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Etapas principales del desarrollo de la actividad de juego

Juego de manipulación no específica: Se desarrolla a partir de los 6 meses y se prolonga hasta más
de un año. El niño realiza acciones no específicas con sonajas, juguetes y objetos cotidianos para la
manipulación, sin importar su función social precisa.

Juego objetal: Representa acciones específicas con los objetos. Con cada uno de estos objetos es
posible realizar tipos específico de acciones que no se pueden realizar con otros objetos distintos.
El niño conoce objetos, acciones con objetos y los significados verbales de objetos y acciones.

Juego simbólico: Nace a partir del juego objetal, en el segundo año de la vida. Las acciones se
generalizan, y su ejecución ya no requiere de la presencia constante de un mismo objeto. Muy
importante en el desarrollo de la función simbólica que incluye las acciones de representación,
sustitución, imaginación y modelación.

Juego temático de roles sociales: Se desarrolla entre los 3 a 6 años de edad. En este juego el niño
retoma los roles sociales abstractos y los representa. Este tipo de juego requiere de varios
participantes y a diferencia de la dramatización de cuentos este es menos estricto, sin embargo,
los niños pueden utilizar a los personajes de los cuentos conocidos y leídos, pero sus acciones y
secuencias de acontecimientos son diferentes.

Juego de roles sociales: Es la etapa más avanzada en el desarrollo del juego. Los niños ya no
requieren de objetos concretos para la realización de los roles sociales.

Estudios sobre la realización de las actividades de juego

Importantes en el desarrollo psicológico y físico del niño, así como su aplicación con fines
terapéuticos y psicopedagógicos.

 Meneses y Monge (2001): Sus estudios arriban a que el juego es una actividad innata en
los niños, elemento esencial en su desarrollo integral y, que los juegos deben ser tomados
en cuenta en todo programa de educación formal y no formal.
 Se ha demostrado la efectividad de la aplicación de un programa de corrección
neuropsicológica a niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Los
resultados experimentales muestran que el programa de corrección mejoró el estado de la
esfera psicológica de los niños con TDAH, de la muestra de estudio, permitiendo formar
los inicios de la atención voluntaria y el respeto de reglas durante la actividad de juego.
(Solovieva, Quintanar y Bonilla, 2003).
 García (2005), cuyo objetivo fue establecer la efectividad de un programa de actividades
de juego y análisis e interpretación de cuentos para el desarrollo de neoformaciones en
niños de 4 a 7 años. Los hallazgos confirman que las actividades que se proponen a los
niños con diversos fines, en este caso de juego, deben ser aplicadas con las adecuaciones
correspondientes al nivel de desarrollo particular de los niños de acuerdo a su contexto
familiar y socio-cultural.
 González-Moreno y Cols. (2009), llevaron a cabo la aplicación de un programa de juego de
roles, en una población colombiana de tercer grado de preescolar para formar
pensamiento reflexivo. Los autores concluyen que el juego de roles como actividad rectora
en la etapa preescolar, permite el desarrollo de la conducta voluntaria y pensamiento
reflexivo, requisitos de preparación de los niños para la escuela y para la adquisición de
actividades complejas en la edad escolar.
 Los hallazgos de Torres (2011) coinciden con los de Lázaro et al. (2009), quienes aplicaron
un programa de juego y cuento a 30 niños con y sin problemas en el desarrollo de 2º y 3º
grado en una institución preescolar mexicana. Los resultados de la aplicación del programa
señalan la presencia de cambios cualitativos y cuantitativos, en la prueba de evaluación
aplicada como en el comportamiento de los niños dentro del salón de clase.
 Villalobos (2009) a partir de su experiencia en el análisis de sesiones de juego con niños en
edad preescolar y primero de primaria, refiere que el maestro puede ofrecer a los niños
las posibilidades de transformar las experiencias de juegos estereotipados en juego
simbólico.
 Medina (2010) mediante un estudio-taller de juego expresivo con niños de seis a trece
años, señala que la capacidad de jugar nace con las posibilidades que le brinda el símbolo,
el cual le permite representar un objeto, una situación o una emoción utilizando sustitutos
en ausencia del evocado.
 Rogoff (1990) refiere que el juego implica una práctica social donde el niño prueba nuevas
actividades y reflexiona sobre ideas, sin la presión que suele acompañar a intentos más
formales de aprender una determinada destreza.
 Ruíz-Abad (2011: 103) señala que, “el juego es un invernadero donde se combinan
pensamiento, lenguaje y fantasía, y además, donde inteligencia, afectividad, competencia
lingüística, conocimiento y desarrollo social aparecen integrados y mutuamente
reforzados”.
 Baquero (1996: 6), señala que una de las modalidades centrales del funcionamiento del
aprendizaje escolar radica en que exige el dominio de sistemas de representación que
permitan a su vez la creación y manipulación de contextos espacio temporales remotos.

Se llega a la conclusión de que el juego simbólico constituye un tipo de actividad que puede
promover el desarrollo integral del niño, puede constituir uno de los métodos psicopedagógicos
más enriquecedores para el aprendizaje de los niños en las primeras etapas de la educación
formal.

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