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FACULTAD DE TECNOLOGÍA MÉDICA

ESCUELA PROFESIONAL DE TERAPIAS DE REHABILITACIÓN


ESPECIALIDAD DE TERAPIA FÍSICA Y REHABILITACIÓN

MONOGRAFÍA

PROBLEMA EDUCATIVO CON RESPECTO A LAS


GENERALIDADES Y ALCANCES DE LA FISIOTERAPIA
Y REHABILITACIÓN EN LA COVID-19

DOCENTE

ESTUDIANTE

LIMA–PERÚ

2022

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...............................................................................................................

CONTENIDO.....................................................................................................................

CAPÍTULO I: Definición y caracterísiticas de la COVID-19......................................

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CAPÍTULO II: Signos y síntomas de la COVID-19....................................................

CAPÍTULO III: Principales formas clínicas................................................................

CAPÍTULO IV: ¿Cómo se propaga?.........................................................................

CAPÍTULO V: Diagnóstico de la COVID-19..............................................................

CAPÍTULO VI: Prevención de la COVID-19............................................................

CAPÍTULO VII: ¿Quiénes corren mayor riesgo de presentar un cuadro


grave de COVID-19?...............................................................................................

CAPÍTULO VIII: Complicaciones de la COVID-19..................................................

CAPÍTULO IX: Secuelas de la COVID-19...............................................................

CAPÍTULO X: Tratamientos para la COVID-19......................................................

CAPÍTULO XI: Manejo fisioterapéutico de la COVID-19........................................

CONCLUSIONES............................................................................................................

RECOMENDACIONES....................................................................................................

FUENTES DE INFORMACIÓN.......................................................................................

INTRODUCCIÓN

El contexto en el que se vive actualmente desde fines del 2019 se ha


convertido en una problemática de impacto global. Así pues, la salud pública
se ha visto afectada por la enfermedad del coronavirus. Esta afección es

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causada por un coronavirus de nombre síndrome respiratorio agudo severo
coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Se tiene conocimiento de que este nuevo virus
es el tercero de los brotes epidémicos que han existido a lo largo de la
historia ocasionado por coronavirus en seres humanos, precedido por el
síndrome de dificultad respiratoria aguda severo (SARS) y el síndrome
respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Luego de su diagnóstico a principios del mes de diciembre del 2019, fecha


en que se dio a conocer por primera vez esta nueva enfermedad, la
comunidad científica ha logrado grandes avances en cuestión a la
enfermedad; sin embargo, aún existen muchas incógnitas respecto a este
virus. Es importante recalcar que el nombre con el cual es conocido
actualmente, fue dado el 12 de enero de 2020, por la Organización Mundial
de la Salud (OMS), denominándose inicialmente como nuevo coronavirus
“2019-nCoV”, además de ser declarada como pandemia desde el 11 de
marzo del 2020.

En el caso del Perú, desde el 16 de marzo del 2020 cambió radicalmente la


vida de toda la población, puesto que se dio inicio al confinamiento
obligatorio por la pandemia de COVID-19. Esta medida, sin duda, trajo
repercusiones de diversa índole, a nivel de salud física, mental y social.
Debido a que la COVID-19 forma parte de la problemática actual
preocupante en el sector salud y ha afectado a gran parte de la población
peruana, este trabajo de investigación trata sobre este tema, y tiene como
objetivos principales explicar los aspectos generales de la enfermedad, tales
como signos y síntomas, las formas clínicas existentes, diagnóstico,
maneras de prevención, quiénes tienen mayor riesgo de contagio,
complicaciones y secuelas, así como, brindar los últimos alcances referentes
al manejo terapéutico y fisioterapéutico, durante, y post COVID-19. Como
fuentes de información se consultaron buscadores como Pubmed, Springer,
ElSevier., así como la OMS y otras fuentes de difusión científica descritos en
los anexos del presente trabajo.

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CONTENIDO TEMÁTICO
CAPÍTULO I: Definición y características de la COVID-19

La COVID-19 es definida como una enfermedad causada por el síndrome


respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2). La Organización Mundial de
la Salud tuvo noticia por primera vez de la existencia de este nuevo virus el 31 de
diciembre de 2019, al ser informada de un grupo de personas con neumonía de
causa desconocida, vinculada principalmente a trabajadores del mercado mayorista
de mariscos en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en la China
central.

Dicho grupo de pacientes ingresó con síntomas como fiebre, tos, dificultad para
respirar, entre otros. Los pacientes fueron escaneados mediante tomografía
computarizada, que reveló opacidades variadas (más densas, más profusas y
confluentes) en comparación con imágenes de pulmones sanos. Este hallazgo llevó
al diagnóstico inicial de neumonía. El 10 de enero de 2020, se analizaron muestras
del líquido de lavado broncoalveolar de los pacientes para revelar un patógeno con
una secuencia genética similar al linaje del betacoronavirus B. Se descubrió que
este nuevo patógeno tenía similitud con el genoma del virus del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS-CoV), el virus del síndrome respiratorio de Oriente
Medio (MERS-CoV) y el virus de murciélago. coronavirus RaTG13.

Posteriormente, el número de casos aumentó rápidamente en el resto de Hubei y se


propagó a otros territorios, llegando a expandirse al menos en 202 países,
ocasionando un gran número de contagios y muertes a nivel mundial.

Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden llegar a causar
enfermedades en animales y en humanos. En los humanos, se sabe que varios
coronavirus causan infecciones respiratorias como el resfriado común y
enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS)
y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

La COVID-19 es causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo


severo, conocido como SARS-CoV-2, su forma es redonda u ovalada y a menudo
polimórfica, tiene un diámetro de 60 a 140 nm, la proteína espiga que se encuentra

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en la superficie del virus y forma una estructura en forma de barra, es la estructura
principal utilizada para la tipificación, la proteína de la nucleocápside encapsula el
genoma viral y puede usarse como antígeno de diagnóstico. Tanto el nuevo virus
como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan.

Hasta el 16 de mayo de 2021, los 56 países y territorios de la Región de las


Américas han notificado 64.934.163 casos confirmados acumulados de COVID-19,
incluidas 1.587.859 defunciones desde la detección de los primeros casos en la
Región en enero del 2020.

Desde la actualización epidemiológica publicada por la Organización Panamericana


de la Salud / OMS el 14 de abril de 20214 hasta el 16 de mayo de 2021, fueron
notificados 6.363.082 casos confirmados adicionales de COVID-19, incluidas
168.689defunciones en la región de las Américas, lo que representa un aumento de
10% y 11% de casos y de defunciones, respectivamente.

En lo que respecta al Perú, hasta el mes de junio del presente año se registraron
1,983,570 de casos de COVID-19, y 186,511 decesos. Estos datos, de acuerdo a
Our World in Data y la Universidad Johns Hopkins.

Es sabido que esta enfermedad provoca diversos signos y síntomas dependiendo de


cada paciente, al igual que todos los coronavirus, llegan a afectar el tracto
respiratorio. Sin embargo, también afecta el corazón, el sistema gastrointestinal, el
hígado, los riñones y el sistema nerviosocentral, lo cual conduce a una insuficiencia
multiorgánica; además de afectar la salud mental, con cuadros de ansiedad, estrés y
depresión y la estructura corporal, con el aumento y disminución de peso.

Un dato particular de este virus es que algunos pacientes resultan ser


presintomáticos o asintomáticos, y varios de ellos se mantienen como asintomáticos
durante el periodo de infección de la enfermedad.

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CAPÍTULO II: Signos y síntomas de la COVID-19

De acuerdo a la OMS, los síntomas más habituales de la COVID-19 son las


siguientes:

 Fiebre
 Tos seca
 Cansancio

Otros síntomas menos frecuentes y que pueden afectan a algunos pacientes son los
descritos a continuación:

 Pérdida del gusto o el olfato


 Congestión nasal
 Conjuntivitis (enrojecimiento ocular)
 Dolor de garganta
 Dolor de cabeza
 Dolores musculares o articulares
 Diferentes tipos de erupciones cutáneas
 Náuseas o vómitos
 Diarrea
 Escalofríos o vértigo

Entre los síntomas de un cuadro grave de la COVID-19 se incluyen:

 Disnea (dificultad respiratoria)


 Pérdida de apetito
 Confusión
 Dolor u opresión persistente en el pecho
 Temperatura alta (por encima de los 38° C)
 Otros síntomas menos frecuentes:
 Irritabilidad
 Merma de la conciencia (a veces asociada a convulsiones)
 Ansiedad
 Depresión

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 Trastornos del sueño

CAPÍTULO III: Principales formas clínicas

Las principales formas clínicas de la COVID-19 reconocidas por la Organización


Mundial de la Salud son las siguientes:

ENFERMEDAD NO COMPLICADA (MÍNIMAMENTE SINTOMÁTICA)

Se presentan signos no específicos como fiebre, tos, dolor de garganta, congestión


nasal, ligera cefalea, malestar general. No hay signos de deshidratación, disnea o
sepsis. Los pacientes ancianos e inmunodeprimidos pueden presentar signos
atípicos. Pueden existir manifestaciones digestivas como náuseas, vómitos y
diarreas. Es, en esencia, un cuadro prácticamente indistinguible de otras afecciones
virales respiratorias.

INFECCIÓN NO COMPLICADA DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS BAJAS NO


COMPLICADA (NEUMONÍA LIGERA)

Además de los síntomas anteriores los pacientes pueden presentar fiebre, puede
existir tos, que puede ser productiva, polipnea (combinación de taquipnea y
batipnea), con estertores húmedos (crepitantes), o presentarse como una neumonía
atípica, pero sin signos de gravedad y con una SpO2 con aire ambiental > 90 %. No
existen signos de insuficiencia respiratoria ni de gravedad.

NEUMONÍA GRAVE

Presencia de tos productiva, con fiebre, aleteo nasal, taquipnea (frecuencia


respiratoria > 30 respiraciones/min, limitación de la expansibilidad torácica, con
estertores húmedos (crepitantes), o presentarse como una neumonía atípica pero
con signos de gravedad. Puede existir tiraje intercostal o supraesternal, cianosis
central, con SpO2 con aire ambiental <90 % y dolor pleurítico. Puede producir y
asociarse a un síndrome de distrés respiratorio agudo.

Las personas de cualquier edad que presenten fiebre o tos, dificultad para respirar,
sensación de opresión de pecho o dificultades para hablar o moverse deben recibir
atención médica de inmediato.

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CAPÍTULO IV: ¿Cómo se propaga?

El virus que causa la COVID-19 se transmite principalmente a través de las gotículas


generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o espira. Estas gotículas
son demasiado pesadas para permanecer suspendidas en el aire y caen
rápidamente sobre el suelo o las superficies.

Una persona se puede infectarse al inhalar el virus si está cerca de una persona (a
menos de un metro) con COVID-19 o si, tras tocar una superficie contaminada, se
toca los ojos, la nariz o la boca.

Las personas que están infectadas, pero no presentan síntomas también pueden
propagar el virus a otras personas. Se han notificado algunos casos de reinfección
con COVID-19, sin embargo, son poco frecuentes.

La facilidad con la que el virus se propaga de persona a persona puede variar. Al


parecer, el virus que causa el COVID-19 s propaga de manera más eficaz que el de
la influenza, pero no tan eficazmente como el del sarampión, el cual se encuentra
entre los virus más contagiosos que afectan a las personas.

Existe evidencia de que, bajo ciertas condiciones, personas con COVID-19 podrían
haber infectado a otras personas que se encontraban a más de 6 pies de distancia.
Estas transmisiones ocurrieron dentro de espacios cerrados con ventilación
inadecuada. En ocasiones, la persona infectada respiraba con intensidad, por
ejemplo, al cantar o ejercitarse.

La COVID-19 se propaga con menor frecuencia a través del contacto con superficies
contaminadas. Las gotitas respiratorias también pueden depositarse sobre
superficies y objetos. Es posible que una persona contraiga el COVID-19 al tocar
una superficie u objeto que tenga el virus y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos.

No se cree que la propagación a través del contacto con superficies contaminadas


sea una forma común de propagación del COVID-19.

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CAPÍTULO V: Diagnóstico de la COVID-19

Los métodos convencionales de detección del SARS-CoV-2, como los que se


utilizan para otras formas de neumonía infecciosa viral, se basan generalmente en
pruebas moleculares, pruebas serológicas y tomografía computarizada (TC).

PRUEBAS MOLECULARES

El método fue propuesto para la confirmación rutinaria de casos infectados y la


detección de COVID-19 por la OMS y la Administración de Alimentos y
Medicamentos es la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa
(RT-PCR), que es una de las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT).
Las NAAT son pruebas moleculares que se dirigen a secuencias de ácido nucleico
específicas del patógeno para identificar su presencia en la muestra obtenida del
paciente sospechoso. Las pruebas moleculares se dirigen específicamente al
genoma del SARS-CoV-2 y funcionan sobre la base de la amplificación del ácido
nucleico viral para lograr una concentración lo suficientemente alta como para ser
detectable por los dispositivos de detección desarrollados actualmente.

INMUNOENSAYOS

Los inmunoensayos son pruebas bioquímicas desarrolladas para detectar la


presencia y concentración de un biomarcador específico utilizando antígenos o
anticuerpos.

Pruebas de serología: Se dirigen a los antígenos proteicos y los anticuerpos


producidos en respuesta a la presencia de SARS-CoV-2. Generalmente, se miden
dos tipos de anticuerpos en una prueba serológica: inmunoglobulina M (IgM) e
inmunoglobulina G (IgG).

Pruebas de antígeno: Este tipo de prueba detecta la presencia de antígenos virales


y, por lo tanto, se puede implementar para detectar la infección actual con la que
está luchando el paciente, pero no puede proporcionar ninguna información sobre
infecciones pasadas. Las muestras para la prueba de antígenos generalmente se
toman de la cavidad nasal utilizando muestras de hisopado orofaríngeo,
nasofaríngeo o nasal.

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TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA

Una tomografía computarizada del tórax es una radiografía de tórax específica y


detallada que se toma desde diferentes ángulos, seguida de la imagen transversal
final, que ayuda a examinar las anomalías en los pulmones y dentro del tórax para
diagnosticar mejor la causa de las anomalías. Esta prueba puede identificar las
posibles anomalías causadas por la infección viral en el tórax y las características
anormales que podrían conducir a COVID-19 u otros diagnósticos de neumonía.

OTROS MÉTODOS

Varios biomarcadores que están presentes en los biofluidos también pueden usarse
para la detección del SARS-CoV-2. Se ha demostrado que las concentraciones de
proteína C reactiva, dímero D, linfocitos, leucocitos y plaquetas sanguíneas han
aumentado en pacientes que padecen COVID-19. Un estudio dedicado al análisis
estadístico de marcadores bioquímicos para discriminar a los pacientes con COVID-
19 grave de los leves demostró que los pacientes con afecciones graves muestran
niveles notablemente más altos de urea, creatinina y cistatina C séricas en
comparación con aquellos con afecciones leves. Así mismo, se desarrolló un
biosensor para la detección continua y en tiempo real del SARS-CoV-2 que puede
ser una solución adecuada y confiable para la aplicación clínica. El biosensor es un
sensor de resonancia de plasmón superficial localizado de doble función (LSPR) que
combina el efecto fototérmico y la detección de plasmón para detectar el ácido
nucleico del SARS-CoV-2.

CAPÍTULO VI: Prevención de la COVID-19

Frente a la situación sanitaria mundial, en fundamental la prevención. La OMS


publicó medidas para disminuir la transmisión de la COVID-19, las cuales son
similares a las recomendadas para prevenir la infección a otros coronavirus. Estas
medidas incluyen:

 Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón al toser o estornudar.


 Cubrirse la boca y la nariz con la sangría o fosa cubital (la concavidad que
forma la cara interna del brazo al flexionarlo por el codo) al toser y estornudar.

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 Mantener el distanciamiento físico.
 Utilizar mascarilla, especialmente cuando no se pueda mantener el
distanciamiento. No solo al estar en contacto con pacientes con
enfermedades respiratorias, como en hospitales y consultorios, puesto que
puede haber pacientes asintomáticos portadores de la COVID-19 que se
convierten en focos trasmisores, por eso recomiendan el uso de máscaras
protectoras en todo lugar donde haya casos confirmados de COVID-19. Se
deben seguir estrictamente los lineamientos del uso de las máscaras, pues la
mala manipulación y contacto de las manos con los ojos y con el lado externo
de la máscara aumentan los riesgos.
 Mantener las habitaciones bien ventiladas.
 Evitar las aglomeraciones y el contacto estrecho con otras personas.
 Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
 Ir al médico en caso de fiebre, tos y dificultad para respirar, llamar con
anterioridad, en caso de encontrarse en zonas donde se está propagando el
virus o si se las han visitado en los últimos 14 días.
 Se recomienda permanecer en casa si empieza a encontrarse mal, aunque se
trate de síntomas leves como cefalea y rinorrea leve, hasta recuperarse.

CAPÍTULO VII: ¿Quiénes corren mayor riesgo de presentar un


cuadro grave de COVID-19?

Las personas que mayor riesgo corren de padecer un cuadro de COVID-19 y llegar a
hospitalización son las siguientes:

 Personas mayores de 60 años.


 Personas que padecen afecciones médicas subyacentes, como hipertensión
arterial, problemas cardíacos o pulmonares, diabetes, obesidad o cáncer.

Sin embargo, cualquier persona, de cualquier edad, puede enfermar de COVID-19 y


presentar un cuadro grave o morir.

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CAPÍTULO VIII: Complicaciones de la COVID-19

El coronavirus no es siempre el que provoca el fallecimiento de los pacientes, debido


a que a los parásitos no les suele interesar matar a sus hospedadores, sino que, en
algunos casos, está también ocasionado por una respuesta inmunitaria
descontrolada llamada "tormenta de citoquinas", que puede provocar fallo
multiorgánico.

La investigación clínica encontró que se detecta una alta concentración de


citoquinas en el plasma de pacientes críticos infectados con SARS-CoV-2, lo que
sugiere que la tormenta de citocinas se asociaba con la gravedad de la enfermedad.

Las complicaciones más frecuentes son las siguientes:

 Neumonía y fallo multiorgánico que en ocasiones provocan la muerte.

Otras posibles complicaciones que se han descrito son las descritas a continuación:

 Síndrome de distrés respiratorio del adulto.


 Fallo renal.
 Daño pulmonar agudo.
 Choque séptico.
 Neumonía asociada a ventilación mecánica.

CAPÍTULO IX: Secuelas de la COVID-19

Una persona puede recuperarse de la COVID-19 con el tratamiento adecuado, sin


embargo, esta enfermedad puede aumentar el riesgo de problemas de salud de
largo plazo y afectar de forma negativa la calidad de vida de las personas. De hecho,
tales secuelas pueden extenderse durante meses y afectar de forma importante
diversos sistemas del cuerpo humano.

SECUELAS RESPIRATORIAS

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Se refieren al daño temporal o permanente producido en las vías respiratorias como
consecuencia de la COVID-19. Es importante recordar que luego de recuperarse,
algunas personas continúan experimentando algunos síntomas. Esto puede darse
incluso en los casos en los que la enfermedad no fue muy fuerte.

En las vías respiratorias superiores se dan con frecuencia las siguientes secuelas:

 Grado residual de anosmia (pérdida del olfato) y/o ageusia (trastorno en el


que la persona pierde por completo el sentido del gusto)
 Tos

En las vías respiratorias inferiores, el paciente puede presentar las siguientes


secuelas:

 Disnea de esfuerzo
 Secreción mucosa
 Dificultad para inspiración profunda
 Dolor torácico
 Fibrosis pulmonar: Solo se dan en una minoría de casos y fundamentalmente
corresponden a los pacientes que desarrollaron la enfermedad de forma muy
grave. La agresión directa del COVID-19 o las consecuencias inflamatorias de
la infección, que ocurren principalmente en casos graves, pueden producir la
formación de un tejido cicatricial en los pulmones, esto es lo que conocemos
como fibrosis pulmonar.
 Bronquiectasias y trombosis pulmonares (debido a infecciones
intrahospitalarias).

SECUELAS MUSCULOESQUELÉTICAS

Después de más de un año desde la aparición del virus, han surgido nuevas
secuelas, sumadas a las respiratorias. A nivel musculoequelético, una de las
principales es la fatiga crónica, las personas sienten cansancio una vez superado el
virus, dolencia que se extiende en el tiempo.

 Encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC): Un estudio


publicado en la revista Nature, analizó en detalle la encefalomielitis
miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC). Es una enfermedad que se

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caracteriza por un estado de fatiga debilitante inexplicable. Si bien se
desconoce su etiología, la evidencia respalda anomalías inmunológicas, como
inflamación persistente y activación de células inmunitarias. Científicos, luego
de trabajar con pacientes con COVID coinciden en que una de las más
frecuentes secuelas de la COVID-19 es la debilidad muscular y la sensación
de fatiga o cansancio generalizado
 Debilidad generalizada
 Dolores erráticos

SECUELAS NEUROLÓGICAS

Los coronavirus no siempre permanecen confinados en el tracto respiratorio, y en


ocasiones pueden llegar a invadir el sistema nervioso central y causar patologías
neurológicas. Se han descrito síntomas neurológicos en pacientes afectos por
COVID-19, tales como:

 Cefalea
 Encefalopatía
 Encefalitis
 Ictus: Los antecedentes de ictus en pacientes con COVID-19 aumentan 3
veces el riesgo de fallecer a causa de la enfermedad. Sin embargo, hasta el
momento el ictus no es una de las complicaciones principales de la COVID-
19. El virus invade el parénquima cerebral, endotelio, corazón y altera la
coagulación, por este motivo puede producir ictus. Una infección por COVID-
19 puede presentarse junto con un ictus, sin tener necesariamente, síntomas
respiratorios previos.
 Crisis epilépticas,
 Rabdomiólisis: Ruptura de los tejidos musculares que libera una proteína
dañina en la sangre. Estas proteínas son dañinas para el riñón y con
frecuencia causan daño renal en los pacientes.
 Síndrome de Guillain-Barré: Diversos estudios demuestran una asociación
entre ambas patologías, donde el virus de la COVID-19 sería el potencial
desencadenante del Síndrome de Guillain-Barré.

NEUROCOGNITIVAS

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La COVID-19 afecta no solo áreas físicas, sino también, cognitivas. Esto se
acrecienta debido al confinamiento al cual fue sometido gran parte de la población a
nivel mundial, el encierro, y poca vida social en presencialidad desencadena
consecuencias entre las cuales destacan:

 Falta de atención
 Pérdida de memoria
 Mala calidad de sueño
 Insomnio

PSICOLÓGICAS

La salud mental es una de las más afectadas por la pandemia. Las consecuencias
que más padecen las personas actualmente y de forma más aguda son las del
confinamiento: el sentirse agobiado, deprimido, tener menos ganas de hacer cosas,
de disfrutar menos del día a día.

De igual manera, hay personas con familiares fallecidos en estos días y no han
podido despedirse de ellos. Estas son situaciones más críticas que pueden derivar
en un incremento mayor de la ansiedad o de la depresión, e incluso convertirse en
síndromes de estrés agudo; una ansiedad máxima provocada por la impotencia ante
la situación. Si estos síntomas se prolongan pueden provocar ciertas enfermedades
mentales, relacionadas con la ansiedad y la depresión.

DIGESTIVAS

El COVID-19 también puede manifestarse con consecuencias intestinales, pudiendo


provocar:

Atragantamiento

Cambio en el ritmo depocisional (diarrea)

Disfagia: Es uno de los síntomas intestinales que más aparece en los pacientes
graves del COVID19, hay pacientes que lo padecen y tardan en recuperarse.

OTRAS SECUELAS

Las personas que han tenido COVID-19 pueden presentar una notable pérdida de
peso, sobre todo los pacientes de post hospitalización.

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Aumento de peso: Debido principalmente a la vida sedentaria que pueden llevar
algunas personas durante esta pandemia o a desórdenes hormonales.

CAPÍTULO X: Tratamientos de la COVID-19

Los enfoques de tratamiento y prevención antivíricos se basan en la inhibición de la


replicación del genoma viral, ya sea evitando que el virus entre en las células
huésped o suprimiendo uno o más pasos en su replicación. Se busca preparar al
sistema inmunológico y creando una forma de memoria contra el virus mediante la
vacunación. Así también, existen tratamientos que consisten en la inyección de los
anticuerpos antivirales producidos en el plasma del paciente recuperado al paciente
infectado, y tratamiento del daño pulmonar y síndrome de dificultad respiratoria
acompañado de la infección viral.

MEDICAMENTOS ANTIVIRALES

Mecanismos de tratamiento

En general, se están explorando dos enfoques distintos para la reutilización de


fármacos convencionales y el desarrollo de nuevos fármacos terapéuticos:
prevención de la entrada del virus en las células huésped y supresión de varios
pasos en la replicación del virus dentro de las células.

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ANTICUERPOS MONOCLÓNICOS
De acuerdo con Majumder y Minko: “Los anticuerpos monoclonales específicos de
una proteína viral son opciones de tratamiento alternativas para enfermedades
virales. Durante la última década, se desarrollaron varios anticuerpos monoclonales
dirigidos a la proteína de pico SARS-CoV para inhibir la fusión viral dentro de las
células huésped. Por ejemplo, el CR3014 y CR3022 son dos anticuerpos
monoclonales neutralizantes del SARS-CoV, que se unen al dominio de unión al
receptor (RBD) de la proteína espiga del SARS-CoV para neutralizar el virus. Entre
estos, también se encontró que CR3022 se une al SARS-CoV-2 RBD, y podría ser
una posible opción terapéutica para el tratamiento de la enfermedad COVID-19.”

VACUNAS ANTIVIRALES
Las vacunas son preparaciones biológicas que, al ser administradas a una persona,
estimulan la producción de anticuerpos y proporcionan inmunidad contra una o
varias entidades específicas que pueden causar una enfermedad, como virus o
bacterias. Las vacunas se preparan a partir del agente esencial de una enfermedad,
sus productos o un sustituto sintético, que se preparan específicamente para actuar
como un antígeno sin inducir la enfermedad. Las vacunas preparan el sistema
inmunológico creando una forma de memoria que permite al individuo responder
más rápido y con mayor extensión a una amenaza en comparación con la primera
respuesta.

Actualmente en el Perú se está inmunizando a la población de riesgo, como los


adultos mayores, personas con discapacidades, a personas con enfermedades
raras, y al personal de salud, como a estudiantes de ciencias de la salud con las
vacunas Pfizer, Sinopharm y Oxford-AztraZeneca.

TERAPIA DE PLASMA CONVALECIENTE

La terapia con plasma de convalecencia es uno de los tratamientos en investigación


para la enfermedad COVID-19. La terapia con plasma de convalecencia, en la que
los anticuerpos antivirales producidos en el plasma del paciente recuperado se
inyectan en el paciente, ha mostrado resultados prometedores en diversas
enfermedades virales como la influenza H5N1 y la enfermedad viral del Ébola. El

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plasma de convalecencia que contiene anticuerpos neutralizantes contra el virus
SARS-CoV-2 se recolecta del paciente recuperado y se administra a los pacientes
con COVID-19 para aumentar el poder del sistema inmunológico o para estimular la
respuesta inmune del paciente al virus inmediatamente después de la infección.

INMUNOTERAPIA

En algunos casos, el tratamiento antiinflamatorio o incluso la supresión de la


respuesta inmune hiperactiva pueden ser beneficiosos. La supresión de vías de
señalización proinflamatorias por anticuerpos monoclonales, así como por otros
inhibidores de vías inflamatorias. También se sugirió dapsona, colchicina y
olanzapina para la prevención del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)
asociado a COVID-19.

CAPÍTULO XI: Manejo fisioterapéutico de la COVID-19

INTERVENCIONES DE FISIOTERAPIA RESPIRATORIA EN PACIENTES CON


COVID-19

Teniendo en cuenta las diferentes líneas de actuación de la fisioterapia respiratoria,


cabe destacar la escasa evidencia científica existente sobre los beneficios o los
riegos que la aplicación de las diferentes técnicas y procedimientos de fisioterapia
respiratoria tienen en el contexto del COVID19.

El siguiente apartado se centra en mostrar la evidencia existente para el manejo del


paciente con COVID-19, diferenciando las cuatro fases que caracterizan a esta
enfermedad: confinamiento, ingreso hospitalario, agudización o periodo crítico, y la
fase de recuperación y alta hospitalaria.

Los objetivos generales del abordaje en fisioterapia respiratoria son:

- Mejorar la sensación de disnea

- Reducir las complicaciones

- Preservar la función pulmonar

- Prevenir y mejorar la disfunción y la discapacidad

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- Mejorar la calidad de vida, ansiedad y depresión

También refiere que la participación del fisioterapeuta es elemental para realizar la


detección de las necesidades del soporte asistencial en las semanas posteriores al
alta, debiéndose realizar pruebas y test sencillos como: Short Physical Performance
Battery, Sit-to-stand test, dinamometría de mano (Handgrip) y evaluación manual de
la fuerza de la musculatura periférica.

FASE CONFINAMIENTO

En esta fase se identifican los pacientes sintomáticos leves que pasarán la


cuarentena en sus domicilios o residencias. No existen evidencias que las técnicas
de fisioterapia respiratoria mejoren los principales síntomas generados por el SARS-
CoV-2: fiebre o febrícula, fatiga generalizada, dolor muscular, tos seca y otras
molestias. Por lo tanto, estos síntomas no son, en principio, susceptibles de
tratamiento específico de fisioterapia respiratoria. La duración del episodio leve invita
a pensar que estos síntomas no implican secuelas a posteriori que requieran una
intervención concreta por parte del fisioterapeuta respiratorio. Cabe mencionar que
las técnicas de fisioterapia respiratoria a aplicar en este contexto, especialmente el
drenaje de secreciones y las modificaciones de los flujos espiratorios, deben
considerarse de alto riesgo debido a que producen y expanden (a 1 metro)
microgotas de un diámetro promedio > 10µm [13], lo cual podría aumentar el riesgo
de transmisión. Por lo tanto, la recomendación sería limitar su aplicación debido al
riesgo que conlleva aplicarlas. En este periodo, el uso de dispositivos o instrumentos
coadyuvantes a las técnicas también deben ser considerados de alto riesgo, debido
al impacto directo de las microgotas. La aplicación de técnicas de modificación del
patrón ventilatorio no debería conllevar tal riesgo en cuanto a la generación de
microgotas se refiere, pero falta evidencia que corrobore dicha hipótesis. Por ello, y
teniendo en cuenta su aplicabilidad en otros contextos donde existe leve dificultad
respiratoria o disnea, se podría recomendar su aplicación.

Se promoverá mantenerse activo el mayor tiempo posible. Las recomendaciones


generales son:

- Evitar largos períodos de sedestación o inmovilidad

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- Realizar ejercicio físico a diario (la intensidad y el volumen dependerán de la
sensación de disnea, y estará contraindicado si el paciente tiene fiebre)

- Coordinar la respiración con los ejercicios realizados

- Favorecer una buena hidratación

Aquellos pacientes con febrículas intermitentes, obviamente siguiendo las


recomendaciones del facultativo que realiza el seguimiento (es de suponer que
telefónico), deben prestar especial atención a sus reacciones con respecto a
aquellos pequeños movimientos o ejercicios que realicen para evitar un
sedentarismo no acorde con la gravedad del cuadro.

INGRESO HOSPITALARIO

Para los pacientes con COVID-19 que se encuentren ingresados y aislados en


planta o espacios correspondientes, se valorará de forma exhaustiva, individualizada
y consensuada la necesidad de fisioterapia respiratoria.

Las técnicas propias de este contexto asistencial que deben considerarse de alto
riesgo por generar aerosoles y microgotas son: las técnicas de incremento del flujo
espiratorio activas (tos, etc.) o asistidas, dispositivos de presión espiratoria positiva,
entrenamiento de la musculatura respiratoria, insufladores y exufladores mecánicos
como el Cough Assist, dispositivos oscilantes de alta frecuencia (por ejemplo, Vest,
MetaNeb o Percussionaire), instilación o nebulización de suero fisiológico o
hipertónico, o cualquier posicionamiento, movilización, maniobra o terapia que pueda
provocar tos y/o expectoración

Debido al riesgo, a priori, no se recomienda aplicarlas, por lo que se analizarán los


indicadores clínicos caso por caso y el riesgo/beneficio para buscar el consenso del
equipo. Los pacientes hospitalizados generalmente presentan características de
neumonía intersticial bilateral e infiltrados bilaterales u opacidad en vidrio
deslustrado.

La neumonía que caracteriza al SARS-COV-2 no parece de consolidación exudativa,


si no que transcurre más como una inflamación del tejido alveolar [19], lo cual
genera una tos seca, no productiva. En estas circunstancias, las técnicas de
fisioterapia respiratoria no estarían indicadas

20
Sin embargo, según la evidencia hasta ahora publicada, hasta un 34% de los
pacientes con COVID19 presentaron tos productiva [20], donde las técnicas de
drenaje de secreciones sí podrían ser beneficiosas. Se aplicarían únicamente a
estos pacientes, y solamente cuando no puedan eliminar las secreciones por ellos
mismos. Además, si el paciente presenta comorbilidades asociadas al sistema
respiratorio que cursen con hipersecreción (fibrosis quística, bronquiectasias) o que
requieran la asistencia en la tos, también se podrían utilizar.

AGUDIZACIÓN O PERIODO CRÍTICO

La mayoría de las técnicas que emplean los fisioterapeutas en la UCI están


íntegramente relacionadas con los procedimientos habituales que se llevan a cabo
en esta unidad, las cuales son consideradas de alto riesgo por generar aerosoles y
microgotas. Por lo tanto, se actuará con prudencia y utilizando las medidas de
protección correspondientes a la hora de aplicarlas.

Un 23-28% del total de los casos por COVID-19 que ingresaron en la UCI
presentaron secreciones. Por lo tanto, a los pacientes que desarrollen secreciones
derivadas de una consolidación exudativa, hipersecreción y/o dificultad para
eliminarlas [16], se les puede indicar las técnicas de fisioterapia respiratoria como,
por ejemplo, la aspiración mecánica cerrada, aplicación de compresiones manuales
y/o el uso de los dispositivos oscilantes del flujo. Según la Asociación de
Fisioterapeutas de Cuidados Respiratorios en el Reino Unido, se puede decidir la
necesidad de aplicar técnicas de drenaje bronquial en pacientes infectados por
SARS-COV2 si se cumplen los siguientes criterios:

- Evidencia de retención de secreciones con dificultad para expectorar

- Ineficacia de la tos o de la capacidad de drenaje

Otro de los aspectos importantes es el posicionamiento del paciente en decúbito


prono, ya que mejora la oxigenación y aumenta la supervivencia en pacientes con
cuadros clínicos similares, como el SDRA. La recomendación se da cuando, aun
realizando una ventilación protectora (volumen corriente <6ml/Kg del peso ideal y
PEEP elevadas), la PaO2/FiO2 es <150. La maniobra se debe realizar con un
equipo altamente entrenado y con el menor número de personas posibles, siendo el
fisioterapeuta con experiencia una figura que puede colaborar en la misma.

21
Movilización precoz

En este contexto clínico, el fisioterapeuta tiene un papel crucial, donde dirigirá sus
intervenciones cuando existan limitaciones funcionales significativas, debilidad
adquirida, fragilidad, comorbilidades múltiples y edad avanzada. Para ello, se
recomienda movilizar al paciente de forma precoz para disminuir la gravedad y
promover una rápida recuperación. En el caso de que los pacientes ventilados
invasivamente tengan necesidad de sedación y relajación mantenidas por más de
48h, las técnicas de fisioterapia motora de movilización pasiva se pueden aplicar
siguiendo los protocolos de movilización precoz junto a las técnicas de fisioterapia
respiratoria indicadas de forma rutinaria

se recomienda la movilización precoz pasiva y activa, con descansos de sedación


una vez se alcance la estabilidad clínica a los 3-4 días tras el tratamiento antibiótico
y retroviral, describiendo los siguientes valores de estabilidad

Movilización activa

Antes de iniciar cualquier intervención de movilización activa en estos pacientes,


recomiendan realizar una evaluación exhaustiva del estado funcional general,
especialmente del estado de conciencia, el sistema respiratorio, cardiovascular y
musculoesquelético. Confían en iniciar la intervención para la movilización activa lo
antes posible, siempre que los pacientes cumplan con los estándares de los
expertos:

1. Sistema respiratorio:

- Concentración de oxígeno inhalado (FiO2) ≤0.6

22
- Saturación de oxígeno percutánea ≥90%

- Frecuencia respiratoria: ≤30 respiraciones/ min

- Presión espiratoria final positiva (PEEP) ≤10 cmH2O*

- No confrontación ventilador-hombre-máquina

- No hay peligro en las vías respiratorias

*Debido a la inflamación del tejido alveolar que caracteriza al COVID-19 y la


fisiopatología ventilatoria que esto conlleva, se podría permitir intervenir con una
PEEP más elevada, dependiendo siempre de la situación clínica del paciente y el
consenso del equipo.

2. Sistema cardiovascular:

- Presión arterial sistólica ≥ 90 mmHg y ≤180 mmHg

- Presión arterial media ≥ 65 mmHg y ≤ 110 mmHg

- Frecuencia cardíaca: ≥ 40 latidos / min y ≤120 latidos / min

- No hay nuevas arritmias ni isquemia miocárdica 13

- No hay signos de shock acompañados de ácido láctico en sangre ≥ 4 mmol/L

- No hay trombosis venosa profunda inestable nueva ni embolia pulmonar

- No hay estenosis aórtica sospechosa

3. Sistema nervioso:

- La escala de agitación-sedación de Richmond (RASS) -2 o +2

- Presión intracraneal <20 cmH20.


EDUCACIÓN AL PACIENTE SOBRE EL PLAN DE INTERVENCIÓN FISIOTERAPÉUTICO

Previo al inicio de la fase I y al inicio de cada fase del plan de intervención fisioterapéutico se brindará
educación al paciente, familia y acompañante o cuidador con la finalidad de que el paciente tenga
mayor conocimiento de la enfermedad, buscando generar mayor adherencia al tratamiento
rehabilitador y mejorar los estilos de vida.

23
PLAN DE INTERVENCIÓN FISIOTERAPÉUTICO PARA LA REHABILITACION DE PACIENTES POS COVID-19

El plan de intervención fisioterapéutico cuenta con tres fases que se desarrollan de manera
secuencial tras el alta del paciente.

 La fase I o monitoreo, tiene como objetivos monitorizar la sintomatología del paciente, y


evaluar, monitorizar y preservar la condición actual de salud del paciente (capacidades
funcionales además del desempeño de la actividad y su participación).
 La fase II o de acondicionamiento físico, tiene como objetivo reeducar el movimiento
funcional y fortalecimiento de la musculatura periférica.
 Fase III o de optimización funcional, tiene como objetivo maximizar la autonomía e
independencia funcional.

CRITERIOS PARA EVALUACIÓN DEL PACIENTE POS-COVID-19

Durante el desarrollo del plan de intervención fisioterapéutico se recomienda tener en cuenta los
siguientes criterios de inicio, de interrupción y finalización.

Criterios de Inicio

24
Son los criterios que se evaluarán al inicio de cada sesión terapéutica, estando el paciente en reposo,
durante las 3 fases.

 Criterios de suspensión de la sesión terapéutica:


Son los criterios que determinan si se debe suspender los ejercicios terapéuticos, y continuar al día
siguiente. Estos se evalúan durante la sesión terapéutica.

 Criterios de Interrupción de la fase:


Criterios que determinan si el paciente no se encuentra en condiciones de continuar con la fase y
requiere referencia para evaluación médica.

 Frecuencia cardíaca >60 y <100 latidos/min.


 Saturación de oxigeno > 92%
 Frecuencia respiratoria > 12 o < 22
 Presión Arterial Sistólica PAS ≥90 y ≤180 mmHg
 Presión Arterial Media > 65 y < 110 mmHg
 Temperatura ≤ 37.2 °C
 Agotamiento (puntaje Borg ≥ 5 en reposo)

 Criterios de suspensión de la sesión terapéutica:


Son los criterios que determinan si se debe suspender los ejercicios terapéuticos, y continuar al día
siguiente. Estos se evalúan durante la sesión terapéutica.

 Fluctuaciones en la temperatura corporal > 37,2


 Aumento de síntomas de disnea y fatiga sin ningún alivio después del descanso.
 Aumento o disminución de la presión arterial (PAS ≤90 y ≥180 mmHg) (PAM<65 o >110).
 Síntomas como opresión en el pecho, dolor de pecho, tos intensa, mareos, dolor de cabeza,
visión borrosa, palpitaciones, sudoración, inestabilidad en bipedestación.

 Criterios de Interrupción de la fase:


Criterios que determinan si el paciente no se encuentra en condiciones de continuar con la fase y
requiere referencia para evaluación médica.

 Frecuencia cardíaca en reposo <40 o > 130 latidos / min


 Frecuencia respiratoria > 40 p / min
 Saturación de oxígeno en reposo ≤ 90% y/o <85% durante el ejercicio
 Arritmias cardíacas.
 Trombosis venosa profunda (extremidades dolorosas e hinchadas).
 Dificultad para respirar aguda (debido a la sospecha de embolia pulmonar).
 Fiebre por más de dos días.
 Sudoración excesiva, color facial anormal, ansiedad

FASE I: MONITOREO

25
Esta fase se desarrolla íntegramente a través de la tele rehabilitación. Durante las dos semanas de
esta fase el tecnólogo médico en terapia física y rehabilitación contactará diariamente al paciente
para realizar el monitoreo (registro de sus signos vitales y sintomatología); en caso de alteraciones o
complicaciones referir al médico tratante y/o suspender la sesión terapéutica hasta el día siguiente
(criterios de suspensión e interrupción).

Proceso

Los ejercicios en esta fase tienen como características principales ser de baja intensidad y corta
duración, utilizando como herramienta principal de valoración la escala de Borg modificada, la cual
valorará la sensación de disnea y fatiga muscular del paciente durante la actividad, la misma que no
debe sobrepasar un puntaje de 3.

En todo momento se deben tener presente los criterios de suspensión e interrupción de la sesión
terapéutica.

Durante la actividad física valorar el nivel de saturación de oxígeno (SaO2), el mismo que no debe ser
menor del 90%; En caso de desaturación, la realización del ejercicio requerirá de la utilización de
oxígeno suplementario, de no contar con el mismo, suspender la actividad y retomar al día siguiente
la sesión terapéutica. De presentarse 2 a 3 días consecutivos la desaturación se derivará a una
atención para el manejo especializado con el tecnólogo médico en terapia física y rehabilitación
especializado en fisioterapia cardiorrespiratoria.

Al término de las dos semanas y de no presentar ninguna sintomatología que haga sospechar la
presencia activa del virus, el paciente accede a la Fase II para la valoración de su condición funcional;
en caso contrario, de presentar aún sintomatología aguda de la infección viral, será referido para una
nueva evaluación médica.

FASE II: ACONDICIONAMIENTO FÍSICO

Esta fase tiene una duración de seis semanas y se realiza de manera presencial o vía tele
rehabilitación.

La frecuencia de atención en esta fase será de 3 a 5 días a la semana, con una duración de 45 a 50
minutos por sesión.

Los ejercicios en esta fase tienen como características principales ser de intensidad progresiva de
baja a moderada, utilizando como herramienta principal de valoración la Escala de Borg modificada,
la cual valorará la sensación de disnea y fatiga muscular del paciente durante la actividad, la misma
que no debe sobrepasar un puntaje de 4 a 5.

Al término de las seis semanas se espera que el paciente logre los objetivos de la fase II.

FASE III: OPTIMIZACIÓN FUNCIONAL

Esta fase tiene una duración de cuatro semanas y se realiza de manera presencial o vía tele
rehabilitación.

La frecuencia de atención en esta fase será de 3 a 5 días a la semana, con una duración de 45 a 50
minutos por sesión.

Los ejercicios en esta fase tienen como características principales ser de intensidad de moderada a
alta, utilizando como herramienta principal de valoración la Escala de Borg modificada, la cual

26
valorará la sensación de disnea y fatiga muscular del paciente durante la actividad, la misma que no
debe sobrepasar un puntaje de 6 a 7.

Al término de las cuatro semanas se valorará los objetivos alcanzados en la fase III. En función a ellos
se darán recomendaciones finales para mantener una actividad física saludable y se recomienda
reevaluación de control por su médico tratante.

CONCLUSIONES

El nuevo coronavirus o COVID-19 ha significado una problemática preocupante a


nivel mundial. Esta enfermedad está asociada a un cuadro clínico correspondiente a
una infección respiratoria alta. Sin embargo, en pacientes de alto riesgo, el COVID-
19 presenta una rápida progresión, hasta llegar incluso a un cuadro de neumonía
grave y fallos multiorgánicos.

Por todo lo mencionado, en el presente trabajo de investigación se ha descrito de


manera breve los principales alcances de la enfermedad, desde su aparición, sus
causas, así como los principales signos y síntomas que pueden llegar a presentar
los pacientes con COVID-19 o SARS CoV-2. Así también se describieron las
complicaciones y secuelas en diferentes aparatos y sistemas del cuerpo humanos
que pueden llegar a presentar los pacientes sintomáticos.

Finalmente se presentaron los enfoques terapéuticos, como terapias antivirales


(reutilización de fármacos de moléculas pequeñas), vacunas antivirales, terapias
complementarias (anticuerpos neutralizantes, tratamiento con plasma de
convalecencia, etc.), y los manejos fisioterapéuticos actuales que se aplican en
pacientes con esta enfermedad, por fases, explicadas detalladamente.

RECOMENDACIONES

Se recomienda a la población la prevención de esta enfermedad, puesto que lo


principal para evitar contagiarse de COVID-19 es cumplir con las medidas
propuestas por la OMS para detener la transmisión del virus.

En el contexto del Perú, es recomendable la prevención ante las enfermedades


desconocidas, a tiempo, y no cuando el curso de la enfermedad se esté propagando

27
en el país. Las medidas impuestas deben iniciar apenas se dé la señal de alarma en
otros países, ya que de haber previsto a tiempo esta nueva pandemia, el Perú
registraría cifras mucho menores a las que cuenta actualmente, tanto de contagios
como de decesos.

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