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ESTUDIO BIBLICO TIQUICO 2022

Domingo 12 de junio de 2022


“Sacrificios Que Anunciaban La Inmolación De Cristo En El Calvario”

Lección: Levítico Cap. 16, versículos 20 al 28. Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión
y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará
sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la
cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará
sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto. Después vendrá Aarón
al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá
allí. Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su
holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. Y quemará en el altar la grosura del
sacrificio por el pecado. El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su
cuerpo, y después entrará en el campamento. Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por
el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su
estiércol. El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el
campamento.

Comentario general del contexto Bíblico: b. El macho cabrío que se deja en libertad (16:20–22)
Una vez que la ofrenda de pecado ha limpiado la tienda de reunión, desde el altar más profundo hasta el atrio más
externo, Aarón debe presentar el macho cabrío vivo y poner sus manos sobre su cabeza como acto simbólico de
transferencia y confesara sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas sus transgresiones (v. 21). Entonces
el macho cabrío se entrega a un hombre preparado para esto (21), quien lo lleva fuera de la tienda y del campamento
hasta las tierras que había más allá del campamento, y lo deja en libertad en el desierto. Lo que se había llevado a cabo
en privado, solamente entre Dios y Aarón, ahora se hacía público para que todos lo vieran. Como comenta Gordon Wenham:
“el simbolismo de esta ceremonia es transparente”. El macho cabrío llevara sobre si todas sus iniquidades a una tierra
solitaria (v. 24), quitando así físicamente los pecados del pueblo y depositándolos lo más lejos posible del campamento,
donde ya no puedan causar problemas para el pueblo. Es lo que el salmista celebró cuando escribió que “como está de
lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones”.
El ritual es evocador. El pecado se quita del campamento y se lleva a un lugar árido, esencialmente inhabitado. Se lleva
a donde pertenece realmente, porque el pecado tiene el efecto de cambiar pastos fértiles en tierras baldías. Se pensaba
que el desierto era un lugar habitado por demonios y poderes malignos; quizás incluso uno de ellos se llamaba Azazel. El
pecado no debía estar en medio del pueblo del pacto de Dios, sino entre los espíritus salvajes y malévolos de la tierra
baldía. Al enviar los pecados allí, Dios está diciendo: “Aquí están los pecados que habéis ingeniado. Os los devolvemos. Ya
no tienen poder sobre nosotros”.
Los escritos rabínicos nos dicen que mientras que al principio se dejaba que el macho cabrío deambulara por esa zona,
más tarde el escolta, cuando llegaba a su destino, ataba el macho cabrío a una roca y lo tiraba por un precipicio, donde
era despedazado antes de llegar abajo. Esto se hacía para asegurarse de que el macho cabrío expiatorio se destruyera del
todo y que nunca regresara al campamento. No había vuelta atrás. El pecado había desaparecido irremediablemente y
perdonado irrevocablemente.
Los movimientos geográficos que forman parte de estos rituales eran más amplios que aquellos que formaban parte de
cualquier otro sacrificio. Y estos también servían para subrayar el alcance entero del perdón que estaba disponible el día
de la expiación. La obra dramática que era el sacrificio se llevaba a cabo normalmente en el atrio de la tienda de reunión y
en el lugar santo. El procedimiento de este día especial llega hasta el corazón de la tienda, el lugar santísimo, y no se
completa hasta que el macho cabrío expiatorio se deja en libertad en la región más allá del campamento. Philip Jenson ha
representado el campamento de Israel como si fuera cinco círculos concéntricos que van desde la Zona 1 en el centro, el
lugar santísimo, hasta la Zona 5, más allá de la circunferencia, la región del desierto fuera del campamento. Solamente las
ceremonias del día de la expiación cubrían la geografía completa de santidad en Israel, desde el punto más sagrado hasta
el lugar menos limpio del mundo. La expiación llega hasta el corazón de Dios y echa el pecado fuera hasta el lugar más
lejano de la tierra. La purificación viene de un acto de Dios en su morada y lleva a la extirpación del problema lo más lejos
posible.
Los dos actos principales del día de la expiación parecen ser dos ritos que no son diferentes, sino que están
inextricablemente unidos. No significa que primero viene la purificación del santuario y luego la purificación del pueblo. La
purificación del santuario implica la purificación del pueblo, y viceversa. No significa que lo primero tenga que ver con la
impureza ritual y el segundo con la impureza moral. La terminología de la impureza y del pecado se unifica como si los
rituales fueran uno solo. No significa que el primero tenga que ver con la expiación por sangre y el segundo con la expiación
por algo menor. El macho cabrío expiatorio no habría servido si no fuera por el macho cabrío sacrificado. Los actos se
complementan mutuamente, como dos caras de la misma moneda. Si hay alguna diferencia, se explica mejor como lo hace
Kaiser: “El primer macho cabrío hace posible la expiación de los pecados que se ponen en él y, por lo tanto, es un medio
para expiar y propiciar los pecados de Israel, mientras que el otro macho cabrío muestra los efectos de esta expiación”. El
pecado se había perdonado y olvidado.

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El rito conjunto de “la sangre que se trae y un carnero que se lleva lejos” significaba que el pueblo tenía la seguridad
una vez al año de que todos sus pecados habían sido perdonados, ya fueran transgresiones rituales o morales, ya fueran
conscientes o inadvertidos, se hubieran confesado previamente o pasado por alto inadvertidamente. Este día, la purificación
estaba disponible para todos los pecados de Israel (vv. 30, 34). Ese día, “todas las bases están cubiertas”.

Alejamiento: salida del lugar santísimo (16:23–28)


Tras dejar en libertad el macho cabrío, Aarón tiene más trabajo para concluir este día tan especial y que los asuntos de
la tienda de reunión volvieran a la normalidad durante otro año.
▬ a. Cambiarse de nuevo (16:23–24a)
Aarón cambió las vestiduras que habían sido adecuadas para ese día (las vestiduras de humildad penitente) por las
vestiduras adornadas que llevaba normalmente como sumo sacerdote de Israel. Pero antes de poder volver a ponerse esas
espléndidas vestiduras, debía sumergirse en agua completamente. En total los rabinos calcularon que el sumo sacerdote
debía bañarse cinco veces y lavarse las manos y los pies otras diez veces al día, aunque este cálculo parece excesivo. Las
abluciones de Aarón antes de entrar en el lugar santísimo servían para asegurarse de que su cuerpo estaba limpio, pero
las que lleva a cabo al salir de la presencia de Dios pueden servir para algo diferente. Aarón portaría el aura de santidad
alrededor de él después de salir del lugar santísimo. Podría haber puesto en peligro a aquellos que se unían a él para llevar
a cabo los sacrificios más normales, a menos que el aura se hubiera atenuado hasta cierto punto.
▬ b. Dedicación renovada (16:24b–25)
El hecho de volver a ataviarse con las vestiduras normales era señal de que el sumo sacerdote asumía de nuevo las
responsabilidades rutinarias. Así que su próxima acción era la de ofrecer su holocausto y el holocausto del pueblo. Aarón
hacía buen uso de los carneros que habían sido elegidos por la mañana temprano. Los usaba para sí mismo y para el
pueblo, los mataba y los quemaba completamente en el altar. Tras ser libre de pecado, Aarón y el pueblo estaban en
posición de expresar una dedicación renovada a Dios y ofrecerse a sí mismos una vez más en servicio obediente. Sin hacer
esta acción extra, es posible que Israel tomara la gracia de Dios como algo cómodo que había sido otorgado de nuevo en
los rituales del día. Quizás han hecho una suposición arriesgada, como la expresan las famosas últimas palabras del escritor
satírico Heinrich Heine, que por supuesto “Dios me perdonará; es su trabajo”. Tal atrevimiento podía ser un suelo fértil
para plantar un espíritu de ingratitud en el que desarrollar pecado nuevo. Al presentar los holocaustos, Israel recordaba
que el hecho de pedir perdón debía ir acompañado de un cambio de corazón y de vida.
▬ c. Regresar al campamento (16:26)
Mientras estaba ocurriendo esto, el hombre que había acompañado al exilio al macho cabrío expiatorio regresaba al
campamento. Pero como había salido a tierra impura, no podía regresar hasta no que se hubiera bañado y lavado sus
ropas.
▬ d. Deshacerse de los residuos (16:27–28)
El último acto del día es deshacerse de los cadáveres de las ofrendas de pecado. Se llevan al depósito de cenizas que
hay fuera del campamento y se queman allí. Aunque los restos se llevan fuera del campamento, se trasladan a un lugar
limpio porque son el resultado de ofrendas santas y, por lo tanto, deben ser tratadas con un nivel adecuado de respeto
(4:12, 21). Esto contrasta con el macho cabrío vivo que, llevando los pecados de Israel, se ha vuelto inmundo y se ha
llevado a un lugar inmundo.
Mientras el siervo que se deshace de los restos entra de nuevo en el campamento, se repite una última vez la orden
conocida de que lavara sus ropas y lavara su cuerpo con agua. No puede arriesgarse a traer inmundicia a la comunidad de
Israel.
Con este acto final, el memorable día de la expiación llega a su fin. Pero el capítulo aún no lo hace. Termina con unas
palabras finales que se dirigen a todo el pueblo de Israel.

Texto: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz
fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. (Isaías 53:5).

Comentario: Mas él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades: el castigo de nuestra paz
fue sobre él; y con sus llagas somos curados.
Pero estaba herido, una herida corporal: no un mero dolor mental; mªcholaal (H2490), de chaalal (H2490) - literalmente
perforado; minuciosamente apropiado para el Mesías, cuyas manos, pies y costado fueron perforados (Salmo 22:16).
Margen, erróneamente, de una raíz hebrea, chuwl (H2342), retorcerse, se traduce como 'atormentado'.
Por nuestras transgresiones... por nuestras iniquidades (Rom. 4:28; 2 Corintios 5:21; Hebreos 9:28; 1 Pedro 3:18), la
causa por la cual Él sufrió, no los Suyos, sino nuestros pecados.
Fue magullado, con aplastante sufrimiento interior y exterior (nota, Isaías 53:10).
El castigo de nuestra paz, [hebreo, muwcar (H4148); la Septuaginta, paideia (G3809)] - literalmente, la corrección
infligida por un padre a sus hijos para su bien (Hebreos 12:5; Hebreos 12:10).
No es un castigo estrictamente, en lo que a Él se refiere individualmente; porque esto sólo puede acontecer donde hay
culpa, que Él no tuvo; pero, Él tomó sobre Sí mismo el castigo por el cual la paz (reconciliación con nuestro Padre; Romanos
5:1; Efesios 2:14; Efesios 2:17) de aquellos que ya estaban en el propósito divino de ser hijos de Dios (Hebreos 2:14).

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Estaba sobre él - como una carga: paralelo a "ha llevado" y "llevado".


Con sus llagas: minuciosamente profético de Su flagelación (Mateo 27:26; 1 Pedro 2:24).
Somos sanados - espiritualmente (Salmo 41:4; Jeremías 8:22). Así como "dolores", el término para dolencias mentales,
se usa para dolencias corporales, Isaías 53:4, así a la inversa, "sanado", el término para curación corporal, se usa aquí para
la curación de los vendidos.

Pensamiento: De nuevo, Spurgeon dijo que fue por nuestros pecados que El sufrió el azote y la crucifixión. Fue por ti
y por mí que Jesús experimentó la llaga cuando Él fue azotado, y cuando los clavos traspasaron Sus manos y Sus pies al
ser crucificado. Spurgeon dijo, Seguramente tuvimos parte en sus dolores. Oh, que de igual modo estuviéramos seguros
de que “por su llaga fuimos nosotros curados.” Tú lo azotaste [le pegaste], querido amigo, le heriste, por lo tanto, no
descanses hasta que puedas decir: “por su llaga yo soy curado.” Debemos tener un [conocimiento] personal del que
sufrió [Jesús] si hemos de ser curados [del pecado] por su llaga. Debemos...echar mano sobre este gran sacrificio, y
aceptarlo ya que fue [hecho por nosotros]; porque sería miserable [terrible] saber que Cristo fue [azotado], mas no saber
que “por su llaga fuimos nosotros curados” ... No habría razón de hablar de curar el pecado si Dios no lo hubiera considerado
una enfermedad... “por su llaga fuimos nosotros curados.” Este no es un remedio temporal, es medicina que [trae] en ella
la salud que hará [tu] alma perfectamente [bien], para que, al fin, entre los santos ante el trono de Dios [en el Cielo], aquel
hombre cante [con muchos otros] “por su llaga fuimos nosotros curados.” ¡Gloria sea al Cristo que sangra! Todo honor y
majestad y dominio y alabanza sean a él por los siglos de los siglos. Y que todos [aquellos que son curados del pecado]
digan, “Amen y amen”.
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

Los vv. 4-7 constituyen la revelación más revolucionaria de la teología bíblica. Tratan de su obra expiatoria a favor de su
pueblo. Esta obra, a la manera de lo simbolizado en los sacrificios del templo, involucra su muerte.

Semillero homilético: El Salvador como siervo (52:12–53:12).


Introducción: Este pasaje sin duda se refiere a Jesucristo, él que vino al mundo para servir a la humanidad y salvar a los
pecadores. Veamos algunos aspectos de este siervo.
Su llamamiento.
El tiempo fue desde la fundación del mundo.
Su intervención es en todo tiempo.
Su preparación.
Dios lo preparó con cualidades de humildad y mansedumbre.
Dios lo ungió con palabras de sabiduría para el pueblo.
Dios lo dotó con actitud espiritual hacia su tarea.
Su servicio.
Con meta de ser siervo.
Con sufrimientos como método de servicio.
Con oposición a su servicio de parte de los enemigos.
Su recompensa.
El visto bueno del Padre Celestial.
Su exaltación a la diestra de Dios.
Su gozo al haber terminado su tarea.
Conclusión: Vemos el panorama completo del plan de Dios en redimir a la humanidad por medio de una persona, el
siervo de Dios. Nos da ejemplo para servir al Señor con fidelidad.

DINÁMICA DEL REINO: Isaías 53.1–12 Propósitos de la crucifixión, la expiación y la vida abundante, LA
VENIDA DEL MESÍAS. Esta es la más conocida profecía de la crucifixión en la Biblia, y tanto Mateo (Mt 8.17) como Pedro
(1 P 2.24) la citan. Ocho siglos antes de Cristo, Isaías se refirió de una forma increíblemente certera a los hechos de la
crucifixión; pero más importante aún, habló del propósito de la cruz.
Cristo cargó algo más que nuestros pecados en su sufrimiento y muerte. La paga del pecado es muerte,
pero Cristo no tenía que sufrir como lo hizo para expiar nuestras culpas. Este capítulo nos habla del porqué
de su sufrimiento: sufrió para llevar nuestros dolores y enfermedades (v. 4), y para ofrecernos paz y sanidad
(v. 5). Ciertamente, la expiación de nuestros pecados constituye nuestra mayor necesidad, pero Dios, al
enviar a su Hijo a sufrir y morir, proveyó más que una forma de escapar al juicio: Dispuso el inmediato
comienzo de una vida abundante (véase Jn 10.10). (Sal 22.1–31/16.10) J.H.

DINÁMICA DEL REINO: Isaías 53.4, 5 La sanidad mediante la expiación de Cristo, SANIDAD DIVINA. Isaías 53
claramente enseña que la sanidad corporal está incluida en la obra expiatoria, el sufrimiento y la cruz de Cristo. Las palabras

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hebreas para «dolores» y «enfermedades» (v. 4) se refieren específicamente a la aflicción física. Esto se verifica en el
hecho de que Mateo 8.17 dice que este texto de Isaías se cumple ejemplarmente en los actos de sanidad que efectuó
Jesús.
Además, está claro que las palabras «llevó» y «sufrió» se refieren a la obra expiatoria de Jesús, porque son las mismas
que se utilizan para describir a Cristo cargado con nuestros pecados (véanse el v. 11 y 1 P 2.24). Estos textos vinculan
inequívocamente la base de la provisión, tanto de nuestra salvación como de nuestra sanidad, con la obra expiatoria del
Calvario. Sin embargo, ninguna de estas cosas se recibe automáticamente, porque ambas deben ser alcanzadas por la fe.
La obra de Cristo en la cruz las pone a nuestra disposición, y las recibimos, según sea nuestra elección, mediante un acto
sencillo de fe. Por cierto, unos pocos alegan que la profecía de Isaías acerca de la enfermedad se cumplió completamente
mediante las sanidades descritas en Mateo 8.17. Pero un examen más cuidadoso nos revela que la palabra «cumplir» se
aplica a menudo a una acción que se extiende a lo largo de toda la era de la iglesia. (Véanse Is 42.1–4; Mt 12.14–17).
(Sal 107.20/Mt 4.23–25) N.V.

1er Titulo: Figura de Cristo cargando los pecados de todo el mundo. Versículos 20 al 22. Cuando hubiere acabado
de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; y pondrá Aarón sus dos manos
sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones
y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre
destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el
macho cabrío por el desierto. (Léase: Salmo 103.12. Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros
nuestras rebeliones.).

Comentario Vv 20 al 22: Esto parece hacer más justicia a todo el sentido del sistema de sacrificios, donde la culpa, no
una mera impureza ritual, es un asunto de extrema importancia, donde la expiación se consigue por medio de la sustitución
de sangre, no por lavar simplemente. Sí, el santuario se purifica en este día del año. Pero se purifica no sólo de la
contaminación ritual, sino también de la contaminación moral de las transgresiones de Israel (vv. 16, 21), sus iniquidades
(v. 21) y todos sus pecados (v. 21). El vocabulario rico y variado para referirse al pecado no se puede evitar en este capítulo.
Hay una conciencia de pecado en todas sus formas que se encuentra entrelazada en los rituales centrales de este día. Si
tiramos del hilo del pecado y, como consecuencia, de la culpa moral que compone esta prenda de ropa que es creada a
partir de estas ceremonias, haremos que toda la prenda se deshaga y no sólo estropearemos una parte. El macho cabrío
que es sacrificado purifica el santuario y hace expiación por el pueblo a la vez, al igual que el macho cabrío que se deja en
libertad.

Comentario de Salmo 103.12: Cuanto está el oriente del occidente, alejó de nosotros nuestras rebeliones. Ver. 12.
Hasta el este, etc.] Y estos sabemos que están tan separados que nunca se unirán. El espacio también y la distancia de
estos dos es lo más grande que se pueda imaginar, Deut. 4:32 Salmo 113:3 Isaías 45:6.
Hasta aquí ha quitado nuestras transgresiones] La culpa de ellas, por la cual un hombre es acusado de culpa y está
obligado al castigo debido. Ver Isaías 43:25; Isa 38:17 Miq 7:19 Ezequiel 33:16. Los pecados no vuelven. Las descargas en
justificación no se derogan, se vuelven a convocar.

2° Titulo: Completa purificación sacerdotal que agrada a Dios. Versículos 23 al 25. Después vendrá Aarón al
tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá
allí. Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su
holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. Y quemará en el altar la grosura del
sacrificio por el pecado. (Léase: 1ª a los Tesalonicenses 5:23. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. ▬ 1ª de
Pedro 1:15 y 16. si no, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.).

Comentario de 1ª Tesalonicenses 5:23: [23]. Y que él, el Dios de paz, os santifique enteramente, y sin
defecto sea vuestro espíritu, y vuestra alma‐y‐cuerpo sin reproche en la venida de nuestro Señor Jesucristo
sea guardado.
En este pasaje el autor apunta hacia la fuente de poder para el creyente. Es como si quisiera decir, con vuestra propia
fuerza vosotros no podéis cumplir los preceptos que os acabo de ordenar. Necesitáis a Dios, el Dios de paz (cf. Ro. 15:33;
16:20; 2 Co. 13:11; Fil. 4:9; 2 Ts. 3:16; He. 13:20), una paz establecida por la cruz, una paz que implica prosperidad
espiritual en su más alto sentido (véase sobre 1:1). Que este Dios os santifique, es decir, os separe de la vida de pecado y
obre en vosotros el deseo de consagrar vuestras vidas a él (cf. Ro. 15:16; 1 Co. 1:2; 6:11; 7:14; Ap. 22:11; y véase más
arriba sobre 3:13; 4:3, 7; también C.N.T. sobre Juan 17:17, 19) enteramente. Este “enteramente” (ὁλοτελεῖς, de ὅλος
entero, y τέλος fin) es una palabra rara, que ocurre en el Nuevo Testamento solamente aquí. Es un adjetivo plural, de tal
manera que el significado literal de la palabra en conexión con el nombre que modifica es vosotros enteros, esto es, “la
totalidad de cada uno de vosotros, cada parte de cada uno de vosotros” (A. T. Robertson, Word Pictures (Palabras

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ilustradas), Vol. IV, p. 38). M.M., p. 447 indica que tanto aquí en 1 Ts. 5:23 como en el decreto de Epaminondas el adjetivo
tiene fuerza adverbial.
Ahora bien, este proceso de santificación tiene lugar en la vida presente, vale decir, la vida aquí en la tierra. Pablo expresa
un deseo estrechamente relacionado que pertenece al día del juicio. Ambos pensamientos constituyen una unidad. El deseo
que expresa—que tiene la solemnidad de una oración—es que también “en la venida del Señor Jesucristo” (véase sobre
2:19), cuando otros sean sentenciados a condenación eterna incluyendo tanto sus cuerpos como sus almas (toda su
persona), el espíritu de los creyentes de Tesalónica (junto con todos los demás creyentes, por supuesto) sea sin defecto,
sí, que su alma-y-cuerpo sea preservado de esta terrible condenación, esto es, sea guardado irreprensiblemente (2:10; cf.
3:13).
Hasta ahora no hay gran dificultad. La idea principal está clara. El problema aparece al interpretar los detalles. Véase la
nota gramatical. Si se desea una contestación a las preguntas, “¿Era Pablo tricotomista?” “¿Está enseñando en 1 Ts. 5:23
que el hombre consiste de tres partes, espíritu, alma, y cuerpo?” debe leerse la nota mencionada.
La idea de totalidad se enfatiza en todo el pasaje. Queda demostrado por la posición de preferencia que ocupa la palabra
“entero” o “sin defecto”, y también por expresiones tales como “enteramente” y “vuestra alma-y-cuerpo”. Aunque
determinadas personas de Grecia y Macedonia hubiesen tenido un bajo concepto del cuerpo considerándolo como
simplemente una mera prisión de la cual el alma debía ser liberada, y aunque los creyentes de Tesalónica, al hacer duelo
por sus amados se sintiesen embargados por la incertidumbre de si sus cuerpos ya sepultados llegarían de alguna manera
a participar de la gloria del regreso de Cristo (véase 4:13–18), Pablo asegura a los creyentes que Dios en Cristo es un
Salvador perfecto.

Comentario de 1ª de Pedro 1:15 y 16: [15]. Más bien, así como es santo quien los llamó, sean santos en
todo lo que hagan. Las palabras más bien introducen el aspecto positivo de este pasaje. Pedro informa a los lectores que
Dios los ha llamado “de las tinieblas a su luz maravillosa” (2:9). Ahora son ellos los que han sido sacados del mundo;
ellos son los escogidos (1:1–2; 2:9). En su amor electivo, Dios llama efectivamente a su pueblo a formar una nación santa
(2:9). En suma, el llamamiento y la santidad son causa y efecto.
Dios llama a su pueblo a ser santo porque él mismo es santo. Entre las características de Dios, como él ha querido revelar,
ninguna es más significativa que su santidad. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan más de su santidad que
de cualquier otro atributo de Dios. El adjetivo descriptivo santo revela la pureza absoluta de Dios. Este adjetivo describe el
estado y la acción del ser de Dios. Dios es sin pecado, no puede ser influenciado por ello, y en su santidad lo destruye.
Pedro ahora toma el concepto de la santidad y lo aplica a sus lectores: “Así como es santo quien los llamó, sean santos
en todo lo que hagan”. Dios llama a su pueblo a salir de un mundo de pecado para entrar en una vida de santidad; y espera
que cualquier cosa que hagamos, digamos o pensemos sea santa. La confesión diaria del cristiano debe ser:
Que no haya parte del día o de la noche
que de lo sagrado esté exento.
—Horacio Bonar
Cuando Pedro dice: “Así como es santo quien los llamó, sean santos en todo lo que hagan”, espera que los creyentes
sean imitadores de Dios en cuanto a la santidad. En su Sermón del Monte, Jesús presenta un mandamiento similar: “Sed
por lo tanto perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt. 5:48). Y en otra ocasión dice, al predicar: “Sed,
pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lc. 6:36).
¿En qué se basa Pedro cuando exhorta los creyentes a evitar el pecado y esforzarse en la santidad? El abre las Escrituras
y apela a la más a alta autoridad. Ofrece confirmación de su enseñanza en las palabras dichas por Dios mismo.
Una confirmación
[16]. “Pues está escrito: “Sean” santos porque yo soy santo”. Cuando Jesús fue tentado por Satanás, desarmó al
maligno con la fórmula escrito está y citas apropiadas de la Escritura (véase Mt. 4:4, 7, 10). Satanás reconoció la autoridad
de la Palabra de Dios, aun hasta el punto de (mal) citarla para su propio propósito. Esa autoridad volvió a Satanás incapaz
de hacer caer a Jesús. Por eso la palabra escrita demanda respeto y obediencia.
Pedro toma esta palabra escrita de Levítico 11:44–45. Apela a Levítico, porque este libro se ocupa del tema de la santidad.
Levítico enseña que el pueblo de Dios debe ser santo, porque Dios es santo. En realidad, el adjetivo santo aparece con
mayor frecuencia en Levítico que en cualquier otro libro de la Biblia.
“Sean santos, porque yo soy santo”. Para el creyente, la santidad no termina con el perdón y la limpieza del pecado, sino
que comienza con una vida activa de oposición al pecado. El pecador debe luchar por vivir en obediencia a Dios,
demostrando así el significado de la palabra santo.

3er Titulo: Necesaria pureza en todo nuestro servicio a Dios. Versículos 26 al 28. El que hubiere llevado el macho
cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento. Y sacarán
fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para
hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. El que los quemare lavará sus vestidos, lavará
también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento. (Léase: 2ª a Timoteo 2:15. Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. ▬ Isaías

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52:11. Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los
utensilios de Jehová.).

Comentario de 2ª Timoteo 2:15: El ejemplo personal de Timoteo debe servir como un arma poderosa contra el error:
Haz todo lo posible por presentarte a Dios aprobado. Timoteo debe esforzarse en todas las formas posibles a fin de
conducirse él mismo de tal modo que aun ahora, ante el tribunal del juicio de Dios, él sea aprobado, esto es, como uno
que, después de un examen completo de parte de nada menos que el Juez Supremo, tenga la satisfacción de saber que
éste se ha agradado de él y lo elogia (nótese los sinónimos en Ro. 14:18 y 2ª Co. 10:18). Ahora bien, este feliz resultado
se alcanzará si Timoteo es hallado:
▬ a. obrero que no tiene de qué avergonzarse,
y, en consecuencia:
▬ b. que usa correctamente la palabra de verdad.

Entonces, Timoteo debe ser un obrero, no un parlanchín. Además, su obra debe ser de tal naturaleza que no le produzca
vergüenza ni le cause temor de verse avergonzado cuando oiga el veredicto divino al respecto.
Por cierto, esto significa que él es el tipo de líder que está preocupado de “usar correctamente la palabra de verdad”.
Esta palabra de verdad es “el testimonio acerca de nuestro Señor” (2 Ti. 1:8), el “evangelio” (la misma referencia y véase
Ef. 1:13), “la palabra de Dios” (2 Ti. 2:9). Es la verdad redentora de Dios. El modificativo “de verdad” enfatiza el contraste
entre la inconmovible revelación especial de Dios, por una parte, y las charlas sin valor de los seguidores del error, por la
otra.
La expresión “usar correctamente” ha causado mucha controversia. Es cierto que el significado del elemento básico
principal del verbo compuesto del que se toma este participio presente masculino (ὀρθοτομοῦντα) es primariamente
“cortar”. Sin embargo, el punto de vista que el verbo compuesto retiene el sentido literal o casi literal de “dividir” es
discutible. En un verbo compuesto el sentido enfático puede desplazarse hacia el prefijo, al punto que en el proceso
semántico se pierde el sentido literal de la base. Así cortar derecho empieza a significar usar derecho, usar recto. No es
extraño que, por una transición sencilla de la esfera física a la moral, una noción tal como “cortar un camino o un sendero
derecho” haya llegado en el curso del tiempo al uso exclusivamente moral de la expresión. Así Pr. 11:5 (LXX) nos enseña
que “la justicia del perfecto corta derecho su camino”, lo que significa “conserva derecho su camino”, lo hace hacer lo
que es recto (cf. Pr. 3:6 LXX). Así es comprensible que aquí en 2 Ti. 2:15 el sentido sea “usar correctamente”.
No es extraño que la base (“cortar”) pierda su sentido original literal cuando se le añade un prefijo (“recto”). Aun sin
ningún afijo la palabra “cortar” se usa frecuentemente en un sentido no literal. Así el griego habla de “cortar (hacer) un
juramento”, “cortar (diluir) un líquido”, “cortar (trabajar) una mina”, etc. También usa la expresión “cortar corto” (conducir
a una crisis), y “cortar las ondas”, tal como lo usamos en el lenguaje moderno. Compárese con nuestras expresiones “cortar
camino”, “cortar cartas”, etc.
Volviendo al verbo compuesto, yo enfatizaría que el contexto confirma el sentido que casi todas las autoridades le
atribuyen. A la luz de los vv. 14 y 16, la idea que Pablo desea dar es claramente ésta: “usa rectamente la palabra de verdad
en vez de librar batallas verbales completamente inútiles que confunden a los oyentes, en vez de prestar atención a charlas
profanas y vanas”.
El hombre que usa correctamente la palabra de verdad, no la cambia, no la pervierte, no la mutila ni la distorsiona, ni
hace uso de ella con un propósito malo en el pensamiento. Por el contrario, interpreta las Escrituras en oración y a la luz
de las Escrituras. Aplica su sentido glorioso, en forma valiente y con amor, a situaciones y circunstancias concretas,
haciéndolo para la gloria de Dios, la conversión de los pecadores y la edificación de los creyentes.

Comentario de Isaías 52:11: Apartaos, apartaos, salid de allí, no toquéis [cosa] inmunda; salid de en medio de ella;
Sed limpios, los que lleváis los vasos del SEÑOR. Ver. 11. Apartaos, apartaos, salid, etc.] Aquí tenemos una doble repetición
redoblada, y todo lo suficiente como para sacarlos de Babilonia (no la mitad, como probablemente se piensa, regresó, lo
cual fue un prejuicio no pequeño para los que lo hicieron), y nosotros fuera de este mundo inicuo; a lo cual estamos tan
apegados y adictos que nada puede separarnos sino un toque extraordinario de la mano del Cielo.
"Salvaos de esta perversa generación". Hechos 2:40 "No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de
los malos; evítala, no la pases, apártate de ella y pasa". Proverbios 4:14,15, un lugar paralelo.
Sed limpios, los que lleváis los vasos del Señor.]; todos los verdaderos creyentes que son hechos sacerdotes espirituales,
Apoc 1: 6 y especialmente todos los santos ministros que, como sacerdotes manejan la ley, Jer 2: 8 y administran los
sacramentos, siendo ustedes mismos vasos de honor escogidos para "llevar el nombre de Cristo a su gente." Hechos 9:15
Ver 2 Timoteo 2:21.

Amén, para la honra y gloria de Dios.

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 6

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