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Liernur - 1988 - Fiebre Tropical. Nuevos Trayectos y Nueva Geografía en La Cultura Arquitectónica Internacional Como Consecuencia de La
Liernur - 1988 - Fiebre Tropical. Nuevos Trayectos y Nueva Geografía en La Cultura Arquitectónica Internacional Como Consecuencia de La
En 1945, con el apoyo oficial del Departamento del Estado, Richard Neu-
tra viajó a través de varios países latinoamericanos como representante cultu-
ral de los EE.UU., y participó de la primera conferencia organizativa de las
Naciones Unidas en San Francisco y de la Conferencia Panamericana en Río
de Janeiro. Residente en los EE.UU. desde fines de los años veinte, la relación
de Neutra con la región había comenzado dos años antes, cuando se desempe-
ñó como experto elegido por Rexford Tugwell para desarrollar aspectos técni-
cos de sus políticas de reforma en Puerto Rico1. Richard Neutra, Proyecto de Hospitales,
Puerto Rico.
En 1951 Sigfried Giedion viajó a Sao Paulo para presidir la Primera Bienal
de Arquitectura realizada en esa ciudad latinoamericana. Ese mismo año Gie-
dion publicó A decade of new architecture, un libro en el que daba un lugar rele-
vante a la arquitectura de la región. Para Giedion durante la década analizada se
había producido un retroceso generalizado de la arquitectura moderna, incluso
cubierto de humanising architecture, con lo que evidentemente atacaba la pro-
ducción Sueca y el llamado new empirism británico. En dirección inversa adver-
tía que por fortuna ese retroceso comenzaba a revertirse gracias a las
contribuciones de las jóvenes generaciones en USA, Canadá y América Latina.
Los mencionados son solo tres de los múltiples ejemplos que nos muestran
que a mediados del siglo XX el carácter de los viajes de arquitectura fuera del
ámbito euronorteamericano cambió. Ya no se tratará solo o principalmente de lle-
var a los países periféricos la buena nueva de la arquitectura moderna, o de salir
a la búsqueda de alternativas a la herencia clásica en culturas primitivas o exóti-
cas. Por el contrario estos nuevos viajes estarán orientados al descubrimiento o
incluso a la celebración de nuevos caminos para la arquitectura moderna.
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Jorge Francisco Liernur
En las décadas del 40 y del 50 el interés por esta nueva arquitectura pro-
ducida mayoritariamente en las zonas cálidas del planeta fue tan importante
que podríamos hablar incluso de una fase de ‘tropicalización’ de la arquitectu-
ra moderna.
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Uno de los ejemplos más notables de este proceso que podíamos llamar de
hibridación inversa lo constituye la experiencia de Ernts May, una de las figu-
ras más radicales de entreguerras. May se trasladó a Tanzania en los primeros
años cuarenta y poco a poco fue incorporando a su arquitectura los rasgos
característicos del vocabulario tropicalista. A modo de ejemplos este viraje
puede verse en los proyectos para la Maternidad y la Escuela para Niñas en
Kisumu, junto al lago Victoria que le fueran encargados por la comunidad
ismaelita de Aga Khan, y el Hotel Oceanic en Mombasa, concebido en 1951.
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“No caben dudas acerca de que esta guerra va a probar, en palabras del señor Churchill,
una conmoción, iniciando entre otros nuevos órdenes un reacomodamiento del Balance
de Poder. Una de las nuevas fuerzas con las que habrá de contarse podría ser la tercera
más grande entidad política del hemisferio occidental, con más de cuarenta millones de
habitantes, y tres millones de millas cuadradas de territorio, Brasil, un país tan grande
como los Estados Unidos”.
6. Cfr. “JRIBA”, mayo, 1943. Las obras construidas en Brasil sorprendían no solamente por la potencia
7. “Para ver las nuevas construcciones que se
habían realizado en esos años uno tenía que via- renovadora de sus formas sino por la envergadura y lo avanzado de sus pro-
jar a Escandinavia o Sudamérica. Toda la cuestión gramas que incluían viviendas, locales de diversión, aeropuertos, escuelas,
brasileña se produjo en la época de la guerra, pero
estaba demasiado lejos”. Peter Smithson: conver- hoteles, y edificios gubernamentales. Es interesante notar que incluso Tonws-
sations with students. A Space for Our Generation. cape, el trabajo tan manifiestamente ‘inglés’ que Gordon Cullen estaba elabo-
Catyherine Spellman y Kart Unglaub, editores.
Barcelona, 2005. rando en los años cincuenta incluiría una serie de fotografías con ejemplos de
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Así, como ocurre habitualmente con la difusión de las modas arquitectó- James Cubitt, Departamento de Ingeniería,
nicas, recorriendo las revistas de la época es posible reconocer rasgos ‘brasi- Kumasi, Ghana.
leños’ en obras destacadas de arquitectos británicos o vinculados al
Commonwealth en áreas de clima tropical húmedo. Tal es el caso de la pro-
ducción de Fry y Drew, y de Cubitt en África, así como la de Robin Boyd y
Harry Seidler en Australia. Pero también pueden verse parasoles, líneas cur-
vas, mezanines de forma libre, pies derechos en V, techos mariposa y muros
inclinados en obras como la Escuela de Paddington en Hertfordshire de Archi-
tects Co Partnership, la estación de policía de Innes Elliott en Bricton, el bar
del Festival of Britain, y la casa ‘tropical’ en las exposiciones del Daily News,
para citar solo unos pocos ejemplos.
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Pero los rasgos y formas que poblaban durante la guerra y la inmediata Tanaka, Sakitani, Isazuki, Municipalidad de
posguerra revistas como Architectural Record, Architectural Review o L’Archi- Simonoseki, Japon.
tecture d’Aujourd’hui –entre muchas otras– de ejemplos ‘tropicalistas’ cons-
truidos en el hemisferio norte, muy por arriba de la línea del Ecuador, no
solamente entusiasmaban a profesionales de mediano renombre.
En el período y el contexto al que nos estamos refiriendo fue José Luis Sert,
viajero frecuente por las américas y presidente de los CIAM, quien tuvo el rol 15. Cfr. JUNCOSA VECCHIERINI, Patricia, De lo
más activo en la difusión de los tópicos ‘tropicalistas’, los que en su caso pue- anónimo en lo construido: primitivismo y moder-
nidad en el espacio de Miró y Sert. (Tesis doctoral)
den resumirse en la importancia otorgada a los patios15, esto es a unos recintos Universidad Politécnica de Catalunya, 2002.
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El contacto con el mundo tropical y sus mitos fue tan importante que con
distintas intensidades alcanzó incluso a los viejos maestros como Gropius
quien, también para Bagdad introdujo rasgos de este tipo, e incluso oficinas
conservadoras –como SOM en ocasión de la construcción del Hotel Sheraton
de Estambul y Holabird y Root con motivo de la construcción de un Hotel en
Sao Paulo– no pudieron sustraerse a la tendencia.
Gropius/TAC, Universidad de Bagdad.
Ya hemos recordado el extraordinario impacto que su experiencia en la
India tuvo en Le Corbusier en estos mismos años, brillantemente mostrado por
Vikramanditra Prakash.
Y hasta Mies van der Rohe fue ‘infectado’ por la fascinación de los trópi-
cos, al punto que fue durante su estancia en Cuba donde descubrió las galerí-
as perimetrales, y luego de aplicarlas por primera vez, por razones ‘objetivas’,
en el proyecto para las oficinas de Baccardi en la soleada Santiago, las impor-
Mies van der Rohe, Oficinas Baccardi, San- tó más tarde por puros motivos plásticos para dar forma al edificio para la
tiago de Cuba. Nationalgalerie en la gélida Berlín.
Jerzy Zoltan señalaba con indignación haber visto en los Estados Unidos
fachadas con parasoles orientados al norte, evidentemente incluidos como par-
te de la adopción ‘irreflexiva’ de una plástica apropiada para otras latitudes. Y
no es por azar que el ‘tropicalismo’ sería juzgado con condescendencia crítica
por los Smithson, quienes, ya en la fase de declinación de la ‘fiebre’, pensaban
que era propio no solamente de climas cálidos sino de sociedades atrasadas.
“El imaginario y las técnicas que los países tropicales suelen proponer, como en el caso
de Brasil, México o Venezuela, –escribieron– se debe a que ellos cuentan con vitalidad y
glamour y al empleo de una relativamente simple tecnología. Pero esos edificios surgen
de una cultura Barroca, que todavía concibe a los edificios como monumentos aislados,
cada uno suficiente en si mismo, y son aún el producto de ricas comunidades de un capi-
talismo de viejo estilo. Y no está bien basar en el clima y en el entorno la forma de une
edificio. Una caja de vidrio y una cueva de hormigón macizo pueden producir las mismas
condiciones de confort si uno está en condiciones de proveer el equipamiento mecánico
correspondiente”16.
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