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Proyecto para la protección contra el abuso

sexual infantil en nuestras iglesias

Presentado por Virginia Contreras (Abogada, Maestría


en Estudios Teológicos, Misionera de Assemblies of God a
la Argentina)
Es un hecho comprobado mundialmente que los pedófilos1 tienen en la mira, no

sólo iglesias cristianas, sino también sinagogas y mezquitas. Estos depredadores se

acercan intencionalmente a diversas comunidades religiosas; porque consideran que

sus miembros son confiados e ingenuos. Gran parte de este mal se podría evitar si las

instituciones tomaran medidas concretas para proteger a los niños que las integran

contra el abuso sexual. Es el propósito de este proyecto comenzar a despertar

consciencia en cada congregación y ministerio afiliado a la Unión de las Asambleas de

Dios; así como brindar algunas herramientas concretas para la protección contra el

abuso sexual infantil; especialmente dentro de las instalaciones físicas de la iglesia.

Algunas razones por las cuales sucede el abuso sexual infantil dentro del
perímetro físico de nuestras iglesias:

a. La mayoría de los cristianos no concibe que algo así pueda llegar a suceder

dentro de la iglesia. Esa ingenuidad los lleva a no tomar medidas concretas.

b. Los pedófilos son muy hábiles y astutos y toman ventaja del hecho de que los

miembros de la iglesia “bajan las defensas” y no están alertas respecto a la

seguridad de sus hijos; como lo estarían en otro lugar.

c. El perfil de los pedófilos es difícil de identificar. Pueden ser hombres o mujeres

de cualquier clase social. Suelen mostrarse como personas atentas y

consideradas.2

d. Al existir una necesidad de obreros voluntarios en las iglesias; nadie investiga el

pasado de estos voluntarios. Los pedófilos lo saben y sacan ventaja de esto.


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1
La ley 2443 dictada en Capital Federal contra la pedofilia pena con multas de hasta 100.000
pesos y hasta 90 días de arresto a los que colaboren con el circuito de explotación sexual de menores
en la ciudad de Buenos Aires. En Argentina aún no se cuenta con un Registro Nacional de Pedófilos
(Chile ya lo tiene).

2
Aunque no existe un perfil exacto del pedófilo, del 80 al 90% se trata de varones; aunque hay
también mujeres abusadoras. En más del 30% de los casos se trata del padre, el tío o el abuelo de la
víctima.

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¿Cómo proteger a los niños que asisten a nuestras iglesias?

Las siguientes sugerencias tienen como propósito reducir el riesgo y aumentar la

seguridad dentro de las dependencias físicas de la iglesia local.

a) Implementar un reglamento interno para la protección contra el abuso


infantil en la iglesia local.
b) Investigación, averiguación diligente y verificación de antecedentes. Todos
aquellos (obreros y voluntarios) que colaboran de una u otra manera con un
programa infantil; deben haber pasado con anterioridad por una
investigación que incluye entrevistas, (preferentemente realizada por
profesionales), pedido de informes a iglesias anteriores en las que pudo
haber participado, pedido de antecedentes policiales, etc.
c) Capacitar a padres, obreros y voluntarios sobre la problemática del abuso
sexual infantil (prevención, intervención y restauración)
d) Repensar y ajustar, en caso necesario, la distribución del edificio de la
iglesia: las aulas para la escuela dominical o culto infantil deben tener
ventanas para que pueda observarse lo que se esta desarrollando dentro de
ella; no debe ser en un lugar aislado del edificio principal; se debe
programar una inspección visual de las clases
e) No permita a un maestro, obrero o voluntario estar a solas con un niño o
grupo de niños. Que los maestros/instructores sean al menos dos y de
distinto sexo por clase. En cuanto al uso del baño se llamará al padre/madre
para que lo lleve personalmente; o se realizará un recreo en la clase para
llevarlos en grupo bajo la vigilancia de dos maestros o colaboradores)
f) Para una actividad fuera del predio de la iglesia se debe seguir el mismo
procedimiento y además contar con la autorización escrita de los padres
(especialmente si incluye transporte de los niños)
g) Seleccione adecuadamente a los maestros, obreros y voluntarios que
colaboran en un ministerio con niños. No sea negligente en cuanto a la
investigación concienzuda de los mismos. Confeccione una guía de
conducta y código de ética para obreros y colaboradores que trabajan con
niños.
h) Tenga un procedimiento riguroso para la inclusión y permanencia en la
membresía3 de la iglesia. Sólo aquellos que son formalmente miembros
pueden actuar como voluntarios.
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3
La membresía implica el compromiso de todo cristiano de no sólo asistir; sino también de
servir y someterse a una iglesia local. La profesión pública de fe en Cristo, el bautismo, una vida que
muestra y demuestra fruto de arrepentimiento y de la fe en Cristo, deben ser prerrequisitos para

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i) Si el abuso se diera en una iglesia que ha sido negligente en cuanto a la
selección de los colaboradores, la potencial acusación y demanda pueden
ser devastadoras—no sólo emocional y espiritualmente---sino además por
costos legales y financieros y en cuanto a la credibilidad y confianza de la
comunidad; ya que las noticias de abusos sexuales atraen especialmente la
atención de los medios.

Abuso Sexual Infantil

El abuso sexual consiste en obligar o persuadir a un niño/a para que participe

en actividades sexuales adultas, frente a las que no puede dar un consentimiento

informado. Afecta más a las niñas (80%) que a los varones (20%). Cerca de un 23%

de las niñas y un 15 % de los niños son víctimas de abusos sexuales. En la mayoría

de los casos los abusadores son familiares o personas cercanas, conocidas y de

aparente confianza.

A continuación se brindan algunos signos para identificar el abuso físico infantil.

Detectando algunos signos de abuso sexual en los niños:

• Moretones, quemaduras, mordidas

• El niño se encoge o pone a la defensiva cuando se acerca un adulto

• El niño se muestra asustado de los padres y se pone mal cuando debe


volver a su hogar

• Negarse a estar a solas con una persona determinada o miedo de ir a un


lugar determinado

• Cuando se pregunta a los padres respecto a moretones, mordidas,


quemaduras del niño el padre/madre estos responden agresivamente y se
ponen a la defensiva

• Enrojecimiento, erupciones y sangrado en áreas orales, genitales y/o anales

• Picazón o dolor en zonas anales y/o genitales


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solicitar la membresía en una iglesia. En cuanto al procedimiento, debería incluir, no sólo el completar
una solicitud, sino también entrevistas con el equipo pastoral de la iglesia para oír, entre otras cosas, el
testimonio de conversión del candidato.

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• Dolor o molestia al orinar. Dificultad de control de la vejiga o el intestino.

Sangre en la orina. Infecciones bacterianas.

• Aumento o pérdida repentinos de peso

• Consumo de alcohol o drogas.

• Depresión constante, sentimiento de culpa, autoagresión física, intentos


suicidas

• Trastornos del sueño (pesadillas, terrores nocturnos)

• Conductas hiper-sexualizadas

• Docilidad excesiva y/o actitud evasiva

• Conducta agresiva y violenta con otros niños

• Vestirse con varias capas de ropa o acostarse vestidos.

• Trastornos del aprendizaje


• Huidas del hogar

• Dificultades en la integración al grupo de pares

• Conductas antisociales.
 Mal rendimiento escolar/deserción escolar.
 Maltrato


y agresión a muñecos con forma humana, etc.

A tener en cuenta: algunas de las manifestaciones descriptas no conforman por sí


solas un diagnóstico, pero pueden brindar sospechas de abuso sexual.

Algunas características del niño/niña abusado

Los niños son naturalmente dependientes, necesitados de afecto y tienden a

confiar en los adultos, por lo cual pueden ser engañados y abusados con facilidad;

principalmente los más pequeñitos. Existen, no obstante algunas características a

tener en cuenta de los niños victimizados por abuso. Entre ellas:

• Desamparo afectivo

• Aislamiento social, desprotección emocional

• Divorcio y nueva unión de padres

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• Co-lecho, cohabitación, consumo de pornografía

• Etc.

El Código Penal argentino y el abuso sexual a menores

Art. 119.- Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el

que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo, cuando ésta fuera

menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o

intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o

aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido

consentir libremente la acción.-La pena será de cuatro a diez años de reclusión

o prisión cuando el abuso, por su duración o circunstancias de su realización,

hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la

víctima.- La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando

mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por

cualquier vía.- En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de

ocho a veinte años de reclusión o prisión si: a) Resultare un grave daño en la

salud física o mental de la víctima, b) El hecho fuere cometido por ascendiente,

descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún

culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guardia, c) El autor

tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual

grave, y hubiere existido peligro de contagio, d) El hecho fuere cometido por

dos o más personas, o con armas.- e) El hecho fuere cometido por personal

perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus

funciones.- f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho años,

aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo.- En el

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supuesto del primer párrafo, la pena será de tres a diez años de reclusión o

prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e), ó f).-(Nota:

texto conforme ley Nº. 25.087)

Art. 120.- Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que

realizare algunas de las acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo

del artículo 119 con una persona menor de dieciséis años aprovechándose de

su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de

preeminencia respecto de la víctima , u otra circunstancia equivalente, siempre

que no resultare un delito más severamente penado".- La pena será de prisión

o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias

previstas en los incisos a), b), c), e) ó f) del cuarto párrafo del artículo 119".-

(Nota: texto conforme ley Nº. 25.087)

Art. 125.- El que promoviere o facilitare la corrupción de menores de dieciocho

años, aunque mediare el consentimiento de la víctima será reprimido con

reclusión de tres a diez años.- La pena será de seis a quince años de reclusión

ó prisión cuando la víctima fuera menor de trece años. Cualquiera que fuese la

edad de la víctima, la pena será de reclusión ó prisión de diez a quince años,

cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier

otro medio de intimidación o coerción, como también si el autor fuera

ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su

educación o guarda.-(Nota: texto conforme ley Nº. 25.087)

Consejos para la prevención y la intervención

La prevención comprende todas las acciones que se dirigen a disminuir y

eliminar los factores de riesgo que predisponen el abuso. Es vital creer en la palabra

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del niño/niña y no culpabilizarlo en ningún caso. Estar dispuesto a investigar la verdad.

Si se sospecha que un niño es abusado hacer la denuncia correspondiente.

Organismos para una intervención prejudicial (para verificación del diagnóstico y


orientación de profesionales)

Existen distintos organismos que cuentan con líneas telefónicas, las cuales son

atendidas por profesionales, y que brindan orientación tanto a víctimas en situación

de crisis, como a los testigos.

• Consejo Nacional del Menor y la Familia

• Programa de Prevención y tratamiento de la violencia familiar

• Servicios contra el Maltrato en Hospitales Públicos

• Servicio de Atención a Víctimas de Violencia Familiar

Organismos para realizar una denuncia

Cualquier persona que presencie, o tenga noticias del maltrato físico o abuso

sexual a un menor o incapaz tiene el derecho (pero no la obligación) de denunciar el

abuso o maltrato de un menor. (Artículo 155 Código Procesal Penal). Por otro lado, se

les impone el deber de realizar la denuncia al personal docente y no docente de

escuelas, y a médicos, enfermeros, psicólogos, asistentes sociales, empleados y

funcionarios públicos (Artículo 164 Código Procesal Penal). Mas allá de lo establecido

por la ley, denunciar es una responsabilidad ética y social.

Cuando el abuso ha ocurrido se debe realizar una denuncia a los órganos del

Poder Judicial; que asistirán a la familia protegiendo ante todo a la víctima. En este

caso, debe recurrirse a los Tribunales de Familia en las jurisdicciones donde estén

constituidos (por ejemplo en Capital Federal concurrir a las Asesorías de Menores ; en

Provincia de Buenos Aires a los Juzgados de Menores) y en su defecto, al Fuero Civil.

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Conclusión:

El abuso sexual infantil es una triste realidad que afecta a millares de niños.

Como se ha hecho notar la lucha contra este mal requiere:

1) actividades de prevención con los niños y sus familias;

2) identificación de los casos de abuso;

3) intervención derivando y/o denunciando los casos de maltrato a los


organismos pertinentes.

Es responsabilidad de los distintos actores sociales de la comunidad el

identificar y contrarrestar posibles factores de riesgo; al mismo tiempo que

incrementar los factores de protección. En cuanto a nuestro contexto, no tomar

medidas preventivas para proteger a los niños en nuestras iglesias contra cualquier

abuso de delincuentes sexuales, dentro del perímetro físico de nuestra institución, es

no sólo una irresponsabilidad; sino que además puede ser interpretada como una

complicidad con el abusador. Así y todo, si el encargado del ministerio de niños

quisiera implementar medidas de investigación concienzuda de voluntarios y maestros

para la protección de los niños, tal vez encontraría resistencia (con argumentos tales

como: “todos somos conocidos en esta iglesia;” o que la misma “es una comunidad

pequeña que no necesita algo así;” o “es un procedimiento demasiado complicado la

investigación de antecedentes,” etc.).

Por otro lado, si el abuso sexual infantil ya se ha llevado a cabo en una iglesia,

la mayoría de las veces, no existe tampoco un procedimiento establecido de

antemano que asegure una resolución efectiva. En uno u otro caso, la iglesia necesita

tomar seriamente el desafío de crear un lugar seguro y procedimientos de actuación

claros y firmes.

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Tomar medidas concretas, para proteger a los niños que visitan y/o integran

nuestras iglesias contra el abuso sexual, es parte del sometimiento al reino de Dios en

una comunidad donde se vive y experimenta la justicia, paz y gozo en el Espíritu

Santo. Consideremos entonces estos versículos, y pidamos a Dios su guía para

ponerlos por obra, comenzando en nuestras comunidades cristianas.

Adviértele a la dinastía de David que así dice el Señor: Hagan justicia cada mañana,
y
libren al explotado del poder del opresor,
no sea que mi ira se encienda como un
fuego
 y arda sin que nadie pueda extinguirla,
a causa de la maldad de sus acciones.
Jeremías 21:12

¡Aprendan a hacer el bien!
 ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!
¡Aboguen por


el huérfano y defiendan a la viuda!
Isaías 1:17

Fuentes de Información:

Textos consultados:

Comité de Salud Mental de la Sociedad Argentina de Pediatría

Programa Nacional por los Derechos del Niño y del Adolescente (Ministerio de Cultura

y Educación de la Nación)

Código Penal Argentino

Autores consultados:

Deepak Reju, Beth A. Swagman, James F. Cobble Jr., Richard R. Hammar

Paginas Web consultadas:

http://www.directionjournal.org/15/1/child-sexual-abuse-in-church.html
http://www.reducingtherisk.com

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