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SEGUNDA PARTE

uno

Multifuncionalidad
de la agricultura campesina
en San Miguel Cuyutlán
en el Área Metropolitana de Guadalajara, Jalisco
Azucena Mastache De los Santos / Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Guadalajara
Peter R.W. Gerritsen / Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Guadalajara
Jaime Morales-Hernández / Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social ITESO

A
un cuando hablar de lo rural en México ya no es referirse solamente a las actividades
productivas que se realizan, la agricultura aún constituye la ocupación principal para la
mayoría de la población rural (Toledo, 2008). Esta agricultura, mayormente campesina,
resiste a un modelo agroindustrial, introducido en los mediados del siglo XX, y se mantiene gra-
cias quienes encuentran en ella una forma de sustento de vida, basado en los conocimientos
ancestrales y el arraigo a la tierra, entre otros. La agricultura agroindustrial, que se caracteriza
por la siembra de monocultivos, la mecanización de las labores, el uso de paquetes tecnológi-
cos (agroquímicos y semillas modificadas) y el empleo de mano de obra asalariada, muestra su
adversidad al generar un grave deterioro socioambiental que se evidencia en la degradación y
contaminación de los suelos y los cuerpos de agua (Gliessman, 2002) y, sobretodo, en la desarti-
culación y aniquilación de las economías campesinas.

Así, el despoblamiento del campo, el incremento de la pobreza, la marginación campesina, la


restricción al acceso de los recursos naturales, son aspectos que definen la crisis rural que atra-
viesa el país y el estado de Jalisco sigue este patrón que se observa en el resto de la nación (Mo-
rales, 2004). En el caso del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), los municipios periurbanos
que anteriormente eran reconocidos por su larga tradición principalmente agrícola, ahora están
acaparados por este modelo industrial que ha despojado a muchas familias rurales y, entre otros,
ha reducido la agrodiversidad con la que antes se contaba.

59
Los espacios rurales y la ciudad:
agriculturas periurbanas y sustentabilidad
en el Área Metropolitana de Guadalajara,
México
Jaime Morales-Hernández
COORDINADOR

Guadalajara, Jal., abril de 2018

1
Edición: Catalina González
de Cosio Diez de Sollano

Diseño: Brenda Solís

Fotos: Luis Ponciano

Impreso por ITESO


Abril 2018

2
ÍNDICE

PRESENTACIÓN ......................................................................................................................................................... 5
Sarah Obregón Davis

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................................ 7
Jaime Morales-Hernández

PRIMERA PARTE
uno Las agriculturas periurbanas y multifuncionales:
su relevancia en la construcción de la sustentabilidad regional ................13
Jaime Morales-Hernández y Eric Alvarado Castro

dos Historia entrelazada (no integrada) de la gestión del agua


para la agricultura y el desarrollo urbano en México ..............................................33
Heliodoro Ochoa-García

tres El cambio climático y las agriculturas periurbanas


en el Área Metropolitana de Guadalajara ..........................................................................45
Jaime Morales-Hernández, Julián Oceguera Avelar y Karla Castillo García

SEGUNDA PARTE
uno La agricultura de montaña en San Miguel Cuyutlán, Tlajomulco ...............59
Azucena Mastache de los Santos, Peter Gerritsen y Jaime Morales-Hernández

dos La agricultura campesina en La Cañada, .............................................................................73


Ixtlahuacán de los Membrillos
David Lamarque Ahumada y Eric Alvarado Castro

tres La agricultura ecológica en Santa Cruz de la Soledad, Chapala ..................83


Myriam Mancha Moreno y Eric Alvarado Castro

cuatro La agricultura de traspatio en San Juan Evangelista, Tlajomulco .............93


María Elena Roldan Roa y Catalina Almeida Luján

3
Ante esta crisis multi-nivel y dimensional, es urgente la búsqueda de alternativas a los conflictos
socioambientales que se derivan de ella. Una propuesta que ha recibido mucha atención y que
contempla distintos componentes para su abordaje, es la sustentabilidad rural (Guzmán et al.,
1999), basada principalmente en el fortalecimiento del conocimiento y experiencia campesina
y en el reconocimiento de las múltiples funciones que puede generar la agricultura más allá de
la productividad.

Las diferentes funciones generadas por la agricultura pueden ser entendidas por el concepto de
multifuncionalidad de la agricultura (MFA), el cual se refiere a que las actividades agrícolas y ga-
naderas, además de proveer alimentos y materias primas, generan otro tipo de funciones, roles o
beneficios, como otorgar servicios ecosistémicos -al conservar suelos, cuerpos de agua y preser-
var la biodiversidad, contribuir socioeconómicamente en las áreas rurales, configurar los paisajes
y, mantener elementos socioculturales (FAO, 1999; Renting et al., 2009). Ver también la Tabla 1.

El presente texto, retoma el enfoque de la MFA, describiendo y analizando el caso de estudio de


San Miguel Cuyutlán, un ejido periurbano asentado en el piedemonte de la sierra El Madroño
dentro del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, que pertenece al AMG. Para realizar el estudio
se empleó la metodología de la investigación participativa, en la que se realizó una estancia en
campo de cuatro meses durante la cual se elaboraron transectos altitudinales y entrevistas con
informantes clave para conocer las transformaciones en el paisaje y la perspectiva de los habitan-
tes sobre los cambios en las actividades productivas durante las últimas tres décadas. De igual
manera, se eligieron seis unidades familiares campesinas como casos de estudio (cada una con
un diseño particular de estrategias), para evaluar su multifuncionalidad empleando entrevistas
semiestructuradas, recorridos de campo y observación participativa.

A continuación, se describen las características geográficas y socioeconómicas de la localidad es-


tudiada y, las problemáticas socioambientales que viven. Posteriormente, se analizan las diversas
funciones que se generan de la agricultura campesina y cómo estas se vinculan y contribuyen a
la sustentabilidad regional.

DIMENSIÓN FUNCIÓN

Ambiental Proveer sevicios ecosistémicos Evitar la erosión genética Diversificar el paisaje

Económica Producir recursos Regular y foralecer la economía local

Social Proveer elementos de bienestar social Construir el tejido social

Cultural Mantener la identidad cultural Generar conocimientos

Tabla 1. Posibles funciones de la agricultura

Fuente: Elaboración propia en base a Acevedo (2015), Ayala y García-Barrios (2009), Licona (2011),
Morales et al. (2013), Santana (2014)

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Contexto local

- Localización Geográfica 
Nuestra área de interés es el ejido de San Miguel Cuyutlán, que se encuentra al sureste del muni-
cipio de Tlajomulco de Zúñiga perteneciente al Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Tiene
una superficie de 3,059 ha y está asentado en el piedemonte de la cara norte de Cerro Viejo, la
tercera montaña más alta de Jalisco con 2,980 msnm (INEGI, 2015) que forma parte de la sierra
El Madroño, sector principal del Área Estatal de Protección Hidrológica (AEPH) Cerro Viejo- Chu-
pinaya- Los Sabinos (Pérez et al., 2011). La población es de 7,533 habitantes, 3,729 son hombres
y 3,804 mujeres (INEGI, 2015).

Características climáticas y ecológicas


La zona donde se ubica San Miguel Cuyutlán, es de origen volcánico compuesto principalmente
de rocas volcánicas andesitas y rocas basálticas (Pérez et al., 2011). Los escurrimientos que se
forman desde la parte alta de la ladera de Cerro Viejo fluyen entre las distintas cañadas y drenan
hacia el lago de Cajititlán, un cuerpo natural de agua dulce formado en una depresión tectónica
(Chávez et al., 2009; Regalado, 2009).

La superficie que abarca el ejido va desde los terrenos con poca pendiente de la ribera del lago
de Cajititlán hasta zonas altas de Cerro Viejo, es decir, se encuentra en un gradiente altitudinal
en el que se desarrollan diversos tipos de vegetación según las condiciones abióticas correspon-
dientes a la altura (ver Figura 1).

La problemática socioambiental regional


Los pobladores del ejido de San Miguel Cuyutlán, han aprovechado los diferentes pisos ecoló-
gicos que existen en la región -desde las partes bajas en la ribera del lago, hasta las más altas en
la montaña Cerro Viejo- desarrollando diversas actividades productivas como la recolección, la
caza, la pesca, la extracción forestal, la ganadería y la agricultura (Chávez, 1999). Sin embargo, la
industrialización de la agricultura sumada a la urbanización de los espacios rurales (por su cer-
canía con el AMG) generan una serie de problemáticas que derivan en conflictos socioambien-
tales, como el deterioro y homogenización de los paisajes, la reducción de superficie agrícola, la
desaparición de la agricultura campesina y su consecuente pérdida de agrodiversidad (Ochoa et
al., 2010).

Desde el año 2000, el cambio de uso de suelo agrícola a habitacional, la instalación de empresas
agroindustriales y la construcción del macrolibramiento sur concluido en 2017, han acelerado
la apropiación y privatización de los recursos naturales, recrudeciendo el despojo a los campe-
sinos. En la Tabla 2, resumimos estos elementos contextuales y los problemas socioambientales
generados.

Ante dicho escenario, los habitantes locales, entre ellas las familias campesinas, resisten y se
organizan para proponer soluciones concretas a tales adversidades, como lo han hecho con la
iniciativa de la “Red de Cajititlán Por un lago limpio”, una asociación civil que realiza actividades
de educación ambiental, propone y participa activamente en programas gubernamentales rela-
cionados al saneamiento del lago de Cajititlán (Mastache, 2017).

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Figura 1. Transecto altitudinal de la localidad
de San Miguel Cuyutlán con características
climáticas y ecológicas

Fuente: Elaboración propia en base a Chávez et al. (2009) y Pérez et al. (2011)

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ELEMENTOS PROBLEMA GENERADO
CONTEXTUALES
Desaparición de la agricultura campesina
Industrialización Pérdida de agrodiversidad local
de la agricultura Abandono rural (migración al AMG y a los Estados Unidos)

Cambio de uso de suelo para Conflictos internos por la venta de tierras comunales
urbanización y construcción de Deterioro de los paisajes rurales
macroproyectos Reducción de superficie agrícola

Tabla 2. Elementos contextuales que generan problemas sociambientales.

Fuente: Elaboración propia

El agroecosistema

Los suelos, la vegetación, el agua


La vegetación predominante en el área de Cerro Viejo donde se ubica San Miguel Cuyutlán, se
conforma por bosque espinoso en transición con el bosque tropical caducifolio, pastizales, bos-
que de encino en la zona alta y, bosque mesófilo de montaña en las barrancas húmedas (Chávez
et al., 2009; Pérez et al., 2011). En el ejido, gran parte de su superficie corresponde a agricultura
de temporal en inmediación con el bosque de encino-pino y selva baja caducifolia. De las 3,059
hectáreas de superficie 827 hectáreas están en tierras planas y, 2,232 hectáreas en ladera de las
cuales se trabajan 1,100 hectáreas y el resto se dejan en barbecho.

Los cultivos y los animales


En el ejido, aproximadamente 400 familias campesinas hacen un manejo en las laderas de la
montaña, trabajando sus parcelas con agricultura de temporal donde el principal cultivo es el
maíz y, en menor medida, el frijol y el agave (OEIDRUS, 2015). Como se mencionó previamente,
durante los últimos años se observa un incremento en el uso de paquetes tecnológicos, no obs-
tante, algunos campesinos mantienen prácticas ancestrales como la preparación del suelo con
arado, la siembra de maíz con coa1, el deshierbe manual, la asociación y rotación de cultivos y, la
conservación de semillas de las especies criollas.

Paralelo a las actividades agrícolas, se pastorea ganado bovino y caprino. Cuando es tiempo de
siembra, los animales son estabulados o, en todo caso, se llevan a los pastizales que están en las

1 La coa (también conocida como hoz o espeque) es una herramienta de siembra compuesto por un mango largo de madera que
funge como palanca y una punta de metal con la cual se “corta” o se hace una apertura en el suelo donde se colocan las semillas
y luego se cubre con tierra; la perforación que se hace en la tierra es de poca profundidad y mantiene la humedad necesaria para
que la semilla germine.

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partes altas de la montaña. A la vez, cuando es tiempo de cosecha, se introduce el ganado a las
parcelas para que coman el rastrojo y la materia seca que quedan de los cultivos. Otros animales,
que conviven en el agroecosistema, son los animales medianos como el jabalí (Pecari tajacu) y
los tejones (Nasua narica), al igual que las aves, los cuales son cazados en las temporadas donde
tienen su mayor reproducción.

Las actividades y los productos


Como ya se mencionó, en la región destaca la agricultura como actividad productiva principal
junto con la ganadería, sin embargo, también se realizan otras actividades como la caza y la re-
colección de recursos forestales, en la que obtienen guamúchiles (Pithecellobium dulce), tunas,
nopales (Opuntia spp), camote de cerro (Dioscorea remotiflora) y pencas de maguey (Agave inae-
quidens) de las que extraen el ixtle con el que elaboran sogas de charrería. En años recientes, la
apicultura ha surgido como una actividad complementaria en la que aprovechan el florecimien-
to de las diversas especies arbóreas.

En particular del maíz, además de obtener el grano que se emplea como alimento, se aprove-
chan sus hojas para tamales, los olotes como combustible y los tallos como forraje o acolchado
en el terreno. Del ganado, se obtienen productos lácteos que comercializan en la localidad; con
el ganado caprino, surten la carne que aprovechan las personas del pueblo para elaborar un
platillo típico de la región llamado birria2.

La multifuncionalidad de la agricultura

Para aproximarnos a la multifuncionalidad, se identificaron las prácticas de manejo que los cam-
pesinos realizan en sus parcelas y las distintas funciones que efectúan. A continuación, se des-
criben las diversas funciones que se generan en las diferentes dimensiones de la sustentabilidad
(ambiental, económica, social y cultural), así como las prácticas de manejo relacionadas. Como
argumentos, en la mayoría de los casos, contribuyen de manera positiva en la sustentabilidad
regional del área estudiada.

Dimensión ambiental
En la dimensión ambiental, se evaluaron las funciones que mantienen el buen estado de los eco-
sistemas que aseguren la disponiblidad de los recursos aprovechables a largo plazo.

- Proveer servicios ecosistémicos


Los campesinos realizan prácticas que preservan la biodiversidad ya que cultivan diversas va-
riedades de maíz, primordialmente el blanco y el colorado. También algunos siembran frijol y,
en menor medida, la calabaza. Respecto a la vegetación local, la mayoría decide dejar los árbo-

2 Un platillo con base en carne de chivo, preparado en salsa de muchas especias y chiles cocinados al horno.

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les y arbustos como linderos. Algunos campesinos también los integran dentro de la parcela.
Por último, hay quienes siembran árboles frutales y algunos arbustos perenes, para diversificar
sus productos.

Para conservar los suelos y los cuerpos de agua, la siembra se hace perpendicular a la pen-
diente, dejando algunos arbustos y piedras para evitar la erosión. En terrenos con mucha
inclinación, se usa la coa como herramienta de siembra que permite una labranza mínima, y
en los de poca inclinación se usa el arado con caballos. Sin embargo, hay quienes emplean
el tractor, lo cual es un factor que gradualmente compacta los suelos. No obstante, es impor-
tante mencionar que el uso de agroquímicos es una práctica recurrente que genera un pro-
blema latente pero grave por la acumulación y filtración de estas sustancias en los terrenos
donde se aplican y que, por efecto de arrastre y escurrimiento por las lluvias, llegan a parar al
lago de Cajititlán, contaminando este cuerpo de agua.

Lo anterior, disminuye la óptima provisión de servicios ecosistémicos, sin embargo, es un


aspecto que puede mejorarse con la implementación de otras técnicas, como la elaboración
de abonos y repelentes con insumos obtenidos dentro de la misma parcela, reciclando nu-
trientes y diversificando aún más los cultivos, para evitar la aparición de plagas, entre otros.

- Evitar la erosión genética


La conservación de la semilla, principalmente del maíz, es una práctica que se mantiene pese
a la insistencia de las empresas transnacionales por vender semillas híbridas. La reproduc-
ción de semillas, además del mejoramiento genético, evita que se pierdan las variedades que
ya están adaptadas a condiciones ambientales locales. Por otra parte, hay una deficiencia en
el abastecimiento de semillas de otros cultivos (frijoles, calabazas y hortalizas en general) por
lo que los campesinos tienen que recurrir a comprarlas o, en el peor de los casos, dejan de
sembrarlas y optan por especializarse en pocos cultivos.

- Diversificar el paisaje
En la montaña de Cerro Viejo, se pueden observar diferentes unidades de paisaje manejadas
por los campesinos: las parcelas agrícolas, las áreas de pastoreo para ganado, los mancho-
nes de vegetación local, los vasos receptores de agua y los encinares. Esta disponibilidad de
diversos espacios, permite que se puedan realizar actividades productivas complementarias
y en ellas seguir reproduciendo y experimentando nuevas técnicas de aprovechamiento de
los recursos.

Dimensión económica
En el caso de la dimensión económica, las funciones se refieren a la generación y el manejo de
los recursos en la unidad productiva y su influencia en el ámbito local.

-Producir recursos
Por la diversificación de actividades productivas se obtienen productos para distintos usos:
alimentarios, medicinales, ornamentales, forrajeros, leñosos y materia prima para artesanías.
En los alimentos está principalmente el maíz (Zea mays), seguido por el frijol (Phaseolus vul-
garis) y la calabaza (Cucurbita spp.); de los árboles frutales obtienen mangos (Mangifera spp.),
guayabos (Psidium spp.), aguacates (Persea americana) y limones (Citrus spp.); de los arbustos
perenes, cosechan chiles (Capsicum spp.). Por otra parte, se recolectan ciruelos (Spondias pur-
purea), guamúchiles (Pithecellobium dulce), nopales (Opuntia spp.), tunas, camote de cerro
(Dioscorea remotiflora) y miel.

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Sobre plantas medicinales, se colecta la garañona (Castilleja tenuiflora), la oreja de ratón (Dio-
chondra argentea) y el huizizil, por mencionar algunos. Las ornamentales son principalmente
flores y, el material forrajero lo encontramos en el rastrojo del maíz. La materia prima para
artesanías se consigue del tepame (Acacia pennatula) con el que se hacen mazos para herra-
mientas; del rosa panal (Viguiera quinqueradiata) y el zorrillo (Ptelea trifoliata) se cortan varillas
para hacer equipales; de las pencas del maguey (Agave inaequidens) se extraen las fibras o ixtle
para hacer sogas.

- Regular y fortalecer la economía local


Para la mayoría de las familias campesinas, el trabajo que realizan en sus parcelas es su principal
fuente de empleo. No obstante, estas actividades se complementan con trabajos no agrícolas
(en industrias, instituciones públicas o privadas, o en comercio) porque en ellos encuentran
ingresos monetarios fijos. De igual manera, la mayoría de lo que producen en la parcela es para
autoconsumo, pero, como se mencionó anteriormente, cada vez más se destina para la venta
en mercados externos.

Respecto a los financiamientos, se identificaron tres estrategias: la de buscar créditos con pres-
tamistas locales, la de firmar contratos con empresas intermediarias de agroquímicos y, autofi-
nanciarse mediante ahorros o evitando gastar en maquinaria o insumos externos. Se identificó
que mientras más autonomía financiera hay, más se fortalece la economía local.

Dimensión social

La dimensión social incluye cuestiones sobre la construcción de lazos comunitarios y la organiza-


ción intrafamiliar e intergeneracional.

Proveer elementos de bienestar social


El ejido de San Miguel Cuyutlán se caracteriza por una baja seguridad alimentaria, ya que la
especialización en cultivos y la producción para mercados externos, no permite un abasteci-
miento local de todos los alimentos que se requieren. Por otra parte, existe una autogestión en
el ámbito laboral, es decir, una autonomía en la toma de decisiones respecto a las actividades
que se realizan en las parcelas en base a necesidades propias.

Construir el tejido social


Pese al desánimo y las constantes presiones ya sea por adoptar un sistema agroindustrial o
abandonar sus tierras, aquellos campesinos que siguen trabajando en sus parcelas se han orga-
nizado para defender legalmente su usufructo y apoyarse en intereses colectivos, como le han
hecho con el grupo de comuneros y con la Red de Cajititlán por un lago limpio. Otro factor im-
portante, es asegurar la continuidad intergeneracional de las actividades agrícolas y ganaderas,
por lo que las familias procuran que haya al menos un miembro familiar que continúe con el
trabajo de sus tierras, situación que se ve amenazada por la preferencia a emplearse de lleno en
trabajos no agrícolas o migrar a la ciudad.

Dimensión cultural

En esta dimensión se incluyen las acciones que tienden a la conservación de conocimientos, tradi-
ciones y conductas de los campesinos, manteniendo y fortaleciendo su identidad.

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Mantener la identidad cultural
La reproducción y transmisión de un conocimiento desarrollado por generaciones, fomenta
y fortalece la agricultura campesina también, se preservan ciertos simbolismos y ritos (parti-
cularmente católicos) relacionados con la siembra y la cosecha. Asimismo, los campesinos de
San Miguel Cuyutlán, suelen manifestar frecuentemente un gran afecto por el lugar donde
viven, encontrando en la montaña Cerro Viejo un vínculo esencial con sus vidas, porque es el
lugar donde aseguran sus alimentos, su trabajo, su salud y hasta su diversión, lo que explica
el profundo arraigo y conexión de los pobladores con su entorno.

Generar conocimientos
Un fenómeno importante que ocurre en la parcela, es que representa un espacio de encuen-
tro e intercambio de saberes, donde se gestan nuevas formas de entendimiento y conoci-
miento sobre la naturaleza y nuestra relación con ella. Este proceso se da principalmente por
la convivencia entre campesinos y por la colaboración participativa con instituciones, redes u
otros actores, con los que se comparten experiencias formativas y de investigación.

El manejo agroecológico

Los campesinos de San Miguel Cuyutlán manejan de manera activa las diversas unidades de
paisaje en los diferentes pisos ecológicos de Cerro Viejo. En las laderas de la montaña cercanas al
poblado, destacan las áreas agrícolas con el maíz como cultivo principal, compartiendo espacio
con la vegetación espinosa y el bosque tropical caducifolio, como ya mencionamos.

Circundando el área agrícola encontramos el bosque de encino, donde se hace la mayor colecta
de plantas medicinales, ornamentales y de camote de cerro; también, es donde se pastorea al
ganado. En ambos lugares (zona agrícola y encinares), se pueden encontrar colmenas para co-
sechar la miel de las abejas.

Respecto al manejo en las parcelas, algunos campesinos asocian cultivos, en particular maíz-
frijol, aunque otros optan por la siembra especializada. Hay quienes guardan cada año la semi-
lla de las variedades criollas, aunque también hay quienes las compran. En algunas parcelas se
intercala la vegetación local con los cultivos; en otros, siembran algunos huertos frutales de los
cuales obtienen diferentes productos durante el año.

Para la siembra en terrenos con alta inclinación se emplea la coa, realizando surcos perpendi-
culares a la pendiente, esto permite evitar la erosión del suelo, pero no logra contrarrestar el
escurrimiento de los agroquímicos a terrenos en menor altura, contaminando los suelos y los
cuerpos de agua, principalmente el lago de Cajititlán.

Es evidente cómo las prácticas agroindustriales adoptadas impactan en la multifuncionalidad.


No obstante, son los mismos campesinos quienes al observar los cambios en sus suelos y en el
comportamiento de las plantas y animales, deciden experimentar nuevas técnicas para dismi-
nuir el uso de agroquímicos y tener otros beneficios de su trabajo en las parcelas.

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La familia

En San Miguel Cuyutlán, la familia destaca como componente central de la agricultura campesi-
na y, por lo tanto, de la multifuncionalidad. La participación de la mayoría de los miembros de la
unidad familiar resulta fundamental porque, mediante este trabajo colectivo, se llevan a cabo la
diversidad de estrategias que les permiten seguir viviendo de y con la naturaleza.

En el caso de los hombres, generalmente realizan las tareas que implican mayor uso de fuerza
física como la preparación del terreno, el cuidado de la siembra y, la recolección de productos
forestales como los leños y el camote de cerro. También son ellos quienes elaboran las sogas de
charrería. No obstante, cada vez se observan más mujeres ejecutando actividades que general-
mente les son adjudicadas a sus parejas. Respecto a ellas, su participación es igualmente esen-
cial, porque va desde el cuidado de los corrales o huertos de traspatio, la cosecha de frijoles, la
limpieza del maíz y las transformación y venta de los productos, entre ellos los lácteos.

Por lo anterior, es de suma importancia que al menos una persona de la familia, continúe el traba-
jo de la tierra y la reproducción, a través del tiempo, del conocimiento y los saberes que durante
generaciones han desarrollado.

Las aportaciones a la sustentabilidad regional

Como lo muestran las secciones anteriores, la agricultura campesina en San Miguel Cuyutlán
genera una serie de funciones que pueden contribuir al tránsito hacia la sustentabilidad regional
en cada una de sus dimensiones. Así, las funciones ambientales, en su conjunto, ayudan a man-
tener la disponibilidad de los recursos naturales de los que dependen el resto de las actividades
productivas como la ganadería, la apicultura, la recolección de productos forestales y la caza.

Por otra parte, las funciones de la dimensión económica permiten generar una autonomía fi-
nanciera, donde la parcela les representa una fuente de ingresos y de ahorro. En las funciones
sociales y culturales encontramos que, gracias a la agricultura, se generan espacios de articula-
ción, encuentro e intercambio entre los campesinos, lo que les permite preservar y reproducir los
conocimientos adquiridos a través de generaciones. En la Figura 2, se visualiza de manera esque-
mática y más detallada para cada dimensión, los aportes ya mencionados. En términos genera-
les, la Figura 2 muestra una gran cantidad de funciones generadas por la agricultura campesina.

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SUSTENTABILIDAD REGIONAL

DIMENSIÓN DIMENSIÓN
AMBIENTAL ECONÓMICA
Preservación de la biodiversidad Diversificación de productos
Conservación de suelos y cuerpos de agua Ahorro/fuentes de ingreso
Evitar la erosión genética Autonomía financiera
Diversificación unidades de manejo Fortalecimeinto de la economía local

MFA
Abastecimiento de algunos alimentos básicos Mantener la identidad campesina
Espacios de articulación y encuentro entre Reproducir y generar conocimiento
campesinos (tejido social)
Dar continuidad a tradiciones
Continuidad generacional y simbolismos en torno a la agricultura

DIMENSIÓN DIMENSIÓN
SOCIAL CULTURAL

Figura 2. Aportes de la multifuncionalidad de la


agricultura a la sustentabilidad regional

Fuente: Elaboración propia.

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Reflexiones finales

Este artículo se enfocó en el tema de la multifuncionalidad de la agricultura en zonas periurba-


nas, partiendo del supuesto que desde esta noción se pueden generar nuevos conocimientos
que permiten contribuir a la solución de los problemas socioambientales que forman parte de la
crisis rural que se observa en el campo mexicano. Con esta mirada de la multifuncionalidad, nos
acercamos al ejido de San Miguel Cuyutlán al sur del Área Metropolitana de Guadalajara.

El caso estudiado nos permitió entender las dinámicas de una localidad que se encuentra en
la periferia de la ciudad, en la que aún hay familias campesinas realizando actividades agríco-
las, manteniendo sus prácticas y generando otras estrategias adicionales para encontrar su au-
tonomía ante un modelo agroindustrial depredador. Así, en San Miguel Cuyutlán, las parcelas
que están en la montaña Cerro Viejo representan el espacio donde los campesinos, rescatan
y reproducen sus conocimientos y experimentan nuevas técnicas para hacer un manejo más
sustentable de la naturaleza y con ello asegurar la disponibilidad de recursos para las siguientes
generaciones.

Con el enfoque de la multifuncionalidad, se pudo visualizar que mediante la agricultura campe-


sina se proveen servicios ecosistémicos, se evita la erosión genética, se diversifica la producción
de bienes, se fortalece la economía local, se aportan elementos de bienestar comunitario, se
construye el tejido social, se mantiene la identidad cultural y se generan conocimientos. En otras
palabras, la agricultura campesina contiene un alto potencial de multifuncionalidad que a la vez
permite diseñar y fortalecer esquemas para impulsar la sustentabilidad regional.

Destaca también, el arraigo y el aprecio que tienen los campesinos por su lugar de origen al
estar al pie de una montaña que les brinda una serie de beneficios, factores que han ayudado a
mantener su identidad rural y, por lo tanto, reproducir sus conocimientos y prácticas culturales,
como una alternativa que parte desde lo local, para conservar vivos y diversificados los elemen-
tos naturales que los rodean, ante un escenario adverso que busca desaparecer estas formas
de vida. En este sentido, desde la mirada conceptual-metodológica de la multifuncionalidad,
identificamos los aportes de la agricultura campesina en los diferentes ámbitos que conforman
la sustentabilidad regional.

70
BIBLIOGRAFÍA Morales-Hernández, J. (2004). Sociedades rurales y Toledo, V. (2008). Metabolismos rurales: hacia una
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