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In Color(Editando)

by Forevertaylorsusy13

La castaña odiaba los trenes.


La pelinegra amaba la velocidad.
La castaña tenía grandes ojos castaños que combinaban con su cabello. La pelinegra tenía
grandes ojos verdes que podían envolverte si querían. La castaña se llamaba Camila.
La pelinegra Lauren.
Y jamás habían coincidido antes de aquella mañana dónde todo cambió, ó al menos eso
pensaban.
Ellas no sabían que estaban destinadas a conocerse , para pintar nuevamente sus vidas
grises de un color que ninguna de las dos imaginó.

Prólogo

Camila Cabello sentía una intolerancia hacia los trenes.

Nunca estuvo segura del porqué.


No le había pasado nada relacionado con ellos,nunca había tenido una gran historia depresiva
detrás de esa negatividad a subir a algún vagón sucio, sólo le incomodaba viajar en uno.

subirse al metro.
Así, a pesar de vivir en Nueva York, se había negado toda su vida a

Prefería hasta caminar por horas hasta su trabajo ,antes de subirse


a uno de los sucios vagones que siempre estaban llenos.

Lo que ella no sabía es que en uno, se encontraría con Lauren Jauregui, la chica que amaba
cualquier cosa que pudiera moverle el piso.

Lauren Jauregui en cambio, odiaba las películas.


Sus padres se habían divorciado una tarde después de ir al cine. Su primer beso sucedió en
un cine y había sido con un chico que le daba asco.

Su novia había sido actriz y la había engañado con uno de sus


coestrellas.Y así Lauren era capaz de enumerar las razones por la cual odiaba al cine y todo lo
relacionado con él, no obstante, cuando aquellos ojos castaños traspasaron sobre ella.
Supo que estaba pérdida como en las películas de amor.
La pelinegra pudo sentir que aquella castaña tenía algo que la hacía especial entre todas las
personas que compartían aquel vagón esa mañana.

Como si se conocieran desde antes.


Como si su odio hacia las películas fuera culpa de la castaña.

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Camila sintió lo mismo la vez en que pudo ver aquellos perfectos ojos verdes, sintió que la
conocía desde siempre y que su temor hacia los trenes estaba ligado a ella, aunque ni
siquiera tenía sentido sentir aquello.

¿ó tal vez sí?.


Películas de amor

It's nice to know that you were there Thanks for acting like you cared
And making me feel like I was the only one It's nice to know we had it all
Thanks for watching as I fall
And letting me know we were done (My happy ending - Avril Lavigne) Lauren
El humo de mi cigarrillo comienza a envolverme lentamente mientras se esparce por las
cuatro paredes blancas que cubren la habitación.

Es curioso como el humo comienza a impregnarse de cada uno de los rincones, pero no sólo
lo hace destiñiendo el color blanco que ocupa esas paredes, sino que también se encarga de
pegarse en las paredes de mi frío y desolado cuerpo, sin embargo, no me importa que aquel
cigarro interactúe conmigo de esa forma.
Ya nada me importa realmente.
Creo que es el quinto que fumo en menos de media hora.
Al principio se suponía que sólo iba a ser uno cuándo cuidadosamente lo prendí en el baño
tratando de que no quedara rastros que me incriminaran de mi pequeño delito mental, no
obstante, cuando éste ya estaba a punto de terminarse y aquella cajetilla adornaba otros diez
más, no pude resistirme a la idea de seguir sintiendo aquella arma mortal en mi boca pero
que a pesar de todo, no dudaba en envolverme de tranquilidad con cada una de sus
bocanadas sin grisáceas.
Así que no me extraña que haya llegado al quinto en tan poco tiempo, por lo tanto sé por
experiencia que éste tampoco será el último de hoy.
Pensé que lo había dejado aquella vez en Miami hace un par de años en dónde había decidido
que no podía tratar de ocultar mis problemas de una forma tan débil y pueril como lo era
fumar para sentirse mejor.
Era como si le estuviera dando la oportunidad de poder entrar a mi ser más profundo a una
droga y ni siquiera a las personas soy capaz de darle aquella oportunidad, por lo tanto ¿por
qué iba a dejar que un cigarillo se sintiera como dueño de mis sentimientos?.
Pero aquí estoy nuevamente probando con cada inhalación lo tonta que pude ser por sentir
que todo iba bien.
Cada círculo de humo que exhalo es como un golpe hacia mi frágil corazón, recordandóme
que ella es la causa por la cual estoy así.

Ella, la única Lucy Vives.


La chica que me había robado el corazón desde el séptimo grado cuando comenzamos a
compartir las clases de música y mi mejor amiga desde que
tengo recuerdos.

Irónico.
Nada puede ser más irónico que el hecho de que la chica que más me conocía en el mundo
fuera capaz de traicionarme como nadie lo había hecho.

Pero eso no era lo que más me hacía retorcer de dolor, lo que en verdad podía causar aquella
sensación era el hecho de que no podía ni dimensionar todo lo que ella había destruido dentro
de mí en tan sólo unos minutos.

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Eso se resumía a que ni siquiera recuerdo un instante en dónde ella no estuviera presente en
mis cortos veintidos años.

Ella estuvo aquella vez que me disfracé de ratón en mi primer obra del jardín de infantes y yo
estuve la vez que tuvo varicela y se quedó en casa por una semana.

Ella estuvo cuando comencé a odiar las películas.


Aquella tarde cuando tenía siete años y mis padres decidieron separarse luego de llevarnos al
cine para ver la nueva película animada que estaba en cartelera en aquella época.

Yo estuve cuando ella decidió ser actriz, a pesar de que ella sabía perfectamente que odiaba
el cine y todo lo relacionado con él.

Y así podía seguir describiendo por horas todos los recuerdos que tenía con aquella castaña
que reía por cualquier cosa.

Lucy estaba en todas partes.

En mis regalos cada cumpleaños, en las mañanas dónde compartíamos la clase de coro.
Estaba en mi cuaderno de matemáticas y también estaba en mi casa casi todas las tardes.

La única vez que nos habíamos separado fue cuando ella decidió tomar clases de actuación y
se mudó a New York.
Ella quería entrar a Julliard y yo no tenía ni la más mínima idea de que hacer con mi vida, así
que ella no dudó en dejar las playas y un verano eterno para aventurarse en la gran ciudad
con la contaminación y todo el paquete que ofrecía vivir en la gran manzana.
Finalmente estuvimos separadas solo por dos meses. Debido a que no quería perderla.

Me mudé a Nueva York por ella y no dudé en aceptar las películas solo porque quería verla
feliz.

En algún momento de mi estadía en la gran ciudad dónde se ubicaba el empire state y el


central park, comenzó a volverse rutinario verla en pequeños carteles del metro antes de ir al
trabajo en la tienda de música.
De a poco ella estaba cumpliendo su sueño y aunque yo todavía no estaba segura del mío,
nunca dejé de apoyarla porque sus sueños se estaban convirtiendo de a poco en los míos
también.

Grave error.
Tal vez estaba cegada por la belleza que ella irradiaba ó por como se marcaban sus hoyuelos
cada vez que sonreía ó simplemente porque con ella tenía el mejor sexo que podía imaginar.
De hecho esas razones eran bastante fuertes para hacerme elegirla una y otra vez a través de
los años que llevábamos juntas, sin embargo, nada de eso importaba ahora, porque estaba
decidida a dejarla.

Y ella sería una de las tantas razones por las cuales odiaba el cine, las películas y todo lo que
estuviera relacionado con aquel mundo.
Porque el mundo no era una película de amor.

Las personas se traicionaban unas a otras, el amor duraba menos que una coca cola fría y
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nadie estaba dispuesto a perder por quedarse con la otra persona.
Esa era la realidad.
Al igual que las películas, el amor era un asco. Y yo era la mayor atea en ese tema .

Suspiré al ver mis maletas hechas en la sala de aquel departamento que Lucy había
comenzado a alquilar con su primer sueldo haciendo de extra en aquella miniserie que ya ni
siquiera recuerdo su nombre.

Aquellas dos maletas de color negro se veían tan grandes e imponentes que tenía que apartar
la vista de ellas para no sentirme intimidada, ellas era la muestra de que todo en mi vida
volvía a ser un desastre como siempre lo había sido.
Era extraño volver a ver toda mi vida empacada en dos simples maletas que no tenían nada
de especial, sólo me habían acompañado durante toda mi
vida.
Aunque debía estar acostumbrada a ello ya que las maletas eran
lo único que siempre perduraban en mi vida, seguía sintiendo una sensación extraña al verlas
juntas en la sala como si en cualquier momento fueran capaces de escapar y yo no pudiera
detenerlas.

Algo melancólico, pero cierto.

Aquellas maletas se habían vuelto en mis mayores pesadillas y las que reafirmaban el hecho
de que odiaba sentirme conforme en algún lugar porque siempre tenía que volverlas a llenar
con mi vida y mi corazón en ellas.

Todo comenzó cuando mis padres se separaron y tuve que elegir entre ir con mamá o papá.
La verdad no tuve mucho por dónde elegir, a los siete años no sabes mucho de la vida y que
tus padres se divorcien de un día para otro te limita de una forma incalculable el poder de
decisión que tienes en la vida y mi poder de decisión era tan limitado a sólo querer irme con
mi madre ya que estaba enojada con mi padre por haber sido tan débil y no luchar por el
amor de mamá.
Así que sin más deducción ni razonamiento que ese fuerte sentimiento de rabia e impotencia
frente a mi progenitor, me decidí a irme con ella.

En ese momento era lo correcto pero cuando de a poco comenzaron a pasar los meses y me
daba cuenta de que mamá había dejado de ser aquella chica hermosa que yo admiraba y que
quedaban pocos rastros de aquella Clara Jauregui que tanto había amado dándome cuenta,
mejor dicho, golpeándome con la realidad de que se había convertido en una mujer
amargada que solía salir todos los viernes a tomar con sus amigas, supe que mi decisión
había sido algo apresurada.

Así que no duré ni un año con ella para decidir que quería intentar unir los cabos sueltos que
se había convertido la relación con papá.

Tenía ocho años pero entendía perfectamente que la felicidad no se servía en bandeja, que
tenías que luchar por ella, no como en las películas dónde te muestran que las cosas malas
solo les pasan a las personas malas.

La vida era más cruel que eso y no importaba si eras bueno, malo ó sino hacías nada por la
vida.
Ésta no dudaría en atacarte cuando estuvieras más desprevenido.

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Porque eso era lo que solía hacer la vida con las personas, solía quitarle todo lo que amaban.
A la vida le gustaba quitarle las razones de vivir a las personas.
Le gustaba que los humanos la odiaramos porque solo los que lograban ver más allá de eso y
se aferraban a ella para no caer, eran los que merecían seguir con vida.
Algunos le llamarán ley de la vida otros neodarwinismo ó selección
natural.
Para mi no tenía un nombre específico solo era el juego de la vida,
dónde un simple desliz, una simple equivocación ó una mala acción podía destrozarte.

Así fue como a solo unos meses de haber cumplido doce años, mi padre perdió la batalla
contra la vida y decidió hundirse contra la marea que siempre lo azotaba luego de haber
perdido el amor y respeto de mamá.

llenas.
Ese fue el principio de como mis maletas siempre solían estar

Rara vez las desempacaba porque en mi interior sabía que aunque


pasara meses ó tal vez con suerte años en un lugar, siempre regresaría a aquel momento en
dónde tenía que irme con mis maletas y desaparecer.

Siempre solía guardar la mitad de mi ropa en ellas y sólo dejaba fuera la ropa que pudiera
necesitar para la vida diaria, sin embargo, hasta esto era raro ya que en mi adolescencia
prefería utilizar mis típicos jeans rasgados y mi blusa negra de sex pistols que utilicé hasta
que la perdí en la lavadora.
Mi vida se resumía a decepciones, viajes, empacar y volver a
empezar.
Viví esa rutina tan atípica por diez años en dónde no tenía ni la
más mínima de lo que hacía, hasta que comencé a salir con aquella castaña que era capaz de
hacer reír hasta a las piedras si así ella lo deseaba.

Cuando comencé a salir con Lucy realmente pensé que mis maletas se quedarían en este
departamento, tenía la esperanza de jamás volver a empacarlas como también tenía la
esperanza de que las películas comenzaran a emocionarme y no solo a pensar que la mayoría
eran estúpidas.

Al parecer nada de eso era lo que el destino me tenía preparado.

Terminé mi cigarrillo y lo pisé tratando de que con aquel simple acto pudiera ser capaz de
sacar toda la rabia que tenía en mi interior, no estaba segura si debía llamar a Lucy para
decirle que todo había terminado ó era mejor esperarla.
Realmente nunca fui buena con las despedidas, cuándo las personas se iban de mi vida
siempre lo hacían de una forma rápida que no me daba ni tiempo de hacer maletas y
despedirme, ellos simplemente se iban como la brisa del verano cuando el otoño comienza a
presentarse.
Se iban sin previo aviso y nunca más regresaban.

Además una parte muy recóndita de mí me incitaba a odiarla pero tampoco podía odiar a
Lucy porque hacer eso significaba darle más importancia de la que debía tener la chica que
me había roto el corazón.

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Odiarla significaba decirle que me dolía todo lo que estaba sucediendo, que me dolía haberla
visto en la cama con alguien más y claro que había sido doloroso, pero era Lauren Jauregui,
no iba a demostrarle mis verdaderos sentimientos a nadie, ni menos a alguien como Lucy.

Pasé varios minutos tratando de pensar en que haría, no tenía a nadie en Nueva York, es
decir, tenía un par de amigas pero casi todas eran compartidas con Lucy y realmente no
estaba de ánimos para que me preguntaran la razón por la cual había decidido terminar
nuestra relación.

Tal vez alquilar una habitación no estaría mal hasta que decidiera hacer con mi vida.
La verdad es que nada me ligaba a Nueva York excepto aquella castaña de sonrisa hermosa y
de ojos deslumbrantes, ella y su sueño de ser actriz eran la única razón por la cual había
decidido instalarme en esta ciudad que realmente no me llamaba la atención.

Tal vez simplemente dejar de pensar en todo y hacer lo primero que se me viniera en la
cabeza solucionaría todo.

Así que decidí hacer eso, tomé mis maletas, dejé la copia de la llave del departamento que
tenía y me dirigí a la entrada dispuesta a dejar todo atrás y volver a reconstruir mi vida como
ya estaba acostumbrada.

Me negué a derramar alguna lágrima por Lucy pero no estaba segura que me dolía más, si el
hecho de que me había hecho ilusiones con ella ó que no solo había perdido a la chica que
podía llevarme a un orgasmo más rápido que la velocidad en que va el metro sino que
también había perdido a mi mejor amiga, la única que conocía a la verdadera Lauren.

Ya que sinceramente ni siquiera yo conocía a esa Lauren.


Cerré la puerta del departamento dónde había compartido tantos
momentos , había vivido dos años y nueve meses ahí, creo que ese es el máximo tiempo que
he vivido en alguna parte desde que mis padres se separaron.

Lo cual lo hacía un lugar digno de recordar.

Cuando estuve a punto de bajar con mis maletas por el elevador, pude ver a aquellos ojos
traviesos que me habían quitado el habla tantas veces y que ahora solo me miraban
contrariados al no entender lo que estaba sucediendo.

Lucy salió del elevador tratando de buscar alguna respuesta al hecho de que estaba con mis
maletas a punto de irme, podía haberme ido sin más, pero realmente quería escuchar sus
razones.

—¿Qué haces Lo? — me preguntó impresionada y me dolió escuchar aquel sobrenombre de


sus labios.
Era la única persona que me decía de esa forma y eso lo hacía mil veces más doloroso.

—Me voy — respondí suspirando como si no quisiera saber más sobre esto y tal vez me
estaba negando a querer darme cuenta que todo esto había acabado —Esto terminó — dije
con una sonrisa amarga y Lucy me detuvo antes de que siguiera el camino hacia el elevador,
ella realmente creía que podía solucionar el desastre que había hecho.

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-—No ... , Lo yo — no la dejé hablar porque realmente no valía la pena, la quería y esto solo
estaba haciendo que la odiara y no le iba a dar ese placer—Lo siento, fue un desliz, una
estupidez — refutó mientras intentaba abrazarme pero yo la esquivaba, ¿por qué todo esto
tenía que ser tan doloroso?.

— Lo sé — contesté segura —Yo también cometí la estupidez de estar contigo y seguirte


hasta aquí —Lucy soltó mi brazo y pude ver como sus ojos se llenaban de lágrimas.
Perfecto, merecía un óscar por esa actuación impecable de novia
arrepentida.

La conocía tan bien que sabía que el último pensamiento que podía arrasarla en este
momento era el de culpa, ella no estaba arrepentida, simplemente era el efecto colateral de
perder algo que había sido suyo desde siempre.
Lucy siempre había sido así desde que eramos niña, no le
importaba ganar.
Lo que le importaba era no perder.
Y perderme significaba una de sus mayores derrotas y su orgullo no podía soportar aquello.

—Por favor, podemos hablarlo, te quiero Lauren —me dijo entre lágrimas y aunque tuve que
ser fuerte para no derretirme frente a ello, conseguí aquella fuerza porque no me llevaba bien
con el dolor.

Odiaba el dolor.
Y seguir con esta relación, seguir con esta mentira era asegurarme varios años de dolor
innecesario.

—No tenemos nada sobre que hablar —dije seria frunciendo el ceño al ver el poco respeto
que tenía hacia nuestra relación al pedirme que hablaramos, no había nada que aclarar, lo
había visto todo perfectamente bien —Sé que llevas con esa chica hace meses, me utilizaste
—respondí dolida al recordar como las vi saliendo juntas de aquel restaurante y ella la besaba
tan apasionadamente como lo hacía conmigo —Ójala sean felices pero no cuentes conmigo
para ello— suspiré con amargura y volví a tomar mis maletas para irme, pensé que ella
seguiría detendiendóme.
Sin embargo, no lo hizo.
Simplemente se hizo a un lado sabiendo que su actuación no sería suficiente para que
volviera.

Y así es como terminaba nuestra película de amor.

No terminaba con esas canciones melosas que siempre ponen en los créditos y estaban
hechas para hacerte sentir identificada si las veías con alguien ó para hacerte suspirar sino
tenías a nadie pero tenías la esperanza de hacerlo.

Claro que no, ésta era la vida real.

Y nuestra película tenía el mejor final de todos, en dónde yo tenía la oportunidad de comenzar
de nuevo y ella se quedaba con quién demonios sea esa chica.
El metro

Give me some wings,

insideofmysoul
Give me your heart,
Because you are my begin and my end (My end , Flies on the wall ) Camila
Son solo diez estaciones Camila, nada te pasará por diez estaciones —me repito una y otra
vez mentalmente cuando me doy cuenta que la calle Lincoln con la 54 está cerrada debido a
la reconstrucción de ésta y no hay otra forma de que llegue a trabajar sin tener que tomar el
estúpido metro.

Nada puede ser más perfecto.


Hoy es de esos días que realmente desearías quedarte en cama y vivir tras las sábanas
porque en tu interior sabes que nada puede ir peor.

Primero, ayer decidí, equivocadamente por cierto, aceptar ir de fiesta con Dinah Jane Hansen,
lo cual significaba literalmente alcohol hasta las tres de la mañana.

Ni siquiera sé porque acepté eso, si sabía que hoy tenía que levantarme a trabajar y sabía
que la palabra favorita de Dinah era "divertirse" y esa diversión siempre nos metía en
problemas.

El punto no está en que casi vaciamos el licor de aquel bar que estaba en el centro de la gran
manzana, el problema estaba en que la "diversión " no terminó ahí.

Sino cuando salimos del bar y nos dimos cuenta que el auto de
Dinah no estaba.

Estuvimos casi media hora buscandólo hasta que lo dimos por perdido y decidimos llamar a la
policía. La cual como siempre estaba llena de personas incompetentes que no hicieron nada
por nosotras, solo nos dijeron lo obvio y tuvimos que arreglarnósla nosotras solas.

Para empeorar la situación, mi departamento quedaba casi a media hora de ahí caminando y
como no tenía otra opción, eso fue lo que hicimos. Nos fuimos caminando y rezando de que
no nos pasara nada a las cuatro de la mañana en medio de la nada, un día lunes en pleno
Nueva York.
Por suerte Dinah al menos estaba consciente y con ella era imposible que nos robaran ó nos
hicieran algo, aquella morena intimidaba hasta a las moscas si quería, como también podía
llevarse a la cama al papa si así lo deseara.

Tenía un poder de atracción que estoy segura de que no es de este planeta, porque no era
solo el hecho de que fuera una de las modelos más conocidas de toda la gran manzana, sino
que evocaba un aire de superioridad y sensualidad que muy pocos podían resistir.
Ni siquiera yo había podido negar aquel poder de atracción.

Pero en el corazón de Dinah solo había una persona.


Y como si fuera la ironía más grande del mundo, era la única persona que podía hacer que
Dinah se volviera la persona más torpe y tímida del universo.

mejores amigas.
Normani Kordei.
La modelo más solicitada por Vanity Fair, mi jefa y una de mis

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Mani era la única que podía hacer que Dinah temblara de pies a cabeza y ni siquiera pudiera
decir dos frases coherentes frente a ella.
La rubia llevaba colada por Mani como diez meses, trabajaban en el mismo lugar, muchas
veces habían posado juntas y estoy segura que apenas se han hablado unas cuantas frases
además del típico saludo.

Hasta yo había intervenido en aquella situación porque al ser la asistente de Mani, sabía
perfectamente que ella estaba igual de loca por la rubia.

Había intentado que coincidieran en las sesiones fotográficas, en el café, hasta que
intercambiaran números.
No obstante, nada de esto funcionaba porque ninguna de las dos se atrevía a siquiera
comenzar una amistad.

Era como si el destino quisiera unirlas pero ellas se negaran a hacer funcionar aquella ventaja
que tenían al compartir la misma profesión y por ser solicitadas casi con la misma
recurrencia.

De hecho, la idea de Dinah de divertirse había nacido por el hecho de que Mani había decidido
ir a la sesión fotográfica con su nuevo novio.
Un chico que no le llegaba ni a los talones a Dinah, no obstante, hizo que por primera vez
viera a la rubia enfurecida y que sus lágrimas no tardaran en salir.
Así que su mejor idea para sacar toda esa frustración, había sido salir de fiesta, lo cual
hubiera funcionado si tan solo no hubieramos estado tan saladas.

Suspiré al ver que me quedaban solo unos pasos para poder llegar a la estación de metro más
cercana.
Sino fuera por el hecho de que es imposible que llegara en veinte minutos caminando a mi
trabajo, la verdad es que ni siquiera hubiera considerado la idea de tomar el metro.

Es decir, ¿a quién en el planeta les puede gustar andar en un lugar donde cada hora entran
miles de personas?, dónde si llegas a la hora punta puedes quedarte sin respirar si es que
logras encontrar algún espacio.
Y ni siquiera eso era lo peor del metro , lo peor estaba que por alguna razón era el lugar
favorito para los ataques terroristas y las bombas.

Vale, eso ya es más exagerado.

Pero no ésta muy lejos de la realidad.


Pareciera que aquel tren que puede ir más rápido que un auto, fuera el principal atractivo
para todas las personas que vivían en nueva york, de hecho, hasta las personas que tocaban
en aquel lugar tan concurrido tenían que pasar una prueba de selección altamente cualificada
antes de poder tocar en aquel lugar sucio y que casi siempre tenía un olor desagradable por
la mezcla de recibir miles de personas al día y por toda la contaminación típica de la gran
manzana.
Por suerte hoy el clima estaba decentemente nublado y no hacía un calor infernal típico del
verano, así que entrar al metro no fue una batalla de vida o muerte por entrar a una estufa,
mejor dicho a un caldo hirviente como lo era aquel lugar subtérraneo.

Compré uno de los boletos reflexionando las mil y un desventajas de utilizar el metro, llegué
hasta la decisión de comprarme un auto.
Lo cuál en Nueva York era la peor opción que podías tomar ya que con suerte había espacio

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para caminar, comprarse un auto y andar en las calles era una locura.

Además que con suerte puedo pagar mi departamento como para poder comprar un auto.

Amaba Nueva York y la verdad es que no podía compararlo con las playas de Miami dónde
había vivido casi toda mi vida, no obstante, era imposible
negar que a veces vivir aquí tenía más desventajas que virtudes.
Principalmente porque conseguir un trabajo ó al menos tratar de cumplir mi sueño de ser
actriz se veía casi imposible.

Cada vez que lograba ir a algún casting, me respondían ó que me llamarían, lo cual nunca
pasaba, ó que lo hacía bien pero yo no daba para el personaje porque no sé que tiene la
industria cinematográfica en escoger a sus personajes como chicas rubias, de ojos celestes
de casi dos metros.

No es que esas chicas no existieran, es que tampoco eran tan fáciles de encontrar. Menos en
Nueva York, no sé a quién se le ocurrió creer que aquí estaba lleno de chicas con
características caucasicas, ni tampoco a quién se le ocurrió que solo ellas podían atraer al
público.

Vale que Cameron Díaz lo hace excelente como también Nicole Kidman , pero hay más chicas
en el mundo, mejor dicho hay más tipo de chicas que aquellas diosas rubias que parecían
sacadas de algún país europeo dónde el sol no llegaba.

Cada casting era igual y aunque realmente había pensado en regresar a casa con mi familia,
estudiar alguna carrera y hacer algo con mi vida como lo hacía todo el mundo
, la verdad es que era demasiado orgullosa para tomar aquella opción.
Le había prometido a mis padres que cuando volviera a Miami sería para celebrar mi primera
película y así sería, ya me había metido en este sueño y no me iba a quedar atrás solo por
unos cuantos portazos que la vida me daba.

Bueno tal vez han sido muchos portonazos juntos.


Pero la esperanza siempre es lo último que se pierde ¿no?.

Al menos trabajaba en algo decente mientras trataba de conseguir mi sueño, no era un


trabajo muy difícil ser la asistente de Mani, sinceramente llegaba hasta ser divertido porque
en la agencia podía ver siempre a las chicas y compartir momentos que no podría si trabajara
cien por ciento como actriz.
Introducí mi boleto en la boletería y bajé las escaleras que me separaban del tren, me
sorprendió verlo casi vacío siendo que pronto serían las nueve de la mañana, tal vez era su
forma de bienvenida hacia una chica que odiaba el metro.
Sabía que no había una razón para odiarlo, ésta era la primera vez que me subía a uno pero
había algo que no me daba confianza en aquellos vagones, sé que suena una locura pero la
sola idea de entrar a uno hacía que mi piel se erizara como si desde siempre hubiera existido
ese rechazo hacia aquel medio de transporte público.
Por suerte, el metro no tardó tanto en llegar y abrir sus puertas dejando que el aire
acondicionado que trataba de abarcar todo el lugar se mezclara con el calor acumulado en
aquel vagón.
Hice una mueca antes de entrar y ponerme lo más cercana a la puerta posible, porque lo
último que quería era que se llenara y cuando me tocara bajar no pudiera hacerlo porque casi
todas las personas estaban en la puerta.

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Todos los asientos estaban llenos, las personas ignoraban al mundo a través de sus audífonos
ó a través de sus celulares.
La verdad es que se supone que en los libros siempre describen a los metros como lugares
dónde las personas leen.
Sinceramente yo no veo a nadie haciendo eso, creo que lo más cercano a aquel acto es leer
su perfil por facebook ó sus notificaciones por instagram.

No sé que le encuentran de interesante a este lugar pero no tener otra opción tampoco lo
hacía más atractivo.

Volteé mi mirada hacia dónde estaba el mapa de las estaciones y calculé que llegaría en unos
quince minutos al trabajo y que aún me quedaban once estaciones de camino, así que
inmediatamente saqué mis audífonos y comencé a ver que música me acompañaría durante
los quince minutos más largos de mi vida.
Cuando estuve a punto de elegir a Ed sheeran con su disco X, pude ver una sombra encima
mío, alcé la mira con el ceño fruncido al no tener ni la menor idea de quién era y casi se me
va la respiración cuando pude ver aquellos ojos castaños que conocía perfectamente con
aquel cabello que hoy parecía arreglado para una sesión fotográfica pero yo había visto
muchas veces al natural, siendo un desastre.

Era Lucy.

No podía creer que aquella morena estuviera al frente mío con sus mejores jeans rasgados
que había visto tantas veces tirados en mi departamento y aquella blusa que dejaba mucho
para la imaginación, no obstante, la imaginación no era necesaria en mí porque yo conocía
cada punto de ella.
Lucy y yo habíamos coincidido en una de las dos miniseries que he conseguido actuar.
Lucy era la protagonista y al igual que yo venía de Miami con los sueños de ser actriz,
solamente que a ella se le daba mejor debido a que era simplemente perfecta.
Creo que ella podía tener al mundo a sus pies si así lo deseara, eso
fue al menos lo que hizo conmigo.
No tardé en sentirme atraída hacia ella, además de que literalmente compartimos el mismo
espacio por casi dos meses, todos los días, casi doce horas al día.
Lo cual fue suficiente para que lograramos conocernos más y que yo me derritiera solamente
con la perfecta curva que invadía sus labios con el simple acto de sonreír.

Sin embargo, ella era inalcanzable.

Tenía una novia que también era su mejor amiga desde que tenía memoria, nunca supe como
era ni como se llamaba, bueno si me dijo muchas veces su nombre pero siempre la ignoraba
porque me dolía saber que había una chica afortunada que podía tenerla siempre que
quisiera.

No obstante, todo cambió una noche cuando ella llegó a mi departamento en medio de la
noche y me contó entre lágrimas que su novia quería volver a Miami y dejarla, la consolé
como una amiga , sin embargo, en mi interior deseaba con todo mi ser que terminaran .

Cosa que nunca sucedió.

Lucy seguía con la chica y me contaba lo maravillosa que era todos los días, mientras yo me

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derretía solo con ver sus mensajes de buenos días ó cuando me pedía que nos juntaramos.
Jamás me había sentido de esa forma y sabía que estaba siendo una tonta al pensar que
podía ser algo más, ella tenía novia y era perfecta.
Mientras yo era simplemente una chica con muchos sueños, poco dinero y con un talento que
nadie apreciaba.
Pero poco a poco comenzaba a ser más afectuosa.
Solía invitarme a salir y decirme cuánto me quería, de a poco sus conversaciones sobre su
novia dejaron de hacerse presente y mi corazón casi estalla cuando ella me besó un día antes
de que entrara a mi departamento.

Ese fue el comienzo de los meses más maravillosos de mi vida y también los más extraños.
Sabía que eso estaba mal, de que Lucy no estaría conmigo y que mientras compartíamos
cama un Lunes, su novia le esperaba todos los días y disfrutaba con ella la vida.

Era una tonta enamorada y lo peor es que lo disfrutaba.


A veces habían noches que me acostaba con un dolor en el
estómago pensando en la pobre novia de Lucy y luego recordaba las caricias de aquella
castaña y aquel dolor se convertía en mis mejores recuerdos.

Ahora solo trataba de evitarla porque realmente necesitaba pensar sobre todo lo que estaba
haciendo.

Había decidido no responder a sus llamados y aunque me doliera el alma no contestar sus
mensajes matutinos ó solo cancelar las citas que hacía conmigo, necesitaba sacar a Lucy
Vives de mi cabeza y de mi corazón.
Era lo mejor que podíamos hacer.

Pero todos mis sacrificios no habían servido de nada cuando ella me miró y con su sonrisa de
siempre que podía iluminar todo el Times Square si quisiera, volvió a ponerme a sus pies en
aquel metro.

Definitivamente, no podía odiar más el metro.


Capítulo uno : Primeras impresiones

Tras el telón del miedo está la valentía de los que creen en el amor, aunque haya surgido en
el instante de vida más inesperado.
New York 2016 Lauren
El vidrio de la ventana se empañaba con el humo gris que salía de mi cigarrillo, mientras que
a todo volumen en mis oídos se podía escuchar el desgarrador sonido meláncolico de
Matthew Healy en su canción A change of heart.

Realmente si mi heterosexualidad no se hubiera ido con aquel primer beso a los diez años en
el cine que quedaba a solo unas cuadras de mi casa con un chico que tenía un nombre que ni
recuerdo, hubiera tomado el primer vuelo hacia Londres solamente para encontrar a aquel
hombre de cabello ondulado negro que lograba hacerme sentir con cada una de sus palabras,
que lograba hacerme sentir algo en cada fibra de mi cuerpo.

Y eso era lo que necesitaba en este momento. Sentir.


Había hasta olvidado el significado de aquella palabra que al parecer según la humanidad es
algo que ocurre recurrentemente.
En mi caso, había tratado de sacar esa palabra de mi diccionario hace mucho tiempo.

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Sentir abarcaba demasiados sentimientos y demasiadas definiciones que no podía controlar,
especialmente abarcaba esa maldición que todos conocíamos como dolor y que se incrustraba
en nuestro pecho como si fuera una daga latente, como si jamás se fuera.

Y como el dolor se me daba pésimo, siempre me mostré reacia ha sentir cualquier cosa más
allá de la emoción de tocar para cientos de personas con mi banda ó la emoción de tener la
fortuna de deleitarme musicalmente con bandas como the 1975.
Sin embargo, hoy había traicionado mi promesa de no sentir y sin pensarlo dos veces, dejé
que toda mi furia hacia lo que estaba sucediendo, saliera y rompiera aquel equilibrio que
había conseguido controlar en mi vida.

Matt me hizo un gran favor haciendo que mis lágrimas comenzaran


a caer cuando tiré mis maletas en medio de la habitación de invitados de la casa de Vero.

Fue un momento tan cartático que ni siquiera podía ser descrito en palabras, tal cuál como lo
era el momento en que Anna Karenina decide dejar al conde Vronsky para salvar su
reputación ó cuando el doctor Zhivago logra ver desde aquella ventana a su amada.

Un par de lágrimas derramadas, toda una furia que podía azotar como un tornado y unos
cuantos cigarrillos era a lo que se reducía haber querido a la misma chica durante tanto
tiempo.

Mi opción cuando me fui del viejo departamento, fue alquilar una habitación, no obstante, no
encontré nada decente a las dos de la mañana y tampoco quería dormir en una de las bancas
del central park.
Aunque fuera verano las noches a veces solían ser frías y dormir en el parque no era una idea
tan excitante.

Y justo cuando pensé en pedir refugio con uno de los chicos, apareció Vero en mi camino
como un ángel caído.

Aunque su llamada era por un tema puntual y tan banal como lo era saber si tenía el número
de Louis para poder llamarlo y pedirle la chaqueta que había dejado en su casa la semana
pasada, ella no tardó en darse cuenta de que estaba desesperada y que algo fuera de lo
normal estaba sucediendo, así que me ofreció sin más quedarme en su casa cuánto tiempo
quisiera.

Era mi única opción así que acepté.


Vero y yo nos habíamos conocido porque era la novia de Zac, nuestro baterista en la banda
que tenemos que se llama flies on the wall, la verdad es que cada vez que vuelvo a pensar el
nombre, siento que nos identifica de cierta forma y por eso jamás le cambiamos el nombre
aunque suene algo rídiculo llamarse las moscas en la pared.

Vero era el tipo de chica inteligente que nunca se fijaría en alguien como Zac, sinceramente
ni siquiera sé como aquel chico que lo único en dónde no era un tonto era con la batería,
había logrado conquistar el corazón de aquella chica que solo pensaba en las cifras de la
bolsa y como la economía estaba empeorando por los préstamos bancarios ó algo así siempre
solía decirme sobre su trabajo como economista.
Ella era una nuestra representante ya que se le daba con facilidad los números y los buenos
contactos, y la verdad es que era muy buena en ello, tan
buena que creo que sin ella no estaríamos adquiriendo la fama que teníamos.

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Sin embargo, ella y yo éramos como el agua y el aceite.

Ella era la seria, la madura y la que quería controlar cada minuto de su vida, aunque eso
significara vivir estresada y con una cita cada mes con su psicólogo. En cambio yo sabía que
la vida era algo que no se podía predecir y solo esperaba que sucediera, como cuándo
esperas en medio de la playa que las olas lleguen hacia ti.
Puedes ver a lo lejos que se acercan pero no puedes sentir como será estar dentro de ella
hasta que chocan sobre tu cuerpo.

Sin embargo, a pesar de que ella y yo éramos polos completamente opuestos , yo la quería lo
suficiente como para aceptar su invitación y ser capaz de contarle lo que estaba sucediendo
entre Lucy y yo.
Aunque claro aún necesitaba tiempo para hacerlo pero cuando estuviera lista se lo diría.

Traté de subirle más el volumen de la música de mi iphone , sin embargo , ya estaba a todo
volumen , así que solo me enojé con la vida por no hacer que la música pudiera tener un
volumen tan elevado que pudiera romperte los tímpanos.

De a poco sentía como el humo se estaba acabando al igual que mi catarsis emocional,
necesitaba sacar afuera todo lo que había acumulado en los dos años y nueve meses que
había vivido en aquel departamento.

Recordé mi primer beso con Lucy, el cual había sido en su cumpleaños número dieciseis
cuando nos escapamos a Orlando por una semana y celebramos toda esa semana su
cumpleaños en cinco bares distintos.
Sus padres la castigaron por eso durante cinco meses diciendo que yo era un pésimo ejemplo
a seguir para su hija y que no podía ni siquiera aparecer en la puerta de su casa porque ellos
no dudarían en llamar a la policía, sin embargo, no sabían que la que originó aquella idea fue
ella.

Con mi madre sucedió todo lo contrario, simplemente ella nunca se enteró de aquella salida.

A ella no le importaba que me sucediera, con quién salía ó si decidía irme por una semana
con amigos, lo que le importaba es que no la dejara sola, es decir, que siempre regresara a
casa.

Y eso era lo único que nos mantenía unidas.


Aquel sentimiento de que ambas odiabamos estar solas.

Mi mente rápidamente fue azotada por aquel recuerdo tan recóndito que fue escuchar si de
los labios de ella cuando le pedí que fueramos novias.
Tenía dieciocho años, solamente cincuenta centavos que utilicé para sacar uno de esos anillos
de jalea de las máquinas dispensadoras y un par de frases cursis que había recopilado
después de varios años siendo una lectora incansable y literalmente devorando cada libro que
aparecía en mi camino.

Y no dudé en mezclar esas tres características para pedirle en medio del muelle a aquella
castaña que fuera mi novia porque yo no podía imaginar una vida dónde no estuviera ella
presente.

Siempre creí que ella sabía que eso pasaría en algún momento ya que se lo tomó tan natural

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que jamás dejaría de sorprenderme como se limitó a decir si, sonreír y besarme como
siempre lo hacía.

Lucy siempre supo mi gusto hacia las chicas, desde que éramos niñas no me sentía a gusto
con los chicos y a cambio sentía una fuerte atracción hacia las niñas.

Fue mi secreto hasta los quince años, un secreto que Lucy se encargó de conservar como si
fuera suyo, ya que era la única persona que sabía sobre mi extraño gusto hacia las chicas.

En cambio, ella siempre había salido con chicos.

En la secundaria era conocida por cambiar de chico cada dos días, lo cual solo era la envidia
de las chicas y el deseo de los chicos de tener la oportunidad de compartir dos días con Lucy
Vives.
No obstante, yo sabía que en su interior ella solo lo hacía por la misma razón que no dejaba
sola a mi madre, a pesar de que nuestra relación era inexistente.
Lucy también odiaba estar sola, solo que ella odiaba aún más no ser el centro de atención ni
la razón por la que gira el mundo, así que salir con todos los chicos del instituto era la mejor
fma de hacer que sus miedos no salieran a flote.

Yo conocía a Lucy mejor que a mi misma, siempre lograba adelantarme a sus actos.
Siempre tuve aquella habilidad de poder pensar como ella y saber
que haría.
Por eso ella no tenía secretos conmigo porque sabía que yo no
tardaría nada en revelarlos.

Creo que hasta el hecho de que me haya traicionado fue algo que pude detener, con Lucy ya
no nos veíamos tan recurrentemente a pesar de que vivíamos en el mismo departamento.
Casi siempre discutíamos hasta porque había comprado la leche de chocolate que tanto
odiaba. No obstante, esas peleas siempre eran resueltas con unos besos profundos, unos
pares de pechos agitados y un humedad más grande que el río Hudson que limitaba a Nueva
York en todo su perímetro.
Un toque en la puerta hizo que mis pensamientos se fueran, que los recuerdos se
conviritieran en solo eso y que fuera rápidamente a apagar mi cigarillo en el baño debido a
que Vero odiaba cuando fumaba.

Según ella no era nada sano hacerlo, lo cuál lo sabía de memoria por eso había tratado de
dejarlo ya que me dificultaba al cantar pero la tentación de tener aquella arma mortal entre
mis labios era irresistible.

Traté de hacer algo para que el olor del humo no se sintiera, no obstante, era imposible, ella
me descubriría de todas formas, así que dejé que sucediera lo que tenía que pasar.
—Lauren ¿estás ahí? — preguntó tímidamente antes de abrir la puerta, la verdad es que no
entendía para que preguntaba si igual la iba a abrir.

Apenas entró con aquella sonrisa que siempre ponía, su ceño se frunció al percibir el olor y se
cruzó de brazos tratando que le de una explicación a ello como si fuera mi madre.
—¿Enserio? — preguntó enojada mientras yo bajaba la mirada porque sabía que le había
prometido que no iba a volver a fumar desde que supuestamente mi madre estuvo a punto
de morir hace unos meses por cáncer al hígado, el cuál se había dado por tantos años en su

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adicción con la bebida. Yo sabía que no era una adicta a la nicotina, sin embargo , no quería
morir de cáncer —Pensé que lo habías dejado— respondió furiosa haciendo que me sintiera
peor de lo que estaba, saqué mis audífonos y escuché todo el discurso que me tenía
preparado sobre lo malo que era el cigarillo.

—Vale, lo sé pero en verdad lo necesitaba —me justifiqué suspirando y tirandóme a la cama,


realmente lo necesitaba, nada me hacía sentir mejor que sentir como me envuelve aquel
humo entre sus brazos, sin importar de quien se tratara, el cigarrillo siempre tendría sus
brazos abiertos para quien necesitara su suave caricia.
—Lauren — susurró más calmada y sabía que ésta era la peor parte de su discurso , cuando
me preguntaba porque había comenzado a fumar de nuevo —Aé que debió ser duro lo de
Lucy, pero ..— no la dejé continuar porque realmente no quería hablar sobre eso, no le había
contado detalles pero ella sabía que había terminado con Lucy y para ella eso era suficiente
para suponer que estaba dolida, aunque no lo demostrar.
Y la realidad era que estaba más que destruida.

— Estoy bien Vero, solo tenía que suceder lo que tenía que suceder—suspiré dandóle la
espalda para no tener que verla cuando mis lágrimas comenzaran a salir, odiaba que las
personas me tuvieran pena.
Odiaba aquel sentimiento en dónde todos se sentían tristes por tus tragedias y te ven tan
indefenso que piensan que te vas a desmoronar en cualquier momento.
Odiaba la lástima, así que trataba de nunca conseguirlo, bromeaba con todo lo malo que me
pasaba.
Nunca lloraba frente a otra persona y menos me dejaba llevar por
la ira.

Pero esto era distinto.


Había pérdido a la única persona a la cual le tenía fe de sacarme
de aquel vacío que era cada minuto de mi vida.

Pude sentir las manos de Vero acariciando mi cabello y no dudé en levantarme para irme ya
que sabía lo que venía después de eso.
Siempre venía la lástima.

— Voy a salir — respondí tratando de sonreír pero por la expresión que puso Vero, mi sonrisa
era demasiado falsa como para llegar a sentir algo con ella.

-—¿Dónde vas? — preguntó frunciendo el ceño y aunque ni siquiera sabía dónde quería ir,
sabía que necesitaba ir al metro.

subterráneo.
Lo único que me llamaba la atención de Nueva York era el

Era como un mundo totalmente nuevo, lleno de personas, lleno de


colores y de música de fondo.

A la mayoría le hartaba viajar en metro todos los días pero a mi me encantaba compartir el
lapso que duraba mi recorrido con personas extrañas.

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Me gustaba verlas y analizarlas como si fueran personajes de mis
libros, me gustaba inventarles historias y razones por las cuales se encontraban ahí en ese
momento y con aquellas facciones en su rostro que demostraban sus estados de ánimos.

Me relajaba sentir como cada parada se desvanecía entre la velocidad y las sombras de aquel
lugar.
Era como si eso me diera la esperanza de que mi vida podía transcurrir así de rápido igual
que mis problemas.

Que solo necesitaba subirme al vagón correcto y esperar la parada dónde mi vida me
esperaba.

— Voy al metro —respondí segura mientras buscaba mi bolso para guardar algunas cosas que
creía necesaria para el viaje.
Vero se levantó de la cama y me detuvo con el ceño fruncido, estaba entre enojada y
temerosa que yo no lograba entender su reacción.
—No voy a dejar que vayas allá — respondió seria y ésta vez era yo la que fruncía el ceño por
aquello, ella no podía decirme a donde ir y a donde no podía.
-—Voy a ir quieras ó no — dije sacandóme los audífonos y guardándolos en mi bolso,
necesitaba un momento a solas con mis ideas y nadie podía ofrecerme aquello, así que
buscaría por mi misma un lugar dónde aquello pudiera ser complacido.

— Lauren, no me digas que piensas suicidarte —contestó asustada y ahí recién pude entender
de que tanto tenía miedo.
Reí ante su idea.
Obviamente que una muerte en el metro no era nada fuera de lo común para las personas
que vivían en un estrés tan grande como lo era ésta ciudad pero en mi mente esa idea jamás
podría ser coherente.

— Tirarme a los rieles como un digno libro de Tolstoi suena emocionante, pero claro que no
haré esa locura —comenté animada mientras Vero abría los ojos como platos por mi
respuesta — la vida es demasiado preciada como para desperdiciarla de esa manera—pude
escuchar un suspiro de alivio de parte de Vero y yo sólo rodé los ojos por aquello, a pesar de
que muchas veces mis ideas chocaban con lo que la vida me presentaba, debía admitir que
me gustaba estar viva y que odiaba la debilidad de las personas que se suicidaban como lo
había hecho mi padre cuando tenía doce años.
No le importó ni u poco que yo tuviera que descubrir su cuerpo inerte al regresar del colegio,
sólo porque se había cansado de vivir.
Yo no iba a seguir su ejemplo e iba a morir cuando la vida lo decidiera, yo no quería
adelantar aquel momento.
Estoy segura que sino hubiera sido porque comenzó a sonar Maps de Maroon 5 como tono de
llamada, Verónica Iglesias hubiera sido capaz de seguir su discurso hasta el otro día.

Ambas sabíamos de quién se trataba, Maroon 5 solo era reservado para Lucy porque ella
amaba a ese grupo y también a Adam Levine desde que escuchamos en la radio She will be
loved, así que Vero había dejado esa canción como tono de llamada porque era la única que
soportaba del grupo.
Vero me miró extrañada tal vez preguntándose si debía contestar ó no y yo asentí para que
ella finalmente le respondiera, la verdad no me importaba lo que Lucy quería conversar con
Vero pero sabía que de seguro era para preguntarle si me había visto.

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Salí de la habitación y fui a la nevera para sacar algo de jugo, mientras escuchaba los
tacones de Vero resonando por toda la casa , suspiré ante eso.
Vero y Lucy eran amigas muy cercanas y realmente no quería meterla en este problema, tal
vez no había sido tan buena idea aceptar su invitación.
Cuando estuve a punto de terminar el jugo de naranja que me había servido, vi como Vero
salía con su traje plomo de trabajo y se acercaba a abrazarme como siempre hacía cuando
estabamos en un momento incómodo y ninguna de las dos sabía que decir ó que hacer.
—Le has dicho que estoy aquí —pregunté prestando más atención al vaso vacío que a su
rostro, Vero hizo un suspiro sonoro y negó con la cabeza.
—Le he mentido y odio hacerlo —asentí porque lo sabía.
Vero era una de esas personas que no podía mentirle a nadie, por eso siempre era directa
con todo —Pero tampoco voy a dejar que ella venga a discutir aquí contigo, creo que deben
arreglar las cosas entre ustedes.

—No hay nada que arreglar Vero, lo siento —respondí lamentando más el hecho de que ella
estaba en medio de la pelea que el hecho de que sabía que Lucy y yo no volvería a suceder.

— Bien , ¿quieres que te lleve al metro? — preguntó con una sonrisa y asentí sin decir nada,
necesitaba a gritos aquel momento así que tomé mi bolso, mientras Vero tomaba las llaves
de su auto.
Eran apenas las nueve de la mañana lo cual significaba que habían menos personas en la
estación que quedaba cerca de la casa de Vero, realmente tampoco es que me importase
tener que esperar para subirme a un vagón.
Podía estar horas en aquel lugar y nunca lograba aburrirme, es como si siempre tuviera una
historia nueva que contar.

Salimos de su casa hacia el auto y esperé que hubiera un silencio incómodo ó lo contrario que
era aún peor, una conversación llena de preguntas sobre lo que habían conversado Lucy y
Vero.
Por suerte ninguna de las dos cosas sucedió porque Vero prendió la radio y me dejo escoger
cualquier canción mientras ibamos hacia el metro y ella conducía hacia su trabajo que
quedaba a media hora de su casa.

A diferencia de casi todo el mundo, ella había sido lo suficientemente inteligente para vivir a
las afueras de la gran manzana, muy cerca de New Jersey, así no tenía que enfrentarse con
el tráfico insoportable que siempre se generaba en cualquier lado de Manhattan.

—¿Cómo vas con la nueva canción ? —me preguntó mientras yo estaba concentrada en como
los árboles rodeaban el camino, aquello me hizo recordar que aún no llevaba casi nada de la
nueva canción que tenía que tener lista para el viernes.
Me encogí de hombros frente aquella pregunta ya que realmente no había tenido inspiración
para escribir nada y de seguro si me ponía a escribir, lo más probable es que escriba puras
tonterías relacionadas con la castaña, así que preferí omitir aquella pregunta.

—Ya veo que mal -—dijo riendo y asentí dandóle la razón, mientras devolvía la mirada hacia
el paisaje que estaba afuera, sabía que Vero estaba intentándolo, pero nunca había sido la
simpática.
Siempre lo había sido Lucy.
—Me ha engañado con otra — respondí suspirando en la ventana porque no había necesitado
ni tiempo para pensar aquella respuesta, solo necesitaba decírselo a alguien más que no
fuera mi subconsciente—no regresaré con ella, Vero — finalicé sabiendo que por el silencio
que envolvía su auto.

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Ella estaba pensando en que decir.
—¿Cuándo te enteraste?—me preguntó como si eso viniera al caso, tragué saliva recordando
el momento en que comencé a sospechar de todo, las llamadas no contestadas, las veces que
me había mentido con que tenía trabajo y en realidad era para juntarse con ella.
Las veces que se enojó tanto conmigo porque al ver sonar su celular trataba de contestar la
llamada, todos esos momentos retumbaron en mi cabeza y me hicieron sentir más estúpida
de lo que era.
Cerré mis puños con fuerza hasta que mis nudillos se hicieorn casi invisibles de lo blanco que
estaban y ni siquiera quise reprimir las lágrimas porque realmente no valía la pena hacerlo.
Estaba destrozada y no se lo podía ocultar a nadie.

—Sólo lo descubrí — sentencié y Vero me miró con la mayor cara de preocupación que jamás
le haya visto, hasta que un semáforo en rojo hizo que detuviera el auto y me mirara
directamente.

—Lauren, llorar no te hace menos que nadie ¿entiendes?, no está mal sentir alguna vez, peor
si quien te traicionó era alguien tan importante como Lucy— su mano buscó mi mejilla y la
acarició suavemente haciendo que todos mis sentimientos se abrieran como si de un grifo se
tratase — Eres la persona más fuerte que he conocido pero la fortaleza no se mide en
cuantas veces no has llorado, se mide en cuántas veces te has levantado ha pesar de estar
desvastada —esas simples palabras hicieron que mis lágrimas siguieran cayendo y que le
hablara por más de media hora sobre todo lo que estaba sucediendo.

Hace mucho que no tenía una charla tan larga sobre mis sentimientos y lo más maravilloso es
que ella me escuchaba con toda la atención del mundo, sin mostrar jamás algún tipo de
lástima, solo lo hacía como si yo fuese lo más importante en aquel momento.

Sabía que Vero ya se había pasado el camino que la llevaba a su trabajo y estaba solo
haciendo que conducía para pasar el tiempo y tratar de consolarme, así cuando pude ver que
estábamos lo más lejano de Nueva York no pude dejar de sonreír al ver que la estación que
se marcaba jamás la había visto.
Me encantaba llegar a un lugar que no conocía y utilizaba mis conocimientos previos de las
direcciones para regresar a casa.
Siempre solía jugar a aquel juego, habían veces que tardaba horas en regresar, pero no había
una sensación más agradable que el hecho de sentir que estas perdida por unos minutos y
tratar de solucionar tus problemas por ti sola.

—Espero que sepas como regresar a casa —me dijo con una sonrisa mientras estacionaba el
auto y yo asentí feliz por aquello ella también sabía que me encantaban los desafíos de éste
tipo.

—Gracias Vero y llegaré para cenar — Vero sonrío y no dudó en darme un beso en la mejilla
para luego abrazarme.
—Te estaré esperando, cariño -fue lo último que dijo antes de que
bajara del auto, tomara mis cosas y entrara al mundo opuesto que era el subterráneo.

Una sonrisa invadió mis labios cuando pude sentir el típico aroma de metro y como todas las
personas estaban esperando a que llegara el de esa estación, suspiré feliz al ver que todo era
como me imagino cada vez que vengo a este lugar, a pesar de ser una estación desconocida,
no había mucha diferencia de las otras.

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El metro tardó un par de minutos en llegar, sin embargo, yo los sentí como segundos porque
realmente estaba disfrutando este momento tan único que estaba viviendo.
A veces las personas olvidaban que habían pequeños momentos que podían hacerte feliz en
la vida, como aquel momento en que hueles el café de todas las mañanas ó cuando te
levantas y te das cuenta que el clima está perfecto para salir ó simplemente disfrutar de lo
simple que era subirse en una estación cualquiera de metro.
El metro llegó y como siempre se abrieron sus puertas dejando que las personas al fin
entraran, la mayoría estaba alborotada y con ganas de que su viaje se redujera a segundos
pero yo esperaba que mi viaje durara horas.
Tenía todo el tiempo del mundo para poder llegar a casa, así que podía quedarme por horas
pasando de estación en estación hasta que tengas ganas de bajarme.

Así que entré con la mayor sonrisa hasta el final del vagón dónde se encontraban las puertas
laterales, las cuales solo estaban para casos de emergencia y cuándo estuve a punto de
sumirme al mundo de mis pensamientos pude darme cuenta que una chica estaba
enojandóse con el mapa de las estaciones, así que me acerqué a ella tratando de ayudarla.

—¿Puedo ayudarte?—pregunté alzando la ceja y ella se dio vuelta para mirarme con los ojos
castaños más asustados que he visto en mi vida, es como si no saber dónde estaba la llevaría
al borde de la muerte, no obstante, no solo sus ojos lograron llamarme la atención, sino todo
de ella.
Era hermosa.
Llevaba un vestido blanco corto apretado que lograba mostrar la perfecta silueta que sus
curvas le daban, tenia el cabello largo y castaño, era un poco más baja que yo , pero al
utilizar tacones de unos diez centímetros, la hacía ver mucho más alta y mayor de lo que
realmente debía ser.

—Sí —respondió con una sonrisa.


Dios, podía revivir aquellos cinco segundos en que sus labios
mostraron una curva perfecta —¿ sabes dónde cuál es la última estación antes de llegar a
Lincoln con la 23 ?—me preguntó tratando de contener la desesperación que tenía por llegar
a aquel lugar, fruncí el ceño ante su dirección porque si mi memoria no me fallaba eso
quedaba al otro lado de la línea.
Ella estaba en el vagón equivocado.

—Eso queda al otro lado de la línea —respondí seria y ella abrió los ojos como platos porque
no podía creerlo—Creo que te has equivocado de metro—ella ladeó varias veces la cabeza
para seguir en la etapa de la negación mientras yo la analizaba, ya que a diferencia de todas
las personas que me han llamado la atención en el metro, ella tenía algo peculiar.
Que ni siquiera podía describir pero me hacía sentir diferente.

lo que le decía.
-—No puede ser, éste va para allá — me dijo tratando de no creer

Yo solo me limité a ver el mapa y asegurarme de que tal vez ella


tuviera la razón, pero al ver que sus calles no coincidían con la línea que tomaba este metro,
me di cuenta de que yo tenía la razón y la chica estaba realmente perdida.

-—No, éste va para la parte de Manhattan, lo sé, puedes verlo en el mapa, quedan
exactamente doce estaciones para llegar a times square —señalé en el mapa la estación que
estabamos y ella suspiró nerviosa mientras trataba de pensar en algo.

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Quería decirle cualquier cosa para que se calmara ya que tampoco era la gran cosa tomar el
metro incorrecto, siempre pasaba y lo mejor era aceptar que llegarías tarde a aquel lugar y
bajarte en la siguiente estación para cambiar de dirección, sin embargo, ella se veía tan
acomplejada como si le estuvieran quitando el oxígeno para respirar.

— Demonios —susurró para si misma pero yo pude escucharla y no pude dejar de sonreír al
escuchar como maldecía para calmarse-—Gracias-—dijo finalmente, yo asentí y seguí
mirando el mapa.

—Si quieres puedes quedarte en la siguiente estación y tomar el metro del otro lado-—le
sugerí pero ella ya había dejado de prestarme atención y estaba metida en su mundo
maldiciendo a todo aquel ser vivo que había conocido.
Reí ante aquella reacción tan peculiar hasta que pude escuchar como ella maldecía en español
y esto hizo que aquella castaña tuviera toda mi atención.
Hace mucho que no escuchaba un acento como el que ella tenía debía ser de México eso era
seguro.
— Gracias Lucía —gritó frustrada y yo seguía riendóme de aquella extraña que había
mejorado mi día sin quererlo —Gracias por hacer que me pierda en este invento del demonio
— y así siguió casi todo el trayecto que quedaba a la siguiente estación dónde ella debía
bajarse para cambiar de dirección.

Mientras que yo no dejaba de tratar de descubrir que tenía esa castaña de peculiar que podía
tensar mi piel de aquella manera que nadie había hecho jamás.
Primeras impresiones part 2

Los Angeles 1947 Camila


—Tengo que irme —respondí suspirando mientras sacaba mis labios de aquel chico que ni
siquiera podía recordar su nombre.
Los ojos grises del chico me veían con una lujuria incalculable y sabía la razón, él pensaba
que ésta era su oportunidad para poder estar conmigo.
Grave equivocación.
Era cierto que me encantaba tener los besos de un chico diferente si se podía cada semana.
Sentía una atracción hacia tener a las personas a mis pies porque realmente los tenía,
especialmente a los hombres que no dudaban ni un segundo cuando yo empezaba a
coquetearles.
Sin embargo, jamás llegaba más allá de unos simples besos y unas simples caricias, siempre
lo detenía cuando estaba comenzando a subir la temperatura, tal vez sólo lo detenía por el
simple hecho de querer sentirme superior y que podía controlar lo que quisiera hacer ó tal
vez era porque solía aburrirme rápidamente y me cansaba de aquella rutina.

Siempre era lo mismo.


Hombres suspirando por mí, fiestas que no me interesaba, firmas de autógrafos, películas y
estar sonriendo todo el tiempo mostrando tal vez mi mayor logro en todo el tiempo que llevo
actuando, tener la sonrisa más falsamente verdadera del mundo.

Llevaba toda mi vida en este mundo.


Un mundo en dónde las películas habían dejado de ser mágicas como lo son para casi todo el
mundo que va al cine, había participado en más de cien películas con 22 años, mi padre era
Alejandro Cabello uno de los directores más codiciados de todo el mundo y mi madre era
actriz, por lo cuál había vivido envuelta por aquel mundo tan distinto a la realidad, que casi
todo el mundo deseaba ser parte de él.

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Todos menos yo.

Realmente ni siquiera sé cuándo comenzó a gustarme este mundo, quizás ni siquiera hubo un
gusto real de por medio y sólo me acostumbré a él.
A tener la atención de todo el mundo cada minuto de mi vida, sentirme querida entre
personas que no conocía y seguramente jamás conocía.

Ha tener a todo el mundo suspirando por mí y queriendo tenerme más allá que en las
películas que veían en el cine.

El chico trató de tenerme nuevamente cuándo me levanté de la cama para ir por mi vestido,
hoy tenía una cena importante con John sobre una nueva película que el quiere comenzar.
La verdad es que no me interesaban sus ofertas, solo lo hacía porque le debía un favor, así
que él sería el afortunado de tenerme como protagonista en su película.

Tomó suavemente mis hombros para acercame más a él y abrazarme, los ojos del chico
brillaban con tanta ilusión que hasta pude reír por dentro por aquello, en realidad pensaba
que esto duraría más que unos simples besos, pude hasta sentir pena por él y quise aclararle
que esto terminaba ahí y que obviamente no saldría más allá de estas cuatro paredes porque
para todo el mundo yo estaba comprometida con casi todo el mundo de actores que existía,
sin embargo, debía aceptar que solo una vez estuve cerca de aceptar tener algo más que
simple citas aburridas.
Drew era el tipo de chico que con solo un par de palabras podía bajarte el cielo si es que eso
era posible, era inteligente, culto y como bonus también era bastante guapo.
Sus palabras encendían mi piel de una manera única y ha sido el único chico con el cual me
he sentido especial, así que por eso no dudé en aceptar casarme con él cuando me lo
propuso.

Ambos sabíamos que eso no era amor.


El amor no existía, lo había actuado tantas veces en tantas películas, que simplemente sabía
como actuar frente a un sentimiento inexistente.
Drew en cambio me quería lo suficiente como para pedir mi manopero era porque deseaba
tener a la famosa Camila Cabello con él era como si yo fuera un premio a ganar en este
mundo.
Y podía aceptar aquello si él seguía deslumbrandóme con sus palabras, era una cuota
bastante baja a pagar tratandóse de mí, así que ambos aceptamos aquella unión.

Él se quedaría con la mejor chica que había conocido y yo sería feliz tratando de envolverme
con sus palabras para sentir algo que no creía que existiese.

Nuestra boda fue fijada para un año después, sin embargo, no


pudimos predecir que en los meses siguientes la lejana guerra en Europa llegaría tan lejos y
comenzaría a sentirse en América.
Así que él no dudó en enlistarse por su gran amor patriotico y porque él siempre fue un
buscador de aventuras y ésta de seguro sería una de las aventuras más grande de su vida,
así que sin pensarlo se enlistó y me dejó con una promesa de que regresaría y con la
esperanza de que cuando volviera podríamos casarnos.
Llevaba tres años esperándolo ó al menos eso creía cuando no volvía a aceptar ningún otro
tipo de cita.
Tres años en dónde solo el primero tuve noticias sobre él.
Después de ese momento, simplemente las cartas dejaron de aparecer, las palabras se

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esfumaron y seguir esperando ya no valía la pena porque al final de todo solo era una
humana y necesitaba de otros labios para sentirme completa ó al menos no sentirme tan
frustrantemente sola como solía sentirme diariamente.

—Eres hermosa —me susurró sonriendo aquel chico de ojos grise mientras besaba mi
hombro.
Yo rodé los ojos porque sabía que lo era, siempre lo había sido sino no hubiera tenido futuro
en esta industria, dónde la belleza es lo más importante de todo.
Ni siquiera el talento llegaba a ser tan importante si tenías una bonita cara que mostrar, no
obstante, odiaba cuando comenzaban a halagarme de esa manera.

Deseaba que alguna vez alguien me halagara no por mi belleza ni menos mi poder de
actuación, deseaba con toda mi alma que algún día alguien se fijara más allá de eso tan
banal que era mi cuerpo y mi rostro que en unas década más simplemente envejecería y toda
la magia se iría.
Pero solo era eso.
Deseos de cosas imposibles.
Nadie podía verme más allá de eso ni tampoco podía pedírselo a las personas, así que tenía
que quedarme con esos deseos ocultos bajo la manga como sino fueran importantes, sin
embargo, si lo eran para mí.
Creo que no había nadie en este planeta que lograra entenderme.
Se supone que todas las personas tenemos a alguien que nos hace sentir en confianza y sabe
cada uno de nuestros secretos como si fuéramos una hoja en blanco para aquella persona, no
obstante, yo jamás había sido tan afortunada.
Todo el mundo conocía a Camila Cabello la actriz del momento que salía en la mayoría de los
carteles del cine y que si quería podía poner a todos de rodillas, sin embargo, nadie me
conocía.
Nadie sabía que me gustaba tomar un té de manzanilla antes de
dormir y que habían noches en las cuál me quedaba mirando el cielo con toda la naturalidad
del mundo.
A veces quería creeer y pensar que Drew me había conocido pero eso era solo mentirme, ya
que él tampoco lo hacía.
Solo conocía la parte que todos querían ver y la parte que yo me arriesgaba en mostrar,
porque era demasiado arriesgado en este mundo mostrarte tal cual eres.

Debido a que el mundo del espectáculo solo era la suma de muchas mentiras, una cara
bonita y tener la fortaleza para poder arruinar a cualquiera que se te pusiera en tu camino.

—Dime algo que no sepa — respondí frunciendo el ceño por aquel halago y el chico sonrío
mientras acariciaba mi cabello, él no sabía cuánto amaba que las personas hicieran eso, me
encantaba sentir las manos de alguien más en mi cabello que me miraran con dulzura,
aunque nadie lo hacía.
—Creo que las palabras no serían capaces de describirte Camila — suspiró con una sonrisa
verdadera.
La lástima hizo enfásis en mí y decidí decirle la realidad al chico que no conocía su nombre.
Decirle la verdad de que no volvería a verlo y que seguramente lo olvidaría al salir de mi
habitación.

Lo siento pero tengo que irme, fue un gusto conocerte —suspiré ante ello -—Sin
embargo, tienes que irte—el chico me miró extrañado y sus manos dejaron mi cabello
porque estaba confundido por lo que estaba sucediendo.

insideofmysoul
—Pensé que duraría más —respondió bajando la mirada y yo volví a rodar los ojos ya que
había escuchado eso tantas veces que en cierta forma me exasperaba saber que habían
personas como él que creían que alguien como yo se fijaría en él para estar más que un par
de minutos.
Si lo piensas, puedes transformar los minutos en una eternidad
—contesté recordando una de las citas favoritas de mi libro favorito.
Me encantaba sentir al tiempo como un saco de relatividad , dónde dependiendo el momento,
los instrumentos que utilizábamos para medir el tiempo dejaban de ser precisos y el tiempo
tomaba su propia forma de medir —Ahora véte—sentencié seria mientras miraba la hora en
el reloj que invadía la pared de color coral de mi habitación — Tengo que vestirme sino
llegaré tarde —el chico frunció el ceño y entendí que él no se iría fácilmente —No me hagas
llamar a mis guardias
—acerqué mis manos a su rostro— Tienes un lindo rostro para que sea dañado por la
brutalidad de mis guardias, es mejor que te vayas — no recuerdo si el chico me dijo algo ó
simplemente se fue porque yo me dirigí a mi armario para sacar el vestido que
Anna había dejado listo hoy en la mañana y entré al baño para arreglarme.

Me di una ducha rápida recordando los besos de aquel chico, realmente era un buen besador
y hasta sus caricias parecían profundas y tiernas.
Pero nada de eso importaba debido a que no lo volvería a ver.
El agua caliente tocó cada centímetro de mi piel y de nuevo la soledad que era estar en esta
casa me azotaba como una tormenta.
Odiaba estar sola, tal vez por eso había escogido vivir como actriz ya que en teoría nunca
estabas sola, siempre estabas rodeada de personas.
Pero yo me sentía sola cada minuto, como sino tuviera a nadie a quien recurrir si me pasaba
algo y en cierta forma esa era mi realidad.
Estaba sola en el mundo.
Cerré el grifo y mientras me secaba trataba de recordar el tiempo en que sentí al menos
atracción hacia Drew, por primera vez en varios meses quise saber dónde realmente estaba,
si había muerto y esa era la razón por la cual dejó de escribir y jamás volvió.
Ó sino había regresado porque había encontrado a una chica mejor
que yo.

Me puse el vestido blanco largo que estaba colgado en la puerta y trataba de pensar en el
panorama que tenía esta semana.
Había terminado de rodar mi última película hace dos días, por lo tanto, ahora podía disfrutar
de esos meses de reposo que siempre me tomaba antes de comenzar un nuevo proyecto, sin
embargo recordé la película de John y como me quería de protagonista y aunque pensé
rechazar su papel ya que a pesar de que quería a John como un hermano, sus películas no
daban ningún tipo de fama y aunque sus diálogos eran muy buenas como las tomas, nadie
apreciaba ese tipo de trabajo y se dejaban llevar por las películas de directores más
conocidos que él y que aunque repitieran las historias y a veces hasta los mismos diálogos,las
personas seguían viendólas emocionados en el cine como si fuera algo nuevo.

Me retoqué por última vez el maquillaje y por un segundo pude ver a la verdadera Camila en
el espejo, su mirada era triste.
La conocía tan bien que a veces tenía ganas de abrazarla y decirle que todo cambiaría.
Pero jamás lo hacía, la vida siempre seguía siendo la misma.

Igual de falsa.
Y sin color.

insideofmysoul
No sé en que momento la vida se convirtió en esto, en que sólo eras parte de un sistema que
quería venderte como si fueras una cosa y no una persona.
Es decir siempre había sido así pero después de la guerra esto se acentúo aún más, era algo
normal ver mi rostro por las películas y por los cientos de productos inútiles que publicitaba
para ganar más dinero.

El mundo giraba alrededor de las cosas como si la felicidad estuviera ligada a comprarte el
nuevo automóvil del mercado ó el nuevo vestido de marca que aparecía por todas partes.

La felicidad se había convertido en una acumulación de cosas que eran realmente


innecesarias, sin embargo, las personas no dejaban de comprarlas.
Suspiré al entrar al salón dónde John siempre me invitaba para conversar sobre sus
proyectos.
Wra bastante elegante hasta para él pero solo me invitaba aquí porque no quería que mi
imagen fuera criticada por visitar un lugar menos exclusivo que éste.
Pude ver sin sorpresa las grandes lámparas de arañas que alumbraban todo el lugar, parecía
un castillo de cristal, como si todo se pudiera romper fácilmente.
El lugar estaba lleno como siempre de hombres con elegantes trajes y chicas que pasaban
casi todo su día maquillandóse para salir decentes en las fotos públicas que siempre exponían
en este tipo de lugares .

Conocía a cada persona que estaba aquí adentro, había compartido con todos al menos un par
de palabras.
Con algunos hombres más que eso y lo pude notar cuando al verme varios sonrieron hacia
sus adentros y prefirieron apartar la vista para tomar un sorbo de sus bebidas.

La elegancia se respiraba en el aire pero nada de eso me sorpendía, había vivido en este
mundo siempre así que cualquier cosa relacionado con la elegancia y el despilfarro no era
nada nuevo para mí.
El jazz envolvía el lugar con una interesante canción en el piano que sólo daba más
dramatismo a esta escena que parecía salida de una película de los años veinte sobre la
mafia.

Caminé segura tratando de encontrar entre la multitud a John, sin embargo, cuándo estuve a
punto de rendirme en mi búsqueda, una chica rubia de ojos azules que conocía tan bien se
acercó a mí.
Se llamaba Claire Resné y aunque era nueva en el cine americano, llevaba ina larga
trayectoria en el cine francés, ya que ella era originaria de allá.
Lo cual se podía notar a leguas en su piel blanquecina y la elegancia y rebeldía que los
parisinos mostraban con cualquiera eran notorios y más en ella por su gusto anormal por las
chicas.
Todo el mundo lo sabía pero nadie lo decía a sus oídos, era mejor así porque nadie quería
perder a aquella rubia de su lista de amigos.
Ella era simplemente encantadora .
—Vaya Cabello, no pensé en verte por aquí antes de las diez-—me dijo con una sonrisa
cautivadora mientras ponía algo de bebida en sus labios, sonreí ante su saludo, ella siempre
era así de directa y eso era lo que más me gustaba de aquella rubia.

— Digamos que tuve una cita previa que no me terminó de encantar para llegar tarde
—respondí riendo y ella asintió e hizo lo mismo, sus grandes ojos azules le daban una
picardía única y sabía que en su mente estaba tratando de imaginar a que chico había

insideofmysoul
conquistado esta vez.
—Eso está muy mal, todos deben complacerte ¿no es así? —sugirió tomando mi mano hacia
una de las mesas que supuse que era dónde estaba ella porque pude ver su bolso y la copas
demás que llevaba, sin embargo, como buena francesa el champagne no se le había subido a
la cabeza ni un poco.

—Así es — dije con una pequeña sonrisa y ella me hizo sentarme para compartir un
momento, corrió uno de los mechones rebeldes que caían en mi rostro y no dudó en acercar
sus labios rojos hasta mi oído para contarme algo, sentí como mi piel se erizaba ante aquel
simple contacto, era extraño pero siempre sentía aquello cuando la francesa se acercaba
demasiado a mi cuerpo, rompiendo cualquier tipo de distancia que pudiese existir entr
nosotras.

—¿Ves a la chica de ahí? —me susurró señalando delicadamente con su mano a la chica de
cabello castaño que estaba a solo dos mesas de nosotras.
Estaba de espalda así que no podía reconocerla pero era bastante linda y su vestido negro se
acentuaba en todo su cuerpo — Me la he tirado esta tarde— comentó orgullosa sin ningún
tipo de sutileza en aquel comentario mientras se arreglaba el vestido y lamía sus labios ante
el recuerdo, yo traté de averiguar de quién se trataba, hasta que mis ojos se abrieron como
platos al ver que era Danielle Letelier una de las actrices favoritas de mi padre.
Jamás me hubiera imaginado que el poder de Claire llegara a conquistar a aquella chica
tímida que tenía un gran talento pero era una gema sin pulir.
No te creo —respondí seria viendóla dos veces y Claire solo se acomodó a su asiento
para sonreír ogullosa.
Parece que soy mejor conquistadora que tú, Cabello — volvió a tomar un sorbo de su
bebida—Puedo enseñarte mis trucos cuando quieras — sugirió segura abrazándome
dejando aquella risita sonora que siempre dejaba en el ambiente cada vez que
hablaba.
—Creo que paso, ese tipo de — tragué saliva antes de continuar ya que realmente me sentía
incómoda frente a esa conversación.
No me gustaban las chicas jamás lo habían hecho y tampoco me parecía normal sentir
aquella atracción tan fuerte, aunque me agradara Claire y fuera una de las pocas personas en
que lograba confiar, eso no significaba que no dejara de ser raro ver como conquistaba a
personas de su mismo género —Gustos no son lo mío —respondí tratando de calmarme y
Claire esbozó una cálida sonrisa comprendiendo que estaba demasiado incómoda como para
hablar.
—Bien, tú te lo pierdes — dijo algo decepcionada por mi respuesta
,sin embargo, la verdad ni siquiera sabía que decir frente a eso — Los americanos son algo
serios para sus reuniones — bufó mientras terminaba con su bebida y yo me encogí de
hombros porque era cierto.
Había estado durante dos años en Europa, especialmente en Francia y era otro tipo de vida.
Podías sentir el sexo en cada calle como si el pudor no existiera y si hablabamos de París , era
como si cualquier cosa fuera aceptada en sus calles.

—Creo que ustedes son demasiado libertinos Claire —respondí esbozando una sonrisa y ella
asintió hacia mi respuesta, la verdad es que en Los Angeles podía pasar lo que sea igual que
en Nueva York, nada era nuevo pero todo se mantenía en secreto porque era mejor dejarlo
así.

—También—afirmó esbozando una pequeña sonrisa cómplice antes de terminar con un sorbo
todo lo que se encontraba en su copa—Pero cuentáme Camila alguna conquista que valga la
pena contar — me preguntó mientras llamaba a un mesero para que le trajeran una nueva

insideofmysoul
copa de champagne.
Yo reí ante eso porque sería un milagro no ver a esa mujer sin una copa entre sus manos,
muchos decían que bebía para olvidar la parte de la guerra que había vivido en París antes de
emigar a Estados unidos, otros decían que era porque la mantenía viva.
Sinceramente yo creo que la bebida la ayudaba a no perder su esencia entre un mundo que
solo recibía productos de todas partes, sin embargo, eso no significaba que a pesar de todos
sus esfuerzos, ella seguía siendo igual que todos.

—No —suspiré mientras sostenía la copa que me había pasado


Claire — Aún no hay ningún chico que valga la pena al menos saber su nombre
—contesté frustrada tomando de mi bebida, ella no dijo nada y solo me miró con aquellos ojos
azulados que parecían saber todo sobre la vida.

Eso pasa porque los americanos no saben enamorar como lo hacen los franceses —
dijo marcando claramente su acento parisino y yo no dudé en reír por aquello debido
a que tenía razó.
Ella a pesar de ser mujer podía cautivar a quien sea.
Tenía un poder de atracción increíble que podía hacerte suspirar si así ella lo deseaba.

Las conversaciones con Claire siempre eran las más verdaderas que tenía en aquellos lugares.
Ella era lo más cercano que tenía a una amiga y no dudaba en contarme sobre sus conquistas
cada vez que quería, aunque la verdad a mi me encantaba cuando hablaba sobre política,
Claire era una experta en el tema y siempre comentaba como estuvo en la resistencia en
París cuando Alemania se apoderó de la ciudad al principio de la guerra.
A pesar de que lo contaba como si fuera una heroína de guerra, había aprendido a conocer a
las personas que sabía que le dolía recordar aquellos años.
Tal vez la bebida simplemente causaba que ella olvidara la parte mala de aquellos sucesos y
le daba la seguridad para hablar sin destruirse a si misma.

—En fin Camila, ¿cuál es la razón de tener el agrado de tenerte esta noche por aquí ? —
preguntó sugerente y yo seguí buscando a John hasta que sentí las finas manos de Claire
sobre las mías — ¿algún chico que me quieras presentar?— contestó riendo mientras seguía
terminandóse lo que quedaba en su copa.
He quedado con John, quiere que participe en una de sus películas —respondí sin
darle importancia y Claire asintió emocionada apenas escuchó la noticia.

—Me parece fantástico, seremos compañeras entonces—comentó alegre y yo la miré


extrañada, ni siquiera sabía de que iba la película, solo sabía que él me quería de
protagonista y que no podía negarme porque le debía un favor.

—Te lo ha propuesto también —Claire asintió emocionada.

—Sí, mi papel me ha encantado y no he podido decirle que no, supongo que tendrá un papel
más grandioso aún para ti, es todo un visionario —una sonrisa se esbozó en mis labios
cuando pude encontrar a John a unas mesas de la
nuestra, él estaba solo disfrutando un habano mientras que estaba vestido elegantemente con
un traje blanco que resaltaba sus facciones.
—Lo siento, tengo que irme Claire —contesté mientras me paraba y tomaba la copa que
estaba tomando hace unos minutos — Nos vemos en la salida
—la rubia no dudó en acercarse a mí para besar mi mejilla acto que se convirtió rápidamente
en un guiño tan característico en ella.

insideofmysoul
—Espero verte pronto Cabello, siempre es un agrado compartir unos minutos con una buena
amiga — sentía exactamento lo mismo cuando hablaba con ella así que con una sonrisa le
hice saber que a mi también me agradaba hacerlo.

Seguí mi camino hacia la mesa dónde estaba John cuando pude sentir que alguien tropezaba
sobre mí y en unos segundos hizo que toda mi bebida se regara sobre mi vestido blanco.
Mis ojos se abrieron como platos por eso y fruncí enojada el ceño dandóme vuelta para ver de
quién se trataba.
Cuando me di vuelta pude ver a una chica un poco más alta que yo, con un abrigo café que
parecía más bien negro, con el cabello negro atado a un moño improvisado y con unos ojos
verdes que jamás había visto de tal intensidad.
Era hermosa aunque pareciera apurada y yo estaba enojada por haber destruido en segundos
mi vestido nuevo que había traído desde París.
—Ten más cuidado — grité enojada mientras la chica bajaba la mirada asustada por lo que
acababa de suceder con mi vestido, pude ver como en unos pocos segundos sus ojos verdes
se oscurecían sin razón alguna dejando que el miedo los arropara entre sus cándidos brazos.

De seguro debía trabajar aquí.


Lo siento muchísimo señorita — me dijo sin mirarme y aunque seguía enojada por el
accidente, su mirada triste y desesperada me hizo dar un vuelco en lo más profundo
de mi ser como si realmente me afectara.
¿Lamentarlo?—pregunté frunciendo aún más el ceño por aquella respuesta, la chica
se quedó en silencio mientras veía como las palabras no salían de sus labios y todo su
cuerpo se quedaba paralizado ante cada letra que salía de mi boca—Destruiste mi
vestido nuevo — contesté mordiendo mi lengua porque no quería decir aquello,
estaba tan acostumbrada a tratar a las personas como sino fueran nada que ahora
cuando sentía hasta lástima por alguien, no podía controlarme.
Suspiré ante la frustración de aquel momento y aunque hubiera sido tan fácil como
simplemente ignorar lo que había sucedido, yo seguía mostrándome firme frente a una
situación que no tenía mi atención más allá que la mirada que había puesto aquella chica
frente a mis comentario.

Puedo arreglarlo —respondió tratando de que sus palabras no se


trabaran al salir de su boca—por favor, acepte mis disculpas — se apresuró a decir pero ni ella
estaba segura de lo que decía, en su interior debía saber que no podía arreglar lo que había
sucedido de ninguna manera .

—No te alcanzaría ni la vida para poder pagarme el vestido —no me había fijado que todo el
mundo nos veía queriendo saber lo que sucedía y la chica seguía sin mirarme, cuando lo
único que deseaba en aquel momento era volver a ver aquellos ojos verdes de nuevo.
Iba a decir algo cuándo una señora baja llegó hasta dónde estábamos e intervino en la
situación.

—¿Qué sucede señorita Cabello? —me preguntó asustada al ver la mancha en mi vestido, la
situación no necesitaba explicaciones y la señora no dudó en ver enojada a la chica que
estaba al frente de nosotras —Ya veo , yo me encagaré no se preocupe, le pido disculpas por
su vestido — comentó seria mientras le pedía a la chica que la acompañara.
La chica de ojos verdes no dijo nada pero pude ver la tristeza en aquellos ojos tan poco
comunes y eso me hizo sentir como dagas porque no quería que esto sucediera pero ya había
sucedido y no podía hacer nada en contra de ello.
Me quedé inmóvil viendo como la chica se iba y yo no hacía nada para remediarlo hasta que
sentí una mano tocar mi hombro y al darme vuelta vi la sonrisa de John hacia mi.

insideofmysoul
-—Vaya, siempre sabes hacer una gran entrada—comentó entre risas y yo lo fulminé con la
mirada porque hoy no estaba de humor para nada, él entendió aquello y tomó mi mano para
dirigirme hacia su mesa, aunque yo no dejaba de pensar en aquellos ojos verdes —Me alegra
mucho de que hayas aceptado mi invitación —contestó con una sonrisa mientras trataba de
pasar una servilleta sobre mi notoria mancha —Sigues viéndote hermosa, como siempre —
sugirió dejando la servilleta sobre la mesa y yo rodé los ojos por aquellos, John era todo un
caballero y me agradaba su presencia pero a veces solo se me hacía pesado hasta el hecho
de hablarle.

—Creo que no debí tratar así a la chica — dije en voz baja y John sonrío al escucharme, me
sentí una tonta cuando me di cuenta que no lo había dejado solo en mis pensamientos aquel
comentario.

Bueno Lauren se las arreglará — lo miré extrañada al no saber a quién se refería —La
chica se llama Lauren y es la cantante de esta noche, acabas de dejarnos sin
diversión, cariño —contestó entre risas y me sentí peor al saber aquello, sinceramente
aquel castaño no estaba siendo de gran ayuda.
-—Gracias por hacerme sentir peor—agregué bufando a lo cuál él se limitó a ladear la cabeza.
—Sé que te puede hacer sentir mejor, mi propuesta —comentó orgulloso mientras sacaba un
papel de su bolsillo.
—John enserio no estoy para propuestas hoy — suspiré entre cansada y enojada, mientras él
solo rodó los ojos volvió a tomar el hilo de la conversación.
—Si te sientes tan mal por la chica, siempre puedes ir y disculparte
—sentenció haciendo que frunciera el ceño porque aquello no era ni siquiera una posibilidad,
sin embargo, una sonrisa triunfante aún seguía entre sus labios—Aunque, la verdad es
bastante seguro el despido de esa chica —admitió encogiéndose de hombros—Supongo que
no es su día —agregó haciéndome sentir peor que en un principio como si eso fuera
realmente posible, nunca me había sentido de esa forma tan culpable y apenas seguí
escuchando sus palabras tratando de ignorarlas ya que no deseaba recordar lo que había
sucedido hace solo un par de minutos.

No obstante, de pronto su mano se puso sobre las mías y con una cálida sonrisa se atrevió a
seguir hablando sobre el tema —Pues te tengo una porpuesta para que tu corazón caritativo
no se muera, contrataré a la chica para que haga de cantante en mi película solo si tú
aceptas ser mi estrella —dijo mientras quitaba sus manos sobre las mías y acercaba su copa
hacia sus labios, tomando un trago al seco de la bebida que tenía entre sus manos.

¿Harías eso?— pregunté preocupada al razonar por primera vez lo que había hecho
con mi reacción exagerada frente a la situación, John no tardó en asentir frente a mi
pregunta.

—Claro que sí—afirmó dejando la copa sobre la mesa—Lauren es muy buena, demasiado
buena para este lugar y su voz me servirá mucho para mi película al igual que tenerte a ti
como protagonista—sugirió con una sonrisa y yo no dudé en aceptar aquella oferta, la chica
no tenía la culpa de su torpeza, a todos nos podía pasar me convencí mentalmente sobre lo
que había sucedido, ya que la culpa no dejaba de carcomerme ante el recuerdo de los ojos
verdes más extraños que había visto en mi vida.
Además había algo en ella que ni siquiera podía saber que era pero que me hacía sentir de
una manera tan poco real.

Había visto chicas más bellas que ella como para asegurar que la razón de aquello era su

insideofmysoul
belleza, sin embargo, había algo distinto que jamás había visto en alguien más y que
definitivamente quería seguir viendo hasta que supiera de que se tratara.
Lauren me repetí una y otra vez para no olvidar aquel nombre, sabía que ésta no sería la
última vez que vería aquella chica así que necesitaba aprenderme su nombre.
Capítulo 2: Había una vez una cantante Girl , your eyes makes me miss,
Like you that day we met , But now your smile ,

is the best map ,

that i ever had . (The missed girl , flies on the wall) New York
Camila 2016

5 días fueron necesarios para que volvieran a abrir las calles cerradas por la remodelación .
Cinco días eternos de los cuales cuatro tuve que tomar el metro y ya el último no pude
soportar más y decidí tomar un taxi aunque me costara como un ojo de la cara , creo que
valió la pena hacer aquello.
Claro que valía la pena , si tomamos en cuenta , que de esos cuatro días , dos pase pérdida
porque tomaba la línea equivocada ó me quedaba en la estación que no era . Y como si eso
no fuera suficiente , podía sentir como todos me miraban contrariados cuando me ponía a
maldecir en español por mi mala suerte .

Odiaba al mundo por hacerme aquella tortura de tener que tomar el metro por cuatro días
seguidos y como mi suerte nunca termina de ser mala , tuve que encontrarme con Lucy en
dos de esas ocasiones.
Al parecer había terminado con su novia , no me quiso decir las razones y tampoco se las
pedí .
Ella simplemente se limitó a contarme eso y decirme que lo nuestro había terminado , porque
se había dado cuenta que amaba a su novia .

Era algo que esperaba , pero mi corazón se partió al escuchar


aquello .

Creo que ese día solamente quería tirarme en mi cama , llorar y seguir maldiciendo su
nombre hasta las altas horas de la noche y así lo hice .

A tres días de aquel suceso , lo único que me animaba es que tenía una nueva audición el
próximo lunes y tal vez sería mi día de suerte .
Es tan hermosa Mila - me comentó por milésima vez Dinah y yo solo rodé los ojos por
aquello , había estado toda la tarde hablando de lo maravillosa que podía ser Normani
Kordei y aunque sabía que eso era cierto , me bastó con la primera vez que me lo
dijo .

¿Por qué no le hablas Dinah? - le pregunté algo estresada porque las líneas que tenía
que decir para mi audición no salían , es como si mi mente no quisiera saber nada
sobre aquel libreto que tenía en mis manos .

Tal vez porque tiene novio - respondió con obviedad y yo solo negué ante la actitud
tan infantil que estaban teniendo ambas hacia su situación , porque ni siquiera podía
ser una relación , ya que ninguna había dicho más de diez palabras frente a la otra y
de esas , ocho de seguro tenían que ver con trabajo . Me estaba hartando de verlas
suspirar todo el día por la otra , aunque con Mani eso se había detenido desde que

insideofmysoul
salía con Bryan , ahora solo me hablaba sobre las citas que tenía con él y que le
ayudara a hacer calzar su agenda para poder verlo todos los días
, cualquiera pensaría que ella estaba suspirando a mi amiga rubia , pero yo la conocía tan
bien que realmente lo que hacía era ocupar su tiempo en otra cosa que no fuera pensar en
Dinah .

-Pero antes no lo tenía - contesté bufando mientras iba a la nevera por un poco de jugo para
poder seguir en mi tarea de aprenderme las líneas del libreto , la verdad es que no iba por un
papel grande , aceptaba cualquier papel , pero amaba el papel de Marie la protagonista quién
había sido secuestrada en una de las playas de México por una banda de narcotraficantes y
en todo el libreto trataba de contrastar su nueva realidad con sus mayores miedos y así es
como el libreto se había ganado mi corazón , porque era altamente emotivo y expresivo , tal
vez sería una gran obra de arte cinematográfico con los actores correctos - si te hubieras
atrevido a hablarle nada de esto estaría pasando - le regañé sin dejar de ver el libreto
, Dinah suspiró y se sentó a mi lado quitandóme el libreto y tirandólo lejos para que la
tomara en cuenta , yo fruncí el ceño por eso .

-Es que no puedo , cuando estoy con ella es como si me volviera estúpida - rodé los ojos
mientras me levantaba a ver mi libreto y lo dejaba sobre la mesa para que Dinah no pensara
romperlo para tener su atención . Su inseguridad hacia todo lo relacionado con Mani
realmente me estaba hartando , pero pasaba lo mismo con Mani cuando metía el tema de
Dinah , ella se ponía nerviosa y prefería no hablar del tema , lo cual solo me daba ganas de
tirarme de un puente , porque no podía creer que ninguna se atreviera a dar el primer paso
cuando era obvio que las dos babeaban por estar juntas .
-Ya y puedes estar con todo Nueva York , Dinah por favor solo hablale no te vas a morir por
eso - suspiré mientras trataba de recordar la última
línea que había leído .
Dinah no dijo nada por un buen rato y eso me sorprendió , ella nunca solía callarse .

Creo que debemos salir - respondió segura mientras se levantaba para ir hacia su
habitación , era sábado y casi eran las nueve de la noche , bastante temprano , pero
no quería salir desde el hecho de que casi nos morimos el lunes por la gran idea de
salir .

-No voy a ir a ninguna parte- contesté sin importancia sin pararme y Dinah me fulminó con la
mirada por aquello para luego acercarse a mí para obligarme a seguirla .
Tú también saldrás necesitas olvidar a la puta de Lucy - a Dinah jamás le había caído
bien Lucy y a ¿quién podría caerle bien ? , ella traicionaba a su novia conmigo y yo
era la amante , ambas pagabamos los platos rotos para todo el mundo y ni siquiera
estaba segura de quién era peor , ella por traicionar a su novia ó yo por aceptar
aquello a pesar de que sabía que estaba destruyendóle indirectamente el corazón a
alguna chica que no conocía .
Dinah por favor , no estoy de ánimos para salir - bufé pero ya era muy tarde porque
Dinah ya me había hecho entrar a su habitación , lo cual solo significaba que ella no
me dejaría en paz hasta que me cambiara de ropa y saliera con ella - además tengo
que aprenderme el guión - dije tratando de convencerla pero ella solo me ignoró y
salió con ropa entre sus brazos para tirarla a la cama .

No voy a escuchar peros , escoge algo de ahí , vamos a tener una noche genial - me
dijo con una sonrisa mientras volvía a su clóset para vestirse , suspiré porque sabía
que no había vuelta atrás después de eso , así que preferí no poner resistencia y

insideofmysoul
comenzar algo que me quedara decente entre la ropa de Dinah , lo cual se me hacía
casi imposible por el hecho de que mi amiga tenía una importante ventaja que yo ni
siquiera asomaba , ella tenía pechos .

Por lo tanto , su ropa me quedaba horrible por no tener nada que mostrar . Después de
varios minutos tratando de decidir que me ponía , me decidí por una blusa manga larga negra
a rayas y un par de jeans blancos , seguramente era lo mejor que me quedaría entre toda la
ropa que Dinah tenía en su habitación y digamos que ella tenía casi toda una tienda de ropa
entre estas cuatro paredes .
Comencé a sacarme la ropa con la que había llegado al departamento de Dinah y cuando
estaba solo en ropa interior , ella apareció con una sonrisa entre sus labios .
¿Dónde quedaron tus pechos Cabello? - rodé los ojos ante aquel comentario y seguí
vistiendóme mientras la ignoraba - ah cierto que no tienes - respondió riendo y no
dije nada porque tenía razón, sin embargo , tampoco le iba a dar la razón .
Dinah vístete por favor , que ni siquiera fue mi idea salir - suspiré mientras me
acomodaba la blusa frente a su espejo , Dinah no dudó en acercarse a mí y golpear
suavemente mi trasero , siempre lo hacía .

Al menos tienes un trasero de diosa - contestó con una sonrisa y yo no sabía si reír
por aquello ó solo seguir ignorándola , estaba tan acostumbrada a sus chistes sobre
mi físico , en dónde solía alabar mi trasero pero siempre me recriminaba el hecho de
no tener unos pechos tan grandes como los de ella .

La verdad ya le había dejado de dar importancia a aquello , porque Lucy siempre solía alabar
mi trasero .
Suspiré frente al espejo , definitivamente se me haría muy difícil olvidar a aquella chica.

Conocia todos los bares existentes en Nueva York por la culpa de Dinah , ya que ella siempre
deseaba conocer un lugar nuevo así que luego de cinco años de amistad he conocido cada
uno de los bares que rodean la gran manzana y aunque son muy pocos los que recuerdo con
exactitud , el que hoy había escogido Dinah no tenía nada para que lo reconociera en mi
memoria , aunque ella me había asegurado que ya había venido varias veces .

La música a todo volumen , cientos de personas balanceando sus caderas al sonido de la


música , el olor a alcohol y el hecho de que las luces estaban cegandóme eran la razón por la
cual odiaba venir a estos lugares . Realmente no los odiaba , solo prefería quedarme en cada
leyendo algún libro ó viendo la última película que Tarantino me podía ofrecer . Yo no estaba
hecha para salir cada noche ni menos para hacerlo en los bares de Nueva York , pero dejar a
Dinah sola , era como dejar una bomba en medio del metro , era un peligro estatal seguro .

El potente olor a marihuana salía y entraba en aquel lugar reducido de tal vez unos cien
metros cuadrados e hizo que mi estómago se retorciera , porque de todos los olores ese era
justamente el que más odiaba . Tosí varias veces por el contacto directo que tenía con el
humo de los pitos de muchos que estaban tratando de desvanecer sus problemas a través de
la música y traté de rezar para que ésta vez no tuviéramos tan mala suerte como el lunes .

insideofmysoul
Dinah estaba muy animada pidiendo al barman dos mojitos como
siempre solía comenzar su ronda sagrada de alcohol , ella siempre decía que debíamos tomar
algo ligero para luego ir a lo grande , ya que así no caíamos en la perdición que eran aquellos
bares , nunca supe si tenía razón ó no , yo solo me limitaba a seguirla incómoda tratando de
alejarme del olor a marihuana .

Solo fueron unos minutos en los que mi vista fue hacia dos personas que estaban teniendo
sexo en medio de la pista para que al regresar mi vista hacia dónde estaba mi alta amiga ella
ya había desaparecido dejandóme sola frente a cientos de personas bailando y disfrutando el
momento .

Traté de buscar a Dinah para no sentirme tan sola ante la ola de personas y el calor casi
sofocante que estaba viviendo aquí , me regañé mentalmente por escoger esta blusa y
cuando no pude encontrar a mi rubia amiga , finalmente me decidí por sentarme en la barra ,
alejada de aquel olor que ya estaba haciendo que mi cabeza diera vueltas .

Pedí un poco de tequila para alivianar el mojito que había tomado hace poco y esperaba con
fe que Dinah se aburriera rápidamente de este bar , porque creo que no podría resistir hasta
la madrugada aquí .

Tomé despacio mi bebida tratando de hacer algo productivo y recordar mi guión , hasta que
fui interrumpida por alguien a mis espaldas , me di vuelta para ver de quién se trataba y
pude ver a una chica pelirroja con unos shorts negros , una blusa que dejaba ver todo su
ejercitado abdomen y unas botas negras hasta la rodilla . Al mirar su rostro vi una sonrisa
que invadía su cara y noté el piercing que tenía en la nariz , el cual brillaba de a poco cuando
las luces se acercaban a nosotras ,era bastante guapa .
Hola soy Hayley y tú eres? - no me sentí extrañada ante aquel gesto , era normal que
en los bares las personas dejaran su timidez y se acercaran a todo el mundo , muchas
veces hasta me habían pedido tener sexo sin ni siquiera saber mi nombre .
Camila mucho gusto - respondí mientras notaba la gargantilla de oro que llevaba en el
cuello , me llamó mucho la atención de que se atreviera a salir por las calles de nueva
york así , cualquiera lo hubiera dudado ya que era un robo seguro .

-No te molesta si te acompaño ¿cierto?- negué con la cabeza porque realmente no me


molestaba , parecía bastante agradable y al menos no tenía el olor a marihuana impregnado
en sus ropas , noté nuevamente la sonrisa en el rostro de la pelirroja y sacó un cigarrillo de
sus bolsillos no sin antes ofrecerme un poco .
-No fumo - contesté encogiendóme de hombros y por alguna razón
ella rió por aquello como si fuera lo más chistoso del mundo escuchar a alguién decir que no
fumaba .
Así que sana - dijo riendo mientras tiraba el humo de su cigarrillo
eso es interesante , nunca te había visto por aquí - confesó Hayley y creo que estaría
demás decirle que yo tampoco le conocía .
No suelo salir mucho -me excusé aunque literalmente no era cierto porque Dinah
siempre me metía en sus planes , pero por mi misma rara vez salía .
-Ya veo , así que Camila ¿chicas o chicos? - preguntó interesada y mi razón me hizo elegir
por chicos , ya que así no tendría ni siquiera la oportunidad de estar con esa chica , tenía
demasiado problemas por las chicas con mi vida y por primera vez en mucho tiempo deseaba
ser hetero. Sin embargo mi cerebro siempre me traicionaba y no me dejaba mentir cuando
estaba nerviosa .
Chicas y tú?- suspiré triste al recordar a Lucy , la chica esbozó otra sonrisa y no tardó

insideofmysoul
en poner sus manos sobre las mías , las cuales estaban calientes por el cigarrillo y su
tacto era suave .
Altamente Hetero - contestó riendo y no supe si hablaba enserio ó solo lo estaba
diciendo sarcásticamente aunque no encontré nada en su frase que la delatara - solo
me volvería lesbiana por uan chica y ya la verás - fruncí el ceño al no saber a lo que
se refería hasta que me di vuelta para ver que es lo que le llamaba la atención a la
pelirroja y pude notar que la música se había ido y las luces estaban siendo prendidas
porque había una banda en el escenario - ¿lo has escuchado? - me preguntó
amablemente y yo me negué porque no tenía ni la menor idea de que aquí tocaba
alguien- decir que son buenos les queda corto - comentó riendo mientras se
levantaba para acercarse al escenario y yo la seguí para ver si la chica tenía razón ,
tuvimos que pasar entre medio de las personas que miraban con emoción el
escenario para ver a la supuesta banda que saldría , al parecer todo el mundo sabía
de quienes se trataban excepto yo .

Unos minutos después un chico con la mitad de su cabello rapado y la otra mitad puesta en
una trenza larga salió y tomó el micrófono para presentarse , aunque no lo necesitaba porque
por el grito eufórico de todo el mundo , todos sabían de quién se trataba .

Que tal Nueva York - gritó el chico aumentando la euforia en aquel lugar y Hayley se
limitó a sonreír mientras me contaba que solía venir todas las noches dónde aquella
banda se presentaba , me decía que era fanática desde que había nacido hace dos
años en pequeño bar de la parte Bronx de Nueva York - eso es lo que quería escuchar
- dijo riendo y dando algunos movimientos con el micrófono mientras pensaba en que
decir - hoy como todas las noches , haremos que su corazón salga del pecho y que se
sientan - no le dieron tiempo ni para responder al chico porque todos contestaron con
euforia como "moscas en la pared" , me sentía
tan lejana a aquel concierto improvisado que definitivamente no lo era , pero yo no me lo
hubiera imaginado .

Así se llama el grupo - me explicó Hayley y me hablaba sobre no sé que pero no


podía escucharla por los gritos de todo el mundo hasta que ella dejó de prestarme
atención cuando en el escenario apareció una chica pelinegra con unos pantalones de
cuero y una blusa blanca manga corta que hacía mostrar el aro perforado que tenía
en su ombligo , todos gritaban por la intervención de la chica pero yo no podía dejar
de verla ,era realmente hermosa .

Sin más le quitó el micrófono al tipo que estaba hablando y con una sonrisa comenzó a hablar
tomando toda mi atención .

Disculpen a Ty ,le encanta joder siempre , así que ¿están preparados para la mejor
noche de sus vidas? - la voz rasposa de la chica logró traspasar cada fibra de mi
cuerpo y por un segundo solo quería escuchar aquella voz en mi oído ,todos volvieron
a gritar y la chica rió por aquello dando un pequeño paseo por el escenario hasta que
retomó el control de la noche - Bueno como todas las noches , sé que vienen solo a
verme a mí - sonrío con picardía y no pude evitar sonreír como estúpida porque no
podía dejar de verla - pero ya que es una banda , les presentaré a los chicos - la
chica giró su micrófono y las luces se enfocaron en cuatro hombres que salían de las
cortinas - en la batería tenemos a Zac , quién no está disponible para ustedes chicas -

insideofmysoul
esa chica sabía como controlar a todo el mundo
, porque realmente lo hacía sin necesidad de utilizar algo más allá que su voz la cual era
perfecta al igual que ella - en el teclado tenemos al idiota de Ty a quien ya conocen - todos
rieron por aquello y la chica se acercó a un chico con tatuajes en todo su brazo derecho y que
llevaba colgando en el cuello un bajo - él es el más sexy de todos ,nuestro bajista Dj - la
chica no dudó en darle un beso al chico mientras todos seguían gritando euforicos y la chica
sonreía después de despegar sus labios del chico - y finalmente pero no menos importante ,
en la guitarra tenemos a Blake y somos flies on the wall - gritó y por unos segundos mi
mirada interceptó con la de la chica animada y no sé si fue mi imaginación o el hecho de que
ella estaba haciendóme enloquecer en tan solo unos minutos , pude ver que me guiñaba el
ojo , hasta que comenzó a saltar con los toques de batería dando comienzo a una de sus
canciones .

Todos cantaban gritandos sus canciones mientras yo solo podía ver a la bella cantante
cantando algo parecido a rock , pero realmente no estaba segura porque las canciones no me
importaban , yo solo me concentraba en ella como si fuera la única en aquel lugar . En la
tercera canción recién pude notar los grandes ojos verdes que se iluminaban en el rostro de
aquella chica la cual deseaba saber su
nombre ,su piel blanca contrastaba con todo el atuendo rockero que le quedaba perfecto .

A la cuarta canción , ella dejó el micrófono por unos segundos y salió del escenario mientrs
había un solo de bajo y de la batería , miré a Hayley buscando una explicación para aquello y
ella no dudó en responderme que era una de sus canciones favoritas .

Vaya parece que el efecto Jauregui te traspasó - comentó animada pero no entendía
ni un poco de lo que había dicho - Lauren Jauregui puede convertirte en lesbiana en
segundos , pero tú ya lo eres - rió ante aquello y recién pude entender la chica a la
que se refería Hayley con la cual no dudaría en convertise en lesbiana - daría lo que
fuera por sentir sus labios , es perfecta - contestó con un suspiro y yo asentí porque
tenía toda la razón , cuando devolví la vista al escenario la chica ya había vuelto
mientras en mi mente solo podía repetir su nombre una y otra vez como si tuviera
miedo a olvidarlo completamente , la chica volvió con una botella de agua , tomó un
sorbo y no dudó en tirarla al lado de la batería mientras pasaba su mano sobre su
cabello para apartarlo de su rostro , era un gesto tan común pero en ella todo era
deslumbrante y eso me hizo pensar que la había visto antes , no era la primera vez
que la veía .

Traté de recordar donde la había visto pero mi memoria no sirvió de mucho , porque me rendí
rápidamente para seguir disfrutando de aquel concierto que la banda de la chica estaba
dando , definitivamente descargaría todas sus canciones solo para poder escucha r su voz , la
cual tenía algo que me hacía enloquecer con cada palabra que dijera .

Su cabello negro como la noche le daba un aspecto interesante y seductor pero sus labios y
sus ojos hacían todo el trabajo para ser la perdición de seguro para todos los que estábamos
ahí , en todas las cinco canciones que pude contar que llevaban mi mirada nunca se alejó de
la de ella y estoy segura que pudo notarlo porque varias veces veía como sonreía cuando mi
mirada poco disimulada chocaba con sus grandes ojos esmeraldas y como varias veces vi que
se mordía su labio inferior para inmediatamente seguir concentrada con las partes de las
canciones que le tocaba , había algo en ella que no podía describir , era como si estuviera
viendo a una persona con miles de secretos , su mirada delataba la tristeza que trataba de
ocultar frente a todo el público y lo desvanecía con la percusión y el rasgueo de la guitarra ,
pero yo podía notar aquello y sentí una punzada al pensar de esa forma de Lauren , no la

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conocía pero no creo que ella mereciera estar viviendo con esa tristeza que sus ojos y su
delineador negro trataban de ocultar pero que para mí era tan claro como el agua .
Cuando llegó a la sexta canción una sonrisa volvió a enmarcar el rostro de la pelinegra y el
chico que estaba en la batería se acercó a ella para quitarle el micrófono , Lauren no dijo
nada y de nuevo salió del escenario , aunque ésta vez lo hizo más rápido y sin poder ver su
rostro .

-Como todos ya saben , hoy tendrán la suerte de escuchar la nueva canción que nuestra
hermosa chica escribió - todos gritaron al unísono por aquello y yo no dudé en también
emocionarme , al parecer todos estaban colados por la chica , porque la mirada del baterista
delataba la fuerte atracción que sentía hacia Lauren - es algo distinta a lo que hemos tocado
antes , así que esperamos que les guste - sugirió mientras esperaba a que la chica volviera y
así lo hizo , pero esta vez ella traía una guitarra azul colgando de su cuello y un asiento para
sentarse mientras acomodaba el micrófono a su altura , comenzó con unos suaves rasgueos
mientras probaba si estaba afinada la guitarra y una sonrisa volvió a invadirla cuando subió la
mirada y notó que la estaba mirando .

Creo que ya estaba enloqueciendo al creer que todos los gestos que ella hacía era por mí , de
seguro solamente era un efecto colateral que hacía en todos sus conciertos , pero en mi
interior deseaba que fuera por mí .

Ésta canción la escribí hace dos días - comentó mientras devolvía la vista hacia la
guitarra y suavemente posicionaba sus dedos entre las cuerdas- y sé que más de uno
se sentirá identificado , pero solo hay una chica perdida a la cual se la dedico y estoy
segura que ella se dará cuenta de eso esta noche - todos se callaron esperando que la
chica comenzara a tocar y con unos suaves toquees de batería y luego del teclado ,
ella comenzó a tocar su guitarra concentrada dando algunos rasgueos débiles que le
daban la delicadeza a la canción , hasta que a diferencia de todas las canciones que
habían tocado en la noche , ésta era lenta y podía sentir el sentimiento a flor de piel
en la blanca piel de Lauren .

Se trataba sobre el amor y cómo se iba sin más como si se tratase de la brisa del verano ,me
sentí tan identificada con cada una de las palabras que salían de ella y me sentí envuelta en
la magia que podía exponer su voz , ella no miraba a nadie solo se concentraba en los
acordes de su guitarra como si el mundo no existiera y solo fueran ella y aquel instrumento
azul .

Fue tan extraño no escuchar los gritos eufóricos de nadie , solo el sonido de las personas
tocando y como la voz de la pelinegra se acomodaba perfectamente a aquel sonido , traté de
imaginar si yo podría escribir algo tan maravilloso y llegué a la conclusión que no lo haría ni
en un millón de años .

Los ojos verdes de la pelinegra se volvieron lejanos a mi vista y


solo podía sentir su melodiosa voz en cada acorde y letra de la canción , pero el momento en
que sentí que mi respiración se iba fue cuando ella dulcemente cantó casi las últimas líneas
de la canción e hizo que mi corazón se parara por unos segundos .
Girl , your eyes makes me miss, Like you that day we met ,
But now your smile ,
is the best map , that i ever had
Esas simples líneas me hicieron sentirme más identificada que nunca , la canción terminó con
los últimos rasgueos de la chica y yo no podía sacar aquellas cinco líneas de mi cabeza , ya
que solo podía identificar a una persona entre aquellas palabras , la única chica que me hacía

insideofmysoul
sentir pérdida como sino supiera dónde estaba parada .
Lucy .

He aquí un nuevo capítulo , subiré la otra parte pronto , ójala que


les guste .

Con amor Taylor


Había una vez una cantante parte 2

Los Angeles 1947 Lauren

Mis manos temblaban nerviosas desde que Sarah me fulminó con la mirada al ver como había
quedado el vestido de aquella chica por mi torpeza.
Me regañé cientos de veces mentalmente en el corto camino entre dónde había sucedido todo
y la sala de empleados , sabía lo que venía . Sarah había despedido a personas por menos
que eso y yo necesitaba este empleo , no podía perderlo así que traté de ser fuerte y mordí
mi labio inferior para reprimir las lágrimas por haber sido tan tonta y no fijarme en dónde
caminaba .

-Lauren , puedes explicarme que mierda acaba de pasar - me reprendió enojada , yo traté de
ordenar mis ideas y no parecer nerviosa , ni siquiera estaba nerviosa , estaba aterrada .
Había tenido este empleo por cuatro años y la idea de perderlo justo ahora hacía que todo mi
cuerpo se tensara , no podía perderlo porque tenía cuentas que pagar y una niña de seis años
esperandóme en casa .

Yo ..- tragué saliva antes de continuar , ni siquiera me atrevía a verla a los ojos
aunque eso era lo que ella esperaba - lo siento mucho Sarah , fue un error - me mordí
la lengua por decir eso , haber aceptado que era un error solo empeoraba la situación
y vi como Sarah volvía a fruncir el ceño por aquello , ella no aceptaba errores .
Sabes al menos a quién le has destruido el vestido - negué rápidamente porque no
tenía ni la más mínima idea de quién se trataba , apenas había tenido contacto visual
con la chica , pero podía asegurar que era una actriz , tal vez la había visto alguna vez
en algún cartel.
No - respondí casi en un susurro bajando la mirada y rezando que esta vez Sarah
tuviera piedad conmigo , porque eso era lo que necesitaba , un verdadero milagro.
Camila Cabello ¿te suena? - mis ojos se abrieron como platos al escuchar aquel
nombre , bien hecho Lauren , te cargaste con la dueña de la mitad de Los Angeles y
la actriz más conocida del país - ahora entiendes lo serio que es esto - gritó más
enojada que nunca y lo entendía perfectamente - uno ella es una de mis mejores
clientas y dos sería una pésima opción tener el enojo de aquella chica caprichosa , así
que tendré que despedirte Lauren- mordí mi labio con intensidad para poder reprimir
mis lágrimas , esto hizo que llegara hasta sacarme sangre al escuchar aquello ,
realmente esperaba que un milagro me salvara de esta situación .
Pero los milagros no existían ó al menos no les sucedía a personas
como yo.

insideofmysoul
Sarah por favor -le dije tratando de calmarme y buscar una solución , sabía que llorar
no funcionaría de mucho así que busqué las palabras correctas para poder remediar lo
que estaba sucediendo- tú mejor que nadie sabes que necesito este empleo , no
puedo estar despedida , haré lo que sea- le rogué dejando mi orgullo atrás , porque
no podía darme el lujo de estar despedida, necesitaba el dinero más que nunca .
Sarah suspiró aburrida y volvió a fruncir el ceño ante mi petición , ella sabía que había sido
una torpeza de mi parte , pero también sabía que no podía arriesgar que aquella actriz le
reclamase por no haberme despedido a la primera.

-Lauren eres muy buena cantante , pero no dejaré que mi negocio se arruine por el capricho
de una actriz , no vale la pena - finalizó sin ningún gesto y yo no sabía que decir o que hacer
para mantener mi trabajo .

Sarah , necesito este empleo con mi vida , no puedo quedarme sin él - dije
desesperada mientras tomo mi cuerpo temblaba frente a la impotencia que sentía en
aquel momento .

Tendrás que ver que haces Lauren , así que trabajarás esta semana horas extras para
pagar un poco el desastre que cometiste y cuándo termine la semana te irás para
pagarte el sueldo completo ¿entendido?- no sabía que decir ante eso , las palabras no
me salían y mi garganta tenía un nudo gigante que al parecer también afectaba a mi
cerebro porque no podía pensar en nada , sin más mis lágrimas no tardaron en caer ,
la idea de no tener empleo ni llevar dinero a casa me rompió entera haciendo que
casi ni siquiera me pudiera mover , no podía aceptar aquella realidad ni menos
cuándo tenía a Noelle , no podía permitirme quedar en la calle por no pagar las
cuentas , no podía hacer que mi hija viviera en la calle - ahora , vístete para trabajar
a menos que quieras que te baje aún más tu sueldo - asentí debilmente a aquello -
deja de llorar que fue un error tuyo - no respondí nada frente a eso y solo caminé
hacia el camerín dónde tenía que cambiarme de ropa y ponerme uno de los vestidos
elegantes que siempre estaban colgados para llegar y utilizarlos .

Mis piernas no trdaron en no responder y comenzaron a temblar frente aquel sentimiento de


impotencia que me invadía .
No podía creer que estaba despedida .

-La voy a matar - gritó Dinah enojada cuándo le conté lo que había
sucedido , yo traté de que se controlara pero ella estaba en medio de la sala de servicio
gritando a los cuatros vientos cientos de insultos hacia la actriz a la que había destruido su
vestido y hacia Sarah - Iré ahora mismo a enfrentarla , esto no se puede quedar así , es muy
injusto - yo la detuve rápidamente antes de que saliera por la puerta , no necesitaba más
problemas a mi vida , ya me bastaba con que yo perdiera el empleo , no era necesario que
ella también lo hiciera.
Dinah por favor controlate - finalmente yo también terminé gritando y todos los
meseros que estaban ahí me miraron contrariados , así que bajé mi tono de voz
mientras sostenía de ambos brazos a mi amiga para que no fuera a hacer un
escándalo - no voy a permitir que tú también pierdas tu empleo por mi culpa
suspiré cansada por eso , ya había aceptado que estaba despedida y que mañana

insideofmysoul
tendría que ver que haría con mi vida , porque no podía detenerme a llorar por los
platos rotos , tenía que seguir con mi vida - por favor cariño controlate - dije tratando
de no llorar , pero finalmente lo hice sin saber porque estaba llorando esta vez y
Dinah no tardó en reaccionar y abrazarme tan fuerte como solo ella podía hacer .

Lau no llores - su voz sonaba tan cortada que creí que ella también lloraría , así había
sido desde siempre , ya que Dinah y yo éramos amigas desde siempre , mejor dicho
éramos hermanas .

Dinah y yo habíamos llegado al mismo orfanato en Los Angeles y desde que nos habíamos
conocido nos volvimos inseparable al igual que Mani , con ella éramos algo así como los tres
mosqueteros .

Si le pasaba algo a la otra significaba que algo nos pasaba a todas , siempre había sido así y
dudo que algún día cambie . Ellas también vivían conmigo y trataban de ayudarme en lo que
fuera , pero a pesar de que las tres trabajabamos , nuestros sueldos apenas ayudan a
sustentar los gastos básicos y quizás algún que otro capricho como ir por un helado con
Noelle ó llevarla al cine una vez al mes , porque ella adoraba las películas .

Mi sueldo era mucho mayor que el de Dinah y el de Mani juntas , por el hecho de que sus
trabajos como meseras no rendía tanto a pesar de que podían estar un día entero paradas
sirviendo sin descansar , lo sabía porque yo también había pasado por el mismo empleo , sin
embargo , aún cuando yo había sido mesera mi sueldo había sido más alto , por mi color de
piel , Dinah y Mani eran morenas , especialmente Mani y eso significaba que su sueldo debía
ser mucho menor que el de una persona "blanca" , era una estupidez , pero así era como
giraba el mundo .

Mientras que trabajabamos en uno de los lugares más elegantes quizás de toda la
zona este , rodeadas de actores y personas que podían hasta sudar oro , nosotras con suerte
teníamos para subsistir .

¿Cómo no quieres que lo haga Dinah? - dije entre lágrimas totalmente enojada por mi
torpeza - no tengo empleo y no sé que haré al final del mes - traté de tranquilizarme
pasando mi mano sobre mi cabello - no puedo dejar que Noelle viva en la calle , no
voy a hacerla vivir lo que nosotras vivimos , me lo prometí Dinah - mi amiga no tardó
en abrazarme y comenzó a llorar conmigo porque era realmente frustrante todo lo
que estaba sucediendo , sabíamos perfectamente lo que era vivir en la calle , lo
habíamos hecho por varios años después de que nos hubieramos escapado de aquel
orfanato a los doce años , habíamos pasado por tantas cosas , cosas que
definitivamente no iba a dejar que mi hija de seis años viviera , ella no se merecía
eso . Dinah posó su mano sobre mi espalda y comenzó a acariciarla para que me
calmara y yo solo ladeaba la cabeza tratando de no creer lo que estaba pasando ,
había luchado por tener este empleo por tantos años , sabía que tenía talento pero
nadie contrataría a una chica que había sido despedida del Concert Hall , estaba
perdida .

-Ya - respondió enojada Dinah mientras posaba sus manos sobre mis mejillas para apartar
mis lágrimas con uno de sus pulgares y regalarme una sonrisa - no es el fin del mundo Lau ,
este lugar no merece a una chica como tú y lo sabes , eres mejor que toda esa mierda de
personas que están allá afuera , así que ahora te levantarás como siempre has hecho , como
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siempre hemos hecho - me reprendió acariciando mi cabello , era algo tan simple pero tenrla
a ella me daba fuerzas que lo más probable no hubiera encontrado sola - así que te irás con
la frente en alto ¿entendiste? - agaché la mirada porque ni siquiera sabía que decir con
aquello
, pero finalmente asentí suspirando mientras buscaba mi chaqueta en el perchero , eran las
tres de la mañana y mi turno ya había terminado , a Dinah le quedaban aún tres horas más
de trabajo , mientras que yo tenía que ir a buscar a Noelle de la casa de Ally dónde solía
dejarla cuándo tenía que trabajar en la noche y las chicas no podían hacerse cargo de ella .

-Tengo que irme Di - respondí poniendóme mi vieja chaqueta y Dinah no tardó en ayudarme
a ponérmela para luego volver a acariciar mi cabello y acercarme a su pecho para abrazarme
más fuerte que antes , siempre me pregunté si así se sentiría tener familia , había vivido toda
mi infancia en un orfanato , nunca supe quienes eran mis padre ni siquiera si estaban vivos
cuándo logré llegar a aquel lugar , pero siempre me preguntaba si eso es lo que hacían las
familias , si todas las familias se ayudaban en momentos así .

Tranquila Lauren , ya encontraremos algo -me sonrío y no pude evitar hacerlo


también - siempre encontramos algo - asentí porque tenía razón , no
importaba cuantos golpes nos diera la vida , no nos quedaba otra que seguir parandónos , a
pesar de que la marea alta había sido el único estado del clima que se nos presentaba - nos
vemos en la mañana .
Me despedí con un beso en la mejilla de Dinah y fui hacia la salida rogando que hoy no
lloviera , porque solo tenía esta chaqueta para caminar todo el camino que me quedaba aún
para llegar a casa, cuando vi el cielo despejado y aún estrellado no pude evitar sonreír por
aquello , era simplemente hermoso el espectáculo nocturno que las estrellas podían mostrar .

A veces habían noches que podía pasar en vela solo para ver aquella majestuosidad y como
la luna siempre estaba iluminandonos a pesar de que vivieramos en la mayor oscuridad .

Comencé a caminar hacia la casa de Ally la cual solo quedaba a unas calles de distancia , así
que no era muy difícil llegar allá . Sino fuera por la amabilidad de Ally realmente no sabría
que hubiera hecho con Noelle todas las noches en que tenía que trabajar y dejarla sola .

Había conocido a Ally cuando Noelle era apenas una bebé y fuimos a su iglesia para pedir
algo de comida , jamás había llegado a ese extremo , siempre había encontrado algo para no
necesitar la caridad de nadie , pero esa vez fue necesaria , así que dejé todo mi orgullo y fui
hacia su iglesia buscando algo de comida y salí con una amiga que jamás me desamparaba .

Ally era la esposa del pastor de la iglesia y apenas me vio con Noelle en brazos no dudó en
acercarse a nosotras y ayudarme a sostenerla , nadie había tenido esa amabilidad conmigo
así que con ese simple acto ella ya se había gando mi amistad . De a poco ella comenzó a
acercarse más a mí , no sé si era porque tenía miedo de que algo le pasara a mi hija ó por mí
, pero eso realmente no era lo importante , lo importante era que podía contar con ella para
cualquier cosa .
Así que comencé a ir a la iglesia todos los domingos solo en forma de agradecimiento por su
amabilidad , Ally me veía desde su asiento y no dudaba en sonreírme cada vez que me veía ,
se quedaba hasta después de la iglesia para conversar conmigo y tratar de ayudarme en lo
que fuera , ella era un par de años mayor que yo , pero su vida era mucho más fácil y
perfecta .

Tenía un esposo que la amaba con locura , una linda casa en dónde podía vivir sin

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preocuparse si al día siguiente podía quedar en la calle y tres niños que eran su adoración .

Por eso no fui capaz de contarle que a diferencia de ella , yo vivía


con dos chicas más , no estaba casada y que trataba de cuidar a mi hija yo sola . Elegí
mentirle antes de contarle la realidad porque mi vida no cabía en la perfecta familia cristiana
que ella vivía .

Le conté que el padre de Noelle había muerto en la guerra lo cual tenía sentido , ya que
muchos hombres habían perecidos ahí y nadie había reclamado sus cuerpos , también omití
el hecho de que mis mejores amigas eran dos chicas que se amaban como nadie , no sé con
que ojos me hubiera visto por ello , porque aquella unión que mantenían Mani y Dinah era
pecado ante los ojos de Dios y de cualquiera , de hecho , hasta podía llevarte a la cárcel ,
porque era ilegal mantener relaciones con personas de tu mismo sexo .

Claro para agregar problemas , tampoco sabía que vivía en uno de los barrios más peligrosos
de todos los Angeles y que me tardaba casi dos horas en llegar a su casa cada vez que tenía
que dejar a Noelle .

Ally solo sabía cierta parte de mis problemas , sabía de mi trabajo como cantante y en la
biblioteca, había sido mi hombro para llorar tantas veces cuando pensé que no podría más
con todo esto y con una cálida sonrisa siempre sacaba lo mejor de mí como si de un ángel se
tratara.
Sí porque Allyson Brooke era como un ángel caído para ayudarme con mis problemas .
Y yo ni siquiera sabía como agradecer aquello .

La fuerte ráfaga de viento que siempre invadía las calles a esta hora comenzó a ser notoria y
con torpeza trataba de mantener el calor en mi cuerpo , aunque con esta chaqueta era
imposible , ya que apenas era un trapo viejo que tapaba mis brazos . Sabía que tenía que
comprarme una nueva , pero no tenía el dinero necesario , era comprarme una para mí ó
comprarle un nuevo par de zapatos a Noelle y ella definitivamente los necesitaba más que yo
, porque los suyos se habían quedado sin suelas de tanto uso y aún así ella jamás se quejaba
de ellos .

Mi hija era la otra razón por la cual no perdía las fuerzas , ella era lo único que me importaba
en esta vida y por quién daría la vida si fuera necesario . Nunca pensé que la tendría ,
siempre había rechazado la idea de tener hijos , tal vez porque sabía que nada bueno podía
salir de mí , sin embargo, cuando supe que estaba embarazada no pude negarme a ser
madre , la quise desde la primera vez y aún lo sigo haciendo .

Había nacido del peor error que he cometido en mi vida , no obstante , ella era perfecta .
Tenía el cabello rubio y ojos azules que claramente no había heredado de mí sino de la
persona que más daño me había hecho , pero a pesar de eso éramos casi iguales , tenía mi
nariz y la forma en que sus hoyelos se pronunciaban en su rostro cada vez que sonreía era
igual a los míos , claro que ella era mucho más guapa e inteligente .

Mani había escogido el nombre , porque noelle significa navidad en francés y ella nació en
diciembre y era nuestra fecha favorita del año , dónde por un día podíamos vivir la magia y
creer que no teníamos problemas , esa fecha siempre había sido especial para nosotras y con
Noelle en nuestras vidas lo era más , siempre tratabamos de que ella recordara navidad como
su fecha favorita del año y alimentabamos sus más grandes fantasías infantiles , el año
pasado pidió ver la nieve y las tres de alguna forma logramos hacer copos falsos solo para

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complacerla , mientras otros niños pedían juguetes y ese tipo de cosas , Noelle estaba feliz
con algo tan simple como la nieve y eso era sorprendente para una niña de su edad .

El frío estaba comenzando a entrar por mi cuerpo y al sentir unas gotas de agua caer sobre
mi cabello supe que estaba pérdida porque comenzaría a llover , mi noche no podía ir mejor .

Me apuré a llegar a la casa de Ally , sin embargo , estaba lo suficientemente empapada como
para adquirir un resfriado que era lo último que necesitaba para mi vida , enfermarme .

Toqué el timbre mientras trataba de darme calor sobando suavemente mis brazos , Ally no
tardó en abrirme y frunció el ceño al verme totalmente empapada , con el pelo desordenado y
temblando de frío .

Dios , entra , te va a dar una hipotermia allá afuera - comentó mientras me dejaba
entrar , aunque no deseaba incomodarla con mi presencia , ella estaba con una bata
rosada y se dirigió a su habitación mientras me hizo esperar en su sillón que estaba al
lado de la chimenea , me levanté para posar por unos minutos mis manos en aquel
fuego tan abrasador y delicado .

Los Angeles no era una ciudad fría , de hecho podíamos morirnos de calor en las mañanas ,
pero las noches eran otra cosa , casi siempre llovía ó el viento podía hacerte temblar lo cual
no ayudaba en mucho porque la mayoría de mis turnos eran en la noche .

Me aparté del fuego cuando vi que Ally volvía a la sala con un par de cosas en sus manos ,
alcé la ceja al no saber que planeaba y con una sonrisa me
ofreció lo que tenía en sus manos .
No voy a dejar que te resfríes , sécate con esto y cambiate esa ropa por favor - me
dijo pasandóme las cosas y yo me negué a hacerlo , porque no quería abusar de su
amabilidad.
Ally estoy bien - mentí mientras me encogía de hombros y ella se negó a aceptar
aquel argumento

Irás a vestirte y punto , sabes dónde está el baño yo te calentaré algo para cenar , de
seguro no has de ver comido nada - bajé la mirada porque ella me conocía tan bien ,
hoy con suerte había comido la mitad de un sandwich en el almuerzo y mi estómago
comenzaba a pedir comida con fuerzas , no obstante , ya había aceptado que en la
mañana comería algo para el desayuno y así mi hambre acabaría . Pero la opción de
Ally hizo que una sonrisa saliera de mi rostro , mi noche no iba tan mal si la tenía a
ella , así que me apresuré a cambiarme en el baño con su ropa y cuando salí pude ver
la bandeja con comida que estaba en la mesa al lado del sillón y a ella esperandóme
sentada .

Gracias Ally por todo - respondí con una sonrisa mientras la abrazaba , ella se limitó a
asentir y mirarme preocupada , por mi parte comencé a tomar la sopa que estaba en
la bandeja , no sé de que era , pero apenas sentí aquel líquido en mi boca mis papilas
gustativas se deleitaron y en menos de cinco minutos ya había terminado el plato
sintiendóme mal por la desesperación con la cual me había atacado el hambre - lo
siento , tenía hambre - me disculpé al haber comido tan rápido mientras dejaba el
plato en la bandeja y la tomaba para lavar el plato que había ensuciado , no obstante
, Ally me detuvo y me pidió que me quedara sentada.

insideofmysoul
Lau necesitamos hablar y lo sabes - fruncí el ceño porque no sabía a lo que se refería
, pero me senté como ella lo pidió - no puedes seguir así, ¿tienes problemas cariño? -
no quería decirle que acababa de ser despedida y que no sabía que haría a final de
mes ,a sí que simplemente negué sin decir nada , ella suspiró y sabía que no me creía
- Lauren estás hecha un saco de huesos , ¿Crees que no me doy cuenta? - Ally nunca
me regañaba , pero esta vez lo estaba haciendo y sabía que tenía razón para estar
enojada - me duele verte así cariño - respondió acariciando mi mejilla y supe que si
seguía así , no tardaría en volver a llorar como lo había hecho con Dinah -
¿puedo ayudarte de alguna forma? - me preguntó dulcemente y no supe que decir , no podía
pedirle más ayuda , ella ya se esforzaba mucho cuidando a Noelle cada vez que no podía , la
trataba como su propia hija y tampoco no dudaba en darme comida cada vez que llegaba a
su casa .

Ally no puedo pedirte más , has hecho mucho por mí y por Noelle
-suspiré al darme cuenta de que realmente no podría hacer nada sin aquella castaña , ella
tomó entre sus manos mi rostro y me hizo mirarla .
¿Has pensado lo que hablamos la última vez?- mi corazón se retorció al escuchar su
pregunta , claro que recordaba lo que habíamos conversado hace unos días , Ally
quería quedarse con Noelle para ofrecerle lo que yo no podía hacer , una cama ,
comida y una familia que la amaba más que a nadie .

Ally no puedo aceptar eso , eres madre sabes que jamás dejaría a mi hija , lo siento -
me sentí horrible al decir aquello , sabía que Ally no lo hacía por maldad sino porque
no soportaba verme así , sabía lo difícil que era para mí poder mantener a Noelle y yo
también sabía que todo sería más fácil sin tener que preocuparme cada segundo por
mi hija , pero no podía hacerlo . La amaba más que a nada en el mundo y jamás sería
capaz de dejarla .

No es dejarla Lauren - me recriminó Ally y yo sabía que tenía razón , que aquí nada le
faltaría y podría disfrutar de una infancia feliz ,pero tampoco quería alejarla de mi
lado - es darle una vida mejor , sabes que amo a Noelle como si fuera mía y aquí
jamás le faltara nada , además Alex ama a tu hija como una hermana , no puedes ser
tan egoísta - bajé la mirada ante su insistencia , ¿realmente estaba siendo egoísta al
no aceptar su oferta? , había pasado varias noches pensando sobre el tema , la mejor
opción siempre era la que Ally me ofrecía , pero yo me negaba a hacerlo .

No puedo hacerlo - contesté tragando mis lágrimas , Ally solo suspiró y puso sus
manos sobre las mías , pasando sus delicadas manos entre mis manos callosas de
tantos años trabajando .

No te la voy a quitar si eso es lo que crees , no podría hacerte eso


, pero tienes que pensar en ella -Ally me miró con sus ojos oscuros y pude ver la sinceridad
con lo que me decía , aunque yo sabía que ella jamás me negaría ver a mi hija si decidía
dejarla con ella - necesita una cama digna y un lugar estable , una familia que la ame y sé
que tú lo haces con todo tu ser , pero no es suficiente Lauren
mi pecho comenzó a dolerme frente la realidad , el amor no daba las cosas que Ally
me recirminaba de no darle a mi hija -tienes que pensar también en la felicidad de tu
hija .
Lo sé , pero no puedo hacerlo Ally ,lo siento , sé que estará en perfectas manos aquí ,

insideofmysoul
pero no me puedo imaginar vivir lejos de ella , yo no tuve padres y no quiero que ella
sienta que no la amo - pude sentir como las lágrimas bajaban a mis mejillas
recordando la promesa que me había hecho de darle a Noelle todo lo que yo no había
tenido y con esto estaba rompiendo aquella promesa , no obstante , aceptando la
oferta de Ally podía volver a seguir cumpliendóla .
No te impediría que la visites , podrías hacerlo cuando quieras , por favor piensálo ,
te lo digo como una amiga y porque las quiero lo suficiente para preocuparme por lo
que estén pasando- asentí y aunque quería decirle que tenía toda la razón finalmente
me decidí por cambiar de tema .

Puedo pensarmelo por favor - Ally sonrió y pasó su pulgar para limpiar mis lágrimas
para luego abrazarme , ella siempre había sido así conmigo y ni siquiera entendía el
porque , solamente me daba su cariño , su ayuda y su comprensión sin pedir nada a
cambio .

Claro - contestó dulcemente con una sonrisa como siempre ponía


iré a buscar a Noelle ¿vienes?- me preguntó mientras se levantaba y yo asentí
mientras subíamos las escaleras del segundo paso dónde sabía que estaban las
habitaciones de los chicos de Ally , siempre que subía a este piso no podía dejar de
ver el hermoso papel tapiz que lo decoraba , los juguetes que habían por todas partes
y me sentía horrible de que yo no podía darle nada de eso a mi hija . Sonreí al ver el
nombre de Alex en rosado en la puerta de su habitación y Ally abrió delicadamente la
puerta mientras prendía la luz para ir a buscar a Noelle quién se encontraba
durmiendo tranquilamente abrazando a Alex que era solo un año menor que ella
como si fuera un peluche .

Era una escena demasiado tierna y me dolía tener que interrumpirla pero era necesario , así
que me acerqué a Noe para darle unos pequeños besos en su frente y ella sonreía por aquello
, desde que era una bebé me respondía con la misma sonrisa que solo hacía que la vida me
pareciera digna de ser vivida , esa sonrisa podía apartar mis lágrimas y agradecer por tenerla
a mi lado todos los días .

Amor ,tenemos que irnos -le susurré mientras acariciaba su espalda y ella asintió aún
dormida , estaba tan acostumbrada a eso que ya ni siquiera se negaba a levantarse
de la cama cuando yo llegaba , así que apartó sus brazos del lado de Alex para
sentarse en la cama y frotar sus pequeños puños tratando de levantarse .

Mami llegaste - comentó cuando abrió sus hermosos ojos azules y me abrazó , yo
asentí sintiendo el calor que ella daba para envolverme y volvía a tapar a Alex para
que no se diera cuenta que me estaba llevando a su mejor amiga.

Así es , despídete de Alex y de tía Ally , vamos a casa - le dije dulcemente mientras
ella ponía su cabeza en mi hombro y se despedía con la mano de Alex aunque ella
estaba durmiendo para luego acercarse a Ally y abrazarla mientras yo la sostenía ,
podía tener seis años pero era tan pequeña como una niña de cuatro y sabía que era
por el hecho de que no comía adecuadamente.
Adiós tía Ally -dijo entre bostezos y Ally rió por aquello para luego darle un beso en su
cabello rubio

insideofmysoul
-Adiós cariño , nos vemos el domingo en la iglesia y no olvides terminar tus tareas - Noelle
bostezó y volvió a asentir mientras salíamos de la habitación de Alex como si nada hubiera
pasado y bajábamos las escaleras . Noelle no tardó en volver a quedarse dormida entre mis
brazos como siempre lo hacía .
Siempre fue una niña tranquila , hasta cuando era una bebé lloraba solo cuando era
necesario .

Gracias Ally -le dije cuando ella abrió la puerta para que saliera , ella asintió y de
pronto se acercó al perchero para sacar algo .

Espera , ten , no quiero que ninguna se resfríe - me dijo mientras me pasaba un


paraguas lo cual agradecí porque lo último que quería era que Noelle se resfriara por
la lluvia - te veo el domingo

Claro-respondí con una sonrisa mientras abría el paraguas y con la otra mano
sostenía a Noelle entre mis brazos , por suerte ella no pesaba nada -
¿cansada?-le pregunté mientras caminabamos para ir a casa , ella no dijo nada pero sabía
que estaba despierta , así que acaricié su cabello entre mis mejillas .

-Un poco , ¿qué hora es?- respondió finalmente y yo no quise decirle que era tan tarde que
pronto amanecería así que me limité a buscar otra respuesta .

Aún es temprano , el cielo aún está oscuro cariño pero si quieres puedes quedarte en
casa de tía Ally - sentí como los brazos de Noelle se aferraron más fuerte a mi cuello
y tuve que detenerme porque eso casi me desequilibró .

No -dijo algo triste - quiero ir contigo mami , prometo portarme bien- contestó casi
llorando y yo no entendía que le sucedía , ya que ella amaba ir dónde Ally .

¿Qué sucede bebé?- le pregunté extrañada acariciando su espalda y ella acomodó su


rostro en mi hombro para éste quedara oculto entre su cabello rubio y mi chaqueta.

No quiero quedarme en casa de tía Ally , no sin ti - me dijo llorando y yo no sabía que
hacer frente a esa situación , así que me paré cerca de una casa y la puse en las
escaleras de uno de los porticos para ver lo que le estaba
sucediendo .

Pero si tú amas ir allá -le contesté mientras apartaba algunos mechones rubios que
caían en su rostro y ella se limpió las lágrimas con sus pequeñas manos .

Sí , pero te quiero más a ti , no me dejes mami - se tiró a mis brazos y volví a


tomarla suavemente para acariciar su pequeño cuerpo sobre el mío .

Jamás bebé , jamás - respondí tragando saliva al ver como ella lloraba por algo que ni
siquiera había pensado hacer - siempre me tendrás aquí eh? , no llores mi copito de
nieve - ella asintió y volvió a limpiar sus lágrimas .

-Prometo no llorar cuando tenga pesadillas y no te molestaré , pero no me dejes- su voz hizo
que todo se quebrara en mí , estuve a punto de llorar yo también al escuchar como mi hija

insideofmysoul
me rogaba que no la dejara , me sentí una estúpida en al menos considerar la idea de Ally .

No mi amor , ¿cómo podría dejar a la razón de mi felicidad? , Noelle tú eres mi mayor


tesoro no podría dejarte , de ¿dónde sacaste aquella idea? - sabía la respuesta a
aquella pregunta pero quería escucharla de su boca .

Tía Ally me dijo que estaría mejor en su casa y pensé que se refería a quedarme a
dormir , pero escuché la conversación que tuvo con el tío Troy y quiero quedarme
contigo mami

Está bien bebé ,no te preocupes todo estará bien ,ya lo verás -le dije con una sonrisa
y ella asintió dejando el leve puchero que tenía en sus labios - te lo prometo , mami
solucionará todo .

Suspiré ante aquello porque era fácil decirlo , pero no sabía como
hacerlo realidad .

Bueno creo que he actualizado mucho por un fin de semana xdddd , así que de aquí no me
verán en un mes ahre , na mentira , trataré de subir el próximo fin de semana , ójala que
pueda porque las pruebas me invaden , en fin nos leemos pronto .
Capítulo 3 : Camila I must confess,
that you have all my atention With your brown eyes ,
that can make me lost
like you do , my missed girl (the missed girl , flies on the wall ) Nueva york 2016

Lauren

Me faltaban casi quince estaciones para llegar al trabajo , sin embargo , no podía dejar de
levantar la mirada de mi libro cada cinco segundos tratando de encontrar a la morena que
había visto en el metro desde la semana pasada .

Ni siquiera sabía como se llamaba , pero la había nombrado como la chica perdida porque al
parecer siempre solía estarlo . Me había fijado que dos de los cuatro días que había utilizado
el metro , había tomado la línea equívocada , me había acostumbrado a verla fruncir el ceño y
maldecir a todo el mundo en un español bastante curioso , también me había acostumbrado a
aquellos ojos cafés que miraban nerviosa hacia las puertas del metro como si le tuviera
miedo a lo que le esperaba en la siguiente estación , me pareció bastante curioso eso , ¿cómo
alguién podía tenerle miedo al metro? , bueno yo tampoco podía opinar mucho , porque no
era normal odiar las películas .

Lucy .

Suspiré amargamente al pensar en ella,aunque agradecía que la semana hubiera estado tan
ocupada teniendo que componer una nueva canción como para pensar en ella , ahora que mi
vida volvía a la normalidad , pensar en ella se me estaba haciendo recurrente.
Supe por Vero que el viernes había pasado a su departamento para saber si estaba ahí , por
suerte había estado tocando en uno de los bares al igual que todos los fines de semana , me
extrañó que no hubiera ido al bar a alguno de nuestros conciertos,tal vez solo se rindió ha
seguir buscandóme ó tal vez no quiso meterse en problemas con los chicos ya que yo tocaba
insideofmysoul
en la banda desde hace dos años, ella sabía perfectamente que jamás faltaba a ninguna
tocata y que los chicos no hubieran dudado en enfrentarla apenas hubiera pisado el mismo
suelo que ellos .
Mi banda era lo único que estaba bien en mi vida , me encantaba sentir la adrenalina de estar
en un escenario como también amaba escribir las canciones y ser la vocalista , además los
chicos eran divertidos y siempre me ofrecían su apoyo cuando querían , eran como mis
hermanos .

Siempre me gustó la música , desde que era pequeña solía ponerme a cantar las canciones
de las películas de Disney en todos los lugares posibles , de a poco ese amor a la música
comenzó a hacerse más fuerte cuando se convirtió en la única salida de mis problemas y la
única cosa que me ayudaba a sentirme mejor conmigo misma cuando no quería a nadie a mi
lado , ni siquiera a Lucy .

No tenía claro que quería hacer con mi vida , pero si era algo relacionado con la música de
seguro sería feliz con eso . Le había prometido a papá antes de morir que estudiaría alguna
carrera y tendría mi título solo para que él se sintiera orgulloso , porque él decía que lo único
que deseaba era verme con la toga y graduandóme de lo que sea , la oportunidad de que él
no pudo tener .

Así que por eso ahorraba todo lo que podía , para cuando decidiera alguna carrera , pudiera
financiarme mi vida universitaria y sacar aquel título .

Devolví la vista a mi libro al ver que nadie nuevo se subía al vagón , había sacado un libro en
ruso al azar de la biblioteca cerca de la casa de Vero , obviamente no sabía ruso , ni siquiera
podía ser capaz de identificar el título , pero me gustaba hacer el esfuerzo de leerlo y creer
que estaba entendiendo la historia , cuando lo más probable es que me la éste imaginando y
eso no sea realmente lo que dice entre aquellas páginas amarillas por el tiempo que de
seguro llevaba sin que nadie lo abriera .

Tenía una cubierta café y pequeños hilos dorados envolvían al título que se me hacía
impronunciable, pero aún así batallaba contra aquel libro tratando de "leerlo" cuando
realmente había prestado más atención a las puertas del metro que a las páginas de éste.
Pude avanzar a la siguiente página cuando escuche la señal de que habíamos llegado a una
nueva estación y mis ojos con curiosidad y esperanza de encontrarme a la castaña se
posaron en las puertas mientras éstas se abrían completamente . En esta estación
comenzaron a entrar unas diez personas y yo miraba concentrada tratando de reconocer a la
chica perdida , cuando entró la última persona que era un chico con lentes , suspiré aburrida
devolviendo mi vista al libro hasta que escuché el típico sonido de como las puertas se
estaban cerrando y el grito
desesperado de una chica que logró entrar en el último minuto que se quedaron abiertas las
puertas .
Era ella .

Aunque no podía ver mi rostro , supe que mis ojos se iluminaron al ver a aquella castaña
vestida con una falda escocesa negra que yo jamás pensaría utilizar pero que en ella
acentuaban su figura esbelta y especialmente su trasero y una blusa blanca de tirantes
mientras llevaba los audífonos puestos a todo volumen y no pude dejar de sonreír cuando a
través del silencio que envolvía aquel vagón me fijé que la música a todo volumen era una de
mis canciones .
La chica se acercó con un suspiro hacia dónde yo estaba sentada en el suelo y cerré mi libro
concentrandóme en los movimientos de la chica , había algo en ella que me hacía sentir de
insideofmysoul
una manera nunca antes vista , me daba curiosidad conocerla como si hubiera algun tipo de
conexión entre nosotras , lo cual era imposible pero me gustaba pensar que eso podía
suceder entre dos personas .

Pero estaba sucediendo y como si ella también hubiera sentido aquel sentimiento de
curiosidad que me hundía cada vez que la veía se dio vuelta y sonrío cuando me vio .

Dios , esa sonrisa no podía ser de este planeta , era realmente


perfecta .

Tímidamente se acercó más a mí , la había visto en el concierto la otra vez y no pude


despegar mi vista de aquellos ojos castaños que estaba segura ocultaban más cosas de los
que ella quería contar, varias veces nuestras miradas coincidieron así que supe que ella
también se había quedado mirandóme tratando de buscar mi mirada.
Ahora también estás en el metro? - me preguntó curiosa mientras se sacaba los
audífonos y me daba su mano en forma de saludo - Camila - contestó con otra
sonrisa , Camila me repetí una y otra vez porque jamás lo había escuchado , era un
nombre curioso y hermoso a la vez , un nombre que de seguro la representaba
completamente - Camila Cabello - dijo finalmente acomodando un mechón que se
había soltado de su trenza salvaje , me levanté sonriendo para estrechar su mano
aunque si ella tenía mis canciones en su celular significaba que sabía quien era .

Lauren Jauregui - contesté con una sonrisa y la chica asintió mordiendo su labio
inferior , aquel acto solo hizo que mi mirada se quedara concentrada en sus labios
rojos , rápidamente sacudí mi cabeza para sacar aquella sensación de mi cabeza -te
vi en el concierto del sábado - ella asintió y miró curiosa la portada de mi libro , al
parecer no sabía que decir , de seguro se había sentido intimidada de tantas veces
que se dio cuenta que la estaba mirando .
Perfecto Lauren , ya asustaste a la chica .

Eres muy buena - me dijo mientras sus mejillas se sonrojaban por aquel momento ,
ella se veía adorable con aquel simple acto y no dudé en sonreír por aquello - me he
descargado todas sus canciones -le iba a decir que lo había notado hace unos minutos
al escuchar desde sus audífonos lost, la segunda canción de nuestro primer album ,
pero preferí dejar ese comentario en mi mente al igual que el comentario de mi
mente de decirle que me encantaba su sonrisa y sus ojos .

Espero que la última también te haya gustado - respondí reposando mi cuerpo en una
de las paredes del metro tratando de parecer relajada , pero sin darme cuenta mis
manos habían comenzado a sudar ante su presencia , jamás me había pasado algo
parecido con nadie , ella asintió y deseé que ella no se hubiera dado cuenta que la
canción la había escrito tratando de describirla , porque esa chica definitivamente
tenía algo que me hacía querer mirarla siempre como si fuera una obra de arte
andante , no estaba segura que si era solo por el hecho de que era bastante bonita ,
ó por el hecho de que no le gustaba estar en el metro ó porque siempre se perdía ,
sea lo que fuera lo que aquella chica tenía deseaba que nunca se fuera.
-No he parado de reproducirla desde que la escuché en vivo - confesó nerviosa y yo no supe
como seguir la conversación , había planificado en mi mente tantas cosas que decirle , pero
ahora que estaba con ella , hablando y no solo imaginandóme que ella lo estaba haciendo ,
no se me ocurría nada inteligente que decirle así que preferí quedarme callada hasta que por
insideofmysoul
suerte Camila se incomodó por el silencio y siguió con la conversación que teníamos - ¿sabes
ruso? - me pregunrtó curiosa y yo fruncí el ceño al no saber de dónde venía su pregunta
hasta que vi como señalaba mi libro y me encogí de hombros .

No realmente - ella me miró extrañada , de seguro estaba preguntandóse ¿qué


mierda hacía con un libro en ruso sino sabía el idioma? - me gusta leer libros en otro
idioma aunque no los sepa - contesté nerviosa y sabía que lo más normal sería que
Camila me dejara de hablar por lo raro que sonaba aquello , pero se limitó a sonreír y
acercarse a mí para quitarme el libro de las manos , el roce entre nuestras manos fue
lo más mágico que jamás haya sentido , todo esto era demasiado extraño y como
amante de todo lo extraño , la verdad me estaba encantando todo lo que venía
relacionado con ella .
-Es una versión rusa de la cabaña del tío Tom - contestó posando sus dedos sobre el libro
para sentir la textura y cerró los ojos ante aquello , ella no dejaba de impresionarme , no
había conocido a nadie además de mí que hiciera ese tipo de cosas con las portadas de los
libros . Me encantaba impregnarme con cada detalle de los libros desde la textura de sus
portadas hasta la textura de sus páginas
que siempre eran distintas .

Los libros eran como pequeñas musas que necesitaban ser deleitados ante toques de ternura
y pequeñas caricias . Eran como amantes que jamás se cansaban de que se les tocara con
cariño .
-¿Enserio? - respondí riendo por aquello , había leído la cabaña del tío Tom y cuando abrí ese
libro jamás me imaginé que se podría tratar del éxito de Harriet Beecher , ella volvió a
desviar la vista hacia el libro .

No , pero quería imaginar que lo era , tampoco se ruso - contestó con una mirada
tímida y sus ojos castaños atravesaron a través de los míos por unos segundos hasta
que los bajó incómoda por el contacto visual que disfrutaban nuestras pupilas .
-Así que les das falsas esperanzas a las chicas del metro - dije mirando como habíamos
llegado a una nueva estación , solo habían pasado unos minutos desde que ella había entrado
apurada para no quedarse abajo , no obstante , para mí fue como si toda una vida hubiera
pasado tras nosotras .

Como si las dos estaciones que habíamos pasado hubieran sido los años que necesitaron
nuestras dos almas para poder coincidir en algún lugar del planeta .

No , yo sólo quería ver que me decías - contestó riendo por lo tonto que sonaba eso y
supe que tenía un tic con su cabello , porque cada vez que se sonrojaba y se ponía
nerviosa , comenzaba a poner uno de sus mechones detrás de su oreja -eres
bastante rara - finalizó , pero eso no era necesario yo sabía que no cabía en la
descripción de una persona "normal" y tampoco quería serlo .

Gracias - dije como si fuera un halago , porque la verdad me había acostumbrado a


no ser normal , que me gustaba identificarme con la palabra rara que no podía ser
descrita con alguna característica , me gustaba ser única , me gustaba ser
simplemente Lauren . Ella se limitó a reír por aquello y cuando iba a decir algo , vi
como algo comenzaba a vibrar desde el bolsillo de su chaqueta le señalé como estaba
vibrando y ella sacó su celular y se dio vuelta para prestar atención a lo que sea que
le había llegado , yo la veía esperando que volviera a mirarme como lo había hecho
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en todo el recorrido , pero cuando volvió a guardar su celular pude darme cuenta que
su rostro había cambiado completamente a algo que no podía diferenciar de la
tristeza y la preocupación - ¿sucede algo? - pregunté preocupada y ella solo suspiró
cansada , si se hubiera tratado de mí , ese suspiro hubiera sido por Lucy , pero
obviamente ella no tenía aquel problema con su ex ó tal vez sí .
-Nada ,en verdad no importa - dijo tratando de esbozar una sonrisa y ahí supe de que se
trataba , esa mirada solo podía significar una cosa , tenía problemas sentimentales .

¿chico o chica? - pregunté rodando los ojos , ¿enserio no existían personas decentes
en el tema del amor? , todos tenías que ser unos completos idiotas cuando querían ó
solo yo había tenido la mala suerte de que mis caminos se cruzaran con los de Lucy ,
Camila no dijo nada y creo que pensó antes de dar alguna respuesta
, eso me hizo suponer que se trataba de una chica , era la misma expresión que había puesto
cuando tuve mis primeras citas con las chicas , no quería aceptarlo porque al mundo de casi
todo el mundo es algo "raro " ó más bien fuera de lo normal .
Chica - suspiró cansada mientras volvía a hacer aquel gesto con su cabello que me
había acostumbrado a verla hacer cuando se ponía nerviosa - es complicado , ella me
tiene loca - contestó con una risa tratando de reprimir la impotencia del momento ,
me mordí mi labio inferior al ver que no podía hacer nada y sin ni siquiera pensarlo ó
tomarme el tiempo de planificarlo simplemente la abracé .
Ella me miró extrañada por eso y entendía su reacción , definitivamente esa chica no volvería
a hablarme nunca más , de seguro pensaba que era una psicópata o cualquier cosa , porque
no era normal abrazar a una personas apenas lo conoces , pero eso no era lo importante en
aquel momento, yo solo quería hacer sentir bien a la castaña y cuando pude ver que posó su
cabeza sobre mi hombro , supe que había conseguido aquel efecto .

Ella no tardó en abrir sus brazos para seguir el abrazo y no sé si fue idea mía pero hasta a mí
me hizo sentir mejor aquel momento , era como si nos conocieramos de toda la vida .

Sentir el latido de su corazón y su aroma a vainilla tan cerca de mí hizo que por unos
segundos olvidara que estábamos compartiendo el mismo vagón con otras cientos de
personas que de seguro nos miraban con sus ojos curiosos por las demostraciones de afecto
que estabamos dando en un lugar público , pero realmente no me importó .

Se sentía tan bien sus abrazos que no quise despegarme de ahí por unos minutos y ella
tampoco lo hizo , hasta que escuchamos el sonido que nos recordaba en que estación
llegaríamos y Camila se separó de mí incómoda y roja de la verguenza .

Lo siento - dijo tratando de articular alguna palabra coherente pero solo podía
entender sus balbuceos y yo la detuve de su intento de disculparse , no lo necesitaba ,
me había gustado de cierta forma , así que negué con la cabeza .
No te preocupes , a veces necesitamos un abrazo - dije con simpleza porque no sabía
que decirle , ¿qué le podía decir a una extraña? , eh te abracé porque me dieron las
ganas de hacerlo y además te he visto toda esta semana con una gran atención ,
porque pienso que tus ojos son interesantes , ah y casi lo olvidaba también te escribí
una canción y de seguro tú ni siquiera te diste cuenta de aquello .

Por favor , eso era una locura y si provenía de mí , eso de seguro era para llevarte a un
psiquiatrico .

insideofmysoul
Ni siquiera sabía como era buena escribiendo canciones y no podía ni decirle a la chica que
estaba a unos cuantos centímetros míos y a la cual había abrazado de la nada que me había
gustado el momento que habíamos vivido hace menos de treinta segundos .

Bien Lauren , lo haces super bien .

Lauren ¿cierto? - me preguntó tímidamente y yo asentí tratando de no decir ninguna


tontería que parecía lo único que podía decir en este momento - bueno además de ser
la vocalista de una banda muy buena y lees libros que no entiendes ¿qué te gusta? -
agradecí al cielo que al menos una de las dos pensara y me preguntara algo que
podía contestar sin sonar estúpida .

Me gusta la noche - contesté sin pensar y me reprimí por lo estúpida que sonaba ,
bien Jauregui mereces el premio de la chica que ha dicho más tonterías en menos de
cinco minutos , creo que debe salir hasta en los record guiness para que todos
supieran lo tonta que podía sonar cuando quería .
¿enserio? - me preguntó con dulzura - a mi también me gustan , son hermosas las
noches estrelladas,solo que en nueva york no se pueden apreciar , mis favoritas son
las de ...- no dejé que Camila continuase y respondí sin pensarlo dos veces .

-Miami - respondí suspirando al recordar las playas y el suave sonido del mar de la ciudad
que había vivido casi toda mi vida , habían veces que realmente extrañaba aquella ciudad
que podía decir que fue mi "hogar" , aunque ya no conocía el significado de aquella palabra .
Camila me miró con una de sus sonrisas y asintió ante mi respuesta.
Iba a decir lo mismo , yo soy de Miami - al principio no quise creerlo y pensé que solo
estaba jugando conmigo al igual que cuando lo hizo con el título del libro pero al ver
como sus ojos brillaron ante ese comentario supe que no había ninguna mentira
detrás de él y que era cierto .
Vaya somos coterraneas - dije con cierta emoción en mi voz y ella me miró como sino
supiera lo que había dicho - significa que comparten la misma tierra de origen -
respondí encogiendóme de hombros.
-Lo sé , me sorprende que alguien sepa que significa - contestó riendo y no pude evitar reír
también por lo mismo , aunque no había nada chistoso de por medio - eres rara - volvió a
repetir - pero me gusta eso , yo tampoco soy tan normal que digamos - dios su sonrisa era la
curva más hermosa que jamás había visto .
-Y ¿qué me dices de ti chica perdida? - me mordí la lengua al notar lo que había dicho , había
revelado la identidad de la chica de la canción que había escrito , definitivamente ahora si
Camila pensaría que estaba obsesionada con ella de alguna forma y lo mejor sería
simplemente dejarme hablar sola como sino me conociera .

no hay mucho que decir - contestó tratando de no darle importancia a como le había
denominado , pero estaba segura que en su interior sabía la conexión que había entre
la canción y ella , lo cual me hizo sentir más nerviosa que en un principio - soy actriz ,
bueno al menos eso es lo que intento - dijo suspirando y frunciendo el ceño , mientras
que yo también hice lo mismo . ¿Acaso todas las personas que conocía tenían que ser
actrices? , el mundo tenía algo contra mí para sacarme en cara que no era normal
que odiara el cine y que todo lo relacionado conmigo de alguna forma que aún no
lograba entender tenía que estar relacionado con aquel mundo que odiaba con todo
mi ser .

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¿has salido en alguna película recientemente? - pregunté como si supiera al menos
los títulos de las películas en cartelera , pero la verdad era que con suerte las últimas
películas que había visto en casi quince años eran las de Lucy y una vez que me llevó
a ver el rey león en 3d para recordar nuestra "infancia " y vi sin importancia como
ella acostada en mi hombro comenzaba a llorar por la muerte de mufasa , peor yo ya
no sentía lo mismo hacia aquella película , simplemente no sentía nada hacia ninguna
película , por eso había dejado de verlas .

Ella negó rápidamente .


-No , pero hoy tengo una audición , tal vez sea mi día de suerte - comentó entusiasmada y
yo asentí esperando que así fuera , no me gustaban las películas , pero quería que aquella
chica cumpliera su sueño. Camila me recordaba a como era Lucy hace unos años atrás
cuando se le ocurrió la fantástica idea de estudiar actuación en esta ciudad , había estudiado
dos años en California , pero su sueño de verdad era Nueva York , nunca pude entender la
razón de aquel sueño si Hollywood quedaba en Los Angeles , pero ella no dudó ni un
momento que sus
sueños estaban en esta ciudad fría .

No dudó , como yo tampoco lo hice al pensar que mis sueños estaban ligados a los de ella .

Claro Camila solo compartía el cabello castaño de Lucy y aquellos ojos de color café , pero de
ahí eran dos polos opuestos . Lucy sabía que podía tener a quien le diera la gana , sabía que
ella siempre ganaba ó como siempre ella decía , no es que ganara era solo que no perdía . En
cambio Camila se avergonzaba solo con tener que conversar con una extraña , cosa que a
Lucy jamás le hubiera afectado , ya que su actividad favorita siempre fue hablar con extraños
, es por eso que en la secundaria era el centro de atención y también era la simpática de
nosotras dos , mientras que yo solía ser más cortante , ella era afectiva con cualquiera que
tuviera una bonita figura ó algo que le interesara .

Porque a Lucy le gustaba jugar con las personas sin importar lo que
sintieran ellos .

Me sentía una tonta al sentirme enamorada de una chica como ella


, pero así era la vida , a veces nos enamoramos de las peores personas , porque creemos que
ese es el tipo de amor que nos corresponde .

Siempre pensamos que necesitamos vivir un amor que se amolde a como nos vemos frente al
espejo , pensamos que nos merecemos ese amor porque es lo único a lo que alguien como
nosotros puede aspirar .

Tal vez estar con Lucy era la forma de verme , saber que sin importar que hiciera mis
fantasmas jamás me dejarían tener a alguien digno y termine enamorada de la chica
incorrecta .

Al pensar en esto me puse a pensar si a Camila le pasaría lo mismo con la chica que la había
llamado , seguramente también ella pensaba que aquellos ojos castaños no se merecían nada
mejor , pero sin conocerla sabía que por su mirada ella tal vez se merecía el cielo .

Espero que te conviertas en la siguiente - no se me ocurrió ningún nombre de actriz


así que traté de remediar mi comentario - bueno quien sea tu actriz favorita - ella rió

insideofmysoul
arrugando la nariz y a mi me pareció algo tan tierno que también sonreí .

En unos minutos que había compartido con ella , esto se había convertido como una lluvia de
sonrisas dónde no nos importaba sonreír frente a las
tonterías de la chica extraña que le hablara , simplemente dejábamos que sucediera como si
fuera normal hacer eso con la primera persona que encuentras en el metro .

-Keira Knightley - contestó sonriendo - pero para eso necesitaría un buen acento británico que
no tengo .
Al menos puedes maldecir en español , te he escuchado hacerlo todas los días de la
semana pasada- contesté riendo y ella sólo se encogió de hombros , de seguro
pensaba que nadie le entendía lo que decía ó que le prestaba atención , pero yo si lo
había hecho - me gusta tu acento- desvié la mirada hacia las puertas que se abrían
frente a una nueva estación de metro , solo faltaban tres para llegar a la tienda de
música dónde trabajaba de lunes a viernes en la mañana , no era un trabajo
fascinante , pero me encantaba ver con majestuosidad todos los instrumentos que
adornaban aquella tienda .
Me gustan tus ojos - respondió y la verdad no me lo esperaba , a mi me encantaban
los suyos y me había debatido todo el camino en decírselo ó no - nunca había visto
unos ojos tan impredecibles - dijo finalmente y yo me sonrojé ante aquello porque
recordé el poema que siempre me decía Lucy cada noche en que celebrabamos
nuestro aniversario , en dónde me contaba que le gustaba mis ojos porque podía ver
su reflejo en ellos , porque eran sus horizontes, porque eran la luz perfecta para mi
rostro y porque podían desnudarla cuando ella quisiera sin sentir la presión y solo
podía sentir la tentación de quererme cada noche a su lado .
En cambio yo sólo había visto cierta lujuria en los ojos de Lucy , sin embargo , los de Camila a
pesar de ser del mismo tono eran totalmente distintos .
Era como si a través de ellos podía crear cientos de caminos y jamás podía sentirme perdida .
Eran indescriptiblemente irresistibles y hacían una perfecta combinación con su rostro .

A mi me gustan los tuyos - susurré sin darme cuenta que ella lo


había escuchado .

La canción es sobre mí ¿cierto? - carraspeé ante su pregunta , estoy segura que había
esperado todo este tiempo decirme aquello , pero no quería aceptarlo - bueno sino lo
es - contestó algo avergonzada por lo que había supuesto sobre el origen de la
canción y aunque estaba en lo correcto , no pude decírselo en aquel momento -creo
que es muy afortunada la chica perdida - respondió bajando ligeramente la mirada y
yo no sabía que decir frente a eso .
-Bueno las chicas suelen perderse en el metro diariamente - respondí encogiendóme de
hombros tratando de sacar el problema en que me había metido y un tímido oh salió de sus
labios para finalmente darse vuelta y ver que se volvían a abrir las puertas del metro.
Tengo que irme - respondió sin más - un gusto conocerte Lauren -
contestó con una sonrisa ladeada y yo sabía la razón de aquello ,así que me sentí una tonta .
-Espera - dije rápidamente tomando su brazo y sintiendo una descarga eléctrica que tampoco
podía explicar Camila me miró extrañada - ¿te volveré a ver Camz? - ni siquiera pude pensar
en el hecho de que le había puesto un apodo a su nombre , ella sonrío dulcemente ante aquel
apodo y asintió .
Vienes todos los días por aquí , creo que no estaría mal ahorrarme el tráfico de la
mañana - respondió con una sonrisa y no pude disimular el brillo que tuvieron mis
ojos ante su respuesta .

insideofmysoul
Definitivamente ella era mi chica perdida .

Trataré de subir la otra parte hoy en la noche , aunque probablemente la suba mañana .

Tengan una linda semana , besitos <3


Camila part 2

Los Angeles , 1947 Camila

Los tenues rayos del sol comenzaron a filtrarse en la ventana hasta llegar a mi cara y no pude
dejar de gruñir al saber que esa era una señal clara que debía levantarme de la cama .
Me giré hacia al otro lado de la cama sintiendo como mi cabeza daba vueltas y mi cerebro
casi explota en ese simple acto , ayer me había pasado de copas con Claire después de
conversar con John .
Pésima decisión .
Siempre me digo que jamás voy a volver a hacer un concurso de copas con esa mujer ,
porque ella ganaba sin necesidad de mover un dedo y yo siempre quedaba destruida al día
siguiente , no obstante , ayer fueron necesarias esas copas para sacar de mi cabeza la culpa
que me invadía después de que despedieran a aquella chica .

¿cómo se llamaba?
Lorena , Laura , no , Lauren .
Sonreí al recordar su nombre y a sus ojos verdes , jamás había visto una tonalidad tan
hermosa de aquel color . Había visto muchos ojos verdes , pero los de ella eran distintos ,
tenían un brillo que los hacía especial , tenía algo que ni siquiera podía encontrar palabras
para describirlos .

Abrí mis ojos al darme cuenta que las cortinas fueron abiertas por una chica rubia que al
principio no pude identificar , pero al ver bien , me di cuenta que era Claire con una toalla en
el cabello y una bata que cubría todo , me sonrío y yo la miré extrañada al darme cuenta que
las paredes no eran la de mi habitación .
Mierda , me había quedado en su casa .

-Hey bella durmiente a levantarse- me dijo quitandóme las sábanas y al recoger mis piernas
en posición fetal sentí las mismas punzadas en mi cerebro cuando quise moverme , la odié
con mi vida por eso y porque a pesar de que había tomado más que yo , ella lucía como
siempre , serena , bella y con ganas de reírse de mí.

-Claire -respondí frotando mis ojos tratando de reincorporarme al mundo hasta que mi
cerebro comenzó a pensar la razón por la cual estaba en su casa
, jamás aceptaba quedarme a dormir aquí y lo único que se me ocurrió preguntar fue
si habíamos tenido algo ayer -¿durmimos juntas?-pregunté tragando saliva y Claire me miró
seria por unos segundos , más bien enojada por alguna razón , mierda tal vez había olvidado
lo que habíamos tenido ayer en la noche .

insideofmysoul
Ya quisieras Cabello - respondió finalmente haciendo que el aire volviera a mis
pulmones , no sabría ni siquiera como explicar aquellosi hubiera pasado - serás
hermosa y mi amiga , pero no estás en mis listas de conquistas - contestó orgullosa
mientras se sentaba a mi lado para que le hiciera espacio y eso fue lo que hice
mientras la veía contrariada , aún no entendía mucho de lo que estaba sucediendo,
sin embargo , ella se limitó a reír y acariciar mi cabello - así que mueve tu lindo
trasero y a desayunar- dijo levantandóse de la cama no sin antes tomar mi mano
para que yo también lo hiciera , pero por suerte mi fuerza de voluntad aún existía y
no pudo levantarme de la cama .

¿Por qué no me lo subes?- pregunté tratando de buscar las sábanas que estaban en el
piso y ella frunció el ceño por ello , al parecer ella nunca desayunaba en la cama .

Porque no estás en tu casa - contestó seria mientras se cruzaba de brazos por mi


pregunta y por volver a buscar las sábanas - las reglas de aquí son desayunar a la
hora , venga vamos - volvió a acercarse a mí y unque luché contra su brazo
finalmente logró sacarme de la cama y aquel simple acto hizo que mi cabeza diera
miles de vueltas .

Nota mental no volver a aceptar nada que venga de Claire.

Te odio- le dije fulminandóla con la mirada mientras ella se secaba el cabello , yo


seguí viendo todo lo que había en la habitación , era la de Claire podía reconocerla por
los grandes carteles franceses que invadían su habitación , una vez le había
preguntado por ellos y me comentó que eran muy valiosos porque los había hecho
una amiga muy cercana y tratandóse de Claire "amiga cercana " debía ser igual a
compañera de cama .

Los había traído desde francia y no dejaba que nadie los tocara , eran como si estuvieran
hechos de oro , pero solo eran simples fotografías agrandadas con un marco viejo . No le veía
nada de especial en ello , sin embargo , no le refutaba nada a ella ya que era su casa y podía
hacer lo que le viniera en gana.

Eso no me decías ayer -contestó sonriendo con aquella mirada seductora que siempre
ponía a cualquiera que tuviera dos piernas -¿te molesta que me vista?-me preguntó
mientras dejaba la toalla en el perchero , me encogí de
hombros y me di vuelta , porque era su cuarto , ella podía hacer lo que quisiera , pero a mi
me incomodaba verla desnuda ,sinceramente yo no podría hacer aquello frente a otra chica
pero Claire no sabía el significado de la palabra "verguenza " ó "pudor " , a ella no le
importaba que la vieran , de hecho , creo que hasta de cierta forma le gustaba .

No ,creo que no - respondí nerviosa sin mirarla y pude escuchar la risa de Claire por
aquello , de seguro para ella mi actitud era extraña , pero creo que todo el mundo
reaccionaría así .

Perfecto-dijo con su acento parisino , por alguna razón me sentía nerviosa ante la
imagen de Claire a mis espaldas y por alguna razón que tampoco podía justificar
decidí verla , ella definitivamente estaba desnuda terminando de secar su cuerpo , mis

insideofmysoul
mejillas se sonrojaron al ver sus curvas tan definidas y como su espalda blanca tenía
muchos lunares y señas que estoy segura jamás hubiera deducido sino la hubiera
visto desnuda , me llamó la atención un tatuaje que llevaba en la espalda y que
jamás me había comentado y de hecho ni siquiera sabía que ella lo tenía , era un
pequeño pétalo que se unía a otro y formaba algo parecido a una mariposa , era
simple y hermoso -curiosa - dijo entre risas y con eso pensé que mis mejillas
parecían dos tomates , ella se había dado cuenta que la estaba viendo - tranquila
cariño este cuerpo lo puedes ver cuando quieras- me dijo con simpleza como si fuera
lo más normal del mundo y fue hacia su cajón para buscar su ropa interior , yo volví a
darme vuelta y comencé a regañarme por haber intentado ver .

¡Claire!- grité nerviosa y pude escuchar su risa lejana -¡ Por dios¡- fue lo único que se
me pudo ocurrir, pero las palabras no salían de mi boca y mi cerebro mostraba una y
otra vez la imagen perfecta de su cuerpo y como sus largos cabellos rubios caían en
su espalda para complementar aquella escultura andante que era Claire , tuve la
curiosidad de preguntar por aquella mariposa que tenía en la espalda , así que lo hice
- ¿puedo preguntarte algo? - le dije entre curiosa y con cierta timidez , Claire asintió y
seguí con lo que quería saber - es sobre el tatuaje que tienes en la espalda- Claire se
quedó en silencio hasta que pude escuchar como ella reprimía las lágrimas por aquello
y me miraba con una sonrisa fingida.
En la resistencia necesitábamos algo que nos reconociera si alguno de nosotros
moríamos en manos de los alemanes , así que todos teníamos un tatuaje en la
espalda - su voz se cortó en aquel momento y lo único que quería era abrazarla ante
aquellos recuerdos que la abrumaban - el mío me lo hizo la misma amiga que es
dueña de las fotos , una mariposa solo viven un año , pero puede vivir una eternidad
por la belleza que irradia - me contestó mientras sus ojos comenzaban a sacar
algunas lágrimas que no tardaron en quitadas por su mano ,no quise seguir
preguntando sobre aquel tema y lo dejé estancado ahí .Aunque tenía tantas dudas
por responder , ¿aquella chica era su novia?ó tal vez alguien más , ¿ella era la razón
por la cual tomaba? ¿Claire era la mariposa o su amiga? , mi cabeza trató de contestar con
suposiciones aquellas preguntas , pero de nada servía porque ninguna respuesta podía ser
tan potente como las respuestas que me daba Claire hacia aquel momento de su vida .

-Podrías vestirte - le respondí tratando de alivianar las tensiones , ella sonrío y comenzó a
ponerse la ropa interior mientras yo no podía dejar de verla a ella , a su espalda y al tatuaje
que majestuosamente cubría gran parte de su escápula .

Vamos , tienes una buena vista aceptalo -me contestó regresando hacia mí ya con
ropa interior y pidiendóme que la ayudara a subirle el cierre a su vestido azul que
combinaba con sus ojos - ya deja de llorar y vístete - mis manos seguían temblando
al sentir su piel tan cerca de la mía ¿eso era normal? , claro que no , Camila què te
está pasando? me seguí regañando cuando vi que mis manos no hacían su trabajo y
Claire seguía esperando que terminara con el vestido , cuando al fin pude tener
nuevamente el control de mi cuerpo y de mis manos le subí el cierre , pero no sin
antes sentir aquel tatuaje entre las yemas de mis dedos , aunque estaba de espaldas
conocía también a la rubia que de seguro había sonreído por mi actitud y por suerte
ella decidió pararse antes de que hiciera alguna estupidez - te dejé algo de ropa en el
baño , no creo que quieras estar con el vestido arruinado- por unos minutos había
olvidado el vestido blanco que había sido manchado y ahí recién recordé que me lo

insideofmysoul
había quedado antes de acostarme , estaba en ropa interior .
Perfecto , ni siquiera me había dado cuenta que estaba en ropa interior frente a mi amiga que
tenía gustos extraños .

Nada podía ir mejor .

Ni me hables de ese vestido- respondí tratando de taparme con las sábanas , aunque
sabía que no valía la pena ya que Claire me había visto toda la noche , sin embargo ,
con algo encima me sentía más cómoda y al menos bajaba la temperatura de mi
cuerpo luego de aquella escena tan extraña que había tenido .

Tendrás que soportar los comentarios toda la semana eso es seguro - me dijo sin
mirarme , ya que estaba poniendóse los zapatos , yo suspiré aburrida porque era
cierto , sería la conversación de la semana como había sido arruinado aquel vestido y
cómo había montado una escena anoche .

Ya lo sé -contesté entrando al baño para ver la ropa que me había prestado Claire ,
sonreí al darme cuenta de que era la blusa que una vez le había dicho que me
encantaba pero se me había olvidado comprarla y una falda que combinaba
perfectamente con aquella blusa blanca de volantes .
Supongo que hiciste que despidieran a la chica ¿no? - me preguntó acercandóse al
baño para sacar uno de los cepillos para su cabello , me sentí mal ante aquello al
recordar la mirada de la pelinegra , realmente estaba arrepentida , me sentía horrible
por lo que había hecho .

-Sí -suspiré tratando de quitarme aquella imagen de mi cabeza - yo no quería - respondí sin
mirar a Claire , cuando volví a alzar la mirada vi a sus ojos azules mirandóme extrañada
como si le hubiera dicho que las vacas podian volar.

¿y eso? - me preguntó apuntandóme con su cepillo - sonó como culpa , vaya Cabello
estás cambiando - dijo sonriendo y yo fruncí el ceño por su comentario , aunque en
mi interior sabía que era cierto , si se hubiera tratado de otra persona , conseguir su
despido hubiera sido lo más benévolo que podía hacer , ese vestido me había costado
miles de dólares y tiempo invertido , estoy segura que aquella chica no tendría ni la
vida suficiente para poder pagarme el costo del vestido . Sin embargo , eso ya no era
lo que me importaba en este momento , sólo tenía ganas de volverla a ver y ofrecerle
la disculpa que se merecía .
Sí , estaba cambiando , jamás pensé que una disculpa saldría de
mis labios .

Eres una idiota Claire - le dije tirandóle el rollo de papel que estaba en el baño y ella
rió por aquello , su risa era tan inocente y tierna que me hacía recordar a la de una
niña pequeña , claro que esa risa solo la mostraba con ciertas personas , la risa que
mostraba con el mundo era más fría y calculada como si ella supiera con quien debía
compartirla -y sí , la pobre chica podía tener familia ó algo-me encogí de hombros al
pensar en eso , a veces se me olvidaba que no todo el mundo tenía una fortuna tras
sus espaldas y podía vivir una vida llena de lujos , es cierto que trabajaba duro en
mis películas , pero eso no se comparaba en nada a los trabajos que la mayoría tenía
que realizar para poder llevar un pan a su mesa .

insideofmysoul
Ya - dijo sin creerme -¿o te gustaron sus lindos ojos verdes?-mis ojos se abrieron
como platos ante eso , ¿Ella también se había dado cuenta de aquello? , ¿acaso Claire
sabía lo nerviosa que me había puesto aquella chica sin razón alguna?, ¿podía leer
mis pensamientos?.

¿cómo lo sabes?-pregunté nerviosa por lo que me contestaría ,


¿era tan obvio que aquella chica me atrajo de una manera que nadie había hecho jamás?.

Todos conocen a Lauren bobita - me dijo mientras terminaba de


peinar su larga cabellera y suspiré ante eso , ya que todas mis preguntas fueron respondidas
con esa simple respuesta - es una cantante fantástica , una de mis favoritas -Claire se acercó
a mí y comenzó a peinar mi cabello , eso definitivamente no me lo esperaba , pero ella era
tan impredecible siempre que tampoco me extrañó - sabe interpretar a Piaf de una forma
única y la imita a la perfección , pero aquel lugar no la merecía- sentenció con algo de dureza
en su voz , yo nunca me había fijado en aquella chica y me sentía una tonta al no hacerlo ,
había ido a aquel lugar cientos de veces y lo último que veía era a la cantante de la noche ,
pero al parecer todos quedaban embelesados con su voz .

-¿Sabes sobre ella?-le pregunté con la esperanza de que supiera algo , quería saber todo lo
posible sobre Lauren y por primera vez tuve la necesidad de escucharla cantar , si era tan
buena como decían, quería ser capaz de escuchar su voz en un micrófono.

¿Cómo que? - me preguntó curiosa y yo me encogí de hombros porque realmente no


sabía que preguntarle , ¿su apellido tal vez? , ¿su edad? , bueno parecía de mi edad
así que eso no era tan necesario , miles de preguntas me abrumaban , pero ninguna
me parecía correcta como para realizarle a Claire - en verdad he hablado un par de
veces con ella , es una chica muy lista y tiene una hija que es un amor-chilló
emocionada , ese era el efecto que hacía hablar sobre niños en Claire ,a mi jamás me
habían llamado la atención , no me parecían la gran cosa , eran solo próximos adultos
que no se podían cuidar solos , que lloraban siempre y que apenas sabían hablar .

¿Una hija?- pregunté curiosa porque me parecía bastante joven


para tener una .

Sí , algo joven para tenerla , pero esa es su realidad -sentenció Claire - el padre de la
pequeña murió en la guerra y desde ahí Lauren ha tenido que salir sola adelante - mi
corazón se estrujó al escuchar aquello , perfecto Cabello , le quitaste el empleo a una
madre que solo trabaja para mantener a su hija , me sentí la peor persona del
universo y quise que Claire parara de hablar , pero ella no lo hizo - tiene seis años y
se llama Noelle como navidad en francés , es una persona admirable , lástima que
perdió su empleo - esas palabras me llegaron como dagas y sabía que la intención de
Claire era esa , que me sintiera horrible conmigo mismo por lo que había ocasionado .

¿cómo sabes sobre todo el mundo?- pregunté tratando de cambiar de tema , porque
ya no quería saber más sobre Lauren , no quería sentirme más culpable de lo que
estaba .
Cariño , olvidas que todo el mundo es un posible aliado ó enemigo
, hay que conocer a todos -me respondió con una sonrisa y yo asentí , porque la forma que

insideofmysoul
ella veía el mundo era muy distinta a la mía , a mi no me importaban las personas , de hecho
, estaba un poco harta de ellas . En cambio Claire veía todo como una estrategia , todo valía
la pena para ganar la guerra como ella siempre decía
, a veces me preguntaba ¿cómo había sido la Claire antes de la guerra? ¿habría sido igual? ó
solamente era dura consigo mismo por todo lo que había pasado , creo que jamás obtendría
respuestas a esas preguntas- claro tú no sabes de eso , odias a las personas Cabello .

No las odio , simplemente no las soporto -Claire rodó los ojos divertida ante mi
respuesta para luego besar mi cabello , amaba que hiciera eso , ella era la única
persona a la cual le aceptaba ese tipo de cariños , bueno también era la única que lo
hacía . Era la única además de John que realmente se preocupaba por mí y no
dudaban en llamarme para saber de mí todos los días .

Bien ya entendí -sus manos acariciaron mis mejillas y me vio con una dulzura que
sabía que no veía a nadie más , Claire era así de extraña , tras esa fachada de chica
sexy que podía controlar al mundo , cuando me veía era distinto , dejaba a flote su
lado tierno y verla así solo me hacía preguntar que había detrás de su historia? , es
decir , era obvio que la vida no se le había hecho fácil siendo de la resistencia , pero a
veces pensaba que habían muchos vacíos en sus historias como si ella no quisiera que
nadie los decifrara pero cuando me veía de esa forma es como si sus grandes ojos
azules pidieran a gritos que alguien la abrazara y consolara - ahora vístete que se
enfría el desayuno -finalizó y yo quise abrazarla , pero como todo en mi vida que
estaba relacionado con sentimientos , simplemente dejé que saliera del baño para
poder vestirme.

El olor a desayuno casero invadió todo mi ser cuando comencé a bajar las escaleras de la
casa de Claire , su casa no era muy grande , apenas tenía unas cuantas habitaciones y una
sala de comedor gigante ,de hecho , ella no solía invitar a nadie a su casa . Casi siempre
estaba vacía , nunca realizaba fiesta so reuniones en ésta , sin embargo , ella estaba
presente en todas las fiestas que podían existir en Los Angeles .
Claire seguía siendo un enigma para todo el mundo , cuando pensabas que ya habías
terminado de conocerla , ella te sorprendía con algo nuevo , cualquiera pensaba a la primera
instancia de conocerla que ella adoraba la atención , que adoraba tener a todos los ojos
deslumbrandóse por su picardía y belleza , sin embargo , yo ya llevaba cuatro años
conociendóla y sabía que había una capa mucho más profunda detrás de aquellos vestidos
que moldeaban su figura y las joyas que nunca le faltaban .
-¿Qué huele tan delicioso?- pregunté sonriendo al ver toda la comida que había en la mesa
,rara vez desayunaba , ya que nunca me levantaba tan temprano ó cuándo desayunaba
jamás lo hacía en la mesa , siempre pedía a Anna que me lo subiera a mi habitación , ya que
no le veía el sentido a desayunar sola todas las mañanas , sin embargo , cuando alcé la
mirada pude notar que no estabamos solas y toda la servidumbre estaba en la mesa .

Algo de todo -comentó Claire mientras ponía algo de mantequilla a su tostada -hoy
eres nuestra invitada , Marie se esmeró para poder complacerte - sonreí por aquel
comentario y me senté en la primera silla vacía que encontreé , la verdad no podía
dejar de mirar como el servicio estaba en la mesa , eso jamás pasaba y a Claire no
parecía importarle .

Vaya no sabía que desayunabas con el servicio - comenté finalmente a su oído porque
no quería incomodar a las otras personas que estaban en la mesa , ella solo sonrío y
dejó la tostada que estaba comiendo.
insideofmysoul
Lo olvidaba -dijo con una de sus típicas sonrisas animada - chicos ella es Camila
aunque me imagino que muchos la deben conocer -todos me miraron impresionados
como sino hubieran notado mi presencia , al menos no era la única que se sentía
extraña frente aquella escena , Claire prosiguió con la conversación , ya que se dio
cuenta que el silencio nos invadía y no quería irse - ella es Marie- me señaló a una
mujer regordeta que debía tener unos cincuenta años , ella sonrío al escuchar su
nombre y cuando me vio devolvió la mirada hacia su plato , Claire ignoró aquello y
siguió con la presentación- Louis -me dijo señalando a un pelinegro que estaba
debatiendo entre comerse el tocino ó los huevos de su plato - Clara , es la hija de
Marie -ella era la más joven de todos los que estaban en la mesa , era apenas una
niña de cabellos negro rizados - Andrea y Martín -finalizó al señalar a la pareja que
estaba al frente nuestro , yo realmente no sabía si saludar ó no , así que me quedé
callada para que Claire prosiguiera- por eso te decía que te apuraras a desayunar ,
todos te estaban esperando - asentí tratando de asimilar lo que estaba sucediendo,
no había conocido a nadie que se sentara a desayunar con el servicio, de hecho ,
había conocido hasta personas que no dejaban que el servicio estuviera presente
cuando ellos estaban en la mesa , sin embargo , a Claire no le molestaba en lo más
mínimo , ella seguía conversando naturalmente con ellos como lo hacía con cualquier
celebridad , de hecho , hasta podía apostar que rara vez la veía tan animada al
conversar con alguien .

-Ya veo -fue lo único que se me ocurrió decir mientras sacaba algo de pan para untar en mis
huevos , dirigí mi vista hacia el desayuno el cual parecía delicioso , así que no dudé en
comenzarlo a comer para ver como sabía , al sentir el primer bocado una
sonrisa se marcó en mí , hace mucho que no comía un desayuno tan delicioso , tal vez desde
que era una niña y aún vivía en casa de mis padres.
El silencio desapareció cuando Claire comenzó a conversar con todos sobre algo que era
chistoso , pero yo estaba tan concentrada en mi desayuno que no me fijé de que hablaba ,
pero sabía que Claire me miraba cada cierto tiempo para incluirme en su conversación .
Jamás había visto aquella familiaridad que tenía Claire con ellos , de hecho , muchas veces
les hablaba con total fluidez en francés , cosa que rara vez hacía con alguien como nosotros ,
ella solía dejar el francés para sus chistes y cuándo quería mostrar un aire de superioridad ,
pero aquí lo hacía como si fuera algo cotidiano y ellos le respondían de la misma manera .

Bueno- comentó Claire mientras se limpiaba con su servilleta , había terminado su


segundo plato de desayuno y yo apenas me pude avanzar uno y ya estaba llena ,
aunque en ese momento hubiera deseado tener el estómago de ella para poder comer
más porque estaba delicioso - nos vemos en el almuerzo , gracias por el desayuno
Marie estuvo delicioso - todos asintieron y comenzaron a recoger los platos vacíos de
la mesa , mientras yo la veía a ella queriendo saber que debía hacer
, ella arrugó la nariz al ver mi mirada perdida - ¿quieres que te vaya a dejar a tu casa?- me
preguntó amablemente mientras se levantaba de la mesa y yo la seguía , la verdad no quería
ir a casa , no había nada ni nadie esperandóme , prefería quedarme en la casa de Claire ,
pero el cansancio y las copas de más estaba aún resonando en mi sistema y no me
molestaría poder tirarme en mi cama y dormir hasta el almuerzo.

Está bien -dije recordando el desayuno , extrañamente me había sentido entre


cómoda por la compañía y extrañada porque no sabía como reaccionar frente a eso ,
Claire se dio cuenta de mis inseguridades y no dudó en preguntarme que me sucedía.

insideofmysoul
¿Qué sucede?- preguntó dulcemente mientras acomodaba un mechón rebelde que se
había salido de mi peinado .

Nunca he conocido a nadie que hiciera lo que tú haces - respondí finalmente , no sé si


lo hacía para halagarla ó en forma de sorpresa , pero ella frunció el ceño por aquello ,
creo que lo malinterpretó.

Eso es porque todos los que conoces son unos engreídos Mila- me respondió cortante
y yo sabía eso , pero conocía a las mismas personas que ella ó al menos eso pensaba
antes de compartir un desayuno con ella -a mi no me importa tener que compartir
con el "servicio " como tú dices , son personas como todo el mundo , solo que
noostros fuimos un poco más afortunado , pero son personas -ella tenía toda la razón
, pero aún así para mí no dejaba de ser sorprendente aquello .
-Nunca vas a dejar de sorprenderme ¿cierto?
-Mila odio cuando las personas se creen superiores a otros -me dijo cerrando sus puños ,
jamás la había visto de esa forma y la verdad su declaración me dejó con la boca abierta , la
chica rubia con la que hablaba no se parecía nada a la chica que había encontrado ayer y me
había contado como se había acostado con una actriz - los alemanes se creían superiores a
nosotros solo porque pudieron tomar el país , no tienes la menor idea de que es agachar la
cabeza y tragarte todo lo que tienes que decir por miedo a morir , es la peor sensación del
mundo -sus palabras estaban cargadas de odio, rabia y tristeza , quise decirle algo , pero
sabía que mis palabras no servirían en nada - ¿por qué crees que no invito a nadie a mi casa?
- no dije nada , porque no sabía la respuesta- es porque odio la prepotencia , me aburrece
tener a personas que solo piensan en ellas mismas e ignoran a todos los que no creen que
son de su mismo nivel - bajé la mirada ante aquello , yo era ese tipo de personas
Sé que tú no lo haces consciente Mila , eres una niña rica desde siempre , pero hay
un mundo detrás de las luces y la ropa cara , y sé que eres capaz de darte cuenta de
ello, por eso eres mi amiga - Claire no dudó en abrazarme y demostrarme su cariño ,
¿por qué ella era tan distinta a todo el mundo? , no podía sentirme tan afortunada por
haberla conocido - eres muy linda , pero sé que no deseas que el mundo te vea solo así , yo
al menos veo el espirítu fuerte que tienes no tu belleza .
Era la primera vez que alguien me halagaba con alguna característica que no tuviera relación
con mi belleza y no pude reprimir las lágrimas al escuchar aquello .

Era uno de los momentos más felices de mi vida .

Hello , como lo prometido es deuda , pues aquí está e,e . Bueno ójala que les éste gustando
la historia y yo venía por aquí porque creo que haré un maratón de dos o tres capítulos el
miércoles ¿qué dicen? .
En fin , les mando muchos besitos y cariño <3 , nos leemos
Capítulo 4 : Le it be Mini Maratón 1 de 2
I dont know what i have to do , to forget you ,
Because you'll can paint the sky if you want ,
you'll can dry the ocean if that is you wish ,
But i can't get out of my mind -(forget you , flies on the wall )
Camila

Nunca fui buena recordando a que fecha estábamos .

insideofmysoul
A veces suelo confundir los lunes con los miércoles ó olvidar completamente que día de la
semana estamos .
Sin embargo , desde que había visto a Lucy por última vez en el metro , llevaba dos semanas
y media sin verla.

Es decir diecisiete días exacto desde la última vez que nuestras miradas se encontraron en
aquel vagón del metro y dónde me hizo odiarla lo suficiente como para esa noche tirarme en
la cama y maldecir su nombre hasta que estuviera lo suficientemente cansada como para
dormir sin ser consciente de lo que había hecho ni de la razón por la cual me sentía así .

Y todo este estúpido sentimentalismo dolía lo suficiente como para quedarme en casa y llorar
todo lo que no he llorado por su estúpido nombre .
La odio lo suficiente como para querer asesinarla cuando la vea otra vez , pero más que eso
es el odio que me siento a mi misma , porque sé que si apareciera nuevamente y de nuevo
me envolviera con sus palabras bonitas , sería suficiente para tenerme a sus pies
nuevamente .

Suspiré nuevamente por recordarla y no por el hecho de que estaban pasando mi parte
favorita de the notebook en netflix , Mani me miró extrañada y no dudó en abrazarme sin
quitar la vista de como Rachel Mcadams veía por primera vez la casa que Ryan Gosling le
había prometido de ventanas azules y un gran jardín .
The notebook era mi película favorita , podía verla 336776764726 veces y aún seguía
llorando en el final , deseando como todas las películas de amor , que algún día fuese tan
afortunada como para poder encontrar a alguien y vivir juntos hasta envejecer . Y esta
película en especial era experta en sacarme en cara mi soledad y que a mis 22 años no había
encontrado a nadie , siendo que en la mayoría de las películas de amor es tan fácil encontrar
a alguien porque generalmente no va más allá de encontrarlo en una fiesta del colegio y ya
está se aman para siempre , tienen diez hijos , una casa y sexo casi todo el día .

Mi vida era lo más alejada a eso que me hacía pensar que estaba maldita por el amor ,todas
mis relaciones eran asquerosas , así que creo que cuando logre superar a la castaña me
negaré a salir con alguien , porque siempre terminan siendo un desastre y yo me llevo la
peor parte .

Vaya , es raro no verte llorando por la película - me dijo Mani para que me saliera de
mis pensamientos , cuando volteé mi vista hacia la película , ésta ya había terminado
y estaban dando los típicos créditos que venían con una canción melosa para que me
sintiera más tonta aún .
Perfecto , justo lo que necesitaba .
Una canción que me dijera que era una idiota por no encontrar a
alguien decente .

-Estaba pensando en mi audición - mentí y Mani arqueó la ceja porque sabía que le estaba
mintiendo , creo que cuando trabajas con alguien durante cinco años , todos los días de la
semana , es muy fácil ver que está mintiendo ó no . Pero yo creo que simplemente es el
hecho de que cuando estoy nerviosa no puedo mentir , es como si mi cerebro me obligara a
decir la verdad , ese mismo talón de aquiles era la razón por la cual Lucy siempre ganaba
nuestras discusiones .

Porque mi gran boca no tardaba en decirle lo sexy que se veía ó que estaba loca por ella .
Así que se aprovechaba de esa debilidad y no dudaba en envolverme nuevamente con sus
palabras lindas y llevarme a la cama .

insideofmysoul
Siempre lo hacía y yo siempre me rendía a que igualmente salía ganando yo con eso , pero
en mi interior entendía que yo solo era nada en comparación a su poder de manipulación .

Ya , y yo estaba pensando en Dinah Jane Hansen - respondió riendo , pero yo sabía


que lo más seguro es que estuviera pensando en Dinah , esas dos lo único que hacían
por sus vidas eran suspirar por la otra y torturarme con sus pensamientos ,¿por qué
las personas nos volvemos estúpidas cuando ese bicho
contagioso del amor aparece en nuestras vida ?.
Creo que nunca lo sabré.
Mani , tú siempre piensas en Dinah - grité frustrada y ella no me dijo nada , como
dice el dicho el silencio otorga - tu novio es guapo , pero vamos es Dinah Jane
Hansen , esa mujer puede tener a todo el mundo si quiere y lastimosamente solo te
quiere a ti - no sé que me hizo decirle eso , si el hecho de que estaba harta de
escuchar los suspiros de ambas ó el hecho de que ya no quería ver a Dinah llorar más
por la relación que tenía Mani con aquel chico , estaba harta de lo estúpido que es el
amor y como puede hacer que una persona no sea consciente de la mitad de las cosas
que hace .
Mani me miró extrañada como si fuera algo nuevo lo que le decía , pero era lo más obvio del
mundo , solo que en sus mundos no lo era y creo que era porque se la pasaban mucho
tiempo pensando tonterías que tratando de ver al mundo real .

Dinah no se fijaría en mí - me golpeé mi cara con mi mano , porque no sabía si era yo


la única persona pensante en este departamento ó Mani había comido algo para
volverse estúpida - Ni siquiera me dirige la palabra - fue su respuesta mientras se
levantaba del sillón e iba a mi nevera para sacar algo , definitivamente ni aunque a
las dos se las encerrara en una habitación oscura pasaría algo .
-¿Al menos escuchaste algo de lo que te dije? - esto ya me estaba haciendo la poca paciencia
que tenía en mi sangre - ella muere por ti Mani , solo que es tan estúpida como tú y no te lo
dice - contesté enojada por su reacción , de seguro si le decía lo mismo a Dinah , ella daría
las mismas respuestas .
Esas dos necesitaban estar juntas ,porque se parecían tanto que a veces me daba miedo
aceptar aquello .

Mila solo lo dices porque somos tus amigas , pero yo no lo creo - me dijo mientras me
tiraba una de las latas de sprite que estaban en la nevera y yo abría la lata tratando
de pensar en algo que no fuera Lucy , ni siquiera al tratar de convencer a mi amiga
de que estaba equivocada me dejaba no pensar en aquella castaña , podía maldecir
su nombre todas las noches , sin embargo , aún seguía con la fantasía de que ella
aparecía en la puerta de mi departamento como en las películas de amor y vendría
con un ramo de flores pidiendóme disculpas , aunque prefería los libros que las flores
.

-Piensa lo que quieras , enserio me están hartando con sus actitudes infantiles - respondí
cuando Dinah volvió a sentarse en el sillón .
Si hablamos de madurez tú no quedas atrás , crees que no sé que en este momento
estás pensando en ella - ¿tan obvia era? , sí , Camila Cabello ni siquiera se porque
quieres ser actriz si hasta alguien en la luna que no sabe nada
sobre lo que pasó con Lucy sabría que aún suspiras por ella .
No quiero hablar de eso - me negué a seguir abriendo la herida
,sé que algún día lo superaré .

insideofmysoul
O al menos eso es lo que espero y deseo .

-No sé como te fijaste en ella , tenía novia Camila - Mani no estaba siendo de ayuda , sabía
perfectamente que lo nuestro no iba a funcionar , pero había dejado de ser consciente
cuando me di cuenta que no podía quitarla fácilmente de mi cabeza , sabía que me haría
daño , pero nosotros no escogemos el dolor , sino que escogemos a la persona quién
queremos que nos dañe .
Y yo escogí incorrectamente , como mazoquista que soy . Las cosas siempre son más fáciles
decirlas que hacerlas .
Es fácil criticar a Dinah y a Mani por ni siquiera hablarse , pero si comparamos lo mío con lo
de ellas , yo era la mayor tonta del planeta . Ni siquiera conocía a su novia , bueno ex novia
en este momento , pero eso no era suficiente para que no me sintiera una idiota.
Tal vez hasta he conversado alguna vez con su novia sin saberlo y el simple hecho de que
había dañado el corazón de alguna chica desconocida me hacía sentir la peor persona del
planeta.
Si lo sé Mani - respondí rodando los ojos y tomando el útlimo sorbo de mi sprite - de
hecho es perfecta , o al menos eso me decía Lucy siempre - contesté entre suspiros ,
siempre quise que aquella castaña hablara así de mí como lo hacía de su novia que ni
siquiera recordaba su nombre , era increíble el afecto que demostraba con cada
palabra cuando hablaba de ella .
Muchas veces me había dicho que aquella chica además de su mejor amiga desde siempre ,
conocía hasta el punto más recóndito de su ser y no solo de su cuerpo , sino que de su alma .

Tal vez ella era la única que conocía a la verdadera Lucy y por eso ella la amaba tanto .

-¿Sabes al menos porque terminaron? - me preguntó seria y yo negué con la cabeza , no lo


sabía , pero me lo imaginaba .
No era fácil ocultar que todos los lunes , Lucy venía a mi departamento y se quedaba todo el
día .
Varias veces Lucy se había atrevido a contestarle a su novia que estaba trabajando cuando
en verdad estaba conmigo cenando , cuando le dije que me incomodaba eso .

Simplemente dejaba su celular apagado mientras estaba conmigo


para que la mentira siguiera adelante y nadie saliera herido .
Nadie más que yo y su novia .
Es una perra Mila , solo tienes que repetirte eso cientos de veces hasta que te lo
creas- me reprendió y aunque eso no era necesario , porque lo sabía , otra cosa era
que yo no quisiera hacerle caso a mi cerebro cuando me decía esos sobrenombres
para Lucy .

Después de eso Mani recibió una llamada de su novio y decidió ir a visitarlo , así que la
acompañé hasta el primer piso para despedirme de ella , realmente no me importaba bajar
en pijama y que todo el mundo me viera .

La verguenza apareció cuando extrañamente pude reconocer a una chica que estaba en el
vestíbulo viendo hacia el ascensor como si esperara que alguien bajara.
Mis sentidos se apagaron y mi corazón casi se sale de mi pecho al
ver a Lucy ahí .

Te veo mañana cariño - me dijo Mani mientras me daba un beso en la mejilla yo


asentí sin dejar de mirar nerviosa a Lucy y como se veía en aquel vestido rojo , dios
se veía hermosa y mi mente estúpida solo pensaba en quitárselo en aquel momento ,
insideofmysoul
ahí mismo en el ascensor - trata de no pensar en esa perra y levantate temprano -
contestó y yo asentí desviando mi mirada hacia Mani para que no sospechara de que
en verdad había dejado de prestarle atención y mi cerebro solo podía pensar en el
vestido rojo .

Disfruta tu cita - contesté con una sonrisa ladeada porque no podía quitarme de la
cabeza a Lucy y como si me veía se daría cuenta que estaba en pijama . Mani no dijo
nada , estaba más pendiente de revisar los últimos mensajes en su celular , así que
no se dio cuenta que Lucy estaba a solo unos centímetros de nosotras , lo cual
agradecía al cielo.
Porque Mani no hubiera dudado en comenzar la tercera guerra
mundial con ella .

Cuando Mani se fue , hice todo lo posible para irme por la escalera de emergencias y que
Lucy no me viera de esa forma , pero el destino me odiaba así que hizo que justo apartara la
vista del ascensor cuando yo lo único que quería era llegar sana y salva a mi departamento .

Sus ojos cafeces se posaron sobre mí y fue como si todo se detuviera y solo nosotras dos
estuvieramos en aquel edificio .
Odiaba aquel sentimiento .

rostro .
Ella sonrío haciendo que sus lindos hoyuelos se marcaran en su Era irresistible no querer
tener sus labios en mí .
Pero eso no fue lo que me hizo sentir que estaba perdida , sino cuando con una sonrisa y un
paso seguro se acercó a mí como si de una pasarela se tratara y de sus labios salió el "Cami "
que siempre me decía cariñosamente , eso hizo que odiara al mundo y maldiciera por estar
entre sus redes .

Hola Cami - me dijo posando un beso en mi mejilla como si nada hubiera pasado ,
como si solo fuera un encuentro casual entre dos personas que no habían pasado
juntas los últimos dos años .

Como si ella no me hubiera roto el corazón hace unas semanas atrás sin querer decirme el
porque .

cabeza .
Como si yo no estuviera loca por ella y no pudiera sacarmela de la

Hola - fue lo único que mis labios pudieron decir y ni siquiera


sonaron seguros ante aquel simple saludo , definitivamente todo lo haces mal Cabello me
reprendí una y otra vez cuando pude sentir como las manos de Lucy se acercaban a las mías
y sus yemas acariciaron mis nudillos haciendóme suspirar como ella siempre lo hacía .

Ella debía ser hija de Satán , porque aquello era maldad pura sacada de los mismos infiernos.
Mi piel se estremeció cuando ninguna de las dos dijo nada pero ella posó un suave beso en mi
hombro descubierto por la parte de arriba de mi pijama , ni siquiera podía sonreír ante ello
porque en mi archivo mental solo estaba el recuerdo dulce de sus caricias y como ella sin

insideofmysoul
mover un solo dedo podía llevarme al paraíso , como era experta en todo lo que tuviera
relación conmigo y en como me hacía perder en aquel mar de chocolate que eran sus ojos
seductores .

Te extrañé Cami - dijo finalmente y eso fue como una daga a mi corazón , yo me
alejé un poco de ella y traté de no mirarla , porque se sentía horrible aquel
sentimiento de que ella podía hacer lo que quisiera conmigo y cuando lo deseara ,
porque yo no podía obtener lo mismo y siempre salía perdiendo en aquella batalla .
Y sinceramente ya estaba harta de siempre perder contra ella y los sentimientos que siempre
salían a flote frente a su imagen .
¿Qué quieres Lucy? - me felicité mentalmente por tener la fuerza de voluntad de al
menor realizar una pregunta coherente , sin embargo , ella sonrío
ante mi pregunta como si supiera a que iba relacionado , como si de una vez quisiera
convencerme de que cualquier reproche ó algún tipo de enojo hacia ella no serviría aquí ,
porque ella podía controlar aquellos momentos solo con sonreír y darme de sus caricias las
cuales necesitaba desde hace tanto tiempo y extrañaba como nadie .

Ella se acercó aún más a mí y mis barreras tan débiles que había adquirido con aquella
pregunta se fueron abajo frente a lo cerca que estábamos y como podía sentir su respiración
erizar mi piel solo como ella sabía hacer , pude ver como sus ojos me miraban curiosos y
cuando menos lo esperaba , ella me abrazó posando sus manos en mi cadera para luego
bajar a mi trasero . Haciendo que todo mi cuerpo temblara al volver a sentirla a ella como
tanto deseaba .

Dios , ella sabía todos mis puntos débiles y la odiaba por ello .

Sabía que tú también me extrañabas hermosa - me contestó en español y traté de


sacar de mi cabeza el recuerdo que venía cada vez que me decía "hermosa " con
aquel acento que tanto amaba , esa simple palabra había sido capaz de desnudarme
en todos los sentidos posibles durante dos años , al principio olo era una palabra
cariñosa , pero luego de que ella supiera el efecto que producía en mí cada vez que
sus labios repetían aquella palabra tan simple y a la vez tan completa que en ella se
convertía en perfecta , no dudaba en utilizarla como su mejor arma , como su az bajo
la manga cada vez que necesitaba algo de mí .
Quise detenerla pero mis sentidos no reaccionaban frente aquella escena tan típica y ella
sonrío sabiendo que era lo que estaba produciendo en mi , así que no dudó en aprovechar
aquel momento para volver a besar mi hombro y mi piel descubierta . Para luego con la
misma sonrisa que podía condenar a cualquiera a vivir en los mismos infiernos , se acercó a
mis labios como si fuera un territorio conocido y lo era , porque ella era la única
conquistadora de aquel lugar , al igual que en mis pensamientos , ella era la única dueña .

Y depositó el beso que había esperado todo este tiempo y que sabía me arrepentería de todo
esto mañana cuando me despertara con la realidad encima , la realidad de que ella jamás me
amaría de la forma en que yo lo hacía . Porque no se podía amar a alguien si en tu mente
estaba estancado el recuerdo de alguien más y aunque no me lo dijera , sabía que su novia
era el único recuerdo que invadía su mente , ella jamás me vería más allá de lo que
estabamos haciendo ahora en el vestíbulo de mi edificio .
Sin embargo , no me importaba.
Había dejado de darme importancia cada vez que disfrutaba de la majestuosidad que
irradiaba cuando invadía sin permiso previo mis labios y su lengua recorría cada centímetro
de él , haciendo que todos mis sentimientos hacia ella se
insideofmysoul
reflejaran en mi piel y mi cerebro solo fuera capaz de responderle de la misma manera ,
haciendo que me perdiera del mundo y nada tuviera sentido .

Haciendo que me derritiera con cada tacto proveniente de ella y que no deseara nada más
que tenerla a mi lado .
Ni siquiera era dueña de las palabras , porque ninguna salió cuando ella siguió besandóme
con la misma intensidad que en un principio , de hecho , mis manos se volvieron inútiles
porque en vez de apartarla y poder terminar con toda la tortura china que era todo esto ,
simplemente se limitaron a atraerla más a mí y sentir la suave tela de su vestido rojo corto
sobre mis piernas , haciendo que todo eso me enloqueciera en una ola de placer que no
sentía hace tanto y que deseabsaciar lo más pronto posible .
Y supe que ella se dio cuenta de eso , porque no tardó en sacar sus labios de los míos y con la
misma sonrisa que me había condenado a esta escena que no podía controlar , ella posó su
delicada mano sobre mi mejilla para luego quitar algunos mechones sueltos de mi cabello que
se interponían en su camino hacia algún punto específico en mi rostro . Cuando pudo
retirarlos no dudó en volver a sonreír complacida ,ya que me tenía justo como ella deseaba ,
asus pies , indefensa y sin tener la capacidad mental de hacer algo que no fuera complacerla
.

Te extrañé tanto Cami , creo que tenemos que devolver el tiempo perdido - me
ofreció mientras tomaba mi mano y me guiaba hacia el ascensor , yo no hice nada
más que tratar que mis piernas no se movieran , porque si subíamos a mi
departamento todo estaba perdido , yo no podría resistirme a quitarle aquel vestido y
ella no se negaría tampoco , porque por su mirada eso era lo que esperaba de mí , sin
embargo , mi fuerza de voluntad como siempre me traicionó y no hizo su trabajo , de
hecho solo dejó que mis piernas la siguiera como si de un regalo se tratase .

Pero todo lo que tuviera que ver con Lucy no era un regalo , solo era una condena adelantada
de placer que solo se convertía en dolor seguro cuando pasaba el tiempo de felicidad .

Suavemente posé mis dedos sobre el cierre de aquel vestido que solamente estaba atrasando
lo inevitable , Lucy rió al sentir mis manos sobre su espalda mientras ella intentaba con sus
brazos acariciar mi cabello , cerré los ojos ante esta imagen , ante esta escena ,
definitivamente no me importaba estar lamentandome mañana por todo esto .

No me importaba , con tal de ser feliz en este momento , podía atrasar el mañana en
aparecer y solo ser feliz con mi presente . Con el aquí y ahora
que estaba viviendo con ella .
Cuando fui capaz de sacarle el vestido y éste cayó sin más en el piso de mi habitación pude
ver la espalda desnuda de Lucy que conocía tan bien como si de un mapa se tratara y no
dudé en besar su cuello mientras ella solo reía por todo lo que estaba produciendo en mí ,
aquella necesidad de tenerla solo me hizo preguntarme si todo el mundo sentía aquella
misma sensación hacia ella .

Mi respuesta no tardó en salir , lo más probable era que sí .

No te lleves toda la diversión hermosa - y así nuevamente me hacía sentir como en el


paraíso , con simples palabras que estoy segura que si vinieran de otra persona no
producirían aquel efecto tan saciante en mí y que no llegarían ni a convencerme para

insideofmysoul
aceptar una copa de bebida con alguien , en ella se transformaban en poderosos
truenos que solo se encrgaban de atravesar mi piel de una forma delicada y a la vez
arrebatadora como lo eran las olas del mar cuando te sacudían sin que tú lo desearas
.

Lucy me dio vuelta para comenzar a sacarme el pijama que aún llevaba puesto , ella estaba
en ropa interior y podía notar que estaba deseosa de que todo esto fuera más rápido , pero a
mi me gustaba disfrutar cada segundo como si fuera el último , me gustaba sentir cada
caricia sin necesidad de apurasr las cosas , porque quería impregnarme de momentos que de
seguro no volverían a pasar en un largo tiempo , porque ella siempre se iba y nunca era
seguro si regresaría ó no . En cambio yo siempre me quedaba aquí con los estúpidos
sentimientos y remordimientos que ella dejaba luego de su partida .
Cuando sacó la blusa de tirantes no dudó en posar sus manos sobre mi tersa piel que se
endurecía cada vez que ella la tocaba , pasó por mis pechos haciendo que un leve gemido
saliera de mí , ¿cómo podía ser capaz de producir esa ola de calor tan latente y
extraordinaria? , yo traté de aferrarme para no caerme de su cabello y comencé a bajar
lentamente hasta que desabroché su sostén y ella por su parte comenzó a besar mi clavícula
hasta llegar rápidamente donde estaba mi sostén y sin más solo lo tiró para luego pasar por
el short .

Estoy segura que ella sabía que estaba tan húmeda que necesitaba en este mismo instante
una ducha fría y eso la hizo excitar más , ya que rápidamente sacó mi short y comenzó a
besar cada parte desnuda de mi cuerpo y yo solo trataba de reprimir todos lo que venía con
ello .

Te amo Lucy - respondí gimiendo y me lamenté mentalmente de mi situación tan


estúpida , mis palabras no servían con ella . Sabía que no significaban nada para ella ,
sin embargo , aún estaba aquí dandóle toda la diversión que ella quería . Me sentía
una puta en aquel momento , pero cuando ella tomó mi
mano para que acariciar su parte inferior , realmente dejó de importarme porque su gemido
se convirtió en la mejor delicia auditiva de aquel momento . Podía tragar mi orgullo solo para
poder sentir aquella sensación única que era sentir como ella se humedecía solo porque la
rozara , solo porque mis dedos tocaban delicadamente su zona íntima , esa llama abrazadora
que solo ella podía hacerme sentir me hacía sentir indefensa y desplomada cada vez que
quería .

Yo también lo hago hermosa - contestó mientras me llevaba a la cama para así poder
sentir mejor sus caricias , pero yo sabía que esas solo eran palabras , como las que
se llevaba el viento , como los dientes león que eran elevados por una simple brisa .
Ella jamás me había dicho que me amaba siempre se limitaba a esperar que yo se lo
dijera y después responder con un "también " , a eso se reducía todo el esfuerzo que
hacía por estar con ella .

Sus caricias se sentían tan bien , pero llegó un momento en que dejaron de causar aquel
efecto en mí , que dejaron de traspasarme y darme cuenta de que tenía que tener al menos
un poco de orgullo en mi sangre para detener aquel momento , porque no solo estaba mal ,
sino que también me sentía una idiota en haberlo dejado pasar como si yo no valiera nada ,
como si fuera nada contra lo que ella podía ofrecerme . Así que tomé aquella pequeña
acumulación de orgullo propio y decidí armarme de valor para por primera vez decir algo en
contra de lo que ella me ofrecía .

Creo que tienes que irte - respondí seria cuando ella dejó de tocarme y ambas
insideofmysoul
habíamos quedado en cama suspirando por la otra , ella me miró contrariada sin
entender la razón de mi reacción , tal vez esperaba que yo siguiera con aquel deleite
que podía producirme sus caricias , pero ya no más , estaba aburrida de ser utilizada
, estaba simplemente harta de saber que ella jamás sería mía , aunque siempre me lo
decía y me lo demostraba al saber todos los caminos necesarios para tenerme a sus
pies .
Porque ella no era mía , sino todo lo contrario , yo era de ella y aceptaba sumisamente sus
sugerencias cuando ella quería y cuando a ella le daba la gana de hacerlo y si simplemente
no quería yo también aceptaba eso con dolor y me quedaba esperandola como una imbécil .
Ya no quería más de eso en mi vida , quería tener a alguien que esperara por mí y no solo
para satisfacerse , no solo para sentir placer . Quería a alguien que me dijera palabras
bonitas y no solo para convencerme de ir a la cama sino en cualquier momento , quería a
alguien que tomara mi mano como en las películas de amor y aunque sonaba cursi deseaba
que mi vida fuera una película de amor, deseaba encontrar a ese alguien que sin importar
dónde , cuándo o como yo lo hiciera suspirar porque no importaría si estuviera maquillada ó
como amanezco en las mañanas , ese alguien siempre estaría ahí para decirme lo hermosa
que podía ser ,
aunque no fuera cierto .

Necesitaba ese tipo de persona en mi vida y Lucy definitivamente no encajaba con aquella
descripción .

¿Qué sucede Cami? - me preguntó incorporandóse a la escena y yo suspiré por eos


mientras trataba de formular las palabras correctas , necesitaba acabar esto ahora
sino no habría vuelta atrás y solo estaría pagando por el dolor que me había
condenado al aceptar a Lucy en mi vida - ¿Acaso no te gustó? - me preguntó
tímidamente mientras con sus manos trataba de alcanzarme y abrazarme como solo
ella podía hacer , pero por suerte estaba tan cansada de todo esto que me levanté
rechazandóla , tal vez era la primera cosa coherente que hacía hace mucho tiempo .

Sucede que ya no quiero esto , ya no quiero seguir sufriendo por ti Lucy - respondí
frustrada mientras no la miraba para adquirir más fuerzas y no dejarme caer ante su
mirada - te amo , pero tú no a mí - ella iba a interrumpirme con algo , pero yo la callé
antes que dijera cualquier cosa para convencerme de que yo estaba equivocada ,
cuando tenía razón en cada palabra que le iba a decir - y no me digas que no es así ,
porque lo es , tú no me amas solo tienes miedo a perder , como siempre solo tienes
miedo a perder a alguien , pero yo ya estoy aburrida de perderte siempre - suspiré -
y ya no quiero eso , por favor solo ándate y olvidemos todo esto - respondí mientras
recogía su ropa y la ponía en mi cama para que se vistiera , ella aún me veía atónita
y yo ni siquiera le dirigí una mirada ni nada , solo me limité a recoger mi ropa como
hice con ella y a entrar al baño esperando que ella se fuera sin más , porque no
quería discutir y que toda la fuerza que había acumulado simplemente se fuera como
sino importara , como sino hubiera dado un gran paso al decirle lo que realmente
creía sobre todo esto .

Así que cerré con el pestaño la puerta y esperé que se fuera . Y como siempre así sucedió .
Lo último que escuché antes de que mis lágrimas cayeran , fue el azote fuerte que io hacia la
puerta de entrada y como con ella se iba la peor equivocación que había cometido en mi vida

Dejarla entrar a mi vida.


Let it be part 2

insideofmysoul
Los Angeles , 1947

Lauren

Sonreí al sentir las pequeñas manos de Noelle buscar mis mejillas, sentir el cálido roce que
irradiaban sus manos era una de las cosas que más amaba en el mundo , aunque aún tenía
los ojos cerrados sabía que era ella porque Dinah se había quedado dormida apenas llegó de
trabajar y Mani había salido a comprar la comida del mes , así que solo habíamos quedado
las dos.

Pude confirmar que era Noelle cuándo escuché su suave y animada risa infantil acercarse a mí
pensando que yo no me daba cuenta de lo que estaba haciendo , cuando la realidad era que
yo predecía todo lo que ella hiciera , definitivamente este tipo de momentos valían más que
todo el dinero del mundo .

No abrí los ojos porque sabía que ella seguiría tratando de levantarme y quería que se
acercarse lo suficiente para comerla a besos , esa era mi parte favorita del día cuando me
daba cuenta de que ella era todo lo que necesitaba para que mi vida estuviera bien, ella era
la única persona capaz de hacer que el cielo dejara de estar oscuro y se pintara en los tonos
más brillantes que mi en mi vida habría podido disfrutar .

Como supuse sentí como Noelle se acercó a mí y comenzó a sacar algunos mechones de mi
cabello que de seguro estaban tapando mi rostro , abrí un poco mis párpados para ver lo que
estaba haciendo y vi como estaba acostada a mi lado abrazandóse a mi cuerpo mientras con
una sonrisa traviesa trataba de levantarme , sonreí ante esto , ella era demasiado tierna y
verla sonreír solo hacía que todo se volviera mejor , su sonrisa podía mejorar hasta el peor
día posible .
Esperé unos segundos para que ella siguiera en lo que estaba , al ver sus manos sobre mi
cuerpo pensé que ella quería hacerme cosquillas , así que ese era el momento preciso para
atacarla .

Así que abrí rápidamente mis ojos y sin que ella tuviera tiempo de reaccionar la tomé hacia mí
para llenarla de besos en todo su rostro .

Mami - gritó mientras reía y yo no la soltaba porque la quería junto a mí siempre ,


quería que ella jamás creciera y siguiera demostrando aquel tipo de amor tan natural
que le demostraba a todo el mundo que le importaba .
Los adultos perdíamos aquella habilidad de amar incondicionalmente , siempre nos
quejabamos de no encontrar el amor , pero la
realidad es que nosotros mismos nos limitabamos a encontrarlo .

Ya que no conocíamos otra cosa que no fuera aprovecharnos de las personas que decían
amarnos , no conocíamos nada más que herir antes de que nos hirieran y así vivíamos toda la
vida , tratando de no ser heridos sin importarnos herir a los demás en aquel acto .

distinto .
En cambio el amor que podía demostrar un niño , era totalmente

insideofmysoul
En él solo había inocencia , solo habían demostraciones puras de
cariños y te decían todo lo que sentían sin ningún rastro de mentira ó de soborno , ellos
daban mucho para recibir poco o nada , porque a ellos no les importaba ser heridos , porque
veían un mundo tan nuevo y sin dolor en dónde herir no era parte de su diccionario , no
sabían lo que era ser defraudado por alguien que creías amar .
Ni tampoco sabían los límites que nosotros como adultos pusimos al amor , dónde lo
cerrábamos en barreras que ellos no lograban entender , creo que yo tampoco nunca sería
capaz de entender aquellas barreras que no dejaban amar libremente .
Como si amar fuese un pecado y no el mayor regalo que la vida nos
podía ofrecer .

Seguí jugando con Noelle envolviendóla de besos y cosquillas mientras ella intentaba zafarse
de mí para continuar con el juego , su risa siempre sería la mejor canción que he podido
escuchar y deleitarme en mi vida.

No me arrepentía de tenerla , había sido duro , aún lo era .

Pero ella era grandiosa y no podía imaginar mi vida sin que ella estuviera presente , aunque
no todo era color de rosas , porque aún seguía odiando con todo mi ser la forma en que pude
ser tanto de dejarme llevar por los sentimientos y dejar que me hirieran de aquella manera ,
de la manera que él lo hizo para obtener todo de mí y yo quedarme sin nada .
Bueno , obtener a través de aquella equivocación la persona que más amé , amo y de seguro
amaré en toda mi vida . Porque no me importa no enamorarme nunca más si eso significa
tener a aquella pequeña rubia en mi vida por siempre , teniendóla a ella para levantarme
cuando estaba en el piso con sus risas y sus suaves demostraciones de cariño .

Te amo bebé - le dije dulcemente mientras me sentaba en la cama para arreglar un


poco su cabello rubio que estaba enredado por el juego que habíamos tenido hace
unos minutos , ella se parecía tanto a él que a veces dolía , había nacido con aquella
cabellera y esos grandes ojos azules que me hicieron
derretir hace tanto tiempo atrás , a veces era como si lo viera a él reflejado en ella , sin
embargo , ella no se parecía nada a él .
Ella era inteligente , delicada , tierna y sabía escuchar más que
hablar .

Era el mejor regalo que la vida pudo darme y sabía que sin importar lo duro que era
diariamente tener que enfrentar al mundo solo para poder luchar por ella , en mi interior
sabía que yo era demasiado afortunada con tenerla , porque no todo el mundo contaba con
aquella suerte .

Ella con su típica sonrisa envolvió sus brazos sobre mi cuello y como hacía desde la primera
vez que la tuve entre mis brazos hace seis años , dejo salir un bostezo y cerró sus ojos
tratando de dormirse en aquel abrazo , yo solo me limité a verla mientras besaba su cabello ,
podía estar así toda mi vida y realmente no me importaría . No obstante , cuando vi la hora
en el reloj que estaba en la agrietada pared de la cocina , me di cuenta de que era tarde y
que hoy tenía que hacer unas horas extra para poder conseguir la mayor cantidad de dinero
este mes , ya que estaba segura que Sarah me bajaría al menos a la mitad mi sueldo por
aquel vestido destruido .

Suspiré ante aquello , porque había pasado una semana desde aquel incidente , pero aún no
lograba encontrar un trabajo que se ajustara con mi trabajo en la biblioteca que tenía en las
mañanas para poder traer un poco más de dinero a casa . La sola idea de no tener dinero y

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no encontrar trabajo , me quitaban el sueño desde la semana pasada , porque no podía dejar
sin protección a Noelle .
Yo podía arreglarmelas conmigo mismo como siempre había hecho , las chicas y yo éramos
expertas en la sobrevivencia , lo habíamos hecho desde siempre ya que la vida nos había
quitado cualquier oportunidad de felicidad .

Éramos nadie frente al mundo , ni siquiera nuestros padres nos quisieron y por eso no
dudaron en abandonarnos , sin embargo , no podía dejar que esa realidad fuera la de Noelle ,
tenía seis años , podía notar la diferencia que había entre su casa y la de Ally dónde pasaba
casi todos los días .
Se daba cuenta que los demás niños de su colegio no tenían preocupaciones que ella vivía
diariamente y aunque nunca me lo recriminara , en mi interior sabía que muchas veces ella
deseaba tener al menos un poco de la suerte que Alex tenía ó sus demás amigas .

-Cariño tengo que levantarme - le susurré mientras acariciaba su cabello y ella gruñó sin
apartarse de mí , odiaba no tener tiempo para ella , pero necesitaba trabajar y sabía que ella
lo entendía , pero a pesar de todo , solo tenía seis años y no podía pedirle que no le gustara
la idea de no estar conmigo - Por favor Noe
, tengo trabajo - le dije dulcemente mientras buscaba su rostro para que ella se levantara ,
ella abrió sus ojos y comenzó a hacer puchero por aquello , odiaba cuando hacía eso porque
solo hacía que me doliera más el hecho de irme , yo me limité a tratar de convencerla para
que me dejara levantarme para irme a cambiar de ropa , pero ella se aferraba a mi blusa
para no dejarme ir .

No quiero - me contestó finalmente buscando mi mirada y yo asentí , porque


realmente yo tampoco deseaba terminar con aquel momento - Hoy no trabajas mami
me susurró con su voz llena de ternura y por alguna razón esas simples palabras me
partieron el alma .

-Volveré te lo prometo amor - fue lo único que mis palabras pudieron decir , tampoco había
mucho que decir , necesitaba que Noelle me dejara ir a cambiarme porque sino llegaría tarde,
pero ella no dejaba de apoyar su cabeza más a mi pecho , haciendo que se me hiciera
imposible quitar aquel frágil cuerpo sobre mí y dejar de sentir el pequeño calor que ella
esparcía con esto - cuándo te levantes me verás aquí y mañana estaremos juntas todo el día
- Noelle negó con la cabeza como sino me creyera lo que le estaba diciendo , la verdad no la
culpé por ello , le había mentido tantas veces solo para poder ir a trabajar que ella ya no
creía cuando le decía que "volvería pronto ", y aunque quise decir algo más , ella se adelantó
a dejarme ir y se levantó de la cama algo enojada y con lágrimas en sus ojos .
Está bien - respondió sin mirarme y yo dudé en levantarme y tomarla entre mis
brazos nuevamente para consolarla , porque no podía irme dejandóla así -solo vuelve
- me dijo besando mi mejilla , ese fue el instante en que la estrujé más hacia mí
porque no quería que pensara que sería capaz de dejarla , nunca haría eso . Era
demasiado egoísta para apartarla de mi lado como Ally me había dicho cuando me
negué a dejarla a su casa , pero ¿qué más podía hacer? , la sola idea de apartarla de
mi lado para ir a trabajar me dolía como a nadie , no tenerla en casa todos los día
simplemente sería como una sentencia de muerte . Aunque sabía que con Ally ella
estaría en mejores manos que las mías , podría tener una familia completa que la
amara y no solo una madre que apenas podía mantenerla y que vivía con sus dos
amigas , eso al final de todo no era una familia , lo cual era lo más tentador que Ally
le ofrecía en su casa .

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Noelle se bajó de mis brazos y se sentó en nuestra cama mientras yo buscaba algo que
ponerme, tampoco es que tuviera muchas opciones , pero siempre trataba de estar lo más
presentable posible al igual que siempre trataba de mantener en buenas condiciones la ropa
de Noelle , porque aunque no diera importancia a lo que dijeran las personas , me importaba
que nadie pensara que no me preocupaba por Noe y que ella vivía en malas condiciones ,
porque sabía por experiencia que cualquiera podía avisar sobre eso y meter a servicios
sociales para
quitarmela , lo había visto tantas veces y eso no podía permitirme .

Primero estaría muerta antes de dejar que servicios sociales se la llevaran y la ubicaran en
alguna casa hogar , esos lugares eran los peores que podían existir en el mundo y creo que
seguiría prefiriendo haber vivido en la calle antes de volver a la casa hogar dónde viví hasta
los doce años .

Saqué dos blusas de uno de los cajones y se las mostré a Noe para que ella escogiera cuál
me pondría hoy , ella solo miraba a sus pies desanimada ,así que me acerqué a ella para
tener su atención .
¿Ayudarías a mami a vestirse? - le pregunté dulcemente mientras acariciaba su
mejilla y aunque no quiso decirme nada en un principio , luego asintió alzando su
mirada y yo le sonreí mostrandóle las dos blusas que tenía de opción . Una era una
blusa larga transparente de color coral que la verdad no me convencía , pero era una
de las más nuevas que tenía , ya que Ally me la había regalado para mi último
cumpleaños y la otra era mi favorita , una negra que aunque le había cosido varias
veces los botones , aún seguía siendo mi primera opción .

Noelle las miró por unos minutos hasta que me señaló la negra y yo reí por aquello , ella
conocía perfectamente mis gustos .
Me gusta más la negra - comentó mientras se levantaba hacia el cajón a sacar algo de
él y cuando me di cuenta vi como traía una falda azul para combinar con la blusa - te
verás muy linda mami - me dijo mientras ponía la falda sobre la cama y yo me ponía
de su altura dandóle un beso sonoro.

Perfecto entonces ya estoy casi lista , gracias cariño - ella asintió y con una sonrisa
volvió a darme su aprobación hacia el conjunto que ella había escogido - dame cinco
minutos para vestirme ¿bien? - ella no dijo nada y fue a la cama de Dinah que estaba
a solo una cortina de distancia , nuestro departamento era tan pequeño que apenas
cabíamos las cuatro , cuándo pudimos comenzar a alquilarlo claramente no pensamos
que Noelle aparecería en nuestra vida , así que yo me quedé con la cama más
pequeña mientras Dinah y Mani compartían cama .
En ese momento nuestra mayor dificultad era que yo no tenía ganas de ver lo que hacían en
la noche cuando esas dos estaban juntas , así que separamos nuestras camas con una cortina
, ahora el departamento se quedaba pequeño con Noelle y obviamente tenía que comprar una
nueva cama cuando ella creciera , ya que no siempre podría sentirse cómoda al dormir
conmigo todas las noches.

Me quité la ropa con la cual me había quedado dormida , era la que Ally me había prestado la
noche que pasé a ver a Noe y me mojé por la lluvia , por suerte no había adquirido un
resfriado y no había tenido tiempo de devolverle la ropa
, así que la cuidaba como si de un tesoro se tratara .

Me puse la falda la cual necesitaba coser urgentemente porque sino fuera porque la blusa era

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bastante grande y lograba abarcar una buena parte cuando la acomodaba en mi falda , ésta
no dudaría en caerse .
Fui al baño para mojarme un poco la cara y amarrarme el cabello en una coleta , mientras
que las demás chicas se arreglaban mucho el cabello , a mi me gustaba dejarlo suelto ó si me
molestaba me hacía una coleta y ya estaba , ese era el único cuidado que tenía con él .

Salí del baño y me di cuenta que Noe de nuevo estaba sentada en la cama jugando con una
de sus muñecas , verla ahí tan adorable solo me hacía dar ganas de comérmela por siempre
a besos .
-¿Tienes hambre Noe? - le pregunté haciendo que ella se sorprendiera porque no me había
visto , asintió feliz cuando me vio y pidió con sus brazos que la tomara lo cual hice encantada
- Eres demasiado engreída de mami , eso está mal - ella no dijo nada y solo soltó una risita
tan infantil y yo negué con la cabeza , en parte era mi culpa que ella fuera tan consentida ,es
que no no podía hacer nada cuando me derretía frente a sus ojos azules ó frente a cualquier
cosa que ella hiciera .

La senté en la mesa mientras veía que había para hacerle para cenar , aún tenía media hora
para poder irme y llegar a tiempo , así que decidí dejar la cena lista para cuando Dinah se
levantara y Mani llegara .

¿Qué quieres para cenar? - le pregunté sonriendo como si hubiera una infinidad de
cosas que hacer para cenar, pero en verdad no habían muchas opciones , estaba
pensando en hacer algo de puré , Noe se puso a pensar y yo esperé su respuesta.
Puré con pollo - respondió alegre y yo me sentí satisfecha porque si podía darle
aquello , así que le pedí que sacara la leche y la mantequilla , mientras yo sacaba las
papas , las ponía en una olla y comenzaba a pelarlas en frente de los ojos de Noe
quién me miraba emocionada por hacer eso - quiero ayudarte - le toqué la punta de
la nariz y sonreí ante su iniciativa , pero no quería que se cortara al utilizar el cuchillo
así que me negué que me ayudara en esa parte , sin embargo , pensé en algo para
que ella no se sintiera mal al decirle que no podía ayudarme a pelar , así que se me
ocurrió que me siguiera ayudando con los ingredientes.

Qué tal si vas a ver si tenemos sal- le dije para que sintiera que me estaba ayudando
, pero en verdad sabía la respuesta , que si teníamos . Noelle se levantó de la mesa y
fue arevisar obedientemente si teníamos , mientras yo terminaba de pelar las papás
para luego pararme a lavarlas y ponerlas a hervir en la
cocina , por suerte era una comida rápida y fácil así que no ocupaba mucho tiempo del cual
tampoco tenía mucho .

Cuando me iba a sentar a esperr que se hicieran las papas pude escuchar que tocaban la
puerta y antes de que hicier algo , Noe se me adelantó y fue a abrir , por la emoción que
puso al abrirla supuse que era Mani con la compra , pero no era solamente eso .

Tía Mani volviste - chilló Noe tirandóse a sus brazos como siempre solía hacer
mientras Mani me miraba contrarida y yo veía la herida que tenía en el brazo y que
por suerte mi hija no se había dado cuenta .
Hola pequeñaza - le dijo con la sonrisa que siempre ponía al tener a Noe , sin
embargo , yo la miraba preocupada esperando una respuesta de porque su brazo
estaba con sangre y su blusa rasgada - parece que te buscan para jugar abajo - dijo
sin más y Noe me miró para que le diera permiso para salir a jugar , yo asentí

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rápidamente ante aquello .

Puedes salir Noe - ella asintió y fue hacia mi para abrazarme y despedirse - te quiero
cuídate , se buena chica - ella asintió y no tardó ni un segundo en salir del
departamento para bajar a jugar .

Ahora toda mi atención estaba en Mani quién dio un suspiro mientras trataba de entrar sin
caerse al departamento , me acerqué a ella y la sostuve rápidamente para ayudarla a
sentarse .

¿Qué demonios te pasó? - grité asustada al ver más de cerca la herida cortopunzante
que tenía , Mani solo dio un pequeño quejido cuando se sentó en una de las sillas de
la mesa y yo toqué la herida. Era un corte bastante grande que no entendía de dónde
había salido pero era preocupante - Normani te estoy hablando
le grité desesperada y ella sólo me hizo callar dejandóme atónita sin entender que
estaba sucediendo.
¿Dinah está? - me preguntó cambiando de tema y yo asentí sin saber que decir - no le
digas nada de esto - respondió finalmente y yo ni siquiera sabía como iba a ocultar
esa gran herida que había recibido .
Lo haré si me dices que mierda te pasó , estás herida - le regañé y Mani no tardó en
suspirar y gruñir un poco cuando movió el hombro hacia atrás , su blusa roja estaba
toda ensangrentada y agradecí que al menos no fuera blanca y que Noe lo hubiera
notado , porque no sabría que responderle frente a esa pregunta y lo más seguro es
que no hubiera tardado en ponerse a llorar al ver herida a Mani .
-Realmente no importa Lau - me contestó seria y yo la fulminé con la mirada , porque se
estaba desangrando , así que fui hacia el baño a sacar unas
vendas y un trapo para limpiar el desastre que tenía en su hombro , cuando comencé a
limpiar la herida pude darme cuenta que al menos era más superficial de lo que creía y la
sangre acumulada era lo que le daba la impresión de ser tan profunda , pero era de apenas
unos centímetros , ahí pude suspirar bajando mi preocupación .
Normani ¿qué hiciste? - seguí tratando de saber porque tenía aquella herida , en mi
cabeza no me cabía ninguna razón lógica para aquello , no podía haber sido un robo
porque Mani no tenía ni un centavo con ella .

Promete que no se lo dirás a Dinah por favor - me rogó y suspiré , porque ella
finalmente se daría cuenta , agradecí por un segundo que ella no estaba presente ,
porque hubiera dado un grito al cielo por aquello y no hubiera dudado en regañar a
Mani por aquella herida .
Lo prometo - dije seria mientras le ayudaba a sacarle la blusa para poder limpiar
mejor la herida .
-Fui a una reunión - dijo suspirando y mis ojos se abrieron como platos , sabía a que se
refería con una "reunión " , Mani pertenecía a un grupo de afroamericanos que estaban en
contra de las leyes de segregación , yo también lo estaba y creo que casi todo el mundo ,
pero ellos no se negaban a demostrar que se podían quebrantar . Mani nunca nos había dado
detalles de ello , la verdad es que lo supimos cuando la encontramos tan bien herida porque
había sido atacada por uno de los policías , ese día Dinah le dijo que la dejaría si volvía a
verla en alguno de esos actos y la verdad pensaba que eso había sido suficiente para que lo
dejara , pero al parecer había vuelto a hacerlo y ahora estaba herida - y le han soplado a la
policía dónde estábamos - comentó gruñiendo porque sin querer hice que le doliera su herida
, pero lo tenía bien merecido . No podía arriesgar su vida tan estúpidamente , las leyes no
cambiarían porque un par de personas comenzaran a hacer algo en contra de ellas , había

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aprendido hace mucho que la mejor forma de llevar las cosas en paz era solo aceptar con
resignación lo que pasaba y tratar de no meterse en problemas , sin embargo , para Mani eso
era imposible , a ella no le importaba perder su trabajo por decir lo que ella sentía , por hacer
algo en contra de una injusticia .

Yo no podía darme ese lujo .

Mani estás loca - grité y luego me arrepentí de ello al reflexionar que Dinah estaba
durmiendo aún y podía ver lo que estaba sucediendo - eso es una estupidez- respondí
más bajo mientras ella solo negaba con la cabeza frente a mis regaños.
-Claro que no Lauren ó acaso tú crees que es justo el trato que tenemos ? - negué con la
cabeza porque a diferencia de todo el mundo , yo no veía la diferencia entre una persona
blanca , morena , negra, asiatica , quien fuera a mis ojos eran lo mismo , especialmente no
podía ver como inferiores a dos de las tres personas que amaba con todo mi ser , así que
para mi esas diferencias no existían ,
pero sucedían todos los días .

Ellas no podían utilizar el mismo transporte público que yo si podía , tenían que ir a baños
pàra gente de "color " , las personas siempre solían despreciarlas , no podían servir sin
guantes las bebidas porque podían transmitir enfermedades , jamás podían responder a
algun "blanco" porque probablemente las llevarían a la cárcel , no obstante , había visto
cientos de veces a los clientes tratar mal a las personas por su color de piel y nadie hacía
nada .

Su sueldo era mucho menor , habían escuelas solo para ellos y así podía pasarme todo el día
describiendo las estúpidas leyes que segregaban al país , no obstante , en dónde vivíamos
esas leyes no afectaban a nadie . La mayoría de las personas eran de color , así que Noe y yo
éramos unas extrañas frente a todos , sin embargo , nadie se había atrevido a decir nada
sobre aquella situación tan extraña de que alguien" blanco " conviviera sin preocupaciones
con gente de color .

Ambas nos quedamos en silencio mientras yo terminaba de arreglar algo la herida que tenía
en el hombro , yo parecía más preocupada que ella por la situación que estaba viviendo .
-Algo se está quemando o es mi imaginación ? - me dijo riendo y yo fui directamente a la
cocina , había olvidado que había dejado hirviendo las papas , por suerte no les había pasado
nada , solamente el agua se había secado totalmente , Mani no dejó de reírse por aquello y yo
la fulminé con la mirada , no podía entender como a pesar de estar herida podía al menos
tener ganas de reírse , me acerqué nuevamente a ella para terminar de ponerle la venda e ir
hacia su armario a sacar alguna blusa para que se pusiera , escogí una blanca e hice que se
recostara en mi cama mientras terminaba de hacer la cena , ella sonrío y fue a mi cama sin
necesidad de que le dijera más , no quería meterse en más problemas y menos conmigo .

Arreglé todo el desastre que había quedado en la mesa y cuando por fin pude terminar , me
puse a hacer el puré , el cuál fue acompañado con algo de pollo que aún quedaba de la
semana pasada , sin embargo , aún seguía preocupada por la herida de Mani , sabía que
Dinah no tardaría en darse cuenta y que el drama comenzaría , mientras yo no podía hacer
nada contra ello .
Cuando la cena estuvo lista miré el reloj y tenía cinco minutos aún para poder irme tranquila
a mi trabajo , le serví un poco del puré a Mani y se lo llevé a la cama para que ella pudiera
comer algo , de seguro debía estar hambrienta luego de todo lo que había pasado . Estaba
tan plácidamente dormida que me costó levantarla , pero cuando al fin lo hizo me dio una
tímida sonrisa .

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¿Qué sucede? - me preguntó con voz cansina y yo le mostré el plato , a lo cual ella
aceptó y se sentó para poder comer mejor , suspiré ante ello , la
sola idea de verla herida me dolía , no quería que le pasara nunca nada a ninguna de las tres
, ellas eran mi todo.

Mani comenzó a comer mientras yo no dejaba de ver su herida , varias veces simplemente
dejó la cuchara por el dolor que le producía el hombro y yo le ayudaba a comer hasta que
escuchamos como Dinah se levantaba y con su cara aún somnolienta se acercó a nosotras
para saludarnos .

Me mordí el labio tratando de no decir nada de lo que estaba sucediendo , Dinah se sentó en
la cama junto a Mani , por suerte en el lado izquierdo dónde ella no estaba herida y no dudó
en darle un beso de bienvenida como siempre hacía cuando la veía . La verdad es que ver el
amor que se demostraban ellas frente cualquier cosa me hacía desear encontrar a alguien
para poder sentir lo mismo , yo no veía eso como una aberración ni algo horrible y asqueroso
como todo el mundo calificaba tener sentimientos hacia alguien de tu mismo género , no veía
nada de malo en ello .

Era amor , solo eso .

Pero habían tantas cosas que estaban mal en el mundo y no se podían hacer mucho contra
ellas , porque todo el mundo las aceptaba como normal . Aceptaban que fuera normal dañar
a las personas pero tildaban de asqueroso que dos chicas se amaran y lo demostraran.
El mundo no tenía sentido .

¿cómo estás cariño? - le preguntó Dinah a Mani con su voz rasposa que siempre tenía
cuando se levantaba de la cama , Mani se limitó a sonreírle y darle un cálido beso en
su mejilla.
Mejor ahora que estás tú - respondió volviendo a tomar la cuchara para seguir
comiendo , Dinah asintió y me vio extrañada .
-Pensaba que ya te ibas - dijo bostezando y yo asentí porque ya tenía que irme y no podía
seguir controlando esa situación , a menos que quisiera que mi sueldo llegara a ser de 0.
Eso iba a hacer , hice la cena , así que les pido que se preocupen de que Noe coma -
ambas asintieron sin importancia -Mani cuídate - le susurré aún preocupada por lo
que había sucedido , cuando me acerqué a despedirme para luego pararme e ir al
lado de Dinah y abrazarla fuertemente - cuídense porfavor , las quiero
Dinah rió por aquello pero no dijo nada en contra de mi abrazo , mientras que Mani
solo bajó la mirada ante ello .
Salí del departamento y comencé a bajar rápidamente los tres pisos que me distanciaban de
la salida hacia el paradero de buses , mientras iba bajando no podía dejar de pensar en Mani
y en como ella se arriesgaba por todo esto ,
siempre me preguntaba si realmente valdría la pena hacer ese tipo de cosa y desafiar la ley
solo para lograr la atención de todos y que se dieran cuenta que estaban mal .
Y tal vez tenía razón , y esa era la única forma en que las personas lograban entender que
estaban equivocadas , pero también había mucho que perder frente a eso .

Y yo no quería perder a nadie más .

Sinceramente ya estaba harta de siempre perder .


Capítulo 5 : Nunca digas nunca

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Lo siento por la tardanza ayer mi wattpad se volvió loco y no me dejó escribir en toda la
tarde xddd , por eso no publiqué xddd .

En fin , como siempre disfruten mientras puedan :3 Mini Maratón 2 de 2


Lauren

Life is a shit ,

But you can make it wonderful , Only you have that power ,
Only you can make me feel , like nobody else ,

Only you can make me trust,


that happy endings are real -( Only you , flies on the wall )

-Lauren te buscan - me gritó Zac mientras terminaba de secar mi cabello por la breve ducha
que había tomado luego del concierto . Fruncí el ceño ante esto , no tenía a nadie que me
buscara , Vero había ido con Ty por una pizza después del concierto , los chicos estaban
jugando con la nueva guitarra de Blake que había comprado la semana pasada en la tienda
de música donde trabajaba , así que no había nadie en todo el estado que me viniera a
buscar , sin embargo , tiré la toalla al sillón del camerín y fui a la salida dónde estaba Ty .

Cuando pude divisar a Ty con su típico corte de cabello pude darme cuenta que a su lado
había una castaña de espaldas , me maldije mentalmente por si era Lucy porque era lo último
que necesitaba para hoy , mi día había sido tan perfecto que no necesitaba su insistencia y
sus malas vibras a mi vida, sin embargo , decidí acercarme para comprobar que se trataba de
ella . Por suerte , mientras más me acercaba . me daba cuenta de que era imposible que era
Lucy . Ella jamás utilizaría una falda como aquella ni en un millón de años , ni tampoco
aquella blusa azul , cuando fui consciente de ver sus tacones supe que era imposible .

caminar .
A Lucy no le agradaban esos tipos de tacones que con suerte podía

Así que pensé en la segunda castaña que conocía . Camila .

No la veía desde aquella vez en dónde hice el rídiculo con ella en el metro , ya que nunca
más la había visto . La había esperado durante días , sin embargo , finalmente deduje que
ella había reflexionado que era mejor dejarme como una loca y no volver más .
No le culpo , tal vez hubiera hecho lo mismo.
Sin embargo , hoy estaba aquí , buscandóme y hablando con Ty .

Cuando estuve lo suficientemente cerca de ellos como para que se dieran cuenta de mi
presencia , Camila sonrío animada al verme y yo seguía viendóla contrariada porque no
entendía que hacía aquí

-Al fin apareces Jauregui - contestó Ty rompiendo el silencio de miradas que nos habíamos
condenado ambas , ya que ninguna sabía que decir en aquel momento -nuestra fan quiere un

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autógrafo - contestó riendo y yo tampoco dudé en reír por aquello , sabía que eso no era
suficiente razón para que ella estuviera aquí esta noche .
Ty no tardó en darse cuenta que estaba haciendo un mal trío , así que decidió dejarnos solas
, lo cual agradecí de cierta forma pero luego me arrepentí , porque esa chica realmente podía
hacer que toda mi confianza se fuera al piso y yo ya estaba cansada de hacer el rídiculo
frente a ella , creo que ya se había llevado suficiente cuando me vio leyendo un libro que no
tenía ni la más mínima idea de que se trataba ó cuando le dije que me gustaba la noche , por
ese tipo de cosas , las personas que me hablan son reducidas .

-Hola - dije algo insegura y ella volvió a sonreír por aquel gesto tan tímido , la verdad es que
jamás me podría cansar de su sonrisa - no pensé que vendrías hoy - contesté frunciendo el
ceño ante aquello , me hubiera arreglado un poco al menos sabiendo aquel detalle , que ella
aparecería esa noche , porque ella se veía increíble .

Bueno , no tengo tu número - contestó algo insegura encogiendóse de hombros y yo


le di la razón por ello , cuando estuve a punto de hacerlo , ella simplemente se fue
apurada - y quería verte - dijo haciendo aquel gesto que siempre hacía cuando estaba
nerviosa , tirarse un mechón rebelde detrás de su oreja , sonreí por eso , porque con
aquella simple respuesta ya había alegrado toda mi noche . Nunca pensé que ella
estuviera tan deseosa de verla , tanto como yo.
-Gracias - fue lo único que pude decir , mientras jugaba con mis
manos en mis bolsillos -así que quieres un autografo - dios , soy pésima entablando una
conversación , ahora entiendo porque Lucy era la simpática de las dos ,no puedo entablar
conversaciones decentes con el resto de los seres humanos que no son cuatro chicos que
hacen concurso de gases de vez en cuando cerca mío y una chica empresaria que de seguro
me soporta solamente porque ella es así con todo el mundo ó porque sabe que soy
importante para el grupo y para Zac .

-Bueno un meet and greet sería mejor - dijo con una risa contagiosa que no dudé en seguirla
, al menos alguien veía con humor mis tonterías -
¿qué hacías?- preguntó finalmente .
Estaba dandóme una ducha - Bien , eso superó las expectativas altas que tenía de
dar una respuesta decente a Camila , solo quería enterrarme debajo de la tierra ó
debajo del metro si fuera posible , ahora que lo pienso la opción de Anna Karenina
tampoco era mala idea en aquel momento tan vergonzoso .

Lo puedo ver , tu cabello aún sigue mojado - respondió de forma obvia y ahí recién
pude notar los hoyuelos que se le formaban cada vez que sonreía -
¿Cómo te ha ido en tu audición? - recordé aquel detalle de la última vez que habíamos
hablado y me alegré porque al menos mi cerebro estaba funcionando , lento pero al menos
era algo .Camila suspiró algo frustrada y negó con la cabeza haciendo que me doliera verla
así , conocía aquella mirada de memoria , Lucy solía ponerla siempre que le iba mal en una
audición , bueno , las primeras veces que la rechazaron , porque llegó un momento en que
solo se enojaba con el mundo por aquello y luego de alguna forma conseguía ser aceptada en
todas las audiciones posible , la verdad es que tampoco podía dudarlo , ella era muy
talentosa a pesar de todo - tranquila , tal vez esa película no era lo tuyo - respondí tratando
de animarla , pero estoy segura que no estaba ayudando en nada - siempre puedes pedir un
meet and greet conmigo - ella asintió riendo y me pareció lo más tierno que jamás había
hecho -¿quieres salir? - le pregunté insegura por la idea que había surgido , no creo que a
ella le encantara estar en un bar asqueroso a las dos de la mañana después de un concierto
,no creo que es sea el panorama de alguna persona pensante .

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-¿A dónde ? - preguntó curiosa y yo me encogí de hombros , porque no había pensado aquel
parte del plan y tal vez ella me rechazaría por lo absurdo que sonaba , salir a estas horas con
una chica que apenas conocías - No importa mucho el lugar realmente , me encantaría -
respondió con una de sus típicas sonrisas y yo no pude resisitir las ganas que tenía de
abrazarla así que lo hice , mientras ella también envolvía sus brazos en mi cuerpo como si
hubiera deseado un abrazo hace mucho y nadie se lo hubiera dado , se sintió tan
extrañamente genial .

-Bien - dije soltandóme de aquel abrazo para no incomodarla - iré a cambiarme , ¿me
acompañas? - y ahí estaba nuevamente mi cerebro diciendo
estupideces , gracias dios por esa bendición pensante que tengo , Camila me miró confundida
pero a la vez sabía que se estaba riendo y yo no podía tener más caliente las mejillas por
aquello - digo , que me acompañes al camerín y me esperes -respondí tartamudeando por
primera vez en mi vida , definitivamente hoy no podía pasar más verguenza- para que no te
quedes aquí sola - iba a seguir hablando y avergonzandóme más hasta que la castaña asintió
afirmativamente y tomó mi mano para que la llevara al camerín , aquello se sintió tan bien ,
pero preferí no decir nada , mis palabras ya habían hecho lo suyo todos los minutos que
llevaba hablando con ella
.

Ambas entramos al camerín el cuál estaba a unos grados más de temperatura que afuera por
el hecho de que habían cinco chicos allá adentro sin contar a Vero que recién había llegado y
estaba haciendo que Zac dejara de comerse toda la pizza , a veces me preguntaba como mi
gusto en amigos estaba directamente relacionado con personas anormales , luego recordaba
que tampoco podía incluirme en el lado normal de la sociedad y simplemente se me pasaba .

Al verme entrar con Camila todos se quedaron en silencio tratando de comerse con los ojos a
la morena con falda y yo fruncí el ceño por ello , hombres tenían que ser fue lo único que
pude pensar en aquel momento para no asesinarlos por las miradas provocativas que le
daban a la castaña .

Miré a Camila y si yo estaba incómoda por aquella situación , ella lo estaba mil veces más ,
porque estaba con desconocidos mientras esperaba a una chica para salir .Por suerte , existía
Vero para poder calmar las tensiones de aquel momento .
Hey , a ella no la conocía - comentó alegre como siempre mientras se acercaba a
saludar a Camila - Verónica , pero todos me dicen Vero - contestó extendiendóle la
mano y Camz hizo lo mismo con una sonrisa tímida mientras trataba de hacerla
entrar sin que se tropezara con las cosas que estaban en el piso , definitivamente
éramos un desastre.
-Chicos , idiotas , ella es Camila - dije aclarandóme la garganta porque ni siquiera sabía como
presentarla , éramos amigas? , apenas habíamos charlado algunas veces , tampoco éramos
desconocidas ,ya que hasta le había hecho una canción , así que no había una palabra que
describiera claramente la relación que teníamos , porque no teníamos ninguna , al menos
ninguna normal - y si alguno se atreve a hacerle algo mientras me visto puede considerarse
muerto - respondí seria fulminando con la mirada a cada uno , especialmente a Blake quién
estaba segura que no dejaba de ver el trasero de Camila , él se las vería conmigo , porque
con aquellos ojos plomos había dejado clara su sentencia de muerte .
Vero hizo que Camila se sentase y comenzó a hablar con ella como una persona normal ,
mientras yo recogía mi ropa para cambiarme e iba hacia dónde
Blake a dejarle en claro que ella no estaba en su camino ni en su lista de conquistas .

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Te estoy vigilando idiota - le susurré mientras le agarraba de la camisa abierta y él
reía por mi actitud- Ni te atrevas a hablarle eh? - le dije mientras sonreía sádicamente
y lo dejaba en paz.
-Vaya no tardaste en conseguir novia - respondió riendo y yo volví a fulminarlo con la mirada
por aquella respuesta tan absurda , en ese momento ni siquiera estaba pensando en ese tipo
de relaciones .
Cállate sino quieres tener un ojo menos y que esa sonrisa de jugador de fútbol no
exista - contesté seria y supuse que él lo entendió , porque chasqueó con la lengua y
dejó el tema hasta ahí mientras se levantaba para ir a sacar un pedazo de pizza de la
mesa .
Entré al baño para cambiarme de ropa y me puse un par de jeans con la única blusa blanca
que tenía a la mano , mientras trataba de parecer decente frente a Camila , la verdad es que
ella estaba siempre deslumbrante como sino le costara hacer eso y yo siempre estaba un
desastre , si es que eso era poco.
Traté de arreglarme el cabello ó hacer algo para verme decente , sin embargo , decidí dejarlo
así , no iba a conseguir mucha diferencia aunque un maquillista profesional viniera por mí
como hada madrina , ella me había visto así antes , por lo tanto , no creo que afectara mucho
como me viera ahora .
Salí con una sonrisa al recordar que saldría con ella , nunca pensé que eso podía ser posible y
mi corazón palpitaba a mil solo con recordarlo . Ella me hacía sentir diferente y ni siquiera
sabía la razón, parecía tan diferente de todas las chicas que conocía .

Era tan distinta a Lucy y agradecía por aquello , mi corazón no estaba preparado para sentir
atracción hacia una Lucy 2.0 , necesitaba comenzar a buscar personas nuevas y alejarme de
aquella castaña que solo había roto mi corazón .

Reí al escuchar que todos se estaban riendo por un chiste que había contado Ty , él era el
peor contador de chistes del mundo , sin embargo , creía que era bueno así que nadie le
rompía el corazón diciendóle la verdad , simplemente nos reíamos de sus chistes aunque en
verdad debería ser "nos reíamos de él y con él " más del hecho que nos reíamos de sus
palabras .

Sonreí aún más cuando vi como Camila jugaba con un mechón de su cabello mientras comía
un pedazo de pizza , ¿cómo alguien podía verse bien hasta haciendo algo tan común como
comer pizza?, Camila no debía ser de este mundo definitivamente .

Vero me vio y no dudó en sonreírme para que me acercara y


Camila se dio cuenta de aquello así que se dio vuelta para ver a quién Vero le sonreía y
cuando me vio pude notar que estaba mordiendo su labio y apartó la mirada para seguir
viendo hacia la nada .

-Estoy lista - le dije cuando me senté a su lado y saqué el último pedazo de pizza que
quedaba en la caja , aunque Vero solo me observaba sin decir nada, sabía que en su mente
estaba pensando en todo el sermón que me daría cuando volviera de nuestra salida , ella
siempre me decía que debía buscar otras chicas , algún tipo de diversión que no estuviera
ligada con salir al metro ó componer canciones melancólicas cada mañana . Ella estaba
preocupada por mí y la entendía , yo a veces también me preocupaba de la forma que me
estaba doliendo haber roto con Lucy , sino fuera lo suficientemente orgullosa , se lo hubiera
perdonado .

Si tan sólo no me lo hubiera ocultado también se lo hubiera perdonado , porque enserio la

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quería ,no , más bien la amaba lo suficiente como para ir en contra de mis principios y
perdonarla , pero nada de eso había sucedido , ella simplemente me había traicionado y tal
vez pensaba seguir con aquello por un buen tiempo más , tal vez hasta que se hubiera
aburrido de alguna de las dos ó cuando encontrara a una nueva chica . Me dolió pensar en
aquello , en pensar que tal vez ella ahora este con alguien más, no me importaba que
estuviese con la chica que me había traicionado , me dolía pensar que tal vez estaba con otra
chica distinta .

-¿Nos vamos? - le pregunté a Camz cuando terminé con mi pedazo de pizza y ella asintió
mientras se levantaba para poder despedirse de Vero y los chicos , yo ni siquiera me levanté
a despedirme , ellos sabían que mentalmente lo estaba haciendo y que era demasiado floja
para despedirme de cada uno.
Cuando Camila terminó , no dudé en pararme y hacer una señal de despedida para todos ,
pero ya nadie estaba prestando atención , ya que la atención del momento no estaba en la
castaña sino nuevamente en la nueva guitarra de Zac , sin embargo , Vero me guiñó el ojo y
me hizo señas para que le contara lo que suceda esta noche .

Nueva York jamás me pareció interesante.


Es decir además de la estatua de la libertad , el central park y todo el lío que hacen en fin de
año cuando bajan la esfera del times square , creo que es una ciudad sobrevalorada y algo
aburrida para mi gusto .
Está llena de edificios como casi todas las ciudades , algunos tal vez más llamativos que otros
, pero al final era simplemente una ciudad que para muchos era deslumbrante , pero en mí
no causaba absolutamente nada .
Una ciudad que era muy fría en invierno y en verano era tan calurosa que odiabas hasta el
hecho de respirar , sin embargo , hoy cuando caminaba con Camila en medio de la calle y de
las luces que alumbraban siempre en la ciudad , no podía amarla más.

No estaba segura si aquella magia sucedía porque la castaña hacía su trabajo de darle vida a
todo ó era porque realmente Nueva York había cambiado de una noche para otra a mejor .
Sinceramente , creo más real la primera opción .

Íbamos caminando por la calle como sino hubiera nada más emocionante que hacer , ella
prefirió que fuera así , dijo que le encantaba la noche especialmente ver como el cielo era
opacado por las luces nocturnas de la ciudad , Camila era una chica extraña , a veces solo se
quedaba mirando al cielo como si buscara respuestas de algo y la verdad es que a mi me
encantaban esos tipos de silencios , porque a veces un silencio es mejor que mil palabras sin
sentido alguno .
Lucy siempre había odiado el silencio , era de las personas que prefería hablar por horas
aunque nadie la escuchara solo para que el silencio no hiciera presencia , yo era más callada ,
mi vida no era interesante y casi siempre me gustaba escuchar mis pensamientos y como
ellos se adecuaban al ambiente como si de algún tipo de música se tratase . Me gustaba
escuchar a las personas , analizarlas y tratar de hacerme ideas de como eran ellas sin
necesidad de preguntarles ,creo que las personas habían olvidado la importancia de escuchar
más que la de hablar , eran muchos los que hablaban pero muy pocos eran los que realmente
escuchaban.
Y Camila parecía ser del tipo que escuchaba mucho , sin embargo , yo no tenía grandes
historias que contar . Solo era una chica que no sabía que hacer con su vida porque era un
desastre desde que tiene memoria , una chica que ama la música y los libros con su vida pero
odia las películas , ah y sin olvidar que era una chica a la cual su novia había traicionado por

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dos años sin que ella se diese cuenta de aquello , sí , mi vida no era para nada interesante .

¿Sabes? - preguntó Camz haciendo que todo el silencio se fuera y mi mirada quedara
centrada en el brillo que sus ojos café mantenía mientras sonreía
Además de que tocas en una banda y que lees ruso , no se nada de ti - confesó con
otra de sus típicas sonrisas -pero siento que te conozco desde siempre - lo último no
me lo esperaba , porque era exactamente lo que yo sentía . Sentía que no necesitaba
saber de ella porque la conocía desde antes , como si ya hubiera utilizado mi tiempo
para conocerla , lo cual era imposible , porque hace tres semanas atrás no tenía ni
idea de que ella existiera.
Me creerías si te dijera que es lo mismo que siento - respondí suspirando y ella asintió
traspandóme con aquellos luceros que tenía por ojos - Siento que no tengo la
necesidad de conocerte , porque ya lo hago como si lo hiciera desde hace mucho ,
como si hubiera nacido conociendóte - me confesé y ella volvió a
asentir mientras devolvía la vista hacia el cielo , para luego suspirar ante aquello , podía
pasar toda la noche mirandóla y creo que no llegaría a aburrirme ni un minuto.
La última persona que pensé conocer fue un desastre - contestó tratando de reír ,
pero yo sentí la amargura y la tristeza que la invadía frente aquella afirmación , tal
vez no eramos tan distintas , yo también había pasado lo mismo con la última
persona que pensaba que conocía como la palma de mi mano , pero al parecer mi
mano siempre cambiaba , porque ahora no podía reconocer a aquella castaña que
había conocido toda mi vida ó tal vez lo hacía y no quería aceptar que me había
equivocado al pedirle que fueramos algo más .
-¿Cómo era ella? - le pregunté curiosa mientras veía como un chico trataba de hacer unas
piruetas con su skate , Camila frunció el ceño ante aquello y creo que había ido muy lejos con
mis preguntas , pero finalmente ella solo se quedó pensando en la pregunta , como si
quisiera dar una respuesta correcta, aunque sabía que todas las respuestas lo eran , porque
yo no conocía a la chica ,solo ella lo hacía .
-Sonará tonto , pero ni siquiera sé como hacerlo, no sé como describirla- suspiró y yo esperé
a que siguiera la conversación - ella era simplemente perfecta a mis ojos , ha sido la única
chica que ha sido capaz de hacerme cometer las mayores estupideces de mi vida , el
problema está en que cada vez que más pasa el tiempo me doy cuenta de que todo era una
ilusión que yo quería mantener - sus palabras trataban de sonar lo más relajada posibles ,
pero yo sabía que le estaba costando hacer esto , lo sabía porque si alguien me hubiera
pedido que describiera a Lucy hubiera hecho lo mismo , de hecho su descripción tan ambigua
podía describir perfectamente a Lucy , a pesar de que eso era imposile .

A veces solo queremos ser feliz a toda costa con alguien que tratamos de mentirnos
para poder lograr aquella felicidad , el problema está en que solo te quedas con
mentiras y te las comienzas a creer , mientras éstas tapan a la realidad , son como
las nubes cuando tapan el sol- contesté segura , porque así era como me sentía en
aquel momento , no me sentía traicionada , sino que me sentía una imbécil por no
haber visto las claras señales , me sentía una imbécil porque todo este tiempo me
mentí creyendo que ese era el mejor camino para ser feliz.
Anhelaba tanto tener al menos un momento decente en mi vida que no me di cuenta que
simplemente me estaba mintiendo de una forma dolorosa y estúpida .

¿Cómo le haces?- me preguntó curiosa y yo no entendí a que se refería hasta que ella
siguió con lo que decía - para decir ese tipo de cosas , tus letras son increíbles , es
como si describieras mi vida en una canción , es como sin que te esfuerces siempre

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dices las palabras correctas - me encogí de hombros , porque yo tampoco sabía la
razón . Nunca creí que mis palabras fueran tan potentes para que alguien sintiera
aquello , podía decir que lo había adquirido después de una vida como
sumisa de los libros y las grandes bandas que ha tenido la humanidad en la música , no
obstante , sabía que había algo en mí que me hacía escribir , había algo en mí que sentía la
necesidad de saciar aquella adicción que eran las palabras en mi mente ó tal vez ocultar algo
que nadie más tenía además de mí .

-Eres la primera persona que me dice eso - contesté riendo y Camila ladeó la cabeza como
sino me creyera ni un poco lo que estaba diciendo .
-No te creo - dijo mientras golpeaba ligeramente mi hombro y yo reí por su actitud infantil -es
como si nadie te hubiera dicho que tienes unos ojos hermosos - respondió segura.
Son solo verdes - contesté encogiendóme de hombros sin importancia y ella volvió a
negar .

No lo digo por el color , aunque es precioso , lo digo por lo que hay detrás de ellos ,
es como si solo con tu mirada pudieras iluminar a las demás personas , lo haces
cuando estás cantando - suspiró sonrojada y yo no supe que decir ante eso , jamás
me había pasado que alguien me dijera algo así , ni siquiera Lucy se había atrevido a
decirme algo así - es como si a través de ellos tuvieras todas las respuestas que
quiero y que he buscado hace mucho - lo último lo dijo casi susurrando porque no
quería que lo escuchara, sin embargo , lo había hecho y me había sacado una sonrisa
de esas que hace mucho no utilizaba, de esas que valían más que cualquier cosa .

-A mí me gustan los tuyos - comenté animada por la conversación - es como si fueran un mar
de chocolate , aunque odio el chocolate , en ti quedan hermosos - antes de que Camila
tomara el mechón rebelde que siempre se salía de su lugar , yo me atreví a hacerlo y ponerlo
detrás de su oreja , sintiendo como sus mejillas ardían por aquel simple acto y no la culpaba
porque yo estaba viviendo exactamente lo mismo con las mías , aunque en su rostro se veía
tierno .

¿Qué te gusta Lauren? - me preguntó de nuevo con aquella curiosidad que la invadía
cada cierto tiempo - ahora sé que odias el chocolate y que amas mis ojos - respondió
riendo.
Me encanta la música , es como si con ella pudiera decir todo lo que mi boca no es
capaz de decir.
A mi también me gusta de esa forma - contestó segura y yo
asentí.
Bueno tú pareces de las chicas que tienen un pésimo gusto
musical - dije riendóme y ella frunció el ceño por eso y volvió a golpear mi hombro .

Vaya y ¿cuál sería un pésimo gusto musical para ti? - respondió con el mismo tono
que yo le había puesto hace unos segundos , comencé a pensar en
mi respuesta porque me divertía verla de esa forma .

Puedo apostar todo lo que tengo , que eres de esas chicas que en su mente tienen
como un noventa por ciento de letras cortavenas sobre el amor y el otro diez por
ciento son letras decentes como las de mi banda .
-Eres idiota ¿te lo han dicho?- contestó entre risas y yo asentí , porque si me lo habían dicho ,
tal vez demasiadas veces , bueno tal vez Vero se encargaba de decírmelo cada vez que salía

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de la cama , era como su saludo mañanero - y para tu información mi gusto no es tan malo .

Puedo apostar que tu gusto va hacia bandas que ni siquiera deberían ser llamadas así
como One direction - vi como sus mejillas volvían a sonrojarse y me di cuenta que
tenía razón , la verdad era un poco obvio , la delataba la forma en que se vestía y en
el hecho de que era tan tierna , antes no hubiera soportado tener una conversación
que le gustara ese tipo de pop tan poco original , sin embargo , ella valía la pena - no
mejor aún , de seguro debes morir por Ed Sheeran .

Oye no te metas contra la zanahoria - contestó cruzandóse de brazos haciendo que se


viera aún más adorable - tiene muy buenas canciones - dijo encogiendóse de
hombros y le di la razón , porque sacando que sus canciones eran melosas a morir y a
veces solían ser insoportable no por su letra , sino porque todo el mundo las
escuchaba cuando estaba enamorado , pues Ed Sheeran era bastante decente para
mi gusto .
-Es cierto , pero nunca saldría con una chica que solo piensa en vivir algo como lo dice
thinking out loud- ella solo rodó los ojos .
Y yo nunca saldría con una chica que ame a ¿Lorde? - fruncí el ceño ante aquello , no
es que no me gustara , era solo que no me parecía muy interesante sus canciones
prefería mil veces a Lana del rey ó the 1975.
-Para tu información prefiero a Lana - comenté segura mientras la miraba con indeferencia
por la respuesta que había tenido .

Rey - dijo riendo . aquel momento .


-Bien como sea , nunca saldría con una chica que le guste Lana del

-Nunca digas nunca Camz - fue lo único que se me ocurrió decir en


Nunca digas nunca part 2

Los Angeles 1947


Camila

-¿Lista?- me preguntó Claire algo aburrida , apenas me vio salir del camerín hacia el
estacionamiento dónde ella estaba recostada en su auto con los brazos cruzados , una
chaqueta negra larga que combinaba perfectamente con su vestido negro corto ,
definitivamente esa mujer sabía como conquistar a cualquiera solo con el hecho de vestirse .

Claire era una extraña combinación entre elegancia y sensualidad, es como si hubiera nacido
con aquel don de verse bien hasta con un saco de papas y ella claro lo utilizaba siempre a su
favor .

Asentí ante la pregunta porque las palabras no salían de mi boca .

Desde que había visto a Claire desnuda la semana pasada , no podía mirarla con los mismos
ojos .
Por alguna extraña razón , cada cierto tiempo mis recuerdos evocaban a aquel momento y
solo podía imaginar su terso cuerpo sin nada que lo cubriera . Siempre que lograba llegar a
esos recuerdos, trataba de ladear la cabeza para sacar esas ideas tan extrañas de mi cabeza
, realmente me incomodaban y no dejaba de sonrojarme cuando los pensaba y estoy segura

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que Claire podía notarlo por el color que adquerían mis mejillas cada cierto tiempo con ella .

-Las sesiones fotográficas son tan aburridas - resoplé recordando la sesión que había tenido
hace poco promocionando la nueva línea de verano de Fendi , una de las marcas más
reconocidas del mundo y que tenían sus dos tiendas principales en Roma dónde fue fundada
en 1918 y en Los Angeles.
La verdad es que sus vestidos eran mi obsesión, creo que tenía sus colecciones completas
desde hace diez años , pero odiaba el hecho de estar todo el día tras las cámaras tratando de
lucir bonita para que las fotos quedaran perfectas , si me gustara aquel mundo hubiera
decidido ser modelo en vez de actriz , sin embargo , lo odiaba aunque siempre me daban los
vestidos como recompensa por aceptar ser la patrocinadora de su línea .

Claire abrió la puerta del auto para dejarme pasar mientras reía por mi reacción , sabía que
ella también odiaba las sesiones fotográficas , pero ella siempre se la pasaba mejor que yo .

Te doy toda la razón , pero más aburrido son esas reuniones que
tu amas ir - respondió mientras encendía el auto y yo rodé los ojos por aquello - yo
sinceramente no las soporto y eso que soy conocida por tener una paciencia increíble
ambas reímos por eso , ella también era experta en hacer cualquier cosa para hacerte
reír .
-Date más ventaja , cariño no eres una diosa , no eres perfecta - le dije riendo y ella hizo
como si estuviera ofendida , pero viniendo de ella no lo estaba , ya que ella era todo menos
humilde consigo misma , ella sabía cuánto valía y que las personas morían por ella , le
encantaba utilizar aquello también a su favor .
La verdad es que Claire era una de las pocas personas que conocía que tenía más ventajas y
cualidades a destacar que desventajas . Creo que aún no encontraba una desventaja que
valiera la pena decir de ella , además del hecho de su gusto tan raro y exclusivo por las
chicas .

Con ella mi curiosidad hacia aquel mundo de sentir algo por otra chica nació ,cada vez que
ella me contaba sus historias , siempre me llenaba de preguntas que rara vez formulaba para
que ella las respondiera ¿qué se sentiría besar a una chica? ¿igual que a un chico? ,
sinceramente creo que no , porque los hombres suelen ser menos delicados que ellas , así
que supongo que besar a una chica debe ser más agradable que sentir un par de labios
carnosos y secos como lo eran lo de los hombres .
Me regañé mentalmente al pensar en ese tipo de cosas , eran
tonterías .

No estaba bien pensar en esas cosas ni hacerse ese tipo de preguntas , a las chicas les tenía
que gustar los chicos , así de fácil . Por algo existían los dos géneros , para que pudieran
juntarse y así poder ser pareja . Aunque adoraba a Claire y la quería como a nadie , su gusto
jamás sería de mi total agrado ni aprobación , iba en contra de mis principios , iba en contra
de lo que todos denominaban como "normal" , iba en contra de lo moral porque ese tipo de
personas podían transmitirse enfermedades y también era ilegal .

¿Estás bien Mila? - me preguntó Claire al notar que no estaba diciendo nada y estaba
concentrada en mis pensamiento , negué rápidamente tratando de ver en dónde
estábamos y volver a reubicarme en la escena , Claire ladeó la cabeza divertida
mientras el viento se encargaba de mover sus rizos dorados como si fuera la escena
final de una película de amor , sus grandes ojos azules estaban animados viendo la
carretera y se me hizo difícil no sentirme perdida ante aquel mar azul que se
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asemejaban a las olas de la playa .

Sí , solo pensaba en algo - respondí tímidamente tratando de sacar aquellos


pensamientos de mi cabeza , Claire era mi amiga , nada más . Era
simplemente imposible sentir algo más que eso , es cierto que era jodidamente sexy y era la
única persona que me trataba como me lo merecía , era la única a la cual no le importaba
decirme en la cara lo que estaba haciendo mal y tampoco le importaba demostrarme su
cariño y no tener filtro en nada de lo que hacía ó decía frente a mí . Pero no era más que eso
, una buena amiga.
-Vaya -contestó irónica frente a mi respuesta - Cabello pensando , eso si es una maravilla -
comentó animada y volví a rodar los ojos - Hablando de maravillas - carraspeó y toda mi
atención fue directo hacia lo que ella quería decir - Amber me ha invitado a salir - dijo sin
dejar de mirar a la autopista y mis ojos se abrieron como platos ante aquello , ninguna chica
se atrevía a invitar a Claire ni siquiera a tomar un café por la fama que le perseguía de que
chica con la que hablaba la llevaba a la cama y la convertía en lesbiana . Tampoco es que
Claire saliera mucho con las chicas a las cual seducía y llevaba a la cama , creo que jamás le
había escuchado que haya salido con alguna , siempre escuchaba sus historias de como eran
solo algo de la noche , oculto para todos , especialmente para aquellas chicas que decidíana
arriesgarse a vivir esa experiencia .

Ella siempre decía que prefería que fuera así , porque no quería que se metieran en
problemas aquellas chicas y siempre les decía desde un principio que aquella experiencia solo
duraría aquella noche , que no era más que un momento de satisfacción reprimida para
ambas .

Sabía como se sentía eso , porque yo hacía lo mismo con los chicos
, se sentía tan bien tener el control de aquellas situaciones que sinceramente amaba no tener
nada serio . Amaba de cierta forma poder probar un poco de todo y quedarte con nada .

Aunque siempre habían noches en que me preguntaba ¿cómo sería tener a alguien
esperándote a que llegues de trabajar? ó compartir todos los días de tu vida con la misma
persona , que no importara que te levantaras horrible un día en la mañana , esa persona
siempre te vería con los mismos ojos y te dijera que seguías siendo hermosa a pesar de todo
. Creo que por aquella sensación ,podría pagar toda mi fortuna .

¿Amber Cleiford? - pregunté aún contrariada y Claire se limitó a asentir . No podía


creer que Amber Cleiford , la chica más religiosa que he conocido en mi vida , se
atreviera a peirle una cita a la chica más pecadora en ese sentido - ¿la llevaste a la
cama? - le pregunté nuevamente tratando de recordar si ella me había contado
aquella experiencia , porque se me hacía muy difícil creer lo que Claire me estaba
diciendo , sin embargo , sabía que ella nunca mentía en nada de lo que decía , ella era
totalmente transparente .
Claire volvió a asentir y mis ojos se abrieron aún más con esa
respuesta .

Lo hicimos el mes pasado - tragó saliva antes de continuar - es una gran chica , lo
único malo es que tenía miedo y tiritaba cada vez que yo la besaba , jamás pensé
que me invitaría a salir - no sabía que decir frente aquello así que me quedé en
silencio mientras esperaba que Claire continuara con la converasción - la verdad no
estoy segura si ir ó no , si la ven conmigo de seguro tendrán sospechas y no podría
hacerle eso a nadie, menos a ella , es demasiado dulce

insideofmysoul
, no merece el rechazo de todo el mundo por algo así - asentí porque tenía razón .

Amber era una chica dulce que era solo un par de años mayor que yo , nadie le conocía novio
, sin embargo , todos sabíamos que había pasado toda su infancia en un convento en Italia ,
así que sabíamos sobre su lado religioso y como iba a la iglesia cada fin de semana , al
parecer la chica santa no lo era tanto y menos con Claire .
-Claire - dije dudosa de lo que quería decir ,realmente ni siquiera estaba segura del porque
nació aquella idea en mi cabeza , ella me miró extrañada - alguna vez has sentido más que
atracción hacia una chica - pregunté aún dudosa de lo que quería decir en verdad ,Claire no
me miró y siguió conduciendo - alguna vez has querido algo más que una noche - el silencio
nos invadió a ambas mientras ella seguía conduciendo hacia el club dónde John nos esperaba
esta noche para hablar sobre la película , quise arrepentirme de las preguntas porque ni
siquiera valían la pena ser preguntadas , eran simplemente dudas que aparecieron en mi
cabeza .
Cuando iba a decir algo para retractarme un semáforo en roja hizo que nos detuviera y Claire
me miró con aquellos ojos azules que podían atravesar hasta al más concreto hielo y pude
ver como las lágrimas arribaban en ella .

El amor es el peor pecado del mundo - sentenció - estamos tan acostumbrado a


rechazarlo que cuando llega no sabemos que hacer , he querido quitar aquel pecado
de mí , me he negado a amar desde hace tanto que ni siquiera ya sé que significa
aquella palabra - suspiró seria mientras devolvía la mirada hacia el volante - sin
embargo , puedo decir que una vez fui la mayor pecadora por aquel sentimiento ,
amé a una chica toda mi vida y hubiera muerto por ella si la oportunidad se hubiera
presentado , no obstante , el destino a veces es caprichoso y no nos deja ser heroes
sino solo los salvados - el semáforo en roja hizo que la conversación terminara ahí ,
pero mis dudas afloraron aún más con aquella revelación
, ¿ella había muerto por Claire? , seguramente , la verdad es que yo no creo poder encontrar
a alguien que muera por mí .

-¿Ella murió?- pregunté tragando saliva , Claire suspiró cansada antes de contestar , aunque
ella no lo dijera podía sentir el dolor que había en su alma por aquello .
Fue hace mucho , ella murió frente a mis ojos por el amor que proclamabamos sin
miedo - mi corazón se paralizó por aquella revelación y ni siquiera pude imaginarme
como sería aquello , ver morir a la persona que amas solo por ser parte de aquel
pecado - los humanos somos expertos en dañar todo lo que es hermoso e
incomprensible frente a nuestros ojos , nos alimentamos del odio y la envidia ,
porque hasta ahora esa es la única razón por la cual alguien podría reaccionar frente
algo tan puro como el amor - sus lágrimas no tardaron en caer y las mías se
mezclaron con las de ella , porque saber eso solo me destrozaba el corazón , la sola
idea de que Claire haya perdido a la persona que más amaba me dañaba a mi
también - se llamaba Camille ¿curioso no? - me preguntó con una sonrisa fingida y
mis ojos se abrieron como platos por aquello , ¿Esa era la verdadera razón por la cual
Claire me soportaba?¿me parecía a ella? ó solo eran coincidencias de nombre.
-Estás conmigo ¿por qué me parezco a ella?- le pregunté a secas sin poder hacer ninguna
expresión en mi rostro , porque mi cerebro aún estaba tratando de entender todo lo que
estaba sucediendo , simplemente no podía con tanta información nueva sobre Claire , sobre
su pasado y como ella no era la chica rubia que había pensado todo este tiempo .

No - sentenció seria y yo fruncí el ceño por aquello - estoy contigo porque me


recuerdas a mí antes de conocerla a ella .

insideofmysoul
El cálido sonido de las personas hablando y de la música de fondo hizo que las dos
volvieramos al mundo real . A nuestro mundo que no se parecía en nada al pequeño
momento que habíamos compartido en el auto , Claire volvió a ser la misma chica rubia que
todos adoraban apenas entramos al club .

No me atreví a tocar más sobre el tema , porque me había bastado con ver sus lágrimas a
flor de piel en el auto , lágrimas que jamás pensé que vería salir de sus ojos azules .

Ahora ella miraba atenta con una sonrisa fingida buscando a John , yo solo trataba de pensar
en todo lo que me había dicho . ¿Por qué el amor tenía que doler tanto? , las personas como
Claire no debían sufrir por aquel sentimiento sino todo lo contrario , ella debía sentir lo
hermoso que los poemas y las películas declamaban sobre el amor . Ella merecía su final feliz
, un final dónde ella pudiera amar sin problemas y ser feliz con ello , pero al parecer el
destino no quería ofrecerle aquella tregua a su corazón .
No quería darle un poco de felicidad a su atormentada vida , por un momento pude entender
su necesidad de estar en estas fiestas siempre , la necesidad
que tenía de tomar lo más que pudiera y estar con chicas que no recordaría al día siguiente .
No era solamente porque le divertía y porque era buena en ello , tenía más que ver con el
hecho de que ella luchaba contra sus propios demonios cada día y a través de aquellos actos
de presencia , ella al menos podía olvidar por unos segundos
, tal vez minutos , la verdadera razón por la cual esos demonios la acechaban .
-¿Ves a John? - me preguntó mientras seguía tratando de ubicarlo , yo negué con la cabeza
porque ni siquiera estaba concentrada en aquello - Cabello te estoy hablando - dijo
finalmente riendo , al darse cuenta que no le estaba prestando atención ,eso fue lo que hizo
que mis ideas y mis pensamientos terminaran y me concentrara en lo que estaba haciendo .
Desvié mi vista hacia las primeras mesas dónde casi siempre John se sentaba porque según
él así podía sentir la música en todo su esplendor y no como una acumulación más de ruido .
De hecho , cada vez que me juntaba con él , siempre estaba solo disfrutando un buen martini
ó un vaso de vodka que él admiraba por casi diez minutos hasta que todo el líquido estaba en
su organismo .
John Morgan era un famoso director inglés .
Lo conocí al igual que Claire en los dos años que pasé en París antes de que la guerra
terminara , él con Claire llevaban varios años siendo amigos y se podía notar aquello en los
chistes internos que se contaban y en las miradas que siempre los invadía , miradas que solo
ellos dos podían comprender porque eran como códigos secretos indescifrables .
Había escuchado tantos rumores de que ellos dos estaban juntos que en un principio se me
hizo imposible no pensarlo , harían una pareja perfecta . Sin embargo , cuando supe que a
Claire le gustaban las chicas solo pude verlos como buenos amigos , de seguro John conocía
todos los demonios de la rubia, por eso se preocupaba de ella cada vez que no la veía en
alguna reunión ó cuando solía estar una semana entera sin salir de su casa . Él era la
segunda persona que conocía la casa de Claire , ella no había dejado que nadie más la
conociera .

John tenía una actitud de conquistador , pero jamás le había visto en una práctica seria con
las chicas. La verdad es que solo con su rostro ya lograba seducir, no obstante , a diferencia
de Claire , él era mucho más calmado , relajado y no le gustaba alardear de nada . Por eso
casi siempre estaba solo, la máxima compañía que lo había visto a gusto era con nosotras
dos , dónde él no dudaba en mostrar su caballerosidad cuando podía y cuando se trataba de
mí , no dudaba en ser un crítico en todo al igual que Claire.

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Además de aquellos atributos , John era bastante guapo , tenía una altura que muy pocos
actores disfrutaban , un porte de superioridad que de seguro heredo de sus raíces inglesas ,
el cabello castaño ondulado que siempre trataba de mantenerlo corto y que quedara
medianamente liso y ordenado .
Siempre andaba con traje , creo que unas tres veces en los cuatro años que llevo
conociendólo lo vi informal , casi siempre se dejaba una pequeña barba que lo hacía más
atractivo que nadie , sin embargo , su principal característica era su mirada que podía dejar
perplejo a más de una , tenía una mirada enceguecedora dónde a través de sus ojos podía
derribar cualquier muralla , era una mirada profunda y llena de secretos que yo aún no
lograba descubir , pero estaba segura que Claire lo había hecho hace mucho , aquella mirada
podía ser capaz de hipnotizarte a hacer lo que él deseara y sinceramente hasta yo había
caído en aquello los primeros días que le conocí .

Luego de estar varios minutos tratando de encontrarlo , al fin lo hice .


Estaba en la tercera mesa de la derecha muy oculta para ser vista a primera vista , se
encontraba tomando un martini en un impecable traje negro y su cabello castaño bien
peinado . Una sonrisa floreció en mí al verlo .

Lo encontré - dije satisfactoriamente teniendo la atención de Claire mientras yo


tomaba su mano para ir a la mesa dónde John estaba , él sin duda se dio cuenta de
que estábamos cerca porque antes de que nos dieramos cuenta él ya estaba parado
esperandónos .

Pude notar una sonrisa cómplice en su rostro e iba directa hacia Claire quién solamente lo
ignoró rodando los ojos por su actitud , creo que nunca podré entender los mensajes que
esos dos se mandaban sin hablar .
Cuando llegamos a su mesa él no dudó en besar nuestra mano como siempre hacía en forma
de saludo , era algo precaria aquel tipo de saludo , sin embargo , solo causaba admiración por
casi todas las chicas que él saludaba , Claire y yo ya estábamos acostumbradas a aquello así
que no nos ruborizabamos cada vez que lo hacía .

Pensé que jamás llegarían - comentó con su típica sonrisa mientras saludaba a Claire
quién reía por su actitud - ¿sucede algo Clarissa? - le preguntó divertido recordando
que el verdadero nombre de Claire era ese , la verdad es que le quedaba mucho
mejor Claire y ella odiaba su nombre , así que jamás lo tocaba , de hecho solo dejaba
que él lo utilizara .

Sucede que eres un idiota, nunca cambias - respondió con una sonrisa encantadora y
él rió invitandónos a que nos sentaramos , Claire se sentó a su lado como siempre lo
hacía y le robo un poco de su martini antes de seguir con la conversación- eres toda
una chica , deberías pedir algo más fuerte - dijo mientras dejaba la copa del martini
sobre la mesa .
Lo siento por no ser parte de tu fundación de alcoholicos anónimos darling - dijo con
su fuerte acento inglés y Claire no dudó en golpearlo en el hombro .
Ya quisieras John , te apuesto que desearías que una chica como yo te tomara en
cuenta , que estoy segura que la única chica decente que has encontrado es Camila -
ambos rieron por eso , pero yo solo rodé los ojos frente a sus comentarios , siempre
terminaban discutiendo sobre el hecho de que John no estaba con ninguna chica y
Claire siempre lo fastidiaba con el hecho de que seguramente era porque tenía otro
tipo de gustos . Sin embargo , ese comentario que podía ofender en la hombría de

insideofmysoul
cualquiera , él se lo tomaba como un chiste y prefería solo reírse por aquello , aunque
yo sabía que era imposible que él tuviera ese tipo de gustos , porque a diferencia de
Claire sus ojos no brillaban cuando veía a un chico sino cuando veía alguna chica
interesante .

¿Por qué eres tan odiosa Clarissa? , ni siquiera sé porque eres mi amiga - respondió
mientras le pedía una copa para todas a uno de los meseros que estaba repartiendo
en las otras mesas , Claire sonrió y no dudó en besarle la mejilla .
Porque me amas , todos lo hacen - los tres reímos por aquello , Claire nunca
cambiaría eso era seguro - pero no vinimos a hablar sobre eso , vinimos por tu
película - John asintió y se acomodó su corbata mientras trataba de pensar que decir .

Al fin piensas algo inteligente Clarissa - Claire y yo rodamos los ojos esperando que él
nos contara sobre la película - bueno como ya deben saber , el último año en
películas ha sido una total basofia - asentí , porque realmente hace mucho que no
participaba en una buena trama , casi siempre eran las misma películas retocadas
una y otra vez - se tratan de la guerra ó toman por alguna extraña razón historias
bíblicas que nadie quiere ver pero terminan siendo un éxito , así que quiero ofrecerles
una historia diferente - una sonrisa compremetedora apareció en Claire y yo no
entendí la razón de aquello - Quiero hacer una nueva versión de Romeo y Julieta ,
solo que quiero mezclarlo con algo de realidad - antes de que pudiera seguir con lo
que estaba diciendo , el mesero llegó con nuestras copas y nuestra atención fue
directo hacia la bebida , como John sabía , yo no tomaba mucho así que tuvo la
decencia de pedirme una bebida ligera , no como Claire que quería emborracharme
cada vez que podía .

-Deja de darle vueltas - reclamó Claire seria - lo que John quiere es que hayan una pareja de
chicas que hagan de Romeo y Julieta y bueno la pareja original de chica y chico - mis ojos se
abrieron como platos por aquella idea absurda , definitivamente no estaba interesada en
participar algo así , eso era como sellar el fin de mi carrera , nadie pondría en un cine
aquello, creo que todo el mundo cinematográfico se iría en nuestra contra al tratar de
reproducir aquella idea en una película.
-¿John enloqueciste?- grité contrariada haciendo que todo el mundo desviara la vista hacia
nuestra conversación , John me hizo callar para que bajara mi tono de voz , sin embargo ,yo
no podía dejar de pensar en lo absurdo que sonaba su idea , me parecía totalmente imposible
.
-Camila tranquila que no es como Claire lo dice -le reprendió a Claire para que ella tampoco
opinara nada relacionado con la película , suspiré ante ello , porque a veces aquella rubia
solía ser demasiado exagerada , sin embargo , la idea aún seguía rondando en mi cabeza-
solo es un beso nada más - susurró finalmente pero yo pude escucharlo .

-Lo siento no puedo - contesté seria cruzandóme de brazos mientras esperaba alguna
explicación de porque habían escogido aquella idea para representar, podía deberle miles de
favores a John pero jamás besaría a una chica y menos en un papel de Romeo y Julieta en la
gran pantalla -No seré partícipe en aquelas ideas - volví a refutar mientras tomaba de un
sorbo casi toda la bebida que estaba en mi copa , la noticia me había dejado atónita

-Mila , venga es una grandiosa idea , el libreto es muy bueno y el papel de Julieta es
maravilloso - dijo Claire tratando de convencerme , pero yo estaba totalmente en contra de
aquella idea - míralo como algo artístico , eres actriz se supone que puedes actuar de lo que
sea - contestó seria , yo sabía que ella solo quería convencerme de aquel papel e iba a tirarle

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rosas a la idea de John , claro porque para ella todo esto era tan fácil y no iba en contra de
sus principios - además no tendrás que hacerlo con cualquier actriz - sentenció y mis ojos se
abrieron como platos ante aquello - yo soy romeo - contestó con una sonrisa mientras volvía
a tomar lo que estaba en su copa ,esto no podía ir mejor .

-Me niego rotundamente John , no lo haré - no había vuelta atrás a mi decisión , no pensaba
ser participe en esto y menos sabiendo que Claire me iba a besar , en que mundo aquello
tenía lógica, en ninguno de seguro , prefería mil veces quedarme con las películas repetitivas
que hacer algo de lo que ellos querían convencerme de hacer .

Iba a seguir con la discusión sobre la película cuando la vista de todos se posó en el escenario
y yo también lo hice para quedarme atónita al ver a la chica de ojos verdes de la semana
pasada , esta vez estaba con un vestido negro largo de tiras que se amoldaba perfectamente
a su cuerpo , la verdad así de arreglada no se parecía en nada a la chica que había hecho
despedir , sin embargo , aquellos ojos seguían haciendóme perder en su mirada . Toda mi
atención fue hacia ella y no pude dejar de ver como su rostro era iluminado cálidamente con
las luces de los reflectores y su piel blanca brillaba más que nunca . Era hermosa , no , esa
palabra ni siquiera podría describirla .
La chica tomó suavemente el micrófono que estaba delante suyo y con una cálida sonrisa que
podía irradiar todo el escenario esperó que una persona que estaba en el piano al lado de ella
comenzara a tocar para que ella comenzara a cantar .
Y si ya había quedado cautivada con solo verla altiva en aquel escenario con aquel vestido
negro al igual que su cabello negro , cuando comenzó a cantar sentí que el mundo dejaba de
existir y solo existía ella en él . Era como si estuviera en el cielo y sinceramente no quería
irme de ahí .

Sabía que no era la única que debía sentirse así , porque cuando desvié rápidamente la
mirada hacia Claire , ella sonreía disfrutando la música mientras John estaba con los ojos
cerrados deleitandóse con aquello , pero yo no podía hacer eso , yo no podía dejar de ver a la
ojiverde que estaba enfrente mío y que su voz me hacía temblar y ni siquiera entendía la
razón .

Con su voz era capaz de hacer tantas cosas y eso que ni siquiera me estaba hablando ,
simplemente estaba cantando , estaba haciendo algo que para todo el mundo era cotidiano y
sin ningún encanto , pero a mi me hizo sentir totalmente distinta . Me hacía sentir de una
forma que ni siquiera encontraba palabras para poder describirlo .
Así estuvo por casi media hora , deleitandóme de todas las maneras posible ,ella no dejaba de
mirar hacia un punto fijo en el escenario como si quisiera perderse a través de la música y
estaba segura que lo hacía porque parecía disfrutarlo . A veces con tímidas sonrisas hacía que
yo también sonriera y cuando reía muchas veces se parecía a la risa de un bebé , era
totalmente adorable y me arrepentí de jamás haberle tomado la importancia de disfrutar su
canto , me arrepentía de tantas cosas , especialmente el hecho de haber causado su despido
, cuando la chica tenía talento de sobra .

Claire tenía razón en aquel punto , este lugar no la merecía , ella no necesitaba estar entre
estas personas que definitivamente no prestaban atención a su talento sino solo a pasarlo
bien , ella necesitaba deslumbrar al mundo con su talento y yo quería ser participe de aquello
.

Su última canción quizás fue la más deslumbrante de todas , fue la que definitivamente me
robó el aliento cuando con suaves acordes comenzó a cantar "la vie en rose" que desde ese
momento se convertiría en mi canción favorita , la belleza que ella iradiaba y la belleza que
ella mostraba con su voz hacían un perfecto dúo con los suaves acordes de la canción y la

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letra que no dejaba de ser hermosa .
Creo que ni Piaf hubiera esperado que su canción fuera interpretada de aquella manera , tan
cautivadora y única .
Cuando pude regresar al mundo real , ella ya se había ido y toda la magia que había dejado
en aquella velada simplemente ya se había ocultado entre las risas de las personas y el
sonido de las copas pasando .

Suspiré por lo rápido que se había ido el hechizo .

-Al parecer Lauren te cautivó - comentó entre risas Claire y aunque sabía que mis mejillas me
delataban por el color rojizo que habían adquirido frente aquella afirmación , decidí mentir y
ocultar aquella sensación que la chica había dejado en mí .

Es bastante buena , pero prefiero a Piaf - mentí con una sonrisa y Claire rodó los ojos
frente a mi comentario , ya que no me lo creía , creo que ni yo misma sonaba
convincente - supongo que ella estará con nosotras John - le preguntó interesada y yo
también quería saber sobre aquello , la chica no podía quedar sin empleo con aquel
talento .

-Todo depende de Camila , un trato es un trato - respondió mirandóme serio y yo no sabía


que decir, realmente quería contratar a la chica , pero yo no estaba segura de aceptar su
oferta , Claire alzó las cejas esperando una respuesta de mi parte .

Traté de buscar cientos de excusas para no aceptar aquel trabajo , excusas que eran
totalmente válidas porque iba en contra de todo lo que creía , sin embargo , en mi interior
quería compartir algún momento con aquella chica , quería algo que ni siquiera podía explicar
con ella y eso me hizo aceptar .
Está bien - suspiré cansada al ver que mi fuerza de voluntad se iba al suelo y que me
estaba metiendo en graves problemas por aceptar una cosa como eso .
Pero que más daba , Lauren había hecho en tan solo treinta minutos , lo que nadie había
hecho en mis 22 años .

Sentirme en el cielo .

Me encanta escribir esta parte , de hecho siempre es la primera que escribo y como saldré en
la tarde y no quiero hacerles esperar , hoy cambiaré el orden y publico esta primero . Más
tarde publicaré la otra , besitos :
Capítulo 6 : De películas y otros odios Living dreaming is easy ,
Dificult is try to make the dreams , In our reality ,

Because the sky is blue not for the clouds, not for the stars ,
Is blue because it needed a thousand years,
to be like we see and we admire . (dreams , flies on the wall) Nueva York

Camila

Es curioso como la vida se trata de momentos .

insideofmysoul
De como a veces hay horas que no valen la pena recordar , porque nada interesante sucedió.
Sin embargo , pueden haber minutos que siempre van a estar en tu memoria , minutos que
toman un significado más allá de la realidad .

Y esos se convierten en nuestros recuerdos favoritos , en aquellos recuerdos que recurrimos


cuando no podemos más con el día a día . Recuerdos que nos sirven para creer que no todo
está mal en la vida y que existen momentos felices
.

Y creo que conocer a Lauren es uno de esos minutos que jamás cambiaría en mi vida .

No sé que tenía de especial aquella chica , mejor dicho , no sabía que me hacía sentir de esta
manera tan única frente a ella . Es decir , es guapa , bueno bastante guapa especialmente
con aquellos pantalones que definen todas sus curvas y aquel cabello negro salvaje que
siempre trata de mantenerlo suelto y que logra hipnotizarme como si de la noche se tratase .

Tenía unos ojos únicos , que no solo eran sorprendentes por el color verde que los invadía
mostrando una tonalidad que jamás había visto ni admirado tanto . Lo impresionante de ellos
estaban en que decían más que sus palabras , siempre estaban en alerta como si esperasen
el momento en reaccionar y a través de
ellos sabía que ella no era feliz como deseaba mostrarle a todo el mundo .

A través de ellos podía darme cuenta que sufría a través de una sonrisa , sin embargo ,
desde que llevo casi dos semanas viendóla todos los días en el metro y conversando con ella
todo el día por mensajes , he notado que de a poco dejan de tener aquella muralla de alerta
que siempre tiene frente al mundo , tenía miedo de saber que habían detrás de aquel océano
verde , a veces las mejores personas son exactamente a las que la vida las ha golpeado más
y me daba miedo pensar que Lauren era una de esas personas .
Porque ella solo se merecía como mínimo el cielo .

No la conocía lo suficiente , no solía hablar mucho , pero era perfecta escuchando .

Era del tipo de personas que le encantaba analizar todo como si de un libro se tratase y a mí
me gustaba que ella fuera así , estaba un poco cansada de las personas que hablan mucho
cuando el silencio es el mejor regalo posible .
También había notado que además de ser algo callada , también era sensible a no poder , no
lo digo de que podía llorar por cualquier cosa sino que tenía una sensibilidad en dónde cada
una de sus palabras resonaban en mi cabeza y me hacían admirarla más , creo que por eso
se le daba tan bien escribir las letras de sus canciones , porque ella era como una filósofa
escritora andante aunque ella no lo quisiese admitir , tenía un talento innato en decir justo lo
que las personas necesitaban y no dudaba en ser directa cuando el momento lo requerría ,
era simplemente única al igual que su nombre , definitivamente ella estaba laureada por los
dioses.

Desde que Lauren y yo habíamos comenzado a ser algo más que dos chicas desconocidas que
habían coincidido en el mismo vagón , dejé de contar los días en los cuales llevaba sin ver a
Lucy , ya no dolía tanto levantarse en las mañanas y saber lo que había hecho . Aunque aún
habían días en que veía sus mensajes tratando de decirme que la llamara ó contestara de
alguna forma y me desplomaba , pensando que tal vez debería aceptar sus disculpas y solo
seguir con lo que habíamos comenzado hace tanto . Porque de alguna forma que las películas
nunca dicen , yo no podía olvidar a la chica que me ha hecho suspirar durante dos años .

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En las películas todo era tan fácil , porque tienen que amoldar una historia en tan sólo dos
horas , así que cuando los personajes rompen sus relaciones solo necesitan de unos cuantos
minutos para volver a salir con alguien , enamorarse , tener mil hijos y ser felices . No
obstante , en la vida real pasaba todo lo contrario , a veces ni siquiera el tiempo era
suficiente para poder borrar las marcas que aquella persona se había
atrevido a dejar en tu corazón . Y estoy segura que muchas veces éstas no cicatrizan
simplemente se quedan ahí esperando que algún día , alguien sea misericordioso y se de el
trabajo de tratar de sanarlas .

Suspiré aburrida mientras trataba de encontrar alguna película decente en Netflix , hoy
estábamos nuevamente a sábado en la noche y por suerte Dinah no había venido a mi
departamento para obligarme a salir como siempre lo hacía , la verdad es que desde que una
nueva revista la contrató , suelo verla menos veces de las que quisiera , me había
acostumbrado a verla todos los días , que esta semana se me hizo eterna hasta que el
miércoles pude juntarme con ella a comer unas donas en su casa e increíblemente no
mencionó en ningún minuto nada relacionado con Mani .

Tampoco quise ir más allá de eso , creo que debe dolerle mucho que Mani aún no rompa con
su novio y éste todo el tiempo con él , disfrutando momentos que estoy segura que ella daría
cualquier cosa para vivir y lo que más me dolía es que Mani no hacía nada contra eso siendo
que también quería de esa forma a Dinah .

La verdad es que el amor apestaba y sería mejor si simplemente se eliminara como en


delirium , dónde se había demostrado en un mundo utópico que el amor era solo una
enfermedad y podías erradicarla a través de una cirugía . Si tan solo esa fuera la realidad ,
creo que sería la primera en la lista de aquella operación , porque el amor no me había dado
más que decepciones y ya estaba cansada de ellas
, prefería estar sola por siempre que sufriendo más decepciones , creo que nadie se merecía
seguir viviendo con eso .

Quise llamar a Lauren para saber como estaba , últimamente tenía aquella necesidad de saber
todo sobre ella , dónde estaba , como estaba y querer siempre tenerla a mí lado , era algo
que ni siquiera era lógico porque llevaba solo unas semanas conociendóla y me daba
verguenza aceptar que me estaba haciendo dependiente de hablar todos los días con ella , es
como si mi vida se volviera más interesante al intercambiar un par de palabras con ella todos
los días .

Lo iba a hacer , iba a llamarla hasta que el sonido de que alguien tocaba mi puerta me hizo
descartar la opción y me levanté a abrir totalmente desanimada porque no quería ver a nadie
en ese momento , solo quería encontrar una buena película por Netflix y vegetar por todo lo
que quedaba del sábado en la noche .

Abrí la puerta totalmente desganada , sin embargo , cuando vi de quién se trataba mis ojos
se abrieron como platos y una sonrisa invadió mi rostro .
Era Lauren .

Me encanta como aprovechas tu sábado - me comentó riendo mientras estaba en mi


puerta esperando que yo dijera algo , pero las palabras no me salían , porque nunca
me hubiera esperado que ella apareciera tan repentinamente en mi puerta con su
típica chaqueta negra , con su cabello negro recogido en una coleta improvisada y con
un vestido negro que la hacía deslumbrar más de lo normal
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al menos me dejarás entrar antes de que te humedezcas solo por verme - contestó
segura y supe que mis mejillas iban a explotar en cualquier momento por aquel
comentario ,ella siempre era así de directa con todo el mundo y hacía notar que todo
el mundo moría por ella , aunque tampoco se equivocaba mucho , porque
sinceramente sentí como solo con verla perdía el control de mi mente . Así que solo la
dejé entrar para que terminara con la conversación sobre aquel tema.
¿Qué haces aquí?- le pregunté nerviosa recién notando que estaba en pijama y con
todo el cabello desordenado porque no quería hacer nada con mi vida hoy y sentí
verguenza porque ella me viera de aquella forma , sin embargo , ella solo se encogió
de hombros y no le dio importancia , porque estaba más ocupada viendo cada
centímetro de mi departamento.

Estaba aquí cerca y quise visitarte-respondió sin importancia como si eso fuera lo más
normal del mundo , ir a la casa de las personas sin invitación previa - tienes un lindo
departamento - contestó con una sonrisa mientras se sentaba en el sillón que yo
había estado acostada hace un par de minutos atrás , la verdad es que estaba feliz de
verla , peor no podía dejar de estar nerviosa por su presencia tan inesperada -¿Qué
hacías?- me preguntó curiosa mientras veía que la tele estaba conectada a Netflix ,
fruncí al ceño porque era obvio lo que estaba haciendo.
Viendo netflix - contesté con obviedad y ella parecía no entender lo que le estaba
diciendo - el canal de películas por internet - la verdad me sorprendía que ella no
supiera lo que era.
Vale -suspiró aburrida y yo me senté en el sillón viendóla aún contrariada por aquello
- lo siento no suelo ver películas , la verdad no me gusta verlas - si el hecho de que
estaba en mi casa en este momento me había sorprendido
, que no viera películas era sinceramente extraño .

¿Por qué?- le pregunté atónita , bueno las últimas películas que estaban en el cine no
valían la pena ser vistas , pero supongo que algún tipo de películas le debe gustar -
¿no te gustan las películas?- ella negó seria mientras fruncía el ceño por mi pregunta.
Las encuentro estúpidas - respondió con un poco de rabia y yo seguía sin entender
como podía existir alguien que odiara las películas , es decir conocía a personas que
odiaban las películas de amor pero amaban con su vida a Star
wars , también conocía a personas que solo veían películas de cierto director ó que participa
cierto actor , pero nunca pensé encontrar a alguien que odiara todo tipo de películas y por la
reacción que tuvo , supe que no era una broma lo que me estaba diciendo - además siempre
que veo una película pasa algo , me ha pasado cientos de veces así que prefiero mantenerme
lejos del septimo arte -seguía sin creer lo que ella me estaba diciendo y cuando ella me miró
tambiñen contrariada supe que ella se había dado cuenta que no podía creerle lo que me
decía - tú odias el metro y no te digo nada - dijo encogiendóse de hombros y la verdad es
que tenía razón , pero tenía razones para odiarlo , no creo que exista una razón digna para
odiar las películas.

creerlo.
-No creo que las odies -refuté finalmente - se me hace imposible

Tú también las odiarías si la vez que viste la última película


infantil tus padres se divorciaron ó que tu primer beso fue en un cine con un chico que
mascaba chicle cuando te lo dio ó que tu novia que es actriz te haya traicionado con su

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coestrella - no sabía que decir ante todo eso , la verdad es que eso era demasiada mala
suerte junta , demasiada para culpar a las películas de aquello,pero sus razones eran
bastante fuertes y pude sentir como la Lauren segura que había entrado a mi departamento
hace unos minutos simplemente se derrumbaba - y eso solo son las cosas bonitas que han
pasado mientras he visto películas , por alguna razón , ellas siempre están relacionadas con
algo horrible en mi vida , así que prefiero mantenerlas lejanas de mí , eso debe sonar
totalmente extraño para una actriz - contestó tratando de ocultar todos los sentimientos que
había visto con sus respuestas tan simples que parecían tan directas , definitivamente ella
había sufrido mucho en la vida.
Así que decidí abrazarla , no había ninguna razón concreta para hacerlo , solamente me nació
hacerlo mientras que ella también envolvía sus brazos en mi cuerpo y puso su cabeza en mi
hombro ,mientras trataba de acariciar su espalda y sin dudas no me esperaba que ella
comenzara a llorar , eso simplemente me rompió el corazón .

Odio las películas - confesó mientras intentaba secar sus lágrimas y yo no sabía que
decir o que hacer , jamás me había pasado algo parecido , es decir
, muchas veces me había quedado odiando al mundo y a la vida gritando el estúpido nombre
de Lucy , pero esto no se comparaba ni en lo más mínimo , mi vida había sido casi un regalo
comparado con la de ella - odio sentirme así por una chica que no merece mis lágrimas , odio
todo Camz - gritó desesperada porque no podía controlar sus sentimientos , al parecer Lauren
estaba tan acostumbrada a que sus sentimientos jamás salieran a flote , estaba
acostumbrada a controlar todo que éste pequeño momento en que ella ya no pudo más, se le
hacía la peor condena .

Tranquila Lolo , no está mal odiar la vida , yo lo hago casi siempre


le dije con una sonrisa tímida mientras intentaba animarla y ella solo trataba de no
seguir llorando - y si esa chica pudo ser capaz de traicionarte definitivamente , es una
perra - le contesté enojada contra aquella chica , sabía lo que era traicionar yo misma
lo había hecho y me sentí una basura al pensar que yo le había roto el corazón a otra
chica como lo había hecho con Lauren , la sola idea de pensar que podía ser ella llegó
a mi mente y sentí una punzada frente aquello , no podía ser , es decir Nueva York
tiene a millones de habitantes , no puede ser que aquella chica que ella odiaba sea
Lucy , simplemente no podía ser.

-Me dijiste lolo - contestó mientras se secaba las lágrimas y yo ni siquiera me había dado
cuenta de aquello , podía jurar que mis mejillas volvieron a sonrojarse por aquello y
delataban lo avergonzada que estaba - me gusta , nadie me había dicho así - contestó con
una sonrisa que creí la más bella que le había visto en todo el tiempo que llevaba conociendo
, una sonrisa verdadera de aquellas que solo aparecen unas cuantas veces en la vida ,me
repetí mentalmente una de mis frases favoritas del gran gatsby cuando encontró aquella
sonrisa en el primo de Daisy , sin embargo , aquella felicidad que sentí por verla sonreír se
fue cuando mis dudas volvieron a invadirme sobre la chica por la cual Lauren sufría .
-Me alegro que te guste - contesté tímidamente y ella se limitó a reír tan tiernamente que el
corazón se me encogió , ni siquiera sabía que estaba haciendo - ¿cómo se llama? - ella me
miró contrariada como sino supiera que le estaba preguntando y yo retomé la pregunta
suspirando , porque aunque quería saber si mis sospechas eran ciertas, sabía que el solo
hecho de que fueran ciertas me obligaría a tener que alejarme de Lauren , ella
definitivamente no aceptaría la amistad de la chica con la cual le puso los cuernos su novia y
tenía toda la razón para hacerlo , porque creo que yo tampoco me sentiría cómoda por vivir
aquello - tu novia
dije tragando saliva y sintiendo como en mi garganta se formaba un nudo que al
parecer me estaba dejando sin palabras que decir.
-Ya no es mi novia - contestó seria mientras trataba de ver hacia cualquier lado que no fuera

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mi rostro, lo cual me alegraba porque sabía que estaba nerviosa y mi rostro debía delatarme
de una manera sin precedentes - Lucy - dijo suspirando - Lucy Vives.

Sé que fue súper corto xdd , es que tengo que irme a la ducha y luego salir y quería publicar
antes de irme xdd , prometo que el siguiente será más largo :D
besitos
De películas y otros odios part 2

Los Angeles 1947


Lauren

Siempre me gustó cantar.


Es algo que se me da con cierta facilidad desde siempre .
Desde que tengo memoria he podido aprenderme canciones hasta en otros idiomas solo con
esucharlas una vez , era como si no hubiera ninguna barrera contra la música y ésta no
dudara en envolverme entre sus cálidas notas y acordes cada vez que la escucho , es
simplemente una sensación única e inexplicable
.

Y lo mejor de todo es que era completamente mía y no necesito dinero para poder disfrutarla
, solo me necesito a mí y el ánimo necesario para cantar cualquier cosa .
A pesar de eso , jamás pensé que mi vida sería cantar ni menos que trabajaría como
cantante todas las noches . Si me hubieran dicho eso a los catorce años , definitivamente me
hubiera reído de aquella persona en su cara , porque no se puede vivir de sueños en la
realidad .
Los sueños solo sirven para las personas que pueden costearselos , he escuchado tantas
veces a las personas decir que uno es el encargado de hacer los sueños realidad y que sino
los lograbas realizar era porque tú no deseabas ó no tenías la fuerza de voluntad suficiente
para poder hacerlos realidad.

Sinceramente no creo en eso .

Claro que es fácil predicar aquel cuento de que puedes hacer realidad tus sueños , es fácil
cuando no tienes el peso de que tienes que mantenerte con vida , es fácil decir eso cuando
tienes un hogar fijo y una familia que te ayude con tus sueños . Ahí es fácil decir que puedes
realizar tus sueños cuando quieras , porque no tienes la preocupación de acostarte sin comer
todas las noches ó de pensar que harás al día siguiente por no haber pagado las facturas , o
el simple miedo de algún día enfermar y no tener las medicinas para poder curarte .

Así que los sueños solo son exclusivos , para personas como yo , los sueños son una opción
fácilmente desechable , es cierto , que sueñas con esas cosas , con hacer lo que te gusta
cuando quieras hacerlo , sin embargo , la realidad siempre pinta de otra forma y te
acostumbras a hacer todo para vivir , mejor dicho para poder sobrevivir .

Al menos yo era bastante afortunada por encontrar un trabajo en


algo que me gustara , pero había pasado por tantos trabajos que en realidad , el "gusto" lo
había perdido hace mucho . Disfrutaba estar en el escenario , daba todo mi potencial en ello ,
pero más que hacerlo por diversión era porque sabía que de ese trabajo dependía que mi hija
estuviera bien , sana y conmigo . Así que no había otro tipo de razón por la cual trataba de
salir con una sonrisa todas las veces que me presentaba .

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Por Noelle hubiera hecho lo imposible para que a ella no le faltara nada,así se vender mi alma
al diablo .

Ella es la razón por la cual no me importa levantarme cansada todas las mañanas para ir a
trabajar , ni tampoco me importa tener que sacrificar horas de descanso solo para poder
ofrecerle algo decente .

Una vida mejor a la que Mani , Dinah y yo habíamos vivido a su


edad .

Así que la idea de no tener trabajo simplemente me desmoronaba, porque no sabía que iba a
hacer cuando en tres días más terminara el mes y Sarah finalmente me despidiera . Había ido
a varias entrevistas de trabajo en distintos lugares , pero parecía que no necesitaban a
alguien como yo en todos los Angeles y eso no me había dejado dormir mucho en las última
semana , la presión de tener que conseguir algo , porque no importaba que yo estuviera
despedida , la vida no se iba a apidar de mí y las cuentas igualmente llegarían .

Tenía algo de dinero ahorrado para estas situaciones , pero no estaba segura de cuanto me
duraría ó cuanto tiempo necesitaría para conseguir nuevamente un trabajo y aunque Dinah
me asegurara que estaba solo exagerando y que todo saldría bien como siempre , yo no
podía verlo de esa forma , tenía que ser realista, tenía que ser la realista de las cuatro .

Hoy por suerte Sarah no se dio cuenta de que me había atrasado algunos minutos , era la
primera cosa buena que me pasaba en esta semana ,al parecer ella esta noche estaba más
ocupada arreglando un problema que había sucedido con las bebidas y no puso atención a la
hora en que aparecía .

Sin pensarlo dos veces fui rápidamente a vestirme y ponerme el mismo vestido negro que
utilizaba todos los sábados , la verdad lo adoraba . Estaba algo gastado después de casi un
año utilizandólo cada fin de semana , pero nunca una ropa estaba suficientemente gastada
para mí , además que sino lo utilizara para trabajar , jamás hubiera tenido la oportunidad de
utilizar un vestido tan caro y elegante .
A veces solía ponermélo y pensar por unos minutos frente al espejo que era alguna de las
chicas que siempre venían a este club , trataba de pensar en una vida sin preocupaciones ó
dónde la única sea divertirse por una noche después de trabajar .

Era curioso , porque yo sé que todas las chicas que vienen esta noche , han venido
anteriormente con distintos vestidos durante todo el año , en cambio , yo me sentía completa
solo con tener la suerte de utilizar este viejo vestido .

Me apuré tratando de ordenar decentemente mi cabello , para luego salir apurada hacia el
escenario donde James ya estaba instalado en su piano , no dudé en saludarlo apenas salí , él
llevaba veinte años trabajando en este mismo lugar
, técnicamente lo vio nacer y siempre me halagaba diciendo que era la mejor cantante que
habían podido contratar .
Sabía que solo eran exageraciones que siempre hacía por el hecho de que siempre lo trataba
con amabilidad .

Él era un genio en el piano, lo dominaba y tocaba como no había visto a nadie .Tampoco es
que haya tenido la oportunidad de ver a más personas tocar el piano , pero por el rostro que

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ponía con cada canción y como suspiraba con cada una de ellas , sabía que amaba lo que él
hacía , que aquel piano era parte de su vida y lo atesoraba con toda su alma aunque no fuera
de él y seguramente solo pudiera tocar las teclas cuando estaba trabajando .
Muchas veces le pedí que me enseñara , sin embargo , nunca pude tocar más allá de un par
de acordes , aunque él siempre me trataba de animar diciendo que parecía una señorita de
sociedad cuando lo tocaba ,pero yo sabía perfectamente que no estaba ni cerca de parecer
aquello .

No tenía nada de la elegancia que se podía respirar en este lugar , tampoco tenía aquella
forma de hablar que te hacía sentir superior , mi cabello no era rubio ni tampoco tenía ojos
que denotaran algo especial , era solo parte del montón de personas que se levantaban todas
las mañanas para trabajar y salir adelante .

-¿Comenzamos con Sinatra cariño ? - me preguntó animado mientras yo terminaba de


arreglarme el vestido , yo asentí , porque me parecía un perfecto comienzo , para luego
finalizar con mi canción favorita "la vie en rose" , había salido hace unos meses y no dudé en
hacer que James lograra aprendersela para poder cantarla en vivo . La había escuchado en la
radio y sencillamente me enamoré de la delicadeza con la cual Edith Piaf la interpretaba , yo
no sabía nada de francés pero solo escucharla me daba ánimos .
-No olvides que finalizamos con la vie en rose - James asintió alistando sus dedos para
comenzar a tocar y yo salí al escenario tomando el micrófono como todas las noches. A
diferencia de todo lo que hacía en la vida , cantar era lo único a lo cual podía hacerlo sin
pensar , solamente me tiraba a las notas musicales como si existiera una red que jamás me
dejara caer cuando cantaba . No me daba verguenza ni tampoco había nada que me
detuviera para comenzar a interpretar las canciones que amaba y me sabía de memoria , no
me importaba que cientos de miradas se concentraran por media hora en lo que hacía ,
porque en mi interior sabía que lo estaba haciendo bien .

Como siempre los minutos se me pasaban volando mientras cantaba , pero cada cierto
tiempo cuando miraba al público , me sentía intimidada por la mirada de una castaña , al
principio pensé que eran solo coincidencias , pero cuando pude fijarme mejor , era la chica
que le había destruido el vestido la semana pasada , me veía atenta como si quisiera ver si
me equivocaba .

Tragué saliva cuando me di cuenta de aquel detalle , traté de ignorarla pero en mi mente solo
estaba su mirada tratando de descifrarme , no parecía enojada , solamente estaba seria y a
veces miraba a la chica rubia que estaba a una silla de ella , pude reconocer a la rubia y
sonreí .

Era Claire , la conocí una noche cuando fue directamente a buscarme a la sala de empleados
para felicitarme por mi interpretación de la vie en rose , al parecer ella era francesa y amaba
con su vida a Edith Piaf ó algo así me había intentado decir en francés , a lo cual ella se dio
cuenta que no dominaba el idioma y solo sabía la canción , porque me la había aprendido .

Me pareció una chica muy curiosa , nadie que conocía de éste lugar hubiera hecho aquello ,
pero ella lo había hecho y no dudó en mandarme rosas cada vez que me presentaba y ella
estaba . Al principio no podía dejar de sonrojarme por aquello , no entendía porque lo hacía .

Todo empeoró cuando me enteré que a ella le gustaban las chicas y comencé a pensar que yo
podía llamarle la atención de esa forma , definitivamente me hubieran despedido si algo así
hubiera pasado.
No obstante , ella me aclaró con una disculpa que no trataba de ofenderme con las rosas ni
tampoco trataba de invitarme a salir , simplemente quería que yo tuviera un poco de

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reconocimiento por mi trabajo . Después de eso la había visto muy pocas veces , la verdad
apenas había hablado unas cuantas palabras con ella . Me parecía demasiado simpática y era
diferente a todas las personas que frecuentaban este lugar , pero no podía haber una relación
entre un cliente y yo , así que tuve que pedirle que mantuviera distancia , porque si Sarah
me descubría no
dudaría en despedirme sin pensarlo dos veces , como lo había hecho con el desastre que
cometí contra el vestido de la chica castaña .

Casi se me olvida la letra de la canción en tres ocasiones distintas , al tratar de apartar la


vista de la chica castaña , su mirada me intimidaba de una manera sin precedente y sus
grandes ojos cafés no hacían nada para ayudarme , ya que me hacían perderme con facilidad
entre la multitud .

Puede volver a respirar en paz cuando James terminó con los últimos acordes de la vie en
rose y eso significaba que mi show había terminado y podía descansar hasta que en una hora
más me tocara cantar nuevamente , tenía que hacer eso hasta las dos de la mañana dónde
por fin mi turno terminaba y podía irme a casa tranquila de que ya el día había terminado y
que a la mañana siguiente podía dormir hasta tarde porque era domingo .
Los domingos eran mis días favoritos en la semana, porque no trabajaba en el club ni
tampoco en la bilioteca , ya que era el día en dónde se contabilizaban los libros , así que era
mi día libre y podía quedarme en cama todo el día haciendo nada ó simplemente disfrutando
con Noelle toda la mañana hasta que ella quisiera salir a jugar.
Me dirigí hacia los vestidores sin antes felicitar a James como todas las noches ,me encantaría
algún día tener al menos un poco de su talento , él no dudó en acompañarme hasta la sala de
empleados para ir a tomar algo de agua y descansar por unos minutos hasta que nos tocara
volver a salir a escena .

James era bastante alto , me superaba al menos en quince centímetros de altura , tenía la
piel oscura y tersa , aunque para tener cuarenta años
, él no los demostraba . Vivía a unas cuantas calles de mi edificio , de hecho , muchas veces
nos habíamos ido juntos , según él para protegerme de cualquier cosa porque una chica no
podía andar sola a esas horas , pero realmente nunca me sucedía nada fuera de lo común .
Las calles estaban desiertas a esas horas y el máximo peligro al cual podía enfrentarme es
que comenzara a llover inesperadamente como siempre sucedía y que me mojara entera
obteniendo un resfríado .

La verdad es que aceptaba irme con él más por su compañía que por otra cosa , ya que
siempre tenía alguna historia que contarme . James había recorrido todo el país , así que
conocía lo que era vivir desde los campos de algodón en el sur hasta como es la vida en
Nueva York .

Siempre tenía una historia nueva que contar , pero su historia favorita era de como había
conocido a su esposa en Filadelfia y cómo supo al momento de verla que ella sería su esposa
. Yo no creía en esas tonterías , sabía lo
que era enamorarse de esa forma , tenía la experiencia de haber sentido que el mundo se
paraba y era como si solo existieramos los dos , sin embargo , todo había resultado un
desastre .
A veces el amor no es suficiente para que dos personas se queden juntas .Pero me alegraba
de que existieran persons que en verdad eran felices con el amor .

Cuando llegamos a la sala , James fue hacia su casillero para ir a buscar algo de agua ,
mientras yo me saqué los tacones que me estaban matando , nunca fui buena utilizando este

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tipo de zapatos y me alegraba solo tener que utilizarlos ahora .

Mientras me sacaba los tacones negros que combinaban con el vestido , Cecile se me acercó
algo preocupada y no entendía la razón .

Lauren te buscan - me dijo haciendo que mi ceño se frunciera porque no tenía ni idea
de quien se podría tratar , nadie me buscaba nunca - es mejor que vayas - comentó
seria y yo asentí mientras volvía a ponerme los tacones e iba a la salida dónde pude
notar como una chica rubia estaba de espaldas , podía reconocerla en cientos de
kilómetros y cuando se dio vuelta no había duda de que era Claire .

Al fin sales mujer - respondió riendo mientras me abrazaba yo solo me sonrojé por
aquello - como siempre una presentación hermosa - contestó tocando mi nariz y yo
sonreí por aquello , ella era un par de centímetros más alta que yo , a pesar de que yo
estaba con tacones , ella seguía siendo una figura imponente .
-Gracias - dije tratando de buscar una razón lógica por la cual ella estaba ahí - puedo
preguntarte ¿cuál es el honor de tenerte aquí? - pregunté tratando de tomar la distancia que
tenía con los clientes , aunque consideraba a Claire como mi amiga , entre estas paredes la
realidad era otra y tenía que tratarla con respeto para no meterme en problemas .

-¿Acaso no puedo visitar a mi amiga?- me contestó con una de sus sonrisas dulces que me
hacían recordar a las que ponía Noelle cuando quería conseguir algo .

Claire , sabes que en el trabajo no -me limité a decir mientras me aseguraba que
nadie nos estaba viendo , ella se limitó a suspirar y darme la razón .

-Bien , te quitaré solo unos minutos , necesito hablar contigo sobre algo - la miré contrariada
porque no entendía a que venía todo esto .
¿Qué sucede? - ella sujetó mi mano con otra sonrisa e hizo que la siguiera , sin
embargo , yo me paré ante aquello .

Solo sigueme -contestó dulcemente y aunque sabía que ella no me metería en


problemas , dudé entre seguirla ó no - jamás te he decepcionado
¿cierto? - me preguntó al ver mi negatividad a seguirla .

Supongo que no -respondí encogiendóme de hombros y dejando que ella me llevara


consigo, pensé que quería hablar conmigo en privado , no obstante , me di cuenta
que ella me dirigía a una de las mesas que estaban en la primera fila , de hecho , era
la mesa dónde ella había estado sentada durante toda la presentación- Claire dónde
me llevas - ella no me dijo nada y siguió conduciendóme entre las personas que nos
miraban sin entender lo que estaba pasando, definitivamente ella había enloquecido
para estar haciendo esto .

-Hacia tu futuro nena -se limitó a decir y yo no entendí lo que dijo hasta que llegó a la mesa
y con toda la seguridad del mundo hizo que el hombre de traje que estaba sentado al lado de
la chica castaña se diera vuelta para que le prestara atención - John , Camila , aquí está a
quien buscaban , Lauren - el hombre de traje me regaló una sonrisa cómplice mientras la
chica castaña se limitó a seguir mirando su copa ignorandóme y tampoco la culpaba , hace
una semana había destruido su vestido que de seguro costaba una millonada y ahora Claire
insideofmysoul
me llevaba a su mesa como si nada sucediera .

Un placer conocerte - dijo el hombre mientras se levantaba y besaba mi mano ,


seguía mirandólo contrariado por lo que estaba pasando y miré a Claire para que me
explicara , sin embargo , ella había soltado mi mano y le estaba diciendo algo a la
castaña - John Morgan - las palabras no salían de mi boca , porque realmente no
entendía nada , así que me limité a asentir , hasta que Claire regresó a mi lado y no
dudé en preguntarle que estaba sucediendo .

Claire , puedes explicarme -le susurré tratando de no entrar en pánico por todo esto ,
si Sarah me veía aquí no dudaría en pagarme nada del mes , estaba prohibido para mí
estar en este lugar con los clientes .No obstante , cuando Claire estuvo a punto de
decirme algo , la castaña se dio vuelta para hablar .

Será mejor que te sientes , esto tardará unos minutos creéme - sentenció fríamente
sin mirarme, yo bajé la mirada ante eso , estaba en problemas eso es seguro . Quizás
la chica quería que le devolviera el dinero que había gastado en su vestido ó algo
relacionado con aquel momento vergonzoso de la semana pasada
.
Camila no seas tan mala educada con nuestra invitada - sugirió Claire fulminandóla
con la mirada y la chica castaña simplemente la ignoró devolviendo la vista hacia su
copa , yo seguía mirando contrariada a todo el mundo , especialmente por el hecho de
que me habían llamado "invitada".

-¿Invitada?- pregunté atónita y todos asintieron menos la castaña que se levantó de mala
gana de su silla dejando su copa .

Iré al baño mientras ustedes hablan - comentó mientras me miraba como si quisiera
analizarme , yo ni siquiera podía mirarla sin que mi cuerpo no tiritara , tenía una
mirada intimidante que había notado desde el escenario , sin embargo , al tenerla a
solo unos centímetros de mí se sentía mil veces peor - permiso
se limitó a decir mientras se iba y sabía que esa mirada podía asesinarme si así lo
deseaba .

Olvídala- dijo Claire para que dejara de ver la actitud de la castaña - ella suele ser
insoportable cuando quiere -asentí por inercia porque realmente no sabía que hacer
frente aquella situación.

No entiendo que sucede , Claire podrías al menos explicarme lo que está pasando -
ambos rieron por lo que estaba pasando y yo fruncí el ceño , ya que nadie me decía
que mierda estaba pasando .

Mejor yo te lo explico cariño, hoy eres nuestra invitada porque queremos hacerte una
oferta - contestó el hombre con una sonrisa que podía deleitar a cualquiera , era una
sonrisa segura de éstas que ponían las personas que sabían a dónde iba todo y que
podían controlar al mundo si querían- sientáte por favor - me pidió amablemente y yo
me negué inmediatamente a aquello , mientras que Claire no aceptó mi respuesta y
me hizo sentar ante mi incomprensión .

insideofmysoul
¿oferta? - pregunté aturdida y Claire asintió con una sonrisa .
-Cariño he visto tu talento en el escenario , es deleitante ¿quieres algo de tomar? - me
preguntó de nuevo con aquella sonrisa y yo me negué , porque no tomaba y porque estaba
mal - bueno y hoy quiero ofrecerte trabajo , supe que te despidieron la semana pasada -
agaché la cabeza recordando aquello , de seguro Claire le había contado aquello , no entendía
a que tipo de trabajo se refería , sin embargo , todo me servía .

-¿Quiere ofrecerme un trabajo?- poregunté tratando de entender lo que él me decía , pero se


me hacía difícil creerlo jamás me había pasado algo parecido y menos con alguien que
parecía demasiado importante .
Así es - contestó mientras sacaba un hábano de uno de sus bolsillos y lo encendía -
soy director de cine y te quiero en mi película - estoy segura que en aquel momento
mi mandíbula se desencajó ante lo que me estaba diciendo , porque no podía creer ni
una de las palabras que salieron de su boca.

no tenía sentido .
¿Para que me querría un director de cine sino era actriz? , aquello

-Pero no soy actriz - Claire rió por aquello y acarició suavemente mi


mano para que me tranquilizara.
Lo sabemos , pero eres cantante y eso es lo que John necesita - respondió Claire ante
mis dudas y seguía sin creer lo que estaba pasando .

Así es , he buscado hace mucho una cantante que se adecué a mi proyecto y tu voz
es maravillosa cariño , por lo tanto , te quiero a ti en mi película - comentó animado
mientras dejaba caer algunas cenizas desde su hábano - ¿qué dices? - miré a Claire
quién sonreía emocionada , sin embargo , yo no dije nada , porque aún mi cerebro no
podía adecuarse a aquella proposición .

Debía ser un sueño esto . No había otra razón lógica para que un director de cine me éste
ofreciendo participar en su película y menos como cantante . Me quedé callada esperando que
el sueño terminara , sin embargo , nunca sucedió , aún estaba en el bar y el hombre con
Claire me esperaban tratando de conseguir una respuesta de mis labios.
Yo me aseguraré de que John no te estafe si eso es lo que crees Lauren - comentó
Claire pero yo negué con la cabeza porque esa no era la razón por la cual no había
dado ninguna respuesta - ¿qué sucede?.
-Simplemente no me lo creo -contesté insegura haciendóme a la idea de lo que estaba
pasando , Claire se limitó a acariciar mis nudillos mientras trataba de creer que eso estaba
pasando .
Que me estaba pasando a mí .

-¿Eso es un sí ?- preguntó inquieto el hombre de traje mientras trataba de mirar mi reacción


, me mordí el labio inferior tratando de decir una respuesta coherente a lo que estaba
sucediendo . Ni en un millón de años hubiera pensado que aquella oportunidad iba a aparecer
tan repentinamente y no estaba segura si llorar ó solo dejarme llevar por el momento .

Así que hice ambas .


Sí , me encantaría - respondí entre lágrimas porque no podía creerlo , simplemente
era demasiado maravilloso para ser real.

insideofmysoul
Pero lo era .

Capítulo 7 : Never been hurt

Do you remember she said?,


I do .
She told you that she never will hurt you ,

And now the only way that you smile , It's when you're drunk .

Please forget that girl , She won't come back , She is only a bitch ,
That could act like an angel , But in the inside ,

She now that her favourite place ,

Is in the middle of the hell - (Girl , Flies on the wall )

Lauren Hace 2 años


Sus manos recorrían suavemente cada centímetro de mi pìel , mientras yo buscaba con
desesperación sentir su cuerpo sobre mí , necesitaba saber que ella estaba aquí ahora en
este momento y que no se iría.

Así que cada vez que escuchaba su respiración entre cortada y nuestros corazones palpitar
tan fuerte como si fueran capaces de salirse de nuestros pechos sin poder controlar aquella
acción.

Nada podía ser más perfecto.


Lucy y yo nos conocíamos desde que estábamos en el jardín de niños, ella había sido la típica
niña que se acercaba a todos los niños que estaban solos en las últimas mesas y les ofrecía su
amistad .

Aún recuerdo como con su sonrisa y arrugando su nariz de la forma


más tierna que haya visto a mis cortos cinco años , se acercó a mi mesa roja y me preguntó
¿Por qué siempre estaba sola? y si quería ser su amiga .

Casi dos décadas después de eso , ella seguía siendo la simpática


de las dos .

Las personas se sentían más cómodas cuándo ella iniciaba una conversación que cuándo yo
lo hacía. Ella era la divertida ,la inteligente y la que sabía exactamente cuando utilizar su
sonrisa perfecta , la cual la utilizaba como si de una estrategia se tratase.
La verdad es que no me alcanzaría la vida para describir cada uno de las virtudes de Lucía ,
pero yo era la única que sabía que detrás de esa fachada de chica feliz y exitosa ,habían
cicatrices que nunca sanaban y que pocas veces salían a la luz , como si tratara de
maquillarlas para que nadie se diera cuenta que existían , pero yo la conocía desde siempre
así que sabía de ellas .
Sabía que ella se levantaba de madrugada para asegurarse de que yo aún seguía con ella , ya
que tenía miedo de que la dejara al igual que hizo su padre con su madre cuando ella tenía
doce .

insideofmysoul
Él simplemente se fue una madrugada y jamás volvió .

Nadie sabía que eso le había destrozado el corazón a Lucy y que desde ahí había cambiado en
todos los sentidos .

Ya no era la chica que buscaba la amistad de todo el mundo , era una chica más calculadora
de amistades , sabía cuál servía y cuál no .

Se convritó en controladora de todo lo que tuviera relación con su vida , hasta la más mínima
acción , porque no quería volver a sufrir .

No quería volver a perder .


Porque lo que ella más odiaba no era no ganar , era perder .

También sabía que por alguna razón que jamás lograré entender , ella nunca dormía sin
calcetines y que cada vez que quería contarme una gran noticia sus manos sudaban y
comenzaba a sonreír como loca .

Pero definitivamente uno de los mayores secretos que estoy segura que solo yo sé , es la
existencia de aquel lunar que tiene en la entrepierna y que tiene forma de un pequeño
corazón .
Lo descubrí cuando nos fuimos de vacaciones a Cancún y estuvimos juntas por primera vez .
Ella decía que era el punto de su cuerpo que más odiaba , sin embargo , para mí , era uno de
los puntos más bellos que haya visto y que siempre amaría .

Lucy besó tiernamente mis pechos antes de recostar su cabeza en el mismo lugar , yo solo
sonreí por aquello , porque amaba cuándo ella se sentía de nuevo como una niña pequeña y
buscaba protección.
Especialmente cuándo se trataba de buscar mi protección.

Me encantaba sentir su cabello largo rozar sobre mi pálida piel y que todo mi cuerpo
reaccionara a eso, con un suave choque eléctrico y una sonrisa en mi rostro.

Ella había sido la única chica a la cuál me había ofrecido de esta forma , de una forma
completa y única y aunque odio la palabra "siempre " ó "por siempre " , porque sé que en el
mundo real esa palabra no existe y es sólo un invento para ilusionar a los niños pequeños de
que las personas jamás se van , la verdad es que en lo más profundo de mi corazón , quería
solo ofrecerme a ella de ésta forma .

Quería que ella fuera la única dueña de cada uno de mis besos y la única por la cuál podía
gritar su nombre de madrugada y no sentía verguenza por ello.

-Eres hermosa Lo - me susurró mientras dibujaba círculos imaginarios en mi pecho , yo me


acerqué a sus labios y la besé por ello .

Lucy siempre me decía lo hermosa que era y como mis ojos eran su perdición , pero yo aún
seguía sin ver a la Lauren que ella veía todos los días .

insideofmysoul
No tanto como tú bonita - le contesté con mi dificultoso español , el cuál ella siempre
reía cuando lo utilizaba , a pesar de que mis padres eran de origen latino . Mi español
no era tan fluido como lo era el de Lucy .

A diferencia de ella , mi familia siempre trataba de utilizar el inglés en mi casa , excepto


cuándo querían regañarme y lo hacían en español . No obstante
, en la casa de Lucy siempre hablaban español ,siempre había una jarra de café esperandóte
y siempre había música , los padres de Lucy eran tan alegres como ella , creo que jamás
entenderé la razón por la cual un matrimonio que parecía tan feliz y completo , simplemente
se destruyó en una noche .
Tal vez no fue sólo esa noche , sino la acumulación de muchos momentos que no pudieron
ser solucionados .

Tal vez el amor no duraba tanto como todo el mundo trataba de


predicar .

Sin embargo , yo quería ofrecerle un amor distinto a Lucy . Un amor que se quedara con ella
lo máximo que pudiera .
Y si era posible .
Lo suficiente en vida para que mis maletas no volvieran a ser llenadas nuevamente , excepto
si se trataba de algún viaje con ella .

Nueva York 2016 Lauren

-Bien hecho chicos , eso ha sido genial - nos comentó Vero apenas terminamos el ensayo .

La verdad es que había salido bastante bien , últimamente los ensayos están saliendo mejor
que nunca . Es como si realmente nos estamos volviendo buenos en esto .

Yo sonreí por el halago de Vero mientras tomaba mi botella de agua y la tomaba casi toda de
un sorbo. Los chicos en cambio estaban guardando sus instrumentos , ya que hoy habíamos
terminado un poco más temprano de lo que siempre solíamos terminar .
Apenas eran las once de la noche y en verano eso significaba que eran como las nueve de la
noche , porque las personas recién comenzaban a salir y a hacer la vida nocturna que invadía
todos los días a las calles de Nueva York .

A pesar de que yo era más aburrida en ese sentido , no era fan de salir a divertirme en las
noches por la gran manzana , a Lucy le encantaba eso y siempre salíamos a algún bar latino
que había en los alrededores , a ella le encantaba bailar , ella se movía con todo el ritmo
posible mientras que yo tenía literalmente dos pies izquierdos , creo que más de una vez la
pisé mientras bailabamos , pero claro ella jamás me había dicho eso . Simplemente se reía de
mi torpeza y luego me besaba como si llevara años sin hacerlo .
Definitivamente ella era muy buena actriz para convencerme de esa manera que me amaba .
Suspiré al volver a recordar a Lucy , había comenzado a dejar de hacerlo hace unos días , sin
embargo,era difícil olvidar a la persona que ha estado contigo casi toda tu vida . Era
realmente difícil , por no decir imposible , no recordarla cada mañana que me levantaba de la
cama y no sentir sus manos tocandóme , sus manos entrelazadas a las mías .

insideofmysoul
Se me era casi imposible no recordar el cálido roce que su cabello siempre tenía en mi cuerpo
y como amaba que ella se quedara dormida abrazando mi cintura , a pesar de que en la
mañana siguiente me levantara adolorida por esa posición .

Parecía el mayor reto de mi vida olvidarla .


Pero era lo único que me quedaba , no podía estar todo mi vida lamentandóme por lo que
sucedió , ni tampoco haciendóle un altar por los falsos recuerdos que tenía de ella , tenía que
seguir adelante me gustara ó no .

Cuando Zac guardó sus baquetas no dudó en tomar a Vero de la cintura y acercarla a él para
besarla , Vero obviamente no rechazó aquello y presionó sus labios sobre los de él , yo
simplemente negué riendo con la cabeza al ver lo enamorados que estaban esos dos , creo
que ellos eran de las pocas personas que conocía que sabía que siempre estarían juntos a
pesar de todo .

En ellos recaía aquella promesa que todo el mundo se hacía cuando decidía enlazar su vida
con alguien a través del matrimonio , sin embargo , muy pocas eran las que realmente se
esforzaban por hacerla cumplir , las personas solían romper todo lo que les diera miedo ,
rompían cualquier compromiso por miedo ha quedarse atado a alguien y saber que eso
estaba ligado directamente con el sufrimiento , porque juntarse con alguien no significaba
solamente querer estar con esa persona , sino que también significaba compartir sus penas ,
significaba saber de antemano que tu felicidad era completa sólo si la de esa persona estaba
presente .

Significaba hacer sacrificios y creo que casi nadie está dispuesto a sacrificar tanto para no
recibir mucho a cambio .

Mi padre siempre decía que amabas de verdad cuándo aprendías a dejar atrás tus intereses e
invertías en la empresa que menos capital financiero te da
, pero con la cual te sientes más cómoda.
Era una visión bastante curiosa del amor y siempre creí en ella , ya que las personas no
tenemos el poder de elección sobre quién nos enamoramos , pero si podemos decidir si nos
quedamos ó simplemente decidimos invertir en algo
que de mejor resultados , porque la traba del amor está en que siempre pierdes más de lo
que ganas .

Comencé a caminar hacia el baño para poder cambiarme la blusa que estaba mojada por
todo el calor acumulado de las luces y poder hacer algo con mi cabello antes de que llegara
Camz .

Habíamos quedado en salir a comer algo de sushi a su departamento , ya que tenía algo que
decirme.
La verdad no tenía ni la más mínima idea a lo que se refería , pero seguramente tenía algo
que ver con la última audición que había tenido hace una semana , de seguro la habían
llamado para confirmarle su participación .

No era experta en el mundo del cine , de hecho ni siquiera lo soportaba pero Camila tenía
mucho talento que no era reconocido , la había visto actuar un par de veces mientras
intentaba aprenderse algunas líneas para sus audiciones y era bastante buena , creo que
hasta era mejor que muchas de las chicas que había visto en las películas sin sentido de amor
.

insideofmysoul
Lucy era fanática de ese tipo de películas y siempre llegaba a nuestro departamento con una
sonrisa en los labios cuándo quería ver la nueva película sin sentido que hollywood creaba ,
siempre me convencía para quedarme en el sillón viendólas con ella , sin embargo , rara vez
las tomaba en cuenta.
Generalmente me quedaba en silencio viendóla a ella , viendo la forma en que sus emociones
salían a flote con diálogos cliché y muchas veces sin sentido , era increíble lo que una película
podía causar en aquella castaña , era como si cada película de amor abriera un grifo que
pensaba cerrado .
Era como si cada película de amor abriera las heridas que ella había tratado de cerrar a la
fuerza de su corazón , nunca me lo dijo , pero estoy segura que ella era de esas chicas que
deseaba ese final de película , en dónde la chica se queda con el chico a pesar de todo y
nunca muestran que sucede después de aquel beso mágico que encapsula los últimos
minutos .

Y yo estuve tan enamorada de ella que realmente quise ofrecerle aquel final aunque ella
jamás se diera cuenta de aquel esfuerzo .

Me quité mi blusa blanca y me miré en el pequeño espejo que había en el baño , era raro esos
momentos de la vida en dónde te tomas cinco minutos para verte frente al espejo y darte
cuenta de que queda tan poco de ti que tienes miedo de seguir mirando .
Es justo en ese momento , cuando te das cuenta que las cosas van tan mal que ni siquiera
puedes encontrarte a ti misma en tu reflejo y luchas con todo tu corazón para poder
encontrarte , pero eso no sucede y apartas la vista cabreada porque sin quererlo has
cambiado y ya nada es lo mismo.
Ya nada era lo mismo.
Es decir , tenía el mismo trabajo , seguía practicando con la banda día por medio , seguía
escribiendo música y seguía devorando cada libro que encontraba .

Todo mi entorno seguía siendo el mismo , pero todo era distinto , porque ya no vivía en aquel
departamento el cuál pensé que viviría por mucho más tiempo que casi tres años .
Ya no compartía casi todas mis noches , la cama con la misma chica castaña que me hacía
soñar y que no dejaba que mis recuerdos me atacaran sola .

Ya no tenía aquellas caricias por las cuál podía hasta vender mi alma al diablo solo para
sentirlas .

Sin embargo , me gustaba en cierta forma mi nueva vida .

Camila .
Tal vez si no hubiera dejado a Lucy , jamás hubiera conocido a

Y sinceramente eso me bastaba para pensar que había ganado al


menos algo con esa pérdida .

Camila sin quererlo se había convertido en alguien importante en mi vida , hablabamos todo
el día por mensajes . Nos llamabámos cuando necesitabamos escuchar la voz de la otra y
creo que hasta se había vuelto fan de nuestra banda porque la veía todos los fines de
semanas en los concierto que hacíamos .

insideofmysoul
Suena extraño encariñarse tan rápido con una persona que apenas conoces , pero con Camila
eso no era un problema , era como si nos conocieramos de toda la vida , hasta podría apostar
que desde antes.
Ella entendía mis silencios , yo entendía cuando ella se ponía incómoda por algún tema y en
vez de decirlo suspiraba aburrida .

También conocía aquel punto débil que tenía de jugar con su cabello cuando estaba nerviosa
y estoy segura que ella se daba cuenta que las palabras no salían de mi boca cuándo
estábamos a unos cuantos centímetros de distancia .
Camila era de ese tipo de chicas que sin quererlo se ganan tu corazón y sabes que estás
jodida porque será difícil olvidarla cuando simplemente se vaya de tu vida .

Me acerqué a mi bolso el cuál había dejado en el baño antes de hacer el ensayo y saqué
aquella blusa jean celeste que había tardado media hora en escoger para hoy , jamás me
había preocupado en la ropa que me ponía . Era tan fácil como ponerme lo primero que
encontraba en el armario , sin embargo , con Camila eso también había cambiado , realmente
me importaba verme decente frente a ella porque de alguna forma , ella siempre estaba
hermosa.
Me abroché la blusa mientras tiraba mi cabello hacia atrás y trataba de verme decente ,
cuando volví a mirarme en el espejo no pude dejar de reír por el esfuerzo que estaba
haciendo por una chica que apenas conocía .

Mi celular comenzó a vibrar en medio de mi bolso y supuse que era Camila que había llegado ,
sin embargo , cuando lo desbloqueé me di cuenta que era un número que no tenía registrado
, así que fruncí el ceño ante aquello .

¿Aló?-pregunté seria por la llamada , nadie solía gastar su saldo para llamar a alguien
, era más fácil mandar mensajes , no obstante , cuando escuché un "Lauren " al otro
lado de la llamada mi cuerpo se tensó , porque llevaba mucho tiempo sin escucharlo.
Quise terminar con la llamada en aquel momento , pero mi cuerpo no reaccionaba a ninguna
de mis ordenes implícitas , simplemente seguí escuchando a la persona que me hablaba .
Conocía aquella voz dulce y que solo me llamaba cuándo estaba en problemas , sabía
perfectamente que se trataba de mi hermana mayor Taylor .

Aunque me costara reconocerlo , tenía dos hermanos mayores , Taylor y Chris con quienes
tenía casi diez años de diferencia . Apenas los había visto en mi infancia , ya que ellos se
fueron a la universidad un poco antes de que mi familia se destruyera .

Había perdido toda relación con ellos cuándo a pesar de saber el infierno que vivía en casa
tratando de hacerme responsable de mamá , ellos simplemente decidieron darme la espalda
y hacer como si nosotras dos no existieramos .

Solamente los veía para las fechas importantes y eso que si decidían visitarnos , porque casi
nunca estaban presentes , por lo tanto , ellos habían dejado ser parte importante de mi vida .
No obstante , escuchar nuevamente la voz de Taylor no dejaba de sorprenderme , ella jamás
me llamaría para cualquier cosa ,debía ser importante como para darse el tiempo para
recordar que tenía una hermana .

¿Qué quieres? - pregunté frustrada mientras guardaba mis cosas en el bolso y salía
del baño tirando la puerta , siempre me ponía de mal humor tener que hablar ,
recordar ó escuchar algo relacionado con la familia que trataba de sacar de mi
insideofmysoul
corazón .

Taylor no contestó por unos segundos y realmente estuve a punto de cortar la llamada , era
increíble que mi nivel de suerte siempre se redujera a que cuándo mi vida lograba tener un
rumbo decente en el cuál no necesitaba de nada y todo iba bien , siempre aparecía mi pasado
para cagarme la vida .

Definitivamente no he nacido con estrella , nací estrellada.

-Necesito hablar contigo hermanita - me sentí asqueada al escuchar eso , Taylor solo utilizaba
aquello cuándo quería convencerme de algo , ¿ahora que problema tendría? , ¿necesitaba
dinero? , ¿necesitaba compañía? ó simplemente era su momento de arrepentimiento .

¿Acaso ahora no lo estás haciendo?-respondí fríamente mientras trataba de no


gritarle todas las palabras que invadían mi mente en aquel momento , Taylor suspiró
y volvió a tomar la conversación.
-Es sobre mamá -apreté mis puños enojada por escuchar aquella palabra de los labios de
Taylor , ella no podía decirle de esa manera , ella nos había dejado cuando papá y mamá se
separaron al igual que Chris , ella había hecho caso omiso de todas las veces que la había
llamado llorando cuándo mamá tomaba demás y yo no sabía que hacer con ella - No puedo
tenerla más en casa - respondió enojada y yo reí sarcásticamente por eso , ahora los papeles
estaban revertidos , porque yo había sentido eso toda mi adolescencia y parte de mi infancia
, desde que me había ido de Miami simplemente había decidido dejar todo atrás , era cierto
que me mudé a esta ciudad por Lucy , pero la segunda razón era porque ya no quería tener
nada que ver con lo que hacía ó no Clara , ya no quería destruirme más de esa manera con
mi familia que sólo me intoxicaba mis momentos felices , así que para mí comenzó a estar
muerta y hace un año realmente pensé que iría a su funeral cuándo Chris me llamó para
decirme que tenía cáncer al hígado por todos los años que llevaba sumergida en la bebida ,
sin embargo , al parecer era una sobreviviente más al cáncer como lo anunciaban los carteles
y ahora solo podía joder Taylor quién había decidido quedarse con ella - He hablado con Chris
- volví a reír por aquello , ¿esto era una broma? , mis dos hermanos tomaban decisiones sin
mí , no debía sorprenderme
de lo que ellos hacían ó dejaban de hacer , pero siempre traspasaban aquella barrera que
tenía hacia todo lo relacionado con ellos - Y lo mejor es dejarla en un centro de rehabilitación
- Taylor suspiró mientras yo no dije nada , la verdad es que no me importaba que hicieran
con Clara , no me importaba si ella moría ó no , realmente había muerto para mí cuando
Chris me avisó que tenía cáncer , pero ahora que escuchaba que querían dejarla en un centro
de rehabilitación , sentí pena por ella , porque sabía que realmente no lo hacían para
ayudarla , sino que era solamente una forma fácil de deshacerse de ella como si de un
mueble viejo se tratara y no de la persona que les había dado la vida y por la cuál sino
existiera ni siquiera podrían estar vivos .
¿Taylor enserio llamaste para esa mierda? -fue lo único que pudo salir de mis labios ,
no podía creer que me estuvieran llamando para eso y aunque quería pensar que era
para que fuera parte de su plan , sabía que lo más seguro es que solo me llamaran
para poder invertir en la entrada al centro de rehabilitación , porque solo para eso
existía para los que decían ser mis hermanos y por cosas de la vida compartía mi tipo
de sangre y la mitad de mis genes.
Lauren , esto es importante - chilló enojada y yo rodé los ojos ante aquella respuesta
, siempre daba la misma cuando quería la atención de las personas - podrías por un
momento dejar de ser una niña y convertirte en una adulta
eso fue lo que rompió el vaso , había sido una adulta toda mi vida , había tenido que

insideofmysoul
lidiar con la constantes peleas entre mis padres , había tenido que hacer cosas que
ninguna chica de diez años hace , había tenido que vivir con el recuerdo de ver cómo
se suicidó mi padre antes de que llegara a casa y aún así no era tan "madura " para
mi hermana , eso era realmente irónico - Hoy tú no eres el centro de la historia , es
mamá - tuve tantas ganas de partirle la cara en ese momento aunque estuviera
llamandóme de dónde sea que estuviera , las ganas de asesinarla no me faltaban , no
obstante , decidí calmarme e ignorar todo lo que me decía , estaba tan acostumbrada
a ello que ahora no podía costarme .

-Mira Taylor - suspiré enojada tratando de tener paciencia frente a esta situación - me
importa una mierda que hacen con Clara , yo ya hice lo suficiente por ella , si quieren dinero
bien yo ayudaré con lo que me digan , pero no cuenten conmigo para nada - sentí como las
lágrimas se acumulaban en mí , no obstante , me negué a dejarlas caer - solo quiero
comenzar mi vida nuevamente , la vida que ustedes y todos sus problemas familiares me han
quitado -cerré mi puño con fuerza tratando de darme ánimos para no romperme en medio de
la llamada -para mí todos ustedes están muertos, así que mándame un mensaje con lo que
quieras de mí , que sea breve y conciso y yo te escribiré de vuelta , adiós - cerré la llamada
antes de que ella me dijera algo y tiré mi celular enojada al piso deseando que se rompiera
como yo me había roto . Deslicé mi espalda por la pared fría del pasillo y no dudé en llorar
todo lo que había acumulado por tanto tiempo .
Realmente pensé que estando a miles de kilómetros de todo ese
drama que se suponía que era mi familia , por fin iba a alejarme de ellos y comenzar a feliz .

Grave error , ellos me seguían a cada paso que daba en mi vida .

Cada decisión buena que daba en mi vida era eclipsada siempre por mi pasado problemático .

Pero esto había traspasado todas las barreras posibles , así que no dudé en seguir llorando
como si mi vida dependiese de eso .

Dejé salir todas las lágrimas reprimidas de todas las veces que llamé a Taylor para que
pudiera mudarme con ella cuándo tenía trece y estaba entrando en depresión por la muerte
de papá .
Maldije enojada por todas las veces que había visto en navidad a Chris y le había pedido que
se hiciera cargo de mi tutoría para así poder alejarme de todos los problemas que venían con
Clara.
Golpeé el piso furiosa por todas las veces que tenía que soportar no poder dormir ó estudiar
para alguna prueba porque tenía que cuidar que Clara no se suicidara ó llegara a un coma
etílico por toda la porquería que se introducía en su cuerpo cada viernes por la noche .

Eran demasiado recuerdos que pensaba olvidado y que quería sepultar por siempre ,nadie
sabía de ellos , ni siquiera Lucy quién jamás había entendido porque tenía una pésima
relación con mis hermanos y porque mis ganas de ser mayor de edad e irme de casa eran
notables .

Y ahora esos recuerdos me azotaban para que me diera cuenta que no podía escapar de ellos
.
Que hiciera lo que hiciera con mi vida , ellos siempre estarían acechandóme y no me dejarían
hasta dejarme totalmente destruida .
No sé por cuánto tiempo estuve llorando en medio del piso del pasillo , pero si pude sentir
como una mano me acariciaba la espalda y trataba de quitarme el cabello del rostro . En un
principio no pude identificar de quién se trataba

insideofmysoul
, supuse que era Vero no obstante cuando escuché como Camila me llamaba sin obtener
respuesta , supe que se trataba de ella .
¿Qué sucede Lo? - me preguntó con un tono de voz que hasta ahora no había tenido
la oportunidad de escuchar de ella , era un tono de voz que sonaba realmente
preocupado y yo solamente sentí más rabia que antes por escuchar como ella
también me decía de esa forma , sentí rabia porque mi vida era un desastre y no
podía hacer nada contra ello , sentí como mis mejillas tomaban un tono rojizo por el
hecho de que a nadie le importaba , de que la vida siempre iba a ser injusta
conmigo y no dudé en pararme enojada y secar mis lágrimas .
No te importa - grité a todo pulmón ,aquella frase no era para ella
, simplemente quería gritarle a la vida , quería por un minuto herir a alguién y no ser yo la
herida .

Camila me miró extrañada y bajó la mirada ante mi reacción , mientras que yo simplemente
la dejé en medio del pasillo sin nada que decir y mi corazón destrozado .

misma .
No quería a nadie en este momento , solo quería estar sola conmigo

Quería tener un momento en dónde yo fuera lo importante y no


toda la mierda con la cual tenía que cargar .

Lo siento por la tardanza, la uni me está consumiendo lo poco de vida que me queda , así que
he decidido hacer maratón éste fin de semana , tengo dos capítulos y medios hechos , así
que cuándo termine el tercero publicaré el segundo y de ahí el tercero :D.
Saludos , con amor Taylor .
Never been hurt parte 2

Los Angeles 1947 Camila

No sé que tenía aquella chica de grandes ojos verdes que realmente me hacía temblar ante su
presencia y odiaba no ser capaz de poder ocultar aquello .
Era como si cada vez que la veía realmente sintiera como recorría un choque eléctrico por
cada parte de mi ser y por primera vez en mi vida no pudiera controlar la reacción que tenía
frente aquellos miles de pensamientos que siempre me abordaban cuando miraba aquellos
ojos verdes, no sé que me pasaba con aquella chica , sin embargo , estaba segura que ya
estaba harta de aquel efecto.
Cuando la vi acercarse a nuestra mesa de la mano de Claire realmente sentí que mi corazón
había dejado de latir y que me estaba quedando sin oxígeno , porque sin aquellos reflectores
y con solo su cabello recogido podía ser la perdición de cualquier hombre . Aquella chica
estaba haciendóme vivir una montaña rusa de sensaciones extrañas que jamás había sentido
en toda mi vida y sólo lo hacía sin dedicarme una sola palabra , lo hacía sin necesidad de
mover un solo músculo , simplemente causaba aquel efecto en mí solo con tener que verla y
que mis ojos trataran de buscar respuesta a preguntas que jamás me había propuesto en

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aquellos ojos que parecían haber sido coloreados del color verde más hermoso que haya visto
.
Mientras más se acercaba , más nerviosa y tensa me ponía frente a lo que estaba pasando en
mí y ni siquiera podía darle una razón lógica a lo que estaba pasando , John pudo notarlo y
no dudó en reírse de mí por aquello , mientras que yo bajaba la mirada hacia la copa que
tenía entre mis manos para no tener la distracción de aquellos ojos verde salvajes que
trataban de alguna forma entrar a lo más profundo que yo podía ofrecer.
Mis nervios aumentaron a un nivel exponencial cuándo escuché la risa de Claire cerca y pude
escuchar que ya estaba detrás nuestro

-John , Camila , aquí está a quien buscaban , Lauren - me di vuelta para verla y ahí estaba a
solo unos centímetros de distancia la causante de todo esto
, la chica que no podía quitarme de la cabeza, la chica de grandes ojos verdes que solo hacía
que dejara de ser la Camila Cabello confiada y por alguna razón comenzara a ser tímida como
nunca , dirigí mi vista hacia John quién le regaló una sonrisa cómplice mientras la analizaba ,
estaba segura que estaba buscando defectos en aquella chica que no los tenía , es decir ,
tenía una cabellera negra que combinaba perfectamente con su pálida piel , tenía unas curvas
que encajaban simetricamente con todo su cuerpo , tenía el porte de una reina que no se
dejaba llevar por nadie
,tenía una voz hermosa y cuando hablaba con su voz tan rasposa te hacía perder , además de
aquellos dos luceros atrapantes que adornaban su rostro , esa chica no tenía ningún defecto y
cuando John se dio cuenta de aquello sonrío satisfecho , porque sabía que aquella chica sería
su mina de oro , yo simplemente me limité a ignorarla y seguir con mi mirada fija hacia mi
copa , era mejor tener una distracción inexistente que seguir perdiendóme como aquella
chica quería , porque estaba segura que detrás de aquella fachada de chica que no mataba ni
una mosca , estaba disfrutando tenerme así .

Un placer conocerte - dijo John mientras se levantaba y besaba su mano , ni siquiera


la veía , pero estaba segura que Lauren estaba mirando contrariada a Claire por lo
que estaba pasando , de seguro no estaba acostumbrada al trato formal que tenía mi
amigo castaño con todas las chicas que encontraba.

Devolví la vista a la escena cuándo Claire se acercó a mí y me susurró "que me comportara


con la chica porque era su amiga ", yo sólo rodé los ojos
, ¿cómo podía comportarme? , si aquella chica estaba siendo un dolor de cabeza para mi vida
, estaba haciendo que todo mi mundo se revolviera en menos de un minuto y sólo por tenerla
cerca de mí .

Ni siquiera sabía como eso podía ser posible , había tenido a los galanes de todo hollywood
entre mis brazos , había sentido sobre mi piel los besos más dulces y deseados de todo el
mundo , sin embargo , no tenía nada de aquella chica y ya me hacía sentir una completa
tonta .

Claire , puedes explicarme -le susurró la pelinegra a la rubia cuando dejó de joderme
con sus advertencias de que me comportara , la pobre chica no entendía en que se
había metido y yo tampoco estaba segura de lo que iba a suceder .

Será mejor que te sientes , esto tardará unos minutos creéme - sentencié fríamente
sin mirarla, no necesitaba que aquellos ojos verdosos siguieran trayendóme
problemas , necesitaba una nueva copa y olvidar a aquella chica que me estaba
haciendo alucinar .

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Camila no seas tan mala educada con nuestra invitada - sugirió Claire fulminandóme
con la mirada y supe que estaba regañandóme en su mente y que no tardaría en
hacerlo públicamente porque ya me había advertido que me comportara , así que
preferí seguir ignorandóla y devolví por quinta vez la vista a mi copa , algo frustrada
porque no quería seguir en esta situación incómoda.
-¿Invitada?- preguntó atónita y todos asintieron menos yo porque me levanté más asustada
que nunca por no controlar nada de lo que sentía , ¿qué demonios me estaba pasando? , era
solo una chica , una chica que hace una semana había destruido uno de mis vestidos nuevos ,
una chica Camila , es sólo una chica ,
¿por qué mierda actúas de esa manera?- me regañé una y otra vez.

Iré al baño mientras ustedes hablan - fue lo único que pude decir sin que todo el
mundo notara lo realmente nerviosa que estaba , nunca me había puesto nerviosa
por alguna película , ni cuándo tuve que saltar en una soga hacia el vacío en una
filmación , ni cuándo recibí alguno de los premios que adornaban mi sala
, ¨sentirse nerviosa ¨no era parte de mi vocabulario , creo que antes de que Claire llegara a
mi vida nunca había sentido aquel sentimiento , pero al igual que todo lo que había traído la
rubia a mi vida , aquella chica estaba haciendo que me sintiera como una completa
desconocida . Por primera vez en todo el tiempo que llevaba parada en nuestra mesa , tuve la
fortaleza de verla y no pude dejar de analizarla , era hermosa , tal vez había visto chica
mucho más hermosas y también mejores vestidas que aquella pelinegra que llevaba un
vestido negro que se notaba a leguas que había dejado de ser nuevo hace mucho , no
obstante , ninguno de esos detalles dejaban de restarle belleza , irónicamente solo la
aumentaban - permiso - dije mientras me levantaba hacia el baño , porque necesitaba poder
tener un tiempo a solas y mojarme la cara una y otra vez pensando en que mierda estaba
sucediendo aquí conmigo .

Necesitaba salir de ahí antes de que hiciera ó dijera cualquier


estupidez.

A veces no podía creer todas las peleas constantes que llevaban Claire y John como un minuto
después ya estaban arreglados como si ninguna discusión valiera la pena como para dejar de
llevarse bien .
Creo que cualquiera que los viera pensaría que estaban enamorados , pero yo llevaba varios
años conociendólos y sabía que aquel amor iba más allá de la típica visión romántica que todo
el mundo quería ver , sabía que a pesar del gusto de Claire hacia las chicas , ella sería capaz
de dejar a cualquiera si se tratara de John , ella siempre iba a preferirlo a él y estoy segura
que John haría exactamente lo mismo por Claire sin tener que pensarlo .

La verdadera pregunta que siempre me abordaba era ¿por qué? , de donde apareció aquella
amistad tan sólida que no importaba que discusión tuviera
, ambos seguirían juntos como si hubieran nacido para serlo .
-Clarissa creo que ya tomaste mucho esta noche - contestó serio mientras me pasaba la copa
de champagne que tenía Claire entre sus manos , la rubia trató de buscar su copa pero yo no
se la pasé porque john tenía razón , esta noche Claire había tomado como nunca la había
visto y ambos estabamos preocupados por ella , no porque no pudiera consigo mismo ,
porque a pesar de casi llenar la mesa de copas vacías tomadas por ella , ambos sabíamos que
solo lo hacía para ocultar algún tipo de dolor que no quería contarnos y eso me dolía más que
nada .

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Claire me importaba , era mi amiga y me dolía verla en aquella situación que necesitaba del
alcohol para poder sentirse mejor , para poder sentirse "ligera" como ella siempre afirmaba
que se sentía con cada copa .

Ella frunció el ceño ante nuestra negatividad a dejarla seguir tomando y acomodó algunos
mechones rubios que estaban cayendo en su rostro , pude notar como su mano temblaba ,
ella no estaba bien .

John no seas aburrido , no llevo nada - contestó riendo por aquello y John se limitó a
ladear la cabeza y suspirar por la actitud que estaba teniendo Claire - ésta es la
última lo prometo - John se acercó a Claire y la envolvió entre sus brazos para luego
besar su cabello , jamás había visto que él fuera tan demostrativo con ella , es decir ,
siempre había visto como la protegía de cualquier cosa , pero jamás había visto que él
iniciara un abrazo y que se volviera en el pilar de la ojiazul .

Clarissa no dejaré que sigas tomando ¿bien? - suspiró mientras seguía acariciandóle
la espalda a Claire quién no dudó en recostar su cabeza en el hombro de John - te
llevaré a casa - estaba vez su mirada quedó en mí - ¿Te llevo Camila? - asentí porque
había venido con Claire y no pensaba tomar un taxi hasta llegar a mi casa , John no
dijo nada y despegó a Claire de su hombro para ayudarla a pararse , nunca la había
visto en aquel estado pero John parecía acostumbrado a aquello , porque lo hacía con
movimientos seguros y con la mayor paciencia del mundo . Sin embargo Claire lo
detuvo antes de que pudiera levantarse y comenzó a negar con la cabeza haciendo
que él se volviera a sentar.
Quiero a Cam , John -respondió Claire con un tono de voz que no parecía salir de ella
, había dolor en cada palabra que ella pronunciaba y mientras ella seguía reclamando
por aquella chica nos dejaba atónitos a ambos sin saber que responderle , él no dijo
nada y se limitó a volver a ladear la cabeza -no me iré sin ella
yo no sabía que hacer frente a ello y John hizo que me detuviera antes de que me
acercara a ella y tomó su rostro para darle un beso en la frente.
Claire - John tragó saliva y yo solo lo veía impresionada, en todos los años que
llevaba conociendólos , él jamás le había dicho así , siempre se atrevía a decirle por
su nombre completo-Lizzie no vendrá darling - las lágrimas de Claire no
tardaron en salir y yo seguía sin entender que estaba sucediendo , hasta que recordé la
historia que ella me había comentado antes de llegar aquí , la chica la cual amaba se llamaba
Camille , tal vez era la Cam que ella pedía - necesitas acostarte en tu cama cariño y
descansar , las copas te están haciendo mal , yo te ayudo - le susurró dulcemente pero podía
ver el dolor que lo consumía frente aquella afirmación ,¿él también la habrá conocido?.
Claire ladeó varias veces la cabeza tratando de no creer lo que John le decía , y él solo seguía
ahí inmóvil tratando de calmarla con sus caricias y los besos que le daba constantemente a
su frente y al cabello rubio de ella , pero en su rostro podía ver como él también se sentía
débil frente aquella situación .

-Ella lo prometió - respondió llorando la rubia con el mayor dolor que haya visto en alguien -
Camille dijo que estaría aquí siempre cuando la deseara - su voz se entrecortó por las
lágrimas - me prometió que nunca estaría sola , John ella lo prometió - gritó adolorida
mientras golpeaba el pecho de John y él mordía su labio tratando de resistir frente a las
palabras de la ojiazul .

No discutiré más Clarissa , nos vamos - todas las miradas estaban en nosotros , sin

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embargo , eso no me importaba , me sentía una tonta al no ser de ayuda para poder
hacer sentir mejor a Claire , me sentía una inútil - Camila por favor ayúdame a
levantarla - asentí mientras me levantaba y tomaba uno de los brazos de ella para
poder levantarla , John se levantó de su asiento y tratando de calmarla con sus
caricias hizo que finalmente Claire se levantara y pudiera caminar hacia su auto en el
estacionamiento .
Claire dejó de llorar y cuándo John la ubicó en el asiento trasero de su auto , no dudó en
quitarse la chaqueta de su traje para poder arroparla y le dio un beso en su frente tratando
de sacar todo el dolor con aquel tierno beso , luego me miró a mí y suspiró .

Siento que hayas visto eso Camila - contestó serio , yo no dije nada porque no había
nada que decir , no tenía porque disculparse , yo era la que tenía que disculparse por
no poder hacer nada , por quedarme solo viendo lo que sucedía mientras él hacía
todo el esfuerzo en que Claire se mejorara - ella se pone así cuándo ya no puede más
- me dijo suspirando mientras ponía su mano detrás de su cabello buscando alguna
solución - extraña mucho a Lizzie es solo eso.
¿Es la chica que amaba? - pregunté tratando de no llorar por lo que estaba pasando ,
john bajó la mirada y asintió mientras sus ojos me invadían con su tristeza y
desesperación .

Era mi hermana -contestó mientras veía el cielo y cerraba los ojos frente aquel
recuerdo , en cambio yo lo veía impresionada , ni en un millón de años hubiera
podido deducir que aquella relación tan estrecha que tenían ellos dos era
unido por el dolor hacia la misma chica - Lizzie odiaría ver en lo que se ha convertido Claire ,
prometí que la cuidaría y no lo estoy haciendo - suspiró con tristeza mientras golpeaba con
toda su furia una de las ruedas de su auto y cerraba sus puños con toda la frustración que
podía existir en el universo , al fin las piezas comenzaban a encajar sobre la historia de ellos
dos , pero no me sentía feliz por saberlo , de hecho me sentía peor que cuándo no lo sabía .

Me acerqué a John y comencé a acariciar su espalda , él simplemente comenzó a sollozar


frente a su auto y yo no dejaba de tener miles de preguntas frente a todo , sobre Camille ,
sobre Claire, pero las preguntas no importaban en este momento , solo importaba poder ser
de ayuda para las dos únicas personas que me importaban en el mundo entero .

-Claro que lo estás haciendo - respondí con una sonrisa tratando de animarlo - lo haces de
maravilla, Claire no podría con el mundo ella sola -sugerí y él me devolvió la mirada tratando
de ver si estaba mintiendo y claro que no lo estaba haciendo . En un principio pensaba que
toda la fortaleza de aquella rubia de ojos azules venía de todo lo que había vivido en Francia ,
pero ahora sabía que estaba totalmente equivocada y ella no tenía una fortaleza propia , es
decir , ella era fuerte , tal vez la chica más fuerte que haya visto en toda mi vida y que veré ,
pero esa fortaleza estaba ligada totalmente a John , para Claire él era su pilar y estaba
segura que la vida no tendría sentido para ella si él no estaba presente.

Ahora entendía la razón por la cual siempre estaban juntos , entendía aquellas miradas y
códigos que solo ellos podían dedicarse , eran miradas de dolor y resignación frente a la
muerte de la misma persona que amaron de seguro con todo su corazón.
-Creo que tendré que quedarme esta noche con ella - me dijo mientras se limpiaba las
lágrimas y volvía a la postura imperiosa que siempre provenía de él , yo asentí porque era lo
mejor que podía hacer , de hecho , tenía ganas de quedarme con ella , pero sabía que éste
era el momento en que ella necesitaba a alguien que la entendiera en todos los sentidos
posibles , así que yo no sería de una gran ayuda si decidía ir a su casa , por lo tanto , preferí
seguir mi camino y mañana en la mañana cuando todo este más calmado ir a visitarla para

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saber como se sentía - ¿te molestaría llevarte el auto de Claire y conducir hasta tu casa ?-
claro que no me molestaba , era lo mínimo que podía hacer por ellos y para que John se
fuera con tranquilidad para dejar a Claire en la cama y así descansar luego de este momento
tan catartico que habían tenido ambos .

No me molesta para nada , puedes irte John - le dije con una sonrisa y él asintió -
cuídala por favor , iré en la tarde a visitarla - John suspiró y me dio un beso en la
mejilla mientras sostenía mis manos contra sus heladas manos .
-Te pareces tanto a Lizzie - fue la única respuesta que obtuve de él y me sorprendió escuchar
aquello , ya que Claire me había asegurado que no me parecía a ella - Ella amaba como a
nadie a Clarissa- John no dijo nada más sobre el tema y quitó rápidamente sus manos
mientras abría la puerta del auto para poder comenzar a conducir .

Cuándo el auto rojo de John se pudo ocultar bajo la neblina que estaba adornando las calles
de Los Angeles a esta hora de la madrugada , decidí que era hora de ir a casa . Suspiré
porque necesitaba tanto de mi cama y levantarme al día siguiente para tener noticias de
Claire , comencé a caminar hasta dónde estaba el auto blanco de ella , lo habíamos
estacionado casi al final porque no habían estacionamientos cercas, ahora que casi todos los
autos no estaban , podía notar lo lejano que había quedado y caminé atandóme la chaqueta
porque el viento nocturno que azotaba siempre a estas horas comenzaba a hacerse presente
.
Mi mente solo podía pensar en Claire y el dolor que debía sentir su alma para poder haber
llegado al estado en el que estaba hoy , tuve miedo de que ella no volviera a ser la chica
alegre que conocía , aunque fuera sólo una fachada , tenía que aceptar que me dolió ver a
esa la Claire verdadera que no se ocultaba frente a las copas ni a las palabras bonita , vi a la
chica rubia que john llevaba años viendo y pude entender porque él solía tratarla con aquella
dureza que sólo un hermano mayor que quería proteger a su mayor tesoro podía poner .
Mientras más me acercaba a mi destino final , los recuerdos de aquella noche volvían a mí ,
volvía a ve a Claire llorando en el hombro de John , pidiendo a gritos que se le devolviera la
chica que ella amaba, pero eso era imposible
. Mi mente no dejaba de evocar la ternura y tristeza que había invadido a John al ver a la
ojiazul de esa manera .

Es extraño como las personas nos mostramos por capas , siempre hay una capa superficial la
cuál es la que todo el mundo ve y la que nos dedicamos a lustrar porque es la que queremos
presentar al mundo , es como la "cara bonita" de ti
, sin embargo , como las capas nos envuelven como si de un pastel se tratara , mientras las
personas se adentran más en la profundidad de tu ser y tú les das permiso para que
comiencen a conocerte , ellos comienzan a ver las demás capas .
No obstante , rara vez te atreves a mostrar la capa más profunda , la cual siempre es la más
dolorosa , la que tiene más recuerdos , la que no quieres mostrar a nadie y sólo la tienes
porque esa es tu verdadero tú , esa capa es lo que eres y a dónde te refugias cuándo intentas
buscarle sentido a lo que pasa en tu vida .

Con Claire era distinto , ella siempre mostraba aquella capa superficial dónde había siempre
una sonrisa en sus labios y algún tipo de conversación interesante , sin embargo , la capa
más profunda había sido mostrada a
John y él la conocía tan bien que no dudaba en intervenir cuándo la superficial comenzaba a
agrietarse dejando ver las heridas que jamás fueron sanadas y creo que jamás llegarían a
sellarse completamente .

Cuando estuve a punto de llegar al auto de Claire , pude notar que alguién salía de la puerta

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del servicio que se encontraba a solo unos pasos de distancia del auto , me quedé mirando a
aquella persona y supe que era Lauren .
Pude reconocer su cabello negro largo que estaba tomado en un moño improvisado , como
también reconocí su vieja chaqueta café que ya casi no tenía color . Ella miró a ambos lados
para asegurarse de que todo estaba bien , se acomodó la chaqueta y siguió caminando sola
en medio de las luces del estacionamiento , aún así , en ese simple movimiento ella se veía
reluciente .

No pude dejar de verla embobada hasta que en aquella escena entró un chico alto que la
tomó del brazo e hizo que se detuviera , fruncí el ceño ante ello y aunque no debía meterme
en su vida , porque no era nadie para hacerlo , tuve que acercarme a ver lo que estaba
sucediendo .

-Vas a tu casa Lauren?- le preguntó el chico alto que llevaba el uniforme de todos los
camareros y que llevaba el cabello negro rizado peinado perfectamente para atrás , Lauren
asintió tímidamente con una sonrisa ladeada de seguro porque le incomodaba que aquel chico
la detuviera .

Así es Nick , ¿qué sucede? - preguntó extrañada mientras frotaba sus manos para
entrar en calor , el chico no dudó en sonreír frente a ello y acercarse más a ella .

Quería invitarte a comer algo, ya sabes , como despedida - dijo con una sonrisa
conquistadora y yo volví a fruncir el ceño por aquello sin razón alguna
, ese chico no me daba confianza y al parecer por el color que adquirió el rostro de Lauren ,
ella tampoco estaba cómoda hablando con él .

Lo siento , tengo que ir a casa Nick -suspiró mientras tiraba para apartaba un mechón
negro rebelde que había salido de su moño- Noe me espera , tal vez otro día -
respondió amablemente mientras seguía caminando ,pero el chico volvió a detenerla
un poco más enojado y perdiendo aquella sonrisa que hace unos minutos había
adquirido protagonismo en su rostro . él tomó nuevamente su brazo , pero esta vez
fue un poco más agresivo , porque ella hizo una mueca de dolor ante aquel contacto -
Sabes que nunca acepto un no por respuesta- respondió frunciendo el ceño mientras
Lauren trataba de salir de su agarre, cosa que era imposible , porque el chico de
seguro era cinco veces más fuerte que ella , así que decidí meterme en la
escena enojada por lo que ese hombre estaba haciendóle .
Ella comenzó a quejarse de que la soltara pero él hizo caso omiso y prefirió acercarla aún más
a él , rompiendo la poca distancia que los separaba y haciendo que mi colera me invadiera
completamente y me dieran ganas de romperle la cara a ese idiota .
Ni siquiera sabía porque me sentía así frente a una total desconocida , sin embargo , decidí
no escuchar a mi cerebro que me aconsejaba solo caminar de vuelta al auto e irme a casa ,
esta vez decidí hacer algo y enfrentar a aquel tipo .

Te dijo que la sueltes - contesté seria mientras me cruzaba de brazos , ambos me


miraron impresionados y el chico me miró desafiante mientras yo solo podía verlo con
odio , aquel chico estaba equivocado si podía ganar una batalla contra Camila Cabello
, él tenía todas las de perder.
El chico finalmente la soltó y ella no dijo nada solo miraba impresionada todo lo que estaba
sucediendo , se veía tan inocente y lejana a lo que estaba sucediendo que eso sólo pudo
causar ternura al verla de esa manera .

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Pensé que él me iba a decir algo pero simplemente miró a la chica de ojos verdes y se fue sin
más , al menos tenía dos neuronas funcionando y sabía que discutir conmigo era como
condenarse en vida, sin embargo , me aseguraría de que lo despidieran , nadie tenía derecho
de aprovecharse de esa manera de una chica que sólo quería irse a su casa .

¿Estás bien?-pregunté mientras las palabras no salían de mi boca y ella asentía


atónita aún tratando de comprender lo que había pasado , ni siquiera yo entendía el
porque había actuado así , no entendía ninguna de las acciones que surgían después
de ver a Lauren , era como si perdiera la autonomía de mis acciones y realizara todo
a través de impulsos .
Muchas gracias -respondió tan bajo que sino estuviera prestandóle atención ni
siquiera hubiera sido capaz de escucharla - no sé como agradecerle eso - suspiró algo
avergonzada porque pude ver como sus mejillas tomaban un tierno color rosa y yo
sonreí porque no podía verse más tierna .

-No te preocupes , haré que lo despidan- respondí seria al recordar la cara de ese imbécil , se
llamaba Nick no creo que sea tan difícil hacer que lo encuentren y lo despidan , yo mismo me
encargaría de eso , no podía pensar ni siquiera que volvieran a amenazar de esa forma a la
pelinegra .

No -respondió asustada -no es necesario -yo fruncí el ceño ante su actitud , no


entendía porque estaba de esa forma - él no me hizo nada- contestó
finalmente y yo ladeé con la cabeza porque me parecía tonta su reacción , si hace minutos
casi se aprovecha de ella .

-Pero si trató de traspasarse contigo- dije atónita aún por su actitud y ella asintió tímidamente
mientras bajaba la mirada.

Sí , pero no es necesario que lo despidan por eso -ella suspiró antes de seguir
hablando mientras yo la veía atenta , no podía dejar de ver aquellos ojos verdes que
se apoderaban de su rostro- es muy difícil conseguir un empleo como éste y no me
gustaría ser la causa de que alguien lo perdiera- me sorprendió como ella se lo
tomaba con tanta naturalidad y pude ver la humildad que había en su alma , era
increíble que a pesar de todo ella fuera capaz de defender a aquel chico que estoy
segura que jamás la hubiera defendido , no obstante , ella lo hacía como si realmente
le importara sin tener ningún interés de por medio en aquella acción . Era
definitivamente algo admirable .

-Entiendo -dije finalmente , aunque realmente no lo hacía - no lo haré solo porque tú lo pides
- la chica volvió a sonrojarse y me sentí una imbécil por haber dicho eso , ¿Camila que
mierda estás haciendo?.

-Soy Lauren por cierto - respondió amablemente mientras sonreía con la sonrisa más cálida
que haya visto -y lo siento por lo de su vestido realmente no quería hacerlo - ella no me miró
cuándo dijo eso y parecía más arrepentida que nunca por eso , tenía tantas ganas de decirle
que no me importaba el vestido y me nacieron unas ganas de abrazarla sin razón alguna , lo
cual por obvias razones no hice .

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No te preocupes , no es gran cosa puedo comprar otro - respondí encogiendóme de
hombros y volví a sentirme una estúpida al decir "puedo comprar otro " , era como
estarle restregando en la cara a la pobre chica un vestido que de seguro ella jamás
podría comprar.

Bien hecho Camila , haces todo bien .

Creo que tengo que irme , me esperan en casa - susurró avergonzada mientras
trataba de seguir caminando ,sin embargo , yo aún seguía sin reaccionar porque no
podía quitarme de la cabeza su mirada .

Espera -grite deteniendóla y ella se dio vuelta sin entender que estaba pasando -
tengo un auto , si quieres te puedo llevar es muy tarde para que andes sola en la
calle -contesté más nerviosa que nunca y esperando que me salieran las palabras
porque no sabía que me pasaba últimamente que éstas simplemente no
salían y me hacían quedar en verguenza .
Lauren seguía viendóme como si no pudiera creer nada de lo que estaba pasando y la verdad
es que yo tampoco lo hacía .

Estoy acostumbrada no se preocupe - sugirió con aquel tono rasposo de voz que tenía
y que de alguna forma me relajaba -no quiero causarle más molestia- era chistoso ver
como ella no me tuteaba de ninguna forma , debía estar acostumbrada a ese trato
tan respetuoso que tenía hacia los clientes , pero yo no quería que me viera como un
cliente más , realmente estaba interesada en conocer a esta chica.

Camila , llámame Camila - le dije y antes de que ella dijera algo , simplemente me
adelanté a hablar antes que ella- creo que no tengo más años que tú

-Yo ,en verdad no quiero molestarte , además no creo que vayamos por la misma zona- era
cierto, seguramente ni siquiera conozca la zona dónde ella viva , pero eso significaba tener
más tiempo para conversar con ella en el auto , así que estaba dispuesta a utilizar aquel
comodín.

Tengo tiempo -respondí feliz por la idea -y no acepto un no por respuesta, además
tienes a alguien esperandóte en tu casa , no crees que tu novio estaría feliz de verte
antes- fruncí el ceño al recordar que había un "Noe" en su casa esperandóla y ella solo
rió por mi afirmación .

-No tengo novio- respondió con otra de sus sonrisas - Noe es mi hija - recién ahí pude
recordar que Claire me había dicho eso , que ella tenía una hija y un esposo que había
muerto en la guerra , me sentí una tonta al no recordar aquello y pensar que podía ser su
novio , sin embargo , ella no sabía que Claire me había contado algo de su vida , así que no
parecía ofendida ni nada.

-Vaya ,eres muy joven para tener una- me mordí la lengua por lo estúpido que había sido mi
comentario y ella se limitó a asentir .

Algo -dijo sin darle importancia -enserio no quiero ser una molestia , ya me has

insideofmysoul
ayudado lo suficiente y ni siquiera tengo una forma de agradecértelo -confesó
nerviosa.

Quiero una conversación - dije sin pensarlo dos veces , porque eso era lo que
deseaba , ella seguía mirandóme impresionada - te llevo a tu casa y en el camino me
cuentas de ti y así queda saldado todo¿qué dices?- ella se puso seria y comenzó a
pensar lo loco que sonaba la idea , de seguro nada de esto le había
pasado jamás y a mi defensa a mi tampoco me había pasado jamás , sin embargo , no me
importaba , lo único que me importaba era lograr saber que había detrás de aquellos
hipnóticos ojos verdes .

No te vas a rendir hasta que te diga si ¿cierto? -ella tenía toda la razón , no me iba a
ir a casa sin haber tenido una conversación con ella y conocerla.

Chica inteligente - respondí orgullosa ante la respuesta y el hecho de que había


ganado la discusión.

Sino te molesta creo que a mi tampoco - y esa simple respuesta hizo que se formara
en mí una de las pocas sonrisas verdaderas que he puesto en toda mi vida.

-
Capítulo 8 : Gonna get better

Forgive me, for not be enough for you ,

Forgive me,that I prefer something that you don't have ,

, flies on the wall)


Forgive me, for tried to find my happiness away from you ,
Forgive me that i know that i'll be better without you - (Forgive me

Camila
Hay una frase que creo que todo el mundo siempre ha utilizado .

La frase que se dice para cualquier situación que se relacione con


estar destruido .

La mítica frase que todos odiamos escuchar , porque se utiliza para todo , no obstante, alguna
vez la dedicamos porque no sabíamos que decir y era mejor decir algo que no decir nada .
Todo mejorará .

Creo que no hay mayor mentira que aquella frase de dos palabras , porque todos en nuestro
interior sabemos que por decirla , la vida no va a dejar de ser un asco ni tampoco nuestros
problemas se solucionarán por escucharla .

insideofmysoul
Sinceramente preferiría mil veces que las personas se quedaran calladas en vez de decirte
con toda la confianza del mundo y tratando de hacerte sentir mejor que todo mejorará .
Porque en la vida real las cosas no mejoran .

Simplemente con el tiempo dejan de ser tan importantes aquellos problemas que nos
debastaban en un principio y comenzamos a darle más relevancia a otro problemas nuevos ,
pero eso no significaba que la vida mejorara , era solo que la vida adquiría oto rumbo.

Ver a Lauren de esa manera solo hizo que sintiera una punzada en mi corazón , me había
convertido en alguien cercano para ella y viceversa , le contaba mis problemas y aunque
llevaba conociendóla por un poco más de un mes , podía decir que Lauren Jaureugi se estaba
convirtiendo en una de mis amigas más cercanas como lo eran Dinah y Mani hace años .

Había algo en aquellos ojos verdes que me hacían sentir en


confianza y podía ser capaz de contarle cualquiera de mis problemas . Había algo en ella que
me ofrecía su calidez que me hacía ser un papel en blanco ante su presencia
, no era algo que pudiera explicar con palabras , simplemente lo sentía y eso determinaba
que era real lo que sentía cada vez que conversaba con Lauren .

Con ella hasta las conversaciones más tontas y sin importancia , comenzaban a ser
importantes y divertidas , había algo en Lauren que me hacía sentir cómoda a su lado y que
pudiera hablar sin necesidad de las palabras es como si nos entendieramos desde siempre .

Nunca he creído en el destino ni ese tipo de cosas , no obstante , no podía ser sólo una
coincidencia más de la vida haber encontrado a Lauren en aquel metro ni tampoco podía ser
que la volviera a ver en aquella salida que tuve con Dinah y así podía seguir nombrando todos
los momentos que me había encontrado con ella y de los que estaba segura que el destino ó
la suerte tenían mucho que ver en ello .

¿Qué sucede Lo? - le pregunté con un tono de voz que hasta mí me sonó preocupado
, pude ver la rabia que hubo dentro de ella después de aquella pregunta y no logré
entender porque respondía de aquella forma , yo solo quería saber que le pasaba, sin
embargo , cuando toqué su espalda para tratar de acariciarla
, ella me rechazó más enojada aún .

No te importa - gritó a todo pulmón y yo no tuve ni tiempo para poder reaccionar a


aquello , ella simplemente se fue con sus cosas hacia el estacionamiento y yo la
miraba extrañada porque no sabía que le pasaba , ella no era así , hasta podía pensar
que por el tono de voz que tenía , ella sabía la verdad .

Tragué saliva al pensar que ella pudo haberse enterado de que conmigo era quién la
traicionaba Lucía, me sentí horrible al pensar en aquella posibilidad , ya que deseaba
decírselo yo misma , había adquirido fuerzas en los últimos días para poder confesarle
, le había comentado a Dinah sobre quién era Lauren y que relación había tenido con Lucy y
ella me aconsejó que era mejor que no le dijera nada y que simplemente me olvidara de lo
que había sucedido , porque Lauren no se iba a dar cuenta y porque tampoco es como si
fueramos a salir juntas si apenas nos conocíamos .

Decidí ir por una segunda opinión , porque la de Dinah no logró convencerme y cuando fui a
pedirle una ayuda a Mani , ella me respondió todo lo contrario a lo que me había dicho mi
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amiga rubia , ella me aconsejó que era mejor decírselo , porque no ganaba nada ocultandóle
cosas que la relacionaban directamente a mis problemas .
Fui capaz hasta de llamar a Ally una de mis mejores amigas de la infancia y ella me recitó
una versículo de la biblia dónde se castigaba la mentira ó
algo así , finalmente decidí que era hora de decirle a Lauren lo que estaba sucediendo
.

Me quedé inmóvil tratando de pensar en que hacer , hasta que pude pensar y mis piernas se
movieron tratando de correr para ver que le pasaba a Lauren no podía dejar que fuera en ese
estado a cualquier parte y menos a éstas horas de la noche , así que comencé a buscarla en
la calle de estacionamiento y pude ver que ella estaba caminando sin rumbo gritando cientos
de cosas que no podía entender , realmente se veía afectada por algo y me sentí mal al
pensar que era por mí .

Me acerqué a ella tocando suavemente su hombro y pude ver como sus mejillas estaban
mojadas y rojas por todo lo que había llorado , como su mirada podía romperle el corazón a
cualquier persona , porque se veía tan indefensa, no parecía aquella chica prepotente que
siempre se mostraba en el escenario ni tampoco aquella chica que parecía conocer todos los
libros del mundo , era solo una chica destruida con sus grandes ojos verdes rojos de tanto
llorar y que parecían que no podían llorar más .

Apenas me miró no dudó en tirarse a mis brazos en busca de un abrazo , ahí recién pude
darme cuenta que esto no tenía nada que ver con lo que yo pensaba y a ella le estaba
afectando algo nada que ver con lo que había sucedido entre nosotras y Lucy , por lo tanto ,
no dudé en abrazarla lo más fuerte que podía y ofrecerle todo el cariño posible que tenía en
mi interior , mientras ella seguía llorando en mi hombro tratando de recuperarse y no caer en
aquel momento .

Comencé a acariciar delicadamente su espalda esperando que ella me dijera algo sobre lo
que estaba pasando , pero eos no sucedió , ella se quedó en silencio mientras sus lágrimas
seguían cayendo y yo trataba de no llorar por verla así
, siempre fui demasiado sensible a tal punto que cuando veía llorar a alguien que me
importaba , finalmente yo también terminaba llorando porque era como si a mi me hicieran
daño , no obstante , ver así a Lauren no era sólo un poco de sensibilidad , sino que también
iba relacionado con algo que no podía explicar muy bien , iba más allá de lo que conocía y
había sentido antes . Pero no me atreví a llorar porque eso solo la pondría peor de lo que
estaba , así que fui fuerte y seguí acariciando su espalda hasta que ella comenzó a secar sus
lágrimas y me miró tratando de encontrar alguna respuesta a lo que estaba pasando .

Yo..- dijo tragando saliva y pude sentir el nudo que se formaba en su garganta al
tratar de decirme lo que estaba pasando - lo siento , soy una tonta llorando -
comentó tratando de esbozar una sonrisa pero yo negué con la cabeza para que ella
no me mintiera , conocía ese tipo de reacciones en dónde las personas
trataban de sonreír a pesar de que estaban destruidas , solamente para que las demás
personas no se sintieran mal por no estar ayudando .

-No está mal llorar - le dije dulcemente mientras con mi pulgar apartaba varias lágrimas que
se resignaban a caer sobre sus mejillas y ella me miró sin decir nada , así que yo volví a
ofrecerle mis brazos para que pudiera volver a acomodar su cabeza en mi hombro , como si
mis brazos lograran protegerla de cualquier cosa , de cualquier problema que la estaban
acechando y ella tampoco se negó a aquello solo volvió a hacerlo como si necesitara de
aquello y yo necesitara poderla sentir cerca mío . Suspiré ante ello , porque quería saber que
era lo que le afectaba quería saber sus problemas y solucionarlos , porque una persona como
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ella no merecía que nada malo le pasara - sino quieres hablar de que sucede no te obligaré -
contesté acariciando su cabello y ella asintió tratando de decir algo .

Es sólo que no quiero nada , quiero simplemente escapar de todos los problemas -
respondió mientras yo veía como estaban de hinchados sus ojos verdes por tanto
llorar , aparté la mirada de aquello porque eso solo aumentaba mi dolor hacia ella -
dejar que nunca más aparezcan - suspiré porque eso era exactamente lo que yo
deseaba , sin embargo , sabía de memoria que escapar a los problemas no era la
solución , porque no se iban .
Solo te seguían esperando hasta el momento menos esperado que casi siempre era aquel
momento en el cuál estabas débil con otros problemas , porque parecía que la vida solo
pensaba en hacer que la tuya fuera un infierno cada segundo .

-Todos queremos eso Lauren , solo que es imposible - comenté segura mientras notaba que
ella me veía concentrada a lo que decía - los problemas siempre van a estar presentes ,
porque la única forma en que se vayan es enfrentandólos y ni aún se van , creéme que
cuando descubra como aniquilarlos me convertiré como lara cromb - Lauren sonrío ante aquel
comentario y aunque supuse que ella no había visto esa película que era protagonizada por
Angelina Jolie , de seguro conocía el juego ó el cómic en el cuál estaba basado , volví a secar
algunas lágrimas rebeldes de su mejilla y sonreí al ver que ella estaba tratando de mejorar ,
no estaba en ese "tratando " que solo significaba ocultar lo que más te dolía ,sino que estaba
dejando salir todo lo que le hacía mal y con eso estaba sanando sus heridas , creo que no
había mejor forma de poder cerrar las heridas que de esa forma .

Gracias Camz - me dijo tratando de esbozar una sonrisa y yo solo sentí ternura al
escuchar el camz al final de la oración , Lauren era simplemente perfecta , podía
entender la razón por la cual Lucy hablaba siempre de ella y de lo magnífica que era ,
parecía que era de otra planeta por su forma de pensar , la forma
en que enfrentaba la vida y como siempre tenía respuesta a todo y no eran cualquier
respuestas , siempre sabía que decir y hacerte reflexionar como solo los grandes escritores
podían hacer , creo que por eso su banda estaba siendo tan famosa , porque tenía a una gran
compositora y cantante detrás . Sin embargo , no podía entender como Lucy fue capaz de
traicionarla con alguien como yo.
Creo que jamás entenderé como dejó marchar a alguien como Lauren para aceptar en su
cama a alguien como yo , tal vez era simplemente porque eso era lo que solía hacer con las
personas . Jugaba con ellas hasta que lograban sentirse importante en su vida , para luego
arrebatarles aquello y sentirse una ganadora por controlar todo lo que le sucedía .
ó simplemente era una estúpida narcisista que no sabía lo que era querer y trataba de dañar
la vida de chicas desesperadas por amor, creo que ésta descripción era más certera si
estábamos hablando de Lucy .
Era cierto que aún no podía sacarla de mi cabeza y que muchas noches sentía la necesidad
de llamarla y rendirme diciendóle que viniera a mi departamento y que todo seguiría como lo
había sido, no obstante , la poca dignidad que aún me quedaba trataba de rechazar esa idea
y me daba fuerzas para seguir sin marcar su número y tratar de seguir adelante con mi vida
sin necesidad que tres de mis cuatros problemas sean atraídos por ella .

-Tengo una pésima relación con mi familia ¿sabes? - me dijo cuándo sus lágrimas dejaron de
caer y me miró seria , yo no sabía que decirle por ello
, a diferencia de ella , mi relación con mi familia era muy buena . Los amaba y ellos siempre
me aceptaron como era , tenía una hermana menor que amaba con locura y yo sabía que ella
también hacía lo mismo , mis padres aunque muchas veces habían cometido errores al igual
que cualquiera , los consideraba el pilar más fuerte que tenía en mi vida , entonces me sentí
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horrible por saber su realidad- Mis padres se divorciaron cuándo tenía siete años - eso lo
sabía , me lo había contado cuándo fue a mi departamento la semana pasada y lloró sin más
en el sillón , sabía que ese tema le dolía demasiado como para seguir hablando de él - me
quedé con mi madre por un año porque estaba tan enojada con mi padre por haberla dejado
ir y no luchar por ella , tenía siete años y me daba cuenta de como la vida funcionaba -
respondió sarcástica , pero yo solo me quedé en silencio mientras ella seguía hablando sobre
la razón por la cuál estaba así y la entendía de cierta manera , un divorcio debía ser horrible
para un hijo especialmente cuándo sucede a una edad tan temprana -ella comenzó a tomar
para calmar su pena , solía ir todos los viernes a festejar con sus amigas , ella pensaba que
no me daba cuenta , pero siempre olía alcohol , sus ropas siempre estaban impregnadas del
olor asqueroso de la cerveza , por eso no tomo - dijo segura y sentí tantas ganas de
abrazarla , sin embargo , no lo hice porque pensé que ella se podía sentir mal y pensara que
era por lástima cuándo era todo lo contrario - así que me mudé con mi padre al año siguiente
pensando que mi vida iba a mejorar - suspiró cansada y comenzó a caminar , no estaba
segura hacia dónde iba
, pero supuse que quería que la siguiera porque siguió hablando de sus problemas -y lo hizo
hasta que él se suicidó antes de que yo llegara del colegio a los doce años - no sabía cuándo
mi corazón finalmente se iba a romper , tampoco sabía como ella podía contar todo eso
estando tan tranquila como si me estuviera contando como le fue en el día ó lo que vio en el
tráiler de una nueva película ,no podía creer que todas esas cicatrices se encontraban detrás
de la Lauren que yo conocía y solo pude sentir rabia hacia Lucy por ser la persona que le
había hecho una herida en aquel corazón que gritaba desesperado que lo dejasen en paz y
que por fin viviera una vida tranquila sin dramas , sin que las personas la hirieran ó se fueran
de su vida , así que decidí tomar la opinión de Dinah y no quie hacerle más daño de lo que ya
todo el mundo le había hecho . Me sentí horrible por ser también la causante de una de las
mayores heridas que debía tener , porque había sido traicionada por quizás la persona que
mejor la conocía , a quién hubiera recorrido en este mismo instante y yo tenía parte de culpa
en aquella traición -jamás le dije esto a nadie , pero realmente odié a mi padre no fue porque
no fue suficientemente fuerte para quedarse , sino que no fue fuerte por mí para que no
regresara al infierno que era vivir con Clara - traté de hacer que mis palabras salieran y la
consolaran con palabras de cariño y apoyo , pero solo se me ocurría la estúpida frase de que
todo iba a mejorar y ni siquiera yo creía en esa estupidez , menos iba a hacer creer a ella que
esa frase era cierta luego de todas las cosas que ha tenido que vivir en su corta vida- pensé
que con irme de Miami mis problemas se irián y que simplemente podía reconstruir mi vida ,
pero al parecer no puedo ser feliz Camz , tengo una maldición que no me permite ser feliz ,
todas las personas que termino queriendo me terminan traicionando de una manera u otra ,
todas - gritó entre lágrimas y devolvió el rostro a mi hombro como si quisiera ocultarse de
todo y ese fue el momento en que debí ser muy fuerte porque soporté cada vez que mis
lágrimas me iban a traicionar y se iban a unir con las de Lauren , porque ella tenía razón ,
todo el mundo la había terminado lastimando , hasta yo que no tenía nada de importante en
su vida , había sido capaz de lastimarla sin saber quién era y ahora ni siquiera adquiría
sentido todo el tiempo en que había estado con Lucy , porque como siempre la única que
había disfrutado había sido ella ,porque Lauren estaba destruida y yo simplemente me odiaba
a mi misma por haber cedido ante aquella tentación.
-Lauren - dije suspirando y ella me miró contrariada - yo sé que un día vas a encontrar la
felicidad que te mereces , porque eres increíble , eres una persona admirable , fuerte ,
decidida y hermosa-ella se sonrojó al escuchar eso y yo realmente no sabía que decir para
poder animarla , así que me mordí mi labio inferior tratando de pensar en cosas para decirle
que podían animarla , ella seguía cada movimiento que realizaba con sus ojos verdes que de
a poco volvían a adquirir su color característico y dejaban aquella oscuridad con la cual me
había encontrado hace unos minutos-inteligente y cualquiera que diga lo contrario es
estúpido - contesté seria y ella dejó mi hombro para despegarse de mí y penetrar mis ojos
cafeces a través de los suyos , iba a seguir hablando , pero ella me detuvo y antes de que
lograra conectarme con lo que estaba pasando y lo que mi mente estaba pensando , aquella
pelinegra no dudó en rozar ligeramente mis labios entre los suyos haciendo que yo quedara

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totalmente sorprendida por aquel acto .

Como si de una película de amor se tratara , ella no apartó sus labios de los míos haciendóme
sentir como nadie lo había hecho , ni siquiera Lucy con sus experiencia besando podía lograr
superar a aquellos labios rojos carnosos que no se despegaban de los míos , era una
sensación extraña , porque lo sentía tan natural como si hubiera esperado siglos para realizar
aquella acción y no me negué a quitar los míos de los suyos , solamente dejé que ambos se
unieran como si fueran uno solo
.
Cerré mis ojos ante la magia de aquel momento , aunque ni siquiera podía creerlo , porque
no parecía real , aquel beso me hizo olvidar de todas mis preocupaciones y aunque solo duró
un par de segundos, para mi fue eterno permitiendóme poder sentir sus suaves labios como
si un regalo del cielo se tratase .
Definitivamente estaba pérdida ante aquello .

-Yo .... Lo siento no estaba consciente de lo que hacía - contestó Lauren avergonzada
mientras quitaba la magia que había ocurrido en aquel momento
, estoy segura que ella también lo había sentido , porque sus mejillas habían adquirido un
color rosado y una sonrisa disimulada había adornado su rostro por algunos segundos , no
quería que eso terminara , así que sin dejar que mi cerebro me llevara al buen camino , el
cuál era olvidar aquel beso y decirle la verdad a Lauren , simplemente ladeé la cabeza y
atraje su rostro hacia mí mientras mis manos acariciaban delicadamente su cabello negro
para volver a besarla porque deseaba con una necesidad que hace mucho no tenía , sentir
sus labios contra los míos nuevamente como si mi vida dependiera de aquel simple acto .

Perdón por hacerlo tan corto , es que wattpad me borró el capítulo cuándo estuve a punto de
publicarlo , así que tuve que rescribir :v , pero os di beso camren *lloren* ahre xdddd .
Nos leemos :3
Gonna get better part 2

Los Angeles 1947

Lauren Hace 9 años


Mis manos dolían mucho después de haber estado casi tres horas
tratando de dejar todo en orden.
Se me había ido casi una hora terminando de lavar los platos del restaurant y dejar la cocina
impecable, aunque eso no era lo más desgastante .
Siempre lo peor venía cuando se trataba de tallar los pisos dónde estaban las mesas , porque
tenían que quedar brillando de una manera que muchas veces tenías que hacerlo
manualmente y el químico que se utilizaba para limpiar los pisos ardía después de mucho
tiempo y también formaba algunas ampollas en las manos.
Suspiré cansada mientras terminaba de tallar el último metro cuadrado que me faltaba
,desvié mi mirada al reloj de péndulo que se encontraba a solo unos pasos de mí y pude ver
que pronto serían la una de la madrugada , de seguro Mani y Dinah ya debían estar en casa y
debían estar preocupadas por mí .
Sonreí por aquello , ellas dos eran lo único que tenía en mi vida y lo eran todo , siempre
habíamos sido las tres desde que nuestras vidas coincidieron en aquella casa de acogida que
habíamos vivido hasta hace un par de años .
Mani y yo éramos las de mayor edad en aquel lugar , por lo tanto, en nosotras siempre caían
las mayores responsabilidades como que todo quedara perfecto cuándo cada mes venían los
grandes empresarios a dejar sus donaciones para que siguiera en pie la casa hogar ó nos

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encargaban de cuidar a los bebés que llegaban cada semana , la verdad es que a pesar de
que no nos parecíamos en nada , Mani y yo teníamos la misma historia .
Fuimos abandonada a nuestra suerte cuándo éramos bebés , jamás supimos nada de
nuestros padres aunque nunca dejamos de imaginar alguna historia coherente por la cuál
pudieron ser capaces de abandonar a sus propias hijas como si fueran nada , ninguna de las
dos estaba segura de que la fecha que indicaban nuestro registro era nuestra verdadera
fecha de nacimiento y nos habían puesto cualquier nombre , no había nada de especial detrás
de nuestros nombres y como todo lo que teníamos en la vida , lo habíamos compartido con
muchas otras niñas que sufrían el mismo abandono .
Con Dinah había sido una historia totalmente distinta .
Ella había tenido una familia que la amaba , sabía lo que era tener padres que se desvelaran
por ti , su nombre había sido escogido por su familia y no por nombrar a un bebé , tenía un
apellido y el destino había sido bastante cruel para quitarle aquella felicidad a los seis años
cuándo su madre murió de tuberculosis y tuvo que ser trasladada a algún centro de acogida ,
porque ya no tenía familiares que reclamaran por ella . Aún recuerdo como ella solía llorar
todas las noches por su familia y con Mani nos quedábamos viendóla por horas , porque
jamás sabríamos
como se sentía aquello , sin embargo , nunca dejamos de ofrecerle nuestra amistad y luego
de años pudimos convertirnos en todo lo que teníamos en la vida .
Adoptamos el apellido de Dinah para poder tener un apellido frente al mundo y porque
queríamos de alguna forma convertirnos en familia , no me importaba que ellas tuvieran un
color de piel distinto al mío , yo no podía ver aquella diferencia , para mi eran sólo las dos
chicas más importantes de mi vida y no había nada más detrás de eso .
Volví a sonreír cuándo vi que mi trabajo ya estaba terminado , al fin podría ir a casa y dormir
toda la mañana si quería , ya que mañana era domingo y ese día no me tocaba trabajar .
La verdad es que a pesar de ser bastante duro el trabajo en el restaurant , la paga no estaba
nada mal, bueno todo era mejor que vivir en la calle , pero que te pagaran cuatro dolarés al
día significaba tener casi cien dolarés al mes , lo cuál permitía pagar el departamento que
arrendabamos entre las tres en el cuál se iban casi noventa dolarés y yo siempre me
encargaba de pagar eso , porque mi sueldo era mayor que el de las chicas , mientras ellas se
encargaban de pagar las cuentas y comprar comida.

Tiré el paño al balde que tenía a mi lado y puse mi mano en mi frente pra secar el sudor que
había en ella, luego de esto me esforcè para poder levantarme y dejar el balde en la cocina ,
ya que el cansancio me están invadiendo.
Ya no quedaba nadie en el lugar ,excepto el recepcionista del restaurante, el señor Jaureugi
quién también se encargaba de contratar a los nuevos empleados y era la persona a quién
tenías que siempre agradar porque sino podías considerarte despedido.
Sinceramente nunca había dirigido más de diez palabras con él , siempre estaba demasiado
ocupada para poder conversar con alguien , pero cuándo lo había hecho , casi siempre me
perdía en aquel mar azul que irradiaban sus ojos y en el cabello dorado que tenía.
Era bastante alto , tal vez un par de cabezas más que yo y siempre estaba correctamente
vestido, además que tenía una elegancia innata que fácilmente se podía confundir con
cualquiera de los clientes que entraban al restaurant.
Todas las chicas de la cocina siempre murmuraban sobre él y como su sonrisa las hacía
suspirar.
Tal vez tenían razón , pero yo estaba demasiado enfocada en mi vida para poder notar
aquellos detalles , tenía suficientes problemas en mi vida como para desperdiciar mi tiempo
en pensar en alguien que de seguro me doblaba en edad.
Reuní todas las cosas que había utilizado para limpiar los pisos y las puse en el balde mientras
me dirigía a la cocina para dejarlo en el lugar de siempre y al fin dar por terminado mi día.
Dejé el balde y me lavé mis manos resecas por todo el tiempo que había tenido que fregar.
Mis manos comenzaban ha sentirse ásperas , pero eso era
normal después de un día de trabajo.
Tomé mi cabello en una coleta y me dirigí hacia dónde estaba mi chaqueta pensando si me

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quedaba aún algo del dólar que había dejado en mis bolsillos para poder pagar los pasajes
del autobús de esta semana .
Cuando comencé a buscar si me quedaba algo , me di cuenta que apenas me quedaban
menos de cinco centavos , lo cuál significaba que tendría que irme caminando a casa.
Nada podía ser más perfecto .
Suspiré frustrada mientras trataba de pensar en algo ,las calles de Los Angeles a éstas horas
no eran seguras , al menos en el autobus podía estar algo más segura que caminando sola en
medio de la noche , pero no tenía más opciones así que me resigné a la idea.
Me dirigí hacia la salida tratando de rogar que mi mala suerte no viniera ligada con que hoy
lloviera.
Los Angeles era una ciudad que no importaba el clima que hubiera , si las nubes se nublaban
iba a llover si ó si y las noches no eran excepción , lo peor es que en la noche solían ser
lluvias frías y a mi me quedaban varias horas aún.
Al salir del restaurant miré al cielo para ver si estaba lloviendo y por suerte eso aún no
sucedía y sonreí ante aquello , comencé a caminar hacia la calle cuándo me fijé que el señor
Jauregui estaba recostado en una pared fumando un cigarro , seguí caminando al desviar la
mirada de aquella escena , pero él se había dado cuenta de eso .
¿Lauren aún sigues aquí?- me preguntó mientras se acercaba y pisaba el cigarillo,
asentí por lo obvia que era su pregunta pero no dije nada .
Ya me iba a casa Señor Jauregui - respondí formalmente mientras trataba de pensar
todo el camino que me quedaba aún , él sonrío ante aquello y siguió caminando
conmigo.
¿No tomarás el autobús?- me preguntó inquieto y yo no supe que responderle , no era
su problema saber que en verdad me había quedado sin dinero.
Me gusta caminar en la noche - contesté sin más encogiendóme de hombros , no era
una total mentira , porque realmente me gustaba , no obstante , en este momento
deseaba solo llegar a casa .
Èl no dijo nada hasta que me detuvo para que lo mirara y me extendió un billete de un dólar
y yo lo miraba impresionada.

No quiero perder a una de mis mejores empleadas , ten - dijo mientras tomaba mi
mano y ponía aquel dólar , yo me negué a recibir su dinero , era un cuarto de lo que
ganaba en un día , no podía aceptarlo y menos de alguien que era mi jefe.
Yo ..-respondí nerviosa - no es necesario - él sonrío y ladeó la cabeza chasqueando la
lengua
Aceptálos , no pasa nada , quedará entre nosotros - sugirió sonriendo y yo no sabía
que decir - te llevaría en mi auto , pero vamos por caminos
distintos - volvió a asentir y una sonrisa salió de mis labios , nunca nadie había hecho eso por
mí.
-Muchas gracias , se los devolveré mañana completos - refuté con una sonrisa , pero él se
negó a aquello .
No te preocupes , son todos tuyos , tómalos como un regalo de cumpleaños
adelantado,aunque solo es un dólar - dijo encogiendóse de hombros y él realmente no
sabía lo que significaba un dólar más en mi vida , era un suspiro de esperanza.
En ese momento no estaba consciente de que aquel simple acto era el comienzo de algo ,
pero así fue como comenzó la peor equivocación de mi vida .
Comencé a buscar por inercia alrededor de toda la cama a Noelle , pero no la encontré .
Eso hizo que mis ojos se abrieran rápidamente y me diera cuenta que todo había sido un
sueño.
Suspiré ante uno de los recuerdos más decentes que tenía con él , aunque ahora no me
importaba recordarlo , habían veces que aún dolía que todo lo que me dijo era mentira , pero
más me dolía el hecho de que hubiera sido tan tonta como para creerle todas sus mentiras ,

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todas las fantasías que creo en mi cabeza.
Obviamente jamás volví a ver al idiota de Jack después de que él no quisiera saber nada de
mí porque estaba embarazada, no obstante, sabía que por mis equivocaciones y por lo
estúpida que había sido al creer que existía el amor , no fui capaz de ofrecerle a mi hija una
familia ni una vida normal , era lo único que me arrepentía de todo lo que había vivido .
No haber sido suficientemente inteligente como para darme cuenta de que él no era para mí
como Mani y Dinah me lo habían repetido incontable veces .
Sin embargo , a través de esa equivocación había conseguido a la persona más importante de
mi vida.
Me refregué los párpados tratando de ver dónde estaba Noelle , hasta que la escuché reír al
lado de Mani y parecían que las dos estaban ensuciandóse con harina .
No pude dejar de sonreír por aquello, ver a Noelle feliz era lo único que estaba bien en mi
vida , así que verla ser una niña normal solo me hacía sentirme completa.
Me levanté de la cama y fui a la cocina para ver el desastre que tenían Mani y Noelle , al
parecer estaban tratando de hacer panqueques y terminaron llenas de harina , apenas me vio
Noe no dudó en salir corriendo hacia mí y abrazarme
.
Mami ya te levantaste - dijo mientras me pedía con sus pequeñas manos que la
tomara en brazos cosa que hice para besarle todo el rostro y ella arrugaba la nariz
tiernamente - estamos haciendo el desayuno con la tía Mani -miré a Mani quién reía
por la actitud de Noe y pude notar que estaba doliendóle el hombro , su herida
llevaba una semana y aún no cicatrizaba , no sé como le había mentido a
Dinah sobre aquello , pero a mi me preocupaba que ella estuviera dispuesta a seguir
arriesgando su vida, a pesar de todas las advertencias.
Le sonreí a Noe mientras la bajaba de mis brazos para ir dónde Mani para ayudarla con su
herida .
Noe ¿por qué no vas a limpiarte toda la harina cariño? - le pregunté dulcemente y ella
asintió mientras corría hacia el baño , ese fue el momento en que puse mis manos
sobre el hombro de Mani y comencé a ver como iba la herida
-¿Estás bien?-le pregunté preocupada y Mani asintió mientras terminaba de poner los
panqueques en el plato , yo le quité la espátula y la obligué a sentarse mientras yo terminaba
.

-Estoy bien Lern , no moriré - contestó sarcásticamente y yo la fulminé con la mirada por
aquel comentario , ¿cómo podía bromear con algo tan serio? , tomé el plato con panqueques
y los puse sobre la mesa para luego abrazar a Mani y acariciar su espalda porque sabía que
eso era lo que ella deseaba , habíamos pasado toda nuestra vida juntas , así que ya
estábamos acostumbradas a predecir lo que la otra pensaba.
-Te quiero lo sabes - le susurré en su oído y ella asintió con una sonrisa -por eso me
preocupo por ti, tú , Dinah y Noe son mi todo , si algo les pasara no sé que haría -Mani
suspiró y antes de que dijera algo , Noe ya estaba devuelta mostrandóme que sus manos
estaban limpias y dejamos la conversación hasta ahí .
Mani se limitó a comenzar a repartir los panqueques que había hecho con Noe en los platos
que estaban en la mesa , mientras yo me sentaba mirandóla atenta , sabía que me estaba
ocultando algo, la conocía , no obstante , estaba esperando a que ella me lo dijera sola sin
tener que obligarla .
Noe no tardó en sentarse en la mesa mientras balanceaba emocionada sus piernas que
colgaban de la silla , amaba desayunar panqueques , aunque fueran muy pocas las veces las
cuales podíamos permitirnos aquel desayuno . Vi como apartaba torpemente el cabello de su
rostro y no dudé en sacar el moño que tenía en mi cabello para tomarle el pelo a ella para
que no se ensuciara al comer ,ella no dijo nada porque su vista estaba en los cuatro
panqueques que adornaban su plato
, se veía tan adorable que no pude dejar de sonreír al ver como comía entusiasmada.
Mani la había duchado y de seguro le había ayudado a vestirse antes de que yo me levantara

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, porque estaba vestida con un vestido blanco con una cinta azul que Ally le había regalado
hace un par de meses y sus viejos zapatos negros , los cuales cambiaría por unos nuevos
apenas supiera cuánto me pagarían en la película .
Aún no podía creer que tenía empleo y menos que era en una película , tal vez no sea mucho
, sinceramente no estoy segura cuánto me paguen y tambièn sabía que era sólo temporaneo
, sin embargo , algo era algo y agradecía que fuera así , porque este mes necesitaba ese
dinero para comprarle un par nuevo de zapatos de noe y algo de ropa porque la suya ya le
estaba quedando pequeña.
-Están muy ricos ¿cierto mami? - la voz animada de Noe hizo que
me saliera de mis pensamientos y asintiera , aunque ni siquiera había tocado los panqueques
que estaban en mi plato , cuando me fije en el rostro de Noe , ella tenía toda la boca llena de
miel y ladeé con la cabeza porque ella era un desastre comiendo cuando se trataba de
comidas que le gustaban , así que tomé una servilleta y se la pasé para que se limpiara y
Mani señalaba mi plato para que comiera mi desayuno .
Por cómo toda tu cara ha comido los panqueques , deben ser una delicia cariño -
contesté riendo y Noe asintió animada mientras veía que su plato había quedado
vacío y veía al mío que aún estaba lleno , así que no dudé en ofrecerle de los míos -
¿Quieres más? - le pregunté sonriendo y sin pensarlo dos veces le puse dos de los
cuatro que tenía y ella me regaló de esas sonrisas únicas que podría tener el cielo
solo haciendo eso, tenía hambre , pero siempre prefería darle de mi comida a Noe,
ella siempre tenía hambre y no la culpaba porque era apenas una niña y yo podía
arreglarmélas para combatir el impulso de querer comer todo lo que apareciera en mi
plato.
Esperé a que ella terminara de comer y me dijera que estaba satisfecha antes de comenzar
con mi plato, ya que llevaba mucho tiempo preocupándome solo que las chicas comieran ,
ahora tenía a Noe y me preocupaba que ella no sintiera hambre , sabía lo que se sentía
aquello , en la casa hogar a nadie le importaba si comíamos lo suficiente ó no , jamás le haría
pasar por aquello a mi hija.

-¿Satisfecha? -le pregunté antes de que se levantara de la mesa y ella asintió mientras se
levantaba para poner su plato sobre el lavadero y Mani al ver que aún no podía alcanzar el
lavadero tomó el plato y lo puso con el suyo para lavarlo.
Cada vez que veía a Noe me entraba la misma pregunta , ¿cómo alguién podía ser capaz de
abandonar a su hijo? , es decir , no me entraba en la cabeza como alguién podía negarse a
vivir por siempre con aquella criatura que tenía tu sangre y tal vez mucha de tus
características , trataba de encontrar alguna respuesta a la razón por la cuál mis padres ó los
de Mani simplemente se deshicieron de nosotras y jamás llegaba a una respuesta , porque ni
aunque me pagaran podría ser capaz de separarme de Noe , ella era mi todo y nada era tan
duro si se trataba de hacer un esfuerzo por ella.
Noe no tardó en volver a sentarse a mi lado y yo comencé a desayunar bajo su mirada , ella
me miraba con aquellos ojos azules que tenían el mismo tono intenso de quién me había
conquistado hace tanto.
Nadie podía dudar que ella era mi hija , nos parecíamos en muchos rasgos, sin embargo ,
aquellos ojos azules casi celestes y aquella cabellera rubia delataba a gritos de que no había
heredado aquellas características por mi familia ó al menos eso pensaba , ya que tampoco
sabía como podría haber sido mi familia , pero seguramente los había heredado de Jack.
Antes de que Noe naciera no había día en que no me preguntara si se parecía a él , Jack tenía
una familia hecha cuándo yo torpemente me enamoré de
él , tenía dos hijos , de hecho , tenía una hija que era apenas dos años mayor que Noe y que
también tenía aquella cabellera rubia y esos ojos azules , aunque los de ella eran de un tono
más apagado , los recuerdo muy bien porque un día vi como su esposa lo visitaba en el
trabajo y traía a la pequeña que apenas sabía caminar en aquel momento y que ahora
seguramente era la adoración de sus ojos.
Era cierto que siempre supe que nada bueno saldría de la relación que tuve con Jack , pero a

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los quince años solo deseaba que alguien me quisiera , quería sentirme amada por primera
vez , deseaba con todo mi corazón conocer a alguien y comenzar a vivir feliz y tranquila , sin
embargo , ahora solo podía regañarme por lo inocente y tonta que había sido al creer en
aquel cuento que él quiso inventar en mi cabeza , cuándo nada de lo que salía de su boca era
verdad.
Suspiré mientras me envolvía en el recuerdo más doloroso que tenía con él cuando le dije
que estaba embarazada .
-Estoy embarazada Jack - solté sin más porque no había nada que ocultar , necesitaba
decírselo ahora ó nunca así que simplemente lo hice .
Mis manos temblaban y sudaban como nunca lo habían hecho , no sé como me llené de valor
para decírselo pero ya se lo había dicho , así que ya podía respirar nuevamente .
Porque estaba segura que lo había dejado de hacer desde que me enteré la semana pasada
que un bebé crecía en mí.
Mi mirada se quedó fija en su reacción . Sabía que ésta noticia no le caería como un regalo ,
ya que él ya tenía una familia conformada , una esposa a quién amaba y dos hijos , de hecho
ni siquiera para mi esta noticia era un regalo .
Creo que no recordaba un momento que hubiese llorado ni gritado tanto por lo injusto que era
el destino .
Tenía sospechas de que estaba embarazada ,no obstante , siempre preferí ignorarlas y creer
que no era cierto , quería creer que sino lo enfrentaba entonces no podía ser real .
Pero lo era , lo había comprobado hace una semana y aunque aún seguía sin creerlo, después
de todo no podía ser capaz de no aceptar a este bebé .
Era cierto que no venía en mis planes , sin embargo , era una parte de mí y una parte de él ,
era un bebé que definitivamente no tenía la culpa de nuestras equivocaciones y era la única
persona por la cuál debería preocuparme desde ahora .

Le ofrecería un poco de lo que a mi no se me ofreció y solo eso ya me hacía amarlo .


No me parece chistoso Lauren - respondió serio y yo fruncí el ceño por su respuesta ,
¿cómo podía jugar con eso? ¿cómo podía pensar que estaba bromeando sobre algo
tan serio ?.
-Es cierto , lo he confirmado hace una semana - dije mientras me cruzaba de brazos
esperando su respuesta , él solo suspiró frustrado mientras su ceño no dejaba de estar
fruncido , jamás lo había visto de esa forma y cuando sus
ojos azules que habían llegado a convencerme de cualquier locura no mostraban aquel brillo
del cuál estaba enamorada , supe que él no estaba muy feliz con aquella noticia .
¿Qué piensas hacer? - me preguntó y yo lo miré sin saber que responder a su
pregunta , jamás me había hablado de una forma tan seria y tan cortante , esa
simple pregunta me partió en dos .
Aunque no era tonta para creer que él sería capaz de dejar a su
familia por mí .
Claro que no iba a hacer eso , él no iba a dejar todo por una chica
de quince años que no tenía ni a dónde caer muerta, no obstante , creía que al menos iba a
ver algo de emoción por la noticia .
No solamente frialdad de su parte.
Yo ..- dije dudosa tratando de encontrar las palabras correctas para ésta situación ,
porque ya lo había decidido , quería a este bebé , no podía simplemente deshacerme
de él - Quiero tenerlo - suspiré tragando mis lágrimas y él me vio más enojado que
nunca , mientras cerraba la puerta de su casa para hablar y me sujetaba del brazo
para que camináramos a la calle ,no podía creer nada de lo que estaba sucediendo .
-¿Cómo que quieres tenerlo?- me susurró mientras yo no dejaba de acariciar suavemente mi
estómago tratando de encontrar fuerzas que no tenía , solamente quería llorar por lo que
estaba pasando-apenas puedes contigo mismo -me refutó y con cada palabra que salía de su
boca no podía creer en cómo dejaba de ser aquel chico del cuál me había enamorado , había
sido una tonta y me había dejado engañar por sus caricias y como me trataba diferente a

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todo el mundo, cuando realmente no le importaba ni un poco , solo quería pasar el rato y
satisfacer sus placeres, era tan solo eso.
Lo sé-contesté suspirando y sintiendo como mis lágrimas caían - pero no es una
opción no tenerlo, Jack eres padre no me puedes pedir que no lo tenga -esa escena
me parecía tan irreal , él era padre, había escuchado cientos de veces lo feliz que era
con ellos , los amaba estaba segura de eso , entonces ¿cómo podía simplemente no
querer ahora a éste? , ¿cómo podía rechazarlo siendo que era tan hijo suyo como los
otros que tenía?
Pienso que es una pésima decisión -me dijo mientras caminaba nervioso y yo solo
quería irme de aquel lugar porque no conseguiría nada , solamente sufrir más por
todo lo que estaba pasando , Dinah y Mani tenían razón desde un principio , jamás
debí haber aceptado nada que viniera de él - si no tienes dinero para bueno ya sabes ,
puedo darte -la sola idea de pensar en eso me horrorizó , no era capaz de hacer eso y
me sorprendía que él me sugiriera aquello sabiendo de que hubiera dado por crecer
en una familia , por sentirme amada por alguien , definitivamente con cada minuto
que pasaba , me decepcionaba más de él .
No necesito tu dinero Jack si crees que estoy aquí por eso- respondí ofendida porque
no necesitaba de su dinero , ni siquiera le estaba pidiendo
nada , solo pensaba que él debía saber y también pensaba que él me apoyaría . Ahora me
daba cuenta que eso era parte de las miles de fantasías que tenía sobre mi vida y que
ninguna de ellas se convertiría en realidad .

¿Entonces porque estás aquí?- me preguntó estresado y yo me sequé mis lágrimas


tratando de pensar porque había decidido ir a su casa esta tarde y contarle si siempre
supe que ésta sería su reacción , siempre supe en lo que me estaba metiendo al salir
con él , yo solamente era su chica de repuesto cuando él tenía tiempo , no era nada
más que eso.
-Por que pensé que me amabas - no sé como salieron aquellas palabras de mi boca , pero
salieron , realmente pensaba que él me amaba , pensaba que él era el indicado y caí en su
juego como la chica tonta que era y ahora no había vuelta atrás a mis errores.
-Lo hago- dijo suspirando y yo negué con la cabeza enojada porque eso no era cierto , él no
me amaba , sino no me estaría diciendo nada de esto , él me apoyaría con todo lo que me
estaba pasando, al igual que lo hacían Dinah y Mani , porque ellas si me amaban -pero un
bebé es otra historia , jamás podría dejar a mi familia y lo sabes , siempre lo supiste- y
cuándo pensé que no podía romperme más , él terminó de destruir todo mi corazón y
cualquier sueño que podía haber tenido- Lauren escucha -me respondió mientras tomaba mi
rostro entre sus manos - eres una chica inteligente , te darás cuenta que esto es una tontería
, no puedes mantener a un niño , tienes que escoger que es lo mejor -él no tardó en buscar
algo en sus pantalones y sacó su billetera para pasarme algunos billetes , yo me negué a
aceptar algo que viniera de él , me sentía sucia y usada como si me estuviera pagando por
mis servicios , me sentía una tonta por haber creído en sus palabras y lo único que quería era
llegar a casa y no saber nunca más nada de él- no es mucho dinero,pero te servirá por un
tiempo -finalizó tratando de encontrar mi mano para depositar el dinero en ella , yo solo lo
miraba enfurecida por lo que estaba haciendo.
Quédate con tu asqueroso dinero Jack, no vales nada - le grité furiosa mientras
trataba de contener las lágrimas -lo único que me alegro es que mi hijo jamás sabrá
de ti-sentencié más furiosa que nunca , sin embargo , sabía que esa afirmación me
dolía más a mí que a él.
Porque a él realmente no le importaba no conocerlo.

-y Alex pudo hacer un avión de papel que voló por todo su jardín - me dijo Noe sorprendida y

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yo reí porque todo le impresionaba como a cualquier niño de su edad , ella era simplemente
maravillosa y no podía amarla más de lo que ya lo hacía -la tía Ally me enseñará a hacer un
avión como los que hace Alex - me susurró como si fuera un secreto y yo sabía que mi
sonrisa no se saldría jamás por solo tenerla a ella a mi lado - debe ser genial viajar en un
avión , ¿tú lo has hecho?- yo negué con la cabeza mientras trataba de ver cuánto nos
quedaba para poder llegar a
la tienda de ropa que quedaba a unas cuántas cuadras más abajo de la casa de Ally , Mani
me había pasado algo de dinero para poder comprarle algo de ropa a Noe , no era mucho ,
pero con un par de vestidos creo que sería suficiente hasta el próximo año.
-No , pero debe ser genial como tú dices cariño - le respondí acariciando su mejilla y ella
apegó su cuerpo a mi pierna mientras acariciaba suavemente mi mano derecha de la cuál no
se soltaba nunca cuándo caminabamos a alguna parte , era indescriptible la sensación de
calidez que se generaba porque la tenía en mi vida , era como esa suave sensación de
ponerte un abrigo cuándo tienes frío ó cuando tienes hambre poder llegar a un lugar y comer
un plato caliente , era la mejor sensación del mundo.
Sonreí al ver que quedaba solo una calle para llegar a la tienda y Noe seguía narrandóme
sobre lo que había hecho el viernes en la casa de Ally , ella adoraba ir allá , le encantaba
pasar tiempo con Ally y con Alex quién era su mejor amiga a pesar de que tenían un año de
diferencia y que no iban en la misma clase . Noe siempre llegaba con una sonrisa a casa
cuándo comenzaba a contarme todas las cosas que había hecho en la tarde en compañía de
Ally quién también la adoraba como si fuera su hija.

Ally tenía aquel don maternal que la hacía una mamá perfecta , parecía que ella tenía todas
las respuestas a la vida y que jamás podía equivocarse . Me ayudaba siempre que podía con
Noe y la conocía a la perfección como si de Alex ó los gemelos se tratara , ella sabía cuándo
Noe iba a tener un resfriado cosa que yo nunca podía predecir , ella sabía cuales eran sus
galletas favoritas y miles de cosas que tal vez yo sólo sabía las más básicas y que Ally se
había encargado de adquirir en conocimiento luego de cinco años cuidándola.
Noelle también la adoraba y siempre trataba de decirle cuánto la
quería.
Muchas veces se había quedado hasta tarde solo para poder hacerle un dibujo ó se levantaba
más temprano que todas para ir los domingos a la iglesia solo para poder verla como si no la
viera hace años.
A veces sentía miedo de aquel amor , sabía que ella tenía todo el derecho a ser feliz y
querida por muchas personas , pero es que Ally era perfecta en todos los sentidos , sin
embargo , yo solamente trataba de darle una vida decente con mucho esfuerzo.
Mientras que Ally podía ofrecerle una vida perfecta sin tener que mover un dedo.
-¿Mami? - me preguntó Noe y yo presté atención a lo que me iba a preguntar -¿cómo era
papá?- mi corazón lloró ante su susurrada pregunta , no podía creer que ella estuviera
preguntándome eso, tampoco sabía que responderle a aquello porque simplemente pensar en
él aún me dolía a pesar de llevar siete años sin verlo.
Sabía que se había convertido en un empresario exitoso de una
cadena de restaurants que abarcaba toda la costa este , lo había visto incontable veces en el
periódico dónde mostraban todo el éxito que él tenía y los millones que tenía tras sus
espaldas , el apellido Jauregui era un apellido que todo el mundo en Los Angeles conocía , no
obstante , yo prefería ignorar cualquier cosa que me hiciera recordarlo , porque me dolía
volver a abrir aquella herida que creía cerrada hace mucho .
Estuve en silencio unos minutos , ya que no sabía que responderle a Noe , ella sabía la misma
historia que le había contado a todo el mundo , definitivamente aquella historia era más de lo
que merecía alguien como Jack , sin embargo , no quería que Noe creciera sabiendo que la
realidad no era como ella pensaba y su padre nunca la quiso , no podía destruirle la infancia
de esa manera a mi hija y aunque estaba segura que tener ó no un padre no afectaba su vida
diaria , entendía su curiosidad hacia el tema.
Él - respondí suspirando tratando de no llorar y ella me miraba concentrada
esperando mi respuesta- tenía tus mismos ojos y aquel cabello rubio que te queda tan
insideofmysoul
bien - contesté pensando que eso iba a ser suficiente para saciar su curiosidad , no
obstante , ella se quedó en silencio por unos segundos para luego seguir preguntando
sobre él .
-¿Él te quería como lo hace tía Mani con tía Dinah? - me preguntó inocentemente y suspiré
ante eso, creí que él lo hacía , realmente creí que él era la persona indicada , sin embargo ,
sabía perfectamente que eso no era cierto , que solo eran mentiras lo que él me decía y que
solo yo había amado , él solo había quedado satisfecho aprovechándose de una chica joven y
tonta que deseaba ser amada , pero no podía responderle eso a Noe , no podía darle aquella
respuesta así que preferí mentir.
-Hay distintas formas de querer Noe -ella me miró con cara de incomprensión y yo seguí
ideando la respuesta - yo te quiero con todo mi corazón pero no de la misma forma que hace
tía Mani con tía Dinah , ellas se quieren de una forma única y que no puede repetirse , en
cambio , lo que sentí con tu padre era algo distinto , pero si lo quise y él me quiso - me costó
tanto decir aquellas palabras que pensé que no tardaría en llorar ,por suerte no pasó y
aquella respuesta pareció terminar con la curiosidad de ella sobre Jack .

Después de aquello solo nos quedamos en silencio hasta que llegamos a una tienda de
pasteles y Noe comenzó a saltar emocionada al ver todos los pequeños pasteles que
adornaban en una bandeja giratoria con todos sus colores , creo que se quedó varios minutos
viendo como estos giraban y resplandecían con sus tonos pasteles y azules , apenas vi su
rostro emocionado al ver cada uno de los ejemplares decorados a la perfección , saqué el
dinero que tenía para ver si me alcanzaba para comprarle aunque sea uno .
Casi siempre sentía el remordimiento de no poder ofrecerle a Noe todo lo que ella quisiera ,
sentía aquella opresión en mi pecho cuándo ibamos al parque y ella veía
como los otros niños jugaban con juguetes que yo no podía costearme y como ella esperaba
deseosa a su cumpleaños para que pudiera regalarle alguno de los juguetes de su juguetería
favorita .
Sin embargo , ella jamás se quejaba y solo se quedaba callada cuándo veía aquello , sabía
que ella entendía que yo no podía darle nada de esos lujos y eso también me dolía , porque si
fuera por mí , le daría todo lo que ella quisiera y hasta más , ya que eso era lo que ella se
merecía.
Mami podemos entrar por favor - me rogó mientras no despegaba su rostro del vidrio
del mostrador, yo volvía a contar cuánto dinero tenía , los pasteles valían la mitad de
un dólar lo cuál significaba que me quedaba con el dinero justo para comprar su ropa
y que teníamos que regresar a casa caminando porque no me alcanzaba para el
autobús , no obstante , sabía que ella sería feliz con uno de ellos entre sus manos ,
así que apreté su mano contra la mía y entramos a la pastelería.
No era muy grande el establecimiento , pero el olor dulce de los pasteles recién hechos y la
gran variedad que había en el mostrador cerca de la caja para pagar hacía que mis ojos se
perdiera ante tanta belleza , Noe fue corriendo hacia dónde estaban los pastelitos que ella
había visto afuera y comenzó a señalarme uno rosa que tenía un moño celeste en la parte de
arriba.
-Quiero ese mami - me dijo emocionada mientras lo apuntaba y la señora de la caja esperaba
a que yo dijera que si para sacarlo de aquella pirámide de pastelitos que había en el
mostrador, acaricié la cabeza de Noe y asentí frente a aquella petición , tenía el dinero justo
así que no era problema poder comprárselo .
El problema surgió cuando vi que al registrar el precio , éste valía diez centavos más de lo
que esperaba.
No sabía que decir frente a ello , tenía el dinero justo y Noe estaba emocionada por aquella
simple compra , no podía decirle que no en aquel momento .
Son sesenta centavos - me confirmó la vendedora mientras yo aún seguía
reflexionando si comprarlo ó no porque era más importante comprarle la ropa a Noelle
que aquel pastel, diez centavos me separaban de ver feliz a mi hija y eso me dolió
más que nada , sin embargo , sabía que eso no era una prioridad en aquel momento ,
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así que me negué a comprarsélo .
La chica frunció el ceño y canceló la compra mientras devolvía el pastel al mostrador, Noe no
dijo nada solo bajó la mirada y yo la abracé a mí porque sabía lo que pasaba en su mente ,
ella me miró con cara de puchero y yo me puse a su altura para abrazarla , me sentía la peor
madre del mundo , pero no podía complacerla esta vez.
-Vamos cariño , se nos hace tarde - le dije dulcemente mientras acariciaba su mejilla y ella se
quedó en silencio mientras devolvía por unos segundos la vista hacia el pastel que había
elegido hasta que finalmente asintió a mi petición y tomó mi mano para salir de la pastelería.
Estuvimos a punto de salir hasta que me fijé que había una chica en el mostrador , podía
reconocerla a kilómetros de distancia , era la misma castaña que
me había llevado ayer en su auto , la misma chica que le habia destruido el vestido , era
Camila.
Llevaba el cabello recogido y unos lentes de sol ocultaban sus ojos castaños de la multitud ,
pero yo podía reconocerla, aquel aire de superioridad que me había intimidado ayer aún
seguía presente , sin embargo , se mezclaba con la belleza que resplandecía de ella . Llevaba
un vestido negro con puntos blancos que le llegaba hasta las rodillas y unos tacones negros
que combinaban perfectamente con el vestido , él cuál hacía relucir su figura de una manera
única .
Era hermosa.
Llevaré estos y quiero los dos primeros - le dijo a la cajera mientras yo no dejaba de
verla , ayer en la noche estaba tan concentrada en llegar a casa que no le había
prestado la suficiente atención . Era cierto que estuve mdia hora dentro de su auto
mientras intentaba conducir en una zona que seguramente jamás volvería a tocar en
su vida , pero yo estaba más concentrada en llegar a casa y tratando de aclarar mis
ideas que en tomar en cuenta su rostro ó si figura.
Cuándo logró pagar la cuenta que tenía con aquella caja de pasteles no dudó en acercarse
hacia nosotras como si nos conociera de toda la vida y se puso a la altura de Noe mientras
sacaba el mismo pastel rosa que ella había elegido hace unos minutos atrás .
De seguro a ti te gustan más que a mí - se limitó a decir mientras se lo entregaba y
Noe la veía atónita por un segundo para luego posar su mirada en mí para ver que
decían - es un gusto verte nuevamente Lauren - comentó con una sonrisa mientras
se aseguraba de ubicar bien el pastel en las pequeñas manos de mi hija , si estaba
sorpendida de que hiciera aquel acto tan simple de comprarle el pastel que yo no
había podido a Noe , mi sorpresa aumentó más al darme cuenta que ella recordaba
mi nombre , ya que no había ninguna razón para que lo hiciera.
Noe seguía sin creer que tenía aquel pastel rosa en sus manos , sin embargo , no dudó en
sonreírle a Camila de una manera que no había visto que lo hiicera con desconocidos.
Muchas gracias señorita - le contestó y Camila no dudó en sacarse sus lentes y que
una sonrisa invadiera sus labios , mientras volvía a levantarse y esta vez su vista iba
dirigida hacia mí . Aquellos ojos castaños volvían a mirarme como si quisieran saber
algo , no obstante , esta vez no me hacían sentir intimidada sino todo lo contrario ,
sentía una extraña sensación frente a ella como si fueran algo mágico y pudiera
realmente perderme frente a ese mar de chocolate que ella me ofrecía.
Jamás me había sentido de esa forma con nadie y no me desagradaba sino todo lo contrario ,
me sentía en paz.
-No es nada hermosa - dijo Camila rompiendo el silencio que se había impuesto entre
nosotras y yo seguía atónita buscando aquellos luceros que resplandecían en medio de la
tarde -supongo que ella es Noe ¿me equívoco? - las palabras no lograban salir de mi boca
para responder aquella simple pregunta , pero Noelle se adelantó a aquello y extendió una de
sus manos para saludarla.
Noelle mucho gusto- contestó con una sonrisa llena de dulzura , Camila desvió la
mirada hacia mi hija quién se veía tan pequeña frente a ella -¿ y usted como se
llama?.

insideofmysoul
-Camila - respondió con otra sonrisa que no había visto en ella - Camila Cabello y soy amiga
de tu mamá.
One shot :She

Hoy quería escribir el capítulo que os debía , pero no tenía inspiración y éste one shot está
azotando mi cabeza desde hace días , así que he decidido escribirlo finalmente .
El fin de semana creo que tendré tiempo para subir dos caps de in color hasta que vuelva a
desaparecer , porque veo venir mi temporada de pruebas
u.u .
En fin necesitaba escribir esto , porque mi hermana me ha hecho enamorarme de esta
canción con cada pedacito de mi piel <3.
Con amor Taylor .

Camila

I paid all my dues and she wanted to know That I'd never leave her now I'm ready to go
As strange as it seems, she's endless to me She's just like paperwork but harder to read
Las nubles ennegrecidas por el tiempo nublado que azota a la ciudad y también por la
contaminación que persigue cada rincón posible de esta vieja ciudad llena de personas de las
cuales solo me interesas tú, se esfuerzan por tomar el protagonismo de cada escrito que trato
de desempolvar con mi taza de café a la mitad. Sin embargo , mi lapiz , mi papel y nuestros
recuerdos ganan aquella batalla y solo permiten escribir en cada línea las palabras que siento
hacia ti.

Ya que aunque no me lo creas , he tratado de escribirte todos los


días .

Todas las tardes que salgo del trabajo sin excepción paso horas caminando tratando de
pensar en las miles de palabras que mi mente quiere dedicarte , en las miles de palabras que
deseo que salgan de mi boca y perforen tu piel , por eso siempre me siento en esta misma
mesa al lado del gran ventanal de tu cafe favorito,porque quiero que cada palabra que te
vaya a escribir , sea en un lugar tan especial como lo eres tú para mí .
Aún recuerdo como nuestros destinos coincidieron hace un par de años y en estos mismos
metros cuadrados de paredes de madera y con un tono algo vintage ,tus ojos verdes se
atrevieron a robarme el aliento y a robarse mi corazón sin necesidad del tiempo . Tus ojos se
convirtieron en los mayores ladrones de la historia
, porque con tan solo unos segundos fueron capaces de robar mi vida y esclavizar a todo mi
ser a admirarte y amarte de una forma que sé que no puede ser humanamente posible.
No obstante, ninguna de mis palabras te hacen una digna justicia ,
porque en mi interior sé que no hay palabras que se atrevan ó alcancen a realizar aquel
flechazo ni tampoco podrán encargarse de traspasar tus barreras como tú has hecho conmigo
con cada mirada , caricia y demostración de amor que me has ofrecido durante todo este
tiempo.
He pagado todas mis cuentas con el destino .
He dejado atrás todos mis demonios y sé que estás deseosa por saber que si ahora por fin
nunca te dejaré ir .
Sé que no te resistes las ganas de por fin saber si esta vez me quedaré ó escaparé como
siempre suelo hacer frente a todo lo que no conozco y como soy respondiendo frente al
miedo de la incertidumbre y de sentimientos que no puedo explicar en palabras .
Sé que quieres saber si volveré a destruir tu corazón como lo he hecho tantas veces por estas
inseguridades que me azotan y no me dejan ser feliz.
Así que mi diosa sin inventarte palabras bonita , ni llenas de adjetivos como suelo llenar en
todos mis escritos , te confieso que estoy lista para ir.
insideofmysoul
Para caminar hacia la felicidad que quiero sentir junto a ti.

Quiero convertirme en tu sombra , porque así seré capaz de estar junto a ti lo que nos reste
de vida y hasta más allá de lo que la muerte nos pueda ofrecer . Quiero ser la razón por la
cuál maldices mi nombre todas las mañanas y que en cada amanecer recuerdes aquellos
besos que te regalé la noche anterior.

Quiero que mis palabras te lleguen a lo más profundo de tu corazón y se queden ahí , porque
te juro que cada letra que he utilizado para adornar mis libros son para ti , puedo asegurarte
que cada libro vendido es cien por ciento tuyo , porque éste corazón se ha convertido en tu
mayor esclavo y no sabe otra cosa que repetirse lo importante que eres para su subsistir , sé
que está mal volverme tan dependiente de alguien , pero es que no puedo evitarlo , ya que
sólo quiero fusionarme en ti y poder así lograr mi paraíso terrenal viviendo a tu lado.
Respóndeme ¿Desde cuándo te apoderaste de todo mi ser y me convertiste en una
autónoma?, fue desde esa primera vez que nuestros ojos conectaron ó ¿ lo planeaste desde
un principio.
Respóndeme ¿Cómo hiciste para que una atea en el tema del amor se convierta en la religión
más masoquista que el ser humano ha sido capaz de crear y fomentar? ¿Cómo pudiste ser
capaz de hacerme olvidar de todos mis problemas y que por primera vez deseara quedarme
en un lugar?,¿tienes alguna respuesta a esas preguntas? ó ¿tú tampoco sabes como sucedió
todo?.
Creo que con el tiempo me he dado cuenta que la vida está llena de incógnitas y que es mejor
vivir sin preguntarte de dónde nace todo , cómo sucede todo y solo disfrutar lo que te sucede
, sin embargo, quiero saber tus respuestas por el simple sentido de que tus palabras
parecieran tener siempre las respuestas correctas a todo , como si llevaras milenios de vida a
tus espaldas y hubieras visto
todo lo que el ser humano es capaz de realizar.

Por extraño que parezca, eres todo para mí .


Sé que a pesar de lo que todo el mundo pueda creer , rara vez te dedico palabras de amor
que invaden todos mis libros . Sé que no soy la persona más romántica que existe y que tú te
encargas de potenciar eso en mí con cada mañana que se parece al cielo con tan solo tenerte
a ti, sin embargo , nunca dudes que te amo más que a nadie , porque eso es lo único que sé
que es cierto en mi vida.
En tan poco tiempo te has convertido en la razón por la cuál puedo estar llorando y a la vez
saber que tu sonrisa me animará todo el día , tú te convertiste en aquella persona a la cuál
recurro cuándo la vida ya no tiene sentido de ser vivida y tú le devuelves aquellos colores
brillantes que han sido opacados por la capa que el resto del mundo trata de mantener sobre
la vida de las demás personas , como si odiaran ver los colores de la vida y prefirieran verla
de un color gris como el humo de los cigarrillos que antes devorabas como nadie.
Aunque el cielo no ha dejado de ser oscuro por las noches ni tampoco la contaminación ha
dejado de ser algo con lo que vivo diariamente , solo con tenerte en mis pensamientos es
suficiente para creer que cada mañana que me levanto a trabajar es como si estuviera viendo
un atardecer en medio de alguna playa afrodisíaca contigo , tus caricias se han convertido en
los mejores intensivos que he tenido en mi vida y me encanta como con tu cabello negro
desordenado haces que tu pálida piel resalte más que nunca como si hubiera sido bronceada
por los dioses . Me encanta como robas cada vez que puede los besos que a pesar de todo
están escritos para ti , me encanta como sonríes y dejas que todo el mundo admire tu belleza
interior sin miedo a lo que dirán.
Amo tu mente , tu sabiduría y el nivel de cultura que puede existir detrás de aquellos ojos
verde esmeralda que me derriten como si del sol se tratase.

Eres como el papeleo, pero más difícil de leer .

insideofmysoul
Cada vez que estoy a punto de creer que por fin puedo leerte como si de algún escrito se
tratase ; siempre me sorprendes con algo nuevo y me haces sentir que no te conozco que
nunca terminaré de hacerlo y eso le pone toda la emoción a nuestra relación , porque quiero
pasar toda mi vida conociendóte Lauren Jauregui , quiero saber que cada mañana encontraré
a mi lado un pedacito de ti pero a la vez tengo algo nuevo que no he visto el día anterior ,
porque eres tan difícil de entender de poder estudiar que quiero convertirme en la mayor
filosofa que haya existido , porque quiero convertirme en una erudita de todo lo que tenga
que ver contigo.

Quiero recordar por siempre aquel camino estrecho que hay entre tus pechos y el punto que
me hace soñar cada noche que la paso a tu lado . Quiero saber de memoria lo que se sienten
tus suspiros sobre mi cuello y como son tus abrazos hasta
cuándo no éstas conmigo.
Quiero tener por siempre en mis pensamientos tu voz rasposa y como gritas mi nombre con
dulzura cada noche y cómo tus ojos verdes brillan cada vez que me acuesto sobre tu pecho
buscando refugio de un mundo que sólo quiere que me rompa.

Patience's my enemy, loving's my friend

It's harder to leave with my heart on my sleeve Than to stay and just pretend
Oh, she knows me so well
Oh, she knows me like I know myself

La paciencia es mi enemigo .
Tú eso lo sabes muy bien , me has visto enojarme tantas veces porque no puedo esperar
más de diez minutos en una fila , sin embargo , se ésta volviendo en mi más querido amigo ,
porque siempre que se presenta ; tú también lo haces con la paciencia que te sobra y no
dudas en besarme y hacer que el momento más tedioso del día se convierta en uno de los
mejores recuerdos de mi vida.
Eres experta en sacar todas mis emociones a flote y que solo con un par de besos ya me
hagas sentir en el paraíso , con tan sólo un par de palabras susurradas solo para mí , ya eres
capaz de hacer que quede desnuda frente a ti,
¿cómo has adquirido esa habilidad en tan poco tiempo? ó ¿siempre la has tenido? , a veces
me pregunto si eres real porque cada segundo que paso a tu lado me doy cuenta que no
podré alcanzarte , que soy muy poco para lo que realmente tú necesitas , no obstante , a
pesar de la gran desventaja que represento , tú has decidido quedarte a mi lado y por eso te
amo.
Desde que apareciste en mi vida , amar se ha vuelto mi más grande pasión y solo quiero
hacerlo contigo, quiero ser egoísta y privar a todo el mundo de aquel sentimiento y
ofrecértelo en bandeja a ti, ya que quiero llenar cada espacio de tiempo que te queda de
hechos que revelen lo loca que estoy por ti y ni siquiera tiene sentido o razón alguna este
sentimiento que se encarga de estrujar mi pecho cada vez que puede, que se encarga de
decir cursilerías cada dos palabras porque eso es lo único que mi mente se atreve a pensar
cuándo tu imagen aparece de forma inesperada en mis recuerdos.

No hay ningún sentimiento que se le compare al que siento cada vez que pienso en ti, porque
solo tú has sido capaz de derrumbar todas las barreras que me he impuesto a querer , solo tú
te has dado el tiempo de quitar cada ladrillo de la pared y moldear en él una barrera más
pequeña que solo tú puedas entrar en ella , te has asegurado de quedarte con la llave de
aquel pasadizo y te agradezco que así sea.
Es más difícil salir con mi corazón en mi manga que quedarse y fingir que todo esta bien ,sin
embargo, contigo no he podido fingir ni un sólo segundo
, así que por eso me he ido corriendo tantas veces.

insideofmysoul
Por eso te he dejado tantas veces que de seguro ya ni siquiera las cuentas y es que mi mayor
miedo es perderte , pero más grande aún es el miedo de ser la causa por la cuál te pierdo ,
tengo miedo de nunca ser lo suficientemente buena para ti y que simplemente te destroce
como suelo hacer con las personas , porque pareciera que solamente logro que las personas
sufran y no todo lo contrario.
No obstante , esta vez prometo quedarme y la única razón a
aquello eres tú.

Me conoces tan bien que no es necesario que hable porque sabes exactamente lo que
necesito.
Me conoces tan bien que sabes que en las noches no puedo dejar de ver como duermes , ni
como me pierdo fácilmente en tus ojos verdes y necesito que me repitas un par de veces más
sobre que estamos hablando , también sabes que cuándo no te respondo rápido es que estoy
buscando desesperadamente un lápiz y un papel para escribir una nueva idea .

A veces siento que me conoces mejor de lo que yo hago conmigo misma , porque tú conoces
el camino indicado para hacerme sentir amada y yo jamás lo he encontrado antes de que tú
aparecieras en mi vida.
También sabes como hacerme reír de chistes muy malos ó cómo convencerme de quedarnos
en silencio admirando como las estrellas crean sus propios caminos en medio de la oscuridad.

I made all my plans and as she has made hers She kept me in mind but I wasn't sure
I searched every room for a way to escape
But every time I try to leave she keeps holding on to me for delight And blocking my way

Antes de conocerte tenía planes que iban más allá de quedarme en esta vieja ciudad en
dónde los días nublados la invaden a pesar de que seis meses son de un sol intenso que logra
quemarte y hacerte morir de calor . Tenía planes de viajar por todo el mundo y no tener
límites en ningún lugar, soñaba con cada semana estar en un lugar distinto y viviendo como
si mañana fuera mi último día de vida.
Debo decir que desde que te conozco estos sueños han sido teñidos con mejores panoramas y
no sé en que momento compartir las mismas sábanas que tú se convirtió en un panorama
mucho más interesante que recorrer Europa . No sé en que momento buscar como
enamorarte cada minuto de mi corta vida humana se
volvió en algo más productivo que estar caminando por las calles francesas ó disfrutando el
sol de las playas del caribe.
Sin embargo , no me importa porque mis planes se han vuelto mil veces mejores desde que
te encontré.
Aunque claro necesité de mi tiempo para poder estar segura de que quería vivir con aquello
toda mi vida , a pesar de que tú siempre estuviste clara con aquella idea de quererme a
pesar de todo.
He buscado todas las formas posibles para escapar de aquel sentimiento que nace de ti y no
logro entender y que me aterra como nada más lo ha hecho en mi vida.
Tengo miedo de que aquel sentimiento me corte mis alas , pero tú siempre trataste de hacer
que me quedara y finalmente he decidido hacerte caso.
Y te prometo que me quedaré.

Lauren
Suspiré limpiando mis lágrimas mientras acomodaba mejor mi cabeza sobre mis manos ,
como todas las tardes desde aquel accidente , me quedaba dormida a lado de Camz mientras

insideofmysoul
ella reposaba inmóvil en medio de aquella camilla en dónde con suerte podía caber.
Se veía tan pequeña , frágil y pálida que todos los días dudaba si necesitaba romper más mi
corazón con aquella escena tan rota de Camz , con aquella figura que no podía reconocer
como la chica de la cuál llevaba seis años enamorada.
Estaba envuelta en todos los aparatos médicos que la mantenían con vida , sus moretones
aún no mejoraban , a pesar de que llevaba siete semanas en aquel estado .
Ese estado de coma que los doctores prefirieron inducirle para calmar su dolor , pero que a
mi no me podían ofrecer como solución , porque me dolía ver todos los días la misma imagen
, la misma escena, el mismo cuadro dónde sus palabras no me tocaban , dónde sus labios
perecían como si de rosas en el invierno se tratase . Aquella escena dónde ella no era capaz
ni siquiera de respirar por si sola , porque todo ese esfuerzo lo realizaban las máquinas .
No era ningún consuelo para mí verla conectada todos los días , ni tampoco escuchar aquel
sonido ensordecedor que hacían las máquinas con cada bocanada de aire que le ofrecían a su
cuerpo . Pero creo que todos los que la amábamos éramos tan egoístas como para preferir
verla así que en una tumba a cinco metros de la tierra y visitandóla todas las tardes con un
par de flores en el cementerio.

Mis lágrimas volvieron a invadir mis mejillas cuándo recordé la razón por la cuál ella estaba
así.
No estaba en el hospital por un cáncer ni por una enfermedad que haya sido premeditada con
antelación .
No estaba aquí porque se hizo exámenes y decidieron internarla , ya que encontraron que su
sistema no estaba funcionando.
No.
Ninguna de esas eran las razones , simplemente estaba aquí porque al destino le gusta jugar
con los corazones de las personas y le encanta destruirlos , ella estaba aquí por la simple
razón que decidió salir de aquel cafe dónde nos conocimos y que iba todas las tardes después
del trabajo a escribir . Está aquí porque decidió cruzar la calle cuándo el semáforo le señaló
que lo hiciera y en esos treinta segundos de caminata entre calle y calle se interpuso un
conductor que tal vez podría haber estado borracho ó solo no pudo detener su auto y la
atropelló.
No había más historia que esa , ni tampoco palabras que describieran el momento como
Camz hacía en sus libros , sólo era uno de los malentendidos con el destino .
Treinta segundos que marcaron su vida al igual que la mía.
Llevaba dos meses enteros sin escuchar su melodiosa risa cada vez que la tocaba y le hacía
cosquillas, llevo 60 días sin poder sentir sus dedos acariciar mi mano , mis pechos ó cualquier
parte de mi ser.
Llevo 1440 horas sin saber nada de ella y que tengo que conformarme con mis lágrimas , con
todas las veces que he maldecido al mundo por hacerme esto , por hacernos esto , por
habernos quitado aquel momento de felicidad que ambas habíamos decidido comenzar a vivir
.
-Camz por favor despierta- sollocé mientras removía algunos mechones de su rostro , mordí
mi labio inferior porque no creo que pudiera resistir las ganas de querer morir por verla de
esa manera , por verla sin vida y que solo dependiera de una máquina para supuestamente
"seguir con vida" , cuándo eso era todo menos vida , la estaba obligando a quedarse , cuándo
ella lo único que deseaba era jamás quedarse y siempre extender sus alas para poder volar e
irse , Camila era experta en irse , pero esta vez yo era quién la estaba deteniendo -necesito
verte de nuevo , necesito de tus palabras amor -le dije con una sonrisa que trataba de
mostrar en mi rostro con la esperanza de que ella me viera , pero eso era imposible , porque
llevaba dos meses enteros sin ver sus ojos castaños y el efecto que solo ellos podían causar
en mí -necesito a mi princesa rosada a mi lado , por favor , hazme el mejor regalo del mundo
y vuelve a mí - la máquina comenzó a sonar como siempre lo hacía cada minuto y no dudé en
enojarme y golpear la silla que estaba al lado de la camilla dónde me había quedado dormida
- Joder esto no puede estar pasando - grité enojada mientras apretaba mis puños y mis
lágrimas volvían a envolverme , porque en eso se había convertido mi vida desde aquellos

insideofmysoul
treinta segundos . Mi vida se había convertido en ir a trabajar en la mañana , visitar a Camz
en la tarde y llegar a mi departamento a llorar si es que aún me quedaban lágrimas del día ,
acostarme en nuestra cama y tratar de pensar que el día siguiente iba a ser mejor , sin
embargo ,
ese día mejor aún seguía sin aparecer en mi vida , ya que todos los días eran iguales desde
hace dos meses -se supone que cuándo te quedaras íbamos a ser felices - contesté enojada
mientras reprimía toda la tristeza y la rabia que me invadía - se supone que ahora podríamos
ser felices y que nada lo detendría , pero todo esto es una mierda - y ahí volvía el sonido de
aquella máquina , suspiré amargada mientras ya no sabía que hacer frente a esta situación.
No podía seguir viendóla de esta forma , simplemente ya no podía seguir con la esperanza de
que ella saldría de esto , quería tener el optimismo que todo el mundo trataba de darme al
ofrecerme sus hombros para llorar en los últimos dos meses , pero no podía , no quería
darme aquel lujo de crearme ilusiones y llenarme la cabeza de ideas en las cuáles no creía ,
ni tampoco me esforzaba por tratar de ser amable con el mundo que solo trataba de
ayudarme.

Todo me importaba una mierda desde hace dos meses , porque lo único que hacía que el
mundo valiera la pena , era ella.
Era aquella castaña con la cuál había compartido seis años desde que nuestros destinos se
cruzaron en aquel cafe que queda a sólo seis calles de nuestro departamento y a tres
estaciones de metro de su trabajo en la biblioteca municipal.
Aún recuerdo como sus ojos castaños se atrevieron a mirarme y a través de aquel simple
acto humano , ella se robó mi aliento y de a poco mi corazón.
Jamás creí en el amor , era de aquellas chicas que se veía sin nadie a los cuarenta años ,
disfrutando de su carrera y de viajes , sin embargo , Camila Cabello me hizo tener
esperanzas de que mi vida podía llegar a ser mejor que eso.
Y realmente lo hizo.

-¿Qué crees?- me preguntó Camila mientras buscaba curiosa mi reacción frente al cuaderno
que había llenado todas las tardes desde hace dos meses
, la verdad es que las palabras no lograban salir de mi boca , porque no sabía que decir
frente aquello - Lo - me reprendió golpeandóme ligeramente mi hombro y ni aún así fui capaz
de decir algo , ya que quería tomarme mi tiempo para pensar en alguna respuesta que
abarcara cada sensación que me hizo sentir cada una de sus palabras.
Estaba acostumbrada a leer sus libros antes de que fueran publicadas por la editorial que
apoyaba el talento innato que Camz demostraba frente a la escritura . La verdad era que yo
amaba cada letra que ella escogía para iniciar y finalizar sus escritos , había sido honrada con
deleitarme con sus quince libros publicados y de hecho había llorado con los tres últimos sin
que ella se enterara de aquello , porque me daba verguenza aceptar que sus libros eran
capaces de sacarme lágrimas , no obstante , ninguno de ellos me había hecho sentir de esta
manera como lo hizo aquel cuaderno de cien hojas , las cuales fueron llenadas hasta su
último rincón por la letra clara y legible de Camz y de su bolígrafo.
Ella siempre escribía a mano todas sus ideas , de hecho , yo había estado presente cientos de
veces en dónde en medio de una cena ella tomaba su servilleta y le pedía a cualquier persona
que le prestara un lápiz para que sus ideas no se fueran , así que me acostumbré a llevar un
lápiz cada vez que salíamos , ya que nunca sabía cuándo una idea aparecería en la cabeza de
Camz y necesitara ser escrita.
Sin embargo , ver cada espacio en blanco recubierto por la tinta azul del lápiz y sentir que
cada una de las palabras que Camz me había dedicado , me hizo sentir única , así que en vez
de seguir buscando palabras simplemente dejé que mi cerebro actuara ,por lo tanto , lo
primero que mi cerebro fue capaz de realizar es que mis manos dejaran el cuaderno sobre la
cama y me diera vuelta para besarla como nunca había hecho . Suavemente rocé sus labios
rosados y ella sostuvo mi cabello para que me acercara más a su cuerpo y eso fue
justamente lo que hice , cuando separé mis labios de los suyos pude ver su sonrisa frente a
lo que acababa de hacer y yo no dudé en volver a insertar mis labios contra los suyos , como

insideofmysoul
si mis labios fueran la llave a su corazón.
Camila rápidamente bajó sus manos en busca de mi espalda , específicamente en busca de
los broches que mantenían mi sostén en su lugar y comenzó a desaborcharlos suavemente
mientras yo la recostaba a ella en la cama para acariciarla como estaba tan acostumbrada a
hacer desde hace mucho.
Conocía cada punto de ella , cada lugar que ella amaba y odiaba de su cuerpo yo lo conocía a
la perfección , tan así que era capaz de reconocer todo su cuerpo sin necesidad de tener los
ojos abiertos.
Pero siempre los tenía abiertos , porque no podía dejar de deleitarme con su imagen , con la
sensibilidad que ella me regalaba en cada beso y como por fin era mía sin ataduras , sin
sufrimiento, sin necesidad de distanciarnos por meses por las inseguridades que ella tenía
frente al amor .
Ella por fin había decidido quedarse por mí y estaba segura que esta vez no sería un par de
meses ,ni tampoco un par de años , estaba casi segura que esta vez sería el tiempo que la
vida nos alcance y aún así , ese tiempo sería poco a comparación de todos los milenios en los
que deseaba enlazar mi destino al de Camila Cabello.
El tiempo siempre es escaso para los que lo necesitan,
pero para los que aman dura para siempre.

Mis ojos estaban tan rojos y cansados de llorar que de seguro si me veía en un espejo en este
mismo instante , no sería capaz de reconocerme .
Sabía que ellos habían dejado de tener aquel brillo que Camz
siempre narraba en sus historias .
Sabía que habían dejado aquel color verde esmeralda que había hecho que aquella castaña
llegara a mi vida una tarde en aquella cafetería.
Sin embargo , cuándo pasó un minuto y la máquina dejó de sonar como siempre lo hacía.
Pude sentir como la muerte se apoderaba de lo poco de vida que quedaba en mi corazón.
Capítulo 9 : De corazones , sentimientos y otras maldiciones

Lo siento por la demora , mi tiempo se hizo nada entre los estudios y las pruebas xddd ,
trataré de subir el otro capítulo entre hoy y mañana :D

Did you hear that? ,

It's my heart screaming that wasn't want you anymore, Did you hear that?,
Are the drumbs saying that is enough . Did you hear that?,
It's me trying to fight against the demons,
That you brought to life -(Did you hear that , flies on the wall)

New York Lauren


Es extraño como funciona el amor.

Vives toda tu infancia tragándote el cuento de que puedes llegar a ser felices para siempre
como lo anuncian los cuentos de hadas que lees cuando eres niño.
Luego entras a la adolescencia y ¡sorpresa! , el amor no es como tú lo creías, de hecho es
màs parecido a una oleada que te derrumba completamente que ese momento "especial y
hermoso " que todo el mundo describe que es .

insideofmysoul
Es en esta etapa cuándo te das cuenta que el hecho que tú ames no siempre está ligado ,
mejor dicho, casi nunca está ligado con el hecho de que la otra persona también lo haga .
Es en estos años dónde la vida se nos hace eterna y solo deseamos crecer para poder seguir
nuestro camino , nos damos cuenta que el amor es un asco y que a veces todo sería más fácil
si pudiéramos hacernos un exorcismo del amor y jamás volver a caer en sus redes
traicioneras que cómo un lobo salvaje y hambriento
, siempre está dispuesto a devorarnos por completo.
Sin embargo , a pesar de lo peligroso que puede ser aquel sentimiento , siempre queda una
pequeña luz de esperanza en cada uno para que vuelva a aparecer en nuestras vidas ,
porque al final de todo , aunque no queramos aceptarlo , el amor es la única fuerza capaz de
mover el mundo , es la única forma en que sabes que eres humano y no un autómata .
Aunque sea capaz de destruirnos como nada más puede en este planeta , el amor siempre
está ahí para sanarnos como las medicinas no pueden , también está ahí para envolvernos en
sus alas protectoras cuándo más lo necesitamos y nos hace sentir que no importa cuán
grande ni cuán alto sea el abismo al cuál estamos dispuestos a saltar , siempre vamos a estar
a salvo si se trata de amar a otra persona .
A pesar de que no muchas veces sea así.
Y a veces solo saltas al vacío y te golpeas con el frío y duro piso que es la realidad.

Sus labios contra los míos despojaron cualquier sentimiento que me atormentaba en aquel
momento.

Sentir esa cálida sensación que en segundos se encargó de envolver todo mi cuerpo en algo
que no sabía como reaccionar . Mis labios llevaban varias semanas sin ser tocados por nadie
y luego llegaba Camila y les quitaba aquel voto de castidad de una manera abrumadora, al
parecer mis labios estaban más sedientos de ella de lo que hubiera esperado.
Jamás había sido una chica que diera el primer paso y que arriesgara todo por un simple
beso.
Siempre había esperado a que sucediera , pero cuándo sentí a aquella castaña tan cerca mío
no pude negarme a la opción de poder sentir sus labios rozar contra los míos , fue como si mi
cerebro dejara de mandar impulsos eléctricos y sólo me dejara llevar por el momento.

Como si hubieran nacido para aquel momento , mis labios encajaron en los suyos y sin
necesidad de instrucciones previas se dejaron perder frente aquella intensidad , haciendo que
por unos segundos mi respiración se fuera y se me olvidara esa función tan básica como
mantener con oxígeno mis pulmones . Fue como si por unos segundos el aire se hubiera ido y
viviera una asfixia temporal que sólo podía ser sanada con un beso.
Cuándo tuve suficiente razonamiento para darme cuenta de lo que había provocado sin
querer , no dudé en despegar mis labios de los de ella , Camila esbozó una sonrisa mientras
que yo no podía ni mirarla , recién estaba reflexionando sobre lo que había hecho , en lo que
había sido capaz de hacer sin razonar sin darme siquiera el tiempo de pensar en la locura que
era todo esto.
Sin embargo cuándo ella volvió a besarme fue como si todas mis contradiciones y miedos se
fueran.
Era como si ella también hubiera dudado por unos segundos si esto era lo correcto ó no y
luego dejara de darle importancia y sólo se dejar llevar por el momento como si no hubiera
un mañana entre medio.
Nuestros labios volvieron a tocarse como si se hubieran extrañado al estar separados , sin
insideofmysoul
embargo , este beso fue mil veces mejor que el primero . Fue como si un fuerte oleaje me
llevara a sensaciones jamás sentidas con anterioridad y era un momento que no podía ser
descrito.
Se sentía tan real pero tenía su parte irreal como el hecho de que estaba besando a una chica
que apenas conocía . Es decir , Camila de alguna forma se había vuelto cercana con tan sólo
unas miradas en el metro y un par de palabras , por alguna razón con ella no necesitaba del
tiempo para conocerla y sentir confianza, porque ella me lo daba a creces solo con sonreír.
Me hacía sentir cómoda solo con aquel gesto tan tierno y adorable que hacía cuándo arrugaba
la nariz y definitivamente me hacía derrumbar todas esas paredes que imponía hacia las
personas para no volver a sufrir , ella funcionaba como una destructora de todo lo que creía
sagrado hasta hace un par de meses y al igual que la economía se había encargado de
desvalorar y que no valieran nada todo el conocimiento que llevaba de las personas . Camila
me hacía sentir como sino importara lo que sucediera mañana ó lo que suceda en unos
minutos más , me hacía sentir como si sólo bastara sentir este momento para ser feliz.
Ni suquiera recordaba el momento en que Lucy me hacía sentir de esa manera , sus besos
eran tan distintos , eran como si estuvieran programados , no tenían nada de sorpresas . Yo
era experta en el sabor de los labios de Lucy , era un sabor dulce de su lapiz labial rojo , no
me hacían sentir segura sólo me daban la lujuria necesaria para llevarla a la cama.
A veces sus besos lograban hacerme sentir algo más , pero ahora que lo pienso ninguno podía
ser descrito como "mágico " , eran simples besos . Así que oh me había convertido en una
tonta cursi en el transcurso del día ó recién estaba dandóme cuenta que lo de Lucy era sólo
una etapa de mi vida en dónde la necesitaba más que a nada , porque ella siempre estuvo
ahí para mi.
No quería hacerte sentir incómoda - fue lo único que se me ocurrió cuándo ella
despegó sus labios de mí , no sé que tenía esa mujer para hacerme sentir de esta
manera , pero no podía negarlo . Camila me miró extrañada con sus ojos hasta que
finalmente se limitó a ladear con la cabeza y vi la frustración detrás de su mirada .
Perfecto lo había arruinado.
No lo hiciste - respondió acariciando mis brazos tratando de sonreírme , sin embargo,
yo no podía dejar de que mi cabeza reproduciera aquel minuto una y otra vez como si
nunca quisiera olvidarlo , porque eso era lo que quería hacer , jamás olvidar este
momento - ¿te sientes mejor? - me preguntó cambiando de tema , suspiré y asentí
mientras sentía que mis mejillas volvían a adquirir aquel color que habían perdido .
Camila sonrío y sentí que mi oxígeno se iba con aquella sonrisa , ella era hermosa demasiado
para ser real.
¿Quieres salir? - me preguntó reafirmando su voz y sin comentar nada de lo que
acababa de pasar , la verdad es que prefería que fuera así , yo ya tenía suficientes
cosas en lo que pensar y no quería pasar toda la noche tratando de responder
preguntas a las cuáles no les había buscado solución.
Asentí y sin pensarlo enlacé mis dedos en la mano de Camila para caminar juntas , ella no
dijo nada a aquello y cuándo medité sobre aquello ya era tarde porque Camila se aseguró de
que sus dedos no salieran de los míos .
Suspiré ante aquel simple roce , porque la verdad era que estaba aterrada con todo esto que
no podía explicar , con Lucy no tuve ni tiempo para estar aterrada , la conocía desde siempre
, sabía como era y no había ni un solo punto de ella del cuál no fuera consciente .
Sabía sus mayores miedos y todos sus secretos , era capaz de reconocer cada una de sus
etapas y saber cuándo sus sentimientos la traicionaban , no obstante , con Camila era todo
tan distinto.
Cada día me sorprendía más , llevaba un mes conociendóla y aunque sentía que la conocía de
toda la vida , siempre me sorprendía con algo nuevo como si fuera una caja de sorpresas y
me encantaba que fuera así . No me gustaban las sorpresas de hecho las odiaba casi al
mismo nivel que las películas , pero me gustaba que Camila representara aquello que no
podía razonar en mi vida , me gustaba que ella fuera tan exóticamente atractiva porque era
guapa , pero lo que más me gustaba era como ella era en su interior , como podía ver el lado

insideofmysoul
bueno de las cosas aunque no lo hubiera . Me gustaba la forma en que ella no veía la vida
como algo frío y calculado como yo la veía , me gustaba que ella se riera cada cinco segundos
de sus chistes que eran muy malos ,pero no le importaba porque seguía contándolos como si
fueran los mejores del mundo.
Me encantaba que ella dudara y que no fuera tan segura y dominante como lo era Lucy y así
podía pasar horas hablando sobre lo que me gustaba de aquella castaña , porque de alguna
forma que aún no sé explicar , ella era una tentación que quería conocer a fondo.
Seguimos caminando por las calles oscuras de Nueva York , el verano se hacía presente con
una brisa cálida que aliviaba un poco el calor infernal que había en las calles en esta época .
Nunca entendí cuál era el atractivo de esta ciudad , sin embargo ,ahora comenzaba a darme
cuenta que no eran los lugares en específicos lo que lograba atraer a las personas a vivir sus
sueños en la gran manzana
, sino que era el ambiente de éxito que se respiraba .

Eran las calles iluminadas a toda hora , eran las personas que a pesar de ser de madrugada
disfrutaban a pleno la ciudad como si la noche no fuera
un obstáculo y pudiera camuflarse en unos segundos con el día .

Me encanta nueva york - comentó Camila mientras veía emocionada las calles , yo
sonreí por su respuesta ya que era como si me hubiera leído la mente - me gusta
como se pinta de tantos colores en la noche , amo la noche más que el día , porque a
pesar de que el día está más iluminado , pareciera que siempre estuviera cubierto de
una capa gris , en cambio la noche a pesar de ser oscura , siempre está cubierta de
miles de colores que tratan de llenarla de vida - volví a sonreír por aquella respuesta,
ella era sorprendente y tan sensible , con Lucy jamás hubiera tenido una respuesta
de ese tipo , a ella sólo le gustaba la noche porque podíamos ir a bares y divertirnos
un rato, pero no había otra razón detrás de eso . Lucy amaba nueva york sólo por las
grandes tiendas de moda y por Broadway , en cambio cuándo veía como los ojos
castaños de Camila se iluminaban cada vez que hablaba de esta ciudad podía ver que
su gusto iba más allá de lo que todo el mundo buscaba en New York , ella realmente
amaba los pequeños detalles que nadie veía ó que no le daba relevancia- ¿a ti te
gusta?-me preguntó interesada con una gran sonrisa , me tomé unos segundos para
pensar en mi respuesta , ya que nunca lo había pensado .

Cuando quise irme de todos mis problemas elegí el lugar dónde estaba la única chica que me
hacía sentir viva en aquel momento , no hubo una elección previa , sólo dejé que mis
sentimientos me llevaran hasta esta ciudad , pero si había algo que me gustara de Nueva
York , era el metro.
-Tal vez no tanto como a ti - respondí pensativa y Camila dirigió su mirada hacia mí como si
fuera realmente importante lo que fuera a decir - pero me gusta mucho el metro - ella rió por
aquella respuesta y yo no evité reír también al recordar como ella lo odiaba de una manera
sin precedentes.
Vale , escogiste el peor lugar de Nueva York para tu ejemplo - dijo Camila
mordiendóse la punta de la lengua y arrugando la nariz como si fuera una niña
pequeña , no pude evitar sonreír y que mis mejillas se sonrojaran por aquel simple
gesto.
Es un buen lugar , me encanta el aire que se respira ahí - contesté tratando de
arreglar mi cabello mientras Camila negaba con la cabeza.
Pero si con suerte se respira - fue su respuesta abriendo exageradamente sus ojos
haciendo que yo riera , tenía razón , cuándo estaba lleno era un desastre , no

insideofmysoul
obstante , eso no le quitaba la magia a aquel lugar.
Me gustaba ver cómo las personas se dejaban llevar por la rutina y la vida diaria , porque eso
es lo queveía todos los días en el metro . A cientos de personas que iban a sus trabajos ,
lugares de estudio , etc y que hacían el mismo viaje todos los días de su vida , veía la
frustración de las personas al tener que vivir diariamente con ese sentimiento de que le
debían algo más a la vida , sin embargo ,
también habían pequeños momentos de colores entre esa capa gris de personas en dónde
llegaba alguien con una sonrisa en la cara con sus audífonos puestos y comenzaba a bailar
con el sonido que escuchaba como sino le importara hacer el ridículo entre tantas personas .

Ese simple acto era lo que me encantaba del metro , ya que podías encontrar de todo un poco
y siempre aquellos que estaban ocultos entre medio de todas las personas eran los que mis
ojos lograban captar y se llenaba con esos pequeños momentos .
-Sí , pero no hablo del oxígeno - respondí seria - hablo de aquel aire que muy pocos perciben
- traté de pensar nuevamente lo que iba a decir porque quería que Camila entendiera lo que
quería decir - Hablo de aquel aire que perciben muy pocas personas como el que aparece
cuándo un saxofonista toca con pasión en medio de los arandeles que separan al metro ó
cuándo una persona llega con una sonrisa en su rostro por algo que le acaba de pasar ó
cuándo te encuentras con alguien que no esperabas dentro del vagón y comienzas a vivir
momentos que no tenías planeado en tu vida -contesté emocionada y aquella castaña no
dejaba de verme sorprendida como si le estuviera hablando que las vacas eran capaces de
volar
, sabía que ella me miraba incrédula de todo lo que decía y no podía negar que debía estar un
poco loca , bueno muy loca para darse cuenta de esas cosas , no obstante , cuando la vi
sonreír supe que ella entendía a lo que me refería- es un aire distinto del que se vive en
cualquier otra parte de esta ciudad y me encanta- Camila me dio un beso en la mejilla que no
esperaba y supe que éstas debían tener un color tan rojizo que se podían comparar con Marte
pero no me importaba.
Me gusta como piensas , tal vez si voy contigo en el metro pueda ver aquella "magia"
de la cuál hablas - dijo sin más mientras comenzaba a correr hacia una de las
estaciones que estaba marcada con la entrada del metro , la verdad es que no tenía
ni la más mínima idea de dónde quería ir ella , pero ya me había dejado de importar
muchas cosas desde que estaba con Camila.

Comenzamos a bajar las escaleras de la estación mientras Camila reía como si fuera una niña
pequeña a punto de ir a disneyland ó al parque , había tanta emoción de su parte que enserio
llegué a pensar que ya había enloquecido , aunque nadie me superaba en locura.

Pasé mi tarjeta por el lector y comprobé que me quedaba el dinero suficiente para tres
pasajes más en el metro , ella pasó la suya y fuimos hacia el camino que nos separaba de los
trenes .

He tomado el metro a cualquier hora del día , pero mi hora favorita siempre son las noches
del fin de semana , ya que se puede ver la alegría de las
personas saliendo de su rutina y embarcandóse a la aventura que hayan decidido realizar en
el fin de semana . Camila miraba con detenimiento cada centímetro del metro tratando de
buscar lo que yo le había dicho y me di cuenta que no encontró nada fuera de lo común
cuándo frunció el ceño ante aquel acto.
Me siento estafada Lauren - se limitó a decir mientras yo reía por su actitud , había
que estar muy loco para lograr pensar lo que yo pensaba así que no me extrañaba
que Camila no viera aquello , de hecho creo que estoy segura que nadie más puede
verlo , sin embargo , me causaba ternura que ella quisiera ver aquello.
insideofmysoul
Tal vez hoy no está presente ese aire - respondí encogiendóme de hombros , porque
no sabía que otra respuesta darle , no obstante , Camila no dejó que esa respuesta
fuera suficiente y se dedicó a seguir viendo cada centímetro que invadía el lugar .
Habían muy pocas personas esperando que llegara el metro , de hecho no era una
escena nada fuera de lo normal , las personas estaban parados detrás de la franja
amarilla que separaba al lugar , esperaban con sus celulares en las manos viendo
como la vida se les iba a través de eses aparato , esa misma imagen se repetía una y
otra vez en las tal vez treinta personas que estaban esperando a que llegara.
Hasta que sin previo aviso , bajó de las escaleras una chica de cabello rojizo con las puntas
azules de chaqueta negra y que bajaba con los tacones más grandes que he visto en mi vida
, no había nada especial en ella , excepto que bajaba con una sonrisa mientras silvaba a todo
pulmón la vie en rose ,la cuál quizás es la canción de amor más hermosa que se haya creado.

Sonreí ante aquello y toqué ligeramente el hombro de Camila para que lo viera , ahí estaba
en toda su expresión el aire del cuál yo hablaba , ella miró de reojo a la chica que no paraba
de sonreír mientras tarareaba cada una de las notas de la canción . Quizás ya estaba
entrando en un momento de locura , pero pude ver como Camila cerraba sus ojos ,
comenzaba a tararear la canción como si quisiera envolverse de aquel momento y apretaba
mi mano con ánimo ,no pude dejar de sonreír por aquello , ella era tan distinta a todas las
chicas que conocía.
No entiendo como no te gustan las películas - confesó mientras sonreía , su sonrisa
era hermosa y me hizo ignorar su comentario por completo - sientes tanta pasión por
momentos tan pequeños que en las películas son remarcados con tomas profesionales
, deberías ver alguna , de seguro te gustan -me encogí de hombros ante esa
respuesta , la verdad es que no me atrevía a verlas , me daba miedo esa sensación
de saber que tras una película se podían ocultar cientos de escenarios posibles que
nunca podría predecir , sin embargo , Camila había sido capaz de buscar aquella
sensación que yo sentía en el metro a pesar de que obviamente no le interesaba ni en
lo más mínimo compartir vagones sucios con otras personas . Tal vez ver una película
con ella no tuviera nada de malo , tal vez hasta ella conozca buenas películas para
ver y no sean parte de esas basofias románticas
que siempre veía con Lucy.

-Podríamos ver alguna - respondí sin importancia y ella asintió emocionada ante eso ,
marcando aún más su sonrisa que parecía que nunca se iba a salir de su cara - algún día -
finalicé , iba a decir algo más pero el sonido del tren a toda velocidad hizo que desviaramos la
vista hacia aquel medio de transporte que llegaba imponente con su color plateado y su cola
de color negro , los ojos cafés de Camila se iluminaron por unos segundos y cuándo las
puertas se abrieron ella dudó entre entrar ó no así que yo apreté su mano y la ayudé a entrar
.

-Debes pensar que soy una tonta - me respondió riendo mientras se aferraba al tubo que
estaba al lado de las puertas para sostenerse , la verdad es que la última palabra que
pensaría de Camila sería tonta - Porque odio este lugar - me dijo mientras movía sus dedos
nerviosa , yo reí porque no había nada de extraño con que no le gustara , ya nada me
sorprendía.
No pienso que eres tonta - le respondí moviendo un mechón de su cabello - solo
pienso que eres diferente -volví a encogerme de hombros sin saber que decir
mientras Camila se mordía su labio inferior lo cuál la hacía ver más sexy de lo que
estaba esta noche con aquella falda negra y esa blusa blanca con escote - Y me gusta
- susurré para mi misma apartando mi mirada de sus ojos , porque yo alguna razón
se habían convertido en mi perdición , era fácil hablar con ella através de mensajes
insideofmysoul
pero hablar en persona se hacía tan difícil porque sus ojos eran mi más grande
dificultad , no había día en que no me perdiera en ellos , a pesar de que no tuviera un
color tan fuera de lo común , no era como si tuviera esa enfermedad que te los
pusiera de un color púrpura , no obstante , me encantaba el brillo que siempre había
alrededor de su iris oscuro . Me encantaba como sus ojos podían decir tantas cosas
de ella sin necesidad de utilizar las palabras, pero lo que más me gustaba de ellos es
que siempre había sinceridad de su parte , siempre demostraban más allá de lo que
Camila mostraba al mundo , como si su corazón fuera descrito por la belleza de sus
ojos.
-¿Crees en las coincidencias ? - me preguntó animada mientras alzaba la vista hacia el mapa
que mostraba las estaciones , no sabía dónde quería ir pero ella parecía estar segura de eso
así que dejé que ella siguiera con su recorrido , suspiré ante su pregunta porque no era
creyente de eso.
Pensaba que eran tonterías creadas por las personas que querían tener fe de que sus vidas
podían no ser tan aburridas como lo eran todos los días , por eso existen esas teorías del hilo
rojo y las almas gemelas , porque las personas no quieren negarse a que ese tipo de cosas
pueden pasarles cuándo ellos menos se den cuenta , sin embargo , tenía que aceptar que
encontrarme a Camila en el metro aquel día no tenía nada de normal y tampoco había una
explicación lógica para aquello , ya que pude haberla ignorado , ella pudo haber tomado otra
ruta , la verdadera ruta y no equivocarse de camino , pero había sucedido y eso era lo único
que respondía a su pregunta , tal vez si existían solo que yo jamás les había dado la
oportunidad de que sucedieran ó las había ignorado.
Creo que soy atea a ese tipo de cosas - dije seria , ya que me negaba a creer en ese
tipo de cosas - pero deben existir - refuté encogiendóme de hombros y Camila asintió
reflexionando mi respuesta, sabía que era una respuesta algo tonta a su pregunta ,
no obstante , tampoco sabía que agregarle a ello para que sonara mejor .

Debo decir que yo soy fiel creyente de esas cosas - respondió sonriendo y por unos
segundos me miró con dulzura - sin embargo , ahora no puedo negar que existen , no
es coincidencia que te conociera la primera vez que me subí a un metro en mi vida -
las mejillas de Camila se pusieron muy rojas frente aquella respuesta y no dudó en
bajar la mirada mientras yo no dejaba de verla a ella.
-¿Cómo pudiste vivir en esta ciudad sin metro? - respondí alarmada tratando de cambiar el
tema de las coincidencias , la verdad no quería entrar más a fondo a eso porque sabía que no
tendría respuestas , por lo que me concentré en un tema x , Camila alzó la mirada y soltó
una pequeña risa por ello.
Casi siempre me llevan mis amigas de la agencia - fruncí el ceño ante su respuesta -
trabajo en una agencia de modelaje , soy la asistente de la modelo Normani Kordei -
respondió entre risas y mis ojos se abrieron como platos por aquello , conocía a esa
modelo , salía en cada revista de moda que había visto en manos de Lucy , de hecho
, muchas veces le había comentado a Lucy que no me importaría traicionarla con
alguien como ella , y Lucy me confesaba que lo haría con Dinah Jane Hansen otra de
sus modelos favoritas .

Vale eso no me lo esperaba - respondí entre risas - pensé que solo actuabas - camila
ladeó la cabeza por eso y no podía verse más adorable.

Mi sueño es actuar pero como ya te has dado cuenta no me dan papeles y no puedo
morirme de hambre así que trabajo es trabajo - respondió riendo también.
No creo que seas mala actriz - contesté firme aunque jamás la había visto actuar
supuse que tenía que tener algo - tal vez todos los directores de casting escucharon

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tus chistes - Camila no dudó en golpear ligeramente mi hombro haciendo que volviera
a reír.

No quiero hablar de eso - dijo riendo y suspiró mientras volvía a alzar su mirada hacia
mis ojos - ¿Has decidido que estudiar? - me preguntó con una sonrisa y yo negué , la
verdad es que aún no decidía nada que hacer con mi vida , me gustaba cantar , me
gustaba mi banda pero sabía que tenía una promesa que cumplir
, le había prometido a mi padre que sacaría un título para que él estuviera orgulloso de mí ,
así que eso haría con mi vida cuándo tuviera dinero y decidiera que estudiar ,
porque no había nada que lograra apasionarme de una forma que me viera toda mi vida
haciendólo -podrías escribir libros como Paulo Coelho , de esos que se llenan de coincidencias
- respondió con ironía y yo no pude resistir mi risa ante aquel comentario ,creo que me
estaba volviendo lo suficientemente loca como para llegar a creer en ese tipo de cosas y
palabrerías que los libros de reflexión tomaban como tema principal.

Vale , creo que escribiré una canción que hable sobre coincidencias , hilos rojos y
pequeños momentos - dije sarcásticamente - deberá ser un éxito - la risa de Camila
no dudó en salir ante aquello y las personas comenzaron a mirarnos extrañados
porque estábamos riéndonos como dos locas pero la verdad es que ya no nos
importaba.

De seguro la descargaría - respondió con una sonrisa - y tiene que llamarse Camila ,
lo pido - asentí ante su respuesta y sólo quería que este momento durara por siempre
, era como si ella fuera un escudo contra cualquier momento malo
, mis problemas se habían esfumado con ella aunque sea por unos minutos y aunque los
problemas seguían ahí , dejaron de ser importantes porque ella era lo importante en aquellos
minutos .
¿A dónde vamos? - le pregunté mientras veía como se pasaba viendo el mapa ,
Camila no dijo nada hasta que me fijé que ésta era la misma estación dónde la había
visto subir , sonreí ante aquello , porque estaba segura que ella también lo recordaba.
Hay una pizzería a tres estaciones más - dijo sin importancia - la descubrí el día en
que me perdí aquí y me dijiste que estaba en el tren equivocado - asentí ante su
respuesta - a veces los mejores momentos son los que no predices - otra sonrisa se
formó en mi rostro al escuchar eso , odiaba las sorpresas , pero me encantaba no ser
capaz de predecir las cosas , me gustaba aquel sentimiento de que habían momentos
que sólo eran bellos porque no cargaban a sus espaldas con la normalidad ni la
predicción .

Adoraba esos momentos tan cotidianos como salir a tomar un metro , correr porque se te
hace tarde y te das cuenta de que llegan a ser uno de tus momentos favoritos , porque en
uno de esos intentos de que sea un momento sin importancia ni relevancia , la vida se
encargaba de pintar aquel momento de colores que jamás habían sido vistos antes y dejaban
de ser un humo gris.
Creo que ni aunque hubiera sido capaz de predecir que te iba a encontrar hubiera sido
suficiente como para creer que esto está pasando.
De corazones, sentimientos y otras maldiciones parte 2

Los Angeles 1947

Camila
Siempre he escuchado que no hay nada más peligroso que una
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chica con el corazón roto, sin embargo, creo que esa afirmación es totalmente estúpida.
Lo peligroso no es la chica con el corazón roto . Lo peligroso es que generalmente cuando
tenemos el corazón roto nos damos cuenta de lo que el amor nos obligó a no ver , vemos el
mundo como es y no con los ojos de una chica enamorada que aunque no queramos ,
siempre es la vista más ciega que se puede tomar.
Creo que el verdadero peligro está en el momento en que la chica es lo suficientemente
inteligente como para saber que está pasando , lo peligroso es una chica que sabe más de lo
que un hombre quisiera.
Es por eso que los hombres le tienen miedo a aquel peligro andante que es una chica que
sepa de la vida y que su inteligencia sea superior a la que es propuesta por la sociedad.
A esas chicas desde la antiguedad se las ha rechazado , al principio como brujas ó herejes
porque sus conocimientos no cabían en la vida diaria del machismo de la edad media . Luego
se las fue reprimiendo de a poco con aquellos vestidos que con suerte podían respirar , tal
vez para que no les entre oxígeno al cerebro y sus neuronas no funcionen de la manera que
debería ser.
Así de a poco , la inteligencia de la mujer fue un arma olvidada y casi destruida en un mundo
de hombres , porque no muchas , por no decir ninguna , era capaz de utilizarla . Se
limitaban al papel que sus padres , hermanos ó el familiar hombre les habías ofrecido como
modo de subsistencia.
Las mujeres nos limitamos a aceptar aquel papel sin relevancia en la sociedad , dónde
dejábamos nuestra inteligencia atrás y la tapábamos con el hecho de tratar de ser "deseable
" para un hombre , la ocultábamos a través de conversaciones sin sentido sobre vestidos y
modas , nos obligábamos a dejar la inteligencia con la cuál habíamos nacido solo por el miedo
de ser rechazada.
Pero aún existen mujeres que son capaces de olvidar todo aquello y que todos los días
utilizan su inteligencia como la única arma que tienen contra el mundo , no muchas lograban
vivir con eso, otras simplemente se cansan de luchar y no conseguir nada.
Y luego estaba un porcentaje limitado que era capaz de utilizar no solo su inteligencia y
astucia , sino que también era capaz de utilizar su belleza como arma y ponteciarla.
Claire era una de las últimas y ella representaba un peligro andante en este mundo que no
sabía nada más allá que la discriminación hacia las minorías y hacia las mujeres.
Ella era un ejemplo para todas las mujeres , era el tipo de chica que yo algún desearía ser ,
era astuta y sabía cuándo actuar , era hermosa pero no solamente por su cabellera rubia y su
cuerpo radiante , era de ese tipo de chicas en la cuál su belleza resplandecía por dentro y por
fuera como si hubieran sido bendecidas por Afrodita.
Sin embargo , ni las personas más fuertes ni los guerreros más feroces , pueden luchar
contra las fuerzas del amor y finalmente cuándo caen en aquella tormenta que es enamorarse
, ya no pueden salir de ella y en el caso de Claire ; ella no podía luchar contra aquella marea
que la arrastraba de vez en cuando.
Haciendo que una de las féminas más fuerte que haya conocido , finalmente sucumbiera
como presa de lo doloroso que podía ser el amor , no obstante , aún no pierdo la esperanza
de que ella podrá sobrevivir aquella marea y dejará de ser una náufraga contra sus
sentimientos.

Rara vez me levantaba antes de la una de la tarde cuándo no tenía trabajo , no obstante ,
hoy me encontraba a las nueve de la mañana viendo como Los Angeles se levantaba de una
forma lenta porque era domingo y era el día de descanso de la mayoría de las personas.

La verdad es que hubiera considerado un milagro estar despierta a esta hora sino supiera que
en verdad no había dormido en toda la noche.
Después de lo de Claire sólo podía pensar en cómo estaría, aunque sabía que en manos de
John ella siempre estaría protegida , no dejaba de estar preocupada más de lo que debería
estar por aquella rubia.
Era extraño tener que preocuparse por una persona , tengo que aceptar que en mis 22 años

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jamás lo había hecho por nadie , siempre había dejado de lado aquel sentimiento y sólo me
enfocaba egoístamente en lo que me pasaba a mí . De hecho ni siquiera había sentido algún
tipo de afecto ó preocupación por mis padres cuándo solían irse por meses a trabajar en sus
películas y me dejaban a cargo de Anna hasta que regresasen.
Era una persona bastante solitaria y no sabía lo que era preocuparse de alguien que no fuera
mi propia persona , lo cuál no había dejado de ser práctico , ya que me ahorraba sufrimiento
innecesario en mi vida ocupada.
Sin embargo , como siempre Claire había sido capaz de cambiar
todo.
Aquella francesa me había enseñado tantas cosas en tan poco
tiempo que se me hacía difícil aceptar lo agradecida que estaba por la suerte de encontrarla
en mi camino , ella con su modo distinto de pensar y su carisma que muy pocos eran
afortunados de ver , cambió mis pensamientos en un mil por ciento y cambió mi vida en 180
grados.
Ella era la primera persona que podría llamar amiga y que fue capaz de hacer que comenzara
a aprender sobre aquel tema que yo no tenía ni un poco de conocimiento.
Querer a alguien más.
Y ni siquiera le había costado poder entrar en mi corazón y mover todo lo que había ahí
dentro, solo necesitó de una conversación interesante , un par de copas y estar pendiente de
mí como si yo realmente le importara.
Quise llamarla , pero sabía que ella estaría durmiendo si es que John logró que sus recuerdos
dejaran aquel frágil cuerpo que ella mostraba como si fuera la coraza de hierro más fuerte
que hayan podido diseñar , pero detrás de esa armadura había solo una mujer con un
corazón destrozado por el amor.
Detrás de esa armadura solo había una chica que trataba de luchar contra los demonios que
el tiempo se había encargado de agregar a su vida , una chica que solo quería dejar su
pasado atrás y sobrevivir contra la marea que no perdonaba los errores que habían sido
cometido en un tiempo distante.
Suspiré ante aquel sentimiento , odiaba saber que no fuera capaz de hacer nada contra
aquellos recuerdos que abatían en la mente de Claire , ella merecía tener una vida feliz como
la que siempre trataba de mostrar en cada reunión
, ella era una de las pocas personas que merecían realmente vivir un cuento de hadas como
los que nos cuentan cuando somos niños.
Sin embargo , la vida siempre es egoísta y rara vez nos da lo que deseamos ó lo que
merecemos.
Dejé la vista panóramica de los Angeles que mostraba el pequeño balcón que tenía en mi
habitación y fui hacia mi clóset para vestirme porque estaba dispuesta a ir a la casa de Claire
aunque sea para acompañarla mientras dormía.
Decenas de vestidos y pares de zapatos estaban en aquel clóset que abarcaba casi un cuarto
de mi habitación,debo decir que era uno de mis lugares favoritos en toda mi casa , adoraba
cada uno de esos vestidos con mi vida y Anna los mantenía perfectamente planchados y
colgados en los armadores que habían.

A pesar de que aún estábamos en la mañana , el calor ya estaba comenzando a invadir a la


ciudad , así que comencé a dudar de que ponerme hoy . La casa de Claire queda a asólo 15
minutos de la mía , sin embargo , siempre habían paparazzis fuera de mi casa que me hacían
odiar tener que salir de mi casa cuándo no fuera necesario.

No era anormal verme en las portadas de las revistas , ni que llamara la atención a cada
lugar que iba, así que me decidí por un vestido negro con lunares blancos , el cuál había
comprado hace dos meses en new york cuándo tuve que ir a una entrevista por haber
terminado las grabaciones de mi nueva película que saldría en un par de semanas más.
Suspiré cansada ante aquello , mi vida era tan monotóna que a
veces me aburría de una manera abrumadora ,lo cual sonaba irónico , porque podía ser capaz
de comprar todo lo que me viniera en gana y ya lo hacía , sin embargo , desde hace unos
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días eso ya no me divertía ni me llamaba la atención solo me hacía sentir más sola de lo que
estaba.

Tomé el vestido y un par de tacones blancos que combinaban con éste y los dejé sobre mi
cama, cuándo noté que Anna estaba entrando a mi habitación con mi desayuno , de seguro
se había dado cuenta que no había dormido en toda la noche , ya que había bajado a la
cocina varias veces por algo de leche y galletas.

Conocía a Anna de toda mi vida , esa mujer que rondaba los cincuenta años había trabajado
en la casa de mis padres desde que tenía catorce años y me había cuidado desde siempre .
Aún recuerdo cuándo era una niña y me gustaba sentarme en la cocina viendo como
terminaba de hacer el aseo ó como siempre me hacía galletas extras , a pesar de que mi
madre me las tenía prohibidas porque podía "engordar " . En todos los momentos de mi
infancia y aún ahora , Anna estaba presente con su cabello que ahora estaba canoso , pero
que en algún tiempo lo tuvo de un castaño oscuro.
Era un poco más baja que yo , pero su figura era imponente , tanto que también recuerdo que
muchas veces no se quedaba callada frente a la falta de atención que mis padres me
mostraban y no dudaba en regañarlos , aunque nunca lograba nada , me gustaba tenerla a
mi lado como mi aliada.
Cuándo decidí hace seis años que era tiempo para vivir sola , aunque ya lo hacía desde
siempre , ya que mis padres rara vez estaban en casa , no dudé en pedirle más bien rogarle
a Anna que se viniera conmigo , porque no existía nadie más que me conociera de la misma
forma que ella lo hacía y aunque habían otras personas a mi servicio , Anna era quién se
encargaba directamente de mi habitación y de mí.

Sonreí al verla con aquel vestido azul que le había regalado la navidad pasada , eran muy
raras las ocasiones en que daba regalos , sin embargo , con Anna era todo lo contrario
porque no paraba de comprarles cosas cada vez que iba a algún lugar y me acordaba de ella ,
al final de todo ella era lo más cercano que tenía a una familia .
Parece que a alguien no se la comieron las sábanas - comentó mientras dejaba la
bandeja con mi desayuno en el velador que estaba junto a mi cama , yo reí por ello ,
porque Anna no dudaba en hacer chistes siempre de mí ó de regañarme cuándo
quería sin que yo me molestase por ello-¿cómo amaneciste Cami?
sonreí al escuchar eso , era la única persona que me decía así , porque mis padres
siempre utilizaban mi primer nombre Karla para llamarme , nombre que odiaba ya
que sonaba tan frío , no obstante , a ellos no parecía importarles que no me sintiera
cómoda con él porque seguían utilizándolo a pesar de que les había sugerido cientos de veces
que lo odiaba.
Ella se acercó a mí mientras limpiaba sus manos en su delantal y no dudó en acariciar mi
mejilla como cuándo era una niña , sus manos estaban callosas por todos los años que había
trabajado , pero a mi no me importaba porque sentía que eran las manos más suaves que
jamás haya sentido.

No he podido dormir Anna - contesté suspirando al recordar a Claire , ella frunció el


ceño por eso y me señaló la cama para que me sentara con ella
, siempre hacía lo mismo cuando notaba que estaba frustrada o estresada por algo , yo asentí
mientras me sentaba a su lado y no dudaba en apoyar mi cabeza sobre sus piernas , hacía lo
mismo desde que tenía recuerdos . Anna siempre había sido mi apoyo incondicional frente a
mis problemas , ella no dudaba en escucharme mientras acariciaba mi cabello sin decir nada
hasta que yo terminaba de hablar , sus consejos me habían servido siempre y parecía que
nunca se equivocaba-Ayer Claire estaba muy mal , ella trata de ocultar su tristeza del mundo
, sin embargo , yo sé que hay un alma atormentada detrás de aquella fachada - respondí
seria y Anna no dejaba de acariciar mi cabello .

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¿Qué problemas tiene la señorita Claire? - me preguntó sin mostrar ninguna
expresión , aunque no estaba totalmente enterada de lo que sucedía tras la cabeza de
Claire , sabía que sus principales problemas eran los recuerdos que la atacaban de
vez en cuándo.
Recuerdos de amor - dije entre suspiros y ella asintió pensativa hasta que dejó de
acariciar mi cabello y yo levanté la mirada hacia Anna , ella no dijo nada hasta que
pude ver preocupación de parte de sus ojos oscuros . Anna conocía a Claire porque la
había invitado a casa tantas veces que parecía que aquella rubia vivía aquí.
Como siempre, no le fue difícil a Claire ganarse el corazón de las personas especialmente el
de Anna quién cada vez que sabía que ella venía no dudaba en hacerle sus pasteles favoritos.
Ella siempre decía que tenía que aprender muchas cosas de Claire y no lo dejaba en duda ,
porque ella era increíble en todos los sentidos posibles y Anna pensaba que era quizás la
única persona que era mi amiga de verdad y no se colgaba a mi por mi fama , lo cúal
tampoco era de dudar , si Claire no quisiera ser mi amiga ni siquiera me dirigiría la palabra
aunque fuera Camila Cabello , porque a ella no le importaban esas banalidades de la vida de
los famosos , le interesaba tener que hablar con personas con las cuál se sentía en confianza
, quienes se reducían solo a un par de personas dónde John y yo encabezábamos la lista.
-¿Sabes cuál es la receta para sanar un corazón roto? - me preguntó , yo enarqué la ceja y
negué con la cabeza porque no tenía ni la más mínima idea , Anna sonrío y tomó mi mano
para acariciarla- la mejor receta es dar
unas cucharadas de amor incondicional y dulzura Cami , nunca lo olvides, esa es receta es
tan efectiva que hasta los animales la siguen- las palabras de Anna siempre eran las más
sabias del mundo e iban cargadas de realidad y solían solucionar todo , pero estaba segura
que eso no serviría mucho con Claire , su corazón estaba roto de otra forma y dudaba que
pudiera ser reparado , las cicatrices que habían quedado eran demasiado grandes para ser
suturadas , sin embargo , creo que no estaba nada mal comenzar a aplicar el consejo
comenzando con visitar a Claire.

Claire tenía un gusto extraño en las cosas , le gustaban las cosas sencillas y era por eso que
casi siempre solían encontrarla a las afueras de Los Angeles , ya que amaba mezclarse con
las demás personas "normales" , odiaba tener que vivir tan apartada del mundo real como
ella siempre decía.
Así que no me sorprendió que la pastelería favorita de Claire quedara a casi una hora de
distancia , ya que se encontraba casi en las salidas de Los Angeles , al principio cuando John
me comentó eso pensé que era una broma , pero luego de pensarlo y reflexionarlo , la verdad
no sabía porque lo dudaba si así era Claire todo el tiempo.
Estacioné mi auto unas calles más abajo de la pastelería , ya que todos los demás puestos
cercanos estaban ocupados por autos que parecían tener milenios de antiguedad y que se
veían más como adornos en la calle que estacionados para ser utilizados . Me puse los lentes
de sol esperando que nadie me reconociera , sólo iban a ser cinco minutos en dónde entraría
a la tienda , compraría los pasteles y todo se terminaría , no era tan difícil , pero estar en un
lugar que no conocía y estando sola no dejaba de ponerme nerviosa , ya que aunque eran
casi las dos de la tarde , todo podía pasar en Los Angeles .
Caminé segura hasta la tienda , la cuál se encontraba en una esquina y era decorada por una
fachada de color magenta y en su gran mostrador se mostraban los pasteles ubicados en una
pirámide giratoria , vi los pasteles varias veces antes de entrar , se veían muy bien decorados
y no podía negar que se veían deliciosos.
Puse un mechón de mi cabello que se había salido de mi moño improvisado y entré a la
tienda queriendo terminar rápido con todo esto , al entrar la típica campana que había en
todas las puertas para ver cuando entraban los clientes . Rápidamente el suave olor dulzón
de los pasteles y caramelo entro en mis fosas nasales y no pude no sonreír frente aquello ,
estaba mucho más fresco aquí dentro que en la calle y los pasteles de todos los colores le

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daban un toque especial a la pequeña tienda.

Al parecer solo había una clienta con su hija esperando que les dieran la cuenta y yo fui
directamente hacia la caja de pasteles favoritos de Claire , había llamado a John
antes de salir de casa para asegurarme cuáles eran los que más le gustaban , porque yo no
podía haber llegado a la deducción de cuales eran los que les gustaba , mis favoritos siempre
eran los de chocolate con frambuesas , pero al parecer Claire no era amante del chocolate y
prefería unos que ya venían empaquetados en una caja rosa con un listón celeste que se
encontraba en un taburete.
Comencé a buscar esa caja de pasteles que John me había especificado con todos los detalles
para que no me equivocara de caja , al parecer él también había visitado varias veces esta
tienda para saber exactamente dónde se encontraban , sonreí al ver la caja como me lo había
dicho John y no dudé en tomarla y acercarme a la caja a pagar , sin embargo , el comentario
de la cajera que se encontraba atendiendo a la chica que había visto en la entrada me llamó
la atención.

Son sesenta centavos - le confirmó la vendedora y la chica parecía estar reflexionando


si comprar ó no, el pequeño pastel rosa con una cinta azul que se encontraba en el
mostrador a punto de ser empaquetado, vi extrañada como la chica se negó a
comprar el pastel y ahí pude notar a la niña pequeña que la acompañaba y quién veía
con tristeza como la vendedora cancelaba la compra.
Esa escena me parecía tan irreal , sesenta centavos no era una gran fortuna , de hecho creo
que ni siquiera un chicle valía tan poco ó ¿tal vez sí? , pero al parecer la chica de cabello
negro no tenía el dinero suficiente para pagar por aquel pastel.

Sentí remordimiento cuando la cajera devolvía el pastel al mostrador y la pequeña niña de


cabellos dorados y que tenía un vestido blanco miraba con resignación como se iba el pastel ,
la chica que se había negado a comprarle el pastel quién parecía ser su madre no dudó en
abrazarla mientras se ponía a su altura y en ese momento pude darme cuenta de que era
Lauren.
Al estar de espaldas no había sido capaz de reconocer a la pelinegra quién ahora se
encontraba abrazando con la mayor tristeza que haya visto alguna vez a quién parecía ser su
hija , podía reconocer aquellos ojos verdes dónde fuera y tragué saliva al ser espectadora de
aquella escena, me imaginaba que aquella chica que tenía un vestido negro gastado tenía
problemas económicos ó al menos no vivía de grandes lujos cuándo ayer en la noche me trajo
unas calles más abajo de esta , sin embargo , jamás pensé que fuera a tal nivel que no tenía
ni siquiera sesenta centavos.

-Vamos cariño , se nos hace tarde - le dijo dulcemente a la niña quién no dejaba de hacer
puchero mientras acariciaba su mejilla , al parecer Lauren tampoco estaba muy complacida
con no darle la oportunidad de comprarle el pastel , la niña se quedó en silencio mientras
devolvía por unos segundos la vista hacia el pastel que había elegido hasta que finalmente
asintió a la petición y tomó la mano de
la pelinegra para salir de la pastelería.
Mi corazón se encogió ante aquello así que no dudé en ir a la caja para pagar la caja que
llevaba y sacar dos de los mismos pasteles que la niña había pedido , la cajera me miró con
el ceño fruncido aún por lo que había sucedido y yo la ignoré mientras veía como Lauren
apretaba la mano de la pequeña y abría la puerta para salir del local.

Llevaré estos y quiero los dos primeros - le dije a la cajera mientras me fijaba que

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Lauren se había dado cuenta que estaba ahí y sus ojos verdes no dejaban de mirarla ,
ella realmente era hermosa , aunque no era la chica más guapa que había visto en
todos los Angeles , ni que sus ojos verdes fueran los primeros que haya visto de aquel
tono , ella no dejaba de tener un aire distinto a todo lo que conocía .
No era solamente porque se podía ver a leguas que ella y yo éramos de mundos diferentes ,
mientras que yo estaba con un vestido que apenas tenía un mes yo no podía dejarme de
preguntar cuánto tiempo llevaba aquel vestido en su clóset , llevaba el pelo suelto lo cuál
hacía que contrastara con su piel pálida y sus ojos se notaran aún más de lo que hacían
normalmente.

Aquellos ojos eran tan hipnotizadores que no dudé en sonreír cuándo la cajera me confirmó la
cuenta y pagué con un billete de diez dólares , dejandóle todo el vuelto , porque solo estaba
interesada en hablar con Lauren aunque sea por unos minutos.
Ayer en la noche apenas me había dirigido la palabra y yo me sentía nerviosa cada vez que
ella estaba junto a mí como si las palabras no pudieran salir y me sentía una completa tonta
cada vez que me perdía en sus ojos y no sabía que decir.

Tomé la caja de pasteles y encima de ella estaban los dos pequeños pasteles que había
comprado solo para dárselo a la niña quién a pesar de tener unos grandes ojos azules y el
cabello claro , era muy parecida a Lauren , lo cuál me hizo confirmar que era su hija . No
dudé en acercarme a ellas como si las conociera de toda la vida y no sólo hace un par de días
, me pusé a la altura de la pequeña mientras ella no dejaba de mirarme con aquellos grandes
ojos azules como sino supiera que iba a hacer , yo tampoco estaba muy segura de aquel acto
, pero realmente ya no me importaba nada.
De seguro a ti te gustan más que a mí - fue lo único que se me ocurrió decir cuándo
dejé la caja a un lado y le entregué el pastel , la niña me miraba atónita como si no
pudiera creer que el pequeño pastel rosa estaba en sus manos , para luego posar su
mirada hacia Lauren quién también me veía impresionada , verla de esa forma sólo
hizo que una sonrisa saliera de mi rostro , porque se veía tan confundida y a la vez
adorable - es un gusto verte nuevamente Lauren - comenté con la misma sonrisa que
ella se había asegurado de formar por la forma en que
reaccionó ante aquel simple acto de comprarle el pastel a su hija , desvié mi vista hacia la
pequeña rubia para asegurarme de ubicar bien el pastel en las pequeñas manos ella para que
no se le cayera , porque al parecer por su altura ella podía tener unos cuatro años y era
probable que se le cayera el pastel .
La niña de ojos azules seguía sin creer que tenía aquel pastel rosa en sus manos y eso sólo
hizo que mi corazón se retorciera por todo el brillo que habían detrás de sus ojos como si
nunca hubiera esperado que le complacieran aquel simple capricho ,sin embargo , cuando vi
como ella me sonreía sentí que el aire volvía a mis pulmones , tenía la misma sonrisa que su
madre.

Muchas gracias señorita - me contestó de una forma tan dulce que no podía creerlo ,
no dudé en sacarme mis lentes de sol para ver mejor a la pequeña rubia y pude notar
que las diferencias con Lauren eran casi inexistentes , a pesar de que llevaba poco
tiempo conociendo a la pelinegra , había notado que arrugaba la nariz de la misma
forma que su hija y que hacían gestos muy parecidos que no dejaban de ser
adorables , tuve una extraña sensación de abrazar a esa niña , sin embargo , decidí
levantarme porque de seguro Lauren no entendía nada de lo que estaba pasando, mi
vista iba dirigida hacia ella quién con sus ojos verdes lograba hacer algo que jamás
había sentido y tampoco me desagradaba , solo me hacía sentir extraña .

-No es nada hermosa - le dije rompiendo el silencio que se había impuesto entre nosotras -

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supongo que ella es Noe ¿me equívoco? - le pregunté a Lauren recordando que me había
dicho el nombre de su hija tal vez unas diez veces ayer en la noche, sin embargo , era algo
que me gustaba de ella , que no le gustaba ocultar a su hija de sus conversaciones y podía
notar el fuerte apego y amor que tenía hacia la pequeña rubia . Antes de que Lauren fuera
capaz de responderme esa simple pregunta Noelle se adelantó a aquello y extendió una de
sus manos para saludarme.
Noelle mucho gusto- contestó con una sonrisa llena de dulzura , esa niña no podía ser
más adorable así que dejé de mirar aquellos ojos verdes para ver los grandes ojos
azules lleno de brillo de la pequeña -¿ y usted como se llama?- preguntó con
inocencia , no pude dejar de arrugar la nariz frente a su pregunta , creo que nadie en
todos Los Angeles hubiera sido capaz de formular aquella pregunta , porque era
imposible que no supiera quien era , sin embargo , era lógico que ella no sabía de
películas ó tal vez ni siquiera había tenido la oportunidad de ir al cine , así que no
dudé en presentarme frente aquella rubia.

-Camila - respondí con otra sonrisa que no me esperaba - Camila Cabello y soy amiga de tu
mamá- la pequeña sonrío y no dudó en mirar a Lauren para que le confirmara aquello , quién
se había quedado en silencio.
Noe - carraspeó un poco antes de decir algo - ella es la señorita Camila Cabello y es
parte de mi nuevo empleo - fue la única respuesta que obtuve y la pequeña asintió
agitando su cabeza animadamente , por obvias razones Lauren y yo no éramos
amigas , apenas habíamos conversado un par de palabras , pero no me molestaba
presentarme como su amiga , porque en verdad deseaba que llegaramos a ser eso .

¿Tú también cantas? - me preguntó emocionada y yo reí por aquello , ya que el canto
no era lo mío.
No - respondí riendo ante su emoción por saber si yo también cantaba - soy actriz ,
Lauren y yo vamos a estar en la misma película - la pequeña arqueó la ceja pensativa
como sino entendiera lo que le decía y antes de que cualquiera pudiera decir algo ,
ella volvió a adelantarse , era una niña muy despierta.
Te pareces a una princesa - contestó finalmente entre risas y Lauren también rió por
eso , su risa era cautivadora , parecía tan dulce y llena de energía que me hizo sacar
una sonrisa . Supuse que la pequeña me decía eso porque había visto alguno de los
carteles de mi última película , en dónde representaba a una princesa - La he visto en
los carteles princesa Camz - si podía derretirme de ternura alguna vez en mi vida ,
sería en este mismo instante , la sola idea de que aquella pequeña rubia pensara que
fuera una princesa ya la hacía adorable , pero escuchar como había acortado mi
nombre le sumaba más ternura aún .

Noe - respondió Lauren seria , al parecer ella estaba incómoda con la situación , pero
yo no lo estaba, la verdad me estaba divirtiendo con las ocurrencias de la niña - creo
que la señorita Cabello tiene cosas que hacer cariño - dijo sin ni siquiera mirarme lo
cuál solo me hizo sentir indignada , ya que yo no quería que terminara el momento
hasta ahí.
No me molesta - contesté firme mientras veía que los ojos verdes de Lauren no
dejaban de verme dudosa de lo que estaba haciendo , pero como yo tampoco estaba
segura de saber como actuar solo ignoré aquello y seguí conversando con Noelle
quién parecía emocionada por conversar un momento- Aunque no soy una princesa ,
creo que tú pareces más una princesa que yo - le sugerí acariciando su cabello y ella

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sonrío , jamás hubiera sido capaz de mostrarle aquel simple afecto a algún niño ,
generalmente me desesperaban , pero ella era adorable - come el pastel
, quiero saber si está bueno - dije recordando que el pastel había dejado el centro de
atención , la pequeña rubia asintió y no dudó en ofrecerme un poco a lo cuál me negué
rotundamente , porque sabía que ella lo disfrutaría mejor que yo , además que podía
comprarme cientos iguales en cualquier momento.
Luego le mostró el pastel a Lauren para también ofrecerle , pero ella también se negó
haciendo que la pequeña sonriera y comenzara a comer el pastel tranquila.
No era necesario que hiciera eso - contestó mientras acariciaba el cabello de la
pequeña quién se había concentrado en comer en el pastel y no en la conversación
que teníamos- se lo pagaré - respondió fríamente y yo fruncí el ceño ante la seriedad
que había detrás de ella , al parecer no le gustaba que nadie le ofreciera ayuda y
podía entenderla , su vida debía ser muy dura pero no estaba demás decir un gracias
aunque sea por haberla ayudado y no sólo tomarlo como si fuera algo fuera de lugar.

Es solo un pastel , creo que no vale tanto como para que me lo regreses - dije seria y
eso hizo que Lauren frunciera el ceño , ahí recién pude ser consciente de que ella se
había ofendido por mi comentario , claro que el pastel no valía casi nada , sin
embargo , ella no había sido capaz de comprarselo a su hija , eso hizo que me sintiera
horrible - lo siento - dije bajando la mirada tratando de arreglar lo que había hecho .
No importa - fue lo único que dijo mientras me ignoraba y seguía caminando hacia la
calle como si yo no estuviera ahí ,sin embargo , en el momento menos esperado me
di cuenta que Noelle tenía una de sus pequeñas manos sobre las mías y no quería
soltarme - Noe es hora de irnos cariño - respondió con una dulzura que al parecer
solo mostraba con su hija , porque con todos los demás era solo cortante , la niña
negó con la cabeza mientras fruncía el ceño ya que no quería moverse.
Mami ¿por qué no nos quedamos con Camz? - esa pregunta me sorprendió tanto
como a Lauren , llevaba solo unos minutos de conocerme y ella ya quería que me
quedara , la pelinegra no dijo nada, no quería mirarme ni decirme nada así que toda
la atención fue hacia su hija quién tenía las comisuras de sus labios del color rosa del
pastel , Lauren no dudó en limpiarle el rostro y con una sonrisa se puso de pie
nuevamente.
Porque se nos hace tarde amor , lo sabes - Noelle pareció no entender aquella
respuesta , porque negó con la cabeza y se cruzó de brazos .
Camz puede acompañarnos , es tu amiga , ella lo dijo - tuve que reprimir mi risa
frente aquella respuesta , mientras Lauren estaba atónita porque no sabía que decir y
aunque estaba disfrutando aquel momento , supe que estaba demás en aquel
momento y decidí ponerle fin para no tener que molestar más a la ojiverde , así que
volví a ponerme a la altura de Noelle y con una sonrisa le susurré en el oído que la
vería en otro momento , ella no dijo nada y luego asintió con tristeza .
Fue un gusto verte Lauren , te veo en dos semanas más en las primeras grabaciones
- no sé porque ella era tan cortante y distante , pero supuse que tenía mucho que
hacer como para que alguien como yo la molestara , Noelle se soltó de la mano de su
madre y me abrazó como si nos conociéramos de toda la vida
, era tan dulce que yo no dudé en abrazarla con la mano que tenía libre y no sostenía la caja
de pasteles- espero verte otra vez princesa - respondí acariciando su mejilla y ella rió por eso
, mientras Lauren seguía mirándonos indiferente como si quisiera que
me fuera de una vez y eso fue lo que hice sin dejar de mirar lo hermosa que era a pesar de
ser tan cortante .
Capítulo 10 : La vie en rose Call me crazy ,
Because i want your body into mine ,

insideofmysoul
Call me stupid,
Because i can't get out of my mind, Call me the way that you want ,
Because i want your lips screaming my name

All day and all night ( Call me - flies on the wall)

New York Camila


-No te voy a secuestrar - comenté entre risas porque Lauren no dejaba de mirar a todas
partes al no tener ni la más mínima idea de dónde la llevaba
. El plan original era llevarla a una pizzería que quedaba cerca de mi departamento
,era muy buena y creo que jamás la hubiera descubierto sino me hubiera perdido aquel día ,
sin embargo , cuando llegamos ya estaba cerrada así que tuve que tomar otro plan para
hacer con Lauren , si hubiera sido otra chica el plan B sería llevarla a mi departamento , ver
películas y sería , es decir , ¿a qué chica no le gusta ver películas? y luego aparecía Lauren
Jauregui que las odiaba de todas las formas posibles y arrebataba todas las ideas posibles
que podría tener de pasar un rato con ella .
Lauren frunció el ceño ante mi respuesta ,no sabía si ella se daba cuenta que era adorable de
cualquier forma , no sé como le hacía para ser tan sexymente adorable ,podía hacer cualquier
tipo de gesto y me iba a parecer adorable de todas formas.
-No es eso , sólo que no tengo ni idea de dónde me llevas y tú no eres una gran guía que
digamos - contestó mientras yo sólo rodaba los ojos por su respuesta ,podría ser pésima
ubicandóme , pero conocía el lugar que tenía en mente de memoria.
Era un edificio abandonado en medio de Manhattan dónde se podía ver toda la ciudad en su
azotea, lo conocía porque muchas sesiones fotográficas de las chicas habían sido en aquel
lugar y era realmente hermoso , siempre había deseado ir con alguien a aquel lugar , sin
embargo , la oportunidad nunca había
nacido . Lucy no era de las chicas que le gustaran ese tipo de cosas como quedarse mirando
la noche ó algo así y tampoco es que pudiera invitarla a ese tipo de cosas si estaba con su
novia , no obstante , Lauren parecía ser de las chicas sensibles ante todo , de las que sin
necesidad de que el silencio se apodere de la escena eran capaces de darle otro tipo de
sentido a todo y eso era lo que más me llamaba la atención de ella .

Era dura por fuera , la verdad era bastante fría con el mundo , podía ver a través de sus ojos
verdes como todo era controlado para que nada saliera mal , pero también veía como le
asustaba la idea de que la vida no viene empaquetada sino que muchas veces te salen
sorpresas en la etiqueta y tienes que aprender a vivir con esas sorpresas . Tampoco es que la
culpase por ser así , creo que cualquiera trataría de hacer un muro contra cualquier tipo de
sufrimiento si sólo tuvieras malas experiencias ,solo era que necesitaba ver a la verdadera
Lauren , esa que me hablaba a las tres de la mañana hablandóme sobre porque las estrellas
se alinean ó su definición de vida .

Llevaba tan poco conociendóla , no obstante , me encantaba todas las mañanas descubrir un
pedacito oculto de ella , era como si miles de capas la envolvieran siempre y sólo el tiempo se
encargara de mostrarme cada una de ellas.

Casi llegamos - dije con una sonrisa mientras notaba aquel starbucks que se
encontraba en la esquina del edificio abandonado , Lauren enarcó la ceja al no tener
ni la más mínima idea de lo que yo trataba de hacer . Tomé su mano para que se
apurara y pude sentir lo cálida que era , fue una sensación extraña sostener su mano
durante todo el camino del metro y aunque lo había hecho inconscientemente , me
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gustaba.

Había algo en ella que no podía explicar muy bien que hacía que me atrayera más de lo
normal ,no era normal sentir eso hacia una persona que conocía hace menos de dos meses y
era consciente de ello , sin embargo , era como si al tiempo le importara una mierda que nos
conocieramos recién y no me dejaba pensar en otra cosa que no fuera Lauren.

Cuando llegamos al edificio no evité sonreír ante la idea de estar en el ático , la pelinegra
seguía mirandóme extrañada pero no dijo nada mientras entrábamos y subíamos las
escaleras que nos separaban de nuestro destino final . La verdad es que aquel edificio parecía
sacado de una película de terror y estaba lleno de telarañas , pero al parecer a ella no le
importaba porque no decía nada mientras solo me seguía con la mirada tratando de averiguar
que había en mi mente .
La oscuridad invadía el lugar , pero al llegar al ático dónde sólo estábamos nosotras y el cielo
newyorquino era un momento único y con tanta luz que si hubiera estado en mis días ,
realmente hubiera sido capaz de llorar por aquella maravilla . Era cierto que New York no era
una ciudad dónde se pudieran apreciar las estrellas y un cielo que no estuviera contaminado ,
no obstante , aún habían lugares ajenos a aquella modernización que atraía a todo el mundo
a este lugar .
Lugares como éste edificio abandonado eran mi fascinación y me hacían creer en lo hermoso
que podían ser los lugares más recónditos , eran como los pequeños momentos de Lauren ,
ese momento en el metro cuándo aquella chica apareció de la nada en medio de esas
personas fue mágico , tal vez nadie más lo notó porque estábamos lo suficientemente locas
como para notar algo tan irrelevante , pero fue como si de una película se tratase y toda la
magia del director estaba en aquella simple escena dónde algo salía del típico escenario que
envolvía al lugar.
Creo que aquella pelinegra de ojos verdes ya me había llevado a la locura y no quería un pase
de regreso a la cordura , porque prefería estar loca y poder apreciar cosas que nadie veía a
estar cuerda y ser ciega por completo.
Lauren no dijo nada ante la imagen que vivíamos en aquel ático , para ser un verano caluroso
, la brisa estaba haciendo que todo se volviera más fresco , el cielo negro y que era tapado
por la contaminación no dejaba de resplandecer por unas cuántas estrellas que con una gran
porfia trataban de hacer su trabajo , a pesar de que era contrastado con el movimiento
nocturno que siempre había en la ciudad y las luces que invadían las noches solitarias de esta
gran ciudad.
Es hermoso - respondió finalmente Lauren con una sonrisa que no había visto antes
en ella , era una sonrisa única y tal vez hasta resplandecía más que las estrellas que
estaban en el cielo -me gusta más que una pizzería - comentó mientras iba a uno de
los bordes del edificio para mirar abajo , asentí ante eso porque tenía razón . A pesar
de que jamás había venido en la noche a este lugar , ya que todas las sesiones eran
en la tarde con flashes , retoques de maquillaje y brisa falsa , siempre me imaginé
como sería escapar un momento de todo y llegar a un lugar como éste.
No obstante , esto era mil veces mejor de lo que mi cerebro había sido capaz de crear en
algún momento .
Lauren se quedó en silencio mirando como las personas se movían apuradas en medio de las
calles y yo no dudé en acercarme a ella y mirar lo mismo , las personas parecían simples
hormigas desde el punto dónde estábamos y nueva york se veía más pequeño de lo que
realmente era.

-¿Cómo descubriste este lugar? - me preguntó sin apartar la vista de lo que estaba debajo de
nosotras, sin embargo , llegó un momento en que ella alzó la mirada y sus ojos verdes
tomaban un brillo único que me hicieron sonrojar.

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Han hecho muchas sesiones fotográficas de este lugar - me limité a decir y Lauren
asintió complacida por la respuesta , ella posicionó sus manos sobre
el borde y mi mano ya había dejado de estar enlazada a la suya.

Cuándo era pequeña solía quedarme en el techo de mi casa viendo las estrellas -
confesó entre risas- estoy loca desde que tengo uso de la razón - reí por su
comentario , porque me imaginé a una pequeña Lauren en el techo de su casa siendo
regañada por sus padres por hacer ese tipo de cosas- Hay algo en la oscuridad de la
noche que me da paz - la miré seria mientras ella seguía diciendo lo que pensaba ,
me gustaba esa Lauren que no se tragaba nada de lo que sentía ó decía , dónde solo
era ella -Siempre cuándo tenía un mal día , era tan simple como escalar de la ventana
de mi habitación al techo que había en ella y quedarme ahí hasta que los problemas
se esfumaran - su voz tomó un sonido tan melancólico que logró llegar hasta lo más
profundo de mí haciendo que me doliera escucharla de esa manera -Solo que los
problemas no se esfuman solo son tapados con el tiempo, tratamos de ignorarlos
para seguir viviendo hasta que ya no pueden ser tapados por más tiempo y nos hacen
explotar - no dije nada ante eso y pensé que ella volvería a llorar pero no lo hizo ,
solo se quedó en silencio desviando su vista nuevamente hacia las calles y como
éstas seguían con vida a pesar de ser tan tarde.
Sin dudarlo tomé su mano y volví a enlazarla con la mía , ella me miró extrañada y yo le
sonreí , en forma de ayuda para que no se sintiera sola porque no lo estaba.
Mi madre siempre decía que los problemas eran cuentas de un rosario que
cargábamos a todas partes, era tan así que nosotros podíamos elegir si hacíamos
más largo el rosario ó lo acortábamos - respondí ante su deducción , siempre había
pensado que ella tenía razón , que ningún problema podía ser lo suficientemente
grande como para no solucionarlo , sin embargo , ahora era consciente de que si
habían problemas más grandes de lo que a veces podíamos ser capaces de soportar.
Debió ser muy inteligente - contestó sin mirarme y yo asentí porque lo era , mis
padres eran mis grandes pilares y aunque llevara años sin regresar a casa , no había
día que no los llamara para saber como estaban , para asegurarme de que ellos
estaban bien , porque el día que ellos no estuvieran conmigo no sabría que hacer - mi
madre diría puras estupideces - refutó con rabia mientras soltaba mi mano y
suspiraba para aquello , a pesar de su negatividad , volví a tomar su mano con
suavidad porque no quería dejarla ir .

-¿Quieres hablar sobre eso? - le pregunté con dulzura mientras con mi otra mano acariciaba
su espalda , Lauren no dijo nada y se quedó en silencio por unos largos minutos que se me
hicieron eternos hasta que sin más volvió a mirarme y asintió.
Comenzó a beber cuándo se separó de mi padre - confesó seria sin mostrar ningún
tipo de reacción en su mirada , era como si tan sólo fuera capaz de mirar al vacío y
sus ojos perdían vida con cada palabra - según ella lo dejaría ,
tenía siete años y le creí cada una de sus mentiras - cada palabra se volvía más dura como si
tratara de tragarse cada lágrima - pensé que ella lo dejaría , pedí tantas veces que así fuera
pero no pasó - suspiré ante aquello , sonaba tan triste y me dolía profundamente que ella
tuviera que haber vivido con eso siendo tan pequeña , yo apenas recordaba saber prender la
televisión cuándo tenía siete años , en cambio ella había tenido que crecer lo más rápido que
pudiera para poder convivir con un mundo que de seguro ella no estaba acostumbrada pero
era parte de su nueva vida - tenía - respondió riendo irónicamente - bueno tengo dos
hermanos mayores , ellos se fueron de casa un poco antes de que el divorcio apareciera y
siempre recurría a ellos para que me sacaran de aquel infierno que era vivir con Clara , sin
embargo, nunca pasó - tragué saliva ante esa confesión , no podía imaginarme como había

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sido su vida de dura , siendo que toda su familia la trataba de esa forma , ni siquiera podía
imaginarme ignorando a mi hermana si me pasara algo parecido a lo que ella vivía ,
¿cómo podía tener ese tipo de familia alguien como Lauren? , a veces las mejores personas
sólo tenían golpes del destino porque éste quería destruir su espíritu , muchas veces lo
conseguían , otras veces solo hacían que se extinguiera aquella llama que los hacía únicos y
otras veces convertían a las personas como Lauren en personas que no deseaban ser.

Luego te fuiste dónde tu padre ¿cierto? - le pregunté mientras no dejaba de acariciar


su espalda tratando de hacer algo en contra de aquel momento , Lauren asintió
mientras un suspiro de cansancio apareció en ella.
-Lo hice - respondió tomando aquella seriedad que la envolvía por momentos , aquella
barrera que ella mismo había creado contra lo doloroso que sonaba su pasado - siempre lo
culpé de no ser tan fuerte por luchar por nuestra familia , por mi familia , sin embargo , él fue
el mejor padre que pude tener - una sonrisa tímida apareció en su rostro - era comprensivo y
siempre estaba disponible para mí ,era amoroso y no se cansaba de decirme que llegaría a
hacer grandes cosas cuando creciera por eso tenía que estudiar para demostrarle a todo el
mundo el potencial que tenía - a diferencia del sonido de las palabras anteriores , éstas
estaban cargadas de un amor que parecía tan real que estaba seguro que le dolía más a
Lauren que aceptar que su vida era un desastre , creo que hay veces en que duelen más los
momentos en que fuiste feliz que los mismos momentos tristes . Porque los momentos de
tristeza eran fácilmente remplazados , en cambio los de felicidad te azotaban contra lo fría
realidad , te hacían recordar que alguna vez fuiste feliz y que tu vida tenía sentido , yo creo
que los momentos felices muy pocas veces producen esperanzas sino que éstos mismos son
los causantes de que las personas finalmente se rindan en la búsqueda de la felicidad , era
algo irónico , no obstante , así era la vida , no dejaba de tener ironías que siempre nos
jugaban en contra.

-¿Lo querías mucho ?- Lauren asintió mientra sus ojos se cirstalizaban frente aquel recuerdo,
me sentía una inútil en medio de eso , ya que no
sabía que hacer ni que decir , sin embargo , también era consciente de que a veces las
palabras no ayudaban y que sólo servía el hecho de estar ahí con alguien , porque a las
palabras se las llevaba el viento , pero los momentos eran tatuados con el tiempo.
-Demasiado para ser reducido a simples palabras - contestó suspirando y negando con la
cabeza , no estaba segura si era para sacar las lágrimas que se estaban acumulando en ella ó
era porque no quería aceptar aquello - era fantástico y tal vez si él no hubiera sido tan débil
como para acabar con su vida , la mía sería completamente distinta - asentí ante eso , nunca
había sido capaz de aceptar ó de entender que era lo que llevaba a las personas para que
tomaran aquella decisión de quitarse la vida , sin embargo , siempre había respetado esas
decisiones , creo que nadie puede ser capaz de juzgar una vida que no sea la tuya , todos
tenemos demonios por dentro que nos hacen actuar de cierta forma y todos tenemos visiones
distintas de la vida- ó tal vez no sería tan diferente , la verdad no me gusta pensar en lo que
no fue , simplemente pasó y hay que vivir con eso ¿no?.
-Siempre he creído que hay dos caminos escritos en la vida y que tú vas escogiendo cuál
tomar y eso borra opciones que en el otro camino estaban pero tú no elegiste - Lauren asintió
-y en el otro camino es bastante probable que jamás te hubiera conocido - mis ojos se
cerraron ante aquella afirmación, no quería ver la reacción de Lauren frente aquellas palabras
, pero tenía que aceptar que todo era distinto desde que la conocía y eso era lo que más me
dolía , porque esa relación no sería la misma si ella supiera que había estado con Lucy.
Ahora ya no maldecía el nombre de Lucy en las madrugadas en mi departamento , ahora
maldecía al hecho de que fui capaz en caer en su tentación sin medir las consecuencias de
aquello , fui capaz de dañar a alguien como Lauren sin saber exactamente quién era pero eso
no le quitaba el peso a lo que había hecho , solo lo empeoraba aún más.
Lauren se acercó a mí , me regaló una sonrisa y me abrazó , sus abrazos eran tan sinceros y
únicos que no quería salirme de aquella escena jamás , deseaba con todas mis fuerzas que

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fuera así siempre, que ella nunca se fuera y que seamos amigas por algo más de lo que sería
capaz de durar si le contaba lo de Lucy , así que preferí no decírserlo , tenía miedo de
perderla y que ella no volviera.

Pero aún así mi miedo más grande era el hecho de que ella ya había sufrido suficiente y no
quería que volviera a sufrir , aunque eso significase mentirle u ocultarle la verdad sobre las
cosas.
-¿Tienes frío ?- preguntó finalmente y aunque la brisa estaba comenzando a azotar más
fuerte en esta parte del edificio , la verdad es que me sentía tan cómoda que ni siquiera
podía quejarme del frío - ese abrigo no creo que te ayude mucho - respondió mientras sacaba
sus brazos de mí y no dudaba en sacarse su chaqueta para ponérmela , yo me negué a
recibirla , sin embargo , Lauren siguió como si yo lo hubiera aceptado y me la puso mientras
acercaba más mi cuerpo hacia
ella , suspiré ante eso porque se sentía más que bien estar tan juntas , era como si su cuerpo
cálido se fusionara con el mío que estaba comenzando a enfríarse por la temperatura.
Gracias - comenté con una sonrisa mientras guiaba sus brazos hacia mí porque quería
que ese abrazo no terminara , Lauren no se negó a aquello de hecho me sorprendió
que ubicara su cabeza en mi hombro mientras seguíamos viendo el paisaje que había
a nuestro alrededor , no era un gran paisaje claramente , era solo una ciudad , sin
embargo , hace mucho que lo común estaba comenzando a ser mágico y lo cotidiano
se volvía de colores que nunca había imaginado.
-Es muy linda esta noche - dijo sin dejar de mirar a la calle , parecía que sus ojos verdes
estaban perdidos en medio de todas las personas que recorrían new york a esta hora , en
cambio , yo estaba perdida en sus ojos y esperaba que ella no lo notara porque me daba
verguenza admitirlo - ¿has venido antes con alguien más? - preguntó curiosa y yo negué
rápidamente , ya que nadie hubiera disfrutado de esa vista conmigo y me hubieran
considerado una loca , sin embargo , ella también lo estaba así que era capaz de
comprenderlo.
No , eres la única loca que lo aceptaría - comenté entre risas y ella rió mientras
asentía y me daba la razón , ella me miró por unos segundos hasta que apartó la vista
y la devolvió a lo que estaba frente a nosotras , al parecer no le gustaba mirarme por
mucho tiempo y recién había notado aquello.
-¿Cuál es tu película favorita ? - me preguntó y esa pregunta me tomó desprevenida , ya que
no me esperaba que ella me preguntara algo tan banal como una película que seguramente
no conocería y probablemente odiaría.
No te gustan las películas Lauren - le respondí rodando los ojos y ella rió de nuevo con
aquella risa que me hacía recordar a la de un bebé por toda la ternura que había en
ella .
Lo sé , pero es curiosidad , ¿qué tal si jugamos a las 20 preguntas? - sonreí por su
insistencia y acepté aquello , al final de todo yo quería saber todo sobre ella y no me
molestaba pasar horas conversando con Lauren .
Bien , tengo dos en realidad , la primera es diario de una pasión

Típico de las chicas - comentó haciendo un gesto de desaprobación que me hizo reír
como nunca , ella tenía razón , no sé que tenía esa canción que era capaz de cautivar
casi todos los corazones femeninos.
Querías saber ¿no? - Lauren asintió y me dejó continuar con lo que estaba diciendo -
la segunda es el amor en los tiempos de cólera - había visto aquella película hace
unos años cuándo la dieron en un festival de cine y me enamoré de ella , a pesar de
lo simple que era y que la historia no era tan buena como en el libro , me encantaba
lo cargada de amor y pasión que estaba cada escena que presentaban en el film ,
Lauren me miró curiosa para luego morder su labio inferior .

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¿Marquez? - asentí porque sabía que él era el autor del libro y seguramente Lauren ya
lo conocía desde antes que lo mencionase - es una buena
opción, sabías que para escoger el nombre de los personajes Gabriel le dejó el trabajo a su
computador -enarqué la ceja al no entender a lo que se refería y ella siguió con aquel dato
muy freak del libro - él estaba sentado en su escritorio y no se le ocurría ningún nombre para
Florentino , de hecho se iba a llamar fulano y el autocorrector le rescribió el nombre a
Florentino ¿curioso no?-era bastante curioso la verdad porque no tenía ni la más mínima idea
de que alguién podía llamarse Florentino hasta que vi la película y leí el libro , así que le daba
puntos por aquel comentario.
Me toca - dije con emoción mientras pensaba en que preguntarle hasta que mi
cerebro celebró el hecho de que se me había ocurrido la pregunta perfecta - ¿canción
favorita ? - pregunté sumamente interesada en saber cuál era la opción número uno
de la cantante de rock que componía canciones que eran bastante buenas, Lauren rió
por aquello y se aclaró la garganta antes de contestar.
Te vas a burlar - contestó entre risas y yo no entendí que le parecía tan chistoso - mi
canción favorita es la vie en rose - estallé en risas cuando me dijo aquello , porque no
parecía coincidir aquello con la Lauren que le gustaba el rock , la ropa negra y que
odiaba las películas , no podía creer que un clásico de las canciones románticas fuera
la primera en la lista de favoritos de alguien como Lauren Jauregui, lo esperaba de
personas como yo , pero de ella me parecía casi imposible de creer- te dije que te
burlarías - dijo tratando de ponerse seria , pero falló rotundamente en aquel acto , sin
embargo , dejé de reírme porque quería saber la razón por la cuál una canción así
podía llegar a ser su favorita , es decir , era muy bonita pero no parecía compatible
con ella.
¿Por qué ?-pregunté conteniendo mi risa y mirando nuevamente a sus ojos verdes
que me miraban fijos como si quisieran entender algo.
Cuando era pequeña apareció en una película que no recuerdo el nombre y el punto
es que mostraban la versión de Louis Amstrong con las trompetas y todo , mientras la
chica bailaba en medio de París - asentí porque conocía aquella película , era una
película antigua en blanco y negro que solían darlas todas las navidades en la
televisión , nunca supe cuál era su nombre , no obstante recordaba el vestido
floreado de la chica y ese momento que Lauren rememoraba - fue la primera vez que
sentí que quería algo así en mi vida , es una tontería - finalizó negando con su cabeza
y a mi no me parecía una tontería , la verdad es que me parecía algo muy tierno.
No es tonto , es demasiado tierno - comenté con una sonrisa

Entonces ¿por qué te ríes?- me contestó mientras fruncía el ceño y yo le di un beso en


la mejilla sin razón alguna .

Porque pensé que me responderías con una canción de un rock metálico que nunca
he escuchado en mi vida - contesté ruborizada porque era cierto
, Lauren se acomodó mejor en mi hombro y yo cerré los ojos frente al dulce olor de su
perfume , parecía que me encantaba cualquier cosa que proviniera de ella y sin
pensarlo dos veces , mi cabeza comenzó a tararear la canción mientras me movía de un lado
a otro tratando de sentirla . Cuando abrí los ojos Lauren me miraba extrañada por lo que
estaba haciendo.
-¿Qué haces?- me preguntó sin mostrar ninguna expresión , yo tomé su mano e hice que ella
estuviera a solo unos centímetros de mí , mientras comenzaba a tararear la canción que
estaba en mi cabeza - ¿enloqueciste?
-Vamos , te encanta ver a las personas hacer cosas improvisadas , creo que bailar tu canción
favorita no estaría mal - respondí encogiendóme de hombros y Lauren seguía viendóme

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insegura sobre lo que estaba haciendo así que sin pensarlo más tomé su mano para que me
diera una vuelta y ella rió por aquello pero finalmente me siguió el juego porque me tomó de
mis caderas y comenzó a bailar mientras ambas tarareabamos la canción , sus ojos
coincidieron con los míos y yo no podía dejar de verlos , eran hermosos , del tono perfecto
que podía cautivar a cualquiera , pero había algo más en ella que me hacía perder como si
fuéramos dos almas viejas que se hubieran buscado por mucho tiempo.

-Hold me close and hold me fast ,the magic spell you cast, this is la vie en rose - tarareó con
su voz rasposa a mi oído haciendo que todos mis sentidos se sensibilizaran solo con ese
pequeño momento , cantaba hermoso pero era el momento que estaba viviendo con ella lo
que lo hacía mágico , ella no dejó de bailar conmigo mientras cerraba sus ojos , quizás para
envolverse de ese momento y aunque yo también deseaba hacerlo , me negué a cerrar mis
ojos porque quería verla a ella , ver como su corazón vivía aquel momento y cómo todos sus
problemas eran tapados por unos segundos , me alegraba de ser la causante de aquel
momento de catarsis de su parte , porque ella lo necesitaba.
-Give your heart and soul to me , and life will always be la vie en rose - le susurré como
respuesta sintiendo como en solo unos segundos , la noche había dejado de ser oscura y
había adquirido un tono tan rosa que sólo nosotras éramos capaces de reconocer.
La vie en rose parte 2

Los Angeles Lauren

No era extraño que lloviera en Los Angeles.

Sin embargo , creo que nunca me aburriría de ver aquella simple escena de como cada gota
cae desde el cielo y se encarga de empañar la ventana de nuestro departamento. Claramente
si estuviera afuera tratando de regresar a casa luego de un largo día de trabajo , la lluvia
sería una dificultad , no obstante , al verla detrás de una ventana con el hermoso espectáculo
que dejaba la noche estrellada y abrazada de la persona que más quería en el universo , la
lluvia podía ser comparada con una hermosa fotografía de una postal.
Sonreí al ver como la tenue luz de la luna nos iluminaba a Noelle y a mí en medio de nuestro
departamento,sus cabellos rubios eran teñidos de una luz que los convertía en castaños ,
mientras que sus pequeñas manos se aferraban a mi cuello porque como siempre no quería
separarse de mí.
Acaricié con suavidad su cabello que mientras más pasaba el tiempo , más ondulado se le
ponía lo cual la hacía ver más adorable aún. Cuando Noe era una bebé , Dinah aseguró de
que jamás tendría el cabello ondulado , siempre aseguraba que era imposible que crecieran
rulos en aquel cabello tan liso y que no se comparaba en nada al cabello alborotado con
ondas que yo tenía , sin embargo , con el tiempo aquella teoría comenzó a ser descartada y
casi de un día a otro , su cabello comenzó a dejar de ser tan liso y comenzó a ondularse en
lindas ondas que ahora se estaban convirtiendo en rulos .
-Mami - me susurró Noe en el oído mientras yo la veía con una sonrisa,cada vez que ella me
miraba con aquellos ojos azules y me regalaba su dulzura era una sensación indescriptible y
podía alegrar hasta mis peores días -
¿Cuántas estrellas hay en el cielo? - reí ante la inocencia de su pregunta y no dudé en tocar
su nariz para luego acariciar su mejilla.
Infinitas , nadie sabe exactamente cuántas hay, porque es imposible contarlas todas -
le respondí mientras ella se quedó pensativa por mi respuesta , Noe siempre había
sido así de curiosa.
No se detenía con mis respuestas , siempre estaba en busca de que sus preguntas sean

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respondidas y desde que había aprendido a leer , no dudaba también en buscar respuestas a
través de los libros que había en la biblioteca dónde trabajaba en las mañanas. Me encantaba
esa sed de curiosidad que siempre se aseguraba de saciar , como también me encantaba
aquella mirada que ponía cuándo no le convencía una respuesta.
-Si nadie las ha contado -comentó algo insegura -¿cómo saben que son infinitas? - volvió a
preguntar mientras se acomodaba mejor en la silla y se sentaba en mis piernas , sonreí ante
su curiosidad porque tenía razón -yo las contaría
, pero solo sé contar hasta cien - respondió frunciendo el ceño y yo volví a reír por la seriedad
que se tomaba algo tan simple como mirar el cielo , Noe no tardó en rascar su cabeza
tratando de buscar una solución a su problema de solo contar hasta cien - tal vez tú puedas
ayudarme mami - contestó finalmente mientras me miraba con aquella mirada cómplice que
ponía cada vez que deseaba que le ayudara en algo.
-Eso es lo que quieres hacer mi copito de nieve , ¿Contar estrellas?
pregunté mientras comenzaba a hacerle cosquillas en su estómago y le llenaba el
rostro de besos , Noe comenzó a retorcerse feliz mientras asentía , ni en un millón de
años podría ser capaz de cambiar estos momentos con ella , ni aunque me ofrecieran
todo el dinero del mundo.
-Podríamos ir a la playa y contarlas ahí - respondió segura mientras devolvía la vista hacia las
estrellas, yo la abracé más fuerte y besé su cabello . A pesar de que la playa no quedaba tan
lejos , casi nunca teníamos tiempo para ir .
Creo que hemos ido unas cinco veces en toda la vida de Noe y sabía que a ella le encantaba
la playa y correr hacia las olas, a mi también me encantaba la playa , especialmente la brisa
que se producía y el olor tan característico del mar , es como si solo con estar ahí todos los
problemas se fueran con la suave brisa y quedaras libre.

-Algún día -le dije mientras ella volvía a recostar su cabeza en mi hombro sin necesidad de
que yo se lo pidiese , eran casi las once de la noche y ella tenía colegio en la mañana , sin
embargo, eran tan reducidos los momentos en que podía disfrutar a plenitud a mi hija que no
me importaba si mañana ella tuviera que faltar al colegio solo para quedarme con ella un
poco más.

Sería capaz de dar mi vida solo para poder tenerla a mi lado siempre , solo para asegurarme
de que siempre sería merecedora de sus sonrisas y sus caricias , a pesar de que para las
personas yo era solo una simple chica del montón ,para Noe era alguien importante y que
admiraba, siempre me decía lo increíble que era aunque yo no viera ninguna de las virtudes
que ella siempre me repetía que tenía .

El silencio nos invadió por unos minutos mientras yo no dejaba de ver como las gotas seguían
cayendo y Noe por su parte parecía estar jugando con mi cabello mientras de reojo veía como
ya comenzaba a quedarse dormida . Era curioso que ella fuera tan activa , tan curiosa , tan
parlanchina , pero cuando llegaba a mis brazos prefería olvidar todo eso y sólo quedarse en
silencio mientras se quedaba dormida en mi pecho.
-Mami - me susurró mientras no dejaba de acariciar mis manos con la yema de sus dedos yo
esperé curiosa para saber que nueva pregunta invadía su mente - ¿puedes cantarme? -
sonreí ante su petición. Ella jamás se aburría de que la cantara ,a pesar de que me lo pedía
cada noche antes de dormir , según ella tenía una voz muy bonita , pero yo sabía en mi
interior que eso era solo porque era su madre y tampoco había escuchado a muchas personas
cantar.
-¿Qué quieres que te cante copito de nieve?-le pregunté mientras me levantaba de la silla y
la llevaba a la cama porque la conocía tan bien que cuando me pedía que la cantara era una
señal de que ya tenía sueño y quería dormir . Así que mientras esperaba su respuesta , abrí
las sábanas de la cama y la acosté para que quedara más cómoda , en ningún momento del
trayecto Noe dejó de sostenerse de mi cuello y cuando la dejé en la cama no tardó ni cinco
segundos en pedir que yo también me acostara a su lado , petición que cumplí enseguida

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acercando mi nariz a la suya y moviendóla , Noelle rió ligeramente por ese gesto y no dudó
en darme pequeños besos en mi mejilla mientras sostenía mi mano y volvía a recostarse en
mi pecho.
-La canción favorita de Claire - respondió bostezando , asentí ante eso porque sabía a cuál se
refería.

Noelle se enamoró a primera vista de Claire cuándo una noche tuve que llevarla al trabajo
porque no pude conseguir que nadie se quedara con ella , obviamente llevar a tu hija de seis
años a las diez de la noche a tu trabajo demostraba lo irresponsable que podía ser con Noe ,
sin embargo , prefería eso a tener que dejarla sola en el departamento . Aquella noche Dinah
y Mani tenían turno conmigo así que dejamos a Noe en la sala de empleados mientras
seguíamos trabajando y procurando que nada le pasara cada cinco minutos .
Hasta que Claire se dirigió a la sala de empleados como todas las noches que me presentaba
para felicitarme y encontró a Noe tratando de dibujar con sus crayones , cuando volví a ver si
Noe aún seguía despierta , pude darme cuenta que Claire se había quedado toda la noche
jugando con ella . Nunca podría ser capaz de terminar de agradecerle aquella simple acción
que fue quedarse con ella por unas horas hasta que yo regresara , a pesar de ser un simple
acto de amabilidad , era demasiado para mí , ya que nadie haría eso por mí y ella lo había
hecho sin saber siquiera que Noe era mi hija.

Desde ese día ,Claire no paraba de preguntarme sobre Noe y viceversa . Mi hija quedó tan
encantada con Claire que muchas veces me había casi obligado a ir a visitarla solo para poder
estar con ella , por suerte el cariño era mutuo y ella no veía ningún problema con que la
visitaramos en las tardes , de hecho le encantaba enseñarle a tocar el piano a Noe y a
enseñarle francés. Definitivamente Claire era una persona única como un ángel caído del cielo
, porque no había chica más amable y solidaria que ella.
Bien - dije golpeando con mi pulgar la nariz de Noe y ella sonrío - la cantaré solo si tú
me ayudas - Noe asintió emocionada mientras yo me acomodaba en la cama para
poder abrazarla mejor y que ella no sintiera frío , ya que la temperatura estaba
comenzando a bajar- ¿en francés ó en inglés?.
-Me gusta más en el idioma de Claire - me contestó con una sonrisa y yo volví a asentir ante
su inocencia , yo también la prefería en francés.
-Des yeux qui font baisser les miens - comencé a cantar mientras cerraba los ojos tratando
de recordar los suaves açcordes que James tocaba en su piano -Un rire qui se perd sur sa
bouche -mi francés se limitaba a un par de canciones que había escuchadon en la radio, pero
esta siempre sería mi favorita , me hacía querer aprender el idioma solo para poder
envolverme en la magia que había en cada palabra de la canción -Voilà le portrait sans
retouche ,De l'homme auquel
j'appartiens- estuve a punto de comenzar el coro cuándo Noe comenzó a cantarla , ella
también se la sabía de memoria porque no había ocasión en que no me la pidiera.

-Quand il me prend dans ses bras, Il me parle tout bas Je vois la vie en rose- cantó con su
vocecita infantil que cargaba a la canción de ternura , como siempre ella hacía expresiones en
su rostro cada vez que la cantaba y yo no dudé en seguirle la letra aunque Noe se había
tomado el protagonismo de la canción , su francés era mucho más fluido con el mío luego de
que pasara largas tardes con Claire tratando de aprender lo básico -Il me dit des mots
d'amour , Des mots de tous les jours, Et ça me fait quelque chose ,Il est entré dans mon
cœur, Une part de bonheur, mami tú también tienes que cantar - me regañó al darse cuenta
de que había dejado de cantar la canción y solo la estaba escuchando cantar a ella , reí por la
forma en que frunció el ceño y le di un cálido beso en su frente para retomar el compás de la
canción.

-Dont je connais la cause- Noe alargó la palabra y yo reí por su intento de darle
profesionalismo a su interpretración - C'est lui pour moi, Moi pour lui dans la vie , Il me l'a
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dit, l'a juré ,Pour la vie -cuando llegué a esa parte de la canción pude fijarme que Noe ya
había dejado de cantar y que sus ojos estaban cerrados mientras una sonrisa enmarcaba su
rostro, la acerqué más a mí mientras tarareaba la parte de la canción que faltaba , ella ni
siquiera gruñó cuándo la moví más cerca mío para que así el calor no se fuera de la cama.

-Et dès que je l'aperçois ,Alors je sens en moi ,Mon cœur qui bat- le susurré en el oído dando
final a la canción , sin embargo , ella ya se había quedado dormida cuando llegué a esa parte
de la canción , era increíble como podía quedarse dormida tan rápido . A diferencia de mí ,
que hace mucho los tímidos rayos del sol ya no eran una excusa para levantarme , llevaba
varios días sino eran semanas quedándome despierta desde que lograba hacer que Noe
durmiera hasta que al
amanecer estaba comenzando a aparecer , a veces podía dormir aunque sea media hora ,
pero hoy no era uno de esos días . Desde que acosté a mi hija supe que hoy sería de esas
largas noches en dónde pasaba de largo , más si era por el hecho de que desde mañana
comenzaría a trabajar en la película.
Aún me parecía como un sueño aquello , pero como Mani me había afirmado durante cientos
de veces en la semana era real y tal vez hasta llegaría a ser famosa . Sinceramente no
buscaba nada de eso , me bastaba con que me pagaran lo suficiente para que las cuentas no
se acumularan en mi casa y poder ofrecerle una vida digna a Noe , con eso ya podría decir
que estaba feliz y complacida.
Pero la idea de la película no era lo que no me dejaba dormir y me quitaba el sueño , lo era la
castaña que al parecer no se cansaba de aparecer en mi vida .Camila como aprendí que se
llamaba luego de encontrármela hasta en la pastelería , era más que guapa , era bellísima .

Era un par de centímetros más baja que yo , no obstante , su porte altivo y la elegancia que
siempre mostraba la hacía ver mucho más alta de lo que era . Ella era de esas chicas que ves
en los carteles y comerciales en cada rincón de la ciudad , esas chicas guapas que con una
gran sonrisa te hacen suspirar y te hacen hasta soñar con ellas . Su cabello castaño largo se
mostraba tan delicado y cuidado como toda la imagen que mostraba ella y las pequeñas
ondas que se formaban en sus puntas le daban un toque de naturalidad que se le sumaba
puntos a su belleza nata. Sin embargo , eran sus grandes ojos castaños los cuales no podían
salir de mi memoria , aquellos ojos que se mostraban tan seguros frente al mundo como si
supieran su posición elevada frente al resto del mundo y seguramente esa era la situación ,
porque ella no era parte del "resto del mundo" , como Dinah me había afirmado y también
Noe , ella era una actriz reconocida y que había salido en decenas de películas en el último
tiempo que jamás había visto , pero eso no significaba que no fuera importante.
Parecía una princesa de esas que contaban los libros , una princesa de las lejanas tierras
persas ó del medio oriente por su piel ligeramente bronceada por los rayos del sol , no
obstante, había algo en su mirada que me causaba curiosidad , era como si su mirada
buscara algo más de lo que ya tenía , lo cuál sonaba tonto ¿qué más podría desear alguien
que ya lo tenía todo? , alguien que era amada por todas las personas que la rodeaban y que
podía vivir sin dificultad alguna toda su vida y hasta el infinito . Sin embargo ,aquella mirada
no dejaba de penetrar hasta en mis pensamientos más profundos , ¿qué era lo que ella tanto
deseaba? ,
¿por qué seguíamos coincidiendo , siendo que no teníamos nada que nos uniera? , éramos
tan distintas como el agua y el aceite , ella era alguien importante , tanto así que
seguramente el vestido punteado que había utilizado en la pastelería sería más caro que todo
lo que pudiera ganar en mi vida , mientras yo era nadie frente a todos los lujos que podía
atraer aquella castaño , pero no podía dudar de que había algo en
ella que me hacía sentir distinta como nunca me había sentido frente a nadie .
Suspiré frente aquel pensamiento , era tan tonto pensar aquello , así que me obligué a dejar
de pensar en Camila de esa manera y posé mi mirada en Noe quién estaba profundamente
dormida entre mis brazos , ella era lo único que importaba en mi vida y siempre sería así.

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—¿Tienes todo listo amor?—le pregunté a Noelle mientras trataba de trenzar su cabello , no
obstante, aquella tarea siempre se veía retrasada por el simple hecho de que a ella le
encantaba tener el pelo suelto , Noe asintió mientras no dejaba de moverse en la cama dando
pequeños saltos—Noe estoy peinándote podrías quedarte quieta un instante por favor —
cuando por fin se quedó quieta jugando con su muñeca , la puerta del departamento se abrió
mostrando a una Dinah cansada por haber trabajado toda la noche , sin embargo , Noelle no
dudó en salir de la cama para tirarse en sus brazos .
—Tía Dinah —la emoción de mi hija me hizo sacar una sonrisa y Dinah no dudó en alzarla en
sus brazos , a pesar de lo cansada que debía estar y comenzó a darle pequeños besos en la
mejilla.

—¿Cómo amaneciste rizitos de oro?-cuándo escuché aquello supe que ellas dos iban a tardar
un rato , así que decidí pedirle a Dinah que terminara de arreglar a Noe mientras iba a
cambiarme de ropa porque ya se me estaba haciendo tarde para ir a la biblioteca y a ella
para ir al colegio.
-Dinah , podrías encargarte de Noe mientras me cambio de ropa - Ella estaba tan
concentrada en lo que le estaba diciendo la pequeña rubia que se limitó a asentir y supuse
que eso era una afirmación a lo que le había dicho , así que entré rápidamente a la ducha.

El sol aún no se apoderaba de la mañana , apenas estaba amaneciendo , no obstante


, el colegio de Noe y la biblioteca quedaban a casi dos horas de aquí , por lo cuál me
quedaban apenas quince minutos para poder tomar el bus y no llegar atrasada . A pesar de
que Los Angeles no era una ciudad muy congestionada ni tampoco muy grande , parecía que
todos los lugares se encontraran distantes de mi departamento , lo cuál era normal , porque
no vivíamos en la parte más adinerada de la ciudad , vivíamos casi a las afueras dónde no se
podían ver los carteles de las estrellas del cine y dónde sabías que no debías pisar el lugar a
menos que conocieras a alguien que viviera ahí .

Víviamos en la parte más alejada de la ciudad y también la más peligrosa , a pesar de que ,
nunca habíamos tenido ningún robo ni ningún tipo de atranque con alguien , la verdad es que
el edificio dónde residiamos desde hace un
par de años era bastante calmado y todos se conocían entre sí , por lo cuál no tenía ningún
problema de dejar que Noe jugara en los otros departamentos con los otros niños que vivían
en este viejo edificio , sin embargo , mi sueño era poder tener una casa como de esas que se
encontraban cerca de dónde vivía Ally , casas de verdad con un jardín y una cerca dónde
podías ver el pasto verde y fresco de cada mañana y no las frías y rotas paredes de un
edificio que apenas estaba sobreviviendo.
Al terminar con la ducha , rápidamente tomé el vestido que ya había dejado listo y tratando
de pienar mi cabello en una trenza , salí del baño para ver si Noe ya estaba lista , lo cuál me
sorprendía dado el hecho de que cuándo estaba con Dinah nunca paraba de divertirse y de
hablar , ya que eran muy pocos los momentos en que podían coincidir debido a que la
mayoría de los turnos que hacían las chicas era en la noche , debido a que eran dónde les
pagaban más y así habían veces en que no las veíamos en toda la semana , ya que cuando
llegaban a casa ya era de mañana y nosotras ya estábamos haciendo nuestra rutina diaria .

Me acerqué a Noe quién estaba sentada en el comedor mostrándole un dibujo a Dinah ó más
bien narrándole sobre el dibujo , porque Dinah estaba más ocupada tratando de servirse café.
-¿Estás lista amor?-le pregunté a Noe y ella frunció el ceño ante mi pregunta , yo rodé los
ojos y comencé a guardar sus colores en su mochila , mientras Dinah ponía una taza de café
en la mesa, la miré de reojo y negué , porque se me estaba haciendo tarde como para tomar

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algo de desayuno-lo siento Di , se me hace tarde -refuté tomando la mochila de Noe y
poniéndola en mi espalda.
-No te vas a ir sin tomarte al menos la mitad-me reprendió y Noe se rió por aquello - así que
siéntate a la mesa-bufé y aunque sabía que era tarde , también sabía que discutir con Dinah
solo me retrasaría más , así que me senté al lado de mi hija y comencé a tomar de a poco el
café cargado que había dejado aquella morena frente a mí y ella sonreía removiendo su
cuchara en su taza porque como siempre había ganado la batalla conmigo.
-¿Cómo te fue en el trabajo?-le pregunté haciendo tiempo para que el café se enfriara un
poco , porque estaba muy caliente , Dinah me miró con aquel rostro de pocos amigos que
siempre ponía cuándo tenía un mal día , así que con aquello me dio todas las respuestas que
necesitaba saber.
-¿Mani aún no llega?- me preguntó levantándose para ir por el azúcar , al parecer su café
había quedado sin sabor por las miles de cucharadas de café que seguramente le había
puesto , yo negué con la cabeza , porque no había visto a Mani desde ayer cuándo nos
encontramos en la tarde y había hecho la cena - Ya debería estar aquí- me dijo preocupada y
yo me encogí de hombros , porque ninguna tenía un horario fijo , simplemente llegábamos a
casa porque no teníamos a dónde más ir .
-Tal vez llegué pronto - respondí tomando de un sorbo casi un cuarto del café de la taza , era
agradable la sensación de tomar un café en la mañana
, hace mucho que no la sentía , porque siempre iba retrasada a todas partes -¿te vas a
quedar en la tarde?- Dinah asintió y besó mi cabello, siempre hacía lo mismo a pesar de que
estuviera muy estresada ó muy cansada , ella siempre era amable y cariñosa con nosotras .

-¿Tú vienes en la tarde?- me preguntó enarcando la ceja y negué porque hoy me tocaba
trabajar en la película y según me habían explicado tenía que estar desde las once de la
mañana hasta casi las siete de la noche , lo cuál no me parecía extraño porque era un horario
normal de trabajo.
-No , trabajo en la película desde hoy - Dinah asintió -dejaré a Noe con Ally después del
colegio y la traeré de vuelta cuándo salga - esa era uestra rutina diaria , preguntar si alguna
estaba en la tarde para hacerse cargo de Noe y si ninguna estaba disponible le pedía de favor
a Ally que lo hiciera , quién jamás se negaba , ya que Noe iba al mismo colegio que Alex así
que pasaba directamente por ambas y las llevaba a su casa.

-Haré de cenar entonces - contestó no muy entusiasmada y a mi me dio igual , porque lo


último que podía pensar era en la cena de hoy , solo podía pensar en lo tarde que se me
estaba haciendo , así que le di el último sorbo al café y me levanté apurada para despedirme
de Dinah.
-Tengo que irme , te quiero - le dije besando su mejilla y ella asintió sin importancia mientras
Noe se despedía de Dinah , comenzamos a caminar hacia la puerta cuándo nos detuvo,
-Yo también las quiero - sonreí ante ello y comencé a caminar más rápido , porque me
quedaban cinco minutos para tomar el bus y tres pisos de distancia.
Las mañanas en los Angeles eran relativamente tranquilas y rara vez se encontraban
nubladas , casi siempre había un calor abrasador especialmente en verano dónde deseabas
vivir en el ártico por el calor que siempre hacía , no obstante, hoy el clima estaba bastante
calmado y las personas recién estaban comenzando a dirigirse al trabajo .

El autobús no tardó en aparecer y yo puse el dinero en la caseta apenas abrió las puertas ,
nos dirigimos a los últimos asientos , porque a pesar de que casi eran las seis de la mañana ,
el bus ya se encontraba lleno y el único asiento que había era uno que se encontraba en las
últimas filas . Tomé a Noe para que se sentara en mis piernas y justo nos tocó el asiento que
estaba al lado de la ventana , así que las casi dos horas que nos quedaban de camino se iban
a hacer más rápidas con aquello , un suspiro me invadió al ver como la rutina de todos los
días estaba siendo cumplida y no pude dejar de sonreír cuando Noe comenzó a acomodarse
en mi pecho para jugar con mi cabello , a pesar de que ayer se había acostado tarde , no

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parecía afectada por ello, de hecho parecía más animada que muchas mañanas en
dónde literalmente tenía que batallar para ponerle la ropa y que fuera al colegio y aunque no
debía aceptar aquello , porque ir al cole era su responsabilidad , le entendía porque a ningún
niño le gustaba levantarse antes de que apareciera el sol para poder llegar a tiempo al
colegio , así que siempre trataba de que en esas dos horas volviera a dormir aunque sea un
poco más para que ella no llegara tan gruñona
, a veces lo conseguía , pero hoy estaba muy despierta viendo como la ciudad de Los angeles
aparecía ante nuestros ojos como todas las mañanas y como las personas pasaban por las
calles como pequeñas hormigas en la tierra.

-Mami- me dijo Noe desviando mi atención de las calles que tomaba todos los días para ir al
trabajo -¿Qué significa solo para personas de color?,¿existen personas de colores, mami?- me
preguntó impresionada por ello y yo miré en la ventana a que se refería , se trataba a uno de
los típicos carteles que aparecían en las tiendas por las leyes de segregación , las cuáles eran
leyes estúpidas si así se les podía decir dónde se dicernía quién podía ir a dónde por el color
de su piel , a mi realmente no me importaba aquel detalle , me parecía tonto clasificar a las
personas por el color que podía presentar algo tan propio como el color de tu piel , pero al
parecer a las personas les parecía importante hacer aquella diferenciación y a las personas de
piel más oscura como la de Dinah ó Mani no les permitían compartir los mismos lugares que
las personas "blancas" .

Suspiré ante su pregunta , porque ella era muy pequeña para entender aquello , de hecho ,
ella ni siquiera podía ver la diferencia porque vivía rodeada de personas de color como todo el
mundo le llamaba a las personas con piel más oscura que la mayoría ,para Noe todas las
personas eran iguales y yo deseaba que se quedara con aquella idea , ya que esa era la única
verdad que al parecer nadie quería aceptar , todos éramos igual sin importar quién eramos .
-No cariño , no hay personas de color - respondí acariciando su cabello y ella frunció al ceño
por mi respuesta - se refiere a que todos tenemos distintos tonos de piel y ahí solo se
aceptan personas con piel más morena - Noe me miró dudosa y sabía que no entendía nada
de lo que le estaba diciendo - como tía Mani y tía Dinah- finalicé suspirando ante el hecho de
que no sabía como explicarle que significaba aquello.
-¿Entonces nosotras no podemos entrar ahí?- me preguntó consternada por aquello - ¿Por
qué?-me mordí el labio inferior tratando de idear alguna respuesta frente a su pregunta, pero
ni siquiera yo le encontraba el sentido a aquellos carteles.
-Porque las personas ponen lo que quieran en sus carteles - respondí finalmente - Hay
personas que no les gusta compartir con otras , así que ponen esos lugares exclusivos -ella
asintió y siguió viendo hacia la ventana tratando de pensar en lo que le había dicho , no
obstante , yo comencé a acercarla más a mí para que dejara de ver por la ventana y se
quedara dormida por un rato -Noe ¿no
estás cansada?-le susurré al oído mientras no dejaba de acariciar su cabello , ella no dijo
nada , sino que inmediatamente ocultó su rostro en mi hombro y posó sus brazos sobre mi
cuello , sonreí ante ello , porque al parecer si tenía sueño solo que no quería aceptarlo .

Finalmente ella se quedó dormida mientras yo no dejaba de pensar en todo el día que aún me
quedaba por realizar.
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Una de las grandes dificultades de vivir tan lejos de los lugares céntricos de la ciudad era que
como hoy , no me había enterado de que el colegio de Noe estaba cerrado debido a una
inspección que hacían en el sector y tuve que idearme que hacer con ella , por lo que no tuve
otra opción que llevarla a la biblioteca hasta que sean las diez y media , y ver si podía dejarla
con Ally , porque me era imposible regresar a casa y volver a tiempo.
La biblioteca quedaba a unas cinco cuadras del colegio , lo cuál siempre me ahorraba tiempo ,
ya que solía salir en las tardes para buscar a Noe después de su jornada escolar y llevarla a

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casa cuándo no tenía que trabajar también en la tarde , no obstante , hoy eso me era
imposible y solo podía pensar en que iba a hacer durante las tres horas que iba a trabajar . A
pesar de que la señora Smith nunca se quejaba cuando llevaba a Noe al trabajo , sino que la
adoraba porque amaba a los niños , a mi no me gustaba llevar a mi hija al trabajo , ya que
no me gustaba mezclar mi vida personal con mi lugar de trabajo .

Sin embargo , cuando llegué al semáforo que me separaba de aquel pequeño edificio de un
piso que parecía más un local que una biblioteca , supe que no me quedaba otra opción . El
trabajo no era nada duro y la paga tampoco era muy grande , pero la señora Smith no había
dudado en contratarme cuando lo necesitaba , así que por eso no había renunciado ó buscado
otro trabajo en la mañana . Además que la biblioteca era un pequeño negocio familiar entre
la señora Smith que ya estaba en sus sesenta años y su hijo Aiden que era solo un año
menor que yo .
Aiden me conocía desde que Noe era una bebé , ya que ambos habíamos trabajado como
meseros en uno de los restaurantes del centro antes de que me contrataran como cantante,
era un chico muy agradable y respetuoso que con su cabello negro y sus ojos verdes adquiría
la apariencia de John Newman , uno de los pocos actores que conocía.

Medía un metro ochenta y aunque siempre iba vestido casualmente con una camisa y un par
de pantalones , yo no podía verlo y pensar en el uniforme de trabajo que lo había visto
durante dos años y medio , siempre me lo imaginaba con los pantalones de tela negros y la
chaqueta negra que combinaba con una camisa blanca abotonada. Él era quién me había
ofrecido el trabajo en la biblioteca en el pequeño sector que
tenían para vender libros , me había informado que la paga no era mucha , ya que apenas
estaban comenzando a abrirse en el centro , pero que necesitaba a una chica de confianza
que le ayudara a su madre con las finanzas y el inventario , cosa que se me daba muy bien ,
así que no dudé en aceptar debido a que también en aquel momento necesitaba con
desesperación un sueldo un poco mayor debido a que tener un bebé era más costoso de lo
que parecía.

No di ni tres pasos dentro de la biblioteca cuando Noe se soltó de mi mano y fue corriendo
hacia dónde estaba la señora Smith arreglando los nuevos libros que habían llegado , reí por
la actitud de confianza que tomaba ella con todas las personas que conocía y que quería .
Vaya si es la pequeña Noe - respondió la señora Smith mientras tomaba en brazos a
Noe y le daba un beso sonoro en su mejilla mientras ella reía por aquello - Buenos
días Lauren - me dijo con una cálida sonrisa y yo asentí mientras me acercaba para
ayudarla a ordenar los libros de la caja - Es un gusto verte y también que hayas
traído a esta princesita .
-Gracias señora Smith para mi también es un gusto ,y lo siento no tenía con quién dejarla -
refuté avergonzada pero ella ladeó la cabeza porque no le importaba aquello - Noe , cariño
podrías ayudarme con estos libros y llevarlos al sector infantil - le sugerí pasandóle dos libros
de cuentos infantiles que habían en la caja , Noe asintió y no tardó en salir corriendo hacia
donde estaban los libros para niños , lugar que conocía a la perfección porque siempre la
dejaba sentada en la mesa con lápices de colores que había ahí mientras yo terminaba de
trabajar.
La señora Smith a pesar de tener sesenta años , fácilmente podría ser confundida con alguien
de 45 , al igual que Aiden tenía aquellos ojos verdes que muchas veces eran plomos ó azules
, dependiendo de la luz del sol . A diferencia de los míos , estos siempre brillaban y te daban
aquella sensación de calidez y de tranquilidad que muy pocas personas podían ofrecerte . A
pesar de que era muy estricta a la hora de trabajar con ella , yo ya llevaba varios años
conociéndola y sabía que detrás de aquella fachada se encontraba una persona de total
confianza y que podía ofrecerte el mundo si quería como también podía privarte de cualquier
cosa. Me gustaban ese tipo de personas que eran sinceras y no trataban de agradar a todo el
mundo , ella te decía las cosas de frente y sino le gustaba algo no dudaba en decírtelo

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, esa actitud hacía que fuera más productivo y con mayor eficacia .

Según lo que me había comentado Aiden , ella había tenido una vida muy dura solo que no le
gustaba recordarla , además del hecho de que tenía otros hijos mayores que Aiden que se
habían ido hace mucho tiempo a distintas partes del país y que nunca solían visitarla , así que
solo eran ellos dos .

-Hoy han llegado los nuevos libros de la colección que te comenté la semana pasada - asentí
posando mis dedos en las tapas duras recién elaboradas de
los libros nuevos , me encantaban cuando llegaban nuevos encargos , porque significaba que
tenía nuevos títulos por leer . A pesar de que mi tiempo era reducido entre el trabajo y
hacerme cargo de Noe , siempre sacaba un par de libros en la semana para leer y luego los
devolvía , a pesar de que la señora Smith dejaba que me los quedara ,a mí me parecía que
era tomar demasiada confianza hacer aquello , así que solo me quedaba una semana con
ellos para el siguiente lunes dejarlos en su correcto lugar en la estantería - y necesito que los
etiquetes mientras yo me hago cargo de hacer inventario ¿bien?.

-Claro , ¿hay más cajas en la bodega?- pregunté mientras comenzaba a sacar los libros que
aún quedaban en la caja y antes de que ella pudiera contestar vi a Aiden con unos pantalones
beige y una camisa azul que estaba remanganda , ya que en sus manos estaban las cajas ,
una sonrisa apareció en su rostro al verme y yo hice lo mismo , no podía negar que era
guapo , sin embargo , yo no le veía más que un gran amigo que no había dudado en
ayudarme cuando más lo necesitaba, a epsar de que él varias veces me había afirmado que
me veía más que una amiga y siempre tomaba como conversación el hecho de que nunca
aceptaba sus citas .
-Sí , Aiden se está encargando de dejarlas aquí , así que no te preocupes cariño - me
respondió mientras ella tomaba algunas facturas e iba al mostrador dejándonos a los dos
solos.
-Vaya , si tenemos aquí a la mítica Lauren - comentó en su típico tono sarcástico , siempre
hacía la misma borma , porque desde que había dejado el trabajo del restaurant , con suerte
coíncidiamos en la biblioteca - Es un gusto verte - comentó dejando la caja que llevaba en las
manos .
-Para mí también Aiden, ¿Qué te trae por aquí ? - dije mientras comenzaba a sacar los libros
de aquella caja , Aiden no solía aparecer en las mañanas
, casi siempre lo hacía ya casi llegando a la hora del almuerzo , porque pasaba por aquí antes
de dirigirse a su trabajo , así que nuestras conversaciones solían reducirse a un simple
saludo.
-Mamá me ha pedido que le ayude a cargar las cajas , ¿te ayudo? - negué rápidamente ,
porque sabía a la perfección que buscaba él con ello , a pesar de que tenía muchas chicas
suspirando por él , Aiden no dudaba en seguir buscándome siendo que le había afirmado que
no estaba interesada en él ni en nadie , ya tenía suficiente con mis errores del pasado como
para volver a caer en el mismo juego , así que prefería tomar distancias de aquellas acciones
que podían malinterpretarse - tomaré eso como un sí - me respondió con una sonrisa
cautivadora , yo solo rodé los ojos porque ya estaba acostumbrada a que él no aceptara un
no de mi parte . Era cierto que era un buen chico y que era más amable que la mayoría del
mundo , lo conocía bien y sabía que él jamás se aprovecharía de alguna forma de ninguna
chica , también sabía como adoraba a Noe , porque la conocía desde que era una bebé , yo
no podía sentir algo más que amistad y cariño por él , no estaba segura si era por el hecho
de que no quería volver a sentir lo que viví con Jack ó por el simple hecho de
que realmente no me atraía Aiden .

Aiden comenzó a apilar los libros mientras yo comenzaba a etiquetarlos escribiendo la sección
dónde pertenecían , cada cierto tiempo podía sentir su mirada posada en mí y me hacía sentir

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nerviosa , sin embargo , aquello terminó cuando Noe llegó de su pequeño viaje hacia el
estante de libros para niños y comenzó a saltar emocionada hacia Aiden .
-Ma chérie- dijo apenas la vio y Noe saltó directamente a sus brazos , mientras él le
desordenaba la trenza que había intentado hacerle en la mañana -Bonjour, comment sont ma
petite princesse ?-Aiden y ella tenían ese juego de saludarse en francés , ya que él había
aprendido un poco del idioma al estar tanto tiempo trabajando como mesero en uno de los
restaurantes más caros de Los Angeles
.

-très bien, Aiden - comentó Noe y él no dudo en darle varias vueltas causando que ella no
dejara de reír , la verdad es que si estuviera interesada por alguien , sería en una persona
como Aiden . Él amaba a los niños y especialmente quería mucho a Noe , ella también
adoraba pasar tiempo con él y muchas veces me había comentado que debería aceptar sus
salidas , pero siempre la razón me detenía frente aquella imagen , porque sabía que nadie
podía ser tan perfecto y aunque llevara varios años conociéndolo a profundidad a tal punto
que él era de las pocas personas que sabía sobre Jack y como Noe era su hija , yo no podía
aceptar a alguien más en mi vida - Hoy no tuve colegio - respondió Noe entre risas y él
asintió sentándola en el borde de la mesa dónde estaban los libros .
-Eso es genial , porque significa que podré invitarte a un helado
¿qué dices? - Noe asintió entusiasmada a aquello y yo negué con la cbeza , porque sabía que
venía a continuación , venía la invitación de su parte para ir por el helado- supongo que ¿tú
también quieres uno? - me preguntó entusiasmado.
-Tengo trabajo Aiden - respondí sin darle importancia apilando los libros para llevarlos a su
lugar , sin embargo , cuando estuve a punto de moverme para ir a los estantes él me detuvo
-Venga Lauren , solo es un helado -me contestó mientras me veía con aquellos ojos verdes
suplicantes que a cualquier chica volvería loca , pero que conmigo no funcionaba .
-Porfi mami - esta vez era Noe quién se le unía y sabía que no podía negarme frente a las
súplicas de ella , suspiré y dejé los libros nuevamente en la mesa .
-Bien , solo un helado - dije rodando los ojos , por la forma en que tenían de convencerme.
-Eso me da un punto a favor - comentó cuando pudo hacer que Noe se bajara de la mesa y
fuera directamente hacia la puerta de la entrada -¿Cuántos necesito para que aceptes cenar
conmigo Lau?.
-Aiden , te quiero pero no estoy pensando en chicos en este
momento , lo siento -respondí mientras me acercaba a dónde estaba Noe , sin embargo , él
me detuvo para que quedara a solo unos centímetros de distancia de él. Podía sentir hasta su
respiración y aquello me hizo recordar a las tantas veces que había estado a esa distancia
con Jack y como mi corazón latía como si fuera a salir de mi pecho , no obstante , ahora solo
había incomodidad porque tenía miedo de la corta distancia que nos separaba .
-¿Por qué no me aceptas?- me susurró mientras acomodaba un cabello detrás mi oreja -
Dices que es por Noe , pero ella me quiere y yo la quiero como también lo hago contigo - sus
manos comenzaron a buscar mis mejillas pero yo lo alejé de mí .
No me hagas rechazar tu helado - contesté algo enojada por su insuinación, él suspiró
cansado y asintió .
Está bien Lauren - y aunque me dolió desilucionarlo de esa manera , no estaba
dispuesta a caer nuevamente en el juego estúpido que era el amor .

Porque la vida no se presentaba en rosa como decía la canción , la vida solo se presentaba del
color que tenías la oportunidad de ver y la mía definitivamente no tenía un color rosa.
Capítulo 11: De la felicidad y otras mentiras.

Cause nothin' lasts forever


And we both know hearts can change because it's hard to hold a candle
When the rain starts again (rain ,flies on the wall)

insideofmysoul
Maratón 1 de 3
Miami 2010 Lauren
Cerré los ojos tratando de controlar mis ganas de llorar .

Mi madre nuevamente había llegado tambaléandose por todo el alcohol que seguramente se
aseguró de depositar en su organismo . A pesar de estar en mi habitación , la única que se
encontraba en el segundo piso de esta casa , podía escuchar a la perfección como intentaba
no caerse frente a la oscuridad que abarcaba la sala y como a través de su intento fallido de
estar en pie y consciente de lo que hacía , ya llevaba varias cosas de la mesa de árrimo
tirando en el piso . Suspiré aburrida por aquella escena que se había vuelto tan típica en los
últimos nueve años .
Desde que mis padres se habían divorciado ,Clara había adquirido cierta pasión y emoción a
salir todos los viernes con sus amigas a un bar que quedaba a solo unas cuántas calles de
nuestra vieja casa . Al principio pensé que era algo normal que hacían las madres cuándo se
separaban , la mamá de Lucy también solía salir con sus amigas supuestamente a pasar las
penas como ellas decían y luego volvía en la madrugada como si nada hubiera pasado . Había
visto aquello muchas veces cuándo me había quedado en alguna pijamada con Lucy , sin
embargo , con mi madre no pasaba lo mismo.
Ella no volvía a ser la misma después de esas copas que se tomaba
, apenas podía estar en pie cuando regresaba de aquel bar y yo tenía que levantarme
asustada en medio de la noche pensando que podría ser un desconocido que intentaba
robarnos . Muchas veces tuve que llamar a Taylor para preguntarle que debía hacer con
mamá , ya que no podía respirar después de tantos tragos , pero siempre llegaba a lo mismo
, a nadie le importaba que le pasara.
Esa fue la razón por la cuál no dudé en mudarme con papá apenas cumplí los ocho años , él
vivía en un departamento en el centro que quedaba a solo unas cuantas calles de la playa ,
era pequeño y apenas tenía dos habitaciones , no obstante , volver a compartir tiempo con
papá fue como volver a ser una niña normal.
Papá era del tipo de padres que le encanta hacer el almuerzo y
tiran chistes en medio de ello , él era de esos padres que tus amigos adoran y siempre
quieren escuchar sus historias divertidas sobre cualquier cosa , era de esos que le agradaban
a tu maestra y no dudaba en irte a buscar después del colegio si es que no tenía que trabajar
.

Vivir de nuevo a su lado me hizo volver a creer que mi vida era normal y no estaba viviendo
cosas que no le sucedían a ninguno de mis compañeros , papá a diferencia de Clara , nunca
salía con sus amigos los viernes y llegaba de madrugada tratando de encontrar su cama , él
parecía muy feliz estando conmigo y siempre me repetía cuánto me quería y lo importante
que iba a ser algún día si seguía siendo tan especial como lo era a los ocho años.
No obstante , aquel pedacito de felicidad terminó una tarde antes de que comenzaran las
vacaciones de verano más espectaculares que me habían prometido jamás , según papá
tomaría un mes entero de vacaciones dónde seríamos solo él , yo y su viejo auto recorriendo
todas las carreteras del país y viviendo como sino hubiera límites.
Aquella idea era lo más tentador que podías ofrecerle a una chica de doce años que lo último
que quería era pasar las dos semanas obligatorias con su madre que apenas la tomaba en
cuenta , por lo que aquellas vacaciones eran lo único que invadían mi cabeza cada vez que
me levantaba para ir al colegio .

Aquel día no fue la excepción , porque solo podía pensar que en tres días más comenzaría la
aventura más grande que podía vivir a mi corta edad . Apenas se acabaron las clases fui

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corriendo a casa pensando en las maletas que tenía que comenzar a hacer para no hacerlo a
último momento y que papá se enojara ó pensara que no estaba emocionada por el viaje .
Mientras más me acercaba al viejo edificio dónde vivíamos , más clara era la idea de lo que
haría apenas llegara, comenzaría a guardar mi ropa en las viejas maletas cafés que había
utilizado para mudarme y dejaría solo la ropa necesaria para acudir al colegio los tres últimos
días que me faltaban para que comenzaran las vacaciones , después de ello haría un poco de
gelatina que aún quedaba en la alacena y me pondría a hacer las tareas mientras papá
regresaba de trabajar a las seis en punto.

Sin embargo , todas aquellas ideas de una tarde prometedora fueran desechadas cuando
saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta dejando ver la peor imagen de mis pesadillas .

Él se había suicidado .
No recuerdo cuánto tiempo estuve gritando y llorando en un rincón del departamento cuándo
el conserje se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y no dudó en llamar a la policía para
controlar lo que estaba pasando.
Aquel fue el último día que tuve una vida normal.
Después de aquello , tuve que volver a casa de Clara porque no tenía con quién más
quedarme , a pesar de que mi madre mostraba algunos cambios
, como estar sobria al menos para abrirme la puerta cuándo llegué resignada a su casa y que
ya no salía los viernes por las noches , yo sabía que aquello no duraría por mucho tiempo y
así fue.
A cambio de los viernes , tuve que acostumbrarme que hubieran semanas enteras dónde no
tenía ni la más mínima idea de donde podría estar , también tuve que acostumbrarme de que
ya no habrían almuerzos divertidos ni largas conversaciones sobre como había sido mi día en
el colegio . Todos esos pequeños momentos que había disfrutado con papá durante cuatro
años se esfumaron sin más y comencé a odiarlo por ser capaz de dejarme , por ser capaz de
destruir mi vida nuevamente como lo había hecho cuándo decidió separarse de Clara y
destruir nuestra familia.
Ver como Clara intentaba sobrevivir a la perdida de su vida feliz era algo tan común como
tener que ver como sobrevivía con el poco dinero que lograba llegar a casa y que ella no se lo
gastaba en alcohol , así que escuchar como sus pasos se mezclaban con la noche no era
sorpresa para mí . Siempre llegábamos a la misma escena en dónde yo tenía que bajar para
asegurarme de que no deje la puerta abierta de la casa y que alguien entre a robarnos ,
asegurarme de dejar limpio el desastre que siempre dejaba al no ser consciente de las
direcciones ni los sentidos y de alguna forma hacer que llegara a la cama sin morir en el
intento .
No obstante , esta vez no hice nada de eso .

Sino que me limité a levantarme de la cama y comenzar a sacar mi ropa del único mueble
que tenía en mi habitación. Con las lágrimas intentando salirse de mis ojos y el frío que
invadía esta madrugada a Miami me decidí a darle final a esta historia, estaba tan harta de
todo esto que no había mejor salida que escapar .

Si todo el mundo podía hacerlo , ¿Por qué yo estaba obligada a quedarme?, no había nada
que me aferrara a quedarme y aunque lo hubiera , cualquier cosa era mejor que seguir
viviendo un infierno que estaba segura que no merecía ni en esta ni en la próxima vida.
Así que sin más tomé la poca ropa que tenía , la puse en la maleta café que alguna vez
hubiera utilizado para cumplir un sueño y me decidí a irme al lugar que el destino quisiera
llevarme.

Tomé todo el dinero que había ahorrado al trabajar por las tardes en un restaurant de comida
rápida muy cerca de la playa y mi celular con la esperanza de que alguien quisiera saber

insideofmysoul
donde estaba , aunque sabía que nadie iba a siquiera tomarse el tiempo para preguntarse
dónde había decidido irme. Al tener todo listo en diez minutos , comencé a bajar para salir
por la puerta principal y decirle
adiós a aquella vida que tanto odiaba , al bajar me di cuenta que Clara había encontrado el
sillón y estaba acostada de cabeza gruñiendo seguramente por el dolor de cabeza que debía
de sentir , ni siquiera me acerqué a ver su estado , la había visto tantas veces en estados
peores , así que sabía que hoy no iba a ser el día en que su corazón dejara de funcionar por
una sobredosis de alcohol .

Al salir de casa , aquel sentimiento de pesadez que me oprimía cada día se disipó en tan solo
unos segundos que mi rostro fue acariciado por la suave brisa del mar que daban las
madrugadas en Miami . A pesar de que me había mudado ,quizás unas quince veces en los
últimos cuatro años , siempre era de casa y nunca de ciudad , al parecer Clara también tenía
cierto amor hacia aquellas playas que habían sido testigos de nuestros días buenos y de
aquel olor del mar que había estado presente desde siempre en nuestras vidas .
Tal vez no era amor en todo el sentido de la palabra , sino más bien
, era aquel sentimiento de nostalgia hacia los momentos que no supiste apreciar pero que al
final del día tal vez eran los mejores que algún día tendrás , tal vez era solo para aferrarse a
algo que la conectara con su vida pasada ó era por el siempre hecho que no teníamos dinero
suficiente para mudarnos a otro estado .
Sea cuál sea la razón por la cuál aún seguíamos viviendo aquí , la agredecía , ya que tenía la
casa de Lucy a tan solo unos minutos caminando y podía ir allá en mis peores momentos ,
buscar su compañía ,descargar toda mi rabia ó hacer las mil y un cosas que no podía hacer
entre las cuatro paredes que se suponían que era mi hogar , pero yo los sentía como un
centro de tortura china.
La decisión estaba tomada y mientras más caminaba por aquellas calles que estaban vacías
debido a que aún no era la temporada favorita de los turistas, más orgullosa estaba de la
decisión que acababa de tomar .
La brisa del mar ayudaba a que aquella noche se volviera como una de esas pinturas
paisajistas en dónde puedes ver como las olas del mar casi tocan el cielo nocturno y las
estrellas se encargan de iluminar hasta el más mínimo detalle de aquel cuadro , que a pesar
de que está pintado en su totalidad de un negro tan oscuro que te hace preguntar si así se ve
realmente la noche , pareciera que unas luces perceptibles por unos pocos se apoderaran de
aquella pintura y le dieran los colores más brillantes que podían existir.
Mis pasos se confundían con las sombras que azotaban aquella noche estrellada , sin
embargo , no tenía miedo de nada de lo que estaba haciendo ,el único miedo que me
envolvía era aquel miedo de que tu vida no cambie , a pesar de que te arriesgues a dejarlo
todo y comenzar de nuevo.
Era ese tipo de miedo que te hace clavarte en la tierra , porque tienes miedo de cambiar y
dar todo de ti para que tu destino finalmente cambie , pero el destino es tan caprichoso que a
pesar de haberte arriesgado y perdido todo , tu vida no cambia y sigues siendo la misma
persona , solo que ahora tienes un corazón
destrozado por la vida en una mano y la decepción en todo su esplendor en la otra.
Ese miedo fue el que me hizo rechazar la idea de llegar a la estacion de buses y tomar el
primero que estuviera disponible , ese mismo miedo fue el causante de que aquella noche no
me hubiera embarcado dónde el destino quisiese llevarme , ya que los límites no existían en
esa noche estrellada , lo que existía era el miedo paralizante.
A pesar de que no me subí al primer bus que encontré , la idea de querer irme aún estaba
presente y el deseo de hacerle caso por primera vez a lo que mi corazón decía me hizo girar
tres calles más abajo de la mía y llegar a una casa de dos pisos , paredes rojas y un jardín
lleno de lirios .
Era una casa que conocía a la perfección desde que iba en el jardín de niños y muchas veces
había sido no solo una casa , sino que también el refugio a todos mis miedos y pesadillas .
Era la casa de Lucy.
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En aquella casa solo vivían ella y su madre luego de que el padre de Lucy se fuera sin más
una mañana cuándo ella tenía doce años , a pesar de que nunca hablaba de aquello , yo la
conocía a la perfección y no era necesario que me dijera como su corazón aún lloraba por ese
tema tan sensible que ella no le mostraba a nadie . No la culpaba que no quisiera hablar
sobre ello , a mí tampoco me gustaba hablar sobre mi padre ó los problemas que tenía con
mi supuesta familia, sin embargo , me dolía que ella tratara de luchar contra sus demonios
sin dejarme al menos ofrecerle mi cariño para que no este sola , al igual como ella había
hecho desde siempre conmigo.

Lucy era de esas personas que tenían cientos de velos detrás de ella , velos que trataban de
ocultarla frente a las sombras de su pasado , nadie podía decir que la conocía , porque ella
jamás mostraba esa niña de cinco años que se me acercó para ser mi amiga en el jardín de
infantes . Habían veces en que podía quedarme buscando a esa pequeña castaña que no le
tenía miedo a nada ni nadie ,pero últimamente aquella búsqueda no estaba dando resultados
, porque era bastante probable que aquella niña solo estuviera como recuerdo en mi memoria
, pero que en ella , ya no debía existir.
La habitación de Lucy quedaba en el segundo piso , al lado del gran árbol de manzanas que
se encontraba en el centro de su jardín , cuándo éramos niñas había existido una casa en
aquel árbol en dónde solíamos jugar todas las tardes creyendo que era nuestro reino y que
nadie más podía pisar nuestro territorio , sin embargo , con el tiempo aquella casa fue
olvidada y ya solo quedaban restos de madera podrida por el paso de los años . No obstante ,
aquello no significaba que aquel árbol hubiera dejado de ser útil , ya que siempre lo
utilizábamos como escaleras para salir sin permiso ó para entrar a su habitación sin ser vistas
.
No había nada más divertido que ver como Lucy trataba de escalar
aquel árbol estando borracha , a veces podía hasta tardar treinta minutos en poder llegar a
su habitación siendo que la distancia que tenía el árbol de aquella ventana era de tan sólo un
par de metros .

Sí , aquel árbol había sido testigo de las más grandes locuras que habíamos vivido aquella
castaña y yo desde que éramos amigas . Y ahora sería el testigo de como tenía planeado
invitarla a escaparse conmigo .
Sabía que Lucy no se negaría a una aventura de ese tipo , a ella le encantaba desafiar las
normas y todo que la aprisionara de alguna forma , la verdad es que siempre había admirado
el espiritú aventurero que ella presentaba y como no le costaba tomar decisiones , sino que
se tiraba a cualquier cosa que viniera a su vida como si fueran olas del mar que debía domar
sin importarle si salía lastimada en ello ó si se tiraba con salvavidas ó no.
Para Lucía Vives ninguna de esas cosas eran importantes , lo único que ella consideraba en
una aventura era tratar en lo posible de no salir lastimada y lo más importante de todo ,
nunca perder.
Dejé mi maleta en el pasto del jardín y me aventuré a subirme al árbol , él cuál no pisaba
desde hace un par de meses cuando intentamos salir para una fiesta a las afueras de Miami y
como estaba muy oscuro solo conseguimos que Lucy se cayera rompiéndose el brazo y que
su madre no me dejara visitarla por un mes entero ,ya que era una muy mala influencia para
su hija.
Cuando al fin pude llegar a la ventana de su habitación , me di cuenta que llevaba mucho
tiempo sin hacer este tipo de locuras y una sonrisa cómplice apareció en mi rostro al pensar
en la locura que estaba cometiendo en este mismo instante , no obstante , seguí con mi plan
y sin más abrí la ventana de Lucy para poder entrar a su habitación.
La habitación de Lucy era quizás tres veces más grande que la mía y estaba llena de carteles
de películas que yo jamás había visto en mi vida , pero que ella hablaba como si predicara
una nueva religión que estaba orientada a ver películas
. Lucy y yo teníamos diferencias abismantes, pero la más grande era que ella a diferencia de

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mí amaba el cine , ella deseaba ser actriz y yo simplemente odiaba todo lo relacionado con el
séptimo arte, claro que había algo que salvaba de aquel odio y era ella.
Me acerqué a la cama de Lucy y noté que ella estaba profundamente dormida , porque estaba
babeado su almohada y estaba en ropa interior como siempre solía dormir desde que
descubrió conmigo que era más fresco dormir sin ropa a los nueve años . El cabello castaño
de ella se enredaba en su almohada y aquellas ondas que tanto me gustaban le daban un
aspecto tan inocente como si se tratase de una máscara del diablo , porque no había nada de
inocencia en ella .

-Lucía - le susurré mientras ella gruñía dándose vuelta al otro lado de la cama , rodé
los ojos al ver que tenía un sueño pesado -Lucía Vives ,levántate de una vez - dije pero esta
vez alzando mi voz y ella me ignoró moviéndose en la cama a un lugar dónde no tuviera que
escucharme ,así que decidí moverla para tener su atención - Lucy joder - le grité en español
recordando que su madre la regañaba en su lengua natal , esto hizo que ella me lanzara una
de las almohadas que tenía y yo fruncí el ceño por ello - ¿Es enserio Lucía?- respondí enojada
porque ella no se levantaba , sin embargo , vi como esta vez si había conseguido que se
levantara , ya que estaba frotándose los párpados con sus puños .
-Vero - preguntó dudosa y yo suspiré cansada , porque era el único nombre que ella
nombraba todos los días , Veronica Iglesias ó como ella le decía "pechos lindos" , era la
capitana del equipo de baile contempóraneo y la única chica en todo el instituto que no
estaba babeando por Lucy y es por eso que ella estaba tan obsesionada con Veronica ,
además del hecho de que ambas compartían la clase de español y de física .
-No , ya quisieras - respondí rápidamente y vi como Lucy abría los párpados con dificultad
para ver quién le estaba hablando , cualquiera no dudaría que estaba borracha , pero yo la
conocía y sabía que si estuviera borracha ni siquiera se habría levantando por el dolor de
cabeza , así que aquellas reacciones que tenía por hacer algo tan simple como levantarse
eran normales en ella-soy Lauren - confirmé y sin pensarlo dos veces , lucy tomó su celular
para ver que hora era.
-Joder Lauren María , son las tres de la mañana - me reprendió en español mientras yo no
dejaba de reír por su reacción , solía gritarme en español cuándo la molestaba y a mi me
daba gracia el vocabulario tan sucio que tenía en esa lengua - A menos que amaneciste con
ganas de hacer una película porno ¿Qué mierda quieres?-y esa era la adorable chica que se
me acerqué en el jardín de niños.
-Juana Lucía - contesté riendo por el juego constante que teníamos de cambiarnos nuestros
nombres - te necesito - le confesé mientras me sentaba en el borde de su cama y ella hacía
lo mismo bostezando y tratando de no quedarse dormida en ese mismo instante.
-¿Qué sucede?- me preguntó adormilada - ¿Tu madre de nuevo?- asentí tratando de no llorar
por ello, Lucy era la única persona que sabía de mis problemas y me había acostumbrado a
que ella fuera mi único refugio frente al mundo , era algo más que la persona que mejor me
conocía en el mundo , Lucy era la única persona con la cuál el miedo se hacía una palabra en
desuso y la soledad era capaz de convertirse en cenizas con solo tenerla a mi lado .
Ella se acercó a mí y no dudó en abrazarme mientras me acomodaba entre sus brazos , ese
fue el momento en que mis lágrimas me acecharon y no dudaron en caer sobre mis mejillas .
-Lo , hermosa , no te preocupes todo pasará - me dijo en aquel tono tan suave que siempre
ponía cuándo estaba conmigo -la vida es una mierda , no todos vivimos la misma mierda
pero al final todos estamos cagados - me daba risa la forma en que ella tenía para expresarse
, muchas veces había estado presente
cuando su madre la regañaba por aquel vocabulario , a mí simplemente me daba risa su
forma tan sincera de expresarse , porque sabía que si intentara expresarse como las
personas normales , no sería la Lucy que yo conocía .
-Quiero irme - le dije recordando la razón por la cuál estaba ahí y Lucy me miró contrariada
ante lo que le decía - es decir , quiero irme de aquí y quiero que te vayas conmigo Lu -ella
asintió sin importancia y se levantó de la cama , mientras yo la miraba extrañada , su cuerpo
descubierto, que solo llevaba puesto su ropa interior roja le daba un cierto brillo que tuve que
desviar mi mirada porque me hacía pensar en miles de cosas que pensaba olvidadas en el

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pasado como el hecho de que estuve enamorada de ella desde hace cinco años cuando me di
cuenta que la necesitaba en mi vida para siempre . La verdad es que trataba de sacar
aquellas ideas de mi cabeza porque Lucy no era para mí , especialmente por el hecho de que
no había chico que no la deseara y tampoco había chico que ella no llevara a la cama por el
puro hecho de sentirse dueña de su vida y de lo que podía sentir . Además no quería
arriesgar la amistad que ambas teníamos desde siempre , ésta valía mucho más que los
tontos pensamientos que invadían mi mente sobre ella siendo algo más que una buena amiga
, mi mejor amiga en todo el mundo.
-¿Dónde quieres ir?- me preguntó mientras se ocultaba entre la puerta de su clóset para
luego salir con un bolso deportivo dónde supuse pondría su ropa , una sonrisa se coló en mi
rostro al ver aquello- ¿tienes algo pensado?-negué con la cabeza porque realmente no tenía
ni la más mínima idea de dónde deseaba que me llevara el viento , sin embargo , a Lucy no
pareció importarle ni en lo más mínimo aquel detalle porque se puso a sacar la ropa de sus
cajones-supongo que quieres ir en mi auto - me encogí de hombros , porque no lo había
pensado , pero ella lo tomó como una afirmación- sabes que no te dejaría tener una loca
aventura sin mí
sonreí ante ello , porque yo tampoco me imaginaba teniendo alguna aventura sin ella
, siempre habíamos sido las dos contra el mundo y ahora más que nunca , la sola idea
de perderla se me hacía impensable y aquella noche ella me demostró que dejarme ir
tampoco era una opción .

Los rayos del sol en mi cara fueron la razón por la cuál mis párpados comenzaron a abrirse a
pesar de que yo quería seguir durmiendo , sin embargo , al notar que no estaba en mi cama
sino todo lo contrario estaba en el asiento de copiloto en el viejo ford de Lucy supe que todo
lo que había pasado anoche no había sido un sueño ni una ilusión sino que había sido verdad
y ahora estaba camino a alguna parte del país acompañada de la castaña más idiota y
adorable de todo el mundo . Miré a Lucy conducir con las típicas gafas negras que se ponía
para cada viaje que hacíamos juntas , estaba acostumbrada a que ella conduciera mientras yo
me quedaba mirando los paisajes por la ventana , ambas teníamos licencia de conducir , no
obstante , yo no era amante de ir conduciendo , cosa que Lucy siempre me decía que era una
tontería y que debía acostumbrarme porque no la tendría de
chófer toda la vida .
-Vaya , te levantaste Lo - me dijo con una sonrisa mientras no apartaba la vista de la
carretera - pensaba que ya te había perdido y tendría que enterrar un cádaver en dónde sea
que estemos - reí ante ello y no pude dejar de ver como las olas se deslizaban por la playa en
un cálido día de verano , el cielo se veía despejado mostrando las nubes tan cercas como si
solo necesitase elevar mi mano para poder tocarlas y sentir como éstas eran tan suaves
como pedazos de algodón , nada podía interferir con esta escena tan perfecta que estaba
viviendo en medio de un lugar que no conocía con la persona que más quería en todo el
mundo.
-¿Llevas conduciendo toda la noche?- pregunté bostezando y Lucy asintió con una sonrisa .
-No querías irte - me dijo frunciendo el ceño - no me digas que ahora te arrepentiste -negué
rápidamente y aunque Lucy estaba concentrada en la carretera vi como sus hoyuelos que
siempre se formaban con aquella sonrisa tan tierna que ponía de vez en cuando , se
mostraban en todo su resplandor .

-Gracias por esto Lucy - contesté suspirando por la felicidad que me invadía con el simple
hecho de tenerla a mi lado , mis manos se posaron en las de ella que estaban puestas en el
cambio de mandos y pude sentir como éstas estaban calientes y sensibles ante mi tacto .
-No hay de que Lo , siempre juntas ¿lo olvidas?
-Jamás lo haría - respondí fijando mi mirada en el paisaje que se encontraba alrededor de
nosotras -Por siempre juntas Lucy - dije con la sonrisa más verdadera que había tenido en
muchos meses y pude notar que ella tampoco dejaba de mostrar aquella sonrisa que seguía
enamorándome a pesar de que deseaba no hacerlo.
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Estaba tan acostumbrada a salir decepcionada de las personas que mi subconsciente me
decía que no debía aferrarme a aquella promesa , porque nada duraba para siempre , ya que
las personas se iban sin avisar y solo quedabas tú y los recuerdos dolorosos que tuvistes con
ellos , no obstante , aquellos ojos llenos de esperanza y esa sonrisa tan tierna que existía en
su rostro me hizo tener fe de que su por siempre sería real.
Aunque solo fuese una mentira más de su repertorio.
De la felicidad y otras mentiras parte 2

Los Angeles 1947 Camila

-Iré con Tifanny el viernes ¿quieres ir?-la pregunta de Claire hizo que volviera a la realidad ,
los últimos días he estado distraída cada minuto del día y sinceramente no estoy segura del
porque , mi cabeza era un caos y solo tenía cientos de preguntas que me invadían en la
noche y hacían mis noches más largas de lo que eran . Estaba en ese momento que tanto
odiaba de mi vida en dónde las noches ya no se volvían una razón para que durmiera sino
que me quedaba en la cama mirando el techo y como sentía que las horas pasaban como si
fueran siglos , porque el sueño no llegaba a mí y a cambio tenía la acumulación de todos los
demonios que se acumulaban en la noche a través del silencio que cubría esas horas a mi
habitación.-
¿Estás bien Camila?- asentí aún sin entender sobre que estaba hablando Claire , hasta que
ella volvió a repetirme de que iría con Tiffany el viernes.

Tifanny Clemont era una de las diseñadoras de moda más prestigiosa en todos Los Angeles y
estoy segura que en todo el continente, todos sus vestidos se convertían en obra de culto y
era solicitada desde semanas antes porque casi siempre estaba ocupada diseñando nuevos
vestidos , sin embargo , me pareció extraño que Claire la visitara , debido a que aún no era
temporada de premiaciones ni tampoco de gala para visitarla.
-¿Por qué irás?- pregunté dejando el libreto sobre la mesa de mi camerino , Claire sonrío
divertida como si fuera lo más obvio del mundo y yo seguía sin entender que estaba
sucediendo.
-John tiene una cena importante con unos directores en dos semanas más y me ha pedido
que vaya con él - asentí sin darla importancia , ya que eso era normal , John solía invitar a
Claire a todas partes , cuando se mudaron a Los Angeles no había día en que no saliera un
rumor sobre la relación tan cercana que tenían ellos dos , no obstante, sabía que aquello era
imposible y después de aquella noche en dónde ella con suerte podía ser consciente de sus
movimientos , supe la razón por la cuál existía algo tan estrecho y amistoso entre ellos dos -
Además necesito un nuevo vestido para una cita - lo último lo dijo tan rápido que sino
hubiera estado atenta a lo que decía , lo hubiera dejado pasar , mis ojos se abrieron como
platos por aquello. Claire jamás tenía citas , siempre eran encuentros casuales como ella
siempre los llamaba y con esos encuentros el secretismo se hacía presente , porque ella no
solía hablar sobre lo que sucedían en ellos , excepto si la chica no le terminaba de agradar ,
sin embargo , la palabra cita jamás había estado en su vocabulario .
-¿Cita?- pregunté aún asombrada por ello y Claire rodó los ojos divertida - ¿Qué me estás
ocultando Clarissa?.
-Ya , también te vas a poner como John - respondió aburrida y yo reí por ello - Voy a salir
con una chica , ¿qué hay de malo en ello? - me preguntó como si fuera lo peor del mundo , la
verdad es que ella tenía toda la libertad del mundo para hacer lo que deseara , ya lo hacía .
No obstante , sabía que aquella libertad siempre tenía límites y para Claire era nunca salir
con la misma chica con la cuál había tenido un encuentro casual.
-¿Quién es la afortunada? - volví a preguntar mientras escuchaba con alegría todo lo que
venía de ella .

insideofmysoul
-Amber - comentó nerviosa como si estuviera diciendo un nombre prohibido , fruncí el ceño al
no recordar aquel nombre hasta que escuché su apellido - Amber Cleiford - si cualquiera me
hubiera dicho lo mismo que me estaba diciendo Claire en este momento no le hubiera creído
ni un poco de lo que hablaba , ya que conocía a la perfección a Amber , habíamos sido
compañeras de set en varias películas y sabía que las chicas no eran su primera opción al
momento de una cita.

-¿y cómo pasó eso? - pregunté sorprendida por todo lo que estaba pasando y una sonrisa
apareció en Claire , una sonrisa que jamás había visto en ella en todo el tiempo que
llevábamos conociéndonos , era de esas sonrisas tontas que ponen las personas cuando se
enamoran ó sienten algo por alguien -¿De que me perdí?- seguía confundida por todo lo que
estaba pasando, hace unos días ella estaba sufriendo por el gran amor de su vida y ahora
estaba aceptando una cita con una de las chicas más guapas de todo el medio.
-Es hermosa Mila - se limitó a decir con un tono de voz que jamás había utilizado ó le había
escuchado - y sé que no debería meterla en esto , pero es que no me he sentido así hace
mucho - me susurró como si fuera un secreto y pude notar como los nervios por primera vez
se apoderaban de la rubia que no le importaba nada ni nadie , ella estaba así por una chica ,
ni siquiera me cabía en la cabeza aquella idea , y sin tener necesidad de saber más supe en
ese mismo instante que Amber era demasiado importante para Claire como para causar ese
tipo de reacciones que no eran comunes en ella-Solo que a John no le agrada la idea -
suspiró tomándose el cabello en una coleta alta mientras seguía viendo como sus manos
temblaban por el simple hecho de hablar de ese tema .
-Es por- Claire no me dejó ni terminar mi frase para comenzar a negar frente a eso.
-No , John no tiene problema con ello , él sabe que Camille es un tema casi sagrado- suspiró
cansada y por unos segundos pensé que lloraría en algún momento de la conversación , pero
nuevamente estaba aquella chica rubia de grandes ojos azules que no se hacía intimidar por
nada - Pero no cree justo que ilusione a Amber , porque solo voy a dañarla - pude sentir el
dolor en cada una de las palabras que ella decía y no podía entender la razón de ello , Claire
era maravillosa en
todos los sentidos de su vida , cada detalle que ocupaba aquella rubia estaba lleno de cosas
que nunca había visto en otro ser humano . Cualquiera que tuviera su corazón debía sentirse
afortunado porque se estaba ganando el cielo con ella , sin embargo , por como sonaban sus
palabras , ella no podía ver a aquella chica tan grandiosa que yo veía cada día a través de
aquel mar azul que se apoderaba en sus ojos-y tiene razón , pero es que no puedo dejar de
pensar en ella Mila-aquel mar azulado comenzó a tener cierto brillo que solo había podido
apreciar un par de veces desde que la conocía-tengo miedo de hacerle daño - confesó
finalmente como si con aquella confesión estuviera liberando cientos de secretos que habían
sido guardados por mucho tiempo.
-Eres increíble Claire - le dije dulcemente tratando de comprender como ella no podía verse
como yo la veía a ella - cualquier persona es afortunada solo con cruzar sus caminos
contigos- mis manos buscaron sus mejillas para ofrecerle mi cariño , no solía hacerlo con
nadie, no obstante , sabía que en este momento nada de eso importaba y lo único que valía
la pena era tratar de hacer que Claire viera un poco de lo que mis ojos veían maravillados
cada segundo que pasaba con ella - Y no es nada malo que te atrevas a abrir tu corazón, es
lo más humano que alguien pueda hacer , atreverse a amar a alguien sin condiciones ni
límites - por la forma en que Claire me miraba supe que por primera vez no estaba actuando
como aquella chica que deseaba que todos vieran y admiraban , estaba viendo a través de
sus ojos su propia alma atormentada que después de mucho tiempo estaba empezando a
florecer nuevamente como si fuera el capullo de cualquier flor destruida por el invierno , pero
que de a poco sentía como los rayos del sol intervenían para que floreciera en el frío páramo
que había sido su existencia hasta este momento - No creo que seas capaz de lastimar a
alguien Claire-confirmé con una sonrisa.

-¿Sabes? - me dijo con seriedad -El amor es el arma más peligrosa del mundo y puede ser

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capaz de herir hasta el corazón más duro que exista -sus ojos comenzaron a perder aquel
brillo - especialmente si se trata de hacerlo de la forma más pura que existe - las palabras de
Claire sonaban tan duras pero no me extrañaba que provenieran de ella ,ya que sabía mejor
que nadie lo que era capaz de hacer el amor y como podía producir marcas que solo ella era
capaz de verlas .

En este medio eran muy pocas las veces en que veías a las personas como eran , casi
siempre solo veías sombras de las personas que realmente son ó eran antes de entrar a este
mundo dónde las apariencias y el dinero eran la forma de expresarse . Era un mundo que
ciertamente odiaba , pero que sabía que no podía salirme de él , ya que tampoco encajaba en
el mundo normal de todas las personas .
Toda mi vida había vivido envuelta de lindos vestidos , una bonita cara y tratar de que no me
importara nada de lo que sucedía a mi alrededor , no obstante , aquella sombra que había
sido de a poco se iba , no estaba segura del porque , pero ahora podía verme en el espejo y
encontrar la sonrisa de aquella
Camila que deseaba ser .
La mirada de aquella Camila que pedía a gritos poder salir y no estar asfixiada de aquel
mundo que no coincidía con sus ideales ni de la forma en que ella quería vivir , sin embargo
,habían momentos como éste en que me daba cuenta de que no era la única que se sentía
aprisionada en un mundo sin sentido alguno ,
¿cómo podía existir un mundo en dónde el amor tuviera límites impuestos por los mismos
amantes?,¿cómo podía considerarse normal el hecho de que dos personas no puedan estar
juntas solo por ser del mismo género? , me parecía tan estúpido la forma en que los
humanos nos habíamos privado del amor y aunque no creía que existiera de una forma tan
pura como Claire decía ó al menos no creía que yo fuera capaz de demostrarlo de esa manera
, el amor existía y muy pocos eran capaces de enfrentarse frente aquel monstruo aprisionado
que era . Muy pocos eran tan valientes como darle la oportunidad de salir de sus sombras y
de sus ataduras , nadie quería perder en aquella batalla que era el amor , todos querían
vencer , pero lo que no sabían es que muchas veces tenías que perder la batalla para poder
triunfar en la guerra que te ofrecía el corazón.
La conversación quedó hasta ahí cuando pude percibir la voz chillona de una niña y sin que
tuviera tiempo de reaccionar pude sentir como alguien me abrazaba a la cintura , me di
vuelta impresionada por aquello mientras Claire reía por ello , al darme vuelta me di cuenta
que era la misma niña rubia que había visto en la pastelería , era la hija de Lauren.
-Princesa Camz - dijo emocionada con una sonrisa por verme y yo solo podía verla
contrariada , mientras Claire no dejaba de reír por mi segura cara de incompresión , sin
embargo , un sentimiento que no había sentido antes me invadió al sentir aquellas manos tan
suaves y aquel cariño tan puro que una niña que apenas me conocía podía ofrecerme , era
una sensación que no podía ser descrita con ninguna palabra que conocía , pero se sentía tan
bien que todo mi cuerpo se negaba a dejar que acabara, una sonrisa se apoderó mi rostro
mientras me ponía a la altura de la pequeña quién hoy estaba con un vestido rosa y una cinta
en el cabello trenzado que la hacía ver más adorable de lo que era -te extrañé- me confesó
con aquel tono tan infantil que tenía para expresarse .
Antes de que pudiera decir algo , Lauren apareció entre nosotras con un vestido celeste y una
trenza que al parecer se estaba desarmando , sin embargo , aquel detalle no le restaba la
belleza que era imperiosa por esos grandes ojos verdes que mostraba a todo el mundo como
su más grande tesoro , aquellos ojos podían mostrar tantas cosas , hasta ahora no haía
tenido la oportunidad de ver unos que pudieran comparársele en belleza y en la forma que
podía ver al interior de su alma solo con tenerlos cerca mío .

Ella no tardó en tomar a la pequeña entre sus brazos quitando aquel momento tan raro que
había sentido hace apenas unos segundos .
-Lo siento -dijo apenada como si hubiera hecho algo mal , yo fruncí
el ceño por ello , porque no me molestó para nada esa demostración de cariño tan particular
que tenía su hija -Noelle es demasiado impulsiva - comentó mientras le tomaba la mano a la
insideofmysoul
niña que no dejaba de verme con una sonrisa , podía pasar todo el día viendo la dulzura que
tenía ese pequeño ser y estaba segura que no me aburriría de ello .Los niños nunca me
habían agradado de esa forma , siempre trataba de alejarme de sus llantos y sus gritos , sin
embargo , Noelle parecía todo lo contrario a la imagen típica que tenía en mi cabeza de los
niños , ella era adorable y dulce con el simple hecho de hablar .

-No te preocupes Lauren - se adelantó Claire al darse cuenta que yo no podía ni decir una
palabra , ella se acercó a Noe y no dudó en darle un beso en la mejilla - ya extrañaba ver a
esta hermosura - la pequeña arrugó la nariz frente el cariño de Claire y ella no dudó en
tomarla de la mano para arreglar un poco el cabello no sin antes notar como Lauren me
miraba avergonzada de reojo como si esperara que le dijera algo , no sé que tenía aquella
chica que era capaz hasta de quitarme el habla si así lo deseaba , ¿ella sabrá que puede
causar aquel efecto tan singular en mí?.
-Para mí también es un gusto verlas nuevamente - comenté sin dejar de ver aquellos ojos
verdes que se mostraban como una explosión verde frente su rostro -pero no creo que traerla
a un estudio de grabación sea la mejor opción - refuté tratando de no perder la cordura por
aquellos ojos tan atrapantes , Lauren asintió preocupada mientras dirigía su vista hacia Claire
quién estaba terminando con la trenza rubia de la pequeña .
-Lo sé - respondió casi en un susurro - solo que no tenía con quien dejarla , ella no molestará
lo prometo - me dijo como si tratara de convencerme de que era cierto .
-A mi no me molesta en lo más mínimo - fue la respuesta animada de Claire quién no dejaba
de acariciar el cabello dorado de Noe , vi como su sonrisa rápidamente era cautivada por la
pequeña como si no hubiera nada mejor que estar cerca de ella - Puede quedarse en el
camerino de Camila mientras grabamos - comentó rápidamente y yo fruncí el ceño al
escuchar aquello .
-No te preocupes Claire , Noe puede quedarse tranquila en el estudio , no quisiera molestar
a-antes de que pudiera seguir con la conversación , John llegó con sus típicos pantalones
negros , una camisa blanca a rayas y con cara de pocos amigos . Eran muy pocas las veces
que lo había visto en aquella faceta , casi siempre tenía aquella sonrisa prendida en sus
labios como si quisiera conquistar al mundo con ello y realmente lo hacía , sin embargo
,también sabía por lo que Claire me comentaba que él era muy serio en el momento que
metían su trabajo en el juego y que rara vez sonreía cuando se encontraba en el estudio
dirigiendo , porque él era perfeccionista en todo el sentido de la palabra y deseaba que todos
los que trabajaban a su alrededor reaccionaran de la misma forma .

-Clarissa ¿Qué haces aquí?,deberías estar preparándote para entrar


en escena - Claire se dio vuelta al escuchar la voz de John , sin embargo , él dejó de mirarla
para bajar la mirada hacia Noe quién lo miraba impresionada - ¿Puedo saber quién es tu
acompañante?-preguntó serio mientras no podía dejar de ver a la pequeña rubia que apenas
le llegaba un poco más abajo de la cintura.
-Señor Morgan - se adelantó Lauren antes de que él siguiera viendo sin comprender porque
aquella niña estaba en el estudio - es mi hija , la he traído porque no tenía con quién dejarla
- el ceño fruncido de John era notorio y la mirada nerviosa de Lauren también lo era , a él no
le agradaba la idea de mezclar la vida personal de las personas que contrataba con su trabajo
, siempre hacía una línea divisoria con ello , de hecho la tenía hasta con Claire quién era lo
más cercano a su familia que tenía . John era un hombre serio frente a su trabajo y ahora se
notaba más que nunca que no estaba satisfecho con ver a la pequeña rubia como lo
estuvimos Claire y yo al verla - Lo siento mucho - se limitó a decir Lauren mientras trataba
de opacar aquel rostro serio sin tener mucho éxito en ello.
-John - salí a la defenesa de la pelinegra , ya que sabía que ella no conseguiría nada con él -
Es solo una niña - respondí a la defensiva mientras él no dejaba de verme impresionado e
interesado en mi respuesta , lo cuál pudo dejar ver cuando se cruzó de brazos esperando que
terminara mi argumento - Además no molestará en el set porque se quedara en mi camerín -
dije suspirando tratando de convencerlo , su mirada seria contrastaba totalmente con
aquellos ojos azules que lo miraban tratando de descubrir quién era , nadie podía resistirse a
insideofmysoul
esa mirada de ternura eso era seguro.

-Está bien - dijo finalmente - Quiero verla en tu camerín Camila - asentí frente a ello y él
desvío la mirada hacia Claire quién estaba riendo por alguna razón que no entendí - Tú
arréglate que vas a entrar a escena y ya estamos retrasados .
-Como digas jefe - respondió Claire en un tono sarcástico que solo ella podía utilizar con John
, él limitó a rodar los ojos y ver como ella se dirigía hacia maquillaje para que terminaran de
arreglarla para la escena , Lauren se acercó a Noe sin ni siquiera mirar a John . ella entendía
que era mejor no seguir buscando su poca paciencia - Y sobre ti Lauren, quiero que me
acompañes , tengo cosas que explicarte
comentó serio y ella solo asintió frente a ello - Camila se encargará de dejar a tu hija
en su camerín - la pelinegra me miró con un rostro lleno de nervios y terror entre
medio .
-No te preocupes -respondí tratando de calmarla -nos vamos a divertir ¿cierto?-esta vez mi
respuesta iba dirigida a Noe quién no tardó en soltarse de los brazos de su madre para tomar
mi mano con otra de sus sonrisas , al parecer ella no se cansaba de sonreír todo el tiempo,
cada minuto que pasaba la encontraba aún más adorable de lo que era.
-Pórtate bien amor , sé buena chica - le dijo besando su mejilla y la pequeña rubia no tardó
en asentir enérgicamente mientras Lauren caminaba con John hacia dónde se encontraba el
resto del personal , no dejé de mirar a aquella pelinegra
hasta que Noe comenzó a jalar la falda de mi vestido. Mis ojos buscaron su rostro y no
tardaron en notar la emoción que había a través de esos ojos azules , ella se parecía mucho a
su madre , pero aquellos cabellos rubios y esos ojitos que podía llenar de ternura hasta el
corazón más duro la hacían diferente y supuse que los había heredado de su padre.
-Así que hemos quedado los dos - contesté sin saber que decir mientras caminábamos hacia
mi camerín que quedaba a solo unos metros del estudio de grabación - Noe¿cierto?-pregunté
tratando de recordar su nombre , ella asintió ante ello y yo sonreí por su respuesta -Tu
nombre es muy lindo - confesé tratando de ser dulce con ella , pero realmente tenía cero
experiencia tratando con niños y menos con una que parecía agradarle y que a mí también
estaba comenzando a hacerlo.
-Lo sé - contestó orgullosa frente a eso - Es navidad en francés y navidad es mi temporada
favorita,¿cuál es la tuya? - me preguntó sin dejar que aquellos luceros azules me vieran y por
alguna razón me sentí intimidada frente a una niña que apenas sabía leer.
La verdad es que tampoco sabía que contestar a su pregunta , porque no tenía ninguna fecha
especial . Para mí todos los días del año eran iguales , no tenían nada de especial ni siquiera
cuándo tenía su edad habían sido diferentes , ya que sino estaba haciendo alguna película ,
estaba en casa con Anna tratando de vivir como una niña normal que no era . Ni siquiera
navidad era una fecha que me atrayera , es decir , las luces y la magia de los árboles siempre
habían estado presentes en el gran salón de mi casa , también habían estado los regalos que
naturalmente por ser la única hija de mis padres solo eran para mí , sin embargo , nunca
hubo aquella emoción que los niños suelen presentar en esas fechas , para mi siempre ha
sido una fecha sin importancia , ya que podía tener regalos en cualquier momento del año y
además nunca recibía lo que yo quería.
-No tengo - dije tratando de buscar alguna respuesta mejor , no obstante , Noe no dejó de
fruncir el ceño frente a mi respuesta- supongo que no soy muy amante de las fiestas -
perfecto Camila , le estabas explicando tu triste vida a una niña , en aquel momento me
arrepentí de no haber dicho cualquier fecha y así acallar sus preguntas.
-¿No te gusta navidad?-preguntó impresionada y yo negué rápidamente , mientras ella
seguía sin entender aquello - Podrías pasar navidad con nosotras - contestó , pero esta vez
yo era la que estaba sorprendida por aquella respuesta - Mami siempre está libre para
navidad y cocina muy rico - comentó animada seguramente recordando como ella celebraba
navidad - La última navidad consiguió que nevara - dijo orgullosa a ello y yo la vi extrañada ,
porque era imposible que nevara en esta parte del país , lo sabía muy bien porque prefería
pasar esas fechas aquí y no en Nueva York dónde la nieve y el frío eran capaces de hacerte
odiar la vida, así que no se me ocurría como pudo hacer que nevara en una ciudad llena de
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playas y rodeada por el borde costerio , no obstante , no dije nada refrente a ello para no
desanimarla frente a su relato -¿Has visto la nieve?- me preguntó curiosa
y yo asentí , porque al menos le podía dar una respuesta frente a sus incesantes preguntas .

-Muchas veces - contesté recordando las veces que había tenido que grabar en Chicago ,
Nueva York ó en Europa en invierno , no era mi estación favorita , pero si había algo
sorprendente en la nieve , al menos la primera vez que la conocí cuándo tenía más o menos
la edad de Noe y vi nevar por primera vez en Bélgica cuando tuve que acompañar a mis
padres en una nueva película que estaban grabando .
La sensación fría de sentir aquellos copos blancos entre mis manos sin guantes era única ,
aún recuerdo el resfríado que tuve por estar más de dos horas afuera tratando de jugar con
la nieve y llenarme de aquel hermoso manto blanco que se formaba , mis padres me miraron
como si hubiera realizado la locura más grande de mi corta vida , pero para mí fue uno de
mis recuerdos favoritos de mi infancia , un recuerdo que muy pocas veces volvía a ver ,
porque no me gustaba ver mi pasado .

-Es tan suave al tacto cuando los copos caen en tu palma y todas las calles se llenan de una
hermosa capa blanca que te hace sentir de una forma que no existen palabras para ello , es
hermoso -dije y Noe asintió sonriendo a ello , no estaba segura si ese era el tipo de nieve que
ella había visto , sin embargo , por la emoción que tomó su respuesta supuse que ella
también lo había disfrutado .
-Me gusta la sonrisa que se forma en tus labios - comentó como si fuera lo más normal de
mundo - y también como tus ojos se parecen a los chocolates
reí ante la ternura de su respuesta , antes había odiado mis ojos poco especiales , a
diferencia de casi todo el mundo que parecía tener los ojos de colores claros , los
míos solo eran castaños sin importancia , no obstante , al escuchar aquella
descripción tan tierna de mis ojos , me sentí agradecida de tenerla de ese color.
-A mi me gustan los tuyos - dije tocando su nariz - Eres muy guapa
ella rió por ello .
-Mami dice que se parecen a los de papá - contestó como siempre
sin tener ataduras de decir algo -Aunque me gustaría tener los de mami , son muy lindos -
asentí porque tenía razón , los de Lauren eran preciosos .
-¿Cómo era tu padre Noe?-pregunté con curiosidad , porque nadie hablaba de aquel tema solo
sabía lo que Claire me había comentado de que había muerto en la guerra un poco antes de
que Lauren tuviera a su hija y desde ese momento ella estaba sola en el mundo tratando de
sacar adelante a esa pequeña rubia .
Ella me miró contrariada y se puso a pensar como sino supiera que respuesta dar , lo cuál era
lógico porque jamás lo había visto en su vida y me sentía una tonta al preguntarle aquello .

-Mami dice que tenía los ojos azules y el pelo como el mío -dijo segura - y que lo quería
mucho antes de que muriera en la guerra - asentí frente a su
respuesta , lo que me impresionó es que a ella no le importara ni en lo más mínimo hablar
sobre ello , era como si me estuviera hablando sobre como estaba el día y no de su padre-
También dice que ella me ama el doble para que no sienta aquel vacío .
-¿Y funciona ?-pregunté absorta frente a sus respuestas , ella era muy inteligente para ser
tan pequeña y daba respuestas lógicas , de hecho , me sorprendía como ella veía el mundo,
era tan diferente a la mirada que casi todo el mundo que conocía tenía frente a la vida y
deseaba que quedara con aquella idea de como giraba el mundo , por unos segundos tuve
miedo de que aquella pequeña rubia dejara de ser tan inocente cuando creciera . Tuve miedo
de que como siempre , la vida y las personas en general se atrevieran a arrancarle sin más
aquella sonrisa tan especial y viva que presentaba ante cualquier cosa .

-Mami me ama mucho , ella es la mejor mami del mundo - respondió feliz ante mi pregunta -

insideofmysoul
ella me canta antes de dormir y siempre me da permiso para ir donde tía Ally , no importa si
está cansada, ella siempre juega conmigo -por alguna razón las lágrimas comenzaron a
llenarse en mis ojos frente a la respuesta tan inocente que tenía aquella pequeña frente el
amor indudable que Lauren le tenía y sentí envidia de aquella imagen tan feliz que tenían
ellas dos , de hecho , estaba segura que no dudaría ni un segundo de dejar todas mis
riquezas solo por tener un par de minutos con aquella felicidad que ellas parecían vivir
siempre.
Nunca he creído que el dinero fuera capaz de ofrecerte una felicidad de verdad , solo te regala
estabilidad y sentir que ya no tienes más problemas , pero la felicidad no viene ligada con el
dinero , antes pensaba que la felicidad era una mentira creada por nosotros mismos para no
ver cuán desgraciados éramos .
No obstante , al ver la sonrisa que invadía aquel rostro tan pequeño e inocente , supe que
aquello era la felicidad en todo su esplendor . No había ni un solo rastro de mentira en el
brillo de aquellos ojos azules ó en la curva que iluminaba su rostro .

Solo había destellos de felicidad en ella y yo deseaba con todo mi ser lograr conseguir aunque
sea unos minutos de aquella sensación.
Capítulo 12: De amistades y otros deseos

I could be your friend ,


And take all the clouds that can hide,

Your beautiful smile . I could be your lover

And promise you that i'll never leave you . I could be anything you want

Because you are the only thing i need (I could be , flies on the wall)

Maratón 2 de 3 New York Camila


Por alguna razón que no podía entender, había comenzado a atesorar cada mañana como
nunca lo había hecho antes.
Todos los días desde aquella noche en ese edificio en el centro de Nueva York con Lauren se
sentían como si fuera una nueva oportunidad para buscar la felicidad en cualquier parte;
hasta en una ciudad llena de personas que solían gritarte solo por el estrés que vivían
constantemente debido al aire contaminado de cientos de sentimientos negativos que se
respiraba en grandes ciudades como lo era ésta .
Definitivamente aquellos ojos verdes eran capaces de crear maravillas , porque pudieron ser
capaces de llenar de alegría mi vida desde que la conocía y con aquella mirada que podía
traspasar hasta el diamante más duro que existía , era capaz de traspasarte hasta el alma y
pedir su refugio en ella . Sin embargo , luego de aquel sentimiento tan hermoso que podía
traspasarte solo con escuchar su voz ó sentir como sus manos se juntan con las tuyas ,
siempre llegaba el sentimiento de culpa que había detrás del hecho de que yo no la merecía .

Lauren era una gran chica de sentimientos tan nobles que a veces se me hacía irreal que el
mundo haya sido capaz de destruir de a poco el alma de aquella ojiverde provocando que ella
no fuera capaz de mostrarle al mundo esa belleza que yo veía todos los días , aunque no lo
quisiese aceptar. No solo era inteligente y jodidamente sensual como si los dioses se
hubieran atrevido a diseñarla
antes de enviarla a la tierra como un simple humano , no , ella también demostraba
sinceridad en cada una de sus palabras hasta cuando el sarcasmo frío la invadía cada cierto

insideofmysoul
tiempo, ella no dudaba en ser tan transparente como un papel sin escribir .
Ella era un papel que había sido arrugado y desechado cientos de veces . Un papel que solo
pedía poder ser apreciado por alguien y que escribieran en ella las palabras más hermosas
que pudieran existir en el vocabulario humano.

Por esa misma razón , aunque me doliera aceptarlo yo no tenía derecho alguno a tratar de
escribir en ella , ya que había perdido aquella oportunidad cuando dejé entrar a mi vida a
aquella castaña de mirada seductora que podía controlar hasta las almas más feroces del
planeta . Había perdido cualquier oportunidad con Lauren por la culpa de Lucy ,aunque ni
siquiera lo hubiera sabido en aquel momento , debí haber controlado aquellos impulsos que
me llevaron a traicionar a una desconocida y romperle el corazón sin desearlo , debí haber
hecho caso a mi sentido común cuándo me advirtió sobre la estupidez que estaba provocando
al estar con una chica que tenía novia .
Debí haber hecho tantas cosas en aquel momento , sin embargo , el tiempo no se encargaba
de enmendar tus errores sino que se atrevía a cobrarte cada deuda que tenías con el destino
y sabía que algún día lo que pasó con Lucy me comenzaría a tomar la cuenta , no obstante ,
solo deseaba que cuando aquello pasara
, Lauren no volviera a ser destruida como al parecer el destino se había empeñado a hacerlo
desde que esa pelinegra tenía conciencia .

-¿Descansando en el trabajo?- me preguntó Dinah mientras yo cerraba la conversación que


llevaba desde la mañana con Lauren , no era una gran conversación
, de hecho carecía de sentido alguno , no obstante , hablar con ella se había vuelto casi
necesario y no desaprovechaba ninguna oportunidad para hacerlo.
Dinah enarcó la ceja esperando que le respondiera , hoy había sido la sesión fotográfica para
la nueva promoción de otoño de la revista Vogue , Dinah y Mani habían sido contratadas para
lucir los nuevos vestidos otoñales que se derivaban de los colores rojos y pasteles que habían
arrasado en el verano pasado. Por esa razón , Dinah estaba vestida con un vestido burdeo
que delineaba a la perfección sus curvas y con una trenza salvaje que ataba a su cabello
rubio y la hacía ver más inocente de lo que realmente era . Mientras que Mani había salido
antes de la sesión , debido a que tenía una cita con Bryan como lo hacía todos los días a la
hora del almuerzo.
-Déjame adivinar quién es - me dijo poniendo su mano sobre su frente y tomando una pose
pensativa , yo reí por lo rídicula que se ponía de vez en cuándo , sin embargo , mis risas no
ayudaron para que terminara aquella escena , sino que la impulsaron a seguir en ello -
Hablas con la chica de ojos verdes que te tiene loca - sentí como mis mejillas se ponían rojas
por aquello , aunque no había nada de malo con que conversara con Lauren , ya que ambas
éramos adultas y
podíamos hacer lo que nos venía en gana . Cada vez que Dinah tomaba como centro de
conversación a Lauren no podía controlar aquel impulso de sentirme como una adolescente
con su amor secreto de la secundaria -¿Ya es tu novia? - mis ojos se abrieron como platos y
rápidamente negué aquello , Lauren no podía ser mi novia ni aunque así lo deseara . Ella
había dejado en claro que no le gustaba las chicas como yo y aunque eramos cercanas a tal
punto que nos habíamos besado , la verdad es que estaba segura que ella lo veía más como
una forma que tenía de hacerla sentir mejor , tan solo eso .
-Claro que no Dinah - contesté avergonzada y ella no dudó en reírse por mi actitud -Lauren y
yo solo somos amigas - suspiré tratando de pensar si esa era la palabra correcta para
denominar lo que estábamos viviendo, sin embargo
,creo que no existía alguna palabra que lograra englobarnos a ambas , ya que también sabía
que las amigas no podían sentir lo que yo sentía hacia ella.
-Ya y yo soy Beyoncé - dijo con seriedad - Mila estás loca por esa chica , ¿por qué
simplemente no eres como las personas normales y la invitas a salir?- me preguntó como si
fuera tan fácil como invitarla a salir y decirle que me hacía sentir cosas que no había sentido
antes por alguien y que de relleno le dijera que había sido la amante de su ex durante casi un
año.
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-Es tan fácil como que tú invites a salir a Mani - contesté a la defensiva y esto produjo que
Dinah me fulminara con la mirada por lo que le estaba diciendo - Ni siquiera le hablas y me
regañas a mí por no invitar a Lauren - comenté mientras caminaba hacia dónde se
encontraba mi bolso para poder guardar mis cosas e ir a la audición que tenía esta tarde para
el papel de una obra de teatro . Ally me había recomendado con su amigo que era director de
la obra que estaban presentando en un pequeño teatro cerca de Brooklyn , la verdad es que
la paga no estaba mal y el papel era hasta interesante , no obstante , no tenía mucha
emoción por ello porque ya estaba cansada de ser rechazada incontables veces y siempre
llegar a mi departamento sin el papel que deseaba , así que no iba con la ilusión de obtener
algo solo iba por el hecho de que Ally se había esforzado tratando de contactar a su amigo y
hablándole sobre mí .

Mi celular comenzó a vibrar y sabía que tenía esa sonrisa tonta que aparecía cada vez que me
llegaba un mensaje de Lauren , desbloqueé mi celular para comprobar si era ella y esa
sonrisa volvió cuándo me di cuenta que ciertamente era ella .

-Me dan ganas de vomitar dios -dijo Dinah mientras suspiraba aburrida por mi reacción , yo
no le di importancia a su comentario y seguí con lo que estaba haciendo
Y a tu respuesta , yo no la invito porque tiene novio - rodé los ojos ante las excusas
que ambas habían puesto desde que se conocen solo por el miedo a salir juntas- un
imbécil, pero es su novio - asentí porque sabía que me iba a dar una respuesta de ese
tipo , sin embargo , yo ya llevaba años viendo como Dinah se ponía nerviosa solo por
la idea de hablar con Mani a pesar de que estuviera soltera y como sucedía lo mismo con la
más morena .
Ambas tenían aquel imán que era capaz de unir a las personas aunque ellas no fueran
conscientes , tenían gustos muy parecidos , trabajaban en lo mismo , casi siempre estaban
presentes en los mismos metros cuadrados . No obstante , ese imán no era suficiente como
para unirlas sino que hacía todo lo contrario y las separaba aún más .
Por alguna razón que no podía entender, ellas no habían podido quedar juntas , ni siquiera
llegar a ser amigas a pesar de que creo que no había nadie más perfecto para ambas . El
novio de Normani era simpático y sabía contar buenos chistes , ella parecía feliz con él , sin
embargo , yo sabía que a través de toda esa capa que trataba de mostrar que era feliz con su
relación , se encontraba el hecho de que aún deseaba a Dinah , a pesar de que apenas se
dirigían la palabra.
Lo podía percibir por la forma en que me preguntaba como estaba ella ó las miradas rápidas
que le daba cuando estaban en alguna sesión fotográfica , también estaba en el hecho que
sonriera solo cuándo ella estaba cerca ó conversando conmigo . Dinah tampoco quedaba atrás
de aquello , solo que a ella se le notaba a leguas lo colada que estaba por Mani y como
deseaba tenerla en su cama en cualquier momento .

Sin embargo , la única forma que Dinah encontraba para poder sacar aquella frustración que
sentía al ver que Mani era capaz de seguir adelante en su relación inexistente , era salir todas
las noches de fiesta a los clubes que siempre estaban disponible en la ciudad ,no obstante ,
yo estaba segura que al final de la noche cuándo llegaba a su departamento con toda la
adrenalina a flor de piel y el calor consumiéndola luego de haber pasado con alguna chica ó
chico que se le apeteciera , ella se acostaba decepcionada en su cama sintiéndose sola en el
mundo .
Lo sabía , porque era lo mismo que sentía los primeros días después de haber terminado con
Lucy . Era la peor sensación del mundo , porque el silencio se apoderaba de tu ser y no le
importaba atacarte justo en lo más profundo de tu ser hasta que te carcomía de a poco
dejándote completamente vacía .

Las calles en las tardes de verano en Nueva York eran bastante tranquilas , las personas

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salían de sus casas por helados para combatir el calor que aniquilaba cada rincón de la ciudad
, se podía ver como los parques siempre estaban llenos de niños que disfrutaban de sus
vacaciones y de personas que no dudaban en hacer algo más que quedarse en casa
durmiendo. Sin embargo , lo que más me gustaba de esta temporada del año era como el
central park se adornaba de flores y parecía un jardín inmenso de árboles y colores . Quizás
era lo más bonito de Nueva York en la tarde y no podía dejar de admirar aquellos kilómetros
que ocupaba ese parque mientras me dirigía a mi audición.
Me quedaban aún dos calles cuando mi vista fue perturbada por el sonido de mi celular , lo
saqué rápidamente frunciendo el ceño , no obstante , aquella acción fue disipada de la misma
forma en que apareció cuándo me fije que era un mensaje de Lauren preguntándome qué
estaba haciendo y contándome sobre lo aburrida que estaba en su trabajo . Reí al
imaginármela queriendo matar a todo el mundo por el aburrimiento de no tener ningún
cliente en la tienda de música dónde trabajaba cuándo no estaba practicando con su banda ó
dando conciertos en los distintos bares que rodeaban a la ciudad.

Voy a una audición - respondí tecleando con una sonrisa en el celular , me sentía
como una adolescente cada vez que hablaba con Lauren , era como si volviera a
aquellos años en dónde podía tener una relación sin importar que sucediera porque
las relaciones con adolescentes nunca funcionan y tampoco duran así que no había
problema en ello . No obstante , ya me había acostumbrado tanto a la compañía de
aquella pelinegra que parecía imposible creer que la llevaba conociendo solo un par de
meses y no toda la vida como para que tuviera esa confianza de contarle lo que sea y
buscar su apoyo siempre que era posible.
-Hazle ojitos al director , dicen que es una buena forma para contratarte - contestó unos
minutos después y yo no pude dejar de reír por aquella respuesta , no sé porque seguía
sorprendiéndome de sus respuestas .

-Creo que tú podrías enseñarme ¿no? -le mandé como respuesta y ella no tardó en contestar
como sino tuviera nada mejor que hacer que estar hablando conmigo , la verdad es que
aunque tuviera a miles de personas conectadas le seguiría dando prioridad a sus
conversaciones sin sentido .
-Sí , también podría enseñarte a besar mejor - creo que si fuera capaz de verme en cualquier
espejo , me daría cuenta de lo roja que debía estar por aquella respuesta- No en verdad no ,
besas bastante bien - y ese fue el momento en que sentí que mi rostro iba a explotar por lo
caliente que lo sentía , sin embargo , lo único que pude fue mirar hacia la calle y darme
cuenta que ya había llegado al lugar de la audición , así que guardé el celular y bajé del
autobus tratando de no pensar en lo que me había dicho Lauren.

Estaba acostumbrada a que todos las audiciones fueran en edificios que se encontraban en la
zona más reservada de Manhattan . Edificios de cristal que tenían cientos de pisos y que
promocionaban cualquier artículo u obra de teatro ,no obstante , esta vez era completamente
distinto y me había tocado la audición en un lugar que tal vez ni siquiera aparecía en el
mapa, por esta razónno podía dejar de ver aquel edificio de cinco pisos al frente mío que
parecía que en cualquier momento se iba a destruir frente a mis ojos .
Sin embargo , suspiré y traté de enfocarme en las líneas del guión que tenía que haberme
aprendido para la audición y que apenas había sido capaz de leérlas porque había estado muy
ocupada esta semana . De hecho , pensé seriamente en no venir pero Ally había estado tan
entusiasmada por la idea que no podía defraudarla de esa manera , así que simplemente
comencé a caminar hacia el edificio y busqué el guión tratando de aprenderme en el último
minuto las líneas que no había logrado aprenderme.

Entré al edificio y me fijé que había una gran fila de chicas esperando su turno , eso también

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era normal en las audiciones , no obstante , pensaba que esto sería una pequeña audición
para una obra como las muchas que sucedían en esta temporada en Nueva York , al parecer
no era tan así como creía .Me senté en la única silla vacía que encontré mientras esperaba
paciente mi turno y que me llamaran , saqué el celular pensando en lo que me había dicho
Lauren y no pude no reír cuando vi como mensaje una selfie suya haciendo puchero porque
no le contestaba .

-Lo siento , estaba llegando a la audición - contesté con una sonrisa mientras veía como las
otras chicas estaban ocupadas esperando su turno.
-No te preocupes - contestó enseguida , a veces me preguntaba que hacía en su trabajo para
tener tanto tiempo libre - Yo estaba vendiendo una guitarra.
-Es la primera vez que leo que estás trabajando de verdad - respondí riendo, segundo
después ya tenía una respuesta de su parte.
-Sí , los planetas se alinearon para que pudiera trabajar- leí el mensaje y volví a ver si la fila
de las audiciones había avanzado ó algo había cambiado en los cinco segundos que me tomó
que ella me contestara -¿Qué vas a hacer hoy en la noche? -me preguntó mientras yo
pensaba si tenía algún plan con Dinah , porque mi vida era tan aburrida que sino salía con
ella , era poca cosa lo que hacía con mi vida , sin embargo , no quería parecer tan
desesperada a salir con ella ni tampoco alguien que no tenía vida de ningún tipo , así que
pensé en una respuesta que al menos me dejara como la persona más aburrida del mundo
que no tiene planes de ningún tipo en una ciudad como Nueva York.

-Creo que saldré con Dinah¿por?- respondí rápidamente mientras dejaba mi celular en mis
piernas y me ataba el cabello en una coleta improvisada , ya que al parecer el calor estaba
invadiendo el lugar y el aire acondicionado no estaba funcionando ,por lo cuál este espacio
reducido se sentía como un horno a su máximo de potencia .
-Podrías venir al ensayo de hoy sino tienes nada que hacer-sonreí ante su respuesta , no sé
que tenía Lauren Jauregui que era capaz de provocar todo ese tipo de emociones
inexplicables en mí . Realmente no recordaba un momento en que me pusiera tan feliz la idea
de conversar con alguien ni siquiera con Lucy ,
porque a pesar de que se podía decir que había estado enamorada de ella , no era lo mismo
que sentía con Lauren .
Con ella me sentía distinta cada vez que hablábamos como si fuera una persona nueva solo
por ella , en cambio con Lucy solo eran encuentros casuales que casi siempre se derivaban al
placer y no había mucha profundidad en nuestras conversaciones , de hecho , nuestros textos
nunca iban más allá de la rutina diaria que cada una realizaba ó cuándo queríamos juntarnos
. En cambio con Lauren podía estar hablando de la luna y aquello se convertía el tema más
interesante que podía existir , como a la vez podía hablar sobre política , libros ó cualquier
cosa que surgiera porque nuestras pláticas eran tan espontáneas que podíamos hablar sobre
nada y a la vez estar hablando sobre todo.
Lauren tenía esa capacidad de ver la vida desde un punto de visto tan distinto al mío que
llegaba a impresionarme como alguien tan joven podía tener esa mentalidad , sabía que había
tenido muchas decepciones de parte de las personas que más amaba y que el rencor a veces
se apoderaban de esos recuerdos que no conocía a plenitud porque a ella le costaba
comentarlos más allá de un chiste sarcástico que le ayudaba a no sacar aquella tristeza que
seguramente le debía invadir al pensar en ello . Sin embargo , a pesar de saber un poco del
pasado de Lauren , ella no pedía lástima de ningún tipo , de hecho odiaba que las personas
sintieran ese tipo de afecciones con ella , supongo que llevaba muchos años siendo su única
compañera fiel y que nunca se iba a ir . De cierta forma , odiaba a Lucy por lo que había
hecho , no solamente por todos los sentimientos que construyó dentro de mí sino porque se
atrevió a destruirle el corazón a alguien que definitivamente no merecía ese tipo de
sufrimiento y más tratándose de que ella era la única persona a la cuál tenía una confianza
total e invaluable.
-Eso suena interesante - respondí finalmente mientras veía como dos chicas salían de la
puerta de la audición y tres entraban en compensación a ello , dejándonos a un poco más de
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veinte chicas en la sala que estaban desesperadas leyendo por última vez el guión que tenían
en sus manos . La verdad es que la obra en sí era bastante interesante , era una adaptación
moderna de sueño de una noche de verano , era normal que en esta época del año, las obras
inspiradas en Shakespeare azotaran la gran manzana . No obstante , este parecía un
proyecto un poco más llamativo que los últimos dos años dónde se han presentado en casi
todos los teatros romeo y julieta ó el mercader de venecia .

Me imaginaba que la mayoría de las chicas que estaban aquí deseaban el papel principal
femenino que era destacado por Titania , la esposa de Oberón y reina de las hadas ó ser
Hipólita quién era la reina del Amazonas , sin embargo , yo prefería el papel de Helena que a
pesar de estar entre los principales , debido a que la obra se trataba de dos parejas humanas
en dónde una era protagonista Helena , me gustaba porque representaba más complejidad al
momento de actuar y mostraba más sentimientos que los otros dos papeles nombrados con
anterioridad.
Aunque no era muy fanática del teatro shakesperiano y que
sinceramente lo encontraba demasiado valorado en el mercado , sueño de una noche de
verano era una de mis obras favoritas de la literatura universal , ya que había sido la primera
obra en la que había participado en mi vida cuándo estaba en sexto básico y me escogieron
para ser una de las hadas silvestres, aquella obra fue la que me hizo desear ser actriz y me
había traído hasta aquí , por lo que de cierta forma le tenía una especie de cariño propio.

-¿Eso es un sí? -sonreí ante la iniciativa de Lauren y aunque ella no podía verme en este
momento me imaginé como se debería estar riendo si viera como me ponia solo por hablar
con ella.
Ya no había vuelta atrás ,estaba totalmente perdida bajo el efecto hipnoptizante de sus ojos
verdes , su cabello negro y su voz rasposa.
-Es un podría ser , te aviso después de la audición - me limité a contestar aunque en mi
interior sabía que era un rotundo sí , ya que Dinah no iba a salir esta noche debido a que la
sesión fotográfica la requería mañana temprano , así que su plan era quedare en casa
durmiendo hasta que fuera el otro día , lo cuál tampoco sonaba tan mal.
-Bien - respondió en segundos - ¿Por cuál papel vas?- a pesar de que no estaba muy
concentrada en el tema de la audición , no había dudado en contarle a Lauren sobre el papel
y toda la historia que había detrás de la obra de sueño de una noche de verano , lo cuál fue
el tema de conversación durante todo el día de ayer dónde Lauren no perdió la paciencia en
escuchar todo el argumento de la obra , a pesar de que ella ya la había leído y estoy segura
que después de las veces que leí el guión en el departamento de su amiga , seguramente ya
se le quedó grabado hasta los signos de puntuación que habían en ella .
-Helena - contesté dejando por unos minutos el celular y dándome cuenta de que otra ronda
de chicas ya habían entrado para audicionar y ahora solo quedábamos diez en aquella sala ,
al parecer ahora la audición era de más personas y no solo las tres que entraban en un
principio , así que pronto me tocaría mi turno .
Suspiré nerviosa ante ello y traté de leer un poco del guión pero en menos de cinco minutos
mis manos comenzaron a temblar por el nerviosismo que me producía cada audición.
-Lo harás bien , tienes cara de Helena - fue la respuesta de Lauren y volví a sonreír por la
forma en que a pesar de todo siempre trataba de subirme el ánimo . Estuve a punto de
contestar , no obstante , escuché mi nombre de parte de una señora baja de lentes que
parecían más grande que su cara y el ceño fruncido , así que me levanté a toda prisa y no
contesté ya que se me hacía tarde para la audición .
Entré a la sala dónde era la audición , no era muy distinto a otras audiciones en dónde había
estado , ya que éstas siempre se ubicaban en la parte
dónde se montaba la escenografía . Estaban las típicas luces , los reflectores y las cortinas
rojas que estaban perfectamente ubicadas arriba de mi cabeza y que le daban al lugar unos
cuántos metros más de anchura aunque solo fuera un efecto óptico .

insideofmysoul
Estábamos las últimas diez chicas que habíamos quedado en la sala anterior , las miré para
tratar de calmar mis nervios pero ver sus rostros relajados como si ya estuvieran dentro de la
obra solo hizo que mi tranquilidad se esfumara y la falta de confianza invadiera cada
centímetro de mi piel . No obstante , respiré profundo tratando que mis nervios fueran
cubiertos por esa capa de tranquilidad que realmente no tenía y que le envidiaba a las otras
chicas que estaban a mi lado .

Suspiré al ver a las tres personas que se encontraban frente a nosotras y quienes eran los
encargados de escoger a las participantes , a dos ya los había visto en otras audiciones y la
otra era la señora baja que nos había llamado a cada una , tal vez hoy era mi día de suerte
pensé rápidamente mientras esperaba que la audición comenzase , ya que mientras más
rápido comenzaba , más rápido terminaría y teniendo el papel ó no igual iría al ensayo que
tenía la banda de Lauren , y mi noche no sería tan penosa como siempre lo solía ser cuándo
no conseguía el papel que deseaba en las audiciones .
Toda mi confianza se recuperó con aquel momento y una tímida sonrisa se apoderó de mi
rostro hasta que vi como una castaña de tacones negros , vestido floreado y unos lentes de
sol que tanto conocía se instauró con el personal de la audición . Cerré los ojos tratando de
creer que mis ojos me engañaban y no era ella , sin embargo , cuando los volví a abrir y vi la
sonrisa que tantas veces me había cautivado supe que no había nada más que hacer y que
estaba totalmente perdida .
Porque sin ninguna duda , no era nadie más que Lucy.

Sorry por la demora :c


De amistades y otros deseos parte 2

Wattpad como siempre jodiéndome el día y me borró la parte uno de este cap que ya estaba
lista solo faltaba revisarla , así que mientras la rescribo subiré esta , saludos :)

Los Angeles 1947 Lauren

-¿Qué haces amor?-le pregunté a Noe mientras me acercaba a la silla frente al mostrador
dónde estaba ella , hoy tenía el día libre en el set , así que decidí quedarme todo el día en la
biblioteca ayudando a la señora Smith y de ahí pasé por el colegio por Noe quién estaba feliz
de verme todo el día junto a ella . Noe se dio vuelta para verme y no dudó en besar mi
mejilla mientras yo le acariciaba el cabello que al parecer había desatado de las dos trenzas
que le había hecho , no sé porque le molestaba tanto tener el cabello recogido , no obstante,
nada de eso importaba porque hoy estaba tan feliz como no lo había estado hace meses
quizás un par de años .

A pesar de que llevaba dos semanas trabajando en el set , John había decidido darme un
adelanto por mi trabajo y casi me pongo a llorar enfrente de él , al ver como me pasaba un
comprobante de que tenía 380 dólares para mí en el banco. Era quizás la mayor paga que
había recibido en mi vida y no podía creer que eso solo fuera un adelanto por la mitad del
mes , así que la simple idea de que todos mis problemas financieros se estaban arreglando
me había devuelto las noches en paz para dormir y ahora podía llegar hasta quedarme
dormida con una sonrisa , porque ya no tenía esa preocupación de no llegar al final del mes.
Aunque John me había asegurado que mi paga iba a ir dependiendo de como me
desempeñara a lo largo de toda la película , seiscientos dólares en un mes era demasiado
dinero que podía hacer que sobreviviera al menos por tres meses sin ningún tipo de dificultad
, así que la primera cosa que hice fue pagar todas las deudas que tenía hasta ese momento
como dos meses atrasados de renta y lo demás lo guardé para ahorrarlo , porque sabía

insideofmysoul
perfectamente que no podía gastarme todo ese dinero en un solo día , sin embargo , dejé a
mi poder veinte dólares enteros que solo los utilizaría con Noe . Con ellos podía comprarle los
zapatos nuevos que tanto había deseado desde que los vimos en la tienda , también me
alcanzaría para comprarle aquella muñeca que siempre se quedaba viendo cuando
caminábamos camino a la biblioteca y así eran las miles de ideas que me venían a la mente
con tener ese dinero en mis manos .

A veces pensaba que era solo un sueño y que un día me levantaría


viviendo como siempre , con las preocupaciones de todos los días , porque era difícil creer
que me pagaran esa cantidad solo por cantar , sin sacar el hecho que realmente me gustaba
estar en el set y aprender todas las cosas que John me animaba a utilizar al momento de
cantar . Él era una persona muy seria en su trabajo y no le gustaba que las personas
cometieran errores , no obstante , conmigo se había presentado siempre dispuesto a
ayudarme en cualquier cosa que estuviera relacionado con mi potencial en la película y hasta
me había ofrecido la propuesta de que me tendría en cuenta para la próxima película que
realizase.
-Estoy dibujando un castillo - me respondió Noe mientras comenzaba a señalarme con su
lápiz de color azul las cosas que tenía en su dibujo , yo sonreía entusiasmada frente a la
explicación de como un castillo tenía que estar sobre una montana porque así era más fácil
que estuviera protegido - Aquí estás tú - señaló a uno de sus dibujos que llevaba el cabello
negro y en su rostro solo estaban coloreados dos círculos verdes que supuse que eran mis
ojos , la verdad es que me veía muy chistosa en ese dibujo pero no dudé en besar su mejilla
mientras seguía indicándome las otras personas del dibujo - y aquí está la princesa Camz -
sonreí ante aquello , porque la había dibujado con un triángulo rosa que supuse que era un
vestido , dos círculos cafeces en su rostro y me pareció el dibujo más tierno que haya visto
alguna vez .

Noe y Camila parecían muy unidas , a pesar de que trataba de no toparme con ella porque a
diferencia de Claire , ella era totalmente indescifrable y nunca sabía cuándo estaba de buen
humor y cuando no .Pero no podía ocultar el hecho de que cada vez que salía a alguna
escena no dejaba de verla por lo hermosa que se veía con cada uno de sus vestuarios ,era
como sino existiera en el universo ningún tipo de ropa que no le quedara espectacular y
resaltara aquella belleza innata que tenía , sin embargo
, toda esa atención se iba al hecho de cuándo comenzaba a hablar y actuaba , porque lo
hacía de una forma que no parecía real .
Decir que era buena en lo que hacía era poco con el potencial que Camila demostraba en
cada escena , era como si solo ella existieses y no le importase el detalle que se llevaba toda
la atención , ella realizaba cada escena como si fueran parte de su vida y muchas veces me
había llegado hasta lo más profundo haciendo que algunas lágrimas cayeran.

Pero a pesar de que en sus actuaciones parecía como un papel en blanco que se entregaba
por completo a cada minuto en escena , cuando salía de aquel mundo , podía ver su
frustración y aquella Camila que no le importaba nada ni nadie salía a la luz opacando a
aquella chica castaña que veía encantada a mi hija cada vez que coincidían . Según Claire ,
quién era la única persona cercana a Camila , era por el hecho de que no estaba
acostumbrada a tratar con personas , afirmación que no dejaba de sorprenderme porque
siempre estaba rodeada de ellas y siempre
era el centro de atención en cualquier cosa.

Sin embargo , en el poco tiempo que llevaba conociéndola , había podido notar como se
tensaba frente a las personas y solo se relajaba cuando tenía que actuar , como si la
actuación fuera la única vez en el día en que no tuviera ataduras ni problemas.

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-Parece que has comenzado a querer a Camila - respondí riendo al ver como los ojos azules
de Noe se iluminaban solo con nombrarla , no sé que había hecho con mi hija para que se
emocionara de esa manera.
-Es que es muy linda y sus ojos parecen chocolates mami - sonreí ante aquella idea y recordé
aquellos ojos tan profundos que tenía , era impresionante que aunque no tuvieran un color
tan llamativo , aquellos luceros fueran capaces de decir tantas cosas a la vez como si una
gama de emociones fueran compactadas en esos ojos cafés . Tenía que aceptar que me
encantaba ver ese par de ojos , porque no se mostraban fríos como si lo hacía su dueña , era
como si su ojos dijeran cosas totalmente distintas a las que sus labios pronunciaban ó su
cuerpo actuaba.
-Son bonitos ¿cierto?- Noe asintió emocionada mientras volvía a prestar atención en su
dibujo y se dedicaba a pintar el cielo celeste que estaba al lado del castillo y el pasto verde
que estaba en el suelo del dibujo , yo solo la veía deseando que siempre fuera así , tan
hermosa , tan inteligente y tan dulce . Sabía que las personas cambiaban cuando crecían ,
pero deseaba con toda mi alma que ella jamás lo hiciese y mostrara al mundo aquella belleza
que irradiaba su alma cada vez que hablaba , realmente estaba orgullosa de la niña que
estaba criando , porque era tan distinta a todo el mundo , ella no sabía lo que era dañar a
alguien ni tampoco estaba en su mente el hecho de que las personas éramos diferentes . No
le importaba amar a alguien sin pensarlo y mi mayor miedo es que el mundo se atreviera a
destruir aquello -¿Sabes princesa?-le dije acariciando su cabello - Después de trabajar
podríamos ir a ver esa muñeca que tanto te gustó - le susurré mientras ella me miraba sin
entender lo que estaba diciendo -¿Qué dices?-le pregunté entusiasmada, porque realmente lo
estaba , era la primera vez desde siempre que podía darle lo que ella deseaba sin tener una
excusa como su cumpleaños ó navidad.
-Pero aún no es navidad mami - me dijo como si fuera lo más obvio del mundo y aquel
comentario hizo que mi corazón se retorciera de un dolor incandescente , ella sabía tan bien
que solo podía darle algo para esas fechas que el hecho que se le ofreciera en una época
distinta le causaba extrañeza.

-Lo sé amor - contesté con lágrimas atragantadas - pero me han pagado antes y puedo
comprarte esos zapatos que querías y también la muñeca - le aseguré con una sonrisa y Noe
abrió los ojos impresionada por aquello .
-Eso significa que tendré zapatos nuevos y una muñeca nueva - las palabras no lograron salir
después de escuchar como ella estaba tan insegura de
escuchar eso , así que solo asentí frente a lo que decía -gracias mami - me dijo juntando su
frente con la mía y yo me sentí la peor madre del mundo , porque ese tipo de cosas eran
cosas mínimas que cualquier otra familia le daría a su hija , sin embargo , a los ojos de Noe
eran casi premios que rara vez aparecían en su vida normal.
-No es nada princesa , te prometí que todo cambiaría - le dije tomando sus manitos sobre la
mía y no dudé en besarlas - Y así va a ser - Noe sonrío frente a mi afirmación , creo que ella
no era tan consciente de lo que le estaba diciendo , pero para mí la vida estaba cambiando de
una manera que no había visto antes -Te quiero mi copito de nieve ¿tú lo haces? - mis brazos
no dudaron en abrazarla , la necesitaba a mi lado cada minuto de mi vida , porque era la
única persona que me daba fuerzas para seguir adelante . Noe se acercó a mí y posó sus
bracitos sobre mi cuello mientras invadía mis mejillas de pequeños besos y yo no podía
pedirle más a la vida , porque la perfección estaba frente a mis ojos con aquel simple acto .
-Mucho mucho mami , así como las estrellas infinitas - no sé por cuánto tiempo estuvimos así
pero yo lo sentí como si la eternidad se nos hubiera ofrecido para conmemorar aquel
momento , no obstante , la voz de la señora Smith hizo que volviera a la realidad y dejara a
Noe con su dibujo mientras yo me levantaba e iba dónde estaba ella con una falda roja y una
blusa blanca con flores .

Hoy llevaba su cabello recogido en un moño alto y los lentes negros que jamás se sacaba

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porque según ella le daban un aspecto más serio ,pero ambas sabíamos que era por su
miopía.
-¿En que puedo ayudarla señora Smith ? - pregunté sin dejar de ver como Noe seguía
concentrada en su dibujo hasta que mi mirada se fijó en ella que estaba con una sonrisa,
Aiden tenía la misma sonrisa encantadora y era algo que me gustaba de ambos , porque
sabía que era de esas sonrisas que eran verdaderas y que solo se mostraban cuando eran
debido.
-Veo que hoy te quedarás toda la tarde - me dijo y yo asentí , porque se me había olvidado
decirle que hoy tenía el día libre - eso está muy bien , ya te extrañaba en las tardes - no
dudó en acariciarme la mejilla y yo sonreí , Aiden tenía que haber heredado esa dulzura de
ella porque ellos dos eran tan parecidos en su forma de ser y de tratar a las personas que no
me extrañaba que él siempre estuviera dispuesto a ayudarla en todo .
-Sí , hoy tenía libre en el set así que me quedaré hasta el cierre - respondí con una sonrisa y
la señora Smith asintió dirigiendo la mirada hacia Noe , ella la quería mucho , al igual que
Aiden la conocían desde que era una bebé , de hecho muchas veces la señora Smith se había
encargado de Noe y me había dado consejos sobre como cuidarla cuando era una bebé .
Tenía tantas cosas que agradecerle a ambos, porque ellos dos nos trataban como si fuéramos
de su familia aunque no tuviéramos ninguna relación cosanguínea.
-Aún recuerdo cuando era una bebé y apenas podía quedarse en pie con la ayuda de alguien -
me dijo en forma de secreto y yo suspiré porque yo también recordaba aquella época , era
como si los años se hubieran ido volando , pero yo aún seguía viendo a mi hija como la bebé
que apenas tenía cabello la primera vez que la tomé entre mis brazos en el día más feliz de
toda mi vida -Crecen muy rápido y tú has hecho un excelente trabajo con ella Lauren , debes
estar orgullosa .

-Lo estoy -le aseguré con una sonrisa.


-Bien , quisiera hablar contigo sobre algo que he visto los últimos días - la miré extrañada sin
saber a que se refería , no obstante , asentí frente a su afirmación - Sé que tú y Aiden son
muy cercanos - suspiré cansada porque ya sabía por dónde iba esta conversación , en los
últimos días Aiden se había mostrado demasiado cariñoso y atento conmigo , cosa que
intentaba detener porque me dolía darle ilusiones dónde no las había .

Era cierto que Aiden era perfecto en todos los sentidos y que me hubiera encantado
enamorarme de alguien como él antes de haber cometido la mayor estupidez de mi vida con
Jack , pero lastimosamente nuestros caminos se cruzaron cuando yo lo único que quería y
quiero es concentrarme en Noe.
Iba a decir algo a mi favor , sin embargo , la señora Smith no me dejó continuar y tuve que
esperar que ella terminara con lo que me tenía que decir .
-La verdad es que te siento como la hija que nunca pude tener y a Noe la quiero como si
fuera mi nieta , no obstante , conozco a Aiden y sé que aquel cariño que siente hacia ustedes
dos no es solo eso ¿me equívoco?-no había nada más que decir frente a ello -Por eso le he
dicho que tome distancia de cualquier cosa que quiera contigo , porque no quiero mezclar tu
trabajo con tu vida personal
¿entendido?.
-Claro señora smith , le agradezco pero entre Aiden y yo no hay nada más allá que una
amistad , él es muy lindo pero no deseo nada más en mi vida
-me sentí horrible al decir aquello , porque estaba siendo malagradecida frente a la amistad
que él me había ofrecido por tanto tiempo.

-Entiendo Lauren , pero sacando el hecho de que él es mi hijo y todo lo que viene relacionado
con ello , te daré el consejo de alguien que casi te triplica en edad - una sonrisa salió de su
rostro y yo asentí al escuchar sus palabras - la vida es muy dura para un chica sola , supongo
que eso lo debes saber mejor que nadie - creo que no era necesario reflexionar esas palabras
, porque las tenía impregnada en cada centímetro de mi ser , cada vez que veía a alguna de

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las madres iendo por sus hijos al colegio y me veía a mí era una punzada en mi corazón , ya
que ellas tenían una casa que ofrecerle a sus hijos , seguramente no se quedaban noches
enteras pensando en que pasaría al día siguiente y podían quedarse en casa cuidándolos
todos los días.-Y no he conocido a una chica más valiente que tú , que a
pesar de todo ha salido adelante con su hija - mi mirada se posó por unos segundos en Noe
,ella aún no entendía todo el desastre de vida que le había heredado por mis equivocaciones,
ella no entendía que lo que yo le había ofrecido toda su vida era una infíma cantidad de lo
que ella merecía al igual que cualquier niño - Pero, me parece que no puedes estar toda tu
vida sola , necesitas a alguien además de Noe que sea tu soporte , una persona que esté a tu
lado y te quiera como a nadie - bajé la mirada tratando de no llorar frente a lo que ella me
decía -Tu hija merece un hogar normal en dónde no solo tú seas a quién acuda y me parece
que le estás negando aquella oportunidad . Aiden es un buen chico y no lo digo porque es mi
hijo , tú lo conoces y sabes mejor que yo ,lo que es capaz de hacer solo para verte sonreír ó
a Noe , las intenciones que tiene contigo son sinceras Lauren y la decisión está en ti , pero ese
es mi consejo , no te cierres , ama y déjate amar pequeña - las cálidas manos de la señora
Smith buscron mis mejillas y yo solo asentí frente a sus palabras porque no sabía que decir,
tal vez ella tenía razón y tenía que darle una oportunidad a Aiden , él se la merecía luego de
casi siete años de amistad dónde nunca había dudado ó se había quejado a la idea de
ayudarme , él siempre estaba ahí para escucharme y ofrecerme su hombro , no había
momento en que no haya recurrido a él cuando las cosas se ponían mal , y aunque sabía que
aquello tenía que ver con el hecho de que yo le atraía más como una amiga , tal vez era lo
mínimo que él podía pedir después de tantos años dando sin pedir nada a cambio.

Traté de pensar en las contras que tenía al menos aceptar alguna de las citas que me había
pedido Aiden desde hace mucho tiempo y me enojé conmigo misma al no encontrar ninguna ,
definitivamente ya no era aquella chica de 15 años que pensaba saberlo todo y que se
equívoco al enamorarse de alguien creyendo que esa persona se quedaría , no obstante ,
ahora ya no podía suceder eso , porque no estaba sola , tenía experiencia a mis espaldas y
siete años en dónde las lágrimas se habían hecho presente cientos de veces , él no podía
hacerme daño aunque así lo desease.
-Lo pensaré - me limité a decir y la señora Smith asintió dejándome a solas en el mostrador y
preferí sentarme y seguir con mi trabajo antes de seguir pensando en Aiden y todo lo que
tuviera relación con mi inexistente vida amorosa .
Sin embargo , la señora Smith tenía razón en una cosa , Noe necesitaba una familia , con una
casa y una vida normal .

Los minutos pasaban en el mostrador sin nada que hacer , ya había terminado de hacer el
inventario de cada viernes , la biblioteca apenas tenía un par de personas deambulando por
los pasillos y Noe aún seguía tranquila pintando en la mesa que había en el sector infantil , no
obstante , aquella tranquilidad que me absorbió durante unos minutos fue rápidamente
arrasada por la imagen de una chica alta de cabellos castaños , de grandes ojos azules y que
conocía a la perfección , sin embargo , mi mente quería creer que no era real y solo era parte
de mi imaginación . Pero cuándo me vio con una sonrisa y se acercó al mostrador con una
sonrisa supe
que era real y quise no estar ahí en aquel momento . Era la esposa de Jack .

Katherine Jauregui era quizás la chica más hermosa que he visto , bordeaba los treinta y
cinco años , no obstante , seguía viéndose igual que la última vez que la vi hace siete años
atrás . Tenía una sonrisa llena de dientes aperlados que combinaban con aquellos ojos azules
que a diferencia de los de Jack eran de un tono más oscuro y profundo como lo era el mar a
la luz del sol . Su cabello castaño que siempre estaba en perfectas condiciones y peinado
como si hubiera tardado horas en aquella tarea , su piel que no era tan pálida que la mía pero
se mostraba más delicada y cuidada mostraba un poco como ella era en su interior , porque
ella tenía una personalidad cariñosa y podía dejarte embobado en tan solo unos minutos

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frente a su presencia.

Nunca entendí como Jack fue capaz de cambiarla por alguien como yo , en esos tiempos
pensaba que era porque realmente estaba enamorado , sin embargo , a través de los años
nunca he podido solucionar aquella duda.

-Vaya Lauren - dijo con aquel tono de voz tan suave y tranquilo que siempre tenía al tratar
con cualquier persona , yo traté de no mirarla porque ella solo estaba abriendo una herida
profunda en mí - no sabía que trabajabas aquí - contestó con esas sonrisas cautivadoras que
mostraba a todo el mundo , yo no supe que decir a aquello hasta que me di cuenta de como
Noe corría hacia mí y en un par de segundos ya estaba a mi lado pidiéndome que viera su
dibujo .

Si el oxígeno era capaz de desaparecer de la faz de la tierra ese fue el momento , porque
apenas aquella castaña posó los ojos en mi hija sentí como si me hubieran quitado todo el
aire del mundo y que no tardaría en ahogarme .
-Mami ya he terminado - me confirmó Noe con una sonrisa y yo traté de formular alguna
palabra, no obstante , parecía que éstas habían desaparecido de mi vocabulario y me había
quedado sin ningún recuerdo de haber utilizado alguna palabra en mi vida.
-¿Es tu hija? - me preguntó impresionada mientras no dejaba de verla, Noe se dio cuenta de
que no estaba sola y como hacía frente a los extraños que no le daban confianza no dudó en
ocultarse detrás mío , sin embargo , nada de eso fue suficiente como para que la curiosidad
que apareció en el rostro de Katherine desapareciera , porque sin más se puso a la altura de
Noe y no dudó en quitar un mechón rubio que había en su rostro - Es preciosa - comentó
animada mientras yo no dejaba de verla con el miedo carcomiéndome , esta escena parecía
tan irreal y deseaba que solo fuera una pesadilla , pero al parecer no lo era - Creo que es
cierto cuando dicen que todos los niños se parecen a esa edad , tu hija tiene un parecido con
Natalie hace un par de años , ¿cuántos años tiene? - preguntó curiosa y yo tragué saliva
frente a ello , recordaba un poco a la hija de Jack , una pequeña rubia de ojos
azules que en ese momento apenas sabía caminar y que ahora debía tener nueve años ó diez
.

-Tengo seis - respondió Noe mirándome como si no supiera que decir - cumplo siete en
diciembre -Katherine volvió a sonreír frente aquella respuesta y no dudó en acariciar la
mejilla de Noe.

-Vaya pero si eres una niña grande ¿cierto? - Noe no respondió a ello y solo me miraba
nerviosa - Se parece mucho a ti Lauren - dijo finalmente mientras volvía a pararse y Noe no
dejaba de sostener el borde de mi falda -pero esos ojitos y ese cabello supongo que debió
haberlos heredado de su padre ¿no?- suspiré ante aquella pregunta y no sé con que fuerza
pude ser capaz de asentir sin destrozarme en aquella acción , ella no tenía la más mínima
idea de lo que había pasado con Jack , lo podía ver en sus ojos como había admiración
sincera y no sinismo frente al hecho de que estaba frente a la hija que su esposo nunca
conoció ni tampoco le importó .
-Cariño ¿por qué no vas a seguir dibujando mientras yo atiendo a la señora? - Noe asintió
obedientemente sin dejar de mirar con extrañeza a Katherine , llevaba mucho tiempo sin ver
que reaccionara así con alguien y supuse que debía sentir mis nervios con tenerla tan cerca
mío.
-Cuando Jack me dijo que estabas embarazada no podía creerlo - me dijo como si hubiera
querido decir aquello desde el principio de la conversación - Parecías una chica tan
responsable y empeñosa que pensé que te quedarías por más tiempo entre nosotros ,
supongo que el amor te hace cometer locuras ¿no? - solo quería morir en aquel momento
,nunca me había puesto a pensar que había sido de la vida de Jack , no me importaba lo que
él hiciera ó dejara de hacer , no obstante , fue una puñalada escuchar aquello , escuchar
insideofmysoul
como él se había atrevido a decirle a su esposa que estaba embarazada y no se atrevió a
decirle que el bebé solo podía ser de él .
-Supongo que sí - contesté mordiendo mi labio para reprimir todos esos sentimientos
encontrados que estaba viviendo en aquel momento - ¿Qué va a llevar señora Jauregui? -
necesitaba salir y llorar todo lo que estaba sintiendo en este mismo instante , pero traté de
sacar todo el orgullo que aún me quedaba y no me iba a permitir llorar frente a ella .
Katherine me sonrío y sacó un libro que llevaba en su regazo y no había notado , a través de
ese movimiento también me fijé en el hecho de que su vientre estaba abultado , y a unque
no quería ver lo doloroso que era eso , no pude dejar de verlo .
-Llevaré este libro - me dijo tratando de llamar mi atención y yo asentí distraída volviendo al
mundo real y escribiendo el valor del libro en la factura .
-¿Solo va a llevar eso? - pregunté sin mirarla y ella afirmó con un sí
.
-¿Cuánto es?
-Dos con diecinueve - aseguré pasándole la factura y ella me pasó un billete de cinco dólares ,
abrí la caja registradora para pasarle el vuelto pero ella me detuvo rápidamente .
-No , quédate con el vuelto cariño - respondió con una sonrisa - fue un gusto verte de nuevo
Lauren y también a la pequeña ¿cómo se llama?.
-Noelle - respondí y ella volvió a sonreír .
-Es un hermoso nombre , yo aún no decido el de este pequeño - su mano se posó en su
vientre abultado que a simple vista aún no era notorio , de seguro debía tener un par de
meses - Pero supongo que tiene que seguir la tradición con N - asentí cerrando los ojos frente
a la presión que era aquel momento , Jack adoraba los nombres con N y cuando Mani me
sugirió el nombre de mi hija no estaba pensando en aquel detalle , solo pensaba que era un
nombre muy lindo y que le caía a la perfección , sin embargo , ahora me daba cuenta que
también había sido impulsada inconscientemente por el deseo que tenía en aquel momento
de que él aceptara a mi hija como lo hacía con sus otros hijos , cosa que nunca pasó .
-¿Es el tercero?- no sé ni siquiera porque pregunté aquello , pero ya no me podía arrepentir
de mi pregunta cuando vi como ella negaba a mi pregunta .
-El cuarto , Nicholas tiene la edad de tu hija solo que cumple en septiembre - esa fue la
estocada más dura que me habían dado en toda mi vida, me sentí la persona más estúpida
del mundo al escuchar aquello, siempre supe que él tenía una familia y que nada bueno
vendría de su parte , pero estaba tan tontamente enamorada que llegué a pensar que él me
amaba más que a su familia , por algo podía ser capaz de traicionar a su esposa conmigo , no
obstante , todo eso solo había sido una diversión del momento . Yo había sido solo una chica
desechable de quizás toda una lista que él tenía , no debía ser la primera ni la última chica
que había caído rendida ante el encanto de Jack Jauregui , no obstante , aquello solo hacía
que me doliera más esa herida , él no había aceptado a Noe y a pesar de eso tenía un hijo de
la misma edad con su esposa . ¿Cómo era capaz de verlo todos los días y no pensar en el
bebé que jamás conoció? , no podía caberme en la cabeza como era capaz de levantarse
todos los días sin sentir remordimiento de lo que hizo hace tanto tiempo atrás -Sigo
pensando que Noelle tiene un parecido increíble a Natalie , seguramente es por esos ojos tan
comunes que tiene Jack ó tal vez sea su hija pérdida - comentó entre risas pero yo solo me
quedé fría frente a su afirmación - es una broma cariño
,tu esposo debe estar muy feliz de tener a una niña tan guapa - no dije nada frente a ello y
Katherine entendió que no era un tema de conversación , así que no dudó en tomar su libro y
con otra de sus sonrisas se despidió -bueno te dejo , no quiero importunarte más , cuídate -
no tardó en desaparecer de mi vista y ese fue el momento en que las lágrimas cayeron de mí
como si hubieran abierto un grifo que hace mucho tiempo había estado cerrado , estaba
furiosa con la vida pero más que ese sentimiento , lo que estaba realmente era dolida porque
pensé que Jack no podía hacerme más daño del que había hecho conmigo , sin embargo ,
seguía dañándome
de la misma ó de una manera peor.
-Mami -escuché la voz de Noe y cuando abrí los ojos la vi a ella parada a mi lado haciendo
pcuhero porque me veía así , ella siempre lloraba cuando me veía llorar aunque ni siquiera

insideofmysoul
supiera la razón , así que no dudé en tomar en mis brazos y abrazarla como si nunca lo
hubiera hecho en toda mi vida ,quería sacar aquel dolor ante el suave contacto que era
tenerla a ella conmigo - ¿por qué lloras?- me preguntó acariciando mi mejilla y no supe que
decirle , así que utilicé las mentiras que siempre utilizaba cuándo no podía contestarle con la
realidad .

-Porque te amo mucho - le contesté besando su cabello , no era una mentira , ya que la
amaba más de lo que mi alma podía ofrecer.
-Yo también , pero no me gusta que llores - me susurró con un aire de tristeza que era capaz
de hacer que volviera a llorar , pero esta vez por horas .

-No lo haré más ¿sí ? - contesté secando mis lágrimas y tratándo de sonreírle , Noe asintió
mientras posaba su cabeza en mi hombro.
Como siempre , aquel simple acto de tenerla junto a mí fue capaz de cerrar un poco aquella
herida latente que había sido abierta .
Capítulo 13 :El mar turbulento y otros problemas

Lo siento por la tardanza ,el tiempo no ha sido mi aliado durante estas semanas y en la biblia
dice que habrán cosas peores y ya siento venir mis exámenes en septiembre u.u.

En fin como siempre digo , disfruten mientras puedan :D

How can the people make me feel lost?, But a few of words that came from you,
Can change everyting,
And had the power to transform the storms,
In beautiful sunshines on the wall.(Words , flies on the wall)

Lauren

Siempre he pensado que lo difícil no es querer a alguien sino sentir que ese sentimiento sea
recíproco y te haga sentir plena , porque lamentablemente querer a alguien no significa que
la contraparte piense lo mismo ó sienta lo mismo.
Querer a alguien es el acto más humano que puede realizar una persona , nadie puede
aceptar la soledad total como su fiel compañera , es simplemente imposible , ya que los seres
humanos nacemos y nos desarrollamos a través de las relaciones que pasan por nuestras
vidas .

Cada persona que entra ó sale de nuestra vida es distinta, teniendo aquella esencia que la
hace única y diferente a las miles de personas que quizás lleguemos a conocer en toda
nuestra vida. Cada persona lleva una caja de Pandora consigo dónde trata de guardar todos
esos sentimientos que mostrarlos a simple vista es un error , porque los humanos tenemos
un sexto sentido para destruir todo lo hermoso que nuestros ojos no pueden comprender ,
estamos predeterminados para dañar a las personas cuándo las vemos deslumbrar , porque
eso es parte de nuestra rutina, cuando encontramos algo hermoso ó lo destruimos ó lo
hacemos nuestro sin pensar más allá que esa simple condición humana de querer poseer
todo y no pensar en las consecuencias que vienen después de ello.
Es por eso que la mayoría protege todos esos sentimientos y emociones dentro de una caja
que desean que nunca se abra porque cuándo lo hagan ya no habrá marcha atrás , esa caja
está en lo más profundo de nuestro corazón y guarda cada una de las cicatrices que

insideofmysoul
ocultamos a través del maquillaje de expresiones que pueden tomar nuestros rostros. Muchas
veces esas cajas están llenas , porque han sido abiertas tantas veces y muchos de esos
sentimientos han
sido destruidos a través del tiempo , así que por miedo a que eso vuelva a pasar simplemente
se ocultan bajo cuatro llaves en lo más profundo de nuestra alma . Hay otras cajas que se
encuentran casi vacías porque aquella persona no tiene miedo a mostrar su mayor tesoro al
mundo , tal vez no es que no tenga miedo , tal vez solo prefiere poner en la mesa aquella
riqueza y arriegarse a jugar ese extraño juego que es el amor porque prefiere ser dañado que
jamás haber sentido la cálida sensación que el amor puede dejar.
Y luego están las personas como yo que no tienen la caja en su corazón , sino que la tienen
en un lugar que solo ella puede saber para que aquellos tesoros jamás sean usurpados por
forasteros que quieren enriquecerse fácilmente , ese tipo de personas se ocultan tras una
máscara de indeferencia para restarle belleza a la caja que tienen por dentro , es su coraza
de protección frente a las personas , ya que esas personas saben lo que es abrir aquella caja
y perder todo en el camino , esas personas son expertas en el conocimiento de los mares
turbulentos que los humanos podemos producir así que tratan de aplicar aquel conocimiento
en su vida y se limitan a solo sociabilizar en el nivel necesario. Jamás entregan más allá de lo
que se han propuesto a compartir , tampoco se atreven a arriesgarse por alguien ni tampoco
se atreven a luchar por la marea , porque ya se han dado por vencidos de que aquel mar
turbulento es solo una estación de su vida antes de que lleguen a la playa prometida.
Sin embargo , estas personas nunca están totalmente protegidos , como todo en la vida
siempre hay un momento de desprotección dónde se ven inmersos en un panorama que sus
vidas no podían haber predecido , es en aquel momento dónde sin saberlo , ellos dejan entrar
a algún forastero ó forastera hacia su tesoro .

Sin saberlo pueden llegar hasta entregarles un mapa hacia dónde está esa caja y cuándo se
dan cuenta de aquel error , ya es demasiado tarde como para hacer algo contra de aquel acto
que han tratado de evitar desde que nacieron sus cicatrices .
Cuándo esto sucede , sólo hay dos opciones .
La primera está en dejarse llevar y aferrarse a la pequeña esperanza que hay en su alma ,
soñar con que esa persona sea capaz de iluminar su penumbra a través del amanecer que
ellos puedan ofrecer . Esta es la opción más difícil de realizar , porque siempre van a
aparecer esas cicatrices que nunca quisieron mostrar , es la opción más difícil porque significa
apostar todo contra una marea que muchas veces no regresa y solo te deja naufragando en
medio de la nada, sin embargo , se supone que hay veces en dónde aquella apuesta vale la
pena y te da riquezas mucho más grandes de las que alguna vez pudiste imaginar.
No obstante , la segunda opción es la que siempre se toma porque es la más fácil y porque es
la que produce menos daño a corto plazo , esta opción significa tratar de aferrarse a la
fortaleza que el tiempo ha creado y luchar contra
aquel amor abismante que esa persona trata de hacer que nazca de ti , es una lucha a
muerte contra sonrisas verdaderas , una lucha contra la marea que son los sentimientos que
nadie quiere mostrar por miedo de ser dañado.
Una lucha en dónde todos los huesos de tu cuerpo tratan de combatir con sus mejores armas
en una guerra que nunca se sabe cuál será el ganador , porque a veces aunque se luche
contra ese mar turbulento que finalmente es el amor , igualmente se pierde y uno cae
rendido esperando que el ganador tenga algo de misericordia y que ésta vez no ursurpe aquel
tesoro y se vaya como todo el mundo lo había hecho con anterioridad.

No pude dejar de sonreír al volver a ver el último mensaje de Camila , la verdad es que
aquella castaña me estaba haciendo sentir cosas que ni siquiera podía especificar ni tampoco
podía derivar a simples palabras que mi vocabulario conociera . Sabía que con ella estaba
sintiendo "cosas" que jamás había sentido con nadie ,lo sabía desde la primera vez que la vi.
Camila era distinta y sentía distinto cuándo estaba con ella , creo que por eso sentía tanto
insideofmysoul
miedo hacia cualquier cosa que proviniera de ella , porque no sabía que hacer frente a la ola
de sentimientos sin sentido que me sacudían entera cuándo ella sonreía , cuando hablaba ó
hacia cualquier cosa , porque cada cosa que ella realizaba era capaz de llevarme a un sin fin
de cosas que eran desconocidas para mí y eso me hacía sentir tan indefensa ante ella.
Cuando ella estaba cerca sentía como si todas las murallas que trataba de alzar contra esos
sentimientos estúpidos que todo el mundo quiere sentir , simplemente se desmoronaban de
un tirón . No me importaba que ella conociera a esa Lauren que me había negado a mostrar a
cualquier persona , aunque pareciera increíble , ella veía a una chica distinta a la que yo
conocía y eso me aterraba , porque sabía que todas las personas teníamos una fecha de
expiración en nuestras relaciones aunque no quisiéramos , todos al final caíamos en lo
mismo.
Dañábamos a otros siendo consciente ó no , ese era nuestro
destino final.
—¿Adivino ?, hablas con Camila — me comentó Zac mientras me
pasaba una de las últimas Fender que había sacado de la bodega , a pesar de que había sido
un día calmado en la venta del local , ya no quedaban más que tres ejemplares de la nueva
edición de las guitarras fender que habían sacado al mercado y no tendríamos hasta dentro
de un mes dónde nos iban a llegar una decena más .
Sonreí ante esa guitarra porque era una de mis favoritas ,aunque no era buena tocando algún
instrumento , tenía una leve obsesión hacia las guitarras .

Obsesión que se potenciaba con Zac quién no dudaba de hablarme todo el día sobre las
ganas que tenía de robarse cada una de las ejemplares que se encontraban a
nuestro alrededor , sin embargo , aquello era imposible así que solo saciábamos nuestra vista
mirando las mismas guitarras todos los días .
—¿Cómo sabes que hablo con ella?— pregunté enarcando la ceja mientras me recogía el
cabello en un moño improvisado porque el calor como todos los días a estas horas
comenzaba a invadir al local y que el aire acondicionado se haya dañado hace una semana no
ayudaba mucho a esa situación. Zac solo ladeó la cabeza divertido mientras yo fruncía el
ceño ante su respuesta¿ era tan obvio cuando hablaba con ella? , seguramente lo era porque
pasaba con Zac todo el día ya que además de compartir varios turnos juntos en la tienda de
música , nos veíamos en todos los ensayos , cuándo tocábamos juntos y para rematar
aquello también lo veía en el departamento de Vero , así que eso debía ser .

—Porque siempre pones esa sonrisa tonta cuándo se trata de ella — me dijo poniendo una
sonrisa sarcástica y yo rodé los ojos frente a su intento de joderme como siempre lo hacía —
Aunque tengo que aceptar que esa chica me cae mejor que Lucy —llevaba tanto tiempo sin
escuchar su nombre que sentí como cada centímetro de mi ser se estremecía aquel nombre ,
odiaba aún sentir ese tipo de reacciones por ella . Sabía que ella no merecía ni siquiera mi
recuerdo , sin embargo , no podía hacer nada contra todos los recuerdos que tenía con ella ,
ya que al final del día no había sido mi novia , había sido mi mejor amiga y la única persona
que me entendía en todos los sentidos posible . Era quién más me conocía y la única que
podía utilizar aquel amplio conocimiento en mi contra , sin embargo , no la había visto desde
la última vez que había ido al departamento de Vero para que habláramos y yo preferí no
volver a hacerlo, desde aquel día ni siquiera sabía si seguía viva ó no
—Siempre supe que esa chica era una arpía — comentó frunciendo el ceño — Ni siquiera sé
como Vero la soporta — suspiré asintiendo porque yo tampoco lo entendía
, no entendía como Lucy tenía ese efecto en las personas en dónde podía producir que todos
la amaran , no conocía a nadie que no haya caído bajo sus encantos , de hecho ni siquiera
Zac había pasado aquella prueba , ya que él también había sido un amigo cercano a Lucy
antes de que todo esto pasara .

—¿Enserio vamos a hablar sobre eso?— pregunté frustrada mientras terminaba de ocupar mi

insideofmysoul
mente en otra cosa y terminaba de hacer las últimas cuentas , Zac negó con la cabeza
afirmando que él tampoco quería meter aquel tema en nuestra conversación .
—Sabes que algún día la asesinaré por lo que te hizo ¿no?— sonreí ante su respuesta , él
siempre había sido como un hermano mayor para mí aunque fuese un idiota en todos los
sentidos , era un gran chico que cuándo quería a alguien no podía dejar a esa persona de
lado , además que había sido capaz de robarle el corazón a una chica casi inalcanzable , así
que con eso ya tenía todo mi respeto — Ojalá no te sorprendas cuándo encuentres su cuerpo
latino en medio de una bolsa negra — me dijo con una sonrisa en sus labios y yo no sabía si
seguirle la corriente ó
dejar el tema hasta ahí , me hacía sentir muy incómoda hablar de ello y creo que él lo
entendió porque no tardó en tomar otra cosa como centro de conversación —
¿Emocionada?— me preguntó finalmente y yo fruncí el ceño al no relacionar lo que me
decía—El concierto en filadelfia ¿lo olvidaste?— su voz sonaba como un reproche eterno y la
verdad es que si lo había olvidado por unos minutos . Este concierto era uno de los más
importantes que habíamos dado en los dos años que llevábamos como banda , habíamos sido
invitados como teloneros de un festival de rock que se realizaba todos años en Filadelfia .

Vero había conseguido firmar aquel contrato después de estar casi dos meses llamando a
todo el mundo para que nos abrieran aquella puerta , había sido casi un milagro y todos lo
sabíamos, este festival era uno de los más importantes que se realizaban en esta temporada
y a pesar de que no éramos una de las bandas famosas que se presentaban , ser teloneros
era un honor que muy pocas bandas que apenas eran conocidas podían disfrutar , por lo cuál
tendríamos que irnos a Filadelfia en tres semanas más por todo el fin de semana desde el
viernes hasta el lunes dónde volveríamos a Nueva York.

—Por unos minutos sí — me sinceré , ya que no podía ocultarle nada — Pero si estoy
emocionada — respondí con la sonrisa más grande que haya mostrado en el último tiempo ,
estaba más que emocionada a decir verdad y contaba los días para que ya fuera la fecha.
—Va a ser increíble , además que las chicas más sexys son las que escuchan rock — sugirió
con una sonrisa y yo rodé los ojos golpeando su hombro.
—Estás con mi mejor amiga y aún así te atreves de hablar de otras chicas — volví a golpear
su hombro — Parece que quieres morir — respondí riendo y él también rió por aquello , sabía
que él jamás le sería infiel a Vero , no porque confiara en él sino por el simple hecho que Zac
tenía más que asegurado de que si se atreviera a hacer eso perdería todo en su vida , ya qu
ella nunca le perdonaría que cometiera un error de ese tipo.
—¿Invitaste a Camila ?— esa pregunta me llegó desprevenida y no supe que decir a eso , la
verdad es que no lo había hecho . Camila y yo éramos amigas nada más que eso y no había
necesidad de que yo la llevara a todas partes , ella también tenía una vida así que no me
pareció necesario invitarla al concierto , sin embargo , ahora que Zac lo mencionaba me hizo
dudar un poco de no haberle dicho
—Ya sabes como es tu novia — tragué saliva al escuchar esa denominación , ella y yo jamás
llegaríamos a eso , éramos demasiado distintas como para poder llevar una relación más allá
de la que teníamos en este momento . Pero a pesar de todo esa palabra resonó en mi cabeza
un par de veces , ella me hacía sentir distintas pero no había sentido lo mismo cuándo estuve
con Lucy , ella era distinta a lo que haya sentido antes así que la palabra novia no podía ser
aplicada. Tal vez solo éramos dos personas que habían sido dañadas casi en el mismo
instante y eso nos unía en algo
más que amistad , porque las amigas no se besaban entre sí , eso era lo único en lo que
estaba segura , pero todos los otros sentimientos que sentía hacia esa castaña eran solo un
mar turbulento que no deseba ser descubierto ante mis ojos . No podía negarme a que tenía
miedo de que mis suposiciones fueran ciertas y que realmente sintiera algo más por Camila ,
creo que no podría con ello porque ella no quería una relación y yo tampoco .
—No es mi novia — respondí algo enojada por la forma en que lo había dicho , pero estaba
más enojada conmigo mismo por no saber diferenciar las cosas, por no tener respuestas a las
preguntas que a veces me quitaban el sueño — Y no se lo he dicho , creo que debe tener
insideofmysoul
cosas mejores que hacer —dije tratando de evadir el tema y Zac solo me miró retraído sin
comprender lo que le estaba diciendo.
—¿Hablas enserio?— me preguntó enarcando la ceja y pasando su mano por su cabello
castaño — No piensas en otra cosa que no sea ella , Lauren — dijo casi gritando para que le
prestara atención —Nunca te he visto emocionarte por algo que no fuera la banda , aún antes
de saber que Lucy te traicionaba no eras feliz , ahora puedo afirmar que lo eres y sé que solo
es por esa chica — él chasqueó la lengua algo enojado por mi negatividad a aceptar lo de
Camila —Es una linda chica en todos los sentidos y espero que no te des cuenta de eso
cuándo ya sea muy tarde
—suspiró mientras veía como un cliente nuevo entraba a la tienda y me dejaba a solas en el
mostrador tratando de organizar mis pensamientos, no obstante , por suerte ó mala obra del
destino otro cliente entró para dejar que mis ideas no tomaran protagonismo y solo me
concentrara en el trabajo como se suponía que debía hacer desde un principio.
Era una chica que llevaba un traje de esos que utilizaba todo el día Vero en su trabajo , debía
ser una empresaria ó algo que se le pareciese . El traje de color azul oscuro resaltaba las
curvas presente en la chica y las gafas negras que llevaba puestas demostraban ser más
caras que toda la tienda junta , sin embargo , no le di importancia a ello y salí del mostrador
tratando de seguir mi trabajo con naturalidad . Aquella chica se me hacía tan familiar que a la
vez no estaba segura de quién se trataba , no obstante cuándo me acerqué lo suficiente a
ella y a su pose segura mirando hacia una de las baterías , me arrepentí totalmente de aquel
acercamiento y quise irme de aquel lugar en ese mismo instante.

Sin embargo , ya era muy tarde para ello.


—¿Puedo ayudarle en algo?— pregunté tragando todas las palabras que realmente quería
ocupar en aquel momento pero no podía hacerlo , la chica se dio vuelta casi
instántaneamente y no tardó en quitarse los lentes para que yo pudiera reconocer esos ojos
castaños que tanto conocía y que no deseaba toparme si es que era posible en mil años más ,
apreté mis puños tratando de contener la rabia que me invadió de un momento a otro , la
cuál fue potenciada cuando su voz se escuchó en medio del silencio que nos había invadido .
—Lauren —Se limitó a decir con una sonrisa de la cuál yo no
entendía la razón que existiese, yo no estaba feliz de verla , lo último que quería era ver a
Taylor en dónde yo trabajaba — Llevamos mucho tiempo sin vernos — dijo sin más mientras
me abrazaba como si extrañara realmente no verme , sus movimientos fueron tan rápido que
no pude reaccionar a aquello y me limité a sentir como sus brazos me envolvían de una
forma incómoda , porque a diferencia de ella a mi no me parecía estar viviendo un gran
momento , se suponía que las hermanas debían emocionarse pero yo no tenía aquello .
Taylor no era mi hermana era solo una chica que al igual que Chris compartíamos la misma
sangre pero no había nada más que nos uniéramos .
Ni siquiera los recuerdos que tenía de antes de que ella se fuera a la universidad eran
suficientes para darle aquella asignación familiar , nunca nos llevamos bien ó al menos nunca
hubo una relación cercana . Éramos distintas en todos los sentidos y luego de todo lo que
sucedió en mi vida , la verdad es que no tenía ningún tipo de conexión con aquella castaña y
sabía que ella tampoco los tenía conmigo , entonces ¿por qué era capaz de montar este
teatro inservible?.
—Demasiado diría yo — respondí a secas mientras me alejaba de sus brazos y la miraba sin
entender lo que estaba sucediendo —¿Qué quieres Taylor?— mi voz se transformó
rápidamente en algo sin emociones de ningún tipo , porque no quería saber nada de ella.
No obstante , Taylor me miró contrariada como si no hubiera esperado aquella respuesta de
mi parte, lo cuál me pareció extraño porque ¿Qué más podría esperar de alguien a quién dejó
a su suerte ? , podía perdonar a las personas pero lamentablemente eso no estaba en mis
planes , porque nadie a quién debería considerar familia podía tener aquel tipo de redención .

—Hay algún problema con que visite a mi hermana — "hermana" esa palabra resonó una y
otra vez en mí tratando de adquirir algún significado , pero yo no sabía que significase algo
más que compartir los mismos genes y tener padres en común . Esa palabra nunca había
insideofmysoul
significado algo más que eso.
—Supongo que no — suspiré tratando de controlarme — Pero yo no veo a tu hermana por
aquí —comenté sin sentir nada , porque las palabras se salían solas de mi boca sin tener
algún tipo de importancia en mí , sin embargo , si lo tenían en ella porque me miraba
decepcionada como si hubiera dicho algo que ella no esperaba . Tal vez no había calculado
esa escena en la obra de teatro que quería imaginar que podía montar cuándo me viera de
nuevo , porque llevábamos casi seis años sin vernos y apenas habíamos intercambiado algún
tipo de palabra durante toda nuestra vida .

Yo sólo sabía que había estudiado financias ó algo así había escuchado de Chris la última vez
que lo vi en una cena de navidad , pero no tenía ni la más mínima idea de dónde vivía ó con
quién lo hacía . Para mi , ella no era más que una desconocida y si no hubiera sido por su
abrazo y que tratara de parecer que
fuéramos familia , sinceramente no hubiera sido muy distinto a tratar con cualquier otro
cliente.

—No quiero discutir , Lauren — fue la respuesta que obtuve y aunque no me hubiera
imaginado que ella iba a aparecer de nuevo en mi vida, supe que me diría eso en cualquier
momento porque para ella yo no era más que una chica que causaba problemas hasta solo
con respirar . Siempre había sido así , para Taylor y Chris siempre había sido "Lauren la
problemática" , la que siempre se equivocaba , la que no había estudiado nada y había
preferido irse con su mejor amiga y hacer una banda .

Y así podía seguir enumerando todos los detalles de mi vida que ellos siempre habían
criticado , para ellos no era nada más que la chica que buscan cuándo tienen algún problema
de tipo familiar ó cuándo desean algo de mí .
—Yo no quiero verte — dije con una sonrisa sarcástica — Pero tengo que hacerlo porque eres
un cliente , a menos que desees salir de aquí y terminar esta conversación — le sugerí
cruzándome de brazos y ella frunció el ceño algo enojada dejando ver aquellas líneas que se
le marcaban en la frente desde que la conocía cada vez que se enojaba.
—Vine por mamá — sentenció finalmente como si le hubiera dolido decir eso y yo solo rodé
los ojos aburrida tratando de no escucharla , ese era el único tema que nos unía desde hace
un par de meses pero ni siquiera yo deseaba estar unida a eso . Yo había dejado en claro que
no había nada más que hacer y que ayudaría en cualquier cosa que no tuviera una relación
directa con Clara , ya la había ayudado lo suficiente durante toda mi vida así que ya era
tiempo que ellos pudiesen hacerse cargo de eso , sin embargo , eso era una utopía porque
aún seguían llamándome solo para hablar del tema y esto había llegado a su extremo
teniendo a Taylor a solo unos metros de mí—Está muy mal , Lauren — No sabía si reír ó no
por aquello , eso era muy comun en Clara , ella siempre estaba "muy mal" , pero nunca le
pasaba nada más allá que tener unos cuántos episodios de abstinencia para luego volver a lo
mismo . Me sabía de memoria aquel guión y ya estaba cansada de actuar como algún
personaje de aquella obra , ¿era mucho pedir ya no tener que verlos más? , al parecer sí
porque el destino se encargaba siempre de atraerlos a mi vida
—Y creo que deberías ponerte en su lugar y pensar como su hija — volví a cerrar mis puños
controlando toda la furia que tenía por dentro .
Su hija .
Eso era lo que se suponía que había hecho toda mi vida , había tratado de ser su hija , me
había preocupado de ella tantas veces que era estúpido volver a recordarlas . Había sufrido
tanto en sus manos y aún así ella podía decir que me comportase como si fuera su hija
cuándo ella no estuvo ni un momento con ella . Cuándo ella no tuvo que quedarse despierta
tantos fines de semanas enteros tratando de que Clara no acabara con su vida ó que llegara
al menos a casa .
Ella nunca tuvo que vivir nada de eso , ella tuvo una vida normal al igual que Chris . Solo yo
fui afectada de esa forma por solo tener la mala suerte de haber sido la menor . Si hubiera

insideofmysoul
nacido antes mi vida no estaría tan jodida como lo estaba en este preciso momento .
Cerré los ojos ante las posibilidade de haber sido como Taylor y Chris de haber sido capaz de
dejar todo sin ningún tipo de culpa ó arrepentimiento por ello . Sí , mi vida hubiera sido cien
veces más fácil pero a pesar de eso , el pasado no se podía reconstruir y solo quedaba
construir un futuro , el cuál estaba solo a disposición mía y yo podía elegir quién entraba o
quién salía de él.
—Tienes razón — fue mi respuesta y ella sonrío victoriosa como si hubiera alcanzado algo que
se había propuesto desde que entró por aquella puerta — No soy su hija — suspiré ante ello
— Por lo cuál no tengo ninguna razón por la cuál hablar contigo — Taylor comenzó a decir
algo pero mis lágrimas impidieron escuchar eso y la dejé hablando sola porque yo fui por mis
cosas , necesitaba salir de aquel lugar en ese mismo instante y no me importaba ser
despedida por ello . Salí del local con mi bolso en las manos , sabía que buscaba con una
necesidad que había sentido antes el único confidente que tenía en aquel momento así que
comencé a buscar la cajetilla que siempre dejaba en el fondo de mi bolso por si me apetecía .
Llevaba un par de semanas sin sentir aquella sensación tan placentera de tener uno entre mis
labios , sin embargo , ahora lo deseaba más que nunca.
Seguí rebuscando entre mis cosas lo que mi cuerpo me pedía a gritos , no obstante , solo me
encontré con mi celular y como vibraba ante un mensaje nuevo de Camila . Suspiré ante ello
no tenía ganas de hablar con nadie pero eso no me detuvo a ver de que se trataba .
—¿Estás?— me preguntó en un simple mensaje y yo reprimí mis lágrimas pensando si debía
contestarle ó no , finalmente decidí hacerlo con un simple sí.

Su respuesta no tardó en aparecer.


—Estaba pensando que podríamos ir a comer pizza y luego a mi departamento ¿qué dices?—
leí varias veces el mensaje pensando si era conveniente decirle que sí ó si era más fácil ir al
departamento de Vero y derrumbarme en mi cama .

en mi bolso.
—Me encantaría — fue mi única respuesta y volví a poner el celular

No sabía que sentía por Camila , pero de algo estaba segura es que
por alguna razón ella podía hacerme sentir de una manera que no conocía.
El mar turbulento y otros problemas parte 2 Los Angeles , 1947
Camila

No podía dejar de admirar como aquel vestido azul rey se ceñía a la perfección en el cuerpo
de la pelinegra , no sé cuánto tiempo llevaba tratando de ocultar las miles de miradas
perdidas que le había dedicado mientras Claire trataba de hablarme de algo que no estaba
prestándole atención ni en lo más mínimo ,porque mi vista estaba completamente obstruida
por la vista de una hermosa pelinegra de ojos verdes .
Suspiré ante aquello , jamás me había sucedido algo parecido con nadie y menos con una
chica, no obstante , sabía en mi interior que la respuesta era tan fácil como el hecho de que
nadie que haya conocido anteriormente era Lauren.
Sus ojos verdes se estaban comenzando a hacer algo recurrente a mi vista , ya no podía
evitar perderme entre aquel mar esmeralda que siempre expresaban con una sonrisa a una
chica demasiado hermosa y distinta a lo que estaba acostumbrada.

—Camila —me gritó Claire produciendo que todos mis sentidos volvieran a la realidad y se
pusieran en alerta —Gracias por ayudarme —respondió sarcástica y yo fruncí el ceño al no
entender lo que me estaba diciendo hasta que me mostró el guión —Dijiste que me ayudarías
con mis líneas , es la sexta vez que hago esta escena ¿lo olvidas?— asentí porque se suponía
que eso era lo que tenía que hacer pero realmente había olvidado de que escena hablaba ,
ella suspiró cansada mientras caminaba de un lado a otro leyendo las líneas que

insideofmysoul
supuestamente tenía que aprenderse y ahí fue cuando pude despegar la vista de Lauren y
volver a incorporarme con la escena que Claire tanto quería.
—Lo siento , ando un poco distraída — reí por dentro al pensar en un poco , estaba
totalmente distraída y me estaba volviendo loca por una chica , había enloquecido de verdad
y lo peor es que estaba segura que no había cura para ello —Es la escena después de la pelea
¿Cierto?— pregunté tratando de no demostrar el hecho de que no recordaba lo que me había
dicho durante los últimos cinco minutos , Claire asintió y me pasó el guión para que
practicara con ella , aunque no era necesario porque yo ya me sabía el diálodo , de hecho

—John está cabreado conmigo porque le he hecho repetir seis veces la misma escena —
suspiró cansada y yo le di la razón a ello , él estaba muy enojado por eso , ya que refería
aquella falta de profesionalidad de parte de Claire porque anduvo en las nubes durante los
últimos tres días por la cita que tenía —Así que si no me ayudas , me asesinará Camila — reí
por aquella opción , él no lo iba a hacer , de
hecho ni siquiera sería capaz de despedirla , la quería mucho como para hacer eso y confiaba
que solo era un trance que le pasaba a todos los actores , no obstante , aquello no signifcaba
que él no la regañara una y otra vez por lo mismo .
—Bien , comencemos dónde quedamos ayer —sugerí mientras intentaba recordar la parte de
mi diálogo —Tú comienzas —ella asintió y se aclaro la garganta antes de comenzar a decir su
parte.
—Las estrellas seguramente le rinden pleitesía mi lady , porque su hermosura ha sido
desdibujada desde las manos eternas de Afrodita , su piel ha sido hecha de miel y rosas
porque en ella cualquiera puede sentirse perdida , mientras que sus ojos , si sus ojos son la
razón por la cuál mi mirada ha dejado de buscar el cielo como refugio , porque ¿para que se
desea el cielo si aquí en la Tierra tengo algo mejor?—los ojos azules de Claire me miraban
con una intensidad que la escena necesitaba pero yo no podía verla de la misma manera , se
me hacía difícil verla como una chica enamorada a mi mejor amiga , no obstante , ya llevaba
mucho tiempo actuando películas de amor por lo que era fácil fingir en aquella escena. Claire
no tardó en poner sus manos sobre las mías y con una sonrisa seguía mirándome de esa
forma tan única que ella tenía , esta vez me sentí un poco intimidada por ello , sin embargo ,
dejé todo eso atrás y me concentré en lo que seguía del diálogo.

—Siento que mis sentimientos no puedan serle correspondido —suspiré ante aquella frase—
Mi corazón no puede ofrecerle aquel sustento que tanto anhela,esto no es correcto—refuté
con el dolor que debía poner en la escena , pero no sé si estaba entrando demasiado en el
personaje ó realmente sentía el dolor del amor que no podía ser correspondido porque se
trataba de otra chica , Claire no dijo nada por unos segundos ,sin embargo, su rostro podía
adquirir todos los matices posibles para esta escena . Su rostro marcaba una ligera tristeza ,
decepción y a la vez aceptación de que tenía razón .

—¿Por qué dos personas que se aman de esta manera deben ser castigados por la crueldad
del destino?—las manos de Claire buscaron mis mejillas mientras yo bajaba la mirada ante su
reacción —Dígame como puedo romper aquella maldición eterna a la cuál me ha condenado
desde que su mirada se apoderó de todo mi ser —Claire suspiró mientras quitaba
suavemente sus manos de mis mejillas y volvía a ubicarlas entre mis manos —Deme la
receta para no sentir esto que se apodera de mí cada vez que está presente, respóndame que
le digo a este corazón que se desvive por ver su sonrisa y que no puede dormir en paz desde
que sus—Claire se acercó más a mí y sabía que venía después de aquella palabrería cursi , era
el beso que se suponía debíamos tener , pero que en ninguna escena había sido practicado
porque Claire se había equivocado en sus líneas antes de que llegáramos a este punto las seis
veces que habíamos tratado de grabarlas . Las manos de Claire se mezclaban en un vaivén
de sentimientos y no tardaron en alzar mi rostro para deslumbrarme nuevamente con sus
ojos azules , no era tan difícil perderse con ella y
un pequeño escalofrío invadió todo mi ser , sabía que solo era una actuación , que era parte

insideofmysoul
de los cientos de besos que había dado en mi vida en el trabajo , sin embargo , eso no le
restaba toda la potencia que era tener un beso de su parte aunque solo sea actuado.
—Bien hecho —sugerí alejándome un poco de la poca distancia que nos separaba , Claire
volvió a su estado normal y solo ladeó la cabeza riendo — Al fin pudiste aprendértelo —ella
asintió sonriendo .
—Nerviosa Cabello —respondió entre risas y yo solo rodé los ojos tratando de no darle la
razón , pero ella había producido más cosas en mí que unos simples nervios — No te iba a
besar cariño , creo que me basta con quitarte tu lado hetero en la película , fuera de ella es
solo raro — "raro" esa era la palabra que mejor se adecuaba a todo lo que me sucedía
ultimámente y sin ninguna explicación aparentemente consciente — Sin embargo , creo que
has estado más ocupada viendo con quién compartir tus labios —enarcó la ceja
acusadoramente y yo la vi sin entender a que se estaba refiriendo hasta que recordé que los
últimos minutos mi vista había estado centrada en Lauren y Claire era la persona más
observadora del mundo.

—¿De qué hablas?—pregunté con dificultad , no obstante , sabía que aquella inseguridad solo
se mostró ante mí . Claire rió y se dio vuelta para señalarme algo.

—No soy tonta , he visto como toda la tarde te le has quedado viendo a Sam —suspiré
tranquila ante su respuesta , la verdad no tenía ni idea quién era Sam , pero decidí seguirle la
corriente porque todo era mejor que tener la mirada acusadora de aquella rubia si se
enteraba que en realidad estaba viendo a su amiga
—No es por nada , pero estás perdiendo tu gusto que admiraba , es un idiota—no dije nada
ante aquel comentario , tan sólo si ella supiera , aunque sinceramente había pensado muchas
veces hablar con Claire sobre eso , sobre lo rara que me sentía con Lauren y el hecho de que
estaba llamando mucho mi atención , no obstante , siempre me frenaba aquella idea de que a
pesar de todo no estaba segura de que podía decirle a alguien eso , aunque fuese la chica
rubia que no le importaba besarse con la chica que se le presentase , tenía miedo de la crítica
que me daría si le comentaba que sentía ese tipo de cosas hacia Lauren.

—Pero es guapo —sugerí sin ni siquiera saber de quién se trataba y ella me miró como si la
hubiera ofendido .

—Que asco Camila —dijo finalmente mostrándose asqueada y yo solo reí por su reacción
—Me lo dice la chica que ha besado a cientos de chica porque sí—una sonrisa triunfadora se
apoderó de sus labios y conocía tan bien a Claire que ella podía sentirse orgullosa de eso , yo
también lo sentía hace poco para llenar aquel vacío , pero hace un par de semanas ya no me
llamaba la atención jugar con los chicos de esa forma , realmente no estaba interesada en
besar a nadie en este momento y como nunca había tenido un mes tranquilo y pacífico sin
meterme en los problemas constantes a los cuales estaba acostumbrada.

—Nunca dije que tuviera un gusto exigente —se defendió mientras yo rordaba los ojos por lo
orgullosa que eran sus respuestas — A veces un poco de diversión no está nada mal—
definitivamente Claire era un peligro andante si se trataba de tener "un poco de diversión".

—¿Qué tal tu cita?—pregunté tratando de cambiar el tema incómodo al cuál habíamos llegado
, la ojiazul no dijo nada pero pude ver su sonrisa , era de esas que siempre ponía cuándo
algo salía mejor de lo que ella esperaba y eso me hizo sentir bien , porque Claire necesitaba
eso en su vida , un poco de paz y amor que el tiempo se había encargado de no ofrecerle .

—Estuvo bien — se limitó a decir mientras se encogía de hombros— bastante bien para ser

insideofmysoul
sincera —conocía esa expresión así que la miré contrariada solo para que me asegurara lo
que yo estaba pensando con bastante bien , ella volvió a reír y asintió afirmando lo que yo
pensaba.

—No me digas que—No pude ni terminar la frase porque Claire se


me adelantó

—Ya había pasado con ella , fue algo que se dio —respondió con toda la normalidad del
mundo para restarle importancia pero su rostro me decía todo lo contrario , a ella le había
gustado salir con esa chica y no lo quería aceptar.

—Claire , estás loca


—Sí bastante debo aceptarlo —reí ante su respuesta —pero ella es muy linda y es distinta—
"distinta" jamás había escuchado esa calificación de su parte y la vi extrañda , ella nunca
llevaba los adjetivos más allá de que era muy "linda" ó que era muy buena en ciertas cosas ,
jamás había escuchado la palabra distinta en su vocabulario y aquello me dejó atónita.

—¿De qué forma?—pregunté con curiosidad

—No sé—suspiro tratando de que sus ideas volvieran a tener sentido—no te ha pasado que
ves a alguien y no sabes ni siquiera porque te atrae y
cuando lo tienes cerca ni siquiera te atrae sino que enseguida sientes que te hace sentir
totalmente distinta y no te encuentras en ninguna parte cuándo estás con esa persona—no
necesitaba explicación a ello porque era exactamente lo que me pasaba con aquella pelinegra
, me sentía extraña frente a su presencia y no entendía la razón por la cuál producía una
atracción tan fuerte y de una forma que jamás había visto .
Era guapa sí , pero era una chica , a pesar de todo solo era una chica y no era normal aquello
, las chicas no salen con chicas excepto Claire. Y a mi no me gustaban las chicas eso era
seguro , a mi me llamaba la atención Lauren que era totalmente distinto a pensar que podría
gustarme . Tal vez era el simple hecho de que nunca había conocido a nadie como ella y me
llamaba mucho la atención su forma tranquila de ver la vida , me gustaba que no fuera parte
del medio al cuál había vivido toda mi vida y odiaba . Me gustaba como su sonrisa podía
alegrarme sin desearlo y como siempre sabía que decir , era una madre increíble y no dejaba
que nadie le hiciera daño.

Tenía cientos de características a resaltar que no dejaban de sorprenderme , pero era solo
eso , era una línea fina entre la admiración que yo delimitaba a la perfección porque ella no
me gustaba , me gustaban las cosas que provenían de ella.

—No la verdad no—respondí sin más y ella frunció el ceño frente a


mi respuesta.

—Bueno cuándo lo sientas , me hablas—fue lo único que dijo mientras se cruzaba de brazos,
sabía que ella no podía entender lo que pasaba por mis pensamientos , porque realmente yo
tampoco lo entendía del todo.

—¿Sientes eso por ella?—pregunté suspirando estaba tan animada de que ella pudiera sentir
ese tipo de amor por otra persona , me gustaba pensar que ella podía ser feliz porque se lo
merecía después de todo lo que había pasado . No conocía a nadie que no se mereciera tener
una vida colmada de felicidad como Claire.

—Puede ser—una sonrisa verdadera salió de mí al creer en esa


posibilidad .

insideofmysoul
—¿Estás enamorándote?—ella apartó la mirada con una sonrisa tímida como la de los niños
pequeños cuándo no saben explicar algo.

—No puedes enamorarte tan rápido , no existen esos flechazos de cúpido que te hace
enamorarte a la primera , pero si siento algo más allá que atracción —Yo también era atea a
esos amores a primera vista que todo el mundo intentaba creer , sin embargo , sabía que a
veces habían conexiones que te unían a alguien y que no podías explicar , conexiones que
eran capaces de mover todo lo que
tú conocías de vida.

—¿Qué opina john de todo esto?


—Que es una locura —respondió incómoda— que debo pensarlo mejor y que ni me atreva a
hacerle daño a la chica —me mostré un poco confusa ante la actitud que él siempre tomaba
frente a Claire , sabía que era porque su estado sobreprotector con ella y que no debía ser
cómodo ver a la chica de tu hermana saliendo con otras personas , pero él tenía que dejar
que ella viviera su vida como le viniera en gana.

—Te tiene mucha confianza—sugerí con desdén y Claire solo ladeó


la cabeza

—No , lo dice porque me quiere —dijo segura y yo no entendí que tenía que ver eso con
querer— Es distinto salir con chicos que atreverte a salir con las personas indicadas , no es
como si pueda salir a la calle con ella de la mano ni tampoco pueda besarla cuando me venga
en gana , todo se vuelve más difícil y tienes que saber cuándo actuar y cuándo no—un
lánguido suspiro se impregnó de nosotras por unos segundos —John sabe que nada de esto
es fácil para ninguna de las dos partes y prefiere que me vea alejada de ello , pero a veces
alejarte no es la mejor solución a un corazón roto , a veces es mejor volver a ofrecer tu
corazón que no sentir nuevamente como se siente ser amado , él no entiende que prefiero
jugar todas mis cartas y perder en el acto que acumularlas y nunca utilizarlas por miedo a no
ganar .

—¿Cómo lo hacías con ella?—pregunté tratando de que mis palabras no le afectaran del todo
pero ella ya parecía estar acostumbrada a ese tipo de preguntas porque no dijo nada .

—La conocía casi de toda la vida así que era algo natural , Camille y yo éramos almas
gemelas y ni siquiera pasé por el trance de enamorarme ó no saber lo que sentía , porque
siempre supe que ella era la indicada —eso sonaba tan lindo que por un segundo sentí el
dolor que debía sentir Claire todos los días por no estar con ella , debía ser muy difícil seguir
con vida luego de perder a todo lo que le daba sentido , era una lástima que las mejores
personas tengan que pasar por esas pruebas del destino y que personas como yo que
habíamos destruido más corazones que reconstruido , simplemente no vivíamos esas cosas.

—¿Siempre lo supiste?
—Desde que nos conocimos —aseguró — creo que todas las personas merecemos vivir el
amor , el problema está en que no todas somos así de
afortunadas , no todos nacemos para encajar con alguién , solo unos pocos podemos vivir
aquello de que sabes desde el principio que esa persona va a ser especial en tu vida —sabía
que ella se estaba dejando llevar por aquel recuerdo porque sus ojos no reflejaban nada más
que la felicidad pura de un alma enamorada —Cuando la vi por primera vez a los nueve años
supe que ella estaría por siempre en mi vida fue como una señal cuándo vi su sonrisa y sé

insideofmysoul
que ella sintió lo mismo cuándo me vio —traté de imaginar cada una de las palabras que ella
me estaba contando, debió ser algo mágico conocer a la persona indicada desde siempre ,
conocer todos sus puntos de inflexión y con todas las virtudes y desventajas que el tiempo
interponía entre las personas — lamentablemente que seas afortunado de encontrarla no está
ligado con el hecho de que puedas disfrutar esa felicidad por siempre, porque la vida sigue y
cualquier cosa puede pasar porque eso es la vida , un mar de posibilidades — su mirada fija
en mí me hizo notar en la fuerza que estaba buscando para contarme lo que su corazón
sentía—No obstante , también soy creyente de que algún día nuestras almas volverán a
juntarse , tal vez no en esta vida ni en la siguiente , pero dos almas destinadas a ser no se
pueden quedar en la adversidad sin haber sentido el cálido ofrecimiento de una vida eterna
juntas .

—¿Qué pasa si eso no pasa?—ella sonrío ante mi falta de creencia


en eso.

—De eso va la fe , no necesitas de otra opción porque sabes en tu interior que pasará y eso
es más que suficiente —finalizó.

Suspiré cansada ante el largo día de trabajo que había tenido en el set , John había decidido
que la escena del beso la dejaríamos para el final , porque no confiaba que Claire tuviera en
este momento la cabeza para meterse en el personaje cosa en lo cuál yo estaba
completamente en desacuerdo porque sabía que ella estaba lista , sin embargo , al final de
todo él era quién daba las reglas y nos tocaba acatarlas .

Como no realizamos esa escena , terminamos un poco antes de lo normal , apenas eran las
seis cuando ya estaba cambiada de ropa y sin todo el maquillaje de la película . Era extraño
pero cada vez que entraba en el set era como si fuera una Camila totalmente distinta a la que
salía todas las noches después de trabajar, amaba actuar , me había acostumbrado a que eso
era lo único en mi vida que podía llegar a realizar con la perfección que se necesitaba , no
obstante, siempre me veía indefensa cuándo salía de aquel lugar y ya no tenía que actuar
más , tenía que ser yo misma y no estar en la caracterización de algún personaje de película ,
realmente me sentía incompleta cada vez que terminaba al día y llegaba a mi casa a darme
una ducha y ver si tenía que salir a algún lado ó no . A veces me quedaba
largas horas viendo como el cielo tomaba aquel tono tan negro y las estrellas comenzaban a
instaurarse en él como todas las noches , me gustaba verlas porque me hacía recordar de
que a pesar de todo , ellas siempre estarían ahí , inmóviles y mostrándose resplandecientes
como si fuera un pequeño suspiro de esperanza de que algo podía ser para siempre.
Tomé las llaves de mi auto y me recogí el cabello antes de salir al estacionamiento , hoy no
tenía nada planeado ya que Claire había preferido irse temprano y dormir hasta el día
siguiente si era posible , me había acostumbrado tanto a la compañía de la rubia que ya no
me llamaba la atención ir a alguna parte si ella no estaba .Tener a Claire a mi lado me hacía
sentir un poco menos rara entre medio de todas las personas y me daba la confianza de
poder hablar de lo que fuese con ella y mostrarme como realmente era.

Al salir me di cuenta de que el sol ya se estaba poniendo y el aire fresco que ofrecía Los
Angeles a estar hora una sensación única que me hizo sacar una sonrisa hasta que me fijé
como una pelinegra caminaba con paso seguro hasta el paradero , seguía viéndose increíble a
pesar de que ella también se había quitado todo el vestuario y ahora solo tenía puesto una
simple blusa blanca con una falda azul que le llegaba un poco más abajo de las rodillas .
—Lauren —le grité para que se diera vuelta , ella lo hizo sin ser capaz de distinguir de dónde
preovenía y cuando se dio cuenta de que me estaba acercando a ella , sonrío produciendo
una sensasión tan plancentera en mí que no dudé en acercarme , no la había visto en toda la
tarde después de quedarme embobada mientras cantaba , había estado tan ocupada

insideofmysoul
actuando que la había olvidado que trabajábamos en el mismo lugar —¿Dónde vas?— le
pregunté sonriendo y ella

—A casa —respondió como si fuera lo más obvio del mundo —No te he visto hoy , ¿qué tal tu
día?—me sonrojé al escuchar eso , porque yo si lo había hecho —Espero que te haya ido bien
—Fue un buen día —confesé con una sonrisa —¿te llevo?—Ella me miró atónita como sino se
lo esperara , yo tampoco me lo esperaba pero cualquier cosa era mejor que el panorama
inexistente que tendría al llegar a casa .

—No es necesario , no quisiera molestarte—dijo con cierta desconfianza y yo suspiré ante esa
respuesta , Lauren era experta en ser cortante de una forma que solo ella podía ser.

—No lo haces en lo absoluto , no tengo ninguna cita previa—ella seguía desconfiada ante la
idea .

—Enserio no quiero molestarte camz —sonreí al escuchar eso , Noe


solía decirme así cada vez que me veía , pero escucharle aquel apodo a Lauren me parecía lo
más tierno que había visto en mucho tiempo —Lo siento , Noe pasa hablando de ti casi todo
el día y se me ha quedado grabada esa palabra —respondió arrepentida , pero yo no le
encontraba nada de malo a ello, de hecho producía en mí todo lo contrario , me gustaba que
lo dijera aunque fuera la primera vez que lo hacía.

—Me gusta , suena demasiado tierno — contesté y ella se sonrojó—Entonces ¿te llevo?
—Camila , no tienes que hacer esto

—¿Qué cosa?—pregunté sin entender a que iba su afirmación.

—Ser amigas —suspiró — entiendo que no seamos nada más que conocidas en el trabajo y
está bien.
—¿Por qué siempre eres tan cortante? —respondí algo molesta por su respuesta — enserio
me gustaría ser tu amiga Lauren —me sentí una tonta después de pronunciar aquello , jamás
había rogado por la amistad de nadie , nunca tuve que hacerlo porque nadie se negaba a
estar conmigo y muchos desearían tener un poco menos de lo que yo le estaba ofreciendo a
la pelinegra , pero ella no se inmutaba en nada y me dejaba en claro lo que ella pensaba
sobre todo.

—¿Por qué ?—volvió a repetir la pregunta confundida—somos muy distintas Camila—fue la


excusa que tomó para ello y yo fruncí el ceño , porque era la peor respuesta que había tenido
frente a una de mis preguntas.

—No has escuchado que los opuestos se atraen—ella sonrió por mi respuesta y yo ya me
estaba cansando de intentar al menos que me hablara
—Enserio me gustaría conocerte , pareces una chica muy linda—Lauren no dijo nada pero me
miraba con sus ojos verdes de una forma incomprensible como sino supiera que decir frente a
eso hasta que estiró su mano en forma de saludo.

—Bien, es un gusto conocerte Camila—estrechó su mano con la mía y ambas sonreímos , era
un paso a mi favor , al fin podía tener una conversación normal con ella.

—El gusto es mío , Lauren

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—Y gracias , a mi también me encantaría —no sé porque , pero cada vez que ella hablaba con
tanta inocencia me daba unas ganas de abrazarla , ella era fantástica —por cierto , me
encanta como actúas tengo que aceptar que me sacaste varias lágrimas hace unos días —no
me esperaba aquel comentario de su
parte y mi sonrisa se hizo más grande aún al solo escuchar ese halago . Estaba
acostumbrada a que todo el mundo me llenara de cumplidos , pero ninguno había sido tan
sincero y tan potente como el de ella.

—¿Enserio?—pregunté sin creerlo y ella asintió de la misma forma


que Noe lo hacía.

—Sí , actúas muy bien , es como si fueras otra chica no sé es algo que no puedo explicar
—Yo tampoco puedo —afirmé sintiendo como mis mejillas se quemaban por la simple
sensación de estar hablando con ella — supongo que por eso no decido irme de este mundo ,
me gusta actuar supongo que a ti también te gusta cantar.
—Sí , pero mis opciones tampoco son tan amplias —la miré confusa frente a su respuesta,
ella no dijo nada pero sus ojos verdes decían más de lo que sus palabras podían decir , había
cierta resignación en el brillo de sus ojos que me hizo sentir mal de alguna forma.

—¿A qué te refieres?


—A que trabajo en esto porque la paga es muy buena y aunque me gusta , soy consciente
que más importante es el dinero que puedo llevar a casa
—respondió calmadamente y me sentí una tonta al preguntarle ese tipo de cosas , ella tenía
razón y nuestras vidas no tenían ningún punto de semejanza . Mientras que yo tenía el dinero
suficiente como para vivir muy bien durante toda mi vida y aún así no lo podría gastar todo ,
ella se esforzaba todos los días para mantenerse y cuidar a su hija . Éramos como dos polos
totalmente distantes.

—Lo siento—susurré y ella negó con una sonrisa.

—No te preocupes , no es algo que yo no sepa —confesó —pero agradezco tener suerte y
estar trabajando en algo que me gusta—sus ojos adquirieron con rapidez una nueva tonalidad
dónde el agradicimiento era su actor principal , jamás me había puesto en ese lugar , nunca
había siquiera querido pensar en como sería no tener la oportunidad de elegir en que trabajar
sino que hacerlo por obligación.

—¿Cómo está Noe?—pregunté cambiando de tema y comenzando a caminar hacia mi auto


mientras Lauren seguía caminando a mi lado con su típica sonrisa.

—Muy bien gracias —respondió muy feliz— En un par de semanas termina el año escolar y va
a ser una obra por el colegio ó algo así , anda muy
animada—sonreí ante la idea de la emoción de la pequeña rubia , tenía que confesar que
extrañaba verla y que Lauren debía traerla más seguido al set , porque era una niña adorable
y demasiado inteligente al igual que su madre.

—Eso suena muy bien , ¿De qué va a actuar?—pregunté con curiosidad mientras posaba las
llaves de mi auto para sacarle el seguro , al hacer esto abrí la puerta y Lauren se sentó como
copiloto.

—De Mary Todd Lincoln—conocía las obras infantiles del colegio , aunque mi educación había
sido en casa para que tuviera tiempo para dedicarme a la actuación y para que coincidiera

insideofmysoul
con mi apretada agenda que siempre he tenido , había sido partícipe de fomentar en muchos
colegios el poder de la actuación y me habían invitado cientos de veces a presenciar como los
niños de la edad de Noe representaban obras que tenían que ver con historia , era adorable y
algunos niños lo hacían realmente bien como si llevaran mucho tiempo actuando .

—Supongo que debes estar orgullosa por ello—fundamenté mientras prendía el auto y
comenzaba a conducir , Lauren asintió feliz .

—Noe es mi mayor orgullo , es una buena niña y no podría imaginar mi vida sin ella —era
increíble como cada vez que hablaba de su hija , esas palabras estaban llenas de amor y
cariño que jamás había visto en alguien . No era difícil creer que no había nada más
importante para aquella pelinegra pero escucharla hablar de su hija de esa forma te llenaba
de amor y te hacía ver las cosas un poco distintas de lo que estás acostumbrada a hacerlo.

—Lo poco que he podido ver demuestra que eres una gran mamá Lauren — sugerí con una
sonrisa —debiste tener un gran ejemplo—ella no dijo nada y ahí me di cuenta que me
equivoqué al hacer un comentario como ese.
—No —respondió tratando de ser lo más concisa posible y eso era más que suficiente para
reprocharme por ese comentario—Nunca conocí a mis padres
, me dejaron cuándo era una bebé así que no tengo esa experiencia —sentí como mi corazón
se regocijo por eso , no podía creer que realmente la vida fuera tan cruel con ciertas
personas y con otras las cargaba de bendiciones, no supe que decir frente a eso y por un
segundo pensé que ella se desvanecería después de esas palabras pero solo prefirió vestirse
con una túnica de silencio.

—Lo siento , no sabía—ni siquiera me digné a verla porque me dolía haber dado ese tipo de
comentario , pero ella ladeó la cabeza en forma de negación .

—No te preocupes , no me molesta —fue su única respuesta.


—Me parece increíble que después de todo eso solo veas a tu hija con todo el amor del
mundo
—¿Por qué no debería hacerlo? , la amo más que a nada en el mundo y solo pude saber que
era querer a alguien sin ningún tipo de limitación cuando la tuve por primera vez entre mis
brazos , es una sensación que no puedes describir y que te hace querer cuidar a esa pequeña
criatura que es solo tuya y de nadie más—vi como algunas lágrimas caían por sus mejillas
pero ella las apartó rápidamente para no mostrármelas aunque yo ya las había visto , sentía
esa necesidad de abrazarla y tal vez lo hubiera hecho sino hubiera estado conduciendo.

—Todos los padres deberían sentir ese afecto , lamentablemente eso no sucede siempre—
respondí con amargura al pensar como algunos padres son capaces de abandonar a sus hijos
pero no solo de una forma física sino que también de una forma sentimental , nunca tuve
lazos estrechos con mis padres , de hecho con suerte los había visto en ocasiones
importantes .

—Lo sé , nunca podré responder esa pregunta que siempre me llega cuando veo a Noe ¿cómo
alguien puede abandonar a su hijo? , pueden haber cientos de circunstancias que te hagan
dudar que tenerlo contigo es lo correcto pero al menos yo no podría alejarme de ella —
contestó con seguridad —Soy demasiado egoísta para hacerlo.
—No es ser egoísta , la amas y es normal que no quieras dejarla nunca —el silencio volvió a
invadir nuestros sentidos y se podía sentir la tensión que era probable que si caía una alfiler
entre nosotras ,éste podía escucharse por todo Los Angeles —Debió ser muy duro criarla sola

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después de todo.

—Lo fue , pero cada vez que siento que todo va mal es tan solo ver su sonrisa y creer que al
día siguiente se puede solucionar —sus ojos verdes adquirieron un brillo tan verdadero que
no era difícil confundirlo con el brillo que tomaban las estrellas por la noche—La vida no es un
cuento de hadas dónde tienes asegurado tu final feliz , tienes que esforzarte para que las
cosas sucedan y muchas veces ni siquiera vas a encontrar la felicidad pero sino pones todo
en juego para mejorar el panorama , entonces ¿cómo sabrás que diste todo para conseguir
aquel final tan deseado?—me quedé atónita ante cada una de sus palabras y era la primera
vez que unas palabras me llegaban hasta lo más profundo , mientras yo solía reprocharme
por cosas sin sentido y muchas veces enojarme por ello , habían personas que vivían cosas
mil veces peores dónde no tenían ni la más mínima misericordia del destino pero aún así eran
capaces de regalar sonrisas como las que ella ofrecía.
—No sé que decir a ello , no he tenido una vida muy difícil que digamos —me sentí un poco
fuera de lugar al pensar en ello , sin embargo , Lauren no me crítico de ninguna forma , ella
solo conversaba de la vida sin emitir ningún tipo de juicio.

—Afortunados aquellos que no han sentido la pena de mi alma ni aquellos que tampoco saben
que es el mar turbulento que a veces ofrece el destino en las aguas más cándidas —sonreí al
escuchar eso , porque era uno de mis fragmentos favoritos de la neblina más oscura , uno de
mis libros favoritos y que había devorado en tan solo un par de horas hace un par de meses ,
no era un libro muy popular y hasta ahora no había tenido la oportunidad de comentarlo con
nadie pero Lauren lo conocía.

—James Newman —contesté dejando que mi sonrisa dijera todo lo que tenía que hacer , ella
asintió feliz frente a la respuesta —Es uno de mis autores favoritos
—El mío también , aunque tengo una fascinación hacia Faulkner
—no podía creer que estaba teniendo una conversación sobre libros con la chica que menos
esperaba que supiera sobre esos autores de la generación pérdida.

—Entonces Fitzgerald está entre tus listas—aseguré


—Y no te equivocas—respondió

—Ezra Pound también debe estar —contesté recordando el libro que había devorado hace dos
días y vi como ella asintió con una naturalidad única.

—Pensaba que era la única que leía a la generación pérdida—reí ante la inocente respuesta ,
porque yo pensaba exactamente lo mismo hasta que ella lo sacó como tema de conversación.

—Ya ves que no , tengo todos sus libros en casa


—Yo trabajo en una biblioteca así que ahí están —la miré impresionada porque nuevamente
no me esperaba esa respuesta de su parte , ella parecía ser una caja de sorpresas.

—No sabía que trabajabas en una biblioteca


—Así es , todos los días en la mañana hasta que voy al set y el sábado todo el día —no podía
creer lo que sus palabras decían , ella trabajaba al igual que yo en el set desde las doce hasta
pasada las siete y media de la noche , si yo llegaba muerta a mi casa no tenía ni la más
mínima idea de como ella lo hacía todos los días para levantarse temprano y hacer todo lo
que su día a día necesitaba.

—¿Cómo lo haces?—le pregunté intrigada y ella no entendió mi


pregunta porque me miró sin entender.

insideofmysoul
—¿Qué cosa?
—No morir en el intento de llevar dos trabajos—forzó una risa que se podía escuchar en toda
la ciudad , era una risa llena de vida como si en verdad fuera chistoso lo que le estaba
diciendo .

—Ninguno de los dos es muy desgastante , la verdad me siento cómoda en ambos así que
está bien

—Yo llego a mi casa muerta del set —le confesé y ella asintió como si se lo hubiera
imaginado.

—Estoy acostumbrada , he trabajado desde que tengo memoria así que no es la gran cosa—
aunque quisiera restarle puntos a lo que ella hacía , a mi me seguía pareciendo increíble.

—¿Dónde queda esa biblioteca?


—A unas calles más abajo de Middle Street , queda muy cerca del colegio de Noe —conocía
esa calle , quedaba muy cerca del auditorio así que hice una idea mental de que debía ir un
día de estos.

—Creo que algún día debería ir


—Aumentarías tu colección de libros

—Podríamos tener una discusión de algún libro —sugerí y ella asintió , era la primera
convesación interesante que no llevaba con Claire , la verdad es que podía haber pasado
horas y horas hablando de los cientos de temas literarios que podían surgir en una
conversación , no obstante , podía reconocer que estábamos cerca del edificio dónde ella
vivía.

—Me encantaría —respondió animada.

—Hay algo más con lo cuál debería sorprenderme —pregunté en un tono inquirente y ella
negó .

—Soy un libro abierto , la verdad es que no tengo nada de interesante —a mi me parecía


todo lo contrario.

—Ya y llevar dos trabajos , ser mamá y las mil y un maravillas que haces es poca cosa?
—¿Tú que haces con tu tiempo libre?—preguntó con curiosidad y yo
no supe que responder porque ni siquiera yo me sentía satisfecha con las cosas que realizaba
en mi tiempo libre si es que tenía.

—No mucho , asisto a fiestas aburridas , reuniones con actores todo gira en un mundo tonto
hace mucho que no me divierto —no sé porque le comenté lo último pero una sonrisa
cómplice salió de sus labios.

—Yo tampoco , podríamos algún día salir a divertirnos —me sentí plena al escuchar aquella
respuesta y asentí con una energía que no pensaba que tenía.

—No suena mal , tal vez salir a cenar algún día

insideofmysoul
—Como quieras —respondió con otras de sus radiantes sonrisas , sin embargo , esta fue
declinada al darse cuenta de que ya habíamos llegado a su edificio y que nuestra
conversación del día quedaría hasta este momento —Me quedo aquí , gracias por todo—dijo
mientras se sacaba el cinturón de seguridad y yo asentí .

—Gracias a ti

—Te veo mañana Camz —no pude detener el leve color rojizo que debieron adquirir mis
mejillas al escuchar aquello , Lauren rió por eso .

—¿Vas a empezar a llamarme así?


—Puede ser

—Entonces yo también necesito llamarte de alguna forma


,Lauren—dije esperando su respuesta , ella asintió .

—Inventa algo estoy segura que cualquiera me gusta —se limitó a decir mientras cerraba la
puerta del auto y se acercaba a la ventana—Ten una linda noche Camz —creo que nunca me
aburriría de escuchar aquella palabra salir de su boca.

—Tu también —respondí sabiendo que sería solo una linda noche por haber pasado unos
minutos con ella.
Capítulo 14 : El hilo rojo

You got me scattered in pieces Shining like stars and screaming Lightining me up like Venus
But then you disappear and make me wait And every second's like torture
Hell won't endure no more, so Finding a way to let go
Baby, baby, no, I can't escape (The end , flies on the wall)
Camila Mierda .
Esa era la única palabra que mi cerebro podía articular entre todo mi vocabulario , porque a
eso se resumía la suerte que tenía para que Lucy fuera una de las encargadas de la audición.

De las miles de personas que viven en esta ciudad justo tenía que encontrarme a la persona
que menos deseaba en todo el universo , perfecto Camila , eres la chica con más suerte del
mundo.
Verla ahí con su sonrisa de modelo , con sus tacones de plataforma plateados que eran sus
favoritos , con su cabello mostrándose indomable como todas las veces que la había visto en
medio de la noche cuándo dormíamos juntas , tan salvaje tan ella . Me dolió ver su estúpido
porte y como a pesar de que quería odiarla con todo mi ser , en lo más profundo de mí sabía
que aquello era imposible porque tenía algo en ella que me hacía sentirme desgraciada y
culparla por la mitad de las cosas que me sucedían , sin embargo , aquello jamás llegaba a
generar un odio tan negro como para que mi cuerpo resistiera aquella tentación de suspirar
solo por verla porque quería estar con ella.
Me sentí una tonta al ver como mi cuerpo respondía de aquella forma y como perdía la
dignidad solo con verla de reojo sintiendo todas esas emociones que pensaba que estaban
olvidadas , que pensaba que había desechado hace mucho tiempo pero que al parecer nunca
se fueron sino que quedaron resguardadas fuera de mi vista para cuándo llegara un momento
como éste no dudarían en aparecer y apoderarse de todo lo que conocía.
Dignidad me repetí una y otra vez tratando de regañarme , ya que eso era lo que necesitaba ,
un poco de dignidad para no caer de nuevo en el primer intento del mundo en volver a

insideofmysoul
insertarla en mi camino.
—Para la audición de hoy tenemos a una de nuestras actrices favoritas —dijo uno de los
hombres que estaba sentado dirigiendo la audición , varias chicas que estaban a mi lado
soltaron un suspiro al darse cuenta de que la actriz
mencionada era Lucy. No había nadie en New York que no la conociera ó que siquiera no
haya visto alguna de sus fotos en las paradas de buses ó los carteles del cine , de a poco
estaba tomando una fama que no hacía más que aumentar mientras los días pasaban , no la
culpaba de ello porque tenía un poder increíble de manipulación y podía actuar de cualquier
cosa como lo hizo conmigo y con Lauren , con ambas actúo como si le importarámos cuándo
la realidad es que ella no quería a nadie más fuera de ella.

Traté de concentrarme en lo que realmente valía la pena como lo era el diálogo que de a
poco se me estaba olvidando , la verdad es que cualquier pensamiento hubiera sido más
importante que los pensamientos que mi cerebro me mandaba a una velocidad increíble
sobre Lucy.
Aunque no lo quisiera , no podía dejar de ver como esos ojos castaños jugaban con el
escenario y miraban atentos a cada una de las diez chicas que estábamos ahí hasta que
nuestras miradas chocaron dejando una huella que hace mucho no sentía en mí y ella sonrío
ante la idea.

Su jodida sonrisa aún podía derrumbar montañas y ser parte de lo más bellos sueños , aún
seguía enloqueciéndome y produciendo una extraña sensación de confusión en todo mi
cuerpo. No había duda de que había estado completamente enamorada de ella porque aún
varios meses después de que habíamos decidido terminar , yo aún seguía suspirando como
una tonta por alguien que nunca había sido mía ni de nadie , solo de ella misma.

—Es un gusto verte bonita—fue lo primero que me dijo al verme y solo con eso me bastó
saber que estaba jodida de todas las formas posibles , su voz y su acento en español no
dejaban de remover cada uno de mis pensamientos ,era increíble como a pesar de todo mi
esfuerzo por dejar atrás cualquier tipo de emoción que delatara mi reacción frente a esas
palabras , nada de eso sirviera al momento en que ella volvió a sonreír seguramente por la
cara que debí poner al escucharla.

—Me encantaría decir lo mismo , Lucía —respondí tratando de no cometer más imprudencias
de mostrar lo que en realidad mi cerebro quería decirle , tratando de ser fuerte contra la
estúpida tentación que vivía con solo verla , definitivamente el amor era lo más masoquista
que podía existir , porque a pesar de que vivieras convenciéndote de que dejaste de desear a
alguien , siempre su recuerdo tomaba el timón de tu vida y trataba de regresarte hacia esa
persona aunque sea la peor equivocación que puedas realizar .

—Vaya , hoy estamos sin rodeos —me susurró al oído produciendo que todas mis hormonas
se descontrolacen con aquel simple acto ue realizaban sus
palabras , sentí como todo mi cuerpo tiritaba sin saber que responder a aquello , por lo cuál
preferí no mirarla y concentrarme en el hecho de que estaba en una audición
—Me gusta , pero tu nombre es muy largo para pronunciarlo—sugirió alejándose unos
centímetros de mí , acto que agradecí al cielo porque si seguía sintiéndola tan cerca podía ser
capaz de cometer más de un error que no me perdonaría.

—Tiene la misma cantidad de letras que bonita—dije frunciendo el ceño y Lucy se limitó a
guiñarme el ojo dándome la razón , en aquel momento me odiaba a mi misma por verme tan
vulnerable ante sus palabras , tenía una batalla interior sobre como reaccionaba mi cuerpo ,
pero así funcionaba la vida , tu cuerpo siempre te iba a traicionar de una forma u otra aunque

insideofmysoul
así no lo desees.
—Lo sé , pero no tiene la misma potencia ¿cierto?—aseguró orgullosa mientras sus manos
jugaban sin ningún tipo de escrúpulo con los botones de mi blusa y yo traté de ahogar
aquella sensación de placer que me absorvía de a poco , definitivamente aquello era peor que
una tortura china y ella lo sabía , estaba probándome para ver si caía en su juego , lo cuál
estaba tratando de demostrarle que era más fuerte de lo que ella pensaba —No puedes
mentirme y sé que todo tu ser me desea—respondió chasqueando la lengua con una sonrisa
encrucijada entre medio
—pero debo aceptar que yo también lo hago—tragué saliva ante ello , sus gestos y la forma
en que su voz jugaba con mis sentimientos me estaba haciendo dudar de que ganaría esta
batalla , no obstante , recordar nunca estaba demás y pude ver de nuevo cada una de las
veces que había sufrido por darle vida a esa relación que no tenía ningún tipo de sustento.
Aunque me doliera , aunque tuviera que quitarme el corazón , necesitaba dejar de caer en lo
mismo. Necesitaba arrancar aquella némesis que se había convertido Lucy en mi vida y
aquella oportunidad solo estaba entre mis manos.

—Claro que no—respondí segura— no quiero nada contigo Lucía


—me sorprendió la frialdad con la cuál aquella respuesta salió de mi boca como también la
facilidad con la cuál cada palabra se incorporó entre medio de nosotras.

—Eso no es lo que me muestras —se defendió Lucy con una sonrisa satisfactoria— no te
hagas la dura Camila — —Ambas sabemos que te rindes fácil—debía sentirme ofendida con
ello , pero era cierto , no sabía la razón por la cuál no duraba en la pelea constantes que
tenía contra mis sentimientos pero hoy sería diferente , me aseguraría de que aquello fuera
así .

—No quiero nada que venga de ti —contesté frunciendo el ceño


—¿sabes? , deberías conseguirte a alguien más a la cuál joder la vida ó no te basta conmigo y
tu novia—me dolió pensar en Lauren y como ella también había caído tras las redes de Lucy ,
sin embargo , aquello debía ser mucho más duro para ella que para mí , ya que ellas llevaban
conociéndose toda la vida , así que no solo había
perdido a su novia sino a la persona que más la podía entender en el mundo.

—No tengo a nadie en este momento en mi lista—no sé como alguien podía jugar de esa
manera con las personas sin sentir nada a través de ello , realmente me impresionaba que
existieran personas así que se atrevían a dañar cualquier corazón que encontrasen solamente
por deleite suyo.

—Entonces a ella también le partiste el corazón—gruñí como sino supiera quién era la chica
en cuestión , pero en mi interior sabía que todo esto me dolía más a mí que a ella , porque
sin querer le había hecho daño a una persona que era inocente en todos los sentidos de la
palabra.

—Terminamos en buenos términos —la fulminé con la mirada por la tranquilidad con la que
afirmaba aquella mentira ,ya que aquellos buenos términos había sido romperle el corazón a
la pelinegra que conocía y que ella se aburriera de estar soportando la traición de "su chica"
—Lauren siempre ha sido una chica complicada —solo escuchar como la nombraba hizo que
todo mi ser se enfureciera , Lauren no era complicada , ella estaba dañada que era algo que
Lucy no podía entender porque en su cabeza , en su mundo no había nadie más que ella y ni
siquiera podía ser capaz de ver el sufrimiento que había traído a la vida de la persona que
más confiaba en ella.

insideofmysoul
—No puedes ser más cínica —dije tratando de controlar todos mis impulsos que tenía de
golpearla ¿cómo se podía referir a su mejor amiga de esa forma? , cada día me sorprendía
más de lo tonta que era al darle la oportunidad de aún seguir controlando mis sentimientos —
Espero que algún día alguien te pague con la misma moneda—suspiré sin tener palabras que
decir porque era innecesario gastar saliva con personas como ellas que no merecían nada , lo
peor es que este tipo de personas son las preferidas por el mundo y rara vez sufren lo que es
un corazón roto.

—El amor no es perfecto cariño —sugirió acomodando su cabello


—Se sufre bastante pero a veces también se gana —no , una cosa era amar y otra cosa era
ilusionar y jugar con las personas como sino fuesen nada que era justamente lo que ella
siempre hacía.

—Tú solo te amas a ti Lucía —contesté con rabia porque era cierto , ella no veía más allá de
lo que sus ojos querían ver y jamás iba a ver amor de su parte , lo irónico era que ella podía
causar el efecto contrario en la mayoría de las personas porque tenía un poder de
manipulación que solo una buena actriz podía tener.
—Vaya no estamos de buen humor hoy —rodé los ojos frente a sus respuestas tan básicas y
sin peso alguno —Antes no solías decir eso
—Eso era antes de que me diera cuenta de que eres uno de los peores errores que he
cometido.
—No exageres Mila —comentó entre risas— tuvimos unos días muy buenos y unas noches
mejores —sus ojos castaños se llenaron de lujuria que yo no compartía , estaba más enojada
que algún otro estado de ánimo , prefería mil veces no volver a mirar aquellos ojos castaños
que estar teniendo esta conversación sin sentido —No me molestaría volver a repetirlos —su
mirada encajaba perfectamente con sus ojos , era muy buena actriz tenía que aceptarlo ,
pero yo ya estaba cansada de fingir escenas inexistentes , estaba cansada de crear
escenarios en mi cabeza que no existían en la realidad.

—Ni aunque estuviera loca —refuté


—Vamos Camila , te haces la dura pero en el fondo sabes que me extrañas más de lo que
desearías—sus manos volvieron a pasar delicadamente por mi blusa con una sonrisa que
podía atrapar a cualquier a caer en su trampa , sin embargo , ya estaba acostumbrada a cada
uno de sus gestos que no me fue tan difícil saber que eso era algo más de su rutina , que era
una escena actuada y que sus palabras no eran verdaderas al igual que todo lo que provenía
de ella , porque como buena actriz dejaba que los espectadores se creyeran su diálogo pero
en el fondo no había nada más que palabras que no tenían ningún tipo de remordimiento ó
sentimiento.

—Lo siento Lucy — dije con una sonrisa orgullosa mientras quitaba sus manos de mí
—Pero esta vez yo juego con mis propias reglas y la principal es no tenerte cerca
—dije sin más mientras me iba de la audición porque sabía que jamás me contratarían
después de la escena que le había hecho a Lucy , no obstante , mi dignidad estaba intacta y
eso era más grande que el papel de esa obra.

No fui consciente de que todo había pasado demasiado rápido hasta que llegué a la puerta del
departamento de la amiga de Lauren y con quién se quedaba después de haber terminado
con Lucy , sinceramente estaba tan orgullosa de mi misma que hubiera sido capaz de decirle
a Lauren en ese mismo momento lo que había hecho y como no me había importado ni un

insideofmysoul
poco sacrificar un papel importante en una obra , sin embargo , mi conciencia me detuvo
antes de que cometiera aquel error de contarle . Con Lauren llevábamos una amistad que se
fortalecía con cada día que pasaba así que preferí omitir de nuestras conversaciones a la
castaña que teníamos en común , sabía que de cierta forma estaba traicionando la
confianza que ella me había ofrecido desde la primera vez que nos conocimos , pero prefería
hacer eso que asumir las consecuencias de toda la historia detrás que tenía con Lucy.
Además solo éramos amigas cercanas , no iba a afectar de ninguna forma el tema de Lucy
porque no era como si alguna vez saldríamos juntas y tendríamos algo más allá de la
confianza con la cuál comenzábamos a tantear en nuestras vidas . Lauren y yo nunca
tomaríamos aquella decisión de llevar nuestra amistad más allá de lo que teníamos en este
momento por el simple hecho de que éramos totalmente incompatibles y ninguna de las dos
se sentiría cómoda tratando de gastar tiempo en una relación que solo servía como una linda
amistad y que se estropearía si se nos ocurría hacer algo más profundo.

Con una sonrisa por el sentimiento de querer sorprender a Lauren toqué la puerta del
departamento mientras esperaba que sus ojos verdes se posaran por ahí , suspiré recordando
con felicidad la escena que había tenido con Lucy en la tarde y como hoy la pasaría muy bien
comiendo pizza con una de mis personas favoritas en todo el mundo.
La puerta no tardó en abrirse mostrándome a una pelinegra con el pelo desordenado , una
blusa negra larga que llevaba la insignia del grupo sex pistols y que le llegaba hasta un poco
más abajo del trasero dejando notar de que no tenía nada más para cubrirse que su ropa
interior, sus ojos verdes me miraron aturdidos como si no hubieran esperado mi presencia y
no pude decir nada mientras el aire no interactuaba en mi sistema porque aún así con ese
porte tan desordenado que parecía recién salido de la cama , ella seguía siendo hermosa en
todos los sentidos posibles .
—No pensé que llegarías tan temprano —dijo rompiendo la barrera de silencio que se había
instaurado entre ambas con el simple hecho de que mi boca no podía pronunciar ni una sola
palabra porque no existían para mi vocabulario , sin embargo , mis ojos no dejaban de mirar
cada punto de ella — ¿Sucede algo?— me preguntó preocupada mientras yo seguía viéndola
embobada finalmente unos segundo después pude reaccionar y tratar de que mi boca
pronunciara algo y no me viera como una completa idiota .
—Lo siento por no avisarte es que estaba cerca y — Lauren rió por lo nerviosa que sonaba mi
voz y sin prestar mucha atención a lo que decía comenzó a amarrarse el cabello en una
coleta improvisada lo cuál solo le ayudaba a mostrarse más sexy de lo que ya estaba .
—No te preocupes , entra — comentó entre risas mientras me daba espacio para entrar y
cerraba la puerta detrás de nosotras —perdóname por estar así pero no sabía que vendrías
tan temprano —asentí dándole la razón aunque yo seguía tratando de poner en orden todas
las ideas que habían surgido por verla así —iré a ponerme algo de ropa — tenía tantas ganas
de decirle que se quedara así pero no me dio el valor para hacerlo así que me limité a ver
como todos mis sentidos se ponían
en alerta con aquella imagen —A menos que no te moleste que esté así —sino la conociera ,
pensaría que me estaba incitando a que respondiera cualquier tontería , ella sabía que había
quedado impresionada de una forma que no podía explicar así que utilizaba aquello en mi
contra , chica inteligente.

—Puedes quedarte como quieras — respondí con gran esfuerzo mientras Lauren se reía de mí
y caminaba con paso seguro hacia dónde se ubicaba la cocina en este departamento , joder
esa mujer estaba incitándome porque nadie podía caminar de esa manera tan propia de una
diosa con una simple blusa y ropa interior . Mis ojos no dejaban de verla admirando cada
punto de su cuerpo y cuándo abrió la puerta de la nevera y se agachó a buscar algo
definitivamente ya había perdido cualquier tipo de control hacia mis acciones.
—Perfecto porque tampoco me quería poner ropa — fue su respuesta mientras seguía
buscando algo en la nevera , me imaginaba que iba a responder algo parecido , ella tenía la
manía de que el mundo creyera que ella controlaba cualquier cosa y cualquier situación que
sucedía en su vida cuándo la realidad era contradictoria a esto y yo conocía más allá de la
insideofmysoul
Lauren segura que se mostraba ante todos , yo conocía aquella chica que estaba destrozada
por dentro y que odiaba que el mundo sintiera lástima por ella —Pensé que iríamos a tu
departamento —dijo interrumpiendo mis pensamientos yo asentí porque ese era el plan
original , no obstante , ni siquiera era consciente de como había llegado a su departamento ,
apenas recordaba lo que había sucedido hace un par de minutos hasta que ella se convirtió
en mi principal panorama —Pero ya que estamos aquí supongo que podemos quedarnos —
Lauren cerró la puerta de la nevera y sacó dos latas de coca cola —¿Quieres?—preguntó
mientras reposaba su cuerpo sobre la encimera de la cocina lo cuál solo me produjo una
extraña sensación que me hizo tragar saliva , nuevamente las palabras me traicionaban y no
sabía que hacer ó que decir.
—Sí gracias —contesté tratando de controlar mis sentidos , pero ya era muy tarde para eso .
Me acerqué a Lauren para tomar la bebida que me ofrecía y cuándo su mano chocó con la mía
, sentí una extraña conexión que no había sentido antes con ella , era como si

—Entonces ¿pediremos pizza?—preguntó tratando de sonar relajada pero yo no podía estar


relajada frente a la tentación que ella me ofrecía —Camila
¿Estás bien?—sus ojos verdes me miraron contrariada .

—Sí —suspiré mordiendo mi labio inferior mientras veía como Lauren se acercaba a mí para
luego sentarse en el sillón con toda la tranquilidad del mundo —Pizza está bien.
—¿Cuál es la razón de comer pizza juntas?— fue su pregunta mientras destapaba la lata de
su coca cola y me miraba con la ceja enarcada , la verdad no había una razón específica solo
quería pasar con ella la tarde y ahora ella me estaba torturando solo con su presencia —¿Te
eligieron?—vi como su rostro se entusiasmaba por aquella opción y como sus ojos verdes
tomaban un tono tan tierno y claro que me daban ganas de abrazarla y no soltarla .

—No lo creo —suspiré volviendo a la realidad, recordando la charla que había tenido con Lucy
, seguramente la última opción de aquella castaña era darme el visto bueno en la audición
pero realmente no me importaba , me senté al lado de Lauren mientras ella me veía con toda
la atención que podía mostrar hacia alguien —Pero quería pasar contigo hoy —ella sonrío
como nunca al escuchar aquello y yo no pude no ser recíproca con otra sonrisa .
—No te preocupes , te contratarán algún día — dijo sonriendo mientras tomaba mis manos
con ternura —de hecho te tengo una sorpresa —la miré contrariada mientras ella se
levantaba a ver algo a la cocina , mis ojos nuevamente me traicionaban y no me dejaban
hacer ninguna otra acción que no se derivara de verla a ella y como su cuerpo se fusionaba
en el departamento como una perfecta sinfonía , cada día que pasaba me daba cuenta de lo
tonta que había sido Lucy al dejar a alguien como Lauren y ser capaz de traicionarla de esa
manera , aquella pelinegra no merecía lo que ella le había hecho , de hecho no merecía
ninguna de las marcas que le había dejado el destino en su vida , pero así era como
funcionaba la vida . A veces ofrecía mucha felicidad a quienes no la merecían mientras le
arrebataba la vida a otros que no hacían nada más que merecerla .

Lauren no tardó en volver al sillón y como una niña pequeña que deseaba mostrar su dibujo
me pasó un papel que suponía que era un afiche pero sinceramente no tenía ni la más mínima
idea de a que venía aquello .
—Apenas lo he visto he pensado en ti —sugirió mientras yo no dejaba de ver como sus ojos
verdes se llenaban de emoción solo con el hecho de hablar , bajé la mirada hacia la hoja de
papel que me había pasado y noté que se trataba del afiche de una audición — Es una
película de esas cursis que te gusta ver
— respondió con una risa que sonaba como una melodía en mis oídos , sonreí ante ello y
comencé a prestarle atención al afiche mientras mis sentidos no dejaban de escuchar lo que
lauren decía —Lo he visto y he pensado que te interesaría —comentó esperando que yo dijera
algo , no obstante , recién estaba tomándole el peso a lo que sus palabras querían decirme .
Aquello era un gesto demasiado considerado de su parte y no dudé en abrazarla dejando
insideofmysoul
atrás la atención que tenía por el afiche y por la audición .
—Gracias — confesé con una sonrisa envolviendo mis brazos en su cuerpo y ella arrugó la
nariz divertida por ello , cuándo nos separamos volví a ver de que se trataba y reí por el
hecho de que en verdad se trataba de las películas de amor
que tanto acostumbraba a ver y que Lauren odiaba —Es sobre el hilo rojo —dije leyendo en
voz alta las indicaciones que daba el afiche sobre la película y Lauren asintió .
Conocía la leyenda del hilo rojo y como toda romántica empedernida realmente creía que
fuera posible que las personas estuviéramos conectadas a través de hilos que se desprendían
desde nuestros dedos y que su destino final eran las personas con las cuáles compartiríamos
toda nuestra vida , porque sin importar dónde se encuentre esa persona a la cuál buscamos
ni cuán enredado éste aquel hilo , siempre se iba a llegar al mismo punto de inflexión dónde
llegabas a encontrar a esa persona que se te había sido asignada por el destino desde antes
de tu nacimiento .
—Lo sé —confirmó Lauren a mi afirmación sobre que se trataba la película — Necesitan
actores para hacer otra tonta película de amor como si ya no hubiera suficientes —respondió
aburrida , no obstante , aquello no me ofendía ni en lo más mínimo , conocía su desprecio
hacia las películas especialmente las que trataban de temas amorosos porque ella me había
resaltado cientos de veces que no creía en tal cosa , mientras que yo no podía dejar de
desear encontrar a esa persona que había sido designada para compartir mi felicidad , esa
persona que podía ser capaz de sacarte suspiros y hacerte creer hasta que las vacas podían
volar.
Era extraño pero a pesar de la atracción tan fuerte que sentía por Lucy jamás la sentí de esa
forma , nunca llegué a pensar que ella era la persona indicada con la cuál viviría ese "por
siempre y para siempre" ,de hecho , aquel sentimiento jamás lo había sentido con nadie.

—¿Crees en la leyenda?— pregunté intrigada por saber lo que ella opinaba frente a eso ,
sabía que Lauren era la persona más atea en todos esos temas amorosos , pero no perdía
nada con preguntarle
—¿Sobre que un hilo puede unir a las personas?—asentí confirmando su pregunta y ella
suspiró encogiéndose de hombros —No debería — dijo con cierta decepción en su voz —Pero
supongo que todos tenemos ese pequeño lado romántico que desearía que fuera así —suspiró
antes de volver a decir algo —Al final todos deseamos haber nacido para encajar con alguien
porque los humanos no podemos resignarnos a que tendremos una eternidad sin nadie a
nuestro lado
—sonreí ante su respuesta , no me esperaba que me respondiera eso sinceramente esperaba
que me dijera que era una tontería , pero escuchar que al menos había un poco de fe frente al
amor me dio una cándida felicidad porque ella se lo merecía a pesar de todo —Pero la
realidad supera a la ficción ¿no?—una risa colmada de sarcasmo se instaló en ella y yo
suspiré porque ella nunca iba a mostrar aquella debilidad que sentía hacia la probabilidad de
que las personas estábamos más conectadas de lo que pensábamos , ella jamás iba a darse
esa oportunidad porque había sido muy herida en el camino y no quería que nadie la volviera
a lastimar.
—Tal vez nunca hay dejar de buscar a esa persona con la cuál
compartimos ese hilo —comenté entusiasmada ante la idea.

—Yo no tengo que seguir buscándolo —confesó y yo la miré incrédula , ¿acaso había
encontrado a alguién y no me lo había comentado?, por alguna razón me dolió un poco
escuchar quello pero a la vez estaba feliz de que existiera esa posibilidad —El hilo rojo es una
leyenda que habla sobre personas que perduran durante tu vida , personas a las que debes
conocer no directamente la persona de la cuál te enamorarás , las personas quisieron darle
ese tono romántico , pero yo no lo veo de esa forma y creo que ya tengo varios hilos atados
a mis manos
—sus ojos verdes adquirieron una tonalidad que hasta el momento no había podido apreciar,
me encantaban sus ojos porque a pesar de que originalmente eran verdes , éstos podían

insideofmysoul
tomar distintas tonalidades dependiendo de su ánimo . Sus ojos realmente eran las puertas
directas a su alma y así podía existir desde un color verde brillante como el del pasto frente
al rocío ó podían tomar una tonalidad tan oscura que me hacía recordar un poco al verde
petróleo , sin embargo , hasta ahora nunca había sido testido de aquel brillo tan único que
sus ojos comenzaron a mostrar sin miedo —Y estoy segura que uno de mis dedos está atado
a tu hilo Camila —respondió con una sonrisa mientras yo no sabía que decir , porque eso no
me lo esperaba —No creo en las coincidencias , pero debo confesar que no es casualidad que
hayas aparecido cuándo más lo necesitaba ,supongo que nuestros destinos están enlazados
de alguna forma u otra.

Aquel momento no necesitaba palabras porque ella me había quitado cada una de las que
podría haber utilizado para expresar alguna idea , ya que yo pensaba lo mismo.
Nuestros destinos debían estar enlazados.

Este y el siguiente cap son uno de mis favoritos , ya veo como mi inspiración vuelve .

Saludos :3
El hilo rojo parte 2

Los Angeles 1947


Lauren

—Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su
reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del
destino y la mandó traer ante su presencia—sonreí al escuchar como la lectura de Noe era
cada vez más rápida y podía leer de corrido sin trabarse con las palabras .
—Te estoy escuchando cariño —la incentivé mientras miraba de reojo como volvía a tomar la
lectura señalando el lugar dónde se había quedado del cuento . Conocía el cuento japonés
sobre el hilo rojo . Ese hilo tan fantástico que nos mantenía unidos a ciertas personas desde
que nacemos , es como si el destino se encargara de juntar a las personas que deben pasar
por nuestra vida a través de miles y miles de metros de un hilo que está conectado a tu dedo
con el de la otra persona al cuál si ó si conocerás en tu vida sin importar que esta persona
viva al otro lado del mundo ó que ni siquiera te conozca ; nada de eso es importante para el
hilo que fue trazado por el destino y aunque éste se puede enredar , tensar ó llegar hasta
separarse un poco , el hilo jamás podrá cortarse porque está unido infinitamente a las
personas que tu corazón necesita conocer.

A pesar de que sonaba como una locura ó un cuento infantil , yo creía un poco en la
existencia de este hilo rojo que trataba de atar a las personas , creía que las personas nacían
a estar destinadas para encontrarse con otras porque las coincidencias no existían en el
mundo , debía haber alguna razón lógica para que el destino jugara con nosotros de esa
manera .

—Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que
llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta
petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en
donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta
donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie—Noe alzó la
vista para comprobar si la estaba escuchando y yo seguí viéndola embelesada frente a lo que

insideofmysoul
leía , por lo cuál ella sonrío y siguió leyendo — Hizo que el joven emperador se acercara y le
dijo:
«Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una
burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la
hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente—ella dejó el libro por
un minuto y frunció el ceño ante aquello —el emperador es un persona muy mala —era
adorable verla fruncir el ceño y como se metía en todo lo que leía —pudo haberle pasado algo
a la bebé —sugirió cruzándose de brazos y yo
me levanté para abrazarla porque siempre los cuentos la afectaban más de lo que hacía en
un adulto , para ella cada historia era como si fuera real y se lo tomaba enserio .

—Sí mi amor — le susurré besando su cabello —no todas las personas suelen ser buenas en
el mundo también hay personas que actúan de mala forma —ella alzó la mirada con sus ojos
azules aún enojados por lo que había hecho el emperador con la bebé —¿Quisieras seguir
leyendo princesa ?—le pregunté y ella no tardó en retomar el libro y abrirlo dónde había
quedado — me encanta escucharte
—le dije con una sonrisa y ella asintió mientras volvía a leer y yo me sentaba a su lado para
acompañarla a leer.

—Muchos años después, llegó el momento en que este emperador—reí por la forma en que
leyó emperador , definitivamente cada uno de sus gestos estaban cargados de ternura hasta
enojarse parecía adorable cuándo provenía de ella — debía casarse y su corte le recomendó
que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día
de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al
templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente... Al levantárselo, vio que
ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente—Noe me miró sin entender y
antes de que yo le dijera algo , ella volvió a leer—Es la bebé mami , se casó con la bebé —
respondió eufórica mientras volvía a asegurarse de que había leído bien esa parte de la
historia.

—Así es amor , el hilo rojo es un hilo que nos une a las personas con las cuales
compartiremos toda nuestra vida — contesté mientras le quitaba el libro de las manos y las
juntaba en mis palmas , mi mano en comparación a las suyas se veían como si fueran las de
un gigante y no dudé en besarlas mientras ella arrugaba la nariz por ello—en nuestros dedos
llevamos unidos ese hilo —Noe comenzó a mirar sus manos seguramente pensando que le
estaba mintiendo porque ella no veía ningún tipo de hilo y yo no pude reprimir la sonrisa que
puse por la inocencia que aún tenía Noe.
—¿Tengo un hilo contigo mami?— sonreí ante su pregunta y asentí mientras tomaba su
meñique.

—Ambas llevamos el mismo hilo rojo en el meñique , justo aquí — le dije señalando el centro
de su dedo —es un hilo que nunca se puede romper y puede llegar hasta el corazón — tomé
sus manos y las acerqué a mi corazón — tú y yo estamos unidas por siempre mi amor—le
contesté acariciando su mejilla y ella asentía mientras veía fijamente su dedo meñique para
ver el hilo.

—Pero yo no lo veo mami— respondió observando con detenimiento


su dedo meñique y yo reí por ello.
—Es invisible cariño , solo lo puedes ver con los ojos del corazón— Noe bufó con esa
respuesta y yo volví a tomar su mano para que ella viera el hilo que era lo más notorio ante
mis ojos—Cierra los ojos y trata de verlo —le sugerí cerrando sus ojitos y ella arrugó la nariz
frente aquel acto cuándo le ordené que volviera a abrirlos ella vio emocionada su meñique y

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supe que ahora era capaz de verlo
—¿ahora lo ves?—le pregunté entusiasmada y ella agitó su cabeza en forma de aprobación.

—Sí , está ahí —señaló su meñique , era increíble lo fácil que podía ser convencer a un niño
de cosas que los adultos no creían , era cierto que si le decía a otro adulto que existía un hilo
unido a las personas pensaría que era una tontería pero para Noe cada cosa que le decía era
una verdad absoluta así que estaba segura de que ella seguiría viendo aquel hilo rojo que era
invisible para todos excepto para nosotras dos , porque yo estaba segura que mi vida estaba
enlazada por siempre a la de mi pequeña.

—¿ves? , no es tan difícil — le dije acariciando su cabello y depositando besos entre medio ,
mientras ella aún seguía mirando impresionada su dedo—Cada vez que pienses que estoy
lejos solo tienes que cerrar los ojos y aparecerá nuestro hilo.
—¿Y también tenemos ese hilo con la tía Dinah y la tía Mani?—preguntó alzando su mirada
hacia mí , yo asentí porque esos eran mis otros dos hilos , ellas tres eran lo más importante
que tenía en mi vida . Eran las personas por las cuáles haría lo que sea hasta lo imposible
solo para tenerla conmigo.

—Claro que sí —fue mi respuesta mientras me levantaba de su lado y apilaba los libros que
estaban en la mesa para volver a ubicarlos en su lugar , ese era mi parte favorita del sábado
. Podía tener a Noe todo el día en la biblioteca y ella jamás se cansaba de estar aquí a mi
lado , en los momentos que estaba vacía solíamos hablar de cientos de cosas y las que no
lograban tener respuestas las buscábamos en libros , me encantaba que ella adorara de esa
forma los libros y que fuera tan inteligente para tener casi siete años ; aquello me hacía
sentir orgullosa de tener la oportunidad de criar a una niña como ella , tan hermosa en todos
los sentidos.

—Mami ¿puedo ir al baño?—preguntó rápidamente cambiando de tema y yo asentí mientras


ella se levantaba de la silla.

—Claro amor , no tardes —le contesté golpeando con delicadeza su nariz con mi dedo y ella
rió mientras corría hacia el baño , por mi parte tomé los libros para ubicarlos en sus estantes
respectivos , eran casi las diez de la mañana y
como siempre a esta hora apenas habían personas deambulando así que tenía toda la libertad
de tomar los libros y quedarme leyendo un buen rato hasta que un cliente apareciera . La
señora Smith había salido a hacer unas compras así que solo estábamos Noe y yo
controlando todo .

Comencé a ubicar uno de los libros en su estante cuándo pude sentir como unas manos me
tapaban la vista y no necesité ni siquiera de un segundo para adivinar de quién se trataba
.Solo habían dos personas que jugaban aquel juego conmigo y una de ellas ni siquiera
alcanzaba mi cuello sola así que sabía que se trataba de Aiden .
—Sé que eres tú, Aiden —respondí riendo al sentir sus manos ásperas grandes y fuertes , él
no tardó en quitar sus manos ya que su plan había fallado en todos los sentidos , tal vez si
tan solo no me hiciera la misma broma cada vez que me veía , al menos podía dudar de
quién se trataba.
—Es un gusto verte Lauren —me dijo apartando sus manos hacia su espalda y darme un beso
en la mejilla , para mí también lo era , llevaba sin verlo toda la semana y extrañaba
conversar con él de cualquier cosa . A pesar de que Aiden quería que fuéramos algo más a mí
me gustaba más la idea de amigos que teníamos
,siempre estábamos para el otro , en las malas y en las peores. Teníamos nuestros propios
chistes y anécdotas que solo los dos habíamos vivido , sabía que a pesar de todo siempre
podía confiar en él y que su amistad era verdadera.

insideofmysoul
—Ya extrañaba verte por aquí —contesté con una sonrisa mientras dejaba los libros que tenía
en el regazo sobre una de las mesas que se encontraban a nuestro alrededor —No te he visto
en toda la semana —él asintió y al alzar la vista hacia su rostro sabía que quería decirme algo
porque estaba más emocionado de lo que solía estar antes de ir a trabajar—¿Qué sucede?—
pregunté finalmente y él se sentó en la mesa depositando una rosa blanca entre mis manos.
—La rosa roja susurra pasión y la blanca musita amor , oh , la rosa roja es un halcón y la
rosa blanca es una paloma . Pero yo te mando una rosa blanca con un rubor en los pétalos
,pues el amor más puro y dulce tiene un beso de deseo en los labios — me recitó con la
sonrisa más grande que le haya visto , yo no podía dejar de ver la rosa blanca que se ubicaba
entre mis manos y el poema que había recitado aún sonaba en mí . Era uno de mis favoritos
de un escritor inglés apedillado O'Reilly, él lo sabía porque siempre se lo comentaba pero
nunca esperé que hiciera eso —¿te ha gustado?— me quedé sin palabras frente a su pregunta
, gustar era poco
, era un gesto demasiado tierno pero me dolió pensar en sus segundas intenciones frente a
eso . Suspiré al saber que a pesar de todos sus esfuerzos mis sentimientos no eran
recíprocos hacia él , realmente me dolía que Aiden se haya enamorado de la chica
equivocada.

—Me ha encantado , muchas gracias Aiden — dije finalmente dejando la rosa y besando su
mejilla —Es un gesto muy lindo de tu parte
—complementé cuidando mis palabras porque lo último que deseaba era darle falsas
esperanzas de algo que yo no sentía hacia él .

—Hoy venía caminando hasta aquí , vi la rosa y no pude no pensar en ti — No sé que dolía
más , sus actos ó sus palabras porque cada vez que se portaba de esa forma tan tierna y
enamorada conmigo me hacía pensar en lo tonta que era al no dejar que mi corazón deje de
ser ciego y que lo mire de la forma que él hacía conmigo , pero lastimosamente no todas las
personas que deseábamos eran capaces de quitar aquella venda, solo podían hacerlo las
indicadas y aunque me doliera aceptarlo Aiden no era parte de ellas.

—Aiden — él me calló antes de que pudiera decir algo, él también debía estar cansado de
escuchar mi negatividad frente a sus actos pero no tenía otra opción , odiaba verlo de esa
forma enamorado porque yo lo quería lo suficiente como para desear que tuviera todo lo
bueno y no que sufriera con un amor que solo provenía de él.

—Ya sé lo que me vas a decir Lauren , pero no lo digas por favor — asentí devolviendo la
vista hacia la rosa blanca , era preciosa con pétalos recién abiertos y que en su interior
mostraba no solo la belleza típica de las rosas sino que también la pureza del alma de Aiden.

—Lo siento — susurré tomando la rosa y oliendo su aroma tan dulce


— ¿Qué tal tu semana?— le pregunté cambiando de tema.
—Ha ido bien , muy bien para ser sincero —comentó quitando un mechón de mi rostro , era
extraño verlo con su ropa de trabajo pero ahí estaba con su traje negro que lo hacía ver más
guapo de lo que ya era , cualquier chica iba a ser muy afortunada si él se quitaba la idea de
que estaba enamorado de mí.

—¿Qué te ha pasado? ,¿has ganado la lotería?—pregunté sarcásticamente y él rodó los ojos

—Ya quisieras —me contestó suspirando —Me han ascendido a Maitre hace dos días— mis
ojos se abrieron como platos por ello , no era una noticia buena era una noticia fantástica.
Después de ocho años trabajando en el mismo lugar al fin lo habían ascendido a uno de los

insideofmysoul
trabajos más importantes en el restaurant así que no dudé en abrazarlo por ello y él no se
negó al cálido abrazo que se formó entre ambos , a pesar de no querer nada romántico con
Aiden , no podía negar que él era una gran chico y que podía robarle el corazón a cualquier
chica si es que ya no lo había hehco.

—Eso es genial Aiden , te felicito —respondí eufórica.


—Es por eso que quería celebrarlo con mi mejor amiga y tu princesa —sonreí ante su
amabilidad y vi como buscaba a Noe quién aún no regresaba del baño —que por cierto
¿dónde está?—A veces creía que Aiden solo seguía siendo mi amigo por el simple hecho que
adoraba a Noe con todo su corazón , desde que nació él no dudó en llenarla de cariño como si
fuera suya y mi hija no podía ver con otros ojos a Aiden que no fuera como un príncipe como
ella siempre me decía y me regañaba por no aceptar salir con él.

—En el baño y me parece muy amable de tu parte Aiden —me salí del abrazo y volví a tomar
los libros para terminar lo que había empezado , él tomó la mitad de ellos y me acompañó al
otro estante para ubicarlos.

—Quiero tu viernes en la noche —dijo con una sonrisa y yo suspiré recordando el compromiso
que tenía ese viernes , tenía que ir a una cena en representación de la película justamente en
el restaurant dónde Aiden trabajaba así que era imposible que pudiera ir a cenar con él ese
día.

—Lo siento no puedo—comenté apenada y él frunció el ceño , de seguro estaba pensando que
era una de mis tantas excusas para negarme a salir con él , pero esta vez si había una razón
potente para no hacerlo.

—Comenzamos con las excusas—fue su respuesta mientras se cruzaba de brazos y yo negué


porque esta vez no dependía de mí la respuesta , aquella cena era obligatoria así que no
podía faltar .

—No , claro que no —respondí dejando los libros y viendo hacia sus ojos , él seguramente no
me creía pero hoy no estaba tratando de negarle nada
—Tengo una cena importante con los del set en —él no me dejó terminar porque no dudó en
complementar la frase

—El restaurante —lo miré extrañado porque no sabía que le había contado , realmente no me
acordaba de haberle comentado nada y él volvió a sonreír —Así que esa es la razón por la
cuál ayer me quedé hasta la madrugada sacando la platería nueva — no sé porque no me
extrañaba su respuesta irónica pero a pesar de eso me sentí mal por él , ya que sabía que
era quedarse hasta altas horas de la noche para que todo quedara en orden.

—Lo siento —murmuré dejando el último libro en el instante y él ladeó la cabeza divertido
—No te preocupes , recuérdame cuando veas tu rostro en los cubiertos recién pulidos—reí por
lo tonto que sonaba aquello , pero era bastante probable que me acordara de él cuando vea
los cubiertos en la mesa.

—Ya verás que lo haré—me encantaba la confianza que había entre los dos para hablar sin
ataduras de cualquier cosa y bromear sobre todo , Aiden era único en todos los sentidos.
—Entonces puede ser el siguiente viernes— carraspeó y yo me encogí de hombros pensando
si era lo correcto , sin embargo , aquella duda duró solo un par de segundos al ver lo
animado que estaba . Además no podía negarle nada después de siete años de amistad .

insideofmysoul
—Claro que sí , es un honor , estoy orgullosa de ti Aiden —ambos nos quedamos en silencio,
no obstante , no era uno de esos silencios que llegaba a ensordecerte sino que era un silencio
palpable de esos que te ayudaban a pensar las cosas .

—Gracias Lauren —la honestidad que acompañaba sus palabras me hizo sacar otra sonrisa —
¿Qué tal tu semana?— me preguntó acariciando mi mejilla y yo no dije nada, no tenía nada
que contar había sido una semana normal sin nada que se saliera de la rutina.

—Nada fuera de lo normal , trabajar , cuidar a Noe y tener grandes dudas existenciales sobre
que me pondré el viernes — suspiré frustrada al recordar aquella cena en dónde no tenía ni la
más mínima idea de que ponerme , no tenía nada que se amoldara a la imagen que tenía que
mostrar y sino hubiera sido por la insistencia de John de que tenía que ir porque era alguien
importante en la película , no hubiera dudado en rechazar aquella propuesta , yo no tenía
forma de encajar en ese mundo aunque era parte de mi trabajo.

—Aunque te pusieras una bolsa de basura te verías hermosa—mis mejillas se sonrojaron al


escuchar eso , él sabía que decir .

—Que chistoso Aiden , pero hablo enserio,esa cena es importante y voy a estar rodeada de
personas importantes—un lánguido suspiro me azotó porque ahora es cuándo dudaba de que
ir era una buena idea.

—¿Ya no lo estás?— inquirió alzando la ceja , asentí porque ya estaba rodeada de personas
importantes en el trabajo pero esto era totalmente distinto , no estaban vestidos con el
vestuario de la película sino que estaban con los trajes elegantes que yo no tenía.
—Sí pero es distinto
—Podrías pedirle un vestido a tu amiga rubia—los ojos de Aiden no tardaron en adquirir cierto
brillo al pronunciar esa frase , él amaba a Claire como todo el mundo , sin embargo , él la
amaba por su actuación en las películas . Nunca se perdía un estreno de ella y tampoco
dudaba en preguntarme sobre ella cada vez que nos veíamos , si tan solo supiera que ella
jamás se fijaría en él ni en ningún chico que existiera .

—¿Claire? —pregunté como sino lo supiera y él me fulminó con la


mirada por ello.

—La misma —comentó jugando con sus dedos — es un amor y preciosa —no podía estar más
de acuerdo con esos adjetivos , Claire era preciosa pero no solo en el físico sino que también
lo era en su corazón que era el lugar más hermoso que teníamos los seres humanos.

—Sabes que es raro escuchar como suspiras por mi amiga —le dije riéndome de su actitud ,
pero la verdad es que me divertía escuchar sus halagos hacia Claire a sabiendas de que ella
era imposible de cualquier forma, de hecho , ella estaba muy feliz con la nueva chica con la
cuál salía así que era más que imposible que alguna vez se fijara en Aiden.

—Es muy guapa que quieres que te diga , además es la más agradable de todas las personas
que trabajan en esa película.
—Claro que no , todos son muy amables Aiden —respondí rodando los ojos , porque él
siempre tenía la misma opinión hacia todos los del set— especialmente Camila—aunque no lo
quisiera , recordar a aquella castaña me sacaba más de una sonrisa , era tierna y dulce
después de todos esos muros que ella misma había creado hacia las personas , había algo en

insideofmysoul
ella que la hacía única y especial .
Algo que no podía simplificar ni siquiera podía derivarlo a palabras porque era como una
conexión extraña que solo había sentido hacia esos ojos castaños.

—¿Cabello? —me preguntó enarcando la ceja y yo asentí segura


—¿Hablas enserio? , ella es la peor de todos — no lo culpaba por el prejuicio que tenía hacia
ella , la verdad es que no era raro pensar eso al no conocerla y aunque yo tampoco la conocía
a gran profundidad , ella siempre se había mostrado amable conmigo no como lo hacía con la
mayoría de las personas .

—Tiene un cáracter fuerte pero es muy linda por dentro— fue lo único que se me ocurrió para
decirle , porque
—Sabes que tenemos hasta un código cuándo tenemos que atenderla en el restaurant — rodé
los ojos ante ello , Aiden era la persona más terca que existía y cuándo tenía un concepto de
alguien , él no lo cambiaba por nada del mundo aunque le demostraran lo contrario para él
eran importante las primeras impresiones así que sabía que era una causa pérdida seguir
discutiendo con él sobre Camila—Es una niña rica odiosa —suspiré ante sus palabras , a mi
no me parecía así , si era una niña rica que jamás había vivido que era la falta de algo pero
en su corazón habían cosas que traspasaban aquella frontera , era inteligente y muy sincera
en todo
, características que las personas habían olvidado con el tiempo.

—No la conoces , es muy linda enserio—Aiden ladeó la cabeza no muy convencido de ello.

—Tú ves el lado bueno de todo el mundo Lauren —confirmó serio — hasta a ese idiota
pudiste verle el lado bueno—cerré los ojos ante el recuerdo de Aiden sobre Jack , no tenía
que mencionarlo para recordarme mis errores era bastante consciente de ellos sin necesidad
que me los reprochara todos los días.
—Y volvemos al tema de todos los días — comenté cansada , porque ese tema se había
convertido en la conversación diaria en algún punto , siempre había un comentario suyo hacia
eso y me dolía —No puedes dejarme un minuto en paz con ese tema — le recriminé enojada.

—No , después de siete años no puedo creer que te hayas enamorado de él—era en
momentos como éste que odiaba a Aiden , no porque me recordara mis errores sino que por
el simple hecho de que tenía razón en todo lo que decía ,yo tampoco podía entender como
me había enamorado de Jack.

—Eres mi amigo Aiden , pero lo que haya hecho ó deje de hacer no es tu problema —
respondí cruzándome de brazos —Además Jack ni siquiera es parte de mis pensamientos —
mentí porque no deseaba nada más que él ya no fuera parte de mis ideas , sin embargo , eso
solo era una mentira que trataba de construir porque la realidad era distinta y su recuerdo se
mantenía intermitente en medio de mis recuerdos y de mi presente . Cada vez que veía a
Noe era como verlo a él y mis demonios acumulados.

—Pero sigue siendo el padre de Noe —empuñé mis manos porque estaba harta de la
conversación.

—No , un padre es aquel que es responsable de sus hijos —aseguré porque ese era el
verdadero concepto de ser padre . Uno no era padre solo por haber hecho nacer a alguien ,
uno se convertía en un verdadero padre cuándo estaba
presente en la vida de su hijo , cuándo no podía ver más allá que amor al ver como brillaban

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los ojos de su pequeño bebé . Cuando se quedaba hasta altas horas de la noche controlando
que aquel bebé estuviera durmiendo tranquilo sin que le faltase nada, eso era un padre y Noe
no tenía a nadie que calificara en ello , solo me tenía a mí y eso bastaba —él no es nada y
nunca lo será —todas las mañanas me levantaba repitiéndome esa frase para ver si algún día
dejaba de dolerme la ausencia de Jack , no obstante , después de siete años aquello no había
funcionado.

—Tu hija merece un mejor legado que eso


—¿Crees que no lo sé Aiden? —respondí enojada—¿Acaso crees que no me refuto ese error
todos los días? , pero ya pasó y él y yo ya no tenemos absolutamente nada , es feliz con su
familia y yo soy feliz con mi hija punto final a la conversación.
—Lo siento Lauren , yo no quería —dijo con cierto tono de arrepentimiento mientras alzaba
mi barbilla , yo solo lo dejé hablando solo realmente odiaba cuándo se ponía a rebuscar mi
pasado , eran mis errores y yo era la única que podía criticarme por ello.

—No te preocupes—contesté fríamente.

—Es sólo que no puedo no enojarme al ver el esfuerzo que haces por Noe , me duele saber
que esa niña tan maravillosa pudo ser rechazada
—Ya lo sé Aiden y me gustaría que no tocaras el tema cuando esté con Noe , ella no sabe
nada de eso y tú lo sabes—sabía que él jamás tocaría el tema con Noe solo porque la adoraba
lo suficiente como para destruir el sueño infantil que había creado en ella sobre su padre ,
prefería mil veces tragarme mi orgullo y darle una historia falsa mostrándolo como un heroé
que la realidad dónde él no era nadie a quién admirar y solo era una equivocación de las
tantas que había realizado en mi vida.

—A veces no te entiendo Lauren , dices que ya no es nada para ti pero aún así lo defiendes y
le inventas un cuento de hadas a tu hija de que él era un heroé cuando solo fue un idiota que
destruyó tu corazón.
—Ya , y quieres que le diga a mi hija de seis años que su padre no la quería , ¿eso te haría
feliz Aiden?—respondí fulminándolo con la mirada y él no dijo nada.

—No claro que no


—Entonces no fastidies ¿sí? —finalicé la conversación.

—Bien —suspiró y estoy segura que iba a decir algo para alivianar la conversación sino fuera
por el hecho de que una pequeña rubia se acercó corriendo
a nosotros y no tardó en tirarse a los brazos de Aiden como siempre hacía al verlo , Noe se
emocionaba cada vez que lo veía sin importar si lo había visto el día anterior.

—Aiden —chilló mientras él la tomaba entre sus brazos y le llenaba de besos en su mejilla
,Noe no dejaba de reírse por ello mientras que yo no podía dejar de derretirme frente aquella
escena.

—mon petit, comment ça va?—Noe arrugó la nariz frente al juego que siempre tenía con
Aiden para saludarse en francés , ella no tardó en responder a ello.

—très bien Aiden —comentó con una sonrisa mientras golpeaba las mejillas de Aiden y él no
dudaba en llenarla de cosquillas ,era increíble la conexión que tenían ambos a pesar de que él
no era nada más que un buen amigo en mi vida .

insideofmysoul
—¿Es mi imaginación ó estás más grande?—preguntó enarcando la ceja y Noe me miró a mí
con una sonrisa

—No lo creo — dijo finalmente mientras pedía que la bajaran , petición a la cuál Aiden se
negó rotundamente y siguió abrazándola como si llevara años sin verla —Te extrañé toda la
semana—le susurró en el oído como si fuera un secreto , no obstante , ella siempre hablaba
muy alto así que dejaba de ser un secreto pero jamás se lo refutaba porque me parecía tierno
de su parte.

—Yo también preciosa —afirmó despeinando su cabello rubio


—¿Qué tal el cole? , tu madre me dijo que tenías un papel en la obra escolar.
—Así es ¿irás a verme?— vi la ilusión pura en los ojos azules de Noe
, ella lo adoraba y amaba que aquello fuera recíproco.

—No me lo perdería por nada del mundo , no todos los días se tiene la oportunidad de ver a
una princesa en el escenario —Aiden dejó a Noe en el suelo y ella no dudo en ir a buscarme
mientras me pedía que me pusiera a su altura para decirme un secreto , sonreí mientras me
ponía en cuclillas.

—Mami , Aiden también lo tiene—me dijo en un tono tan bajito que casi no la escuché , no
obstante , no entendí a lo que se refería.

—¿Qué cosa mi amor?— le pregunté sin comrpender y ella solo suspiró tomando mi mano.

—El hilo atado a tu dedo , está justo ahí— me señaló mi dedo índice
y no supe si reír ó mirarla con ternura por aquello .

—Entonces no puedo ser más afortunada ¿no?—respondí para darle la razón y que dejara de
hablar sobre el tema , porque estaba comenzando a ponerme incómoda frente a sus
comentarios con Aiden , no obstante , aquello no terminó porque él no tardó en querer saber
que tanto hablábamos.

—¿Qué tanto hablan entre ustedes?—preguntó riendo y antes de que yo pudiera decir algo ,
Noe se me adelantó hablando sobre el hilo que ella veía en mi mano.

—Del hilo rojo que mami y tú tienen— respondió con una sonrisa mientras Aiden me miraba
impresionado por su respuesta , yo solo suspiré tratando de que no le diera importancia , al
final de todo era el argumento de una niña pequeña que lo adoraba.

—¿Hilo rojo? , ¿la leyenda?—preguntó inseguro de si hablábamos de él , quería decirle que no


era eso y cambiar el tema pero Noe nunca se callaba cuándo encontraba un tema para
conversar.

—Sí — aseguró dando pequeños saltos y tomando la mano de Aiden para mostrarle que era
cierto que ella veía aquel hilo junto con el mío—tú y mami lo tienen, lo he visto—era en
momentos como éste que deseaba que Noe hablara menos de lo que hacía normalmente.

—Es un honor tener aquel hilo con tu madre cariño , pero de seguro que es solo porque
somos amigos —comentó Aiden para terminar con el tema , agradecí que él no siguiera

insideofmysoul
hablando sobre eso que tanto me incomodaba , sin embargo , eso no convenció del todo a
Noe .

—Mami y tú deberían salir —dijo sin más .

—Noelle creo que es suficiente amor—le susurré para que se diera cuenta de que debía dejar
el tema , pero ese fue el instante en que Aiden no dudó en utilizar para también comentar
sobre lo mismo.

—Yo también opino lo mismo cariño , pero tu madre no quiere— no dudé en fulminarlo con la
mirada por su respuesta tan estúpida , como si ya no me bastara con tener la presión de su
parte ahora también tendría la de Noe.

—¿Por qué no mami?— preguntó curiosa y yo no supe que decir a


ello.
—Porque estoy muy ocupada —confirmé con una sonrisa mientras me acercaba a la mesa
para pasarle un libro que se me había olvidado poner en su estante , aquello era suficiente
para que ella se fuera y dejara el tema hasta ahí
—Amor podrías ir a dejar esto en la repisa de cuentos— le pregunté poniendo el libro entre
sus manos y ella asintió.

—Claro mami —confirmó mientras corría hacia el estante para dejarlo en su lugar , Aiden me
miró con una sonrisa en sus labios , sabía exactamente lo que estaba pensando y en como se
sentía orgulloso de que mi hija lo estuviera apoyando en estos momentos.

—Deja de utilizar a mi hija para que salga contigo Aiden —respondí frunciendo el ceño frente
a lo que estaba pensando , él se limitó a reír por mi actitud.

—No la estoy utilizando , ella me apoya — confirmó como si yo no


lo supiera.

—Aiden por favor

—Pero ¿qué excusa tienes ? , siempre me dices que te preocupa la opinión de tu hija y ella
parece encantada con que salgamos, me he ganado a tu hija—no podía sentirme más
incómoda que en este momento.

—Porque no quiero nada ahora en mi vida Aiden — ¿era tan difícil entender eso? , era cierto
que todos buscaban a la persona correcta , pero yo ya me había cansado de esa búsqueda y
solo deseaba ser feliz por mi cuenta sin necesitar de alguien para que la felicidad se diera—Te
quiero mucho y me dolería perder tu amistad si salgo contigo de esa forma ,sino funciona
perdería a mi mejor amigo por algo tan estúpido como el amor.
—Jamás te dejaría Lauren y en tu interior lo sabes —fue su respuesta —¿Cuál es tu miedo? ,
te prometo que no sería capaz de dañar tu corazón ni tampoco el de Noe y aunque tenga que
esperar toda la eternidad para que me digas que si , lo voy a hacer—lo peor es que yo sabía
que él era capaz de esperar ese tiempo para que yo lo aceptara.

—Sí—respondí insegura de la decisión que había tomado , pero ya lo había rechazado


demasiadas veces como para volverlo a hacer , él merecía aunque sea una oportunidad.

—Si ¿que?—preguntó contrariado y yo suspiré dándome fuerzas


para responder.

insideofmysoul
—Quieres salir , entonces hagásmolo pero no respondo por lo que pueda suceder —volví a
repetirle aunque no estaba segura si aquella advertencia era para mí ó para él —Yo te advertí
sobre esto— él sonrío .

—Acepto el riesgo —murmuró seguro y en ese momento supe que no había marcha atrás a la
decisión que había tomado —Quiero ser la persona que te quite los suspiros y los convierta

—En puentes hacia el corazón , Danzai —suspiré ante su amplio conocimiento hacia las cosas
que me gustaban de cierta forma me enojaba que él me conociera de la forma en que lo hacía
, porque le era fácil jugar con mis sentimientos
—Aún tengo dudas con aceptar esto Aiden—le confirmé sin dejar atrás la inseguridad
, él tenía razón , no era que no lo quisiera era que no quería volver a abrirle mi corazón a
nadie má spero tal vez él podía ser distinto.

—¿Quien sabe? , tal vez mi hilo realmente éste unido al tuyo y no le hemos dado la
oportunidad de desenredarse.
—Sí , tal vez —suspiré esperando que su argumento fuera una
verdad absoluta.
Capítulo 15 : Safe and sound

Lo siento muchísimo por el retraso , las primeras semanas del mes las he tenido
ocupadísimas en la uni y cuando ya podía escribir , mi madre me ha castigado sin el compu
hasta ahora así que trataré de subir lo que más pueda esta semana :D.
Saludos y disfruten mientras puedan e-e

I just have to close my eyes,


To feel how my body needs you .
I just have to imagine in my mind, To know that in your arms,
I always be safe and sound (Safe and sound , flies on the wall) Lauren
Mis párpados trataron de abrir paso frente a la luz que se reflejaba a través de las persianas
del departamento de Vero , no obstante, cuando traté de moverme con toda la libertad del
mundo me di cuenta que en mi pecho se encontraba aún dormida . Sonreí ante la suave
caricia que me ofrecía su cuerpo tan cercano al mío , su cabello se encontraba desparramado
en mi pecho dejando notar su largo y sus ondas; no podía dejar de apreciar cada punto que
enmarcaba la belleza que Camila podía ofrecer.
Porque si despierta me parecía una chica guapa , dormida parecía un obra renacentista que
trataba de realzar cada detalle que ella ofrecía solo con ser ella por lo cuál no pude dejar que
mis ojos no siguieran cada movimiento que ella realizaba dormida , pude ver como su
respiración normal era acompañada con una tierna sonrisa que no dudo en provocarme una
sensación que pensaba que ya había sido olvidada después de lo que sucedió con Lucy , no
obstante , estaba ahí intacta apoderándose de cada centímetro de mi cuerpo y produciendo
reacciones que no podía ignorar ó no darle importancia .
Realmente podía quedarme toda la vida viendo como ella dormía , sin embargo , al tratar de
moverme para acomodarla mejor entre mis brazos , Camila abrió los párpados dejando
escapar un leve gruñido que fue acompañada por un bostezo hasta que se dio cuenta de
dónde se encontraba y me miró atónita.
—Lo siento — fue lo único que dijo mientras trataba de sentarse al notar lo cerca que
estábamos,no recordaba en que momento de ayer habíamos quedado de esa forma pero
agradecía que haya sucedido y que no solo fuera parte de mi imaginación — No me di cuenta
en que momento me quedé dormida —iba a decir algo pero realmente estaba embobada
frente a su figura , ¿qué tenía aquella castaña que me ponía así? , ¿qué era lo que sus ojos
realizaban para hipnotizarme y dejarme sin palabras?, ¿cómo podía ser capaz de derrumbar

insideofmysoul
mis murallas con el simple sonido de su voz? —Creo que será mejor que me vaya , ya es
tarde — murmuró haciendo que mis pensamientos se perdieran y mi voz tratara de decir algo
, sin embargo , que
mis palabras lograran adquirir algún tipo de sonido para ser escuchado tardó un poco más de
lo que esperaba.
—Espera —respondí rápidamente mientras Camila se levantaba del sillón buscando su bolso
— Puedes quedarte a desayunar — ella me miró contrariada como sino se hubiera esperado
aquello— Hago unas tostadas increíbles—exclamé con una sonrisa , la verdad si era bastante
buena haciendo tostadas francesas.

—Literalmente tú no las haces ,las hace el tostador — contestó riendo y yo rodé los ojos
frente al hecho de que ella era capaz de matar cualquier ilusión — Pero suena bien , dame un
minuto para llamar a Mani y decirle que llegaré un poco más tarde de lo que tenía planeado
— asentí mientras Camila se levantaba del sillón dejando ver toda su parte trasera, me mordí
el labio entre risas al no poder despegar mis ojos de ella y no dudé en tirar mi cabeza sobre
el sillón porque realmente estaba perdida frente a ella

Los minutos pasaron mientras Camila hablaba por su celular y yo me levanté del sillón para
ver si había algo para desayunar , generalmente Vero era la que se levantaba temprano a
hacer desayuno mientras que yo me aprovechaba de ello , sin embargo , desde ayer que no
la veía ni a ella ni a Zac , seguramente habían aprovechado ese día para salir.
Abrí la nevera en busca de algunos huevos ,jamón y queso mientras que podía escuchar
como Camila caminaba de un lado a otro por todo el departamento siguiendo la llamada ,
sonreí al poder encontrar lo que estaba buscando y cuándo me di vuelta pude ver a Camila
con la sonrisa más grande que le había visto , su cabello despeinado y sus ojos cansados no
le restaban belleza de ninguna forma, de hecho era extraño como aquellos simples detalles la
hacían ver más hermosa aún.
—Listo — comentó dejando el celular en el mesón mientras yo ponía las cosas sobre él —
Mani me dio hasta las diez para ir —asentí —¿tú no tienes trabajo?—preguntó enarcando la
ceja y ahí fue cuando recién pensé en que tenía que hoy ir más temprano, sin embargo ,
sabía que Zac me sacaría de ese problema , me debía varios favores así que estaba obligado
a hacerlo .
—No la verdad es que no — mentí tomando un recipiente para poder batir los huevos ,
Camila me fulminó con la mirada sabiendo que le estaba mintiendo —Puedo llegar tarde —
sugerí rompiendo los huevos en el bowl mientras la mirada de aquella castaña no me dejaba
en paz como si estuviera buscando algo en mí — ¿Qué sucede?— pregunté chocando con
aquel mar achocolatado que me ofrecía su mirada.
—Nada —respondió incómoda desviando la mirada —es solo que me gusta estar contigo
Lauren—una sonrisa se apoderó de mi rostro al escuchar aquello y la de ella se volvió aún
más grande si es que eso era posible —Eres diferente .
—¿eso es bueno?— contesté entre risas y ella asintió mientras recogía su cabello en un moño
improvisado.
—No es bueno — murmuró — es fantástico —nuestras miradas volvieron a chocar por unos
segundos y no estuve segura si fueran sus ojos , la dulzura con que estos me miraban ó si
fue el simple hecho de que todo su ser desprendía una extraña sensación hacia mí pero pude
sentir como todo mi cuerpo temblaba ante su presencia como si le hubiera dado paso libre a
que una ola me abatiera , el problema estaba en que por primera vez esa ola era refrescante
de una manera que nunca había sentido , era como si fuera una ola en medio del un mar
cálido . Una ola de aquellas que no solo resfrescan tu cuerpo sino que son capaces de
arrebatarte hasta todos los deseos porque ellas son capaces de hacerte desear cosas que
nunca pensaste con anterioridad.
Sin embargo , luego de aquella sensación estaba el miedo que aparecía al no poder controlar
lo que estaba sucediendo así que sin desearlo desvié la mirada y me concentré en lo que
estaba haciendo . Odiaba no dejar que mis emociones se mostraran a flor de piel pero era
demasiado difícil querer más allá de lo que era debido , de lo que se podía soportar porque
insideofmysoul
me había jurado hace mucho que querer era la forma más dolorosa que podías perderte a ti
misma y ya estaba cansada de sentirme de esa manera, pérdida frente al mundo como sino
tuviera un rumbo fijo como sino deseara nada más allá que eso.

—¿Tienes una ducha?— preguntó finalmente ,reí al escuchar su pregunta porque sonaba
incoherente.

—Creo que es normal tener una ducha , ¿tú no tienes?— respondí irónicamente haciendo que
ella solo rodara los ojos
—Me refiero a que si me la prestas — asentí mientras prendía el sartén y lo dejaba
calentando para acercarme a ella y mostrarle dónde estaba el baño
.

—¿Utilizarás la misma ropa ó quieres que te preste algo?— sus mejillas se sonrojaron ante
aquella pregunta y vi como la duda se sembraba en sus ojos — Ya sabes , trabajas en una
revista de moda no creo que acepten que vayas dos días seguidos con la misma ropa—
Camila no dijo nada dudando de que decir mientras yo esperaba su respuesta.
—Iré a mi departamente antes de pasar a trabajar así que no te preocupes —contestó y yo
me encogí de hombros sin darle alguna importancia a ello
,ella iba a decir algo , sin embargo , el silencio se apoderó por unos segundos entre nosotras
dejando que la incomodidad quedara de lado y yo no dejara de ver a la chica que estaba a
solo unos centímetros de mí — ¿sabes?— preguntó algo insegura — No tienes que ser tan
dura contigo misma —sus manos rozaron por unos segundos contra las mía dejando que un
leve cosquilleo se hiciera presente dejándome atónita
frente aquella sensación.

—¿De qué hablas?—pregunté enarcando la ceja al no saber de que estaba hablando , mejor
dicho me sentía así porque sabía a lo que se refería.
—Mereces que alguien te quiera Lauren — dijo con suavidad— Eres una de las pocas
personas que creo que merecen más que nada ser feliz — sus ojos chocaron contra los míos y
volvieron a ofrecerme aquella calidez que tanto necesitaba en mis venas , no obstante , esta
vez el miedo no se hizo presente sino que le dio espacio seguro a la inseguridad de no saber
que podía suceder después — y espero que algún día puedas encontrar a esa persona que
solo desee hacerte feliz — aseveró entrando al baño y dejándome completamente indefensa
frente a las armas que ella había lanzado contra mí , no obstante , la ironía de todo estaba en
el hecho de que por primera vez desde hace mucho tiempo no me sentía atacada por el
cariño que alguien podía ser capaz de ofrecerme sino que más bien me sentía a salvo de una
forma que no podía explicar.

—¿Siempre quisiste estar en una banda? — me preguntó mientras se servía un poco del jugo
de naranja que había en la mesa , yo traté de buscar una respuesta decente frente a esa
pregunta porque la verdad es que nunca me la había hecho ni tampoco nadie la había
pronunciado así que era la primera vez que pensaba las razones por la cuál seguía

—Hace un par de años no tenía ni la más mínima idea de que iba a hacer con mi vida cuando
pudiera graduarme — aseguré con una sonrisa al recordar aquellos años en que no tenía ni la
más mínima idea de quién era —La verdad es que siempre me imaginé teniendo un título y
ser parte de las personas aburridas que recorren todas las mañanas las calles para llegar a
un trabajo que no están seguros si es lo que desean hacer toda su vida .
—¿Por qué te imaginabas de esa forma?—preguntó contrariada y yo reí al recordar mis
deseos de ser ese tipo de personas que parecía que tenían toda su vida resuelta y que las
decisiones del mañana eran posibles si así lo deseaban .

insideofmysoul
—Porque antes pensaba que teniendo ese tipo de vida todo podía ser controlado y estaba en
tus manos el poder de decisión de que rumbo tomaba tu vida—aseguré dándole un mordisco
a mi pan ,aquella imagen parecía tan distante que ya llevaba mucho tiempo sin pensarla .

—¿Qué te hizo cambiar de opinión?— preguntó mientras se acomodaba para mirarme atenta
suspiré ante la razón por la cuál tuve que cambiar todos esos planes , no era ni siquiera una
razón coherente , era una persona y eso era lo peor de todo.
—Lucy —afirmé sirviéndome un poco de jugo — Estaba tan enamorada de ella que la hubiera
seguido a la luna si me lo hubiera pedido.

—Ya veo —dijo sin más y el silencio reinó entre nosotras por unos segundos que me
parecieron milenios eternos , llevaba un tiempo sin pensar en lo que Lucy había sido en mi
vida , después de los primeros días pensar en ella era negado por mi razonamiento y me
limitaba a ordenarme a estar pendiente de otras cosas para no dejar entrar la nostalgia de no
tenerla, sin embargo , desde que conocía a Camila rara vez pensaba en Lucy ,apenas podía
recordar algunos momentos puntuales que había compartido con esa castaña que había
estado presente en mis peores momentos.

—Es raro como funciona el destino— murmuré pensando en lo que me ofrecía el recuerdo de
Lucy— pero ella había estado presente desde siempre en mi vida y cuándo decido que ya es
suficiente que ya no puedo soportar más como mi destino está enlazado con ella aparece una
chica con lindos ojos que tomó el metro equivocado—no pude evitar sonreír al recordar a esa
Camila de hace un par de meses y como todo había sido tan rápido , tan inexplicable y tan
poco premeditado que muchas veces sentía que me iba a derrumbar frente al hecho que no
sabía como actuar , como reaccionar como dejarme llevar frente a la marea que se me
presentaba cada vez que estaba junto a ella.

—Nunca pensé en encontrarte —respondió tímidamente —Y me alegro que nuestros caminos


hayan coincidido —sus manos acariciaron las mías por unos segundos antes que volvieran al
plato que se ubicaba frente a ella.

—Eso suena como una de tus películas de amor —suspiré riendo tratando de opacar aquel
destello de electricidad que eran sentir alguna parte de su cuerpo tan cerca de mí , la suave
vibración que me producía su piel contra la mía.

—Yo creo que has visto las películas equívocadas Lauren —sugirió
—hay películas muy buenas—yo rodé los ojos frente a su comentario porque jamás me
convencería de ello como yo tampoco podía convencerla de subirse al metro porque ella así lo
deseara , eran cosas que odiábamos y a la vez nos unían .

—¿Como titanic?—dije riendo al recordar la película de amor favorita de Lucy que yo jamás
había visto.

—No me digas que ni siquiera esa has visto— negué divertida ante su pregunta y ella abrió
sus ojos como platos tan exageradamente como lo era ella — Dios , eso es como un pecado
contra el séptimo arte.
—Eres tan exagerada — murmuré con una sonrisa.
—Tengo una idea —dijo animada mientras dejaba su tostada sobre el plato —Ya que me
ofreciste una noche muy buena ayer y hoy me demostraste tus habilidades culinarias que tal
si vamos a un festival de cine que estará el próximo fin de semana— la idea no me gustaba
para nada pero el hecho de que era Camila y que me estaba acostumbrando a tenerla cerca ,

insideofmysoul
la verdad es que estuve a punto de decirle que si a su propuesta sino fuera por el detalle de
que ese fin de semana no podía porque tenía el concierto en Filadelfia.

—No puedo—afirmé y Camila bufó por mi respuesta.

—¿Por qué?
—Tengo un concierto en Filadelfia—respondí emocionada mientras ella me miraba
impresionada , se me había olvidado que no le había comentado nada relacionado con el
tema.

—No me habías contado—contestó con una sonrisa —Eso suena genial —asentí emocionada y
recordé la sugerencia de Zac sobre el tema.

—No , no lo había hecho —suspiré antes de decidir que lo siguiente que diría era lo correcto ,
sin embargo, cuando vi sus ojos castaños supe que no podía arrepentirme de lo que iba a
decirle —Porque quería invitarte a ir —dije finalmente sintiendo como los nervios se
apoderaban de mí y todo mi ser sentía aquel frío que se depositaba en los rincones de mi ser
al no saber como reaccionaría frente a ello.

—¿Al concierto?—preguntó entusiasmada y yo asentí.

—Todo ese fin de semana , vamos a ser teloneros y quiero que haya al menos alguien que
cante nuestras canciones—Camila rió por ello , siendo una de las risas más tiernas que haya
escuchado alguna vez en mi vida — ¿Qué dices?

—Suena bien , suena interesante la verdad —confirmó emocionada— ¿Me vas a ofrecer un
meet and greet?
—Lo que tú desees—respondí y ella enarcó la ceja mordiendo su labio inferior si seguía
haciendo eso iba a perder lo poco de cordura que me estaba quedando .

—Lo que yo desee suena bien — contestó y yo me arrepentí de haber dicho eso—me
aprovecharé de eso luego — rodé los ojos frente a su respuesta
, sabía que no descansaría hasta que cumpliera su cometido así que decidí cambiar de
tema.

—¿y tú siempre quisiste ser actriz?—pregunté cambiando rotundamente el camino al que se


dirigía la conversación , Camila no dijo nada tratando de adaptarse al cambio brusco , sin
embargo , no tardó en sonreír frente a mi pregunta.

—Siempre —aseveró orgullosa de ello —Recuerdo que desde que era una niña me encantaba
disfrazarme y ser otra persona , tener la oportunidad de vivir por unos minutos una vida que
no es tuya es fantástico .

—Entonces ¿cómo llegaste a ser asistente de una modelo?


—Necesitaba dinero —dijo encogiéndose de hombros —y era mi única opción por aquel
momento , sin embargo , no me arrepiento porque mis dos mejores amigas las conocí de esa
forma ,supongo que el destino te da vueltas antes de ofrecerte lo que deseas.
—Supongo que sí
—¿Por qué escogiste Nueva york como parte de tu nueva vida?

insideofmysoul
—sonreí ante su pregunta porque me esperaba que me llegara esa pregunta de alguien que le
encantaba esta ciudad — Es decir , no pareces muy animada frente a todo lo que atrae a las
personas a esta ciudad
—La encuentro sobrevalorada y estresante , pero cuando decidí mudarme solo quería estar
con Lucy y escapar de todos los problemas que tenía en Miami —afirmé mientras Camila no
dejaba de seguir mis respuestas con su mirada seria —Ninguna de las dos cosas resultaron
como debían —suspiré ante ello porque si me hubieran dicho en el momento que decidí
mudarme a esta ciudad que mi vida iba a tomar ese rumbo hubiera dudado irme, sin
embargo , ya estaba aquí y no podía hacer nada contra lo que ya estaba hecho.

—No sueles hablar de tu familia—comentó sin mirarme y yo me encogí de hombros porque no


le encontraba el sentido a darle más vuelta en mi casi inexistente unión familiar , eran solo
personas con las cuáles compartía material genético pero más allá de ello no había nada que
nos uniera.

—No me interesa hablar de las personas con quién comparto mi material genético—Camila
ladeó la cabeza tratando de negar aquello como si fuera una equivocación.

—Lo siento—susurró arrepentida como si hubiera dicho algo malo.

—No lo hagas , no has hecho nada—argumenté terminando con la tostada que estaba en mi
plato, el hambre se había desvanecido así que comencé a
recoger mi plato de la mesa, sin embargo , camila me detuvo antes de que fuera a la cocina.

—Sé que las personas tratan de evitar los temas que le hacen daño pero a veces hablar es el
mejor consuelo que puedes ofrecer a tus problemas —no quise decir nada y solo me solté de
su agarré para dejar los platos mientras un lánguido suspiro salía de mis labios queriendo
decirle todo pero a la vez no sabía como hacerlo— ¿No deseas hablar?—volvió a preguntar
con una sonrisa que podía derretir a cualquier y cuando volví a sentarme a la mesa supe que
estaba totalmente perdida frente a su dulzura y ya no había paso para atrás para poder
seguir evitándola.

—Tengo dos hermanos mayores , Taylor y Chris —respondí sin mirar más allá que los ojos
castaños de ella —apenas los conocí en mi infancia porque desde la separación de mis padres
yo solo viví un año con Clara para mudarme con papá —suspiré ante el recuerdo de ello ,
ninguno de los dos habían sido una parte activa de mis recuerdos , apenas recordaba ciertas
fechas importantes como navidad en que habíamos pasado juntos pero nada más que eso.

—Eso debió ser muy duro , ¿cuántos años tenías?


—Ocho cuando decidí mudarme con él y fue el momento en que solo los veía para fechas
especiales como navidad ó cumpleaños —hace mucho que no hablaba con nadie sobre eso,
con Lucy era distinto porque no tenía que contarle nada , ella había vivido conmigo todos
esos momentos y también había sido protagonista de otros así que de cierta forma estar a su
lado era lo único que necesitaba para sentirme en paz frente a ese tema , no obstante , por
extraño que sonase yo no añoraba esos momentos con Lucy .

—Debieron ser años muy difíciles—la voz de Camz iba venía como un vaivén de sensaciones
neutras que ella no quería mostrar para no interferir con sus preguntas, sin embargo , era
palpable el hecho de que no se sentía cómoda frente a la conversación porque no sabía que
decir .

insideofmysoul
—No realmente , fueron los mejores de mi infancia—una sonrisa se apoderó de mis labios
porque realmente atesoraba los cuatro años que viví sin las constantes peleas y sin tener que
tomar decisiones que no iban acorde a mi edad , era el único momento de mi vida turbia que
no hubieron problemas ó al menos no los suficiente como para recordarlos —Mi padre era la
mejor persona que he podido conocer atento , cariñoso e inteligente fue capaz de ofrecerme
los mejores recuerdos que tengo en mi vida.
—Lo querías mucho—afirmó con una sonrisa y yo asentí porque era la única certeza que
había en mi vida.
—Demasiado , era después de Lucy la única persona que me conocía a tal punto que podía
premeditar mis actos —cerré los ojos ante la cálida sensación de recuerdos que atrevasaba
mi interior , a veces los recuerdos dolían como armas de doble filo que eran , sin embargo,
también habían un momento dónde te daban la satisfacción de haber vivido ese momento
aunque después doliera el hecho de que ya no lo vivías más.—La relación con Clara se fue
estropeando cuando me mudé , mi padre prefería no acercarme a ese ambiente turbio que
era ser parte de la vida de esa mujer así que la veía un par de veces al año y me
acostumbré a ello .
—No podría haber soportado eso —dijo finalmente sintiendo como su voz se rompía frente a
cada palabra que pronunciaba —En mi familia somos muy unidos , lo siento mucho.
—Supongo que no todas las familias son iguales , la mía solo era mi padre hasta que sucedió
eso—bajé la mirada ante el recuerdo que me abatía como ningún otro y era el único que
nunca deseaba recordar porque me carcomía de una manera en que los otros no podían
hacerlo ó al menos de una forma que no podía controlar para que no doliera.

—¿Cuántos años pudiste disfrutarlo?— me preguntó mientras las yemas de sus dedos
acariciaban con dulzura mis manos aquel gesto fue capaz de cambiarlo todo , porque era la
primera vez que alguien me ofrecía ese tipo de cariño y comprensión.

—Tenía doce cuando él prefirió ser débil y dejar que todos los problemas de su vida fueran
más importantes que mantenerme con él—comenté enojada al recordar cuánto seguía
doliendo ese recuerdo a pesar de que ya había pasado una década desde que había sucedido.

—Lauren no puedes culparlo de eso —dijo nuevamente con ese tono tan suave que ella tenía
para hablar, mi mirada quedó fija tratando de calmar mis impulsos de no arruinar este
momento como siempre lo hacía — No todos somos tan inquebrantables como deseamos ser,
estoy segura que él te amaba más de lo que fuera posible de decir —solté mis manos de su
agarre y las empuñé tratando de reprimir las lágrimas que sentía que en cualquier momento
iban a caer.

—Me ilusionó para luego romper mi corazón Camilia —contesté amargamente — No entiendes
lo que es—antes de que pudiera decir algo ella se adelantó .

—No , no puedo hacerlo —se limitó a decir antes de suspirar y volver a tomar la palabra
frente a este momento— No puedo ponerme en tus zapatos
y sé que debe ser muy duro que nadie pueda hacerlo porque todos sufrimos las cosas de una
forma distinta , pero puedo asegurarte de que él te quería aunque se haya equivocado , a
veces la lucha contra nuestros demonios no son suficientes para mantenernos con vida .

—Volví a vivir con Clara luego de su funeral y prefiero no hablar de esos días—finalicé con esa
conversación que no quería tener , estaba lo suficientemente herida como para poder seguir
el camino de hablar de la persona que más odiaba en el mundo . Por suerte Camila entendió

insideofmysoul
aquello y prefirió no seguir hondando en el tema de Clara.
—¿y tus hermanos?¿por qué nunca fuiste con ellos?—reí sarcásticamente ante esa pregunta,
sabía que ella no sabía nada de eso , sin embargo, no pude resistir la tentación de querer
expresar todo lo que sentía ante mi mayor arma que era el sarcasmo.

—Porque me cansé de hacerlo —respondí mientras ella no dejaba de mirarme atónita frente a
mi respuesta —ellos tenían sus propias vidas en la universidad mientras yo tenía que
quedarme amarrada frente a una vida que yo no deseaba —suspiré ante la frustración que
siempre me invadía recordar todas las veces en que realmente había querido irme de aquel
infierno pero no podía hacerlo
—fueron demasiadas las veces que les rogué que si podía irme con ellos pero nunca sucedió .

—Se me hace imposible creer que pudieran dejarte vivir ese infierno , yo no podría hacer
aquello.

—Lucy fue mi todo en esos años , aprendí todo lo que necesitaba saber sobre la vida por mis
experiencias pasadas , sin embargo , conocí lo que era amar y ser amada con ella —aunque
me doliera aceptarlo , Lucy era la protagonista del concepto ambiguo que tenía de amor , ella
había sido la creadora de aquella herida y lastimosamente también había sido la que le había
dado una estocada profunda a mi corazón —Podía llegar a su casa de madrugada y ella
siempre estaba dispuesta a ofrecerme su amor sin ningún tipo de barrera —Camila no dijo
nada solo me miraba tratando de ver más allá de lo que le decía pero no había nada más allá
porque lo que estaba haciendo era abrirle mi alma destruida como nunca había hecho con
nadie más — No defiendo lo que hizo , pero almenos lo que calma que no haya ido a aclarar
las cosas con ella es que prefiero quedarme con esa imagen de cuando éramos dos
adolescentes y el universo era pequeño comparado con lo que éramos nosotras dos , ella no
solo era mi amiga sino que también era esa persona que con solo sentir su nombre sobre mis
labios podía sacar una sonrisa , cuando ella estaba a mi lado podía sentirme infinita me
sentía protegida .
—Fue tu muro contra lo dura que era la vida—no supe que decir frente a eso , tal vez esa era
la razón por la cuál no podía dejarla ir a pesar de todo.

—Creo que sí — respondí encogiéndome de hombros—La verdad es que le hubiera perdonado


su traición si me lo hubiera dicho , si hubiera conversado conmigo de que ya no sentía las
mismas cosas —mis dedos se posaron por los bordes del vaso tratando de poner en orden
todas mis ideas— Hubiera hecho cualquier cosa para no perderla porque con ella se iba todo
lo que había sido decente de mi pasado , sin embargo , aquello no pasó —a pesar de que me
dolía recordar que nada de eso había pasado y ella solo me había traicionado, creo que
estaba comenzando a agradecer que aquello pasara para que me diera cuenta de que no
debía depender nunca de alguien de la forma en que había hecho con Lucy —Ella solo me
traicionó y no quiso dejarme ir porque estaba acostumbrada a no perder , no le importaba
que en el camino alguien saliera lastimado solo le importaba su propia satisfacción y cuando
me di cuenta de eso ya era muy tarde.
—Es el tipo de persona tóxica que a pesar de todo no quieres en tu camino —aseveró enojada
como si ella la conociera.

—No creo que lo haya hecho con esas intenciones


—¿De qué hablas?—preguntó sin entender.

—La conozco lo suficiente como para saber que su traición fue más con el hecho de que ella
jamás se ha sentido plena de ninguna forma —mis pensamientos buscaban alguna respuesta
para justificar sus actos porque no podía aceptar que aquella persona que conocía desde que
tenía uso de razón hubiera actuado porque si— Desea que las personas la amen y lo logra,no

insideofmysoul
obstante, se siente incompleta al darse cuenta que ella no es capaz de hacer lo mismo por
esa persona
—Camila me miraba atónita como sino lograra entender lo que le estaba diciendo
—Su problema está en que ella puede hacer que las personas la amen pero ella no puede
sentir esa sensación de no pensar en las consecuencias de amar a alguien más

—Aún la quieres—suspiró amargamente.

—No puedo quitar toda una vida por dos años en dónde ella hizo lo que se le viniera en gana
— me limité a decir— Es cierto que una parte de mi la odia por lo que hizo , sin embargo , es
más grande la parte que la odia porque no puedo olvidarla.

con ella
—¿Regresarías con ella?
—Jamás —afirmé—Soy estúpida pero no tanto como para volver

—¿Entonces?
—Creo que algún día tendré que perdonarla —suspiré acomodando mi cabello—Sinceramente
no creo que pueda seguir sintiendo que solo dejé todo mi pasado con ella y me cerré a creer
que ella no fue parte de él cuando fue lo más importante , no puedo seguir viviendo de
mentiras Camz .

—No creo que sea una buena idea quedarte en el pasado Lauren
—fue su respuesta mientras yo negaba su comparación porque yo no veía al pasado como un
estado mental que debías superar sino más bien lo veía como una forma de mejorar el
presente.

—El pasado son los adoquines del presente y lo deseo porque solo así cerraré el capítulo que
tengo con ella.
—¿Deseas cerrarlo?—inquirió y yo asentí segura de lo que quería
hacer.

—Deseo hacerlo para comenzar de nuevo


—¿Quieres darle la oportunidad a otra persona de quererte?
—No —concreté con un suspiro sosteniendo las palabras en mi boca que tanto deseaba decir
pero me había negado a hacerlo , no obstante, ya era muy tarde para seguir reprimiendo
aquello —Deseo darme la oportunidad de quererte .
Safe and sound parte 2

Me encantaría tener más tiempo libre , lo siento mucho muchísimo por el retraso pero mi
wattpad loco me borró varias veces este cap y después ya no tenía tiempo para poder escribir
así que aquí estoy nuevamente :c

Los Angeles 1947 Camila

—No te muevas princesa Camz — me susurró la pequeña rubia mientras ella iba al baño a ver
insideofmysoul
uno de mis labiales , hoy Lauren no había podido dejar a nadie a cargo de Noe por la mañana
por lo cuál la había traído al estudio mientras ella trabajaba . La verdad es que esa niña era
demasiado obediente porque no provocaba ni un solo problema en el estudio y podía
quedarse sentada por horas sin hacer el más mínimo ruido solo viendo como las personas
actuaban y trabajaban en el set .

Por esa misma razón apenas había terminado con mis escenas no dudé en llevarla a mi
camarín para jugar un poco con ella mientras la peliengra terminaba de trabajar.

—Camila tienes —escuché la voz de Claire detrás mío y no dudé en darme vuelta viendo
como una sonrisa se posaba en sus labios hasta que comenzó a reír mientras yo la miraba sin
entender —¿Debo preguntar que te pasó en la cara?—comentó divertida y yo dirigí mi vista
hacia al espejo del camerín y no necesité más que unos segundos para darme cuenta de que
le parecía tan divertido , no obstante, no podía dejar de ver con ternura el intento de
maquillaje que había dejado Noe en mi rostro.

—Cállate, Noe está por aquí —sentencié frunciendo el ceño mientras Claire calmaba sus risas
mordiendo su labio.

—¿Dónde quedó tu orgullo?—preguntó estallando nuevamente en risas , yo solo me limité a


fulminarla con la mirada por sus preguntas estúpidas.

—Tú hubieras hecho lo mismo—aseguré buscando el removedor de maquillaje y Claire volvió


a reír por ello , definitivamente aquella rubia nunca olvidaría este momento en su vida.

—Las de maquillaje te matarán por esto— me dijo sin dejar aquel


tono burlón que mostraban sus labios , yo volví a rodar los ojos porque si Noe la hubiera
encontrado primero a ella , otra sería la que se estuviera riendo en este momento.

—No me quedan escenas hoy ,así que está bien —sentencié y Claire asintió sin dejar de
mirarme .

—¿Dónde está?—dijo buscando con la mirada a la pequeña rubia causante del maquillaje , yo
sonreí al recordar la emoción que había en Noe cuando me propuso jugar de esa manera, esa
niña era demasiado adorable para ser real.

—En el baño fue a buscar un labial —confesé comenzando a doblar el paño para quitarme el
maquillaje pero me detuvo aquella vocecita encantadora que ni siquiera me llegaba a la
cintura y aún así era capaz de que aceptara este tipo de cosas.

—Claire —chilló Noe mientras se tiraba a los brazos de la rubia , hoy estaba con un vestido
rojo hasta las rodillas y dos coletas que la hacían ver más adorable de lo normal—¿viniste a
que te maquille como la princesa Camz?—preguntó emocionada mientras Claire le daba
vueltas entre sus brazos , ella a diferencia de mi tenía aquel magnetismo de ser agradable .
Las personas la adoraban y los niños se tiraban en sus brazos con segundos de conocerla
mientras ella se dejaba querer de esa forma tan pura . Ahora entendía un poco la forma en
que aquella rubia se mostraba hacia las personas , la verdad es que siempre había preferido
estar sola pero hace poco había nacido algo que no podía explicar , una extraña sensación de
que ya no deseaba eso en mi vida.

insideofmysoul
—Hola peque —respondió Claire con pequeños besos en el cabello de Noe que hizo que la
pequeña rubia arrugara la nariz de la misma forma en que Lauren lo hacía —Paso ,creo que
solo a ella le queda increíble ese maquillaje , buen trabajo —contestó entre risas y yo solo
rodé los ojos por sus respuestas.

—Gracias —afirmó Noe mostrando estar orgullosa de su trabajo


—¿Qué opinas princesa Camz?—sonreí como nunca al volver a escuchar la forma en que ella
se refería a mí , nada podía ser más tierno que escuchar mi nombre en sus labios.

—Me gusta mucho Noe ,tienes un gran futuro en ello—comenté y ella sonrío frente a mi
respuesta mientras Claire la bajó de sus brazos.
—Noe que tal si me pasas mi bolso que dejó en el sillón de la entrada —preguntó la ojiazul
tratando de llamar la atención de Noe , ella rápidamente asintió frente aquella orden y a mí
cada minuto que pasaba con ella me sorprendía la forma de obediencia que tenía . Nunca se
negaba ó refutaba alguna orden que Lauren ó Claire le imponían.

—Está bien —confirmó con una sonrisa —Ya vuelvo—no pude dejar de ver con una sonrisa
como la pequeña rubia salía corriendo hacia donde estaba el bolso de Claire , mientras que la
francesa volvía a mostrarse divertida frente al tono de mi rostro.

—Esto merece ser fotografiado para la eternidad —sugirió irónicamente —Camila Cabello
famosa actriz se deja maquillar por una niña de seis años —dijo mientras hacía sus gestos
exagerados de siempre y yo solo podía pensar en la razón por la cuál había decidido ser su
amiga desde un principio—Sería una noticia que causaría furor en el mundo de la actuación.

—A veces eres insoportable ¿lo sabes?—respondí mientras comenzaba a quitar el maquillaje.

—Es parte de mis dones cariño—aseguró con orgullo.


—Si dones como digas — bufé mientras volvía a dirigir la vista al espejo—No ha quedado tan
mal—sentencié al verlo de más cerca , Claire se acercó a mí y no dudó en posas sus brazos
sobre mí y darme un beso en la mejilla.

—Me parece adorable —comentó con una sonrisa hacia el espejo— aunque me parece extraño
viniendo de la chica que odia a los niños.
—Es imposible no caer rendida a esos ojos azules —respondí suspirando y ella asintió porque
sabía que era imposible no hacerlo.

—Totalmente de acuerdo , es hermosa —yo asentí ante su comentario recordando la emoción


en aquellos ojos azules —Al igual que su madre
,que por cierto no he visto— ésta vez Claire me soltó para enarcar la ceja frente a su
pregunta .

—Estaba con John tomando los últimos detalles de la canción de la escena del final—
sentencié removiendo de a poco el maquillaje que había quedado marcado por la utilización
de Noe ,al parecer sacárselo no era tan divertido como lo fue que ella me maquillara.
—Muero por terminar la película —bufó Claire dando aquellas suspiros que solo salían de su
boca , porque mostraban una exageración de cansancio que no había visto en nadie más.

insideofmysoul
Claire amaba el mundo de la actuación pero siempre me venía con comentarios de que sino
fuera porque John la contrataba en ciertos proyectos , ella no dudaría en irse lo más lejos
posible de las cámaras , aunque tampoco sabía que podía hacer aquella rubia con su vida
sino fuera actriz — Necesito unas vacaciones— comentó acomodando su cabello en el espejo ,
yo reír porque apenas llevábamos un par de semanas en el set y ella ya creía que era el peor
trabajo del mundo.

—¿Algo pensado?—pregunté mientras me miraba dudosa ,no tardó en esbozar una sonrisa
cuando las ideas nacieron en su cabeza. Las posibilidades de vacaciones que ellas podía darse
eran infinitas al igual que las mías , pero había algo que siempre me hacía volver al trabajo .
Tal vez era que al final del día , lo único que me hacía sentir llena y completa era la actuación
, este mundo que a pesar de odiarlo era el único que conocía.

—No lo sé , tal vez algo más privado ya sabes —contestó encogiéndose de hombros y yo
supe a lo que se refería con privado así que no dudé en fruncir el ceño ante su respuesta.

—Si mi diccionario personal sobre ti no se equivoca , privado está ligado a que quieres pasar
con una chica distinta cada noche de esas vaciones sin tener repercusiones de los medios —
sentencié y Claire me miró ofendida por mi respuesta como sino fuera la actitud que tomaba
en cada vacación que llevaba conociéndola , lo increíble es que cada chica que ella deseaba la
tenía como si fuera tan fácil con hablarle un par de minutos para llevarla a la cama , su poder
de conquista era increíble , el más grande que alguna vez haya visto en alguna persona y
estoy segura que más de una fue a rogarle estar juntas otra vez y no ser solo algo de una
noche, pero Claire no mostraba ninguna cercanía hacia algo más serio excepto por aquella
chica que hace unas semanas ocupaba todos sus pensamientos.

—Tu diccionario debe actualizarse Cabello — concretó enarcando la ceja—No he salido con
ninguna chica de esa forma desde hace dos semanas
—respondió orgullosa por ello y yo no supe si creerle ó no porque me parecía increíble
viniendo de ella.

—¿Nuevo record?—pregunté irónicamente.


—Eres odiosa—refutó desordenando mi cabello.

—Sabes que bromeo , ese cambio tan repentino tiene que ver con esa chica
—aseguré con una sonrisa porque me gustaba verla más animada todos los días como
también me encantaba ver como sus ojos se ilusionaban ante la realidad , ella realmente se
merecía todo lo que estaba bien en el mundo y ser feliz antes que todo.

—Puede ser —sugirió jugando nerviosa con sus manos como si fuera una niña pequeña
insegura de lo que estaba pasando.

—¿Es algo serio? ¿quieres hablar de ello?—pregunté acariciando su cabello y ella negó
rápidamente.

insideofmysoul
—Preferiría guardar mis comentarios al respecto —Claire no solía ser reservada con nada de
su vida , pero aún así no seguí presionando sobre el tema
—Es complicado.

—Todo lo que viene contigo es complicado , es parte de tu forma de ser Claire—ambas reímos
por ello.

—Es complicado porque soy la primera chica con la que sale


—sugirió frustrada —no es algo de una noche que sucedió por curiosidad de que es estar con
ella, enserio la quiero y siento que es recíproco —como su voz se puso tan seria que no podía
recordar algún momento que me haya hablado de esa manera , supe que le estaba costando
demasiado hablar sobre este tema .

—Por lo cuál te preocupa los sentimientos de ella—sentencié .

—No solo eso —respondió mientras sus ojos azules me miraban preocupados —Hace mucho
que no me sentía de esa manera tan —tragó saliva ante aquel pensamiento y no pudo seguir .

—¿Feliz? , te he visto Claire , comparto escenas todo el día contigo y sé a lo que te refieres —
le confesé con una sonrisa—Y me encanta que te sientas de esa forma , esa chica es muy
afortunada.
—A John no le agrada mucho la idea , los últimos días se ha vuelto insoportable —suspiró
amargamente , sabía la relación que tenía con John y como
debía afectarle no tener la aprobación de él frente a algo que se encontraba fuera de sus
dominios.

—John es insoportable las 24 horas del día Claire —confirmé —Pero se preocupa por ti
, ¿has tratado de hablar sobre ello?.

—Cientos de veces , pero él no deja de verme como una niña pequeña a la cuál tiene que
proteger.

—Dada tu historia sobre relaciones , yo también respondería de la misma forma —la verdad
es que también lo entendía ,ella siempre se había mostrado como una chica enamorada de
cualquier mujer bonita que se le apareciese en el camino , siempre tomaba provecho de que
tenía un poder hinoptizante y siempre se metía en problemas por ello.Por lo cuál John trataba
de sacarla de ellos casi el cien por ciento de las veces—Claire , tus relaciones han sido
desastrosas pero me he dado cuenta que esta chica es diferente así que no le veo el
problema—sabía que ella necesitaba toda la ayuda del mundo, que creyeran en ella y que no
le destrozaría el corazón a esa chica , ya que ese era el temor de John , que Claire se
aburriera y no le costara dañar el corazón de alguien que parecía inocente.

—¿Lo crees?—preguntó insegura y yo asentí.

—Claro que sí , eres una de las pocas personas que creo que merecen ser felices por siempre

insideofmysoul
y todas esas cosas que siempre hablan del amor .

—Vaya si hablo la atea al tema —fruncí el ceño ante su comentario, pero Claire solo me miró
con una sonrisa como si estuviera complacida con aquello
—¿un cambio de maquillaje te hizo pensar distinto?—suspiré ante eso , porque la verdad es
que a pesar de no creer en el amor ni tampoco ser una amante de ese tipo de temas ;
últimamente me había visto atraída hacia aquella idea de felicidad que tenían las personas al
escuchar sobre el amor y de a poco comenzaba a sentir algo de lo que todas las personas
afirmaban que se sentía cuándo amabas a alguien de esa forma.

—Tal vez solo sea una etapa donde no quiera estar sola —dije sin mirarla porque sabía la
cara que me iba a poner al escuchar aquello de mis labios —Este trabajo es bastante
solitario— no mentía con ello , el mundo detrás de los vestidos y los reflectores era como un
callejón vacío donde no existía nadie más que tú , pero los problemas se encontraban en
cualquier esquina de este lugar y no dudaban en
atacarte de vez en cuando probando tu nivel de sobrevivencia . Tenías que ser muy fuerte
para mantenerte en el mundo del espectáculo porque sino desfallecerías en el primer
momento que las cosas se complicasen .

—Totalmente de acuerdo , pero tú eres quien decide vivir en esa soledad Camila — afirmó
Claire—Fuera de estas paredes hay cientos de oportunidades esperando ser descubiertas por
tu corazón —aseveró con una sonrisa que podía llenar el mundo si así lo deseaba —Tienes
que darte cuenta de que no eres esa chica fría que muestras a todo el mundo —suspiré ante
ello porque Claire era la única que conocía esa parte de mí, de hecho a veces dudaba que yo
misma la conociera —Te conozco y también a tu corazón y sé que está dispuesto a amar
como nadie ,solo tienes miedo.

—¿Miedo a que?, chica experta en el amor—sentencié riendo ante sus palabras tratando de
ocultar la profundidad que habían tocado éstas mismas.

—A enamorarte y que te destrozen el corazón —no dije nada ante lo que decía pero aquello
fue como una estocada que no esperaba de su parte —Pero no puedes saber si lo harán sino
lo entregas por completo , nunca estará mal jugar a la ruleta del amor — los ojos azules de
Claire me miraban tratando de decirme algo que no podía entender aún—A veces puedes salir
ganando más de lo que esperabas
—respondió con una sonrisa y antes de que siquiera pudiera tragar todas sus palabras
, vi como una pequeña rubia de dos coletas comenzó a saltar frente a Claire .

—Aquí está Claire —mencionó emocionada mientras saltaba pasándole el bolso, era
simplemente adorable.—
—Merci mon petit —comentó Claire con una sonrisa tan grande que no parecía ser de ella,
esa niña podía hacer magia porque era capaz de alegrar cualquier corazón sin necesidad de
decir una sola palabra.

—de rien Claire —afirmó con una sonrisa encantadora que estaba segura que había heredado
de Lauren porque podía reconocerla en cualquier parte.

insideofmysoul
—¿Cuándo seguiremos con nuestras clases mi pequeña aprendiz?
—sugirió jugando con su nariz —Sabías que solo las chicas guapas hablamos francés—
comentó mientras le guiñaba el ojo y Noe me miró a mi .

—¿Camz también?—preguntó confundida y yo solo pude sonreír al ver como me incluía a la


conversación.
— No , ella no —aseveró Claire frunciendo el ceño mientras yo no pude no reír por aquello, a
veces ella no era muy diferente a una niña pequeña, Noe la miró confundida antes de volver
a hablar.

—Ella es muy bonita —arrugué la nariz al escuchar aquello, creo que nunca había estado más
feliz que me dieran esa denominación.

bonita.
—¿Por qué Camila siempre es el centro de atención de todo?
—Tú también lo eres Claire —finalizó Noe tranquila —Muy muy

—¿Algún día madurarás?—le pregunté.

—¿Ves? —sugirió la rubia mientras tomaba a Noe entre sus brazos y la alzaba —¿Por qué te
cae bien alguien tan pesada como ella?—comentó mientras le daba pequeños golpes con su
dedo a la nariz de Noe haciendo que la pequeña no dejara de reír por aquello—¿Tienes
hambre?.
—No lo sé
—¿Cómo que no lo sabes? —inquirió Claire haciéndole cosquillas
—¿sí ó no?
—Si —gritó a carcajadas mientras yo no dejaba de ver aquella
escena con toda la ternura del mundo.

nariz.
—Bien , tengo unos chocolates para ti en mi auto ¿me acompañas?.
—Muchas gracias Claire —respondió la pequeña rubia arrugando la

—¿tú vienes?—me preguntó Claire y yo negué porque deseaba sacarme el maquillaje antes
de que me viera alguien en la calle de esa manera.

—Yo las espero no te preocupes—contesté mientras veía como Claire no dejaba de reírse por
lo que le estaba diciendo Noe al oído.

—Bien vamos Noe , te enseñaré que mi auto es más genial que el de Camila—comentó y yo
solo me limité a rodar los ojos mientras veía como ambas salían de mi camerín , tomé la
crema desmaquillante y la esparcí sobre el paño para comenzar a quitarlo cuando pude
escuchar una voz detrás de mí que me era imposible ignorar. Me giré para ver de dónde
provenía y noté como Lauren estaba con un hermoso celeste que resaltaba sus ojos verdes
como si fueran dos estrellas en medio de la noche, ella frunció el ceño preocupada al verme.

insideofmysoul
—¿Mi hija hizo eso? —preguntó acercándose a mí con la misma
preocupación con la cuál me había visto, yo asentí encogiéndome de hombros —Lo siento—
me susurró arrepentida y yo solo esbocé una sonrisa por ello.
—No te preocupes , es tierno —confesé sin dejar aquella sonrisa que delataba mi estado de
ánimo.

—Gracias por quedarte con ella—respondió suspirando y yo asentí porque no había ningún
problema, de hecho me estaba comenzando a acostumbrar a tenerla dando vueltas por aquí
aunque eran raras las veces en que Lauren la traía.

—No tengo problemas , se porta muy bien.

—Y también te pintó la cara —sugirió enarcando la ceja mientras tomaba el paño que tenía en
la mano —¿Te ayudo a quitarte el maquillaje?—suspiré ante la sonrisa que se posó en sus
labios, Lauren una mujer hermosa no había duda de ello, quizás no era la belleza que
compartía todos los días con las demás actrices, ella tenía su propio brillo que la hacía
especial entre todas las personas que llevaba conociendo en mi vida. No estaba segura si era
la forma en que hablaba tan tranquila ó era el hecho que detrás de esos ojos verdes se
encontraba una mujer que era digna de admirar porque había luchado toda su vida.

—Adelante , arregla la obra de arte de tu hija —respondí mientras dejaba que ella comenzara
a quitar el maquillaje.

—Enserio lo siento , Noe no suele hacer eso —se disculpó nuevamente —Aunque con ó sin
maquillaje no dejas de verte bien—me mordí el labio viendo como sus mejillas se sonrojaban
por haber dicho eso, no sabía que era pero cada vez que estaba junto a ella podía sentir una
especie de magnetismo que me acercaba cada vez más a ella, un magnetismo que me pedía
tenerla junto a mí y conocerla.

—Gracias —dije olvidando mis pensamientos y Lauren asintió terminando con el maquillaje —
¿Qué tal tu día?—ella suspiró antes de dejar el pañuelo, al parecer no había tenido un día tan
bueno.

—Tranquilo —afirmó pensando en que decir —John me ha afirmado que me quedan un par de
días para terminar con todo—la miré extrañada ante su respuesta porque a mi me faltaban
aún escenas por grabar y parecía ayer que ella había llegado al estudio.

—¿Tan rápido?—pregunté contrariada y ella se limitó a asentir encogiéndose de hombros.


—Solo canto en ciertas escenas , no soy actriz para tardar más
—dijo suavemente mientras daba un vistazo rápido hacia mi camerín.

—Pero ¿cuánto ha pasado?—comenté frunciendo el ceño y ella sonrío con esa dulzura tan
natural que tenía.

—Un mes—sentenció.

—Vaya , ¿Entonces que harás?—pregunté preocupada a sabiendas que ella no tenía más
empleo que esto, ella tardó en contestar mientras seguía en la búsqueda de algo en mi
camerín.

insideofmysoul
—Buscar un trabajo —contestó y yo tragué saliva ante la posibilidad de que ella no
encontrara nada, no había pensado en aquel detalle y ahora no podía estar más preocupada
por ello—Uno que se adecúe al hecho de que Noe estará en casa conmigo en las vacaciones—
suspiró cansada— así que eso—no podía dejar de pensar en lo complicado que sonaba eso,
yo no tenía ese tipo de problemas y por primera vez no podía dejar de pensar en que Lauren
me importaba lo suficiente como para verla sumergida a través de esos problemas.

—Lo siento mucho por eso.

—No te preocupes , la verdad no estoy tan preocupada —yo la miré contrariada porque su
voz delataba lo contrario que sus palabras decían —Puedo sobrevivir hasta que encuentre
algo .

—No suenas muy convencida, ¿Estás preocupada?—pregunté pero luego me sentí una tonta al
hacer aquella pregunta, Lauren suspiró antes de asentir con un rostro lleno de preocupación.

—Si , pero no es por eso—confesó mientras yo no dejaba de mirarla atónita por su respuesta.

—¿Puedo saber que te preocupa?—Lauren desvió la mirada no muy convencida de si debía


responder a mi pregunta, a veces odiaba como se mostraba tan indiferente ante mi
preocupación hacia ella, sabía que era por el hecho de que había sobrevivido sola en todo
este tiempo así que le costaba confiar en las personas y tampoco la juzgaba por ello , ya que
tampoco era la persona en la cuál todo el mundo podía confiar, pero lo único que deseaba es
que ella me viera como una amiga en quién apoyarse.
—No creo que te interese saber mis problemas—sugirió con una leve sonrisa y yo negué
rápidamente a su respuesta.

—Soy buena escuchando —sentencié tomando su mano con una sonrisa mientras Lauren
fruncía el ceño ante mi respuesta.

—He escuchado comentarios distintos a eso, enserio no tienes porque preocuparte.

—Soy buena escuchando lo que me interesa , y tú lo haces —refuté con seriedad—somos


amigas ¿no?—pregunté con timidez , la pelinegra me miró extrañada hasta que finalmente
asintió hacia esa pregunta dejando que una sonrisa surgiera porque eso era lo que más
deseaba.

—Supongo que si —respondió finalmente antes de suspirar y volver al tema—El problema es


un chico —volví a mirarla atónita porque no me imaginaba que su problema se derivaba de
algo así, la verdad es que nunca la había escuchado hablar de ningún chico ni siquiera del
padre de su hija. Lauren era quizás la persona más reservada que conocía así que no podía
estar más sorprendida por ello.

—No sabía que salías con alguien—contesté tratando de entender lo que estaba sucediendo,
no podía negar que además de sorprendida sentía un poco de incomodidad al escuchar
aquello.

—No claro que no —afirmó rápidamente mientras yo seguía sin comprender lo que estaba
sucediendo, sin embargo, por como su rostro tomó esa seriedad que siempre ponía cuando un
tema le incomodaba, me limité a asentir y darle la razón.

insideofmysoul
—Bien , entendí , no sales con nadie.

—Enserio que no es necesario—respondió nerviosa.

—Prosigue .

—Aiden es mi mejor amigo desde un poco antes que naciera Noe , la ama como nadie y es
fantástico con ella y conmigo —comentó sin dejar de mirarme nerviosa y que sus palabras
adquirieran una inseguridad que no era capaz de diferenciar de donde nacía—Siempre ha sido
atento y cariñoso ante todo—suspiró dejando que el silencio se encargara de aumentar la
presión en el camerín.
—¿Cuál es el problema? , suena un chico perfecto—refuté tratando
de entenderla pero ella solo ladeó la cabeza intentando decirme algo que sus palabras aún no
eran capaces de reproducir.

—Lo es —aseguró —Pero yo no soy una chica perfecta , la que él merece—sus ojos tomaron
un tono oscuro de arrepentimiento y yo no entendía a que iba eso, no me imaginaba a nadie
más afortunado por tener la suerte de que ella se fijara en él.

—¿Por qué?—pregunté y ella se limitó a agachar la mirada.

—Tengo una niña de seis años , no tengo trabajo , tengo un pésimo historial en
equivocaciones y —no la dejé continuar porque realmente me lastimaba que ella pensara así,
tal vez tenía muchos errores en su vida pero todos eran cubiertos por las buenas decisiones y
el esfuerzo que siempre ponía en todo, me dolía porque estaba segura que yo había cometido
muchos más errores a través de mi vista egoísta del mundo y ahí estaba ella que a mis ojos
era perfecta diciendo que no lo era.

—A mi me pareces una buena chica Lauren —aseveré avergonzada ante mis palabras —Y me
parecería extraño que ningún chico se fijara en ti —por unos segundos nuestras miradas
chocaron dejando que su mar verde se reflejara en mis ojos oscuros y si era capaz de darle
algún tipo de descripción a aquel momento, tomaría como protagonismo la palabra raro.
Porque fue rara la forma en que sus ojos podían mostrar la tristeza de su alma y a la vez
llegar a llenarme de aquel brillo que solo su mirada era capaz de liberar.

—No sé que hacer Camz —sugirió indecisa —Aiden siempre me presiona para que salga con
él y sé que no pasaría nada malo con él.
—¿Lo quieres?—le pregunté terminando con aquella magia que nuestras miradas habían
adquirido al conectarse.

—Lo hago —afirmó aún en ese tono tan inseguro que mostraba desde el principio de la
conversación.

—Pero no de la misma forma que él ¿cierto?—ella asintió afligda y yo no dudé en acercarme a


ella y acariciar su mejilla.

—Lamentablemente no —confesó en un lánguido suspiro —Aiden me quiere más de lo que yo


alguna vez voy a sentir por alguien —volví a sentir esa punzada que nacía cada vez que veía

insideofmysoul
a la pelinegra negarse a sentir algo por alguien, me dolía de alguna forma que no podía
entender el porqué , tal vez porque me
recordaba que yo tampoco deseaba sentir nada por nadie, pero a la vez eran deseos que
estaban comenzando a hundirme en una marea que no conocía.

—El amor es una basura Lauren — refuté frunciendo el ceño.—Lo mejor que puedes hacer es
alejarte de sus redes—afirmé separándome de ella mientras ésta vez su mirada estaba
totalmente absorta ante mis palabras.

—Lo sé , lo he hecho —comentó —Pero no puedo decirle que no , él ha sido muy lindo
conmigo y con Noe.

—Eso no se llama amor , se llama agradecimiento —respondí seria ante el hecho de que ella
no sabía separar una cosa de la otra —No puedes confundir amor con una amistad sincera ,
son dos cosas totalmente distintas.
—¿Qué crees que debería hacer?—preguntó.

—Supongo que darle la oportunidad que quiere y que veas si quieres seguir con eso —afirmé
encogiéndome de hombros porque no veía ningún otro tipo de solución a aquel problema —
Pero nadie puede obligarte a querer a alguien , simplemente nace en cualquier instante de la
vida.

—Gracias —confesó con una tímida sonrisa —No entiendo como tantas personas pueden
tener una idea tan errónea sobre ti —por segunda vez sus ojos adquirieron el protagonismo
en aquel momento y yo tenía ni la más mínima idea de como era capaz de realizar aquella
acción.

—¿De qué hablas?—pregunté sin entender.

—Eres muy linda en todos los sentidos Camz —no era necesario ver mis mejillas para saber
que éstas estaban rojas a morir como si fueran capaces de explotar en cualquier momento.

—¿Lo crees?—susurré insegura como nunca lo había estado, estaba tan acostumbrada a los
halagos pero viniendo de alguien tan sincero se sentía de otra manera, de una forma que no
conocía como si fuera la primera vez en que aquel comentario salía para mí.

—No necesito creerlo si me lo has confirmado muchas veces


—aseguró con una sonrisa —Aquel día en la pastelería cuando le compraste aquel pastelillo a
Noe , vi algo que no había visto en ninguna persona desde hace mucho.

—¿Qué cosa?.
—Un corazón noble que tiene miedo de querer salir —sus ojos
mostraban aquel brillo que era capaz de tener un doble efecto, el de cegar a cualquier
persona y a la vez darle la luz que necesitaba su vista.—No creo que seas la persona que
quieres mostrar a todo el mundo—un suspiro salió de mis labios al escuchar aquello —Eres
muy buena actriz si , pero no eres esa Camila —aseveró como si me conociera desde siempre
y así era como yo me sentía como ella, no necesité de un gran período de tiempo para querer
saber más sobre aquella chica tan misteriosa que se presentaba con los ojos verdes más
hermosos que haya visto jamás. —Para mí siempre serás una chica especial.

insideofmysoul
—Pero si yo hice que te despidieran—refuté nerviosa y ella rió ante mi respuesta.

—Eso no es cierto , yo me tropecé —afirmó —Y aún así estás aquí tratando de darme un
consejo y creando una amistad conmigo —su mirada me miró llena de ternura y yo no supe
que hacer ó que decir frente a ello —Eres hermosa por dentro y por fuera Camila,nunca lo
olvides—sonreí porque era la primera vez en mi vida que dejaba que ese tipo de halagos
produjera un sinfin de emociones que no era capaz de controlar.
Fuera lo que fuera que tenía Lauren para crear eso en mí, solo deseaba que jamás acabara.

—Pensaba que no iban a aparecer —contestó exasperada aquella chica que hace mucho había
entrado a los cincuenta años pero le gustaba en gastar su dinero y fama en tratamientos para
que sus arrugas no aparecieran . Tiffany era quizás una de las mejores modistas en todo el
continente , sus diseños eran fácilmente comparados con Dios ó cualquier taller de alta
costura en París , tenía un talento innato cuando de telas y diseños se trataba—Buenas
tardes Claire , Camila — saludó tratando de no mostrarse enojada frente a nuestro retraso
pero ya estaba acosumbrada a su actitud que a pesar de todo siempre se mostraba amable
frente a sus viejas clientas , sin embargo , no dudó en alzar la ceja al darse cuenta de que
Lauren y Noe nos acompañaban—¿Quiénes son ellas?—inquirió sin entender y antes de que
pudiera hablar , aquella pequeña rubia se adelantó a ofrecer su mano hacia ella.

—Soy Noelle mucho gusto — no sé como pero aquella niña hacía que me dieran ganas de
abrazarla todo el día por toda la dulzura que irradiaba , Tiffany me miró contrariada antes de
poder ponerse a la altura de Noe y estrechar su pequeña mano con una sonrisa.

—El gusto es mío pequeña —sentenció esperando una respuesta de


mi parte sobre quién era aquella pelinegra que se encontraba entre nosotras , yo carraspeé
antes de decir algo porque sabía que siempre era importante la primera impresión ,
especialmente de alguien como Tiffany que tenía unos prejuicios increíbles hacia el mundo.

—Ella es Lauren y es una cantante del set por lo cuál necesita un vestido que se amolde con
aquella idea— dije tratando de que ella se diera cuenta de cuál era la razón por la cuál
estábamos ahí , sabía a la perfección el talento que tenía Tiffany pero ella era del tipo de
personas que halagarlas siempre estaba demás porque se les subía a la cabeza. Por lo cuál
rara vez me veía atraída hacia sus diseños aunque fueran verdaderas obras de arte , Claire
tomaba la misma posición frente a ella pero Lauren estaba comiéndose con la mirada cada
uno de los modelos que invadían la estancia como si jamás hubiera visto algo parecido.

—¿Cantante? , no había escuchado de ella—confesó suspirando y esta vez Claire fue quién se
adelantó a cualquier respuesta mía , ya que ambas sabíamos que ella jamás nos daría uno de
sus diseños sino eran presentados y utilizados por personas del mundo del espectáculo .

—Es bastante nueva , una joya definitivamente —sentenció la rubia


con una sonrisa .

—Lo puedo ver —afirmó mirando fijamente a Lauren quién aún seguía concentrada en los
diseños—acércate por favor —sugirió Tiffany mientras la pelinegra se acercaba
obedientemente —Tienes un cuerpo muy bonito—sugirió y aquello era una buena señal, la
verdad era una estupenda señal — y unos ojos espectaculares creo que será una buena tarde
decidir que modelo mío utilizarás
—confirmó con una sonrisa mientras soltaba a Lauren e iba hacia dónde estaban los modelos
, la ojiverde me miró tratando de comprender y yo solo estaba concentrada en que posibles
insideofmysoul
modelos me podía mostrar.

—Camila —me susurró la pelinegra y yo la ignoré.

—Espero que sea exclusivo de ti , no quiero que ella utilice algún modelo repetido de tu
colección como me sucedió en las premiaciones pasadas
—suspiré recordando aquel momento incómodo , Tiffany no dijo nada frente a mi respuesta y
se limitó a seguir concentrada en los diseños que me iba a mostrar.

—Eso fue un error que no cometeré nuevamente Camila —refutó mientras yo chasqueé la
lengua pensando en aquel momento —Dame unos minutos para ver que diseños tengo en
exposición —Tifanny no tardó en ir a la búsqueda de
un par de vestidos .

—Camila esos vestidos son exclusivos—musitó Lauren a mi oído y yo sonreí al escuchar


aquello, podía notar que estaba nerviosa ó preocupada y no tenía ni la más mínima idea del
porqué.

—Lo sé — afirmé—Tiffany es una artista en el mundo de la moda , es casi una coco chanel y
sus diseños son hermosos te encantarán—Lauren suspiró antes de volver a opinar al
respecto.

—Seguramente —contestó acomodando su cabello —Pero no puedo costeármelo —yo ladeé la


cabeza divertida porque ella aún no entendía que la cuenta del vestido venía de parte de
nosotras.

—No hay problema en ello , Tiffany gana propaganda utilizando sus diseños — esa era la
técnica que siempre utilizábamos Claire y yo , rara vez teníamos que pagar por algún diseño ,
ya que la mayoría de las veces Tiffany nos contactaba para utilizar alguno de sus modelos en
alguna gala ó promoción de alguna película
—Son gratis—la verdad es que aunque no lo fuera , no importaría el precio del vestido
, podía pagar toda la tienda si así lo deseaba y aún así no me afectaría ni en lo más mínimo
aquella compra.

—Pero eso es porque ustedes son actrices yo no soy de aquel mundo—fruncí el ceño al verla
tan a la defensiva sobre el tema.

—No , eres de uno mejor — respondí suspirando—Eres cantante y fin de la historia ,


participas en una película con nosotras y eso es suficiente para que ella se vea interesada por
ti —Lauren me iba a decir algo , no obstante, Tiffany apareció ante nosotras preguntando por
el color para el vestido.

—¿En qué color te gustaría comenzar a buscar?—preguntó buscando el mostrario de telas.

—El que creas conveniente —confirmó Claire a lo cuál Tiffany asintió tratando de ordenar sus
ideas.

—Tengo un par de modelos que me encantaría probar contigo


¿tienen tiempo?

insideofmysoul
—Todo el que desees —comenté segura —Ella no se va a ir sin un
vestido.
—Bien —sugirió con una sonrisa mientras sacaba uno de los vestidos que se encontraban en
el sillón —lo nuevo en moda son el regreso de los vestidos con vuelo así que este es uno de
mis favoritos —mi mirada quedó perpleja ante el vestido de falda rosa que se mostraba con
un imponente escote de color negro , era simplemente precioso con aquel tul que ocupaba los
vuelos de la falda , no obstante la idea de que sea rosa no me convencía mucho.

—Se ve bien aunque que sea rosa no me gusta mucho —comentó Claire quitándome las
palabras de la boca , yo sonreí ante ello y desvié la mirada hacia Lauren quién miraba atónita
el vestido y podía ver la emoción en sus ojos verdes . Creo que podía ser capaz de dar todo
mi dinero para tener otra oportunidad para que aquellos ojos me miraran de esa manera.

—¿Qué opinas Lauren?—pregunté llamando su atención y ella recién ahí pudo reaccionar

—Es precioso —se limitó a decir acercándose insegura al vestido .

—Entonces pruebátelo y veremos —sugirió Tiffany , Lauren asintió y tomó con todo el cuidado
del mundo el vestido como si fuera a romperse en cualquier momento , reí ligeramente por
su reacción ya que me parecía lo más tierno que haya visto alguna vez.

—¿A Qué premiación irán?—preguntó la diseñadora cambiando de


tema.

—A ninguna , es un cóctel para el viernes —respondí sin dejar de mirar hacia el baño donde
Lauren había ido a probarse el vestido—Supongo que lo tendrás listo antes del jueves—
aseveré enarcando la ceja .

—Nunca he fallado a las exigencias de mis clientas —refutó en un suspiro y yo sabía que era
cierto —Además debo aceptar que tiene una belleza bastante atrayente —sonreí al escuchar
aquello , porque no se equivocaba . Lauren tenía una belleza que no había visto antes , era
como un diamante en medio de una mina de carbón , cada gesto y palabra que utilizaba me
sorprendía . Porque era tan distinta a las chicas con las cuál me rodeaba todos los días ,
aquella pelinegra tenía una mente increíble que pedía a gritos mostrarse , no obstante, el
destino se había encargado a dejarla reducida entre las sombras de la falta de oportunidades.

—Mami es la más linda de todas—admitió Noe con su voz cargada de ternura y admiración
que sentía hacia su madre , una sonrisa se posó en mis
labios al escuchar aquello porque esa niña no veía más allá de los ojos verdes de Lauren.

—¿Es su hija?—preguntó y ambas asentimos.

—Sí ,la belleza se hereda—sugirió Claire dándole un abrazo a la pequeña quién pasó de los
brazos de la rubia a estar dando vueltas por todo el lugar.

vestido?.
—Ya veo —comentó sin más la diseñadora —¿Cómo vas con el

insideofmysoul
—Creo que bien —contestó la ojiverde a lo alto.

—Sal para verlo —Lauren no tardó en salir mostrando un rostro totalmente distinto al que
había entrado a este lugar , estaba hermosa y radiante en aquel vestido rosa . Mis ojos no
dejaban de admirarla de una forma que jamás había hecho con nadie porque no cabían
palabras que mostraran la belleza que aquella pelinegra era capaz de transmitir.

—Sabía que te quedaría hermoso ,¿qué opinan?—preguntó Tiffany mientras ayudaba a


Lauren a acomodarse el vestido .Todas nos quedamos en silencio porque estaba segura que
Claire tampoco esperaba aquello .

—Mami pareces una princesa —sugirió Noe acercándose a Lauren con una sonrisa que la
pelinegra mostró siendo recíproca con su hija.

—Te queda muy lindo , pero el rosa no me convence ¿tú que opinas Camila?—opinó Claire
mientras yo veía detalladamente aquel vestido rosa, se veía preciosa pero aún así no me
convencía porque me parecía haberlo visto con anterioridad a una de las actrices de la
premiación del año pasado.

—Se parece a uno de Christian Dior que utilizó Audrey Hephern el año pasado—finalicé
recordando aquello, lo último que quería era que Lauren utilizara un vestido que ya había
sido utilizado, quería que todos la miraran de esa misma forma hermosa que yo lo hacía, que
todos quedaran sorprendidos ante aquella ojiverde así que necesitaba algo tan único como lo
era ella.

—Tienes razón— afirmó Claire mientras seguía cruzada de brazos viendo el vestido.

—Y lo último que deseo es que lo comparen con ese así que creo que será mejor utilizar otro
—Tiffany suspiró mientras fruncía el ceño ante nuestra negatividad, no obstante, no hizo
nada más que ir hacia los otros vestidos.
—Traeré un par de modelos —confirmó mostrándose molesta por el comentario pero a mi no
me interesaba ni en lo más mínimo su opinión.
—Es precioso—afirmó Lauren mientras no dejaba de verse en el espejo con una sonrisa
encantadora.

—Lo sé —le sugerí tocando su hombro —Pero ese no es el vestido , ya te darás cuenta de que
hablo—Lauren me miró confundida ante aquella respuesta.

—Es solo un vestido —dijo con aquel tono de voz tan tranquilo que ella siempre ponía, yo
sonreí con dulzura hacia esa respuesta porque cualquiera que viviera en este mundo todos
los días, sabía que las primeras impresiones siempre eran las indicadas para destacar y
comenzar a abrir camino en el mundo del espectáculo.

—No lo es —confirmé ayudándole a bajar el cierre que se encontraba en su espalda—Un


vestido dice mucho de ti frente a las cámaras.
—Es odioso pero es cierto —siguió Claire porque ella sabía tan bien como yo que en este
mundo tenías que imponerte ante cualquier cosa —No puedes ir con cualquier vestido , te
detruirían en el instante.
—Pero es solo una cena—refutó la ojiverde mientras acariciaba el
cabello de Noe ceja

insideofmysoul
—Claro que no , es la primera de muchas —aseveré enarcando la

—No creo que John te suelte después de tu trabajo , puedo


asegurarte que pronto tendrás a directores rogándote ser parte de sus proyectos
¿cierto Mila?—asentí porque no había duda alguna de que aquello pasaría.

—No hay duda de ello , es por eso que seguiremos buscando el vestido hasta encontrar el
perfecto —finalicé acariciando su mejilla —No te preocupes
, Claire y yo llevamos demasiado tiempo en este mundo sabemos de que hablamos—Lauren
se limitó a suspirar mientras volvía a sonreír por el reflejo que marcaba el espejo sobre ella,
dios , esa mujer era hermosa.

—Está bien —aceptó con una sonrisa mientras Tifanny volvía hacia nosotras con un vestido
entre las manos.

—Es el último que me queda , lo creé en mi última visita a París hace un par de semanas —le
di un vistazo rápido hacia el vestido que ella mostraba y no pude no sonreír al ver el color
encantador que tenía —Azul marino y estoy casi segura de que ese es el indicado—sugirió
con una sonrisa mientras se lo pasaba a Lauren quién miraba sorprendida aquel vestido.
—Pruebátelo Lauren—dijo Claire con la misma sonrisa que yo, ambas sabíamos que era
bastante probable que ese fuera el indicado, esperamos un par de minutos hasta que
pudimos ver como aquella pelinegra estaba con un vestido azul con brillantes que se ajustaba
a su cuerpo casi como si hubiera sido diseñado para ella, un corto de corazón se mostraba
sobre su pecho reluciendo aún más su rostro y tenía una pequeña abertura en la pierna
dejando un poco de imaginación para el vestido, era simplemente hermoso.
—Es muy lindo y azul —afirmó Noe con una sonrisa.

—Lo sé , creo que este es el indicado—suspiró feliz mientras no dejaba de observarlo a través
del espejo.

—Lo mismo digo—confirmó Tiffany mientras le daba los últimos vistazos por la espalda.
—Este es el vestido —argumenté totalmente atónita frente a la belleza que ella mostraba
ante esa tela —Es hermoso.
—¿Qué opinan?—preguntó la diseñadora dando su aprobación, Claire se acercó a Lauren con
una sonrisa para asentir emocionada ante ello.

—Beau Mon cherri , me encanta —respondió entusiasmada como no la veía hace mucho.

—Mami no necesitas más vestidos—sugirió Noe.

—Tiffany quisiera hablarte sobre un nuevo vestido , quiero ver tu colección de verano—le
comentó Claire mientras yo no dejaba de ver como el vestido era precioso pero aún más lo
era la chica que lo estaba utilizando.

—La tengo en el estudio ¿vienes mientras terminan de ver el vestido?—Claire asintió con una
sonrisa y me miró guiñándome el ojo sin que yo entendiera hasta que llamó a Noe para que
se acercara a ella.

insideofmysoul
—Claro ,¿ Noe quieres venir?
—Mami ¿puedo ir?—preguntó la más pequeña .

—Sí amor , pórtate bien —respondió la pelinegra mientras Noe ya estaba saltando al lado de
Claire por la emoción que sentía cada vez que estaba con ella.

—¿Qué opinas? — me preguntó Lauren con una sonrisa que podía


ser capaz de iluminar el mundo si así lo deseaba , yo asentí suspirando ante el efecto que ella
podía producir en mí.

—Opino que dejarás de ser exclusiva—respondí cruzándome de


brazos .

—¿De qué hablas?—preguntó enarcando la ceja y yo sonreí ante


eso.

—Con ese vestido , todo el mundo querrá conocerte eso es seguro


—sentencié encogiéndome de hombros—Es precioso , pero más lo es la chica que lo ocupa .
Y no mentía en ninguna palabra , la chica que lo ocupaba era más
que hermosa.



——
——
Capítulo 16 :Ecos del pasado

No tenía previsto esta actualización pero dado el hecho de que me salió un poco de tiempo
libre esta tarde y porque mañana es el cumple de una amiga muy especial :D, he decidido
publicar anticipadas las dos partes de este cap.
Disfruten mientras puedan :D
PD: un muy feliz cumpleaños linda <3

New York Camila


—Enserio estás loca por esa chica Mila — comentó Mani mientras daba un leve vistazo al
vestido que utilizaría esta noche antes de volver a ser abducida hacia la otra dimensión que
era el mundo de mensajes de su celular. Volví a mirarlo por milésima vez como sino hubiera
pasado toda la tarde escogiendo que me pondría para la cita con Lauren esta noche.
Suspiré ante la palabra "cita",fue tan extraño escucharlo de la boca de la pelinegra pero aún
más extraño era el hecho de que no podía quitarme de la cabeza aquella palabra como sino
fuera solo eso. Estaba nerviosa, no , estaba aterrada esa era la palabra que podía definir el
estado al cuál me había llevado esa proposición.
La sola idea de arruinarlo me carcomía a un nivel que hace mucho no sentía, el miedo me
estaba consumiendo desde que esa palabra había sido mencionada en una de nuestras

insideofmysoul
conversaciones a media noche, realmente no me esperaba que aquella chica de ojos verdes
se atreviera a pedirme una cita ni menos que estuviera intentando ser algo más ed lo que sea
que fuésemos.
Porque era claro que no éramos simples amigas que se llevaban bien y se quedaban toda la
noche hablando, tampoco éramos simples conocidas, la verdad es que no tenía ni la menor
idea de que éramos pero lo que si sabía es que cada vez que la miraba era como si sintiera
ese momento cursi de las películas en dónde sentías que solo estabas tú y ella en aquella
escena a pesar de que hubieran miles de personas alrededor, era como si el silencio se
volviera el ruido más ensordecedor del mundo y que cualquier tipo de palabra que utilizaras
para quebrantar ese silencio no servía de nada, porque las palabras no eran suficientes para
describir lo que sentías en esa parte tan recóndita de tu ser.
—Creo que si —susurré para mi misma ante el comentario de Normani, no obstante, ella
esbozó una sonrisa al escuchar aquello y no tardó en dejar su celular a un lado para prestar
toda la atención posible en lo que yo decía. Pensar que mis mejillas estaban rojas era lo
mínimo que sentía en este momento, no le había comentado a nadie sobre lo que sentía al
lado de Lauren y escucharlo de mi propia boca se sentía extrañamente raro, especialmente
por el hecho de que
teníamos una historia que nos unía y no de una muy buena forma.

—¿Le dijiste?—me preguntó con una sonrisa y con solo escuchar aquella pregunta me puse
nerviosa, porque en todo el tiempo que llevaba conociendo a Lauren, no había tenido las
agallas para decirle lo que había sucedido con Lucy. Tal vez era el hecho de que era una chica
fantástica y me daba miedo arruinarlo todo con esa conversación ó tal vez era el hecho de
que me daba verguenza confesarle que era la razón por la cuál su relación no había
funcionado y que era la culpable de que ese pedazo de pasado que se le fue arrancado
abruptamente, creo que lo que siempre me detenía sobre hablar de lucy con la ojiverde era el
hecho de que no fue solo una novia a la cuál podías olvidar, sino que había sido su mejor
amiga durante toda su vida,su único soporte frente a las desgracias quele había sucedido
desde que tenía memoria y darle el golpe bajo de que su rompimiento tenía un poco, bueno
demasiado que ver conmigo simplemente me dejaba indefensa y prefería cambiar el tema
cada vez que mi cabeza intentaba decirle.

—No—suspiré arrepentida ante esa respuesta, Mani me miró impresionada, sin embargo, no
expuso ningún tipo de comentario que me recriminara mi decisión—Es complicado—sugerí sin
saber que decir ante la mentira ó más bien el ocultamiento de información que le estaba
realizando a la ojiverde. Tenía que aceptar que entremedio de todo el desastre que era esa
situación también estaba el hecho de que me odiaría siendo la próxima persona que la
lastimara, Lauren me había demostrado infinitas veces de como a pesar de esa fachada de
chica dura había un corazón destrozado y no deseaba ser la próxima porque ella se había
decidido a darme una oportunidad
—Es demasiado difícil —sentencié suspirando mientras Mani solo me miraba con seriedad,
sabía que ella no apoyaba lo que estaba haciendo pero tal vez si tan solo olvidaba lo sucedido
nuestras vidas podían seguir con la normalidad de siempre.
—¿Sabes en lo que te estás metiendo?—asentí porque era consciente de lo riesgoso que era
tomar cualquiera de los dos bandos,si le decía iba a ser un desastre y también sino le decía
que con mi suerte sería lo más probable—Mila tienes que decírselo algún día—me reprendió
como si yo no entendiera lo que estaba pasando.

—Lo sé —refuté frunciendo el ceño—Pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo—Mani iba a
decir algo pero yo la detuve porque no necesitaba escuchar más palabras de como estaba
jugando con fuego y como me quemaría si seguía haciéndolo, así que olvidé por unos
segundos a Lucy y todo el drama que me había dejado en el camino.

Entré a la ducha con aquel vestido rojo corto de tirantes que había comprado hace semanas
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por orden de Dinah pero que recién hoy había decidido utilizar, no estaba segura de donde
me había invitado a salir pero conociendo a
Lauren podía ser desde un edificio abandonado ó en el mismo metro porque con ella nunca se
podía esperar algo, ya que solía sorprenderte continuamente.
Cuando terminé de arreglarme Mani no dudó en dar su veredicto final de que estaba perfecta
y volvió a repetirme lo que estaba haciendo mal en todo esto, sin embargo, la ignoré y salí de
mi departamento ya que Lauren me había enviado un mensaje de que me estaba esperando
en la recepción.
Suspiré al bajar por el ascensor mientras no dejaba de pensar en las palabras de Mani, tal vez
lo mejor era no decirle, al final de todo hoy no era un momento para pensar en eso sino más
bien que tenía la suerte de aquella ojiverde me haya invitado un viernes en la noche y solo
debía pensar en la diversión que tendríamos donde sea que había decidido ir.
Sin embargo, nada de eso fue importante cuando pude verla en medio de la puerta de la
recepción jugando con sus llaves con esa postura segura que era capaz de quitarle la
respiración a cualquiera, no obstante, fue la mirada de ternura que reflejaban sus ojos verdes
que hoy se encontraban en un tono radiante las que finalmente fueron los culpables de que
quedara paralizada.
Hoy llevaba un vestido negro corto y sencillo que era acompañada con una chaqueta celeste
de mezclilla , no había ningún tipo de producción a través de esa ropa, aún así ella se veía
increíble solo con esa ropa mientras que llevaba unas sandalias bajas de un color plata que
combinaba con todo su atuendo mientras su cabello se encontraba ladeado en una forma
única que solo a ella la hacía verse mejor de lo que ya estaba.

Me acerqué insegura de que estaban haciendo mis piernas si es que estaban temblando ó se
estaban resignando a caminar, sin embargo, cuando esa sonrisa se posicionó en sus ojos al
verme fue como en aquellas escenas románticas donde no estabas segura sobre que hacías ó
que decías pero de lo que si estabas segura es que estabas completamente perdida.

—Vaya ese vestido te queda muy bien—comentó con una sonrisa encantadora mientras yo
trataba de decir algo coherente.

—Gracias —respondí nerviosa tratando de suspirar para que no se notara el efecto al cuál me
había derivado solo verla parada —Tú no estás para nada mal —Lauren rió ante mi respuesta
y yo me sentí la persona más estúpida del universo por aquel comentario que ni siquiera se
parecía a las palabras que mi mente emanaba solo con verla.

Salimos del edificio y me di cuenta que un auto rojo se encontraba estacionado al frente de la
puerta, lo miré extrañada porque no sabía que ella tuviera un auto, sin embargo, como si
hubiera leído mis pensamientos; la pelinegra me sonrío antes de abrir la puerta del copiloto.
—Le he pedido prestado el auto a Vero —confesó mientras yo entraba al auto y ella seguía la
dirección hacia el asiento del conductor, el olor a aromatizantes se incrustó en mis fosas
nasales y saqué la deducción de que no podía ser el auto de Lauren porque se encontraba
perfectamente limpio y ordenado a un nivel que superaba lo estrados normales.

—¿Dónde iremos?—pregunté tratando de controlar mis nervios mientras mis manos alisaban
el vestido porque estaba segura que si seguía así iba a hacer cualquier tontería, la pelinegra
sonrió ante mi pregunta antes de prender el auto.
—Es una sorpresa —sugirió animada mientras prendía la radio buscando alguna emisora, por
mi parte yo seguía concentrada en la tarea de obligarme a no cometer ningún tipo d
estupidez frente a ella pero al parecer esto era una tarea difícil para mi cuerpo —Espero que
te guste Camz—respondió y en aquel momento sentí como todos mis nervios se acumulaban
entre su sonrisa y la forma en que sus ojos brillaban como nunca los había visto, un mar de
sensaciones que hace mucho no sentía se instalaron en cada tejido epitelial de mi ser y como

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si fuera poco también había arrasado con cualquier tipo de dominio de parte de mis músculos
ó mis nervios .
Fui ahí cuando pude darme cuenta que realmente estaba jodida de parte del destino, porque
no podía hacer nada contra lo que esa pelinegra era capaz de hacerme solo con una sonrisa.

Lauren era una completa caja de sorpresas, mientras ibamos conversando animadamente en
el auto, solo podía pensar en las miles de opciones que aquella chica de ojos verdes podía
haber planeado para esta noche, hasta las ideas más extravagantes podían ser posibles de su
parte y sabía que no me sorprendería con nada, sin embargo, cuando llegamos a un lugar a
las afueras de la ciudad y donde se podía escuchar la música latina a todo
volumen;definitivamente no podía estar más sorprendida.
La música se presentaba a todo volumen mientras que las personas hacían fila para poder
entrar a aquel bar, veía con admiración que jamás se me hubiera ocurrido que Lauren
conociera estos lugares, no obstante, me ahorré cualquier tipo de comentario y solo pude
esbozar una sonrisa frente a la noche que aún era joven.

—No sabía que te gustaban estos lugares—le comenté al bajar del auto y ella se limitó a
darme una sonrisa antes de asentír afirmativamente.
—No lo soy —afirmó dejándome atónita—Pero tú pareces una chica
que le gusta algo más movido—mi quijada casi se cae al escuchar la última palabra en un
español que tenía tanta fuerza latina y ese acento cubano tan cautivador que yo no mostraba
en mi español. Sabía que Lauren conocía el idioma pero no tenía ni la más mínima idea que
pudiera utilizarlo tan seductoramente, mis mejillas se enrojecieron con esa simple palabra y
agradecí que ella se dio vuelta para cerrar el auto porque sino se hubiera dado cuenta la ola
de sensaciones que había incentivado con tan solo una palabra.
—No sabía que —tragué saliva porque ni siquiera las palabras me salían de la boca y yo
quería volver a escuchar que me susurrara cualquier palabra con ese acento, Lauren enarcó
la ceja sin entender hasta que volvió a reí tiernamente por mi reacción.
—Soy de Miami al igual que tú ¿por qué te sorprendería?—preguntó—Tú también hablas
español—y ahí estaba nuevamente ese acento seductor que estaba segura me llevaría a un
colapso mental.
—Sí pero el mismo es más neutro—respondí totalmente avergonzada por mi sorpresa, sin
embargo a Lauren le dio lo mismo y se limitó a tomar mi mano mientras entrábamos al bar
sin tener que hacer la fila que todos estaban haciendo en la esquina.
—Conozco al guardia del bar —sugirió antes de que preguntara y yo asentí mientras me
dejaba cautivar por la magia que tenía aquel lugar. No era muy diferente a cualquier bar
excepto por el detalle que estaba sonando a todo volumen la voz seductora de Ricky Martin,
las luces azules y rojas se mezclaban entre la cantidad de personas que se encontraban en el
bar, estaba a reventar y casi ni se podía caminar pero yo me sentía como si fuera el paraíso
mientras intentaba moverme más al centro de la pista para poder bailar un poco.
Tenía que aceptar que más que sorprendida estaba emocionada por esto, la música latina
tenía el don de ser altamente adictiva además de llevarte a un extremo donde el ritmo salía
de tus venas y podía llevarte a un extásis musical de otro mundo.
No dudé en tomar la mano de Lauren y dirigirla al centro mientras todas las personas movían
las caderas frente a los últimos acordes de la mordidita del puertorriquieño,las personas
estaban tan pegadas a otras que el calor comenzó a ser evidente y yo aproveché aquello para
acercar a la ojiverde aún más cerca de mí mientras ella me miraba con la duda entre sus ojos
sin saber que hacer.
—¿Sabes bailar?—le pregunté notando su nerviosismo, no tardó en encogerse de hombros
insegura de lo que estaba haciendo así que acerqué su mano a mi vestido mientras las

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música nos guiaba ante esa escena que parecía sacada de cualquier película de los noventa.

—Un poco —sugirió alzando la voz, ya que Jennifer lopez era quién estaba comenzando a
adquirir fuerzas frente al club —La verdad no soy buena —refutó con un suspiro mientras sus
manos bajaban a mi cintura y yo esbozaba una sonrisa
tratando de acoplarme al son de la canción, la reconocía pero esta vez no estaba preocupada
en recordar el nombre de la canción que estaba tocando en este momento sino que estaba
más concentrada en como aquella ojiverde se veía preciosa ante las luces de colores que le
pegaban en el rostro demostrando que ella no estaba acostumbrada a estar en este tipo de
lugares.

—No hay que ser buena —contesté sonriendo—Eres latina con eso es suficiente —afirmé
mientras intentaba que me diera una vuelta y ella solo rió por mi respuesta, se veía tan
tierna y seductora a la vez que sinceramente ya estaba teniendo mis dudas de que si esa
chica era real ó solo era un invento de mi corazón que necesitaba una chica como ella.
—Enserio no soy buena Camz —comentó comenzando a dejar que se notase que sus mejillas
estaban rojas y la temperatura entre ambas estaba comenzando a ser parte de lo que
necesitaban nuestros cuerpos—Creo que debí traerte a un mejor lugar —me acerqué a sus
labios y la callé poniendo mi dedo índice sobre sus labios mientras me mordía el labio inferior
porque no quería escuchar sus excusas, solo quería que ella compartiera este momento
conmigo.
—A mi me gusta —respondí acercando su cuerpo un poco más y me puse de cuclillas para
poder llegar a su oído —Además un buen baile siempre está presente cuando tienes una
buena pareja de baile —aseguré sintiendo como mi respiración chocaba contra su suave piel
pálida —Y soy bastante buena — afirmé con una sonrisa sintiendo como mi propia respiración
se estaba extinguiendo de mi cuerpo porque esto era demasiado.

Lauren no dijo nada y comenzó con pasos lentos algo torpes mientras yo me dejaba llevar
frente a la música, la verdad es que no estaba prestando atención a como mis pies se movían
ni tampoco me fijé en que momento ya estábamos lo suficientemente cerca como para sentir
como nuestros cuerpos rozaban tratando de amoldarse a la música. Pero lo que
definitivamente me llevó casi al cielo fue cuando pude sentir como la mano de Lauren bajaba
hasta la parte baja de mi espalda e intentaba seguir los pasos de baile que la mayoría de las
personas en el bar realizaban, ella no era tan mala como creía solo tenía que darse un poco
más de soltura y podía ser hasta mejor de lo que esperaba.
—¿Ves?, no es tan difícil—reafirmé mientras ella me daba una pequeña vuelta antes de volver
a tenerme entre sus brazos sintiendo como chocaban uno y otra vez nuestros cuerpos , no
me era difícil sentir como nuestras respiraciones trataban de adaptarse a la situación
mientras que al menos mi cuerpo deseaba tenerla aún más cerca a pesar de que aquello era
prácticamente imposible—Lo haces muy bien —le susurré al oído mientras ella se encargaba
de posar su mano por mi vestido delicadamente sintiendo aquella necesidad de que el vestido
estaba demás
—Demasiado bien —aseguré con una sonrisa y Lauren asintió tragando saliva.
Jennifer Lopez fue rápidamente sustituida por Marc Anthony y pude
ver como ella fruncía el ceño sin saber que hacer frente al comienzo de valió la pena , la cuál
era una de mis canciones favoritas.

—Nota mental, no volver a venir aquí—respondió entre risas y yo no dije nada mientras
comenzaba a acostumbrar a mis pies a la salsa que estaba comenzando a sonar, Lauren me
miraba de reojo demostrando sus nervios y como sus pies intentaban seguirme, pero a mi me
parecía lo más tierno que haya visto. Una vez había salido a bailar con Lucy, la verdad es que
ella tenía movimientos que te hacía enloquecer y ese sabor latino que no dudaba que había
heredado desde sus generaciones más recónditas, sin embargo, aquel momento no se
comparaba con la dulzura y seducción que Lauren irradiaba a través de un par de pasos

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inseguros y que intentaban seguir los míos, pero lo que más me gustaba es que ella intentara
hacerlo a pesar de todo y no se mostrara prepotente sino que solo lo hacía para
impresionarme aunque no fueran movimientos perfectos, a mis ojos siempre serían los pasos
de baile que eran capaces de desatar una sensación de calor en todos mis poros.
Estuvimos un par de canciones más en medio de la pista mientras Lauren de a poco
comenzaba a obtener más confianza frente a sus pasos y de unos cuantos inseguros
rápidamente se desenvolvió en vueltas completas hasta que caía entre sus brazos y en un
váiven de caderas que eran capaces de enloquecerme aún más de lo que ya estaba. Sudaba
con el simple contacto de la mano de Lauren recorriendo por mi espalda y ella se dio cuenta
de aquel detalle cuando comenzó a hacerlo con ganas produciendo esa sensación
arrebatadora que solo podía reprimir a través del baile y juntando nuestros cuerpos cada
cierto tiempo.

—¿Quieres beber algo?—me preguntó casi gritando porque la música había aumentado su
volumen ó tal vez éramos más las personas que nos encontrábamos en el bar, yo asentí
mientras ella me llevaba a la barra que estaba a unos metros de nosotras, sin embargo, ni en
ese momento dejé que la música abandonara mi cuerpo porque estaba tan acalorada y no
era directamente por la temperatura ambiental, cualquiera que me hubiera visto durante las
últimas canciones hubiera deducido que mis movimientos y el calor que sentía tenían nombre,
apellido y unos bonitos ojos verdes que hoy se mostraban más claros que nunca.

—Parece que podía ser instructora de baile porque lo has hecho a la perfección — le comenté
mientras recostaba ligeramente mi cuerpo en la barra esperando que nos atendieran, ella
esbozó una sonrisa antes de mirar otro lado.
—Tengo una muy buena instructora —afirmó acercándose a mi oído llevándome al borde de
la locura—Tal vez también seas buena en otras cosas — me aseguró con una sonrisa traviesa
y eso fue definitivamente lo que me quitó el aire en aquel lugar —¿Qué vas a tomar?—me
quedé atontada tratando de digerir lo que me
acababa de decir y pude ver esa sonrisa satisfactoria sobre lo que estaba haciendo, Lauren
sabía el nivel de provocación que podían tomar sus palabras así que se sentía ganadora por
haberme dejado en aquel estado.
—Ron con coca cola — respondí desviando el tema y ella asintió mientras le pedía dos vasos
al barman y yo no dejaba de estar en aquella hipnosis que me habían llevado sus palabras —
Sueles traer a todas las chicas por aquí —le pregunté tratando de calmarme mientras Lauren
jugaba con la tira de su pulsera negra.

—La verdad es que eres la primera chica que invito a este lugar—aseguró con una sonrisa —
Mi ex novia me traía obligada a este tipo de lugares— me atraganté solo de escuchar
aquello—No obstante, ahora entiendo que es divertido con una buena pareja
—mi corazón latió tan fuerte que sentí que en cualquier minuto sería capaz de salirse de mi
pecho, pero esto no pasó y me limité a respirar profundo para no pensar en lo que me había
dicho —Lo siento, no debí mencionarla —sugirió suspirando —Es solo que hace mucho tiempo
no me divertía de esta forma —yo no di ningún tipo de comentario frente a sus afirmaciones,
solo me concentré en que esta noche la estaba pasando con ella y no con su pasado.

—Yo también llevaba mucho tiempo sin divertirme de esta forma —le dije dulcemente
acariciando su mano —Gracias por esto —ambas nos quedamos unos segundos dejando que
nuestras miradas chocaran de una forma que nunca habían hecho hasta aquel momento,
pude ver como sus ojos verdes adquirían el brillo propio de las estrellas mientras me dejaba
entrar por primera vez a su alma, no pude no sentirme nerviosa ante lo que estaba viendo,
definitivamente ella estaba comenzando a confiar en mí y lo estaba demostrando desde el
principio de la noche. Suspiré ante la fuerza gravitatoria con la cuál nuestras miradas se

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unían y como nuestros ojos se atrevían a hablarse en un lenguaje que solo ellos dos
conocían. Un lenguaje que era capaz de atravesar cualquier barrera que el idioma entre
nosotras podía crear,porque extrañamente ellos sabían más de lo que nosotras podíamos
esperar.
Sin embargo, aquel encuentro tan prometedor solo duró unos segundos porque su celular no
tardó en sonar rompiendo toda la atmósfera que habíamos creado a base de unas miradas
desesperadas y dos corazones que palpitaban al mismo son , en la misma canción y en la
misma sintonía.
—¿Me disculpas por un minuto?—me preguntó frunciendo el ceño al ver la llamada entrante
en su celular, yo asentí mientras veía como Lauren se alejaba de mi para buscar un lugar más
apartado y poder contestar.

Era claro que me delataba la mirada, mis nervios y mis piernas me fallaban después de
recapitular cada minuto que llevaba pasando con la ojiverde, era extraña la sensación que me
dejaba pero aún más extraña era el hecho que simplemente me
encantaba.

Los dos vasos con nuestras bebidas no tardaron en aparecer mientras yo seguía dejando que
mi mente rememoraba cada segundo desde que había encontrado a Lauren en la puerta de la
recepción, esa chica se había convertido en tan poco tiempo en algo que no podía derivar a
ningún tipo de palabras, no solo me descontrolaba frente a su actitud tan peculiar sino que a
la vez era capaz de enternecer mi corazón a través de sus gestos tan sensibles y amables
que denotaban como prueba que Lauren era una chica demasiado especial como para ser
lastimada nuevamente.
Agité la pajita que estaba en mi vaso antes de suspirar frente a todo lo que había sentido
sintiendo su cuerpo tan cerca del mío, Lauren estaba en mi cabeza cada minuto y yo ya no
sabía que hacer contra ello porque era una fuerza magnética que no dudaba en tirar cada vez
más de mi cordura y me ataba a esa pelinegra de grandes ojos verdes que me deleitaba a
través de todo su ser sin necesidad de mover un solo dedo para producirlo.
—Al parecer Nueva York es demasiado pequeño para nosotras dos—estuve a punto de escupir
mi bebida con solo sentir la voz proveniente de mi espalda, no me fue necesario girarme para
saber de quién se trataba y solo me maldije por mi cúmulo de mala suerte, definitivamente
tenía que haber hecho algo mal en mi vida pasada para que el karma me pagara de esta
manera—siempre es un gusto verte cami —fruncí el ceño al escuchar aquello y aunque mi
cuerpo se negó a virarse por esa castaña que tanto conocía, Lucy no dudó en darme vuelta
para que la mirara, intenté rechazarla sin ni siquiera prestarle atención pero fue imposible
realizar aquella acción al ver el jodido atuendo que llevaba esta noche que destacaba sus
herencias latinas —Linda noche ¿no?—yo rodé los ojos frente a eso y me levanté para seguir
bailando ó haciendo cualquier otra cosa que no conllevara a dirigirle la palabra.
—No tienes nada mejor que hacer que joderme la vida —pregunté enarcando la ceja y ella
dio una sonrisa satisfactoria porque estaba segura que eso era lo que esperaba de mí, que yo
volviera a caer a sus redes pero aquel panorama era más que imposible porque no podía
rebajarme a ella —Enserio Lucy cansate —le dije alejándome de la barra mientras tomaba
ambos vasos con la bebida, sin embargo, ella me detuvo antes de que pudiera realizar
cualquier otro tipo de movimiento.
—Veo que has salido a divertirte un poco —sugirió mirándome fijamente con esos ojos
castaños tan entrañables que podían llevar al infierno a los mismos ángeles—No pensaba que
conocieras este lugar—ignoré su comentario por completo porque no quería que ella me
arruinara la noche, sin embargo, mi mala suerte no podía ser parte de mí sino aumentara por
cada segundo que respiraba y sin más pude ver como Lauren se acercaba a nosotras sin
notar como la castaña estaba a solo unos centímetros de mí.
—Lo siento, he tenido que contestarle a Vero y —nuestras respiraciones se entrecortaron
cuando vimos como la sonrisa de Lucy se plantaba ante nosotras y como rápidamente ésta

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fue opacada por el ceño fruncio de la ojiverde, cerré los ojos ante la importencia de aquel
momento hasta que sentí como las palabras de Lauren se llenaban de rabia —¿Qué haces aquí
Vives?—preguntó entre un tono confundido lleno de rabia y yo supe que nada bueno podía
salir de ahí, sin embargo, la castaña no lo vio de esa forma porque no dejaba la sonrisa
encantadora que siempre mostraba ante la vida tratando de demostrar que ésta nunca podía
pisarle los talones y que siempre estaba preparada para cualquier acontecimiento.
—Lo mismo me pregunto Lauren —confirmó segura lo cuál solo desató aún más el cólera de
la ojiverde hasta que Lucy me vio extrañada como si recién entendiera el hecho de que
ambas estábamos juntas—¿Ustedes dos se conocen?—preguntó totalmente absorta frente
aquella posibilidad y yo volví a tragar saliva ante la potencia con la cuál se presentaba
aquella pregunta,no obstante, sentí como la mano de Lauren se apoderaba de mi cintura
posesivamente antes de escuchar las palabras más extrañas que había escuchado en toda la
noche y que realmente no me las esperaba.
—Claro que sí —refutó enojada sin soltarme como si supiera que no tenía ni siquiera la fuerza
suficiente para poder salirme de sus brazos—Es mi novia
—afirmó sin más mientras juntaba sus labios con los míos.
Ecos del pasado parte 2

We lived through scars this time But I've made up my mind


We can't leave us behind anymore We'll have to hurt for now
But next time there's no doubt
'Cause I can't go without you anymore—(Scars, flies on the wall) Los Angeles, 1947
Lauren

—Noe tienes que ir a la ducha ahora —le dije a la pequeña rubia que me veía frunciendo el
ceño desde la cama, suspiré porque sabía que ella no estaba deseosa de realizar aquella
simple acción porque quería seguir jugando afuera, a pesar de que ya era muy tarde—Amor
tienes que ducharte antes de ir a la cama, lo sabes —continué mientras ponía el vestido de
esta noche sobre la cama y Noe seguía cruzada de brazos en medio de la cama en forma de
protesta contra esa orden —No me vas a convencer de esa manera —contesté a su mirada y
ella suspiró antes de pararse y acercarse a mi.
—Mami por favor, solo unos minutos más —negué con la cabeza porque ya era muy tarde
para que ella siguiera jugando afuera, pero ella no podía entender aquello —Mañana no tengo
cole —fue su respuesta y yo suspiré antes de ponerme de su tamaño para volver a repetirle la
orden.
—No hay excusas, a la ducha ahora —sentencié viendo como Noe intentaba convencerme con
su cara de puchero, la verdad es que si hubiera sido cualquier otro día no me hubiera negado
a dejarla un par de minutos más jugando, ya que mañana era sábado, sin embargo, hoy
tenía que irme apenas llegara Mani para así poder llegar a tiempo a la cena que había hoy
por la película. Por lo cual tenía que dejar bañada y puesto el pijama a la pequeña rubia para
que Mani no tuviera que cargar con más responsabilidades —Noe estoy hablando enserio —le
respondí enarcando la ceja y ella suspiró antes de negar con la cabeza a ello.
—Tía Dinah me hubiera dejado—refutó mientras comenzaba a caminar enojada hacia el baño
y yo solo rodé los ojos ante esa respuesta ya que siempre era la misma cuando yo no la
dejaba hacer algo que ella deseaba, pero finalmente siempre se le pasaba luego de haber
seguido mis ordenes. Me acerqué a ella y no dudé en abrazarla tomándola entre mis brazos
mientras me comía a besos su rostro y ella seguía frunciendo el ceño a pesar de que sabía
que en su interior se estaba derritiendo con ese momento.
—Vamos copito de nieve, no te enojes —argumenté viendo como ella no dejaba de verse
enojada porque tenía que ir a la ducha, pero yo seguí insertando pequeños besos en sus
mejillas sonrosadas —Sabes que mami te ama demasiado —ella negó con la cabeza mientras
yo suspiraba al verla tan reacia a mis
cariños —¿Sabes cuanto te amo?—le pregunté enarcando la ceja y ella negó sin dejar su
enojo atrás—Infinito—le susurré besando su cabello mientras la bajaba para que comenzara a

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sacarse la ropa para entrar a la bañera —Como las estrellas —afirmé con una sonrisa y supe
que a pesar de aún mostrarse enojada ella había aceptado esa respuesta así que no dudé en
seguir con la conversación —¿Y tú cuánto me amas?—le pregunté mientras ella suspiraba.
—Como las estrellas mami —respondió con una tímida sonrisa y yo asentí complacida ante su
respuesta —¿Mañana podemos comer helado?—preguntó olvidando totalmente su enojo y yo
sonreí ante su pregunta antes de asentir.
—El que tú desees—contesté obteniendo una sonrisa tan grande de su parte que era capaz de
quitar cualquier problema de mi vida—pero tienes que entrar a la ducha —ella suspiró y
asintió mientras comenzaba a deshacerse de las dos trenzas que tenía —Iré a vestirme
mientras tú te duchas ¿bien?—Noe asintió sin mirarme mientras terminaba con las trenzas
que la hacían ver más adorable de lo que era, me acerqué a ella para abrazarla y besar
ligeramente su cabello—Te amo
—murmuré antes de salir del baño e ir hacia donde estaba el vestido esperándome para que
lo utilizara, me había duchado hace un par de minutos así que solo me quedaba terminar de
arreglarme. Me acerqué a la cama y no pude dejar de admirar aquel vestido azul que se
encontraba radiante sobre la cama, era el vestido más bonito que había visto en mi vida pero
no solo era eso sino que era mío.

Tuve que reprimir un par de lágrimas que iban a salir de mis ojos para poder concentrarme
en vestirme y no retrasarme en lo que estaba haciendo, cuando ya estuve lista con él pude
escuchar a Noe pidiéndome que le ayudara con el pijama. Fui al baño con una sonrisa en mi
rostro que se hizo más grande al sentir como ese pequeño cuerpo se abrazaba a mis piernas
apenas entré en el baño y yo no dudé en acariciar su cabello viendo como ya estaba con el
pijama listo.
—Ya estoy lista mami—me dijo cuando me puse de su tamaño para sacarle algunos
mechones dorados y mojados que caían en su rostro—Estás muy bonita—comentó entre risas
y yo no podía esperar un mejor halago que ese porque ella era mi todo.

—Gracias mi amor —le sugerí mientras volvía a pararme y ella tomaba mi mano para
llevarme a la cama—Te vas a quedar con tía Dinah mientras yo voy a cenar —comenté
abriendo las sábanas de la cama y ella asentía sentándose en la cama —Espero que te portes
bien —agregué golpeando con mi dedo índice su nariz y ella la arrugó ante el contacto de mi
dedo en su piel, yo sabía que Noe no daba grandes problemas a nadie, ya que solía ser muy
calmada excepto cuando se encontraba con mucha energía y solo quería jugar todo el día.
—Siempre me porto bien mami—aseveró riendo—¿Vas a ir con la princesa Camz y Claire?—
me preguntó acomodándose en la cama y yo asentí.
—Sí — le dije acariciando su cabello que estaba ligeramente mojado
aún —Pero volveré a dormir y mañana me tendrás todo el día, copito de nieve —Noe asintió
eufórica antes de rodear mi cuello con sus pequeños brazos para llenar de besos mi mejilla,
me encantaba la forma tan natural que ella tenía de demostrar su amor, me parecía increíble
que un ser tan pequeño y frágil fuera capaz de enamorarme de esa forma pero más
sorprendente que eso era la sinceridad y el afecto que había en cada acción que ella realizaba
hacia mi.

Definitivamente Noe era el tesoro más grande de mi vida.


—Te vas a divertir mucho —comentó recostando su cabeza en la almohada —¿Mami?—me
preguntó dudosa mordiendo levemente su labio y yo la vi esperando su pregunta—¿Quieres a
Aiden?—me sorprendí ante su pregunta y realmente no supe que decir ante ello, pero sabía
que tenía que darle alguna respuesta porque ella lo esperaba mientras sus ojos azules mie
miraban expectantes a que saliera algún tipo de palabra de mi boca.
—Claro que lo hago —afirmé pensando en alguna respuesta lógica a eso —Es un gran amigo—
sentencié mientras ella me miraba con sus ojos llenos de duda —¿A qué viene eso?—le
pregunté insegura y Noe suspiró ante mi pregunta antes de contestar.
—Los niños del cole siempre hablan de sus papás —sugirió con una mueca—Y yo te tengo a ti

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—afirmó pensando en que decir y supe que en ese momento se estaba rompiendo mi corazón
por dentro ante su comentario—Pero si tú quieres a Aiden y él te quiere a ti entonces podrían
estar juntos y hablaría de él
—tuve que apartar la mirada de los ojos de Noe porque sentía como mis ojos pesaban ante
aquella contestación tan inocente que simplemente dejó destruidas las barreras que tenían mi
corazón,dejé que el silencio se apoderara de nosotras por un par de segundos hasta que no
quise hacer otra cosa que abrazarla porque todo dolía en mi interior. Me dolía el alma porque
sabía que habían cientos de injusticias en el mundo y yo había provocado una en mi propia
hija al haberme equivocado al dejar que mi corazón se enamorara de la persona incorrecta,
traté de adquirir fuerzas para darle algún tipo de respuesta a sus afirmaciones pero
sinceramente no podía decirle nada, me sentía destrozada porque sabía lo incómodo que
debía ser para ella que solo me tuviera a mi mientras que los otros niños tenían una
familia,ya que aunque ella no pusiera ningún tipo de reclamo frente a la vida que le estaba
dando, otra cosa era que no fuera consciente de que podía darle una mejor vida y no se la
estaba dando en este momento—Lo siento—dijo finalmente al ver mi rostro y comenzó a
llorar en mi hombro—No quería molestarte mami—respondió entre lágrimas mientras yo la
abrazaba aún más fuerte porque la necesitaba en ese momento.

—No mi vida, no pasa nada—comenté buscando su mirada que aún estaba llena de lágrimas,
me mordí el labio tratando de que no se diera cuenta que estaba destrozada; yo también
quería llorar pero existía el gran límite que primero estaba Noe antes que cualquier tipo de
sentimiento así que traté de ser fuerte para seguir
consolándola —No has hecho ni dicho nada malo—le dije intentando calmarla acariciando sus
mejillas mientras sentía como sus lágrimas seguían cayendo—Es solo que no esperaba ese
comentario—afirmé secando sus lágrimas con is pulgares mientras ella me miraba con sus
ojos aguados que me estrujaron aún más el alma si es que eso era posible —Y a lo de Aiden,
es complicado —no supe que decir ante ese comentario, realmente no podía agregarle nada
porque eso resumía todo lo que sentía por él—Pero siempre me tendrás a mí, mi copito de
nieve—Noe asintió recostando su cabeza en mi hombro mientras que con sus puños se
secaba las lágrimas. Suspiré porque sabía que ese momento en donde ella pondría dudas por
la vida que tenía aparecería en algún momento, pero el problema es que aún no estaba lista
para ello.
No me atrevía a decirle la verdad a mi hija, ni siquiera yo quería aceptar esa realidad.
No sé cuanto tiempo estuvimos en silencio absoluto mientras yo no dejaba de abrazarla como
si mi vida dependiera de ello, mientras que Noe no decía nada y solo recibía mis cariños en
silencio. Por suerte pude escuchar como Dinah llegó con una sonrisa para sacarme de aquel
momento.
—¿Qué haces aún aquí?—preguntó la morena tirando su chaqueta a la mesa sin ni siquiera
mirarnos,Noe escuchó aquella pregunta y no dudó en alzar la vista para alejarse de mis
brazos y caminar hacia donde estaba Dinah para abrazarla
—¿Qué sucede ricitos de oro?—preguntó preocupada mientras yo me levantaba de la cama y
arreglaba un poco el vestido antes de suspirar—¿Sucede algo?—volvió a preguntar
contrariada mientras tomaba a Noe entre sus brazos y me veía enarcando la ceja, yo negué a
su pregunta antes de acercarme a mi hija y darle un beso en su cabello.
—Tengo que irme Noe,te quedas a cargo de tía Dinah —la pequeña rubia asintió sin más
ocultando su rostro en el hombro de Dinah, mientras ella seguía viéndome sin entender
nada—Regresaré tarde —afirmé.
—Cuídate—contestó Dinah aún sin entender lo que acababa de pasar pero no me atreví a
darle una explicación solo me limité a asentir tratando de salir del departamento para que no
se me hiciera más tarde, sin embargo, Dinah me detuvo tocando mi brazo—Por cierto te ves
preciosa—le di una ligera sonrisa antes de asentir y salir por la puerta—Te quiero—aseveró.
—Yo también —afirmé —A ambas—suspiré antes de salir por la puerta y comenzar a bajar las
escaleras que me separaban de la salida, iba totalmente hundida en mis pensamientos hasta
que me di cuenta que el auto de Camila estaba estacionado en la calle siguiente del edificio
donde vivía, miré extrañada aquello porque no me lo esperaba y llegué a pensar que tal vez

insideofmysoul
estaba confundiendo su auto con el de otra persona pero no fue hasta que vi a la morena
recostada sobre la puerta de su auto con un vestido rojo que le llegaba un poco más abajo de
las rodillas y con un cigarrillo en la mano cuando supe que era ella, porque su belleza era
reconocible hasta con los ojos cerrados.
Ella estaba tan centrada en el humo que exhalaba de su cigarrillo que dudé por unos
segundos en acercarme hasta que vi como se dio cuenta de que yo también era parte de
aquella escena y no dudó en regalarme una sonrisa antes de acercarse a mí.
—Pensé que nunca saldrías—afirmó sonriente, gesto que traté de responderle de la misma
manera pero simplemente no podía—¿Sucede algo?—preguntó preocupada y yo suspiré
negando—¿Quieres un poco?—preguntó ofreciéndome su cigarrillo y yo negué ante ello
porque jamás había fumado, Camila no dijo nada y solo volvió a fumar un poco más de él
como si estuviera realizando mecánicamente esos dos pasos de fumar y luego exhalar el
humo de su colilla.

—¿Qué haces aquí?—pregunté cambiando de tema mientras ella volvía a poner su cigarrillo
en la boca—No te esperaba —sentencié y ella sonrío dejando que el humo se ocupara de
absorber nuestra atmósfera.
—No iba a dejar que una chica guapa saliera a la calle sola a estas horas —contestó con una
sonrisa mientras yo sentía como mis mejillas se ponían de un color rojizo solo por escuchar
su comentario—Además que Claire me mataría si te pasa algo—ambas reímos ante aquel
comentario y Camila se movió para tirar su cigarrillo y pisar la colilla con sus tacones de color
plata—Te ves muy bien —sugirió mientras sus ojos castaños no dejaban de posarse en mí,
asentí tragando saliva porque pensaba exactamente lo mismo de ella.
—Gracias—respondí con cierto nerviosismo que no entendía de donde provenía pero la
castaña no dijo nada y solo asintió—Gracias por todo—agregué y ella dio un leve suspiro.
—Quiero mostrate algo—respondió dejándome confundida porque no me esperaba aquel
comentario, pero ella parecía bastante segura así que no dudó en abrir la puerta del copiloto
de su auto—Entra por favor—asentí sin dejar de enarcar la ceja porque no tenía ni la más
mínima idea de que estaba haciendo.
Ambas entramos al auto y nos quedamos sumidas en el silencio que mostraba esta noche la
ciudad, Camila no dejaba de mirarme tratando de decirme algo pero yo aún no lograba
descifrar que era hasta que apartó la mirada de mí y se centró en prender el auto y comenzar
a conducir, yo seguía todos sus movimientos con la duda de que no entendía su actitud hasta
que pude escuchar un leve suspiro de sus labios.
—¿Sabes?—comentó sin dejar de mirar hacia el frente —Cuando tengo malos días suelo ir a
la playa y dejar que las olas se lleven todos mis problemas
—afirmó y yo me limité a asentir —Creo que te ayudará —parpadeé impresionada por su
propuesta.

contestar.
—¿Qué pasa con la cena?—pregunté y ella dio una risa antes de

—Mentiremos y diremos que tuvimos un percance en el


camino—dijo sin más —¿me ayudarías a mentir?—me encogí de hombros sin saber que decir
pero ella parecía tan animada ante su idea de la playa que solo asentí dándole la razón, lo
cuál hizo que una sonrisa ganara el espacio en su rostro.—Tal vez hasta llegues a contarme
porque estás así—admitió sin dejar de conducir y yo despegué mi vista de ella para mirar
como las calles de los Angeles se nos presentaba como una mezcla de luces y pavimentos sin
personas, estaba acostumbrada a recorrer estas mismas calles en la noche pero nunca las
había visto dentro de un auto lo cuál lo hacía un escenario único. Porque desde aquí la ciudad
se veía hermosa como si fuera capaz de ofrecerte un deleite visual a través de sus luces que
se mezclaban por la velocidad que ibamos y la suave brisa que la playa siempre dejaba en los
lugares cercanos a ésta.

insideofmysoul
—¿Sueles hacer esto muy seguido?—pregunté rompiendo el silencio que había entre
nosotras, Camila me dio un leve vistazo y yo volví a sentirme nerviosa ante su mirada tan
profunda hasta que escuché como ella reía por mi pregunta.
—Ir a buscar chicas a su casa y llevarlas a la playa —preguntó enarcando la ceja mientras yo
asentía— No soy Claire —respondió riendo, su risa era suave y contagiosa que no pude resistir
la oportunidad de que la mía se juntara con ella formando un eco en medio del silencio que
vivíamos en el auto—Pero si suelo faltar a mis compromisos cuando no me siento bien.
—No te ves mal —comenté frunciendo el ceño.
—Pero tú si y eso es suficiente para que no me sienta bien
—admitió con una sonrisa y yo solo agaché la mirada porque no sabía que decir ante su
respuesta, sin embargo, ella no se quedó en silencio sino que siguió con sus respuestas tan
directas que no sabía como combatirlas ó siquiera responder con algo coherente—Me
importas Lauren —confirmó suspirando y una leve sonrisa apareció en mis labios al escuchar
aquello porque sonaba totalmente sincero—No estaría aquí sino te sintiera cariño—asentí
insegura porque no entendía como alguien como ella sentía esa cercanía hacia mi que parecía
tan natural porque de cierta forma yo también la sentía aunque no me gustase admitirla.

Ninguna dijo nada más hasta que vimos como la playa se mostraba con una noche estrellada
en medio de las olas que rompían la paz que se instauraba del momento, sonreí ante la
belleza de aquella escena que no había tenido la oportunidad de ver nunca en mi vida. Traté
de imaginar cuantas veces la castaña había apreciado ese mismo paisaje mientras que para
mi era la primera vez que veía la playa a estas horas de la noche.
Camila estacionó su auto en medio de la arena dejando sus tacones dentro del auto con una
sonrisa antes de ofrecerme salir y yo asentí sin estar segura de que estábamos haciendo.
—¿Sueles venir mucho?—pregunté y ella no me dijo nada mientras
veía con un brillo en sus ojos como la luna adornaba de una manera increíble este momento.
—Todas las noches—respondió con una sonrisa mientras que yo no dejaba de mirarla a ella—
Mi casa queda muy cerca de aquí—dijo con una leve risa
—¿y tú?—me preguntó dejando que sintiera un poco de verguenza ante el hecho de que era
la primera vez que daba una caminata por la playa a estas horas.
—Es la primera vez que vengo en la noche —contesté
sonrojándome.
—Me alegro de haberte ofrecido tu primera vez—afirmó desviando
su mirada nuevamente hacia el cielo estrellado que entre sus noches oscuras mostraba esa
esperanza de que no importaba que tan oscuro estuviera, siempre iba a existir una pequeña
luz que haría esa vista más hermosa y atractiva de lo que su color característico podía
ofrecer.

—Eres muy linda —comenté nerviosa porque no sabía que decirle, ella debía escuchar aquel
comentario todos los días porque era una de las actrices más codiciadas de todo el país, pero
aún así fui testigo de como sus mejillas adquirieron un tono rojizo ante mi comentario—
Enserio lo eres —reafirmé con una sonrisa.

—Muchas personas dirían lo contrario—respondió suspirando —No soy una persona que
merezca aquel adjetivo—yo la miré confundida porque me parecía imposible verla con otros
ojos que no fueran aquellos que supieran que ella era preciosa por fuera pero aún más lo era
su corazón.
—Hay personas ciegas en el mundo —refuté—Porque yo no puedo mirarte de ninguna otra
forma que como una chica hermosa—los ojos castaños de Camila resplandescieron de una
forma que nunca antes había visto, se veían preciosos en medio de la noche y estaba segura
que fácilmente podían confundirse con alguna de las estrellas que esta noche el cielo
presentaba ante nosotras.

—Me encanta venir aquí—aseveró cambiando de tema mientras veía con admiración como las

insideofmysoul
olas rompían una y otra vez la quietud que existía en aquel escenario que parecía sacado de
una obra de arte —Es como si las olas fueran capaces de llevarse todos mis problemas —
sentenció con una sonrisa.
—¿Tienes muchos problemas?—pregunté y ella me miró de una forma tan elocuente que no
estaba segura que me trataba de decir con su mirada.
—Creo que no tantos como los tuyos —respondió encogiéndose de hombros—Pero no
seríamos humanos si los problemas no nos atormentaran diariamente —aseguró y yo asentí.
—Pensaba que eras feliz —dije mirando el cielo estrellado por unos segundos hasta que noté
como Camila se quedaba en silencio ante mi afirmación—Lo siento no quería molestarte con
mi comentario.
—No lo haces —contestó negando con la cabeza—Y sí, debería tener una vida feliz pero no la
tengo—refutó dejando que su voz se encargara de mostrar el dolor que existía en su alma
mientras yo me preguntaba que tipo de problemas podía tener alguien que tenía una vida tan
perfecta como la de ella. Tenía todo lo que una persona podía desear y aún así ella se veía
insegura ante el mundo como sino tuviera nada.—Debes pensar que estoy loca, pero no
puedo decir que feliz sea mi estado de ánimo.
—No te juzgaría—susurré —¿Quieres hablar?—ella me miró pensativa como si realmente no
supiera que decir mientras yo no dejaba de observar cada acción que realizaba porque por
primera vez aquella chica que parecía tan lejana a mi mundo se mostraba como cualquier
otra persona, se mostraba en un mundo atormentado al igual que todos y no como una
persona intocable ante los desaires que el destino y la vida podía ofrecerte.
—¿Alguna vez has sentido que a tu vida le falta algo?—preguntó con sus ojos castaños
imponiéndose en los míos tratando de buscar una respuesta que le dieran cierto tipo de
consuelo a su alma, yo la miré dejando que mis ojos chocaran con los suyos mientras ideaba
algún tipo de respuesta a su pregunta porque si sentía aquello, pero siempre cuando me
sentía de esa manera no tardaba en buscar a Noe y sentirme la mujer más afortunada del
mundo.
—Muchas veces —afirmé suspirando—Pero siempre hay algo que te ayude a pensar de que
eres afortunada—Camila volvió a quedarse en silencio mientras observaba como ella estaba
atenta al movimiento que hacían sus dedos del pie sobre la arena.
—Ese es el problema —dijo sin más —Yo no tengo nada —refutó con una leve mueca
mientras yo no sabía como sentirme frente a ese comentario porque venía de una chica que
era capaz de comprar todo en el mundo si así lo deseaba—Tengo todo lo que el dinero puede
comprar pero no tengo nada de lo que el corazón pueda atesorar —aseveró con la voz rota y
sentí pena por ella porque no me imaginaba como debía ser ese sentimiento de estar solo sin
nada en el mundo, yo tenía la suerte de que jamás me había enfrentado al mundo
sola,siempre había tenido a Mani y a Dinah a mi lado para que no sintiera aquel vacío que ella
sentía.Por lo cuál no dudé en acercarme a ella y enlazar su mano con la mía,porque sabía que
lo que necesitaba en ese momento era que aquella chica que lo tenía todo pudiera sentir que
su vida no era tan miserable como pensaba, jamás me había puesto a pensar que alguien
podía sentirse tan vacío como si su vida no importase menos que ese comentario viniera de
una chica que parecía tan especial y única en todos sus sentidos, siempre rodeada de todo lo
que ella pudiera desear sin ningún tipo de límite de parte de la vida pero aún así estaba
frente a ella sintiéndome mal por ese mismo vacío.
—Me tienes a mí—confirmé con una sonrisa —No es mucho pero al menos es algo —ella no
tardó en sonreír ante aquel comentario.
—Es bastante, mucho diría yo —comentó dejándome totalmente
sorprendida—¿Enserio te tengo a ti?—preguntó dudosa y yo asentí.
—No estás sola Camila —respondí obligando a mi cuerpo a demostrarle aquello al envolver
mis brazos entre sus cálidos brazos descubiertos—Eres una chica increíble, siempre te lo he
dicho—le susurré sintiendo como nuestros cuerpos expresaban más allá de lo que nuestras
palabras podían decir, no me sentía incómoda entre sus brazos y sabía que ella tampoco
porque no dudó en reposar su cabeza en mi hombro sintiendo como ambas nos
conectábamos de una forma que no podía describir ni siquiera podía analizar a través de
palabras dejando que ese simple abrazo se convirtiera en nuestro muro protector contra

insideofmysoul
todos los problemas que nos azotaban.
Tal vez Camila tenía razón y las olas eran el mejor refugio para apartar los problemas de tu
mente, pero esa noche también confirmé que su compañía era capaz de tener un efecto
mucho más duradero contra cualquier cosa que pudiera perturbar mis pensamientos.
Y sin quererlo ni planearlo todos mis problemas se esfumaron entre los brazos de aquella
castaña mientras deseaba con todo mi ser que los de ella sufrieran la misma aniquilación.
Hecho que fue confirmado con la hermosa escena que sus ojos y una sonrisa pura en su
rostro pudieron mostrarme aquella noche.
Capítulo 17 : Nuevos comienzos

He venido con el maratón que tanto deseaba hacer pero jamás tenía tiempo ni inspiración,
enserio lo siento pero a veces simplemente mi cerebro no une palabras y prefiero tardarme y
saber que me gusta lo que escribo que obligarme a escribir y que no me guste lo que estoy
haciendo, así que nada más que decir que disfruten mientras puedan.

Maratón 1 de 4

wall)
It's the feel that you make in me, It's the long night that we lived,
Cause baby i know we are new in this, And we don't want to fall in love again,
But I promise you that i won' t be like the rest (New , flies on the

Lauren
El sonido del lugar, mi corazón aún palpitante después de lo que había pasado hace unos
minutos y la mirada incierta de ambas frente a mí solo hacían que mis nervios se
multiplicaran infinitamente frente a lo que había hecho. Mis sentidos no habían tomado
conciencia sobre la bomba atómica que me había atrevido a tirar sin ningún tipo de
protección y ahora que ya había detonado solo podía sentir como las consecuencias se
mostraban a mi alrededor.

El problema de la desesperación humana es que te hace reaccionar frente a situaciones que tú


no puedes dominar y muchas de las reacciones no son tomadas con la más mínima
perspicacia y suelen convertirse en errores que ni siquiera puedes defender.

Sabía que había sido un error haber hecho aquel comentario frente a Lucy, ya que Camila y
yo no éramos nada serio. No obstante, también había una parte de mí que gritaba infinitas
veces que era la mejor decisión que había tomado desde hace tanto tiempo, debido a que no
podía mentirme eternamente sobre lo que sentía hacia aquella castaña; ni tampoco podía
seguir con el hecho de que le estaba restando importancia a los sentimientos encontrados
que tenía hacia aquellos ojos cafés que eran capaces de llevarme al mismo infierno y a la vez
al cielo si así lo deseaba.

—¿Tu novia?—preguntó Lucy frunciendo el ceño confundida


mientras la música del lugar sonaba cada vez más fuerte tratando de romper toda la tensión

insideofmysoul
que estaba sucediendo en el reducido espacio que estábamos ocupando.
Asentí por inercia a aquella pregunta antes de que mi mirada se posara en Camila quien
seguía viéndonos confundidas como sino entendiera nada de lo que estaba sucediendo,
suspiré antes de poder decir algo, sin embargo, Lucy volvió a hablar sin necesidad de que
alguna de las dos estuviera prestando atención a lo que decía.
Sinceramente no estaba preocupada en lo que ella pensara, me importaba el hecho de que la
única chica que me interesaba estaba totalmente impresionada por lo que acababa de
suceder y yo no tenía ni la más mínima idea de como enfrentar todo.
—No pensé que tardarías tan poco en olvidarme —respondió enojada como si realmente le
estuviera afectando de alguna forma lo que estaba sucediendo, era increíble el cinismo que
se podía palpar en el aire que respirábamos—Y menos con alguien como Camila — enfatizó
en un tono doloroso lo cuál solo hizo que rodara los ojos frente a su actuación de
preocupación porque sabía a la perfeccción de que ella no estaba preocupada por eso sino
que lo estaba ya que me había perdido en el camino, no obstante, yo no pude no notar como
la mirada de Lucy mostraba especial atención hacia Camila quién aún no decía nada sobre la
situación; había algo extraño en esa mirada que no me dejaba tranquila, ambas se
mostraban con una dualidad que no podía responder de alguna forma, sin embargo, por
como Lucy dirigía miradas extrañas hacia ella era como si quisiera atrapar la atención de la
morena, como si ambas se conocieran desde antes.

—¿Tienes algún problema con ello?—pregunté enarcando la ceja tratando de restarle


importancia a esa mirada que había notado de su parte, sin embargo, Lucy no tardó en
responderme de vuelta mi pregunta como estaba tan acostumbrada a hacer.
—Claro que no —sentenció con una sonrisa burlona —Seguramente son tal para cual —fruncí
el ceño al no entender a que venía ese comentario —¿No es cierto Camila?—preguntó
mientras yo seguía viéndola absorta sin tener el más mínimo ápice del rumbo que estaba
tomando la lluvia de miradas y la incomodidad del momento.

—¿Ustedes dos se conocen?—pregunté finalmente ante la duda latente que existía en aquel
momento, Camila miró a Lucy fulminándola con la mirada por su participación en este
momento, sin embargo, no tardó en hablar por primera vez desde todo lo que había
sucedido.

—No es lo que parece—aseveró la morena enojada y yo seguía sin entender hasta que Lucy
lanzó una risa irónica de aquellas que había escuchado tantas veces de su parte que podía
reconocerlas en cualquier lugar y momento como una clara afirmación de que ella entendía
más de lo que nosotras estábamos
digiriendo en aquel momento.

—Claro que nos conocemos —sentenció con una sonrisa triunfante y lo único que pude hacer
es mirar a Camila intentando responder todas las preguntas que aparecían en mi cabeza
frente al tema, no obstante, ella también parecía bastante confundida y pérdida frente a las
palabras de la otra castaña —Me parece extraño que no lo sepas siendo que eres su novia —
aseveró sin dejar esa sonrisa que se había apoderado de sus labios, las palabras no lograron
salir de mi boca porque la confusión era tan grande que no era capaz de gesticular ningún
tipo de sonido de parte de mis cuerdad vocales, sin embargo, Camila volvió a adelantarse a
ello tomando mi mano suavemente y con una mirada fija en mí que mostraba una
preocupación que no entendía.

—Lauren —susurró delicadamente antes de que Lucy volviera a tomar el control de la


situación con sus comentarios y esa sonrisa que en este momento lo único que deseaba era
quitársela del rostro aunque sonara casi imposible.

insideofmysoul
—Ella fue a una audición hace unos días —contestó dejándome atónita —La verdad me alegra
de que hayas conseguido a alguien tan talentosa como Camila — sugirió de una forma tan
sincera que casi caigo en su actuación, sin embargo, no conocía a Lucía Vives desde hace
unos días, la conocía de toda la vida y conocía a la perfección cada una de sus reacciones; la
forma tan especial que tenía de jugar con los sentimientos y emociones de las personas como
también sabía muy bien que ella nunca perdía ninguna oportunidad para manipular todo a su
favor.—Especialmente después de que fue elegida para el papel principal—los ojos de Camila
fueron capaces de salirse de órbita ante aquel comentario, definitivamente era algo que
ninguna de las dos esperaba, no obstante, más que feliz u orgullosa de eso, la chica de ojos
castaños se presentaba confundida ante la marea de confesiones que estaba produciendo
este momento lo cuál se complementaba con la inseguridad que presentaba por las palabras
de Lucy porque si la conocía tan bien como lo hacía, aquello iba más allá de lo que su voz
podía afirmar en este momento. Ella era experta en este tipo de juegos dando ilusiones que
al final son más desgracias que otra cosa.

—¿De qué hablas?—preguntó Camila totalmente confundida y la sonrisa de Lucy se mostró


aún más grande que hace un par de segundos, sabía a la perfección que nada bueno podía
salir de este momento, sin embargo, no hice ningún tipo de comentario y me limité a seguir
viendo la interacción entre ambas.

—¿No te llamaron para ello?—fue su respuesta mientras enarcaba la ceja sin saber que decir,
Camila negó rápidamente a ello lo cuál solo sacó un suspiro de parte de Lucy —Entonces no
tardaran en hacerlo, tu audición ha sido muy
buena Camila, enhorabuena —dijo sin más antes de acomodar su cabello y dirigir su mirada
hacia mi —Me alegro por ustedes dos, porque estén juntas pero me tengo que ir —afirmó con
su típica seguridad que lograba engañar a cualquiera pero conmigo no tenía aquel efecto —
Ójala coincidamos otra vez —rodé los ojos ante sus palabras
—Aunque tendré que ver a Camila todos los días para los ensayos —Lucy no tardó en
perderse entre las personas que ocupaban el reducido espacio de este lugar mientras que yo
no dejaba de fulminarla con la mirada por el momento tan incómodo que nos había hecho
pasar, sin embargo, no tardé en mirar como la morena que estaba a mi lado aún se veía
confundida ante todo y no tardé en tomar su mano tratando de mostrarle algo de cariño
frente al mar de confusiones que había sido esa conversación con Lucy, no obstante, Camila
no tardó en soltar mi mano y mirarme enojada mientras caminaba hacia la salida del bar.

—Camila espera—le grité mientras intentaba seguirle el paso, no obstante, ella parecía más
enojada que confundida y yo no podía entender la razón de aquello.

—¿Qué quieres Lauren?—me preguntó finalmente mientras sus ojos castaños ya no me


miraban de la misma forma en la cuál me había acostumbrada a verlos diariamente, me sentí
extraña ante su mirada, llevaba mucho tiempo sin sentirme tan pérdida ante los ojos de
alguien, no obstante, ésta no era la mejor forma de sentirme ya que solo podía ver
incomprensión de parte de aquellos luceros castaños que me habían conquistado de una
forma tan irreal que a veces me discutía si no era simplemente obra de mi imaginación.
Camila se mostraba intranquila mientras la noche se apoderaba del cielo nocturno con una
capa espesa de negrura que apenas era cautivada por un par de estrellas que titilaban en
medio de todo el ancho cielo que se presentaba arriba de nuestras cabezas. Ella no tardó en
suspirar enojada mientras yo veía como un par de lágrimas se acumulaban en sus párpados
pero no las mostró en ningún segundo como si estuviera tratando de ser fuerte en aquel
momento,pero yo no entendía a que venía todo eso, sinceramente poco y nada entendía de
todo lo que había sucedido esta noche.

insideofmysoul
—¿Por qué estás enojada?—pregunté tratando de descubrir que había detrás de esos ojos
castaños, conocía a Camila desde hace un par de meses, no obstante, ya me había vuelto
casi una experta en la forma que ella tenía de pensar y de expresarse por lo cuál en su
mirada solo podía encontrar emociones que no cabían ante lo que había sucedido, además
que estas emociones eran claramente acompañadas con un tipo de nerviosismo poco natural
en ella como si estuviera ocultando algo que quería que supiese pero aún así no se atrevía a
decirlo de ninguna forma. Me acerqué a ella intentando que no se mostrara reaccia frente a
mí pero solo conseguí que ella se alejara un poco más mientras me fulminaba con la mirada
de
una manera que nunca lo había hecho con anterioridad.

Su rostro palideció cuando mis manos trataron de acariciar su mejilla para calmar el
momento tan tenso que había entre nosotras, no obstante, ella seguía mostrándose
extrañada ante todo lo que estaba pasando, no obstante, aquella mirada fría simplemente se
perdió entre el reducido espacio que nos separaba y la tensión se volvía algo que ninguna de
las dos podía controlar ni hacer algo para terminar con ella. Una capa de presión nos azotó
sin saber que hacer ó que decir frente aquellos segundos en que nuestras miradas chocaron
intentando reconciliarse ante una guerra no declarada, sus iris castaños se mostraron
indefensos ante mi vista y eso solo desató esas ganas de acercarme lo suficiente a ella como
para robarle todos los besos que deseaba hace tanto, sin embargo, preferí calmar aquella
marea turbulenta que se había presentando ante mis ideas y solo suspiré dándole enfásis a
las palabras que ninguna de las dos quería pronunciar en aquel momento lleno de
incomodidad que ni siquiera podíamos asegurar de donde había salido.
No estaba segura si había sido mi declaración a Lucy ó si había sido por toda la conversación
que había desatado en aquel momento, pero de algo si estaba segura era que no me
importaba perderme nuevamente en ese par de ojos arrebatadores de cualquier tipo de
suspiro, palabra ó pensamiento porque ellos eran capaces de esclavizarte de una manera que
ni siquiera parecía humana. Sus ojos eran una clara representación de su alma y de la fuerza
que ella tenía para que el mundo se detuviera con solo una mirada porque desde que
habíamos salido de aquel bar, ella era lo único que era perceptible ante mis sentidos como
también era la única imagen mental que deseaba admirar. Realmente estaba pérdida ante
ella porque estaba comenzando a sentir cosas que ni siquiera era capaz de derivar en
palabras, Camila me hacía sentir única pero no de una manera que conocía de parte de Lucy,
ella era distinta porque se mostraba de una manera sincera y tan atrayente a la vez que era
inevitable caer bajo sus redes casi hipnotizada ante cada palabra y cada cariño que ella podía
mostrar al mundo.

—¿Por qué?—repitió mi pregunta mostrango un tono tan enojado que podía hacer que
cualquiera temblara ante sus palabras, sin embargo, yo solo la dejé proseguir porque conocía
esa sensación de querer lanzar todas las palabras atragantadas de una vez sin ningún tipo de
interrupción, además interrumpirla solo iba a desatar aún más su furia —Enserio eres capaz
de preguntarme eso, me utilizaste—afirmó mientras yo no dejaba de mirarla atónita ante lo
que me estaba diciendo porque yo no veía la forma en la que la había utilizado, de hecho era
lo último que podía haber pensado que era la razón por la cuál ella estaba enojada, no
obstante, las palabras que deseaba que salieran en aquel momento no lograron aterrizar y
me vi limitada ante tres simples palabras que no servían de mucho y que ni siquiera
mostraban algún tipo de seguridad frente a la conversación que habíamos establecido.
—Claro que no—refuté suspirando intentando que mis palabras salieran y tratando de que
ella pudiera dejar su rabia atrás, sin embargo, nada de eso sucedió sino que su furia aumentó
aún más cuando mis manos intentaron crear puentes hacia ella y Camila las rechazó como
cualquier gesto de cariño que había intentado instaurar entre los límites de su piel por lo cuál
solo suspiré ante ello.
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—Entonces que es eso de ser tu novia —respondió furiosa —Solo querías darle celos a tu ex
conmigo—argumentó —Si crees que voy a jugar ese juego estás equivocada—Camila no
tardó en cruzarse de brazos mientras me fulminaba con la mirada por aquello y aunque
aceptaba que había sido inmaduro de mi parte solo hacerlo porque en aquel momento estaba
Lucy, también debía aceptar que era algo que deseaba decirle hace mucho tiempo solo que
no había adquirido la valentía para poder hacerlo por miedo a que ella me rechazara. No
obstante, nada de eso me importó en aquel momento y sin seguir pensando sobre el tema
gasté todas mis oportunidades y me acerqué a sus labios para volver a probarlos con el paso
más seguro que había mostrado desde hace mucho tiempo.
Tomé suavemente su rostro y sin más mis labios comenzaron a aprisionarla mientras ella
intentaba seguir mostrando aquella barrera fría que había impuesto desde que habíamos
salido del bar, sin embargo, eso solo duró unos segundos porque sin ningún tipo de
instrucción previa ó algún tipo de experiencia que lograra ayudarnos en aquel momento,
Camila no tardó en dejarse llevar por la suavidad en que se mostraban mis labios sobre los
de ella, ya que aquello no era un beso sino que más bien era como si se tratara de la mezcla
de dos almas perdidas que habían esperado demasiado tiempo para poder sentir los destellos
de su piel mezclándose con las de la otra.

No era un beso porque había algo más allá de lo que ambas podíamos describir en aquel
momento, había un tipo de magia que no había sentido la primera vez y los labios de Camila
se mostraban como dos pétalos que rozaban con una suavidad e intensidad innata sobre los
míos como si hubieran nacido para realizar aquel acto. Era como si de un baile se tratase y
que solo nuestros labios conocían los acordes y los pasos a seguir en cada instancia, era un
vaivén de palabras y de pensamientos que no se podían reducir a una sensación que yo haya
sentido con anterioridad.

Aquel beso era la confirmación de algo que ni siquiera habíamos esperado, era como si con
aquel beso nuestras almas quedaran en total libertad sobre las propias murallas que nosotras
habíamos instaurado dejando que nada naciera más allá de los rincones que nosotras
habíamos escogidos como ciertos, sin embargo, ahora nos mostrábamos doblegadas ante el
mundo que se nos mostraba ante el eco presente que pronunciaban nuestros labios porque
ellos conocían más de nosotras que nuestros propios pensamientos y hasta que nuestros
propios razonamientos. Era
como si de un momento a otro, nuestros labios hubieran adquirido vida de una forma tan
peculiar que no parecía real porque se incrustaban entre nosotras como raíces de una
fantasía que nacía a través de ese encuentro no premeditado de un par de labios que morían
y volvían a renacer cada vez que se movían ante el sonido de nuestros corazones palpitantes
y de nuestras respiraciones entrecortadas por la profundidad con la cuál se presentaba aquel
beso.

—No quiero jugar ningún juego contigo Camz —contesté soltando levemente sus labios de mi
alcance y mis manos la acercaron más a mí mientras veía como sus ojos dejaron florecer
aquellas lágrimas que parecían azotarla de una manera incomprensible, sin embargo, esto
solo duró un par de segundos porque no tardé en quitar sus lágrimas con mis pulgares
intentando que ella me viera. Poco y nada me importaba por el rídiculo que estaba haciendo
aquella noche al estar besándome en medio del estacionamiento con una chica que me había
quitado la respiración desde la primera que la había visto, por primera vez sentí que tal vez
las películas no se equivocaban ante ese sentimiento que tildábamos como amor, en lo que
se equivocaban era en el sentido que lo enfocaban como si fuera algo cursi y que no valía la
pena vivirlo. Porque a veces el amor se presentaba en los momentos que menos
esperábamos y una mirada podía ser la llave hacia una puerta que podía descubrir un mundo
que no tenía fin, ya que podía asegurar que a pesar de la noche que se mostraba ante
nuestros cuerpos incandescentes, la luna no dudaba en teñir con su resplandor aquel

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momento como sino fuera algo común que dos personas estuvieran a esta hora en el
estacionamiento. Esa era la magia inconfundible de algo más grande que nosotros mismos y
esa magia era capaz de convertir a los seres humanos participantes de aquella escena como
los mejores protagonistas de una película que no tenía un principio fijo y que solo el destino
podía decidir cuando podía acabar. —Sé que fue estúpido lo que hice pero lo último que
querría es jugar con tus sentimientos—Camila me miró confundida y nuestras miradas
chocaron por unos segundos tratando de mezclarse ante la intensidad de lo que habíamos
creado hace unos segundos,ambos intentaban darle una razón lógica a todo esto pero
también sabían que no iban a encontrar ningún tipo de respuesta porque no era algo que
pudiera ser contestado ó ideado, era algo que nacía de nosotras mismas y que se mostraba
con la misma pureza con la cuál había sido concebido.

—Entonces que quieres Lauren, porque yo no logro entenderlo—sugirió bajando la mirada y


yo tomé su barbilla para seguir admirando aquellos luceros castaños que se presentaban
como la muestra que no existía la perfección entre los humanos pero si existían cosas que
llegaban a ser lo más cercano a ello y una de esas cosas era la mirada eterna de aquella
castaña y la forma en que todo podía ser mejor solo con la delicia de clavar tus ojos ante su
mirada llena de incertidumbre de que puede producir en la otra persona.
—Te quiero a ti —le susurré acercando mis labios a su oreja porque quería llenarme de esa
sensación inevitable que cada centímetro de su ser dejaba en mi piel —Quiero que me des
una oportunidad de quererte y hacerte olvidar todo las malas relaciones amorosas que has
tenido —no tardé en tomar la mano de la castaña con una sonrisa porque ella no se
imaginaba la infinidad de acontecimientos que ella había desatado desde la primera vez que
nuestros destinos habían coincidido. Era extraño,pero de cierta forma sentía que esto solo era
una extensión de algo que nosotras ya habíamos sentido con anterioridad como si
hubiésemos esperado mucho tiempo para volver a reencontrarnos aunque aquello era
totalmente imposible.
—Hasta podría decirte que si así lo desearas no me molestaría hacerte vivir en una película
de amor.

—¿Estás hablando enserio?


—Sí—afirmé con una leve sonrisa ante lo bien que sonaba aquello
—Deseo un nuevo comienzo—dije con una sonrisa aún más grande de la que ya se había
atrevido a dibujarse en mi rostro— pero solo lo deseo contigo.
Nuevos comienzos parte 2

Los Angeles 1947


Camila

—Así que ¿se perdieron?—preguntó enarcando la ceja al terminar de grabar la última escena
que nos tocaba hoy. Sonreí ante esa pregunta al recordar la noche que habíamos tenido
Lauren y yo hace dos días cuando decidimos no ir a la cena—Me parece extraño viniendo de ti
—argumentó la rubia sin dejar de mostrarse extrañada y yo reí por ello ladeando la cabeza
porque la verdad había sido la mejor noche que había tenido desde hace mucho tiempo, era
extraño como aquella ojiverde era capaz de hacerme sentir de una manera que nunca nadie
me había hecho sentir; era como si todo mi ser deseara estar con ella todos los días y a cada
momento sin tener la necesidad de haber palabras entre medio. Ella era capaz de llevarme a
un estado al cuál pensaba que era imposible que una persona pudiera hacerme sentir y me
encantaba el hecho de que el destino hubiese decidido acabar con esa suposición y me
mostrase que no podía saber todo ni premeditar lo que podía pasar en mi vida.
—Así es —respondí con una sonrisa mientras terminaba de guardar mis cosas en mi bolso,
Claire seguía mirándome sorprendida ante mis reacciones y no tardó en tomar mi brazo para
llamar mi atención cuando fui capaz de ver en sus ojos azules solo vi preocupación de su
parte, preocupación que no venía al caso porque yo no podía sentirme de una manera más

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plena —¿Qué?—pregunté divertida ante su mirada, sin embargo, ella volvió a fruncir el ceño
sin entender que me estaba pasando y la verdad le daba la razón para no hacerlo porque yo
tampoco podía entenderlo pero estaba sucediendo.
—Lauren es mi amiga Camila —afirmó seria y yo la miré contrariada porque no sabía a que
venía aquel comentario, claro que sabía a la perfección que era su amiga —Y lo último que
quisiera es que le hicieras daño —puntualizó soltando mi brazo para cruzarse de brazos sin
dejar de mirarme enojada pero yo no entendía su reacción. Jamás me atrevería a hacerle
daño de ningún tipo, Lauren era una chica maravillosa en todos los sentidos que podían
existir y eso era suficiente como para que en mí naciera una extraña sensación de querer
protegerla de todo y solo verla sonreír y ser feliz.
—A ¿qué te refieres?—pregunté confundida y ella suspiró ante ello como si fuera lo más obvio
del mundo.
—¿Te gusta?—su pregunta me abatió porque no supe que decir frente a ella, sinceramente no
lo había pensado jamás de esa forma por la simple razón de que ambas éramos chicas, era
imposible que me gustara de la forma en que Claire pensaba y más difícil aún era que la
ojiverde me viera de esa forma cuando era más que estúpido pensar que ambas podíamos
sentir de esa manera profunda —¿Te gusta Lauren?—su pregunta reafirmando lo que había
preguntado hace unos segundos fue extrañamente como una punzada a mi garganta ya que
era imposible
negar que me sentía de una forma que no podía explicar cuando estaba a su lado, cuando la
escuchaba hablar y su sonrisa era una de las cosas más bonitas que había visto pero más allá
de eso no podía verla como alguien "deseable" de la forma en que la rubia querçia que la
viera así que la pregunta se respondía sola con un rotundo no.
—Claro que no —respondí frustrada por su reacción y ella no dudó en verme sorprendida por
la forma en que le estaba respondiendo —No me gustan las chicas Claire —aseveré
frunciendo el ceño —Y Lauren solo es una amiga cercana
—suspiré ante ello porque tampoco podía clasificarla en algo, eran muy pocas las veces en
que realmente habíamos hablado más allá del trabajo, sin embargo, cada vez que estaba con
ella las conversaciones dejaban de ser importante y podía fácilmente viendo como sus ojos
me ofrecían un espectáculo único que nunca había visto en alguna otra pupila—A ¿Qué viene
esas preguntas?.

—A que lo último que deseo es que Lauren salga lastimada de lo que sea que estés pensando
—el enojo de Claire era palpable y eso solo gatilló que yo también me ofendiera por las
preguntas y especulaciones que estaba teniendo de su parte como sino supiera a la
perfección lo que yo sentía y las cosas que podía pensar —Ella ha sufrido lo suficiente como
para que aparezcas para hacerle daño Camila —suspiró y yo no podía entender a que venía
su conversación, la rubia comenzó a caminar nerviosa en mi camarín antes de volver a decir
algo—Te conozco y sé que eres experta en jugar con las personas pero —la detuve antes de
que siguiera hablando porque me estaba sintiendo demasiado incómoda a través de su
conversación.
—Es una chica Claire —grité exasperada ante la conversación que estábamos teniendo —
Jamás me fijaría en una chica, no tengo ese tipo de gustos
—confirmé enojada —Además lo último que querría es jugar con alguien como Lauren
—la ojiazul no dudó en mirarme por unos segundos intentando creer lo que le estaba
diciendo, no obstante, yo sabía a la perfección que era cierto todo lo que estaba diciendo,
debido a que a diferencia de ella a mi no me venían las chicas, sabía muy bien mis gustos y
que era irreal pensar más allá de lo que estaba sucediendo.
—Lo siento —dijo finalmente antes de suspirar —Es solo que te has visto tan extraña con ella,
nunca te he visto así —afirmó y yo solo me quedé callada mientras intentaba razonar de
alguna forma lo que estaba pasando. Era cierto todo lo que ella decía, no podía darle la
contraria de que en algún momento de mi vida había querido dañar a muchas personas,
jugando directamente con sus sentimientos para sentirme completa de alguna forma que
creía la correcta pero ni siquiera había podido llenarme de felicidad en aquel momento.
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Siempre regresaba al mismo momento que odiaba en mi vida, el que tenía que regresar a
casa sola a sabiendas de que allá afuera no había nadie por quién valiera la pena al menos
pensar. Me limitaba a pensar que podía conquistar el mundo y los corazones de las personas
solo porque me satisfacía hacerlo, sin embargo, desde que había conocido a Lauren nada de
eso me llamaba la atención y
de cierta forma una sonrisa se enmarcaba en mis labios ante la idea de verla todos los días
en el set de grabación aunque sea por unos minutos. Por alguna razón desconocida las
noches solitarias y amargas que solía vivir antes de conocerla, solo se convertían en noches
llenas de esperanzas de querer que las horas transcurran más rápido de lo normal y así poder
verla.
—¿Por qué debería importante Claire?—pregunté aún enojada por su forma de reaccionar, la
rubia solo me miró fulminándome con la mirada, nos conocíamos hace mucho tiempo y ella
sabía mi forma de ser y me conocía de una manera que ni siquiera yo lograba entender de
mí, no obstante, en este momento solo estaba siendo demasiado dura conmigo —Es mi vida
y puedo hacer lo que me venga en gana —Claire no dijo nada hasta que se acercó a mí y me
abrazó lo cuál solo me hizo estar más contrariada aún de lo que ya estaba.
—Me importa porque es mi amiga de quién estás hablando — me dijo sin dejar de
aprisionarme en su abrazo —Me importa porque Lauren es la persona más noble que conozco
y la sola idea de que alguien pudiera volver a hacerle daño ni siquiera es una posibilidad
porque destruiría a esa persona sin ser misericordiosa
—me alejé de su abrazo antes de que ella siguiera hablando —Tú también eres mi amiga Mila
pero tú siempre has sabido como jugar las cartas a tu favor, sé que hay una persona
hermosa dentro de ti pero no puedo arriesgar a mi amiga a que conozca la parte de ti que
todo el mundo odia.
—Es hermoso saber eso de quién dice ser mi amiga —dije sarcásticamente y ella solo ladeó la
cabeza—No puedo decir que no he lastimado a personas pero al menos podrías confiar en mí
un poco ¿no?, además que no voy a tener una relación amorosa con ella ni mucho menos,
somos buenas amigas y ya está
— la ojiazul me miró resignada antes de asentir.

—Solo quería advertirte sobre eso Mila, si te atreves a dañar aunque sea un cabello de
Lauren puedo jurarte que no verás una peor maldición que la mía —suspiré ante lo enojada
que estaba presentándose la francesa, nunca la había visto de esa forma tan protectora ni
menos que se dirigiera a mí de esa forma. Si hubiera sido otra persona quién se atreviera a
darme consejos de esa forma tan imponente simplemente no hubiera seguido con vida en ese
momento pero de cierta forma me dolía que vinieran de ella, porque Claire me importaba al
ser mi amiga, me importaba lo que pensara de mí y que creyera que fuera capaz de hacerle
daño a alguien como la pelinegra solo era una muestra que a sus ojos tampoco era alguien
diferente a quién había sido.
Tampoco la culpaba por ello, ya que sabía a la perfección el peso de mis demonios y mi falta
de interés hacia los posibles sentimientos de las otras personas, estaba tan acostumbrada a
encerrarme en mi mundo donde solo yo podía importar que realmente ya había olvidado esa
sensación de decepción hacia que una persona no tuviera fe en ti. Había olvidado hace tanto
tiempo lo que se sentía que alguien no confiara en ti y eso simplemente me dañó de una
manera profunda que en el exterior se veía tan leve porque era una muy buena actriz al
tapar lo que estaban
produciendo las palabras de Claire en mí.
—Creéme, no estoy de ánimos para encapricharme con una madre soltera —solté bufando
sintiendo como sus palabras no dejaban de retumbar en mi cabeza una y otra vez,
expandiendo de a poco ese dolor e incomodidad a niveles que no conocía. Quise salir a
respirar un poco de aire y solo quedarme sola como siempre quedaba al final de todo, sin
embargo, la rubia premeditó eso y solo soltó un suspiro atrayéndome hacia ella.
—Te quiero Mila, eres una persona increíble —sus palabras sonaban tan irónicas luego de las
filosas declaraciones que me había mostrado hace un par de minutos —Pero Lauren ha
sufrido demasiado y no puedo mentirte con que no me da miedo esa relación tan cercana que

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le estás ofreciendo, ella no puede defenderse del mundo que le estás ofreciendo y lo sabes —
suspiré furiosa ante ello —A mi no me da miedo arriesgarme a conocerte porque puedo
defenderme a la perfección pero ella no puede, esa es la diferencia, te conozco y sé que al
más mínimo detalle que no te gustó puedes realmente dañar a las personas y no tratar de
arreglarlo porque tu orgullo es más importante — ni siquiera me atreví a alzar la mirada hacia
ella porque no me dolía saber que era cierto todo lo que decía, lo que me dolía es que me lo
estaba diciendo alguien que me importaba—Por favor no te atrevas a dañarla más de lo que
ya está, ella no se lo merece —sus palabras me remecieron mientras ella comenzó a acariciar
mi cabello intentando crear un vínculo que ella mismo había limitado con el comienzo de esta
conversación—Por favor solo sé diferente con ella, muéstrale la chica que me hizo querer ser
su amiga y no la chica que todo el mundo conoce y odia —ambas nos quedamos en silencio
mientras el aire se volvía más denso de lo que podíamos esperar, los supiros amargos no
tardaron en salir y aunque Claire no me dejó ni un solo segundo tratando de ofrecerme su
cariño yo realmente quería salir de ahí y escapar como siempre de la persona que había sido
porque sabía que ella tenía razón en todo lo que decía y lo último que podía querer es
lastimar a la pelinegra.
Pero seguramente era lo que acabaría haciendo porque eso era lo único que conocía.
Destruir solo por haber sido destruida.

El humo de mi cigarrillo se mezclaba con la presencia nublada del tiempo en mi corazón ,


suspiré mientras sentía como cada humo que exhalaba se transformaba en las palabras que
no había dicho. Cada exhalada gris que se presentaba en mis labios era la muestra de cuán
roto podía estar una persona ya pesar de eso luchaba por mostrarse fuerte ante todo el
mundo.

Tal vez por eso había decidido quedarme en este mundo lleno de mentiras y de rostros
perfectos, porque me era más fácil fingir que estaba bien cuando todos también lo hacían. El
mundo de la actuación era una ola de problemas que nunca se
resolvían simplemente se tapaban ante una mirada seductora y toda la opulencia que podía
atraer este mundo al cuál me había esclavizado desde antes de que tuviera algún tipo de
conciencia de lo duro que podía ser y aprisionante que podía mostrarse, ya que el mundo del
cine era uno en donde se te ofrecía hasta el más mínimo resplendor que hay en la Tierra, sin
embargo, tienes que aceptar que estás vendiendo tu alma por esas cosas que en un
momento creíste que eran más importante.
Este mundo jugaba de esa forma con las personas que se atrevían a pisarlo, no solo tenías
que vender tu alma a él sino que también la persona que alguna vez fuiste y así tenías que
obligatoriamente amoldarte a la nueva forma de vida que se presentaba ante tus ojos en este
mundo lleno de paredes pintadas de oro que al final de todo no brillaban por la calidad del
material sino que solo estaban sobrevaloradas como la mayoría de las cosas que existían a mi
alrededor.

No obstante, cuando te dabas cuenta del engaño en el cuál habías vivido sumido durnte tanto
tiempo, ya era demasiado tarde como para hacer algo e irte de aquel mundo. Solo te
limitabas a seguir existiendo aunque eso significase seguir perdiendo de a poco aquel toque
que te hacía humano y que solo te transformaras en un producto de mercado para todos los
que podían comprarte.
—Hola Camila —escuché decir y sonreí ante la idea mental de saber de quién provenía
aquella voz rasposa, me di vuelta con una sonrisa aún más grande al comprobar de que se
trataba de la misma pelinegra de siempre, era increíble como me sorprendía cada vez más de
ella por cada día que pasaba.

Era extraño ver a una persona que había vivido tantos desaires del destino y aún así se
mostraba amable y con una belleza que solo ella podía ofrecer,Clarie tenía razón y esa chica

insideofmysoul
merecía ser protegida a todo coste de cualquier cosa porque el mundo necesitaba más
personas como ella.
—Vaya —respondí tirando la colilla del cigarillo al pavimento y pisándola para tener toda mi
atención en ella —No esperaba verte por aquí —Lauren se sonrojó por aquella respuesta
mientras que yo no podía dejar de ver como cada uno de sus gestos eran puros y no eran
simplemente gestos que habías aprendido con el tiempo para que las personas te vieran de la
misma forma siempre.
—Hoy era mi último día —dijo con una sonrisa mientras arreglaba un mechón de cabello que
había caído en su rostro —¿Qué tal tu día?—me preguntó animada y yo quise realmente
sonreír y decirle que había estado bien, tenía los dotes artísticos para mentirle a todo el
mundo pero eso no era lo que deseaba con ella.
Estaba cansada de actuar con todo el mundo y reducirme a nada, estaba harta de que mi
vida dependiera del tipo de actuación que pudiera presentar ante las personas así que solo
suspiré y decidí ser sincera por primera vez en mucho tiempo.
—Estoy agotada —respondí con una mueca que hasta yo podía sentir que había sido tan triste
como para que ella frunciera el ceño preocupada ante mi respuesta —Mi día no ha ido tan
bien como esperaba —suspiré y ella no tardó en
abrazarme con una suave caricia hacia mis brazos como si quisiera traspasar toda su
serenidad hacia mí.
—Todos tenemos días malos —contestó con otra suave caricia de su parte y por alguna razón
aquello se sintió como sino fuese real y estuviera en un sueño, sus ojos verdes me veían con
un brillo tan único que me costó por unos segundos creer que eso estaba pasando —¿Puedo
hacer algo para mejorarlo?—preguntó acariciando mi mejilla y yo no supe que decir ante ello
así que solo ladeé la cabeza tratando de comprender lo que acababa de pasar, mi cabeza era
un caos ante el perfurme fresco que era ella; no entendía como podía sentirme de esta
manera solo con ella y quería gritar ante el hecho de que por primera vez en mi vida me
sentía totalmente insegura y pérdida ante momentos inesperados—Quizás quieras algo de
compañía —sugirió con una sonrisa que no tardó en hacer efecto en mí y dibujó una en mi
rostro.

—¿No tienes que irte?—pregunté confundida y ella volvió a sonreír ante mi pregunta, era
como si su sonrisa fuese capaz de agrandarse aún más demostrando una belleza que solo
podía ser comparada con las estrellas.

—Tengo que buscar a Noe en el cole —confirmó mordiendo ligeramente su labio inferior —
Pero puedo quedarme unos minutos contigo si así quieres —nuevamente me sentí como una
extraña frente a sus miradas compasivas y la forma tan natural que ella tenía de calmar
tormentas que se mostraban en mi interior a pesar de que no estaba realizando ningún acto,
solo con tenerla a mi lado era suficiente para sentir la calma en mi interior y de cierta forma
aquello me aterraba porque no sabía como controlar todo lo que ella podía producir en mi
interior.
—Si quieres te puedo ir a dejar a tu casa —le sugerí con una sonrisa y ella asintió antes de
depositar un cálido beso en mi mejilla que solo desencadenó que todo mi cuerpo temblara
ante ese estímulo que no esperaba de su parte pero que pudo ser capaz de romper cualquier
tipo de suplicio que se había apoderado de mí desde la conversación que había tenido con
Claire.
—Me encantaría, muchas gracias —dijo sin dejar de mirar algo en mi rostro que no podía
entender —Se me es difícil creer que todo el mundo sea capaz de odiar esa mirada —aseveró
con una tímida sonrisa que yo no pude entender —Es increíble lo que tus ojos pueden
transmitir con una simple mirada y como puedes ser capaz de que las personas puedan ver
tu corazón a través de ellos.
—Tal vez estás más ciega de lo que quisieras aceptar —bufé ante su comentario —No hay
nada bueno detrás de ellos —contesté a sabiendas de que era mejor ser sincera con ella y
dejar de mostrarme como la persona que no era, sin embargo, podía haberle ofrecido el cielo
solo por ver nuevamente la mriada tan atenta que tuve de su parte y como sus ojos me
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miraron con una dulzura que jamás había visto dedicada para mí.
—Te equívocas —murmuró acariciando mi mejilla —Conozco a las personas, he tenido que
convivir con el mundo desde hace tanto tiempo que puedo identificar las miradas que valen la
pena y tú tienes una de las miradas más lindas que he visto —mordí mi labio reprimiendo las
lágrimas que querían azotarme por esas palabras, se me hacía imposible que ella pudiera
verme de esa forma siendo que nadie más podía hacerlo—El mundo no te conoce Camila—
sugirió antes de suspirar
—Tal vez yo tampoco pueda opinar mucho al respecto, pero si puedo asegurar que detrás de
esa mirada hay alguien que vale la pena, hay alguien hermosa —sus brazos no tardaron en
unirse a los míos ante un cálido abrazo que quería que durara como mínimo toda mi vida
porque extrañamente estar entre sus brazos no me hacía sentir débil sino más bien me hacía
sentir que deseaba pasar más tiempo del que me podía ofrecer ante ellos.
Era como una pequeña redención ante mi alma atormentada y por la mirada que ella me
dedicó por un par de segundos no podía haber nada más perfecto que este momento.

—Gracias —fue lo úncio que mis labios pudieron pronunciar ante toda la marea de
sensaciones que se instauraron en cada centímetro de mi piel ante sus intentos de calmar mi
alma abatida —Tú también eres hermosa Lauren —contesté porque era lo mínimo que podía
decirle, mis palabras no eran suficientes como para poder decirle todo lo que ella era y podía
llegar a ser, sin embargo, por la forma en que su sonrisa se mostró con una profundidad
verdadera yo supe que no eran necesarias tantas palabras y que a veces los sonidos que
producían nuestra voz no eran tan fuertes como los sonidos que podían producir un par de
palabras sinceras.
—Me encantó haber ido a ver las estrellas — me dijo soltando mi cuerpo con delicadeza sin
dejar su mirada atenta hacia mí mientras que todos mis sentidos se descontrolaban por la
suavidad y tranquilidad que se presentaba su voz ante mí como si fuera una cálida brisa de
primavera para el invierno que estaba sofocándome desde hace tanto tiempo —Fue la noche
más maravillosa que he tenido desde hace mucho tiempo —afirmó sin dejar esa belleza
interior que solo ella podía producir.

—Me alegro que lo hayas disfrutado —aseveré sin dejar de perderme en el tono tan verde
que sus ojos ofrecían ante cualquier persona, había visto a miles de personas en toda mi
vida, muchas chicas guapas pero Lauren no cabía en esa descripción porque tenía una belleza
poco común. Era un tipo de belleza que no se presentaba en su físico sino más bien se hacían
presente ante la dulzura de sus palabras y la profundidad que podían tener sus gestos llenos
de sentimientos verdaderos.
—Me hizo recordar a las noches en donde me quedo por horas viendo como el cielo se
transforma en una bóveda llena de las reliquias más deslumbrantes que el universo puede
ofrecer a nuestras almas humanas —la miré sorprendida ante su respuesta porque yo
pensaba que era la única que se sentía de
esa forma ante la majestuosidad que el cielo ofrecía ante la capa negra que era cubierta por
el polvo estelar para demostrarnos que no importaba cuán oscuro podía ser un momento,
siempre iba a existir algún tipo de luz para agregarle belleza a aquel espectáculo porque la
luz no podía existir sin la oscuridad como tampoco la oscuridad podía existir sin una tenue luz
que le revelara los más grandes secretos que habían detrás de esa combinación tan contraria
y a la vez tan atrapante.
—Pensaba que era la única que hacía eso —sugerí con una sonrisa que me hacía ver como
una tonta pero poco y nada me importaba, Lauren mostró sus mejillas sonrosadas con una
sonrisa que invadió todo mi ser de una paz que necesitaba.
—No—respondió riendo levemente —A veces suelo quedarme viendo como la noche pasa a
ser el amanecer desde mi ventana—suspiró antes de continuar —Antes de conseguir este
trabajo podía pasarme todas las noches despierta intentando calmar esa sensación de
preocupación que oprimía mi pecho —sus palabras se perdieron en un punto de inflexión que
atacó mi corazón porque no podía dejar de sentirme culpable por aquel incidente de hace un
par de semanas atrás que había desencadenado todo—Creo que no hay nada peor que sentir
insideofmysoul
aquello todos los días mientras ves como la vida pasa sin ningún tipo de ayuda para terminar
con ese dolor.
—Lo siento mucho —ella me miró contrariada como sino supiera a que me estaba refiriendo —
Por haber causado todo eso en tu vida —ella mostró una leve sonrisa que hizo que frunciera el
ceño porque no podía entender su actitud.
—Pero si tú eres lo mejor que me ha pasado desde hace tanto tiempo —admitió de una forma
tan natural que me causó un sentimiento inesperado y que tampoco podía derivar a algo que
conociera con anterioridad, todo esto era totalmente nuevo para mí—Y no solo por el hecho
de que por ti tengo este trabajo y la oportunidad de poder calmar aquel dolor, sino por el
simple hecho de que siempre te has mostrado muy linda conmigo— —No suelo tener ese
trato de las personas—contestó encogiéndose de hombros y no sé que me dolió más si el
hecho de que me estaba agradeciendo por una actitud que yo no encontraba que haya sido la
mejor ó por el hecho de que las personas eran tan crueles que no podían darse cuenta de la
maravillosa chica que había detrás de aquellos ojos verdes alucinantes.
—¿Has conseguido un trabajo?—le pregunté preocupada y ella negó rápidamente a ello.
—Estoy bien, me tomaré esta semana para estar con Noe y después pensaré que haré —
sugirió tranquila lo cuál me desconcertó porque ella siempre se había mostrado preocupada
ante la idea de no tener como mantener a su hija —Tengo el dinero suficiente para sobrevivir
un par de meses así que no estoy tan complicada —Lauren no me dejaba de sorprender y sus
palabras se atrevían a mostrarse como demostraciones de una persona que no podía caber
entre las calificaciones que yo solía hacer de todas las personas a mi alrededor, ella era
totalmente diferente a todo lo que conocía y eso era lo que más me atraía de ella y
me hacía querer conocer a profundidad cad auno de sus puntos de inflexión que ella no
mostraba con facilidad.
—Podría hablar con cualquier director para que te contrate —dije tratando de pensar en
alguna forma de ayudarla pero ella solo se mostró con una sonrisa.
—Voy a estar bien Camila, no tienes ni la más mínima idea de lo que es estar realmente en
problemas ¿cierto?—bajé la mirada ante el hecho de que tenía toda la razón y no lo sabía —
Estar en problemas es cuando no tienes dinero para alimentar a tu hija ni para pagar las
cuentas que nunca dejan de llegar—afirmó en un suspiro que fue capaz de convertirse en una
estocada hacia mi corazón —Estar en problemas es cuando te das cuenta de que te
equivocaste y ya no hay vuelta atrás porque no es tiempo para llorar por los platos rotos sino
que tienes que aprender a seguir adelante porque alguien depende de ti —ninguna de las dos
dijo algo frente a ese comentario hasta que la ojiverde retomó la palabra en la conversación
—Yo no estoy en problemas en este momento así que estoy bien—admitió con otra de sus
sonrisas hipnotizantes y yo no sabía como ella era capaz de mostrarse tan fuerte ante todo lo
que había pasado.
—¿Cuántas veces has estado en problemas?—pregunté con un dolor punzante en mí, Lauren
pensó por unos segundos antes de contestar como si realmente no supiera que decir frente a
mi pregunta.
—Más de las que puedo recordar —admitió —Soy consciente de que Noe es lo más hermoso
que la vida me ha podido ofrecer pero también sé lo duro que ha sido todo desde que la
tengo a mi lado —su voz sonaba tan atormentada que por unos segundos me sentí una tonta
por siquiera pensar que mis problemas podían ser más relevantes que los que ella había
podido vivir en su corta vida —Sin embargo, no me arrepiento de luchar cada día por ella—
contestó con un tono de orgullo que sino hubiera sido por el hecho de que aún estaba
tratando de digerir sus palabras anteriores, mis lágrimas me hubieran ocultado en una
cortina que no podía correr
—Ella es la razón por la cuál puedo ir hasta los mismos infiernos solo para que ella esté bien,
la amo más que a mi propia vida y jamás pensé que eso fuera posible para una persona
como yo, nunca pensé que la vida podía ofrecerme tanto —sus palabras resonaban una y otra
vez en mi cabeza adquiriendo un matiz para pintar a aquella chica de una forma más real de
la que había hecho con alguna persona. Era una chica que había sido destrozada pero a la
vez no había dejado que eso se interpusiera ante algo más fuerte que todo eso y era el amor
único que sentía hacia su hija.

insideofmysoul
—Eres una madre increíble Lauren —le confensé con una sonrisa
—Y una persona más que maravillosa, te lo mereces lo mejor que la vida puede ofrecerle a
alguien —Lauren se quedó en silencio por unos segundos mientras todo a nuestro alrededor
se detenía por un par de segundos ante su mirada como si no hubiera nada más importante
que ella en esta escena.
—Tú también mereces todo lo bueno que la vida puede ofrecer—confirmó y yo solo suspiré
ante ello porque sabía muy bien de que era
afortunada en el sentido de las riquezas pero al final del día estaba completamente vacía con
las ansias de poder llenar eso que sentía en mi pecho y ni siquiera estaba segura de que era.
—Sé que te ha ofrecido riquezas que ni siquiera puedo calcular, pero espero con todo mi ser
que recompense a tu corazón porque te lo mereces—fue en ese momento donde me pude dar
cuenta de la razón por la cuál existía aquel miedo de parte de Claire, ella sabía muy bien
quién era y como me comportaba con las personas. Pero su miedo no iba hacia que pudiera
hacerle daño de una mala manera sino que su miedo se ramificaba ante el hecho de que le
estaba ofreciendo una vista hermosa a aquella pelinegra, una vista que quizás no había visto
con anterioridad y lo que realmente afectaba a la rubia era que en algún momento me
aburriera de mostrar aquella imagen y que simplemente la dejara a su suerte como solía
hacer con todo lo que se me presentaba.
No obstante, yo no quería tapar esa vista jamás sino todo lo contrario, deseaba que ella
pudiese ver más allá de lo que yo misma podía ver. Deseaba con todo mi ser hacer que el
destino dejara de ser tan duro con su alma y poder ofrecerle un escenario hermoso que solo
ella pudiese disfrutar.

Y a pesar de las advertencias de parte de Claire, no dudé en atreverme a utilizar cada minuto
que tuviera para mostrarle a Lauren que desde hoy sería un nuevo comienzo en su vida.
Capítulo 18 : Colours outside the lines

So can you see the castles that you built? Can you see the way our horizons meet, And all of
the lights will lead
Into the night with me And I know this is difficult
Because we have scars will bleed But both of our hearts believe
All of these stars will guide in this ocean that we brought to life Maratón 2 de 4
Camila

Las luces de la carretera se mezclaban una a una entre una lluvia intensa de caminos
recorridos y recuerdos que sinceramente no deseaba sacar a flote porque esta noche estaba
siendo más que mágica. Aún era muy temprano como para ver el amanecer teñir las calles de
la gran manzana, sin embargo, tampoco era tan tarde como para no querer ver como las
estrellas se reunían ante el cielo nocturno que cada noche, a pesar de las grandes luces de los
edificios y toda la iluminación que rodeaba a la ciudad que nunca dormía, aún se encontraba
arriba de nosotros para deleitarnos con su espectáculo diario; para ofrecerle a tristes
corazones el regocijo que solo un suspiro acompañado de cientos de ilusiones que eran
iluminados con el polvo estelar del cielo podía ofrecer.

No obstante, ni la belleza de la noche ni tampoco las luces de la carretera parpadeando


mientras nos perdíamos en medio de una ruta sin destino, podían ser más majestuosos que
aquellos ojos verdes atrapantes que se encontraban conduciendo mientras una sonrisa era
capaz de anclarse en lo más profundo de las mareas impuestas en mi corazón.
Una sonrisa tímida floreció en mis labios al recordar por unos breves segundos como sus
labios hace apenas un par de minutos se habían apoderado de cada centímetro de mi
piel,obligándolos a rendir pleitesía ante la chica que se había atrevido a conquistar cada
punto de mi ser de una forma tan única y arrebatadora que no parecía real, la verdad es que
nada que proviniera de ella pareciera tener un toque de realidad porque era simplemente

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mágico como si en algún momento toda esa magia fuese a desaparecer y me levantara del
sueño que estaba viviendo en este mismo instante a través de unas tímidas miradas que nos
ofrecíamos a pesar de que sabíamos a la perfección lo que habíamos hecho con aquellos
besos descontrolados que habíamos descarrilados de nuestros más profundos deseos y que
se habían atrevido a instaurarse entre nosotras como si
fueran la demostración pura de lo que nuestras almas deseaban aunque no fuéramos capaces
de reproducir con nuestras propias palabras el ritmo y el váiven al cuál habíamos sometido a
nuestros labios para sellar algo que estaba escrito hace mucho.
La perfección no existía como tampoco existían los momentos románticos de películas, pero si
podían existir dos personas que eran unidas por casualidades del destino y que poco a poco
comenzaban a desenvolver su existencia en un sinfín de sensaciones que ninguna podía ser
capaz de derivar a alguna palabra de su vocabulario y sentían como la cordura se iba
perdiendo de su sistema mientras sus pensamientos se pintaban de palabras que jamás eran
dichas y de leves tono de sueños que solo aparecían cuando esa persona estaba cerca.
Sueños que se encargaban de tapar aquellos sentimientos que no eran capaces de decirse en
voz alta por miedo a ser rechazados, ya que los seres humanos éramos expertos en ese tipo
de masoquismo donde nos atrevíamos a despreciar los sentimientos y emociones que nuestro
corazón trataba de plantar cada mañana a través de suspiros que se atrevían a envolvernos y
de palabras que nunca llegaban a tener voz por miedo de ser destruidas en el primer intento
de ser naufrágas entre la tormenta que se instalaba en cada ser enamorado.
Y así comenzaba un váiven estacionario de pensamientos que nunca llegaban a ser realidades
y nos negábamos a querer ser algo más con esa persona siendo que las declaraciones de
amor eran escuchadas antes por el corazón que dirigidas por la boca. Porque una mirada
podía formar un beso como un suspiro podía ser capaz de destruir cualquier muralla por más
fuerte y sólida que fuese , las películas de amor eran una exageración visual de este manto
que envolvía cualquier tipo de acción que realizaba un ser que caía ante las cadenas del
amor, sin embargo, tenían algo de razón en el sentido de que el amor no era una estación de
la vida y que aunque no lo buscaras ni fueras creyente de él; éste aparecía y rompía todos
tus cimientos como si de una tormenta desatada se tratase, muchas veces se presentaba a
través de heridas que jamás sanarían, muchas otras se presentaba como una cálida brisa en
medio del verano y en otras simplemente se convertía en una lluvia de deseos imposibles que
jamás se realizaron. Pero sin importar cuál fuese el estado al cuál te derivaba ese sentimiento
que nos hacía seres desarrollados, siempre quedaban esas marcas que uno trataba de ocultar
ya que no eran una buena vista para las demás personas, esas marcas que solo el amor podía
atraer hacia tu corazón y que se quedaban para siempre aunque así no lo quisieses. Debido a
que amar no era un sentimiento que pudiera salirse del pecho sino que siempre quedaba
marcado ante infinitas marcas que llegaban a expandirse ó reducirse a través del tiempo.

Las marcas que llevábamos Lauren y yo se derivaban a un mismo destino, a un mismo


nombre y a una misma dirección. No obstante, a pesar de que pude haber sido capaz de
atreverme a extender esa marca en busca de una sinceridad que mi boca esperaba, no fui
capaz de hacerlo y me limité a que mis marcas quedaran ocultas frente a la mirada confusa
de aquellos ojos verdes que no tenían otra misión más allá
que la de cautivar a cualquier ser pensante que se mostrara en su camino.

Me sentía una cobarde al no poder confesarle lo que estaba sucediendo a Lauren pero preferí
tomar el camino fácil donde no existía un pasado en común que nos unía de una manera que
ninguna de las dos hubiese deseado. Tomé aquel callejón donde podía hacer borrón y cuenta
nueva para nunca más tomar el tema que estaba latente entre nosotras, porque si lucy no
había sido capaz de decirle lo que había existido entre nosotras, entonces yo también
preferiría escoger un celibato eterno y desechar aquel pasado de mi vida como si se tratasen
de hojas otoñales frente a la maldición del tiempo.
No obstante, nada de eso tomaba mi especial atención, ya que ésta estaba embelesada en la
forma en que cada rasgo que aquella pelinegra mostraba ante la naturalidad de la vida eran

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simplemente hermosos como si fuesen delineados por los mismos dioses.

Lauren no se parecía en nada a Lucy, ambas eran tan distintas que aún me costaba creer que
ellas pudieron estar juntas por tanto tiempo. Ella era sensible como nadie aunque trataba de
ocultarse de todo el mundo frente a la dureza con la cuál su corazón se defendía de volver a
ser lastimado, en cambio Lucy solo era una jugadora de corazones que sabía cuál era el
punto perfecto para romperlos ó que estuvieran a su favor.
Lauren tenía una delicadeza única y una forma arrebatadora de decirlo todo y a la vez nada,
era como si tuviese un don para escoger los momentos precisos que necesitaban palabras y
también podía realizar el acto contrario de escoger momentos en que las palabras eran
diluidas por miradas que eran capaces de quitar el oxígeno de la atmósfera y que se atrevían
a hablar mucho más que las mismas voces del silencio.
Ella era única y merecía a alguien que se atreviera a besar las partes que habían sido
destrozados de su corazón , porque ese era uno de los errores de las personas, ya que
queríamos creer que nosotros teníamos el poder de arreglar los corazones destruidos de los
demás cuando aquel acto era imposible porque cada marca tenía su propio significado en el
interior de aquella persona y también tenía su importancia envuelta en algún suceso que
había sido tan grande como para dejar su rastro ahí por lo cuál aunque fuese doloroso ver la
imperfección que a veces podían mostrar aquel órgano, lo mejor que se podía hacer era
intentar suavizar esas heridas y verlas con la hermosura que merecían ya que al final de todo,
por una buena ó mala razón, esas heridas existirían por siempre en esa persona y uno amaba
a alguien por completo no por partes sino no se podía calificar como amor.

—Comenzaré a creer que tengo algo en la cara para que me mires tanto —comentó Lauren
riendo y yo no pude dejar de mirarla con esa sonrisa boba que se incrustó en mis labios
durante toda la noche, me encantaba su forma tan
natural de ser solo ella y como su sentido de humor podía tomar matices entre negro y
sarcástico a muchas veces ser simples comentarios al aire que podían llegar a una
profundidad que las personas no esperaban por simples palabras desatadas.
—Me encantas —susurré mientras una de mis manos buscaba las suyas que estaban en
haciendo acto de presencia en el cambio de mandos del auto, no dudé en acariciar
lentamente su mano que se mostraba fría pero a la vez era capaz de provocar una quemazón
única en toda mi piel, sabía que ese tipo de atracciones no nacía de la noche a la mañana, sin
embargo, había algo en Lauren que hacía que el tiempo fuese más que relativo y nuestras
miradas se encontraran perdidas desde la primera vez que nuestros caminos habían
coincididos como si hubieran estado esperando aquel encuentro desde hace mucho tiempo
pero no sabían como incentivarlo a que sucediera ó que nosotras mismas lograramos coincidir
entre una de las ciudades más grandes del mundo.

No había ninguna razón del destino para que nuestros destinos se pavimentaran en la misma
dirección, de hecho era más probable que jamás nos conociéramos en la vida y que nuestras
almas siguieran deambulando entre lugares conocidos y recuerdos que a pesar de que no
compartíamos seguían uniéndonos a través de una estrecha línea que no tenía ningún tipo de
nombre pero que era capaz de juntar a las personas de una forma u otra.
La mirada cargada de ternura que precedió a mi suave roce con su piel fue capaz de sacarme
tantos suspiros y deseos que habían estado en mi interior por tanto tiempo que ni siquiera
sabía que existían, si fuera capaz de pagar una fortuna por algo sería por volver a ver
eternamente a aquellas esmeraldas hacer su trabajo creando cientos de callejones sin salidas
en todo mi ser y que cada uno de ellos fuese un algortimo de algo que era más complicado
de lo que los humanos podíamos llegar a deducir ó darle algún tipo de significado.
No me fue difícil perderme ante esa mirada y ser capaz de guardar con sumo cuidado cada
fracción de segundo que nos envolvía ante aquella noche que no tenía nada de especial para
el mundo, ya que nosotras éramos menos que nada frente a un planeta lleno de sucesos ,

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personas y momentos, sin embargo, para nosotras esta noche era algo más de lo que
podíamos esperar, era algo que no tenía fin y tratábamos de hacerla durar lo más que
pudiera por miedo a que en la mañana toda esa magia se viera rota ante la espontaniedad
del tiempo y de los momentos porque nada duraba para siempre, todo cambiaba y todo se
rompía al final de cuentas, no obstante, estaba en nosotros mismos el tiempo que queríamos
hacer perdurar esas cosas que iban más allá del entendimiento humano.
—Tú también a mí —confesó con una sonrisa tímida mientras que su rostro era enmarcado
una y otra vez por las luces de la carretera que se derretían ante nuestras vibras, por lo cuál
solo se presentaban como una lluvia de luces que ayudaban a que este momento fuese más
especial y único —No sé que tipo de
cursilería quieres escuchar —confesó entre risas mientras yo no dejaba de acariciar su mano,
porque estaba acostumbrada a calificarme como una romántica empedernida de esas que
aman los chocolates, los detalles de último momento y las películas de amor que invaden las
carteleras del cine para llenar butacas con parejas que no ven un mejor panorama que pasar
la tarde viendo como las personas se enamoran, rompen y son felices por siempre en un
tiempo promedio de dos horas. No obstante, me gustaba que esto fuese lo más alejado de
una película, porque ninguna de las dos era experta en decir frases de amor ó ser capaces de
bajarle la luna y las estrellas a la otra, sin embargo, si éramos capaces de reducir segundos
sin importancia en eternidades que solo nosotras dos entendíamos a través de un par de
miradas ausentes de cualquier tipo de punto en común con lo que las personas estaban
acostumbradas a escuchar cuando estaban enamoradas —Pero puedo asegurarte de que te
quiero lo suficiente como para que tus labios sean capaces de robarme el oxígeno —sonreí
sintiendo como mis mejillas adquirían un tono rojizo solo por escuchar esas líneas
descontroladas que Lauren solía tirar sin ningún tipo de acción previa sino que las lanzaba
con una seguridad única que era capaz de producir tantas cosas en mí que ella ni siquiera
podía llegar a imaginarse—Eres hermosa Camila
—aseveró sin dejar de mirar hacia la carretera y agradecí que no me estaba mirando durante
aquel segundo en donde no fui capaz de hacer nada más que quedarme totalmente atónita
frente a la dulzura que había en ella mientras que mis labios deseaban con una desesperación
que estoy segura no era de este planeta, poder volver a sentir lo que es pertenecer a los de
ella.
—Pensaba que odiabas las cursilerías —refuté riendo tratando de controlar mis más bajos
instintos que estaban naciendo ante la presión que era tenerla a ella jugando sus cartas en el
amor por mí, jamás me había sentido de esa manera tan única y especial donde cada palabra
y mirada eran solo para mí y no eran compartidas con alguien más como lo habían sido las
palabras falsas de aquella chica que ni siquiera deseaba recordar en mi vida.

—Las odio —sugirió sonriendo —Pero tú lo vales —me mordí mi labio inferior ante la
sensación de querer gritar y tirarme en sus brazos como si mi vida dependiera de ello porque
literalmente estaba muriendo entre cada palabra que ella pronunciaba hacia mí.
—¿Cómo puedes ser capaz de hacerme sentir de esta manera?—le pregunté sin dejar la
sonrisa de mis labios mientras ella fruncía el ceño sin entender a que me refería —De una
manera tan pura que me hace pensar en que hice para merecerte —cerré los ojos ante esa
sensación que estaba comenzando a seducir a cada centímetro de mi piel para que se
mostraran en un eterno paraíso ante cada caricia de parte de la pelinegra que ocupaba mis
pensamientos desde hace tanto pero recién hoy fui capaz de darme cuenta que había mucho
más detrás de aquellas palabras que jamás había dicho y se encontraban declaraciones que
no esperaba revelar.
—Supongo que es un don que tengo —contestó orgullosamente y yo golpeé ligeramente su
hombro mientras las risas era el único sonido que salía al exterior de nuestra parte . Por unos
segundos mi atención quedó cautivada no en la mirada de aquella chica de grandes ojos
verdes sino en la canción que estaba sonando en la radio y no pude dejar de sonreír más
tontamente aún cuando me di cuenta que se trataba de the bangles con su clásico de
siempre eternal flame, no dudé en alzar el volumen de la radio mientras me dejaba llevar
ante los primeros acordes de la canción.

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Era una de mis favoritas desde que la había escuchado cuando mis padres habían reafirmado
sus votos matrimoniales y pusieron aquella canción de fondo mientras me llenaba de aquel
pensamiento y deseo de poder encontrar un amor perfecto con el cuál pudiese disfrutar esos
pequeños momentos de la vida que aún ahora cuando ya no era una chica de diez años y
sabía que los amores perfectos solo existían en las películas de amor baratas y en las
canciones del top romántico de las doce de la noche en las estaciones de radio, la esperanza
de encontrar a esa persona con quién podía vivir cualquier cosa y que podía complementar
esa parte que estaba destinada a calzar en mi corazón.
—Cuando pensaba que no podías ser más cursi aparece esa canción
—murmuró Lauren mientras yo no dejaba de envolverme en esa canción y todos los
recuerdos que tenía con ella —¿Qué tiene de especial para que a todo el mundo le guste?—
preguntó esperando que el semáforo cambiara de luz , yo sonreí ante su pregunta porque yo
tampoco lo sabía pero había algo en esa canción que buscaba los corazones empedernidos en
creer en el amor que cuando los encontraba simplemente no los soltaba y lo hacía vivir de
ilusiones vagas cuando sonaba la letra y melodía que presentaba la canción.
—Que es la canción de amor por excelencia de las almas románticas
—sugerí sin dejar de tararear la canción y Lauren no dejaba de mostrar su cejar enarcada
porque no entendía las razones por las cuáles me podía sentir de esa forma con la canción —
Imagina a dos personas dejándose llevar por la magia de esta melodía mientras sus
corazones palpitan convirtiéndose en uno solo sin que ellos puedan hacer algo al respecto, es
simplemente mágico —respondí sin dejar de imaginar esa escena perfecta de amor una y otra
vez.
—¿Alguna vez bailaste esto?—preguntó y yo asentí con una sonrisa al recordar el baile de
graduación donde habían puesto esta canción como una de las últimas de la noche, en aquel
momento aún no aceptaba mi gusto particular por las chicas y no había querido decírselo a
mis padres porque no sabía como llegarían a reaccionar, sin embargo, no me importó dejar
aquel prejuicio atrás e invitar a bailar a la chica que había robado mi corazón durante dos
años seguidos en donde compartimos la misma clase de matemáticas, increíblemente ella no
se opuso a ello y vivimos esa magia de tres minutos en donde no existían más personas que
nosotras dos hasta que la canción acabó al igual que el momento mágico y volvimos a ser las
mismas desconocidas que apenas compartían un par de clases, no obstante, eso no le
había restado la potencia que tenía ese recuerdo en mí y la belleza propia con el cuál
resaltaba.
—Sí —afirmé —Lo bailé con una de las chicas que me gustaba en la secundaria —no sé
porque pero me enrojecí solo al pensar en aquel momento y recordar lo incauta que había
sido en aquel momento creando fantasías de un amor infinito, sin embargo, Lauren volvió a
mirarme con una ternura propia que fue capaz de ablandar mi corazón y llevarlo a un estado
que no parecía real.
—Ella debió ser muy afortunada —sentenció con una sonrisa.
—La verdad es que no volvimos a hablar —refuté riendo por el hecho que uno de mis
recuerdos favoritos solo duraba unos minutos y había terminado en algo que ni siquiera valía
la pena recordar pero ahí estaba —El baile terminó y con él la magia, al igual que en la
cenicienta —respondí notando como la canción había terminado pero el sentimiento que
siempre dejaba en mí aún estaba presente—¿Alguna vez fuiste a esos bailes escolares?—
pregunté curiosa.
—No realmente —sugirió encogiéndose de hombros —Jamás me llamaron la atención y la
verdad es que tampoco se veían tan divertidos como los hacían parecer—asentí ante sus
palabras hasta que pude ver una sonrisa distinta a las que ya conocía de su muestra personal
—Pero si bailé esa canción con Lucy
—suspiré amargamente ante ello porque no podía quitar el hecho de que esa castaña no solo
tenía control ante mucho de los recuerdos que invadían mi ser sino que también era la dueña
de otros miles más que nunca podría terminar de enumerar en Lauren—Fue una semana
antes de que se mudara a esta ciudad, ambas sabíamos que ella no volvería a Miami y yo no
quería que se olvidase de mí, así que fuimos a la playa y nos quedamos hasta el amanecer
conversando sobre la vida e intentando que la noche fuera eterna al igual que nuestros

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deseos de jamás separarnos, entonces sonó esta canción en la radio cuando el cielo recién
estaba tomando esa tonalidad rosa que es típica en el amanecer y bailamos en medio de la
arena mientras dejábamos que nuestro presente y nuestro futuro se redujeran a esos cuatro
minutos de canción y de pasos sin sentido —no supe que decir frente a sus palabras porque
por la forma que éstas se acentuaban delicadamente frente a una confesión cariñosa que no
esperaba solo pude intentar tragarme todos mis comentarios que tenía al respecto hasta que
Lauren retomó la guía en la conversación que había nacido respecto al tema —Ese día me di
cuenta que éramos colores en un mismo perfil que trataban de combinarse para formar
matices en un lienzo.
—Eso suena inspirador —sugerí sarcásticamente mientras Lauren no decía nada frente a ello.
—Pero prefiero ser parte de los colores que se van fuera de la línea, ya que esos colores son
los que son capaces de construir sus propios caminos sin necesidad de ser parte del montón,
esos colores son reservados para momentos especiales donde ellos se destacan entre los
demás por ser únicos y esos mismos colores fuera de la línea son aquellos que pueden dejar
de lado el dolor que sienten por dentro y atreverse a pintar otros corazones sin necesidad de
un pintor para
realizar aquella acción.
Colours outside the line parte 2 Los Angeles, 1947
Lauren

—¡Mami! —gritó Noe antes de tirarse sobre mis brazos cuando logró alcanzarme a las afueras
del colegio, no pude no reír ante la emoción que ella siempre presentaba cuando me veía. Era
simplemente increíble que alguien pudiera ser capaz de mirarte con esos ojos llenos de gozo
y vigor porque tú eras su todo, todos los días sin excepción y sin importar cuán malo era mi
día solo me bastaba ver a la pequeña de seis años que siempre estaba a mi lado y podía
disipar cualquier mal día en solo un segundo con la magia que siempre irradiaba su sonrisa
que era exclusiva para mí —Te extrañé —me susurró mientras yo no dejaba de envolverla
entre mis brazos acariciando su cabello rubio que solía mostrarse desordenado a pesar de
que no había día en que no la peinara antes de ir al colegio.
—¿Cómo te ha ido en el cole copito de nieve?—le pregunté entusiasmada ante la emoción que
ella debía sentir porque era su último día y también desde hoy comenzaban sus vacaciones lo
cuál se convertía a la vez en la época donde se me hacía más difícil todo, ya que al menos el
colegio me daba la oportunidad de mantenerla ocupada toda la mañana hasta que fuera la
hora del almuerzo, no obstante, en vacaciones todo era distinto y tenía que estar pendiente
de ella lo cuál se me hacía más difícil y solía dejarla en casa de Ally para que se divirtiera con
Alex mientras alguna de nosotras terminaba de trabajar y podía ir a buscarla
—¿Te has divertido?—le pregunté acomodando su cabello y ella asintió eufórica antes de
pedirme que la bajara de mis brazos para caminar, yo tomé su mano con una sonrisa
mientras no dejaba de ver embelesada la sonrisa que casi siempre estaba presente en su
rostro.
—Mucho —respondió con una ligera risa que fue capaz de entibiar mi corazón de una forma
que solo con ella sucedía —Hoy hemos hecho dibujos para ponerlos en el salón antes de la
presentación del viernes —asentí ante su emoción para que siguiera contándome —Porque
irás a verme ¿cierto?—me preguntó ilusionada y yo no dudé en besar su mejilla antes de
sonreírle ya que no podía perderme aquello por nada del mundo .
—Seré la primera en llegar amor —le contesté acariciando su mejilla y Noe no tardó en
sonreír ante ello mientras caminábamos hacia el auto de Camila que estaba estacionado una
calle más abajo del colegio de mi hija. Noe me miró extrañada al no reconocer hacia donde
estábamos yendo y yo no pude no reír al ver su rostro llenó de incomprensiónporque no
ibamos al paradero—Hoy he venido con Camila—comenté para que la pequeña rubia dejara
de verme tan extrañada pero esta vez me miró sorprendida ya que estaba segura que no se
esperaba que alguna vez le diera aquella respuesta, sin embargo, esa mirada fue rápidamente
opacada por
una sonrisa.

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—¿Enserio?—preguntó emocionada y yo asentí ante su reacción tan efusiva ante el
comentario mientras no dejaba de sonreír por el cariño que Noe le tenía hacia Camila que no
parecía real, ya que a pesar de que conocía el carisma natural que tenía mi hija frente a las
personas, también sabía que la castaña no era una de las personas que te agradaban desde
un principio pero con Noe había sido totalmente distinta presentándose como una chica dulce
y cariñosa por lo cuál se había ganado rápidamente la atención de ella sin tener que realizar
muchas acciones en ello. La verdad es que me agradaba ese don que tenían los niños de no
juzgar ni tener los prejuicios que los adultos acumulabamos en nuestra vida, ellos se
mostraban sinceros ante todo y no dudaban en entregar su amor a pesar de que muchas
veces no fuera recíproco.
Noe se había dado cuenta de la gran persona que estaba detrás de las murallas que la
morena había instaurado con todo el mundo, mi hija se había dado cuenta mucho antes que
yo que Camila era una chica que valía la pena tratar y querer conocerla a fondo porque se
encontraba un corazón hermoso dentro de su pecho.

—¿Por qué te mentiría?—le pregunté divertida ante su pregunta y ella frunció el ceño sin
saber que decir —De hecho es el auto de ahí —murmuré viendo el auto estacionado de
Camila a solo unos pasos de nosotras, Noe no tardó en soltarse de mi mano y correr hacia
donde estaba para comenzar a tocar la ventanilla del copiloto para que la castaña la viera,
sonreí al ver como ella daba pequeños saltitos emocionada para que bajara el vidrio y como
el vestido azul que hoy llevaba la hacía ver más adorable de lo que ya era. Me acerqué a Noe
para ver que estaba haciendo en la ventanilla y no pude no sonreír cuando los ojos castaños
de Camila se cruzaron con los míos ante una sensación extraña que no podía explicar y una
sonrisa también se instauró en sus labios dejando que un leve suspiro saliera de mí sin
ninguna razón solamente enlazados con la paz que aquellos ojos de iris oscuro podía ofrecer
solo con una mirada. —Princesa Camz estás aquí —la voz de Noe me hizo volver a la realidad
después de haberme sumergido en algo que no entendía con solo una mirada, ladeé la
cabeza tratando de volver a poner atención a lo que estaba sucediendo y pude ver como
Camila no tardó en acercarse a la puerta para abrirla y que mi hija entrara, quién no tardó en
hacerlo y tirarse en sus brazos.

—Hey tú mi maquillista oficial —comentó acariciando su cabello mientras Noe la miraba con
una sonrisa única que ya me había acostumbrado que fuera solo para mí, no podía dejar de
pensar que ellas dos juntas se veían adorables
—¿Cómo estás?—preguntó con una sonrisa verdadera mientras Noe se sentaba sobre sus
piernas jugando levemente con las mejillas de Camila, no era difícil notar como
ella no estaba acostumbrada a recibir ese tipo de gestos cariñonos que mi hija realizaba con
todas las personas que ella adoraba, por lo cuál no dejaba de mostrarse algo incómoda sin
saber como reaccionar frente a ello,no obstante, eso no dejaba que su sonrisa no se
mostrase como una curva hermosa en su rostro.
Porque era cierto que Camila era preciosa y tenía un talento único como una forma de mirar
que era simplemente cautivadora. No era muy difícil imaginar la razón por la cuál era una de
las actrices mejores pagadas de todo el país porque su mirada tenía algo que hacía que fuera
imposible no caer ante sus ojos castaños y la sonrisa que rara vez se mostraba en su rostro
pero que cuándo lo hacía no había escapatoria de ella porque había sinceridad pura en ella
como si resguardara cada sonrisa para algún momento en que valiera la pena utilizarla.

Sin embargo, yo no estaba interesada en su belleza sino más bien en la persona que se
encontraba detrás de ese rostro bonito y encantador que se mostraba ante el mundo
tratando de encajar al igual que todos en un lugar que solo se ocupaba de dañar a las
personas y crear seres egoístas y que solo se preocupaban de sí mismos. Me encantaba tratar

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de encontrar aquella persona deslumbrante que intentaba camuflarse frente a los demás, tal
vez por una inseguiridad nata ó por el mismo dolor que tal vez haya sufrido alguna vez. No
obstante, fuese cual fuese la respuesta por la cuál ella no mostraba ese lado tan espectacular
al mundo sino que se reservaba en utilizar esa manera estoica y llena de luces que todo el
mundo conocía y reconocía, a mi me cautivaba de una manera sin precedente alguno.

—Muy bien gracias —respondió Noe mientras se sentaba en el asiento del copiloto y yo me
quedaba observando su interacción sin siquiera hacer algún tipo de ruido para que terminara.

—¿Qué tal el cole?—preguntó la castaña mientras depositaba sus manos sobre el volante y
por unos segundos me miró sin saber que hacer ó que decir para controlar la emoción que mi
hija sentía solo con verla pero yo me limité a reír por su actitud y que continuara en lo que
estaba, ya que no lo estaba haciendo tan mal como ella creía que lo estaba haciendo.

—Hemos hecho dibujos por todo el salón —mencionó entusiasmada mientras no dejaba de
observar directamente al rostro de Camila y arrugando la nariz de la forma tan tierna y
adorable que solo ella podía expresar, la euforia de Noe era simplemente encantandora
porque comenzó a narrarle sobre todo lo que había hecho hoy mientras la castaña trataba de
seguir el ritmo de cada cosa que la pequeña rubia trataba de contarle, definitivamente ella no
debía estar acostumbrada a tratar con una pequeña que hablaba hasta por si acaso cuando
estaba en confianza y que no dudaba en contar toda su vida si fuese posible solo para
mantener la conversación con alguien.
—¿Ah sí?—preguntó riendo por todo lo que le había dicho Noe en tan solo unos minutos —De
seguro los tuyos son los más lindos —comentó produciendo que mi hija sacara una risa
sonora ante ese comentario.

—Todos han quedado muy lindos —murmuró sonriente—Podrías venir a verlos —sugirió
emocionada y yo intervine a ello porque sabía que Camila tenía mejores cosas que hacer que
ver los dibujos de niños de primaria,además de todos los eventos que debían mantenerla
ocupada así que me acerqué a Noe para abrazarla por la espalda y darle pequeños besos en
su mejilla para obtener su atención.

—Amor, Camila suele estar ocupada—le dije sin dejar de mirar el rostro de la morena quién
no había dejado esa sonrisa cautivadora de sus labios que se presentaba como un lienzo
pintado con los mismos colores que podían acompañar al amanecer, ya que sus labios
envolvían toda la magia que solo estos tipos de eventos celestiales podían mostrar en
alguien.

—Tú también mami pero igual vas a ir —respondió Noe frunciendo el ceño por lo cuál yo reí
divertida —Es el viernes a las seis —Camila no tardó en ladear la cabeza ante ello con una
ligera mueca que desvaneció la sonrisa que tan bonita le quedaba.

—Lo siento peque tengo una reunión a esa hora —confirmó y Noe me miró sin entender
aquello, sin embargo, no tardó en asentir algo triste por ello
—Pero puedo invitarlas a comer ahora ¿qué dices?, ¿tienes hambre?—dijo Camila intentando
sacarle otra sonrisa a Noe y no tardó en hacerle cosquillas lo cual solo hizo que mi hija
chillara de felicidad porque adoraba que le hicieran eso en su pancita desde que era una
bebé.

—No es necesario Camila—contesté ante su iniciativa y ella solo chasqueó la lengua pero
antes de que alguna de las dos pudiera decir cualquier cosa, Noe se adelantó a ello.

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—Yo si quiero —afirmó eufórica antes de mirarme a mi con la mirada que siempre ponía para
conseguir algo de mi parte —Mami ¿podemos?—me preguntó con sus ojos azules centellando
como si fueran pequeñas estrellas entre nosotros, miré a la castaña sin saber que decir
porque no quería presionarla a pasar la tarde con nosotras, ya que seguramente tenía un
montón de cosas mejores por hacer que pasar su tarde libre entre una niña de seis años que
no podía quedarse callada y tampoco podía controlar el hecho que se emocionara por todo y
su madre.
Sin embargo, por la mirada que nuevamente volvió a quitarme un par de suspiros supe que
ella estaba decidida a seguir sus planes de la manera que ella imponía.

—¿Ves?, ella me agrada—aseveró riendo antes de hacerme un gesto para que me subiera al
auto y llevara a Noe al asiento trasero, así que tomé a mi hija para sentarnos atrás mientras
mis ojos no dejaban de ver a aquella chica castaña que se encontraba en el asiento
delantero, Camila definitivamente no parecía una mujer real y podía causar miles de
sensaciones a cualquiera que tuviera la suerte de mirarla por unos segundos, estaba casi
segura que ella estaba acostumbrada a que las personas se deleitaran con su presencia. Era
una persona de porte orgulloso de esas que se llenaban de prejuicios y que solo les interesaba
pensar en ellas y nada más ó al menos eso era lo que mostraba ese rostro soberbio y como
nada parecía sorprenderla, sin embargo, aquella Camila no era quién llamaba mi atención y
ahora solo estaba cautivada ante la otra chica que había detrás del espejo y como no dudó en
sonrojarse al notar que yo la estaba mirando, lo cuál solo provocó que yo rápidamente
despegara mi vista nerviosa hacia Noe quién no dejaba de saltar entre mis piernas.

—¿Dónde iremos?—preguntó la menor del auto mientras yo intentaba que se quedara quieta
aunque pareciera un desafío imposible de lograr.

—¿Qué quieres comer Noe?—preguntó Camila entusiasmada ante la idea y Noe no tardó en
mirarme antes de responder.

—¿Podemos comer helado?—fue su respuesta ante la pregunta y eso hizo que la castaña
sonriera nuevamente por las respuestas infantiles que mi hija daba frente a todo, yo no tardé
en comenzar a arreglar el cabello desordenado que tenía y tratar de que al fin se quedara
quieta.

—Noe eso no es comida —refuté riendo por sus ocurrencias y ella mordió su lengua
ligeramente haciendo un gesto divertido que solo provocó que me nacieran unas ganas
insaciables de llenarla de besos en el rostro —Donde tú quieras Camz —contesté finalmente
dirigiendo mi vista hacia la playa que habíamos recorrido en la noche hace un par de días y
como las olas se mostraban cristalinas ante un sol que solo hacía querer desear estar dentro
del agua y no salir jamás.

Los Angeles era una ciudad calurosa la mayoría del tiempo y aunque nunca había estado en
otra parte del país, me encantaba como todo cambiaba en cada calle y eran capaces de
deslumbrarte hasta con lo más mínimo. El barrio donde estaba el colegio de Noe y también la
playa era totalmente distinto de donde nosotras vivíamos el cuál se ubicaba más a las afueras
de la ciudad.
Era extraño el contraste que habían entre ambos lugares, ya que mientras aquí se
instauraban grandes edificios que aprovechaban el borde costero como principal panorama y
casas que parecían ser tan grandes que nunca terminarías de verlas, donde nosotras vivíamos
no existían esos grandes edificios y la playa parecía algo así como un lujo muy lejano a la
realidad que se imponía en nosotras todas las mañanas. Las calles de este lugar se
mezclaban con un escenario totalmente distinto del que vivía la parte más apartada de la

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ciudad, era imposible que algún día pudiera solventarme alguna casa ó departamento en esta
zona, no obstante, no era difícil quedar cautivada ante la majestuosidad que se presentaba
en cada calle.

—Mami—me susurró Noe mientras sus manos acariciaban mi mejilla


—Te quiero —ella no tardó en acomodarse en mis piernas y al fin dejó de dar saltitos para
mostrarse tranquila en mi hombro jugando con mi cabello mientras no dejaba de acariciar
mis manos que la envolvían en un abrazo que necesitaba siempre que fuera posible porque
no había nada más que me llenara de vida que tenerla a ella conmigo siendo mi todo y mis
razones por las cuáles cada mañana me sentía afortunada de alguna forma u otra porque no
todas las personas tenían la suerte de tener a un ser tan maravilloso a tu lado en las malas y
en las peores. Suspiré mientras me dejaba llevar ante las suaves caricias que Noe siempre
pintaba en mí y veía con una sonrisa como ella estaba comenzando a quedarse dormida sin
ninguna razón más allá del hecho que era algo normal en ella cuando yo la rodeaba en mis
brazos.

A pesar de que ya no era una bebé, ella jamás dejó de tener esa manía de quedarse dormida
apenas la juntaba sobre mi pecho sin necesidad de hacer algo más que apegarla a mí, era
como si se le diera naturalmente y yo no dudaba en aprovecharme de eso para llenarla de
mimos mientras sentía como su pequeño cuerpo se mezclaba con el mío y era capaz de
ofrecerme esa tranquilidad que solo ella era capaz de producir en mí.
Sonreí tímidamente al notar como Camila nos veía por el retrovisor y pude ver como también
apartó la mirada con las mejillas tenuemente ruborizadas por estar espiando, produciendo
una ternura inesperada de mi parte y que por unos segundos mi atención volviera a la
castaña y no en Noe quién ya se estaba quedando dormida en mi pecho mientras que sus
pequeñas manos no dejaban de sujetar la mía como si fuera a perderse sino estuviesen
enlazadas.
—¿Desde cuándo los niños suelen ser tan adorables?—enarqué la ceja distraída hacia la
pregunta de Camila y ella prosiguió con el comentario —La mayoría que conozco solo saben
hacer desastres en cambio tu hija con cada acción que realiza es un amor, ¿cómo lo haces?—
reí ante ello sin dejar de acariciar el cabello de Noe con la mano que tenía libre.

—Debe ser porque es mi hija —respondí con una sonrisa orgullosa a lo cuál la castaña
no dudó en rodar los ojos divertida frente a mi respuesta.
—Me esperaba escuchar una respuesta así de tu parte —comentó riendo —Pero tengo que
aceptar que tienes razón y Noe es una pequeña copia de ti
—asentí besando delicadamente la frente de la pequeña rubia que ya se había quedado
dormida a mi lado —Solo que con los ojos azules y el cabello rubio—había escuchado tantas
veces aquel comentario que realmente ya no me llamaba la atención cuando me lo decían
porque era cierto, Noe se parecía en muchas cosas a mí especialmente en ciertas facciones
que según Mani y Dinah eran lo que nos hacía adorables a ambas, sin embargo, yo prefería
no compararla conmgo y solo disfrutar como ella era en su totalidad sin pensar en el parecido
que teníamos.
—No —sugerí con una sonrisa al sentir como la respiración tranquila de Noe era la mejor
melodía del mundo —Ella es mucho más hermosa e inteligente
—aseveré orgullosa de tener la oportunidad de ser la madre de ella porque para mis ojos no
había nada más hermoso que aquella niña que sin quererlo apareció en mi vida para llenarla
de la vida que había esperado por tant tiempo y aunque no había sido de una forma que
hubiese premeditado ó podía controlar, no me arrepentía de nada que proviniera de ella.

—¿Por qué le pusiste Noelle?—me preguntó entusiasmada —No es un nombre común —


comentó con una sonrisa y yo asentí afirmando aquello ya que no era un nombre muy
utilizado pero a mi me encantaba desde que Mani lo sugirió cuando ella nació.
—Una de mis mejores amigas lo eligió—dije con una sonrisa

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—Noelle significa navidad en francés y no podía haber un nombre que la representara mejor
—sugerí sin dejar de perderme ante la mirada dormida de mi pequeña—Ella es mi copito de
nieve —afirmé —Aunque tampoco Camila es un nombre común ¿de dónde viene?—pregunté
esperando alguna respuesta de la castaña quién solo suspiró ante ello.
—Realmente es Karla — confesó con una mueca ladeada —Karla Camila —repitió con un
cierto desgano que me hizo sacar una risa por la forma en que ella lo decía, sin embargo, ella
frunció el ceño ante mi actitud —Pero prefiero Camila —agregó sin despegar la vista del
camino, yo asentí viendo como era la primera vez que teníamos una conversación más allá de
los minutos que solíamos perder de camino a mi casa, era extraño sentir esa sensación
cercana a alguien con quien has compartido solo un par de palabras, no obstante, con ella no
me sentía de esa forma sino todo lo contrario, ya que me hacía sentir cómoda de una forma
que podía hablar con toda la naturalidad del mundo por horas y horas hasta que ambas nos
cansaramos de ello.

—¿Siempre quisiste actuar?—le pregunté con una leve curiosidad y ella se quedó en silencio
por unos segundos hasta que formó una pequeña sonrisa en su rostro por la pregunta.
—Era lo que todo el mundo esperaba que hiciese —respondió encogiéndose de hombros
mientras yo la miraba extrañada porque nuestras vidas eran tan distintas que ella podía
hacer lo que desease, habían opciones infinitas en su destino de las cuales yo tenía que
negarme porque era complicado que se enlazaran las cosas que deseaba con mi realidad, no
obstante, una mirada cargada de ternura llegó a pintar aquel rostro tan hermoso que
presentaba aquella castaña, era un rostro lleno de matices donde podías encontrar desde
tristeza hasta alegría mezclado en un solo tono que al parecer no era visible para todo el
mundo pero que para mí me parecía una de las cosas más interesantes que podía admirar en
alguien —Sin embargo, decidí actuar cuando tenía más o menos la edad de Noe —sugirió —
Podía pasar tardes enteras viendo como las personas se disfrazaban en las grabaciones de las
películas de mis padres y de a poco comenzó a gustarme el mundo donde podías ser
cualquier persona y perderte en un personaje sin dejar de ser tu mismo—la emoción en cada
una de sus palabras era palpable a tal punto que éstas fueron capaces de dibujar varias
sonrisas ante la pasión con la que ella se atrevía a describir su mundo —Me parecía mágica la
forma en que podías adquirir una personalidad nueva que no muchas veces coincidían con
quien eras, era como jugar a las escondidas solo que frente a las personas —admitió con una
pequeña risa que me pareció tan adorable y embelesadora como ninguna otra —Ese día
decidí pedirle a mis padres que me dejaran participar en sus películas — suspiró —Al principio
se negaron porque no creían que fuese capaz de actuar —afirmó con un leve resentimiento —
Era demasiado tímida para mostrarme a las cámaras, sin embargo, deseaba con todo mi ser
llegar a utilizar los disfraces y ser alguien más que aprendí a dejar atrás aquel miedo que
tenía hacia ser grabada y vista por las demás personas—concretó con un suspiro y yo asentí
ante lo que me estaba contando, sinceramente no podía imaginármela siendo como me
estaba describiendo pero escuchar esas palabras solo causó más ternura dentro de mí ante la
idea de ver a una niña pequeña llena de sueños luchando por ellos.
—Al parecer lograste traspasar ese límite —contesté y ella asintió
riendo.

rodando los ojos.


—Sí, ahora solo soy odiosa frente a todo el mundo —comentó

—Jamás me habías hablado sobre tu familia —dije finalmente ante


la sorpresa que llevaba el hecho de que era la primera vez que ella me contaba de su vida
pasada, Camila no dijo nada y me di cuenta de que aquello era incómodo —Lo siento.
—No te preocupes —respondió tratando de no trabarse con sus propias palabras —No suelo
hablar sobre ellos —confesó —Ellos y yo no tenemos ningún tipo de relación más allá que el

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mundo del cine —su voz se perdió ante un silencio sepucral y me sentí mal por ella al
escuchar aquello, debía ser demasiado triste no tener ningún tipo de relación con las primeras
personas a las que debiste
amar—De hecho, solo los veo para ciertas fechas en donde coincidimos como premiaciones y
esas cosas, pero de ahí no tenemos nada más que el mismo apellido
—escuchar eso solo hizo que nacieran unas ganas gigantes de abrazarla y no soltarla aunque
fuera imposible en esto momento, era extraño ver como la chica que podía tenerlo todo si así
lo deseaba simplemente sentía que no tenía nada y no por soberbia u orgullo sino que su
corazón le decretaba aquella orden de sentir que no había nada que valiera la pena como
para atesorar en el fondo de su alma. No podía ni siquiera imaginar lo cruel que debía ser ese
tipo de vida donde siempre sentías ese vacío de que tu corazón no era capaz de apreciar algo
porque nada era suficiente como para llenarlo de vitalidad.
—No me lo imaginaba —contesté arrepentida ante mi comentario
—Aunque no eres la única que no tiene ese tipo de relación con las personas que le dieron la
vida —sugerí recordando el hecho de que yo también me había sentido sola en algún
momento de mi vida al no tener ni la más mínima idea de quienes habían decidido
abandonarme antes de querer conocerme, no era que los culpara de algo ni tampoco que
deseara conocerlos; solo era un vacío el que existía cuando no sabías como hubiera sido tu
vida si esa decisión de no desearte no hubiera estado en su mente y hubieras tenido una
familia. Era una duda que me invadía de vez en cuando pero que rápidamente olvidaba
porque si eso hubiera sucedido, mi presente sería distinto y no estaba segura si realmente
deseaba que fuera diferente a como era —A veces es mejor alejar lo que te hace daño y solo
quedarte con lo que vale la pena
—respondí tratando de ser condescendiente con lo que ella debía sentir en aquel momento y
por unos segundos pude apreciar un brillo que no había visto nunca de su parte.
—¿Sabes?—preguntó animada —Somos tan distintas y tan parecidas a la vez —confesó
tímidamente mientras yo la miraba sin entender aquella deducción —Ambas somos colores
fuera de las líneas que fueron trazadas por todo el mundo —sugirió con una sonrisa —Ya
sabes, somos esos colores que fueron trazados para que siguieran el mismo destino de todas
las pintadas de aquel lienzo blanco que es destino pero que no funcionaron y se ven horribles
al salirse de la línea delimitada
—la miré curiosa ante su metáfora mientras sus ojos no dejaban de destellar como si fueran
dos luceros en medio de la oscuridad más grande que podía existir, no porque se mostraran
tristes u oscuros, sino más bien porque resplandecían ante todo como sino tuvieran otra
función que ser capacess de iluminar hasta los más mínimos detalles como también
pretendían realizar una doble función, ya que no solo servían como iluminación frente a las
tinieblas frías de la realidad sino que se mostraban hipnóticos de una forma arrebatadora
como nunca antes había visto, era como si sus ojos tratasen de resguardar la vida entre ellos
y embelesar a cualquier persona que fuese capaz de apreciarlos, tentándolos a ser parte de la
vida que consumían de a poco a su favor —Sin embargo, a pesar de no ser parte de aquel
dibujo, nosotros destacamos más que los otros colores porque tenemos nuestro propio rumbo
y nuestros propios límites sin necesidad de seguir el mismo patrón utilizado en toda la
pintura —cada palabra utilizada en su argumento se mostraba como los pétalos de flores
exóticas que podían atraer a cualquier por su belleza pero que a muchos no cautivaban por
completo porque luego mostraban su apariencia devoradora, no obstante, para mí se
mostraban como palabras exaltadas con verdad quese mezclaban con un punto de vista
totalmente distinto al recurrente, era como si aquellas letras fueran capaces de crear puentes
que se atrevieran a unir nuestras dos vidas que poco y nada tenían de parecido y que a la
vez por ironías de la vida se veían unidas y cautivadas mutuamente como si necesitasen
complementarse de una forma que ninguna de las dos aún sabía que podía existir —Somos
un error y a la vez somos los causantes de errores, pero al final del día no dejamos de ser la
parte más interesante del lienzo blanco porque quieran ó no todo el mundo presta más
atención en las cosas erradas que en la misma perfección.
Capítulo 19 : Sueño de una tarde de verano

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Hola :), bueno sé que siempre me ando disculpando por aquí porque tardo en actualizar y
esas cosas, generalmente está la excusa de no tener tiempo, inspiración ó ambas juntas, no
obstante, ésta vez me vi más retraso se da por el hecho de que ya no quería seguir
escribiendo.
No es esta historia, no es que me haya dejado de gustar es que simplemente no me sentía
capaz de hacerlo, la verdad es que pueden saltarse esta parte y seguir con el cap el cuál he
tratado de extender, debido a que llevo como diez días sin actualizar así que bon voyage con
eso, sin embargo, si se quedaron aquí para leer la nota pues gracias :3. Bueno llevo un buen
tiempo por wattpad digo buen porque ya casi cumplo un año escribiendo por estos lados
aunque mi cuenta diga que estoy desde antes; las letras siempre han sido todo para mí, han
sido la forma más hermosa de dejar que nuevos caminos se abran ante mis ojos y la única
cosa en el mundo que me hace querer estar todo el día haciéndolo. No estudio nada
relacionado con ellas, tampoco están presentes en mi vida diaria explícitamnete, solo yo las
dejé entrar porque es algo que amo y así fue como comencé a escribir por aquí.

No puedo mentir que me encanta leer sus comentarios, que me han sacado sonrisas con tan
bonitas palabras y que me emociono con ver notificaciones en mi cel, no obstante, que
escriba jamás estuvo relacionado con que me reconocieran, yo simplemente lo hago para mí,
para relajarme y que mi mente exprese todo lo que desea y que a veces no tienen la
oporutnidad de hacerlo en la vida real. Ningún comentario negativo (que he recibido cientos
en este año) me ha hecho querer dejarlo ni nada, porque entiendo que todo se puede
mejorar y que no soy la mejor en esto. Creo que uno puede tomar esos comentarios y
aprender de ellos más que estancarse y decir ya no quiero escribir porque a alguien no le
gustó ó porque nadie me lee, creo que ya superé esa barrera hace mucho tiempo así que
comentario bueno ó malo siempre será recibido de la mejor forma posible que encuentre mi
paciencia, sin embargo, el último comentario negativo que me llegó no era de alguien que no
conozco ni tengo idea de dónde es ó cuales son su razones sino que me llegó de alguien tan
cercano que jamás pensé sentirme de esa manera tan frustrada de que a esa persona no
solamente no le gustara lo que escribo sino que además lo tildara de una total pérdida de
tiempo porque eran cosas que no valían la pena.
Eso me llevó a no querer escribir más y solo dejarlo hasta aquí, ya que realmente me hizo
dudar si valía la pena algo de lo que había escrito, debido a que su comentario llegó
justamente de una de las historias que para mí siempre será mi orgullo por la forma en que
todo se dio. Sin embargo, después de un momento de reflexión me di cuenta que aunque
dolía ese comentario, no podía hacer nada en contra de ello porque me gusta tanto hacer
esto que dudo que algún día pueda dejarlo, ya que la forma en que me hace sentir conectar
palabras para que logre
desarrollar una historia es simplemente cautivadora y tan hermosa que siempre sigo cayendo
bajo sus redes ante tal tentación así que aquí seguimos, tratando de solo seguir escribiendo y
sentirme de la misma forma que fue que hizo que todo comenzara.

Realmente lo siento por la demora y por la explicación larga pero creo que merecían saberlo y
bueno avisarles que esta historia tendrá solo cincuenta caps y que tengo planeada terminarla
de aquí a enero como máximo, así que seguramente se cansarán de verme jodiendo por
estos lados.

Saludos y un muy hermoso día para ustedes. Con amor, Taylor.

Maratón 3 de 4

Do you know what's mean?

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It's love the reason that i could it breathe, It's love the reason that i could stay asleep, It's
love the reason that my bones can feel,

How the spring is everything that I need (it's love, flies on the wall) Lauren
El amor era el destino más cruel que el ser humano podía elegir en
su vida.
Éste era de por sí el sentimiento más masoquista que dejábamos
entrar en nuestro día a día sin ser capaces de hacer algo para detenerlo. Nos atrévemos a
darle abrigo al escuchar canciones relacionadas a esta temática, nos atrevemos a soñar con
esa persona que está esperando por nosotros sin importar que suceda ó como los hilos del
destino se tejen en nuestra vida, ya que de cierta forma todos los seres humanos vivimos
sumidos ante la idea de que el amor siempre es más hermoso de lo que realmente es, ya que
siempre consideraré que el amor es esa rosa llena de espinas, debido a que solo las rosas
más bellas son las que tienen las espinas más profundas y filosas para que cualquier animal
incauto se acerque a ellas y caiga en su trampa,ya que éstas se puedan defender de todo ser
ante el hecho de que ya habían atrapado a su víctima con una simple ilusión visual.
Así se mueve el amor entre nosotros, se muestra hermoso y esplendoroso en cada una de las
canciones que escuchamos por todos lados sugiriéndonos que la vida no podía ser igual sino
decidiéramos que el amor era parte importante de nuestro corazón. Hasta las canciones más
tristes se vuelven más un himno aprobando ese sentimiento que ser una advertencia de las
espinas que nadie
quiere ver pero a la vez sabemos que existen y no podemos hacer nada para quitarlas de
nuestro camino porque al igual que la belleza que es parte de la rosa, las espinas también lo
son y de cierta forma le otorgan un plus de belleza atractiva que ni siquiera pareciera real.
No obstante, a pesar de esas espinas que se incrustan en nuestros dedos al tocar la flor de la
forma que tanto hemos deseado, seguimos cayendo una y otra vez en este juego que
nuestros sentidos ponen cuando ven al amor acercarse y no importa cuanto daño nos haga ó
cuántas espinas tenga esta rosa, de una forma u otra siempre pensaremos que tal vez
podemos atacarlas con guantes para que no sintamos el dolor que produce tocarlas sin
ningún tipo de protección.
Muy pocos lo logran, pero a veces también no es cuestión de guantes ni de protección sino
que es cuestión de cuánta suerte tenemos a nuestro favor para que esas espinas no tengan
veneno y finalmente nos aniquilen cuando la sentimos entre nuestros dedos.
La tarde se desvanecía del cielo dejando que éste de a poco de apoderara de tenues colores
naranjas que se refractaban en las nubes formando que éstas también se pintaran de ese
colorido mosaico que demostraba todos los días que se iba llevando el verano en esta ciudad,
a pesar de que no había nada más sorprendente que los atardeceres que solo la playa y sus
olas podían ofrecer como regocijo y demostración de que la perfección del diseño del mundo
no estaba de parte de los humanos sino más bien en aquellos escenarios que se pintaban
diariamente ante nuestra vista como si no tuvieran relevancia ni belleza alguna, sin embargo,
cuando los veías no podías dudar de quién sea que haya diseñado aquel tipo de
majestuosidad no se había esforzado ni en lo más mínimo en nosotros porque la naturaleza
se llevaba por mucho todo lo hermoso del mundo.
Hoy no había ido a trabajar porque aún no llegaban los últimos pedidos de la semana, por lo
cuál no podíamos realizar el inventario completo ni las ventas correspondientes, por lo cuál
me había quedado en el departamento de Vero técnicamente haciendo nada echada en el
sillón viendo un maratón de game of thrones mientras los minutos del día pasaban sin ningún
tipo de importancia y se llevaban por un espacio reducido de tiempo todos los problemas que
se atrevían a ahuyentar la poca estabilidad y paz que había llegado a mi vida en los últimos
días.
Ni siquiera había tomado el celular para que ese pequeño momento que había sido atraído a
mi vida simplemente no se viera reducido a nada por los típicos problemas de siempre, no
quería amargarme la tarde viendo los miles de llamadas pérdidas que tenía de Taylor ni
tampoco quería atreverme a revisar el mensaje que había dejado Lucy la última vez que nos
vimos en el bar, por lo cuál simplemente dejé que todo sucediera sin necesidad de que yo

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moviera un dedo ó pensara más allá de lo que estaban dando en la televisión hasta que sin
que lo pensara ó siquiera lo deseara, sentí una cálida sensación al recordar aquella noche
donde había besado a Camila, aquella noche que significaba todo y que solo se contemplaba
como uno de mis recuerdos favoritos en toda mi vida.
Sonreí como nunca lo había hecho al solo pensar en como se sentían sus labios sobre los
míos y la naturalidad con lo que se había dado todo. Parecía irreal tanto que muchas veces
me había preguntado si algo podía ser tan espontáneo como si estuviera escrito desde hace
mucho tiempo aquel encuentro, además de eso, también le seguía las preguntas de cómo
todo había sucedido y cómo las casualidades jugaban una parte de nuestra vida a tal punto
que me ponía a reflexionar sobre el amor de la misma manera que lo hacían las películas
baratas de amor.
No había duda alguna que Camila era distinta a todas las personas que se habían cruzado en
mi camino, no era algo que pudiese describirse lo que hacía que me perdiera en sus ojos
castaños ni tampoco había una razón lógica par que me sintiera de una forma tan única
cuando estaba a su lado y como solo un par de palabras de su parte podían ser capaces de
crear sonrisas que hace un par de meses hubiese pensado que eran imposibles de mostrar ó
que no las merecía.
Camila había llegado a mi vida para cambiarlo todo de una forma tan extraña y a la vez tan
poco planeada que cada minuto que pasaba no dejaba de sorprenderme de como todo se
estaba desarrollando y lo que más amaba era como nada tenía sentido cuando se mostraba
ante ella pero en el minuto más esperado, el sentido de todo se volvía lo único presente entre
nosotras.
No estaba segura que era lo que más amaba de ella, pero supongo que se estaban ganando
ese puesto, la forma en que su mirada se pierde ante cualquier película que por más cursi y
repetitiva que sea, ella la siente como si se tratara de su vida. Me encantaba su percepción
de la vida y como una palabra podía ser todo entre nosotras como a la vez el silencio podía
ser nuestro refugio, creo que lo más amaba de ella estaba en eso, en que por primera vez
desde hace mucho tiempo encontraba a alguien que pudiera entenderme tal cuál era, una
persona que no le importaba quedarse escuchando mis reflexiones ni tampoco como a veces
simplemente solo deseaba observar lo que me rodeaba con la mayor tranquilidad y
meditación que la vida podía ofrecerme.
Camila me gustaba más que solo una cara bonita sino que me enamoraba cada día más todo
lo que venía con ella, desde la forma en que arruga la nariz cuando algo le parece divertido,
hasta el hecho de que sus chistes siempre eran pésimos pero aún así de alguna forma, ella
siempre lograba que yo me riera de ellos aunque en mi interior me regañara por los malos
que eran y como me encontraba hipnotizada por su sonrisa y como sus ojos castaños podían
decir tanto a pesar de tener un color tan común para muchas personas, con ella aprendí que
un par de ojos podían besar por lo cuál un par de labios también eran capaces de ver el alma,
porque eso era exactamente lo que sucedía cuando nos quedábamos nosotras dos y el mundo
se desvanecía como si de un atardecer se tratara.

Me encantaba la forma tan natural que ella tenía de impresionarme sin necesidad de hacer
algo, muchas veces simplemente me quedaba absorta y muda
con solo escucharla hablar sobre sus sueños y ver la pureza que irradiaba ante la más mínima
acción, también era fanática de como todas las respuestas que buscaba hace mucho tiempo
se presentaban a su lado como si ella pudiera darle ese toque de luz que mi callejón sin
salida que era mi vida necesitaba, tal vez era solo la forma en que mi corazón tenía de
agarrar la primera esperanza que veía desde hace tanto que me resignaba a querer y desear
cada parte de ella como si fuera única.

Pero fuese cual fuese la razón por la cuál ella me hacía sentir de esa manera, solo deseaba
que durara lo suficiente para poder disfrutarla y cuando tuviera que irse como todo lo que
sucedía en el mundo, porque nada duraba para siempre, solamente no doliera tanto como lo
había sido siempre desde que tenía memoria.
Un lánguido suspiro se apodera de mis labios al pensar en esa posibilidad, sé que es parte de
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la realidad pero por unos pocos minutos no deseo pensar en lo cruel que muchas veces puede
ser la vida, ya que éstamos condicionados para sentir el dolor a flor de piel pero no estamos
condicionados a aceptar que ese es el destino final de nuestra existencia, nos aferramos a
esa felicidad que se presenta a veces en solo destellos de luz que participan en ser esos
pocos segundos que nos dan la esperanza de que la vida no puede ser solo sufrimiento.

Éstos definitivamente eran mis pequeños destellos de luz llena de felicidad, especialmente
cuando sentí como aquella sombra castaña se acercó a mí sin ningún tipo de control y sin
dudarlo comenzó a insertar pequeños besos en mi cuello. Ese fue el momento exacto donde
esos miedos que siempre me perseguían, simplemente dejaron de ser importante y solo se
transformaron en una minúscula parte del paisaje que Camila creaba en mí mundo como si
fuera la mejor artista del mundo. Sus manos comenzaron a acariciar delicadamente mis
hombros creando cientos de sonrisas que se asemejaban a las curvas más sinceras que había
demostrado en tan poco tiempo, ella no tardó en darme vuelta y su sonrisa fue capaz de
crear una tranquilidad que no creía que pudiera aparecer en mí, estoy segura que aquel gesto
de su rostro tan pequeño y a la vez tan profundo era uno de los más hermosos que había
visto en mi vida y sin más otra sonrisa se formó en mi rostro solo por verla así tan feliz a solo
unos centímetros de mí demostrando unos ojos castaños centellantes que se apoderaban de
todo tipo de luz que se mostraba en el departamento, ni siquiera el mismísimo sol podía
compararse con la carga de electricidad que demostraban esos pequeños luceros que al igual
que su dueña se mostraban indomables y a la vez estaban cargados con una dulzura y
ternura que los hacían tan atractivamente únicos que era imposible perderse en ellos y
sentirte afortunado por tener esa oportunidad de buscar caminos entre su vista.
—¿Qué tanto piensas?—me preguntó divertida al notar que mi mirada no podía salir del
estado existencial que ella siempre me derivaba como si
fuera capaz de apoderarse de cualquiera de mis pensamientos y movimientos, sin embargo,
aún así yo no podía hacer nada contra ese efecto que solo ella podía desencadenar.
—En que eres hermosa —susurré algo avergonzada por ello, no obstante, aquello desapareció
cuando pude ver que sus mejillas se sonrojaban en un tono carmesí que solo la hacía ver más
adorable de lo que ya era, me parecía increíble que alguien hubiese sido capaz de hacerle
daño a esa misma chica que se mostraba con la mayor atracción visual que he tenido desde
hace mucho tiempo —En que eres perfecta aunque no lo creas —sentencié sonriendo al ver
como Camila seguía cada palabra con su mirada como si tratara de creerlas y distinguir si solo
eran palabras sin sentido de una loca enamorada, tal vez si lo eran, pero estoy segura de que
por más que pase el tiempo, esas palabras seguirían siendo las que ocupen mis pensamientos
y el sonido de mi voz.

—Tú eres mucho más hermosa, Lauren —aseguró acariciando mis mejillas como si fueran lo
más frágil que existían, sin embargo, ni aún así, mis pensamientos dejaban de estar
enlazados a los de ella y aquella caricia se tranformó rápidamente como la suave brisa del
verano en la playa tratando de sofocar el calor impertinente que se mostraba en todas las
estaciones del año.
Nos quedamos en silencio por unos segundos mientras nuestras miradas se atrevían a decir
mucho más de lo que las palabras eran siquiera capaces de formar, ella atrapaba mi total
atención de una manera que se me hacía tan difícil de creer pero que no podía negar, ya que
era justamente lo que estaba sucediendo. Sus caricias que ni siquiera rozaban mi piel sino
que estaban en sus ojos oscuros se apoderaban de todos mis sentidos y me hacían sentir en
un éxtasis de locura que ya me estaba derivando a una segura caída hacia la demencia, no
obstante, estoy segura de que poco y nada me importaba llegar a ese estado de locura si
tenía la oportunidad de disfrutar estos momentos en mi vida, momentos donde ella era la
protagonista de una película que ni siquiera tenía un orden fijo y que solo se rodaba a través
de escenas que podían tenerlo todo y a la vez nada.
—Dos lindas bayas modeladas sobre el mismo tallo. Así es como dos cuerpos visibles no
tenían más que solo un corazón—le susurré al oído mientras mis manos se amoldaban a su
cabello dejando todas sus sensaciones incrustradas en su piel, Camila no tardó en suspirar
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ante ello y con una delicadeza única no dudó en acercar sus brazos a mis caderas para
quebrantar aquellos centímetros que nos distanciaban y sus labios se encargaron de
profundizar su trabajo cuando rozaron los míos con un beso tan tímido que solo duró por un
par de segundos antes de convertirse en una centellante lluvia de deseos que se encontraban
tatuados en cada uno de los segundos de aquel momento, deseos que iban más allá de lo que
ambas podíamos imaginar y que se mostraban como una luz llena de esperanza.

—El amor no mira con los ojos sino con el alma —me dijo con una sonrisa penetrante
mientras sus manos se encargaban de aprisionarme en su totalidad hacia ella como si
nuestros cuerpos fueran solamente uno y no la separación de dos —El mejor tipo de amor es
aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz
a la mente, y eso es lo que tú me has dado—sus palabras resonaron en mí dejando que éstas
se mostraran como los pétalos más seductores y rojas de aquella flor que era la que se
atrevía en este momento a acariciar mi alma sin ningún tipo de control.
—Esa no la conozco —afirmé riendo y Camila asintió riendo como si hubiera imaginado esa
respuesta.
—Eso es porque es de una de mis películas favoritas —refutó con su mirada llena de ternura
hacia mí —Deberías verla algún día, es realmente buena
—aseveró acariciando mi mejilla, yo simplemente no dije nada y me centré en ver como ella
estaba feliz con una simple frase, a veces los humanos deseábamos tantas riquezas y no nos
dábamos cuenta de que los mayores tesoros se encontraban de la mano en pequeños gestos
que invadían cientos de momentos en nuestra vida, pero aún así, le dábamos un valor nulo al
pensar que estos gestos no eran tan importantes como otros tipos de riquezas, no obstante,
prefería mil veces esos gestos llenando mi vida que una cantidad infinita de tesoros que iban
más allá de mi comprensión.
—Tal vez —sugerí encogiéndome de hombros —Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho,
rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días, pero a
pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro
—Camila me regaló otra sonrisa al escuchar aquello y no dudó en golpear levemente mi
hombro porque en efecto si había visto the notebook muchas más veces de las que podía
siquiera recordar ó aceptar, ninguna de ellas habían sido para disfrutarlas sino más bien
porque era la típica película romántica que todo el mundo veía y se mandaba un par de
suspiros al querer encontrar un amor de ese tipo que parecía infinito e irrompible, sin
embargo, era la primera vez que veía la magia que realmente desenvolvía aquella película y
no estaba relacionada con el hecho de que era demasiado cursi para mi gusto, sino más bien
era el mensaje que dejaba de que el amor podía contra todo, hasta el más triste desenlace.
—Pensaba que no veías esas películas cursis —sentenció frunciendo el ceño —¿Te has
deshonrado? —preguntó divertida y yo solo rodé los ojos.
—¿Qué tienen las mujeres al amar esa película? —dije suspirando
—La he visto tantas veces porque al parecer ustedes aman ese tipos de amores que les
duelen hasta la médula.
—Por la misma razón que los seres humanos escuchamos esas canciones de amor por todas
partes y creemos que podemos llegar a sentir eso por alguien —concretó arrugando la nariz
—Los libros y las películas son las que avivan la posibilidad de encontrar un amor así de
perfecto y puro —sus manos no tardaron en buscar mis mejillas para rozarlas con sus
pulgares y con una sonrisa que invadía sus
labios prosiguó con su argumento —Sin embargo, a veces lo mejor de la vida es cuando
encuentas un amor totalmente imperfecto y que lo construyes de a poco con cada mirada —
sus labios volvieron a buscar a los míos tratando no perderse en tan corto camino, no
obstante, mis labios conocían a la perfección las sensaciones que éstos derivaban y ya no
eran capaces de perderse ante ese vaivén de emociones únicas.

—Me encantas Camila —afirmé en el momento que mis labios se despegaron con suavidad de
los suyos y pude ver la mirada ilusionada de una chica que estaba dando todo de si por una
promesa de un amor que tal vez no podía asegurar que duraría toda su vida, pero si podía
insideofmysoul
afirmar que daría todo para durara la mayor cantidad de tiempo posible —Y eso es lo único
en que puedo pensar desde que me levanto hasta cuando voy a dormir — —Has creado la
mejor droga a partir de la poesía que los poetas ocupaban como su mejor arma —sonreí al
recordar la letra de una de mis canciones favoritas, esa parte de la canción se había
convertido en las palabras que jamás pude decirle a nadie, porque nunca me había sentido de
esa manera tan imperante y única que solo se podía mostrar como una adicción.

—Vaya que halagador es que te conquisten con letras de sus propias canciones
—refutó divertida reconociendo la canción y yo asentí divertida ante ello.
—Hay que aprovechar cuando algo se da —contesté entre risas lo cuál solo hizo que Camila
rodara los ojos ante mi afirmación.
—¿A cuántas otras chicas has conquistado de la misma manera?
—preguntó enarcando la ceja y yo solo suspiré porque nunca lo había utilizado como recurso,
ni siquiera cuando estuve con Lucy fui capaz de utilizar aquello para enamorarla, ya que a
ella no le gustaba de esa forma la música ni las palabras de amor que podían adquirir mis
canciones solo por tenerla a ella como inspiración.
—A ninguna —sentencié y Camila me miró impresionada —Eres la primera, supongo — me
encogí de hombros al no saber que más decir al respecto
—Con Lucy todo era distinto, porque nos unía el hecho de que estábamos juntas desde
siempre así que nada era tan sorprendente como se podía llegar a pensar
—me sorprendió a mi misma el hecho de que por primera vez estaba aceptando que cuando
estuve con ella, simplemente estaba cegada ante una idea ilusoria de lo que era el amor,
creía que ella lo hacía solo por el hecho de que jamás había conocido a nada que se le
pareciera ó que se atreviera a hacerle rivalidad, sin embargo, ahora me daba cuenta de que
no valía la pena recordar aquellos tiempos porque solo estaban causando más dolor del que
era capaz de procesar.
—Entonces ¿por qué estuviste con ella por tanto tiempo? —me preguntó confundida y yo me
limité a suspirar tratando de buscar la respuesta a la pregunta que incontables veces me
había hecho una y otra vez tratando de que esa incógnita le diera sentido a los años que
había estado a su lado cuando no sentía nada de esto, al principio quise responder con el
hecho de que no conocía nada más,
pero tal vez estaba ligado más a que ella siempre fue mi apoyo en todo y simplemente
trataba de querer lo que todo el mundo desea cuando alguien entra a tu vida, que esa
persona jamás se vaya de tu lado.
—Supongo que la necesidad es mucho más fuerte que la conciencia —confesé tragando mis
propias palabras al darme cuenta de a poco lo tonta que había sido cuando en mi interior
sabía que no era feliz a su lado, de hecho, era rara la vez en que no discutiéramos, era
extraño el momento en que ambas lográbamos tener una conversación más allá que los
simples saludos, pero aún así nos aferrábamos a que habíamos nacido para estar juntas. Tal
vez ahí estaba el mayor problema de todos, el hecho de que creíamos en algo que no existía,
no es que no la quisiera porque debí estar tan enamorada para ver más allá del dibujo que
ella formó en mí, sino que jamás debimos ser algo más que amigas, nunca debimos
atrevernos a jugar con ese sentimiento puro que nació la primera vez que ambas nos
conocimos. Éramos el pilar de la otra pero no juntas, sino más bien separadas viendo como el
mundo de la otra podía funcionar sin ella pero a la vez la necesitaba para engranar las piezas
que necesitaban un poco de fricción para poder funcionar
—Nuestra equivocación estuvo en querer formar algo más allá de la amistad, hay personas
que simplemente no nacen para estar juntas —sentencié sintiendo como esa confesión se
transformaba en la respuesta que había esperado desde hace mucho tiempo y se motraba
ante mí con una fuerza arrebatadora que no esperaba, era como si el paisaje se viera por
primera vez con una claridad que no esperaba y que las nubes de éste que se atrevían a
nublar el cielo al fin se iban dejando que la realidad se mezclara con las nuevas pinceladas
que se decoraban en las nubes que de a poco dejaban de nublarlo todo para darle espacio a
un sol inhóspito que se mostraba como un tipo de redención ante tal pasaje que había
opacado hasta el más mínimo destello de luz que se le trataba de imponer —Lucy es la única

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persona que estuvo ahí cuando más lo necesitaba —susurré más para mí que para ella —No
puedo odiarla, porque si ella no hubiera sido parte de mi vida, nada sería igual y quizás ni
siquiera estaría en este momento tratando de creer que lo que siento hacia ti es real y no es
parte de un sueño —Camila me miró sin decir nada, pero su mirada era capaz de mostrarme
la resignación en su más pura expresión, la resignación de saber que a pesar de todo Lucy
tenía aquella parte de mi vida y de mis secretos que a nadie más le había ofrecido es por eso
que no dudé en quitarle aquella idea que seguramente debía estar invadiendo sus
pensamientos como si esta fuera la verdad absoluta —No obstante, de todo lo que tengo, tú
has sido lo que más me ha desconcertado, ya que puedo asegurarte que nunca me he sentido
de esta manera —no pude dejar de notar como sus ojos adquirían un brillo tan particular y
cautivador que no dejaron de seducirme ante la tentación de no querer dejarla ir.

—Quita de nuestras almas todo dolor y fatiga. Permite que nuestras vidas testimonien. La
belleza de tu paz. Susurra sobre nuestro deseo. Tu frescura y tu bálsamo; Deja los sentidos
dormir, la carne descansar, manifiéstate con terremoto,
viento y fuego. O voz serena y tranquila—ambas sonreímos ante el intento más imperfecto
que teníamos para demostrar esa pasión arrebatadora que estaba en nuestro pecho, ambas
éramos increíblemente distintas con puntos que chocaban entre sí y a la vez se encontraban
cargadas de una manera extrapolar que se atrevían a unirnos una y otra vez, muchos podían
denominar a aquello como el destino ó casualidad, pero para mí siempre sería algo más allá
de algún tipo de explicación metafísica ó espiritual, lo nuestro se mostraba como pequeños
fragmentos que necesitaban ser reaprados, debido a que cosas en común lo habían destruido,
pero a pesar de eso, ninguna de las dos veía a estos pedazos como un tipo de verguenza
ante una batalla perdida sino que lo veíamos como pedazos que tenían potencial y que
cuando estuvieran en pie nuevamente podían ser parte de algo más especial de lo que
muchas personas podían ver.
—¿Otra película?—pregunté enarcando la ceja y Camila sonrío asintiendo—Creo que debo
hacer algo para batallar contra esa obsesión tuya con las películas —aseveré acariciando su
mejilla—Podríamos comenzar desde ahora para ganar puntos extras —sentencié riendo y ella
se limitó a ladear la cabeza divertida.
—No, las películas no son algo tuyo y no me gustaría que las vieras solo por mí —argumentó
acariciando mis manos —Cuando decidas ver una película, espero que sea porque así lo
deseas no porque quieras saber lo que yo veo, ese día creéme que me gustará más saber
que viste una película por tu cuenta que impulsada a hacerlo para agradarme —mis labios no
dudaron en juntarse con los suyos mientras mis manos acariciaban su cabello intentando que
todo su cuerpo se demostrase ante mí como un boceto a pintar de pasiones que se destilaban
en un color rojizo tan progundo que no parecía real para ningún ser humano, de hecho
muchas veces se mostraba en mí como en una imposibilidad,no obstante, ya vivía de
suficientes imposibles en mi vida así que prefería comenzar a derivarlos en pequeñas
realidades y una de esas y quizás una de las más importantes era la que quería pintar en ella
a través de suaves caricias que delataban en cada centímetro que se atrevían a perforar; la
forma en que mi corazón latía solo con tenerla cerca, solo con sentirla y solo con pensarla.
—¿Cuándo comienzas a trabajar?—pregunté curiosa recordando el contrato que lo habían
ofrecido, Camila me miró poco entusiasmada ante ello y solo negó con la cabeza —¿No te lo
han dado?.
—Me lo ofrecieron pero lo rechacé — la miré sorprendida sin saber que decir — Prefiero elegir
mil veces estos pequeños momentos que se muestran contigo que participar en algo de lo
que no me sentiré cómoda sabiendo que ella va a estar presente.
—no tienes que hacerlo, a mí realmente no me importa —respondí encogiéndome de hombros
ante esa respuesta, ya que me preocupaba que estuviera dejando de lado algo que a ella le
interesaba solo por lo que había sucedido entre Lucy y yo —No tengo problemas con eso—
Camila se acercó para mirarme con dulzura antes de responder.
—Sé que no los tienes, pero prefiero elegirte a ti —contestó y yo no supe que decir, porque
estaba atónita ante aquella decisión, principalmente por el hecho de que era la primera vez
que alguien me elegía a mí antes que a otra cosa.

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—Es la primera vez que me eligen —fue lo único que pude decir y pude notar como el cuerpo
de Camila se abrazaba al mío tratando de ofrecerme en un silencio absoluto su protección y
la forma más bonita de comprensión.
—También es la primera vez que me eligen a mí, tú lo hiciste por lo cuál ¿por qué yo no lo
haría?—sus palabras sonaban tan sinceras que no dudaron en marcarse en lo más profundo
de mi ser extendiéndose como una realidad de que era demasiado afortunada porque
nuestros caminos hayan coincidido de una forma tan extraña y única como lo habían hecho—
Eres como la sombra del amor que nunca llegó a mi vida y hoy se presenta como un sueño
de una tarde de verano —aseveró antes de que mis labios volvieran a buscar sus caminos
entre los de ella formando miles de deseos que no podían ser expresados por las palabras
pero aún así tenían tanta fuerza que eran capaces de abatir cualquier tipo de capa que
restara felicidad a aquel momento.
Sí,
A veces no depende de cuanta protección utilices para tomar la flor del amor, sino que
depende directamente de cómo se presenta esa flor ante tu vida si lo hace como una especie
única y llamativa que solo puede llenar de belleza tu vida ó si se presenta como la flor llena
de espinas que es en realidad, la última es la menos dolorosa pero la primera tiene la magia
de que te da algo de tiempo para quedar cautivada y embobada ante ella.
Por lo cuál decidí tomar esa opción y transformar ese reducido límite de tiempo de belleza
pura en la relatividad que solo el tiempo podía producir, porque por primera vez en mi vida
deseaba que algo durara más de lo que el destino podía sentenciar y me esforzaría porque
fuera así.
Sueño de una tarde de verano parte 2

Los Angeles, 1947


Camila

No podía dejar de ver extrañaba como la pequeña rubia que estaba en la silla frente a mí
miraba curiosa todas las decoraciones del restaurant mientras Lauren se encontraba en el
baño.

Era increíble la forma en que Noe se quedaba viendo con una impresión máxima cada uno de
los detalles que inundaba el restaurant que yo conocía de memoria y que realemnte jamás
me había notado más allá que las lámparas colgantes que decoraban el lugar. Nunca me
había llamado la atención y por primera vez luego de casi seis años visitando el mismo
restaurant, fue realmente la primera vez que noté esos detalles que la pequeña ojiazul
miraba tan atentamente y con su mirada perdida entre todo.

—¿Qué haces?—le pregunté divertida aunque sabía a la perfección lo que estaba haciendo,
ella al principio ignoró mi pregunta para seguir viendo como los cristales de las lámparas
colgantes se llenaban de colores por la refracción de la luz con éstos. A pesar de que aún
estábamos siendo cubiertos por la tarde, el restaurant era bastante oscuro y en un lugar un
poco apartado para que el calor típico de Los Angeles no nos molestara, por lo cuál, las luces
de las lámparas casi siempre mostraban el mismo efecto en sus cristales, ó al menos eso
deducía, ya que jamás me había llamado la atención ese detalle.
Noe se quedó unos minutos pensantes hasta que devolvió su vista hacia mi con una sonrisa
tan pura y profunda que nació en mí unas ganas de abrazarla y no soltarla, era extraño ese
hecho, debido a que nunca había sido alguien que tratase con niños, la verdad es que no me
gustaba hacerlo porque ellos eran ruidosos, no sabían cuidarse solos, pasaban llorando y a
veces simplemente me desesperaba escuchar sus gritos alegres, sin embargo, con la hija de
Lauren eso era totalmente lo contrario y de cierta forma me estaba empezando a gustar
compartir tiempo con ella, además que era adorable, tenía esa forma tan particular de ver el
mundo y tratar a las personas que seguramente su madre le había enseñado desde siempre

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porque la ojiverde mostraba los mismos tratos y pensamientos que su hija cuando se trataba
de ver más allá de lo que siemrpe había sido obvio para mi vista y que al final debía decir que
estaba tan ciega como la mayoría de los humanos que pisábamos el planeta.

—¿Qué es lo que está allá arriba princesa Camz?—preguntó finalmente mientras me apuntaba
con sus pequeñas manos hacia la lámpara con los cristales que hace poco estaba viendo con
una admiración nata, yo sonreí ante su
pregunta antes de contestarle, sin embargo, ella se me adelantó con un comentario que no
podía ser más adorable si venía de otro niño —Parecen estrellas—sentenció con una risa
sonora que hizo que muchos de los que estaban sentados en mesas próximas a la muestra se
dieran vuelta para ver de donde provenía, ya que este lugar rara vez era ocupado por niños,
sinceramente yo jamás había visto a ninguno, no obstante, solo los ignoré y seguí prestando
atención en lo que importaba.

—Son los cristales de las lámparas—respondí con una sonrisa que no me esperaba de mi
parte y la pequeña rubia volvió a mirar las lámparas con sus ojos emocionados por ello, no
entendía su reacción ante cosas que yo disfrutaba todos los días y jamás le había dado algún
tipo de relevancia, pero mientras más trataba de mirar con los ojos de una pequeña
emocionada, más me daba cuenta de que quizás si era tan mágico como ella pensaba que era
y no dejó de producirme una gran ternura por dentro.

—Son muy bonitos— aseveró con otra de esas pequeñas gran sonrisas que siempre ponía
para todo lo que le sucedía, era curiosa la forma en que para ella nada era malo, de hecho,
parecía demasiado feliz todo el tiempo aunque era notable que Lauren solía estar preocupada
de ella todo el tiempo, ese contraste me creaba una sensación de malestar por el hecho de
que sabía que las preocupaciones de la pelinegra venían de la mano con que tenía que
levantarse diariamente sabiendo que no podía echarse a morir frente a los problemas que a
cualquiera le decepcionaría seguir viviendo, eso era lo que más me causaba curiosidad, la
forma en que nunca se daba por vencida y seguía luchando por su hija para mostrarle un
lado bueno de la vida y de la felicidad que yo no lograba entender en su totalidad, a pesar de
que en recursos monetarios yo era mucho más afortunada que la mayoría de las personas
juntas en esta ciudad.

—No suelen venir a restaurantes ¿cierto?—pregunté jugando con la cartola con los platos que
se encontraba en el centro de la mesa, Noe me miró curiosa antes de responder como si
estuviera pensando que decir lo cuál me pareció adorable.

—No mucho, mami prefiere cocinar en casa —respondió y me sentí una tonta ante esa
pregunta porque era lo más lógico del mundo poder dar esa deducción, sin embargo, ella solo
lo miraba como una respuesta, no había ningún tipo de comentario ó prejuicio por mi forma
de abordarla con ese tipo de preguntas
—Aunque hay veces que Aiden nos invita a su restaurante —afirmó con otra de sus sonrisas
eternas que parecían estar presentes en cada segundo de su vida mientras yo intentaba
recordar aquel nombre hasta que pude relacionarlo con la conversación que había tenido con
Lauren antes de ir a comprar su vestido, Aiden era el chico que estaba enamorado de ella
pero la pelinegra no quería aceptarlo, ya que no estaba
segura de que valdría la pena realizar aquel paso.

—¿El amigo de tu mamá tiene un restaurante?—Noe ladeó la cabeza divertida mientras


notaba como la enrollaba antes de sonreír arrugando la nariz por ello, definitivamente esa
niña no parecía real de toda la ternura que daba solo con simples actos que nunca hubieran
sido de mi atención hasta aquel momento.
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—No—dijo con esa voz tan dulce y tierna que solía poner cuando daba algún tipo de
respuesta —Trabaja en uno cerca de la biblioteca donde mami trabaja, él también es mi
amigo—fue su respuesta y yo me limité a asentir ante ello, seguramente ella no sabía de todo
el problema amoroso que tenía con Lauren así que me resigné a no seguir preguntando sobre
el tema.

—Entiendo —contesté sin darle mucha importancia hasta que Noe retomó la conversación con
un comentario que no tenía relación con lo que hablábamos pero ya me había acostumrado
un poco a perderme entre sus palabras porque al parecer no se cansaba de hablar y tratar de
entablar una conversación con todas las personas que se encontraban a su alrededor.

—Aiden hace los mejores tortelones en todo el mundo—afirmó cautivada y orgullosa por ello,
no pude no reír por la forma en que le decía a aquel plato y aunque sabía que solo tenía seis
años y que no era necesario que le corrigiera no dudé en hacerlo tratando de sonar lo más
amable posible.

—¿No es tortellini?—pregunté enarcando la ceja mientras Noe me miró frunciendo el ceño


antes de asentir ante mi respuesta.

—Eso —respondió entre risas como si fuera lo más gracioso del mundo y fue inevitable que
me contagiara con esa risa tan profunda y suave que tenía —Además, siempre es atento con
mami y la quiere mucho —mencionó con la emoción propia que tenía hacia las cosas que le
gustaban, yo asentí ante ello aunque por dentro tenía una leve incomodidad frente al tema,
lo cuál tampoco tenía mucho sentido, sin embargo, solo lo dejé como eso y lo ignoré por
completo.

—¿Te agrada Aiden?—Noe asintió emocionada.

—Sí, lo quiero mucho —dijo orgullosa por ello y pude sentir a simple vista el gran afecto que
le tenía a él —lo conozco desde que era bebé aunque no lo recuerde y siempre me dice que
soy su princesa —contestó sacándome una sonrisa por la inocencia que existían en sus
respuestas, nunca había escuchado a un niño dar ese tipo de respuestas y me agradaba el
hecho de que siempre sabía que decir y conquistar mi agrado. —También siempre comemos
helado y me hace reír
—antes de que pudiera decir algo, ella se acercó a mí para susurrarme algo que parecía un
secreto pero ella no se daba cuenta que a pesar de que estaba a solo unos centímetros de
mí, no era difícil escuchar sus comentarios —Y es un secreto pero yo sé que Aiden quiere de
otra forma a mami—fruncí el ceño al escuchar aquello y no saber exactamente a lo que se
refería.

—¿Quiere de otra forma?—pregunté sin entender y ella asintió con una sonrisa.

—Salir con ella como los príncipes hacen con las princesas antes de casarse — argumentó
ante mi pregunta y sus ojos comenzaron a brillar ante esa simple respuesta como si le
emocionara que aquello fuese a suceder, sin embargo, yo no dejaba de pensar que Lauren no
estaba tan interesada como su hija podía opinar sobre el tema.

—No sabía que Lauren estuviera saliendo con él—puntualicé aún extrañada, no obstante, la
ojiazul chasqueó la lengua antes de contestar.

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—No lo hacen —dijo —Mami siempre dice que yo soy su todo así que no necesita a nadie más
—concretó frunciendo levemente el ceño por ello —Pero con Aiden es distinto y aunque ella lo
niegue yo sé que le gusta —afirmó más segura que nunca por aquella respuesta —Además
Aiden y mami tienen un hilo rojo en su mano—volví a mirarla sin entender la mitad de las
cosas que decía y traté de relacionar algo de lo que decía con el hilo rojo que ella
mencionaba, sin embargo, simplemente no pude hacerlo.

—¿Hilo rojo?—pregunté confundida ganando su total atención y un par de sonrisas porque


tenía ganas de contestarme a ello.

—Sí, como la leyenda japonesa de que todas las personas estamos conectados por hilos rojos
con las otras personas que deben juntarse y quererse
—mencionó mientras yo adquiría conocimiento hacia esa leyenda que no conocía pero parecía
más interesante a través del relat de la pequeña ojiazul —Mami y yo tenemos el mismo en el
meñique para que así estemos juntas para siempre —sentenció alzando su meñique para
mostrarme el hilo que yo no podía ver pero aún así la vi con una dulzura profunda por la
emoción que mostraba hacia la existencia de aquel hilo.

—¿Y cómo lo ves?—pregunté interesada.

—Tienes que cerrar los ojos y ahí está —aseveró como si fuera lo más fácil del mundo —Es
magia — asentí mientras me negaba a cerrar los ojos para poder verlo pero caí en la
tentación de hacerlo sintiéndome una persona rídicula por
creer que al abrir los ojos ahí iba a estar, sin embargo, también me decepcioné al no verlo en
mi mano.

—Entonces eres experta en ver ¿hilos rojos?—dije con una sonrisa y ella se encogió de
hombros divertida.

—Tal vez —contestó antes de tomar mi mano con la ternura que siempre estaba presente en
ella —¿Con quién tienes tus hilos rojos princesa Camz?—su pregunta me hizo pensar con
quién podría tener aquellos hilos que ella mencionaba, pero también nació la duda de que
quizás no los veía porque no tenía ningún hilo en mi destino y solo pensar que esa podía ser
una opción me hizo sentir un vacío que no llevaba sintiendo hace mucho tiempo.

—No lo sé —refuté para que ella no notara lo incómoda que estaba en aquel momento —La
verdad creo que no soy muy buena en eso de ver los hilos rojos —sentencié.
—Muchas personas deben querer estar unidas a tu hilo —afirmó con una sonrisa mientras sus
pulgares formaban círculos invisibles en mi mano lo cuál solo aumentaba exponencialmente
el cariño y afecto que estaba comenzando a adquirir hacia ella, quizás era el primer niño en
mi vida que lograba llenarme de esa forma tan pura con la cuál lo hacía con solo demostrar
su atención hacía mi y sin dudar ni un segundo de que le emocionaba verme ó solo compartir
unos momentos juntas.

—No lo creo—bufé.
—A mi me gustaría ser parte del tuyo—respondió con una sonrisa eterna y yo no supe que
decir ante su afirmación pero definitivamente esa niña era única en todos los sentidos
posibles —Aunque tengo el mío atado con mami y la tía Dinah, Mani y Ally —mencionó.

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—Son muchas personas —contesté riendo —¿Amigas de tu mamá?—pregunté mientras Noe
asentía ante ello quitando algunos mechones de cabello que habían caído en su rostro y que
molestaban su vista.

—Sí —confirmó —La tía Ally vive muy cerca de mi colegio y siempre paso las tardes con ella
pero tía Mani y tía Dinah viven con nosotras — no supe que decir ante ello ya que no me
esperaba esa respuesta, no tenía ni la más mínima idea de que Lauren vivía con sus amigas,
siempre había deducido que solo eran ellas dos contra el mundo.

—¿Las cuatro?—pregunté.
—Sí —respondió feliz por hablar sobre ello —Mami y yo dormimos juntas mientras tía Mani
duerme con tía Dinah, porque ellas se quieren mucho de esa forma —no podía estar más
confundida ante las palabras con las cuáles ella decidía explicarme cada pregunta que le
daba, sin embargo, no pude no fruncir el ceño al escuchar la relación que llevaban ellas, me
parecía tan extraño que una niña tan pequeña supiera sobre esos temas tan poco normales
de la vida.

—No creo que se quieran de esa forma Noe —afirmé suspirando, por que seguramente ella
estaba confundiendo las cosas pero la pequeña rubia me miró extrañada esperando que le
respondiera más detalles sobre mi respuesta.

—¿Por qué no?— preguntó frunciendo el ceño y yo suspiré tratando de buscar las palabras
correctas para decirle a una niña de seis años que no era normal que una chica con otra chica
se quisieran de esa forma, era cierto que no tenía ningún problema con las personas que
tenían ese tipo de relaciones pero me parecía incomprensible que ella viera aquello como algo
normal cuando no lo era en ningún sentido.

—Porque las personas se quieren de esa forma cuando son una chica y un chico—refuté.
—Eso no es cierto—chilló ofendida por mi respuesta lo cuál me dejó sorprendida debido a que
estaba defendiendo la idea que tenía en sus pensamientos de que eso era normal— mami
siempre dice que todos somos capaces de querer a otra persona, de que no importa nada
cuando dos personas se quieren de esa forma y lo único que puedes hacer es aceptarlo y
tratar de ser feliz con ello —no supe como responder a esas afirmaciones porque no podía
estar más sorprendida por la forma en que ella tenía de ver algo que no era normal para
nadie y lo cargaba de inocencia y ternura como jamás había escuchado de parte de nadie —
Tía Dinah y tía Mani se quieren de esa forma porque siempre duermen juntas y cuando
alguna de las dos se siente malita la otra siempre la cuida, además cuando se miran es como
si sus ojos fueran pequeñas estrellas porque brillan más de lo normal —Noe mordió su lengua
antes de seguir con su comentario —Esa es la prueba de que ellas se quieren de esa forma.

—Entiendo — me limité a decir tratando de procesar todo lo que ella me había dicho en tan
solo unos minutos, sin embargo, mi atención dejó de estar en esa conversación cuando vi a
Lauren acercarse a nuestra mesa y sin más se acercó a Noe para tomar su rostro e insertar
un beso sonoro en su mejilla mientras la pequeña rubia se reía por ello.

—Hey copito ¿que tanto molestaste a Camila ?—preguntó mirándome divertida —Espero que
no haya sido muy estresante quedarse a cargo de
este pequeño desastre—comentó mientras volvía a sentarse y no dudaba en sacar la liga para
el pelo que tenía en su muñeca y comenzó a atarle el cabello a la ojiazul que no dejaba de
abrazar el cuerpo de su madre hasta que Lauren finalmente terminó dándole un pequeño
beso en su cabeza lo cuál solo hizo que Noe riera emocionada por esa muestra de afecto.

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—Para nada —respondí con una sonrisa ante esos gestos tan tiernos que se llevaban ellas dos
cuando estaban juntas —Solo conversábamos
¿Cierto Noe?—pregunté.

—Cierto —afirmó entre risas —Mami, se parece al restaurante donde trabaja Aiden.
—Así es —confirmó la ojiverde con una sonrisa —Pero ese queda unas calles más abajo, amor
—le susurró acariciando una de las mejillas de la pequeña antes de mirarme un poco
avergonzada por ello, pero yo solo podía mirarla con ternura al ver la forma tan hermosa y
especial que tenía para ofrecerle cariño a Noe —gracias por invitarnos Camz —comentó con
una sonrisa mientras se mordía ligeramente el labio y yo solo pude sonreír ante ello porque
no tenía ni palabras para contar como me sentía en aquel momento, ya que esa chica era
capaz de quitar todas las palabras de mi boca en tan solo unos segundos.

—No hay problema, generalmente almuerzo sola si es que tengo tiempo así que me parece
increíble tener tan grata compañía —contesté jugando nerviosa con mis dedos mientras
sentía la mirada de Lauren sobre mí —Espero no haber interrumpido algún plan que tuvieras.
—Para nada, a mi también me encanta tener tu compañía —refutó con esa sonrisa que
compartía con Noe mientras que yo la miraba atenta sin saber realmente que decir ó que
hacer frente a esa marea de emociones que ella era capaz de descargar en mí —¿Tú que
opinas Noe?—preguntó alegre y yo fruncí el ceño al no entender que le estaba preguntando—
¿Camila es agradable cierto?—Noe la mirò por unos segundos hasta que asintió eufórica por
eso mientras yo sentía como mis mejillas quemaban por aquel comentario.

—Más que eso, es muy linda —aseveró totalmente segura de ello la ojiazul —aunque no sabía
sobre la leyenda del hilo rojo mami —refutó bufando lo cuál solo hizo que ambas ríamos por
aquella respuesta.

—¿Enserio?—me preguntó curiosa y yo me encogí de hombros porque no conocía de esa


leyenda hasta que Noe lo comentó —De seguro tienes muchos hilos detrás de ti —afirmó con
una sonrisa.

—Seguramente ninguno me interesa —refuté cambiando el tema y desvié mi vista hacia la


carta donde estaban los postres —¿Van a pedir
postre?—Lauren me miró extrañada por unos segundos ante mi respuesta tan estoica hacia el
tema para luego negar a mi pregunta.

—Yo estoy llena — afirmó.


—Yo quiero helado —respondió rápidamente la pequeña rubia de vestido azul que comenzó a
dar pequeños saltitos con solo mencionar la palabra helado —De vainilla ó de frutilla — dijo
antes de mirar a Lauren por ello—¿Puedo comer helado mami?—preguntó antes de volver a
mirarme con una sonrisa que solo hizo que se enterneciera mi corazón.

—A mi me gusta el de chocolate, aquí sirven unas copas que parecen inacabables —contesté
animada porque esa era la razón por la cuál venía a almorzar aquí, ya que sus helados eran
gigantes y deliciossos —Son como del porte de tu cabeza—dije guiñándole un ojo y ella me
miró emocionada ante ello antes de asentir de que si deseaba ver aquel helado.

—¿Puedo pedir una mami?—volvió a preguntar mientras Lauren se mostraba dudosa de


responder que si —Por fi —comentó la ojiazul insertando pequeños besos en la mejilla de la
pelinegra para poder conquistarla, sin embargo, ella no dejaba de mostrarse reacia ante esa
opción así que decidí tomar cartas en el asunto, ya que sabía de donde venía esa actitud y
era por el hecho de que Lauren era demasiado orgullosa para aceptar las ofertas de otras

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personas.

—Yo la pido por ti, yo invito —afirmé con una sonrisa que la rubia no dudó en seguir con
cientos de gracias de parte de sus palabras, mientras que la pelinegra ni siquiera me miraba
ante ello hasta que vi como sus ojos verdes tomaban un tono que no había visto jamás en
ella y una sonrisa fue capaz de iluminar su rostro de una manera poco usual pero que no
dejaba de ser mágica.

—Gracias Camila —contestó —Gracias por todo—sus palabras sonaban tan dulces en medio
de todo este ambiente lleno de elegancia y no me arrepentía de tomarlas con mucho más
valor que cualquier tipo de joya, ¿cómo un simple gracias podía valer mucho más que el
dinero?, la respuesta era simple, Lauren tenía esa forma especial de darle valor a cosas que
no solían tenerlo y eso era lo que más me gustaba de ella.

—No es necesario que lo hagas —dije mientras llamaba a uno de los meseros y le pedía las
dos copas de helado, cuando volví a prestarles atención,Noe se encontraba jugando con uno
de los mechones negros del cabello de Lauren mientras ella la veía como siempre con toda la
adoración del mundo —Yo debería agradecerles, porque sino aparecían hubiera decidido ir a
casa a almorzar sola, así que está bien —suspiré ante esa opción que siempre era la que
estaba presente en mi
rutina, la verdad es que rara vez solía salir con Claire a almorzar porque últimamente solo
estaba centrada en la actriz que la estaba volviendo loca, con John tenía una relación cercana
pero jamás salíamos sin Claire, así que siempre se reducían mis opciones a almorzar sola por
lo cuál no podía estar más feliz por compartir un almuerzo con la compañía que ambas me
ofrecían.

—¿Dónde vives princesa Camz?—preguntó la pequeña rubia con una sonrisa—¿Vives en un


castillo?—preguntó ilusionada a que le diera esa respuesta y yo reí ligeramente por aquella
pregunta, ya que tampoco estaba tan alejado de la realidad si tomaba el hecho de que mi
casa era mucho más grande que el departamento donde ellas vivían.

—No —respondí aún riendo por la inocencia de su pregunta —Vivo cerca de la playa —
aseveré encogiéndome de hombros.

—¿Enserio?¿Podemos ir?—las preguntas se apoderaron de la ojiazul mientras yo intentaba no


perderme con ellas, no obstante, Lauren no tardó en ayudarme con el hecho de que no sabía
como responder a todo lo que me preguntaba.

—Amor no puedes invitarte a la casa de alguien más, no es correcto—sentenció acariciando la


mejilla de la menor y ella no tardó en hacer puchero y asentir ante las palabras de su madre,
la verdad es que a mi no me molestaba ni en lo más mínimo que ellas desearan visitarme, de
hecho, se escuchaba como una buena idea.

—Lo siento —susurró arrepentida

—No hay problema, de hecho podemos ir después de que te termines tu helado —contesté
buscando su mirada con una sonrisa, sin embargo, Lauren como siempre se mostró a la
defensiva, a veces simplemente no entendía porque ella era tan negativa pero luego
recordaba que era la forma en que el mundo la había derivado después de todo lo que había
pasado.

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—No quisiera molestarte Camila —bufó —De seguro tienes muchas cosas que hacer —negué
ante eso, porque no tenía nada que hacer en casa, la verdad es que solía no llegar hasta
altas horas de la noche solo para no sentir la soledad que esa casa siempre trataba de
imponerme.

—Realmente no, tengo mis líneas aprendidas y solo tengo que ir un par de días más al set
para terminar con ello —argumenté a mi defensa mientras la ojiverde me miraba insegura de
que eso fuese verdad —Luego comienza lo duro
cuando hay que ir a galas para promocionar la película y todo eso —sentencié frustrada
porque no había nada que odiara más que el hecho de que después de una película tenía que
pasar meses enteros entre reuniones, galas y compartir mis minutos de vida con personas
que no me interesaban y que generalmente solo me hacían sentir más incómoda de lo que ya
me sentía cuando no estaba en un set de grabación ó actuando algún personaje —
Sinceramente, no soy fanática de ellas.

—¿Por qué?—preguntó curiosa.

—Hace mucho tiempo que me aburrí de ser el centro de atención


—suspiré —Prefiero solo pasar desapercibida aunque sea imposible en este mundo — eso era
lo que más me molestaba de que me gustara tanto actuar, ya que no podía salir de ser el
centro de todas las críticas fuesen buenas o malas, todo el mundo tenía que decir algo sobre
mí a pesar de que nadie podía afirmar que me conociese. Era increíble como todas las
personas se cargaban con el derecho de criticar a alguien solo por ser famoso, era estúpido
creer que podías juzgar a alguien sin conocerlo, pero eso era lo que la mayoría de las
personas hacían porque tenían esa necesidad de hacer daño cuando les viniera en gana.

—A mi me gusta llamar tu atención — comentó Noe con una


sonrisa.

—A mi también —se le unió Lauren sin dejar de mirarme con esos ojos verdes llenos de
ternura.

—Es distinto, estoy acostumbrada a vivir en ese mundo feroz que solo quiere dañarte, tener
su atención es una de las mejores cosas de mi día —dije sin creer lo que estaba diciendo, sin
embargo, tampoco me arrepentía de aquel comentario.

—Podrías visitarnos ó salir juntas, yo me apunto — propuso la


ojiazul.

—Vaya si tenemos a alguien experta en hacer citas —comentó irónicamente su madre —Amor
que tú estés de vacaciones no significa que todos tengamos tiempo libre, Camila también
trabaja y nuestros horarios no coinciden.
—Pero tú no trabajas aún —afirmó —Podemos salir algún día de esta semana —reí por la
forma tan natural que tenía Noe de dar argumentos válidos ante todas sus ideas, ella al igual
que Lauren eran demasiado inteligente especialmente cuando se trataba de dar su opinión.

—No es tan mala idea —aseveré—¿Qué sugieres?—pregunté


entusiasmada por ello.

—Mami trabaja en las mañanas en la biblioteca y en la tarde tiene libre así que podríamos ir a
la playa ó a tu casa , ó a ambos —la ilusión en la pequeña era palpable para todos que se

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atrevieran a prestar atención de esa niña que se mostraba como la sinceridad y la dulzura
mezclada en su más puro estado.

—Eso suena muy bien —confirmé —Más que bien diría yo.

—Además no puedes negar que tu hilo está atado a mami — soltó sin más mientras las dos
nos mirábamos sin entender a que iba eso, pude notar como Lauren se sonrojó ante aquella
afirmación mientras yo solo trataba de ver con la inocencia que merecía aquel momento.

—Discúlpala , a veces habla hasta por los codos—comentó la pelinegra totalmente


arrepentida por el comentario, pero a mi no me molestaba, de hecho me parecía lo más
tierno que me habían dicho en toda mi vida.

—Es adorable —fue lo único que dije mientras miraba a la pequeña rubia —¿Dónde estaría
ese hilo Noe?—pregunté siguiéndole la corriente.

—M..—dijo mientras trataba de ver algo en mi mano — Aquí, justo aquí—señaló mi dedo
anular de la mano izquierda y no pude no reír ante esa respuesta, porque era justamente el
dedo que todos consideraban que estaba más cerca del corazón y donde solían llevarse las
argollas de compromiso.

—¿Sabes quienes son los romanos?—le pregunté atenta a su respuesta y ella negó
ligeramente —Bueno, ellos creían que cuando ponías un anillo justo en ese dedo significaba
que amabas de verdad, porque es conocido por tener una vena directa al corazón, es la zona
más cercana al corazón—sugerí mientras Noe me miraba impresionada por esa explicación.

—Entonces si está ahí es por algo ¿no?—comentó feliz por ello y yo no supe que responder
así que me limité a asentir —Tal vez mami sea quién entre en tu corazón—mis ojos se
abrieron como platos ante ello por la forma tan directa en que lo había dicho, Lauren no tardó
en tomar las riendas del asunto con un rostro totalmente nervioso ante ello.

—Noelle, esas cosas no se dicen —sentenció seria por su comentario —Entre Camila y yo no
hay nada más allá que amistad—aunque era lo que deseaba escuchar, de cierta forma me
dolió que viniera de una forma tan dura
como la que había mostrado la pelinegra, así que solo me quedé escuchando viendo la
conversación que ambas tenían.

—¿Por qué no?—preguntó confundida —Tú siempre dices que no hay nada que detenga el
amor—Lauren la miró impresionada mientras intentaba crear una respuesta que fuera
suficientemente razonable para convencer a Noe de que era una mala idea vernos juntas.

—Sí, pero no puedo quererla de esa forma, no es correcto amor


—aclaró sin mirarme mientras Noe fruncía el ceño al no entender lo que estaba pasando pero
yo si lo hacía, por lo cuál me tragué mis palabras y preferí sacarlas de aquel momento tan
incómodo.

—Mira justo ahí vienen nuestros helados —comenté mientras el mesero comenzaba a arreglar
nuestras copas para que pudiéramos disfrutar del helado, rápidamente Noe dejó de prestar
atención hacia la conversación y su mirada quedó absorta ante la copa que estaba a su lado
—Pruébalo y me cuentas como está—mencioné tomando la cuchara para probar el mío, Noe

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se quedó unos segundos viendo como el helado de frutilla con chispas de colores se mostraba
ante ella como algo que no parecía real.

—Muchas gracias señor— respondió la pequeña rubia cuando el mesero dejó nuestra mesa,
sin embargo, luego de eso mi atención no estuvo en la forma que ella estaba disfrutando su
helado sino en la afirmación que había dado hace unos minutos hasta que me negué a seguir
pensando en ello, ya que Lauren tenía razón, ese comentario no era apropiado para ninguna
de las dos.

—Mami ¿puedo ir a la orilla?—fue lo primero que dijo Noe al ver como las olas del atardecer
se apoderaban de la playa y dejaban esa sensación de frescura que solo este escenario podía
mostrar todos los días sin cansarse de ofrecernos aquel deleite visual —Prometo no meterme
al agua —aseguró mientras no dejaba de ver ilusionada a que Lauren le dijera que si a su
respuesta.

—Bien, te voy a estar viendo ¿eh?—confirmó la pelinegra con una


sonrisa.

—Gracias mami—fue lo único que pudimos escuchar antes de verla como corría hacia la orilla
y se quedaba jugando en medio de la arena, no habían muchas personas ésta tarde y el calor
no era suficiente como para clasificarlo de insoportable así que estaba siendo una tarde como
para disfrutarla sentada en medio
de las olas.

—No tienes miedo de que se meta al agua —pregunté sonriendo al ver como Noe miraba una
ola y luego salía corriendo para que no la tocara, la pelinegra negó ante mi pregunta y pude
notar como en sus ojos solo podía existir amor y dulzura ante la imagen de esa niña rubia
que estaba escapando de las olas.

—No realmente —dijo finalmente —Noe le tiene miedo a las olas, lo cuál es irónico porque le
encanta la playa —reí ante aquel comentario porque no me esperaba que esa niña tuviera
miedo de algo, ya que se mostraba segura ante todo lo que hacía y decía.

—No me lo esperaba —afirmé.

—Sí, además que ella no suele hacer nada, es bastante traquila


—no necesitaba algún comentario que me confirmara eso porque solo necesitaba de unos
minutos para darme cuenta que su hija era demasiado obediente para tener seis años y que
siempre le pedía permiso para todo, me parecía tierno y adorable de su parte —Solo no sabe
diferenciar que conversaciones puede tener y cuales no, lo siento por lo del hilo rojo, es solo
una niña —suspiré porque no quería retomar la incomodidad que habíamos tenido en el
restaurant así que solo seguí con la conversación como si realmente no estuviera interesada
en aquel comentario.

—no te preocupes —refuté —No me molesta —respondí antes de mirarla con curiosidad por
todas las dudas que me habían nacido al tener una breve conversación con la pequeña rubia
—Aunque si me sorprende el concepto de amor que tiene para ser tan pequeña —Lauren no
dijo nada mientras las olas comenzaban a instalarase como el único sonido que nuestros oídos
podían descifrar, la brisa no tardó en presentarse como todos los días a esta hora mientras el
ocaso era algo que se tomaba los colores del cielo dándole esa apariencia magistral que

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siempre tenían.

—Siempre he pensado que el amor no tiene género ni raza ni nada, el amor es el sentimiento
más puro pero nosotros nos encargamos de ponerles barreras que en nuestro corazón no
existe —suspiró antes de seguir con aquel comentario que no me esperaba —Noe solo repite
esa idea, pero es mía, ella no sabe realmente lo que significa —afirmó como si estuviera a la
defensiva de ello, pero yo no le encontraba ninguna razón para estarlo porque de cierta
forma me parecía que era una buena idea aunque no dejaba de sorprenderme que ese
razonamiento estuviera ligado de alguien tan pequeña que apenas conocía el mundo.

—Deberías sentirte orgullosa de ella — refuté sin saber realmente que decir, lo cuál solo hizo
que Lauren soltara una risa sonora entre nosotras.
—Lo estoy —concretó antes de exponer una mueca que no puede entender —Es solo que
somos expertos en dañar a todos los que piensan distinto de ese papel al cuál hemos sido
reducidos —aseveró mientras ella era dueña de toda mi atención —No me gustaría que eso le
pasara a Noe, el mundo es demasiado cruel con las personas que son distintas —nos
quedamos en silencio por unos segundos, tal vez un minuto donde las palabras no podían
calzar en aquella escena, sin embargo, en mi mente se procesaba intentando dar algún tipo
de respuesta a esa afirmación.

—Noe te adora Lauren —sentencié con una sonrisa —Y no es porque seas mi amiga, pero
realmente creo que eres la mejor madre que he conocido en toda mi vida —ésta vez era
Lauren quién me miraba impresionada ante aquel comentario —Tu hija es preciosa, tiene una
mente y unos pensamientos que ni siquiera en los adultos que me relaciono he logrado
encontrar , lo has hecho de maravilla —me parecía que ninguna palabra podía abarcar lo
sorprendida y todo lo que quería decirle en aquel momento, no obstante, no me negué a
seguir exponiendo las palabras que invadían mi ser —Todos tus esfuerzos se ven a creces
solo con tener una pequeña conversación con ella, es inteligente, amable, sensible y todo eso
tú lo has logrado sin necesidad de dinero ó algo material —suspiré ante ello antes de retomar
el rumbo de mis palabras —Solo fue necesario que le ofrecieras tu corazón y te puedo
asegurar que muy poco humanos decidimos regalar esa parte nuestra, porque significa dar
más de lo que podemos recibir— No mentía de ninguna forma porque los humanos nunca nos
atrevíamos a dar algo que no nos recompensara, es por eso que muy pocas veces
lográbamos amar porque significaba que debíamos dar sin pensar en lo que venía detrás de
esa ofrenda—Cualquier persona que tenga tu corazón es simplemente la persona más rica de
todas porque esa parte de ti vale más que el oro.
—Lo mismo digo sobre ti —sentenció con un cálido beso en mi mejilla —Gracias por aparecer
en mi vida, eres con un sueño en una tarde de verano.
Capítulo 20 : Mentiras, descubrimientos y otras confesiones

There was nothing left to do


When the butterflies turned to dust that covered my whole room So I punched a hole in the
roof
Let the flood carry away all my pictures of you
Camila
Las mentiras son parte de nuestra vida diaria aunque así no lo
deseemos.
Son como la mancha de tinta de cada página de nuestra vida, ya
que aunque no lo queramos aceptar, las mentiras están en casi cada acto que realizamos
como humanos, están en las conversaciones, en la televisión, en la música y en cada rasgo
que nos hace ser de esta especie.
Estamos acostumbrados a pintarlas como si fueran algo malo, sin embargo, todos sabemos
en nuestro interior que es parte de nosotros y eso es lo que más me duele, el hecho de que a
pesar de que las despreciamos; seguimos utilizándolas como nuestra primera forma de
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salvación frente a situaciones que van más allá de lo que el rumbo de la verdad podría
dirigirnos.
Es esa desesperación de que sabemos cuál será el destino al decir la verdad que decidimos
tomar el camino más fácil en dónde la mentira lidera cada palabra, no obstante, muchas
veces , la mentira está en el hecho de callar cosas, de atrevernos a cambiar los hechos con el
silencio a nuestro favor y no ser capaz de decir las palabras que son necesarias en aquel
momento.
La mentira es una de las grandes condenas que surgen como seres humanos, sin embargo,
poco y nada podemos hacer cuando es más grande el momento que se ahorran los
sentimientos cuando la mentira es la mejor factura que tomas contra el destino. A veces
hasta olvidas que al final de todo, ésta llega a pedir que se le pague la cuota correspondiente
por haberte salvado alguna vez, olvidamos aquel detalle y nos envolvemos en el hecho de
seguir creando deudas con esta condena hasta que llega un moment en que las mentiras son
tan grandes que te atreves a vivir en ellas solo para no hundirte, se convierten en tu bote
salvavidas y cuando llegas a aquel momento ya no hay vuelta atrás.
Al final de todo, las mentiras no son algo que no sepamos que son un arma de doble filo, el
problema ésta en que como personas que siempre caen con la misma piedra, no dejamos de
utilizarlas como el mejor seguro contra la vida y así no nos damos cuenta de cuándo deja de
ser satisfactoria y se convierte en la herida punzante que puede hasta llevarte a desfallecer.

—Cuando tenía un mal día, mi mamá solía tomar los cojines del sillón y con una sábana hacía
algo así como una carpa que similaba una muralla contra todos mis problemas —comenté con
una sonrisa al recordar aquella época de hace años atrás cuando todos los problemas
infantiles se podían dispersar con una
simple caricia y la protección que solo mamá podía ofrecerme a través de sus cariños
—Ahí solíamos hablar por horas y era como si realmente esa muralla tuviera ese poder de
quitar todos los problemas que podían haber en una niña—sentí como los ojos verdes de
Lauren me miraban tratando de adquirir cada palabra que salía de mi boca y producía algún
tipo de sonido como una verdad absoluta, ver su mirada por unos segundos era suficiente
para darse cuenta de la emoción que sus ojos podían ocultar a través de la belleza nata que
estos tenían. Su mirada era cautivadora como si estuviera siempre hambrienta de
conocimiento y las palabras no fuesen suficiente como para encasillarla en algún tipo de
descripción, sus ojos eran capaces de quitarle el aliento a cualquiera pero no era por la
belleza que tenían sino más bien estaba en la forma en que tomaban tanta profundidad que
te tentaban a cometer cualquier locura ante ella, eran como el mar en plena noche cuando se
muestra tan inhóspito y tan salvaje alumbrado solo por los claros de la luna, la cuál le da
esos toques de luz capaces de llevar a otro mundo a cualquier ser humano a través de sus
olas que piden repetidamente la unión de sus aguas turbias con nuestra piel y que sin
siquiera pensarlo más allá de un par de minutos nos hipnotiza a hundirnos entre sus brazos y
sentir como el agua absorbe cada parte de nuestro ser mientras la luna es la fiel testigo de
este acto que solo puede realizar el mar con tus pensamientos. Los ojos de Lauren eran igual
de cautivadores porque no dudabas en arrojarte a ellos sin ningún tipo de precaución ya que
ni siquiera te da tiempo para razonar aquella zambullida llena de una valentía teñida de
locura inevitable.

—Eso suena adorable Camz —murmuró con una pequeña sonrisa en sus labios, pero a mi me
parecía más adorable su rostro que el mismo recuerdo así que no dudé en darle un cálido
beso en la mejilla mientras mi cabeza se acomodaba en su pecho y ella solo supiró por ello.

—Porque lo es —sugerí posando mi mano sobre su piel desnuda mientras tocaba con
delicadeza cada parte de ésta como si mis dedos buscaran crear senderos a través de la
imposición que ellos desenvolvían ante tímidos pasos que a la vez estaban cargados de una
seguridad de conocer a la chica en cuestión, suspiré ante esa sensación inevitable que

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desprendía su piel y como mi cuerpo respondía ante aquel estímulo —Mi familia siempre fue
una parte fundamental de mi vida, siempre recurría a mis padres porque eran algo así como
mis amigos con los cuáles siempre podía contar —comenté con una sonrisa al pensar en ello,
ya que no podía negar que los extrñaba más que nada en el mundo, sin embargo, aquel
pensamiento de nostalgia fue fácilmente erradicado al volver a ver la mirada cautivadora de
aquella pelinegra mientras la luna comenzaba a apoderarse del cielo mientras nuestros
cuerpos desnudos denotaban una sinfonía única que solo nosotras podíamos intepretar.
—Es muy lindo escuchar eso —respondió sacando un mechón de cabello castaño de mi frente
para luego alzar la mirada hacia el techo blanco de su habitación, yo solo la miraba con una
concentración única como si deseara adentrarme a los pensamientos de aquella chica tan
misteriosa y a la vez tan atrayente que ejercía una fuera inusual de gravedad hacia mí y que
solo lograba que una y otra vez volviera a caer ante esa sensación sin precedentes que
dejaba cada parte de su ser en mis recuerdos, en mi mente y en mis pensamientos. —Deben
ser tan maravillosos como tú—pude escuchar como el tono de sus palabras se perdía ante
aquella afirmación y noté la tristeza que había en aquellas simples palabras que no tenían
nada de malo sino que lo que le afectaba eran las connotaciones que se aferraban a ellas
demostrando la profundidad de las heridas de alguien y como a pesar de los años, todo
seguía doliendo aunque quisiéramos afirmar siempre que el tiempo es capaz de curarlo todo.
Esa es una gran mentira, porque el tiempo lo único que hace es que tengamos nuevos
problemas para pensar y que el primer problema por el cuál sufríamos simplemente se ve
opacado y deja de tener tanta relevancia, ya que a la vida solo se le podía batalla ante
problemas presentes debido a que ésta nunca esperaba a nadie y siempre iba dos pasos
adelantes de nosotros por lo cuál solo nos tocaba intentar que nuestros problemas y
sentimientos se amoldaran frente a lo que deseara la vida, porque si le dábamos la
oportunidad de abatirnos más de lo que realmente podíamos soportar entonces estábamos
más que perdidos.

—Lo siento porque tú no tengas los mismos recuerdos que yo de mi infancia —le susurré
abrazándome a su cuerpo sintiendo como una capa de frialdad se llenaba en aquellas
esquinas que mis dedos intentaban empastar con caminos, dí un lánguido suspiro ante aquel
panorama porque esa era la expresión más pura del dolor de los recuerdos, ese dolor
punzante y sin ningún tipo de medicina que nos abatía como seres humanos que vivíamos
entre dos tiempos, el pasado y el presente, muchas veces intentábamos que este dolor no
fuera tan profundo pero no podíamos negar que no podía irse, ya que a veces las más
grandes heridas son aquellas que no se saben dónde están hasta que son capaz de ser una
de las razones de tu muerte.
Son como almas silenciosas que poco a poco te quitan los suspiros de vida y carcomen cada
centímetro de ti hasta que cuando ya no son capaces de llevarse más de ti, toman la imagen
de una herida y se presentan de esa forma para que puedas reconocerlas y sepas que ellas
son las causantes de aquella penuria. —Me encantaría que tu historia fuera distinta —Lauren
ni siquiera me miró y el silencio se hizo el líder en aquella escena en dond ela ojiverde que se
camuflaba simplemente con la luz de la luna llena era capaz de calentar el alma con una sola
sonrisa, pero ésta vez esa sonrisa estaba cargada de una capa que no podía dicernir de
cuáles eran sus principales ingredientes pero si podía notar al dolor como parte principal de
aquel banquete de sensaciones que todo ella refractaba sin utilizar ningún sonido saliente de
su alma y que se convertía en palabras a través de su boca.
—Supongo que no todos nacemos bajo la misma estrella —comentó encogiéndose de
hombros sin ni siquiera mirarme, ya que su mirada estaba pérdida en la vista de la luna que
se atrevía a ofrecernos refugios en las noches más solitarias, la había visto tantas veces que
conocía hasta el último cráter que ocultaba,sin embargo, cada vez que veía como aquella
pelinegra la miraba, mi visión que tenía de la luna cambiaba totalmente y es como si fuera
otro astro cada noche, como si todos los días fuera capaz de cambiar de imagen y ser más
hermosa de lo que había sido con anterioridad aunque sonara imposible. —Pero me gusta
escuchar como las demás personas tienen lindos recuerdos de su infancia, es como mi parte
masoquista llamándome —no pude no sonreír al ver como la ironía se mezclaba de una forma

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tan leve al ánimo de ella, era increíble la forma en que ella era capaz de cambiar cualquier
tipo de panorama en tan solo unos segundos como si llevara años cambiando cada momento
que la atormentaba y se mostraba ante la ironía y comentarios que si veías con detenimiento
eran capaces de lastimar pero no a ti sino a ella misma, así que no dudé en abrazarme más a
su cuerpo intentando que esos simples gestos se atrevieran a florecer como caricias que
tuvieran el poder de escribir como tinta indeleble en aquel papel en blanco que era su cuerpo.

—Mi madre siempre decía que el pasado no podíamos trazarlo pero el presente y el futuro
puede bordarse a través de nuestras decisiones y nuestros deseos —afirmé con pequeños
besos fugaces que se atrevían a traspasar esas barreras que solo ella podía eregir en el vacío,
era increíble como muchas veces las personas más fuertes eran las mismas que se tildaban
ser más débiles que el viento, pero más impresionante que eso era el hecho de que a veces
el desitno se teñía de un color tan negro hacia ciertas personas mientras que a otras se
atrevía a abrigar con un destello de luz único ofreciéndoles una protección única, mientras
descuida a la otra alma condenándola a una vida llena de tristezas que se reflejan día a día
ante sus palabras dolidas y falsas sonrisa. —Sin embargo, siempre estaba esa parte del
bordado que no podíamos trazar y solo podíamos esperar que éste tomara ese punto para
poder seguir el camino trazado—no dije nada más mientras esperaba la respuesta de Lauren,
sin embargo, ella se limitó a mirarme con una sonrisa cargada de ternura como si estuviera
buscando alguna palabra entre su propio vocabulario.

—Es una buena deducción —respondió finalmente antes de besar mi cabello con delicadeza
como si a través de esto me estuviera sugiriendo que no aceptaba de cierta forma ese
comentario —Pero a veces ese punto es mucho más profundo de lo que pensamos y detruye
todo el bordado del hilo del destino — su mirada fría solo fue cubierta de aquella capa de
dolor que solo sus palabras eran capaces de mostrar porque ninguna otra parte que se viera a
simple vista podía ser la prueba fiel del alma sin curar que era aquella chica.
—Supongo que sí —contesté antes de acariciar sus manos mientras mi mirada chocaba con
esos ojos verdes tan seductores, los causantes de la locura que era todo esto y también
aquellos que reflejaban las tormentas interiores que intentaba apaciguar —¿Sabes que
deseo?—pregunté produciendo que ella me mirara contrariada porque no sabía a que venía
aquello, pero yo si lo sabía así que me limité a besar su frente antes de volver a mirarla de la
misma forma hipnotizante que solo ella podía derivarme.

—No realmente —dijo sin más y yo reí por la forma en que a veces la seriedad podía domarla
sin ningún tipo de advertencia, así que solo seguí tomando aquella ventaja que todo mi ser
ocupaba al lado del de ella produciendo suaves caricias que ella aceptaba con toda la timidez
del mundo y aunque no lo quisiera aceptar, yo sabía la razón de ello por lo cuál prefería
callarme algún comentario relacionado, porque ahí estaba la parte egoísta de mí en donde
prefería callar las verdades y solo susurrar mentiras que se entrelazaban para tapar el camino
desastroso que solo la verdad podía producir.

—Que logres ser feliz, te lo mereces más que nadie que conozco —le susurré a su oído
dejando que todos mis sentidos se abrieran ante ella como pétalos de flores lanzados al mar
y que con suavidad acariciaban el agua rompiendo aquella tendencia a la quietud de ésta,
deleitarme ante aquella escena en dónde podía tenerla conmigo sintiendo hasta la más
mínima respiración que producían sus sueños y todo su ser era quizás la parte favorita de mi
día, pero también sabía que el egoísmo en mí no era tan profundo como para atreverme a
pensar que esto sería para siempre, sabía que en algún momento la verdad tomaría su deuda
y aparecería entre nosotras para distanciarnos, el problema no estaba en que no lo supiera
sino que estaba en que ya había aceptado que el tiempo donde tuve que haberle dicho ya
había pasado y ahora no tendría perdón de su parte cuando esas palabras atragantadas

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despierten sus sentidos y logren enlazar todas las partes de aquel puzzle que era nuestros
caminos que habían coincidido, por lo cuál ya había aceptado que era mejor aprovechar todo
el tiempo que le quedaba a esto hasta que el destino se atreviera a destruirlo —No me
importa sino es conmigo, lo que me importa es que lo seas —sugerí posando mis labios sobre
sus clavículas con una sonrisa que era la prueba fiel de que me dolería esto cuando
terminara.

—Te quiero Camila —admitió dejando que esas tres palabras se bordaran en mi piel como si
fuera capaces de traspasar mi piel sin ningún tipo de dificultad —Eres la persona más
increíble que he podido conocer.
—No tengo nada de interesante —sentencié encogiéndome de hombros —Mi vida es tan
ordinaria que no es sorprendente —Lauren se acomodó en la cama antes de ofrecerme esa
calidez que solo ella era capaz de producir ante una
sonrisa.

—Te equivocas —admitió acariciando mi mejilla —A veces entre medio de toda la pintura
surrealista que es la vida y el mundo en general, existen pequeños matices, pequeñas
pinceladas que son distintas aunque parezcan igual que todas las utilizadas con anterioridad
—si había un estado surrealista donde las fantasías eran parte de nosotros en cada segundo
que nuestro corazón seguía latiendo entonces estaba en él cada vez que la escuchaba hablar,
porque eran como si las palabras que salían de sus bocas se atrevían a cometer un asesinato
a todas mis ideas produciendo que sus pensamientos se quedaran entre los míos como si
fueran propios —Cuando te das cuenta de su existencia, entonces te das cuenta de que cada
vez que las veas adquieren un significado distinto, es como si pudieran absorber incógnitas
mientras pasa el tiempo y así se muestran más interesantes que nada a pesar que son parte
de la misma pintura de siempre.

—Cuando te escucho hablar es imposible no pensar que dentro de ese lindo corazón hay un
alma destrozada—sugerí con un lánguido suspiro que se atrevió a ubicarse como una barrera
entre nosotras, sin embargo, aunque parecía increíble, Lauren se atrevió a quitar aquella
distancia y la silenció a través de un par de besos que apenas rozaban mis labios pero eran
aquellos que se mostraban con una sinceridad única y profunda que eran como una adicción
inevitable, eran besos cargados de cafeína porque te quitaban el sueño, te dejaban ese sabor
dulce amargo que solo éste podía ofrecer y a la vez te daban esa sensación de relajación en
dónde todo podía ser posible solo si los adquirías a tu favor —daría cualquier cosa para poder
hacer algo en contra de aquello.
—Ya lo estás haciendo con haberme elegido —comentó despegando con una suavidad única
sus labios de los míos antes de volver a mirarme con esos ojos verdes deslumbrantes que
provocaban la mayor confusión del mundo al ser los causantes de todo este escenario digno
de una película de amor —Lo haces solo con estar conmigo—no había dudas en ninguna de
sus palabras y aquello solo hizo que mis mejillas se sonrojaran porque estaba tan
acostumbrada a identificar las mentiras a través de las palabras, me había acostumbrado a
escuchar ese tipo de frases porque todos necesitábamos sentirnos queridos pero que en mi
interior sabía que no eran ciertas, en Lauren eran distintas y no solo tenían la sinceridad
incrustrada como una gema infinita sino que estaban cargadas de una profundidad que ni
siquiera las poesías eran capaces de producir en mí.

—¿Cuál es tu mayor miedo?—pregunté recostando aún más mi cabeza en su pecho porque


deseaba que nuestros cuerpos se fundieran ante ese vaivén de sensaciones que solo nosotras
podíamos producir en una noche como ésta —Todos tenemos cientos de miedos en nosotros,
pero cuál es el que no te deja dormir —ella se tomó
su tiempo mientras sus labios no se despegaban de mi cabello dejando esa suave sensación

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de tranquilidad que dejaba aquel gesto en mí, era como la caricia que las palabras de un
poeta te dejaba en menos de un segundo cuando sus palabras se atrevían a convertirse en el
sabor dulce de tu vida como si todo lo que venía con ella fuera la confesión más pura de que
el amor existía.

—Que todo en mi vida sea igual que siempre —contestó llamando mi total atención porque no
me hubiera imaginado ni en un millón de años que esa fuera su respuesta —Mi mayor miedo
es no poder cambiar el sentido que ha tenido mi vida desde hace tanto tiempo —opinó sin
ningún matiz en sus palabras —Creo que no hay peor miedo que aquel que nosotros mismos
sembramos a través de los años y que no podamos escapar de él—me quedé en silencio
tratando de entender esas palabras y no podía opinar nada sobre ello porque después de
conocer su historia podía entender de dónde provenía aquel miedo de que todo fuera igual y
sentí como un dolor punzante apareció con ello porque yo estaba provocando que la
decepción apareciera en algún momento como había aparecido siempre en su vida —¿Cuál es
el tuyo?—preguntó y yo me tomé unos segundos para que las palabras que mi mente
evocaba lograban tener algún tipo de sentido.

—Destrozar un corazón que merece ser reconstruido —aseveré sintiendo la culpa en cada
centímetro de mi ser —Tener el poder de dañar algo aunque así no lo desee.
—Todos tenemos el poder de dañar a alguien, especialmente cuando ésta persona es parte
de las que queremos —admitió encogiéndose de hombros —Pero a veces se necesita hacerlo
para poder reconstruir sus murallas, los terremotos muchas veces son los que convierten a
simple tierra en volcanes como también los diamantes nacen a través de la presión del
carbono —no supe que decir ante sus palabras porque estaba anonadada ante ellas y por un
segundo estuve a punto de terminar con todo esto antes de que doliera más de lo que estaba
haciendo, estuve a solo unas palabras de decirle la verdad pero finalmente lo dejé por la
cobardía que me consumía. La cobardía de saber cuál sería el desenlace de esto y el egoísmo
de que no deseaba que acabara —No todas las veces "destrozar" está ligado con algo malo, a
veces simplemente es necesario.
—-Le gustaba decir que aquel amor había sido el fruto de una equivocación clínica. Él mismo
no podía creer que hubiera ocurrido, y menos en aquel momento de su vida, cuando todas
sus reservas pasionales estaban concentradas en la suerte de su ciudad, de la cual había
dicho con demasiada frecuencia y sin pensarlo dos veces que no había otra igual en el
mundo— recité recordando una de mis frases favoritas de todos los tiempos, suspiré ante
como un momento podía teñirse de cobardía si te lo proponías, no estaba feliz con lo que
estaba ocasionando pero tampoco estaba infeliz por ello, era una contradicción absoluta la
que vivía en mi cabeza y solo me refugié en cambiar el tema y acallar nuevamente esa
confesión que
deseaba salir de mis labios para no seguir dañando el corazón de Lauren.

—El amor en tiempos de cólera—afirmó con una sonrisa que solo fue capaz de dibujar una en
mi rostro —No me digas que lo sacaste de su adaptación cinematográfica porque me sentiré
ofendida —sentenció riendo y yo ladeé la cabeza divertida porque sabía su odio permanente a
las películas.

—No —refuté con una sonrisa —De la película solo puedo resaltar el soundtrack y ciertas
escenas, pero la magia está en el libro en cada palabra, en cada línea que nace a través de
una mente única que me recuerda a la tuya —aseveré con la mayor sinceridad del mundo.

—Vaya, ese es el halago más interesante que me han dicho —concretó —¿Qué más tienes
para ofrecerme?—tenía tantas cosas para ofrecerle que no pude contestar aquello sin pensar
dos veces lo que mi corazón quería decirle.

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—Que eres el suspiro favorito de mis labios — dije sin más mientras me perdía ante el ritmo
único que mis labios decretaban al rozar los suyos.

—Fue el error de su vida, tal como su conciencia iba a recordárselo a cada hora de cada día,
hasta el último día—pronunció al despegar sus labios de los míos dejándome en un estado
inconsciente porque no podía defenderme ó producir algún tipo de comentario frente a eso —
Pero poco y nada le importó porque no iba a dejar que el amor se fuera de nuevo por la
puerta.
—¿Ves?—comenté golpeando su hombro mientras ella reía por ello
—También tienes tu lado romántico aunque siempre trates de ignorarlo ó no dejarlo salir—
aseveré contenta por ser capaz de sacar ese lado romántico de ella que siempre trataba de
ocultar pero que era mi estado favorito en su rostro.

—Yo no he dicho lo contrario —se defendió —Solo que no me gustan las películas de amor —
yo rodé los ojos divertida ante ello y no quise discutir sobre ello.

—¿Cuál fue la última película que viste?—pregunté —Una que no te hayan obligado a ver—
concreté lo cuál solo hizo que Lauren frunciera el ceño pensando en que decirme.

—Creo que el rey león —sentenció sorprendiéndome de una manera


que no esperaba.

—¿Enserio?—ella asintió despreocupada y yo solo suspiré ante el


hecho de que era injusto que la vida le haya quitado la oportunidad de llenarse de otro tipo
de arte que presentaban las películas ante nuestros ojos.

—Sí , tenía siete años y la volvieron a dar en el cine —susurró acariciando mi mano mientras
sentía como la presión del recuerdo se volvía algo tan notorio como la noche —Así que pasé
toda la semana obligando a mis padres para que me llevaran a ver esa película aquel sábado
—su voz se perdió unos segundos antes de que sus ojos se cerraran tratando de ser capaz de
seguir con aquel recuerdo
—Ese es el último recuerdo decente que tengo de esa época— admitió.

—Tus padres se divorciaron después de eso—pregunté y ella se


limitó a asentir.

—Sí —fue su única respuesta hasta que las palabras volvieron a adquirir protagonismo en su
boca —Es increíble como la mente de un niño es una hoja de papel que se escribe
diariamente y muchas veces crea falsas ilusiones de una fantasía que no existe —dijo con el
tono más doloroso que le haya escuchado como si la decepción de aquel momento volviera a
tomar su poder entre sus palabras —No me di cuenta de que mi vida no era perfecta hasta
aquel día en que tuve que elegir con quién de los dos tenía que irme .
—Nunca he entendido como pueden pedir a un niño que tome ese tipo de elecciones —
respondí porque me parecía una decisión muy dolorosa para un niño tener que elegir con
quién debía irse como si los lazos que había formado con ambos padres se hubiesen
deshecho y solo podía haber un camino al cuál recurrir
—Me parece inhumano.
—A mi me parece la prueba absoluta de que el mundo es más cruel de lo que creemos —
refutó en un suspiro —En aquel momento estaba tan enojada con mi padre que hubiera
elegido cualquier cosa antes que él —admitió mostrando aquella coraza partida que a nadie
más se atrevia a mostrar porque el mundo siempre se aprovechaba de esas defensas
destruidas y las dañaba aún más como si sintiera algún tipo de satisfacción ante aquel acto —

insideofmysoul
Hoy me arrepiento de esa elección, ya que pude haberme ahorrado un año de sufrimiento y
quizás hubiera cambiado su decisión final de irse —un par de lágrimas indeseadas se
ocuparan de opacar aquella mirada que tanto me enloquecía y yo no supe que hacer frente a
ello, ya que no sabía como debía reaccionar así que simplemente me dejé llevar por el
impulso de querer protegerla de todo.

—No es tu culpa —concreté secando sus lágrimas lo cuál solo le sorprendió como sino hubiera
esperado aquel gesto tan simple pero que por su mirada significaba cosas infinitas que no era
capaz de divisar ni en un pensamiento fugaz —No puedes culparte por las malas decisiones ni
el rumbo que tomó el destino con ellos, eras solo una niña
cuando eso pasó —otro par de lágrimas decoraron su rostro por un par de minutos mientras la
noche y el silencio teñían esa escena como si el dolor fuera el único estado de ánimo presente
en aquel momento.

—Ahí estaba el problema — contestó frunciendo el ceño—Nadie se dio el tiempo para pensar
eso, todos me veían como si fuera un adulto y no alguien de siete años —refutó —A veces
nos encerramos tanto en nuestros problemas y olvidamos que el resto de las personas
existen y que muchas veces también viven los mismos problemas que nosotros —sugirió sin
dejar aquel tono tan estoico que sus palabras adoloridas mostraban ante la noche —Somos
egoístas por nacimiento y somos una tragedia griega por sentencia de los dioses —dijo sin
dejar de llevar la batuta de la conversación —El ser humano está condenado a sufrir por sus
acciones ó por el destino, sea cuál sea la razón no importa mucho .

—El sufrimiento es solo un estadío de nuestra vida —aseveré besando su frente —Existe para
que podamos ver como la felicidad invade nuestro corazón, porque sin saber como las nubes
se opacan , jamás podríamos saber que es el sol — no sabía que decir porque no podía
convencer a alguien que había sufrido tanto de que la vida podía ser maravillosa, no podía
cambiar pensamientos que habían adquirido su propio latido en su corazón. Pero lo que si
podía hacer es que los recuerdos no tuvieran ese poder seductor de tapar el brillo único que
ella producía.

—Lo sé —admitió —Es por eso que no podría cambiar nada de mi vida, porque todos esos
pedazos rotos me guiaron hasta lo que soy ahora —sentenció con un asonrisa —Me guiaron
hacia ti y definitivamente este dolor que me condena y me lastima, ha sido florecido por una
suerte que no esperaba de mi parte —agaché la mirada tratando de quitar todos los
pensamientos de culpa que nacían con esa confesión, éramos tan parecidas y a la vez tan
distintas, porque yo estaba siendo una cobarde con todas sus palabras, no era capaz de
hacerme cargo del error que había sucedido durante tanto tiempo.

—¿Has vuelto a hablar con tu familia?—pregunté.

—Hablar no creo que sea la mejor forma para decir lo que no quiero hacer con ellos —
contestó —He tenido el infortunio de ver a mi hermana varias veces en este mes, pero no es
algo de lo que realmente valga la pena hablar.

—Lo siento mucho —fue lo único que se me ocurrió decir en aquel


momento.

—La vida nos jode una manera u otra —aseguró y yo no podía no darle la razón porque la
tenía con creces —Lo importante es que pasemos página.
—No —contesté frunciendo el ceño —Pasar página no es la mejor opción en ciertas ocasiones

insideofmysoul
—suspiré ante el hecho de que estaba dando consejos que ni siquiera yo era capaz de seguir,
definitivamente era mucho más fácil guiar a alguien que guiarnos a nosotros mismos a seguir
nuestros propios consejos —A veces lo mejor que puedes hacer es afrontar esa parte de la
historia y vivirla para poder seguir al capítulo siguiente, sin saltarse partes —dije —No has
considerado —comenté tratando de intentar cambiar aquel panorama tan triste que invadía su
mirada.

—No lo haré —refutó —Mi vida está bien sin meter aquel tema como el principal patrón de
una herida que aún no sana —asentí sin más.

—Tal vez esa herida sea capaz de sanar si logras hablar con ellos en buenos términos —le
susurré dulcemente pero solo encontré su negatividad.

—No lo haré —volvió a refutar —Ellos son la parte de mi existencia que me encantaría olvidar
pero no puedo —ninguna de las dos dijo nada más después de eso porque no sabíamos como
darle rumbo a la conversación, sin embargo, yo me acerqué a besar su cabello antes de saber
que no se podía vivir con esa herida por siempre.

—Cerrar los ojos no va a cambiar nada, nada va a desaparecer simplemente por no ver lo
que está pasando—afirmé.
—Ese beso que tus labios evoca son capaces de abrir heridas que jamás han sido expuestas y
a la vez pueden calmar esas mismas mareas que se atreven a descubrir esa herida profunda
—dijo cambiando de tema y supe que no era nadie para invadir aquel estadio de su alma que
ella deseaba ocultar y nunca sacar a la luz.

—No puedo convencerte de algo que no desees —aseveré suspirando —Pero quiero que sepas
que no importa cuál sea tu decisión, siempre voy a estar aquí y te elegiré a ti —mis manos
tomaron las de ella enlazándolas en un sentido único—Ese beso de tu boca que se atreve a ir
a lo más profundo de mi alma es el mismo que se escapó de tus labios y se metió en mi
cabeza—contesté dejándome llevar por todas las emociones acumuladas que nacían en mi
piel solo al tenerla cerca. —Es el mismo que en mis sueños aparece cuando las penas me
acechan, es mi mayor condena y a la vez es el que me da el pase al cielo.
Sí, el egoísmo y la mentira van entrelazadas porque no importa cuántas veces nos repitamos
de que está mal, la mentira jamás dejan nuestra alma imperfectamente humana y nos
sumerge en un mar de acontecimientos que ni siquiera somos capaces de controlar pero nos
tiramos a él con la esperanza de que en algún momento se nos dé un tipo de salvavidas que
nos ayude a salir de él.
Lastimosamente, rara vez aparece ese salvavidas y solo te hundes más de lo que eres capaz
de permitir a tus pulmones y te ahogas en el mismísimo mar sin sentido de la vida.

He vuelto luego de varios días ausentes, espero que hayan tenido un bonito comienzo del año
y que todos sus deseos y propuestas se realicen aunque no se necesita de un cambio de año
para poder darnos cuenta de lo que necesitamos cambiar ó lo que queremos alcanzar , así
que ánimos y atrevánse a cumplir todas sus metas :D
De mentiras, descubrimientos y otras confesiones parte 2 Los Angeles, 1947
Lauren
—¿Por qué no puedo ir en pijama donde Aiden?—me preguntó por milésima vez Noe mientras
se negaba a moverse de la cama sino aceptaba que ella fuera en pijama a la casa de Aiden,
yo solo rodé los ojos ante su pregunta antes de poner sobre la cama el vestido azul que había
arreglado para que ella se pusiera hoy.
Llevaba toda la semana pensando y dudando si esto era lo correcto, sin embargo, ya había
llegado la noche en la cuál ambos habíamos quedado de acuerdo en cenar y ya no podía
rechazarlo aunque así deseara, la verdad es que estaba poco y nada interesada en aquella
insideofmysoul
salida, pero tampoco podía negarme siempre que él me invitaba a salir, no podía hacerle eso
siempre a través de excusas que ni que a mí me convencían así que a pesar de cualquier
negatividad de mi parte finalmente estaba a viernes y a unos minutos de salir a su casa para
cenar.

—Porque no puedes salir a la calle en pijama Noelle, así que ya es hora que te vistas —sugerí
frunciendo el ceño esperando que ella se moviera de la cama, no obstante, solo se cruzó de
brazos demostrando su negatividad a realizar aquella simple orden de vestirse.

—Pero ¿por qué tengo que ir con vestido si Aiden me ha visto en pijama?—refutó suspirando
como si fuera el mejor argumento que tenía a su disposición —No necesito impresionarlo,
porque él ya me conoce—aseveró y aunque estaba riéndome por dentro por los argumentos
que ella daba para defender su postura de ir en pijama, era una locura aceptar que saliera en
medio de la noche con pijama así que solo esperé que ella terminara de dar su comentario al
respecto para poder opinar sobre ello.

—A mi también y yo no voy en pijama —respondí mientras me acercaba a ella para depositar


un pequeño beso en su cabello rubio, Noe no dijo nada solo frunció aún más el ceño de esa
forma tan divertida que siempre me sacaba una sonrisa porque solo la hacía lucir más
adorable de lo que ya era y solo hacía que naciera en mí unas ganas inmensas de comerla a
besos.

—Sí, pero él quiere conquistarte y es algo diferente —contestó segura de su argumento y yo


solo ladeé la cabeza divertida porque solo a ella se le ocurría esas ideas de emparajarme con
la persona que encontrase, sino era Aiden, era Camila lo cuál solo podía sacarme un par de
sonrisas porque ambos eran más que imposible. Pero en el mundo de Noe ambos estaban tan
disponibles como si fuera tan fácil como estar juntos y ser felices por siempre, a veces
envidiaba que ella pudiera
ver el mundo con esa inocencia que lastimosamente no era parte de la rutina de los adultos,
me encantaba la forma en que su mirada podía ver con ternura y emoción hasta la más
mínima fantasía que en el mundo que nos rodeaba no existía y eran imposibles así que
trataba de no romper sus ilusiones con la dura y cruenta realidad porque deseaba que esa
visión del mundo jamás se fuera de sus ojos aunque fuera algo inevitable al igual que el
hecho de que iba a crecer algún día y se daría cuenta de como gira todo los que nos rodea,
se daría cuenta de la crueldad y la maldad que hay en los corazones de las personas, se daría
cuenta de que a veces la realidad no tiene nada que ver con sus fantasías, y cuando eso pase
defintiviamente será uno de los momentos más tristes de todos, ya que será el momento en
que el mundo gane un adulto y pierda una ilusión.

—¿De dónde sacas tantas ideas?—pregunté sin poder aguantar las risas que me producían
sus argumentos, Noe me miró por unos segundos antes de volver a fruncir el ceño pero ésta
vez estaba más enojada porque me estaba riendo así que decidí parar con ello —Aiden no
quiere conquistarme y tú tienes que vestirte—comenté tratando de levantarla de la cama
pero ella se negaba a moverse por lo cuál solo suspiré tratando de pensar cómo podía
convencerla de que tenía que vestirse.

—Tengo seis— sentenció mostrándome seis de sus dedos con las palmas de su mano y yo
sonreí ante ello, ya que sabía a la perfección que tenía seis y que en diciembre mi bebé
cumpliría siete —no soy una bebé para no darme cuenta como Aiden te ve, mami—suspiré
ante el hecho de que esa misma niña ciertamente ya no era un bebé y que era más despierta
de lo que muchas veces podía controlar, por lo cuál no era extraño que me sorprendiera con
sus respuesta porque a pesar de que miraba al mundo con una inocencia única, también era

insideofmysoul
capaz de darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

—¿Me ve?—pregunté enarcando la ceja sin entender a que se refería y Noe solo suspiró ante
ello como si estuviera cansada de explicármelo.

—Sí y como suspira todo el día por ti —respondió sorprendiéndome totalmente porque era
algo que yo había notado hace mucho pero no esperaba que ella lo hiciera —él está
enamorado de ti mami —quise asentir ante su respuesta porque ya lo sabía, no era necesario
que me lo repitiera ya que era la cosa más obvia del mundo, no obstante, no lo hice ya que el
problema estaba en aceptar que me dolía no poder ser recíproca con aquel sentimiento.

—Claro que no —bufé utilizando la negación para que ella dejara de tocar un tema que
lograba incomodarme de sobremanera —Somos amigos
solamente, nada más —aseguré pero nada de eso podía convencer a alguien tan perpicaz
como Noe así que ella solamente me miró enojada porque le estaba dando la contra en algo
que era obvio para ambas, mordí mi labio sin saber realmente que decirle así que proseguí a
cambiar de tema y seguir con el tema de que debía cambiarse de ropa —Así que a vestirse
señorita—sentencié por milésima vez mientras sus ojos azules me miraban tratando de decir
algo que yo aún no lograba descifrar hasta que pude ver como adquirían ese tono de duda
que siempre nacía al tratar de hacerle entender sobre mi nula vida amorosa, pero que ella se
encargaba de pintar aunque no existiera nadie en mi vida más allá que ella.

—¿Tú y la princesa Camz también son amigas?—preguntó enarcando la ceja y aunque no


entendía la razón de su pregunta me limité a asentir porque era la verdad, Camila y yo
éramos amigas.

—Claro que sí —dije con una sonrisa al recordar a la castaña, llevaba varios días sin verla y
aún así tenía el mismo efecto en mí escuchar su nombre, tenía que aceptar que no podía
quitármela de la cabeza aunque así lo deseara y que muchas veces tenía esa necesidad de
pasar días enteros hablando con ella, era quizás la forma de amistad más rara que había
vivido pero aún así me encantaba su forma tan extraña y única que se mostraba.

Ninguna de las dos pedía más allá que la compañía de la otra, a veces el silencio se
encargaba de envolvernos en su manta, sin embargo, la incomodidad jamás era parte de
nosotras como si las palabras no fueran necesarias entre nosotras y solo con miradas
fuéramos capaces de revelar todos los secretos que se encargaban de quitarnos suspiros de
vida, eso era quizás lo que más me gustaba de ella; la persona en quién me convertía a su
lado, era como si ella fuera capaz de transformar a esa chica que no creía en nada y nadie en
quién había sido hace mucho tiempo atrás.
—Amor, no quiero una relación con nadie ¿bien?—respondí bufando tratando de no retomar el
tema que me había mencionado toda la semana y que era el hecho de que Camila era
demasiado bonita e interesante y por eso podíamos estar juntas. En un principio solo me reí
ante la idea porque sonaba absurda en todos sus sentidos y solo lo dejé como una fantasía de
una niña, no obstante, después de escucharlo durante toda una semana, estaba preocupada
de que mi hija realmente pensara que entre aquella actriz y yo podía haber algo más que una
amistad que cada vez comenzaba a crecer más, aunque me doliera decirle que no, tenía que
aclararle que ese tipo de relaciones no eran posibles entre nosotras dos principalmente por el
hecho de que ninguna de las dos sentíamos algo más allá que un simple cariño de amigas —
No estoy enamorada de nadie ni de Aiden ni menos de Camila—recalqué intentando cesar el
tema que había ocupado su mente durante días, hasta había intentado convencerla de que
saliéramos juntas esta semana, sin embargo, eso no
fue posible ya que la agenda de esa castaña estaba ocupada durante las siguientes tres
semanas.

insideofmysoul
—¿Por qué no?—me preguntó seria —Ella es muy guapa y también inteligente y —no dejé que
ella continuara porque era mejor detener las ideas que se estaban creando en su cabeza,
ideas que no tenían ningún tipo de relación con la realidad.

—Vaya pensaba que apoyabas a Aiden—respondí algo sorprendida por la forma en que había
adquirido de defender a Camila cada vez que hablábamos de ella, llevaba mucho tiempo sin
ver ese tipo de actitud de Noe y no dejaba de sorprenderme porque ella no solía defender a
las personas que apenas conocía.

—Lo hago —sugirió —Pero pasas más con ella que con él y te ves más feliz desde que la
conoces—sonreí ante su comentario porque tenía que aceptar que era cierto, llevaba tanto
tiempo sin sentirme de esa manera donde la felicidad era un estadío más permanente en mi
vida, podía decir que era un poco por la estabilidad en mi vida pero aunque no quisiera
aceptarlo, Camila era parte fundamental de esa nueva forma de ver al mundo, ella era la
culpable de que las tormentas no sean una razón por la cuál necesites ocultarte sino más bien
era la razón por la cuál te quedabas viendo como las gotas caían a tu alrededor y eras capaz
de bailar al son que ellas imponían.

—Noe, el amor no funciona como en los cuentos de hadas —le susurré acariciando su cabello
tratando de ser lo menos "adulta" posible, odiaba ese momento de la vida donde no podía ser
parte de las fantasías que nacían en su cabeza y tenía que mostrarle el mundo tal cuál era —
A veces un par de miradas, varias conversaciones y pasarlo bien no tiene nada que ver con
estar enamorado
—respondí mientras ella seguía mirándome confundida.

—¿Por qué?—volvió a preguntar —Si las personas nacen para juntarse como tú dices,
entonces ¿por qué no necesitarían de eso para amarse?—suspiré porque no se me ocurrió
ninguna respuesta para responder a aquella pregunta, aunque no quisiera aceptarlo, mi hija
me estaba quitando argumentos y me estaba ganando en el tema.

—Porque no es necesario que tengamos una relación para demostrar ese amor — respondí
intentando convencerla pero ella aún seguía mirándome contrariada—Podemos ser amigos y
querernos, el amor no es solo por estar enamorado—después de esto, ambas nos quedamos
en silencio sin saber realmente que decir.
—¿Por qué los adultos son tan difíciles de entender?—me preguntó finalmente sin dejar de
fruncir el ceño y me quedé callada porque era la misma pregunta que me hacía desde
siempre, no entendía como el mundo adulto era mucho más difícil que la visión llena de
inocencia de un niño, sin embargo,sabía a la perfección que la vida era la principal causante
de ese cambio de perspectiva, ya que le quitaba esos suspiros radiantes de vida para
transformarlos a la frialdad con la cuál muchas veces el destino se presentaba en nuestras
vidas.

—Porque somos quienes ponen el orden, así que ya es hora de vestirse mi amor —contesté
dándole punto final a la conversación.

—Sino quieres estar con Camz ,Aiden es muy lindo y te quiere mucho, ¿qué necesitas para
amarlo?— rodé los ojos ante su insistencia, sin embargo, seguí escuchando cada palara que
me decía—Si tú me lo dices puedo decírselo y así ahorramos el camino del amor — sugirió
encogiéndose de hombros y antes de que pudiera decir algo, me encontré con la mirada
divertida de Mani cruzada de brazos mientras ladeaba la cabeza riendo por la discusión que

insideofmysoul
estaba teniendo con mi hija de seis años.

—Seis años y da mejores respuestas que tú —comentó antes de que Noe se tirara en sus
brazos como siempre hacía cuando llegaba a casa, yo solo rodé los ojos porque ambas
estaban a la defensiva de sus ideas. Mani no tardó en irradiar una sonrisa única al tomar a
Noe entre sus brazos.

—Tía Mani llegaste — mencionió la pequeña ojiazul sin dejar de envolver a mi amiga entre
sus pequeños brazos que envolvían todo el cuello de la morena.

—No me des tanto apoyo que te puedes cansar —respondí irónicamente ante la morena
aunque realmente no estaba enojada ni tampoco tenía algo que decir más allá que siempre
me quedaba embobada viendo como una de mis mejores amigas y una de las personas más
importantes de mi vida amaba como a nadie a Noe y le entregaba todo el amor del mundo.

—Pero si tiene razón —contestó entre risas mientras comenzaba a besar el cabello de Noe y
ella recostaba su cabeza en el hombro de Mani —Solo estás alargando el camino más de lo
que debería ser —suspiré ante ello sin saber que decir para defenderme.

—No voy a hablar sobre eso en este momento y me ayudaría más que convencieras a Noe de
no salir en pijama —Mani miró divertida a Noe antes de devolverla a la cama mientras ella se
cruzaba de brazos nuevamente.
—Bien —sentenció —Noe no puedes salir en pijama—comentó
—¿complacida? —me dijo mirándome irónicamente y yo la fulminé con la mirada por el apoyo
que tenía de su parte, no obstante, Noe no tardó en refutar ante aquella orden.

discusión.
—Pero ¿por qué?.
—Porque soy tu madre y fin de la historia —respondí cansada por la

—Yo soy tu hija y quién se va a poner el vestido así que tengo derecho a elegir si ponérmelo
ó no —abrí mis ojos impresionada porque no se cansaba de seguir con la discusión de que no
podía llevar el pijama.

—Esperé años para escuchar esto —aseveró Mani —Noe tiene mejores argumentos que tú
¿quién lo diría?.
—Mani —le regañé esperando que se pusiera de mi parte y no de mi hija que intentaba
ganarme la pelea y lo estaba haciendo.

—Bien —respondió antes de acercarse a la pequeña ojiazul y acariciar sus mejillas —Oye
ricitos de oro ¿por qué no quieres ponerte el vestido que te tiene Lauren?—mi hija la vio con
su cara de puchero y yo solo rodé los ojos porque estaba acostumbrada a que ella utilizara el
mismo tipo de manipulación para conseguir lo que ella quería.

—Porque me gusta andar en pijama y es un tipo de ropa.

—¿A quién no le gusta andar en pijama?—preguntó la morena divertida antes de suspirar al

insideofmysoul
mirarme—Pero tu madre tiene razón y tienes que vestirte pequeño desastre—respondió
revolviendo el cabello rubio d emi hija pero ella no se inmutó de ninguna manera —Ya sé
hagamos un trato, te doy un chocolate si te vistes.
—¿Uno entero?—preguntó entusiasmada y pude ver como sus ojos azules tomaban ese brillo
embelesador que me encantaba con el simple hecho de escuchar la palabra chocolate.

—Sí —aseveró Mani —Mañana mismo te lo doy si te vistes—Noe me miró por unos segundos
antes de volver a ver a Mani sin creer lo que le estaba diciendo hasta que finalmente asintió a
ello.

—Puede ser—contestó encogiéndose de hombros.


—¿Puede ser?—preguntó enarcando la ceja —Es la mejor oferta que vas a tener, me
sorprendes —refutó.
—¿Puedo elegir algo más?.
—Noelle es una orden no es para que lo discutas, irás a vestirte y punto final—refuté
cansada, ya que llevaba casi media hora con la misma discusión y sin obtener ningún
resultado, sin embargo, Mani me fulminó con la mirada por mi respuesta y se limitó a volver
a tener la atención de Noe.

—Déjala hablar —fue lo único que dijo antes de mirarla con una sonrisa comprensiva y quitar
algunos mechones dorados que caían en su rostro —¿Qué más quieres ricitos de oro?—
preguntó animada antes de que mi hija se tirara a sus brazos con toda la emoción del mundo.

—Una lluvia de besos —le susurróa al oído de la forma tan común que ella tenía en donde
todo el mundo podía escuchar sus secretos, la miré con la mayor ternura del mundo ante ello
y me sentí mal por haberla regañado cuando su deseo estaba cargado de inocencia y amor —
Como éste—contestó mientras depositaba varios besos en la frente de Mani y ella irradiaba
una sonrisa única de esas que llevábamos seis años produciendo solo por Noe.

—¿Ah sí?—preguntó entusiasmada haciéndole cosquillas por todas partes a la pequeña rubia
quién no tardó en chillar emocionada por ello —¿te gusta éste?—contestó comenzando a
llenar su rostro de besos a lo cuál Noe respondía arrugando la nariz entre risas —¿ó éste?—
agregó sin dejar de besar el pequeño rostro de Noe mientras la sostenía entre sus brazos
para que no se escapara, esos momentos tan simples de la vida eran los que me animaban a
seguir adelante todos los días, era cierto que no podíamos tener nada de valor y que muchas
suertes ese nada nos dejaba al borde la preocupación, pero aun así éramos una familia
nosotras cuatro y eso nada ni nadie podía ser capaz de destruirlo porque nos unían vínculos
más allá de los consanguíneos, nos unía un amor puro que demostrábamos desde siempre y
que jamás se iría de nuestras vidas a pesar de que el tiempo vertiera su efecto desolador
como siempre lo hacía.

—Sí, así —gritó emocionada mientras Mani no dejaba de besarla por todas partes hasta que
se apartó de ella para volver a respirar.

—Vale te daré una lluvia de besos pero después que te vistas


¿trato?—Noe la miró con una sonrisa antes de asentir y bajarse de la cama para ir al baño
tomando el vestido azul que estaba sobre la cama desde que comenzó la discusión.
—Trato — sentenció ofreciéndome esa sonrisa triunfadora que siempre ponía cuando ganaba
puntos extras con Mani ó Dinah, era tan rutinario para ella ganarse nuestros corazones con
simples gestos que no dudaba en utilizar aquel don que tenía para aprovecharse del
momento. Yo me limité a besar su cabello antes de sonreírle de vuelta.

insideofmysoul
—¿Y yo no voy a tener una lluvia de besos?—pregunté haciendo puchero antes de acercarme
a Mani y abrazarla, llevaba muchos días viéndola solo en las noches cuando regresaba de
trabajar totalmente cansada y donde solo pensaba en acostarse para levantarse al día
siguiente así que no dudé en aprovechar aquellos minutos para demostrarle todo el afecto
que sentía por ella, porque aquella morena era parte de mi todo desde siempre.

—¿Qué hiciste para ganártelos?—me preguntó enarcando la ceja y yo reí por su pregunta
antes de encogerme de hombros.

—Yo siempre los merezco—refuté en el mismo tono que Noe ponía cuando estaba orgullosa
de una respuesta.

—Tienes razón —sentenció antes de abrazarme y comenzar a besar mi cabello dejando esa
sensación de protección que tenía siempre entre sus brazos, era increíble como una persona
podía ofrecerte aquello sin querer nada a cambio, a eso se le llamaba amor y yo lo obtenía
todos los días de diversas personas, lo cuál me hacía sentir aún más afortunada de lo que ya
era —Noe es increíble, tiene seis años y sabe manejar a cualquiera con su dulzura y sus
argumentos —me susurró al oído con una sonrisa y yo suspiré dándole la razón porque no
había nada que discutir sobre ello, Noe era demasiado inteligente para solo tener seis años y
sabía como convencer a cualquier persona lo cuál me parecía increíble viniendo de una niña
que no se apartaba de mí ni un segundo pero aún así era capaz de obtener lo que ella
deseaba sin siquiera mover un dedo —Espera que tenga un par de años más y podrá sacar
las mejores respuestas del mundo —noté el brillo natural que tenía Mani al hablar de Noe, era
el mismo que yo tenía porque era orgullo propio del trabajo que habíamos hecho para poder
cuidarla, todos los años que tuvimos que pasar a duras penas se veían refractados en aquella
pequeña rubia que sin dudas se ganó nuestro corazón desde la primera vez que la vimos ó
desde mucho antes, tal vez desde que supe que ella estaba creciendo dentro de mí.

—Es culpa tuya y de Dinah —respondí irónicamente antes de sonreír porque amaba estos
pequeños momentos del día donde no había nada más que conversaciones sin importancia
pero que nos ayudaban a mantenernos en el día. —Por cierto ¿dónde está?—pregunté
preocupada porque hoy salía temprano y aún así no la había visto en
lo que iba de la noche.

—Vendrá pronto, dijo que traería algo para desayunar —contestó sentándose en el borde de
la cama lo cuál yo también hice recostando mi cabeza en su hombro —Pero no cambies el
tema—fruncí el ceño ante su comentario y la miré extrañada.

—¿Qué tema?—pregunté y Mani solo ladeó la cabeza.

—Que hoy al fin decidiste salir con Aiden —contestó y yo solo resoplé cansada porque
esperaba que ella viniera a sacar el tema al igual que Dinah lo había hecho ayer ante la
posibilidad de decirle que no quería ir.

—Enserio vamos a tener esta conversación?—pregunté aburrida.

—No—aseveró besando mi frente —Es necesaria esta conversación—sugirió señalándome —


Aiden es un chico increíble, es guapo y está loco por ti—suspiré porque eran las mismas
cosas que me hacían dudar al momento de haber aceptado salir con él porque no merecía

insideofmysoul
una decepción de ese tipo —¿Por qué no lo puedes aceptar?—me preguntó seria y yo me
limité a volver a suspirar tratando de buscar respuestas en mi boca.

—No es que no lo acepte Mani —contesté jugando nerviosa con mis manos al no tener ni la
más mínima idea de que contestar —No soy ciega y sé perfectamente lo que Aiden siente, el
problema está en que yo no siento lo mismo y no me gustaría hacerle ilusiones de algo que
no va a pasar.

—Si es por la persona de siempre no quiero hablar más sobre eso


—refutó enojada pero por primera vez esto no tenía nada que ver con el hombre que se
suponía era el padre de Noe, de hecho llevaba tanto tiempo sin pensar en él que hasta a mí
me sorprendía aquello, no obstante, solo pude negar con la cabeza frente a su respuesta.

—No es sobre nadie Mani, es solo que no me gusta Aiden


—argumenté —No lo veo más allá que un gran amigo, además me va mejor sola
—respondí —No necesito a nadie más que ustedes en mi vida — susurré abrazándome a ella
y Mani sonrío antes de despegarme de su cuerpo enarcando la ceja.

—Estás mintiendo —me dijo frunciendo el ceño y yo la miré sin creer lo que me estaba
diciendo.
—¿Qué?.
—No soy tonta Lauren , te he notado distinta desde hace un par de semanas y llevaba mucho
tiempo sin verte así —seguí sin decir nada frente a ello porque no sabía que decir —¿A quién
ocultas?—preguntó nuevamente.

—A nadie—dije frustrada —¿Por qué todos creen que todo tiene que estar relacionar con
fijarse en alguien?—pregunté llena de frustración ante las constantes preguntas que me
llegaban de todas las personas posibles —Solo estoy feliz porque por primera vez no tengo
que preocuparme sobre que pasará al final del mes —Mani me miró por unos segundos
tratando de buscar algo en mi rostro hasta que finalmente su pregunta me dejó atónita.

—¿Cómo está la actriz?—preguntó.


—¿Quién?— la morena rió ante ello pero sinceramente yo no sabía a quién se estaba
refiriendo.

—La chica de la cuál Noe no puede dejar de hablar.


—¿Camila?—pregunté sintiendo como mis mejillas quemaban solo por pronunciar su nombre
—Supongo que bien—respondió encogiéndome de hombros mientras Mani miraba satisfecha
ante mis respuestas.

—Lo sabía — aseveró con una sonrisa.

—¿Qué cosa?—pregunté más confundida que en un principio.

—Ese brillo que siempre pones al mencionarla —rodé los ojos ante su insistencia porque yo
no podía notar ningún tipo de diferencia —Sabía que no eran ideas mías —concretó alegre
antes de mostrar una sonrisa aún más profunda que la anterio dejándome totalmente
indefensa ante sus actos—¿Te gusta?—preguntó y yo abrí los ojos sorprendida por esa
pregunta sintiendo como mi garganta quemaba ante ello, era imposible que me gustara, tal
vez era solo el hecho de que ella era realmente una persona increíble pero no me podía

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gustar de esa forma por el simple hecho de que no era correcto.

—¿Qué locura nueva has inventado?— refuté sorprendida—Claro que no me gusta Camz —me
mordí la lengua al escuchar mis propias palabras que me hacían culparme de un crimen que
aún no lograba cometer —Camila, solo somos amigas y nada más —sinceramente en aquel
momento hasta yo misma puse en duda la palabra amiga porque era extraño y sin sentido
alguno lo que sentía a su lado, sin embargo, no quise indagar más en el tema.
—Ajam —contestó irónicamente —Cuéntame más sobre tu amiga—dijo recalcando la palabra
amiga y yo me limité a bufar porque estaba cansada de las mismas preguntas de siempre.

—Eres insoportable —contesté cruzándome de brazos.

—Y así me amas —suspiré porque tenía razón, no podía hacer nada contra el hecho de que la
amaba.

—Créeme que eso es lo peor —sentencié alejándome, no obstante, Mani no tardó en tomar
mi mano y mirarme con la ternura que ella destellaba siempre.

—Ven aquí —dijo mientras rompía la distancia que había impuesto entre nosotras sin ningún
tipo de salida acepté aquello y volví a sentarme a su lado
—No me importa si decides rehacer tu vida con Aiden con Camila ó con quién se aparezca en
tu camino, solo quiero que seas feliz —fundamentó mientras acariciaba mi mejilla —Te lo
mereces más que nadie que conozco —una sonrisa eterna se formó en mis labios al escuchar
aquello y como unas simples palabras eran capaces de llenar mi corazón hasta lo más
profundo —No dejes ir a tu felicidad próxima por hacerte la fuerte que no necesita a nadie,
todos necesitamos a alguien y si somos afortunados de encontrar a ese alguien entonces no
podemos dejarlo ir.
—Cuando aparezca alguien, créeme que serás la primera en saber—refuté cansada —Pero por
ahora no hay nadie Mani.

—Está bien —susurró sacando un mechón de mi cabello para ponerlo detrás de mi oreja y no
dudó en abrazarme — Te quiero —asentí dejando que todo el sentimentalismo surgiera en
nuestra piel como siempre solía hacer —Tú , Dinah y Noe son mi todo —suspiré embelesada
ante sus palabras —Jamás lo olvides
—Mani no tardó en besar mi frente mientras yo me dejaba querer de la forma tan única que
ella tenía para mostrar ese sentimiento que ambas sentíamos.

—No podría porque siento lo mismo —respondí acariciando su cabello —¿Cómo estás?,
llevamos mucho tiempo sin tener esas largas conversaciones—Mani me miró con ternura
antes de sonreír por ello.

—El día es demasiado corto para nosotras —ambas suspiramos porque era cierto, a veces el
día se mostraba como un suspiro que nunca tenía consideración con nosotras.

—Lo sé —acepté antes de mirar como los ojos de Mani perdían aquel brillo del cuál se habían
apoderado hace unos minutos atrás —¿Tengo que
enterarme de algo?—pregunté sabiendo que había algo raro en su mirada y la morena se
limitó a negar algo frustrada.

—Estoy bien Lauren —refutó dejándome aún más preocupada que antes —Enserio lo estoy —

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suspiré esperando que ella siguiera con la conversación porque había aprendido en todos los
años que llevaba a su lado de que no era necesario atestarla de preguntas ya que ella no las
contestaría sino se sentía segura así que me limité a abrazarla mientras acariciaba su
espalda—Es solo que a veces me duele resignarme que el mundo no va a cambiar aunque
nos esforcemos por ello—sentí como cada palabra que salió de su boca le dolieron en lo más
profundo de su ser de tal forma que no dudaron en atravesarme como cuchillas afiladas que
no sabía como quitarlas de mi pecho.

—¿Sucedió algo?—pregunté tratando de no sobrereaccionar debido a que ya me estaba


preocupando lo que ella no me quería decir, sabía que era riesgoso lo que estaba haciendo y
la sola idea de que estuviera en peligro me sacaba de quicio.

—Hace unos días quemaron la casa de Frank —relató sin ni siquiera mirarme y yo la miré
horrorizada ante ello porque le conocía, era amigo de Mani y lo había visto muchas veces de
regreso a su casa que solo quedaba a unas cuántas calles de aquí, habíamos tenido un par de
conversaciones, era agradable pero no había tenido una relación cercan a él. Sin embargo, no
era necesario tener una relación cercana como para impresionarme de la crueldad que podía
adquirir el mundo contra las personas que eran diferentes. —Fue horirble y sabes ¿cuál es la
razón de ello?—las palabras se atragantaron antes de siquiera poder ser pronunciadas porque
me imaginaba la razón, era la misma por la cuál existían esas leyes que no tenían ningún tipo
de argumento más allá que demostrar lo detestable que era el ser humano —Querer nuestros
derechos básicos —sentenció frustrada y yo no tardé en tratar de encerrarla entre mis brazos
por miedo de que se fuera, tenía al miedo siendo parte de cada centímetro de mi ser ante la
idea de que algo podía sucederle, sinceramente no podía ni llegar a imaginar como podía ser
mi vida sin ella así que no tardé en tratar de no llorar por ello y solo protegerla entre mis
brazos frente a las injusticias que acarreaban la rutina diaria.

—Lo siento mucho Mani—fue lo único que pude decir mientras el silencio nos consumía a
ambas —Pero no es el mundo, somos nosotros, los humanos que nos encargamos de sembrar
odio entre nosotros —contesté tratando de no soltarla de mis brazos —A veces es tan injusto
todo —nuestras miradas chocaron y lo único que podía preguntarme es cómo podía ser capaz
de odiar a alguien que me miraba de esa manera, eran personas como todo el mundo, ¿qué
diferencia podía
haber por tener un tono de piel distinto?, no podía entender la lógica con la cuál actuábamos
porque para mí nunca habría una diferencia por las características de alguien ya que eso no
representaba a esa persona solo era una parte de él y era la parte que menos me interesaba.

—¿A veces?—me preguntó riendo irónicamente lo cuál solo hizo que doliera aún más la
conversación —Diría siempre —aseveró enojada y yo entendía su reacción, realmente lo hacía
pero también sabía que nunca podría entenderlo del todo porque no era parte de la injusticia
que se impartía solo por ser alguien de distinto color —Sin embargo, lo peor es saber que es
mejor resignarse porque tienes mucho que perder —concretó empuñando sus manos dejando
que la frustración fuera palpable entre nosotras —No me perdonaría que les sucediese algo
por querer cambiar el mundo cuando no se puede — sentenció lo cuál me dejó totalmente
sorprendida porque no me lo esperaba de su parte—Jamás las expondría a algo así
—finalizó bajando la mirada mientras yo intentaba creer lo que me estaba diciendo pero se
me hacía difícil creer que Mani había dejado eso de lado y finalmente se había rendido ante la
presión que luchar contra el mundo acarreaba.

—¿Lo dejaste?—pregunté impresionada y ella asintió.

—Sí —respondió totalmente avergonzada ante aquella aceptación


—Puedo ser una cobarde pero no hay nada que valga tanto como para ponerlas en peligro—

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yo negué su comentario porque lo último que ella podía ser era cobarde, yo misma me estaba
arrepintiendo de todas las veces que me había puesto en su contra por querer lo que era
justo, me arrepentía de no haber visto a la persona valiente que estaba detrás de esa
fachada y no dudé en decirle lo orgullosa que estaba de ella.

—No eres ninguna cobarde —respondí mientras Mani me miraba tratando de entender mi
reacción y yo alcé su mirada buscando sus ojos —Eres la persona más valiente que conozco
—contesté tratando de que las palabras salieran de mi boca —Es solo que a veces no se
puede luchar contra el mundo —ambas asentimos a aquello porque no había duda de que
muchas veces solo tenías que desistir porque podías arriesgar más de lo que realmente valía
la pena, esa era la triste realidad que cubría al mundo.

—Lo sé —susurró sin dejar de acobijarse entre mis brazos tratando de buscar algún tipo de
refugio frente a lo que había vivido —¿Crees que algún día todo esto cambie?—preguntó y yo
no supe que decir porque había sido tantas veces testigo de como el odio podía apoderarse
sin ningún tipo de razonamiento frente a los hombres que ocupábamos el planeta, pero tenía
la leve esperanza de que en un futuro próximo si lograra ser distinto.
—Tal vez no ahora, pero te puedo asegurar que al menos en estos reducidos metros
cuadrados todo es distinto —contesté acariciando su mejilla porque era cierto, ya que Noe y
yo veíamos el mundo de una manera tan distinta a la que tenía todo el mundo y no nos
importaba aquel detalle tan insignificante que era el color de la piel —Yo te amo y Noe lo
hace aún más, así que nosotras somos parte del cambio —sentencié con una sonrisa —A
veces esos pequeños detalles son capaces de cambiar el mundo —Mani no tardó en llorar
entre mis brazos y yo solo me limité a dejar que todo el amor que sentía hacia ella se
reflejara en mis actos.

—Te adoro ¿lo sabes?—me dijo sin dejar de abrazarme y yo besé su cabello porque lo sabía
ya que era lo mismo que yo sentía cada vez que la veía.

—Yo más —susurré dejando que el cariño se transformara en el aire que respirábamos hasta
que pude ver como Noe estaba saltando en la cama para acercarse a nosotras y no dudó en
colgarse de mi cuello mientras dejaba besos en mi mejilla, Mani secó sus lágrimas antes de
intentar sonreír frente a la pequeña rubia
—Al fin saliste copito de nieve —contesté cambiando de tema a lo cuál Noe asintió
sentándose a mi lado —Te ves hermosa amor — acaricié las mejillas sonrosadas de mi hija
antes de que ella se acercara a Mani para recostar su cabeza en su hombro pidiendo los
besos que la morena le debía, yo sonreí llena de ternura ante ello porque sabía que era
también lo que Mani necesitaba en aquel momento.

—Yo quiero mi lluvia de besitos —sugirió con esa vocecita tan adorable que aún tenía, Mani
enarcó la ceja riendo por ello antes de recostarla en la cama y comenzar a atacar su rostro
con besos mientras Noe se reía por aquello dejando que toda la tensión que se había hecho
presente hace unos minutos fuera disipada por esos minutos eternos de felicidad.

—Como desees—respondió mientras sus manos se encargaban de llenar de cosquillas el


pequeño cuerpo de Noe hasta que Mani cayó rendida a la cama y mi hija se sentó sin dejar
de reír por ello —¿Son suficientes?—preguntó suspirando y Noe negó con la cabeza divertida.

—No—aseguró antes de mirarme —Pero mami puede terminarlo


—sonreí ante su petición porque no me parecía real que alguien tan pequeño fuera capaz de
iluminar mi vida de la forma en que Noe lo hacía.

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—¿Ah si?— dije antes de acercarme a ella y tomarla entre mis brazos—Ven acá mi copito de
nieve —Noe gritó tratando de que no la atrapara pero todos sus intentos fueron disipados
contra mí y cuando pude tenerla entre mis brazos no dudé en besar su frente con todo el
amor que ella producía en mí —te amo ¿lo sabes?—le pregunté viendo como sus ojos azules
adquirían aquel tono tan hermoso
que me hacía darme cuenta de que mi vida sin ella estaría tan vacía.

—Lo sé y yo aún más —me susurró abrazándome y esa era la mejor medicina del mundo
porque no había nada más perfecto que su amor.

—¿Sí?—pregunté curiosa —¿Cuánto me amas?—le pregunté peinando con mis manos su


cabello y ella me miró arrugando la nariz antes de volver a tirarse a mis brazos.

—Infinito como las estrellas —sentenció con la mayor seguridad del mundo y yo solo podía
desear que aquello siempre fuera una verdad absoluta.

—¿Y a tía Mani?—pregunté mirando a la morena que se encontraba tirada en la cama, Noe la
miró con una sonrisa antes de volver a responder lo mismo.

—También de la misma forma y a tía Dinah —argumentó con una felicidad que estaba segura
que podía ser capaz de llenar nuestros corazones de un amor infinito, Mani no tardó en
suspirar antes de golpear con su dedo índice la nariz de Noe.

—Ya tienen que irse —sugirió con una sonrisa que sabía a la perfección que era totalmente
verdadera —De seguro Aiden piensa que ya lo abandonaste —asentí ante ello aunque no
deseaba dejarla sola esta noche, sin embargo, no tardé en levantarme con Noe entre mis
brazos antes de acercarme a ella y abrazarla de la forma más pura que conocía.

—Te quiero , nunca lo olvides ¿eh?—le susurré acomodando un mechón de su cabello y Noe
no tardó en regresarle un par de besos que ella había depositado hace poco como pago.

—No podría —fue lo único que dijo y yo sabía que era cierto porque yo tampoco podría dudar
que esto era real.

Lo siento por el retraso pero en mi casa está mi familia que no veo hace años así que no
tengo tiempo ni para respirar, me falta la mitad de la primera parte así que la subiré apenas
tenga tiempo.

Lindo día.
Capítulo 21: You are in love

It's too hard to sleep


I got the sheets on the floor, nothing on me
And I can't take it no more, it's a hundred degrees I got one foot out the door, where are the
keys?
The keys that bring me freedom of your heart (the keys, flies on

insideofmysoul
the wall)
Lauren

—Creo que quedaría mejor con un solo de tu parte Zac —sugerí jugando con el cable del
micrófono mientras no dejaba de tararear en mi cabeza la nueva canción que estábamos
practicando hace un par de días tratando de llevarla más allá que un simple boceto de algo
que podía ser un gran éxito —¿Qué dices?—pregunté mirando como el castaño suspiraba
concentrado tratando de ver los acordes que sonaban en su guitarra hasta que con una
sonrisa dio su aprobación
—Bien—comenté animada —no creo que me necesiten esta noche para más detalles
¿no?—pregunté mientras dejaba el micrófono en su lugar y bajaba del escenario a sabiendas
de que tenía un par de minutos para que llegara Camila, ya que habíamos quedado de
acuerdo en ir a cenar a un restaurant que quedaba a solo unas calles más abajo de su
departamento, por lo cuál quería quedarme totalmente libre esta noche sin tener el estrés de
no tener todos los detalles de la canción lista.

—¿Vas a salir con Camila?—me preguntó Ty dejando que una sonrisa estúpida se formara en
mis labios solo al escuchar su nombre, finalmente solo asentí ante ello tratando de no
demostrar el estadio al cuál ella era capaz de dejarme solo con escuchar su nombre.
—¿No es obvio?—refutó Zac riendo haciendo que yo rodara los ojos ante su respuesta—solo
pone esa sonrisa estúpida cuando hablan de lo grandiosa que es ó de su novia —musitó entre
risas y yo solo ignoré su comentario porque tenía mejores cosas que hacer que escuchar sus
típicos comentarios que trataban de ser chistes muy malos sobre la relación que tenía con
Camila —Aunque prefiero mil veces ver esa sonrisa tonta que tienes en los labios por una
chica que lo merece como Camila que alguien como Lucy —sugirió finalmente y eso fue lo
que le dio punto final a la conversación porque no estaba de ánimos para poder meterme al
mundo profundo que era desenterrar algo que ya estaba muerto hace mucho tiempo, desde
que Camila y yo habíamos empezado a salir todo era distinto y era increíble como ella podía
ser capaz de convertirme en una mejor persona, eso era lo que más me gustaba de lo que
ella podía producir que pudiese ver el mundo desde otra perspectiva y creo que si las
personas aceptáramos ver más allá de lo que nuestros ojos engañados ante nuestra visión
podían divisar, toda la historia de la humanidad
sería un escenario distinto al que pintan las hojas de los libros, sin embargo, esa no era
nuestra realidad por el simple egocentrismo de creer que nosotros siempre tenemos la razón
y que nuestra visión del mundo es la correcta cuando no existe nada correcto ó totalmente
incorrecto en nuestra vida sino más bien es la suma de pequeños retazos de percepciones e
ideales que acumulamos al pasar los años los cuáles pueden derivarnos a escoger que algo
sea lo más cercano a producir algún tipo de bien.
Camila era parte de la incertidumbre más segura de mi vida, ya que no tenía palabras para
describir lo que ella podía producir en mí, no obstante, había seguridad en tildar de que
cualquier sentimiento y emoción que se ataba a sus acciones y a sus palabras, seguramente
me llevaban a una locura que no parecía nata de mí ó quizás estaba tan profunda que nunca
la había sentido de tal manera que con solo sentir su presencia cerca todo mi cuerpo se
perdía ante aquel váiven de momentos que era estar con ella.

La única explicación que le daba a aquel acontecimiento interestelar donde la fría noche era
capaz de camuflarse entre medio de los brazos del día dejando que ambos se mezclaran en el
aterdecer de nuestras vidas, era el hecho de que estaba más que enamorada de esa mujer y
que no había ninguna forma de dar reversa a todo esto que sentía en el pecho cada mañana
que me levantaba y recordaba alguno de los detalles que envolvían su ser.

Suspiré mientras tomaba mis cosas y salía por la puerta del lugar donde siempre
ensayábamos, había quedado de acuerdo con Camila que la iría a buscar a uno de los
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paraderos que quedaban a solo dos calles de este lugar por lo cuál pude sentir como el calor
que sentía ante los ensayos de más de tres horas se disolvía ante la brisa de un verano que
de a poco estaba dejando de ser el estado presente en la ciudad que nunca dormía y que de a
poco se acoplaba ante el compás de un inminente cambió de estación mucho más frío y que
daba un cálido refugio, ya que Nueva york en verano era un total caos que solo te hacía
deear que esos tres meses de temperaturas que lograban agobiarte simplemente se
desvanecieran ante el inminente frío que traía consigo el otoño y finalmente las temperaturas
descendiendo en el invierno.
Las calles se mostraban desiertas para ser las diez de la noche y aunque me sorprendió no
encontrar personas como todas las noches que comenzaba a notarse que la temperatura se
amoldaba ante el deseo neoyorquino de jamás dormir, seguí caminando con una sonrisa
mientras no dejaba de tararear la nueva canción que había creado y que teníamos planeado
mostrar el viernes ante una pequeña audiencia que me tenía emocionada porque me sentía
orgullosa de aquella canción de una forma que hace mucho tiempo no sentía.

Era una conexión única que sentía ante cada palabra y cada acorde que la canción mostraba
en mi cabeza y que faltaba tan poco para poder reproducirla
de la forma en que había nacido entre medio de una melodía que solo me hacía quedarme
escuchándola con los ojos cerrados mientras todo mi cuerpo sentía como esa canción se
apoderaba de cada centímetro de éste demostrando el poderío que solo una buena canción
podía producir en tu cuerpo cuando ésta se mezclaba como si fuera el oxígeno en tus
pulmones pero lo hacía en tus oídos demostrando que se estaba quedando hasta con tus
pensamientos.
Sin embargo, aquella sensación simplemente fue olvidada cuando noté como la castaña que
podía reconocer en cientos de kilómetros de distancia se encontraba con sus audífonos
puesto mientras su cuerpo reposaba en el letrero de aquel paradero mostrando como estaba
vestida con una simple camiseta negra y unos jeans rasgados que nada de especial tenían,
pero muchas veces lo más simple es lo más cautivador ya que eres capaz de ver a través de
eso que no parece reluciente el verdadero brillo y todos los misterios que tienen ocultos entre
capaz de simpleza que todo el mundo le echaba encima. No pude dejar de sonreír en todo el
camino que hice para cruzar la calle y apenas posé mis brazos sobre su cuello dejando que
éstos la tomaran por sorpresa al igual que mis labios sobre su mejilla rozando con una
candidez que me encantaba de una forma que no parecía real.

Camila se sonrojó al sentir ese leve roce de mis labios y no dudó en darse vuelta para que sus
labios no tuvieran ningún tipo de barrera frente a los míos y se encontraran como lo hacían
desde la primera vez que habían sido capaces de conocerse de una forma tan profunda como
la que derivaba cada beso que salía de nosotras, besos que tenían su propio voz y su propio
color porque éstos iban más allá de lo que podíamos controlar como si se tratara de una
danza que ellos mismos hubieran diseñado al tener ese acercamiento tan mutuo y único que
siempre tenían.
—Pensé que nunca llegarías —contestó separando levemente sus labios y dejando que me
deleitara con aquel brillo tan interesante que nacía de su mirada cada vez que sus ojos
castaños chocaban con los míos, yo sonreí tímidamente ante ello antes de volver a posar mis
labios sobre los de ella pero en un beso que simplemente trataba de satisfacer ese pequeño
rocío que quedaba en mí.
—Estaba terminando los últimos detalles de la canción —contesté acomodando un cabello que
había salido de su moño improvisado lo cuál solo la hizo reír como si fuera una niña pequeña
—¿Cómo estás?—pregunté tomándome unos segundos para que su rostro quedara grabado
en mi mente como una bonita obra de arte en un museo que solo existía en mi interior.

—Mejor ahora que estás aquí —sugirió tomando mi mano y comenzamos a caminar como
sino hubiera mejor panorama que tener la compañía de la otra, muchas personas recuerdan
con claridad aquellos momentos románticos que salen de las grandes películas en donde hay

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grandes eventos, situaciones que no se viven todos los días pero a mi me gustaba recordar
esos momentos sencillos en donde un simple roce de nuestras manos eran capaces de decir
mucho más de lo que nuestras voces
podían pronunciar. Me encantaba recolectar esos pequeños momentos en donde una sonrisa
era capaz de iluminar el cielo más que cientos de estrellas juntos ó ese pequeño rasgo de
tiempo en donde las palabras se convierten en la única escapatoria que tienen nuestras
almas para liberarse como también atesoraba ese momento en dónde el silencio era nuestra
canción favorita y a través de él podíamos notar detalles que eran invisibles para muchos
pero que para nosotros eran la claridad máxima a través de una melodía tan única como lo
nuestro.
—¿Qué estabas escuchando?—pregunté notando como Camila se quitaba los audífonos para
acomodarlos en su celular, ella sonrío antes de mostrarme que estaba escuchando una de sus
clásicas canciones de amor —Me gusta esa
—sugerí comenzando a tarearar somewhere only we know de Keane a lo cuál la castaña
respondió ladeando la cabeza divertida —Vamos es un clásico que no puedes no cantar a todo
pulmón cuando aparece —comenté divertida a lo cuál ella solo asintió.
—¿Quieres escucharla?—preguntó pasándome uno de sus audífonos y yo me lo puse mientras
ella reproducía de nuevo toda la canción dejando que nos envolviéramos en otro recuerdo
que recolectaría en mi mente, me encantaba la forma en que Camila se emocionaba por una
canción que le gustaba. Muchas veces la había visto llorar por ciertas letras ó gritar con todo
el aire que podían recolectar sus pulmones, esos pequeños detalles eran los que me hacían
recordar lo simple que éramos y que a pesar de que buscábamos como seres humanos
siempre lo mejor y lo más memorable, nuestras vidas se reducían a momentos cotidianos
como éstos que podían ser todo si le dabas el brillo y la impotancia que ellos merecían y no
los despreciabas por no tener una redada de efectos especiales.
—And if you have a minute, why don't we go, talk about it somewhere only we know? This
could be the end of everything, so why don't we go? so why don't we go?—canté sintiendo
como las últimas notas de la canción se acercaba a una velocidad que no esperaba mientras
Camila estaba concentrada dejando que ésta se acabara entre medio de nuestros oídos hasta
que escuché como su voz se mezclara entre la brisa que de a poco se estaba apoderando de
la ciudad a éstas horas de la noche.

—This could be the end of everything, So why don't we go, somewhere only we know
somewhere only we know , somewhere only we know—sonreí ante ello antes de que un
tímido labio de mi parte apareciera en su mejilla sintiendo como ésta se sonrojaba solo con
sentirlo.
—¿Cuál es la siguiente canción de amor que tienes?—pregunté esperando que el reproductor
cambiara de canción , Camila se encogió de hombros hasta que comencé a escuchar unos
acordes de teclado que no podía deducir de cuál canción eran pero cuando vi como una
sonrisa florecía en el rostro de aquella castaña que me acompañaba sabía que ella se la
sabía.
—Just a Kiss de lady antebellum —sugirió mientras yo fruncía el
ceño al no tener ni la más mínima idea de quienes eran ni de que se canción se trataba —Es
una de mis favoritas —comentó sin dejar esa sonrisa única que se instalaba con tanta
facilidad en sus labios que solo me provocaban comerlos en cada momento que podía tener
contacto con ellos, sin embargo, solo me concentré en aquel instante en como la canción
comenzaba y abas estábamos caminando en medio de la ciudad escuchando una canción de
amor sin nada más en que pensar que la letra de ésta y como se desenvolvía a través de
unos simples audífonos.—Just a shot in the dark that you just might be the one I've been
waiting for my whole life , so baby I'm alright, oh, let's do this right—me susurró dejando que
aquel silencio que invadía la calle se viera descontrolando ante su voz en medio de la nada,
sonreí ante la dulzura que había en cada palabra que ella pronunciaba y la forma en como la
letra se mostraba como una cálida sensación placentera que no dejaba de deleitarme a través
de todos los sentidos posibles.—Es increíble lo que un beso puede traer consigo —comentó
mientras yo intentaba seguir el ritmo de su conversación y la canción terminaba con unos

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acordes —Ya sabes las más grandes batallas se han librado por causa de amores imposibles
que probablemente se demostraron con algún tipo de beso.

—Como en Romeo y Julieta donde un beso fue la sentencia hacia su eternidad juntos
—sugerí encogiéndome de hombros.
—¿Realmente crees que ellos habrán tenido su final feliz?—me tardé unos segundos en
pensar la respuesta de esa pregunta porque esa era la historia de amor por excelencia que
todo el mundo deseaba vivir pero nadie tomaba el detalle de que se conocieron en una noche
y pasaron solo un par de días en donde transcurrió toda la historia, era irreal enamorarse de
esa forma en tan poco tiempo y sentir tanto sin conocerse así que la verdad es que no creía
que ellos tuvieran un final feliz juntos ni siquiera si hubieran sobrevivido, ya que no se
conocían, eran como desconocidos que creían conocer el amor pero que no tenían ni la más
mínima idea de como funcionaba, aunque también estaba el hecho de que en aquella época
el amor técnicamente no era un sentimiento tan profundo como lo era actualmente, era algo
que se ganaba después de unir a las personas no al revés, así que todo podía ser posible.
—Creo que no podían ser felices sin conocerse, pasaron solo unos días en la historia y eran
jóvenes, todo podía pasar en sus vidas pero creo que estar juntos para siempre como a todos
les gusta asegurar es un poco anticipado ante muchos detalles que quedaron inconclusos en
la historia —sentencié mientras aquella castaña no dejaba de mirarme con toda la
concentración del mundo.
—¿Cómo puedes romper grandes clásicos del amor?—me preguntó entre risas —¿Cómo no
sabes que sus almas estaban destinadas a conocerse y enamorarse?—rodé los ojos ante sus
ideas de un amor eterno que iba más allá de nuestra vida terrenaria y que podía ser capaz de
superar hasta las propias barreras de la muerte —Puede que hayan reencarnado en otros dos
amantes y que se
hubieran amado por siempre y así cumplir su historia de amor.
—Creo que tú superas el nivel de romanticismo necesario en mi vida —contesté entre risas
haciendo que ella frunciera el ceño antes de fulminarme con la mirada —Es que es un poco
irreal que dos almas estén destinadas a conocerse a través de distintas vidas y se enamoren
en todas sus realidades, suena como una loca película de amor de esas que podían ganar
millones de dólares si sabes como exprimirla — aseveré—Tal vez que uno de los dos tenga
una enfermedad incurable y jueguen con las emociones drámaticamente masoquistas de
quienes vean esa película, ese tipo de temáticas serían bastante llamativas —Camila bufó
ante mi comentario y se quitó los audífonos.
—A mi me parece que todo puede ser posible, el amor lo puede
todo.

—Yo creo que está muy sobrevalorado —respondí —Pero te doy créditos de que si te hace
sentir de otra forma que tal vez no esperabas sentir jamás —dije sin más porque no podía
coincidir con la visión enamoradiza que tenía ella hacia el tema.
—¿Crees en la vidas pasadas?—me preguntó tratando de seguir con la conversación y
sinceramente yo no supe que decir porque suponía que al ser solo materia en medio del
universo, entonces ésta no se podía destruir simplemente se transformaba y ante esa simple
ley todo podía ser posible.
—Creo que sí —contesté algo insegura porque no estaba segura de que respuesta quería
darle aquello —Tal vez no una visión tan romántica de que las almas están destinadas a estar
juntas pero si creo que existan, sino como explicarías como hay miedos que no tienen
ninguna razón de ser o manías que técnicamente nacieron con nosotros, son detalles que tal
vez acumulamos de nuestras antiguas vidas.

—Entonces ¿por qué no puede ser que dos almas se hayan separado por cualquier tipo de
limitación en su vida y que después de años tal vez siglos vuelven a nacer y se reunen
cumpliendo esa tarea sin realizar?—me preguntó tratando de convencerme con su idea, no
obstante, era difícil convencerme sobre eso si en ésta vida apenas creía posible que el amor

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apareciera en ciertas ocasiones en los humanos para luego simplemente esfumarse a veces
sin razón aparente ó muchas veces porque simplemente las decisiones y los enredos del
destino eran capaces de destruir hasta los cimientos más fuertes que la humanidad era capaz
de eregir.

—Porque suena a la idea de un libro que definitivamente no leería —argumenté —Hay billones
de personas en el mundo y que justo coincidan para encontrarse dos almas que
supuestamente llevan desde su vida pasada amándose suena demasiado rebuscado —sugerí.
—Yo te conocí a ti y eso que en nueva york existen millones de
personas, podía no haber aparecido en aquel tren ese día ó que no cerraran aquella calle y
jamás nos hubiéramos conocido —respondió encogiéndose de hombros —A veces el destino
está escrito aunque así no lo deseemos —tuve que darle la razón ante aquel argumento
porque las coincidencias no podían explicar que ambas nos conociéramos, sin embargo, no
lograba convencerme su idea de que el amor podía expandirse ante el destino y presentarse
en varias vidas a través del tiempo inexplicable que tenían las almas humanas.

—Está bien —sentencié — Entonces ¿quién crees que eras en tu vida pasada?, ya que salió
esa conversación —Camila frunció el ceño tratando de darme un tipo de respuesta, la verdad
es que yo no relacionaba nada de mi vida con una posible vida pasada, tampoco es que
creyera de una forma tan fuerte esa idea que fuera capaz de defenderla simplemente lo
dejaba ante el hecho de que podía ser una probabilidad.
—Alguien que odiaba los trenes definitvamente —contestó sin más
—Los odio a tal punto que simplemente no los tolero sin tener alguna razón que tenga
sentido y explique porque los odio—acaricié su mejilla antes de sonreír ante su respuesta.
—Seguramente mi vida pasada estaba igual de loca —aseveré mientras ambas reíamos ante
esa idea, era increíble como cualquier conversación que se imponía entre nosotras
simplemente se podía llevar a otras que podían ser profundas como a la vez no, que podían
tener respuestas como también podíamos llegar a simplemente dejarlas sin respuestas como
una pregunta abierta a tener distintas opiniones al respecto.
—Es bastante probable —respondió divertida y nuestras miradas chocaron ante una
coincidencia de tiempo y espacio como sino tuvieran algún otro tipo de función que vivir entre
pequeños lapsos donde lo único que hacían era quedarse en un silencio absoluto mientras la
magia se creaba frente a un mar de chocolate con un par de ojos verdes que poco y nada
tenían de interesante pero que cuando estaban frente a los más oscuros eran capaces de
pintarse en un panorama tan interesante que no parecía real, era como si se vieran envueltos
entre la magia pura de algo que iba más allá de lo que ellos conocían ó podían entender, era
simplemente algo que no tenía nombre en nuestro vocabulario humano y que solo se podía
lograr cuando se encontraba a la persona correcta con ese par de ojos correctos que eran
capaces de cambiarlo todo con una simple mirada, siendo capaz de desmantelar cualquier
muralla que haya sido creada con anterioridad y creando nuevas fronteras que solo unos
pares de iris eran capaces de dibujar con solo el sentido que se le podía dar una mirada tan
profunda como las que nos llenaban a ambas cada vez que sucedía ese espéctaculo tan
simple y a la vez tan mágico que no alcanzaba a ser descrito.
Y era en momentos tan pequeños como ese en dónde tu respiración se cortaba al sentir como
una mirada decía todo lo que tu voz no podía, momentos
como los que un par de iris chocando podían provocar, en donde un par de labios eran más
que esos y eran los creadores de sonido en medio de dos almas que se juntaban. Justo en
ese momento en que cada parte de su ser cambiaba y dejaba de tener su función original
para ser llevada y reconstruida a funciones que jamás pudiste imaginar, ese era el momento
en que te dabas cuenta que no había vuelta atrás porque tenías un pase directo hacia la peor
maldición de todos los seres humanos, la cuál luchábamos contra fuego y mar para que
jamás apareciera en nuestra vida pero aún así seguíamos cayendo una y otra vez.
Esa maldición que todos conocían por una amplia palabra de cuatro letras que envolvía nada y

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a la vez lo tenía todo.
Era en ese momento en que te dabas cuenta de que estabas enamorado ya no podías hacer
nada en contra de ello.
You are in love parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
—Puedo jurarte que un día de estos lo asesinaré —reí ante el comentario que acabó con el
silencio que habíamos acumulado durante unos segundos Claire y yo mientras estábamos
tiradas sin nada que hacer en las sillas que se encontraban a solo unos centímetros del borde
de su piscina. Hoy el sol se encontraba desde temprano calentando corazones y
encargándose de mostrarse tan esplendoroso que un día en la playa no estaría para nada mal
como panorama, sin embargo, estaba ahí riendo por como aquella ojiazul estaba perdiendo
su reducida paciencia hacia su mejor amigo y también el director de cine que la tenía tan loca
que a veces me hacía creer que realmente ambos necesitaban esa dosis de locura para que
sus vidas siguieran tan atadas y cercanas como lo eran, porque en los años que llevaba
conociéndolos a ambos sabía que la línea que dividía sus vidas en dos personas distintas era
tan ligera y corta que muy pocas veces podías verla, ambos eran como una sola masa de
sentimientos y emociones como si ambos vivieran lo que le sucedía al otro y no les importaba
compartir todo eso juntos como siempre enfrentaban la vida —Y ahí estaré al fin tranquila —
sugirió mientras yo ladeaba la cabeza divertida mientras Claire solo fruncía el ceño ante mi
respuesta, la verdad es que ya había perdido el hilo de la conversación, ya que toda la
mañana había sido una mezcla extraña de quejas de su parte hacia John porque la tenía loca
desde que le había hecho repetir más de seis veces una escena que finalmente había decidido
eliminar porque no la creía lo suficientemente potente como para sacarla a la luz, lo cuál solo
causó que él se ganara una parte del odio que llevaba en el pecho aquella chica que hoy
llevaba un vestido rosa pálido que se encargaba de delinear su cuerpo que parecía de marfil
por lo perfilado que se encontraba como si un artista se hubiera encargado de delinear cada
curva y cada centímetro de él —No es chistoso Cabello—respondió finalmente mientras yo
intentaba no reir ante la seriedad con la cuál ella me estaba hablando pero me parecía
imposible, debido a que conocía tan bien a Claire que sabía que estaba exagerando más de la
mitad de todas las frases que decía por lo cuál solo me lo tomaba con paciencia—¿Tienes un
cigarillo?—me preguntó lanzando un suspiro tan lánguido que apartó esa sonrisa que se había
formado en mis labios al comenzar la conversación, asentí rebuscando si me quedaba alguno
en mi bolso y no dudé en darle el último que me quedaba mientras ella recostaba su cabeza
sobre el respaldo de la silla como si aquel simple acto le quitara toda la fuerza posible y vi
como su cuerpo quedó en un estado de relajación total al pasarle el último ejemplar de mi
bolso.
—Creo que realmente necesitas vacaciones —comenté viendo como ella acomodaba aquel
cigarillo entre sus labios y con el encendedor que siempre llevaba en su bolsillo no dudó en
prenderlo mientras asentía ante mis palabras
—Ambos están demasiado estresados —sugerí con una sonrisa que solo hizo que
Claire rodara los ojos antes de exhalar todo el humo acumulado en su boca como si fuera un
poco de la bocanada de sentimientos que quería expulsar de su cuerpo hacia el mundo y que
no volvieran más, disipándose como lo hacía aquella nube grisácea de palabras que jamás
serían dichas y que se presentaban ante el mundo como pequeñas partículas de nicotina.
—El problema está en que él necesita con urgencia una novia
—comentó —¿No quieres tirarte como candidata?—yo negué rápidamente ante ello porque la
sola idea de pensarlo sonaba a una locura, es decir, John era un gran amigo y lo admiraba por
el talento que tenía pero nuestra amistad no iba más allá de eso, Claire no tardó en estallar
en risas por esa pregunta mientras yo la fulminaba con la mirada porque no me parecía
gracioso de ninguna forma —Olvidaba que últimamente tienes una acumulación de gustos
extraños —me limité a rodar los ojos ante su comentario porque no ganaría nada llevándole
la contraria y ella solo sonrío ante el hecho de que no me iba a rebajar a seguir la línea de la
conversación que deseaba escuchar—A ese paquete de gustos exhuberantes deben estar

insideofmysoul
incluidos un par de ojos verdes ¿no?—me preguntó mientras volvía a exhalar el humo de su
cigarrillo y seguí ignorando el trasfondo que estaban teniendo cada una de sus palabras,
sinceramente no estaba de humor para discutir como todos los días lo hacía con Claire acerca
de Lauren así que preferí seguir callada mientras escuchaba como sus comentarios salían sin
ningún tipo de control, típico de ella —¿ó tienes a alguien más a la vista?.

—Lo tengo —respondí con seriedad mientras la rubia que tenía a mi lado no tardó en mirarme
contrariada —Es rubia y está drogada en este momento —dije irónicamente provocando que
Claire ladeara la cabeza divertida antes de suspirar por ello.
—Ya quisieras Cabello, pero mi novia me asesinaría —comentó dejándome con la boca abierta
por esa declaración, al principio pensé que era solo algo que había deseado escuchar y que
era parte de mi imaginación, sin embargo, no dije nada ante ello y dejé que siguiera
hablando mientras me hacía a la idea de que había escuchado la palabra novia —Me lo
hubieras dicho antes y te hubiera hecho una introducción al mundo lésbico, ya sabes la mejor
experiencia de tu vida y —Claire se detuvo frunciendo el ceño al ver como seguía mirándola
impresionada y con una sonrisa que delataba que no podía creer lo que me había dicho —
¿Qué?—preguntó.
—Dijiste novia —contesté encogiéndome de hombros porque la palabra sola era capaz de
encapsular toda la sorpresa que sentía en aquel momento
—¿Enserio novias?—pregunté emocionada y la francesa se limitó a exhalar nerviosa su
cigarrillo antes de asentir sin importancia pero pude ver como una sonrisa se apoderaba de
ella y me pareció la forma más tierna que le había visto de producir aquella curva en sus
labios.
—Se lo pedí antes de ayer —respondió mientras podia notar como la emoción se atragantaba
en su garganta como si intentara restarle importancia pero no podía hacerlo porque realmente
era su momento, era una gran noticia —Y creo
que es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida —tiró de una sin necesidad
que yo hiciera algún tipo de comentario lo cuál solo hizo que no pudiera dejar aquel estado
de impresión y felicidad que me había derivado su noticia.
—Eso suena muy bien Claire —sentencié feliz —Me alegro mucho por ambas —Claire asintió
con desgano a pesar de que su emoción era perceptible, había algo que no la dejaba
expresarse con toda la libertad que esa noticia necesitaba así que no dudé en volver a mirarla
contrariada sin entender porque estaba tomando aquella faceta —¿Sucede algo?—pregunté
preocupada y ella solo chasqueó la lengua mientras dejaba el cigarrillo en el cenicero que se
encontraba en la pequeña mesa que nos separaba.
—Sucede que llevaba mucho tiempo sin sentir aquello —refutó bufando dejando que sus
palabras se mostraran con el dolor tortuorio de sus recuerdos —Y tengo miedo de salir
lastimada nuevamente.
—Tú asustada me suena la cosa más estúpida que he escuchado
—aseveré con una sonrisa mientras trataba de darle apoyo —Te mereces lo mejor Claire y
que tú no lo quieras aceptarlo no significa que no sea real, no tienes porque tener miedo,
ambas se quieren y ya está—concreté sin darle mayor importancia al asunto, sin embargo,
podía notar como esos ojos azules cargaban con toda la inseguirdad del momento que no
estaba segura de cuál era la razón por la cuál tomaban aquel tipo de tono como si fueran una
marea esperando a la luna para poder alzar su oleaje y hundir todo lo que se encontraba a su
alrededor.
—No es tan fácil como eso —fue su respuesta mientras su mirada se quedaba pegada hacia
un punto que no podía dicernir cuál era pero seguramente no era ningún lugar que estaba a
nuestro alrededor sino que estaba en algún pensamiento que sus labios no era capaz de
mostrar —Nunca ha sido tan fácil —bufó antes de mirarme intentando que sus sentimientos
no se mostraran como la acumulación de todos los miedos que tenía ella sobre cualquier cosa
relacionada al amor, cualquiera podía ver esa imagen de que esa chica podía seducir hasta al
mismísimo diablo si así lo deseaba pero muy pocos éramos capaces de ver a esa chica
destrozada que tenía un miedo inhumano hacia el amor y que lo único que hacía era privarla
de la felicidad que ella deseaba y que ciertamente merecía más que cualquier persona que

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había conocido en mi corta vida —El problema está en que he
embarcado a una nueva alma a la condena infinita que es amar a alguien más de lo que
puede controlar —sentenció suspirando mientras veía como sus labios intentaban lanzar más
palabras de las que realmente era capaz de digerir aquella mañana
—Estoy condenando a alguien ha vivir el sentimiento más dañino y dañado por el ser
humano, además de darle la oportunidad de destruirme en cualquier momento porque eso es
lo único que hace el amor — contestó—destruye hasta que quedas reducidos en cenizas que
dificilmente puedes volver a convertir en fuego—su mirada estaba pérdida entre el clima de
esta mañana y la forma en que el agua de la piscina se mostraba cristalina como siempre,
suspiré ante la idea tan destructiva que tenía del amor, no era muy distinta a la que yo tenía,
no obstante, era doloroso escucharlo
de alguien quién no era atea ante la idea de que las personas nacían destinadas para amar y
dejarse amar —Lo malo del amor es que te ciega a tal punto que ni siquiera dudas en ser
herido a muerte solo por cargar aquel sentimiento en el pecho como si fuera una medalla
decorativa de la cuál sentirse orgulloso.

—Es que debes estar orgullosa de ello—refuté sin dejar de mirar sus rostro inexpresivo y que
a la vez era un lienzo en blanco de cientos de emociones y sentimientos que aún no eran
traspasados a un color pero estaban esperando cualquier segundo de nuestro tiempo para
poder enmarcar la obra de arte más abstracta que haya visto jamás —Muy pocos son los
afortunados de poder cargar con aquella medalla condecorativa, algunos simplemente
alardeamos de tener premios que no se comparan en nada a eso —Claire no dejaba de mirar
a aquel punto en blanco que no tenía ningún tipo de significado para mí pero por como se
veía totalmente pérdida ante él, podía asegurar que eran todos sus demonios cargados los
que se encontraban a tan solo unos centímetros de ella, acechándola como siempre hacían
pero también como solía hacer, ella se estaba asegurando de combatirlos sin importar si era
la mejor forma de hacerlo ó no por lo cuál solo podía mirarla con ternura ante el hecho de
que grandes batallas se liberaban ante la ironía de desear algo tan humano y a la vez tan
poco digno de nosotros, porque eso era el amor, el sentimiento más destructivo de todos
pero a la vez eso era lo que lo hacía humano, ya que solo podía ser parte de nosotros si venía
con algún tipo de falla, debido a que la perfección no era parte de la lista de dones con los
cuál se nos debía iluminar en el transcurso de nuestra vida—No he conocido a nadie que no
sienta miedo hacia lo que no conozca, pero sé que el miedo es aún mayor cuando conoces el
campo minado y sabes a la perfección los riesgos a los cuáles puedes llegar.
—Lo sé —fue su respuesta cargada de una leve capa de frustración
—No estoy insegura ante lo que siento por ella, lo que no me deja descansar es el simple
hecho de que sé que todo lo que se ve perfecto está diseñado para ser destruido —comentó
—Tal vez no lo hagamos nosotras directamente, pero en este mundo es imposible ser feliz y
creer que algo puede durar para siempre.
—Tal vez no para siempre —sentencié —Pero sí puede durar lo suficiente como para que sea
su propia eternidad —sugerí acariciando su hombro
—Estamos tan acostumbrados a seguir un orden en el tiempo a darle un significado, pero el
tiempo es tan relativo que no podemos ni llegar a comprender el efecto que produce en
nosotros ni tampoco la forma en que solo él se puede expresar frente a nuestras miserables
vidas humanas.
—Por comentarios como esos es que me alegro de no haberte ignorado desde el primer
momento que te vi —admitió con una sonrisa , cualquier persona se hubiera sentido ofendida
frente aquel comentario, sin embargo, yo sabía que era uno de los halagos más bonitos que
me habían dedicado y viniendo de Claire, aquella respuesta tenía miles de puntos extras
llenos de cariño y amistad—Al parecer hay inteligencia detrás de ese lindo y sexy vestido rojo
—comentó guiñándome el ojo
y yo solo reí ante la forma tan natural que ella tenía para cambiar de tema y verse satisfecha
luego de una conversación, me gustaba la forma en que ambas teníamos de conversar sobre
todo y a la vez sobre nada, nuestra amistad no estaba llena de palabras cariñosas ni
conversaciones transcendentales sino todo lo contrario, nuestras palabras de amistad eran

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muchas veces dolorosas y nuestras conversaciones tan banales que cargaban con tanto
significado para nosotras que nos habíamos vueltas unas adictas hacia esos días en donde
solo las palabras eran capaces de mostrar el frío panorama que presentaban nuestras almas.
Muchos nos envidiaban por la vida que teníamos, pero sabía que ambas no dudaríamos en
cambiar sin pensarlo ni un segundo si se nos diera la oportunidad de cambiar nuestra vida
actual por esa felicidad que en el mundo que todos veían con los ojos brillosos y llenos de
entusiasmo, era solo un espejismo que no podía ser real más allá de los límites que tenías
que establecerle para que no fuera destruido por factores externos que muchas veces no
podíamos controlar, ya que el mundo que vivíamos Claire y yo era aquel donde podían darte
el cielo el mar y la tierra, no obstante, un solo error era capaz de condenarte a la perdición
donde no había vuelta atrás y solo te condenabas a una vida miserable llena de lujos pero
vacía de algo que muchos llamaban humanidad.

—Digo lo mismo para ti —respondí sintiendo como todo se aligeraba luego de esa
conversación —¿John lo sabe?—pregunté enarcando la ceja ante mi pregunta y por el suspiro
que escuché de parte de Claire sabía la respuesta a mi pregunta —¿Cuándo se lo dirás?.
—Cuando esté lista para escuchar su discurso de si estoy realmente segura de lo que estoy
haciendo —bufó tomando nuevamente el cigarrillo y posicionándolo en sus labios —estoy
harta de que me trate como una niña que no sabe del mundo —refutó —Pero no puedo hacer
mucho contra ello porque tiene razón
—aseguró —A veces me siento una niña estúpida contra el mundo —aeveró—Jodido el día en
que decidí enamorarme de su hermana —sugirió riendo por ello y fue la primera vez que la
escuché hablar de ello en un sentido tan irónico pero puro que no tenía ningún matiz de dolor
por lo cuál solo me limité a asentir—El mejor consejo del mundo es que jamás te enamores
de alguien y que tu mejor amigo sea su hermano, es un desastre total creéme —contestó
finalizando el tema de la forma que ella estaba tan acostumbrada.
—Lo tomaré en cuenta —dije encogiéndome de hombros.
—¿Sabes?—preguntó llamando mi atención y yo la miré tratando de pensar que me diría —La
primera vez que te vi supe que había algo en ti que me parecía conocido—afirmó —No era tu
actuación ni que fueras reconocida por todo el mundo, era ese algo que me hacía recordar a
quién había sido antes de todo esto
—dijo —Antes de ser destrozada —sentenció con amargura mientras yo no sabía la dirección
que estaba tomando la conversación—Sin embargo, no quiero que esa característica siga en
ti, no deseo que seas como yo Camila, deseo que te atrevas a sentir y amar sin miedo ni
límites.
—Y eso viene ¿por?—pregunté sin entender y ella solo rió como si fuera lo más gracioso del
mundo, no obstante, yo seguía sin entender ni un poco de lo que decía.
—Palabras locas de una borracha sin vida ni futuro—concretó con una sonrisa mientras
aplastaba la colilla en el cenicero —Aunque dicen que los niños y los borrachos son los que no
pueden mentir —comentó —No te niegues a sentir, por miedo a dar esa oportunidad de ser
destruida, a veces necesitamos esa locura en nuestras venas para seguir con vida, el amor es
así de irreal, te destruye pero te da vida, te quita pero te entrega, no obstante, lo más
importante está en que dejes todo lo que puedas en su balanza porque solo así podrá hacerte
sentir como la mujer más afortunada del mundo—asentí aunque la verdad es que no sabía a
que venía aquello, sin embargo, no dudé en archivar aquel consejo porque me parecía uno de
los más inteligentes que Claire me había dejado a lo largo de nuestra amistad , el silencio
volvió a envolvernos mientras el calor aumentaba a esta hora de la mañana, cerré los ojos
por un par de segundos mientras intentaba darle algún tipo de significado a las palabras de la
francesa, sabía que mi corazón conocía la razón por la cuál éstas me atravesaban y me
desgarrabn de una forma tan particular que tenían las palabras cuando eran las que
necesitabas escuchar, sin embargo, que mi corazón lo supiera no significara que mi mente las
aceptara como propias y vivía pérdida ante la negación de querer creer que no tenían ningún
tipo de enlace con mi vida actual.—Noe me dijo que últimamente estás más cercanas a ellas
¿es cierto?—volví a asentir mientras me encogía de hombros, debido a que no sabía que
contestar frente a ello —Es lindo que trates de acercarte a ellas Camila —sugirió sin mirarme

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—Lauren y Noe son increíbles, pero tienes que saber que hay un límite y éste es que no
puedes hacerles daño.
—No sé a que te refieres—comenté contrariada.
—Claro que lo sabes, que no lo quieras aceptar es otra cosa—suspiré ante ello y maldije el
momento en que le había dado la llave a aquella rubia de conocer cada uno de mis
pensamientos sin necesidad alguna de escucharlo de mis labios —Te quiero lo suficiente como
para advertirte —no dejé que continara porque sabía esa oración de memoria.

—Que si les hago daño me sacarás los ojos —respondí rodando los ojos al escuchar aquel
comentario casi todos los días.
—Y los cocinaría —susurró riendo lo cuál solo hizo que yo también riera —Eres hermosa,
inteligente y una chica de la cuál me enamoraría sino tuviera esta cosa pegada en el pecho —
sugirió señalando su corazón y yo solo sonreí —Pero no lo arruines, porque no quiero
comenzar mi serie de asesinatos contigo —afirmó
—Tal vez quiera finalizar mi lista contigo pero comenzar contigo sería decepcionante.
—A veces me pregunto porque decidí aceptar tu saludo —refuté
entre risas.
—Porque soy encantadora —contestó con una mirada tan dulce que
tenía el poder de derretir a cualquier pero yo la conocía tan bien que ya no me
provocaba ningún tipo de reacción más que reír ante el hecho de que no había secretos entre
nosotras, nuestros rostros y palabras lo decían todo y tiraban aquella cortina de actuación
que ambas habíamos decidido adoptar cuando aceptamos que queríamos vivir en este mundo
lleno de falsedad y pocos sentimientos.—¿Irás a la cena del miércoles?—me preguntó
cambiando de tema y yo traté de pensar a que se estaba refiriendo hasta que recordé con
frustración que comenzaba el peor panorama de mi trabajo, el momento en que tenía que
soportar reuniones con personas que no me interesaban ni en lo más mínimo pero tenía que
poner mi mejor cara para poder promocionar la película, a veces me preguntaba como se le
hacía tan fácil esas reuniones a Claire y a John porque sabía que ambos la odiaban al igual
que yo pero jamás se mostraban de una forma tan inconforme como yo lo hacía.
—Tengo que hacerlo sino John me asesinará antes de que tú lo hagas —concreté desanimada
a lo cuál la rubia que se encontraba a mi lado simplemente asintió mientras buscaba algo en
su bolso negro que tenía a su lado y me pasaba un papel.
—Entonces te daré un regalo de navidad adelantado —respondió poniendo el papel en mis
manos mientras la miraba sin entender que estaba haciendo
—Te daré la oportunidad de que vayas por Lauren, no tienes porque agradecérmelo
—fruncí el ceño al ver la invitación en mis manos y ella solo se echó a reír por ello
—John me dijo que le pasara la invitación pero ya que tú estás deseosa de tener una linda
relación con ella, pues tenemos una ganadora —fue su respuesta mientras yo aún no sabía
que decir ante ello —Por favor Camila no me digas que no querías una excusa para verla, te
doy hoy pase libre, solo no desperdicies esta oportunidad
—guardé la invitación aún con la inseguridad de no saber que realmente hacer ó como
reaccionar por lo cuál me sorprendí cuando un gracias salió de mis labios sin ningún tipo de
ironía —Sé que lo harás bien —respondió segura dejándome totalmente aturdida frente a lo
que había dicho y hecho, pero finalmente me dejé llevar ante la idea de que tenía razón y era
una excusa para verla, solo yo sabía cuánto deseaba la oportunidad de formar excusas para
que esos pequeñas coincidencias existieran.

Sonreí al ver como desde el mostrador se veía como una pequeña rubia estaba concentrada
haciendo algo sobre la mesa obligando a su cuerpo a encorvarse, apenas entré a la pequeña
biblioteca donde trabajaba Lauren me di cuenta que la tarea que la llevaba a solo mostrar la
trenza de espiga que cubría su cabello era que estaba pintando una hoja de papel mientras
que el lugar se encontraba desierto para ser casi las dos de la tarde.

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Me acerqué hacia el escritorio donde se encontraba Noe mientras ella no mostraba ningún tipo
de reacción más allá que el esfuerzo que estaba
poniendo en aquel dibujo que desde lejos no podía divisar, ya que ella lo tapaba en su
totalidad como si no deseara que alguien se metiera en medio de su obra de arte lo cuál solo
la hacía ver más adorable de lo que realmente era esa niña, como si fuera eso posible porque
ya me había acostumbrado a derretirme con sus miradas llenas de inocencia y ternura, como
también me había acostumbrado de sonreír cada vez que ella decía algo y me envolvía en
una capa de algo que no podía entender como nacía con ella si técnicamente antes de
conocerla odiaba tener algún tipo de acercamiento a cualquier niño porque me desesperaban.

—Artista —dije llamando su atención por lo cuál pude ver como ella fruncía el ceño
confundida antes de alzar su rostro hacia mí y ver como en cámara lenta se posicionaba una
sonrisa del tamaño del mundo como si fuera una pequeña luz reluciente que habían prendido
en medio de una habitación a oscuras —Un gusto verte —comenté dejándome llevar por esa
sonrisa que se apoderaba de todos mis sentidos cuando veía a esa pequeña que con suerte
llegaba a mi cintura y aún así era capaz de producir lo que ninguna otra persona había hecho
en mi vida, era increíble como alguien tan pequeño podía producir ese tipo de emociones y
sensaciones como si fueran un tornado desatado de experiencias que nunca cambiarías en tu
vida, definitivamente Lauren era demasiado afortunada de tenerla todos los días con ella.
—Princesa Camz —chilló saltando de la silla para en un parpadeo instántaneo tenerla
abrazada a mi cintura pidiendo que me pusiera de su tamaño para saludarme, orden explícita
que acepté mientras ella me regalaba un par de besos en mi mejilla que solo hicieron que mi
sonrisa se volviera aún más grande de lo que ya estaba —Te extrañé —sugirió dejando que
las dos palabras más bonitas que me había dicho salieran con su tono infantil llenando mi
alma de algo indescriptible pero tan poderoso que estaba segura que el simple recuerdo de
ello era capaz de sacarme una sonrisa.
—Yo también lo hice —comenté acariciando su cabello aún con la duda persistente de jamás
saber como ser recíproca con ella pero sus ojos azules jamás dejaban de mirarme con la
ternura que solo podía provenir de ella —de hecho he pensado despedir a mi maquillista para
contratarte —ella sonrío dejando que sus pequeños brazos volvieran a rodear mi cintura en
un abrazo que me pareció eterno como si jamás fuera a romperse.
—¿Viniste a ver a mami?—me preguntó y yo solo asentí formando otra sonrisa por como ella
hacía esas preguntas sin tener ningún tipo de límite.
—Vine a dejarle una invitación —sentencié encogiéndome de hombros y ella asintió
emocionada por ello con una sonrisa que dudaba que se pudiera salir de sus labios—¿Ella
está?—pregunté finalmente y antes de que la pequeña rubia pudiera decirme algo pude ver
como Lauren se acercaba con un vestido blanco que no tenía ningún tipo de relevancia pero
que resaltaban sus ojos que hoy se encontraban en un tono verde que parecían dos
esmeraldas en medio de un paisaje inhóspito. Me quedé por unos segundos viendo sin ser
consciente de que
más que ver estaba analizando cada centímetro de su ser, ni siquiera yo podía creer el estado
al cuál fácilmente podía derivarme aquella pelinegra, sin embargo, aquello duró solo unos
segundos cuando pude volver a la realidad ante la voz constante de aquella pequeña ojiazul.
—Mami la princesa Camz ha venido a visitarte —fue lo único que pude escuchar en aquel
momento hasta que esos mismos ojos verdes tan intensos como la misma noche chocaron
contra los míos produciendo una extraña sensación de escalofríos que jamás había sentido en
toda mi vida, era algo que me arrebataba cualquier tipo de suspiro y que se expandía a cada
zona de mi piel como si arrasara contra cualquier barrera protectora que tenía en mi cuerpo.
Fueron un par de segundos donde solo nuestras miradas eran capaces de cumplir su
funciónya que ninguna de las dos pudo expresar algún tipo de palabra ó dejar que nuestros
labios produjeran algún tipo de sonido, era como si se nos hubiera privado de cualquier tipo
de autonomía y estuviéramos encadenadas hacia algo que iba más allá de lo que nuestros
propios snetidos podían hacer.
—Hola —dijo finalmente con una sonrisa como si no supiera que decir, pero no era la única
insideofmysoul
que se sentía de esa forma porque yo no podía ni siquiera atreverme a crear palabras en mi
boca —No te esperaba —sentenció con una mayor libertad que la que habían mostrado sus
acciones hace un segundo —Es un gusto verte Camz —no había duda que no sabía cuál era la
forma más adorable de escuchar aquel apodo de su hija ó de ella, pero aún así me quedé en
silencio luchando contra algo que ni siquiera tenía nombre y que a pesar de eso me abatía
como si de una marea se tratase.

—Iré a ver mis colores —sugirió Noe mientras se reía por lo que estaba pasando y no tardó en
irse dejándonos a ambas solas.
—Yo —respondí insegura mordiendo mi labio porque no tenía ni idea de como comenzar todo
—Yo venía por un libro —contesté orgullosa de que mis palabras hubieran salido sin ninguna
dificultad, sin embargo, vi un poco de decepción en la mirada de Lauren que me hizo sentir
una tonta mientras ella no decía nada.
—Algo lejos ¿no crees?—dijo riendo de una forma que solo me llenó de ternura —No creo que
no hayn bibliotecas por tu casa —afirmó dejándome atónita.
—Tal vez, pero no todas tienen a una linda bibliotecaria —me mordí la lengua ante lo que
había dicho y noté como las mejillas de Lauren se sonrojaban por aquel cumplido, no es que
estuviera mintiendo pero me sentía una completa tonta frente a ella sin saber realmente que
decir.
—Gracias por el cumplido —fue lo único que dijo antes de ponerse en el escritorio —¿Algún
libro pensado?—preguntó llamando mi atención que se había perdido nuevamente en sus
ojos—¿Camz?—asentí suspirando.
—¿Cuál me recomiendas?—pregunté tratando de volver a la realidad y ella se limitó a asentir
mientras pensaba en algo que decirme.
—Esta semana nos llegó uno muy bueno —dijo mientras buscaba
algo entre medio de los cajones y no tardó en mostrarme un libro de portada blanca con un
tren en medio de ésta y letras verdes —El otoño en Pekín es el último libro que ha publicado
Boris Vian y creo que tiene todo para volverse uno de mis favoritos
—sugirió pasándome el libro y aunque sonaba interesante aquello, yo estaba interesada en
otra cosa.
—¿De qué trata?—pregunté y ella sonrío.
—Sobre como pequeños detalles de nuestra vida como perder el autobús pueden ser capaces
de desencadenar nuestras más grandes aventuras
—comentó —De seguro te gusta —finalizó.
—Me lo llevo —dije sin más a lo cuál Lauren tomó el libro para hacer la factura de éste, por
alguna razón no podía dejar de mostrarme nerviosa frente a cada movimiento que la
pelinegra realizaba como si no supiera como reaccionar frente a ello.
—¿Sabes?—susurró llamando mi atención —Seguí tu consejo
—fruncí el ceño al no saber a que se refería hasta que ella notó que no recordaba a que se
refería —Salí con Aiden —nuevamente no supe que decir sobre ello y solo la miré con la
mayor concentración del mundo.
—¿cómo te fue?—pregunté atragantándome ante esa simple expulsión de palabras y ella me
miró confusa hasta que suspiró dejando que sus ojos verdes se apoderaran de aquella escena
como si fueran lo único que podía ocupar espacio en aquel momento.
—Me besó —respondió sin más.
—¿Y te gustó?—si me sentía una tonta al principio ahora me sentía peor porque había hecho
la peor pregunta del mundo, sin embargo, Lauren se tardó unos segundos en responder,
segundos que parecieron la eternidad misma.
—Si te soy sincera, no me gustó para nada —suspiró golpeando con sus uñas el libro y sin
que yo lo esperara me sentí bien al escuchar aquello —Aiden es mi amigo y no me atrae en
ningún sentido posible —confirmó como si estuviera orgullosa de aquel detalle —Pero al
menos quedó todo claro después de aquel beso.
—¿Claro?—pregunté enarcando la ceja.
—Sí —aseveró con una sonrisa —Ahora estoy segura de que no siento nada más allá que
amistad por él, gracias Camz —respondió pasándome la factura —Son dos con setenta y

insideofmysoul
cinco —asentí sin más mientras buscaba mi billetera y sin más sentí como la invitación se
posaba entre mis dedos y supe que ese era el momento adecuado así que la saqué sintiendo
como el papel me quemaba sin razón aparente.
—¿Tienes algo que hacer el miércoles en la noche?—pregunté pasándole la invitación
mientras ella me veía contrariada como sino entendiera que le estuviera preguntando—Estás
invitada a pasar una de las noches más aburridas de tu vida pero la comida es muy buena —
sugerí con una sonrisa lo cuál hizo que Lauren también sonriera mientras abría el sobre de la
invitación —Son esas cenas aburridas a las cuáles odio ir pero tengo que hacerlo —confirmé y
ella asintió dejando a un lado el
sobre.

divertida.

—¿Nos escaparemos nuevamente a la playa?—preguntó entre risas.


—No, ésta vez tenemos que ir —afirmé ladeando la cabeza

—Lástima yo quería ir a la playa —comentó —Solo bromeo,


supongo que tengo que ir, gracias por traer la invitación —ninguna de las dos dijo nada por
unos segundos hasta que volví a sonreír nerviosa ante ello.
—Podemos ir a la playa si quieres, yo invito —concreté sintiendo como mis mejillas ardían
ante cada palabra que salía de mis labios.
—Me encantaría Camz —fue lo único que dijo antes de tomar mi mano con una sonrisa —
Perderse nunca fue un gran panorama hasta que apareciste tú.

En la tarde se viene otro cap, saludos :)


Capítulo 22: Y las estrellas colapsaron

Ten months sober, I must admit


Just because you're clean, don't mean you don't miss it Ten months older, I won't give in
Now that I'm clean, I'm never gonna risk it New york

Camila

—Y sino me gusta tu canción—pregunté entre risas mientras Lauren se encontraba recostada


en el viejo sofá café de mi departamento, la verdad es que ya me había acostumbrado a su
compañía cada vez que ambas teníamos tiempo. Era cierto que a veces pasábamos en
silencio sin nada más que sentir como la otra estaba al lado y con eso nos bastaba porque
muchas veces las palabras solo eran unas intermediarias entre nosotras que no hacían ningún
papel protágonico en nuestra vida, como también habían veces en que las palabras
simplemente se volvían la única guía de largas conversaciones que ambas imponíamos sobre
cualquier tema que salía en tela de juicio, era curiosa la forma en que ambas éramos tan
distintas y a la vez tan parecidas que solíamos chocar entre medio de un colapso de opiniones
que abrían de vez en cuando nuevas conversaciones que a veces eran apagadas entre medio
de besos ó con el simple acto del silencio que a veces se imponía como el mejor panorama
para poder apreciar ciertos detalles que tal vez no todas las personas eran capaces de ver
debido a que muchas veces le dábamos más importancia a las palabras que a las expresiones
ó la forma en que un rostro puede decir mucho más que un vocabulario explícito.
—Supongo que tendremos que terminar —sugirió frunciendo el ceño mientras acariciaba mi

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cabello con una fina sonrisa en su rostro que solo mostraba cuanto le gustaba esos pequeños
momentos en que ambas compartíamos
—Aunque es imposible que no te guste, porque yo la creé—respondió dejando un beso entre
mi cabello que hizo que rodara los ojos entre risas.
—Vaya ese ego nadie te lo quita Jauregui —comenté irónicamente mientras mis yemas
pasaban por los bordes de sus manos sin ningún rumbo ó acción implícita, simplemente me
gustaba la sensación de tocar cada rincón de ella que se mostraba ante mí como si fueran los
pétalos de una primavera recién nacida, me gustaba como nunca me aburría de ver sus
gestos, de grabar cada una de sus muecas porque todos los días me sorprendía con algo
nuevo que me hacía solo quererla aún más. Era como si todos los días se presentara una
nueva faceta detrás de sus palabras y sus conversaciones interesantes, detrás de ella
siempre había una parte que no se la mostraba a nadie y que intentaba resguardarla entre
siete candados para no tener que explicar que había en ella pero yo sabía que esa faceta se
trataba de ese pasado turbulento que ella no quería recordar.
Cerré los ojos besando su mano sintiendo aquella sensación que dejaba en mis labios tocar
cada punto de su piel mientras ella se removía nerviosa ante ello.
—Eres hermosa—le dije acomodándome en su pecho mientras no dejaba de ver como sus
ojos verdes hoy tenían ese ligero tono gris que ponía cuando estaba demasiado concentrada
en algo, cuando escribía canciones ó estaba tocándolas sus ojos tomaban aquella tonalidad y
me parecía el color más interesante que había visto jamás hasta que se tornaban en ese
verde pasional que encapsulaba locura y a la vez una parte salvaje que me atraía cada vez
más a ella—Realmente hermosa entre medio de la selva verde que se muestra en tus ojos y
esa nieve que se desprende en cada centímetro de tu ser —contesté —No es tan difícil juntar
palabras y crear frases —afirmé tomando su atención y ella no tardó en asentir.
—Juntar palabras siempre va a ser más fácil cuando estás enamorada, así que me siento más
que halagada que esas palabras nazcan por mí—argumentó con una cándida sonrisa que solo
me hizo sentir ternura hacia ella por lo cuál no dudé en besar su mejilla sintiendo como éstas
tomaban ese matiz rojizo que se pintaba de la mezcla perfecta entre el rubor y la pasión.

Mis ojos escanearon por unos segundos las facciones naturales que su rostro tomaba, había
aprendido a identificar cuando la felicidad se plantaba en una sonrisa en su rostro pero
también estaban las veces en que se marcaba solo ante mis ojos y aunque ella estuviera con
el rostro estoico sin ningún tipo de sentimiento ó emoción presente, estaba ahí persistente y
escondida como un tesoro escondido la parte de su felicidad que era la más valiosa de todas,
así que no dudé en acercarme a su oído y sentir como su respiración se entrecortaba cuando
mis labios estaban tan cerca de su lóbulo derecho que sin problemas estos podían rozar.
—Te quiero —fue lo único que fui capaz de susurrar en aquel momento, sin embargo, no
había dos palabras que se acoplaran de una forma más perfecta como éstas dos la hacían,
me encantaba como dos simples palabras que eran subestimadas en el mundo porque al
parecer podías querer un día y al siguiente dejabas de querer, eran capaces de construir
cientos de ideas y de pensamientos que muchas veces nacían buscando conectarse con esas
dos simples palabras que parecían ser nada y a la vez todo demostrando una vez más que a
veces las cosas más simples eran las más genuinas y valiosas que podían aparecer en
nuestro día a día.

Una sonrisa innata nació del rostro de la ojiverde mientras yo volvía a recostarme en su pecho
buscando un refugio único que solo ellos podían ofrecer, por alguna razón, este panorama de
estar solo recostadas en un viejo sillón en medio de un viernes por la noche se volvía mejor
que cualquier panorama que haya visto
con anterioridad ó que haya planificado. Lauren no tardó en retomar aquella tarea de
acariciar mi cabello mientras yo no dejaba de dibujar en mi mente la forma en que su sonrisa
era la curva que más adoraba de ella.

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—¿Qué opinas de salir el próximo martes a cenar?—me preguntó acomodando su cabeza en
el respaldo de sillón y yo solo sonreí ante su proposición—¿ó prefieres hacer otra cosa?—me
pregiuntó esperando mi respuesta y yo solo ladeé la cabeza divertida antes de llenar de
pequeños besos sus mejillas.

—Cualquier idea suena genial solo con estar contigo —contesté encogiéndome de hombros
mientras Lauren acercaba mi cuerpo aún más a ella para que no dejara mi tarea de
envolverla en besos —Pero el martes no puedo, tengo que quedarme hasta más tarde en el
trabajo—respondí con una mueca al recordar que el martes tocaba una de las sesiones
fotográficas de vogue, Lauren suspiró ante ello
—¿Qué tal el viernes?—pregunté enarcando la ceja y la pelinegra se puso pensativa hasta
que asintió sin más.
—Los chicos me asesinarán por reducir los ensayos por salir contigo
—murmuró entre risas y yo solo fruncí el ceño ante aquel comentario —Aunque les caes bien
—sentenció con una sonrisa antes de besar mi cabello— Bueno ¿a quién no le caerías bien?,
eres adorable —respondió apretando mis mejillas y yo volví a fruncir el ceño ante su manía
por hacer eso aunque ella solo se reía por la forma en que me molestaba aquello—Eres una
bebé adorable —sugirió mientras yo me cruzaba de brazos.

—Una bebé que puede golpearte el brazo —contesté golpeando levemente su hombro lo cuál
solo hizo que Lauren alzara los brazos en forma de paz.
—Bien, no eres un bebé —contestó sobando el lugar donde la había golpeado,no pude no reír
ante la mueca que hizo por aquel golpe y le di un beso en la frente—Aunque tus golpes dicen
lo contrario —musitó mientras sus ojos verdes tomaban aquella tonalidad de verde selva que
me enloquecía —¿Crees el el destino?—me preguntó dejándome totalmente atónita, no sabía
de que venía esa pregunta pero su rostro rápidamente adquirió el tono serio que siempre se
mostraba ante ella cuando un tema la dejaba demasiado absorta como para siquiera
responder a alguna pregunta, era como una lluvia de palabras silenciosas que se mezclaban
en su mente y que necesitaban de tiempo para salir —Es decir ,crees que todo sucede por
algo —asentí suspirando mientras me sentaba entre sus piernas con una sonrisa intentando
darle una respuesta coherente a lo que me estaba preguntando, la verdad es que tenía un
concepto de destino que se exponía ante nosotros como la mezcla de decisiones y de partes
que nosotros no podíamos controlar porque simplemente estaban escritas en nuestra historia
de vida.

—Soy fiel a la idea de que todo sucede por algo —respondí suavemente acariciando
su mano mientras ella me miraba atenta —Las personas que conocemos con quienes nos
topamos diariamente están ahí por algo ¿no?, sino como puedes conocer a alguién un día y
ya sentir que lo conoces de toda la vida es como si estuviera escrito que debían conocerse
como tú y yo —confirmé con una sonrisa —Tal vez fue nuestra decisión estar en ese lugar en
aquel momento pero fueron las conjeturas del destino las que hicieron que lograramos
conversar y que no fuéramos parte de todas las personas que pasan por nuestra vida y no
sabemos absolutamente nada de ellos porque no nos importa, ya que posiblemente no las
volveremos a ver en otra oportunidad —suspiré antes de morder mi labio ligeramente
intentando poner en orden todas las ideas que tenía en mi cabeza y que resonaban ahí
tratando de tomar alas y voz para poder salir —Si prestaramos atención a cada una de las
personas que pasan diariamente entre nosotros tal vez más de una estaba destinada a ser
parte de nuestra vida y el momento solo hizo su magia inexplicable para ponerla en nuestro
camino—Lauren se quedó en silencio por unos segundos mientras me miraba con un brillo
que solo lograba sacarme cientos de sonrisas eternas que no deseaba sacar de mis labios
jamás.

—¿Cómo no sabes que son simples coincidencias?—argumentó mientras yo la miraba


pensativa porque la realidad era que nada estaba definido y tal vez podían ser simples

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conjeturas de una suerte que muchos tenías, las llamadas coincidencias, sin embargo, a mi
me gustaba, pensar que realmente existían personas que nacían para encontrarse y que
nuestras decisiones diarias eran las que nos acercaban ó nos alejaban de estas personas, ya
que cada cosa que realizábamos ó dejábamos de hacer era suficiente como cambiar el rumbo
de nuestro destino.

—No podría decir si lo son ó no pero lo que yo si sé es que coincidencia, destino ó lo que sea
que haya hecho su magia para conocerte entonces lo agradezco —afirmé —Cuál sea que haya
sido el arquitecto que dio comienzo a esto entonces le debo mucho —susurré sonriendo
demostrando a flor de piel todas las sensaciones a las cuáles ella era capaz de derivarme sin
mover ni un solo dedo, era simplemente mágico esa forma tan plena que me hacía sentir que
me costaba creer que fuese real y también aceptar que algún día terminaría.

—La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir—aseveró y yo


asentí tratando de recordar quién era el auto de esa frase
—Marquéz —sugirió con una sonrisa al ver como no recordaba el nombre, a veces me
sorprendía el dominio único que tenía para recordar cientos de frases en su cabeza como si
fuera una mezcla eterna de libros que fueron llenados en su cabeza y jamás se irían de este
lugar tan recóndito de su ser—Por cierto, ¿cuál es tu película favorita?—preguntó enarcando
la ceja y yo reí ante el cambio tan brusco de conversación.
—Me hablas del destino y luego sobre mi película favorita, ¿cuál es
el sentido de la conversación?—Lauren se encogió de hombros y solo ladeó la cabeza
divertida.
—Tú solo responde.
—The painted veil con Naomi Watts —contesté recordando la canción de fondo que era el
principal soundtrack de la película, la verdad es que era una película romántica pero tenía
mucho más contenido que muchas películas que había visto que no tuvieran nada que ver
con el amor, lo interesante de ésta película era ver como la relación entre los dos
protagonistas dejaban de ser tensas para ser algo mágico .

—¿De qué va?—me preguntó prestando atención a cada palabra que decía y no pude no
animarme ante su pregunta, ya que sonaba tan interesada hacia la película que no dudé en
comenzarle a relatar sobre ella.
—Se trata de como el amor puede cambiar la percepción que tienes del mundo, como es
capaz de liberarte y a la vez es capaz de condenarte de a poco sin que te des cuenta de ello
—respondí mientra sus ojos verdes seguían el váiven que mostraban las palabras de mi boca
frente a la explicación de sobre que iba la película, la verdad es que no estaba segura de que
me gustaba más si la historia, los actores, el soundtrack ó las imágenes que se mostraban en
las casi dos horas y media que duraba. Toda la película se mostraba como una obra de arte
única e inigualable en el mundo del cine que dudaba que alguna película lograra impactarme
de tal forma como lo había hecho ésta cuando la descubrí en uno de los sábados más
aburridos de mi vida en medio de un cambio incesante de canal buscando algo que lograra
distraerme.

—Nunca he entendido la fascinación de las personas de llenar su mente con películas de


amor—concretó mientras yo fruncía el ceño ante su respuesta.

—Creo que es porque en el fondo de nuestros pensamientos, todos deseamos que nuestra
vida sea tan fácil como una película de amor, que esté planificada para tener conflictos y
problemas a solucionar pero que al final de las dos horas te quedes con la música de fondo y
un final feliz —sugerí suspirando porque era la razón al menos por la cuál a mi me
encantaban las películas, porque eran un escape a la fría realidad, aunque habían películas

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que también trataban de calzar con lo que se nos mostraba diariamente; debo decir que mi
mayor escape iban hacia esas películas románticas que llevaban casi dos horas de conflictos y
que al final siempre quedaban juntos como si esa opción pudiera existir en nuestro mundo
aunque solo fuese una ilusión de algunos minutos antes de que los créditos se apoderaran de
la pantalla y de nuevo te golpeas con el hecho de que la vida no es una película y menos una
de amor —Ver las películas solo alimenta los corazones de las personas que desean vivir algo
parecido, los aparta de sus realidades como lo puede hacer la
música ó los libros, solo que las películas son una obra completa donde todo se mezcla para
crear algo que va más allá de lo visual y de como actúan sino que te puede hacer sentir y
embarcarte en un tipo de hipnosis sensorial que muchas veces supera lo que esperamos ver .

—¿Es por eso que te gustan tanto?—preguntó curiosa y yo asentí.


—Me encantan porque te deja el mensaje de que todo puede ser posible, la idea de que el
amor vence cualquier cosa es la razón por la cuál las principales ventas de los libros van
dirigido hacia ese tipo de libros, sino no tendríamos a Romeo y Julieta como los más grandes
expositores de ese amor que puede derribar hasta las barreras que la muerte puede instaurar
—Lauren puso una sonrisa frente a cada una de mis palabras antes de que sus labios dejaran
de mostrar aquella curva que adoraba para convertirse en un beso que profanaba los míos
sin ningún tipo de advertencia y que no tardó en moverse al ritmo que solo ellos eran
capaces de imponer en aquel momento mientras yo los seguía sin ningún tipo de protección
mientras que todos mis sentidos permanecían en un estado de alerta total ante cada
movimiento que sus labios realizaban dejando esa sensación insaciable que solo ella era
capaz de producir.
—Me encanta como te apasionas al hablar sobre alguna película ó defender alguna idea tuya
—me susurró acariciando mi mejilla—es una de las cosas que más me encantan de ti.
—¿Qué otras cosas te gustan?—pregunté sintiendo como mis mejillas comenzaban a tomar
ese tono rojizo que se acostumbraban a tener cuando estaba entre medio de sus labios y de
sus ojos verdes que me miraban con una elocuencia única como si fuera lo único que
importaba en cualquier escena que se nos presentaba.
—Creo que nunca terminaría con ese listado de cosas —respondió con una sonrisa que solo se
reveló ante mis labios con una reproducción infinita en los míos —Pero creo que la principal es
que seas la causante de que las estrellas hayan colapsado —musitó sin dejar aquella sonrisa
embelesadora y yo la miré sin entender a que se refería.
—¿Qué cosa?—pregunté enarcando la ceja y ella me miró como si fuera lo más obvio del
mundo, sin embargo, yo seguía sintiéndome pérdida ante sus palabras y sus gestos.
—Si nuestras estrellas jamás hubieran colapsado, entonces jamás nuestros destinos hubieran
coincidido —argumentó en una voz suave que se mezclaba en el departamento como lo único
importante en aquel momento mientras mis ojos la miraban maravillados ante cada una de
sus palabras como sino pudiera estar más embelesada de esa manera tan profunda que ella
podía llevarme sin problema alguno—Cada vez que las estrellas colapsan es para formar
nuevo polvo estelar que puede ser capaz de crear nuevos caminos, tú eres eso —dijo sin dejar
que sus ojos verdes me miraran inspeccionando cada minúsculo gesto en mi rostro—eres
la causante de esas estrellas que colapsaron y que hoy están tratando de formar un nuevo
polvo estelar que solo espero que sean caminos dirigidos hacia ti.

—————
Y las estrellas colapsaron parte 2 Los Angeles, 1947
Lauren
La noche se mostraba serena entre medio de la negra capa que siempre se establecía en el
cielo a estas horas, sin embargo, esa capa era adornada por los hilos dorados y plateados
que solo la luna y su séquito de estrellas podía ofrecer en una noche de verano como lo era
hoy.
Los Angeles no era una ciudad fría, pero en las noches muchas veces la brisa marina era
capaz de quitar más de una vez la necesidad de estar en la calle con un abrigo, por suerte,
ésta noche no era uno de esos días, ya que la brisa se mostraba refrescante como si el viento
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fuera capaz de susurrarte entre medio de la calma que las olas te mostraban entre la luz de
la luna y el váiven incesante de las olas que a pesar de que no mostraban algún tipo de
disturbio en medio de la playa, causaban esa tentación absoluta de quedarte por horas
admirando aquel espectáculo de la naturaleza.
Sin embargo, tal vez ésta noche las olas ni la luna ni el mismo cielo eran lo que provocaban
esa magia seductora que te atrapaba hasta lo más profundo de tu ser, provocando una locura
que no podía ser explicada por ninguna palabra del vocabulario humano; sino que
simplemente se presentaba sin siquiera tener la oportunidad de combatirla de alguna forma.
Y esta noche aquella locura tenía un vestido blanco, el cabello despeinado y una sonrisa que
sin ningún esfuerzo era capaz de irradiar un tipo de luz celestial parecida a la de las estrellas.
Por unos segundos ó quizás fueron minutos, mis sentidos dejaron de mostrar alguna de sus
funciones y recharazon mi control para simplemente quedarse admirando a aquella sombra
que se mostraba con toda la claridad del mundo como si fuera capaz de atraer toda la luz del
día hacia cada centímetro de su piel. Ella estaba sentada en medio de la arena mientras mi
mirada no dejaba de captar cada uno de los detalles que se esparcía entre medio de el
paisaje que se dibujaba entre nosotras esta noche.

Era increíble ver como todas sus facciones se relajaban de una forma que no parecía normal
cuando estaba entre la brisa del mar y la soledad que solo el silencio de la noche podía
ofrecer a las pobres almas humanas que éramos capaces de admirar esos pequeños
momentos donde el mundo nos ofrecía un poco de cariño y la oportunidad de deleitarnos con
un tesoro que solo se presentaba ante los ojos de las personas que lográbamos ver más allá
de ese manto de humanidad que invadía cada segundo de nuestra vida, porque lo único que
podíamos producir nosotros como especie era quitar la magia a todo y dejar de
sorprendernos ante el más mínimo rastro de discontinuidad que había en nuestra vida; más
bien
recházabamos esos momentos de nuestra vida que dejaban de ser rutinarios y nos
dedicábamos a ver como la vida pasaba entre nuestros ojos al lado de nuestros sueños y
nuestros más grandes deseos.
Eso era la humanidad, una acumulación de un manto que no nos dejaba ver más allá de lo
que estaba impuesto, porque todo lo que era distinto era despreciado y muchas veces
aniquilado antes de que pudiera contagiar al resto de su ambiente ante esa idea que parecía
ser una enfermedad que necesariamente tenía que ser erradicada. Sin embargo, para las
personas que aún podíamos deleitarnos ante esos momentos fugaces donde el mundo ofrecía
toda su magia que no te sintieras solo ante todo ese manto que muchas veces realizaba
también la función de ahogarnos entre medio de ideas que no seguíamos pero aún así
adquiríamos en nuestro subconsciente por mera obligación, para esas personas existían los
detalles que nos hacían ver la vida totalmente distinta y de cierta forma nos hacía sentir
como los seres más afortunados.
Ese era este momento, donde la luna se mezclaba ante el dulce sonido de las olas con la
frescura del aire mientras dos personas estaban sentadas en medio de la arena pretendiendo
que el mundo y la eternidad podía ser reducida a ese pequeño momento.

—Me gusta venir aquí—fueron las cuatro palabras que socabaron el silencio al cuál habíamos
sido reducidas nosotras dos mientras las olas se encargaban de mostrar una sinfonía
silenciosa, sonreí ante aquel comentario, ya que a mi también me gustaba a pesar de que
técnicamente era estar sentada en medio de la arena que se estaba enfriando de a poco
dejando claro que nadie la había pisado durante un par de horas. La castaña no dudó en
suspirar mientras ladeaba la cabeza divertida y yo no entendía que era tan chistoso hasta que
vi como un brillo singular se apoderó de sus ojos castaños captando mi total atención —
Pensarás que estoy loca, pero si te quedas en el silencio necesario, puedes escuchar como el
mar te susurra los secretos del mundo —ambas nos quedamos en silencio mientras aquella
idea no salía de mi cabeza y me concentraba por escuchar aquello que ella si podía escuchar,
suspiré al saber a lo que se refería y como si fuera una pequeña iluminación de un momento
fugaz, las palabras del viento se convirtieron en una realidad mientras se mezclaban con una
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sonrisa que hace mucho no se posaba en mis labios.

—Creo que la locura es la única que puede mantener vivas a ciertas personas —murmuré
intentando que nuevamente el viento se convirtiera en un confidente que jamás había visto
hasta esta noche. Camila sonrió ante ello mientras su mirada quedaba perpleja ante las olas
que venían una y otra vez arrastrando la arena que había a su alrededor.—Lo que es una
locura para el ser humano, es algo normal para el mundo—sugerí obteniendo la mirada de la
chica de vestido blanco y por unos segundos pude ver como una expresión que jamás había
visto de su parte era lo único que cubría el mosaico de emociones en su rostro, no estaba
segura de
cuántas existían en esa mezcla de matices que ofrecía una simple mirada; pero estaba segura
que jamás había visto algo más impresionante que aquello.

—La locura es lo único que me mantiene viva todos los días de mi existencia —confesó en un
lánguido suspiro que fue capaz de camuflarse ante una tensa capa de sentimentalismo
cargado de una tristeza infinita lo cuál solo hizo que me quedara impresionada ante la
profundidad con la cuál se decoraba cada una de las palabras que salían de su boca —Es lo
único que me hace querer seguir compartiendo mis minutos de vida con el mundo y tengo
miedo de que algún día simplemente me deje, se aparte de mi lado y jamás vuelva —asentí
sintiendo como sus palabras se atragantaban y se quedaban sin voz antes de que pudieran
salir de su boca, conocía a la perfección aquella sensación de tener miedo a no ver la magia
con la cuál habías crecido y darte cuenta de que el mundo era un lugar horrible que no
merecía ser vivido, el miedo que era reconocer que a pesar de todos los esfuerzos que
pudieras poner para que tu vida mejorase, simplemente esto no funcionara y te vieras
absorbida ante la inseguridad que invadía a todo ser humano frente a un mundo que solo
creamos como forma de tortura para los sueños y las ideas que iban más allá de lo que
podíamos explicar.

—¿Cuál ha sido la mayor locura que has realizado en tu vida?—pregunté sintiendo como mi
voz se acoplaba ante la imagen de aquella castaña en medio de la noche, Camila frunció el
ceño ante mi pregunta mientras se tomaba unos minutos del silencio que ya se había vuelto
algo común entre nosotras. La verdad es que no entendía porque la mayoría de las personas
se obstinaba con la idea de que el silencio era una tortura cuando a través de él podías ser
capaz de llevar contigo miradas y palabras silenciosas que el sonido jamás podría ofrecerte.
—Quedarme en este mundo —mencionó sin mirarme —Creo que la mayor locura que puede
presentar el ser humano es la decisión de quedarse en este mundo que muchas veces solo
quiere ver como te destrozas pedazo a pedazo —no podía describir el rostro que se impuso
entre aquella castaña pero estaba segura de que no había escuchado en mi vida palabras
más sinceras que aquellas y que representaban a la perfección ese mar de desafíos que la
vida ofrecía a cualquier alma viviente, porque la vida jodía a todo el mundo, el momento en
que lo hacía era lo único que cambiaba pero al final del día; todos rendíamos cuentas ante la
vida aunque no tuviéramos ninguna deuda pendiente con ella. Así era como jugaba ella y por
eso siempre era más atractiva la idea de la muerte y el descanso eterno que mantener esas
deudas con ella, sin embargo, si eras lo suficientemente valiente como para dejar que la vida
jugara contigo de la forma que ella deseara, muchas veces podías obtener experiencias y
emociones que iban más allá de lo que alguna vez hubiésemos deseado.
Ya que como te quitaba, la vida también era capaz de ofrecerte cosas que tal vez en un
principio no se veían tan atractivas ó parecían carecer de significado pero mientras más
atención les prestabas; podías ser afortunado y apreciar el regalo constante que era tener un
suspiro más de vida cada mañana y una sonrisa en los labios cada noche.

—¿Cuál ha sido la tuya?—me preguntó desvaneciendo cualquier tipo de barrera que hubiera
existido entre nosotras, era increíble como los momentos hacían que las personas dejaran de
ser algo distante y se acomodaran en tu corazón; muchos decían que el tiempo era capaz de

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curar cualquier cosa, pero también dejaban de lado el poder que tenía de ser tan
imperceptible y a la vez tan relativo que muchas veces olvidábamos que años de
conocimiento no significaba años de grandeza ni tampoco de amor acumulado sino que solo
era parte de la relatividad que se nos imponía como seres humanos, ya que habían veces en
que un par de días eran suficientes para sentir que conocías a alguien desde que fue creado
el mundo y que un par de años no podían asegurar que una persona se iba a quedar ó que
llegarías a conocerla con la profundidad que deseabas.
—Enamorarme —sentencié sabiendo que era quizás la mayor locura que había cometido en
mi vida, aunque odiaba aquel momento en donde el corazón era capaz de apropiarse de cada
pensamiento que tu mente es capaz de crear y como si fuera poco no se atreve a protegerte
de ser dañado sino que se lanza sin más en medio del abismo como si tuvieras alguien
guardando de tu espalda; ya que eso era el amor, un sentimiento que era capaz de hacerte
creer que una persona va a estar cuidándote cuando decidas tirarte al abismo, sin embargo,
esto no siempre sucedía y a veces simplemente el amor se quedaba como momentos
fragmentados que deseábamos olvidar, momentos que estabas seguro de que no debieron
pasar y te atormentas diariamente porque si tu mente no hubiera sido cegada esos
momentos jamás hubieran existido en tu vida ni tampoco se hubieran atrevido a dejarte
cicatrices como las que existían en un corazón detrozado. No obstante, de cierta forma no
podía quejarme ante esa idea porque mientras se me habían acumulado momentos que
deseaba olvidar, también había sido la afortunada de ganar miles de momentos que serían
por siempre los que atesoraría y eso muy pocas personas lograban conseguir. —Aunque
sinceramente no puedo quejarme porque obtuve mucho más de lo que alguna vez hubiese
podido desear, obtuve el mayor amor del mundo, uno que no tiene tiempo ni condiciones —
refuté sintiendo como una sonrisa que no esperaba se embarcaba en mis labios como un
navío en pleno mar, solo yo era consciente de cuán completa me había hecho sentir ese amor
tan distinto que había ganado desde la primera vez que supe de Noe, ni siquiera podía narrar
la emoción que me invadía en lo más profundo solo con verla feliz, solo con tenerla a mi lado
sabiendo que nada podía ser lo suficientemente malo como para quitarme la felicidad eterna
que se me había regalado desde la primera vez que la sostuve en mis brazos.
—Enamorarse siempre es un acto de locura —comentó con una pequeña sonrisa —No
obstante, a veces es la locura que alimenta el corazón y nos da esos suspiros de vida que
necesitamos para no perder la fe en la vida.
—Alguna vez te has enamorado—pregunté enarcando la ceja mientras mi mirada chocaba con
la suya dejándome en un estado tan atónito que podía sentir como me quedaba sin aire
porque definitivamente en esos segundos en que sus ojos castaños chocaron con los míos
simplemente el aire se exilió de mis pulmones.
—He actuado miles de veces en ese papel —respondió encogiéndose de hombros —Sé como
se puede ver, sé como actuarlo, lo conozco
—afirmó mientras sus palabras trataban de encontrarse ante una marea de significados que
aún no eran expresados —Pero jamás me he sentido afortunada de sentirlo, jamás he visto a
alguien de esa forma que los poetas narran ni tampoco me he dejado llevar por ese momento
en que tu corazón deja de latir —suspiró —Tal vez enamorarse no está designado para todos
los seres humanos —confesó dejando que las tribulaciones que acongojaban a su corazón
salieran sin ningún tipo de restricción ó advertencia logrando de alguna forma que no parecía
real, que sintiera a flor de piel cada una de las palabras que ella seleccionaba para que su voz
la representara—ó simplemente a veces es demasiado difícil ver más allá de todos los muros
de protección que has creado ante ti, un castillo amurallado solo es capaz de crear protección
cegando la vista de todo lo que hay a su alrededor —sentenció sin que sus ojos perdieran ese
fuego intenso que se había creado con tan solo un par de palabras como si a través de ella
pudiera sentir la pasión que desprendía ante una realidad que era tan dura de aceptar pero
finalmente era cierta, solo los que habían sido lastimados demasiadas veces sabían cuán
grandes podían ser esas barreras que nos atrevíamos a construir solo por miedo a sentir
nuevamente como tu corazón se agrieta ante ilusiones no cumplidas y deseos imposibles —A
veces es mejor esa protección que dejarse descarrilar por el sinfín de emociones
descontroladas que puede atraer algo tan complicado como enamorarse.

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—Solo somos un montón de polvo estelar lleno de ideas de destrucción y de deseos que no
fueron realizados, es por eso que cuando el amor toca nuestra puerta el corazón se resigna
ante aquel panorama y no podemos hacer nada ante ello, el amor no se busca ni tampoco se
espera simplemente da su estocada cuando menos lo esperamos —continúe mientras mi voz
se perdía ante cientos de palabras que solo mi corazón conocía y que por primera vez
tomaban algún tipo de altavoz y se mostraban a la superficie como pequeños barcos que
buscaban un destino inconcluso que no estaba en ninguna brújula pero aún así se atrevían a
salir solo porque deseaban recorrer caminos que no estaban impuestos.—Tal vez es un golpe
de suerte ó nuestra mayor condena, sea cuál sea la dirección a la cuál reducimos a ese
sentimiento, siempre tendrá el mismo destino que es dejar marcas que jamás saldrán.
—Es como cuando las flores más hermosas se resignan a que solo van a decorar alguna sala
ó un salón elegante, nuestro corazón siempre se resginará a amar porque es el único destino
que se le va a ofrecer.
—¿Qué hay detrás de esos ojos castaños Camz?—me atreví a preguntar mientras ella me
miraba atónita sin saber que decir, siempre me había llamado la atención como su rostro
podía tomar tantas características que lo hacían único pero no era muy difícil ver el vacío que
casi siempre ofrecía como si sus razones de vida hubieran sido aniquiladas en algún momento
de su vida.

—¿A qué te refieres?—preguntó contrariada y yo suspiré jugando nerviosa con mis manos.
—¿Qué es lo que tanto me llama la atención de ese trozo de papel que aún no ha sido
escrito?—musité sintiendo como mis mejillas quemaban ante la sensación que me dejaba
tomar esas palabras con ella —Jamás te has enamorado pero hablas como si fueras la misma
Julieta, lo sé porque es imposible no saber cuál es la mirada de alguien que ha recibido al
amor en su puerta—sugerí —¿Qué es lo que atormenta a esa mirada?—ninguna de las dos
volvió a decir algo mientras esos secretos que aún ocupaban cade detalle de la castaña se
perdían ante el silencio que nos golpeó de una forma que no esperábamos.

—Tal vez es el cansancio de que mi vida siempre sea igual —suspiró negando con la cabeza
como si estuviera pendiente de cada palabra que utilizaba para responder a mi pregunta —
Que sea una acumulación de frases suicidas que jamás salen, soy una de las personas más
afortunadas del mundo, una de las más deseadas pero aún así me acuesto sola cada noche
deseando que algún día eso cambie, cada mañana me despierto con la ilusión de que esa vida
perfecta que todo el mundo ve, deje de serlo y por fin pueda vivir de la forma que yo deseo
— argumentó desfilando palabras como si fueran pequeñas navajas que habían esperado
durante todo este tiempo el momento para mostrar su filo—Mi mejor amigo es la soledad y
mi mayor confidente es mi cigarrillo mientras vivo con personas que no deseo ver, convivo
con pensamientos que me encantaría socabar pero no puedo porque me metí en este mundo
sin escapatoria —no sé que era lo que más me sorprendía, si la resignación que ella tenía
hacia su vida ó el detalle de que me dolía que ella se sintiera tan sola entre medio de un
mundo que era capaz de devorar hasta al más fuerte —No puedo amar a nadie porque ni
siquiera me amo a mi misma, eso es lo que me limita —respondió sin más —He actuado
tantas veces conociendo el amor cuando jamás lo he sentido en mi corazón—mordí mi labio
tratando de imaginar la impotencia con la cuál su alma debía cargar cada minuto de su vida
en un mundo tan triste y desolador donde todo lo material estaba a sus pies pero lo que
realmente importaba no se presentaba en sus amaneceres.

—¿Nunca?—pregunté aún aturdida por todo lo que me había


confesado, Camila se limitó a asentir mientras dibujaba un par de círculos en medio de la
arena como si ellos fueran capaces de llevarse con todo lo que cargaba su corazón.

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—No de la forma afortunada que muchos lo sienten —recriminó —Jamás has sentido que tu
vida necesita de algo que ni siquiera sabes que es y todos los días te destruye esa necesidad
de saber que es para terminar con ese dolor, sin embargo, esa respuesta nunca llega a ti y
solo sigues con vida porque es lo que tienes que hacer
—asentí dejando que mi cuerpo se envolviera en todo el dolor que era sentir ese tipo de
sensación todos los días de tu vida, lo había sentido diariamente antes de que naciera Noe y
aunque ahora mi vida era un poco distinta a la de hace siete años atrás, aún sentía como esa
tristeza tan fría como la lluvia podía acumularse en todos los rastros del corazón y de nuestra
vida.

—Claro que sí —afirmé —Es ese momento cuando no sabes que significado podrías darle al
mundo porque eres solo parte de las millones de personas que lo habitan como sino hubiera
nada que te hiciera diferente y solo vives entre la marea que es ser parte del montón.
—Si pudier volver a nacer desearía ser una persona distinta, pero no se puede vivir de deseos
imposibles y mi historia solo es parte de todas las locas aventuras de las personas que se
sumergen al mundo del espectáculo esperando conseguir oro y lo único que te ofrecen es la
condena de tu vida.
—¿Por qué simplemente no renuncias a ella?—pregunté confundida y la chica de ojos oscuros
me miró con una sonrisa condescendiente como las que yo le daba a Noe cuando decía algo
que era imposible pero no podía romperle esa ilusión.

—¿Por qué crees que Claire tampoco lo ha dejado?—refutó suspirando y yo no supe que
responder a ello, porque ella también se quejaba de vez en cuando de la misma vida —
Porque nos acostumbramos a ser adoradas, nos gusta que la cámara refleje falsos corazones,
nos acomodamos a la idea de que no importa cuántos años pasen tu nombre siempre estará
en la boca de alguien más, es como una adicción hacia la atención —admitió sin ningún tipo
de expresión en su rostro
—Muchos viven de esa forma, pero siempre llega un momento en que esa sonrisa que
siempre debes mostrar al mundo simplemente se desvanece y nunca más , regresa y ese es
el día en que te das cuenta que desperdiciaste tus años y que lo mejor es solo volver a ser
polvo.
—¿Alguna vez has querido terminar con todo?—pregunté atragantándome con mis propias
palabras ante esa idea de soledad que la invadía.
—No —aseveró —Aún sigo en la búsqueda de ese algo que le de algún tipo de significado a
todo lo que siento, ese algo que pueda socabar toda esa
soledad que siento cada vez que las cámaras se apagan y las grabaciones terminan.
—Yo sé que lo encontrarás, cuando menos lo esperes aparecerá esa parte del destino que te
hará ver la vida de una manera distinta a la que estás acostumbrada—sugerí con una sonrisa
que intentaba sanar un poco de ese corazón destrozado que se presentaba en el pecho de
aquella castaña que parecía tenerlo todo pero que ahora me demostraba que no tenía nada y
eso era lo que más le atormentaba, la idea de irse del mundo sin haber tenido esas tímidas
caricias de la vida dónde te sientes la persona más afortunada que puede existir en el
planeta.
—¿Cambiarías algo de tu vida?—me preguntó en un susurro como sino estuviera segura de
su pregunta y yo suspiré negando.
—Ni una sola palabra de él, sé que suena utópico aquello pero es que tal vez eso es el
destino, una combinación extraña de momentos que están alineados para subsistir a través
de distintas emociones que nos derivan a ciertas respuestas y decisiones—confesé sonriendo
—Cuando estaba embarazada de Noe, lo único que podía pensar era en lo injusta que podía
ser la vida, tenía 15 años y solo deseaba ser amada —suspiré ante aquella imagen de un
pasado tan distante que no parecía el mío, pero yo sabía a la perfección que el hecho de que
se viera distante no significab que no fuera él que había vivido —La amaba desde la primera
vez que supe de ella pero en esos meses no pude disfrutar ese momento, ya que en mi

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mente solo podía pensar en las cientos de complicaciones que llegarían cuando ella naciera—
respondí—En el hecho de que no sabía como la iba a mantener, no sabía como cuidar de ella
ni tampoco como ser una madre —mis ojos se aguaron ante la idea de aquel recuerdo de un
momento que prefería haber dejado oculto durante todos estos años pero que por alguna
razón no me daba miedo en comentarle a Camila, era como si por primera vez no tuviera esa
barrera propia que no me permitía mostrar esa parte quebrantada que ni siquiera era capaz
de mostrarle a alguien más que no sea yo misma.—Aún no sé que hacer la mitad de las veces
y te juro que daría mi vida solo para darle lo mejor —suspiré sintiendo una opresión en mi
pecho que ya me había acostumbrado a sentir durante tanto tiempo en las noches que
pasaba esperando que el amanecer apareciera porque el miedo constante de no saber que
hacer me consumía más que cualquier otro tipo de cansancio ó problema —Ella es mi todo y
me siento afortunada por tenerla a mi lado, a pesar de lo duro que suele ser muchas veces
ser madre —Camila no dijo nada mientras sus ojos me inspeccionaban como si intentaran
buscar algo que yo no sabía de que trataba pero no solo eso me ofrecía su mirada sino que
también era capaz de mirarme con una ternura que no esperaba de su parte como si algún
tipo de compasión existiera entre medio de esos ojos castaños, ofreciendo algún tipo de
refugio en medio de una tormenta.

—Alguna vez pensaste en que ella estaría mejor de otra forma —me preguntó algo insegura
—Con alguien más —chasqueé la lengua mientras asentía porque lo había hecho cientos de
veces, solo podías pensar en lo profundo que podía ser el amor hacia tu hija cuando vivías
esa situación. Vivías del hecho egoísta de la que
necesitabas contigo pero en tu interior sabías que podías ofrecerle más , una vida mejor si te
atrevías a ver más allá de eso y solo pensabas en ella.
—Lo he hecho cientos de veces —confesé bajo la mirada atenta de la castaña, mordí mi labio
ante la realidad de una decisión que había estado tantas veces en mis pensamientos que no
podía ni siquiera derivar a un número —De hecho lo hice—susurré sintiendo la opresión de
aquel momento que había tomado la decisión más difícil de mi vida, había sido hace tanto
pero aún seguía siendo parte de mis errores—Cuando Noe nació todo se hizo mucho más
difícil en mi vida que llegué a un punto de que tomé la primera opción que se me mostró con
claridad —argumenté sintiendo como las lágrimas caían en mis mejillas —La dejé a cargo de
una amiga durante meses porque estaba segura de que yo no era la mejor opción que ella
tenía—dije resignada sin atreverme a ver su mirada porque sabía en mi interior que cualquier
persona era capaz de juzgar aquella decisión desesperada —Ally se quedó con Noe hasta que
tuvo ocho meses—afirmé —Ha sido la decisión más difícil que he tomado en mi vida.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?—me preguntó contrariada.
—Ser lo suficientemente egoísta para no querer vivir más tiempo sin ella —respondí —Fueron
los tres meses más largos de mi vida, ni siquiera era capaz de ir a la cama sin sentir que me
faltaba lo único que le daba sentido a mi vida
—concreté mientras recordaba cada una de las noches en dónde había llorado ante la
decisión que había tomado—Todos los días pensaba en como debía estar, en como debía
estar creciendo y ni en esos momentos en donde deseaba con todo mi ser estar con ella; me
atreví a visitarla porque no podía dejar que ella perdiera la oportunidad de tener un mejor
futuro —suspiré —Sin embargo, una noche simplemente ya no pude más y fui por ella, Ally
no dijo nada por mi cambio de decisión pero aún ahora me sigo sintiendo culpable de lo que
decidí.
—No creo que alguien pudiera juzgarte Lauren —afirmó mirando hacia el cielo estrellado de
esta noche —Como seres humanos cometemos actos desesperados, si me juzgaran por cado
uno de los momentos desesperados que he tenido en mi vida entonces ya hubiera sido
condenada a muerte —dijo encogiéndose de hombros —Pero hay una gran diferencia entre
mis actos egoístas que los tuyos, la diferencia está en que tú siempre lo hiciste pensando en
lo que era mejor para tu hija, fuiste capaz de dejar tus sentimientos de lado para poder
ofrecer tu felicidad a cambio de la de ella —no dije nada más mientras ella seguía dejando su
opinión sobre ello —Nunca he conocido a alguien que hiciera tal sacrificio.
—Es la primera vez que se lo cuento a alguien —contesté suspirando secando mis lágrimas.

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—Me siento muy afortunada por saber aquel detalle de tu vida —fue lo único que dijo
mientras el silencio volvía a darnos una sentencia de pena.
—¿Algún día sabré lo que hay detrás de ese mar turbulento?—le pregunté y ella me miró con
una sonrisa cargada de ternura.
—Si te contara todo lo que hay detrás de él, me verías como el
resto de las personas, seguramente ni siquiera estaríamos teniendo esta conversación
—sugirió y yo negué ante aquello porque me parecía imposible despreciarla, era simplemente
poco creíble que ella se sintiera tan solitaria.
—Lo dudo —aseveré lo cuál hizo que Camila me mirara por unos segundos con una ilusión
que no había sido capaz de registrar en su rostro en algún momento de los cuáles llevaba
viviendo con ella, lo cuál solo hizo que aquel gesto enterneciera mi corazón.

—y si las estrellas fueran capaces de colapsar en este momento, me tomaría cinco segundos
de vida para apreciar como el invierno de tus ojos se evapora formándose la suave capa que
decora la nueva galaxia que se desprende de ti, una que está pintada con felicidad y con la
brisa de la primavera —recité uno de mis poemas favoritos obteniendo la mirada curiosa de
aquella castaña.
—Max Roher, uno de mis favoritos —contestó desprendiendo un par de risas que se
mezclaban con la danza que las olas habían impuesto en nuestra escena, yo no pude no
sonreír ante la forma adorable que su risa podía ser el único sonido audible—Estoy segura
que las estrellas colapsaron para que nuestras vidas se juntaran —respondió sonrojándose
ante esas simples palabras y yo no pude decir nada ante ello por lo cuál solo me quedé
admirando cada detalle de aquella castaña como si mi corazón me obligara a capturar una
foto que no quería olvidar nunca en mi vida.
—Tal vez era lo que ambas necesitábamos—contesté sintiendo una extrañeza que invadía
cada punto de mi ser como si estuviera volviendo a nacer solo con la sonrisa de esa chica que
estaba a solo unos centímetros de mí.
Sí.
Hay veces que el mundo te ofrece momentos de fugaces de felicidad que no sueles entender
en un principio pero que si aprendes a mirar más allá de su presentación, se vuelve en los
regalos más genuinos que te hayan ofrecido jamás.
Camila era eso y mucho más.
Capítulo 23: Ours

A window breaks down a long dark street And a siren wails in the night
But I'm alright 'cause I have you here with me
And I can almost see through the dark there is light
Miami, 2006 Lauren

El silencio de la noche se acumulaba en cada rincón de la habitación de color lila, conocía cada
rincón de ella aunque la luz haya sido exiliada hace un par de horas por el silencio que solo la
madrugada podía mostrar a éstas horas.
Reconocía desde ese intento de dibujo que decoraba casi todo el techo entre líneas abstractas
de color negro que resaltaban con el fondo blanco que presentaba esa parte de la habitación
hasta los libros que estaban tirados en el escritorio cerca de la puerta.
Reconocía desde la colección de fotos que se encontraba en una de las paredes donde yo
aparecía en la mayoría de ellas hasta aquella blusa azul que salió de mi clóset para parar en
la silla del escritorio de la habitación de Lucy, sin embargo, a pesar de que conocía hasta con
los ojos cerrados cada centímetro cuadrado que envolvía a la habitación, cada noche que
pasaba aquí la sentía como si fuera otra y cambiara constantemente dependiendo del día y de
la noche que se presentaba.
Esta noche no era distinta y a pesar de que conocía de memoria el orden de las fotos que se
encontraban en la pared y podía hasta recordar como había ayudado a ubicarlas formando un
collage de recuerdos que no solo se guardaban detrás del papel fotográfico sino que también

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adornaban cada uno de los recuerdos que tenía con aquella castaña que estaba a solo unos
centímetros de mí, esta noche las veía como si fueran parte de momentos de mi vida que se
me hacían demasiado difíciles de recordar.
Suspiré sintiendo como mi pecho se oprimía ante la ola que solía arrastrarme hacia las
profundidades de mis más grandes penas, odiaba cuando aquel sentimiento me invadía y no
me premitía dormir en paz porque se apoderaba hasta de la más mínima pulgada de mi ser
convirtiéndome en una masa de pensamientos que no tenían ningún tipo de limitación y que
simplemente me acechaban como si fueran lobos hambrientos esperando que su presa diera
un paso en falso para poder atacarla. Mis pensamientos ensordecidos se convertían en el
único sonido presente en la habitación y a pesar de que intenté cerrar los ojos y volver a
dormir plácidamente como lo estaba haciendo en este momento mi mejor amiga, supe
después de unos minutos de intentos fallidos que mis pensamientos jamás me dejarían en
paz así que me levanté de la cama intentando no provocar ningún ruido que pudiera
perturbar el sueño de Lucy mientras mis pies se dirigían hacia el pequeño balcón que la
habitación
tenía.
Quizás ese era el lugar que más me gustaba de la casa de dos
pisos, era como si todo un mundo distinto se mostrara a través de las pinceladas de la noche
y como el mar se mostraba turbulento entre olas que rompían la paz y serenidad que la playa
podía mostrar a éstas horas. No se veía ni una sola alma andante ni tampoco había algo que
fuera llamativo entre medio de ese escenario oscuro lleno de colores que se mostraban como
una danza incesante de las estrellas intentando irradiar un cielo que se apropiaba de toda la
vida, no obstante, poco y nada me importaba porque era mi escenario favorito. Me encantaba
quedarme por horas sentadas en este mismo balcón viendo como las olas van y regresan
como si su vida dependiera de la fuerza que acumulan para luego liberarla, me gustaba cada
detalle que envolvía la sensación de la playa en la noche, desde aquella brisa que muchos
consideraban molestosa hasta el sonido estruendoso de las olas golpeándose en la arena.
Pero lo que más me gustaba de aquello era la sensación liberadora que nacía cada vez que
veía aquel espectáculo, era como si solo pudiera tener paz entre mis pensamientos cuando
me sentía en el frío mármol del balcón y me quedaba absorta ante la belleza innata de la
naturaleza.

Aunque hoy aquella paz no se presentó y solo fue capaz de taladrar una y otra vez la
preocupación que aparecía en mí cada viernes, a pesar de estar lo suficientemente lejos de
mi casa como para no escuchar ni relacionar nada con los problemas que los viernes siempre
atraían a mi vida, me era imposible escuchar en mi imaginación el sonido de la puerta de mi
casa siendo abierta por una señora en un estado total de ebriedad que había conseguido
después de más de cinco horas en el mismo bar de siempre, se supone que ella y yo
compartimos la mitad de los genes y que debo llamarla con el título de ser quién me dio la
vida, sin embargo, aquello es casi imposible desde hace un par de meses y la verdad es que
ni siquiera tengo el valor de mirarla en aquel estado porque solo es parte de una daga
incesante en mi vida, como si cada viernes en la noche se presentara una nueva forma de
herirme y entre los gritos devastadores y todo el desastre que siempre quedaba en la sala
después de que ella intentara recuperar un equilibrio que ya no era parte de su organismo al
haberse pasado de copas como siempre, ella tuviera el poder absoluto de lograr una herida
más profunda de las que ya tenía.

A pesar de que no estaba en casa, mi mente no tarda en rememorar una y otra vez los gritos
que siempre nacen de su parte que está en aquel estado, la forma en que a pesar de que es
lo suficientemente tarde como para que yo me encuentre durmiendo, sus palabras no dejan
de dolerme porque sé a la perfección que a ella no le importa ni en lo más mínimo como yo
me siento al respecto. Aquel infierno que es mi casa cada viernes no deja de acecharme y
provoca que un par de lágrimas comiencen a apoderarse de mi rostro mientras las olas
siguen mostrando aquel espectáculo que

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tanto me atrae, los sonidos que solo aparecen noches como ésta no dudan en seguir el hilo
de los recuerdos mientras recuesto mi cuerpo en la fría pared esperando que aquel
recordatorio eterno de que mi vida era lo más lejano a lo que un adolescente podía pensar
como normal, se disperse y por fin me deje en paz.
Me repito una y otra vez que no estoy en casa, que estoy segura aquí, sin embargo, lograr
convencerme de algo que de cierta forma no es cierto, simplemente es imposible luego de
semanas enteras soportando aquel infierno que dejaba el miedo latente en todo mi ser como
si siempre estuviera procurando mantenerme en estado de alerta e intentando defenderme
de lo cruel que a veces podía ser la vida.
Todo sería tan distinto si él aún estuviera aquí, no obstante, aquello ya ni siquiera me ayuda a
superar las memorias que decoran cada uno de mis días desde que él ya no está. Intento
quitar esos recuerdos y devolver aquellos en donde había tenido un breve período sin tener
que preocuparme de mantener con vida a alguien que tenía décadas más que yo, quise
devolverme en el tiempo en dónde yo era quién era cuidada y no quién debía hacerse cargo
de todo.

Realmente deseaba que esos recuerdos en donde la felicidad se teñía entre mis amaneceres y
el resto del día, volvieran y se transformaran en la realidad que me rodeara, no obstante, eso
era mucho pedir, ya que ese tipo de sucesos jamás suceden. Los recuerdos no se convierten
en realidad simplemente tienen un breve lapso de tiempo donde pueden actuar como una
conexión con el pasado, pero no existía nada más allá de ellos.
El pasado era algo que quedaba en nuestra memoria mientras el presente solo era un diseño
ambiguo de nuestras decisiones diarias y de lo que el destino nos tenía preparado.
El sonido de las olas estrellándose en la orilla no dejaban de ser lo más cercano que tenía a
un efecto tranquilizante y traté de aferrarme de aquel sonido para que mis recuerdos dejaran
de jugar con mi mente como siempre lo hacían. Sentí como el frío estaba comenzando a
dominar mi piel, sin embargo, no le di mayor importancia porque era más grande aquel
sentimiento de soledad que se atestaba en mi pecho y que no me dejaba dormir en noches
como éstas.
No quería ni siquiera pensar en que pasaría cuando mañana regresara a mi casa y me diera
cuenta que todos mis miedos eran justificados, no quería pensar en como sería volver a mi
realidad luego de una tarde llena de normalidad en una casa que conocía de memoria y que
deseaba con todo mi ser que fuera la que me abrigara cada mañana y cada noche, no
obstante, la realidad siempre es más cruel de lo que solemos esperar así que no me
sorprendía el hecho de que mis miedos se mostraran como una marca indeleble en cada
punto de mi alma.
—¿Lauren?—escuché decir mientras mi cuerpo tomaba iniciativa propia de defenderse ante el
simple llamado de mi nombre, estaba acostumbrada a aquella escena que ya tenía mis
propias murallas instauradas para protegerme, sin
embargo, ésta vez no era la sombra de una persona adulta la que se encontraba llamándome
sino que era la sombra de una castaña con el cabello alborotado y que no me superaba en
altura pero aún así parecía mucho mayor que yo.
Lucy se acercó a mí frunciendo el ceño mientras yo intentaba crear algún tipo de justificación
creíble por la cuál me encontraba sentada en medio de su balcón intentando acallar recuerdos
que ella seguramente no podría entender a pesar de ser mi más grande confidente.

—¿Estás bien?—volvió a susurrar mientras se acercaba a mí y me quitaba un par de


mechones de mi cabello que seguramente le molestaban al ver mi rostro, suspiré ante su
suave tacto y la forma en que su voz siempe era el único refugio que tenía contra mis
pesadillas que a diferencia de las de todo el mundo, se transformaban en realidad —No
quería molestarte —sugirió sin dejar aquel tono tan dulce que era presente en ella cuando
hablaba conmigo, yo no dije nada mientras mi mirada seguía cautiva hacia la playa, la
castaña se dio cuenta de aquello así que se limitó a suspirar y sentarse a mi lado intentando

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que yo pudiera hablar aunque las palabras se encontraran atragantadas en mi garganta como
sino pudieran ser liberadas—Pero me levanté y tú no estabas, lo cuál me preocupó—
sentenció y yo sabía la razón por la cuál ese miedo existía, todos lo tenían, el mundo pensaba
que si mi padre había sido tan débil como para suicidarse yo podía tomar el mismo rumbo
invadida por la tristeza. Sin embargo, nadie pensaba que solo pensarlo me hacía sentir
impotente y enfurecida, no podía estar más decepcionada de él por preferir dejarme sola
antes de luchar por mí, porque eso era dejar de vivir, era ser egoísta y no luchar contra el
destino, era decidir que tu vida era más importante que la de las personas que te rodeaban y
que por eso tenías todo el derecho del mundo en dejar heridas en esas personas que te
amaban, porque la muerte era una herida insuperable que solo se hacía más grande a través
del tiempo, jamás se reducía solo se ampliaba.
Ninguna de las dos dijo nada después de aquello y Lucy solo se quedó a mi lado intentando
pensar en alguna forma de acercarse a mí, había visto esa mirada tantas veces que no me
sorprendía, la mirada de la inseguridad de no saber como actuar ante alguien que estaba
destrozado. Esa mirada penetrante de querer ayudar a esa persona pero que el miedo te
absorbía a quedarte sin hacer nada porque tenías miedo de que tus acciones fueran peores
que el mismo momento, suspiré ante aquella idea porque tampoco la culpaba, ella era mi
mejor amiga y lo único que me quedaba en este momento, no obstante , su vida y la mía
eran tan distintas que entendía su esfuerzo por querer protegerme de todo y preocuparse por
la más mínima cosa que me ocurriera por lo cuál simplemente me recosté entre sus piernas
sintiendo la cálida sensación que su piel irradiaba hacia mí ante aquel pequeño acercamiento,
ella no dudó en acomodarse para que ambas estuviéramos sentadas en medio de su
habitación intentando romper esas barreras que siempre nacían en mí. Lucy tardó unos
segundos en comenzar a acariciar mi cabello mientras
yo cerraba los párpados en un intento fallido de creer que esa podía ser mi realidad de todos
los días, tenerla siempre conmigo cuando me sintiera mal, cuando no quisiera hablar, cuando
mis pesadillas comenzaran a teñirse de verdad, sin embargo, eso era mucho pedir porque ella
vivía lo suficientemente lejos como para visitarla solo de vez en cuando aunque la viera todos
los días en el colegio.
—¿Sabes que las pelirrojas están a punto de extinguirse?—me preguntó mientras yo la
miraba sin entender lo que me estaba diciendo, ella impuso una sonrisa en su rostro al ver
que le estaba prestando atención —Leí en un reportaje que este gen está cada vez siendo
más reducido por lo cuál habrían menos pelirrojas por el mundo en un par de años —comentó
y yo asentí tratando de entender que estaba haciendo hasta que llegó la explicación que
esperaba de aquel comentario sin sentido —Tal vez Bethany Williams se extinga como es
pelirroja, capaz se extingue como los dinosaurios —refutó riendo lo cuál también me hizo reír
por lo estúpido que sonaba aquello aunque no hubiera estado nada mal, esa chica era un
dolor de cabeza para cualquier persona que se la encontraba a menos de 200 metros—¿Te lo
imaginas Lo?—me preguntó entre risas —Que al fin podamos tener una clase de matemáticas
sin tener el comentario de esto es tan fácil no se porque no lo entienden —agregó en un
intento de simular la voz de esa pelirroja, yo no podía dejar de reír frente a lo tonto que
sonaba, sin embargo, agradecía que fuese así porque era la primera risa que tenía en un día
y como siempre, Lucy era quién la había desatado. Cuando las risas cesaron y nuevamente
nos encontramos solo nosotras dos en medio de ese mar infinito, ella no dudó en besar mi
cabello con la protección que siempre mostraba con la excusa de que ella era mayor que yo,
solo teníamos meses de distancia , pero aún así aquella chica de ojos castaños no olvidaba en
repetirme incesantemente que me superaba en edad—No te obligaré a que me cuentes
porque decidiste querer dormir aquí, Lo —sugirió con una mueca antes de suspirar
amargamente por ello—Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para cuidarte, te
adoro —yo asentí sintiendo como el dolor se atrevía a pasar cada frontera de mi cuerpo, creo
que odiaba más la forma en que ella me mostraba cariño que el hecho de que ya me había
acostumbrado a no recibirlo, lo odiaba porque significaba que cada vez querría tenerla más
cerca y quererla aun más de lo que ya hacía. Estaba tan acostumbrada a perder personas
que odiaba que las que aún seguían aquí se aferraran de mí y siguieran demostrando la razón
por la cuál les había abierto parte de mi corazón.

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—Yo también lo hago —respondí en un susurro que le sacó una sonrisa a Lucy y que volvió a
provocar el efecto cariñoso que llevábamos años mostrando la una con la otra—Eres lo mejor
que me ha pasado —contesté intentando sonreír pero me era imposible porque no podía
dejar atrás todas las tormentas que se mostraban en mi interior, a veces deseaba ser como
Lucy ó como cualquier otra chica de mi edad, sin tener la preocupación de que pasaría sino
llegaba a tiempo a casa ó la constante duda de no saber donde estaba mi madre todos los
viernes y si regresaría.
—¿Quién es quién veo ahí?—me susurró al oído mientras no dejaba
de acariciar mi cabello—Su mirar fijo en mí, y que en mi reflejo no reconocí —cerré los ojos
ante el recuerdo que era esa canción , la podría reconocer en cualquier circunstancia porque
era una de las últimas que había visto en mi infancia, era la canción de mulán y recordaba a
la perfección como ambas podíamos estar toda una tarde cantando todas las canciones de la
película —Esa canción es uno de mis recuerdos favoritos —aseveró con una sonrisa —Aún
recuerdo como podías quedarte por horas cantándola como si tu vida dependiera de ello.
—Dirás quedarnos —refuté con una sonrisa —Porque éramos ambas las que nos quedábamos
cantándola —sentencié mientras ella asentía rodando los ojos.
—Yo solo te seguía porque no quería que hicieras el rídiculo sola
—concretó y yo solo ladeé la cabeza divertida por ello porque sabía que nunca iba a aceptar
aquellos recuerdos que eran parte de mis favoritos pero aún así, la mayoría se había perdido
a través del tiempo dando más importancia a los más recientes y que eran lo más
dolorosos—Todas querían ser la cenicienta ó la bella durmiente y nosotras queríamos ser
mulán—respondió mientras yo la veía absorta ante cada palabra —Quién diría que después de
tantos años aún seguimos aquí juntas —musitó.
—Y serán muchos más, al menos de mi parte —agregué deseando en silencio que aquello no
fuera solo una idea y que realmente se convirtiera en una promesa.
—De por vida porque no podrás apartarte jamás de mi encanto
—comentó orgullosa y yo solo rodé los ojos.
—Pobre de mí —dije irónicamente lo cuál solo hizo que ambas riéramos, porque entre
nosotras era como si el tiempo no pasara, como si ningún tema fuera lo suficientemente
importante para quebrar esa unión que llevábamos años formando. Me encantaba estar con
ella porque se sentía tan real que muchas veces dudaba que fuera posible luego de años
juntas, sin embargo, a pesar de todo ambas sabíamos que solo las dos nos teníamos ante
cualquier circunstancia.

El silencio volvió a arrebatarnos aquellos suspiros de felicidad y solo se mezcló ante la frialdad
de aquella madrugada, no obstante, ninguna de las dos estaba preocupada por aquel detalle,
ya que muchas veces el silencio era la mejor forma placentera que existía para absorber
recuerdos y guardarlos en lo más profundo de tu interior. Ninguna de las dos trató que el
silencio desapareciera, solo nos quedamos dejando que el momento se expresara por si solo
sin necesidad de agregar letras a esa escena y lo conseguíamos solo a través del cariño que
nos acobijaba y por como sin necesidad de ningún tipo de sonido, nuestras almas se
presentaban sin ninguna protección siendo solo parte de aquel momento como si estuvieran
enlazadas para relucir como lo hacían las estrellas de ésta noche. Sus ojos castaños relucían
como si fueran parte del mismo cielo y me acomodé aún más entre su cuerpo pidiendo
silenciosamente que esto durara toda la vida como mínimo ó que al menos durara lo
suficiente para que fuera un recuerdo potente.
—¿No quieres regresar a dormir?—me preguntó quitando aquel silencio que ya nos había
absorbido hasta la parte más recóndita de nuestra piel, yo no dije nada y simplemente asentí
mientras ella tomaba mi mano con una dulzura única —Prometo que no me dormiré hasta
que tú lo hagas —me prometió mientras sus ojos destellaban un brillo inmesurable ante
aquella opción, yo reí bajito ante ello y volví a asentir mientras ambas ibamos a dormir
nuevamente. Al entrar nuevamente a su habitación fue como si todos aquellos tonos que se
habían mostrado entre medio de la noche acechando cada pensamiento que tenía,

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simplemente habían desaparecido por obra de magia y sabía que la única que podía causar
aquello era la misma chica que estaba tomando mi mano para que no me preocupara por
ninguno de los recuerdos que me recorrían de una forma atormentadora. También sabía que
no era la primera vez que me sentía de esa forma con ella, siempre lo delimitaba ante el
hecho de que eran reducidos los momentos que teníamso para estar así de juntas y hablar
cosas importantes que no fueran parte de las banalidades diarias, sin embargo, en mi interior
sabía que aquello que sentía hacia ella no tenía ninguna razón coherente de ser porque jamás
me había sentido de esa forma tan segura más que cuando estaba con ella, tampoco había
nadie que me hiciera reír como Lucy lo hacía ó simplemente en medio del silencio me hacía
sentir especial como si fuera lo más importante de aquel momento.
Era imposible no tener una sonrisa a su lado y eso me preocupaba porque no sabía como
llevarlo, tal vez estaba tan necesitada de cariño y de algo real que solo me dejaba llevar por
el cariño de mi mejor amiga.
Ambas volvimos a recostarnos en su cama de sábanas rojas y yo solo podía pensar en el
hermoso tono que tomaban sus ojos en medio de la noche mientras una sonrisa enmarcaba
su rostro de una manera que no parecía real, suspiré ante ello mientras ella me protegía
entre sus brazos en medio de un abrazo que solo hizo que todo mi cuerpo temblara como
nunca había hecho con anterioridad, decir que estaba incómoda y a la vez impresionada por
todo lo que había desatado un simple acto de cariño era lo mínimo a lo cuál podía reducir lo
que sentía, sin embargo, ahí estaba intentando dormir y controlar aquello que no conocía
entre medio de sus brazos.
—Buenas noches Lo —me susurró antes de comenzar a acariciar mi cabello —No hay
tormenta incombatible en el mundo de los ojos verdes más bonitos que hay —comentó
mientras las sombras de la noche dejaban de ser parte del plano real y lo único que existía
era su cariño.
Quise llorar en aquel momento pero no lo hice por el simple hecho de que por unos minutos,
la felicidad había sobrepasado el límite que la tristeza siempre imponía y por primera vez en
mucho tiempo me sentía de una forma tan completa que solo podía sonreír ante ello.

Ours parte 2

Los Angeles, 1947

Camila

Me parecía imposible no desviar mi mirada cada cinco segundos hacia el gran reloj de pared
que se encontraba en el restaurant, era como si cada segundo que pasaba tardara siglos en
seguir su camino y transformarse en minutos era solo un sueño eterno.

Suspiré nerviosa notando que apenas habían pasado dos minutos desde la última vez que
había dirigido la mirada hacia el reloj. Habían pasado veinticinco minutos desde que me había
sentado en la mesa que llevaba semanas reservada, veinticinco minutos, unas tres copas de
vino y toda mi paciencia y mis nervios incrustrados en cada segundo que pasaba.
Traté de calmarme pensando en otra cosa que no fuera la cita que tenía hoy, sin embargo, se
me hacía imposible no pensar en todos los registros que tenía con anterioridad sobre cada
vez que decidía aceptar vivir breves minutos con ella, minutos que para ella y su apretada
agenda parecían toda la vida y para mí parecían los minutos más desesperante de toda mi
existencia.
Aún seguía sin entender porque seguía aceptando sus salidas si jamás llegaban a algo más
que no fuera discusiones rutinarias, falsas sonrisas y mentiras que deseaba que fueran
realidad pero no lo eran. Nuestra vida se trataba de eso, de actuaciones que intentábamos
transformar en la única verdad existente pero no lo era, no éramos una madre y una hija
normal aunque así lo quisiera, nuestra relación solo existía en los escaos minutos en que

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nuestras vidas se juntaban, sea en una llamada que solía recibir en mi cumpleaños ó en
alguna reunión que solía juntarnos por coincidencias del destino ó una que otra vez en alguna
premiación.
Pero además de esos cortos instantes en que pretendíamos ser algo más que desconocidas
que compartían ciertos rasgos y la misma pasión hacia la actuación, no había nada más de
fondo como si nuestras vidas estuvieran totalmente desligadas desde siempre, tal vez era
porque lo estaban; jamás tuve una relación cercana con ella ni siquiera con mi padre y aún
así ellos reclamaban ser personas importantes en mi vida.
Ni siquiera cuando era una niña habían sido algún tipo de pilar en mi vida, ellos simplemente
eran las personas que veía de vez en cuando que siempre estaban de viaje ó que siempre
estaban en alguna película. No recuerdo algún momento en que alguno de los dos haya
tenido una conversación de más de diez minutos conmigo ni tampoco un abrazo sincero que
fuera más allá del hecho de que se suponía que yo les pertenecía como hija de la misma
forma que ellos debían ser importantes en mi vida.
Cuando era más pequeña solía envidiar a las otras familias que solía catalogar como
normales, en donde sus padres estaban presentes y siempre parecían tener algún tipo de
conversación con sus hijos ó algún tipo de afecto, pero yo no había tenido nada de eso
excepto por nana quién era la persona que mejor calificaba en aquel papel aunque no
compartiéramos ningún tipo de relación sanguínea ó familiar. Ella era la que se había
preocupado por mí desde que tenía memoria, ella era la persona que había estado en mis
mejores momentos como también había estado en los peores, también era la única persona
que podía regañarme sin que yo no intentara desatar mi cólera contra ella y la única que a
pesar de conocer cada una de mis debilidades, cada uno de mis errores y de mis caídas, ella
seguía aún conmigo a pesar de todo demostrándome un afecto sincero.
Suspiré mientras mis dedos nerviosos bordeaban la copa de vino que ya se encontraba a la
mitad entre mis manos, como siempre, éste era el único momento en mi rutina que solía
realizarlo sin estar segura de a qué deseaba llegar. Jamás estaba segura de que quería
realmente con estos encuentros, no sabía si quería que todos esos años de soledad se fueran
y tuviera algún tipo de lazo con la persona que me había dado la vida ó simplemente era esa
curiosidad de saber de su existencia más allá de noticias que salían en el diario ó alguna foto
casual en algún cartel.

Fuese cuál fuese la razón, ésta solía presentarse ente nerviosismo y la idea de que no sabía
que decir, nunca estaba preparada para la conversación, a veces hasta solía pensar que le
diría después de meses sin tener ningún tipo de contacto. Al principio pensaba que era una
buena idea comentarle sobre mis proyectos, sobre las películas que era el único tema que
lograba unirnos, sin embargo, ya me había rendido con aquel tema porque su interés hacia
cualquier logro mío era nulo. Se suponía que ella debía ser quién estuviera más entusiasmada
ante la idea de que yo también me desenvolviera en aquel mundo del espectáculo, no
obstante, jamás estuvo de acuerdo, aún ahora solo lo encuentra como el capricho de una
niña que no tenía nada mejor que hacer.
Hace mucho tiempo había traspasado esa sensación de querer enorgullecerla con lo que
hacía, porque al parecer nada de lo que hiciera podría llevarla a aquel estado ; ella solo se
presentaba en mi vida como si fuera una experta en ella como si me conociera desde siempre
y supiera hasta el más mínimo detalle de mí cuando la realidad era que ni siquiera yo misma
me conocía como para que ella asegurara que lo hacía a pesar de que en mi interior también
deseaba que ella me conociera y me amara.
No estaba segura si era simplemente un deseo que llevaba acumulando desde que tenía
memoria, pero tenía esa falsa ilusión de que algún día me felicitaría por algo y no solamente
nuestras conversaciones se derivaran a los
miles de errores que había cometido en toda mi existencia, era como si en mi interior deseara
tantas cosas y tuviera tantas ilusiones de parte de este momento pero siempre lograba
detrozarlas de una como sino fuera suficiente no ser parte de mi vida, como si le animara
realizar aquel acto, sin embargo, por alguna razón yo seguía cayendo en sus encuentros y
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volvía a retomar aquellas ilusiones que habían sido dejadas de lado ó fracturadas.
No fue difícil saber que ella estaba a solo unos metros de mí, nunca lo había sido, todo el
mundo podía reconocer a aquella actriz que había dado toda su vida a la actuación y que aún
ahora entrando a una edad mucho más madura del cine no dejaba de sorprender con su
majestuosa carrera e interpretación que solo iba en ascenso al igual que su talento innato
hacia las cámaras. No existía persona que no la reconociera en la calle y tampoco había nadie
que se resistiera ante sus encantos naturales, siempre tenía una sonrisa en los labios cuando
se trataba de su trabajo y jamás mostraba algún tipo de error ó equivocación en su vida.
Es como si fuera perfecta en todos los sentidos posible y tal vez lo era, era la única persona
en este mundo que realmente era feliz viviendo entre cámaras y mentiras, entre facetas y
personajes, jamás la había visto sin esa sonrisa satisfactoria frente a cualquier cosa que
tuviera que ver con el cine. Tampoco nunca la había visto sentirse vacía como yo si lo hacía,
muchas veces le había preguntado en cómo lo hacía, como era capaz de soportar aquel
mundo tan vicioso que había elegido como su zona de confort y siempre llegaba a la misma
deducción de que yo solo era una niña que estaba inconforme con lo que se le había dado,
que no sabía utilizar el talento el cuál en su opinión había sido heredado directamente de ella
y que solo buscaba problemas dónde no los había.
No dije nada mientras veía como se sentaba en la silla que estaba a unos centímetros míos
dejando que su vestido negro se amoldara en todo su cuerpo y mostrara una belleza pura de
la cuál yo no recordaba no haber sido testigo, desde que era niña había estado ahí esa
belleza de la cuál yo nunca fui recíproca, todos comentaban sobre como yo no había
heredado esos desafiantes ojos plomos que dependiendo de la luz podían convertirse en una
gama de colores, sino que me había quedado con un par de ojos que no dejaban de ser
recurrentes y con ningún tipo de carisma. Creo que no hubo día de mi infancia en dónde no
saliera la constante pregunta del porqué yo no me parecía a mi madre y la suerte que
hubiera tenido si el destino se hubiese presentado de otra forma y hubiera sido más
afortunada heredando sus rasgos.

Mi mirada quedó fija en su rostro y como el labial rojo marcaba aquellos ojos arrebatadores
de los cuáles yo no tenía ni la más mínima pizca y como esa sonrisa que siempre existía se
desvanecía como solía pasar cuando estábamos nosotras dos y la conversación tomaba algún
tipo de camino sobre lo que estaba haciendo mal en mi vida, di un lánguido suspiro porque
reconocía las señales que tenía adquiridas sobre cómo resultaban éstas citas pero intenté
esforzarme para que ésta vez fuese distinta.
—Llegaste un poco tarde —comenté tratando con todas mis fuerzas mostrar algún tipo de
ánimo frente a la cita —¿Te sucedió algo?—pregunté interesada aunque en mi interior supiera
que era algo que solía hacer, sin embargo, rechacé el intento de mis pensamientos de
advertirme por milésima vez de que esto era una pésima decisión y que simplemente debía
haberla rechazado para no lastimarme.
—Estaba ocupada —respondió sin más dejando aquella dureza que siempre estuvo presente
en sus conversaciones conmigo, excepto cuando estaba frente algún tipo de cámara donde
siempre era mucho más simpática de lo que lo era en la vida real. Yo me limité a asentir
mientras trataba de pensar que palabras exponer en la mesa para comenzar una
conversación que parecía más difícil que crear un guión, ella no dijo nada mientras se
acomodaba en la silla tomando más atención al menú que al mismo hecho que era la primera
vez que nos veíamos en diez meses, sin embargo, tampoco di ningún tipo de opinión sobre
aquel detalle, estaba tan preopcupada de no arruinarlo que no era capaz de conversar sobre
algo. Como si las palabras hubieran sido exiliadas de mi voz y solo deseara pasar en silencio
con ella—Hoy estás muy callada —comentó frunciendo el ceño y dejando el menú a solo unos
centímetros de ella —Eso es raro en ti, Karla —me mordí la lengua ante el odio que sentía
ante su insesante manera de llamarme Karla, por alguna razón odiaba aquel nombre y
siempre se lo había dicho, no obstante, seguramente como todo lo que le decía simplemente
lo olvidaba ó no le daba algún tipo de relevancia así que preferí no desviarme al camino de no
tener paciencia y reclamar cada punto que me desagradaba, hoy me había levantado con la
suficiente paciencia como para desatar los minutos más sumisos de mi vida así que seguí mi

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propio consejo de intentar que esa conversación durara más de lo que yo premeditaba.
—No esperaba tu llamada —sugerí cambiando el tema de la conversación y ella me miró
confundida —Pensé que estabas en Europa —comenté tomando el último sorbo de vino que
me quedaba y ella me lanzó una sonrisa de aprobación frente aquel tema, suspiré
internamente porque sabía que esto no era nada que podía considerarse normal en dónde
solo se preocupara de que yo tomara ciertos puntos de dialógo que se trataran sobre ella, a
veces me preguntaba si podía darse cuenta de lo egoísta que era pero al parecer estaba tan
sumida ante su propia perfección que no se daba cuenta de sus errores ni la forma en que
estos eran persistentes en el tiempo.
—Lo estaba —aseveró —Pero jamás es una mala idea visitarte
—confirmó dejando que esa sonrisa fuera lo más cercano que tuviera a cualquier tipo de
cariño de su parte, yo asentí tratando de creer que era por mí, que realmente estaba feliz con
éste momento porque mentir era la manera más fácil de no herirse a uno mismo, a pesar de
que supiera que esa sonrisa era solo parte de la falsedad que rodeaba toda nuestra relación,
solo me mantuve callada creyendo que la mejor opción era mentirme porque era más fácil y
menos doloroso.
—Gracias —dije sintiendo una sinceridad que no esperaba de mi parte, mi corazón herido
realmente quería creer aquella mentira así que me aferré a
ella aunque mis pensamientos supieran la verdad frente a todo —Extrañaba verte
—volví a comentar siendo sincera, no solía aceptar ese tipo de cosas con ella porque tenía
miedo de que me juzgara por ello, mi vida se basaba en el hecho de que tenía que ser más
fuerte que todo el mundo, en que siempre tenía que destacar y ser capaz de sobreponerme a
las expectativas. Ser la mejor siempre fue la única razón de mi existencia y los errores eran
algo que se pagaban siempre, no obstante, esa no era yo, la chica que seguía esas
indicaciones era la misma que era feliz frente a las cámaras y la misma que era vista por todo
el mundo con una admiración y odio que traspasaba cualquier tipo de barrera posible.

—No pareciera —respondió causando que yo frunciera el ceño confundida —Sabes que tienes
infinitas oportunidades de trabajo y prefieres desperdiciarlas en simples proyectos que solo te
restan popularidad Karla —afirmó sin dejar de mostrar ese rostro estoico que siempre me
mostraba —Sabes cuál es la clave para mantenerse en este mundo —suspiré amargamente
antes de rodar los ojos porque estaba cansada de escuchar aquel comentario —Tener la
suficiente inteligencia para elegir que sirve y que no, inteligencia que al parecer estás
desperdiciando Karla—no supe que decir ante ello pero aunque hubiese dicho algo para
defenderme, no hubiera servido de nada porque de alguna forma yo siempre estaba
equivocada, era la constante en mi vida —La belleza no dura por siempre y el tiempo pasa
restándonos atracción, las personas se cansan cuando la belleza ya no es parte de nosotras,
lo sabes muy bien
— aseveró sin más—Yo tuve que dejar muchas cosas atrás en mi carrera por ti, sacrifiqué
muchos papeles para poder estar presente en tu vida —rodé los ojos ante el discurso que
conocía a la perfección sobre ella siendo una mártir a los veintinueve años cuando decidió
tenerme, la verdad es que no sabía si algún día podría dejar de sacarme en cara todo lo que
tuvo que perder por mi culpa, era como si constantemente solo recibiera sus críticas que iban
desde que yo era parte de su vida
—No debes cometer mis errores, pero aún así cometes peores equivocaciones
—sugirió dejándome en un estado atónito que ni siquiera supe que responder ante esas
provocaciones solo sentí la incomodidad que sentía tras pasar más de diez minutos con ella,
mis manos comenzaron a temblar ligeramente porque estaba en un estado de nerviosismo y
que deseaba salir de aquel lugar antes de que pudiera hacerme más daño de lo que ya
estaba provocando.—Deberías sentirte afortunada por ser mi hija, eso es lo que te ha
ayudado a elevarte en este mundo, sin embargo, como siempre no sabes ver más allá de
simples caprichos que nacen en ti.
—Créeme que cambiaría mi apellido si eso fuese posible — respondí sintiendo como mis
palabras dolían en mi alma como si hubieran desatado una herida punzante —Lamento
compartirlo contigo —contesté mientras no era capaz ni de mirarla porque sentía como la

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rabia me absorbía a un estado que ya había olvidado de mi ser —Pero yo no decidí que tú
fueras parte de mi familia, si hubiera sido así prefiriría mil veces no tener a nadie — dije
sintiendo esa sensación de defenderme de sus palabras, no obstante, solo me levanté de la
mesa dándole punto final a la
conversación —Ha sido un gusto verte hoy —agregué irónicamente —No te preocupes en
volver a llamarme, tengo mejores cosas que hacer que desperdiciar minutos que miles de
personas quisieran tener de mi parte—ella me miró como sino estuviera segura de que era yo
quién le estaba hablando, tal vez estaba acostumbrada de que yo me mostrara
condescendiente con ella, sin embargo, ya estaba cansada de esa búsqueda estúpida de algo
inexistente por lo cuál preferí tomar mis cosas y salir a respirar aire después de un exilio total
de esta sustancia, al salir del restaurante no estaba segura si mis piernas eran las que
temblaban ó era la simple debilidad que tenía hacia sus palabras. No entendía como podían
hacerme tanto daño si ni siquiera tenía una relación con ella, no obstante, tampoco era tan
difícil la respuesta a ello, era demasiado tonta como para realmente creer que podía arreglar
algo que nunca existió.
Seguía cayendo en la misma situación por el simple pensamiento de que alguién podía
quererme cuando era claro que esa no era parte de la fortuna que llevaba a mis espaldas.

—Quiero saber porque mi mejor amiga me dejó sola en la cena de hoy frente a los
representantes de la película —gritó Claire mientras yo ni siquiera me atrevía a mirarla
estaba demasiado dolida como para siquiera ser capaz de soportar sus palabras irónicas —
Cabello me dejaste sola —aseguró en un regaño que no tuve la paciencia de aceptar así que
no tardé en fulminarla con la mirada mientras ella me veía impresionada por ello.

—No estoy de humor Clarissa —fue lo único que pude decir sin atragantarme con las palabras
suicidas que no querían salir de mis labios, el aire fresco de la playa removía cada cabello de
mi rostro pero aún así me sentía indefensa y desprotegida ante aquel panorama que era
parte de mi vida diaria, era como si la playa hubiera dejado de ser aquel sitio que me daba
paz cuando más lo necesitaba y solo era un escenario que desconocía en su totalidad. Sentí
como las lágrimas me aprisionaban ante un tormento incandescente mientras mi mirada
seguía sin mostrar ninguno de los signos claros de que estaba destrozada, sin embargo, para
mi sorpresa vi como aquella rubia se sentaba a mi lado sin importarle que estaba ensuciando
su vestido con aquel acto.
—Parece que juntarte con John te ha hecho ser tan amargada
—sugirió con esa ironía que era parte de ella, pero yo solo me limité a no mover ni un solo
músculo por miedo a sentir que me iba a destrozar ante cualquier movimiento, Claire
entendió que yo no estaba de humor para responder a sus comentarios así que no tardó en
acariciar mi espalda dulcemente dejando que su tacto se mezclara con la brisa del mar que
presentaba esta tarde la playa —Lo siento, no quería ser tan irritante —comentó mientras yo
me limitaba a escucharla en medio de mis pensamientos que solo me rasgaban cada vez más
—¿Quieres hablar?—me susurró al oído y yo solo negué con la cabeza sintiendo como las
lágrimas iban a brotar de mis
ojos en cualquier momento, la ojiazul no tardó en suspirar sin dejar de envolverme en una
mezcla de caricias de su parte—Tienes un buen gusto en lugares, yo hubiera preferido callar
mis penas ante una botella de ron —agregó con una sonrisa que rápidamente se desvaneció
como si fuera una mueca —Eso demuestra que eres más inteligente que yo—respondió
encogiéndose de hombros—La playa es más liberadora que envolverse en alcohol.
—No tienes que quedarte —contesté amargamente —No es necesario que demuestres una
amistad hacia mí Claire, se me da muy bien estar sola
—ella me miró sorprendida mientras su ceño se fruncía ante aquello.
—Primero que todo, eres mi mejor amiga Camila —dijo irritada por mi comentario y yo no
dije nada porque solo estaba cansada de querer creer que habían personas más allá de mi
misma—Serás un dolor de cabeza de vez en cuando pero tienes mucho más que mostrar al
mundo de lo que tú misma eres capaz de aceptar —contestó suavizando su respuesta para

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mostrarse con una suavidad que solo en ella había escuchado, sus caricias hacia mí no
dejaron de estar presente ante cada palabra que se mostraba en su boca —Eres preciosa—yo
reí amargamente por aquel comentario porque era lo último que quería escuchar en un día
como hoy, ¿de qué me servía la belleza si cada noche seguía tan sola como la anterior?, ¿de
qué me servía tener todo lo que el dinero era capaz de comprar y aún así seguía sin sentirme
feliz?, era como una burla constante del mundo hacia mi destino y aún así seguía
mostrándose esa ironía en mi vida desde que me levantaba hasta los últimos suspiros de la
noche.
—Gracias por el halago, pero no eres la primera que queda seducida por mi belleza —
contesté con una mueca —Las personas mueren por mí, causo una lluvia de suspiros desde
que me levanto así que no creo que el comentario de una chica como tú me sirva de mucho.
—Eres una chica hermosa pero no por tu belleza —respondió sin mostrarse afectada por mis
palabras —He visto miles de chicas más hermosas que tú si hablamos de eso, me he
acostado con la mitad de ellas y creéme que sino te considerara como mi amiga no hubiera
tardado mucho en llevarte a mi cama como a cualquier chica que llama mi atención—refutó
sin ningún tipo de límite en sus palabras —Así que no me vengas con esas estupideces
Cabello, eres hermosa porque eres inteligente porque tienes un corazón tan grande que no te
cabe en el pecho aunque intentes ocultarlo —contestó con una mirada seria que era capaz de
atravesarme de una forma única que nadie más podía —Eres hermosa porque tienes un
talento puro hacia lo que te gusta, es cierto que odiamos este mundo pero seguimos aquí
porque estamos enamorada de nuestro trabajo, y el tuyo es majestuoso —agregó
chasqueando la lengua antes de apartar algunos mechones de cabello que caín en mi rostro
—Eres hermosa porque sé que puedo confiarte hasta mis más grandes secretos, eres
importante para muchas personas aunque no lo creas, al menos yo no podría tener una
mejor amiga que tú —me dijo dejando que sus manos acariciaran mis mejillas como si
hubieran nacido a ello, Claire no tardó en
besar mi frente y acercarse a mí aún más para abrazarme y obligarme a reposar mi cabeza
en su pecho mientras no dejaba de acariciar mi cabello —Me has enseñado tantas cosas
desde que te conozco Camila y no puedes ni siquiera pensar que no eres importante, porque
es la mentira más grande que existe, a mi me importas lo suficiente como para haber puesto
en riesgo mi carrera solo por venir a buscarte, pero sabes lo irónico de todo es que no me
hubiera importado hacerlo si significaba ayudarte, ese es el efecto que produces en las
personas que saben apreciar el hermoso tesoro que eres detrás de toda esa capa de
actuación que llevas en la espalda —esas palabras no tardaron en tapar el sol desenterrando
todas esas lágrimas que llevaba en mi pecho así que no tardé en sollozar ante el efecto que
producía cada una de sus palabras dándome la oportunidad de ser débil por un par de
minutos, dejando de ser lo importante por unos segundos y envolviéndome en una ola de
afecto que solo dejaba que esas palabras amargas y sin sabor que se encontraban en mi voz
se quedaran sin ningún tipo de hilo y se desvanecieran por completo de mí.
—Estoy cansada de todo esto —susurré sintiendo como la mirada de Claire se imponía sobre
mí dándome un cariño que no esperaba de su parte
—Estoy cansada de no ser lo suficiente buena ó no ser la persona importante para alguien —
suspiré antes de envolverme nuevamente en esa capa de inseguridad que me cubría en mi
totalidad —Estoy cansada de estar sola todas las noches esperando que mi vida cambie y que
viva con esa esperanza cuando es solo una cruel mentira.
—Tengo contadas cada una de las veces en donde tú has sido lo más importante que he
tenido —me dijo sin más —Son casi quinientas y creéme que no sacrificaría ninguna porque
me siento afortunada de ser tu amiga —musitó acariciando mi mejilla —Al igual que por John,
dejaría cualquier cosa por ti hasta a la chica más guapa que apareciera en mi camino, porque
las personas son pasajeras pero ustedes dos son la constante en mi vida —no supe que decir
ante ello pero Claire no dejó la conversación hasta ahí —Eres quién mejor me conoce además
de John que técnicamente no cuenta porque a él lo conozco casi desde siempre y para él
siempre seré su hermana no oficial —la rubia sonrío ante ello y se me hizo imposible no
explorar aquella sonrisa tan sincera que no dejaba de dejarme atónita—Y creo que asesinaré
a la persona que fue capaz de hacerte creer lo contrario —respondió con una mueca —Ya

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sabes, hay muchos en mi lista de asesinatos y no me costaría demasiado poner a alguién
más —aquello me hizo reír de una manera que no esperaba y ella no tardó en besar mi
cabello — Nunca lo olvides, te quiero lo suficiente como para estar en este momento contigo
—asentí ante ello mientras secaba mis lágrimas e intentaba volver a mi estado normal
aunque estuviera aún dolida —¿Puedo saber que sucedió?—me preguntó tratando de no
traspasar esa barrera que yo misma había impuesto hacia ella.
—Nadie importante —comenté sin ser capaz de conversarle el desastre de cita que había
tenido hace unas horas, sin embargo, la ojiazul solo asintió sin poner ningún tipo de
comentario sobre mi respuesta.
—No te dejes llevar por las palabras de personas que no valen la pena —me susurró
acariciando mi mano —Solo aquellos que te quieren son los que pueden ver más allá de ti y
verte como lo más hermoso que existe porque no importa cuán roto estés, para ellos siempre
serás lo mejor que pudo presentarse en sus caminos, eso me lo enseñaste tú —aseveró
abrazándome y yo solo asentí suspirando porque no estaba segura de como seguir aquel
comentario, no obstante, como siempre, ella no pedía ningún tipo de palabra de mi parte solo
que estuviera a su lado así que eso hice.
El silencio se mostró entre ambas mientras la playa volvía a ser el lugar que tanto conocía
como si estuviera pintado con el matiz que mis ojos no eran capaces de divisar hace un par
de minutos, Claire no dejaba de mirarme como si fuera lo más importante de aquel lugar y yo
solo cerré los ojos tratando de creer por unos momentos de que esto era real.
—¿Camila?—dijo finalmente mientras yo trataba de ver que había detrás de sus ojos azules
—Te gusta ¿cierto?—me preguntó sin dejar que entendiera a que venía referida aquella
pregunta —Te gusta Lauren —dijo mientras yo dejaba de ver su rostro y mi mirada quedaba
absorta en la olas del mar mientras mi mente divagaba entre cientos de respuestas que podía
darle, pero que más daba si había solo una respuesta que mis labios querían desenpolvar
pero mi razón no me dejaba y trataba de ocultarla de cualquier persona para que no pudiera
ser parte de las palabras que había dicho.
—No —contesté negando con mi cabeza —Creo que ya ni siquiera puedo calificarlo como
gustar —susurré sintiéndome avergonzada por ello —Solo sé que mis días son distintos
después de estar con ella y que deseo perderme en sus ojos verdes, ¿Eso es normal?—
pregunté insegura y Claire solo rió ante mi inseguridad.
—No lo es — refutó con una sonrisa —Pero eso es lo hermoso de querer a alguien, de que sea
único y no algo que sea calificado de normal —aseveró
—Lo interesante de querer a otra persona es que solo sea algo que nazca entre ellos y que
solo ellos puedan darle significado.
Capítulo 24: Strangers in the night

I wanna be the reason that you smile,


I want to wirte your soul only with words that could demostrate the
love that i feel,

I want to be the color of your lips,


I'm the writer and you're my inspiration. (I want, flies on the wall) New York
Camila
El amanecer se imponía entre tímidos rayos de sol que decoraban el
cielo de un color naranja con leves tonos rojizos que se podían compara con el mismisimo
otoño, ya que cada color que se marcaba ante cada pincelada marcada en el cielo temprano
de la mañana parecía más perfecto que el anterior y solo demostraba que debía haber algo
más grande que nosotros para que fuera capaz de compartir aquella belleza con simples
cuerpos que trataban de sostener sus esperanzas frente a esos pequeños escenarios
matutinos que a la vez muchas veces no solíamos aprecias, porque eran cotidianos, sin
embargo, siempre había algo aunque sea el más mínimo punto que lo hacía distinto a todo lo
que conocías con anterioridad. Esa era la verdadera magia existente en el mundo, el hecho
de que cada mañana y cada noche seamos bombardeado de ese tipo de matices que se

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mezclaban para mostrar la escenografía perfecta, la magia en el mundo estaba en cada tono
de perfección que un simple amanecer podía demostrar y como todo se podía volver menos
complicado solo con ver aquella majestuosidad en nuestra vista diaria. Un simple amanecer
podía ser el causante de que una sonrisa se entrecruzara en tu camino sin que tú lo desearas
y se volviera un pedacito de aliento de esperanza para una mañana que vivía turbulentas
ideas y mareas que solo se podían combatir con el silencio en medio de una atmósfera que no
lograra asfixiarte como lo era esta mañana.
Una tímida sonrisa se apoderó de mis labios al notar como aquella pelinegra que me hacía
suspirar de una forma que no parecía real se encontraba a solo unos centímetros de mí
descansando como si el mundo no pudiera mostrarle ningún problema, me encantaba la
forma en que sus facciones se relajaban cuando estaba dormida y había pasado tantas
noches notando como de vez en cuando se enciende una sonrisa entre medio de sus sueños
que solo me hace cuestionar que es lo que ella veía en sus sueños. Conocía cada uno de sus
lunares, hasta aquellos que eran tapados por la ropa, conocía casi cada centímetro de ella
con una memoria fotográfica que mi mente no tardaba en reproducir cada vez que no estaba
con ella.
Era capaz de reconocer cada beso que le había dado durante los últimos meses como también
era capaz de recordar las cientas de conversaciones que habían nacido desde el primer día
que nuestros caminos se habían juntado. Sabía como odiaba que el sol le pegara en la frente
todas las mañanas y por eso prefería dormir en la parte más cercana a la pared donde el sol
no podía atacarla, conocía la
forma en que su cabello siempre amanecía desordenado y como su voz se tornaba más ronca
de lo normal cuando se levantaba.
Podía afirmar que conocía muchos de los detalles y tesoros que ella escondía a todo el mundo
y que yo había tenido la suerte de descubrir con el tiempo, sin embargo, a pesar de todo eso,
la culpa me carcomía en momentos como estos en donde la paz era parte de nosotras dos y
no podía olvidar que yo no era lo suficientemente valiente como para confesarle la verdad
que enlazaba aún más nuestras vidas, no estaba segura de si la razón por la cuál no lo hacía
era porque no quería lastimarla más ó simplemente era mi idea egoísta de no perderla.
Tal vez era una ligera combinación de ambos deseos, ya que lo último que desearía era ser la
causante de otro dolor de su vida aunque ya lo fuese de una forma prohibida y silenciosa que
yo no me atrevía a tocar, no deseaba que aquel brillo de sus ojos simplemente se volvieran
frialdad ante mi mirada y que ella no fuese capaz de disculparme mi equivocación. Ese miedo
nacía en amaneceres como éste y no se calmaba porque vivía intermitentemente entre cada
segundo que pasaba y cada mirada que le dirigía a su cuerpo desnudo en medio de las
sábanas de mi cama.

La idea de tener que destrozarle el corazón ante la inminente verdad que me había
asegurado de guardar de su vista, fácilmente me quitaba todos los pensamientos que tenía y
me sacaba en cara cada mañana de que estaba dejando pasar el tiempo lo cuál no estaba
segura si era para mejor ó para peor. Pero lo que si sabía era que hubiera dado cualquier
cosa para que aquel rastro de pasado que aún quedaba indirectamente de uno de los peores
errores que he cometido en mi vida, desapareciera y no volviera a tomar ningún tipo de
faceta.
Deseaba cada mañana que la realidad fuera distinta y que no tuviera que pensar en las
mentiras que había causado solo para ocultar aquel error del cuál siempre me arrepentiría, ni
siquiera estaba segura de la razón por la cuál había dejado que mis impulsos tomaran algún
tipo de vuelo y me involucrara con Lucy a pesar de que sabía a la perfección que no debía
hacerlo.
Me odiaba incesantemente por mi elección hace años atrás de arriesgarme en algo que no
tenía ni pies ni cabeza pero que aún así en mi cabeza y en un corazón enamorado era capaz
de llevarme al extremo de justificarlo. Ya ni siquiera habían rastros de que un día la quise,
sino todo lo contrario, la odiaba de cierta forma por llevarse la culpa de mis dilemas, la
odiaba porque si ella no hubiera aparecido en mi vida no estaría pensando una y otra vez
sobre la decisión que debía tomar.

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Sin embargo, la odiaba principalmente porque ella había sido capaz de arrastrarme a ese
territorio prohibido de hacerle daño a alguien que le había entregado el corazón desde
siempre y que poco y nada le importó realizar aquel acto solo para complacerse a sí misma.
Odiaba aquel egoísmo que invadió todo su ser y logró
encapricharme de una forma que no era capaz de especificar, no obstante, aunque tratara de
culparla de todo lo que había sucedido en aquel momento que prefería no recordar, la culpa
era totalmente mía porque nadie me obligó a aceptarla, nadie me torturó para que tomara el
camino de lastimar indirectamente a alguien que años después sería la misma persona que
más feliz me hacía, nadie me había forzado a iniciar una relación clandestina con aquella
castaña y aunque era consciente de todas las consecuencias que podía traer aquel amor que
no tenía ningún tipo de sentido más allá que ser el calmante de un alma apasionada que solo
quería jugar con los sentimientos de más personas para sentirse superior y querida.
Suspiré con pesadez ante cada inseguridad que nacía relacionado con aquel tema, mientras el
sol se apoderaba del cielo tras cada minuto que sucedía a mis pensamientos. Lauren aún
seguía dormida mientras mi propia habitación era capaz de gritar cada uno de mis miedos y
no dejaba de torturarme ante esa idea incesante de que debía decirle la verdad aunque me
doliera.
La sola idea de hacerlo pentraba en cada centímetro de mi piel y me llenaba de cobardía al
pensar en que perdería lo más real que he tenido desde siempre, perdería aquellas noches
donde lo único que deseaba era tenerla a mi lado; perdería cada palabra y cada conversación
que había tocado mi corazón, no obstante, lo que más me dolía era que perdería a la chica
que amaba y que además de perderla también le destrozaría el corazón.
Pero aún así a pesar de todas esas advertencias de mi mente de que la mejor opción era
contarle ahora antes de que su corazón fuese destruido a mayor escala, yo siempre recaía
ante la idea de que era mejor reguardar esa mentira y olvidarla como si jamás hubiese
existido, como sino hubiera sido el pasado que nos amarraba y que nos teñía de una forma
que solo el destino podía lograr con acontecimientos al azar que podían unir ó separar a dos
personas sin que ellas supieran de la existencia de la otra.
Llevaba dos meses sumida ante esa encrucijada desde que sus labios se atrevieron a rozar
con los míos, llevaba tantas noches sin dormir y a pesar de todo eso, aún seguía estancada
ante la misma respuesta burda a mis incógnitas y mientras los días pasaban, las memorias se
acumulaban y mis razones para hacerlo se debilitaban, la constante de no poder vivir con esa
culpa aún se presentaba en momentos inesperados como ésta mañana.

Me removí nerviosa en la cama sintiendo como la mañana comenzaba a calentarse de a poco


dando un poco de temperatura a través de los rayos de sol que traspasaban la persiana de la
habitación, el sol ya se había convertido en lo único que se podía distinguir en un cielo que no
presentaba ningún estado más allá del color blanco de todas las nubes reunidas como si
estuviera nublado, traté de levantarme de la cama para respirar un poco de aire después del
intento de asfixiarme de cada una de mis paredes, no obstante, aquel simple acto fue
detenido por una mano suave que delicadamente se interpuso ante mi idea de querer salir de
aquel lugar y no volver
nunca más.
Me giré aunque sabía a la perfección que solo había una opción
para aquello, no obstante, mi ser quería confirmar que era ella y a través de una pequeña
sonrisa que ella mostró cuando nuestras miradas chocaron como si fuera la primera vez que
lo hacían y no eran conocedoras de cada punto de la otra, dejó que todo mi cuerpo temblara
ante aquel momento como si toda la valentía que había agarrado para levantarse de la cama
simplemente se hubiera desvanecido ante su presencia y no tuviera otra opción que rendirme
ante ello.
Su mirada que me quitaba el aliento cada vez que podía era la demostración de años que
habían sido escrito en cada uno de sus territorios y que a pesar de que muchas veces
estaban escritas con la negra tinta de la dureza de la vida, habían lugares que resplandecían
con fragmentos de una tinta dorada que me enamoraba como a la vez se llenaba de gotas de
rocío que caía delicadamente de su rostro demostrando que el sútil abrazo del calor que

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ambas habíamos formado hace un par de horas aún seguían presente. Su cabello desprendía
ese aroma hipnotizante que solo provenía de ella mientras enterraba sus enredaderas negras
que sumaban belleza a aquellos luceros verdes y a aquella mirada que me dejaba en un
naufragio eterno de sensaciones.
Cada centímetro de su ser estaba hecho con toda la delicadeza del mundo mientras se ceñía
entre fantasías que iban más allá de lo que ambas podíamos imaginar, cada parte de ella se
mezclaba entre mis pensamientos siendo el aire que se dibujaba desde hace mucho tiempo
en mis ideas matutinas. Sin embargo, a pesar de esa locura que se difundía con cada mirada
que le dedicaba a aquella pelinegra, no había nada que me enamorara aún más que la forma
en que sus ojos podían ser capaces de atrapar al universo con solo un destello y que en ellos
se tiñera miles de historias que sumisamente y en una silenciosa calma no dudaban en
mostrarte los más bellos paisajes, con ese tono verde esperanzador que se unía a las
ilusiones que me dejaba con cada brillo compartido, ese verde se alimentaba de cada deseo
profundo que nacía de mí ante cada mirada; ese verde que muchas veces tomaba tonalidades
que ni siquiera era capaz de explicar pero que eran capaces de encender el silencio de su piel
mientras que mi piel mojada sembraba palabras que solo ellos conocían y que estoy segura
que jamás le he dicho a nadie más.
Todo en ella se encrucijaba entre medio de secretos que solo ella conocía y cada parada que
mis besos habían instalado en ella demostraban el suave tacto que los sentimientos podían
causar en ella. Cada cariño que mi cuerpo le había demostrado eran la clave para que los
secretos aparecieran como pétalos de rosas recién abiertas en la primavera y así cada
misterio se convertía en simples historias que podían acarrear emociones que antes solo
habían sido compartidas con ella. Me encantaba la forma en que era capaz de conocer más
allá de lo que su ser podía ofrecer al mundo y deseaba que esa forma tan natural y pura que
ella tenía de amar jamás se extinguiera aunque no fuera por siempre para mí.
—Quédate un poco más —me dijo suavemente mientras su mano
invadía cada frontera que podía dicernir mi cuerpo del de ella, amaba la forma en que
muchas veces olvidaba que éramos seres distintos y como nuestras almas podían llegar a
aquella fusión de solo ser una, no obstante, no había nada que amara más que la dulzura que
se desencadenaba ante ella con cada petición como si sus palabras fueran capaces de
endulzar cada rincón del planeta —Por favor —yo asentí sin saber realmente que hacer ante
sus palabras que me tenían aprisionadas ante barrotes que se mostraban como la mejor
cárcel del mundo, me obligué a recostarme a su lado mientras que sus brazos no dudaron en
encerrarme en la brisa más refrescante que podía existir y que condenaba a cada poro de mi
cuerpo a rendirle pleitesía ante cada tacto de su piel contra la mía —Buenos días Camz —una
sonrisa tonta se formó en mis labios al escuchar la cercanía entre su palpitación que no tardó
en hacer sinfonía con su voz ronca que nacía con cada mañana, mi piel se estremeció ante el
simple contacto que tuvo sus labios entre mi cuerpo y como este simple acto fue capaz de
incendiar cada punto de mi ser como si de un incendio se tratase, sus labios no dudaron en
posarse sobre los míos ante una seguridad que en mí no estaba y sus ojos tomaron el
protagonismo mientras que sus pétalos rojizos realizaban una alegoría que era capaz de
disipar cualquier pensamiento y sentenciaba mi locura a niveles que no eran capaces de ser
determinados, la locura de cada beso se entregaba con la forma en que ella podía dejarme
perdida entre medio de sueños y sensaciones que solo se mezclaban con paz y armonía.
—Buenos días —dije con una sonrisa única mientras navegaba a través de su mirada que me
despertaba con su luz incandescente —¿Cómo has amanecido?—le pregunté acariciando su
cabello mientras ella reía con esa risa llena de belleza que era testigo del firmamento que
todo su rostro podía mostrar, creo que nunca había escuchado ó visto gestos más reales que
los que ella podría mostrar. Sus besos se fundieron entre los míos mientras se atrevía a
detener las horas y transformar los minutos que pasaban en pequeños destellos de sueños
fugitivos que salían de mi pecho.
— Siempre son los mejores cuando estoy contigo —me susurró acariciando mi mejilla
mientras mi mirada no dejaba de sorprenderse ante cada emoción que ella podía realizar
rompiendo cualquier tipo de mar turbulento ó cualquier calma, ella era la causante de tantas
cosas que extrañaría cuando las horas dejaran de mostrarse como algo maravilloso y solo

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sean recuerdos de un pasado distante—¿Qué tal tú?—me preguntó entusiasmada mientras su
cuerpo se ceñía con el mío sintiendo cada palpitación de su corazón y olvidando cada detalle
que envolvía el mundo y encapsulándome en solo mirarla a ella.
—Eres la única persona que puede teñir mis días solo con su sonrisa —sugerí acariciando su
cabello mientras sus ojos imponían aquel brillo que tanto me gustaba de ella, ninguna de las
dos dijo nada más mientras nuestros cuerpos exponían más allá de lo que las propias
palabras podían mostrar. En esta cama estaban nuestras almas esperando unirse, estaban
todos los secretos a voces que nos habíamos confesado, estaba cada noche en que
descubríamos los secretos
mejor resguardado de cada una y aun así a pesar de todo yo no era capaz de sentir como las
paredes se cubrían de mis actos pasados y me obligaban a seguir el camino de delatar cada
uno de ellos a sabiendas de que todo terminaría en el mismo instante en que una de esas
palabras abriera camino más allá de los que mi voz podía afirmar, suspiré ante esa
posibilidad que me aterraba—Me pasaría toda la vida así y no me importaría—contesté
mientras tiraba mi cabeza hacia la almohada que estaba detrás mío y Lauren rió por ello
mientras me miraba esperando que dijera ó hiciera algo —¿Qué?—pregunté entre risas ante
su mirada atenta y ella solo ladeó la cabeza divertida.
—Nada —contestó con una sonrisa —Es solo que eres muy bonita
—no sabía como pero un par de palabras eran capaces de que mis mejillas tomaran un color
rojizo como si fueran estallar en cualquier momento —Demasiado diría yo
—sentenció sin dejar aquella sonrisa mientras se acercaba a mí para quitar un mechón de
cabello que caía en mi rostro —Me haces recordar a la canción de Sinatra sobre New York —
reí ante esa comparación porque no tenía sentido alguno y me atreví a preguntar la razón de
ella porque al parecer Lauren se mostraba segura de que yo la entendía.
—¿Por qué?—pregunté enarcando la ceja y ella solo suspiró.
—i want to wake up, in a city that never sleeps and find i'm a number one, top of the list
king of the hill, a number one—tarareó mientras yo seguía sin entender a que venía la
canción—Porque quiero levantarme todos los días de mi vida en una ciudad que no me haga
dormir, tal cual tú lo haces —me susurró dejando que todo mi cuerpo temblara ante esa
cercanía —Hay algo en tu sonrisa que me invita a entregar mi corazón—tarareó y yo sonreí al
reconocer una de mis canciones favoritas de Sinatra.

—Strangers in the night —contesté y ella asintió —Un muy buen gusto por cierto —le felicité
y ella se encogió de hombros.
—Sé de música —sugirió orgullosa por ello y yo solo rodé los ojos
—Y tengo que levantarme aunque no lo deseo —comentó antes de levantarse de la cama y
dejar que su cuerpo desnudo ya no fuera parte de las sábanas, sonreí ante ello mientras veía
inspeccionaba cada pulgada de ella hasta que se acercó a mí para robarme un beso —Voy a
la ducha —dijo mientras yo asentía y suspiraba rendida ante eso.
—¿Lauren?—pregunté dudosa antes de que ella se desviara a la ducha y se diera vuelta para
verme, sus ojos arrebatadores me miraron con toda la atención del mundo y realmente creí
que ese era el mejor momento para acabar con toda esa presión y finalmente decirle lo que
estaba sucediendo, no obstante, en el mismo instante que las palabras trataron de cobrar voz
entre nuestras miradas, no pude terminar lo más bonito que me había pasado —Te quiero —
dije sin más mientras ella sonreía y asentía por ello.
—Yo también lo hago —contestó —No sabes cuanto.
Strangers in the night parte 2

Los Angeles,1947

Lauren
—Mi amor tienes que ir a la cama —le susurré al oído a Noe
mientras ella seguía dormida en la mesa, al parecer se había quedado dormida esperándome
que regresara de la cena, lo cuál tampoco me sorprendía porque ya estaba acostumbrada a

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que hiciera aquel acto cada vez que podía y siempre lograba el mismo efecto de dulzura
cuando la veía de esa forma, así que seguí intentando que ella se levantara para ir a la
cama—Noe, ya estoy aquí—le dije acariciando su cabello mientras ella se removía en la silla
dónde estaba a tal punto que podía ver como estaba frunciendo el ceño por tener que
levantarse —Copito —musité viendo como ella comenzaba a levantarse y con torpeza quitaba
algunos mechones de su cabello rubio del rostro para poder verme con los ojos soñolientos,
me fue imposible no poner una sonrisa al ver como sus ojos azules cansados me miraban
intentando quedarse despierta —Buenas noches dormilona —comenté con esa misma sonrisa
que siempre me ponía en el rostro observarla, no obstante, ésta vez no podía dejar de verla
divertida al ver como ella no quería levantarse —A la cama, princesa —Noe asintió tratando
de mantener los ojos abiertos mientras se levantaba de la silla, sin embargo, ella no tardó en
estirar sus brazos buscándome para que la tomara, lo cuál yo acepté sin ninguna objección
sintiendo como su cuerpo se abrazaba a mí dejando que todo su calor irradiara como los
rayos de sol cada mañana —No sabes cuanto te adoro
—murmuré mientras la tomaba entre mis brazos y ella recostaba su cabeza en mi hombro,
volví a sonreír al ver todos los dibujos que estaban regados en la mesa al igual que sus
colores, seguramente se había quedado hasta hace poco dibujando tratando de no quedarse
dormida—¿Me mostrarás tus dibujos luego?—le pregunté mientras ella no dejaba de
removerse entre mis brazos intentando dormir y vi como levemente asintió sin decir ni una
sola palabra.
—Mami —respondió entre bostezos esforzándose por no quedarse dormida ante esa simple
acción, yo solo esperé a que volviera a decir algo pero ella no dijo nada más y simplemente
recostó aún más su rostro en mi hombro, lo cuál solo hizo que la viera con una ternura aún
mayor si eso era posible. No tardé en recostarla en la cama mientras ella hacía puchero por
cualquier movimiento que realizaba para dejarla sobre el colchón, hasta en esos momentos
en que ella estaba con el ceño fruncido y con sus manos empuñadas se veía adorable y me
hacía recordar cuando era más pequeña y no podía dormir sino era en mis brazos, tampoco
había mucha diferencia ahora solo unos cuantos centímetros más y el cabello más corto.
Sonreí al verla hecha un ovillo en la cama intentando alcanzarme, sin embargo, yo tenía aún
que cambiarme de ropa antes de acostarme así que me incliné hacia su frente para darle un
pequeño beso.
—Descansa mi amor —le susurré acariciando su mejilla lo cuál hizo
que ella removiera su pequeño cuerpo para alcanzar mi mano y sostenerla hasta que
finalmente cayó rendida ante el cansancio y la soltó dejando que otra sonrisa se formara en
mis labios ante esos gestos tan pequeños que llenaban mis días desde el primer día que la
tuve conmigo. Me quedé unos minutos viendo como ella dormía tranquila y cómo se veía
adorable que todo su cabello rubio estuviera esparcido en la almohada mientras su rostro se
relajaba frente al sueño, podía reconocer cada uno de sus gestos, ya que muchas veces me
había quedado noches enteras viendo como ella dormía tratando de que no se levantara ó
simplemente era mi forma de entretención frente a las noches en que el sueño no llegaba y
las preocupaciones florecían como si se tratara de la noche dando paso al día, eran
incontables las veces en que había pasado buscando refugio de mis pensamientos entre los
gestos que ponía cuando dormía y sus brazos rodeando mi cuerpo como si yo fuera su todo y
lo más importante que tenía.
—Ella no se quería mover de la mesa si tú no llegabas —escuché la voz de Dinah sacándome
de mis pensamientos y asentí con una sonrisa porque no era necesario que me lo dijera para
saberlo, no era algo anormal esa escena, nunca había visto un niño que fuera tan insistente a
pesar de sentir el cansacio y aunque adoraba aquello también tenía que aceptar que muchas
veces me preocupaba, especialmente cuando solía llegar un poco antes de la madrugada y la
encontraba sentada en la mesa esperando a que llegara, en aquellos momentos solo me dolía
provocarle aquella incomodidad —Pensé que llegarías más tarde —musitó entre un bostezo y
yo me encogí de hombros porque había regresado más temprano de lo que yo misma
esperaba, la cena había durado menos de lo esperado, ya que Camila no se había presentado
y eso no dejaba de ser extraño, no obstante, de cierta forma agradecía aquello porque me
sentía cansada como para seguir despierta aunque recién iban a dar la una.

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—Camila no llegó a la cena —contesté mientras me sentaba en la cama para quitarme los
zapatos — Así que todo fue más rápido—respondí acomodando los zapatos en una esquina al
lado de la cama, la verdad es que no sabía que sentía en aquel momento si un poco de
decepción porque tenía ganas de verla ó estaba preocupada porque no apareciera aunque
Claire no dejaba de repetirme que eso era normal en ella y que no tardaría en ir a su casa
para regañarla por no aparecer, sinceramente la preocupación estaba tomando un matiz que
no esperaba de mi parte y tras un lánguido suspiro solo deseaba que ella estuviera bien.
Era extraño la ola de sentimientos y pensamientos a los cuáles esa castaña podía derivarme
con una facilidad innata como si conociera cada punto de mí sin necesidad de años
acumulados de conversaciones que ayudaban a conocer a alguien, con ella había nacido de
una forma que no parecía natural como si fueraun enlace que estuviera premeditado por el
destino.
Sonreí al pensar en ello, ya que me gustaba la sensación que siempre me invadía cuando
estaba a su lado, era algo que no podía decir de que se
trataba pero si sabía que siempre era capaz de sacarme una sonrisa sin necesidad de
palabras. Era increíble la forma en que a pesar de que el silencio muchas veces era parte
importante de los pocos minutos que solíamos tener juntas, éste no se mostraba como una
capa densa que provocaba incomodidad sino todo lo contrario, el silencio nos trataba como si
fuera una brisa fresca que nos daba la oportunidad de ver más allá de lo que nosotras mismas
podíamos expresar.

Nunca me había acostumbrado a un silencio tan inverosímil que parecía real cuando
estábamos las dos sin ningún otro panorama que sentir como nuestras almas no necesitaban
del sonido de la voz para expresarse, éramos dos almas solitarias que de alguna forma u otra
coincidían al buscar algo que aún no estaban segura de que era.
Podía ver esa desesperación de su parte de buscar algo que no era capaz de reconocer, pero
por alguna razón lo sentía tan cercano a tal punto que podía afirmar que yo también me
sentía vacía buscando aquello que sus ojos castaños no se atrevían a delatar a simple vista,
sin embargo, esperaba que aquello cambiara con el tiempo, ya que había algo en su mirada
que la hacía tan interesante como si fuera un alma que tenía tanto que contar pero que había
sido silenciada a través del mundo, lo cuál era irónico dado su posición, no obstante, lo que
más me impresionaba es que al final del día cuando éramos dos extrañas en medio de la
noche, donde debíamos dejar esa naturalidad de la conversación y seguir nuestros propios
caminos era cuando más nos juntábamos y dejábamos de ser extrañas a ser seducidas hacia
lugares de nuestro propio ser que no éramos capaces de reconocer con anterioridad ni de
justificar.
—¿Por qué siempre sonríes al nombrarla?—su pregunta hizo que dejara de pensar en lo que
ocupaba mi mente llena de preguntas que jamás eran respondidas y me limité a fruncir el
ceño ante su pregunta.
—No puedo sonreír acaso—respondí buscando algún pijama entre los cajones y aunque no
podía verla, sentía a la perfección como Dinah estaba mirándome esperando que le dijera
algo —¿Qué?—pregunté dándome vuelta mientras una sonrisa triunfante se apoderaba de sus
labios de la forma irónica que solo ella podía mostrar a ese tipo de gestos.
—Te gusta —contestó sin ningún tipo de delicadeza como si fuera una afirmación que llevaba
preparada hace mucho tiempo para decirme y yo negué a ello desde que escuché la palabra
gustar —¿Por qué lo niegas?—me preguntó frunciendo el ceño —Llevaba años sin ver esa
sonrisa tonta en tus labios —sugirió encogiéndose de hombros mientras yo la miraba atónita
ante cada palabra que decía
—Esa sonrisa que ponías antes todos los días pero que quisiste exiliar de ti —suspiré
amargamente ante ello mientras no sabía que decir acerca de ello, ya que ni siquiera sabía lo
que sentía por ella, solo sabía los tímidos rasgos de sentimientos que no era capaz de acoplar
pero no podía negar que esa castaña me estaba quitando más sonrisas de las que realmente
deseaba mostrar hacia ella, era como si fuera capaz de

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quitar todos las murallas que había impuesto en mi vida desde hace mucho tiempo y ella era
la única culpable de ello porque solo sucedía con cada mirada que compartíamos,
especialmente cuando su sonrisa era lo único que podía brillar como las mismas estrellas en
medio de las noches oscuras en la playa.

—No lo sé —susurré nerviosa ante ello —Sinceramente no sé lo que siento hacia ella, solo sé
que es increíble los minutos que logramos pasar juntas, es como si no hubiera una vista más
hermosa que la forma en como sonríe ó que no hubiera belleza más grande que la forma en
que sus ojos muestran toda la sinceridad que puede tener una persona —sonreí sintiendo
como mis mejillas se sonrojaban ante esas palabras que había silenciado durante tanto
tiempo porque no deseaba aceptar lo que mis ojos sabían de memoria y que reconocían como
si fuera lo más normal del mundo, pero aún así el resto de mi ser se atrevía a negarlo por el
miedo de creer que era cierto lo que las palabras no decían pero que se ocultaban a través de
cientos de miradas, era impresionante la forma en que la voz no era capaz de reproducir lo
que los ojos podían demostrar desde la primera mirada.
Dinah no tardó en reírse frente a mis palabras pero yo estaba preocupada de otras cosas
como para discutir sobre ello, era la primera vez que aceptaba ó más bien que dejaba que
ese tipo de pensamientos pasaran en mi cabeza y estaba sorprendida por la sensación que
dejaba en tu interior la aceptación de una verdad que estaba causando más estragos de los
que podía premeditar.
—No es gracioso —sentencié suspirando porque realmente no lo era, me había negado tantas
veces a volver a sentir esa sensación placentera de pensar en alguien que me aterraba la
simple idea de que podía llegar a pasar lo mismo que había pasado con Jack ó peor, porque
Camila era una chica, una que era demasiado lista y que producía en mí un efecto que nunca
antes había visto en mi vida de parte de nadie, lo cuál solo producía una sensación más
aterradora aún ante la idea de que tal vez me gustaba más allá de lo que podía sofocar ó
entender. Dinah siguió riéndose mientras se acercaba a mí y no tardó en acariciar mi mejilla
con una sonrisa.
—¿Por qué tienes tanto miedo?—me dijo —No siempre vas a tener el corazón roto, es normal
que te enamores de alguien más —fue lo único que dijo pero sus palabras no me
reconfortaron de ninguna forma, sino todo lo contrario, fueron capaces de producir aún más
temor frente a la realidad que se estaba mostranado a través de aquella conversación.
—No me puedo enamorar de una chica—afirmé frunciendo el ceño
—Ni de nadie Dinah—suspiré sintiendo como mi pecho se oprimía ante aquella probabilidad —
El amor y yo no jugamos en el mismo equipo—sentencié negándome a entender lo que
estaba sintiendo y ella se limitó a mirarme contrariada por lo que estaba diciendo pero era la
simple realidad, no podía enamorarme de nadie ni menos de una chica como lo era Camila.
Miles de pensamientos recorrieron cada centímetro de mi piel
formando una nube turbulenta de emociones que no tenían una identificación propia pero que
todas iban de la mano provocando que el miedo fuera aún más potente que cualquier tipo de
razocinio que podía nacer en aquel momento.
—Sé que es difícil aceptar cosas como ésta —respondió suavemente mientras yo seguía
tratando de disipar todas las encrucijadas que comenzaban a nacer frente al tema —Pero no
puedes hacer nada contra el amor, tú lo sabes
—sugirió acariciando mi cabello —Además no entiendo a que le tienes tanto miedo, si a
enamorarte ó a equivocarte —reí sarcásticamente ante aquello porque había aprendido con
los años que ambas cosas iban de la mano, prefería no jugar en el amor porque ya me había
equivocado una vez y estaba segura que no podría ser capaz de volver a caer entre sus redes
, simplemente no era una opción volver a equivocarse de la misma forma estúpida que lo
había hecho hace ocho años atrás.
—Ambas son lo mismo —contesté rodando los ojos, era conocedora de ambas palabras y
sabía que estaban más que entrelazadas entre sí mostrando que no había ninguna tenue
diferencia entre la una y la otra, sin embargo, había una parte de mí que deseaba darle la
razón a mi amiga y que no rechazara aquella verdad que llenaba de miedo todo mi ser y que
además de ello se encargaba de teñir no solo con miedo sino también con inseguridades que

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llevaba mucho tiempo sin sentir ó más bien atreverme a aceptar que existían.
Por unos segundos me odié a mi misma por haber abierto aquella puerta que deseaba con
todo mi ser volver a cerrar pero ahora parecía una tarea imposible, todas las miradas que se
habían presentado ante nosotras durante los meses que llevaba conociendo a aquella castaña
con los ojos más impresionantes que haya visto jamás, comenzaron a hacer eco en mi mente
mientras ella no aceptaba ningún tipo de racionalidades ó excusas proveniente de mi parte
sensata y solo se dejaba llevar a través de una corriente que no tenía ningún tipo de
autocontrol y que era manejada a través de momentos instántaneos en que la forma en que
ella sonreía, la forma en que su voz se podía volver lo único importante mientras hablaba,
sus gestos y todos esos detalles que jamás había llevado a un pensamiento más allá de
llamarme la atención se convertían en una herida punzante que delataba todo lo que había
ocultado detrás de esa puerta durante todo este tiempo y que ahora no hacían nada más que
atacar a mi subconsciente ante miles de incógnitas que eran respondidas con solo la
pronunciación de su nombre.
¿Cómo alguien era capaz de producir aquello en una persona?,
¿Cómo su mirada era capaz de recorrerme sin ningún tipo de límite como si pudiera marcarse
en mi piel?, ¿Cómo podía llegar a sentir tantas emociones ocultas ante una chica?.
—Enamorarse significa marcar una equivocación —sentencié con dureza intentando sacar
todos esos pensamientos que estaban comenzando a apoderarse de mí —No puedo
enamorarme —negué una y otra vez tratando con todas mis fuerzas que aquellos se volviera
realidad mientras más lo negaba, mientras más me lo repetía, sin embargo, no estaba
funcionando ni un poco porque ni siquiera era
capaz de erradicar el hecho de que inconscientemente aquella morena había ocupado más de
lo que podía esperar de alguien, sin necesidad de mover un solo dedo había sido capaz de
dejarme en un estado de incredulidad que no tenía sentido alguno.
—Negarlo no te va a ayudar de nada —aseveró seria mientras yo seguía entre intentos
fallidos de quitar aquella idea que se atrevían a ocupar todo el espacio de la habitación
además del de mi mente como si le hubiera dado algún tipo de pase sin fronteras a que me
atacaran sin poder defenderme de todos esos ataques que mis pensamientos aprovechaban
de mandarme mientras los segundos pasaban incesantemente —Solo hace que quites la
felicidad que te mereces Lauren, no es tan malo enamorarse —suspiró antes de rozar mi
mejilla con una sonrisa —Además, me encanta esa sonrisa en tus labios —confirmó —Me
recuerda a la de Noe, mereces ser feliz —reafirmó antes de chasquear la lengua — Tal vez
ella sea la persona correcta.
—¿Y si no lo es?—pregunté bufando.
—Al menos lo sabrás si lo intentas —contestó —¿Y si fuera la persona correcta y jamás le
diste la oportunidad?.
Capítulo 25: All too well

The scars still here,


The tears still burn my skin,
The memories still hurt me in the nights,
When the past have the power to transform the present,
In only waves of a future that will hurt more than now (still, flies on
the wall)

New York

Lauren
El otoño hizo un acto de presencia inesperado en la ciudad cuando en vez del sol
resplandesciente que atestaba cada mañana de calor infernal a la ciudad que nunca dormía,
simplemente no se presentó y en su lugar las nubes tomaron aquel tono gris que era tan

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característico de los días fríos, a pesar de que el verano aún no llegaba a su fin en el
calendario.
Hoy el cielo tenía esa matiz de tristeza que siempre demostraba a través de sus nubes
adquiriendo un color profundo de oscuridad mientras que el sol dejaba su trono celestial
dejando a las almas vivientes que existían en esta ciudad sin la oportunidad de ver sus rayos
de cada mañana y solo dejando que el frío comenzara a ocupar cada rincón de ésta desde
horas tempranas de la mañana. Sin embargo, a pesar de ese panorama tan desgarrador que
era el cielo mostrando su más profundas tristezas, a mi me gustaba porque de alguna forma
que aún no entendía me encantaba ver como las personas solían rechazar aquel frío
intentando que su vida girara aún más rápido de lo que lo hacía diariamente mientras que en
la atmósfera todo se sentía más lento, más lleno de vida que cuando el calor actuaba, era
como si se pudiera encontrar un suspiro de aliento en medio de una neblina que quitaba los
típicos colores que todo el mundo veía y dejaba aquellos que estaban ocultos bajo ese manto
de secretismo que solo podía ser visto por las personas que fueran capaces de ver más allá
de lo que todo el mundo veía.

Los colores grises tenían una atracción natural porque demostraban que no eran necesario los
otros que eran más coloridos para caracterizar una estación, demostraba de cierta forma que
a pesar de que los colores estaban ahí, muchas veces estos tonos eran los que resaltaban en
cierta temporada y se apoderaban del lugar sin necesidad de ningún contraste lo cuál solo era
comparado con la vida y el resultado de que ésta no se desarrollaba a través de solo una
matiz sino que era la explosión de colores que ibamos adquiriendo a través de cada decisión,
de cada momento de nuestra vida y se iba pintando con delicadeza en cada extremo de
nuestro ser sin dejar atrás ningún tipo de color, porque la vida nunca
adquiría solo colores llamativos y felices como tampoco nunca estaba cubierta solo de colores
grises. Siempre existía un equilibrio que los unía y los mezclaba pero jamás le daba un
protagonismo total a alguno de los dos extremos del color, lo único a lo cuál se podía llegar
era que en ciertos momentos algunos colores predominaran más que otros pero jamás eran
constantes porque la vida no podía ser eternamente llenada de felicidad como tampoco podía
ser llenada solo de tristezas.
Vi como las nubes tatuaban el paisaje de esta mañana, como las personas corrían hacia una
probable lluvia que a pesar de que aún no estaba presente entre nosotros, todos se protegían
de ella mientras rápidamente dejaban que sus vidas pasaran ante el tren de la rutina, ese
tren que jamás se detenía por nada del mundo y que siempre adquiría nuevos pasajeros a
quienes les quitaba cualquier tipo de humanidad y simplemente dejaba almas vivientes que
no hacían nada más allá que vivir entre los viajes y las estaciones que ésta destinaba, su vida
se basaba en eso, en que la rutina los consumía de tal manera que cuando deseaban que el
viaje terminara, ya era muy tarde para quedarse en alguna estación.
Suspiré ante la escena que hoy estaba presente entre nosotros mientras sentía como cada
paso que daba era mezclado ante la voz suave y potente de Sinatra en mis audífonos
demostrando que hasta la más mínima acción que podíamos realizar, era un panorama
totalmente diferente si se la realizaba con música, sin embargo, ni siquiera el sonido
embelesador de I've got you under my skin era capaz de quitar todos los pensamientos que
intentaban detener mis pasos de la dirección que había buscado varias veces en mi celular
para asegurarme de que no estaba equivocada y que el momento que había esperado que
nunca llegara, finalmente estaba ante mí en una pequeña cafetería a unas cuantas calles más
abajo de times square y que apenas tenía un par de personas ocupando el espacio de
aquellas mesas de maderas que resplandecían desde el ventanal de afuera.

Me tomé unos segundos para esperar que la canción terminara ó al menos esa era la excusa
que mi cerebro intentaba mostrar ante el hecho de que estaba fuera de una cafetería que
apenas reconocía, sentí como la expectativa daba paso a la inseguridad y el miedo mientras
no sabía si lo mejor era darle punto final a la situación ó simplemente irme como si nada
hubiera sucedido.

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Esos segundos se tornaron eternidades mientras me repetía una y otra vez la razón por la
cuál debía cruzar aquella puerta y si era lo correcto, odiaba cuando mi instinto no surgía
efecto en mí y simplemente me quedaba pensando una y otra vez cuál era la mejor opción
porque había aprendido hace mucho que la impulsividad muchas veces no nos daba como
recompensa lo que esperábamos y solamente atraía momentos que no podías manejar.
No obstante, cuando reconocí a una de las personas que estaban en la cafetería intentando
apalear el frío ó se encontraban ahí por alguna razón que solo ellos conocían, supe que tenía
que entrar aunque mi sentido de la conciencia me mandara cientos de advertencias sobre ello
y la decisión que estaba tomando en
aquel momento. Me quité los audífonos mientras sentía como tood mi cuerpo se estremecía
ante la simple acción de moverme en dirección hacia donde estaba la puerta y apenas la abrí
sentí como el aire caliente me daba una suave caricia en el rostro luego de la brisa helada
que estaba corriendo a éstas horas.

Me sujeté de la poco cordura que me quedaba y me dirigí hacia la mesa donde estaba aquella
chica de chaqueta gris tratando de que su café se enfriara en medio de sus manos, mientras
que su cabello tomado se mostraba perfecto como cada punto de ella, no pude no quedarme
impresionada ante el hecho de que la tenía a solo unos centímetros de mí y aún así no
parecía que fuese real.
Por unos segundos maldije el momento en que había aceptado reunirme con ella en este
café, en este día en específico, podía haber cortado su llamada ó simplemente no
responderle; pero estaba aquí en el momento que no deseaba vivir en mi vida y que sin
embargo, sabía que necesitaba vivir para comenzar a llenar los vacíos que sentía ante la
incesante ola de soledad que me traía cada recuerdo que tenía y que me ligaba a que alguna
vez había tenido una familia.

—Hola —dije tímidamente mientras Taylor se daba vuelta para mirarme impresionada como
si esa cita no hubiera sido acordada días atrás, una pequeña sonrisa inesperada salió de sus
labios ocultando cualquier tipo de distracción visual y noté que ésta era sincera por lo cuál me
limité a esperar que la pesadez que sentía hacia aquel momento se dispersara en el aire,
pero aún no lograba reducir ni en lo más mínimo el pavor que revolvía hasta lo más profundo
de mi ser el hecho de compartir este momento con una de las personas de mi pasado
distante —Llegaste antes —fue lo único que pude decir al notar como el reloj de la pared de
piedra de la cafetería mostraba las diez en punto, Taylor solo asintió ofreciéndome en un
silencioso gesto que me sentara, no obstante, me tardé un poco más de lo que esperaba en
lograr que aquella acción se incorporara en mis músculos y al sentarme no dejaba de mirarla
recelosa ante la idea que no sabía cómo manejar esta situación pero que aún más grande que
eso era el hecho que de alguna forma ya no deseaba escapar ante las memorias de mi
pasado.
—Sí—contestó sin dejar esa sonrisa mientras sus ojos castaños intentaban crear una
atmósfera agradable entre ambas miradas, a pesar de que era notorio en ella que también
estaba nerviosa por esto —Siempre puntual —sugirió removiendo la cuchara de su café antes
de tomar un sorbo de éste y mirarme como si su voz no fuera suficiente para poder
reproducir las palabras de su mente, yo me mantuve callada porque internamente tampoco
sabía que palabras agregar a la conversación, era la primera vez en años en que quería darle
la oportunidad de tener una conversación normal y no rechazarla desde la primera instancia;
por lo cuál esto estaba siendo mucho más difícil de lo que esperaba y no tardé en notar como
mis manos se movían nerviosas debajo de la mesa—él también lo era —dijo en un murmullo
como si lo último que deseaba era decir aquello, sin embargo, yo solo la
miré impresionada por el rumbo que estaba tomando la conversación, sus manos volvieron a
acoplarse sobre la taza de café lo cuál solo hizo que notara lo nerviosa que ella también
estaba para sacar algún tipo de diálogo entre nosotras, sentí una punzada al notar el esfuerzo
que ella estaba realizando para sacar palabras que a ninguna de las dos nos salían, pero es
que cómo podían nacer palabras de dos personas que supuestamente eran hermanas y que
solo se habían visto un par de veces en su vida sin tener la oportunidad de crear un vínculo
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estable sino que simplemente estaba ligado a malos recuerdos entre ambas y experiencias
que solo dejaba que la desconfianza que sentía hacia ella se mostrara a flor de piel.

—¿Cómo estás?—pregunté ignorando su comentario y ella me miró con sus ojos castaños
como si buscara algún tipo de doble sentido a esa pregunta, no obstante, no había nada
detrás de aquella simple pregunta. Me removí nerviosa sobre la silla al sentir como el
ambiente estaba causando una densidad entre cada mirada que nos dirigíamos y cada vez
que intentábamos con un esfuerzo irreal que esto fuera ameno cuando no dejaba de pisar lo
raro y sin sentido, Taylor volvió a tomar un trago de su café antes de responder a aquella
pregunta,mientras yo rebuscaba en mi memoria algún tipo de conexión que podría disminuir
la tensión que había entre ambas, algún recuerdo que sirviera de enlace para que la pesadez
dejara de asfixiarnos en aquella cafetería, no obstante, cada recuerdo que tenía con ella
derivaba el alma destrozada de una chica que estaba siendo una adulta antes de tiempo y
sentí como por unos segundos aquellos momentos que hubiera deseado olvidar simplemente
se mezclaban con la realidad, no fueron necesarios más que esos segundos para volver a
sentirme indefensa ante esa chica y sentirme como no me había snetido hace mucho tiempo
junto a su presencia, ya que aunque nos esforzaramos por quitar el dolor de nuestros
recuerdos, estos no te dejaban sino que simplemente se resguardaban ante una leve capa de
protección que trataba de hacerte pensar que esas heridas habían sanado pero la realidad era
que se mostraban indelebles en tu piel esperando cuando atacarte frente a los demonios que
en el pasado habían sido tu presente y que ahora solo eran los fantasmas que te acechaban.
—Bien —dijo con una sonrisa que trataba a grandes rasgos alivianar el ambiente que nos
rodeaba, yo suspiré ante ello mientras el silencio nuevamente comenzó a forzar aquel
momento, porque estaba segura que ésta no había sido una de las mejores decisiones que
había tomado y aún así seguía en pie con ella por el simple hecho de que no deseaba aceptar
la incomodidad que se nos presentaba, ya que al final del día podíamos compartir rasgos
familiares pero no dejábamos de ser simples extrañas que pudieron haber compartir una
historia en común, sin embargo, aquello jamás sucedió porque nuestros caminos se
separaron mucho antes de que el destino pudiera escribir y enlazar algo entre nosotras—
Lauren —comentó llamó mi atención mientras volví a remover nerviosa la cuchara de lo que
aún quedaba en su taza de café, yo la miré sin entender aquello y aunque el silencio quiso
volver a
apoderarse de esa escena, simplemente eso no sucedió y Taylor finalmente se decidió a
hablar cuando las palabras no querían ser parte del diálogo entre ambas. Sus ojos me
miraron en un dolor tortuorio como si quisieran decir más de lo que se podía , como si
desearan esquivar esos muros que no dejaban espacio libre para que algo existiera entre
nosotras —Realmente siento no ser la hermana que desearías—respondió en un lánguido
suspiro que hizo que todo mi ser se estremeciera ante el sonido de su voz y que no dejara de
mirarla impresionada ante tales palabras, Taylor desvió la mirada de mí para observar como
la cafetería estaba llenándose de a poco de personas que intentaban quitar el frío que
imperaba esta mañana en la ciudad y que entre nosotras estaba creciendo además de crear
una distancia que no se podía reducir —Sé que esto no tienen ningún tipo de sentido y que
no somos más que extrañas compartiendo el mismo apellido —aseveró dejando que sus
palabras se apoderaran de toda la atención que ellas deseaban, éstas sonaban dulces como si
quisieran reparar todo lo que había sido fracturado hace mucho tiempo atrás y que jamás se
había intentado sanar, yo suspiré intentando digerir todas esas palabras que resonaban en mi
cabeza y que no dejaban que ninguna otra apareciera en mis pensamientos—Pero realmente
quiero saber de ti
—sugirió tratando de crear algún contacto conmigo a través de una simple caricia que hubiese
deseado hace tanto tiempo atrás y que ahora solo veía con recelo mientras la rechazaba por
simple defensa personal, no la rechazaba porque así quisiera sino por el simple hecho de que
no podía pedirme que después de todos esos años yo aceptara algo que no había existido, mi
cuerpo no podía amoldarse a esa intención, estaba tan acostumbrado a ser traicionada a
través de falsos gestos de cariño que al final dolían más que la intención misma y que
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dejaban marcas que no estaba segura si podían ser capaces de sanar. Ella suspiró al notar
como mi cuerpo se estremecía ante su intento de cariño y lo rechazaba sin más, ladeó la
cabeza confundida quizás intentando darle algún tipo de significado a aquello pero no podía
porque no me conocía, ella no sabía quién era yo ni yo tampoco sabía quién era y así
habíamos vivido durante todos esos catorce años que habían separado nuestros destinos.

—¿Por qué ahora?—pregunté incómoda ante ello, ésta vez mi incomodidad era más que
notoria y el esfuerzo que tenía sobre ella estaba siendo nulo —¿Por qué quieres saber de mí
después de catorce años?—volví a preguntar sintiendo como cada palabra traspasaba mi piel
como si fueran cuchillas que solo querían atravesarme, Taylor ni siquiera se atrevió a
mirarme ante esa pregunta y por la forma en que sus manos buscaron algún tipo de refugio ó
más bien fortaleza a través de esa taza de café, podía deducir que ella tampoco sabía bien la
respuesta a ello por lo cuál solo me quedé callada ante las incesantes preguntas que no
tenían respuesta, que jamás las tuvieron y que ahora se atrevían a buscarlas nuevamente a
pesar de que el tiempo había pasado y yo ya no era una niña asustada, tampoco era una
adolescente que tenía miedo de regresar a su casa ni menos era aquella chica desesperada
que le
pidió tantas veces que la ayudara y a quién ella simplemente le dio la espalda. Ya no era
ninguna de esas Lauren y aún así me sentía tan indefensa como si cada una de ellas
volvieran a ser parte de mí—La última vez que recuerdo haberte visto a ti y a Chris fue en
una cena de navidad hace diez años—contesté con dureza recordando momentos que había
dejado oculto durante tanto tiempo en mi memoria, era increíble la forma en que uno mismo
creaba murallas ante ellos para que no fueran capaces de atacarte desprevenida, sin
embargo, más impresionante era el hecho que no importaba cuán altas fueran éstas, siempre
iba a existir un momento en que esos recuerdos tomarían una altura aún mayor que la que se
había impueto y te atacarían de todas formas —Recuerdo cada llamada que te hice, cada vez
que me ignoraste
—respondí en una risa sarcástica que me dolió más de lo que deseaba apreciar
—Recuerdo cada momento que no compartimos, la forma en que me tocó la peor parte de
toda esa historia familiar y como tuve que cargar con todo yo sola —dije sintiendo como el
dolor de a poco se acentuaba a cada una de mis palabras mientras éstas no buscaban ningún
tipo de limitación sino que eran un llamado del alma destrozada de esa misma chica que no
deseaba aceptar pero aún estaba ahí entre medio de recuerdos que habían pasado hace no
tanto pero que deseaba que hubiesen sido hace siglos para que no fueran capaz de doler
como lo hacían —¿Por qué ahora?¿qué quieres de mí?—su mirada no se despegaba de su
taza de café como si ahí estuvieran presente todas las preguntas a mis preguntas, pero yo
sabía que no estaban ahí y que tal vez nunca serían respondidas como siempre y que solo
serían palabras que el viento se llevaría, por lo cuál solo suspiré ante ello e intenté
levantarme para irme, ya que no había nada más que decir de mi parte y ya estaba lo
suficientemente herida como para seguir con aquello, no obstante, cuando sentí como una
mano me detenía no pude no sentirme extrañada mientras la miraba con atención tratando
de comprender lo que estaba haciendo, pero lo único que obtuve fue notar la incesante culpa
debajo de aquellos ojos castaños, era imposible no sentir algo a través de ellos, pero no era
que no sintiera algún tipo de sentimiento hacia sus palabras ó que quisiera ser cortante, era
solo que no estaba segura de como digerirlas, no tenía ninguna experiencia previa que
lograra darme algún tipo de pauta que seguir y después de años preguntándome si algún día
escucharía esas palabras de su parte ahora que sucedía estaba aterrada ante la idea de que
tal vez era demasiado tarde.
—Por favor —sugirió con su voz rota —Por favor quédate —esas tres palabras mezcladas con
su mirada llena de emociones que no esperaba de su parte simplemente hicieron que la
herida volviera a doler, esa herida que eran los recuerdos de una época pasada que deseaba
olvidar pero que ahora se presentaba como si solo deseara fundirse entre mi presente y mi
futuro. Me quedé unos segundos en silencio pensando en lo extraño que era esto, sin
embargo, no me sorpendió que al final de todo cediera ante su petición y volviera a sentarme
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en la misma silla que había estado durante todo este tiempo. Noté el brillo que adquirió su
mirada ante ese simple gesto y aunque no quisiera aceptarlo, una parte de mí se
alegraba de ver aquello, a pesar de todo aún había una parte de mí que deseaba recuperar
algo que no había existido pero se aferraba a ello como si no se cansara de ser
constantemente decepcionado—Gracias —dijo sin más mientras yo solo asentía sintiendo la
extraña sensación que era sentir su mano sobre la mía, ella entendió que aún estaba
impresionada por eso así que no dudó en terminar con ello y volver a tomar la distancia que
ella pensaba que yo quería, no obstante, tampoco dije nada para que no lo hiciera, tal vez iba
a estar más cómoda desde la distancia con la cuál me gustaba tomar ante la incomodidad de
momentos que no esperaba —Me gusta el tono de tu cabello—comentó con una fina sonrisa
que intentaba amoldarse al momento —resaltan tus ojos verdes —estaba atenta a cada gesto
que realizaba como si todo fuera extraño en mi memoria, como si intentara defenderme de
cualquier movimiento que ella pudiese realizar y no me podía sentir peor por no disfrutar
ningún momento sino que estaba más centrada en la estocada que podían realizar contra mí,
cerré los ojos convenciéndome que no necesitaba de esa coraza que había impuesto sobre mí
y que tal vez no estaría mal que por unos minutos simplemente dejara que todo surgiera sin
ningún tipo de restricción ni protección, tal vez solo tal vez era momento de dejar esas
murallas atrás y mirar lo que había alrededor de ella.

—¿Desde cuándo vives en Nueva York?—pregunté cambiando el tema y Taylor solo me miró
con esa sonrisa que recordaba vagamente de mi infancia, la verdad es que a pesar de que la
había visto un par de veces durante el último tiempo, aún no podía reconocerla y mi memoria
se limitaba a tirar recuerdos antiguos sobre ella, sobre esa época donde ella era una
adolescente de pantalones de elefantes y blusas cortas floreadas que no se parecían en nada
a la imagen de una persona adulta y seria que intentaba mostrar a través de su falda tubo
negra y la blusa blanca que llevaba debajo de la chaqueta gris.
—Seis años —admitió encogiéndose de hombros antes de terminar finalmente con el café que
estaba entre sus manos —Tengo un puesto en el new york post así que vivo la vida de la
ciudad que nunca duerme —respondió con una tímida sonrisa como si intentara recoger cada
palabra que me decía con pinzas, esforzándose más de lo que yo estaba haciendo y eso solo
me causó una sensación extraña de ternura y de preocupación a su vez —¿tú?—me preguntó
finalmente y yo solo suspiré recordando la razón por la cuál había llegado a esta ciudad, tal
vez aún no era tiempo para contarle mis propios problemas a esa chica que intentaba con
todas sus fuerzas crear algún tipo de conexión conmigo, por lo tanto yo también me atreví a
tomar con pinzas cada palabra que salía de mi boca.
—Vine un poco después de cumplir 18 —contesté sin más dando punto final a la pregunta ó al
menos eso era lo que yo quería creer en aquel momento, ella entendió que no estaba
deseosa de indagar más en el tema, así que prefirió finalizarlo antes de que se volviera
incómoda nuevamente la situación.
—Así que tienes una banda —comentó y yo solo asentí ante ello
—Tocas algún instrumento ó —dijo mientras yo trataba de no ser cortante.
—Soy la voz principal —respondí encogiéndome de hombros mientras ella no dejaba esa
sonrisa de sus labios que más que emoción demostraba interés sobre todo lo que decía
aunque yo me esforzara para que las palabras de mi parte tomaran un rumbo inesperado.
—Recuerdo que antes solías pasar todo el día cantando las canciones de las películas de
disney —aseveró dejándome impresionada ante su recuerdo frente a eso —También recuerdo
las miles de veces que me pedías que repitiera la película de mulán, era tu favorita y no te
importaba pasar toda la tarde viéndola al lado de tu amiga Lucy—aparté la mirada ante ese
recuerdo que también era parte de mí y no supe que decir porque dolía más de lo que
esperaba, sin embargo, no se lo demostré y solo saqué de mi mente aquello —¿Qué es de
ella?—preguntó con curiosidad.
—No lo sé —refuté mostrando como estaba incómoda ante esa pregunta y ella solo asintió—
Ella y yo ya no tenemos nada —sugerí sintiendo el dolor de cada palabra, lo que más me
dolía de aquello tal vez no era la parte sentimental que habíamos vivido sino el hecho de que
a pesar de todo había sido la persona que mejor me conocía y la única que conocía todos

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esos recuerdos que ni yo misma era capaz de comprender, dolía recordar que ella me había
prometido tantas veces que nunca se iba a ir y lo había hecho al igual que todas las personas
en mi vida, con la diferencia que su partida había sido sin duda la más dolorosa de todas por
la cantidad de recuerdos que habían detrás de su nombre, recuerdos que aunque deseara no
podían irse porque significaría dejar toda mi vida atrás ante aquel acto.
—Lo siento —musitó arrepentida por esa pregunta y yo solo chasqueé la lengua para restarle
importancia—Me gustaría poder volver a juntarme y conversar un poco —contestó dejándome
sorprendida —Pero tengo que ir a buscar a Annie en cinco minutos más —yo la miré sin
entender lo que me estaba diciendo y ella entendió aquello antes de sonreír nerviosa ante el
hecho de que yo no comprendía la mitad de las cosas que me decía así que sin más sacó su
celular buscando algo hasta que me mostró una foto de ella con una pequeña de cabello
ondulado castaño que sonreía más de lo que alguna vez le había visto a alguien—Es mi hija,
tiene cinco y pronto saldrá del colegio —aseguró con una sonrisa y yo no supe que decir
sobre ello porque no podía dejar ese estado de sorpresa total ante la idea de que no me
imaginaba aquello—Me recuerda mucho a ti cuando tenías su edad, demasiado despierta,
demasiado curiosa —asentí suspirando porque era lo mismo que solía decirme papá todas las
mañanas, él solía felicitarme por esa alma curiosa que había presentado antes de que todo se
volviera un caos —Deberías conocerla.
—Es adorable —fue lo único que pude decir frente a esa ola de pensamientos que no podía
absorber en aquel momento —Sí tal vez algún día podríamos hacerlo —la sonrisa de Taylor
no tardó en ocupar todo mi campo visual, era una verdadera del mismo tipo que la pequeña
mostraba en aquella foto y aunque deseé ser recíproca con ella, no podía mentir que
simplemente aún no estaba lista
para ello, por lo cuál agradecí que ella entendiera el esfuerzo que había de mi parte en este
momento y decidió darle fin a esto para no tensar más las cosas.
—Tengo que irme —comentó sin dejar esa sonrisa —Tienes mi número, puedes llamarme —
confesó con una voz tan elocuente que no dejó de sorprenderme —Realmente me alegro de
que me hayas dado la oportunidad de hoy
—contestó con una sinceridad que se estaba tornando en nuestra realidad, ella se levantó de
su silla mientras yo seguía en ese estado de tener que acoplar todo lo que estaba sucediendo,
sin embargo, me fue imposible dejarlo cuando sentí como sus brazos se mostraron atentos
ante mí en un tímido abrazo que ella me regaló con miedo de ser rechazada pero ni siquiera
tuvo tiempo para actuar ante ello y solo me limité a mirarla extrañada mientras sentía cientos
de emociones encontradas ante ese simple gesto de cariño—Gracias —fue lo único que dijo
pero fue capaz de atravesar mi corazón dejando que mi cuerpo se relajase ante ello y que me
repitiera una y otra vez las palabras que tanto deseé escuchar hace mucho tiempo en un
pasado distante.
Todo está bien.
All too well parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
—¿Por qué las estrellas son verdes y no doradas?—le pregunté a Noe mientras ella fruncía el
ceño ante mi pregunta dirigida hacia su dibujo, ella alzó la vista hacia mí para mirarme como
si la respuesta fuera la más obvia del mundo.
—Porque me gustan las estrellas y el verde es mi color favorito
—respondió encogiéndose de hombros mientras seguía pintando su dibujo —Además en el
cielo no son doradas, son del color que las quieras ver porque no tienen color
—sugirió con una sonrisa —Así que para mí son verdes —asentí porque no podía estar más
sorprendida por su respuesta llena de seguridad lo cuál no estaba segura si me daba ternura
ó me impresionaba más de lo que estaba por como funcionaba la mente de esa niña de seis
años así que preferí quedarme con lo de la ternura y devolví la vista hacia su dibujo.—El
verde es mi color favorito porque son el color de los ojos de mami y porque también es el
color de los árboles —comentó sin mirarme y sin dejar de pintar las pequeñas estrellas de su
dibujo —¿Cuál es el tuyo?—preguntó con una sonrisa que era capa de producir la misma

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reacción sobre mí y no pude no sonreír ante su pregunta llena de ilusión.
—Me gustan muchos colores, no tengo uno favorito —aseveré y ella me miró dudosa ante
ello.
—Pero las princesas siempre se visten de rosa —contestó confundida enarcando la ceja y yo
no pude no reír ante la inocencia que había en su respuesta.
—¿Quién te dijo eso?—pregunté y ella se encogió de hombros.
—No he visto ninguna que no utilice el rosa —afirmó —Además, mami siempre me dice que
soy su princesa cuando estoy con un vestido rosa que no me gusta pero a ella si —aseveró
con esa dulzura innata de ella que solo podía ser capaz de alegrar mi corazón de alguna
forma que no tenía sentido, nunca había soportado a ningún niño y ahora estaba con ella
esperando pacientemente que Lauren regresara mientras encontraba divertido cada palabra
que decía como si fuera lo más interesante del mundo.
—Bueno yo no soy una princesa, debes comenzar con eso —sugerí y ella frunció el ceño
negando mi afirmación.
—Si lo eres —contestó —Una princesa de ojos como chocolates
—refutó arrugando la nariz —Lindos ojos chocolate —confirmó—Eso es lo que siempre dice
mami— no pude no sentir como mis mejillas se encendieron ante aquel comentario de su
parte y aunque traté de no darle importancia, simplemente suspiré ante sus tiernas palabras
porque ella no tenía ni la más mínima idea de como yo me sentía cautivada hacia sus ojos
verdes, sus verdes e inhóspitos ojos verdes que presentaban cientos de secretos que yo
deseaba descubri uno por uno.
—No creo que tu madre diga eso —contesté tratando de defenderme frente a sus palabras y
ella me miró impresionada por lo que le estaba diciendo.
—Yo no miento, porque mentir está mal —dijo con esa seguridad que siempre mostraba ante
cada una de sus respuestas y eso hizo que me sintiera aún más indefensa frente a sus
palabras. Ella suspiró antes de dejar el dibujo que llevaba varios minutos pintando para
mirarme seria mientras yo seguía sin entender su mirada pero podía notar como sus
pequeños ojos azules se llenaban de una ilusión que no sabía de donde provenía pero la
hacían ver más adorable de lo que ya era, además de que su cabello recogido en dos moños
solo me producía más ternura al verla—¿Por qué los adultos son tan difíciles?—preguntó
atenta ante mis gestos pero yo no entendí el origen de su pregunta así que solo me quedé
mirándola tratando de buscar alguna respuesta.
—¿A qué te refieres?—pregunté enarcando la ceja y ella ladeó la cabeza confundida como si
intentara encontrar las palabras correctas.
—Tengo seis casi siete —señaló seria —No soy una bebé para no darme cuenta como miras a
mami —sugirió dejándome atónita pero ella siguió con el comentario de su parte —¿Por qué
no la invitas a salir como lo hacen los príncipes con las princesas?—preguntó.
—Porque no soy un príncipe —fue mi respuesta ante ello porque no sabía que decirle sobre
aquella pregunta, la verdad es que no había nada que deseara más que poder decirle lo que
sentía hacia ella pero estaba el gran problema de que tenía miedo de arruinarlo todo ante esa
confesión, no era normal lo que yo sentía hacia ella y lo último que deseaba es que nuestra
relación se volviera solo en algo incómodo.
—Pero eres una princesa —susurró confundida —Eso es casi lo mismo¿no?—suspiré negando
a su respuesta.

—Las princesas no invitan a otras princesas Noe —refuté ante la realidad de las cosas, ya que
aunque doliera esa era la única verdad frente a todo, sin embargo, la pequeña rubia no dejó
de mirarme como si le estuviera diciendo algo tan incoherente que era imposible ocultar la
forma en que me miraba extrañada.
—¿Por qué?—volvió a preguntar y yo no supe que responder a ello.
—Porque no es como se dan las cosas —respondí encogiéndome de hombros frente a la
mirada que ponían sus ojos azules frente a mí —Las chicas no pueden salir con chicas, no es
normal —agregué.
—Mami dice que algo normal no tiene que ser algo que sea cierto ó que sea la única opción—
dijo chasqueando la lengua —Hay muchas cosas normales que no están bien —fue su

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repuesta y yo no podía verla más impresionada porque venía de una niña que tenía seis años
y a pesar de eso era capaz de ver más allá del mundo que se nos mostraba a los adultos, Noe
no tardó en sonreír ante mi confusión
—Si te gusta mami y es de verdad, no le veo el problema —concretó —Aunque solo te
dejaría salir con ella con una condición —sentenció apuntándome con uno de sus colores lo
cuál me causó una sonrisa más que otra cosa.

—¿Cuál?—pregunté entusiasmada ante su mirada y ella arrugó la nariz ante ello pensando en
todas las posibles respuestas que podían surgir ante aquella pregunta.
—Tienes que prometerme que la cumplirás—puntualizó alzando aquellos ojos azules que se
parecían al mar hacía mí lo cuál solo me estremeció porque estaban llenos de ternura y un
amor que solo había visto de parte de aquellos ojos verdes cautivadores que tanto me
gustaban.
—Estoy bastante segura de que lo que quieras puedo traértelo
—aseveré con una sonrisa, porque realmente estaba interesada en su sugeriencia, sin
embargo, su mirada volvió a perderse en su dibujo antes de volver a mirarme.
—La condición es que puedas hacer feliz a mami —dijo llenándose de ilusión ante esa
sugerencia y yo fui capaz de ver el amor incandescente que ella le tenía hacia su propia
madre, podía haberme pedido cualquier cosa, cualquier juguete y a pesar de tener esa
oportunidad que yo no hubiera dudado en cumplir aquel deseo, ella se limitó a elegir algo que
ni siquiera era para ella —Ella tiene una de las sonrisas más bonitas que existen, pero no
siempre está feliz aunque ella me diga lo contrario
—suspiró con dolor hacia ello —Yo sé que ella siempre trata de borrar su tristeza por mí —
musitó —Pero yo quiero que ella sea feliz de verdad —afirmó con una sonrisa—De la misma
forma que en los cuentos de hadas donde las princesas solo pasan por un momento de
tristeza antes de encontrar al amor verdadero y ser felices para siempre y por siempre —me
quedé en silencio absorbiendo cada una de las palabras que ella me estaba mostrando y sentí
como mi corazón dolió ante la simple petición de una hija que deseaba que su madre volviera
a ser feliz, la sola idea de imaginar como ella podía darse cuenta de esas particularidades que
probablemente Lauren había intentado no demostrarle para no afectarle me estaba partiendo
el alma así que no supe que decir frente a sus palabras porque necesitaba de unos minutos
para incoportar su petición ante mis ideas.

Así que simplemente me levanté de la silla donde estaba y no pude detener esas ganas
inmesas que tenía de abrazarla y protegerla de todo, era increíble todo lo que esa pequeña
era capaz de transmitir con simples palabras e inocencia que ocultaban el mundo en que
vivía, en el que vivíamos todos y que no era tan bonito como ella lo pintaba, sin embargo, en
aquel momento hubiera dado cualquier cosa para que su mundo fuera realmente el que
existía en su mente, ese en dónde no habían problemas más allá de buscar la felicidad de su
mamá.
Noe me abrazó como si fuera lo más normal del mundo, no tardó en posar sus pequeños
brazos sobre mi cuello y de ocultar su rostro sobre mi hombro dejando que aquella ternura
que ella irradiaba a su alrededor se transformara en una sonrisa en mi rostro, cada día que
pasaba me daba cuenta de que definitivamente
aquella chica de ojos verdes necesitaba esa pequeña en su vida porque era capaz de disipar
cualquier tormenta poniendo un sol resplandesciente ante cualquier situación.

—¿Sabes?—le dije acariciando su cabello mientras ella negaba con ternura ante mi pregunta
—Me encantaría cumplir esa condición —musité con una sonrisa viendo como sus ojos azules
volvían a llenarse de una ilusión que solo hacía que mi corazón se alegrara —Aunque no sé si
soy la persona correcta para ello—contesté mostrando todos los miedos que me
atormentaban ante esa idea, no podía mentirle que me aterraba sentir todos esos
sentimientos encontrados por Lauren porque no sabía como manejarlos ni tampoco sabía

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como ella podía reaccionar frente a ello, definitivamente no había peor miedo que aquel que
nacía frente a un mar que no sabías que olas te iban a golpear ó que si eran capaz de
derrumbarte ó refrescarte, quizás no era la primera vez que me sentía atemorizada frente
algo, pero si era la primera vez que era hacia un tema que iba más allá de lo que conocía.

—Si es de verdad lo que sientes, entonces hay miles de posibilidades —aseguró sin dejar esa
sonrisa incandescente que rara vez dejaba sus labios, pero que aún así era imposible
cansarse ó dejar de deleitarse de cada vez que cubría su rostro llenándolo de un brillo único
—No creo que mami tenga problema con ella —susurró riendo besando mi mejilla dejando
que mi felicidad ante la simpleza de esa respuesta se mostrara a flor de piel —Además eres
muy linda e inteligente y a mami le gustan esas personas —confirmó—Tal vez a mami
también le gustas —respondió encogiéndose de hombros dejando esa risa tan sonora que
tenía ante sus respuestas y aunque quería creer en ello no dejé que esa idea me abordara así
que me limité a asentir frente a lo que la pequeña rubia decía.
—¿Te gusta dibujar mucho?—pregunté cambiando de tema y ella asintió eufóricamente
señalando todas las hojas que estaban en la mesa esperando ser terminadas de pintar, sonreí
ante ello mientras solo podía pensar que ella se parecía demasiado a Lauren solo que en
versión miniatura y con el cabello rubio además de esos ojos azules que parecían que no
podían ser más hermosos, era extraño como muchas veces no veíamos esos detalles que
estaban a simple vista y a través de una mirada no veías como era esa persona sino todo lo
que atraía y solo con mirarla fue suficiente para ver el trabajo duro que debió ser para Lauren
criarla ante cualquier adversidad y también pude imaginar un poco el orgullo que debía
cubrirla siempre con el simple hecho de mirar a su hija, porque yo no podía no quedar
cautivada ante ella a pesar de que no la conocía también como seguramente su madre si le
conocía.

—Sí —comentó orgullosa de ello —Aunque mis colores están algo gastados —susurró
mordiendo ligeramente su labio tratando de pensar en que iba a decir —Le pediré a mami
colores nuevos en mi cumpleaños—dijo sin darle mucha importancia al tema.
—¿Cuándo cumples años?—pregunté.
—Diciembre, 13 —la miré perpleja porque para ello aún quedaban un par de meses pero en
ella no había ningún tipo de presión por tener algo tan simple como colores nuevos, de hecho
hasta podía notar que había cierta emoción frente a aquella fecha, era la primera vez que
veía que un niño no pedía desesperadamente algo y lo tomaba con paciencia demostrándome
una y otra vez que ella era diferente a los niños que conocía.
—Quedan aún algunos meses para ello —respondí y ella asintió arrugando la nariz de una
forma llena de ternura.
—Lo sé, pero queda menos que ayer y mañana quedará menos que hoy —sentenció riendo
con su tranquilidad innata —Pero eso no es de lo que estábamos hablando —aseveró
tomando mi atención —¿Cuándo invitarás a salir a mami?—preguntó sin ningún control en
sus palabras y yo solo sentí como me ruboricé ante ello porque le estaba contando mis
problemas amorosos con una niña de seis años lo cuál solo me hacía sentir verguenza frente
a la situación pero lo extraño es que no me sentía incómoda.

—Tú dímelo —fue lo único que pude responder ante ello pero Noe ladeó la cabeza ante mi
respuesta—¿Me ayudarías con ello?—pregunté totalmente avergonzada y ella se limitó a
asentir emocionada.
—Es un trato —afirmó alzando su meñique y yo no entendí que quería que yo hiciera —Tienes
que hacerme la promesa del meñique sino no es un trato —me dijo y yo solo podía pensar
que ya había enloquecido lo suficiente como para estar haciendo ese tipo de tratos con una
niña que apenas era más alta que mi cintura, sin embargo, era consciente de que muchas
veces la locura era algo necesario para mantener la vida así que junté mi meñique con el de
ella produciendo una conexión mágica ante ello. Noe se acercó a mí para susurrarme algo al
oído y yo la escuché con toda la atención del mundo —Le hablaré a mami de ti—confirmó

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dejándome una sonrisa eterna en mis labios.

No obstante, mi atención fue rápidamente presa de la chica que estaba entrando a la


biblioteca con la misma sonrisa cautivadora de siempre y con esos ojos verdes que me
sacaban tantos suspiros, ni siquiera me di cuenta en que momento me quedé totalmente
embelesada por aquella vista, sin embargo, aquello solo confirmaba que había enloquecido de
una forma que no tenía reparo alguno.
—Mami —chilló la pequeña rubia dejándome sola en aquella mesa mientras se tiraba en los
brazos de su madre quién la miraba expectante sin dejar esa sonrisa que Noe tenía razón y
era una de las más bonitas que podían existir —Te extrañé —exclamó llenando su rostro de
pequeños besos que solo me llenaban aún más de ternura frente a esa escena, Lauren asintió
mientras la dejaba nuevamente en el suelo y dirigir una tímida mirada hacia mi que solo hizo
que yo me mordiera ligeramente el labio ante los nervios que siempre me conquistaban
cuando ella me
miraba de esa manera que no tenía descripción propia porque era simplemente algo extraño
que jamás había visto, no era esa mirada que estaba acostumbrada a recibir de las personas,
no había ninguna idealización en sus ojos ni tampoco mostraba el deseo de querer algo, solo
se mostraban naturales como si fueran las mismas puertas hacia su alma.
Nuestras miradas chocaron por unos segundos y bajé la mirada avergonzada ante todas las
emociones que ella desenfrenaba solo con sus ojos verdes lleno de brillo que me cautivaban y
a la vez me atemorizaban por todo el poder latente que juntaban en sus pupilas, era
impresionante como una simple mirada podía causar todo eso sin ni siquiera premeditarlo y
cuando pude ser consciente nuevamente de la realidad, ella estaba al frente mío mientras
Noe había vuelto a sentarse en su silla con sus dibujos riéndose sin tomar demasiada
atención a lo que estábamos haciendo.
—Gracias por quedarte con Noe —dijo con una sonrisa que solo se transformó en otra en mis
labios, era adorable la forma en que tenía de sonreír solo por pronunciar el nombre de su hija
—¿Cómo estás?—preguntó dejando que esa simple pregunta fuese capaz de alumbrar
cualquier penumbra que tuvieran mis días—No apareciste la noche anterior —musitó
encogiéndose de hombros tratando de acercarse tímidamente a mí pero no lo hizo
simplemente se quedó esperando mi respuesta y yo suspiré ante ello porque no tenía
paciencia para hablar sobre ello, apenas había hablado con Claire, así que preferí cambiar el
tema.
—Lo sé—afirmé —Tuve un par de problemas sin importancia
—respondí tratando de esbozar una sonrisa pero Lauren frunció el ceño ante ello como si
pudiera reconocer las sonrisas que eran de verdad y cuales eran actuadas, de pronto pude
sentir como su mano pasaba por mi espalda en una suave caricia.
—No tienes que explícarmelo sino quieres— contestó con una sonrisa —Aunque extrañé verte
ahí—no era necesario que mirara el desencadenamiento de emociones que había producido
en mis ojos porque estaba segura que era imposible ocultar la forma en que mi mirada se
perdía en la de ella pero en aquel momento pude ver una sonrisa de su parte que decía más
allá de lo que ella estaba dispuesta a decir y quise creer que era para mí.

—Yo también te extrañé —dije sintiendo como esas palabras no tuvieron necesidad de salir
de mi boca porque yo no era capaz de controlarlas , Lauren se sonrojó ante ello y asintió en
un suspiro antes de dirigirle una mirada hacia la pequeña rubia que no dejaba de contener su
risa ante nosotras.
—¿Qué es tan gracioso?—preguntó finalmente y Noe simplemente se encogió de hombros
ladeando la cabeza divertida.
—Nada —afirmó sin darle mucha relevancia a la pregunta mientras devolvía la vista hacia el
dibujo que estaba pintando.
El silencio fue capaz de mostrar sus fronteras ante nosotras, sin embargo, como siempre no
era un silencio incómodo en el cuál no quisiéramos estar
envueltas sino todo lo contrario, éste se mostraba atento y más extraordinario de lo normal
porque me daba la oportunidad de ver como sus ojos irradiaban una luz única que estoy
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segura no había visto en nadie más a mi corta edad y su sonrisa era todo lo que estaba bien
en aquel momento.
—Me gusta tu sonrisa —comenté quitando el silencio entre nosotras mientras ella me miraba
contrariada porque no tenía nada que ver mi comentario con lo que estábamos hablando —
Sonará muy loco pero es la sonrisa más bonita que he visto —susurré nerviosa y ella suspiró
negando aquella afirmación dejándome tan indefensa frente a mis propias palabras.
—Eso no es cierto — contestó sin más —La más bonita siempre será la tuya, tú me ganas con
creces aquel puesto.
Capítulo 26: Llegaste tú

I've been sitting, watching life pass from the sidelines Been waiting for a dream to seep in
through my blinds I wondered what might happen if I left this all behind Would the wind be at
my back
Could I get you off my mind This time
New York Camila
Las mañanas en la ciudad que nunca dormía comenzaron a mostrar ese tono gris y frío que
comenzaba con los tenues días que cada vez se aproximaban más al otoño en el calendario,
así de a poco era normal ver como las temperaturas descendían por la tarde y como en las
mañanas el sol ya no era tu principal obstáculo sino que lo era la brisa que representaba
tanto a esta época del año. No obstante, esta mañana aunque se mostró tardío, ahí estaba
tratando de calentar un poco el ambiente luego de la noche fría que había presentado ayer
entre las personas que vivíamos en esta ciudad.
Sonreí al ver como los rayos del sol intentaban tímidamente apoderarse de cada espacio que
había detrás de las persianas que daban a la ventana de la cocina, de a poco mi
departamento se llenaba de esa luz que reflejaba la hora de la mañana y se mezclaba entre
los ruidos comunes de cuando la ciudad se levantaba en medio de un fin de semana que
parecía que no tenía nada de interesante. Sin embargo, a pesar del que panorama no
mostraba ningún tipo de dibujo distinto al de todas las mañanas yo tenía una sonrisa en el
rostro al recordar cada una de las caricias que habíamos compartido la pelinegra que se
encontraba en mi cama en este momento y como mi piel seguía sin acostumbrarse a esos
roces que causaban que todas mis murallas se quitaran de mi camino y quedara sumergida
ante la ola tinta de placer que solo ella era capaz de producir.
Mis mejillas no tardaron en acumularse de ese color rojo pasional que siempre llegaban a
ellas cuando recordaba a Lauren ó cualquier cosa que estuviera relacionado con ella, era
increíble el nivel de locura que solo ella podía producir en mi ser en como la cordura quedaba
atrás y sacaba mis más bajos instintos ante su atenta y profunda mirada verde llena de
vitalidad y de salvajismo que solo hacía que me derretía con el recordatorio de mi memoria
de sus ojos sobre mí, saboreando cada parte de mi ser , cada centímetro de mi cuerpo siendo
inspeccionado bajo esos ojos arrebatadores de cualquier tipo de suspiro y como su mirada
incandescente era capaz de atraparme en algo que ni siquiera yo misma era capaz de
clasificar.

Me tenía atrapada, ilusionada de una forma que era tan irreal que parecía que cada vez que lo
pensaba era solo parte de mi imaginación. Lauren era
una acumulación de momentos arrebatadores que no solo surgían cuando estábamos las dos
solas ó cuando deseábamos saciar esa sed que nacía entre ambas sino que llegaba con ella
ante cada conversación sin ser necesaria la coherencia en ella, llegaba con cada mirada dulce
que me dedicaba y la forma en que había notado como una fina sonrisa siempre alumbraba su
rostro cuando me miraba como si fuera lo más importante que tuviera.

Todos esos pequeños fragmentos del tiempo que llegaban con ella eran como mi propia
sinfonía interna a la primavera, porque con ella jamás existían días fríos si la tenía a mi lado,
con ella la lluvia solo era una estación necesaria para mojarse y luego poder disfrutar de la
compañía de alguien más . Aquella ojiverde había cambiado tantas cosas en tan poco tiempo

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que diariamente me refutaba una y otra vez cuanto más sumida podía estar ante su magia,
me preguntaba si podía estar aún más embelesada ante su mirada y sus palabras;
especialmente me interrogaba internamente cuánto duraría todo esto porque el miedo ya se
había vuelto algo cotidiano.
Sabía que en la vida las cosas nunca duraban para siempre, que todo cambiaba desde las
estaciones hasta el amor que podías sentir por alguien; así un día podías jurar que estabas
completamente enamorada de una persona y semanas después esa persona simplemente ya
no era parte de tus planes de vida. La vida era una constante montaña rusa de momentos,
emociones y sentimientos que muchas veces podían llevarte a un ápico de sensaciones que
iban más allá de lo que podrías a ver esperado en tu vida como también a veces se mostraba
como una caída en picada de momentos que te atrapaban en una nube cegadora de lo que
era real y que no lo era.

La vida jugaba de esa forma con las personas, a veces las unía solo para separarlas y
también podía separarlas para reencontrarlas días, semanas ó años después de aquel evento.
Ésta no tenía ningún tipo de perdón ó misericordia frente a ningún ser humano y se
alimentaba de las esperanzas desechadas que podías respirar con cada paso que dabas,
porque al final de todo, no había nadie que pudiese afirmar que la vida no la había jodido de
una forma u otra; no existía persona en el planeta capaz de asegurar que su vida no había
sido alguna vez tocada por la mala suerte y los infortunios que solo el destino era capaz de
trazar en tu camino sin ningún tipo de compasión.
Toda esa experiencia que tenía de la vida solo me hacía pensar en que la realidad estaba
pasando demasiado rápido sobre mí y que un día todo se destruiría, todas esas verdadess
que jamás habían sido dichas y que se acumulaban en mi voz cada vez que la veía indefensa
y recordaba la razón por la cuál aún no era capaz de hablar. Me dolía el hecho de que sería
quién daría esa estocada final y vivía con el miedo siguiendo cada paso que daba, pisando mi
sombra constantemente ante el hecho de que jamás me perdonaría no ser la persona que le
dijera la verdad a
Lauren; sabía que tenía que hacerlo pero siempre era detenida ante el hecho que aquel
momento daría fin a toda esa magia.

Tenía miedo de la forma en que ella me vería, en la forma en que todo eso que era capaz de
transmitir su mirada simplemente se convirtiera en decepción, tenía miedo de decepcionarla
y jamás recuperar su confianza. Que todo terminara y que jamás volviera a construir algo con
ella a eso se derivaban mis más grandes miedos que me carcomían cada mañana que
amanecía sobre su pecho ó cada vez que mi mirada quedaba embelesada con ella, porque era
difícil aceptar que te habías equivocado pero más difícil aún era aceptar que la persona a
quién le hiciste daño no te perdonaría.
Conocía tan bien a Lauren que sabía que me alejaría de su vida desde que mis palabras
comenzaran a adquirir ese toque de realidad oculta que llevaban por tanto tiempo, sabía
como ella odiaba el sufrimiento y no tenía miedo de su reacción porque sabía que ella no
sería capaz de mostrar sus sentimientos en aquel momento; ella simplemente me alejaría
como todas las cosas que le han hecho daño; no escucharía mis razones y todo se terminaría
en aquel momento dando fin a una de las etapas más bonitas que he tenido en mi vida.

Pero no me dolía aquello, no me dolía que me alejara de su vida; lo que me dolía en sí era el
hecho de que ya la conocía tan bien que sabía que se sentiría dañada cuando estuviera a
solas a merced de las cuatro paredes de su habitación, me dolía el hecho de que no podía
protegerla de ese dolor que yo misma había causado tiempo atrás y que aún no mostraba sus
efectos colaterales pero pronto lo harían porque estaba decidida a decírselo antes de que el
tiempo siguiera dañando cualquier tímida esperanza de que tal vez no doliera tanto como yo
lo imaginaba.
Suspiré ante ello mientras trataba de quitar esos pensamientos de mi cabeza e intentaba que
mi mente estuviera enfocado en el nuevo guión que tenía para la audición de mañana, sin

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embargo, la decisión ya estaba hecha solo me faltaba la valentía para hacerlo en algún
momento en donde no fuera tan doloroso.
—Te levantaste temprano —escuché decir a mis espaldas y no pude no alzar la mirada
sabiendo de quién provenía aquella voz rasposa que fue capaz de adueñarse de todo el
departamento en tan solo unos segundos, sus manos no tardaron en acariciar mi abdomen
desnudo y un par de besos se mezclaron en mi mejilla —Pensaba que me habías dejado —
sentenció con una sonrisa mientras sus ojos verdes me miraban de esa forma tan única que
tenían, yo asentí suspirando sintiendo como todo mi cuerpo cedía ante sus cariños
constantes.
—No quería levantarte —contesté chocando con aquel mar esmeralda que sus ojos me
mostraban mientras que mis ojos castaños veían con atención como todo su cuerpo era
delineado ante cada pequeño rayo de sol que se colaba en la ventana y que solo remarcaban
aún más su figura que solo era ocultada
por su ropa interior —Aún es temprano —comenté mientras Lauren sonreía ante mi mirada lo
cuál solo hizo que me avergonzara sin sentido por ello, la pelinegra no tardó en acercarse a
mí para quedar frente a mí y con otra sonrisa solo hizo que mi día mejorara. Su mirada
quedó fija por unos segundos en el guión que intentaba tomar mi atención pero no podían
hacerlo cuando la tenía a ella con su belleza a plenitud.

—¿Nueva audición?—preguntó tomando el guión y yo asentí con una sonrisa mientras ella
hojeaba detenidamente las líneas que había subrayado —¿Tienes hambre?—dijo finalmente
dejando la atención que tenía en el guión para seguir su camino hacia la cocina yo me encogí
de hombros porque no tenía mucha hambre que digamos
—Porque yo muero de hambre —sugirió sacándome una pequeña risa mientras seguía cada
uno de sus movimientos que se acoplaban ante la melodía que ella había creado solo con su
presencia, cada acción que realizaba mostraba una perfecta sincronía que no permitía que
mis ojos no dejaran de verla, su cabello negro revuelto brillaba a tal punto que parecía que
sin quererlo deseaba resplandecer más que los rayos del sol, su piel suave y pálida
remarcaba cada una de sus facciones dándole un protagonismo presencial a sus grandes ojos
verdes que ésta mañana se mostraban con ese calidez que solía invadirlos de vez en cuando
y solo me dejaban más perpleja aún ante la belleza tan natural que ella mostraba como si
fuera una ninfa de la naturaleza.
—¿Qué harás?—le pregunté llamando su atención que por unos segundos había estado en la
nevera, ella solo sonrío sin contestarme mientras dejaba algo que sacaba de la nevera para
poner en el mesón que había en la cocina.
—Estaba pensando en pancakes —respondió finalmente sacando un recipiente redondo de la
alacena yo asentí sonriendo ante su iniciativa,Lauren no tardó en recoger su cabello en un
moño improvisado mientras mi mirada no dejaba de seguir cada uno de sus movimientos y
esos besos silenciosos que se habían impregnado en su piel de mi parte dejando un par de
marcas rojizas que solo me hicieron sonreír —¿Hoy no trabajas?—me preguntó sacándome de
mis pensamientos viendo como terminaba con su cabello y comenzaba a hacer la masa.
—Entro más tarde —contesté encogiéndome de hombros y nuevamente estaba esa sonrisa
que tenía el poder encegador de cautivarme de tal manera que era capaz de producir más
suspiros de los que estaba acostumbrada
—¿Tú?—pregunté cambiando el tema y la pelinegra alzó la mirada de lo que estaba haciendo
para mirarme con ternura.
—Tengo ensayo en una hora más —aseveró sin dejar aquella sonrisa que invadía sus labios —
Estoy deseosa de que escuches la nueva canción
—sugirió mostrando esa sensación de orgullo que siempre la envolvía cuando hablaba de su
trabajo, creo que podía pasarme horas y horas enteras escuchando como ella se emocionaba
con sus propios logros y como cada una de ellos se volvían de alguna forma también los míos
porque siempre me porducían una sonrisa satisfactoria llena de ese matiz de orgullo que ella
trataba de irradiar.
—De seguro me encanta —afirmé sintiendo como la temperatura estaba comenzando a
elevarse de a poco mientras el sol tomaba mayor protagonismo en esta mañana, ambas nos

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quedamos en silencio dentro de nuestros propios mundos, sin embargo, yo no podía ver con
una sonrisa de vez en cuando su mirada llena de concentración hacia lo que hacía y como
comenzaba a tararear una canción que no conocía, me gustaba eso de ella, que podía hacer
algo tan cotidiano como el desayuno pero era como si pudiera teñirlo de la mayor expectación
posible como si fuera capaz de convertir algo tan natural en algo que fuera grandioso e
interesante, jamás me aburriría de ver la forma en que ella cocinaba siempre con una canción
en mente ni como a veces sabía que sus pensamientos no estaban en la misma sintonía que
vivíamos y ella se envolvía entre esos pensamientos mientras la realidad pasaba por nuestras
vidas.
—Tonight the sky above reminds me of your love, walking through wintertime, when the
stars all shine—cantó arrugando la nariz ante cada nota de una forma llena de ternura que
solo hizo que no pudiera despegar aquel brillo que ella hacía nacer desde lo más profundo de
mi ser, aún seguía sin reconocer la canción pero Lauren la tarareaba como si fuera parte de
su vida —The angel on the stairs will tell you I was there, Under the front porch light on the
mistery night—prosiguió dejándome totalmente absorta ante cada nota que salía de sus
labios y se reproducía dándole el protagonismo que merecían en aquella escena tan ordinaria,
era como si su voz fuera capaz de mezclarse con el aire que nos inundaba y podría crear
cientos de sinfonías que nadie más podía escuchar y cautivarse pero que aún así yo podía
retener en mis memorias cada vez que lo deseara. Su voz no dejaba de tomar ese
protagonismo que siempre imponía cuando tenía la oportunidad, mientras su cabello negro
alborotado tomado relucía entre medio de ese váiven que eran sus caderas decoradas por la
luminosidad del sol; seguramente no había una mejor escena que verla en ropa interior
mientras cocinaba impulsada por la música que ella misma podía crear, esa magia tan pura
que nacía con una canción y ella finalizaba con sus movimientos en medio de mi cocina.

—Hoy amaneciste de buen humor —dije riendo y ella se limitó a guiñarme el ojo con una
sonrisa mientras comenzaba a limpiar lo que había ensuciado en su tarea de hacer el
desayuno —Desayuno, concierto privado, ¿qué más me espera?—pregunté recogiendo mi
cabello y Lauren no dijo nada mientras dejaba el trapo con el cuál estaba limpiando y se
acercó a mí sin ningún tipo de prevención, dejando que sus labios hablaran más que sus
propias palabras porque dentro de nosotras había un lenguaje más allá del que todos
conocían y que cuando el silencio era capaz de envolvernos, ellos hablaban con una voz
fuerte y clara que solo demostraba el poder que las palabras no tenían y como si lo tenían
sus labios que se derretían entre los míos como suaves pétalos que no deseaban quebrar la
continuidad del agua en donde habían sido depositados, eran como si buscaran su propio
ritmo a través de la tranquilidad que mostraba su propia escena como si no intentaran buscar
protagonismo alguno pero aún así eran capaces de desenvolver las más grandes pasiones.
—Te mereces eso y más —argumentó soltando levemente mis labios antes de acariciar mis
mejillas ya ruborizadas dejando que toda mi piel respondiera hacia sus suaves estímulos.
—Y eso ¿por qué?—pregunté divertida enarcando la ceja y ella no respondió nada pero pude
ver el brillo en sus ojos verdes para saber la respuesta.
—Porque eres lo mejor que me ha pasado —murmuró tímidamente como si le diera miedo
aceptar aquello y yo no dije nada mientras sentía como la opresión crecía ante cada una de
sus palabras, sabía cuanto le costaba aceptar ese tipo de cosas y en este momento estaba
esforzándose para dejar todos esos miedos atrás ante simple gestos que valían más que
cualquier cosa en el mundo.
—En tu mirada hay tantos demonios que me hace creer que el cielo está sobrevalorado
porque yo solo quiero perderme y vivir en tu hermoso infierno verde —respondí antes de
buscar sus labios para rozarlos contra los míos mientras mis manos buscaban
insaciablemente cada parte oculta que yo conocía de memoria, como lo habían hecho durante
los últimos meses donde no habían secretismos entre lo que nuestros cuerpos podían
mostrar, me hubiera encantado decir que lo mismo iba de mi parte pero no era así.
Lauren dejó que su mirada cayera completamente en mis ojos mientras ambos chocaban en
una marea de emociones que ninguna de las dos podía explicar ó detener, era como si sus
ojos verdes pudieran cargar de aquel brillo a mis ojos oscuros y los míos se encargaran de

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tomar ese brillo y expresarlo como si fuera la misma noche narrando sus días con la luna,
como si aquella oscuridad que nos invadía a ambas fueran capaces de crear un claro de
esperanza en medio de nuestras propias tomentas.

—Y si la noche fuera capaz de sentir envidia, sería de ti —me susurró dejando que sus besos
improvisados cayeran como una marea placentera en toda mi piel que se quemaba por
dentro ante cada uno de sus intentos de tacto —Porque le demostraste que no necesitas
estar en el cielo para ser capaz de iluminar hasta la oscuridad más profunda, la de mi corazón
—sentí como un par de lágrimas iban a escapar de mis ojos con esas palabras tan llenas de
todo lo que ella podía sentir hacia alguien, sus sentimientos eran verdaderos como su alma
estaba destruida pero aún así se atrevía a cambiar aquel panorama todos los días que podía.
Asentí en un suspiro mientras intentaba sonreír ante ello aunque por dentro sus palabras se
atrevían a carcomer cada centñimetro de mi ser sin tener ningún tipo de piedad con ello —
¿Tienes libre el viernes?—preguntó finalmente cambiando de tema lo cuál le agradecí porque
no sabía cuanto tiempo podía seguir con ello, yo asentí tratando de que mis pensamientos no
adquirieran ese grito de silencio que siempre los invadía y que era capaz de reproducir mis
miedos ante la más mínima ausencia de sonido.
—Si ¿por qué?—dije mientras ella seguía con esa sonrisa eterna que invadía sus labios.

—Te tengo una sorpresa —murmuró acariciando mi mejilla mientras yo la veía sin entender
—Tranquila no te voy a secuestrar —refutó riendo al ver mi mirada para volver a depositar un
beso en mi frente —Además he estado pensando
—carraspeó —Más bien creo que deberías ayudarme a buscar un departamento
—respondió encogiéndose de hombros —Es la primera vez que voy a vivir sola así que me
encantaría que tú me ayudaras —suspiré ante ello antes de abrazarla sabiendo lo importante
que era para Lauren aquel detalle y no dudé en dejar que mis brazos la envolvieran en ese
cariño tan inmenso que le tenía.

—Claro, pero antes deberías preocuparte de no incendiar el mío


—sugerí riendo al ver como su desayuno se estaba quemando y Lauren frunció el ceño ante
ello acercándose a la cocina para apagarla —No te preocupes, no llamaré a la policía por tu
intento de incendio —contesté entre risas lo cuál hizo que la pelinegra me fulminara con la
mirada —Vale me callo para poder desayunar —sentencié acercándome a ella para besar su
mejilla —Me encantas Lauren —dije insegura sin saber si era más para mí que para ella pero
no pude no deleitarme ante el resultado de aquella simple frase —Me gustas demasiado —
afirmé suspirando porque sabía que las palabras no me cabían para demostrar lo que sentía
por ella—Y todo ha cambiado desde que llegaste tú —mi mirada volvió a chocar con sus ojos
verdes que me ofrecían un espectáculo único mientras su mirada irradiada de la ternura que
la invadía casi siempre se mostraba sin ningún tipo de límite impuesto, era ella en su máxima
expresión y me gustaba como no era nadie más ante mis ojos y se dejaba llevar por cada
momento como si fuera el último de su vida. Me gustaba su forma catastrófica de ver la vida
y como así sus experiencias me llenaban de esperanza de que algún día ella podría ser
realmente feliz aunque yo no fuera la persona que ella merecía.

—Hace dos días me reuní con Taylor —respondió mordiendo su labio con una mirada que no
supe derivarla a algún tipo de emoción porque era una mezcla incesante de nerviosismo con
miedo que no había sido capaz de capturar en ella, la miré absorta esperando que siguiera
con lo que me quería decir porque no había escuchado que ella estuviera dispuesta a ver a su
hermana mayor y ahora me comentaba que había estado con ella —Vive a unos minutos de
aquí, tiene un trabajo estable y una familia —contestó mientras yo no dejaba de absorber
cada una de sus palabras tratando de entender el panorama que me mostraba —Es raro
cuando te encuentras con alguien que debe ser parte de tu vida y que no lo es para nada,

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pero aún así te alegras por sus logros y sientes como la sangre te llama —suspiró antes de
volver al punto del que estaba hablando pero se quedó en silencio seguramente
pensando en que decir mientras muchos pensamientos la abatían sin poder defenderse de
ninguna manera, yo simplemente me limité a sostener su mano y besarla mientras intentaba
que ella me mostrara esa chica que no deseaba mostrarle a nadie.
—¿Cómo te sientes al respecto?—pregunté dulcemente mientras el silencio trataba de teñir
aquel momento con sus tintes llenos de preocupaciones y miedos que solo invadían
momentos como éste.

—Real —murmuró con un dolor que me llegó hasta a mí—Me he pasado toda mi vida negando
esa parte de mí que no deseo sacar del baúl de los recuerdos, es como si por primera vez
hubiera dado espacio a que la realidad me invadiera —confirmó llenando de duda a sus ojos
verdes—Pero creo que está bien
—afirmó finalmente con algo tan parecido a una sonrisa que realmente me alegrara de que
ella se sintiera de esa manera, porque era un paso que no hubiera podido dar sino tuviera la
fuerza suficiente para realizarlo, Lauren estaba lo suficientemente rota como para aceptar esa
realidad en su vida así que me alegraba de que en vez de crear más muros alrededor de ella,
prefiriera retomar aquellos cimientos que habían sido destruidos hace mucho tiempo y se
permitiera la oportunidad de volver a nacer aunque fuera de a poco.
—Me alegro mucho que decidas reconstruir esa parte de ti
—aseveré acariciando su mejilla —Mereces lo mejor que la vida puede ofrecerle a alguien.

—Tú fuiste la que cambiaste todo —contestó con una sonrisa —Eres la que hiciste que dejara
mi pasado y atreverme a darle una oportunidad, todo cambió cuando llegaste tú.
Llegaste tú parte 2

No alcancé a escribir la primera parte pero les adelanto la segunda.


Saludos :3

Los Angeles, 1947 Lauren


La noche nos alcanzó entre medio de brisas que alivianaban un poco el calor que se había
acumulado en toda la semana, sonreí al ver como la noche tersa ya se estaba imponiendo en
el cielo mientras la luna tomaba con timidez su lugar primordial luego de que el sol dejara su
trono. Para ser viernes por la noche, la ciudad no mostraba aquel brillo incandescente que la
hacía una ciudad que rara vez dormía, las personas no se aglomeraban en las calles y todo
producía un silencio pacífico que parecía una mentira en medio de todos los recuerdos que
tenía de los viernes como éste; sin embargo, me gustaba el silencio que se instrauraba y que
a pesar de eso, las luces seguían habitando cada rincón como si fueran las estrellas que
estaban en la Tierra para deleitarnos en medio de una noche fresca como la de hoy.
Pero ni la noche estrellada que se mostraba hoy ni las luces eran capaces de formar la
sonrisa en mi rostro como si lo era la pequeña rubia que estaba caminando a mi lado
sosteniendo mi mano como siempre lo hacía, mi corazón no podía dejar de sorprenderse ante
el amor que se instauraba en él cada vez que la veía y no podía dejar de agradecer que ella
llegó a mi vida justo cuando la luz se estaba yendo de mi vida, ella se transformó en el
susurro interminable de mis alegrías, el suspiro de la canción que era capaz de llenar mi alma
de una forma que jamás hubiera imaginado; desde que la primera vez que la tuve conmigo
ella se transformó en eso que mi vida necesitaba y aún no tenía ni la más mínima idea de que
fuese tan necesario.
Nunca podría cansarme de ver como ella solo con su sonrisa podía cambiar el aire que
respiraba y como cada noche a su lado era el regalo más hermoso que me ha dado el cielo,
conocía cada línea de su mano, cada mechón de cabello, cada expresión, cada palabra; nada
en ella era una sorpresa porque la conocía de memoria pero aún así no dejaba de
sorprenderme cada mañana en que me levantaba y la veía junto a mí siendo lo más bello que

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he podido ver en toda mi vida.
—Mami mira las estrellas ya están en el cielo —gritó emocionada mientras yo sonreía al ver
su emoción, Noe no tardó en quedarse mirando por unos segundos la noche estrellada que
habitaba el cielo hoy, solo con verla mi corazón no podía dejar de querer demostrarle todo el
amor que había dentro de mi y era imposible no perderme entre su sonrisa y esos ojos azules
que muchas veces había condenado como el peor castigo del mundo, pero que ahora solo
eran el tono más dulce y más perfecto que existía; todo cambió con ella dejando que el cielo
estuviera dentro de cada centímetro de mi ser solo con verla —Hay muchas —sentenció
arrugando la nariz y yo asentí acercándola más a mi mientras caminábamos hacia el paradero
de buses, Noe seguía concentrada en las estrellas mientras mis pensamientos comenzaban a
tomar vida como lo hacían cada vez que la rutina terminaba y me tocaba regresar a la vida
normal, una que a pesar de que tenía la mayor bendición de todas no estaba exenta de
problemas y entre esos problemas se encontraba el hecho de que debía conseguir un trabajo
lo más pronto posible porque el dinero no duraba para siempre y no podía solventarme solo
con el dinero de la biblioteca. Suspiré tratando de no mezclar esos pensamientos con lo que
estaba viviendo ahora, no obstante, era difícil no pensar en eso cuando sabía a la perfección
que tenía responsabilidades que cumplir —¿Me ayudas a contarlas mami?—me preguntó
quitando mis pensamientos y dejando que una sonrisa llena de dulzura naciera en mis labios
por esa pregunta —De seguro hay más de cien —respondió frunciendo el ceño lo cuál me hizo
reír porque ella solo sabía contar hasta cien y aunque supiera contar más allá del cien, las
estrellas eran infinitas y jamás acabaría de contarlas, sin emabrgo, su idea tan inocente solo
podía producir fulgor en mi alma.

—Hay infinitas mi amor —le sugerí acariciando su mano —Es igual que el amor que siento
hacia ti, es infinito —Noe asintió eufóricamente a ello antes de darme un abrazo rápido que
solo hizo que mi alegría siguiera el rumbo natura del día y se condensara en cada parte de mí
—¿Tú cuánto me quieres?—le pregunté mientras ella me miró por unos segundos tratando de
encontrar una respuesta para ello.
—Infinito como las estrellas, mami —aseveró sin dejar esa sonrisa típica en ella y yo no dudé
en besar su cabello dejando un suspiro único como prueba que no podía ser más afortunada
de tenerla.—Las estrellas son muy bonitas
—comentó y yo solo asentí caminando envuelta en esa suave caricia que siempre era pasar el
tiempo con ella, como deseaba que éste momento fuera infinito y que jamás acabara —Pero
¿sabes que es más bonito aún?—preguntó entusiasmada ante ello, yo reí negando ante su
pregunta porque no tenía ni idea sobre que nueva locura me abordaría hoy—Tus ojos mami
—confirmó —Ó al menos eso dice Camz —no pude no quedarme sorprendida ante sus
palabras y tuve que detenerme para mirarla porque no entendía a que se refería.
—¿Qué dices?—le pregunté contrariada y ella se encogió de hombros llevándose toda mi
atención.
—Eso me dijo hoy —dijo dejando que mis mejillas se sonrojaran por aquel detalle —Ojos
verdes como árboles, muy bonitos como la primavera —recitó emocionada y yo no supe si
reír ó seguir aturdida ante lo que decía, así que solo ladeé la cabeza divertida porque sabía
que esa respuesta solo podía darla una chica de seis años que amaba el color verde porque
era el color de los árboles.
—Vale —contesté mientras la pequeña rubia me miraba esperando una respuesta —Ojos
verdes como árboles me suena más a ti que a Camila
—sentencié sin poder ocultar el hecho de que había descubierto lo que intentaba hacer, Noe
frunció el ceño y negó ante ello pero la conocía tan bien que podía ver
como sus ojos azules decían lo contrario.
—Tal vez también le gustan los árboles —respondió segura y yo no dudé en ponerme de su
tamaño para llenarle el rostro de besos —Es cierto —afirmó defendiéndose pero aunque
deseaba creer por unos segundos que era cierto lo que decía y creer en esa fantasía que Noe
tenía, la verdad es que no hacía más que dolerme el hecho de que esa chica castaña estaba
en mi mente más de lo que realmente quisiera. Suspiré mientras no dejaba de pensar que
esa mujer era uno de mis mayores miedos y a la vez por alguna razón ella en mi interior se

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mostraba como el punto de inflexión entre mi conciencia y mis sentimientos, era tan fácil
como apartarla de mí, pero mi corazón no me dejaba hacerlo y simplemente ella se atrevía a
derrumbar mi seguridad mientras vagaba errante ante cada una de sus sonrisas, cada una de
sus miradas que solo podían cautivarme más aprensándome una y otra vez a seguir
teniéndola a mi lado.
—Mi amor, sabes que no puedes mentirme —refuté frunciendo el ceño tratando de ser seria
pero no podía porque nuevamente estaba cayendo ante esa inconstancia de mi mente que
solo se mostraba cuando pensaba en Camila—¿Enserio dijo eso?—volví a preguntarle aunque
eso no era lo que quería decir y me di cuenta tarde de lo que mis palabras habían llegado a
decir.
—No exactamente, pero a ella le gustas —sugirió antes de mirarme con sus ojos azules llenos
de ilusión —Ella puede hacerte feliz —susurró con una sonrisa —Más que yo —afirmó bajando
la mirada y yo solo sentí como su mirada me destrozó hasta lo más profundo— Así no tienes
que ocultar tus tristezas y puedes ser feliz de verdad, felices para siempre y por siempre —no
supe que decir frente a sus palabras y solo pude notar como en ella había una ilusión que no
había visto con anterioridad lo cuál solo me hizo abrazarla sin soltarla jamás de mi lado, mi
corazón se estrujó al escuchar como ella podía darse cuenta de que trataba todos los días de
no mostrarle los problemas que tenía; definitivamente no había nada más doloroso que eso,
darme cuenta que todos mis esfuerzos no habían dado resultado y que ella era consciente de
muchas cosas que yo trataba de quitar de su vida porque no merecía vivirlas.

—Tú eres y siempre serás la razón de mi felicidad —dije con lágrimas atragantadas que
presionaban mi voz porque no era capaz ni siquiera de expresar la forma en que me sentía en
aquel momento —Jamás habrá algo más grande que lo que siento por ti
—le susurré acariciando su mejilla —Porque tú fuiste capaz de iluminar mi vida cuando más lo
necesitaba, jamás lo olvides ó llegues a dudarlo — Noe solo me miraba asintiendo a mis
palabras—No me cabe ni siquiera en el pecho lo que siento por ti, eres mi vida, mi todo—mis
brazos no se atrevían a soltarla mientras mi alma pedía en pequeños susurros que le
expresara todas las palabras de amor que habían dentro de mí, no podía creer que ella
siquiera llegara a pensar de que yo no era feliz con ella cuando era la razón de mi felicidad, la
razón por la cuál no me importaba cada mañana levantarme sabiendo que debía protegerla
de todo y que no existía nada que
fuese tan duro como para no soportarlo por ella—Daría mi vida sin pensarlo solo por ti mi
pequeño copito de nieve —Noe no despegó su rostro de mi hombro mientras yo no dejaba de
acariciar su cabello dejando que la vida me impregnara de aquella caricia eterna que era solo
sentir su cuerpo junto al mío, ella era la demostración pura de que el amor era ciego, porque
no necesité verla para saber que ella se convertiría en la razón de mi existir desde el primer
momento que supe de su existencia.
—No me gusta que estés triste—susurró antes de mostrarme un puchero que solo doblegaba
mi alma aún más —Y sé que muchas veces es por mí
—afirmó dejando que sus ojos azules se inundaron de lágrimas que solo me destrozaban.
—A veces las lágrimas no son solo para demostrar tristeza
—respondí acariciando con mi pulgar su rostro —Todas las que tienen tu nombre son porque
te amo como a nadie más —le dije sosteniendo su mano y acercándolas a mi corazón —Son
las pequeñas gotas de rocío que tú siembras en mi interior, las flores necesitan de esas gotas
para poder crecer y tú eres quién me llena de ellas cada día de mi vida —musité besando su
frente dejando que algunas lágrimas cayeran sobre sus mejillas demostrando el sentimiento
más puro que había nacido en mí, Noe no dijo nada más y simplemente tiró sus pequeños
brazos hacia mi cuello en una orden silenciosa de que la llevara en brazos; sonreí ante ello
porque no podía cansarme de esos pequeños gestos que tomaban todos los deseos de mi
vida y los convertían en realidad ya que desde que ella llegó a mi vida todo lo que podía
pensar era en mi hija y en su felicidad.
Seguimos caminando hacia el paradero de buses que solo quedaba una calle más abajo
mientras yo no me cansaba de acariciar su cabello dorado recogido en dos coletas que
estaban tomados por dos cintas blancas que combinaban con su vestido, el cielo había dejado

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de ser tan impresionante porque aquí mismo en la Tierra y a mi lado se mostraba la
constelación más bella que mis ojos han sido capaz de notar, toda una galaxia
resplandesciente se mostraba ante mi corazón en silenciosa ofrenda por el simple hecho de
sentir como su corazón palpitaba a mi lado y como su mirada era capaz de ofrecerme el cielo
sin necesidad de realizar alguna acción más allá que poner una sonrisa en sus labios.
—¿Cuándo creciste tanto?—le pregunté dulcemente mientras me sentaba en el asiento del
paradero, Noe no dijo nada y yo seguía besando su cabello—Eras apenas una bebé ayer —
musité acariciando su mejilla sonroasda y ella soltó una pequeña sonrisa ladeando la cabeza.
—No soy una bebé mami —sugirió frunciendo el ceño —Soy una niña grande, tengo casi siete
—me regañó y yo solo pude reírme ante ello porque no importaba cuantos años pasaran, ella
siempre sería ante mis ojos aquel bebé que fue capaz de cambiarlo todo —Sé leer y contar
sola, eso no pueden hacer los bebés
—refutó cruzándose de brazos.
—Entonces ¿por qué necesitas que te lleve en brazos?—pregunté enarcando la ceja y ella me
miró contrariada —Eso demuestra que eres una bebé, mi
bebé —aseveré besando su frente y ella negó rápidamente para bajarse de mis brazos y
sentarse a mi lado para que dejara de decirle que era una bebé.

—No lo soy —gruñó—tengo seis —volvió a repetir alzando su mano para mostrarme con sus
dedos la edad que tenía y yo solo pude derretirme ante la ternura tan natural que llevaba
consigo, no tenía ni la más mínima idea de donde había salido esa parte de ella pero
agradecía que fuera así porque llevaba conquistándome todos los días de mi vida desde hace
seis años. La acerqué aún más a mí mientras acariciaba su cabello mientras ella se doblegaba
y finalmente cayó rendida en mis piernas reposando su pequeño cuerpo sobre éstas, las luces
de la ciudad iluminaban cada calle mientras la noche mostraba su resplandor sereno como
todos los días—¿Mami?—me preguntó tímidamente y yo dirigí mi mirada hacia ella esperando
que ella hablara, pude ver la duda en sus ojos de preguntar lo que ella quería mientras yo
esperaba pacientemente sus palabras —¿Por qué no me parezco a ti?— preguntó algo dudosa
de lo que decía mientras yo la miraba contrariada ante su pregunta —No tengo tu cabello, ni
tampoco tus ojos verdes —contestó suspirando antes de fruncir el ceño —¿Por qué tengo que
parecerme a papá y no a ti?—volvió a preguntarme quitándome todas las palabras que
podían haber respondido a aquella pregunta y me tardé unos segundos en poder responder a
ello, yo también había deseado y maldecido de cierta forma el gran parecido que tenía con él,
la forma en que me recordaba que él había sido parte de mi vida y que era casi un castigo
que Noe se pareciera físicamente a Jack; pero a través del tiempo me había dado cuenta que
compartir características en común no la hacía más de él que mía, Noe era solo mía porque
yo había estado siempre con ella, su cabello y sus ojos solo eran casualidades de la vida y
había adquirido otro significado cada vez que los veía. Habían dejado de ser un recordatorio
de uno de mis errores y más bien eran el regalo más preciado que me había dado la vida.
—No tienes mi cabello pero tienes un hermoso cabello dorado
—respondí acariciando su mejilla —Tienes unos bonitos ojos azules que me recuerdan al mar
—contesté dulcemente tratando de que las palabras lograran salir de mi boca cuando lo único
que hacían era interponerse ante un sonido que no era capaz de azotar el silencio del
ambiente —Tienes un alma perfecta mi amor y eso va más allá del color de tus ojos ó el de tu
cabello—ella suspiró y asintió mientras acariciaba mi mano dándose cuenta de cuánto me
costaba decir aquellas palabras.
—¿Te recuerdo a él?—me preguntó finalmente mientra sus mirada buscaba una respuesta de
verdad frente a ello, yo suspiré cerrando mis ojos esperando que una respuesta acertada
saliera de mí, pero no existían las respuestas correctas sino que simplemente existían
respuestas que podían amoldarse en una situación y tomarse la libertad de decir que eran
correctas así que asentí sintiendo como las lágrimas se agolpaban en mis mejillas pero no las
dejé demostrar mi estado de ánimo sino que más bien me atreví a tomar aquellas emociones
y demostrarlas de otra forma.
—Me recuerdas mucho a él —aseveré acariciando su cabello —Pero
eso solo me hace amarte aún más de lo que ya hago —Noe no dijo nada y simplemente se

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salió de mis piernas para sentarse y abrazarme como si fuera capaz de leer mis pensamientos
y reconocer que eso era lo que más deseaba en aquel momento, la oportunidad de tirarme
entre sus brazos dejando que mi su amor me llenara el alma como siempre lo hacía —¿Te
hubiera gustado conocerlo?—le pregunté en un susurro mientras mis manos acariciaban su
espalda nerviosa, ella suspiró mientras podía notar como sus ojos eran carcomidos por la
duda de no saber que decir.
—Todos los niños tienen uno, lo conocen y hablan de él —me respondió sin mirarme y
agradecí que ella no lo hiciera porque no hubiera sido capaz de escuchar su respuesta sin
demostrar claramente el dolor que se interponía ante sus palabras, ella comenzó a jugar
nerviosa con sus manos hasta que me miró sonriendo —Pero yo tengo a la mejor mami del
mundo —fue su respuesta con una sonrisa incandescente —No cambiaría nada por ello, mami
—fue su respuesta final antes de abrazarme con su risa infantil que fue capaz de llenar mis
oídos de un suspiro de vida que por sí solo era capaz de alimentar mi alma —A ellos no le
cantan en la noche ni tampoco los dejan dormir a su lado todas las noches, tampoco saben lo
que es emocionarse cada vez que llegas a casa—musitó sin dejar de besar mi mejilla
—Soy más afortunada que ellos por eso y no cambiaría conocerlo porque te tengo a ti y eso
es suficiente —no pude contener más mis lágrimas mientras mis manos se abrazaban a ella
para no soltarla nunca porque era como si el mundo se parara por unos segundos con el
poder de entregarme toda la felicidad del mundo. Era capaz de conocer cada sonrisa, cada
punto de su ser pero aún así llevaba sorprendiéndome desde que llegó a mi vida, con cada
palabra, con cada caricia no esperada con la forma tan natural que tenía de amarme y me
sorprendía aún más el hecho de que yo no podía ver más allá de su mirada y su felicidad.

El bus tardó unos minutos más en llegar y aún en ese momento no me atreví a despegarla de
mí porque la necesitaba para no vagar errante en la vida, ella no se imaginaba la forma en
que la amaba ni tampoco como era capaz de dar todo por ella, estaba segura que no tenía ni
una pizca de ideas sobre lo que su simple sonrisa era capaz de provocar en mí y que su
querer era lo único que estaba bien en mi vida.
Nos sentamos en los primeros asientos a pesar de que habían apenas dos personas a estas
horas, Noe se sentó dejando la pequeña mochila azul donde siempre llevaba sus colores y
aquel cuaderno que constantemente llenaba de dibujos que para ella eran su mayor tesoro, la
miré con una sonrisa mientras en silencio miraba como sacaba su cuaderno aferrándose a él
como si fuera lo más importante que tenía; yo la acerqué a mí para que se acomodara
porque aún quedaban casi una hora y media de viaje.
—¿Tienes hambre?—le pregunté acariciando su cabello y ella negó con una sonrisa —¿Ni un
poco?—volví a preguntar comenzándole a hacerle cosquillas, la pequeña rubia no tardó en
chillar de felicidad frente a eso produciendo una lluvia
de sonrisas eternas que se guardarían en mi corazón por siempre.
—No mami, no tengo hambre —contestó arrugando la nariz antes de besar mi mejilla con un
beso tan rápido que fue como una suave caricia del viento
—Te quiero — agregó antes de volver a acercarse a mí entre mis brazos y recostarse en ellos
mientras yo no me negaba a ninguno de sus movimientos porque si fuera por mí jamás la
alejaría de mí.
—Yo también —le susurré acariciando su espalda dejando que un leve suspiro saliera de mis
labios viendo como la ciudad se desenvolvía en aquel vidrio empañado de la ventana y
cualquier pensamiento era contrastado con todo el afecto que sentía hacia ella y como su
pequeño cuerpo era capaz de irradiar tantas emociones que muchas veces no sabía como
actuar con cada una de ellas.
—Quiero escuchar el cuento de cuando nací —yo sonreí ante su petición porque llevaba
meses sin escuchar aquello —Por favor —susurró antes de juntarse a mi pecho y posar sus
brazos sobre mi cuello en una simple caricia que fue capaz de regocijar mi alma, yo asentí
mientras me acomodaba en el asiento del bus sintiendo como el único panorama
predominante en aquel momento eran sus ojos azules, esos que eran capaz de llevarse todos
los supiros de mi alma y llenarla de vida.
—Está bien —contesté besando su cabello, Noe posó su mirada sobre mí tomando mi

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atneción mientras yo recordaba el cuento que siempre le contaba cuando era una bebé antes
de dormir —Había una vez en un reino muy lejano donde el invierno era la única estación del
año, un hada que era capaz de viajar entre aquel reino y nuestro mundo; los humanos la
adoraban porque ella tenía el poder de convertir los deseos más puros en realidad —Musité
notando como la pequeña ojiazul me seguía mirando con ese resplandor que tanto adoraba —
Ella era capaz de ver los deseos que provenían del corazón y a través de su encanto y su gran
majestuosidad, ella los convertía en parte de la historia de esas personas que lograran
sorprenderla a través de sus deseos más puros. Un día esta hada se encontró con una chica
que no tenía nada de relevante, era parte de los tantos humanos que habitan nuestro mundo
y aunque lo normal hubiera sido no detenerse frente aquello, el hada se quedó escuchando
todos los susurros que el alma de esta chica recitaba desde lo más profundo de su ser.
—Esa eras tú mami —contestó emocionada y yo asentí besando su
cabello.
—Así es, lo que aquella chica más deseaba con todo su alma era ser
amada de la misma forma que ella podía ofrecer —suspiré ante ello y tardé unos segundos
antes de poder seguir con aquel cuento —A pesar de que no era un deseo fuera de lo normal
en los humanos porque ellos siempre deseaban encontrar a esa persona que fuera capaz de
amarlos y hacerlos feliz, esa hada se compadeció de la chica y decidió conceder su deseo así
que sin más se regresó a su reino donde la primera nevada del año cayó pintándolo de una
brillante cubierta de plata que solo la nieve en aquel lugar podría crear y eso fue lo que
desató que aquella hada tomara el
primer copo de nieve de esa nevada y se lo regalara a la chica en la Tierra prometiéndole que
aquel pequeño copo de nieve se convertiría en la razón de su felicidad. La chica al principio
no supo a que se refería, pero mientras pasaban los meses se dio cuenta que de a poco su
deseo se estaba haciendo realidad a través de un copo de encanto que estaba creciendo
dentro de ella.
—Esa era yo —afirmó orgullosa arrugando su nariz —Yo era el pequeño copo de nieve —
sonreí porque a pesar de que sabía de memoria aquel cuento siempre me daba los mismos
comentarios donde mostraba su clara emoción frente al cuento, yo asentí dándole la razón
recordando la parte final del cuento.
—Los meses pasaron hasta que un trece de diciembre aquel deseo se hizo realidad y con
fuerza llegó a convertirse en el sueño más hermoso que la chica había pasado, apenas nació
aquel copo de nieve que en nuestro mundo fue una niña de cabello rubio que era tan pequeña
que apenas podía caber entre los brazos de aquella chica pero ya se había convertido en el
amor de su vida, fue el momento en que cayó el primer copo de nieve de la estación, fue el
primero y el único que apareció ante el mundo demostrando que la promesa del hada se
había hecho realidad.
—Le llamaron Noelle en conmemoración de aquel reino lejano, porque a pesar de que ahí
siempre era invierno, en la Tierra solo existen nevadas cerca de navidad por lo cuál aquel
nombre enmarcaba su mágica procedencia
—respondió dejando que sus ojos se llenaran de ilusión frente al término del cuento y yo no
podía estar más embelesada ante cada palabra que ella pronunciaba —Y le pusieron Rose en
conmemoración de la ilusión de aquella chica, porque ella era amante de las rosas y así
demostraba la conexión eterna que viviría por siempre con esa chica que sería su madre.
—En aquel momento el tiempo se hizo polvo y la chica de ojos verdes no podía creer que
aquel deseo se le había sido concedido, porque no solo era el deseo de ser amada lo que se
hizo realidad sino que también hizo que las estrellas jamás dejaran su fulgor cada vez que
ella dirigía la mirada hacia el cielo porque ella veía la luz a través de su pequeño copo de
nieve —pude sentir como Noe comenzó a cerrar sus ojos cansadas mientras yo no dejaba de
acariciar su espalda —Desde ese momento la felicidad ocupó la mayoría de los momentos que
vivía aquella chica y sobre aquellos en que la tristeza trataba de teñir con sus nubes, la
felicidad no se iba porque siempre llegaba a través de pequeños gestos llenos de magia como
una sonrisa ó una caricia—la pequeña rubia no tardó en quedarse dormida mientras yo veía
como su rostro dejaba aquel efecto de ternura por el hecho de verla tan relajada y tan feliz
de la forma en que solo los niños podían mostrar —Te amo mi pequeño copo de nieve —

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susurré acomodándola mejor entre mis brazos sintiendo como todo su calor se liberaba hacia
mí persiguiendo cada parte de mi ser que sentía algún tipo de oscuridad y se encargaba como
siempre solía hacer de llenarlo de luz de estrellas mostrando una claridad única.
Suspiré cerrando mis ojos mientras aquella niebla en mi vida se iba
como cada vez que llegaba la noche y sentía a Noe entre mis brazos siendo lo único
importante en aquel momento, no sé cuanto tiempo estuve ahí disfrutando todos los
sentimientos encontrados que recompensaban mis días de una eterna satisfacción.
Tomé a Noe para recostarla sobre mis piernas y que pudiera tomar una postura mucho más
cómoda hasta que llegaramos a casa y ahí pude notar que ella aún seguía abrazada a su
cuaderno así con delicadeza me acerqué para guardarlo en su mochila dejando que una hoja
suelta cayera hacia el suelo del bus así que guardé el cuaderno para luego recoger la hoja sin
despertarla ante aquel movimiento, supuse que era uno de sus dibujos así que no tardé en
abrir la hoja quedando sorprendida ante el hecho de que no había un dibujo en él sino más
bien un conjunto de palabras de una letra que no podía reconocer y que me llamaban ante un
abismo que había decidido ocultar pero con fina tentación me perseguían entre línea y línea
que quise olvidar y solo volver a colocar en su sitio, no obstante, la curiosidad se mostró con
algarabía y sin pensarlo ya me encontraba leyendo cada palabra.

Mirada eterna que se presenta en mis noches desiertas llenando de alegoría cada uno de mis
pensamientos.
Mirada eterna que se atreve a llenar su boca de pecados y pasiones imaginarias que solo
nacen a través de ella y que me azotan entre la distancia de tus ojos y de tu boca.
Mirada eterna que desvanece mis principios y me convierte en esclavo de sus propias
mentiras y de sus propias fantasías.
Mirada eterna la tuya que quita cada suspiro para imponerlo como tu propiedad y que no deja
que mi corazón lata a través de otro ritmo que no sea el susurro de tu alma.
Mirada eterna que condena cada una de mis letras a rendirte pleitesía mientras que mi boca
no se atreve a susurrar la eterna verdad de su alma.
Mirada eterna que se desprende entre mis pensamientos y que me delata sobre el amor que
intento que sea duradero.
Pd: Es uno de mis poemas favoritos de Max Goehler, es inevitable no pensar en ti y en tu
mirada eterna.

Completamente pérdida, Camila.


Capítulo 27: The way you look tonight

Some day, when I'm awfully low, When the world is cold,
I will feel a glow just thinking of you And the way you look tonight.
New York Lauren

—¿Qué tal tu día?—pregunté mientras veía como Camila se tiraba suspirando en el sillón de
su departamento, la noche estaba comenzando a aparecer como todos los días en esta ciudad
mostrando que el día no era nada comparada con la noche iluminada que mostraba la ciudad
que nunca dormía y que te absorbía a través de las luces intermitentes de cada uno de sus
edficios que parecían pequeñas estrellas entre una marea llena de luces que llenaban la
oscuridad del océano. Me acerqué a la castaña que estaba con la mirada pérdida en el techo
blanco y no dudé en acariciar su cabello antes de depositar un pequeño beso en su frente
formando el espectáculo más memorable de todos , que era cuando era capaz de formar una
sonrisa entre sus labios y un suspiro que invadía cada rincón de mi piel, porque no podía
acostumbrarme a cada una de sus sonrisas ya que cada una se presentaba de una forma tan
única que muchas veces parecía irreal todo ese océano de sensaciones a los cuales Camila
me derivaba solo con sonreír ó mirarme con sus ojos oscuros que eran capaces de decir
tanto, por lo cuál cada vez que los miraba sentía una sensación tan placentera que no podía
ni siquiera describir.

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Era como si su mirada fuera capaz de quitar todos los problemas diarios que conllevaba la
vida, como si tuvieran el poder de lograr llenar de luz al túnel oscuro que solía ser la rutina y
que no solo llenaba de luz sino que también era capaz de trasladarte a un punto de serenidad
que te obligaba a deleitarte con su mirada durante horas sin reproducir ningún tipo de
sonido, ya que su mirada era lo único que necesitabas para no seguir vagando errante ante el
camino que mostraba el destino diariamente.
Camila despegó su mirada del techo y no dudó en hacerme espacio para que pudiera
sentarme en el sillón, lo cuál hice mientras la acomodaba en mis piernas y no dejaba de
mirar cada centímetro que envolvía a aquella chica que era capaz de derrumbar mi
seguridad, porque solo ella era quién me quitaba todos los supiros que mi corazón había
resguardado, ella era la única persona que había cometido tal acto de ser capaz de combinar
una dulzura interminable con un alma hermosa que no dejaba de sorprenderme cada vez que
la veía.

—Bien—suspiró mientras yo acariciaba su cabello viendo como ella fruncía el ceño y


reconociendo claramente que era esas repuestas que simplemente existían para dar una
respuesta y no quedar en el silencio absoluto —Eso creo—volvió
a suspirar encogiéndose de hombros sin dejar esa tranquilidad que siempre mostraba y que
me había acostumbrado a ver como su forma característica de ser, realmente no estaba
acostumbrada a que una persona en mi vida pudiera transmitir ese tipo de paz como lo hacía
Camila, ya me había acostumbrado que las personas fueran barcos turbulentos que producían
mareas en mi interior y que de vez en cuando formaban heridas con su anclas directas a mi
alma; en cambio ella era distinta y por eso cada día que la veía estaba más segura de que
me estaba enamorando locamente.

—¿Solo bien?—pregunté enarcando la ceja y la castaña ni siquiera me miró ante mi pregunta,


simplemente se limitó a asentir —Hoy fue tu audición
¿no?—inquirí tratando de que ella lograra tomar algún tipo de conversación frente a la
pregunta, pero por su forma de suspiración tan lánguido que se apropió de cada una de las
paredes del departamento; llenando de frustración el ambiente supe que no fue el mejor
tema de conversación que podía haber tomado.

—Sí —dijo dejando mis piernas mientras volvía a sentarse en el sillón para tomarse el
cabello, yo no dije nada viendo cada una de sus facciones y había aprendido que cada vez
que se tomaba el cabello era porque estaba demasiado nerviosa ó demasiado frustrada como
para hacer algo más allá de ese simple acto
—Me llamarán, lo mismo de siempre —comentó antes de llenar mis labios de un pequeño
beso lleno de ternura que no esperaba —Pero ¿qué tal tú?—preguntó antes de que sus manos
se apoderaran de mi rostro acariciando delicadamente con sus pulgares produciendo un
destello de suavidad que tampoco estaba acostumbrada, no era normal que alguien me
demostrara tanto cariño y aunque al principio había sido algo que me causaba extrañeza; ya
me había acostumbrado a no premeditar las caricias de aquella chica que se estaba robando
cada parte de mí y que no le importaba hacerlo porque yo le había dado paso libre a ello hace
mucho —Tu día definitivamente debió ser más interesante que el mío—confirmó con una
sonrisa mientras quitaba un pequeño mechón de cabello que me cubría el rostro, yo no supe
que decir porque mi día había sido como todos los días, sin ningún tipo de maravilla; creo
que eso era lo que los libros no mostraban, de que la mayoría de los días que vivías eran
simplemente días que pasaban y que muchas veces no tenían ningún matiz de interés; solo
sucedían ante tu vista y los dejas pasar sin ningún tipo de importancia porque los días no son
tan importantes, lo que no nos damos cuenta es que muchas veces dejamos pasar tantos
días que se convierten en toda una vida que dejamos pasar sin ser capaces de poder
recuperar cada minuto que fue derrochado ante la insesiblidad que los humanos tenemos
hacia el tiempo.

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—Si interesante le llamas a vender instrumentos musicales todo el día, soportando el frío que
está invadiendo la ciudad y teniendo que sonreír ocultando mis instintos asesinos hacia las
personas —sugerí riendo mientras acercaba su cuerpo hacia mi
pecho, orden que ella silenciosamente aceptó depositando un par de besos en mi mejilla
antes de volver a acomodarse a mi lado dejando que cada frontera de su piel traspasara las
mías como si la noche intentara buscar su rincón para relucir más que en cualquier otra parte
—Sí creo que es bastante interesante—afirmé con un pecho beso en su cabello escuchando
como su risa estaba apoderándose de todo el sonido existente y me encantaba que lo hiciera
con esa fuerza ue era capaz de envolver mi corazón en una danza que no quería que
terminara jamás —¿De qué te ríes?, es cierto —refuté contagiándome con su sonrisa
pensando en que esa mujer me estaba volviendo en una loca y que ya había perdido
cualquier tipo de cordura frente a ella, no sabía en que momento se había convertido en la
razón de mi locura pero también se había convertido en mi certeza; con ella había olvidado el
hecho de que era una rosa y como todas, tenía el pequeño gran detalle que poseía espinas
que eran capaces de atravesarte cuando menos lo esperaba. Con Camila me di cuenta que
los días pueden ser minutos solo con tenerla a mi lado y que la vida podía ser pintada cientos
de veces en un día, dependiendo de la estación que ambas presentábamos en nuestras
almas.
Con ella había aprendido demasiadas cosas como lo era el hecho de que la noche se volvía
eterna entre el váiven de nuestros suspiros y que el día no alcanzaba para quedarme en
silencio admirándola en mis intentos perdidos de quitarle la ropa y llenarla de besos.

—Me río de que eres adorable —sugirió posando la yema de sus dedos sobre mi pecho
desabotonando de a poco la blusa negra que llevaba puesta mientras mis ojos detallaban
cada uno de sus movimientos envolviéndome en una sensación de felicidad que solo
alumbraba ese sentimiento que nacía a través de ella
—Me encanta tu sonrisa —afirmó dejando que nuestras miradas chocaran en esa infinidad
que se presentaba cuando sucedía aquel eclipse, donde la noche le permitía al día poder
mezclarse en una; erradicando cualquier tipo de lógica en ello y quitando cualquier barrera
que fue diseñada por los dioses para que ellos no coincidieran.
Camila era capaz de alumbrar mis más remotas noches pero yo estaba segura que yo me
atrevía a oscurecer sus días para que pudiera ahogar todos sus males a través de la sombra
que se presentaba en mi vida.

—A mi me encantan tus labios—aseveré mientras sentía ese leve palpitar que siempre nacía
entre ella y yo, ese que los labios eran capaces de decir a voz callada mientras el silencio
expandía esa voz provocando que el corazón lo tome como un suave ritmo que desata esa
brisa única que hacía que la vida fuera mejor solo con esa persona, Camila sonrío antes de
posar lentamente sus labios sobre los míos mientras sus manos jugaban delicadamente con
mi ropa intentando acariciar con sus yemas zonas que ella conocía de memoria y que no
dudaba en encenderlas como si de magia se tratara —Y también otras partes de ti —musité
posando mis manos sobre su cabello hasta que éstas comenzaron a bajar lentamente por su
espalda produciendo una lluvia de sonrisas cómplices entre ambas, sin embargo, ella no dudó
en salir de mis brazos para mirarme con un destello único que embarcaba la maldad absoluta.

—Tengo hambre, pero no es de ti amor —afirmó riendo mientras yo rodaba los ojos porque
no era la primera vez que jugaba a aquel juego que siempre terminaba en nada —Quiero
pizza.
—¿Sabes que eres perfecta para romper momentos?—pregunté suspirando mientras ella no
dejaba de sonreír por ello, la verdad es que tampoco me importaba si tenía que ver esa
sonrisa triunfadora todos los días de mi vida; sinceramente hasta me encantaba la idea de
tener la oportunidad de levantarme cada mañana maldiciendo a la vida lo que me había
hecho enloquecer con aquella castaña y cada noche agradecer al mismo por tenerla a mi

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lado.

—¿Sabes que te amo?—preguntó acercándose a mí para depositar un par de besos en mi


cuello que se liberaron en mi ser como suspiros que llegaban directamente a cada centímetro
de mi ser mientras su cuerpo se apoderaba de mí con una seguridad que denotaba el tiempo
que llevábamos juntas.

—No, no lo sé —afirmé frunciendo el ceño

—¿Enserio?—preguntó sorprendida —¿Tengo que demostrártelo?—yo asentí con una sonrisa


por ello mientras Camila me miraba curiosa ante cada uno de mis gestos y delicadamente
posó sus manos sobre mis mejillas dejando que éstas se incendiarian de ese tono rojizo que
coincidía con las caricias de su parte.

—Creo que no sería mala idea de tu parte —dije mientras todo de ella hacía juego con la
noche, dejando que sus cabellos recogidos tomaran aquel tono brillante que las estrellas
seguramente envidiaban, ya que ella no tenía necesidad de ser parte del cielo para mostrar
esa majestuosidad. Su cuerpo delgado y perfilado se mostraba como las olas del mar;
perfectas y arrebatadoras con cada una de sus ondas dejando una resfrecante sensación
eterna cada vez que aparecían en la orilla, su sonrisa era capaz de combinar con aquel fulgor
trascendente que todo su ser mostraba y sus labios eran la mejor combinación de pasión con
dulzura que jamás había visto en mi vida.

—Mirada eterna que se presenta en mis noches desiertas llenando de alegoría cada uno de
mis pensamientos —recitó dejando que todo mi cuerpo se encendiera de vida ante uno de
mis versos favoritos, no pude no quedar sorprendida ante como su voz se acoplaba ante cada
palabra como si fuera una poesía hecha por
ella misma y no dejara de impresionar a cada una de las personas en el mundo con su
magnífica prosa —Mirada eterna que se atreve a llenar su boca de pecados y pasiones
imaginarias que solo nacen a través de ella y que me azotan entre la distancia de tus ojos y
de tu boca—musitó con un tímido acercamiento de sus ojos hacia los míos antes de convertir
esa mirada en besos que se apoderaban de mis labios.

—Max Goehler, me sorprendes —sugerí separando levemente mis labios de los de ella y
deseando ser afortunada como para escuchar todos los días aquellos versos que a pesar de
que solos tenían esa magia de atraparte, cuando salían de su boca y tomaban esa voz
vibrante que solamente ella producía; entonces se convertía en la sensación más celestial que
había podido apreciar —No sabía que alguien más lo conociera —refuté dejando que Camila
se apoderara de cada parte de mi cuerpo a través de caricias espontáneas que existían para
crear una sinfonía que solo ella conocía y que reproducía con toda la seguridad del mundo
mientras que yo caía deleitada ante ella como sino existiera nada más que esperar entre sus
constantes caricias.

—Tengo mis formas de conquista—aseveró encajando su mirada


sobre la mía.

—Y muy buena —contesté acariciando su mejilla envolviéndome en ese semblante que solo
estaba privado para ella, sus labios de chocolate me invitaban con cada mirada a pecar entre
cada minuto que pasábamos juntas —Me tienes a tus pies —susurré dejando que mis labios
profanaran cada parte del cielo de su piel, que se esparcía en mi como si fuera hecha de
melocotón —Me gustas —afirmé quedando totalmente sorprendida por el ritmo que estaban

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tomando mis palabras, no era nada nuevo que Camila supiera eso pero era la primera vez
que lo aceptaba sin ningún tipo de miedo a través de mis palabras, era la primera vez que
esas dos palabras buscaban algún tipo de sonido oíble más allá que el silencio que ambas
conocíamos y diferenciábamos; era la primera vez que se transformada en una confesión real
más que en una condena de saber que todo se terminaba y ese fue el momento donde me di
cuenta de que todo había perdido sentido y por unos segundos no supe que hacer
atemorizada ante esas palabras hasta que sentí como ella me veía con sus ojos ardientes
llenos de dulzura que se dilataron a través de sus manos y suaves caricias que solo me
hicieron sonreír como una tonta —Enserio lo haces—suspiré ante mi segundo de valentía que
se esparcía por toda la habitación, era increíble que fuera la primera vez que me atreviera a
sostener esa confesión en el aire siendo que ya tenía un conocimiento eterno de su cuerpo,
que conocía cada centímetro que ni siquiera el sol era capaz de tocar pero que la noche
desnudaba a mi favor como si fuera una vela de un barco a punto de salir de la orilla. —
Labios de carmesí que se montan en mis sueños sin ningún tipo de pudor —recité acercando
sus labios hacia los míos sintiendo
como nuevamente esas palabras se mezclaban ante cada latido de mi corazón
—Labios que se atreven a seducir cada punto de mi piel provocando que cada pensamiento
mío se convierta en pecado ante tu seducción impía —mi piel comenzó a arder frente a cada
una de esas palabras que hacían efecto en cada mirada de aquella castaña, mientras sus ojos
me comían entre una marea que estaba destinada solo para mí —Pecado seductor que se
pinta del color de tus labios y que se tiñe de ese matiz que pertenece a tus ojos oscuros,
mientras que mi corazón profana cada uno de tus pensamientos volviéndote en aquella
redención que mi ser buscaba desde hace mucho.—suspiré ante aquel nerviosismo que
ocultaba cada sensación de mi ser, mientras que aquella castaña seguía con la mirada fija en
mí sin ningún tipo de palabra sobre ella, era como si ninguna de las dos tuviera más que
decir así que dejamos aquel momento como un par de palabras colgadas que se atrevían a
disfrazar esas cuatro paredes que fingían ser el mismo cielo en medio de la noche que se
presentaba hoy y que nuestros cuerpos se transformaban en esa nebulosa que no se podía
ver a simple vista pero que existía danzando a través de la mirada de un loco que fuese
capaz de verla.

—Tú también me gustas mucho Lauren —confesó en un beso que se expandió hasta mis
labios mientras sus caderas se acomodaban siguiendo su propio ritmo —Demasiado como
para resonar en palabras —refutó riendo demostrando como los nervios también se
mezclaban en ella, dejando que nuestras almas mostraran el mismo sentido y dirección
mientras el universo conspiraba para que dos extrañas se movieran ante el son de la luna,
que se convertían en amantes ante el compás de una melodía que solo las dos conocíamos y
que era seguramente mi favorita. Ninguna canción era capaz de resonar en mi corazón como
lo hacía el suave movimiento que sus caricias se atrevían a arrebatar a mi alma; mientras la
noche se convertía en día apoyada en el hombro del sol tratando que aquella pasión
intermitente que sentíamos se sellara ante la luz del sol y se pactara a través de la noche que
en nosotras era algo más que simplemente el escenario de una escena romántica. —Ni
siquiera puedo creer que esto es real —sugirió dejando que un par de lágrimas aparecieran
en sus mejillas mientras yo la miraba contrariada sin entender lo que sus palabras no se
atrevían a decir pero en su mirada no existía aquel brillo enamoradizo que siempre existía
detrás de su mirada sino que se conviritó en un suspiro que traspasó mis sentidos dejándolos
en alerta total ante el hecho de que no entendía que estaba sucediendo —No sé si es
casualidad, el destino ó algo que estaba escrito —admitió secando sus lágrimas antes de
volver a verme en una sonrisa —Pero lo que si sé es que quiero grabar cada detalle que existe
esta noche sobre ti, grabar la forma en que tu sonrisa brilla con fuerza cada vez que aparece
y que la noche sienta envidia hacia ti mientras te muestras más brillante que cualquier
estrella existente, quiero grabar en mi memoria por siempre la forma en que esta noche luces
como el mejor momento de mi vida.

The way you look tonight parte 2

insideofmysoul
Los Angeles, 1947
Camila
—Rosas rojas —escuché decir quitando la atención vana que tenía a las pequeñas partículas
del aire que salían de mi cigarrillo—No sabía que te gustaban
—suspiré negando aquella afirmación porque realmente no me gustaban, prefería los lirios ó
los claveles pero aún así no fui capaz de decir nada mientras veía como Claire enarcaba la
ceja al ver el ramo de flores que me había llegado hace unos minutos, estaba tan
acostumbrada a que me llegaran ramos de rosas que ya ni siquiera veía si tenían algún
mensaje en ellas simplemente las dejaba en un lugar apartado porque no me interesaban;
aquellos rosas eran el claro reflejo de que las personas no me conocían y se atrevían a
alagarme pensando que podían ganar mi voluntad con detalles que no me interesaban —
Esperando el martes, con cariño Louis Roth—sonreí dentro de mí al escuchar aquello,
definitivamente no me esperaba un ramo de rosas de su parte así que me acerqué a la mesa
donde éstas llamaban la atención en un lindo arreglo que sino fuera por el simple hecho de
que había recibido muchos en toda mi vida, podía haber llamado mi atención, dejé mi
cigarrillo en el cenicero que estaba en aquella mesa y no dudé en tomar la pequeña nota que
se encontraba entre medio de los pétalos rojo intenso de una de las rosas frontales mientras
Claire me miraba totalmente extrañada ante eso —¿Louis Roth?—preguntó confundida y yo
asentí suspirando ante ello, ya que había esperado toda la semana para que me llegara su
respuesta para tener una cita el martes—Estamos hablando del mismo chico de ojos azules,
cabello negro y que no soportas ni decirle hola —asentí encogiéndome de hombros sin dejar
la sonrisa que procedía de mis labios al haberlo convencido para esa cita, la verdad es que mi
amiga rubia no se equivocaba en nada y ella sabía a la perfección como odiaba a aquel actor
engreído que era sin duda el nuevo Adonis de este momento y que no era difícil verlo
ocupando cada cartel del cine mostrando sus dotes artísticas. Lo había conocido hace dos
años cuando nos tocó ser los protagonistas en aquella película que ni siquiera recordaba por
el poco guión que tenía, sin embargo, si podía recordar como tuve que actuar de que salía
con él por un mes entero donde ambos rozábamos ante la más mínima palabra que salía de
nuestra boca, él era el típico actor que sabía que era lo suficientemente atractivo como para
conquistar a toda la audiencia y yo ya estaba cansada en aquel momento del tipo de
personas que se me presentaban como él todos los días; considerándome más como un
trofeo que mostrar frente al mundo que como una chica que podía causar la misma actuación
que él. Había sido quizás el mes más eterno de mi vida, pero ahora tenía que aceptar que
necesitaba de sus contactos para que lograra hacerme un favor y si tenía que soportar dos
horas hablando con él sobre lo grandioso que era su trabajo en su nueva película era capaz
de hacerlo solo por el hecho de que a diferencia de mí, él en este mundo tenía un papel
mucho más importante que la imagen sexualizada de la cuál se nos derivaba a todas las
actrices aunque
tuviéramos la misma popularidad que ellos; simplemente nuestras opiniones rara vez
contaban ó eran vistas más allá que un simple capricho que solía surgir en las actrices por ser
mujeres así que frente a ese mundo en donde a pesar de tenerlo todo mi género claramente
era subestimado por la estúpida idea de ser menos que ellos, tenía que aferrarme a cualquier
tipo de jugada inteligente que pudiera ayudarme en aquel momento —No me digas que te
vas a vender a un chico como él —sugirió regañándome pero yo solo me quedé callada
jugando con el pequeño papel entre mis dedos hasta que simplemente lo dejé en su lugar
correspondiente aún con la sonrisa en mis labios —Camila —gritó exasperada la ojiazul.
—No lo haré, solo necesito un favor —respondí segura encogiéndome de hombros mientras
Claire me miraba sin entender lo que estaba haciendo —Por cierto, si quieres puedes
quedarte con el ramo, no me gustan las rosas —afirmé retomando mi cigarrillo y volviendo a
recostar mi espalda en aquella pared que daba de frente una vista hermosa de todos los
Angeles, tratando con todas mis fuerzas de que con aquel acto pudiera ocultarme de la
realidad del mundo.

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—Lo sé, te gustan los claveles ó los lirios —contestó dejándome sorprendida por ello porque
no me esperaba aquella respuesta —Como también sé que amas a Max Goehler y que te
gusta quedarte en las noches viendo la luna esperando respuestas que nunca van a llegar —
no sé que me dolió más si saber la razón por la cuál ella me estaba dando aquel discurso ó el
simple hecho de que no podía dejar de estar sorprendida porque ella supiera esas cosas. No
tardé en sentir como la mano de Claire comenzaba a acariciar mi espalda mientras intentaba
reprimir las lágrimas —Sé lo que hiciste con Lauren —dijo sin ataduras mientras me quedaba
en silencio viendo como las líneas del atardecer comenzaban a aparecer en medio de la
ciudad para teñirla de los matices naranjas y rojizos de siempre antes de darle la apertura a
la noche. Habían pasado tres semanas desde que había dejado el poema en aquel cuaderno y
estaba segura de que ella lo había leído y su respuesta a no querer verme durante todo este
tiempo era suficiente para saber que lo había arruinado, lo sabía y eso era lo peor porque no
había ningún secreto detrás de ello y por primera vez desde hace mucho sentía el rechazo a
flor de piel —Me lo contó hace un par de días
—sugirió sin dejar de acariciar mi espalda y yo solo seguí en la compañía eterna que me
ofrecía mi cigarrillo desde hace mucho tiempo, la verdad es que sabía que aquello podía
suceder; sabía a la perfección que habían miles de formas de reacción frente a algo así pero
tenía la remota idea de que funcionaría, la ligera ilusión de que el amor le sonreiría a la chica
de la sonrisa rota.
Grave error.
—Preferiría no hablar de eso Claire —respondí en un suspiro que demostraba lo cansada que
estaba sobre ese tema, ya era suficiente con tenerme a mí atormetándome todos los días por
haber decidido hacer eso y convivir con el miedo que era aceptar la derrota inminente frente
a todos esos sentimientos encontrados que tenía hacia aquella chica —Por favor —susurré
apartando la vista del
paisaje que se mostraba porque lo único en que podía pensar era en aquella chica de ojos
verdes que me había hechizado de una forma que solo me hacía caer entre sus redes y ni
siquiera mi propio orgullo era capaz de hacer algo en contra de aquel embrujo que ella fue
capaz de realizar en mí desde el momento en que le di la oportunidad de apoderarse de mi
corazón sin ningún tipo de señal que me impediera realizar aquella acción tan estúpida. Claire
suspiró ante ello y se limitó a reposar su espalda sobre la misma pared en donde yo estaba
mientras sus ojos azules intentaban darme algún tipo de ánimo que sabía que no
conseguirían de ninguna forma.
—No pensé que realmente te gustara —dijo finalmente rompiendo ese pequeño silencio que
se había atrevido a envolvernos por un par de segundos, era un silencio incómodo pero aún
así era más soportable que las palabras de Claire al respecto —Realmente pensé que era solo
una atracción nueva hacia tu lista de conquistas, lo siento por haber pensado eso —musitó
arrepentida y yo sabía que lo estaba, la conocía tan bien como para saber cuando algo le
afectaba más allá de la simple actuación de ser una persona preocupada por las personas que
la rodeaban; esa era la diferencia entre aquella rubia y yo, en que sus actuaciones llegaban a
ciertos puntos donde no podían tomar vida, en cambio yo ya estaba tan acostumbrada a
fingir la mayoría del tiempo que hasta para mí era difícil saber cuando sentía algo de verdad
y no era simplemente parte de la constante vida que había llevado desde siempre.
Yo estaba segura que lo que sentía hacia Lauren era verdadero, lo sabía porque aún ahora
sabiendo que después de tres semanas donde ella seguramente ni siquiera querría hablarme,
me encontraba suspirando cada noche dudando si debería acercarme y salir más
decepcionada de lo que ya estaba. Por primera vez era capaz de dejar atrás mi propio orgullo
para enfrentar lo que eran todas esas emociones que ella había hecho nacer en mí como si le
hubiera dado vida a algo que no conocía lo que era tener suspiros de verdad ni tampoco lo
que se siente que la luna pueda ser capaz de alumbrarte en las largas noches taciturnas que
se muestran diariamente en una ciudad tan grande como ésta.

—Está bien Claire —sentencié con una sonrisa ladeada —Estoy bien enserio lo estoy
—mentí sabiendo como dolía responder con aquellas palabras que no tenían ni una pizca de
sinceridad, a la única persona que podía ofrecerme su amistad y su comprensión en este

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momento, sin embargo, agradecí el hecho de que ella no se atreviera a tomar mayor
protagonismo a aquel tema.
—Camila por favor no puedes salir con ese chico solo para quitar tus penas — exclamó
acercándose a mí para abrazarme dejando esas barreras que siempre nos separaban a pesar
de ser tan parecidas —No quiero que regrese esa chica —mencionó preocupada y yo solo me
limité a suspirar porque no tenía ni la más mínima idea de porque lo estaba haciendo.—Esa no
es la solución.
—No voy a hacer eso —respondí riendo irónicamente ante aquella
propuesta porque si hubiera sido la misma Camila de hace un par de meses poco y nada me
hubiera importado aquel detalle y hubiera hecho todo lo que estuviera en mi poder para
contrarrestar aquel rechazo, no obstante, estaba cansada de esa chica, estaba cansada de
responder a todos mis problemas de una forma egoísta que no me hacía feliz ni tampoco me
beneficiaba de ninguna forma.

Estaba cansada de sentirme tan vacía ante la vida como si todo el recorrido artístico que
llevaba en mis espaldas fueran nada. Quería levantarme en las mañanas y saber que había
hecho para cambiar algo en mi vida y no solo cegarme ante la idea de que tenía una vida
perfecta en dónde podía vivir sin preocupaciones y que si me refugiaba en mi cigarrillo todo
sería menos doloroso.
—No entiendo —contestó contrariada y yo simplemente dejé aquel cigarro sobre el cenicero
antes de preguntarme si realmente valía la pena contarle lo que llevaba en mi mente durante
días.
—Louis es un gran amigo de Jean Renoir —contesté a sabiendas de lo que el nombre de aquel
director significaba en nuestro mundo, él era uno de los nombres más renombrados entre
nosotras y trabajar con él era un verdadero honor; yo lo había hecho solo una vez y entendía
lo privilegiado que era para alguien que amaba la actuación poder ser parte del set de trabajo
que él escogía con pinzas para sus películas —Él es quién dirige las audiciones y los contratos
para una nueva película y necesito un favor de su parte—suspiré ante ello mientras Claire
seguía mirándome contrariada, ya que no tenía sentido que yo estuviera buscando un favor
de parte de alguien más, simplemente podía acercarme a él y pedirle una audición en el
papel que me naciera hacer; tenía talento para decir basta y si quería trabajar con él solo
tenía que propónermelo, no obstante, esa no era la realidad de la situación y el favor no era
para mí sino para la misma chica que estaba rompiendo mi corazón.—Quiero que contrate a
Lauren y aunque tenga que soportar una estúpida cena hablando por dos horas sobre lo
guapo que se veía en su película lo voy a hacer, porque le prometí a una niña de seis años
que iba a hacer feliz a su madre y es lo mínimo que puedo hacer por ella — no sé en que
momento las lágrimas me ganaron frente a las palabras que se desataron como si hubieran
esperado demasiado tiempo para expresarse más allá de la soledad que la noche mostraba
en mi ventana, eran esas lágrimas que deseaban ser consoladas por alguien más y que ahora
me atacaban aprovechando el momento que vivía frente a Caire.
Solo supe que aquella ojiazul segundos después se encontraba tratando de secar mis
lágrimas ante ello y que yo ya no quería seguir con aquella conversación, no necesitaba que
alguien supiera las cosas que iba a hacer ó iba a dejar de hacer, tampoco necesitaba
reconocimiento alguno por ello; simplemente quería llegar a casa y levantarme al día
siguiente sin sentir esa opresión y decepción que era saber que había arruinado todo.

—Puedo hablar con Lauren —sugirió Claire en un intento cariñoso


de mostrarme compasión pero yo me negué a ello.
—No necesito a alguien que se meta en mis asuntos Claire
—contesté algo enojada por su respuesta pero al verdad es que estaba enojada conmigo
misma por todo lo que estaba sucediendo —Si ella quisiera hablar ya lo hubiera hecho—
argumenté empuñando mis manos —si han pasado tres semanas desde aquello es porque
claramente no quiere saber de mí y no quiero hablar más de la forma en que me expuse con
ella.

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—¿Por qué eres tan terca?—afirmó seria —¿No has pensado que ella tiene miedo de aceptar
lo que está sucediendo?— fue su respuesta mientras sus ojos azules seguían ese váiven de
palabras que nacían de su boca como si estuvieran unidos de alguna forma—No es tan fácil
aceptar de un momento a otro que una chica te gusta y menos ante el hecho de que ella
puede salir perdiendo en ese juego y lo sabes muy bien
—me recriminó dejando atrás ese cariño que me había demostrado —Tú hace unos meses ni
siquiera aceptabas que fuera normal que dos chicas pudieran quererse y ahora mírate, tal vez
está simplemente asustada—sugirió a la defensiva de lo que estaba sucediendo y aunque
entendía su argumento y hasta podía darle la razón, la verdad estaba lo suficientemente
enojada y decepcionada como para siquiera razonar lo que me estaba diciendo.

—Bien por ella entonces —aseveré tratando de restarle importancia a lo que estaba
sucediendo, por primera vez en mi vida quise que todos esos años de actuación me sirvieran
para algo y se atrevieran a ocultar lo destrozada que estaba ante el rechazo de la única
persona que me había hecho sentir vida, la única a la cuál había sido capaz de rogarle por su
tiempo y su amistad y seguramente la única a quién volvería a ofrecerle de esa forma tan
ridícula mi corazón —No estoy de ánimos para discutir por ello y si hago ese favor es más
porque no quiero que tome otro trabajo que no le permita tener tiempo con su hija, no quiero
ver a esa niña sufriendo dificultades económicas así que solo lo hago por el afecto que le
tengo —respondí llenándome de una fuerza que no sentía en mi pecho, dejando que las
palabras tomaran su propio ritmo y su propio camino mientras yo las veía esparcirse por el
aire.

—Camila, sé que estás herida y que en este momento tu orgullo está pidiendo a gritos que lo
escuches y le hagas caso —me dijo intentando encontrar algún tipo de reacción de mi parte
—Pero no puedes rendirte ante algo que ninguna de las dos ha aclarado —suspiró antes de
volver a acariciar mi mejilla con una sonrisa que rápidamente se desvaneció al ver como mi
semblante estaba en contra de la idea de querer creer en algo que no iba a suceder —Solo
dale tiempo.
—Te veo mañana —refuté seria antes de tomar las llaves de mi auto que se encontraban en
la misma mesa donde estaba el arreglo de rosas —Tengo un compromiso en unas horas y aún
no tengo mi vestido listo—mentí para que ella
me dejara en paz con el tema que prefería hablar a solas entre mi cama y yo, porque no lo
quería compartir con nadie más —Si quieres llevate el ramo no me importa — Claire no dijo
nada pero pude ver la preocupación en sus ojos por lo cuál solo me dirigí hacia la salida para
no tener que soportarmás la presión que era tocar el tema de Lauren y hablarlo en voz alta y
no solo en mis pensamientos donde podía expresarme libremente ó más bien no decir nada
porque la batalla de aquello solo se encontraba en mi interior y no tenía que explicarle a
nadie lo que estaba sucediendo.

—Está bien—suspiró rendida —Mañana paso por tu casa —su voz se perdió ante aquella
afirmación mientras que yo sabía que la encontraría a primera hora en la puerta de mi casa
tratando de convencerme de algo que no iba a hacer porque ya había reducido mi orgullo lo
suficiente como para declararme ante una chica que en este momento ni siquiera quería
dirigirme la palabra, me maldije por unos segundos por mi impulso de valentía al hacerlo
pero finalmente llegué a la misma respuesta vacía de que debía hacerlo aunque arriesgara
demasiado a través de aquel acto. —Por favor no te niegues a algo que te hace bien, he visto
en quién te has convertido y creéme que no puedo estar más orgullosa de ti —argumentó
dejando que todos sus miedos hacia mí se mostraran en la atmósfera —Lo digo como tu
amiga y como alguien que sabe lo doloroso que suele ser el amor.

—Adiós Claire—finalicé sintiendo como la rabia crecía en mí mientras las lágrimas volvían a

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invadirme porque necesitaba tiempo a solas para poder superar lo que estaba sucediendo.

Suspiré abrazando mis piernas desnudas hacia mi cuerpo que a pesar de no estar tiritando
por la brisa marina, me pedía a gritos que volviera a casa y me acostara para poder
descansar pero yo no lo deseaba; quería quedarme en aquel lugar hasta que el cansacio se
apoderara de mi ser y dejara de sentirme de esta manera. Odiaba aquella sensación amarga
que me había dejado cada día de la semana ante el rechazo de la chica de ojos verdes que
sin ningún tipo de táctica pudo ser capaz de arrebatarme todo lo que tenía.
Las olas iban y venían demostrando esa danza única que ellas mostraban ante la rendición
que sentían cuando la luna se ubicaba en el cielo cerca de ellas, como si les rindiera algún
tipo de pleitesía a aquel astro y se lo demostraran ante aquella danza marina que pintaba el
escenario de esta noche. Sentí como mis mejillas quemaban ante las gotas de rocío que
habían aparecido en mí desde el momento que me había subido al auto y me encontraba sola
como tanto deseaba, ni siquiera había sido capaz de cenar algo y me dirigí a la playa en el
mismo lugar de siempre sintiendo como me refugiaba ante esa escena que las olas querían
mostrar al mundo.
—Mirada eterna que desvanece mis principios y me convierte en esclavo de sus propias
mentiras y de las fantasías que lo invaden —fue lo único que mi mente podía pensar y sentí
como las lágrimas volvían a envolverme en una lluvia infinita que demostraba mi alma
destrozada ante ello,quería culpar a alguien por aquello que estaba sucediendo dentro de mí
quería gritarle al destino que podía superar esto en algún momento de mi vida y que el amor
no era nada de lo que esperaba pero hasta yo sabía que eso era mentirme hasta lo más
profundo de mi ser, porque aquel poema no dejaba de ser una daga incesante y punzante en
mi ya destruido corazón.

—Es una noche tranquila— escuché decir a mi lado mientras intentaba quitar la idea de que
aquella voz era real, fruncí el ceño secando mis lágrimas hasta que pude ver como se
mostraba la imagen de aquella pelinegra como si fuera una sombra entre medio de la arena
de la playa, llevaba el cabello recogido en un moño y un simple vestido blanco que aunque no
tenía nada que lo hiciera especial; ella como siempre era capaz de crear belleza ante la
simple vista de los demás—No quería molestarte—suspiró demostrando con claridad su
inseguridad de estar en este preciso momento conmigo, yo no dije nada porque no entendía
a que venía eso, no había aparecido durante tres semanas y ahora aparecía como si nada
hubiera sucedido.

—La playa es un lugar libre Lauren—refuté seria sin ni siquiera mirarla —Al igual que cada
lugar de Los Angeles—no me fue difícil ver como mis palabras salían de mi voz como si fueran
cuchillos afilados protegiéndome de un peligro que estaba a solo unos centímetros de mí, no
le tomó ni un segundo darse cuenta que yo estaba lo suficientemente enojada como para
poder hablar con alguien así que vi como sus ojos rápidamente bajaron la mirada arrepentida
de estar compartiendo este preciso momento conmigo.

—Lo sé y lo entiendo —respondió finalmente —La verdad lo siento mucho por no haberte
buscado durante todo este tiempo —yo la miré contrariada tratando de buscar la ironía que
había en ello, pero eran ciertas sus palabras y la forma en que el arrepentimiento se
mostraba con toda la claridad del mundo en sus ojos verdes.

—No te preocupes, no es necesaria esta conversación —sugerí secando mis lágrimas y


formando una sonrisa sarcástica en mis labios antes de levantarme de aquel lugar —No
necesito esto—aseveré decidida a irme porque lo último que quería era seguir abriendo aún
más aquella herida que ella misma había abierto.
—Espera por favor — fue su respuesta ante mi intento de querer terminar con eso, mordí mi
labio sintiendo como todo mi ser me pedía que me quedara a escucharla, me odié en aquel

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momento por mostrarme tan indefensa ante ella pero no podía hacer nada contra el efecto
que ella provocaba en mí así que simplemente me crucé de brazos esperando su respuesta—
Entiendo que estés enojada y me encantaría tener una justificación para ello pero no la
tengo.

—Entonces ¿por qué apareces tres semanas después? —inquirí sin dejar de mostrarme
enojada frente a sus respuestas, ella se limitó a asentir ante ello tratando de buscar una
respuesta frente a mi pregunta —Sé que leíste el poema—afirmé sintiendo la verguenza en
cada centímetro de mí.

—Si te soy sincera ni siquiera yo lo sé —refutó encogiéndose de hombros antes de que la


brisa se apoderara de aquel momento instaurando un silencio que por primera vez se
mostraba como lo más incómodo que teníamos entre nosotras —He pasado éstas tres
semanas pensando en lo que podía decir al respecto, no he dormido en ninguno de estos días
pensando la horrible persona que soy al haberte dejado de esa forma y preferí alejarme —no
supe que decir ante ello porque estaba confundida ante cada una de sus palabras.

—¿Por qué?—pregunté sintiendo el dolor de imaginar las posibles respuestas que aquella
pregunta era capaz de crear, sus ojos verdes inspeccionaron los míos por unos segundos
dejando que viera como éstos se mostraban con una timidez que no había visto con
anterioridad.
—¿Por qué?¿Es una broma?—preguntó dejándome atónita para luego retomar el rumbo de
sus palabras —Es una locura la simple idea de lo que me haces sentir cuando estás cerca y
he perdido la cordura pensando en tus ojos castaños cada noche en medio de las noches —
contestó —Noe me ha regañado todos los días porque no te ve cerca de ella y cada vez que
llego a casa solo puedo pensar en lo tonto que suena todo esto —bufó jugando con su cabello
el cuál parecía que en cualquier momento se iba a descontrolar por la brisa que mostraba
esta noche la playa —Es la peor disculpa que he dado en mi vida para serte sincera y no
espero que la aceptes pero estoy aquí porque merecías recibirla —sentenció mientras me
mostraba un pequeño lirio morado que estaba entre sus manos y yo lo veía por primera vez
sin dejar la impresión que sentía en aquel momento que lo colocó entre mis manos —Sé que
te gustan los lirios, al igual que tienes un gusto muy bueno en poesía —confesó segura de
cada palabra que salía de su boca —También sé que duermes cada noche con el sueño que tú
vida tome sentido al siguiente día —aseveró mientras mi mirada no dejaba de seguir cada
una de sus palabras tratando de darle algún tipo de significado —Sé que odias los tacones y
que te pierdes entre cada personaje que interpretas , sé que te gusta el té de manzanilla
antes de dormir y también sé que sueñas más allá de la vida que tienes en este momento —
suspiró con
una tímida sonrisa —Y también sé cuál es tu sonrisa verdadera y la que pones cada vez que
actúas , puedo reconocer la forma apasionada que tienes de hablar de lo que amas y como tu
mirada son como estrellas cada vez que eres capaz de perderte en este mundo —carraspeó
antes de seguir mientras yo seguía embelesada ante cada palabra que me sorprendía mucho
más que la anterior porque estaba hablando con toda la soltura del mundo sin reprimir ni una
sola palabra y lo que más me afectaba es que tuviera razón en todos esos detalles que el
mundo no podía ver en mí pero ella si lo había hecho —Pero más importante que todo eso es
que sé que nunca había deseado tanto perderme hasta que llegaste tú a cambiar mi mundo y
aunque me niegue constantemente a no creer en ello ya no puedo hacer nada en contra de
todo lo que has producido en mí en tan poco tiempo —susurró como si estuviera en un
problema por ello y ahí fue cuando pude darme cuenta de que Claire realmente tenía razón y
Lauren estaba más que aterrada ante ese panorama, ese fue el momento en que me atreví a
dejar aquella pared de odio y seriedad que había tomado para ocultar la desilución que sentía
por el hecho de que ella no sintiera lo mismo que yo, quise con todo mi ser besarla ó hacer
algo más que estar parada viendo como mis músculos no respondían ante ninguna orden que
le impusiera —He leído el poema quizás unas dos mil veces, pensando en el momento en que

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lo escribiste, deleitándome con tus letras y llorando por ser tan tonta como para no ser capaz
de acercarme a ti y confesarte lo loca que estoy desde que tus ojos castaños se volvieron en
la oscuridad que necesitaba en mi vida— sentenció antes de bajar la mirada—Realmente lo
siento
—afirmó dejando escapar un par de lágrimas que me llegaron hasta lo más profundo y con
paso lento e indeciso me atreví a acercarme a ella dejando que nuestras miradas chocaran
como nunca lo habían hecho, porque ésta vez no era simplemente una mirada llena de
comprensión sino que había algo que lo hacía mágico, una parte que lo hacía especial y con
delicadeza me atreví a acercarla a mí sintiendo como todo el oxígeno que nos invadía se
exiliaba por unos segundos demostrando que este momento era lo más anormal que
habíamos vivido ambas, pude notar como la inseguridad creció ante sus ojos en esos
pequeños segundos en que me atreví a mirar como la luna se encargaba de aumentar la
belleza de aquella chica que estaba tan cerca de mí como si fuéramos una sola, sin embargo,
esa inseguridad no provocó nada más que una fuente insaciable de calor que simplemente
salió a la luz a través de mis labios gritando en un idioma que solo ambas conocíamos que
necesitaba los de ella para poder seguir con vida. Cerré los ojos ante la magia que se había
creado entre medio de una playa que no tenía nada de relevante, con dos chicas que no
tenían nada que las hiciera distinta a las millones de personas que rodeaban el planeta;
excepto ese deseo de que sus vidas se complementaran a través de la otra como si sus labios
pudieran ser capaces de cumplir el deseo impuesto entre sus corazones.
Había besado cientos quizás miles de veces, había sentido lo que era sentir esa calidez que se
desataba entre un par de labios, sabía como funcionaba el amor, lo conocía, lo había actuado
cientos de veces pero aquel momento llegó a mí
como sino supiera nada y solo fuera una chica sin conocimiento alguno que se entregaba con
toda la confianza del mundo ante el abismo que se había convertido pensar en aquella
realidad en donde dos chicas estaban en medio de la playa tratando de acallar los deseos que
habían ocultado para no ser destruidas ante las redes injustas que muchas veces el mundo y
el destino mostraba frente al amor.
Aquel beso fue capaz de pintar la noche de colores que solo existían entre nosotras dos y
aquel tono gris que había ocupado a mi corazón durante tanto tiempo simplemente le daba
paso a una explosión de colores que no parecían reales y estaba segura que en aquel
momento la noche estaba sintiendo envidia porque le estábamos quitando el protagonismo a
través de una simple demostración de amor.

—Dime que esto es real y que no es parte de mis fantasías


—susurré juntando mi frente con la de ella viendo como sus ojos dejaban aquella timidez y
esa inseguridad que habían decorado cada centímetros de ello para recubrirse de algo que no
podía describir—Necesito algo real en mi vida y en este momento siento que estoy divagando
y que me levantaré sabiendo que no es real nada de esto —suspiré dejando que mis miedos
se mostraran sin ningún tipo de precaución, Lauren acarició mi mejilla y no dudó en sonreír
dejando que su sonrisa se volviera todo lo que mi vista era capaz de ver y asimilar.

—Si entre mis sueños eres capaz de dibujarte como esa sombra que acostumbra a visitarme
en mi soledad más grande, entonces ¿por qué podrías dudar que no eres parte de mi
realidad? —recitó uno de los fragmentos de Max Goehler y yo reprimí las lágrimas que
querían asaltar mis mejillas mordiendo mi labio, lo cuál solo hizo que la pelinegra volviera a
refractar aquel brillo que llenaba su mirada sobre mí—Si eres el arte en cada respiro de mi
alma, la profanación eterna de mis labios, aquel pecado con sabor a cielo y la alabanza de mi
piel, entonces ¿por qué podrías dudar que no eres mi verdad?, Deja que devore cada parte
de tu ser tiñiéndote de esa realidad que tu cuerpo pide a gritos , deja que mis palabras
acompañen esa alma solitaria, deja que tu mirada encuente la mía porque en tu forma más
pasional es la única forma que quiero que luzcas esta noche .
Capítulo 28 : Enchanted

insideofmysoul
This night is sparkling, don't you let it go
I'm wonderstruck, blushing all the way home I'll spend forever wondering if you knew
This night is flawless, don't you let it go I'm wonderstruck, dancing around all alone I'll spend
forever wondering if you knew
I was enchanted to meet you
New York Camila

Su mirada de deseo atravesaba mi piel mientras en mí solamente existía esa voz que quería
salir y decirle todo, sabía que no podía seguir con esto porque ella estaba enamorada. No era
necesario ser un gran genio para descubrir aquel detalle y después de que lo aceptara sin
miedo y que su mirada simplemente se volviera en lo más reluciente que jamás había visto;
supe que yo no podía seguir con todo esto, que ya no podía seguir siendo egoísta quitándole
la verdad que ella merecía saber; ya había pasado el tiempo suficiente para poder llenarme
de valentía y mostrarle que no era tan sorprendente como ella creía que era.

Ese momento era hoy y aunque deseaba derivarlo como lo había hecho últimamente, ya no
podía seguir negando las ataduras del destino y lo complicado que muchas veces podían ser
las enredaderas de la vida que unía a dos desconocidas para hacerlas coincidir
trasnformándolas en una para luego separarlas nuevamente.

—Te quiero —sentencié sintiendo como las lágrimas se mezclaban ante mis palabras ,
mientras que mi mirada no podía dejar de mirar a esa luna desnuda que se me mostraba
como el mayor tesoro del cielo, esa luna a la cuál yo deseaba prometerle el mundo pero que
estaba segura que no vería más allá que ésta noche . Mis deseos me torturaban mientras la
mirada de ella se quedaba en cada parte de mi piel siendo aquel tatuaje indeleble que jamás
sacaría de mis recuerdos.
Lauren intentó acercarme más a ella pero traté de rechazarla sabiendo que solo quería grabar
todo lo que ella me podía mostrar, todo lo que me había enseñado en medio de nuestra
locura que empezó hace unos meses y que había logrado que sus manos se confundieran con
las mías mientras danzábamos una melodía única que ambas habíamos descubierto la
primera vez que nuestros labios sintieron aquel roce mágico que solo necesitaba de un
sentimiento que no conocíamos de una buena fuente y que ahora se mostraba de una forma
tan pura que dolía alejarse de ella y sentir como todo se destruía de a poco a pesar de que
aún no era capaz de decir ni una sola palabra —Pero no puedo seguir con esto —admití
negándome a mirarla
porque era capaz de sentir como cada capa que me había detenido a dejar que esas palabras
se apoderaran de mi ser, volvían a pronunciarse con mayor fuerza mientras mis sentimientos
y emociones se desataban en algo que no podía ni siquiera controlar. De todos los momentos
de mi vida en donde había aceptado que mis decisiones tenían justificación, éste era el único
que se mostraba como una decisión dolorosa pero necesaria; no sentía arrepentimiento ante
el hecho de que le estaba diciendo la verdad sino que sentía como la culpa me carcomía de
una forma única que solo hacía que mis lágrimas se transformaran en esas palabras que debí
haber pronunciado desde un principio, todo hubiera sido tan distinto si mi cobardía no
hubiera intercedido ante mi sentido común y quizás otra sería la historia si no me hubiera
negado todos estos meses en pisar la verdad.

Lauren me miraba con atención totalmente confundida mientras volvía a sentirme una
extraña con ella, era la primera vez que sentía que no podía deleitarme con el cielo de su
boca ni tampoco el pecado presente en sus labios, era la primera vez que sentía que no era
capaz ni siquiera de admirar la brillante mirada ardiente que nacía en cada centímetro de su
ser. Así que suspiré sintiendo como este suspiro ocupaba cada parte de mi departamento
como si fuera la sombra de la verdad que había ocultado durante tanto tiempo.
—¿Qué sucede?—preguntó dejando que su mirada confundida volviera a adquirir esa timidez
que solía presentarse ante el miedo de los fantasmas de un pasado que ya la había azotado

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con anterioridad, sentí como mi corazón se estrujo ante su mirada consciente de que ella
sabía que nada bueno debía existir ante ello. Ella me había enseñado que los miedos podían
ser parte del paisaje y que no hacía falta ser poeta para lograr mostrar un alma enamorada y
que las películas de amor no eran nada en comparación con la realidad, que no eran nada si
se los comparaba con todas esas caricias que mi piel había sentido de su parte y que se
habían apoderado de mi conciencia desde el principio —Camila — susurró dejando que mi
alma llorara ante el dolor de aquello, ya que una tormenta estaba destrozando todo lo que
me rodeaba, mientras mi conciencia no dejaba que mis palabras tomaran el rumbo que
deseaba, así que simplemente me alejé de ella en un suspiro eterno que se convirtió en el
dolor de mi propio corazón.

—Sé que no me perdonarás, pero necesito decirte esto sabiendo que lamento el control que
no tuve frente a mi vida — las lágrimas opacaron mi mirada mientras sentía como sus ojos
me miraban de una forma dominante tratando de entender lo que sucedía mientras sus
manos me inspeccionaban intranquila ante sus caricias que me flaqueaban ante mis sentidos
y mis emociones descarriladas que mostraban la marea incesante que había intentado
combatir durante tanto tiempo y que hoy me pedía factura de todos los enredos que el
destino me debía mientras que las enredaderas de la vida se comenzaban a deshilar
demostrando que muchas veces era
mejor aceptar que por más enredado que estuviera el hilo del destino con alguien, este
finalmente podía tener el poder de separarlo por siempre de tu vida. Me sentía en la condena
eterna de cada parte de su ser, de cada delirio que me había provocado, de cada mirada de
la cuál solo yo había sido dueña y no había sido capaz de cuidar como debía.
Hubiera dado cualquier cosa porque la historia descrita fuera otra, pero no podía hacer nada
contra las decisiones que me perseguían de un pasado que no deseaba y de un futuro que
había empezado a aceptar que no sería con ella aunque todo mi ser quisiera que fueran
distintas las líneas escritas en nuestra vida.

—¿De qué hablas?—su confusión comenzó a apoderarse de los residuos de aquella noche
llena de palabras de amor y se transformaban en la culpa mezclada con el miedo que ella
comenzó a mostrar ante mis palabras. Yo me limité a sentir como todos esos recuerdos que
había adquirido con aquella ojiverde capaz de robarme cualquier suspiro presente, se
transformaban en el reproche de una vida que podía haber sido más eterna de lo que se había
presentado en esta vida. Suspiré ante lo corto que había sido este infinito y solo deseaba que
el próximo que apareciera en su vida fuera algo real y sin problemas, no algo dañado y que
finalmente la rompía como lo habían hecho las constantes de su vida. Ya que al final de todo,
yo no era distinta a Lucy, me había atrevido a jugar con sus sentimientos de una manera
inconsciente y cuando supe la verdad también lo había hecho queriendo creer que mientras
más oculta estaba la verdad, entonces la mentira sería capaz de expandir sus alas y
transformarla en algo real como si el pasado jamás hubiera estado presente en nuestras
vidas y que el hoy era lo único importaba en esa brújula sedienta de direcciones y sentidos
que yo jamás le daría rumbo a su corazón.

—Te quiero lo suficiente como para saber que no te merezco


—refuté sintiendo como cada palabra ardía en mi garganta porque estaban llena de culpa y
se atrevían a sellar cada condena que en un pasado había sido parte de un destino final que
yo misma había creado ante el rumbo que pensaba que mis sentimientos tomarían, me
maldije una y otra vez por estar provocando esta situación porque no solo estaba
condenándome a su odio sino que más importante que todo eso es que le estaba
demostrando la traición que había desatado en nombre del amor que sentía hacia ella. Me
sentía una tonta ante el poder que tomaba la realidad frente a la fantasía que había deseado
que se presentara en mi vida y no dejaba de doler el incesanto terror de una verdad que
había dejado de ser lo más importante en mi vida cuando supe que peor era alargar el

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sufrimiento a un momento que su corazón no pudiera curarse de la forma que yo esperaba
que hiciera, porque ella se merecía más de lo que las conjeturas del destino había unido para
que se presentara en su destino.—He callado la verdad desde hace tanto que pensé que si
podía ocultarla entre los momentos de mi presente, ésta jamás sobrepasaría la realidad y
simplemente sería olvidada —sugerí sin ni siquiera ser capaz de alzar la mirada pero
no era necesaria ver para saber que sus ojos verdes me juzgaban como nunca antes lo había
hecho, podía sentir como la confusión seguía estando presente mientras mis palabras seguían
aglomeradas en mi voz sin ningún tipo de redención en mi vida.
Estaba firmando las paredes de una sentencia que debió haber sucedido desde la primera vez
que supe del peligro que había desatado de a poco con cada segundo que había convertido en
la mezcla de dos desconocidas que se habían convertido en una sola, que buscaban el mismo
sentido que la vida había quitado de su camino. Dos chicas que habían conspirado contra el
caminar errante que daban sus pasos y que se habían convertido en amantes desafiando
cualquier tipo de melodía que el destino tenía preparado para ellas.—Yo fui la razón por la
cuál tú y Lucy no funcionaron
—aseveré dejando que el silencio tomara su toque de queda ante las palabras necias que
resonaban en mi ser una y otra vez, adquiriendo una voz mucho más profunda que la que
había desafiado en un principio cuando supe la verdad, la mirada de Lauren quedó fija en mí
mientras su ceño se fruncía y aunque quise evitar ver como su mirada confusa se llenaba de
algo que no sabía describir pero era la acumulación segura de rabia con ese tímido matiz de
miedo que era creer que era cierto lo que le estaba confesando.

—¿Hablas enserio?—fueron las únicas palabras que su voz pudo reproducir entre medio de su
mirada llena de dolor que se mostraba en una marea que ya no podía controlar, no era
necesario conocerla para saber reconocer la herida que estaba formando a través de mis
palabras, yo suspiré asintiendo mientras ella me dejaba de mirar para tomarse su propio
tiempo que se conviritó en la eternidad mientras esperaba su reacción frente a ello, no tuve
ningún tipo de valentía para ofrecerle mis brazos a pesar de que cada parte de mí reclamaba
a su dueña que tenía el corazón destruido por mi culpa. Sin embargo, me quedé esperando
que la luna dejara de brillar para que la oscuridad se mostrara con fuerza en mi vida y que
ella sellara el final de lo más bonito que había tenido.
—Yo, lo siento —susurré entre lágrimas sintiendo como la casualidad se mostraba como un
delator de mi mentira y como todo se volvía más claro ante sus ojos verdes, no era necesario
mirarla pero si conocerla tan bien como yo lo hacía para saber que su mente estaba jugando
con ella uniendo cada hilo que no tenía sentido entre nosotras debido a que la mentira había
ocupado mis palabras desde el principio mientras que la verdad se mostraba en ocasiones a
través de mis sentimientos que a pesar de que eran sinceros, sabía que no eran disculpa
suficiente para lo que había provocado hace tanto tiempo atrás pero que recién ahora
mostraba sus afiladas garras de inconciencia.—Realmente lo hago—dejando que mis palabras
se echaran al fuego de esta relación que se desplomaba a una rapidez mayor que el de la luz.
—¿Desde cuándo lo sabes?—preguntó dejando que se notara aquella amargura que estaba
invadiendo de a poco sus sentimientos, yo no supe que decir ante ello y ella volvió a mirarme
desafiante dejando totalmente atrás aquella
mirada apasionada que siempre había recibido de su parte. Sentí como el dolor se apoderaba
de sus ojos verdes y no había nada más que doliera más que eso, ya que me había
acostumbrado a ser quién abrazaba su alma intentando calmar aquel pasado que aún seguía
pisándole los talones; pero hoy me encontraba ahorcando cualquier tipo de esperanza frente
a un futuro incierto y un presente que no mostraba ningún tipo de látima frente a ella —Te he
preguntado desde cuándo—argumentó dejando que la rabia brillara con fuerza por la forma
en que su voz dejó de ser esa que me había enamorado durante todo este tiempo y se
transformaba en la clara muestra de lo que yo no deseaba que sucediera pero sabía que no
había razón suficientemente convincente para dejar que doliera aún más.
—No fue mi intención —respondí en defensa propia y su mirada fue capaz de fulminarme en
unos segundos envenenándome con el dolor que ella estaba sintiendo mezclada con la culpa
que yo ya había sentido durante tantas noches que no podía diferenciar de donde provenía el

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dolor que estaba mostrando todo mi ser y que a pesar de sentirse como una herida a flor de
piel, sabía que no era nada comparado con la traición que ella estaba sintiendo en este
momento.
—No te he preguntado eso —refutó con una seriedad que dolía más que nada, sinceramente
creo que hubiera dolido menos el hecho de que me gritara, que fuera capaz de liberar todas
las palabras afiladas que merecía que el hecho de que su mirada y un par de palabras que se
mostraban sin ningún sentido en este momento se apoderaran de esta escena.—¿Desde
cuándo Camila?—tragué saliva al escuchar como mi nombre se envenenaba ante su ser y no
la culpaba de ello, sabía que esto vendría luego de que la verdad se transformara en lo único
presente entre nosotras dos pero una cosa era saber que sucedería y algo totalmente distinto
era aceptar que ese era el camino que nuestros sentimientos habían tomado ante la tentación
del destino de destrozarnos. Un nudo en la garganta , un lo siento entre medio de mis labios
y un corazón palpitando odiando el sentido y dirección que habíamos tomado frente a la
verdad—¿ó lo supiste siempre y solo quisiste burlarte de esto?—sentenció enojada dejando
que su semblante se apoderara de todo, sus ojos verdes quemaban como el mismo infierno y
aunque odiara aceptarlo, ella seguía teniendo razón con ello.

—No —aseveré tratando de que me escuchara aunque mi mente supiera que la razón no
estaba de mi parte y que era mejor aceptar que esa sería nuestra realidad, Lauren me miró
enojada mientras esperaba mi respuesta, suspiré ante ello secando las lágrimas que corrían
sobre mis mejillas —Lo supe cuando me comentaste sobre Lucy hace meses atrás —sentí
como mi pecho se oprimía ante la cobardía que estaba sintiendo al escuchar de mis propios
labios la palabra meses atrás, por un segundo quise pensar que hubiera tenido una
oportunidad con ella si le hubiera confesado la verdad desde un principio pero luego me
negué a ello porque estaba segura que si la hubiera conocido mejor, nunca me hubiera
atrevido a dañar más su ya roto corazón.
Al final de todo, el destino jugaba a su propio ritmo a sabiendas de que éramos dos almas que
se juntaban por un pasado en común, tal vez él siempre supo que no debíamos estar juntas y
simplemente quiso demostrarnos que no podíamos ser la otra parte que la otra necesitaba.

—Entiendo —resopló sin ningún matiz que se pudiera derivar a una expresión, simplemente
fue hacia la mesa del comedor donde estaban sus cosas y no dijo nada más mientras recogía
sus llaves y sacaba la llave que tenía de mi departamento que le había dado hace semanas
atrás para que pudiera entrar cuando quisiera. No había ningún tipo de rencor en ella y eso
dolía porque me estaba castigando de la forma más madura que ella podía mostrar, quería
que me gritara y acabara con ese dolor que estaba segura que resguardaba en el fondo de su
corazón; odiaba conocerla tan bien y saber que ella estaba sufriendo y se estaba negando a
mostrarme su debilidad porque eso solo golpearía aún más su orgullo permanente, sin
embargo, cuando pude mirarla por unos segundos pude notar como algunas lágrimas se
posaban sobre sus mejillas y como sus labios temblaban ante algo que ella no sabía como
reaccionar pero lo hacía de una manera tan tranquila que helaba más que nada en el mundo.
Su mirada fría se posó sobre mí y yo recordé todas esas sonrisas que había sacado de su ser
y todas esas miradas que habían sido llenadas de amor hace tan poco pero tan lejos que
parecía que habían pasado siglos desde que esa era nuestra realidad. Ella suspiró ladeando la
cabeza tratando de controlar lo que sentía porque vi como sus manos se empuñaron por unos
segundos antes de pasarme la llave que posaba sobre su mano —Un gusto —respondió en un
suspiro amargo que podía decir tanto pero que en mí solo se presentaba como un dolor
incesante —Tengo que irme—afirmó acomodando su cabello para atrás como siempre hacía
—Espero que te vaya bien —sus ojos se posaron sobre mí como el veneno más fuerte que
había probado mi mirada y a través de ellos fui capaz de ver como el dolor crecía en ella
mientras todas esas barreras que ella había logrado superar se derretían ante el compás de la
peor canción de despedida que había sido creada.
—Por favor —sugerí carcomida ante mis propias lágrimas y el dolor punzante que era todo
esto —Sé que fue mi culpa y que debí habértelo dicho desde un principio —admití sin más —

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Pero por favor no dejes que esto te destruya —musité tratando de acercarme a ella pero
Lauren simplemente chasqueó la lengua con una sonrisa irónica.
—Tranquila—respondió sin dejar esa sonrisa dolorosa y forzada que hoy estaba presente en
sus labios—No has destruido nada, porque ya no existe un corazón —aseveró con el dolor en
la punta de su lengua —Fue un placer conocerte
—fueron las últimas palabras que nos dirigimos mientras veía como su sombra se iba de mi
departamento con un corazón destruido y con ella se iba toda la melodía del destino que
habíamos creado.
Con ella se iba mi fe hacia el amor pero yo también estaba
encantada por haberla conocido aunque doliera como estaba doliendo.
Enchanted parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren
Tal vez fueron segundos ó simplemente minutos que se mostraban en aquella noche como si
se tratara de una vida eterna la que estaba presente en aquel fragmento de tiempo, sin
embargo, la forma en que su mirada buscaba la mia entre medio de esos tímidos reflejos que
nuestros ojos veían más allá que nuestras propias palabras y como los suspiros se volvían en
la melodía propia que nos acoplaba en una sinfonía que ninguna de las dos esperábamos. La
noche se mostraba silenciosa mientras en el cielo se ocultaba un estruendo donde había
exiliado a todas las estrellas y cualquier ser que destellara algún tipo de brillo en aquel
momento para darle la oportunidad que lo único reluciente fuera ella con su sonrisa que se
presentaba ante un par de labios que no esbozaban ningún tipo de sonido pero era capaz de
lanzar cientos de pensaientos que nacían de su corazón y se atrevían a hacer acto de
presencia a través de palabras que no eran oíbles más allá que por nosotras dos que no
dejábamos de abarcar el silencio de aquella noche ante miradas que eran capaces de quitar
cualquier tipo de realidad y envolvernos en un mundo en donde solo éramos nosotras, ante
miradas que eran capaces de traspasar la piel de cada una y que ni siquiera la brisa era
capaz de quitar aquel momento tan único e indescriptible en donde estábamos envueltas.
El cielo oscuro que ocupaba esta noche cubría la ciudad que de a poco dormía mientras las
olas tomaban la fuerza de cada noche a estas horas, sin embargo, ninguno de esos dos
protagonistas eran claves en lo que estábamos viviendo en ese pequeño pedazo de arena y
mar donde dos chicas se miraban como si su vida dependiera de ello, se miraban como si el
miedo no estuviera presente en ellas pero a la vez el miedo las impulsara a no hacer nada
más que mirarse y contemplar entre sus pensamientos como nacía algo que ni ellas mismas
eran capaces de explicar.

La luna jugaba al escondite entre unas nubes que de vez en cuando intentaba hacer acto de
presencia a través de un pequeño detello de luz que finalmente volvía a ocultarse como si
aquel astro no fuera capaz de acaparar el protagonismo diario que obtenía de miradas que
querían acercarse al cielo a través de sus ojos y con las palabras que el alma siempre
declamaba hacia ella.
Y entre medio de esa noche se ocultaban todos los deseos ocultos de dos chicas que estaban
entre medio de la arena sintiendo una guerra interna de miradas como si realmente no
supieran que hacer ó como reaccionar, el temor era el fiel testigo que nos acompañaba
porque a pesar de la soledad que se sentía en el aire; ambas sabíamos que ese sueño que
nos invadió por unos segundos de valentía al compartir aquel beso finalmente se extinguía
ante la llama de la realidad donde todo era mucho más difícil de lo que nosotras queríamos
creer.
Camila no tardó en dejar esa mirada llena de ilusión que atravesaban mis ojos verdes y me
llenaba de algo que ni siquiera podía derivarse a emoción porque me hacía sentir en algo que
nunca había sentido como a la vez se mezclaba en el secretismo que habíamos adoptado al
ver que esos minutos de valentía ya no eran válidos. Pude notar como delicadamente posó
sus manos contra sus brazos en un intento nato para socabar el frío que estaba comenzando

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a hacer, ella no dijo nada mientras mi mirada seguía evocando cada una de sus acciones
como sino pudiera cansarme de mirarla hasta que me acerqué a ella quitándome el sweather
café que tenía puesto sobre el vestido, ni siquiera fui capaz de pensarlo cuando ya se lo
estaba poniendo.
—No quiero que te mueras de frío por mí —suspiré ante la pequeña sonrisa que formó en sus
labios con una timidez que parecía tan impropia de la chica que podía tener el mundo a sus
pies si así lo deseaba, pero ahí estaba ella sonrojándose por aquel pequeño acto que fue más
un impulso que algún tipo de deseo interno. El silencio dejó de ser nuestro acompañante
mientras que las olas retomaban el sonido natural que siempre tenían y de pronto todos los
sonidos inconfundibles de la playa fueron algo natural que volvió del exilio al cual los
habíamos derivado, sus manos temblaron ante el roce que sintieron luego de aquel acto
altruista hasta que sentí como aquella castaña con un poco más de confianza me acercó
nuevamente a ella para volver a depositar sus labios sobre los míos como lo había hecho
hace tan solo unos minutos.

Sus labios se sentían como si fueran capaces de sembrar palabras sobre mi corazón, palabras
que jamás había escuchado y que con ella tomaban vida propia entre medio de la danza
interna que estaban viviendo todas mis emociones y sentimientos que se debatían entre cuál
era el protagonista de este momento, sus manos me arrebataron cualquier tipo de control
acariciando mi cabello dejando que todo se volviera inexplicable y que ese deseo interno de
que éste momento fuera eterno se volviera realidad.

—¿Tienes miedo?—me susurró mientras sus ojos oscuros se apoderaban de mi respiración


como si hubieran nacido solo para realizar aquella acción, yo asentí sin más mientras mi
mirada no dejaba de ver como la suya podía decir tanto en tan solo unos reflejos de
inseguridad que se mezclaba ante la mirada atenta que deseaba dejar sus pensamientos
atrás y pecar de todas las formas posibles; lo sabía porque era exactamente lo que la mía
decía solo con verla —Yo también lo tengo —admitió con otra de sus sonrisas que solo me
hacían admirarla con una tenura que no tenía ni principio ni fin —Pero esta noche no quiero
pensar en eso, sino que quiero pensar solo en ti —suspiró mientras sus palabras iban y
venían entre sus labios buscando algún tipo de forma de escape que su voz no reproducía—
Quiero creer aunque sea por una noche que puedo hacer cualquier cosa sin ser el centro de
atención porque tú te estás llevando los celos de parte de las estrellas —asentí
mientras me sentaba a su lado en la arena, porque ya había perdido cualquier tipo de control
entre mi cordura y mi arrebate de locura, ya no había nada que los diferenciara y lo único de
lo cuál podía admitir que era consciente era en la forma en que mi mirada se perdía ante esa
suave caricia que dibuja su silueta en medio de la noche y que se transformaba en un
pentagrama eterno en mi piel, sus labios tenían un lado diestro que no reparaba ningún tipo
de humildad porque mostraba a la perfección esa marca invisible de a ver conquistado mis
labios. Su mano derecha no tardó en buscar la mía mientras que con la otra decoraba aquel
lirio morado que no dejaba de perder su belleza aunque aún más bella era su dueña a través
de su cabello castaño alborotado, sus mejillas sonrosadas que se perdían ante la brisa como si
fueran un mar rojo danzante.—Gracias por aparecer —sentenció en un susurro mientras que
una tímida sonrisa volvió a apoderarse de sus labios —Creí que no te volvería a ver —confesó
sin mirarme y yo asentí arrepentida de aquello porque era consciente de lo que había
causado durante estas semanas de ausencia y aún así no había sido capaz de encontrar
fuerzas para acercarme a ella.
—No sé como sentirme al respecto —aseveré intentando que mis pensamientos tomaran
algún tipo de voz mientras Camila no dejaba de acariciar mi mano —Esto es tan.

—Extraño — murmuró quitándome las palabras de los labios antes de mirar al cielo con un
suspiro siendo este el protagonista que invadía aquella escena —Lo sé —dijo finalmente antes
de mirarme —Siento lo mismo pero también sé que llevo tres semanas sin ser capaz de
quitarte de mi cabeza —aseguró mordiendo su labio inferior mientras yo la miraba

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sorprendida —Y que no quiero pasar mi vida pensando en que hubiera pasado si —concretó
—Creo que fue mi minuto de valentía al dejarte aquel poema.

—Gracias por hacerlo — confirmé con una sonrisa —Y lamento no haber aparecido antes —
ella no dijo nada y simplemente me dio un pequeño beso en mi mejilla que me hizo temblar
como nunca había hecho con nadie más.
—Creo que eso poco y nada importa frente a lo que ambas sentimos —fue su respuesta antes
de acomodar su cabello nerviosa con una sonrisa
—¿Qué?—preguntó incómoda.
—Siempre te acomodas el cabello cuando estás nerviosa —respondí mordiendo mi labio — Lo
he notado —una sonrisa se trasladó a sus labios desembarcando en los míos en una tímida
marea de pequeñas olas remolientes.
—Eres muy observadora —contestó y yo me encogí de hombros dándole la razón porque me
gustaba ver los gestos de la persona, era como si hubiera un mundo detrás de cada uno de
sus acciones, en esos reflejos que nadie tomaba en cuenta se encontraban muchas cosas que
podían decirte como era esa persona, esos gestos demostraban una historia silenciosa y
secreta que la persona en cuestión ocultaba ante la naturalidad y cotidianidad del acto —Y yo
he notado en como tu
mirada se llena de miedo cada vez que me miras hasta que unos segundos después tienen un
brillo hermoso —dijo sin dejar de mirarme —Ahí está ese brillo que lo dice todo y a la vez
nada —sentenció —No te haré nada que no quieras —musitó un poco contrariada ante ello y
yo solo negué ante lo que me estaba diciendo.
—No te tengo miedo si eso es lo que crees —suspiré ante la revolución que se presentaba en
mis pensamientos en este momento —Tengo miedo a todo lo que siento por ti y como esto
me afecta más de lo que debería —ella me miró con la confusión a flor de piel antes de
suspirar amargamente sobre ello.
—Entiendo — afirmó con su mirad directa hacia el lirio —No voy a meterme como alguien
ajeno a tus sentimientos Lauren —concretó —Tampoco voy a envolverte en esto, entiendo
que ambas no estamos destinadas a estar juntas, que al menos en esta vida no podemos
crear una vida juntas aunque nos diéramos la oportunidad, esa es la realidad y aunque
desearía hacer algo en contra de ella, sé a la perfección que contra la naturalidad de las
cosas no se puede luchar —no supe que decir porque todos mis miedos se derivaban ante
ello, ante el hecho de que éste no era el orden en como las cosas debían darse ni tampoco
había ningún tipo de naturalidad entre la atracción que vivíamos; era cierto que no me
importaba sentir aquello que oprimía mi pecho por ella, no tenía problemas con ello; el
verdadero problema estaba en que no podía arriesgar todo por una relación con ella ya que
mi vida no solo dependía de mí y de mis decisiones, tenía que pensar en Noe también a
través de esas decisiones y aunque quisiera no podía apostar todas mis cartas estando con
Camila porque ella tenía su vida y yo tenía la mía.

—Lamento no ser lo que deseabas al pensar en enamorarte —refuté pero la chica castaña
rápidamente negó ante ello con una suave caricia en mi hombro.
—Eres mucho más de lo que he deseado alguna vez, porque jamás pensé en llegar a sentir
esto por alguien — dijo —Nunca pensé en enamorarme de alguien y hoy estoy aquí deseando
que esta noche dure más que un par de horas y que sea capaz de quitar mi realidad y
sumergirme en esta dulce mentira—sonreí ante sus palabras y sin dudarlo me acerqué lo
suficiente a ella para poder sentir como su palpitación crecía con ese simple movimiento,
sentí como su cuerpo se aferró al mío en la una forma llena de inseguridad pero que a la vez
estaba llena de eso mismo que nos cubría desde que nuestrar miradas chocaron hace tanto
tiempo atrás y que ciegamente habíamos creído que no existía. No pude no quedar
embelesada ante la suave sensación que dejó en mi piel aquel acercamiento y como mi
corazón se atrevía a desfilar ante llamados que obtenían de su parte.—Tú y Noe se parecen
mucho
—contestó finalmente con una sonrisa mientras su mirada quedó totalmente encapsulada en

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la mía — Ambas tienen la misma mirada —admitió jugando con uno de los pétalos del lirio
antes de volver a mirarme con una sonrisa totalmente segura de sus palabras —Ella tiene
ojos azules pero ambos están cargados con ese magnetismo único que solo ustedes pueden
ofrecer —comentó —Es algo real, quizás lo más real que haya visto jamás —confesó en un
suspiro en sus labios mientras yo
escuchaba atenta cada palabra que ella pronunciaba — Estoy segura que ella está más que
orgullosa de ti , solo tienes que pasar unos minutos escuchándola para saber que te ama más
que a nada en el mundo , Noe sabe el esfuerzo que haces por ella todos los días y no creo
que exista otra niña de seis años que sea capaz de darme lecciones de moral a cada
momento —agregó y no pude no sonreír ante el orgullo delatador que se mostraba en mí
cada vez que hablaban de esa forma de mi hija— ¿Sabes? jamás pensé decirle esto a alguien
pero aquí estoy sintiéndome la persona más afortunada del mundo por compartir este
momento contigo, podría estar en este mismo instante en París ó en cualquier otra parte del
mundo y realmente no me importaría porque lo que hace esta noche tan especial eres tú y
eso es lo único que veo en este momento—delató entre susurros que tomaron el
protagonismo de esa noche fresca y por un segundo quise aferrarme a la idea de que esta
noche era solo nuestra y de nadie más, no le pertenecían a ningún prejuicio ni tampoco a los
medios ni menos a ideas absurdas que le mundo creía cpomo ciertas en donde siempre
limitaban el amor —Lo único que veo es como tus ojos verdes gritan sin que sean escuchados
de que esto es una locura, conozco a las personas, he tenido que actuar sobre ellas toda mi
vida pero nunca había estado preparada para algo así —sus palabras se mostraban atentas
ante cada latido de mi corazón como si fueran capaces de moverse a través de ese compás
que estábamos creando en aquella playa —Sé que tienes miedo y lo entiendo ya que yo
también lo siento cada vez que te miro y no sé que hacer, pero no quiero que te sientas
obligada a realizar algo de lo que no estás segura —suspiró —No me gustaría pensar que soy
yo la que está desatando esto—negué ante su idea antes de tomar su mano y apretarla con
suavidad dejando que una sonrisa le mostrara como mi alma estaba siendo trasladada hacia
ella con un simple movimiento.

—Ella es mi mayor orgullo— refuté con una sonrisa—No podría cambiar nada de mi vida
porque ella era lo que necesitaba—contesté — Y no lo haces
—afirmé ladeando la cabeza —Tienes razón, no puedo mentirte que no siento que estoy
cometiendo una locura y que no tengo miedo pero tampoco puedo mentirte ante el hecho de
que me siento distinta cuando estás conmigo, no puedo mentirte y callarme esa paz que
produces solo con aparecer ni tampoco que he aprendido hoy que con un beso tuyo el tiempo
es capaz de no existir — aseveré sintiendo como todas las palabras no dichas tomaban un
color más allá del gris que se había atrevido a ocupar muchas veces mis pensamientos—Es
como si el mundo se detuviera por unos segundos y lo único importante fueras tú —vi como
sus mejillas volvieran a encenderse de ese color rojizo natural que me encantaba ver en ella
—No puedo ofrecerte nada, ni siquiera soy alguien que cabría en tus lista de conocidos —
agregué
—Pero solo quiero que sepas que me encantaría ser quien escucha todo lo que no dices al
mundo, la que conoce todos tus secretos.

—Gracias —sugirió acomodando su cabello lo cuál solo me hizo sonreír —Podría pasar
toda la vida mirándote y creo que no lograría aburrirme jamás —ésta vez era yo quién se
sonrojaba ante sus palabras sin saber que decir porque yo no veía nada especial de mi parte,
sin embargo, con ella todo era distinto y ella era una obra de arte andante que debía ser
admirada, algo que todo el mundo ya lo sabía mucho antes que yo.
—Estás loca, no tengo nada de especial —respondí encogiéndome de hombros —En cambio tú
si, eres una mujer decidida y fuerte que ve el mundo de una manera diferente a la que todo
el mundo y eso se aprecia mucho.
—En mi mundo lo diferente está mal —admitió con pesar —Por eso me encanta perderme en
las noches como hoy en las arenas del tiempo y refugiarme en un mundo donde no existo.

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—En mi mundo si existes y puedo asegurarte que tu simple mirada eres capaz de dibujar
cientos de cosas en mi piel —respondí acariciando sus hombros con suavidad y ella solo
arrugó la nariz como si fuera una niña pequeña, había tanta ternura dentro de ella que no
parecía real y es por eso que no podía no quedarme cautivada ante su imagen.—Alguna vez
habías sentido esto —pregunté nerviosa ante su respuesta y por la forma en que sus ojos
negaron aquello se prendió una llama de sonrisas internas que no se apagó mientras la
observaba.
—Nunca —confesó acariciando nuevamente mi mano —Hace mucho tiempo que decidí que el
amor no era para mí —suspiró —He estado muchos años tratando de creer que el amor es
solo algo que pasa por unos segundos en tu vida y que luego simplemente se esfuma como si
fuera un perfume con cierto tipo de duración —agregó —Me refugiaba ante el hecho de que
todo el mundo me ama, sea de una forma verdadera o falsa, lo hacen y yo creía que vivir en
esa mentira era capaz de quitar esos deseos interiores de encontrar a alguien, creía que
mientras más oportunidades tomaba de besar a alguien , de seducirlo y dejar que ese amor
apareciera y se desvaneciera entonces finalmente olvidaría ese deseo de que alguien me
quiera por quién soy y no a la actriz detrás del papel al cuál ha sido reducida su vida—dijo
mientras sus palabras seguían el sonido que ella había desembocado —¿Tú alguna vez
sentiste esto?—preguntó con curiosidad y yo me limité a suspirar ante el hecho de que no
estaba segura si debía abrirle mi corazón ó no, pero que más daba fue mi respuesta si ella se
había convertido en uno de esos pedacitos eternos que se distribuían entre esa bomba que se
ubicaba en mi lado izquierdo y que se encargaba de darme vida.
—Hace mucho tiempo atrás creí que sí —afirmé mientras su mirada se apoderaba de la mía
—Pensé que estaba siendo envuelta por los brazos del amor
—suspiré antes de sentir como la presión de contarle a alguien más sobre mi pasado era
simplemente aterrador.
—¿El padre de Noe?—asentí con un suspiro lánguido —Nunca
hablas de él.
—Y no es necesario, porque fue un error —confesé ladeando la
cabeza ante la negatividad de todo mi ser de darle la importancia que merecía.
—No entiendo, Claire me dijo que había muerto — negué encogiéndome de hombros ante la
mentira que había tomado para ocultar mis equivocaciones y dejando que el tiempo se
encargara de que las cicatrices de aquello no tomaran ningún tipo de rumbo ni dirección.
—Mentí —admití bajando la mirada —Era más fácil crear una mentira que cubrirme con la
verdad en aquel momento especialmente cuando supe que estaba embarazada de Noe —
ninguna de las dos dijo nada hasta que mi voz volvió a asumir el protagonismo de aquel
silencio—Tenía quince y el sueño de que alguien me amara así que fui ciega por mucho
tiempo hasta que cuando me di cuenta de que me había equivocado ya era muy tarde para
no asumir las consecuencias.
—No entiendo, ¿por qué mentir?—preguntó confundida y yo chasqueé la lengua.
—Porque soy mujer —sentencié —Se supone que nosotras somos las culpables de aceptar
enamorarnos, nosotras somos las que estamos programadas por la sociedad para negarnos
ante la tentación porque los hombres son débiles y ellos pueden conquistar cualquier cosa si
así lo desean, pueden equivocarse pero jamás estará mal ya que hemos aceptado que
nosotras somos las que tenemos la madurez para no equivocarnos y ellos pueden hacerlo
cuantas veces deseen
—concreté sintiendo el rechazo que sentía hacia esa realidad tan dura —Una es la que cae
entre sus redes y no somos felicitadas por ello, en cambio cuando ellos realizan aquel acto de
cubrirnos con sus redes entonces son felicitados porque supuestamente es el rumbo de las
cosas—dije —Un desliz de su parte no es nada pero un desliz de una chica es un pecado, solo
imagina una chica siempre tendrá la culpa de quedar embarazada, fue ella la que no se
atrevió a parar al hombre incauto; ella es quién lo lleva por nueve meses; a la vista del
mundo ella siempre será la culpable de ello por el simple hecho de que las chicas estamos
destinadas a detener los impulsos de los hombres mientras que ellos pueden hacer y
deshacer lo que quieran.

insideofmysoul
—Una chica solo es una cara bonita que siempre va a estar debajo de la cima que crean los
hombres —admitió en un suspiro —Siempre vamos a ser las frágiles, las que no podemos
pensar más allá de lo impuesto, aquellas flores que decoran las salas de estar de cualquier
parte —comentó acariciando mis mejillas mientras las lágrimas salían ante ello —Somos la
voz callada que al mundo no le interesa escuchar —ese pequeño soplo de felicidad que fue
capaz de salir de sus manos para tocar tierra firme en mi piel era simplemente increíble —
Somos ese grito sin voz que va y viene entre la gloria de un mundo de hombres —aseveró
frunciendo el ceño —Lo vivo todos los días, ningún hombre mira mi talento sino que mira la
fachada de belleza que aún tengo —agregó antes de mirarme con una sonrisa torcida
—No somos nada sino estamos acompañada de un hombre y así es como gira este mundo—
sus manos no tardaron en caer rendidas ante sus propias caricias —Lamento que hayas
pasado por el lado de un idiota que no supo apreciarte.
—No sabes cuantas veces he maldecido aquel momento, es cierto
que fue un desliz de parte de ambos pero no puedo dejar de culparme ante el hecho que me
dejé llevar ante ese sentimiento que te ciega —Camila no dijo nada mientras escuchaba con
toda la atención posible cada palabra que salía de mis labios —Él estaba casado y tenía hijos,
pero a pesar de eso yo caí en sus redes una y otra vez hasta que ya no pude más.
—¿Él supo de Noe?—asentí sintiendo como mis mejillas quemaban
ante las lágrimas.
—Me dio dinero para que me deshiciera de ella porque no era capaz
ni de cuidarme a mi misma, ese momento fue cuando me di cuenta lo ciega que había sido
porque realmente creí en cada una de las palabras falsas que él me ofreció —la amargura se
apoderó de cada parte de mi ser mientras la castaña se acercó a mí para protegerme entre
sus brazos entre caricias silenciosas.
—Él es quién se perdió tener ese tesoro en su vida —argumentó con una sonrisa —No tienes
porque avergonzarte ante ello, ofreciste tu corazón sin pensarlo, creéme que muy pocas
personas son capaces de realizar ese acto tan admirable —sus dedos comenzaron a quitar las
lágrimas que se acumulaban en mis mejillas —Él no fue capaz de darse cuenta que tenía el
cielo sin tener que ir a él, pero yo soy feliz porque estoy encantada de haberte conocido,
siempre lo estaré aunque no lleguemos a ser algo más allá de los misterios que nos ofrece
esta noche.
No dije nada mientras por unos segundos todo lo que podía ver era ella y con una confianza
que desprendía más de lo que podía controlar me atreví a buscar sus labios como uin acto
natural de deseo que nacía desde el fondo de mi alma.

Yo también agradecía el hecho de conocerla aunque sabía cuánto dolería sacar eso que sentía
hacia ella del pecho. No obstante, por primera vez en mi vida la cordura dejó cualquier
estadio de mi mente solo podía pensar en que ella se estaba apropiando de la belleza más
auténtica que había visto en mi vida.
Capítulo 29: Say you won't let go

Then you smiled over your shoulder For a minute, I was stone-cold sober I pulled you closer
to my chest
And you asked me to stay over I said, I already told ya
I think that you should get some rest

New York Lauren


Las estrellas se perdían ante la mirada profunda de la noche mientras que lo único en que
puedo pensar es en como tus ojos son capaces de absorber cualquier tipo de luz y
reproducirla como suya —era lo único que mi mente repetía una y otra vez a través de la
canción que había creado solo para ella, me negué a pensar en cada una de las palabras que
se perdían entre mis recuerdos y el dolor que mi alma sentía en aquel momento. A pesar de
que me había limitado a no perder la cordura en medio de ese choque de sensaciones que
habían llegado de parte de una verdad que había estado oculta por demasiado tiempo y que

insideofmysoul
hoy era capaz de arrasarme con toda la fuerza destinada para esas mareas que solían arrasar
con la orilla de la playa de mis sentimientos; ahí estaba esperando que el ascensor llegara
mientras mis lágrimas se rehusaban a hacer algún tipo de acción inteligente que les había
pedido y simplemente se presentaban como la lluvia que mis ojos no deseaban volver a sentir
pero que a la vez tampoco me sorprendía porque era un estadio memorable en mi mente, sin
embargo, el dolor aún seguía impresionándome ya que no era algo que esperaba de ninguna
forma y tampoco quería aceptar que le había dado paso libre a alguien más para destruir mi
corazón nuevamente; tenía orgullo suficiente como para no crear más ideas sobre lo que
había sucedido entre Camila y Lucy prefiriendo terminar cualquier relación que había creado
con ella.

Suspiré ante la marea incesante que se presentaba ante mí entre una lluvia de recuerdos que
habían adquirido gran parte de mis pensamientos en estos meses y me maldije una y otra
vez por el hecho de que aquella castaña estaba en todos, me enfurecí ante el hecho de que a
pesar de que debía protegerme de volver a ser herida de esa manera simplemente mi
cerebro lo único que hacía era recordarme cientos de veces en menos de un segundo el color
de sus ojos ó como sabían sus labios ó la sensación que dejaba en mi piel la simple idea de
tenerla cerca.
Todo eso era una acumulación de experiencias extrasensoriales que todo mi ser recordaba a
pesar de que las palabras que más me herían habían salido de aquella boca que también
conocía, sentí como mis mejillas ardían ante ese río
indomable que se presentaba ante mis lágrimas, deseaba con todo mi ser demostrar esa
seriedad con la cuál había salido de su departamente; deseaba que la determinación
estuviera de mi lado, sin embargo, eso era solo una capa porque por dentro estaba más que
destruida frente a la realidad y como me había dejado envolver entre fantasías que estaban
más allá de lo que yo podía sentir por alguien.
La rabia traspasó la barrera que había marcado como límite entre mi tristeza, mis
pensamientos y la razón por la cuál estaba en ese estado que ni siquiera era capaz de ver con
claridad las acciones que mi cuerpo pedía ó realizaba. No obstante, aquel desenfreno de todo
mi ser se perpetuó al sentir como una mano se acomodó en mi hombro en una orden
silenciosa de que me detuviera y aunque no deseaba que el dolor se demostrara en aquel
momento con una fuerza más arrebatadora y que me pedí internamente solo ignorar aquella
señal, finalmente volteé a ver a esa misma castaña que era parte de mis recuerdos,
demostrando un estado peor del que podía haber imaginado a pesar de que habían
transcurridos solo unos minutos desde que había salido de su departamento. Sus ojos me
hablaban a gritos sobre lo arrepentida que estaba y aunque ese dolor me condenaba y me
lastimaba de una manera sin precedentes, tomé la decisión de no mostrarme tan débil ante
ella y me llené de ese pequeño orgullo propio que aún existía en mí.
—Soy consciente de lo que hice —contestó entre lágrimas mientras yo me negaba a verla
pero no podía contra aquel embrujo natural que había nacido en sus ojos donde la necesitaba
a ella —Enserio lamento haber tardado en decírtelo
—confesó quitando su mano de mi hombro mientras mi mirada quedaba impregnada en la
suya observando con detenimiento como todo en ella mostraba un arrepentimiento puro sin
ningún tipo de conjeturas de palabras ni tampoco cuentos que parecían falsos; tal vez eso era
lo que más me dolía de todas sus palabras, el hecho de que ella estaba arrepentida pero
había decidido demasiado tarde en decírmelo y eso era realmente lo que se mostraba como
una herida punzante porque ella sabía todos mis secretos me conocía como un papel en
blanco; le había mostrado una persona que estaba oculta entre los recuerdos de un pasado
que aún dolía, me había atrevido a cambiar por ella.

Le había dado mi pase de sinceridad eterna, pintándole mi cielo gris y dejándola que ella
pintara con sus ojos castaños aquel mundo; me había aferrado a la idea de que ella era
distinta y que mi confianza se la había otorgado sin ningún tipo de límites. Le había confiado
mi cuerpo entre sus manos y le entregué mi corazón en perpetuo designio sin ser consciente

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de que ella podía destruirlo en tan solo unos minutos como lo estaba haciendo en este
preciso momento.
Pero a pesar de todo lo que ella estaba creando en este momento, había una parte de mí que
remetía una y otra vez de esos recuerdos que me habían hecho confiar en ella, ese pequeño
espacio de mi cordura me obligaba a escucharla a pesar de que ya no deseaba seguir con esa
herida que se había convertido quererla.
—No es necesario esto Camila —dije cargándome de una seguridad que no sentía, de esa
seriedad que no admitía cuando estaba con ella pero que ahora era el único sitio de partida
que me permitía no cometer algún tipo de estupidez ante mis palabras —Creo que fue
suficiente —admití mordiendo mi labio porque aquel océano que me estaba abatiendo con sus
olas estaba siendo demasiado para una pobre barcaza que apenas estaba poniéndose en pie
luego de tantos golpes de mareas que no tenían ningún tipo de redención en el camino de ese
navío errante que se sumergía una y otra vez entre las redes pesqueras del destino.—No hay
nada más que decir —suspiré lánguidamente dejando que ese silencio tortuorio nos lastimara
más de lo que debía, su mirada rápidamente adoptó el dolor suficiente para causar la
abnegación de mi alma y desear con todo mi ser protegerla de todo, era increíble como a
pesar de todo aún existía ese tipo de sentimientos hacia ella siendo que todo era una mentira
que ella se había atrevido a hilar durante todos esos meses. —Será mejor que me vaya —
afirmé acomodando mi cabello antes de sentir como la luz que algún día me había
enamorado, simplemente se alejaba de mi campo visual y no me mostraba a aquella chica a
quién le había ofrecido algo que pensaba que ya no existía en mí, sino que me mostraba a
una chica que se equivocaba y que tomaba caminos errantes como cualquier otro ser
humano. Me mostró a una simple chica que ya poco y nada lograba cautivarme porque esa
luz que había iluminado nuestros pasos durante todo ese tiempo simplemente se estaba
extinguiendo dejándonos como dos desconocidas que compartían el mismo hilo del destino
pero que no debían estar juntas.
—Por favor, solo escúchame —fue lo único que dijo mientras era consumida por las lágrimas
que aunque deseaba pensar que no eran falsas, ya no sabía distinguir entre que era sincero
de su parte y que era solo parte de una mentira que intentaba engañar a un corazón estúpido
que ya no debía existir en mi pecho
—Por favor Lauren —exclamó volviendo a tomar mi mano, no obstante, yo la quité
rápidamente de su espacio mientras me miraba sorprendida ante aquel rechazo que ni
siquiera había sido analizado por mi ser, solo era una reacción natural ante el dolor que se
esparcía en cada vena presente en mi cuerpo, era solo aquella barrera que me había negado
a ubicar entre ella y yo, creando una falsa idea de que no me podía hacer daño, una estúpida
idealización de que no debía crear señales para construir ese muro del cuál me protegía
diariamente ante las cruzadas eternas que la vida solía ofrecerme.—Entiendo que no confíes
en mí y que haya perdido lo más importante que me has dado—suspiró negando ante cada
palabra como sino fuera capaz de evocar algún tipo de argumento certero, ni siquiera estaba
segura porque seguíamos alargando aquella escena sino era necesaria en nuestras vidas; yo
ya estaba suficientemente herida como para permitir que la cordura y la estabilidad fueran
parte del clima de mi alma pero aaún así estaba ahí esperando que alguna de sus palabras
fuera suficiente para que mi corazón dejara de sangrar ante ella; deseaba con todo mi ser
que alguna de sus respuestas fuera suficiente para ayudar esa herida punzante que había
nacido hace solo unos minutos, sin embargo, frente a cualquier pronóstico
aquel dolor no se iba al pasar los minutos sino que se acrecentaba tal como una hiedra
venenosa que había encontrado un espacio habitable entre medio de mis pensamientos y mi
alma.—No sabes cuánto me odio por atreverme a destruir las paredes de amor que crecieron
en ti hacia mí, me arrepiento de todo y es por eso que prefiero decírtelo ahora antes que
callarlo por siempre y sentir que no te di mi total sinceridad —musitó arrepentida dejando
que sus lágrimas escribieran cada una de las palabras que aparecían de su alma así que solo
aparté la mirada ante ello porque me estaba doliendo más que nada, porque la fuerza que
había dentro de mí se estaba desvaneciendo en un suspiro —No sabes cuantas noches he
pasado tratando de escoger el momento en que debía decirte y siempre llegaba a la negación
ante esa verdad —contestó en un suspiro que fue capaz de estrellarse entre mi alma

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haciendo que el dolor se perpetuase aún más—No sabía que con un beso se pudiera parar el
tiempo ni tampoco que tus palabras fuesen capaces de llenar cada parte de mi ser, contigo
descubrí lo que el silencio puede significar y que es hacer una maestría en el cuerpo de
alguien más, contigo supe lo que era sentirme feliz solo con pensarte y es cierto que me
equivoqué antes de conocernos, pero con Lucy jamás sentí eso — aseveró —Contigo supe
que las películas de amor no son necesarias cuando tienes a alguien que valga la pena,
contigo aprendí a respetarme como persona y me bajaste el cielo cuando era lo mínimo que
merecía; yo no sabía que con tus besos iba a hacer capaz de superar mil veces a esa chica
que me había robado el corazón a pesar de todo el daño que me produjo —no supe que decir
ante ello así que preferí teñir los pensamientos de mi alma de un silencio que Camila lo veía
con la mayor tristeza que le había visto —Con tu mirada aprendí de que podía amar más allá
de lo que conocía y que podía ser presa de tus labios sin tener miedo a condenarme ante ello,
contigo supe que la monotonía podía sorprenderme solo con estar ante ti, aprendí de ti que el
tiempo era el mejor prisionero del amor y que la luna podía durar hasta el día porque la veía
desnuda todos los días entre mis brazos —dijo sin más dejándome atónita ante cada una de
sus palabras que se volvían melodía en mis oídos —Y así podía pasarme toda la vida
nombrando las cientos de cosas que aprendí contigo y que resumieran todo lo que me has
hecho descubrir en mí y que no sabía que existiera.

—No es necesario llenarnos de palabras falsas —respondí sintiendo como mis palabras
perdían aquel sonido audible que les daba vida —Es mejor dejarlo hasta aquí, es lo mejor
para ambas —concreté sintiendo como todo mi corazón se destrozaba ante esa idea.
—Tienes razón —aceptó con las lágrimas a flor de piel —No digo esto para que vuelvas
conmigo, yo tampoco lo haría si estuviera en tu lugar, tú me permitiste conocer hasta
aquellos lunares que existen en tu alma, mientras que yo te negué la oportunidad de conocer
cada centímetro de mi ser y te hice creer que ya conocías todo de mí —dijo dejando que su
alma se mostrara ante una transparencia que no esperaba de su parte, sin embargo, a pesar
de esa mezcla de palabras que tomaban sentido en mí, yo no podía permitirme aceptar
aquello, no podía dejar que
volviera a destrozarme como ya lo había hecho, aunque me doliera tenía que aprender a
dejarla ir porque yo no podía volver a caer a sus redes —Solo quiero que sepas que en
ningún momento las palabras de amor que salieron de mis labios hacia ti fueron mentiras,
sino todo lo contrario, han sido las palabras más eternas y profundas que le he dicho a
alguien —confesó mientras sus labios temblaban ante cada palabra que era acompañada por
los recuerdos que nosotras habíamos formado y diseñado durante los últimos meses —
Cuando te encontré por casualidad en aquel bar yo no buscaba el amor pero sabía que eras
distinta a todo lo que había conocido, con Lucy solo una mirada era capaz de dominarme pero
cuando tú apareciste me di cuenta que estaba entregándome a ti porque así lo deseaba,
jamás pensé que mi corazón podía descarrilarse con una simple mirada ni tampoco creí que el
cielo dejaría de ser tan llamativo porque era más interesante lo que me pasaba en la Tierra.
—Gracias —fue lo único que pude decir mientras me perdía ante cada palabra que me dolía
más que nada porque realmente esto estaba siendo más de lo que podía combatir con la
fuerza que había adquirido durante todos los años de mi vida, sabía que iba a ser difícil
superarla, pero al final eso era lo mismo que me había dicho con cada golpe que me había
dado el destino—Realmente espero que encuentres a esa persona correcta, porque yo no
puedo serlo —aseveré dejando que las lágrimas me destrozaran ante ella y dejando atrás
toda la fortaleza que había adquirido, su mirada no me dejaba en paz y sus ojos castaños se
enterraban en mi corazón como sino quisieran salir jamás de él pero tenía que aprender a
hacerlo.
—Te dije que no te dejaría —contestó recordando aquella promesa que nos habíamos hecho
hace mucho tiempo después de nuestra primera cita como pareja y yo solo sentí como eso
era un golpe bajo de parte de mis recuerdos porque aquello me desbarató completamente
ante el recuerdo de ella con su perfume que siempre utilizaba, entre la suavidad de sus labios
y la forma que sus manos de alguna manera loca calzaban con las mías estrechándose y
formando una constelación a través de ello. Me sentí indefensa ante el recuerdo de como ese

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vestido blanco delineaba su cuerpo y como la curva más bonita de su cuerpo siempre sería su
sonrisa y la forma en que las estrellas se alineaban solo con que ella éste presente y como el
suspiro de mi alma se transformaba en la única melodía palpitante de aquella escena —Pero
hoy te dejo ir para que encuentres a alguien mucho mejor que yo, no se te hará difícil porque
te mereces lo mejor que el mundo pueda ofrecerte —sugirió dejando que el dolor de cada
palabra se escapara de lo que ella podía dominar, era fácil notar aquello porque en algún
momento creí que la conocía lo suficiente para reconocer cada una de sus palabras,
premeditar sus respuestas, admitir sus caricias como si fueran solo para mí. Pero hoy me di
cuenta que esa era una mentira que yo misma había creado solo para justificar el hecho de
que me estaba haciendo débil por ella y que no tenía murallas que me desvanecieran la vista
que ella sembraba en mí solo con una mirada —Solo quiero que sepas que yo no superaré lo
que hiciste en mí y que acepto el rumbo que quieras tomar pero siempre estarás en mis
recuerdos
—suspiró antes de acercarse tímidamente y acariciar mi mejilla dejando que aquel
magnetismo propio de su ser se acoplara al metal herido que era mi piel, sus manos se
mostraban frías frente a mis mejillas ardientes por el dolor de las lágrimas. La suavidad de
esas paredes que ella fue capaz de derrumbar en tan solo unos meses y la forma en que ella
paraba el tiempo estuvo presente con esa caricia, dejándome en aquel estado hipnótico que
me había acostumbrado a sentir de su parte, sin embargo, era consciente de que esa caricia
solo era el final de nuestra historia, el final que ambas deseábamos en donde solo nos
alejábamos aceptando que había sido bueno mientras había durado; ese final que nuestros
labios querían sellar pero que sabíamos que estaba demás porque no era acorde con lo que
había desatado aquel final.

Mi parte orgullosa me pedía que terminara con aquello, no obstante, mi ser enamorado de
esa mujer simplemente me pedía que lo pensara dos veces antes de alejarla por siempre. Sin
embargo, como siempre, le hice caso a la parte sensata de mi ser y solo suspiré quitando sus
manos de mí ante la mirada pragmática de aquella castaña que aunque sabía que me estaba
ofreciendo el corazón en palabras yo ya no quería apropiarme de él y menos tener algún tipo
de conexión con él, solo quería darle punto final a ese capítulo que ella había escrito durante
todos estos meses.


Say you won't let go parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
—Eres toda una romántica Cabello—sugirió Claire mientras yo solo la ignoraba y veía con una
sonrisa las doce rosas que estaban en aquel arreglo floral antes de ser comprados, era la
primera vez en toda mi vida que me emocionaba por ese tipo de flores —Enserio, a veces
superas todas las expectativas —contestó riendo mientras se encargaba de pagar el ramo que
había escogido durante más de una hora porque realmente quería que fuera perfecto, le había
pedido a Claire que me acompañara por el simple hecho que toda la escena presente hoy no
dejaba de ser extraña; comenzando por el hecho de que si me atrevía a comprar ese arreglo
de rosas no tardarían en salir mil teorías expeculativas sobre la nueva persona que tenía en
mi vida y eso era lo último que esperaba para mi día, además del hecho de que sin ningún
tipo de verguenza había escrito su nombre con el lápiz que se encontraba en el escritorio
para los mensajes que siempre rellenaban los arreglos y sin ningún tipo de miedo me había
atrevido a parafrasear a Goehler entre medio del pequeño cartel blanco que se encontraba
entre los pétalos rojos que se encontraban en el centro. Sin embargo, mi acto de valentía
solo llegó hasta aquel momento porque mi amiga rubia fue quién finalmente se encargó de él
recibiendo una mirada reprobatoria de la vendedora del local por el nombre de chica que se
encontraba en el mensaje como si solamente pudieras regalar ese tipo de flores a un amante
insideofmysoul
ó algo así, no obstante, a Claire poco y nada le importaba aquel detalle; ella ya estaba tan
acostumbrada a esas miradas extrañas que de vez en cuando surgían por su magnetismo con
las chicas.
Sinceramente ese era uno de los detalles que más admiraba de ella, el hecho de que
técnicamente no le importaba lo que pensaran los demás de su persona, es cierto que trataba
de simpatizar con el mundo en su mejor forma posible y que más de una vez tuviera que
haberse tragado el orgullo porque en el mundo que nosotras vivíamos eso era cosa de todos
los días ; aprendías a que la hipocresía era pan de cada día si querías seguir ahí, así que
vivíamos constantemente con ese sentimiento de mostrar una capa de interés cuando
claramente no la había. No obstante, la ojiazul jamás había sido reservada con su gusto hacia
las chicas, todo el mundo lo sabía de alguna forma u otra; era entre rumor y realidad pero
estaba el detalle de que la lista de chicas con las que había compartido más de una vez
estaban en la misma lista de personas con las cuáles compartíamos aquel mundo oscuro y
destructivo que era el séptimo arte así que esas chicas jamás hablarían más allá de lo
necesario porque sería arruinar su propia reputación y eso era lo único que nos quedaba en
aquel mundo.
Suspiré ante el hecho de que a diferencia de Claire, ese tema no podía ser tocado de ninguna
forma, la sola idea de que naciera un rumor acerca de ello era impensable porque no solo
estaba en juego mi propia reputación sino que era algo mucho más serio que solo mi carrera
como actriz la que sería dañada por ese
tipo de noticias y revelaciones, estaba el hecho de que Lauren tenía su propia vida fuera de
las esquinas de mi vida donde ella no estaba del lado del cine ni tampoco tenía que seguir
con la hipocresía de este mundo; ella tenía una vida normal en donde su mundo giraba a
través de su hija y yo no podía interceder en ello. A pesar de que nos estábamos dando la
oportunidad de conocernos en un lado más profundo, yo siempre sería una extraña en la
fuerte relación que tenía con Noe por lo cuál era mi deber asegurarme que los límites estaban
claramente definidos entre lo que podíamos hacer y lo que no, y a pesar de lo duro que
sonaba; sinceramente no me importaba porque por primera vez en mi vida a pesar de las
delimitaciones del destino sentía que esto era real y eso era suficiente para mí.
—¿Por qué no se lo entregas personalmente hoy en la tarde?—preguntó Claire mientras la
florista llevaba el ramo hacia la zona de entregas y yo ladeé la cabeza a aquella opción.

—Porque quiero que lo reciba antes de que llegue a mi casa—respondí con una sonrisa al
pensarlo—Quiero sorprenderla —la ojiazul se quedó en silencio por unos segundos mientras
su mirada estaba incrustada en mí tratando de sacar algún tipo de respuesta con ello,
respuesta que yo no sabía cuál era pero rápidamente su seriedad se transformó en una
sonrisa que no solo combinaba con todo el brillo que había en su rostro sino que le daba una
naturalidad que siempre había admirado de ella.
—Lauren es muy afortunada de que aparezcas en su vida —me susurró sin dejar aquella
sonrisa conquistadora y yo negué porque la verdad es que yo me sentía afortunada solo con
tenerla.
—Estoy segura que la afortunada soy yo —aseveré mientras salíamos del local al ver el gesto
de aprobación de la chica de la florería y ambas comenzamos a caminar en medio de la
mañana que se presentaba en todo su son en la ciudad, a pesar de que las noches eran un
espectáculo digno de Los Angeles, cuando las luces bailaban entre medio de la noche
desafiando la soledad del cielo; las mañanas también eran algo hermoso cuando el amanecer
se divisaba desde el balcón de mi habitación y la ciudad comenzaba a tomar vida luego de
una noche que parecía inifinita.
—Te tiene loca ¿eh?—comentó con una sonrisa juguetona mientras yo sacaba el seguro de mi
auto y asentí suspirando ante las miles de emociones que sentía a flor de piel solo con
recordarla; definitivamente estaba cayendo en sus redes de una manera que ni siquiera creía
posible antes de conocerla pero hoy, meses después de aquel suceso simplemente me
quedaba con la idea de que tal vez estábamos destinadas a que aquello sucediera.
—Bastante —admití sin dejar esa sonrisa que siempre nacía al recordarla y solo podía pensar
en lo hermosa que era, en sus grandes ojos verdes que eran capaces de tomar un

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protagonismo que hasta las mismas estrellas sentían celos de ella, pero más hermoso que
sus características físicas eran las que envolvían su alma y la forma en que ella era la única
que me hacía sentir de esta manera tan
anormal y tan real.
Claire simplemente se rió ante mis suspiros desesperados por aquella pelinegra y aunque
podía haber cambiado el tema, simplemente no pude hacerlo porque esa chica estaba
ocupando demasiado de mis pensamientos diarios y aún así no deseaba que dejara de
hacerlo.
—Me encanta verte así de hermosa —sugirió finalmente sin dejar de mirarme con sus ojos
azules centellantes —Es realmente increíble la belleza que el amor le da a las personas —
respondió acariciando mi mejilla —Me encanta verte de esta manera y sé lo difícil que debe
ser todo esto para ti pero créeme que no hay mejor recompensa para la vida que tener un
amor verdadero en tu camino.
—Gracias —dije sintiendo como mis mejillas ardían frente a sus comentarios pero a la vez me
sentía cómoda ante cada una de sus palabras porque ella no era una extraña de la relación,
le había contado cada una de mis penas y también sabía que Lauren había hecho lo mismo;
por lo cuál me sentía en confianza con Claire porque era la única persona que podía entender
lo que yo sentía en aquel momento, no solo porque era mi mejor amiga sino por el hecho de
que ella vivía de aquel mundo que nos tocó habitar y porque ella también era una mujer que
amaba sin límites —¿Cómo está Astrid?—pregunté con una sonrisa cambiando el tema y pude
ver como la ojiazul rápidamente quitaba aquella sonrisa para mostrar un gesto de amor
completo como si el amor realmente fuera capaz de cambiar el semblante de todo el mundo
cuando lo sentías y eso era lo que demostraba aquella francesa con solo pronunciar el
nombre de su chica.
—Iremos a perdernos en alguna isla paradísiaca en dos semanas más cuando ella termine de
trabajar —contestó riendo ante la emoción de aquello—La verdad es que las cosas están
siendo muy rápidas entre nosotras, pero a pesar de eso casi no tenemos tiempo para vernos
—admitió en un lánguido suspiro —Ella tiene sus grabaciones en donde ni siquiera puedo
aparecer a decir hola porque sería suficiente para que la ligaran conmigo y es lo último que
deseo, todos conocen mi reputación con las chicas por lo cuál me he negado a querer
envolverla en eso por lo cuál trato de darle su espacio mientras nos acomodamos a la idea.

—Entiendo —comenté con seriedad —Pero ella te quiere y tú a ella —fue mi respuesta que
desencadenó una sonrisa en su rostro, porque no había que ser demasiado listo para notar
como ellas se emocionaban solo con el nombre de la otra y a pesar de que yo no había
compartido más que un par de veces con Astrid; no era muy difícil ver las miles de sonrisas
que llegaban de su parte al nombre a la rubia que le había robado el corazón y con Claire solo
tenía que apreciarla por un par de minutos para ver como ella estaba enamorada de aquella
castaña.
—Lo sé —respondió tamborileando sus dedos en el panel del auto
—Solo es extraño volverme a sentir de esa manera —confirmó sin mirarme mientras yo no
dejaba de ver con atención cada una de sus expresiones —Es extraño querer dejar mi
corazón nuevamente por alguien que es recíproco pero que a la vez tenemos
las distancias de nuestros propios trabajos de nuestra vida ya hecha, con Camille no era así
—bufó acomodando su cabello y era quizás una de las pocas veces en que la nombraba sin
caer en la tristeza que siempre presentaba su alma con aquel tema latente — Con ella tenía
todala libertad del mundo y es extraño porque a pesar de todo, ella era mi mejor amiga, la
primera persona a quién buscaba cuando necesitaba algo ó simplemente para hablar sobre el
clima —exclamó con pesadez mientras recostaba su espalda sobre el asiento del auto —John
ha sido un gran amigo durante todo este tiempo pero no puedo negar que la extraño más que
nada —yo no dije nada y acaricié con dulzura su mano tratando de no perderla entre medio
de su confesión como siempre sucedía, la verdad es que era realmente triste la forma en que
muchas veces el destino juntaba dos desconocidos para dejar que se amasen para luego
separarlos frente a hechos que eran inevitables.
—¿Quieres hablar sobre eso?—le pregunté casi en un susurro por el miedo de tocar un tema

insideofmysoul
que ella no deseaba y aún le dolía demasiado, Claire suspiró antes de asentir.
—Con ella viví todo lo que estás pasando ahora —refutó riendo
—Ella ha sido la única que me ha robado el corazón de esa manera y aunque no puedo negar
que Astrid es una chica grandiosa y que la quiero demasiado, sé que Camille siempre será mi
primer amor y a quién le ofrecí todo lo que era en aquel momento —el silencio comenzó a
adornar la atmósfera que vivíamos en el auto y aunque quise comenzar a conducir, no quería
perderme cada uno de los gestos que acompañaban las palabras de un alma destrozada por
el tiempo—Es curioso porque ella siempre fue la segura de nosotras dos, aunque no lo creas ,
ella era mucho más abierta de mente de lo que yo soy.
—¿Se puede?—pregunté riendo y Claire asintió siguiendo mi risa y contagiándome de esa
capa de confianza que ambas vivíamos.
—Nos conocimos en un internado religioso y me besó en la capilla,
¿Se puede ser más liberal que eso?—preguntó mientras yo me quedaba sorprendida frente a
ese recuerdo.
—¿Es enserio?—dije aunque con su mirada ya había respondido
aquella pregunta.
—Sí —afirmó sin dejar esa sonrisa única —Tenía diez años cuando
nos conocimos, ella fue trasladada desde Londres hasta Paris por sus excelentes
calificaciones, compartimos la misma habitación durante seis años hasta que ella decidió
besarme en la capilla de aquel internado —recordó —En ese momento jamás había dudado de
que mi vida estaba ligada a casarme con alguien y vivir esa vida que a todo el mundo le
gusta ó todo el mundo asume como la correcta, hasta que llegó ella a mover mi piso de una
forma revolucionara —narró sin dejar esa sonrisa que irradiaba todo el amor que le tenía
hacia aquellos recuerdos, ya que los recuerdos siempre eran un arma de doble filo y aunque
muchas veces nos derivaban a nuestro lado más doloroso y mostraba nuestra alma rota,
muchas veces eran la razón por la cuál sonreíamos de tal manera que eran ese soplo de vida
que muchas veces el
presente y la realidad no nos regalaban—No fue hasta un año después de aquel beso que me
di cuenta de que realmente no quería esa vida determinada por mi apellido ni por mi familia y
que deseaba vivir todos esos sueños que ella se encargó de crear en mi mente —suspiró
antes de sonreír —Lástima que esos sueños eran demasiado arriesgados en aquel momento y
no funcionó.

—Estoy segura que ella estaría feliz de verte como vuelves a vivir a pesar de todo lo que
sucedió—afirmé posando delicadamente mis manos sobre sus mejillas en una suave caricia
que se sentía como si fuera una brisa en medio de una tarde de verano.
—Ella no tenía una belleza especial, sus ojos eran solo oscuros, su cabello era simplemente
un desastre cada mañana y ella lo mostraba como una melena indomable —exclamó —Pero
tenía algo que la hacía la persona más hermosa que jamás haya visto, John dice que tenía ese
encanto natural desde que nació y le creo —aseveró sin dejar que la tristeza la absorbiera y
solo estaba encantada por aquel recuerdo —A veces cuando siento que ya no puedo más, es
tan fácil como ir con John y recordarla; él tiene cientos de recuerdos con ella que yo jamás
fui protagonista y yo tengo toda mi vida pasada ligada con ella así que somos dos locos en
busca de recuerdos de la chica que más amamos en nuestra vida —concretó
—Creo que por eso no puedo separarme de él, John ha sido mi mejor amigo desde que
Camille se fue y aunque a veces sea un idiota, él me protege como si fuera ella, con él no me
siento tan sola y la marea de la vida no es tan fría ni tan abrumadora.
—Es normal, los une algo mucho más grande que el amor romántico que enmarcamos como
el único sentimiento que podemos sentir hacia alguien de otro género—refuté suspirando
mientras veía como un par de lágrimas decoraban aquellos ojos azules que se parecían al mar
en calma que se mostraba casi siempre en la playa —John y tú tienen la conexión de su
pasado y una persona en común así que es increíble que aún sigan juntos a pesar de todo—
Claire asintió mordiendo su labio suavemente ante ello.
—Él acepta lo mio con Astrid—respondió dejándome atónita ante ello aunque no pude no
sentirme feliz por ella al ver la paz que le generaba aquel detalle —Es raro que en mi vida

insideofmysoul
todo esté bien, aun sigo esperando cuando todo colapse—suspiro riendo pero yo sabia que
ese miedo le dolía en lo más profundo.

—Tal vez sea el momento de felicidad que esperabas—sentencié ante la mirada atenta de la
ojiazul.
—Espero que el tuyo también —contestó y yo me limite a asentir mientras comenzaba a
conducir deseando en un susurro que tuviera razón.
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—Princesa Camz —chilló la pequeña rubia al acercarse a la puerta principal de mi casa, no
pude no sonreír al ver la energía con la cuál se acercó a mí para abrazarme mientras notaba
que estaba con el vestido verde esmeralda que le
había regalado hace unos días, Claire lo había elegido porque tenía mejor gusto que yo en
ello, además de el hecho de que no me imaginaba que talla podía tener esa pequeña pero al
parecer mi amiga rubia no se había equivocado ni en el más mínimo detalle porque el vestido
le quedaba a la perfección —Mentiste —me dijo arrugando la naríz llamando mi atención y yo
la vi contrariada —Si vives en un castillo—refutó cruzándose de brazos haciéndome reír por
aquel comentario—Y está al lado de la playa —sugirió emocionada por ello —Quiero conocer
tu casa —agregó dando pequeños saltos de emoción que solo se convirtieron en una sonrisa
en mis labios, sin embargo, antes de que pudiera decir algo pude ver como Lauren se estaba
acercando a nosotras dejándome totalmente atónita, no tenía ni idea como aquella chica
podía producir eso en mí pero ahí estaba con un simple vestido azul, el cabello recogido y
siendo dueña del aire que no respiraba cada vez que ella se presentaba a escena mientras
que sus ojos verdes tenían ese brillo que me enloquecía.

—Noelle —refutó enarcando la ceja hacia la pequeña ojiazul que la miró suspirando
entendiendo el gesto.
—Puedo entrar a tu casa, por favor Camz —sugirió finalmente con una sonrisa a lo cuál yo
asentí dejándola pasar para quedarme mirando a esa chica que me tenía loca.
—No era necesario —concreté y ella solo chasqueó la lengua.
—Los modales nunca están demás —contestó antes de sonreír —Por cierto, te he extrañado
estos últimos días —me dijo susurrándome al oído antes de acariciar mi mejilla —Estás
hermosa — su voz era capaz de apoderarse de cada una de mis palpitaciones porque con
aquellas dos simples palabras me dejaba en un estado que no parecía real, era como si esas
dos palabras adquirieran significado solo con ella porque si alguien más las hubiera
pronunciado no tendría ningún tipo de relevancia.
—Tú no quedas atrás —respondí viendo como ella se sonrojaba por ello —¿Cómo estás?—
pregunté interesada en ello mientras que Lauren sonreía por su pregunta.
—Mucho mejor solo por tener la oportunidad de verte—comentó con una sonrisa —¿Puedo
pasar?—asentí dándome cuenta de que aún seguíamos en la puerta de mi casa, sonreí
avergonzada porque mi atención solo estaba en aquella pelinegra, sin embargo, Lauren no
dijo nada y solo me seguía con sus ojos verdes mientras Noe estaba observando con toda la
atención del mundo las fotos que se encontraban en la repisa cercana a la pared.—Parece
que a Noe le gustan tus fotos
—afirmó dejándome cautivada entre sus ojos verdes que combinaban con aquel vestido —
¿Cómo supiste que me gustaban las rosas?—preguntó finalmente enarcando la ceja y yo me
encogí de hombros riendo porque jamás lo hubiera descubierto si Noe no me lo hubiera
mencionado.
—Lo supuse —respondí tímidamente —¿Te gustaron?—ella ladeó la cabeza divertida antes de
acercarse y tomar mi mano con esa ternura tan profunda
que solo ella era capaz de irradiar con tímidas miradas que significaban el mundo entre
nosotras dos.
—Esa flor incauta que crece en los rincones menos esperados del mundo y que inserta sus
raíces en ese pedazo de ser latiente al cuál me he visto reducido desde la primera vez que la
vi danzar entre los estragos de mi mente sombría—recitó con una sonrisa que fue
insideofmysoul
acompañada a través de una lluvia de sonrisas provenientes de mi ser porque adoraba a
Goehler y ella lo sabía —¿Qué pasaría si le digo que quiero expander mis alas cuál ave y
convertirme en el suspiro de sus labios?, ¿Qué pasaría si le digo que quiero ser esas palabras
que el silencio se encarga de ocultar a través de sus paredes?—poco a poco Lauren comenzó
a acercarse a mí hasta quedar tan cerca que no era difícil distinguir nuestras respiraciones y
nuestras palpitaciones —¿Qué pasaría si le confieso que deseo apoderarme de sus labios que
son el rocío mismo del cielo?—musitó antes de juntar nuestras frentes en una melodía única
que solo nosotras dos conocíamos, mientras sus ojos me carcomían desde la más profunda
primavera que había visto jamás, su mirada era un torbellino de sensaciones que se
incrustaban en cada uno de los poros de mi piel, sin embargo, aquel beso que nuestros labios
tanto deseaban finalmente no llegó porque Noe rápidamente fue el centro de atención entre
nosotras dos y con una tímida risa teñida del color rojizo de nuestras mejillas recordamos que
no estábamos solo las dos en aquel momento.
—Mami mira —dijo la pequeña ojiazul llamando la atención de Lauren quién no tardó en
dirigirse donde estaba su hija pero nunca dejó mi mano en ningún momento mientras se
atrevía a acariciarla con la yema de sus dedos sumiéndome a un estado de locura total —Es
nieve —contestó agitando una pequeña esfera de nieve que tenía la torre Eifel en ella, sonreí
al ver la emoción hacia esfera que tenía demasiados años en aquel estante siendo solo la
decoración de un pasado distante, la tenía desde que era una niña y en algún momento había
sido el tesoro más grande que tenía porque detrás de ella se encontraba una cuerda que
hacía que sonara la petite tonkinoise que era mi canción favorita cuando tenía más o menos
la edad de la niña de vestido verde que ahora lo estaba tomando en sus pequeñas manos con
toda la delicadeza del mundo.

—Es París —respondí viendo como Noe rápidamente me miró con emoción ante ello
—Y suena también —contesté tomando la pequeña esfera buscando la cuerda para mostrarle
como sonaba la petite tonkinoise entre mis manos, ella arrugó la nariz emocionada por ello
antes de ver como también reconocía la canción y la tarareaba sin ninguna dificultad —¿La
conoces?—pregunté sonriendo y ella asintió emocionada por ello.
—Je suis vive, je suis charmante—comenzó a tararear sin dejar la vista hacia como los copos
de nieve caían una y otra vez con cada agitada que producía —Comme un p'tit z'oiseau qui
chante, mami me la cantaba cuando era más pequeña—miré a Lauren con una sonrisa que
ella no tardó en corresponder con otra.
—Es una canción muy buena —sugirió encogiéndose de hombros.
—Josephine Baker es bastante particular —agregué y la ojiverde negó con la cabeza.
—Es más que particular, es extraordianria, pero sabías que ella no escribió la letra sino que lo
hizo—ni siquiera le di la oportunidad de comentar aquello porque lo sabía de memoria.
—La letra fue escrita por Georges Villard y la música por Vicent Scotto en 1906, sin embargo,
Josephine Baker fue quién la popularizó en los años treinta—contesté en un suspiro mientras
la canción aún seguía sonando y podía ver como la mirada de aquella ojiverde estaba
perpleja ante mí —Era mi canción favorita cuando tenía como tu edad y una de las razones
por la cuál quería visitar París —
—sugerí notando como Noe aún seguía encantada frente a cada palabra que decía y como la
nieve se apoderaba de todo el paisaje de esa pequeña esfera —Puedes quedártelo —dije
antes de volver a acomodarlo en sus manos —De seguro le das un mejor uso que yo en una
repisa —Noe me miró sorprendida por unos segundos antes de mirar a Lauren con una
sonrisa.

—Mami ¿puedo quedármelo?—preguntó sin dejar de mostrar la emoción que tenía hacia la
esfera, la ojiverde no tardó en besar su mejilla antes de asentir.
—Claro que sí, ¿qué se dice?.
—Muchas gracias Camz —respondió antes de acercarse a mí y abrazarme, dejando que sus
pequeños brazos infantiles se convirtieran en un mundo nuevo que no había sentido jamás —
¿Ahora vas a besar a mami siempre?—preguntó sorprendiéndonos a ambas ante el hecho de
que todo lo que decía salía con una particularidad natural —¿Tendré que compartir a mami
insideofmysoul
contigo?—volvió a preguntar arrugando la nariz confundida y ésta vez fue Lauren quién se
tomó el tiempo para hablar con ella.

—Amor—dijo suspirando antes de ponerse a su tamaño—Camila no es ninguna intrusa con


quién vas a tener que compartirme, ella me quiere y yo la quiero a ella pero eso no va a
cambiar en nada lo que yo siento por ti —Noe asintió aún mirándome dudosa por ello.
—Lo que Lauren quiere decir es que yo no puedo interferir entre el amor que ella siente por ti
—aseveré tratando de encontrar las palabras correctas
—Nadie podría cambiar el amor que está destinado solo para ti, pero quería preguntarte si
estás de acuerdo con que yo quiera a tu mamá —la pequeña rubia no tardó en sonreír
asintiendo dejando que una sonrisa floreciera en mis labios por aquella respuesta.

—Sí si puedes —contestó riendo por ello —Aunque pueden no besarse tanto ó al menos
cuando yo éste, se ve asqueroso —refutó haciendo una mueca por ello y yo solo ladeé la
cabeza divertida mientras Lauren la abrazaba por la
espalda antes de depositar pequeños besos en su mejilla que solo hicieron que Noe
comenzara a chillar emocionada por eso.
—Pero si yo te doy miles de besos y no piensas lo mismo —aclaró frunciendo el ceño y la
pequeña ojiazul solo sonrío por eso.
—Es que son besos para mí, los que les das a Camz son distintos
—afirmó antes de soltarse de los brazos de su madre para seguir atenta en los otros objetos
que estaban en la repisa, la verdad me causaba ternura que ella entendiera todo y lo tomara
como algo natural, tal vez eso era lo que necesitábamos los adultos en nuestro mundo y que
habíamos olvidado en el camino de los años, que el amor era algo natural y no tenía
objeciones ó limites.

—Ella te adora —aseveró acercándose a mí—Desde que le regalaste ese vestido no ha


querido quitárselo en ningún momento y habla de ti todo el día
—admitió con una sonrisa.
—No es necesario que me digas lo genial que soy —respondí sarcásticamente produciendo
que la pelinegra riera — Es solo una broma, la verdad es que yo estoy comenzando a
adorarla también —afirmé antes de mirarla a los ojos
—Enserio me gustas Lauren, tú y todo lo que venga contigo es simplemente increíble.
—Es por ese tipo de cosas es que todos los días me digo que no puedo dejarte ir —confesó
con un suspiro lleno de ternura —Yo también te quiero
—exclamó antes de que sus labios se apoderaran de todas las palabras que no tenían voz
alguna pero se reproducían en su boca como si hubieran nacido para calzar entre su par de
labios rojizos que se presentaban como pequeños pétalos de rosas ante un océano de
pensamientos que iban más allá de lo que nuestra realidad podía aceptar, por unos segundos
no estaba en este mundo donde lo que sentíamos estaba vetado sino que más bien estaba en
aquel mundo tan particular donde el amor no tenía ningún límite impuesto, donde todo se
daba con una naturalidad no premeditada.
—No te dejaré ir —susurré deseando que aquel deseo se convirtiera en una realidad
impuesta.
Capítulo 30: Black soul

There's no religion that could save me


No matter how long my knees are on the floor So keep in mind all the sacrifices I'm makin'
To keep you by my side
To keep you from walkin' out the door.
New York Camila

La opresión en mi pecho y el dolor se expandieron echando raíces hacia todos mis puertos

insideofmysoul
mientras que todo mi ser se inundaba en aquella tristeza vacía que no me daba ni un solo
minuto de paz porque me destrozaba de a poco, carcomiéndome ante mis memorias y el
recuerdo de esa noche donde todo había terminado.

La frialdad de mi cama ya se había vuelto una monotonía luego de una semana desde que la
primavera de mi vida había desaparecido de aquellos ojos verdes salvaje que habían
abandonado aquel estado que solo me miraban a mí. A pesar de que era consciente de que
fue la mejor decisión que pude haber tomado, aún seguía doliendo el hecho de que no
pudiera hacer nada en contra de las decisiones que había tomado en una época pasada y que
se habían desatado en el presente atando cabos que simplemente se atrevieron a derrumbar
todo lo que habíamos construido en estos meses.
Las lágrimas se imponían entre mis ojos absorbiendo cualquier tipo de color que no fuera el
rojizo de mis ojos hinchados mientras que mi ánimo era inexistente porque solo existía la
culpa de haber sido tan tonta durante todo este tiempo, todo esto era marcado por los
recuerdos que iban más allá de mi mente y que se mezclaban con la memoria de sus besos,
la de sus manos tocando mi piel y como todo mi ser se mostraba ausente ante el hecho de
que extrañaba a quién se convirtió en una parte importante de su subsistir.
El frío de la culpa al igual que el frágil sentimiento del dolor que cuando se instalaba en tu ser
no hacía nada más que reproducirse a una velocidad absorta que en un par de minutos ya era
tocado por todas las partes de tu cuerpo, cada poro era afectado por el dolor al igual que éste
reaccionaba negándole a tu ser poder hacer algo más que estar en cama todo el día porque
las fuerzas habían sido erradicadas de tu panorama. A pesar de que mi rutina no había sido
afectada ante aquel dolor y trataba en lo posible de seguir con mi vida, cada vez que llegaba
ante la presencia de éstas cuatro paredes simplemente me sentía derrotada ante los
recuerdos que se pintaban ante cada centímetro que éstas presentaban; de alguna forma que
aún desconocía, todo mi departamente había sido pintado con el color celeste de los
recuerdos y memorias que había tenido con Lauren durante los últimos
meses, el color había estado presente desde que lo había comprado, sin embargo, hace
mucho ese color había sido reemplazado por uno que se envolvía con la suave pincelada que
era recordarla a ella, era como si cada punto de mi departamento aún tuviera su esencia
adquirida y no quisiera dejarla ir, lo cuál solo hacía que todo fuera aún más difícil de lo que
parecía y a la vez en alguna parte recóndita de todo mi ser agradecía de cierta forma que esa
esencia no se fuera porque a pesar de que no lo reconociera; yo no deseaba que todo lo que
fue ella se viera aniquilado por el rompimiento ó el traspasao del tiempo.

Simplemente yo no quería olvidarla y ahí estaba haciendo un gran trabajo en ello, porque
ninguna parte de mí se atrevía a siquiera creer que ella ya se había ido de mi vida hace una
semana atrás.

Suspiré amargamente ante el frío que traspasaba las sábanas de mi habitación y como a
pesar de estar a una temperatura ambiente, éstas podían envolverme en un estado de
frialdad absoluta como si estuviera en pleno invierno.
Sabía la razón de aquello, llevaba mucho tiempo sin sentir como mis sábanas eran un
recordatorio de que estaba sola y pérdida en la vida, me había acostumbrado a compartirlas
con ella y ahora que no estaba, simplemente me daba cuenta que las cosas volvían a su
forma original pero sin dejar las huellas que te recordaban que alguien estuvo ahí en su
momento por lo cuál dolía mucho más que en un principio.

Tal vez el dolor no era porque la había pérdido sino más bien era por el hecho de que yo era
culpable de ello, tal vez el dolor era la acumulación de impotencia frente a las decisiones
erradas que tomaban factura en la actualidad, sin embargo, la vida era así
, casi siempre los errores solo eran capaces de teñirse en esa descripción cuando los cometías
y recién te das cuenta de lo que pueden conllevar cuando ves que todo se perdió en el
camino a través de ese error.

insideofmysoul
Desde hace una semana mi único deseo era la oportunidad de remediar todo lo que había
sucedido, primero pensaba que era por mi parte egoísta que sabía que la necesitaba más que
nada pero días después de aquel pensamiento, me di cuenta que esa no era la razón potente
de aquella idea sino más bien el hecho de pensar que le había destruido nuevamente el
corazón a alguien que apenas estaba recuperándose del último derrumbe, a alguien que no lo
merecía, esa era la principal razón por la cuál deseaba cambiar todo; quería que Lauren fuera
feliz y ya había aceptado que no me importaba sino era conmigo lo que me importaba es que
estuviera bien y lograra mostrarle al mundo esa persona maravillosa que yo había conocido
en estos meses y que me había dejado más que cautivada.
Porque estoy segura que muy pocas personas tienen ese don de lograr que tus miedos
simplemente se esfumen ante la brisa del verano mientras que a ellas no les importa verse
envueltas por sus propios miedos sin descubrir. Muy pocas personas, ó al menos yo solo he
conocido a una, ha sido capaz de ofrecerme su
corazón y más allá de eso ante la vana creencia de que podía ser capaz de mantenerlo a
salvo, con la esperanza de que yo no lo destruyera y eso era el acto más valiente que un ser
humano podía llevar a cabo, ya que estamos tan acostumbrados a ganar que olvidamos el
detalle que muchas veces lo que realmente necesitamos es aprender a dar más que recibir,
debido a que a través de este acto el corazón puede llenarse de una capa más grande de
amor de la que desearíamos.
Obviamente nos negamos a esta entrega, porque sabemos que a pesar de que el amor se
vuelve más grande, también es más grande la caída cuando la otra persona decide
destruirte.Era una apuesta eterna en donde sin pensarlo tenías que arriesgar todo lo que
tenías en la mesa con la esperanza de que la otra persona supiera aprovechar aquella
apuesta que estabas haciendo por ella, lastimosamente yo no lo había hecho.
Y eso era lo que había dado fin a lo más bonito que me había
pasado.
Había perdido una obra de arte, de esas que no se muestran en
cualquier museo por lo delicadas y únicas que son, pero no había sido por un hurto, yo
misma lo había arruinado.

Porque Lauren era una obra de arte y no solo por sus momentos en donde estaba bien y
donde podíamos disfrutar ambas, sino que era hermosa hasta en sus momentos subrealistas
donde las lágrimas eran el único decorativo de su perfil, era hermosa hasta cuando era la
capitana de un barco que parecía que se hundía frente a las memorias del recuerdo; hasta en
ese punto donde ninguna de las dos podía apartar el silencio que invadían las paredes, ella
era simplemente arte porque no solo se digería con la mirada sino que también iba
adquiriendo un valor incompensable a través del tiempo, mientras sus pinceladas se
instauraban permanentemente en cada uno de sus rasgos dándole una imagen que no parecía
real ni en lo más mínimo porque todo lo que provenía de aquella pelinegra era de otro
mundo.
Las lágrimas se vieron dirigidas por cada latido de esos cinco minutos en donde mi mente no
dejaba de recordarla y sentí como mis manos temblaban ante el intento fugaz de llamarla, de
llenar su buzón de mensajes tratando de disculparme, sin embargo, con toda la fuerza del
mundo intenté no ceder ante aquella acción.

No porque tuviera orgullo propio y no quisiera aceptar mi error, tampoco era el hecho de que
fuera una cobarde; sino más bien estaba el hecho de que sabía que lo mejor era dejar que el
tiempo pasara para poder volver a hablar con ella ó al menos intentar hacerlo. Aunque me
doliera aceptar, podía afirmar que conocía a esa pelinegra y sabía que en este momento lo
último que necesitaba es que yo le incistiera después de haber destruido su corazón,la sola
idea de pensar que estaba haciendo en este momento me dolía.
Ya que sabía a la perfección que ella podía ser tan madura como para dejar algo que le
doliera y nunca devolver la vista, lo había hecho tantas veces durante su vida que eso parecía
el único panorama en su cinta del destino, sin embargo, había una diferencia esta vez y era el
hecho de que llevaba mucho tiempo sin confiar de la manera que hizo conmigo, llevaba
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mucho tiempo negándose a aceptar sus demonios internos de un pasado remoto y yo había
ayudado a que se expusieran en su piel para que dejara esa condena que ella mismo había
aceptado desde que tenía memoria.
Tal vez el pensamiento más rentable en este momento era que nadie sabe lo que tiene hasta
que lo pierde, no obstante, yo no podía caber en aquello porque yo si sabía lo que ella valía,
el problema estaba en que una decisión errónea había traído otras mil peores y ya no podía
hacer nada en contra de ese pasado, por lo cuál tenía que comenzar a acostumbrarme a
aquella idea.
Intenté secar mis lágrimas intentando que las manecillas del reloj fueran capaz de adelantar
el tiempo hasta el punto en que el dolor dejaría de ser y solo se transformase en un recuerdo
más de mi memoria, sin embargo, las noches se alargaban más de lo que alguna vez había
sentido y los días eran solo una monotonía en donde intentaba seguir adelante a pesar de
estar destrozada.
No sabía que el tiempo pasaría tan lento hasta aquel día donde todo había terminado, hasta
eso ella me lo había enseñado y dolía más que nada.
Suspiré levantándome de la fría cama que se sentía como si tuvieran kilómetros de
profundidad, porque jamás la había sentido tan grande e incómoda como la sentía
últimamente. No tenía ganas de nada ni de nadie, no obstante, ese deseo no hizo que el
sonido de mi celular terminara y como si leyera mis pensamientos, éste volvió a sonar en
alguna parte de mi habitación tratando de poner algún tipo de sonido a esa deprimente
escena post rompimiento.

Tardé unos minutos en encontrarlo, ya que al parecer se había caído debajo de la cama y
aunque la resignación de que nunca más iba a ser Lauren la que ocupara las llamadas de mi
celular; una vela de esperanza aún se instauraba en mí y deseaba escuchar su voz aunque
sea una vez más. Sin embargo, la llamada no provenía de aquella ojiverde y un fuerte suspiro
de resignamiento acompañó el hecho de que debía comenzar a aceptar que no servían las
falsas ilusiones en este momento.
Era Dinah y aunque mi sentido común me obligó a apagar el celular, el sentimiento de
soledad que me invadía en este preciso instante fue suficiente para que decidiera contestar y
me viera envuelta nuevamente en una capa de actuación de que no podía estar más dolida
que hoy, así que simplemente me limité a tranquilizarme mientras intentaba tomarme el
cabello en una acción innata de dejar que las lágrimas me consumieran.
—¿Qué sucede?—pregunté con una voz cansada que ni yo misma podía reconocer mientras
que no fue necesario tenerla cerca para imaginar su gesto preocupado al escucharme de
aquella manera—Estaba durmiendo —bostecé tratando de cubrir mi propia mentira pero ni
siquiera me podía convencer a mi misma de aquello por lo cuál no me sorprendió el hecho de
que ella tampoco me creyera.
—Sabes que no puedes mentirme —sentenció suspirando dejando que la preocupación fuera
parte de su voz como si supiera cada pensamiento y todas las guerras que había combatido
en contra del dolor de esta semana, es que cualquiera podía creer que terminar con alguien y
sentir esto era una exageración, hasta yo misma hubiera creído aquello, sin embargo, ahí
estaba demasiado afectada creyendo que no había futuro detrás de esa conversación porque
yo solo quería seguir viviendo de la incertidumbre que mis sentimientos proclamaban ante
cada recuerdo—¿Estás en tu departamento?—preguntó dejando que la preocupación dejara
de ser el único sonido audible en su voz y ésta vez sus palabras se estaba tiñiendo de algún
tipo de satisfacción por haber contestado.

—Sí—me limité a decir mientras volví a sentarme a la cama con mis rodillas sobre mi pecho
intentando que la conversación siguiera con un flujo normal, pero aunque me esforzara en
ello, no podía negar que todo mi ser pedía tener la oportunidad de arreglar todo lo que había
dañado en tan poco tiempo—No he salido hoy —suspiré antes de frotar mis párpados
intentando que las lágrimas finalmente se exiliaran de mi rostro, pude sentir como Dinah no
dijo nada ante ello pensando quizás en que estado estaba en ese preciso momento.
—Puedo pasar por ti —aseveró sin poner ningún tipo de presión en aquellas palabras, sin
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embargo, yo me negué a ello porque no quería nada más en este momento, una llamada era
suficiente para complacer a mi estadio de soledad.
—Estoy bien —sentencié mordiendo mi labio y no supe que decir para seguir con la
conversación, realmente me hubiera encantado hablar sobre cualquier cosa, pero sabía que lo
único que invadía mi mente era Lauren y no era necesario meter a más personas sobre mis
problemas me era suficiente con tenerme a mí y a mi subconsciente todos los días
torturándome por mis decisiones erróneas.
—No lo estás —confirmó seria —Pero tampoco voy a obligarte a nada —recalcó antes de que
la llamada se volviera tan tensa que ninguna de las dos sabía que decir, no obstante, a pesar
de que ninguna exprimía algún tipo de conversación me sentía a gusto sabiendo que ella se
preocupaba lo suficiente como para llamarme y no romper abruptamente la soledad que me
había impuesto como condena —¿Quieres hablar sobre ello?—preguntó tímidamente y tardé
unos segundos en saber que responder porque últimamente no estaba ni siquiera segura de
que deseaba, así que resoplé mientras sentía aquel infierno inflamante que sentía en mi
garganta cada vez que las lágrimas me atestaban como si el sol hubiera dejado de ser la
estrella más brillante y hubiera sido superado por el miedo en mi garganta.
—Lo arruiné Dinah —fue lo único que pude decir sintiendo esa
frialdad que me atacaba a través de todas las paredes pintada de recuerdos —Pero le dije la
verdad —refuté ante el dolor intenso que sentía cada vez que recordaba la forma tan cordial
y madura con la cuál se había ido porque ella sabía que ni siquiera en aquel momento iba a
mostrar su dolor, pero lo que me dolía recordar era como sus ojos eran capaz de decir esas
palabras agonizantes que no fue capaz de decirme y que hubiera deseado mil veces escuchar
que ver a través de esos ojos remolinantes que tanto había admirado en estos meses, porque
estaba segura que no había nada más doloroso que ver como había herido a alguien que
jurabas amar y que sus ojos demostraran como su alma se quemaba mientras su piel se
enfríaba a través de la resignación y dolor de aquel acto—Ella se estaba enamorando —admití
recordando lo que me había dicho antes de que decidiera terminar con todo —No podía
permitir que la mentira se expandiera aún más —las lágrimas se hicieron reales y por unos
segundos dejé el celular en altavoz sobre la cama porque mis manos no podían sostenerlo,
era extraño, pero la mayoría de las historias de amor y las películas románticas se cargaban
de escenas dolorosas porque eras traicionado pero a mi me dolía haber sido quién lo había
causado ahí estaba la diferencia en aquel momento; tal vez hubiera superado aquella relación
si ella me hubiera traicionado si tan solo hubiera dejado de ser tan imperfectamente perfecta,
sin embargo, ella no hizo nada.
Ella seguía siendo el nombre que mis labios maldecían una y otra vez porque los habían
aprisionado entre los suyos, seguía siendo la persona que me había enseñado muchísimas
cosas, Lauren seguía siendo la persona que me atreví a conocer a la perfección y eso era lo
que más me dolía porque me había equivocado con una persona que valía la pena, alguien
que se había permitido amar a otra persona siendo que podía ahorrarse ese dolor para
siempre.

Había dejado que se marchitaran los últimos pétalos de aquella rosa que había sido tantas
veces enmudecidas ante las sombras del destino pero que aún así esperaba la primavera más
que el invierno aunque ella no lo deseara aceptar, yo me había llevado el último altivo de que
la primavera aún existía y había dejado que su corazón se rompiera de una forma que ni
siquiera podía dimensionar.
Porque si mi corazón estaba roto, el de ella que ya tenía cicatrices debía estar en un estado
peor.

—Y no puedo quitar de mí el hecho de que ella pintó sus ojos verdes en mi alma y ya no
puedo sacarla de ahí porque la pintura era permanente
—ninguna de las dos dijo nada mientras intentaba volver a entrar en razón frente al dolor
punzante que era todo esto —Le destruí el corazón y no puedo hacer nada en contra de ello,
porque sigue siendo tan malditamente perfecta que sé que ni siquiera se desquitará conmigo
—agregué recordando incansablemente el gesto de su mirada cuando se fue, la forma en que
insideofmysoul
no deseaba mirarme cuando le dije la verdad y el dolor que sus ojos mostraban a viva voz
demostrando que estaba navegando en un mar de fantasmas porque había sido nuevamente
hundida por alguien —Sé que no
habrán gritos de su parte ni tampoco se atreverá a odiarme, simplemente me va a olvidar
como todo lo malo que le ha pasado y eso es lo que más me duele, el hecho de que voy a ser
una marca, una equivocación más en su camino cuando le prometí que no lo sería. Soy la
responsable de haber manchado nuevamente su alma de negro y me atreví a absorber la luz
innata de ésta solo por no pensar las cosas y equivocarme de una manera que ni siquiera
puedo perdonarme a mi misma. —suspiré secando mis lágrimas —No me siento así por lo que
perdí sino más bien me siento de esta manera porque yo me encargué de destruir a alguien
que no lo merecía, fui yo quién lo hizo y eso es lo que muy pocos logran aceptar en su vida,
saber que saqué los últimos pétalos de amor de la flor más frágil y hermosa de todas.

20 capítulo más y habrá terminado, no lo puedo creer u.u


Black soul parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren
—Había un pinguino que se llamaba Polo y que no le gustaba donde vivía así que dijo ya era
hora de cambiar de rumbo, hace mucho frío en el polo sur así que porque no vamos a las
playas donde el calor siempre está mejor —sonreí al ver como Noe iba relatando totalmente
emocionada, la última película que había visto hace un par de días con Ally por el cumpleaños
número cinco de Alex. Desde ese día Noe no podía parar de hablar sobre pájaros con
sombreros que bailaban y había visto por días enteros como tarareaba canciones que yo no
podía reconocer pero según ella habían aparecido en la película —Luego había un niño de
algún lugar llamado Arnetina
—no pude no reír por la forma en que ella a veces solía confundir las palabras y las
pronunciaba erroneamente así que no tardé en corregirla.

—Argentina, amor —dije a lo cuál ella hizo una mueca frunciendo el ceño antes de asentir y
seguir con su relato.

—¡Eso mismo!—exclamó — y que tenía un burro volador con las orejas más grandes que
haya visto jamás —respondió casi parándose en el asiento abriendo sus brazos para
mostrarme cuán grandes podían ser las orejas, no podía estar más embelesada con su relato

insideofmysoul
aunque poco y nada entendía sobre él, sin embargo, seguía escuchándola con toda la
atención que merecía —Y como olvidar el baile que tuvo el pato Donald con Joe Carioca en un
lugar de Brasil que no recuerdo el nombre pero era muy divertido como bailaban porque
Donald se enamoró de una de las chicas que cantaba pero ella estaba enamorada de un chico
que vendía frutas
—aseveró arrugando la nariz ante ese recuerdo —¿Has estado en Bahía Donald?—cantó con
ternura mientras movía sus manos siguiendo el ritmo de la canción que solo ella conocía— así
comenzaba la canción mami y luego llegan a México a conocer a Pancho pistolas —sugirió
mientras se acomodaba en el asiento que estaba a mi lado para luego reposar su cabeza
sobre mi pecho mientras yo acariciaba su cabello con pequeños besos entre medio de mis
caricias.

—Vaya suena muy interesante amor, al parecer te divertiste mucho que no olvidas ni un solo
detalle—contesté mientras Noe asentía enérgicamente ante esa pregunta y yo solo pude reír
ante todos los gestos sinceros que ella ponía, no era muy difícil identificar cuando algo le
llamaba la atención ó cuando no le gustaba algo; ella era sincera hasta en los gestos que su
rostro mostraba diariamente en todas las conversaciones que podía llevar a cabo.

—Sí, a Alex le gusta Donald pero a mí me gusta más Joe Carioca porque es verde y es mi
color favorito —confirmó con una sonrisa antes de levantar
su mirada para darme un beso en mi mejilla que solo me hizo llenarme de más ternura que la
que ya tenía normalmente a su lado.

—Me alegro que te hayas divertido—afirmé antes de volver a besar su cabello y acomodarlo
porque pequeños mechones estaban saliéndose del moño rojo que tenía —Sabes que te
quiero —le susurré al oído y ella me miró feliz por ello antes de hacer la pregunta que
siempre me hacía ante aquella afirmación.

—¿Cuánto?—preguntó.
—Infinito como las estrellas —sentencié dulcemente en forma de respuesta a su pregunta y
ella no dejaba de verme con todo el amor que sus ojos azules como el mar podían mostrarle
a alguien, realmente no había nadie más afortunado que yo al tener la oportunidad de tener
una pequeña luz de esperanza todos los días de mi vida —¿y tú?—pregunté enarcando la ceja
a lo que ella simplemente respondió con un suave abrazo que vino acompañado con mi
respuesta favorita.

—Infinito como las estrellas mami —musitó rodeando mi cuerpo con sus brazos mientras su
cabeza seguía reposando sobre mí —¿Cuándo iremos donde Camz, mami?—preguntó
sorprendiéndome porque no me esperaba esa pregunta, sin embargo, me limité a suspirar
ante ello asegurándome de que no había nadie cerca antes de responder.

—No lo sé, ha estado ocupada — concreté ante la mirada atenta de Noe quién no dejaba de
mover sus pequeñas piernas que ni siquiera tocaban el piso pero aún así lucía adorable de
esa forma—Y ya hablamos que es mejor no tocar ese tema cuando no estamos entre las tres,
lo sabes amor —refuté enarcando la ceja porque ella sabía que el tema de Camila era un
secreto entre nosotras y que jamás debía sacarlo a la luz sino estábamos las tres juntas
porque era un tema delicado y que el mundo no iba a entender de ninguna forma posible, así
que lo habíamos sentenciado a que fuera solo de conocimiento nuestro, presentándose solo
cuando fuera necesario.

—Lo siento mami — susurró arrepentida, no obstante, yo no dejé de acariciar su cabello

insideofmysoul
tratando de restarle importancia a su pregunta.

—Está bien —aseveré alzando su mirada dejando que esos ojos azules me conquistaran como
lo hacían desde hace siete años, era increíble como ellos podían ser un reflejo puro de
inocencia que no era teñida con ningún tipo de pensamiento adulto que siempre estaba
enmarcado con los recuerdos que la vida te imponía; eran como si fueran dos pares de gotas
de agua cristalina que solo
esperaban su momento para brillar —¿Sabes por qué te amo?—le pregunté acariciando su
mejilla con mis pulgares a lo que ella negó frunciendo el ceño lo cuál me hizo sonreír por lo
adorable que era Noe.

—Porque soy tu hija —contestó encogiéndose de hombros.

—Sí pero no solo por eso —musité besando su mejilla dejándome encantar con el olor a
vainilla que tenía —Es porque eres lista, dulce y gentil —afirmé golpeando con mi dedo indíce
su nariz lo cuál solo hizo que arrugara la nariz como siempre solía hacer — Esas cosas te
hacen única por lo cuál no puedo no amarte
—susurré entre pequeños besos en su mejilla lo cuál hizo que una sonrisa infinita se mostrara
en sus labios, lo cuál era mi estado favorito en ella, podía ser capaz de vender mi alma si eso
me asegurara de que Noe siempre tendría esa sonrisa en sus labios a pesar de todo; su
sonrisa era mi todo, la razón por la cuál las mañanas se hacían maravillosas; era la fuerza
que necesitaba para levantarme cuando más lo necesitaba y así su sonrisa era capaz de
cautivarme hasta lo más profundo de mi ser.

—No soy tan lista como tú mami, tú me superas con creces —refutó suspirando mientras
posaba las yemas de sus dedos sobre los bordes de mi mejilla con pequeñas muestras de
cariño que solo me hacían cosquillas —Sabes muchísimas cosas así como el tamaño del
mundo —sugirió abriendo sus brazos ante la exageración de aquello —Cuando sea grande
quiero ser como tú —admitió dejándome en un estado que no esperaba, creo que no había
escuchado palabras que me hicieran sentir de esa forma excepto la primera vez que me había
dicho mamá, aún recordaba como había llorado ante la emoción que tuve aquel día que hizo
confirmar por milésima vez de que ella era todo lo que estaba bien en mi vida y que sin
importar que sucediese en ella, siempre la tendría a mi lado ante cualquier tempestad siendo
la orilla de esa playa cuando mis océanos naufragaban sin ningún tipo de brújula.

—No, tú serás mucho mejor que yo porque no habrá límites en tus sueños —contesté
juntando nuestras frentes mientras no dejaba de acariciar sus suaves mejillas que adquirían
ese tono rosado tan natural en ella —Además que eres más inteligente que yo y más bonita
—Noe ladeó la cabeza negando aquella afirmación y yo solo pude soltar una pequeña risa
ante el hecho de que siempre tenía algo que decir acerca de todo lo que le decía, cualquier
otro padre no se sentaría a escuchar la mayoría de las ideas que surgían de una mente que
solíamos menospreciar porque creíamos que ellos no entendían las cosas ó que sus
pensamientos no valían lo sucifiente como para ser escuchados; pero a mi me encantaba
escucharla, me gustaba saber lo que su mente procesaba, quería conocer cada detalle que la
envolvía y tratar en lo posible de comprenderla en todo su esplendor; porque al final del día
ella era el único tesoro que necesitaba en mi vida y
como tal tenía que protegerlo tratando de que las gemas presentes en aquel cofre jamás
dejaran de resplandecer y siguieran siendo las más hermosas de todas.

—A mi me gustan tus ojos, mami —argumentó moviendo sus brazos hacia mi cuello para
darme un beso sonoro en mi mejilla por lo cuál me limité a suspirar embelesada ante el amor
que recibía de su parte; para ella yo era su todo pero lo único que deseaba es que Noe jamás
insideofmysoul
dudara de que no había nada más allá de ella por eso intentaba aprovechar cada momento
que tenía disponible para demostrarle cuanto la amaba.

—No hablo de una belleza física —sentencié sin dejar de acariciar su espalda mientras podía
sentir como su corazón latía junto al mío recordándome los recuerdos de un pasado que
parecía haber sido ayer cuando era apenas una bebé y se dormía entre mis brazos buscando
refugio entre lo único que conocía, pero lo que ella no sabía es que siempre su pequeño
cuerpo sobre mi pecho era mi esperanza frente a un mundo devastador que no era tan
maravilloso sino estaba a mi lado
—Jamás la belleza física será tan deslumbrante como la que tenemos justo aquí — aseveré
tomando una de sus manos y la acerqué a mi corazón con una sonrisa mientras ella me
miraba atenta ante cada una de mis palabras—Esa belleza no se oculta de ninguna forma y
brilla con su propia luz es por eso que mientras más la utilicemos, más hermosa se vuelve
esa persona—suspiré ante ello mientras veía como Noe recostaba su cabeza muy cerca de mi
corazón dejando que aquella sensación placentera que me invadía con ella se volviera en el
suave abrigo de una noche como hoy.

—¿Cómo sabes tantas cosas mami?—me preguntó en un susurro, yo solo besé su cabello
envolviéndome en su ser.

—Es un secreto copito —respondí riendo ante su pregunta, Noe no dijo nada más mientras yo
me perdía ante las sombras de las calles de la ciudad que se iluminaban como si fueran
pequeñas luces de navidad de un árbol que se mostraba a toda la velocidad posible, nunca
podría aburrirme de ver como los Angeles tomaba vida en la noche y como todas las
mañanas se llenaba de un paisaje que solo podía ser obra de algún diseño superior que el
que los humanos podíamos producir, sin embargo, aquella imagen fue disipada cuando sentí
como la pequeña rubia que estaba entre mis brazos comenzó a jalar mi blusa llamando mi
atención.

—¿Mami?—me preguntó casi en un susurro como ella siempre solía preguntar cuando la
intensidad del día dejaba de estar presente en sus pequeño cuerpo y comenzaba a mostrar
los estragos del cansacio —¿Nosotras somos blancos?—preguntó frunciendo el ceño lo cuál
me hizo mirarla extrañada ante la
pregunta porque jamás ocupábamos esos adjetivo denotativos en nuestro vocabulario,
prefería que ella no se viera envuelta en la idea estúpida que cubría a la humanidad de que
habían personas que valían más que otras, no, peor que ello, personas que creían que un
color era capaz de quitarle la humanidad a alguien y transformarlo en algo sin valor alguno.
No quería que mi hija siquiera llegara a razonar entre ese pensamiento que envenenaba los
corazones de las personas, pero que nos rodeaba por todas partes aunque así no lo deseara.

—¿A qué viene eso?—pregunté como respuesta esperando que ella me lo aclarara y se limitó
a quitar algunos mechones de su cabello que había soltado de su moño para sentarse en su
asiento y señalarme el cartel que estaba a solo un par de centímetro de nosotras.

—Asiento solo para blancos —leyó siguiendo cada palabra con sus dedos sin dejar de señalar
el letrero —Aquí dice que solo blancos pueden sentarse en estos asientos —afirmó confundida
por ello como sino supiera realmente lo que ese letrero significaba y no lo hacía porque en su
mundo al igual que en el mío no existía diferencia alguna entre las personas —Entonces
debemos ser blancos ¿no?
—respondió encogiéndose de hombros antes de mirarme aún más confundida que en un
principio —Pero ¿Qué es ser blanco mami?—suspiré ante ello mientras intentaba responder a
su pregunta de una forma que ella entendiera sin mostrar una clara diferencia que las
personas solían hacer entre ellos mismos, era increíble que la sociedad apoyara la idea de

insideofmysoul
que había que segregarnos por el color de pigmentación que podíamos presentar; me parecía
tan intolerable aunque fuera la realidad que nos rodeaba porque ese cartel era uno de los
miles que se presentaban en toda la ciudad.

—Es el color de tu piel amor, blanco se denomina a las personas con un tono de piel clara—
sugerío tratando de darle una respuesta que ella aceptara como correcta, no obstante, aún
podía ver como su mirada extrañada intentaba darle un significado a ello.
—Y ¿por qué eso nos hace especial para que solo nosotros nos sentemos aquí?—preguntó
rascando su cabello sin entender lo que el letrero signifcaba en sí, me tomé unos segundos
antes de responder a su pregunta porque no se me ocurría realmente que palabras utilizar.

—Exacto, el color de piel no hace más ó menos a nadie, lo hace nuestros pensamientos y lo
que nuestros corazones lleguen a sentir —concreté
—Recuerdas cuando te dije que no todo lo que se toma como normal está bien —le pregunté
intentando que ella se diera cuenta de que aquel letrero solo era una muestra del
decaimiento de la sociedad y que no era algo que realmente debería ser tomado en cuenta.
—Sí —afirmó esperando mi respuesta.

—Bueno, muchas personas creen que es normal separar los asientos por el color de tu piel
pero eso no significa que esté bien —refuté suspirando y ella me miró pensante por unos
segundos mientras mordía la punta de su meñique antes de contestar a lo que le estaba
diciendo.

—Pero si el blanco es la mezcla de todos los colores mami, entonces


¿por qué sería más importante sino es un color propio sino que es la mezcla de todos?, el
blanco necesita de todos los colores para existir —era imposible ocultar la sorpresa que
conllevo aquella respuesta porque no me parecía a algo que diría una niña de su edad, sin
embargo,ahí estaba ella dando argumentos mucho más válidos que los que creían en la idea
de la segregación; una niña de seis años estaba dando comentarios mucho más razonables
que los que invadían a la mayoría de las personas que conocía por lo cuál solo pude
quedarme en silencio ante la fuerza de ese argumento porque me parecía simplemente
increíble.

—Eso es lo que el mundo no ve amor, uno no es blanco de color ó esos adjetivos que denotan
el color de nuestra piel uno es una persona sea quién sea, alguien con nombre, como tú y
como yo; nadie es más o menos que otro por su color de piel pero las personas no tienen
aquel pensamiento adquirido—dije ante la mirada de aquellos ojos azules que denotaban el
hecho de que intentaba entender lo que le estaba diciendo hasta que finalmente asintió con
una sonrisa.

—Me gustan más los colores —exclamó jugando con sus manos antes de mirarme —Porque
cuando pintas de blanco un dibujo sigue igual que en un principio, en cambio los colores le
dan vida a todos los dibujos —seguía atónita ante sus respuestas así que simplemente me
acerqué a ella para llenarla de besos porque cada día que pasaba no me cabía en el pecho el
orgullo que sentía hacia la pequeña que había criado a pesar de todas las dificultades
ecónomicas que aún seguían presente pero que no significaban nada en comparación a todo
el amor que sentía hacia ella.

—Por eso te amo como a nadie, mi vida — sugerí cargando su rostro de besos que solo le
correspondían a ella mientras Noe se removía sintiendo cosquillas ante el tacto de mis labios
sobre su piel.

insideofmysoul
—Me haces cosquillas mami — chilló sin dejar de reír por ello lo cuál solo lograba que las
ganas de comerla a besos se elevara a infinito.

—Te amo, te amo —contesté acercándola a mí para que mis brazos


se encargaran de sostenerla, Noe solo asintió con una gran sonrisa frente aquel comentario.

—Yo también lo hago, mucho , mucho —respondió antes de bostezar cansada sobre mis
brazos —¿Cuánto falta para llegar a casa mami?—preguntó frotando su mano sobre sus
párpados demostrando un poco el cansancio que ya debía tener por el día.

—¿Tienes alguna cita a la cuál llegar señorita?—le pregunté divertida enarcando la ceja y ella
negó a ello cerrando un poco sus párpados.

—No, solo estoy cansada y tengo sueño —admitió con voz cansada lo cuál solo producía aún
más ternura dentro de mí.

—¿No quieres dormir en los brazos de mami?—le pregunté tratando de acomodarla entre mis
brazos para que pudiera dormir mientras llegábamos a casa, pero ella volvió a negarse a esa
opción sentándose nuevamente en su asiento.

—No, ya soy grande —contestó cruzándose de brazos con el ceño


fruncido.

—¿Grande?, lo siento las niñas grandes no reciben besos de mi parte solo las bebés —
respondí chasqueando la lengua al darme cuenta de que a pesar de que no lo quisiera
aceptar, ella tenía razón y estaba creciendo más rápido de lo que yo deseaba; no solo de
tamaño sino que también los años ya estaban pasando más rápido de lo que podía controlar
y ella pronto dejaría de ser mi bebé.

—Le das besos a Camz y ella no es bebé —afirmó enojada por mi respuesta antes de razonar
lo que había dicho y tapó su boca haciendo una mueca arrepentida de lo que había dicho —Lo
siento —susurró y yo no dije nada simplemente acaricié su cabello porque sabía que iba a ser
difícil lograr que Noe no comentara sobre Camila con la misma intensidad que había hecho
desde que la conoció, era extraña la forma en que ella se había acostumbrado a aquella
castaña mucho antes que yo y sin dudarlo ni un segundo la aceptó en su vida con la mayor
confianza del mundo.

—No pasa nada, pero a ti no se te pasa nada señorita — aseveré señalándola con mi dedo
índice mientras Noe se sentaba en mis piernas antes de abrazarse a mí dejando que yo la
protegiera entre mis brazos.

—Puedo ser tu bebé pero que sea un secreto, no quiero que nadie
más me vea como un bebé —me susurró en el oído como si fuera un secreto, yo reí ante su
reacción antes de abrazarla con todo el cariño que le podía otorgar.

—Como desee señorita Noelle —agregué con una sonrisa sintiendo como su cabello rozaba
contra mi pecho y sus manos estaban posicionadas en mi cuello como siempre lo habían
hecho —¿Tienes frío?— le pregunté al notar que sus brazos estaban fríos, ella asintió
levemente a eso y no tardé en quitar mi sweather para ponérselo encima de su espalda para

insideofmysoul
que se tapara con él, seguramente se le había olvidado traer una chaqueta y aunque de a
poco el frío estaba invadiendo aquella noche; ya se podía sentir el cambio de temperatura por
lo cuál no tardé en abrazarla aún más a mí.

—Gracias mami, te quiero —susurró sobre mi hombro mientras yo no dejaba de acariciar su


cabello intentando que se durmiera, ya que aún quedaban algunas calles para llegar a casa.

—Yo más—respondí con un suave beso en su cabellera dorada antes de volver a ver como la
ciudad adquiría vida entre los tonos de sus luces y como las personas vivían de la noche
como si fuera el día—No te preocupes copito—sugerí —Pronto llegamos —afirmé observando
como el bus paraba en una de las tantas paradas que aún quedaban para llegar a casa, cerré
levemente mis ojos tratando de descansar por unos minutos porque yo también estaba
exhausta, sin embargo, cada vez que mis párpados intentaban cerrarse volvía a levantarme
ante el hecho de que realmente no había vuelto a descansar propiamente desde que Noe
había nacido; siempre la tenía a mi lado preocupándome de todo lo que le sucedía así que ni
siquiera cuando estaba durmiendo podía estar tranquila con ella, a veces podía pasar noches
enteras viendo como dormía porque el sueño ya no estaba de mi parte y aunque sentía el
cansancio natural del día cuando llegaba la noche; mi insomnio era mucho más grande que
aquel cansancio.

—Está bien —afirmó removiéndose un poco sin abrir sus ojos lo cuál siempre me pareció
adorable de ella y sabía a la perfección que era para acercarse aún más a mí como cuando
era una bebé y buscaba mi pecho para acomodarse y dormir sintiendo mi calor. Suspiré ante
la calidad sensación que me dejaba el cuerpo de Noe y solo pude acariciar su cabello
mientras ella parpadeaba intentando dormir, por unos segundo también me atreví a hacer lo
mismo hasta que escuché como la voz de mi hija se mezclaba ante el silencio que se había
instalado en el bus —Mami mira es Evan y su mamá —abrí mis párpados para ver sobre que
estaba hablando Noe y pude ver como una chica cabello castaño pagaba el autobús con su
hijo, Noe tenía razón y los reconocía porque vivían a solo tres departamentos del nuestro,
además del hecho de que Evan y Noe solían buscarse para ir a jugar, sin embargo, a pesar de
que ellos
también notaron que nosotras estábamos ahí, simplemente nos ignoraron lo cuál era una
forma normal de actuar. Podíamos ser vecinos y muchas veces reunirnos pero fuera de las
paredes de nuestra propia zona de confort, habían diferencias que el mundo no olvidaba de
recalcar en nosotros —Hola Evan, buenas noches señora Allen
—sugirió Noe con una sonrisa intentando sentarse para saludarlos mejor, no obstante, pude
ver como la decepción traspasó sus ojos azules al notar como ellos no se inmutaron ante ello,
yo simplemente suspiré ante ello y la forma en que fruncía el ceño confundida.

—Noe cuidado te caes — exclamé tratando de acomodarla nuevamente sobre mi pecho pero
ella simplemente se limitó a seguir con la mirada como ellos se sentaban en la zona de atrás.

—¿Por qué ellos se sientan atrás si hay muchos asientos aquí adelante?—preguntó confundida
ante aquel detalle por lo cuál me acomodé en mi asiento antes de volver a explicarle lo que
habíamos hablado hace unos minutos.

—Porque no pueden sentarse aquí amor, solo blancos ¿lo recuerdas?—bufé antes de notar
como Noe seguía sin despegar la vista hacia los asientos de atrás.

—¿Ellos también tienen asientos de solo personas de color?,


¿Nosotras no podemos sentarnos con ellos mami?—preguntó finalmente y yo no sabía si
también tenían un cartel pero estaba segura de que la posibilidad de sentarnos con ellos era
insideofmysoul
más que limitada.

—No lo sé cariño—respondí tratando de que olvidara el tema pero ella como siempre se
mostraba a la defensiva de sus ideas así que no dejó el tema hasta ahí.

—¿Podemos ir a ver por favor?—dijo enarcando la ceja —Tal vez nosotras si podemos
sentarnos con ellos—yo no dije nada ante ello porque entendía lo que quería hacer y era
normal hacerlo, entre pasar las últimas calles que quedaban para llegar a casa con su amigo ó
quedarse dormida la primera opción sonaba mucho más interesante, no obstante, no sabía
como decirle que aquel detalle no estaba bien visto y que solo podía causar problemas.

—Amor — le susurré de forma sugerente para que desistiera de ello pero solo conseguí que
ella me mirara con puchero por mi respuesta.

—Mami por fi—exclamó —Aún queda para llegar a casa y el tiempo se puede pasar más
rápido compartiendo con otras personas, no hay nadie más en el
bus, además de ese señor de atrás.

—Noe creo que no es una buena idea—dije mientras ella seguía con su intención de
convencerme para cambiarme de asiento.

—Mami por favor — volvió a repetir sin dejar aquel puchero que sus labios mostraban,
suspiré antes de asentir a su petición aunque sabía a la perfección que aquello simplemente
era atraer problemas que no necesitaba en mi vida, pero también hacerlo era demostrarle
que lo que siempre le decía sobre las personas era cierto y que no habían diferencias
relevante en algo tan banal como lo era el color de la piel.

—Bien, vamos a ver si nos podemos sentar cerca —sugerí acariciando su espalda para que se
levantara, lo cuál hizo esperando que yo la acompañara atrás, no tardé en hacerlo tomando
su mano sabiendo que lo que estábamos haciendo no era visto correctamente por nadie, no
obstante, ver esa pequeña sonrisa instalada en sus labios y saber que era por una razón que
debía ser la que invadiera al mundo pero no lo hacía, me hacía sentir más relajada frente a
ello.

—Gracias mami —me dijo acariciando mi mano hasta que llegamos a los asientos de atrás
donde pude notar como la chica de cabellos oscuros nos había observado durante todo el
trayecto, seguramente pensando en lo que estaba haciendo, sin embargo, me limité a
suspirar al llegar a su asiento.

—Buenas noches Abby, Noe quería saber si nos podíamos sentar con ustedes — pregunté
ante la mirada confundida de ella que llevaba una falda azul con una blusa blanca mientras
que Evan quién era apenas unos centímetros más alto que Noe miraba con una sonrisa a su
amiga.

—¿Qué estás haciendo?—refutó confundida y antes de que yo pudiera decir algo, Noe se
adelantó a ello.

—Señora Allen ¿podemos sentarnos con usted y Evan por favor?—preguntó con un tono tan
sugerente que a cualquiera podía causarle ternura, Abby me miró aún con el ceño fruncido
lleno de confusión pero finalmente asintió levantándose de su asiento dejando a su hijo ahí.

insideofmysoul
—Creo que sí, siéntate con Evan, yo me sentaré con tu madre
—aseveró haciendo que Noe sonriera emocionada ante ello y no tardara en sentarse al lado
de Evan como ella quería desde un principio.
—Muchas gracias señora Allen —afirmó Noe y nosotras nos sentamos atrás de ellos sabiendo
que la mirada de aquella chica de ojos oscuros estaban puestos en lo que acababa de hacer.

—Debo pensar que finalmente enloqueciste—susurró sin llamar la atención de los niños que
estaban envueltos en su propia conversación, yo ladeé la cabeza ante ello porque realmente
no apoyaba la segregación que se vivía a diario pero jamás había hecho algo parecido,
simplemente trataba de ignorar lo que sucedía porque sabía lo peligroso que era hacer algo
tan poco relevante como desafiar los asientos impuestos del autobús por lo cuál entendía a la
perfección el reproche que ella estaba instaurando en nuestra conversación.

—No pude hacer nada contra la petición de Noe —suspiré—Es solo una niña —refuté
encontrándome con una mirada aniquiladora de su parte porque se notaba enojada y
confundida a la vez por esto.

esa actitud.
—Deberías enseñarle los miles de problemas que puede causar por

—¿Qué actitud?—pregunté confundida—ella cree que no hay


diferencias entre las personas y tú y yo sabemos que es como todo el mundo debería ver—
sabía que por su mirada ella sabía a la perfección que ambas teníamos razón, sin embargo,
una cosa era creer en eso y otra muy distinta era el panorama que la ciudad y el mundo
mostraba ante las personas que creían que eran de menor categoría que nosotros. Eso
también lo sabía porque había visto muchísimas veces las duras represalias ante actos tan
normales como ir a votar ó simplemente estar en un lugar donde indicara que no se
aceptaban personas de color, no había límites ante esa crueldad que se había impuesto
diariamente en nuestros panoramas.

—Pero no lo hacen, sabes muy bien los problemas que puedes atraer solo con estar aquí
sentada en los asientos para personas de color—no dije nada porque sabía que ella tenía
razón en lo que decía, pero solo había una persona en el autobús además de nosotros, por lo
cuál no lograba encontrar el gran problema en ello.

—Abby enserio quieres que le diga a Noe que las otras personas tienen razón cuando no es
así.
—Ambas son tan testarudas, hija tuya tiene que ser —bufó con una sonrisa ante ello la cuál
no dude en acompañar también con una sonrisa de mi parte, era increíble pensar que no
podíamos compartir algo tan simple como un asiento siendo que vivíamos al lado de la otra,
que habíamos compartido cientos de conversaciones y que nuestros propios hijos eran
amigos desde que tenían memoria pero aún así ambas sabíamos los límites que existían
detrás de esa cercanía que el
mundo no aceptaba.

—¿Qué tal tu día?—pregunté notando como su semblante se había relajado después de todo
y cuando estuvo a punto de contestar noté como una voz que no reconocía llamó mi atención
dejándome atónita.

insideofmysoul
—Señorita lamento decirle que está cometiendo un error—aseveró aquel hombre que hace
tan solo unos minutos se encontraba sentado detrás de nosotras, por lo cuál fruncí el ceño sin
entender a que iba su comentario.

—¿Disculpe?—pregunté confundida pero él seguía mostrándose


serio ante ello.

—Estos son específicamente los asientos para personas de color, los asientos para blancos se
encuentran al principio del bus; debo pedirle explícitamente que se cambie —Noe alzó la
mirada dejando atrás la conversación que estaba teniendo con Evan para mirarme ante las
palabras de aquel hombre que no dejaba de mostrar una seriedad que no venía al caso
porque no estábamos agrediendo de ninguna forma su espacio ni tampoco debía interesarle
que cosas hacía ó dejaba de hacer por lo cuál no dudé en fulminarlo con la mirada por su
comentario.

—No veo ningún cartel ó aviso que me diga que no puedo sentarme aquí ó allá adelante,
puedo elegir libremente que asiento prefiero para ubicarme esta noche señor —contesté
tratando de no dejar que la rabia que sentía en aquel momento se mostrara en mis palabras,
sin embargo, él siguió insistiendo ante el tema.

—Debo repetirle que estos asientos son para la gente de color, es simplemente sentido
común si los de adelante son para blancos—sentenció con todo el orgullo que podía mostrar
en una mirada que demostraba que él creía que tenía razón en lo que estaba haciendo,
estuve a punto de decir algo para defenderme, no obstante, no tardé en sentir como la mano
de Abby acariciaba la mía pidiéndome en una sugerencia que no causara más problemas de
los que podía responder.

—Lauren creo que es mejor que te cambies —refutó dejando que el miedo fuera parte de
cada una de sus palabras, era realmente injusto que aquello sucediera con toda la
cotidianidad del día en donde cualquiera podía intentar transgredir la integridad de una
persona con la excusa de que era alguien superior por el color de su piel, sin embargo, Abby
tenía razón y era mejor no seguir con aquella discusión sin sentido porque solo atraía
problemas para ella, por lo cuál me levanté de mi asiento antes de mirar a aquel hombre con
toda la seriedad del mundo.
—No es problema, éste es mi paradero —bufé notando que a pesar de que aún quedaban
unas dos calles para llegar a mi paradero correspondiente no podía soportar estar un segundo
más ante aquella discusión que no tenía pies ni cabeza —Noe amor ya nos bajamos —ella
asintió obedientemente antes de levantarse de su asiento y ponerse frente a mí —He pasado
todo el camino a mi casa en un asiento para personas de color y no me he desintegrado,
lástima que hay personas que piensan que reafirman una supremacía inexistente solo por su
color de piel y que a través de ello creen ser más personas cuando no son nada —El hombre
no dijo nada pero con su mirada podía notar como lo había ofendido con mi comentario
—Buena noche señor, adiós Abby—concreté antes de dirigirme a la salida del autobús
sintiendo como toda la rabia me carcomía en aquel momento, sin embargo, poco y nada
podía hacer contra aquella situación, tan solo era un poco de lo que debían vivir ellos todos
los días.
Capítulo 31: In another life

When the one thing you're looking for Is nowhere to be found


And you back stepping all of your moves Trying to figure it out
You wanna reach out You wanna give in
Your head's wrapped around what's around the next bend You wish you could find something
warm

insideofmysoul
'Cause you're shivering cold.
New York Lauren
Las hojas ya comenzaban a adquirir aquel tono naranja mezclado con un café intenso entre
medio de todos los caminos que existían en esta ciudad. El frío se había acomodado de
nuestros closets y de nuestra rutina diaria mientras que yo me veía envuelta en aquella
temporada un poco antes de que todo el mundo lo hiciera.
Octubre estaba siendo la nueva fecha en el calendario, pero lo único que podía ver en mi vida
eran días que se iban uno a uno entre medio del trabajo, letras de canciones que finalmente
rompía en medio de mi departamento porque me recordaban a ella; noches interminables a
solas con la noche como único testigo de todas las veces que lloré, maldije y me odié por
seguir queriéndola de la misma forma que llevaba marcado mi corazón.
La noche si hubiera tenido algún tipo de voz alguna, estoy segura que se hubiera atrevido a
delatar todas las palabras que iban solo dirigidas a ella y que a través de un montón de
estrellas que de un día a otro fueron exiliadas de cualquier tipo de fulgor, no dudaría en
escribir todos esos recuerdos que atestaban mi alma, todas esas palabras jamás dicha y
además de ello le recordaría que a pesar de que ya llevábamos un mes y medio sin estar en
el mismo lugar físico; yo aún seguía sintiendo como su recuerdo se llenaba en mi ser y mi
memoria jugaba con la fragilidad de mis sentimientos porque siempre me llevaba a un estado
que no podía controlar porque no había nada peor que el deseo de mi cuerpo de sentir sus
abrazos, su piel derritiéndose en mis manos, la suavidad de sus labios penetrando cada tejido
epitelial presente en mi ser y su voz mezclándose como la mejor sinfonía que había
escuchado en mi vida.
Sin embargo, aunque me doliera todos esos momentos que se habían tatuado en mí, también
tenía que aceptar que mi orgullo era suficiente como para no volver a tener ningún tipo de
contacto con Camila. La había arrancado de mi vida diaria, la había quitado de la fachada que
mostraba al mundo, no obstante, donde más dolía, no podía ser erradicada y quizás jamás lo
haría porque ella se había llevado una parte importante de mi corazón para después
devolvérmelo lleno de
marcas que solo respondían a su nombre.
Habían sido cientas, quizás miles las veces en que estuve a punto de responder sus mensajes
que me llegaban diariamente intentando saber de mí.
Fueron miles las veces en dónde me mantuve callada en una conversación solo para no tener
que nombrarla porque no sabía como actuar con ello, no sabía como hablar sobre ella sin
sentir como el dolor se apoderaba de cada centímetro de mi cuerpo; tampoco tenía ni la más
mínima idea de como era capaz de sacarla de mis sueños, de mis letras y de mis memorias.
Y aunque aún luchaba con ello, sabía que tal vez algún día mi vida volvería a ser la misma
que había sido antes que ella arrasara con todas las paredes que había encontrado en mi
interior, el problema estaba en que quizás yo no quería que esa vida volviera.
De eso también tenía que culparla porque se había atrevido a mostrarme un mundo lleno de
seguridades que jamás había vivido, ella me había enseñado detalles de la vida que no
conocía y que a pesar de que ahora solo se mostraban como tenues pinceladas de un pasado
distante, por alguna razón que no lograba entender me llamaban más la atención que mi vida
asegurada donde existían murallas suficientes como para nunca ser atacada.
Ella me había enseñado que a veces cuando existen murallas tan altas, el panorama que
puedes percibir es limitado y no te deja ver todo el paisaje, ella me había ayudado a
derivarlas y ahora que ya todo había terminado me sentía indefensa ante todas esas ideas
revolucionarias que había implantado en mi mente.

Suspiré al ver el quinto mensaje del día que me llegaba de su parte, llevaba dos semanas
mandando más de veinte mensajes diarios, mensajes que siempre leía sintiendo el dolor
punzante que era todo esto pero aún así jamás los contestaba y prefería dejarlos como leídos
esperando que al día siguiente Camila llegara a aburrirse de la insistencia, sin embargo,
jamás lo hacía y sus mensajes llegaban a dolerme cada vez más debido a que era su intento
de que yo la perdonara cuando yo no tenía nada que perdonar porque mi corazón lo había
hecho semanas atrás; lo que no deseaba era volver con ella, no quería volver a entregarme

insideofmysoul
de esa manera a alguien para que pudiera destruirme de la forma que aquella castaña lo
había hecho por lo cuál prefería seguir alejada de su radar.
El frío estaba comenzando a traspasar mi chaqueta negra, no obstante, por suerte logré
llegar al departamento de Vero antes de que me congelara en la calle debido a que las
temperaturas habían bajado varios grados en el transcurso de la tarde. Comencé a frotar mis
manos intentando que el calor comenzara a formarse a través de esa simple acción mientras
me regañaba una y otra vez por no haber hecho caso al informe del tiempo y traer unos
guantes para contrarestar la helada que estaba presente esta tarde.
Sin embargo, esto solo duró un par de minutos porque no tardó en abrirme la puerta del
departamento que tanto conocía, Zac con sus típicos jeans rotos
y con una sonrisa que sabía a la perfección que significaba porque llevaba viéndola desde
hace casi dos meses intentando ser una recompensa a mi corazón destrozado, era esa
sonrisa que tus amigos te ponen para que no te sientas mal contigo mismo; una sonrisa que
está llena de mensajes subliminales que muchas veces simplemente ignoras y sigues con tu
vida,no obstante, ésta llevaba mucho tiempo siendo protagonista de nuestras
conversaciones, de nuestros ensayos y presentaciones que ya sabía toods los secretos que
había detrás de ella; principalmente el hecho de que podía contar con él para todo.
—Pensé que ya no llegarías —comentó entre risas para no tardar en abrirme espacio para
poder entrar a su departamente, yo me limité a rodar los ojos sintiendo como el calor
comenzaba a amoldarse a mi piel fría —Estaba pensando que nueva excusa aparecería
cuando llamaras de que no vendrías —volví a rodar los ojos frente a ese comentario porque
sabía que sería el tema de conversación en algún momento de la tarde, llevaba varias
semanas sin tener planes más allá que los que envolvían mi rutina diaria; haberme cambiado
de departamento también había ayudado a mi estado de soledad por lo cuál ya teníua toda
una lista de excusas a cuales apostar cuando sabía que mi ánimo no era una palanca
suficiente para que hiciera algo más que estar viendo como la noche se llenaba de estrellas ó
escribiendo canciones que finalmente se perdían entre los pedazos rotos de todos las hojas
de papel que murieron sacrificados en el bote de bsaura.
—Eres un idiota ¿lo sabes?—le pregunté con una mueca en mi rostro que demostraba
claramente mi nivel de paciencia de aquella noche y aunque tenía la suficiente como para
soportarlo casi todos los días, hoy no estaba de humor para sus chistes y sus ironías por lo
cuál traté de parar el tema antes de que lograra ser parte del único tema de conversación
entre los dos —¿Dónde está Vero?—inquirí y como si hubiera sido llamada para aquel
momento, la castaña no tardó en aparecer con un par de platos para poner a la mesa y con
una sonrisa no tardó en dejarlos para luego abrazarme, Zac simplemente rió ladeando la
cabeza divertido mientras se encargaba de terminar de arreglar la mesa.
—Llegaste —comentó sin dejar de abrazarme mientras yo suspiraba asintiendo a aquel
comentario, tenía que aceptar que hasta yo misma estaba sorprendida de estar aquí, al
principio pensé en negarme, sin embargo, también sabía que Vero me seguiría insistiendo
hasta que finalmente lograra aceptar su invitación por lo cuál de todas formas perdería esa
batalla —Ya te extrañaba —aseveró sin dejar aquella sonrisa, no supe que decir ante ello, la
verdad es que hace mucho que me había acostumbrado que era mejor no decir nada sino
tenías ningún tipo de palabra en la boca, por lo cuál opté por esa opción y simplemente traté
de seguir sus palabras y su emoción con una sonrisa que estaba bastante lejana de lo que
realmente estaba sintiendo en aquel momento, pero ya me había acostumbrado a aquel
panorama que ya no se me hacía difícil fingir que las cosas estaban bien cuando por dentro
me sentía lo suficientemente destrozada como para querer gritar.
La cena siguió su rumbo natural entre conversasiones que intentaban romper la distancia que
yo misma había impuesto con las demás personas, sin embargo, siempre quedaba ese
momento que el frío grutural nos envolvía a los tres y el silencio se quedaba entre nosotros
traspasando nuestra propia piel, tal vez era el hecho porque de alguna forma aún tenía
recuerdos de ella en este departamento y ya estaba empezando a acomodarme al hecho de
que no existían paredes que me recordaran a ella en medio de mi departamento, por lo cuál
me limité a seguir la conversación y los chistes que de vez en cuando Zac tiraba tratando de
romper el hielo y que la cena no se viera como si estuviera demás.

insideofmysoul
—¿Cómo llevas lo de tu departamento?—preguntó finalmente Vero mientras yo intentaba
prestar atención a lo que decía —¿Te has acostumbrado?—inquirió mientras comenzaba a
recoger los latos de la cena, yo suspiré asintiendo porque aún era extraño vivir sola, nunca lo
había hecho por lo cuál era algo totalmente nuevo y aunque a veces me sintiera un poco
desorentiada; tenía que aceptar que me gustaba estar sola y que le había tomado el gusto a
tener mi propio espacio sin tener que compartirlo obligatoriamente con alguien, me gustaba
tener mi propia independencia y sentir como era dueña de mis propios actos.
—Es raro —respondí encogiéndomde de hombros ante la naturalidad de la respuesta, la
castaña me miró preocupada antes de que yo volviera a responder —Pero está bien, me
gusta —confesé bordeando los límites superiores del vaso con el jugo hasta la mitad que
estaba a tan solo unos centímetros de mí—Al final de todo, es mi propio espacio por lo cuál
me siento cómoda en él —sugerí suspirando —Tal vez necesitaba un poco de soledad en mi
vida para poder encontrarme en medio de todo —aseveré tratando de tomar mi cabello ante
ello —El silencio nunca es incómodo en este lugar porque puedo escuchar mis propios
pensamientos resonando entre las paredes, por lo cuál me gusta estar ahí, porque es una
buena forma de encontrar respuestas que nunca conseguiría estando con alguien
—finalicé trazando mis dedos intentando que una respuesta saliera de mis labios pero
realmente no sabía que responder ante su pregunta, supongo que ya me había acostumbrado
lo suficiente a que Camila siempre supiera las respuestas mucho antes de que yo las diera y
eso había hecho que las palabras muchas veces estuvieran demás y yo tampoco intentara
traerlas a flote porque nos entendíamos sin la necesidad de utilizarlas.
Volví a suspirar ante ello, aunque me esforzara por no tenerla presente, su recuerdo estaba
presente siempre como si quemara a fuego lento cada una de mis ideas, cada uno de mis
pensamientos y no se atreviera a irse nunca de aquel lugar apartado que estaba ocupando
cada día con mucho más impacto que en un principio. Era difícil dejarla ir, porque la verdad
es que ella y todo lo que estaba relacionado con aquella castaña se estaba acumulando
dentro de mí ante la impotencia de mi cuerpo de dejarla ir, dejando que el gris presente
desde hace mucho tiempo comenzara a pintarse finalmente en el color café de sus ojos ó en
el rojo de su mirada con esas mejillas adorables, era increíble como hasta en ese detalle
ella era la culpable de lo que estaba sucediendo en mi interior.
¿Cómo podía olvidar a la única persona que había pintado mi alma de colores que no creía
que existieran?, ¿Cómo podía siquiera sacarla de mis pensamientos diarios si ella tampoco se
atrevía a dejarme ir?. Me odiaba cuando llegaba ese momento en que aceptaba fácilmente
que no era capaz de dejarla pero era algo necesario, me odiaba ante el hecho de que no
había tardado en disculparla y que si mi orgullo no fuera la única barrera consciente entre
todo mi tejido, entre todas las murallas que de a poco estaban comenzando a funcionar
nuevamente, en el mismo instante en que las noches comenzaron a ser eternas la hubiera
buscado sin dudarlo ó más bien sin ni siquiera pensarlo.
Sin embargo, cada vez que intentaba dar ese tipo de respuesta a todos los estímulos que
esta situación daba, mi conciencia no me dejaba volver a ese camino sin salida que era volver
a estar con ella. El miedo se había insertado en lo más profundo de mi ser y la sola idea de
que podía destrozarme aún más de como lo había hecho me aterraba de una manera que no
tenía límites; esa era la verdadera razón por la cuál no me atrevía a que mi corazón volviera
a jugar en aquel escenario desempeñando un papel principal que no estaba confirmado.

Pero aún así, a pesar de todas las inseguridades a las cuales mis pensamientos se veían
reducidos, surgía la ironía ante el hecho de que muchas respuestas necesitaban a la castaña
oara funcionar de la misma forma eficiente que habían adquirido cuando ella estuvo presente
en mi vida. Su recuerdo era como una jodida lluvia de verano que era necesaria para
refrescar ante el calor incesante que el clima podía ofrecer, ella era esos colores en mi vida
que necesitaba para darme cuenta de lo pérdida que había estado con anterioridad; no
estaba segura de su recuerdo hacía bien ó hacía mal, porque sin mayor esfuerzo era capaz de
atraparme ante los besos de un adiós que sucedió abruptamente, su recuerdo me atrapa ante
la delicia de sus labios y la pasión de sus caricias.
Me atrapa ante la inmensidad del mar y como quema sin necesidad de que ella éste presente

insideofmysoul
en mi vida.

La noche ya estaba instaurada en el cielo mientras las horas se acumulan entre las señales
que las personas habían dejado en el suelo diario de todas las calles de esta ciudad, nunca
había sido admiradora de las grandes ciudades como ésta; pero tal vez estaba comenzando a
adquirirle el gusto, quizás no un gusto tan placentero como el que muchas personas tienen
hacia New York y la forma en que ésta ciudad se convierte en la única distancia que necesitan
sus sueños, sin embargo, si podía decir que poco a poco me acostumbraba a la idea de que
tampoco era tan malo vivir en la ciudad que nunca dormía.
Suspiré sintiendo como el frío estaba comenzando a traspasar mi chaqueta y como aún
quedaba un largo recorrido para llegar a la estación de metro
más cercana y embarcarme a un viaje de quince minutos que a pesar de que era el momento
del día que más me gustaba, éste se volvía tan corto entre medio de las luces de cada
estación y de como el tiempo no era mi mejor aliado porque siempre se mostraba eterno en
mis noches solitarias pero en mis momentos placenteros se mostraba como una brisa rápida
casi inexistente que simplemente llegaba como una suave caricia pasajera en mi vida. Fruncí
el ceño al ver como de a poco la calle comenzaba a quedarse sin vida y las personas ya no
estaban presentes en ésta porque el frío cada vez era más profundo al punto que fue capaz
de quitar cualquier tipo de vida durante los siguientes diez minutos en donde solo podía ver a
las personas intentando regresar a un lugar con calefacción suficiente para no conseguir una
hipotermia ante la frialdad que octubre estaba dejando en su camino.
Mis pasos desaparecían entre medio del camino hacia el metro y cuando fui consciente de
esto, ya me encontraba pasando la tarjeta sobre la ranura de los torniquetes para poder
ingresar a éste, traté de calentar mis manos a través de la suave fricción de mis manos
mientras veía como las últimas personas de la estación se encontraban subiendo al tren, yo
lo dejé pasar viendo como el tiempo se amoldaba a ese pequeño momento de felicidad entre
medio de la noche sin estrellas que se presentaba en mi vida desde hace mucho tiempo. Las
líneas de cada estación se mostraba encima de mi cabeza ante cualquier eventualidad de que
alguien se perdiera por lo cuál no pude no sonreír ante la idea de que las personas realmente
se perdían a pesar de que las indicaciones de cada estación estaban más que claras y que en
cada vagón existía un mapa que te mostraba todas las líneas del metro.Pero creo que lo que
realmente me sacó una sonrisa fue que de esa forma tan poco casual y antinatural era que el
destino nos había juntado a Camila y a mí, ella al final de todo seguía siendo la chica perdida
que había conocido ante los hilos enredados que el destino solía mostrar ante las personas
sin ningún tipo de razón pero que al final todo era un plan mucho mayor y estaba unido de
una forma tan estecha que parecía una telaraña de momentos los cuáles nos unían a un
montón de desconocidos que se volvieron más que eso en tan poco tiempo creando más hilos
por unir y así creando una gran telaraña que rodeaba más caminos de los que éramos
capaces de delimitar.

El tren llegó y me subí sin ningún tipo de ánimo ante ello, apenas habían un par de personas
que se encontraban en su propio mundo sentadas entre los asientos rojos y negros que rara
vez estaban desocupados pero que a ésta hora solo dejaban un triste escenario de que
estaban recubiertos por historias silenciadas de todo un día de viaje, sonreí ante la idea de
pensar todas las palabras de nuevas historias que fueron creadas por este viaje, todas las
canciones que sonaron en los audífonos de las personas que utilizan este transporte
diariamente; todos los libros que intentaron ser devorados ante un viaje que parecía
interminable y también pensé en todos los momentos incómodos que se llevaban aquellos
asientos durante el viaje a horas peak donde con suerte se podía respirar.
Todos esos detalles que la vida dejaba como algo normal se
mezclaban en nuestros panoramas y muchas veces eran mucho más importantes de lo que
lográbamos tildarlos, sin embargo, los dejábamos ir porque solo servían como desecho en
nuestra memoria.
Cinco estaciones y diez minutos caminando era el recorrido que me separaba de aquel edificio

insideofmysoul
que de a poco estaba perdiendo su color y que en el tercer piso se encontraba mi
departamento, sentí como las llaves de éste sonaban en el bolsillo de mi chaqueta mientras
que mi celular se ubicaba en el mismo bolsillo vibrando, sin embargo, ni siquiera me atreví a
mirar de quién se trataba porque lo sabía sin necesidad de adivinarlo.
Era Camila y sus incesantes mensajes que me dejaba todas las mañanas y todas las noches
durante semanas, tantas veces fueron las que realmente quise responderle, muchas otras
fueron las que intenté llamarla tratando de quitar esa distancia que habíamos adquirido ó que
más bien yo había decidido para que todo terminara. Pero las que más dolían eran esas veces
en que realmente lloraba con sus mensajes y extrañaba su voz y la forma en que ella me
hacía sentir, esos eran los momentos que más odiaba de todos porque la opresión en mi
pecho no se iba nunca e intentaba mitigarme ante la inmensidad del mar de recuerdos que
aquella castaña había trazado en mi vida.
Ni siquiera estaba segura del porqué aún no bloqueaba su número ni tampoco como seguía
teniendo todas sus fotos en mi celular, muchas veces no estaba ni siquiera segura si
realmente habíamos terminado ó yo simplemente había decidido irme de su vida. Otras veces
solo me quedaba recordando entre las tinieblas de la noche y la suavidad de mis sábanas
todas las conversaciones que habíamos tenido, todos los silencios que se habían apoderado
de nuestras palabras, la forma en que su piel traspasaba la mía entre medio de estímulos que
no eran de este planeta.
La forma en que sonreía, como amanecía su cabello despeinado y hasta como su corazón
palpitaba en medio de una noche de estrellas que siempre estaba presente entre nosotras
dos,iluminando nuestro camino hasta que nuestros límites volvieran a estar presente y que
dejáramos de ser dos cuerpos en uno solo mientras que el sol se mostraba como el testigo
que tostaba nuestra piel entre medio de suaves caricias diurnas; todos esos detalles aún
existían de mi parte y mi cuerpo los reclamaba cada vez que me encontraba sola; sin
embargo, al final del día sabía que no importaba cuán nítidos fueran los recuerdos ó cuanto
dolor me ocasionaran, era mejor seguir adelante sin ella.
Las estaciones se derritieron antes las luces y la velocidad del vagón mientras que ese
pequeño momento de tranquilidad se vió azotado por la ola de recuerdos y un par de
lágrimas que no quise derramar pero ahí estaban presentes decorando de una forma
cristalina mis mejillas hasta que las quité de mi radar notando como la estación era
anunciada por la voz del metro y las puertas se abrían mientras yo seguía el camino rutinario
que sabía de memoria.
La noche no había dejado de ser el principal foco de atención mientras que el frío de a poco
estaba comenzando a ser uno de los principales
factores de mi caminata, sin embargo, no le presté suficiente atención a esos detalles porque
estaba más preocupada en no olvidar el camino al departamento. Suspiré sintiendo como el
frío se envolvía en mi cuerpo dejando un leve escalofrío en mi piel que contrarresté entrando
a aquel edificio que conocía de memoria pero aún así meses después de haberlo pisado por
última vez se sentía como si todo fuera distinto, me acerqué al ascensor con pasos inseguros
mientras marcaba el quinto piso sabiendo que ella aún seguía ahí porque era simplemente
imposible que se hubiera mudado ó al menos eso era lo que me sugería mi sentido de
orientación.

Mis piernas temblaron apenas las puertas del ascensor se abrieron mientras intentaba
tranquilizarme ante el minuto de impulsividad y valentía que sentía en aquel momento, me
quedé un par de segundos dudando sobre lo que estaba haciendo pero sabía que era muy
tarde como para arrepentirme de mi decisión así que aunque la inseguridad era el estadio de
mi mente, decidí tocar el timbre que se encontraba al lado del número 536 del departamento,
tal vez fueron segundos ó quizás un minuto el tiempo que transcurrió entre mi valentía y
comenzar a escuchar un par de pasos acercándose pero para mí fueron como si los siglos
estuvieran enmarcados en un tiempo inexistente hasta que vi como la puerta era abierta con
suavidad entre un par de risas que podría identificar aunque ya no fueran parte de mi vida,
mis manos temblaron tímidamente ante ello porque llevaba demasiado tiempo sin sentirme
de esa manera hasta que pude ver a la castaña frente a mí.

insideofmysoul
—Definitivamente tú no eres mi pizza —contestó con una mueca dejando ver su sorpresa a
través de un par de risas que siempre habían sido parte de su personalidad, de las dos, Lucy
siempre había sido la más animada, ni siquiera en los momentos en que la seriedad era
necesaria, ésta se hacía presente en su rostro por lo cuál solo suspiré ante el recuerdo de un
rostro que había intentado olvidar pero aún estaba quebrantando en mis pensamientos; ella
me miró extrañada antes de ponerse en el borde de la puerta —Supongo que quieres entrar
—dijo finalmente entre un suspiro amargo que denotaba claramente que ella tampoco lo
esperaba, parpadeé un par de veces consciente que había esperado mucho tiempo para
realizar aquella visita y aunque podía haberla dejado en el olvido, simplemente la necesitaba
entre mis dudas que querían ser respondidas, asentí entrando al departamento que había
compartido con ella durante tanto tiempo y que apenas recordaba porque ya no era parte de
algún tipo de recuerdo presente en mi vida, sin embargo, era capaz de reconocer que éste no
había cambiado ni en lo más mínimo lo cuál no dejaba de sorprenderme.
Lucy no tardó en cerrar la puerta mientras yo veía cada detalle de aquel departamento
intentando encontrar una razón por la cuál no me sentía familiar en él siendo que había
vivido demasiado tiempo a través de estas paredes, sin emabrgo, mis pensamientos fueron
rápidamente disipados cuando la castaña que se presentaba con un jean blanco rasgado y
una blusa negra se acercó a mí con los brazos cruzados sin dejar de tener el ceño fruncido
lleno de confusión.
—Tengo que preguntar porqué estás aquí ó vamos a saltarnos eso—preguntó enarcando la
ceja —Mentiría si te dijera que no estoy sorprendida de verte Lo —suspiré ante aquella
denominación, llevaba demasiado tiempo sin escucharlo y ella se dio cuenta porque
simplemente trató de evitar el tema —Lo siento , Lauren, ¿quieres algo?, pedí pizza pero aún
no me llega —sentenció pasando su mano nerviosa sobre su cabello y yo negué a ello porque
no tenía hambre.
—He cenado donde Vero —ella asintió con una sonrisa antes de volver a mirarme como si
intentara reconocer algo que yo no podía ver —Yo vine porque —Lucy chasqueó la lengua y
ladeó la cabeza ante ello.
—Vienes por Camila—la miré sorprendida ante ello y la forma tan natural que tuvo para
decirme aquello —Te conozco, bueno al menos eso era lo que pensé después de conocerte
por tanto tiempo —afirmó sin mirarme, sin embargo, le di la razón porque ella me conocía;
no obstante, no de la forma en que yo debería haberle ofrecido—Sé que terminaron —
sentenció yendo al punto mientras mordía su labio nerviosa y yo seguía mirándola
contrariada por aquel detalle esperando que lo explicara —Ella apareció hace un par de
semanas a reclamarme como había arruinado su vida —sugirió con una sonrisa sarcástica y
yo no supe que decir ante ello porque jamás me lo hubiera imaginado —Y tenía toda la razón
para hacerlo —agregó amargamente como si estuviera sintiendo lo que sus palabras
transmitían —Lamento que lo suyo no haya funcionado.

—¿Por qué no me lo dijiste en aquel bar?, pudiste haber roto aún más mi corazón
—sentencié enojada y ella no dijo nada mientras el silencio se ocupaba de abrigarnos entre
medio del frío de la noche.
—No lo encontré necesario —admitió encogiéndose de hombros, yo no dejé de mirarla
contrariada por ello— Camila no es mala persona, de hecho es una chica increíble —respondió
sin mirarme porque podía sentir como su mirada no se atrevía a chocar con la mía aunque
sabía a la perfección como sonaban sus mentiras por lo cuál me sorprendía que el sonido que
tomaban sus palabras eran lo más lejano a una mentira.
—Lo sé —concreté —Me traicionaste con ella ¿lo olvidas?—refuté sintiendo el dolor punzante
de cada una de esas palabras, Lucy suspiró asintiendo ante ello y no sé si eso fue capaz de
romperme aún más de lo que ya estaba en aquel momento.
—No lo hago —dijo calmada buscando palabras que no salían de sus labios —Lauren no tengo
ni la más mínima idea de la verdadera razón por la cuál estás aquí pero puedes decirme lo
que quieras, creo que al final de todo me lo merezco —afirmó sin dejar atrás esa tranquilidad
que me molestaba de una forma sin precedentes. Quería decirle tantas cosas, gritarles otras
tantas, sin embargo, al final mi fuerza de voluntad solo llegó a formular una sola pregunta

insideofmysoul
que deseaba que fuera respondida desde hace mucho tiempo.
—¿Por qué no me lo dijiste?, quiero la verdadera razón—refute
tratando que la rabia no fuera quien me dominará en aquel momento. Lucy se limitó a
suspirar antes de responder rompiendo esa imagen de tranquilidad que había adquirido desde
que comenzamos a hablar.
—Porque te quería —dijo sin más y yo no pude estar más sorprendida por esa respuesta —ó
al menos eso pensaba—quise reír irónicamente por su respuesta porque la encontraba tan
fuera de lugar. Ella no me quería, le gustaba era el hecho de que yo alguna vez la hubiera
visto como lo único que tenía, le gustaba ser amada eso era lo que ella extrañaba y
confundida con querer—Mira, no te voy a recitar mil cursilerías que no me vas a creer pero si
te quise, lo suficiente como para que me importaras —empuñé mis manos ante la impotencia
mientras mordía mi lengua ante todos los sentimientos encontrados que dejó en mi piel
aquella respuesta.
—Entonces ¿por qué me traicionaste?¿cuál era la necesidad?—respondí entre confundida y
enojada dejando que mis lágrimas se apoderaron de mi rostro cuando menos las necesitaba,
no obstante, tampoco fui capaz de hacer algo en contra de aquello porque una herida que
pensaba que había sanado hace mucho aun seguía vigente y latente en lo más profundo de
mi ser.
—No soy una experta en el amor pero si sé que me equivoqué con Camila y que contigo hice
algo que ni siquiera puedo nombrar porque fue horrible
—aseguró agachando la cabeza —No es una excusa es simplemente la verdad, cuando estaba
contigo sentía esa necesidad de ser amada pero no solo por ti, Camila no tuvo nada que ver
en eso, ella simplemente se enamoró de la persona incorrecta
—concretó en un suspiro tan amargo que fue capaz de llegar a mis labios —Pensé que al estar
con ella y contigo a la vez podía llenar ese vacío que sentía dentro de mí—cada palabra
provocaba aún más confusión dentro de mi razocinio y estuve a punto de irme y no
escucharla más pero más fuerte que aquello era el hecho que necesitaba respuestas que solo
ella tenía.
—¿Vacío?—pregunté contrariado y ella asintió.
—La maldición del amor, querer ser amada por todos para pensar que alguna de esas
personas realmente me amaba con su corazón, sentir que estaba dominando sentimientos y
sentirme poderosa a través de ello.
—Yo te amé y estoy segura que Camila también lo hizo —sugerí enojada ante su respuesta y
la castaña se limitó a asentir ante mi comentario.
—No lo dudo — confirmó —No puedo decir nada para defenderme pero tú querías saber la
verdad, esa es —concretó —Cuando te vi junto a ella tengo que aceptar que sentí celos
porque ya no eras mía, porque ambas habían encontrado su felicidad sin que yo fuera parte
de su vida —mi vista no dejaba de seguir cada uno de sus gestos y como éstos
representaban las palabras mejor de lo que cualquiera podía esperar, era muy buena actriz
pero nunca podías actuar arrepentimiento, era una emoción que no se estaba del lado de la
actuación sino más bien de la verdad por lo cuál no dejaba de causar me sorpresa cada
palabra que envolvía su respuesta
—Pero también vi esa sonrisa que llevaba años sin ver en ti, vi como realmente la
querías de una forma que pensaba que habías olvidado en el camino; te conozco desde que
éramos niñas y sé como la vida te ha golpeado una y otra vez pero cuando estás con ella es
todo tan distinto como si la vida te ofreciera una oportunidad nueva de tener el pedazo de
felicidad que se te fue quitado injustamente — dijo dejando que sus ojos oscuros se fundieron
en los míos de una forma que llevaban mucho tiempo sin hacerlo—Por eso no dije nada, creo
que mereces ser feliz con alguien que te ama profundamente como lo hace Camila contigo —
admitió —Creo que yo no hubiera tenido la valentía para decirte que estuve con tu ex
mientras estaban juntas, pero ella lo hizo porque te ama lo suficiente para no seguir
mintiéndote y que le dieras la oportunidad de comenzar de cero sin mentiras ó verdades
ocultas — las lágrimas caian incesantemente ante una verdad que no deseaba aceptar —Solo
piénsalo, ella pudo quedarse callada y no decir nada, con tal lo nuestro solo fue una historia
más de sus memorias pero prefirió decirte la verdad aunque eso significara dejarte ir —

insideofmysoul
agrego antes de suspirar —A veces es más admirable dejar ir a alguien que intentar quedarte
con ella, lo entiendo porque esa fue la decisión que tomé contigo, preferí que fueras feliz a su
lado y ya no ser una piedra más en tu camino —no supe que decir ante ello y Lucy lo sabía
por lo cuál no se inmutó ante ninguna palabra y siguio con su discurso—Estoy más que
segura que en este momento ella se encuentra siendo la persona más infeliz del mundo
porque encontró la felicidad contigo y se equivocó pero yo cargo con toda la culpa si eso hace
que la disculpes, puedes odiarme libremente pero Camila merece que la perdones — contestó
antes de acercarse a mi y romper esa barrera que nos separaba hace mucho tiempo y una
suave caricia en mi mejilla se convirtió en el recuerdo latente de una época pasada—Aunque
conociéndote como lo hago, jamás te negaste a perdonarla
¿cierto?—preguntando quitando las lagrimas que se agolparon en mi mejilla.
—No puedo quitarla de mis recuerdos-sentencie sintiendo como todo dejaba de tener sentido
y sin quererlo o siquiera pensarlo, me encontraba llorando sobre su hombro como lo había
hecho durante tantas veces y ella no se negó a ello, sino todo lo contrario, comenzó a
acariciar mi cabello como cuando eramos niñas y ella me defendía de cualquier cosa
protegiendo me de una realidad más dura de la que yo podía aceptar.
—Entonces ¿qué estás esperando?—pregunto dulcemente mientras sus manos iban y venían
sobre mi cabello—Sé que tu orgullo tiene razones por las cuáles estar alerta, sin embargo,
ella vale la pena —afirmó sabiendo a la perfección lo que invadía mi mente y aunque deseaba
que ella no me conociera de la forma en que lo hacía, en aquel momento solo pensaba que
estaba sintiéndome protegida ante una tempestad—Ella puso la verdad antes que su propia
felicidad y créeme que si pudiera tener otra oportunidad de quitar mis errores, tomaría el
camino de que en otra vida te atesoraría como lo mereces, no obstante, sé que eso no es
posible pero Camila se está esforzando para que esa oportunidad de hacer bien las cosas
aparezca en su vida —dijo antes de volver a secar las lagrimas que se incrustaban en mi
rostro antes de sonreírme y mostrarme la respuesta que buscaba y que era la razón por la
cual
estaba ahí en esa noche fría —Esa es la respuesta que buscabas.
In another life parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
—¿Qué opinas?—le pregunté a Claire mientras intentaba terminar de arreglarme el vestido
azul para la cena de hoy, la rubia no tardó en rodar los ojos frente a mi pregunta porque no
estaba convencida del todo que saliera con Louis, de hecho sin haber ni una sola palabra de
fondo era capaz de escuchar sus pensamientos y como estaba criticando al ojiazul desde lo
más profundo de su corazón. Tampoco es que aquel chico me agradara lo suficiente como
para salir con él, pero necesitaba de su favor así que no tenía más opciones que aceptar el
hecho de que esa noche tenía que salir con él.
Estaba tan acostumbrada a ello, era cierto que tenía dinero y también talento, sin embargo,
en el mundo donde vivíamos nada de esto era suficiente como para que una mujer no
dependiera de vez en cuando de un hombre. Era un mundo donde solo los hombres
triunfaban lo suficiente como para no necesitar esa actuación que a las chicas siempre nos
tocaba para conseguir favores; no era la primera cita que hacía con ellos para lograr algún
papel ni tampoco sería la última de eso estaba segura, pero aún así la había aceptado con
toda la tranquilidad del mundo porque sabía lo importante que era para Lauren y con eso me
bastaba.
Sabía que ella nunca aceptaría que la ayudara de ninguna forma económica, era demasiado
terca, demasiado orgullosa y a pesar de que muchas veces lograba sacarme de quicio por
aquellas dos características; también tenía que aceptar que amaba aquellos dos puntos de su
personalidad porque la hacía una mujer fuerte y más atractiva que la mayoría de las chicas
con las cuál me rodeaba y que no tenían ni la más mínima pizca de verguenza propia u
orgullo.
—Opino que has gastado demasiado tiempo para un idiota
—sentenció rodando los ojos mientras se paraba para atar los tirantes del vestido a mi cuello,

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yo solo reí por su comentario porque era exactamente el que esperaba de su parte —Aunque
el vestido es precioso y la chica que está en él también —comentó suspirando —Ese idiota no
merece una cita contigo—aseveró antes de acariciar mi hombro, yo no dije nada ante aquel
comentario y solo me quedé frente al espejo escuchando las quejas que había escuchado
toda la tarde de parte de aquella rubia. Hoy estaba de un pésimo de humor porque tenía que
correr sus vacaciones a una semana más, por lo cuál no dejaba de criticar a todo el mundo
por su mala fortuna, Claire siempre había sido demasiado dramática, típico de una actriz por
lo cuál no me sorprendía ni en lo más mínimo su actitud y cómo se aferraba a la exageración
como su mejor arma ante el mundo —La última persona del planeta con quién saldría es él
—confirmó antes de dejar el tema del vestido y volver a sentarse en la silla con el ceño
fruncido y negando constantemente ante el hecho de la salida, sin embargo, yo solo me reía
porque ella no iba a salir con él y solo iban a ser un par de horas por lo cuál no aborrecía la
salida de la forma que la ojiazul lo hacía aunque tenía que
aceptar que yo tampoco estaba muy conforme con ello, todo el mundo desearía compartir
una cena con Louis Roth el afamado actor de hollywood por quién todas las chicas
enloquecían, el hombre que todas soñaban tener y perderse en esos ojos azules, no obstante,
yo solo podía verlo como uno que no valía ni siquiera dirigirle el saludo.
Había salido con él hace un par de años durante el rodaje de una película que ambos
protagonizábamos, aquellos emparejamientos eran tan normales que ya ni siquiera ponía
algún tipo de reproche frente a ello cuando me tocaba salir con mi coestrella, era como si los
directores se encargaran de mostrar al mundo una pareja perfecta salida de un mundo
inexistente como si las personas se alimentaran de una relación que no era suya y que más
encima estaba lo más distante de ser real, pero aún así les gustaba ver como el amor nacía
entre los rodajes de una película, era la esperanza del mundo de que el amor podía aparecer
hasta en los lugares menos pensados como lo era el set de una película.

Louis era guapo y tenía talento que no estaba sobrevalorado por lo atrayente que era su
figura, sin embargo, siempre fuimos tan parecidos que no había día en que no terminaramos
discutiendo. Ambos éramos lo suficientemente soberbios y orgullosos como para no ver más
allá de nuestros propios ojos, además del hecho de que él era un mujeriego de primera que
podía cautivar a las chicas solo con una sonrisa y yo, bueno yo solo estaba interesada en
jugar con lo que todo el mundo llamaba amor; sabía que nunca iba a ser afortunada para
conseguir amar de la forma en que las películas mostraban por lo cuál no dudaba de jugar de
los corazones de personas incautas que se guiaban por una cara bonita y arrogante para salir
por lo cuál duramos solo un par de semanas antes de que se armara un escándalo porque él
estaba saliendo con otra chica mientras estaba conmigo y como yo no había necesitado ni
dos días para volver a estar en las noticias de la primera página de todos los diarios porque
era normal que los hombres tuvieran un sinfín de aventuras, deslices que eran tapados por el
hecho de que era lo que el mundo esperaba de un hombre; en cambio si esto pasaba de
parte de una chica era como tatuarse en la frente que eras una persona fácil y perdías
cualquier tipo de respeto.
—No es necesario que me repitas cien veces esto —refuté suspirando —Ya lo sé, recuerda
que también he salido con él —aseveré terminando de arreglar mi cabello—Pero esta cena es
importante así que podrías apoyarme un poco ¿no?—argumenté recibiendo un par de miradas
irónicas de su parte.
—¿Por qué tuviste que enamorarte de alguien tan orgullosa?—agregó suspirando —No sé en
cuál de las dos el orgullo es tan grande como para rodear el perímetro de la Tierra.
—No exageres Claire por favor —respondí riendo —Tú nos superas con creces —la rubia me
fulminó con la mirada ante aquella respuesta lo cuál solo hizo que riera más por la forma tan
poco normal que tenía de fruncir el ceño —Por eso nos amas —dije guiñándole el ojo y ella
solo suspiró exasperada ante ello.
—Lamentablemente—afirmó antes de sonreír —Por cierto vas a agotar las rosas del mundo si
sigues enviado casi diaramente tantas hacia una chica que conozco, enserio que creo que me
haré cliente premium de tantas que has pedido
—comentó y yo no supe que decir mientras que sentía como mis mejillas se sonrojaban por

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aquel detalle, ya que tenía razón pero me incomodaba un poco que Claire pusiera en tema de
conversación aquello.
—Las rosas son un lindo detalle —respondí defendiéndome con una sonrisa al pensar en como
Lauren se sorprendía por cada ramo que le llegaba y no dejaba de agradecérmelo cada vez
que nos veíamos , me encantaba ver la sonrisa llena de ternura que se formaba en sus labios
cuando hablaba sobre las rosas y como le gustaba recibirla. Suspiré ante ello porque esa
pelinegra había conseguido lo que nadie había hecho en mis veintidos años por lo cuál era
sumamente extraño que me sintiera cómoda hablando de como ella me hacía sentir de otro
mundo, casi siempre prefería mantenerlo como un recuerdo propio, como algo que solo
existía entre nosotras dos y me gustaba protegerlo porque sabía a la perfección que en mi
mundo todo lo hermoso era destruido frente a la envidia de los demás al no tenerlo.
—Lo dice la chica que las odia —contestó rápidamente antes de reír por ello—Lauren
realmente te tiene volando hacia la luna, Cabello—agregó acomodando su cabello—Sinatra
debería inspirarse en la cara que pones solo con pensarla y en esa sonrisa que se forma en
tus labios solo al recordarla —sentenció mientras yo ignoraba su comentario porque podía
sentir como mis mejillas quemaban ante su insistencia —¿Ves?, solo necesito nombrarla para
que ya éstes en otro mundo
—chasqueó la lengua antes de volver a sonreír —Las chicas siempre serán una mejor opción
que los hombres, besan mucho mejor, son hermosas, inteligentes y la mayoría no quiere
sentirse superior a ti así que es como si pudieras hablar con toda la naturalidad del mundo;
no es muy difícil comprender porque los hombres gustan de las mujeres, es difícil entender
porqué la mayoría de ellas buscan a los hombres cuando somos la perfección andante —
suspiró con una sonrisa ante su comentario, el cuál no me atreví a refutar porque debía
aceptar que estaba cargado de verdad; había estado con tantos hombres que ni siquiera
podía recordarlos a todos, sin embargo, ninguno me había hecho sentir como esa ojiverde ni
tampoco ningún beso se sentía de otro mundo como lo hacían los de ella. Nadie me había
hecho sentir tan nerviosa solo con una mirada y a la vez tan afortunada con esa misma
mirada cargada de sinceridad; había algo en Lauren que me hacía quererla más de lo que
estaba acostumbrada y solo me hacía desear cada vez que nuestros minutos juntas
terminaban y teníamos que volver a nuestra vida normal, que ella siguiera siendo lo único
real en el mundo de fantasía con el cuál vivía rodeada; porque eso era lo que más me
enamoraba de ella, el hecho de que cada uno de sus sentimientos, emociones y palabras eran
lo más real que había visto en mi vida, lo cuál para una actriz que vive de mundos
inexistentes es lo más extraordinario que puede pasarle.

—¿Alguna vez dudaste de que fuera real lo que sentías por las chicas?¿siempre
estuviste segura de ello?—pregunté tímidamente y Claire no tardó en mirarme pensativa
antes de acariciar mi mejilla.
—Es que a ti no te gustan las chicas —refutó dejándome extrañada
—Tú amas solo a una y no es necesario que lo pienses más allá de eso ó ¿te atrae otra
chica?—preguntó enarcando la ceja y yo negué rápidamente a ello porque jamás me había
sentido de esa manera con ninguna chica, de hecho ni siquiera con los hombres me había
sentido de esa forma pero aún así las incertidumbres hacia el tema seguían siendo parte de
mis pensamientos porque no era algo con lo cuál hubiera congeniado, hace un par de meses
no podía ver nada normal mantener una relación con alguien de tu mismo género y hoy
estaba suspirando por una chica que me tenía enloquecida de una manera que dudaba que
mi cordura volviera porque desaparecía cada vez más entre medio de sus sonrisas—Que te
guste Lauren no tiene ninguna relación con que te gusten más chicas, cuando se ama de
verdad no se ve a nadie más, acaso eso no pasa también en las parejas normales—inquirió
mientras yo me encogía de hombros —Que no tengas el gusto normal de todo el mundo no
significa que te vayas a enamorar de todas las chicas del planeta ó acaso tú estabas
enamorada de los hombres del mundo—preguntó a lo cuál volví a negar tímidamente frente a
su pregunta— Otra cosa es que gustes de estar con chicas para pasar el tiempo, acto del cuál
yo me declaro culpable pero sinceramente yo no te veo con más chicas que la que tiñó tu
corazón con unos bonitos ojos verdes —suspiró antes de volver a tomar el camino de su

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conversación —Y a tu pregunta, lo dudé muchas veces, las suficientes como para creer que
solo era una etapa de autodescubrimiento. Soy francesa, nos gusta experimentar nuevas
cosas y para mí eso era Camille, era algo nuevo y totalmente atrayente a pesar de que había
sido mi mejor amiga, sin embargo, el problema llegó cuando me di cuenta que ella tenía más
de la mitad de mi corazón muriendo de amor por su culpa—aseveró antes de colocar su mano
en mi corazón —Las respuestas que la lógica nunca respondera son las que necesitas de esto
para poder contestarlas, porque muchas veces el corazón es el único conocedor de ellas —
admitió mientras yo miraba intranquila cada uno de sus gestos que se imponían entre medio
de las palabras —Sé que al principio es algo desconcertante y que no sabes que hacer porque
todo es confuso, sin embargo, me alegro que hayas sido tú quién diera el primer paso. La
vida es demasiado corta como para llenarnos de inseguridades y no actuar frente a las
preguntas que nos ofrece, me encantaría haberme ahorrado ese año de inseguridad que perdí
queriendo creer que no sentía nada más que una amistad muy fuerte hacia ella —concretó
antes de que su mirada se perdiera ante cada palabra que ofrecía como respuesta a mi
pregunta —Creemos que nuestra vida está ligada con seguir lo que todo el mundo cree de
nosotros, muchas veces pensamos que ese es nuestro verdadero destino, sin embargo, a
través del tiempo he aprendido que más difícil es aceptar no haber realizado algo que
arrepentirse después de que no haya salido como esperábamos. No hay peor error humano
que el que jamás fue cometido y siempre tendrás la incertidumbre de todas las posibilidades
que pudieron nacer a través de aquella acción no realizada —la
ojiazul no tardó en nuevamente acariciar mi mejilla con una sonrisa llena de ternura, me
encantaba la forma en que ella veía la vida, tan distinta a la mía y llena de una sabiduría que
sus ecos del pasado y sus cuatro años mayor que yo le habían ofrecido
—No es que Lauren sea mi amiga, sino que he visto lo que ella puede hacer en ti y puedo
asegurarte que muy pocas personas han sido así de afortunadas para encontrar a alguien que
sea capaz de mover su piso, su zona de confort de la forma en que ella lo ha hecho contigo,
no arruines esa oportunidad —agregó como siempre me decía ante cualquier comentario
sobre aquello, yo me limité a suspirar porque ese era uno de los mayores miedos que vivía
cuando estaba con Lauren; tenía miedo que algún día yo fuera capaz de arruinar todo lo que
me estaba ofreciendo, la chica que podía conquistar el mundo no estaba presente jamás
cuando compartía minutos con la sonrisa más bonita del mundo; simplemente estaba Camila
Cabello, una chica tan normal ó que al menos intentaba serlo que poca importancia tenía, sin
embargo, siempre estaba presente el miedo de que la actriz egoísta volviera a aparecer y se
negara a ese pedacito de felicidad que la pelinegra regalaba con su mirada atenta; porque
aquella chica estaba tan llena de miedos e inseguridades que ante la más mínima gota de
felicidad que estropeara el dibujo que ella había formado de su vida ó que se atreviera a
pintar de un color que ella no había seleccionado para el matiz de su destino; esa Camila no
tardaría en arruinarlo todo y ponerle fin de la peor manera a quizás lo único que le había
dado vida durante todo ese tiempo.

—¿Sabes?—dije llamando su atención—Si pudiera desear una cosa en todo el mundo sería
tener otra vida alejada de todo esto —suspiré amargamente ante la realidad de lo que sentía,
no estaba segura en que momento había aceptado que ésta sería mi vida, que las cámaras
serían lo único que me importaría durante el resto de mis años venideros, pero lo que si sabía
es que hace mucho que este mundo ya no lograba llenarme de la forma en que lo había
hecho durante todo este tiempo ó tal vez jamás lo había hecho pero me gustaba vivir en esa
mentira de que era feliz cuando no lo era.
—Y poder vivir libremente —suspiró asintiendo —Es lo mismo que yo deseo cada vez que las
cosas se complican —aseveró con una mueca que demostraba exactamente como me sentía
a través de ello—El problema está en que en otra vida hubiéramos elegido lo mismo porque
lastimosamente somos chicas que—Claire no terminó aquella oración porque yo sabía a la
perfección que siga después de ello.
—Necesitamos este mundo porque es el único aire que conocen
—agregué sabiendo cuál sería su respuesta —Nos acostumbramos a vivir en un mundo sin
color que ya no podemos.

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—Vivir en uno que los tenga —suspiró encogiéndose de hombros
—Un precio bastante alto fue el que decidimos pagar por vivir en este mundo, es triste pero
cierto—ninguna de las dos dijo nada más, sin embargo, ambas sabíamos que estábamos
pensando en el sacrificio que habíamos hecho el primer día que
decidimos vivir aquí, el problema estaba en que yo jamás lo había decidido; este mundo sin
color había aparecido sin que yo lo deseara.
Y ahí entraba el segundo problema más grande de todos, estaba harta de ese mundo sin
color y realemente deseaba vivir en ese mundo con colores que me ofrecía Lauren, no
obstante, no tenía ni la más mínima idea de como hacerlo.

—Es raro no verte en los carteles promocionales de cada esquina


—comentó Louis mientras tomaba un poco del vino tinto que se encontraba entre la copa que
sus manos arropaban como si fuera una gema que necesitaba ser protegida, yo suspiré ante
ello mientras notaba como la conversación no dejaba de aburrirme mientras que ni siquiera la
música lograba hacer algún efecto placebo frente a lo tensa e incómoda que estaba aquella
noche.
—Tal vez no quiero ser Camila Cabello por un tiempo —respondí con una sonrisa irónica
mientras las yemas de mis dedos bordeaban la parte superior de mi copa, el pelinegro no
tardó en reír por ello como si fuera lo más gracioso del mundo pero la verdad es que tampoco
se alejaba de la realidad; hoy lo último que deseaba ser era la chica que llenaba las salas de
cine por toda América, sin embargo, siempre habían detalles que me recordaban mi posición
elevada en ese mundo tan falso y lleno de mentiras que solo me daba repulsión —Pero
cuéntame de ti Louis
—sugerí acomodándome en mi silla mientras imponía otra sonrisa falsa en mi rostro y él
prestaba atención a lo que iba a decir —¿Algún proyecto nuevo en mente?—pregunté
fingiendo estar interesada y como siempre mi actuación era lo suficientemente eficiente como
para mantener interesado a los actores narcisistas que ambasn hablar sobre sus vidas y
como les emocionaban los nuevos trabajos que les ofrecían por montón.
Él no fue distinto a ello y no tardó en tener toda mi atención mientras comenzaba a pensar
concentrado sobre que decir, sus ojos azules hoy estaban con una intensidad que hace
mucho no veía y podía notar como su propio orgullo rebosaba sobre su cabellera que ni
siquiera el gel para el cabello era capaz de taparla.
—No tengo nada aún pensado, pero creo que con mi última película podría no volver a
trabajar y aún así no me alcanzaría la vida para gastar todo el dinero que acumulé en ella,
una verdadera mina de oro —sugirió sin dejar esa sonrisa soberbia de sus labios mientras yo
me quedaba en silencio tratando de no perder el hilo de la conversación —Supongo que ya
debiste ir a verla —agregó antes de cortar un pedazo de la carne de su plato, yo me limité a
rodar los ojos ante aquel comentario mientras él no me miraba antes de volver a sonreír con
la misma fuerza de voluntad que tenía hace más de una hora.

—Claro —respondí aunque solo fuera una mentira para seguir la conversación
—Aunque claro no soy de las que va al cine a ver una película, prefiero verla en mi
casa —concreté resaltando cada una de las palabras porque si él podía sacar a la luz todos sus
logros, yo era aún mejor en aquel juego —Es mucho más cómodo ante mi complicada agenda
—afirmé con una sonrisa antes de volver a tomar un sorbo del vino en mi copa, Louis no
tardó en reír ante ello pero podía ver como el orgullo trataba de imponerse en aquel
comentario.
—Olvidaba que necesitas de ver las películas varias veces para poder saber que debes
mejorar en tu actuación —fundamentó antes de mirarme con esos ojos azules
amenazadores—Es una broma, solo los ciegos no se dan cuenta de tu talento cariño —dijo
riendo pero yo sabía en mi interior que esas eran sus verdaderas intensiones, tampoco me
sorprendía en lo más mínimo porque el mundo del espectáculo era un combate interminable
entre actores que luchaban por papeles que podían aumentar sus cuentas vitalicias y que
necesitaban de comentarios sarcásticos para sentirse superiores a los otros —La verdad me

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sorprendió ver que estuvieras interesada en una cita conmigo, no creo que la última vez que
estuvimos juntos haya sido la mejor salida—sugirió antes de dejar sus cubiertos sobre la
mesa y limpiarse los labios con la servilleta, cada uno de sus gestos estaban fríamente
calculados lo cuál tampoco me sorprendía porque si vivías demasiado tiempo frente a las
cámaras; aprendías a que todas tus acciones sean premeditadas y se llenen de una
perfección anormal —Tienes un talento increíble que tal vez a mi pesar aún no he encontrado
a alguien que te mejore, sin embargo, tu encanto no va de parte de ello así que sé a la
perfección que una cita contigo es lo último que podría desear para mi salida en la noche y
por tu mirada sé que también es lo que piensas por lo cuál preferiría que me dijeras que
favor deseas y que estás dispuesta a hacer para que gaste mi tiempo en tus peticiones —
tragué todas las palabras que invadieron mi mente, tenía tantas ganas de defenderme frente
a ese hipócrita, pero sabía que no iba a servir de nada así que me limité a tomar otro sobro
de mi vino antes de volver a mostrarme calmada mientras que en mi interior solo deseaba
asesinarlo en ese mismo instante que decidió abrir su boca para hablar.
—Tengo una amiga que es cantante —dije tratando de que mi desesperación no saliera a
flote y él se limitó a sonreír atento ante mis palabras —Es muy buena y sé que tú eres quién
dirige las audiciones en la nueva película de Renoir
—no necesité de más palabras para que una sonrisa satisfactoria se ubicara en esos labios
tan soberbios que tanto idaba, ahora entendía porque Claire no soportaba ni escuchar su
nombre porque yo también estaba comenzando a sentirme asqueado con solo tenerlo a unos
centímetros de mí.
—Ya veo —contestó mientras jugaba con su copa tratando de adquirir protagonismo ante
aquella escena —No me imaginaba que iba a ser un favor hacia otra persona, eso me
sorprendde viniendo de ti Cabello —aseguró antes de terminar con todo el vino que había en
su copa —Y dado el hecho de que no sería un buen caballero dejando atrás la petición de una
chica como tú, creo que podemos llegar a un acuerdo que nos beneficiaría a ambos —rodé los
ojos antes de suspirar amargamente por sus palabras, sin embargo, no tenía ninguna otra
opción disponible
por lo cuál me limité a asentir cansada.
—¿Qué quieres?—pregunté dejando de fingir interés y él se limitó a
reír.
—Parece que el interés se te fue de las manos —afirmó —Pero
tienes razón, es mejor dejar los rodeos e ir al tema principal —sentenció —Hace unos días me
vi envuelto en el escándalo de que me propase con una chica que no es parte del mundo del
espectáculo —dijo mientras yo lo miraba confundida porque no entendía a donde iba esta
conversación ni el camino que podía tomar —Fue una chica que no pudo resistirse de mis
encantos pero como todas las mujeres dolidas crean falsas historias para llamar la atención
—si pudiera vomitar en algún momento lo hubiera hecho en ese preciso momento porque me
daba asco solo pensar en como se refería a las mujeres, era un hombre en todos sus sentidos
porque eso definía a la otra mitad de seres humanos que invadían el planeta; en ser personas
que pensaban que el mundo estaba a sus pies, lo cuál no era mentira ya que al parecer los
únicos que tenían derecho a vivir sin preocupaciones eran ellos mientras nosotras nos
llevábamos el peor papel de la historia—Pero dado el hecho de que se atrevió a ensuciar mi
apellido, no veo una mejor opción que tener una relación cercana con una actriz de
renombre, ya sabes retomar las cenizas de un fuego que nunca se extinguió

—Debes estar bromeando —refuté asqueada ante la sola idea de pensar en sus palabras—No
va a servir de nada que salgas conmigo—él no tardó en chasquear la lengua y detuvo mis
palabras antes de que salieran de mis labios.
—Todos adoran los romances del cine, especialmente aquellos que nacen de un par de cenas,
tú ganas un poco de fama y yo me quito ese problema siendo el chico fiel y el prínicpe
encantador que necesitabas en tu vida —seguí en aquel estado de sorpresa que no me dejaba
siquiera razonar lo que él estaba diciendo
—Solo serán por unas semanas hasta que todos olviden la noticia de esta chica, nadie

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sospechará nada si salimos un par de veces, un par de fotos y no necesitarás estar todo el
día conmigo, es tan solo actuar que salimos juntos —afirmó como si fuera lo más fácil del
mundo, sin embargo, a mi me parecía la peor idea que había escuchado en mucho tiempo por
lo cuál solo pude reír ante lo estúpido que sonaba.
—¿De qué te serviría una relación falsa?.—pregunté confundida porque además de tener más
fama de la que ya tenía no veía el sustento a esa idea, no obstante, por como él me miró, su
idea debía tener una seguridad que yo aún seguía sin comprenderla.
—La chica dice que está embarazada de mi, pero yo estoy saliendo contigo hace dos meses
cariño—concretó dejándome atónita ante ello —Todo el mundo sabe que soy una persona fiel
cuando estoy con una chica por lo cuál, revelar nuestra relación haría que el mundo dejara de
tomar relevancia a esta chica y que tú me dejaras solo afirmaría que soy el triste
protagonista de esta tragedia, es tan fácil como necesario —aseveró con una sonrisa —Tú me
necesitas y yo a ti así que es
suficiente para pagar deudas y seguir con nuestra vida normal, además no estás con nadie,
tal vez un poco de amor no te haga daño —traté no perder la paciencia con cada una de sus
palabras, pero él estaba traspasando la línea que delimitaba mi paciencia con lo que él me
estaba diciendo.
—Eres un idiota —concreté levantándome ofendida de mi silla —No puedo creer que haya
desperdiciado mi tiempo con un idiota como tú —agregué arreglando mi vestido para irme
porque no podía estar más ofendida por su propuesta, sin embargo, él seguía tranquilo
esperando una respuesta más afirmativa de mi parte.
—Vamos Cabello no es la primera vez que saldrías con alguien porque necesitas de un favor,
es parte de lo que hacen las actrices todo el tiempo —lo fulminé con la mirada por aquella
respuesta, ya que no dejaba de ofenderme con cada palabra —Además ambos sabemos que
participar en una película de Renoir es más que suerte y los contratos no te faltarían—agregó
antes de tomar mi atención
—Tu amiga disfrutaría mucho sabiendo que trabajo jamás le faltaría y puedo asegurarte que
yo mismo me encargaría de ayudarte a recomendarla, la opinión de un actor siempre va a ser
más valorada que la de ustedes y eso lo sabes mejor que nadie —confirmó sin dejar aquella
sonrisa estúpida de sus labios y yo solo estaba frustrada ante todo lo que me decía porque
aunque me doliera aceptarlo él no se equívocaba en ninguno de sus argumentos por lo cuál
seguí escuchando como las palabras salían de su boca intentando convencerme de una locura
—Solo serán por unas semanas y ambos saldremos ganando, solo son un par de salidas y
nada más,
¿qué diferencia hay con otras veces?—habían cientos de ella pero la principal era que no
estaba libre para vivir tranquila sabiendo que estaba con Lauren mientras me besaba en
frente de unas cámaras con alguien que ni siquiera merecía mi saludo, no obstante, ninguna
de esas ideas me hizo rechazarlo y terminé aceptando lo que él deseaba.
—Lo haré con una condición —él sonrió satisfecho ante ello esperando la respuesta de mi
parte —Al trato se agrega que no vas a echar a esa chica de tu vida, estoy segura que no es
un invento de ella que esté embarazada de ti y no puedes dejar que esa chica cargue sola
con ello—él me miró furioso antes de volver a sentarse a la mesa.
—No pienso aceptar que es mío —agregó frunciendo el ceño—No acepto el trato— yo suspiré
ante la poca paciencia que tenía en aquel momento.
—No hablo de eso, tú mismo has dicho que no te alcanzaría la vida para gastar todo el dinero
que tienes, aprovéchalo e inviértelo en alguien que lo va a necesitar realmente, acepto el
trato si prometes que a esa chica le llegara algún tipo de mantención por su bebé sino no
acepto nada y tú puedes vivir entre las controversias de que dejaste a una chica embarazada
por ahí —refuté sintiéndome horrible por esa chica que había caído bajo los encantos nulos de
un idiota que no podía ser ni siquiera categorizado como hombre, despereciaba a esos
espécimenes que utilizaban su fama para jugar de esa forma contra chicas que tal vez eran
los
suficientemente incautas como para no ver las consecuencias que podían acarrear las
sonrisas angelicales de los mismos demonios, pero quizás lo que más me dolió fue pensar
que era exactamente la misma situación a la cuál se vio envuelta Lauren, ella también había

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caído bajo los encantos de un supuesto hombre y éste también la había dejado a su suerte
por lo cuál aunque no conocía a esa chica, no me parecía justo no velar por lo menos para
que no pasara las mismas complicaciones que la pelinegra había vivido en un pasado no tan
remoto.
—¿De dónde nació tu sentido humanitario?—preguntó irónicamente y yo ni siquiera lo miré
porque no iba a aceptar el trato sin esa condición, sabía que estaba apostando demasiado al
negarme a seguir sus indicaciones pero él también perdería si se negaba a mis peticiones por
lo cuál cuando vi como suspiró y asintió totalmente rendido ante ello no pude no sonreír por
eso—Está bien, ¿es un trato?—preguntó esperando mi respuesta.
—Es un trato —sentencié sintiendo como a pesar de todo me dolía que eso fuera parte de mi
vida y por un segundo solo podía pensar en que hubiera dado cualquier cosa en mi poder
para vivir en otra vida, donde no viviera entre un mundo construido ante las bases de un
guión y cámaras que te daban más vida que los rayos del sol.
Por un segundo deseé tener otra vida donde pudiera amar libremente, pero eso eran solo
fantasías que iban más allá de lo que era real.
Aún así una sonrisa pequeña floreció de mis labios, ya que a pesar de toda la falsedad que
encarcelaba mi vida a diario, siempre había algo que era real.
Y era ella.

En la tarde tendrán la primera parte, no alcancé a terminarla xd.


Espero que tengan un lindo día, hoy no es un día que simplemente se siente cuando estamos
con alguien de una forma amorosa ó de pareja sino que sirve para recordarnos que de alguna
forma nunca estamos solos, siempre va a haber alguien que nos ame por ahí <3.

Así que tengan un hermoso día, nos leemos en un par de horas. Con amor Taylor
Capítulo 32: Nuevos colores

Lyin' here with you so close to me It's hard to fight these feelings When it feels so hard to
breathe Caught up in this moment
Caught up in your smile
New York Camila

Octubre dejó nuestro calendario como si hubiera sido una de esas brisas de otoño que cada
vez se presentaban más comunes en la ciudad que nunca dormía, en un simple pestañeo
noviembre ya llegaba a la mitad de su capacidad y de a poco se estaba aspirando la
atmósfera navideña que New York siempre traía consigo al ser una ciudad que se llenaba de
luces apenas el árbol en el Rockefeller era encendido y así el año se veía como un suspiro que
había pasado por nuestras vidas demasiado rápido como para ser admirado.
Sin embargo, entre toda esa confusión que los días eran más cortos de lo que el mundo
deseaba, mis noches seguían siendo tan largas y torturantes que creo que mi mirada
delataba a la perfección el cansacio que aún sentía en mi interior. No obstante, por suerte ó
quizás piedad del destino, el dolor de a poco estaba cediendo y a paso lento y un poco
inseguro trataba de seguir mi vida en donde se había quedado antes de que Lauren
apareciera.
Mis intentos de lograr que ella al menos me hablara habían fallado tantas veces que solo
pensaba en desistir en la insistencia, pero aún así cada vez que le dejaba un mensaje por la
mañana sentía como la ilusión de que ella los leía me carcomían el alma de una manera que
me daba un poco de esperanza de creer que tal vez, solo tal vez ella podía hasta sonreír por
ver algún mensaje de mi parte; al final de todo, sabía que mi número aún no estaba
bloqueado de sus contactos y eso era algo que extrañamente me daba aún más esperanzas
de las que debía tener, sin embargo, eso no borraba el hecho de que ya había asumido que

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jamás regresaría.

Lo había aceptado hace un par de semanas y también lo había hecho de la mano con el hecho
de que era lo mejor que ambas podíamos hacer, Dinah me había hecho salir a cientos de
citas en ese corto período y aunque asistí a algunas y otras simplemente las cancelé porque
no tenía los ánimos suficientes para conocer a nuevas personas; tenía que aceptar que mi
corazón aún no sanaba y prefería estar sola que seguir buscando a alguien.
Me bastaba con todos los recuerdos que mi mente enfocaba una y otra vez a través de
simples detalles que me recordaban a ella, a pesar de que los recuerdos eran un arma de
doble filo; en mi caso desde las últimas semanas se había vuelto en la razón de mis sonrisas.
Me hacía tenerla más cerca de lo que algún día volvería a tenerla y mientras mis recuerdos
vagaban ante las penumbras de un ocaso que se presentó mucho antes de que el amanecer
acertara a quedarse en nuestra vida, creo que agradecía cada una de las memorias que había
vivido con ella y cuando fui capaz de razonar que no era tan doloroso si veía el lado bueno de
haberla conocido, fue cuando realmente comencé a seguir viviendo mi vida y las noche
empezaron a ser más benévolas con mi cuerpo.
Suspiré ante el frío que comenzaba a invadir cada calle de la ciudad y maldije una y otra vez
el hecho de que tenía que ir a trabajar tan temprano, también maldije el hecho de que no
tuviera un auto y mi recorrido tenía que alargarse quince minutos más hasta llegar a la
estación de metro más cercana donde estaba veinte minutos con trece paradas a mi favor y
que me ahorraban casi media hora para llegar al trabajo. No sé en que momento me reuní de
valor como para recomenzar mi vida y uno de los grandes detalles que decidí tomar era
comenzar a utilizar el metro.
A pesar de que aún no me agradaba la idea, tenía que aceptar que muchas veces la idea de
que Lauren podía aparecer en la misma línea del tren me hacía suspirar y sonreír por unos
segundos hasta que llegaba a mi parada correspondiente y esta idea era desechada dejando
que la rutina diaria tomara posesión de mis pensamientos y me embarcara a esa marea
insaciable que era mi día a día hasta que volvía a entrar por las puertas de aquel transporte
público con otra sonrisa en el rostro lleno de esperanza de encontrármela como la primera
vez que nuestros caminos se habían juntado hace meses atrás.

Sin embargo, no solamente eso era lo que me impulsaba a dejar atrás aquel miedo sin
sentido que le tenía al metro, sino que también me había dado cuenta de porqué a Lauren le
fascinaba tanto embarcarse cada mañana ante un recorrido que parecía eterno. A ella le
encantaba ver cosas que los demás simplemente dejábamos ante la vista común de nuestros
ojos, pero en aquel lugar que casi siempre estaba lleno no solo se encontraban personas que
no conocías a pesar de que era común encontrarte con las mismas personas todos los días en
un recorrido de veinte minutos; sino que también se encontraban miles de historias que
estaban ocultas entre medio de la rutina y la falta de interés por cada día.

No era anormal ver como las personas se ponían sus audífonos y se dejaban envolver por la
música ó que se quedaban mirando por la ventana como las luces se iban volando como si
nunca hubieran existido u otros simplemente dormían aprovechando el viaje, no obstante,
también habían particularidades que no pasaban todos los días como algunas sonrisas que
nacían de la nada entre medio de los pasajeros y que yo jugaba a intentar darle una razón;
también existían esos soñadores eternos que todos los días se subían con el mismo rostro
expresivo que
probaba de que estaban en un lugar más allá de los límites de esta ciudad y así eran cientas
las historias que se contaban diariamente en el metro y que todos ignorábamos, historias que
se perdían ante la ceguedad de los ojos comunes de todo el mundo.
Llegué a la estación sintiendo como de a poco el frío se disipaba ante la calefacción que por la
amplitud del lugar no daba ningún tipo de demostración pública pero existía y eso era algo
que se agradecía ante las bajas temperaturas que presentaba la ciudad, pasé mi tarjeta por

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la ranura mientras que entre las escaleras no dudé en sacar mi célular para dejarme llevar
entre la música que solo hacía el camino más ligero y menos tedioso, los vagones del tren
que apenas se había ido comenzaron a ser tan rápidas que no parecía que fuera real y las
personas esperaban entre medio de un sinfín de posibles circunstancias que los reunía en la
misma estación de hoy.
Traté de identificar si alguna de esas personas se parecía a las que ya había compartido con
anterioridad algún otro tren, sin embargo, ninguna pasó más allá de mis recuerdos por lo cuál
solo me concentré en esperar que el siguiente tren llegara.
Metida entre mis pensamientos deicí inconscientemente mandarle el mismo mensaje que le
enviaba todos los días antes de irme, no existía una hora exacta en lo que lo hacía,
simplemente surgía cuando lo recordaba y no podía dominar el deseo de hacerlo.
Nunca iban más allá de unas cuántas palabras que podían ser utilizados por cualquier
desconocido, un simple bonito día surgió ésta vez antes de que volviera a guardar mi celular
viendo como el tren llegaba nuevamente a la estación y a sabiendas de que ella no
contestaría mi mensaje.

El tiempo había pronosticado que ésta mañana sería la más fría de todo el otoño, no
obstante, por alguna razón, aquello no sucedió y se podía ver hasta un sol radiante que a
pesare de que estaba opacado entre las nubes grises típicas de la ciudad antes de que
lloviera, ayudaban en gran medida a calentar a los pobres seres humanos con su
luminosidad. Suspiré mientras veía como el vidrio del bus se empañaba con el vapor que salía
de mis labios, no era una mañana tan fría como la que todo el mundo pensaba, sin embargo,
las temperaturas no dejaban de sorprendernos y pocos minutos después de que había salido
de mi departamento, el frío comenzó a mostrarse cada vez más intenso como si realmente se
estuviera burlando de todos los que habíamos pensado que el frío no llegaría nuevamente de
la forma en que lo estaba haciendo.
Los minutos transcurrían mientras la ciudad comenzaba como todas las mañanas entre medio
de un tráfico horrible y de personas apresuradas que parecían sombras ocultando todos los
colores que podían tener, porque por alguna razón yo solo veía personas grises y ocupadas
intentando que el tiempo se detuviera
por unos minutos para poder respirar y seguir con su vida, no obstante, aquello nunca
pasaba, ya que la vida no se detenía por nada y por nadie y lo único que hacía era que el
reloj siguiera marcando las manecillas hasta que se cumpliera aquel círculo vicioso de las doce
estaciones para luego recomenzar todo de nuevo, así hasta que el tiempo ya no era parte de
nosotros y todo se convertía en simple polvo que quedaba solo en los recuerdos de un pasado
distante de tu vida.

Creo que el verdadero miedo de la humanidad era ese mismo tiempo que se burlaba de
nosotros sin ningún tipo de control ante sus ironías, ya que muchos consideraban que el
tiempo se esfumaba entre horas; otros simplemente se veían estancados ante la lentitud de
un reloj que quemaba a fuego lento y luego estaban otros que no tenían ni idea de como
funcionaba el tiempo y solo se dejaban llevar por esa marejada incesante que eran cada
minuto que la vida le ofrecía para acumular en el depósito de su vida.

Los día seguían siendo la parte fácil de la vida, un día lleno de rutina que hacía que perdieras
cualquier tipo de autonomía y que te daba la facilidad de sumergirte en una navegación en
donde tú no tenías ningún tipo de poder para dirigir, simplemente te dejabas llevar por lo que
aparecía cada día que por coincidencias del mundo, casi simepre eran los mismos escenarios,
los mismos colores y los mismos matices que trataban de restarle vida a tu vida pero que tú
aceptabas porque eso era mucho más fácil que salir del sitio de cónfort donde tenías que
tomar tus propias decisiones y saber que muchas veces ibas a perder y que otras iban a
suceder cosas peores que perder.
Sin embargo, a pesar de que el día se mostraba como un respiro agudo entre medio de la
inmensidad de la marea de la vida, las noches seguían siendo mis peores enemigas y en tono
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de burla se mezclaban entre las sombras de mi departamento y de todo lugar al cuál
intentaba concurrir para que aquellas líneas dejaran de apoderarse de mis recuerdos y de mis
pensamientos, pero en esa lucha siempre era la más grande perdedora.
Una perdedora tan grande que ya no sentía cuál noche era peor que la anterior ante el vacío
de una mirada, un mensaje y una caricia que jamás llegaría. La soledad de cada noche en mi
departamento se demostraba ante mis sábanas tersas y las paredes que aún ahora estaban
pintadas con cada uno de los recuerdos que habíamos llevado a cabo en esos escasos metros
cuadrados, a pesar de que las había pintado hace un par de semanas.
Su recuerdo seguía presente entre medio de desiluciones y de pequeños suspiros de
esperanzas que siempre aparecían en mí pero que siempre eran destruidos ante la noche que
me resguardaba entre sus brazos recordándome de que era imposible recuperar todo lo que
había perdido.
Creo que ahí estaba el más grande dilema de todos, el hecho de saber que perdiste algo y
que aunque te esfuerces en que regrese a ti, esta
oportunidad no aparece y simplemente intentas que el tiempo trate de mitigar la soledad que
invade esta pérdida y te aferras a que un día no muy remoto ni tampoco preciso puedas decir
que luchaste por volver a tener aquella gloria que alguna vez fue parte de tu vida diaria, sin
embargo, la mayoría de las veces esta idea solo va fundamentada ante ilusiones y no
acciones.
En mi caso iba en ambas direcciones pero ninguna tenía un camino correcto al cuál recurrir,
solo había sucedido, solo lo había arruinado y solo ella no volvería.
Aceptarlo muchas veces no era lo difícil de la historia, la dificultad se presentaba en darle el
significado que corresponde a esta palabra y dejar que se vuelva una realidad y no solo un
par de letras que crees que han sido adquiridas y digeridas por tu vocabulario.
El vidrio se quedó empeñado entre medio de ilusiones disueltas y los pensamientos que todas
las mañanas aparecían ante la rutina, hoy no era un día muy distinto a ayer ni tampoco al
martes de hace un mes; excepto en el detalle de que hoy tenía una audición.
Luego de casi dos meses sin siquiera atreverme a ver una sola película, sin ser capaz de
digerir algún tipo de diálodo; me encontraba ahí intentando que una oportunidad se
construyera a base de que deseaba que la rutina dejara de perseguirme y quería comenzar a
navegar la propia marea de mi vida. Había decidido que ya había pasado suficiente tiempo
como para seguir arrepintiéndome de una decisión que ya estaba hecha desde mucho antes
que siquiera fuera visible en mi vida, por lo cuál era hora para comenzar algo totalmente
nuevo que ayudara a contrastar aquel lienzo que había sido mi pasado y que nuevos colores
fueran los que se mostraran desde hoy.
Recordé una y otra vez el diálogo mientras mi atención se encontraba entre Brett Youn con In
case you didn't know en mis audífonos y el incesante sonido de mi voz tarareando la canción
intentando que se mezclara con cada palabra que llevaba aprendida para que sonara como
algo que lograra relajar mis nervios de aquella mañana.
El frío dejó de ser el protagonista de aquella escena mientras más me insertaba en las
palabras que debía recordar y las canciones de mi reproductor que no tenían algún tipo de
relación más allá que el hecho de que yo las había escogido. Una a una se desenvolvía entre
medio de una mañana suficientemente fría como para hacer que te quedaras en casa pero
también suficientemente esperanzadora como para hacer que retomaras la idea de salir y
seguir con todos los compromisos que tenías aquel día.
La canción terminó en el preciso momento en que me di cuenta que había llegado al paradero
que quedaba a tan solo unos pasos de donde se realizaba la audición, me bajé de él
intentando que las palabras del diálogo no se perdieran entre medio de una brisa que azotaba
en ese momento las calles y a las personas que se encontraban alrededor de ella y con un
leve suspiro que se encargó de llevarse todas
mis preocupaciones de aquel momento me atreví a seguir el camino que ya conocía dejando
que los nervios dejaran de ser parte de mi vestido y se quedaran con la brisa.
La audición se realizaba en un pequeño edificio cerca de Times Square, el cuál parecía que
había sido azotado por los años porque desde lejos podías oler como el mismo edificio te
decía que era viejo y a simple vista no parecía nada más que eso, una simple construcción de

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ladrillos rojos que parecían que en cualquier momento se iba a desplomar, sin embargo,
podías llegar a pensar que adentro la situación iba a ser algo distinta de lo que se mostraba
fuera de éste, no obstante, aquello era una gran mentira porque por dentro estaba igual de
destruido que en su interior aunque la calefacción estaba casi en el máximo de su potencia
porque se podía sentir claramente la diferencia entre el frío gélido que había sido parte de mi
cuerpo durante los minutos de caminata y el calor refractario que se sentía con tener un pie
adentro de aquella construcción.
Los pasillos eran cortos y entre medio de otras chicas que también estaban ahí para la
audición me senté, amarrando mi cabello en una cola improvisada intentando que los nervios
no volvieran del lugar donde los había dejado. No estaba segura de que estaba más nerviosa
si por el hecho de que llevaba un largo historial de papeles no obtenidos ó por el hecho de
que sabía la importancia de esta audición porque quien la dirigía era Max D'Angelo el afamado
director de películas que después de una larga carrera en Europa con cintas independientes
volvía a la ciudad que lo había visto nacer entre medio de luces que nunca descansaban y
una filmografía que parecía sacada de un cineasta de más edad que la que él tenía en sus
contados cuarenta y cinco años.

No había nadie que no conociera su larga trayectoria en el cine que se debía principalmente al
hecho de que su padre había sido guionista en los años ochenta y que le había dejado esa
inspiración hacia el cine desde que era un niño.
Había leído incontables reportajes sobre él y no había ninguna que no me sorprendiera más
que la anterior porque detrás de aquel personaje que aquí parecía tan excentrico por su tipo
de películas, en el viejo continente era aclamado ante críticos y premiaciones que eran parte
de su cotidianidad.
Mis manos jugaban nerviosas entre ellas mientras el reloj de pared que se encontraba justo
frente a mí parecía que no quería pasar sus manecillas, a pesar de que las audiciones seguían
una a una con una velocidad que no esperaba de parte del destino, sin embargo, el sonido de
mi celular me sacó de aquel estado de nerviosismo total.
Lo saqué de mi chaqueta pensando en el diálogo que pronto presentaría, no obstante, apenas
me di cuenta de quién venía, aquello fue cosa del pasado para dejar una sonrisa que
definitivamente tampoco estaba dentro de mis planes de hoy. Leí más de cinco veces el
mismo mensaje de tan solo seis palabras que eran una mezcla de letras que cualquier
desconocido podía ofrecer en cualquier
momento, pero era de Lauren y con eso me bastaba.
Leí por última vez el "tú también ten un lindo día" mientras que mi sonrisa no dejaba mis
labios deseando que esa fuera la señal clara de los nuevos colores que se pintaba aquella
mañana fría de noviembre.
Nuevos colores parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren

Un leve gimoteo hizo que mis párpados se pusieran alerta y se abrieran cansadamente
porque sabían que aún no era hora de levantarse, sin embargo, cuando al fin su campo visual
fue visto desde las sombras de la noche, me di cuenta de que Noe estaba en la orilla derecha
de la cama hecha un pequeño ovillo mientras que el silencio era aniquilado por el sollozo
persistente que provenía de la pequeña rubia que se encontraba conmigo en la cama, por lo
cuál me levanté alarmada ante ello y no dudé en acercarme hacia ella sintiendo como el frío
de la noche estaba haciendo presencia en su pequeño cuerpo alejado de mí.
—Copito —dije dulcemente mientras la acercaba a mí porque estaba demasiado fría y me
preocupaba el hecho de que pudiera resfriarse, ella no dijo nada mientras seguía sollozando
por algo que no lograba entender —Mi amor
—susurré acariciando su cabello mientras ella apretaba sus ojos, fue ahí cuando me di cuenta
de que estaba teniendo una pesadilla —Noe, cariño, está bien solo es una pesdilla —le dije

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besando su frente, la pequeña ojiazul no tardó en abrir sus ojos mientras yo me encargaba
de no dejar atrás mi trabajo de abrazarla en medio de la noche, Noe intentó secar sus
lágrimas torpemente con sus puños demostrando que el sueño aún era parte de ella—Estoy
aquí bonita —musité ubicando su cabeza sobre mi hombro sintiendo como ella se aferraba
con sus manos sobre mi cuello y trataba de que las lágrimas se fueran de su rostro, Noe no
solía tener pesadillas pero cuando las tenía generalmente me buscaba entre medio de la
cama y cuando no me encontraba, no había nada ni nadie que pudiera parar aquello porque
solía quedarse sollozando a pesar de tener a Dinah ó a Mani a su lado; a mí siempre me
partía el corazón cuando me comentaban aquella escena porque la sola idea de que mi bebé
no pudiera encontrarme cuando más me necesitaba era suficiente para que mi alma se
rompiera.
—Lo siento mami —tartamudeó ante las últimas lágrimas que quedaban yo ladeé la cabeza
ante ello antes de insertar una lluvia de besos sobre su frente sin dejar de acariciar su
cabello, mientras Noe se encogía aún más a mi lado ante esas muestras de cariño—Sé que no
debo levantarte, lo siento mucho mami —no dudé en acercarla aún más a mí porque su
cariño era lo único que necesitaba en mi vida.
—No te proecupes copito —argumenté besando su frente —Es normal tener pesadillas, pero
estoy aquí para ti mi amor, no hay nada que temer
—Noe asintió ocultando su rostro en mi cuello mientras yo veía lo pequeña e indefensa que se
veía en aquel momento, suspiré ante ello sin dejar de acariciarla intentando que volviera a
dormir —¿Quieres contarme copito?—mi hija no dijo nada por unos segundos hasta que volvió
a asentir dándome un pequeño beso en mi mejilla que hizo que sonriera por ello,
definitivamente no había mejor recompensa
que tener un tesoro tan preciado como lo era ella, no podía haber nada que pudiese igualar
aquel sentimiento de que hasta en la cosa más insignificante que era calmar a alguien de sus
pesadillas, ella me necesitaba, era simplemente inexplicable todas las sensaciones que nacían
a partir de sus acciones y que me dejaban atónita por todo el amor que podía cargar en el
pecho por ella, solo deseaba que ella estuviera siempre bien y me preocupaba cuando no era
así.
—Había un monstruo—susurró más calmada que hace unos minutos y yo asentí a su relato —
Y yo estaba escapando de él pero me caí y no podía levantarme —musitó asustada ientras
que yo no dejaba de tomar atención a todo lo que decía —No sabía como escapar mami —
dijo finalmente antes de volver a ocultar su rostro en mi hombro, yo no dije nada y me limité
a darle todo mi amor ante ello.
—No pasa nada mi amor —contesté acariciando su espalda —Ya estoy aquí ¿eh?—sonreí para
que ella intentara reconsiderar la idea de volver a dormir porque aún era temprano —
¿Quieres que te cuente un cuento para que vuelvas a dormir?—le pregunté suavemente
esperando su respuesta y Noe no tardó en asentir ante ello mientras que todo su cuerpo
dejaba de tensarse ante aquello y comenzó a relajarse entre mis brazos.

Me acomodé suspirando en la cama dejando que mi vista estuviera totalmente apartada y


solo quedara en su rostro acariciando sus mejillas frías que de a poco comenzaban a retener
el color natural que tenían.
—Había una vez en un reino muy lejano, tan lejano que las montañas se presentaban entre
sus muros y el mar no existía —sentencié inventando algún cuento para ella, porque sabía
que le emocionaba de vez en cuando escuchar nuevos cuentos que todos los que antes solía
contarle cuando ella no podía dormir, a pesar de que Noe siempre fue bastante tranquila,
había heredado de cierta forma el hecho de que por las noches no solía dormir ó no lo hacía
lo suficiente por lo cuál cuando era más pequeña solía quedarme hasta altas horas de la
madrugada entre medio de cuentos y canciones intentando que durmiera, cuando era un
bebé había sido aún peor porque por alguna razón había adquirido el sueño por la mañana
mientras que en la noche se dedicaba a estar despierta entre mis cariños que solo ayudaban
a que se acomodara más y prefiriera estar jugando que durmiendo —Una reina que esperaba
ansiosa a su primer hijo —Noe me miraba expectante entre medio de sus ojos azules y sus
brazos sobre mi cuello, sonreí ante la calida sensación que siempre su presencia dejaba en

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todo mi cuerpo —Había pérdido al rey entre medio de una de las guerras y lo único que le
quedaba de su recuerdo era el pequeño bebé que se encontraba en su vientre —agregué
acariciando su cabello mientras Noe sacó sus brazos de mi cuello para acariciar mi abdomen.
—Yo también estuve aquí —preguntó lo cuál me hizo sonreír y
asentí ante ello.
—Sí, solía hablarte siempre —confesé a lo cuál Noe no dudó en
abrir sus ojos como platos sin entender como lo hacía —Ponía mi mano sobre mi
vientre dónde tú estabas —dije dulcemente tomando una de sus manos para posarlas justo
donde solían estar su pies cuando estaba embarazada de ella y arrugó la nariz divertida por
ello —Y cada vez que te hablaba tu pateabas como si me saludaras
—Noe rió por ello antes de besar mi abdomen lo cuál solo me hizo sentir que deseaba
comerla a besos toda mi vida por la ternura que podía acarrerar esa pequeña de seis años.
—¿Te hacía daño?—preguntó haciendo un leve puchero y yo negué sin dejar la sonrisa que
invadía mis labios en aquel momento.
—Claro que no mi vida, eran pequeñas patadas como si quisieras que supiera que estabas
escuchándome —murmuré ante sus ojos azules que no dejaban de mirarme emocionada por
mis palabras —Siempre fuiste así de espontánea
—agregué riendo —Mani me decía que tenía un deportista y no un bebé —ambas reímos ante
aquel recuerdo y noté como Noe se acomodaba más cerca de mí para que nuestras miradas
quedaran apartadas de cualquier espectáculo que la noche podía mostrar a través de sus
sombras y solo éramos nosotras dos como si fuéramos estrellas en medio de la noche,
estrellas que se buscaban ante la soledad y el frío de ésta.

—Tendrás nuevos bebés con Camz, mami —sugirió triste ante ello y yo la miré confundida
por lo que me estaba diciendo y como su ceño se frunció ante esa respuesta—Y yo dejaré de
ser la única que comparta la cama contigo —musitó sin mirarme — Tendrás nuevas historias
para ellos y no para mí —no supe que responder ante ello porque no me imaginaba que me
iba a dar ese tipo de respuestas, sin embargo, ella estaba segura de cada palabra que decía
por lo cuál no tardé en acariciar su mejilla con una sonrisa, porque era imposible que aquello
sucediera y aunque lo fuera, yo no tenía ningún tipo de intención para tener otro bebé
además de Noe, la amaba era cierto pero no necesitaba a otro niño en mi vida, con ella era
más que suficiente y siempre lo sería.

—Amor—susurré besando su cabello—No es posible que hayan nuevos bebés, las chicas no
pueden tener bebés entre ellas sino la tía Mani y la tía Dinah tendrían miles —comenté riendo
ante ello mientras Noe no dejaba de mirarme contrariada por lo que le estaba afirmando
como sino pudiera confiar en que fuera cierto, ahí fue cuando entendí que ella tenía miedo de
que la dejara de lado, ya que había dejado que Camila entrara a mi vida —Además tú
siempre serás lo más importante de mi vida —contesté segura de cada una de esas palabras
mientras insertaba pequeños besos alrededor de su rostro porque solo quería que ella supiese
cuanto la amaba.

—¿Y Camz?—preguntó en un susurro casi inaudbile que solo me enterneció.


—Le quiero, pero contigo no me alcanza el amor que te tengo
—afirmé sin dejar de sonreír ante ello, tomé con suavidad sus manos y las besé antes de
volver a acomodarlas en donde alguna vez en un pasado remoto ella estuvo por casi nueve
meses —Desde que supe que estabas aquí, que estabas creciendo en mí, supe que serías el
amor de mi vida y aún sigue siendo así, jamás nadie será más importante de lo que tú eres
para mí —agregué suspirando —¿Estás celosa de Camz, copito?—pregunté preocupada
porque ella pensara que la dejaría de lado, sin embargo, no dejó de sorprenderme su
respuesta.

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—No —afirmó negando —Ella me pregunta siempre si puedo compartirte un poquito con ella
—comentó con una sonrisa antes de reír bajito y mirarme con sus ojos azules centellantes—
Camz es muy bonita y sabe muchas cosas como tú, aunque a veces no sabe cosas que yo si
sé—refutó haciéndome reír por su respuesta, pero tenía razón en lo que decía y me gustaba
que tuviera esa perspectiva de Camila —Además ella es la que hace sonrisas en tus labios y a
mi me gustan tus sonrisas mami, son las más bonitas de todo el universo entero —confesó
antes de llenar mi rostro de pequeños besos que como estrellas en medio de la noche se
encargaban de iluminar mi vida cada vez que aparecían en mi camino.

—Te amo infinito como las estrellas, copito —susurré acercando mi mejilla a la suya como
cuándo era un bebé y necesitaba sentirla a mi lado—Eres mi todo y me alegro que Camz sea
de tu aprobación, no podría salir con alguien que no aceptaras —murmuré porque era cierto,
jamás saldría con alguien que incomodara a Noe, esa era la principal razón por la cuál nunca
salía con nadie, porque la felicidad de mi hija siempre estuvo como prioridad, además del
hecho de que no deseaba volver a caer en los engaños del amor como ya lo había hecho con
Jack, prefería mil veces solo tenerla a ella en mi vida que volver a dejar que me rompieran el
corazón, sin embargo, de una forma extraña cuando estaba con Camila yo no pensaba en
eso, no existía un pasado amoroso, tampoco existía ese miedo a ser destruida; simplemente
me dejaba llevar ante los encantos naturales que tenía la castaña y disfrutaba de cada
segundo que ella podía ofrecerme de su tiempo.

—¿Camz va a casarte contigo como en los cuentos de hadas, mami?—preguntó quitando


algunos mechones de cabello rubio que caían en su rostro, yo mordí mi labio inferior tratando
de responder correctamente a su pregunta, porque no era posible que ambas tuviéramos esa
vida que Noe esperaba. Habían cientos ó tal vez miles de razones por la cuál no podía ser
afortunada de vivir al lado de aquella castaña que me había robado el corazón y la principal
era que se suponía que dos personas del mismo sexo no podían estar juntas, era un delito
para los humanos y era castigado con cárcel ó cosas peores, la sola idea de pensar en ello
hizo que un malestar e incomodidad se esparciera por mi cuerpo, ya que nunca haría nada
que la expusiera a algún tipo de peligro y estaba segura que Camila tampoco lo deseaba
para mí por lo cuál era difícil de explicar a Noe porque no podíamos estar juntas si en su
mente estaba la idea de que todos podían amarse si así lo deseaban.

—Es complicado —bufé acariciando su mejilla —En los cuentos siempre hay un príncipe y una
princesa, yo no soy una princesa y Camz no es un príncipe —aseveré tomando de ejemplo los
cuentos que Noe siempre escuchaba, ella me miró pensativa antes de volver a apoderarse del
silencio.

—Pero ella es una princesa, eso debe contar —sugirió encogiéndose


de hombros.

—Sí, pero es complicado el mundo de los adultos —finalicé —A veces hay cosas que ni
siquiera nosotros sabemos como actuar y aunque yo quiero a Camz y ella me quiere a mí,
vivir juntas no es posible —sentencié y Noe asintió suspirando.

—Las princesas no salen con otras princesas —dijo mientras la miraba contrariada por su
respuesta—Eso me dijo Camz antes de quererte mami —asentí a ello porque no podía
culparla de que esa idea alguna vez haya existido en su mente, era la misma que invadía la
cabeza de todo el mundo.

—Las personas piensan eso, pero la verdad es que al corazón no le dices de quién te
enamoras ni menos puedes elegir quienes se quedan ahí —concreté

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—El corazón hace esa decisión por si solo y eso no lo entienden los adultos, por lo cuál tú
siempre tienes que tener presente que no importa a quién le ofreces tu corazón—Noe no
tardó en adelantarse a mi respuesta poniendo su mano sobre mi corazón.

—Lo importante es que lo hagas con honestidad y cuando él lo dicte—recitó con una sonrisa
que se mostró también en mis labios al ver con admiración que me llegaba cada vez que veía
a la hermosa niña que estaba creciendo cada día más—Lo sé mami.
—Muy bien —susurré besando su cabello —Te adoro copito, no te imaginas la emoción que
trajiste a mi vida desde que supe de ti —Noe no dejaba de mirarme buscando cada palabra
entre mis labios y no estaba mintiendo ni en lo más mínimo porque a pesar de todo lo que
había pasado durante estos siete años, ella siempre había sido mi refugio ante lo malo de la
vida y me había ofrecido sin pedir nada a cambio, un tipo de felicidad que nunca hubiera
descubierto que existiera si ella no fuera parte de mi vida.

—¿Siempre supiste que me querías?—me preguntó posando sus


yemas sobre mis palmas y yo asentí con una gran sonrisa por su pregunta.

—Siempre, ¿Cómo no podía querer a la razón de mi felicidad?—pregunté enarcando la ceja


antes de hacerle cosquillas en la pancita de Noe quién comenzó a chillar entre risas lo cuál
solo sonaba como la mejor manera de romper el silencio y la mejor melodía del mundo, sus
risas eran capaces de quitar cualquier tempestad en mi vida.

—Ni cuando era un bebé que solo lloraba —refutó y yo chasqueé la lengua divertida por su
concepto que tenía de los bebés.

—Los bebés no solo lloran, mi vida—sugerí riendo —Mi problema no era que seas una llorona
era que nunca te cansabas así como ahora y por las noches solo querías estar entre mis
brazos jugando cuando yo estaba cansada por el día
—musité apretando una de sus mejillas antes de depositar besos en esa misma mejilla
sonrosada —Pero aún así, te amaba cada vez que me sonreías, con cada pequeña caricia,
eres el copito de nieve que se me fue asignado ¿lo olvidas?—Noe asintió bostezando mientras
mis caricias se ubicaron en su espalda intentando que volviera a conciliar el sueño que había
sido arrebatado hace poco.

—No mami, no lo hago —confirmó cerrando los ojos —Te quiero


—susurró—Infinito como las estrellas—volví a besar su cabello dejando suaves caricias en su
espalda mientras veía como el sueño volvía a aparecer como su único panorama y yo no
dejaba de ver como dulzura como se acomodaba a mi lado para volver a dormir, incontables
habían sido las noches en que me había quedado dormida viendo y protegiendo sus sueños,
pero aún así nunca podría aburrirme de algo tan natural.

—Te amo muchísimo copito —le susurré besando su frente


—Descansa mi amor, siempre estaré aquí para protegerte —afirmé ante la única seguridad
que tenía, siempre estaría para ella sin importar nada.

—¿Y tu copia en rubio?—preguntó Camila entre risas mientras terminaba de acomodar un par
de libros que habían llegado hace un par de horas, yo solo sonreí por su pregunta mientras
ladeaba la cabeza divertida porque Noe no había venido a trabajar conmigo hoy, ya que se
había quedado todo el fin de semana con Alex después de tantos ruegos de parte de ambas
para que cediera ante ello.

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—¿Noe?—pregunté enarcando la ceja y la castaña asintió.
—¿Tienes otra hija y no me lo has contado?—refutó sonriendo.
—¿Tengo que reírme?—pregunté irónicamente a lo cuál ella no dijo
nada mientras acomodaba un par de libros sobre la mesa en donde se encontraba.
—Sí —afirmó— Es una de las bases del contrato de tener una relación, tienes que reírte de
mis chistes —contestó con la misma seguridad que siempre la precedía, por lo cuál dejé los
libros que tenía en la mano para acercarme a ella y besar su cabello, Camila arrugó la nariz
de la misma forma adorable que siempre lo hacía cuando yo le mostraba algún tipo de cariño.
—Te quiero —confesé viendo como sus ojos castaños se mostraban tan radiantes como si
fueran pequeños soles incrustados en su mirada —Y esa es la única base en mi relación
contigo —refuté con una sonrisa que ella apoyó mordiendo levemente su labio lo cuál siempre
hacía cuando no sabía que decir y sus mejillas se tornaban de un color carmesí que me
derretían.—Noe está con Ally, no la tendré durante todo el fin de semana —comenté
sentándome a su lado mientras su mriada seguía a la mía entre cada palabra que decía.
—Ya la extrañas ¿Cierto?—dijo acariciando mi mano y yo asentí porque Noe era la mejor
compañía que tenía, no obstante, Camila se estaba ganando mi corazón con creces —Vas a
estar bien, aunque también es extraño no tener a tu hija burlándose de nuestra torpeza. —
respondió con una sonrisa.
—Noe es todo un caso, puedes creer que hoy en la madrugada me preguntó si me casaría
contigo —Camila frunció el ceño ante ello —Tiene las fantasías que los cuentos de hadas
siempre dejan, cree que eres una princesa y como tal puedes hacerme vivir en un cuento de
hadas —la castaña me miró pensativa antes de besar mi mejilla lo cuál me sorprendió.
—Me encantaría hacerte vivir un cuento de hadas —fue su respuesta antes de encogerse de
hombros —¿Eso está mal?—preguntó confundida y yo no supe que decir porque nadie me
había dicho algo parecido y con la misma ternura y sinceridad que estaba segura que salía
directo de su corazón, por lo cuál me acerqué suavemente a sus labios asegurándome de que
no había nadie más que nosotras en la librería y no dudé en dejar que mis labios se abbrieran
entre el rocío de los pétalos que se mostraban rojizos como siempre.
—No está mal, es más de lo que alguna vez he deseado —respondí dulcemente notando como
sus labios volvían a los míos en búsqueda de un poco más mientras sus manos acariciaban mi
cabello antes de sonreír con una sonrisa penetrante que era capaz de ofrecerte el cielo si así
lo deseaba porque tenían un encanto único de su parte.
—El destino es demasiado injusto por haberme unido a ti de esta forma y ni siquiera ser
capaz de tomar tu mano fuera de nuestras propias murallas
—contestó frustrada antes de bufar y lo entendía totalmente porque era lo que invadía mi
mente cada vez que estaba con ella, ser lo suficientemente precavida para no meternos en
problemas a ambas, ni siquiera a Noe le permitía hablar de Camila cuando no estábamos las
dos solas ó con ella porque no quería que ningún detalle se saliera de nuestras manos; esta
relación era demasiado riesgosa como para dejar cabos sueltos pero sabía que valía la pena si
significaba tener la atención de esos ojos
tan brillantes y el corazón de aquella castaña.—Tengo algo que contarte —dijo suspirando
mientras yo la miraba atenta a lo que decía, pude notar la incomodidad que la invadió ante
ello por lo cuál no dudé en acariciar su mejilla para que se relajara, era otro de las cosas que
había aprendido con el tiempo, el hecho de que unas simples caricias eran capaces de quitar
sus miedos, lo cuál solo me destruía el alma al tener que pensar la falta de carió que ella
había vivido toda su vida para que unas simples muestras de cariño fueran su todo.

—Dime —sugerí prestando atención.—¿Estás embarazada?—pregunté irónicamente y ella me


miró aterrada ante ello lo cuál solo me hizo reír por su forma de reacción—Estoy jugando,
que deseas contarme —sentencié con una sonrisa.

—Estoy saliendo con alguien —respondió suspirando y yo no entendí lo que me dijo, sin
embargo, ninguna de las dos dijo nada ante ello hasta que Camila retomó la intensidad de
sus palabras —No es que yo lo haya deseado, él es un completo idiota pero necesitaba un
favor y fue parte del trato, lo siento.
insideofmysoul
—No entiendo —fue mi única respuesta ante sus palabras porque no podía estar más
confundida.
—En el mundo del cine —explicó moviendo su cabello nerviosa
—Sobrevives a través de favores que realizas ó pides a los demás, es imposible que una chica
sobreviva en un mundo tan machista sin técnicamente venderse a algun director ó actor del
momento —fruncí el ceño ante cada una de sus palabras pero no quise interrumpir su
explicación por lo cuál seguí escuchando con suma atención todo lo que me decía —
Necesitaba un favor y uno de los actores también necesitaba uno para poder salir de un
escándalo del cuál él mismo se metió.
—Entonces tienes una relación con él —afirmé aún confundida
—¿Por qué?.
—Porque el mundo disfruta de nuevas relaciones —aseveró
irónicamente con una mueca que demostraba el desprecio que sentía hacia aquella situación
—Le encanta creer que en el mundo del cine todo es amor y parejas que se enamoran,
cuando todo es planeado, raras veces aparecen verdaderos amores en un mundo tan frío y
sin color alguno —pude ver como apartó la mirada de mi vista y un par de lágrimas
aparecieron en su rostro lo cuál solo me hicieron sentir más perdida en la conversación que
en un principio —Lo lamento mucho Lauren—dijo y yo negué con la cabeza acercándome a
ella pasando mis pulgares por sus mejillas para apartar sus lágrimas—Entiendo que no
quieras estar conmigo.
—¿Por cuánto tiempo vas a estar con él?—pregunté y Camila
suspiró.
—Un par de semanas hasta que decida dejarlo y él quede como el
triste enamorado rechazado —me parecía más que increíble que hasta en aquel detalle, las
vidas que jugaban detrás de la cámara no tuvieran ni un momento real, por lo cuál sentí más
pena por aquella castaña que cualquier tipo de celos ó
incomprensión de mi parte; nadie merecía vivir de esa manera, entre mentiras que eran
detalladas por una industria que solo deseaba mostrar al resto del mundo personas perfectas,
historias muy bien escritas de una vida que no existía.
—Está bien —dije suspirando acercándola a mí para acariciar su cabello—¿Entonces no te
veré por estas semanas?—pregunté insegura ante esa idea y Camila solo ladeó la cabeza.
—Apenas lo soporto —concretó enfurecida por ello—Y eso ya es un esfuerzo sobrehumano,
hemos decidido que solo van a ser un par de salidas frente a las cámaras, algunos besos y
fin, juro que no es nada serio —refutó rápidamente y yo asentí.
—No tienes porqué llorar bonita —le susurré besando su cabello—Es lamentable que tengas
que vivir ese tipo de mentiras en tu vida y lo entiendo porque es parte de una historia en la
cuál yo no puedo caber, es tu vida Camila y puedes hacer cualquier cosa que te nazca hacer,
nadie puede hacer algo en contra de tus decisiones porque son solo tuyas; sin embargo,
agradezco que me lo hayas dicho y no estoy enojada por ello.
—¿Eres real?—me preguntó confundida —Cualquiera hubiera sobrereaccionado ante ello—
sonreí porque era algo que suponía que era una reacción normal, pero más grande que lo que
ella me decía eran cada uno de los detalles que me había ofrecido desde que nos conocimos,
sabía que no podían haber mentiras de parte de un corazón tan herido y que se atrevía a
quererme de la forma en que ella lo hacía, yo también había sido engañada y destrozada por
lo cuál sabía cuánto se necesitaba para dejar que tu corazón volviera amar de esa forma, las
mentiras podían salir de las palabras pero las verdades siempre existían en el corazón y con
Camila no era muy difícil ver su corazón cada vez que así lo deseaba.

—Te quiero —murmuré besando su mejilla —Y sé que no hay mentira entre cada uno de los
gestos que me has dado, no hablo de las rosas ni los regalos, sino más bien de la forma en
que sonríes cada vez que me miras y me haces sentir en el cielo solo con mirarme como tú lo
haces, esas demostraciones de tu corazón valen más que un par de palabras que sé que no
están mintiendo porque te conozco, no soy ciega para no darme cuenta de que también me
quieres y que no puedes herirme de esa forma
—continué segura ante cada palabra —No obstante, si te atrae ese chico y estás dudando de

insideofmysoul
lo nuestro, preferiría que lo escogieras a él porque yo no juego con los celos, ni tampoco con
la traición —respondí notando como ella no tardó en negar con la cabeza a aquella opción.

—No—dijo rápidamente en forma defensiva —Jamás haría tal cosa


—susurró lo cuál solo me hizo sonreír.
—¿Ves?, ¿cómo podría dudar lo que sientes por mí si tus gestos te delatan?—contesté segura
de ello —No eres tan buena actriz con los sentimientos reales Camila —agregué a lo cuál ella
sonrío dejando que sus ojos se perdieran entre
los míos.
—Eres increíble y prometo que solo serán unas semanas —confesó
aún arrepentida de ello y yo asentí sin necesidad de seguir escuchando sobre el tema
—Si lo conocieras lo detestarías tanto como yo, es un egocéntrico machista que cree que
puede tener el mundo solo con una mirada seductora —respondió rodando los ojos —Por ese
tipo de hombres es que creo que Claire odia a todo especímene masculino que no sea John —
aseveró entre risas las cuales yo seguí ante el comentario.—¿Ya has conseguido trabajo?—me
preguntó finalmente a lo cuál yo no dije nada proque tenía una propuesta pero aún no lo
aceptaba del todo.
—Algo así—refuté encogiéndome de hombros porque Aiden me había ofrecido un puesto en
su restaurante en una oferta que no podía negar, no obstante, el horario que tenía se me
complicaba con Noe porque tenía que volver a sacrificar todas mis tardes con ella, ese era el
detalle que me había hecho no aceptar inmediatamente —Aiden me ofreció trabajo en su
restaurante pero no quiero volver a perder todas mis tardes con Noe, sin embargo, estoy
pensando en aceptarlo porque no tengo más opciones y la paga es bastante buena —
sentencié bufando mientras Camila me miraba atenta.
—¿Cuánto te pagan?—preguntó frunciendo el ceño.
—Treinta dólares a la semana —contesté rápidamente y ella me miró sorpendida por ello
como sino pudiera creerlo.
—¿Seis dólares diarios?—preguntó atónita y yo negué ante ello.
—Son cinco porque trabajo sábados y si hago horas extras obtengo dos dólares más — afirmé
suspirando.
—Eso suena más a trabajar gratis que algún tipo de paga —refutó y yo solo reí ante ello,
porque se notaba que ella no era parte del mundo que el resto de las personas que no
ganaban miles de dólares por una película vivían.
—He trabajado por menos bonita —exclamé dulcemente para que ella no se ofendiera ante
mi comentario —La verdad es que la paga está bien, mi problema es que tendría que dejar a
Noe con Ally todas las tardes y no me parece justo para ella ni para mi hija —antes de que
pudiera decir algo más al comentario vi como Camila estaba enarcando la ceja expectante a
que terminara.
—Te he conseguido un trabajo —sugirió finalmente mientras yo la miraba extrañada ante
ello— Te he recomendado en una película y me han mandado la confirmación ayer solo que la
he olvidado en casa.
—¿Qué?—fue lo único que pude decir ante el hecho que volvía a no entender lo que estaba
diciendo, Camila rió ante mi incomprensión y no dudó en seguir con lo que estaba diciendo.
—¿Conoces a Renoir?—negué ante ello porque no tenía ni la más mínima idea de quién era —
Es un afamado director que está produciendo una nueva película y le sugerí que fueras la
cantante de ella a lo cuál aceptó y ayer me informó de aquello, sé que no puedo ofrecerte la
cantidad de cosas que yo tengo en mi mundo pero al menos puedo hacer que te den un
trabajo decente que no haga que te mates
trabajando y quitando la oportunidad de estar con tu hija y —no la dejé continuar porque
estaba tan emocionada por todo lo que me decía que no tardé en robarme un beso de sus
labios, un beso que fue capaz de silenciar cualquier tipo de ruido y hacer que nuestros
corazones palpitaban a una velocidad que no parecía real, no sabía como lo hacía pero cada
uno de mis sentidos eran estimulados con su presencia.

—¿Aún así crees que dudaría de lo que sientes por mí?—pregunté riendo por ello mientras
insideofmysoul
Camila fruncía el ceño intentando seguir el ritmo de mi emoción —Eres increíble Camila y no
sé ni siquiera como agradecerte todo lo que hicistes y haces por mí —concreté —Te quiero y
las palabras no me caben para decítelo, la que lo lamenta soy yo y no ser capaz de ofrecerte
las mismas cosas que tú a mí—suspiré amargamente sintiendo como las manos de aquella
morena acariciaban mi rostro con una delicadeza que solo podían provenir de ella.

—No necesito de cosas para ser feliz —contestó con una sonrisa en sus labios —He vivido
rodeada de todos los lujos que puedas imaginarte y aún así prefiero estar en una calle que
está a media hora de mi zona de confort solo para hablar contigo y que mi día mejore
exponencialmente —sentí como las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos como sino
pudiera controlarlas, porque realmente ella no tenía ni la más mínima idea de como me hacía
sentir con cada acto que provenía de su parte —El dinero no hace la felicidad pero si éste
puede ayudarte a ser feliz, entonces es algo que seguiré haciendo —refutó finalmente antes
de besar mi frente
—Mi felicidad es la tuya Lauren —no dije nada dejando que aquel momento quedara marcado
en mis recuerdos, no me importaba si esto duraba hasta hoy ó no poder tener una vida a su
lado, lo que me importaba es que ella había aparecido en mi vida justo cuando más la
necesitaba y solo deseaba que supiera tood lo que producía en mí.

—Mirada eterna que se desprende entre mis pensamientos y que me delata sobre el amor
que intento—sus caricias se fusionaban en mi piel como si hubieran nacido para sentir aquello
y vi como sus ojos no dejaban de brillar ante cada palabra.

—Que sea duradero —susurró juntando su frente con la mía


—Gracias por pintar mi vida de la forma en que lo has hecho, gracias por ser lo más real que
he tenido en mi vida.
Capítulo 33: Películas

It's the first thing you see as you open your eyes The last thing you say as you're saying
goodbye Something inside you is crying and driving you on

New York Lauren

Una sonrisa inconsciente del poder que tenía apareció en mis labios mientras Zac terminaba
con los últimos acordes de la canción, a pesar de que aquella sonrisa pertenecía en casi toda
su totalidad al hecho de que había salido casi perfecto la última media hora del ensayo, tenía
que aceptar que también llevaba un secreto oculto entre medio de ella y era el hecho de que
mi mente no dejaba de recordar constantemente de que hoy era viernes y también era el día
en que había quedado de acuerdo con Camila para cenar en su casa.
Aún no podía creer que había aceptado aquella invitación y a pesar de que constantemente
me respondía que había sido un acto de locura propia, no podía negar que desde hace un par
de horas lo único que existía en mi mente era el hecho de recordar como aquella castaña
seguía enloqueciéndome con su mirada, la curiosidad de volver a verla me carcomía de una
manera inesperada y entre medio de actos que demostraban claramente mi nerviosismo, el
ensayo terminó y aún dudando de que fuera la mejor opción del mundo proseguir con esa
cita, sabía que por dentro no había nada que deseara más que volver a verla porque todo mi
cuerpo seguía reclamándola como si fuera la primera vez, como si los días nunca se hubieran
ido del calendario ni ninguno de los acontecimientos que habían desatado nuestra inminente
separación.
Pero nada ni nadie me había advertido sobre ese volcamiento en el corazón que sentiría
apenas abriera la puerta de su departamento dejándome en un estadío que ni siquiera podía
reconocer como propio porque tardé unos segundos en volver a la realidad después de aquel
choque de sensaciones que no me esperaba para aquel momento. Estaba con una blusa azul

insideofmysoul
larga y unos simples jeans blancos y aún así estaba segura de que decir que se veía bien era
una ofensa porque seguía siendo la misma chica respladesciente que meses atrás había
tendio entre mis brazos y le había declarado mi amor.

—Hola —fue lo único que mis labios pudieron pronunciar mientras ella se encontraba
reluciente entre ese brillo tan incandescente que tenían sus ojos oscuros y la forma tan
especial que su mirada tenía para ser única, todos mis intentos de parecer relajada no
sirvieron porque cualquier podía darse cuenta de lo nerviosa que estaba en aquel momento,
parecía como sino la hubiera visto hace siglos y aún así ella seguía viéndose particularmente
hermosa —Te ves muy bien —susurré
acomodando mi cabello detrás de mi oreja, Camila rió bajito y asintió sintiendo la tensión que
había entre nosotras. Éramos dos conocidas que sabían hasta el último detalle de la otra y
aún así a la vista de aquel momento éramos dos desconocidas que no sabían como romper
esa barrera que el silencio siempre mostraba en ese tipo de situaciones.
—Tú no quedas atrás —se atrevió a comentar con una sonrisa antes de volver a mirarme
nerviosa como si quisiera decirme algo que aún sus palabras no eran capaces de relacionar —
Gracias por aceptar cenar conmigo—sugirió —No pensé que me dirías que sí —yo tampoco lo
imaginaba pero ahí estaba en medio de la noche sintiendo como los nervios se apoderaban de
mí ante cada minuto que se me presentaba en el camino—Gracias enserio —volvió a repetir
con una pequeña risa nerviosa que demostraba que ella tampoco estaba segura de lo que
estábamos haciendo, sin embargo, sin pensarlo mi mano buscó la suya por inercia dejando
que aquellos momentos en donde nuestras manos se ocupaban de dibujar paisajes
imaginarios en el cuerpo de la otra volvieran a la memoria de cada una; esa conexión tan
única que había sentido con aquella castaña de ojos oscuros aún existía entre medio de toda
esa capa de incomodidad que estábamos viviendo en aquel instante, ambas lo sabíamos, no
obstante, no tardé en retirar mi mano ante el miedo que invadió todo mi cuerpo ante ese
intento de volver a lo que alguna vez habíamos sido. Suspiré recordándome de que no podía
hacer ese tipo de acercamientos con ella porque no éramos nada, apenas habíamos vuelto a
tener un par de saludos cordiales que nunca iban más allá de lo que cualquier persona podía
dedicarse en mandar como mensaje; a veces solían traspasar esa barrera y tener algún tipo
de recordatorio de lo que habíamos sido pero jamás se nos iba de las manos el hecho de que
todo eso era un tiempo pasado que ya no era parte de nuestras estaciones y que teníamos
que convencernos de que al final del día nos estábamos presentando como dos
desconocidas.—Pasa —sugirió carraspeando y yo asentí antes de ver como su departamento
aún seguía igual que siempre, entre esas paredes de color celeste y la forma en que Camila
siempre dejaba sus cosas tiradas cuando llegaba de trabajar hasta ese olor tan característico
que tenía aún seguía presente y una leve nostalgia de esas tardes donde había estado aquí
esperándola volvieron a azotarme acumulando más incomodidad en nuestras fronteras. Sin
embargo, intenté borrarlas ante la simple acción de quitarme la bufanda y la chaqueta
mientras sentía como la temperatura comenzaba a subir en el departamento al cerrar la
puerta, Camila no dijo nada en aquellos minutos donde mi vista quedó absorta en las fotos
que aún estaban decorando sus paredes donde en más de la mitad estábamos las dos juntas,
me dolió ver que ella seguía dejando todo en su lugar, tal vez por el hecho de que imaginaba
que en esos meses, la morena había preferido remodelar todo y seguir con su vida cuando
había sido todo lo contrario y todo parecía estar en el mismo lugar de siempre esperando un
regreso que jamás sucedería.

—Es raro estar aquí—confesé en un suspiro que Camila detuvo en su mirada porque
ella tampoco podía disimular lo mismo que yo sentía al estar juntas luego de meses
distanciadas.
—Lo sé —admitió encogiéndose de hombros —Lo siento, no he cambiado las fotos ni nada —
yo negué ante su comentario porque ya había pasado aquella incomodidad de seguir viendo
sus fotos en el mismo lugar ahora solo quedaba el hecho de que no sabía que iba a pasar en
aquella noche, no sabía como comenzar una conversación con ella y el silencio seguramente

insideofmysoul
ya no era nuestro mejor amigo así que mi mente empezó a pensar como podía romper el
hielo y ofrecer algún tipo de conversación que no se transformara en algo que trajera más
incomodidad, no obstante, aquellas ideas fueron esfumadas ante el sonido de su voz
llamándome —He pedido algo de comida cantonesa, recuerdo muy bien que te gustaba —
inquirió con una sonrisa que se esforzaba por romper esa barrera que ambas estábamos
creando y yo asentí tratando que esa sonrisa se transformara en la mía y sin más me vi
sonriendo más de lo que esperaba recordando lo que alguna vez habíamos sido.

—¿Te ayudo en algo?—pregunté saliendo de mis pensamientos en donde solo podía pensar
en la bonita sonrisa que siempre la había caracterizado y en como esos jeans blancos le
quedaban muy bien, la castaña asintió señalándome los platos que aún no estaban en la
mesa y no dudé en dejar a mi mente en libertad mientras realizaba esa simple tarea de poner
la mesa. A pesar de que intentaba que mi distracción fuera suficiente como para no pensar en
ella, esto se me hacía imposible y cuando pude notar que su mirada también seguía
inconscientemente lo que estaba haciendo en la mesa no pude no sentir como mis mejillas
comenzaban a arder levemente porque aún seguía aquel efecto embelesador que ella era
capaz de producir en mi piel—¿Cómo te ha ido en la audición?—pregunté dejando los
cubiertos ordenados y ella me miró impresionada por esa pregunta mientras tomaba la
comida que estaba en la bolsa y la ponía en la mesa.
—Bien —respondió encogiéndose de hombros y yo sonreí ante la forma que aún seguía
reconociendo sus gestos.
—Eso es un bien ó un bien —contesté resaltando la palabra y ella ladeó la cabeza divertida
dejando que su alegría ocupara todo el departamento de una forma que había quitado de mi
memoria para que no me hiriera como lo hacía recordarla a ella.
—Es un bien —inquirió sin dejar esa lluvia de estrellas que me ofrecían sus labios en la curva
más bonita que tenía —Me han llamado para una segunda audición —admitió dejando que el
orgullo y la alegría por ello rompiera finalmente todas las murallas que se encontraban entre
nosotras porque yo no pude no mostrarme feliz por aquella noticia.
—Te felicito —contesté intentando calmar mis ganas de abrazarla, detalle que Camila no dejó
pasar y se limitó a asentir antes de sentarse a la mesa, acto que yo no dudé en seguir
tratando de que todo fluyera con una tranquilidad que ambas deseábamos más que nada.
—Gracias —aseveró acomodando su cabello en una coleta improvisada antes de que aquellos
ojos oscuros me penetraran ante muna mirada que iba más allá de lo que esperaba esta
noche, era como si ese par de orbes cafeces fueran capaces de incendiar cada centímetro de
mi piel con un simple eclipse que realizaban ante mi cuerpo, a veces me parecía tan irreal lo
que todo su ser podía oacasionar en mí sin ningún tipo de esfuerzo—¿Qué tal tú?—preguntó
antes de servirse un poco de los fideos que estaban en una de las bolsas de comida yo la
miré esperando que prosiguiera con la pregunta —¿Vienes de ensayar?—asentí ante el hecho
de que vivir con una persona durante un par de meses te hacía recordar hasta la cosa más
insignificante que era su horario, las cosas que suele hacer durante ciertas horas y su rutina
se vuelve también la tuya; por lo cuál no me extrañó que ella aún recordara que los viernes
ensayaba porque yo también recordaba a la perfección sus horarios de trabajo, de hecho
tenía que aceptar que muchas veces aún seguía levantándome más temprano pensando que
seguía compartiendo los fines de semana con Camila y podía hacerle desayuno; aquel
sentimiento amargo de ese recuerdo tomó un rombo distinto al que esperaba y finalmente se
convertía en algo más allá que simple molestia, por primera vez se convirtió en un buen
recuerdo y sonreí por inercia ante ello.

—Así es, hoy por fin hemos terminado con los detalles que nos quedaban de las últimas
canciones —respondí mientras yo también intentaba despejar mi mente sirviéndome un poco
de la comida que estaba entre nosotras —Me encantaría que fueras alguna vez —sentencié
dejándome sorprendida a mi misma y a Camila quién solo frunció el ceño confundida por lo
que le estaba diciendo y pude notar como una pequeña sonrisa atravesaba la sombra de su
rostro como si de un momento a otro su rostro se hubiera visto iluminado por pequeños

insideofmysoul
rayos del sol que la noche no podía ofrecer pero que en ella estaban presentes —Claro si
tienes tiempo— refuté tratando de corregir aquel error que había cometido con aquel
comentario, sin embargo, Camila se limitó a reír por ello y vi como sus ojos nuevamente
retomaban ese brillo tan característico que tenían y quise pensar por unos segundos que era
por mí que brillaban, quise creer por unos segundos que esa mirada tan cautivadora se
producía porque yo estaba aquí en este momento y fue inevitable recordar que a pesar de
que mi corazón me pedía a gritos que volviera a ella, yo simplemente no podía cruzar aquella
barrera que se había impuesto desde aquella noche; tenía miedo de que volviera a romperme
el corazón y aunque tratara de ocultar aquello detrás de mi capa de orgullo, sabía que la
castaña estaba segura de que mi miedo era palpable y por eso prefería quedarse fuera de mis
límites porque ella también podía notar como intentaba controlar muchas de mis reacciones
que a su lado alguna vez habían parecido normales.
—Me encantaría—contestó con una sinceridad que no esperaba de su parte, luego de eso,
ninguna de las dos habló mientras intentábamos hacer un pequeño descanso de todos los
pequeños intentos que habían surgido para que
siguiéramos hablando, no era muy difícil notar como sus ojos chocaban con los míos de vez
en cuando y ambos se mostraban preocupados como si no supieran como actuar ante esa
interacción y era cierto porque no lo sabían, al menos los míos intentaban de una pésima
manera que no tuvieran la tentación de deleitarse con aquellos astros oscuros; pero siempre
perdían ante aquella batalla y se dejaban hipnotizar como sino hubiera sucedido nada hace
meses.

Como si jamás hubieran sido separados de aquel brillo.


Sin embargo, yo lo sabía y Camila también lo sabía, por lo cuál nuestros propios instintos
eran quienes se encargaban de mantener todo en orden ó al menos eso querían en teoría
porque la realidad era que estábamos haciéndolo pésimo.
—¿Cuándo es tu próxima audición?—pregunté rompiendo la capa de silencio que se había
apoderado de todo su departamento, había olvidado lo que se sentía estar dentro de estas
cuatro paredes y aunque sonara extraño,podía sentir como aún se acumulaban entre matices
celestes lo que alguna vez habíamos sido; era como si las paredes no pudieran olvidar todos
los momentos de los cuáles había sido testigo y aún así como algarabía se atrevía a
recordarmelos como si estuviera orgulloso de haber sido testigo de ese amor tan efímero y
penetrante que había surgido hace un par de meses y aunque ahora se encontraba en reposo
aún seguía existiendo de parte de ambas.
Porque era imposible quitármela de la cabeza, había sido una tortura pasar todo este tiempo
sin ser capaz de hablarle ó saber de ella, no obstante, no es que el amor se hubiera exiliado
de nuestras tierras sino que un error muchas veces era más fuerte de lo que este mismo
amor podía profesar ó más bien creía que el hecho de una traición proponía una coartada de
orgullo suficiente como para saber que tardaría en poder seguir adelante de la misma manera
que había sido en un principio, tal vez ni siquiera sería igual, no obstante, estaría mintiendo
si afirmaba que no deseaba recomenzar con Camila de la forma en que no habíamos podido
hace meses atrás donde no habían mentiras ó verdades a media entre nosotras.
—El jueves —concretó dejando sus cubiertos sobre la mesa —Sin embargo, tengo una cita
con el director mañana —confesó con una sonrisa mientras yo la miraba atenta ante cada
palabra —Sé que no eres del mundo de las películas, pero Max D'Angelo es uno de los
mejores directores europeos que eixsten, es procedente de esta ciudad pero comenzó a
estudiar cine en las grandes escuelas de cine europeo y ha vuelto en busca de nuevos aires
—contestó emocionada por ello y yo solo asentí a lo que decía porque no había mucho que
opinar, no obstante, mi mirada me delataba lo embelesada que siempre me ponía cuando ella
hablaba sobre las películas que tanto le gustaban, me encantaba cuando podía hablar horas
tras horas sobre detalles tan recónditos como lo era el nacimiento de las películas a color ó
como el cine mudo cambió de manera radical en alguna fecha del siglo pasado, Camila tenía
una obsesión con el mundo del cine y su conocimiento iba más allá de lo
que cualquier persona comentaba normalmente cuando salía del cine.

insideofmysoul
—¿D' Angelo?—pregunté enarcando la ceja al saber que ese apellido me sonaba
—¿Cómo la arquitecta?—suspiré recordando con poca nitidez la única vez que había
escuchado aquel apellido entre medio de fotografías de una arquitecta famosa que había sido
quién le dio vida a cientos de obras en todo el país, la castaña no tardó en asentir ante
aquella comparación.
—Noelle D'Angelo es su madre creo, ¿la conoces?—preguntó entusiasmada y yo asentí
encogiéndome de hombros.
—Conozco sus construcciones, son preciosas, había una en Miami
—aseveré con una sonrisa al recordar aquella obra que estaba a unos metros de la playa y
que se asemejaba a un barco y que en medio de las noches tomaba una vista maravillosa
porque era como si las estrellas se reflejaran entre medio del casco oscuro y era una
verdadera obra de arte ver como se combinaba el reflejo de las olas del mar entre medio de
esa obra y el material oscuro que había sido utilizado para darle vida a aquella estructura.

—Lo sé, cerca de la playa— contestó antes de servirse un poco de vino en su copa y
ofrecerme pero yo no quise porque estaba más interesada en su conversación —Solía pasar
por ahí siempre y ver como.

—Era el cielo en la Tierra — sonreí ante ello porque era el nombre de la obra y lo
representaba a la perfección —Es un lugar mágico —confirmé ante la mirada atenta de la
castaña que no tardó en volver a asentir ante ello con una sonrisa.
—Creo que leí en alguna parte que era en memoria a su madre que había fallecido unos años
antes de que surgiera la idea de ésta estructura
—argumentó y yo no dije nada porque no sabía sobre aquel detalle, apenas sabía sobre la
estructura y sabía quién era la arquitecta por un par de fotografías que había salido en un
artículo sobre ella, pero Camila parecía mucho más actualizada sobre el tema —Quería que el
amor que sentía hacia ella se expandiera infinito como las estrellas —suspiré ante ello sin
saber que decir realmente, en mi mente solo podía pensar en aquel barco en medio de la
playa que solía parecerse al cielo estrellado y que muchas veces me había quedado durante
horas observando como cada vez que le dirigía una nueva mirada parecía aún más hermoso
de lo que ya era, la simple idea de que tenía mucho más significado para quién lo había
creado era algo que no dejaba de sorprenderme porque el arte era eso, un sinfín de teorías y
significados que finalmente dependían del ojo que se atrevía a observar.

—Es increíble el amor que puede nacer entre dos personas


—aseveré con una sonrisa —Especialmente de las personas afortunadas que tienen esa
relación madre e hija —contesté algo incómoda ante el tema y Camila notó
aquello porque no tardó en cambiar rápidamente aquel momento en que las palabras nos
consumían entre misterios.
—La vida no es misericordiosa con nadie —concretó —Todos alguna vez tenemos que sufrir
porque eso es parte del ciclo de la vida, no puedes saber que es la felicidad sino han existido
tristezas ni tampoco puedes saber como es el día sin saber qué es la noche—no pude ocultar
la sonrisa que invadió mis labios al escuchar aquello que le había dicho hace mucho tiempo
en una conversación que no recordaba pero al parecer ella tenía más que presente porque
pude ver como sus mejillas se sonrojaban ante aquel detalle, acto que intentó disipar
sorbiendo un poco de su vino
—Aún no lo olvido —confesó sin mirarme antes de que volviera a quedarme atrapada entre
medio de esos ojos oscuros que tan bien conocía, éramos como dos estrellas distantes que
tenían miedo de acercarse por la posibilidad de colapsar, sin embargo, aún seguían tentadas
ante aquel brillo incandescente que las atraía de una manera descomunal —En fin, el punto
es que estoy más que emocionada por esa cita—refutó cambiando de tema antes de apartar
un mechón de su cabello en un intento de dejar los nervios a un lado y que no se apoderaran
de cada acción que realizaba pero había fallado desde el principio de aquel intento, no
insideofmysoul
entendía el porqué pero yo no podía dejar de mirarla, una y otra vez caía ante el mismo
encanto que me había impresionado desde la primera vez y que aún seguía latente en los
bosques más recónditos de mis sentimientos, suspiré ante el hecho de que no era muy difícil
ver como no importaba cuántos meses habían pasado desde la última vez que habíamos
estado bien, yo seguía cayendo ante la red que su mirada brillante imponía sobre mí y como
seguía iluminando mis amaneceres.

Es que a pesar de que mis intentos de negar que su amor seguía intacto e intentaba
convencerme de que lo nuestro había acabado, aún seguían esas huellas de la arena que el
mar no había borrado, seguían presentes en cada conversación y como todos nuestros
sentidos seguían reaccionando ante la más simple seña que la otra proponía.

—Gracias —pronuncié sin premeditarlo, Camila frunció el ceño al no entender a que me


refería pero yo sabía a la perfección la dirección que estaban tomando mis palabras a pesar
de que no me sentía preparada para escuchar lo que quería decir —Gracias por haber sido
sincera conmigo a pesar de todo, pudiste haber olvidado aquel detalle y aún así preferiste
confesarme la verdad —sugerí nerviosa mientras la castaña agachaba la mirada ante la culpa
que podía notar de parte de su rostro.
—A veces es mejor dejar ir a alguien para no seguir destruyéndola
—suspiró—Esto no es una película de amor en dónde las personas perdonan fácilmente y
enserio lo lamento mucho, espero que algún día logres perdonarme.

—Te perdoné la primera noche —confesé con una sonrisa amarga


—Se me hizo imposible no disculparte, pero tienes razón, esto no es una película
—agregué antes de suspirar —Es la vida real y estaría mintiendo sino te dijera que a pesar de
todo, has sido capaz de mejorarla de una forma que no creía que fuera posible.
Películas parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
—¿Desde cuándo vives sola? —me preguntó Lauren mientras miraba detenidamente los
detalles de mi habitación yo suspiré con una sonrisa que se apoderó de mis labios cuando
pude notar como sus ojos verdes se mostraban tan salvajemente adorable que no podía creer
que fuese real la forma en que pudieran tomar dos estadios que eran totalmente distintos
pero que en ella se funcionaban y le daban aquella mirada tan única que llevaba
enamorándome desde la primera vez que me había dado cuenta de que eran más que verdes.

—Un par de años —respondí obteniendo su mirada fija —Me mudé cuando tuve la edad
suficiente para cobrar mi propio dinero, así que creo que hace seis años —noté como me miró
contrariada y se limitó a asentir ante ello, sin embargo, a mi ya no me sorprendía ningún tipo
de detalle de mi vida, siempre había sido una persona solitaria y a pesar de que había
decidido vivir mi vida sola un poco antes de lo que la mayoría de las chicas suelen hacer, la
verdad es que en mi mente vivía sola desde que tenía memoria, ya que jamás había tenido
una relación duradera con mis padres ó que tuviera algún tipo de efecto en mí que me hiciera
reconsiderar la idea de mudarme, simplemente sucedió y no hubo arrepentimiento en ello.
—¿Tus padres no intentaron detenerte?—preguntó seria —Yo no podría dejar a Noe vivir sola
a esa edad —yo chasqueé la lengua negando a aquella afirmación.
—No es lo mismo —respondí rápidamente — Tú amas a tu hija y haces perfectamente el
papel de madre, te preocupas porque ella esté bien y siempre estás pendiente de lo que
desea y de cualquier tipo de detalle que ella puede ofrecerte —suspiré ante la amargura que
siempre se acumulaba en mis palabras cuando tocaba el tema de mis padres —Los míos
jamás mostraron ningún tipo de preocupación hacia mí — comenté dejando un tono de
frustración que llevaba mucho tiempo sin mostrar al ambiente, llevaba mucho tiempo sin

insideofmysoul
pensar en aquello, sin embargo, por la mirada que Lauren tenía sobre mí podía notar como
ella seguía atenta a cada palabra que decía y aunque no era necesario, me llené de miedo al
escuchar mis pensamientos más fuertes que en mi propia mente; tuve miedo de como éstos
se convirtieron en palabras audibles y cómo de seguro me estaba viendo vulnerable a través
de esos ojos verdes, sin embargo, ninguno de esos detalles detuvieron a mis pensamientos
que se mostraron como una ola desesperada por salir como si hubiera esperado mucho
tiempo para azotar las rocas en la playa —Creo que en mi vida los he visto un par de veces
para fechas como navidad y esas cosas
—respondí encogiéndome de hombros —Jamás fueron parte de mi vida así que no fue muy
difícil irme, ni tampoco fue algo que no pudieran superar en un par de días porque tampoco
les importaba mucho —fue imposible dejar que las últimas palabras
se llenaran de algo que ni siquiera podía explicar, tal vez era un poco de dolor mezclado con
sueños que nunca pudieron ser, fuese cuál fuese la emoción que teñía esas palabras, no
obstante, no fue necesario ver como la pelinegra se acercó a mí para tomar mi mano y
mirarme de una forma que nadie más había hecho, solía tener una mirada comprensiva y
compasiva de parte de Claire cuando hablaba con ella de estos temas pero con Lauren era
totalmente distinta, me veía como si fuera lo más importante de aquel momento y no podía
no tener esos deseos itnernos de querer llorar dejando que mis emociones salieran a flote,
sin embargo, era tan buena actriz que simplemente no pude hacerlo.

—No sueles verlos —fue lo único que dijo mientras la yema de sus dedos pasaban una y otra
vez rozando mis manos con una delicadeza única mientras yo suspiraba asintiendo ante
aquella afirmación.

—La verdad es que prefiero no tener ningún tipo de relación con ellos —confesé intentando
que las palabras que deseaba que salieran se mostraran entre medio de una lluvia de
sentimientos encontrados que no esperaba —Es complicado, a pesar de que sin que ellos lo
desearan me dieron lo único que he amado lo suficiente para tener que soportar este mundo
detrás de las cámaras que siempre odié pero que ahora no puedo imaginarme viviendo otro
tipo de vida
—contesté —Ese es el problema cuando te acostumbras a algo, no puedes desear una vida
que no conoces—sus ojos verdes danzaban entre mis palabras mientras intentaban entender
lo que le estaba diciendo hasta que finalmente vi como un suspiro se apoderó de sus labios
sin tener ningún tipo de precaución de no mostrar un poco la incomodidad de aquel
comentario.

—A veces es difícil ser padres, Camz — sugirió con una mueca clara que no estaba de
acuerdo con lo que decía.

—Tú no pareces complicada en eso —aseveré frunciendo el ceño mientras Lauren solo rió por
ello haciendo que siguiera confundida entre su reacción.

—¿Bromeas?, de mil veces que he hecho algo como madre, mil y una me he equivocado
porque no hay un manual de cómo ser padres —admitió encogiéndose de hombros —Si lo
hubiera, creo que lo compraría sin pensarlo dos veces —sonrío —Aprendes a través de los
errores e intentas hacerlo lo mejor que puedas aunque muchas veces pienses que
sinceramente estás haciendo un trabajo horrible —yo no dejaba de mirarla con sorpresa
porque en ella se veía todo tan fácil como si hubiera nacido con ese don de ser madre, pero
como lo decía parecía que todo lo que veía cuando estaba con Noe era solo casualidad.
—No me lo parece —admití aún confundida —Noe te adora, te he visto con ella siempre y
eres increíble —Lauren no tardó en acariciar mi cabello de la forma que tanto adoraba y no
pude reprimir aquella sonrisa que floreció en mi rostro solo con aquel detalle, ella también

insideofmysoul
sonrío porque sabía como me gustaba que lo hiciera por lo cuál no dudó en besar mi cabello
antes de pasar su mano sobre mis mejillas como si fuera una niña pequeña que necesitaba
de su protección.

—Noe me convirtió en madre, si ella no existiera seguramente no tendría ni la más mínima


idea de como ser una —agregó sin dejar aquel suave movimiento que cubría mis ondas
mientras yo me recostaba sobre su hombro buscando incansablemente más de esas
deliciosas caricias que solo ella podía ofrecerme —Lamento que no tengas una buena relación
con ellos, pero no he conocido a nadie que no ame a sus hijos, tal vez se equivocaron mucho
y no tienen idea de como hacer las cosas bien, es imposible que un padre no ame a sus hijos
porque si es así entonces no puede denominarse con ese título —dijo antes de suspirar —No
nos convertimos en padres porque hayan nacido de nosotros, sino cuando vemos por primera
vez a ese bebé y pensamos que no hay nada más maravilloso en el mundo que protegerlo de
todo—creo que no había nada más bonito que ver como sus ojos verdes se llenaban de un
amor tan puro y único cuando hablaba de esa forma, no podía imaginar una mejor madre que
ella y como podía ser capaz de transformar todo en algo hermoso solo con hablar de su hija,
era simplemente maravillosa la forma en que ella adoraba a Noe y a la vez sentí como dolió
levemente mi pecho al saber que yo nunca tendría esa mirada —Te conviertes en padre
cuando lo tomas en brazos y piensas que es anormal que algo tan pequeño sea capaz de
sacarte tantas sonrisas, cuando sientes que te va a salir el corazón del pecho con el amor que
tienes hacia él, cuando las cosas más normales como dormir se hacen nada en comparación
al deber de querer que siempre esté bien —respondió antes de besar mi cabello —Todas esas
cosas yo las aprendí a través de estos años y puedo asegurarte que el mundo cambia
totalmente cuando tienes algo que es solo tuyo, te das cuenta de que hay veces en que
juzgamos sin saber lo duro que es ser lo más importante de él y como tienes que cargar con
los errores que realizas a través del tiempo—musitó —Ningún padre es perfecto, pero
intentamos hacer nuestro mejor esfuerzo—un par de lágrimas comenzaron a apoderarse de
mis mejillas, sin embargo, no tardé en apartarlas tímidamente ante esa extraña sensación
que se apoderaba de mi pecho.

—No creo que ese sea su caso Lauren —fue lo único que me atreví a decir sin siquiera ser
capaz de encontrar su mirada porque me estaba doliendo más de lo que podía dimensionar ó
siquiera controlar —Ellos jamás fueron personas a las cuáles pudiese recurrir, no recuerdo ni
un solo momento en donde yo haya visto el orgullo y el amor que veo en ti cuando ves a
Noe, nunca fui nada en su vida y ellos tampoco lo son en la mía —en aquel momento no supe
que era lo que más me dolía,
si era el hecho de que sabía que esas palabras se defenían perfectamente a lo que sucedía ó
si era el hecho de que conocer a Lauren me hacía darme cuenta de lo que jamás tendría —
Siempre pensé que yo era más algo que tenía que suceder, ya sabes una familia con hijos y
ese tipo de cosas que es lo normal —suspiré amargamente
—Nunca me sentí parte de ellos —confirmé —Ni de ninguna parte, soy de todas partes y de
ninguna a la vez — la pelinegra se quedó en silencio mientra sus manos seguían sobre mi
cabello intentando regalarme un poco de su cariño a través de aquel acto hasta que sus
manos tomaron mi barbilla para que mi mirada chocara con esos ojos verdes tan llenos de
vida para que chocaran con los míos, que eran tan oscuros que eran capaces de envolver a la
claridad en la más negra noche y aún así esa combinación era hermosa.

—Eres parte de mi vida, eso es seguro —contestó con una sonrisa que no me esperaba
mientra sus dedos acariciaban mis mejillas con una suavidad digna de ella
—Eres parte de mi cielo, de mis noches estrelladas—dijo antes de que nuestros labios se
acercaran en un váiven de sentimientos y emociones que conocíamos tan bien, pero siempre
se mostraba de una forma única y que me quitaba cualquier tipo de cordura cuando caía
prisionera ante ellos.

insideofmysoul
—Gracias — susurré con las lágrimas quemando mi rostro ante aquel sentimiento tan fuerte
que nacía a través de su mirada y que terminaba en todo su ser—No te imaginas como tus
palabras me dejan sin aliento cada vez que las escucho—aseveré nerviosa porque jamás me
había nacido hablarle de esa forma con nadie, estaba tan acostumbrada a que el mundo me
amara, queriendo siempre la atención, sin embargo, en aquel momento era todo lo contrario
y mi mente solo podía pensar en la hermosa mujer que tenía a mi lado.

—Soy la mujer más afortunada solo con tenerte a mi lado Camz


—admitió sin dejar esa suave caricia sobre mi rostro —Eres maravillosa —me tomé unos
segundos para ver como su mirada era un poema sin escribir, era algo que iba más allá de lo
que podía reducir a palabras.

—Creo que eres una de las pocas personas que podría pensar eso de mí—sugerí
sarcásticamente y Lauren chasqueó la lengua antes de besar mi mejilla y apretar mi mano
derecha.

—Todos conocemos a la luna, la imaginamos esplendorosa en el cielo completamente llena y


con su brillo eterno —comentó sin que yo entendiera a qué se refería —Pero la luna tiene
fases, no siempre está llena, no siempre brilla, tiene cráteres que la hacen imperfecta pero
para los que la amamos, siempre va a ser perfecta de cualquier manera que se muestre —
afirmó sin despegar aquella mirada
de mí —Las personas que te aman realmente, siempre van a ser capaces de verte perfecta a
través de tus imperfecciones, porque ellos ven con otros ojos que escapan a la mirada de
todo el mundo —no tardé en sentir como mis mejillas comenzaban a quemer frente a la
influencia que se mostraba ante cada una de sus palabras, porque cada una de ellas podía
derivarme con facilidad a un estadío donde no estaba segura si mi cordura se perdía ó mi
racionalidad se volvía cada vez más grande para aceptar que la necesitaba en mi vida. —Y yo
te puedo asegurar de que tú pintaste mis horas y eso no lo ha hecho nadie más.

—¿Por qué estás conmigo?—pregunté sin saber la razón por la cuál alguien tan maravillosa
podía haberse fijado en mí, lo cuál solo causó que aquella ojiverde riera ante mi pregunta —
¿Qué viste en mí?—volví a preguntar insegura.

—Vi aquello que había deseado en mi vida desde hace mucho pero que jamás tuvo rostro ni
forma, fuiste lo que rompió mi calma y me obligó a darme cuenta de que te necesitaba junto
a mí —el silencio fue capaz de tomar todos los colores que las palabras de aquella pelinegra
evocaban, entre medio de esa lluvia de palabras noté como todas eran teñidas de ese mismo
color rojo que mostraba el alma de la persona que hablaba—Eres ese deseo que no sabía que
existía en mí y que no quiero que jamás se vaya de mi vida.

—Te quiero, no sabes cuánto —concreté antes de posar delicadamente mis labios sobre los
de ella sin dejar que nuestras respiraciones se volvieran una sola como si hubieran nacido
para fusionarse.

—Yo también lo hago —fue su respuesta despegando sus labios de los míos y ante una
sonrisa que podía ser tan grande como el mismo mundo, supe que estaba lo suficientemente
pérdida como para creer que ella sería una constante en mi vida, no me atreví a decírselo
pero por dentro mis deseos se limitaban a uno solo y es que ella siguiera conmigo de la
misma forma en que había aparecido cuando más la necesitaba —¿Siempre quisiste esto?, es
decir, ¿siempre quisiste salir en películas y que todo el mundo adore tu trabajo?—me
preguntó cambiando de tema y yo asentí con una sonrisa por ello.

insideofmysoul
—Sí, no recuerdo el momento exacto en que esto se convirtió en mi vida —contesté
—Es decir, siempre viví rodeada del mundo del cine pero no recuerdo cuando me dije que
esto era lo que quería hacer toda mi vida —suspiré nerviosa ante esa idea —En mi memoria,
está como me divertía haciendo esto, como amaba ser alguien más
—dije ante la mirada atenta de Lauren —Siempre deseé ser alguién distinta, podía pasarme
días enteros pensando en quién deseaba ser y cómo deseaba interpretar ese papel —reí
suavemente ante esos recuerdos que se apoderaban de mi mente, tenía
una memoria excelente y me gustaba recordar cada una de esas pequeñeces que otros
olvidarían pero que para mí eran mi mundo entero —Mientras otras niñas pensaban en como
cambiar de vestido a sus muñecas, yo pensaba en qué nuevo papel quería conseguir, en
cómo podía mejorar mi forma de expresarme—afirmé ante su mirada incrédula —Era extraño
pero solo veía a las niñas siendo eso y yo sabía que no era parte de mi destino vivir esa vida
normal —exclamé antes de acomodar mi cabello detrás de mi oído ante un intento de
relajamiento.

—Eso suena muy triste —respondió confundida mientras yo negaba con una sonrisa a eso.

—No realmente —afirmé —Es cierto que yo no tenía tiempo para jugar con todas las muñecas
y juguetes que decoraban mi habitación, pero tampoco me importaba —respondí recordando
todas las veces en que debí quedarme hasta altas horas de la tarde trabajando en el set,
todas las mañanas que sacrifiqué y las madrugadas que no existían en mi apretada agenda
que cualquier niño hubiera odiado pero que yo amaba más de lo que alguna vez había hecho
con algo en mi vida
—Nunca vas a desear una vida que no conoces, aunque hubiera podido no hubiera sacrificado
una tarde en un set por algo tan banal como jugar con muñecas —aseveré porque era cierto,
no había tenido una infancia normal, pero en aquel momento poco y nada me había
importado porque yo veía el mundo de una forma tan distinta que las niñas de mi edad que
jamás fue importante tener tiempo para jugar ó compartir con otras chicas que tuvieran mi
edad; siempre habían cosas mucho más importantes en mi cabeza y todas se relacionaban
con el mundo del cine —Sabía que era distinta y me enorgullecía de eso, yo no deseaba ser
una niña normal, quería ser alguien que todo el mundo viera con otros ojos, deseaba tener la
atención del mundo y ser perfecta —refuté —Por lo cuál me esforzaba más que el resto por
siempre ser más que la perfección que todo el mundo conocía.
—No sé que decir —susurró —No esperaba esa respuesta.
—Ahora me doy cuenta que tal vez, si hubiera conocido un poco de esa niñez, tal vez la
hubiera deseado —agregué porque años después de eso, el vacío de haberme saltado etapas
en mi vida y comenzar a vivir en un mundo de adultos cuando podía haber sido una niña
primero se me mostraban como una maldición que pude haber parado pero no sucedió —Veo
a los niños y solo pienso que son próximos adultos que no saben cuidarse solos, pero son
adultos, el mundo me hizo ver todo tan distinto de como es en realidad —comenté antes de
suspirar —Sin embargo, cuando veo a tu hija solo puedo pensar que no hay nada más
hermoso que esa sonrisa infantil que pone ante cualquier conversación, pienso en la emoción
que invade sus ojos cuando te ve y te reconoce como su madre —afirmé —Veo a una niña
siendo lo que yo no fui en su momento y tal vez si sienta un poco de envidia ante ello —
concreté un poco apenada por lo que estaba aceptando, no obstante, Lauren no dijo nada y
se limitó a acercar mi cuerpo más al de ella y dejar que me pierda entre
medio de sus brazos como si fuera una barrera protectora contra el mundo, dándome una
protección que nunca había experimentado de una persona que conocía desde hace tan pcoo
pero que parecía que llevábamos siglos esperando juntarnos.

insideofmysoul
—¿Cuántas películas llevas en tu trayectoria?—preguntó curiosa.

—Doscientas cinco —Lauren se limitó a sonreír por ello y yo solo ladeé la cabeza divertida por
su expresión —Más de tres mil sesiones fotográficas desde que soy bebé, más de cincuenta
premios durante mis casi veintetrés años, he viajado por todo el mundo, sé montar a caballo,
cantar, actuar, modelar , dirigir una película y aún así siento que hay algo que no he llegado
a sentir en mi vida —era la primera vez que me daba cuenta que realmente conocía tantas
cosas, había vivido una vida llena de experiencias y aún así ésta se me mostraba como un
suspiro amargo que no había sido completado en el transcurso del tiempo —Algo que me pide
a gritos aparecer pero no tengo ni la más mínima idea de qué es.
—Tal vez es el mismo deseo oculto que yo no sabía que tenía
—comentó tomando mis manos dejando que aquel calor que emanaba floreciera en suaves
caricias entre mi piel —Podemos descubrirlo dejando que hable más allá de lo que las
palabras pueden —confirmó ante una mirada segura que se atrevió a revolverme el alma, de
alguna forma que no me parecía real esas simples palabras y esa mirada fueron como un
torbellino dentro de mí removiendo cosas que nunca pensé que pudieran existir.

—¿Sabes?, esos números suenan tan grandes, cualquiera se hubiera sorprendido al


escucharlos —dije sorprendida porque no había hecho ningún comentario acerca del tema y la
pelinegra simplemente volvió a besar mi mejilla.

—No necesito que me recites tu trayectoria, te tengo a ti ahora y no me sorprendería que me


dijeras que fuiste a la luna porque eres capaz de eso y muchas más cosas—contestó
dejándome más que impresionada ante ello —Además no he visto ninguna de ellas, a parte
claro que cuando te veía actuando en el set y tu talento dejaba en un silencio eterno a todos
los presentes —fruncí el ceño confundida ante aquella afirmación, no me imaginaba a alguien
que nunca hubiera visto una película en su vida.

—¿Nunca has ido al cine?—pregunté más que atónita.

—No —negó mordiendo su labio inferior —Nunca he tenido la oportunidad —afirmó mientras
yo seguía contrariada por su afirmación.

—¿Hablas enserio?—volví a preguntar a pesar de que ella me lo


había afirmado —No puedo creerlo, te has perdido lo más maravilloso del mundo
—refuté —El cine es arte, son como los libros pero cuando cobran vida a través de la mirada
de una persona, eso son las películas; son historias narradas ante la perspectiva de un
director, es como magia —suspiré sintiendo aquella sensación que me dejaba en el pecho
cada vez que veía ó actuaba una película, el cine era un mundo al cuál le tenía un amor odio
pero a pesar de eso siempre caía a sus pies una y otra vez.

—Lo adoras demasiado ¿Cierto?—respondió dulcemente y yo suspiré afirmando aquello.

—Desde siempre —aseveré —Cuando era más pequeña solía quedarme por horas viendo cada
filmación de mi padre, la forma en que cada escena cobraba vida a través de simples escenas
—contesté —La magia del cine es que es una sinfonía donde necesita que todo el mundo gire
a través de la misma melodía, cada pedacito es importante y ninguno es más que otro
porque todos conforman uno solo —argumenté sin dejar de seguir el rumbo impuesto por
cada una de mis palabras —Una película no es los actores, es el equipo de grabación, es la
música de fondo, la forma en que es grabada, todo eso es más importante que las mismas
personas que actúan ésta historia —afirmé —Es simplemente increíble.

insideofmysoul
—Creo que tendré que reconsiderar la idea de ver alguna película.

—¿Puedo preguntar la razón por la cuál no has visto ninguna?—Lauren sonrió encogiéndose
de hombros ante mi pregunta.

—Nunca he tenido tiempo, a Noe le gusta ir al cine igual que a mis amigas pero a mí nunca
me ha nacido la necesidad de ir a gastar horas mi vida entre medio de una historia narrada —
afirmó —Además una entrada al cine es cada vez más cara—agregó y aunque yo no supiera
el valor de una entrada al cine, no dije nada ante aquel comentario.

—No lo sé, realmente jamás he ido a un cine como todo el mundo


—Lauren me miró contrariada ante ello.

—¿De qué hablas?—preguntó y yo sonreí ante el cuestionamiento que había en su rostro.

—Veo las películas acá en casa —respondí encogiéndome de hombros tratando de restarle
importancia a ello, pero Lauren no dejaba de mirarme admirada por ese detalle —ó cuando
me invitan a alguna premier, pero siempre he preferido la idea de quedarme admirando el
arte yo sola.
—¿Tienes un cine en tu casa?—preguntó aún impresionada por ello.

—Sí, me gusta ver las películas una y otra vez —comenté sonriendo mientras que la ojiverde
me miró pensativa por unos segundos.

—¿Ves las tuyas también?—preguntó a lo cuál yo negué porque jamás las veía más allá de las
premieres a las que iba, no me gustaba ver mi trabajo, prefería ver las películas de otras
personas.

—No, no me gusta ver mi trabajo actoral—fue mi respuesta —Pero tengo todas mis peliculas
entre medio de la colección que tengo, tal vez algún día me anime a verlas.
—Yo si quiero —respondió antes de mirarme —¿Puedo?—preguntó y yo no supe que decir.

—¿Ahora?—pregunté enarcando la ceja ante su petición.

—Si no te molesta —aclaró algo nerviosa y aunque no era una gran petición, me sentí
también nerviosa por ello, ya que jamás había visto películas con nadie.

—Claro que no me molesta, solo no me lo esperaba.

—Podemos dejarlo para otro día si quieres — respondió más insegura que en un principio y
yo negué a ello parándome de mi cama y tomando su mano para dirigirla a la sala del primer
piso donde tenía la sala de cine que había hecho construir apenas me mudé aquí, era uno de
mis lugares favoritos de todo el mundo y a veces solía quedarme días enteros entre medio de
una habitación oscura y películas que habían decorado los carteles del cine años atrás.

—Ven, quiero enseñarte algo —comenté ante su mirada que seguía cada movimiento que
realizaba, ella asintió y sin más me acompañó a aquel salón oscuro que estaba apartado de
todos los rincones del primer piso, pero que seguía cautivándome como la primera vez que
había entrado para disfrutar de una película
—Éste fue el primer lugar que construí de mi casa, quería un lugar apartado de todo y donde

insideofmysoul
pudiera ser yo misma así que llegué a la deducción que necesitaba un cine en casa —respondí
ante la mirada atenta de Lauren a todas partes —Tengo más de setecientas películas a mi
poder —pude notar como un oh salía de sus labios dejando que la impresión tiñera todos sus
gestos.

—¿Éstas son?—preguntó acercándose a la repisa donde tenía clasificadas cada una de las
cintas que había adquirido durante los años, yo me
acerqué a ella y acaricié sus hombros antes de asentir.

—Así es, cada una está ubicada en un orden asignado por mí —musité reconociendo cada una
de las cintas que se encontraban en sus estuches plateados y con sus nombres impuestos en
su tapa.

—Son muchas —sugirió con una sonrisa antes de tocar suavemente cada una de las cintas de
una fila hasta que sacó una inspeccionando su estuche circular —Intolerancia —leyó con toda
su atención puesta en ello mientras yo sonreía porque era una de mis favoritas y de las
primeras que había visto en mi vida.

—Es una de mis favoritas—comenté tomando la cinta entre mis manos —Producida en 1916,
es una película muda que ha sido una de las más costosas que se ha producido hasta la
fecha, dinero que a mi opinión fue utilizado en cada minuto de la película —recité de memoria
porque conocía muchos de los detalles que envolvían a esta película en particular —Es una
obra de arte intelectual que refleja claramente el título a través de sus cuatro historias
entrelazadas, el problema es que la mayoría de las personas están acostumbradas a ver
grandes romances en la pantalla grande y no se atreven a ver el contenido de cada cinta —
admití con una mueca —A pesar de que fue alabada por la crítica en general, el director casi
se fue a la bancarrota porque no fue el éxito que esperaban de parte de una película de tal
potencia, es algo que sucede frecuentemente en los directores que quieren reflejar historias
más allá de los actores de moda y de las temáticas que definen a la sociedad
—respondí volviendo a colocar la película en su puesto mientras Lauren seguía mirando cada
una de ellas como si fuera algo totalmente nuevo para ella —Hacer algo distinto en el mundo
del cine es algo que puede costarte tu carrera sino estás preparado para ello —suspiré.
—Entiendo —dijo con una sonrisa antes de irse a una de las esquinas de la repisa donde se
encontraban un par de películas que podía reconocer sin necesidad de leer sus títulos —¿Por
qué estás están más separadas?—preguntó arqueando la ceja.

—Son películas a color —contesté sin más con una sonrisa ante ellas —Son una de mis
mayores reliquias —afirmé orgullosa de ello porque eran arte andante aquellas quince
películas que decoraban aquel lado del estante.

—Pensaba que solo salían a blanco y negro —respondió.

—¿No has visto blancanieves?—pregunté más contrariada hasta que recordé que ella no
había visto ninguna película en su vida.
—¿La del cuento?—preguntó aún más confundida que yo por ello
—¿Es una película?—preguntó y yo asentí riendo ante su mirada inocente.

—Sí, la he visto mil veces y aún sigo sorprendiéndome de como Walt Disney fue capaz de
cambiar la manera de ver el cine —confesé —Los colores son algo que en el mundo del cine
han sido rezagados sin darle importancia, no muy diferente a la vida del cine —admití

insideofmysoul
encogiéndome de hombros ante la metáfora —Sin embargo, desde hace un par de años se ha
intentando darle mayor nitidez a las películas a través de una gama de colores que no
existían en el mundo del cine
—Lauren me miraba atenta ante cada palabra que salía de mi boca y no pude no sonreír ante
eso porque no solía hablar sobre tecnisismos de las películas —A pesar de que ésta técnica
comenzó a finales del siglo pasado a través de Maxwell quién a través de los tres colores
primarios intentó proyectar imágenes a color que estaban en blanco y negro dando inicio a
toda una revolución en el mundo del cine
—mencioné —No obstante, el verdadero paso hacia un cine de color se dio gracias al método
Technicolor donde se quita la intensidad lumínica de las películas a blanco y negro para que
los colores comiencen a ser mostrados como un efecto ante el ojo humano , naciendo
películas como los diez mandamientos y Ben Hur —Lauren no dejaba de seguir cada palabra
que decía para no perderse ante el comentario que estaba dejando sobre las películas a color
—Sin embargo, poco a poco se comenzó a buscr técnicas con mayor eficacia y con más
facilidad al momento de utilizarlas, por lo cuál nació una cámara que lograra capturar los tres
colores complementarios cyan, magenta y amarillo en vez de ser imágenes coloreadas, éstas
eran grabada desde la misma cámara, ésta técnica dio vida a Blancanieves y también al
mago de oz películas que en el mundo del cine son más que nombradas —suspiré —Pero lo
malo de esto es que demasiado caro como para producirse películas en las cantidades casi
industriales que se ofrecen en el cine, con la llegada de la guerra ésta técnica fue dejada de
lado y siguió prefiriéndose el cine a blanco y negro además de las propagandas que nacieron
a través de este medio —comenté cerrando el tema —Por eso, las pocas películas que se han
producido a color son una reliquia.
—¿Cómo sabes tanto?—me preguntó aún sorprendida por lo que le había contado —Yo
apenas recuerdo lo que me cuenta Noe de las películas que ve
—respondió riendo ante ello lo cuál también me sacó un par de risas.

—Soy amante del cine, siempre me gustó la forma en que podías mezclar una historia y darle
vida a través de los detalles que llegan a nosotros como espectadores —afirmé mostrando lo
orgullosa que estaba hacia aquel tema y como me encantaba hablar sobre él —Es distinto al
tetro ó a a algún libro porque ves a través de los ojos de un director que tiene toda una
imagen planeada para llevar a cabo —contesté —Es magia —dije finalmente ante la mirada
atenta de la ojiverde.

—¿Cuál es tu película favorita?—preguntó mientras yo esbozaba


una sonrisa por aquella pregunta.

—Las cuatro plumas —sugerí —La he visto tantas veces que sé hasta los diálogos pero no me
aburro ni dejo de conmoverme con cada minuto.

—La triste historia de Harry Faverham quién se presentó como un cobarde por desertar a su
misión en Sudán —comentó dejándome atónita ante ello porque pensaba que no conocía la
historia —He leído el libro —dijo ante mi impresión y yo me limité a asentir.

—Es una obra de la literatura pero en el mundo del cine es quizás la mejor película que hemos
tenido más que lo que el viento se llevó —agregué antes de recordar que ella no sabía de que
estaba hablando —No tienes idea de que te estoy hablando —Lauren rió ante ello antes de
ladear la cabeza.

—No, pero me encantaría saberlo —admitió con una sonrisa


—Quiero ver mi primera película contigo —sentenció —Mejor dicho quiero que todas las
películas que vea en mi vida sean contigo —musitó —Y que algún día logres mirarme con los
mismos rayos de sol que tus películas —sus palabras resonaron por un par de minutos en mi

insideofmysoul
mente hasta que pude reaccionar ante ellas de la manera que éstas se merecían.

—No es necesario —confirmé envuelta en sus ojos verdes que no dejaban de mirarme de esa
forma encantadora que me hacía sentir en otro mundo
—Tengo una mirada más profunda solo con pensarte —afirmé antes de mirarla como sino
hubiera nada más importante que ella, porque hace mucho había decidido que era así —Eres
la película más bonita que me ha tocado ver, eres mi película de amor.
In the night parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren
—No sé bailar —confesé más insegura que nunca mientras Camila sonreía por ello sin prestar
atención a mi afirmación y dirigiéndose sin ningún tipo de misercordia frente a mi confesión
hacia el gramófono que se encontraba en una de las mesas de árrimo que se encontraban en
su extensa habitación. Las paredes de color coral le daban una tenue capa de intensidad que
eran contrastadas a la perfección entre mueblos blancos y de color caoba, la verdad es que
no había ningún lugar de su casa que no llegara a sorprenderme, especialmente por cada
detalle que cubría cada metro de ésta.

—Nadie nace sabiendo—contestó a la defensiva mientras me sentaba en una de las puntas de


la cama suspirando ante su idea —Además no es tan difícil solo son aprender unos cuántos
pasos y dejarse llevar por la música —afirmó mientras buscaba atenta entre los discos que
tenía en la mesa de árrimo, yo no dije nada mientras observaba cada movimiento que
realizaba con la delicadeza latente en ella, cada acción parecía la perfección misma y era tan
extraño ver como alguien podía ser capaz de evocar tanta ternura y a la vez un sinfín de
sentimientos y emociones que mezclaban en una sinfonía única cada rastro de humanidad
que empezaba con su nombre —Lo harás bien —dijo segura antes de acercarse a mí tomando
mis manos para que me levantara y quedara frente a ella dejándome cautivada ante aquellos
ojos oscuros que eran capaces de quitarme cualquier tipo de respiración con una simple
mirada.

—Tal vez no sea una gran idea y si—comencé a dudar insegura entre cada palabra — ¿te
piso?—pregunté nerviosa ante ello lo cuál solo hizo que Camila ladeara la cabeza divertida
antes de que un pequeño beso llegara a mi mejilla sin ningún tipo de memoria que pudiera
recordar la dulce sensación que dejaba en mí, fue como si fuera la primera vez que
conquistara mi piel dejando que todos mis pétalos florecieran ante el dulce rocío de sus
labios.

—No va a pasar —respondió con dulzura antes de acariciar mis manos con una sonrisa y
ubicarlas en su espalda dejando que nuestros cuerpos se acercaran más de lo que estaba
acostumbrada—Y no acepto excusas Lauren, así que no vas a salir ganando en esta batalla—
confirmó antes de volver a mirarme con esa sonrisa que podía dejarme fácilmente a sus pies
sin necesidad de realizar nada más que aquella curva hermosa que esbozaba a través de sus
labios—Ahora que ya hemos aclarado ese detalle, vamos con la primera etapa del baile que
es ubicarse en la pista de la forma correcta ¿bien?—yo asentí suspirando sintiendo como mi
cuerpo intentaba acomodarse ante la proximidad que estaban como si no hubieran límites y
fueran uno
solo, Camila no dejaba de tomar mis manos mientras las ubicaba por su espalda baja y ella
no dejaba de sonreír dejando que una lluvia de estrellas se instalara en su rostro.

—Eso creo —carraspeé intentando que mis sentidos reaccionaran ante ello pero me tenía
totalmente cautivada.

insideofmysoul
—¿Estás nerviosa?—me susurró antes de posar su mano sobre mi mejilla en un gesto de
ternura que fue capaz de derribar cualquier tipo de muralla existente entre nosotras dos y el
brillo que había de parte de aquellos luceros tan oscuros como el mar en la noche se
convirtieron en la única luz presente en aquella habitación —No tienes porqué estarlo, no me
vas a matar, además lo máximo que puedes hacer es pisarme y sin zapatos no duele —
exclamó arrugando la nariz —Lo harás bien amor, tranquila —fue con esas simples palabras
en donde no pude apartar mi mirada ante ella porque se mostraba como un poema escrita
entre redes de mariposas y palabras que jamás había visto en mi vida, fueron segundos en
donde noté como había sueños olvidados que volvían a surgir en sus labios y no pude no
sonreír ante la primera vez que ella se mostraba como una persona real y perfecta a la vez.

—Amor —susurré aún sonriendo por ello mientras la castaña me miraba confundida sin
entender a que iba aquel comentario —Lo dijiste —afirmé.

—¿Qué cosa?—preguntó como sino quisiera aceptar la palabra que había sido arrancada de
sus labios hace unos minutos, no supe si era necesario seguir insistiendo con ello pero pude
notar como una sonrisa pérdida invadía sus labios declarándose culpable de esa simple
palabra.

—La palabra, me dijiste amor —sentencié frunciendo el ceño y ella solo volvió a sonreír pero
ésta vez lo hizo de una forma tan poco discreta que parecía más una burla de sus labios
mezclado con el orgullo que siempre era parte de sus ojos.

—¿Hay algo de malo con ello?—preguntó restándole importancia a lo que había dicho y yo reí
nerviosa ante esa mirada que me estaba haciendo enloquecer desde hace mucho.

—Sí lo hay —refuté consiguiendo que ella frunciera el ceño ante ello
—El problema está en que me encanta, al igual que tú —le susurré antes de que mi mirada
chocara con la de ella dejando que todos esos sentimientos que estaban debajo de mi piel
simplemente bordearan cada límite que aún existía entre nuestros
cuerpos.

—Creo que deberíamos continuar con las lecciones de baile


¿bien?—carraspeó antes de separarse de mí terminando con aquella conexión para poner la
primera canción del disco, sonreí ante los primeros acordes que reconocía de parte de Maybe
de The Ink spots, amaba esa canción y no me imaginaba que Camila tuviera ese tipo de
gustos en la música pero todo eso dejó de ser relevante cuando ella volvió a acercarse a mí
sin dejar aquella sonrisa en sus labios y ubicarse nuevamente de la misma forma que me
había enseñado.

—Como desees Camz —dije embelesada con la canción y también con ella que no dejaba de
mostrarse tan hermosa como siempre.

—Solo tienes que dejar que la música te llene mostrándote los pasos —aseveró comenzando
a moverse mientras yo intentaba seguirla y no pisarla, suspiré ante el hecho de que ella no
dejaba de reírse por cada paso inseguro que daba mientrs no tardó en acercar sus brazos a
mi cuello y sentí su respiración tan cerca de mí oído que pensé que mi corazón iba a explotar
en aquel instante —Maybe you'll think of me when you are all alone —me susurró tan cerca
de mí que no me permitía respirar —Maybe the one who is waiting for you will prove untrue
then what will you do—musitó con una sonrisa antes de alejarse un poco y moverse para que
yo le diera un giro entre medio de pasos imperfectos que intentaban adecuarse a la música

insideofmysoul
pero a pesar de que no lo hacían, Camila parecía estar divirtiéndose especialmente cuando se
acercó a mí para poner su cabeza sobre mi pecho dejando que la música nos guiara de una
forma que no parecía real, porque nada de lo que me hacía vivir ella parecía real.

—Maybe you'll sit and sigh wishing that I were near, then —le susurré sin dejar de moverme
—Maybe you'll ask me to come back again and maybe I'll say maybe—ninguna de las dos dijo
nada mientras la canción seguía su camino y yo no dejaba de sentir como la calidez con la
cuál ella siempre se presentaba estaba a punto de dejarme inconsciente por todo lo que
transmitía hasta que sus ojos castaños chocaron por unos segundos con los míos en una
sonrisa que se transformó en la mía.

—Tal vez esto no fue una gran decisión— musitó sin dejar de bailar y yo la miré extrañada
ante ello.

—¿Por qué?, ¿te pisé?—pregunté nerviosa y ella se limitó a reír bajito sin dejar de bailar.

—No —concretó —Pero creo que me has quitado cada aliento de mi


alma en tan solo tres minutos—suspiró antes de volver a mirarme mientras la canción dejaba
de sonar y yo no podía dejar de sentirme tan única entre medio de esas paredes —Te quiero,
no sabes cuánto —afirmó mientras mis mejillas se sonrojaban ante ello, creo que podía
escuchar aquella frase un millón de veces y seguiría sintiéndome como la primera vez —Me
encantas —dijo mientras cerraba los ojos ante una magia que podía sentir entre medio de sus
manos y su cuerpo junto al mío, dejando que una leve brisa de esperanza llegara a nosotras
entre una canción que se mostraba como el mejor sonido que habíamos escuchado en
nuestra vida.

—Living for you is easy living It's easy to live when you're in love And I'm so in love There is
nothing in life but you—Billie Holiday sonaba de fondo y aunque era una letra hermosa que se
fundía en una voz tan única como la de ella, a mi parecer no había nada en el universo que
pudiera quitarle protagonismo a la morena que se encontraba entre mis brazos bailando
como si fuera lo último que iba a hacer en su vida, había tanta belleza detrás de cada paso
que era imposible no pensar que ella era toda una experta.—No hay mejor forma de describir
lo que siento por ti —susurré dándole una pequeña vuelta que por unos segundos me separó
de su respiración y sentir la soledad de que la necesitaba junto a mí, soledad que fue
erradicada cuando volvimos a juntarnos en una sola.

—¿Sabes?—me preguntó y yo solo esperé su respuesta —En este momento desearía solo una
cosa en mi vida.

—¿Qué?—pregunté con curiosidad mientras Camila esbozaba una


suave sonrisa.

—Tiempo encapsulado para que dure por siempre este momento


—sentenció ante mi mirada atenta y no pude dejar de sorprenderme ante sus respuestas —
Mientras nos movemos en medio de una de mis canciones favoritas y me pierdo en medio de
tus ojos verdes —contestó con una sonrisa que fue capaz de traspasar hasta el fondo de mi
alma sin ningún tipo de cuidado —Sería maravilloso poder vivir este momento cada vez que
lo desee—suspiré asintiendo antes de besar su cabello.

—No es necesario hacerlo —refuté sin dejar de sonreír, ésta vez ella era quién me miraba
atenta por mi respuesta —Puedo ofrecértelo siempre que lo desees —respondí segura de ello

insideofmysoul
consiguiendo que una sonrisa se ubicara en sus labios —Te quiero Camz —el silencio volvió a
abrigarnos mientras la canción seguía sonando entre medio de la perfección de un par de
pasos que a pesar de estar contrastados con unos que no tenían experiencia alguna, se
mostraban como el mejor panorama del mundo.
—¿Cómo era él?—preguntó finalmente Camila rompiendo el silencio que tanto nos había
armonizado en aquel baile, fruncí el ceño al no entender a lo que se refería.

—¿Quién?—pregunté sin entender.

—La persona que te robó el corazón —musitó antes de dar otra vuelta mientras la canción
terminaba de sonar —Jamás me has hablado de él —no dije nada ante ello porque no sabía
como responder ante esa pregunta, no estaba segura si deseaba hablar sobre él con Camila ó
si debía restarle importancia, sinceramente no entendía como sentirme en aquel momento
por lo cuál me limité a suspirar.

—No me gusta hablar sobre él — respondí aún insegura por mi respuesta y la castaña solo
asintió bajando la mirada.

—Perdóname, no quería importunarte — refutó rápidamente y yo ladeé la cabeza porque no


me molestaba, era simplemente que no encontraba las palabras para poder hablar sobre él.

—No te preocupes —contesté antes de besar su cabello —Es solo que me encantaría poder
quitarlo de las líneas de un pasado remoto —ambas suspiramos como si sintiéramos el miedo
que podían ocultar mis palabras —No es algo de lo cuál deba enorgullecerme—susurré algo
apenada por ello pero Camila no dejaba de mirarme atenta con sus ojos que podían conseguir
una transparencia única y que en este momento no mostraban absolutamente nada como si
pudieran teñirse de algún color solo con mis respuestas.

—Lo amaste ¿cierto?—preguntó ante sus ojos que se negaban a emitir algún tipo de juicio y
yo me limité a asentir siendo incapaz por unos segundos de aceptar algo que pretendía
olvidar hace mucho.

—Demasiado para ser capaz de cegarme ante la realidad que siempre estuvo presente —
concreté sorprendiéndome ante la facilidad con la cuál salieron éstas palabras mientras
venían con una amargura que se derretía en mi boca, al igual que cada vez que hablaba de
ello—¿Sabes?, no hay peor ciego que él que no quiere ver
—comenté antes de detener mis pasos y finalmente romper esa conexión que había nacido
para quitar cualquier tipo de límite existente entre nosotras —Esa fui yo por tanto tiempo,
creí que si amaba a alguien de esa manera debía ser recíproco, pero no fue así —aseveré
dejando que las palabras fueran suficientes para pintar mi rostro de
todos los sentimientos olvidados que prefería no recordar pero que en este momento estaban
cubriendo el tormento de un pasado erróneo —Él jamás me vio más que un momento de
diversión, una chica demasiado joven y enamorada como para darse cuenta de quién era en
realidad —Camila no dijo nada, sin embargo, sus labios contra los míos fueron capaces de
decirlo todo y mostrarme como todas esas palabras estaban a salvo con ella, era la primera
vez que sentía aquello y no podía dejar de estar en ese estado que siempre me sumergía
aquella castaña.
—¿Si tuvieras la oportunidad de evitarlo lo harías?—preguntó y yo sabía a la perfección la
respuesta, sin embargo, mis labios no se atrevían a darla porque le avergonzaban.

—Probablemente, pero las personas seguimos cayendo con la misma piedra, una y otra vez

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—acepté sabiendo que si tuviera la oportunidad de volver a vivir ese momento no hubiera
cambiado mucho, porque las personas nos equivocábamos y vivíamos toda la vida pensando
que si tuviéramos otra oportunidad haríamos las cosas bien pero yo sabía a la perfección que
ese al menos no sería mi caso y sin saber con anticipación lo que sucedería, probablemente
volvería a caer en el mismo error —Aún así, no puedo evitar darle las gracias porque me dio
lo mejor de mi vida —una cálida sonrisa se apoderó entre toda la incertidumbre que las
palabras me estaban mostrando, al final del día, Noe siempre era la única seguridad que
tenía en mi vida.

—¿Nunca sentiste cierto rencor por ello?.


—Sí, muchísimas veces—confesé riendo ligeramente por todas las veces que había odiado su
nombre, todas las noches en que había llorado por su nombre, todo eso ahora solo era una
parte de un pasado remoto pero hace menos de seis años eso fue una realidad y solo
pensarlo me causaba extrañeza —Creo que nunca he maldecido a alguien por tanto tiempo,
pero cada vez que veía a Noe y la forma en que aunque parece imposible, la amo aún más,
pues simplemente olvidaba ese detalle y solo me enfocaba en lo que era importante —sonreí
por alguna razón que no lograba entender pero después de unos segundos supe que lo estaba
haciendo porque era la primera vez desde hace mucho tiempo que hablaba de aquel tema sin
cambiarlo, sin intentar olvidarlo, simplemente fluía en una conversación que atesoraba a
pesar de que tocara el único tema tabú en mi vida —Ella se parece mucho a él, ese cabello y
esos ojos azules son los mismos que me enamoraron alguna vez —suspiré antes de que
Camila me mirara entre el váiven de sus ojos oscuros —Solo que a ella la amo y nunca lo
dejaré de hacer — no había ningún tipo de duda entre mis palabras, todas se transmitían de
una forma segura porque no había nada que amara más que a Noe y podían pasar todos los
años que el tiempo deseara y eso jamás podría cambiar.

—¿Qué hizo que te enamoraras de él?—preguntó en un susurro y


yo solo besé su cabello sabiendo que esa curiosidad venía de la mano con el hecho que
intentaba de alguna forma compararse con él, pero no había forma que lo hiciera porque era
distinto lo que sentía por ella.

—Tal vez fue el hecho de que jamás me había sentido de esa forma, siempre había deseado
ser amada e intentando crear aquel sentimiento en mí, terminé equivocándome y aceptando
un hombre que no merece la pena ni ser recordado —afirmé —Es increíble pensar en aquel
momento y no decepcionarme de mi misma, él tenía una familia Camila — negué ante el
hecho de que aún dolía ese error que había cometido años atrás, de cómo no me había
importado ser capaz de engañar a una familia que ni conocía—Tenía dos hijos y aún así yo
vivía la fantasía de que él me amaba —las palabras no me dejaron seguir lo cuál Camila
entendió y no tardó en acariciar mi espalda en forma de caricia que vivía para ser la brisa
fresca que intentaba calmar mis tormentas.

—Pensabas que algún día los dejaría—sentencié y yo negué ante ello porque nunca había
tenido esperanzas de esa posibilidad.

—No —refuté suspirando amargamente—Siempre supe que aquello no era una opción ni
tampoco lo deseaba, no era justo que él dejara a su familia
—concreté —Es solo que estaba tan enamorada que realmente no me importaba lo que él
hiciera yo seguía cayendo ante sus encantos —argumenté —Aún sigo sin creer lo tonta que fui
en aquel momento —admití ante el vacío que siempre me dejaba aquella declaración.

—Eras joven Lauren —dijo sin más —Los humanos somos una suma inevitable de
equivocaciones pero de ellos nacen nuestros aciertos y yo veo más allá de las equivocaciones

insideofmysoul
que has tenido en tu vida yo solo veo tus aciertos y me siento encantada de saber que estos
tienen más valor porque nacen de la experiencia —no supe que decir ante ello así que me
limité a suspirar asintiendo ante su mirada que acariciaba incansablemente mi alma.

—Nunca quise ser madre —confesé —Siempre pensé que no era algo para mí y ni siquiera me
imaginaba en aquella situación porque no sucedería
—recordando aquel momento que parecía tan lejano pero era apenas unos años en el pasado
—No quería una familia ni tampoco una casa ni menos lo que todoas las chicas desean, yo
solo deseaba a alguien que me amara de la misma manera que yo lo hacía —Camila se quedó
en silencio mientras cada palabra mostraba su propia forma y color —Pero cuando supe que
estaba embarazada, fue como si no supiera como reaccionar a ello—suspiré con una sonrisa
ante la imagen mental de aquel momento —El amor a primera vista existe porque eso fue lo
que me sucedió con Noe,
no la deseaba pero apenas supe de ella, me fue imposible no quererla—respondí mordiendo
levemente mi labio ante las lágrimas que siempre llegaban ante aquellos momentos en donde
lo único que deseaba era conocerla, tenerla a mi lado, saber que ella era mi todo y ahora que
ya habían pasado casi siete años de ello no podía emocionarme más ante el hecho de que mi
hija fue el amor que tanto necesitaba y había deseado —Fantasear noches enteras como sería
tenerla entre mis brazos, enseñarle todas las cosas que yo aprendí sola, entregarle el amor
que yo no había merecido —sonreí ante ello y cuando alcancé su mirada pude ver como la
emoción abordaba sus ojos oscuros y eso me hizo sentirme más segura que nunca.

—Eso es hermoso —sentenció con una sonrisa atenta ante cada


cosa que decía.

—Siempre supe que era una niña, es algo que lo sientes en tu corazón —comenté llena de
orgullo ante esas palabras —Y cuando la vi por primera vez aquella tarde de diciembre creí
que no había mejor medicina a mis lamentos que ella —confesé —Era tan pequeña e
indefensa que pensé que se podía romper en cualquier momento, era lo más perfecto que
había visto en mi vida, era la primera vez que tenía algo mío y que lo deseaba más que nada
en el mundo.
—No puedo ni imaginar esa alegría —susurró antes de acariciar suavemente mis mejillas —
Pero puedo asegurarte que él es quién se perdió haber sido bendecido de esa forma, tu hija
es increíble y es eso —afirmó con una sonrisa
—Solo tuya, no es de nadie más y deberías estar orgullosa por ello —yo asentí porque lo
sabía, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que para el mundo aquella respuesta no
existiera.

—Lo sé, ¿cómo podría arrepentirme de lo más bonito que he tenido en mi vida?—contesté
sonriendo tímidamente ante ello —Pero es más complejo de lo que piensas Camz, el mundo
sigue un orden que las personas no quieren cambiar
—refuté suspirando —Las personas tienen miedo a los cambios y por eso se estancan en
ideales que muchas veces no tienen sentido —aseveré—Una chica jamás será vista de buena
manera por intentar seguir su vida sin la compañía de un hombre, de hecho ni siquiera
cuando él la haya dejado, ella siempre será tildada como alguien inferior por ese simple
detalle —afirmé ante la triste realidad que perseguía a todas las que compartíamos el otro
lado de la moneda, todas cabíamos ante el mismo dibujo en un mundo que estaba hecho por
y para hombres —El mundo vive a través de los hombres para que nosotras siempre
quedemos en segundo plano.

—Te entiendo —confesó —Me pasa diariamente, una actriz jamás va a ser capaz de sobrevivir
en el mundo del cine si no ha pedido ayuda de parte de algún actor, de algún director —
argumentó suspirando —Nuestra vida gira en torno a eso, somos un producto de consumo,
cuando la belleza desaparece nosotras también— asentí

insideofmysoul
porque era lo mismo que me había dicho sobre sus salidas, la verdad es que era demasiado
injusto que nos viéramos reducidas a ese papel en dónde teníamos algún tipo de importancia
solo si habían un ejemplar masculino en nuestras vidas—No importa cuántas películas hayas
realizado, siempre va a ser más importante en la portada de los diarios los hombres con
quienes sales ó piensan que sales.

—Una chica que ha intentado surgir por si sola sin la necesidad de un hombre jamás será un
ejemplo sino todo lo contrario, algo de malo tiene que tener porque las chicas no pueden vivir
sin los hombres —confirmé ante la insensata realidad que se mostraba ante cualquier mujer
sin importar ningún detalle que la podía hacer única, porque ante la mirada del mundo, todas
éramos iguales. —A pesar de lograr lo mismo que un hombre cualquiera, siempre va a ser
criticada hasta por las mismas mujeres y más si tiene una hija a sus espaldas —suspiré
sabiendo a la perfección lo duro que era eso —Ser soltera es el peor castigo que puede existir
según las reglas de este mundo —sentencié —La sola idea de pensar que ese puede ser el
destino de una chica, es tabú.
—Por eso es más fácil mentir sobre ese tema ¿cierto?—preguntó y yo asentí porque esa era la
única razón por la cuál podía darle un mejor trato a quién me había roto el corazón.

—Sí, no necesito que las personas me recuerden diariamente mis equivocaciones —aseveré
—Pero no lo hago por mí, lo hago por Noe —suspiré ante ese tema que era tan difícil de tocar
pero existía, era increíble pero no solo era el problema conmigo sino que las personas no
podían aceptar que una chica pudiera mantenerse sola —No te imaginas lo duro que es el
mundo para un niño sin padre
—refuté —Los mismos niños de su edad son capaces de ser crueles por algo que no tiene
sentido, les han enseñado a odiar lo que es diferente ó lo que no cabe en el parámetro de
vida que ellos conocen —afirmé ante el recuerdo de todas las veces en que Noe había tocado
el tema y tenía que explicarle que ellos eran los que estaban equivocados y que a ella no
debía importarle aquellos comentarios, sin embargo, sabía a la perfección que para una niña
de seis años no escuchar aquello era imposible y que no era lo mismo que yo pudiera
defenderme del mundo que ella lo hiciera —Más de una vez he sido testigo directo de ello e
intentar explicarle a Noe que el mundo es el que está mal no los valores que he intentado
inculcarle desde siempre.

—Los humanos somos seres crueles que admiramos tanto la belleza que nos atrevemos a
destruirla solo para que no exista—aseveró antes de suspirar
—Preferimos erradicarla antes de vivir con ella, todo lo bello deja de resplandecer cuando es
parte de la humanidad, somos lo más imperfecto que existe—no pude decir nada ante la
fuerza que llegaba con tal argumento porque era totalmente cierto.

—Y aún así, esas imperfecciones son las que nos hacen ser únicos
—sentencié —No creo que todos los humanos seamos ese ser cruel que solo destruye
—dije —Yo creo que es más el hecho de que nuestra propia sociedad nos deriva a eso
—argumenté —Castigamos a lo que es distinto y eso hace que creamos miedo antes de
siquiera sentir algo diferente, nos enseñan a tener miedo antes de cualquier cosa, desde los
mismos cuentos que nos cuentan cuando somos niños, la mayoría son advertencias del
mundo y como debemos ser precavidos para que no nos sucedan cosas malas, nos
condicionan a esa vida.

—Jamás me han contado un cuento —musitó encogiéndose de hombros mientras la miraba


sorprendida por su respuesta —Pero sí, supongo que tienes razón — su voz se volvió más
calmada como si estuviera avergonzada ante su respuesta pero yo aún seguía sin creer lo
que me decía.

insideofmysoul
—¿Jamás?—pregunté —¿Por qué?.

—No lo sé — sugirió extrañada ante esa pregunta—Tal vez eso es parte de no haber tenido
una infancia normal, realmente no recuerdo nunca haber escuchado un cuento en mi vida —
volvió a responder aún más extrañada que en un principio por lo cuál me limité a suspirar y
tomar su mano para que me siguiera.

—Ven — le dije dulcemente mientras seguía mirándome confundida sin saber que estaba
haciendo.

—¿Qué haces?— preguntó al ver que estaba apagando la música y la habitación volvía a estar
entre penumbras del silencio, yo solo le sonreí antes de acercarla a mi pecho queriendo
protegerla de todo.

—Tú me ofreciste mi primera película, mi primer baile —susurré ante su mirada atenta —Creo
que es justo que yo te de tú primer cuento — afirmé sin soltar su mano y noté como su ceño
se frunció ante ello antes de negarse a mi propuesta.

—No es necesario —afirmó y yo no la dejé continuar porque seguí caminando hacia su cama.

—Vamos, solo es un cuento no te vas a morir por ello —agregué recordando lo que ella me
había dicho hace unos minutos atrás —Además yo no acepto excusas — Camila me fulminó
con la mirada pero realmente me causó más ternura que otra cosa así que cuando me senté
en su cama y ella seguía mirándome como sino supiera que hacer no dudé en dar pequeños
golpes en la cama para que también se acostara.
—Creo que no fue una gran idea enseñarte esa respuesta — dijo
suspirando.

—Vamos Camz, no pasará nada —ella negó frunciendo el ceño —A menos que tengas miedo a
un simple cuento — respondí riendo lo cuál hizo que ella se enojara aún más y me recordara
a Noe cuando no quería perder en una discusión.

—No lo tengo — aseveró sentándose en la cama antes de recostarse en ella lo cuál yo


también hice sin dejar de sonreír.

—Eso me parece perfecto —contesté besando su cabello antes de acercar su cuerpo al mío
dejando que otra vez la calidez que la invadía se atreviera a arroparme —Ven aquí bonita—
musité arropándola entre mis brazos, era increíble como esa misma chica que parecía segura
ante todo era solo una fachada de una niña indefensa que la vida nunca le había regalado
caricias de ningún tipo, me dolió solo pensar en ella creciendo sola de esa manera en un
mundo que era horrible ante la mirada externa, suspiré ante esa idea porque no iba a dejar
que eso volviera a pasar.

—¿Siempre le cuentas cuentos a Noe?—me preguntó dejando que sus mejillas mostraran
como estaba sintiéndose nerviosa ante la cercanía que había entre nosotras, pero a mi me
seguía pareciendo adorable por lo cuál no dudé en besar su frente antes de acariciar su
mejilla y recostar su cabeza en mi hombro intentando que todos esos momentos que se le
habían arrebatado años atrás se disiparan y dieran espacio para nuevos recuerdos.

—Cada noche —susurré tocando su nariz —Los cuentos ayudan a crear fantasías en los niños,

insideofmysoul
les hace creer que hay mundos distintos a los que ellos viven y más importante que todo, les
hace creer que pueden existir finales felices, lo cuál ha sido casi erradicado en el mundo —
dije suavemente mientras Camila no dejaba de seguir mis palabras con su mirada —Las
personas necesitamos los cuentos porque nos recuerdan esa parte mágica que está en cada
ser humano, nos hace ser irónicamente más humanos a través de la magia que existen en
ellos.

—Me encantas — susurró acercándose a mí y yo solo sonreí por como sonaban sus palabras.

—Lo sé—confirmé acariciando su mejilla —Y tú a mí —contesté


—¿Qué deseas escuchar?— Camila chasqueó la lengua insegura de ello y yo solo la miré
esperando que me diera una respuesta.
—No me sé ninguno—suspiró encogiéndose de hombros — así que te lo dejaré a elección tuya
— agregó antes de sonreír lo cuál yo también hice.

—Es la opción que Noe suele escoger —dije entre risas antes de mirar su rostro inocente por
unos segundos —Eres hermosa y perfecta tal cuál eres, eso es lo que las personas olvidamos
—le susurré sabiendo que ese tipo de palabras eran lo que faltaban en su vida, ella jamás
había recibido un amor sincero, uno que no estuviera premeditado y era la peor forma de
vivir que un ser humano podía tener, me recordaba tanto a mí antes de que me hubiera
equivocado que tuve miedo de que el mundo pudiera destruirla —Muchas veces un simple te
quiero ó un estoy orgulloso de ti puede hacer la gran diferencia —aseveré notando como sus
ojos comenzaban a llenarse de pequeñas lágrimas cristalinas que no intentó apartar de mí
—Simples palabras pueden cambiar el rumbo de la vida —le susurré besando su mejilla —Y tú
para mí lo eres, realmente eres preciosa —afirmé antes de ver como las lágrimas aparecían
en sus mejillas cautivándome completamente —No llores bonita, está bien — susurré como si
estuviera calmando las pesadillas de Noe, Camila me abrazó fuerte y yo dejé que lo hiciera
sin necesidad de decir algo más porque era un momento que ella necesitaba consigo misma
pero necesitaba también que estuviera alguien para sostenerla.

—Nadie me había dicho algo así —susurró secando sus lágrimas y yo asentí sin decir nada
antes de posar mis pulgares por su rostro.

—Entonces te lo diré cada vez que sea necesaria para recuperar esos años donde no
existieron esas palabras —aseveré sonriendo —No tienes que ser la persona fuerte que le
muestras a todo el mundo, la inocencia y la fragilidad son mal vistas pero yo las veo como
una demostración de que aún existe humanidad en esa persona —su mirada no dejaba de
seguirme como si tuviera miedo de que fuera falso —Conmigo no necesitas ser fuerte porque
podemos crear fortaleza entre las dos
—suspiré —Créeme cuando te digo que haces cada día más extraordinario que el anterior.

—Gracias por permitirme amarte— me susurró abrazándose más


fuerte hacia mí.

—Gracias por ser tú cuando estás conmigo —concreté antes de acariciar con mis pulgares sus
labios —Te quiero.

—¿Qué cuento me contarás?— preguntó sin ocultar la emoción que llegó a ella con eso, yo
me acomodé un poco en su cama sin dejar de sentirla tan cerca de mí.
—Tengo uno perfecto para ti —respondí sonriendo —Comienza así
—acaricié su espalda antes de ver como se mordía su labio ante la emoción, no pude no reír
ante aquellos gestos —Había una vez hace muchísimo tiempo, tanto que las personas han

insideofmysoul
olvidado el origen de este cuento, un reino que vivía de la perfección de que el mar y el cielo
eran sus límites. Todos los días éste reino era bendecido a través de la brisa del mar y por las
noches la luna llegaba con sus astros a rodear el trono eterno que tenían los reyes de este
reino, sin embargo, la felicidad no siempre está de parte de todas las historias ni siquiera en
los cuentos porque en el nacimiento de la única hija de los reyes; el reino vivió la mayor
pérdida que el mundo haya visto alguna vez, la luna dejó de existir en el cielo y nadie sabía
la razón de ello —Camila quedó en silencio escuchando cada palabra — Fueron cientos quizás
hasta miles las personas que intentaron darle una explicación a la razón por la cuál la noche
había dejado de ser alumbrada por la luna pero todos llegaban a quedarse sin palabras que
lograran descifrar aquel misterio. Los días pasaban y aquella incógnita seguía en la vida de
todo el reino quienes estaban acostumbrados a que en las noches largas como los días, la
luna fuera su fiel acompañante, el confesor de los enamorados y la luz de los pescadores que
dejaron de sentir el mar en su vida ante el hecho que se sentían desprotegidos sin su
guardiana. El reino cayó en decadencia ante el transcurso de los días y de los meses, a tal
punto que ninguno de los dos reyes apreciaron el regalo que se les había sido dado a través
del nacimiento de su hija
—miré como ella no dejaba de seguir con su mirada cada palabra que decía y una sonrisa
apareció en mis labios ante esa reacción tan innata que solo podía causar ternura en
cualquier persona —Sino que decidieron culpar a la pequeña de aquel catastrófico día
quitándole cualquier tipo de atención y cualquier tipo de ilusión se esfumó desde ese día, no
es que ellos no quisieran a su hija es simplemente que tenían

—Otros asuntos de mayor importancia —sentenció suspirando y yo asentí acariciando su


espalda.

—Lamentablemente aquel nacimiento fue sentenciado como una maldición más que la
bendición de lo que podía ser —dije —Y la princesa simplemente se convirtió en algo más del
majestuoso castillo, sus lujos fueron incalculables, cualquier persona en el reino deseaba su
suerte y no solo eso; porque la princesa crecía en riquezas y en belleza. Sin embargo, el
amor jamás fue parte de su vida, sin que ella lo deseara también había sido condenada a esa
vida que todo el mundo esperaba para ella, por lo cuál el amor solo fue una fantasía efímera
que ella pensó que nunca llegaría a su vida —suspiré mientras ella no dejaba de prestar
atención a todo lo que decía —No obstante, por alguna razón en aquellas noches donde el
cielo seguía sin su reina, la princesa podía quedarse durante horas esperando algo que ni ella
misma era capaz de clasificar pero sabía que existía y esa fe fue lo que hizo que
sus noches fueran más cortas y sus días más venideros a pesar de la soledad de su alma —
aseveré —Los años pasaban y el reino aún seguía sin poder aceptar la pérdida de la luna,
mientras que la princesa crecía en belleza que era ocultada ante su mirada fría del mundo —
concreté —Y a la vez aquel detalle poco y nada importaba en un mundo que la adoraba pero
solo era la marca de un amor falso — suspiré—Entre aquella vida que seguía siendo la misma
a pesar de que el tiempo pasaba como si fueran hojas del calendario, una noche sucedió que
la princesa decidió quedarse mirando hacia aquel cielo entristecido por la partida de la luna
como todas las noches que se presentaban desde aquel día, sin embargo, cuando los tenues
rayos del amanecer querían pintar de rosa y naranjo el cielo; la princesa se dio cuenta de que
existía una luz blanca que no era la del sol ni las de las estrellas.
Extrañada por aquello decidió quedarse más noches admirando el cielo en espera de que
aquella luz volviera a existir — Camila frunció el ceño ante eso y no dudó en volver a hablar
rompiendo el silencio que se había impuesto entre mi voz y el cuento.

—¿Regresó aquella luz?— preguntó curiosa.

—Todas las noches justo cuando el sol comenzaba a ser parte del día —dije con una sonrisa.

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—Aquella luz llegó a ser la obsesión de la princesa a tal punto que pasaba todas sus días
desde que el amanecer tocaba el cielo hasta que la noche era estrellada buscando sobre el
origen de esa luz que tintineaba por unos segundos antes de desaparecer en el horizonte, sin
querer creerlo había encontrado aquello que había buscado, una razón de vida y por ello
decidió embarcarse una tarde entre medio del silencio del reino a la aventura de encontrar a
aquella luz del horizonte.
—No quería desperdiciar ese momento de heroísmo— respondió sin dejar esa sonrisa
animada en sus labios y yo me limité a besar su frente.

—Así es —agregué —Pasaron días hasta que la princesa llegó a la colina más cercana al
horizonte y esperando que la noche llegara a su fin como todos los días descubrió que la luna
jamás se había ido, ella seguía ahí presente sin tomar protagonismo alguno de la noche.

—¿Por qué?— preguntó enarcando la ceja

—Esa fue la misma pregunta que se hizo durante días al ver el mismo espectáculo hasta que
se atrevió a hacer aquella pregunta a la luna quién asustada porque la habían descubierto se
ausentó por semanas del cielo consiguiendo que la princesa finalmente desistiera de aquella
aventura —afirmé —Las noches volvieron a ser tan largas para ella como los días se
convertían en una tortura entre medio de un mundo que la ovasionaba pero no la amaba.
—¿Qué sucedió con la princesa?— volvió a preguntar.

—Pasaron un par de años hasta que el rey murió y ella ocupó el trono que le había sido
regalado desde que nació, entre gritos de alegría y bendiciones recibió el pueblo el nuevo
legado de la única heredera del trono—contesté
—Sin embargo, aquello que debía ser visto como el mayor acontecimiento de su vida, seguía
siendo parte de la maldición de su vida, por lo cuál después de la gran ceremonia de
coronación que existió en su honor. La princesa se dirigó a sus aposentos para poder
descansar de la dificultad del día y cuando estuvo a punto de por fin dormir en paz, se dio
cuenta de que una luz que desconocía apareció en su habitación, una luz que no tardó en
transformarse en mujer ante sus ojos — vi como Camila me miraba sorprendida por el giro
que había dado en el cuento y se veía expectante ante cada palabra—La primera reacción de
la princesa fue la de una sorpresa creyendo que era un sueño, sin embargo, era tan real que
desistió de aquella idea a los pocos segundos que vio la sonrisa de la misma luna que había
desaparecido durante tanto tiempo —la castaña se acomodó en mi pecho con una sonrisa —
¿Qué haces aquí?—preguntó la actual reina mirando con rabia a la luna
—¿Por qué decides aparecer en medio de mi habitación?—respondió entre confusión y enojo,
la luna la miró con esa sonrisa condescendiente y se acercó a la reina quién no dejaba de
mirarla altiva hasta que una suave caricia llegó de su parte dejándola con el corazón encogido
ante algo que jamás había sentido en su vida.

—Amor — susurró como sino quisiera que la escuchara pero fue inevitable que una curva
apareciera en mis labios ante su respuesta.

—Así es, la reina quedó cautivada ante la mirada de la luna quién no dejaba de admirarla con
un destello único, uno que jamás había visto en su vida pero había esperado por ello.

—¿Qué le dijo la luna?.

—Le dijo, he vivido tantas vidas pero jamás he sido capaz de ver a una princesa más radiante
que la de aquella noche de primavera. El ceño de la reina se frunció ante esas palabras y no
tardó en atacar con rabia ante la delicada voz de la luna —seguí contando —Tú me maldijiste

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exclamó perturbada ante todas las ideas que nacieron en su cabeza con aquel leve contacto,
ella tenía miedo y trataba de defenderse de aquel sentimiento con todo lo que podía, tú
hiciste que el amor nunca llegara a mi vida respondió entre sollozos la reina mientras que la
luna seguía mirándola con ternura hasta que la abrazó entre sus brazos tratando de calmar el
llanto de la pequeña humana —no fue difícil notar como Camila comenzó a sollozar en silencio
con el cuento mientras yo no dejaba de que mi voz intentara calmarla —Lo lamento respondió
la luna intentando que sus palabras fueran suficientes ante el error
que había cometido, lamento que tu vida no haya sido la que deseaba para ti — suspiré antes
de pasar mi mano sobre la espalda de la castaña quién secaba sus lágrimas para que no la
descubriera llorando.—La reina la miró extrañada ante ello y sin que la pregunta llegara a ser
parte de sus labios, la luna le dio la respuesta a todas sus incógnitas —aseveré —Llevo toda
mi vida viendo como el amor llega a los seres humanos de distintas formas, una más
hermosa que la otra, he visto como me piden consejos como me maldicen y como me ven
como lo más hermoso que existe, he vivido así desde el inicio de la humanidad, viendo como
ellos son afortunados de amar y dejarse amar mientras mi amante vive a horas de distancia
de mí sin que podamos estar juntos porque debo proteger la noche y a ustedes mismos.
Jamás dejé el cielo pero preferí darle mi puesto a alguien más hermosa que yo, lamento que
los humanos no hayan sido capaces de admirarte de la misma forma que yo fui admirada.

—Le cedió su luz para buscar a su mayor amor —contesté sin dejar de protegerse entre mi
pecho.

—Así es—contesté sonriendo —Egoístamente decidí buscar ese amor que resplandece cada
mañana como el astro rey dejándolos sin protección alguna —respondió con un lánguido
suspiro —Pensé que si le cedía mi hermosura y luz a una humana, ellos se sentirían más
cercanos a la perfección, pensé que jamás se sentirían desprotegidos y yo viviría ese amor
que ha sido mi mayor condena. La reina no supo que decir ante las palabras de la luna pero
pudo notar como la trsiteza y amargura atestaba el alma de ella y pudo sentirse identificada
con esa mirada, lamento haber sido la causante de todas tus algarabías —susurró ante la
mirada de la reina quién seguía sin creer que estaba hablando con la mismísima luna — Creo
que tendré que volver a ser parte de la noche. La reina no tardó en hablar ante esas
palabras, porque no iba a permitir que ese amor volviera a ser condenado ante los ojos
humanos, por lo cuál sin siquiera ella premeditarlo aceptó aquella luz que se le había
designado desde que nació.
—Quiero ser parte de la noche —dijo la reina ante la mirada atenta de la luna — Los humanos
no desean algo perfecto entre ellos, lo desean en el cielo porque les recuerda su reducida
existencia—aseveró antes de suspirar —Deseo ser la luna mientras tú sigues viviendo el amor
que se te ha sido negado por tantos milenios
— la luna la miró confusa antes de que pudiera hablar nuevamente—Pero eso significaría que
te condenarías a no vivir el amor, solo lo que se encuentra en el plano humano es capaz de
disfrutar de la bendición de ser amados —exclamó la luna antes de que la reina sonriera —
Tendré amor cada vez que existan dos personas que deseen llamarme como su protección,
tendré amor con cada mirada enamorada, tendré todo lo que he deseado desde el cielo
porque en la Tierra no hay nada por cuál luchar, en cambio, cada vez que vea como tú corres
hacia el sol cada vez que él se encuentre en medio del amanecer, sabré que tu amor es el
mío y eso será suficiente
para llenar ese amor que necesito en mi vida.

—La reina se sacrificó por el amor que sentía la luna hacia el sol
—contestó sonriendo y yo volví a asentir ante la forma que estaba viendo el cuento.

—Exactamente, a veces el amor más grande es aquel que es capaz de entregarse sin pensar
en las consecuencias solo para ver a alguien feliz —susurré acariciando su mejilla —No es que

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signifique que debas sacrificarte por otra persona, el amor no funciona de esa manera—
afirmé —El amor es algo puro que solo aparece cuando una persona está dispuesta de dejar
todo lo que tiene por un bien más grande, jamás será un sacrificio porqué si es el correcto
significará.

—Que las riquezas van a multiplicarse entre números incalculables


—musitó.

—Así es —respondí acariciando su cabello notando como esa sonrisa eterna se apoderaba de
sus labios sin ningún tipo de miedo por ello —Una vida sin amor nunca será vida —Camila
asintió atenta con sus ojos oscuros atravesando los míos —Es por eso que la luna decidió
conceder el deseo de la reina, dejando que ocupara su trono celestial durante todas las
noches de su vida mientras ella seguía viviendo su eterno romance con el sol. Poco a poco
todos olvidaron a la reina de aquel reino, hubieron otros gobernantes y el cuento de la luna
fue simplemente olvidado entre las palabras de la humanidad. Sin embargo, todos seguían
refugiándose ante la luminosidad de la reina que sigue hasta ahora ocupando cada noche.

—¿Qué sucedió con la luna?— preguntó bostezando.

—También es parte del cielo en los llamados eclipses donde se atreve a besar al sol sin
ningún tipo de miedo, son tan solo unos minutos cada cierto tiempo donde su amor tan
profundo llega a ser parte de la vida de la Tierra y es en aquel momento, durante esos
minutos que la reina confirma que fue la mejor decisión que pudo tomar en su vida —musité
acariciando su cabello —Fin.
—Es un cuento precioso —sentenció con los ojos llorosos antes de besar mi mejilla y volver a
recostarse en mi pecho —Gracias, por esto —agregó tímidamente antes de suspirar —
¿Podrías quedarte por favor?, no quiero dormir sola hoy— sentenció más como una petición
que cualquier otra cosa, no sé si fue la forma llena de ternura de como me lo dijo ó que yo
tampoco deseaba dormir sola aquella noche que decidí aceptar su propuesta sin ni siquiera
ser capaz de negarme.

—No me iré—contesté besando su frente mientras Camila comenzó a cerrar sus ojos con una
tranquilidad que envidiaba porque era la la que nacía
cuando sentías que no había nada malo que pudiera hacerte daño, me quedé unos minutos
acariciando su cabello esperando que se durmiera hasta que pude notar que lo hizo y no dudé
en dejar un pequeño beso en su mejilla —Descansa, princesa
—susurré antes de cerrar lentamente mis ojos sintiendo que por primera vez en años la noche
se presentaba como el mejor regalo que pudiese existir.
Capítulo 35: Con tu nombre

Why do stars fall down from the sky Every time you walk by?
Just like me, they long to be Close to you
New York Lauren

—¿Cuál fue la primera canción que aprendiste a tocar en guitarra?—pregunté con curiosidad
mientras aquella chica castaña con la cuál compartía una gran carga genética simplemente
me miraba con esa sonrisa atrayente, esa que hace unos meses atrás no hubiese soportado
ni un segundo pero que ahora me parecía una forma muy bonita de mostrar seguridad y más
que eso de mostrar que había algo más entre nosotras que las simples casualidades del
destino en que compartiéramos los mismos padres. Llevaba varias semanas hablando con
recurrencia con ella, tal vez no era algo parecido a una hermandad, sin embargo, si se podía
decir que de a poco estaba naciendo una amistad que ninguna de las dos pensaba que
sucedería por lo cuál nos dábamos nuestro propio tiempo para que las cosas se solidifcaran;

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al final de todo ambas sabíamos que esto era il veces mejor que la distancia que nos había
cubierto durante más de diez años.

—Close to you de the carpenters —sentenció entre risas y yo solo rodé los ojos ante su
respuesta, tratando de recordar ese momento hace un pasado atrás en donde ambas
teníamos una historia en común; intenté desempolvar aquellas memorias que me recordaran
a ella siendo una asolescente y no la mujer adulta que trabajaba cerca de times square, no
obstante, aquello no fue posible porque mis recuerdos siempre se veían limitados ante el
miedo de darle vida al incorrecto y desatar un momento de tensión que yo no deseaba vivir
en aquel momento —Sé lo que te estás diciendo por dentro, así que no me juzgues—contestó
dejando que esa alegría que ella había mostrado toda la mañana se presentara con un poco
de dificultad, pero finalmente apareciera en mis labios por lo cuál evoqué una pequeña
sonrisa ante la forma tan natrual que ella tenía para hacer sonreír a alguien; no recordaba
muy bien esa sensación de tenerla a mi lado para escuchar simples conversaciones que
carecían de sentido y no dudé en preguntarme si alguna vez habíamos sido tan cercanas
como ella afirmaba que éramos cuando yo era solo una niña, sin embargo, le di el beneficio
de la duda solo por el hecho de que poco a poco la confianza comenzaba a crecer de mi parte
hacia ella y podíamos hablar de todo y a la vez de nada pero el silencio incómodo ya no era
parte de nuestra estación.

—Yo no he dicho nada —respondí removiendo aquel líquido café que se encontraba entre mis
manos —¿Por qué me culpas de algo que no he
dicho?—pregunté entre risas mientras ella se limitaba a rodar los ojos frente a mis
respuestas—Pero si te dijera algo, diría que es lo más cursi que he escuchado en mi vida—
aseguré tomando con serenidad un poco de lo que me quedaba de café en la taza mientras la
mirada de aquella chica de ojos castaños seguía mis movimientos intentando buscar algo que
yo no comprendía, pero aún así no me hacía sentir incómoda en ningún momento, era como
si su mirada buscara también esa parte de nuestro pasado que había quebrado cualquier tipo
de relación pero que aún así no intentaba ser invasiva entre las murallas que nosotras
habíamos eregido frente a nuestros sentimientos lo cuál me causaba una capa de confianza
hacia ella.

—Bien y ¿cuál fue la tuya?—preguntó suspirando dramáticamente lo cuál causó una lluvia de
sonrisas, era extraño pero me hacía sentir como si fuera la primera vez que la conocía, tal
vez era el hecho de que en mis recuerdos solo se instalaba una chica que no era compatible
con ella ó simplemente era el hecho de que no quería compararla con quién fue alguna vez.

—Don't stop me now de Queen—respondí orgullosa de ello mientras mis memorias se


instalaban frente a la primera vez que había tomado una guitarra, había sido en la casa de
Lucy mientras ella apostaba diez dólares a que no iba a ser capaz de aprenderme ni una sola
canción en menos de tres días. Al día siguiente me pregunté con una versión muy mala de
don't stop me now pero aún así ella solo me dio los diez dólares y me regaló la guitarra
afirmando que ella le iba a dar un mejor uso.

Ninguna de las dos pudo haber predicho aquel día que iba a nacer ese amor hacia la música
que había durado más de lo que ambas podíamos ofrecer.

—Olvidaba que estaba con alguien que respira por la música


—suspiré ante el recuerdo que había invadido aquel momento, no obstante, no le di ningún
tipo de importancia porque al final de todo solo era un recuerdo. El problema realmente
estaba cuando habías vivido tantas cosas con una persona ésta sin quererlo se volvía parte
de tu ser y era muy difícil dejar su recuerdo atrás aunque así lo quisieras. —Tu banda es muy

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buena —dijo Taylor obteniendo mi atención y yo solo asentí con una sonrisa ante ello
sintiendo que el orgullo se mostrara a flote frente a mis ojos verdes y ella se dio cuenta de
aquello porque no tardó en aliviniar el ambiente de una manera que parecía irreal de esas
veces en que dos desconocidos se daban cuenta de que un par de palabras eran las que
provocaban que todo tomara un orden que no esperabas y una cercanía que se daba de una
maera especial.

—Gracias, me alegra mucho saberlo —musité observando como sus ojos oscuros se pintaban
de un brillo que no esperaba de su parte como si a ella
también le agradara estar en aquel momento matando al tiempo con una simple
conversación.

—Siempre fuiste amante de la música—argumentó acomodando un mechón de cabello detrás


de su oreja mientras yo la veía atenta frente a cada palabra— recuerdo perfectamente como
me robabas mis cds y te declarabas inocente
—el silencio se apoderó por unos segundos de aquella escena mientras yo intentaba recordar
aquello, a pesar que se me hizo difícil en los primeros segundos, de pronto el recuerdo llegó
como una suave marea frente al ocaso de un pasado distante que a pesar de mis intentos
eternos de mantenerlo en el borde del olvido, tenía que aceptar que conservaba ciertos
recuerdos que podían sacarme un sonrisa cuando sintiera una falta de este tipo.

—Era inocente—contesté entre risas al recordar aquello lo cuál solo hizo que Taylor volviera a
rodar los ojos con un suspiro tan dramático que solo me hizo reír un poco más — aún lo soy
—refuté segura, ella simplemente se quedó en silencio deteniendo su mirada en el café que
tenía entre sus manos, fue fácil ver como sus pensamientos se debatían entre las aguas
oscuras de aquel líquido hasta que con una mirada tímida volvió a alzar su rostro para
abarcar una pregunta que no esperaba de su parte.

—¿Qué tienes pensado en el futuro?, es decir, piensas siempre tocar en una banda —comentó
sin saber cuál sería mi reacción frente a ello, yo me limité a tomarme unos segundos para
contestar esa pregunta porque aún no tenía una respuesta correcta, a pesar de que me
gustaba mucho tocar y hacer que las notas se volvieran esa coraza que me protegía de todo
también sabía que tenía sueños más allá que ofrecer conciertos y a pesar de que aún no se
presentaban de una forma concreta, deseaba llevarlos a cabo cuando supiera que era el
momento correcto. Por primera vez en mi vida yo estaba tomando una decisión sin que el
destino se atreviera a interceder en ella así que me sentía con la seguridad de ahorrar tiempo
para cuando sucediera esa iluminación que esperaba.

—Me gusta mucho la música pero me encantaría llegar a estudiar algo —refuté suspirando
ante las palabras que aún no salían de mis labios pero sabía que iban a salir al final de todo
—A papá le hubiera encantado que lograra hacer algo con mi vida que valiera la pena —
argumenté encogiéndome de hombros frente aquel recuerdo, Taylor no dijo nada pero pude
ver como ella no esperaba esa respuesta por lo cuál prefirió dejar que la ausencia de sonido
se llevara la batuta en aquella conversación, lo cuál agradecí porque yo tampoco sabía que
más agregar ni como sentirme frente al tema. A pesar de todos los años que habían pasado
desde aquel accidente, el dolor aún se mostraba permanente como si esperara el mejor
momento para inyectarse como veneno entre mis territorios y desforestara todos los
sentimientos que intentaran ocultarlo.

—Yo no creo que los estudios sean algo que te haga más ó menos que el resto, de hecho, me
encantaría tener tu oportunidad de vivir de una pasión y ser feliz con ello
— afirmó sonriendo intentando ser lo más relajada que podía pero yo sabía qure aún la
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incomodidad se presentaba ante ella en una fina sonrisa que ocultaba cientos de palabras que
dudaba que adquirieran algún tipo de voz pero que seguramente se expresaban a través de
deseos atragantados y recuerdos que ninguna de las dos quería sacar a relucir, ya que
aunque me costara relacionarlo, ella también había pérdido a la misma persona; ella también
había sido parte de esas personas que se presentaron en su funeral y también era su hija al
final del día.

—No es eso, a lo que me refiero es que uno siempre tiene que tener metas y esforzarse por
llegar a ellas —sugerí con la mirada fija a esos ojos castaños que por primera vez en toda la
conversación se veían tímidos ante mis palabras como sino supieran que decir ante ellas y
simplemente preferían teñirse a través del silencio y la soledad —Mi meta por ahora es
estabilizarme un poco y poder tener la oportunidad de estudiar algo que me guste y que no
sea porque deba hacerlo, por primera vez en mi vida tengo la oportunidad de escoger algo y
que no sea solo un enredo entre el destino y yo — afirmé con amargura frente a lo injusto
que había sido la vida conmigo, sabía que habían personas que todos los días se quejaban de
como nuestro destino como humanos se veía reducido ante dos variantes, ser feliz ó vivir en
desgracia. Eso era lo que se presentaba siempre en nuestra vida, momentos de felicidad ó de
tristeza; no había nada más allá que eso pero creo que eso era lo que transformaba a la vida
como una opción rentable porque a las personas que había vivido más desgracias que
felicidad, esos pequeños momentos resultaban ser tesoros que tenían miedo de perder, sin
embargo, también había una segunda parte de aquellos que habían vivido más felicidad que
tristeza y cuando ésta se presentaba en su vida,no podían combatir contra ella y se dejaban
llevar por las tinieblas que siempre ofrecía la vida hacia aquellos que no se atrevían a ser
nada más que un cúmulo de malos momentos.

—¿Tienes algo pensado?—preguntó atenta, yo solo me encogí de hombros negando a ello


porque no estaba segura de lo que deseaba pero si estaba segura que fuese lo que fuese
sería algo que amara lo suficiente como para vivir mi vida, porque ya había vivido tantos
años sintiendo los golpes del destino como para gastar más tiempo siendo algo que no
deseaba y acostarme todas las noches siendo las mismas personas sin color que invadían las
calles.

—No realmente —afirmé —Pero creo que cuando esté lista para dar ese paso entonces estaré
segura de lo que quiero hacer con mi vida.
—Me parece una perfecta idea, nadie debería obligarte a seguir una línea dibujada de como
debería ser tu vida —sugirió —Creo que si eres feliz entonces ya triunfaste en esta vida —
sonreí ante su respuesta porque se parecía mucho a mi concepto de vida, aquel que muy
pocos aceptaban porque de alguna manera, a veces era mejor cerrarse ante lo que te hacía
feliz y lo rechazabas sin más.

—¿Tú lo eres?—pregunté ella sonrío con un tono rojizo entre sus


mejillas.

—Lo soy, me gusta mi trabajo, vivo en un departamento que me encanta — admitió sin dejar
aquella sonrisa triunfadora, esas que salen en las propagandas de televisión que te afirman
que pueden darte la vida perfecta, sin embargo, yo estaba segura de que ella era feliz porque
sus ojos no mentían en ningún momento y menos con una pregunta tan profunda—Tengo
una hija que adoro y aunque soy un desastre en el amor, la verdad no me quejo —contestó
entre risas lo cuál hizo que me contagiara con su risa —Katie me da todo el amor que necesito
—asentí con una suave sonrisa ante ello, era extraño saber que aquella chica con la cuál
llevaba años sin tener ningún tipo de relación, tenía una vida más allá de los recuerdos y
vivía feliz con ello. Por unos segundos me pregunté en cómo se sentiría alcanzar ese nivel de
felicidad, él que te venden diariamente asegurándote que conseguir un trabajo perfecto más
una casa de ensueños y con hijos era lo que tú necesitabas para tu vida; se me hizo

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imposible no preguntarme si yo sería feliz frente a esas causalidades, no obstante, me quedé
sin respuesta porque no sabía que enmarcaban cada una de esas variantes.

Tenía un trabajo que me gustaba pero no era perfecto, también vivía en un departamento
que era de mi agrado pero no iba más allá de esa descripción y en la oportunidad de tener
hijos jamás me lo había pensado, yo no deseaba vivir esa etapa. Con Lucy habían sido
cientas las conversaciones que habían salido al tema, ninguna de las dos deseaba vivir
aquello así que eso estabilizaba la balanza frente a una opción que había sido negada por el
destino, sin embargo, con Camila también había tenido las mismas incógnitas pero ella si los
deseaba, ella también deseaba esa vida que no era congruente conmigo pero a pesar de eso
nunca me había puesto a pensar que era lo que deseaba para obtener esa felicidad que era
nuestra final como seres humanos.

—¿Cuánto tiempo llevas separada?—pregunté cambiando el tema y Taylor solo sonrío ante
ello.

—Dos años, Mason y yo terminamos en buenos términos porque nos dimos cuenta que
vivíamos mejor como amigos que como matrimonio —afirmó
—Así que no quisimos ir a ningún juzgado ni nada y él visita a Katie cuando puede porque
vive a un par de horas de aquí, sin embargo, también él se la lleva algunos fines de semanas
ó en vacaciones dependiendo de cuando tenga tiempo —yo me limité a asentir frente a sus
palabras porque no sabía que contestar a ellas, era la primera vez que escuchaba que alguien
no forzaba una relación y que tomaba terminar con alguien de la forma más civilizada de
todas —Es un buen padre y una gran persona, solo que lo nuestro no funcionó—concretó en
un suspiro — A veces es más valiente aquel que se atreve a dejar algo que no tiene reparo
que seguir forzándolo, fue la mejor decisión para ambos.
—Entiendo, y tienes razón, obligar a que algo siga funcionando cuando sabes que no va a
suceder es la peor opción —admití sin ningún otro tipo de argumento que ayudara a la
conversación.

—¿Y tú?—me preguntó llamando mi atención —¿Qué tal vas con esa chica?—me sorprendió la
serenidad con la cuál se presentó aquella pregunta, sin embargo, la incomodidad jamás llegó
entre nosotras.

—¿Cuál?—pregunté —¿Camila?—Taylor asintió mientras mis palabras se acumulaban entre


suspiros porque en aquel momento ni siquiera sabía como calificar lo que ambas teníamos,
tal vez era simplemente una amistad que intentaba seguir a pesar de todos los tropiezos que
habíamos tenido ó realmente ambas sentíamos algo más pero ninguna de las dos nos
permitíamos volver a caer en aquel truco.

—Creo que no conozco a otra excepto el recuerdo vago que tengo de Lucy cuando tenían
como doce años —contestó enarcando la ceja y yo solo asentí.

—Es un poco complicado, hemos decidido ir lento para ver si la suerte está a nuestro favor —
afirmé tratando de simplificar lo que más pudiera aquello, no era un tema que soliera salir en
mis conversaciones pero le tenía confianza por lo cuál solo dejé que las palabras adquirieran
voz entre nosotras —Ella es una mujer increíble, quizás tiene la perfección que necesito en mi
vida pero creo que no estamos preparadas para volver a tener algo más que una amistad —
aclaré sintiendo esa rareza que siempre salía de mi boca cuando pensaba en aquella castaña,
la verdad es que no era un misterio para ninguna de las dos que moríamos cada vez que
nuestras miradas chocaban, tampoco ocultábamos ese cariño que aún persistía a pesar de
todo, Camila se había equivocado pero yo también lo había hecho solo que ahora pagábamos
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por esas faltas dejando que nuestros caminos no volvieran a cruzarse más lejos de lo que
podíamos dominar porque ambas teníamos miedo de que nuestros errores finalmente se
transformaron en la calle de la perdición, porque ambas queríamos que esto siguiera durando
tanto como el tiempo quisiera.
—Pero aún la amas ¿Cierto?—me quedé pensativa por unos segundos tratando de incorporar
algún tipo de respuesta, lo más correcto hubiera sido un no, ya que era lo más justo frente a
todo lo que había desatado nuestra separación pero por dentro sabía que esa respuesta no se
acercaba ni en lo más mínimo a lo que realmente sentía y que la verdad de todo es que yo
nunca había dejado de amarla, pero mi orgullo era suficiente como para poner un alto a estos
sentimientos y no darles libre albeldrío como ya se lo había dado una vez y había sucedido
aquella vez.

—No puedo quitarla de mi cabeza —respondí —Ni siquiera mi orgullo me ayuda en esa calle
de la perdición porque la perdoné más rápido de lo que pude pensar alguna vez —admití
encogiéndome de hombros porque a pesar de todo, yo había vuelto a ella sin que la presión
se acumulara entre ambas. No estaba segura si había sido por el hecho de que sabía a la
perfección que Camila no era la única culpable en aquello ó porque no quería perder a la única
luz que se me había presentado en los últimos tiempos.

—Ójala todo se arregle, mereces ser feliz como nadie Lauren


—agregó acercándose a mí en un gesto de total confianza que tampoco esperaba —La vida no
ha sido justa contigo y lamento que yo también sea parte de esos momentos
—dijo totalmente arrepentida por ello y no fue necesario que me lo dijera porque sabía que
ella lo estaba, lo veía cada vez que salían temas que ninguna de las dos soportaba y que
preferíamos erradicar de nuestras conversaciones porque no era fácil combatir la tensión que
creaban.

—No te preocupes —sugerí con una sonrisa —Creo que es humano equivocarse como lo es
también aprender a perdonar, atreverte a ofrecer una segunda oportunidad—respondí en un
suspiro porque sonaba tan fácil, pero era realmente difícil ofrecer una segunda oportunidad
por ese miedo constante a volver a ser herido, ya que al final del día el ser humano solo era
la suma de todos esos momentos que le habían hecho dudar sobre quién confiar y a quién
querer.

—Pero no más de una segunda ¿cierto?—preguntó sin mirarme y yo no entendí a que se


refería hasta que vi como ella tomaba esa oportunidad para sacar un tema del cuál no quería
hablar —¿sabes? a ella le encantaría verte de nuevo, está muy enferma y —me atreví a
terminar con aquella conversación mucho antes de que Taylor pudiera ser consciente de lo
que estaba hablando, entendía que ella siempre estuviera a la defensiva de aquella
circunstancia, pero yo no quería tener ningún tipo de relación frente a un tema que había
enterrado hace mucho.

—No le voy a ofrecer una milésima oportunidad a alguien que no


tolero —contesté amargamente frente a todos los recuerdos que salieron a la luz con esas
simples palabras, no podía mentirme con que no me seguía doliendo aquel tema pero si podía
ser consciente de que no valía la pena seguir hincando en algo que para mí no tenía más
interrogantes ni ningún tipo de importancia en mi vida actual, Clara era simplemente parte de
esos recuerdos que no deseaba revivir y no tenía ningún tipo de relación con mi vida actual
por lo cuál no deseaba meterme entre aquella marea turbulenta que era desempolvar esas
memorias —Mi vida dejó de enlazarse con ella cuando pude irme de casa así que prefiero que
quede así —refuté suspirando
—Podré perdonar pero no olvido Taylor y la sola idea de volver a verla es algo que no deseo

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hacer —dije —No creo que esté preparada para hacerlo ni creo que o esté alguna vez—
reafirmé fríamente de una forma que aquella castaña ni siquiera quiso volver a retomar de
alguna forma el tema, lo cuál agradecí porque lo último que quería era seguir hablando sobre
ello.

—Me gustaría que algún día vinieras a cenar a mi casa —contestó cambiando de tema
rápidamente y con una mirada desoladora que intentaba con todas sus ganas volver a tener
el control de la comodidad que ambas habíamos hecho nacer en toda la mañana —Que
conocieras a Katie y bueno que lograras darme la oportunidad de ser la hermana que no fui
—afirmó bajando la mirada como sino estuviera segura si lo mejor era que nuestras miradas
se conectaran —No sabes cuánto siento todo lo que sucedió entre nosotras pero me
encantaría comenzar de nuevo, sé que debe ser muy duro y no sabes cuánto agradezco la
oportunidad que me das de ser parte de tu vida aunque sea para conversar sobre cualquier
cosa
—susurró —No olvido que eres mi hermana y tampoco olvido todo lo que pasaste
—concretó alzando la mirada de a poco demostrando unos ojos tristes y llenos de culpa—Por
eso solo quiero decirte gracias por este momento.

—Está bien —dije sin saber que más decir —La verdad es que no creo que la simpatía sea
parte de mi forma de ser pero me gusta estar aquí contigo.
—¿Libro favorito?—preguntó con una sonrisa oculta.

—No creo que pueda dar una respuesta a ello mencionando solo un libro, ¿tú? —aseguré
sabiendo que con esa pregunta llegaban un par de títulos lo cuál causó gracia a aquella chica
de vestido blanco.

—The painted veil de Somerset—aseguró sin dejar esa sonrisa cargada de emoción, fruncí el
ceño al escuchar aquella respuesta porque pensaba que solo era una película.

—¿Es un libro?, pensaba que solo existía la película —refuté recordando vagamente cuando
Camila me había explicado de que trataba la película.
—No, la verdad es que se han hecho tres adaptaciones cinematográficas del libro, la que
todos conocen es la de Naomi Watts y es increíble por su banda sonora y sus imágenes —
respondió —Pero a mi parecer, jamás va a ser tan bueno como el libro —aseverando dejando
que la duda reinara en mí porque no conocía ni el libro ni menos la película pero por como
sonaba, parecía una idea más interesante de lo que creía. —¿Te gusta la película?—preguntó
y yo negué ante ello.

—Nunca la he visto —contesté con simpleza lo cuál le sorprendió de una manera que no
esperaba.

—¿Enserio?—comentó sorprendida —Es un clásico del buen cine, una de las pocas que aún
tienen algo de cine en ellas y no son solo bazofias comerciales.
—No soy muy admiradora del cine la verdad no suelo ver películas
—fue mi respuesta lo cuál causó que ella me mirara extrañada.

—¿Y salías con una actriz?—preguntó riendo sin dejar la confusión de su rostro, la verdad es
que tenía razón y aquello no tenía sentido. —¿Dónde está el sentido a eso?.
—Supongo que me gustan las ironías —argumenté encogiéndome
de hombros.

—Es una película que merece ser vista, creo que está en netflix, si quieres podríamos verla

insideofmysoul
algún día —comentó con una sonrisa que no pude negar
—Creo que lo curioso de la película es como muestran la realidad a partir de música de fondo
y de imagénes que a pesar de que se acerquen lo más posible a la realidad uno sabe que no
es cierto.

—Pero aún así las personas siguen yendo el cine alimentándose de películas cursis de amor —
contesté.
—Tal vez, sea por el simple hecho que somos humanos en búsqueda de algo —afirmó —Creo
que aquellos que se alimentan de esas cursilerías realmente desean con todo su ser
encontrar ese amor perfecto así de película, donde cada minuto esté pronosticado y que al
final tenga una escena romántica con una canción aún más cursi de fondo —admitió entre
risas —Pero ¿cómo puedes culparlos si todos sabemos lo dura que es la vida?—preguntó
intrigada ante ello porque tenía razón, era la misma excusa que la música me ofrecía —Esas
películas existen para llenar ese vacío que el destino nos ha atribuido a través de todos los
golpes que nos regala sin previo consentimiento—sentneció —El cine tiene su importancia en
que a través de dos horas te hace pensar en otra cosa que no sea tu rutina ni tu vida, es la
magia que ocasiona lo que lo hace único, es la esperanza de que tal vez algún día tu vida
pueda ser como una película y que después de todo tenga una solución a tu
favor, un final feliz y que esa persona perfecta que llega a tu vida por casualidad se mezcle
con tu nombre y se conviertan en uno.
Con tu nombre parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
Las lágrimas y la frustración se acumularon entre el mar de estrellas que aquella noche
ofrecía, suspiré tamborileando mis dedos en medio del volante tratando intuitivamente en
buscar alguna solución a esos miles de sentimientos que se mostraban desmoronándome por
dentro como si se tratara de un derretimiento de cada polo que mi cuerpo tenía dentro de mi
alma. Mis dedos iban y venían en una melodía que no entendía pero que estaba segura
demostraba mi intento fallido de lograr, como siempre, superar yo sola la rutina de una vida
que muchas veces solo era una muestra de como el ser humano podía extinguirse de a poco,
ahogándose en sus propios problemas que nacían de una vida que no deseaba pero aún así
por miedo simplemente la seguía viviendo de la misma forma que hacía siempre; hasta que
un día en un acto de valentía ó cobardía, según el lado que se le mire, finalmente decide
terminar con ella.
Sin embargo, en aquel momento eso no era lo que resonaba en mi cerebro. Sino más bien lo
hacía con una tímida mirada los pequeños pasos de baile que había tenido semanas atrás con
aquella ojiverde y poco a poco los problemas comenzaron a camuflarse entre las paredes de
color coral de mi habitación en aquel recuerdo. Era extraño, pero con un simple destello de
memoria de aquella chica, era suficiente para que de a poco mi tranquilidad volviera y ese
deseo innato de estar con ella volviera a resurgir de las profundidades de mi conciencia como
sino hubiera deseo más válido que aquel.
Volví a suspirar ante los deseos encontrados que me ofrecía mi subconsciente, deseaba verla,
pero era lo suficientemente tarde como para que ella ni siquiera se diera cuenta de que la
estaba buscando. Además no quería parecer una intrusa frente a la vida que tenía fuera de
nuestros límites, porque a pesar de todo, eso er lo que le daba un poco de vida a lo nuestro.
No traspasábamos los límites de la vida de ninguna, respetábamos el hecho de que no era
posible que estuviéramos juntas siempre aunque ese era el deseo imposible de ambas; sabía
que ella estaba ocupada como yo también lo había estado en las últimas dos semanas, pero
aún así, a pesar de seguir provocando excusas para no buscarla, mis deseos ganaron terreno
y sin pensarlo ya me encontraba conduciendo hacia su departamento en un tímido intento de
satisfacer esas ganas de verla; de que sus ojos verdes me envolvieran como siempre lo
hacían y me dieran esa paz que siempre relucía.
Los Angeles se mostraba como una ciudad entre medio de luces en un cristal que se dilataban

insideofmysoul
envolviéndote en una sensación que podía parecerse a la magia. Siempre me había gustado
aquel detalle que envolvía a esta ciudad, el hecho de que las luces siempre estuvieran
presentes en tu vida y que todas las calles se mostraran como un solo camino de la alfombra
roja. Los amaneceres eran lo más
impresionante de cada día y las noches estrelladas eran quizás una obra de arte, las olas del
mar acompañando mis días solitarios me ayudaban a reducir esa sensación de miedo y de
soledad que siempre me invadía después de que dejaba la glamurosa vida de actriz y seguía
siendo la misma chica de 22 años con grandes sueños cumplidos y poca vida deseada.
Tal vez por eso no me había cambiado de esta ciudad y vivía envuelta de lo que me deparaba
cada día con la esperanza de que las agujas del reloj me ayudaran a mostrarme eso que
buscaba y no tenía ni la más mínima idea de si existía. Ahora estaba segura de lo que era y
era mejor que todo lo que había conocido hasta este momento en mi vida, no obstante, sabía
lo difícil que era mantenerlo y como era tan frágil que tenía miedo que un día simplemente se
rompiera y quedara entre cenizas de la arena de mi vida.
Por un segundo la idea de quedarme en esta ciudad me dio un toque de nostalgia pensando
en todos esos deseos que alguna vez había tenido, mi vida era un círculo sin salida que solo
existía de las películas; nunca había existido nada más allá de ello. Mis días constantemente
no cambiaban, eran opacados por una rutina que había aceptado cuando era apenas una
niña; una rutina que había decidido que sería mi vida entera, sin embargo, cuando ella
apareció no solamente la cambió drásticamente sino que puso en tela de juicio todas las
dudas que nacían frente a lo desconocido y me derivó a un oleaje que nunca había nadado en
mi vida.

Froté mis manos indecisas apenas llegué a aquel edificio de varios pisos que jamás había
pisado, a pesar de que no era la primera vez que venía a este lugar. Reconocía su casco viejo
el hecho de que no pareciera el lugar más seguro del mundo, no obstante, ya había recorrido
toda la ciudad y no iba a rendirme solo por unos segundos de cobardía por lo cuál entré a
aquel edificio destartalado y vacío recordando una y otra vez el número del departamento de
Lauren.
Tres pisos fueron necesarios para que lograra encontrar el departamento cincuenta y varios
minutos frente aquella puerta sin ningún color debido a la absorción del tiempo en ella, no
sabía si tocar ó no, si ella estaba despierta ó la despertaría tocando. No estaba segura de
muchas cosas pero aún así me tragué todos esos miedos y toqué levemente la puerta
sintiendo como todos mis sentidos se ponían en alerta por unos segundos hasta que los pasos
de alguien adentro comenzaron a retumbar como si no existiera otro sonido más allá de ese,
mis sentidos se perdieron ante ese sonido pero volvieron a la realidad cuando vi como la
sombra de Lauren aparecía entre medio de ojos cansados, un camisón blanco y el cabello
desordenado. Jamás la había visto de esa forma tan natural, siempre estaba ordenada y
presentable de una manera que no parecía real pero aún así su belleza no dejaba de
cautivarme.
No tardó en mirarme extrañada frotando sus párpados para luego mirarme totalmente
confundida, yo también lo hubiera estado si se me hubiera presentado un día viernes a estas
horas.
—Hola —comentó extrañada cuando fue consciente de que era yo, como si no pudiera creer
que estuviera ahí, yo tampoco lo creía, pero aún así se me hizo imposible no quedar
cautivada ante su mirada atenta y preocupada, a veces no necesitábamos palabras para
saber lo que nuestras bocas no pronunciaban, ésta era una de esas veces y Lauren no dejaba
atrás la preocupación que se mostró en su rostro —No esperaba tu visita —sentenció
cruzándose de brazos mientras yo me limité a suspirar y asentir afirmativamente a su
comentario.
—¿Interrumpo algo?—pregunté al volver a tomar conciencia de que me estaba presentando
afuera de su hogar a las doce de la noche sin ni siquiera haber avisado, la verguenza
comenzó a envolver mi rostro en un tono rojizo y pude sentir como mis mejillas comenzaron
a arder a favor de ella — puedo —la ojiverde me detuvo antes de que dijera algo y se limitó a
sonreír acariciando mi mejilla para luego apartarse de la puerta logrando que yo pudiera

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entrar.
—No, claro que no —respondió rápidamente ante ello tomando mi mano dejando que por
unos instantes de segundo donde ninguna de las dos podía responder nuestros corazones
resonaran por todo su departamento, ambas sonreímos tímidamente sintiendo la conexión
que siempre nacía a través de esos momentos tan reducidos y sin importancia pero que eran
todo a la vez —Pasa —carraspeó algo nerviosa mientras yo no dejaba de sonreír al sentir sus
manos llenas de esa calidez que siempre era parte de ella chocando contra las mías que
siempre se mostraban frías sin importar el momento del día —Solo no me esperaba que
vinieras hasta aquí
—contestó mordiendo levemente su labio mientras sus ojos verdes buscaban una y otra vez
algún tipo de respuesta por mi presencia —¿Deseas algo?—fue su pregunta ante ello, yo
negué ligeramente tratando de creer que la pregunta que no deseaba escuchar fuera
simplemente olvidada —¿Qué sucede?—la preocupación volvió a ser parte de aquella noche y
yo solo suspiré reprimiendo esas ganas de decir todo lo que había reprimido durante esa
tarde, sin embargo, solo fui capaz de abrazarla dejando que su hombro fuera mi mayor
refugio y convirtiendo nuestros cuerpos en uno solo, ella no tardó en pasar sus brazos sobre
mi espalda en una suave caricia que solo me hizo suspirar ante todas las emociones que
podían florecer ante ese simple gesto.
—Solo te extrañaba —musité sintiendo como sus brazos me arropaban frente a esa noche
que se presentaba más cálida que hace un par de segundos, la pelinegra no tardó en buscar
mi rostro acariciando suavemente mis mejillas con la mayor dulzura que le había visto,
muchas veces me preguntaba si ella era real porque el amor que inspiraba era de otro
planeta, no obstante, ahí estaba ella y sus ojos verdes siendo la combinación más perfecta —
Creo que solo eso — susurré ante la perdición que me rendía su mirada, Lauren suspiró y
asintió dejando de lado la preocupación que hace unos segundos había sido parte de
nosotras.

—Yo también te extrañaba—agregó contenta por ello, provocando que mi corazón palpitara
de una forma que no parecía normal —Mucho—aseveró antes de terminar con aquel abrazo
para señalarme la silla del comedor que estaba a solo unos pasos de
mí —Siéntate por favor—mencionó mientras la obedecía en una simple acción
—Calentaré un poco de té ¿bien?—afirmó juntando mis manos para luego adornarlas con un
pequeño beso de su parte, la sonrisa en su rostro era una fiel delatora de que ella también
estaba emocionada por este momento, lo cuál hizo que su sonrisa floreciera en mis labios
intentando con sabiduría apoderarse de todos mis pensamientos.
—Eso creo—murmuré observando como ella buscaba algo en el único mueble que estaba en
esta parte del departamento, la verdad es que no dejaba de mirar sorprendida cada rincón de
él, notando lo pequeño que era y como apenas ocupaba unos cuántos metros cuadrados. —
Enserio no quería interrumpir nada
—suspiré mientras mis ojos seguían cada movimiento de la pelinegra, sin embargo, Lauren
simplemente sonrío llenando la tetera de metal que estaba sobre sus manos con agua del
grifo.
—Claro que no lo haces —confesó cerrando la llave para dejar la tetera sobre la mesa porque
al parecer estaba buscando fósforos para prender la cocina —Recién acosté a Noe, está
resfriada así que fue un poco difícil que lo hiciera pero lo conseguí hace unos minutos, por lo
cuál estaba despierta antes de que llegaras—no tardé en notar como había una cama central
que ocupaba parte del departamento y donde se mostraba entre las sábanas un pequeño
cuerpo que suponía era Noe —¿Tú como estás?—preguntó llamando mi atención y aunque
por dentro quería hablar con ella sobre eso, preferí solo dejarlo como sino tuviera
importancia, no quería romper aquel momento con aquel tema.
—Jamás había entrado a tu departamento —comenté mirando a todas partes sintiéndome
una completa desconocida en aquel lugar porque jamás había entrado a pesar de que sabía
dónde vivía y que muchas veces había pasado por ella —La verdad estuve un poco insegura
de tocar ó no —sentencié en un suspiro y ella chasqueó con la lengua ante mi respuesta.
—Hiciste lo correcto, no tengo mucho que ofrecerte pero siempre me voy a alegrar por

insideofmysoul
verte—contestó con su tono de voz calmado mientras se disponía a prender la cocina —
además es muy tarde para que andes sola por las calles, es peligroso — reí ligeramente
porque se le hacía difícil dejar esa fase protectora que tenía a flor de piel por el hecho de ser
madre—Por cierto, estás preciosa hoy —susurró antes de besar mi frente con una sonrisa en
sus labios que me dejó totalmente embelesada mientras ella se disponía a poner la tétera
sobre las llamas de la cocina.
—Gracias, tú siempre lo estás —comenté sonrojada por su comentario, a pesar de que no era
anormal escucharlo en mi vida diaria, cada vez que ella me lo decía tenía algo que lo hacía
único y me hacía sentir como si no supiera que decir frente a ello.
—Bueno creo que mi falta de sueño no afirmaría eso —confirmó sentándose en una de las
sillas que quedaban en el comedor —Semana pesada
—confesó encogiéndose de hombros a lo cuál yo puse una mueca que hizo que ella
riera dulcemente como solía hacer.
—Lo lamento —dije pero ella negó ladeando la cabeza.
—No te preocupes, es parte de las mil y un responsabilidades de ser mamá —respondió
suspirando mientras notaba como sus manos se juntaban nerviosas sin saber realmente que
hacer ó que decir —¿Tienes hambre?—preguntó rompiendo el silencio que se instaló entre
nosotras por un par de segundos.

—No gracias —fue mi única respuesta antes de volver a poner mi concentración en el


departamento de papel tapiz de un color grisáceo que no tenía ningún tipo de artículo
llamativo, pero que aún así me hacía sentir más cómoda de lo que esperaba —¿Desde cuándo
vives aquí?—pregunté ante su mirada atenta.
—Un poco antes de que Noe naciera —confesó —No es muy grande pero es bastante
confortable para las cuatro —contestó haciéndome recordar el hecho de que me había
comentado que también vivía con sus amigas, no lo dije, pero estoy segura que ella vio como
rápidamente me pregunté ¿cómo podían vivir cuatro personas en un espacio tan reducido?.
—Tus amigas ¿Están aquí?—pregunté rápidamente tratando de ocultar lo primero que se me
había venido a la mente, ella solo negó ante ello.
—Oh no —contestó acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja —Ellas están
trabajando, llegan más tarde —concretó —Hoy solo éramos Noe y yo, bueno ahora tú
también —aseveró con una sonrisa antes de tomar una seriedad que no esperaba —Te noto
preocupada—afirmó deshojando la capa de frustración que tenía aquella noche, sin embargo,
como siempre, ella no quería ser invasiva así que esperó a que yo dijera algo —¿Hay algo que
quieras decirme?.
—No, es solo que es extraño —refuté cambiando el tema —Tú has ido muchas veces a mi
casa y yo jamás había entrado a tu departamento.
—No creo que sea un buen lugar —respondió suspirando mientras yo no dejaba de seguir
cada una de sus expresiones —La verdad fue bastante peligroso que vinieras hasta aquí
Camila, aprecio muchísimo el gesto pero está muy lejos de tu casa —fue su respuesta, no
obstante, a pesar de su comentario yo solo sonreí porque no me imaginaba estar en este
preciso momento en algún lugar sino era con ella.
—Me gusta —musité registrando con mi vista cada detalle distinguible a través de la lluvia
que la noche había atraído en las calles —Aquí cada pared grita que vives aquí —agregué
mientras sus ojos verdes no dejaban de seguir cada palabra de mi boca —Todo huele a ti —
afirmé sin poder darle un significado a todo lo que podía evocar esos reducidos metros
cuadrados, Lauren no tardó en sonreír. —Creo que estoy divagando demasiado, lo siento —
respondí arrepentida por eso, odiaba cuando hablaba de más porque pensaba que podía estar
aburriendo a la persona con quién hablaba y lo último que deseaba era aburrirla, sin
embargo, no fui capaz de pensar que aquella pelinegra se acercaría aún más a mí para
depositar un suave beso que me quitó la respiración, uno de esos besos pausados que te
duelen
hasta las entrañas porque sabes que son de verdad.
—Puedes decirme lo que desees —dijo despegando de a poco sus labios de los míos y
dejando que sus ojos se volvieran en la única luz de aquel departamento —Yo siempre estaré

insideofmysoul
feliz de escucharte —agregó con una sonrisa que se acomodaba frente a las sombras que se
instauraban aquella noche, dejando que ésta cortara las alas a cualquier tipo de brillo porque
esa sonrisa era la que reinaba en todo el departamento —De hecho me gusta mucho tu voz,
suenas tan segura de todo pero lo que más adoro es ver como tus ojos se iluminan cuando
hablas de algo que amas como actuar —mencionó —Dejas una sensación única —yo me
sonrojé bajando la mirada porque no esperaba aquel tipo de respuesta de su parte, con
Lauren era tan distinto que todo me sorprendía, desde sus respuestas hasta la forma que ella
tenía para tratarme era como si todo fuera nuevo y yo estuviera viviendo un pedacito de cielo
cada vez que nuestras suertes coincidían, no me importaba no tener la oportunidad de no ser
parte de su vida diaria pero cada vez que estaba con ella era como si me enamorara por
primera vez.

—No sé que decir a ello —ella ladeó la cabeza divertida ante mi expresión para luego
apoderarse de mis hombros por unos segundos al dejar que sus manos me dieran una suave
caricia en aquella área.
—No digas nada ó di lo que se te venga a la cabeza —afirmó riendo y su sonrisa ahogó
cualquier otro tipo de sonido que pudiera existir en el vacío de aquella noche —Jamás voy a
negarme a escucharte—musitó —¿Semana cansada?—asentí porque lo único que había
deseado era caer entre sus brazos y ahora que estaba con ella, simplemente los días que
habían pasado para poder verla parecían la nada misma.
—Sí —contesté —He estado viendo nuevos proyectos y creo que estoy colapsando de a
poco—suspiré amargamente al recordar mi semana y como había sido arruinada a través de
lo estresante que solía representar mi trabajo como actriz, sin embargo, ni aún así ella dejó
la sonrisa que se mostraba segura en sus labios tratando de darme confianza en medio de
todo el caos que era mi vida.
—Me lo imagino, el mundo puede morir sino tenemos la gran actuación de Camila Cabello —
sentenció acariciando mi mejilla en forma de ánimo lo cuál solo hizo que mi cuerpo
reaccionara con un color rojizo.
—¿Tú que tal?—pregunté ante su mirada atenta.
—Pues me ha ido muy bien, gracias por preguntar —relató entusiasmada por ello lo cuál solo
me hizo sentirme feliz por ella, dejando que los días que tenía que pasar con el idiota de
Louis valieran la pena por ver como ella estaba disfrutando lo que hacía —Estoy grabando en
la mañana y en las tardes voy a la biblioteca aunque hoy no pude ir porque Noe enfermó y no
quería despegarse de mí — contestó con una mueca ante eso mientras dejaba su mirada
hacia las sábanas que recubrían el pequeño cuerpo de su hija, la preocupación volvió a ser
parte de ella y no pude no preguntarme cómo debía ser esa sensación de tener a alguien tan
frágil
e inocente a tu cargo.
—Suena difícil—me atreví a decir y ella asintió en un suspiro.
—Un poco sí —respondió sin dejar esa capa de inseguridades y de preocupaciones que de a
poco comenzaron a ocultar su sonrisa —Noe está acostumbrada a mi compañía y
últimamente como he estado mucho más tiempo con ella no quiere dejarme.
—Es entendible, es solo una niña que te adora—murmuré jugando con mis manos —Una que
ama demasiado a su madre —aquel comentario salió con una amargura que me fue difícil
ocultar cuanto me dolía pronunciar cada palabra de aquella oración, Lauren me miró por unos
segundos antes de tomar suavemente mis manos con una pequeña sonrisa, me encantaba
como ella nunca me obligaba a hablar más de lo que yo deseaba; ella siempre se mantenía
como una compañía que jamás había tenido en mi vida. Siempre estaba dispuesta a
escucharme y tenía una emoción nata hacia lo que decía como si fuera realmente interesante,
con ella había aprendido lo que era sentirse en confianza y más profundo que eso, sentirse
amado.
—Lo sé, me encantaría poder ser la madre que ella necesita pero no puedo serlo —comentó
ladeando la cabeza —El tiempo no es mi mejor amigo y tampoco lo es el dinero —agregó
suspirando lo cuál solo me hizo sentir mal porque ella tenía problemas mucho más
importantes que los míos y aún así estaba ahí escuchándome como si yo fuera mucho más

insideofmysoul
importante que lo que ella vivía diariamente —Pronto Noe entra de nuevo a clases y bueno la
rutina de siempre comienza nuevamente — respondió encogiéndose de hombros.
—Si tienes problemas, sabes que puedo ayudarte y —afirmé rápidamente pero tan rápido
salieron esas palabras de mi boca ella no tardó en negarse completamente a ello.

—Gracias—manifestó con una delicada caricia de sus dedos bordeando mis manos
—Pero no es lo mío pedir favores —refutó —Estoy bien, pero creo que no viniste para
escuchar mis quejas sobre la vida —afirmó —¿Estás bien?.
—¿Puedo pedirte algo?—pregunté algo insegura y ella asintió sin
más.

—Lo que quieras.


—Podemos no hablar de eso, por favor —susurré algo avergonzada
por mi propuesta, pero no quería hablar sobre eso con ella, quería por unos minutos vivir
apartada de todos esos problemas que me perseguían diariamente, quería disfrutar esos
minutos de felicidad que llegaban con ella—Solo quiero olvidarme por unos minutos de quién
soy —musité —Por favor —Lauren no dijo nada y se levantó ante el sonido de la tétera
hirviendo para luego volver a mí entre una suave ráfaga de besos que solo me hacían sentir
como nunca nadie me había hecho sentir, no tardó en acariciar mi mejilla en su intento de
protegerme de todo y alzó mi barbilla para que sus ojos verdes se incrustaran en mi alma.
—Te quiero —sentenció buscando mis labios donde tuvo la misma
bienvenida cautiva de siempre —Y si eso es lo que deseas, que así sea —por un segundo
sentí que las lágrimas iban a atestar mis mejillas por el momento que estaba viviendo, sin
embargo, eso no pasó y Lauren volvió a la cocina —Te gusta el de manzanilla ¿cierto?—
preguntó buscando algo en la alacena que estaba encima de la cocina.
—Sí por favor—La ojiverde sonrío ante ello sacando un pequeño frasco verde que no podía
ver su contenido hasta que ella se dio vuelta con unas pequeñas hojas sobre su mano.
—A mi me gusta el de menta—comentó sentándose a mi lado y no tardó en poner sobre mis
manos una de las dos hojas que tenía sobre las suyas, ella sonrío ante su tímido intento de
algo que no entendía hasta que vi como ella lo olía y yo hice lo mismo descubriendo que era
menta —Me encanta su olor —mencionó dejándome cautivada frente a la dulzura con la cuál
se presentaban sus palabras, siempre me había preguntado si ella había sido siempre así ó
había adquirido esa dulzura desde que había nacido Noe —Pero a Noe también le gusta el de
manzanilla porque crece a unas calles de aquí y le encanta recolectarlas—afirmó volviendo a
levantarse para apagar finalmente la cocina y sacar dos tazas para el té —Cuando tenía como
tres años pensaba que en ellas vivían las hadas por la noche y que estaba quitándole sus
casas así que no le gustaba arrancarlas —contó mientras servía con delicadeza el contenido
de la tétera en las tazas, era imposible no perderse ante cada movimiento que realizaba;
todos iban con una precisión que daba cierto tipo de tranquilidad con solo verla —Una vez se
quedó esperando toda la noche a que un hada apareciera en una de las flores que había
traído a casa—mencionó con una sonrisa antes de poner mi taza a solo unos centímetros de
mí —Como no pasó se dio cuenta de que podía arrancarlas sin que las hadas aparecieran en
casa—finalizó tomando su taza y sentándose nuevamente a una silla de distancia.
—Siempre ha tenido una imaginación muy viva, yo no recuerdo tener esos pensamientos a su
edad ni menos a los tres años — confirmé tomando un sorbo del té que comenzó a mostrarse
como una delicia frente a mis papilas gustativas, fue imposible ocultar la sonrisa que se
formó en mis labios con aquel sabor.
—Yo tampoco —contestó luego de un sorbo de su té —Pero prefiero que sea así —sostuvo
mientras dejaba la taza nuevamente sobre el plato —Me hace feliz que ella se atreva a soñar,
a creer, a no ver el mundo de la forma tan dura que lo vemos los adultos —admitió
encogiéndose de hombros y yo asentí mientras retomaba la bebida con un sorbo —Cada vez
que veo su inocencia se me hace imposible creer que algún día la perderá para ser parte de
un mundo que no tiene ni la más mínima delicadeza frente a nosotros —sugirió dejando su
taza y vi como su mirada bajaba hacia el líquido amarillo oscuro.

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—Has alimentado su alma desde siempre, no creo que su inocencia se vaya tan fácil
—comenté —Además, ella tiene una forma tan particular de ver la vida que no deja
de sorprenderme —la ojiverde no tardó en sonreír ante ello y vi como asintió ante ello—¿Tú
también lo veías de esa forma a su edad?—por unos segundos el silencio se incorporó entre
nosotras, no eran tan incómodo como muchos silencios que había vivido con anterioridad
pero si pude sentir como Lauren pensó por unos segundos aquella pregunta como si estuviera
buscando la respuesta correcta.
—No — respondió finalmente mientras alzaba la mirada de su taza
—Realmente no recuerdo haber tenido una imaginación tan viva como la de ella como
tampoco recuerdo haber sido tan inteligente —pude sentir como aquellas palabras fueron
pintadas con pequeñas pinceladas de tristeza y algo que no podía describir
—Era más bien callada y bastante tranquila, totalmente distinta de lo que es Noe.
—Siento que hay tantas cosas detrás de esos ojos verdes —admití sin dejar de ver como sus
ojos eran un mar de posibilidades, una cascada eterna de palabras que jamás habían
adquirido forma y de secretos que se mostraban como una fuente inagotable entre medio de
un color verde brillante —Tantas que me es difícil no sentir curiosidad por conocer todos sus
secretos —la pelinegra tomó otro sorbo de su té antes de lograr alguna respuesta frente a
mis palabras.
—No hay mucho que contar —susurró —no recuerdo mucho de mi infancia y tampoco es que
se me haga interesante recordarlo —refutó dejando a la vista la delicada línea que había
sobre secretos que solo ella conocía y recuerdos que ella no deseaba mencionar —Somos de
dos mundos distintos Camila —dijo revolviendo el líquido presente en aquella taza blanca —
Desde muy pequeña me di cuenta de que las personas como yo estaban destinadas a vivir el
día a día, ya que no podían asegurar que pasaría al día siguiente —admitió —Nunca tuve algo
que me asegurara de que iba a estar todo bien y que no podía pasar cualquier cosa mientras
el reloj nunca se detenía —no era difícil notar como sus palabras se perdían ante todas las
emociones encontradas que mostraban sus ojos y sus facciones —Sin embargo, con Noe me
di cuenta de que eso no es cierto —sonrío alzando su mirada hacia mí dejando que sus ojos
se convirtieran en la única luz presente entre nosotras
—No quiero que ella viva con la idea de que en este mundo no existen sueños y personas que
se atreven a cumplirlos, no quiero que ella crezca sin tener metas de lo que quiere ser y
principalmente que ella sepa de que es posible hacer cualquier cosa solo si te atreves a
hacerlo —sus palabras resonaron en mis oídos una a una tomando distintos matices entre
cada una de ellas, no podía estar más sorprendida por la forma en que eran capaces de llegar
hasta lo más profundo de mi alma mostrando la esperanza que existía en ella —Yo no tuve
esa oportunidad, y es lo único que me puedo permitir darle —confirmó —Que ella sea capaz
de ser feliz a través de sus sueños y el esfuerzo de lograrlos —dijo —No que viva con la idea
que muchos sabemos de memoria, esa que te dice, no es posible ó no es para mí, las
personas como yo no pueden vivir eso — asentí suspirando ante aquella realidad que ella
mostraba, yo venía de un mundo totalmente distinto donde los sueños existían a la vuelta de
la esquina y no era muy difícil llevarlos a cabo pero por primera vez pensé en que esa no era
la suerte que envolvía a todas las personas—Esa que te hace
rechazar tus sueños porque te golpeas con la realidad antes de expandir tus alas—suspiró
amargamente —Todos estos años mis esfuerzos solo han estado para que ella tenga una
infancia que yo no tuve, llena de amor, sueños y oportunidades — concretó ante mi mirada
impaciente de escuchar todos los secretos que estaban detrás de ella—Lastimosamente
muchas veces aunque tú lo desees, la perfección no existe y te golpeas contra el suelo de la
realidad más rápido de lo que crees
—comentó —Creo que ese es el problema de los sueños—argumentó —Muchas veces son
opacados con nubes como las cuentas que tienes que pagar ó el hecho de no tener comida,
por lo tanto prefieres no luchar por ellos porque hay cosas más importantes por las cuál
luchar diariamente—añadió con una mueca que me dolió ante esa idea de que tenía razón a
pesar de que eso no había sido parte de mi vida
—No culpo a las personas que como yo no se atrevieron a soñar—sentenció —Culpo a los que

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se atreven cada día a arrebatarle esa oportunidad a los soñadores, esos padres que son
capaces de limitar a sus hijos de todo el potencial que podrían tener—aclaró frunciendo el
ceño ante cada palabra mostrando como le molestaba aquel tema —Culpo a aquellos que no
les enseñan a luchar por algo que aunque parezca más difícil, es lo único que nos va a
satisfacer al ver como nuestra vida se acumula a través de los años —admitió con un suave
suspiro que llegó hasta lo más profundo de mi ser —Mi mayor sueño es que ella sea feliz y
logre salir adelante sin necesidad de nadie — confesó—El mundo ya es suficientemente cruel
como para que existan más princesas esperando a sus príncipes—sus ojos verdes se
ocultaron frente a la taza de té como si no estuviera segura de lo que decía pero a la vez
podía ver a la seguridad arrebatarle todas las sonrisas que había mostrado hasta aquel
momento, sabía perfectamente que era eso, era la sensación de que las ideas que uno tenía
estaban equivocadas frente a los ojos de todo el mundo, esa sensación de saber que al
pensar diferente vas a ser rechazado por las otras personas; por lo cuál no dudé en buscar su
mano y con una suave sonrisa quise apoyarla frente a las palabras que delataban lo que
realmente sentía en aquel momento. —La vida no es un cuento de hadas, pero si se puede
ser una reina en dónde puedas gobernar tu destino.

—No sé que decir a ello —admití un poco avergonzada por no tener las palabras suficientes
para responder a sus argumentos —Jamás lo había visto de esa forma
—concreté mientras Lauren esperaba pacientemente mis palabras —Pero no puedo estar más
sorprendida por eso, eres una mujer muy fuerte que no ha tenido nada gratis y que siempre
se esfuerza por dar todo de sí —suspiré ante la mirada atenta de aquella ojiverde, pude ver
como sus mejillas se encendieron frente a cada palabra
—No puedo ni siquiera mostrar mi admiración frente a ti y la sonrisa que se pone en mi
rostro al pensar que me escogiste a mí —comenté tímidamente porque aún no lograba
comprender como ella había decidido elegirme entre todas las personas que existían en el
mundo, aún habían días donde dudaba de que fuera real, sin embargo, todas esas dudas se
iban cuando podía sentir sus caricias sobre mi piel como fue el caso de esos breves segundos
donde ella se levantó buscando mis labios y ofrecerme
una caricia única en mi cabello.
—Te escogería una y mil veces más — susurró juntando su frente con la mía dejando que lo
único presente en mi vista fueran sus ojos y su sonrisa—Eres la única que me ha hecho sentir
de una forma distinta y por ti, hoy soy capaz de ver más allá de mi día a día, gracias a ti, mi
vida comenzó a adquirir los colores que el mundo me había arrebatado—susurró tan despacio
que hizo que mi palpitación se acelerara ante cada palabra mientras la noche se mostraba
como el mejor escenario jamás descrito —Y yo estoy orgullosa de quién eres, al final de todo
eres y siempre serás la protagonista de tu propia historia —agregó llenándome de esa cálida
sensación que siempre dejaba en cada rastro de mi alma —No importa lo que te diga el
mundo, tú solo tienes que confiar en ti y en lo que te hace feliz —concretó acariciando mi
mejilla dejando que las estrellas del cielo se hiciera una corta cantidad para lo que estaba
sintiendo en aquel momento —Eres una chica con el alma destrozada por el mundo, una que
lo ha tenido todo pero no ha sido capaz de encontrar eso que la haga sentirse completa. Me
encantaría ser ese algo que no creías que existía, sin embargo, quiero que siempre tengas
presente que la vida no se basa en encontrar a alguien que te ama, se basa en que seas feliz
contigo misma
—mencionó dejándome atónita frente a la simpleza con la cuál se presentaban sus palabras
pero aún así eran una demostración pura de sus sentimientos, no habían mentiras en ella ni
tampoco pretenciones solo era su alma envuelta en letras que su boca se encargaba en
reproducir en la mejor melodía del mundo —Que te levantes cada día y sepas que no hay
nada mejor que haber derrotado a todos esos dragones en tu vida para poder quedarte con
tu reino. —dijo —Todo es secundario si tu felicidad no es parte de rutina diaria, la vida es solo
una y por eso merece que la vivamos ahora no en sesenta años cuando la muerte nos va
acechando cada noche. Eres una mujer grandiosa Camila y cualquiera que tuviera el honor de
conocerte debe sentirse afortunado, nunca lo olvides.
—¿Alguna vez pensaste que la vida era demasiado para ti?—le pregunté observando como un

insideofmysoul
lánguido suspiro salió de sus labios mezclándose con la pequeña irradiación de calor que
mostraba su taza. Lauren no tardó en asentir ante ello mostrando sus ojos en una perpetua
palidez.
—Muchas veces —comentó posando sus manos sobre la taza tratando de calentarlas mientras
su mirada quedaba totalmente absorta mirándome
—Es horrible esa sensación de que la vida solo piensa en ponerte a prueba y tú no sabes
como salir de esa prueba —asentí conociendo a la perfección ese tipo de sensación, era un
dolor que te consumía ahogándote a las profundidades de un mar del cuál parecía imposible
salir con vida —Cuando Noe tenía tres años me quedé sin trabajo y no lograba conseguir
ninguno que me ayudara con el aporte que me daba trabajar en la biblioteca, pasé quizás
tres meses sin encontrar nada y no sabía que hacer en aquel momento porque era
impensable quedarme sin dinero —confesó mientras sus palabras se mostraban como
aniquiladoras del silencio que mostraba su departamento, era extraño que ella viviera en una
zona tan alejada de la ciudad y
que el silencio imperara en las noches —Era impensable quedarme aquí pensando que iba a
hacer con mi vida cuando podía estar trabajando para traer algo de dinero a casa — suspiró
observando la pared del departamento yo no dije nada porque realmente no sabía que opinar
sobre ello, solo sabía que era doloroso escuchar como sus palabras tapizaban su corazón de
un tono tan meláncolico que jamás le había escuchado.—Esos meses fueron los más duros
que alguna vez haya vivido, llevaba a Noe al colegio me quedaba en la biblioteca y buscaba
por todas partes trabajo porque se me estaba agotando lo que tenía —sugirió revolviendo un
poco el líquido que quedaba en su taza —Las cuentas seguían llegando y mi dinero se
esfumaba de una manera que parecía tan irreal, pero no podía rendirme porque tenía una
hija —su voz se volvía una mezcla de melancolía y una decepción que me cortaba de a poco
el corazón, el solo hecho de escuchar como ella había vivido muchas dificultades me hacía
sentir la peor persona del mundo. —Eso siempre fue mi única excusa frente a la vida, no
podía echarme a morir porque no era justo que hiciera eso con mi hija. Ella no se daba
cuenta de lo que sucedía ó al menos eso pensaba, solo creía que yo tenía más tiempo libre en
casa, sin embargo, ella no sabía que trataba de ocultar nuestras carencias con el amor que le
daba solo para no desfallecer —mencionó suspirando ante ello hasta que pude ver como un
par de lágrimas se acumularon en sus ojos
—Hubieron semanas enteras en que lo único que le hacía de almuerzo eran sopas de
verduras que todos los días aumentaba con agua porque muchas veces no tenía ni siquiera
algo sólido que agregarle a ellas —agregó rompiéndome ante la sensación de no poder hacer
nada contra aquellos recuerdos, la sola idea de verla en esa situación me carcomía porque yo
siempre había tenido más de lo que necesitaba en mi vida, jamás me había preguntado que
se sentiría no tener para comer ó el dinero suficiente para subsistir, nunca había pasado por
mi cabeza porque no era congruente con mi realidad; en cambio Lauren no lo pensaba, ella lo
sabía y lo había vivido. —Hasta que Aiden me consiguió el trabajo como cantante y mi vida
volvió a tomar su rumbo natural, recuerdo que lo primero que hice fue pagar el alquiler y
comprar comida de verdad para cenar esa noche— susurró con una sonrisa en sus labios que
se mostró como cientos de colores que no esperaba en su relato.—Y Noe me miró
sorprendida por ello y me dijo mami ¿hoy no vamos a tomar tu sopa favorita?—me quedé
callada impresionada por lo que me estaba contando, ella también se tomó unos segundos
para tomar un poco de su té antes de retomar el relato —Yo me quedé mirándola sin
comprender, y luego me aclaró que ella pensaba que era mi favorita y que por eso la
tomábamos todos los días, también me dijo que no le gustaba mucho pero dado el hecho de
que era mi favorita ella jamás reclamaba y se la tomaba con paciencia — ambas nos
quedamos en silencio tratando de digerir sus palabras, noté como aquella ojiverde secó sus
lágrimas y con una breve sonrisa dirigió su vista hacia la pequeña que estaba sobre la cama,
el amor que se interpuso en aquella escena era algo que jamás había visto en mi vida, era
algo tan puro que dudaba que fuera real peor aún así estaba presentándose como algo
maravilloso y hermoso—Quise llorar en aquel momento pero no lo hice solo la abracé como si
mi vida dependiera de ello y me di
cuenta de que no importaba que hiciera, mi hija seguiría viéndome como su heroé

insideofmysoul
—admitió cargando sus palabras con orgullo que había carecido su relato, yo no podía dejar
de verla absorta ante cada palabra —Seguiría amándome de la misma forma natural con la
cuál lo ha hecho siempre, yo no soy fuerte porque haya nacido con esa habilidad —sentenció
mirándome con sus ojos verdes que se mostraban tan fuertes y tan firme como si fueran una
fortaleza del color de la esperanza —Soy fuerte porque mi hija me ha hecho serlo, cada vez
que siento que la vida no es justa simplemente me aferro al hecho de que no hay día tan
malo si al final de él voy a tener sus caricias, sus abrazos y su amor.
—Eso es precioso, es un amor totalmente puro —admití envuelta en un par de lágrimas que
no sabía si salían por el relato ó por el orgullo que me daba escucharla hablar, de saber que a
pesar de todo esa chica era la persona más admirable que había conocido en mi vida.
—Es mi copito de nieve —murmuró con una sonrisa encantadora.
—¿Por qué?—pregunté curiosa y ella volvió a sonreír por ello.
—Bueno es por un cuento que siempre le contaba cuando era más pequeña, además que va
con su nombre, ya que significa navidad en francés así que ella se volvió en mi copito de
nieve porque el invierno en mi vida llegó con ella pero a pesar de la imagen que todos
tenemos del invierno, yo lo amo porque me dio esa tranquilidad que los rayos de sol no lo
hacían, a veces el sol quema nuestra piel y no nos damos cuenta de ello hasta que llega el
invierno y te demuestra que a veces el frío es mejor que el calor—me limité a asentir
mientras quedaba sorprendida como siempre hacia lo que decía, parecía que no tuviéramos la
misma edad, ya que ella había vivido cientos de siglos de sabiduría que yo no conocía. —Creo
que fue necesario para que me diera cuenta de que no todas las personas aman el verano, yo
siempre preferiré el invierno porque le dio sentido a mi vida.
—Siempre sabes que decir —confesé en una sonrisa que no quería salirse de mis labios. —
¿Cómo lo haces?
—Tengo una hija de seis años con quién juego para convencerla de que haga cosas por mí —
comentó encogiéndose de hombros lo cuál hizo que ambas riéramos por ello —Solo bromeo—
contestó volviendo a tomar asiento en su silla
—Realmente creo que es el hecho de que quiero que seas feliz sin importar si es conmigo ó
no. Te das cuenta que amas de verdad cuando sabes que prefieres que sea feliz aunque no
sea contigo. Mi ilusión es que seas feliz como nadie.
—¿Me amas?—pregunté sintiendo como el aire se exiliaba de aquel departamento, Lauren me
miró por unos segundos con esa mirada tan cautivadora que tenía en donde me quitaba
cualquier tipo de autonomía.
—Más de lo que me gustaría aceptar —confesó con sus mejillas en un tono rojizo que era mi
favorito, sus palabras resonaron en mis oídos y se me hizo difícil salir de aquel estadio en que
ella me había derivado con un par de palabras
—La noche pide que nuestras almas dejen de bordear en pretextos y que se junten para darle
alas a la ilusión —recitó con una sonrisa mientras la noche se volvía parte
del día y se atrevía a calentar nuestras almas.
—Humanos errantes que van por la calle de la perdición sin saber que era amor —continúe
sabiendo a la perfección cada una de las palabras que envolvían aquel verso —Por eso estoy
dispuesto a hacer todo por tu amor.
—Porque un minuto de amor es mejor que un siglo de desamor
—finalizó —Max Goelher —asentí dejando que nuestras manos se volvieran una como lo eran
las olas del mar frente a la tormenta.
—Quiéreme despacio y lento por favor —le susurré más como una súplica que una petición,
dejando que el miedo se instaurara en cada centímetro de mi piel mientras aquellos ojos
verdes se encargaban de iluminar de a poco cada lado oscuro de ésta a través de pequeños
momentos de luz que no esperaba en mi vida
—Para que este amor no se vaya tan rápido como el paso del tiempo —cerré los ojos cansada
ante esa posibilidad mientras mi corazón se aprisionaba ante la incertidumbre que atraía todo
lo que provenía de nosotras, éramos dos almas errantes que poco y nada tenían de parecido,
pero que a pesar de eso estaban jugando en el mismo juego intentando que por primera vez
las cartas estuvieran a su favor. Lauren se quedó por unos segundos en silencio provocando
una atmósfera tan densa que ninguna de las dos sabíamos como romperlas hasta que una

insideofmysoul
sonrisa en su rostro se encargó de devolver aquel oxígeno que había sido exiliado de
nosotras.
—Te voy a amar con la misma rapidez con la cuál el brillo en tus ojos deja de existir y le
quita el trabajo a la luna —musitó con una suave caricia en mi mejilla ejerciendo una fuerza
de atracción suficiente para que nuestras miradas quedaran bordeando la locura frente a una
ilusión que ambas deseábamos —Con la misma rapidez que la arena se extingue del mar —
ésta vez sus palabras se acercaron aún más intímamente a mi oído mientras se
transformaban en el único acto de conciencia propia en medio de aquel reducido espacio —
Con la misma rapidez con la cuál mi alma deje de pintarse con tu nombre.
Capítulo 36: Para siempre

New York

Camila
Caminé insegura intentando convencerme mentalmente que no
existía nada por lo cuál temer, era solamente una cena con uno de los directores más
importantes de Europa, pero al final del día no había razones por la cuál tenía que mostrarme
nerviosa.
Suspiré mientras mi mente me regañaba una y otra vez por dejar que los nervios se
apoderaran de la poca cordura que me quedaba, sin embargo, entre suspiros aquel miedo se
veía de a poco siendo combatido por la emoción que el momento estaba produciéndome a
todo mi sistema mandando endofirnas para que me calmara ante todo.
Max D'Angelo era quizás el director más reconocido en los últimos veinte años, había
recuperado de su sepultura a clásicos como Ben Hur, dándole un enfoque totalmente distinto
que las versiones que habían convertido a esas películas en sensaciones de su época. Su
trabajo era más que prodigioso y a pesar de la edad temprana en la cuál se había sumergido
al mundo del cine, no eran pocos los halagos que había ganado en toda su trayectoria.
Su padre había estado relacionado con el mundo del cine al ser actor secundario en muchas
películas, sin embargo, el deseo de querer entrar al mundo del séptimo arte había nacido en
su madre quién afirmaba había sido la inspiración en la mayoría de sus proyectos y su
principal pilar en su trabajo a pesar de que ella no tenía ninguna relación con el mundo del
cine, ya que ella era arquitecta.
Creo que la admiración que sentía hacia él ni siquiera podía ser reducida a palabras, había
nacido en medio de sus películas y me había introducido a la magia de la pantalla grande
gracias a sus escenas llenas de detalles y diálogos enriquecidos de metáforas que podían
dejar a cualquiera a sus pies. Era un visionario y el hecho de que me haya escogido como
una de las opciones para su nueva adaptación del clásico de las cuatro plumas no era motivo
menor para sentir como mi corazón se me iba a salir del pecho si seguía hiperventilándome
de esa manera.
Conocía el clásico de las cuatro plumas de memoria, la historia del oficial británico que
renunciaba a su cargo justo antes de una compañía bélica en Sudán, acto que lo hace recibir
las cuatro plumas de sus amigos y de su novia que condenan su cobardía; era no solo una de
mis películas favoritas sino que también era uno de mis libros favoritos.
Había visto la versión de 1939 tal vez más de mil veces siendo una de las primeras películas a
color que salieron en una época que fue defectuosa para el mundo del cine al comenzar la
segunda guerra mundia, y a pesar de que la versión de Kate Hudson no estaba nada mal, yo
aún seguía sumida ante la belleza y singularidad que aportaba la versión más antigua del
clásico.
Me acomodé el vestido negro que llevaba esta noche mientras mi mente no dejaba de tener
un sinfín de preguntas y dudas que quería hacerle en persona además del miedo que se
estaba disipando de a poco de mis sentidos, pero que aún no lograban exiliarse con totalidad
sino que vivían un encubrimiento a través de la emoción que llegaba con solo recordar con
quién cenaría esta noche.
Nueva York se mostró con una fría noche mientras intentaba relajar mis músculos al entrar a

insideofmysoul
uno de los restaurantes que quedaban cerca de la quinta avenida, sonreí al ver como aquel
castaño se encontraba sentado cómodamente en una de las primeras mesas y después de
confirmar la reservación que él había dedicado para esta noche sentí como mis piernas
temblaban con la simple mirada serena que invadió su rostro al verme.

El mesero me guió hacia la mesa a pesar de que estaba ubicada a tan solo unas mesas de la
recepción, traté de inundar mis pulmones con el aire que me faltaba debido a los nervios que
había vuelto a su hábitat entre mi cuerpo y traté de sonreír cuando llegué a la mesa.

Los ojos oscuros de el director de cine quedaron enmarcados en los míos y por unos
segundos dudé de que aquel encuentro fuera real porque sonaba como un sueño que nunca
sucedería, sin embargo, cuando él se paró amablemente para abrir mi silla sentí como todo
se volvía más allá de un sueño y comenzaba a teñirse con la noche característica de una
ciudad tan grande como lo era ésta.
—Lamento el retraso —dije rompiendo el silencio, ya que sabía que llevaba quince minutos en
desventaja, sin embargo, él simplemente rió ante ello y negó con la cabeza.
—No te preocupes, llegar temprano ahora es llegar quince minutos tarde si se trata de
ciudades tan grande como New York —sonreí tímidamente ante su comentario intentando
encontrar algún punto de relajación al sentarme y saber que esto era real —además creo que
el retraso puede ser perdonado por como te ves esta noche Camila —afirmó dejando que mis
mejillas tomaran un tono rojizo que hizo que la temperatura de la fría noche aumentara en
tan solo unos segundos —Espero que eso no cuente como acoso laboral —concretó riendo sin
dejar la seguridad que proseguía cada una de sus palabras—Te ves realmente hermosa esta
noche—respondió sentándose en su silla sin dejar la mirada imperante que sus ojos oscuros
ponían hacia mí.
—Gracias —fue lo único que pude decir frente a la presión creciente que habíamos instalado
entre ambos.—La verdad es que estoy tan nerviosa que no sé si al reírme me voy a quedar
sin voz —refuté nerviosa y él simplemente rió por aquello—Lo siento, creo que ese
comentario no iba.
—No te preocupes, me parece adorable que seas así de sincera
—agregó sin dejar aquella sonrisa que se había presentado en toda la velada, la verdad es
que no podía dejar de sorprenderme como él se veía como una persona
normal siendo que en mi mente se veía tan distinto, sin embargo, agradecí que su seguridad
fuera suficiente como para calmar el ambiente y hacer que mis nervios redujeran sus
revoluciones —Aunque yo debería ser quién debe estar nervioso frente a la audición que diste
hace unos días —dijo dejándome atónita frente aquel comentario —He llevado una semana
entera preguntándome porque no te ha contratado nadie —exclamó dejándome más que
perpleja que tuve que parpadear antes de que pudiera volver a respirar frente a lo que me
estaba diciendo —Eres muy buena y lo dejas todo cuando te incorporas a un personaje, en la
audición pasada sentí que estaba hablando con la misma Etne Eustace—sentenció sin dejar
que su voz perdiera el hilo de la emoción que él estaba narrando con sus palabras —Creo que
llevaba mucho tiempo sin ver algo tan fresco como lo que tú dejaste para nosotros en la
última reunión que tuvimos.
—Gracias, no sabe el honor que me causa escuchar eso —respondí sintiendo como mis
palabras se trababan ante todas las emociones que estaba sintiendo por cada segundo que
lleva frente a él—Es decir, es uno de mis directores de cine favoritos —afirmé dejando que la
emoción que sentía en aquel momento tuviera la libertad que deseaba porque era imposible
quitar esa sonrisa que se me había formado en los labios desde el comienzo de la
conversación.
—Soy solo un director de cine, no tengo a fanáticas detrás de mí como si las tendría si fuera
cantante —dijo sin más —Pero me alegra saber que mi trabajo te ha dejado buenas
referencias.
—¿Está bromeando?, crecí con sus películas, la pasión que deja en cada una de ellas y esos
rasgos tan únicos que las hacen ser una exquisitez visual
—concreté dejando claro mi fascinación presente en cada película que él había sacado a la luz
insideofmysoul
dejándolo totalmente impresionado por lo que decía —Trabajar para usted sería mejor que
nada porque no me imagino algo más increíble que esto.

—Parece que estás muy entusiasmada con mi trabajo y eso que aún ni siquiera conversamos
sobre él —me mordí la lengua ante ello y suspiré por la forma en que no podía hacer control
frente a mis palabras.
—Lo siento, es que su trabajo es increíble y es tan irreal que esté está noche con usted
hablando sobre su grandioso cine y que me haya ofrecido cenar para una adaptación de las
películas que marcaron mi vida.
—Vaya, eres muy joven para tenr un gusto tan peculiar, las cuatro plumas no es una película
tan conocida como otras que he llevado nuevamente al cine
—confirmó y yo asentí frente a ello.
—Leí el libro cuando tenía siete años y me encantó aunque no entendía muchas partes, sin
embargo, quedé anonadada cuando vi la versión a color de 1939, desde ahí mi amor hacia las
cuatro plumas es simplemente único—dije aún sintiendo toda la adrenalina en mis venas por
lo que estaba sucediendo en aquel restaurante —Es una de mis películas favoritas aunque mi
película favorita sea el velo pintado .
—Un alma vieja al parecer es la que domina tu gusto por el cine
—asentí observando como sus ojos oscuros mostraban la misma emoción que los míos
querían segregar para no causar ningún problema, sonreí ante ello porque se notaba que él
amaba el cine de la misma forma loca a la cuál yo había aceptado hace mucho.—Supongo
que los clásicos son lo tuyo antes que los remake que se hacen últimamente que pierden toda
la esencia del cine de verdad, es bastante interesante encontrarme con chicas como tú que
actúan por amor al arte y que están más que envueltas a la historia del cine. La verdad es
que te seré sincero y te diré que las cuatro plumas también fue una película que me impactó
de sobremanera marcando un antes y un después a mi gusto hacia el cine; mi madre tiene
una de las pocas copias que quedaron después de la guerra —mis ojos se abrieron como
platos frente a esa declaración y tragué saliva ante ello—Aunque ella no era una amante del
cine, de hecho opinaba que solo era perder el tiempo por casi dos horas, sin embargo, las
ironías del destino son tan grandes que se casó con un actor para luego tener un hijo que
solo pensaba en los planos de cada película y la forma en que todo se vería mejor con una
visión más amplia de lo que se califica como cine en las últimas décadas—sonreí ante sus
palabras y no podía mentir que estaba más que sorprendida frente a todo lo que me estaba
comentando.
—El cine es un mundo bastante celoso y no le gusta que cualquier persona se admire de sus
dones, es por eso que la mayoría tiene gustos básicos al ver películas; se dejan cautivar por
detalles que solo son una parte de lo que es la película en sí.
—Claramente pensamos bastante parecido frente al cine, imagino que debiste volver loco a
todo el mundo al decidir ser actriz —respondió tomando un poco del vino tinto que se
encontraba en la copa que apenas había tocado en la mesa, yo suspiré asintiendo porque aún
recordaba como mis padres querían que desistiera de la idea de querer mudarme a nueva
york para poder conseguir trabajo como actriz, eso sonaba una locura viniendo de una familia
latina de Miami, pero nada de eso me había detenido en ningún momento y yo creía lo
suficiente en mi sueño que tampoco me iba a doblegar después de tantos años.

—Mis padres pensaban que era una etapa, ellos son de Miami y ese tipo de sueños no es
parte de los barrios latinos, por lo cuál fue un poco difícil que aceptaran que me mudara pero
yo estaba más que segura que deseaba esto en mi vida—él dejó su copa antes de que otra
sonrisa se apoderara de sus labios dejando que se marcaran un par de hoyuelos en su rostro.
—¿Eres de Miami?, no me lo imaginaba—sugirió —Yo viví un tiempo en Los Ángeles, es lo
más cercano que he estado de Miami —respondió entre risas
—He vivido casi toda mi vida entre Nueva York e Italia, aunque mi madre es de los Ángeles y
también muchas de sus esculturas han sido expuestas en la costa este.

insideofmysoul
—Lo sé, también soy admiradora de su trabajo especialmente el de la tierra y el mar
que está en una de las playas que quedaba cerca de mi casa, no había día en que no viera
aquella obra y pensara en toda la historia que hay detrás de la escultura, es preciosa—
confesé recordando con exactitud aquella escultura y el significado que había detrás de ella,
Noelle D'Angelo había dejado en claro en muchas de sus entrevistas las razones de cada una
de sus obras y a pesar de que no era aficionada al arte; no podía negar que su trabajo dejaba
un fuerte cúmulo de emociones que se liberaban a través de la vista de cada uno de sus
diseños. A pesar de que había estudiado arquitectura, ella se había visto más libre con el
diseno de esculturas que se mostraban en muchos lugares de la costa este no solo en Miami
y los Ángeles de donde ella provenía sino que también en lugares más recatados como bares
y pequeños parques que no llegaban a ser de atención tan masiva pero que su don hacia
querer retratar sus emociones a través del arte era simplemente increíble.

—Es una de las favoritas de ella ó bueno lo era—admitió en un lánguido suspiro que
finalmente dejó que sus ojos oscuros se tornaran de un tono que no había visto en lo que
llevábamos de conversación, por lo cuál solo pude deducir que la muerte de ella aún seguía
siendo un tema sobre el cuál no solía hablar por el dolor que causaba —la verdad es que yo
no he podido superar su muerte hace unos años y me niego a ver sus obras—respondió
confirmando mis sospechas y me sentí una tonta al tomar intrusamente ese tema que no
tenía relación con lo de la película
—Sin embargo, esa escultura en particular es la única que me da un poco de paz y me hace
sentirla cerca —concretó con una fina sonrisa mientras sus ojos se perdían ante una imagen
que iba más allá de la que yo era capaz de observar, era palpable el dolor que aún era
latente en su cuerpo y no pude no sentir tristeza hacia aquella pérdida, podían pasar siglos
hasta milenios pero ningún humano aceptaría jamás el poder y control que desataba la
muerte frente a nosotros—La creó unos años después de la muerte de su madre, ambas eran
muy unidas —sentenció en un suspiro que se apoderó del tema de conversación, su mirada
seguía en el vaivén de sentimientos desatados que no se podían controlar. —Yo no alcancé a
conocerla porque murió cinco años antes de que yo naciera pero no era anormal escuchar
todo lo que habían vivido ambas en su infancia en Los Angeles y después en Nueva York —
respondió tomando otro sorbo de su vino tinto mientras yo esperaba silenciosamente cada
una de sus palabras, sentía que entrometerme en su recuerdo iba a ser un desperdicio de
tiempo además de ser una ofensa porque todos necesitábamos vivir ese pequeño momento
en el día en que podíamos decir lo que quisiéramos y recordar lo que nuestro corazón
quisiera sin la necesidad de ser interrumpidos por las personas que estaban a nuestro lado en
aquel momento.—Mi madre nunca logró superar su muerte y pasó noches enteras durante
esos años antes de que lograra sacar a la luz esa obra, recuerdo como se sentaba noches
enteras intentando dibujar algo que lograra mostrar todo el amor que le tuvo.
—Lo siento mucho —susurré con toda la sinceridad del mundo, ya que era imposible no ver
como el dolor no dejaba cada una de las palabras que salían
de su boca sin tener ningún tipo de misericordia frente a él. —¿De qué murió?—pregunté y él
suspiró antes de quedarse por unos minutos en el silencio total donde solo podía ser
escuchado el sonido que las otras personas dejaban en el restaurante, no obstante, era más
increíble la forma en que sus emociones gritaban frente a un escenario que nadie más podía
ver además de mí.

—Cáncer, mi madre tenía 26 años cuando sucedió, sin embargo, el recuerdo siempre quedó
en ella —afirmó jugando con sus manos en un intento de dejar sus sentimientos frente al
recuerdo y volver a tener la serenidad que lo había invadido durante todo la noche —Hay
amores que son para siempre —refutó finalmente dejando aquella frase expandida entre
nosotros dos y no pude negar la verdad que había en ella, el amor que una madre iba a sentir
por sus hijos era para siempre al igual que viceversa.

El amor era como la materia y jamás se destruía, simplemente se transformaba ó muchas

insideofmysoul
veces quedaba intacto como había sido creado.

—Me imagino, también hay personas que deberían vivir por siempre pero el destino es poco
misericordioso con los seres humanos — contesté con pesar frente aquella frase y él asintió
desviando su vista hacia un punto de la pared.

—La muerte es la condena que aceptamos al empezar a vivir


—aseveró dejándome atónita frente a la fortaleza que se creó ante él por esa simple frase tan
cierta. —Mi madre siempre estuvo ahí para mí ante todo, ella fue mi mayor inspiración en
cada película y a pesar que no le gustaba el mundo del cine, siempre fue mi apoyo en todo
sentido —declaró aunque no estaba segura si se lo decía a él mismo ó a mí para que supiera
la importancia de ella en su vida. —Sin ella no hubiera podido realizar mis sueños, es por eso
que quiero honrar su memoria con la única película que ella adoraba y que quizás he visto
más de dos mil veces a su lado—comentó con la misma sonrisa pura que había aparecido
hace unos minutos antes de llegar al tema de la muerte, era imposible no notar la clara
admiración que existía de su parte al hablar de su madre y no solo eso sino que vincularla
con su pasión era uno de los actos más hermosos de amor que había visto alguna vez —Por
eso espero que aceptes mi oferta de integrarte como protagonista de nuestro nuevo
proyecto, no te voy a asegurar que va a ser un hit del cine porque no es una película que
tenga una gran aceptación por el público en general, la verdad es que son muy pocos los que
logran entender luego de las casi tres horas de que va la historia y lo importante que es el
honor en el desarrollo de ella — a pesar de que sabía que estaba en ese momento
compartiendo la mesa con mi director de cine favorito por esa razón que él acababa de
nombrar, aún no era capaz de comprender todo lo que estaba sucediendo ó más bien mi
cerebro se negaba a entender que era la mejor cosa que me había sucedido como actriz. Era
como si mi sueño hubiera sido realizado por algo
mucho más grande, algo que no tenía previsto y no pude detener las lágrimas que se
atrevieron a apoderarse de mi vista.

—Ni siquiera sería capaz de decir que lo pensaré, porque estoy emocionada con ello aunque
no hubiese sido elegida —confirmé limpiando mis lágrimas frente a la emoción que renacía
con solo pensar en el paso que iba a dar hacia un sueño que pensaba que ya estaba perdido
desde hace mucho tiempo
—Hubiera ido al cine de igual forma a verla —confesé entre risas que él acompañó sin más.

—Por ahora estamos a expensas de que aprueben un par de detalles, pero si todo va bien
como lo deseamos, es bastante probable que volemos hacia Inglaterra a principios de febrero
ó a finales de enero— mis ojos se abrieron perplejos ante ello porque no esperaba aquel
comentario de su parte, pestañeé varias veces intentando comprender las últimas palabras
que habían salido de su boca ya que no estaba enterda, ni siquiera imaginaba que las
grabaciones se iban a hacer en Europa.

—¿Inglaterra?—pregunté insegura sintiendo una leve incomodidad que no esperaba de mi


parte.

—Así es, las grabaciones se harán en los mismos lugares que se eligieron hace casi cien años
para llevar la primera versión a color de ella—reafirmó con una sonrisa, a lo cuál yo
solamente me quedé en silencio pensando en la respuesta que había obtenido frente a un
sueño que deseaba cumplir a toda costa.—Veo que Inglaterra no es tu lugar favorito porque
tu ánimo se fue — respondió enarcando la ceja y yo ladeé la cabeza ante ello, debido a que
mi reacción no tenía ninguna relación con mi agrado hacia el país sino que escapaba al hecho
de que aún no lograba aceptar que estaba pasando.

insideofmysoul
—No, claro que no —contesté aturdida por el comentario —Es solo que estoy sorprendida, no
me esperaba que fuera en Inglaterra —la impresión no abandonó ni un solo minuto mi
semblante y fue más que notorio la forma en que el director comenzó a mirarme
sugerentemente.

—Entiendo —afirmó con una fina sonrisa antes de acercarse un poco más a mí y dejar atrás
aquel momento catártico que había mostrado hace un par de minutos. —Camila me gustaría
que consideraras un par de día para llamarme si decides hacerlo, la verdad es que no te
mentiré diciendo que no deseo que seas parte de nuestro equipo pero entiendo si existen
inconvenientes con tu incorporación— asentí por inercia ante ello porque las palabras no
lograban salir para dar una respuesta final como lo habían hecho con anterioridad.
—Gracias, lo tendré en cuenta en mi decisión — fue lo único que me atreví a responder.
Para siempre parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren

—Vamos a ponerte bien el abrigo, no queremos resfriarnos nuevamente ¿cierto?—Le dije a


Noe mientras me ponía a su altura para comenzar a abrochar aquel sweather de lana amarillo
ópaco que tanto le gustaba a pesar de que ya le estaba quedando pequeño, pude sentir la
mirada de mi hija mientras terminaba de abrochar sus botones hasta que sentí como un
pequeño beso de su parte acariciaba mi cabello lo cuál solo me hizo sacar esas sonrisas
eternas que ella siempre dibujaba en mi rostro—¿Mejor?—le pregunté mientras ella arrugaba
la nariz asintiendo, me levanté rápidamente antes de besar su mejilla lo que hizo que ella se
encogiera instantáneamente y comenzara a reírse por eso, adoraba como cualquier tipo de
cariño hasta el más pequeño producía aquel efecto en ella —¿Qué tal tu día copito?—la
pequeña rubia se limitó a asentir y a encogerse de hombros, lo que hizo que la mirara
extrañada ya que no estaba animada como si lo había estado en la mañana antes de ir al
colegio, ella estaba muy emocionada por su primer día en segundo, totalmente distinta a la
emoción que veía reflejado en sus ojos azules.

—Bien mami—contestó finalmente, sin embargo, yo seguía mirándola extrañada por aquello.

—¿Solo bien?—pregunté suavemente esperando que ella me contestara, no obstante, Noe


simplemente se inmutó y se sentó a mi lado en el asiento del paradero de buses —¿Te
sucede algo amor?—dije preocupada por la forma en que ella no me contestaba, suspiré ante
eso sin obtener ninguna respuesta de su parte más allá de una tímida mirada hacia mi
rostro—¿Te sientes enferma?—volví a preguntar pensando que tal vez aún quedaba algún
rastro del resfrío que había tenido hace dos semanas, mi hija no tardó en negar y recostar su
cabeza en mi cuerpo intentando abrazarse a mí.

—No, solo un poco cansada mami —musitó cerrando levemente los párpados, yo la recosté
entre mis piernas mientras intentaba acariciar su cabello que hoy se encontraba en una
simple coleta.

—¿Segura?—le susurré acariciando su mejilla y ella asintió sin darle mucha importancia así
que estanqué el tema, ya que tal vez ella tenía razón y solo estaba cansada por el día —
Tranquila falta poco ¿eh?—dije con una sonrisa mientras veía como la noche se apoderaba de
la ciudad como ya lo había vivido tantas veces,me gustaba estar con Noe cuando las sombras
de la oscuridad ocupaban los pequeños rincones de cada calle mientras las luces de las
esquinas desviaban su
atención hacia ciertos lugares específicos de la ciudad. Con Noe todo se sentía más tranquilo

insideofmysoul
y me hacía recordarme constantemente que cada esfuerzo que hacía era para ella —Hoy te
extrañé mucho—sugerí suspirando, debido a que era cierto.
Después de casi tres meses donde ella me acompañaba a todas partes, se me hizo extraño
pasar todo mi día sin la constante conversación que ella siempre proponía como también
extrañé todos sus simples gestos y sus caricias hacia mí. Noe alzó la mirada incrédula para
luego volver a recostarse posando sus pequeños brazos sobre mi abdomen.

—¿Enserio?—preguntó desconcertada por ello como si realmente no


lo pudiera creer.

—Claro, no tuve todo el día a mi compañera de aventuras —afirmé besando su cabello entre
el silencio de la calle, no me fue difícil quedar atenta ante sus grandes ojos azules que todos
los días me enamoraban de una manera única. A veces no tenía ni la más mínima idea de
como ella podía hacer que cada día la amara más que el anterior y es que ella era
simplemente perfecta en todos los sentidos, jamás había sido una carga y eso era lo que
tantas veces me dolía porque ella merecía a una mejor mamá que yo, sin embargo, el destino
nos había unido a ambas a pesar de todo y no podía dejar de agradecerlo porque ella me
regresó algo que siempre pensé que no tendría en mi vida. —¿Te divertiste en tu primer
día?—pregunté acariciando su mejilla y ella no tardó en encogerse dándose vuelta para que
no la mirara, fruncí el ceño ante ello hasta que Noe se paró y se sentó correctamente en la
silla que estaba a mi lado mientras sus ojos azules comenzaban a aguarse y me rompían de a
poco el corazón.

—Mami —dijo con esa timidez que no era característica de ella mientras que sus ojos azules
se veían invadidos por una lluvia que aún no se manifestaba, mi preocupación creció aún más
al verla así; ya que eran extrañas las veces en que no veía esa chispa de felicidad que
siempre la invadía con esa sonrisa que tanto adoraba.

—Dime amor —contesté tomando su mano y plantando un pequeño beso en la palma de ésta,
Noe se acercó a mí y pude ver las pequeñas lágrimas entre el reducido espacio que nos
separaban.

—Si no puedes ver a alguien no significa que no exista ¿cierto?—me preguntó dejándome en
un estado de desconcierto total porque no entendía a que venía su pregunta, no obstante,
por instinto me acerqué a ella para secar sus lágrimas y con una sonrisa intentar preguntarle
a que se refería.

—No entiendo la pregunta, copito —respondí esperando su


respuesta, ella se quedó por unos segundos en silencio mientras que la preocupación no
dejaba de aniquilarme de a poco ante la mirada llena de tristeza que invadía su pequeño
rostro; me era difícil creer que hubiera algo peor que ver a tu hija siendo presa de esa
sensación y no saber que le ocurre.

—Hoy la señorita Kinsley nos preguntó sobre en que trabajaban nuestros papás —dijo en un
tono de voz tan bajo que sino hubiera estado a su lado seguramente no la hubiera
escuchado, pero a pesar de haber oído lo que me estaba diciendo no pude no estar
sorprendida —Y antes de que yo pudiera responder, Matt Larson dijo que yo no podía
responder a eso porque yo no tenía uno—aclaró mientras sus lágrimas caían ante su mirada
que no tardó en ocultarse sobre mi hombro dejándome sin saber que decir ó que hacer
porque no me esperaba aquel comentario, por simple inercia me ocupé de protegerla frente a
ese comentario pero realmente no sabía ni que decirle; sabía que eso iba a pasar algún día,
sin embargo, esperaba que sucediera cuando ella tuviera la suficiente madurez para ignorarlo

insideofmysoul
ó que simplemente no sucediera. Suspiré mientras mis manos intentaban calmar cada una de
sus lágrimas, no obstante, mi corazón se estaba destruyendo ante ello.

—¿Qué le dijiste copito?—pregunté intentando no perder la calma que debía tener porque era
la persona mayor en aquel momento, no obstante, las lágrimas también querían asaltar mis
ojos mostrando a través de ríos correntosos todas las emociones que habían removido aquel
comentario. Noe comenzó a remover con la manga de su abrigo las pequeñas gotas
cristalinas que caían de sus mejilla hasta que volvió a mirarme con esos ojos azules que por
primera vez en mucho tiempo me recordaban a aquella persona de la cuál creí que estaba
enamorada hace tanto tiempo atrás que parecían siglos.

—Que yo si tenía uno, todos tenemos uno pero el mío no estaba con nosotras porque había
muerto antes de que yo naciera—respondió y no sé que me dolió más de aquello si el hecho
de que la mentira que le había creado a mi hija también le dolía a ella ó el hecho de que el
mundo era demasiado injusto como para atreverse a enseñarle a un niño a odiar a otro por
algo tan banal como ese tema —Y él me dijo que no era cierto porque yo no lo conocía así
que de seguro yo no debía tener ninguno y solo estaba mintiendo —mi hija volvió a buscar mi
hombro como refugio ante sus lágrimas mientras yo intentaba ser fuerte ante esa escena,
entendía de cierta forma que las personas castigaran mis acciones no pensadas hace un par
de años, me había acostubrado a el hecho de que siempre iba a ser reprochado todo lo que
había hecho desde que lo había conocido. Había aceptado hace mucho que era mi culpa por
simplemente no haber evitado todo lo que había sucedido, sin embargo, había algo que
jamás podía aceptar y era el hecho de que no solo me abarcaba a mí sino que también a
Noe; el hecho de no tener un padre jamás fue algo que fuera relevante entre ambas porque
solo dios sabía cuánto me había esforzado para que no
tuviera ni un segundo de sosiego frente a ello, ni un minuto de duda que yo la amaba y eso
era suficiente. No obstante, eso nadie podía entenderlo porque para el mundo era más fácil
discriminar a lo que no cabía en el orden normal de las cosas, era tan fácil criticar lo que no
se conocía y hacer que una persona se sintiera lo peor del mundo; conocía tan bien esa
mirada aniquilante y crítica de las personas cuando sabían que había salido con mi hija
adelante sin la necesidad de un hombre, no era anormal en mi registro de memorias haber
conseguido fuertes reproches porque yo no le estaba ofreciendo a mi hija un futuro seguro
porque un hombre era necesario para formar una familia perfecta, sin embargo, ante todo
eso yo no daba ningún argumento; me había acostumbrado a guardar mis palabras ante las
personas que no iban a entender nunca que el mundo no se podía pintar de un color y que
todos éramos distintos.

Ninguna vida era igual a otra y eso era lo que nadie entendía, yo podía con ello pero era
totalmente injusto que ella viviera esa discriminación cuando no era su culpa ni en lo más
mínimo.

—¿Por qué todos tienen uno y yo no pude conocer al mío mami?—me preguntó dejando que
esas notas de dolor se mezclaran en su voz y yo no pudiera hacer nada contra ello, mordí mi
labio guardando todo el dolor y rabia que me daba al escuchar como mi hija estaba sufriendo
por algo que jamás sería su culpa, ella no había deseado nacer, ella no me había escogido
como su madre y aún así ella siempre lo aceptaba como si hubiera sido la mejor opción que
el destino le tenía preparado. —Si estuviera aquí, tú estarías siempre en casa como las otras
mamás, y Matt Larson no me molestaría por eso —aquel comentario fue él que terminó de
destruirme porque tenía toda la razón, si yo no me hubiera dejado llevar por una idea vaga
de lo que era el amor hace nueve años atrás, nada hubiera sucedido. Le daba toda la razón
con su respuesta porque no podía ni siquiera imaginar cuánto debía afectarle el hecho de que
nada en su vida fuera igual que al de sus compañeros, que no tuviera la vida perfecta que

insideofmysoul
Alex tenía y aquella simple respuesta fue la que desató mis lágrimas frente aquella marea
que se había presentado desde el principio de la conversación.

—Ven aquí mi vida —sugerí acercándola más a mí mientras mis palabras se quebraban una a
una ante el dolor latente que sentían, Noe no dijo nada y solo dejó llevar por mis caricias
mientras sollozaba en silencio —No todas las familias son igual, amor —agregué intentando
que mis palabras lograran una fuerza que no tenían porque se rompían entre medio del
oleaje de culpa que recorría cada parte de mi ser —No es necesario que exista una mamá y
un papá, lo que es importante es que tengas personas que te aman como nadie —le susurré
besando su cabello tratando con todas mis fuerzas que ese comentario se esfumara de sus
recuerdos pero sabía que era poco probable que esto sucediera porque a veces las palabras
dolían mucho más que los hechos y para una niña de su edad debió haber sido lo peor del
mundo —Yo te amo como a nadie copito y —Noe no me dejó terminar y rápidamente se
adelantó a lo que yo iba a decir.

—¿Él supo de mí?—me preguntó frunciendo el ceño —¿Supo que yo era su hija?—inquirió
mirándome con toda la atención del mundo mientras mi pecho se retorcía ante el dolor que
alimentaba aquella mentira, ¿cómo podía destruirle aquella historia a mi hija?, ¿cómo podía
ser capaz de decirle que yo no era quién ella creía y que ella jamás había tenido un padre
como yo siempre se lo describía?, no podía ni siquiera imaginarme confesarle que todo era
una mentira que yo había inventado para que doliera menos el error que había cometido con
Jack.

—No, él se fue antes de eso — contesté seria sin ni siquiera mostrar un simple gesto frente a
esas palabras porque estaba tratando con todas mis fuerzas no desmoronarme ante la
mentira que ya había creado y no tenía marcha atrás.

—A la guerra, lo sé —admitió suspirando —Matt dice que no es cierto, pero tú no mientes, las
mamás no mienten —sus palabras resonaron en mi oído varias veces sintiendo como todo se
estaba yendo de mis manos, tenía tantas ganas de no tener mentiras con ella, deseaba
decirle la verdad que ella merecía saber, no obstante, mi sentido común no me dejó hacer
eso ante la ilusión que se creaba en mi hija cada vez que mostraba a Jack como un heroé que
no era. No podía privar a mi hija de la única fantasía que yo deseaba que siempre tuviera
porque sabía lo duro que era la vida cuando no tenías esa parte de ti que siempre debió
existir.

—Estoy segura que si él hubiera sabido de ti, hubiera sido el hombre más feliz del mundo—
mentí con el dolor del recuerdo de la última vez que lo había visto donde le había confesado
que estaba embarazada y él simplemente me rechazó como sino hubiera existido nada más
que un par de momentos entre nosotros—¿Cómo no serlo?, si eres preciosa copito —dije
acariciando su mejilla y besando su frente sintiendo como mis lágrimas quemaban marcando
la destrucción que estaba viviendo mi alma en aquel momento —Tienes un corazón hermoso
que resalta más que nada de ti y yo soy afortunada todos los días de ser tu madre
—susurré ante su mirada atenta —No sabes cuán orgullosa estoy de ti —Noe no dijo nada
pero pude ver como su incertidumbre crecía ante todo. El silencio nos aprisionó entre
tinieblas que ninguna de las dos esperábamos, rompiendo cualquier tipo de conexión que
siempre había tenido con Noe, por primera vez, la falta de sonidos me dolió como nada
mientras ella se encargaba de sacar a la luz todas las dudas que siempre habían existido.
—¿Cómo se llamaba?—preguntó finalmente sin dejar de mirarme seria ante esas preguntas
que me dolían.

—Jack—admití ante sus ojos azules.

insideofmysoul
—Y se parecía a mí, de ojos azules y rubio—comentó enarcando la ceja en forma de pregunta
y yo asentí recordando por unos segundos lo parecido que eran ambos y a la vez lo distinto
que eran.

—Así es —susurré sintiéndome culpable ante todo.

—¿Con él sentiste lo mismo que con Camz?—preguntó relajando un poco más sus gestos pero
aún podía escuchar como sus palabras eran teñidas con angustia y tristeza de su parte, yo
me acerqué a ella para besar su cabello mientras mis brazos intentaban torpemente
protegerla de todo lo malo que podía existir; aquel sentimiento que no sentía desde que era
una bebé volvía a mí de una forma aterradora porque Noe ya no era una bebé que no
entendía, tampoco era una niña tan pequeña como para creer todo lo que le decía; ella ya
era mayor ó al menos lo suficientemente madura como para darse cuenta de que él no era
como siempre le había comentado y eso me dolió más que nada porque podía soportar el
hecho de tragar mi orgullo y mostrarlo como el heroé que no era, pero no podría soportar
que mi hija supiera que yo le había mentido todo este tiempo y se sintiera dolida por ello.

—Las personas no aman de la misma manera dos veces


—argumenté —Lo que sentí hacia él es muy distinto a lo que siento por Camz amor—refuté
sin saber que decir.

—¿Por qué?—preguntó sin entenderlo, yo tampoco sabía como explicárselo, era cierto que
Jack había sido la primera vez que había conocido el amor de una forma tan profunda que me
hizo quedarme ciega ante muchas cosas pero con Camila era todo lo contrario, con ella no
estaba ciega de amor, de hecho ella me ayudaba a abrir los ojos ante cosas que no creía que
fuera posible. Mientras con Jack había vivido de ilusiones que nacían de mi deseo porque él
me quisiera de la misma forma que yo lo hacía, con ella no eran necesaria esas ilusiones ya
que solo estar con ella era suficiente; aquella castaña me llenaba de algo que ni siquiera
podía deducir que era pero la hacía tan única que me quitaba la respiración cada vez que
estaba junto a ella, escucharla hablar era un privilegio que siempre aprovechaba y ver su
sonrisa era como si me bajaran el cielo.

—Cuando lo conocí era muy incrédula, yo solo quería a alguien que me quisiera—aclaré a
sabiendas que Noe ya era lo suficientemente mayor para saber que a pesar de todo, mi
relación con Jack no se podía comparar ni en lo más mínimo
con la que tenía con Camila.

—¿Él te hizo daño y por eso no hablas nunca sobre él?— preguntó sorprendiéndome por la
preocupación que tomaron sus ojos incadescentes, ella era demasiado inteligente como para
no relacionar las cosas; pero aún así a pesar de que lo odiaba más que a nadie, no fui capaz
de quitar ese heroísmo que le había regalado solo por mi hija.

—Me dio lo más maravilloso que alguna vez tendré y eso es suficiente para que me sienta
feliz por haberlo amado —sentencié tomando su rostro entre mis manos, acariciando con mis
pulgares de una forma lenta cada línea que nacía de ella, Noe no dijo nada mientras se
limitaba a ver como mis pulgares jugaban en su rostro.

—¿Por qué no se casaron?.


—No hubo tiempo, todo fue muy rápido que cuando nos dimos cuenta de lo que sentíamos ya
era tarde —mentí suspirando ante la verdadera razón por la cuál lo nuestro no había durado
—él tenía que irse y yo me quedé aquí
—concreté sintiendo el dolor de la mentira en mis labios porque ese escenario era tan distinto

insideofmysoul
al que había sucedido aquella tarde cuando le había revelado que estaba embarazada, aún
me dolía recordar como me aconsejó que lo mejor era que dejara mi tonta idea de querer
tenerla porque ni siquiera podía conmigo mismo. Siete años después de aquello aún dolía, sin
embargo, dolía más el hecho de que él no merecía nada de mi parte y aún así yo le estaba
regalando ser el heroé de mi hija.

—¿Él me quería?—preguntó con sus pupilas esperando una respuesta real, yo suspiré ante
ello y asentí abrazándola esperando que sus preguntas terminaran de una vez.

—Seguramente te hubiera amado mucho, amor —susurré besando su pelo y en aquel acto
algunas lágrimas salvajes cayeron sobre este porque a veces la mentira te carcomía más de
lo que esperabas —Es diícil no amarte desde la primera vez que te conocen —agregué sin
dejar de acariciar su cabello y ella se tiró a mis brazos de la forma más hermosa que alguna
vez haya vivido.

—Eres la mejor mami del mundo —afirmó dándole la libertad a mis lágrimas para volver a
caer por ello, escucharla decirme eso era el mejor regalo del mundo, la forma en que la
amaba ni siquiera cabía en una cantidad.

—¿Lo crees?—pregunté temblando por todas las emociones que se habían generado en tan
pocos minutos, por suerte Noe no se desprendió de mí ni un segundo y su cabeza estaba en
mi pecho dejando que me envolviera con la ternura
de sus cariños.

—No —respondió con una leve risita —Es cierto—afirmó con un pequeño beso en mi hombro
descubierto, y yo la acerqué más a mí porque no quería que me soltara —Papá debió
quererte mucho y sufrir mucho cuando se fue, él fue un heroé como los que salen luchando
contra dragones y salvando princesas —me quedé en silencio por unos segundos tratando de
volver a mi estado de tranquilidad pero realmente no podía hacerlo, sin embargo, ella no se
inmutó ante este gesto y siguió dibujando pequeños besos sobre mi rostro y mi hombro como
si supiera que eso era lo que necesitaba en aquel momento.

—Sí —afirmé secando mis lágrimas para comenzar a buscar su rostro y me mirara —Sé que
no es fácil ignorar esos comentarios, pero tú sabes quién eres y lo que vales amor, nunca
tienes que dejar que ese tipo de pensamientos te hagan daño—le dije delicadamente
mientras ella asentía ante todo —Tú vales mucho más que aquel niño así que no tienes
porqué sentirte mal por eso ¿sí?—acaricié sus mejillas con pequeños besos sonoros que
hicieron que su boca explotara en un mar de risas y sonrisas que llenaron mi alma de una
alegría única.

—Claro —respondió riendo —Tienes razón, yo tengo un heroé de guerra como papá, pero más
importante que eso tengo una reina como mamá, no conozco a nadie que tenga esa suerte.
—¿Cuál suerte?—pregunté enarcando la ceja y ella besó mi mejilla.

—De tenerte a ti como mami —concretó con una sonrisa que hizo que las estrellas dejaran de
ocupar aquel trono lumínico y se convirtieran en simples esferas brillantes porque no había
nada más hermoso que su sonrisa pura y sincera que nacía desde el corazón.
—No sabes cuanto te amo, copito— afirmé intentando no llorar ante
esas palabras.

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—Infinito como las estrellas tal cual yo lo hago —contestó sonriendo antes de volver a besar
mi frente, haciendo que todos mis intentos de controlar mis lágrimas finalmente se
esfumaran y se transformaran en aquel río incesante que no dejaba de presentarse en mi
vida.—¿Por qué lloras, mami?—preguntó preocupada, yo ladeé la cabeza antes de secar mis
lágrimas y sonreírle.

—Porque eres la razón de mi felicidad, mis lágrimas demuestran en silencio cuánto te amo —
afirmé sin dejar de mirarla con ese amor que había existido en mí desde la primera vez que
supe de ella y que se había reafirmado cuando la tomé por primera vez entre mis brazos,
podían pasar todos los años que quisieran pero yo jamás dejaría de ver reflejado en sus ojos
azules aquel bebé que se había
vuelto mi todo.

—Te quiero mami —susurró acariciando mi mejilla —Mucho, mucho


—dijo entre suspiro cerrando sus ojos y dejando que mis brazos la acomodaran entre todo el
amor que sentía hacia ella.

—Calla mi vida, no hay que llorar —tarareé sin dejar de sentir como su corazón se entregaba
ante las suaves vibraciones de mis palabras —Eres mi adoración y en tu corazón llevas mi
felicidad, duerme y sueña feliz, siempre tú debes mi arrullo llevar así yo estaré junto a ti — le
canté cerrando los ojos sintiendo como su cuerpo se acomodaba en el mío dejándose llevar
por el sonido de mi voz como siempre lo había hecho.

—Había una vez hace mucho tiempo, tanto que la noche no se diferenciaba del día y ambos
eran uno solo —musitó con una sonrisa dejándome atónita ante ello—Un reino donde el
invierno era la única estación del año, en este reino existía un hada que era capaz de viajar al
mundo de los humanos porque ella era quién convertía los deseos más puros en realidad —
contó dulcemente mientras yo escuchaba atenta el cuento que conocíamos de memoria—Un
día esta hada se encontró con una chica quien tenía como deseo ser amada, así que regresó
a su reino dispuesta a convertirlo en realidad, en ese viaje se encontró con el primer copo de
nieve de la estación y supo que ahí estaba la respuesta al deseo de aquella chica—dijo antes
de besar mi mejilla —Antes de entregarle aquel copo a esa chica, el hada le dijo al copo que
desde ese día se convirtiría en el amor verdadero de ella
—agregó dejando que sus ojos azules absorvieran toda la luminosidad del momento, yo no
podía estar más cautivada por lo que me estaba comentando —Entonces aquel copo le dijo,
no solo seré eso sino que me encargaré de protegerla sin importar que sucediera y así fue
por siempre —mis ojos brillaron ante la mirada expectante y emocionada de Noe, era
increíble como ella podía hacerme feliz de esa manera tan única que tenía, así que la acerqué
a mi mejilla para proceder a besar su cabello.

—Y para siempre—finalicé besando su cabello sabiendo que era la única promesa que la vida
podía ofrecerme.
Y también era el único final que deseaba en mi cuento.
Capítulo 37:Esa chica

That girl is the dust of the stars of everynight,

wall)
The little hope that brought to my heart,

insideofmysoul
In a skyline that only shine with you by my side.(girl, flies on the Nueva York
Lauren

-No puedo creer que hayas pasado todo este tiempo sin ver películas -sentenció Taylor
mientras se sentaba en el sillón blanco de su departamento con un bowl lleno de palomitas
de maíz con mantequilla, yo solo me encogí de hombros porque la verdad la decisión de no
ser admiradora de las películas no había sido tan drástica como todo el mundo quería verlo,
era como no ver televisión ó decidir dejar de hacer algo que no encontrabas sentido, sin
embargo, al parecer no dejaba de ser extraño para todo el mundo éste acto.
-No son lo mío-respondí quitando varias palomitas entre mi mano y Taylor sonrío por ello -
¿Qué?-pregunté frunciendo el ceño y ella no dijo nada, sino que se quedó un par de segundos
observándome sin dejar esa sonrisa.
-Nada, solo agradezco que hayas decidido venir -admitió sin dejar esa sonrisa, ambas nos
quedamos en un silencio incómodo por un par de minutos, ninguna de las dos sabía que decir
a pesar de que éramos algo más allá que simples desconocidas que compartían el mismo
lugar físico, aún quedaban entre nosotras pequeños lapsos de tiempo en donde el silencio
reinaba ante el hecho de que las palabras no eran suficientes para poder tapar todos esos
momentos que nos habían separado alguna vez.

Me quedé observando detenidamente los detalles que envolvían el departamento, la verdad


es que todas las paredes en blanco gritaban a todo pulmón el aspecto vintage moderno que
recubría los metros cuadrados de éste, los muebles de madera café decoraban a la
perfección, sin embargo, lo que captó mi atención enseguida fue la gran colección de retratos
y fotos que se encontraban alrededor de las paredes blancas, en la mayoría de ellas se
encontraban fotos de la hija de Taylor quién tenía un parecido absoluto a ella.

Sonreí al ver como toda una pared desprendían fotos de una niña que desconocía pero que
aún así sentía cercana a pesar de jamás haberla visto más allá que en fotos que Taylor se
había encargado de mostrarme.

-¿Dónde está Katie?-pregunté curiosa tratando de romper el


silencio incómodo que nos invadía a ambas, la castaña sonrío ante esa pregunta como sino la
hubiera esperado de mi parte y no tardó en responder.
-Está con Mason -sugirió tomando un par de palomitas -Han quedado en ir a central park, no
tardarán mucho -contestó antes que como si fuera una llamada, tocaron el timbre haciendo
que la chica de ojos oscuros volviera a sonreír por eso y dejara el plato sobre el sillón -Deben
ser ellos -concretó levantándose hacia la puerta y yo miré curiosa ante la imagen de un chico
pelinegro y con los ojos oscuros al igual que Taylor, llevaba un abrigo rojo y un par de jeans,
no obstante, toda la atención quedó en la pequeña castaña que llevba una gorro de lana azul
de los mets, un abrigo blanco que llegaba un poco más abajo de sus rodillas y unos jeans que
la hacían ver más adorable que las fotos colgadas en toda la pared.
No podía negar que me sentía extraña ante esa imagen, el último recuerdo que tenía de
Taylor era siendo una adolescente y verla siendo una adulta era algo que no lograba dejar de
sorprenderme, no obstante, me sorprendió aún más el amor claro que se tomó toda la sala al
ver como la castaña abrazaba a su hija sacándome un leve suspiro sobre una realidad que
por alguna razón me incomodaba y a la vez me intrigaba con la misma fuerza.
Taylor finalmente cerró la puerta y con la misma sonrisa nata que no salía de sus labios se
acercó nuevamente al sillón con la pequeña caminando a su lado ante la mirada confundida
que ponía al verme ahí, yo también hubiera puesto la misma mirada si alguien desconocido
aparecía afirmando que teníamos algún tipo de relación familiar. La pequeña no dejaba de
mirarme intrigada con sus grandes ojos oscuros mientras intentaba hacer algo de lo cuál yo
no era capaz de deducir solo con verla.

-Katie ella es Lauren -sentenció Taylor antes de acercarla a mí para saludarla, ambas nos
insideofmysoul
miramos por unos segundos sin entender realmente lo que teníamos que decir- Hemos
quedado en cenar juntas -aseveró nuevamente la castaña rompiendo el silencio al cuál nos
veíamos inmersas ante el hecho de que no sabíamos que hacer, la pequeña de ojos oscuros
no dijo nada y simplemente alzó su mano en forma de saludo.
-¿Así que tú eres Katie?-pregunté tratando de romper la incomodidad que había entre
nosotras, nunca había estado tan cerca de un niño, menos uno que era mi sobrina. Jamás
había tenido ese instinto maternal para sentir esa cercanía con ellos, de hecho tampoco me
interesaba tenerlo hasta ese momento en donde solo podía sentirme como una extraña más
en aquel departamento.

-Sí -fue lo único que dijo con aquella misma voz infantil que le daba ternura a todos los niños,
finalmente desvió la mirada hacia Taylor quién nos estaba mirando a ambas absorta ante esa
imagen -¿Puedo ponerme el pijama mami?- preguntó enarcando la ceja y la castaña suspiró
asintiendo para que aquella niña no tardara ni segundos en salir corriendo hacia su
habitación.
-Es un poco tímida -respondió justificándose y yo negué ante eso, porque lo entendía a la
perfección, yo tampoco me hubiera sentido cómoda ante una extraña teniendo su edad ni
siquiera ahora donde podía decir que tenía el beneficio de ser adulta, podía justificar aquella
escena -Es una buena niña -asentí porque lo imaginaba, tenía una mirada adorable aunque
estuviera incómoda con mi presencia y por primera vez en mucho tiempo me había
preguntado como se debía sentir aquello, en tener una familia instaurada y que jamás te
dejara.-¿Quieres cenar?-me encogí de hombros porque no tenía mucha hambre, no obstante,
Taylor tomó esa respuesta como un sí y comenzó a sacar cosas de la nevera, yo simplemente
me quedé en el sillón observando como la misma pequeña castaña volvía a la escena con un
pijama celeste de cupcakes que la hacían ver aún más adorable que hace unos minutos atrás.

Ésta vez ella no tardó en sentarse a mi lado y tomó un poco de las palomitas que se
encontraban en el bowl dejando atrás un poco la incomodidad en la cuál ambas nos habíamos
sumergido hace unos minutos.
-¿Eres hermana de mami?-preguntó confundida y yo asentí ante ello aunque realmente no
supiera que responderle -¿Por qué es la primera vez que te veo?-volvió a preguntar dudosa
antes de apartar con su mano algunos mechones de cabello que caían en su rostro, sonreí al
ver como se sentó en posición india sobre el sillón y esperaba mi respuesta ante eso.
-Supongo que he estado lejos -fue lo único que se me ocurrió responder mientras ella seguía
mirándome atenta ante cada palabra sin entender lo que estaba dciendo, ambas volvimos a
quedarnos en silencio hasta que ella retomó la voz dando un leve vistazo a la castaña con
jeans negros que se encontraban en la cocina.
-Me gusta tu nombre -sugirió finalmente y yo sonreí ante ello, ya que a mi me gustaba el
suyo.
-A mí el tuyo -agregué y ella arrugó la nariz de la manera más adorable que hubiera visto
alguna vez.
-¿Cuántos años tienes?-preguntó enarcando la ceja con la curiosidad pintando su rostro.

-23 -afirmé sonriendo porque la sonrisa no se me iba de los labios al ver los gestos infantiles
que ella tomaba como propios.
-Yo cinco -refutó alzando su mano derecha mostrándome cinco de sus dedos lo cuál
indudablemente era lo más adorable que había visto alguna vez en mi vida -Tus ojos son muy
bonitos -señaló acercándose a mí con sus manos tocando mis mejillas y su mirada envuelta
en mis ojos, no me sentí intimidada como hace unos minutos, sino más bien la miré con la
ternura que ella estaba irradiando en un simple acto-Son verdes como los árboles -concretó
con una sonrisa.
-Los tuyos son como chocolates -sentencié acariciando su mejilla y ella chilló ante ello con un
gesto que fue capaz de endulzar mi corazón solo con una mirada.
-¿Tú también cuentas historias en el diario?-preguntó curiosa y yo

insideofmysoul
negué ante ello.
-Yo toco en una banda -respondí haciendo que ella abriera los ojos
impresionada ante ello -¿te gusta la música?-Katie no tardó en asentir emocionada por eso -
¿Qué música te gusta?-le pregunté con una curiosidad que no sé de donde salía, ya que
probablemente no iba a saber la música infantil que una niña de cinco años podía escuchar.
-Me gusta Maroon 5-dijo rápidamente pronunciando mal el nombre de la banda pero yo reí
por la dulzura nata que adquirió esa escena.
-Tienes un muy buen gusto -la felicité y ella sonrió dejando que la pureza de su alma se
asentara en mi sonrisa.
-¿Te gustan las princesas?-noté como ella se acercó aún más a mí para que solo unos
centímetros nos separaran y pude ver la ilusión en sus ojos.
-La última que vi fue Mulan-admití encogiéndome de hombros -Es mi favorita -dije sin dejar
de sonreír al recordar como amaba esa película cuando tenía su edad y ella abrió los ojos
emocionada antes de pararse en el sillón dirigiendo su vista hacia Taylor.
-Mami a ella también le gusta Mulan -señaló casi gritando de la emoción, la castaña asintió
sonriendo por eso y yo solo las miré con ternura antes de que la pequeña de pijama celeste
dirigió su vista hacia mí con la intriga de parte de sus ojos -Podemos verla porfi -respondió
casi rogando y yo no supe que decir ante ello porque la verdad el interés nació de la mano
con el brillo que remarcaron sus ojos oscuros y no pude poner ningún tipo de objección frente
a ello por lo cuál me limité a asentir mientras ella se encargaba de prender la televisión de la
pared y con una rapidez que no esperaba de una niña de cinco años ya nos encontrábamos
viendo el inicio de una película que llevaba quizás un poco más de una década sin ver, sin
embargo, el recuerdo de la sensación que siempre me dejaba no tardó en presentarse
especialmente cuando sentí como Katie tomó mi mano con una sonrisa antes de recostarse
con toda la confianza del mundo sobre mis piernas mientras yo seguía sin entender como la
timidez se había ido tan rápido de ella, no obstante, no pude negar que tardé mucho en dejar
de sonreír al ver como el calor que ella esparcía como si fuera magia se impregnara un poco
en mi cuerpo frío. -Eres un poco grande para conocer películas de princesas -contestó
obteniendo mi atención y yo reí por ello porque llevaba demasiado tiempo sin ver algún tipo
de películas y la ironía se presentaba que la primera que veía era una película animada.
-La primera vez que la vi tenía tu edad -refuté.
-Eso es imposible, son mis dibujos animados.-respondió sacándome una sonrisa al ver como
ella estaba enojándose ante la idea de que las películas no habían sido creadas para los niños
que compartían su edad sino que existían desde mucho antes.
-De hecho, son los míos porque esa película fue estrenada cuando yo tenía tu edad-aseguré
mientras ella fruncía el ceño por esa respuesta además de la confusión que vino a ella al
darse cuenta que la película era más vieja de lo que creía -¿Cierto Taylor?-pregunté tratando
de buscar apoyo en la castaña que se encontraba en la cocina.
-Eso es cierto Katie, no son tus dibujos técnicamente son los de Lauren -admitió haciendo
que la pequeña de ojos oscuros no dejara de fruncir el ceño por esa respuesta -Lauren solía
pasar todo el día cantando las canciones -ese fue el momento en que la mirada de Katie
cambió radicalmente a una sonrisa llena de emoción por esa respuesta.

-¿Eso significa que te sabes las canciones?-preguntó enarcando la ceja y yo me encogí de


hombros asintiendo aunque no recordaba muy bien la letra, solo recordaba breves momentos
en donde me encontraba cantándolas ó viendo la película en la casa de Lucy, eran esos
pequeños recuerdos que me hicieron sentir extraña ante el hecho que parecían que habían
pasado siglos desde que habían sucedido, no obstante, no pude no sonreír al ver el
entusiasmo puro que nació de la castaña frente a esa casualidad.
-No las recuerdo muy bien pero tal vez ver la película podría ayudarme -aseveré devolviendo
mi vista hacia la televisión donde estaba la parte en donde Mulan iba a la casamentera para
poder darle honor a su familia, Katie no dijo nada y volvió a recostarse sobre mis piernas
como la primera vez que lo había hecho hace unos minutos atrás con toda la seguridad del
mundo.

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-Eres graciosa -contestó sin más dedicándome una sonrisa sincera que sentí tan extraña, ya
que jamás había sentido ese destello de felicidad que ella creo con dos simples palabras, no
supe como actuar ante ello pero yo misma me sorprendí al ver como acaricié suavemente su
cabello recibiendo una lluvia de sonrisas de su parte-deberías venir más -confirmó -Para ver
que otras películas conoces -respondió orgullosa ante ello.
-Seguramente tú conoces más que yo, estoy algo obsoleta con el tema -dije tocando su nariz
mientras ella la arrugaba.
-¿Por qué?-preguntó -¿No te gustan?-suspiré al no saber que responder ante ello.
-Tal vez no he estado con la persona correcta para verlas -comenté algo insegura frente a
ella-Aunque no me molestaría volver a verlas contigo - sentencié dejándome más sorprendida
que en un principio porque no me esperaba que esa respuesta pudiera salir de mis labios,
pero ahí estaba, ofreciéndole a una niña de cinco años acompañarla a ver películas infantiles.
Sin embargo, a pesar de mi inseguridad, la forma en que su sonrisa traspasó cualquier
barrera fue suficiente para que me sintiera conforme con mi respuesta.
-¿Tienes novio?-preguntó sonrojándose y yo reí ante su pregunta tan infantil porque ni
siquiera me imaginaba como sería eso -¿Novia?-preguntó aún más atenta y me sorprendió
escuchar eso de parte de una niña tan pequeña-¿Perro?- preguntó haciendo una seguidilla de
preguntas -¿niños?.
-No a todas las anteriores -respondí riendo por sus preguntas y ella frunció el ceño por ello.
-¿Vives sola?.
-Sí -contesté sin darle mucha relevancia a ello.
-Pero si eres muy bonita -aseguró sacándome una sonrisa porque ahora entendía la razón por
la cuál las personas solían adorar los niños, jamás había estado tan cerca de uno para ver
reflejada la inocencia y amor que ellos desprendían sin razón alguna.
-Tú también lo eres y no tienes novio -agregué haciendo que ella se pusiera pensativa por
eso.
-Tengo cinco, soy muy pequeña -respondió-Pero vivo con mamá y no sola -sugirió
encogiéndose de hombros antes de dirigir la mirada hacia Taylor quién se encontraba
hablando por su celular para luego dirigirse preocupada hacia el fondo del bolsillo, noté como
Katie suspiró ante eso mientras que yo veía la escena confundida porque no entendía lo que
estaba sucediendo -Debe ser la abuela - aseguró dejando las sonrisas de lado para mostrar
claramente la preocupación en sus ojos, yo seguí observando aquel momento otra vez como
una extraña porque yo no pertencía en esa preocupación-Ella está muy enferma ¿lo sabes?-
asentí ante ello porque lo sabía hace mucho tiempo aunque me negara a darle importancia
por todo el dolor que me producía aquello, no obstante, por primera vez sentí algo más que
rabia hacia esa situación al ver como Katie realmente estaba aflijida por ello al igual que
Taylor.
-¿La quieres?-pregunté dudosa y ella no tardó en asentir por ello.
-Es mi abuela -contestó como si fuera lo más obvio del mundo -¿Tú no la quieres?-dijo
confusa y me quedé callada ante el hecho de que no sabía que decirle, tal vez la palabra
querer era la última que utilizaría con Clara, pero eso no dejaba atrás el hecho de que aún
seguía doliendo aunque no quisiera aceptarlo y por unos breves segundos recordé vagamente
ese momento que se había perdido entre mis recuerdos en donde ella había sido alguien
importante en mi vida, donde no me había decepcionado lo suficiente como par quitarla de mi
vida; ese momento donde hubiera utilizado la palabra querer con ella.

-Es algo complicado - me limité a decir mientras aquellos ojos oscuros seguían mi mirada en
busca de respuestas que yo no sabía darle -Nos distanciamos hace mucho -concreté tratando
de finalizar la conversación.
-Pero puedes visitarla y volver a juntarse -respondió encogiéndose de hombros -Te juntaste
nuevamente con mamá -afirmó con una sonrisa -La familia es lo más importante que hay -
fue su respuesta frente al tema más difícil de mi vida
y que a pesar de los años que habían pasado, seguía sin dejar de ser una herida punzante
que de vez en cuando volvía a abrirse a pesar del control que ponía en mi vida para que éstas
veces no fueran ni una posibilidad. Sin embargo, hay veces que a pesar de todas las fuerzas

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que pongas sobre un recuerdo éste igualmente se va a expresar en tu vida aunque así no lo
desees.
-Tienes razón -fue lo único que pude decir frente a su respuesta -La familia es lo más
importante que hay -refuté acariciando su mejilla y me sorprendió como Katie se abrazó de
mí sin ningún tipo de señal que me hubiera preparado para sentir como su cariño se difundió
por cada uno de mis poros logrando una conexión que jamás había sentido y por inercia no
dudé en ofrecerle mis brazos como consuelo
-Todo va a estar bien -le dije dulcemente sintiendo pena hacia ella más de la que realmente
sentía hacia Clara, por primera vez sentía lástima hacia su situación pero no por ella sino que
como siempre envolvía a más personas en su desgracia de las que ella merecía.-Te contaré
un secreto -le susurré divertida al oído lo cuál hizo que la pequeña de ojos oscuros me mirara
interesada en mi respuesta - Si hay una chica - le dije sonriendo -Es la chica más guapa que
he visto en toda mi vida y se parece mucho a ti con los ojos oscuros y el cabello castaño -
respondí tocando su nariz lo cuál hizo reír a Katie -Esa chica me tiene loca -confesé sin más.
-¿Puedo conocerla algún día?-preguntó con ternura y yo suspiré ante ello porque a pesar de
todo me hubiera encantado compartir este momento con Camila, estar a su lado escuchando
como iba su día a día era lo mejor del mundo pero también extrañaba que ella me
acompañara en todos los sucesos de mi vida, a veces intentaba olvidar lo importante que se
volvía una persona cuando la tenías todos los días a tu lado; trataba no recordarlo porque me
dolía que ya no estuviéramos juntas ayudándonos mutuamente en lo que el destino
decidiera.
-Tal vez -afirmé insegura a lo cuál Katie sonrió.
-Debe ser muy especial por la forma en que tus ojos brillan al nombrarla -dijo
sorprendiéndome porque ningún detalle se le iba d elas manos, era una niña muy inteligente
para tener tan solo cinco años, pero no se equivocaba en lo más mínimo porque lo que sentía
por Camila ni siquiera podía clasificarlo en algún tipo de sentimiento y ya me había
acostumbrado a tener esa reacción cada vez que su nombre salía de mis labios, era como si
ella se hubiera apoderado de cualquier tipo de autonomía que yo sintiera y simplemente se
había quedado con todo lo bueno que ella había traído a mi vida.
-Lo es -aseveré sonriendo -Es la chica indicada -respondí suspirando -Solo que nos
encontramos en el momento incorrecto.
Esa chica parte 2

Los Angeles, 1947


Camila
Muchas veces el silencio había sido el peor acompañante de esas palabras que no alcanzaban
a tomar un poco de voz entre medio de aquel mundo modelado entre flashes y de fotos
perfectas que mostraban lo vacía que podía llegar a ser el alma humana. Era un mundo tan
resplandesciente y a la vez tan oscuro que no entendía como lograba brillar más que
cualquier otro escenario, muchas veces las sombras que se creaban a través de las tinieblas
de aquel mundo eran tan grandes que se pegaban a tu piel hasta que finalmente te
consumían para convertirte en solo una sombra de lo que alguna vez fuiste.
Sin embargo, hoy no solo el silencio no era una buena combinación con todas esas palabras
que jamás iban a salir de mis labios sino que también lo era esa mezcla de recuerdos innatos
que vivía cada centímetro de mi ser recordando las suaves caricias de aquella chica que no
solo me había robado el corazón sino que me había quitado la poca cordura que me quedaba
aún para transformarla en ilusiones que se mostraban como pequeñas estrellas en un cielo
totalmente ennegrecido por el efecto de la noche en él.
Cada uno de los puntos sensitivos de mi piel gritaban a viva voz que esas caricias que estaba
recibiendo de aquel chico de ojos azules no eran verdaderas, mientras no se inmutaba en
demostrar que esas demostraciones de afecto no eran las que ellos necesitaban sino que se
atrevían a reclamar a quién se había autoproclamado dueña iligetíma de cada centímetro que
atravesaba mi piel.
Suspiré tratando de quitar la incomodidad que se incorporaba en todo mi ser por cada abrazo
y beso que yo trataba de corresponder como la buena actriz que era, sin embargo, cualquiera

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que no estuviera consumido ante los anuncios de esa pareja perfecta que debíamos ser Louis
y yo, se hubiera dado cuenta de como iba en contra de mi orgullo seguir cada beso ó cada
abrazo sin ser capaz de rechazarlo.
El tiempo me torturaba de a poco mientras las fotos iban y venían, al igual que las caricias
que él aprovechaba de ganar a su favor ante la mirada atenta de un mundo que me
desagradaba en toda su extensión. No obstante, apenas las luces terminaron y las fotos
fueron algo de segundo plano yo no dudé en terminar con aquellas caricias impuestas de la
forma más discreta que pude encontrar en aquel momento para que nadie sospechara que
entre nosotros dos no existía nada.
—Hacemos una gran pareja —comentó orgulloso mientras no se quitaba de mi camino hacia
el camerín, yo solo rodé los ojos ante su insitencia
—Lástima que no podemos estar juntos —sentenció sin dejar esa sonrisa que tanto odiaba,
yo lo quité de mi camino con una sonrisa sarcástica antes de jugar con el mismo orgullo que
él tenia, ya que si quería jugar con fuego yo podía hacerlo mucho mejor.
—Créeme que para mi es una bendición en proceso, el día que todo esto termine —respondí
rodando los ojos sin dejar de caminar buscando la paz que no se me había ofrecido en todo lo
que llevaba de la mañana. El chico de ojos azules me detuvo y se atrevió a acariciar con
suavidad mi caricia mientras todo mi cuerpo sentía repulsión ante ese simple acto.
—Eres hermosa, realmente lo eres —contestó dejando que sus ojos azules tomaran
protagonismo entre nuestra corta distancia.
—Lo sé, pero no necesito que personas como tú me lo repitan
—aseveré quitando su mano —Se puede gastar el adjetivo que yo creé—afirmé sin dejar mi
sonrisa que podía derribar al mundo si así lo deseaba, Louis no tardó en reír por mi
respuesta.
—¿Siempre has sido así de engreída? —preguntó enarcando la ceja.
—¿Siempre has sido así de idiota? —respondí defendiéndome mientras seguía con mi camino,
sin embargo, él no se aburría de ser tan insistente con todo.

—Bonita y con una lengua afilada—musitó cruzándose de brazos sin dejar esa sonrisa de
galán que siempre invadía su rostro —Podrías ser mi novia perfecta —mis ojos se abrieron
como plato ante ello sintiendo una punzada de asco en solo pensarlo.
—Primero muerta —sentencié sin ningún tipo de limitación con mis comentarios —Soy una
reina no salgo con plebeyos, lo siento —Louis hizo una mueca antes de detenerme con sus
fuertes manos que traspasaron mi piel y me hicieron dar un gemido de dolor.
—Eres solo una chica Cabello —contestó reduciendo la distancia que había entre nosotros —
Ustedes solo están para jugar nuestro juego, al final del día siempre caen rendidas ante
nosotros —si hubiera podido vomitar lo hubiera hecho sin ningún tipo de remordimiento en
aquel momento, no obstante, solo sonreí ante su estupidez y no perdí la calma.
—Tienes razón —dije suspirando mirándolo fijamente —Soy una chica, pero no se me olvida
que vivo en un mundo de hombres —agregué sarcásticamente —Como tampoco se me olvida
que mientras ustedes controlan el mundo, nosotras los tenemos a nuestros pies y nos dan
ese mundo que controlan con solo una simple mirada —respondí orgullosa —No se me olvida
que son tan débiles que por una simple mirada fueron capaces de exiliarse del paraíso—el
pelinegro frunció el ceño ante mi respuesta — Y que en el momento que se repartieron los
dones, nosotras escogimos la inteligencia a la fuerza porque nos dimos cuenta que la fuerza
no sirve sino tienes neuronas funcionando —afirmé sin dejar de sonreír al ver como su rostro
se mostraba sin expresión alguna —Así que tienes razón, no seremos tan fuertes ni
tendremos el control del mundo pero no se me olvida que somos la manzana de la tentación
que todos muerden en algún momento de su vida, te veo el martes idiota —suspiré rodando
los ojos ante la falta de inteligencia con la cuál tenía que toparme todos los días solo por ser
mujer, Louis era el prototipo de actores que
odiaba pero tenía que mantener relaciones porque lastimosamente ellos realmente
controlaban el mundo del cine aunque no me gustara aceptarlo, sin embargo, la humildad
nunca había estado de mi parte ni tampoco rebajarme por nadie; era Camila Cabello y eso
me daba suficiente razones como para defenderme de cualquier cosa con todo el orgullo del

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mundo.
Entré a mi camerín totalmente cansada de la sesión de fotos y del maquillaje que ya me
estaba hartando, una de mis asistentes no tardó en levantarse de su asiento ante mi llegada
y antes que dijera cualquier cosa la primera cosa que le ordené es que nadie entrara, no
tenía ni la más mínima simpatía como para conversar con alguien así que prefería no ver a
nadie. Ella asintió sin más y se retiró de mi camerín dejándome con la tranquilidad que deseé
desde que comenzó la sesión fotográfica.
Sin más comencé a quitarme los aretes largos de color plata que combinaban con el vestido
rojo que habían elegido para que me pusiera hoy, mi momento favorito del día siempre
estaba cuando podía quitarme los tacones y vestirme con algo mucho más cómodo que lo
que siempre utilizaban para definir mis curvas y mis puntos a favor.
Suspiré cansada ante el espejo porque la última cosa que deseaba hoy era ir a almorzar con
mi madre como habíamos quedado hace unos días, no obstante, poco y nada podía hacer
contra aquella invitación por lo cuál tenía que aceptarla aunque sonaba mucho más
interesante pasar la tarde libre de Lauren con ella.
Sonreí sin premeditarlo ante el espejo por el recuerdo incesante de mi mente frente a su
nombre, sin embargo, aquel momento fue destruido cuando escuché como abrían la puerta
del camerín y no tardé en fruncir el ceño ante ello.
—He dicho que no quiero ver a nadie —contesté enojada antes de reconocer a Claire en la
puerta.
—¿Ni siquiera a la dueña de tu corazón?—respondió intentando ofenderse poniendo una mano
en el pecho mientras yo rodaba los ojos y la dejaba entrar —Sabía que nunca me negarías
entrar, al final de todo nos amamos ¿no?.—en cualquier otra instancia hubiera reído frente a
su comentario, sin embargo, hoy me sentía tan cansada que apenas podía pronunciar algún
tipo de palabra sin que sonara tan amarga como el ron.

—¿Qué quieres Claire?—pregunté cansada y ella se acercó a mí para darme un beso en la


mejilla en forma de saludo.
—Solo venía a ver como estabas, ya sabes lo que hacen las amigas que no se besan —lo
último me lo susurro en el oído con una risa que hizo que volvier a rodar los ojos frente a sus
comentarios diarios sobre la relación que mantenía con aquella pelinegra.
—No estoy para tus bromas Clarissa —afirmé suspirando mientras me sentaba en la silla al
lado del tocador, la rubia no tardó en reírse por ello
quitándome el algodón que iba a utilizar para quitar el maquillaje y ella comenzó a hacerlo.
—Alguien tuvo un pésimo día —se limitó a decir dejando que sus manos hicieran el trabajo de
quitarme el maquillaje mientras yo la miraba atenta—Adivino, tiene que ver con salir en una
sesión fotográfica con un imbécil
—aseveró con una mueca.
—Tenemos a una ganadora —respondí sarcásticamente mientras ella reía por ello, a veces lo
único que podía hacerme regresar a la realidad era su compañía y lo apreciaba porque Claire
era distinta a todas las personas con la cuál compartía el círculo social del cine, ella era
espontánea y no se callaba nada como también era la persona más afectuosa que había
conocido jamás.
—Podemos resolverlo con un par de zapatos y quizás un par de joyas ¿qué dices?—preguntó
sonriendo y yo chasqueé la lengua negándome a su opción.
—Almuerzo con mi madre —fue lo único que dije y eso fue capaz de cambiar totalmente el
semblante de la ojiazul.
—¿Por qué te haces daño de esa manera?—preguntó dejando el algodón y dando un lánguido
suspiro que entendía a la perfección, ya que yo tampoco entendía como aún seguía teniendo
citas con la única persona en todo el mundo que era capaz de destruirme como ella lo hacía.
No era amor lo que había entre nosotras, era el simple hecho de que siempre había deseado
aunque fuese el más mínimo destello de orgullo en sus ojos. Jamás había vivido algún tipo de
afecto ó aliento de su parte y aunque pensaba que había madurado y no me importaba
conseguirlo ó no. En mi interior sabía que eso era una mentira y que me importaba
demasiado su opinión frente a mi vida, al final de todo yo admiraba su trabajo como nadie.

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Había vivido observando la magia que ella creaba con cada línea que pronunciaba, había
crecido con sus películas, viéndola como mi héroe aunque a ella no le interesara ni en lo más
mínimo.
Tal vez ese amor que ella irradiaba hacia cada escena era el mismo que me había hecho elegir
este mundo cuando era una niña, sin embargo, ella jamás lo había visto de esa forma y no
dudaba en criticarme por todo como si tuviera el derecho de meterse en mi vida y ser alguien
en ella.
Al final de todo, no habían cambiado muchas cosas en mi vida.
Aún seguía siendo aquella niña que esperaba deseosa ver el orgullo de su madre ante ella,
esa chica que deseaba con todo su ser tener ese algo que el dinero jamás se lo iba a ofrecer;
ese amor que Lauren no dudaba en demostrar cada segundo a su hija, esa comprensión que
había visto tantas veces en otras personas pero que jamás había vivido en carne propia.
—Me encantaría acompañarte a comprar pero no puedo —respondí cambiando de tema
mientras Claire se quedó por unos segundos en silencio antes de sorprenderme con un abrazo
sincero.
—No tienes que ser siempre la perfecta Camila Cabello, para mí no eres la hija de uno de los
directores más reconocidos del mundo ni tampoco de la magnífica actriz —suspiró acariciando
mi mejilla —para mí eres la chica que hace tres años entró a una cafetería en París esperando
que el mundo se doblegara a sus pies, eres esa chica que me hizo pensar que el mundo podía
estar a tus pies con una simple mirada —confirmó dejándome atónita frente a su respuesta —
Eres mi mejor amiga y eso es más importante que todos los premios que has ganado ó todo
el dinero que tienes a tus espaldas—ambas suspiramos ante eso mientras el silencio se
apoderó de aquella habitación por unos segundos, nuestras miradas jugaron entre el vaivén
de emociones que aquellas simples palabras habían dejado en la atmósfera
—La amistad que me has ofrecido es más importante que tu belleza ó tu apellido y si he
aprendido algo de ti en los últimos años es que nadie es superior a esa chica — sentenció
finalmente antes de sostener mi mirada y que sus ojos azules llenaran los míos de un mar
infinito de colores—Nada ni nadie puede hacer que bajes de tu trono
—aseguró antes de abrazarme mientras yo me quedaba cautiva de sus brazos porque lo
necesitaba con todas mis fuerzas, había olvidado cuando fue la última vez que me había
sentido de esa manera con ella. Claire entendía cada uno de mis puntos débiles y a diferencia
de todas las personas de esta industria, ella intentaba que aquellos puntos no fuesen tema de
discusión entre ambas, se encargaba de que éstos no me derrumbaran como siempre lo
hacían.

—Es mi madre Claire —sugerí con ese tono de voz ahogada que siempre se imponía hacia
aquel tema, la ojiazul me miró por unos segundos con una mirada llena de compasión antes
de volver a acariciar mi mejilla con suma delicadeza como si se tratara de un cristal tan frágil
que podía quebrarse en cualquier momento —ella es simplemente increíble, ¿la has visto
actuar?—pregunté bajando la mirada porque toda mi vida había vivido bajo la sombra que mi
apellido había labrado años antes de que yo naciera, apesar de que llevaba casi seis años
siendo totalmente independiente de ellos si es que alguna vez no lo había sido, las relaciones
que manteníamos no dejaban de atarme a una ola de inseguridad que siempre nacía ante el
hecho de que no importaba que tan buena fuera en lo que amaba, jamás llegaría a ser como
ellos.
—Claro que sí, ¿quién no lo ha hecho?—preguntó frunciendo el ceño antes de tomar mi mano
con la misma delicadeza de hace unos segundos y no dudó en besarla —Pero eso no le da el
derecho de tratarte como lo ha hecho desde siempre
—agregó enojada mientras yo rechazaba su mirada porque odiaba cuando ella era capaz de
tocar en el punto exacto que me causaba dolor —No es sano que sigas creyendo que va a ser
la madre perfecta de un día para otro —su mirada atenta bailó en la orilla de mis
inseguridades intentando apalearlas con una fuerza que no podía comprender —No es justo
que pienses que almorzando con ella se van a compensar todos estos años en donde ella
tenía otras prioridades antes que tú —dijo como si yo no supiera aquello, pero lo sabía a la
perfección.

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Toda mi vida se había resumido a eso, hace años me había cansado
de seguir buscando ese cariño que jamás alcanzaría, pensaba que si lograba ser lo
suficientemente buena en el mundo del cine; ellos mostrarían aunque fuese el mínimo
destello de orgullo que nunca habían demostrado en mi vida. Sin embargo, aquello nunca
sucedió y aunque intentara restarle importancia sabía que no había mucha diferencia en mi
corazón con esa chica solitaria que solo deseaba un amor que fuese real y que traspasara la
barrera de lo necesario.
—No lo entiendes—fue lo único que pude decir mientras bajaba amrgamente la mirada.
—No—confirmó alzando mi mirada —No puedo porque no lo he vivido —suspiró —Pero sé
quién eres y lo que vales —contestó —Como también sé como te destruye recibir sus
comentarios. Camila eres muy buena actriz y tienes un corazón hermoso pero tener la
esperanza de algo que jamás va a suceder solo te hace ese daño irreparable que siempre
sientes luego de compartir un poco de tu tiempo con ella.
—¿Qué deseas comprar?—pregunté cambiando de tema y dejando atrás todo aquel
sentimentalismo que no necesitaba en mi vida, suspiré amargamente antes de apartarme de
la mirada de Claire quién me veía sin comprender, había aprendido hace mucho que los
sentimientos solo existían para mostrarte como una persona débil frente al mundo —¿Un
nuevo par de tacones?—volví a preguntar tratando con todas mis fuerzas olvidar por unos
minutos aquella punzada en mi corazón, la rubia no dijo nada pero no fueron necesarias las
palabras para reconocer la resignación que había en sus ojos azules antes de que volviera a
estar a mi lado.
—Tenía pensado en unos rojos que combinen con mi vestido negro
—sugirió sin más tomando mi decisión de no tocar el tema —Necesito algo de ropa para mi
viaje —la miré sin comprender lo que me estaba diciendo porque no sabía que ella se iba de
viaje, nunca había salido tal tema de conversación en la semana.
—¿Dónde te irás?—pregunté contrariada y ella solo suspiró antes de
sonreír.
—Italia, por unas semanas —contestó con la misma seguridad de
siempre, sin embargo, yo no podía estar más sorprendida por ello.

—No lo sabía —dije finalmente sin dejar atrás la sorpresa, ella se limitó a asentir ante ello
mientras sus manos jugaban nerviosas como si intentara decirme algo pero no encontraba las
palabras correctas para ello.
—Lo he decidido hace un par de días —admitió encogiéndose de hombros —Ya no quiero
seguir aquí —aquel comentario llegó como un balde de agua fría a mi cuerpo y la miré sin
entender de donde había nacido aquello—Estoy cansada de saber que la chica que amo jamás
va a tomar mi mano en público, estoy cansada de acostarme cada noche que estamos juntas
pensando en los mil problemas que tendremos si alguien descubriera lo nuestro —nunca
había escuchado su voz tan rota y a la vez coloreada por un tono que se acumulaba de
esperanzas que aún no habían abierto sus alas, pude divisar como esa chica quería dejar
atrás todas sus coronas
para ser parte de ese mundo donde no había flashes, fue increíble ver como esa chica de ojos
azules, cabello rubio como el sol se sentía como un personaje sin autor
—Estoy cansada de mentirme a mi misma que esto que siento solamente es algo del
momento, que no estoy enamorada de ella — respondió en un suspiro antes de dejar libre
todas esas palabras atragantadas que seguramente se había repetido en cada noche desde
que su vida había cambiado—Estoy cansada de todo Camila, no soy como tú, que puedo
mentirme toda la vida si se diera la opción —sentenció —No puedo seguir actuando que ella
no es una parte importante de mi vida por el miedo de que nos suceda algo, no puedo seguir
de esa manera. La amo lo suficiente como para saber que lo mejor que podemos hacer es
alejarnos de todo esto y comenzar a vivir la vida que nos negamos a tener por querer
sacrificar todo por la actuación —la sonrisa de Claire que se llenó de color en aquel momento
me dejó aturdida ante la belleza natural que estaba naciendo a través de una simple curva en
sus labios. Por primera vez desde que la conocía, era la admiradora de una chica llena de
vida, esa chica que la habían destruido y a pesar de eso se atrevía a seguir esperando que el

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destino le ofreciera la felicidad que le habían arrebatado.

—¿Cuándo te irás?—pregunté sin saber que decir, la francesa me miró con los ojos llenos de
lágrimas que jamás lograron expresarse porque eran esas gotas de rocío que le encantaban a
la vida y no alimentaban la tristeza sino a la esperanza.

—Se supone que unas semanas, mientras decidimos que hacer finalmente —respondió sin
dejar esa sonrisa innata en sus labios que me hizo sonreír porque la estrella más brillante que
había visto estaba destilando en el cielo sin necesidad del maquillaje ni ninguna cámara. —
Pero es bastante seguro que me vaya por siempre —susurró sin más.

—¿John lo sabe?—Claire negó con la cabeza ante esa pregunta.

—Eres la primera en saberlo además de Audrey —afirmó dejándome sorprendida porque no


me imaginaba que era la primera en conocer la vida que le esperaba a esa chica que llevaba
en su vida el aire del verano porque el invierno no se había apoderado de su alma, me
acerqué a ella con las lágrimas orgullosas de escuchar como se atrevía a ser feliz; cualquiera
le hubiera dicho que era una locura pero yo había estado cuando las noches eran tan largas
para ella que parecían una tortura. Conocía a su corazón roto, aquel que tenía miedo de
volver a amar porque creía que el destino volvería a quitarle todo lo que había deseado y en
una silenciosa pregunta me debatí si algún día yo sentiría lo mismo. —No he tenido la
valentía suficiente para decirle que me iré.
—Entiendo —fue lo único que pude decir en aquel momento.
—Sé que es una decisión que no ha sido tomada con tiempo —dijo algo insegura de ello —
Pero—antes de que dijera cualquier cosa no dudé en abrazarla dejando que aquel cariño que
sentía hacia ella floreciera en cada poro de su piel.

—Claire —contesté ante sus ojos azules que se llenaba de vida de una forma que nunca había
visto —No voy a detener lo que tu corazón siente como lo correcto —fue mi respuesta antes
de sonreírle con la pureza de la felicidad que sentía mi corazón al ver como ella iba a ser feliz.
—Eres mi mejor amiga y es por eso que te voy a apoyar aunque decidas irte a la luna — le
aclaré poniendo un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras mis ojos oscuros
intentaban darle consuelo frente a la locura que le esperaba al final del camino—Mereces ser
feliz al lado de la persona que amas, te extrañaré pero si encuentras ese pedazo de vida que
este mundo no ofrece a nadie, entonces eres más afortunada que muchas personas, me
incluyo en ello —le susurré antes de besar su mejilla —No puedo estar más orgullosa de ti —
no fueron necesarias más palabras porque las pequeñas gotas de rocío que aparecieron de
parte de ambas fueron suficientes para explicar la alegría que existían en nuestras almas.

—Gracias —murmuró —Esto es algo demasiado importante para mí y no podía ocultártelo —


agregó secando sus lágrimas.

—Gracias a ti por contármelo —refuté observando la belleza de Claire, no podía estar más
feliz porque su sonrisa estaba ocupando el mundo como se lo merecía —Pero creo que yo no
soy el problema de la ecuación ¿cierto?.
—John y yo estamos unidos por los lazos de la perdida —comentó con un susurante mueca
que demostraba esas palabras que no podían expresarse a falta de voz que les diera algún
sentido —Ambos nos condenamos a estar de luto frente a lo que la vida nos arrebató, el amor
que sentí, siento y sentiré por siempre hace Camille nunca se irá —confesó dejando que el
dolor de aquella frase se alborotara entre medio de los refugios de la brisa de verano que ella
estaba comenzando a sentir en su interior, era increíble ver como esa enredadera de espinas

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que la aprisionaban diariamente de a poco estaban siendo reemplazadas por flores que al fin
nacían después de tanto tiempo siendo parte de un duro invierno —Sin embargo, a ella no le
hubiera gustado que pasara la vida esperando por su amor cuando podía ofrecérselo a
alguien más —suspiró sin dejar aquella voz sencilla que declaraba la realidad de un corazón
que hace mucho había dejado de latir y que al volver a funcionar estaba cambiando todo lo
que tenía que ver con aquella rubia
—Jamás me perdonaría que viviera de luto por ella, Camille siempre deseó mi felicidad antes
que cualquier cosa y hoy me doy cuenta de que estoy a unos pasos de obtenerla. Por lo
tanto, no puedo dejar que se escape de mis manos otra vez—sentenció con una fina sonrisa
que fue testigo fiel de todo lo que estaba sucediendo en su interior con esas simples acciones
que significaban un todo, a veces
los actos más pequeños; las locuras más diminutas son aquellas que pueden cambiar el
rumbo de las estrellas en nuestro cielo.

—Lo sé —dije a sabiendas que eso era lo que necesitaba Claire en este momento, una
persona que le ofreciera esa seguridad que no iba a nacer por sí sola, necesitaba a esa
persona que le dijera que sus sueños eran importantes y que no importaba si se llegaba a
equivocar —Es por eso que sé que no vas a encontrar la felicidad en esta parte del mundo, no
en el mundo egoísta donde nos relacionamos diariamente— afirmé con el dolor punzante de
que sabía a la perfección como se sentía no ser feliz en esta vida, sin embargo, no estaba
segura de que yo pudiera ser tan valiente como para dejar todo atrás, dejar de ser la
princesa del país de las mentiras para ser la soberana de un reino que no tenía límites
definidos.
—Tengo miedo de como vaya a reaccionar —declaró dejando que la habitación se llenara de
todas esas posibilidades que se mezclaban ante la realidad
—Lo amo, siempre fue como un hermano mayor, mi mejor amigo y quién estuvo ahí cada vez
que el recuerdo de Camille dolía más de lo que podía soportar —sugirió antes de suspirar y
mirar hacia un punto fijo en la pared, yo no supe que decir porque la relación que ambos
tenían era lo más fuerte que había visto alguna vez, sabía que el dolor los unía, por lo cuál,
se me hacía difícil creer que algún día dejaría de existir esa ayuda mutua contra la vida —
Hemos creado una relación atípica frente al sufrimiento y a pesar de que sé que él también
me ama y siempre deseará lo mejor para mí, al final de todo sigo siendo el amor eterno de su
hermana y tengo miedo de que piense que estoy traicionando su recuerdo al decidir irme con
otra chica —las lágrimas volvieron a decorar sus mejillas frente al torbellino que creaban a
través de ella, un torbellino de palabras que no sabían actuar bajo la presión a la cuál se las
estaba creando.

—Lo entenderá Claire —susurré tratando de animarla, ya que en mi mente no podía haber
otra alternativa más qu esa, porque John jamás podría decepcionar a esa chica que había
sido su pilar durante tantos años —No puedes amar a alguien y no querer su felicidad, no
puedes ser tan egoísta con quién amas —afirmé obteniendo su mirada perdida que intentaba
creer cada una de las letras que salían de mi boca —Tal vez le cueste aceptarlo porque tú
misma lo has dicho, tienen una relación que va más allá de una simple amistad —agregué
antes de posar mi mano sobre su pálida piel para que una suave caricia se encargara de
convertir un simple gesto en una sonrisa de su parte. —Pero yo soy testigo del brillo que sale
de sus ojos al verte sonreír, por eso estoy segura que él no dudará en darte su aprobación
porque no espera nada más de ti que el hecho de que seas feliz .

—Gracias por todo Camila —respondió —Nunca pensé que la chica prepotente que entró a
esa cafetería sería capaz de mostrarme una amistad tan pura
—ambas reímos por aquel recuerdo tan lejano pero que a la vez en el transcurso del tiempo
era de hace apenas unos años donde ambas éramos desconocidas y hoy estábamos viendo
como nuestros caminos estaban más que unidos, no solo por el mismo trabajo sino por todos

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esos momentos que se habían acumulado para dar rienda suelta a nuestra amistad.

—Gracias a ti por ofrecerme ver la realidad con otros ojos —admití encogiéndome de
hombres, debido a que sabía que lo que había hecho en ella no era ni un cuarto de lo que
había provocado en mi en estos años —Te debo muchas más cosas de las que crees Claire—le
recordé a lo cuál ella asintió mirándome fijamente con sus luceros azules.

—Lo sé —afirmó —Es por eso que quiero que escuches atenta esto
—la miré con la confusión en mi rostro, ya que no entendía a que iba eso —Lauren es mi
amiga y —rodé los ojos frente a su constante protección hacia ese tema, sin embargo, una
risa salió con escuchar el típico comentario de que me iba a matar si le hacía daño porque
nunca me atrevería a hacer tal cosa contra la ojiverde que se había ganado mi corazón.

—Me asesinarás si le hago daño, lo tengo más que claro —comenté riendo, no obstante,
Claire chasqueó la lengua frente a esa respuesta.

—Sí, pero no —dijo seria —Ella está enamorada de ti Camila


—confesó sin dejar la seriedad que comenzó a tomar cada punto de su rostro —y sé que para
ti es fácil crear esta doble vida donde puedas estar con ella y a la vez vivir en este mundo,
pero quiero preguntarte como amiga —el sonido de la voz de Claire fue lo único que se podía
encontrar en esa habitación mientras yo prefería quedarme callada ante la realidad que
ambas habíamos escogido como la forma en que queríamos que nuestra relación funcionase.
Sabíamos que arriesgábamos tanto a través de esos reducidos momentos donde lográbamos
hacer ese eclipse que la luna y el sol tomaban como su muestra de amor, no obstante,
también sabíamos que esos pequeños instantes eran los que nos daban vida y nos hacían
luchar por ese algo que ambas sentíamos en el pecho cada mañana cuando el sol tocaba el
cielo y cada noche cuando la luna jugaba con las estrellas. —¿Tienes alguna esperanza de
que lo suyo va a ser algo más?—su pregunta llegó de una forma tan intrusa que tardé unos
segundos en comprenderla, no entendía a que venía aquello.

—Claire—dije intentando crear algún tipo de respuesta, sin embargo, la francesa negó con la
cabeza.

—Respóndeme de la forma más sincera que puedas, por favor


—sugirió frunciendo el ceño mientras que intentaba que las palabras salieran de mi
boca. Podía mentir y decir que me ilusionaba cada mañana en crear un futuro con ella, podía
decirle que me acostaba cada noche pensando en la vida que quería vivir a su lado, no
obstante, todo sería una mentira porque me había negado hace tanto tiempo a tener
ilusiones que ni siquiera con la cosa más real que tenía en mi vida podía imaginarme pasando
mis días en su regazo.

—No —contesté sintiendo la verguenza a flor de piel por aquella respuesta, sabía que nadie
que afirmara que estaba enamorado podía dar ese tipo de respuesta. No me enorgullecía
darla, pero era la realidad que me invadía —No soy de las que se ilusione de esa manera
Claire—aseveré sin dejar de sentir el peso de aquella respuesta, era cierto que la amaba
como nunca había sentido con nadie, era cierto que ella me dejaba en las nubes con cada
minuto que compartíamos, sin embargo, jamás me había ilusionado con ver un futuro que no
existía entre nosotras. Lauren tenía su vida y yo la mía, por lo cuál sabía que algún día lo
nuestro terminaría aunque no quisiera que esa triste verdad me azotara cada vez que
pensaba en ella —La amo pero soy realista y ese es el problema, cada mañana que me
levanto sé que la tengo tan cerca que quiero gritar por ello y a la vez sé lo lejano que es lo

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nuestro—respondí finalizando con la mirada de Claire, no era necesario que me dijera algo
porque su mirada representaba exactamente el hecho de que no aceptaba la forma en que
veía a su amiga.

—¿Crees que es justo para ella que la ilusiones de esa forma?—dijo estrepitadamente.

—¿De qué hablas?—pregunté aturdida.

—Sé que intentas evitar lo dura que es la realidad con lo suyo


—concretó —Pero no puedes negarme que no sabes que ella daría lo que fuera por ti y que
está arriesgando todo, solo por mantenerte a su lado —no fui capaz de mirar a Claire ante
esa afirmación porque lo sabía y me dolía no crearme ilusiones con Lauren, pero yo no era de
las personas que soñaban despiertas y creían que el amor duraba por siempre; especialmente
con el hecho de que nuestro amor estaba totalmente prohibido de cualquier forma que se le
viese. Tal vez era una cobardía de mi parte y lo aceptaba, pero las ilusiones solo eran eso y
no tenían sentido ni peso en la vida real. —No puedes seguir de esa forma, no es como si un
día puedas salir con ella y al otro no—exclamó comenzando a dejar su enojo frente al tema —
Ella no es un juego y si no actúas correctamente todo se va a terminar.
—No puedo hacer eso Claire —contesté en un suspiro —Respeto que tenga su vida sin
necesidad de que yo sea un factor en ella —sabía a la perfección que no podía elegir vivir con
ella porque había mucho más que perder de su parte que de la mía, especialmente debido a
que tenía ese miedo constante de que
podía hacerle daño, no era una buena persona y lo sabía, es por eso que aceptaba que
aunque me esforzase no podía dejar atrás todo lo que era.

—Es que no eres solo un factor, eres la persona de la cuál se ha enamorado —aclaró —La
conozco desde hace mucho para saber como está luchando diariamente para hacer que
parezca de que esto es lo que desea de ti, un pedacito cada vez que tengas tiempo. Pero
puedo ver como en sus ojos has creado la esperanza de que un día va a despertar a tu lado y
vas a pasar sus noches solitarias siendo su refugio—su mirada acusadora se sintió como la
peor sentencia que había obtenido de alguie —Sus sentimientos no mienten y ella necesita a
alguien que le ofrezca una ilusión que no ha sido parte de su vida. No puedes llegar a su
mundo, romper sus barreras y simplemente quedarte con el hecho de que no van a estar
juntas,no es justo ni para ella ni para ti —finalizó dejando clara su opinión frente al tema y
aunque tenía toda la razón, era poco lo que podía hacer contra ello.

—¿Qué quieres que haga Claire?—pregunté confundida.

—Que te preguntes cuales son tus prioridades —refutó en un bufido


—Eres mi mejor amiga y sé que tienes un corazón hermoso, no me sorprende que la ames ni
tampoco que ambas se hayan enamorado —afirmó —Aún así, te pido—sentenció en un ruego
—Mejor dicho te ruego que por favor sino vas a apostar todas tus cartas por Lauren, entonces
no sigas con esto — mis ojos se abrieron impresionados frente a esa opción—Ella merece a
una persona que decida quedarse a su lado, no a alguien que aparezca cuando el tiempo le
regale un poco de sus horas.

No había porqué discutir contra esos pensamientos.


Ella tenía razón al igual que siempre.
Lauren se merecía a alguien que se quedara a su lado a pesar de todo, el problema estaba en
que tenía miedo aceptar que tal vez yo podía ser esa persona.

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—Tarde como siempre —comentó mi madre apenas me vio sentarme a su lado en la mesa
que había reservado hace unos días en uno de los restaurantes más costosos de la ciudad,
conocía de memoria cada pared decorada ricamente del lugar como también reconocía las
luces colgantes y el silencio que siempre me asfixiaba en este tipo de lugares, sin embargo,
no había nada peor que la incomodidad que nacía cuando quedaba a tan solo unos
centímetros de distancia de ella.
—Lo lamento, se me hizo tarde con la sesión fotográfica que tenía en la mañana —me excusé
arreglando un poco mi cabello que había quedado descuidado al intentar llegar a tiempo, mi
madre no dijo nada simplemente dejó su mirada concentrada en el menú que tenía entre las
manos. No me sorprendió el hecho de que se viera tan ajena a que yo estaba a su lado, la
hija que no había visto hace meses.

Su única hija estaba sentada a su lado y ella prefería ponerle más atención a un simple menú.

—La puntualidad nunca ha sido tu punto fuerte cariño —confirmó finalmente ordenando la
servilleta entre su falda rosa, yo no dije nada y me limité a ignorar su comentario. Estaba tan
acostumbrada a ello que no me sorprendía ni en lo más mínimo las cosas que ella legara a
decirme. —Como tampoco lo ha sido vestirte como la ocasión lo requiere —afirmó mirándome
con la desaprobación que siempre nacía cuando decidía salir con ella, suspiré ante ello
controlando todas las palabra sque no quería decirle solo para no causar más problemas de
los que ya tenía —Creo que tu guardarropa necesita con urgencia ayuda —por un segundo
miré hacia la puerta y realmente deseé tener la fuerza de voluntad suficiente como para
levantarme e irme, sin embargo, nada de eso pasó y solo me atreví a tomar el otro menú que
estaba sobre la mesa y envolver mi enojo frente a los platos que hoy ofrecían.

—No es lo único, créeme—susurré irónicamente lo cuál hizo que ella me viera frunciendo el
ceño.

—¿Qué dijiste?—preguntó sin dejar el tono acusatorio de su voz.

—Nada importante —contesté suspirando antes de dirigir mi mirada hacia su figura perfecta,
tenía casi 50 años y aún así se veía varias décadas menor.
Todos conocían el legado actoral que llevaba a sus espaldas y aunque me doliera aceptar, yo
la admiraba de una manera que me parecía incomprensible dado el hecho de que jamás
había mostrado algún tipo de afecto más allá del necesario para no ser criticada por la
sociedad. Respiré hondo frente a esa cicatriz que nunca se iba a cerrar porque ella jamás se
iba a dar cuenta del esfuerzo que siempre había puesto para llenar sus expectativas, a ella
poco y nada le importaba cuanto la admiraba.
—Supongo que no estamos aquí para criticar mi retraso ni tampoco mi vestimenta
¿cierto?—pregunté cortantemente a lo cuál mi madre solo mostró una sonrisa falsa.

—Supones bien, Karla —sugirió sin dejar esos modales perfectos que tenía y esa serenidad
que siempre estaba de su parte —Tu padre y yo estamos preocupados de la forma en como
has gastado tu nombre en proyectos que no
merecen ni el más mínimo reconocimiento —ignoré su comentario rodando los ojos
—Pensé que habías madurado lo suficiente como para decidir que esto es lo que deseas hacer
con tu vida —siempre era la misma respuesta de su parte, el hecho de que yo no era lo
suficientemente madura como para poder sobrevivir sola en el mundo siendo que desde que
tenía memoria había forjado mi propio camino —El mundo del cine tiene que ser —suspiré
ante la frase que había escuchado desde que tenía memoria.

insideofmysoul
—Mi vida —contesté antes de que ella terminara su frase —Lo sé, lo he escuchado siempre,
madre —afirmé —Como esto tiene que absorber toda mi pasión y entregarme a él si es
realmente lo que deseo —ella se quedó en silencio frente a mi respuesta mientras me miraba
con aquellos ojos oscuros que ambas compartíamos pero que de su parte no mostraba más
que incomodidad frente a la hija que nunca decidió tener.

—Entonces ¿por qué te limitas como actriz a proyectos mediocres?—preguntó —Karla eres
una Cabello y no necesitas comenzar como una actriz cualquiera, tienes que saber distinguir
entre una buena película y algo que no tiene sentido —rodé los ojos al escuchar como no
podía decirme Camila, ella sabía mejor que nadie como odiaba mi primer nombre y como
nunca lo utilizaba, sin embargo, parecía que lo utilizaba solo para quitarme la calma —Es
increíble que aún no seas capaz de hacer aquella distinción.
—No creo que tú ó mi padre sean capaces de opinar en ese tema, sé a la perfección el costo
que es vivir entregada al mundo del cine—respondí enojada por su respuesta, ya que no era
necesario escuchar sus constantes regaños sobre lo que estaba haciendo con mi vida, era lo
suficientemente mayor como para decidir que hacía y que dejaba de hacer. Ni siquiera vivía
con ellos por lo cuál podía tener una independencia tranquila sino fuera por mi tonta
esperanza de que alguna vez ellos cambiarían, que algún día se darían cuenta de que tienen
una hija a quién podrían querer más que sus propios trabajos y que a ellos mismo. —No
necesito tus consejos
—agregué —Jamás los he necesitado—le dije alzando la barbilla orgullosa de mi respuesta,
sin embargo, era imposible que mi madre no dejara notar su enfado frente a mis respuestas.

—Siempre has sido una insolente —dijo finalmente —Una niña que no sabe lo que quiere y
solo actúa por puro capricho —empezó enlistando las mismas frases que utilizaba cada vez
que nos veíamos, dejándome agobiada como siempre
—Realmente no me sorprende tu actitud Karla, la niña que criamos se nos perdió en el
camino hace mucho —empuñé mis manos ante el dolor que sentí por esa frase, ellos no
habían hecho nada por mí; más que mostrarme que estaba sola en el mundo y tenía que
defenderme sino quería morir en el intento. Ellos me habían dado un
apellido que poco y nada me servía porque si tuviera la oportunidad de quitármelo lo haría sin
pensarlo dos veces, me habían regalado una vida vacía que jamás había deseado y que ahora
no podía quitarla de mi destino.

—¿A quién criaste?—pregunté riendo irónicamente —Porque yo no conozco a esa niña —


refuté —Todo lo que soy no es gracias a ninguno de los dos ni menos a mi apellido, todo me
lo he ganado con esfuerzo y el talento que tengo —mi madre me miró sorprendida ante mi
respuesta y la forma que por primera vez me mostraba cansada de sus constantes críticas —Y
no voy a permitirme que te atrevas a rebajar todo mi esfuerzo por tu ego de creer que todo lo
que he conseguido es gracias a ustedes —dije con dolor porque podía tener miles de premios
en mi trayectoria pero jamás podría ser capaz de no demostrar como me dolía la falta de
relación que tenía con las personas que debían amarme. Pensé en Lauren y la forma que
siempre le demostraba a su hija lo orgullosa que estaba de ella, pensé en todas las personas
que conocía y como hablaban maravillas de sus padres, haciendo que ese dolor punzante se
extendiera hasta las raíces de mi corazón.

—Es por eso que no has logrado muchas cosas, cariño —fue su respuesta —Siempre has
pensado en escalas menores, no te interesa llegar a una meta lo que tú quieres estar
constantemente desafiándonos—las palabras no fueron suficientemente fuertes como para
salir de mi boca, por lo cuál me quedé escuchando como ella se defendía a través de
argumentos sin sentido.

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—Claro, no me imagino mi vida sin crearles problemas que no pueden solucionar con dolor—
respondí con frialdad sintiendo como cada palabra me partía de a poco.

—¿Cuándo madurarás?—preguntó enojada —Tienes 22 años, a tu edad —no la dejé terminar


con lo que siempre me decía, ya estaba cansada de que ella fuera el centro de atención de
cualquier conversación. Ya no podía quedarme callada frente al dolor que siempre dejaba en
mi corazón.

—Estabas felizmente casada y tenías el imperio del cine a tus pies, lo sé —concreté —Pero yo
no soy tú, tal vez no quiero la misma vida que todos los demás quieren—respondí tratando
con todas mis fuerzas crear una respuesta frente a ello aunque por dentro sabía que la
respuesta había existido desde hace meses y por primera vez la valentía aparecía en mi
mundo para ser capaz de decidir que deseaba en mi vida —Nada de tu vida es real y yo estoy
cansada de no sentir la realidad en la mía.
—A ¿qué te refieres?—contestó confundida, yo suspiré cerrando los ojos porque sabía que la
decisión que mis labios iban a pronunciar era una locura pero al final de todo era mi locura y
podía decir que yo la había elegido.
—Me refiero a que dejaré el cine —dije riendo por como sonaba esa locura que demostraba la
poca cordura que me quedaba, mi madre me vio como si fuera una extraña.

—¿Qué?—preguntó tratando de digerir lo que había dicho, yo suspiré porque también estaba
sorprendida frente a esa respuesta, sin embargo, en mi interior sabía que era lo que deseaba
decir desde hace mucho pero por comodidad y miedo no me había atrevido a tomarlo como
opción. Al final de todo ¿quién era detrás del mundo falso donde había vivido toda mi vida?,
sino era actriz ¿entonces qué era?.

—Como lo escuchaste —exclamé segura por ello —Tengo más dinero del que podré gastar en
mi vida y tampoco me hace feliz tenerlo —esa era la realidad que me había invadido desde
siempre, no eran las películas lo que me había derivado a esa vida era el hecho de que jamás
había sido mi opción, había sido una decisión impuesta desde antes que naciera y recién era
capaz de darme cuenta que podía sacrificar eso que conocía pòr algo que desconocía pero
que podía llenarme en mayor cantidad —He vivido mis 22 años creyendo que mi felicidad
estaba en el cine cuando no era más que unas cadenas que me ataban a lo que ustedes
querían que yo fuese —respondí sintiendo como la seguridad me daba un poco más de valor
frente a cada palabra que salía de mis labios —Hoy soy consciente de lo que realmente me
hace feliz Y a pesar de que, no sé que me espera al final del camino, quiero arriesgarme por
esa felicidad que de seguro encontraré aunque sea por unos segundos— suspiré ante esa
realidad—Estoy segura que unos segundos de alegría son mejores que todos los años de
soledad que he vivido—no eran necesarias más palabras sobre la mesa porque era lo que mi
alma quería decir desde hace tanto tiempo que me sentí extraña al ver como me estaba
librando de algo que me había atado desde que tenía memoria. Por primera vez podía ser
humana y elegir equivocarme ó no, la perfección no estaba de mi parte.
Los libretos de mi vida no estaban escritos como en una película y no importaba si un día
dejaba de crearlos, éstos seguirían apareciendo porque eso era la vida, era una marea de
sucesos que se definían en las decisiones que tomábamos y las que no nos correspondían.

—No puedo creer que el destino me haya hecho esto —exclamó dolida por mis palabras —Mi
única hija no tiene ninguna neurona en función —me cortó seria mientras yo solo sentía la
sonrisa que se formó en mis labios tras esa decisión que ya no tenía vuelta atrás.

insideofmysoul
—Te sorprendería saber el uso que le doy a ellas a diferencia de otras personas —admití —No
tengo nada en este mundo que me haga feliz y no
puedo seguir actuando que lo soy, merezco ser feliz, crear mis propios caminos sin importar
si me equívoco en ello, no me importa ser perfecta; me importa ser feliz.
—sentencié —Pero nada de eso está en las películas que he realizado, le he dado toda mi vida
a un mundo que no me interesa, así que por primera vez voy a ponerle fin a mis ataduras y
voy a decidir por lo que mi corazón me diga y no por lo que es estrictamente necesario.
—Y ¿Cuál sería esa felicidad que tanto deseas?—preguntó desafiante, sin embargo, yo solo
pude sonreír porque no era necesaria la pregunta, ya que la respuesta estaba en mi mirada
perdida hacia aquella pelinegra. La respuesta existió cuando profané sus labios y cuando lo
nuestro se volvió algo más que simples palabras entre dos amigas.
La respuesta era esa chica que se había apoderado de cada fibra de
mi ser.

—Vivir con la persona que amo, crearme ilusiones de que habrá alguien al final del día que se
preocupará por mí —respondí —Escuchar a alguien que se sienta orgullosa de mis decisiones
y que me regañe cuando estás no sean correctas pero siempre las haga con todo el amor del
mundo, quiero que cada día me diga lo hermosa que soy pero no por el maquillaje que utilice
sino porque a sus ojos la razón de la belleza existe solo porque proviene de mí —las palabras
salían solas de mi boca porque eran promesas que me había negado a implantar en mi ser,
había llevado una vida tan vacía creyendo en lo que este mundo me había impuesto que el
primer riesgo que quería provocar en mi vida era permitirme ser feliz a su lado.
—Quiero a alguien que me baje las estrellas sin nada más que un par de besos, que alborote
mis ideas con sus palabras —sabía como mi mirada quedó eclipsada ante todo eso porque no
podía quedarme callada ante todo lo que Lauren había provocado en mí —Me he negado
todos estos años a creer que el amor exista, siempre pensé que era un invento del cine para
venderle esas historias románticas a los pobres incautos —refuté antes de suspirar —Sin
embargo, hoy mi corazón le pertenece a alguien más y sería la peor decisión del mundo no
atreverme a amarla como se lo merece — me sorprendí al ver como lo había dicho sin tener
el miedo que siempre llegaba al saber que lo nuestro era posible.

—No entiendo —contestó totalmente confundida y yo me encogí de hombros porque sabía


que había sido clara con lo que quería hacer con mi vida.

—No hay mucho que entender —aclaré—Como escuchaste, un chico no es parte de mi


expectativa de vida, estoy enamorada de la única persona que ha sido capaz de hacerme
temblar por el miedo de enamorarme —aseveré sin dejar aquella sonrisa profunda de mis
labios—La única que ha sido capaz de hipnotizarme con solo una mirada y que me ha
intoxicado todo el cuerpo con amor—sentencié —No quiero un hombre de cuento, no creo en
los príncipes azules ni en la
perfección—agregué siguiendo el ritmo que mis palabras declaraban sin importarles ni un
poco lo que podían decir. —Quien amo es la persona que me ha enamorado hasta los huesos
y que con cada beso me demuestra lo equivocada que he estado toda mi vida —concreté
antes de reír finalmente por todo lo que estaba sucediendo —Y afortunadamente esa persona
es una chica.
Definitivamente esa chica me había quitado todo tipo de cordura.
Sin embargo, no me importaba porque prefería envolverme en locura antes de que la lógica
me arrebatara lo que la vida me estaba ofreciendo aceptándola en mi destino.
Capítulo 38:La verdad sombría

I just wanna be part of your symphony Will you hold me tight and not let go? Symphony
Like a love song on the radio
Will you hold me tight and not let go?

insideofmysoul
New York Camila
Mi mirada quedó en la mayor incertidumbre al ver como aquellos ojos verdes seguían
adornándose con la misma paciencia y fortaleza que ella siempre irradiaba. Era extraño como
a pesar de todo el tiempo que había pasado desde la última vez que nos habíamos visto, ella
seguía siendo tan hermosa como siempre.
Tan estúpidamente perfecta pero no de la forma en que no tenía ningún tipo de error ni
tampoco de la forma en que todo el mundo parecía describir a la perfección, Lauren no era
perfecta porque jamás se había equivocado ni porque sus rasgos no tuvieran averías, sino
que para mi era perfecta por el simple detalle que sus errores se mezclaban con la belleza
profunda que ella tenía en sus aciertos; sus averías estaban enlazadas con el poder que
tenían sus virtudes y eso hacía que la perfección no tuviera ningún tipo de relación con el
hecho de no ser imperfecto sino que tenía más que ver con la definición de que a pesar de
que podía pensar en cada una de sus desventajas siempre prefería pensar en todo lo bueno
que ella atría y eso ya era suficiente para hacerla perfecta a mis ojos.
Suspiré al ver como la curva más bonita de su rostro se expresaba sin necesidad de tener un
reflejo y con un tímido encuentro me acerqué a ella después de semanas en dónde
intentáramos traspasar la incomodidad que nos daba un simple hola cuando antes habíamos
pronunciado todas las palabras posibles; era extraño como podías conocer a alguien y a la
vez te limitas a recibir solo una porción de su atención.
Saber que la había perdido era parte de mi condena pero realmente no podía con ella, cada
vez que nacía en mí ese momento de querer tenerla entre mis brazos y besarla como ella se
lo merecía; recordaba el detalle que yo había sido quién lo había arruinado, lo cuál además
de abrir aún más la herida que aquella equivocación había impuesto en mi vida, también me
daba la cordura suficiente como para saber donde estaban mis límites y saber que no podía
obligarla a que lo nuestro fuese algo más que momentos incómodos de dos personas que
conocían cada centímetro de la otra pero a la vez eran dos desconocidas distanciadas por las
circunstancias.
—Pareces realmente sorprendida —dijo entre risas al notar mi nerviosismo y yo me limité a
tan solo sonreír por aquello porque al final de todo
seguía siendo un papel en blanco frente a sus ojos, un lienzo sin pintar donde ella había
dejado marcadas cada una de las matices que su paleta de colores podía ofrecer al dibujo sin
color que ella había encontrado y se había encargado de decorar a su gusto; llenándolo de
vida y no solo eso sino que además se había propuesto a invadirlo de palabras de amor que
jamás había vivido, de silencios naturales y de secretos que podían hacerlo más atractivo de
lo que ya era.
No obstante, tal vez por error del destino ó de las malas jugadas que el pasado podía ofrecer
a cualquiera con mi suerte; aquel dibujo había quedado con tantos colores que ahora cuando
su vida gris había vuelto, éste no sabía donde refugiarse para poder llenarse nuevamente de
todos los destellos de luz que su artista dejó.
—La verdad es que no esperaba que aceptaras —comenté encogiéndome de hombros y
Lauren no dijo nada antes de desviar la mirada hacia mí dejándome completamente
indefense frente a la fortaleza de sus ojos avasalladores y combatientes, aquellos que habían
librado tantas batallas y que en más de una habían salido victoriosos.
—Yo tampoco esperaba que lo hiciera — sentenció antes de darme una cálida sonrisa —Pero
no quería decepcionarte —sus palabras se deslizaron suavemente por la pasión de mi alma y
sin necesidad de un pincel ó cualquier tipo de instrumento, éstas se atrevieron a llenarme de
esa porción de felicidad que tenía reservado para cuando sus palabras aparecieran —Hoy
estás hermosa—aseveró en una tímida sonrisa que comenzó a luchar contra la incomodidad
que nos llevaba separando durante tanto tiempo —Como una flor de primavera —murmuró
para sí pero aquellas simples palabras fueron capaces de encender mis mejillas de aquel tono
rojo tan natural que ella muchas veces había asegurado que amaba de una forma loca. Esas
simple letras que buscaban su propio orden para mostrarse como una oración completa y
llena de la misma dulzura que siempre había precedido de Lauren fue lo que hizo que una
sonrisa aflorara en mis labios como un intento de calmar la forma en que aquella pelinegra
era capaz de crear en mí.

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—Gracias —fue lo único que pude decir, sin embargo, ambas sabíamos que no eran
necesarias las palabras entre nosotras dos, ninguna de las dos sabía disimular de una buena
manera y eran más que notorias nuestras reacciones frente a la otra. Tal vez por eso dolía
tanto lo que sucedió ya que a pesar de ser tan honestas de una forma natura, yo había
preferido reunir secretos entre los hilos de la verdad para que ella jamás los descubriera,
preferí ensombrecer el dibujo de todas esas verdades que jamás fueron dichas y que
finalmente buscaron su propia huida después de tanto tiempo ocultas —¿Cómo estás?—
pregunté tratando de calmar todas las emociones que nacían solo con verla, Lauren no tardó
en acomodar un mechón de su cabello para atrás como siempre hacía, tenía esa manía de
jugar con su pelo cuando estaba nerviosa y tenía que aceptar que me encantaba ser parte de
las personas que reconocían aquel detalle; me enorgullecía decir que la conocía tan
íntimamente como
lo hacías, aunque también aquello era un arma de doble filo porque cada vez que lo
recordaba era como una estocada directa al corazón recordándome que a pesar de lo cercana
que éramos; todo había quedado en el pasado y seguíamos siendo dos desconocidas en
medio de un sinfín de miradas que se perdían una a una al no saber que dirección tomar, si
tenían que tomar el cariño con el cuál habían sido concebidas ó seguir con ese silencio
doloroso al cuál las habían excluido.

—Muy bien gracias —respondió exiliando de una forma tan prepotente el silencio que nos
estaba torturando, sin embargo, con solo mirarla podía saber que sus palabras querían decir
mucho más de lo que se atrevían a pronunciar, aunque aún seguíamos embarcadas en el
mismo viaje de las pocas palabras ó aquellas que no podían ser malinterpretadas de ninguna
forma. Ese viaje sin retorno premditado donde solo decíamos lo que dos personas normales
lograrían decirse, un simple hola ¿cómo estás? no tenía nada de especial porque se había
perdido en medio del camino de los sentimientos. Reconocía aquel acto de heroísmo de su
parte en donde se negaba a utilizar palabras que no estuvieran fríamente calculadas para que
no existiera ningún tipo de error al decirlas, al final de todo, siempre era yo la que caía en el
sentimientalismo exhuberante porque no podía controlarlo cuando tenía su presencia tan
cerca mío pero ella era experta en no darle importancia a sus sentimientos y mostrarse tan
fría con las personas que no llegaban a superar su barrera de contención donde resguardaba
la confianza y su corazón para no volver a ser herido mientras que yo seguía muriendo por
ella.
¿Qué tipo de lógica tenía eso? ó mejor dicho ¿qué tan masoquista podía ser al intentar crear
algo en donde ya no existía ningún terreno virgen para poder hacer vegetar la tierra?, que
tuviera las disculpas de Lauren no significaba que ella regresara a mí ni tampoco debía darme
ilusiones de esa forma porque ella era tan buena dejando en claro que no iba a sufrir
nuevamente que yo tampoco debía buscar ninguna forma de consuelo en su mirada ni en sus
palabras no dichas.
Pero lo seguía haciendo desde el primer día, mi esperanza no moría, de que tal vez solo
habíamos sido personas viviendo el momento incorrecto. Aún tenía la esperanza absurda de
que quizás el tiempo lograra sanar todos esos errores que había cometido contra ella y que
finalmente se vieran enmedados dándole la oportunidad a que comencemos de nuevo, tal vez
era una ilusión algo ilusa, mejor dicho muy ilusa, pero no podía hacer nada contra los
sentimientos que abatían mi pecho cada vez que me levantaba ni tampoco en los que nacían
al recordarla y que decir sobre aquellos que se refugiaban en mis noches oscuras que ella
había dejado desde que su cuerpo no se arropaba con el mío.
—¿Qué tal tú?—preguntó quitando mis pensamientos de una forma abrupta que no me
permitió dar una respuesta inmediata a ello.
—Bien, supongo —concreté sin darle mayor importancia ante todo lo que le quería decir pero
me atrevía a romper la línea que ambas habíamos delimitado el día en que todo había
terminado, creo que eso era lo más difícil de
decidir amar a alguien.

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El hecho de que no lo decides.
Que te enfocas mentalmente a hacerlo bien, a asegurar tus barreras y tus límites. Te
propones a saber que jamás caerás en ese juego del dolor cuando todo acabe pero también
te atreves a prometerte que darás todo de ti para que funcione. Sin embargo, cuando llega la
situación es totalmente distinta y todo lo que alguna vez pensaste ó planeaste, dejan de
tener peso y te concentras en vivir el día a día; olvidas que existían límites y que debías
proteger tu corazón ante una inminente ruptura.
Te olvidas de la lógica y de la cordura porque te sumerges a ese océano de sensaciones que
son desconocidas para ti pero que antes sonanban tan familiares y típicas. El amor no tenía
manual de instrucciones y no podías pensar que ibas a poder combartilo.
Este simplemente llegaba y te destruía ó te daba más vida, aunque a veces la destrucción
también te otorgaba esos beneficios por lo cuál nunca estás seguro de que es lo que
realmente sientes cuando el amor llega a tu puerta.
Y esa es la verdad sombría que nadie quiere aceptar, el simple hecho de que no puedes
controlar lo que sientes aunque así lo desees. Que no puedes controlar tu corazón aunque así
todo sería más fácil, de que pierdes el autocontrol de tus deseos y te envuelves cada vez más
de esa droga placentera llena de feromonas y canciones de amor.
Te dejas llevar por esa laguna cálida de poemas y películas de amor que te distancian de la
costa de tu vida y que cuando acaba te hacen naufragar sin salvavidas, existiendo bajo tus
propias condiciones y lo que te queda después de haber abandonado todo por nadar un
momento en aquel río virtual de sensaciones y emociones.

—Estos días he comenzado a reunirme con Taylor —comentó finalmente sin alzar la mirada lo
cuál me dejó totalmente contrariada porque no esperaba aquella respuesta de su parte,
pensaba que ella no iba a romper su barrera de no decir nada que fuera delicado para
conversar, algo que no podía controlar como lo era la relación que tenía con su familia —Es
raro —mencionó sin dejar de tener la vista clavada en su taza de café humeante mientras sus
ojos verdes se perdían entre medio de la incomodidad de no saber que decir ó como
defenderse frente a la batalla que estaban librando, por lo cuál sin siquiera pensarlo me
atreví a deslizar suavemente mi mano hacia la suya intentando torpemente apartar un poco
de la carga que nacía con esas palabras. Sabía a la perfección como le costaba hablar sobre
esos temas, la conocía y podía asegurar que odiaba hablar de su familia por miedo a que las
personas la vieran como una persona débil, como alguien que merecía ser vista con lástima
por todo lo que tuvo que vivir y por todo lo que se le fue arrebatado a lo largo de su vida, sin
embargo, yo nunca la vería con los ojos de la lástima ni
menos con aquellos destellos de pena, la veía como la chica más valiente que había conocida
como la guerrera que era y que merecía ser conocida.
—¿Cómo te sientes por ello?—pregunté sin dejar el tímido contacto que nuestras manos y
sentimientos estaban viviendo con una simple demostración de cariño, ella solo suspiró y
ladeó la cabeza confundida antes de alzar sus esmeraldas que intentaban controlar la
tormenta que se abatía en su interior dejando todas sus defensas en el piso sin tener ningún
tipo de ayuda para volver a armarlas.
—Ella es como muchas veces quisiera que fuera cuando era una adolescente —sentenció
amargamente —Sé que su cariño es sincero pero no puedo dejar el pasado, ¿está mal eso?—
me preguntó insegura mientras yo suspiraba intentando darle una respuesta que pudiera
darle algún tipo de consuelo aunque no estuviera realmente segura de como podía llegar a
eso.
—Creo que es una decisión tuya —afirmé antes de mirarla con una sonrisa —Creo que ambas
sabemos que las palabras y las emociones no se controlan aunque nos encantaría poder
utilizarlas en el momento correcto, sin equivocaciones y sin oportunidades para malgastarlas,
no obstante, la realidad es distinta y somos humanos imperfectos intentando vivir la
perfección que se nos ofrece —aseguré ante su mirada atenta —Al ser tan imperfectos, nos
duele aceptar que cuando nos lastiman debemos perdonar como también nos duele saber

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cuando nos equivocamos —ambas suspiramos ante ello —Pero creo que darle una
oportunidad de volver a tu vida ayudará a que puedas encontrar la respuesta a todas esas
preguntas que tienes—respondí soltando mi mano de la suya por miedo a la incomodidad, sin
embargo, ella la tomó delicadamente con una sonrisa.

—No me incomoda —susurró intentando mirarme a pesar de lo que significaba aquello


—En verdad me gusta hablar contigo aunque nos hayamos equivocado —suspiró antes de
volver a tomar las palabras que ella deseaba confeccionar—Preferí distanciarme porque
mereces seguir con tu vida Camila, nos hicimos daño suficiente como para querer volver a
caer en lo mismo y lo entiendo —confirmó con su mirada totalmente puesta en la mía como
sis sus ojos fueran capaces de llenar una sinfonía que desconocía pero que a la vez admiraba
como a nadie —Entiendo que aunque estoy muriendo por besarte no pueda hacerlo porque es
lo mejor, al final el tiempo es quién cura todo ¿no?—preguntó con una mueca que
demostraba claramente como se sentía en aquel momento y yo cerré los ojos asintiendo por
ello, aunque no estuviera de acuerdo con su decisión, la respetaba porque ella lo había
decidido y tal vez realmente era lo mejor para ambas.
—¿Decías la verdad cuando me dijiste que me habías disculpado?ó solo lo dices para
mantenerte orgullosa de tus decisiones y controlar tu vida como siempre lo has hecho—
pregunté sin detenerme en ninguna sola palabra que había tenido duda desde que habíamos
terminado, Lauren suspiró antes de tomar un poco de su café y devolverme su mirada
confundida sin saber que realmente decir; antes no existían silencios que nos dañaran de esa
forma y ahora existían palabras que nos
hundían aún más.

Así era la ironía de la vida.

—Contigo ninguna decisión es totalmente correcta, creo que al principio realmente lo hice
porque no deseaba sufrir más y perdonándote iba a dejar de sentirme de esa manera tan fría
—argumentó —Sin embargo, es totalmente cierto
—confesó dejándome sorprendida porque no esperaba esa respuesta de su parte —No puedo
sentir rabia hacia ti, lo que siento es decepción de que te siga queriendo de la misma forma y
que tus ojos me digan lo mismo, pero que ambas sepamos que no es correcto —concretó en
un suspiro tan amargo que fue capaz de llegar de una forma venenosa hacia mis labios,
ambas sabíamos lo duro que estaba siendo esto para ambas partes y aunque trataramos de
mostrarnos maduramente como nuestros subconscientes lo pedían, tampoco podíamos hacer
nada en contra de todo lo que rellenaba nuestros pensamientos y que se desviaban a aquella
época donde todo había sido tan distinto—Creo que eso es lo que más duele, saber que a
pesar de que los sentimientos siguen ahí, y tal vez solo tal vez seamos las personas
correctas—murmuró sin estar segura de lo que decía no dejaba de sorprenderme ante su
posibilidad de que ella había estado realmente ilusionada, era la primera vez que escuchaba
de sus labios algo parecido, y me dolió saber que yo lo había destruido.
Había destruido su ilusión luego de que sabía cuánto le había costado poder llegar a lo que
fuimos, como le había costado dejar sus experiencias atrás y lanzarse a amar sin ningún tipo
de dificultad —Estamos viviendo el momento incorrecto.
—¿Y cuándo será el momento correcto?—pregunté frunciendo el ceño porque necesitaba esa
respuesta para esperar que llegara, para saber que el dolor que sentía en mi pecho todos los
días y como me negaba a mirarla a los ojos por todo lo que había dañado finalmente se iría y
me permitiría quererla como correspondía de la manera que ella se merecía.

—No lo sé —admitió encogiéndose de hombros —Pero no es hoy y posiblemente tampoco sea


mañana —aseveró —Lo siento porque esto no sea una película de amor donde todo el guión
está listo y solo tenemos que actuarlo, donde no tengo las decisiones correctas a la mano ni
las palabras que son necesarias para hacer épica cada escena —respondió dejando que la
frustración exaltara cada una de sus palabras y que me dejara sin defensas con la cuál

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pudiese combatir sus argumentos.

—No te disculpes por ello, por favor —refuté mirando como cada una de las líneas de su
rostro se dibujaban de la manera tan única que ella tenía de reaccionar —Estamos siendo
adultas por lo cuál no quiero que esto sea obligatorio para ambas, no quiero obligarte a tener
tus palabras ni que tú veas que puedes decir y que no para que yo no me incomode —
concreté seria mientras mis lágrimas me
pedían permiso para poder mostrarse, no obstante, me negué a esa opción porque quería
actuar por primera vez con la cabeza y no con el corazón —Sé que fui yo quién lo arruinó y
realmente lo siento, no sabes que haría para quitar todo lo que hice para que lo nuestro no
muera —afirmé perdiéndome en su mirada —No tienes ni la más mínima idea de coo me
siento cada vez que te miro y recuerdo que yo te dejé ir por mi cobardía, pero también sé
que no quiero que lo útlimo que nos queda se derive a palabras formales y ser dos
desconocidas intentando combatir la incomodidad — el silencio nos envolvió de una forma tan
amenazante que ninguna supo como romper aquella tensión que había nacido a raíz de
nuestras propias decisiones.

—¿Cuál es tu solución?, porque si tienes la respuesta a ello sería la mejor noticia que he
recibido en semanas —preguntó con la sinceridad asesinando sus labios porque ni siquiera la
ironía podía colarse entre sus palabras.

—Que sigamos nuestros propios caminos —afirmé con toda la seguridad del mundo porque
sabía que esa era la mejor decisión que podíamos tomar
—Sé que me dolerá no saber al menos que estás bien y decirte que te vaya bien todos los
días —concreté —Será difícil olvidarte y no tener la necesidad de llamarte pero creo que
Inglaterra ayudará en eso —refuté sintiendo una punzada de dolor en mi pecho mientras
Lauren me miraba sin entender lo que le estaba diciendo.

—¿Es lo que creo?—preguntó contrariada tratando de digerir la noticia por lo cuál me limité a
asentir.

—Me dieron el papel para la película y me iré a finales de enero, Lauren —respondí tratando
de despejar todas las emociones que habían nacido con esa noticia, aún me seguía doliendo
esta decisión pero al final de todo, sonaba más real que todo lo que habíamos hecho hasta el
momento.

—Eso es fantástico Camila —dijo con la emoción a flor de piel y con la sonrisa más bonita que
había visto en las últimas semanas —Al fin llegó tu oportunidad —afirmó —Es increíble, te lo
merecías —no había mentiras de su parte, todo se mostraba tan natural que aún así me dolió
el hecho de que ya nada era igual que antes —¿Puedo al menos felicitarte de la forma en que
te mereces?—preguntó parándose de su asiento y yo asentí en un suspiro.

—Creo que sí —respondí sintiendo como sus brazos se dejaban llevar por mi cuerpo, cerrando
los ojos para recordar aquel breve encuentro real y sincero que estábamos viviendo.

—Espero que esta sea el principio de una nueva vida y tienes razón
—me susurró dejando que mis lágrimas hicieran juego con sus palabras —Creo que
no es sano que torturemos lo que aún queda de nosotras, tal vez el tiempo nos dará su
bendición y logremos llegar más allá de los silencios incómodos y que ninguna sepa que
decir.

—Estoy totalmente de acuerdo —respondí sin más sintiendo como sus brazos dejaban de ser

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pétalos sobre mi cuerpo y que se encontraban a la suficiente distancia para parecer mástiles
distantes —Gracias por aparecer en mi vida, espero que la próxima vez que coincidamos al
menos estemos menos heridas y logremos pensar con la cabeza y no con el corazón.
—Gracias a ti — refutó tan fuerte y guerrera como siempre se mostraba ante todo, por un
segundo envidié la forma que ella tenía para reaccionar a la vida pero jamás llegaría a esa
madurez por el hecho de que yo sentía antes de pensar—Por pintar mi vida por primera vez
con los colores más hermosos, eres el recuerdo más bontio que tengo de mi catálogo de
decepciones —agregó en un suspiro
—La verdad sombría es que dudo que pueda olvidarte pero por algo hay que comenzar.
La verdad sombría parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren

—Noelle Rose quiero verte con el pijama puesto y tus cuadernos sobre la mesa —dije con la
voz cansina que había despertado luego de un día tan largo como el que había sido hoy, tiré
las llaves sobre la mesa mientras me quitaba los zapatos que ya me tenían harta y los
acomodé en una parte de la entrada suspirando frente al día que ya había terminado.

Cerré los ojos por unos segundos dándome ánimos de que solo quedaban un par de horas
para que el día terminase y comenzara uno mejor, sin embargo, ese breve descanso se exilió
de mi vida cuando vi a mi hija descalza con el pijama puesto, el cabello alborotado y sus
cuadernos sobre la mesa como le había ordenado. Me acerqué a ella sabiendo que ambas
teníamos una conversación pendiente, no obstante, preferí dejar colgado por un momento
aquel tema y no pude rechazar mi inercia de abrazarla después de un día sin tener sus
constantes cariños.
Me puse de su altura y apartándole el pelo rubio que le caía como si fueran pequeñas
cascadas comencé a acariciar su mejilla con una sonrisa mientras ella no decía nada.
—Te he extrañado tanto hoy, copito —le susurré besando su mejilla y ella asintió sin alzar la
mirada —Pero sabes que tenemos que hablar ¿cierto?—ella suspiró y volvió a asentir antes de
dejar pequeñas lágrimas en sus mejillas.
—Lo siento mucho —confesó sollozando antes de que yo dijera algo, suspiré amargamente
mientras mis brazos abrazaban su frágil cuerpo, odiaba tener que regañarla pero al final tenía
que hacerlo—Realmente lo hago —volvió a repetir mientras sus palabras se quedaban sin voz
entre medio de sus lágrimas yo asentí alzando su mirada notando como sus ojos azules se
perdían entre una culpa que no se escondía de ninguna forma.

—Mi amor, no llores —afirmé apartando esas gotas de agua que caían sin césar sobre ella —
Creo que es mejor que en vez de disculparte me cuentes lo que sucedió —comenté besando
su frente —No puedo juzgarte sino me cuentas porqué me escondiste tu reporte de notas —
Noe no dijo nada mientras yo esperaba que me dijera que la había llevado a ello, la verdad es
que jamás me preocupaba por su colegio, ella siempre había sido una excelente estudiante y
es por eso que se me hacía más fácil no estar pendiente de ello, sin embargo, no dejó de
sorprenderme el hecho de que Ally me comentara que las notas de Noe habían bajado en
matemáticas y más aún impresionada había quedado ante el hecho de que jamás me había
mencionado sobre la entrega de sus notas.
—Esperaba sacarme una mejor nota y que no te enteraras —dijo finalmente antes de desviar
su mirada hacia la mesa — Creí que sino te contaba no te darías cuenta —agregó mientras yo
miraba compasivamente cada una de sus palabras, por lo cuál no dudé en tomar sus manos y
besarlas antes de sonreír.

—Tienes razón, no me hubiera dado cuenta porque confío en ti antes que en nadie —le dije
haciendo que ella bajara la mirada avergonzada —Sé que eres una muy buena estudiante

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amor, no necesito de notas que me certifiquen lo inteligente que eres, lo veo a diario —
concreté tratando de quitar esos mechones de cabello rubio que se veían desordenados —
Pero no está bien ocultar las cosas— suspiré —Debiste haberme dicho que no te estaba
yendo bien en matemáticas, lo hubiera entendido, de hecho lo entiendo —agregué sin dejar
que mi voz tuviera algún matiz de enojo, trataba de hablarle lo más dulce que podía porque
mi intención no era que se sintiera mal sino hacerle ver lo que no era correcto, jamás había
compartido la idea de que los padres deben solo cumplir la función de castigadores sino que
prefería conversar con ella y que se diera cuenta de lo que había hecho sin necesidad de que
yo me mostrara enojada —No todos somos buenos en todo lo que existe, algunas cosas son
más difíciles que otras pero el esfuerzo es lo que realmente importa; el esfuerzo que pongas
para lograr eso que parece imposible es lo que le da vida a los sueños y las recompensas, mi
amor, así que quiero saber porque no te acompañan buenas notas en esta materia —Noe dejó
de sollozar para mirarme con su labio temblando, yo me limité a esperar su respuesta hasta
que ella suspiró y asintió por eso.

—No me gusta, es aburrida—sentenció moviendo sus manos de forma nerviosa antes de alzar
su mirada hacia mí —Además mi profesor dice que todos los que no saben matemáticas son
unos tontos que no van a hacer nada por su vida —no pude estar más sorprendida por la
forma en que la educación tenía una estructura sumamente fría, no es que eso no fuera
normal en una sociedad que solo le importaban crear copias de personas que siguieran con
esos ideales tan errados, sin embargo, en mi casa no iba a permitir que cualquier persona
discriminara a mi hija solo porque no tuviera buenas notas en una materia, ella valía mucho
más que simples calificaciones en un papel.

—La verdad es que yo encuentro que él es un tonto solo por decirle eso a niños de siete años
—respondí acariciando su mejilla —Mira, no todo en la vida nos puede gustar—sugerí
suspirando —Sería grandioso que todo lo que hagamos diariamente sea porque queremos
hacerlo, pero no se puede tener esa opción ya que siempre va a haber algo que tengamos
que hacer por obligación —argumenté —Pero que no te guste algo no significa que lo tengas
que dejar de lado y no esforzarte por intentar dar todo de ti —agregué antes de besar sus
manos y ponerlas en mi corazón
—Sé que suena horrible pero estás estudiando y no tienes más opciones amor, cuando
crezcas y puedas escoger lo que quieras hacer con tu vida todo será más fácil
—aseveré —Pero por ahora solo tienes que esforzarte para que las matemáticas no te ganen.
—Lo siento mami, no quería decepcionarte—respondió totalmente arrepentida y yo ladeé la
cabeza porque esa sería la última palabra que utilizaría, Noe jamás podría decepcionarme por
unas simples notas, a diferencia de todo el mundo, a mi me interesaba más que mi hija
tuviera valores inculcados y la bondad de su parte que el hecho de que fuera buena en
matemáticas.

—Nunca me vas a decepcionar por algo tan irrevelante—le aseguré para que ella no llegara ni
a pensar que eso era posible —No vine aquí a regañarte por tus notas sino porque podías
habérmelo dicho e intentar solucionarlo juntas
—supiré antes de besar su frente —Como te dije, no necesito un papel que me diga lo
inteligente que eres, yo lo sé porque te conozco desde antes que nacieras y sé que no existen
límites para tus sueños —comenté con una sonrisa —jamás dejaré de estar orgullosa de ti
amor, no obstante, también necesito de tu parte porque ambas sabemos que necesitas
buenas notas para poder seguir en el colegio —Noe asintió ante ello porque sabía a la
perfección que yo no podía solventar un colegio como él que ella estaba y que sino hubiera
sido por la beca que ella mantenía, simplemente la idea de que recibiera una educación de
excelencia hubiera sido un sueño imposible
—Y el estudio siempre va a ser.

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—Lo que nos ponga en ventaja para conseguir los sueños—terminó la frase y yo asentí
porque sabía que ella tenía sueños en su vida, que deseaba hacer tantas cosas y todo eso era
posible solo con que ella estudiara. Yo no había tenido la oportunidad de tener aquello, sin
embargo, no quería que Noe pasara por lo mismo, ya que yo quería que fuera feliz a todo
coste y que no viviera el día a día con preocupaciones de si va a tener dinero ó no, yo
deseaba que ella no pasara ninguna de las dificultades que yo había vivido desde siempre —
Lo sé.
—Bien, corazón —respondí finalizando con el regaño, porque sabía que ella estaba lo
suficientemente arrepentida como para seguir con ello, no era necesario poner un castigo si
ella había aprendido la lección —Entonces ¿tengo tu promesa de que intentarás esforzarte
más en matemáticas?—le pregunté y ella asintió limpiando sus lágrimas con su mano en
puño, no dudé en acercarla a mí y abrazarla, no podía estar màs orgullosa de ella, cada día
que pasaba me daba cuenta de lo hermosa que era y como era capaz de conseguir lo que ella
deseara, cómo era mucho mejor que yo y no había nada más satisfactorio que eso.

—Lo prometo —me susurró al oído y yo asentí acariciando suavemente su espalda.


—Sé que lo lograrás, eres mi orgullo y nunca dejarás de serlo ni tampoco dejaré de amarte
como lo hago —le dije tomando su rostro entre mis manos para que me escuchara
claramente —Infinito como las estrellas ¿lo recuerdas?—Noe asintió y volvió a tirarse a mis
brazos dejándome esa sonrisa especial que siempre nacía a su lado.

—Te amo mami —me dijo antes de besar mi mejilla y reposar su cabeza en mi hombro, yo
acaricié su cabello pensando en que no había nada más importante que ella y su bienestar.

—Yo también copito, más que a nada —sugerí apretando suavemente sus mejillas a lo cuál
ella rió con esa risa tan adorable que siempre tenía
—¿Tienes tareas?—le pregunté volviendo a ponerme de pie y ella asintió suspirando mientras
se sentaba en la mesa.

—Sí, de matemáticas —aclaró antes de tomar su cuaderno y abrirlo para que viera que tenía
tareas, yo solo me acerqué a besar su cabello mientras acariciaba dulcemente su espalda.

—Perfecto, las hacemos juntas mientras hago algo de cenar—sentencié dirigiéndome hacia la
alacena de madera que estaba sobre la cocina, al abrir las puertas de ésta noté como no
había nada en la despensa para hacer de comer y no pude no fruncir el ceño ante ello para
luego cerrar las puertas
—¿Cenaste donde tía Ally?—pregunté sin dejar que mi voz mostrara la preocupación de que
no había nada para hacer de cenar y aún me quedaban un par de días para poder cobrar, Noe
negó sin mirarme.

—No, me fui temprano, tía Dinah me fue a buscar —aseveró


sonriendo.

—Bien, hablando de ella ¿dónde está?—pregunté pensando en lo que podía hacer en ese
momento, ya que había pagado la renta hace un par de días por lo cuál no tenía dinero hasta
que me volvieran a pagar.

—Salió a comprar porque dijo que no había nada interesante que hacer de cenar —respondió
encogiéndose de hombros y supe que ella también se había dado cuenta de que no teníamos
nada para comer, me acerqué a Noe con una sonrisa antes de besar su cabello intentando

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disimular la preocupación frente a eso.

—Entiendo —contesté jugando un poco con el cabello de mi hija antes de tomar su rostro
arrugando la nariz —¿Tienes hambre amor?—le pregunté deseando que me dijera que no y
cuando ella negó no pude haberme sentido más
tranquila.

—No, la verdad es que no —aseveró moviendo su nariz con la mía.

—¿Quieres un poco de té?—le pregunté recordando que aún me quedaba un poco y al menos
serviría hasta que mañana pudiera comprar algo de comida, Noe se encogió de hombros y no
dijo nada.

—¿Con galletas?—dijo finalmente y yo asentí porque había visto que aún quedaban unas
cuántas.

—De animalitos —concreté sonriendo a lo cuál ella asintió emocionada porque eran sus
favoritas.

—Si quiero, por favor —no pude no reír por su emoción frente a mi opción improvisada de
una cena, así que me limité a asentir mientras sacaba los recipientes donde tenía las hojas de
menta y de manzanilla para luego ponerlo sobre la mesa al lado de la pequeña rubia.

—Bien, ayúdame entonces mientras me cambio de ropa ¿vale?—le pedí pidiéndole que
pusiera en la tetera las hojas de té, ella asintió antes de besar mi mejilla.

—Claro —contestó mientras realizaba con emoción aquella simple tarea y yo iba al baño para
cambiarme de ropa por el pijama —¿Hoy viste a Camz, mami?—preguntó apenas salí, me
amarré el cabello antes de mirarla extrañada por la pregunta

—No la he visto desde la última vez que estuvimos con ella copito
—sugerí tomando la tetera para ponerla sobre la cocina —¿Por qué?.
—La extraño —susurró haciendo puchero y yo no pude no reír por la ternura que irradió
aquella simple acción, por lo cuál no dudé en acercarme a ella para darle un pequeño beso
antes de sentarme a su lado de la mesa.

—Somos dos —agregué sabiendo que la extrañaba lo suficiente como para verla pero
también entendía que ninguna de las dos tuviéramos tiempo para estar a solas —¿Sabes en
qué estaba pensando hoy?—pregunté cambiando de tema, Noe me miró frunciendo el ceño y
negó ante mi pregunta.

—¿En qué mami?—dijo dejando el lápiz que tenía en su mano a un lado mientras que yo
tomaba una de sus manos y la besaba ante la emoción que llegaba a mí solo pensar que
quedaba menos de un mes para que llegara su
cumpleaños.

—Que se acerca el cumpleaños de una personita —admití sonriendo a lo cuál Noe no dejó de
mirarme extrañada sin entender de que le estaba hablando.

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—¿Quién?—preguntó sin entender.

—Vamos, no creo que no estés contando los días—comenté


divertida.

—¿Los 21 que quedan?—preguntó alzando la ceja emocionada mientras yo solo reía por las
ocurrencias que llegaban a ella como respuesta —Pensé que hablabas de otra persona —
respondió encogiéndose de hombros.

—¿Qué deseas de regalo?.


—Colores nuevos —fue su respuesta casi inmediata.

—¿Qué tienen los tuyos?—pregunté y ella no tardó en sacar el estuche de colores que le
había regalado hace unos meses.

—Están gastados mami—respondió mostrándome que era cierto, estaban tan gastados que
casi no le quedaban para sacarles punta —¿Ves?—asentí notando los pequeños colores.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?, te hubiera comprado unos nuevos hace mucho —aseveré
ante el hecho de que jamás me había comentado lo de sus colores y Noe simplemente negó
dejándolos a un lado.

—Porque faltaba mucho para mi cumpleaños y solo puedo pedir cosas en mi cumpleaños ó en
navidad—sentenció dejándome más sorprendida que en un principio —Es ley —afirmó
encogiéndose de hombros mientras yo no sabía que decir contra aquello, porque era la
primera vez que veía lo que había causado durante todos estos años cuando no había podido
ofrecerle nada que no fuera necesario a Noe y aunque ella no solía pedirme cosas me sentí
extraña al notar que quizás aquello era por el hecho de que se daba cuenta de que no podía
darle esas cosas.

—Amor puedes pedirme cosas en cualquier época del año


—respondí con dificultad y ella volvió a fruncir el ceño.

—No, porque tú solo puedes darme esas cosas en alguna de las dos fechas —afirmó con la
misma seguridad del principio —Así no trabajas tanto por querer regalarme cosas, mami —
me quedé unos segundos en silencio tratando de
entender lo que ella me estaba diciendo pero se me hacía casi imposible creer que a pesar de
su edad, ella entendía lo que pasábamos diariamente, haciendo que por primera vez no
obtuviera algún tipo de comentario frente a lo que me decía.

—¿Sabes por qué te adoro?—le pregunté besando a su mejilla.

—Porque soy tu hija —aseveró sin dejar esa sonrisa y yo arrugé la


nariz negando.

—No—exclamé —Es porque todas mis sonrisas te pertenecen de una u otra forma, eres lo
mejor que me ha pasado —le dije suavemente golpeando su nariz con mi dedo índice
haciendo que ella chillara de emoción por ello, sacándome un par de risas en el camino.

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Eso era lo que más me gustaba de nuestra relación, que siempre estaba basada en el amor
mutuo que sentíamos y que no importaba que le dijera a Noe ella siempre iba a intentar
entender lo que estaba sucediendo por lo cuál no podía haber deseado una hijar mejor que
ella.

—¿Y si hubiera sido un niño?¿también me querrías?—preguntó curiosa causándome más risas


por su pregunta.

—Claro que sí, te adoraría igual que ahora —respondí a sabiendas que en alguna época
pasada lo último que hubiera deseado es que fuese un niño, la sola idea de que se pareciera
a Jack me había quebrado muchas noches antes de que naciera y confirmara que era la niña
que yo tanto anhelaba —Aunque yo siempre supe que eras mi princesita —le aclaré besando
una de sus manos mientras me miraba atenta con sus ojos azules, suspiré ante el hecho de
que aún seguía sin entender como algo tan hermoso y perfecto podía haber nacido de un
idiota. Noe era mi hija solo mía porque yo había estado junto a ella en todo momento pero se
me hacía imposible pensar que ella llevaba la sangre de Jack aunque no lo quisiese aceptar.

—¿Qué nombre me hubieras puesto?—preguntó y yo solo sonreí ladeando la cabeza divertida


ante ello, porque jamás me lo había preguntado, tenía esa seguridad ó al menos intentaba
convencerme que sería una niña y así podría olvidar a Jack, por lo cuál nunca había pensado
en el nombre de algún chico, sin embargo, no tardé mucho en dar una respuesta.

—Me gusta Max —afirmé encogiéndome de hombros.


—¿Cómo el poeta?—preguntó curiosa y yo asentí sonriendo al ver como sus respuestas eran
inmediatas, Noe era una lectora innata al igual que yo, lo cuál me encantaba porque sabía
que los libros eran capaces de expandir los sueños a través de sus letras y eso era lo que
más deseaba para esa pequeña rubia; que viviera cada día luchando por sus sueños y
realizándolos, siendo feliz como muy pocas lograban serlo en estos tiempos.
Solo deseaba su felicidad.

—Que inteligente es usted —sentencié acariciando su cabello antes de escuchar como la


tetera silvaba demostrando que el té estaba listo, me levanté de mi silla y apagué la hornilla
antes de sacar dos tazas para servir aquel líquido humeante —Sí, como el poeta —agregué
sirviendo el té en ambas tazas.

—Noelle Rose me gusta —agregó animada apenas le pasé su taza frente a ella antes de
regresar a la alacena y sacar el paquete de galletas que aún quedaban de hace una semana,
las puse en un plato y no dudé en dársela antes de besar su frente con todo el amor que
sentía hacia ella.

—¿Sí?—fue mi respuesta antes de tomar mi taza y sentarme junto a ella, Noe asintió ante
eso —Me alegro, a mi también me gusta mucho —respondí con la sonrisa eterna en mis
labios, porque no había un nombre que la identificara más que aquel que Mani le había
designado hace mucho tiempo atrás cuando la vio por primera vez, aquel pequeño y frágil
cuerpo que apenas tenía unos pocos pelos del color del sol y la piel tan blanca como la nieve
—De hecho, me encanta pero tu nombre se lo debes a tía Mani, yo solo quería Rose —refuté
sorbiendo un poco de mi té ya que era cierto, me encantaba el nombre Rose y era el único
que había pensado para ella por lo cuál cuando vi que podía combinarlo con Noelle no dudé
en dejarlo.

—Me gustan ambos juntos —exclamó sonriendo —Si hubieras tenido otra niña tendrías que

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haber pensado en otro nombre —asentí dándole la razón aunque no era una realidad en
ninguna forma, ya que solo ella me era suficiente.

—Quizás Charlotte no hubiera sonado tan mal —dije sin darle mucha relevancia.

—Como la autora de cumbres borrascosas —preguntó enarcando la ceja y yo asentí


acariciando su mejilla.

—Bien, vamos a cenar —concreté al ver el desastre que había en la mesa —Recoge tus
cuadernos porfavor, amor —Noe asintió apilándolos en un rincón de la mesa para luego tomar
el plato con galletas en el centro.
—Es una cena especial —contestó emocionada.

—¿Cómo?.
—Si, cuando cenamos té con galletas de animalitos—aclaró como si fuera lo más obvio del
mundo hasta que pude recordar todas las veces que le había dicho lo mismo, lo especial que
era cenar esto porque simplemente no quería decirle que no había nada más que hacer de
cenar, aquello fue como una rápida bofeteada a mi rostro pero la emoción de Noe hacia esos
pequeños detalles que ella no conocía más allá de lo que yo le había dicho durante toda su
vida me hacía sonreír pensando que a pesar de todo, le había ofrecido una infancia feliz —Es
una cena especial—agregó quitándome de mis pensamientos, por lo cuál me limité a asentir
sin dejar esa sonrisa que siempre nacía al verla tan hermosa y dulce como siempre había
sido, definitivamente no podía imaginar que hubiera sido de mi vida sin ella siendo mi todo a
cada momento.

—Así es, amor —exclamé acariciando con dulzura su mejilla —Come


—Noe asintió antes de juntar sus manos en una breve oración antes de comer agradeciendo
los alimentos que tenía, yo siempre me quedaba callada ante eso porque no era muy
creyente , no obstante, me gustaba que ella tuviera algún tipo de gusto hacia esas cosas que
te llenaban de fe.

—Muchas gracias mami —finalizó antes de comenzar a tomar de a poco su té y sacando un


par de galletas que sin más puso sobre la mesa intentando que se parara solas —Es un
elefante—chilló emocionada al ver que una de las galletas lograba pararse, yo solo reí porque
no le veía ninguna forma a esas galletas, de hecho, en un principio solo las compraba porque
eran las más baratas que tenían al ser los residuos de las otras galletas por eso no solían
tener ningún tipo de forma determinada ni tampoco ninguna delicadeza. Era solo como una
masa que había sobrado y se había transformado en gallete. Sin embargo, eran las favoritas
de Noe y aún ahora eran las que me salvaban cuando no había nada más para comer.
—Eso creo —comenté tratando de encontrarle la forma, pero para mí no tenía ninguna.

—Me gustan los elefantes mami, ¿sabías que pasan 22 meses esperando a su bebé?—dijo
mientras tomaba la galleta que había separado y la mojaba en su taza antes de comerla.

—Vaya, eso es muchísimo tiempo—respondí como sino lo supiera


—A mi también me gustan, pero solo tengo a mi hermoso copo de nieve —aseveré riendo —
¿Comenzamos con tu tarea?—pregunté obteniendo que ella asintiera y dejara su taza un poco
más lejos para acercar su cuaderno.
—Está bien —afirmó abriendo su cuaderno —Estamos viendo la multiplicación en problemas
básicos—sonreí al saber que podía ser de ayuda en eso.

—Me parece bien, ¿me lees y los resolvemos juntas?.

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—Sí —contestó sonriendo y comenzó a leer en voz alta el primer problema que le ofrecían —
Una señora compró 8 paquetes con seis sodas cada uno, para llevar a una fiesta, ¿Cuántas
sodas llevará a la fiesta?.

—Muy bien, primero comencemos con anotar los datos que te dan en el problema para luego
proceder a buscarle una solución—aclaré acercándome a ella para ver que tenía escrito y Noe
solo asintió escribiendo abajo del ejercicio la palabra datos—Entonces los datos que tenemos
es que compró 8 paquetes con seis sodas cada uno y se quiere saber cuántas sodas son en
total —mi hija me miró por unos segundos antes de susurrar la respuesta.

—48 —respondió algo insegura de ello —Creo que eso es seis por ocho —afirmó y yo besé su
cabello porque tenía razón, esa era la respuesta.

—Sí, exacto es 48, muy bien —la felicité haciendo que ella anotara con mayor entusiasmo la
respuesta —Sigamos con el otro —la pequeña rubia asintió antes de volver a donde estaban
los problemas.

—Se compró 3 ramos de rosas y hay nueve rosas en cada uno,


¿cuántas rosas hay en total?—leyó y antes de que pudiera decirle algo ella murmuró la
respuesta en voz baja de la misma forma que lo había hecho antes —son 27
—susurró consciente de que esa era la respuesta mientras yo la miraba extrañada porque no
parecía que le dificultase ni en lo más mínimo hacer ese tipo de cálculos por lo cuál no dejaba
de ser extraño que sus últimas notas en matemáticas no hubieran sido sobresalientes si
demostraba que se sabía de memoria las tablas de multiplicación.

—Noelle, ¿Estás segura que me has contado todo?— inquerí enarcando la ceja mientras
esperaba su respuesta—No creo que tu problema esté en que no sepas la materia, eres muy
buena haciendo cálculos —aseveré antes de que ella agachara la cabeza incómoda —¿Qué
sucede amor?—le pregunté preocupada y ella se limitó a suspirar.

—Las chicas no pueden ser buenas en matemáticas — respondió frustrada y mis ojos se
abrieron perplejos ante esa respuesta.

—¿Quién te dijo eso?—pregunté anonadada porque nunca me


hubiera imaginado que ella me respondería con tal comentario, Noe no me miró y solo se
encogió de hombros.

—Todo el mundo lo sabe —agregó sin más —Las niñas no deben ser buenas para
matemáticas porque son cosas de chicos—no estuve segura de que me enfureció más, si el
hecho de que alguien tuvo que haberle repetido esa idea tantas veces para que ella dedujera
que tenía que ser verdad ó el hecho de que tampoco me sorprendía aquel comentario tan
degradante, sin embargo, respiré profundo tratando de tomarlo con calma y me puse frente a
ella para alcanzar su rostro entre mis manos.

—Noelle Rose quiero que escuches muy bien esto —sugerí observando como sus ojos azules
me veían atentos ante cada palabra que decía
—Una chica puede hacer lo que quiera con su vida, no puedes sentirte limitada a hacer algo
porque todos tengan ideas estúpidas de que no somos tan eficientes como los hombres —ella
me miró confundida como sino entendiera lo que le estaba diciendo pero sabía que en su
interior lo sabía, todas las chicas lo sabíamos, no obstante, por alguna razón que desconocía,
la mayoría prefería vivir de esos prejuicios y no demostrar su verdadera inteligencia como si
fuera una verguenza no depender de un hombre para ser tu misma —No hay limites para tu

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inteligencia y que seas buena en matemáticas no significa nada más que eres superior a
todas esas personas que creen que no debes ser buena en algo porque es de chicos —
sentencié acariciando su mejilla —Siempre van a existir personas que tratarán de hacerte
dudar de lo que vales y de que tus sueños valen la pena —dije —Pero jamás debes rendirte
por lo que dicen los demás, la felicidad es algo tan poco común en las personas a pesar de
que alcanzarla debería ser parte de nuestras prioridades —Noe asintió sin mirarme —Nunca
debes permitir que alguien te quite esa oportunidad, ni siquiera yo
¿entiendes?—ella no dijo nada y yo solo pude abrazarla sabiendo que el mundo era lo
suficientemente cruel como para hacer que desde que somos unos niños tengamos ideas
erradas de que lugares debemos ocupar en él, ser mujer no era una bendición a la vista de
nadie, éramos solo quienes acompañábamos a los hombres, las que éramos lo
suficientemente indefensas como para no poder vivir solas, sin embargo, a mi no me
importaba esa idea porque yo era consciente de que las mujeres no éramos eso. Habíamos
sido el sexo olvidado pero aún así seguíamos siendo quienes se enfretaban a todas las
dificultades de la vida—Te amo copito y siempre lo haré —le susurré acariciando su cabello.

—Yo también —me dijo posando sus brazos sobre mi cuello en aquel gesto tan íntimo que
ambas compartíamos —Lo prometo, siempre te amaré —no supe que decir ante ello y un par
de lágrimas salieron de mis ojos al ver cuanto había crecido esa bebé que hace un par de
años me necesitaba para todo, hoy era una niña que aunque
seguía buscándome de la misma forma, ella tenía criterios propios y podía valerse por si sola,
las lágrimas que salieron fueron la prueba infinita del orgullo que tenía hacia la hija que había
criado—¿Qué sucede mami?—me preguntó Noe con un leve puchero antes de que comenzara
a secar mis lágrimas con sus pequeños dedos.

—Nada, solo no puedo creer que ya no seas una bebé —confesé soltando una sonrisa ante
ello —Las mamás se emocionan ¿sabes?—Noe frunció el ceño ante esa respuesta.

—¿Puedo seguir siendo tu bebé para que no llores?— inquirió un poco contrariada ante mi
respuesta, por lo cuál solo ladeé la cabeza divertida antes de volver a abrazarla con todas mis
fuerzas-

una ¿cierto?.
—Siempre vas a ser mi bebé, mi vida —concreté —Pero ya no eres

—No, soy grande —afirmó frunciendo el ceño antes de alzar sus


manitos para mostrarme su edad con los dedos —Tengo casi siete —reafirmó segura y yo solo
pude besar con delicadeza la palma de sus manos.

—Lo sé —respondí riendo —Siete años en que me has regalado los mejores momentos de mi
vida.
—¿Y Camz?—preguntó curiosa —Ella tambien es especial—asentí porque también lo era, de
una manera totalmente distinta pero era tan importante para mí que ya no me podía
imaginar mi vida sin la de ella aunque lo nuestro solo se tratara de pequeños momentos
donde nuestras estrellas colapsaban.

—Lo es, pero no puedo compararlas —sentencié —Tú eres mi razón de ser, eres mi copito de
nieve con el pelo alborotado teñido por el sol ¿lo olvidas?—agregué sabiendo que a pesar de
que Noe adoraba a Camila, ella aún seguía sintiéndose rara al ver que yo estaba
compartiendo mi tiempo y mi amor hacia alguien más, podía notar como a veces pequeños

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destellos de celos invadían su pensamiento lo cuál era comprensible ya que había vivido toda
su vida siendo lo único en que yo pensara y quién recibía mi cariño eterno para un día
simplemente darse cuenta de que yo también podía querer a alguien más, por lo cuál
intentaba siempre que ella supiera cuánto la amaba y que a pesar de que amaba a Camila,
nadie nunca iba a ser más importante que mi hija.

—No —chilló riendo —¿Qué es camz para ti?—preguntó curiosa y yo no supe que decir debido
a que no podía definirla en algo,

—Ella es una reina ¿no crees?— respondí finalmente porque nada podía definirla mejor, no
podía ser una princesa porque ella no necesitaba de un
príncipe para poder tener sus aventuras; ella era una reina porque era dueña de sus propios
dominios y no le importaba que todo el mundo lo supiera.
Sí, definitivamente ella era una reina.

—Lo creo—afirmó jugando con sus dedos hasta que alzó la mirada haciendo una mueca —
¿Algún día se quedará aquí?, es decir, algún día va a quedarse por siempre y para siempre
como en los cuentos y no solo por ratitos —suspiré ante ello porque me encantaría haberle
dicho que sí porque eso era lo que más deseaba cuando la veía, era la única persona que me
había dado ilusiones de que podía existir un futuro más allá del que vives diariamente, me
hizo soñar en enamorarme y volver a amar, no obstante, sabía también que ella tenía su vida
y no iba a dejarla por mí.

Ambas teníamos una vida tan distinta que juntarnos solo significarían roces que ninguna
quería vivir por lo cuál me tragaba mis palabras de querer un futuro con ella porque sabía
que eso no era lo que ella deseaba y tampoco quería asustarla ante mis ideas de que yo veía
algo más entre nosotras, en que quería pasar todos mis días a su lado; levantándome cada
mañana con su mirada.

—Es complicado amor, ella tiene su vida al igual que nosotras tenemos la nuestra —sugerí
sintiendo el dolor que siempre me causaba pensar en ello.

—Pero la tía Mani y Dinah están juntas, ¿por qué ustedes no?—dijo frunciendo el ceño, no
dije nada porque lo nuestro era totalmente distinto, Camila era una persona importante, una
actriz reconocida que siempre había vivido de esa forma, no podía culparla de que no deseara
nada más allá de ese mundo porque era lo único que conocía. Aunque ella no me lo dijera, yo
sabía que le aterraba los sentimientos que tenía hacia mí porque por primera vez no podía
controlar lo que sucedía en su mundo. —Sería genial tenerla todos los días.

—Son cosas de adultos, corazón —respondí acariciando su cabello


—A veces ni siquiera nosotros mismos tenemos las respuestas a ese tipo de cosas.

—¿Y si lo pido de regalo?—dijo con una sonrisa.

—¿Qué cosa?—pregunté confundida.

—Que queden juntas —añadió encogiéndose de hombros —Las princesas necesitan su final
feliz al igual que las otras personas de los cuentos
—suspiré sin saber que decir porque yo también deseaba que existieran los finales felices, sin
embargo, la vida no era un cuento ni tampoco estaba pintada de rosa ni menos ofrecía algún
tipo de alivio por lo cuál solo me quedé en silencio por lo dura

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que podía ser la vida aunque así no lo quisiéramos.

—Nunca cambies — le susurré acariciando su cabello mientras Noe terminaba de tomar su té,
el silencio nos envolvió a ambas mientras terminábamos con esa simple cena, yo no podía
dejar de ver como ella se mostraba como un pequeño lucero entre la oscuridad, era
simplemente increíble, como esa luz de su interior seguía titilando como si fuera una estrella.
Sin embargo, aquellas ideas fueron perturbadas cuando comencé a escuchar sonidos que no
podía diferenciar.

—¿Qué suena, mami?—preguntó frunciendo el ceño pero yo tampoco estaba segura de donde
provdnía y cuál era la razón de esos sonidos.

—¿Qué cosa?—dije tratando de que ella olvidara aquel detalle, no obstante, no lo hizo.

—Los ruidos de abajo, ¿qué sucede?—contestó preocupada y yo me levanté preocupada para


tomar el abrigo que estaba colgado en el perchero y ponérmelo para ver que sucedía.

—Termina de cenar, ya vuelvo—exclamé tratando de parecer relajada aunque la


preocupación me estaba absorbiendo —No le puedes abrir la puerta a nadie ¿entendido?—
Noe asintió sin más mientras yo me acerqué para besar su mejilla con una leve sonrisa.

—Entendido — sugirió sin tomar mucha atención a nada que estuviera más allá que su cena.
Le acaricié el cabello antes de abrir la puerta y salir con el ceño fruncido hacia la escalera ya
que los sonidos extraños se convirtieron en un gemido de dolor que no reconocí con claridad
hasta que pude ver como la sombra de Dinah se mostraba con una palidez extraña subiendo
las escaleras mientras mi mirada caía hacia la sangre que salía de su rodilla.

—Dios, Dinah ¿qué te sucedió?—respondí rápidamente al volver a la realidad de esa escena


totalmente extraña, Dinah volvió a gemir de dolor al sentarse en el último escalón de la
escalera mientras yo intentaba no perder la calma frente a toda la sangre que emanaba en su
pierna izquierda.

—Nada importante, tranquila —contesté suspirando tratando estirar su pierna para ver cuán
herida estaba, yo fruncí el ceño ante ello y no dudé en quitarme el abrigo para limpiar la
herida, no me importaba que éste quedara manchado y en deuso, era más importante ella.
—¿Cómo quieres que este tranquila?, mira tu pierna—exclamé alarmada y no noté que
estaba gritando por el miedo que me recorría ante aquella escena hasta que mi amiga me
regañó por haber subido la voz.

—No grites, olvidas que tu hija está allá adentro—musitó fulminándome con la mirada, a lo
cuál yo no dije nada y solo me concentré en limpiar la herida antes de entrar a venderla.

—Ustedes dos me van a matar un día de estos, primero es Mani, luego eres tú —refuté
enojada ante ello —Por dios ¿quieres que me muera de angustia?—Dinah dio otro gemido de
dolor al amarrar mi sweather para que dejara de caer la sangre, la ayudé a levantarse
mientras la preocupación no dejaba de carcomerme viva.

—¿Terminaste con tus regaños de mamá?—preguntó irónicamente y yo fruncí el ceño ante su


respuesta —Porque necesito entrar para vendar la herida
—sugirió.

insideofmysoul
—Un día me van a matar, yo lo sé —exclamé ayudándola a que pudiera dar los pocos pasos
que nos separaban del departamento, Dinah me pasó sus llaves antes de que pudiera abrir la
puerta y ella reprimiera con un rostro de dolor lo que estaba sintiendo en su pierna, sin
embargo, ninguna de las dos dijo nada cuando Noe se dio vuelta al escuchar que la puerta
estaba abierta y fue corriendo hacia nosotras.

—Tía Mani, volviste —la emoción se reflejó en sus ojos azules mientras Dinah intentaba posar
una sonrisa que era natural en todas nosotras al ver a la pequeña rubia.

—Hey ricitos de oro—exclamó intentando tomarla en brazos pero aquella acción fue detenida
por mi brazo, ya que ella no se agachó ni cinco centímetros para darse cuenta del dolor que
causaba aquella simple acción, Noe frunció el ceño sin entender lo que estaba pasando y no
tardó en notar como mi abrigo estaba envolviendo la rodilla de Dinah para mirarme
contrariada.

—¿Qué te pasó en tu pierna?—preguntó frunciendo el ceño y yo suspiré antes de comenzar a


mover a Dinah para que pudiera acostarse.

—Me caí estúpidamente en la escalera —respondió rápidamente con una mueca, yo me limité
a negar con la cabeza ante esa respuesta pero Noe solo rió por ello.
—Noe podrías seguir cenando mientras ayudo a tía Dinah ¿sí?—le ordené a lo cuál ella solo
asintió mientras yo dejaba sobre mi cama a Dinah para poder ir al baño a sacar un par de
vendas y algo de alcohol para desinfectar la herida.

—Si mami —contestó obedientemente antes de volver a sentarse


en la mesa.

—Sabes que tendrás que contarme que mierda sucedió—le dije al regresar del baño sin dejar
de fruncir el ceño por lo que no me estaba dicienda, ella se limitó a rodar los ojos ante eso.

—Sabes que tu hija puede escucharnos —mencionó en un suspiro


—Te lo contaré más tarde —ninguna de las dos dijo nada más mientras yo comenzaba a
limpiar con alcohol toda la herida para luego envolverla en las vendas que había sacado del
baño, tenía tantas ganas de decirle que lo que sea que había hecho era una estupidez, pero
no podía hacerlo porque eso solo preocuparía innecesariamente a Noe por lo cuál ambas nos
tragamos todas las palabras que queríamos decir.

—Te he dejado un poco de mis galletas para que te mejores tía Dinah —sentenció
sorprendiéndonos con el plato de galletas que había dejado sobre la mesa para ella, ambas la
miramos con toda la ternura del mundo ante aquel simple gesto —Y un poco de té —afirmó
sonriendo antes de ubicar sobre las manos de Dinah la taza que ella había utilizado y había
rellenado con lo que quedaba en la tetera.

—Gracias ricitos, has mejorado mi día —agradeció besando la frente de Noe quién se quedó
atenta ante las vendas que rodeaban la rodilla de Dinah mientras se sentaba a su lado en la
cama.

—Es una herida bastante grande —afirmó —¿Si la lleno de besitos te mejorarás?—preguntó
dudosa —Mami siempre hace eso cuando estoy enfermita y me hace sentir mejor —la ternura

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de mi hija no dejaba de embelesarme cada vez que podía y ésta no era una ocasión
difenrete.

—Claro dulzura —comentó Dinah sin dejar la sonrisa que Noe había instalado en ambas a
pesar de que la preocupación no se iba de nosotras, mi hija no dudó en comenzar a dar
pequeños cariños sobre la herida antes de poner ligeros besos hacia ella —De seguro sana
mañana con el poder de tus besos —concretó haciendo que Noe sonriera ante ello.

—¿Noe terminaste con tu tarea?—le pregunté para que nos dejara a


solas.
—Sí mami—afirmó sin dejar los cariños que le presentaba a Dinah y yo suspiré preocupada.

—¿Recogiste tus cuadernos y los pusiste en tu mochila?—pregunté enarcando la ceja y ella


negó —¿Qué espera señorita?—dije sin mirarla a lo cuál ella obedientemente se levantó de la
cama para comenzar a ordenar sus cuadernos en la mochila.

—¿Puede ser más adorable tu hija?—comentó Dinah sin dejar aquella sonrisa, mientras yo no
dejaba de estar angustiada por todo —¿Dónde quedó la misma ternura que tú tenías?.
—Quedó en la oscuridad cuando ustedes dos comenzaron a crear más problemas de los que
puedo digerir —exclamé frustrada mientras traspasaba mi mano sobre mi cabello intentando
calmarme —Toma un poco de té para que te caliente el estómago y no te muevas por favor
—respondí enojada antes de ir a la mesa para recoger los platos sucios y ponerlos en el
lavadero, comencé a lavarlos cuando Noe se me acercó con una mirada suplicante y con un
libro en su mano.

—¿Mami puedo leerle a tía Dinah?—me preguntó sonriendo


—Porfi—me di vuelta para notar que Dinah se había acostado finalmente sobre la cama y
estaba hecha oculta entre las sábanas.

—Está bien, pero con cuidado que aún le duele su herida


¿bien?—Noe asintió sin más y fue directamente a la cama para recostarse entre lso brazos de
Dinah que no dudaron en ponerla en medio para ofrecerle todo el cariño posible.

—¿Viniste a darme amor, ricitos?—comentó tocando con suavidad la nariz de Noe quién chilló
por ello ladeando la cabeza divertida, la verdad es que no era muy difícil que ella causara ese
cariño nato entre nosotras por solo tener su presencia así que tampoco era anormal que Noe
buscara cariño en cualquiera de nosotras tres consiguiendo victoriosa que todas la amaramos
de esa forma tan única.

—Te voy a leer un libro sobre un principito y su viaje hacia los lugares más fantásticos—le
escuché decir mientras acomodaba los platos en la alacena, me limpié las manos antes de
acercarme a la cama donde estaban ambas.

—Suena perfecto ricitos —susurró besando su frente —Te escucho—me acerqué a ellas y no
tardé en ponerme al otro lado de donde estaba Noe quién me miró con una sonrisa antes de
comenzar a leer.
—Se encontraba en la región de los asteroides 325, 326, 327, 328,
329 y 330. Para ocuparse en algo e instruirse al mismo tiempo decidió visitarlos. El primero
estaba habitado por un rey. El rey, vestido de púrpura y armiño, estaba sentado sobre un
trono muy sencillo y, sin embargo, majestuoso.—¡Ah, —exclamó el rey al divisar al
principito—, aquí tenemos un súbdito! El principito se preguntó: "¿Cómo es posible que me
reconozca si nunca me ha visto?" Ignoraba que para los reyes el mundo está muy
simplificado. Todos los hombres son súbditos.—Aproxímate para que te vea mejor —le dijo el
insideofmysoul
rey, que estaba orgulloso de ser por fin el rey de alguien. El principito buscó donde sentarse,
pero el planeta estaba ocupado totalmente por el magnífico manto de armiño. Se quedó,
pues, de pie, pero como estaba cansado, bostezó.—La etiqueta no permite bostezar en
presencia del rey —le dijo el monarca—así pasó leyendo un par de páginas del principito
hasta que finalmente cayó rendida ante el sueño y el cansancio que simplemente se acurrucó
entre los brazos de Dinah, mientras ambas veíamos como ella era nuestro todo.

—Se parece tanto a ti —murmuró acariciando delicadamente el cabello suelto de Noe


mientras yo le quitaba el libro de las manos y lo dejaba sobre el velador que estaba al lado
de la cama.

—¿Lo crees?—pregunté silenciosamente para que Noe no se levantara porque parecía tan
radiante durmiendo que parecía un pecado perturbar aquel sueño.

—Tú eras más tranquila pero tenías el mismo corazón hermoso que ella —sugirió con una
pequeña sonrisa —Aún lo tienes, eres la mejor amiga que he tenido —suspiré antes de
levantarme de la cama para ponerme al lado de Dinah y que ella me hiciera espacio para que
entrara.

—Dinah, ¿por qué hacen esto?— le pregunté preocupada—¿Qué sentido tiene arriesgar su
vida?—ella no dijo nada mientras sus cariños incesantes con Noe seguían tomando caminos
infinitos—¿Qué sentido tiene meterse en problemas?—ella tardó unos segundos en mirarme
entristecida y suspirar ante mi pregunta.

—Ésta vez no ha sido nada de eso Lauren —afirmó dejándome sorprendida —Hoy ha existido
un disturbio en la calle porque asesinaron a cinco personas y nadie hizo nada, te imaginarás
el porqué—no dije nada ante ello porque sabía de que se trataba no era poco común que eso
sucediera, pero me seguía doliendo creer que el mundo en que vivíamos era tan injusto como
para creer que habían personas superiores a otras.

—Sí—dije suspirando.
—El problema está en que las personas se cansan, no puedes maltratar a alguien por siempre
sin esperar que algún día reaccione —agregó empuñando levemente su mano derecha
mientras yo me acercaba más a ella para comenzar a acariciar su espalda —Estaba
regresando de la tienda como le había prometido a Noe porque no había nada para hacerle de
cenar y ahí fue cuando comenzó el disturbio contra los policías por esas muertes —refutó—
Fue horrible—las lágrimas comenzaron a inundar a sus ojos oscuros mientras el silencio nos
invadía con su cobija —Este mundo es demasiado injusto, Es increíble lo horrible que puede
ser y eso nos acecha diariamente Lauren —su mirada vacía cayó sobre Noe antes de sonreír
al ver la pequeña sonrisa que se creaba en la rubia cuando dormía —Y sé que no viene ese
odio de tu parte ni del de Noe, pero las personas tienen una idea errada de la vida.

—Lo sé y no sabes como me siento que sea así —concreté dolida y sumida en la injusticia que
era todo —Mani y tú son mi todo al igual que Noe y ver como las tratan simplemente me
destroza el corazón—Dinah asintió.

—Eso es porque tú no te ciegas ante la realidad —refutó enojada


—Las personas están equivocadas pero aún así no les importa cambiar estas ideas
—me limité a asentir porque tenía toda la razón, pero ¿qué importaba si tres personas
pensaban diferente si todo el mundo creía que lo establecido era lo correcto?
—Lauren, tú tienes una hija y tienes que comenzar a pensar en como mantenerla totalmente

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a salvo, lejos de todo esto — la miré confundida sin estar segura de lo que me estaba
hablando.

—¿De qué hablas?—pregunté.


—Que no es seguro que sigan viviendo aquí, lo sabes a la perfección pero te has negado todo
este tiempo a aceptarlo—me quedé anonadada frente a lo que me estaba diciendo y aunque
tenía razón con que muchas veces lo había pensado, no podía negar que jamás había estado
entre mis opciones dejarlas a ambas porque al final de todo eran mi familia y lo único que
tenía. —Tengo algo de dinero ahorrado al igual que Mani y sé que tú también, eso ayudará un
poco para que arriendes en algún lugar que esté lejos de todo esté conflicto—las lágrimas
comenzaron a caer de parte de ambas sin saber como expresar las palabras que no
necesitábamos en este momento, sin embargo, con pesadez intenté defenderme ante lo que
ella me estaba diciendo.

—Dinah..—mi voz se entrecortó antes de poder seguir, no obstante, ella chasqueó la lengua
negando a lo que iba a decir.

—No, tienes que escucharme y dejar de pensar con el amor que


sientes hacia nosotras —respondió furiosa —Te adoramos como una hermana, eres nuestro
todo al igual que Noe es parte de nuestro corazón, hemos estado juntas desde siempre pero
no podemos luchar contra las brechas que el mundo pone contra nuestra amistad —sentí
como mi corazón se partió ante cada una de sus palabras—Noe es lo más importante que
tenemos y sería tan egoísta pensar que es mejor seguir con esto y no pensar en su total
seguridad, ¿qué vas a hacer si sucede un disturbio y estás con ella en la calle?— me
recriminó—¿Qué sucede si un día comienzan a atacarnos y ella está jugando allá afuera?,
estoy segura que lo has pensado mil veces y es por eso que te pido que pienses en que es lo
mejor para ricitos —sugirió antes de acariciar con behemencia las ondas rubias que se
esparcían sobre sus brazos sin que fuera consciente de lo que estaba sucediendo a su
alrededor. —Además mantienes esta relación con esa chica que un día está y al otro no,
entiendo que no puedan estar juntas debido a la vida que ella tiene pero ya te equivocaste
una vez creyendo en las fantasías que el amor crea — las lágrimas ya no eran indiferentes
ante cada palabra que ella me daba—No puedes volver a equivocarte, tienes una hija que
siempre va a anteceder en cualquier idea que nazca de ti —no fui capaz de mirarla porque
podía ver como me recriminaba ante su mirada por las decisiones que había tomado frente a
Camila —Mantenerla segura es tu deber y aunque me duela decírtelo, lo que tienes con esa
chica no tiene ningún tipo de soporte. Me encantaría que el mundo fuera distinto y decirte
que lo des todo por el amor que sientes porque te lo mereces pero ambas sabemos que así
no es como funciona todo —Dinah le dio un beso en la frente a Noe antes de envolverme en
sus brazos tratando con sus cariños calmar el dolor punzante que estaba provocando ante una
realidad que no quería aceptar.

—No digas más por favor—dije intentando callar todo la verdad que había en sus palabras, sin
embargo, Dinah se negó a mi petición y tomó mi rostro entre sus manos con la mirada
sumida en la preocupación.

—Estoy siendo realista Lauren —afirmó seria —Jamás van a tener nada, ella es una actriz
reconocida que nunca va a aceptarte de la forma en que mereces y no la culpo porque los
que tenemos gustos diferentes estamos enfermos para la sociedad. Sabes mejor que nadie
que si alguien sospechara la más mínima intención de tu parte hacia ella podrían mandarte a
la cárcel ó quitarte a Noe, lo sabes —me regañó enojada —No puedes mentirte de que su
relación pueda ser posible, solo te estás cegando ante una linda fantasía —cerré los ojos ante
el dolor continuo que me estaba dejando todo esto —La verdad sombría es que en esta vida
no pueden estar juntas aunque así lo deseen—tal vez lo peor de todo no era el hecho de que

insideofmysoul
ella no aceptara mi relación con Camila ni tampoco era el hecho de que sus palabras me
dolían sino más bien el dolor se encontraba en aquel detalle que mi conciencia quería ocultar.
El detalle que ella tenía razón.

Capítulo 39: Palidez de luna

Hang on, just hang on for a minute I've got something to say
I'm not asking you to move on or forget it But these are better days
To be wrong all along and admit is not amazing grace But to be loved like a song you
remember
Even when you've changed
New York

Lauren
A veces lo que más duele no es el camino que aparece para conocer algo, hay muchas cosas
en la vida que los tenemos más que incrustados en nuestros pensamientos.
Sabemos que nuestra vida es relativa y que siempre va a tener un principio y un final que se
lo da la muerte, no obstante, eso no signifique que estemos preparados y no nos
emocionemos cuando una nueva vida nace ni tampoco significa que la muerte duele menos
cuando aparece como sombras de nuestros destinos.
Creo que lo más doloroso que existe es aceptar algo.
Es saber que sin importar lo que hagas ó te atrevas a pensar, es poco probable que logres
hacer algo para que el destino extienda su manto de finales sobre ti.
Sí.
Creo que lo más difícil es aceptar el final de algo.

—¿Pensaste que lo nuestro iba a terminar de esta manera?—me preguntó Camila enarcando
la ceja mientras yo observaba como sus manos se deslumbraban nerviosas entre la taza de
café que tenía entre sus manos, yo suspiré observando como el invierno llegaba a la ventana
de aquella cafetería y hubiera deseado decirle tantas cosas que inundaban a mis palabras, sin
embargo, como siempre escogí las frases incorrectas en el momento menos correcto.

—Soy creyente de que nada dura para siempre Camila, lo sabes mejor que nadie —murmuré
casi enojada por la respuesta que salió de mis labios, sin embargo, la castaña me conocía tan
bien que sabía que no había ni el más mínimo toque de mentira entre cada letra que se
expresaba a través de mis cuerdas vocales
—Pero tal vez tenía la esperanza de que eso no sucediera, al menos no ésta vez—musité sin
buscar su mirada porque esto me estaba más de lo que podía aceptar, iba más allá de todas
esas barreras que había seleccionado en mi vida.

—Lo siento por romper esa esperanza—susurró arrepentida frente a


eso, no obstante, yo chasqueé la lengua negando aquella afirmación.

—Lo siento más yo por haberla creído —sugerí encogiéndome de hombros —Un catálogo de
decepciones debería ser suficiente para que no hubiera crecido la esperanza —sus ojos
oscuros se llenaron de lágrimas frente a esa respuesta y yo traté de no ceder ante el impulso
de querer apartarlas porque estaban dañando el hermoso dibujo que era ella —No obstante,
tienes algo Cabello —agregué tratando de sonreír frente a la opción que ella me había dado al
dejarse querer por alguien como yo —Algo que simplemente me hace ser débil frente a ti —
refuté—Y al final de todo creo que eso es lo máximo que le puedo pedir al amor —el silencio
nos absorvió mientras ninguna de las dos sabía como realmente enfrentar esto, ninguna de
las dos sabía las respuestas que deseábamos escuchar pero aún así ambas ya habíamos

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pactado que el final era la mejor decisión que podíamos tomar en una situación como ésta.
Necesitábamos darle un final para que al menos quedara el recuerdo de las cosas buenas que
habían sucedido entre nosotras y la rabia no llegara a cegar esos pasadizos recónditos de un
pasado tan lejano pero que solo se había presentado hace un par de meses.
La ironía del tiempo se volvió el alma latente entre nosotras al pasar un par de minutos sin
realmente saber que decir, no sé si era la forma en que ella estaba intentando no llorar lo
que realmente me destrozaba ó era simplemente el hecho de que mi corazón seguía latiendo
de la misma forma a su lado con solo perderme entre su mirada y la pasión que desbordaba
sus ojos oscuros.

—¿Qué tal vas con Taylor?—preguntó finalmente haciendo aquel cambio de tema que ambas
esperábamos sin más, sin embargo, cuando alcé mi mirada observando como sus ojos
perdían aquel brillo del cuál me había enamorado no dudé en regalarle una sonrisa que fuera
totalmente compatible con ella, hermosa y radiante como las que ella me había regalado
durante todos esos meses donde intentamos tener algo, a lo cuál Camila no dudó en
regresarme con otra de sus sonrisas profundas de esas que son capaces de traspasarte hasta
la cordura y desatar la locura, estoy segura que muchos hubieran matado por tener el
nombre de esa sonrisa. —Estás aprendiendo a aceptarla, tal vez las decepciones se pueden
dar vuelta —musitó con un breve aliento de esperanza que me hizo mirarla con toda la
ternura del mundo, creo que por eso me gustaba esa chica, por el hecho de que ella era
capaz de ver más allá de la tragedia que era capaz de dirigir el destino. Ella era creyente de
que las cosas podían mejorar y siempre había envidiado su forma tan positiva de ver todo, su
forma tan emocional de ser ella y como era tan distinta a mí que me hacía amarla de una
manera tan loca que parecía irreal.

De una manera tan simple que me quitaba cualquier sentido de la


realidad.
—Quizás —refuté encogiéndome de hombros —Puede que sí
—afirmé —Aunque sigue siendo extraño que ella tenga una vida en donde yo no éste
involucrada y mi vida tampoco se relacione con ella —murmuré sabiendo que Camila entendía
esos pequeños detalles de mi vida que ni yo misma sabía como darles vuelta, ella me conocía
de una forma que no había dejado a nadie más ni siquiera a Lucy, porque ella conocía mi fase
destrozada y la fase que solo ella había desatado aquella en donde el perdón se encontraba a
solo una calle de distancia y no en dar vuelta a la página para continuar una historia
totalmente distinta desligando y exiliando a esa persona. —Es raro verlo de esa forma porque
somos familia ó lo más cercano a esa definición—argumenté aún incómoda por como sonaba
esa palabra sobre mis labios, llevaba mucho tiempo aceptando que solo me tenía a mí que la
idea de pensar en una familia me abatía de una forma incomprensible, tal vez era bastante
egoísta de mi parte y lo aceptaba rotundamente, pero la palabra familia había sido exiliada de
mi vida y pensaba que jamás volvería a verla.

—¿Quieres hablar sobre ello?—me preguntó dulcemente a lo cuál solo pude agradecerle con
una suave caricia entre sus manos, me torturaba tenerla tan cerca y saber que era un caso
perdido. Camila se merecía a alguien mejor que yo y esa tal vez era la razón por la cuál
deseaba no sentir con ella, no seguir perdiendo la cordura solo con mirarla y que la
conciencia que tenía me ayudara a resolver esta situación que me extralimitaba.

—No lo sé —refuté sin saber realmente que decir —Tal vez es simplemente raro porque a
pesar de todo, siempre hay algo que nos une a esas raíces que intentamos ocultar.

—La sangre llamando a la sangre —concluyó tomando un poco de su café —Es totalmente
normal que eso suceda, Lauren —sugirió a lo cuál yo asentí rendida.

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—Sí —afirmé —Es solo que quizás tenga miedo de aceptarla nuevamente — sentencié.

—¿Miedo de que te vuelva a decepcionar?—preguntó.

—Miedo de que vuelva a salir de mi vida —refuté tímidamente a lo cuál la castaña se limitó a
dejar su taza para alcanzar en una suave caricia mi mejilla dejando que el mundo colapsara
ante ese gesto que tanto extrañaba, especialmente la forma en que la suavidad de sus manos
se volvía el mejor refugio frente a todas mis dudas, ella era el hogar que necesitaba aunque
me costase aceptar esa realidad.
—Quizás no sea el mejor ejemplo del mundo —respondió con su mirada fija en mí por unos
segundos —Pero también tenías miedo de aceptarme en tu vida y sé que terminó siendo un
desastre pero ambas sabemos —Camila no pudo terminar la frase mientras quitaba su mano
de mi mejilla intentando que la respuesta se diera sola sin necesidad de decirla.

—Que existía la esperanza de que hubiera resultado —suspiré sabiendo como dolía esa
declaración y ella simplemente asintió a ello.

—Sí—continuó —Es humano tener miedo, lo interesante es que la valentía nace frente a esos
mismos miedos y eres la persona más valiente que he conocido Lauren —sentenció.
—Supongo que la valentía es nada cuando te niegas a ser feliz por miedo, eso se llama
cobardía—agregué finalmente dándole punto final a esa conversación, Camila se removió
incómoda en su silla y yo no entendía como ambas seguíamos torturándonos de esa manera.
No era tan fácil como decir que había terminado, no era tan fácil como las otras decepciones
de mi vida porque ella me había enseñado tantas cosas, se había vuelto mi pilar frente a
miles de recuerdos y me había regalado sensaciones que no creía posible por lo cuál, no
estaba segura como la iba a superar pero tenía que comenzar a hacerlo.

—A veces me gustaría ser como tú —dijo desatando un suspiro que se convirtió en una
sonrisa amarga —Tomar todas las decisiones sin comprometer emociones — murmuró con
una seriedad que no esperaba de su parte.

—A veces me gustaría tomar algún impulso sin comprometer el dolor —contesté en respuesta
sintiendo el dolor latente que nacía con ellas —Ya sabes, de ese tipo que es capaz de
escribirle a alguien a quién traicionaste ó ese impulso de querer quedarte con esa persona a
pesar de todo, sin pensar si es lo mejor, solo quedarte porque eso es lo que sientes como
corecto.
—Supongo que todos tenemos deseos de cosas imposibles
—respondió abrumada ante esa declaración.

—Supones bien—refuté sin darle mayor importancia a lo cuál Camila contestó frunciendo el
ceño al punto de que jamás la había visto de esa manera.

—Para de hacer eso —dijo totalmente molesta alzando la voz, nunca la había visto de esa
manera y realmente no supe si era mejor quedarme callada ó simplemente irme —Por
primera vez en tu vida puedes simplemente dejar de ser esa persona estúpidamente madura
y sensata que cree tener todas las
respuestas —respondió furiosa dejándome atónita —Por una vez puedes dejar salir tus
sentimientos y demostrarme que eres más que ese cúmulo de palabras que has aprendido en
toda tu vida —agregó al borde del llanto —No está mal sentir, decepcionarse, lastimar, todas

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esas cosas son humanas —aseguró empuñando sus manos —Y uno no puede evitarlas
aunque así lo desee —concretó totalmente frustrada por ello —Es cierto, te hice daño,
traspasé las barreras de algo que pudo haber funcionado— exlamó quitando las lágrimas que
acompañaban sus palabras mientras yo sentía como dolía todo lo que ella estaba diciendo.—
¿Por qué no me odias? eso dolería menos que saber que puedes perdonarme y no puedo estar
contigo ya que siempre va a estar latente lo que hice.

—Porque no puedo odiarte —aseveré frustrada ante ello.

—Eso sería más humano que lo que haces en este momento


—agregó enojada.

—¿Qué quieres que te diga? —le dije seducida ante cada palabra que no había salido de mi
boca, tuve tantas ganas de gritarle todo lo que sentía, que me dolía el hecho de que se fuera
de mi vida, que no podía estar sin ella porque había creado esa maldita fascinación a querer
estar a su lado por siempre. Me maldije mentalmente porque ninguna palabra me
acompañaba en ese momento y todas se volvían una daga que simplemente se limitaba a
presionar más el dolor agudo que ambas nos estábamos enterrando frente a la presión que
vivíamos internamente de no dejarnos ir —¿Qué te quedes por mí?, eso no podría pedírtelo ni
por esto que siento en el pecho cada vez que te miro —aseguré entre lágrimas cautivas que
intentaban disminuir la intensidad a los cuáles mis sentimientos y emociones habían decidido
hacer algún tipo de abordaje, Camila me miró confusa ante ello mientras podía notar como su
mirada se quedó en perpetuo silencio sin ningún tipo de expresión, sin ningún tipo de mirada.
Solo estaba su semblante confundido frente a lo que decía como si no quisiera creer que ese
tipo de palabras se atrevían a salir de mis labios sin ningún tipo de cautela—Prefiero que te
vayas y encuentres a esa persona que te haga sentir única porque sé que no va a funcionar
entre nosotras —sentencié segura de cada una de mis palabras porque era exactamente lo
que sentía en aquel momento. Aunque deseaba tanto decirle que se quedara, ¿de qué
serviría?, ella merecía a alguien que pudiera amarla de esa forma tan pasional que esperaba.

Camila necesitaba una persona que le hiciera vivir en una película y por mala suerte del
destino yo no era cineasta, no era actriz y ni siquiera me gustaba el cine. Solo era yo, una
persona egoísta que no quería seguir viviendo a través de la ilusión y esperanza que había
creado la mejor persona que había llegado a su vida.
Estaba cansada en seguir creyendo que podía encontrar en ella lo que jamás se había
presentando en mi vida. Esa felicidad de la cuál ella tenía su nombre como tinta indeleble,
estaba cansada de lastimarla y de no ser suficiente, de no ser lo que ella deseaba y añoraba.
Es por eso que prefería mil veces dejarla ir quedándome con los buenos recuerdos que
aprisionarla a mi lado cuando no tenía sentido alguno continuar lastimándonos de la manera
a la cuál ya nos estábamos acostumbrando.
Ella tenía mis sueños y yo los míos, pero ninguno de ellos tenía algún tipo de relación que
lograra conectarlos, éramos tan distintas, en el momento incorrecto y también con
sentimientos incorrectos.
—Si esperas que te dedique mil palabras de amor para que te quedes, no lo haré hoy ni en
un siglo más —respondí sin dejar la firmeza en cada una de mis palabras, Camila se quedó
sin habla ante eso y aunque me doliera aceptarlo, era lo mejor para ambas, ponerle punto
final a todo esto y dejar de actuar un acto que no estaba escrito para nosotras.—Nos hemos
hecho suficiente daño Camila, lo mejor es simplemente dejarlo hasta aquí—refuté fríamente
mientras su mirada se perdía ante cada una de mis palabras, mordí mi labio intentando
mantener la calma en ese momento tan difícil, no obstante, eso fue más fácil en mi cerebro
que hacerlo realidad porque no podía hacer nada en contra de todo lo que Camila había
provocado en mí.

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No podía olvidar de un momento a otro todo lo que habíamos vivido, sin embargo, era más
que necesario.

—¿Sabes?—me dijo furiosa antes de romper el silencio que nos había precedido luego de
aquel momento catártico —Pensé que podías ser diferente pero que seas madura no te hace
menos imbécil —afirmó sin dejar la furia de su lado, por lo cuál simplemente me quedé
callada esperando a que ella dijera todo lo que tenía que decir, era mejor así, que ella
finalmente se desprendiera de la idea de que existía la posibilidad de pudiesemos estar
juntas. Era mejor exterminar todo de raíz
—Y sí, puede que me hayas llegado tan profundo que no pueda quitarte de mi cabeza y que
me duela recordarte —agregó —Sin embargo, prefiero tener emociones que la estúpida vida
que has decidido vivir — aseguró dejando que sus lágrimas se expandieran en cada rincón
que sus palabras podían abarcar, yo me negué a mirarla porque sabía cuánto me destrozaría
realizar aquel acto tan simple así que solo me limité a asentir frente a lo que me estaba
diciendo, supongo que ese era el costo de las ilusiones y cuando no podías hacer nada para
mantenerlas porque eran fugaces como las estrellas.

—Supongo que aquí termina todo —concreté suspirando obteniendo que la castaña me
fulminara con la mirada para finalmente asentir frente a mi comentario.
—Sí —contestó como si hubiera desatado la marcha fúnebre de una relación que no tenía ni
pies ni cabeza, la miré por unos segundos notando como sus ojos castaños se perdían ante el
dolor de una despedida y como las palabras nos destrozaban a ambas pero al menos ella
tenía la capacidad de admitirlo a través de sus acciones, yo ya ni siquiera sabía como
expresar algún tipo de sentimiento.

—Espero que logres encontrar a alguien que te merezca —susurré intentando mantener esa
calma que era lo único que en momentos como el que estábamos viviendo era mi flotador
para que no me hundiera, sin embargo, Camila se limitó a suspirar exasperada por ello.

—Prefiero no volver a sentir —sentenció chasqueando la lengua


—Pero tomaré nota de tu recomendación—refutó antes de tomar sus cosas y con paso seguro
darle fin a todo.

—Camila —murmuré deteniéndola y ella increíblemente lo hizo a pesar de que no tenía


ningún tipo de obligación de quedarse.

—¿Qué?—aquella simple expresión hizo que todo en mí se destruyera de una forma que
nunca había sentido, suspiré tratando de buscar algo que se pareciese a lo que mis ideas
estaban buscando.

—El reflejo de tu amor llegó hasta lo más profundo de mi ser, dejando que la palidez de la
luna se acentuara entre la oscuridad de mis recuerdos de amor —murmuré cansada de ese
sentimiento que se acrecentaba en cada capa de mi pecho pero que aún así no se atrevía a
abrir sus alas por el miedo de ser herida de una forma que no pudiera soportar —Sin
embargo, el tiempo se apoderó de aquello que todo el mundo busca y que en ti encontré,
para finalmente derretirlo y convertirlo a algo que existía sin caricias, sin palabras—suspiré
ante la presión que sentía mi pecho en cada palabra, la mirada de Camila quedó perdida ante
ellas y finalmente ambas decidimos que eso era lo mejor —Pasó solo a ser la amargura de un
alma atormentada —concreté dejando que las palabras se llevaran cada uno de esos
sentimientos que no era capaz de demostrar.

—Bonitas palabras en boca de una mentirosa, que hermosa combinación —respondió


irónicamente dejando que el dolor fuera palpable en cada una de las letras presentes en su
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respuesta —Adiós Lauren.—dijo finalmente mientras veía como su sombra se difuminaba
entre los recuerdos que tenía de ella antes, de nosotras y lo que había derivado ese supuesto
amor que tenía.

Esa era la oportunidad para actuar me dije a mi misma, me recriminé tres veces de que debía
detenerla porque me arrepentiría, sin embargo, la
lógica volvió a mí juntándose con la cordura.
Y yo no la merecía.

Como ella tampoco me merecía.


Palidez de luna parte 2

Los Angeles, 1947


Camila

—Lo siento por hacerlas esperar tanto, yo...—dije rápidamente antes de que la pequeña rubia
que se encontraba sentada al lado de la silla del jardín donde estaba Lauren me mandó a
callar frunciendo el ceño.

—Shhh—siseó dejándome sorprendida por ello antes de mirar hacia Lauren quién se
encontraba profundamente dormida en aquella silla blanca, mordí mi labio al verla tan
indefensa y a la vez tan hermosa cuando los sueños se volvían el único camino a seguir,
cayendo finalmente rendida ante los brazos de morfeo — mami está durmiendo—susurró Noe
antes de darle un pequeño beso en el cabello negro y suelto de Lauren, a pesar de la forma
en que ella estaba enojada por haber roto el momento de paz y el pacto de silencioso que se
había adueñado en mi jardín, no pude no sonreír por la ternura y el profundo sentimiento de
protección mutua que vivían entre ellas, era algo tan adorable que no existía descripción
suficiente para poder relatarlo.

—Oh —fue lo único que pude decir mientras me acercaba a Lauren mientras la pequeña
ojiazul seguía cada movimiento que hacía sin dejar de mostrarse enfadada por ello, al parecer
hoy no estaba de buen humor —Pero puede ir a dormir a alguna de las habitaciones —susurré
chasqueando la lengua la ver como ella no estaba tan cómoda ahí, sin embargo, Noe se negó
a esa opción.

—Está muy cansada para levantarse, además aquí yo puedo protegerla —sentenció recelosa y
yo me limité a asentir ante su preocupación y pude notar la razón por la cuál se encontraba
tan a la defensiva en los últimos días conmigo, me sorprendió ver un destello de celos a
través de sus pequeños ojos inocentes y supe que era mejor no seguir invadiendo con la
confianza que sentía su espacio entre su madre y ella así que me puse de su tamaño tratando
de sonreír frente a sus celos infantiles conmigo por pensar que yo podía quitarle a su mamá.

—Pues has hecho un muy buen trabajo —la felicité acariciando su cabello mientras ella no
dejaba de ver como Lauren estaba durmiendo —¿Puedo darle un beso?—pregunté tratando
de alivianar el ambiente que ambas estábamos viendo, Noe frunció el ceño por un segundo
antes de suspirar asintiendo por ello dándome libertad para acercarme a la ojiverde.

—Si puedes — confirmó apoderándose de una de las sonrisas más dulces que había puesto en
mi vida, la verdad es que me parecía realmente increíble
el amor y esa fuerte conexión que ambas sentían hacia la otra de tal manera que era
imposible dudar al verlas de que lo que sentían iba mucho más allá de lo que cualquier

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persona estaba acostumbrada a ver en la relación entre madre e hija—Pero que no sea tan
largo —me advirtió rápidamente y yo asentí obedientemente mientras le quitaba algunos
mechones que le caían en el rostro a Lauren.

—Vale —resolví besando su frente con ternura mientras Noe se aseguraba de que no fuera
algo más que un simple beso mientras cruzaba sus brazos
—¿Así estuvo bien?—pregunté enarcando la ceja dándole una cálida caricia a la mejilla de
Lauren quién sonrío por unos segundos antes de seguir durmiendo y que yo desviara mi
atención hacia su hija.

—Sí — murmuró confundida antes de alzar nuevamente su mirada hacia mi—¿Dónde


estabas?—preguntó.

—Tenía que terminar con una entrevista —contesté suspirando porque estaba agotada entre
medio de todos los ajustes que llevaba acabo esta semana, la verdad es que no sonaba más
fácil de lo que realmente era, dejar el mundo de la actuación, especialmente porque no
solamente dependía de mí sino también ponía en juego muchos otros factores que debía
dejar alineados si quería apurar todo el proceso, sin embargo, no era quién para contarle
todo lo que había hecho a una niña de seis años por lo cuál solo di esa respuesta mientras
ella me miraba intrigada ante ello.

—¿Siempre estás ocupada?—me preguntó jugando con sus manos y yo me tardé en dar una
respuesta a ello porque en teoría no lo estaba pero a la vez sí, estaba tan acostumbrada en
utilizar todo el tiempo posible ya que odiaba la soledad que me imponía mi casa que
realmente ya no estaba segura si todo lo que tenía que hacer rutinariamente eran
obligaciones mías ò solamente impedimentos que creaba para sentir la libertad del tiempo.

—No, pero casi siempre si —aseguré mientras ella me miraba sin dejar el ceño fruncido por
mi respuesta como sino estuviera complacida con ello
—¿Por qué?—pregunté sin entender su reacción y ella solo suspiró negando.

—¿Por qué solo nos visitas por momentos?—inquirió sorprendiéndome por su pregunta —¿No
quieres pasar tiempo con nosotras?—murmuró haciendo puchero de tal forma que no sabía si
ella iba a romper en llanto por eso, desvíe mi mirada desesperada hacia Lauren y como sería
de ayuda si estuviera despierta, no obstante, respiré profundo y traté de arreglar lo que
había desatado poniéndome a la altura de ella y acariciando su mejilla esperando que Noe
no se pusiera a llorar porque no sabría que hacer frente a esa posibilidad; yo no era buena
cuidando niños y menos quienes se ponían a llorar por mi culpa.

—Claro que no —sentencié buscando las palabras correctas para decir pero fallé torpemente
ante ello mientras notaba como los ojos azules de la pequeña se cristalizaban a punto de
dejar caer un par de lágrimas que intenté apartar con el abrazo más sincero que le había
dado a alguien —Es solo que es difícil de explicar—me mordí mi labio inferior al darme cuenta
de como mi aporte no funcionaba a la situación y que definitivamente lo mío no era explicar
cosas a los niños, no entendía como a Lauren se le hacía tan fácil todo.

—Cosas de adultos —respondió Noe mirándome seriamente antes de negar con la cabeza —
No los entiendo—sugirió mientras yo le daba la razón porque yo tampoco lo entendía y eso
que era adulta y se suponía que debía entender todo lo que sucedía a mi alrededor.

—Yo tampoco, pero al menos eres una niña y puedes justificarte con eso —sentencié
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descubriendo su rostro de aquellos rizos dorados que caían desordenadamente en su frente
tapando su mirada —Al ser adulta tienes que aprender a aceptar esas cosas aunque no
tengan sentido —concreté haciendo que ella hiciera una mueca por mi respuesta y cuando
pensé que realmente había arruinado todo, aquella pequeña rubia no dejó de sorprenderme
al extender sus brazos y en unos segundos ya se encontraba tan cerca mío ofreciéndome su
cariño que no podía estar más confundida por sus reacciones.

—Te quiero—me susurró poniendo su cabeza en mi hombro lo cuál fue algo tan extrañamente
placentero que no pude quitarla de ahí sintiendo como su pequeño cuerpo se aferraba a mí
en un intento tan dulce y sincero de mostrar un tipo de amor que yo jamás había sentido en
mi vida, por inercia comencé a acariciar su cabello mientras mis labios no sabían que decir y
se exiliaban en el silencio; mi gesto dejó la confusión para ampliarse en una sonrisa que no
esperaba y podía jurar que por aquel abrazo hubiera dado toda mi fortuna si eso hubiera sido
una opción.

—¿Enserio?—pregunté tímidamente sin aún creer lo que ella me estaba ofreciendo como si
fuera el tesoro más radiante que alguna vez haya visto.

—Sí, mami también lo hace — susurró sonriendo—Tú le has regresado sus sonrisas y aunque
ella no le guste aceptarlo ella también sabe lo que has hecho—aseveró sin dejar aquella
sonrisa encantadora que se mostraba en sus labios de una forma tan pura y natural que
parecía indestructible como si fuera una flor en medio del desierto.
—Yo también te quiero —respondí trabándome entre mis propias palabras porque realmente
no sabía que decirle, nunca sabía que decirle a ninguna de las dos —A ambas—sentencié
besando su cabello —Enserio lo hago —afirmé dejando a la pequeña ojiazul totalmente
sorprendida por mi respuesta y vi como el brillo inundó su mirada, uno que solo había visto de
su parte cuando Lauren llegaba a su lado ó estaba ofreciéndole su constante cariño, ese fue
el momento donde tuve que reprender a mis emociones porque sino lo hacía seguramente
hubiera desatado un par de lágrimas por aquello tan simple que era una simple mirada de
felicidad de su parte —Y me encantaría estar ahí siempre para ustedes.
—¿Lo prometes?—preguntó alzando su meñique.

—¿Qué cosa?.
—Que te quedarás con nosotras—respondió para volver a alzar su meñique en forma de
promesa mientras yo sonreía y decidía que a pesar de lo absurdo que parecía hacer una
promesa de ese tipo, podía prometerle la luna y seguramente me aseguraría de hacerlo
realidad.

—Lo prometo —contesté entusiasmada ante su felicidad, ahora entendía la razón por la cuál
Lauren siempre mostraba una sonrisa en sus labios cuando su hija estaba cerca, era
simplemente porque era inevitable no vivir esa lluvia refrescante que la pequeña ofrecía en
cualquier momento sin previo aviso y que no dejaba de cautivarte de una forma única que
solo ella podía realizar —Pensé que estarías en el agua disfrutando el sol —comenté dándome
cuenta de que ella no había ni siquiera metido los pies a la piscina que estaba a unos pocos
metros de nosotras, era extraño porque cualquier otro niño lo hubiera hecho sin pensarlo,no
obstante, ella se quedó en silencio antes de bajar la mirada ante ello.

—No sé nadar—confesó en un tono de voz tan bajo y avergonzado que sentí pena hacia ella.

—¿Estás bromeando?—pregunté pensando que era una broma y ella negó frunciendo el ceño
ante mi respuesta.

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—No es chistoso —sentenció seria —Y no, es cierto —dijo encogiéndose de hombros antes de
suspirar —No sé nadar —por alguna razón que no podía llegar a entender tomé su mano con
toda la calidez del mundo y no dudé en insertar un pequeño beso en ella.

—¿Te gustaría aprender?—pregunté sorprendiéndome ya que nunca hubiera pensando que le


haría ese tipo de ofrecimiento a una niña, de hecho mi paciencia era menor a cero y no me
veía enseñándole a nadar, no obstante, había
algo más grande que me incentivaba a que a Noe la tratara distinto de como trataría a
cualquier otro niño.

—Pero no tengo traje de baño —susurró haciendo pequeños círculos con el dedo de su pie
sobre el suelo y sin mirarme, yo me encargué de alzar su mirada con una sonrisa brotando de
mis labios para que ella se sintiera más en confianza.

—No he preguntado eso —aseveré sin darle mucha importancia a su respuesta —¿Te gustaría
aprender?—volví a preguntar esperando su respuesta que llegó en un tímido si con su cabeza.

—Creo que sí —respondió finalmente y yo sonreí ante su respuesta

—Entonces la próxima vez que vengas te tendré listo un traje de baño—concreté observando
como Noe rápidamente volvía a tener aquel brillo tan característico e inocente de sus ojos
azules, era increíble como a pesar de tenerlos de un color distinto, su mirada me recordaba
tanto a Lauren que no habían dudas de que era su hija —Verde ¿cierto?—pregunté dudosa
por el color y ella asintió emocionada por ello.

—Lo recordaste —chilló antes de volver a tirarse en mis brazos mientras yo buscaba
mentalmente una forma de acostumbrarme a ese tipo de cariño porque no podía querer llorar
cada vez que interactuaba con ella, sería una total verguenza pasar ese tipo de cosas frente a
una niña de seis años.

—Nunca olvido las cosas que son importantes —le susurré acariciando su cabello a lo cuál
Noe solo asintió disfrutando del cariño que le estaba ofreciendo —Tú lo eres —afirmé sin
dejar esa sonrisa profunda que ella había dejado marcado en mis labios sin necesidad de decir
algo más allá que demostrar el hecho de que me quería y yo también la quería a pesar de
que no supiera como demostrárselo.

—¿Cómo tengo que llamarte?—preguntó tomando torpemente su cabello con el moño que
tenía en la muñeca, por lo cuál no dudé en darle vuelta para tomar el moño y peinarla de una
forma mejor a la cuál lo estaba haciendo con sus manos.

—¿Por qué?—pregunté sin entender al terminar con el peinado improvisado de una coleta,
Noe sonrío ante ello y no dudó en besar mi mejilla con la emoción pura que solo ella podía
ofrecer.
—Porque sales con mami y prometiste quedarte, eso significa que tengo que decirte de
alguna forma —respondió entusiasmada dando pequeños saltos por ello —No puedo decirte
mami porque ya tengo una—finalizó sacándome un par de risas por lo extraño que era que
ella me llamara mamá, sin embargo, tampoco podía negar de que me causó ternura su forma
tan directa de decirme las cosas.

—Puedes decirme como quieras—dije sin dejar de sonreír y ella me miró pensativa —Me

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gusta que me digas Camz —solté y Noe simplemente dejó esa risita sonora que siempre
inundaba cada lugar donde ella estaba —¿Y a ti te tengo que decir de alguna forma?—
pregunté y ella chasqueó la lengua.

—Noe está bien —refutó encogiéndose de hombros —Solo mamá puede decirme de otra
forma oh y la tía Dinah cuando me dice ricitos —argumentó.
—¿Y yo puedo decirle de otra forma a tu mamá?—pregunté notando como ella se ponía
pensativa antes de darme un rotundo no a mi petición.

—No, porque es solo mía —confirmó —Pero tal vez pueda considerarlo luego—comentó
divertida por eso.

—Estaré esperando por esa respuesta —sentencié parándome mientras ella volvía a sentarse
en la silla que se encontraba en el jardín —Te tengo algo—afirmé recordando el paquete que
acababa de comprar antes de venir acá, por un segundo imaginé su sonrisa al desenvolver el
papel verde con puntos blancos que lo ocultaban pero aún así nada se comparó con el
destello que llegó a iluminar sus ojos ante esa noticia.

—¿Para mí?—preguntó sorprendida y yo asentí tocando su nariz con mi dedo haciendo que
ella chillara de emoción.

—Creo que no conozco a otra Noelle —respondí sin más antes de ofrecerle mi mano para que
me acompañara a la sala donde estaba el regalo sobre la mesa —¿Me acompañas?—le
pregunté a lo cuál ella asintió antes de levantarse.

—Dame un segundo —dijo mientras se acercaba a Lauren para darle un pequeño beso en la
mejilla y sacar un cuaderno que se encontraba entre ella, reconocía ese cuaderno porque noe
lo llevaba a todas partes y también era aquel donde había escrito el poema que le había
entregado a Lauren —Ahora si podemos ir—confirmó abrazándolo como si fuera el tesoro más
grande que tenía y con su otra mano apretó la mía con una sonrisa.
—¿Trajiste tu cuaderno?—pregunté arqueando la ceja y ella asintió.

—Sí, tengo algo que mostrarte —respondió rápidamente mientras entrábamos a la sala
sintiendo como el calor no se apoderaba del lugar como si lo hacía en el jardín, las tardes en
Los Angeles solían ser insoportablemente calurosas, no obstante, hoy era aún peor por lo cuál
realmente llegó a impresionarme no encontrarla nadando en la piscina —Pero tú primero —
contestó dejando su cuaderno sobre la mesa y sentándose en una de las sillas del comedor.

—Bien, ¿ves eso sobre la mesa?—pregunté para que ella desviara la mirada hacia el paquete
verde que estaba a tan solo unos centímetros de ella pero que no había tomado en cuenta,
finalmente Noe lo observó por unos segundos antes de asentir emocionada por ello —Es todo
tuyo si logras responder la pregunta que te haré —pude ver la expectación ganar terreno en
sus ojos azules y sonreí al ver la ternura que todo ella demostraba especialmente con aquel
vestido amarillo claro que tenía una flor blanca en el cinturón, tal vez era mi imaginación pero
a pesar de que seguía viéndola como la niña más adorable del mundo, la veía mucho más
grande que la primera vez que la había visto hace unos meses atrás.

—¿Mío?, pero si no es mi cumpleaños —comentó confundida ante ello y recordé que Lauren
solo podía permitirse darle regalos en su cumpleaños, suspiré ante eso porque me encargaría
de cambiar eso en cualquier momento que pudiese con ella y con Lauren porque no quería
que nada volviera a faltarles jamás.

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—Lo sé, quedan diez días ó me equívoco—respondí tratando de no equivocarme en mi
respuesta, sin embargo, por la sonrisa acertiva que ella puso supe que no lo había hecho.

—No lo haces —fue su respuesta animada —¿Por qué me darás un regalo, Camz?—preguntó
antes de volver a mirar el regalo verde que se encontraba a su lado y me pareció bastante
curioso que a pesar de la emoción que había en sus ojos ella no se atrevía a abrirlo y
esperaba pacientemente que yo se lo entregara, definitivamente Lauren había un hecho más
que increíble al educarla porque era demasiado educada para parecer real, ni siquiera yo
hubiera esperado a que me dijeran que podía abrirlo sino que simplemente lo hubiera
aceptado por obviedad ya que no habían más niños a mi alrededor.

—Porque eres una buena chica,¿lo eres?—Noe se quedó pensativa por unos segundos antes
de asentir obedientemente ante mi pregunta y yo no dudé en regalarle un beso en sus
mejillas rosadas.

—Eso creo —concretó.


—Entonces ¿me responderás lo que te preguntaré?
—¿Qué sucede sino logro responderlo correctamente?—preguntó rápidamente antes de que
yo pudiera seguir con lo que le iba a decir, me limité a sonreír con sus palabras y volver con
lo que estaba diciendo.

—Arriésgate, tal vez ni siquiera tengas que pensar en


eso—contesté.

—Está bien—resolvió acomodándose en la silla esperando que yo le dijera la pregunta —¿Cuál


es la pregunta?—preguntó entusiasmada y yo sonreí porque sabía que no tardaría ni un
segundo en responderme y simplemente estaba haciendo que sus expectativas crecieran
porque sabía que le encantaría lo que había detrás del papel de regalo.

—¿Qué es lo que permite que Blancanieves logre levantarse del sueño profundo que le
produjo la manzana?—le pregunté enarcando la ceja a lo cuál Noe sonrío entusiasmada antes
de bajarse de su silla y comenzar con la respuesta en sus labios.

—Eso es fácil, el beso de amor verdadero del príncipe —respondió orgullosa por su respuesta
y yo asentí sintiendo la felicidad que invadía todo su ser.

—¿No fue tan difícil cierto?—Noe negó ante mi pregunta mientras yo tomaba el regalo entre
mis manos y se lo acercaba.

—No, fue muy fácil — aseveró sonriendo mientras veía con una emoción pura el regalo.

—Felicitaciones, es todo tuyo —confirmé poniéndolo entre sus manos y ella chilló feliz ante
eso, sin embargo, lo primero que hizo fue agradecerme antes de abrirlo.

—Gracias Camz —murmuró abriendo rápidamente el regalo hasta que comenzó a ver como
una caja de madera se encontraba entre sus manos y con la confusión en su vista no tardó en
sacar el broche de ésta y notar como tres secciones distintas de lápices de colores se
mostraba ante sus ojos, lo puso sobre la mesa sin saber si era real y regresó la vista hacia mí
antes de gritar emocionada por ello —Son colores nuevos— gritó sin creer lo que estaba
viendo, yo solo podía sentirme realizada con ver esa felicidad que los adultos rara vez
presentábamos, sus inocentes ojos azules no dejaban de comerse cada uno de los lápices con

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cada color tallado
entre ellos mientras la emoción no le permitía decir nada más allá que un gracias.

—¿Te gustan?—le pregunté antes de que desviaria su mirada nuevamente hacia mí y se


tirara a mis brazos para llenar mi mejilla de besos ignorando totalmente el regalo.

—Son hermosos, gracias —me dijo sin dejar de llenar de pequeños besos mi mejilla y volvió a
la silla que estaba al lado de sus lápices de colores nuevos
—Son muchos, demasiados — afirmó sin dejar de verlos como sino fueran reales—¿Estás
segura que son míos?—me preguntó con tanta ternura que yo no pude dejar de caer rendida
frente a ello.

—Claro que lo estoy —le aseguré acariciando su mejilla —Los vi en la tienda y recordé que los
querías hace mucho tiempo —Noe no supo que decir ante ello y devolvió la vista hacia los
cien lápices que se encontraban organizados en tres distintas categorías, la verdad es que
llevaba varios días pensando en aquel regalo y hoy había tenido la oportunida de pasar por
él, no obstante, no estaba segura de que tipo de lápices de colores ella utilizaba para luego
refutarme que tenía seis años y era poco probable que supiera de técnicas y que los colores
no solo funcionaban para pintar sus dibujos, por lo cuál simplemente compré aquel que me
ofreciera la mayor cantidad de colores y lo envolví en el papel de regalo de su color favorito
pensando en la sonrisa que se apoderaría de sus labios con aquel presente, sin embargo, no
pensé que su emoción iba a ser tan grande a niveles que en mi mente no cabían por algo tan
simple como lo eran simples lápices de colores.

—Nunca había tenido tantos ni que fueran tan bonitos —murmuró sin dejar la sorpresa atrás,
yo me acerqué a ella y le acaricié el cabello notando como no se atrevía ni a tocarlos,
admirándolos por completo desde su silla —Gracias Camz—sentenció tratando de sacar
alguno de los colores presentes en la caja, reí por unos segundos por la forma en que ella
literalmente tenía miedo de quitarlos del orden impuesto.

—Ahora puedes pintar el mundo si así lo deseas —le susurré acariciando sus hombros para
que se animara a pintar con ellos —Ó pintar la galaxia, todo eso es posible con tantos colores
¿no?—Noe sonrío y asintió por eso.

—Sí —aseguró —¿Puedo utilizarlos?—preguntó aún sin creer que eran totalmente suyos y yo
asentí emocionada por eso.

—Son todo tuyos —respondí segura —Puedes hacer lo que quieras con ellos —la pequeña
rubia iba a sacar los colores, no obstante, acercó su cuaderno a ella hasta que alzó la mirada
hacia mí con cierta timidez que no sabía de donde
nacía.

—Yo —dijo antes de mirar a los colores y devolver la mirada hacia mi —Te tengo algo—
confirmó dejando que una sonrisa eterna se plantara en mi rostro por aquello.

—¿Ah sí?—comenté interesada —¿Qué es?—pregunté siendo consumida por la curiosidad a lo


cuál Noe se limitó a asentir.

—No es mucho —aclaró encogiéndose de hombros —Y no sé si te gusten —murmuró


mordiendo levemente su labio antes de volver a observar la caja de colores —Los colores son

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mucho más bonitos —concretó en un suspiro lo cuál hizo que le diera un pequeño beso en la
mejilla para que sintiera que yo también estaba entusiasmada por su regalo.

—Vamos, de seguro me gusta —afirmé sonriendo —¿Qué tienes ahí?—pregunté y ella asintió
mostrándome un par de hojas que estaban salidas de su cuaderno.

—Es un dibujo que hicimos en clase —confirmó poniendo sobre la mesa tres hojas de papel
que estaban dibujadas sin dejar casi ningún espacio en blanco, las miré con la mayor
admiración del mundo porque estaba en los tres dibujos, a pesar de que no iban más allá que
simple dibujos de una niña, no había visto nada más maravilloso que mis ojos siendo dos
círculos de color café —Mi profesora nos pidió que dibujáramos a alguien que quisiéramos
mucho y le regalaramos el dibujo —continuó mientras yo seguía viendo cada uno de los
detalles que envolvían las tres hojas, en la primera estábamos las tres, en la segunda había
un castillo y tenía una corona mientras que la tercera no podía diferenciar mucho que era
pero no podía negar que un par de lágrimas quisieron aparecer en aquel momento frente a la
emoción que tenía por esos simples dibujos —Mami tiene muchos así que pensé en ti porque
no tienes ninguno—musitó —Aunque no son tan bonitos como los colores, los llené de besitos
en las puntas para que puedas llevar a todas parte mi cariño —me quedé sin palabras frente
aquel regalo porque ni siquiera si me hubieran dicho de que trataba, hubiera sido capaz de
creer mi reacción frente a ellos porque eran simplemente perfectos.

—Son preciosos Noe —dije intentando que mis lágrimas no cayeran mientras la pequeña
ojiazul me veía esperando mi reacción, la verdad es que ni siquiera era capaz de decir alguna
palabra que los alabara porque no encontraba la forma correcta de decirle que era uno de los
mejores regalos que había recibido en toda mi vida.
—¿Lo crees?—preguntó ilusionada a lo cuál me limité a asentir
—Mami dijo que te gustarían porque nadie te había regalado algo así antes.
—Tu madre siempre tiene la razón —susurré reprimiendo mis lágrimas —Nadie me ha
regalado algo tan hermoso—le confesé con la sonrisa más grande que había tenido alguna
vez y Noe sonrío ante ello —Muchas gracias hermosa
—le dije abrazándola como si fuera lo más especial que tenía —Los guardaré y cada vez que
tú no estés y te extrañe, los veré —afirmé recogiendo las tres hojas con dibujos y pensando
seriamente donde los pondría porque merecían la mayor atención del mundo al igual que ser
cuidados de una forma única.

—¿Puedo hacerte una pregunta Camz?—asentí esperando con paciencia lo que me quería
decir.

—Puedes.
—¿Por qué vives en una casa tan grande si solamente eres tú?— me preguntó dejando que la
confusión ganara espacio en sus ojos azules—¿No te sientes sola?—inquirió y yo suspiré
observando las grandes paredes que abarcaban la sala, la verdad es que siempre me había
hecho la misma pregunta, ¿de qué valía tener todo esto si realmente no me hacía feliz?, no
obstante, siemrpe había pensado egoístamente que la felicidad se podía comprar si te
esforzabas lo suficiente para tener lo que tú deseabas.

—Me gusta mi espacio —contesté encogiéndome de hombros mientrs Noe me miraba


confundida por mi respuesta —Y a tu otra pregunta, sí —aclaré —Pero eso puede cambiar
¿no?, a mi me encantan cuando ambas me visitan—respondí comenzando a hacerle cosquillas
a lo cuál ella comenzó a gritar alegre por eso.

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—A mi también me gusta visitarte y estoy segura que a mami también—sentenció— Cuando
sea grande seré constructora de castillos y le regalaré a mami uno tan bonito como el tuyo—
sugirió lo cuál me pareció lo más tierno que le había escuchado decir en todo el día.

—Seguro que el tuyo será mil veces más hermoso —aseguré —Me encantaría estar ahí
cuando finalmente abra sus puertas —Noe asintió sin dejar esa pequeña gran sonrisa que se
formaba siempre en ella.

—Oh pero te invitaré a él —concretó —Porque será un castillo donde mami y tú puedan estar
juntas —dijo sin más dejándome totalmente anonadada por ello —Para siempre y por
siempre como en los cuentos de hadas
—admitió con toda la seguridad del mundo y yo solo quería que por unos segundos la vida
tomara la inocencia infantil de ese final y lo transformara en realidad.
Lastimosamente la vida no era así de misericordioso.

—Sería un bonito final —admití —El más perfecto de todos .


—¿Trabajaste mucho para construir este castillo?—preguntó.
—¿A qué te refieres?.
—Mami siempre dice que si nos esforzamos mucho podemos conseguir las cosas —murmuró
segura como cada una de sus afirmaciones mientras yo seguía cada una de sus palabras con
la misma atención que siempre me había provocado aquella niña, Lauren se había esforzado
tanto en inculcarle tantos valores que sinceramente no estaba segura de cuál era la adulta de
las dos, era simplemente impresionante la forma en que ella relacionaba todo y como veía el
mundo de una manera mucho más bonita de la que los adultos solíamos verla —Además de
decirme siempre que debo estudiar para poder conseguir mis sueños —sugirió —¿Tu mamá
también te decía eso?¿Por eso eres tan famosa?—suspiré ante ello a sabiendas de que ella no
sabía la realidad que había muchas veces detrás del mundo, donde personas que no merecían
nada tenían mucho más que otras que trabajaban toda su vida y aún así no tenía nada.

La injusticia en el mundo era la sombra que separaba alas ciudades y que muchas veces
cegaba la razón de las personas.

—Fui más afortunada que muchas personas así que no tuve que hacer gran cosa para
conseguir lo que quisiera —respondí —No obstante, tu madre tiene razón y las cosas se
consiguen dependiendo del empeño que les pongas.

—Entonces ¿Por qué tú tienes tanto?—preguntó frunciendo el ceño ante mi respuesta —Y


mami y muchas personas que conozco trabajan siempre y no tienen lo mismo que tú —no
supe que decir frente a ello porque era tan difícil como explicar porqué algunas personas
morían y otras no, a veces las posibilidades solo te sentenciaban a tener una vida y no la
otra, el esfuerzo era algo que todos necesitábamos pero muy pocos apreciábamos y daba la
concidencia que los que más se esforzaban casi siempre eran los que menos obtenían, pero
no era capaz de romperle esa ilusión a una niña. ¿Cómo iba a decirle que el mundo no era un
cuento de hadas perfecto donde todo estaba diseñado como Lauren se lo había pintado?,
¿Cómo le iba a hablar sobre las injusticias a una niña con un corazón tan puro?.Por lo tanto,
me quedé un par de minutos en silencio tratando de darle una respuesta lo suficientemente
convincente para que ella dejara de preguntar.

—Porque a veces las ganancias no se ven en cosas materiales —respondí —Por ejemplo— dije
obteniendo su atención—¿Alguna vez has dudado que Lauren te ama?.
—Jamás, soy todo para mami —contestó con la misma seguridad de

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siempre lo cuál me hizo reír —Y ella es mía, no puedo dudar que me ama.
—¿Ves?—le dije tomando su rostro entre mis manos —Tú estás siendo rica con solo eso —
admití porque no había ni un toque de mentira en aquella afirmación, ella y Lauren eran tan
afortunadas por esa relación tan fuerte que ambas mantenían —Que tu madre te ame como
nadie es una riqueza que muy pocos tienen
—sostení sabiendo como dolía aquella afirmación —Las mejores cosas no son siempre las que
cuestan más sino aquellas que son capaces de llegar a tu corazón —Noe no dejó de mirarme
con esos pequeños luceros azules que se posaban entre el rojo de sus mejillas y las praderas
que creaban sus sonrisas —Tus dibujos son mil veces más caros que ese estuche de colores
—sentencié —Cómo que me quieras es una riqueza que no puedo contabilizar —susurré
juntando su frente con la mía obteniendo que ella arrugara la nariz —Tu madre y tú son ricas
a mi parecer.

—Podría compartir mi riqueza contigo—aseveró apenas me separé de ella —Creo que la


necesitas —susurró encogiéndose de hombros dejando aquella armonía infantil desatada
como siempre lo hacía.

—Me encantaría —confirmé —¿Sabes?, yo quiero mucho a tu mamá


—comenté cambiando de tema, no obstante, Noe no tardó en negar aquella respuesta.

—No—dijo ladeando la cabeza —Tú la amas, es distinto —respondió


—Yo quiero a las flores y a los perritos pero amo a mami —contestó —Querer no es lo mismo
que amar—no pude no reír frente a esa respuesta porque tal vez tenía razón, yo no la quería.
La amaba.

—¿Por qué experta en el amor?—pregunté interesada en su


respuesta.

—Porque amar significa que —agregó mordiendo su labio dudosa—Cuando esa persona está
enfermita tú vas a estar ahí, que cuando se levante en la mañana no te preocupe si está
desordenada y que siempre se te forme una sonrisa al verla —argumentó como si fuera lo
más obvio del mundo.

guste y ya.
—¿Y qué significa querer?.
—Querer es solo querer —afirmó sin darle importancia —Que te

—¿Tienes respuesta para todo?—ella sonrío orgullosa ante ello


antes de asentir.
—Mami dice que la inteligencia es lo más importante en una persona —fue su respuesta —Eso
y que sea buena.

—Tu madre tiene todo eso ganado —manifesté acariciando su mejilla —Y el bonus de ser
hermosa.
—Mami es la mejor del mundo —murmuró —Es perfecta y no podría imaginar no tenerla.

—Eso nunca va a pasar Noe, tu madre jamás sería capaz ni de dejarte un segundo sola —le
dije porque no me parecía posible que eso pudiera suceder algún día, sin embargo, entendía
su miedo, tenía solo seis años y su mayor miedo era que su madre se fuera —Te ama tanto
que ni siquiera sabe cómo demostrarte todo lo que te ama —los ojos de Noe no dejaron de

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iluminarse ni un segundo frente a ese comentario hasta que no tardó en abrazarme.

—Ella también te ama a ti. Mucho, porque siempre está pensando en ti y cada vez que te ve
sonríe mucho.
—Yo también la amo mucho —sugerí acariciando su espalda —Tal
vez, demasiado.

—Gracias por escoger a mami —refutó antes de volver a sentarse en la silla de la mesa —Ella
merecía a alguien como tú —sonreí ante esa idea porque era tan errónea, yo había sido la
afortunada en que ellas hubieran llegado a mi vida.

—No —sentencié —Yo tengo que dar las gracias, porque ella ha sido lo mejor que me ha
pasado —respondí con la mayor sonrisa del mundo porque era totalmente cierto, ella había
provocado en mí lo que nadie había hecho, además de dejarme ver un mundo más allá de los
colores de una cámara y del público, era un mundo totalmente distinto lleno de colores de
verdad. —Mientras tú tampoco te quedas atrás—murmuré tocando su nariz provocando que
ella volviera a arrugarla rápidamente.

—¿Quieres dibujar conmigo?—preguntó alzando su mirada y yo asentí sentándome a su lado.

—Claro —respondí esperando sus instrucciones y ella arrancó una hoja en blanco de su
cuaderno —¿Qué tengo que dibujar?.
—Lo que tú quieras—afirmó sacando los colores con la mayor delicadeza del mundo mientras
yo la veía con toda la admiración del mundo, ahora entendía como Lauren jamás se aburría
de pasar tiempo con ella porque era maravillosa en todos los sentidos posibles.
—Bien, aunque no creo que sea tan buena como tú —sentencié obteniendo un par de risas de
su parte —Eres toda una artista —manifesté antes de sentir como mi vista se cegaba ante el
suave tacto de las manos de la pelinegra, ya que era imposible que fuera Noe, reí ante eso
mientras Lauren comenzaba a insertar pequeños besos en mi cabello.

—Parece que la bella durmiente se levantó—refuté con una sonrisa antes de que ella me
quitara sus manos de mi vista y se acercara a mí para romper la poca distancia que teníamos
desenvolviendo un suave beso en mi frente.

—Hola hermosa —me dijo dejando que sus ojos verdes irradiaran la felicidad por si solos
mientras yo pensaba como sería amanecer todos los días con aquella imagen, Lauren no
tardó en desviar la mirada hacia Noe quién se estaba riendo de nosotras —¿Molestando a
Camila copito?—preguntó enarcando la ceja a lo cuál la rubia negó rápidamente.

—No mami —confirmó —Me he portado bien ¿Cierto?—me preguntó buscando refugio y yo reí
ante ello.

—Más que bien —afirmé obteniendo la sonrisa de Lauren —Estamos dibujando, ¿quieres
dibujar?—le pregunté cariñosamente a lo cuál la ojiverde asintió sentándose a mi lado.

—Me encantaría —contestó sin dejar de mirarme y que mis defensas cayeran con su simple
mirada, no estaba segura de como lo hacía pero era capaz de sacar una parte buena que
existía en mí, era simplemente increíble. —¿De dónde salieron todos esos colores?—inquirió
confundida cuando se dio cuenta de la caja de lápices que estaba en el centro de la mesa,
antes de que yo pudiera decir algo, Noe se adelantó emocionada a responder aquella

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pregunta.

—Camz me los regaló —afirmó orgullosa por eso —Son hermosos


¿Cierto?—Lauren asintió sin dejar la confusión atrás frente a ese regalo.

demasiados.
—Nunca había visto unos más bonitos —contestó sonriendo —Son

—¿Camz?—preguntó obteniendo mi atención —¿Puedo utilizar tu


baño?—asentí sin más.

—Claro, sabes donde está—Noe asintió dejando en su lugar los colores que había sacado y se
levantó de la silla.
—Sí, ya vuelvo — aseguró antes de seguir el camino hacia el baño.

—No te pierdas copo —Noe se dio vuelta para arrugar la nariz frente aquel comentario y
Lauren se quedó unos segundos observando a su hija hasta que sus ojos verdes bailaron
entre medio de las sombras que marcaban los míos —Así que le regalaste una colección de
lápices de colores —dijo enarcando la ceja.

—Los quería hace mucho tiempo y solo los vi pensando que le gustaría —respondí sin saber
sino le agradaba el regalo —¿Te molesta?—pregunté y ella solo rió divertida ladenado la
cabeza antes de darme un cálido beso en mis labios dejando que todos mis sentidos se
perdieran ante los pétalos que se mostraban en su boca.

—Me quitaste el regalo que debía darle a mi hija, pero no estoy molesta—confirmó
acariciando mi mejilla dulcemente, me encantaba la facilidad con la que tenía de hacerme
sentir especial a través de gestos tan simples como acariciar mi mejilla ó besarme cuando
ella pensaba que era correcto. Adoraba la simpleza que había entre nosotras y no había
ningún acto exagerado, todo se daba de una forma tan natural que muchas veces creía que
era simplemente irreal la magia que podía crear con solo una mirada.

—¿Cómo estás?—pregunté suspirando y ella bostezó cansada por


esa pregunta.

—Lamento haberme quedado dormida —admitió mientras yo chasqueaba la lengua por eso,
realmente no me importaba lo que hiciera en mi casa, tenía el permiso directo de sentirse
como si fuera la suya pero si me preocupaba el hecho de que jamás la había visto de esa
forma —Estoy algo cansada —murmuró encogiéndose de hombros a lo cuál yo fruncí el ceño
por su respuesta.

—¿Sucede algo?—pregunté tratando de no ser tan invasiva con su espacio, sabía a la


perfección que Lauren prefería no mezclar aspectos de su vida con las pocas tardes en dónde
podíamos estar juntas, sin embargo, nuestra relación había mejorado en ese sentido porque
se mostraba más condescendiente frente a lo que le sucedía.

—No mucho—afirmó sin mirarme —Solo es temporada de navidad y suelo trabajar un poco
más.

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—¿Un poco?—pregunté preocupada ya que sabía que no me estaba contando toda la historia
—¿Lauren hay algo que no me estás diciendo?—ella suspiró insegura de darme una respuesta
y en cierta forma la entendía, ella había estado
prácticamente luchando sola todo este tiempo y debía ser solo extraño tener a alguien más
que la escuchara frente a sus problemas cotidiandos.

—Estoy trabajando horas extras porque quiero mudarme — respondió sin dejar la
preocupación de lado y yo seguía mirándola confundida por ello.

—No me lo habías comentado —afirmé mientras ella asentía un


poco incómoda.

—No quería preocuparte — sugirió.

—¿Tienes dificultades con el dinero?—pregunté rápidamente


—Porque puedo —Lauren no me dejó finalizar aquello sino que se atrevió a acariciar mi mejilla
para que me relajara y negó ante ello.

—Por eso no te lo comento —me dijo —Puedo valerme por mi misma, no necesito de tu
ayuda de esa forma — yo sabía que ella podía hacer eso, de hecho la admiraba por la
determinación que existía de su parte pero no iba a dejar que sufriera limitaciones cuando
podía ayudarla.

—Sé a la perfección que puedes cuidarte sola —contesté suavemente —Pero es que me
preocupas, no encuentro que sea necesario gastarte de esa manera cuando.

—¿Tú puedes ofrecérmelo?—preguntó frunciendo el ceño antes de aligerar sus rasgos y tomar
mi mano para besarla —Hermosa, sé que te preocupas y en verdad te agradezco todo lo que
has hecho por nosotras, sin embargo, soy completamente autovalente y prefiero ganarme las
cosas con mis méritos —aseguró bufando. —Lo siento.

—Está bien —refuté sabiendo que no iba a conseguir nada discutiendo por ese tema, ya que
ella seguiría haciendo lo que deseara —Pero ¿me contarás qué sucede?—le pregunté
esperanzada de que lo hiciera y ella asintió.

—Vivo en una de las zonas más peligrosas de la ciudad y hace unos días tuve un incidente—
mis ojos se abrieron como platos por eso y no tardé en preocuparme aún más de lo que
estaba.

—¿Estás bien?—pregunté y Lauren asintió antes de acariciar mi cabello para qu em erelajara.


—Sí, yo no lo tuve sino una amiga y creo que es la decisión correcta
—suspiró amargamente frente a eso —No obstante, tengo que tener algo de dinero para
poder mudarme.

—Entiendo —fue lo único que pude decir —Puedes contar conmigo para lo que quieras.
—Lo sé —admitió dejando que una bonita sonrisa rodara por sus labios antes de besar mi
frente —Gracias.

—De nada —complementé antes de suspirar —¿Por qué tu hija es la cosa más adorable que
he visto en el mundo?—la ojiverde rió por ello antes de asentir por eso.

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—Porque es mi hija —respondió sin más —Eso se hereda
¿sabes?—rodé los ojos divertida por su respuesta antes de ver como ella no dejaba de sonreír
y yo estaba enamorada de su sonrisa —¿Qué hizo ahora?—preguntó divertida antes de que
yo me acercara hacia las hojas que ella me había regalado.

—Me dio un par de dibujos, son preciosos—le dije mostrandóselos a lo cuál Lauren no pareció
estar impresionada pero aún así no dejó de sonreír al verlos como si ya los conociera.

—Oh finalmente te los dio —murmuró tomando uno de ellos


—Estaba algo insegura de hacerlo, ya sabes —comentó encogiéndose de hombros
—Tienes mejores cosas que unos simples dibujos —yo bufé por ello porque a mi me parecían
que valían mucho más que la mayoría de las cosas que tenía.

—Cambiaría cualquier cosa por ellos —susurré sin dejar mi sonrisa al recordar la emoción de
parte de la ojiazul —Nadie me había dado algo así —Lauren no tardó en acariciar mi cabello
haciendo que yo quedara sobre sus brazos, lo hacía con una ternura tan única que no parecía
de este planeta.

—Lo sé —afirmó poniendo su barbilla sobre mi cabello antes de buscar mi mejilla e implantar
un pequeño beso ahí —Por eso insistí en que lo hiciera. Yo tengo muchos y también cada uno
de ellos valen más que cualquier cosa.

—Eres tan afortunada —suspiré jugando con mis dedos entre las palmas de su mano, sabía
que Lauren amaba que acariciara su manos y a mi me parecía un gesto tan dulce que solía
hacerlo sin pensarlo —Ella es increíble .
—Es lo que me digo cada vez que me levanto y es lo único en que pienso —admitió dejando
que ese orgullo eterno que sentía hacia su hija se demostrara en cada una de sus palabras —
La amo de una forma que no parece real y
lo único que deseo es que sea feliz como nadie — musitó—Aunque debo decir que esa
prioridad es compartida —la miré extrañada sin saber a que se refería y obtuve una mirada
que no esperaba de parte de sus ojos verdes.

—¿De què hablas?—pregunté y Lauren se limitó a suspirar antes de quitar un par de


mechones castaños que caían en mi rostro.

—No solamente pienso en Noe cuando me levanto —me dijo


—También pienso en ti y en que estés bien aunque no te vea siempre —me quedé en silencio
por unos segundos pensando en lo que Claire me había dicho y ahora más que nunca le daba
la razón, porque pude ver por mi misma la ilusión que nacía en sus ojos aunque ella no
quisiera mostrarla.

—Lamento eso —respondí apenada.

—No te preocupes, lo entiendo —admitió —Realmente lo hago


—aclaró antes de suspirar —Por eso disfruto cada minuto juntas. Es especial.
—¿Puedo hacerte una pregunta?.
—La que quieras —respondió poniendo toda su atención en mí mientras yo no sabía como
decirle todas las dudas que habían nacido desde hace unos días, no sabía como decirle que
realmente quería estar para ella.

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—¿Crees en esto?—pregunté mordiendo mi labio por lo cuál Lauren no entendió que le dije.

—¿A qué te refieres?.


—A lo nuestro —refuté —Si crees que podemos llegar a tener algo más que encuentros
espóntaneos —la pelinegra no me dijo nada y se quedó en silencio como sino supiera que
decir, mientras la duda combatía en su mirada.

—Camila —dijo suavemente.

—Por favor —reiteré —Solo respóndeme, prometo no decir nada sea cuál sea la respuesta —
esperé paciente su respuesta sin saber que realmente me diría pero por dentro conocía de
memoria lo que me diría.

—Si lo hago —afirmó insegura por ello —Y sé que tienes miedo con todo esto y que no puedo
ser parte de tu vida diaria —confirmó dejando que las palabras de Claire volvieran a mí —
Pero si eso es lo único que puedo tener de ti, realmente no me importa —agregó dejando que
sus ojos tomaran toda la escena siendo lo único que podía ver, un verde profundo llenos de
esperanzas y miedos. —Te
amo y me encantaría que las cosas fuesen distintas.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?.


—Porque no quería presionarte —contestó desviando su mirada
—Entiendo perfectamente que nuestra relación no sea factible —agregó cortándome ante la
realidad que nos azotaba—Y he tratado de convencerme de que esto es suficiente.

—Pero no lo es ¿cierto?—le susurré juntando su frente con la mía y ella negó a ello como si
estuviera arrepentida de decirme la verdad.

—Me encantaría levantarme a tu lado todas las mañanas y protegerte de todo —afirmó—
Repetirte hasta el cansancio lo hermosa que eres y no solo porque lo seas sino que mi mirada
está atrapada entre tu sonrisa y la forma tan bonita que tienes de ponerte nerviosa cada vez
que te digo algo —un breve suspiro de parte de ambas nos separó de aquella escena
mientras las palabras se hacían cortas para demostrar lo que ambas estábamos sintiendo en
aquel preciso instante
—Amaría besarte hasta que nuestros labios se sequen como el desierto y que la noche fuese
testigo indeleble de todo el amor que nace desde tu sonrisa hasta toda la extensión de tu
cuerpo. Aunque entiendo que es complicado y casi imposible que eso suceda —musitó —Pero
el amor entre la luna y el sol también lo es y ellos siempre tienen a los eclipses para
demostrarse que a pesar de todo, siempre va a seguir intacto todo lo que sienten —no supe
que decir frente a ninguna de las palabras por lo cuál decidí decirle sin más la decisión que
había tomado.

—Voy a dejar el cine—los ojos de Lauren me miraron impactados sin creer lo que le estaba
diciendo.

—¿Qué?—dijo sin dejar la impresión que existía en ella —¿De qué hablas?—preguntó
confundida.

—Lo que escuchaste —respondí encogiéndome de hombros —Voy a dejarlo —confirmé un

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poco más segura que en un principio sobre que ésta era la respuesta correcta.

—Camila no tienes que dejar lo que amas por mí —se atrevió a decir rápidamente —No es
necesario—antes de que pudiera decir algo yo la miré con todo el amor del mundo y sabía
que era palpable la emoción que siempre me había negado a sentir, no era necesario que me
mirara en algún reflejo porque sabía que la ilusión también estaba ahí.
—Claro que no lo hago por ti —concreté antes de buscar su mirada como si fuera el único
camino que conociera —Lo hago por todas esas futuras noches que quiero pasar a tu lado, lo
hago por todas esas mañanas que quiero levantarme y verte con el cabello desordenado y
aún así pensar que eres lo más perfecto que existe
—afirmé —Lo hago por todas esas palabras que van a salir de mis labios solo para alabarte y
todos por esos silencios que compartirán mis secretos contigo —mis manos buscaron las
suyas buscando algún tipo de ayuda frente aquel momento en donde realmente no sabía
como actuar, era extraño para una actriz no saber como reaccionar ante la vida luego de que
la improvisación sea parte de su trabajo, no obstante, la diferencia estaba en que una película
los guiones estaban listos en la vida nada estaba escrito y todo era espontáneo de una
manera que no podíamos controlar. —Lo hago porque estoy enamorada de ti y sé que es lo
correcto —susurré acariciando su mejilla sintiendo como pequeñas lágrimas caían de su parte
—Toda mi vida he pensado que mi felicidad estaba en el mundo del cine hoy me doy cuenta
que no podía estar más equivocada. Mi felicidad está en ese pedacito de vida que aún me
queda sin descubrir y que está a tu lado. Está en la lluvia de estrellas que tu sonrisa trae
consigo y en la palidez de luna que se refleja en tu piel, está en el deseo de besarte cada vez
que te veo—refuté quitando las pequeñas gotas que caían entre sus mejillas —Mi felicidad
está en que puedo repetir cien veces tu nombre y cada una de ellas se vuelve más especial
que la anterior y como eres de las mujeres que justifican el silencio y a la vez te apoderas del
sonido como ùnica gobernante de ella—sostuve totalmente absorta ante el brillo que nacía en
su mirada, si pudiera morir en ese momento lo haría con todo el honor que era disfrutar de
una mirada tan única como lo era la suya —Mi felicidad eres tú y puedo no ser perfecta para
ti, nombrarte mil razones por las cuáles no puedas estar conmigo y no deberías estar—
suspiré —Pero también puedo darte mil y una de porqué te necesito como el sol cada
mañana.
—Yo no sé que decir —respondió atragantada ante sus propias palabras y yo reí cálidamente
por ello porque no necesitaba que me dedicara mil poemas, su mirada era suficiente para
asegurarme de que ella era la indicada.

—No tienes que decir nada —le susurré cariñosamente a su oído


—Eres peor actriz que yo y no puedes ocultar lo que sientes cada vez que me ves
—ambas reímos por eso hasta que vi como Lauren se adelantó a besar mis labios con toda la
libertad del mundo mientras yo disfrutaba de aquel colapso de estrellas que siempre eran
sentir sus labios sobre los míos.
Quería un futuro con ella y no podía ni siquiera dudarlo.

—Me gustaría saber a que sabe sentarme a tu lado cada mañana en medio de una simple
taza de té y la belleza de tu sonrisa —susurró acariciando mi mejilla haciendo que éstas se
tiñeran del color rojo que ella adoraba —Saber que se siente compartir cada uno de los
silencios que susurran tus secretos y los míos convirtiéndolos en uno —concretó —Conocer a
que saben cada uno de tus miedos
siendo resguardados bajo mis brazos para que así no te ataquen mientras te repito una y
otra vez lo especial que eres —musitó —Reconocer cada una de esas pequeñas cosas que te
hace única repitiéndolas una y otra vez en suaves murmuraciones en medio de la noche para
que no se me escape ni uno solo —afirmó antes de dejar que sus manos recorrieran facciones
que mi rostro desconocía, la suavidad y ternura propia con la cuál lo hacía no dejaba de
cautivarme. —Porque a pesar de que no quiero pecar de soberbia, sé que mi felicidad es la
tuya y la tuya es la mía, eres la persona más perfecta que existe.

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—¿Te quedarás hoy?—pregunté sin dejar esa sonrisa que solo la reconocía a ella como su
dueña.

—Me quedaría toda la vida contigo si eso fuese posible—confirmó.

—Entonces hagámoslo posible— fue lo único que pude decir sabiendo que no importaba que
esfuerzo sobrehumano debía ocupar para lograr que esto funcionara.
Lo haría.
Capítulo 40: Colores al corazón

Lamento mucho la tardanza pero entre las pruebas y la falta de tiempo que he tenido en mi
casa, recién he podido volver a tomar el ritmo, además que la inspiración tampoco ha estado
de mi parte de tal forma que he tenido que borrar y volver a escribir lo que llevaba.

Así que sin más, disfruten mientras puedan :) Con amor Taylor

New York Camila

real.
El invierno se mostraba con una lentitud que no pensaba que fuese

Era como si los días en el calendario duraran mucho más que las
veinticuatro horas asignadas, mientras que las tardes volvían a mostrarse eternas entre
medio de breves recuerdos de lo que habíamos sido y ya no éramos, los cuales se
complementaban ó llegaban de una forma mucho más arrebatadora por las noches donde los
suspiros de la soledad se tragaban cada una de las palabras que llevaban con tinta indeleble
su nombre, no obstante, sabía que era lo mejor.
Lo mejor era simplemente dejar que la vida y los recuerdos se la llevasen de mis dominios
porque ninguna de las dos estaba lo suficientemente preparada como para seguir con la
espina andante de si debíamos estar juntas ó no.
Era cierto que hasta un ciego se daría cuenta de que había algo más que amor y conexión
entre las dos. Era algo que iba más allá de la lógica y que muchas veces simplemente me
dejaba en las nubes ante la posibilidad de que era la historia de amor más cercana a la
fantasía y lo que siempre había deseado en mi vida, sin embargo, a diferencia de las
películas, la realidad siempre era tan distinta a lo que deseábamos que cada día me
sorprendía más ante el hecho de que a pesar de todo, nadie podía asegurar que una relación
pudiese durar más de lo que su fecha de expiración impuesta por el destino dejaba dese el
comienzo de ésta.
Era difícil dejar atrás ó restarle importancia a todos esos sentimientos que se acumulaban en
mi pecho cada vez que la recordaba, más difícil aún era resistir la tentación de volver a
traerla a mi vida, sin embargo, con el tiempo había aprendido que nada es imposible y a
veces el tiempo y la distancia podían ofrecerte una protección más segura contra los delirios
que el amor atraía bajo las capas ocultas del pensamiento humano de que necesitabas a una
persona para ser feliz.
Aquella idea tan dependiente me dolía hasta en la fibra más recóndita de mi ser porque no
escapaba de la realidad aunque a la vez fuese una red
de mentiras que te mantenían expectante de que esa persona que cambiaría tu vida va a
llegar a desatar todas las tormentas posibles para lograr ese prototipo de vivencia que todos
deseamos aunque nos neguemos a ello.
Los libros y las películas de amor tenían la culpa de ello, especialmente las películas donde el

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amor parecía algo tan fácil de catalogar en tres etapas, encuentro, discusión y final.

En las películas el amor era algo que sucedía de la manera más extravagante posible además
de recalcar la idea de que no hay nada más grande que él y que todo lo puede, desde sanar
una enfermedad terminal hasta el trauma más grande que pudiese existir en tu vida.

En los films, el amor era dulce y a la vez tan perfecto que todos deberíamos caer en sus
redes dejando que nos envenene con cada palabra posible y cada cursilería que apareciese.

Sin embargo, a pesar de que sabía a la perfección de que no necesariamente sucedía esto en
la vida real, de hecho pocas veces sucedía de esta forma.
La esperanza de que apareciera en mi vida de esa forma tan casual como lo hacía en las
películas, aún seguía latente y esperaba con una sumisión total a que algún día se pintaran
los colores que tanto relataban este tipo de películas y que finalmente llegaran hasta el fondo
de mi corazón.

No obstante, después de aquella tarde, estaba casi segura de que Lauren no iba a ser quién
se encargaría de colorear esos fragmentos de películas en mi alma y eso era lo que más
dolía.
Saber que ella no regresaría por mí con una canción cursi de fondo ni tampoco que ella se
atrevería a llamarme pidiendo perdón.
Ninguna de esas alternativas estaban en mis pensamientos, lo cuál me dejaba tranquila de
que al menos ese tipo de ilusiones no existían en mi parte más racional.

Enero se veía tan distante que estaba a punto de enloquecer por la lentitud en que el tiempo
jugaba sus cartas.
Hice de todo para sentir que el tiempo podía llegar a ser más rápido de lo que realmente era,
no hubo rincón de mi departamento que no hubiese sido atacado por el hecho de que tenía
que empacar todo y despedirme de él.

La limpieza se hizo mi salvación para no perder la cordura frente a la herida latente que me
habían dejado aquellos ojos verdes y creo que no hubo momento en donde no maldijera su
nombre una y otra vez entre medio de los retazos
de las madrugadas activas que mis noches presentaban.
Cuando el orden dejó de acompañarme demostrando un departamento mucho más limpio
que el que había alquilado, cuando me quedé sin ningún espacio que pudiese desquitar la
rabia y frustración que tenía en mi interior, me di cuenta que aún seguían grabados en mi
mente la forma en que ella se parecía tanto a la palidez de la luna que no dejaba de atraer
mis deseos como si tuviera un imán capaz de quitarme cualquier tipo de autonomía y que
todos mis pensamientos llegasen de una u otra forma a estar ligados a los de ella.
Sus cabellos negros, la forma tan segura de hablar, su arrogancia, su estúpida madurez.
Todos esos detalles que solo yo conocía y todas esas noches que habíamos compartido
secretos en medio de la oscuridad buscando con cautela cada uno de los rincones lastimados
de cada una y como si se tratara de braille, ambas habíamos descubierto un idioma que iba
mucho más allá de las palabras y que se limitaba a estar presente cuando nuestros cuerpos
se tocaran en una danza que ninguna de las dos deseaba que terminase.

Descubrimos un nuevo idioma que solo necesitaba de tener la suficiente valentía para tocar
cada parte de aquel lienzo en blanco que nos regalaban nuestros cuerpos, fue a partir de este
idioma que descubrí aquellas heridas latentes en su corazón y ella descubrió aquellas marcas
de mi vida.

Nos autodescubrimos a través de esos pequeños momentos en donde ambas éramos el todo
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para la otra y a través de promesas que jamás vieron la luz nos prometimos que sería así por
lo que durara nuestro amor.
Nuestro amor seguía presente pero ninguna de las dos deseaba cumplir aquella promesa.

Traté de convencerme durante tantos días que tal vez lo que dolían eran los rastros de un
amor que iba más allá de la locura, quise convencerme de que simplemente existía esa
opresión en mi pecho porque tenía una escasa experiencia en el amor.
Me limité a pensar que tal vez no estaba realmente enamorada sino que más bien deseaba
con todas mis fuerzas estar con alguien que al encontrar a Lauren simplemente me dejé
llevar por aquella chica.
Sin embargo, todas esas teorías conspirativas se caían como un castillo de cartas cuando
volvía a recordarla y volvía a sentirme de la misma manera que cuando la había visto por
primera vez.
Mi corazón seguía latiendo de la misma forma acelerada ante su recuerdo y sus palabras
seguían ganando suspiros de mi parte, por lo cuál sabía que esos no eran signos de un amor
efímero era simplemente el amor tocando mi puerta, más bien destrozando cada pared que
existía en mi vida sin ningún tipo de control en
ello.

—Deberías salir a conocer otras chicas —sentenció Dinah mientras yo bufaba por su
insistencia entre medio de una taza de café que intentaba quitarme el frío que estaba
comenzando a azotar las calles como también intentaba tener la función de quitar todas mis
penas —no puedes quedarte pensando en Lauren todo el día —aseveró frunciendo el ceño por
eos y yo simplemente me limité a suspirar porque aunque lo intentaba, aquella pelinegra
seguía siendo la causa de la mayoría de mis disgusto ya que no podía quitarla de mi mente —
Ella no volverá —concretó mi mejor amiga a lo cuál solo pude asentir porque no era una
noticia nueva, no es que soñara con que ella volvería pero aún así a pesar de ser consciente
de la verdad, ella seguía doliéndome de la misma forma arrebatadora de siempre.
—Lo sé —refuté suspirando antes de tomar un poco de la bebida caliente que se ubicaba
entre mis manos siendo más un estorbo que algún tipo de ayuda a lo que sentía —Solo que
no puedo quitarla de mi cabeza, es como si su imagen estuviera permanentemente en todo lo
que veo escucho y siento, lo que más deseo es olvidarla y superarla, sin embargo, esto no
sucede y vuelvo a caer en el mismo círculo vicioso de seguir pensando en ella—todas esas
palabras salieron expulsadas con una rapidez y un dolor que no esperaba de su parte, sin
embargo, ésta vez Dinah solo se quedó en silencio y tiró sus brazos hacia mí para abrazarme
como sino hubiera un mañana.

—Estás enamorada —fue el único diagnóstico que tuve de su parte y yo asentí sintiendo
como las lágrimas comenzaron a caer sin ninguna otra opción que mostrar el dolor que
estaba sintiendo en aquel momento, odiaba tener que aceptar que realmente estaba
completamente perdida en aquel mar sin salvavidas al cuál me había derivado aquella chica
de ojos verdes porque no era normal que sintiera eso en mi pecho cada vez que la pensaba y
por unos segundos traté de negar aquella afirmación convenciéndome de que no era justo
porque ella no sentía lo mismo por mí.
No obstante, como todas las frases que intentaba repetirme como forma de convencimiento,
ésta fue destrozada ante la realidad de que conocía tan bien a Lauren que sabía a la
perfección de que ella también sentía lo mismo, tal vez de una manera distinta pero también
lo sentía.
Solo que tenía tanto miedo de aceptarlo que finalmente se refugiaba ante las capas que la
protegían para no sentirse destrozada otra vez.
Y eso era lo que más me enfurecía de toda la situación, el hecho de que ella no era capaz de
aceptar nada y solo vivía entre medio de seguridad imaginaria querieno ser la fuerte en la
situación, sin embargo, a través de los años me había dado cuenta que al menos existía cura
para los corazones destrozados, no sabía aún de que medicina se trataba pero existía.

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En cambio para las personas que se negaban a abrir su corazón
finalmente éstos morían disecados en su forma original, sin heridas, sin manchas pero sin
ningún registro que afirmara que habían sido utilizados.

—Lo estoy —refuté enojada ante esas palabras —Y lo peor es que no puedo hacer nada
contra ello, los días se hacen eternos mientras las noches se colan de recuerdos que me
desgarran— suspiré amargada ante la fría realidad que me carcomía diariamente —A veces
sinceramente desearía dejar de pensar con el corazón y comenzar a pensar racionalmente —
finalicé intentando quitar las lágrimas que decoraban mis mejillas.
—Creo que el primer paso hacia la racionalidad es dejarla, lo has hecho así que lo demás
puedes dejárselo al tiempo y salir con otras personas
—comentó la morena mientras sus brazos seguían dándome ese refugio de cariño que
necesitaba en ese mismo instante.

Resoplé ante ello porque el tiempo no ayudaba en nada solo ponía en segundo lugar tus
problemas actuales y subía de nivel los problemas venideros, no obstante, tenía que aceptar
que al menos el hecho de que en un mes estaría a un continente de distancia de Lauren era
una respuesta reconfortante para no teneer la tentación de buscarla ni tampoco caer
nuevamente en esa red inacabable de malas decisiones.

—Solo deseo que Enero llegue pronto y tenerla tan lejos que ni siquiera pueda pensar en
ella—argumenté frunciendo el ceño ante las posibilidades infinitas que nacían a través de ese
viaje, sin embargo, Dinah simplemente resopló y acarició mi cabello antes de no darle
respaldo a esta afirmación.
—Sabes que no sucederá ¿cierto?—agregó —Vas a seguir pensando en ella, la única
diferencia es que vas a estar lo suficientemente lejos como para no atreverte a ir a su
departamento para volver a buscarla, el amor es un asco pero funciona de una manera tan
adictiva que ni siquiera vemos nuestros propios límites creando una falsa teoría de que todo
se puede en nombre de este sentimiento—suspiré asintiendo porque tenía razón en cada una
de sus palabras y también sabía la fragilidad de que existía que en cualquier momento
volviera a caer para volver con Lauren, no obstante, el silencio se ocupó de quitar esos
pensamientos de mi cabeza y simplemente volví a suspirar amargamente por lo que había
producido esa chica en mí de una manera tan única, tan inesperada y a la vez tan
atrapantemente cautivadora que ni siquiera era capaz de ver una luz al final del tunel.

—La esperanza es lo último que se pierde —me atreví a decir mientras no dejaba de sentir los
inconstantes cariños de parte de Dinah, realmente tenía la esperanza de que cambiar de aires
y de todo lo que me recordaba a Lauren al
fin iba a poder disminuir el pensamiento innato que había adquirido dentro de mí donde
deseaba estar con ella, hablar con ella, sentir sus manos, todo al final todo era un pack
completo que me dolía porque no era tan solo una relación que nació de una manera
espontánea.
También estaba el hecho de que quería sentirla a mi lado, entender sus problemas, tratar de
ver el mundo como ella lo veía. Sus palabras se habían vuelto droga para mis oídos y tenerla
cerca era la mejor forma que había encontrado para encontrar paz.
No solamente había amor y deseo entre nosotras también existía una línea punteada donde
la confianza y el hecho de que lográbamos entendernos sin la necesidad de palabras hacía
que mi relación con ella fuera distinta a la de solo estar enamorada ó que solo fuese mi
amiga.

Era una relación compleja a la cuál no tenía ningún tipo de antídoto que detuviera su eficacia

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en mi cuerpo pero que a la vez sabía que debía dar término por el simple hecho de que no
podíamos pasar toda la vida lastimándonos entre rencores que tenían justificación y hechos
que simplemente nos abrían esas heridas que ninguna de las dos había superado.
Supongo que siempre supe que eso iba a pasar al final de todo, nadie tiene la paciencia
suficiente como para olvidar que antes de ella fuiste la amante de su ex pero aún así me
refugié en la idea de que quizás el amor todo lo podía.
Idea que al final terminó no siendo tan cierta y que finalmente nos condenó a pasar como dos
desconocidas que no sabían como enfrentar lo que sentían hacia la otra, como si ese
sentimiento que se vestía en sus pechos no fuese algo digno de mostrar y fuese mejor
simplemente ifnorarlo y no darle su debida relevancia.
El amor cegaba de una forma que ni siquiera era capaz de percibir hasta que te dabas cuenta
de que estabas en el fondo de un océano de sentimiento y emociones, en el cuál sino eres
capaz de salir a tiempo finalmente puede provocar que te hundas hasta sus profundidades sin
darte ningún otro tipo de escapatoria.
—Sigo diciendo que salir alivia mucho —sugirió Dinah antes de soltarme y tirar un suspiro al
aire frente a sus palabras, yo solo me quedé en silencio esperando su sifuiente comentario
porque no tenía ningún tipo de argumento frente a eso —El amor no dura por siempre y
tampoco caes bajo el efecto del enamoramiento por siempre —admitió encogiéndose de
hombros —Sin embargo, quedarte pensando con ella hasta el final de los tiempos tampoco es
una alternativa justa—refutó.

—Es que realmente lo intento—agregué tomando otro sorbo de café que poco a poco se
estaba congelando al igual que la conversación —Pero cada vez que veo a otra persona
recuerdo que ella dejó una vara demasiado alta de expectativas que solamente ella ha
cumplido hasta este momento. Me ha intoxicado con amor al
cuerpo de una manera que me ha hecho dependiente a su droga y aunque intento dejarla en
libertad finalmente eso no sucede porque de alguna u otra forma seguimos coincidiendo como
si el destino realmente deseara que nos juntaramos, es como si estuviéramos condenadas a
repetir la misma historia de amor una y otra vez hasta que finalmente funcionara—expliqué
ante la frustración que siempre nacía al tener que conversar sobre Lauren, sinceramente ya
no entendía si existía alguna neurona pensante dentro de mi sistema porque cada una de
ellas se guiaban por el peor maestro de todos, el cuál llevaba el nombre de corazón.
—Tal vez si te das la oportunidad de encontrar a otra persona, aquellas casualidades dejen de
existir —murmuró con sus ojos desafiantes debido a que ella odiaba el estado al cuál me
había derivado Lauren, no la conocía pero aún así, no estaba de acuerdo con lo que habíamos
creado. Al principio pensó que era un momento de diversión y cuando se dio cuenta de que lo
nuestro se volvía aglo más serio no tardó en ser la primera en estar en desacuerdo debido a
que estábamos caminando entre el pasado que ninguna de las dos quería aceptar y
estábamos creando una relación entre medio de verdades que en su momento no salieron a
la luz a través del miedo de que todo se voltearía de una peor manera si salían, no obstante,
al final las cartas jugaron de una manera distinta y había perdido de todas formas.

—Tal vez el amor no está de mi parte —resoplé desesperada ante ello —Y la única esperanza
de que logre seguir con mi vida sin pensar en ella sea alejarme lo suficiente para no tenerla
en mis pensamientos constantemente.
—Irte es la mejor decisión que pudiste haber tomado—contestó con una sonrisa y aunque me
doliera aceptarlo, era consciente de que era la mejor noticia que podía esperar en mi vida
para poder comenzar de nuevo.—contest'
Colores al corazón parte 2

Los Angeles, 1947


Lauren

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—No me parece una gran idea — bufé mientras terminaba de trenzar el cabello de Noe quién
no dejaba de dar pequeños saltos siguiendo con la mirada a Camila quién se movía por toda
su habitación.

—¿Por qué no?— preguntó mi hija dándose vuelta para mirarme apenas terminé con su
cabello mientras yo me limitaba a suspirar porque su idea de recrear un baile en medio de la
habitación de Camila me parecía absurda en todos los sentidos posibles, claro que no le iba a
decir eso a la pequeña rubia, sin embargo, esperaba apoyo de la castaña quién cayó rendida
ante la idea desde que Noe la nombró.

—Sí, Lauren ¿por qué no?—me preguntó enarcando la ceja y yo solo rodé los ojos ante su
insistencia.

—Solo será el baile real de las princesas, mami —comentó Noe emocionada dejando que sus
ojos azules me envolvieran con la ternura natural que ella ofrecía siempre —Te gustará —me
aseguró esperando mi respuesta y volví a intentar tener algún tipo de apoyo ó idea coherente
de parte de Camila al ser adulta para entender que no podía complacer en todo a una niña de
seis años, no obstante, ella no tardó en sonreír al ver la emoción de parte de mi hija y su
apoyo fue inmediato a la causa por lo cuál suspiré tratando de buscarle algún tipo de excusa
para no seguir con la idea que tenían ambas.

—Amor la única princesa aquí es Camila, yo definitivamente no soy princesa —le dije
sintiendo como la mirada de la castaña estaba pegada en nosotras, sin embargo, ella
simplemente rió ante mi insistencia de no estar de acuerdo.

—Eres la princesa de mi castillo, mami —aseguró Noe sacándome una sonrisa por eso —Porfi
—sugirió finalmente con esa mirada que siempre me hacía derretir y terminar cediendo ante
lo que ella decía, mi hija definitivamente sabía utilizar a la perfección el soborno emocional
porque no tenía ni un solo tipo de margen de error frente a ello. Suspiré ante ello asintiendo
derrotada a lo cuál Camila se limitó a reír por mi reacción.

—Odio el poder de convencimiento que tienes Noelle Rose—dije tocando con mi dedo índice
su nariz lo cuál solo hizo que ella riera arrugando la nariz porque lo había conseguido, había
conseguido que yo cediera y como buena
chantajista, ella sabía el momento exacto en donde había ganado —¿Qué tengo que hacer?—
le pregunté mientras ella me miraba pensativa mordiendo su labio inferior buscando una
respuesta, acaricié su cabello sonriendo ante sus gestos que eran mi vida, finalmente Noe
sonrío haia Camila para luego mirarme a mí.

—Esperarme unos minutos mientras voy por sus coronas — afirmó mientras corría hacia la
puerta de la habitación, quise regañarla por estar corriendo pero simplemente solo me quedé
mirando como ella estaba mucho más animada que esto, lo cuál dejó de ser importante
cuando sentí como Camila me rodeó con sus brazos creando pequeños besos en mi cuello que
no solamente me hacían cosquillas sino que hacían que me derritiera ante la delicadeza con
la cuál se presentaban como si fueran pequelos pétalos de rosa sobre mi piel.

—Lo siento por esto—susurré buscando su mirada y ella solo sonrío tiernamente por eso antes
de darme un beso en mi mejilla.

—Me parece adorable —sentenció animada,más de lo que realmente esperaba que estuviera
—Además un baile nunca le hizo daño a nadie
—musitó marcando su sonrisa a través de un reflejo en mis labios, sinceramente a veces

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dudaba como ella tenía el poder de realizar tal acción. Ser capaz de que con una simple
sonrisa hacer que todo mejorara, que pudiera con un par de palabras desenvolver mi alma de
la forma que ella quisiera.

Camila era capaz de crear arte solo con una mirada, un par de palabras. Toda su vida
rondaba a través de la magia que podía crear, de los sentimientos que podía entregar, sin
embargo, creo que iba más allá de que ella pudiera crear arte.
Ella era arte.

De ese que no estás seguro que significa cada uno de sus colores pero aún así se muestra tan
fuerte, tan digno y tan hermoso que decides comprarlo con la esperanza de algún día
descifrar todo lo que hay detrás de él. Así cuando lograbas verlo por segunda vez te das
cuenta de esos pequeños detalles que el pintor dejó expresando un poco de soberbia, pero
mientras más bajabas te dabas cuenta de esos pequeños puntos que salían del dibujo y se
desdibujaban como las manchas de dolor que ella ocultaba a través de la capa de colores
llenos de orgullo, soberbia y seguridad.

No obstante, a pesar de que ella odiaba ese pequeño desliz del pintor del destino, tenía que
aceptar que eran mis partes favoritas porque la hacían real. Eran esos tenues puntos que
iban en contra de la perfección que me recordaban que era un alma frágil que necesitaba ser
amada para seguir brillando como lo era.
Eran esos fallos que pintaban su lienzo de los colores más brillantes
y hermosos que alguna vez pude haber visto en alguien.

—Prometo no pisarte —murmuré con una sonrisa sintiendo el aroma de su perfume favorito,
me encantaba encontrar cada uno de los detalles que envolvían a Camila Cabello. Era mi
parte favorita de cuando estaba con ella, descubrir como huele su perfume favorito, tratar de
premeditar el significado de sus sonrisas, perderme en su mirada y pensar por un segundo en
todas las ideas que se debatían a muerte en su mente majestuosa.

—De seguro no lo haces —afirmó riendo por ello antes de acariciar con behemencia mi mejilla
para luego refugiarse en el hueco de mi clavícula dejando que aquella delicadeza que nacía
en ella se esparciera por cada fibra de mi cuerpo, ella era tan real que muchas veces dolía
porque sabía que el arte solo podía ser contemplado en lugares que no me eran permitidos.
—Espero que hayas mejorado desde la última vez—susurró insertando nuevamente un par de
delicados besos sobre mi cuello antes de mirarme con sus grandes ojos oscuros que me
hacían creer que la oscuridad no podía ser más bella porque no era la ausencia de luz sino
más bien era la demostración de que a veces hay algo más allá que la luminosidad y podía
ser aún más hermosa.

—No pidas milagros —refuté entre risas obteniendo de su mirada un destello único de
seguridad de que deseaba pasar lo que me quedara de vida a su lado.

—Te amo Lauren— me dijo con toda la seriedad del mundo dejando que sus urbes castañas
traspasaran mis fronteras verdes, fue como un azote inesperado entre medio de nosotras,
uno que fue capaz de tambalearme ante la fuerza con la cuál llegó. Su mirada cayó en la
desesperación de obtener una respuesta y yo torpemente solo me atrevé a acercarla a mí
queiendo que se quedara por siempre protegida en mi corazón.

—¿Cuánto me ama señorita Cabello?—le susurré acariciando su cabello dejando que mis
manos realizaran aquel trabajo que mis palabras no podían, porque por alguna razón que no
lograba entender, con ella simplemente las ideas con lógica dejaban de ser las dominantes y

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mis acciones se hacían torpes y sin sentido alguno.

—¿A qué te refieres?—me preguntó esperando mi respuesta y yo sonreí por la inocencia que
cubría cada una de sus respuestas, todo el mundo podía verla como la actriz prepotente y
orgullosa que era, no podía decir que ella no era una reina digna del trono que su vida le
había concedido, sin embargo, debajo de las túnicas reales existía una chica desprotegida por
el tiempo que intentaba entender los
detalles simples de la vida. Detalles que ella jamás había visto más allá de la normalidad que
recubría a todas las personas, tal vez ese era el verdadero significado de amar a alguien, el
hecho de que llegas a ver más allá del dibujo mental que tienen las personas de esa persona
y te das cuenta de esas líneas que traspasaron el dibujo, de esas imperfecciones que la hacen
única y que extrañamente te hacen amarla aún más que sus zonas perfectas.

—Vamos, pon una cifra —suferí continunado la conversación y ella mordió su labio de una
forma que solo me derritió con una simple mirada hasta que con esa misma sonrisa orgullosa
que había visto tantas veces en su rostro dejó que la seguridad fluyera como una simple brisa
entre nosotras.

—Te amaré hasta que el último grano de arena deje de existir


—afirmó devolviendo su mirada hacia mi corazón mientras yo suspiraba pensando que ni en
mil años podía ser capaz de dejarla ir.

—¿Lo prometes?—pregunté tímidamente y ella asintió sin mirarme hasta que su mirada llegó
como una lluvia de estrellas fugaces.
—Lo prometo—afirmó dejándonos a ambas derrotadas frente a lo que sentíamos, creo que
ninguna de las dos podía negar que en ese segundo donde no tuvimos más que silencio entre
nosotras, intentamos con todas nuestras fuerzas pedir que realmente fuera realidad esa
promesa; a pesar de que sabíamos que una promesa no significaba certeza ni que se fuera a
cumplir.

—Que el tiempo represente cuanto te amo —le susurré a su oído esperando que ella lo
supiera, porque se había apoderado de mi corazón sin siquiera creer que eso fuera una
posibilidad y ya no quería tener de nuevo aquel traste que latía y se moría por ella. Prefería
que se lo quedara por siempre porque al final de todo, ella era la dueña y podía hacer lo que
quisiera con él. No obstante, aquel breve instante en que nuestros corazones se paralizaron
ante el tiempo fue exiliado por el sonido de Noe con su emoción que solo me hizo sacar otra
de las tantas sonrisas que tenía reservadas con su nombre.

—Aquí están —sentenció emocionada haciendo que Camila se separara con una sonrisa en
sus labios por eso, a pesar de que Noe la aceptaba y la quería; la castaña prefería no
apoderarse de los momentos que podía compartir con mi hija. Ella intentaba calzar en ese
molde que era mi tormentosa vida cuando no sabía que ella era una de las protagonistas. —
La corona más bonita es para mami y ésta es para ti Camz — comentó pasándome el pedazo
de papel que representaba una corona, no tardé en ponérmela acercándome a mi pequeña
besando su mejilla ante la emoción que ella tenía mientras Camila solo se quedaba sonriendo
frente a
esa reacción.

—Oh muchas gracias encanto —respondió mirándome con ternura antes de desviar su
atención hacia Noe —Me ayudarías a escoger que va a utilizar tu mamá para el baile porque si
ella lo hace no va a terminarlo nunca—yo simplemente rodé los ojos ante su comentario y ella

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me guiñó el ojo ante eso.

—Sí—contestó rápidamente —mami no te muevas—dijo sin más mientras se perdía entre el


armario de Camila y ella se quedaba unos segundos sonriéndome como si yo fuera su todo.

—¿Tengo otra opción?—le pregunté pero Noe ya estaba pérdida ante el mundo de vestidos
que Camila tenía en su habitación, ella volvió a mis brazos para acurrucarse por unos
segundos —Te amaré en ésta y todas las próximas vidas que tengan relación contigo —
susurré sabiendo que eso es lo que deseaba escuchar de mi parte.

—¿Lo prometes?—preguntó riendo.

—Prometo buscarte para que suceda—afirmé sin dejar de sonreír.

—Gracias —fue lo único que dijo mientras acompañaba a Noe esperando que yo no me
moviera del lugar al cuál ambas me habían derivado, esperé pacientemente sentada en la
cama por u par de minutos hasta que Noe llegó a mi lado saltando de emoción.

—Mami—dijo dejando con devoción la emoción que había de su parte —Mira lo que Camz
encontró para ti —gritó animada mientras yo desviaba la mirada hacia Camila quién se
encontraba en el borde de la puerta de su armario sosteniendo un vestido rojo, el cuál se
debatía entre ser mostrado ó permanecer en el anonimato de los brazos de la actriz.

—Fue algo difícil de escoger pero tuve la aprobación de tu representante ¿te gusta?—dijo
finalmente mostrándome el vestido y yo quedé impresionada por lo bonito que era, un
vestido rojo largo que descubría la parte del cuello para unirse en el hombro izquiera, era
simplemente hermoso, sin embargo, más allá del vestido mi mente solo pudo ser capaz de
imaginar cuando Camila lo había utilizado y lo hermosa que debió haberse visto con él.

—Es precioso —fue el único refugio que mis palabras pudieron tener frente aquello, la castaña
me lo pasó antes de arrugar la nariz de la forma más
adorable.

—Entonces no se diga más —afirmó sin dejar esa sonrisa llena de vida que ella tenía —Noe —
preguntó enarcando la ceja a lo cuál ella no tardó en reaccionar tomando mi mano para que
la siguiera.

—Ven mami —respondió emocionada ante eso y me llevó al baño para cambiarme de ropa, a
pesar de que aún seguía sin parecerme una gran idea, tenía que aceptar que estaba curiosa
por que vestido había escogido Camila y solo intentar imaginarlo hizo que una sonrisa
cubriera todo mi cuerpo de un manto de nervios que nunca había sentido en mi vida. Sonreí
ante Noe quién no dejaba de mirarme con toda la ilusión del mundo y me quité la corona que
ella había dibujado para que me la pusiera, sabía que en esos pequeños detalles eran donde
podía hacer que la felicidad de mi hija naciera a niveles casi imposibles pero ahí estaban,
cuando terminó de ponerme la corona y darme un par de besos en mi mejilla, tomó mi mano
para que saliéramos del baño dejando que mis ojos se perdieran ante la belleza con la cuál
Camila se presentaba en un vestido lila de lino. Parpadeé un par de segundos tratando de
creer que ella era real, porque en momentos como éste se me hacía casi imposible relacionar
la realidad con la magnificencia que ella demostraba como su toque más particular.
Me acerqué a ella sintiendo como mis mejillas quemaban ante su mirada resplandesciente y la

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forma en que podía ser hermosa con un vestido que costaba más que mi vida y con unos
simples pantalones, ella llevaba consigo una elegancia y un porte único que me hacía dudar
de que podía ver en alguien tan simple como yo.

—Eres hermosa, ¿ya te lo habían dicho?—le susurré acariciando su mejilla y ella sonrío
asintiendo.

—Yo creé el adjetivo — me respondió segura como siempre estaba de cada palabra que salía
de sus labios, sonreí al sentir como mis mejillas no dejaban de quemarme por cada mirada
que ella me regalaba—Pero supongo que tú le diste un nuevo significado —concretó con su
típico tono orgulloso que sinceramente me encantaba.

—Ahora ya pueden ir al baile —afirmó Noe mientras ambas reíamos por eso, Camila me
dedicó una última mirada antes de romper nuestra cercanía hacia el gramófono que estaba
en su habitación.

—Sí —afirmó dirigiéndose hacia el aparato que se encontraba en un perfecto orden en una
esquina de su gran habitación —Pero yo no tendré la dicha de tener el primer baile— refutó
mirándome y yo supe a lo que se estaba refiriendo sin ni
siquiera sacar una palabra—Yo no soy el amor eterno de ella —admitió poniendo la canción
mientras Noe fruncía el ceño confundida por ello y yo me acercaba a ella buscando su
pequeña mano que me había acompañado siempre desde que estaba en mi vida.

—Ven aquí, copito —le dije acariciando su mejilla, Noe no dejó de mirarme sorprendida por
eso mientras intentaba acomodarme a los pasos de la canción que no conocía pero aún así
eso no era importante.

—Deberías haber escogido a Camz —comentó sin saber que decir, sin embargo, yo me puse
de su tamaño antes de que pudiera decir cualquier otra cosa y con una sonrisa en mis labios
acompañada con el honor que se mostraba en mis ojos cada vez que la veía con todo el amor
del mundo no dudé en besar su frente.

—Siempre te escogeré a ti antes que a nadie—le susurré juntando mi frente con la de ella
mientras ella estirbaa sus brazos para abrazarme, yo la tomé entre mis brazos sintiendo eso
tan único y duradero que ella había provocado desde el primer instante que supe de su
existencia. Ella era mi todo desde siempre y eso nunca iba a cambiar ni aunque pasaran mil
siglos —¿Lo olvidas?—le pregunté mientras Noe acomodaba su cabeza en mi pecho como
había hecho desde que la tenía a mi lado, la música seguía intentando ambientar aquel
momento, sin embargo, podía asegurar que no había una canción más hermosa que el latido
del corazón de mi hija en aquel momento —Te amo—afirmé besando su cabello y ella asintió.

—Infinito como las estrellas—susurró colpasando todos mis satélites con sus hermosos ojos
azules, tan únicos, tan llenos de vida que se me hacía imposible que una sonrisa no adornara
mis labios solo al verlos.

—Así es mi copito de nieve —murmuré —Nada ni nadie nunca podrá ofrecerme ese amor que
solo nace con pensar en ti.

—Camz te ama — comentó como si fuera un secreto lo cuál me hizo alzar la mirada hacia
donde estaba Camila observando con una sonrisa llena de ternura aquel momento..

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—Lo sé y yo a ella —confirmé obteniendo su mirada como recompensa de aquella afirmación
—Sin embargo, mi corazón pertenece en casi toda su totalidad a alguien que tiene el cabello
teñido por los rayos del sol —dije mientras mis brazos solo se atrevían a protegerla de todo
mientras algunas lágrimas adornaban mis mejillas por aquel momento en donde no había
nada más importante
que la pequeña que estaba entre mis brazos —Eras, eres y siempre serás mi más grande
amor—musité besando su cabello para devolverla al piso, ella me miraba con todo el amor
del mundo y para mí no había nada más valioso ni nada más importante que vivir con esa
mirada todos los días que me quedaban de vida.

—Te amo mami —fue su respuesta acompañada con una sonrisa cuando tocó el suelo —Eres
la mejor de todo el mundo.

—Y tú eres la mejor hija de todo el mundo —afirmé tocando su nariz antes de que le diera la
última vuelta de la canción, mis ojos no podía ver más perfección a través de Noe y como a
pesar de todo, mi amor hacia ella seguía expandiéndose sin ningún tipo de fronteras.

—¿Puedo ser parte de este baile?—preguntó Camila timidamente a la pequeña rubia quién
alzó la mirada hacia ella y asintió dejándome libre yo simplemente me reí por su actitud.

—Sí —afirmó frunciendo el ceño —Te la presto por unos minutos pero es mía —Camila me
miró tratando de ignorar la risa que había aparecido entre ambas y se limitó a asentir.

—Lo sé — aseveró tomando mi mano dejando que todas las estrellas perdieran su vitalidad
porque esta noche no había nada más mágico que nosotras en aquella habitación.

—Todos lo sabemos Noe — concreté arrugando la nariz y Noe hizo lo mismo antes de
sentarse en la cama observando como habíamos quedado nosotras dos.—Sabes que en su
interior se está riendo de esto ¿cierto?—le dije entre risas y la castaña asintió mirando a Noe
por unos segundos antes de buscar mi mirada.

—Es hermosa como su madre —confesó —Me he derretido de amor durante estos últimos
cinco minutos—asentí porque yo también lo estaba haciendo a pesar de que era mi hija.

—Es única —dije en un suspiro al no saber como definirla, porque ya no existían palabras
para poder describir ese cúmulo de emociones que ella dejaba sobre mi piel.

—Y el amor de tu vida —aseguró —No puedo hacer nada contra ello —confesó Camila en un
suspiro amable —Y tampoco estoy interesada en hacerlo, me basta con el amor que me
quieras ofrecer—Camila quedó tan cerca mío que pude sentir como su
perfume se apoderaba de cualquier tipo de cordura de mi parte y un beso en mis labios de su
parte simplemente me quitó la reacción de una mente pensante
—Princesa Lauren —murmuró juntando su mejilla con la mía dejando que el tiempo se parara
entre nosotras y las distancias no existieran, era como si en un segundo la Tierra hubiera
dejado de girar y solo existíamos nosotras.
Fue el segundo mejor momento que había tenido en mi vida.

—Y yo estoy feliz de aceptar el amor que me quiera ofrecer, reina Camila —respondí
embelesada ante sus ojos brillantes.

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—Amo esta canción —susurró juntando aún más nuestros cuerpos intentando seguir a la
perfección los pasos que se reproducían de la mano de Judy Brisgewater y su clásico never let
me go.

—Yo también —le susurré besando su cabello mientras seguía la melodía envolvente de ésta
—Darling Kiss me, Kiss me and never let me go —le tarareé a lo cuál Camila solo demostró
sus mejillas brillantes pintadas de ese color rojizo que tanto me gustaba, seguimos nuestros
propios pasos en medio de una canción que parecía nunca acabar.

—Las estrellas deben sentir envidia por tu nombre como la luna se siente atacada tras ver el
brillo particular que destilas —susurró moviendo sus caderas en el váiven de la canción,
sonreí al reconocer el poema de Max Goehler que a ella le quedaba tan bien.

—Como licor envuelto en veneno que se expande hasta el trasfondo de mi corazón —recité
sintiendo cada una de las palabras que envolvían aquel verso, Camila sonrío ante ello y solo
suspiró sintiendo la música tras ella.

—Y aunque eres la belleza inmortalizada en lo imposible —murmuró regalándome la mirada


eterna de su corazón.

—A veces lo imposible es solo un apodo para lo posible —contesté dándole una vuelta por la
canción y buscar sus labios como si fueran mi propio paraíso, ella dejó que sus suaves manos
recorrieran mi rostro como si necesitara sentir que esto era real y no parte de nuestra
imaginación.

—Max Goehler es todo un visionario —agregó con una sonrisa y yo asentí —Me gusta más
que Shakespeare.
—El bardo está sobrevalorado, también prefiero a Goehler
—comenté obteniendo unas risitas inocentes de su parte —Y Max es un nombre bastante
atractivo.
—El nombre del hijo que no tendremos ¿cierto? — preguntó enarcando la ceja y yo no supe si
reír por eso ó ver la ironía con la cuál lo decía, me parecía tan increíble que nuestra vida
estuviera enlazada de esa manera tan única donde ella podía ofrecerme protección ante mis
ideas poco comunes.

—Tranquila, con mi copo de nieve me basta y me sobra —respondí sabiendo a lo que se


refería y ella asintió con un suspiro.

—¿Sabes?—me susurró acomodando su cabeza en mi pecho dejando que cada latido de mi


corazón llevara impregnado su nombre —Jamás quise tener una familia, ¿cómo podía desear
eso si no sé que significa?—su mirada llena de dolor me atravesó hasta lo más profundo,
supongo que eso era lo que nos diferenciaba. Yo tampoco sabía lo que era una familia pero
había sentido algo parecido, ella tenía una familia en teoría pero jamás se había sentido parte
de ello ni tampoco había sentido ese vínculo que nace con las personas que amas. Conocía su
miedo hacia sentir algo hacia alguien que fuera más allá de lo que ella pensaba que eran sus
límites, pero me dolía aún más no ofrecer ningún tipo de alivio frente a esa situación —Sin
embargo, quiero tener una vida a tu lado—confirmó con un par de lágrimas en sus ojos que
me hicieron suspirar —Quiero lo que tú desees para tu vida y te ofrezco mi corazón para que
hagas lo que creas mejor —ambas nos quedamos en silencio mientras la música seguía el
ocaso de nuestro pequeño momento de felicidad.

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—¿Estás segura de esto?—le pregunté a sabiendas que ella deseaba escuchar esa pregunta y
yo deseaba escuchar su respuesta. La amaba tanto que si me hubiera respondido que no
estaba segura de lo que teníamos me hubiera alejado para que pudiera vivir la vida normal
que ella merecía. —¿No deseas casarte con el chico más guapo que pueda existir, tener hijos
y vivir una vida normal? —le pregunté porque sabía todo lo que iba a perder si seguía
conmigo, ella me miró con una pequeña sonrisa antes de suspirar.

—¿Qué significa tener una vida normal, Lauren?—preguntó seria


—¿Tienes la respuesta a ello?, ¿la tuya lo es?—negué ante ello ya que no lo era.

—No —respondí —Por eso te lo pregunto —Camila no dijo nada ante eso —¿Es esto lo que
deseas?.
—No —aseveró rápidamente antes de sonreír —Es esto lo que añoro—agregó dejándome
sorprendida por eso —Esto es lo que veo en mi futuro porque ya no veo más allá de tus ojos
verdes acompañando los míos—no dejé que un par de lágrimas cayeran sobre mi rostro, pero
me odiaba porque sabía a la perfección que lo nuestro no era posible. Me odiaba porque no
era justo ilusionarla e ilusionarme
cuando ambas sabíamos que lo nuestro solo significaba que ambas estábamos enfermas
frente a los demás.

—Es imposible lo nuestro Camila —afirmé solo para convencerme de la realidad que nos
azotaba a ambas —No quiero condenarte a algo que en unos meses, en unos años descubras
que no es lo tuyo —contesté ante mis propias inseguridades —Mereces lo mejor del mundo y
yo no soy capaz de ofrecértelo, no aquí ni en esta vida—quise separarme de ella, pero Camila
no me lo permitió y solo sostuvo mi rostro entre sus manos.

—Y ¿por qué no me crees al decir que tú lo eres?—me preguntó frunciendo el ceño —Soy
adulta, tengo mis propias decisiones y no me voy a arrepentir de esto si es lo que crees —
argumentó antes de posar la yema de sus dedos sobre mis mejillas dejando que quedara
cautivida por la suavidad con la cuál se desenvolvía —No te voy a destruir el corazón, te lo
prometo—musitó —Por favor créeme cuando te lo digo, mírame a los ojos y nota como me
tienes a tus pies Lauren
—dijo mientras nuestras miradas chocaran ante el dolor de una realidad que iba más allá de
lo que ambas podíamos sentir.

—No eres tú, no soy yo, es el mundo —refuté enojada por la injusticia que se presentaba
entre nosotras —Él es quién limita al amor, Camila no te puedes cegar frente a una ilusión.

—Y ¿quién dijo que quiero quedarme aquí?—se adelantó a decir mientras yo la miraba
totalmente absorta —Te llevaría al fin del mundo si eso me asegurara de que me voy a
levantar todos los días a tu lado. Compraría todos los continentes si eso me asegura que voy
a tener una licenciatura en tu piel y que en ti voy a encontrar mi hogar —argumentó —Tú
solo dime lo que quieres y estoy segura que no tendrías ni que parpadear para tenerlo.
—Te quiero a ti — contesté sin pensarlo dos veces —Solo a ti
—Camila sonrío ante ello llenándome de luz con su simple caricia.

—¿Ves?—respondió sin dejar esa sonrisa cautivadora que ella tenía


—No tienes ni que parpadear para hacerlo —me refutó antes de besar tímidamente mis labios.

—Te amo —le susurré y ella asintió.

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—Y yo a ti —musitó —No sabes cuánto —ambas nos quedamos observando como la canción
terminaba mientras el tiempo determinaba como nuestros pensamientos dolían más que
nada, odiaba tener que ser realista con ella, saber que lo nuestro no era posible y aún así
vivir sueños a su lado —Creo que
alguien cayó frente al sueño —comentó riendo cuando vio a Noe sobre la cama, yo solo rodé
los ojos y me acerqué a ella rompiendo esa conexión que había nacido entre ambas.

—Un copo de nieve menos —comenté tomando a Noe entre mis brazos mientras Camila
apagaba la música —¿Dónde queda el cuarto de invitados?—pregunté a lo cuál ella solo me
respondió con una mirada negativa.

—No te haré dormir ahí —refutó tomando su cabello en una coleta antes de acercarse a mí y
darme un beso en la mejilla —Déjala en mi cama
—contestó y yo suspiré.

—Pero —iba a decir algo y ella no tardó en callarme frente a eso.

—Hoy mando yo y las quiero a ambas en mi cama —agregó con esa sonrisa dominante que
tanto me gustaba, yo solamente rodé los ojos sosteniendo a Noe para ponerla más cómoda
entre las almohadas.

—Como desee su majestad —respondí irónicamente a lo cuál ella sonrío aún más grande
sintiendo como ganaba en la conversación, dirigí mi vista hacia Noe quién se revolvía entre
mis brazos —Ya mi vida, shh —le dije suavemente porque sabía como odiaba que la
cambiaran del lugar donde se había quedado dormida —Se va el sol y todo se embellece— le
tarareé mientras ella volvía a quedarse dormida entre mis brazos—Con su luz nos van a
iluminar. Ven conmigo y en mis brazos descansa—acaricié su cabello notando como ella
volvía a estar totalmente absorta por el poder del sueño, sonreí ante ello abriendo las mantas
de la cama —Sí, en mis brazos hoy estás— le susurré acomodándola en la cama, cuando
pude ver como ella no ponía ningún tipo de objeción le di un beso en su frente con la misma
mirada mágica que nacía después de todas las noches que había dormido conmigo.

—¿Cómo lo haces?—me preguntó Camila mientras yo fruncí el ceño al no entender lo que me


estaba preguntando.

—¿Qué cosa?—pregunté-
—Tener ese efecto tan atrapante — contestó tranquilamente.

—Supongo que algún don debía tener — respondí encogiéndome de hombros antes de volver
a mirar a Noe y como ella parecía tan tranquila durmiendo.

—Las dejaré descansar — respondió la castaña, sin embargo, yo la detuve antes que lograra
irse.
—Quédate —le dije con una pequeña sonrisa —Al final de todo es tu habitación — Camila me
miró como sino estuviera segura de lo que estaba diciendo y yo solo reí antes de besar su
pelo.

—¿También me cantarás para que me quede dormida?—preguntó enarcando la ceja y yo

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asentí.

—Si eso hace que duermas—respondí encogiéndome de hombros mientras ella solo asintió
comenzando a quitarse sus zapatos, pude ver como su mirada se perdía entre el hecho de
que se estaba desvistiendo ante mis ojos
—¿Enserio te estás mostrando tímida conmigo?—le pregunté entre risas al notar como sus
mejillas iban a explotar en cualquier momento y ella no dudó en fulminarme con la mirada.

—Eres la primera chica que está en mi cama, ¿cómo quieres que me sienta?—respondió
segura de que tenía la razón mientras quedaba en ropa interior, yo no dije nada porque no
sentía ese momento incómodo que ella si vivía.

—Me impresiona —argumenté quitándome el vestido sin ningún tipo de pudor y colgándolo en
uno de los armadores que tenía sobre la puerta, sentí como su mirada recorría mi cuerpo y
mordí mi labio ante ello porque la verdad es que prefería la vista que tenía de ella y su ropa
interior —Entra a la cama — le ordené a lo cuál ella tardó en quitar su mirada de mí, sin
embargo, no le di mucha relevancia.

—Sí—afirmó tomando su lugar en la cama —Es raro—no dije nada mientras apagaba la luz de
la habitación, simplemente me pareció adorable su comentario.

—Te ves adorable estando nerviosa —respondí alzando la sábana acomodándome a su lado —
No es normal verte de esa manera.

—¿En ropa interior ó nerviosa?—susurró enarcando la ceja.

—Cada una por sí sola —respondí con una breve risa —Ven aquí
—musité acercando su cuerpo al mío antes de buscar su mirada y posar mis manos sobre su
rostro —Eres hermosa, no importa como estés, yo siempre seguiré viéndote de la misma
manera —le dije suavemente mientrs mis manos recorrían cada facción presente en ella
como si quisieran reconocer al tacto su piel —Como mi reina.
—¿Siempre sabes que decir?—me preguntó entre risas.

—La experiencia de ser mamá —comenté encogiéndome de


hombros —Siempre sabemos que decir.

—Me encantas ¿lo sabes?—dijo reposando su cabeza en mi hombro mientras yo la veía con la
mayor devoción.

—Igualdad de condiciones —contesté besando su cabello antes de notar como Noe se estaba
moviendo en la cama —El silencio va creciendo, estrellas verás —canté para ambas mientras
Camila me observaba deslumbrando sus gemas cafés —Melodías trajo el día. La brisa soplará.
—Se va el sol y todo se embellece —murmuró recordando la canción lo cuál me sacó una
sonrisa —Con su luz te van a iluminar, ven conmigo y en mis brazos hoy descansa —cerrñe
los ojos por un instante sintiendo como su voz se mezclaba frente al silencio de la
habitación—Nunca la había escuchado, ¿la creaste?—me preguntó sonriendo y yo asentí.

—Sí —sentencié —Desde que Noe es bebé se ha acostumbrado a quedarse dormida con mi
voz, así que a veces me quedaba horas cantándole canciones que salían por momentos—
sonreí al recordar el rostro tranquilo que conocía tan bien de mi hija y como a pesar de los
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años, éste seguía cayendo rendido ante las mismas formas de cariño.

—Es muy linda y simple —contestó suavemente —A veces las mejores cosas son las que son
tan simples que se vuelven hermosas.
—Tú no eres simples y aún así resplandeces —respondí rápidamente sacándole una sonrisa —
Creo que eres la excepción a la regla —Camila se acomodó aún más cerca de mí y yo solo
podía quedar embelesada ante la belleza que ella presentaba.

—¿Cómo se siente?—me preguntó dulcemente.

—¿Qué cosa?.
—La relación que tienes con Noe —respondió dejando su mirada fija hacia el techo blanco —
Es maravillosa—musitó —Tan real y mágica a la vez — sonreí ante ello al ver como sus ojso
esperaban mi respuesta frente a su pregunta.

—Pues, creo que todas las mujeres sabemos que algún día llegará ese momento —contesté
—Ya sabes, es nuestro deber según todo el mundo —suspiré ante esa imagen —Pero a pesar
de esa idea de que es obligatorio, es lo más bonito que existe —Camila seguía al pie de la
letra cada una de mis palabras envuelta ante mis respuestas —Tu mundo cambia
completamente y te das cuenta lo valioso que es una sonrisa, un simple abrazo y que por las
noches decida dormir entre tus brazos
—aseveré emocionada ante esa emoción que llegaba a mi pecho cada vez que
pensaba en Noe y más ahora que estaba a mi lado —La primera vez que me dijo mamá, creo
que lloré toda la mañana porque es algo que te traspasa —comenté recordando aquel
momento tan único entre mis recuerdos. —Y se vuelve lo más especial y único que tienes en
tu vida .

—Ójala todos vieran el mundo como tú lo haces —respondió cansada ante ello y yo acaricié
su mejilla.

—Ser padres es más difícil de lo que uno imagina, Camz —respondí en un suspiro —no es tan
solo crearlos ó cumplir el papel de proveedor de sus comodidades —argumenté —Esa es la
parte más pequeña del rol de padre .Ser padre es darte cuenta que su felicidad está mucho
antes que la tuya y que eres la persona que está moldeando sus pensamientos
constantemente, eres todo lo que tiene hasta que comienza a crecer, así que significa
otorgarle todos esos conocimientos que uno aprendió con el tiempo y demostrarle tu amor
eterno . Creo que de las mil veces que he aprendido algo, es porque me he equivocado dos
mil —susurré entre risas —Pero no son importantes los errores que cometes sino como
aprendes de ellos. Noe es mi hija pero no es algo que me pertenece, ella es mi vida —afirmé
—Y prefiero mil veces escuchar sus conversaciones aunque muchas veces ni siquiera tengan
sentido que pasen los años y me dé cuenta que el tiempo no perdona. Ser padre significa
aprender a enseñar pero también a escuchar. Al final de todo, ambos aprendemos y eso es lo
importante de la vida—concreté —Atrevernos a aprender—Camila asintió antes de besar
frágilmente mi cuello.

—Me parece la cosa más bonita, la forma en que te ilusionas solo con hablar de ella, con
mirarla, esas simples cosas que te hacen ver maravillas que están a tu vista siempre pero
jamás le das la merecida importancia.

—¿Cómo no hacerlo?—pregunté con una sonrisa impregnando mis labios —Si ella es tan
perfecta —mi vista quedó en mi pequeña que se encontraba tan plácidamente dormida —Aún

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recuerdo lo pequeña que se veía entre mis brazos cuando nació y como ella se volvió el mejor
calmante contra el dolor —susurré recordando el momento más maravilloso de mi vida —
Cada vez que la veo se me es imposible no pensar en aquella bebé que se dormía sujetando
mi blusa con su puño que quizás era más pequeño que mi dedo meñique. Cada vez que la
veo pienso en todas esas sonrisas que nacieron gracias a ella. Y como nada es tan difícil si la
tengo a mi lado.

—¿Qué fue lo primero que pensaste cuando la tuviste finalmente entre tus brazos?—podían
existir miles de respuestas frente a esa pregunta, no obstante, en mi interior sabía cuál era la
principal palabra que representaba a la
respuesta.

—Miedo —susurré —El miedo de no saber realmente que iba a suceder —contesté apenada al
recordarme hace ya casi siete años —Miedo de no ser suficiente para ella, el miedo me
carcomía pensando en todo lo que me rodeaba
—contesté —¿Cómo iba a trabajar con una bebé?. ¿Qué iba a hacer desde ahora?—dije
sabiendo que esas fueron las preguntas constantes que nacieron con Noe, sin embargo,
también recordé como ella las contestó solo con estar conmigo
—Pero cuando ella me dio su primera sonrisa en un simple gesto, supe que no había nada
más maravilloso que ella—respondí —Y aún lo sigo pensando —Camila asintió a cada una de
mis respuestas —Debo aburrirte porque mi única experiencia sea ser madre —bufé a lo cuál
ella se negó.

—Me encanta que hables de ella, la amas y creo que falta tanto amor en el mundo que me
parece increíble que tú lo demuestres hasta hablando de Noe.
—¿Qué ha sido lo mejor que te ha sucedido?—pregunté curiosa por escuchar sus historias —Y
no me mientas con que es que me hayas conocido porque podré estar enamorada pero no te
lo creeré—Camila rió bajito por mi respuesta.

—Rompes el romanticismo—sentenció golpeando levemente mi


hombro.

—Vamos, debes tener toda una colección de memorias —contesté buscando su mirada —
Quiero conocerlas todas —respondí segura —Saber hasta el más mínimo detalle tuyo.

—Creo que la mejor experiencia fue cuando crucé el mediterráneo —murmuró acomodándose
para encapsular su mirada con la mía —Sentir la aventura en cada estación y como tu cabello
se mueve con el mar —contestó cerrando los ojos ante su recuerdo —Recorrer el mundo en
tren, esa es mi mejor experiencia —suspiró emocionada.

—Debe ser emocionante.


—Lo es —afirmó sin dejar esa sonrisa digna de ella —Especialmente cuando tienes 18 y no
sabes que hacer con tu vida —contestó —Recuerdo quedarme en cada estación de trenes
observando por horas el letrero con los lugares y emocionarme con el mundo sin límites que
existía en mí.

—Jamás he viajado en tren —confesé encogiéndome de hombros.


—Creo que debo regalarte esa primera experiencia también
—reveló sacándome un par de risas por su respuesta llena de inocencia, cada vez que la
conocía más me daba cuenta de que ella había sido criada en un mundo tan distinto al mío
donde el dinero no era algo más que un medio para la felicidad, sin embargo, a través de ello

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podía ver la pureza de su alma y como no le importaba dar todo por la persona que amaba.

—¿Dónde te gustaría ir?—pregunté interesada

—Creo que el mediterráneo es algo lejano por ahora —susurró divertida —Pero quería
invitarlas a Nueva York —abrí mis ojos impresionada frente a su proposición porque no lo
esperaba.

—¿La ciudad que nunca duerme?—me limité a preguntar y ella


asintió

—Tengo un acto de benificiencia para navidad y tengo que estar presente porque me
comprometí a hacerlo hace meses — me quedé anonadada frente a su respuesta.

—No sabía que hicieras ese tipo de cosas —dije sin más y ella
suspiró.

—Supongo que soy demasiado perfecta para ser real —respondió con esa sonrisa que me
dejaba embobada en menos de un segundo —La verdad es que nunca me han llamado la
atención, no soy una buena persona Lauren—se sinceró
—No soy de esas personas que sienten empatía hacia el prójimo, simplemente lo hago
porque mis representantes pensaron que era una buena idea — besé su frente porque sabía a
la perfección como era ella y a pesar de eso, seguía amándola con la misma admiración.

—Al menos eres sincera —sentencié —Muchas personas se mienten toda la vida pensando
que son las mejores personas del planeta.

—Y siempre se puede cambiar —contestó tomando con suavidad mis manos —Quiero ir
contigo, quiero que pases esa semana conmigo—me dijo ilusionada —¿Quieres ir?—preguntó
tan entusiasmada que se me hacía imposible decirle que no.

—Solo si me prometes que habrá nieve —respondí obteniendo de vuelta una sonrisa única de
su parte —No la conozco y Noe tampoco.
—Le pagaré al cielo para que haya nieve esa semana, no te preocupes —contestó
sarcásticamente antes de buscar mis labios.

—Te amo —le dije buscando su mirada —E iría hasta el fin del mundo solo por tu sonrisa —
aseveré segura de cada una de mis palabras—Pero
¿estás segura que es lo correcto?—Camila bufó ante ello antes de asentir.

—Siempre puedes ser mi amiga con una hermosa hija —respondió


—Por favor —me dijo suplicante que no pude negarme por lo cuál besé su frente acariciando
su mejilla.

—Está bien —le susurré acariciando su cabello mientras ella cerraba con una sonrisa sus
párpados, así estuvimos por unos minutos dejando que nuestro cariño mutuo colapsara
nuestros satélites —¿Tienes sueño?—le pregunté en voz baja.

—No realmente —comentó bostezando. —Estoy acostumbrada a pasar noches sin dormir—
asentí porque yo también solía pasar noches enteras sin dormir mientras observaba como el
sol le ganaba a la luna y como Noe se derretía entre mis brazos.

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—Somos dos —comenté —¿Qué haces cuando no puedes dormir?—la castaña suspiró antes
de responder a mi pregunta.

—Suelo caminar por la playa ó sentarme en el balcón de mi habitación fumando un poco —


no dije nada ante sus opciones pero ella sonrío orgullosa por algo que iba a salir de sus
labios—Sin embargo, llevo varias semanas sin sentir un cigarrillo en mis labios —asentí ya
que también había notado aquel detalle, sin embargo, jamás se lo había preguntado.

—¿Por qué?—pregunté curiosa.

—No lo sé —contestó encogiéndose de hombros —Tal vez no necesito refugiarme en él


cuando te tengo a ti —me susurró.

—Eres increíble—argumenté acariciando su mejilla —Nunca lo olvides. Eres especial en todos


los sentidos posibles y la segunda persona más importante en mi vida.
—Eres realmente buena haciendo sentir a alguien mejor — murmuró sin dejar esa sonrisa
penetrante que tenía.

—Cuando Noe no puede dormir, suelo cantarle —le sugerí acariciando su cabello a lo cuál
Camila reaccionó encogiéndose a mi lado —Quizás eso
te ayude.

—Me encantaría —musitó entusiasmada.

—¿Qué quieres escuchar?—pregunté acariciando su cabello.

—La vie en Rose siempre me recordará a ti—contestó y yo sonreí al escuchar esa opción.

—Es la favorita de Noe y una de mis favoritas—refuté comenzando a tararear la canción.

—¿Sabes?—murmuró dejando que su perfume fuera una droga hipnotizante al igual que su
sonrisa y a pesar de la oscuridad que nos recubría, era como si sus ojos podían tomar el tono
más brillante de la galaxia y convertirse en dos estrellas fugaces incandescentes —Tal vez la
vida no sea de color rosa pero tú hiciste que la mía se llenara de colores que nunca creí
posible—susurró como si fuera un secreto a voces, pero aunque no me lo dijera yo lo sabía y
aún creía imposible que tal cosa hubiera sido posible, sin embargo, lo era.

—Tú pintaste de colores mi corazón —admití dejando que la comisura de sus labios se
reflejara en una perfecta sonrisa de su parte y un pequeño beso en su cabello. —Descansa mi
reina —dije con esas palabras que me delataban ante ella.

Como siempre cuando llegamos al conteo final de cada fic mío, nos leeremos todos los días.
Solo diez capítulos y todo habrá terminado. Con amor, Taylor
Capítulo 41: Before it breaks

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insideofmysoul
New York
And I wish I could lay down beside you
When the day is done
And wake up to your face under the morning sun But like everything I've ever known
I'm sure you'll go one day
So I'll spend my whole life hiding my heart away
And I can't spend my whole life hiding my heart away
Lauren

Cada gota caliente que caía a través de la ducha me dejaba más devastada que la anterior
porque fue como si una lluvia de recuerdos se mezclara con las intenciones de dejarme
indefensa por una simple ducha.

Suspiré ante la frustración que me dejaba aquel momento porque cada gota que impactaba
en mi cuerpo se mostraba como las bases de todas las historias que llevaba con ella, fue
como si cada una tuviera la función de atacarme de una manera indiferente a los
pensamientos que me carcomían cada día desde la última vez que nos habíamos visto.
Quise maldecir cada momento en que ella me había conquistado porque había aceptado que
Camila no tenía la culpa de nada de lo que estaba sucediendo, la culpa era solo mía y creo
que llegar a aceptar aquello era lo que más me enfurecía de todo lo que estaba sucediendo.
El hecho de darte cuenta de que habías sido lo suficientemente cobarde como para no dejarla
a tu lado cuando era el momento correcto y que ahora simplemente te tenías que resignar
con el hecho de que ella merecía a alguien mejor.
Merecía a una persona que se atreviera a mostrarle su corazón sin tener miedo a que se lo
destruya, ella merecía a alguien que le diera las fantasías de una película que yo jamás iba a
rodar sobre su piel, una película de la cuál yo nunca iba a escribir guiones que lograran llenar
las expectativas de amor que aquella castaña deseaba en lo más profundo de su corazón.
La duda de que ella necesitaba a alguien que no tuviera el corazón destrozado no era lo que
me abatía, era el simple hecho de que ella creía que esa persona que merecía era yo.
Las últimas gotas de aquella ducha se tiñeron con la forma en que su cabello alboratado y su
piel morena era la mejor combinación de mi vista como también lo era verla solo con una
camisa larga como vestimenta mientras compartíamos aquel idioma que solo las dos
conocíamos a la perfección cuando utilizar.
Recordé con amargura la forma en que su voz llegaba a dejarme sin respiración alguna ó la
ternura que siempre me abatía al saber como había ido su
día. Habían detalles que me dejaban sin aliento como lo era levantarme antes que ella y
apreciar como todo su ser brillaba en medio de las sombras de la madrugada ó su risa tan
sonora que muchas veces hacía que mi corazón se saliera de mi pehco y así eran quizás una
lista interminable esos recónditos pedacitos que yo conocía a la perfección y que en un
tiempo no muy lejano habían sido lo mejor de mi día.
Hoy solamente me atormentaban porque eran testigos concretos ante la cobardía de haberla
dejado ir y no poder recuperarla.
Solté un bufido mientras la ducha se llevaba los pequeños minutos de tranquilidad que había
tenido antes de que todas las paredes se llenaran con su recuerdo, ni siquiera ella había
estado en este departamento pero parecía que todo el lugar me ahogaba de recuerdos felices
con Camila y no solamente de ellos sino que también esos pequeños momentos donde se
ofreció refugio a otros sentimientos y emociones que al final de todo con solo tenerla de
protagonista podía tildar como momentos memorables.
A veces vivías tanto tiempo con las persianas de tu vida cerradas que no podías identificar de
cuando era de día y cuando es de noche por lo tanto solo pensabas que la oscuridad estaba
detrás de ese panorama, dejando ir esos pequeños momentos de luz que se te habían
ofrecido pero por miedo de ver lo que había detrás de esa cortina simplemente te ocultabas
ante las tinieblas que podía ofrecer la soledad.

insideofmysoul
Camila eran esos pedacitos de luz, eran los amaneceres y hasta podía asegurar que era el
mismísimo sol que llegó a mí con la intención de calentar mis territorios, no obstante, ante la
oscuridad, ella había perdido la batalla y yo no había hecho nada para cambiar aquel
panorama.
Salí con la toalla puesta a mi habitación sintiendo la rabia de aquellos pensamientos que iban
y venían y la desesperación de querer solucionarlo, de querer escucharla de nuevo, de verla
sonreír, de acariciar su cabello.
Todos esos deseos se convirtieron en un remolino de sensaciones e ilusiones que me
perturbaron durante unos segundos hasta que finalmente resoplé a sabiendas de que lo
mejor es que se fuera ya que ella necesitaba reconstruir una vida en donde mi nombre no
estuviera en cada uno de sus pensamientos.
No necesitaba destruirla nuevamente, ya me había bastado con una
vez.
Mis pensamientos fueron perturbados ante la incesante vibración de
mi celular y aunque lo tomé por inercia inconscientemente deseaba que fueran esos ojos
chocolate que tanto me derretía los dueños de esa llamada, no obstante, aquella idea fue
erradicada cuando vi el nombre de Taylor en el número de contacto.
Suspiré antes de contestar y sentir como la tensión se presentaba de una forma inesperada
mucho antes de que ella pudiera al menos decir una
palabra.
—¿Lauren?—preguntó preocupada lo cuál me hizo fruncir el ceño
ante como su voz se perdía en la llamanda dando un suave matiz de tristeza que no pude
identificar de donde provenía.
—Sí, ¿qué sucede?—respondí poniendo en altavoz la llamada mientras comenzaba a ponerme
la ropa interior, un breve silencio se hizo presente entre ambas donde pude sentir como la
tristeza se incrementaba por cada segundo de la llamada —¿Taylor?—volví a decir esperando
una respuesta aclaratoria de su parte, sin embargo, no existió nada de esto mientras ella
suspiraba y volvía a tomar el control de sus palabras.
—¿Estás ocupada?—preguntó dejando claro que algo no sucedía, yo no dije nada y tomé el
celular sacando el altavoz notando como se podía escuchar un par de lágrimas de su parte.
—No, para nada —respondí rápidamente mientras sentía la intriga a través de la llamada, ella
resopló antes de volver a pronunciar alguna palabra.
—Podrías venir por un par de horas —me dijo en un hilo de voz que casi no escuché de su
parte como si hablar le estuviera costando demasiado —Tengo que salir por un momento y
no he encontrado a nadie que pueda quedarse con Katie esta noche—ni siquiera fui
consciente de que hubiera algún pensamiento de mi parte antes de aceptar sin refutar
aquella preposición.
—Estaré ahí en diez minutos —respondí rápidamente antes de escuchar un tímido gracias y
como la llamada terminaba.
Conocía de memoria el departamento de Taylor de hecho me quedaba hasta cerca de mi
trabajo por lo cuál no fue difícil llegar a su puerta unos quince minutos después de la llamada
que había obtenido de su parte. La preocupación se mostró a flor de piel en cada paso que
había dado desde que había salido de mi casa hasta llegar a aquel edificio que estaba cerca
de central park, suspiré esperando que ella me abriera hasta que pude ver como el miedo
traspasaba su rostro de una manera que nunca había visto con anterioridad de parte de la
castaña y sin saber que decir ó que hacer simplemente nos limitamos a que yo entrara a su
departamento dejando que el silencio se apoderara de todos los pensamientos que
llevábamos dentro.
Una tímida sonrisa se presentó en ella intentando con todas sus fuerzas quitar aquella
incomodidad que nacía en su rostro y el miedo que la afligía tiñiendo sus gestos de colores
que no eran coincidenctes cojn los que conocía de su parte.

—Lamento haberte llamado a esta hora —dijo resoplando mientras sus manos se movían
nerviosamente, ella estaba asustada por algo que no lograba entender aunque pareciera
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querer estar en una calma que no existía —Pero sucedió algo que necesito solucionar —
agregó a lo cuál yo solo ladeé la cabeza para no obligarla a que me cuente lo que estaba
sucediendo, entendía a la perfección que a veces lo último
que necesitábamos frente al miedo era tener que explicar nuestra situación a alguien más por
lo cuál solo me acerqué a ella para abrazarla de una manera puramente sentimiental dejando
que miles de emociones traspasaran nuestras propias barreras.
—No te preocupes —refuté en un intento de sonrisa que nació al separarnos, Taylor solo
suspiró antes de asentir.
—Katie está en la cama y ya cenó, solamente necesito que te quedes cuidándola hasta que
regrese —sentenció —Si quieres cenar hay un poco en la cocina y llámame si algo sucede ó
necesitas algo ó —no la dejé terminar porque procuré en volver a abrazarla notando como la
tensión en su rostro quedaba un poco detrás de todo el miedo que sentía.
Fueron pequeños segundos donde ninguna supo como expresar lo que estaba sucediendo
pero tampoco necesitamos las palabras para aquella conexión.
Por primera vez la sentía cercana a mí después de tanto por lo cuál una pequeña sonrisa se
formó en mis labios antes de que ella saliera por la puerta.

Suspiré buscando la habitación de paredes turquesas que se encontraba al final del pasillo y
fruncí el ceño al notar como las luces estaban prendidas y habían peluches tirados en el piso
formando algo así como un fuerte. Iba a traspasar la línea divisoria de la puerta del cuarto y
éste, no obstante, apenas pisé aquel límite pude ver como la pequeña castaña dueña del
cuarto se paró entre medio de los peluches y con el ceño fruncido mientras un pijama de
cupcakes celestes se mostraba como su ropa de dormir.
—No puedes pasar —fue lo único que dijo cruzándose de brazos dejando que una seriedad
que no era compatible con una niña de cinco años me llamara la atención sin saber que
decirle.—Romperás la barrera —concretó sin dejar el ceño fruncido que tenía a lo cuál ésta
vez fui yo quién me veía contrariada ante su respuesta.
—Pero si tus peluches están más lejos de la puerta —refuté a lo cuál ella negó aún más
enojada que en un principio.
—Romperás la barrera de las cosas malas —contestó haciendo que me quedara aún más
confundida que en un principio y ella entendió de que no tenía ni la más mínima idea a lo que
me refería porque no tardó en suspirar para volver a tomar la palabra —Papá siempre dice
que hay que hacer una barrera cuando las cosas malas aparecen para que no se hagan más
grande —explicó dejándome absorta por su respuesta ya que esperaba cualquier tipo de
contestación desde que era porque había un monstruo en su habitación hasta el simple hecho
de que le tenía miedo a la oscuridad pero jamás pensé que una niña de cinco años me diera
una respuesta como esa.
—Entiendo —fue lo único que pude decir mientras notaba como la castaña volvía a sentarse
con los brazos cruzados detrás de los peluches que la acompañaban —Taylor dijo que me
asegurara que estuvieras en cama pero puedes quedarte en tu barrera —afirmé haciendo que
la pequeña se quedara impregnada de
mi vista—Yo me quedaré aquí esperando que vayas a la cama —contesté suavemente a lo
cuál la castaña solo resopló sin darle mayor importancia hasta que finalmente dejó de tener
como protección todos los peluches y se acercó a la puerta.
—¿No vas a traer problemas?—me preguntó enarcando la ceja.
—Creo que no —refuté quedándome sin palabras por ello para rápidamente sentir como ella
tomaba mi mano para que me acercara al fuerte que había creado con sus peluches.

—Eres rara —murmuró como sino tuviera ningún otro tipo de descripción mientras yo me
encogía de hombros dándole la razón —No eres como los otros adultos —afirmó seria.
—No eres la primera en decírmelo —me limité a decir sentándome en el suelo a su lado a lo
cuál ella solo asintió observándome con sus ojos oscuros, el parecido que tenía con Taylor era
increíble, sin embargo, la inocencia que vertía a través de su mirada era simplemente
adorable.
—Me agradas —dijo antes de sonreír lo cuál me hizo sacar una sonrisa también —Tú te sabes
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todas las canciones de las películas —agregó animada por ello —Mamá solo se sabe algunas y
papá las confunde —musitó divertida ante ello lo cuál me hizo reír al pensarlo, no obstante,
ella rápidamente suspiró ante eso y volvió a tomar la seriedad cojn la cuál la había
encontrado detrás de los peluches—Los adultos siempre traen problemas —contestó
dejándome cautiva ante sus palabras —Ellos siempre tienen problemas —afirmó y yo solo
suspiré porque era cierto, la vida adulta era mucho más difícil que la ilusión de niñez que solo
nos duraba por un par de años, nunca había entendido porqué deseábamos tanto crecer sino
tenía ninguna forma de diversión aquel paso de hecho muchas veces era mucho más doloroso
de lo que podíamos creer que fuese posible.
—Lo sé —resoplé —Soy una adulta —concreté ante sus ojos oscuros que me juzgaban ante
cada palabra.
—La muerte está en todas partes —respondió a lo cuál no supe que decir porque éstas
palabras no se tiñieron bajo el aire infantil que cualquier niño podía darle a la vida, era más
bien una mirada mucho más adulta de lo que ella había mostrado jamás—Cameron perdió a
su tía en un accidente de auto hace un par de meses y Tania perdió a su mamá cuando era
más pequeña—relató ante mi mirada atenta —Todas las personas mueren en algún momento
y aunque mamá no me lo quiera decir yo sé que la abuela también lo hará en algún momento
—recalcó lo cuál me dejó helada al unir las piezas de la razón por la cuál realmente estaba
aquí, había notado la preocupación de parte de Taylor por Clara pero no quería creer que
fuese real, sin embargo, al parecer lo era y una relación que no había existido hace mucho
trataba de ser arreglada frente a los misterios que el tiempo y los hilos del destino
mostraban.
Me acerqué a Katie tratando de envolverla entre mis brazos frente a sus palabras, recordé por
unos breves instantes el intento de madurez que yo
también traté de crear en mi infancia para no querer sufrir frente a la realidad, no obstante,
me parecía injusto buscar ese tipo de respuestas para sentir protegido por lo cuál no dudé en
acariciar su cabello para que no se sintiera sola ante sus propias deducciones.
—Es cierto —dije suavemente —Todas las personas tenemos que morir en algún momento,
no obstante, eso no significa que no duela —agregué notando como los ojos castaños de la
menor simplemente se perdían ante mis palabras mostrando como estos de a poco se
llenaban de lágrimas que seguramente ella no deseaba sentir pero que yo podía reconcoer
luego de tantos años en donde había actuado de la misma forma protectora con la cuál ella
actuaba.—Y que no sintamos ese dolor aquí —contesté mientras señalaba con mi mano mi
corazón a lo cuál ella solo suspiró asintiendo —¿Tú también lo sientes?—pregunté esperando
su respuesta y ella comenzó a llorar buscando con sus brazos pequeños y corto mi cuello
para ocultar su rostro en mi pecho, instintivamente simplemente la aprisioné aún más entre
mis brazos sintiendo como su pijama tocaba mi cuerpo dejando una cálida sensación—
Tranquila Katie —murmuré a su oído con una suavidad que no esperaba de su parte, la
verdad no era buena en esto pero me hacía sentir mejor que sus lágrimas estaban
comenzando a secarse y no desatándose como océanos —No es nada malo llorar, de hecho
todos deberíamos hacerlo—musité acariciando su espalda
—Algunos dicen que puedes crear océanos si lloras demasiado —sentencié notando como ella
se quedaba observando cada una de mis palabras con una atención sumisa lo cuál me hizo
sonreír.
—¿Enserio?—preguntó insegura de que fuese real y yo asentí ante
ello.
—¿Quieres formar un océano con tus lágrimas?—pregunté
enarcando la ceja y ella negó ante esa opción.
—No tengo tantas lágrimas, Lauren —susurró antes de volver a ocultar su rostro en mi
pecho.
—Bueno cuando quieras puedes llamarme para formar un océano entre las dos, ¿te gusta el
mar?—pregunté a lo cuál ella asintió tímidamente—¿Ves?, sería divertido tener un océano
donde nadar de vez en cuando y que éste cerca
—aclaré haciendo que ella riera por eso, aunque su risa no era tan sonora como otras veces,
ésta fue tan especial que no pude quitarla de mi cabeza en ningún instante porque fue

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llenada de ternura que ella irradiaba a través de su aire infantil.
—¿Te quedarás esta noche?—preguntó jugando con los bordes de mi blusa antes de mirarme
con sus grandes ojos oscuros yo asentí ante ello reposando mi espalda en la cama que estaba
junto a la protección de los peluches.
—Fue una gran idea lo de la barrera de peluches —la felicité haciendo que ella sonriera —
Aunque sabes que tienes que ir a la cama ¿cierto?—ella suspiró antes de asentir.
—¿Podemos ver una película antes, por favor?—preguntó antes de separarse de mí y buscar
algo en su repisa que estaba frente al televisor, yo esperé a
que ella volviera y noté que tenía varias películas en su mano —Quiero ver Lilo y stich
—fruncí el ceño al no reconocer aquella película —¿Te sabes las canciones?—preguntó ansiosa
y yo solamente negué con una sonrisa.
—No, pero puedo aprenderla viendo la película hoy —argumenté a lo cuál ella asintió
emocionada antes de prender la televisión y el dvd que estaban frente a nosotras, para tener
cinco años conocía a la perfección como las cosas funcionaban mientras yo solo veía como
ella ponía la película antes de sentarse a mi lado recostando su cabeza sobre mis piernas
dejando esa tibia sensación que solo ella podía dejar.

—Ohana significa familia —concretó con una sonrisa —Es lo que siempre dicen en la película
—yo asentí ante el hecho de que jamás la había visto, sin embargo, aquello no le importó a la
castaña quién siguió con lo que quería decir —¿Tú también eres parte de mi Ohana?—
preguntó dejando que el brillo natural que nacían de sus ojos se mostrara como siempre.
—Solo si tú quieres —respondí sin saber que decirle a lo cuál ella solo rió por mi respuesta.
—Si quiero —fue la única respuesta que hubo para después quedarnos perdidas entre medio
de la primera película nueva que había visto desde hace mucho tiempo.
Before it breaks parte 2

Los Angeles, 1947


Camila

—¿Qué se siente?—preguntó Claire haciendo que yo frunciera el ceño ante su pregunta, la


rubia me miró como si la pregunta pudiera decir claramente lo que trataba de preguntarme,
sin embargo, yo seguí sin entender a lo que se refería
—Vamos, ¿no has estado de esa manera?—me volvió a preguntar enarcando la ceja dejando
que mis mejillas se enrojecieran solo por pensarlo.

Me atreví a negar sintiendo la verguenza de su pregunta, no obstante, ella solo se echó a reír
como si fuera lo más gracioso del mundo.

—No creo que pensemos en eso—respondí sintiendo como el calor se acumulaba en mis
palabras y se reflejaba en mis mejillas, Claire no dudó en volver a reírse a carcajadas por mi
respuesta—Así que no sé como se siente —sentencié mordiendo mi labio inferior al no saber
que realmente decir frente a esa pregunta.
—La amas —me susurró tan bajo para que fuera solo un secreto entre nosotras dos, su voz
se llenó de cariño que demostró en una bonita sonrisa que acompañaba a la perfección a su
vestido azul —Solo hablas de ella con la inocencia del amor — afirmó acariciando mi mejilla
con la ternura que a veces solía nacer en ella.
Nos llevábamos un par de años de diferencia, sin embargo, Claire siempre había mostrado
aquella ternura natural que yo muchas veces no entendía como podía nacer hacia mí.—Es la
misma forma con la que ella habla de ti —murmuró mientras terminaba de darle vueltas a su
cuchara en la taza de porcelana que tenía sobre la mesa —Me recuerdas tanto a mí —
respondió finalmente mientras yo asentía suspirando hacia su comentario.
—¿Cómo era con ella?—preguntó observando como sus ojos azules me miraban curiosos
tratando de comprender la pregunta, no obstante, por la forma en que la rubia dejó

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rápidamente su taza para exhalar un suspiro desde el fondo de su corazón supe que ella lo
había entendido.
—Era mágico —admitió con una sonrisa única que le había visto solo un par de veces lo cuál
me hizo verla con todo el amor del mundo —Ella sabía todo sobre mí y yo sabía todo sobre
ella —suspiró envolviendo sus labios suavemente para que sus palabras no se tropezaran
ante la afirmación —Era extraño porque la conocía desde que éramos niñas y era mi mejor
amiga —susurró con una risita inocente —Pero más que todo, simplemente era algo que no
podía describir, ella era muy especial —sentenció antes de volver a tomar un poco de su café
cargado —¿Qué te puedo decir?—preguntó riendo —Éramos tan perfectas juntas que ustedes
sentirían envidia solo de vernos —fue inevitable no reír ante la forma relajada que ella tocaba
el tema, la había visto de tantas formas distintas hablar sobre ella que me encantaba esa
forma natural en que sus ojos brillaban al recordar aunque tenía que aceptar que también me
dolía saber que el destino se había encargado de romper algo tan fuerte y duradero como lo
había sido su relación.
—¿Te imaginaste una vida con ella?—le pregunté curiosa y ella
asintió sonriendo.
—Por obvias razones no íbamos a tener esa vida que todo el mundo
aspira —contestó encogiéndose de hombros —Ya sabes, niños y ese tipo de cosas, pero
supongo que nada de eso importaba cuando mi mirada se perdía en la suya y sentíamos que
vivíamos en nuestro propio mundo, en nuestra propia sinfonía
—argumentó antes de suspirar —Sin embargo, supongo que lo tuyo es un poco más difícil, ya
que no está sola —mencionó lo cuál solo me tomó unos segundos responder por ello.

—Noe no es un problema —respondí rápidamente porque la verdad estaba comenzando a


adorar a esa pequeña de la misma forma que lo hacía con Lauren, me parecía una niña tan
inteligente y tan llena de ternura que era imposible no derretirse ante su mirada —Es
preciosa—argumenté recordando el último regalo que me había dado y como podía sacarme
fácilmente una sonrisa solo con ser ella.

—Lo sé —afirmó —Es digna hija de su madre —no era necesario que me lo dijera ya que era
exactamente lo que opinaba cada vez que la veía—Y ella también te quiere
—sonreí por inercia al escuchar aquello

—Si me lo ha dicho y siento que yo también la quiero —agregué sintiendo como la emoción
recorría cada una de las palabras que mencionaba sobre esa pequeña rubia, no obstante,
Claire no tardó en notar lo que habían detrás de esas palabras.

—Pero — sugirió enarcando la ceja antes de volver a tomar un sorbo de su bebida, yo suspiré
ante ello debido a que realmente no sabía como explicar.

—Es solo raro —refuté encogiéndome de hombros antes de pensar en las palabras que quería
utilizar, la rubia no dejó de mirarme como sino entendiera lo que estaba diciendo y
sinceramente yo tampoco encontraba la forma de explicárselo —Porque no sé como ser
madre, Claire —aseveré demostrando un poco los miedos que tenía frente a la relación que
llevaba con Lauren, suspiré antes de morder mi labio inferior por la mirada atenta que me
ponía la ojiazul —Apenas puedo cuidar de mi mismo y llegó ella a cambiarlo todo y ni siquiera
está sola.
—¿Tienes miedo de una niña de seis años?—me preguntó
frunciendo el ceño.

—Casi siete —aclaré recordando que en unos días iba a ser su cumpleaños — Y sí un poco —

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respondí encogiéndome de hombros ya que realmente no estaba segura de que le tenía
miedo —No quisiera hacerle daño, yo no sé nada sobre niños —me sinceré haciendo que
Claire se acercara a mi con una cálida sonrisa y un beso en mi mejilla.

—No hay mucho que aprender realmente —aseguró tranquila —La verdad sería más difícil si
fuera una bebé, pero no lo es—sentenció antes de tomar el último sorbo de su té —No tienes
porque temer Camila, si estás segura de lo que sientes —afirmó —Creéme al decirte que eso
sería suficiente para querer irte y asegurarte de vivir eso que deseas—yo solo asentí ante sus
palabras porque a veces necesitaba a alguien que me diera su opinión al respecto y Claire
siempre estaba disponible para escucharme y hablarme con la sinceridad que había estado de
su parte desde que nos conocimos.

—Iré a New York—le comenté dejando que fuese la primera persona que supiese además de
Lauren, ella no tardó en abrir sus ojos impresionada ante ello.

—¿Y no me invitas?—preguntó exaltada ante ello lo cuál me hizo reír al ver como su
monólogo dramático se estaba haciendo presente al poner su mano sobre su corazón y
exagerar todo lo que decía —¿Qué clase de amiga eres?—preguntó sonando lastimada a lo
cuál yo solo rodé los ojos por ello.

—La amiga que tú vas a dejar ¿lo olvidas?—respondí ante su comentario y ella simplemente
suspiró amargamento por eso.

—No me digas eso, que por la nostalgia puedo cancelar todo


—afirmó exagerando como casi siempre solía actuar cuando hablaba conmigo —Solo
bromeo—dijo sin dejar aquella risa triunfante y cautivadora que amanecía en su rostro cada
vez que estaba de buen humor —¿Cuándo irás?—preguntó intrigada.

—Un poco antes de navidad, quiero llevarlas a conocer la ciudad que nunca duerme—aseguré
a lo cuál ella solo dejó esa sonrisa tierna que nacía cada vez que le hablaba sobre lo que
tenía con Lauren.

—Es un lindo regalo —opinó a lo cuál yo asentí ya que estaba emocionada por ello —Entonces
esperarás hasta navidad para decirle—preguntó curiosa a lo cuál yo no entendí a que se
refería exactamente.
—¿Decirle qué?—pregunté.

—Que quieres irte con ella —afirmó como si fuera lo más obvio del mundo, yo me limité a
bajar la mirada indecisa por esa afirmación.

—Aún no lo he pensado bien—declaré en un suspiro.

—Vamos, no hay mucho que pensar —refutó —Solo dile y ya está


—a veces envidiaba seriamente la forma en que ella podía hablar con toda la seguridad del
mundo, sin crearse problemas y solo aceptando las decisiones que ella tomaba en su vida —
No le veo la parte difícil a ello—concretó encogiéndose de hombros.

—¿Crees que me diga que sí?—pregunté tímidamente buscando una solución certera ante la
intriga que nacía hacia esa pregunta, ni siquiera fui capaz de creer que ese tipo de preguntas
podían nacer de mí ya que nunca me había preguntado si algo podía ser posible, yo sabía a la
perfección que todo lo que deseaba podía conseguirlo, no obstante, aquello iba más allá de lo

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que yo podía conseguir y eran decisiones que no dependían estrictamente de lo que yo
deseaba —Realmente tengo miedo de decirle y que finalmente me rechace—suspiré ante la
realidad agotadora de aquella pregunta, ya que Lauren fácilmente podía decirme que no y
estaba en todo su derecho debido a que lo nuestro era más difícil de lo que pensaba, no
obstante, saber que esa opción era posible y que ella me lo dijera en la realidad eran tan
distintos porque me dolía solo pensar que ella llegase a decir que no.

—Eso suena tan irónico viniendo de ti, Cabello—refutó Claire antes de volver a tomar la
seriedad de la conversación —Lauren te ama y te lo ha dicho, por lo tanto, porqué dejas
pasar el tiempo, cuando puedes arriesgarlo todo y ver que sucede—afirmó sacándome una
sonrisa porque ese tipo de cosas era lo que más admiraba de ella, la determinación que había
en cada una de sus acciones y como a pesar de tomar casi todo en broma, ella también podía
tomar la madurez necesaria para dar buenas respuestas a mis preguntas.

—¿Tú eres el mejor ejemplo de ello?—pregunté enarcando la ceja


divertida por ello.

—Exactamente —sugirió con ese tono orgulloso que era una parte innata de la francesa —
Todo lo que sabes lo has aprendido de mí —afirmó —Y si te hubiera dado un par de lecciones
sobre como besar, las cosas hubieran tardado menos entre ustedes —no supe que decir ante
ello por lo cuál solo me limité a ladear la cabeza divertida por todas las ocurrencias que
podían nacer de aquella chica.
—Eres única—fue lo único que pude decir.

—Lo sé —comentó acariciando mi mejilla con delicadeza —Tú también —dijo sin más antes de
fruncir el ceño y mirarme seria por lo que iba a decir
—Por cierto, John me comentó que vas a dejar el cine —suspiré amargamente ante ello ya
que no había tenido el tiempo suficiente para comentarle sobre mi decisión y sabía lo que
vendría después —¿Por qué no me habías comentado nada?—preguntó entre enojada y con la
intriga de saber toda la historia detrás de mi decisión aunque no había una que fuera tan
emocionante como ella lo pensaba, simplemente estaba cansada de este mundo que no me
hacía feliz y solo ponía en jaque mate la felicidad que había encontrado en los ojos verdes
más bonitos que había visto en mi vida.

—Supongo que no había llegado el momento de decírtelo—dije a lo cuál ella no dejó de


fruncir el ceño y suspirar exasperada.

—Soy tu mejor amiga, ni siquiera debías pensar decírmelo —refutó


—¿Qué ha dicho tu madre?—preguntó a sabiendas de que ese era el principal problema con la
idea de dejar el cine, yo me armé de valor para decirle lo que había sucedido ya que había
preferido simplemente ignorar el tema ni siquiera lo había comentado con Lauren para no
preocuparla.

—Sinceramente ni siquiera he contestado a sus llamadas porqué sé lo que me dirá


—respondí recordando los cientos de llamados que había tenido de su parte en los últimos
días, podía hasta asegurar que eran más que todas las llamadas que había tenido en mi vida.

—También le contaste sobre eso—preguntó preocupada refiriéndose a Lauren a lo cuál solo


asentí.

—Sí—contesté recordando como había tomado la noticia de que no deseaba seguir en el cine

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porque amaba a una chica, ni siquiera estaba segura de que le afectaba más, si el hecho de
dejar de ser actriz ó que mi corazón hubiera elegido a otra persona no establecida para amar.

—¿Y eso no me cuentas?—exclamó enojada —Parece que si fuera tu enemiga me enteraría de


más cosas que las que me cuentas Karla—rodé los ojos ante sus comentarios mientras
suspiraba cansada.

—Eres la primera en saberlo Clarissa—apunté sin que ella relajara el ceño fruncido —No te
quejes de lo afortunada que eres—argumenté a lo cuál Claire
suspiró abrumada antes de volver a las preguntas.

—¿Qué te dijo?.
—Comenzando con el hecho de que estoy enferma y terminando con el que soy una niña
caprichosa, pues no ha ido tan mal —respondí sarcásticamente sintiendo el dolor de todas
esas palabras que resumían la discusión que había vivido desde hace semanas con ella, Claire
no tardó en rodearme con sus brazos llenos de preocupación ante mi respuesta.

—No te preocupes, ésta enfermedad no mata —afirmó acariciando mi cabello —Te lo dice
alguien que lleva más años enferma que tú, de hecho creo que a veces llega a llenarte más
de vida — una tímida sonrisa salió de mis labios ante aquel comentario ya que Claire era la
única persona que podía entender como me sentía, ella al igual que yo teníamos vidas que se
parecían mucho lo cuál me daba tranquilidad ante sus respuestas.

—¿Cómo lo haces?—pregunté —Para estar siempre segura de tu decisión—agregué haciendo


que ella sonriera por esa pregunta.

—Busco su sonrisa entre medio de mis mapeos mentales y recuerdo que podría vender mi
alma al diablo por ella —aseguró con un suspiro que demostraba la verdad que envolvía
aquella afirmación —A veces no hay más respuestas que las que dicta el corazón y creéme
que la lógica está sobrevalorada
—contestó —Todo estará bien, ella te ama tú a ella, no debería existir más problemas en la
ecuación—respondió con la misma seguridad de siempre, sin embargo, por primera vez su
respuesta no me convenció del todo como si supiera que había algo que no me estaba
diciendo solo para no querer asustarme.

—No debería —musité antes de cambiar la conversación hacia la pregunta que tenía hace
mucho tiempo —¿Le comentaste a John?—pregunté a lo cuál Claire solo suspiró rodando los
ojos dando una clara señal de que las cosas no habían salido como ella deseaba.

—Digamos que mi mejor amigo no me habla desde aquel momento


—confesó mostrando como la rabia se mezclaba con la tristeza a través de esa respuesta —
Sí, la vida a veces apesta—suspiró llenando el lugar de ese aire tan triste que casi nunca era
parte de su semblante.

—¿Por qué?—pregunté sin encontrarle algún tipo de lógica a lo que ella me estaba diciendo.

—Es algo más complicado de lo que parece, él cree que no puedo


cuidarme sola y solo pongo en peligro la vida de otra chica que según John, tampoco es
consciente de lo que hace y se va a arrepentir dentro de un par de mese conmigo
—comentó sin dejar el dolor en cada una de sus palabras —En síntesis soy simplemente una
cautivadora de chicas—exclamó indignada y a la vez sumida ante esa designación que estaba
totalmente errónea.
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—Eso no es cierto —refuté ofendida ante esas palabras pero Claire no dijo nada que
invalidiera aquel comentario como si ella hubiera aceptado esas palabras.

—Lo amo demasiado, pero no puedo hacer nada contra sus pensamientos —suspiró dejando
que sus ojos se llenaran de lágrimas frente a ello, no obstante, no se atrevió a derramar ni
una sola —Hemos estado demasiado tiempo juntos para que no nos duela separarnos —
concretó —Se le pasará — sentenció como si ese fuera el único consuelo que había
encontrado frente al hecho de que la persona en quién más confiaba simplemente no estaba
de acuerdo con su relación, yo me acerqué a ella para abrazarla ya que no me podía imaginar
como estaba ella frente aquel panorama.
Yo siempre había tenido su apoyo frente a cualquier decisión que tomara por lo cuál se me
hizo difícil creer que John realmente no confiara en la felicidad que ella merecía.

—Esperemos que sí.


—John no es mala persona —dijo chasqueando la lengua —Es solo que nos enlazamos a
través de una pérdida que separarnos es una idea inconcebible
— refutó—Sin embargo, nuestros caminos deben comenzar en uno que no tenga una
estrecha relación con el dolor—yo no solté mi abrazo de ella porque sabía cuanto lo
necesitaba en aquel momento y sin ningún tipo de palabra que pudiera darle la seguridad que
deseaba para ella simplemente besé en su mejilla con una sonrisa.

—Serás feliz Claire —le dije suavemente debido a que sabía a la perfección que éste era el
momento que ella había deseado durante tanto tiempo
—Te lo mereces —aseveré a lo cuál ella asintió con una sonrisa.

—Tú también —afirmó —Nunca olvides cuánto mereces ser feliz al lado de la persona correcta
en el momento indicado.

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....................
—Camz —gritó Noe apenas me encontró cerca de la piscina, yo no pude no sonreír al mirar
con ternura como la pequeña rubia adornaba sus mejillas rosadas con una bonita sonrisa que
combinaba a la perfección con su cabello trenzado
y un vestido blanco —Mira —sentenció emocionada pasándome un papel que estaba doblado,
yo alcé la mirada buscando a Lauren quién sonreía desde el borde del ventanal notando como
hoy llevaba el cabello recogido y un vestido azul que hacía resaltar sus ojos.

—Hola, ¿qué tienes ahí?—le dije poniéndome de su tamaño a lo cuál la pequeña ojiazul no
dudó en besar mi mejilla antes de abrir el papel doblado mostrándome lo que contenía.

—He sacado la mejor nota de mi clase en matemáticas — sugirió orgullosa ante ello
mostrándome en grande la calificación que había obtenido.

—Vaya, felicitaciones —mencioné contagiándome de la emoción que ella mostraba frente a su


calificación, Lauren me había contado que Noe tenía problemas en matemáticas frente a
inseguridades que no tenían ningún tipo de sentido lógico pero que aún así las personas
aprovechaban para dejar a flote como si fueran realidades —Aunque yo ya me imaginaba que
eras la mejor de tu clase, no necesito de una prueba para que me lo demuestres —le dije
acariciando su cabello a lo cuál ella simplemente me abrazó dejando que sus brazos se
colgaran en mi cuello y mi rostro se cargara de pequeños besos en mis mejillas.

insideofmysoul
—Lo único que quería hacer es llegar y mostrártelo —comentó la ojiverde al acercarse a
nosotras sin dejar esa sonrisa que le quedaba tan bien sobre su rostro, sin pensarlo quedé
embobada entre sus ojos y la curva que adornaba sus labios —¿Cómo estás?—me preguntó
apenas Noe me soltó y dejó que pudiera levantarme de la posición que estaba ya que ella fue
hacia la piscina jugando con el agua sin entrar en ella.

—¿Bien y tú?—respondí buscando sus labios a lo cuál Lauren apreció la orden tácita de que
necesitaba sus labios en aquel momento contra los míos.

—No puedo estar mejor viendo su felicidad —me susurró posando cariñosamente su mano
sobre mis mejillas —Y teniendo la suerte de ver el amanecer en tu sonrisa — esas simples
palabras que salían de sus labios eran capaces de llevarme al cielo en unos pocos segundos y
agradecía que ella no tuviera límites con ellas y siempre me derritiera de esa forma tan única
que aquella ojiverde que había robado mi corazón tenía.

—Te extrañé —musité abrazándola a lo cuál ella asintió dándome la razón de que ella
también me extrañaba, a pesar de que solo habían pasado un par de días desde que ella se
había quedado a dormir con Noe, parecía que habían
pasados siglos desde aquel momento —¿Te quedarás a cenar?—le pregunté notando como de
vez en cuando desviaba la mirada hacia su hija que seguía divirtiéndose con el agua, cuando
me miró no pudo no sonreír ante ello permitiendo que ese simple acto fuese capaz de
quitarme un par de sonrisas.

—Bueno—dijo colgando sus brazos sobre mi cuello para acercarse a mí entre caricias que solo
yo podía entender— Pero tengo que regresar temprano, Noe mañana tiene colegio —asentí
sin más sintiendo como otro beso caía en mis labios pero ésta vez era ella quién le daba
comienzo a esa infinita fuente de dulzura que atraía a través de sus besos.

—No te preocupes —dije apenas separamos nuestros labios notando que Noe se acercaba a
nosotras dando pequeños saltos de alegría lo cuál nos hizo sonreír a ambas.

—Camz ¿podemos ir a la playa porfi?—me pidió con una sonrisa que se me hacía imposible
que alguien pudiera decir que no a sus peticiones, sin embargo, antes de que pudiera decir
algo Lauren se adelantó a mi respuesta.

—Noe dale un respiro a Camila —suspiró riendo a lo cuál la pequeña rubia volvió a buscar mi
mirada para que pudiera convencer a Lauren de cualquier cosa, últimamente utilizaba la
misma jugada cuando su madre se negaba a darle algo ó aceptar alguna idea, me buscaba a
mí como apoyo frente a ello. Lo cuál ni siquiera se ponía en tela de juicio ya que se me hacía
imposible decirle que no a algo que salía de esa mirada llena de ternura.

—No, creo que tiene razón—opiné haciendo que la pelinegra frunciera el ceño por mi
respuesta mientras que la pequeña rubia sonrío dándose cuenta de que otra vez había
ganado —Es lo mínimo que puede pedir si le ha ido tan bien —sentencié buscando la mirada
de Lauren quién simplemente suspiró ante ello y asintió rendida frente al hecho de que eran
dos contra una.—Te quiero—le dije al oído acariciando su mejilla antes de sentir la pequeña
mano de Noe para que me apurara en salir a la playa.
—No sabes cuanto te quiero a ti —refutó antes de que el silencio nos envolviera bajo su capa.
Ésta tarde la playa se mostraba solitaria entre medio de olas azules y de un sol que parecía
no dar tregua a que las nubes grises ganaran espacio en su trono, Noe había estado casi una

insideofmysoul
hora entera corriendo hacia las olas para finalmente devolverse cuando éstas se acumulaban.
Era una imagen graciosa y a la vez tan tierna que no podía dejar de observarla mientras
Lauren y yo estábamos sentadas sobre la arena.
—¿Estás bien?—me preguntó preocupada llamando mi atención lo cuál solo me hizo fruncir el
ceño por su pregunta.

—¿Por qué?—pregunté de vuelta sin saber a que se estaba refiriendo, ella simplemente
recostó su cabeza sobre hombro antes de suspirar.

—Pues no te he escuchado hablar por casi media hora y creo que ya extraño tu voz—aclaró la
preocupación nata que siempre invadía su mirada, ella siempre tenía cientos de problemas y
a veces simplemente me dolía tener que agregarle los míos es por eso que en ciertas
ocasiones prefería omitir detalles sobre lo que me sucedía, sin embargo, sabía que lo que
sentía en aquel momento no era algo que debía ser ocultado por lo cuál acaricié su cabello
antes de suspirar.

—Suelo causar ese efecto en las personas —respondí con una sonrisa por ello a lo cuál, la
ojiverde no tardó en buscar mi mejilla para besarla con una sonrisa de vuelta entre sus
labios.

—Me encantas —dijo juntando nuestras frentes antes de reír por ese simple gesto de cariño
que para nosotras era como nuestro todo, esa fuerza que necesitábamos en los días donde
nuestras vidas no coincidían —Pero ¿qué sucede?—volvió a preguntar ante una mirada llena
de expectativa a que le comentara que estaba sucediendo. Yo me tomé unos segundos antes
de tomar con ella la conversación que había tenido con Claire en la mañana.

—¿Te irías conmigo si te lo pidiera?—pregunté sintiendo como esas simples palabras parecían
tan ajenas a mí que se disolvían en mis labios, Lauren me miró contrariada por esa pregunta
como sino supiera que responder.

—Claro, te he dicho que sí al viaje—contestó finalmente antes de sonreí a lo cuál yo negué


porque no me refería a eso.

—No hablo de eso Lauren —afirmé ante sus ojos verdes que me tenían cautivada siguiendo
cada una de mis palabras dirigidas a ella —Hablo de vivir conmigo —sentencié a lo cuál ella
apartó la mirada que tenía sobre mí y no supo que decir en aquel instante haciendo que mi
corazón latiera con una intensidad que no había sentido hasta ese momento, el miedo se
apoderó de todos mis sentidos y cuando pude notar como su mirada dejaba de lado la
confusión para tomar la vestimenta de la resignación, solo pude esperar lo peor.

—Camz —murmuró algo insegura de lo que estaba diciendo y yo la hice callar poniendo mi
dedo sobre sus labios porque sabía que no era una respuesta
que fuese fácil de digerir.

—No tienes que responder ahora, solo piénsalo y me dices que piensas —susurré suavemente
para que ella supiera que no le estaba poniendo ningún tipo de presión a su respuesta a lo
cuál ella asintió antes de besar mi cabello y mirarme con ternura.

—Pienso que te amo —recalcó con sus ojos verdes brillantes que tenían un efecto tan
hipnotizante que se me hacía difícil creer que nadie haya caído rendida a sus pies mucho

insideofmysoul
antes que yo —Que todo sería tan distinto si dependiera solo de mí —agregó antes de
suspirar amargamente frente a la respuesta que salía de sus labios —Pero sé que no es así —
respondió desalentada ante como somaban esas palabras al unísono —Tomaré un poco de
tiempo para darte una respuesta —exclamó finalmente a lo cuál yo asentí un poco más
tranquila frente a su mirada llena de dulzura y que siempre trataba de protegerme de
cualquier cosa.

—Tómate el tiempo que desees—dije intentando sonreír pero simplemente no pude hacerlo.

—Lo siento—agregó decepcionada, no obstante, yo chasqueé la lengua tomando su rostro


antes de besarla.

—No lo hagas —contesté haciendo que mis ojos chocaran con su mar verde —Está bien,
prefiero que me des una respuesta segura de lo que opinas al respecto—Lauren posó sus
manos sobre mis mejillas antes de acariciar mi rostro con behemencia en esa suave y frágil
sensación de que solo existíamos nosotras dos a la cuál siempre caía cuando ella estaba a mi
lado.

—Yo solo sé que en tu mirada yo me pierdo —me susurró como si fuera un secreto al cual yo
no pude no sonreír al reconocer aquella rima que antes de ella no había sido más que una
lectura de momento y que ahora cada vez que salía de sus labios eran como si fueran
palabras tatuadas a mi piel porque cada una era más especial que la anterior dejándome en
el cielo cuando éstas se presentaban como la voz secreta de sus pensamientos, de ese
secreto que solo podíamos conocer las dos para que nadie lo atacara injustamente como el
mundo solía hacer contra quienes amaban de una forma que no era considerada normal
frente al protocolo que teníamos como sociedad.

—Entre tus ojos alegres y el destello que se cuela en tus besos


—finalicé buscando su cuerpo como refugio eterno ante mis inseguridades, ella no dijo nada y
simplemente se limitó a dejar que los minutos transcurrieran ante esa capa de seguridad que
ella siempre me ofrecía sin pedir nada a cambio.
No estaba segura de que me había hecho esa pelinegra, solo sabía que ya no podía vivir sino
la tenía junto a mí.
Capítulo 42: The story

Swam all across the ocean blue


I crossed all the lines and I broke all the rules But baby I broke them all for you
Because even when I was flat broke You made me feel like a million bucks You do
I was made for you 2 de 10
New York
Camila
Los minutos comenzaron a ser años mientras el frío comenzaba a apoderarse de cada fibra de
mi ser.
Suspiré en un intento de lograr algo de calor entre medio de las penumbras que dejaba una
noche de invierno en el centro de la ciudad que nunca dormía.

Sentí como mi paciencia estaba llegando a números infinitamente negativos en el intento de


esperar que apareciera algún taxi que me llevara a casa, sinceramente no había sido la mejor
idea del mundo hacerle caso a Dinah y que saliéramos esa noche para tratar de despejar mi
mente.
A pesar de que no había sucedido nada más allá de un par de tragos, algo de música y
momentos incómodos que me hicieron buscarla para irme pero ella había desaparecido, la
noche seguía siendo un completo desastre mientras yo estaba a punto de tener un grave
insideofmysoul
caso de hipotermia esperando que algún conductor se apiadase de mí pero al parecer justo
hoy cuando decido ser parte de la noche movida de la ciudad, la suerte no estaba de mi lado.
Los minutos seguían pasando de una forma tan lenta y agobiante como la brisa que trataba
que mi cuerpo se paralizara ante el frío inminente que azotaba la ciudad, maldije una y otra
vez mi nivel de suerte y el hecho de que jamás debí haber salido de mi departamento ni
tampoco haberle hecho caso a mi mejor amiga ante su idea absurda de que la mejor forma
de distraer las penas era salir un sábado en la noche entre medio del invierno de Nueva York.
Froté mis manos en un intento forzado de poder recibir algún tipo de calor pero esto no
funcionó de ninguna forma porque yo seguía sintiendo como mi cuerpo de a poco se
transforma en casi una nevera y por unos segundos pensé en regresar al bar solamente para
adquirir un poco de calor y no morir en medio de las calles frías de la ciudad, no obstante, mi
ánimo era igual ó menor a cero por lo cuál me quedé esperando un par de minutos más que
algún taxi apareciera entre medio de las calles solitarias que pintaban una noche como hoy
en el centro de la ciudad.
Mi voz se perdió en el frío pavimento y el vapor que salía de mis labios congelados mientras
que las luces de la ciudad titilaban como si fueran un amanecer en plena
noche, siempre me había parecido curiosa aquella característica de la ciudad, el hecho de que
las luces nunca se apagaban y parecía que se llenaba de vida en la noche mientras que en la
mañana solo se mostraba un reflejo algo turbio del movimiento que existía a altas horas de la
madrugada.
Miré por inercia la hora en mi celular y pude verificar que ni siquiera eran las dos y media
para que no existiese ningún tipo de vehículo por las calles, suspiré abrumada ante el
cansancio y el hecho de que en este momento solo podía pensar en acostarme en mi cama y
no levantarme hasta que fuera la tarde del domingo.
No obstante, a veces esos momentos que llegan a azotar y marcar tu vida llegan en
situaciones tan cotidianas que unos segundos, un par de minutos no son nada más que
retazos fragmentados de la realidad pero que con el tiempo se comienzan a hilar de una
manera diferente dejando la seña de que el destino jugaba cartas de una manera que los
humanos aún no podíamos descifrar ni tampoco saber con exactitud cuál sería el siguiente
movimiento que nos iba a ofrecer en nuestro presente y el futuro que aún no era seducido
bajo los hilos del tiempo.
Sin que la vida me ofreciera nada más a mi favor pude notar como entre las tenues sombras
que la ciudad ofrecía a éstas horas y el frío que se esparcía sobre una lúgubre manta que
envolvía todo mi ser de un invierno que parecía infinito dejó que lograra notar el color
amarillo característico de los taxis y con el esfuerzo que podía realizar entre mis brazos
congelados y los ganas de irme de aquella escena de una película en blanco y negro, alcé mi
mano en forma de llamado dejando que el momento tuviera como protagonista a una chica
pelirroja que no había notado hasta que escuché como su voz se enlazó entre mis llamados
de atención hacia el taxi que simplemente nos ignoró y nos dejó a expensas de ilusiones que
se desvanecieron y volvieron a ser parte del invierno más frío que había vivido en la ciudad
que nunca dormía.
Maldije por milésima vez hacia la oscura y tersa noche mientras la chica esperaba con la
misma impaciencia carcomiéndole el rostro que otro taxi pasara lo cuál no sucedió ni unos
minutos después, ni cuando volví a ver mi celular y notar que llevaba casi media hora a
expensas de algo que al parecer no iba a suceder y que simplemente tenía que comenzar a
idear alguna idea de como iba a llegar a mi departamento que quedaba a casi cuarenta
minutos caminando en medio de un sector que no tenía ni el más mínimo rastro de confianza.
Suspiré amargamente ante ello antes de sentir como golpeó a mi rostro el humo de un
cigarrillo prendido y una sonrisa opacada por la noche que se presentaba en aquel momento.
Me quedé unos segundos notando como el rostro de aquella chica se relajaba entre medio de
las pruebas grisáceas de que estaba fumando y que se esparcían en el aire como si fueran
pequeños rastros de nieve que aún no tocaba el suelo, sus pálidos ojos verdes se escurrieron
entre la sonrisa que se presentó en sus labios ante la pequeña llama de calor que se había
instaurado en su ser y me pregunté que había detrás de esa simple acción que parecía tan
placentera.

insideofmysoul
Lauren muchas veces me había ofrecido probar un poco de su cigarrillo, sin embargo,
siempre me había negado porque más fuerte era la pregunta que la misma acción, era como
si realmente me eclipsara más el hecho de notar que había detrás de cada bocanada y cada
suspiro de vida que se llevaba las expresiones de silencio y tranquilidad que dejaba el humo
en cada colilla consumida.
Maldije ante la decepción que recorría en todo mi orgullo de pensar en ella hasta en cosas
que no tenían relación alguna, definitivamente sacarla de mi mente era como si fuera una
prueba imposible ya que no necesitaba tenerla presente como para pecar en su recuerdo y
delatar el hecho de que aquella pelinegra se había apoderado de mis pensamientos de una
forma invasora y ya no podía salir de ahí aunque así lo deseara, era como si se hubiera
apropiado de cada rincón de mi mente y de cada progresión posible de ésta.
—¿Quieres uno?—preguntó la chica que estaba a mi lado sacándome de mis pensamientos y
haciendo que me avergonzara por haberme quedado observando como ella fumaba, era una
pésima costumbre que tenía el de quedarme mirando algo cuando me llamaba la atención
especialmente cuando se trataba de simples acciones cotidianas que cargaban de secretísimo
y una belleza que nadie entendía y que yo tampoco alababa como un gran don, la verdad
solía hasta ser molesto ya que a ningún extraño le agradaba la idea de que alguien los viera
como si estuvieran detallando cada movimiento y acción que realizaba, sin embargo, la chica
no tardó en exhalar dejando que un poco del humo cubriera la conversación y en una sonrisa
amigable intentó seguir con el ofrecimiento que yo negué dejando que mis mejillas se
quemaran en rubor entre medio de las sombras de la noche —Al parecer no va a aparecer
ningún taxi —sentenció aburrida antes de guardar la cajetilla que me había ofrecido para que
sacara uno de los ejemplares, suspiré asintiendo hacia aquella afirmación mientras ella
simplemente volvió a sonreír tocando sus brazos en un intento fallido de calentar el ambiente
—Mi noche no puede ir mejor —agregó bufando a lo cuál yo me uní con otro suspiro que
intentaba lograr que el tiempo corriera más rápido ó al menos lograra que un taxi llegara.
—Creo que somos dos —aseveré cruzándome de brazos ante la vista que el cansancio dejaba
en mi rostro y el fastidio que tenía en aquel momento hacia como la suerte se presentaba en
mi vida.
—Bueno si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña ¿no?—refutó mientras
yo fruncía el ceño por ello —No me quedaré toda la noche esperando un taxi que no llegará,
de seguro me sale más rápido caminar y más seguro si no voy sola,
¿vives cerca?—preguntó dejándome atónita ante su pregunta, la miré por unos segundos
notando como el alcohol de seguro debió haber subido a su cabeza porque coloreaba de un
color rojizo su rostro pálido entre medio de la noche mientras que el humo de su cigarrillo se
encargaba de dibujar un par de sombras entre ella que la hacía ver más misteriosa de lo que
realmente parecía.
—Me quedaré esperando gracias —respondí insegura hacia su ofrecimiento y ella se limitó a
reír ante ello.
—Soy una mujer, es poco probable que te haga algo además de un par de palabras subidas
de tono que siempre trataré de decir que es culpa del alcohol —refutó entre risas, sin
embargo, yo no dije nada ante el hecho de que era una completa extraña que me hablaba a
las afueras de un bar—Creo que estarás más insegura si sigues esperando un taxi que no
pasará que al menos gastar un poco de tiempo caminando hacia un lugar más habitado que
éste, la verdad este barrio no me da mucha confianza y no puedo creer que haya aceptado
venir —le di la razón por aquello ya que era menos probable que alguien se aprovechara si
caminábamos las dos juntas, no obstante, no pude sacar de mi cabeza la desconfianza que
había adquirido en esta ciudad al saber que no había que confiar en nada ni en nadie porque
fácilmente todo podía ser transgiversado. Sin embargo, el cansancio y el frío solo se tomaron
unos segundos para hacer que mi opinión al respecto cambiara y el sueño de poder estar en
mi cama fue lo suficientemente fuerte como para ganar aquella batalla a mi razón y
simplemente asentir ante su petición.—Soy Charlie por cierto —dijo mientras comenzábamos
a caminar entre medio de las solitarias calles que aquel barrio ofrecía a las horas de la
madrugada que estábamos presenciando, la pelirroja no tardó en sonreír sacando otro
cigarrillo de su cajetilla y pisando los restos que le quedaban del suyo.

insideofmysoul
—Camila —respondí aún con la timidez innata que nacía por estar caminando con una
completa extraña, no obstante, por una extraña razón ésta dejó de abatirme con fuerza
cuando pude notar como la forma en que los secretos y las palabras detrás de esa chica se
ocultaba a través de la sombra de su cigarrillo me hizo recordar muchas veces a esos
silencios pronunciados que había vivido con Lauren, cuando ella era capaz de lograr que
simples silencios se volvieran cómodos y reconfortantes entre medio de las posibilidades
infinitas de palabras que podían nacer ante conversaciones no pronosticadas y momentos que
simplemente servían como una catarsis personal ó una explosión simultánea de recuerdos,
eufemismos y metáforas que se guardaban entre la conciencia y el debate constante de
cuando era el momento indicado para sacar todas esas ideas a la luz.
Fue como si una ola de curiosidad llegara a mis costas ante la tranquilidad que dejaba en el
ambiente aquella chica.
—lindo nombre —mencionó sin dejar esa sonrisa traviesa que se insertaba en sus labios, yo
me limité a encogerme de hombros porque suponía que sí, la verdad es que jamás había
pensado en que mi nombre fuera lindo simplemente lo había dejado como un nombre
cotidiano y que gritaba a viva voz mi origen latino si es que mi fisonomía ya no lo había
hecho —¿Latina?—preguntó con un español que me pareció tan divertido que no pude no reír
ante él, no era una mala pronunciación era el hecho de que sonaba con un acento totalmente
distinto al que conocía. La ojiverde no tardó en notar la gracia que me causaba su acento y
entre una sonrisa curiosa le dio explicación a éste —Lo siento, el español no es lo mío pero se
me da un poco por su parecido al italiano —agregó dejando su rastro de humo sobre sus
palabras —He vivido entre Sicilia y Nueva York en un extraño choque cultural —comentó
antes de
reír—Y le estoy contando mi vida a una completa extraña, dime que me calle porqué sino no
lo haré —sugirió.
—Me gusta escuchar —aseveré notando como las estrellas danzaban entre medio de la noche
oscura y las luces de la ciudad—Las cosas son más interesantes cuando comienzas a escuchar
más y a prestar más atención a esos pequeños detalles
—agregué suspirando.
—Eso es bueno —exclamó antes de suspirar —A veces olvidamos cosas tan importantes como
escuchar, como conocer los silencios y hasta a veces olvidamos que debemos respirar para
seguir viviendo —sentenció sacando nuevamente toda la masa gris que se llenaba de sus
palabras y la vida que ella les ofrecía a través de su voz, la cuál parecía una melodía que le
pertenecía a la noche cuando la luna alcanzaba su punto más alto y los silencios eran
audibles de tal manera que mezclaban secretismo con profundidad de los pensamientos.—
¿Vives cerca?—preguntó mientras mirábamos el semáforo que había cambiado para que
pudiéramos pasar en el paso de cebra, yo chasqueé la lengua negando ante ello porque aún
me quedaban bastantes cuadras de camino—Somos dos, creo que no fue una gran idea
aceptar que mi primer día en la ciudad fuera en un bar que desconozco por completo y con
amigas que prefieren divertirse como si fueran solteras
—respondió riendo por ello y ladeando la cabeza con la diversión que le nacía ante ello —
Supongo que la vida es tan irónica que quieres sentirte libre cuando estás con alguien y
cuando estás soltera quieres sentirte acompañada, es una gran vida—comentó de una forma
tan irónica que se me hizo conocida.
—¿Qué haces en Nueva York?—pregunté ante la curiosidad que me mataba gracias a sus
constantes sonrisas y la seguridad de sus palabras.
—Buscar vida entre medio de todo lo que conozco —respondió encogiéndose de hombros —
Quiero olvidar por un tiempo Italia y lo difícil que son las relaciones
—concretó antes de fruncir el ceño —Es que no entiendo para que existen tantos corazones
como formas de amar si finalmente nos vamos a limitar a querer enfrascar lo que sentimos
frente a las descripciones que todo el mundo tiene del amor, es decir, no nos basta con tener
películas, libros y canciones que hablan sobre lo hermoso que es y como nos da vida
buscando a la persona correcta. Sino que también nos obligan a desear que el amor sea
perfecto cuando no lo es, habrá peleas, reconciliaciones, sexo, lágrimas y dolor pero es algo
real al final del día; algo que no merece ser tan idealizado como lo hemos llegado a contener

insideofmysoul
desde que sabemos de su existencia.
—No entiendo —refuté en un intento de darle sentido a aquellas palabras, no obstante, la
pelirroja solo negó ante las ideas nacientes que cabían en su cabellera ondulada.
—No te preocupes, son solo divagaciones de pensamientos que madrugan —contestó entre
risas—Y a tu pregunta, solamente busco paz entre medio de pésimas decisiones en el pasado
y algo nuevo con lo cuál comenzar a moldear un futuro —aclaró dejando que otra bocanada
de su cigarrillo indagara entre medio de las palabras atragantadas en su cuerpo y las dejara
salir entre frases descoloridas y palabras que buscaban
algún tipo de significado más allá del que se le estaba ofreciendo—Me gustan tus ojos
—rompió finalmente ante aquel aspecto dilatador de nostalgia que nació entre medio de la
conversación, no supe que decir ante ello por lo cuál me limité a carraspear un poco
incómoda.
—Gracias, solo son cafés —respondí rápidamente a lo cuál ella se limitó a sonreír.
—La vida es solo vida como las sonrisas solo son sonrisas, uno le da su respectivo significado
y la iconografía que desea. Tus ojos no son bonitos por el color que tienen sino por la lluvia
de emociones y sensaciones que cargan, sé de eso me encargo de mostrar lo que pocos ven
en pinturas—confesó.
—¿Eres pintora?—pregunté a lo cuál ella asintió.
—Por ahora solo artista frustrada pero sí—confirmó antes de aplastar aquel cigarrillo y no
sacar ningún otro de la cajetilla —Viene de familia, un poco de herencia nunca está demás —
agregó divertida —Como mis ojos verdes son una buena herencia de mi abuela que no logré
conocer—no dije nada ante el hecho de que el alcohol estaba haciendo efecto entre medio de
sus palabras y recuerdos, solo me limité a seguir caminando mientras la curiosidad no dejaba
de teñir aquella conversación tan inusual.
—Lo lamento.
—Yo también—suspiró intentando abotonar su chaqueta negra, no obstante, parecía que sus
manos estaban entorpecidas bajo el efecto de lo que sea que haya tomado aquella noche y
que había acompañado entre medio de la delicadeza y fiereza contractura con la cuál se
presentaba varios cigarrillos en la boca —Mi hermano siempre me decía que tenía ese gusto
tan peculiar por la belleza femenina como herencia de ella, además de mis ojos verdes y el
hecho de que la cercanía a mi mamá nació por lo mismo. Me parecía demasiado a mi abuela
que me convertí un poco en su sombra andante y en el regocijo del corazón destruido de una
hija demasiado cercana —las palabras no fueron capaces de describir ó dar una respuesta
frente a eso pero el dolor que se convirtió en el matiz de cada palabra no dudó en darle aún
más protagonismo a aquella confesión.
Los pasos que dábamos comenzaban a ser más lentos mientras el silencio nos envolvía
porque ninguna de las dos sabía como proseguir la conversación, la noche seguía
mostrándose como la manta negra que nos recubría y el frío estaba colapsando entre los
vestigios de una brisa y una posible tormenta que nunca llegó a expresarse.—La historia solo
está hecha para repetirse una y otra vez cambiando a sus protagonistas pero al final de todo
es solo una larga sucesión de eventos que nosotros adecuamos a nuestras decisiones que
recaen en un final conocido a pesar de nuestros esfuerzos por cambiarla—murmuró antes de
volver a suspirar por ello
—Supongo que lo importante no es la historia en sí ya que tiende a repetirse sino la forma en
que sus personajes interactúan y convierten en cada acción algo único y nuevo —sentenció a
lo cuál yo alcé la mirada ante el cielo estrellado pensando en cada una de las palabras
desgarradas de aquella conversación y lo único que pensé en aquel momento es en cuánto
deseaba decir que no existían las repeticiones y que a través de nuestros actos podíamos
lograr que las historias que no deseábamos
repetir no lo harían más, sin embargo, aunque me costara aceptarlo así es como jugaba el
destino sus cartas a través de hilos conocidos que volvían a tejerse inagotables veces hasta
que la muerte se presentaba.
The story parte 2

Junio, 1942

insideofmysoul
Lauren
Al fin pude volver a respirar cuando pude ver como la puerta de mi
departamento quedaba a solo un par de centímetros de mí y no a horas de distancia.
El cansancio estaba recorriendo codiciosamente cada fibra de mi ser, mientras mis manos
temblaban enrojecidas por todo el esfuerzo que había hecho en el turno en el restaurant ya
que quién estaba encargado de lavar los platos se había enfermado y como todo el mundo
sabía que necesitaba mantener este trabajo, eso fue lo que desató que me pasara toda la
noche entre medio de una pila interminable de platos y el jabón industrial que aún ardía
sobre mi piel como si éste no hubiera salido por completo al terminar con el turno.
Por suerte Aiden se quedó conmigo hasta el final siendo de gran ayuda para terminar con
aquel trabajo, no obstante, aún así sentía que todo mi cuerpo se iba a desvanecer apenas
tocara la cama.
Suspiré notando como la mañana comenzaba a mostrarse timidamente en la ventana del
departamento y agradecí el hecho de que yo no vivía sola con Noe porque ahí no sabría que
hacer con mi vida, por suerte tenía a Mani y Dinah quienes se turnaban conmigo para ver
quién se quedaba a cargo de la pequeña rubia cuando yo no podía hacerlo.
Hoy no era una noche distinta y pude ver apenas entré al departamento como Noe estaba
sentada a unos centímetros de Mani quien intentaba descansar mostrándose profundamente
dormida, sonreí al ver como mi hija jugaba con la almohada de la cama y no tardé mucho en
tomarla entre mis brazos sintiendo esa tibia sensación de paz que siempre me daba con solo
tenerla a mi lado.
—Hola copito —le susurré besando su cabello a lo cuál ella rió antes de recostar su cabeza en
mi hombro reconociéndome y haciendo lo que ella solía hacer, quedarse dormida entre mis
brazos.

Tenía casi dos años, el cabello rubio lacio y unos ojos azules que no me permitían tener más
atención que los de ella. Definitivamente era lo más hermoso que había visto en mi vida y
todos los días solo tenía que verla con su sonrisa para saber que todo lo que hacía era por y
para ella.
—¿Tenemos hambre mi vida?—le pregunté a sabiendas de que ella ya sabía decir algunas
palabras y que justamente hambre lo decía como si fuera tete lo cuál jamás tuvo algún tipo
de sentido pero que descubrimos que tenía ese significado por simples coincidencias de que
siempre lo decía antes de llorar por lo cuál dedujimos que era lo más cercano a esa palabra.
—Tete —respondió entre risas antes de golpear mis mejillas con sus manos tan pequeñas que
estaba segura que ni siquiera alcanzaban a ser una reducida parte de las mías, sonreí
embobada ante el juego que tenía con mi rostro y no tardé
en tomar su mano para besarla delicadamente haciendo que ella chillara de emoción por ello
—Tete, tete —repitió animada mientras yo la dejaba en la silla que teníamos para ella, nos
había costado encontrarla pero ahí estaba siendo de gran ayuda para mantener calmada al
pequeño desastre que nos ganaba en vitalidad a las tres ya que parecía que jamás se
cansaba y adoraba despertarse justo en el momento en que nosotras estábamos tan
cansadas que ni siquiera podíamos abrir los párpados para mirar que estaba haciendo.
—Ya entendí copito, tenemos hambre —le dije arrugando la nariz a lo cuál ella simplemente
golpeó la mesa emocionada por ello, suspiré con una sonrisa en mis labios porque esos
simples gestos eran los que me llenaban de vida en días como el de hoy en donde mi
cansancio estaba invadiendo todo mi cuerpo.

Le di un beso en su frente mientras ponía a hacer un poco de café porque pronto le tocaría
irse a Mani y porque yo necesitaba una taza de ese café cargado con urgencia, después de
esto pasé a cortar una banana en pequeños pedacitos para que Noe comiera sin dejar de
escuchar los sonidos adorables que ella hacía con su boca.

insideofmysoul
—Ya está —contesté en esa voz aguda que siempre salía cuando le hablaba a Noe y no tardé
en acariciar sus mejillas rosadas mientras ella me mostraba los cuatro dientes que adornaban
su sonrisa —Espero que te comas todo —le sugerí tomando la pequeña cuchara que tenía en
el plato y comencé a darle los pedacitos de banana haciendo que ella riera cada vez que la
cuchara llegaba a su boca — Banana —le dije suavemente repitiendo constantemente la
palabra esperando que su repertorio de comunicación fuera más variado que decirme que
tenía hambre y que quería a su oso de peluche, no obstante, ella estaba más entretenida
riéndose de como llegaba la cuchara a su boca de seguir el sonido de mi voz —Te amo tanto
copito —agregué antes de arreglar su cabello con mis manos, Noe se acercó a mis manos
para tomar la cuchara y comenzó a jugar con ella mientras fruncía el ceño porque no podía
hacerla llegar a su boca—Vamos mi amor, ya casi —la felicité con una sonrisa notando como
ella estaba concentrada haciendo que su comida tratara de no caerse de la cuchara hasta que
finalmente pudo hacerlo lo cuál yo no pude dejar la emoción atrás al ver como lo hacía
después de todos los intentos y los momentos que quiso volver a tomar los pedacitos con la
mano —Bravo —solté aplaudiendo a lo cuál Noe sonrío y también comenzó a aplaudir
sacándome un par de risas por eso—Muy bien Noe—musité antes de llenar su rostro de besos
a los cuál ella no tardó en tomar mi rostro entre sus pequeñas manos para moverse al son de
un sonido inexistente pero yo le seguí la corriente con el mismo ánimo que nacía cada
mañana con tenerla a mi lado.
Era lo más adorable que había visto en mi vida.
Estuvimos un par de minutos entre el juego que ella hacía con su comida y las ganas que me
nacían de comerla a besos cada vez que Noe hacía
cualquier gesto adorable de su amplio repetorio de momentos en donde llenaba de dulzura mi
día, sin embargo, aquello tuvo que esperar cuando escuché como la tetera silvaba
demostrando que el agua ya estaba caliente.
—Dame unos minutos, amor —le susurré notando como ella estaba más concentrada por
tomar su comida con las manos y aplastarla entre ellas que comerla, reí ante su emoción
antes de levantarme de donde estábamos para apagar la hornilla de la cocina e ir hacia la
cama de Mani para levantarla porque sabía que hoy le tocaba trabajar en la mañana.

—Mani —le dije moviendo delicadamente su cuerpo mientras ella gruñía ante aquello —Ya es
de mañana —sugerí acariciando su cabello a lo cuál ella abrió sus ojos dando una clara
imagen del cansancio antes de estirarse y bostezar frotando sus párpados con su puño.
—¿Qué hora es?—preguntó sentándose entre bostezos en la cama.
—Casi las seis —contesté tratando de darle ánimos—He puesto a hacer café así que solo
tienes que darte una ducha—Mani suspiró antes de asentir por eso —Gracias por quedarte
con Noe —susurré besando su cabello y ella simplemente soltó una sonrisa.
—Tu hija no duerme —exclamó cansada —Solo quiere pasar jugando—respondió frunciendo
el ceño, yo solo sonreí asintiendo porque eso ya lo sabía —No entiendo su problema de no
querer dormir —argumentó levantándose de la cama —Pero contigo todo es sonreír y
quedarse dormida entre tus brazos —yo no dije nada y desvié mi vista hacia la pequeña
ojiazul que estaba chillando de felicidad porque su plato se había caído de la silla.
—Te debo una —fue lo único que pude decir antes de abrazarla.
—No te preocupes —respondió suspirando —Es difícil no quedar enamorada de ella —agregó
bostezando—¿Qué tal el trabajo?—me preguntó antes de acariciar mi mejilla.

—Cansado, siento que en cualquier momento me quedaré dormida —sentencié a lo cuál Mani
hizo una mueca antes de abrazarme.
—Dinah llegará pronto para quedarse con Noe mientras tú descansas —refutó acariciando mis
hombros a lo cuál yo solo suspiré mostrando todo el cansancio que me carcomía hoy —Voy a
la ducha—asentí notando como Noe había comenzado a llorar entre medio de la paz que se
respiraba hace unos minutos, suspiré hacia ella antes de tomarla en brazos intentando
calmarla.

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—Shh ya estoy aquí copito —le susurré en un intento de que dejara de llorar, sin embargo,
ella siguió llorando como si su vida dependiera de ello.
—Oso —dijo entre lágrimas —Oso —volvió a repetir así que pude entender porque estaba
llorando, ella no solía despegarse de ese oso de peluche ni siquiera cuando dormía, por lo
cuál me acerqué a la cama de Mani buscándolo mientras la sentaba en ésta para que no se
aburriera de estar entre mis brazos.
Sonreí al encontrar al pequeño oso café en el suelo y no tardé en dárselo lo cuál calló el llanto
de mi hija casi inmediatamente, me recosté en la cama observando como ella jugaba
animada con el oso y hasta en esos pequeños momentos donde realmente no estaba
haciendo nada podía causarme miles de sonrisas.
Mani no tardó en salir con el cabello mojado y una sonrisa nueva en el rostro al notar como
ambas estábamos en su cama, al final de todo ninguna de las tres podía resistirse ante el
encanto natural que tenía Noe a tal punto que era imposible no sonreír cuando ella estaba
cerca.
—Así que el pequeño desastre ha amanecido con ganas de jugar siendo que no me dejó
dormir —gruñó frunciendo el ceño de una forma que noe encontré divertida y no tardó en
acercarse a ella golpeando sus mejillas como siempre hacía —¿Me vas a devolver mis ganas
de vivir con tu juego?—le preguntó arrugando la nariz a lo cuál la pequeña ojiazul chilló de
felicidad sin entender lo que le estaba diciendo —¿Por qué tienes que ser tan hermosa?—le
susurró acariciando su cabello.
—Porque es mi hija —sentencié tomando a Noe para ver si tenía que hacerle un cambio de
pañal, sonreí al darme cuenta que no y la dejé que siguiera con la tutela del juego que solo
ella conocía.
—Una hija que prefiere decir oso antes de mamá —respondió entre risas a lo cuál yo solo
rodé los ojos ante su insistencia de que Noe había aprendido otras palabras antes que mamá.
—No la molestes —sugerí acariciando las pequeñas mejillas de mi hija —Le nació llamar a su
peluche y no a mí —concreté riendo.
—Noe tienes que aprender a decir tía Mani antes que mamá para ver si le gusta —fruncí el
ceño ante su comentario y ella solo rió —¿Hablaste de un café?—preguntó enarcando la ceja
y yo asentí señalando la cocina donde había dejado el café ya listo —¿Me acompañas a
desayunar?—yo asentí tomando a Noe quién hizo puchero al dejar la cama, no obstante,
simplemente se quedó jugando con su peluche entre mis manos, acaricié su cabello ante la
tranquilidad que dejaba en mi alma con solo sentirla.

Mani amarró su cabello antes de tomar dos tazas para servir el café mientras la pequeña
rubia miraba con atención todos los movimientos que la morena hacía hasta que ésta llegó
hasta su frente para darle un beso sonoro que hizo que Noe se removiera entre mis brazos.

—Eres una aprovechadora, sabes que todo el mundo se derrite ante ti así que solamente
sonríes para quitarte todos los problemas —dijo hacia Noe quién ocultó su rostro en mi pecho
haciendo reír a Mani quién acarició su mejilla antes de dejar la taza de café a solo unos
centímetros de mí para darse vuelta y tomar la suya
sentándose a mi lado.

—Sabes que solo es una bebé ¿cierto?—respondí divertida ante la forma que se quejaba con
ella siendo que era poco probable que mi hija le hiciera caso y solo se reía porque estaba
acostumbrada al sonido de su voz, Mani dio un suspiro exagerado antes de tomar un sorbo
de su café —Y que es poco probable de que sea consciente de todas tus acusaciones —sugerí
tomando un poco de la bebida caliente que estaba en mi taza, la morena se limitó a rodar los
ojos por ello.
—Es más inteligente de lo que crees, es un pequeño desastre
¿cierto?—refutó tomando la pequeña mano de Noe para besarla antes de bostezar—
¿Hoy no trabajas?—me preguntó enarcando la ceja y yo negué porque tenía el primer día
libre en semanas.

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—Día libre —murmuré feliz mientras soltaba todos mis problemas en la taza de café.
—Quiero verte durmiendo y descansando todo el día ¿eh?—me dijo en el tono de regaño que
siempre utilizaba conmigo —Apenas te he visto tocar la cama un par de veces esta semana,
te vas a enfermar —bufó exagerando como siempre todo.
—Estoy bien —respondí quitando el cabello que le caía en el rostro a Noe —Un poco de
trabajo nunca le ha hecho mal a nadie —refuté encogiéndome de hombros a lo cuál Mani
chasqueó la lengua.
—Tienes que descansar, ésta pequeña quiere disfrutar a su madre
—agregó irónicamente antes de tomar mis manos que aún seguían rojas por el esfuerzo que
había hecho en la noche y ella las acarició con delicadeza—Te quiero ¿lo sabes?—yo asentí
suspirando por eso —Ustedes dos son mi familia y lo más importante que tengo además de
Dinah —Mani desvió su mano hacia Noe quién estaba mordiéndole la oreja al señor oso,
ambas reímos por eso antes de notar que eran las seis y cuarto, por lo tanto, ella tenía que
irse —Te veo en la noche —me dijo antes de besar mi mejilla y darle otro beso sonoro a Noe
—Ójala me dejes dormir esta noche, pequeño desastre —Noe no dijo nada y solo se quedó
recibiendo el cariño de parte de Mani.
Cuando ella se fue, suspiré sintiendo como el cansancio trataba de ganarme la batalla por lo
cuál volví a dejar a Noe en su silla mientras limpiaba el desastre que había hecho al dejarla
comer su desayuno sola.
—Chistoso ¿no?—refuté bufando a sus constantes risas —Tú haces un desastre y mami tiene
que arreglarlo, no encuentro nada más chistoso que eso
—concreté tomando el bowl que había dejado caer hace unos minutos, lo dejé sobre la mesa
antes de tomar otro sorbo del café que esperaba que me lo terminara, sin embargo, aún
tenía mil cosas que hacer antes de tener unos minutos de paz —No me das ni un segundo de
paz copo, eso no es justo —exclamé tomando el trapo que estaba en la cocina para limpiar el
piso manchado con bananas, pude notar como Noe seguía cada uno de mis movimientos con
una sonrisa a lo cuál yo no pude no
responderle de la misma manera—Mama te ama más que a nada —le dije mordiendo
levemente la palma de su mano lo cuál hizo que chillara de felicidad —Sí, te amo más que
nada —me contesté a mi misma dejando los platos sucios en el lavadero, estuve a punto de
comenzar a limpiar la cocina cuando pude escuchar como Noe se divertía haciendo sonidos
extraños con su boca hasta que escuché de sus labios fuerte y claro la palabra mamá.
Me di vuelta extrañada ante sus palabras y no tardé en acercarme a ella esperando que lo
repitiera.
—¿Qué dijiste amor?—le pregunté acariciando su mejilla a lo cuál ella rió emocionada.
—Mamá—repitió un par de veces mientras que esa simple palabra de cuatro letras se
convirtió en la razón de las lágrimas más profundas que había sentido en mi vida. No supe
cuanto tiempo estuve embobada ante el sonido melodioso de esa palabra en sus labios pero
fue el suficiente para tomarla entre mis brazos y abrazarla.

—Sí bebé, soy tu mamá —contesté besando su cabello mientras mis lágrimas de emoción
adornaban mis mejillas.

Diciembre, 1947 Lauren


—Desayuno especial de cumpleaños —chilló Noe apenas se levantó y vio que en la mesa
estaba un plato de sus panqueques favoritos con frutas en los bordes como le hacía en todos
sus cumpleaños —Gracias mami —respondió antes de besarme a lo cuál yo solo pude
abrazarla porque era imposible no pensar en esa bebé que fue hace tanto pero que yo no
podía dejar atrás.
—Feliz cumpleaños copito —le susurré llenando su rostro de besos que ella no tardó en
responder emocionada con la sonrisa eterna que siempre aparecía en sus labios —Te amo
más que a nada ni nadie —concreté poniéndola en el suelo nuevamente mientras Noe se

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sentó en la mesa viendo con emoción el plato de panqueques.
—Desde hoy tengo siete años, mami —afirmó mostrándome siete de los dedos de sus manos,
acto que seguí con pequeños besos en las palmas.
—Un día como hoy nació el primer copo de nieve de aquel año
—refuté acariciando su cabello mientras ella seguía mis palabras con la emoción pura que
destellaban sus ojos azules —El más pequeño y hermoso de todo el invierno
—murmuré antes de besar sus mejillas y que Noe comenzara a comer su desayuno con todas
las expectativas que tenía por ello, cada cumpleaños ella lo que más esperaba era el
desayuno ya que era de las pocas veces en donde podíamos permitírnoslo por lo cuál siempre
intentaba que aquella comida fuera más especial
mientras pasaban los años para que ella siguiera emocionándose de la misma manera.

Mientras la pequeña ojiazul comía su desayuno yo me serví un poco de té en mi taza ante la


fría mañana que hoy se había presentado, a pesar de que el calor era constante en Los
Angeles, a veces en diciembre se presentaban mañanas y noches frías que salían de la rutina.
—¿Cómo están?—le pregunté notando como Noe intentaba limpiarse la miel que caía en la
comisura de sus labios —¿Están ricos?—pregunté entre risas a lo cuál ella asintió emocionada.
—Deliciosos mami, muchas gracias —contestó abrazándome que lo único que hizo fue
recordarme de que ella ya no era un bebé y que estaba creciendo más rápido de lo que
esperaba, era increíble ver como el orgullo se salía de mi pecho cada vez que la veía y sabía
que ella era mi todo, además de ser por quién me levantaba cada mañana y me acostaba
cada noche.
—De nada, copito —agregué entre sonrisas que solo despertaban
para alabarla.
—Eso es ¿desayuno especial de cumpleaños?—preguntó Mani hacia
Noe quién asintió emocionada ante ello —¿De quién es el cumpleaños?—yo reí ante la
pregunta que hacía todos los años pero que aún así la pequeña rubia no tardaba en
responder orgullosa de que era el suyo por si lo había olvidado.
—El mío tía Mani —respondió rápidamente a lo cuál la morena frunció el ceño ante una
escena que conocía a la perfección.—Cumplo siete —contestó emocionada ante aquel número.

—No puede ser tu cumpleaños —señaló haciendo que la pequeña rubia enarcara la ceja por
eso —Cumpliste hace un año —suspiró con obviedad a lo cuál Noe respondió con una mirada
seria.

—Los cumpleaños son cada año tía Mani —aclaró frunciendo el ceño por lo cuál Mani no tardó
en reír por obtener la atención que deseaba de la pequeña ojiazul—Hoy es trece de diciembre
y yo nací este día, ¿cierto mami?—preguntó queriendo tener ayuda frente a lo que decía.
—Eso es cierto —argumenté notando como el rostro sonriente de la morena comenzaba a
reírse por las respuestas que siempre solía dar Noe frente a la pregunta naciente de cada
cumpleaños.
—Que bueno que me lo aclaraste —contestó dándole la razón acercándose a Noe —Porque
sino iba a botar el regalo que compré recordando que era tu cumpleaños —afirmó
emocionada sacando un pequeño paquete de sus manos a lo cuál mi hija no tardó en saltar y
abrazarse del cuello de Mani.
—Ten cuidado pequeño desastre —refutó Mani riendo mientras acariciaba la espalda de Noe
quién no dudó en llenarla de pequeños besos en su
rostro —Es un regalo de parte de tía Dinah y mío, espero que te guste —musitó antes de que
ella volviera a sentarse con la emoción recayendo en sus manos por abrir el regalo rompiendo
sin más el empaque color rojo que envolvía la caja y sacando un pequeño peluche de oso
blanco que llevaba un lazo en la cabeza.
—Es la esposa del señor oso —exclamó emocionada abrazando al pequeño peluche que
ciertamente se parecía a aquel viejo oso que tenía desde que era bebé —Muchas gracias tía
Mani —gritó entusiasmada ante ello sin dejar de abrazar con todas sus fuerzas al peluche,

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Mani me miró con una sonrisa cómplice por aquel regalo ya que ambas sabíamos como ese
viejo juguete era algo así como la vida andante de Noe y cuando era más pequeña sino lo
encontrábamos significaba que sus llantos no iban a cesar hasta que el señor oso volviera a
estar en sus brazos.

—Termina tu desayuno amor —ordené mientras no dejaba de reír por la emoción presente en
todo su cuerpo —¿Quieres desayunar?—le pregunté a Mani quién asintió sentándose al lado
de Noe y ella no tardó en volver a abrazarla por el regalo, yo me levanté de la mesa para
poner en un plato los panqueques que aún quedaban en la cocina y con una sonrisa los puse
al lado de la morena.
El desayuno transcurrió entre las risas de la pequeña rubia por historias que conocíamos de
memoria y su emoción frente a que hoy era su cumpleaños, varias veces las sonrisas que se
ubicaron en nuestros rostros coincidieron con la misma respuesta; ninguna de las dos podía
creer que había pasado tanto tiempo desde que una bebé de ojos azules y que no solía
dormir apareció en nuestra vida para cambiarlo todo.
—Noe se te va a hacer tarde para ir al cole, a la ducha —concreté haciendo que ella frunciera
el ceño porque estaba divirtiéndose —Es una orden señorita —recalqué obteniendo un bufido
de su parte pero que finalmente obedeció levatando su plato para dejarlo en el lavadero —Te
amo —le dije antes de besar su cabello.
—Yo más mami —respondió desanimada caminando hacia la ducha por lo cuál Mani y yo
reímos.
—Estos desayunos especiales de cumpleaños son la prueba viviente de que sobrevivimos a
los llantos porque no aparecía su oso y el cansancio en estado puro—comentó mientras
terminaba los panqueques que habían en su plato, yo solté una risa irónica por aquello
porque había tanta razón en aquel comentario—Es hermosa como su madre —aseveró
finalmente en un suspiro antes de desviar su mirada seria hacia mí —¿Qué te sucede?—fruncí
el ceño ante su pregunta —Puedes mentirle a Noe pero a ti no se te da bien mentirme,¿qué
pasa?—me pasé la mano sobre mi cabello porque estaba nerviosa por lo que tenía que
decirle, sin embargo, Mani esperó paciente que le contara lo que había sucedido hace unos
días con Camila.
—Camila me preguntó si me mudaría con ella —dije resoplando viendo su reacción innata de
sorpresa.
—¿Hablas enserio?—preguntó casi atragantándose por eso.
—Sí —suspiré recordando con detalles aquel momento.
—Supongo que le dijiste que si —comentó enarcando la ceja y yo negué extrañada por su
respuesta —¿Por qué no le dijiste que si?—preguntó frunciendo el ceño por eso.
—No sé que decir ante ello, la verdad le pedí tiempo —Mani suspiró antes de volver a
mirarme con una seriedad que hace mucho tiempo no había visto de su parte.
—¿Qué me dijiste cuando te pregunté si él dejaría todo por ti?—preguntó tocando la herida
de años pasados sobre el hecho de que ella siempre me había dicho que mi relación con Jack
era el peor error que podía cometer y tenía que terminar con él antes de que me metiera en
problemas del cuál no podría salir. Finalmente no lo había hecho y todo había terminado con
el embarazo de Noe.
—Que él no lo haría y tampoco deseaba que lo hiciera porque lo amaba —contesté
avergonzada ante mi respuesta.
—Y ahora que esa chica es capaz de dejar todo por ti simplemente la dejas esperando una
respuesta más que obvia—refutó sin dejar de mostrar el descontento que nació ante el
dilema que tenía —Lauren—me dijo seria antes de acariciar mi mejilla —Creo que ni siquiera
hay que pensar en el dilema moral del cuál ha vivido todos estos meses Camila, es decir, se
enamora de una chica cuando probablemente ni siquiera debía creer que fuese normal ese
tipo de amor para también tener que lidiar con el hecho de que no está sola, que tiene una
hija y siempre va a ser más importante ella que el amor que llegues a sentir por esa chica
—asentí anonadada ante cada palabra que decía la morena —Noe es adorable y es imposible
no enamorarse de ella a primera vista, sin embargo, hay que ser realista y hay que tener
valentía pra decidir establecer una relación con alguien que tiene una hija y que es su pilar

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más importante, además tiene méritos extra por el simple hecho de que eres una chica
Lauren—el silencio nos atacó por unos segundos hasta que finalmente Mani resopló ante sus
propias palabras —Ella te ama y eso lo sé sin conocerla porque está jugando todas sus cartas
por ti, por amarte de la manera correcta. Entiendo que sea difícil crear esas ilusiones luego de
que ese imbécil te haya destruido cualquier torre de esperanza que había en tu vida pero te
ha dado pruebas suficientes de que eres lo más importante que tiene —no fui capaz de decir
ni una sola palabra ya que jamás había puesto en duda el amor que Camila podía sentir por
mí, eso no me preocupaba porque entendía a la perfección que ella me amaba lo suficiente
como para darle algún tipo de esperanza a lo que había nacido entre nosotras.

El problema estaba que entre medio de todo el amor y las frases bonitas que envolvían las
mil y un sensaciones que nacían cuando éramos solo las dos contra el mundo, no podía dejar
de ser realista recordando que había todo un mundo fuera de nuestras barreras donde lo
nuestro simplemente era imposible.
—No quiero lastimarla Mani —respondí sintiendo un par de lágrimas
atragantadas que se mezclaban entre mis palabras insensatas —Ella se merece mucho más
de lo que ella se está condenando al estar conmigo —susurré mientras la morena posaba sus
manos sobre mi rostro tratando de quitar mis lágrimas —No me perdonaría el hecho de que
pueda pasarle algo por mi culpa —Mani extendió sus brazos para abrazarme dejando
pequeños besos enredados en mi cabello.
—Quiero que cierres tus ojos —me susurró suavemente y a pesar de que no entendía lo que
trataba de hacer simplemente obedecía a su orden —Por unos segundos no pienses en ningún
problema, solo deja libre tu cabeza —asentí sintiendo como sus manos aseguían en mi
cabello dejando todo el amor posible sobre ellos —¿Qué fue lo primero que pensaste?—me
preguntó con una sonrisa y yo sentí que mis mejillas comenzaron a encenderse ante esa
pregunta.
—En ella —murmuré.
—Ahí está la respuesta a todos tus problemas e inseguridades—sentenció —La solución
siempre va a ser ella.
Capítulo 43: Stubborn love

It's better to feel pain, than nothing at all The opposite of love's indifference
So pay attention now
I'm standing on your porch screaming out And I won't leave until you come downstairs
3 de 10 New York Lauren
—¿Qué opinas?—le pregunté a Vero mientras le mostraba aquel peluche azul de orejas
caídas, sonrisa impuesta y ojos saltones que representaba a Stitch de la película favorita de
Kathy, la castaña rió al notar al peluche mientras yo fruncía el ceño ante su reacción.
—Aún falta para mi cumpleaños —afirmó antes de sostener con una sonrisa el peluche azul —
Pero es un lindo regalo, gracias —yo rodé los ojos ante eso.
— No es para ti, es para Kathy —refuté acariciando la cabeza del experimento intergaláctico,
llevaba dos semanas enteras cuidando un par de días a la pequeña castaña mientras Taylor
hacía sus visitas al hospital, la verdad es que me parecía una niña adorable e inteligente que
me hacía recordar aquellos momentos en donde el mundo no era tan malo y estaba lleno de
esperanzas.
—¿Desde cuándo te gustan los niños?—preguntó entre risas.
—Desde que comparto mis tardes con una niña de cinco años
—aseveré segura ante ello —¿Crees que le guste?—pregunté insegura ante eso y Vero
simplemente volvió a reír por mi reacción.
—De seguro le encanta, aunque es raro viniendo de ti ya que los niños no son lo tuyo —
suspiré al saber que no se equivocaba, jamás había entendido a los niños por eso prefería
alejarme de ellos y no tener ningún tipo de relación, además que tenía el beneficio de que
nadie cercano tuviera ningún niño.
No obstante, desde que conocía a Kathy no podía ignorar las sonrisas que ahora llevaban su

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nombre y como podía alegrar mis días rutinarios con el simple hecho de cuidarla.
Aún existía en ella esa inocencia embelesadora que solo se presenta en esas infancias
perfectas donde todos los momentos son un lienzo perfecto para pintar los colores más vivos
que pudieran existir, sinceramente era injusto que algún niño viviera privado de aquel destino
que debería estar presente en cada uno de ellos sin tener algún tipo de relación con la
realidad gris en lo que se convertían los días a días de los adultos.
Kathy era sin duda la muestra de los colores del amanecer mezclados con los colores de un
atardecer sinfín mientras que su rostro se llenaba de los tientes del cielo para dejar que en su
cabello castaño cayera la magia de la noche.
Ella me recordaba tanto a mí que dolía porque hacía que esas
heridas privadas de la libertad de expresión gracias al tiempo y el hecho de que debía seguir
adelante finalmente se expresaran como tanto deseaban y que entre lágrimas que no
recordaba hace mucho que llevaran la marca del tiempo mostraba que a pesar de todo seguía
siendo tan frágil que en un principio. Me recordaba constantemente de que no importaba
cuanto me esforzara por apartar mis sentimientos y emociones, éstos seguirían
arrastrándome frente a un mar de indiferencia pero principalmente me recordaba aquella
brevedad donde la eternidad se mostró con colores únicos frente a las noches con Camila y
los días con el sonido de sus palabras, Kathy me recordaba constantemente lo tonta que
había sido al dejarla ir pero aún así lograba hacerme consciente de que esa castaña que me
había regresado esos colores sustraídos por los designios de la vida merecía a alguien mejor
de lo que yo era.
Merecía a alguien que la hiciera soñar cada día mientras le sustraía sus sueños en la noche,
merecía a alguien que lograra entender esa historia de amor que vivía a través de las
películas de su alma, alguien que fuese capaz de hacerla vivir la magia del cine una y otra
vez; cosa que yo no podía realizar porque no admiraba a las películas, odiaba el cine y
sinceramente tampoco deseaba exponerme nuevamente frente a las punzadas que solo el
amor podía ofrecer.

Ese desequilibrio que ofrecía como factura frente a las miles de emociones sin sentido que
vas a sentir bajo su manto, yo ya no deseaba sentir eso nuevamente aunque extrañara con
toda mi alma a la castaña que me había robado cualquier tipo de autonomía en mis
pensamientos.
Muchas personas buscaban toda su vida poder sentir aquella emoción sin razones explícitas
que se destilaba a través de los colores del amor, mientras que yo solo deseaba que mis
noches dejaran de sonar a ella y que mis días por fin dejasen de sentirse como una puñalada
por no tenerla entre mis brazos sintiendo como su calor era capaz de entrar todas las barreras
que había incorporado en contra del dolor.
Vero me dejó fuera del departamento de Taylor notando como la puerta estaba entre abierta
mientras una pequeña castaña con jeans se encontraba en el sillón viendo una película de
dibujos animados, entré sin hacer ruido mientras cerraba la puerta notando como todo estaba
demasiado tranquilo como para ser real, sin embargo, no dije nada dejando la bolsa de regalo
sobre la mesa del comedor y con una sonrisa en mis labios me acerqué hacia la niña de ojos
oscuros que no notó mi presencia hasta que la ataqué llenando su rostro de besos haciendo
que ella chillara de felicidad.
—Lauren —exclamó alegre intentando respirar luego de mi ataque en el sofá de su casa,
sonreí ante su expresión mientras ella pedía con sus pequeños brazos que la tomara.
—Eres insoportable —aseveré antes de tomarla y abrazarla de esa forma tan única que solo
nacía hacia ella —¿Qué tal pequeño desastre? —le pregunté revolviendo su cabello y ella solo
rodó los ojos porque odiaba que le hiciera aquello,
no obstante, a mi me divertía ver como fruncía el ceño.
—Bien —afirmó encogiéndose de hombros —Mamá está en su habitación y no ha salido hace
media hora —aseveró sin dejar de ver la película.
—¿Media hora? —pregunté preocupada y ella asintió sin importancia haciéndome suspirar.—
¿Cenaste? —respondí cambiando el tema a lo cuál la castaña simplemente negó —¿Tienes
hambre? — ella no dijo nada hasta que despejó su atención de la televisión.

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—Cenaré con papá —sugirió emocionada —Llegará pronto, solo quería que vinieras —rodé los
ojos ante eso para luego abrazarla con todas mis fuerzas, llevaba demasiado tiempo sin
sentirme de esa forma tan única en donde los días podían ser más que manchas grises que
se esparcen sobre el resto de las horas que quedan en tu vida.
—Eres un desastre ¿lo sabes? —Kathy asintió riendo ante ello —Voy a ver a Taylor, no te
muevas pequeño desastre —afirmé apuntándola con mi dedo índice a lo cuál solo rió
asintiendo, me levanté del sillón notando como la calma carcomía cada centímetro del
departamento mientras el orden típico que éste siempre mostraba se demostraba ante cada
pulgada, suspiré al notar como aquel orden terminaba en el baño central mostrando como
Taylor había pasado por ahí porque estaba todo su maquillaje en el lavadero mientras que
bolas de papel higiénico se mostraban por todas partes demostrando como seguramente las
lágrimas y la frustración habían arrasado con el lugar.
Sabía la razón por la cuál ella se encontraba de esa manera y aunque me negara a darle
relevancia porque tenía que ver con Clara, llevaba tanto tiempo intentando crear un vínculo
con la castaña que me dolía verla sufriendo aunque fuese por alguien que no merecía
ninguna de sus lágrimas.
Sentí como mi pecho se clavaba frente al dolor de pensar en Taylor tratando de no llorar
frente a su hija y me sentí culpable por unos segundos de no sentir ni la más mínima muestra
de pena, cariño ó cualquier tipo de sentimiento por quién se suponía que debía amar más que
a nadie en el mundo.

Tal vez simplemente ya había arrebatado cualquier tipo de dolor que su imagen podía
producir entre mis recuerdos y se había convertido en nada, creo que esa era la peor
descripción a la que una persona podía llegar en los recuerdos de otra.
Dejabas de ser importante en todos los sentidos por lo cuál te convertías en un completo
extraño como si jamás sus caminos se hubieran creado, el olvido era la forma más dolorosa
de rechazo que podías llegar a ofrecerle a alguien, no obstante, tampoco me arrepentía por
mi decisión de querer erradicar cualquier tipo de aflicción frente a ese tema.
Aún la luz del sol estaba presente en aquella tarde de invierno, sin embargo, fue como si la
oscuridad se hubiera apropiado de aquella habitación mientras intentaba abrirla de a poco
sintiendo como la incertidumbre de no saber con que me iba a encontrar me estaba
carcomiendo mientras un dolor que no sentía se
acentuaba en mis pensamientos.
Noté como las sábanas de la habitación estaban tiradas en el piso mientras que parecía que
cien años le habían caído de repente como si la vejez fuese capaz de ser transmitida a partir
del dolor que su dueña podía sentir, busqué a Taylor entre medio del desastre que se
presentaba ante mis ojos, sin embargo, no la encontré en un primer instante hasta que volví
a observar detenidamente, descubriendo que ella se encontraba a unos centímetros de su
velador encogida sosteniendo sus rodillas a su rostro en un rincón profundo de aquel pequeño
cuarto que se hizo gigante frente a todo el dolor incorporado en las paredes.
Era increíble como las cosas absorbían los sentimientos que nos aniquilaban y los reproducían
a través de sus propios significados, todo lo que se encontraba envuelto en aquellos
reducidos metros cuadrados gritaban en silencio como las estrellas no eran parte de esa
noche oscura y como el olor a tristeza se impregnaba de cada pared dejando que éstas
destiñeran el tapiz azul convirtiéndolo en un mar de lágrimas incomprendidas, sueños e
ilusiones que se alejaban de la realidad y principalmente de un amor que dolía más que nada.
Me acerqué lentamente a la castaña pensando en qué tal vez querría algún tipo de apoyo, sin
embargo, no fui capaz de poder romper las distancias que nos separaban en kilómetros
eternos, intenté acortar aquel recorrido pero no funcionó porque simplemente mis piernas no
cedieron frente a las lágrimas acampanadas que recorrían el lugar.
La tristeza y la indiferencia que yo sentía frente a ella me estaban asfixiando de una manera
que no lograba entender por lo cuál pensé en irme, y eso hubiera sido parte de mis opciones
sino hubiera notado como aquellos ojos oscuros me estaban mirando de a poco entre un ceño
fruncido y un alma destruida.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con la voz quebrada, dolida y sin ningún tipo de luz de su

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parte. Era como si cada una de las palabras se atrevieran a suicidarse antes de llenarse de
voz, como si no fueran capaces de ver más allá del camino de la tristeza con la cuál habían
sido dibujadas desde que nacieron sin un fin
—Hoy no te he llamado —respondió intentando con todas sus fuerzas que lograra salir algo
más que dolor frente a sus palabras, sin embargo, falló en cada uno de sus intentos
demostrando como un alma era destruida a pedazos dejando que el dolor se instalara en mi
alma gracias a ella.
Suspiré ante ello acercándome a la castaña en órdenes que tenían la inercia total de no saber
que estaba haciendo, no obstante, no fui consciente de nada hasta que sentí como el cuerpo
de ella estaba junto al mío dejando que su corazón reposara en mi pecho mientras que el
silencio era acompañado por la marcha fúnebre de sus sentimientos.
—Lo sé —comenté acariciando su cabello sintiendo como todo se sentía tan extraño, jamás
había sido buena consolando a nadie ni siquiera era capaz de gobernar mis sentimientos y
emociones, sin embargo, en aquel momento todo estaba cargado de sinceridad y realmente
me estaba sintiendo mal por la castaña. En
una época pasada poco y nada me hubiera importado sus sentimientos pero desde que
éramos algo más que un par de desconocidas que compartían momentos de su infancia en
común y había comenzado a ser una persona importante en mi corazón al igual que Kathy,
no podía dejar de lado el hecho de que quería protegerla y no dejar que nada ni nadie la
dañara —Kathy lo hizo, ya que estaba aburrida —aseveré en un suspiro que ella acompañó
con una mirada cargada de dolor que simplemente me revolvió el estómago y el corazón de
verla de esa manera tan frágil que nunca había imaginado que vería de su parte — ¿Quieres
hablar?—pregunté sintiéndome incómoda ante aquel escenario, jamás había sido buena con
los sentimientos, de hecho generalmente solía dejarlos de lado con la simple excusa de que
no era capaz de llevarme bien con ellos, no era capaz de ver nuevamente el dolor ó aceptar
que a veces la vida no es solamente un cúmulo de malos momentos del cuál todo el mundo
denomina como destino, sino que a veces la vida se llena de fragmentos en donde el tiempo
se volvía polvo entre sonrisas y emociones que ocupan tus mañanas dejando que la noche se
vuelva día sin permitir que la luna se fuese porque la casualidad y el destino ayudan a que
esos momentos sean iluminados por la luz del sol y de la luna.

Podría decir que esos momentos no existían ó que eran simplemente falsas fantasías de
creyentes de que la vida puede ser mejor, sin embargo, sería engañarme a mi misma porque
si los había vivido aunque fuese en períodos tan cortos que no lograban quitar los malos
recuerdos y los ecos de aquel pasado que se aprovechaba de traspasar mi propia piel
dejándome indefensa frente a la vida.
A veces no era el hecho de que la vida fuese injusta era el simple hecho que todo lo que
conocías eran tragedias y de alguna forma te acostumbrabas a aquel papel que te daba
miedo lograr extender tus alas y salir de él, te resignabas a que la vida no podía ser mejor y
cuando las oportunidades de lograr iluminar tus días aparecían en tu puerta, simplemente las
dejabas ir como sino fueran lo que habías deseado.
Lo sabía muy bien porque eso había hecho al dejarla ir.
Las personas nos equivocábamos constantemente pero quizás lo peor es ser consciente de
que es mejor alejarte para no volver a seguir cometiendo esos errores porque seguir
solamente se resume a que puede llegar un momento en que la situación se vuelva
insostenible y finalmente aquellos recuerdos que habías formado con esa persona se pierdan
en el abismo de los recuerdos dejando que el dolor se transforme en un mar lleno de
fantasmas de lo que alguna vez fueron y que el perdón no sea el mapa de aquel lugar.
Taylor no dijo nada, simplemente se tiró a mis brazos dejando que todo su dolor se
esparciera por cada uno de los puntos nerviosos de mi cuerpo, transformando su capa de
tristeza en la mía de una forma que no me esperaba. Los golpes en la piel dejan marca para
luego sanarse pero ¿qué sucedía con aquellos que se hacían en el alma?, ¿algún día sanarían?
Ó ¿hay algunos que nunca lo hacen?.
Sus lágrimas fueron acompañadas de sollozos que hicieron sombra
en mi corazón, el dolor latente estaba presente en aquella habitación pero aún así lo que más

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dolía era que no podía evitar que ese dolor se fundiera en cada uno de los rincones de aquella
chica que estaba entre mis brazos, no había dolor más grande que el simple hecho de no
poder hacer nada para quitar la espina sangrante de quién estaba sufriendo.
Sentirse tan ajeno a la situación e igualmente sentir como la espina se entierra en tu corazón
por ver a esa persona sufrir, la forma en que los sentimientos se expresaban siempre habían
sido algo tan ajeno a algún tipo de definición, todos sentíamos y vivíamos de distintas formas
el dolor, sin embargo, todos llegábamos a sentir como nuestro corazón se destrozaba en un
momento donde enterrar ya no era suficiente sino que necesitabas dejar que todo saliera.
Eso sucedió en aquel momento y sin siquiera ser capaz de pensarlo ó meditarlo, algunas
lágrimas de dolor y rencor aparecieron en mis párpados, dolor porque no podía hacer nada
para quitar ese sufrimiento, rencor porque simplemente no podía compartir la misma
sensación; rencor por no sentir ese dolor en mi corazón y darme cuenta como protegerse
bajo el manto de no querer sentir nada era simplemente una equivocación.
La fortaleza ni la madurez llegan a través de cuántas lágrimas sueltas ó cuantos momentos
logras superar sino que se cuentan a través de cuántas veces has podido salir adelante frente
a la tempestad, cuántas veces has ofrecido tu corazón a pesar de saber que podía existir la
oportunidad de destruirlo.
Se narraba a través de todas las veces donde el perdón llegó y el rencor se fue, la fortaleza
nacía cuando te atrevías a recordar un momento sin ser capaz de querer quitarlo de tu
memoria; la madurez llegaba cuando eras capaz de dar todo para que esa persona estuviera
bien sin siquiera pensarlo.
Por lo cuál en aquel momento que mis lágrimas acompañaron a las de Taylor me di cuenta
cuán destruida estaba y todas esas capas de fortaleza que pensaba que había elegido durante
tanto tiempo simplemente se destruyeron ante el primer esbozo de brisa de invierno.
Todas mis defensas estaban en el piso mientras mis emociones salían una a una de aquella
prisión de las cuáles habían tenido sentencia fija desde hace mucho, mi corazón sintió como
era alimentado por el dolor, el sufrimiento y la sensación de no saber que sucedería unos
segundos después pero también fue abrigado por la calidez de poder acompañar una pena,
fue apresado con el triste esbozo de algo que no había sentido hace tanto tiempo.
El cariño que solo podía ofrecerte un familiar.
Mis equivocaciones salieron a la luz frente a esa catarsis y todo mi cuerpo se refugió ante ese
leve abrazo que intentaba dejar fuera todo lo que conocía sobre el dolor, en aquel momento
solo éramos dos personas que intentaban protegerse de todo lo que podía suceder, éramos
solo dos personas que sabían la inminencia del sufrimiento pero que aún así sentían el
apremiante sentimiento de que no estaban solas y que podían luchar contra ello.
La tarde se convirtió en noche entre medio de esas lágrimas y los minutos se tiñeron de
horas de dolor mientras que el silencio ocupaba cada rincón, finalmente creamos tantos
océanos de lágrimas como mares en la tierra. El día terminó y aquel breve retazo de no estar
sola fue la razón por la cuál una sonrisa se mostró tímidamente entre mis labios mientras me
dirigía a mi departamento, me hubiera quedado por Taylor pero ella prefirió combatir su dolor
a solas, quizás a veces podíamos permitirnos sufrir a solas para lograr disipar un poco de
nuestras nubes internas.
Las personas en la calle se volvían hormigas que seguían la marea de la noche mientras que
todos esos ángeles que disfrutaban de la oscuridad que ofrecía éstas horas se preparaban
para otro día sin poder volar, era increíble como una ciudad podía representar felicidad y a la
vez llenarse de esa capa de sueños sin desarrollar, sueños destruidos y vidas sin sentido.
Era tan solo quedarse unos minutos observando a todos quienes estaban a su alrededor para
lograr divisar como la tristeza se disfrazaba frente las luces de la ciudad que nunca dormía y
las convertía en sonrisas opacas en rostros sin ningún tipo de sueños por el cuál volar.
Sin quererlo, estaba siendo parte de la ciudad de la tristeza y de la decepción ó era
simplemente el hecho de que me sentía de esa manera, devastada tal vez, rota quizás pero
ciertamente diferente a todas las veces que había sentido que mi mundo se destruía.
Ésta vez había sido acompañada bajo los brazos de algo que no podía reconocer como algo
normal y tal vez eso aligeró un poco el dolor de mi alma, sin embargo, como si fuera la
crónica de una muerte anunciada apenas llegué a mi departamento sintiendo como mi día

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había cambiado y la noche se transformaba en el lienzo de cientas de palabras buscando
inspiración, supe que el sonido de una llamada entrante en mi celular no era algo que
esperase como tampoco fue volver a escuchar su voz rota detrás de simples palabras que se
volvieron quizás en las más difíciles que la escuche decir alguna vez.
Tan solo dos palabras fueron suficientes para crear más océanos de mi parte y sentir como los
sentimientos se hundían en un mar que no tenía salvación.
Dejando que ella volviera a mi vida de la peor forma posible, a través del recuerdo y la culpa
de haberla alejado sin permitirme tener la oportunidad de que llegase el perdón.
La peor forma posible de volver a ser parte de una persona es saber que ya no está y aún así
ser capaz de dejar impregnado su recuerdo como si fueran estacas contra su pecho.
Porque el peor amor era aquel que era tan insistente como para ser capaz de no dejar que la
indiferencia te gane.
Stubborn love parte 2

Los Angeles, 1947


Camila

—Eres hermosa — le susurré a Lauren cerca de su oído que me fue imposible no sonreír al
notar como sus mejillas estaban a punto de estallar por ese color rojo que ella siempre
imponía cuando le decía cualquier cosa alabando su belleza —Muy hermosa—sentencié antes
de buscar sus labios como la fuente inagotable de felicidad que ella podía aportar a mi vida,
fueron solo unos segundos donde el tiempo se paralizó y fuimos las únicas protagonistas de
aquella escena, sin embargo, para que esos segundos duraran la eternidad hubiera vendido
hasta mi alma y más solo con el fin de seguir enloqueciendo entre los luceros verdes que
eran sus ojos y sus labios llenos de ternura que ella combinaba a la perfección con pasión,
amor y una infinidad de definiciones que solo habían cobrado significado desde que Lauren
era parte de mi vida.
—Mi belleza no es nada con la tuya —afirmó antes de acariciar con dulzura mi mejilla y a
pesar de que deseaba tenerla así toda mi vida, sin tener ningún tipo de distancia y
conquistando infinitamente todo su rostro, los secretos que había entre ellos y todas esas
palabras que me pertenecían solo a mí; rompimos nuestra cercanía cuando Noe llegó a la
mesa llenando toda el comedor con su felicidad inacabable por el hecho de que hoy era su
cumpleaños.
Había tenido la suerte de que Lauren tenía la tarde libre y no dudé en invitarla a comer a
casa. A veces me nacían las ganas de invitarla hasta al fin del mundo pero sabía que fuera de
las paredes que nos reconfortaban, nuestro amor no era bien visto por lo cuál nos
escondíamos tras las sombras de una amistad que ni siquiera llegaba a ser definida de esa
manera pero aún así ambas habíamos aceptado que esa era la mejor opción frente a la
incomprensión del mundo que lo que sentíamos no era algún tipo de enfermedad sino que era
el amor en su estado más puro, ese que es capaz de quitarte la cordura, emborracharte de
locura y sentenciarte a la muerte que aceptas solo por unos segundos con esa persona.

—Feliz cumpleaños Noe —sentencié antes de abrazar a la pequeña rubia que hoy se
encontraba con dos coletas que la hacían ver más adorable de lo que ya era y un vestido azul
que le había regalado hace un par de días —Ahora ya puedes decir que tienes siete —
contesté haciendo que la ojiazul riera por eso y llenara mi mejilla de besos que sabían como
chocolate de la dulzura que cargaban en sus profundidades.
—Gracias Camz—dijo con esa sonrisa que había heredado de Lauren porque ambas
compartían la misma belleza intrigante que era capaz de hacerme enloquecer.
—¿Qué quieres hacer primero?—le pregunté expectante por ello
—¿Abrir regalos ó soplar las velas?—Noe abrió la boca sorprendida por ello antes de mirar a
Lauren quién se encogió de hombros frente al gesto de la rubia, la emoción en sus ojos

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azules se volvieron como un océano de resplandor y no pude no sonreír por esa sensación de
felicidad que se acumulaba en mi pecho solo por ver esos simples momentos en mi vida.
—¿Puedo pedir el pastel primero?—preguntó algo insegura de su decisión y yo asentí
mientras devolvía la vista a Lauren quién estaba terminando de poner las velas sobre el
pastel de chocolate que decoraba la mesa entre regalos que la ojiverde afirmaba que era
exagerado para una niña de siete años, sin embargo, no me importaba ni en lo más mínimo
su opinión al respecto ya que quería que éste cumpleaños fuese especial para Noe debido a
que sabía a la perfección que no había tenido la suerte de tener ningún tipo de celebración
especial en los años anteriores.

—Ven aquí copito —sugirió Lauren al terminar de poner las siete velas sobre el pastel y la
pequeña rubia no tardó en correr hacia su madre quién no dudó en llenarla de besos apenas
la puso sobre la silla para poder alcanzar el pastel. No fui capaz de romper esa escena hasta
que la pelinegra me buscó con la mirada para que yo también me integrara al juego que ellas
dos llevaban.

Lauren no tardó en tomar mi mano con una sonrisa en sus labios que rápidamente se
reprodujo en los míos.
—Te amo — me susurró en un momento que estaba distraída frente a la emoción de Noe por
soplar las velas —Nunca lo olvides.
—Gracias —musité antes de que comenzáramos a cantarle feliz cumpleaños a la pequeña
rubia quién era capaz de comerse el pastel con sus ojos lleno de emoción.

Noe apagó las velas entre medio de la euforia compartida porque la pequeña cumpliera años.
—¿Pediste tu deseo, amor?—le preguntó Lauren mientras la abrazaba y volvía a llenar el
rostro feliz de su hija con besos, la ojiazul no tardó en asentir ante la pregunta y tirar sus
brazos sobre el cuello de la pelinegra.
Me acerqué al pastel para quitar las velas que ya estaban por la mitad al ser apagadas
mientras Lauren seguía controlando la emoción de Noe hacia la festividad.
—¿Quién quiere pastel?—pregunté antes de recibir los gritos eufóricos de la niña de vestido
azul y también la risa sonora de la ojiverde alzando la mano porque ella también deseaba
pastel.
Lauren me acarició la espalda antes de quitarme con una sonrisa el cuchillo para poder partir
el pastel de chocolate comenzando a repartir los tres pedazos de la torta café dando el primer
pedazo a Noe quién no tardó en sentarse al
lado de la ojiverde comiendo rápidamente su pedazo sin poder evitar que su rostro se
ensuciara con el chocolate.
—¿Por qué eres hermosa hasta cuando estás cortando trozos de pastel?—le pregunté
acariciando su espalda sintiendo como ella reía nerviosa —Por la forma en que te sonrojas
cada vez que te digo lo hermosa que eres, puedo suponer que no suelen decírtelo—dije
mientras notaba como sus ojos verdes se encendían de un color inimaginable ante cada
palabra que decía como si siguieran al pie de la letra cada paso que daba mi voz.
—Las personas no suelen alabar a una madre soltera —sugirió irónicamente a lo cuál
simplemente sonreí antes de que mis labios se apoderaran de su frente con un beso de
aquellos que eran capaces de darme vida.
—Entonces comenzaré a repetírtelo a cada momento hasta que logres creerme lo hermosa
que eres. —agregué comenzando a comer mi pedazo de torta de chocolate mientras Lauren
me seguía seductoramente con sus ojos entre medio de risas que solo las dos entendíamos
porque Noe estaba sumida en el mundo de terminar con su plato para poder abrir los regalos.
—Te amo —le susurré antes que la pequeña rubia nos mostrara como había acabado con todo
el pastel que estaba en su plato y por lo tanto teníamos que seguir con los regalos.
Los ojos verdes encantadores de la pelinegra me seguían con cada acción que realizaba
mientras la sonrisa que se imponía en sus labios se atrevía a alimentar mi corazón de algo
que solo conocía gracias a ella.

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—Este es de mi parte copito —dijo Lauren antes de insertar un beso sonoro en el rostro de la
pequeña rubia y pasarle un regalo con envoltura verde y un moño plateado, Noé chilló ante
ello antes de abrir el regalo emocionada y descubrir que se trataba de un libro con portada
amarilla.
—El mago de Oz—leyó emocionada antes de saltar a los brazos de su madre y comenzar a
llenar el rostro de Lauren con pequeños besos—Gracias mami—sentenció dejando el libro con
todo el cuidado del mundo antes de abrir los siguientes regalos que venían de mi parte y que
casi todos se resumían en ropa de invierno que necesitaría para el viaje y set de pinturas
para que ella lograra dibujar y pintar con toda la libertad que quisiera excepto el último
regalo que se encontraba a su derecha en una caja roja envuelta por papel color plata que lo
tomé antes de pasárselo para que lo abriera.
—Estoy segura que esté regalo te gustará tanto como a mí cuando recibí uno igual a tu edad
—mencioné antes de que la pequeña rubia me abrazara recibiendo la caja roja que con suerte
podía sostener sobre sus manos, Noe comenzó a abrir el regalo envuelta entre la ilusión y
emoción de no saber que era hasta que sacó de la caja una muñeca que pertenecía a una
vieja colección de la cuál yo había tenido todas cuando tenía su edad, a pesar de que
llevaban varias décadas en el mercado, éstas muñecas no dejaban de ser casi un regalo
exclusivo que adornaban los mostradores de las jugueterías.
La pequeña de azul no supo que decir cuando vio a la muñeca con rizos rubios y
vestido rosa que se parecía un poco a ella ya que tenía el mismo color de cabello y de ojos,
sin embargo, la expresión que recibí frente a la muñeca y las lágrimas de parte de ella no era
exactamente lo que esperaba.
Noe me miró varias veces insegura de si el regalo era de ella hasta que se acercó a Lauren
buscando ocultar su rostro en su hombro, fruncí el ceño al no entender la reacción de aquello,
no obstante, como siempre la ojiverde entendía mejor que nadie lo que le sucedía a su hija y
no tardó en sostenerla entre sus brazos.
—Es la reina de las muñecas —susurró entre lágrimas la pequeña rubia quién recibía todos
los cariños de parte de su madre y abrazaba a la muñeca rubia entre sus pequeños brazos —
Nunca pensé que podría tenerla—el alma se me partió al escuchar aquellas palabras que
estaban cargadas de emociones que no podía separar, me quedé sin habla ante la respuesta
llena de ternura de parte de la menor.
Lauren siguió acariciando la espalda de la pequeña mientras me susurraba que no me
preocupara porque era tan solo la emoción de parte de ella, yo asentí sin más creyéndole lo
que me estaba diciendo, sin embargo, fueron minutos eternos los que se presentaron
mientras la ojiverde intentaba calmar a Noe por lo de la muñeca.
—Anda al baño a limpiarte la cara, mi vida—le sugirió acariciando su mejilla y a lo cuál la
rubia asintió —Luego vuelves con nosotras ¿bien?—Noe volvió a asentir antes de abrazarme
con fuerza y con un gracias Camz en sus labios que simplemente hizo que mi corazón se
derritiera frente aquella escena.
—Yo no quería —susurré arrepentida notando como Noe se dirigía el baño, Lauren chasqueó
la lengua antes de acercarse a mí y abrazarme.
—No hiciste nada —murmuró antes de acariciar con una sonrisa mis mejillas y dejando la
muñeca sobre la mesa —Es solo —bufó antes de que sus palabras salieran de su boca.
—¿Estás enojada?—pregunté ante la forma que ella no supo que decirme y por como comenzó
a morder su labio nerviosa supe que algo no estaba bien.
—No, no lo estoy —respondió suspirando antes de besar mi frente —¿Por qué lo estaría?, Noe
tiene más cosas que nunca desde que apareciste en su vida —musitó dejando que sus
palabras se tiñeran con culpa que me hizo sentir peor que en un principio —Es solo que sabes
desde cuándo me ha pedido esa muñeca—me preguntó dulcemente intentando que sus
palabras no se mezclaran con esa sensación de incertidumbre que habían adquirido después
de lo sucedido con la muñeca. Yo negué ante ello porque ni siquiera sabía que su hija alguna
vez había pedido aquella muñeca
—Casi tres años —contestó con una sonrisa ladeada que se mostró más como una mueca que
algún tipo de emoción—Nunca se la pude comprar a pesar de que ella me la pidió por dos
años seguidos entre su cumpleaños y navidad —sentenció suspirando antes de que volviera a

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tomar fuerzas para decirme lo que quería decir —El problema no es la muñeca ni que tú se la
hayas regalado, es solo que yo jamás podría darle todos esos regalos que tú le compraste sin
siquiera pestañear.
—No quería que te sintieras mal por eso —contesté rápidamente porque jamás iba a ser mi
intención que se sintiera incómoda frente a eso, no obstante, Lauren no tardó
en besarme mucho antes de que mis palabras volvieran a buscar algún camino de disculpa
para expresarse.
—Lo sé —puntualizó acariciando mi cabello—Y por eso te adoro —agregó con una pequeña
sonrisa —Lo que sucede es que no estamos acostumbradas a que alguien se preocupe por
nosotras —dijo partiendo mi alma de la misma forma en la cuál lo había hecho ver la reacción
de Noe frente a la muñeca —Para ti es una simple muñeca, un simple juguete que viste en
una tienda y era hermoso, para mi hija es que le pudieras conceder algo que había aceptado
que no tendría —exclamó —Jamás le había regalado nada que estuviera en algún mostrador
de alguna juguetería —sentenció bajando la mirada sintiendo la vergüenza quemar su rostro
—Nunca podría permitirme ni siquiera uno de los regalos que tú le diste y sé que lo haces con
la mejor intención del mundo, es solo que no estamos acostumbradas a ello Camz
—admitió buscando mis brazos para que la abrazara y aunque estaba atónita frente a sus
palabras no me negué a la petición de sus sentimientos y emociones, encerrándola entre mis
brazos jurando que nada más le pasaría cuando estuviera conmigo, quise decirle tantas cosas
especialmente de que no volvería a pasar ningún tipo de falta ni de dinero ni de cariño y que
siempre iba a estar para ella, sin embargo, las palabras no lograron ser suficientes ni tan
fidedignas como lo fueron nuestras simples muestras de amor representando todo lo que
ambas sentíamos.
—No volverás a pasar ninguna necesidad Lauren —me atreví a decirle mientras acariciaba su
cabello, ella no dijo nada pero pude sentir como su abrazo fue aún más fuerte con esas
palabras—Te lo prometo—le susurré besando su cabello con todo el amor que hacía desde el
fondo de mi corazón —Siempre voy a estar aquí por ambas—musité sintiendo como sus
lágrimas rodeaban su rostro y mi pecho, suspiré ante todas las emociones que se dibujaban
como fantasmas en medio de la oscuridad, ninguna de las dos dijo nada más y solo nos
quedamos ahí sintiendo como nuestras lágrimas querían salir pero en mi caso simplemente
no podían.
Me destruyó verla por primera vez tan frágil y con el miedo carcomiendo su cuerpo, no
recordaba haberla visto así desde la primera vez que nos vimos y eso hizo que mi corazón se
encogiera aún más de lo que estaba como si no fuera capaz de cumplir sus funciones
normales y la fuerza de su latido se detuviera de vez en cuando—Te amo—le dije con
lágrimas atragantadas a lo cual ella alzó su mirada antes de asentir en un intento por secar
los rocíos que caían de su rostro como si fuera una tempestad desatada.
—¿Lo prometes?—susurró como si fuera el silbido del viento porque casi no pude escuchar su
pregunta, fruncí el ceño ante ello hasta que volvió a tomar la palabra—¿Prometes que es
cierto que me amas?—preguntó con una inocencia pintada de miedo, suspiré ante ello porque
era el reflejo nato de la duda —¿Me prometes que esto no es un lindo sueño y que pronto
tendré que levantarme?—sus palabras salieron como dagas en mi corazón y no la culpé por
ello, Lauren tenía el corazón destruido a través de los años y eso le había dado una capa de
supervivencia donde su principal material era la duda y la desconfianza, sin embargo, a pesar
de que era
consciente de que no conocía ni una ínfima parte de todo lo que había pasado desde que
había entregado su corazón y se lo habían roto, solo podía asegurar de que sería incapaz de
derrochar algo tan preciado.

—Te prometería el cielo con todas las estrellas si ese fuese tu deseo—le respondí sosteniendo
su mano antes de besarla —Estoy perdida en tus ojos desde hace tanto que se me es
imposible no dar mi vida por ti—sugerí posando mi mano sobre sus mejillas calientes ante el
roce de sus lágrimas —Y sé que te han destruido el corazón a través de los años y no puedo
prometerte darte uno nuevo, pero si puedo prometerte intentar repararlo por lo que me
quedé de vida y lo qué hay después de ella —Lauren volvió a ocultar su rostro en mi pecho

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mientras sus brazos no dejaban que mi cuerpo saliera de la prisión que ella había creado
desde esos ojos verdes únicos hasta la forma en que su voz se apoderaba de mi corazón, de
mis pensamientos y de mis sueños.
—Mi corazón late por ti—dijo tomando mi mano para acercarla a su pecho, ambas reímos
ante eso —Amar perdió la potencia de su significado al encontrarte, porque ya ni siquiera esa
palabra llega a abarcar todo lo que siento por ti—admitió con una pequeña sonrisa que hizo
que todo mi cuerpo temblara por la majestuosidad con la cual se presentaba.
A pesar de que existían chicas mucho más hermosas que Lauren, nadie me había hecho
sentir tanta vida con un simple gesto, nadie había creado belleza sin necesidad de mover ni
un solo dedo, nadie se había atrevido a dar color a mi vida.
Ella lo había hecho y eso la convertía a mis ojos en el ser más hermoso que existía.
—No puedo prometerte grandes riquezas, ni siquiera una vida decente conmigo. No me
serviría prometerte el mundo porque solamente tengo a mi hija y un corazón que se muere
por ti —agregó—Pero puedo prometerte todas mis noches y mis días si eso es lo que quieres,
puedo prometerte que confundirás mis manos con las tuyas y que habrá una sonrisa cada vez
que me hable con la emoción de tu voz, te prometo que cuidaré tus sueños y atreverme a
crearlos. Te prometo que eres lo más bonito que he visto en mi vida —sus labios buscaron
con desesperación los míos mientras mis lágrimas caían una a una porque jamás me había
sentido de esa forma tan completa, tan única como si el universo estuviera por primera vez a
mis pies.
Sus labios se confundieron con los míos siguiendo un compás marcado con aquella pelinegra
mientras mi corazón me pedía a gritos que hiciera todo lo posible para que aquel momento
durara la eternidad y no solo los pocos segundos que duró al sentir como un pequeño cuerpo
me abrazaba con fuerzas.
—Hey volviste —comenté acariciando el cabello rubio de Noé y ella soltó un par de risitas
adorables por ello, Lauren no tardó en sonreír por eso antes de alejarse un poco de esa
escena dejándome sola con la pequeña ojiazul —¿estamos mejor? —le pregunté nerviosa a lo
cual ella asintió emocionada antes de alzar sus brazos pidiendo que me pusiera a su altura, lo
hice sin pensarlo mientras la pelinegra seguía entre risas cada uno de mis movimientos.
—Te quiero —me dijo al oído antes de acercarse aún más a mi rodeando sus brazos en mi
cuello —Mi deseo es que te quedes con mami —susurró con una sonrisa que simplemente me
robó el corazón de una manera inmediata —Se lo pediré a santa también —sentenció riendo
un poco mientras sus manos jugaban con mi cabello
—Así el deseo es el doble de fuerte —concretó antes de besar mi mejilla.
—¿y para mí no hay amor? —preguntó Lauren haciendo puchero a lo cual Noe no tardó en
dejarme para rodear sus brazos sobre su mamá quien como siempre al esperaba con la
misma ternura y de la mis forma especial en donde su corazón estaba depositado en sus
brazos —Mi pequeño copo de nieve —susurró Lauren a Noe quien no tardó en recostar su
cabeza ante las caricias innatas de la ojiverde.
No pude evitar sonreír al ver como la dulzura se apoderaba de cada rincón del comedor
mientras unos ojos verdes centelleantes se eclipsaban con unos ojos azules que podían ser el
mar, podían ser el agua cristalina de alguna cascada, podía ser todo y a la vez nada pero
cuando se encontraban con aquellos ojos llenos de amor se transformaban en uno solo
dejando de lado cualquier cosa que no fuera parte de ese pequeña explosión de colores tan
vivos y únicos que solamente ellas podían ser capaces de pintar.
No sé cuanto tiempo estuvieron siendo una sola entre medio de sus abrazos y de su cariño
pero estaba segura que jamás había apreciado una escena tan hermosa y tan especial como
esa, jamás me hubiera imaginado tener la oportunidad de ver como el amor nacía de la
forma más pura y se expresaba a través de pequeños gestos que podían darle significado a la
vida.
—¿Puedo comer más pastel, mami?—preguntó Noe mientras bajaba de los brazos de Lauren
para acercarse donde estaba el pastel, la ojiverde no tardó en asentir mientras le servía otro
pedazo de la torta de chocolate, Noe se acercó a la muñeca para acariciarla con una sonrisa
deslumbrante antes de sentarse tranquila a comer.
—¿Puedo estar más enamorada de tu hija?—le pregunté a Lauren antes de rodear mis brazos

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en su cintura y comenzar a depositar pequeños besos en su cuello que solo hizo que ella riera
ante las cosquillas que esto le provocaba.
—Es mi hija, es normal que te enamores de ella —refutó causándome un par de risas que
rápidamente quedaron en el olvido cuando noté que ella frunció el ceño — Te amo y es por
eso que me cuesta responder a tu pregunta, no es que ponga en duda que eres capaz de
dejarlo todo por mí, sería egoísta poner ese tipo de dudas frente a tus acciones—respondió
antes de suspirar—Pero fuera de éstas paredes lo nuestro es solo una enfermedad, una
abominación y un sinfín de significados que solamente son la sombra de la tortura de nuestro
amor —nuestros ojos chocaron intentando que éstos pudieran ofrecer un panorama más
amplio de nuestros pensamientos y nuestros miedos —Allá afuera hay un mundo aniquilador
que tú no conoces, uno que no le importa que dos personas se amen sino que se llenan de
prejuicios como si estuvieran ansiosos de poder darle fin a todo tipo de amor que salga de
ese dibujo que han creado desde el inicio de la humanidad. No tengo dudas de cuánto te amo
ni tampoco de cuanto tú me amas, mis dudas nacen ante el hecho de que te amo lo
suficiente para no querer que nada ni nadie te haga daño jamás, no me perdonaría nunca
que te sucediese algo por este amor devoto que siento hacia ti, lo lamento
—sus palabras fueron clara sentencia de como se sentía en aquel momento y como la verdad
corría a través de ellas.
Ella tenía razón en todo, no habría ninguna mentira detrás de sus miedos, sin embargo, a
pesar de que la razón quería llevarse mis palabras, mi corazón solo me repetía una y otra vez
que ella era la persona indicada dejando que la cordura desapareciera de mi sistema y solo
existiera el hecho de que no quería perderla.
Había tardado tanto tiempo en encontrarla que la idea de perderla era simplemente
devastadora.
—¿Eso es un no?—pregunté suspirando ante el hecho de que no podía obligarla a quitar sus
ideas que no estaban lejanas a la realidad, Lauren también suspiró ante aquella pregunta
antes de asentir tímidamente a mi pregunta.
—Creo que es mejor terminar con esto Camz —me dijo antes de acariciar mi mejilla
—Eres lo más bonito que he visto en mi vida y te juro que haría cualquier cosa para que todo
fuera distinto pero no puedo vivir de falsas esperanzas —refutó sin mirarme antes de que
nuestras distancias separaran cualquier tipo de unión que habíamos sentido hasta aquel
momento —Llevaré a Noe a casa, se hace tarde —agregó, sin embargo, antes de que ella
pudiera ir a ver a su hija yo sostuve su mano en un intento de que no me dejara, nunca le
había rogado nada a nadie ni menos que se quedara, no obstante, siempre había una primera
vez y si tenía que hacerlo para que ella no se fuera, lo haría sin dejar que mi orgullo y
prepotencia ganaran aquella batalla.
—Dame éste viaje para hacerte cambiar de opinión —sugerí sin dejar que ella se alejara —
Solo te pido un par de días y sino resulta te dejaré libre —Lauren se quedó en silencio sin ser
capaz de alzar la mirada frente a lo que le decía —Déjame que la razón no sea parte de tus
decisiones y que logre que tu corazón sienta lo mismo que él mío cada vez que te ve —
sentencié en un ruego que no dejaba de estallar contra las paredes de mi conciencia.
—¿Quieres una navidad?—preguntó suspirando.
—Quiero una eternidad contigo —sentencié buscando su mirada —Pero si tengo que apostar
entre quedarme sin nada y tener solo una navidad tuya, prefiero mil veces la segunda opción
—ambas nos quedamos en silencio dejando que nuestros rostros y expresiones dijeran todos
esos secretos que las palabras no podían reproducir y sin más pude sentir como sus brazos
acariciaban mi piel con la misma locura de siempre porque no era cuestión de amor ó de
dudas, era simplemente que lo nuestro no tenía alas suficientes para expandirse.—Quiero
ofrecerte el mundo y todo lo qué hay más allá de él —confirmé ante su mirada que se
mostraba como un lienzo en blanco de todas esas palabras que deseaba expresar pero que
aún así no habían alzado su vuelo
—Quiero que seas dueña de mis días y que tus palabras sean las dueñas de mis noches.
Quiero tantas cosas y todas ellas se relacionan de una manera directa e indirecta contigo, con
la decisión de desear todos mis días junto a ti.
—Está bien —afirmó con una pequeña sonrisa —Gracias por hoy, por hacer especial éste día

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—comentó antes de hacer que nuestras manos se soltaran dejando atrás toda la mezcla de
emociones sinfín que podían nacer con un simple toque, con sencillas caricias que eran
capaces de recibir hasta el último pedazo virgen de tu piel.
—No tienes porqué agradecerme —refuté —Ya que si de agradecimientos hablamos, entonces
tendría que darte las gracias a ti a cada momento, por hacer especial todos mis días desde
que apareciste en mi vida.
Lauren no respondió a ello y solo me dio un pálido beso en mis labios dejando en claro lo que
sentía en aquel momento.
—Llámame cuando llegues —ella asintió —Te amo —susurré esperando que ella lo escuchara
y por la sonrisa que se formó en sus labios supe que lo había hecho.
—No te imaginas cuanto yo le hago —fue su respuesta que se atrevió a llenar de vida cada
capa de seguridad de mi cuerpo y que un arco iris de esperanza se refractara en mis labios a
través de una sonrisa eterna.
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No tener computador ni celular me está pasando la cuenta, lo siento por eso pero mañana
nos leemos nuevamente.
Disfruten mientras puedan. Con amor, Taylor.
Capítulo 44: Dreams

How long, can you hold your breath?


Can you count to ten, can you let it pass? Keep, can you keep it in?
Keep it behind latches, can you make it last? 4 de 10
New York Camila
—Eres muy buena —comenté observando las distintas fotografías que nacían en el pequeño
estudio que tenía Charlie en su departamento, habían pasado un par de días desde aquella
noche donde la frialdad del invierno en Nueva York y la mala suerte fue capaz de juntar a dos
personas absolutamente distintas pero que extrañamente se sentían unidas por algo que ni
siquiera podían explicar.
Charlie tenía esa mirada tan diferente hacia la vida que siempre me había atraído de las
personas, era como si pudieran sentir de una forma distinta al resto de los seres humanos,
podía reconocer aquella mirada en cualquier parte porque solo la había encontrado en una
persona y esa chica a pesar de todo no se salía de mis pensamientos.
Extrañamente era la misma mirada que tenía Lauren hacia la vida, era esa vista que era
capaz de profundizar hasta las cosas más cotidianas, darle significado a simples sucesos que
corrían en la vida normal pero que a través de sus ojos eran como si fueran danzas de algo
que no se podía explicar. Ambas tenían mentes maravillosas y ricas en palabras que te
llegaban a dejar asombrado con la más mínima conversación, sin embargo, la pelirroja tenía
un detalle que la hacía tan distinta a Lauren y era el hecho de que su vida no estaba teñida a
través de colores grises sino que atraía matices de colores tan distintos a los que había visto
coloreado a través de las pupilas verdes que ambas compartían.
—Gracias —murmuró con una sonrisa antes de tomar una de las fotografías que estaban
sobre la mesa de la pequeña estancia —Ésta es una de mis favoritas —aseveró dejando que
el orgullo fuera parte de su sonrisa, observé con curiosidad la foto notando como aquella
escultura donde el mar tocaba la noche que tanto conocía era todo lo que ocupaba aquellos
reducidos centímetros dejando que la magia se llevase a cabo de parte de la chica rubia que
admiraba la escultura con un par de lágrimas que se podían notar en esa sonrisa rota —Fue
una de las primeras fotografías que tomé, tenía diez años y creo que sigue siendo igual de
especial, muestra el amor de una madre hacia la suya dejando que la eternidad sea parte de
ambas —sentenció sin dejar el cariño especial que tenía hacia esa foto —El recuerdo favorito
de Max y mío es lo mucho que mamá amaba esa escultura, yo no pude ver el proceso
creativo de ella, solo fui capaz de ver como cada cumpleaños de mi abuela, mamá era capaz
de conducir durante 17 horas solo para sentir el mar y dejarse llevar por esa sensación de
que aún seguía ahí con ella —musitó en un suspiro que narraba
a la perfección como debió ser para ella el hecho de que su madre se sintiera de esa manera
tan solitaria frente a la inminente muerte de su otra mitad — Mamá siempre afirmaba que me

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parecía tanto a la abuela que no dudó en ir en contra de la promesa de que papá me pondría
mi nombre ya que ella se había encargado de ponérselo a Max, por lo cuál mi nombre
adquirió el mismo significado que esa escultura—suspiró
—Dejar que la eternidad se atreva a esparcir sus puentes de unión sin importar el tiempo que
pase.
—¿Quisiste ser artista por ella?—pregunté dejando la foto en sus manos y ella negó entre
risas.
—Quise ser actriz pero creo que mi miedo escénico no funcionó por lo cuál me inspiré un poco
en querer mostrar el mundo de otra manera, Max lo hace a través de sus películas, a mi me
gusta narrarlo frente a fotografías y pinturas
—comentó con esa sonrisa embelesadora, tan llena de vida que no parecía real —Una
fotografía dice más que mil palabras y se llena de tantas interpretaciones que jamás deja de
ser hermosa, no importa el tiempo que pase porque siempre habrá alguien que le dé un
significado distinto y le devolverá la belleza e importancia —agregó antes de volver a poner la
foto sobre el viejo álbum de donde había salido — Además el arte tiene el plus de que puedes
vivirlo como tú lo desees, puedes moldearlo, destruirlo, darle y quitarle significado. Los
mundos que deseas mostrar están a tu elección y no son necesarias caras reconocidas entre
medio para poder ganarse al público
—concretó y yo me limité a asentir porque no sabía que más comentar a través de esas
palabras llenas de profundidad, me encantaba esa parte de ella donde las palabras construían
castillos para luego ser derribados ante sus siguientes afirmaciones era como si una marea
atravesara sus declaraciones una y otra vez llenándolas de esa confianza y verdad que
solamente había visto de parte de Lauren.

—Max me contó que te quedarás un tiempo en Nueva York —comenté recordando la extraña
unión que conectaba muchas veces el destino, jamás hubiese pensado que aquella chica que
había encontrado esperando un taxi era la misma hermana menor que el director que me
había contratado y que también era una de las artistas detrás del rodaje de la película que
comenzaría a grabarse a finales de enero.
—Sí, siempre he vivido entre Italia y la ciudad que nunca duerme
—dijo entre risas — A pesar de que he vivido un buen tiempo en ambos lugares, cada vez
que decido instalarme por un tiempo indefinido siento que descubro cosas totalmente nuevas
como si la ciudad cambiara de una forma poco perceptible y mágica, además que ésta vez
sencillamente estoy en búsqueda de inspiración y cambiar un poco de aires tóxicos que
muchas veces dejan las relaciones —sentenció haciendo una mueca y yo suspiré ante el
hecho de que sabía a la perfección sobre ese tema —Por la forma de tu suspiro supongo que
tú también sabes que es eso
—respondió a lo cuál me limité a asentir.
—Digamos que comencé una relación que tenía todo para no resultar y no funcionó —admití
dándole un rostro y una narración corta a lo que había
sucedido entre Lauren y yo, aún a semanas desde que habíamos decidido darle punto final
aún me dolía el hecho de que no podía sacarla de mis recuerdos porque ella se había
apropiado de cada centímetro de mi piel dibujada a través de las sombras y se había atrevido
a regar colores que jamás hubiera visto si ella no hubiera perforado hasta las partes de mi
cuerpo que no habían sido tocados por el sol.
Ambas teníamos todo para no coincidir jamás ni que el destino atará nuestros hilos, sin
embargo, también habíamos tenido todo para lograr algo mejor de lo que terminó siendo
nuestra relación. No había dejado de amarla y estaba segura que Lauren tampoco, no
obstante, a veces el amor no lo era todo y las heridas que llevábamos por dentro y que no
nos permitían perdonar eran capaces de diluir cualquier tipo de fortaleza y sentimiento que se
atreve a construir el futuro de dos personas.
—Lo peor es darle alas a algo que comienza mal desde un principio
—refutó encogiéndose de hombros —Quizás no era la persona correcta.
—Lo peor es saber que es posible que si lo sea —afirmé suspirando
—Es solo que nos encontramos en momentos incorrectos que finalmente dañaron todos los

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momentos correctos que habíamos vivido —aseveré porque sabía la razón por la cuál lo
nuestro había sentenciado al olvido —Ella tiene un carácter fuerte y demasiado difícil pero me
engañaría al decir que no sé que mi corazón está enlazado al suyo—argumenté sin saber
como dejar a flote esas palabras que tanto deseaba expresar, nadie podía entender nuestra
relación más que nosotras mías, habíamos intentado de todas las formas posibles disculpar
nuestros errores pero finalmente habíamos hecho todo lo contrario y convertimos en cenizas
todo lo que habíamos conseguido a través de las uniones que nos estaban destinadas desde
la primera vez que nos vimos.
—A veces es más cómodo engañarse y decir que algo debía suceder, no creo en el destino ni
que existan almas destinadas a conocerse
—mencionó tomando un poco de la bebida que estaba entre sus manos —Más bien creo que
queremos creer en ese tipo de cosas para no sentirnos tan solos en el universo, debe ser
devastadora pensar que no hay nadie esperando por nosotros en esta vida y más solitario
aún atreverse a pensar que no hay nada después de esta vida, es por eso que nos atrevemos
a crear estas teorías de hilos del destino ó en algún dios ó en algo que nos ayude a mantener
la fe de que pueda existir respuestas a nuestras preguntas existencialistas.

Fue inevitable que sonriera ante esa respuesta porque sería una digna de Lauren, con
argumentos seguros derribando cualquier semblante ó posibilidad de argumento, sin
embargo, yo sabía a la perfección que el destino existía aunque no hubiese dejado nada
salvable entre nosotras.
—Eso es porque jamás has vivido algo tan fuerte como lo nuestro
—comenté con una pequeña sonrisa —Estoy segura que enamorarte perdidamente de la
novia de la chica con quien traicionabas y que ella se enamore de ti definitivamente
no es parte de simple suerte, estaba escrito que debía suceder ya que es imposible que dos
extrañas se conviertan en algo que ni siquiera tiene descripción que le haga justicia — la cara
de impresión que hubo detrás de la ojiverde fue inevitable y no tardé en reír por ello mientras
enarcaba la ceja ante mi respuesta —¿Lo ves?, el destino es real solo que muchas veces nos
equivocamos tanto que es mejor no darle más alas a que siga hilando nuestros amoríos —
suspiré —Ambas nos equivocamos tanto que la mejor decisión fue que quedarnos con
nuestros recuerdos era mejor que seguir dañándonos.
—A veces hay preguntas que no podemos responder —afirmó con una sonrisa —Yo pensé que
me casaría con mi novia de diez años y hoy estoy buscando inspiración en otro continente
para no encontrarme con sus recuerdos
—admitió con la tristeza derramada en cada una de sus palabras.
—Lo siento —comenté notando como ella simplemente negó ante
ello.
—Las cosas son como son, al final de todo el amor es torbellino y
sin sentido, tan así que por eso es tan buscado por los peregrinos —respondió con ese
encanto natural que Max también tenía, a pesar de que eran hermanos, no tenían puntos
característicos que lograra entablar alguna relación entre ambos, sin embargo, cuando podías
ver más allá que los detalles externos podías notar como ambos eran más parecidos como si
tuvieran algo que no los distinguiera, una fuerte conexión que los hacía únicos.
Max me había contado como su hermana era todo lo que le quedaba después de que sus
padres fallecieran hace un par de años, también me había comentado como ella tenía una
mirada única que le recordaba mucho a su madre y por eso a veces podía pasar semanas
enteras sin querer verla porque el recuerdo aún era latente.
Quizás la peor forma de llevar el dolor es culpar a alguien por mantener el recuerdo de quién
se fue, no era justo querer distanciar ese amor que se nos ofrecía a través de recuerdos
incorporados por alguien más, sin embargo, Charlie parecía haberlo aceptado hace mucho,
ser la sombra de un recuerdo y muchas veces no tener un rostro propio sino ser la formación
de los hilos de un pasado.
No era difícil notar como en sus ojos claros se mostraba el dolor de recuerdos que ella no
había creado pero existían desde mucho antes de que tuviera conciencia.
—Me gusta tu estudio —comenté notando todos los detalles que había detrás de esas

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fotografías y pinturas, no existía un orden explícito ni tampoco un mensaje fijo; todo era una
mezcla boreal de sentimientos y emociones como si fuera un cielo lleno de estrellas
quedándose mudos para que cada persona fuese capaz de darle su propio significado sin
tener el prejuicio de verlo a través de la luz designada por las estrellas —Representa muchos
momentos que tus ojos verdes dejan expresados en sus pupilas —declaré con una tímida
sonrisa a lo cuál la pelirroja asintió un poco ruborizada.
—Me gusta mucho el pasado, supongo que es por el hecho de que yo misma soy la sombra
de un pasado que no pude ver —admitió —Toda mi vida viví a través los ojos de mamá y mi
según ella parecido a mi abuela —confesó con una tristeza derrochada ante cada una de sus
palabras —Recuerdo que cuando tuve la valentía de comentarle que me gustaban las chicas y
que jamás habían sido de mi gusto los hombres, ella estaba devastada y no fue capaz de
aceptarlo por mucho tiempo —concretó dejando que su corazón se expusiera con toda la
libertad frente a la extraña que era yo en su vida — Finalmente solo lo aceptó como algo que
no era necesario comentar a diario, seguía habiendo orgullo en sus ojos por mí pero nuestra
relación cambió, nunca fui capaz de entender por mí misma que había de diferente hasta que
un par de años antes de que falleciera me confesó de que hasta en aquel detalle le dolía el
recuerdo prominente de mi abuela. Ella también había amado a una chica, sin embargo, el
tiempo que se desarrolló no fue el correcto y todo terminó siendo solo una silueta de un amor
imposible.

—Eso es horrible —sentencié sintiendo como las palabras desafiaban el grito atormentado de
la pelirroja quién se limitó a asentir resignada.
—Ella tenía miedo de que también sufriera por amor de esa forma, obviamente de los años
cuarenta a ahora hay mucha diferencia pero aún así sigue siendo tan difícil permitir que un
amor distinto a lo impuesto sea visto como algo normal, algo que simplemente sucede y no
como una extrañeza — agregó dejando que su rostro se pincelara con tantos matices de
emociones que quizás habían deseado mucho tiempo para poder salir —El amor es la cosa
más extraña del mundo y se presenta aunque así no lo queramos, creemos que pasamos
toda la vida buscándolo cuando es todo lo contrario, él nos encuentra y muchas veces no
llega a expresarse de la forma que debería —confirmó soltando un suspiro amargo que se
compadeció de los míos porque realmente en temas del amor, yo sabía lo complicado que
eran todas las palabras que cupido malinterpretaba al unir personas que no aprovechaban
ese momento.
—¿Qué sucedió con tu abuela?—pregunté ante la dirección confusa de sus palabras y sus
suspiros.
—Supongo que el universo conspiró para que no se diera algo más—agregó encogiéndose de
hombros —No conseguí conocerla, murió antes que Max naciera pero mamá siempre comentó
como se quedó solo con ella —confirmó
—Debe ser tan triste dejar que el amor simplemente se vaya de tu vida porque las
condiciones y los momentos incorrectos se mezclan para no darle alas —asentí dejando que
un par de lágrimas cayeran frente a esa afirmación —Aunque creo que los amores imposibles
son lo que más se vende en el mercado.
—Es por eso que no crees en el amor ni en el destino, solo conoces la sombra de lo que
puede ser —Charlie se quedó en silencio por unos segundos antes de asentir.
—Creo que creeré en él cuando pueda ver una relación que no se
convierta en nada frente al tiempo, todo termina de una forma u otra hasta el amor
—argumentó.
—Pero todo también comienza en algún momento, creo que si solo nos basamos en el hecho
de que todo va a terminar entonces no seremos capaces de disfrutar como esas cosas
comienzan y dejan el rastro en nosotros —mencioné sintiendo como todos esos sentimientos
confundidos volvían a estar a la luz frente al hecho de que no deseaba dejar que el tiempo
pasase sin medida entre Lauren y yo, tampoco quería perderla de una manera inevitable, tan
solo deseaba estar a su lado y que nada más fuese importante.
Aunque aquella opción no estuviese disponible en este momento
entre nosotras.

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La noche en la ciudad se pintaba de colores que eran llenados bajo
la luz de los grandes edificios, de los carteles luminosos y de esa vida que nacía en Nueva
York apenas el sol se ocultaba, tal vez eso era lo que tanto me atraía de la ciudad el
contraste que tenía con la noche como para presentarse con la misma luminosidad que el día
podía ofrecer.
Me recordaba que sin importar cuán oscura fuese la noche, ésta siempre iba a estar
acompañada de luces que lograban embellecerla entre medio de las sombras.
Suspiré sintiendo el cansancio del día y la soledad que se difundía entre las paredes de mi
departamento, ya no sentía a Lauren entre medio de ellas pero si podía sentir como la
soledad volvía a arrinconarse y apropiarse de cada pared celeste, el orden sentenciaba a cada
rincón de éste y lograba que esparciera una capa protectora contra el dolor.
A veces habían noches donde el recuerdo que aquella pelinegra había dejado en mi vida se
sentía con mayor fuerza, no obstante, hoy no era uno de esos días y aunque sentía el vacío
que había marcado en mi existencia, más grande fue el hecho que un cansancio inesperado
me quitó cualquier tipo de pensamientos que simplemente caí rendida a la cama sintiendo
como todos mis problemas se iban a través de la bendición del sueño.
Sin embargo, aquello terminó cuando pude sentir como el sonido de llamada de mi celular
vibró dejando que las dos de la madrugada marcara un insomnio inesperado, suspiré
tomando el celular y contestando aquella llamada sin ningún tipo de ánimo, no obstante, sin
quererlo ó tal vez en un pedido silencioso deseé que por unos segundos la única persona que
deseaba escuchar.
Lamentablemente a veces los deseos se vuelven realidad de la peor
manera.
—¿Camila?—preguntó dejando que su voz se cortara ante la noche
de una forma que jamás había visto, ni siquiera en sus peores momentos, parpadeé varias
veces antes de poder contestar algo frente a las posibles lágrimas que la estaban ahogando
—¿Estás ahí?—contestó en un suspiro que intentaba con todas sus fuerzas no darle paso a la
tristeza, sin embargo, no funcionó de ninguna manera
posible porque el dolor estaba marcando cada una de sus palabras.
—¿Qué sucede, Lauren?—fue lo único que pude decir mientras sentía como mi voz temblaba
ante la fragilidad de aquel momento.—¿Estás bien?—pregunté dejando que me mordiera la
lengua unos segundos después de esta pregunta al saber lo estúpida que había sido, no
obstante, lo que me dejó aún más sorprendida fue la respuesta que obtuve por ella.
—No lo estoy —afirmó dejando que las lágrimas llenaran cada una de las letras de su voz —
No quería molestarte a esta hora pero —su voz se extinguió entre la llamada y yo me levanté
con la preocupación carcomiendo mi cordura.
—No te preocupes —respondí restándole importancia a su disculpa
—¿Dónde estás?—pregunté poniéndome los zapatos y agradeciendo que ni siquiera había
sido capaz de cambiarme de ropa al llegar a casa, Lauren solo suspiró antes de darme la
respuesta a todas las preguntas nacientes frente a su llamada.
—Ella murió y nunca la disculpé Camila —afirmó entre lágrimas
—Ella se fue y yo me quedé con la culpa —admitió desgarrando su corazón de la misma
forma que hizo conmigo, yo no dije nada y sentí como las lágrimas frente a su dolor se
esparcía en mis mejillas.
—Tranquila, estaré ahí—refuté olvidando cualquier tipo de argumento coherente que nacía
ante el hecho de que no debía ir.
Supongo que a veces la locura del amor era tan fuerte como para lograr unir cualquier tipo de
hilo que se había cortado frente a los momentos incorrectos, hilándolo en el momento
correcto.
Dreams parte 2

Abril 1944

Lauren

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Aquella noche me declaraba completamente devastada.
Mis fuerzas estaban en el suelo y si hubiera podido quedarme en
cama definitivamente lo hubiera hecho porque las lágrimas se atragantaban en mi garganta
con la fiereza de querer tomar el rumbo conocido de mi rostro, no obstante, no se lo estaba
permitiendo ya que como todas las noches tenía que controlar ese impulso de quebrar en
llanto debido a que si Noe me veía en aquella escena ella seguramente también comenzaría a
llorar y nada nos pararía a ninguna de las dos.
Tratè de reprimir todos mis sentimientos mientras peinaba el cabello largo y ondulado de mi
hija quien estaba tranquila sentada en el baño jugando con aquel viejo oso café que nunca
dejaba de lado. Suspiré mientras notaba la emoción proveniente de ella mientras mis
problemas se acumulaban entre medio de mis pensamientos, mis manos y los cerraba en la
trenza de espiga que le estaba haciendo antes de ir a dormir.
Llevaba tres meses sin empleo y ya no veía la forma en que no enloqueciera en un par de
días, no había nada en la alacena y las cuentas seguían llegando al igual que mis problemas.
A pesar de que nos sustentábamos a través de tres sueldos, el mío siempre fue más
importante y no tenerlo estaba siendo una gran estocada hacia nuestro presupuesto.
Maní y Dinah se habían encargado de todo menos del alquiler y ahora que también estaba
aquel monto en sus cuentas, todo se había hecho más difícil entre dos sueldos que no
alcanzaban a cubrir los gastos mínimos de las cuatro.
No había día en que no buscará trabajo porque no tenía otra opción, no podía echarme a
morir, esa jamás sería una opción sabiendo que era la responsable de que mi hija comiera ó
tuviera sus materiales para el colegio. Sin embargo, era un hecho.
No había ningún tipo de trabajo.
El nivel de cesantía era más que notorio en las largas filas de los comedores sociales y las
pocas ofertas de trabajo existente.
Detrás del escenario impuesto por Los Ángeles de ser una ciudad donde el cine se
desarrollaba a mayor escala que en otras partes y que se mostraba diariamente el despilfarro
de las personas que no habían sido afectadas por la crisis, existía la escena de quienes
vivíamos a diario la incertidumbre de no saber que iba a ser de nosotros cuando el alba se
presentase en nuestras vidas.
La risa de Noe era el mejor bálsamo del mundo y por unos segundos quise evitar pensar en el
hecho de que tendría que acostarla sin cenar y me concentré en el juego que llevaba con su
único juguete.
—Mami, el señor oso dice que también quiere beso de buenas noches— sugirió moviendo
aquel peluche que tanto conocíamos, yo sonreí antes de
darle un beso en la frente al peluche y luego abrazarla a ella intentando que mis problemas
se volvieran en polvo solo con aquella acción.
Besé todo su rostro tragando las lágrimas que querían salir como método de escape frente a
ese dolor interminable que nacía entre ambas. La pequeña ojiazul chilló emocionada por mis
besos mientras que con uno de sus brazos abrazaba al señor oso y con el otro acariciaba mi
mejilla antes de que ella también comenzara a llenar de besos mi rostro.
—Vamos cielo, a la cama—sentencié en un intento de sonrisa rota que ni siquiera trate de
mejorar, estaba tan cansada que mis actos simplemente se guiaban por la inercia. Noe
asintió mientras alzaba sus brazos en orden implícita de que quería que la cargara, yo no me
opuse a sentir el pequeño cuerpo cálido de mi hija, al final de todo esa sensación placentera
que ella dejaba era todo lo que me importaba en la vida.
Tenía tres años, el cabello ondulado dejando atrás aquel aspecto liso que la había cubierto
desde siempre, unos grandes ojos azules que de vez en cuando me recordaban a Jack y era
como una estocada a mi corazón, además de que tenía una imaginación tan viva que yo me
atrevía a jugar con ese factor para no mostrarle el mundo cruel en el cual vivíamos.

—A la cama—le dije suavemente al alzar las sabanas de la cama que compartíamos, Noe me
sonrió antes de ubicarse como un ovillo en ella, su sonrisa era tan cautivadora que siempre la
buscaba entre mis recuerdos cuando las fuerzas no me acompañaban.
Suspiré amargamente ante eso pensando que mañana sería otro día y quizás tuviera un poco

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más de suerte que hoy, sin embargo, mi parte racional me advertía de no tener tantas falsas
esperanzas sobre la suerte y que más bien pensara en algo que pudiera traer comida a casa
porque Maní y Dinah cobraban en una semana y media más y quedarnos sin comida todo ese
tiempo ni siquiera era una opción.
Me acosté en la cama sintiendo como las sabanas tersas intentaban dar algún tipo de calma
mi cuerpo cansado, no obstante apenas me acosté Noé no dudó en abrazarme entre medio
de pequeños besos que llevaban mi nombre en el borde de ellos lo cual simplemente me hizo
sonreír.
Ella era lo mejor que me había pasado y aún así yo no era capaz de cuidarla de la manera
correcta.
—Mami—me susurró como si fuera un secreto y yo la miré acariciando su mejilla mientras
esperaba que me dijera lo que tenía que decirme
—Tengo hambre—dijo con esa vocecita suave como siempre se presentaban sus palabras, sin
embargo, esa petición me rompió el alma ante el hecho de que no tenía nada que ofrecerle ni
siquiera un té, no había nada en casa para poder darle de cenar y ese fue el momento en que
mis lágrimas quisieron salir con toda la fuerza del mundo.
No obstante, busqué fuerzas que no tenía y preferí dejar mis lágrimas cuando ella estuviera
dormida.
—Descansa copito—contesté con la voz rota y abrazando su cuerpo con fuerza como si me
fuera a caer si me atrevía a soltarla, Noe hizo puchero ante eso y mi alma seguía
desgarrándose pedazo a pedazo en un intento de no perder la calma que tan débil se
presentaba en mi cuerpo.
Comencé a llenar su cuerpo de besos y cosquillas en un intento desesperado de mantener su
mente ocupada a lo cual ella como siempre aceptó con la sonrisa incrustada en sus labios.
—Si te doy muchos besitos disminuirá el hambre—pregunté conteniendo el dolor que sentía
mi alma ante ello. De cierta forma agradecía que ella fuese tan pequeña como para no notar
como mis lágrimas estaban a punto de salir y que en aquel momento ella no hubiera objetado
ninguna respuesta adulta sino que simplemente con la inocencia de su corazón asintió
aproximando sus brazos hacia mi como respuesta tácita hacia mi pregunta —Te amo copito
—musité cuando mis labios comenzaron a llenar su rostro de pequeños besos que marcaban
en cada centímetro de mi piel mi deseo de que ella jamás recordara todas las dificultades que
vivíamos. Fue como un deseo a voces altas donde rogaba que mi vida cambiara antes de que
ella pudiera ser consciente de lo que vivíamos, deseaba que ella pudiese tener lo que
cualquier niña debería tener para crecer feliz.
Cada beso intentaba con todas sus fuerzas ser el ruego de que quizás en un futuro no muy
lejano pudiese ofrecerle todo lo que ella merecía por ser tan especial, tan hermosa y tan
única para lograr ser la razón por la cuál mi mirada no se perdía ante los problemas sino que
adquiría fuerzas a través de ella, creía a través de sus ojos azules, soñaba a través de sus
fantasías infantiles y vivía a través del amor profundo que sentía hacia mi.
—Mami te quiero —me dijo al oído con unas pequeñas risitas que eran capaces de ser mi todo
y llenarme de vida como si fueran todo lo que necesitaba en mis días oscuros y mis noches
desiertas —mucho, mucho —respondió con pequeños besos en mis mejillas que hicieron que
las primeras lágrimas de esa noche se presentara, sin embargo, mi sonrisa que solo tenía su
nombre aún seguía ahí y no se fue en ningún segundo en donde ella estaba despierta
mirándome con esa devoción que solo ella podía ofrecerme.

Finalmente Noe se durmió entre mis brazos en ese intento de quitar el hambre de su mente
con cariño, mis lágrimas comenzaron a azotarme rodeando el cabello rubio de mi hija
mientras que mis labios no dejaban de expresar todo tipo de cariño frente a sus territorios.
Mis brazos no se atrevían a soltarla y perder la esencia de luz que solo ella me podía ofrecer.
—Algún día todo cambiará, copito —le dije sintiendo como cada palabra traspasaba mi
garganta y eran acompañadas a juego por el duelo de mis lágrimas —Te lo prometo, mi amor
—sugerí dejando que las lágrimas quitaran
cualquier tipo de vista que tuviese y solo me concentrara en el pequeño cuerpo de mi hija
entre mis brazos que dormía plácidamente como si los problemas no existiesen y la vida

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estuviese llena de oportunidades —Te amo más que mi propia vida —finalicé observando
como la pequeña rubia se removía entre mis brazos hasta que finalmente volvió a quedarse
dormida entre mis caricias como siempre lo había hecho.
Yo suspiré ante el hecho de que ese era el comienzo que tan bien conocía de esas noches
donde el sueño no llegaba a mis fronteras y las lágrimas se apoderaban de mi ser hasta que
finalmente no tuviera ningún tipo de expresión contra el dolor y frustración que tenía
mientras el amanecer comenzaba a presentarse frente a la misma rutina diaria.
Era otra noche donde mis sueños no tenían cabida y la realidad me golpeaba sin tener
piedad.

Diciembre, 1947 Lauren


—Mami ¿Crees que el señor y la señora osa se pondrán celosos de
mi muñeca?—me preguntó Noe frunciendo el ceño mientras el amanecer comenzaba a
mostrar sus cálidos tintes entre medio de las líneas que dibujaba aquel tren.
Suspiré con una sonrisa al ver como el sueño ya estaba comenzando a hacer efecto en la
pequeña rubia que no me había dejado dormir ante el hecho de que ella estaba nerviosa por
ese viaje que jamás nos hubiéramos permitido y que Camila nos había ofrecido sin pensarlo
dos veces.
—No lo creo —respondí bostezando mientras mis manos acariciaban su cabello —A veces
puedes amar a más de una persona y no está mal —contesté encogiéndome de hombros a lo
cual la ojiazul asintió y se acercó a mí para abrazarme entre medio de sus juguetes.
Era simplemente increíble ver como ya no era una bebé que pedía por mis brazos a cada
momento ni tampoco una pequeña que no sabía discernir entre las fantasías que le planteaba
para que no notara nuestros problemas y la realidad cruel con la cuál nos enfrentábamos
diariamente, no, Noe ya no era ninguna de esas opciones y a la vez era todas porque la
dulzura con la cuál me había enamorado de ella desde la primera vez que la tomé en mis
brazos seguía presente y la inocencia con la cuál se vestía ante un mundo que sentía la
carencia de ésta era lo que me hacía agradecer todos los días de mi vida por tener la
oportunidad de tenerla como mi hija y mi todo.
—Mi pequeña bebé —le dije acariciando sus mejillas que a través del frío que se presentaba
en la habitación estaban comenzando a sentirse un poco calientes y rojas. Noe no dijo nada
ante mi denominación y solo se acostó sobre mi pecho en búsqueda de ese cariño eterno que
sentía hacia ella —¿Tienes sueño?—le pregunté notando como sus ojos azules se veían
cansados, sin embargo, ella negó frunciendo el ceño.
—Quiero llegar —murmuró besando mi mejilla —Quiero ver la nieve, mami —sentenció como
si fuera un susurro que me hizo sonreír —No me gustan los viajes en tren —agregó—Tardan
demasiado —asentí llenando su mejilla de pequeños besos que la ayudaran a sentirse mejor,
la verdad es que Noe no demostraba tener paciencia alguna frente al viaje, es por esto que
sus horas de sueño habían sido cubiertas de ansiedad que expresó conversando toda la
noche.

—Tal vez si cierras tus ojitos se haga más corto el viaje —le sugerí besando su frente a lo
cuál ella se negó y solo se acomodó aún más cerca lo cuál solo me causó un par de risas por
su impaciencia.
Desvié la mirada hacia la cama de al lado donde se encontraba Camila plácidamente dormida
y sonreír al notar como su sueño había sido mucho más fuerte que los susurros de Noe en la
noche y mis respuestas hacia sus preguntas infinitas.
La castaña dormida se notaba como lo más frágil que podía existir lo cuál solo hizo que una
sonrisa se pusiera en mis labios al verla de esa manera, no estaba segura si me gustaba más
cuando sus ojos me miraban con todo el amor del mundo ó cuando era capaz de dejar que la
protegiera de cualquier cosa entre mis brazos por la noche, pero fuese cual fuese la opción,
ella seguía siendo indudablemente hermosa.
Cerré los ojos por unos segundos mientras mis manos no dejaban de acariciar el cabello de
Noe en un intento de que ella finalmente se quedara dormida y lograra darme un poco de paz

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ante el cansancio que estaba comenzando a sentir por no dormir esa noche, no obstante, su
voz dulce volvió a ser parte de mi vista cuando comenzó a decir algo que no pude entender
en un principio pero que apenas logré abrir mis párpados y prestarle atención noté como una
sonrisa salía de sus labios.
—Camz es muy bonita —aseveró con sus típicas risas que sonaban como una melodía de
verano, yo asentí desviando nuevamente mi mirada hacia la chica de ojos oscuros que tenía
mi corazón —Te ama mucho.
—Nos ama —le corregí con una sonrisa —Ella también te ama mucho —refuté haciendo que
Noe suspirara antes de asentir por ello, sabía que aunque mi hija solo deseaba que yo fuese
feliz, sus celos hacia el hecho de que alguien más tenía mi corazón eran notables.
Especialmente cuando estábamos juntas y ella intentaba ser el centro de mi atención, a pesar
de que siempre lo era.
Camila también había notado aquello e intentaba esforzarse para que Noe la aceptara no
como una extraña sino como una amiga que solo se preocupaba por ella al igual que por mí,
sin embargo, cuando ella ya creía que se había ganado el amor de la pequeña rubia, mi hija a
veces simplemente reaccionaba como cualquier otro niño celoso por su mamá.
—¿tú la quieres?—le pregunté obteniendo su mirada azul entre los pequeños rayos del sol
naciente.
—Mucho —admitió con una sonrisa —Aunque solo yo puedo darte
besitos, mami —exclamó frunciendo el ceño de esa forma tan adorable que solo me nacían
ganas de comérmela a besos frente a cada uno de sus gestos —Pero puedo compartirte con
Camz —tomé su rostro para llenarlo de besos que solo hizo que ella chillara de felicidad por
ese simple juego de demostraciones cariñosas que habían nacido en su nombre y aún ahora,
siete años después seguían siendo parte de nuestra rutina.
—Camz jamás va a ser un obstáculo entre nosotras, mi amor —le aclaré —Yo la amo pero tú
siempre serás la dueña de mi corazón, de mis sonrisas y de mi vida —agregué acariciando sus
manos con una sonrisa
—Eres mi todo —Noe asintió antes de volver a poner su rostro sobre mi pecho entre un par
de lágrimas que no logré entender —¿Qué sucede copito?—le pregunté preocupada frente a
su reacción y ella me miró con sus ojos azules llorosos que solo podían destruirme de a poco
porque era el estado que más odiaba reconocer en ella.
—Camz y tú se aman y cuando las personas se aman, se casan formando familias —contestó
sin más lo cuál me hizo mirarla extrañada porque no entendía a que iba —Pronto yo ya no
seré lo más importante que tengas, mami
—exclamó haciendo puchero —Cuando la mamá de Richard se casó nuevamente, ella dejó de
ser cariñosa con él y tuvo que compartir el amor de ella con su nuevo papá y luego con su
hermanito —respondió dejando que sus lágrimas no le permitieran hacer oraciones de corrido
y que sus ideas se mostraran ante la capa de inseguridad que nacía porque siempre había
sido la única en mi corazón —Yo quiero a Camz pero no quiero que tú la quieras más que a
mí —susurró —Yo no quiero perder mis noches contigo ó que ya no me llenes de besitos
cuando me sienta malita ó los desayunos especiales de cumpleaños—sus palabras me
llenaron de ternura por lo cuál no dudé en abrazarla entre mis brazos tomando sus manos
para que tocara mi corazón mientras mi otra mano intentaba quitar las lágrimas que se
formaban en su rostro en la forma más pura de expresión.

—Mi cielo—le dije con una pequeña sonrisa —Jamás va a cambiar algo entre nosotras dos —le
expuse antes de besar su frente —Eres mi copo de nieve mucho antes de que conociera a
Camz —Noe no dijo nada y solo se acurrucó entre mis brazos —Siempre vas a ser la luz de
mis ojos, copito —sentencié notando como sus lágrimas dejaban de azotar su rostro —Ven —
le sugerí intentando levantarme de la cama para dirigirme hacia donde estaba Camila, Noe
me miró contrariada hasta que le ofrecí mi mano para que me acompañara.
Solo teníamos unos pasos de diferencia pero aún así pude notar como la pequeña rubia se
mostraba insegura frente a lo que estaba haciendo, ella se sentó en la cama mientras el
cuerpo de la castaña estaba del otro lado por lo cuál yo sonreí antes de darle un pequeño
beso en la frente que hizo que por inercia Camila relajara sus gestos.

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—¿Ves?—le pregunté obteniendo su mirada —Camila también
necesita amor al igual que tú —comenté acariciando sus mejillas —Ella también se pone feliz
cuando yo le hago cariño, ambas son parte de mi todo y tener ese título hace que mi corazón
sea feliz cuando las amo más que nada —Noe se quedó en silencio antes de recostarse al lado
de la castaña quién no estaba siendo parte de nuestra conversación y sin más la abrazó.—
Amar a más de una persona no está mal, lo importante es que ese amor sea igual de fuerte
en todas las personas que ames y a ti simplemente te adoro mi vida —agregué besando su
cabello —Es solo que Camila también necesita un poco de ese amor, ella no ha disfrutado de
esa lluvia de besos cuando está malita ni tampoco de desayunos especiales de cumpleaños ni
menos de que alguien la cuide cuando está durmiendo—no pude terminar lo que quería decir
porque Noe se adelantó a ello.
—Por lo cuál tienes que compartir eso con ella —respondió enarcando la ceja —¿Su mamá no
le daba eso?—preguntó frunciendo el ceño y yo negué.
—No, mi cielo —suspiré amargamente ante ello —Es por eso que intento darle un poco de ese
amor que todos necesitan—la pequeña rubia asintió antes de posar un pequeño beso sobre la
frente de Camila.
— Eso es muy triste —contestó afligida —No podría imaginarme sin tus besos mami —
aseveró sacándome una sonrisa —¿Crees que si ambas le mostramos amor, ella olvide todos
los años en donde no los tuvo?—preguntó sin despegar sus brazos de la morena y yo asentí
besando sus mejillas.
—Claro que sí, copito —Noe se quedó por un par de minutos acariciando el cabello de Camila
lo cuál era lo más adorable que había visto y también la llenaba de pequeños besos que la
morena respondía de la misma manera entre sueños hasta que finalmente Noe comenzó a
ceder ante el cansancio y se quedó dormida rodeando sus brazos sobre Camila,
definitivamente mi hija era una niña única.
Me acosté al lado de ella haciendo que sus brazos cayeran rendidos ante el sueño y la
acomodé en mi pecho para que pudiera dormir más tranquila mientras notaba como Camila
comenzaba a moverse bostezando en un intento de abrir sus párpados.
—Buenos días —comenté con una sonrisa hacia la castaña quién frunció el ceño al notar
como Noe estaba a su lado pero finalmente me devolvió la sonrisa —¿Qué tal tus sueños, mi
amor?—le pregunté mientras ella refregaba sus párpados con sus puños para poder
levantarse, sin embargo, esa sonrisa tan hermosa que tenía no se salía de sus labios y hacía
que quedara embobada con su mirada hasta cuando se levantaba.
—Prefiero estar despierta —murmuró estirándose un poco —Porque así dudo tener una mejor
vista de ti —aseguró antes de buscar mi frente para insertar un pequeño beso que se
convirtió en suaves caricias hacia mi mejilla —¿No recuerdo haber dormido con ustedes?—
preguntó enarcando la ceja al notar como Noe seguía durmiendo entre mis brazos, yo reí
ante ello antes de ladear la cabeza divertida.
—No lo hiciste —comenté —Solo que tengo a una pequeña bebé que al no dormir ha dejado
salir sus celos —susurré antes de besar nuevamente el cabello rubio de mi hija, Camila rió
ante eso antes de desviar la vista hacia Noe con esa misma mirada llena de dulzura que
siempre mostraba al verla.
—¿Celos?, yo debería sentir celos —concretó riendo —Es preciosa
—mencionó antes de acariciar el cabello de Noe como si fuera lo más frágil que podía existir
—Igual que su madre —respondió alzando la mirada antes de comenzar ese juego que tanto
adoraba donde habían cientos de sonrisas de nuestra parte para complementar nuestros
silencios —¿Qué tal has dormido?—me preguntó y yo solo suspiré.
—Noe no durmió así que el sueño no ha sido mi mejor compañero.
—Oh—fue lo único que dijo —Pero aún queda un poco para que sea la hora del desayuno,
puedes dormir mientras tanto —yo negué ante esa opción porque mis sueños no eran tan
hermosos como el brillo que tenía sus ojos.
—Dormir significa perderme el mejor panorama de mis mañanas
—aseveré haciendo que Camila se sonrojara un poco de la manera más inocente que existía,
me encantaba cuando sus mejillas se teñían de ese color rojizo tan característico de cada
palabra que le dedicaba. Adoraba que ella fuese capaz de emocionarse por cosas tan simples

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como mis halagos porque era una de las pocas cosas que yo podía ofrecerle —Gracias —
sentencié ganándome una mirada de incomprensión de parte de la morena.
—¿Por qué?—preguntó mientras una sonrisa se encargaba de
decorar mi rostro.
—Por elegirme —refuté lo cuál hizo que Camila se acercara hacia mi
y buscara mis labios en un tímido beso llenando de color aquella habitación de ese tren, sus
labios se movían en sincronía con los míos como si fuéramos parte de una danza donde solo
nosotras dos supiéramos cuáles eran los pasos a seguir.
—Te elegiría una y mil veces más —aseveró acariciando mis mejillas antes de sonreír con esa
ternura que salía directamente de su corazón —Eres lo más maravilloso que me ha sucedido
—contestó posando sus manos sobre mi rostro como si quisiera delinear los límites que ella
estaba rompiendo con ese simple gesto —Quiero que levantarme con tu sonrisa entre mis
ojos sea parte de mis mañanas y morir entre tus brazos sea el ritual de todas mis noches —
afirmó antes de besar mi frente —Quiero tantas cosas y todas son contigo —agregó mientras
el silencio danzaba entre nosotras resaltando con una perfección única los colores que
demostraban cada una de sus palabras y que desde que la había conocido se habían atrevido
a pintar mi alma con matices que jamás creí posible.
—Yo quiero que sostengas mi mano cada noche y que pintes mi futuro contigo en mi mirada
—respondí sintiendo como las lágrimas se apoderaban de mi rostro —Eres perfecta —dije
sintiendo como sus ojos generaban ese brillo del cuál yo era dueña.
—No lo soy —contestó sonriendo —Soy solo perfecta para ti
—refutó dulcemente —Y daría mi vida por solo saber que puedo ser la dueña de tus sonrisas,
de tus amaneceres, de tus sueños —recalcó antes de sonreír —Sin embargo, también quiero
ser parte de tus penas, de tu pasado, de esos momentos donde el silencio se atreve a
destruirte. No me importa que estado de tu alma se presente frente a cada día, yo quiero
estar ahí junto a ti —finalizó ofreciéndome un amor que nadie se había atrevido a darme, no
supe si lloraba por sus palabras, por la mirada tan sincera que me regaló ó por el simple
hecho de que pasé años negándome a creer que existía alguien que me amara de esa forma
tan única con la que ella lo hacía.

No obstante, la opción verdadera frente a esa pregunta nació al bajar la mirada hacia Noe.
Lloraba porque estaba completamente enamorada de Camila y tenía miedo de sentir eso por
ella, de no poder ser suficiente ó serlo y que el mundo finalmente la destruyera.
Lloraba porque mi vida realmente estaba cambiando como tantas noches se lo prometí entre
lágrimas a mi hija.
—Te amo —murmuré acariciando sus mejillas que como si estuvieran acostumbradas a
doblegarse frente a mi mirada y mis caricias solo se dejaron llevar por mis manos ilegales
que profanaban el corazón más hermoso que había visto, estaba pecando en cuerpo y alma
por ella.
—¿Cómo esto que sentimos puede ser una enfermedad?—preguntó insegura mientras mis
manos seguían cumpliendo el trabajo de demostrarle todo el amor que podía predicar con su
nombre como salvación eterna y la llave hacia el paraíso —No logro entender como esto
puede ser tildado de abominación si es lo más hermoso que he sentido, si contigo solo deseo
amarte de una manera correcta y llena de pureza. ¿Cómo podemos estar equivocadas?, si lo
que me haces sentir me llena de vida frente a cada minuto que sigo en este mundo —confesó
en un suspiro.
—Porque las personas tienen miedo a lo que es diferente, se niegan a creer que detrás de las
barreras que hemos construido pueden existir amores latentes, tan hermosos, tan preciados
como cualquier otro — refuté obteniendo su mirada —Las personas tienen miedo que la
racionalidad quede obsoleta frente a lo que sienten sus corazones y es por eso que se
alimentan de odios sin sentido y se niegan a aceptar la verdadera belleza qué hay en lo que
es distinto a lo que conocen.
—No me importa estar enferma por ti, ni tampoco me importa condenarme al infierno si en
ésta vida tengo a tus ojos verdes en mi camino
—susurró acariciando mis mejillas —No me importa nada Lauren, si tú estás conmigo.

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—Camz —suspiré cansada antes de acercarme a besar su frente
—El mundo es un sitio tan cruel —contesté sintiendo como las palabras dolían más que nada
—He visto tantas veces como el odio puede mostrar los demonios de los seres humanos.
Vivimos en un mundo donde nosotras no tenemos ningún tipo de protagonismo frente a
nuestros actos, somos la suma de lo que los hombres en
nuestra vida decidan que seamos —concreté frunciendo el ceño ante la realidad —En este
mundo solo somos lo que ellos desean para nosotras y lo peor es ver como ante cualquier
tipo de levantamiento contra ese orden simplemente se ataque como si fuera una idea
retrógrada pedir ser nuestras propias protagonistas de nuestras decisiones —mis manos
seguían acariciando sus mejillas —Somos un producto de consumo, un premio a ganar que ha
sido reducido a estar en un cristal dentro de los límites de una vida que se centra en estar en
casa. Cualquiera que logre romper ese cristal y ser alguien más es vista con miedo y atacada
sin más, si es posible erradicarla es hasta mejor para el mundo. Amarnos significa que
estamos siendo las revolucionarias de ese sistema impuesto porque ninguna de las dos
necesita a un hombre para ser feliz, es por esto que nos atacarían si alguien descubriera lo
que las paredes silencian cuando estamos juntas —agregué sintiendo como las lágrimas caían
a través de sus mejillas destrozándonos frente a la realidad.
—Escapemos juntas—murmuró secando sus lágrimas—Descubramos aquel rincón del mundo
donde nuestros corazones puedan ser libres —afirmó buscando mi mirada —Claire es feliz y
—no la dejé finalizar frente a eso porque sabía la dirección que estaban tomando sus
palabras.
—Mi amor no puedo —refuté —Tengo una hija que amo más que mi propia vida y he visto
como el mundo castiga el más mínimo levantamiento frente al sistema que dicta nuestras
acciones diarias —Camila se quedó en silencio esperando sus respuestas —He visto como por
querer ser independiente pueden quitarte lo que más amas, por querer crear tu destino con
tus propias decisiones. ¿Sabes que lo nuestro es condenado por la ley?, pueden quitarme a
Noe solamente si alguien se le ocurriera afirmar que nos ha visto juntas de una manera
anormal —concreté sintiendo la rabia que sentía frente a la realidad — No solamente es eso,
lo nuestro es una razón para que cualquier juez nos lleve a un centro psiquiátrico, cada vez
que tomo tu mano siento que mi vida vuelve a tener sentido pero a la vez tengo el miedo de
que alguien note lo que siente mi mirada hacia ti y se atrevan a hacerte daño ó hacerle daño
a Noe —fundamenté entre lágrimas. que Camila también mostró
—Ambas son mi todo y jamás me permitiría que les hicieran daño —refuté sintiendo como las
palabras me aprisionaban a través de la verdad, la morena simplemente se quedó en silencio
mientras me abrazaba y ambas derramábamos nuestras propias lágrimas frente al hecho de
que no podíamos ser felices en esta vida sin tener claros los límites que nuestro amor debía
vivir diariamente —Me encantaría vivir en esa fantasía donde puedo estar contigo sin
importarme lo que piensen los demás. Me encantaría afirmar que puedo tenerte por siempre
a mi lado, pero ambas sabemos que no es así, que mientras el mundo tenga a alguien más
con quién hacernos daño es casi imposible que logremos disfrutar ese amor que llenan
nuestros corazonesSomos un producto de consumo, un premio a ganar que ha sido reducido
a estar en un cristal dentro de los límites de una vida que se centra en estar en casa.
—Ninguna de las dos dijo nada más, ni siquiera fuimos capaces de levantarnos a desayunar,
aquella mañana simplemente dejamos que ese pequeño fragmento de
felicidad secreta se demostrara a través de lo que podían callar las paredes cuando
estábamos juntas.
Ese amor eterno que nos jurábamos se hizo presente entre los límites indefinidos que
nuestros brazos podían sentir solo con saber que la otra estaba a su lado y entre medio de
lágrimas que demostraban el dolor que había dentro de nosotras pactamos que al menos ese
día sería uno en donde pensar en la realidad no estuviera de nuestro lado y solo sintiéramos
todo lo que nuestros corazones desearan sentir.

Nueva York era un oasis de diferencia con Los Ángeles, las calles frías llenas de personas que
recorrían la gran ciudad llena de edificios con grandes carteles que no mostraba aquella
luminosidad con la cuál Los Ángeles siempre se arropaba ni tampoco estaba presente el calor

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de las playas ó el deseo innato de las personas de encontrarse con algún famoso por las
calles.
Era simplemente una ciudad fría que se resguardaba ante esa capa de oscuridad que las
grandes ciudades intentaban dejar fuera de sus límites, pero que aquí no funcionaba y
simplemente podías ver como el resplandor se mezclaba con el paso rápido de las personas
sin colores por lo cuál realmente llegué a preguntarme la razón por la cuál a Camila le
gustaba, no obstante, cuando ella tomó mi mano al salir de aquella estación de trenes sin
sentir ni siquiera el rubor de sus mejillas como si fuéramos solo dos personas normales, me
di cuenta que la respuesta estaba en su mirada.
Era cierto que en Los Ángeles era imposible no quedar deslumbrado ante la majestuosidad
que se presentaba en cada calle, la ciudad llevaba la marca de ser la cuna de la industria del
cine y se intentaba que ésta pareciera en lo posible una historia sacada del cine, sin
embargo, Nueva York era todo lo contrario.
Era fría y distante donde las personas no estaban interesadas en las otras, donde la castaña
no era el centro de atención y podía ser simplemente una persona, una chica como cualquier
otra recorriendo las calles.
Era un cambio abismante entre las dos realidades, no obstante, por la sonrisa que imperó en
el rostro de la morena supe que a pesar de todo, ella prefería estar aquí porque era su
pedacito de normalidad frente a lo poco cotidiana que era su vida.
La ciudad sin colores era aquella que le otorgaba colores que la vida del cine le había
arrebatado.
—Camz tienes los zapatos desabrochados —sentenció Noe bostezando al notar como la
castaña estaba mirando sus zapatos negros, ella sonrío antes de agacharse para atarlos, no
obstante, mi hija se acercó a ella para atarlos
—¿Puedo?—preguntó ante el hecho de que llevaba semanas abrochando todos los zapatos
que podía porque quería aprender a amarrarlos bien, Camila me miró esperando una
respuesta y yo solo me encogí de hombros ante ello.
—Claro —afirmó mientras notaba como la pequeña rubia tomaba los cordones entre sus
manos.
—Orejas de conejo, orejas de conejo —dijo al comenzar a cruzar los cordones en forma de x
—Tira del árbol, salta al agujero —comentó mordiendo su labio con frustración al darse
cuenta de que no era así, yo sonreí y me acerqué a ella quitándole los cordones para atarlos
yo.
—Orejas de conejo, orejas de conejo —repetí comenzando a cruzar los cordones en forma de
x—Enlaza el árbol intentando alcanzarme —recité despacio mientras Noe seguía la canción sin
chistar —Orejas de conejo, salta al agujero, salta por el otro lado bonito y audaz —finalicé al
terminar de abrochar los cordones—No es tan difícil copito, solo intenta no olvidar la letra —
sentencié antes de darle un beso en la frente y ver como Camila había seguido todos
nuestros movimientos con una sonrisa.
—¿Ustedes tienen canción para todo?—preguntó entre risas y yo asentí antes de tomar la
mano de Noe para cruzar la calle hacia el taxi que la castaña había pedido hace unos
minutos, iba a decir algo pero finalmente solo me limité a suspirar y a entrar al auto.
Noe se recostó sobre mi mientras jugaba con mi cabello, no obstante, Camila era quien tenía
toda mi atención y no podía dejar de ver lo hermosa que se veía con aquel abrigo blanco y
esa sonrisa que iluminaba su rostro de una manera única.
Me mordí mi labio inferior ante la frustración que llegaba a mí con el hecho de tenerla tan
cerca y a la vez no poder hacer nada contra las distancias que nos quitaban vida y nos
obligaban a resumir nuestra existencia a la condena que teníamos por ser dos mujeres.

Acaricié el cabello de Noe que estaba recogido en una coleta mientras notaba como volvía a
ceder frente al cansancio de no haber dormido en toda la noche, la ciudad se pintaba de
colores grisáceos que eran remarcados a través de las gotas de lluvia colándose en la
ventana del auto, el silencio nos traspasaba a ambas y sin esperarlo pude sentir como los
guantes negros de Camila tomaban mi mano y me acercaba a ese momento tan escondido y
que decía más que mil escenas de amor todo lo que nosotras sentíamos.

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—Creo que tenemos a una caída —murmuró entre risas antes de dejar un pequeño beso en la
frente de mi hija —Deberías descansar tú también
—aseveró jugando con mi mano y yo solo suspiré ante eso.
—Te quiero —susurré ante el hecho de que me había asegurado que el conductor estaba
distraído en su trabajo que en nosotras, la castaña me miró con sus ojos cautivos de aquel
brillo eterno que solamente más hacía quedar más embelesada sobre sus sentimientos hacia
mí.
Aún existían días en donde no podía creer que alguien fuese capaz de mirarme con ese brillo
que solo demostraba que era una de las cosas más preciadas para ella.
Las calles se desdibujaban a través de las pequeñas gotas de lluvia que se instalaba en la
ciudad mientras el sol eclipsaba con las nubes grises quitándole
aquel poderío que casi siempre se mostraba en el cielo de Los Ángeles, nuestro viaje fue
azotado por el silencio mientras unas miradas reprimidas llenas de palabras se esparcieron
entre nosotras dándonos esa desconfianza que siempre nos recubría ante el hecho de que
cualquier persona podía llegar a descubrir lo que era más que claro en nuestros corazones.
Finalmente llegamos al hotel donde Camila había reservado una habitación, sin embargo,
aquella reserva no dejaba de sorprenderme ante el hecho de que nunca en mi vida había
visto un lugar que fácilmente era unas cinco veces más grandes que el departamento que
arrendaba, de hecho, hasta podía asegurar que era incluso más grande que la habitación de
Camila.
Las paredes adornadas con papeles tapices de colores dorados combinados con blanco, la
elegancia dorada que recubría toda la estancia y los muebles del lugar me hicieron dudar por
unos segundos si era una imagen de verdad ó solo era parte de mi imaginación. No obstante,
cuando la morena puso sus brazos sobre mi cintura y no dudó en besar mi mejilla
encendiéndolas como siempre lograba hacer, supe que era un lugar real.
—¿Te gusta?—preguntó con esa voz llena de ternura que siempre salía de sus labios cuando
esperaba que me emocionara con alguna de sus actos, sin embargo, me quedé en silencio
unos segundos intentando que mis ojos dejaran de maravillarse por el lugar. Cuando
finalmente me di cuenta de que la impresión no iba a salir de mi ser, suspiré asintiendo hacia
la pregunta.
—Ni siquiera tengo palabras —refuté acomodando a Noe entre mis brazos quién yacía
completamente dormida —¿Siempre te hospedas aquí?—pregunté curiosa a lo cuál ella asintió
sin darle mucha importancia.
—Naturalmente —contestó sin dejar aquella sonrisa cómoda que se instauraba en sus labios
—Suelo venir en época navideña —aseveró antes de besar mi mejilla con otra de sus sonrisas
prepotentemente hermosas.
—Es precioso —sentenció al no atreverme a dejar la admiración por aquel lugar —No, sé que
decir ante ello —Camila no tardó en tomar mi mano para que me acercara a ella y comenzara
a caminar para ver los diversos rincones que tenía la habitación, sorprendiéndome por cada
mínimo detalle como si estuviera apreciando algo de otro planeta mientras la morena
simplemente lo dejaba como algo cotidiano y rutinario en su vida.
—Pedí dos habitaciones—aclaró tomando su cabello suelto en un moño improvisado antes de
soltar esas risitas nerviosas que siempre nacían de ella cuando ocultaba algo —A menos que
quieras dormir en mi cama —aseveró besando mi mano y yo solo ladeé la cabeza divertida
antes de alcanzar sus labios tan rojos y pasionales que me llevaban al cielo y al infierno en
tan solo un segundo.

—Me encantaría tener la oportunidad de dormir contigo, amor —respondí sin querer soltar sus
labios de la prisión que imponían los míos —Pero primero que todo tengo que acostar a esta
pequeña bebé—concreté besando el cabello de Noe, la morena
sonrío ante eso y me miró con esos ojos llenos de ternura que eran capaces de derretir hasta
el hielo más gélido.
—Cayó rendida de la emoción —afirmó a lo cuál yo asentí antes de abrigar mejor a Noe con la
chaqueta que estaba arropando su pequeño cuerpo desde el taxi.
—Sí —suspiré notando como las mejillas de mi hija estaban rojas y ella se removía

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intranquila entre mis brazos —Mi pequeño copito de nieve —le susurré notando como
nuevamente volvía a quedarse tranquila.
—Déjala en la habitación de la derecha y luego vuelves
¿bien?—contestó y yo me limité a asentir caminando hacia la habitación que me había
señalado, abrí la puerta tratando de no perder el equilibrio con Noe en mis brazos y apenas
prendí la luz noté como las cortinas naranjas con café cerradas ocultaban la luminosidad roja
que los ramos de rosas que habían en la habitación ocultaban frente a la oscuridad, no supe
que decir ante ello notando como varios floreros se encontraban adornando con sus flores los
metros cuadrados que ocupaba aquel lugar.
Se me hizo difícil ocultar la sonrisa y el tono rojizo con el cuál se pintaron mis mejillas
mientras dejaba a Noe sobre la cama, la pequeña rubia hizo puchero al no sentirse entre mis
brazos, sin embargo, rápidamente volvió a seguir durmiendo cuando acaricié su cabello con la
misma vehemencia de siempre y me acercaba a tocar una de las tantas rosas que se
encontraban en la habitación.
—¿es enserio?—pregunté al notar como Camila entraba a la habitación y yo ni siquiera era
capaz de sacar algún tipo de palabra de mis labios porque la sorpresa no me dejaba decir
nada.
—Te gustas las rosas ¿no?—concretó acariciando mi mejilla antes de sacar una de las tantas
rosas que decoraban el lugar para ponerla entre mis manos —Me pareció un lindo detalle
aunque claro, tú eres más hermosa que cien rosas rojas —no dije nada notando como ella
reía ilusionada ante aquel gesto, jamás me hubiera imaginado que alguien me podía hacer
sentir como ella lo hacía.
No eran las rosas ni los detalles que me regalaba, era la forma tan pura y única con la cuál
Camila demostraba su amor hacia mí, era cierto que no debía sorprenderme si algún día me
regalaba el mundo, sin embargo, seguía sorprendiéndome ante cada acto y gesto de cariño
hacia mí porque se me hacía difícil creer que eso fuera real y que alguien podía sentir ese tipo
de amor hacia mí, queriendo estar siempre conmigo, llenándome de detalles tal cuál ella lo
hacía.
—¿Eres real?—pregunté ante el hecho de que aún tenía esa seria duda de sino era parte de
mi imaginación y solo era un bonito sueño formado dentro de un oasis de preocupaciones y
malos momentos que finalmente me harían despertarme frente a la realidad diaria. Sin
embargo, al ser testigo de como su sonrisa era capaz de adueñarse del lugar con la misma
majestuosidad con la cuál sus palabras eran capaces de demostrar su superioridad, pude
convencerme de que era lo más real que había tenido en mi vida.
—La pregunta del millón —sentenció acariciando mis mejillas que al
sentir su tacto simplemente le rindieron pleitesía como la reina que era —Pero sí, aunque no
lo parezca—argumentó dejando libre aquel lado orgulloso que me atraía tanto de ella, me
encantaba verla segura de lo importante que era y cuánto valía.
Aquel detalle era lo que todas las mujeres necesitábamos tener, saber que nuestro valor era
incalculable y no estaba derivado ante darle la felicidad a alguien sino que estaba en nuestros
propios actos y como nos volvíamos protagonistas de nuestras propias historias.

—Te amo ¿lo sabes?—respondí dejando la rosa que tenía en mis manos en su lugar antes de
acariciar suavemente el rostro de la morena quién esperaba mis caricias desde el momento
que había entrado en la habitación, era difícil elegir cual era la parte que más amaba de ella;
sabía que su seguridad y a la vez la timidez con la cuál se rendía ante mis caricias era mi
parte favorita.
Ver la sencillez con la cuál su corazón aceptaba mis simples gestos de cariños y como para
ella eran mucho más importantes que las grandes riquezas que podía tener en su vida diaria,
solo hacían que la amara de una manera que no parecía real.
Me hacía sentir que después de mucho tiempo, mis sentimientos comenzaban a tener color.
Tomando las tonalidades que solo el amor podía otorgar al lienzo que era mi corazón.
—Creo que sino lo supiera, no habrían cien rosas en tu habitación
— respondió ubicando sus brazos en mi cuello y marcándolo con pequeños besos tímidos que
eran acompañados con mis caricias hacia su cabello como a ella tanto le gustaba —¿Qué

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quieres hacer?—preguntó con una curiosidad nata de una niña pequeña que esperaba con
expectación cualquier tipo de respuesta, yo besé su frente con una sonrisa imperiosa en mis
labios antes de responder que solo quería quedarme con ella.
—¿Puedo pedir quedarnos?—pregunté enarcando la ceja a lo cuál Camila respondió asintiendo
entre risas con la dulzura de parte de su rostro y la inocencia del otro lado, a veces no
entendía como aquella chica que era una diosa frente insignificantes mortales cuando estaba
conmigo simplemente era la chica más dulce y tierna que había conocido por lo cuál era
imposible que no cayera a sus pies dedicándome solo a querer hacerla feliz.
—¿Estás cansada?—preguntó algo preocupada y yo negué suspirando aunque si estaba un
poco cansada frente al viaje.
—Un poco —respondí finalmente —Sin embargo, no quiero quedarme por eso sino que te
quiero solo a ti hoy — me atreví a afirmar frente al destello de luz que nacieron a través de
sus ojos castaños y como su mirada fue capaz de rendirse ante la mía—Sin la mirada del
mundo ni tampoco las apariencias, solo mía —susurré admirando con todos mis sentidos la
belleza interior y exterior de aquella castaña que podía tener cualquier cosa que deseara del
mundo, a cualquier
persona y aún así me había elegido a mí ante todas las cosas.
— Acepto —comentó rápidamente antes de alzar su mirada prepotente para chocar con
mis ojos verdes que estaban deleitándose con cada belleza expuesta por ella, cada pétalo que
gritaba la perfección de su dueña —¿Algún otro deseo?—preguntó enarcando la ceja mientras
arrugaba la nariz dulcemente frente aquella pregunta.

—¿Que me beses es mucho pedir?—refuté con timidez sonando más como una pregunta que
como la petición que quería que saliera a la luz, Camila se limitó a reír por ello antes de
encerrar mi mirada a la suya haciendo que el cielo chocara contra la tierra y la noche de sus
ojos oscuros eclipsara con la luz que traían mis ojos verdes.
—Me gusta tu optimismo —respondió acariciando mis mejillas antes de dejar que sus labios
se apoderaran de aquella escena y sus besos se transformasen en mi sentido de paz y en
todo lo que necesitaba para estar bien. Mis manos recorrieron su espalda en un intento de
encontrar caminos que aún no habían descubiertos mientras la temperatura rápidamente
aumentaba dejándonos a ambas extasiadas de algo que no habíamos sentido hasta aquel
momento, mis labios se apartaron de los suyos frente al hecho de que no supe como
controlar todos los sentimientos que nacieron frente aquel beso y Camila lo entendió de la
misma manera, ya que ella retrocedió atónita frente a ese fuego que había nacido en ambas.

Nuestras mejillas era fieles testigos de la calidez que traspasó nuestras fronteras y ante un
par de miradas llenas de timidez y sin saber realmente que estaban haciendo finalmente
dejamos el tema estancado y solo seguimos con aquella danza donde sabíamos a la
perfección los pasos a destacar.
—¿Por qué siempre vienes a Nueva York para Navidad?—pregunté cambiando el tema —¿No
los pasas en familia?—Camila suspiró ante aquellas preguntas mientras se sentaba en el
borde de la cama para quitarse los zapatos.
—Porque es simplemente encantadora —respondió marcando esas palabras con la seguridad
que salían de sus poros, sin embargo, yo sabía que esas no eran las palabras que ella
deseaba utilizar. Me acerqué a ella acariciando suavemente su mejilla antes de notar como
sus ojos estaban cargándose de mareas que no planeaba desatar frente a mis preguntas —Y
no, jamás he celebrado navidad en familia —refutó apartando su mirada de mí como si
sintiera vergüenza frente a esa respuesta, no obstante, yo no la dejé caer ante ello y me
mantuve en la misma dirección cariñosa y comprensiva con la cuál ella deseaba se mostrase
ante mí.
—¿Enserio?—dije dulcemente sintiendo como mis manos creaban sus propios senderos a
través de la delicadeza con la cuál me nacía hacerla sentir segura —¿Por qué?—pregunté
notando como la morena se quedaba callada frente a mis interrogantes y finalmente solo

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suspiró antes de quitar mi mano de su rostro
besándolas delicadamente.
—No lo sé, no tengo recuerdos de alguna vez haber pasado alguna navidad junto a mis
padres —sentenció dejando en claro el dolor que existía a través de esa respuesta.
—Lo lamento —respondí sin saber que decir porque me dolía el hecho de que alguien tan
hermoso como lo era Camila haya pasado por tanta soledad en su vida, no me podía imaginar
lo doloroso que debía sentirse tener todo y a pesar de eso no quitar la soledad de tu camino.
—La vida jode a todos por igual —afirmó antes de disolver un par de suspiros en la
habitación.
—¿Qué hacías para éstas fechas cuando eras pequeña?—le pregunté obteniendo como
respuesta una mirada cargada con dolor y palabras que no se atrevían a tomar algún tipo de
voz frente a mis preguntas.
—Pasé las navidades de mi infancia en un internado en Suiza — aseveró sin mirarme y yo
resoplé ante ello ya que no sabía esa parte de sus recuerdos.
—Nunca me lo habías contado —fue lo único que pude decir y ella asintió encogiéndose de
hombros.
—Ni a nadie —afirmó —No suelo hablar sobre ello, la verdad no me interesa recordar todas
las navidades que me quedé en un país extraño mientras mis compañeras iban a sus casas
para pasar las festividades en familia —susurró dejando que aquella herida que siempre
ocultaba se demostrara a leguas de distancia, sentí como mi corazón se encogió frente a la
imagen de verla a ella sola tan solo siendo una niña.
Nadie merecía vivir la soledad desde una edad tan temprana.
—¿Por qué Nueva York?—pregunté ante la curiosidad innata que nació frente al tema, Camila
me dio una pequeña sonrisa llena de ilusión como las que ponía Noe cuando me hablaba
sobre sus dibujos ó sobre sus ideas ó cosas que la emocionaban. Tal vez esa también era mi
parte favorita de aquella castaña, la forma en que solo me nacía protegerla porque ella no
había tenido mucho de eso en su vida, ver como sus respuesta llegaban el encanto de la
inocencia que las personas perdíamos a través del tiempo y que rara vez volvían a aparecer,
ya que detrás de esa capa de dureza donde ella mostraba a los demás su superioridad; se
encontraba esa pequeña parte oculta que estaba cargada de amor e inocencia que deseaban
con todo su ser lograr salir y expresarse de la manera correcta que el tiempo ni la suerte le
habían ofrecido.

—Cuando tuve trece grabé una película para navidad justamente en este hotel y me enamoré
de las luces, de la magia que nace en cada calle a través de las pequeñas luces navideñas —
sentenció iluminando toda la estancia con esa magia tan peculiar que ella tenía al hablar de
las cosas que amaba, especialmente de las películas donde dejaba su alma en cada
conversación que iniciaba, a mi simplemente me encantaba
adorar la forma en que sus palabras se volvían el elixir de mi vida y su emoción era capaz de
producir mi felicidad, sin importar de dónde proviniera esa emoción ó cuál fuese la razón por
la cuál se presentaba —Me enamoré de la fecha y decidí que cada navidad lo pasaría aquí
para sentir nuevamente como mis ojos se llenaban de la belleza que éstas fechas siempre
traen.
—Deben ser lindos recuerdos —aseveré besando su frente a lo cuál instintivamente Camila se
limitó a tirarse entre mis brazos buscando ese refugio que quería ofrecerle toda mi vida para
que ella lograra sentirse segura y no tan desprotegida como solía mostrarse frente a la
sombra de los días.
—Lo son —respondió sin más —Y quiero compartir esa magia contigo —sonreí ante la forma
en que todo lo que decía me parecía tan dulce que mi corazón latía más fuerte a través de sus
palabras.
—Es un honor que me des la oportunidad de crear ese recuerdo contigo — comenté buscando
su mirada con mis ojos centelleantes ante la atracción nata que nacía por los suyos—No
tendrás más navidades sola Camila, lo prometo
—ella solo bajó la mirada ante ello como sino estuviera segura de si creerme ó no, no
obstante, yo no dejé de mostrarme aprehensiva con ella como si fuera una niña pequeña que

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estaba asustada de recibir cariño y que después simplemente dejara de existir.
Yo sabía a la perfección como se sentía aquello, había pasado toda mi vida sin sentir ese
cariño natural de tener una familia que no fuesen Dinah y Maní, sin embargo, yo tenía la
suerte de que desde hace siete años mi hija se atrevía a amarme como si fuera su todo
entregándome ese cariño que tanto había deseado años atrás. No obstante, Camila no tenía a
nadie más además de mí por lo cuál intentaba esforzarme para que recibiera todo el amor
que ella siempre mereció pero nunca obtuvo.
—No prometas nada de lo cuál te puedas arrepentir—musitó sin mirarme y yo reí ante ello
porque sabía que jamás me iba a arrepentir de que entrara a mi vida.
—Jamás me arrepentiría de hacerte feliz —suspiré antes de besar su mejilla —Te amo ¿lo
olvidas?—Camila negó ante ello de la misma forma tímida con la cuál me dejaba entrar a su
interior más frágil, yo solo me limité a envolverla entre mis brazos asegurándole de que todo
iba a estar bien.
A veces eso era lo único que necesitábamos en nuestro día a día, que alguien nos protegiera
y nos repitiera aunque fuese una mentira de que todo iba a estar bien y que nada iba a pasar
si estábamos con él.
—Creo que podrías recordármelo—murmuró cayendo rendida ante mis caricias, yo reí ante
eso antes de besar su frente para volver a acariciar su cabello —¿Qué tal tú?, ¿la navidad es
una buena fecha?— preguntó atenta.
—Es una de las mejores —refuté con una sonrisa al ver el pequeño cuerpo de mi hija tendido
en la cama, desde que ella era parte de mis días, navidad se había vuelto en una fecha
importante donde le recordaba la importancia de mantenernos como familia y amar sin tener
límites. Los regalos nunca habían sido
importantes, no tan solo por el hecho de que apenas podía permitirme algo fuera de lo
normal, sino por el simple hecho de que deseaba inculcarle que no había nada más grande y
más duradero que el amor que podías ofrecerle a las personas.
Un detalle que muchas personas simplemente habían olvidado de las fechas y lo dejaban al
amor como un rasgo secundario del consumismo — A Noe le fascina, es una de las pocas
fechas del año donde no piensas en nada más que la magia que existe y se extiende en cada
parte que recorras — musité con la emoción en mis labios justificando las fechas—Todos se
llenan de la magia navideña.
—Definitivamente el idiota que destruyó tu corazón no sabía realmente el valor de una joya
tan preciosamente extraordinaria como lo eres tú—aseguró Camila atravesándome con esos
ojos oscuros que me hacían vivir el infierno en la tierra y el cielo con su mirada, yo no dije
nada frente a eso porque sabía como a veces ella deseaba que mi vida hubiese sido distinta,
lo sabía porque era la misma mirada que nacía de mí cuando me contaba sobre sus
momentos solitarios.
Sin embargo, estaba segura de que ella era la primera y única persona que me había hecho
sentir de esa manera, ni siquiera Jack había podido encender mi mirada con tan solo un par
de palabras ni hacer que mi corazón latiera solo con pensarlo.
Camila era mi primer y único deseo de amor que había adquirido en
mi vida.
—Él no me amaba Camz —dije a sabiendas de cómo dolía la verdad
ante todo —Tardé demasiado tiempo para darme cuenta de eso —suspiré—Alguien que te
ama jamás te hará daño ó al menos intentara no hacerlo — refuté sintiendo su mirada—
Solamente estaba cegada por el deseo de ser amada.
—Eras demasiado joven, Lauren — aseveró dándome ánimos frente al más grande de mis
demonios, yo no dije nada porque lo sabía. No obstante, también sabía que s pesar de que
buscara justificaciones frente a mis actos del pasado, estos ya estaban escritos y para todo el
mundo solo era otra chica que había caído fácilmente frente a las palabras de un hombre, era
una madre soltera que no había sido capaz de detener las tentaciones y al final siempre iba a
existir la definición y consenso de todo el mundo de que había sido solo mi culpa lo que había
sucedido entre Jack y yo.
Tampoco podía mentir diciendo que no me sentía culpable ante ello pero si podía afirmar que
el error no había sido solo mío sino de ambos, ya que se necesitaban a dos personas para

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poder crear un bebé.
Ambos cargábamos la culpa de aquel momento, aunque él podía irse sin sentir
remordimientos porque no tuvo que cargar con la responsabilidad.
—Sí pero eso no cambia el rumbo que tomo mi vida —respondí amargamente ante ello antes
de suspirar y notar como a pesar de todo, tenía que agradecer tantas cosas porque mi hija
era lo más maravilloso que me había sucedido y todos los días me llenaba de una felicidad
que pensaba que era imposible de encontrar ó que no estaba destinada para alguien como
yo. A pesar de lo duro que había sido y era el proceso de hacerse cargo de una
responsabilidad mayor, no me
arrepentía de mi decisión de desear tener a Noe y de que llenara todos mis días con su brillo
único y la alegría que aportaba a mi corazón —Me alegro de qué haya sido así sino jamás te
hubiera podido conocer —refuté sonriendo ante el hecho de que la segunda cosa que
agradecía en mi vida es haber hecho que nuestros destinos coincidieran a pesar de que era
algo que en un principio parecía imposible.
—Si tan solo vieras lo hermosa que eres ante mis ojos —aseguró dejándome totalmente
embelesada con sus palabras —Te darías cuenta qué hay algo más allá de la suma de los
errores y aciertos que has realizado en tu vida
—sentenció.
—No soy solo la suma de mis errores y aciertos —contesté acariciando su mano con suavidad
—Soy la acumulación de momentos, de personas que he logrado impactar, de
demostraciones de amor y de palabras que han salido de mi voz —susurré —Y solo puedo ser
eso gracias a ti —sentencié totalmente segura de que gracias a ella podía ser capaz de ver
más allá de ese dibujo al cuál todo el mundo me condenaba por mis errores del pasado, la
impresión en sus ojos se hizo clara después de mis palabras y yo solo reí por ello.
—¿A mí?—preguntó insegura y yo asentí.
—Tú abriste mis ojos frente a la realidad y darme cuenta de que los errores no lo son todo —
sugerí —Me hiciste amar nuevamente y entregarme entre tus alas sin tener ningún tipo de
protección —comenté delineando sus labios con los bordes de mis dedos a lo cuál ella solo se
quedó en silencio siguiendo con su mirada cada acto que nacía de mí. —Has sido quien ha
cambiado mi vida —finalicé.
—Y tú eres mi definición de sueño —concretó con una sonrisa mientras sus labios atrapaban a
los míos en esa magia que solo ella podía realizar
—Porque eres lo único que deseo en mi vida.
..................................................................
Me encantaría ser más rápida pero no tener computador está jodiendo mi vida, así que eso,
disfruten mientras puedan.
Lindo lunes.
Capítulo 45: Close to you

Why do stars fall down from the sky Every time you walk by?
Just like me, they long to be Close to you
5 de 10 Lauren
El golpe con la realidad llegó como si fuera la sombra de un destino pasado, con pasos
seguros pero entre medio del silencio que ofrecía la noche. Fue como si aquel golpe estaba
seguro del golpe que daría por lo cuál no necesitó ningún tipo de explicación ó algún tipo de
reflexión para aparecer; simplemente llegó con una llamada a mi celular y miles de lágrimas
cayendo en mis mejillas.
Jamás había sido amante del dolor profundo que pueden tener impresas cada una de las
paredes de la sala de espera de un hospital. Era un lienzo de emociones que en su mayoría
no tenían ningún tipo de gratificación, no era muy difícil notar el dolor pintado en esas
paredes; el dolor de miles de personas que esperando una noticia se habían dado cuenta que
la esperanza no funciona y que es la peor forma de afrontar una situación como ésta.
Ya que la esperanza era un arma de doble filo al igual que los
recuerdos.
Tampoco era difícil encontrar aquellas pequeñas sombras de

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preocupación que se dibujaban en aquellas paredes pálidas de color beige que se sumergían
en un mar de historias sobre todas las personas que habían ocupado las sillas de éste lugar
mucho antes que mí.
Suspiré sintiendo como mi rostro ardía de todas las lágrimas que había derramado desde que
había recibido la noticia hasta cuando logré pisar la sala de espera. Taylor no le había dicho
nada aún a Kate ya que se encontraba con su padre, sin embargo, sabía que para ella el peor
momento de todo esto aún ni siquiera estaba empezando.
No obstante, de todos los eventos extraños de aquella noche lo que más me sorprendió fue el
hecho de que después de una década volvía a notar la existencia de aquel castaño que
apenas era un recuerdo de mi infancia pero que ahora era menos que nada, ya que no había
ningún tipo de relación que nos uniera.
A diferencia de Taylor, Chris simplemente me había ignorado en los casi cinco minutos donde
nuestras distancias volvieron a crearse de una manera mucho más rápida y sin dudas con
mayores kilómetros. Él ya no era aquel adolescente que recordaba, era un hombre que me
superaba en más de diez centímetros y qué con su forma de vestir me recordaba como el
tiempo pasaba sin que te dieras cuenta hasta que la vida te daba ese golpe con la realidad
donde te dabas cuenta de todo lo que había cambiado en tu vida sin que fueras realmente
consciente de como el tiempo actuaba.
Nuestras miradas perdidas y sin sentido se hicieron presente, Chris no tardó en sentirse
incómodo con mi presencia y simplemente prefirió ir con Taylor para ver todos los detalles
que se daban a conocer cuando alguien moría.
Yo preferí quedarme esperando algún tipo de respuesta cuando la castaña quisiera contarme,
no quería obligarla a nada debido a que Chris de cierta forma tenía razón, yo era una extraña
en su vida y la verdad es que prefería que fuese así.
Mi mirada quedó totalmente perdida entre las luces titilantes de la sala de espera mientras
que el frío se presentaba a través de la neblina que cubría la madrugada, suspiré sintiendo
como mis manos buscaban refugio contra el frío invernal mientras mi alma buscaba algún
tipo de seguridad frente a la ola de sentimientos que me estaba abatiendo en aquel
momento.
Pensé en salir un momento para disfrutar del sabor atrapante de un cigarrillo en mi boca, sin
embargo, aquella opción se vio lejana al darme cuenta que ni siquiera aquel acto me daba la
seguridad de que me sentiría mejor; por lo cuál solo me quedé sentada esperando a que todo
sucediera y finalmente terminara aquel dolor tan fuerte que existía en mi pecho sin más
razones que la culpa acechando cada rincón que mi cordura había sido capaz de alumbrar, la
culpa de jamás había sido capaz de perdonarla a pesar de que me escondía tras la muralla de
que si lo había hecho.

Había sido tan difícil traspasar los límites de mi propio orgullo, no obstante, ahora estaba en
medio de la sala de espera de un hospital sintiendo como mi corazón se destrozaba frente a
los miles de quizás que jamás fueron posibles mientras mi alma sufría una herida latente con
los recuerdos que siempre había reprimido por el simple hecho de que no deseaba recordar
los buenos momentos que había pasado con ella.
Mi mente siempre quiso atacar aquellas memorias viejas y empolvadas donde realmente
había sido feliz, tal vez era una defensa personal contra el deseo de perdonarla por esos
recuerdos, quizás simplemente era la protección que me ofrecía la rabia interna que me
producía solo pensar en ella ó tal vez era el hecho de que no estaba preparada para dejar
que esos momentos se apropiaran de mí y volvieran a darme una estocada en la espalda.
Quizás era solo el miedo a volver a querer de nuevo y ser traicionada por milésima vez.
Sin embargo, nada de eso importaba en este preciso momento porque ella ya no estaba, la
culpa estaba presente en cada centímetro de mi cuerpo y el dolor de no ser capaz de
expresar todos esos sentimientos me torturaba de la peor manera posible.
Intenté disipar aquello cerrando los ojos frente al cansancio que sentía en aquel momento, no
obstante, más grande que el cansancio ó la culpa presente en mí fue la potencia de la
preocupación que se presentó en la chica de ojos oscuros que tanto conocía, entrando a la
sala de espera con aquel abrigo negro que le

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había regalado y con la misma belleza cautivadora que podía llevarme a otro planeta.
Ninguna de las dos dijo nada pero no eran necesarias las palabras cuando nuestros corazones
palpitantes comenzaron a ser capaces de comunicarse como lo habían hecho cuando
estábamos juntas, yo no podía creer que ella estuviese aquí como ella tampoco podía creer
que aún existiese esa conexión tan única que siempre había existido entre nosotras como si
estuviéramos destinadas a encontrarnos una y otra vez sin importar la situación, el momento
ó los factores que el tiempo siempre comprometía entre los reencuentros.
Las palabras se trabaron en mi boca mientras el dulce abrazo de Camila se hizo presente
para arrebatarme un par de lágrimas rebeldes que no esperaba en aquel momento, sus
manos acariciando mi espalda con toda la seguridad del mundo me hicieron llorar frente al
hecho que mi cuerpo solo la deseaba a ella como el único tipo de soporte que quería en esta
situación.
Era increíble como después de todo, Camila tenía un corazón suficientemente grande como
para no importarle despertarse en la mañana y venir a buscarme a pesar de que ya no
éramos nada.
—Lamento haberte levantado —fue lo único que dije cuando su mirada se hizo presente entre
mis ojos verdes, ella mordió su labio y negó ante ello acariciando mis mejillas como siempre
lo hacía para asegurarme de que todo iría bien aunque ella tampoco creyera que eso fuese a
pasar —Lamento muchas cosas Camila
—refuté apretando su cuerpo sobre mí queriendo sentir como el calor y la dulzura que
siempre fue capaz de irradiar la latina, compensara todas las equivocaciones que había
cometido frente a un amor que yo misma me había encargado de simplemente dejar de lado.
La castaña suspiró antes de sentarse en una de las sillas de la sala de espera, sin palabras
que decir ni tampoco grandes momentos que merecían una descripción amplia, ella me hizo
sentir protegida a través del simple acto de abrazarme y acariciar mi cuerpo que sentía la
abstinencia de su presencia.
—No tienes que disculparte Lauren —susurró besando mi frente
—Jamás sería capaz de dejarte, menos en un momento así —aseveró dando un lánguido
suspiro antes de quitar el cabello que caía en mi rostro tapando su vista —Y sé que tú harías
lo mismo si yo te llamara a las dos de la mañana —agregó con una tímida sonrisa que llenó
mi corazón de una alegría que hace mucho no sentía, asentí sin ser capaz de decir algo más
porque yo también hubiera sido capaz de recorrer miles de kilómetros solo para hacerla sentir
mejor frente a cualquier molestar que se presentase en su vida.

—Te amo —musité de una forma dudosa mientras mis manos acariciaban su cabello, no es
que estuviese insegura de lo que sentía porque era lo único que podía sentir cada vez que la
recordaba ó la mirada; mis dudas estaban en el hecho de que si era correcto decírselo ya que
al final de todo, me había equivocado demasiadas veces con ella que era normal que esas
palabras simplemente le resbalaran.
No obstante, aquello no pasó y una tímida sonrisa apareció para darle una belleza única a su
rostro.
—Lo sé — aseguró sin dejar de mirarme dejando que aquel encanto y brillo tan único que
imperaba en sus ojos se hiciera presente entre nosotras, llevaba tanto tiempo sin admirar
aquello de ella que se me hizo imposible poder quitar mi vista de aquel espectáculo en
miniatura que solo las estrellas podían presentar en medio de la noche —Porque yo también
lo hago —admitió en un breve suspiro —Tal vez seamos las personas correctas en los
momentos más incorrectos que puedan existir — comentó antes de acariciar mi cabello —
Jamás he dudado de que es por ti que mi corazón se siente de esa forma tan única en qué
podría hacer cualquier cosa por ti —manifestó acariciando mis mejillas —Sin embargo, ambas
sabemos que cometimos demasiados errores que tenemos que aprender a superar —agregó
dejándome atónita.
—Tal vez necesitamos crear momentos correctos —afirmé obteniendo como recompensa la
mirada más radiante que podía existir.
—Tal vez necesitamos darnos cuenta que para bien ó para mal seguimos cayendo en las
mismas redes del amor que nos unen sin razón alguna

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—dijo antes de suspirar —Pero creo que no estamos aquí para hablar de los extraños lazos
que nos siguen uniendo a pesar de que nos separemos —asentí antes de ocultar mi rostro en
su pecho sintiendo el miedo carcomiendo cada parte de mi ser.
—Gracias—susurré acariciando sus manos —Gracias por aparecer
en mi vida.
—Gracias a ti por encontrarme y no quedar solo como dos extrañas
—concretó besando mi cabello, suspiré cerrando mis párpados ante el cálido refugio que los
brazos de Camila me permitían apreciar y aunque las lágrimas se habían vuelto el único
panorama que mi mente expresaba, sabía que nada de eso importaba si me encontraba con
ella.
Nada era tan difícil de superar si sentía su protección a mi lado.
—¿Cuándo te irás?—pregunté vacilante procurando cambiar el tema y la incomodidad que
aún era presente como las más grandes distancias que se encontraban entre nosotras, la
castaña solo suspiró antes de acariciar mi cabello.
—En un par de semanas más —fue su respuesta sin ningún tipo de emoción entre ello, fruncí
el ceño por ello ya que pensaba que estaría más emocionada.
—¿No estás emocionada?—pregunté obteniendo una mirada de incomprensión de su parte.
—Claro que lo estoy —refutó encogiéndose de hombros —Solo que en mi ahora estoy más
preocupada por ti, debería odiarte por el simple hecho de que no puedo dejar de pensarte
pero aún así no puedo dejar de quererte de la misma manera que sentí cuando tu piel se
ataba a la mía —argumentó nerviosa ante ello dejando que ésta vez yo fuese la que la miraba
sin entender —Extraño desnudar tu mirada solo para encontrar tu alma—dijo suspirando —
Extraño tantas cosas y no
estoy segura de sí es solamente nostalgia de lo que fuimos ó realmente es porque estoy
perdida entre tu mirada y lo que me haces sentir —suspiró frustrada frunciendo el ceño de la
forma tan adorable que siempre ponía cuando no lograba entender algo, yo me solté de sus
brazos para ésta vez devolver su cariño y protección a través de mis actos.

Llevaba demasiado tiempo sin sentir el fresco rocío que me ofrecía su cuerpo frágil entre mis
brazos, había olvidado que ella era la marea de una noche eterna donde solo existíamos
nosotras dos.
Sin embargo, creo que no me alcanzaría la vida para lograr olvidar la forma tan única que ella
me hacía sentir con solo ser parte de mis minutos y de mis silencios.
—Mereces a alguien mejor que yo, Camila —fue lo único que pude decir mientras sentía como
sus lágrimas aparecían en mi pecho y su mirada llena de inocencia me golpeó de una forma
inesperada desatando una tormenta interna entre medio de mis costas.
—Creo que ese es el problema —musitó quitando sus lágrimas
—Cada vez que me dices eso, mi cordura me dice que tienes razón mientras que mi locura me
afirma que esa persona eres tú —dijo dejándome totalmente absorta por su respuesta —Y
llevo tanto tiempo haciéndole caso a mi locura que ya no sé como hacerle frente a mi cordura
—murmuró buscando nuevamente mi pecho entre los tímidos gestos de cariños que podía
expresar, realmente amaba a esa chica pero lo peor es que ella me amaba aún más de lo que
yo podía divisar.
—Creo que es imposible que ambos se pongan de acuerdo —refuté suspirando antes de besar
su mano — Yo he escogido la cordura antes que la locura y en este momento, ambas me
están pidiendo el pago por ello —afirmé notando como sus ojos castaños me miraban como si
fuera lo único que existiera en su camino
—Ninguna de las dos es la mejor opción —concreté encogiéndome de hombros —Tal vez la
mejor opción está en cuando puedas mezclar ambas y darte cuenta que no hay mejor
respuesta que esa.
—¿Cuándo sucederá eso?—preguntó.
—Cuando yo sea suficiente para estar contigo —admití acariciando su cabello —Algún día seré
suficiente para ti y sería verdaderamente estúpido pedirte que me esperaras pero yo si
esperaré hasta poder lograr ser la chica que mereces—las palabras no volvieron a hacerse
presente en aquella escena ya que ambas sabíamos que era cierto.

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Estábamos destinadas a estar juntas, no obstante, solo nos seguiríamos destruyendo sino nos
atrevíamos a seguir nuestros propios caminos por separadas hasta que estuviéramos listas
para perdonar esos momentos incorrectos y comenzar a crear aquellos que aparecían de la
manera correcta.

El invierno se hizo presente más que nunca aquel día.


Suspiré notando como la neblina cubría casi todos los caminos de la ciudad mientras mi
reflejo frente a la ventana del auto daba una reproducción infinita de como mi alma
fragmentada estaba presente en aquel momento sin ningún tipo de barrera que me
protegiera de los sentimientos, Taylor iba conduciendo en silencio mientras que en sus ojos y
en su mirada era fácil notar las noches sin dormir y el mar de lágrimas que la habían
azotado.
Kate iba tranquila mirando el camino como si nada sucediera y en un breve encuentro de
nuestras miradas ella sonrío haciendo que por unos pequeños breves segundos todo se
tratase de como a pesar de todo ella aún podía sonreír.
Jamás había sido admiradora de el manto de dolor que esparcía la muerte de alguien, la
última vez que había estado en un cementerio había sido cuando papá fue enterrado; ni
siquiera me gustaba la idea de visitar a tus seres queridos en el cementerio. No sentía ningún
tipo de paz con aquel acto, simplemente me dolía el hecho de que ellos ya no estaban con
nosotros y teníamos que conformarnos de que solo nos quedaba una tumba donde reposaba
su cuerpo.

Sin embargo, creo que lo que más dolía era el hecho de que al terminar un funeral era como
si comenzaran a esparcirse las cenizas de esa realidad que tanto daño nos hacía donde
finalmente nos dábamos cuenta que aquella pesadillas que no deseábamos aceptar, no era
una pesadilla sino que era una realidad que nos seguiría hasta el final de nuestros días.
Porque ciertamente quién más sufría no era quién se iba sino aquel que se quedaba
esperando que la muerte los reuniera en otra vida.
Quién realmente sufría era la persona que se quedaba tratando de vivir con los recuerdos que
la otra persona había dejado en el camino, sobreviviendo con el puñado de amor que no era
suficiente para poder seguir viviendo de la misma forma con la cuál estabas acostumbrado.
Nadie dijo ni una sola palabra mientras los minutos pasaban y todos esos momentos se
acumulaban en escenas que pasaban como si fuera una cámara rápida, la neblina ocultaba
gran parte del lugar mientras que todos los presentes vestían el luto entre medio de miradas
incómodas y sentimientos encontrados, no obstante, lo más cercano que estuve de decir
alguna palabra fue cuando noté una breve sonrisa de aquellos ojos que aunque pasaran
cientos de siglos seguiría agitando mi corazón de la misma manera.
Camila se encontraba en silencio esperando que yo llegara mientras que la paciencia se
mostraba ante su mirada, a veces no entendía como a pesar de todo, ella seguía estando
presente en mi vida porque ciertamente yo no la merecía.
Sin embargo, nada de esto fue tan importante como el fiel abrazo que me regaló lleno de
ilusiones de que ayudara a alivianar la pesadez que existía en mi alma.
—No tenías que venir —susurré sintiendo como su mano encajaba
con la mía como la primera vez donde éstas se habían dado cuenta de que habían nacido
para estar juntas, ella no dijo nada y simplemente se limitó a besar mi frente con una tímida
sonrisa cortando todas las distancias que habíamos creado entre nosotras a través del
tiempo.
—Tienes razón, no tenía sino que debía venir —murmuró acariciando con delicadeza mi
cabello dejando que ese amor tan profundo que ella podría demostrar estuviese reluciendo
como una lluvia infinita de estrellas, yo asentí sin saber que decir y solo apreté su mano en
un gesto de agradecimiento que ella entendió —¿Cómo estás?—me preguntó haciéndome
suspirar porque solo a ella me había visto llorar por todos esos recuerdos que se marchitaban
frente al tiempo pero que aún así no dejaban atrás sus espinas.
—Mal pero voy mejorando —le confesé sabiendo cuanto significaba revelarle como me sentía

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en aquel momento, ella acarició el dorso de mi mano para finalmente acomodar su cabeza
sobre mi hombro.
—Es bueno saber eso —musitó dejando que el silencio entre nosotras definiera aquel
momento que no necesitaba palabras para demostrar la belleza de como nuestras almas
volvían a juntarse como sino hubiera sucedido nada, el funeral siguió su curso natural entre
medio de gestos silenciosos de mi parte que intentaban demostrarle a la castaña lo que me
hacía sentir en aquel momento.
Fue como si las manecillas del reloj se detuvieran por un par de minutos sembrando noches
de otoño en nuestras vidas que vivían un invierno eterno. Era cierto que el otoño atraía la
muerte de todo lo que relucía en verano, sin embargo, era necesario para poder darle
vitalidad a una futura primavera.
Cuando todo terminó y la despedida fue algo inevitable fue el momento en que ambas nos
dimos cuenta como nuestras manos se buscaban entre la frialdad del día y la tristeza de
aquella tarde, era un momento lleno de colores que ninguna de las dos esperábamos que fue
algo espontáneo sentir como nuestras miradas chocaban con un poco de esperanza de qué tal
vez aún existía algo entre nosotras.
—Lo mamá dice si vas a venir a almorzar con nosotros —dijo Kate antes de notar que Camila
estaba a mi lado, la pequeña suspiró ante eso antes de saludarla —Lo siento, hola —murmuró
sacándole una pequeña sonrisa a la castaña quién no tardó en saludarla con la mirada.
—Kate ella es Camila, Camila ella es Kate—respondí presentándolas generando un sinfín de
risitas sonoras de parte de la menor que yo no pude entender, sin embargo, Camila se puso a
la altura de la pequeña para acomodarle la gorra que tenía de su equipo favorito de
basquetball.
—Mucho gusto, me encanta tu gorra de los Chicago bulls
—mencionó con esa dulzura que era típica en ella.
—Gracias, tú eres la chica del celular de Lo —argumentó Kate lo cuál hizo que Camila me
mirara extrañada por eso y yo preferí cortar la conversación incómoda que estaba naciendo.
—Iré más tarde con ustedes ¿bien?—respondí llamando la atención de la más pequeña quién
asintió antes de abrazarme, él cuál demostré recíprocamente besando su cabello —Te
quiero—susurré sintiendo como esas palabras salían con toda la naturalidad del mundo.
—Infinito como las estrellas —respondió con una sonrisa ante aquella frase que se había
vuelto parte de nuestra rutina, Kate finalmente se despidió con un beso en la mejilla de
Camila quién no dejaba de sonreír con ternura por aquella escena —Adiós Camila.
—Adiós Kate—la castaña más pequeña se fue corriendo hacia el auto donde se encontraba
Taylor y yo simplemente suspiré ante eso —Siempre pensé que los niños no eran lo tuyo —
comentó Camila mientras comenzábamos a caminar hacia la salida, yo me encogí de hombros
porque jamás lo habían sido pero con Kate era distinto.
—No lo son pero Kate es distinta —fue lo único que pude decir a mi defensa —Se parece
mucho a Taylor y es adorable si la conocieras te enamorarías de ella —concreté con una
breve sonrisa que la castaña no tardó en reproducirla en su rostro.
—Seguramente—dijo con dulzura acariciando el dorso de mi mano—Así que soy la chica del
celular para tu sobrina —no supe que decir frente a ello por lo cuál simplemente me quedé
callada ante ese comentario.
—Sin comentarios —respondí haciendo que ella riera.
—Me gusta verte viviendo la vida, Lauren —murmuró acariciando mis hombros —A veces es
mejor sentir todo lo que tiene nuestra alma que mantener un orden para no sufrir, es mejor
que se derramen colores en nuestra vida que ser un lienzo en blanco —asentí en un suspiro
porque sabía cuánta razón había en cada una de sus palabras, me acerqué a ella rompiendo
todas las barreras que aún existían entre nosotras y con un paso inseguro acaricié sus
mejillas sintiendo como mis manos la extrañaban de una manera indescriptible y volvían a
adaptarse a aquella necesidad de tenerla a mi lado.
—Todos los colores rescatables son gracias a ti, ¿lo sabes?—le pregunté sintiendo como la
corta distancia que nos separaba nos penetraba de aquellas emociones que siempre habían
traspasados nuestras pieles marcando aquel destello único que nuestros sentimientos
expresaban frente a miradas que decían mucho más que miles de palabras. Camila no dijo

insideofmysoul
nada por unos segundos dejando que nuestras mentes se atrevieran a guardar en lo más
profundo de nuestros corazones aquella escena hasta que ella asintió.
—Llegaste a abrir las puertas del dolor pero aún así fuiste capaz de pintar la oscuridad con los
colores que deseaba en mi vida —musitó dejando que sus dedos recorrieran cada facción que
ella conocía de mi rostro —¿Cómo hago para olvidarte?—me preguntó en un suspiro.
—Supongo que esa es la pregunta que nos vuelve más cercanas que nunca — agregué
notando como sus ojos castaños se llenaban de aquel brillo que
me habían dejado totalmente enamorada desde siempre.
Definitivamente no podía dejarla ir ni en ésta ni en mil vidas más.
Close to you parte 2

New York, 1947

Camila
Amaba el espíritu navideño con el cuál se vestía la ciudad que
nunca dormía frente a éstas fechas. Luces de colores, personas corriendo como hormigas por
cada calle con cientos de cajas de colores, las decoraciones, el frío del cuál Los Ángeles no
era propicia y un montón de detalles que se reunían para darle vida a una ciudad que carecía
de momentos que la ayudasen a resplandecer.
Sin embargo, estaba segura que ninguno de esos detalles habían sido capaces de hacer que
atesore cada segundo como lo había sido estar toda la semana en la compañía de Lauren con
su hija. Era como si se tratara de un sueño tenerla en todas mis mañanas y cada vez que me
acostaba a dormir, ella se despedía con un beso lleno de sinceridad y dulzura que solamente
me hacían enloquecer deseando que todos mis días fueran como los que se presentaron
aquella semana.
No obstante, no era solamente la magia cautivante que era capaz de mostrar la ojiverde sino
que también estaba en juego la emoción con la cuál Noe se sorprendía de todo aunque fuese
la más mínima cosa. Jamás hubiese pensado que salir una tarde entera al central park podía
ser tan divertida en compañía de ambas sin nada más que hacer que hacer que las horas del
reloj pasasen hasta que llegara la hora de volver a la habitación donde entre cansancio y una
sonrisa que me dejaba embobada cada vez que la veía, la pequeña rubia siempre se despedía
de mí con la misma ternura que solo ella y Lauren podían demostrar ante el mundo.
Cientos de momentos que no tenían ningún tipo de elegancia y que se atrevían a mostrarse
como tardes entre medio de la cotidianidad se habían vuelto en recuerdos que no podía no
derivar a una sonrisa cada vez que mi memoria los recordaba y los volvía a poner en
movimiento, eran simples sonrisas, palabras sin ningún tipo de relevancia y actos tan
pequeños tan cotidianos y a la vez tan hermosos los que ayudaban a decorar la vida de una
manera que nunca hubiera podido disfrutar sino hubiera sido gracias a aquella pelinegra que
me ofrecía su amor sin ningún tipo de recompensa, esa chica que se atrevía a dibujar
sonrisas en mi rostro bajo el pretexto de que le encantaban, la que llenaba de colores mi
alma solo con la justificación de que me amaba.
Con Lauren aquella simple palabra de cuatro letras perdió su significado porque no existían
palabras que lograsen describir la melodía que sentían nuestros corazones frente al compás
inolvidable que nacía ante el choque de nuestras miradas donde el brillo de unos ojos verdes
era capaz de iluminar la oscuridad eterna de un par de ojos cafés.
—Pensé que nunca saldrían —comenté terminando de arreglarme el vestido negro que
utilizaría esta noche en la cena de beneficencia, Noe se encontraba con la toalla cubriendo su
cuerpo y entre la forma adorable en que arrugó la nariz y su cabello dorado mojada supe que
podía enamorarme cada día más de ella, ya que
compartía ese brillo natural con el cuál Lauren era capaz de llenarme de ternura para
segundos después quitarme el aliento frente a su mirada tan provocativa, tan dulce y tan
llena de vida.
—Alguien descubrió que existía jabón para hacer burbujas
¿cierto?—refutó Lauren entre risas mientras Noe asentía con una sonrisa cómplice antes de

insideofmysoul
abrazarme entre medio de pequeños saltos de alegría que ya me había acostumbrado a ver a
cada momento.
—Y el agua nunca dejaba de estar caliente Camz—confesó embelesada frente a ese
descubrimiento, yo no dije nada solamente me limité a reír entusiasmada por su
conversación, nunca hubiese pensado que algo tan natural como una conversación sobre el
agua caliente que provenía de la ducha podía ser capaz de disfrazar tantas sonrisas de mi
parte pero ahí estaba riendo como si mi vida dependiera de ello, sintiéndome tan viva como
nunca antes me había sentido.

—Eso es un gran descubrimiento —dije encogiéndome de hombros mientras Lauren se


acercaba a mí para insertar un pequeño beso en mi frente lo cuál solo podía hacerme alucinar
entre sentimientos y emociones que no podía controlar.
—Ven copo, hora de vestirse—dictó dejando que esa sonrisa profunda que enmarcaba en sus
labios me dejara indefensa frente a la potencia con la cuál ella se mostraba contra mis
sentimientos, la pequeña rubia asintió antes de tomar la mano de su madre.
—Si quieres puedo ayudarte—refuté notando como Lauren aún no se vestía por ayudar a
tomar una ducha a Noe, la ojiverde me miró confundida sin saber que decir ante mi
propuesta.
—No es necesario — concretó suspirando.
—No me molesta —aseveré con una sonrisa notando como Noe no tardó en soltar la mano de
Lauren para acercarse a mí —Así tú terminas de vestirte y todos ganamos — Lauren suspiró
insegura frente a mi propuesta.
—¿Segura?— yo solo asentí porque no tenía problema con ayudar a vestirse a su hija, sin
embargo, Lauren me conocía tan bien que sabía que era extraño que yo le propusiera aquella
idea por lo cuál no quería que me incomodara ó me sintiera obligada a hacerlo.
—Es solo ayudarla a vestirse, no creo que sea tan difícil —respondí
sonriendo.
—Bien, pórtate bien ¿eh?—musitó la pelinegra hacia su hija
provocándole un par de risitas sonoras antes de llenar todo el rostro de la pequeña rubia de
besos como siempre hacía, nuestros ojos chocaron frente a esa interacción y no tardó en
quitarme un pequeño beso de mis labios dejándome aturdida al tener que luchar sola contra
todos los sentimientos que ella era capaz de desatar con esa simple acción.
Lauren entró al baño sin antes no darme un par de esas miradas que era capaz de hacer que
me arrodillara frente a ella, no sé como lo hacía pero
tenía un magnetismo único que no dudaba en utilizar conmigo a tal punto que en estos días
me había hecho enloquecer frente a una sinfonía eterna de momentos que no quería olvidar
por el resto de mi vida.
—Tu mamá se preocupa mucho de todo —sugerí hacia Noe quién
asintió riendo.
—Es mami — fue su respuesta antes de encogerse de
hombros—Ella siempre anda preocupada — traté de reír frente a esa respuesta pero
realmente me hizo sentir un poco mal hacia el hecho de que entendía a la perfección las
razones por la cuál ella siempre se mostraba nerviosa ó preocupada.
Sinceramente no podía imaginar ni la más ínfima parte de todo lo que había tenido que pasar
en los últimos siete años solo para poder salir adelante con su hija y aquel panorama
simplemente me rompía ante la idea de que la vida era muy injusta con personas que se
merecían todo lo bueno, beneficiando a personas como yo que no aprovechábamos de la
manera correcta todo lo que teníamos.
—Cierto, ¿te divertiste hoy?— pregunté sacando los dos vestidos que estaban en el armario,
los dos me parecían hermosos en la ojiazul, no obstante, no dejaba de distraerme el hecho
de que se presentaba tan cercana y cariñosa conmigo como nunca antes. Aún no me
acostumbraba a sus constantes muestras de cariño ó el solo hecho de que quisiera
abrazarme cada cinco minutos con esa sonrisa que había heredado de Lauren en belleza y
perfección.

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—Mucho, gracias —sentenció jugando con los dedos de su mano de una forma realmente
adorable, yo asentí mientras sacaba ambos vestidos del armario mostrándoselos a la
pequeña rubia para que escogiera.
—De nada —aseveré con una sonrisa —¿Cuál quieres, el azul ó el rojo?—Noe alzó la mirada
frunciendo el ceño ante la pregunta para finalmente escoger el azul con una sonrisa por lo
cuál dejé nuevamente en su lugar al vestido rojo y puse sobre la cama el azul para que se lo
pusiera.
—El azul me encanta, gracias —sonreí ante los modales que presentaba a pesar de tener solo
siete años, no dejaba de sorprenderme la manera en que Lauren la había criado, era
simplemente sorprendente ya que ni siquiera los adultos que conocían lograban comportarse
de esa manera tan amable como la pequeña ojiazul lo hacía —Mami fue quien puso la
burbujas solo que me dijo que no te lo dijera— susurró a mi oído antes de tomar el vestido y
comenzar a vestirse, yo reí negando ante esa afirmación arreglando el cabello rubio ondulado
que le caía sobre la espalda. Noe comenzó a conversar sobre lo que habíamos hecho esa
tarde mientras yo asentía a todo lo que decía con la emoción pura de alguien que vivía todo
por primera vez, era increíble como los niños reaccionaban frente a sus primeras veces en la
vida, había tanta pureza, tanta admiración que perdíamos cuando éramos adultos.
Para la pequeña rubia un simple helado era su mundo, un te quiero era la forma más bonita
que había de expresar amor y con tener los cariños
constantes de su madre era suficiente para que ella se sintiera la persona más afortunada del
mundo, tampoco la culpaba de ello porque yo sentía lo mismo solo con compartir mis
momentos con ellas.
—Entiendo —sentencié sentándola en la cama para que terminara de ponerse las plantíos del
vestido —¿Emocionada por los regalos de Santa?—le pregunté obteniendo una mirada
incrédula de su parte.
—¿Regalos?— preguntó enarcando la ceja antes de negar ante mi pregunta—Yo solo pedí uno
a Santa y ya está sucediendo —confesó encogiéndose de hombros destilando ternura en cada
una de sus palabras —¿Tú qué le pediste?— respondió emocionada hacia mí.
—Quizás pedimos el mismo regalo, de seguro nos llega a ambas
—comenté tocando dulcemente su nariz a lo cuál ella asintió emocionada —¿Te ayudo con los
cordones?— pregunté al notar como estaba teniendo dificultad al tratar de amarrar los
cordones de sus zapatos negros, al principio no dijo nada pero finalmente suspiró rendida
asintiendo ante mi ofrecimiento.
—Está bien — dijo mordiendo con ternura su labio lo cuál me hizo reír mientras recordaba la
canción que siempre utilizaban para amarrarse los zapatos.
—Orejas de conejo, orejas de conejo —repetí comenzando a cruzar los cordones en forma de
x—Enlaza el árbol intentando alcanzarme —recité despacio mientras Noe seguía la canción
con la mirada —Orejas de conejo, salta al agujero, salta por el otro lado bonito y audaz —
finalicé al terminar de abrochar los cordones sintiéndome orgullosa de que al menos había
aprendido la forma correcta de hacerlo, la pequeña rubia no tardó en levantarse de la cama
emocionada antes de abrazarme.
—Lo aprendiste mamá, te sabes la canción —comentó dejándome en un estado que no
esperaba recibir, pestañeé varias veces sintiendo como la palabra mamá se volvía lo único
que resonaba mientras mi corazón se encogía de algo que no sabía diferenciar entre alegría,
emoción ó algún tipo de sentimiento que jamás había sentido. No supe que decir frente a ello
y solo dejé que el silencio se apoderara de aquel momento mientras la ojiazul comenzó a
mirarme preocupada antes de negar con la cabeza por lo que había dicho —ups lo siento, yo
no quería decir eso —murmuró bajando la mirada —Lo siento Camz —dijo sin mirarme y yo
negué ante ello alzando el rostro de la pequeña rubia encontrándome con unos pequeños
mares preocupados por lo que había dicho como si sintiera que era incorrecto.

—Hey no hay nada de malo —refuté acariciando su mejilla para que me mirara de la misma
forma única cuando me había llamado mamá, la verdad es que deseaba que lo hiciera porque
estaba a punto de comenzar a llorar por lo hermoso que sonaba esa palabra dirigida hacia mí
—¿Por qué me dijiste mamá?— le pregunté dulcemente obteniendo la mirada atenta de la

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pequeña rubia quién se limitó a suspirar frente a una respuesta que no esperaba.
—Porque estás con mami y ella te quiere y yo te quiero —concretó
como si fuera lo más fácil del mundo y yo no supe como seguir conteniendo mis lágrimas
frente a ello por lo cuál me limité a abrazarla sintiendo como todo mi cuerpo temblaba por
ese simple contacto —¿Tú me quieres?— preguntó tímidamente Noe haciendo que una
sonrisa saliera de mis labios porque ni siquiera debía ser una pregunta aquello, la amaba de
una forma que nunca creí real.
—No tienes ni porqué preguntarlo — aseguré cubriéndola entre mis brazos sintiendo una
conexión tan especial y única que ni con mil palabras sería capaz de describir como mi
corazón se llenó de vida en aquel momento tan único con solo sentir como el amor de aquella
rubia era infinito e iba dirigido hacia mí—Te adoro — le susurré al oído antes de acariciar sus
mejillas notando como un par de lágrimas decoraban su rostro, las sequé con mis pulgares
mientras ella sonreía por esa simple acción.
—¿Puedo decirte mamá?— preguntó con sus ojos azules destilando amor entre las nubes
opacas de la felicidad.
—Puedes decirme como desees aunque no sé si Lauren se pondrá celosa por ello— respondí
antes de notar como la pelinegra salía de la ducha con ese vestido blanco que le había
regalado hace unas semanas y que le quedaba tan bien, me quedé por unos segundos sin
habla dejando que su sonrisa me arrebatara el aliento y mi corazón en el camino.
—¿De qué me pondré celosa?— preguntó enarcando la ceja a lo cuál Noe no tardó en soltarse
de mis brazos para correr hacia los de Lauren quién como siempre la esperaba con todo el
amor del mundo con su nombre incrustado en cada una de las puntas de sus gestos.
—Mami, estás muy bonita — sugirió la pequeña rubia antes de recostar su cabeza sobre el
hombro de la ojiverde quién le besó suavemente el cabello antes de sonreírme.
—Gracias mi amor, tu estás aún más hermosa —respondió frotando su nariz sobre la de su
hija de una forma tan adorable que estaba segura de que si seguía viendo aquella escena
probablemente muriera de ternura —¿De que me pondré celosa?— volvió a preguntar
obteniendo un par de pequeñas risas de parte de la rubia que estaba entre sus brazos.
—¿Puedo decirle mamá a Camz, mami?—Lauren no tardó en mirarme sorprendida por ello
por lo cuál solo respondí encogiéndome de hombros porque estaba igual de sorprendida por
ello.
—¿Mamá?—preguntó enarcando la ceja —Vaya eso no lo esperaba de ti señorita — comentó
antes de ponerla sobre la cama, Noe frunció el ceño a ante aquella respuesta y se limitó a
notar como la mirada de Lauren seguía confundida frente a esa pregunta.
—¿Está mal?— preguntó rápidamente la ojiazul.
—No, puedes decirle como quieras siempre y cuando Camila esté de acuerdo —respondió con
esas sonrisas tan únicas que llenaban mi vida.
—No podría estar en desacuerdo —argumenté tímidamente porque aún seguía digiriendo la
forma en que todo se había dado, no podía creer que realmente estuviera pasando y por
primera vez en mi vida no me sentí sola sino que me sentía integrada a una familia.
—¿Entonces puedo llamarle, mamá?— preguntó emocionada la rubia, Lauren se acercó a mí
para atraparme entre sus brazos antes de besar mi cabello.
—Siempre y cuando me demuestres cuanto me amas — Sinceramente creo que no existía
nada más sorprenderte que ver como los ojos de aquella pequeña podían iluminarse más que
las propias estrellas porque ahí estaba sorprendiéndome como si de una constelación frente a
mis ojos se tratase.
—Infinito como las estrellas —respondió arrugando la nariz.
—Yo te amo aún más —dijo la ojiverde antes de sentir como sus caricias hacia mi espalda
eran lo único que me conectaban a la realidad produciéndome un par de cosquillas que ni
siquiera podía representar en sonrisas mientras mis mejillas se encendían frente a la calidez
de cada uno de sus gestos de cariño —Tus juguetes están en la ducha señorita, no creo que
sea necesario que te ordene que los dejes en la cama ¿cierto?.
—No mami — aseveró Noe antes de ir al baño por los juguetes que Lauren mencionaba,
ambas nos quedamos mirándonos por unos segundos como si fuéramos dos desconocidas
unidas por la misma sensación de que estábamos destinadas a ser felices juntas.

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—¿Qué sucede?— preguntó preocupada al notar como las lágrimas simplemente caían de mis
mejillas porque ya no podía seguir apartándolas de mi mirada, Lauren no tardó en comenzar
a quitarlas de mi rostro a través de sus pulgares deslizándose suavemente sobre mi piel
sembrando una primavera en mi invierno que no deseaba que jamás dejase de existir.
—Me dijo mamá, Lauren —susurré atragantándome con mi propia emoción, esperé unos
segundos. A que las palabras lograran salir de mis labios pero no lo hicieron por lo cuál la
pelinegra no tardó en acariciar mi cabello para robarme un beso de mis labios, uno que
solamente me demostraba la sinceridad que había de parte de su amor —Es— ella me quitó el
aliento con un par de besos que mostraron el punto de inflexión que nacían entre nuestros
corazones destilados de amor y como al final de todo solo era una simple esclava de sus
besos, de su mirada y la forma en que sus palabras se volvían la mejor banda sonora de esa
película que vivíamos.
—único, lo sé—murmuró con una sonrisa antes de vagar errante por mis mejillas como si
quisiera construir caminos a través de sus manos sobre mi rostro, su mirada se podía
comparar con las estrellas pero aún así sería ofenderla porque la belleza con ella llegaba a
una potencia nunca antes vista mientras sus ojos me miraban como si fuera parte de lo más
importante que tenía —Estoy igual de sorprendida.
—No te molesta ¿cierto?—pregunté ante el hecho de que finalmente
yo solo era una persona extraña mientras que Noe era su hija, sin embargo, Lauren solo rió
ante ello antes de dejar un beso profundo sobre mi mejilla llenando todos mis rincones con
amor puro.
—¿Por qué debería?, Noe decidió llamarte así porque te quiere, lo cual solo me hace feliz ya
que siempre va a ser importante lo que sienta mi hija
—admitió antes de tomar mis manos y ubicarlas en su cintura —Tranquila, yo también lloré
cuando aprendió a decirme mamá, es algo normal que te recuerda que las simples cosas de
la vida pueden ser más valiosas que cualquier cosa material
—concretó con esa sonrisa que era capaz de dibujar los más lindos paisajes entre medio del
lienzo de mi mirada, si me hubieran dado algo que escoger antes de morir, definitivamente
sería tener la suerte de por unos segundos ser la dueña de aquella mirada. —Te amo —
murmuró juntando su frente con la mía mientras nos exiliábamos a la película que nacía
cuando nuestras almas se encontraban, su mirada profunda y llena de sabiduría se mezclaba
con la visión enamorada que delataba mi semblante. Sus ojos se cruzaron con los míos
siendo parte de esa melodía que solo nosotras podíamos entender mientras que la
temperatura subía entre nosotras.

Sus labios de chocolate me invitaban a pecar constantemente mientras nuestras manos


ilegales sin ningún tipo de sabiduría de su parte simplemente se atrevieron a recorrer el
rostro de la otra en un eterno eclipse que no quería que terminara jamás, no obstante,
ambas reímos ante el hecho de que ninguna sabía como reaccionar frente a los sentimientos
que nos delataban por lo cuál solo nos quedamos unos segundos sintiendo más que pensando
y viviendo más que soñando porque ella era mejor que un simple sueño ó una ilusión.
Ella era todo lo real que tenía.
—Mamá el señor oso dice que quiere beso de despedida —dijo entre pequeños saltos Noe
mostrándome uno de los juguetes que tenía entre sus brazos, más exactamente aquel oso
café que me había acostumbrado a ver por todos lados.
Yo sonreí acariciando las mejillas sonrosadas de la pequeña rubia antes de besar al oso que
tenía un corbatín rojo separando su cabeza de su cuerpo.
—Oh, nos vemos más tarde señor oso — contesté haciendo que Noe chillara de felicidad
frente a ello y dejara finalmente todos los juguetes ordenados sobre la cama como si la
estuvieran esperando a que ella regresara para luego tomar mi mano en una orden silenciosa
de que ya estaba lista.
—No olvides tu chaqueta copo, no quiero otro resfriado— sugirió Lauren mirando hacia el sofá
donde se encontraba la chaqueta café de Noe.
—Está bien, mami —comentó soltando mi mano antes de tomar la chaqueta y ponérsela
mientras ambas mirábamos con atención todo lo que estaba haciendo, Lauren no tardó en

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tomar mi mano dejando que esos segundos donde solo importábamos nosotras dos se
reflejaran a la perfección en aquella habitación hasta que nuevamente volvíamos a la realidad
donde solo podíamos ser amigas.
—¿Quieres ir hoy con mamá?—preguntó la pelinegra a Noe cuando
el taxi se estacionó fuera del hotel a lo cuál ella asintió emocionada.
—¿Puedo?— refutó con una mirada llena de ternura que solo me
hacía derretirme.

—Claro—murmuró sin dejar de sonreír.


—Gracias —le dije porque sabía que ella entendía lo emocionada
que estaba frente aquel momento, la ojiverde asintió antes de acariciar mi mano como si
fuera un gesto de rebeldía entre medio de la opresión que vivíamos porque no era normal lo
que nosotras sentíamos hacia la otra, sin embargo, creo que volvería a pecar mil veces más si
todas ellas llevaran en sus letras el nombre de la única persona que me había robado el
corazón.
—No hay de qué—manifestó antes de acercarse a mí dejando que todo mi cuerpo se
estremeciera ante el sonido de su voz —Veo mi futuro en tus ojos
—susurró antes de entrar al taxi y volvernos esas dos personas extrañas que éramos frente a
las miradas de todo el mundo pero que a través de pequeños gestos que alimentaban
nuestros corazones nos atrevíamos a vencer aquella distancia.
Esos momentos que le daban color a nuestras vidas grises.

Las luces de navidad de aquel árbol parpadeaban entre medio de las sombras que proponía
aquella habitación que tanto conocía, siempre pedía la misma para éstas fechas, siempre
viviendo la misma sensación que me emocionaba al ver la magia de la navidad reflejada en
un simple árbol llenos de colores, sin embargo, hoy era algo tan distinto que sentí como mi
corazón se encogía ante la calidez de poder abrazar momentos que solía creer que eran
imposibles para alguien como yo.

Había vivido toda mi vida sin sentir lo que la palabra familia podía significar y aunque sabía
que solo iba a ser una sensación efímera que terminaría cuando nuestros caminos se
separaran de la forma en que debía ser, no podía dejar de seguir sintiéndome como la
persona más especial del mundo por tener la mejor escena del mundo frente a un árbol de
navidad y cientos de sueños que se derrochaban entre nosotras cubriéndonos de esa manta
esperanzadora que solo existía en éstas fechas.
—Mamá —dijo Noe llamando mi atención y yo sonreí poniéndome de su tamaño —Creo que
olvidaste mandar esos regalos a las niñas de la casa hogar
— comentó señalándome todos los regalos envueltos entre medio del piso del árbol. Yo reí
ante ello antes de acariciar su mejilla notando como ella fruncía el ceño ante mi reacción.
—Son tuyos —contesté encogiéndome de hombros — Son solo tuyos —respondí notando
como la pequeña ojiazul se quedó en silencio como sino supiera que decir frente a mis
palabras y no tardó en buscar la mirada de Lauren para confirmar lo que le estaba diciendo.
—Pero son muchos —refutó en un hilo de voz tan dulce que solo
seguí escuchando su respuestas —Y Santa ya mandó mi regalo, ¿Estás segura que son
míos?—volvió a preguntar insegura ante ello por lo cuál Lauren decidió intervenir abrazando a
su hija.
—Son de parte de Camila y míos, cielo —comentó acariciando con suavidad la mejilla de su
hija —Feliz navidad, copito —agregó con una sonrisa que definitivamente se merecía el cielo
por solo haberla esbozado entre sus labios, la pequeña rubia asintió entre lágrimas antes de
tirarse en los brazos de Lauren con esa misma inocencia y pureza que siempre me
enamoraba en la relación que tenían ellas dos, no obstante, cuando Noe decidió buscar mis
brazos como su refugio fui yo quién se encontró frente a pequeñas lágrimas de emoción en
aquel momento.

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No sé cuanto tiempo estuvimos así pero si fui consciente cuando la pequeña rubia se acercó
hacia los regalos que decoraban el árbol con sus ojos como diamantes refractando la luz de la
inocencia de su corazón, comenzó a abrir emocionada cada uno de ellos y con ninguno dejaba
de sorprenderse dejándome sorprendida ante el hecho de que jamás había visto a alguien
con tanta felicidad de su parte, era como si el cielo se le hubiera presentado a través de
cosas que a mi me parecían sin valor alguno.
Podía haberle regalado una juguetería entera y hubiera obtenido la misma emoción de su
parte que nació con recibir solo un par de regalos. Sin embargo, fue más impactante notar
como Lauren también se emocionaba a través de la felicidad de su hija, ella la miraba con la
misma incandescencia que solo un amor tan puro como el de una hija con su madre podía
ofrecer.
Suspiré frente a esa imagen y el hecho de que jamás la tendría, no obstante, en aquellos
minutos mis problemas dejaron de ser importantes para darle paso a una felicidad que jamás
creí que sería capaz de llenarme el pecho.
—Éste es para ti mamá —dijo Noe mientras tomaba mi mano para que me acercara al
pequeño regalo envuelto en un papel brillante, yo sonreí antes de agradecer por ello
sintiendo como la emoción me carcomía porque estaba impresionada de que se hubiera
acordado de mí. Mis manos temblaron ante el suave contacto del papel rozando mis ilusiones
y me sorprendí al ver lo que había detrás de este, era el cuaderno que Noe llevaba a todas
partes donde en la portada negra llevaba con acuarela un mamá en grande que me hizo
soltar un par de lágrimas —¿Te gusta?—me preguntó sonriendo antes de abrazarme — Están
todos los dibujos que hice con tus colores mamá, así cada vez que no estés conmigo podrás
llenar tu mundo de todos los colores posibles —sentenció dejando que sus ojos azules se
llevaran todo el amor que nació de aquel momento, yo asentí sintiendo como sus pequeños
brazos se rodeaban de mi cuello y Lauren sonreía frente a esa escena siendo testigo de la
dulzura con la cuál ella había criado a su hija y que ahora solo se reflejaba frente a la
pequeña, no fue difícil notar como el orgullo que siempre se mostraba en sus ojos verdes por
mirar a la ojiazul era lo único que resplandecía en su mirada.
Los minutos dejaron de ser contados mientras todo sucedía en una sucesión de imágenes que
no parecían reales, a veces llegaba a tener la duda interna si era tan solo un sueño y mañana
me levantaría sola en aquella habitación, sin embargo, frente a ambas llenas de amor era
imposible pensar más allá que en ellas.
—Estaba emocionada por dártelo —murmuró Lauren tomando a Noe quién se había quedado
dormida entre mis brazos luego de la emoción que hubo tras abrir sus regalos, yo le sonreí
notando como la pequeña rubia reconocía a su madre porque simplemente se dejó llevar
frente a las caricias de su parte — Pasó toda una semana llenando cada página sin descansar
—aseveró acariciando el cabello ondulado de Noe antes de poner un pequeño beso sobre su
frente — Espero que te haya gustado — susurró finalmente y yo asentí ante ello sin saber
que más decir.
—Gustar es poco—sentencié con una sonrisa mientras mis dedos pasaban delicadamente por
las hojas del cuaderno —Es lo más bonito que he tenido jamás—musité buscando su rostro —
Ustedes son lo más bonito que me ha pasado
—contesté sin sentir culpa en ninguna de esas palabras, notando como éstas se mostraban
entre la sinceridad profunda y un amor impredecible.
La pelinegra no dijo nada pero pude sentir como su mirada triste lograba decir la realidad que
nos golpeaba, nuestro tiempo se había acabado y volver a ser extrañas nos dolía aunque
quisiéramos ignorar aquella verdad sombría que cubría nuestras vidas.
No tardó en acostar a Noe en su habitación mientras yo miraba con detenimiento como el
amor que sentía hacia su hija era indudablemente hermoso como si hubiera nacido para
amarla más que a nadie, ambas estaban destinadas a estar juntas por la unión de situaciones
que nadie debería pasar menos ellas quienes no dejaban de ser la dulzura andante.
—Creo fielmente qué hay personas que están destinadas a estar juntas —murmuré
obteniendo la atención de la ojiverde —Noe y tú son la más grande prueba de eso —susurré
con una sonrisa llena de ternura entre mis labios, Lauren no dijo nada y solo se quedó en
silencio mirando por unos segundos a su hija antes de acariciar mi mano con la misma

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delicadeza que siempre disponía hacia mí y sin más me abrazó sintiendo como nuestros
corazones lloraban frente al dolor de dejar ir lo mejor que habíamos tenido ambas.—Te voy a
extrañar mucho —dije sintiendo como las lágrimas de la pelinegra creaban océanos entre mis
ojos oscuros que eran iluminados por la luz de la chimenea, ninguna de las dos se atrevió a
decir nada más sino que dejamos que el silencio gritara todos esos sentimientos que se
derivaban del hecho de que ambas habíamos aceptado que lo nuestro no podía ser y de cierta
forma solo agradecíamos que hubiera sucedido.
Debía ser muy triste vivir toda una vida sin sentir el amor.
Yo la había vivido y ella también por lo cuál que haya sucedido era lo único que podíamos
pedir a nuestras vidas grises que se atrevieron a pintarse con los colores de algo que era
desconocido por nosotras.
—Quiero mostrarte algo —murmuró quitando esas lágrimas salvajes
que aparecieron bajo su mirada y yo asentí obedientemente ante la forma segura en que su
mano encajó sobre la mía, realmente extrañaría esa conexión única que nacía entre nosotras
dos.
Por unos segundos realmente pensé qué tal vez habíamos nacido para sentir esa conexión,
sin embargo, esa idea se esfumó al saber que nacer no significa que esa persona esté
destinada a estar a tu lado.
Nosotras no estábamos destinadas a estar juntas, al menos no en
ésta vida.
Lauren me llevó hacia mi habitación ordenándome a que cerrara los
ojos frente a la expectativa de algo que no tenía ni la más mínima idea de que trataba, sin
embargo, una sonrisa fue capaz de opacar la tristeza cuando escuché como Sinatra sonaba
entre nosotras mostrándose como el autor de cada uno de los latidos de amor que nacían en
aquel cuarto.

Mis ojos seguían cerrados pero mi corazón estaba alerta frente a cualquier movimiento,
sintiendo como mis defensas se mostraban en todo su esplendor hasta que pude sentir como
las manos de la pelinegra repasaban mi rostro como si quisieran recordar por siempre cada
facción, cada punto y cada sonrisa que había sido utilizada bajo su nombre.
Sus labios penetraron mis santuarios dejando que el aprendizaje eterno sobre como sentirme
en el paraíso y en el infierno en el mismo instante se mostrará dejándome sin aliento. Tan
profundos, tan dulces y a la vez tan inalcanzables eran ese par de pétalos que escribían sobre
mis tímidos labios como ella me amaba de la misma manera enloquecida con la cuál yo lo
hacía.
La cordura dejó de estar entre nosotras entre aquellos besos llenos de amor que iba más allá
de la definición de abominación ó enfermedad con la que todos los categorizaban. Sus besos
eran magia pura y desenfrenada que aparecía en mi vida volviéndose lo más real que había
sentido en mi vida y qué tal vez sentiría.
—Quiero que te lleves el mejor recuerdo mío —comentó acariciando con delicadeza mi mejilla
dejando que mi mirada se perdiera frente a sus grandes ojos verdes que pretendían ser la
maravilla más grande que había visto en mi vida
—Quiero que cuando me recuerdes pienses en mis ojos buscándote a ti como su única
gobernante suplicándote que infundas tu amor sobre ellos para poder darles una vida y un
sentido —murmuró —Mis manos llenando tu alma con devoción de los sentimientos que
traspasan los límites de mi corazón —afirmó tomando mis manos dirigiéndolas con suavidad
hacia su corazón —Mi corazón latiendo descontrolado por ti y mi amor desenfrenado sufriendo
al saber que no podemos regalarnos la eternidad aunque así lo deseemos —musitó dejando
que su voz se rompiera frente a esas palabras, yo me acerqué a ella besando su frente
sintiendo como mi mundo cambiaba solo con aquel simple gesto mientras Sinatra seguía
sonando como la primera vez que le había enseñado a bailar a Lauren, sonreí frente a ese
recuerdo antes de abrir mis ojos nuevamente y ver la mirada enamorada de una chica que
me estaba
ofreciendo algo que deseaba con tantas fuerzas y que solamente pude saber que lo deseaba
gracias a ella.—Eres la reina de mi cuento de hadas y de mi corazón

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—sentenció dejando que un par de lágrimas escaparan de sus ojos y yo me atreviera a
quitarlas a través de un simple abrazo que intentaba con todas sus fuerzas quitar aquel
esbozo de triste realidad que nos tocaría vivir sin la otra.
—Te amo, Lauren —le susurré acariciando su cabello — Ni aunque viviera mil vidas más
podría volver a sentir todo lo que siento con solo mirarte, con tener el honor de amarte —
respondí con un tímido beso sobre sus labios que ella aceptó de esa forma tan suave y
temerosa con la cuál teníamos para expresar nuestro amor — ¿Si tenemos la oportunidad de
volver a juntarnos en otra vida, me esperarás?—le pregunté obteniendo una pequeña sonrisa
de su parte antes de que su tacto quitara todos los refuerzos protectores que se encontraban
en aquel momento tratando de que mi alma no se destruyera frente al inminente final de
nuestra historia.
—Te esperaré por siempre —musitó tomando mis manos para que me levantara de la cama y
siguiera el compás que la canción estaba proporcionando a través de sus pasos inseguros,
llenos de errores que solamente me hacían pensar en lo perfecta que era ella.
—¿aquí viene el adiós?—pregunté mordiendo mi labio para no llorar y Lauren chasqueó la
lengua de una forma negativa antes de besar mi frente.
—Jamás habrá un adiós entre nosotras —susurró dulcemente buscando mi mirada —Mientras
mi corazón siga latiendo frente a tu nombre, seguirá existiendo un hasta pronto mi amor
eterno —respondió dejando que las lágrimas nos partieran en dos, la melodía seguía,
nuestros pasos intentaban acoplarse a la canción pero nosotras estábamos destruidas frente
a ese amor que tenía todo para ser pero finalmente no debía ser. —Mientras siga
perdiéndome y cayendo rendida ante tu mirada jamás habrá un adiós, Camila —contestó
mientras el rocío que caía de sus ojos se convertían en el brillo de su rostro —Te amaré hoy,
mañana y cuanto dure mi simple vida humana, mi reina —susurró acariciando mi mejilla ante
el tembloroso dolor de nuestras manos que se fijaron en nuestros labios mientras la noche
seguía desenvolviendo su capa de soledad frente a nosotras.

—Creo que no te alcanzaría la vida para olvidarme —refuté riendo por ello notando como
Lauren asentía ante ello.
—Soy culpable de todas esas frases suicidas que solamente piensan en alabarte —agregó
entre un par de risas tan tímidas y tan llenas de ternura que no sentí como si fueran mías,
eran demasiado perfectas para llevar el nombre de una simple mortal.
—Supongo que la razón ganó al corazón —murmuré sosteniendo sus manos antes de darle
una pequeña vuelta para finalmente acercarla aún más a mí como si el miedo de perderla se
estuviera presentando desde siempre.
—Supones bien —afirmó —Creo que es mejor callarse porque es
más cómodo engañarse —puntualizó —Aunque en silencio seguiré queriéndote solo a ti —
argumentó reposando su cabeza sobe mi pecho sintiendo como nuestros corazones lloraban
frente a la perfección de la melodía mezclada con esa magia que solo las dos podíamos crear.
Nuestras respiraciones se acoplaban frente a ese sonido tan fuerte y a la vez tan débil que
nos llenaba de vida mientras que nuestros pasos seguían siendo tan inseguramente perfectos
que era la escena más especial de nuestra película.
La escena final donde se suponía que los protagonistas quedaban juntos y vivían por siempre
felices.
Sin embargo, a pesar de que nuestra película estaba sucediendo en la vida real, esto no era
suficiente para quitar ese final perfecto ya que la tenía a ella siendo tan hermosa, tan única y
solo mía dándome la mejor escena de mi vida.
Bailábamos en la oscuridad sintiendo como la perfección de cada una se desencadenaba del
rumbo normal que debía tener y mostraba sus colores más hermosos a través de la magia de
nuestro amor.
Nuestros mundos chocaron dejando que la oscuridad abrazara a la luz y la belleza se dejara
llevar por la inseguridad, ninguna de las dos estaba segura de lo que hacía pero nuestros
cuerpos llenos de colores sin fín y vida crearon sus propias pautas frente aquel momento
dejando que los labios de Lauren traspasaran los centímetros fijos en mis clavículas mientras
mi mirada seguía inquieta cada uno de los reflejos de ese sentimiento que nos aprisionaba,

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nos torturaba y a la vez nos llenaba de una libertad correspondida que jamás habíamos
sentido.
Sus manos sonrientes dejaron que la canción terminara para que sus ojos verdes tan llenos
de dicha, tan llenos de pecados y a la vez tan llenos de amor finalmente fueran los que
dominaran aquella escena haciendo que mi cuerpo reaccionara frente a cada uno de sus
estímulos. Sus dedos perfilados traspasaron mi espalda en busca de aquel cierre que
incrustaba mi vestido a mi piel y entre un par de miradas inseguras de mi parte la dejé llevar
la batuta de aquella sinfonía tan única que vivíamos.
—Me encantan los lunares de tu espalda —susurró besando con delicadeza mientras sus
manos se encargaban de desatar la desnudez de mi cuerpo y de mi alma frente a sus
susurros de amor —Eres tan perfecta, tan hermosa que no me caben palabras para
describirte, mi reina — musitó dejándome encantada frente a la magia que ella realizaba—
¿Por qué tiemblas?—me preguntó tiernamente buscando mi mirada —No te haré nada que no
desees —aseveró acariciando mi mejilla y yo asentí sintiendo como la proximidad de nuestros
cuerpos, sus labios incrustados en mi piel esparciendo esa lluvia de estrellas que su sonrisa
expresaba siempre que podía y la magia con la cuál desenvolvía al amor de su corazón me
dejó anonadada.

—No sé si te vaya a gustar mi cuerpo —refuté sintiendo como la vergüenza de mi desnudez


me cubría de inseguridades que jamás había dicho a voz alta, Lauren me
miró con todo el amor del mundo antes de posar sus labios sobre los míos en un ritmo que
ella controlaba a la perfección.
—Pienso que nunca he visto a una chica más hermosa que tú
—contestó con una sonrisa.
—Soy la única que has visto sin ropa —concreté enarcando la ceja frente a su pregunta.
—Es cierto —afirmó antes de tomar mis manos y acercarlas a las tiras de su vestido blanco —
Pero aún seguirás siendo la única que es dueña de mi corazón —concretó haciendo que éstas
bajaran las tiras de su vestido ofreciéndome una vista de su ropa interior — No estoy
desnudándote Camila —sugirió delicadamente —Estoy desnudando tu alma mientras que todo
lo que siento por ti intenta dejar su huella sobre tu cuerpo, eres hermosa es cierto pero
aunque no lo fueras físicamente mis ojos seguirían contemplándote como lo más bello que
existe porque eres su musa y la perfección que ellos desean admirar —comentó dejando que
aquel miedo de a poco dejara mi cuerpo, sinceramente estaba nerviosa ante el hecho de no
tener ningún tipo de experiencia frente a lo que estábamos haciendo, Lauren la tenía y tenía
miedo de que nuestra última vez juntas solo sea una acumulación de decepciones que yo no
podría tener como el último recuerdo de ella, sin embargo, su sonrisa segura me hizo tirarme
a aquel océano de inseguridades y solo buscarla a ella como el faro que necesitaba para
sobrevivir. —Cada centímetro de ti está lleno de perfección, desde la curva más bonita de tu
cuerpo —sugirió acariciando mi rostro
—Hasta la forma tan única que tienes para enfrentar los designios que la vida puede ofrecerte
—argumentó dejando que sus besos se humedecieran entre mi cuello y mis ojos reprimieran
todos los gritos de miedo que sentían hacia esa atracción que demostraba la locura y la poca
cordura que ya quedaba en nuestro semblante.
Mis manos inseguras buscaron sus puntos de inflexión mientras su cuerpo esculpido bajo los
reflejos de la luna era adornado por la calidez de la noche que se mostraba eterna en aquella
habitación, todo su cuerpo era un lienzo que deseaba llenar de tinta roja de mi corazón, del
azul de mi alma y el dorado de una eternidad.
Ambas estábamos desnudas admirándonos como si fuéramos lo único que existía en aquel
momento, el silencio se inmutó frente a nosotras mientras nuestros ojos desfilaban buscando
el perfil de la otra como si buscáramos una sincronía, como si intentáramos que los secretos
de nuestras pasiones que nacían por aquel encuentro de lienzos sin pintar lograran quedarse
de acuerdo y así fue cuando Lauren se acercó a mí con esa sonrisa triunfadora buscó mi oído
ante una señal latente de pecado en su mirada.
—Entre las noches se ocultan mis más grandes deseos —recitó
suavemente.

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—Porque es el único momento en que mi alma puede ser
completamente desnudada —afirmé sintiendo como sus manos me guiaban hacia la cama y
extendían entre besos impuros y sentimientos que eran causas de
excomunión, la única certeza que vivíamos en aquel momento y que era que deseábamos
que la luna no apartara su luz de noche frente a nosotras mientras nuestros corazones
seguían danzando gracias a emociones teñidas de abominaciones.
Éramos pecadoras, éramos ángeles caídos pero entre sus besos yo solamente quería vivir el
infierno una y otra vez entre la incertidumbre que nacía frente a cada caricias, cada pintura
sin dibujar, cada palabra sin nota, cada gemido compasado con ese mar donde ahogábamos
todos nuestros males.
Éramos una sola sintiendo como todo su cuerpo se volvía la prueba pasional de que no
teníamos cura frente a la enfermedad desarrollada frente a nuestros deseos de convertir en
besos todos nuestros intentos de amor.
Nuestras respiraciones se convirtieron en la melodía de aquella batalla que nacía entre cuál
de las dos se dejaba llevar por la locura de nuestras manos ilegales y de nuestros besos
infinitos, ambas deseábamos que aquel momento durara la eternidad pero ni siquiera
sabíamos lo que era un segundo de aquella noche porque nuestras emociones estaban
ocultos entre las capas del placer.
Sus labios se volvieron mis marcas mientras que mis manos se convirtieron en aquel
reproductor de ese sonido tan dulce que salía de su boca.
Nuestras miradas fueron las señales que necesitábamos para saber como seguir aquel
compás lleno de una melodía que nuestros corazones nunca habían tocado y que a pesar de
eso no dejaban de ser perfectas.
Cada movimiento, cada sentimiento pintado, cada mar alcanzado, cada suspiro, cada gemido
se convirtió en el baile estelar de aquella noche y cuando el cansancio dejó atrás aquellos
destellos de secretos y desnudez, reposé mi cabeza sobre su pecho sintiendo como éstos
eran un paisaje explorado y marcado bajo mi nombre, ambas sonreímos ante ese momento
en donde nada podía ser imposible, ese momento en que nuestras vidas se dejaban llevar por
los latidos de cada una.
Sin embargo, bajo la luz de besos infinitos y un amor con nombre y apellido; ambas
finalmente caímos rendidas entre lágrimas de frases de amor que las dos sentíamos y
vivíamos.
No estábamos seguras de porqué llorábamos, no entendíamos si era el reflejo después de que
nuestras almas fuesen liberadas ó porque sabíamos que a través de aquel acto de intimidad
fortuita estábamos pactando nuestro final.
Sus lágrimas se convirtieron en las mías como las mías fueron las suyas mientras sabíamos
que ese era el capítulo final de esa historia de amor.
Y mientras más nos acercábamos la una a la otra, más reducido era el tiempo en que esta
vida iba a ofrecernos felicidad.
Porque una vida por delante había sido canjeada por un par de días llenos de felicidad
desatando la crueldad con la que el destino jugaba sus cartas.
Al final de todo, supimos porqué llorábamos.
La razón era tan simple como el hecho de que probablemente ésta vida no nos alcanzaría
para dejar de sufrir por la separación que marcaría el final de nuestros días.
............................................................................
Lamentó el hecho de que no pudieran leer los caps anteriores no sé que sucedió y tampoco el
tiempo ha estado a mi favor, sin embargo, aquí está mi recompensa jaja.
Si buscan en mis historias smut explícito, nunca lo van a encontrar.
Sinceramente no sé escribirlo pero si sé darle palabras a ese amor que nace hacia otra
persona y el deseo de entregarte en alma y cuerpo.
Definitivamente de todo el tiempo que llevo escribiendo, ésta ha sido la escena más hermosa
que he escrito y la única que me ha hecho llorar.
DISFRUTEN MIENTRAS PUEDAN YA NO QUEDA NADA.
Con amor, Taylor.
Capítulo 46: What hurts the most

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I can take the rain on the roof of this empty house That don't bother me
I can take a few tears now and then and just let them out I'm not afraid to cry every once in
a while
Even though going on with you gone still upsets me There are days every now and again I
pretend I'm ok But that's not what gets me
de 10 Camila
Mi mirada quedó totalmente hipnotizada bajo el efecto que podía producir aquel par de ojos
verdes salvajes que invadidos bajo las sombras de secretos que conocía uno a uno y de
penas que llevaban múltiples nombres, se mostraban como una obra de arte abstracto tan
llena de vida como a la vez tan llena de muerte.
A través de aquellos ojos había aprendido múltiples veces como la muerte no es el fin sino
que el inicio de un nuevo capítulo y como las penas podían ser fácilmente cubiertas bajo la
disculpa de que no es necesaria mostrarla al mundo sino más bien guardarla como si fuesen
heridas de muerte que necesitaban toda la protección posible bajo los cimientos que podía
ofrecer como refugio un alma atormentada por los infortunios de la vida.
Sin embargo, a pesar de que esos ojos verdes estaban seriamente sumidos en la tristeza
procedente del punto más recóndito de la pelinegra, no podía objetar que seguían
atrayéndome como si se tratase de estrellas bajo la noche como si fuese la brújula que
necesitaba en mi camino, era increíble como podía seguir cayendo una y otra vez bajo el
hechizo mágico que solos sus ojos podían ofrecerme de esa manera tan extraña y a la vez
tan viva.
Era simplemente inevitable no sentirme totalmente aprisionada frente a su mirada y la forma
en qué a pesar de que el tiempo pasara entre ambas, nuestras miradas seguían chocando
dejando que una lluvia de estrellas se presentase ante la oscuridad de mi mirada y la luz que
había en sus ojos claros.
Creo que ni siquiera aunque pasaran mil vidas, sería capaz de superarla, no obstante, aquello
no era lo importante en aquel momento sino que lo era el hecho de que desde que la conocía
jamás había sentido como todo su cuerpo se rompía en pedazos entre mis brazos mientras
sus lágrimas eran el único panorama impuesto.
A veces la fortaleza es solo una mentira que intentamos crear entre nos esfuerzos para no
doblegarnos pero mientras al mundo le mostramos algún tipo de dureza ante los golpes que
nos dan la vida, nosotros por dentro tratamos de borrar las huellas de esas abolladuras hasta
que finalmente un golpe; sea grande ó pequeño es capaz de derrumbar nuestras protecciones
y caemos rendido ante el hecho de que estar destruido es el único consuelo que busca
nuestra alma frente al
dolor.
Mis manos viajaban entre sus cabellos tan negros como la noche
que se estaba presente en el ocaso del día tan duro que le había tocado vivir, ninguna de las
dos había dormido nada en las últimas horas pero aún así el cansancio no era tan fuerte
como el hecho de que verla fragmentada sin poder ayudarla me dolía más que nada en el
mundo.
Mi orgullo no era suficiente como para crear algún tipo de barrera ante su sufrimiento dado
las pésimas condiciones en que nuestro amor se había mostrado en un principio, ni siquiera
era capaz de negarme a sentir como mi corazón se doblegaba ante su sufrimiento y es ahí
cuando entendí que nunca existía una razón suficientemente grande para que el tiempo se
detuviera.
Muchas veces solíamos enojarnos con las personas y aunque tuviéramos razón para aquella
faceta en nuestra vida, solíamos encerrarnos ante esa realidad y dejar que el tiempo pasase
sin si quiera pensar por unos minutos que éste jugaba a nuestra contra y en cualquier
momento la vida podía ser parte de nuestro escenario dejando que esos momentos de enojo
se transformasen en los últimos que habíamos compartido con esa persona.

Nada me podía asegurar que pudiese encontrar en la mañana a Lauren ó que yo pudiese

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seguir con vida un día más, por lo cuál la idea de perder tiempo con aquella pelea interna
entre nuestros sentimientos era solo estupida, no obstante, respetaba el hecho de que ella no
quisiese nada en lo que pensar en este momento por lo cuál solo le mostré mi amor de la
manera más pura posible, sin ataduras, sin recuerdos.
Era solo el amor que siempre había existido de mi parte hacia ella.
Recosté mi cabeza bajo la pared de mi habitación mientras Lauren seguía intentando que sus
lágrimas dejasen de abatir su rostro y que el cansancio finalmente fuese parte de su
panorama para poder conseguir un par de horas de sueño que no habían estado presente en
todo el día. Suspiré mientras mis manos seguía acariciando su cabello sintiendo com me
sentía tan extrañamente lejana a lo que sucedía como si mi trabajo fuese solo el hecho de
estar junto a ella, no podía sentir su dolor; ya no existía esa conexión que habíamos
descubierto a través de nuestras largas noches llenas de conversación.
Aún existía el recuerdo que me calentaba entre su frío cuerpo y también era potente mis
deseos de besarla y hacerla mía en aquel momento, sin embargo, ese detalle de no ser capaz
de imaginar lo que estaba sufriendo ni tampoco sentir como lo estaba pasando, me dejó
atónita frente a su situación y fue solo la respuesta colateral del hecho de que el tiempo
estaba pasando entre nosotras aunque eso fuese lo último que deseábamos para nuestros
futuros.
Los minutos pasaban y entre mis caricias y mis dudas pude notar como de a poco Lauren se
quedaba dormida entre mis brazos mientras su mirada cansada se veía más relajada de lo
que había estado en todo el día, yo sonreí al posar mis dedos sobre su rostro y acariciarlo
como solía hacer cuando estábamos juntas sin
necesidad de sentir aquella incomodidad de no saber como iba a reaccionar. Despejé el
cabello que caía en su rostro ocultándolo tras la oscuridad que éste mostraba y vi como de a
poco sus gestos se relajaban mientras mi mirada se perdía ante la fragilidad con la cuál se
presentaba Lauren entre medio de todas las mantas de mi cama y ella recostada bajo mis
protecciones.
Recorrí sus facciones con delicadeza mientras ella volvía a sumergirse ante la tranquilidad del
sueño.
—Realmente me tienes loca —le susurré para luego darle un beso en su frente —Creo que no
me alcanzarían ni mil vidas para poder superarte
—comenté más para mí que para ella, sin embargo, un bufido salió de mi parte al darme
cuenta de que la realidad era esa en dónde intentaba que fuese mentira el hecho de que no
podía olvidarla pero era solo una mentira que me carcomía porque yo solo quería pasar mis
días con ella.
No me importaba si existían inviernos en mi vida, yo no necesitaba de solo veranos.
Necesitaba saber que a pesar de que el frío apareciera cerrando sus caminos como solo el
invierno podía hacer; la tuviera a ella para que me hiciera sentir entre sus brazos que el
verano no había sido hace mucho.
Deseaba tomar su mano y estar segura de que estaba viva y qué podía hacerla sentir tan
única como ella realmente era.
El reloj no se detuvo ante mi monólogo mientras mis manos tampoco dejaban de acariciar su
cabello notando como ella estaba completamente sumergida ante el sueño cautivo de que
todo estuviese mejor cuando ella se levantara, no obstante, de vez en cuando me sacaba una
sonrisa ante esos gestos que ella producía mientras dormía,
No era la primera vez que me quedaba viendo como me llenaba de amor mientras dormía, de
hecho, era algo que ambas habíamos aprendido a través de la intimidad que de cierta forma
nos hacía sentir protegidas y que nos gustaba por lo cuál muchas veces nos turnábamos para
levantarnos antes que la otra y observar como dormía mientras llenábamos el cuerpo de la
otra de esas suaves caricias que deseábamos que nunca terminaran.

Sin embargo, creo que para todo hay un tipo de expiración dentro de su ser y eso sucedió
entre nuestras caricias seguras y nuestras palabras llenas de amor porque ahora éramos lo
más parecido a una amistad ó a desconocidas, sinceramente aún no encontraba la diferencia.
Las horas comenzaron a pasar mientras el hecho de que deseaba tener algún tipo de

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pensamiento más allá que las dudas que nacían bajo su nombre se hizo presente haciendo
que prendiera la televisión buscando algún tipo de refugio en la programación de siempre, a
veces pensaba que repetían una y otra vez las mismas películas y en canales parecidos que
no valía la pena seguir viendo películas, no obstante, mientras cambiaba de canal me di
cuenta como irónicamente las cuatro plumas se hizo presente bajo la presentación de su viejo
formato en donde Kate
Hudson no era la protagonista sino June Duprez bajo la dirección de Zoltan Korda.
Sonreí al ver como recién estaba comenzando y los negativos que ocurrían ante la técnica de
color precaria de la época eran más que notables, por un segundo sentí la curiosidad de haber
visto el estreno de aquella obra del cine clásico y de la literatura en general; sintiendo por
primera vez la diferencia entre una película a color de una en blanco y negro, quizás debía ser
como la transición del cine mudo a uno con sonido presente y era en esos momentos donde
el cine simplemente me atrapaba bajo sus alas de incomprensión porque tenía tantos
secretos, tantas historias detrás de él que era imposible imaginar todo el trayecto que había
tenido desde que dio sus primeros indicios de ser el séptimo arte.
La película siguió su camino normal mientras yo me sabía cada uno de los diálogos y los
comentaba sintiendo la misma sensación que me había traído aquella película, la primera vez
que la vi cuando era pequeña. Era fascinante las emociones que podían dejarte una simple
película con un argumento tan bueno y que se parecía mucho a la que representaría en un
par de semanas más, sin embargo, mi atención dejó de estar en ello cuando noté como
Lauren se removía entre mi cuerpo insegura de lo que estaba haciendo y yo dirigí mi mirada
hacia sus ojos cansados por todo lo que había sucedido.
—Puedes seguir durmiendo —le susurré con una sonrisa, sin embargo, la pelinegra parpadeó
un par de veces antes de refregar sus párpados con sus puños dejando que me enterneciera
ante la forma que ella tenía para levantarse, finalmente ella suspiró recostando su cabeza de
mejor forma sobre la almohada y miró hacia la televisión para ver que estaba viendo.
—¿Qué haces?—me preguntó con la voz rasposa que aumentaba cada vez que se levantaba y
que a mi solo me daban ganas de besarla ante ello, sin embargo, la idea de hacerlo ni
siquiera cayó bajo mis pensamientos y respondí a su pregunta.
—Las cuatro plumas—dije notando como ella finalmente se recostó jugando con mi mano —Si
quieres podemos cambiar de canal —argumenté y ella negó con una sonrisa tratando de
prestar atención a la película.
—¿Recién comienza?—me preguntó bostezando.
—Hace un par de minutos pero no te has perdido de mucho
—concreté haciendo que ella asintiera dejando que el tiempo girara tan despacio porque mi
atención no estaba guiada bajo la película sino más bien a través de esos ojos verdes que tan
enloquecida me tenían.
—¿Sabías que la protagonista de la película era lesbiana?—me preguntó seria y yo la miré
contrariada ante ello.
—¿De dónde has sacado eso?—fue mi respuesta y ella rió.
—Tengo algo que se llama internet, no sé si tú lo tengas pero yo lo utilizo bastante —
mencionó sarcásticamente y yo rodé los ojos.

—¿Lo utilizas para algo más que ver porno?—concreté riendo y Lauren no tardó en
golpearme el hombro entre risas.
—Sí, lo utilizo para ver algo más que porno —sentenció antes de volver al tema principal —
Pero como te decía, la protagonista es es bueno era lesbiana —argumentó segura.
—No lo sabía —argumenté encogiéndome de hombros y ella sonrío.
—La verdad es algo curioso porque verás, en Los Ángeles de los años veinte existía un club
que se llamaba el círculo de la costura donde éstas actrices se reunían en fiestas bajo el
nombre estúpido de juntarse a coser para mantener sus gustos anormales en aquella época
—comentó jugando con sus manos mientras yo miraba concentrada su conversación porque
no tenía ni idea de lo que ella me estaba comentando —En ese tiempo las actrices tenían
códigos de decoro que debían respetar sino no eran contratadas por lo cuál utilizaban éstas
reuniones para dejar ir la presión que sentían frente al machismo de la época y disfrutaban

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de los placeres anormales que sentían sus corazones.
—No lo conocía —refuté interesada ante sus palabras más que en la película y la pelinegra
asintió.
—Es como el circulo de lectura al cuál pertenecía Virginia Woolf, era la forma en que podían
ser libres en una época opresiva y estuvo presente hasta los años cincuenta donde el
movimiento por los derechos homosexuales se hizo más fuerte al igual que el hecho de
querer quitar las leyes raciales, son momentos en donde la historia me hace sentir orgullosa
de haber nacido en éste siglo donde puedo elegir tranquilamente con quién estar sin la
necesidad de que sea un hombre.
Sinceramente no me imagino lo horrible que debió ser para todas esas mujeres tener que
ocultar que no estaban interesadas en casarse con un hombre pero debían hacerlo para
mantener ésta imagen de chicas perfectas —comentó antes de suspirar
—Hasta en eso era más fácil para los hombres, ya que podían no casarse y ser felices en
secreto pero ellas estaban destinadas a vivir sus vidas infelices bajo la cama de alguien que
no amaban.
—Es bastante injusto realmente —agregué —Pasar toda tu vida buscando el amor y no
encontrarlo porque el camino es el incorrecto y prohibido, es bastante triste para decir verdad
—respondí haciendo que Lauren asintiera frente a eso.
—Aunque acepto que debió ser bastante interesante ir a alguna de esas reuniones —confirmó
encogiéndose entre risas —Es decir, tener a todas las chicas guapas de la época en una
misma casa bajo la idea de que van a hacer costuras y en verdad van a hacer otras cosas, es
bastante ingenioso y atractivo a través de todo el secretismo que había detrás de ello.
—Aprendería a coser solo por ello —refuté riendo sintiendo como Lauren acompañaba mis
risas entre ella—¿tú?—le pregunté haciendo que ella enarcara la ceja.
—Probablemente me portaría bien en esa época y no caería bajo la tentación de actos tan
indecorosos —afirmó haciendo que rodara los ojos —Vamos a
quién engaño, debieron ser momentos bastantes atractivos para las chicas cautivas bajo la
mirada del público y de todas las personas que estaban a su alrededor, además también
puede ser considerado como una forma de lucha a voces calladas. Es decir, estaban
enfrentando el sistema y las leyes con las cuáles podían hacerles daño, y lo hacían a través
de su ingenio.
—Te quiero —contesté sin siquiera ser capaz de ver más allá que mis propias palabras,
Lauren suspiró me miró como si buscase de laguna forma saber si era una mentira ó era real
pero hace mucho me había cansado de las mentiras por lo cuál no hubo nada más que el
sonido de la película entre nosotras y ese momentos en que sus manos comenzaron a
acariciar mis mejillas para luego aniquilar mis labios en un beso que ninguna de las dos tenía
pensado.
Sus labios seguían una danza eterna mientras los míos seguían aquellos pasos con discreción
e intentando no equivocarse en ninguno, nuestras miradas chocaron una y otra vez frente al
hecho de que no sabíamos como sacar todos esos sentimientos que nos desbordaban el
pecho y sus manos bajaron con timidez hacia mi espalda para que no hubiera ningún tipo de
limite frente a nuestra distancia. Sus besos seguían siendo casi la puerta al paraíso mientras
ninguna de las dos era capaz de decir algo más de lo que nuestros propios labios
sentenciaban como necesario a través de ese vaivén seductor que nos junto dejando que
esos minutos en donde solo existía el sabor de todos esos besos que habíamos dejado atrás
hace meses se hicieron presente sin necesitar explicaciones ni momentos ni menos de alguna
razón lógica por la cuál nacieron entre medio de aquella película.
—Yo también lo hago —susurró con una sonrisa mientras sus manos acariciaban mi cabello
para quitar algunos mechones que caían bajo mi rostro quitando el mejor escenario que podía
ver en mi vida, la forma en que sus ojos verdes volvían a tener aquel brillo tan hilarante lleno
de verdad en cada mirada que lograba mantener bajo la mía. —Mirada eterna que se
presenta en mis noches desiertas llenando de alegorías cada uno de mis pensamientos —me
susurró en mi oído dejando que mis sentidos se perdieran ante el sonido tan suave que
dejaban sus palabras, sonreí ante ello reconociendo uno de mis poemas favoritos y el que
había escuchado tantas veces de parte de esos labios tan seductores. Creo que eso era lo que

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me hacía seguir cayendo bajo las redes del amor que ofrecía Lauren, el hecho de que siempre
sabía que decir, siempre sabía como sorprenderme con la sensibilidad de su alma y la forma
como el más mínimo detalle se convertía en algo especial como ese simple montón de versos
románticos que solo ella era capaz de convertirlos es magia.
—Mirada eterna que se atreve a llenar su boca de pecados y pasiones imaginarias que solo
nacen a través de ella y que me azotan entre la distancia de tus ojos y de tu boca —recité a
Goeller mientras sus ojos me veían como si fuese lo más especial que tenían, mis labios
volvieron a buscar delicadamente los suyos dejando que todo se resumiese al hecho de que
podían pasar mil años pero aún así nuestro amor iba a estar presente.
Condenándonos una y otra vez a vivir lo que más nos dolía a ambas, el hecho de que el
pasado marcaba nuestro presente y eso era lo que más dolía.
What hurt the most parte 2

Diciembre, 1940 Los Ángeles

Lauren
—Dinah podrías dejar de molestarla, se va a poner a llorar de tanto
que la fastidias —sentencié acercándome a la pequeña rubia que descansaba entre los brazos
de mi amiga intentando no ponerse a llorar mientras Dinah le hacía caras raras, la morena
bufó antes de rodar los ojos y seguir jugando con el rostro de mi hija quién no tardó en
comenzar a hacer puchero hasta que rompió en llanto —Te lo dije
—resolví frunciendo el ceño antes de tomarla entre mis brazos para que se calmara
—Ya cielo, mami está aquí —le susurré llenando su frente de pequeños besos para que se
calmara, sin embargo, ella seguía llorando ante ello —Gracias Dinah —afirmé sarcásticamente
dejando que se notara el cansancio que llevaba desde que la bebé había nacido hace tres
días, aún no decidíamos que nombre ponerle pero hasta ahora Rose era el único que me
llegaba a convencer.
—No es mi culpa que arruguitas no quiera divertirse —rodé los ojos ante el apodo que había
inventado a la pequeña y solo me senté en la cama para asegurarme de que no necesitaba
un cambio de pañal ó si tenía hambre ya que eso era lo único que deseaba hacer sino lloraba
como si su vida dependiese de ello dejando atrás algún tipo de descanso que haya conocido
antes de que naciera, sin embargo, el mejor bálsamo contra aquel desfallecimiento mental y
físico siempre era ver como ella dormía ó como sus manos no eran más grandes que mis
dedos meñiques, era tan hermosamente pequeña, tan frágil que tenía miedo cada segundo
que pasaba de que pudiera pasarle algo y me hacía sentir de una forma que jamás hubiese
pensado que fuese posible. —Es una llorona —agregó a lo cuál yo solo suspiré.
—Es un bebé, ¿qué más esperabas?—respondí acariciando suavemente la mejilla sonrosada
de mi hija mientras ella comenzaba a calmar su llanto al sentir mi tacto —Tendré suerte sino
se trauma contigo y tus apodos hacia ella, ¿cierto mi amor?—la pequeña rubia se acomodó
entre mis brazos dando pequeños bostezos que me llenaron de ternura, no era necesario que
hiciera algún movimiento para sacarme una sonrisa porque era simplemente adorable en
cualquier momento, aunque llorara me encantaba ese momento tan único en donde se daba
cuenta que estaba conmigo y finalmente se relajaba y se quedaba dormida entre mis brazos
como si supiera cuanto la amaba, como si supiera todo lo que podía causarme el simple
hecho de que estuviera bien. A pesar de que apenas dejaba ver sus ojitos, se podía notar un
leve color grisáceo combinado con un azul que me dolía más que nada, ella se parecía tanto a
Jack que dolía, su cabello rubio, la forma de su nariz, sus ojos; casi todo me recordaba a él y
al hecho de que estúpidamente me había enamorado de una persona imposible.
Me quedé unos segundos en silencio sintiendo como mi hija cerraba
finalmente sus pequeños ojos y me daba esa alegría de saber que era mía, que después de
tantos meses donde no tenía ni la más mínima idea de como sería mi vida; ella finalmente
estaba conmigo y no había nada más que pensar porque no me importaba si tenía que
vender mi alma para que ella estuviese bien, lo haría sin pensarlo porque mi hija era lo más

insideofmysoul
importante que tenía en el mundo.
—¿Podrías tenerla por unos segundos Dinah?—susurré pasándole a la pequeña porque
necesitaba un momento a solas, la chica de ojos oscuros frunció el ceño ante ello, no
obstante, no se negó —Por favor no la levantes, estoy un poco cansada para que vuelva a
llorar y volver a dormirla —ninguna de las dos dijo nada más y yo me dirigí al baño sintiendo
como las lágrimas atestaban mis párpados, me senté en el baño dejando que en la pared
reposara todos los pensamientos que iban y venían por todo lo que había sucedido en solo un
par de días, el miedo de no saber que iba a suceder aún seguía siendo parte de mi piel,
especialmente el hecho de que no tenía ni la más mínima idea de como salir adelante con una
bebé.

Era casi inevitable el hecho de que tendría que dejar mi trabajo actual y encargarme de ella,
no obstante, aquello también sonaba imposible ante el hecho de que no teníamos los ingresos
estables como para poder mantenernos. Realmente no sabía que hacer y aunque me alegraba
de por fin tenerla entre mis brazos, también estaba el hecho de que su nacimiento daba inicio
a una realidad totalmente distinta a la que tenía.
Suspiré sintiendo como mis lágrimas quemaban ante lo duro que era todo y el cansancio no
me ayudaba a pensar claramente cuál era la opción que debía llevar a cabo, estuve por un
par de minutos sintiendo como todos mis problemas cobraban vida entre medio de mis
pensamientos y de mis lágrimas hasta que escuché el leve llanto de mi hija y supe que era
hora de volver a la realidad y dejar ese momento intimo que solo podía tener durante unos
minutos para pensar en mí porque ahora todo estaba dedicado a prestar toda la atención
posible a la pequeña rubia.
Me levanté mojando mi cara e intentando que mi rostro no mostrara las marcas de mis
lágrimas, cuando sentí que ya estaba mejor traté de sonreír al ver como Mani había llegado e
intentaba acunarla entre sus brazos haciendo que mi hija finalmente volviera a estar en
calma.
—Tu hija me odia —aseveró Dinah frunciendo el ceño causándome una leve sonrisa antes de
acercarme a la pequeña ojiazul acariciando los pequeños pelos rubios que nacían en su
cabeza —No es justo que solo esté calmada contigo ó con Mani.
—Eso es porque ninguna de las dos nos pasamos jugando con su rostro para que haga caras
divertidas —aseveró la morena antes de besar la frente de mi hija —¿Cierto pequeñita?—solté
una sonrisa al ver como ella se removía entre los brazos de Mani estirando todo su cuerpo
hasta finalmente volver a cerrar sus ojos, siempre hacía lo mismo cuando finalmente ya se
iba a quedar dormida y yo no podía
no dejar de verla con todo el cariño del mundo ante aquel gesto tan simple como acomodarse
para dormir. La morena también sonrío frente a eso antes de acariciar mi mejilla con dulzura
—¿Cansada?—asentí suspirando sintiendo como los casi tres días que llevaba despierta no me
dejaban pensar más allá en cambiar pañales, darle de comer y lograr que se duerma.
—Un poco sí —contesté bostezando —Pero voy mejorando en ello
—sugerí encogiéndome de hombros antes de pasar mi pulgar sobre el delicado rostro de mi
hija, me parecía tan irreal que todos pasáramos por esa etapa en donde solo éramos
pequeños frágiles que necesitábamos ayuda en todo.
—Deberías ser de ayuda Dinah y no solo darle más trabajo con la pequeña a Lauren —
reclamó Mani frunciendo el ceño antes de ubicar a mi hija entre mis brazos quien
instantáneamente se dio cuenta de que era yo quién la sostenía y se revolvió antes de apretar
mi blusa entre su mano, definitivamente eso era lo que más adoraba de todos sus gestos, el
hecho de que siempre quería dormir tan cerca mío que le daba miedo quitar su mano de mi
blusa —¿Ya comiste?—negué sin darle mucha importancia a ello, sin embargo, Mani no tardó
en chasquear la lengua negativamente frente a mi respuesta —Dinah te hará algo de cenar,
recuerda que ahora comes por dos para poder darle de comer a la pequeña y que tienes que
cuidarte.
—¿Por qué yo?—preguntó Dinah frunciendo el ceño frente a la orden explicita de la morena,
sin embargo, Mani simplemente la fulminó con la mirada por ello.
—Porque la bebé no se duerme entre tus brazos así que te tocó hacer de cenar, amor—

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ordenó dulcemente antes de robarle un pequeño beso a la morena quién lo aceptó con el
ceño fruncido ante eso y sin rechistar simplemente fue a la cocina.
—¿Qué tal tú?—pregunté acunando a la pequeña rubia que se encontraba en mis brazos
dando un par de bostezos que la hacían fruncir el ceño cada cierto tiempo de una forma tan
adorable que no dudé en insertar varios besos en su frente.

—Estoy bien, gracias —comentó Mani antes de acariciar mi cabello —Mañana entro en la
tarde así que me puedo quedar temprano cuidándola mientras tu descansas, debes estar
agotada—asentí suspirando ante ello notando como Mani se inclinó para acariciar
delicadamente con sus pulgares a mi hija —No estás sola con la lucha de esta pequeñita —
sugirió con una sonrisa antes de mirarme y acariciar mis mejillas
—Todo va a salir bien ojitos bonitos—concretó sacándome un suspiro por todo el futuro sin
escribir que comenzaba con el nacimiento de mi hija, ya que aunque no lo deseara toda mi
vida había cambiado desde que ella estaba conmigo.
—Tengo tanto miedo de como va a ser todo ahora con ella entre nosotras —admití abrazando
con más firmeza a la ojiazul que estaba entre mis brazos
—No tengo ni la más mínima idea de cómo hacer para que todo salga bien—dije
dándole voz a todas las dudas que me atormentaban, sin embargo, la morena simplemente
me abrazó haciéndome sentir protegida entre sus brazos.
—Tranquila, ya pensaremos en como nos arreglamos para seguir con vida —murmuró —
Ahora lo importante es mantener a esta dulzura y eso significa que tú tienes que quedarte con
ella en casa al menos hasta que ya no necesite que le des pecho—suspiré amargamente ante
ello debido a que era la opción más lógica pero simplemente no podía quedarme todo el día
sabiendo que las cuentas iban a seguir llegando y yo no podía aportar de ninguna manera a
traer algo de dinero a casa.
—Mani no puedo quedarme aquí simplemente cuidándola — respondí con seriedad mientras
acomodaba en la cama a mi hija para que estuviera más cómoda, sonreí al notar como ella se
movió incómoda entre las sábanas hasta que acaricié su cabello y finalmente volvió a dormir.
—No es una opción Lauren —argumentó frunciendo el ceño —sabes a la perfección que la
rutina que llevabas hizo que ella naciera antes, tuviste suerte de que naciera tan sana y
hermosa como es pero no puedes descuidarla ni tampoco descuidarte —me quedé en silencio
ante la verdad que salía de sus labios, se suponía que ella iba a nacer a finales de enero, no
obstante, ésta fecha se adelantó recorriendo un sinfín de momentos llenos de incertidumbre
en la última semana ya que no sabía que hubiera hecho si le sucedía algo. —Pediré trabajo
extra, no me importa pero tú te quedas y punto final en la discusión —recosté mi cabeza en
el respaldo de la cama al igual que mi espalda sin dar ningún comentario al respecto ya que
no valía la pena, Mani haría lo que ella quisiera aunque yo le refutara cada una de sus
opciones, además el cansancio ya estaba haciendo efecto en todo mi cuerpo reduciéndome a
acomodarme en la cama guardando entre mis brazos a la pequeña rubia que ni siquiera
ocupaba un gran espacio en la cama.
—Es preciosa —susurré tomando con delicadeza una de sus manos que no llegaba ni a ser
más grande que mi dedo indice.
—Se parece a ti —sugirió Mani con una sonrisa mientras yo veía con atención cada facción de
ella, no podía creer que fuese posible que estuviera completamente enamorada de aquel
pequeño bulto con un par de cabellos rubios y unos ojos que parecían ser de una tonalidad
azul, era simplemente perfecta a mi vista.
—¿Lo crees?, yo le encuentro tanto parecido a él —refuté en un suspiro mientras me quedaba
acariciando los pocos pelos de color dorado que tenía, era tan inocente y a la vez tan
parecida a Jack que dolía pero aún así no podía dejar de mirarla con todo el amor que me
nacía en el pecho porque definitivamente era lo mejor que la vida me había dado.
—Entonces eres bastante ciega porque es igual a ti, solo que con otros ojos y el cabello más
claro pero es tú, así de perfecta y hermosa —argumentó sacándome una sonrisa — el idiota
no es nada para ella, ahora tú y nosotras son todo lo que tiene y eso es lo único que importa
—asentí sabiendo que no valía la pena
seguir pensando en él, nuestra relación se había terminado desde que se había negado a ser

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el padre de mi hija, no obstante, eso no significaba que no doliera recordar el pasado ni que
tampoco pudiese dejar de odiarlo por el efecto que había causado en mí.

—Lo sé, Mani —musité resignada ante ello —Solo que no me parece justo que por mi
equivocación ella pague por eso toda su vida — respondí con tristeza al saber todo el
desprecio social que vendría cuando ella creciera, la idea de que la lastimaran con
comentarios porque solo me tenía a mí me dolía pero era la realidad; el mundo era
demasiado cruel.
—¿Qué va a pagar?—preguntó Mani —¿Por un padre que nunca existió?, no eres la primera ni
la última mujer que sale con su hija adelante sin necesidad de un hombre —refutó sin dejar
de mirarme con toda la seriedad del mundo —Puedes decirle que murió y ya está, un hombre
jamás fue necesario entre nosotras Lauren, lo sabes muy bien —asentí sin saber que
responder a ello —Ella tampoco necesitará a un poco hombre que tuvo miedo apenas supo de
ella. Lo importante es que siempre estará orgullosa por lo valiente que fue su madre por
decidir tenerla a pesar de todo —ninguna de las dos dijo nada más mientras el silencio se
acumulaba entre nosotras dejando que el único panorama que se presentaba era el hecho de
admirar a la pequeña que dormía plácidamente en la cama.
—¿Cómo no lo iba a hacer?—respondí finalmente con una sonrisa llena de dulzura —Mírala es
simplemente maravillosa, parece una pequeña muñeca.
—Lo es y es solamente tuya—concretó —No necesita nada más, solo a su madre y bueno a
nosotras que siempre estaremos para ella —aclaró acariciando las mejillas de la pequeña
rubia quién se removió frente a esa caricia
—Todo saldrá bien —asentí con un suspiro porque eso era lo que necesitaba escuchar aunque
no lo creyese del todo, necesitaba que me dijeran que todo iba a estar bien.
—No debes preocuparte siempre por todo. ¿Has pensado en algún nombre?, no creo que
quieras llamarle la bebé por toda la vida —sonreí ante esa pregunta y arrugué la nariz frente
a la única respuesta que tenía para el tema.
—Me gusta Rose aunque sea un poco común, es bastante bonito y queda con ella —
argumenté ante el hecho de que no me imaginaba otro nombre para la pequeña y realmente
me parecía un nombre adorable.
—¿Rose?—Dijo Mani enarcando la ceja como sino la convenciera del todo —Suena bien
aunque siento que le falta algo —sugirió encogiéndose de hombros antes de mirarme con una
sonrisa triunfante —¿Qué tal Noelle?—preguntó dejándome cautiva frente al nombre porque
nunca lo había escuchado pero tampoco sonaba mal.
—¿Noelle?—dije a lo cuál ella asintió —¿De dónde lo has sacado?—Mani sonrió ante esa
pregunta.
—Una de las clientas de ésta noche se llamaba así, significa navidad en francés y combina a la
perfección con ella —propuso mientras yo me pensaba una
y otra vez su opción ya que me gustaba bastante —Un pequeño copito de nieve antes de
Navidad —refutó arrugando la nariz de una forma adorable regalándole una sonrisa a mi hija
quién seguía durmiendo entre sus mantas.
—Noelle Rose —sentencié notando como me gustaba la combinación de ello —Creo que me
gusta, suena un nombre importante —defendí al repetirlo un par de veces —Noelle Rose, ¿te
gusta cielo?—le susurré antes de acariciar su cabello y ella marcó una pequeña sonrisa por
ello —Creo que sí —sostuve antes de besar su frente.
—Podrías descansar mientras está la comida, te notas muy cansada
— asentí sintiendo como mis párpados caían en un cansancio total, no había dormido durante
los últimos días y los pequeños minutos donde había encontrado un poco de paz, Noe no
tardaba en levantarse pidiendo comida dejándome totalmente adolorida por como succionaba
buscando leche.

—Me duelen los pechos, Noe succiona muy fuerte —dije suspirando haciendo una leve mueca
sintiendo el dolor que dejaba la pequeña cada vez que comía, Mani suspiró y no tardó en
acariciar con dulzura mi cabello para que descansara.
—Debes comenzar a comer mejor, ojitos —susurró antes de besar mi cabello —Desde
insideofmysoul
mañana comenzaremos a alimentarte mejor y tal vez eso haga que Noe succione con menos
fuerza. Aprovecha que ahora está dormida para descansar, yo te levantaré si sucede algo
¿bien?—asentí cerrando mis párpados y atreverme a descansar aunque fuese una hora antes
de que la bebé se levantara pidiendo leche.
—Gracias Mani— dije acomodándome en la cama sintiendo como mi hija solo estaba a unos
centímetros de distancia de mí y me irradiaba con el calor que dejaba su pequeño cuerpo.
—¿ Por qué?—le escuché dudar y yo sonreí antes de abrir levemente mis ojos para mirarla
con cariño.
—Por estar a mi lado —respondí.
—Eres mi familia, Lauren —concretó —Jamás podría dejarte
—concluyó antes de volver a besar mi cabello —Descansa, te levantaré para que comas algo
—asentí quedando totalmente rendida frente al cansancio.
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Enero, 1948 Los Ángeles Lauren
Suspiré al notar como aún quedaban dos calles para llegar al colegio de Noe, mordí mi labio
frustrada ya que me había retrasado casi una hora y media terminando los últimos
presupuestos que habían llegado a la biblioteca; los cuáles tenía que entregar esta tarde
debido a que había pedido el resto del día libre.
La tarde se presentaba calurosa como siempre y atrás quedaba el frío invernal que había
conocido hace ya casi un mes en Nueva York. Fue inevitable
no sonreír ante ese recuerdo de casi dos semanas perfectas donde no éramos más que
Camila y Noe frente al mundo, habían sido horas que se volvieron en recuerdos eternos y
días que jamás olvidaría, no obstante, la realidad volvía a golpearme a diario al saber que
todas las sensaciones que habíamos destilados entre nuestros cuerpos, nuestras memorias y
nuestras palabras quedarían simplemente en el olvido acompañadas por el paso del tiempo.
El bus se estacionó en el paradero cercano al colegio de Noe que era a tan solo cinco minutos
más abajo de éste, corrí hacia la entrada notando como ya no quedaban niños dentro y solo
se encontraba mi hija sentada en una banca jugando con sus manos mientras esperaba
tranquilamente a que yo llegara, suspiré sintiendo como la culpa me carcomía por ello pero
sabía que como siempre la pequeña rubia no me reclamaría por el retraso.
No tardé en explicarle a la chica que estaba en la entrada de que venía por mi hija y ella
simplemente se acercó a Noe quién alzó la vista con las sonrisas radiantes que siempre había
de su parte cada vez que me veía, para no demorarse en correr hacia mí para abrazarme.
—Lo siento copito se me hizo tarde — le comenté poniéndome a su altura abrazándola
dejando que todo el cariño que llevaba su nombre en cada acto simplemente se expresara,
ella negó ante ello con una pequeña sonrisa tomando mi mano para que nos fuéramos. Tomé
su mochila notando como las dos trenzas con las cuáles la había enviado en la mañana
estaban deshechas y el vestido café que llevaba puesto tenía algo de tierra alrededor lo cuál
me hizo suspirar porque nunca había conseguido que ella no se ensuciara todo lo que llevaba
puesto, sin embargo, ya tendría tiempo para regañarla.

—No te preocupes mami, tú siempre llegas —comentó encogiéndose de hombros antes de


darme un pequeño beso en la mejilla que me hizo sonreír instantáneamente
—Te extrañé —murmuró con una sonrisa.
—Yo también mi amor —aseveré acariciando su cabello —¿Qué tal tu día?—Noe ignoró mi
pregunta mientras seguía caminando —¿Qué dices si vamos por un helado?—pregunté
entusiasmada recibiendo una mirada emocionada de su parte.
—De ¿vainilla con galletas?—preguntó con esa vocecita tan adorable que aún era parte de
ella, sonreí asintiendo lo cuál hizo que ella me llenara de besos mi rostro.
—El que tú prefieras ¿bien?—contesté riendo frente a sus cariños los cuáles cesaron cuando
hizo una mueca de dolor cuando apreté su mano derecha, bajé la mirada hacia ellas notando
como ambas se encontraban rojas como si hubieran sido golpeadas —¿Qué te sucedió en tus
manos?—pregunté preocupada por ello a lo cuál Noe suspiró acariciando sus manos en un
intento de quitar el dolor que debía sentir por ello.
—Me castigaron —musitó sin mirarme dejando que la decepción

insideofmysoul
fuese parte de su voz, suspiré ante ello deteniendo su caminar para ver como estaban sus
manos en un intento de pensar que tipo de falta podía haber cometido para que la castigaran
de esa forma.
—¿Por qué?—pregunté extrañada ya que ella solía ser una niña obediente además de
portarse bien en clases, jamás había recibido ningún tipo de castigo de parte de sus
profesores, sin embargo, ella no dijo nada y solamente bajó la mira —¿Qué no hiciste cielo?—
volví a preguntar dulcemente queriendo saber la razón de aquel castigo, no obstante, ella
tardó unos minutos en contestar dejando que las lágrimas atravesara su mirada.
—Porque golpeé a Matt Larson en el recreo y las chicas no pueden golpear a nadie —
argumentó totalmente resignada frente a esa respuesta, tuve que quedarme unos segundos
en silencio procesando su respuesta debido a que Noe no era conflictiva ni siquiera podía ser
capaz de discutir con alguien por lo cuál no tenía sentido su actuar, sin embargo, lo que más
me sorprendía era la razón por la cuál le habían golpeado.

respuesta.
—¿Puedo saber porqué lo golpeaste?—refuté atónita esperando su

—Porque es un tonto mami —concretó entre lágrimas antes de


abrazarme, yo acepté su abrazo sintiendo como sus lágrimas quemaban en mi ropa
—Siempre se burla de mí porque dice que soy una mentirosa cuando no es así
—mencionó frustrada por ello, yo asentí en un intento de quitar sus lágrimas con mis
pulgares ya que no era nada nuevo que aquel niño la molestase —Hoy comenzó a jalarme de
mis trenzas porque decía que yo no tenía papá y yo le dije que si tenía uno pero que no
estaba con nosotras —comentó dándome la explicación de porqué se encontraba
desordenada y dejando que la rabia naciera ante lo injusto que era que se la castigase a ella
siendo que aquel niño no la dejaba en paz —Y que no importaba porque tenía dos mamás y él
dijo que era una mentirosa —me quedé atónita frente a su respuesta y cerré los ojos
sabiendo que esa no había sido la mejor propuesta que ella podía ofrecer, no era ningún
problema para Noe ver más allá que lo establecido pero sabía que haber criado a mi hija de
una manera distinta a lo normal siempre iba a chocar contra las ideas implantadas por el
resto de las personas —Y por eso no tenía papá —concluyó colocando su rostro sobre mi
pecho mientras yo acariciaba su espalda tratando que ella dejara de llorar pero sinceramente
ni siquiera sabía que decirle frente a lo que había sucedido.

—Y lo golpeaste por todo eso —recalqué a lo cuál Noe contestó sin mirarme.
—Sí, yo no quería pero él no dejaba de molestarme—susurró antes de tomar mi blusa
buscando algún refugio entre mis brazos —Lo siento, mami
—refutó arrepentida y aunque quería decirle que no tenía que disculparse, simplemente
suspiré asintiendo.
—¿Quién te castigó?—pregunté con dolor por la injusticia que había
sucedido con ella.
—La profesora Garner, ella dice que las niñas nunca deben golpear a nadie ni menos alzar la
voz así que me dejó castigada a la salida escribiendo mil veces en la pizarra sobre que debía
comportarme como una niña buena y como tardé demasiado me golpeó con su regla —dijo
mostrando más lágrimas frente a ese relato dejándome totalmente herida por no hacer nada
en contra de aquello, yo no podía ir a quejarme por la forma en que educaban a mi hija,
simplemente tenía que aceptar el método de educación impuesta. Sin embargo, eso no
significaba que estaba indignada frente a aquel castigo sin sentido que ella había recibido
siendo que era solo una víctima defendiéndose de quién pasaba molestándola.
—Copo es horrible —le dije sintiendo como la rabia que sentía se transformaba en lágrimas
que no tardé en quitar de mi rostro porque quién necesitaba todo mi amor era ella, no tardé
en buscar su rostro con una sonrisa para que ella se sintiera mejor —Mi amor no tienes
porqué disculparte —le dije suavemente acariciando sus mejillas mientras Noe me miraba con
sus ojos azules ahogados en un mar de lágrimas —No hiciste nada malo —respondí

insideofmysoul
obteniendo una mirada llena de confusión de su parte por lo cuál suspiré buscando las
palabras necesarias para darle una solución en aquel momento —Mira Noe te diré algo que yo
descubrí hace poco, quiero que me escuches bien ¿sí?—mencioné haciendo que ella asintiera
lentamente —Nadie, puede hacerte daño y tú aceptarlo como si estuviera bien —sentencié —
No es justo lo que hizo Matt , no importa si eres niña ó niño ó un adulto—refuté —Siempre
tienes que defenderte de quién te hace daño, no puedes quedarte callada ni menos aceptar
eso como lo correcto —dije a sabiendas de que no era justo que se le enseñaran a las niñas
que era correcto que alguien les hiciera daño y se las castigase porque se atrevían a
defenderse solamente porque no eran sumisas frente a lo que les sucedía, esa no era la
forma en que yo quería que mi hija llegase a desenvolverse frente al mundo.
Yo no quería a una niña que creyera toda su vida que ese tipo de actos de parte de un chico,
un adulto ó cualquier persona era correcta y no podía defenderse sino que debía actuar como
sino fuera importante. No quería que creciese pensando que lo que sucedía y la forma en que
la trataran no era tan importante como lo era lo que le sucediese a un hombre por lo cuál lo
mejor que podía hacer era defender la forma en que había actuado.
—Pero eso no lo hacen las niñas buenas —respondió frustrada por ello, yo negué frente a su
respuesta tomando su rostro para que me mirara.
—No, lo hacen las niñas valientes —sentencié —Hay una gran diferencia entre ser buena y
valiente —contesté frunciendo el ceño —¿Sabes cuál es?—Noe negó ante mi pregunta —Las
niñas buenas aceptan todo lo que les suceda exactamente como tu profesora quiere, las
niñas valientes son capaces de enseñarle a las personas que están equivocadas y hoy tú no lo
estás sino ese niño que tanto te molesta y tu profesora también —respondí indignada al
recordé lo que había sucedido
—Entonces, ¿qué deseas ser?— le pregunté — ¿Una niña buena ó una valiente?— Noe se
quedó pensativa por unos segundos hasta que respondió dudosa por la segunda
opción. Suspiré porque sabía que era difícil explicarle a una niña de siete años que muchas
cosas en el mundo estaban mal siendo que las personas lo veían como algo normal, sin
embargo, por algo me tocaba a mi como su madre educarla frente al mundo porque deseaba
y anhelaba que ella fuese parte de las personas que querían un cambio de las ideas
incorrectas que gobernaban nuestro día a día, quería que ella fuese capaz de darse cuenta
que una mujer era igual que un hombre por lo cuál merecía el mismo tipo de respeto —Si
vuelve a suceder eso, quiero que me lo digas porque no es justo y no estás sola
¿entendiste?—ella asintió posando sus brazos sobre mi cuello a lo cuál yo no dudé en llenar
su rostro de pequeños besos.

—Si mami —agregó limpiando su rostro antes de volver a mirarme con sus grandes ojos
azules —Aunque Matt se raspó las rodillas cuando se cayó y le dolió por eso me disculpé con
él, a nadie le gusta tener las rodillas raspadas —musitó adolorida y yo no pude no derretirme
frente al hecho que ella tenía un alma tan pura que contrastaba con la forma tan egoísta en
que los adultos solíamos comportarnos, era un alma preciosa que solo me hacía sentir
orgullosa cada vez que salía a la luz.
—Eres tan única mi amor —le susurré tomándola en brazos—Sabes que no puedo estar más
orgullosa de ser tu madre —le recordé tomando su rostro como lienzo para llenar de besos a
lo cuál ella comenzó a chillar animada porque le causaban cosquillas —Eres la dueña de mi
corazón —respondí antes de besar sus manos las cuales aún se encontraban hinchadas frente
al golpe que recibieron —Te pondré cuando lleguemos a casa algo para tus manos ¿sí?—Noe
asintió recostando su cabeza sobre mi pecho antes de que yo acariciara su cabello —Mi bebé,
nada te sucederá mientras yo esté aquí ¿eh?—le susurré sabiendo que era capaz de ir hasta
los mismos infiernos solo para defenderla de cualquier cosa.
—Lo sé mami —dijo con una pequeña sonrisa mientras caminábamos hacia la heladería que
quedaba a solo unas cuadras más abajo del colegio de Noe, ella se quedó en silencio mientras
que yo no dejaba de sonreír frente a la ternura que era capaz de irradiar aquella pequeña
bebé que ya no lo era y no dejaba de enorgullecerme cada día la forma en que ella era un
alma comprensiva de esas que existían en bajas cantidades en la actualidad.
—¿Aún quieres el helado?—pregunté cuando ya estábamos a punto de llegar, Noe frunció el

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ceño antes de abrir sus ojos notando que ya casi llegábamos y asintió arrugando la nariz para
luego bajarse de mis brazos y caminar en la poca distancia que quedaba la heladería; sonreí
ante ello porque seguía teniendo los mismos gestos que cuando era solo una bebé.
—Sí, por favor —respondió animada —te quiero mucho mami —fue inevitable no llenarme de
alegría al escuchar mis palabras favoritas en todo el mundo
—Infinito como las estrellas.
—Lo sé copito —le dije antes de acariciar su mejilla entrando a la heladería donde solíamos ir
cada principio de mes cuando me pagaban, siempre dejaba dinero apartado para darle aquel
gusto a la pequeña rubia quién le encantaba
comer helado aquí, sin embargo, hoy no era un día especial simplemente quería mostrarle
que de a poco podía ofrecerle cosas que eran normales pero que hasta ahora no habíamos
podido solventarlas. Noe no tardó en correr emocionada hacia una de las mesas que quedaba
cerca de la ventana que daba a la calle moviendo sus piernas con alegría apenas se sentó lo
cuál solo me hizo reír.
—Buenas tardes, ¿Qué se van a servir?—preguntó una de las chicas que trabajaban aquí,
tenía el uniforme blanco y el cabello negro recogido en un moño que parecía indestructible.
Antes de que pudiera contestar a su pregunta, Noe se adelantó casi gritando la orden.
—Tres helados — comentó mostrando el número tres con sus dedos, yo negué divertida ante
ello antes de que la camarera anotara aquella orden.
—Ni siquiera te avanzas uno y quieres tres —refuté enarcando la ceja—Un helado de vainilla
con galletas por favor —respondí con una sonrisa, a lo cuál la pelinegra asintió anotando la
orden
—¿Tú no vas a querer mami?—preguntó la pequeña rubia y yo negué porque no quería
helado solo estaba aquí por ella.

—No, para mí solo un vaso de agua —sentencié antes de mirar a la ojiazul —Y si te acabas tu
helado y quieres más me pensaré comprarte otro, señorita —Noe frunció el ceño ante ello
antes de asentir sentándose correctamente en la mesa mientras que la camarera guardó su
libreta entre el delantal que tenía.
—Le traerán su pedido lo más pronto posible —asentí con una sonrisa frente a ello.
—Gracias —respondí antes de devolver la vista hacia Noe quién jugaba con su cabello
terminando de desarmar las trenzas que tenía —¿Tienes tareas, Rose?—le pregunté haciendo
que ella frunciera el ceño como siempre lo hacía cuando escuchaba su segundo nombre, a
veces simplemente se enojaba cuando no la llamaba Noe y decidía utilizar su segundo
nombre; a mi solo me parecía divertido ver su reacción.
—Solo tengo que avanzar la lectura del nuevo libro para literatura
—respondió antes de enarcar la ceja —Y es Noe, mami —reí por ello haciendo que ella
frunciera aún más el ceño por ello.
—¿Ah sí?, me gusta más Rose —argumenté a lo cuál ella negó haciendo que sus trenzas se
movieran con ella.
—Noe de Noelle ó copito —aclaró como sino lo supiera —Rose no
—dijo segura de su respuesta y yo me levanté de mi silla para terminar de arreglarle el
cabello.
—Rosie —le susurré antes de besar divertida su cuello haciendo que ella se enojara —Rose,
Rosie —murmuré riendo mientras ella se encogía frente a las cosquillas que le producían mis
besos en su cuello.
—Mami no, me haces cosquillas —chilló haciendo que varios clientes nos miraran extrañados
pero realmente no me importaba demostrarle a mi
hija cuánto la amaba.
—¿Te hago cosquillas, Rose?—le pregunté y ella negó a pesar de que se estaba riendo por
ello —ó mejor dicho mi cielo, mi amor—dije tomando su cabello en una coleta—Mi vida, te
adoro — finalicé posando mis manos en su rostro notando como su sonrisa era la razón de mi
vida, volví a sentarme a mi silla notando como Noe se reía cada vez que me miraba hasta
que su mirada quedó inserta en una familia que entró a la heladería, se quedó un par de
segundos mirándolos hasta que finalmente volvió a sonreírme.

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—¿Mamá vendrá hoy?—preguntó calmada y aunque llevaba un mes escuchando como
preguntaba cada segundo por Camila denominándola mamá, aquella palabra seguía
causándome un mar de ternura.
—Dijo que llegaría para cenar, hoy tenía que hacer cosas —respondí suspirando porque sabía
que en algún momento tenía que decirle que la relación entre Camila y yo debía terminar,
ninguna de las dos había encontrado el momento adecuado para decírselo por lo cuál
intentábamos que durara un par de meses más hasta que finalmente ella se fuera a Francia
con Claire, a pesar de que no estaba de acuerdo con su decisión.
Ambas sabíamos que mientras más difícil fuese la manera que estuviésemos juntas, dolería
menos.
—¿Por qué no puede vivir con nosotras, mami?—preguntó frunciendo el ceño y yo no supe
como decirle lo que estaba pasando, ¿cómo iba a ser capaz de decirle que no era correcto
querer a alguien de tu mismo género si le había inculcado toda la vida de que no existían
límites del amor?.

—Pues porque son cosas de adultos —argumenté a lo cuál ella no discutió.


—No los entiendo —refutó cruzándose de brazos y yo asentí porque yo tampoco lo hacía.
—Yo menos, amor—aclaré acariciando su mejilla —Pero así son las cosas, ¿qué quieres de
cenar?—Noe no dijo nada hasta que finalmente suspiró dándome una respuesta.
—Pollo —contestó emocionada.
—Suena bien, entonces pollo será —ninguna de las dos dijo nada más viendo como la tarde
se transformaba ante nuestros ojos en una escena con poca relevancia pero que no
necesitaba más que tenerla a ella para ser perfecta.
Finalmente ambas volvimos a la realidad cuando una chica castaña llegó con la copa de
helado que Noe había pedido dejando que la expresión de felicidad de mi hija fuese tan
hermosa como siempre.
—Buenas tardes, helado de vainilla —comentó poniendo el helado sobre la mesa a lo cuál Noe
no dejaba de sonreír emocionada, sin embargo, cuando estuvo a punto de dejar el vaso de
agua cerca mío; éste se derramó mojando un poco la falda roja que llevaba hoy puesta. La
chica no tardó en mirarme alarmada frente a eso y comenzar a lanzar cientos de disculpas
por segundo que pasaba —Oh lo siento
mucho, en serio —dijo totalmente asustada mientras notaba como un par de lágrimas iban a
caer de sus pupilas oscuras por la presión, yo negué sabiendo lo horrible que era esa
sensación de haberse equivocado frente a un cliente y que cualquier tipo de error podía
costarte tu trabajo por lo cuál comencé a secar mi falda con la servilleta que se encontraba
sobre la mesa.
—No te preocupes, suele pasar —intenté aclararle calladamente, no obstante, aquella chica
estaba invadida por el miedo de su falta —Solo ha sido un poco de agua en la falda, está bien
—refuté limpiando lo que se había mojado sobre la mesa.
—Traeré otro vaso, realmente lo siento, llevo apenas dos días aquí y no puedo perder este
empleo—respondió sin siquiera mirarme a lo cuál yo asentí tranquilamente porque no me
parecía algo con relevancia, sin embargo, por experiencia sabía que a veces podían
despedirte por cosas menos importantes que mojar a una clienta.
—No te preocupes, está bien ¿cierto Noe?—le dije con una sonrisa
— Y te entiendo los primeros días son los peores pero luego te acostumbras—argumenté a
sabiendas de que a cualquiera que no estuviese acostumbrada a un trabajo, los primeros días
solían ser horribles.
—Gracias, le traeré su agua —murmuró casi quedándose sin voz frente al miedo, yo solo
suspiré asintiendo sin poder ser de ayuda para la chica.
—Mami ella va a tener un bebé—susurró Noe señalando a la chica.
—Noelle Rose no se señala, se ve feo —le regañé antes de pasarle la servilleta para que se
limpiara el rostro que comenzaba a ser la prueba viviente de su gusto hacia el helado—Y sí,
va a tener un bebé —confirmé intentando descifrar cuantos meses podía tener, lo más
probable es que tuviera tal vez cinco ó seis meses porque no se veía tan cansada al caminar.
—Tú también te veías así cuando yo estaba en tu pancita

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—preguntó Noe sacándome una sonrisa a lo cuál yo asentí recordando brevemente aquellos
meses en donde ella había estado dentro de mí y como solía hablarle siempre que podía.

—Sí y tú buscabas cualquier momento para patearme —agregué divertida —Eran grandiosas
mis noches contigo —contesté sarcásticamente frente al hecho que no había tenido molestias
como vómitos cuando estuve embarazada de Noe sino que lo que me quitaba el sueño era el
hecho de que solía patearme con fuerza especialmente durante el último mes cuando se
descontrolaba frente a cualquier cosa.
—No me gustan los bebés, solo babean y lloran —respondió frunciendo el ceño.
—A mi tampoco me gustaban hasta que apareciste tú, amor —dije
—Las opiniones cambian cuando creces—Noe negó ante ello para luego poner una cucharada
de helado en su boca.
—No tendré bebés —mencionó y lo que hubiera preocupado a cualquier madre simplemente
no me importó porque ella podía decidir lo que le pareciese mejor.
—Es una gran decisión, primero tienes que realizar tus sueños y luego si quieres puedes
tener bebés ó no —contesté obteniendo su atención ya que a mi no me importaba si ella
formaba una familia ó no, si no decidía casarse ó no, lo que me importaba es que cumpliera
sus sueños y no necesitara de nadie para poder ser feliz—No es necesario que los tengas sino
quieres —sentencié a lo cuál ella asintió antes de sonreír.
—M... yo quiero construirte un castillo así de grande —argumentó abriendo sus manos en
forma de expresión de cuán grande sería el castillo—Donde puedas vivir con mamá —suspiré
ante la inocencia de su respuesta sabiendo que no era posible que eso se convirtiera en
realidad, no obstante, no rondé más en el tema por el dolor que éste producía.
—Lo esperaré, amor —fue lo único que pude responder sonriéndole en forma afirmativa de lo
que decía —¿Qué tal está tu helado?—pregunté cambiando el tema lo cuál hizo que ella
sacara una cucharada y la dirigiera a mi boca.
—Vaya está muy rico —dije saboreando el sabor a vainilla en mi lengua, Noe asintió ante ello,
sin embargo, yo me quedé con la cuchara para sacar un poco más de helado y ponerle un
poco sobre su nariz —Pero se ve más rico así
—mencioné entre risas que fueron acopladas por la ojiazul asintiendo haciendo muecas
divertidas —Ahora ya eres un verdadero copo de nieve —refuté hasta que la castaña que nos
había atendido hace unos minutos volvió con el vaso de agua.
—Aquí está su agua, muchas gracias por la paciencia —comentó sin mirarme mientras sus
mejillas se teñían de vergüenza.
—No te preocupes—respondí tomando un poco del agua del vaso.
—El helado está muy rico, muchas gracias —dijo Noe hacia la chica quién la miró
impresionada por el comentario, lo cuál tampoco me extrañó, generalmente los clientes rara
vez agradecían frente al servicio, sin embargo, mi hija no dejaba sus modales con nadie
porque para ella al igual que para mí todas las personas merecían el mismo respeto.
—¿Desean pedir algo más?—preguntó parpadeando varias veces y
yo negué.
—No, deseo la cuenta —notando como quedaba poco para que Noe
terminara su helado —¿ó tú quieres otro helado Rosie?—la pequeña rubia rodó los ojos frente
a eso y solo negó —Entonces si quiero la cuenta, gracias —la chica asintió sacando el papel
donde estaba nuestra orden para luego pasármela con una tímida sonrisa.

—Son treinta y cinco centavos — asentí sacando una moneda de cincuenta con una moneda
de diez para ponerlo sobre el papel.
—Gracias—dije sonriendo notando como Noe ya no se avanzaba
más de su helado y se paraba para salir de la heladería
—Me ha dado demás—respondió la chica al notar como habían veinticinco centavos demás.
—No, quédatelo —argumenté con una sonrisa sabiendo que ella necesitaba ese dinero más
que yo, la castaña me miró sin entender y yo suspiré sin dejar el gesto amable — Sé lo difícil
que es estar todo el día sirviendo mesas y suerte con el pequeño —contesté encogiéndome
de hombros a lo cuál la chica asintió sin saber que decir realmente frente a eso.
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—Gracias —dijo con la voz cortada por la emoción de aquello y yo solo asentí con otra
sonrisa, nadie que jamás hubiese trabajado todo el día sirviendo mesas podía comprender lo
que se sentía después de una buena propina ó con un simple gracias que nos animaba a
seguir trabajando. A veces eran esos pequeños gestos los que cambiaban nuestro día a días.
Salimos de la heladería a lo cuál sentí como Noe tomó mi mano para caminar hacia el nuevo
departamento que Camila había conseguido, a pesar de que le había repetido infinitas veces
que aquello no era necesario; a ella jamás le importaba mis comentarios y solo se guiaba por
lo que le parecía mejor por lo cuál hace un par de días solo llegó con la noticia.
El departamento quedaba a cuatro paraderos de la biblioteca lo cuál era más que cerca
aunque caminase, a diferencia de las casi dos horas que me hacía diariamente llegando al
centro de Los Ángeles por lo cuál tenía que agradecerle por la buena ubicación donde se
encontraba.
—Mami mira queda cerca de la casa de tía Ally—comentó Noe animada ante ello y yo
—Lo sé, ¿no es genial?—refuté limpiando lo que le había quedado de helado en el rostro.
—Bastante sí, aunque extrañaré a la tía Mani y a la tía Dinah — mencionó haciendo un
pequeño puchero por ello.
—Ellas vendrán a visitarnos siempre copito, son familia y la —no tuve ni siquiera que
terminar aquella frase porque Noe la conocía a la perfección, ya que siempre se la repetía.
—Nunca te abandona —completó sacándome una sonrisa—Pero si mamá es familia ¿Por qué
no se muda con nosotras?—preguntó frunciendo el ceño dejándome sin respuestas porque no
esperaba esa pregunta de su parte. —Las parejas viven juntas ¿no?—bufé ante ello
comenzando a darme cuenta lo difícil que sería cuando finalmente Camila no estuviese cerca
y Noe me llene de preguntas a diario por ella.
—Creo que no es un buen momento para hablar sobre ello ¿sí?—fue lo único que puede decir
—¿Recuerdas que mientras estemos las tres puedes conversar sobre lo que quieras pero
cuando no es así entonces es mejor callar?—me excusé frente a la orden implícita que le
había dado de que no podía comentar por todas partes sobre Camila aunque ella lo quisiera
hacer cada segundo, por lo cuál la
pequeña rubia asintió obedientemente.
—Si, mami —murmuró.
—Bueno esté es un momento para callar y luego hablamos ¿sí?— dije con dulzura a lo cuál
Noe volvió a asentir mientras llegábamos al edificio donde se encontraba nuestro
departamento, era tan extraño no vivir a las afueras de la ciudad y poder tener la mayoría de
las cosas tan cerca que podía irme caminando si así lo deseaba. Entramos a la recepción del
edificio mientras ambas veíamos cada detalle que había en ella, aún no traíamos nuestras
cosas pero Camila me había afirmado que lo había equipado con todo para que solo
tuviésemos que traer nuestra ropa.

—Buenas tardes, tú debes ser Lauren ¿cierto?—preguntó una chica más alta que yo con una
sonrisa divertida, el cabello recogido en una trenza dorada y con un vestido azul que
combinaba con sus ojos pardos. Yo asentí frente a su pregunta notando como Noe se
sujetaba de mi mano tímidamente como siempre hacía cuando estábamos con personas que
ella no conocía—Mucho gusto soy Denisse y la antigua dueña del departamento —contestó
con la misma sonrisa amable del principio desviando su mirada hacia mi hija quién se
encontraba oculta detrás mío, ella no tardó en ponerse de su tamaño para saludarla —Tú
debes ser Noelle, tengo una hija de tu edad, pequeña—comentó animada a lo cuál Noe solo
me miró tímidamente.
—Noe saluda a Denisse —le ordené sabiendo que ella era bastante tímida cuando no se
encontraba en un ambiente conocido, la pequeña rubia asintió extendiendo su mano hacia
Denisse quién no tardó en acariciar su mejilla con dulzura
—Lo siento es algo tímida a veces —argumenté disculpándola a lo cuál ella solo rió.
—No te preocupes, los niños son así, tengo dos y cuando están solos son pequeños demonios
pero con otras personas son mudos —comentó entre risas —Espero que te guste el lugar
pequeña —Noe no dijo nada y solo prestó atención al lugar —¿No vienes con tu esposo?—
preguntó cambiando el tema a lo cuál yo negué sabiendo que esa pregunta iba a existir en

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cualquier momento dado el hecho de que era poco probable que una chica con una hija
pudiese pagarse un departamento.
—Mami no tiene esposo —contestó Noe frunciendo el ceño ante ello, yo solo suspiré
adelantándome a cualquier respuesta que ella pudiese dar respecto al tema.
—No, soy viuda —respondí sin darle importancia —Solo somos nosotras dos ¿cierto, copito?—
le recordé enarcando la ceja por si las dudas y ella asintió sin más.
—Lo lamento mucho no me lo imaginaba —se disculpó la rubia y yo negué ante ello —Espero
que se encuentren bien después de tal perdida.
—Sí, fue antes de que Noe naciera —dije sin ninguna expresión presente en mi rostro ya que
lo último que deseaba era hablar sobre eso —Hemos aprendido a lidiar con ello, gracias —
Dennisse asintió sin dejar la preocupación atrás.

departamento.
—Bueno, entonces creo que estarán emocionadas por conocer el

—Claro.
—El departamento es el 304 y queda en el tercer piso, el segundo a
la derecha, ésta a solo dos puertas del mío así que si tienes algún problema de cualquier tipo
ó necesitas algo no dudes en tocar—comentó mientras subíamos las escaleras del edificio y
un par de niños bajaban rápidamente para salir de éste —Lo lamento, hay muchos niños en
el lugar y suelen estar corriendo por todas partes — yo solo sonreí ante ello porque
significaba que Noe podía interactuar con otros niños.
—No te preocupes, también tengo una —agregué riendo antes de notar como ella se quedó
mirando hacia la salida curiosa por los niños que parecían de su edad y estaban saliendo del
edificio —¿No quieres ir a jugar con ellos, copito?—Noe asintió tímidamente ante ello.
—Oh si quieres llamo a mi hijo para que te integre —mencionó la rubia antes de llamar la
atención del chico más grande de aquel grupo donde se encontraban cuatro niñas y dos niños
—Leo—llamó al castaño que llevaba unos pantalones cortos y una camisa azul, el niño se
acercó sin el más mínimo entusiasmo por su llamado —él es mi hijo mayor tiene nueve y mi
hija Amanda tiene seis creo que podrían llevarse muy bien —comentó sonriendo a lo cuál el
castaño asintió esperando el momento en que pudiera salir nuevamente a jugar —Ellas son
nuestras nuevas vecinas, Lauren y su hija Noelle.

—Mucho gusto señora—dijo extendiendo su mano educadamente hasta que miró con
curiosidad a Noe quién se acercó tímidamente a él —Hola, ¿cuántos años tienes?
—preguntó animado con una sonrisa que no esperaba haciendo que Noe también sonriera
frente aquel gesto.
—Siete, cumplí en diciembre 13 —contestó —¿tú?—preguntó enarcando la ceja a lo cuál el
castaño rió.
—Cumplí en enero 15 —Noe asintió sin saber que decir hasta que él se adelantó a invitarla a
jugar —¿Quieres venir a jugar?.
—¿Puedo, mami?—preguntó rápidamente mirándome y yo asentí
con una sonrisa.
—Claro, ¿sabes dónde queda el departamento?—Noe asintió
entusiasmada por ello.
—304 tercer piso, a la derecha —recitó sacándome una sonrisa.
—Yo puedo llevarla señora —comentó el castaño lo cuál solo me hizo reír por la facilidad que
tenían los niños de crear nuevos amigos no como los adultos que tardábamos tanto en confiar
en alguien más.
—Gracias, pórtate bien, mi vida —le dije a lo cuál asintió sin más para bajar corriendo hacia
donde se encontraban los otros niños esperando al mayor.
—Niños, entre ellos se entienden —respondió Denisse sacándome de mis pensamientos —
¿Solo tienes una?—preguntó curiosa a lo cuál asentí.
—Sí, gracias a Dios—suspiré divertida por ello.

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—Es bastante curioso ya que eres muy joven —mencionó —De seguro cupido te flecha y
vuelves a abrir tu corazón —no dije nada frente aquel comentario porque no era necesario
nada de eso ya que estaba profundamente enamorada de alguien.
—No es necesario pero gracias — me limité a decir terminando la conversación que había
entre ambas y subiendo lo que quedaba de las escaleras para llegar al departamento. Era
imposible borrar la sonrisa que me producía estar en aquel departamento ya que era la
primera cosa que podía decir que propiamente era mía, Denisse depositó la llave en la
cerradura para mostrarme un lugar mucho más grande de lo que era el antiguo
departamento que arrendábamos entre las tres, las cortinas blancas de las ventanas
refractaban la luz del sol y dejaban que en el interior se generara un ambiente cálido entre
medio de los muebles y los espacios que ocupaban la sala.
—Bueno este departamento es un modelo bastante amplio tiene vista a la ciudad, consta de
tres habitaciones, un comedor central conectado con la cocina, dos baños y un pequeño
balcón —mencionó explicando cada rincón, sin embargo, yo no estaba muy atenta a lo que
decía ya que estaba más concentrada en recorrer todo el lugar con mi mirada —Es bastante
cómodo y más si solo son dos
—asentí con una sonrisa al saber que era bastante amplio solo para nosotras dos
—¿Qué te parece?—preguntó animada antes de pasarme las llaves del departamento.
—Es muy lindo, gracias —fue la única respuesta que pude dar en aquel momento dejando
notar mi emoción por lo que estaba sucediendo, la rubia asintió con una sonrisa.
—Si tienes algún problema, no dudes en llamarme ¿Eh?, estoy en la
307.
—Muchas gracias Denisse por tu amabilidad —aseveré.
—Un gusto Lauren, espero que pases una linda estadía y que
logremos ser buenas vecinas—asentí notando como la rubia comenzaba a dirigirse a la salida
por lo cuál la acompañé hasta ésta.

—Gracias —finalicé antes de notar como Camila estaba subiendo las escaleras y hoy se
encontraba con unos pantalones blancos combinados a la perfección con una blusa celeste a
cuadros que se moldeaba en su cintura. Denisse salió del departamento mientras yo veía
como la castaña se acercaba a éste con la sonrisa cómplice que ambas manifestábamos cada
vez que nos encontrábamos.
—¿Qué opinas?—preguntó antes de darme un pequeño beso en mi mejilla, asentí sabiendo
que se refería al departamento y no tardé en dejarla entrar.
—Es precioso—concreté a lo cuál Camila simplemente asintió dándome la razón —¿Estás
segura que es para mí?—la castaña posó sus brazos sobre mi cuello antes de mirarme con esa
mirada tierna que hacía que sus ojos brillasen más de lo normal y que siempre era capaz de
hacerme sonreír.
—Claro que sí, regalo de navidad ¿lo olvidas?—me encogí de hombros ante ello —Por cierto,
lo siento por no llegar antes estuve un poco ocupada.
—¿Grabando?—pregunté enarcando la ceja a lo cuál ella negó.
—Una sesión de fotos, nada importante —refutó y yo simplemente asentí antes de darle un
beso en su cabello.
—¿Puedes cerrar la puerta?—pregunté haciendo que Camila asintiera y se dirigiera a la
puerta extrañada antes de volver donde estábamos, sonreí ante ello para poder besarla de la
forma correcta sin que nadie nos mirara —Ahora sí—sugerí sintiendo sus labios sobre los míos
— te ves hermosa —agregué acariciando su mejilla a lo cuál la morena asintió entre risas.
—Lo sé —respondió con obviedad antes de robarme un beso—Aunque tú no quedas atrás —
musitó en mi oído mordiendo su labio inferior
—¿Y Noe?— preguntó enarcando la ceja.
—Está jugando con los niños del edificio —afirmé notando como Camila fruncía el ceño ante
esa respuesta.
—Todo sería mejor sino olvidáramos esas costumbres de niños, ya sabes confiar en otra
persona con solo verla por un par de minutos.
—Cuánta razón —dije dándole la razón antes de mirarla con ternura y abrazarla, llevaba casi

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dos semanas sin saber de ella y aunque realmente no había tenido tiempo para pensar
debido a la rutina, tenía que aceptar que extrañarla ya se había vuelto algo cotidiano. —
¿Cómo estás?, te he extrañado estos días —sugerí acariciando su cabello a lo cuál Camila
sonrío con la misma ternura que enmarcaba a Noe cuando le daba cualquier tipo de cariño.
—Yo también lo he hecho amor, pero no he tenido tiempo ni siquiera para pensar —se
disculpó—Tengo que dejar todo listo para irme ¿lo recuerdas?—suspiré asintiendo porque
sabía que tenía que acostumbrarme a no saber de ella.
—Te irás con Claire —argumenté encogiéndome de hombros a lo cuál Camila no dijo nada —
¿Cuándo?—pregunté sintiendo como esa herida seguía latente.
—Finales del mes, es algo necesario —concretó.
—Lo sé —finalicé sin mirarla —Aunque me encantaría que no fuera así —ambas suspiramos
ante la cruel realidad que nos invadía, ninguna de las dos podía dar argumentos para que
estuviéramos juntas; era simplemente imposible.
—Ya hablamos de esto Lauren, no puedo quedarme aquí pensando en que te tengo tan cerca
y no puedo hacer nada contra todos los muros de distancia que nos separan —me quedé en
silencio porque no era cuestión que lo entendiera, era el hecho de que no deseaba
aceptarlo.—No es justo que vivamos de esa manera, lo sabes —refutó.

—No estoy discutiendo por ello, es solo que realmente te extrañaré —aclaré sin ser capaz de
mirarla a la cara —Noe te extrañará, ¿qué le vas a decir?—la actriz solo
suspiró quedándose con el silencio que ocupaba el departamento.
—Tiene siete años, no creo que me recuerde en un par de años
más—aseguró.
—¿Estás segura de qué estamos hablando de la misma
niña?—respondí frunciendo el ceño por su respuesta ya que conocía a la perfección a mi hija
y sabía que cuando supiera que no podíamos estar juntas, todo sería un desastre —Noe no te
olvidaría nunca—Camila solo se quedó en silencio y ni siquiera me miró, lo cuál no fue
necesario porque la conocía tan bien y sabía que prefería quedarse callada a demostrar lo
dolida que estaba.
—Duele menos pensando que puedo ser olvidable —contestó con la voz entrecortada por sus
lágrimas y yo no dudé en abrazarla sintiendo como el calor que siempre irradiaba formaba
parte de nosotras, ninguna de las dos necesitó algún tipo de palabra para explicar aquella
unión, simplemente nos quedamos ahí esperando que el tiempo no fuese tan cruel con
nosotras.
—Es tan injusto—dije carcomida por las lágrimas que atestaban mis párpados y que ya no
podía reprimir por mucho más tiempo.
—Te amo ¿lo sabes?—agregó la castaña antes de acariciar mi rostro para cubrirme con esa
dulzura que había nacido entre dos personas que jamás debieron haber coincidido, pero había
sucedido.
—Ni siquiera me atrevería a ponerlo en tela de juicio — le susurré contemplando como la vida
era demasiado cruel como para no permitir que nosotras lográramos expresar el amor que
nos cubría cuando estábamos juntas.
—¿Quieres recorrer el departamento?—preguntó cambiando de tema y yo asentí solo para
pensar en algo que no fuese el hecho de que ya no la tendría más, sin embargo, se me hizo
imposible porque me había quedado tan embelesada con Camila que dolía golpearse con la
realidad —No estaba segura de que querías y como sabía que tu orgullo no iba a permitir que
te compre una casa en algún barrio lujoso pues esto es lo mejor que encontré—concretó
antes de acariciar mi mejilla con la misma delicadeza de siempre —¿Te gusta?—preferí no
decir nada y robarle un beso que podía describir nuestro amor, no había nada más allá que
eso entre nosotras. Era el amor en su más pura expresión y aún así no estábamos destinadas
a crear una historia ya que no podía existir un nosotras en nuestras auroras.
—Es más de lo que alguna vez pudiese haber deseado —le agradecí obteniendo una sonrisa
maquillada con el rubor de sus mejillas —Es simplemente increíble.

vale.
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—Me alegro que te guste —comentó —Tu sonrisa es todo lo que

—Muchas gracias por todo, mi reina —le dije obteniendo un leve


asentimiento de su parte para que luego su rostro quedara en mi pecho como sino quisiera
irse de aquel lugar que estaba reservado para ella —¿Te quedarás a cenar?—pregunté —Dime
que sí porque no sé que responderle a Noe cada vez que
me pregunta por ti.
—¿Lo hace?—respondió contrariada y yo suspiré antes de asentir ya que mi hija no dejaba de
preguntar por Camila cada vez que tenía tiempo y ya estaba harta de darle excusas de la
razón por la cuál no podíamos vernos con la cotidianidad que ambas deseábamos.
—Eres su mamá Camila, mi hija no le va diciendo a cada chica que encuentra mamá—la
castaña suspiró asintiendo y aunque no lo quiso aceptar sabía que un par de lágrimas
cayeron de su parte por aquel detalle.

—No quiero dejarlas — comentó dejando que mi corazón se partiera con su respuesta porque
sabía como nos dolía aquella realidad donde no podíamos estar juntas.
—Lo sé— admití —Pero podemos no pensar en eso ahora
¿sí?—Camila asintió con una tímida sonrisa mientras ambas nos dirigíamos a la cocina,
suspiré sabiendo como sentía miles de lágrimas atragantadas frente a la indiferencia del
destino hacia nosotras.
Las personas pasaban toda su vida buscando el amor y nosotras simplemente no podíamos
tener un futuro juntas.
—¿Qué vas a hacer de cenar?—preguntó la castaña llamando mi atención y yo le sonreí
divertida por su pregunta antes de enarcar la ceja.
—¿Vas?—pregunté obteniendo una mirada de confusión de su parte, yo chasqueé la lengua
negativamente antes de sacar algunas verduras que se encontraban en el refrigerador que
Camila también se había adelantado en llenar
—Vamos señorita, estás aquí por lo cuál me ayudarás en esto — no pude no reír por el gesto
que invadió el rostro de la actriz ante aquello.
—Pero si yo no sé cocinar —se justificó a lo cuál yo negué.
—Noe tampoco y siempre es de ayuda —respondí encogiéndome de hombros—Además
siempre hay una primera vez —Camila frunció el ceño ante eso antes de suspirar. —
Bienvenida a la tuya —mencioné riendo.
—¿Qué vamos a hacer?—preguntó curiosa mientras ponía todo lo que iba a necesitar en la
mesa, suspiré intentando pensar que podía hacer de cenar hasta que una sonrisa invadió mis
labios al saber que podía hacer.
—¿Te gusta el pollo a la naranja?—le pregunté obteniendo otra mirada de confusión de su
parte.
—Nunca lo he probado pero suena bien —sentenció encogiéndose
de hombros.
—¿Es en serio?—pregunté impresionada por ello y Camila asintió
—Te has perdido de muchas cosas —sugerí separando lo que iba a necesitar para la salsa—
Ven ayúdame en esto —le dije poniendo al frente de ella las naranjas, un recipiente y salsa
de soja —Quiero que exprimas las naranjas y yo me encargo del resto —Camila asintió
haciendo el trabajo fácil mientras yo me encargaba de picar la cebolla y las pechugas de
pollo.
—Eres muy buena en esto, ¿cómo lo haces?—me preguntó sin dejar
de mirar cada movimiento que realizaba, yo la miré confundida por su pregunta a lo cuál ella
señaló las cebollas picadas.
—¿Qué cosa?—pregunté.
—Picar tan rápido —contestó lo cuál me hijos reír porque era algo de práctica luego de ser
quién cocinaba casi siempre, además de la experiencia que llevaba trabajando en
restaurantes.
—Bueno he trabajado casi toda mi vida en restaurantes así que algo tenía que aprender —

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sentencié sin darle mucha importancia.
—¿Cocinabas?—reí negando ante ello ya que era imposible que una chica consiguiera un
trabajo tan superior como encargarse de la cocina en uno de los restaurantes que había
trabajado, no obstante, sabía que ella no lo iba a entender sino se lo explicaba.
—No —refuté —En ningún restaurante dejarían a cargo de la comida a una chica, a pesar de
que es obligatorio que lo sepamos —agregué encogiéndome de hombros —irónico ¿no?—
Camila asintió sin más —Las chicas solo realizamos trabajos de limpieza y con menos
importancia que cocinar —susurré poniendo el pollo en el recipiente donde la castaña había
exprimido las naranjas para luego ponerle algo de sal y pimienta.

—¿Y tú que hacías?—me preguntó curiosa sin dejar de ver que estaba haciendo en el
recipiente.
—De todo un poco —contesté agregando algo de vinagre y los ajos que había picado —Fui
desde mesera hasta lavaplatos —mencioné —La verdad no me interesaba el trabajo sino el
hecho de que llevaba mucho tiempo en él, era de confianza y me pagaban bastante bien.
—No quiero ni preguntar que significa bien —refutó impresionada.
—Para una chica que no tiene nada eso es mucho—aseveré recordando aquello —Aunque
sinceramente no sirve mucho para sobrevivir el mes
—refuté terminando de poner la maicena y el azúcar para dejar reposando el pollo.
—¿Cómo le hacías cuando Noe era bebé y tomaba leche?—preguntó y yo suspiré ante ello.
—Tuve que dejar mi empleo en el restaurante donde trabaja Aiden y comencé a trabajar
limpiando casas —contesté dándole de probar para saber si estaba bien de sal a lo cuál ella
simplemente hizo una mueca frente al sabor, reí porque seguramente jamás le habían dado
para probar algo que no estuviera preparado —Estuve por cinco meses hasta que Noe creció
y podía dejarla en casa —le conté—La llevaba a todas partes porque no tenía otra opción. No
podía quedarme en casa aunque mis amigas me lo recomendaran porque necesitábamos
pagar nuestros gastos y un bebé es muy caro —suspiré al recordar aquel momento, quizás
habían sido los meses más difíciles de todos porque Noe no daba grandes problemas pero si
pasaba enferma casi todos los meses lo cuál era justificado por el médico por el hecho de que
había nacido mucho antes de lo planificado.
—Cada día me sorprendes más —refutó sorprendida pero yo no le di mucha importancia.
—No es nada sorprendente —agregué porque no veía nada extraordinario en eso, solamente
era el hecho de que tenía que hacerme responsable por mis actos y mi hija siempre había
sido lo más importante que tenía —Hubiera vendido mi alma al diablo solo para sacar a mi
hija adelante, no hay trabajos malos cuando sufres necesidad simplemente te callas y te
resignas a que cualquier cosa es mejor que el hecho de que tu hija llore porque no tiene
comida —parpadeé varias veces recordando aquellos momentos donde había derramado
demasiadas lágrimas en silencio porque no podía ofrecerle lo mínimo que necesitaba un niño
para poder crecer de una manera correcta.
—Lo sabes muy bien ¿cierto?—me preguntó acariciando mi espalda y yo asentí con una
mueca llena de tristeza porque habían sido tantas veces los momentos en que no sabía que
hacer con Noe que había perdido la cuenta de cuántas veces había sufrido en carne propia lo
que era no ser capaz de darle lo que ella necesitaba.
—Más que bien —susurré con pesadez —Con eso descubrí que si lloras con una bebé entre
tus brazos, ésta también va a llorar y que no hay nada peor que el llanto que nace cuando
tienen hambre —mordí mi labio ante ese resentimiento que nacía al recordar aquellos días —
Es desgarrador y te hace sentir tan impotente que realmente solo intentas hacer lo que sea
para que no sufra de esa manera.
—Por suerte ya no tienes que preocuparte de esas cosas —comentó acariciando mis manos y
yo sonreí asintiendo porque eso ya no era parte de mi realidad.
—Soy muy afortunada gracias a ti —contesté antes de besar su frente y ella rió dejando que
sus mejillas se sonrojaran, suspiré antes de sacar un sartén y calentarlo en aceite para
comenzar a freír en la cebolla los pedacitos de pechuga que se encontraban en el recipiente.
—Veo que te entusiasma cocinar —mencionó observando mis movimientos y yo asentí.
—Sí, la verdad es que me entusiasma bastante —aseveré con una sonrisa —Siempre me

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alegra tener que cocinar porque significa que podré ver la sonrisa de Noe mientras come y
saber que ha terminado un día con la normalidad que debería existir siempre. No es solo
comida, es el hecho de que sé que no es tenerla y acostarte sin tener nada por lo cuál me
entusiasma cada vez que puedo cocinar
—ninguna de las dos dijo nada más y yo le pedí que terminara de añadir la cebolla en el
sartén y que la removiera con una cuchara a lo cuál Camila obedeció sin rechistar
—Bravo lo has hecho muy bien ahora tienes que poner todo esto aquí —puntualicé bajando la
llama de sartén para que pusiera el pollo sobre éste—Bien hecho señorita Cabello, merece un
premio por ello —concreté rodeándola con mis brazos antes de dejar que mis labios danzaran
con los suyos.
—Siento que hubiera aprobado mis cursos de cocina si hubieras sido mi maestra y me diera
esas recompensas —ambas reímos frente a ello.
—¿Tuviste cursos de cocina?—pregunté con curiosidad y ella
asintió. ello.

—Ya sabes, para ser la esposa perfecta. Sé coser y etiqueta por

—No me lo esperaba — dije impresionada por su respuesta pero la


castaña simplemente se encogió de hombros.
—Supongo que no importa cuanto dinero tengas, al final siempre seremos vistas como las
sombras de los hombres —agregó.
—No importa cuántas cosas hagas bien ni como te defiendas contra el mundo, sino logras
estar amarrada con un hombre entonces no eres nadie —bufé sabiendo lo que era eso ya que
en eso se definía toda mi vida, no importaba cuánto esfuerzo pudiera poner para criar a mi
hija siempre iba a ser considerada inferior por el simple hecho de no seguir los patrones
normales de tener una familia—Lo aprendí a las malas y me decepcioné desde que soy
consciente de ello.
—Para mí siempre serás una gran mujer a la cuál todos deberían admirar —contestó
acariciando mis mejillas, sus manos aún tenían naranja entre ellas, sin embargo, poco y nada
me importó aquel detalle.
—Igualdad de condiciones—aseguré antes de besar su mejilla
—¿Por qué dejaste de trabajar limpiando casas?—me preguntó
intrigada.
—Porque volví al restaurante, fue en el momento en que decidí
dejar a Noe con Ally —comenté recordando los tres meses más duros que había tenido en mi
vida, fue en aquel momento donde me había dado cuenta que mi hija lo era todo y que podía
ser tan egoísta como para tenerla a mi lado aunque no tuviera las condiciones mínimas para
ser su madre —Deseaba darle una mejor vida de la que yo alguna vez podría ofrecerle por lo
cuál no dudé en pensar que eso sería lo mejor para mi hija —agregué resignada —Duré solo
tres meses sin el amor de mi vida—comenté sintiendo la tristeza que siempre me invadía con
aquel recuerdo —A veces solo pienso en lo débil que fui al retractarme pero es que ella se
convirtió en mi vida y no me la puedo imaginar sin ella, porque al final de todo aunque tenga
días malos ó peores, mi hija siempre va a estar ahí para abrazarme y verme como su héroe
—mencioné con una sonrisa única que siempre invadía mis labios al saber que no importaba
cuán dura e injusta fuera la vida, solo con tener a Noe para mí era suficiente para asegurar
mi felicidad —Y eso es lo más hermoso que me puede pasar—susurré sintiendo como esa
alegría tan única que solo existía con Noe se reflejaba en mi mirada, Camila sonrío ante ello
—Además que cada día se volvió más difícil trabajar en una casa porque esa familia tenía tres
niños y me dolía el hecho de que debía dejar a Noe muchas veces sin verla durante toda la
tarde por priorizar cuidar a niños que no eran míos. No tienes ni la más mínima idea de lo
frustrante que es cuidar a los hijos de otras personas y no poder tener ese tiempo para tu
propia
hija —argumenté jugando con mis dedos frente a mi respuesta. —Ajustar tu tiempo a tu
trabajo y no a las necesidades de lo más importante que tienes.

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—¿Tu amiga jamás te dijo nada sobre el hecho de que volvieras por Noe?—pregunté
suavemente.
—Ally estaba embarazada de Alex cuando Noe llegó a su casa—concreté —Fueron tres meses
donde no fui capaz de visitarla ni una sola vez para no sentir la presión de que ella debía
regresar a mí —murmuré recordando aquel momento mientras la castaña se quedaba en
silencio siguiendo cada una de las palabras de mi relato —Sin embargo, cuando esa noche fui
a la casa de Ally porque necesitaba a mi hija, fue como si ella siempre hubiera sabido que iba
a actuar de esa manera —suspiré al darme cuenta que ella era la primera persona con quién
hablaba sobre lo que había sucedido en aquellos meses —Ella y su esposo se habían
encariñado con Noe pero no dudó en entregármela sabiendo que una madre va a querer lo
mejor para sus hijos aunque eso signifique alejarse de ellos —Camila no tardó en acercarse a
mí y besar mi frente con toda la dulzura del mundo antes de abrazarme como si supiera que
eso era lo que más necesitaba en aquel momento.
—Cada momento de tu vida que me cuentas me hace admirarte más —me susurró
acariciando mi cabello —Eres increíble —yo chasqueé la lengua en forma negativa porque no
me creía alguien fuera de lo normal, simplemente había tratado que mis prioridades siempre
fueran Noe.
—Solo soy una madre que quiere lo mejor para su hija y ya está
—contesté —Lamento que no puedas vivir esa alegría de cerca —ambas suspiramos por el
hecho de que sabía que a la perfección como ella se emocionaba con todo el cariño que Noe
le demostraba y como no podía ser reciproca de la misma manera.
—Creo que con todos los recuerdos que me llevo de ustedes dos podré sobrevivir —
argumentó dejando que sus ojos castaños se tiñeran de tristeza frente a esa respuesta.
—Prometo que siempre serás quién me robó el corazón —afirmé sintiendo como las lágrimas
caían de mis mejillas, sin embargo, Camila no comentó nada al respecto y simplemente me
ofreció todo su cariño.
—Gracias —musitó — Es lo más lindo que me han dicho.¿Crees que algún día lo nuestro podrá
ser?—me preguntó esperando alguna respuesta certera de mi parte pero realmente ni
siquiera yo sabía que decir al respecto.
—Cuando eso suceda créeme que seré la primera persona que tocará a tu puerta —contesté
acariciando su cabello mientras mis lágrimas se esparcían entre éstos —Aunque no sea en
ésta vida.
—¿Sabes que te amo?—preguntó tímidamente a lo cuál yo asentí porque no era necesario
que me lo dijera pero aún así deseaba escucharlo cada minuto de lo que me quedaba de vida.
—Sí —respondí sin dudar en la respuesta que salía de mis labios —Y eso es lo que duele más,
saber que no hay ningún tipo de error en nuestro amor, en nuestros sentimientos, sino que lo
hay frente al tiempo en que vivimos —ninguna de
las dos pudo seguir sosteniendo las lágrimas que se esparcían en la cocina, ambas lloramos
deseando que al menos si en esta vida lo nuestro no era posible entonces en la siguiente no
nos quitara esas ansias de que nuestras almas logren vivir el alba cada mañana sin sentir la
presión de que lo nuestro no fuese posible.
—Prométeme que me recordarás —dijo con el dolor presente en su alma —Prométeme que
aunque no coincidan nuestros universos pensarás en mí y sonreirás —comentó mostrando
como su corazón estaba siendo destrozado de la misma manera que el mío —Y que el cielo
será siempre nuestra conexión más grande.
—Te prometo eso y mucho más —comenté sintiendo como mi pecho se oprimía frente a sus
lágrimas y las mías en deceso manifestando el dolor que carcomía nuestros pensamientos. —
Pero mi principal promesa es el hecho de que no me importa si tengo que esperar toda una
vida pero te juro que cortaremos nuestras distancias y seremos una.
..................................
Disfruten mientras puedan.
Extrañaba escribir ésta historia, nos leemos cuando vuelva a tener
internet :/
Capítulo 47: Afire love

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Darling hold me in your arms the way you did last night And we'll lie inside, a little while he
wrote
I could look into your eyes until the sun comes up And we're wrapped in light, in life, in love
Put your open lips on mine and slowly let them shut For they're designed to be together oh
With your body next to mine our hearts will beat as one And we're set alight, we're afire love,
love, love oh
de 10 Lauren
Su mirada era capaz de quitar todas las palabras que podía tener en mis pensamientos
porque la oscuridad de aquellos ojos seductores me invitaban a pecar cada vez que
aterrizaban bajo la mirada pérdida de mis ojos claros, porque hace mucho me había vuelto
una devota total a la magia impertinente que ese par de ojos cautivadores podían provocar
en mí.
Mis manos ilegales se movieron inseguras acercándola aún más dejando que un lienzo sin
pintar de todas las posibilidades que podían nacer bajo el manto del encanto de sus labios se
presentaba y yo solo quería dibujar cada palabra, cada verso, cada sentimiento en su piel
como siempre debió haber sido.
Ambas reímos ante la tentación que no necesitaban palabras para hacerse presente, siempre
habíamos tenido esa conexión donde nunca fueron necesario nuestras voces para saber lo
que nuestros corazones pedían, sin embargo, no quise hacer nada que ella no ofreciera
explícitamente, no quería romper esa línea tan frágil que siempre se dibujaba entre nosotras
donde a pesar de que conocíamos nuestros sentimientos preferíamos solo mantenerlos bajo
el manto de una compresión mutua que solo íbamos a encontrar entre nosotras dos.
Camila era hermosa de eso no había duda, sin embargo, yo no estaba enamorada de eso.
Creo que frente a su belleza física escogería mil veces la bondad que invadía su corazón ó el
hecho de que tenía la sonrisa más sincera que alguna vez había visto ó quizás escogería
todos esos sentimientos que irradiaba con solo su mirada y me hacía sentir que la vida valía
la pena para ser vivida.
—Mirada eterna que desvanece mis principios y me convierte en esclava de sus propias
mentiras y de sus propias mentiras —recité cambiando una parte del poema notando como
Camila se ruborizaba ante ello para solo dejar que sus labios se perdieran entre los míos en
una zona que ambas conocíamos mientras sus labios de chocolate derretían cualquier tipo de
cordura que aún quedase en lo más profundo de mi ser —No sabes cuánto te amo —le dije
posando mis manos sobre su rostro notando como a pesar del frío invierno que estaba
afuera, nosotras sentíamos como la temperatura comenzaba a subir de una manera que ya
habíamos olvidado —
Mi flor de marzo—le susurré besando su frene sabiendo que con ella esos simples momentos
eran suficientes, no vivíamos bajo las presiones de necesitar algo más de la otra para saber
la razón por la cuál nuestros corazones palpitaban cada vez que el nombre de la otra aparecía
bajo su escrutinio. Camila asintió y ambas nos recostamos abrazadas en la cama sin dejar de
mirarnos como si buscáramos algo que iba más allá de nuestra claridad mental, mis manos
buscaron las suyas y no tardé en besarlas sabiendo cuanto había extrañado todo esto, tenerla
conmigo y no soltarla jamás.
Ella asintió recostando su cabeza en mi pecho mientras yo la abrazaba dejando que la
distancia no interfiriera entre nosotras, mis besos viajaron a su cabello y ella cerraba los ojos
bajo una sonrisa que solo podía significar la felicidad encapsulada que esos simples
momentos podían dejar entre nosotras.
Nos quedamos unos minutos en ese momento donde el reloj dejó sus minuteros y se paralizó
ante nosotras dejando que la esencia del cabello de la castaña fuese mi mayor locura y la
forma llena de ternura en como su rostro se ocultaba buscando protección bajo mi pecho era
quizás lo que más extrañaba de pasar mis noches y partes de mis días con ella.

Suspiré frente al remolino que se le formaba en su pelo y como tenía esa mala costumbre de
no soltar mi mano mientras dormía lo cuál solo me hacía sonreír sin ningún tipo de razón
aparente.
—¿Tienes hambre?—murmuró luego de unos minutos en donde lo único que sonaba era la

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televisión, yo me encogí de hombros ya que podía pasar días solo teniendo aquel momento y
nunca tendría hambre ó cualquier otro tipo de sensación más que el hecho de que estaba
perdidamente enamorada de ella —Porque yo sí —comentó dibujando círculos en mi pecho y
yo reí ante la forma que era capaz de romper esos momentos, sus pies fríos comenzaron a
temblar buscando refugio bajo los míos lo cuál me hizo suspirar reafirmando la nostalgia que
tenía hacia todos los recuerdos que tenía con ella.
—¿Comida china?—pregunté enarcando la ceja y ella asintió con una sonrisa divertida por
ello, a lo cuál yo simplemente busqué mi celular entre medio de mis pantalones para marcar
al restaurante de comida china que quedaba cerca del departamento de la castaña. Mientras
tanto ella seguía jugando con mi pecho mientras insertaba pequeños besos en mi cuello para
luego bajar a mis clavículas desabotonando mi blusa frente a sus caricias que me hacían
sentir tan única como si se tratase de caricias producidas por las olas del mar que refrescaban
pero a la vez se atrevían a aumentar la temperatura —¿Me vas a dejar llamar?—pregunté y
ella solo rodó los ojos antes de reír, yo acaricié su cabello mientras pedía la comida china
notando como esto era mi definición propia de felicidad y no pude no sonreír con aquel
escenario que se pintaba entre nosotras.
Estábamos siendo presas bajo nuestros propios colores que habíamos inventado para
colorear la felicidad.
—¿Tienes frío?—me preguntó haciendo puchero y yo ladeé la
cabeza divertida.
—No, solo te extrañaba demasiado —concreté quitándole una
sonrisa de sus labios para asegurar la curva más bonita que tenía en un beso lleno de
inocencia y pasión que lograron explorar los sentidos de ambas cuando Camila comenzó a
acariciar con sus manos frías mi abdomen dejando que aquello aumentara la temperatura
entre las dos aún más de lo que ya estaba presente. Mis manos viajaron por su espalda
acariciando cada parte que podía reconocer con los ojos vendados si así lo deseara, todo en
su cuerpo era una obra de arte esculpida y no me importaba pasar toda la vida alabándolo
porque era la única verdad del mundo.
Las palabras dejaron de existir cuando nuestras caricias envolvieron aquel momento en toda
la magia que podía ofrecer, Camila comenzó a quitar lentamente mis jeans mientras yo me
encargaba de quitar rápidamente esa blusa que solo estaba siendo un problema frente a todo
lo que deseaba hacer con su cuerpo como lienzo.
Mis besos comenzaron a inundar la zona desnuda de su cuello mientras ella por su parte se
aprovechaba de incitarme a que sintiera la presión que solo ella podía producirme,
incitándome de una forma delicada para que no tuviese lo que mi cuerpo quería de ella. Mis
manos se perdían en su cabello ante cada beso que disfrutaba marcando su cuello y sus
clavículas a lo cuál Camila respondía a su vez acariciando mi abdomen para luego llenar de
pequeños besos mis pechos que se encontraban a toda su disposición.
Ambas gemimos ante el ritmo que habíamos adoptado en aquel momento dejando que esa
sonrisa profunda en nuestros labios no se fuese ni un segundo como si ellos pudiesen
demostrar el estado de locura que sentían cada parte de nuestro cuerpo, la castaña no tardó
en acariciar mis mejillas mientras aprisionaba todo mi cuerpo entre sus piernas dejándome
totalmente inmersa ante su cuerpo desnudo ya que ella mismo se había encargado de
quitarse los pantalones mientras con una sonrisa ardiente tomó mis labios dejando
impregnados en cada uno de sus besos la pasión que se acrecentaba en todo su ser, yo me
limité a acariciar sus caderas sintiendo como mis labios vivían en el constante delirio que solo
ella podía provocar a través de sus acciones.

—Creo que ya no podrás sentir frío nunca más después de esto —comentó con esa risita
sonora que siempre tenía yo asentí divertida ante ello mientras tomaba su cuerpo y
cambiábamos de lugar dejando que ella se recostara en la cama con esa trascendencia tan
especial que siempre había tenido. Conocía cada rincón de su cuerpo hasta aquellos donde la
luz del sol no había sido capaz de atravesar, sabía como eran pero aún así me pareció como
si fuera la primera vez que estaba con ella y no pude dejar esa sonrisa triunfante de ser
capaz de dibujar cada retazo de mi corazón en ella, de tatuar ante una explosión de colores

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lo que podía sentir por ella y principalmente no podía dejar de darle esa habilidad a mis labios
de poner pintar como si fuera de un lienzo en blanco cada rincón que deseaba que ella
recordase en
la mañana.
Las suaves caricias de parte de ambas no fueron más que pequeños
incentivos a lo que realmente deseábamos en aquel momento, no obstante, ninguna se tomó
con seriedad la forma en que el tiempo pasaba y estaba segura que sería capaz de dar mi
vida porque el tiempo volviera a detenerse y tuviera toda la eternidad presente para pintar
cada zona de la obra de arte que era Camila.
Ó tal vez la eternidad estaba bastante sobrevalorada porque esos minutos donde nuestros
cuerpos conectaron de esa forma tan natural y apasionante fueron suficientes para que no
desease la eternidad, sino simplemente una vida con ella.
La comida china llegó unos minutos después de que nuestros cuerpos cansadas se recostaran
entre medio de las sombras que dibujaba la televisión prendida y entre las miradas
seductoras de la morena me levanté tomando mi camisa para poder recibir lo que habíamos
encargado. No me importó ni en lo más mínimo que el repartidor me viera en ropa interior ni
tampoco el hecho de que Camila seguía desnudándome bajo su mirada desde que volví a
entrar a la habitación por lo cuál simplemente volví a quitarme la camisa y recostarme bajo
su pecho sintiendo como ese momento era todo lo que necesitaba en mi vida.
—Pensaba que ibas a decidir quedarte con ropa —aseveró tomando una de los recipiente de
comida y yo negué divertida antes de besarla —me parecía injusto que yo estuviese desnuda
mientras tú estás con tu ropa —concretó enarcando la ceja antes de acomodarse mejor en el
respaldo de su cama, yo me senté en la posición india mientras comenzaba a comer lo que
había en mi recipiente, no obstante, mi mirada no dejaba de viajar una y otra vez frente al
hecho de que ella se encontraba hermosamente desnuda bajo las sábanas de su cama y eso
era mucho mejor que la comida china —Deja de mirarme Lauren, tranquilízate que estoy
comiendo —comentó divertida haciendo que rodara los ojos y bufara por ello.
—Tú empezaste —refuté tomando algo de carne con los palillos — Todo esto es tu culpa —
sentencié notando como la castaña no dejaba de reír frente a eso.
—¿Y tú eres completamente inocente?—preguntó enarcando la ceja y yo asentí intentando
algo de seriedad en aquel momento.
—Lo soy —argumenté encogiéndome de hombros mientras Camila solo rodó los ojos frente a
mi respuesta —Aunque creo que puedo aceptar un poco de la culpa frente al delito si me
besas —concreté haciendo que ella enarcara la ceja y negara ante ello.
—Olvídalo, estoy comiendo —manifestó entre risas —Además yo sé que esto es tu culpa por
lo cuál no tengo que rebajarme a tus insinuaciones
—remedió.
—Había olvidado como se sentía esto —musité con una sonrisa tímida mientras veía como sus
ojos castaños se debatían entre obtener las sombras que nos ocultaban en aquella habitación
ó quedarse con ese brillo innato que siempre
ofrecían —Tal vez olvidar no sea la palabra correcta, simplemente no creía que volviese a
pasar —respondí y Camila no tardó en besar mi frente.

—Yo tampoco lo creí posible —argumentó con una de las sonrisas más bonitas que le había
visto — Pero me iré en un par de semanas Lauren, no creo que sea justo volver a retomar
algo frente al hecho de que me voy a ir —afirmó —Lo siento—negué ante ello posando uno de
mis dedos en sus labios antes de arrugar la nariz, realmente no me importaba que ella se
fuese, lo único que era importante en aquel momento es que no estaba dispuesta a dejarla ir;
deseaba una vida con ella y eso era suficiente para darle un propósito a los días que pronto
se presentarían.
—No me importa —murmuré tomando su rostro antes de acariciarlo
—¿Sabes?, no es que quiera presumir pero tenemos una conexión que nos hace seguir
cayendo una y otra vez aunque así no lo deseemos, podemos separarnos cuántas veces
queramos pero aún así el destino nos sigue uniendo bajo ese extraño hilo de situaciones que
nos hacen volver y darnos cuenta que necesitamos de la otra ó al menos eso es lo que siento

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cada vez que te miro y sé que no quiero a nadie más que no seas tú —realcé haciendo que la
morena se recostara por unos segundos entre mis piernas —Creo que estamos atadas a un
destino sin fin.
—Vaya, tú mencionando al destino e historias de amor enlazadas me parece la forma más
poéticamente excitante en la cuál podría encontrarte
—mencionó dejando su comida en el velador que había cerca de su cama —Pero debo aceptar
de que tienes mucha razón con ello, tal vez debemos comenzar a aprovechar todas esas
ataduras que nos deja el destino y aprender a vivir bajo las alas del amor.
—Me encanta como tus ojos se llenan de un brillo indescriptible cada vez que me miran y
como es como si fuese bendecida por todos los dioses del Olimpo cada vez que siento tus
labios contra los míos— respondí sintiendo como la locura que siempre me había dejado lo
que sentía hacia Camila me envolvía en esa parte cursi que siempre había intentado que no
se mostrara pero con ella era prácticamente imposible porque una chica como Camila
merecía que alguien la amara de la forma más románticamente cursi que existía y yo
deseaba ser esa persona ó al menos lo más parecido a ello.
—Entonces ¿me esperarás?—pregunto vertiendo la ilusión de cada una de sus palabras frente
a mí y yo asentí besando su mejilla.
—Te esperaría hasta el momento en que la cordura se hiciera presente cada vez que te veo,
te esperaría de aquí al infinito con tal de saber que eres la luz de mi sendero y mis ganas de
reír junto con el adiós que jamás podré decir
—concreté tocando su nariz haciendo que ella arrugara la nariz con la ternura que era parte
de ella.
—Te quiero —me susurró y yo asentí antes de acariciar su cabello.
—Yo te amo y lo seguiré haciendo aunque el sol busque refugio en la noche porque ya no sé
como vivir si tú no estás —refuté haciendo que ella riera.
—¿Eso no es parte de una canción?—mencionó rompiendo todo el
romanticismo del momento y yo chasqueé la lengua negando su afirmación.—Solo bromeaba
—argumentó besándome dejando que sus labios se apropiaran de todo mi ser en una
reverencia que solo ellos podían otorgar a como se presentaban con toda la algarabía del
mundo aquel par de labios rojos llenos de pasión y de todos los colores que deseaba en mi
vida por siempre.
—¿Por cuánto tiempo te irás?—le pregunté mientras retomábamos la comida que estaba en la
cama, ella alzó la mirada intentando recordar la fecha.
—El rodaje dura dos meses y medio —mencionó encogiéndose de hombros —Pero quizás me
quede un poco más en Inglaterra —agregó —¿Eso es un problema?—preguntó insegura y yo
negué.
—No, esperaré todo lo que sea necesario para verte triunfar
—refuté —Al final de todo tus logros son como si fueran míos, siento la misma felicidad con
solo escucharte que eres feliz —dije haciendo que sus mejillas tomaran ese rubor que tanto
amaba.
—¿Alguna vez imaginaste esto?—me preguntó curiosa —Es decir que volviéramos bajo éstas
condiciones.
—¿Quieres la verdad ó la mentira?—le pregunté enarcando la ceja.
—Supongo que la verdad —concretó esperando mi respuesta y yo
suspiré.
—La verdad es que no sé que has hecho conmigo pero no puedo
dejar de amarte, es como si cada día te amara más que el anterior y a su vez eso no fuese
nada comparado con el día siguiente a ese. Por lo cuál a tu pregunta realmente no deseaba
hacerte sufrir más pero nunca dejé de estar enamorada de ti Camila, nunca dejé de pensarte
ni menos intenté dejar de hacerlo, eres más fuerte que todo tipo de razonamiento dentro de
mí. Todos estos días, éstas semanas he extrañado todos los recuerdos que me atan a ti,
todos esos colores profundos que dejaste en un boceto sobre mí. La forma en que me haces
sentir que el amor puede ser algo factible y real, la forma en que mis labios te ruegan
pronunciar tu nombre y alabarte pero principalmente extrañé la forma en que tu mirada me
dice que aún está perdida por mí aunque yo no sea la mejor opción.

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—No eres la mejor opción porque eres la única qué hay
—argumentó con una sonrisa antes de que nuestras miradas quedaran absorta entre esa
magia que se sembraba ante ambas —Tal vez esa es la razón por la cuál ninguna de nuestras
relaciones ha funcionado, es por el simple hecho de que no tenemos más opciones y solo
estamos destinadas a perdernos entre la locura de nuestra amor.
—En ésta y en todas las vidas donde dejemos de ser extrañas
—susurré besando su frente.
—¿Lo prometes?—me preguntó dejando que esa pregunta me traspasara y me viera
prometiendo algo que iba mucho más allá de lo que realmente podía ser capaz de asegurar,
sin embargo, por primera vez en mi vida dejé que la razón no fuese parte de mis decisiones y
simplemente me tiré de aquel abismo esperando que el amor me acogiera entre sus alas.
—Lo prometo.
Afire love parte 2

Los Ángeles, 1948


Camila
—¡Mamá!—gritó Noe apenas me vio antes de tirarse en mis brazos sin siquiera darse cuenta
de las lágrimas que habían arrasando en mis mejillas luego de la conversación que había
tenido hace solo unos segundos con Lauren —Te extrañé mucho mucho —comentó antes de
comenzar a besar mis mejillas llenando de amor todo mi rostro, Lauren se acercó a mí para
quitar un par de lágrimas y acariciar el cabello de su hija.
—Me encanta como mi hija se acuerda de mí —sugirió intentando parecer enojada pero la
verdad es que ella simplemente estaba ocultando esa tristeza profunda que nos abatía, Noe
no tardó en reír por ello acomodando su rostro en mi pecho mientras sus manos infantiles
acariciaban mi rostro.
—A ti también te amo mami —mencionó con esa vocecita llena de dulzura que adoraba,
Lauren rodó los ojos ante ello para unos segundos después encargarse de hacerle cosquillas a
la pequeña rubia quien se retorció divertida entre mis brazos.
—Dame un beso —le ordenó la pelinegra a su hija quién se movió rápidamente a hacerlo —
También quiero uno tuyo —concretó enarcando la ceja lo cuál me hizo sonreír para acercarme
a ella y darle uno de esos besos que se sentía como si fueran las olas del mar porque eran
capaces de mecernos con suavidad y a la vez ahogarnos entre emociones que no sabíamos
definir, estuvimos un par de segundos haciendo que nuestras miradas chocaran como si se
tratase de un evento interestelar hasta que ambas suspiramos con el mismo dolor que no
sabíamos que seríamos de nosotras cuando todo esto terminase, por suerte en aquel
momento eso no fue lo importante y la pequeña ojiazul supo como cambiar el tema sin
siquiera darse cuenta de lo que estaba sucediendo entre nosotras.
—¿Mamá te quedarás a cenar?—me pregunto buscando mi mirada entre sus grandes ojos
azules, yo la miré tiernamente antes de abrazarla aún más fuerte contra mí.
—Claro, amor —contesté fingiendo una sonrisa que ni siquiera alcanzó ser algo más que una
simple mueca, Noe asintió antes de volver a buscar mi pecho como su refugio mientras sus
manos jugaban con mi cabello.
Lauren miró la escena con ternura mientras notaba como sus ojos verdes se ahogaban entre
lágrimas, ninguna de las dos dijo nada más pero nuestras almas estaban conectadas de tal
forma que hace mucho que el idioma de las palabras no era el nuestro.
—Noe puedes ayudar a mamá ha poner la mesa —afirmó la ojiverde en un suspiro, Noe
asintió pidiendo que la bajara de mis brazos y yo asentí dejando en libertad a la rubia quién
fue directamente a la alacena tratando de adivinar donde estaban los cubiertos, Lauren se
acercó a mí con paso inseguro antes de juntar mi
frente con la suya para terminar acariciando mi rostro —Hoy no —musitó dejándome perpleja
ante ello y la forma en que sus palabras se llenaban de lágrimas aunque éstas no estuviesen
en su rostro —Por favor —susurró y yo asentí antes de robarle un tímido beso de sus labios.
—Hoy no —confirmé con una breve sonrisa.
Noe finalmente encontró los cubierto y yo la ayudé a poner los vasos mientras mi mente no
podía dejar de distraerse con la chica que me había robado el corazón, ella se encontraba

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tranquila ante su hija pero cada uno de sus movimientos estaban diseñados con el miedo que
nos abatía frente a cada minuto de la vida porque no había otro camino más allá que el hecho
de que nos separáramos.
Pero por unos segundos solo pude sonreír al pensar lo feliz que hubiera sido con ellas dos,
teniendo éstos momentos cotidianos todos los días y todo el amor que ambas me ofrecían
cada vez que así lo deseara.

Tal vez ese tipo de felicidad era mucho que pedir para alguien como yo.
Resoplé quitando esa idea hasta que sentí como Noe acariciaba mi mano y me miraba con la
sonrisa que definitivamente había heredado de Lauren, mi pecho se encogió al saber que
pronto me iría y tendría que dejarlas a ambas; ni siquiera era capaz de pensar en el dolor
que le produciría a Noe cuando todo terminara, sin embargo, en aquel momento me resigné a
que ya habría tiempo para pensar en esas cosas así que no dudé en tomarla entre mis brazos
entre sus risas sonoras y mis besos en su rostro.
—¿Qué tal tu día?—le pregunté arreglando su cabello dorado que caía desordenado en su
rostro, ella me miró divertida antes de besar mi mejilla.
—Hemos ido a jugar al parque con Leo, Maia, Andrea y Louis
—sugirió emocionada ante ello —Maia tiene mi edad y vive en el tercer piso mientras que Leo
vive a cuatro puertas a la izquierda —admitió dejando que todo su entusiasmo se reflejara
cada vez que hablaba del tal Leo —Hemos jugado a las escondidas y yo gané —mencionó
orgullosa antes de que la sentara en la mesa para acomodarnos para cenar, Lauren me
regaló un guiño antes de sentarse a mi lado y sostener mi mano sin la necesidad de que yo
se lo pidiese ó siquiera se lo mencionase.
Eso era lo que más me gustaba de ella, el hecho de que entre sus tímidos gestos de cariño
ella siempre se mostraba comprensiva conmigo, era como si pudiera premeditar mis
pensamientos y los reproducirá antes de que siquiera pasasen por mis labios. Yo me atreví a
sostener su mano y besarla con una pequeña sonrisa que hizo que sus ojos verdes volvieran
a cargarse de ese brillo tan hermoso que tenían.
—Copito luego nos cuentas como te fue, creo que es hora de cenar
—le dijo dulcemente y Noe asintió obedientemente antes de sonreírle y abrazarme —
¿Quieres comenzar dando las gracias, copito?—sugirió Lauren haciendo que la pequeña rubia
asintiera y comenzara a juntar sus manos para comenzar con sus
rezos, hice lo mismo pero mientras Noe estaba concentrada en bendecir los alimentos yo no
podía quitar mi mirada de su madre como ella tampoco podía dejar de hacerlo, ese breve
instante fue como si solo nosotras dos estuviésemos en aquel departamento y no tuviéramos
ningún tipo de frontera frente a nuestro amor.
Nos miramos perdidas intentando que las respuestas que tanto deseábamos que apareciesen
al fin se hicieran presente y nos iluminaran frente a esa noche eterna que vivíamos, sin
embargo, aquello no sucedió simplemente yo me perdí en su mirada y ella en la mía.
Y para nosotras eso fue suficiente en aquel momento.
Cuando Noe terminó con su tarea de bendecir los alimentos, el silencio nos cubrió entre
movimientos básicos para servir aquella comida que olía deliciosa, no obstante, habían
segundos en donde Lauren se perdía en nuestros propios silencios y sus ojos se llenaban de
lágrimas, quise decir tantas cosas en esos reducidos segundos, sin embargo, no valía la pena
mencionar algún tipo de palabra porque nada podía hacer que nuestros destinos cambiasen el
rumbo impuesto.
—¿Te quedarás a dormir, mamá?—me preguntó Noe intentando cortar el pedazo de pollo que
estaba en su plato, miré a la pelinegra en un intento de que me ayudase frente a esa
pregunta pero ella solo suspiró dejándome sola ante la verdad.
—Me quedaré hasta que te duermas ¿bien?—le sugerí acercándome a ella para cortar el pollo
que estaba en su plato —Pero tengo que regresar a casa—suspiré dejando sus cubiertos
sintiendo el dolor que me producía la simple idea que irme de aquí significaba que a pasos
agigantados nuestro tiempo se agotaba sin piedad, Noe frunció el ceño ante eso y no tardó
en cruzarse de brazos por esa respuesta.

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—¿Por qué no puedes quedarte?—me preguntó esperando una respuesta de verdad
—Las parejas viven juntas —reclamó haciendo puchero —Quiero que te quedes
—aseveró destrozando de a poco mi alma, busqué refugio en Lauren quién no tardó en tomar
protagonismo en esa conversación dandole la respuesta que necesitaba su hija ó lo más
parecido a ello.
—Copito, Camila no puede quedarse por el simple hecho de que no está bien visto por las
personas que ella se pase con nosotras —la pequeña ojiazul no supo que decir frente a esa
respuesta y me miró extrañada dejando que su rostro se perdiera en el de su madre, sin
embargo, yo sabía que por dentro Lauren estaba siendo atacada por cada una de las palabras
que decía —Las personas creen que las princesas no pueden estar con otras princesas ni que
los príncipes no deseen princesas sino que quieren a otros príncipes, es por eso que Camila
no puede quedarse con nosotras —Noe no dijo nada frente a eso, simplemente se quedó en
silencio mientras mi mano se apretaba contra la de la ojiverde ya que sabía cuán duro estaba
siendo esto.
—Pero todas las princesas tienen finales felices —argumentó entre
lágrimas que nos dolieron a ambas porque cuánto hubiéramos dado porque esas palabras
infantiles fueran la realidad —El amor puede contra todo, tú lo has dicho mami —refutó
llorando —¿Eso significa que mamá se irá?—preguntó dejándome sin palabras porque su voz
cortada fue suficiente para destrozarme, Lauren se levantó de la mesa para abrazarla, sin
embargo, la rubia se negó a ello dejando que el enojo invadiera su rostro —¿Es cierto
mamá?, ¿te irás?—me preguntó buscando la verdad entre mis ojos y antes de que pudiera
contestar ella encontró de una forma tan sincera como mi mirada estaba siendo destruida por
ésta conversación.
—Camila se irá con Claire en un par de semanas más —contestó la ojiverde sin poder
soportar las lágrimas que estaban rompiendo su cordura y tranquilidad —Sé que es duro pero
—Noe no quiso seguir escuchando las palabras de su madre y se levantó de la mesa para
abrazarme sin despegarse de mí, yo me limité a acariciar su cabello mientras Lauren solo
secaba sus lágrimas sin poder mirarme.
—No es justo —chilló la pequeña rubia —No lo es, tú eres mi mamá
—respondió dejando que sus lágrimas se mezclaran en mi blusa y que retumbaran en el dolor
que en mi alma estaba presente siempre —No te puedes ir mamá, no nos puedes dejar —
susurró abatida por la triste verdad que no nos habíamos atrevido a decirle, ninguna de las
tres volvió a tocar algo de la cena y solo dejamos que nuestra pena se pintara en cada una
de las paredes del departamento.
Noe se quedó entre mis brazos hasta que las lágrimas retrataron el cansancio que sintió la
menor frente al hecho de que había llorado por más de una hora, Lauren se acercó a mí para
llevarla a la cama, no obstante, yo no se lo permití y me quedé acariciando el cabello dorado
de la pequeña.
—Lo siento —fue lo único que pude decir llamando la atención de la pelinegra quién frunciò el
ceño sin entender a que me refería —Lamento haber entrado en sus vidas y no ser capaz de
quedarme —las lágrimas ya no eran desconocidas en nuestro rostro y ni siquiera
intentábamos ocultarlas porque ambas estábamos destruidas por igual frente a la crueldad
con la que el destino actuaba hacia nuestro amor. Lauren se acercó a mí y mis labios
sintieron el beso más triste que ella me había dicho donde describía el dolor que había en
nuestro amor, en éste beso se hilaba todo lo que desgarraba a nuestros corazones frente a la
imposibilidad de un nosotras.

—Por favor no digas eso —me dijo dejando que sus lágrimas tiñeran sus palabras y sus
manos en mi rostro cortaran cualquier tipo de distancia existente —Eres lo mejor que me ha
sucedido desde que Noe nació y créeme que vendería mi alma solo para que te quedaras —
ninguna de las dos dijo nada pero fue fácil escuchar como nuestra alma lloraba en silencio
por todo lo que sucedía. —Pero no podemos vivir de imposibles mi amor —admitió dejando
que sus ojos verdes danzaran frente a la melodía fúnebre de nuestras voces —Prefiero saber
que estás siendo feliz lejos de mí que estar atándote a algo que no es posible —contestó
frente a la opción que habíamos decidido en nuestras vidas pero que no me daba refugio

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alguno porque ella
se había convertido en la razón de mi felicidad.
—Solamente conozco lo que significa la felicidad gracias a ustedes
—le susurré porque mis palabras no eran capaces de salir frente al dolor que me invadía en el
pecho, Lauren asintió antes de acariciar levemente el cabello de Noe quién se había quedado
dormida entre mis brazos de tanto llorar —Todo lo demás es solo un triste ocaso de ésta.
—Te amo Camila Cabello —musitó sin atreverse a profanar mis labios pero su mirada fue
capaz de producir el mismo efecto —Te amo y lo único que deseo en este momento es
hacerte el amor y recordarte con cada segundo que me queda de vida que no habrá nadie
que ame como lo he hecho contigo, si tuviera solo un deseo sería llenar de palabras tu piel
mientras espero que la noche se vuelva eterna entre mis brazos —mencionó mientras el dolor
nos carcomía a ambas frente a la noche que de a poco se estaba encargando de envolver la
ciudad, los rayos del sol dejaron de estar presente entre nosotras y la luna se burlaba de que
nosotras no podíamos disfrutar de la noche como casi todo el mundo podía —Levantarte cada
mañana entre los suspiros del sol y hacerte creer que el amor existe —agregó acariciando mi
mejilla dejando que nuestras pieles se conviertan en una solo voz, sin embargo, para ese
momento las lágrimas no me dejaban ver algo más que sus ojos verdes vacilantes llenos de
amor hacia mi, un amor que no merecíamos.
—Esto es demasiado para nosotras, será mejor que me vaya —dije tratando de sostener a la
pequeña rubia quien frunció el ceño al sentir un leve movimiento para con sus pequeñas
manos sostener mi blusa sin dejar que me fuese.
—No, por favor —concretó la ojiverde con la voz destrozada como nunca antes la había visto
—Quédate aunque sea ésta noche, por favor —me rogó
—No te atrevas a dejarme con este dolor en el pecho, solo te pido una noche mi amor
—me pidió en el tono más triste que le había escuchado a su voz, yo solo asentí ante ello
mordiendo mi labio frente al dolor que me penetraba de una manera que jamás había sentido
con anterioridad —Por favor—musitó entre lágrimas lo cuál me hizo sacar débilmente una de
mis manos frente a las caricias que le estaba realizando a su hija para acariciar su mejilla en
un intento de detener sus lágrimas pero eso era imposible.
—¿Por qué esto duele tanto?, ¿no se supone que el amor es lo más grande que existe?—
respondí furiosa inmersa en lo que estábamos viviendo y sin ver la luz entre las gotas que
caían de nuestras mejillas —¿No se supone que debería ser todo más fácil desde que ambas
nos dimos cuenta que estábamos condenadas a amarnos de una maldita forma no
convencional?—suspiré amargamente —¿Qué hicimos para no poder gozar de éste amor?—
pregunté esperando una respuesta que me dijera porque podía amarla tanto y no poder ser
presa de sus labios cada minuto de mi vida, deseaba que hubiese una verdadera respuesta a
la razón por la cuál no podía pasar mis días con ella ni siquiera podía nombrarla en mi rutina
porque estaba prohibido lo nuestro. —¿Por qué simplemente nosotras no podemos ser
felices?— comenté adolorida por los cuchillos que profundizaban todos los demonios que se
encontraban en mi pecho.

—No tengo respuestas para esas preguntas —sentenció con una mirada teñida con la rabia
que también yo sentía, ambas suspiramos frente a eso hasta que mi atención quedó en Noe
quién se notaba tan cansada que me dolía el hecho de que por la mañana ella se daría cuenta
de que su cuento de hadas no era real.
Era tan pequeña para descubrir lo cruel que era el mundo y como éste funcionaba
destruyendo cualquier rastro de amor que aún quedaba entre los seres humanos.
—Yo tampoco —susurré resignada al hecho qué tal vez nunca tendríamos una respuesta
coherente a nuestras preguntas —¿Te incomoda si voy a dejarla en la cama?—le pregunté
ante la incomodidad que de seguro estaba pasando la pequeña rubia y aunque no quería
dejarla, sabía que era lo mejor —Fue demasiado para ella por hoy —Lauren asintió antes de
suspirar por ello.
—No te preocupes —respondió acercándose para tomar a su hija entre sus brazos —¿Podrás
hacerlo sola?—me preguntó notando como mi mirada se perdía entre aquella niña que era el
vivo retrato de Lauren aunque no compartieran muchas características físicas, sin embargo,

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creo que eso era lo que más dolía porque no solo la perdería a ella cuando me fuese sino que
también le destruiría el corazón a una niña que había confiado en mi.
—Claro —respondí con una sonrisa al notar como Noe no dejaba de esforzarse para no
soltarme y por unos segundos pude sentir ese amor que siempre hacía que Lauren sonriera
hacia su hija, era algo que ni siquiera necesitaba algún tipo de descripción porque era
simplemente mágico.
—Bien —contestó limpiando sus lágrimas antes de intentar sonreír pero no funcionó —Iré en
unos minutos más —afirmó antes de levantarse y comenzar a recoger los platos de la cena,
yo asentí mientras sostenía entre mis brazos a Noe quién no dejaba de quitarme sonrisas
eternas ante la tranquilidad que invadía su sueño, me atreví a dejar un par de besos en su
frente sintiendo como nuevamente me quemaban las lágrimas. Sin embargo, me tragué mis
sentimientos al encontrar su cama y abrir las sábanas para recostarla para que descansase,
la acomodé en ella sintiendo como su cariño me hacía sentir viva y con una suave sonrisa le
quité los mechones dorados que caían en su rostro para notar como sus ojos azules me
miraban con confusión antes de repetir la palabra que me encantaba escuchar de sus labios.
—Mamá — dijo antes de comenzar a llorar nuevamente y buscarme con desesperación
produciendo miles de sentimientos ante aquel acto, me recosté a su lado acariciando su
cabello para que intentara tranquilizarse.
—No cielo, no llores —le susurré quitando sus lágrimas con mis pulgares en un intento de
sonreírle, sin embargo, Noe negó frunciendo el ceño ante eso—Estoy aquí mi amor —le
contesté besando su cabello antes de acariciar su rostro con todo el amor del mundo, Noe me
miró con todo el cariño del mundo y no estuve
segura si eso hizo que mi alma se partiera más ó esa fue la razón por la cual mis lágrimas
volvieron a atacarme —Shh descansa ¿sí?—le dije secando mis lágrimas y también las de
ella, la pequeña rubia negó pero se recostó en mi pecho abrazándose de mi cuello para
depositar cientos de besos en mi mejilla haciendo que ésta se quemara por el contacto que
tenía con mis lágrimas.
—No me dejes por favor —me susurró —No quiero que te vayas
—asentí abrazándola aún más fuerte de lo que mis brazos podían ofrecer, Noe solo se quedó a
expensas de mi respuesta pero sus besos no se extinguieron frente al silencio sino que se
volvieron aún más potentes que nunca.

—Me quedaré ésta noche ¿bien?—le expliqué acariciando su mejilla y la pequeña asintió
tratando que su rostro dejara aquel estado de tristeza total —Eres hermosa, no sabes cuánto
te amo —le musité sintiendo como todo dentro de mí se partía con aquella declaración.
—¿Por qué las princesas no pueden ser felices con otras princesas?—me preguntó cautiva en
mi mirada, yo solo suspiré ante ello porque no era justo para nosotras estar viviendo esto
pero más injusto era el hecho de que a través de lo que estaba sucediendo le estábamos
mostrando a una niña de siete años que no todo era posible en la vida y que a veces
simplemente la felicidad no era algo que se nos otorgaba.
—Porque el mundo es cruel y no les gusta crear nuevos cuentos
—sentencié con dolor con cada palabra, Noe no dijo nada y comenzó a jugar con mi pelo
hasta que me abrazó como si tuviera miedo que me fuese en aquel instante. Yo solamente
me dediqué a repartirle todo el amor que nacía en mi alma.
—Quiero un cuento —pidió y yo asentí antes de levantarme para pedirle a Lauren para que
viniera.
—¿Quieres que llame a mami?—le pregunté dulcemente y ella negó
ante ello.
—No —respondió segura —Quiero un cuento por ti, mamá —afirmó
y yo solo la miré sin saber que decir porque los cuentos no eran lo mío, tampoco lo era
calmar el llanto de una niña ni menos hacerla dormir; en esas cosas Lauren era la experta, no
obstante, no pude decir nada por la forma en que esos ojos azules me rogaban por su
atención.
—Pero no me sé ninguno —me justifiqué encogiéndome de
hombros.

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—Por fi — me pidió recostando su rostro en mi pecho mientras sus
manos buscaban las mías para apretarlas lo cuál me hizo sacar una sonrisa desde el fondo de
mi corazón.
—Bien —refuté en un suspiro —Creo que tengo uno —afirmé acomodando mi cabeza en la
almohada en un intento de crear algo en mi mente
—Había una vez una princesa de un reino tan lejano y tan escondido que el mar no sabía
diferenciarse del cielo, ambos eran uno y a la vez ninguno por lo cuál podías
tocarlo si nadabas hacia las profundidades del mar como también podías jugar con las
estrellas cuando la noche caía y sentir los rayos del sol tan cerca tuyo que parecía que no
fuese real —conté sin saber muy bien la dirección que llevaría el cuento pero suponía que
nadie sabía en un principio eso y solamente le contaba lo que podía —El reino había sido
creado bajo la magia de cientos de estrellas, por lo cuál las cosas más maravillosas sucedían
en él, sin embargo, había algo que también lo hacía distinto a todos los demás reinos —
comenté teniendo la atención total de la ojiazul quién dejaba que sus ojos guiaran cada una
de mis palabras.
—¿Qué cosa?—preguntó curiosa y yo sonreír frente a eso.
—El hecho de que no tenía colores—contesté haciendo que ella me mirara impresionada y se
tapara la boca con una de sus manos por mi respuesta.
—¿Cómo no tenían colores?—me preguntó enarcando la ceja.
—Así es, a pesar de que el mar tocaba el cielo y que podías jugar con las estrellas, no existía
ni un solo color más allá del gris —contesté profundizando en el cuento —Los colores se les
habían sido erradicados debido a que las personas no deseaban saber de que color era el
cielo por las noches, ni tampoco de que color era el mar cuando agitaba sus olas ni menos el
color que tenía un corazón enamorado. En aquel reino los colores habían sido erradicados
porque las personas tenían miedo de ver más allá que la simple capa de gris—aseveré
haciendo que la pequeña rubia me mirara confusa por ello.

—Pero si los colores le dan vida a todo—mencionó y yo asentí.


—Es por esto que a pesar de la magia que invadía el reino, el hecho de que no tuviera colores
lo hacía un lugar frío, sin sentimientos y hacía que los habitantes del reino nunca supieran
que era lo que realmente sentían porque hasta los sentimientos son teñidos de colores en su
momento correcto.
—Eso es horrible —respondió rápidamente y yo asentí porque aquel cuento no estaba tan
lejano de la realidad que me había seguido durante casi toda mi vida.
—Lo es — refuté acariciando su cabello.
—¿Qué sucedió con la princesa?—preguntó.
—A eso quería llegar —le dije con una sonrisa —La princesa era una de las pocas personas
que lograba ver los colores aunque éstos no fuesen parte de los límites del reino.
—¿Cómo los veía sino conocía los colores?—volvió a preguntar llenándose de curiosidad
pintada de inocencia.
—Es que ella si los conocía ó al menos eso creía dentro de ella
—respondí —Vivía cada día imaginando que color podía ser el correspondiente a cada cosa,
soñaba en que su vida se llenase de colores aunque supiera que eso era demasiado pedir
para alguien como ella —suspiré al sentirme identificada con la princesa de aquel cuento,
antes de Lauren yo simplemente había soñado con encontrar aquellos colores que mi corazón
quería conocer y ahora solo podía ver
como toda mi alma era un lienzo lleno de los colores más bellos que podían existir y todo
gracias a ella.
—Pero si era una princesa, podía tener todo lo que deseaba—exclamó la rubia y yo ladeé la
cabeza frente a eso.
—No todo —concreté —No tenía los colores que ella tanto anhelaba y que jamás demostraba
que era lo que más deseaba porque en su reino los habitantes se habían acostumbrado a
vivir sin saber la belleza qué hay detrás de una vida de colores. La princesa podía pasar
noches enteras deseando a las estrellas grises que al menos le regalaran unos segundos
donde los colores aparecieran en su vida, no obstante, el tiempo pasaba y aquel deseo solo

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era eso —aseveré —Un par de palabras sin relevancia alguna. Hasta que una noche sucedió
algo inesperado, Era una noche lluviosa donde el cielo comenzó a dejar que las gotas de lluvia
llenaran cada rincón del reino, una noche tan fría que no existía persona que no se
encontrase en su casa, esto no fue diferente a la realidad de la princesa quién se encontraba
en su castillo resguardado entre las murallas de sus propiedades.
—¿Qué sucedió esa noche?—preguntó intrigada siguiendo cada una de las palabras del
cuento con toda la atención del mundo.
—Entre medio de las gotas de lluvia y el sentido gris del reino, apareció una chica en las
puertas del castillo que no llevaba nada más que un simple abrigo con el cuál trataba de
ocultar del frío a la bebé que estaba entre sus brazos.
Ella venía de un reino más lejano aún y pedía que se le concediese hablar con la princesa que
en ese momento había sido coronada como reina hace tan solo un par de días atrás—
sentencié ganándome una mirada llena de dulzura de parte de la pequeña quién no dudó en
darme un beso en mi mejilla sin razón alguna.
—¿La princesa se lo dio?—preguntó y yo negué ante ello.
—Al principio no, la princesa que ahora era una reina era una persona fría al igual que la
mayoría de las personas en el reino. Para ella no había nada más importante que ella misma
por lo cuál no le importó encontrar a la chica desamparada siendo atacada por el frío de la
noche —conté sintiendo como aquel cuento se volvía en una verdad oculta de quién había
sido antes de conocerlas a ella y sentir lo que era el amor de verdad—Sin embargo, la chica
no fue capaz de irse de las puertas del castillo ya que lo único que deseaba era refugio
aunque fuese solo para su hija ya que no podía pasar la noche entre la lluvia que atacaba
aquella noche.

—¿La reina hizo algo?—preguntó enarcando la ceja frente al relato.


—Se atrevió a dejar sus aposentos al ver como la chica prepotentemente desafiaba su
palabra. Nadie nunca le había desacatado sus ordenes a la primera vez que ella las daba por
lo cuál furiosa por aquel acto y a la vez curiosa por saber quién era la que se atrevía a
desafiarla fue hasta las puertas del palacio notando como la chica temblaba ante el frío
persistente aquella noche. La miró con su mirada desafiante notando como la chica intentaba
con todas sus fuerzas quitar el frío y la lluvia del regazo donde se encontraba su hija
durmiendo tranquilamente, la reina
frunció el ceño al darse cuenta que quién la desafiaba era una simple chica que ni siquiera
tenía un abrigo que la protegiese. No podía entender como alguien tan humilde podía ser
capaz de ir en contra de la palabra de la única soberana de la región sin temer por su vida —
relaté —Sin embargo, no se atrevió a mostrar admiración por ello sino que simplemente miró
en menos a la chica con el bebé.
—La reina es una persona muy egoísta —aseveró Noe y yo le di toda la razón porque
ciertamente lo era.
—Claro que sí, es lo único que ella conocía por lo cuál ¿cómo podía sentir compasión si jamás
nadie se lo había enseñado?, ¿cómo podía siquiera pensar más allá que ella si había sido
instruida para no pensar en nada que no le afectase de sobremanera?.
—¿Qué sucedió con la chica?.
—Al darse cuenta que se encontraba frente a la reina toda la valentía que había adquirido
para seguir ahí, simplemente se mostró tímidamente en una reverencia pidiendo que por
favor se le ofreciese refugio aunque sea por esa noche, sin importar el lugar, ella solo
necesitaba un lugar que protegiese a su hija de la lluvia —agregué sintiendo como los ojos
azules de Noe me seguían —La reina desvió la mirada hacia la bebé que estaba entre sus
brazos y sintió como su corazón se encogió ante la ternura que procedía de ella, no obstante,
ningún sentimiento se mostró en su semblante duro y solo se atrevió a ver a la indefensa
chica. ¿Qué me darás a cambio?, le preguntó la reina sabiendo que aquella chica no tenía
nada por lo cuál su conversación no duraría más de lo necesario —suspiré —La chica la miró
contrariada intentando dar alguna respuesta a la reina, sin embargo, ella se rindió y solo
volvió a rogar por la protección de su hija frente a la reina, quién mientras más pasaban los
minutos más se sorprendía del hecho de que la chica jamás pidió por ella y solo lo hacía por

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su hija así que decidió recibirla en su castillo.
—Dejó que se quedara—concretó Noe esperando que la reina cambiar su frío semblante.
—No, dejó que la bebé se quedara para ver si las palabras de la chica eran sinceras —la rubia
me miró impresionada por el giro que estaba teniendo el cuento ya que ella no se lo esperaba
—Le ofreció que la pequeña se quedase en el castillo pero con la condición de que ella
simplemente no podía entrar —Noe comenzó a sollozar por ello antes de fruncir el ceño por
eso.
—Eso es cruel —dijo contrariada y yo asentí porque era normal que ella pensase eso, Noe
aún era muy pequeña para darse cuenta que las personas podían ser malas y sin corazón.
—A la reina no le parecía que fuese cruel, tan solo quería ver la reacción de la joven quién
insegura asintió ante esa propuesta sin siquiera pensarlo y le entregó a la bebé a la reina
dejando totalmente sorprendida a la soberana porque la chica no emitió ningún argumento
para convencerla de que ella también pudiese quedarse en el castillo —aclaré— Esto hizo que
la reina quedara impresionada ante la entrega de la joven quién no mentía con siempre poner
antes que ella a su hija por lo
cuál pidió que la mejor habitación del castillo fuese preparada para sus invitadas mientras
devolvía a la bebé a los brazos de su madre quién no dejó de agradecerle en ningún
momento.

—¿Qué sucedió después?.


—La reina quedó impresionada con sus actos que no pudo dormir en toda la noche pensando
en todo lo que había sucedido por lo cuál no dudó en ir a los aposentos que le había ofrecido
a la chica para buscar respuestas frente a su actuar, ya que nunca había conocido a nadie
que anticipara la felicidad de alguien más frente la suya ni menos la seguridad con la cuál no
había intentado convencerla de dejarla quedarse. La soberana golpeó la puerta de la
habitación donde se encontraba la chica y esperó pacientemente que ésta abriese, cuando la
vio temerosa a solo unos centímetros de ella notó que su mirada tenía un brillo que nunca
había visto ni siquiera en las estrellas. La chica reverenció a la reina y no fue capaz de alzar
la mirada hacia ella con temor de que la soberana pensase que era un acto de prepotencia y
las echaran nuevamente a la calle. Sin embargo, para la reina aquel acto solo fue una
demostración de la sumisión que existía en el alma de la joven, la sumisión que le había
dejado el mundo ante el hecho de que no podía valerse más allá de lo que las personas le
destinaban. El silencio se apoderó de ambas sin saber que decir y la reina finalmente regresó
a su habitación sin entender el efecto que le estaba produciendo la chica. Por la mañana la
curiosidad volvió a invadir el corazón de la soberana y ésta vez sin hacer una presentación
previa se atrevió a entrar a los aposentos designados para la joven y su hija dejando que la
sorpresa volviera a ella cuando pudo ver como la chica acunaba entre cantos a la bebé y un
color inesperado la atravesó.
—¿Qué color era?—dijo mientras sus ojos azules se abrían de la emoción, yo sonreí antes de
besar su cabello y seguir con el cuento.
—El color del amor puro, no había un sentimiento más puro que el que mostraba la chica
hacia su hija.
—Pero ¿cómo pudo mostrar un color si en el reino no existían colores?—contestó sin dejar la
impresión atrás, yo sonreí por eso antes de seguir con el cuento.
—Exactamente, la chica no era de ese reino y ella si conocía los colores, pero no solo eso sino
que también podía reproducirlos. Lo cuál hizo que la reina quedase perpleja ante el poder que
tenía aquella simple chica sin tener ningún tipo de riqueza en sus espaldas —conté —La
soberana dejó que la chica se quedase en el castillo con la condición de que siguiera
transformando el gris en colores, sin embargo, la joven no tenía ni idea de como hacerlo a
grandes escalas porque solo sucedía.
—La reina se enojó mucho por esa respuesta —manifestó Noe y yo asentí dándole razón.
—Sí, porque pensó que la estaba desafiando por lo cuál fue capaz
de extorsionar a la madre privándola de su hija hasta que fuese capaz de demostrarle como
lograba crear colores —le comenté —No obstante, mientras más pasaban los días, los colores
seguían siendo de la misma tonalidad gris y el brillo que había visto en la chica simplemente

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desaparecía frente a las horas mientras las lágrimas eran lo único presente en ella. Un día en
su intento de que la chica le mostrase su magia, la reina se dio cuenta como ésta la esperaba
de rodillas en la habitación rogándole con todo su corazón que le devolviesen a su hija. La
reina le respondió que solo lo haría si se atrevía a mostrarle la magia que ella realizaba y la
joven por primera vez fue capaz de aceptar aquella imposición solo con la condición de poder
ver a su hija, lo cuál fue suficiente para la gobernante quién le dijo a sus guardias que
trajesen a la niña quién estaba siendo cuidada bajo el profundo recato de la reina. Al traer a
la habitación a la pequeña, la joven no pudo no hacer otra cosa que tomar a su hija y llorar
frente a la pequeña quién sonreía al volver a estar junto a su madre, aquí apareció el
segundo color que la reina había visto en su vida—mencionó haciendo que la pequeña rubia
me mirara emocionada por el relato, me encantaba el hecho de que todo le sorprendía de una
forma tan inocente que era simplemente adorable.

—¿Cuál fue?—preguntó cautivada sacándome una sonrisa.


—El azul de la tristeza de una madre y el amarillo mostrando la alegría de volver a tener lo
que más amaba en el mundo —respondí —Todos los presentes en aquel momento vieron con
desagrado el hecho de que existiesen colores entre ellos mientras que la reina veía con total
admiración aquel acto por lo cuál entendió que los colores no eran creados porque sí, sino
que estaban vinculados con los sentimientos de la chica por lo que decidió mantenerla a su
lado esperando que más colores nacieran desde el corazón de la chica. Pasaron los días y la
reina descubrió el rojo entre medio de los besos que la chica le ofrecía a su hija, también vio
el verde en los ojos de la joven cuando decidía mirarla sin que ella se diese cuenta. Descubrió
el negro de la noche cuando la chica miraba el cielo nocturno como también descubrió que
ciertamente las estrellas destilaban un color dorado profundo cuando estaba cerca de ella.
Pero el color más hermoso que pudo encontrar fue aquel que se mezclaba de todos cuando la
chica la miraba con ternura y no con el miedo que había existido en un principio —suspiré
antes de sentir como mi corazón se encogía frente el relato —La reina no sabía de
sentimientos pero podía reconocer ese en especifico —le susurré animada ante ello.
—Era amor —respondió rápidamente la rubia.
—Así es, por primera vez alguien la miraba con amor y eso hizo que miles de colores fueran
parte de su rutina diaria. Aunque su color favorito era aquel que se mezclaba con todos,
también tuvo una gran admiración hacia el verde que la dejaba sin aliento cada vez que la
miraba—mencioné sacándole una sonrisa a la pequeña ojiazul quien no tardó en comentar
aquello.
—Mami tiene los ojos verdes —aclaró emocionada y yo besé su frente arrugando la nariz.
—Los más lindos de todos —agregué sonriendo —Mientras más pasaba el tiempo, mayor eran
las dudas de la soberana frente a la invasión de colores que estaba recibiendo como también
sus dudas crecían frente a todo lo que sentía hacia la joven quién se mostraba reciproca ante
aquellos sentimientos. Sin embargo, aunque le doliese, la reina sabía que lo suyo era
imposible.
—¿Por qué?—preguntó sin entender.
—Porque a la vista de todos, las reinas no podían salir con plebeyos ni mucho menos con
chicas. Es indecoroso y horrible —mencioné ante la triste realidad y Noe frunció el ceño
enojada por aquella parte del relato.
—Pero se aman, el amor no es horrible, es hermoso —afirmó
segura.
—Sí pero las personas no lo pensaban así por lo cuál para proteger
a la chica y a su hija, la reina prefirió alejarlas de su vida. Les dio una gran suma de dinero
para que pudiesen vivir cómodamente en otro reino.
—La chica se negó—concretó Noe sorprendiéndome porque no esperaba su respuesta.
—¿Cómo lo supiste?—le pregunté y ella chasqueó la lengua ante
ello.
—Porque mami tampoco hubiera aceptado el dinero, ella siempre
dice que puedes vivir sin ningún centavo pero no sin amor. El amor es la mayor fortuna a la
cuál cualquier persona puede llegar —refutó dejándome sorprendida por la seguridad que

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había en cada una de sus palabras, definitivamente el mundo necesitaba a más personas que
tuviesen esa idea incrustada en sus ideales y no todo lo malo que era el principal
pensamiento de la humanidad.

—Lo sé —contesté en un suspiro —Pero la reina aún así insistió en la protección hacia quienes
amaba por lo cuál la propuesta siguió en pie hasta que la joven decidiera que era el momento
de irse—agregué —Ese momento llegó en una noche tan lluviosa y oscura como la que las
había juntado. La reina lloró desde que el amanecer se hizo presente hasta que la noche llegó
sabiendo que sería la última vez que se verían, no obstante, la chica le prometió que aquello
no sucedería. Que esa no sería la última vez que se verían porque ahora conocía los colores y
podía recurrir a ellos para pintar cada uno de los sentimientos que había dejado en su corazón
—para ese momento las lágrimas ya eran notorios en mis ojos, mientras la rubia comenzaba
a cerrar sus ojos con una paciencia única buscando mi calor entre mis brazos.—Ahora cada
vez que viese las estrellas vería el resplandor que había en ellas y como se parecían al que
sus ojos adquirían cuando la miraban, la noche siempre la acompañaría recordándole que sin
importar donde estuviesen, el cielo las uniría y serían una sola —conté secando mis lágrimas
por todo lo que me producían mis propias palabras, Noe ya estaba casi durmiendo en su
intento de que sus párpados no cayeran rendidos a los brazos de Morfeo —Y que la luna le
dejaría su legado para que jamás la olvidase, además de la promesa que daría lo que fuese
para que en la próxima vida sus colores
volvieran a mezclarse con sus capas grises para pintar definitivamente a todo el reino con el
color de su amor —finalicé antes de besar el cabello dorado de Noe quién se veía sumida ante
el sueño —Descansa, cielo —le susurré antes de alzar la mirada y encontrarme con mi color
favorito en toda la vida, aquel que se podía mezclar de todos los colores.
—Es un cuento hermoso — mencionó Lauren antes de acercarse a mí y besarme, yo me
encogí de hombros antes de acariciar su cabello negro recogido.
—Tú eres hermosa —sentencié acariciando su rostro el cuál estaba envuelto en ese rubor que
ocupaba su mirada cada vez que sus ojos atravesaban la oscuridad de los míos —Y he
conseguido que se durmiera tranquila —susurré desviando mi vista hacia Noe quién estaba
profundamente dormida.
—Mañana comenzará la verdadera batalla cuando me haga más preguntas de las que pueda
contestar —comentó en un suspiro antes de pedirme que me moviera para acostarse en la
cama —¿Te quedarás?—me preguntó besando mi cuello lo cuál me sacó un suspiro lleno de
nostalgia hacia lo que se transformarían nuestros días cuando ya no pudiéramos vernos más.
—Me quedaré por hoy — fue lo único que pudo decir.
—Entonces hagamos que ésta noche sea eterna —me dijo dejando que sus dedos delinearan
mis clavículas, sonreí ante eso para darme vuelta y mirarla en sus luceros verdes —Mi reina
—murmuró envuelta entre las caricias que producía en mi cuerpo.
—Te extrañaré tanto —respondí recostando mi rostro en su pecho y ella asintió acariciando
mi cabello. —No sabes cuánto —agregué sintiendo como mi voz me dolía para decir más
palabras.
—Te buscaré entre medio de todas mis noches, al menos puedo tener la esperanza de que no
compartimos el mismo lugar —susurró dejando que sus palabras llenaran la habitación y se
atreviesen a describir nuestro amor.
—Pero nuestras miradas siempre se encontrarán en la misma noche. Te amo —refuté
dejando que mis labios libraran una de las batallas más difíciles, el hecho de tener que dejar
partir a la única razón por la cual ellos vivían.
—Lo sé —admitió con dolor —Es por eso que duele tanto porque nos amamos más que a
nuestras propias vida.
—Lo único que deseo es que en nuestra próxima vida podamos caminar hacia el mundo sin
saber que no funcionará.
—En otra vida te daré esto y mucho más porque contemplaré la aurora cada mañana a tu
lado, porque no seremos tú y yo sino que seremos una
—aceptó y por un segundo solo quise que aquella afirmación fuese una verdad absoluta y no
solo posibilidades.

insideofmysoul
—¿Lo prometes?—le pregunté tímidamente esperando su respuesta, Lauren me miró con sus
ojos llenos de locura hasta que con un tierno beso en mi frente me dio la respuesta que
deseaba en aquel momento.
—Lo prometo.

¿Es normal que me encuentre llorando al final de cada cap?.


Disfruten mientras puedan, con amor Taylor.
No pude irme de mi casa sin publicar esta parte, más tarde subiré
la primera.
Capítulo 48: Falling awake

Eagle in the dark Feathers in the pages. Monkeys in my heart Are rattling their cages.
Found a way to blue And another ghost to follow
Said 'it's only up to you'
And that's the hardest pill to swallow.

de 10 Camila
Mis manos sobre su cabello negro mientras ella dormía entre mis brazos era quizás lo que
más adoraba de que el sol comenzara a salir terminando con la tranquilidad de la noche para
envolver con sus tímidos rayos la luz de mi habitación. Sonreí al ver como su piel desnuda
era exactamente como la recordaba mientras que todo lo que me hacía sentir frente a ella y
que me hacía caer en un precipicio sin salida era simplemente indescriptible, acaricié su
cabello en un intento de creer que esto era real y no solamente una fantasía de mi cabeza
luego de una larga noche recordándola, sin embargo, el hecho de que cada vez que insertaba
un beso en su frente ella apretara un poco más fuerte su mano y fruncía el ceño por eso
como si fuera una niña pequeña me hacía caer en la realidad y pensar que a veces ésta era
mucho mejor que los sueños, qué a veces podía superar a la ficción por lo cuál no tardé en
acomodar las sábanas en su cuerpo desnudo y acomodarla mejor entre mis brazos para tener
un mejor ángulo de su rostro, aquél que me había deleitado por tanto tiempo y que había
deseado que apareciera tantas otras veces.
Aquél que también había maldecido tantas madrugadas pasadas y con él cuál había soñado
tantas otras, sin embargo, a pesar de todos los sentimientos encontrados que nacía con
tenerla entre mis brazos.
No podía cambiar éste momento por nada del mundo.
Ninguna de las dos sabía exactamente lo que nos iba a deparar el futuro, sinceramente ni
siquiera sabíamos como iba a estar el sol en la tarde, no obstante, poco y nada nos
importaba porque disfrutábamos de ese pequeño paraíso que habíamos creado entre
nosotras.
Un paraíso donde ambas vivíamos nuestra rutina diaria hasta que nuestras almas volvían a
juntarse y éramos solo una. Nos cubríamos de la eternidad de la noche pintando el
firmamento con cientos de colores y palabras que solo nosotras dos conocíamos, a veces
llorábamos por los recuerdos del pasado; otras veces simplemente el silencio era una parte
innata de nosotras y nuestras miradas se quedaban por horas entre nuestras pupilas
perpetuando el silencio pero a la vez declamando todas esas palabras que nuestros corazones
gritaban a viva voz para la
otra.
Sin embargo, mis momentos favoritos era cuando podía levantarme
antes que Lauren y podía ver como todo su cuerpo era la perfección innata, ese momento
donde sus caricias solo era un recuerdo de la noche pero que aún así era capaz de provocar
las mismas sensaciones sobre mí con una simple pincelada de que no había sido un sueño y
que todo era real.
Suspiré mientras notaba como Lauren comenzaba a removerse entre mis brazos, a veces
sucedía que ella simplemente no aceptaba que tenía más pesadillas de las que recordaba que
tenía; solía negarlo pero yo sabía que tampoco era su culpa que lo hiciese por lo cuál no
insideofmysoul
tarde en acariciar su cabello mientras insertaba pequeños besos entre la espesura oscura de
éstos.
—No te preocupes, mi amor —le susurré con una sonrisa al ser consciente de lo que esa
palabra significaba para nosotras y como mi pecho se llenaba de alegría cada vez que la
mencionaba sin siquiera pensarlo era como si se hubiera vuelto parte de su nombre y
tampoco me importaba que ella la escuchase a cada segundo desde lo más profundo de mi
alma convirtiéndose en un suspiro de amor de parte de mis labio —Estoy aquí —murmuré
haciendo que ella comenzara a gruñir parpadeando un par de veces antes de ver como sus
ojos verdes tan salvajes e inhóspitos me miraban somnolientos entre medio de la poca luz
que se encontraba en la habitación a éstas horas de la mañana, Lauren parpadeó un par de
veces hasta que una bonita sonrisa fue parte de su mirada e hizo que mi corazón enloqueciera
frente a la belleza con la cuál cada curva de su cuerpo era capaz de hipnotizarme
especialmente su sonrisa que siempre estaba llena de dulzura y amor hacia mí.

—Buenos días —comentó bostezando mientras removía de su rostro un par de mechones de


su cabello que caían entre su vida y no la dejaban ver con claridad
—¿sabes?—comentó llamando mi atención y yo la miré sin más esperando su respuesta
mientras sentía como Lauren se encargaba de llenar de pequeños besos mis brazos.
—¿Qué?—pregunté curiosa y ella sonrió ante eso.
—He tenido el mejor sueño de todos —aseveró suspirando.
—¿Cuál ha sido?—le pregunté enarcando la ceja y ella se removió entre mis brazos hasta que
finalmente se sentó al lado mío de la cama comenzando a dejar pequeñas caricias en mis
mejillas.
—Contigo —comentó encogiéndose de hombros sacándome una sonrisa eterna de mis labios,
las cuáles cada una de ellas llevaba sin lugar a dudas su nombre —Sin embargo, creo que
prefiero estar despierta y verte a qué pueda soñar contigo —refutó antes de que sus ojos
verdes lograran aclarar la mirada que llevaban mis ojos oscuros, la pelinegra no tardó en
acercarse a mi rostro y dejar que sus labios condujeran aquella danza que conocíamos a la
perfección, una en donde ella llevaba la batuta y yo intentaba no flaquear en ninguno de los
pasos a seguir.
Sus labios se desenvolvían como pétalos de rosas entre los míos,
dejando que la dulzura con la cuál profanaban los cimientos de mi corazón y de mi alma me
hiciesen sentir de una manera tan única como si me encontrara en el cielo pero con el detalle
de que era aún más hermoso ya que era mi propio paraíso terrenal el que vivía a su lado, mis
manos aprisionaron a sus labios para que éstos no se fueran de los míos al comenzar a
acariciar lentamente su cabello con el afán de que esa unión jamás terminase, no obstante,
en algún momento donde una de las dos cayó rendida ante la suavidad con la cuál se
mostraban nuestros besos, Lauren me miró con esa ternura que venía desde lo más profundo
de su corazón y no dudó en ubicar su cabeza en mi hombro mientras quitaba de las sábanas
nuestras manos juntas mirándolas con una sonrisa.
—Te amo —le dije sin más sintiendo el calor que irradiaba ella a cada parte de mi ser,
podíamos a veces decirnos que nos amábamos a cada segundo que estábamos juntas pero
aún así creo que ni siquiera esa palabra lograba abarcar todos mis sentimientos profundos
hacia ella y sabía que también era inútil para ella la utilización de esa frase porque ambas
sabíamos que esto no era simplemente amor, sino que éramos algo más.
Nosotras éramos algo más que dos simples chicas que vivían exacerbadas bajo la locura del
amor, ambas sabíamos que era mucho más que eso porque nuestra conexión era infinita
mientras las razones por la cuál creíamos que simplemente estábamos destinadas a estar
juntas se volvían cada vez mayores porque era como si el destino quisiera una y otra vez que
nuestros caminos chocaran y jamás se separaran dándonos la oportunidad de lograr construir
nuestro futuro no por separado sino con un nosotras de por medio.
—Lo sé —manifestó orgullosa frente a cada una de mis palabras hasta que noté como alzaba
nuestras manos unidas y soltaba un par de risas frente a eso —Lo sé porque yo también lo
hago —aseguró pintando con la transparencia de su sonrisa cada pedazo de mi corazón, fue
inevitable no sonreír frente a la forma en que ella podía cautivarme ante su simpleza y a la

insideofmysoul
vez con la complejidad de su alma.
Era una artista innata debido a que era capaz de pintarme a la perfección bajo los colores del
cielo, utilizaba mi cuerpo desnudo para marcar cada uno de mis espacios en blanco con esas
tonalidades que jamás había visto en nadie más que en ella, Lauren se encargaba de esparcir
cada uno de esos colores que hacían que creyera en que nuestro amor era de verdad y
teñirlos con la magia que solo las estrellas eran capaces de ofrecer en el firmamento frente al
esplendor de cada noche.
—Pensé que no te levantarías —mencioné notando como me encantaba esa versión de ella en
donde su cabello alborotado, su mirada relajada frente a las mantas de las noches durmiendo
a mi lado me analizaban como si fuese lo más importante que tenía y su cuerpo desnudo que
me incitaba a pecar llenando de besos cada parte hasta que el rojo fuese una tonalidad
presente en él y que representara mis ganas de llenar todo su cuerpo de mis marcas.
—Ese era el plan —sugirió enarcando la ceja haciendo una mueca—Pero te encanta quitarme
el sueño como si no te hubieras apoderado de cada uno de mis pensamientos —refutó
ladeando la cabeza en forma de desaprobación lo cuál me hizo reír —Eres malvada —afirmó
antes de suspirar —Sin embargo, te amo así y de todas las maneras posibles —concretó
antes de buscar nuevamente mis labios para endulzar mi alma bajo sus caricias, mis manos
cayeron en su espalda acariciando cada uno de sus regiones frente a la estimulación de la
presión de sus labios de miel contra los míos.
Lauren me miró pícaramente enarcando la ceja en el momento en que nuestros labios
dejaron de ser testigos de esa magia que ellos producían cada vez que se juntaban.
—Feliz navidad —susurró a mi oído recordándome a que fecha estábamos porque
últimamente mis días dejaban de tener una fecha por delante y solo eran contados bajo
cuántas caricias recibía de su parte ó cuántas veces me envolvía bajo su nombre en las
noches, habíamos dejado de contar de la manera tradicional nuestros días y solo nos
importaba la descripción que nuestro corazón le daba a cada vez que la noche dejaba la
cúpula celestial para descansar bajo los hombros del sol.
—Feliz navidad —contesté de regreso sin dejar de sonreír —Gracias por ser el mejor regalo de
todos —afirmé suavemente antes de acariciar sus mejillas y ella asintió tímidamente antes de
besar mi frente —Creo que no desearía nada más como regalo en toda mi vida solo por estar
contigo —agregué dejando que mis ojos se llenaran de ese brillo tan especial que llevaba
incrustada en cada punta cada una de las letras de su nombre porque sabía que no me había
sentido de ésta manera jamás y que solo ella me hacía sentir de ésta manera tan
hipnotizante y a la vez tan jodidamente adictiva ya que cada vez que ella se hacía presente
solo quería mucho más de lo que la vida podía ofrecer a nuestras almas per todo lo que
deseaba lo quería a su lado.
—Entonces creo que perdí una semana de mi tiempo comprando tu regalo —afirmó
rompiendo el momento romántico como siempre lo hacía, ambas reímos mientras yo rodaba
los ojos porque no me sorprendía aquello, de hecho había llegado al punto que me encantaba
la forma tan natural en que ella actuaba; me gustaba verla feliz porque sabía cuanto había
tenido que pasar para poder vivir éstos pequeños momentos donde ambas éramos todo lo
que necesitábamos en nuestra vida.
—Gracias por romper el momento —confirmé sarcásticamente y ella río antes de robarme un
beso rápido de mis labios y levantarse a paso rápido de la cama dejando que todo su cuerpo
desnudo se reflejase entre las cortinas, mordí mi labio inferior sabiendo que no había un
mejor panorama que vivir soñando con su mirada y dormir bajo los encantos de su piel
desnuda por las noches mientras que en las tardes palabras con ó sin sentido se aglomeraban
en cada una de nuestras conversaciones llenando de magia cada momento que pasábamos
juntas porque de
alguna forma, me había atrevido a amar cada momento aunque fuese sin importancia.
Lauren comenzó a buscar algo en el armario mientras yo no dejaba de admirarla a ella como
la encarnación de la luna en la Tierra bajo el brillo especial que irradiaba hacia los pobres
humanos que buscaban las respuestas de su existencia bajo su luz seductora.
Finalmente la pelinegra volvió a estar entre las sábanas con una caja entre sus manos y con
un beso tan bueno para ser verdad volvió a sonreírme en un gesto que llenó mi corazón de

insideofmysoul
palabras que el sonido de mi voz no era capaz de reproducir.
—Feliz navidad —afirmó pasándome el regalo que estaba envuelto entre papel dorado y un
moño plateado, sonreí antes de besarla dejando el regalo a un lado mío porque sinceramente
no me importaba tanto como ella y el hecho de que me diese cientos de regalos gratis entre
sus caricias y el hecho de que se encontrase conmigo —Gracias por dejar que te ame y que
mi mirada toque el cielo cada vez que estoy, pienso ó sueño contigo —respondió antes de
acariciar mis mejillas —Gracias por ser lo mejor de mi vida.—asentí animada antes de volver
a tomar el regalo dejando que mis manos lo tomaran tímidamente por la emoción de no
saber lo que había dentro.

—¿Qué es?—pregunté enarcando la ceja y ella se encogió de hombros ates de sonreír.


—Ábrelo y me dices que opinas de él —aseveró antes de que mis manos curiosas comenzaran
a abrir aquella caja dejando que mis ceño se frunciera ante el hecho de que no podía saber
de que se trataba hasta que mis ojos se abrieron como platos al ver como el estuche de una
película estaba entre mis manos —Es—dije sin ser capaz de decir las palabras correctas frente
al momento y ella asintió dándome la razón cuando pude abrir aquel estuche metálico
dejando que el rollo de una de mis películas favoritas estuviera entre nosotras.
—Lo encontré en una tienda de antigüedades, es una de las quince copias que se hicieron de
las cuatro plumas, fue difícil encontrarlo pero sabía que te iba a gustar —mencionó
dejándome totalmente sorprendida porque no podía creer que fuese real aquel regalo —¿Te
gusta?.
—Debió costarte una fortuna —aseveré sin ser capaz de decir nada más porque me
encontraba totalmente sorprendida por la existencia de aquella copia mientras que con letras
doradas se encontraba el título de la película entre medio del rollo, Lauren se encogió de
hombros ante mi pregunta y solo suspiró.
—Digamos que voy a ser pobre por el resto de mi vida gracias a esa compra —sugirió
divertida —Pero realmente no me importa —afirmó mientras mis manos ubicaban
nuevamente el rollo de la película en su respectivo lugar en el estuche para buscar sus labios
en forma de agradecimiento por ello mientras mis manos acariciaban su rostro —Supongo
que puedo cambiar toda la fortuna del mundo con levantarme a tu lado —refutó entre risas y
yo asentí besando su frente.
—Muchas gracias, es hermoso —confirmé emocionada —Ni siquiera tengo las palabras para
poder describir la emoción frente a éste regalo —aclaré sin aún creer lo que estaba
sucediendo —Te amo —concreté antes de volver a besarla y ella asintió mientras nuestros
labios seguían mirándose con la libertad de poder pintar nuestras almas de la forma en que
ellos desearan porque tenían la libertad de utilizarnos como lienzos representativos de todos
esos colores que solo ellos conocían a través de la compresión de las emociones y
sentimientos que hacían que nuestros corazones latieran.
—No sabes cuánto yo lo hago —dijo antes de acariciar mis mejillas
—Eres la persona correcta en el momento indicado —admitió antes de dirigir su mirada hacia
la película que estaba a tan solo unos centímetros de nosotras —Quiero pasar toda mi vida
contigo, Camz —sugirió con una sonrisa —Pasar todas mis noches entre tus brazos y todas
mis mañanas entre la belleza de tu alma y el brillo de tus ojos oscuros —argumentó antes de
que sus ojos verdes deslumbraran mi alma con esa mirada que podía conseguir cualquier
cosa de mi parte —Quiero ser parte de tus maldiciones pero también la razón por la cuál
sonríes —admitió antes de posar sus brazos sobre mi cuello y recostar su rostro en mi
hombro —Quiero tantas cosas y todas las deseo contigo —finalizó dejando que mi sonrisa no
se escapara de mis labios ante cada una de sus palabras.
—Gracias por aparecer en mi vida —le dije dulcemente — Gracias por hacerme soñar y pintar
mi vida gris de los colores que solo tú puedes implantar
—le susurré antes de besar su cabeza —Gracias por dejar que mi corazón tuviese los colores
definitivos del amor —comenté notando como sus ojos que se manchaban con los matices de
su alma siguieran cada una de mis palabras con la misma magia de siempre, me acerqué
hacia el estuche de la película y lo miré curiosa ante el hecho de que parecía tan irreal tener
esa joya del cine entre mis manos pero ahí estaba, sin embargo, mientras más posaba mis

insideofmysoul
dedos sobre la cinta notaba como había una nota detrás de ella y no tardé en quitarla con
una sonrisa al ver como podía reconocer la letra de Lauren en cualquier lugar y en cualquier
momento.— Sé el desvelo de mis noches y el sueño de mis días —leí encantada ante cada
una de sus palabras sinceras y ella sonrío ante ello —Creo que lo cursi se puede pasar de una
persona a otra
—sugerí entre risas y ella rodó los ojos. —Pero sí, deseo ser eso y más —sentencié besando
su frente antes de poner a un lado la película y levantarme de la cama en búsqueda del
regalo que había comprado hace un par de semanas que a pesar de que no se comparaba ni
en lo más mínimo en la forma ostenta con la cuál había aparecido su regalo, sabría que le
gustaría así que me atreví a robarle un beso antes de mostrarle el pequeño regalo envuelto
en un papel azul platinado con un moño verde— Apenas lo vi me acordé de ti y se me hizo
imposible no envolverlo y traerlo a casa
—sentencié mientras miraba con curiosidad como ella lo abría con la misma emoción con la
cuál yo había abierto el mío y pude ver la sonrisa en sus labios cuando notó de que se trataba
de un libro que sabía que ella no lo había leído y posó sus dedos con la digna admiración de
cualquier persona amante de los libros podía sentir.
—¿De qué trata?—me preguntó intrigada y yo sonreí ante ello.
—Es sobre la segunda guerra sobre dos chicas que están en el momento equivocado de sus
vidas y a través de distintos sucesos sus vidas se juntan y viven quizás la historia más
romántica de amor —agregué emocionada porque se me había hecho inevitable comprar una
copia para mí —De hecho, una de ellas me recuerda mucho a ti solo que mucho más
simpática —mencioné haciendo que ella rodara los ojos por eso y me quitara un par de
suspiros ante sus besos.
—Gracias por existir —me dijo dejando que sus ojos verdes me aprisionaran ante su mirada y
ambas reímos por ello mientras Lauren revisaba su libro dejándose llevar por la magia de
cada una de sus páginas en una rápida pasada
—¿Voy a sufrir?—preguntó enarcando la ceja y yo asentí.
—Demasiado diría yo —afirmé encogiéndome de hombros pero su epílogo es quizás lo más
bonito que he leído —concreté haciendo que ella se dirigiera hacia las últimas páginas del
libro y se encontró con una de mis partes favoritas de él,
—Que el tiempo represente cuanto te amo —leyó dejando que sus mejillas adquirieran ese
rubor que tanto me gustaba —Nunca había leído una frase tan certera —refutó —Podrá
nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de
la tierra como un débil cristal. —recitó a Bécquer dejándome totalmente anonada frente a la
magia que cubría cada una de sus palabras.
—¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mí podrá
apagarse —sonreí al saber que ella también conocía el final de aquel poema tan mágico.
—La llama de tu amor —respondimos ambas dejando que el futuro de nuestro amor se
escribiera ante la magia que podía ofrecer una vida llena de los colores más hermosos jamás
creado.
Esos colores que nos condenaban una y otra vez a dejar una vida gris por una vida a color.
Falling awake parte 2

Los Ángeles, 1948


Lauren
—¿Puedo saber por qué la señorita Noelle Rose aún no ordena su ropa?—pregunté frunciendo
el ceño al encontrar a Noe sentada en la mesa esperando con los brazos cruzados algo
mientras que la ropa que había recogido y planchado hace más de una hora, se encontraba
doblada en el borde de su cama sin ser ordenada en los cajones que le correspondía. Mi hija
no dijo nada ante mi pregunta y solo siguió en su posición de pocos amigos.
Rodé los ojos ante esa reacción para acercarme a ella y volver a regañarla por no estar
cumpliendo con sus obligaciones —Noelle Rose te hablo a ti —le dije enarcando la ceja y la
pequeña rubia simplemente se limitó a darme la espalda por ello, suspiré sabiendo cuál era la
razón de su actitud y como llevaba casi tres semanas esperando que por fin me hablara como
solía hacer y no de la forma tan fría que había adoptado desde que Camila se había ido

insideofmysoul
aquella mañana.
Desde ese día mi hija solamente se levantaba para ir al colegio porque ya ni siquiera salía a
jugar afuera sino que simplemente se quedaba esperando que Camila apareciera por la
puerta de la entrada, lo cuál era imposible y solamente me hacía sentir como mi corazón se
encogía frente a eso.
—Noelle —la reprendí obteniendo la atención de sus ojos azules enojados, los mismos que me
había mostrado desde hace un par de días, suspiré ante su gesto antes de acariciar sus
mejillas en la búsqueda intensa que realizaba todos los días de esa niña que solía llenarme
con su cariño a diario —Copito —le susurré intentando que las lágrimas no lograsen llenar mis
párpados y ella solo se inmutó a negar con la cabeza—Camila no vendrá —le dije sintiendo
como mi voz se partía ante aquella afirmación y pude ver como Noe llenó su rostro de
lágrimas que nunca expresó pero ahí estaban convirtiendo a sus ojos en un mar de
incomprensión—Por favor, mi amor no me hagas esto—concreté acariciando su cabello —Sé
que es duro, no te imaginas como me duele que Camila no pueda estar con nosotras pero por
favor no me castigues por ello —sentencié sintiendo como mis lágrimas querían salir pero no
lo hicieron y solo obtuve la mirada de Noe mientras sus brazos buscaban mi cuello para
abrazarme como antes solía hacer siempre.
—Mamá va a aparecer, ella no nos pudo haber dejado mami
—susurró mientras las lágrimas se hacían presente en sus mejillas, no sé que me dolió más si
el hecho de que ella estaba convencida de lo que decía ó el hecho de que yo sabía qué eso no
pasaría por lo cuál solo busqué su rostro para secar sus lágrimas con mis pulgares.
—Mi amor, no puedes quedarte esperando a que ella llegue
—respondí en un suspiro mientras Noe me miraba atenta frente a cada palabra que decía.
—Es que si me quedo sentada aquí esperándola, llamarás a mamá y
le dirás que la extraño mucho y ella volverá —resolvió la ojiazul mientras posaba sus manos
en el borde de su vestido blanco, lo cuál fue acompañado con un tímido balanceo de sus
piernas en la silla —Ella regresará yo lo sé —aseveró antes de suspirar y quitar un mechón
dorado que caía en su rostro —¿Por qué no la llamas mami y le dices cuanto la
extrañamos?—me preguntó haciendo que me doliera en lo más profundo no poder tener esa
oportunidad y me limité a abrazarla acariciando su espalda frente a la desolación que sentían
nuestras almas, no supe que decirle sin sentir como mi voz se perdía ahogada entre mi
propia tristeza, sin embargo, intenté ser fuerte por ella y aclararle que Camila no regresaría
aunque así lo desease.
Aunque así lo deseáramos.
—Mi vida —le susurré acariciando su mejilla —Mamá está con Claire, demasiado lejos cómo
para contestar —mis manos temblaron ante ello y al ver como sus ojos azules volvían a
llenarse de lágrimas frente a mi respuesta —Ella no va a regresar —Noe rechazó mis caricias
y simplemente volvió a su estado de molestia inicial sin siquiera mirarme ya que solo estaba
concentrada en sus zapatos negros que le había regalado Camila hace un par de semanas
atrás.

—No te creo —respondió enojada sin mirarme moviendo sus manos en el borde de su vestido.
—¿Cuándo te he mentido?—le pregunté dolida por su respuesta y ella chasqueó la lengua
antes de verme con el ceño fruncido.
—Me dijiste que el amor todo lo puede y que las princesas podían amar a otras princesas —
contestó dejándome totalmente indefensa frente a mis propias palabras —Me lo prometiste —
exclamó adolorida —Y yo no veo a mamá con nosotras —sentenció enojada —Mentiste —
agregó dándome la espalda y yo solo suspiré queriendo llorar pero no lo hice porque ya no
me quedaban más lágrimas que derramar en aquel momento. Sin embargo, antes de que la
conversación siguiera siendo una estocada en mi pobre corazón ambas escuchamos cómo la
puerta comenzó a sonar como señal de que alguien estaba tocando y sin ni siquiera pensarlo,
Noe se levantó de su silla para abrir —¡Mamá!—gritó emocionada mucho antes de ver como
Dinah estaba en la puerta esperando un abrazo de parte de mi hija quién simplemente miró a
la morena con el mayor dolor del mundo y bajó la mirada sin echarse a sus brazos como
siempre hacía —Hola tía Dinah —saludó Noe dejando abierta la puerta y dejando a Dinah

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totalmente absorta por el poco ánimo que la rubia mostraba.
—¿No voy a tener abrazo de oso de parte de ricitos de oro?—preguntó confundida a lo cuál
Noe suspiró y se acercó a ella para abrazarla pero sin tener ningún tipo de voluntad en
hacerlo, era imposible no ver esa escena y sentir la tristeza que teñía a todo el departamento
desde que Camila se había ido.
—¿Dónde está tía Mani?—preguntó la pequeña ojiazul en el momento que Dinah se puso de
su tamaño para llenar de besos su rostro.
—Llegará en un par de horas más, ya casi salía de trabajar
—contestó animada antes de que Noe asintiera y volviera a sentarse en la silla de la mesa con
los brazos cruzados y con el ceño fruncido, la morena solo la miró extrañada antes de
saludarme —Al parecer hay problemas en el paraíso—respondió confundida haciendo que
aquella respuesta doliera tanto como todo lo que estaba sucediendo.
—No sé que más hacer con Noe, Dinah —aseveré intentando no llorar por lo cuál mis puños
se encresparon dejando que tomasen un color más pálido de lo normal por la fuerza que
estaba intentando tener en esa ocasión —Es como si me odiase y no quisiera hablarme —
concreté amargamente al ver como mi hija me trataba de esa manera y yo no pudiese hacer
nada para convencerla a ser como antes, Dinah me abrazó ante ello mientras yo notaba un
paquete café que llevaba entre sus manos —Solo se queda sentada esperando toda la tarde a
que llegue Camila y luego se va a su habitación luego de cenar sin siquiera despedirse de mí,
no desea nada de mí y es horrible —musité atragantándome ante cada palabra, ya que si el
hecho de que Camila se fuese era duro; Noe con su rabia incomprendida hacia mí lo hacía
todo mucho más difícil —Mi hija me odia —comenté sintiendo como las lágrimas aprisionaban
mi rostro frente a la reacción que había tomado la pequeña rubia contra mí, Dinah no dudó
en limpiar mis lágrimas con sus pulgares y ofrecerme todo el cariño del mundo ante sus
miradas llenas de atención.
Me encontraba devastada de todas las formas posibles.
—No digas eso, Lauren —murmuró haciendo una mueca antes de mirar como Noe realmente
estaba haciendo caso omiso de lo que nosotras estábamos haciendo —Simplemente está
confundida, tiene siete años y no logra entender muy bien la razón por la cuál de un día para
otro tenía dos mamás y ahora solo estás tú
—fue su respuesta intentando justificar a la pequeña ojiazul y aunque lo sabía e intentaba
tener paciencia con ella, no podía no quebrarme ante el hecho de que nuestra relación se
había convertido en solo el fastidio de mi hija hacia mí por el hecho de que no era capaz de
regresar a Camila en su vida —Tienes que darle un poco más de tiempo para que se adapte y
no dejarla de mostrarle cariño —asentí mordiendo mi labio inferior mientras intentaba que las
lágrimas no volvieran a caer desesperadas en mis mejillas, esto estaba siendo demasiado
para mí y eso que solo habían pasado un par de semanas desde que todo había terminado.

Ni siquiera era capaz de ver como iban a pasar los meses ni menos los años.

—Eso es lo que he hecho todas estas semanas —contesté jugando con mis manos en un
intento de encontrar las palabras que necesitaba para explicar lo que sucedía en aquel
momento —Pero no hay ningún tipo de efecto, me destroza verla de esa forma porque ningún
niño merece vivir esperando a alguien que no llegará jamás —no fue necesario que siguiera
reteniendo mis lágrimas porque éstas aparecieron sin más marcando el dolor que sentía mi
alma, era difícil encontrar un
momento que estuviese a solas para poder llorar por lo que estaba sucediendo, sin embargo,
el hecho de que Dinah se encontrase ahí escuchando atenta mis palabras era suficiente para
que me sintiera lo suficientemente frágil como para quedarme abrazada a ella y llorar todo el
día en su hombro.
La vida estaba siendo demasiado injusta, mucho más de lo normal.
—¿Han perdido totalmente la comunicación?—preguntó enarcando la ceja y yo asentí porque
ambas preferimos que sea así, a pesar de que hace unas semanas ella había llamado para
asegurarse de que estuviéramos bien y con el fin de despedirse porque se iba a Nueva York

insideofmysoul
por unas semanas antes de finalmente irse con Claire.
—Sí, no la he llamado ni tampoco le he escrito desde que se fue y Noe no deja de regañarme
por eso pero es que no puedo hacer nada más—concreté a lo cuál la morena asintió
acariciando mis mejillas para luego posar el paquete café que hace un rato estaba entre sus
dos manos sobre las mías, yo la miré extrañada sin saber que significaba aquello pero
finalmente suspiró dándome una explicación.

—Encontré este paquete en la recepción y va con tu nombre, de seguro es de ella así que
creo que es mejor que lo abras cuando estés más tranquila
—comentó y yo busqué casi desesperadamente el lugar donde mi nombre estaba notando
como podía reconocer la letra de Camila en tan solo unos segundos, nos miramos sin saber
que decir y finalmente dejé que nuevamente las lágrimas me invadieran frente a ello—Lauren
sé que debe ser muy duro pero por ahora tienes que dejar tus sentimientos y enfocarte en
Noe quién está sufriendo el doble con el giro que dio su vida —agregó tratando de animarme
y aunque mis gestos fueron suficiente para asentir a su sugerencia, sinceramente yo no sabía
qué hacer con el mar de emociones que estaba actuando en este momento todo mi corazón—
Al menos tú eres adulta, ella es una niña y merece todo el amor del mundo para intentar
sanar esa herida que está sintiendo en este preciso momento—suspiré ante ello porque era
exactamente lo que había hecho durante todo este tiempo, solo que Noe no quería recibir
nada de mi parte.
Apenas dejaba que la ayudase en cosas cotidianas como ir a la ducha ó hacerle de comer,
ella realmente estaba enojada conmigo y yo no podía entender como podía romper aquella
barrera que ella había creado contra mí como sino pudiera ver que no había nada más que
me doliera que el hecho de que ni siquiera la tenía a ella al final de todo.
—Lo sé —argumenté en un tímido asentimiento antes de cambiar el tema preguntando por
Mani ya que no la había visto desde hace dos semanas cuando ambas habían venido a
visitarnos para cenar, era imposible no extrañar cuando todo era mucho más fácil y mi mente
solo se concentraba en ellas tres y no en los problemas amorosos que Camila había dejado
sembrado dentro de mí —¿Mani está bien?—pregunté enarcando la ceja y la morena asintió
con una sonrisa antes de besar mis mejillas.
—Sí, solo me dijo que iba a tardar un poco más porque han quedado algunas mesas con
clientes —respondió encogiéndose de hombros —Vendrá para cenar —agregó.
—Bien —me limité a decir antes de volver a tomar atención en aquel paquete y suspirar —
¿Podrías ayudarme con Noe por unos minutos?, realmente no me siento de ánimos para
lograr algo con ella —le comenté a Dinah quién asintió mirándome con ternura.

—Claro —sentenció animada —¿Qué hago?—preguntó mirando a mi hija quien seguía en la


misma posición de hace unos minutos atrás.
—Invítala a un helado, no lo sé —sugerí buscando ideas para que Noe finalmente saliera de
casa y me diera un par de minutos para poder respirar entre medio de todo el drama que
invadía mi vida en los últimos tiempos —Solo trata lo mejor que puedas en sacarla del
departamento aunque sea por unos minutos
—respondí a lo cuál la chica de ojos oscuros asintió.
—Bien —contestó antes de acercarse a Noe y ponerse de su altura
—Ricitos de oro vamos a por un helado—la pequeña rubia la miró extrañada como si no
entendiera lo que le estaba diciendo para finalmente negar ante su petición.
—No, gracias Tía Dinah —respondió amablemente sin dejar de estar con sus pequeños brazos
cruzados y yo suspiré porque realmente ya no tenía más forma para combatir su mal humor
—No puedo comer dulces antes de cenar—argumentó haciendo que la morena enarcara la
ceja y tomase a Noe entre sus brazos.

—¿Y eso desde cuando es una regla?—preguntó acariciando el cabello dorado de Noe que hoy
estaba recogido en dos moños —Vamos no me dejes sola, desastre—la animó comenzando a
llenar su rostro de pequeños besos haciendo que por primera vez desde hace mucho, mi hija

insideofmysoul
finalmente sonriera por el cariño que le ofrecía Dinah —Eres mi compañera de aventuras ó
¿no?—preguntó antes de comenzar a hacerle cosquillas en su pancita lo cuál hizo que Noe de
a poco dejara aquella expresión amarga en su rostro y volviera de a poco a tener ese
resplandor que siempre había sido parte de ella, yo vi la escena sintiendo como de alguna
forma mi corazón se alegraba ante el hecho de que al menos Dinah era capaz de devolverle
la felicidad que se le había sido arrebatada por la injusticia del destino.
—Tía Dinah me haces cosquillas—chilló emocionada.
—¿En serio?—preguntó sin darle importancia y Noe asintió moviéndose entre sus brazos
mientras sentía las cosquillas en todo su cuerpo —Yo no lo veo así —sugirió —Bien, vamos
ricitos de oro a comprar un helado ¿bien?—concretó haciendo que Noe asintiera y se recostara
en su pecho, Dinah se acercó a mí antes de que Noe me mirara con sus ojos azules llenos de
confusión —Despídete de Lauren—al principio pensé que ella se negaría pero no tardó en
acercar sus pequeños brazos a mi cuello y besar mi mejilla, yo la abracé cerrando los ojos
sintiendo como su cariño
me devolvía de a poco la paz que necesitaba en aquel momento.
—Adiós mami —dijo antes de despegarse de mí mientras yo acariciaba su rostro.
—Cuídate, mi amor —argumenté con una tímida sonrisa —Te amo
—le susurré al oído y Noe asintió ante ello.
—Infinito como las estrellas —fue su respuesta encargándose de sacar una sonrisa de lo más
recóndito de mi corazón.
—Diviértete —contesté en un suspiro viendo como ambas salían animadas del departamento
y por fin podía tener esos minutos a solas que tanto había deseado desde hace un par de
días, miré el paquete entre mis manos antes de dirigirme a la mesa y sentarme a abrirlo
sintiendo como mi corazón no sabia que sentir frente a ello.
Quité el papel oscuro que envolvía el paquete notando como todo lo que había adentro se
resumía en una caja y una carta, tomé primero el sobre de la carta notando como la letra de
Camila cubría el sobre blanco de la mejor manera dejando que la mirase con nostalgia ante el
hecho de que eso era lo único que me quedaba de ella.

Abrí con delicadeza en sobre sintiendo como mi corazón palpitaba con intensidad frente a ello
dejando que todos los sentimientos que siempre me abatían cuando me encontraba con ella,
simplemente se reprodujeran en todo mi ser aunque ella no estuviese a mi lado.
—Querida Lauren —leí en el encabezado sintiendo como mis lágrimas volvían a hacer acto de
presencia sin siquiera leer el resto de la carta, simplemente con leer el cariño existente aún
entre nosotras fue suficiente para destruir mi corazón ante palabras que se veían borrosas
por mi estado mental actual.
Intenté calmarme y quité las lágrimas de mi rostro para que con un suspiro ahogado me
concentrase en el contenido de aquellas hojas de papel blanco.
La tarde se desdibuja ante tímidos rayos del sol que no ha acompañado esta temporada a
Nueva York es como si de cierta forma la ciudad que nunca duerme supiera como mi corazón
se siente sin ti, espero que te encuentres bien al igual que Noe porque sinceramente yo no
puedo dejar de sentir como la nostalgia y la tristeza es capaz de destrozar cada punto de mi
ser.
He intentado de todas las formas posibles olvidarlas, sin embargo, me he dado cuenta que
mientras más me esfuerzo, más imposible se convierte aquella tarea por lo cuál creo que la
única forma en que mi corazón me dejará dormir ésta noche es sabiendo que te estoy
escribiendo.
Claire se encuentra conmigo, como buena amiga que es ha decidido venir antes por mí y en
éste momento nos encontramos admirando como el ocaso de mi vida se mezcla con el breve
color naranja en el cielo. Ella dice que todo se solucionará pero en sus ojos puedo ver que
solo es una mentira que quiere creer tanto como yo deseo hacerlo, nunca pensé que me
encontraría de ésta forma en
algún momento de mi vida, no obstante, aquí me encuentro llorando como una tonta cada
vez que tu recuerdo se encuentra entre mis pensamientos ó el de Noe ó cualquier cosa
realmente ya que me has impactado de tal manera que ya no sé lo que significa tener algún

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tipo de paz mental ó siquiera dormir más que un par de horas en la noche porque
simplemente no puedo hacerlo.
Creo que ni siquiera mis noches futuras me pertenecen y de cierta forma eso se convierte en
uno de mis más grandes dolores porque significa que estoy condenada a pensarte por el resto
de mi vida.
De seguro debes estarte preguntando que se encuentra en la caja y aunque sé que a ti te
servirá menos que yo, creo que era necesario el hecho de que finalmente te lo diese. Es la
copia que tenía de las cuatro plumas, una de las quince copias que se crearon de aquella
maravillosa película a color que debo decir que es mi recuerdo favorito entre nosotras; creo
que en ella se queda todo el amor que siento hacia ti y aunque sé que es inútil de cierta
forma dejártelo, quería con ansias que miraras el rollo y pensaras en mi al menos esa era la
idea.
Abrí la caja sintiendo como mis manos temblaban ante ello y noté como Camila no se
equivocaba ni en lo más mínimo porque mis lágrimas se hicieron presente al solo recordar
aquel momento en su casa mientras la película era reproducida, pude recordar como se
sentía tener su mano sobre la mía y las sonrisas eternas que nacieron de aquella tarde.
Dime ¿Cómo seré capaz de tener algún tipo de paz en mi atormentado corazón al ya no
tenerte?, respóndeme mi amor cómo hago para ya no sentir como mi pecho se queda sin
lágrimas y aún así el dolor no se atreve a dejarme. Te amo más que nadie y dudo que en ésta
vida logre a amar a alguien de la misma manera que tú me hiciste sentir, gracias por
ofrecerme poder sentir eso tan profundo que todos denominan amor y yo prefiero decirle
ganas de vivir.

Tú y Noe fueron mis ganas de vivir.


Es por esto que he decidido poner una cuenta en el banco bajo tu nombre, sé que en este
momento estás mirando confundida la carta y que probablemente no tenga ni un tipo de
efecto que te mencione la cifra que está bajo tu nombre pero puedo asegurarte que es la
suficiente para que vivan cómodamente hasta el final de sus días. Sé a la perfección que
probablemente la rechaces ó no sea lo más importante de ésta carta, ni siquiera fue tan
relevante crear la cuenta pero sé que en el momento en que Noe vaya a la universidad ó
decida hacer lo que ella quiera con su vida necesitarás ese dinero y como siempre cumplo lo
que prometo, mi deber de protegerlas a ambas aún sigue en pie.
La cuenta está ligada con una frase que debes responder cuando quieras liberar el dinero qué
hay en ella, creo que no es necesario que la mencione ya que ambas sabemos cuál es pero
para que no existan dudas de ello, la frase es cuatro plumas al igual que la película. Supongo
que la originalidad nunca fue parte de ambas ó quizás tuvimos demasiado y es por esto que
el amor no tradicional se nos fue de las
manos.
Sea como sea, el dinero se encuentra ahí y cuando lo desees
puedes ser dueña de él. Sé que lo utilizarás de mejor manera de la que yo lo hubiese
distribuido así que me siento feliz de que al menos puedo proteger a las personas que más
amo aunque yo no éste cerca.
Como sé que te conozco sé que en este momento estás llorando intentando terminar con la
tortura que es ésta carta, yo he llorado durante una hora antes de atreverme a escribirla pero
era algo necesario, supongo que deseo creer que una despedida no vale la pena entre
nosotras porque no le vamos a decir adiós a lo que sienten nuestros corazones sino que
simplemente nos vamos a privar de la oportunidad de ser felices juntas, por lo cuál quiero
que sonrías al leer esto.
Te amo más que nada Lauren y ni siquiera existen palabras que logren describir lo que siento
hacia ti, hacia cada recuerdo que atraviesa mi mente, hacia tus ojos verdes, hacia Noe, hacia
tu sonrisa y así puedo describir las millones de cosas que son la razón por la cuál estoy
llorando en éste preciso momento al no saber como voy a privarme de todo ello.
Realmente espero que logres ser feliz, es lo único que deseo cada
día qué pasa.

insideofmysoul
Eso y lograr encontrarte nuevamente aunque no sea en ésta vida. Te ama más que nadie,
Camila.
Las lágrimas en mi rostro se volvieron en un estado normal cuando
volví a leer la carta tantas veces como mi corazón en pedazos pedía, cada palabra me llevaba
a imaginarla escribiendo la carta; sintiendo cada palabra, dejando su corazón en ella mientras
que nos condenábamos a ese cruel destino donde un nosotras era imposible. No obstante,
cuando el sonido de alguien tocando la puerta cambió mi semblante, guardé la carta entre mi
falda y me sequé las lágrimas creyendo que serían Noe con Dinah por lo cuál lo último que
deseaba es que mi hija me viese llorando, sin embargo, al abrir la puerta y encontrarme con
un hombre alto de cabello negro y nariz aguileña vistiendo el uniforme policial no pude no
quedar confundida ante ello porque no sabía la razón.
Seguramente se había equivocado de puerta, no obstante, por su mirada no parecía perdido.
—¿Puedo ayudarlo en algo oficial?—pregunté confundida mientras terminaba de quitar las
lágrimas de mi rostro, él me miró con una sonrisa mucho antes de preguntarme por mi
nombre si yo era la persona que él estaba buscando, yo asentí sin saber realmente que
estaba sucediendo y antes que mis palabras pudiesen decir algo; él se adelantó intentando
dar una explicación a lo que estaba sucediendo.

—Creo que debe acompañarme señorita —mencionó con toda la seriedad del mundo y yo
volví a mirarlo confusa ya que no entendía lo que estaba sucediendo,
—¿Puedo saber la razón?—pregunté tratando de responderme a mi misma porque estaba
sintiendo tanto miedo en aquel momento, el hombre volvió a
retomar su expresión seria y me repitió que lo acompañara antes de darme la razón por la
cuál debía hacerlo.
—He recibido algunas denuncias hacia usted bajo el cargo de indecoro por lo cuál le pido
amablemente que me acompañe hacia nuestra estación
—respondió dejándome totalmente absorta ante esa respuesta, ni siquiera era capaz de
parpadear en aquel momento ya que lo que decía no tenía ningún tipo de sentido, sabía a lo
que indecoro trataba de referirse; era simplemente una palabra elegante que ocultaba el
hecho de que cualquiera podía hacer una denuncia si encontraba algún tipo de amor no
tradicional a su alrededor. Sin embargo, yo sabía que aquel detalle era imposible que hubiese
venido de alguien del edificio, ya que Camila solo había venido una vez y ni siquiera habíamos
dado algún tipo de muestra cariñosa más allá de los límites que habíamos sentados frente al
resto del mundo.
—Con todo el respeto del mundo señor oficial, debo decirle que eso es una locura —contesté
confundida —Tengo una hija de siete años por lo cuál es imposible que tenga un
comportamiento indecoroso —refuté demostrando enojo ante ello como cualquier otra
persona hubiera mostrado ante aquella acusación pero la verdad lo que realmente sentía era
como estaba nerviosa y asustada frente a ello.
El hombre se limitó a chasquear la lengua en forma de negación y volvió a pedirme que lo
acompañase dejando que todas mis defensas comenzaran a sentirse totalmente
fragmentadas ante aquello, no podía creer que eso estaba sucediendo.
—Debe acompañarme, es una orden señorita —señaló dejándome en un estado de fragilidad
frente a su orden, yo asentí sin estar segura de lo que estaba sucediendo, no obstante, sabía
que si me negaba a ir simplemente sería peor.
—Señor, debe ser una equivocación —recalqué en un intento desesperado para no llorar—No
puedo acompañarlo porque tengo una hija que volverá pronto y se va a asustar al no
encontrarme —respondí sintiendo como mis palabras se quebraban una a una en mi boca —
Por favor señor, esto es una locura
—aseveré sin obtener ningún tipo de respuesta ó lástima de aquel hombre que simplemente
se inmutó ante cada una de mis palabras y solo se dedicó a realizar su trabajo sin que
existiera alguna expresión en su rostro.
Intenté no perder la calma al defenderme y volví a utilizar el hecho de que era simplemente

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imposible que estuviese con una chica cuando tenía una niña a mi cargo, sin embargo, nada
de eso funcionó y cuando llegamos a la entrada del edificio sentí como mi corazón se rompía
frente a las lágrimas que quemaban mi rostro al ver como Noe entraba animada con Dinah
con el helado que habían ido a comprar.
—¡Mami!—exclamó Noe entre risas tirándose a mis brazos sin siquiera ser capaz de ver al
oficial que estaba a mi lado —Tía Dinah me dejó todo el vestido lleno de helado —comentó
frunciendo el ceño antes de ladear la cabeza divertida, yo asentí acariciando su cabello
sintiendo como todo lo que estaba sucediendo parecía tan irreal, Dinah me miró buscando
algún tipo de respuesta a lo
que estaba sucediendo hasta que finalmente tomó la mano de Noe para sacarla de mis brazos
mirando fijamente al hombre que estaba a mi lado, la pequeña rubia no entendió lo que
estaba sucediendo hasta que miró al oficial al frente suyo y no tardó en fruncir nuevamente
el ceño por ello—¿Qué sucede mami?—me preguntó sin entender y yo no supe que decir en
aquel preciso momento.

—Me llevaré a tu mami por un par de horas —sugirió aquel hombre de cabello oscuro con una
sonrisa tan hipócrita que solo me hizo enfurecer frente a esa escena, Noe lo miró contrariado
antes de rápidamente soltar la mano de Dinah y volver entre mis brazos dejando que un par
de lágrimas se escaparan de su rostro.
—Voy con ella —mencionó segura sin dejar de abrazar mi cintura y yo solo pude mirar al
oficial pidiéndole que por favor me regalase unos minutos con ella, realmente me preguntaba
si tenía algún tipo de corazón al ver lo que estaba sucediendo pero esa respuesta llegó a mí
cuando se negó a ello, sin embargo, notó como Noe no era capaz de despegarse de mí y
frente un suspiro finalmente accedió a ello.
Yo me puse del tamaño de mi hija mientras ella ladeaba la cabeza envuelta entre sus propias
lágrimas, tomé su rostro entre mis manos mientras quitaba esas mismas gotas que querían
presentarse en mi rostro pero me negaba a utilizarlas con ella.
—Hey copito todo está bien —me atreví a mentirle, no obstante, ella negó ante ello y me
abrazó aún más fuerte. Yo comencé a acariciar su cabello sintiendo como mi corazón se
destrozaba frente a las lágrimas que sentía en mi ropa sobre ella —Mi vida, solo será por un
par de horas ¿sí?—le dije intentando no perder la cordura frente a ello —Voy a estar bien y
regresaré a cenar con Tía Mani y tía Dinah—sugerí tratando de tener algún tipo de ayuda de
parte de la morena, sin embargo, ella me miraba totalmente entristecida porque comprendía
lo que estaba sucediendo, suspiré buscando el rostro de Noe antes de besar su mejilla —
Vamos copito, solo será un momento —intenté sonreír frente a ello pero se me hacía
imposible realizar algún tipo de gesto que no me inducirá a las lágrimas —Te quedarás con tía
Dinah mientras yo vuelvo ¿cierto?—pregunté llamando la atención de ella quién asintió para
acercarse a Noe y tomarla de la mano pero mi hija se negó ante ello y solo siguió recostando
su rostro bajo mi cuerpo.
—No te puede ir mami —contestó finalmente dejando que mi corazón terminara de romperse
—Por favor —yo ladeé la cabeza en un intento de no llorar —Lo lamento, yo no quería
portarme mal —respondió con la voz cortada
—Prometo portarme bien desde hoy —sugirió con sus ojos azules llenos de lágrimas y yo
asentí besando su frente dejando que ese momento fuese el más doloroso de mi vida.
—Está bien copito —le respondí acariciando su rostro —No es tu culpa —murmuré —Volveré
pronto lo prometo —contesté notando como el oficial estaba perdiendo la paciencia y pronto
se acercaría a nosotras, tomé las pequeñas
manos de mi hija para juntarlas en mi corazón —Mami te ama más de lo que es posible —
sentencié a lo cuál Noe asintió antes de abrazarme —Nunca lo olvides
—Dinah se acercó a Noe para tomarla entre sus brazos mientras yo me tomé ese segundo de
inercia para sugerirle que la llevara con Ally ya que no estaba segura de cuanto tardaría en
regresar a lo cuál la morena asintió—Te amo copito —le dije besando su mejilla y el oficial se
acercó hacia nosotras para tomar su rostro y seguir guiándome hacia la salida, ese fue el
preciso momento donde escuché como mi corazón se podía romper aún más entre el llanto
de mi hija.

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—¡No!—gritó envuelta entre las lágrimas que caían en su rostro—No puedes irte mami, quiero
ir contigo—contestó rápidamente —Prometo ser buena, lo prometo —mis lágrimas
comenzaron a caer y no fui capaz de mirarla —Mami prometo portarme bien pero por favor
regresa, prometo que no volveré a estar enojada —gritó tratando de llamar mi atención —Por
favor, mami —me giré débilmente viendo como Dinah trataba con todas sus fuerzas lograr
que Noe no se escapara de sus brazos, sin embargo, ella también estaba siendo prisionera de
las lágrimas —Mami te amo infinito como las estrellas, no te vayas —contestó destrozando lo
que quedaba en mi pecho.

Pude escuchar sus súplicas durante varios minutos hasta que finalmente solo quedó el
recuerdo en mi mente.
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Al momento en que aquel lugar oscuro de la estación de policía tuvo la presencia de una
mujer que no podía reconocer, mi rostro ya ni siquiera sabía que era cualquier tipo de
emoción que no tuviese mis lágrimas. Lo único que tenía en mi mente era a Noe gritando que
no me fuera y como no había sido capaz de detener ese tipo de sufrimiento de parte de mi
hija, me había fallado a mi misma en protegerla y ahora ni siquiera estaba segura de lo que
sucedería ya que nadie me había dicho absolutamente nada desde que había llegado,
simplemente me habían dejado esperando en aquel lugar donde la luz del sol no pegaba de la
mejor forma y solo las sombras eran capaces de mostrarse alrededor.
Mi mirada enfurecida quedó absorta ante la imagen de aquella mujer que estaba a tan solo
unos centímetros de mí y con unos cuarenta años quizás, me veía con sus ojos oscuros de
una manera prepotente y a la vez como si se alimentara del dolor que estaba sintiendo mi
alma en aquel momento. Sequé mis lágrimas confundida ante su mirada y ni siquiera supe
que decir cuando ella notó que la estaba mirando y se acercó aún más a mí con una sonrisa
que me dolió en lo más profundo, ¿cómo alguien podía alegrarse del sufrimiento de otra
persona?—me pregunté teniendo la prueba contundente de que era posible gracias a la
sonrisa de aquella mujer con tacones negros y un vestido rojo que esculpía su cuerpo a la
perfección.
—Así que tú eres Lauren —sugirió rompiendo el silencio mientras mi mirada de confusión no
dejaba de notar como no podía reconocerla de ninguna parte
pero aún así sentía que era conocida —Al fin tengo el placer de conocerte ó más bien la
desgracia no sé cuál de las dos sea la palabra más correcta —comentó antes de reír por eso
mientras la confusión que había en mi rostro se volvía simplemente furia ante su reacción —
De seguro Karla ni siquiera te ha hablado de mí—agregó antes de que mi mirada volviera a
cambiar mi semblante y recordara que solo una persona llamaba así a Camila.
—Usted es su madre —dije sintiendo como aquello seguía sin tener sentido, no obstante, la
mujer asintió complacida por mi respuesta.
—Vaya —concretó suspirando —Pensé que tardarías más al notarlo, no me esperaba a
alguien tan perspicaz —mencionó antes de volver a sonreír —La verdad es que me esperaba
a alguien mucho más guapa, dado las exigencias que siempre ha tenido Karla frente al mundo
—cada una de sus palabras me molestaba de una forma incomprensible mientras ella
disfrutaba el momento de protagonismo que estaba tomando en aquel momento —De hecho
mi primera opción estaba en que ella salía con aquella actriz francesa —comentó enarcando
la ceja mientras seguía sin entender la mitad de las cosas que me decía —Creo que hasta de
cierta forma hubiera aceptado que mi hija pudiese tener esos gustos extraños hacia ella pero
contigo—chasqueó la lengua —Es cuando puedo decir que realmente enloqueció —no fui
capaz de decir nada en aquel momento ya que no valía la pena en lo más mínimo, cualquier
tipo de respuesta que le diese solo haría que ella sintiera esa superioridad que demostraba su
porte y cada una de sus palabras.—Lamento que nuestro primer encuentro sea en estas
condiciones tan dramáticas pero debo decir que como buen amante del cine, me encantan
estos momentos peculiares —aseveró mientras yo me preguntaba seriamente como ambas
eran capaz de compartir algún tipo de lazo, porque Camila no se parecía ni en lo más mínimo
a esa mujer. Sus rasgos físicos tal vez podían darles algún tipo de parecido pero eran tan
distintas que no me cabía en la cabeza que fuesen madre e hija—¿Qué sucede?, ¿Te quedaste

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sin habla?—me preguntó burlonamente y yo negué ante ello.

—No creo que deba gastar mi tiempo con alguien que no valga la pena, señora
—respondí seria y ella rió ante ello causándome aún más confusión de la que tenía en un
principio.
—Tienes toda la razón, ni siquiera sé porqué estoy perdiendo mi tiempo contigo —agregó —
No, realmente si lo sé. Es por el hecho de que la actitud de Karla me preocupa de
sobremanera —sugirió haciendo que mi rabia aumentara con cada vez que nombraba a
Camila de esa forma, nunca había creído que una madre podía siquiera demostrar un poco de
rencor hacia sus hijos; pensaba que solo podían ofrecer amor hacia ello, sin embargo, ella era
todas esas respuestas incorrectas que nunca había tomado en cuenta y me demostraba que
también podían existir madres que simplemente no tuvieran a sus hijos como su prioridad —
Cuando me comentó el hecho de que iba a dejar el cine por una chica, pensé que finalmente
ya había enloquecido lo cuál tampoco me sorprendía de su parte; siempre fue una niña
caprichosa que nunca está segura de lo que quiere y solo hace lo que cree que está bien
porque tiene el poder de hacerlo—empuñe mis manos mirando con furia su comportamiento,
Camila ni siquiera debía ser mencionada bajo sus palabras tan hirientes, no me podía
imaginar lo duro que debió haber sido tener aquel ejemplo de su parte y no tener ningún tipo
de palabra de apoyo de parte de la persona que debía amarte más que a nadie.
—Camila es una gran persona, quizás la mejor que he conocido en toda mi vida como para
que usted venga a dañar su nombre —agregué delatando la furia que me carcomía y ella
simplemente rió.
—Al parecer a ti también te dejó mal estar mucho tiempo con mi hija —bufó antes de
sostener mi rostro entre sus manos a lo cuál yo me rehuse rápidamente —No dejas de
sorprenderme—confirmó antes de sonreír —Aunque sigo sin creer que el nivel de elección de
mi hija sea tan malo como para haberse fijado en ti, es simplemente desagradable saber que
pueda escoger a una chica sin ningún tipo de créditos por toda una carrera —argumentó
enarcando la ceja —No sé quién está más perdida, si ella ó tú.

—Creo que la única que está en aquel estado es usted —refuté amargamente —Cómo para
ser capaz de alegrarse por las desgracias de otra persona, además de hacerle esto a su hija
—contesté negando —Ni siquiera está pensando en ella, solamente se deja llevar ante ideas
estúpidas de quién es Camila, ella ni siquiera merece a tener una madre como usted—La
chica no dijo nada por unos segundos antes de aplaudir frente a ello.
—Bravo, casi me convences de que estás interesada en ella
—contestó dejándome atónita —Vamos no puedes mentirme de la forma en que lo hiciste con
Karla, ella habrá caído a través de tus encantos que no puedo ver en este momento pero a
mi no me engañas y sé que ese amor que tanto dices tener por ella es simplemente
inexistente.
—Mis sentimientos hacia ella son solo de conocimiento nuestro pero ni siquiera me cabe en el
pecho lo que siento por Camila —agregué sin siquiera ser capaz de vincularlas en alguna
relación porque no me parecía real que esa mujer fuese la madre de la persona más hermosa
que había conocido — La he amado con todo mi corazón desde que me ha dado la
oportunidad de amarla y eso solo ambas lo sabemos —concreté haciendo que ella solo rodara
los ojos.
—Entonces me dirás que el hecho de que sea la actriz más conocida del momento no tuvo
nada que ver con tu elección —yo negué ofendida ante ello
—No puedes engañarme, Lauren—respondió —Es por lo único que se acercan a ella, es
imposible que tus intenciones sean buenas hacia mi hija.
—Es lamentable el hecho de que no pueda ver más en su hija que un par de papeles como
actriz y el talento que ella tiene, para ser sincera ni siquiera conocía ninguna de sus películas
hasta que ella las mencionó. Yo me enamoré de su hija por la persona que es no por su fama,
cuánto dinero tenga ni menos el hecho de
que sea una chica —afirmé segura de cada una de mis palabras —Camila me robó el corazón

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y no tengo que darle explicaciones sobre lo que siento a alguien ajeno a nuestra situación.

—Eso suena hasta poético —respondió irónicamente —Pero a diferencia de Karla, yo soy
capaz de ver lo que las personas desean y también soy capaz de hacer todo lo posible para
proteger lo que es mío por lo cuál el hecho de que mi hija haya enloquecido es una de las
razones por las cuáles nos encontramos reunidas hoy—añadió mientras sus tacones
resonaban en el suelo y yo la miraba con más desprecio mientras los minutos pasaban —Sé
que tienes una hija y también sé como se desvive por ti, apenas llegué me comentaron como
lloró mientras tú te ibas
—comentó y mi furia se hizo presente frente a su tono burlón frente a lo que había sucedido
hace unos minutos y aunque traté de controlar mis ganas de golpearla en aquel momento,
sabía que en algún instante de la conversación mi poder de calma simplemente se agotaría
frente a ella.
—Ni siquiera se atreva a nombrar a mi hija en esta conversación
—me defendí con furia —Con solo el hecho de que la nombre es una ofensa dado la crueldad
qué hay de su parte — ella rió sin que yo encontrara el sentido de su risa, no obstante, sus
ojos oscuros no tardaron en llegar a los míos como si fueran capaces de envenenar cada
parte de mi ser.
—Te haré una propuesta —concretó finalmente —Ya que predicas que no hay nada más
grande que el amor que sientes a tu hija, creo que es justo que ambas dejemos a nuestras
hijas fuera de esta conversación.
—No lo entiendo —refuté confundida.
—Yo solo hago esto porque sé la equivocación que está cometiendo Karla al elegirte—
argumentó frunciendo el ceño —Es una chica perdida que necesita enderezar su camino y
definitivamente una opción errónea frente a un mal gusto en el amor no es algo que logre
que haga las cosas correctamente.
—Ella y yo no somos nada —musité sintiendo como mi alma dolía frente esas palabras —
Terminamos hace unas semanas si eso es lo que deseaba escuchar —ella me miró
impresionada antes de chasquear la lengua frente a eso.
—Conozco a mi hija mejor que nadie y sé que no desiste de algo tan rápidamente —concretó
—Por lo cuál no creo en tu palabra y debe ser tu deber convencerme de ello porque mientras
menos te creo, mayor será el tiempo que dejaré que te quedes aquí. Creo que ambas
sabemos lo horrible que son las leyes frente a esos gustos anormales y también me imagino
que tu hija debe estar odiándote ¿no?.
—Camila y yo no somos nada, ambas sabíamos el riesgo que corríamos al estar juntas —
refuté casi gritando frente al dolor que significaba cada una de esas palabras —Ella me
amaba de una manera sincera por lo cuál decidió irse, al igual que yo decidí que era lo mejor
para ella, yo sí conozco lo que siente, no como usted que dice conocerla y ni siquiera es
capaz de ofrecerle el más mínimo amor que
Camila merece —fue mi respuesta haciendo que ella me mirara con todo el odio del mundo
frente a cada una de mis palabras.
—Creo que es el momento para que me demuestres cuanto puedes amar a tu hija —mi
confusión volvió a estar presente frente a sus palabras —No creo ni en lo más mínimo que la
relación que mi hija haya mantenido contigo simplemente quedara en nada luego de rechazar
su carrera por ti —respondió sin dejar de mirarme en menos —Por lo cuál mi propuesta es
ésta, sé a la perfección que sabes donde está y que Nueva York es una ciudad conocida por
ambas —agregó con una sonrisa —No es tan difícil tener la información que necesito cuando
la desee, por lo cuál también sé que ella abrió una cuenta en tu nombre donde depositó una
buena cantidad de su fortuna y aunque podría tomarme todo el tiempo del mundo en dejarte
aquí y yo misma convencer a Karla de la locura que cometió al fijarse en ti, creo que es
mejor dejártelo a ti.
—No haré nada que involucre hacerle más daño a Camila —refuté sintiendo vergüenza ajena
ante la crueldad con la cuál esa mujer vivía, ahora ya no me cabía duda porqué Camila
simplemente odiaba hablar sobre ella y el hecho de que no tenía a nadie más en su vida.
—Eso es lindo —mencionó con una sonrisa que deseaba arrancar

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—Pero creo que antes de ponerte a la defensiva deberías calcular mejor el hecho de que no
eres quién pone las reglas en este juego y qué hay más personajes detrás de ello como por
ejemplo tu hija —argumentó llenándome de rabia — Sé que en este momento está en la casa
de una de tus amigas y que debe estar protegida ahí pero dado que el sistema funciona
bastante mal y ante el hecho de que no tiene familiares cercanos sería una pena que una
niña tan pequeña llegue al sistema de adopción, no mejor dicho llegue a las casas hogar y
que jamás pueda ser adoptada — —Debe ser bastante triste cargar con el hecho de que le
negué la felicidad a mi hija y le ofrecí un triste futuro ¿cierto?—la rabia me carcomió a un
punto que no dudé en levantarme y golpearla, sin embargo, ella solo me detuvo riendo ante
ello —Cualquier cosa que hagas se tomará en tu contra — manifestó con toda la seguridad
del mundo —Y creo que si tus palabras son verdaderas, tu hija es lo más importante que
existe para ti.
—¿Cómo puede ser capaz de hacerle ese tipo de daño a quién dice ser su hija?—pregunté
dolida —Camila es una chica increíble, de buen corazón, inteligente y que merece todo el
amor del mundo. El que yo no puedo ofrecerle porque la vida es lo suficientemente injusta
como para haber roto nuestros caminos pero la pregunta va en como puede ser tan egoísta
en no pensar ni un minuto en lo que ella realmente desea y en como puede llegar a sentirse
con lo que me está pidiendo —refuté entre lágrimas —Me parece increíble que sea una madre
sin ningún tipo de corazón en su pecho— ella me vio enfurecida mientras el silencio nos
envolvía sin saber que más decir.
—Tienes suerte de que mi oferta aún sigue en pie porque fácilmente podría irme y olvidarme
completamente de ti y no tendrías forma de cambiar en algo lo que le pueda suceder a tu hija
—respondió ahogándome en un
camino sin salida —Es algo tan fácil como aceptar mi propuesta y puedes regresar a tu casa
con tu hija y ser feliz ó la idea que tengas de esa palabra—busqué algún tipo de compasión
bajo su mirada ó de algún tipo de emoción que no fuese dañina, pero no encontré ninguna
por lo cuál supe que sus palabras venían cargadas de verdad y aunque mi corazón me diese
una respuesta y mi razón otra, finalmente elegí la única que podía aceptar como la necesaria
—Es tu decisión—concretó mientras mis lágrimas ya no eran suficientes para eliminar todo lo
que sentía en aquel momento, posé sobre unos segundos mi mano sobre el lugar entre mi
falda que aún se encontraba la carta de Camila y aunque me doliera como mis palabras
sonaron pude ver como la decepción en todo mi ser decretaba algo tan distinto a mis
palabras mientras ella me miraba sabiendo que había triunfado.
Mientras yo sabía que con ello estaba sentenciando al hecho de que ni siquiera le diera vida a
la promesa que le había hecho a aquella castaña que me había robado al corazón.
Porque con mi decisión estaba condenándome a ni siquiera tenerla
en otra vida.

El final está a tan solo unos pasos de distancia así que disfruten mientras puedan aunque en
este momento ya de seguro ni siquiera tiene sentido aquella afirmación.
Tengan un lindo día.
Capítulo 49: Dive right into you

I could fall, or I could fly Here in your aeroplane And I could live, I could die
Hanging on the words you say
And I've been known to give my all And jumping in harder than
Ten thousand rocks on the lake
de 10 Lauren
—¿Cómo amaneciste? —le pregunté a Camila mientras dejaba el plato con su desayuno sobre
la mesa mientras ella me miraba cansada antes de besarme con esa naturalidad que siempre
me había fascinado de su parte, ninguna de las dos necesitó más palabras mientras que
nuestros labios sentenciaban a nuestras almas a sentir aquello tan único que nacía entre
ambas, la castaña fue capaz de dejar que en su rostro se apoderara una sonrisa antes de que

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yo acariciara su cabello desordenado —¿Cómo vas con tus líneas? —le pregunté sabiendo que
el cansancio que sentía su mirada era por el hecho de que éstas dos últimas semanas ella se
había pasado practicando su guión mientras yo la miraba con ternura frente a la emoción que
tenía en cada parte de su ser por comenzar la película, Camila no dijo nada y solo se sentó en
la mesa antes de insertar un beso rápido sobre mi mejilla derecha haciendo que ésta se
enrojeciera solamente por el simple tacto que tenían sus labios de chocolate.
—Bastante bien —argumentó mientras recogía su cabello en un moño simple —Solo me
queda practicar un poco más —sentenció antes de comenzar a revolver sus huevos —Gracias
por hacer el desayuno —respondió con una sonrisa y yo asentí notando como llevaba puesta
solo una vieja camiseta negra mía,la verdad es que me encantaba verla desnuda pero mi
escena favorita era justamente verla de esa manera tan desordenada mostrando cada una de
las marcas que habíamos dejado bajo los secretos de nuestras sábanas y nuestras paredes.
—Cuando quieras —manifesté encogiéndome de hombros y ella asintió con una sonrisa.
—¿Hoy tienes libre? —me preguntó enarcando la ceja y yo asentí tomando un poco del jugo
de naranja que estaba en el centro de la mesa mientras acercaba el vaso de la castaña para
también servirle un poco.
—Sí pero en la noche tengo que ir a ensayar, ¿quieres venir? —le pregunté haciendo que ella
simplemente negara por aquella oferta.
—Es suficiente con escucharte a todas horas creo que es demasiado también tener que
escucharte ensayar —argumentó y yo rodé los ojos ante eso.
—¿Sabes que no es chistoso? —ella ladeó la cabeza divertida antes
de tomar mi mano.
—¿Sabes que eres odiosa? —respondió en forma de respuesta a mi comentario anterior.
—¿Sabes que estoy muriendo por ti? —pregunté antes de alcanzar su mejilla y dejar un
tierno beso en la notando como sus mejillas alcanzaban ese rubor que tanto me gustaba de
ella, Camila asintió antes de seguir con su desayuno y nuestra conversación sin sentido de
cada mañana se desatara como siempre, lo que más me gustaba de ella era el hecho de que
podíamos hablar de todo y a la vez sobre la nada; no importaba realmente el tema que
llegaran a tener voz entre nuestras palabras sino el hecho de que sentía una admiración
eterna hacia ella, su sabiduría y la forma tan enamoradiza que tenía de ver la vida.
—¿Cómo vas con el libro? —me preguntó enarcando la ceja y yo sonreí ante su pregunta ya
que solía leerlo cuando estaba con ella porque le gustaba leerlo conmigo pero realmente lo
había terminado casi el mismo día que Camila me lo había regalado porque no podía parar de
leerlo y porque ella leía más lento de lo que podía soportar mi ansiedad.
—Auschwitz —sentencié recordando la última parte que había leído con ella —Creo que así se
llamaba el campo —refuté haciendo que ella sonriera bajo mi respuesta — ¿Tiene un final
triste? —le pregunté aunque sabía a la perfección cuál era el final del libro, sin embargo, me
gustaba ver la emoción que descargaba Camila cada vez que le preguntaba sobre el libro.

—Tienes que leerlo para saberlo —aseveró encogiéndose de hombros —No te voy a hacer
spoilers sobre él —concretó antes de suspirar — Es un gran libro —afirmó tomando un poco
de jugo y yo asentí porque tenía toda la razón.
—¿Para cuando compraste tu pasaje? —le pregunté cambiando el tema y la castaña me miró
confusa por unos segundos antes de recordar el hecho de que ya quedaban solo una semana
y media para que viajase a Inglaterra.
—Viernes —sentenció bufando.
—No pareces tan animada —mencioné riendo y ella solo ladeó la
cabeza.
—lo estoy, es solo que te extrañaré lo suficiente como para querer
regresar —sugirió en un suspiro —Especialmente tus desayunos exprés y bueno otras cosas
que está demás mencionar —agregó mientras yo ladeaba la cabeza divertida.
—Yo también te extrañaré —sentencié comiendo un poco de la tortilla que estaba en mi plato
—Pero te irá bien —aseguré tomando su mano antes de besarla —Estoy segura de ello —
concreté segura y ella me miró tiernamente antes de asentir.
—Amar es solo el ocaso de la razón —citó una de sus frases favoritas de su guión —Como

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también es la razón por la cuál el mundo enloquece sin sentir una razón fija que dé consuelo
a su falta de cordura —me quedé en silencio
escuchando cada una de sus palabras que aunque fueses sacadas de un guión estructurado
parecía que hubiesen creadas por ella misma —El amor es el arma que envenena y mata a
todo hombre pero también es la forma en que nos llenamos de vida como simples humanos
en búsqueda de luz, sin embargo, el honor es algo aún mucho más grande y a falta de éste;
cualquier prueba de amor es frágil y sin ningún tipo de valor —recitó dejando que la magia
que ella creaba a través de cada una de sus palabras interpretadas llegaran a cada parte de
mi alma mientras podía escucharla decir sus líneas todo el día si eso era posible, realmente
no me importaba tener la suerte de que ella me deslumbrara con su forma de crear arte a
través de la actuación y fue la primera vez que acepté de forma placentera a las películas en
mi vida.
—Bravo —contesté aplaudiendo ante ello haciendo que ella riera hacia mis ovaciones en pie
—Eso merece un Oscar ¿no? —pregunté haciendo que ella solo siguiera con su desayuno.
—No es tan buena —sentenció encogiéndose de hombros y yo negué ante ello porque a mi
me parecía lo mejor que había visto aunque realmente no tenía un sentido critico ya que no
tenía mucho con lo cual comparar pero si podía opinar acerca de la magia que era capaz de
irradiar a través de cada una de sus líneas llenado su voz de algo especial que podía cautivar
a cualquier persona que la escuchase por unos minutos. —Necesito un poco más de práctica
—contestó un poco nerviosa por ello y yo me acerqué a ella para acariciar su mejilla.
—A mi me encanta —concreté dulcemente —Aunque la práctica hace el maestro y quizás
logres superarte si es que eso es posible —le dije tratando de animarla y ella sonrió ante ello,
—Me encanta que siempre sepas que decir —aseveró antes de besarme —Además que me
encanta el hecho de que puedas cautivarme con cada una de tus facetas —afirmó arrugando
la nariz —Hoy eres una critica del cine
—asentí divertida frente a ello.
—De algo tengo que vivir para poder ser merecedora de tus besos
—confesé haciendo que ella soltara un par de risitas que siempre provocaba el mismo efecto
en todo mi ser porque me llenaba de una ternura única hacia ella por cada acto que realizaba,
era como si fuera una mezcla perfecta de todas las emociones humanas porque mientras en
un segundo me hacía delirar por amor en otro ya estaba enloqueciéndome con la pasión de
sus palabras para en el otro hacer que muriera de ternura frente a sus actos haciendo que no
pudiese elegir una de mis facetas favoritas de ella ó tal vez si lo sabía.

Mi parte favorita de ella el hecho de que con solo una mirada podía dominar cada fracción de
mi ser y que con solo unos segundos de su parte lograba hacerme presa de sus labios
dejando que las noches se volvieran solo un suspiro del día y la monotonía quedase olvidada
porque los días nunca se presentaban de la misma forma para nosotras, a veces podían ser
teñidos con la fuerza de nuestro amor
mientras que otro simplemente se veía impregnado de la calidez de nuestras palabras y así
todos los días que pasábamos juntas se sentía de una forma diferente y eso era lo que lo
hacía especial.
El hecho de que con ella el mundo seguía siendo el mismo pero el destino era menos cruel y
la rutina no existía entre nuestros brazos.
Con ella había descubierto que quizás no era posible cambiar el hecho de que el mundo era
un mar de injusticias y que la vida no dejaba de hilar crueldad entre nuestras frágiles vidas
humanas, sin embargo, nada de eso era importante cuando veía la luz detrás de sus ojos
oscuros ni tampoco cuando sus palabras se volvían la mejor melodía que alguna vez había
escuchado.
Con ella el tiempo se había convertido en algo efímero comparado con todas las sensaciones
a las cuáles ella me derivaba sin ningún tipo de piedad por ello.
—Ahora que lo pienso —mencionó llamando mi atención a mis propios pensamientos —Creo
que debería presentarte a alguien —confesó haciendo que enarcara la ceja ante su
comentario —Se llama Charlotte y aunque no lo creas se parece tanto a ti —concretó
impresionada por ello.

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—¿Tengo que ponerme celosa? —pregunté fingiendo estar celosa pero ella solo rodó los ojos.
—Un poco sí —afirmó sacándome un par de risas antes de que ella ladeara la cabeza y
acariciara mi mano —Es hija de la artista sobre la cuál hablamos hace un tiempo atrás —la
miré tratando de pensar a quién se refería hasta que pude recordar aquella conversación
entre medio del océano inmenso de pláticas que habíamos llevado a cabo desde que nos
conocimos.
—¿Noelle D'Angelo? —pregunté tratando de confirmar si era ella y Camila asintió tomando el
último sorbo de jugo que quedaba en su vaso, yo le pregunté con la mirada si deseaba más y
ella volvió a asentir afirmativamente frente a eso.
—Así es —respondió animada —Ella es la prueba de que el mundo es muy pequeño porque no
es solo su hija sino que también es hermana de Max el director de la pelicula — abrí mis ojos
impresionada ante las coincidencias que abarcaban la cotidianidad de la vida, a veces era
increíble la forma en que el destino estaba hilado frente a algunas personas y como éste se
enredaba entre diversas situaciones que parecían vivir la imposibilidad de que fuesen unidas
en una sola historia pero como siempre, la vida lograba sorprenderte más de una vez.
—¿En serio? —pregunté curiosa y ella asintió.
—Lo descubrí cuando la conocí, la verdad es bastante curiosa la forma en que los hilos del
destino son llevados a cabo en un plan concreto que siempre desconoceremos porque a pesar
de querer saber lo que nuestro futuro nos puede traer creo que realmente nunca lograremos
dar una respuesta acertada frente a esas predicciones.
—Supongo que eso es lo interesante de vivir, el hecho de que vives
sin saber que guión han creado para ti ni tampoco sabes que personajes ó situaciones
llegarán a cubrir tu vida de experiencias —refuté —Pueden ser momentos incomodos ó llenos
de alegría pero al final todos son lo mismo, experiencias que de una u otra forma tenías que
vivir.
—Exactamente —afirmó sonriendo —Ella tiene una forma de pensar bastante particular y que
me recuerda mucho a la tuya y sus ojos verdes tienen esa tonalidad que tanto me gusta de ti
—aseveró antes de acariciar mi mejilla
—Serían buenas amigas —comentó y yo reí por la ternura de su gesto.

—Como suena parece que me estuvieses consiguiendo una novia —concreté entre risas y ella
simplemente comenzó a partir su tortilla con el tenedor antes de poner un poco sobre su boca
y responder a mi comentario.
—Quizás —refutó enarcando la ceja —Puede que ella sea más interesante que yo como novia
—sugirió encogiéndose de hombros y yo reí por eso
— ó tal vez debería salir con ella —argumentó asintiendo —Tal vez tenga un mejor gusto en
música que tú —sentenció firmemente — Y cocine mejor —agregó moviendo su tenedor hacia
mí.
—Y también tal vez te tenga paciencia — confirmé mientras Camila reía por eso.
—Sí tal vez —argumentó a su defensa — Pero sabes qué es curioso — me dijo enarcando la
ceja y yo la escuché atenta — La historia de su abuela, es bastante triste porque a ella
también le gustaba una chica a finales de los años cuarenta pero su historia simplemente no
pudo ser.
—¿Por qué? —pregunté aunque era bastante obvia la respuesta a ello ya que no era la época
correcta para mostrar ese tipo de gustos anormales, ni siquiera ahora era totalmente
aceptado por lo cuál habían miles de razones en contra para que no funcionase aquella
relación.
—Problemas de la época —contestó encogiéndose de hombros
—Es una historia bastante triste porque creo que es tan injusto el hecho de que tantas
personas hayan tenido que rechazar al amor de su vida por el hecho de que no era correcto y
tuvieron que ver como el tiempo pasaba sin sentir como su vida se complementaba —
concretó con un par de lágrimas en sus ojos como siempre solía emocionarse con todas las
cosas que lograban tocar su corazón, yo dibujé una sonrisa ante su sensibilidad y esperé que
terminase de decir su argumento —Es realmente horrible como podemos limitar al amor
frente al argumento de que no somos capaces de aceptar lo que es distinto. Buscamos toda

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nuestra vida sentirnos amados y amar para que simplemente por vivir en la época incorrecta
esto no resulte.
—Lastimosamente parte de las imperfecciones que cargamos como humanos es el hecho de
que preferimos seguir cierto orden sugerente por la creación de los demás, no aceptamos lo
que es distinto porque sale de nuestro marco de seguridad que conocemos. El miedo es parte
constante de nuestra vida es por esto que nos limitamos muchas veces a escoger el camino
conocido al desconocido porque
es mucho más satisfactorio en un primer momento llegar a salvo qué arriesgarse y no saber
que pasará con certeza en nuestra vida,
—¿Qué hubiera sucedido si nuestros universos no hubieran coincidido? —preguntó curiosa —
Es decir que nuestra historia jamás podría haber sido debido a la presión que una sociedad
distinta a la nuestra nos hubiera limitado a seguir el camino correcto para todos dejando que
nuestras distancias fuesen lo único que nos uniera —afirmó dejándome con la pregunta en
medio de mis pensamientos porque no estaba segura de la respuesta correcta a esa
pregunta, no obstante, cuando pude ver la explicación perfecta a la razón que me daba mi
corazón me atreví a darle una respuesta.
—Tal vez hubiera hecho la promesa de asegurarme de que en otra vida pudiese contemplar la
aurora contigo, hubiera guardado todas mis esperanzas a qué en algún momento podamos
convertirnos en un nosotras y no solo dos personas distintas —aseveré antes de suspirar —
Hubiera hecho todo lo posible para encontrar nuevamente —argumenté antes de dejar que
mis labios realizaran el trabajo de hipnotizarla ante cada uno de mis gestos mientras mi
mirada se perdía entre el brillo que resplandecía ésta mañana en sus ojos castaños.
Era imposible no darle toda la devoción del mundo a esa escena tan mágica donde ella era
capaz de borrar el pasado que llevábamos escrito en nuestras espaldas dejando que aquellos
besos de un pasado distante no fuesen tan especiales como los que vivíamos a diario
mientras nuestros corazones latían bajo el mismo sonido encantador que la vida nos ofrecían
con cada segundo de vida frente a momentos que derivaban a la cotidianidad pero que aún
así seguían siendo tan especiales como si se tratase de lluvias infinitas de estrellas que
tocaban nuestros hombros para que siguiéramos deleitándonos frente a todo lo que el destino
nos ofrecía en nuestro camino.
—Creo que te amo —dijo dulcemente Camila antes de acariciar mis mejillas y yo enarqué la
ceja frente a eso.
—¿Solo lo crees? —le pregunté y ella asintió encogiéndose de
hombros.
—Quizás podrías darme razones por las cuáles esa afirmación se
pueda convertir en una certeza —sugirió animándome a seguir besándola y yo asentí
sintiendo como sus labios de chocolate se libraban de cualquier tipo de batalla como si fuesen
conscientes de que era mejor caer rendidos ante los míos mientras el mundo era algo sin
importancia y tan pequeño a diferencia de lo que sentíamos nosotras.
—¿Qué tipo de razones necesitas para no dudar de mis sentimientos? —pregunté siguiéndole
el juego a sus palabras y ella se quedó pensativa antes de posar sus brazos sobre mi cuello
en un gesto de cariño y una sonrisa única.
—Ofrecerme tus besos cada vez que lo desee —mencionó dándome un beso fugaz —Aceptar
que soy el amor de tu vida —respondió
orgullosamente —Y que me prometas de que esto funcionará —concretó antes de
atravesarme con la mirada que se imponía en sus ojos oscuros.
—Primero lo de los besos es lo más fácil de las tres cosas que mencionaste —aseveré
llenando su rostro de besos antes de bajar a su cuello y ella rió ante las cosquillas que le
estaba provocando —Segundo no eres el amor de mi vida —aseguré notando como ella
fruncía el ceño — Eres el amor de ésta y de todas las vidas que pueda tener —confirmé
dejando que mis ojos verdes se deleitaran completamente con la belleza que invadía a la
castaña —Y por último no te prometeré que funcionará —sugerí tomando sus manos —Sino
que te prometo que te haré la mujer más feliz del mundo y eso creo que es más duradero
que un simple funcionará —Camila asintió escondiendo su rostro en mi cuello y yo sonreí con
ternura hacia ella.

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cabello.
—Esto no es una película de amor —susurró jugando con mi

—Claro que no, es mucho mejor —acepté entre sus sonrisas —


No es una película de amor pero si es la escena en donde dos corazones logran quitar el gris
de sus vidas y se dejan llevar por los colores que solo puede ofrecer el amor.
Dive right into you parte 2

New York, 1948

Camila
Había llegado a un estado de tristeza total que ni siquiera ya me
importaba dar un intento gratuito de no llorar ó al menos que Claire no me viera llorando.
Realmente nada me importaba y solo deseaba que aquel dolor que sentía en mi pecho cada
vez que la recordaba simplemente se esfumara y me dejara vivir lo que me quedase de vida.
Y aún así sabía que si la vida era tan misericordiosa como para permitirle a los años
venideros que mi dolor sea menos, aún seguiría siendo un mar de lágrimas eternas sin
ningún rastro de felicidad entre ellas.
—Cami —me susurró Claire apenas me encontró entre las sombras de la habitación recostada
entre mi propio sufrimiento sintiendo como mi corazón se destrozaba por cada minuto que
pasaba, la francesa suspiró y no tardó en quitarse sus tacones para luego recostarse a mi
lado y ofrecerme un tímido abrazo que tanto necesitaba en aquel momento aunque lo hubiera
recibido durante todos los días que habíamos estado juntas. La rubia no dudó en acariciar mi
cabello mientras acercaba mi rostro a su pecho ofreciéndome algún tipo de protección frente
a todos esos sentimientos que me estaban destrozando, las manos de Claire no tardaron en
ofrecerme algún tipo de calma contra la tormenta que se mostraba en mis párpados y un
beso lleno de ternura llegó a mi frente de su parte antes de que ella decidiera acariciar mis
mejillas con sus pulgares para poder quitar todas las lágrimas acumuladas de aquel momento
— Creo que llorar es la mejor manera de dejar que todo lo malo salga así que no estoy de
acuerdo cuando una persona te dice que no debes llorar—sugirió suavemente antes de volver
a besar mi frente —Pero si estoy en desacuerdo con el hecho de que seas capaz de
destrozarme en el estado latente que has elegido —comentó sin dejar de acariciar mi cabello
—Sé lo duro que es todo esto pero estoy aquí para lo que desees, hermosa —asentí mientras
seguía resguardando mi rostro entre su pecho y la esencia de lavanda que llevaba después de
la ducha que había tomado hace un par de minutos.
—No sé cómo haré para vivir sin ella —dije siendo prisionera de mis propias lágrimas —Sin
ellas —Claire se quedó en silencio mientras sus brazos me acomodaban aún más cerca de la
francesa como si quisiera crear límites contra el mundo exterior que nos involucraba — ¿Por
qué esto es tan injusto?—pregunté buscando su mirada —¿Por qué simplemente no puedo ser
feliz con ella?—refuté dejando que mis lágrimas siguieran cayendo bajo el manto de mis
mejillas.
—Porque los humanos odiamos que el resto de las personas sean felices —aseveró con una
mueca —Es por eso que cuando uno siente distinto al resto, es más fácil crear cientos de
razones para que no pueda ser más feliz de lo que le está permitido. Somos lo
suficientemente egoístas como para dejar que alguien sea
feliz descubriendo el amor —concretó a lo cuál yo asentí sintiendo como ésta vez sus manos
estaban en mi rostro en un intento tácito de quitar las lágrimas que me aprisionaban —Daría
lo que fuera para que fueses tan feliz como deberías al igual que Lauren —comentó antes de
suspirar — Ambas merecían un mejor final que éste
—musitó enojada antes de volver a besar mi frente —Y te diría que el amor lo puede todo y
éste es solo un obstáculo pero creo que ninguna quiere llenar su voz de mentiras que

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creamos para respondernos internamente como los humanos podemos ser crueles con
nuestros pares, privándolos de amar correctamente —refutó mientras yo me abrazaba a ella
porque no quería irme de su lado ni de los cariños comprensivos que solo ella podía
ofrecerme —Al menos yo tengo el refugio de la muerte para no vivir mi primer amor pero es
más injusto saber que ella está aquí y que lo mejor es cortar las distancias —agregó.

—¿Cómo lo hiciste cuando ella murió?—le pregunté en un intento de que mis lágrimas no
ocuparan todo mi rostro, la rubia suspiró antes de verme con una sonrisa tierna.
—Nunca había hablado con nadie sobre Camille, ni siquiera con Audrey —sugirió dejándome
atónita y antes de que una disculpa saliera de mis labios vi como ella solo se quedó un par de
segundos intentando encontrar algún tipo de palabra frente a mi pregunta— Ella siempre fue
más fuerte que yo, más decidida y capaz de dar todo lo que tenía por algo en lo que ella
creyera que es justo —afirmó con una voz que se desvanecía entre sus propios susurros y el
dolor de su alma — Cuando fuimos parte de los rebeldes, ella me dijo que no era necesario
que yo también me integrara. Camille me dijo que no quería que yo diera mi vida por ella y
yo le respondí que era demasiado tarde porque estaba dispuesta a dar aún más solo por ella
—confirmó tragando saliva frente a eso —Éramos las dos únicas mujeres en el grupo por lo
cuál cuando una mala táctica, quizás un pésimo plan ó el error de otros, nosotras caímos bajo
las manos enemigas —dijo con la seriedad y la tristeza marcando cada una de sus palabras —
Ambas pensamos que moriríamos en aquel momento pero pensábamos que lo haríamos
juntas, creímos que nos tocaría caminar hasta el pabellón de fusilamiento juntas porque esa
era la sentencia hacia nosotras
—concretó dejándome totalmente cautiva frente a su relato —Claramente no fue así. De
alguna forma mi hermano quién pertenecía a los altos mandos de los alemanes logró sacarme
de ahí sin antes dar la orden de que ella si viviera la condena —admitió mientras sus lágrimas
caían una a una en cada palabra que ayudaba a su relato — Él me sacó de ahí y dejó que ella
muriese solo por el simple hecho de que había decidido amarme, creo que no hay peor
castigo que vivir con el hecho de que el amor no siempre es hermoso, qué a veces puede ser
distorsionado por nosotros y sea lo que condena a la otra persona —refutó con la tristeza en
todo su ser y yo acaricié su espalda en un intento de darle algún tipo de alivio frente a ello
pero que a la vez lograba entender sus acciones del pasado —Lo más difícil fue cuando tuve
que decirle a John de que ella había muerto y que había sido por mi culpa —recordó cerrando
sus ojos con fuerza —Nunca me perdonaré eso Camila, podrán pasar los años que
quieran; podré amar a Audrey con toda mi alma pero el dolor sigue ahí aunque yo intente ser
feliz y dejar todo como parte del pasado —Era tan extraño ver a la persona más fuerte que
conocía en aquel estado tan frágil en donde parecía que hasta un cristal podría resistir más
que ella —John jamás me lo dijo pero yo sé que en los primeros meses de su muerte, hubo
tanto odio en su mirada cada vez que me veía y de seguro pensó que por qué yo estaba viva
y su hermana no, todos sabíamos que la guerra era un tema serio y que nuestras vidas
podían dejar de acompañarnos en cualquier momento pero supongo que una cosa es saberlo
y otra muy distinta es aceptarlo y vivirlo—afirmó antes de suspirar —Lo más difícil de todo
siempre es aceptarlo más que saberlo.
—Pero tú y John son grandes amigos —comenté confundida y ella
sonrío.
—John es un buen hombre, bastante noble y la única persona que
he conocido que ha cumplido todas las promesas que ha hecho en su vida —sugirió — Camille
le hizo prometer que me cuidaría si pasaba algo y él siempre me vio como otra hermana
menor por lo cuál de a poco intentamos que nuestras almas destrozadas buscaran refugio
frente a nuestra amistad, nos volvimos cada vez más cercanos hasta que nos dimos cuenta
que siempre nos iba a unir el recuerdo de un amor prohibido y una hermana —dijo casi sin
voz —La principal razón por la cuál él se mostró en contra de que estuviese con otra chica es
porque no quería que volviese a surgir aquel peligro que condena el amor no convencional,
estamos enfermas Camila frente al mundo lo estamos —afirmó dejando que la rabia llegara a
cambiar el semblante que había en su rostro —Pero no es nuestra enfermedad la que mata ni
la que enferma sino que es lo que nos rodea, no me importa estar enferma por siempre, de

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hecho creo que podría vivir con ello pero el problema está en que el mundo nunca va a ser
capaz de aceptar lo que no entienden—asentí con un suspiro amargo entre mis labios —
Lamento mucho que Lauren y tú no puedan ser felices —no fueron necesarias más palabras
porque sabía que ella realmente lo sentía —Eres mi mejor amiga Camila y lo único que deseo
es que seas feliz, Lauren es mi amiga y ha pasado por tanto que ambas son ese sueño
perfecto que debería existir solo porque la vida se los debe —aclaró antes de acariciar mis
mejillas encendiendo mis lágrimas frente al recuerdo — Quizás son las personas más
correctas en el momento menos correcto
—aseveró y yo no pude no darle la razón por lo que me estaba diciendo porque las personas
esperábamos toda nuestra vida para amar, sin embargo, nosotras solo habíamos necesitado
un par de meses para darnos cuenta de que lo nuestro era mucho más grande que la
definición de amor que ambas teníamos, tal vez la vida se había apiadado de destruir
nuestros corazones y por eso nos había juntado ó quizás fue simplemente casualidad; pero
fuese como fuese definitivamente Lauren era mi felicidad, mi poesía y todos los colores que
deseaba tener en mi vida aunque lo nuestro fuese imposible.

Iba a decir algo, no obstante, el sonido del teléfono entre medio de la noche que se
instalaba en aquel día hizo que ambas miráramos hacia el velador con el ceño fruncido y yo
suspiré antes de levantarme.
—No contestes —inquirió Claire bufando —De seguro son de recepción —yo ladeé la cabeza
antes de suspirar.
—De seguro es mi madre —refuté rodando los ojos al recordar todas las discusiones que
habíamos tenido en la última semana hacia el hecho de que me iba a ir y ésta vez sería para
siempre, cualquiera pensaría que era el acto normal de preocupación de cualquier madre yo
simplemente sabía que era por el hecho de que no se atrevía a aceptar que yo ya no quería
vivir bajo la mentira del cine donde era solo un producto en venta de una vida perfecta que
solo había tenido gracias a Lauren—Tengo que contestar Claire —la rubia rodó los ojos por
eso hasta que se encogió de hombros y me dejó ir a contestar.
—Si es tu madre, juro que la asesinaré —comentó haciendo que la primera sonrisa que veía
hace semanas apareciera por ese comentario —Mi odio hacia ella es infinito así como las
estrellas —agregó y y solo parpadeé ante su respuesta y decidí restarle importancia
descolgando el teléfono esperando que hablaran en el otro lado de la línea, sin embargo, mi
impresión fue inesperada cuando escuché la voz de Lauren entre medio de la llamada.
—Camz —dijo haciendo que mi corazón se derritiera ante esa simple palabra, suspiré notando
como Claire me miraba sin entender lo que estaba sucediendo y mis lágrimas no tardaron en
caer por mis mejillas —¿Estás ahí?—me preguntó y yo no pude no morder mi labio
asintiendo, la rubia seguía mirándome en un intento de descubrir lo que estaba sucediendo.
—Hola Lauren —sugerí sin que mis palabras encontraran la forma de reproducirse, la francesa
asintió en un suspiro y se levantó de la cama.
—Te dejaré a solas —comentó antes de besar mi frente —Te quiero
—yo asentí pero mi corazón estaba entre la voz de Lauren y el hecho de que llevaba semanas
imaginando este momento aunque supiese que no podía ser real y ahora estaba sucediendo.
—¿Cómo estás?—pregunté tímidamente escuchando como el sonido de un par de lágrimas de
parte de la pelinegra me destrozaban el corazón —No llores por favor —le dije dulcemente —
Por favor no llores porque sino yo también tendré que hacerlo y creo que ya no puedo correr
más mi maquillaje—sugerí haciendo que ella riera como deseaba que lo hiciese, sin tener que
utilizar la imaginación no se me hizo difícil pensar en ella y cómo debía estar en su
departamento llamándome a pesar de todas las distancias que habíamos aceptado poner
entre nosotras —¿Te llegó mi carta, amor?—le pregunté y ella respondió con un sí lleno de
tristeza —Te extraño más de lo que es posible —comenté mordiendo mi labio inferior para no
llorar —Pero no puedo estar más feliz con escuchar tu voz —agregué antes de sonreír —Te
amo más que nadie —confirmé tan segura que ni siquiera era capaz de creer que fuese real
lo que sentía tras mi pecho.
—Camz no puedo estar sin ti —dijo rápidamente —Éstas semanas
han sido simplemente una tortura, mi hija me odia porque no pude hacer que te quedaras —

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me confesó notando como la tristeza teñía cada una de sus palabras —Y ya no sé que más
hacer para detener el dolor que siente mi pecho cada vez que pienso en ti —concretó
dejándome sin palabras frente a cada una de sus explicaciones hacia sus sentimientos —
Quiero irme contigo —afirmó haciendo que parpadeara un par de veces porque estaba atónita
frente a eso —¿Puedo hacerlo?—preguntó entre lágrimas.

—Lauren—dije sintiendo como las lágrimas se presentaban en mi rostro —No hay nada que
deseara más pero entiendo el hecho de que no puedas, no quiero obligarte a nada, no podría
hacerte eso —comenté sintiendo como mis pupilas se inundaban de aquel liquido tan propio
del fondo de mi alma, sin embargo, pude sentir como la voz de Lauren simplemente se perdía
ante ello.
— Quiero hacerlo—confirmó dejándome anonadada ante esa declaración y aunque mi corazón
se alegró ante esas palabras mi conciencia no estaba segura de que fuese la mejor decisión
— Lo haré Camz —sentenció mientras mi rostro se pintaba en su totalidad del color cristalino
de las lágrimas y aquel color tan oculto de mi alma que contrastaba con lo que sentía hacia
ella.
—Lo dices ¿en serio?—pregunté insegura ante sus palabras mientras el silencio volvía a
cubrirnos por unos segundos hasta que escuché un sí certero devolviendo la vida que había
sido arrebatada de mí.
—Te amo, no lo olvides —dijo con la voz entrecortada entre sus lágrimas y yo asentí con una
sonrisa en mis labios.
—Jamás sería capaz de hacerlo.

—¿Estás segura de qué no quieres que te acompañe?—preguntó Claire insegura mientras yo


veía los arreglos florales que decoraban aquella floristería, estaba más concentrada eligiendo
el ramo más bonito de rosas que había que de las conversación que estaba teniendo con la
rubia —Camila —me dijo frunciendo el ceño para que la tomara en cuenta en la conversación.
—Sí, estoy totalmente segura —respondí sin dejar la sonrisa que se impuso en mis labios al
ver como se veían esas quince rosas entre las manos de la chica que estaba atendiendo —Me
las llevo —sentencié hacia la vendedora quién se puso detrás del mostrador para cobrarme el
valor de éstas, escuché como Claire suspiró por ello con ese aire proteccionista que siempre
había estado de parte de la ojiazul—Son bonitas ¿cierto?—le pregunté ilusionada por su
respuesta y ella asintió antes de besar mi frente.
—Sí, aunque más bonita eres tú —comentó suspirando mientras esperaba que la vendedora
dejara de vernos y se acercó a mi oído —Debo aceptar que estoy muy feliz por todo pero
tengo un mal presentimiento —concretó haciendo que yo frunciera el ceño por su respuesta y
yo ladeé la cabeza en rechazo a sus
palabras.
—Claire voy a estar bien —refuté rodando los ojos y ella se limitó a
suspirar encogiéndose de hombros.
—Lo sé pero aún así no me siento segura frente a esto —confirmó antes de que la vendedora
me pasara el ramo con las rosas —Pero me hace muy feliz verte nuevamente sonreír —
murmuró acariciando mi mejilla —Te mereces lo mejor
—aseveró y yo asentí.
—Ella lo es — le dije en un susurro que solo ambas pudimos comprender aunque no eran
necesarias ningún tipo de palabras frente a esa realidad porque era lo único que me invadía
en aquel momento, era la única verdad certera que había comprobado en mi corta existencia.
El cielo de la ciudad estaba siendo cautivo de una ligera lluvia que hizo que el ambiente se
enfriara aún más dejando la ilusión de que era bastante probable que en un par de horas más
cuando la noche lograse tomar el cielo nublado, habría una tormenta y nevaría lo suficiente
para enterrar a la ciudad en un manto infinito de blanco. Lo cuál me hizo sonreír ya que
seguramente a Noe le haría ilusión aquello al igual que a Lauren.

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Claire y yo volvimos al taxi que habíamos detenido para que nos esperaran mientras
terminábamos de comprar las flores para Lauren ya que ella me había confirmado que
llegaría hoy en el tren de las cuatro y media por lo cuál aún teníamos media hora por delante
antes que llegara. Nos subimos al taxi sintiendo la diferencia de temperatura que había
afuera y dentro del auto, sin embargo, yo seguía en un estado de nerviosísimo total debido a
que lo único que deseaba era besarla, sentir sus manos sobre mi rostro al igual que sus
abrazos contactarse como mi piel.
Sentía como si hubieran pasados siglos desde la última vez que habíamos estado juntas por lo
cuál estaba más que deseosa por aquel encuentro, Claire por su parte se quedó en silencio
pero no dudó en tomar mi mano con un apretón dejando en claro que ella también estaba
emocionada en aquel instante.
Suspiré dejando que los vidrios se empañaran y mi vista quedó perpleja ante la belleza con la
cuál esas rosas rojas y blancas se exhibían dentro de un simple papel de decoración,
mientras que una sonrisa se pintaba en mis labios al imaginar la emoción de la pelinegra
frente a sus flores favoritas.
Definitivamente sería capaz de regalarle todas las rosas del mundo con tal de seguir
admirando su sonrisa porque sin duda alguna era lo más hermoso que había visto en toda mi
vida.
El cielo encapotado cubría a la ciudad que nunca dormía mientras la lluvia seguía haciéndose
presente bajo paraguas de colores de las personas que buscaban refugio contra el mal
tiempo, sonreí al ver como una ciudad tan gris podía adquirir cientos de tonalidades
dependiendo del estado de ánimo de los ojos que veían aquel paisaje.
Acaricié suavemente los pétalos de las rosas sintiendo como la
textura me traspasaba y por primera vez sentía algo hacia aquellas flores a pesar de que no
eran mis favoritas, eran las que podían causar mis sonrisas preferidas por lo cuál me parecían
simplemente hermosas.
El recorrido hacia la estación de trenes fue tan largo que parecía que el tiempo se había
detenido en aquel momento porque mis nervios no podían dejar de mezclarse con los
emociones que atacaban mi alma y mi corazón en aquel instante, todas las inseguridades que
había vivido durante semanas simplemente se erradicaron al ver como Claire le pagaba al
conductor y yo seguía con la mirada entre las rosas y la esperanza de volver a ver a la dueña
de mi corazón.
—Aún quedan quince minutos —sentenció señalándome el gran reloj que se encontraba en la
entrada principal de la estación, yo asentí sin más sintiendo como mis pies comenzaban a
caminar entre el nerviosismo que sentía toda mi piel y la emoción que hacía que mi corazón
latiera aún más fuerte de lo que había hecho alguna vez.
Caminamos hacia el lugar donde los trenes dejaban a los pasajeros comenzando a buscar por
los carteles aquel que viniera de Los Ángeles y nos quedamos esperando en uno de los
bancas blancas de madera que se encontraban a solo unos metros del lugar donde los trenes
se estacionaban. Suspiré frotando mis manos entre medio de los guantes de cuero negro que
llevaba puesto mientras veía como el ramo se encontraba entre mis piernas decorando la
parte final de mi chaqueta roja y aquel vestido negro que a Lauren tanto le gustaba que
utilizara.
Claire tomó mi mano para acariciarla cariñosamente mientras yo sonreía nerviosa frente
aquel acto esperando que el tiempo dejara de torturarme de esa manera porque sentía que
los minutos estaban siendo como horas mientras los segundos se comportaban como si
fuesen la eternidad propia.
—Tranquila —me sugirió la rubia esperando que me relajara, no obstante, aquella petición
era simplemente imposible porque solo quería que ella llegase al igual que ver a Noe
nuevamente, necesitaba con urgencia sus cariños y sus abrazos al igual que los besos de su
madre.

Las necesitaba a ambas mucho más que el aire que respiraba.


Comencé a jugar nerviosa con el borde de mi vestido mientras veía como las personas
entraban y salían de la estación, algunos trenes habían llegado al lugar mientras nosotras

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estábamos ahí y podía ver como distintos rostros se dibujaban entre los pasajeros, algunos
tenían personas esperando por ellos, otros simplemente caminaban a la salida sin nada más
que su equipaje; otros se reencontraban desde quizás cuánto tiempo mientras que muchos
intentaban protegerse de la lluvia que estaba azotando una tarde como hoy.
Miré curiosa ante cada pasajero que salía de la estación notando como todos debían tener
historias distintas que contar, sentimientos distintos frente a su llegada pero aún así todos
habían compartido aquel tren siendo completos extraños y se despedían de él siendo
exactamente eso.
Extraños.
Era rara la forma en la cuál la vida actuaba y podía haber que dos personas dejasen de ser
extrañas, jamás había entendido como funcionaba el destino frente a esas situaciones porque
al final de todo, todas las personas habíamos sido extrañas entre sí en un principio.
Pero ¿Qué regía al hecho de que dos vidas pudiesen juntarse y dejaran de ser extraños?.
¿Quién decidía qué persona de nuestra vida rutinaria dejaba de ser una simple sombra más
del mundo diario para convertirse en alguien importante de nuestra existencia?.
¿Cuál era el factor a considerar para que dos personas coincidieran en el mismo espacio
tiempo y que lograran romper a través de las palabras la frágil línea entre ser extraños y
conocidos?.
Creo que jamás entendería como funcionaba realmente la vida ni el destino en sí pero aún así
debía agradecer el hecho de que me había ofrecido la oportunidad de dejar de ser una
extraña en la vida de Lauren.
—Tranquila Camila —comentó Claire en un suspiro al notar como todo mi ser temblaba ante
la emoción que me invadía en aquel momento —Ya casi llegan, creo que ese es el tren —dijo
señalando un tren negro que recién estaba llegando a la estación yo miré para asegurarme
que hora era en el reloj de mi muñeca y noté como los quince minutos más largos de mi vida
se habían reducido a aquel momento. Suspiré asintiendo viendo como el tren se acercaba
hasta la baranda donde estábamos y mi corazón comenzó a latir aún más fuerte frente a ello,
la emoción que transitaba en aquel momento ya ni siquiera era un hecho contable.
Simplemente era lo único que había en mi mente.
Nos levantamos de la banca notando como el conductor del tren comenzaba a bajarse
mientras comenzaban a ser abierta las puertas de los pasajeros, suspiré acomodando un
mechón de mi cabello mientras mordía mi labio en un intento de mantenerme tranquila. Alcé
la mirada tratando de encontrar a Lauren ó a Noe entre los primeros pasajeros que estaban
bajando del tren, sin embargo, luego de unos minutos en donde todo tipo de personas
aparecían de aquel tren la paciencia comencé a desvanecerse de mi cuerpo y fruncí el ceño
notando como éste ya estaba siendo totalmente desocupado y aún no encontraba a ninguna
de las dos.
Miré a Claire buscando algún tipo de explicación a aquello porque ella también estaba
sorprendida por ello mientras la lluvia seguía mojando todos los rincones de la estación,
suspiré viendo como la rubia fue hacia el conductor que había salido de la parte de adelante
del tren y como el paraguas azul que tenía entre sus manos era lo único que podía divisar de
aquella escena. Mis manos se movieron nerviosas mientras veía como las últimas personas
del tren bajaban y un señor de negro comenzaba a cerrar las puertas, miré con el ceño
fruncido el caminar de regreso de la actriz quién no sabía que decir ante ello.
—¿Qué te han dicho?—pregunté en un intento de que mis nervios no se notaran, no obstante,
aquello ya no tenía sentido. Claire suspiró antes de cubrirme de las gotas de agua que caían
bajo su paraguas, ella me miró confusa antes de que sus palabras delataran lo que ella no
me quería decir.
—Me han dicho que no llega otro tren hasta mañana temprano
—inquirió bufando —Y que esos han sido los únicos pasajeros que llegan hoy de Los Ángeles
—miré con confusión cada una de sus palabras, ya que no estaba entendiendo lo que estaba
sucediendo en ese mismo instante —Tal vez tuvo que tomar el tren de mañana —agregó
tratando de animarme y posó su mano sobre mi hombro para acariciarme pero yo la rechacé
frunciendo el ceño —Podemos ir al hotel y regresar mañana temprano —aseveró y yo ladeé la
cabeza negativamente.

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—Ella me dijo que vendría hoy, no es posible que simplemente no llegue —respondí enojada
—Quizás hay otro tren que también llega de Los Ángeles y el conductor se ha equivocado —
agregué tratando de convencerme con alguna excusa sobre lo que estaba sucediendo, sin
embargo, Claire no tardó en suspirar y mirarme con cierta compasión. —Me quedaré
esperando —refuté ante sus mirada mientras volvía a sentarme en aquella banca solitaria que
se encontraba a solo un par de metros de donde estaba, la rubia asintió mientras me
acompañaba entre medio de las personas que recibían a los pasajeros de aquel tren.
Mi mente estaba en un estado de incomprensión total mientras la angustia comenzaba a
crecer ante el hecho de que no lograba encontrar una razón lógica al hecho de que Lauren
me haya afirmado que llegaría en éste tren y finalmente no llegara.
Mis manos temblaban ante el frío que ofrecía la estación y aunque intentara rozarlas para
conseguir algo de calor eso no estaba funcionando mientras mi corazón tenía ganas de llorar
ante la desesperación que estaba sintiendo en aquel momento.
—Camila no puedes quedarte todo el día esperando, no llegará otro tren —afirmó y yo negué
ante ello porque no deseaba escucharla, sin embargo, ella me tomó de mis hombros para que
la mirara fijamente —Creo que la mejor opción es regresar al hotel y esperar a que sea
mañana para saber de ella—ofreció mientras yo no sabía que decir ante ello y finalmente
rompí en lágrimas porque la angustia estaba ganándole a cualquier autocontrol que tuviese a
mis sentidos, Claire no tardó en abrazarme ante ello mientras todo mi cuerpo temblaba ante
la mezcla de incertidumbre, preocupación y el frío prepotente que nos azotaba.
La rubia no tardó en alcanzar mis mejillas y acariciarlas para que la mirara a los ojos, no
obstante, me negué a hacer eso porqué sabía a la perfección las palabras que saldrían de sus
labios.
—Hace mucho frío —confirmó como si yo no lo supiera —No puedo dejar que te quedes
esperando algo que no va a suceder —respondió frunciendo el ceño mientras yo seguía
negándome ante su opción —Camila por favor, te vas a congelar —aseveró y yo no le di
ningún tipo de relevancia a su comentario y
simplemente me quedé observando como la lluvia llenaba todo el escenario del lugar y los
trenes se desvanecían entre las sombras de la tarde que terminaba.
—Me quedaré —afirmé totalmente segura de ello mientras mis manos temblaban ante el frío
—Tú puedes regresar, pero yo no lo haré —concreté en un suspiro que ella acompañó con su
cabeza negando cada palabra que decía —No me moveré hasta que ella llegue —refuté
cruzándome de brazos en un intento de ofrecerle un poco más de calor a mi cuerpo, sin
embargo, todos los esfuerzos eran vanos porque mi cuerpo no se sentía indefenso frente a
las temperaturas sino más bien ante el hecho de no saber que estaba pasando ó donde se
encontraba Lauren con Noe.
La lluvia seguía cayendo como el único panorama presente hoy mientras que mi corazón
quería gritar por todo lo que estaba sucediendo y ante el hecho de que no entendía nada de
lo que pasaba a mi alrededor. No sé cuánto tiempo tiñó nuestro silencio pero fue el suficiente
para que cuando nuestra voz volvió a salir de mis labios, el frío ya estaba en su punto
extremo donde mi rostro sentía dolor ante el viento que extrapolaba la temporada, Claire me
miró dejando que la lástima tiñera cada una de las palabras no dichas por sus ojos azules.
—Tampoco me moveré hasta que tú lo hagas —sentenció acariciando mi mano con una breve
sonrisa —Aunque creo que no pasaremos la noche porque la hipotermia que va a estar
presente en nosotras nos va a derivar a la muerte —afirmó irónicamente y yo no dije nada
frente a eso porque era solo capaz de ver como las sombras se dibujaban entre medio del
ocaso de la tarde y las gotas de la lluvia acompañaban cada una de las lágrimas que no había
derramado mi corazón frente a la preocupación.
El calor que me compartió Claire en aquel abrazo ablandó lo suficiente mi alma para que un
par de lágrimas cristalinas se hicieran presente en mi rostro y éstas buscaran algún tipo de
refugio para resguardarse de las malas temperaturas.
Sabía que tipo de refugio buscaban mis lágrimas en aquel momento y no eran los brazos de la
rubia sino de la dueña de mi corazón, por lo cuál no dejarían de hacerse presente hasta que
ese deseo se viese cumplido.
No obstante, eso jamás sucedió.

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Hiding my heart

This is how the story went I met someone by accident It blew me away
Blew me away
It was in the darkest of my days When you took my sorrow and you took my pain And buried
them away, you buried them away
de 10 Camila
Sonreí al notar como can't take my eyes off you sonaba en todo el departamento mientras
Lauren se encontraba con la sonrisa más bonita que le había visto sujetando mis manos para
que me uniera a la melodía de una de mis películas favoritas, era imposible no tener buenos
momentos a través de la simpleza que envolvía nuestros días.
Lauren sujetó mis caderas mientras no dejaba de reírse por el ridículo que estábamos
haciendo en mi departamento ante el intento de tratar de seguir los pasos de aquella canción,
no obstante, poco y nada me importaba aquel detalle porque yo ó lo podía mirar como el
rostro de aquella pelinegra que tanto amaba se iluminaba de una felicidad de la cuál no había
sido testigo jamás hasta éste momento. Acomodé mi cabeza sobre su hombro mientras
ambas dejábamos que nuestros pasos inseguros siguiesen la melodía impuesta, nuestros
corazones latían bajo el mismo ritmo mientras nuestras miradas no podían dejar de
encontrarse sintiendo esa misma chispa que siempre había estado entre nosotras pero que
solo habíamos podido apreciar que era algo más grande de lo que nosotras mismo podíamos
definir desde que todas nuestras mañanas se convertían en el mejor momento de nuestro día
mientras las noches se volvían eterna bajo los brazos de la otra y las tardes solo eran un
suspiro de los días que acumulábamos juntas, sin embargo, a pesar de la felicidad que seguía
cada uno de mis movimientos; mis lágrimas fueron una decoración inevitable en mi rostro
siguiendo a la par cada resplandor que ofrecían aquellos ojos verdes tan salvajes e inhóspitos
que me llenaban de miles de sensaciones en tan solo unos segundos que se atrevían a darme
esa luz que deseaba todos los días de mi vida.
—¿Qué sucede?—me preguntó preocupada al notar como su blusa se estaba llenando de las
lagrimas que caían de mis mejillas, yo solo suspiré antes de poner una sonrisa para que se
relajase frente a mi reacción.
—Nada —respondí acariciando sus mejillas —Solo estoy viviendo el mejor momento de mi
vida y no quiero que termine —sugerí con una tímida sonrisa, Lauren no tardó en acariciar mi
cabello mientras la música seguía resonando en toda la habitación bajo la tutela de uno de
los clásicos de Frankie Valli, aquella melodía con estar con la chica más hermosa que alguna
vez mis ojos hayan visto quizás era más d
ello que alguna vez hubiese imaginado para mi vida y era por esa simple razón que mis
lagrimas no eran capaces de dejar de estar presentes en mi rostro ante la emoción que me
consumía cada minuto que nuestros corazones hablaban de una mejor manera que la que
utilizaban las palabras que todo el mundo conocía.
Con Lauren hablábamos un idioma que solo las dos podíamos llegar a entender y no
solamente eso era lo que nos unía sino también el hecho de que definitivamente el destino
era quién hilaba nuestras decisiones porque no podía imaginarme mi vida sin que ella
estuviese presente en cada rincón de mi mente, en cada segundo que mi corazón latía y en
cada beso que quería saborear hasta el final de mis días.
Ese idioma nos quitaba cualquier tipo de autonomía que pudiésemos tener frente a la otra
pero aún así por primera vez no me importó estar enlazada con alguien de esa manera tan
profunda que solo el amor podía ofrecer a dos corazones totalmente enamorados, en realidad
ni siquiera podía imaginar como sería no encontrarme con esos ojos verdes cuando las
inseguridades en mi interior nacieran ni tampoco sabía que era no pasar entre sus brazos
cada vez que lo necesitaba ó el simple hecho de que todo tenía sentido cuando estaba a su
lado y me daba cuenta de que era una de las razones por las cuales mis sonrisas tenían un
destinatario y un sentido el cuál siempre sería alabar sus labios de la forma eterna en que
quería rendirme ante ella.
—Let me love you, You just can't be true because I can't take my eyes off you—me cantó
dulcemente en mi oído mientras toda la sala se llenaba de esos colores que adoraba ver a
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diario en mi vida gracias a ella, dejé que mi mirada recayera en la suya admirando cada
pincelada que el destino había dejado marcada en cada pequeño rastro que existía en ella,
cada sombra teñida de colores que solo nosotras podíamos ver, cada relieve que dejaba con
claridad como la ternura y el amor era lo que más sobresalía entre sus ojos verdes intensos y
la forma en que sus labios combinaban seductoramente con su mirada hicieron que fuera una
explosión multicolor de emociones que solamente llevaban su nombre entre sus comienzos y
finales, por lo cuál no dudé en buscar sus labios sintiendo como mi vida dependía de ello y
todo mi oxigeno dejaba de estar presente porque la locura era la parte más importante de mi
sentido común mientras, sus labios no dejaban de aprisionar a los míos mientras sus manos
hacían que ésta conexión no terminara nunca entre los valles fértiles del amor que vivíamos.
—Eres hermosa —sentencié con una leve sonrisa que se extendió rápidamente también a su
rostro en ese color rojo que me encantaba que tuvieran sus labios —Tanto que muchas veces
no sé si eres real ó no —sugerí suavemente mientras mis manos no dejaban de acariciar cada
punto de su rostro.
—Soy real solo por ti, eres la única con quién mi corazón baila en medio de la lluvia sin
importarle lo que pueda suceder, eres ese sueño que espero alcanzar cada noche y la razón
de que mi día se llene de esperanzas —comentó dejándome anonadada como siempre solía
hacer con cada una de sus palabras.
—No quiero alejarme de ti —musité sintiendo como la música ya había terminado pero aún
nosotras seguíamos nuestro propio ritmo sin darle ningún tipo de tregua a que existiese
distancia entre nosotras, Lauren no dejó de sostener mis caderas mientras sus manos se
ubicaban de la mejor forma que podían estar
—No quiero dejarte nunca —aseveré sintiendo como las lágrimas volvían a tomarme
desprevenida de la misma manera que lo hicieron en un principio — Eres parte de mi pasado
del presente que estamos creando y del futuro que quiero que siempre se defina en nosotras
—le susurré ante los sentimientos encontrados que componía cada una de mis palabras.
—Entonces tenemos toda una vida para hacerlo realidad
—sentenció antes de besarme dándole sentido a cada uno de los pensamientos que
arrancaban nuestras actos frente a las fronteras que había en nuestros corazones
—Te ofrezco toda mi vida para crear nuestro futuro juntas.
A veces las palabras no son las que marcan cuán grande puede ser tu amor, ni tampoco los
actos románticos ni menos las canciones cursis que pueden llenar los corazones de las
personas enamoradas.
A veces es simplemente tener la mirada encapsulada de esa persona, mirarla a los ojos y
saber que aunque pasaran cientos de años entre ellos los colores que dejaste marcados en
ella seguiría existiendo como si se tratase de tinta indeleble.
Es darle un significado distinto a cada color mientras pasan los días mientras las palabras solo
limitan los sentimientos, es que un beso se vuelva el mejor regalo que las mañanas te
puedan ofrecer y con un amanecer nunca sea tan esplendoroso como lo puede ser una simple
mirada.
Es comenzar a dejar las sombras delimitadas por todo el mundo y ser esos colores que se
salen de la línea qué a pesar de ser criticados por cualquier artista, siempre van a ser los más
interesantes.
Es comenzar a vivir a través de colores que no tenían sentido en un principio pero mientras
pasa el tiempo comienzan a adquirirlo y jamás dejan de estar presente ofreciéndote una
pintura que está lejos de ser perfecta pero que al menos intenta ser el lienzo más colorido
que alguna vez podrás vivir.
Hiding my heart parte 2

Los Ángeles, 1949


Lauren
Mi mirada quedó encapsulada entre las tejas de color rojo colonial que adornaba el techo de
la casa de Ally y el pórtico de color celeste que existía entre medio del color beige que

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recorría cada centímetro de la casa, suspiré notando como las lágrimas me acompañaban hoy
después de mucho tiempo sin sentir absolutamente nada.
Miré un par de veces el número para comprobar si realmente ésta era la casa aunque la
conocía de memoria, tenía miedo de que mis recuerdos se hayan fragmentado durante el año
que llevaba sin saber lo que era sentir el viento en mi rostro ó escuchar las olas del mar, ni
mucho menos sentir como la mañana nacía altiva como todas las mañanas en Los Ángeles.
Esos detalles no existían en prisión.
Suspiré sintiendo como mis piernas temblaban al primer paso que decidí tomar para
acercarme a la puerta y lograr tocarla, a pesar de que había llamado a Ally sobre que iría
exactamente a ésta hora, mi ser aún no estaba seguro de si esto era real ó era simplemente
otro de los tantos sueños que habían existido a lo largo de los últimos meses.
Mis manos temblaron mientras mis inseguridades hicieron que me quedara unos segundos
más viendo cada detalle que involucraba a la vivienda antes de que me atreviera a tocar la
puerta, apenas escuché como un par de pasos se acercaban a la puerta sentí como mi
corazón se paralizaba ante las infinitas posibilidades que abarcaban aquel registro de sonido,
sin embargo, todos ,mis pensamientos se esfumaron al ver como Ally abría la puerta en un
bonito vestido azul que hacía resaltar sus ojos oscuros y me miraba con sorpresa a pesar de
que ambas sabíamos que aquel momento sucedería en algún momento.
Ambas nos miramos fijamente como sino supiéramos de quien se trataba, como si fuéramos
dos extrañas que por primera vez se conocían hasta que rápidamente sentí como los brazos
de la castaña me envolvían como si quisiesen protegerme de cualquier cosa mientras sus
lágrimas quemaban mi piel a través de la blusa blanca que presentaba ésta tarde y una falda
oscura qué había sido lo más cómodo y decente que había encontrado entre la ropa que nos
ofrecían a las internas cuando cumplíamos nuestra condena.
El silencio delató los meses que habían pasado desde la última vez que nos habíamos visto y
a pesar de que deseaba llorar en ese preciso momento al saber que no era un sueño porque
todo estaba sintiéndose en lo más profundo de mi alma, mi rostro estoico no fue capaz de
derramar ninguna porque quería conservarlas para cuando lograse ver a Noe nuevamente.
Mi corazón se apretó ante esa idea, lograr ver a mi hija otra vez era
lo único que le había ofrecido algún tipo de paz a mis días entre medio de las rejas ó al
menos era lo único que no me hacía desfallecer frente a todas las arbitrariedades que podían
ocurrir en un lugar tan cruel como lo podía ser una cárcel.
Ally acarició mis mejillas dejando que aquel calor y dulzura que siempre nacía de su parte se
esparciera por todo mi cuerpo en un gesto de cariño que llevaba mucho tiempo sin sentir.
—Llegaste —confirmó la castaña aunque aquella palabra estuviese demás entre nosotras, yo
me limité a asentir sintiendo como todos mis sentimientos se atragantaban en mi garganta
sin saber qué decir ó que hacer pero por suerte, Ally me ofreció entrar a su casa ante el
hecho de que ninguna de las dos sabía como llevar acabo la escena que estábamos viviendo.
Su casa no había cambiado en nada desde la última vez que la había visitado, seguía el
mismo sillón en la sala mientras los juguetes de los mellizos se esparcían en la alfombra
como siempre lo había encontrado, suspiré con un poco de alegría al sentir que al menos algo
no había cambiado en todo éste tiempo tratando de convencerme de que eso también se
podía aplicar a mi vida aunque era una pésima mentira porque mi vida había cambiado en
todos los sentidos y con suerte quedaba un poco de las razones de mi felicidad antes de que
todo sucediera.

Suspiré nerviosa ante ello y Ally me invitó a sentarme mientras su sonrisa delataba la
emoción que había de su parte pero yo no era capaz de demostrar ningún tipo de sentimiento
ó emoción frente a lo que estaba sucediendo, la vida me había quitado tanto que ahora solo
podía sentir el miedo de que finalmente esto también solo fuera una falsa ilusión y cuando
me despertase por la mañana, todo fuese una simple mentira de mi mente.
Mi corazón estaba lo suficientemente destrozado como para cargar con más ilusiones de las
que podía digerir.
—¿Cómo está?—pregunté sintiendo como mis palabras no eran capaces de reproducirse bien
de mis labios porque los nervios podían contra mí, la castaña no tardó en acariciar mi mejilla

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frente a eso antes de sonreír.
—Hermosa como siempre —fue su respuesta que hizo que mi corazón se encendiera frente a
sus palabras —Ha crecido mucho en los últimos meses y su cabello creció aún más —sugirió
riendo por ello y fue la primera sonrisa que había puesto en meses al pensar en Noe.—
Cumplió ocho hace un par de semanas y he tenido que llevarla a hacer compras nuevamente
porque ha crecido demasiado
—agregó orgullosa de eso y yo seguí con una sonrisa innata frente a su relato —Han ido con
Alex a jugar con una compañera del colegio —comentó sin dejar de mostrar la felicidad que la
invadía ante cada palabra de su relato —Pronto llegarán —mencionó antes de levantarse e ir
hacia una de las repisas que se encontraba al final de la sala y tomar un marco donde posó
cariñosamente sus dedos antes de pasármelo.
Mis lágrimas se hicieron reales al ver como en el marco estaba una foto donde se encontraba
Noe con un vestido floreado y dos trenzas donde su sonrisa
era tan grande que lograba traspasar la fotografía mientras que a su lado se encontraba Alex
sin dos de sus dientes mientras mi hija se notaba mucho más grande de la última vez que
habíamos estado juntas. Parpadeé unos segundos sintiendo como sus gritos de aquel día
seguían siendo parte de mis pesadillas y de los momentos donde volvía a pensar en ella lo
cuál hizo que mis lágrimas fuesen aún más frecuentes frente la fotografía, ella parecía feliz y
era todo lo que había deseado durante este año, sin embargo, era indudable el efecto que
producía en mi corazón la nostalgia que tenía de verla, de sentirla, de dormirla, de tenerla
entre mis brazos.
—Esa foto es de hace unos días y Noe se ha vuelto fanática de aquel vestido, siempre lo
quiere utilizar —confirmó entre risas —Es preciosa como tú
—afirmó mientras mis lágrimas seguían apareciendo por aquel relato, volví a mirar la foto
donde la sonrisa de Noe era todo lo que hacía que mi corazón se encogiera ante la felicidad
de que al menos ella se encontraba bien.
Sin embargo, aquel momento entre mis lágrimas se desvaneció al escuchar como alguien
tocaba la puerta y Ally rápidamente se levantó a abrir mientras yo dejaba el porta retrato de
filos plateados sobre la mesa que había en medio de los sillones para tener total atención
frente a lo que estaba sucediendo en la puerta.
—Mamá, Noe quiere quedarse con todos mis postres de la semana—sugirió frunciendo el ceño
una Alex mucho más alta de la última vez que la había visto con un vestido blanco con una
cinta rosa en el cabello mientras rápidamente abrazó a Ally quién enarcó la ceja al ver como
Noe entraba por la puerta riendo como tanto recordaba que hacía con un vestido azul y el
cabello recogido en una trenza que llegaba más abajo de la mitad de su espalda, mi corazón
se paralizó al verla porque aunque deseaba creer que el tiempo no había pasado;
simplemente mi hija era la prueba irrefutable de que era una pésima mentira porque a pesar
de que mantenía esa dulzura que siempre había estado en ella, estaba siendo un par de
centímetros mucho más alta de lo que recordaba, con el rostro lleno de ilusiones mientras sus
ojos azules demostraban la felicidad que invadía su semblante.
—Tía Ally, Alex perdió una apuesta que hicimos porque yo gané la carrera por lo cuál debo
quedarme con todos sus postres de ésta semana —aseveró haciendo que la castaña riese por
eso.

—No es justo —reclamó la menor de cinta rosa —Noe es mucho más grande por lo cuál era
obvio que iba a ganar —aseguró sacándole la lengua y Noe no tardó en hacer el mismo gesto
de burla antes de mirar con una sonrisa a Ally.
—¿A qué hora cenamos tía Ally?—preguntó mi hija mientras yo no dejaba de mirarla como si
fuese una extraña ante mis ojos, intenté reprimir todos mis intentos de levantarme del sofá e
ir a abrazarla sin que nunca más saliese de mis brazos, reprimí mi emoción de querer decirle
cuánto la amaba y que ella me repitiera lo mismo, sin embargo, dejé que el tiempo lograra
calmar cada uno de mis impulsos
—Muero de hambre —sugirió emocionada antes de dirigir la mirada hacia Ally quién
no tardó en cerrar la puerta.
—Pronto —inquirió sonriendo —Antes, quiero hablar contigo Noe por lo cuál creo que tu tarea

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de literatura te está esperando, Alex —concretó enarcando la ceja antes que Alex asintiera
bufando acercándose a las escaleras para poder comenzar a subir a su habitación, mi hija
asintió obedientemente mientras Ally la llevaba de la mano hacia el sillón haciendo que en un
par de segundos nuestras miradas chocaran como nunca lo habían hecho antes, sus ojos
azules me miraron sin entender lo que estaba sucediendo y todo el autocontrol que había
ofrecido a la escena simplemente desapareció cuando sin notarlo estaba abrazándola como
tanto había deseado a cada minuto durante el último año mientras mis lágrimas no
alcanzaban a ser suficientes frente a la emoción.
—Mi pequeño copito de nieve —le susurré acariciando sus mejillas mientras no dejaba de
besar su rostro mientras notaba como las pupilas azuladas de mi hija se llenaban de lágrimas
antes de alejarse de mí dejando a mis brazos sin la protección que tanto necesitaba de su
parte, en tan solo unos segundos su rostro dejó de mirarme con confusión para simplemente
mirarme enojada e indiferente haciendo que mis actos dejaran de tener sentido frente a su
mirada.
—¿Qué sucede Noe?—refutó Ally confundida por la forma en que ella había rechazado
cualquier tipo de cercanía conmigo, Noe chasqueó la lengua ante eso antes de suspirar.
—¿Puedo ir a mi habitación?—le preguntó a la castaña sin siquiera mirarme —De seguro Alex
necesita de mi ayuda para su tarea —respondió con la indiferencia tiñendo cada una de sus
palabras mientras yo no dejaba de estar sorprendida frente a su reacción —Por favor, tía Ally
—refutó mientras la castaña me miraba buscando algún tipo de respuesta y yo negué para
que no la presionara a que quisiera tener este momento, de cierta forma sabía que esto podía
pasar solo que quería vivir bajo la ilusión de que ella me extrañara de la misma forma con la
cuál yo lo había hecho pero entendía su gesto.
La había dejado por un año y ahora aparecía queriendo compartir parte de su felicidad cuando
no lo merecía,
Ni tampoco la merecía a ella.
Noe no tardó en subir las escaleras sin siquiera mirar abajo simplemente subió como si nada
hubiera sucedido lo cuál hizo que mi corazón se destrozara aún más de lo que había estado
durante los últimos doce meses, mordí mi labio reprimiendo mis ganas de gritar frente a lo
que estaba sucediendo de tal forma que pude sentir como la sangre se mezcló entre mis
palabras y mis lágrimas atragantadas.
—Realmente no puedo entender su reacción —comentó con tristeza frente a lo que había
sucedido —Lo lamento mucho —admitió y yo no fui capaz de decir nada frente a eso y solo
resoplé ante ello sintiendo como ésta vez las lágrimas si se hicieron presente por todo lo que
estaba viviendo mi corazón en aquel momento, traté de convencerme de que la entendía
porque realmente lo hacía, conocía lo
suficiente a mi hija como para saber que ella tenía razón por la forma en que estaba tomando
todo pero aún así eso no significaba que mi alma no se rompiera de una forma infinita ante
su indiferencia.

—No te preocupes —respondí intentando que mis palabras salieran sin que se rompiera mi
voz intentando secar mis lágrimas —Creo que puedo venir mañana
—susurré haciendo que Ally se acercara a mí y me abrazara.
—Lauren puedes venir cuando desees, Noe es tu hija y nadie va a cambiar eso —sentenció
tiernamente — Hablaré con ella hoy y tal vez mañana lo tomé de una manera mejor —asentí
ya que simplemente no podía decir nada ante eso — Intenta descansar hoy y mañana vienes
a visitarla —sugirió acariciando mi mejilla —Noe tal vez lo tome mejor mañana —agregó y yo
asentí suspirando esperando que aquello fuese verdad.
—¿Puedo subir y despedirme de ella?—pregunté tímidamente y la castaña me regaló una
sonrisa afirmativa a la cuál no tardé en aceptar mientras me levantaba del sillón para ir hacia
la escalera subiendo lentamente cada escalón frente a la presión que sentía en mi pecho,
suspiré al ni siquiera saber si ella me abriría la puerta, sin embargo, decidí arriesgarme ante
ello y al subir al segundo piso encontré en una de las puertas de la derecha el nombre de Noe
en letras verdes con azules escritas por ella misma, podía reconocer los dibujos de mi hija en
cualquier lugar y no pude sonreír ante el que estaba colgado en la puerta blanca con su

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nombre en grande.
Toqué la puerta con la timidez de que ella simplemente no me abriera, no obstante, mi
corazón se detuvo al verla abrir la puerta con la trenza deshecha y su rostro con las marcas
de que había estado llorando, tenía tantas ganas de protegerla entre mis brazos, no obstante,
sabía que debía ganarme nuevamente su confianza y que no podía simplemente querer cosas
cuando yo la había decepcionado.
Noe suspiró amargamente antes de cruzar los brazos en el marco de la puerta esperando que
dijera lo que tenía que decirle.
—Yo solo venía a despedirme —aseveré casi en un susurro y ella me miró extrañada mientras
su ceño se fruncía —Mañana vendré por la tarde
—agregué tratando de sonreír pero ésta sonrisa rápidamente se borró al ver como ella no
cambiaba su semblante.
—¿Mañana?—preguntó como sino hubiese escuchado—¿Volverás?—preguntó dejándome
atónita por su pregunta y yo asentí en un suspiro.
—Sino quieres verme está bien —respondí apenada por ello —Pero vendré todos los días para
saber cómo estás —murmuré haciendo que ella parpadeara confundida.
—¿Regresarás?—volvió a preguntar como sino lo entendiera y yo asentí con una tímida
sonrisa.
—Todos los días —resolví haciendo que ella me mirara impresionada por eso — Noe—dije
insegura sin saber si iba a escucharme ó no —Sé que no es correcto que pida cosas después
de lo que sucedió pero solo quería que supieras que te amo más de lo que es posible —afirmé
sintiendo como mis lágrimas caían y la pequeña rubia quitaba su mirada de mí sin saber que
decirme —Pero entiendo que no quieras estar conmigo —concreté nerviosa —Es por eso que
haré lo que sea para ganar nuevamente tu confianza.
—Me mentiste —sugirió frustrada y ésta vez fui yo quién la miró extrañada —Dijiste que
volverías pronto —murmuró bajando la mirada —Te esperé despierta esa noche, prometiste
que volverías para cenar —me recriminó mientras mi corazón sufría al recordar aquella
escena que había estado presente a diario durante todos los días que había estado lejos de
ella —Tía Dinah me dejó con tía Ally porque dijo que tú vendrías a buscarme —sentenció
dejando que sus lágrimas volvieran a hacer acto de presencia en su rostro —Te esperé
durante semanas —argumentó frunciendo el ceño —Creí que me buscarías en el colegio
cuando menos lo esperara ó que aparecerías mágicamente para que regresaramos a casa —
musitó rompiendo mi corazón aún más si eso era posible, se me hacía imposible llegar a
dimensionar todo el sufrimiento que podía haber detrás de todo el tiempo que estuvimos
separadas y yo no había podido hacer nada para evitarlo era la peor parte de todo —Pero no
volviste —respondió viéndome con dureza —No apareciste ni en mi cumpleaños y yo solo creí
que ya no me querías y —Noe no pudo decir nada más y en aquel momento estaba tan
destruida que se me hizo imposible no alcanzarla entre mis brazos y abrazarla aún más
fuerte aunque ella no lo deseara, no obstante, ella no se rehuso y simplemente se dejó llevar
por mi cariño llorando en mi hombro ajustando sus brazos sobre mi cuello para que la
cargara mientras mis manos acariciaban su cabello y la apretaba lo más fuerte que podía.

—Jamás podría dejar de amarte mi vida —sentencié negando con mi cabeza mientras ella me
miraba con sus ojos llorosos —Eres lo más bonito que me ha pasado, mi copo de nieve —
aseveré haciendo que ella tomara con fuerza mi blusa antes de que sus lágrimas siguieran
cayendo con la misma intensidad con la cuál se habían presentado desde que estábamos
juntas —Jamás podría no amarte —le susurré acariciando su cabello y mi hija simplemente no
dijo nada y se apretó aún más a mi pecho
—¿Podrías perdonarme por favor?—le rogué buscando su mirada a lo cuál pude encontrarme
con sus ojos azules llenos de miedo de que la volviera a decepcionar
—¿Podrías darme una oportunidad?—volví a pedirle y ella me miró por unos segundos antes
de asentir volviendo a ocultar su rostro bajo el refugio que tenía en mi pecho haciendo que
mis lágrimas sean capaces de quemar mis mejillas por completo por todo el dolor que se
estaba expresando en aquel momento y que se mezclaba a la perfección con todo el amor
que sentía en mi pecho hacia ella.

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—Mami te extrañé mucho —dijo finalmente dejando que mi alma siguiera llorando por volver
a escuchar esas palabras de su parte, Noe no tardó en
mirarme en un intento de secar sus lágrimas —Tuve tanto miedo de que no volvieras por mí
—susurró destrozándome cada vez más por ello —Tenía miedo de olvidarte, de que me
olvidaras y que prefirieras irte a estar conmigo —susurró desesperada por la cantidad de
lágrimas que ambas mostrábamos, sin embargo, yo me atreví a quitar con mis pulgares sus
lágrimas y calmarla entre mis brazos —Tenía miedo de ya no verte más —agregó a lo cuál yo
negué cada una de sus palabras.
—Eres el amor de mi vida, mi pequeño copito de nieve —respondí
—No sería capaz de olvidarte jamás, sabes ¿por qué?—le pregunté haciendo que ella negara
ante eso —Porque te amo infinito como las estrellas —aseveré haciendo que Noe asintiera por
ello y comenzara a llenar mi rostro de besos por mi respuesta.

—¿Lo prometes?—me preguntó vacilante ante sus palabras y yo entendía aunque me doliera
la forma tan insegura que se mostraba ante mis gestos pero yo sería capaz de dar mi vida
para nunca más volver dejarla porque mi todo era ella.
Nadie más podía ocupar mi corazón.
—Te prometo mi vida si eso es lo que deseas —le susurré tomando sus manos para que las
pusiera en mi corazón —¿Sientes como late?—le pregunté enarcando la ceja y ella asintió —
Lo hace solo por ti, mi bebé —concreté llorando entre medio de cada una de las palabras que
salía de mi boca —Lo único que quiero es tenerte en mis brazos y jamás dejarte ir, levantarte
a besos cada mañana, amarte por siempre y para siempre —le sugerí haciendo que ella
volviera a ocultar su rostro en mi pecho mientras yo la dirigía hacia la cama de su habitación
para poder arreglar su trenza notando como ella tenía miedo de que la soltara y la sentara en
la cama, sin embargo, finalmente me permitió volver a recomenzar su trenza mientras ella
limpiaba sus lágrimas.
—¿Dónde estabas?—me preguntó insegura y yo tragué saliva ante esa pregunta ya que no
sabía que responderle frente a eso, no tenía ninguna respuesta concreta frente a eso y mi
estadía por un año en aquel lugar solo deseaba ser olvidada de mis recuerdos aunque fuese
imposible.
—Eso no importa—le susurré dulcemente obteniendo su mirada
—Lo importante es que estoy aquí —murmuré con una sonrisa —Y que jamás voy a volver a
dejarte —Noe asintió mientras yo terminaba con los últimos cabos que quedaban de su trenza
—Estás gigante copito —comenté con una sonrisa a lo cuál Noe rió asintiendo emocionada
para cuando terminé con su trenza darse vuelta y abrazarme.
—Tía Ally me ha comprado nuevos vestidos qué son muy bonitos
—respondió emocionada mientras sus manos acariciaban mi rostro llenándome de esa dulzura
que tanto había extrañado de su parte —También me ha comprado zapatos nuevos y hace
postres deliciosos —agregó entre risas antes de darme un beso en mi mejilla irradiando mi
vida de ese cariño que tanto había deseado de su parte —Pero ella no me canta para dormir
—agregó encogiéndose de hombros y ladeando la
cabeza negativamente por ello —Ni tampoco duerme conmigo porque soy una niña grande —
susurró frunciendo el ceño y yo acaricié su cabello antes de mirar con dulzura sus ojos azules
y besar su cabellera dorada.

—Mi bebé—le susurré arrugando la nariz a lo cuál ella hizo el mismo gesto y junto nuestras
narices para frotarlas entre sí —Te amo —manifesté besando su mejilla y Noe chilló ante eso
mientras asentía.
—¿Mami?—me preguntó tomando mi atención y yo la miré esperando que hiciera su pregunta
—Tenías razón —musitó bajando la mirada a lo cuál yo la miré sin comprender a lo que se
refería.
—¿En qué, copito?—pregunté y ella suspiró.
—En qué Camila no iba a regresar —contestó y fue imposible no suspirar y abrazarla frente a
eso porque todo era parte de la culpa con la cuál cargaba, bufé amargamente ante el hecho
de que Noe simplemente había dejado de llamarla mamá y aunque mi corazón seguía
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llorando frente lo que había hecho para que nuestros caminos finalmente se separaban ya no
dolía tanto como era el hecho de haber imaginado por algunos minutos como iba a ser la vida
sin mi hija, había llegado a un consenso mental de que quizás la mejor forma de terminar con
ese sufrimiento era simplemente alejarnos de una manera definitiva aunque se hubiera
tratado de romperle el corazón a la persona que había amado con mi vida, acerqué a Noe
más a mi pecho y no tardé en besar sus mejillas asintiendo a su respuesta, le había hecho
tanto daño a las dos personas que resumían mi vida y aun así no me alcanzaría la vida para
poder tener algún tipo de disculpa frente a lo que había hecho pero lo peor de todo no era
eso sino el simple detalle de qué me había privado de pensar en Camila en todo éste tiempo.
Tal vez el amor solo se sentía cuando tu corazón existía intacto y no tan destrozado como
estaba el mío.
Tal vez el tiempo podía hacer que todo finalmente fuese olvidado ó al menos superado para
que mi vida siguiera su rumbo natural.
Pero aún así en mi interior deseaba con todo mi ser que ella fuese feliz con alguien más, que
lograse volver a amar y a enamorarse.
Ese era mi único deseo porque yo no la merecía en ésta ni en otras vidas como tanto le había
prometido.
—¿Noe?—pregunté dulcemente haciendo que la pequeña rubia alzara la mirada siguiendo
cada una de mis palabras lo cuál me causaba ternura desde que era una bebé y me miraba
atenta frente al sonido de mi voz.
—¿Qué, mami?—preguntó y yo no pude no derretirme de amor ante la dulzura con la cuál
sonaba aquella palabra, después de no tenerla por tanto tiempo no deseaba que nunca más
volviese a faltar en mi vida, besé su cabello antes de proseguir con mi propuesta.
—¿Regresarías conmigo?—Noe me miró indecisa por ello y la entendía, había estado
protegida bajo otra vida con Ally y no me alcanzaba la vida
para poder agradecerla a la castaña por lo que había hecho por mí pero aún así lo único que
deseaba era tenerla conmigo y alejarla de todo lo que estaba siendo una tortura en ésta
ciudad, deseaba volver a construir mi historia sin sentir la presión de que tuviera en sus
cimientos todo el pasado cruel que había sucedido en los últimos doce meses, Noe no dijo
nada y simplemente refugió su rostro en mi pecho antes de asentir a mi pregunta sacándome
una sonrisa —¿En serio?—le pregunté nuevamente para que ella fuese sincera conmigo.
—Eres mi mami y quiero vivir contigo por siempre —musitó jugando con mis manos —No
puedo pensar en no estar contigo nuevamente, mami
—murmuró antes de que sus ojos se llenarán de lágrimas —No quiero volver a perderte— me
dijo y yo negué abrazándola más fuerte entre mis brazos —No lo quiero —repitió inquieta
demostrándome cuánto había sufrido en todo el año donde habíamos estado separadas y yo
suspiré.
—Prometo que no volveré a dejarte mi vida —le susurré con las lágrimas atragantadas, tomé
sus manos delicadamente antes de besarlas —Eres la razón de mi vida —afirmé — Mi pequeño
copo de nieve.
—¿Seremos solo tú y yo?—preguntó enarcando la ceja y yo asentí.
—Solo tú y yo siempre —contesté haciendo que ella sonriera por
eso.

—Gracias mami —dijo sin más a lo cuál yo la miré confundida.


—¿Por qué?.
—Por volver por mí —respondió encogiéndose de hombros y ese fue
el instante en que mis lágrimas volvieron a aparecer. —Te extrañé tanto.
—No sabes como me he sentido en todo éste tiempo sin ti
—agregué antes de acariciar su cabello y besar su frente —Pero eso no volverá a pasar.
—Te amo — me dijo haciendo que mi corazón se llenara de alegría frente a la forma en como
sonaba aquellas dos palabras con su voz y yo asentí entre lágrimas.
—¿Infinito como las estrellas?—le pregunté y ella soltó una risita sonora frente a eso.
—Infinito como las estrellas —aseveró marcando el comienzo y final de un nuevo capítulo en
mi vida.

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Lleno de imperfecciones como todos los demás, sin embargo, con Noe a mi lado todas esas
imperfecciones valían la pena porque ella siempre sería mi amor eterno.
Epílogo

New York, 1971


La castaña suspiró mientras veía como la ciudad se llenaba del
típico ajetreo que presentaba la gran manzana. No es que no amara New York, era
simplemente que le traía recuerdos de una vida que ya no había sido; recuerdos de pequeños
momentos de luz que tuvo y que ya no existirían más.
Por lo cuál a pesar de que la nieve se apoderaba de cada calle con su manto blanco tan puro
y celestial, a ella simplemente le causaba un dolor en el fondo de su pecho, un dolor que
intentaba en lo posible guardar solo para ella, ya que al final de todo ya había pasado el
tiempo suficiente para dejar atrás todo eso que le dolía desde hace tanto.
Ó al menos eso era lo que se aseguraba cada noche antes de dormir y todas las mañanas
antes de levantarse cuando sus recuerdos tomaban esas pinceladas del frío retrato de una
vida que ella no había decidido de ninguna forma pero al final era la única historia que
conocía.
Cerró los ojos con fuerza cuando pudo escuchar como la línea que pasaba a unos metros de
aquella cafetería estaba dando su típico sonido en medio de los rieles, la chica de ojos
oscuros se atrevió a maldecir una y otra vez por aquel sonido que tanto odiaba, pensando en
como había sido una pésima decisión aceptar esa reunión en la mañana en un lugar tan poco
solicitado y sin toda la elegancia de la cuál ella estaba acostumbrada.
Era una simple cafetería como todas las que invadían a la ciudad en los últimos momentos,
Camila frunció el ceño al ver como no había nada que la hiciera diferente, los azulejos eran
simples y el diseño poco creativo, además de que el olor a los desayunos de las otras
personas que estaban a su lado le atestaba de una sensación extraña, sin embargo, toda esa
incomodidad se vio exiliada cuando notó como la sombra de una chica rubia entraba tras la
puerta dejando aquel sonido tan típico de la campanilla que se encontraba dispuesta a
esperar a cada persona que entrara.
La actriz se dio vuelta notando como ante ella se mostraba el perfil de alguien que no
esperaba aunque la cita hubiera sido designada semanas atrás. Por primera vez en mucho
tiempo sintió como los nervios se apoderaban de sus reflejos y no pudo contener sus
sentimientos y emociones desatadas en ningún segundo de la cuál aquella figura se hizo
presente.
Era una simple chica de cabello rubio corto y ojos azules se recordó a si misma, no obstante,
sabía que había algo más detrás de la chica de treinta años que llevaba unos jeans rasgados
y una chaqueta café.
La castaña lo sabía y la rubia apenas notó como estaba contra todo pronóstico con la persona
a quién le había pedido una hora de su tiempo, supo sin siquiera hablar que todos los
sentimientos encontrados que nacían ante ese encuentro serían algo difícil de afrontar.
Era lo que ambas se habían negado a sentir durante tanto tiempo, aquel encuentro entre el
pasado y el presente.
La ojiazul suspiró ante ello mientras intentaba no perder la calma frente a algo que ambas
sabían que iba a suceder aunque no lo quisiesen aceptar.
Ninguna de las dos dijo nada pero ambas sentían la pesadez que el momento les dejaba, al
final de todo, ambas habían sido dañadas por el mismo pasado y por la misma persona que
de distintas formas pero con la misma intensidad habían amado hasta sus últimos días.
La castaña miró cautelosamente a aquella chica que la superaba en varios centímetros de
altura, pensando en un suspiro en aquella época de su vida pasada donde esa nisma rubia
apenas llegaba a alcanzar su cintura y sonreía cada vez que la veía. Habían pasado décadas
desde aquel momento y aunque ambas lo sabían a la perfección, Camila sonrío al recordar a
esa niña que era amante del verde porque era el color de los ojos de la persona que más
había amado en su vida, sintiendo por unos segundos como el dolor tomaba raíces que ella
no podía seguir ocultando tras los matizales que sus años siendo actriz habían dejado en ella.

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Mientras tanto, la ojiazul miraba atenta a la castaña intentando encontrar a aquella chica que
había admirado hace tantos años atrás que sinceramente no recordaba a la perfección porque
el tiempo se había encargado de borrar los meses en los cuáles había cambiado
completamente su vida pero podía decir con claridad que tenía en sus recuerdos
especialmente en la sonrisa tan pura que había nacido de parte de su madre cuando
recordaba aquel nombre ó algo que estuviera relacionado con esa persona de ojos oscuros
que además de regresarle la felicidad a su amor más profundo también se lo había quitado.
No estuvo segura de que sentir frente a esa imagen, sin embargo, después de tantos años
desafiando a la vida sabía que un simple encuentro que ella mismo había agendado no iba a
ser más difícil que sacar una carrera donde con suerte llegaban a graduarse tres mujeres, ni
tampoco era tan difícil como todo lo que le había costado tener ese trabajo de sus sueños.
Menos se podía comparar en dificultad con la muerte de Lauren
hace ya seis años
La pequeña no tan pequeña chica que había soñado en crear
castillos y que ahora tenía un título de arquitectura a sus espaldas con varios postgrados en
el extranjero suspiró pensando en que tal vez no había sido una decisión coherente haber
buscado el número de la actriz y pedirle una pequeña fracción de su tiempo, sin embargo, ya
estaba ahí y cuando la sonrisa de la castaña se le hizo familiar no pudo detener esa
curiosidad que aún existía en ella tras años desde que sus destinos se habían separado.
—Hola — murmuró sin dejar aquella voz segura que siempre salía tras sus palabras, a pesar
de que por dentro estaba temblando sin saber realmente lo que estaba haciendo. Camila
Cabello no supo que decir ante ello, ya que se sentía tan
intimidada frente a esa situación.
Especialmente por el hecho de que aquella rubia se parecía tanto a Lauren que el recuerdo no
dejaba de dolerle de una forma que no esperaba ó tal vez de una forma que no quería
recordar. Se había negado los últimos años en creer que el dolor que sentía era real y cuando
la muerte de aquella ojiverde que había amado se volvió algo más que un recuerdo doloros,
prefirió exiliarse de cualquier tema que estuviera relacionado con ella.
Así había vivido todos esos años desde que el cáncer se había llevado a la razón de su
felicidad.
—No pensé que vendrías —aseveró finalmente la mayor, Noelle suspiró ante eso asintiendo
en un suave gesto que demostraba que ella tampoco estaba segura de la razón por la cuál
estaba ahí, sin embargo, antes de que pudiera decir algo en respuesta a su confesión se
adelantó con una sonrisa que no sentía verdadera desde hace mucho—Pero gracias por
hacerlo—la ojiazul asintió sentándose a pocos centímetros de distancia de aquella chica que
enlazaba todo su pasado. Aún le parecía increíble como un par de meses de un romance
podían haber cambiado lo que ella conocía como vida a los seis años y había detonado todo
su presente.
—No quería quitarte más tiempo del necesario —sentenció sintiendo aún la punzada de que
había culpado a la castaña durante la mayor parte de su vida, de ser quién lo había destruido
todo. Aún estaba presente el odio que solo hace unos años había intentando perdonar pero
eso no significaba que ella estuviera dispuesta a destruir todas esas barreras que habían
nacido tras su presencia —Yo solo he venido a devolverte algo que es tuyo—murmuró
tomando el bolso que tenía sobre el hombro mientras Camila la miraba sin entender lo que
estaba sucediendo —Sé que se lo regalaste a mamá, no obstante, ahora que ya no está
supongo que tengo que devolvértelo—admitió encogiéndose de hombros mientras la actriz se
quedaba en silencio observando como aquella cinta que tenía en una letra pulcra el nombre
de cuatro plumas estaba sobre la mesa.

Un tesoro del cine, una reliquia que tal vez valdría cientos de miles de dólares en ese preciso
momento, sin embargo, la castaña solo sonrío pensando en el recuerdo que le trajo esa
película.
Había sido la primera que había visto con Lauren e irónicamente también había sido la última,
por lo cuál para ella el valor de aquella cinta era simplemente incalculable, sin embargo, aún
así no fue capaz de ver más allá de la película y no quiso regresarla a su vida ya que era

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suficiente con los recuerdos que la carcomían todos los días ante el hecho de que la persona
que había amado simplemente ya no estaba.
—Quedátela —respondió sorprendiendo a la única hija de la mujer que amaba, sus ojos
azules se mostraron confusos ante aquella respuesta —Se lo regalé a Lauren —murmuró con
una sonrisa mientras posaba sus yemas sobre el frío estuche que envolvía los recuerdos más
bonitos que tenía de esa época pasada —
Pero eres su hija por lo cuál, es todo tuyo —afirmó con nostalgia tratando de no ver más allá
de esa cinta, sin embargo, aquello era más que imposible.
—No puedo quedármelo—admitió suspirando —Sé cuánto cuesta y ni siquiera me gusta el
cine —confirmó obteniendo una cálida sonrisa que no esperaba de la mayor, aunque sonaba
un poco irónico la presencia de aquella sonrisa, para Camila no lo era porque por unos
segundos pudo ver a Lauren después de tanto tiempo sin ella.
—Te pareces tanto a ella —sugirió en un suspiro que fue capaz de abrir una herida que la
castaña pensaba superada por el único consuelo que podía ofrecer el tiempo, el consuelo de
tener otros problemas en su cabeza que le restaban importancia al más grande dolor que
había sentido, sin embargo, todo eso se fue cuando una sonrisa amarga apareció de parte de
la chica de ojos azules confirmando su afirmación.
—Tanto que duele —agregó sin levantar la mirada —Lo sé—la actriz no supo que decir ante
ello y el silencio las condenó por unos segundos
—¿Sabes?—dijo finalmente tratando de quitar la incomodidad que se había formado entre
ellas —Es curioso porque cuando era pequeña, todos destacaban los ojos azules y el cabello
rubio que no heredé de ella sino más bien de mi donador genético—sugirió mostrando la
seriedad que nacía hacia la rubia cada vez que hablaba de aquel hombre que no había sido
nada más que un nombre de paso, algo tan insignificante para su vida como lo era cualquier
otra persona con la cuál compartía segundos a diario—Sin embargo, mamá siempre fue mi
todo. Hoy me doy cuenta de que no es que no haya tenido un padre, es que yo ya tenía uno
y hacía el rol de ser mi mamá, mi mejor amiga y mi todo —aclaró dejando que una sonrisa
orgullosa por aquel afecto se enmarcara en los labios de la actriz, sin quererlo ó deseándolo
mucho, pensó en feliz que podía haber estado la pelinegra escuchando aquellas palabras de
amor puro que le ofrecía su hija.
—Ella te contó ¿cierto?—preguntó dejando que sus ojos castaños atravesaron ese mar azul
lleno de dudas que se presentaban en las costas de la rubia.
Noelle asinitó en un suspiro ante tal realidad que hubiera preferido no conocer y quedarse
con la historia de un héroe de guerra que su madre siempre le había contado para ocultar la
culpa de sus actos poco morales, sin embargo, a pesar de conocer la historia de su
nacimiento, la rubia simplemente no le había dado relevancia a aquel hombre con quién
compartía muchas de sus características físicas sino que lo dejó como alguien sin importancia
alguna y que solo existía para reafirmar el hecho de que había tenido a la mejor madre del
mundo.
—Lo hizo un poco antes de que fuera a la universidad —comentó en un suspiro al recordar
aquel momento donde se había atrevido a enojarse por vivir en una mentira durante toda su
vida —Dijo que estaba arrepentida de haberme mentido y que era mi opción querer saber
sobre quién había sido ese señor—aseveró —Me dijo que merecía decidir por mi mismo que
deseaba conocer de mi vida y que ella no
podía privarme de eso

—¿Lo hiciste?—preguntó la castaña sintiendo como los ojos azules de la menor se ubicaban
entre un par de lágrimas que no estaba segura de porqué aparecían pero aún así no dudó en
extender su mano en una orden silenciosa de cariño como tantas que le había regalado
Lauren sin ningún tipo de pedido.
—Creo que la curiosidad a veces le gana a la razón — afirmó sintiendo como las suaves
manos de la actriz se rendían ante caricias que llevaba mucho tiempo sin sentir de esa forma
tan única y maternal que habían existido a diario en su vida pero que ahora solo tenía que
conformarse con los recuerdos que tenía de una época distinta.—Yo tenía 18 cuando eso
sucedió, no era una bebé ni tampoco tenía seis años — murmuró acomodando su cabello

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corto detrás de su oreja como siempre solía hacer cuando los nervios se interponían en sus
palabras y un sentimiento de nostalgia la abordaba, había aprendido a las malas a sobrevivir
durante esos años que la ausencia de la persona que más amaba en el mundo se veía latente
con cada mirada, con cada palabra. A veces no sabía como iba a sobrevivir al día siguiente
siendo que toda su vida se había visto envuelta de un amor eterno y que no tenía límites,
muchas veces intentó que el dolor que sentía ante el hecho de que hubiera deseado aunque
sea un par de minutos con ella no la matara de la forma en que lo hacía, no obstante, a pesar
de todo trataba en lo mejor posible ser feliz porque eso es lo que hubiera deseado Lauren
para ella.
Al final de todo era lo único que la ojiverde había deseado en su vida, que ella lograra ser
feliz sin importar cuál fuese el costo.
—Era consciente de que todo podía suceder y que realmente solo tenía dudas de saber como
alguien había sido capaz de dejar a su suerte a alguien tan maravillosa como mamá —suspiró
buscando las palabras correctas para narrar aquel momento que había sucedido hace una
década atrás y que aún lo sentía como si hubiera sido ayer —Así que decidí enfrentarlo—
sentenció notando como la castaña seguía cada una de sus palabras sin atreverlas a
interrumpirlas y dejando todo ese amor que alguna vez le había pertenecido, sin embargo,
todo era tan distinto de cuando tenía seis años que no sabía como enfrentar aquel recuerdo
—Fue algo raro porque no tenía ninguna imagen mental de como sería solo sabía su nombre
porque no quería buscar como era, quería sorprenderme —aclaró notando como el sonido del
tren que pasaba por aquellas calles vacías se encargaba de ambientar el pequeño lugar —
Viaje miles de kilómetros para conocer a alguien que debería haber estado presente toda mi
vida, de quién no tenía recuerdos y ni siquiera sabía como era. Sin embargo, cuando lo vi fue
algo extraño, ya que no sentí nada —exclamó recordando aquel momento incómodo de su
vida donde la primera vez que fue capaz de conocer a esa persona a quién debía adorar y
debió haber sido una persona presente en todos los años que llevaba de vida, simplemente se
registraba como un hombre de avanzada edad, con canas y de ojos azules impregnados de la
corrida y el cansancio hacia la vida —Fue como si viera a una persona cualquiera y él
tampoco supo quién
era, al final de todo nuestros hilos se cortaron el día en que él decidió irse.
—¿Nunca le dijiste quién eras?—preguntó la morena sin dejar la seriedad de su rostro ante
las palabras que le estaba ofreciendo la rubia con toda la sinceridad del mundo, Noe suspiró
ante ello.
—Lo hice—refutó amargamente antes de ladear la cabeza con una sonrisa irónica frente a
uno de los peores recuerdos que tenía de su vida —Pero realmente no es importante, solo fue
algo como creo que soy tu hija y él no quiso saber nada de mí —confirmó sin dejar que la
tristeza se mostrase porque era demasiado para aquel hombre que ella derramara algún tipo
de lágrima ó sentimiento de dolor después de todo lo que había hecho y como había
destruido el corazón de alguien demasiado joven —Un par de meses después me llegó una
carta de una chica que se llamaba Natalie Jauregui y se suponía que era mi hermana mayor y
quería conocerme —argumentó dejando totalmente sorprendida a la castaña quién no
recordaba con detalles la historia que tanto le dolía a Lauren, sin embargo, sabía como este
hombre le había arrebatado todo el amor que la pelinegra podía ofrecer al mundo.

—¿Lo hiciste?—preguntó con curiosidad a lo cuál la rubia asintió con una sonrisa.
—Sí —aseveró —Ella no sabía de mí, jamás lo supo hasta que él les contó a todos de que yo
existía —un suspiro de parte de ambas llenó toda la estancia de una capa de extrañeza que
ninguna de las dos era capaz de disolver —Natalie es una gran amiga mía, tal vez puedo
asegurar que es bastante cercana—sugirió a tres de continuar jugando nerviosa con los dedos
de su mano —Pero no puedo sentirla como mi hermana, ninguna de las dos nos conocimos
antes como para creer que compartimos la misma sangre, a pesar de que nos parecemos
bastante —admitió encogiéndose de hombros — Es solo raro creer que tengo más familia
además de lo que siempre conocí y creo que nunca lograré verlo de esa manera —la actriz
seguía en silencio y a pesar de que podía haber hecho cualquier comentario supo por la
mirada perdida de la ojiazul que esperaba que alguien la escuchara de esa manera particular

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en donde no habían comentarios de por medio ni tampoco palabras con premisas, sino
simplemente un río de palabras que brotaban ante el silencio
—Aunque saber de él me hizo darme cuenta de lo afortunada que fui por tener a mamá
siempre en mi vida y que ella hubiera dado todo por mí—aseveró finalmente la arquitecta
rindiéndose ante las miles de emociones fluctuantes que habían nacido tras ese
acontecimiento que quizás no había cambiado su forma de ver la vida pero si le hizo ser
capaz de tener una razón más por la cual su amor hacia Lauren iba a ser infinito.
—Tu madre te amaba más que a nadie—comentó la morena con una sonrisa cautivadora de
esas que eran utilizadas en el campo de batalla para cualquier tipo de guerra, sin embargo,
Camila solo tenía una razón por la cual esas sonrisas seguían apareciendo en su vida y era el
simple hecho de que en su memoria una chica de ojos verdes aún seguía siendo su debilidad
—Incluso más que a mí—el
silencio volvió a esparcir su manto entre las dos mujeres pero aún así sus rostros eran
capaces de decir más que cien palabras juntas.
—Lamento eso —murmuró la rubia con la resignación de saber que no había nada más cierto
que eso.
Lauren la había amado más de lo que era humanamente posible.
—No—aseguró la castaña con una pequeña sonrisa incrustada en sus labios —No podía
combatir contra su amor de siempre — insistió—La verdad es que a través de los años, me he
dado cuenta de que quizás hubiera tomado la misma decisión en sus circunstancias —confesó
obteniendo la atención total de la ojiazul, no obstante, Camila se mantuvo tranquila frente al
sendero que tomaban sus palabras ya que eran ideas que había pensado durante demasiadas
noches perdida entre lágrimas y dolor por lo cual ya no le dolía pensar en una posible
respuesta de como hubiera actuado frente a lo que había sucedido hace décadas atrás. —
Fuiste su todo y al final de cuentas yo solo estuve un par de meses en su vida —admitió la
morena ante la verdad que había aceptado desde hace mucho tiempo atrás, podía haberla
amado como a nadie pero no podía quitar el hecho de que ese amor no era ni la décima parte
que el que la ojiverde había mostrado a su hija y ni siquiera había una competencia por ello.
—Se merecían más que el final que tuvieron —comentó la arquitecta dejando sorprendida a la
actriz que prefirió quedarse en silencio frente a esa respuesta —Nunca he visto a dos
personas que se amen de la forma en que ustedes lo hicieron—mencionó con una tristeza que
hizo suspirar amargamente a la castaña porque ella sabía a la perfección que su amor era
totalmente puro, tanto que también sabía que tan solo era cuestión de tiempo para que el
destino lo hubiese destrozado porque todo lo que relucía tenía que ser destruido frente a las
adversidades que ofrecía la vida.

—Tal vez lo interesante del amor es que los mejores son tragedias ¿no?—afirmó Camila
intentando que sus palabras no tiñeran de ese dolor que siempre se imperaba de sus
emociones y de su conciencia, sin embargo, le fue imposible no sentirse atragantada frente a
todas esas palabras que nunca habían alcanzado algún tipo de voz—Tu madre fue y siempre
va a ser lo mejor que me ha pasado —susurró sintiendo como su pecho se contraía por la
única verdad que existía en su vida, la rubia la miró con compasión ante ello ya que sabía
que sus destinos se habían separado por ella.
—Ella jamás te olvidó —concretó con una tímida sonrisa buscando las manos de la morena
quién la miró sin entender —No solía hablar de ti por miedo a sentir que se rompería, trató de
ser fuerte durante todo este tiempo, trató de no sentir como su mundo se destruyó —
contestó a sabiendas de que era algo que ninguna de las dos deseaba aceptar, a la arquitecta
se le hizo imposible pensar en toda la fortaleza que debieron haber tenido ambas para jamás
haber roto las distancias y los prejuicios que nacían a través de su amor.
—Lo entiendo —fue lo único que la actriz pudo responder sin
sentirse destrozada —Yo tampoco solía hablar de ella por miedo a que doliera más de lo que
ya hacía —mencionó antes de dirigir su vista hacia cualquier otro rincón como si los
recuerdos fueran una ola que la derrumbaba entre medio de la tormenta, hasta que una
breve sonrisa apareció en su rostro al ver nuevamente a la rubia.
Aunque le doliera aceptarlo, simplemente podía sentir como su corazón se reconfortaba con

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el hecho de que al menos esa pequeña niña de grandes ojos azules que tanto le recordaba al
amor de su vida había sido feliz.
Tal vez a veces el egoísmo del amor no era tan grande como para desear cambiar las cosas y
podías aceptar que los demás hubiesen sido felices aunque tú no hayas sido.
Ó al menos eso era lo que sentía Camila en aquel instante.
—Dejaste la actuación, ¿por qué?—preguntó sin entender la arquitecta mientras que la
morena solo suspiró sabiendo que algún día esa pregunta que había sido tantas veces
utilizada en su vida tendría una razón verdadera y no las cientos de mentiras que había dado
de respuesta en su mundo al dejar lo único que conocía.
—No tenía sentido que lo siguiera haciendo—se sinceró —No me hacía feliz ó tal vez si lo
había hecho pero cuando Lauren fue parte de mi vida, mi felicidad se transformó en ella y
hubiera cambiado el mundo por tener el final que ambas deseábamos —argumentó en un
tímido suspiro que hizo que la ojiazul sintiera esa presión en su pecho de que la castaña tenía
razón y le hubiese encantado ofrecerle toda la felicidad que se merecía al lado de la persona
quién amaba —Pero creo que no viniste a escuchar nuestra trágica historia de amor
¿cierto?—finalizó la actriz —Cuéntame de ti y todas las aventuras que no conozco desde que
tenía siete años —sugirió con cierta alegría en su voz, era la primera vez desde hace mucho
tiempo que se atrevía a abrir su corazón frente a la triste realidad que le había tocado vivir,
sin embargo, por alguna razón las lágrimas no se hicieron presente como tantas veces fue,
sino que más bien sintió esa ternura que no sentía desde la última vez que había visto a esa
niña que ya era una adulta.
—Dudo que no las sepas — admitió Noe entre risas y la castaña tuvo que aceptar que la
carrera de la chica era bastante conocida y que ella misma había ido a varias exhibiciones
para ver el arte que podía ser creado a través de esas manos, pero también tenía que
aceptar que no era muy difícil como ahora su apellido estaba definido bajo la fama que
estaba adquiriendo el modelo italiano Leonardo D'Angelo.

—Tienes razón, el apellido D'Angelo es uno que no puedes ignorar fácilmente


—comentó la actriz quitándole una sonrisa a la rubia quién no tardó en asentir frente a eso —
Y tampoco lo guapo que es él, ¿me equívoco?—el rubor de la menor fue inevitable al escuchar
eso y volvió a asentir.
—Mamá siempre decía que había tenido un mejor gusto que ella en
hombres y que lo único que deseaba era que yo fuera feliz —aseguró sonriendo al recordar
aquello, llevaba mucho tiempo sin sentir ese rubor en sus mejillas al escuchar el nombre de
la persona con quién esperaba compartir toda su vida —Leo me hace feliz de una manera que
no creí posible y desde que mamá se fue, él ha sido mi mayor pilar para tratar de seguir con
lo que me queda de vida —sentenció con un suspiro en sus labios.
—¿Lo hace bien?—preguntó enarcando la ceja.
—Sí, mejor que bien —contestó orgullosa de ello —Es un hombre maravilloso, de esos que
salen en los cuentos de hadas y no puedes quitártelos de la cabeza. Lo amo —se sinceró la
arquitecta haciendo que la actriz la mirase con ternura al ver como ella estaba siendo feliz
mientras el amor se envolvía en la rubia.
—Me imagino y me alegra escuchar que ese sea tu destino
—respondió sin ningún tipo de mentira entre sus palabras —Lauren solo quería que fueses
feliz y al parecer lo eres con creces — la rubia asintió mirando fijamente los ojos oscuros de
Camila buscando aquello que había sentido hacia ella cuando era una niña, quizás ya no
quedaba mucho de ello en sus recuerdos pero podía seguir viendo como la sinceridad hacia el
amor que sentía a su madre aún persistía y eso fue suficiente para que la confianza que
alguna vez había sentido hacia ella volviera.

—¿Recuerdas el castillo que le prometí a mamá?— preguntó jugando nerviosa con sus manos
la ojiazul y la actriz asintió recordando a la perfección todas las veces que le había escuchado
como iba a construir un castillo para que ambas fuesen felices.

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—Sí—susurró —¿Lograste construirlo?—preguntó nostálgica frente a ello y aunque Noe negó
a su pregunta, la castaña no dejó de sonreír por la conversación que estaba teniendo con
ella. No estaba segura si era el hecho de que era como si una parte de Lauren aún estuviese
entre ellas ó era ese encanto natural que siempre tuvo la rubia.
Fuese cuál fuese la respuesta, la actriz que tenía todo estaba siendo feliz después de mucho
tiempo.
—Aún no, pero lo haré —argumentó segura antes de sonreír —Es extraño pensar que ella no
está, ¿te pasa lo mismo?.
—Todos los días —afirmó en un suspiro —Y el tiempo me tortura con cada avance del reloj
porque la extraño tanto que siento que voy a enloquecer
—concretó.
—Hay veces en que me quedo largas noches diseñando los modelos que tengo que entregar y
solo pienso en como ella se quedaba hasta tarde ayudándome a estudiar ó haciendo tareas
conmigo —sugirió con la nostalgia que siempre aparecía cuando recordaba los momentos tan
vívidos que había formado a través de los años con la persona más especial de su vida —Hay
veces que quisiera volver a tener seis años y tenerla a mi lado, que me cante al dormir y que
me diga que todo va a estar bien porque ella me va a proteger de todo —suspiró antes de
apartar la mirada sintiendo como las lágrimas se presentaban en sus mejillas sin tener ningún
tipo de piedad frente a esa confesión. Camila la miró con compasión al saber que era
exactamente lo que ella sentía, solo que había una gran diferencia que siempre había
considerado como fundamental, Lauren era el amor de su vida pero para Noe siempre había
sido su todo por lo cuál no podía imaginar como se debía sentir la rubia desde que la ojiverde
había fallecido —Necesito que me proteja de su recuerdo ya que me duele más que nada —la
chica de ojos oscuros se acercó a la arquitecta quitando con ternura las lágrimas que la
atormentaban mientras sus manos acariciaban sus mejillas.

—Supongo que la muerte nos crea más incógnitas que respuestas —le dijo tranquilamente —
Solo nos queda seguir viviendo con el amor que ella nos ofreció—admitió en un suspiro sin
darse cuenta de que las lágrimas no eran parte de su rostro y la tranquilidad era parte de
cada una de sus palabras.
—La última vez que la vi estaba tan enferma que realmente pensé que era mejor no verla
sufrir más —confesó la menor mirando fijamente a la castaña a sabiendas de que era el
mismo estado en que Camila había vuelto a la vida de Lauren —Ni todo el dinero del mundo
podía sanarla y eso es lo que más me dolía
—respondió —¿De que me servía haberme graduado con honores y no poder salvarla de la
muerte?, ¿De que me sirvieron todos esos años donde me esforcé para que ella pudiera tener
lo mejor?— la morena chasqueó la lengua ante eso porque eran las mimas preguntas que ella
tenía a diario, ¿de qué servía todo el dinero que aún era parte de ella sino habían podido
salvar a la persona que más amaba?.
Al final de todo el dinero no ofrecía felicidad, solo a veces podía ofrecer una que otra facilidad
pero nada más que eso.
El dinero no aseguraba que las personas se quedaran ó que el destino iba a dejar de ser
cruel.
—Sirvieron para regresarle un poco de lo que ella te dio—respondió antes de atravesar su
mirada en los grandes ojos azules de la rubia —Si el dinero pudiera afirmar que puedes vivir
por siempre, puedo jurarte que no me hubiera importado quedarme sin dinero con tal de que
ella aún siguiera aquí. Pero el dinero es solo algo que facilita las cosas, no es algo que te las
asegure —suspiró —Sin embargo, la amaste más que a nada en tu vida. Lauren hablaba
maravillas de ti, siempre lo hizo. Eras su mundo, su copo de nieve y jamás eso va a
cambiar—le dijo acariciando sus mejillas —La muerte no nos quita el amor que recibimos de
esa persona, no obstante, eso no quita lo injusto que es solo vivir con ese pedacito de amor
que nos ofreció y no seguir acumulándolo por lo que nos queda de vida
—ninguna de las dos fue capaz de decir algo más frente aquellas palabras y el silencio las
envolvió durante unos minutos.
—¿Tú estuviste ahí?—preguntó aunque supiese la respuesta —La acompañaste en su último

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momento —afirmó recordando aquel momento y la morena hizo lo mismo al saber que ese
era uno de sus recuerdos favoritos aunque también
era el más doloroso.
—Lo hice —sentenció —Tal vez fueron casualidades del destino ó como le quieras llamar pero
fue como si los años no hubieran pasado y de nuevo tuviera la oportunidad de tener ese final
con ella —aseveró inmersa ante las tonalidades de ese viernes por la tarde —Ver su sonrisa
de nuevo aunque fuese por una última vez es sin duda uno de los mejores recuerdos que
tengo de ella —afirmó sin atreverse a mirar a la ojiazul porque no sabía como todo su ser iba
a reaccionar frente a todos los estímulos emotivos que estaba recibiendo en aquel momento
—Estoy segura que tú tienes mejores recuerdos de ella a través de tu vida —confirmó la
morena con una tímida sonrisa —Sin embargo, para mí su último día fue el primer día que
tenía siendo feliz desde hace mucho tiempo.
—¿Cómo lo haces para no sentir dolor con su recuerdo?—preguntó confundida Noe sin saber
que decir.
—No lo hago. Me sigue doliendo, sigo llorando por ella —admitió amargamente sabiendo que
eso no era lo que deseaba escuchar la menor —Pero Lauren me hizo prometer que iba a
cuidarte y no puedo irme sin saber que estás bien
—respondió dejando atónita a la arquitecta quién no esperaba esa respuesta, Camila suspiró
ante eso mientras su mirada se alzaba hacia los atrapantes ojos azules de la chica que
siempre iba a ser recordada en su memoria con tanto cariño —Noe tienes una vida
maravillosa por delante, una que sinceramente admiro y envidio, así que te daré el mejor
consejo que he escuchado en mi vida —dijo llamando la atención de la rubia —No existen
respuestas para la vida y solo depende de ti conseguir que esas preguntas que te agobian
dejen de hacerlo.—respondió segura —Nadie nace con un manual de instrucciones por lo cuál
tenemos que hacer que nuestros pasos nazcan a través de movimientos inexactos, no
obstante, tu principal motor tiene que ser el amor —sentenció con una sonrisa verdadera que
solo había tenido una vez en su vida y fue cuando supo que estaba segura de que amaba con
todo su corazón a una chica de cabellos tan negros como la noche y con la mirada más
hermosa que había visto
—Al final de todo, eso es lo que le da vida a todo y es el secreto de como puedes pintar todo
lo que parece gris —argumentó cerrando levemente sus párpados por las lágrimas que
estaban rodeando sus respuestas.

—Tú pintaste el mundo de mamá— Sugirió Noe antes de acariciar suavemente las manos de
la morena.
—Y ella convirtió en algo real el mío —respondió orgullosa de lo que había vivido con Lauren,
a pesar de que su final no era el mejor, para ella había sido suficiente haber vivido eso que
pasar toda su vida sin saber si el amor podía ser real ó no —Supongo que ambas cumplimos
con lo que debíamos hacer.
—Hay tantas cosas que me encantaría contarle —sentenció en un suspiro —Hasta la más
mínima cosa de mi día y por las noches acostarme a su lado pensando que no puede existir
nada malo si estoy con ella —afirmó —Me hubiera encantado haber podido ver su rostro
cuando le contara que estoy embarazada y que
me aconsejara sobre tantas cosas que no sé —comentó tímidamente antes de que sus manos
instintivamente bajaran hacia su vientre que aún no estaba abultado pero que no dejaba de
sorprenderla con ese amor tan único que estaba naciendo con cada día que pasaba. Su
madre había tenido la razón como siempre y el tiempo cambiaba las opiniones, haciendo que
esa chica que no deseaba tener ninguna relación con los niños finalmente estaba sintiendo
ese amor que Lauren había vivido con ella desde que supo de su existencia y no podía
sentirse más feliz del desenlace que estaba teniendo su vida.
—Estoy segura que donde esté, ella te ayudará —señaló Camila mirando curiosamente hacia
la rubia, tal vez era el hecho de que aún la veía como una niña de seis años que no podía
estar sin su madre ó era porque habían sido demasiado noticias en un solo día pero no supo
como reaccionar frente a esa noticia
—¿Cuántos meses llevas?—preguntó haciendo que la rubia la mirara con una sonrisa única.

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—Dos —puntualizó con un suave gesto hacia su vientre —Y es algo tan distinto que ni
siquiera sé explicarlo—respondió anonadada a lo cuál la castaña asintió.
—¿Tienes alguna preferencia?.
—Será un niño —respondió totalmente segura —Lo sé, puedo sentirlo. Leo decidió que si era
una niña él tendría que ponerle el nombre de su abuella, sin embargo, yo me quedé con la
opción de si era un niño porque sé que lo será —reafirmó con una sonrisa antes de volver a
acariciar su vientre sintiendo como la tela de su ropa cubría la muestra del amor que sentía
hace mucho tiempo por aquel hombre de ojos oscuros y cabellos castaños —Se llamará
Max—mencionó haciendo que Camila la mirara impresionada.
—¿Cómo el poeta?—se atrevió a preguntar y la chica negó ante
ello.
—No—refutó —Como mamá me hubiera llamado si hubiera sido un
niño —sentenció —Quiero que éste pequeño tenga el recuerdo de la mujer más valiente y
hermosa que he conocido—sugirió sacándole un par de lágrimas a la morena por esas
palabras —Que logre tener un poco de la fortaleza que ella tuvo durante toda su vida y su
determinación, es la mejor forma que tengo para honrarla.
—Su forma tan orgullosa y testaruda de ser —comentó Camila entre risas a lo cuál la rubia le
dio toda la razón antes de volver a sonreír con dulzura al sentir como todo se conectaba en
su vida.
—Max —repitió suavemente —Él es el principio y final de un capítulo de mi vida —aseveró
orgullosa de ello.
—Lo sé —contestó la morena —Y tal vez a ti no te guste el cine
—refutó regresándole la película que tantas veces había sido el mejor recuerdo que había
tenido de su amor —Pero tal vez a él si —afirmó con todo el cariño del mundo
—Va a ser mi regalo hacia él, al final de todo es el nieto de Lauren y tu hijo.
—Gracias por aceptar venir—respondió sinceramente la menor
haciendo que Camila sonriera frente a ello.
—Gracias por existir Noe —murmuró la actriz antes de suspirar
—Fuiste el amor eterno de Lauren y quién le brindó la felicidad que yo no pude ofrecerle —la
ojiazul se levantó de su silla para abrazar a la morena quién ya estaba siendo presa de las
lágrimas como tantas veces había vivido, no obstante, hoy era un día diferente porque esas
lágrimas por primera vez estaban siendo cubiertas nuevamente con ese amor que pensaba
que jamás iba a volver.
Con los mismos colores con los cuáles Lauren había pintado su vida
para siempre.
—Las princesas siempre tienen un final feliz. Tal vez no en este
momento, tal vez no en ésta vida. Pero el por siempre y para siempre estará presente.—le
susurró alzando su mirada—Fue mi deseo de cumpleaños y los deseos siempre se cumplen —
Camila se quedó en silencio ante esa afirmación y aunque le doliese aceptarlo.
No había ningún tipo de mentira frente a esas palabras.
Tal vez en esa vida no le tocaba estar con la persona correcta pero sabía sin siquiera dudarlo
de que Lauren la estaría esperando cuando sus caminos volvieran a cruzarse.
Porque no había una verdad más cierta que el hecho de que en el momento en que su vida
gris necesitase ser pintada, la ojiverde más hermosa sería la encargada de devolver esos
colores olvidados.
Y lograr mostrarle una vida totalmente a color.

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Siempre lo más difícil dejar ir una historia especialmente ésta que me ha traído diversas
enseñanzas y que sencillamente he estado encantada de escribir, aún queda la última parte
del epilogo pero en éste momento solo me queda decir gracias por todo.
Y el último disfruten mientras pueda de ésta historia está aquí. Feliz lunes.
Epílogo parte 2

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Lamento el retraso jaja, entre la mentira que quiero creer de que tengo tiempo libre en época
de final de semestre y mis noches sin dormir recién hoy he tenido tiempo para poder darle
término a quizás la aventura más rara y a la vez atrapante de lo que he escrito.
Cuando creé ésta historia quería mostrar como una historia de amor podía cambiar el rumbo
de las cosas y el título envolvía el significado de que podías pintar una vida gris a una de los
colores que solo el amor ofrece, esa fue la idea que me guió a escribir incolor, no obstante,
ahora que la miro por última vez me doy cuenta que el título abarca muchísimas más cosas
que solo el amor; abarca emociones, pasados no aceptados, miedos, inseguridades, odio,
injusticias y muchas más definiciones que aparecen mientras vuelvo a leer todos los capítulos
y creo que ofrezco algo mucho mejor de lo que tenía pensado.
No es solo una historia de amor, es quizás la reflexión que tengo hacia la vida de que
cualquier evento aunque sea mínimo ó sin gran importancia puede causar que nuestra forma
de ver la vida cambia, puede darnos esperanzas de que los colores grises dejaran de decorar
nuestros caminos y podemos soñar con que el hecho de qué quizás en el momento menos
esperado comenzaremos a vivir bajo los colores que no conocíamos.
Siempre he creído que lo peor de terminar una historia es darte cuenta de que este momento
debe ser el mejor de todos para satisfacer esa necesidad de un buen final pero más que dar
un final que desean ó esperan, simplemente quiero ofrecerles un final lleno de vida.
Ojalá algún día logren pintar su vida y si ya lo hacen, debo decirles que son muy afortunados.
Aquí va mi último disfruten mientras puedan, con amor Taylor.
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New York, 1965
La brisa de aquella mañana se mezclaba con los suaves parpadeos del sol que intentaba salir
desde su escondite entre el cielo nublado que era típico en esa época, las nubes grises
ocupaban todo el escenario celestial de aquella mañana mientras el astro rey trataba con
todas sus fuerzas hacerse presente en todas las ventanas existentes en la gran manzana, sin
embargo, después de unos breves segundos donde se atrevió a atravesar las persianas de
esa habitación simplemente se disolvió siendo solo un recuerdo que el verano daría vida
nuevamente.
Lauren sonrío al notar como en esos breves segundos los tímidos intensivos del sol se
marcaron entre las persianas llenando de un poco de luz la habitación que ocupaba desde
hace un par de meses en el hospital, suspiró con una sonrisa al saber como los simples
detalles podían ser olvidados ó dejados en el camino pero muchas veces eran los más
especiales que podían quedar entre los
recuerdos y ser capaces de hilar esperanzas mucho más grandes de las que cualquier ser
humano a simple vista podría ser capaz de querer imaginar.
Siguió con su mirada llena de ilusión aquel breve juego entre las persianas el sol hasta que
éste desapareció pero esos recuerdos que se instalaban en lo más profundo de su corazón no
eran capaces de dejarle un minuto de paz ni siquiera en aquellos momentos donde ella sabía
que su vida estaba hilando sus últimos recuerdos, sus últimos minutos y las últimas sonrisas
que pondría en esa vida.
Cerró suavemente sus párpados con una sonrisa eterna recordando como se sentía estar
entre sus brazos, como era escuchar su risa y sentir que nada podía ser más grande que lo
que sentían ambas cuando sus almas se juntaban entre medio del silencio y la inestabilidad
del tiempo. No importaba si existían palabras que salían de sus labios ó si pasaban todo el día
recitando las palabras que sus corazones querían sacar desde lo más profundo de sus
sentimientos, ni tampoco importaba si sus ojos verdes chocaban con los de ella porque podía
ser feliz solo con cerrar los ojos y tantear a ciegas cada centímetro, cada parte que envolvía
la perfección de esa castaña que le había robado el corazón desde hace tanto tiempo y jamás
se había atrevido a pedirle que se lo devolviera nuevamente aunque eso hubiera hecho que
todo fuese más fácil.

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Pero la ojiverde había entendido hace mucho tiempo que la vida no era sinónimo de fácil ni
que tampoco amar a alguien estuviese estrechamente ligado a una vida con esa persona, sin
embargo, a pesar de todas las respuestas y deducciones que había cosechado a través de los
años que llevaba a sus espaldas, la pelinegra había llegado a sostener la única deducción que
le importaba y era el hecho de que no importase cuanto tiempo pasase ni cuántas vidas
necesitase para lograr ser nuevamente una con esa chica que la había hecho soñar sueños
que eran mucho más grandes que ambas, ella seguiría amándola de la misma loca y eterna
manera con la cuál había hecho siempre.
La chica enamorada abrió con una sonrisa sus ojos y quiso creer que quizás las drogas que
utilizaba para silenciar el dolor que el cáncer le estaba produciendo desde hace un par de
años era la razón por la cuál se encontró con aquella chica que ocupaba sus pensamientos
casi a cada minuto, tal vez no tenía la misma juventud con la cuál la había conocido después
de que casi dos décadas hubieran distanciado sus caminos pero le fue imposible no
reconocerla con ese semblante fuerte y su mirada imponente entre medio de la simplicidad
de la vida; se le hizo imposible no reconocer como esos ojos oscuros cautivadores seguían
proporcionando la misma magia de años atrás y el gusto que imperaba en sus ropas
dejándola como la reina que era.
Su reina.
—Hola —murmuró la actriz tímidamente mientras veía a la chica que tanto había amado a
pesar de todo y que aunque quisiera mentirse cada noche
antes de dormir, aún seguía amando pero tenía miedo de volver a ser destruida de la misma
forma que había sucedido hace décadas atrás. El recuerdo de aquella tarde entre medio de la
lluvia hizo que ella se quedase a varios metros de distancia de la cama donde descansaba la
ojiverde y que solo se quedase a un par de centímetros de dónde se encontraba el marco de
la puerta.
—Hola —sugirió la pelinegra en un intento de creer lo que estaba sucediendo parecía
imposible y no le sorprendería de que fuese un sueño pero después de unos minutos donde el
silencio fue parte de ambas, Lauren supo que era real porque hasta ese silencio era mejor
que la soledad que había vivido durante todos esos años. La castaña suspiró intentando que
sus pasos tomaran el camino pesado de acercarse a ella, no obstante, el miedo y la tristeza
que la inundaba al estar presente en un momento que no tenía ningún tipo de felicidad entre
ellas.
Un momento que solo era la muestra de que a veces la vida puede ser bastante injusta y sin
ningún tipo de piedad hacia la persona que vive sus pruebas.
—No pensé que vendrías —mencionó con una tímida sonrisa antes de que un par de quejidos
llegaron de su parte al sentir como el medicamento estaba perdiendo efecto, la actriz la miró
preocupada y ese fue el detonante que finalmente se arriesgara a acercarse a la ojiverde—
Tranquila —comentó con una breve sonrisa
—Suele ser así siempre —la castaña asintió sin estar segura de lo que debía decir, sin
embargo, cuando pudo sentir como su mano quedaba encerrada cálidamente con la de la
pelinegra y sus ojos lograron hacer ese eclipse que ya había olvidado pero seguía siendo su
razón de vivir supo que sus lágrimas venían de lo más profundo de su corazón —No llores —
refutó dulcemente tratando de sostener la mirada de Camila notando como ella no era capaz
de mirarla —Lo siento —dijo sintiendo como su corazón se rendía ante ese amor tan profundo
que había ocultado durante tanto miedo y la castaña simplemente asintió antes de atreverse
a quitar la paz presente en aquel momento, sus brazos intentaron encontrar su refugio entre
medio de los de la chica de ojos claros y así fue, en un suave movimiento haciéndole espacio
en su cama la actriz se recostó al lado de la persona que amaba.
Los minutos dejaron de pasar mientras sus corazones danzaban ante esa melodía que ambas
conocían de memoria, Lauren sonrío mientras notaba como la chica que le había robado el
corazón aun era capaz de hacerla sentir en el cielo a pesar de todo el dolor y cansancio físico
que su cuerpo conocía desde que la enfermedad había llegado, sintió un dolor punzante al
tener aquel momento que tanto había deseado cada noche antes de dormir y cada mañana
donde madrugaba sintiendo como la culpa la llenaba sin dejarla dormir.

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Tener ese momento que tanto deseaba cuando el final de sus días estaba tan cerca.
—Lo siento —repitió la pelinegra mientras acariciaba el cabello largo de la actriz, Camila no
fue capaz de decir nada porque era cierto de que su orgullo no había sido capaz de disculpar
lo que había sucedido entre ellas hace tanto tiempo
atrás pero si ella le hubiera dicho que la amaba en tan solo un minuto hubiera sido capaz de
disculparla y volver a correr a sus brazos sin la necesidad de creer en algo más que el amor
que sentía hacia ella, sin embargo, aquello no sucedió al día siguiente de lo sucedido, ni un
mes después, sucedía veinte años después cuando su corazón se había defendido a diario
ante la idea de que debía olvidarla para poder tener esa paz.
Nunca creyó que volvería a encontrar esa paz que tanto deseaba bajo sus brazos
nuevamente.
—Lamento todo lo que sucedió —mencionó con ciertas lágrimas la chica de mirada pérdida —
Lamento haber sido la razón de tus lágrimas y —no necesitó de más palabras ó quizás
siempre habían sido sobrevaloradas lo que podía salir como voz de la boca de las personas
porque la castaña no necesitó de nada más que un par de segundos para romper todas las
distancias que existías entre ambas atreviéndose a profanar aquellos labios que solo la
conocían a ella como dueña.
Con suavidad y la sinceridad que había acumulado durante los últimos años, Camila Cabello
se rindió sin más ante la misma persona que le había robado el alma y aun no se atrevía a
devolvérselo. Dejó que esa magia que se producía cada vez que sus labios se juntaban
fuesen el único guión de aquella escena mientras que sus corazones latiendo frente a la
impotencia de años separadas era la mejor música de fondo que ambas pudieron haber
compuesto para la mejor escena de amor de las películas de su vida.
La timidez, el rencor, el dolor y hasta los años fueron olvidados en esos minutos donde la
luna fue capaz de encontrar al sol y lograr que su amor pasara los limites que existían en el
mundo de los humanos, podían ser simplemente un par de segundos, podían ser después de
años desde que sus corazones se habían reconocido por ultima vez pero el sentimiento era el
mismo como si solo hubieran pasado unos minutos desde ese momento que había separado
sus vidas para siempre.
Las lágrimas alimentaron la vista de ambas mientras sus labios se atrevían a decir mucho más
de lo que las palabras hubiesen sido capaces de mencionar, sus manos se juntaron como
tantas veces habían hecho entre la locura del amor. Sus vidas hilaron un capítulo completo
hacia ese reencuentro y con una sonrisa del tamaño de sus corazones cuando sus labios
dejaron de ser el principal argumento de esa escena notaron como nada había cambiado
entre ellas a pesar de que el tiempo quisiera probar cualquier tipo de impedimento frente a
sus ideas.
La ojiverde acarició la mejilla de la castaña intentando quitar con sus pulgares aquellas
lagrimas que habían envuelto el hermoso rostro de la morena mientras que la actriz se limitó
a verla como si fuera lo mejor que la vida le pudiera haber ofrecido y no mentía en lo más
mínimo.
—Te he extrañado como nadie —susurró Camila mientras sus manos ilegales bordeaban el
rostro de Lauren, tal vez habían rasgos que ella no podía determinar de donde habían nacido,
ella había cambiado durante los años pero a
pesar de eso, su corazón seguía reconociéndola con la misma imagen que tenía desde hace
veinte años atrás con ella.
—Creo que extrañar ni siquiera llega a definir lo que he sentido todos éstos días sin ti, mi
amor —respondió acariciando suavemente las mejillas sonrosadas de la morena quién asintió
en un suspiro al notar como deseaba descansar en el pecho de Lauren por lo que le quedase
de vida, no obstante, eso no dejaba de ser solo un bonito sueño entre ambas — No esperaba
que vinieras
—murmuró antes de besar el cabello de la castaña.

—Yo tampoco —confesó tomando la mano de Lauren antes de besarla—Recibí la carta de Noe
hace un par de días y estuve llorando la mitad del tiempo que decidí utilizar para poder tomar
una buena decisión —comentó sacándole una sonrisa a la pelinegra.

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—¿Fue una buena decisión?—preguntó con curiosidad.
—La mejor de todas —afirmó con una suave sonrisa que se transformó en la pincelada de
felicidad que sintió la pelinegra en su corazón, sus brazos acomodaron con amor a la actriz
dejando que ellos se expresasen mejor que sus palabras.—Eres lo más bonito que me ha
pasado —sugirió.
—¿A pesar de todo?.
—Creo que podría quitarle varios años de sufrimiento sin tenerte y también los detalles de
que nos encontremos en un hospital como también creo que la película de nuestra vida
necesita un mejor guionista y director pero podría ser la película que más he amado en toda
mi vida —comentó decorando las mejillas de la pelinegra con todos los besos que había
deseado pintar durante las décadas que habían pasado separadas —Sigues siendo la razón de
mis sonrisas y mi recuerdo favorito —agregó antes de suspirar y volver a posar su rostro
sobre el pecho de ella
— No cambiaría éste momento por nada del mundo ni a ti ni tampoco como me siento cada
vez que mis ojos encuentran los tuyos.
—Te amo —fue lo único que Lauren pudo decir y Camila asintió sabiendo que no había ningún
tipo de mentira entre esas palabras —Y lamento no poder ofrecerte un mejor final para tu
película —agregó con una mueca de dolor ante ello pero la morena no dijo nada y
simplemente se atrevió a robar otro beso de los labios que la habían condenado tantas veces.
—Creo que puedo sacrificar el final de una película de dos horas por esa vida que me
prometiste hace mucho —concretó con una suave sonrisa en su rostro —No sé si aún la
propuesta sigue en pie.
—Siempre —admitió encogiéndose de hombros —Seré la primera en tocar tu puerta cuando
suceda —susurró dulcemente ante eso y la castaña asintió con cierto ánimo frente a la sonrisa
que se imponía en su rostro al ser capaz nuevamente de escuchar la suavidad natural de las
palabras de Lauren, la había cautivado en todos los sentidos posibles pero siempre había
estado enamorada de la forma en que la pelinegra tenía para ser la mezcla perfecta entre
dulzura y terquedad.
—Te estaré esperando, lo prometo —susurró recostando mejor su cabeza y la ojiverde asintó
ante eso— Ojalá sea lo suficiente temprano como para tener una vida juntas.
—Intentaré hacer lo mejor que pueda —agregó entre risas —Te amo —volvió a decir
sintiendo el orgullo que llegaba en cada palabra de amor que le decía a la castaña.
—Hasta que el último grano de arena deje de existir —mencionó recordando las palabras que
tanto le habían cautivado hace tanto tiempo atrás
—Quiero que éste sea el primer día de mi nueva vida —comentó la actriz antes de suspirar —
De la vida que prometes me darás—argumentó buscando seguridad en los labios de Lauren
quién no fue capaz de defenderse frente aquel ataque pero poco y nada le importaba.
—Entonces te ofrezco una tarde perfecta para ello—susurró antes de recorrer con una
delicadeza especial el rostro de la morena —¿Qué deseas hacer?—preguntó entusiasmada
ante ello.
—Estar contigo es todo lo que necesito en mi vida —agregó entre risas lo cuál le hizo creer a
Lauren que era la segunda cosa más tierna que había visto en su vida, la primera sin dudas
alguna había sido la primera vez que había visto a su hija entre sus brazos.

—Entonces creo que yo seré quién le dé vida a ésta tarde —comentó divertida
—Quiero ver una película contigo, no he olvidado lo grandiosa que eres con ellas
—admitió encogiéndose de hombros y la castaña suspiró con una sonrisa mientras se
levantaba del regazo que había construido en la cama e iba a prender la pequeña televisión
que se encontraba en la habitación, Lauren miró el perfil de la actriz durante todos los
segundos en que ella se encontró de pie y sintió como era mucho más hermosa de lo que
recordaba y como no le alcanzaría la vida para poder apreciar a esa mujer que le había
robado el corazón.
Finalmente Camila eligió por las ironías de la vida que esa película que volvería a rememorar
sería la primera que había visto con la ojiverde y su favorita sin duda alguna, no por la
historia ni tampoco por la magia de guión ni menos por las actuaciones magistrales, hubiera

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escogido cualquier película que llevase en sus bases la sonrisa de Lauren cada vez que se
emocionaba ó sus lágrimas cuando sentía el final de ella como también hubiese escogido
cualquier película que le recordase la magia que ella irradiaba sobre todo su ser.
Así que ante esas sugerencias solo determinó que los cuatro plumas era su película favorita
de todos los tiempos.
La actriz volvió a recostarse en el regazo de Lauren mientras la película se encontraba a la
mitad y la pelinegra solo pudo reír ante eso.
—¿Casualidad ó destino?—le preguntó divertida haciendo que Camila ladeara la cabeza.
—Casualidad es que la película aparezca en éste momento pero es
destino que éste sea el primer recuerdo de mi próxima vida.
—¿Cuál sería ese recuerdo?—preguntó enarcando la ceja.
—Que quites las tonalidades grises de mi vida y que la conviertas por siempre —Lauren no la
dejó terminar al acercarse a los labios de la morena.
—En una a color.

New York, 2025


La lluvia se llevó toda la imagen de paciencia que tenía en aquel momento la pelinegra
dejando que un suspiro amargo naciera en su semblante al encontrar como todas las
personas estaban ocupando las calles de la misma manera rutinaria de cada tarde en la
ciudad que nunca dormía. A pesar de que su día había sido demasiado estresante entre
cientos de momentos que envolvían su rutina entre medio de una de las ciudades más
grandes del mundo, fue capaz de sonreír al ver la floristería que quedaba a tan solo unas
calles de su casa, sin una razón en especifico simplemente entró en ella ofreciendo un par de
minutos en derrochar una sorpresa qué tal vez duraría segundos ante la mirada intensa de la
castaña pero que podía envolver durante toda su vida en la sonrisa que tanto amaba de ella.
Las calles se desdibujaban ante la rutina de cada tarde, personas grises saliendo de sus
trabajos sintiendo como sus vidas vivían un intenso botón de repetir porque pareciera que
todos los momentos que tenían en su memoria fuesen igual al de ayer y de años anteriores,
siendo sumidos ante la rutina que no parecía pintar sus vidas sino que solamente los hundía a
vivir todos sus días de la misma manera. Sin embargo, entre medio de todas esos rostros sin
ningún tipo de emoción la chica de cabello negro pudo sonreír al ver como aquellas lirios
azules adornaban sus manos en una sensación placentera que llenaba todos los días que se
levantaba al lado de la mujer de su vida y también todos en donde no compartían sus noches
dado el trabajo como actriz de Camila pero aún así se había vuelto en una persona paciente y
admiradora de esos breves minutos en donde podía verla dormir entre sus brazos, en esos
otros donde el silencio las acompañaba sin tener ningún tipo de voz ó en sus favoritos que
eran cuando sus labios se encontraban sin ningún tipo de justificación más allá que el hecho
de que lo necesitaban.

El camino a casa se le hizo más corto a pesar de que era exactamente el mismo que recorría
cada mañana y cada tarde durante más de media hora de viaje, su amor hacia los viajes sin
sentido en un metro lleno de personas que tenían cientos de historias que contar pero que
aún así parecían como dibujos sin autores aún seguía fascinándole como la primera vez, tal
vez a veces la vida no necesitaba de grandes explicaciones ni de grandes momentos, solo
necesitaba de que alguien apreciase todos esos detalles tan pequeños que desbordaba la
rutina diaria.
Envolverse en la magia que era seguir vivo.
Lauren sonrío en cada minuto que se hizo presente desde la estación donde se bajaba hasta
llegar al departamento donde llevaba dos años viviendo con Camila, a pesar de que ella
seguía sin apreciar la ciudad como un gran panorama; tenía que aceptar que el hecho de vivir
rodeada de personas le daban algo de seguridad cuando el trabajo de la castaña se hacía
presente y tenía que pasar meses sin tenerla a su lado.

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Y su corazón latió tan fuerte como si fuera capaz de crear una marea entre las olas de la
playa al abrir la puerta y encontrarse con la castaña a oscuras con el resplandor de una
película reproduciéndose, sonrío ante eso mientras dejaba las llaves sobre la mesa y cerraba
la puerta; como siempre la actriz estaba sumida en la película más que en el ambiente por lo
cuál no fue capaz de notar como los labios de la pelinegra la dejaron sin respiración
destruyendo cualquier tipo de defensa que tuviese contra la invasión que éstos estaban
utilizando contra los suyos, sin embargo, poco y nada le importó aquel detalle cuando se dejó
llevar frente a ese amor constante y eterno que sentía hacia su chica de ojos verdes.
—Hola —susurró acariciando su mejilla haciendo que una sonrisa se formase en el rostro de
Lauren —Sigo pensando que es la mejor forma de saludo
—concretó divertida haciendo que la pelinegra se sentase junto a ella en el sillón y notó
rápidamente los lirios que decoraban las manos de ésta dejando que una sonrisa eterna y
verdadera se iluminara en su rostro al solo pensar en que no podía estar más enamorada de
ella.
—Son para ti —dijo mientras las acomodaba entre las manos de la morena quién no tardó en
olerlas suavemente sin dejar la sonrisa que tanto hipnotizaba a la chica de ojos verdes.
—Gracias —afirmó antes de besarla —No tenías que hacerlo
—comentó levantándose del sillón para ponerlas en un florero mientras Lauren notaba como
Camila se encontraba con solo una blusa blanca que utilizaba como vestido mientras todo el
resto de su cuerpo se encontraba desnudo, le fue imposible no morder su labio ante esa vista
seductora que la morena siempre le ofrecía para incitarla a que cediera ante sus más grandes
caprichos —¿Cómo te fue hoy?—preguntó interesada la castaña encontrando la mirada de la
chica que amaba en su cuerpo, rió ante la forma que conocía tan bien a su esposa y como
siempre actuaba de la misma forma inmadura desde que tenía memoria pero aún así le
encantaba seguir causando esos deseos en ella después de varios años juntas y todos los
períodos donde ellas no podían estar juntas debido a su trabajo como actriz.
—Bastante bien —sentenció suspirando —Mucho papeleo en la disquera —argumentó
enarcando la ceja —Pero supongo que lo mejor de mi día siempre será llegar y encontrarte —
agregó acercando el cuerpo de la morena hacia sus labios y hacer que cayera en su regazo
que ocupaba del sofá.
—Lauren —exclamó Camila entre risas mientras sentía como los labios de la pelinegra eran
capaces de pintar su alma de colores que solo conocía gracias a ella — Estás loca —refutó
invadida ante los labios salvajes de su
esposa—Pero así te amo.—Comentó antes de terminar aquel juego cotidiano que tenían de
vez en cuando en ese beso que tanto deseaba cada segundo que seguía con vida —¿Por qué
las flores?—preguntó enarcando la ceja antes de acariciar el cabello de Lauren con la misma
dulzura que envolvía su día a día con ella.
—Celebrando una gran fecha —mencionó seria —¿No la recuerdas?—protestó mientras
Camila la miraba impresionada intentando recordar sobre que estaban hablando —Camila —
suspiró la pelinegra.
—Hoy no es nuestro aniversario, queda aún un mes —argumentó en su defensa la castaña
mientras Lauren solo resoplaba ante la mala memoria que siempre delataba a su esposa —Me
rindo, no tengo ni idea de qué fecha es hoy—La pelinegra asintió antes de besar la frente de
la castaña y mirarla con esa sonrisa única que solo se posaba al recordarla mientras la
emoción de la noticia que llevaba ocultando de ella hace ya casi un mes estaba carcomiéndola
a cada segundo mientras los días pasaban, no obstante, quería estar totalmente segura de
que era real lo que estaba pasando.
—Casi dos meses desde el tratamiento —sentenció mientras la morena la miraba
impresionada por ello —Y casi un mes desde que dio positivo
—mencionó emocionada haciendo que la quijada de la castaña se desencajara de la impresión
hasta que finalmente ella gritara abrazándola.
—Te odio —respondió entre enojada y emocionada antes de besarla
—¿Por qué lo ocultaste durante tanto tiempo?—sentenció enarcando la ceja y la pelinegra
solo suspiró ladeando la cabeza divertida —Por dios, es la mejor noticia que he tenido en mi
vida —refutó entre lágrimas mientras no dejaba de abrazar a su esposa —Lauren ¿sabes lo

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que significa esto?—preguntó totalmente emocionada entre las lágrimas.
—Que dejaremos de tener tiempo libre entre nosotras aunque el tiempo no sea nuestro mejor
amigo —exclamó divertida hasta que sintió el golpe en el brazo de la castaña.—Seremos
mamás, mi amor —le susurró quitando dulcemente las lágrimas que decoraban el rostro de la
chica que le había robado el corazón
—Significa que te amo más que a nadie —sentenció acariciando las mejillas de Camila
mientras recostaba el rostro de ésta en su pecho —No quería decírtelo hasta que estuvieras
en casa, creo que una llamada no sería capaz de ser el mejor recuerdo de tu emoción —
concretó antes de besar con delicadeza el cabello de su esposa— Te amo demasiado, Camz.
—Y yo a ti —agregó con suaves lágrimas recorriendo su rostro
—Pensé que no había funcionado y por eso no lo mencionabas —la ojiverde chasqueó la
lengua negativamente mientras la actriz posó sus manos tímidamente en el vientre de ésta —
Sigo sin creerlo —refutó mientras sus pulgares bordeaban el vientre no abultado de su esposa
y una sonrisa profunda se instauraba en su rostro por todos los sentimientos y emociones
que estaban llegando a colapsar su mente.
—¿Eso significa que puedo caber en una de tus películas cursis de amor?—preguntó mientras
sus ojos se derretían frente la ternura que Camila
mostraba hacia su vientre y con una sonrisa pudo imaginar como sería pasar cada día de su
vida junto a ella y esa pequeña persona que estaba creciendo de a poco dentro de ella.
Su hijo.
—No —refutó mordiendo su labio—Tú siempre has sido mejor que cualquier película de amor
—mencionó antes de que sus labios volviesen a posarse sobre los de la pelinegra — Siempre
vas a ser todo lo que nunca deseé pero que hoy no pueden dejar las de ser las razones por la
cuál soy feliz.
—Gracias —comentó Lauren sumida entre un par de lágrimas obteniendo la mirada de
extrañeza de la actriz.
—¿Por qué?—preguntó enarcando la ceja mientras posaba sus pulgares sobre el rostro de su
esposa para quitar aquellas gotas que nacían desde lo más profundo de su alma, la pelinegra
sonrío porque habían miles de razones por la cuál podía agradecerle a aquella chica que había
llegado a destruir todas sus barreras y darle una mejor vista del panorama que podía ser su
vida.
—Por pintar mi vida de los colores más bonitos que he visto jamás.

---
Y aquí está el final de la historia más larga que he escrito, después
de 104 partes me despido finalmente sin palabras y solo con decirles gracias por encaminarse
en este mar de masoquismo.
Espero que hayan disfrutado tanto como yo cada palabra. Gracias por todo.
PD: Lloré en todo el capítulo.
Extra: Hilo del pasado parte 1

Hola, pues primero que todo espero que tengan un lindo día <3.

La verdad es que adoro los capítulos extras porque es el momento en donde ya comienzas a
superar la historia y ocurren más ideas para agregar en uno o en un par de capítulos, ideas

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que no habían aparecido mientras escribías por lo cuál lo hace más fresco todo.

Así que aquí viene un pequeño regalo divididos en dos parte ante el hecho de que no me he
pasado por aquí desde hace mucho tiempo, espero que lo disfruten mientras puedan.

Con amor, Taylor.

***
New york, 1950 Lauren
Mis manos nerviosas no dudaban en buscar a cada minuto si existía en la frente de mi hija
algun tipo de muestra de la fiebre que había tenido toda la noche, su cuerpo temblando entre
mis brazos y el hecho de que me sentía impotente ante el escenario que se marcaba ya que
no podía hacer nada más que esperar que mis cuidados hicieran efecto ya que no tenía
dinero para poder ir al médico y ver que la aquejaba.

Sus ojos azules cansados me miraron confundidos mientras su ceño se fruncía de esa forma
tan tranquila con la cuál siempre se mostraba cuando estaba enferma, un par de tosidos se
mostraron impacientes en sus labios mientras yo intentaba ser fuerte y no mostrar todas las
lágrimas llenas de frustración que me carcomían al no estar realizando debidamente mi papel
como su madre y la persona que debía protegerla de todo.

Un par de besos en su frente se expresaron de mi parte y ella hizo una mueca tan parecida a
una sonrisa que me dolió el alma verla de esa forma, sabía que lo único que deseaba era
quedarse en cama y eso era lo que yo también deseaba, dejarla tranquila mientras yo la
cuidaba, sin embargo, aquella idea era más que imposible ante el hecho de que no tenía a
nadie con quién dejarla todo el día.

A pesar de que Noe era bastante madura para sus casi diez años, sabía que tampoco era
correcto dejar todo el día hasta la noche a mi hija sola en la cama, por lo cuál a pesar de que
me doliera decirle que se levantara para ir al colegio, no tenía más opciones.
—Buenos días, copito —le susurré antes de comenzar a llenar su rostro de pequeños besos
que deseaba con todo mi corazón que le ayudasen a mejorar, ella no dijo nada y solo se
acurrucó aún más a mi pecho dejándome con todas mis emociones a flote —Mi amor —
musité apartando un par de mechones rubios que caían en su rostro pálido por la fiebre que
había tenido toda la noche
—Hay que levantarse, mi vida —le sugerí haciendo que ella apretara sus ojos y suspirara por
lo que le estaba diciendo.

—¿No puedo quedarme en cama, mami?—me preguntó con la voz quebrada por el dolor de
garganta que invadía su ser, yo suspiré negando a su pregunta mientras ella me abrazaba
con todas sus fuerzas —Por favor —me sugirió en un tono que solo hizo que mi corazón
doliera más —Prometo portarme bien y puedo hacer algo de comer —mencionó haciendo que
un par de lágrimas aparecieran en mis pupilas porque no podía aceptar su simple petición.

—Mi amor —dije con las lágrimas tomando posición en mi garganta, acto que detuve
sembrando un mar de caricias en su rostro —No puedes quedarte sola todo el día —resolví
mientras la abrazaba más fuerte—Sé que no te sientes bien
—comenté tratando de que las palabras no perdieran ante la fuerte presión de mi pecho —
Pero yo salgo tarde del trabajo y no dejaré que te quedes sin nadie en casa
—ambas suspiramos ante ello mientras Noe se encogía buscando un poco más de calor —Por
favor, copito —respondí acariciando su mejilla —Tienes que ir al colegio y prometo que
después de él puedes quedarte en cama cuánto quieras —susurré mientras sentía como mis

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lágrimas finalmente aparecían en mis mejillas —Has un esfuerzo por mí, ¿si?—le pedí con mi
corazón destrozado ante sus ojos azules que hoy se mostraban demasiado cansados como
para permanecer despiertos, ella se quedó en silencio antes de besar mi mejilla y asentir ante
lo que le estaba diciendo.

—¿Puedo llevar al señor oso al colegio?—me preguntó despacio —Él siempre me hace sentir
mejor —mencionó débilmente y yo asentí ante ello mientras la preocupación me carcomía,
nunca la había visto de esa forma lo cuál solo me hacía pensar que debía sacar dinero de
alguna forma para llevarla al médico, sin embargo, cómo siempre sus muestras de cariño
eterno hicieron que mis problemas se disolvieran solo por unos segundos cuando sentí como
sus pequeñas manos acariciaban mi mejilla
—Iré al cole pero no llores, mami —sentenció frunciendo el ceño preocupada y yo ni siquiera
me había dado cuenta la forma en que mis lágrimas se presentaban como un mar en
movimiento —Te quiero, mami —me susurró con esa vocecita que simplemente debilitaba mi
corazón y lo llenaba de amor.

—¿Cuánto?—le pregunté con una tímida sonrisa antes de darle un beso sonoro en su pancita
lo cuál hizo que ella se encogiera por las cosquillas que
sentía.

—Infinito como las estrellas—dijo sin más sacándome una sonrisa que llevaba en sus puntas
su nombre —¿Puedo quedarme unos minutos en cama, por favor?—me preguntó y yo asentí
con un suspiro mientras la arropaba con todas las mantas que teníamos en la cama, ella solo
se hizo un pequeño bulto entre ellas y yo mordí mi labio ante la presión que estaba presente
todos los días en mi pecho.
Sabía a la perfección que la vida no era justa ni tampoco fácil pero ésto estaba superándome
con creces, nunca había estado tan sola cómo me sentía desde que decidí mudarme. A pesar
de que habían sido incontables las veces en que deseaba regresar a casa, a lo que había sido
antes de que ella apareciera en mi vida, sabía que eso era imposible y solo me haría más
daño si me atrevía a volver a los Angeles.
Por lo cuál en contra de mis propios sentimientos me aferraba tan fuerte como podía a mi hija
y me convencía cada mañana que ésto era lo mejor para ella y para ambas.

Me levanté de la cama al notar como la olla con agua que había puesto a calentar para que
Noe pudiese ducharse comenzaba a burbujear por lo cuál no tardé en apagar la hornilla con
un suspiro pactando mis labios ante el hecho de que aun faltaba una semana para que me
pagaran y ya me habían cortado el agua caliente en pleno invierno y la luz por lo cuál, no
sabía de dónde podría sacar dinero para llevarla al médico lo antes posible.

Mis lágrimas le cedieron el paso a todos mis miedos ante el hecho de que estaba defraudando
una y otra vez a la única persona que me amaba como a nadie más. Cerré los ojos
maldiciendo una y otra vez el momento en donde había dejado que mis sentimientos
volvieran a hacer que me equivocara erróneamente como lo había hecho con Jack hace
tantos años atrás.
El problema estaba en que mi corazón aun lloraba por Camila aunque no lo quisiera aceptar,
estaba cansada de gritar en silencio por ese amor que me estaba torturando como nada más.
Sin embargo, ante mi indulgencia solo me atreví a quitar con rabia mis lágrimas y me decidí
a seguir adelante como lo hacía desde que tenía memoria.

Dejé enfriar un poco el agua hirviendo mientras notaba como la alacena se vaciaba solo con
mi mirada, quedaba tan solo un poco de tallarines que no tardé en poner como el almuerzo y
la cena de hoy, y algo de pan que había comprado hace un par de días y que tratando de que
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durase lo más que se pudiese había conservado en pequeñas cantidades por lo cuál lo saqué
untándolo con un poco de mantequilla que quedaba en la nevera y no tardé en ponerlo sobre
un plato ofreciéndoselo como el desayuno para Noe porque ya no quedaba leche caliente para
darle y sin más lo acerqué a ella para que comiera un poco antes de ir a la ducha.

—Vamos copito tienes que comer aunque sea un poco —le sugerí dulcemente al notar como
ella se negaba a darle un mordisco —Por favor, mi amor
—le susurré volviendo a hacer un intento de que al menos lo probara pero ella solo frunció el
ceño antes de sorprenderme con su pregunta.

—Mami —sugirió antes de darle un pequeño mordisco al pan —¿Puedo tener desayuno
especial de cumpleaños la próxima semana?—fruncí el ceño al no entender su pregunta —El
viernes es mi cumpleaños —dijo suavemente antes de toser un poco ante ello y yo solo
suspiré porque lo había olvidado por completo, había estado tan ocupada los últimos meses
que realmente ni siquiera me había dado cuenta del hecho de que pronto también sería
navidad, ese fue el momento donde mi sollozo tomó un par de pinceladas de realidad y se
mostró en todo mi rostro.

—Claro que sí, copito —admití antes de besar su frente produciendo la primera sonrisa que
ella mostraba en la mañana—¿No deseas nada más?—le pregunté aunque supiera a la
perfección que ésta vez no podía permitirme nada ya que mi presupuesto estaba viviendo
carencias, no obstante, al ver cómo sus ojos azules se iluminaron ante mi pregunta solo pude
pensar en el hecho de que daría mi vida por ver la felicidad siempre presente en ellos.

—Quiero quedarme en cama contigo todo el día —sugirió encogiéndose de hombros —Eso es
lo único que quiero de regalo —me dijo con una cálida sonrisa antes de seguir comiendo lo
que quedaba del pan hasta que lo dejó a la mitad y yo la ayudé a levantarse de la cama, mi
corazón se partía en cientos de pedazos mientras los minutos pasaban y veía como ella se
mostraba aún más enferma de lo que había estado ayer y yo no podía hacer nada en contra
de ello.

Mordí mi labio con fuerza cuando ella fue a la ducha luego de que hubiese puesto el agua
caliente en un balde, todas las cuentas me estaban aniquilando y no podía hacer que el día
tuviese más días para poder conseguir más dinero del que ganaba.

Contaba con tres trabajos de los cuáles solo en dos tenía un sueldo fijo que me llegaba con
dos días de diferencia al final del mes y el último lo utilizaba como un extra que me ayudaba
con las cosas que Noe necesitase para el colegio o para ella por lo cuál mi presupuesto no
podía tener fallas aunque siempre mostraba una insuficiencia cuando comenzaba a pagar
todas las cuentas que llegaban sin falta al final del mes.
Pasé mi mano nerviosa sobre mi cabello intentando relajarme y no seguir llorando ante la
vista de mi hija, sin embargo, se me hizo imposible no llorar de la impotencia hasta que ella
salió del baño ya vestida y lista para ir al colegio, no obstante, su mirada en el suelo me hizo
crear una preocupación más grande al ver cómo ella sollozaba en silencio mientras se
acercaba a mí.
—¿Qué sucedió copito?—pregunté asustada ante sus lágrimas y ella solo me abrazó sin dejar
de sollozar.

—Lo siento mami —se disculpó antes de elevar sus ojos azules hacia mi —Vomité y ensucié
mi pijama —sentenció con tanto dolor que hizo que mi corazón se estrujara —Lo siento, yo
no quería —yo no dije nada y solo la abracé más fuerte hacia mí.

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—No pasa nada, copito —le dije quitando las lágrimas que se acumulaban en sus pupilas —Lo
lavaré y todo se solucionará —argumenté repartiendo un par de besos en sus mejillas —No
pasa nada —concreté antes de suspirar y acariciar su rostro —Perdóname por no ser la mamá
que mereces, mi vida —afirmé entre lágrimas al sentir su cuerpo tan cerca de mí, su corazón
latía despacio mientras mis caricias se iban hacia su espalda —Por favor, perdóname —Noe
no tardó en negar ante ello y darme un beso en mi frente que hizo que mis lágrimas dejaran
de ser tan importantes cómo lo habían sido hasta aquel momento.

—Eres la mejor mami de todo el mundo —murmuró jugando con mi cabello —No puedo tener
una mejor —manifestó con todo el amor que invadía su alma—Te quiero infinito como las
estrellas y aún más porque me quisiste antes de que naciera, a pesar de que llorara cuando
era una bebé y aunque no te dejase dormir —sugirió antes de acomodar mi cabello con sus
manos —Jamás podría pedir una mejor mami —concretó arrugando la nariz antes de
abrazarme con todas sus fuerzas —Gracias por ser mi mami —admitió jugando con todos mis
sentimientos, las gotas de rocío que caían en mis mejillas se expresaban de una manera que
no tenía fin y como siempre, ella era todo lo que estaba bien en mi vida y la única que
siempre estaría a mi lado.

***
La mañana se mostró mucho más fría después de dejar a Noe en el
colegio, a pesar de que ya me había acostumbrado al invierno violento que se vivía en la
ciudad, también me había acostumbrado a ese escenario donde personas sin color alguno
recorrían apurados las calles ante la rutina que los aniquilaba y aunque no quisiera aceptarlo,
yo también era una de esas personas porque todos los colores que había adquirido alguna
vez simplemente ya no existían y jamás regresarían.
Di un lánguido suspiro hacia la ventana del bus al notar cómo se eregía a tan solo un par de
metros aquel hotel donde trabajaba tres días a la semana haciendo que coincidieran con los
días en donde mi hija salía más tarde de sus clases y lograse ir a recogerla dejando los otros
días de la semana para trabajar como mesera en un bar que quedaba a un par de calles del
hotel. Muchas veces los combinaba a ambos en un día tratando de ganar algo de dinero extra
pero aunque el trabajo jamás había sido un factor en mi vida que me atreviese a criticar o a
negar, tenía que aceptar de que intentaba de que esos días no se mostrasen mucho en el
mes porque aun no olvidaba el hecho de que Noe aun no terminaba de confiar
completamente en mí luego de aquel año donde no había estado presente y cuando no me
encontraba en la noche solía quedarse despierta hasta que llegase para asegurarse de que no
la volvería a dejar.

Sabía que ella tenía todas las razones del mundo para reaccionar de esa manera pero eso no
quitaba el hecho de que me dolía solo pensar que ella no confiara en que me quedaría con
ella por siempre.

Sus ojos azules cansados era lo único que ocupaba mi mente en aquel momento y a pesar de
que me había acostumbrado a ser una autómata en donde las pocas horas que tenía para
descansar en el día las ocupaba en utilizarlas para ese trabajo extra que tenía en la tintorería
cercana al departamento que arrendaba donde me encargaba de hacer el planchado y
muchas veces el lavado, mis recuerdos seguían evocando a aquellos meses donde los había
pasado con la única mujer que había ganado mi corazón de esa forma tan avasalladora.

A veces me quedaba pensando en qué sería de su vida, en cómo se levantaba por las
mañanas, si su seriedad se había presentado desde que yo la había traicionado y así eran
miles las dudas que me generaban todos los días en que no estaba con ella.

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Claire me había escrito cientos de veces pidiéndome que le diese una oportunidad pero cuánto
se equivocaba en ello porque yo no merecía pedirle nada luego de todo el dolor que le había
provocado.

—Buenos días, Lauren —me saludó una de mis compañeras de trabajo en el hotel, yo le di
una cálida sonrisa ante su forma tan dulce de saludarme todos los días y me dirigí como
siempre a la sala de empleados para ponerme el uniforme negro con blanco que
presentábamos las personas encargadas de la limpieza del hotel.
Monique, la misma chica que me había saludado apenas había llegado no tardó en también
vestirse mientras yo estaba concentrada en no cometer ni el más mínimo error en mi
presentación porque sabía a la perfección que
últimamente los despidos se habían visto por montones y yo no podía darme el lujo de poner
en riesgo un dinero que necesitaba con mi propia vida.

—Luces bastante cansada —mencionó la morena mientras amarraba su cabello ondulado en


una coleta yo solo suspiré cerrando mi casillero
—¿No has pensado tomarte un día libre?—preguntó enarcando la ceja y yo negué ante ello
porque a pesar de que era parte de mi contraro, nunca había pedido ese día libre en el año
debido a que significaba que no tomarlo me daba la oportunidad de poner ese día cómo paga
extra —¿Cómo está Noe?—me preguntó antes de ayudarme con la coleta que me estaba
haciendo, le di una cálida sonrisa frente a su atención y aunque intentaba no crear vínculos
con nadie, se me hacía imposible no tener paciencia con la morena que no dejaba de sonreír
por todo.

—Más enferma que nunca —sugerí bufando —Necesito llevarla al médico pero no tengo
dinero —manifesté mordiendo mi labio ante la realidad que se estaba pintando en mi
presente, ella no tardó en abrazarme ante eso y aunque lo último que necesitaba era la
lástima de alguien; debía aceptar que aquel abrazo me dio un poco más de fuerzas para
poder comenzar el día.

—Mi primo estudia medicina —mencionó antes de acariciar mi mejilla —Aún no se recibe pero
estoy segura de que quizás puede ayudarte a saber que tiene y darte los medicamentos que
tienes que comprarle —una sonrisa verdadera se mostró en mis labios ante aquella
sugerencia —Claro, sino tienes problema que alguien de color revise a tu hija—contestó y yo
negué rápidamente ante ello porque no me importaba ni en lo más mínimo un detalle que no
debería importarle a nadie pero sabía que el mundo pensaba totalmente distinto a lo que mi
conciencia podía.

—Gracias, Monique —dije casi con las lágrimas de felicidad atestando mis mejillas —¿Puedo
llevarla hoy después del trabajo?—le pregunté mientras caminábamos hacia la recepción
donde nos daban las órdenes del día, ella asintió con una sonrisa quitando un mechón
rebelde que se había salido de mi moño.
—Tienes una sonrisa muy bonita, Lauren —comentó mientras sus manos acariciaban mi
rostro —Deberías utilizarla más —admitió encogiéndose de hombros antes de que yo la
abrazara.
—Muchas gracias, Monique —sentencié —No puedo ni siquiera mostrar en palabras lo
agradecida que estoy —afirmé y ella solo evocó una sonrisa ante ello y con un cálido beso en
mi mejilla dejó que su sonrisa fuese lo único que me animara aquella fría mañana de
diciembre.

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La rutina se hacía sentir desde que llegaba al hotel después de
dejar a mi hija en el colegio, no obstante, esa mañana fue imposible no tener una sonrisa
frente al hecho de que tenía un problema menos en mi vida al por fin tener la oportunidad de
aliviar el malestar que tenía mi bebé por lo cuál cuando las doce de la tarde se mostraron en
el reloj yo ni siquiera me había daod cuenta de que tan solo me quedaban cinco horas más
para poder salir e ir a casa para estar con Noe todo lo que quedaba del resto del día.

Aquel pensamiento me invadió de una felicidad innata mostrándose en una sonrisa en mi


rostro que duró solo hasta que entré al penthouse del edificio ante el rutinario aseo de las
habitaciones que hacía a diario, sin embargo, la imagen prepotente de aquella chica que
había cambiado mi vida para siempre era lo último que esperaba encontrar luciendo en un
vestido rosa, el cabello desordenado y su mirada puesta en una de las tantas ventanas que
se encontraban en el último piso.
—John te he dicho más de mil veces, no pienso aparecer en otra película aunque me
prometas el cielo —manifestó mostrando como el tono de voz comenzaba a endurecerse con
cada palabra —No sirve de nada que llames a Claire para que me convenza de nada —refutó
amargamente hasta que su cuerpo se giró enojada hacia donde yo estaba, ambas nos
miramos cómo si no fuéramos capaces de entender lo que estaba sucediendo.

Ella no tardó en dar un lánguido suspiro mientras yo me perdía ante la belleza que era fácil
adorar en Camila porque sabía que a pesar de que pasaran los años, ella seguiría viéndose
tan hermosa e inalcanzable como siempre.

—No lo aceptaré, así que no vuelvas a llamar —sentenció finalmente terminando con la
llamada mientras sus ojos oscuros se endurecían al mirarme y yo no supe que decir frente a
su imagen.
—Lo lamento, pensé que no había nadie —dije mientras mis palabras no sabían cómo
expresarse frente al nerviosismo que habitó cada parte de mi piel, Camila no dijo nada y solo
ignoró mi respuesta sin darle ningún tipo de importancia.

Ambas sabíamos la razón de la dureza con la cuál su mirada se posaba en la mía, sin
embargo, saberlo no significaba que dejara de doler.
—Vendré en otro momento —me atreví a decir rápidamente, no obstante, ella solo chasqueó
la lengua negando.
—No te preocupes, yo solo estaba terminando de arreglarme
—mencionó sin mostrar ningún tipo de emoción en su semblante sino todo lo contrario, su
mirada contrastaba con todos los recuerdos que tenía de ella pero me recordaba claramente
a la chica que alguna vez había visto antes de que surgiera nuestra amistad.
Era la actriz fría a quién no le importaba nadie más que ella misma.

—Puedo esperar afuera —manifesté sin mirarla, sin embargo, un par de risas amargas de su
parte hicieron que no pudiera realizar aquel acto sin sentirme terrible por tenerla tan cerca y
a la vez saber que era imposible sembrar todos esos besos que había deseado cada mañana
desde que no la tenía a mi lado.

Tenía tantas ganas de abrazarla y no soltarla jamás, de decirle todas esas palabras de amor
que se habían agolpado en mi pecho durante éstos dos años pero aún así el valor no se
presentó y solo el silencio ensordecedor se presentó entre nosotras hasta que su voz volvió a
ser lo único presente en la habitación.

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—La habitación no se limpiará sola —señaló con esa sonrisa amarga que había tantas veces
dirigidas hacia otra persona pero jamás la había recibido de su parte, mi corazón se destruía
con cada segundo que pasaba y Camila se limitó a acercarse a uno de los muebles del lugar
donde se encontraba un tocadisco y no dudó en poner aquella canción que ella había puesto
la primera vez que me había enseñado a bailar —¿Te gusta la canción?—preguntó
irónicamente a sabiendas cómo me estaba doliendo todo lo que estaba sucediendo, ella se
estaba desquitando por la forma en que había traicionado su confianza y aunque me lo
merecía de cierta forma, yo solo deseaba tranquilizar sus pensamientos repitiéndole una y
otra vez cuánto la amaba.
—Tiene un buen gusto señorita Cabello —dije tragando todo mi orgullo y solo decidí dejar que
ella desarrollara la escena como lo deseara, no podía juzgarla ante su rabia aunque estuviese
luchando contra todos mis principios para escuchar todas sus palabras que me herían más
que nada.
—Lo sé —sentenció sin más mientras una sonrisa sarcástica aparecía en sus labios antes de
prender un cigarrillo que se encontraba en la cómoda
—¿Desea?—me preguntó enarcando la ceja y yo negué suspirando ante el hecho de que sabía
que el cigarrillo era la opción que ella buscaba cuando se encontraba abrumada, la conocía
tan bien como para reconocer la tristeza que la abatía profundamente aunque ella intentase
ser la mejor de actriz del mundo y refugiarse en esa capa de indiferencia que tantas veces
había destruido cuando lloraba entre mis brazos por la soledad en la que se mostraba su
alma.

—Agradezco la oferta pero no fumo —refuté comenzando a dirigirme a la cama destendida


con las sábanas en el suelo solo para no tener que pensar en ella pero se me hacía imposible
teniéndola por primera vez tan cerca de mí desde hace tanto tiempo—Pensaba que tenía un
penthouse en el plaza —dije finalmente sin poder controlar la soberbia que absorbían mis
labios ante cada palabra, Camila se limitó a lanzar un par de risas frente a eso antes de
recostar su espalda en
el ventanal de la habitación lanzando todas las tristezas que se acumulaban siempre en el
humo de su cigarrillo.
—Lo vendí hace un par de meses, tiene demasiados recuerdos que no me interesa recuperar
—mencionó con dureza lo cuál solo hizo que mi mirada buscar sus ojos castaños como lo
habían hecho tantas veces en el pasado, sin embargo, solo encontré una mirada seria que no
lograba tocar mi alma sino que solo la destruía un poco más de lo que ya estaba —Así que
decidió vivir en la ciudad que nunca duerme—mencionó mientras yo cambiaba las sábanas e
intentaba no mirarla porque solo incrementaba mi dolor —Pensé que la playa era un mejor
panorama
—comentó ante la impotencia que sentía en aquel momento por la forma en que ella podía
utilizar todos nuestros recuerdos en mi contra y como su boca se llenaba de palabras
envenenadas con rabia —Y con todo el dinero que tiene a su disposición no esperaba que
trabajase en un hotel —sentenció quitando su cuerpo del ventanal para tirar el cigarrillo en el
cenicero, yo solo suspiré ante el hecho de que nunca había utilizado ni un solo centavo de él
y aunque lo deseara era prácticamente imposible que lo recuperase ya que estaba en manos
de su madre.

—El trabajo nunca debe soberbiarse, señorita Cabello —añadí con dureza al terminar de
amoldar las amolhadas, Camila me miró con una sonrisa orgullosa ante mi respuesta y no
tardó en dar un lánguido suspiro por ello.
—Eso dicen —manifestó dándome la razón —Pero también dicen que el amor puede traer la
felicidad eterna y ambas sabemos que eso es una completa mentira —concretó dando una
estocada en mi corazón —Todo sería más fácil si pudiésemos quitarnos esos sentimientos que
nos abaten cada noche y cada mañana.
—No puedo estar más de acuerdo con usted —respondí sin mirarla al dejar las sábanas sucias

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en el carrito donde estaban todos las sábanas y toallas sucias —El amor es la condena más
grande de los humanos y aun así lo buscamos con la excusa de que es capaz de darnos
vida—recité uno de los versos más conocidos de Goehler ante la mirada impredescible de la
castaña.
—Max Goehler—sentenció con una cálida sonrisa —¿Ha leído su último libro?—me preguntó
llamando mi atención y yo asentí tímidamente porque lo había encontrado en la biblioteca
pública y no había dudado en sumirme ante la magia de su prosa —De antologías y otras
mentiras del amor es sin duda uno de los mejores que ha publicado —manifestó con
sinceridad y yo asentí porque tenía toda la razón, aquel libro había sido la razón de tantas
lágrimas presentes en mi almohada antes del amanecer —Sin embargo, comete el error de
exaltar al amor cómo algo tan puro y preciado que debemos obtenerlo de toda forma posible.
El amor es solo una maldición que buscamos para justificar nuestra soledad—concretó
suspirando —El amor es para los pobres tontos que creen que con ellos no basta, a mi
parecer el amor es solo una estupidez de un par de palabras bonitas que no llenan mis días de
nada —aclaró antes de acomodar su cabello en el gran espejo que existía en medio de la
pared que estaba frente a mí —¿Usted qué piensa del amor?—me preguntó mientras mi
corazón lloraba en silencio por cada una de sus palabras.

—Debo decir que estoy de acuerdo con Goehler —respondí tratando de ganar fuerzas con ello
—El amor es puro si se le da la oportunidad, por ejemplo el amor de mi hija hacia mí es puro
en todo el sentido de la palabra al igual que el mío hacia ella —contesté comenzando a
desempolvar los objetos que se encontraban en el mueble principal de la habitación, el
silencio sepulcral que se mostró ante nosotras fue la muestra de que estábamos perdidas de
una u otra forma.

—¿Cómo se encuentra Noe?—preguntó ante mi mirada impresionada por ello —¿Se encuentra
bien?—dijo seria y yo negué suspirando ante el hecho de que no podía seguir con el juego
que llevábamos donde no nos importaba la otra.

—Está enferma y no he podido llevarla al médico —refuté notando cómo sus ojos castaños
me miraban por primera vez desde que nos habíamos reencontrado con amabilidad y dulzura
como siempre me miraban en el pasado—Yo
—no me atreví a decir nada y Camila solo chasqueó la lengua acercándose hacia donde estaba
una chaqueta colgada dejando un par de billetes a mi lado.

—No te atrevas a negarlo, ni siquiera por tu orgullo —contestó frunciendo el ceño —Es un
regalo hacia tu hija, ella no tiene nada que ver entre los problemas que carguemos nosotras
—sentenció antes de suspirar —Estoy segura que los utilizarás de la forma correcta, Lauren.
—Lamento haberte roto el corazón —fue lo único que pude decir al sentir mi voz rota, Camila
me miró con indulgencia durante unos segundos hasta que finalmente ladeó la cabeza en
forma negativa.

—No puedes romper algo inexistente —afirmó dejando que sus palabras se tiñeran con la
seriedad más grande del mundo —Espero que tengas una buena vida, Lauren
—sentenció tomando su chaqueta para salir de la habitación.

—Yo también lo deseo para ti, mi reina —ambas nos miramos con nuestros corazones
destrozados y aunque deseaba abrazarla cómo lo había soñado tantas veces, aquello no
sucedió y Camila simplemente salió de la habitación dejando mi corazón totalmente
destrozado ante una herida que sabía que jamás se iría.

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***
New york, 1957 Noelle
Mi cuerpo cansado por estar todo el día sirviendo mesas finalmente cedió ante la presión
cuando pude subir los últimos escalones que me separaban del departamento que compartía
con mamá desde que nos habíamos mudado a New York dejando atrás el clima cálido para
darle paso a un mosaico de temperaturas pero que principalmente se mostraban frías aunque
mamá quisiera negarlo.

Ya no era una niña y me daba cuenta a la perfección de cómo lloraba en silencio cuando no la
veía y aunque siempre me dijera que estaba bien y que solo estaba exagerando, sabía que
aquel nombre que había maldecido desde que conocía palabras que pudiesen quitar la rabia
que sentía todo mi ser al recordarla, era la razón por la cuál ella se sentía de esa forma tan
destrozada y a pesar de que los años habían cedido; ella no era capaz de olvidarla.

La vie en rose resonaba fuera del departamento y yo solo rodé los ojos ante eso porque debía
ser mamá con sus canciones románticas que ya habían dejado de tener sentido desde hace
mucho aunque amaba que ella cantara, no podía soportar que estuviese tan empeñada en
dejar el recuerdo latente de alguien que no la merecía ni en lo más mínimo y se esforzase por
esquivar mis regaños.

Piaf se mezclaba con la voz de mamá quién se encontraba de la forma que la había visto
tantas veces, planchando mientras la noche se msotraba tímidamente entre las sombras del
cielo. A pesar de que había comenzado a trabajar hace casi tres años, mamá no aceptaba el
dinero que yo le ofrecía porque me decía una y otra vez que ese dinero era solo mío y que
debía ahorrarlo cuando más lo necesitase.

Sin embargo, ante ello yo no daba ningún tipo de comentario y solo lo utilizaba para pagar las
cuentas que mamá no podía solventar y que muchas veces habían sido la razón por la cuál
cuando era niña, ella no dudaba en llenarme de amor para que no me diera cuenta de todas
las carencias que tenía.

Lo cuál no podía dejar de agradecerle por todo lo que me quedara de vida, ella era la persona
que más admiraba. Tan perfectamente hermosa, cariñosa y la muestra de que no existían
imposible y solo el esfuerzo podía dar frutos, ella con su amor era lo que me hacía agradecer
todos los días a quién fuese que escribiera nuestro destino de tenerla a ella como mi mejor
amiga y mi todo.

Me había enseñado cosas que jamás el colegio ni los mejores profesores podrían enseñarme,
el valor de la vida, de siempre soñar más grande que las paredes que detienen nuestro vuelo,
a ser respetuosa con todo el mundo y más
importante que eso, ella había sacrificado su felicidad por la mía por lo cuál no podía no
amarla con todo mi corazón.

Me quedé un par de segundos viendo como ella seguía a la perfección la entonación de la


canción en la radio y una sonrisa apareció en mis labios al recordar todas esas noches que
ella había utilizado para cantarme antes de dormir. Mis ojos no dejaban de verla cómo la
mujer más hermosa que existía y el color verde de sus ojos llenos de amor hacia mí era lo
que deseaba por siempre en mi vida.

—Te encantaba cuando eras más pequeña —dijo sin alzar la mira de la camisa que estaba
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planchando, fruncí el ceño ante el hecho de que pensaba que no había notado que había
llegado y cómo si leyera mi mente dejó la plancha a un lado y soltó una pequeña risa —Soy
tu madre, así que sé cuando estás y cuando no —refutó antes de levantarse y llenar mi rostro
de esos besos que tanto me encantan antes de quitar mi cabello despeinado de mi cara —
¿Qué tal tu día copito?—respondió arrugando la nariz y yo reí por ello.

—Siempre mejora cuando llego y tú estás —le dije suavemente antes de besar su frente,
atrás habían quedado los días en que tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para
alcanzar su rostro ya que era varios centímetros más alta que ella—¿Tú qué tal?—le pregunté
quitándome la chaqueta para dejarla en el perchero mientras ella volvía al trabajo que estaba
realizando con tanto esmero hace unos segundos, a veces deseaba que los años pasaran más
rápido para poder graduarme y darle todo lo que ella merecía por el esfuerzo que había
labrado durante toda su vida.

La impotencia de no poder darle todo lo que ella me había ofrecido a mí me carcomía pero a
la vez me daba fuerzas para saber que debía estudiar lo suficiente para ser la mejor y lograr
darle todas las comodidades que nunca fueron parte de su vida.

—Casi termino con ésto —mencionó mientras yo me acercaba a la cocina para ver que había
de cenar y una sonrisa invadió mis labios al notar que era mi comida favorita —Ni lo pienses
Noelle Rose —manifestó enarcando la ceja y yo la miré sin entender —Lávate las manos y
sírvete en un plato, sé lo que ibas a hacer
—rodé los ojos ante la forma tan natural que tenía para leer mi mente, sin embargo, solo me
acerqué a ella para besar su cabello —Te amo, copito.

—Infinito como las estrellas —dije con una sonrisa invadiendo mis labios —Lo mismo que yo
siento cada vez que te miro, mamá — afirmé antes de abrazarme a su cintura cómo lo hacía
cuando era más pequeña y necesitaba de su
amor ante las respuestas que no tenía de la vida, ahora tenía casi 17 años con tan solo unos
meses para graduarme y dale comienzo a una etapa nueva en mi vida pero habían tantas
cosas que aún no lograba entender.

—¿Sucede algo?—preguntó acariciando con ternura mi cabello y yo solo resoplé —Noe sabes
que puedes contarme lo que sea, mi vida —aclaró dulcemente y yo asentí porque entre
nosotras no había secretos, al menos de mi parte porque ella era experta en creer que aun
era una niña y no merecía saber lo que pasaba pero aun así se lo disculpaba siempre ya que
ella era mi mejor amiga en todo el mundo.

—Hay un chico —mencioné ante sus ojos verdes que no perdían el rumbo entre mis palabras
—Es bastante guapo —admití encogiéndome de hombros antes de suspirar por la imagen que
tenía de aquel castaño que había visto cientos de veces en el trabajo, pidiendo siempre la
misma orden y con la misma sonrisa en sus labios —Se llama Leo —afirmé y mamá no tardó
en levantar mi mirada para ver cómo mis ojos se llenaban de amor a través de la forma en
que ella me veía.

—¿Es inteligente?—me preguntó enarcando la ceja y yo asentí ante ello porque había tenido
la oportunidad de hablar un par de veces con él, llevaba meses conociéndolo y a pesar de que
siempre quise negar que él me hacía sentir distinta; hoy en día se hacía una misión imposible
no perderme en sus ojos oscuros.
—Lo es y me ha invitado a salir muchas veces —sentencié en un
suspiro.

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—¿Has salido con él?—negué ante ello porque nunca me había atrevido a hacerlo, sabía a la
perfección lo que el amor era capaz de producir y no necesitaba equivocaciones que quitasen
de mi vida el futuro que deseaba.

—¿Crees que debería hacerlo?—le pregunté tímidamente mientras tomaba su mano y


comenzaba a llenarla de besos cómo tanto me gustaba, éstas mostraban la prueba del
esfuerzo que ella había mostrado desde siempre y es por eso que eran las manos más
bonitas que había sentido en mi rostro.

—¿Quieres un consejo?—preguntó sin entender y yo asentí antes de que su mano se posara


sobre mi cabello —Si te gusta y es recíproco no encuentro el problema a que salgas con él —
determinó antes de suspirar —Mi amor, tú eres más inteligente que yo y puedo asegurarte
que todos los miedos que tienes son sin razón alguna porque tú estás destinada a hacer
grandes cosas —sonreí ante la forma tan dulce que tenía siempre para hacerme sentir única.

—Pero y si me equívoco—lancé en un suspiro y ella se quedó


callada por unos segundos.

—No serás la primera ni la última en hacerlo —sentenció encogiéndose de hombros antes de


volver a la suave caricia que mostraba en mi cabello —Noe jamás rechaces al amor por el
miedo de equivocarte, solo los cobardes huyen ante él —mencionó —Y tú eres mi hija por lo
cuál eres mil veces más valiente de lo que yo alguna vez seré —aseveró antes de sonreír —
Pero espero que seas consciente de que los cuentos de hadas no existen y encontrar a un
chico no determina que vayas a ser feliz por siempre. Solo significa que estás amando como
cualquier otro ser humano, por lo cuál tienes que ser juiciosa siempre frente a lo que deseas
en tu vida y lo que él pueda entregarte —manifestó antes de suspirar —No te equívoques
como yo lo hice —dijo antes de besar mi rostro —Te amo más que a nadie en el mundo pero
darle a un chico ese tipo de regalo, darle todo tu corazón solo puede ser posible cuando estés
totalmente segura de que él siente lo mismo que tú, que es capaz de respetarte y amarte con
todo su corazón. Sé inteligente y no dejes que un par de palabras de amor y la belleza sea lo
que se apodere de tu conciencia, siempre tienes que tener presente que tus planes de vida
son más importantes que nada y ese chico solo será el indicado si es capaz de hacerte una
mejor persona y apoyarte en todo lo que hagas —asentí ante la sabiduría que siempre
encontraba a su lado, mamá siempre sabía que decir, cómo animarme y nunca juzgarme por
mis acciones a pesar de que ella me conociera desde antes que naciera—Espero conocer a
ese tal Leo—yo reí ante ello antes de asentir.

—Puedo invitarlo a casa para que lo conozcas y me des tu visto bueno —afirmé y mamá solo
rió ante ello —Gracias mamá, por todo —le agradecí como siempre lo hacía porque me
encantaba ver el brillo que siempre nacía con esas palabras sobre sus ojos verdes.
—No tienes porque agradecerlo copito —susurró dulcemente —Tú siempre serás lo más
importante en mi vida y yo solo deseo que seas feliz —agregó con esa sonrisa eterna que
siempre me abrigaba ante el frío de cualquier temporada, no obstante, sus ojos siempre
volvían a tomar esa tristeza que sabía que tenía nombre y apellido y que lastimosamente yo
no podía hacer nada en contra de ello.
—Te extrañaré los días en que te vas —me dijo algo triste y yo solo suspiré porque a pesar
de que no deseaba hacer aquel viaje, era necesario.

—Yo también pero estaré bien, Andrea también viaja conmigo así que no nos pasará nada —
mamá asintió besando mis manos antes de comenzar a hacerme cosquillas como cuando
tenía seis años y mi mundo era ella.
Tantas cosas habían cambiado desde aquel momento de mi infancia, sin embargo, el hecho
de que mi mundo era ella aun era una constante que deseaba que siempre estuviese en mi

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vida.
***
Los Angeles se pintaba ante los colores del atardecer mientras intentaba recordar aquel lugar
que me había visto nacer, poco y nada era lo que recordaba de la playa ni de las luces que
decoraban la ciudad. A pesar de que tía Dinah y tía Mani siempre nos escribían y trataban de
mantenerse en contacto con nosotras, era como si viera por primera vez la ciudad que había
cambiado todo.

Suspiré mientras el bus se acercaba al paradero que quedaba a una calle de distancia de la
dirección que decoraba el papel que tenía entre mis manos, los nervios no dejaban de azotar
mi rostro mientras trataba que la valentía que mamá siempre mostraba ante todo no me
dejase de lado ante todo lo que había esperado para que sucediese éste momento.

Con el mar a solo unos minutos de distancia, el viento tocando mi rostro y todos mis miedos
ante una persona que era totalmente desconocida a mí pero que debió estar presente en toda
mi vida, me atreví a acercarme a la casa 203 de aquel vecindario lujoso que quedaba cerca
de la playa.

Jack Jauregui me dije una y otra vez tratando de procesar su nombre, mamá me había
comentado como tenía una familia por lo cuál había esperado que el atardecer tiñera el día
para ir a su casa y asegurarme de que él estaría en ella y pudiese hablar un par de minutos
con él.
Mi corazón latía a mil mientras recordaba el hecho de que no podía ponerme nerviosa cuando
había recorrido casi todo el país para encontrar a ese hombre que no existía en mis memorias
pero que me había dado la vida por lo cuál cuando llegué a la casa indicada en aquel viejo
papel que llevaba en mis bolsillos desde que supe que era el momento de encontrarme con
ese hilo de mi pasado que jamás había enfrentdo, me llené de valor y noté como era una
casa de dos pisos con un jardín que siempre había adorado de ese tipo de casas y con el cuál
había soñado tantas veces aunque supiese que mamá no podía darme un hogar de ese tipo.

Sonreí tratando de mi imaginar cómo hubiera sido mi vida si él realmente hubiera amado a
mamá, quizás todo sería tan distinto y hasta mis pensamientos serían distintos al que tenía
tatuados en mi piel. Suspiré al ver cómo un auto se estacionaba en el frente de la casa y con
una mirada perpetua intenté ver de quién se trataba hasta que vi que un hombre con el
cabello rubio canoso y unos grandes ojos azules decorados por su mirada seria y un par de
pantalones negros combinados con una camisa blanca y una corbata azul se dirigía hacia la
puerta de aquella casa.

No había duda de que tenía que ser él, de cierta forma mi corazón
latió aún más cuando vio la imagen de ese hombre que nunca imaginé que sería parte de mi
vida y que mamá había alimentado a través de historias falsas de heroísmo.

Me acerqué sigilosamente con el miedo carcomiendo mis entrañas hasta que finalmente toqué
su espalda para que se diese vuelta mientras sus ojos azules me miraban de pie a cabeza sin
entender lo que sucedía.

—¿Puedo ayudarte en algo?—me preguntó enarcando la ceja y yo me quedé atónita ante el


sonido de su voz, era tan potente y a la vez tan poco común como si tuviera algo atrayente
que te hiciera mirarlo sin tener respuestas a su pregunta —¿Puedo ayudarla señorita?—volvió
a preguntar haciendo que yo asintiera rápidamente antes de pasar mis manos nerviosas por
el vestido blanco que había escogido para utilizar en ésta ocasión.

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—¿Usted es Jack Jauregui?—dije sabiendo que el miedo se esparcía en cada una de mis
palabras, el hombre frunció el ceño antes de tomar mi mano y llevarme unos metros más
lejos de la puerta de su hogar —¿Qué es esto?—refutó exasperado y yo solo suspiré sabiendo
que éste era el momento.
—Creo que soy su hija —contesté sin más haciendo que él me mirara impresionado como sino
quisiera comprender lo que estaba sucediendo —Soy Noelle Rose, hija de Lauren —recriminé
rápidamente mientras sus ojos se abrían aún más impresionados que en un principio —Y
estoy casi segura de que es mi padre —el silencio nos absorbió en aquel momento que
difícilmente encontraba palabras para poder expresarse, yo estaba sumamente nerviosa ante
su reacción aunque no sabía el porqué de ello pero aún así existía una parte de mí que
deseaba que él me mirase cómo pensaba que los padres miraban a sus hijas.

Sin embargo, eso jamás pasó.

—¿Qué haces aquí?—refutó enojado y yo no entendí el porqué estaba tomando aquel


semblante —No tengo ninguna hija y menos con una tal Lauren
—concretó mientras yo fruncía el ceño por su respuesta—¿Quieres meterme en problemas,
niña?—la rabia no tardó en recaer en mi rostro al notar cómo sus ojos mentían ante cada
palabra y él mejor que nadie sabía que no estaba mintiendo de ninguna forma.

—Miente —sentencié haciendo que él abriera la boca sorprendido


—Sé que es mi padre, mamá jamás me mentiría y menos con un hombre como usted
—contesté totalmente decepcionada de la imagen que me estaba llevando de aquel hombre,
no obstante, me sentí una tonta al crear fantasías de alguien que no debía
tener ningún tipo de admiración.
—Debes irte —contestó serio —No necesito problemas de una niña que está en la búsqueda
de su padre —manifestó haciendo que mi rostro se llenará de furia ante sus palabras.

de su agarre.
—No me iré hasta que hable con usted —agregué soltando mi brazo

—¿Qué quieres?—preguntó desconcertado ante mi reacción y


aunque mi orgullo me pedía que me fuese de aquel lugar sin darle ningún tipo de importancia
a lo que él podía aportar a ésta escena, sabía que mi vista era por razones mucho más
grandes que mi propio razonamiento.

Mamá estaba enferma y necesitaba dinero que yo no podía otorgarle aunque hubiera vendido
mi alma al diablo solo por ella, aunque no me lo quisiera decir yo sabía a la perfección que
cada vez se sentía peor y que ya no era un simple resfriado como siempre se excusaba por lo
cuál tenía que hacer algo rápido antes de que todo comenzase a hacerse más duro y ya no
hubiera vuelta atrás.

—Necesito dinero —respondí sin más yendo al grando al darme cuenta de que aquel hombre
ni siquiera merecía alguna palabra que saliera de mis labios, él solo rió como si fuera lo más
divertido del mundo.
—Es lo único que puedo esperar de la hija de alguien como tu madre —contestó haciendo que
mi cólera ardiera por lo cuál no dudé en tomar su brazo y acercar su rostro hacia mí.
—No le permitiré que diga una sola palabra sobre mi madre, ella es más humana de lo que

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usted alguna vez podrá ser —le escupí llena de furia —Pero sé que si me atrevo a dirigirme
hacia su casa y tocar la puerta, su esposa no dudará en sospechar la razón por la cuál nos
parecemos tanto, ¿me equívoco?—pregunté obteniendo toda su atención y él se alejó de mí
con la furia en su semblante pero poco y nada me importaba aquello —No estoy aquí porque
usted merezca conocerme ni menos para que sepa de mi existencia, yo solo necesito dinero y
me iré tan rápido como pueda.
—¿Cuánto necesitas?—me preguntó asqueado de la forma en que lo estaba tratando, sin
embargo, no sentía vergüenza ni misericordia hacia él.
—Unos mil —mencioné haciendo que él me mirara impresionado antes de negar por ello—
Mamá está enferma y con mi salario no puedo llevarla a un buen médico —afirmé ante sus
ojos azules —Solo son mil dolarés y me iré de su vida para siempre como debió ser desde un
principio —su mirada no dejaba de estar centrada en mí hasta que finalmente suspiró
sacando su billetera.
—Solo tengo 100 por ahora, dame tu dirección y te enviaré el dinero sin falta —concretó sin
mostrar ningún tipo de emoción en sus palabras —Si eso hace que desaparezcas a mi me
parece perfecto —aclaró dándome los billetes de
a diez que se encontraba en su billetera de cuero, la rabia me carcomía pero traté de ser
fuerte para no derramar ni una sola lágrima en su nombre.
—No se preocupe, mi madre si me crió bien para no disolver mis promesas —dije sin más
guardando los billetes en mi bolso y sacando un lápiz y un papel de éste para escribir la
dirección de la central de correos más cercana que tenía de casa —Esperaré hasta el lunes el
dinero, sino yo misma regresaré para tener una charla con su esposa —declaré antes de que
él asintiera a mi favor y aquella escena que debía ser una de las más importantes de mi vida
se volvía una de las peores.

Cuando él entró a su hogar todo lo que sentía en mi corazón se transformó en furia, no era
anormal agradecer a mamá por haber dado todo por mí pero en aquellos minutos solo podía
pensar de que no podía ser más afortunada que ante el error que cometió con aquel hombre
sin sentimientos en su pecho ella hubiera decidido tenerme, criarme y amarme a pesar de mi
parecido físico hacia él.

Aquella escena solo sirvió para reafirmar lo que ya sabía. Mamá me amaba más que a nadie
en el mundo.
Suspiré al notar como las gotas de agua que el cielo comenzó a mostrar ante mi camino hacia
el paradero comenzó a empaparme como no lo hacía en Nueva York, fruncí el ceño ante mi
mala suerte y como la noche de a poco estaba comenzando a teñir el cielo, sin embargo,
entre mis maldiciones y la lluvia que se vio cada vez más potente mientras los minutos
pasaban; escuché como la bocina de un auto iba tan fuerte que miré como un auto negro
estaba estacionado esperando mi mirada.
—¿Puedo ayudarte?—preguntó un chico de cabello rubio cenizo y unos grandes ojos azules,
por su aspecto debía tener mi edad, no obstante, yo negué rápidamente al saber que no era
debido hablar con desconocidos.

—No gracias, voy en camino—sentencié a pesar de que la lluvia estaba calándome los
huesos, seguí caminando hacia unas calles más abajo, sin embargo, el chico parecía que no
le gustaba obtener una respuesta negativa porque me siguió en todos los pasos que daba.

—Pero si parece que un diluvio se desató, ven te ayudo a llegar al menos hacia donde te
mojes menos—manifestó amablemente mientras estacionaba el auto frente a mí y se bajaba
de su lugar para abrirme la puerta.

—No es necesario— volví a decir ante su insistencia, sin embargo, la amabilidad no dejó de

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estar de su lado y sus ojos azules reflejaban sinceridad por
lo cuál solo suspiré y me senté en el asiento del copiloto como él tanto deseaba.

—Vamos, no pasará nada —mencionó al entrar al auto y ajustar su cinturón de seguridad


cosa que yo también hice —Soy Nicholas Jauregui por si quieres decir mi nombre a la policía
por un posible secuestro —aseveró entre risas haciendo que mi mirada quedara perpleja ante
las coincidencias que existían en la vida, el chico sonreía como si no hubiera mañana y yo no
podía dejar de pensar en cómo él era tan distinto de su padre —Es solo un favor, vamos —
afirmó entre risas.

—Gracias, puedes dejarme a dos cuadras más abajo y te estaría eternamente agradecida—
sentencié tragando saliva ante ello, Nicholas me miró con esa sonrisa que parecía que jamás
se escapa de sus labios y no tardó en prender el auto.

—No es problema —concretó —¿Qué haces por aquí?—me preguntó enarcando la ceja
mientras la lluvia teñia toda la escena que estaba sucediendo frente a nuestros ojos —He
vivido toda mi vida por aquí así que conozco a todos y tú no pareces ser de éste lugar—
afirmó y yo me encogí de hombros al no saber que decir frente a ello. —¿Cómo te llamas?—
preguntó interesado y yo resoplé acomodando mi cabello.

—Noelle Rose—afirmé tratando de sonreírle amablemente como él lo hacía conmigo, sin


embargo, se me hacía imposible luego de saber quién era.

Rose?—preguntó.
—Lindo nombre —resolvió —y ¿qué te trae por éstos lados Noelle

—Nada importante—aseveré para no hablar sobre lo que había


sucedido ya que él no merecía saber que su padre era un idiota, sin embargo, su mirada no
dejó de recaer en la mía lo cuál hizo que frunciera el ceño extrañada
—¿Qué?—dije rápidamente ante su mirada y él solo negó avergonzado.

—Nada, es solo que extrañamente te pareces mucho a mi hermana—sentenció haciendo que


mi sorpresa fuese aún mayor por el hecho de que sabía que eran varios en su familia aunque
no esperaba esa respuesta de su parte.

—¿Tienes hermanos?—pregunté como sino lo supiera y él asintió


con una mueca.

—Tengo cuatro —respondió entre risas haciendo que me quedara en silencio ante el hecho de
que aun era extraño pensar que compartía mi sangre con personas que eran totalmente
ajenas y desconocidas para mí —Natalie es igual a ti,
de hecho podrían pasar por hermanas—agregó entusiasmado ante su afirmación.

—Bueno hoy en día hay muchas chicas rubias y con ojos azules, debe ser tan solo eso —
refuté sin darle importancia aunque sabía la razón existente en aquel aprecido.

—Claramente, a menos que seas mi hermana pérdida —mencionó divertido y yo solo ignoré
su comentario —Lo cuál es imposible—señaló —¿Tú tienes hermanos?.

insideofmysoul
—No, soy hija única —concreté seria ante eso porque siempre sería así aunque mi sangre me
dijese todo lo contrario —Solo mamá y yo —afirmé para que él entendiera de que no había
nadie más en nuestra vida, lo hacía solo para convencerme de que era así.

—Entiendo —dijo sumido ante el silencio prepotente que nos llenó durante los siguientes
minutos, yo tampoco me atrevía a seguir la conversación por lo cuál apenas noté que estaba
cerca de la habitación que había arrendado con Andrea para estar una semana en la ciudad,
no dudé en avisarle que deseaba quedarme aquí.

—¿Podrías dejarme aquí?—pregunté haciendo que él asintiera buscando algún lugar donde
estacionar su auto —Muchas gracias por ayudarme hoy, fuiste lo mejor de mi día—le dije con
toda la sinceridad del mundo haciendo que las mejillas de aquel chico se ruborizaran.

—Si piensas volver a pasar por aquí puedes visitarme, vivo en la casa del final de la villa—
manifestó y yo solo me atreví a asentir porque sabía mejor que nadie cuál era la casa que él
mencionaba, me bajé del auto sintiendo cómo los edificios no dejaban que las gotas de lluvia
cayeran en mi cuerpo y le regalé una sonrisa.

—Me lo pensaré —sentencié —Cuídate y gracias por todo —reafirmé cerrando la puerta del
auto, él asintió orgulloso por esa respuesta y esa sonrisa impregnante no dejó de estar en su
rostro en ningún minuto.

—A la orden—dijo antes de seguir conduciendo entre la lluvia que azotaba a la ciudad, yo solo
seguí caminando con mi corazón en la boca queriendo llorar todos esos sentimientos
encontrados, sin embargo, no fue hasta que encontré un teléfono público y marqué a casa
cuando pudo respirar nuevamente.
Esperé a que contestaran ya que por la hora, mamá ya debía estar allí y cuando escuché su
voz melodiosa mis lágrimas salieron expresando el dolor que había dentro de mí.
—¿Mami?— pregunté como si fuera una niña pequeña queriendo ser protegida de los
monstruos que habían debajo de mi cama, quién iba a creer que no existían tales monstruos
y que solo era una persona que ni siquiera había estado presente en mi vida.

—Copito al fin llamas, me tenías preocupada —mencionó con tanta dulzura que mi corazón
dolió al no estar cerca de ella y abrazarla con todas mis fuerzas —¿Ya llegaste?—me preguntó
preocupada y yo asentí tomando aire para que las palabras pudieran salir de mis labios.

—Sí, estoy con Andrea —mentí.


—¿Fuiste a la playa?, ¿te has divertido?—preguntó entusiasmada ante mis palabras lo cuál
hizo que mordiera mis labios y viera como la lluvia era el único retrato vivo de cómo me
sentía en aquel momento.

—Aun no pero lo haré mañana, hoy ha llovido toda la tarde—sentencié con un suspiro
comiendo mis labios.

—Oh, ¿tienes un abrigo puesto señorita?—mencionó haciendo que un par de risas escapara
de mí al pensar en cómo estaría frunciendo el ceño por ello y cómo a pesar de todo, ella no
dejaba de mostrarme ese amor innato que siempre estaba presente entre nosotras —no
quiero que te resfríes—refutó un tanto enojada y yo ladeé la cabeza quitando mis lágrimas.

—Si mami —afirmé llenando de amor cada una de las palabras que cabían en mi pecho.

insideofmysoul
—¿Sucede algo, mi vida?, te notas algo extraña —respondió notando cómo me estaba
sintiendo en aquel momento, no obstante, me atreví a quitar sus dudas ante la frase que mis
boca adoraba darle voz frente a ella.

—Solo quería decirte que te amo —dije con el corazón en mis manos ante la presión que
sentía en aquel momento —¿Tú cuánto lo haces?—le pregunté tímidamente como todas esas
veces que en la noche ella me había asegurado que su mundo giraba en torno a mí.

—Infinitio como las estrellas—dijo como si fuera un bálsamo a mi corazón destrozado —


Siempre lo he hecho y siempre lo haré —lloré ante esas palabras al saber que era la única
verdad que podría existir en mi vida.
***
Nos leemos pronto con la segunda parte de éste extra. Disfruten mientras puedan <3.
Hilo del pasado parte 2

Los Angeles, 1941


Lauren

—¿Y si la dejas esta noche?—preguntó Mani mientras besaba con delicadeza las manos
empuñadas de mi hija quién a sus 5 meses era lo más bonito que había en mi vida, suspiré
ante ello mientras me ponía aquella vieja chaqueta que se encontraba en el perchero
mientras intentaba reprimir todas las lágrimas que no había expresado durante toda la
semana al saber que este día iba a llegar en algun momento —Mírala —exclamó con una
tímida sonrisa mientras su mano rozaba en el delicado rostro de Noe quién se encontraba
durmiendo con un pijama blanco que la hacía ver más pequeña sobre mi cama —No puedes
levantarla cuando consiguió el sueño, déjala esta noche —negué ante eso mientras la morena
solo suspiraba porque sabía que era mejor hacerlo de una vez y no estar extendiendo el
momento.
No tenía palabras certeras para describir como me sentía pero lo que si sabía es que cada vez
que me encontraba con la mirada llena de ternura de parte de Noe, mi corazón se destrozaba
ante el hecho de que dejarla era la mejor opción.
Toda la vida me había preguntado cuál podía ser la razón por la cuál una madre era capaz de
dejar a sus hijos y desde que mi hija nació supe que habían infinitas respuestas para aquella
pregunta y dos tercios de ellas eran las menos egoístas que podía imaginar entre ellas el
hecho de solo desear un destino mejor que el que podías ofrecerle si se quedaba contigo.

No solamente me sentía perdida, decepcionada conmigo mismo sino que también solo podía
pensar una y otra vez en una idea convincente para no desvanecerme ante la presión que
nacía en mi garganta todos los días que pasaban y me daba cuenta de que no era una buena
opción para mi hija.
Apenas podía ofrecerle un lugar donde dormir y todo el amor que me cabía en el pecho pero
sabía que del amor no se podía vivir ya que este sentimiento no era capaz de comprar las
cosas que ella necesitaba ni tampoco era capaz de alimentarla por lo cuál solo me tragaba
esas lágrimas de impotencia y trataba de pensar que lo mejor que podía hacer por aquella
bebé de un par de cabellos dorados que resplandecían con el sol, unos ojos azules que me
causaban suspiros por la forma en que me recordaban a Jack y que a sus cinco meses de
edad solo pensaba en meterse todo a la boca dejándome totalmente embobada con cualquier
cosa que hiciera.

En poco tiempo me había vuelto admiradora de la forma tan natural que hacía caras raras
hacia Dinah cuando quería tomarla en brazos y como jugaba con sus pies causando un sinfín
de risas y sonrisas de su parte al darse cuenta de que
no podía introducirlos en su boca pero si podía alcanzarlos con su mano.

insideofmysoul
Definitivamente Noe era demasiado perfecta para parecer real. Y yo era muy poca cosa para
tenerla.
—Mani —dije suavemente ya que intentaba con todas mis fuerzas no llorar, me había
convencido toda la semana de que Ally era una mejor opción que yo en este momento, ella
tenía una casa, un esposo que la adoraba y podía ofrecirle un millón de cosas que a mi no me
alcanzaría la vida siquiera para pensar tenerlas.

Ella mismo se había dado cuenta de mi situación y no dudó en ofrecerme la opción de que
ella podía quedarse con Noe mientras mi vida se estabilizaba, al principio lo había rechazado
por el simple orgullo de que amaba a mi hija más que a nada en el mundo y no podía
rendirme tan fácilmente al luchar por ella, sin embargo, luego de que los días avanzaran y las
semanas cedieran, era más consciente de que no podía seguir de esa forma con Noe; ella se
merecía ser feliz y tener todo lo mejor del mundo.
Todo lo que yo no podía ofrecerle ni en un millón de años.

—Lau —musitó Dinah al incoporarse a la escena al salir del baño, ella no había dudado en
mostrar su enojo frente a mi decisión aunque respetaba el hecho de que al final del día yo
era la madre de Noe y quién decidía en su vida—Deberías dejarla esta noche, está
durmiendo, no querrás levantarla —respondió en un suspiro inocente que solo me llenó de
impotencia, no obstante, solo lancé un lánguido suspiro y volví a negar ante su propuesta
porque mientras más dejábamos pasar el tiempo, más difícil era la partida de Noe por lo cuál
no tardé en acercarme a la vieja cama que ahora compartía con mi hija y la tomé con
suavidad entre las mantas que la arropaban mientras ella inconscientemente se removía
entre mis brazos hasta que hizo como si me reconociera y tiró sus pequeñas manos hacia mi
chaqueta para sostenerla en un puño con una sonrisa que solo fue capaz de calentar y
doblegar mi corazón.

Un leve bostezo de su parte se hizo presente mientras las tres admirábamos con el corazón
roto la belleza que la pequeá había traído en nuestras vidas grises, Noe había sido capaz de
cambiarlo todo y aunque era cierto que el cansancio se había convertido en nuestra religión
también habíamos aceptado que no podíamos imaginarnos sin ella y es por eso que dolía
tanto el hecho de escoger la decisión correcta.

—Lauren —murmuró Mani mientras yo no dejaba de apreciar como a pesar de todo, la rubia
que se encontraba entre mis brazos pensando que la protegería de cualquier cosa se había
convertido en mi razón de vivir —¿No quieres
pensarlo?—me dijo acariciando mi espalda y yo negué mordiendo mi labio ante el hecho de
que pensarlo solo me hacía dudar de lo que iba a hacer y en este momento no necesitaba de
dudas sino que deseaba implantar soluciones.
Una cosa era que nosotras lograramos sobrevivir con lo poco y nada que conseguíamos pero
otra muy distinta era hacerse cargo de una niña que en éste momento no requería de
muchas cosas más allá de la atención perpetua y el cuidado, sin embargo, ¿qué iba a ser de
nosotras cuando creciera?, ¿cuándo fuese capaz de pedir comida y no tuviéramos nada en la
alacena? y así eran las mil y un preguntas que me quitaban el sueño y que se habían
convertido en la razón de mis lágrimas de medianoche.

—Es lo mejor —refuté finalmente quitando esas lágrimas que habían sido aprisionadas todos
estos días —Noe se merece a alguien que la ame, una familia —sentencié tomando de mejor
manera a mi hija quién ni siquiera lograba entender lo que estaba sucediendo —Tener todo lo
que nosotras no hemos tenido y que jamás le ofreceremos —deduje abrazando el delicado

insideofmysoul
cuerpo de la pequeña quién estaba dormida plácidamente mientras las lágrimas cubrían mi
mejilla sin sentir ni un poco de misericordia frente a lo que estaba sucediendo —Es lo mejor
—me volví a repetir y aunque Mani y Dinah no se vieron muy confiadas ante mi respuesta
finalmente asintieron ante la realidad de que no podíamos hacernos cargo de ella ni tampoco
ofrecerle todas esas cosas que Ally le daría sin esfuerzo alguno porque su vida era perfecta
ya que había tomado buenas decisiones, no como yo que solamente vivía de equivocaciones
y de sentimientos vanos que solo me habían servido para ilusionarme y dejar que mi corazón
se destrozara ante falsas promesas de amor.

Bajé las escaleras del viejo edificio donde resídiamos desde hace ya casi un año, no era un
gran lugar pero era mejor que vivir en la calle, lo cuál las tres lo sabíamos a la perfección por
lo cuál no había ninguna queja al respecto ya que tener un techo y una cama era la definición
de una vida tranquila para nosotras.
La lluvia no se presentó en aquella noche sin estrellas que al parecer sabía como me sentía
porque se mostró como un lienzo lleno de oscuridad frente a luces que habían perdido el
significado entre medio de tanto brillo, suspiré mientras acomodaba más cerca mío a mi bebé
en un intento de que ella no se congelara frente a la noche que de a poco comenzaba a
mostrarse más fría de lo normal.

Me removí en el asiento del autobús mientras veía pasar la vida entre medio de personas que
caminaban sin un sentido fijo, algunas reían, otras se atrevían a ser felices mientras que yo
me sentía la persona más gris que podía existir.

—¿Sabes?—le susurré a la pequeña ojiazul que se encontraba en mi


regazo, me atreví a destapar un poco su rostro mientras las lágrimas comenzaban
nuevamente a atestar cada gesto de mi rostro —Eres preciosa —musité acariciando con
suavidad sus mejillas sonrosadas y una sonrisa se mostró en sus labios ante mis cariños
constantes —Demasiado hermosa para alguien como yo —le aclaré quitando mis lágrimas
mientras mis labios eran mordidos inconstantemente ante aquel dolor que sentía en mi pecho
—No sé porque me escogiste entre todas las personas del mundo pero quiero que sepas que
te ganaste mi corazón desde la primera vez que supe de ti. Nunca he amado a alguien como
lo he hecho contigo —dije besando su frente — Sin embargo, es por ese amor que siento
hacia ti que sé cuál es la mejor opción y definitivamente no es estar conmigo —susurré
mientras acercaba sus pequeñas manos a mis labios para besarlas entregando todo mi
corazón en aquel acto
—Vas a tener una vida hermosa —mencioné sin atreverme a quitar mis lágrimas porque
simplemente no encontraba fuerzas para hacer algo más que arropar entre mis brazos a la
pequeña rubia que no dejaba de mostrarse feliz en su pequeño mundo donde nada sucedía si
me tenía a mí para sostenerla —Con una casa, una familia que te ame y muchas cosas más
—murmuré tratando de sentirme feliz por la decisión que estaba tomando pero dentro de mí
no podía dejar de recriminarme por el hecho de no ser suficiente para mi hija, de tener que
buscarle un destino distinto al que yo podía ofrecerle y más importante que todo no podía
dejar de odiarme por solo ser débil y no poder cambiar de ninguna forma lo que estaba
sucediendo aunque me había esforzado todos esos meses.

Solo yo sabía cuántas noches me había quedado en vela tratando de buscar la forma de
poner mantenernos y a la vez poder cuidar de Noe como debía, mis manos dolían de todo el
sobreesfuerzo que había hecho en los últimos meses para equilibrar mi vida como también no
era la primera noche en la cuál no había probado bocado alguno solo porque tenía cosas más
importantes en la cuál utilizar el dinero como lo era comprar cosas que ella necesitaba y
pagar las cuentas.
Y a pesar de todo ese esfuerzo, no había sido recompensada de ninguna forma y mi cuerpo

insideofmysoul
cansado se había resignado a que no podía pasarme toda la vida regalándole carencias a la
persona que más amaba en el mundo y que el amor solo era eso cuando no eras capaz de
ofrecerle algo que comer o ropa con la cuál vestirse.

El autobús llegó mientras las primeras gotas de la noche se hicieron presente, a pesar de la
tristeza que me invadía me atreví a regalarle una sonrisa al conductor quién me dejó pasar
gratis ante el hecho de que tenía a Noe entre mis brazos, ella aun seguía durmiendo
plácidamente en mi pecho y yo solo suspiré embobada por como en todos esos minutos mi
hija aún seguía sosteniendo el borde de mi chaqueta.
El lugar estaba casi vacío, excepto por otras tres personas que también se mostraban
cansadas en sus respectivos asientos, Los Angeles se dibujaba
como la sombra de una ciudad que estaba llena de lujos y su contraparte donde no existían
las luces típicas ni los reflectores, esa parte donde las personas apenas sobrevivían y veían
pasar su vida ante trabajos esclavizantes y que nadie más deseaba pero que nosotros
necesitábamos a tal punto de que no teníamos mejores opciones.

Cerré mis ojos por un par de minutos ante el hecho de que sabía que el camino hacia la casa
de Ally era bastante largo y con Noe durmiendo al fin podía tomar un respiro frente al día sin
esperanzas que me había tocado vivir, recosté mi cabeza en la ventana y acomodé
nuevamente las mantas que cubrían a mi hija para que ella no sintiera frío.

Sin embargo, esos pequeños minutos de paz se fueron cuando la pequeña rubia se removió
frunciendo el ceño y finalmente comenzó a llorar.

—Ya, mi vida —le susurré acunándola para que volviera a dormir, no obstante, ella siguió
llorando como si su vida dependiera de ello por lo cuál intenté tomar la primera opción que
solía funcionar cuando Noe comenzaba a llorar y fue el hecho de creer que tenía hambre por
lo cuál destapé uno de mis senos ocultándolo de la vista de todos con la manta rosa que
cubría a la pequeña ojiazul quién instantáneamente dejó de llorar y buscó refugio en mi
pecho comenzando a succionar con fuerza como siempre hacía ya que no había momento en
que ella no tuviera hambre y la comprendía porque yo también lo hacía —Eso copito —
murmuré mientras plantaba pequeños besos en su cabellera dorada y ella jugaba golpeando
con una de sus manos mi pecho, sonreí al notar el juego que ella llevaba ya que después de
unos minutos simplemente había dejado de succionar pero aun así quería estar de esa forma
tan cercana a mi pecho; la dejé por unos segundos mientras notaba como la lluvia
comenzaba a apoderarse de la ciudad y entre medio de un suspiro tejido con todas mis
preocupaciones alcé la vista hacia uno de los grandes carteles que se mostraban por toda la
ciudad.
Era publicidad sobre un lápil labial donde entre tonalidades rojas y rosas había una chica
morena de grandes ojos oscuros que me parecía conocida, quizás la había visto en alguna
otra publicidad o en algun cartel de cine pero lo que me impresionó era la forma en que sus
ojos a pesar de no tener un color realmente extravagante eran capaces de mantener tantos
secretos ante la vista de todo el mundo, no obstante, antes de que pudiera seguir admirando
aquel cartel simplemente me fijé que Noe tenía la cara manchada y ya se había aburrido del
juego que llevaba así que suavemente busqué el paño que llevaba siempre en el bolsillo y
comencé a limpiarla ante las sonrisas que me regalaba mi pequeño copo de nieve.

—¿Terminaste de jugar?—le pregunté acomodándola para comenzar a sacarle los


gases mientras ella seguía animada balbuceando cosas que solo ella podía entender
—Noe —le repetí varias veces mientras ella reconocía su nombre y arrugaba la nariz lo cuál
solo me hizo llenarla de besos en la mejilla, acto que hizo que ella chillara de emoción cada
vez que mis labios aparecían en su rostro —Te amo, copito—murmuré besando su frente

insideofmysoul
mientras mis manos temblaban sabiendo lo que iba a suceder
—Mami te ama más de lo que es posible y sé que no lo entenderás pero te mereces lo mejor
mi amor —susurré mientras mis lágrimas volvían a aparecer y ésta vez con más frecuencia
desde lo más profundo de mi corazón —Y yo no puedo ofrecértelo—suspiré ante ello quitando
mis lágrimas notando como Noe nuevamente volvió a acomodarse entre mis brazos hasta
volver a quedarse dormida, fue imposible no sonreír ante la perfección andante que era ella y
la forma en que se había atrevido a pintar mi vida de los colores más hermosos que ni
siquiera se encontraba en mi imaginación.

Jamás hubiera imaginado que un ser tan pequeño iba a ser capaz de sembrar tanta
esperanza en mi corazón y a la vez tanto amor que solo aumentaba con cada minuto.
La noche ya se había instalado completamente y la lluvia por momentos volvía a mostrarse
en su máximo punto por lo cuál cuando llegué al paradero que quedaba cerca de la casa de
Ally no dudé en acelerar el paso ante el miedo de que Noe lograse mojarse y se resfriara; ella
ni siquiera era consciente de que estaba lloviendo porque se encontraba totalmente protegida
entre mis brazos y con los ojos cerrados mientras una sonrisa se ubicaba en sus labios.
Suspiré cuando finalmente llegué al portico de la casa de Ally y no dudé en tocar mientras
mis manos temblaban, no estaba segura si lo hacían por el frío o la presión de mi pecho,
fuese cuál fuese la razón; intenté que mis lágrimas no se presentaran porque no deseaba que
la última vez que Noe me viera aunque sabía que no lo recordaría fuera de esa forma por lo
cuál llené mis pulmones de aire tratando de quitar el dolor profundo de mi pecho y sonreí
hacia mi hija llenando de besos todo su rostro causando que ella se removiera entre mis
brazos para acomodarse de mejor manera en mi pecho.
—Te amo —dije besando sus manitos antes de alzar la vista hacia el cielo que aun seguía sin
tener estrellas iluminándolo como si supiera como mi corazón se estaba destrozando —Te
amo infinito como las estrellas —contesté atragantándome con cada una de mis palabras
mientras recostaba mi cuerpo a la pared de la entrada tratando de cerrar los ojos con la
creencia de que los problemas se irían en aquel momento peor aquello no pasó y solo me
enfrenté con la realidad cuando vi a aquella castaña recibirme en la puerta de su casa con
una sonrisa en su rostro como siempre solía hacer .
Es lo mejor para ella me repetí por milésima vez pero en aquel momento ya no estaba segura
de si era lo mejor para mí.
***
New York, 1948 Camila
Me encantaba verla dormir.

Era imposible que una sonrisa no se colara en mis labios cuando sentía su cuerpo abrazarme
y a pesar del hecho de que la cama era lo suficientemente grande como para que varias
personas entraran cómodamente, Lauren siempre estaba encogida en un pequeño rincón de
ésta mientras su cuerpo se abrazaba con fuerza al mío.

Sabía que aquel detalle era por el hecho de que había dormido toda su vida con Noe en una
cama pequeña por lo cuál se había acostumbrado a aquella posición, sin embargo, no podía
mentir de que el hecho de que me buscara a mí en la noche para abrazarme era más de lo
que mi corazón alguna vez hubiese podido imaginar.

No dudé en dejar un par de besos en su cabellera negra que se desarmaba en la almohada, la


verdad es que no era una escena que mereciera grandes descripciones, era algo tan normal
que carecía de cualquier tipo de resplandor pero aun así cuando la noche era el único camino
a tomar y Lauren tenía todo su cabello alborotado, los ojos cerrados y su mirada puesta en
sus sueños; ella seguía viéndose hermosa como si estuviese arreglada.

insideofmysoul
En los últimos días se había vuelto más que recurrente que me quedara despierta observando
como la ojiverde se quedaba dormida, tal vez el sueño nuevamente ya no se encontraba
entre mis expectativas, quizás tan solo era el hecho de que no quería dormir mientras ella
estuviese conmigo pero la razón principal a ese insomnio siempre sería el hecho de que ya
nos quedaban solo un par de días para regresar a la realidad.
Una en donde no existían colores porque sabíamos que lo mejor para ambas era finalmente
dejar lo que habíamos creado. Al final de todo ambas éramos colores opuestos que no
merecían combinarse en el mismo lienzo de la vida, éramos una enfermedad y una
aberración.

Éramos pecado y también éramos indecoro pero antes de todas esas palabras, la primera que
mi mente evocaba cuando la veía y mi vida volvía a tener ese sentido del cuál careció siempre
era amor.

Esa era la única palabra que realmente me importaba de todas las que podían definir lo que
habíamos creado en un par de meses.
Porque no podía creer que una enfermedad me hiciera sentir más viva que nunca ni tampoco
podía creer que un pecado pudiese ser tan irresistible ni menos una aberración pudiese ser
capaz de guiar a dos almas solitarias entre medio de la oscuridad para crear los más bellos
paisajes cuando se juntaban.
No.
Amor era la única palabra que podía caber en la descripción de nosotras y aun así cuando
muchos humanos pasaban toda la vida buscando el amor y no lo encontraban, nosotras que
habíamos sido afortunadas de encontrarlo en los lugares más recónditos del sentido humano;
no podíamos disfrutarlo ni tampoco vivirlo más allá de las paredes del secretismo y los
silencios que ocultaban nuestros miedos y aquel sentimiento que no nos cabía en el pecho.
No podía juzgar a Lauren por su realismo ni tampoco podía culparme a mí de desear
ilusionarla con el amor que sentía por todo lo que durara mi vida, no podía juzgar a ninguna
de las dos porque la vida nos había tratado de formas tan diferentes que ella no era capaz de
expresar momentos de confianza frente al futuro y yo solo había descubierto la esperanza
gracias a sus ojos verdes.

La pelinegra se removió entre mis brazos hasta que finalmente con el cansancio siendo parte
de su mirada abrió sus pupilas coloreadas con los matices de la vida y no tardó en sonreírme
al reconocerme.

—Buenos días —le susurré buscando su frente y ella se encogió ante aquel gesto de cariño
como siempre solía hacer, me encantaba la inocencia con la cuál Lauren recibía cada gesto de
amor que yo decidía pintar en su vida.
No habían mentiras ni insinuaciones ni tampoco cosas que ella esperaba, para aquella chica la
vida era una sorpresa y de cierta forma me dolía el hecho de que no pudiese ver lo grandiosa
que era sino que se limitaba a ver entre las murallas que la vida llena de injusticias había
decorado desde que nació.
Me dolía el hecho de que no fuese capaz de ver la belleza que la enmarcaba y no era solo
física sino que durante los últimos meses me había dado cuenta que la belleza no solo eran
rasgos visibles sino que también estaba ligada a la fortaleza, a la forma en que combatías la
vida, en cómo tratabas a los demás y especialmente en cómo tus sentimientos no se llenaban
de todas las impurezas que los humanos cargábamos en nuestras espaldas.

Y entre todos esos puntos, Lauren era la mujer más bella que había visto en mi vida

—Buenos días, mi reina —murmuró mientras comenzaba a frotar sus párpados lo cuál me
insideofmysoul
hizo morir de amor ante la dulzura con la cuál sus palabras llegaban a mí —¿Dónde está
Noe?—preguntó rápidamente al darse cuenta que la pequeña rubia no estaba a su lado, yo
solo me limité a reír porque Noe había querido
dormir en su habitación por decisión propia y yo misma la había ayudado a quedarse
dormida, sin embargo, eso no lo sabía Lauren porque ayer había llegado tan cansada por
recorrer toda la ciudd quese quedó dormida apenas tocó la cama.

—Está durmiendo en su habitación —respondí besando su mejilla notando como éstas


tomaban ese color rojizo que tanto me gustaba —Dijo que era niña grande y que podía
dormir sola —inquirí encogiéndome de hombros generando un par de risas de parte de la
pelinegra.
—Lamento haberme quedado dormida—yo ladeé la cabeza negando aquello porque se
merecía unos días de descanso después de toda una vida de esfuerzo —Debí acostar a Noe,
perdon —volví a negar ante esas palabras y no dudé en buscar sus labios para sentir como
los pétalos de sus rosas andantes florecían con solo sentir como los míos se apoderaban de
aquel momento.

—No te preocupes, todo está bien —afirmé riendo un poco por el hecho de que ni siquiera
cuando se levantaba lograba tener paz entre sus pensamientos —Todo está bien —Lauren
asintió mientras se recostaba sobre mi pecho y ocultaba su rostro sobre éste como si fuera
una niña pequeña asustada y sus pies estaban fríos por lo cuál no dudé en acercarlos a mí—
¿Sucede algo, amor?—ella no dijo nada hasta que suspiró observando mis ojos entre sus
océanos verdes.

—Sucede que esto es un sueño demasiado hermoso que no quiero que acabe —respondió
presentando un par de lágrimas atragantadas en su mirada y yo solo suspiré amargamente
porque solo ella sabía cuánto hubiera dado para que ese sueño le durase como mínimo toda
su vida, no me importaba el dinero ni menos la reputación, solo me importaba ella y su
felicidad y aun así yo no era capaz de ofrecérsela. —Sucede que te amo y ni siquiera puedo
imaginar una vida contigo porque es imposible —musitó dejando que sus palabras se
cargaran de ese miedo que yo había sentido durante días pero que no deseaba expresarlo
porque a pesar de que no podía ofrecerle algo duradero como una vida si podía darle días
perfectos que estaba segura que ella siempre recordaría por lo cuál había sacrificado ese
miedo por tener sus sonrisas y había sido la mejor paga del mundo.

—Lo sé —fue lo único que pude decir mientras mis ojos también comenzaban a llenarse de
lágrimas —Supongo que la vida a veces es más dura de lo que queremos creer —ambas nos
quedamos en silencio hasta que Lauren tuvo sus momentos de valentía y no dudó en
besarme con la intensidad que solo ella era capaz de provocar en mí, nunca me había sentido
de esa forma tan enamorada y apasionada como ella era capaz de dibujar con tan solo una
mirada.
No entendía como unos ojos verdes tan comunes eran capaces de crear tantos sentimientos
dentro de mí ni menos podía comprender cómo el amor de mi vida vestía tras la imagen de
ser una madre soltera pero las preguntas se habían
quedado cortas ante lo único que me importaba en aquel momento y era el hecho de tener la
oportunidad de amarla y no pasar toda mi vida sin amar ni ser amada.

Lauren no dijo nada y solo volvió a recostarse sobre mi pecho con una de las sonrisas más
bonitas que le había visto, con ella había aprendido que las cosas más simples podían ser las
más valiosas y definitivamente la imagen de ella despertándose con el cabello alborotado, los
párpados cansados y sin ningún rastro de belleza producida, era uno de los mejores
recuerdos que iba a tener en mi vida.

insideofmysoul
—Supones bien —contestó sin más, ella también ya estaba cansada de querer aceptar que lo
nuestro no era posible aunque así lo deseáramos y a pesar de que Lauren no era de las
personas que se ilusionaban, sabía a la perfección que cada vez que me miraba había un
pequeño brillo que indicaba de que ella deseaba con todo su ser que nuestros días fuesen
para siempre y que éste pequeño exilio de la vida fuese capaz de durar toda nuestra vida.

Pero lastimosamente la vida actuaba de otra manera y la felicidad no era lo que teñía
nuestros caminos.

—¿Quieres desayunar?—le pregunté cambiando el tema y ella frunció el ceño ante ello antes
de reír por eso—¿Qué?—pregunté sin entender aquella respuesta y ella solo siguió riendo por
eso —¡Lauren!—exclamé por la mirada seductora que hizo que cada uno de mis sentidos se
rebelaran ante mi parte cuerda pero no hubo respuesta de su parte solo un par de risas que
no lograba a entender.

—Si quiero desayunar pero no exactamente comida —señaló haciendo que ésta vez fuera yo
quién frunciera el ceño antes de que un beso de su parte se colara en mi cuello —Eres tan
hermosa, ¿te lo han dicho?—me dijo para seguir con el juego de besos que tenía entre mi
cuello y mis clavículas que solamente hicieron que la temperatura comenzara aumentara sin
razón explícita.
—Sí, me lo han dicho con recurrencia —sugerí riendo ante la suave sensación de sus labios
sobre mi cuerpo —Pero puedo aceptar un par de halagos a estas horas de la mañana—
contesté haciéndola reír por eso mientras sus ojos verdes se quedaban en silencio admirando
mi cuerpo.

—Entonces déjeme decirle que es hermosa, mi reina —dedujo antes de volver a buscar mis
labios para reproducir con amor cada una de las palabras de amor que salían de sus labios,
no podía dejar de mirarla como si fuera lo más hermoso que existía en el mundo y es que eso
era ella.
La perfección dibujada con tintes de mujer.
Los recuerdos de aquella noche donde me había hecho suya comenzaron a evocarse uno a
uno entre mis ojos, la forma tan única en que solo ella
podía hacerme sentir hicieron que nuestros besos comenzaran a delinear nuestros cuerpos
mientras la pasión se desenvolvía de los frágiles pétalos de la vergüenza o el decoro.

Sus ojos verdes seductores no dejaban de mirar con lujuria cada uno de mis estímulos que
eran respondidos en igualdad, sin embargo, lo que más me gustaba de ella no eran esos ojos
que eran la causa de mi locura sino la forma en que ella podía mezclar pasión con delicadeza,
el hecho de que ninguna de las dos fuésemos conocedoras del tema y nos atreviéramos a
descubrir juntas la infinidad de sensaciones que podían sentir dos cuerpos unidos bajo la
misma distancia.

Esa era la principal diferencia de las relaciones que había tenido ya que ningún hombre se
hubiera detenido a preguntarme si estaba bien ni tampoco con inocencia me recordaría que
era hermosa ni menos me recitaría poesía al oído cuando toda la pasión se transformaba en
solo amor.

—Levántaremos a Noe —le sugerí ante su mirada cautivadora y ella asintió en un suspiro
frustrado—Te amo —le dije buscando sus labios y ella sonrío emocionada ante eso.

—Yo más mi reina —me susurró al oído dejando que mi corazón no dejara de exaltarse con la
delicadeza con la cuál lo decía y a la vez esa dulzura se mezclaba con los tintes de tentación,

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no obstante, como si hubiera adivinado lo que iba a suceder, la pequeña rubia no tardó en
aparecer en la puerta con el pijama rosa y con sus párpados abiertos con esfuerzo porque
aún tenía sueño.
Se veía tan adorable como siempre que Lauren no tardó en mirarla y fue directamente hacia
ella para tomarla entre sus brazos y acostarla en la cama.

—Mi bebé hermosa — le dijo llenando el rostro de la ojiazul de besos y ella solo se encogió
arrugando la nariz de la misma forma adorable que su madre hacía cuando yo la besaba con
cariño.
Noe no tardó en fruncir el ceño ante aquella denominación y con una mirada cansada no dudó
en negar ante las palabras de Lauren.

—Niña grande —inquirió causando un par de risas de parte de ambas —Tengo siete mami —
murmuró haciendo que la ojiverde volviera a besar el rostro de su hija con el amor que
siempre había admirado de ella.

—Está bien —se rindió entre risas —Buenos días mi niña grande
—la pequeña rubia sonrío ante eso pero mientras yo me sentía un personaje extra en aquella
escena, Noe no tardó en sonreírme y buscarme entre la cama para abrazarme
dejándonos sorprendidas a ambas porque últimamente se mostraba más cariñosa conmigo y
no solía mostrar celos como antes lo hacía.

Y como siempre yo me mostraba dudosa frente a esos actos de ternura porque no sabía
como responderle, Lauren solo se reía por la forma tosca y muchas veces sin sentido en que
me ponía nerviosa cuando estaba con su hija y a pesar de que solía creer que se podía poner
celosa ya que Noe me buscaba a mí, ella siempre me repetía que le encantaba el hecho de
que la pequeña rubia comenzara a aceptarme porque solo le importaba vernos felices.

—Buenos días mami —dijo con una sonrisa en sus labios —Buenos días, mamá —contestó
antes de besar mi mejilla y aunque llevaba un par de días diciendo aquella palabra cada cinco
minutos, aún no me podía acostumbrar a ella y formaba el mismo nudo de emoción en mi
garganta por lo cuál con gestos torpes me atreví a abrazarla con todas mis fuerzas mientras
la ojiverde solo veía lo que estaba sucediendo.

—Buenos días Noe —contesté quitando algunos mechones dorados que recaían en su rostro,
el parecido que ella tenía a Lauren era más que notorio especialmente en los gestos que la
menor realizaba, sin embargo, en aquella mañana Noe era una copia de Lauren pero en rubio
y con los ojos azules como el mar
—¿Cómo dormiste?—le pregunté notando cómo mientras ella comenzaba a ubicarse sobre mi
pecho, Lauren se recostaba en la cama con una sonrisa hermosa ante lo que estaba
sucediendo.

Un par de bostezos de parte de la menor decoraron el momento y finalmente ella volvió a


quedarse dormida ante mi sorpresa porque aun no entendía cómo los niños eran capaces de
quedarse dormidos con tanta rapidez, no obstante, para la ojiverde no era ninguna sorpresa
y no tardó en arropar mejor a su hija y extendió sus brazos defendiéndola de cualquier cosa
que pudiese hacerle daño y no tardó ni un par de segundos en sembrar un par de besos en
su cabello.

—Son hermosas —afirmé con una sonrisa mientras acariciaba el cabello de Noe, Lauren sonrío
ante ello y solo depositó su mirada en su hija con el mismo amor incandescente y único que

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las unía.

—Ustedes lo son — murmuró con una sonrisa eterna perforando sus labios —Gracias — dijo
finalmente mientras yo no entendía a que venía aquello
—Gracias por aparecer en mi vida —susurró dulcemente causando que un par de lágrimas
aparecieran en mis mejillas ante la injusticia del destino al no ser capa de ofrecernos las
condiciones suficientes para que pudiéramos estar juntas.
—Gracias a ti por fijarte en mí —fue la única respuesta que mis labios pudieron expresar en
aquel momento mientras los sollozos por un mañana que no deseaba que sucediera se
hicieron reales, la ojiverde no dijo nada y solo apretó mi mano de forma protectora contra
todos los miedos que habíamos eregido al aceptar el hecho de que nos amábamos.

—¿Quién no lo haría?—contestó acariciando su mejilla sembrando ese amor rodeado en sus


puntas con calor —Eres hermosa y no solo en el sentido de la belleza exterior sino también
por dentro que es la única belleza que en mi corazón importa —declaró antes de tomar mi
mano y besarla —Fuiste quién se atrevió a quitar los miedos de mi camino y me enseñó los
colores de la vida, y así podría pasarme toda la vida nombrando cada una de las cosas que
me has ofrecido con tu amor y compresión
—mis lágrimas no dejaban ver con claridad y aunque intentaba quitarlas de mi rostro, éstas
volvían a reproducirse como si quisieran crear un océano —Eres la flor más hermosa que
existe, la más indomable y una de las pocas que no ha sido explorada
—ambas nos quedamos en silencio mientras nuestros pensamientos nos pesaban cargando
con nuestros propios demonios pero aun así sabíamos que ambas estábamos conectadas de
una manera u otra porque el suave tacto de la otra no dejaba de estar presente en ningún
momento.
—El amor se define como tortura —sentencié tratando de recorar uno de mis versos favoritos
—Es por eso que muy pocos lo toman como su protector—refuté llamando la atención de esos
ojos verdes llenos de vida —El amor es tristeza para los corazones que no han sido destruidos
pero es esperanza para aquellos que saben cuántos océanos se puede crear al no vivirlo —
Lauren no dejó de observar cada una de mis palabras mientras yo sentía como mi corazón se
desvanecía con cada letra que salía de mis labios.
—El amor es crueldad —recitó con una sonrisa al reconocer los versos de aquel poema —Pero
solo para aquellos que jamás han amado —afirmó apretando mi mano —Es por eso que ante
las alas de la tortura, el sabor amargo de la tristeza y los tintes de la crueldad; te amaré
amada mía hasta que el amor se vuelva la única religión imperante y todos seamos creyentes
de él —nuestras lágrimas se combinaron ante la suavidad de sus palabras y no estábamos
seguras de porque llorábamos aunque tuviésemos muchas razones, sin embargo, aquello
poco y nada importó cuando Lauren se levantó de la cama para besarme con los tintes de ese
amor que era perenne ante nuestros sentidos y una equivocación para los demás.

—¿Y si no te encuentro en la otra vida?—le pregunté angustiada ante esa posibilidad, ella solo
se atrevió a quitar el cabello que caía en mi rostro y besó mi mejilla.

—Te encontraré aunque me cueste otra vida más hacerlo —musitó


ante el rocío que caía de sus párpados — Te amaré como nadie y cada vez que cierre los ojos
ante la lúgubre noche lo único que pensaré es en que fuiste capaz —susurró mientras sus
palabras se aglomoraban entre sus labios.

—De crear una vida a color.


***
Padua, 1994

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Noelle
Suspiré al llegar a casa ya que después de una larga tarde de trabajo de incesantes críticas
sobre la última exposición que había instaurado en Roma, lo único que quería era tirarme en
la cama y no volver a despertar hasta dentro de una semana, no obstante, sabía que aquello
no era posible porque con una hija de ocho años que era peor que un torbellino de energía,
no tenía ni un minuto de paz.
Sonreí por unos segundos al estacionar el auto y pensar en cuánto había extrañado a Charlie
durante las dos últimas semanas donde había tenido que estar en Roma, a pesar de que
intentaba siempre estar presente en su vida; más de una vez había tenido que hacer viajes
tan largos que me era imposible no acostarme todas las noches solo pensando en cómo se
sentía dormir al lado de ella.

Ella se parecía tanto a mamá que no parecía real, con unos grandes ojos verdes que me
deslumbraron desde el primer momento que la vi entre mis brazos; una sonrisa aperlada y el
cabello negro que le llegaba más abajo de la cintura, mi hija era tan hermosa que me dolía
que me recordase constantemente a mamá.

Según Leo era solo mi imaginación que aun tenía el recuerdo intacto de cómo no había día en
que lanzara un suspiro al cielo al recordar que mamá no estaba conmigo y que no lo estaría
hasta que mi vida en la Tierra terminase, sin embargo, fuese cuál fuese la verdadera razón
de aquel parecido no podía negar que mi amor hacia mi hija era incalculable al igual que el
amor que sentía hacia Max aunque él ya tuviera 23 años y no viviera en casa con nosotros.
Si Max había sido una sorpresa cuando supe que estaba embarazada de él con 30 años,
Charlie lo fue aún más cuando apareció en nuestra vida casi quince años después como casi
un milagro ya que esos embarazos a tan tardía edad no eran recurrentes y muchas veces
solían ser más un riesgo que una ilusión, no obstante, aquello no había sucedido y Charlie con
sus ochos años era quién alegraba nuestro hogar con su cáracter revolucionario y la forma
tan natural que tenía de ver siempre el lado bueno de las cosas.
Tenía una personalidad espontánea donde solo existía en sus expresiones las risas y los
chistes malos que siempre tenía en su repertorio, para tener ocho años era más madura que
las niñas de su edad y a la vez no dejaba de mostrar ese aire infantil ante el hecho de que no
había día en que no buscase divertirse.
Impulsiva y tan distinta al niño tímido que había sido Max, Charlie se había vuelto nuestra
pequeña estrella de medio día.

Sonreí mientras sacaba las llaves del auto y sentía la nostalgia de abrazar a mi hija hasta que
se durmiera entre mis brazos, sabía que ella también lo hacía porque toda ésta semana se
había quedado a cargo de Max ante el hecho de que Leo también tenía compromisos a los
cuáles asistir y no podía negarse, sin embargo, sabía que seguramente se las había ingeniado
para no sentir nuestra ausencia ya que esa pelinegra adoraba con una devoción única a su
hermano.
A pesar del hecho de que Max se había ido de casa hace un par de años para comenzar sus
estudios como cineasta, cada vez que aparecía por nuestra puerta era el momento perfecto
para que la pequeña ojiverde se aprovechara de la situación y lo utilizara como compañero de
juegos y de aventuras a pesar de los quince años que los distanciaban.

Abrí la puerta de mi casa sintiendo el olor de pasta recién hecha y la voz infantil que aun
existía de parte de Charlie mientras Max se encontraba en la cocina expresando un par de
risas que no logré entender hasta que me encontré en aquel rincón de casa y pude notar
como mi hija llevaba un poco de lapiz labial y maquillaje en sus labios, mis tacones y uno de
sus vestidos favoritos mientras cantaba con desenvoltura la vie en rose en un perfecto
francés que ni siquiera yo tenía.

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Max como solía hacer se encontraba grabando con su cámara filmadora todos los momentos
divertidos que ocurrían entre ellos dos y con la emoción destellando sus ojos pude notar
como mi hijo mayor se movía para tener una buena toma de todas las locuras que hacía su
hermanita.

Me quedé en silencio observando aquella escena con cierta nostalgia de esos días donde esa
canción no era una daga en mi corazón que aun no aceptaba la partida de mamá y entre un
par de lágrimas silenciosas me quedé siendo un personaje que carecía de valor frente a lo
que sucedía hasta que la pequeña ojiverde se dio cuenta de mi presencia y no tardó en chillar
emocionada antes de abrazarme.

—¡Mamá!—no tardó en gritar mientras yo la tomaba en brazos aunque ya sentía los efectos
de que ya no era joven y Charlie tampoco era una bebé,
sin embargo, necesitaba tanto de sus abrazos que no tardé en llenar todo su rostro de besos
que hicieron que ella arrugara la nariz con tanta ternura que fue capaz de conquistar mi
corazón —Pensé que no llegarías hasta mañana —mencionó tomando mi mano hacia el lugar
donde ella se había encontrado cantando hace unos minutos mientras Max reía por eso —Hoy
tú también puedes ser una estrella —contestó mientras yo solo me limité a negar con la
cabeza y ella frunció el ceño ante ello.

—Max deja esa cámara —sentencié ante la idea del mayor de grabarme, la verdad es que no
me animaba ni en lo más mínimo el mundo de las películas y eso también se ligaba a las
películas caseras que Max solía producir para dejarlas como recuerdo en cada navidad que
compartíamos, después de todo lo que había sucedido con mamá había preferido exiliarme de
cualquier tipo de conexión que pudiese tener con ese mundo lo cuál era irónico ante el hecho
de que mi hijo mayor estudiaba cine y Charlie solo soñaba con ser una actriz famosa como
Audrey Hepburn. —Y a ti señorita, te extrañé con toda mi alma —le susurré en inglés
mientras ella asentía emocionada frente a mis palabras. —¿Cómo te portaste?—pregunté
enarcando la ceja mientras miraba como Max estaba guardando en su respectivo estuche su
cámara, él me miró rodando los ojos antes de contestar a viva voz al igual que Charlie frente
a mi pregunta.
—Bien —sentenciaron ambos al unísono y no me sorprendió en lo más mínimo porque a
pesar de que hubiera pasado algo, ellos no me lo comentarían así que le dije a Charlie que se
cambiara de ropa y se pusiera el pijama mientras yo me acercaba a abrazar a mi hijo.

—Creo que cada día eres más guapo que tu padre —admití antes de abrazarlo y que él riera
siguiendo el juego —¿Cómo estás mi amor?—Max tenía la misma mirada de Leo, la verdad es
que ambos se parecían en demasía excepto por mínimos detalles como la forma de su nariz
que había heredado de mí y esa actitud más reservada que también era de mi parte, todo lo
contrario a Charlie quién al igual que su padre eran torbellinos de improvisación como si la
vida fuera una completa película de escenas que se creaban a diario.

—Muy bien, mamá —respondió dándome un tierno beso en mi mejilla teniendo que agacharse
un poco para ello ya que él era mucho más alto que yo —¿Ya cenaste?—me preguntó y yo
asentí a pesar de las ganas que tenía de probar sus famosas pastas pero realmente lo que me
urgía era acostarme a descansar lo cuál él comprendió solo con una mirada —Creo que
deberías descansar —aseveró y yo sonreí ante la forma que tenían de conocerme, no
necesitábamos de muchas palabras para entender al otro y eso era lo que nos hacía tan
unidos—Yo tengo que ir al departamento a arreglar mis cosas, mañana vuelvo a Roma —
sentenció en un tono que no pude diferenciar si era de emoción o de nostalgia pero yo solo
me limité a abrazarlo porque a pesar de que se había mudado hace un par de años, yo aun
seguía extrañando ver como se podía quedar hasta altas horas de la madrugada arreglando

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cintas porque esa era la única pasión que tenía, el mundo de las películas era lo que le definía
y aunque yo no estaba muy de acuerdo en ello, yo solo quería que fuese feliz al igual que lo
mismo deseaba para Charlie.

—¿Cuándo regresarás?—le pregunté y él suspiró ante ello mientras mordía su labio al no


saber que responder.
—Más pronto que nunca —dijo finalmente con una sonrisa acomodando su bolso en su
hombro, yo me acerqué a él para peinar su cabello castaño y ondulado que no había recibido
un corte hace meses —Papá llegará mañana en la tarde, llamó hace poco de que adelantaron
su vuelo —asentí frente a sus palabras —Charlie tiene prueba de inglés el lunes y ya cenó y
se lavó los dientes solo que fue imposible no grabarla cantando la vie en rose, es muy buena
—afirmó y yo solo me limité a encogerme de hombros —Deberías comenzar a creer en el
talento que tiene tu hija, será una gran actriz —mencionó con la emoción y el orgullo que
solo un hermano mayor podía mostrar.

—Sé cuán talentosa es otra cosa es que no quiero que se pase toda la vida decepcionada sino
llega a ser esa actriz que quiere ser— suspiré ante mis propias palabras mientras Max solo
negaba mi comentario —El estudio es la única forma de salir adelante y no me convence el
hecho de que ella no desee seguir ninguna carrera —afirmé con dureza ante esa idea.

—No todos los sueños van encaminados a un título universitario, mamá —refutó en un suspiro
—Entiendo perfectamente lo que viviste con la abuela pero tu hija realmente tiene talento y
sé que va a triunfar —ambos nos quedamos en silencio y preferí dejar el tema estancado.

—Te amo, lo sabes ¿cierto?—Max asintió ante ello acariciando mi


mejilla.

—Infinito como las estrellas al igual que yo lo hago —murmuró dándome ese abrazo que
tanto necesitaba en aquel momento —Tengo que irme pero podrías despedirme de Char—
preguntó y yo asentí acompañándolo a la puerta—Eres la mejor mamá del mundo, no lo
olvides —dijo antes de dejar sus cosas en su auto y yo solo recosté mi cuerpo en el borde de
la puerta viendo como la noche teñía aquella escena y Max se iba con una sonrisa en sus
labios.
Los años podían pasar pero aun tenía dudas de cómo lograr ser una buena mamá, sabía que
mi esfuerzo estaba evocado en aquella vida, sin embargo, muchas veces ante el hecho de
que no podía entender a Max ni menos a Charlie; sentía que solo existían preguntas sin
respuestas.
Suspiré cansada mientras me quitaba los tacones que habían torturado mis pies durante toda
la tarde y subí rápidamente a mi habitación encontrándome con Charlie y su pijama azul de
cohetes entre medio de mis sábanas justo como deseaba.

—¿Max se fue?—preguntó mientras seguía cada uno de mis movimientos, yo asentí dejando
los zapatos en la zapatera y comencé a buscar un pijama entre la ropa del armario.
—Dijo que me despidiera por él —sentencié sacando un vestido para dormir y desordenando
mi cabello ante la libertad de por fin estar en casa, la ojiverde asintió mientras esperaba
paciente que la acompañara en la cama, cuando por fin pude estar más cómoda no dudé en
llenar su rostro de todos los besos que no había podido ante el hecho de que nos
encontrábamos a cientos de kilómetros de distancia y ella como siempre chillaba feliz entre
mis brazos —Te amo, estrellita
—murmuré mientras sentía el olor a manzanilla de su cabello, Charlie asintió emocionada
ante eso mientras dejaba un par de besos fugaces en mi frente —¿Tú lo haces?—pregunté
enarcando la ceja y ella sonrío ante la pregunta que le hacía siempre que podía.

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—Infinito como las estrellas —contestó de vuelta con toda esa ternura que era parte de ella
—¿Mamá?—me preguntó llamando mi atención y yo me quedé en silencio esperando su
pregunta —¿Cómo era la abuela?—no supe como reaccionar ante esa pregunta y aunque la
había escuchado cientos de veces de su parte, yo siempre llegaba al mismo instante donde
mi corazón sollozaba ante la pérdida más grande de mi vida e intentaba ser fuerte frente a su
recuerdo.
Ya que ni una vida sería suficiente para lograr curar esa herida permanente que era haberla
visto partir.

Ni tampoco todos los años que el viento se había llevado desde aquella muerte eran
suficientes para volver a pintar mi vida de los mismos colores que habían tenido alguna vez.

—Ella era preciosa —fue la primera oración que salió de mis labios ante esos ojos verdes que
no dejaban de mirarme curiosos frente a cada una de mis palabras —Tenía los ojos tan
verdes como los tuyos pero eras capaz de ver el cielo a través de ella —sentencié con una
cálida sonrisa mientras mi mano acariciaba su mejilla con dulzura.—Eran los ojos más bonitos
que he visto jamás.
—A mi me gustan los tuyos —afirmó acomodándose entre mis brazos —Son como el mar y a
mi me gusta mucho ir a la playa —sonreí ante esa respuesta tan natural y llena de amor que
los niños solían ofrecer, desde que había sido madre había entendido muchas cosas sobre la
forma en que actuaba mamá cuando estaba conmigo, era cierto que habían tantas lágrimas
acalladas en esas pupilas verdes pero cada vez que le hablaba ya fuera por la más mínima
nimedad ella
siempre estaba dispuesta a sonreírme y hacerme creer que era su todo aunque de cierta
forma sabía que su amor era compartido y una de esas partes nunca logró sanar de la forma
en que debía.

—Los suyos eran capaces de ofrecerte tanta paz que parecía que siempre estuvieses soñando
—aseveré antes de besar suavemente la mano de Charlie —Tenía el cabello negro como el
tuyo y no me caben palabras para describirla —sentencié sintiendo como un par de lágrimas
se apoderaban de mi mirada —Era tan hermosa como tú lo eres, mi estrellita —argumenté y
ella se quedó pensativa durante unos minutos hasta que volvió a hablar.
—Debió tener mucha suerte de tenerte mamá —mencionó animada y yo solo reí negando.
—Todo lo contrario mi amor, yo fui afortunada de tenerla como mi mejor amiga y mi todo —
concreté con tristeza ante ello.
—Me hubiera gustado conocerla —refutó en un bufido la pequeña pelinegra y yo asentí
porque también hubiera adorado el hecho de que mamá hubiese sido testigo de cada uno de
mis triunfos como también hubiera deseado con toda mi alma que estuviese presente ante las
miles de preguntas que tenía sobre la vida y que quizás ella pudiese encontrar una respuesta
como siempre lo hacía, no obstante, ella ya no estaba y tenía que comenzar a aceptarlo
aunque doliera más que nada.

Sin embargo, aquel pensamiento dejó de ser importante cuando noté que Charlie se
encontraba llorando y yo no entnedía la razón por la cuál sus lágrimas se hacían presentes.

—¿Qué sucede?—pregunté preocupada y ella me abrazó sollozando como si no supiera como


calmar su llanto, comencé a acariciar su cabello ante esa reacción innata de protegerla
aunque no entendía lo que estaba sucediendo.

—No quiero que vayas al cielo como la abuela, mamá —dijo finalmente entre lágrimas —Yo te
quiero aquí conmigo —suspiré ante aquello y no dudé en acomodarla sobre mi pecho como
cuando era una bebé y comenzar a quitar sus lágrimas con una sonrisa tranquilizante que
había aprendido de mamá.

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—No me iré al cielo aún, estrellita —murmuré ante ello mientras Charlie me miraba con sus
ojos verdes en un estado total de incomprensión —No me iré hasta ver todos los logros que
la vida puede ofrecerte —sentencié besando su frente —Y si algún día te hago falta tienes que
saber que siempre estaré contigo en el lugar donde no existen fronteras ni barreras —aseveré
tomando sus manos y ubicándolas en su corazón mientras las mías se juntaban con las de
ellas —Aquí nada ni nadie puede quitar esas memorias, son como pequeñas películas que se
guardan en su estuche por siempre —confirmé y ella asintió un poco más calmada frente a
ello.
La noche se mostró un poco lenta mientras su voz animada frente al relato de que había
hecho durante las últimas dos semanas en donde no había estado presente se convirtieron en
el único eco de la habitación y yo no podía estar más feliz por ello porque era la parte favorita
de mi vida, no obstante, mientras el sueño comenzaba a dejar sus líneas de imperfección en
mi rostro, trataba de esforzarme por seguir la conversación que mi hija estaba llevando a
cabo.
—¿Mamá?—me preguntó ante mi mirada cansada y yo presté atención a cada una de sus
palabras —¿Qué sientes cuando besas a papá?—dijo sorprendiéndome ante ello porque no
entendía la razón de esa pregunta pero solo me quedé esperando su explicación —¿Sientes
las mariposas que muestran en la tele?—preguntó como si estuviese preocupada por tener
una respuesta clara sobre el tema.

—¿A qué viene la pregunta, estrellita?—contesté de vuelta y Charlie se quedó en silencio por
unos minutos hasta que finalmente suspiró.
—Puede que haya besado a alguien mientras tú no estabas
—respondió avergonzada por lo que estaba diciendo mis ojos se abrieron como platos porque
no esperaba esa confesión, sin embargo, solo pude sonreír porque pensaba que era algo
normal y que llegaría en algun momento el instante en que sintiera atracción hacia algun
niño.

—Puedo saber de quién se trata—dije quitando un mechón negro que caía en su rostro pero
ella estaba comenzando a envolver su rostro de un rojo que demostraba lo nerviosa que
estaba —¿Será Carlo?—pregunté enarcando la ceja —¿O Damián?—dije nombrando cada uno
de los amigos que conocía de Charlie pero ella solo negó cerrando sus ojos hasta que lo
escuché.

—Es Gina —parpadeé varias veces ante esas palabras porque tardé en comprenderlas,
conocía a Gina, era una pequeña que iba en el mismo curso que mi hija y que siempre
llevaba dos coletas entre su cabello rubio; era hermosa e inteligente pero aun no era capaz
de comprender lo que me había dicho —Nos besamos antes del entrenamiento de natación —
musitó aun en ese tono de vergüenza mientras yo seguía viéndola tratando de entender lo
que estaba sucediendo —Y creo que a ella le gustó.

—Charlotte —fue inevitable nombrar su primer nombre completo ante lo que me estaba
diciendo —¿Cómo que se besaron?—ella suspiró y no supo que decir ante ello, sin embargo, la
incomprensión era el único estado en el que me encontraba ante tal confesión.

—Fue algo corto, yo solo quería ir a la piscina y ella estuvo tan


cerca de mí que solo la besé —inquirió encogiéndose de hombros dejando que todo su relato
saliera con naturalidad —¿Está mal?—preguntó y ésta vez fui yo quién se quedó en silencio
tratando de pensar lo que iba a decir aunque en mi mente solo podía repetir una y otra vez el
hecho de que las personas que tenían ese tipo de gustos pocos normales no eran felices.

Mamá era la mayor prueba de eso y yo no deseaba ese destino

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para ella.

—Charlotte Giulia —sugerí tratando de no sonar tan dura con mis palabras pero ella a se
encontraba en un estado de incomprensión —¿Has visto en algun lugar que dos mujeres se
besen?—le pregunté nerviosa y ella agachó la cabeza negando —¿Entonces crees que sea
normal?—incité y ella no dijo nada mientras sus lágrimas se presentaban.

ello.
—Creo que no —fue su respuesta y yo asentí con amargura frente a

—Exacto, no es normal estrellita —refuté —Y aunque no todo lo que


se considere como normal es correcto, en este caso lo que hiciste estuvo mal
—contesté tratando de quitar las lágrimas que se encontraban decorando las mejillas de mi
hija.

—Pero a ella le gustó —respondió con un hilo de voz que me rompió el corazón pero sabía que
era mejor dejarle en claro que ese tipo de actitudes no eran normales y que lo mejor que
podía era alejarse de ellas —Y creo que a mí también, no había maldad en ello—contestó
frunciendo el ceño.
—No es eso, mi amor —afirmé —Es el hecho de que existe un hombre y una mujer porque las
parejas se componen de uno de ellos, ambos distintos para lograr ser uno solo, me
entiendes—dije y ella negó ante mis respuestas
—Mira, sé que estás confundida pero es solo un momento de inseguridades que tienes,
cuando crezcas te darás cuenta que solo fue una curiosidad como lo es saber qué tan alto es
un árbol y escalarlo, una curiosidad que no mide consecuencias
—agregué antes de suspirar —Cuando crezcas llegará un chico que te va a hacer sentir
amada y esas dudas se irán de tu cabeza, todos cometemos errores amor—Charlie asintió
mientras recostaba su cabeza en mi hombro.

—Eso creo, mamá —concretó dándome la razón —Entonces no es correcto que bese a Gina —
volvió a preguntarme y yo negué ante ello.

—No lo es y es mejor que lo dejen como una historia de ambas, las personas suelen
malinterpretar muchas cosas y si alguien más se entera puede que su madre hasta la
castigue si sabe lo que sucedió —contesté —No quieres que pase
eso, ¿Cierto?—mi hija rápidamente negó ante ello y yo solo besé su cabello—Tranquila, el
secreto está a salvo conmigo pero creo que es mejor que comiences a pensar en otras cosas.

—Gracias mamá, te amo —dijo mientra comenzaba a conciliar el sueño y yo me quedé


despierta luego de tal confesión, no estaba segura de como reaccionar frente a ello pero lo
que si sabía es que lo último que deseaba es que Charlie fuera infeliz como lo eran las
personas que decidían amar de una forma distinta a la designada, tal vez su amor no
estuviese lleno de imperfecciones pero no era justo que mi hija viviera ante la negación de
todo el mundo.

No era justo que sufriera ante tal maldición por lo cuál solo tenía que comenzar a protegerla
de ese mundo cruel que podía existir cuando se amaba de una forma distinta.
Ya que en todos los años que llevaba de vida me había dado cuenta de que no importaba
cuánto amor existiese entre dos personas, el mundo era tan cruel de sacrificar esos colores y
solo pintar vidas grises entre sentimientos puros.

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Y lo único que yo deseaba para Charlie es que lograra tener una
vida a color.

Y aquí doy término finalmente con la promesa de la segunda y última parte <3. Espero que
hayan disfrutado tanto como yo esta historia, gracias infinitas por cada lectura y cada minuto
de su vida que decidieron utilizar en mis palabras locas y pues nos leemos en otro barco de
masoquismo.

Disfruten mientras puedan. Con amor, Taylor.

insideofmysoul

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