
para atraerlos asu lado (así actuaba también la «agencia»-Igle ¿Qué hay, entonces, del deseo como creatividad, sentido del
sia). riesgo, valor para soñar lo imposible, fantasía y novedad ... ?
Hoy, cuando ya no vivimos tiempos de certezas, en cierta No quisiera que, frente a este cuadro. desesperáramos tam
medida también nuestros jóvenes ya no se reconocen en los ver bién nosotros los educadores y formadores. Muchos jóvenes
sos de Montale: no saben siquiera «lo que no son» o «lo que no no son así, y conservan intacta su gana de vivir y esperar y de
quieren». Los creemos vacunados contra el racismo. Los supo sear en grande. ¡ Menos mal! Pero, de todas maneras, es impor
nemos contrarios a la guerra. Pensamos encontrar en ellos una tante tener en cuenta estas observaciones, porque ésta es la cul
condena a priori de toda atrocidad pasada: colonialismo, ma tura en la que vivimos y que todos respiramos, incluyendo a
chismo, campos de concentración, gulags, etc. Pero no es así. aquel que ha sido ayudado a no ceder al vacío existencial y al
Sus «no» son tan inciertos como sus eventuales « sí». No saben desbande, ni al miedo y al hastío, o que ha visto reconocido su
lo que quieren ni lo que no quieren. Quizás es éste el vacío del
que habla algún magistrado de vez en cuando, al chocar con 36 Cfr. Presbyteri, 9/ 1997.
absurdos gestos de menores aún adolescentes. " Bramucci, A. Art. cit., p. 44. Da precisamente esta indicación la reciente
«investigación acerca de la condición de lo mfancia y la adolescencia»
«Planeta de las cabezas huecas», ha sentenciado alguien, cla promovida por el Depanamento de Asuntos Sociales. de la Presidencia del Consejo
sificando a los jóvenes de los 14 a los 24 años. Ningún proyecto de Ministros (cfr. a/11 mismo).
36 37
derecho al sufrimiento y ha aprendido a desear. Es con esta cul Educación de los deseos
tura y con estas y otras desviaciones del auténtico desear, seme
jantes a «tentaciones» o pruebas, que deben confrontarse nues
tra fe y nuestra educación a la decisión vocacional, con la segu Veamos ahora, puestas estas premisas, cómo educar los de
ridad de que la primavera se esconde en este invierno. seos: en qué dirección y según cuál recorrido pedagógico.
hwnano, para mostrar su natural y sobrenatural punto de llega Pero no es sólo esto. Oración no es únicamente petición o
da. súplica, sino también dramática confro�tación con los deseos
_
Es la condición, ésta, o el camino para pedirle al joven que divinos o, como dice Godin con un térrruno smgular Y eficaz, la
desee en grado máximo, que no se conforme con gratificaciones oración es el lugar de torsión de los deseos del hombre, que «se
parciales o ilusorias, con metas engañosas..., sino que llegue a enrollan sobre deseos diferentes».42 Torsión como transforma
desear para sí lo que Dios desea para él. La fuente de los de ción o, literalmente, como el darse una vuelta el tronco sobre sí
seos para un creyente no puede estar en la opinión de la mayo mismo, queriendo decir que no se trata de anular o enervru: los
ría, en la cultura general, en la fascinación de ciertos objetivos deseos humanos, sino todo lo contrario, pues se trata d� on�n
sólo terrenales, o en lo que sugiere únicamente el yo actual, sino tar el deseo hacia su destino natural u objetivo final, que inevita
que está en los valores revelados, es decir, en la persona de blemente hace añicos la medida simplemente humana de las as
Cristo. piraciones juveniles y abre de par en par el espacio ilimitado del
desear divino.
El formador vocacional debe tener la valentía de señalar este
horizonte, a pesar de que pueda parecer que llegue a causarle Si la excavación está orientado hacia el origen Y la raíz d� l
vértigos al joven. Éste debe aprender a desear con el corazón desear humano, la torsión orienta la atención hacia su ?�ph
de Dios. miento y realización. Si excavar el deseo significa percibir algo
que ya existe, consignado desde siempre en n�es�a na�e� Y
en nuestro pasado, la torsión de los deseos s1grufica d:c1dirse
3. La oración, lugar de torsión de los deseos
libremente a pensar y realizar el futuro personal en la lmea del
A este punto, entonces, formación vocacional quiere decir desear divino.
oración, y un cierto tipo de oración. Quiere decir, antes
que
nada, un joven que suplica a Dios para que le transmita sus
mis " Nuo,·e voca:,oni.... 35-d.
mos deseos; quiere decir un joven que comprende cómo
sólo " Godin. A. Ob. cit . p. 194.
56 •.�-f
Obviamente esta operación suscitará miedo y deseo de aban Actividad
Nivel Dirección Refe-
donarlo todo, confonnándose con mucho menos y escuchando del yo rencia
Oración pedagó- Objeto
gica
consejos más moderados; entre otros, la torsión es también do
Hacia el
lorosa como movimiento en sí. Por este motivo, es importante cumpli- Los Oración de El deseo 1
Escalar Yo ideal miento proyec- torsión. y que Dios
que el joven viva todo esto en la oración, en el redescubrimiento tos de del deseo Formar tiene para
del deseo
de una nueva relación con Dios. Es únicamente en la oración Dios humano el hombre
divino
donde el ser humano puede abrirse a esta realidad diferente,
impensada e impensable, porque la oración, en este momento, Oración de El deseo
Hacia la excavación
es sobre todo acción de Dios en aquel que ora, es palabra y raiz del La
y discerní- que el
Excavar Yo actual historia Educar hombre
deseo
amor y energía de Dios en el orante. del sujete miento del tiene de
humano deseo Dios 1
humano
Y el amor es siempre transfonnante; elimina poco a poco los
miedos e infunde la fuerza para enfrentar riesgos; y, entre todos Excavar y escalar los deseos
ellos. el mayor riesgo que el joven pueda encarar es el de desear
con el corazón de Dios.
La torsión de los deseos indica, en fin, este movimiento oran
te y contemplativo: volver la mirada hacia el corazón de Dios, La chispa de la decisión vocacional
justamente como nos lo recuerda la Escritura: «Mirarán al que A estas alturas, el deseo podría y debería volverse decisión.
traspasaron» (Jn 19, 37)43• Hemos visto, en la primera parte, que hay un estrechísimo vín
«Este tipo de oración 'in-vocatoria 'no se aprende espontá culo entre deseo y decisión: el uno abre a la otra; la segunda
neamente, sino que necesita de un largo aprendizaje, y no se confirma al primero. Así sucede también en la formación voca
aprende por sí solos, sino con la ayuda de quien ha aprendido a cional.
escuchar los silencios de Dios. Tampoco puede enseñarla cual Nuestros «campamentos vocacionales», nuestros retiros vo
quiera tal oración, sino únicamente quien es fiel a su vocación»44. cacionales o catequesis vocacionales y otras variadas iniciativas
vocacionales, aun de valiosa calidad, alcanzan e interesan a mu
chos jóvenes, pero muchos de estos jóvenes, a pesar de que
viven intensamente la experiencia, no llegan a decisión alguna.
H Cfr. Ccncini, A. Ob. cit., p. 226 Tal vez hacen esta experiencia y después la repiten durante largo
,Vuove vocazioni .... 35-d.
tiempo, pero sin decidirse jamás.
4
58
59
Sin pretender explicar este fenómeno (que inquieta y depri
me a no pocos animadores vocacionales), decimos que una de
sus causas podría ser una no suficiente atención al proceso diná
mico del desear, especialmente en la relación que existe entre el
excavar el deseo y el escalarlo. En efecto, los dos movimientos,
ideal y sustancialmente, deberían hacer emerger el deseo del fNDICE
hombre y el deseo de Dios: el primero, purificado de tantas
incrustaciones e interferencias; el segundo, como raíz y destino PRESENTACIÓN 5
del desear humano. Por lo general, tales movimientos son EL HOMBRE, «ANlMAL DESEA TE» 9
inversamente proporcionales entre sí: cuanto más profundo baja Perfil bíblico 9
el uno. tanto más alto sube el otro; cuanto más se excava, tanto J. El único deseo: ver a Dios 10
más se escala. 2. Perversiones y conversión 11
En todo caso, el encuentro entre los dos deseos debería ha 3. Los deseos del Hijo 13
cer saltar la chispa de la que nace la decisión vocacional. O sea: Perfil antropológico 14
el deseo del joven coincide con el deseo de Dios; la llamada de J. Definición 15
Dios atrae corazón-mente-voluntad del joven, quien, en este 2. Componentes constitutivos 16
momento, puede decir que escoge lo que le gusta. 3. Componentes fenomenológicos 16
.J. Proceso de desarrollo 17
¡ Y el deseo humano expresa y manifiesta la belleza y verdad
5. Condiciones 19
del deseo divino!
6. Perspectiva temporal 21
7. Fuerzas psíquicas implicadas 22
8. Deseo y vida sobrenatural 23
Un fenómeno inquietante: la caída del deseo 24
DECISIÓN
VOCACIONAL J. Vacío educativo y vacío existencial 26
2. Cultura de la prevención y sociedad del miedo 29
3. ¡')e la ingratitud al hastío 31
4. 1:,/ gran «pantheon» y el uniformismo general 34
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