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SAN ÓSCAR ARNULFO ROMERO: PASTOR Y MARTIR

Integrantes: Lucas Manuel Cruz Arias


German Alexander Sosa Aparicio

Asignatura: Pensamiento teológico de San Óscar Arnulfo Romero

Docente: Pbro. César Ochoa

Año en estudio: Segundo año de Teología

California, 01 de abril del 2022


INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se desarrolla la temática entorno a la figura de san Oscar Arnulfo


Romero como Pastor y Mártir. Se tendrá énfasis en tres aspectos sobresalientes en san
Romero, primeramente, su papel de obispo a imagen de Jesucristo buen pastor, todo lo que
decía y actuaba que eran rasgos propios de la imagen de un buen pastor. En un segundo
momento se describirá acerca del martirio el cual fue con lo que concluyó su vida terrenal,
pero dio inicio a su camino hacia la santidad.

Por último, se abordan aspectos claves que realizó en su labor pastoral, llevándolo
finalmente al martirio. Sin embargo, sobresale la visión que el Sumo Pontífice Francisco
tuvo al momento de canonizar al Beato Romero, el cual es un dato muy interesante y
enriquecedor para la Iglesia de todo el mundo y en especial para la Iglesia salvadoreña.

Otro aspecto que hay que sobresalir es la carta que el Papa Francisco dirigió al
Arzobispo de san Salvador, en el cual describe rasgos sobresalientes de la personalidad de
san Oscar Romero, que vienen a fortalecer la fe y el caminar de un pueblo, al cual san
Romero amó que incluso le llevó a dar la vida por él.
DESARROLLO

Pastor

“El profeta Ezequiel nos presenta un modelo de buen pastor y es aquel que, amando a su
pueblo, lo guía y lo conduce para que, aplicado al bien común, vivamos en dignidad.

Entre las características del buen pastor se pueden destacar:

 El Buen pastor se preocupa de su rebaño


 El buen pastor es punto de convergencia y no de dispersión
 El buen pastor busca a la oveja perdida
 El buen pastor venda a las ovejas heridas y fortalece a las enfermas
 El buen pastor apacenta a todas con justicia

La cercanía a la gente, a los pobres, a los campesinos, a los trabajadores, es una


constante que se encuentra en la vida de Monseñor Romero. Por ello el Papa Francisco en
su mensaje expresará que San Óscar Romero «supo encarnar con perfección» la imagen
del buen Pastor que da la vida por sus ovejas.1.

“El buen Pastor es el que da la vida por las Ovejas, (Jn 10, 11) Monseñor Romero el
Obispo que dio su vida por el pueblo salvadoreño”

Dira san Juan 10, 2-4: “El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El
guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a cada una por su nombre y las
hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque
conocen su voz”.

La miseria en que vivían las grandes mayorías, la difícil situación social y los reclamos
por una mayor justicia y bienestar impactaron en la fe profunda de Romero y en la lectura
que él hace de la Palabra de Dios, de manera que fe en Dios y la vida de las personas se
volvieron elementos inseparables de su predicación y acción pastoral. Ya lo expresaba en la
homilía del 18 de noviembre de 1979 «Con este pueblo no cuesta ser pastor, es un pueblo

1
Papa Francisco, Discurso con motivo de la canonización del Beato Oscar Romero., Roma, 15 de octubre de
2018.
que empuja a su servicio a quienes hemos sido llamados para defender sus derechos y para
ser su voz».

Martirio

Monseñor Romero comenzó a hablar del martirio después de la muerte del P. Rutilio
Grande. Al principio, tal vez sorprendido por una realidad (la persecución religiosa) que
nunca había llegado en El Salvador hasta esos extremos de violencia y muerte, repetía la
doctrina tradicional.

Como buen pastor dio la vida por sus ovejas, siempre preocupado por el pueblo
salvadoreño, especialmente los más pobres y las víctimas de la violencia. Atendió
paternalmente a los sacerdotes y agentes de pastoral, afrontando con valor y sufrimiento los
numerosos casos de persecución, cárcel y asesinatos de miembros del clero y catequistas.

Defendió incansablemente la paz, llamando a todos a la conversión, defendiendo la


Doctrina Social de la Iglesia y denunciando todas las violaciones a los Derechos Humanos.
Sus homilías y declaraciones, iluminaron la conflictiva situación de El Salvador y
orientaron, no sin dificultades, el cumplimiento de la misión liberadora de la Iglesia al
servicio del Reino de Dios: «La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la
Iglesia encuentra su salvación» (11 de noviembre de 1977). “La Iglesia, defensora de los
derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede
quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio que de
nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre.

Ante los ataques hacia su persona él expresará: "He sido frecuentemente amenazado de
muerte... Como pastor estoy obligado, por mandato divino, a dar la vida por quienes amo,
que son todos los salvadoreños, aun por aquellos que vayan a asesinarme... El martirio es
una gracia de Dios que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi
sangre sea semilla de libertad y la señal de que la esperanza será́ pronto realidad. Mi
muerte, si es aceptada por Dios, sea por la liberación de mi pueblo y como testimonio de
esperanza en el futuro... perdono y bendigo a quienes lo hagan... perderán su tiempo: un
obispo morirá́ , pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá́ jamás"
“Los mártires no son patrimonio de un grupo ni de un país o una época, ni siquiera de la
Iglesia Católica. Son de Dios y a Dios entregaron voluntariamente su vida”. Él había
decidido predicar el evangelio en un país donde las palabras de Cristo parecían subversivas.
Su figura es la del Obispo pastor, que se ocupa de su rebaño hasta la muerte y que se
mantiene siempre en estricta comunión con la Iglesia y su Magisterio.

Así lo describe el Papa Francisco en una misiva escrita al arzobispo salvadoreño José
Luis Escobar y Alas:

En tiempos de difícil convivencia, monseñor Romero supo guiar, defender y proteger a


su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia. Su
ministerio se distinguió por una particular atención a los más pobres y marginados. Y, en
el momento de su muerte, mientras celebraba el Santo Sacrificio del amor y la
reconciliación, recibió la gracia de identificarse plenamente con Aquel que dio la vida por
sus ovejas.

CONCLUSIÓN

La herencia se ha transformado en patrimonio común de los católicos, "Es una herencia


que habla con una voz más alta sobre los factores de división. hemos podido reflexionar
también hasta qué punto es verdadera la expresión de los mártires que nos enseñan a
esperar con esperanza, son los maestros de la paciencia con la certeza de la victoria. Y
podemos ver reflejado en nuestra historia salvadoreña, la figura tan relevante que ha
marcado nuestras vidas, no solo en nuestro país, sino también a nivel Latinoamericano, la
Imagen de Un Pastor, como lo fue y sigue siendo Mons. Romero.
La Iglesia es por naturaleza misionera porque no puede dejar de proclamar el Evangelio
hasta en los extremos confines de la tierra, es decir la plenitud de la verdad salvífica
que Dios nos ha dado a conocer sobre sí mismo y sobre nosotros. "La espiritualidad
misionera de la Iglesia es un camino hacia la santidad" nos recordaba el Santo Padre en su
Carta encíclica Redemptoris misio (número 90). Dando a entender la caridad de una Iglesia
sufriente ante los acontecimientos que, en la historia salvadoreña, sufrió y que aún así sigue
sufriendo.
Pero sin embargo la Iglesia sigue la misión aún entre los sufrimientos, en la San Romero
sigue dejando huellas y gotas de esperanza para nuestra población, siendo así para nosotros,
un deber de seguir el ejemplo de un pastor, que al igual que Jesús da la vida por sus ovejas.

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