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Clase 1. Marco jurídico que implica a la intervención con


niños, niñas y adolescentes en procesos judiciales
1.1 Marco Jurídico Internacional
1.1.1 Convención de los derechos del niño

La Convención de los derechos del niño fue proclamada y adoptada por la Asamblea
General de la ONU el 20 de noviembre de 1989. En ella se establecen los derechos
inalienables de todos los niños y las niñas, pero también las obligaciones de los
Estados, los poderes públicos, los padres, las madres y la sociedad en su conjunto,
incluidos los propios niños y niñas, para garantizar el respeto de esos derechos y
su disfrute por todos los niños sin distinción de ningún tipo.

Es el tratado internacional de derechos humanos más ampliamente respaldado, 196


naciones lo han ratificado. Estados Unidos es el único país que no ha completado
el proceso de ratificación de la Convención.

Los cuatro principios sobre los que se establece la Convención son la no


discriminación, la primacía del interés superior del niño, la garantía de la
supervivencia y el pleno desarrollo, y la participación infantil.

La Convención tiene 54 artículos en los que desarrolla, entre otros, el derecho de


los niños y niñas a la protección contra todo tipo de violencia y contiene los principios
fundamentales que deben considerarse en los procesos de justicia donde
intervienen niños, niñas y adolescentes tales como: el interés superior, el derecho
a ser escuchado, el derecho a la protección de su vida privada,

La Convención sobre los derechos del niño se completa con tres protocolos
facultativos, relativos a la venta de niños, la prostitución y la pornografía infantiles,
y la participación de los niños en los conflictos armados. El tercer protocolo fue
aprobado en 2014 y es el que permite a los propios niños o adultos en su nombre,
presentar quejas individuales ante el Comité de los derechos del niño.

1.1.2 Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las


víctimas de delitos y del abuso de poder

Fue adoptada por la Asamblea General en su resolución 40/34, de 29 de noviembre


de 1985, teniendo como contenido principal que se entenderá por “víctima”, los
derechos de estas en los proceso de justicia particularmente en cuanto al acceso a
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la justicia, a ser tratadas con compasión y respeto por su dignidad, así como el
derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del
daño que hayan sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional, estableciendo
así mismo parámetros para el resarcimiento, la asistencia a las víctimas y su
indemnización.

Particularmente establece en su artículo sexto que:

6. Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y administrativos a las


necesidades de las víctimas:
a) Informando a las víctimas de su papel y del alcance, el desarrollo cronológico y
la marcha de las actuaciones, así como de la decisión de sus causas, especialmente
cuando se trate de delitos graves y cuando hayan solicitado esa información;
b) Permitiendo que las opiniones y preocupaciones de las víctimas sean
presentadas y examinadas en etapas apropiadas de las actuaciones siempre que
estén en juego sus intereses, sin perjuicio del acusado y de acuerdo con el sistema
nacional de justicia penal correspondiente;
c) Prestando asistencia apropiada a las víctimas durante todo el proceso judicial;
d) Adoptando medidas para minimizar las molestias causadas a las víctimas,
proteger su intimidad, en caso necesario, y garantizar su seguridad, así como la de
sus familiares y la de los testigos en su favor, contra todo acto de intimidación y
represalia;
e) Evitando demoras innecesarias en la resolución de las causas y en la ejecución
de los mandamientos o decretos que concedan indemnizaciones a las víctimas.

1.1.3 Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.


Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a niños víctimas y
testigos de delitos.

El Consejo Económico y Social forma parte del núcleo del sistema de las Naciones
Unidas y tiene como objetivo promover la materialización de las tres dimensiones
del desarrollo sostenible (económica, social y ambiental). Este órgano constituye
una plataforma fundamental para fomentar el debate y el pensamiento innovador,
alcanzar un consenso sobre la forma de avanzar y coordinar los esfuerzos
encaminados al logro de los objetivos convenidos internacionalmente. Asimismo, es
responsable del seguimiento de los resultados de las grandes conferencias y
cumbres de las Naciones Unidas.
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La Carta de las Naciones Unidas estableció la creación del Consejo en 1945, que
se convirtió en uno de los seis órganos principales de las Naciones Unidas.
El 22 de julio de 2005 emitió las Directrices sobre la justicia en asuntos
concernientes a niños víctimas y testigos de delitos que entre otras cosas establece
como objetivo ser un marco práctico para orientar a los profesionales y, cuando
proceda, a los voluntarios que trabajan con niños víctimas y testigos de delitos en
sus actividades cotidianas en el marco de la justicia de adultos y de menores a nivel
nacional, regional e internacional, de conformidad con la Declaración sobre los
principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso de
poder.
Establece los principios bajo los cuales habrá de regirse la intervención de niñas,
niños y adolescentes en los procesos de justicia, y desarrolla los derechos que
tienen específicamente en cuanto a su intervención en tales procesos.

1.1.4 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de


Discriminación contra la Mujer

La CEDAW (por sus siglas en inglés) fue adoptada en forma unánime por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 y entró en
vigor en 1981 y es considerada la carta internacional de los derechos de la mujer.

Provee un marco para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las


mujeres y las niñas conceptualizando a la discriminación contra las mujeres,
estableciendo en su articulado los deberes de los estados parte frente a sus
obligaciones para asegurar la igualdad de las mujeres frente a los hombres en todos
los ámbitos como lo es el laboral, educativo, familiar, etc.

La citada Convención es la base jurídica internacional sobre la que descansan los


principios para la erradicación de patrones socio culturales que impiden el pleno
ejercicio de sus derechos a las mujeres y niñas y que rescata la obligatoriedad de
aplicar la perspectiva de género en los procesos de acceso a la justicia de las
mujeres y niñas.

1.1.5 Convención Americana sobre los Derechos Humanos

Es un tratado internacional del Sistema Americano de Derechos Humanos que


establece los derechos que los Estados parte están obligados a respetar en favor
de todas las personas, agregando el plus de establecer mecanismos de control para
el cumplimiento de dicha obligación traducido en la existencia de dos órganos que
fungen como investigador y acusador uno y como tribunal el otro: nos referimos a la
comisión interamericana y a la corte interamericana de derechos humanos.
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En su articulado establece el derecho de las personas a la vida, a la integridad, a la


seguridad jurídica, a la reunión, a la petición, a la salud, etc. Si bien es cierto en su
artículo 19 hace un escueto señalamiento de los derechos que tienen las niñas,
niños y adolescentes, el resto del articulado también los hace sujetos de esos
derechos que en comunión con legislaciones más específicas en el tema permiten
la protección de estos derechos mediante los mecanismos de control antes citados.

Artículo 19. Derechos del Niño


Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor
requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.

1.1.6 Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia en contra de las mujeres mejor conocida como la Convención de
Belem do Pará

El citado Tratado define la violencia contra las mujeres, establece el derecho de las
mujeres a vivir una vida libre de violencia y destaca a la violencia como una violación
de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Conceptualiza las formas de violencia que se ejercen contra las mujeres, establece
los derechos específicos de las mujeres y las obligaciones de los Estados parte para
asegurar el ejercicio y goce de dichos derechos.
Propone por primera vez el desarrollo de mecanismos de protección y defensa de
los derechos de las mujeres como fundamentales para luchar contra el fenómeno
de la violencia contra su integridad física, sexual y psicológica, tanto en el ámbito
público como en el privado, y su reivindicación dentro de la sociedad.

1.2 Marco Jurídico Nacional y Local


1.2.1 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La Constitución Política es la norma fundamental de todo el sistema jurídico en


nuestro país; de ella emanan las bases para la construcción de todo el sistema
normativo que rige la vida de las personas que vivimos en México.

En 2011 la Constitución reformó su artículo 1 reconociendo la existencia de los


derechos humanos de todas las personas, asegurando el ejercicio de esos
derechos y estableciendo el principio pro-persona en cuanto a la interpretación de
las normas que contienen derechos humanos favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
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Además señala la obligación que tienen las autoridades de promover, respetar,


proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, y entre otras cosas
no menos importantes establece la prohibición de que en nuestro país exista la
discriminación.

La constitución particularmente habla de los derechos de las niñas, niños y


adolescentes en su artículo 4to al señalar que en todas las decisiones y actuaciones
del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez,
garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho
a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano
esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño,
ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez.

Así mismo en su artículo 20 apartado C, establece los derechos de los que gozaran
las víctimas dentro del proceso penal, tales como la asistencia, intervención en el
proceso, protección y reparación integral del daño, entre otros.

1.2.2 Ley General de Víctimas.


La Ley General de Víctimas, establece un marco de derechos de las víctimas de
delitos y de violaciones a los derechos humanos, así como acciones para garantizar
su protección, atención y reparación del daño. Establece los conceptos de víctimas
incluyendo en ese carácter no solo a quienes han sufrido una agresión
directamente, sino también a familiares y personas que tengan una relación
inmediata con una víctima directa y cuyos derechos peligren, así como quienes se
constituyen en víctimas potenciales por su relación con la víctima directa o indirecta.

Reconoce también un amplio catálogo de derechos de las víctimas: recibir ayuda y


trato humanitario, atención para ellas y sus familiares, conocer la verdad, impartición
de justicia, reparación del daño y conocer el proceso penal contra sus agresores.

1.2.3 Ley General de los derechos de niñas, niños y adolescentes.


Esta normativa sustituye la publicada en el año 2000 ampliando por mucho el
contenido de la que ahora sustituye. Esta Ley reconoce a las niñas, niños y
adolescentes como titulares de derechos; garantiza su pleno ejercicio; crea diversas
instituciones.

Es una plataforma mínima de los derechos de la infancia y adolescencia; establece


en su articulado un capitulo para cada derecho tutelado por la ley: derecho a la vida,
a la prioridad, a la identidad, a vivir en familia, a la igualdad sustantiva, la no
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discriminación, al sano desarrollo, a la salud, la inclusión, la educación, el descanso


y esparcimiento, libertad de creencias, de expresión, de asociación, seguridad
jurídica y debido proceso.

Vale la pena ponderar de estas disposiciones para el tema de nuestro interés, las
relativas a lo contenido en el capítulo 2 por cuanto habla a la prioridad en la atención
de niños, niñas y adolescentes frente a los adultos.

Por su parte el capítulo 4 cita la obligación de tomar en cuenta la opinión de niñas,


niños y adolescentes en los casos en que sean separados de las personas que
ejerzan la patria potestad o la tutela de estos.

El capítulo 15 establece el derecho que tienen niñas, niños y adolescentes de ser


escuchados en todos los procesos donde ellos intervengan y señala la obligación
de que les sea informado como se valoró su opinión.

Por su parte el artículo 17 establece los mecanismos para el resguardo de la


identidad de niñas, niños y adolescentes en procesos judiciales.

1.2.4 Código Nacional de Procedimientos Penales.


Es la normativa que establece los principios bajo los cuales se rige el sistema
penal en nuestro país, las garantías procesales de las personas que intervienen así
como los mecanismos para el desarrollo del proceso penal incluyendo salidas
alternas.

En cuanto a la intervención de niñas, niños y adolescentes en el proceso


penal, el citado código establece una excepción al principio de publicidad cuando
se afecte el Interés Superior del Niño y de la Niña en términos de lo establecido por
los Tratados y las leyes en la materia.

Así mismo prevé que los testimonios de menores de edad víctimas del delito y se
tema por su afectación psicológica o emocional, así como en caso de víctimas de
los delitos de violación o secuestro, el Órgano jurisdiccional a petición de las partes,
podrá ordenar su recepción con el auxilio de familiares o peritos especializados.
Para ello deberán utilizarse las técnicas audiovisuales adecuadas que favorezcan
evitar la confrontación con el imputado.

1.2.5. Código de procedimientos Familiares.


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Es la normativa que establece los principios bajo los cuales se rige el proceso de
orden familiar, las garantías procesales de las personas que intervienen así como
los mecanismos para el desarrollo del proceso.

Este código señala principios especiales respecto de niñas, niños y


adolescentes, donde puntualiza el interés superior de la niñez como uno de los
principios rectores del procedimiento familiar. Debe ser interpretado como el
principio "rector-guía" del mismo, lo que significa que con base en él se entenderán
el resto de los derechos reconocidos en aquel.

Los tribunales tienen obligación de tratar a toda niña, niño y adolescente, sin
discriminación alguna, pero se atenderá a las características, condiciones
específicas y necesidades de cada niña, niño y adolescente.

Se procurará en el proceso, evitar en la medida de las posibilidades, la realización


de prácticas o procedimientos en los que la niña, niño y adolescente, se les cause
estrés psicológico como consecuencia de las declaraciones reiteradas, rememorar
los hechos en un ambiente muy formal y distante, que no permita la comprensión y
tranquilidad de la niña, niño o adolescente, interrogatorios repetidos, demoras
prolongadas o innecesarias, y otros requerimientos legales que pueden ser
intimidantes, y causar repercusiones a largo plazo en su desenvolvimiento.
Conforme a lo anterior, el tribunal buscará que el juicio sea adecuado al desarrollo
y sensibilidad de la niña, niño y adolescente, a fin de que los actos procesales en
los que intervengan sean lo menos perjudiciales para su persona.

También establece que toda niña, niño y adolescente, tiene derecho a expresar sus
opiniones libremente sobre las decisiones que le afecten, incluidas las adoptadas
en el curso de cualquier proceso, y que esos puntos de vista sean tomados en
consideración según su edad, madurez y evolución de su capacidad.

En cuanto a normas procesales, el ordenamiento prevé la comparecencia de niños,


niñas y adolescentes que estén en condiciones de formarse un juicio propio, a fin
de que expresen de manera libre su opinión en los asuntos que les afecten.

Clase 2. Los derechos de niñas, niños y adolescentes en


los procesos de justicia .
2.1 Interés Superior de la infancia
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Este es establecido como un derecho en la legislación de NNA pero


primordialmente es concebido como un principio bajo el que debe regirse
cualquier actuación que implique a niñas, niños y adolescentes: un conjunto de
acciones y procesos tendientes a garantizar un desarrollo integral y una vida
digna, así como las condiciones materiales y afectivas que les permitan vivir
plenamente y alcanzar el máximo de bienestar posible.

Miguel Cillero (1998) plantea que la noción de interés superior es una garantía
de que "los niños tienen derecho a que antes de tomar una medida respecto de
ellos, se adopten aquellas que promuevan y protejan sus derechos y no las que
los conculquen". Así éste autor considera que esta noción supera dos posiciones
extremas: el autoritarismo o abuso del poder que ocurre cuando se toman
decisiones referidas a los niños y niñas, por un lado, y el paternalismo de las
autoridades por otro.

Este principio corre el riesgo de ser interpretado de manera errónea y afectar


los propios derechos del NNA. Esto sucede cuando los intereses de la persona
adulta que lleva a cabo la intermediación del ejercicio de derechos, traslada sus
propios intereses y creencias, y los presenta como si se tratara del interés
superior de la niña, niño o adolescente.

Ya se ha dicho que un principio busca su cumplimiento en la mayor medida de


lo posible, en ese sentido, el interés superior pretende en todo momento la
garantía y ejercicio pleno de la totalidad de los derechos en la mayor medida de
lo posible y de haber colisión de derechos, debe asegurar la mayor protección
de los derechos en juego en el caso concreto.

El interés superior está íntimamente relacionado con el principio de autonomía


progresiva. En una interpretación conjunta generan al Estado la carga de hacer
una revisión casuística para tomar una decisión adecuada para cada NNA en
específico, atendiendo a sus necesidades, intereses y contexto. Es
indispensable tener claro que este es el centro de actuación de sus propios
derechos.

2.2 Derecho a la intimidad


Niñas, niños y adolescentes no podrán ser objeto de injerencias arbitrarias o
ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia;
tampoco de divulgaciones o difusiones ilícitas de información o datos
personales, incluyendo aquélla que tenga carácter informativo a la opinión
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pública o de noticia que permita identificarlos y que atenten contra su honra,


imagen o reputación.

2.3 Derecho a la participación: Derecho a ser escuchado y a la


participación significativa y protagónica
Así como el principio de la autonomía progresiva, el derecho a ser escucha - do
y participar es un pilar para su tratamiento como titulares de derechos. La
intervención directa del NNA en los asuntos de su interés, requiere de las
autoridades una serie de acciones basadas en el principio de debida diligencia,
así como el conocimiento y la atención especializada que permitan acceder de
manera fidedigna a la opinión de ellas y ellos.

El derecho de participación de los NNA no obliga a la autoridad a ejecutar de


manera indudable la voluntad de ellas y ellos, sin embargo, debe ser un
elemento que, en conjunto con la integralidad de sus derechos, se tome en
cuenta para asegurar que las decisiones estén basadas en el interés superior
de las niñas, niños y adolescentes.

En materia de representación para procedimientos judiciales o administrativos


en donde esté involucrado un niño, niña o adolescente, su voluntad respecto a
las acciones que se llevarán a cabo gozan de una mayor relevancia, pues la
finalidad de dicha figura es reflejar lo más posible el mayor interés de la persona
representada. Como se dijo, este derecho se encuentra estrechamente ligado al
principio de la autonomía progresiva y su omisión puede colocar el caso dentro
de un paradigma tutelar y adultocéntrico, que pierda de vista la aplicación del
interés superior de la niñez y derive en una afectación grave a sus derechos
humanos.

El derecho a ser escuchado tiene una dimensión individual y una dimensión


colectiva; existe por tanto un derecho a ser escuchado de cada niño
individualmente y el derecho a ser escuchado aplicable a un grupo de niños (por
ejemplo, los alumnos de una clase, los niños de una ciudad o de un país, los
niños con discapacidades o las niñas).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos destaca que no debe tratarse
de cualquier tipo de participación, sino de una participación significativa y
protagónica. Ello comprende la posibilidad de expresarse libremente y a ser
escuchado por quienes toman decisiones que afectarán sus derechos, su
desarrollo y el curso de su vida.

Ello implica, por un lado, que el Estado debe asegurarse de que los NNA reciban
toda la información y el asesoramiento necesarios para que puedan formarse
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una opinión libre y tomar una decisión informada, autónoma y que favorezca su
interés superior. Por otro lado, implica que las normas deben asegurar y
promover, como mínimo: la existencia de espacios y procesos adecuados y
adaptados para que los NNA ejerzan su derecho a participar y a ser escuchados;
prever procedimientos y mecanismos para ello de carácter sostenido y estables;
facilitar apoyos para los NNA en estos procesos; establecer los mecanismos que
garanticen que dichas opiniones están siendo escuchadas y que se dará a las
mismas una consideración seria en la toma de decisiones; y, prever el deber de
tener que dejar constancia de modo razonado del modo en que se han
considerado las opiniones de los NNA en la decisión final, así como de
comunicar los resultados a los NNA. Deben evitarse meros ejercicios simbólicos
sin trascendencia que no garanticen la capacidad real de influenciar el debate y
la formación de la decisión.

2.4 Derecho a la igualdad y a la no discriminación.


Entendiendo por “discriminación”: Toda distinción, exclusión, restricción o
preferencia que se base en determinados motivos como la raza, el color, el sexo,
el idioma, le religión, la opinión política, o de otra índole, el origen nacional o
social, la posición económica, el nacimiento o cualquier otra condición social, y
que tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento,
goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y
libertades fundamentales de todas las personas.

En este sentido el Comité de los Derechos del Niño ha interpretado que la


aplicación del principio a la no discriminación como igualdad de acceso a los
derechos no debe entenderse como trato idéntico, sino como la detección de
discriminaciones existentes frente a las cuales impulsar medidas especiales.

2.5 Perspectiva de Género.

La “perspectiva de género” implica:

a) reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general
favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para las mujeres.
b) que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son
constitutivas de las personas;
c) que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras
relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión.

La perspectiva de género opta por una concepción epistemológica que se


aproxima a la realidad desde las miradas de los géneros y sus relaciones de
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poder. Sostiene que la cuestión de los géneros no es un tema a agregar como


si se tratara de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las
relaciones de desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y
reproducción de la discriminación, adquiriendo expresiones concretas en todos
los ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el
arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia. La mirada de
género no está supeditada a que la adopten las mujeres ni está dirigida
exclusivamente a ellas. Tratándose de una cuestión de concepción del mundo y
de la vida, lo único definitorio es la comprensión de la problemática que a barca
y su compromiso vital.

La aplicación de los derechos de NNA debe considerar necesariamente los


principios de igualdad y no discriminación y cómo éstos son aplicables a asuntos
de género. Este enfoque apunta a identificar y modificar el conjunto de
estereotipos, creencias, prácticas, normas y valores sociales que se construyen
a partir de la diferencia sexual y de los roles de género, los cuales han sido
empleados de forma histórica para discriminar en contra de las mujeres. La
consideración de este enfoque es fundamental para que puedan tomarse
medidas para superar las desigualdades y la discriminación estructural, basadas
en el género y en el sexo, y moverse hacia una igualdad más real entre todos
los niños, niñas y adolescentes208.

El enfoque de género debe permitir que se pongan en evidencia las


desigualdades sociales y las condiciones de discriminación estructural hacia las
niñas y las adolescentes, las cuales están presentes en las sociedades de todos
los países del hemisferio. En la práctica, estas desigualdades estructurales
basada en el género han supuesto que, especialmente las niñas y las
adolescentes, enfrenten constantes desafíos en el ejercicio de sus derechos y
en el nivel de violencia y de discriminación contra ellas. También limita su
participación lo cual tiene incidencia en

2.6 Perspectiva de interculturalidad.


La perspectiva intercultural supone un respeto por las diferencias, reconoce y
respeta el derecho a la diversidad y fomenta la interacción entre culturas de una
forma equitativa, donde se concibe que ningún grupo cultural se encuentre por
encima del otro, y reconoce y valora los aportes de todos ellos en la sociedad.
El enfoque intercultural alude al reconocimiento de la diversidad cultural,
otorgando legitimidad a las representaciones, concepciones y prácticas
culturalmente distintas, y promueve el conocimiento y el respeto mutuo entre
culturas.
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Ello implica promover que el niño, niña o adolescente que pertenezca a pueblos
indígenas, grupos religiosos, lingüísticos, migratorios u otros grupos, a preservar
su propia cultura, a profesar y practicar su religión o creencias, y a emplear su
propio idioma. A la vez debe favorecerse la tolerancia, el respeto, el
conocimiento mutuo y la interrelación entre NNA de diversas culturas.

2.7 Principio de autonomía progresiva


La autonomía progresiva no es más que el reconocimiento del desarrollo
paulatino que niños y niñas van teniendo en los ámbitos, físico, mental y
emocional, en la medida en que van creciendo. Este desarrollo sigue pautas
generales biológicas y psicológicas, sin embargo, al ser solo pautas, las mismas
no definen de manera estricta y exacta el desarrollo de todos los niños y niñas.

El principio de la autonomía progresiva descansa en la necesidad de una


intermediación adulta para exigir y ejercer sus derechos que vaya de más a
menos. Esto es, entre más pequeño o pequeña y menos desarrollada su
autonomía, mayor es el nivel de intermediación adulta requerida. Esto no hace
menor el derecho del NNA, sino mayor la obligación del Estado para asegurar
el ejercicio de sus derechos. Las autoridades estatales se encuentran obligadas
a garantizar la intermediación adulta necesaria para que los menores de edad
ejerzan plenamente sus derechos.

La Observación General No. 12 del Comité de los Derechos del Niño señala que
para poder evaluar la capacidad del NNA (sin que se refiera literalmente a la
autonomía progresiva), debe realizarse caso por caso, sin embargo, es
necesario que el Estado tome en cuenta los siguientes factores:
a. Los niveles de comprensión de los niños no van ligados de manera uniforme
a su edad biológica.
b. Madurez: hace referencia a la capacidad de comprender y evaluar
consecuencias de un asunto determinado (expresar opiniones de manera
razonable e independiente).
c. Cuanto mayores sean los efectos del resultado en la vida del niño, más
importante es la correcta evaluación de la madurez de ese niño.
d. Prestar atención a la noción de la evolución de las facultades del niño y a la
dirección y orientación que proporcionen los padres.

Observación General Nº 12 (2009) El derecho del niño a ser escuchado


(CRC/C/GC/12)
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2.8 Otros derechos.


2.8.1 No revictimización.

El Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN) emitió en


agosto del 2008 la primera Opinión Técnica Institucional (OTI) la cual aborda a
profundidad este principio. Los niños y niñas deberán ser tratados con tacto y
sensibilidad a lo largo de todo el proceso de atención, tomando en consideración
su situación personal y sus necesidades inmediatas, su edad, sexo,
impedimentos físicos y nivel de madurez y respetando plenamente su integridad
física, mental y moral. Todo niño deberá ser tratado como una persona con sus
propias necesidades, deseos y sentimientos personales. La injerencia en la vida
privada del niño deberá limitarse al mínimo necesario.

Con el fin de evitar al niño mayores sufrimientos, las entrevistas, exámenes y


demás tipos de investigación deberán ser realizados por profesionales
capacitados que actúen con tacto, respeto y rigor. Todas las interacciones
deberán realizarse de forma adaptada al niño, niña o adolescente, en un
ambiente adecuado a sus necesidades especiales y según sus aptitudes, su
edad, madurez intelectual y la evolución de su capacidad. Además, deberán
llevarse a cabo en un idioma que el niño hable y entienda.

Para evitar la revictimización se sugiere:


 Prestarles apoyo especializado, interdisciplinario, incluso acompañando
al niño a lo largo de su participación en el proceso, cuando ello redunde en el
interés superior del niño;
 Proporcionarles certidumbre sobre el proceso, de manera que los niños y
niñas tengan ideas claras de lo que cabe esperar del proceso, con la mayor
certeza posible. La participación del niño y la niña en procesos judiciales si fuere
necesario, deberá planificarse con antelación y deberán extremarse los
esfuerzos por garantizar la continuidad de la relación entre los niños y los
profesionales de la Defensoría de la Niñez que estén en contacto con ellos
durante todo momento;
 Garantizar que la resolución de la Defensoría se celebre tan pronto como
sea práctico, a menos que las demoras redunden en el interés superior del niño.
 Utilizar procedimientos idóneos para los niños, incluidas salas de
entrevistas concebidas para ellos, servicios interdisciplinarios para niños
víctimas de delitos integrados en un mismo lugar, salas de audiencia
modificadas teniendo en cuenta su mejor bienestar.

Además, los profesionales deberán aplicar medidas para:


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o Limitar el número de entrevistas: deberán aplicarse procedimientos


especiales para obtener declaraciones o pruebas de los niños a fin de reducir el
número de entrevistas, declaraciones, vistas y, concretamente, todo contacto
innecesario por ejemplo, utilizando grabaciones de vídeo;
o Velar por que los niños no sean interrogados por el presunto autor de la
transgresión, siempre que sea compatible con el ordenamiento jurídico y
respetando debidamente los derechos de la defensa. Se les deberán
proporcionar salas de espera separadas y salas para entrevistas privadas;
o Asegurar que los niños sean interrogados de forma adaptada a ellos así
como reducir la posibilidad de que éste sea objeto de intimidación, por ejemplo,
utilizando medios de ayuda para prestar testimonio o nombrando a expertos en
psicología.

2.8.2 Reparación integral del daño.


Siempre que sea posible, los niños deberán recibir reparación, a fin de conseguir
su plena indemnización, reinserción y recuperación. Los procedimientos para
obtener y hacer ejecutoria una reparación deberán ser fácilmente accesibles y
adaptados a los niños.

Clase 3 La participación infantil

3.1 Como intervienen las niñas, niños y adolescentes en los


procesos de justicia
Los procesos de justicia se han implementado para que se pueda hacer efectivo el
goce de derechos sustantivos, ya sea que se reconozca y permita el ejercicio de un
derecho o se sancione el cumplimiento de una obligación.

Uno de esos derechos es el de acceso a la justicia, que garantiza a todas las


personas, incluidos los niños y adolescentes, la posibilidad de acudir a tribunales en
casos de vulneración de sus derechos. Si se entiende de manera más amplia, el
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derecho de acceso a la justicia no sólo es un derecho en sí mismo, también una vía


para la exigencia judicial de otros derechos, lo que lo hace un derecho de enorme
importancia.

En un sistema jurídico las niñas, niños o adolescentes no están exentos o exentas


de participar en estos procesos de justicia: como víctimas, como testigos, como
imputados, como sujetos de tutela, etc.

Particularmente como el enfoque de este diplomado tiene que ver con el tratamiento
de niñas, niño y adolescente que han sido víctimas de una agresión sexual, veremos
la intervención de estas o estos en los procesos de justicia que impliquen cuestiones
de índole penal y familiar.

El Derecho Penal es el conjunto de norma jurídicas encargadas de establecer los


delitos y las penas o medidas de seguridad a imponer. Los delitos están regulados
en el Código Penal y el procedimiento para imponer las sanciones se establece en
la normativa procesal que se denomina Código Nacional de Procedimientos
Penales.

El derecho familiar es el conjunto de normas e instituciones jurídicas que regulan


las relaciones personales y patrimoniales de los miembros que integran la familia;
por ejemplo, el matrimonio, la adopción, la guarda y custodia de personas menores
de edad, la tutela, etc. Las normas e instituciones están reguladas en el Código Civil
y el procedimiento para regular estas instituciones se establece en la normativa
procesal que se denomina en Chihuahua Código de Procedimientos Familiares.

En materia penal las niñas, niños y adolescentes intervienen en el proceso como


víctimas o como testigos de los hechos, en materia familiar también comparecen
como testigos; particularmente participan aportando información de interés para el
proceso del que forman parte, por ser hechos de los que tengan conocimiento por
haberlos vivido o haberse percatado de los mismos.

La forma en como las NNA intervienen en los procesos no se contienen


específicamente en las normativas, en estas se contienen algunas reglas que
permiten utilizar herramientas de protección para cuando NNA deben intervenir en
un proceso, sin embargo existen algunas normativas no obligatorias que permiten
tener una guía de cómo generar que la intervención de NNA en los procesos de
justicia sean adecuadas para ellos y ellas y además aseguremos el ejercicio de los
derechos que tienen.
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3.2 Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos


que involucren niñas, niños y adolescentes.
Este protocolo fue elaborado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
febrero de 2012, reconociendo que los niños y adolescentes son personas
diferentes a los adultos, a partir de su nivel de desarrollo y de las características que
se derivan de éste, en consecuencia, no cabe lugar dudas sobre la necesidad de
brindarles una atención especializada, tomando en cuenta que además ésta es una
condición para que puedan ejercer sus derechos en condiciones de igualdad.

Dentro de su contenido, en el capítulo I el protocolo establece un apartado que


orienta a los órganos judiciales sobre características de la infancia y de la
adolescencia que impactan en la labor judicial, este apartado habla de las
características de NNA para que sean tomadas en cuenta a la hora de desarrollar
sus participaciones y a la hora de valorar el contenido de las informaciones que
aportan.

Así pues, aborda de manera diferenciada las características cognitivas,


emocionales y morales de la infancia y la adolescencia.

En el capítulo II se establecen los principios generales para la consideración de las


y los juzgadores, estos principios son el interés superior del niño, no discriminación,
derecho de opinar en todos los asuntos que le afectan y a que sean debidamente
tomadas en consideración sus opiniones y el derecho a la vida, supervivencia y
desarrollo.

En el capítulo III se establecen las Reglas y consideraciones generales para las y


los juzgadores. Establece que las reglas de actuación deben aplicarse en toda
ocasión en la que un niño, una niña o un adolescente esté involucrado en un
procedimiento judicial, sin importar la calidad en la que participa ni la materia que
se trate. Se trata de previsiones que deben ser tomadas antes de que éste inicie
(tales como informar y preparar a NNA), durante el mismo (asistencia,
acompañamiento de una persona de apoyo, toma de testimonio, privacidad y
medidas para proteger la intimidad, evitar el contacto con adultos que puedan
afectar emocionalmente a NNA, medidas de protección, entre otras) y después
(relacionadas con la valoración del dicho infantil o tratándose de un asunto que
afecta a un niño, niña o adolescente con posterioridad al juicio).

En particular este apartado habla de cómo debe ser el acompañamiento de NNA, la


forma en cómo debe tomarse el testimonio, las personas que deben asistirle, las
que puedan acompañarle, la duración de la participación infantil, consideraciones
para la elaboración de dictámenes periciales.
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El capítulo IV establece contenido similar pero enfocado a Adolescentes. Lo


siguientes dos capítulos establecen consideraciones específicas en materia penal y
familiar. Respecto a la materia penal el protocolo explica como empatar los
principios del sistema con los derechos de NNA y en algunos casos ni siquiera
ejercer los principios del sistema sobre los derechos de NNA, como ocurre con el
principio de contradicción o de publicidad. En cuanto a la materia familiar el
protocolo señala que el derecho familiar presenta la posibilidad de garantizar dicha
restitución de manera más amplia que otras ramas del ámbito judicial. Desde la
acción en materia familiar el juzgador puede y debe atender las diversas
afectaciones que se conocen en el niño, niña o adolescente equilibrando elementos
como la imposición de obligaciones a padres y madres y los servicios públicos que
puede requerir el infante. De tal suerte, el derecho familiar logra restituir
integralmente los derechos de un niño, niña o adolescente al armonizar protección,
la menor separación de la familia y la participación de la persona menor de 18 años.

Asimismo establecer reglas de actuación para los jueces y juezas, instituyendo


como deben actuar en las primeras diligencias, las informaciones que jueces y jueza
deben proporcionar a niños niñas y adolescentes así como a los adultos que
intervienen en el proceso, la actuación de los jueces y jueza respecto a los medios
de prueba que implica cómo actuar para el desechamiento de evidencia y las
probanzas para mejor proveer. También establece como beber de actuación en
cuanto a las medidas de protección la valoración de la prueba en cuanto a lo
manifestado por NNA y la intervención de personal especializado.

3.3 Guía de Buenas Prácticas para el abordaje judicial de niños,


niñas, adolescentes víctimas o testigos de violencia, abuso sexual
y otros delitos
El documento está dirigido a todos los operadores y funcionarios que tienen
participación en el abordaje judicial de NNyA víctimas o testigos de delitos y
violencia a lo largo del proceso, pero también puede servir para el abordaje de NNyA
involucradas en procesos civiles vinculados con el régimen de cuidado y custodia,
de tal manera que sirva para que NNyA víctimas o testigos y o mayores de edad
que puedan requerir de estas medidas de protección y asistencia especial, acecen
a ellas para poder ser efectivamente incluidos en el proceso y brindar un testimonio
adecuado, según la naturaleza y condiciones del delito sufrido, sus condiciones
sociales, culturales y religiosas y la posibilidad de estar siendo afectado por
conductas intimidatorias por parte del imputado, miembros de la familia u otros.

La Guía comienza estableciendo los Principios generales para el abordaje de NNyA


víctimas y testigos, dividiéndolos en 6 grandes rubros:
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1. Protección y bienestar de la NNyA.


2. Derecho a ser oído.
3. Asegurar la eficiencia del proceso y la obtención de pruebas válidas
4. Coordinación entre actores y protocolización de procedimientos
5. Capacitación de profesionales intervinientes y revisión constante de las
intervenciones y procedimientos
6. Recuperación física y psicológica.

Luego establece un apartado para Instancias del proceso de asistencia e


investigación penal con NNyA víctimas o testigos, señalando la ruta de actuación y
de atención desde la denuncia, la atención que deben tener NNyA, la investigación
judicial que aborda entre otros la declaración de NNyA. Este rubro en particular es
sumamente meticuloso y descriptivo en cuanto a la mejor forma de realizar una
entrevista con una NNyA, abordando temas como la preparación previa de la
entrevista, la entrevista en si y el valor de la información que se aporta.

Luego tenemos el Abordaje y seguimiento de la NNyA y su familia, señalando que


este debe incluir la identificación de las necesidades que puedan enfrentar tanto la
NNyA como su familia. Esto puede abarcar: • Brindar asesoramiento legal a la NNyA
y su familia, orientación sobre el desarrollo del proceso y facilitar patrocinio letrado
en caso de ser necesario. • Adoptar las medidas de protección integral que sean
necesarias en el caso. • Asegurar el acceso a tratamientos psicológico y médico
asegurando su disponibilidad y continuidad mediante la coordinación con
organismos estatales y privados. • Brindar asistencia socioeconómica a la NNyA y
su familia en caso que sea necesario. • Realizar un seguimiento sobre el contexto,
de desarrollo familiar y escolar.

Finalmente se señalan cuestiones de incorporación de la entrevista en un juicio oral.

3.4 Antenas

El proyecto Antenas es una herramienta especializada que facilitará el acceso a la


justicia y brindará atención integral a las víctimas infantiles de los delitos de género
relacionados principalmente con violencia sexual, familiar y económica.
El programa Antenas es una herramienta probada y eficaz, que permite al Ministerio
Público tomar la declaración de las y los niños en un ambiente idóneo, cuyo objetivo
es ofrecer a las áreas encargadas de atender a menores de edad una herramienta
que potencializa sus capacidades de apoyo al asesorar, orientar y detectar posibles
conductas que afectan su libre desarrollo.
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La herramienta a través de un personaje virtual brinda terapias en una habitación


monitoreada con circuito cerrado de televisión, donde interactúan el infante y el
personaje virtual. Sirve de apoyo para que los menores expresen sus sentimientos,
miedos y angustias sin temor a represalias y que permitan compartir sus
experiencias para llegar a soluciones de la problemática que les aqueja.

3.5 Sapcov

El 2 de octubre de 2019, autoridades del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua


inauguraron la primer Sala de Audiencias para Personas en Condición de
Vulnerabilidad o Alto Riesgo (SAPCOV), misma que será la primera de su
naturaleza en el país.
El objetivo de la SAPCOV es reforzar la protección que se les da a grupos
vulnerables o de alto riesgo, como los son niños que han sido víctimas o personas
que requieren atención especial en procedimientos judiciales. La SAPCOV prevé
emplear más eficientemente los recursos tecnológicos y el capital humano para
inhibir la victimización institucional; propiciar la restauración del daño sufrido; y
permitir la captura y preservación de información de calidad relevante al caso.
Para esta sala adicionaron espacios de tránsito, con acceso directo del sótano 2 de
la Ciudad Judicial, para brindar seguridad a los niños o personas que tengan que
declarar, evitando que interactúen con un posible agresor o personas que pueden
afectar negativamente su integridad psicológica o física.
Se adicionó una sala de espera, que funciona como una zona de relajación y
contención. Cuenta con materiales apropiados para que el declarante se pueda
distraer y así estar en un estado mental estable al declarar en la sala de escucha
con un terapeuta que hará las preguntas conducentes.
Por último, adecuaron la sala de escucha con una cámara de Gesell, micrófonos y
cámaras de alta tecnología. La cámara Gesell es de visión unilateral, es decir se
puede ver desde un lado pero del otro no; habilita la privacidad para el declarante y
la observación por parte del juez. Es importante mencionar que la privacidad es
necesaria para que el declarante se exprese de forma libre y espontánea.
El equipo audiovisual permitirá tener registro de la declaración, así como
la retransmisión de la audiencia para personal del Ministerio Público, el defensor y
los otros actores que deberán intervenir en el proceso.
3.6 Como es la intervención de niñas, niños y adolescentes en las distintas etapas
del proceso penal.
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Etapas del proceso penal

Las NNA participan en el proceso penal en cuando menos 3 etapas: investigación


inicial, investigación complementaria y etapa de juicio.
En la investigación inicial.

En los espacios donde no hay herramientas como las estudiadas en el capítulo


anterior la intervención de NNyA se desarrolla en los espacios que hay para la
atención de todas las personas, es decir, no hay espacios, ni personal especializado
que de la atención de NNyA.

Ante el agente del Ministerio Público, NNyA declaran en las oficinas, interrogadas e
interrogados directamente por el funcionario en turno. Ante el tribunal la cuestión no
es distinta, se presentan a declarar en espacios que son utilizados para todas las
personas que acuden y aunque se ordena la asistencia de profesionales en materia
de psicología, en las más de las ocasiones esa será la primera y posiblemente la
única vez que tenga contacto con la NNyA. La declaración se realiza ante un juez o
jueza, las preguntas son directamente formuladas por el ministerio público o por el
defensor aunque estos se encuentren en una sala separada de NNyA.

3.7 Como es la intervención de niñas, niños y adolescentes los


procesos familiares.
El proceso familiar tiene 4 etapas:
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 Etapa postulatoria.- Demanda, contestación, reconvención, cont. a la


reconvención, rebeldía.
 Audiencia preliminar.- Enunciación de la litis, conciliación, excepciones,
admisión de pruebas, etc..
 Audiencia de Juicio.- Desahogo de las pruebas y alegatos.
 sentencia.

NNyA participan sobre todo en la audiencia de juicio en la parte que corresponde al


desahogo de la prueba y en algunas audiencias preliminares cuando el tribunal debe
dar cumplimiento al derecho de ser escuchados y se vaya a resolver, aunque de
manera provisional, alguna cuestión de interés de NNyA.

En los juzgados donde no hay espacios especializados, las declaraciones se toman


en el tribunal, las preguntas son realizadas por una psicóloga o psicólogo que
probablemente es la primera vez que tiene contacto con la NNyA, las preguntas son
previamente calificadas, es decir que las partes procesales entregan al juzgador o
juzgadora un pliego de preguntas que según la normativa procesal y de protección
de derechos de NNyA son aprobadas o desechadas para ser realizadas a NNyA.

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