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En el presente análisis se desarrollara una breve comparación con la edad media o

medieval, como algunos lo conocen y la Venezuela Rentista de los 80, en donde se podrá
comparar ambos modelos políticos, sociales y económicos característicos de las épocas,
con el fin de destacar los parecidos o similitudes entre ambos y sus diferencias y
comparaciones. Sin embargo se da inicio a este análisis con un breve resumen de la época
medieval y su entorno y curso en el tiempo.

La época medieval, también denominada Edad Media o Medioevo, fue el período de


la historia que prosiguió de la Edad Antigua, con la muerte del último emperador romano,
en este periodo de tiempo se inauguró un largo período de decadencia secular en occidente,
con una mejora concomitante de la suerte en oriente. Durante cinco siglos, desde el año 700
al 1200, el Islam destacó en el mundo, en poder, organización y extensión de su gobierno;
en refinamientos sociales y niveles de vida; en literatura, erudición, ciencia, medicina y
filosofía.

La forma dominante de la organización económica en la Edad Media fue el


feudalismo. Era un sistema de producción y distribución en el que la propiedad de la tierra
no era absoluta ni estaba desvinculada de unos deberes, como lo había sido en la antigua
Roma e iba a serlo de nuevo en la época moderna. En su lugar, el rey era el depositario de
todos los derechos de propiedad legales. Asignaba tierra en grandes parcelas a los jefes y
nobles que gozaban de su favor, los cuales, a su vez, la asignaban a diversos
subarrendatarios. La palabra «Propiedad», en el nivel de producción, significaba el simple
derecho de uso (usufructo), aunque este derecho tendió a convertirse en hereditario. Sin
embargo, el usufructo permanecía sujeto al cumplimiento de determinados deberes:
militares, personales o económicos.

Generando una comparación con el modelo económico de Venezuela de los años


80, podemos apreciar que una de las principales diferencias entre la edad media y esta
epoca, es que la edad media estaba basada en un modelo feudal en cambio la Venezuela de
los 80 tenía un modelo o una organización económica rentista, ya que nuestra principal
fuente económica era y sigue siendo el petróleo.

Siguiendo con la edad media, la propiedad feudal se convirtió también en la sede del
poder político. En esa época, Europa carecía de la integración política, económica y social
que constituye un prerrequisito de una autoridad central fuerte. En consecuencia, cada señor
feudal estaba investido de numerosas funciones gubernamentales, que ejercía en su
territorio particular.

Por lo cual se puede decir que como se señaló arriba la edad media poseía un
modelo feudal, muy diferente a la política venezolana de los 80 donde existía un modelo
político democrático y central, donde aunque existía un poder ejecutivo central, los poderes
estaban regidos por otras entidades, quienes cumplían órdenes del ejecutivo sin perder su
autonomía, y además es importante señalar que esos poderes, quienes se encargaban de
establecerlos, eran los mismos ciudadanos, sin importar herencias ni puestos.

Dos factores importantes o características que distinguían a la Edad Media de la


antigüedad griega fueron su unidad doctrinal, proporcionada por la Iglesia Católica
Romana, y la omnipresencia del mecanismo del mercado. La sociedad medieval, un tanto
de mala gana, alimentó una forma naciente de capitalismo, a medida que los mercados
económicos (de productos y de factores de producción) se iban atrincherando en el tejido de
la vida diaria.

Otra comparación de la Venezuela de los 80, es que aunque los partidos como
COPEI estaban vinculados con la iglesia, el poder político y general de Venezuela en los 80
no era proporcionada por la iglesia católica, ya que a pesar de que la gran mayoría de los
venezolanos de la época y de la actualidad, tenemos nuestra religión bien establecida, el
poder no se centra en los intereses o ideas de la iglesia.

Siguiendo con lo expuesto anteriormente el poder y la influencia de la Iglesia


Católica en la Edad Media se debían en gran parte a su autonomía en las cuestiones
espirituales, pero también hubo otra razón. La clerecía medieval conservó la única luz que
brillaba en aquella edad oscura, el saber. La jerarquía social de la civilización medieval era
casi platónica en su estructura. Se pertenecía al campesinado (que trabajaba), a la milicia
(que luchaba) o a la clerecía (que se dedicaba a la contemplación). Sólo el último grupo
destacaba la importancia del conocimiento, y fue así, casi por ausencia de los demás, que
los miembros de la clerecía se convirtieron en los depositarios y guardianes de este
conocimiento.
Ya como se expresó Venezuela de los 80 era democrática y no existía jerarquía
social como en la edad media ya que todos los ciudadanos contamos con los mismo
derechos y obligaciones, a diferencia de la edad media donde dependiendo de su jerarquía
se disponía de ciertas virtudes o derechos, como se sabe durante esta los campesinos eran el
eslabón más bajo, luego venia los de la milicia, y por último la clerencia, los cuales
gozaban de beneficios, muy diferente a la Venezuela de los 80 donde todos éramos
relativamente iguales y debíamos tener los mismos derechos y obligaciones.

La economía escolástica no se tiene en mucha consideración en la actualidad. Se la


percibe comúnmente como una sarta de falacias fuera de lugar sobre el precio de mercado,
el interés y la propiedad. El método de la escolástica era el siguiente. El autor formulaba
una cuestión, a la que seguía una exposición larga y detallada de las opiniones que iban a
ser refutadas o reinterpretadas. Siempre se prestaba atención al peso de la autoridad. Con el
tiempo, se daba una respuesta, se sometían a un cuidadoso examen las opiniones contrarias
y se producía una documentación. Todo el proceso era de naturaleza deductiva,
dependiendo no tanto de las reglas de la lógica o de la experiencia humana cuanto de la fe y
del peso de la autoridad. Los cinco maestros de esta economía fueron: Alberto Magno,
Tomás de Aquino, Enrique de Frimaria, Jean Buridan y Gerardo Odonis.

La economía escolástica, a pesar de que en la actualidad no tiene mucha


consideración, se podría decir que si se tomó en cuenta en Venezuela en los 80 de cierto
modo, ya que dicho método, de formulación, de comparación o contraste de opiniones,
antes de ser llevado a cabo, si se realizaba, ya que aunque no se hacía para cada factor
nuevo que el gobierno quisiera implementar, si se toma en cuenta la voz o la opinión del
estado venezolano, cabe resaltar que ciertos modelos económicos y político llevados en
Venezuela en los 80 no están muy guiados bajo este método y esto genera el movimiento
conocido como el caracazo, sin embargo al tener un modelo económico y político
democrático, si se podría decir que le estado junto a las entidades gubernamentales,
tomaban en cuenta la opinión popular de sus ciudadanos.

Alberto Magno, uno de los maestros de la edad media, fue el que implementa en el
pensamiento occidental la noción persistente de que el valor en el intercambio debe
ajustarse al coste de producción, además argumento que existen un orden natural y un
orden económico, en los que las cosas se valoran de modo diferente, sostuvo que en el
orden económico los bienes se miden en relación con el trabajo (opus). Y por último
relacionó los costes de producción con la «conjunción cruzada» del modelo de Aristóteles,
advirtiendo que si el precio de mercado no cubre los costes de producción ésta con el
tiempo cesará.

Con esto pudimos comparar este pensamiento con la tasa de desempleo que vivió
Venezuela en la época de los 80 generando una tasa de desempleo de 13,4%, y además
pudimos observar que según lo planteado por magno cuando el precio no cubre los costos
de producción, entre ellos el salario correcto de los empleados, esto genera que la
producción cese y por ende como se vio, el empleado de una empresa va a decidir trabajar
por cuenta propia como se vio en los principios de los 80.

Posterior a esto, le siguió el brillante discípulo de Alberto, Tomás de Aquino, que en


realidad no tuvo ningún conflicto con su maestro, pero se percató rápidamente de que debía
mejorar la teoría del trabajo de Alberto, y vio que la manera de hacerlo consistía en
destacar las necesidades humanas (indigentia). Aquino prefirió introducir la instrucción
moral en su economía, factor que tiende a descartar el placer. En consecuencia, la teoría de
la demanda de Aquino nunca fue más allá de la simple noción de la utilidad humana de los
bienes en comparación con el lugar que ocupan en el orden natural de la creación. La
contribución formal de Aquino a la teoría aristotélica del valor fue una teoría con dos caras,
en la que un elemento condiciona al otro. Primero, reafirma la doble medida de los bienes
(valor de uso frente a valor de cambio) que había establecido Aristóteles; y, segundo,
introduce la necesidad (indigentia) en la fórmula del precio.

El siguiente paso en la tradición escolástica iba a concebir la indigentia como una


medida agregada, paso que dio el fraile agustino Enrique de Frimaria. Tal como lo usaron
los escolásticos, el concepto de indigentia no es lo mismo que la demanda de mercado en el
sentido técnico de la economía contemporánea. No es cantidad demandada en función del
precio; su significado es mucho menos preciso, incluyendo elementos tanto de la oferta
como de la demanda. El significado que con mayor frecuencia se le atribuye al concepto en
la literatura escolástica es «cantidad deseada en relación con la que está disponible» (es
decir, demanda frente a escasez).
El paso importante que iba a seguir en la evolución de la teoría del valor lo dio Jean
Buridan, quien fue el que acercó la noción escolástica de indigentia mucho más al concepto
moderno de demanda efectiva. Describió la pobreza como un estado en el que alguien no
tiene lo que desea, de manera que la indigentia podía aplicarse a los «bienes de lujo»,
además de incluir el sentido tomista más estrecho de «necesidades». Además, Buridan
relacionó la indigentia con el deseo respaldado por la capacidad de pago.

A lo largo de toda la Edad Media, las discusiones sobre la teoría del valor opusieron
constantemente un concepto generalizado de trabajo a una teoría de la demanda, de modo
que los dos se estuvieron rozando continuamente. Sin embargo surge otro maestro conocido
como Gerardo Odonis, el planteamiento de este rechazaba específicamente una simple
teoría del valor basada en la cantidad de trabajo y se centraba en la escasez y en la calidad
de las habilidades productivas humanas. Esto le llevó a una teoría de las diferencias de
salarios que reconocía las eficiencias relativas de las diferentes habilidades y el coste
relativo de adquirir aquellas habilidades.

Siguiendo con el orden de ideas, buscando comparar estas dos épocas en este
análisis, podemos señalar una similitud entre esta edad media y la época de los 80
venezolana, la cual es que ambas comparten este pensamiento de Odonis, el cual es que los
salarios representan o reconocen un valor monetario según las habilidades que se producen,
es decir Odonis expresa y se mantiene hoy en día que el médico no gana igual a un
enfermera ya que no realizan las mismas acciones.

Y es importante señalar que aunque el período que va desde la antigüedad griega


hasta el final de la Edad Media representa aproximadamente dos mil años, la estructura
económica fundamental de la civilización occidental cambió poco durante ese tiempo.
Tanto la antigüedad griega como el feudalismo europeo se caracterizaron por economías
pequeñas, .aisladas y autosuficientes, con escaso capital y niveles de producción bajos. Al
nivel de la producción básica, la servidumbre era semejante a la esclavitud, excepto en la
diferencia legal de que los siervos no renunciaban a los derechos de propiedad sobre sus
propios cuerpos.

La Iglesia de la Edad Media disfrutó del monopolio intelectual del conocimiento.


Sus eruditos hablaban toda la misma lengua, el latín. Se habían formado en un sistema
educativo que era el mismo en todos los países. Todas las figuras de dicha tradición
profesaban las mismas creencias fundamentales y reconocían la misma autoridad de Dios y
de la Iglesia. Alberto, Enrique y Juan Crell eran alemanes; Aquino, italiano; Buridan y
Odonis, franceses. Sin embargo, esta heterogeneidad apenas se notaba. Como Schumpeter
ha dicho de los escolásticos, «su país era la Cristiandad, y su Estado la Iglesia» sus propios
cuerpos.

Por lo cual se puede concluir que, ya con los pensamientos e ideas de los maestros
de la edad media se puede indicar que la Venezuela de los 80, estaba muy alejada de la
edad media, ya que aunque si, parte de estos pensamientos y modelos económicos de estos
pensadores forman parte de los sistemas económicos actuales, y presentan ciertas
similitudes como el modelo de sueldos y jerarquía de Odonis, el modelo económico,
político y social eran feudal muy distinto a la época de los 80 en Venezuela, el cual era un
modelo rentista, central y democrático.

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