Está en la página 1de 31

DIVERSIDADES SEXUALES Y SALUD

SEXUAL INTEGRAL.
DERECHOS HUMANOS COMO MARCO
TEÓRICO FUNDAMENTAL DE LAS
CIENCIAS DE LA SALUD

Psic. Bárbara Mariscotti


“El sexo puede ser, según como se lo ejercite, una fuente de
alegría y plenitud vital o un motivo de sufrimiento y
degrdación. A que resulte lo primero debe tender todo
intento y toda obra de educación sexual; y en ello reside la
enorme responsabilidad de quienes hemos aceptado el
papel de educadores de la comunidad”

Florencio Escardó 1978


SALUD DESDE LA OMS
“Completo estado de bienestar físico, psíquico y social de una
persona. No es sólo ausencia de enermedad. El bienestar
humano trasciende los factores puramente físicos”
Por lo tanto, en el concepto de salud general se compone de:

● El estado de adaptación al medio biológico y sociocultural.


● El estado fisiológico de equilibrio, es decir, la
alimentación.
● La perspectiva biológica y social, es decir relaciones
familiares y hábitos.
La OMS considera que el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es
uno de los derechos fundamentales de todo ser humano. Esto incluye el acceso a
servicios de salud de calidad, y por eso, se debe promover una cobertura sanitaria
universal.

El derecho a la salud conlleva tanto libertades como derechos:

La libertad de que cada persona puede controlar su salud y su cuerpo sin injerencias

El derecho a que todas las personas tengan la misma oportunidad de poder alcanzar
el grado máximo de salud.
SEXUALIDAD:
"Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su
vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el
erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación
sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías,
deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas,
papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir
todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se
vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por
la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales,
económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos,
religiosos y espirituales."
La sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro
características. Éstas características interactúan entre sí y con otros sistemas
en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico,
psicológico y social.
Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la
reproductividad y el sexo genético (genotipo) y físico (fenotipo). El erotismo
es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a
través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo. La vinculación
afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales
significativas. La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y
criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad,
las actitudes de paternaje y maternaje, además de las actitudes
favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres. La característica del
sexo desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a
una de las categorías dimórficas (femenino o masculino).
La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es
producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades,
y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en
casi todos los animales. Esto da lugar a una gama muy compleja de
comportamientos sexuales.
Desde el punto de vista psicológico, la sexualidad es la manera de vivir
la propia situación sexual. Cada persona tiene su propio modo de vivir
su identidad, su propia manera de situarse en el mundo, mostrándose
tal y como es. La sexualidad incluye la identidad sexual y de género
que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada. La
sexualidad se manifiesta a través de los roles genéricos, y a través del
deseo erótico que genera la búsqueda de placer a través de
comportamientos sexuales tanto autoeróticos (masturbación), como
heteroeróticos. El deseo erótico (o líbido) es la fuente motivacional de
los comportamientos sexuales.
SALUD SEXUAL:
La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y
social en relación con la sexualidad. No es simplemente ausencia de
enfermedades, disfunciones o debilidades. Requiere un enfoque
positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así
como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y
seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. Busca
enriquecer la personalidad, la comunicación y el amor. Es fundamental
para esto tener derecho a la información sexual y derecho al placer. Es
necesario hacer un cambio de actitud en la aceptación de la
sexualidad, aceptarla como componente positivo de la salud, tanto
para una persona como para su relación con las demás. Las
consideraciones negativas sobre el sexo así como la información
inapropiada pueden dañar la percepción que alguien tenga de su
propia vida sexual.
La salud reproductiva, dentro del marco de la salud sexual, tal y como
la define la OMS, aborda los mecanismos de la procreación y el
funcionamiento del aparato reproductor en todas las etapas de la vida.
Implica la posibilidad de tener una sexualidad responsable,
satisfactoria y segura, así como la libertad de tener hijos (o no
tenerlos) y cuando y con quien se desee.
Esta concepción de la salud reproductiva supone que las personas
puedan elegir métodos de control de la fertilidad seguros, eficaces,
asequibles y aceptables, que las parejas puedan tener acceso a
servicios de salud apropiados que permitan a las mujeres y personas
gestantes tener un seguimiento apropiado durante su embarazo
DERECHOS SEXUALES
(REPRODUCTIVOS Y NO REPRODUCTIVOS)
Son derechos de todas las personas a tener control respecto de su
sexualidad y su cuerpo, a decidir libre y responsablemente sin verse
sujetos a la coerción, la discriminación o la violencia; el derecho de
todas las parejas e individuos a decidir de manera libre y responsable
el número y espaciamiento de sus hijos y a disponer de la información,
la educación y los medios para ello, así como a alcanzar el nivel más
elevado de salud sexual placentera y reproductiva.
Conferencia sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) y Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995).
El derecho a la libertad sexual.
El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo.
El derecho a la privacidad sexual.
El derecho a la equidad sexual.
El derecho al placer sexual.
El derecho a la expresión sexual emocional.
El derecho a la libre asociación sexual.
El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables.
El derecho a información basada en el conocimiento científico.
El derecho a la educación sexual integral.
El derecho al atención de la salud sexual.
En la medida que estos Derechos sean reconocidos, ejercidos y respetados,
tendremos sociedades más sanas sexualmente. Para lograr la salud sexual de
todas las personas estos derechos se reivindican y protegen. (WAS 2000)
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS SEXUALES:
Los derechos sexuales se fundamentan en los derechos humanos
reconocidos internacionalmente, así como en el conocimiento
científico relacionado a la sexualidad. Se reafirma la integralidad de la
sexualidad humana y la influencia de múltiples factores en ella. Se
reconoce que la sexualidad es fuente de placer y bienestar y que para
mantenerla saludable los derechos sexuales de todas las personas
deben ser reconocidos y respetados. La igualdad y la no discriminación
son los fundamentos para proteger a todos los cuerpos e identidades.
Reconoce todo tipo de violencia como violación a los derechos
humanos, afectando al bienestar individual, vincular y social.
Glosario: LGBTTTIQ
Las primeras letras responden a la orientación sexual, es decir, qué personas nos
atraen sexual y románticamente. Se define como la capacidad de una persona de
sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual, y de establecer
relaciones íntimas y sexuales con otres.

L: Lesbianas, mujeres que sienten atracción sexual por mujeres

G: Gays, varones que sienten atracción sexual por varones

B: Bisexual, personas que se sienten atraídas por varones y mujeres. Responde a


una visión binaria del género. Hoy suele hablarse de Pansexualidad, refiriéndose a
personas que sienten atracción sexual por varones, mujeres, personas trans de
ambos géneros e identidades no binarias (quienes no se autoperciben con ninguno
de los dos géneros habituales y sienten que fluyen entre uno y otro, no elijen ser ni
varones ni mujeres)
Otras orientaciones:
Demisexualidad: sólo hay atracción sexual por alguien si hay previamente un
compromiso afectivo y espacio de confianza mutua
Sapiosexualidad: atracción sexual por la inteligencia
Asexualidad: sólo atracción romántica, sin interés en el vínculo sexual.
Monosexualidad: interés romántico y sexual por una sóla persona
Polisexualidad: interés romántico y sexual por varias personas en simultáneo.
Las últimas letras refieren a la identidad de género, contemplando sexo asignado
al nacer, relación con el propio cuerpo, género autopercibido y rol de género. el
término “trans” se utiliza como un término general para referirse a personas cuya
identidad y/o expresión de género no se corresponde con las normas y
expectativas sociales tradicionalmente asociadas con el sexo asignado al nacer.

T: Transgénero, persona que siente que el género con el cual lo criaron no coincide
con su autopercepción y elije vivir con una identidad del género opuesto

T: Transexual, persona que no acuerda con el sexo asignado al nacer y quiere


cambiar sus órganos sexuales por los del sexo opuesto. (Necesitamos explicar la
diferencia entre sexo y género?)

T: Travestismo, persona que elige vestirse con ropas características culturalmente


del género opuesto. Las tres T tienen límites casi inexistentes entre si, sólo tienen
sentido de modo teórico, pero en la vivencias de las personas T, suelen coincidir
varios aspectos sin diferenciación, por lo que comenzó a designarse simplemente
TRANS, usando una sola T.
I: Intersexual: persona que ha nacido con genitales masculinos y femeninos
(internos y/o externos)

Q: Queer, Por traducción Raro, persona que cuestiona con su conducta y cuerpo
todos los estereotipos de género establecidos, llevándolos al extremo desde la
satirización. Desobedecen todas las etiquetas, sienten que definirse los limita y
están mas cómodes con fluidez entre géneros. Justamente por renunciar a
etiquetarse es que no suele incluirse la Q cuando se habla de colectivo diverso.
Heteronorma: régimen social y político que
establece que todo el mundo es
heterosexual (o debería serlo) hasta que
expresamente diga lo contrario. Norma
social impuesta en una sociedad
determinada que presenta a la
heterosexualidad como ley universal,
natural y obligatoria para la construcción de
relaciones sociales y afectivas. Es la
afirmación de que la heterosexualidad es
más deseable que cualquier otra opción
sexual; es también la estigmatización,
denigración o negación de cualquier cosa
que no sea no heterosexual. Supone que
todas las relaciones erótico afectivas deben
establecerse entre varones y mujeres, y
reproduce esa idea en todas las
instituciones.
• Homofobia cultural: Normas sociales que pertenecen al sistema patriarcal, y establecen la
heterosexualidad como la única sexualidad válida, legítima y moral, condenando a las
demás expresiones de la sexualidad que no se ajusten al patrón cultural impuesto.

• Homofobia personal: Ocurre cuando las personas LGBTI asimilan los prejuicios sociales
sobre la sexualidad, generando sentimientos negativos sobre su propia sexualidad y
creando repudio hacia si mismxs e incluso hacia otras personas LGBTI.

• Homofobia interpersonal: Se reproduce por parte de otrxs hacia personas LGBTI en su


intento por romper y evitar relaciones sociales y/o afectivas con éstas. Ejemplos de este
tipo de homofobia pueden ser risas cómplices y burlonas entre dos personas ante la
presencia de una travesti, calificativos, acoso escolar, etcétera.

• Homofobia institucional: Está dada por las reglas implícitas que subyacen en todas las
instituciones de una sociedad y que reproducen el odio y la opresión hacia las personas
LGBTI, desde la familia hasta las instituciones educativas, religiosas, de salud, de policía, el
sistema judicial, medios de comunicación, etcétera. La consecuencia más grave de esto es
la negación de derechos fundamentales.
Del closet no se sale en un único movimiento ni de una sola vez, sino que se vuelve a salir
cada vez que se está con gente o ambientes nuevos. También encorseta a personas
heterosexuales diciéndoles como y a quien amar, de qué modo referirse a otres, qué tipo
de contacto físico debemos tener con amigues. El parecer puto genera insultos, con
posibilidades de segmentación social. El ser machona también (o chongo)
Les terapeutas y educadores somos reproductores, a veces, de los mismos discursos
heteronormados. Sabemos que las disidencias sexuales suelen ser expulsades de la
escuela, que encabezan el 82% de casos de bullyng y en esos casos, quien se cambia de
colegio o abandona es la persona agredida. Pero también las disidencias sexuales
recorren espacios de terapias donde, si no se los expulsa, es a costa de querer
“normalizarles” .
Pensar una clínica sin closet, sin biblia ni diván, será destrabar nuestros
propios miedos y prejuicios, repreguntar nuestras teorías de base, interrogar
la biología y acompañar procesos de lucha interna y externa. También
interpelar nuestro lenguaje. No hay “una clínica de la diversidad sexual” pero
quien quiera trabajar con diversidades sexuales tiene que deconstruirse para
ofrecer un espacio desde el absoluto respeto por un otre que consulta.
Sostener una terapia o una clase acerca de la “DIVERSIDAD SEXUAL” es seguir
enmarcando a ciertas personas en el lugar de lo otro, lo extraño, de aquello
sobre lo que tenemos que hablar. Si pensamos una sexualidad libre y
placentera, la misma es seguramente diversa. Somos les profesionales
quienes tenemos que salir del closet y formular teorías y prácticas que estén
absolutamente atravesadas por un deseo diverso. La heterosexualidad es
igual de difícil de explicar que cualquier otra orientación, si ninguno de
nuestros marcos teóricos incluyen una crítica a la heteronorma, no tenemos
formación suficiente.
RECOMENDACIONES CLÍNICAS:
• Decir pareja o vínculos sexoafectivos en lugar de novio/a, marido/mujer
• En caso de les niñes: no asumir la existencia de ambos géneros en sus tutores,
preguntar por conformación familiar (en vez de solo madre y padre).
• Acostumbrarse a usa términos neutros: persona, gente, consultante.
• Parejas homoparentales: no hay une que haga de hombre y otre de mujer
• Preguntarle cómo quiere ser nombrade y respetarle
• Tener presente el calendario LGBTI
• Conocer los términos que usualmente son peyorativos o reinvindicados (puto,
torta, trava)
• Evitar la discriminación positiva (creer que alguien necesita mas ayuda por ser
como es, que todo va a costarle mas, que todos sus recursos deben usarse para
afrontar su sexualidad, pensar que todo se va a resolver cuando “salga del closet”
o se visibilice)
• Evitar ser tendenciosos: Pedirles mas detalles sobre su sexualidad que a cualquier
otro paciente, indicarle mayores cuidados. Esto revela el prejuicio de que existiría
algo anormal o perverso en sus vínculos, y puede alimentar mas la curiosidad
propia que la terapia.
• No asumir promiscuidad o inestabilidad emocional o falta de compromiso por el modo
en que vivencia su sexualidad.
• El proceso de visibilización es recomendable y hay que acompañarlo, nunca es
obligatorio.
• Tener conocimiento de procesos de hormonización y posibles efectos en el estado de
ánimo: cambios frecuentes de humor, explosivas sensaciones y ganas de llorar, insomnio
o fatiga excesiva. Vincularse con médicos amigables para despejar dudas.
• Conocer donde derivar o informar en ciertas situaciones de violencia, discriminación o
conserjería de salud.
• Conocer y respetar leyes actuales vigentes (matrimonio, identidad de género,
fertilización asistida, no discriminación, protección integral de la infancia, ley de salud
mental)
• Ninguna disidencia sexual es en sí misma un trastorno. Y pueden manifestarse en
personas disidentes la totalidad de los trastornos conocidos. No necesariamente su
sexualidad sea el eje de la terapia.
• Prestar tiempo y material para acompañar también a familiares del paciente
NO EXISTE UNA CLÍNICA DE LA DIVERSIDAD PORQUE NO HAY EXPERIENCIA
CLÍNICA QUE NO SEA DIVERSA. TAMPOCO EXISTEN FENÓMENOS PSÍQUICOS QUE
LE SUCEDAN ÚNICAMENTE A MIEMBROS DE LA COMUNIDAD LGBTI. SI LA
SALUD, Y POR ENDE LA SALUD SEXUAL ES UN DERECHO HUMANO, TENEMOS
QUE GARANTIZÁRSELO A TODAS LAS PERSONAS. AL IGUAL QUE EL DERECHO DE
VIVIR UNA VIDA SIN NINGÚN TIPO DE COACCIÓN , VIOLENCIAS, AGRESIONES,
ESTIGMATIZACIÓN O DISCRIMINACIÓN DE NINGÚN TIPO, RESPETANDO SIEMPRE
SU MANIFESTACIÓN LIBRE Y EXPRESA DE SU SEXUALIDAD.
PARA TRABAJAR CON PERSONAS LGBTI, O SIMPLEMENTE PARA TRABAJAR CON
PERSONAS SE DEBE TENER UN FUERTE COMPROMISO CON LOS DERECHOS
HUMANOS, CONOCIMIENTO Y RESPETO DE LAS LEYES VIGENTES, ASÍ COMO EL
DESEO DE ERRADICAR EN NUESTROS VÍNCULOS TODA FORMA DE OPRESIÓN Y
VIOLENCIA.
DEL RESPETO POR LOS DERECHOS HUMANOS SE DERIVA:
• Perspectiva de género: La perspectiva de género hace referencia a “las
relaciones de poder que se dan entre hombres y mujeres y reconoce el hecho
de que generalmente éstas relaciones de poder han sido favorables a los
hombres, y han puesto a las mujeres en situación de inferioridad o desventaja.”
Esta perspectiva nos puede ayudar a entender mejor la discriminación y
violencia que sufren algunas personas por su orientación sexual e identidad de
género. La discriminación que han sufrido las mujeres es muy similar a la que
viven las personas con orientaciones sexuales e identidades de género menos
comunes, quienes han sido víctimas también de este tipo de relaciones
asimétricas. Una mirada con perspectiva de género significa fomentar
relaciones igualitarias - no asimétricas - que tengan siempre en cuenta las
diferencias pero en las que ninguna persona “domine” a otra.
• Perspectiva en Diversidad: Una mirada que incorpore la diversidad implica aceptar
que todas las personas somos distintas, también en el campo de la sexualidad,
donde la orientación sexual y la identidad de género constituyen solo dos aspectos
de todas las diferencias que tenemos las personas entre sí. Al hablar de diversidad
sexual, reconocemos que las sexualidades, junto con el género y la corporalidad, no
son realidades meramente biológicas y estáticas, sino que varían en función de la
historia y de la sociedad. Contempla pluralidad de prácticas y manifestaciones
emocionales, afectivas y sexuales en una cultura dada, las distintas formas de
expresar el amor, el afecto, el cariño y el deseo sexual, ya sea hacia personas del
mismo sexo, de distinto sexo o ambos. En el ámbito de las políticas públicas, este
término es utilizado para referir a prácticas y discursos no centrados en una visión
heterosexual de la sociedad. Esta concepción al mismo tiempo incorpora la idea de
igualdad. Todas y todos somos iguales en dignidad y por tanto tenemos los mismos
derechos. No reconocer esta circunstancia es negar a otrxs y sus derechos.
Desde hace algunas décadas las organizaciones y activismos LGBTI y de Derechos Humanos
comenzaron a ser centrales en políticas públicas de nuestro país, impulsando una agenda
de trabajo en coordinación con organismos del Estado para luchar por los derechos y
promover la igualdad y no discriminación de las minorías.
• Ley Nacional Nro. 25.673, de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y
Procreación Responsable bajo la órbita del Ministerio de Salud de la Nación. Sancionada
en el año 2003, tiene por objetivo promover derechos sexuales y reproductivos,
garantizar su cumplimiento efectivo sin coerción, discriminación ni violencia, y el acceso
a una atención de calidad de la salud sexual y reproductiva.
• Implementación en el año 2005 del Plan Nacional Contra la Discriminación, que
permitió la creación de un sistema de leyes nacionales que apuntan a garantizar la
igualdad de trato y de oportunidades de todxs lxs ciudadnxs sin distinción.
• En 2009 el Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe estableció por Resolución
que “todos los establecimientos de salud deben respetar la orientación sexual e
identidad de género autopercibida de las personas que concurran a ser asistidas”.
Hubo otros logros judiciales importantes, como los casos de reconocimiento de
comaternidad y copaternidad en base a la doctrina de la “voluntad procreacional” en casos
de fertilización asistida y de gestación por sustitución en el extranjero.
Tras la sanción de la Ley Nacional de Matrimonio Igualitario, el colectivo LGBTI continuó la
búsqueda de ampliación de derechos de las minorías y es así que en el año 2012 se
sancionó la Ley Nacional Nro. 26.743 de “Identidad de Género”, como resultado de largas
luchas y reclamos por lograr el “reconocimiento legal” de la identidad.
A partir de esta ley, el Estado reconoció la entidad y existencia de las personas trans,
históricamente oprimidas, violentadas e invisibilizadas. Se ha erigido como una referencia
jurídica internacional por estar a la vanguardia en el reconocimiento de la identidad de
género autopercibida, sin ningún tipo de patologización o judicialización.
Sobre la base del consentimiento informado de la persona interesada, contempla el
derecho a solicitar el acceso a intervenciones quirúrgicas totales o parciales y tratamientos
integrales hormonales para adecuar el cuerpo, incluida la genitalidad, a la identidad de
género de las personas. Estas prestaciones (que están incluidas en el Plan Médico
Obligatorio) se enmarcan en una concepción de acceso integral a la salud.

También podría gustarte