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CONSAGRACIÓN DE VÍRGENES Y PROFESIÓN

RELIGIOSA
Gabriel Ramos

Uno de los frutos de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II


han sido los Rituales de Consagración de Vírgenes y de Profesión
Religiosa'.
El Ritual de Consagración de Vírgenes ha sido renovado siguiendo
los principios emanados de la Constitución conciliar; ha sido simpli­
ficado el rito despojándolo de todos aquellos elementos que a lo largo
de los siglos se habían introducido en su estructura (elementos gali­
canos y ceremonias medievales). Pero lo más importante del nuevo
Ritual de Consagración de Vírgenes, son sus destinatarios; ya no es
un ritual exclusivo de monjas, si.no que pueden ser consagradas vír­
genes las religiosas y seglares. Y esto es una auténtica novedad. Evi­
dentemente, en los prenotandos se establecen las condiciones para que
una mujer pueda acceder a la consagración virgina!2 .
El Rito de Profesión Religiosa, propuesto como típico, sí que es
una nueva creación. Como tal rito de profesión religiosa no existía en

1. Ordo professionis Re/iginsae. Editio Typica (Typis Polyglottis Yaticanis 1970);


Ordo Consecrationis Virginum. Eclitio Typica (fypis Polyglottis Vaticanis 1970). El pri­
mero en ser publicado fue el Ritual de Porfesión Religiosa, el 2 de febrero; el Ritual de
Consagración de Vírgenes fue publicado el 31 de mayo. El primero forma parte del Rituul
Romano, mientras que el segundo forma parte del Pontifical Romano. La traducci6n
castellana de ambos rituales fue aprobada por la Santa Sede el día 3 1 de octubre de 1978.
y fueron publicados en un solo volumen día 2 de febrero de 1979, sin hacer distinci6n
entre Rima! y Pontifical, bajo el título: Rirual de la Profesión Religiosa y Coma11nwití11
de Vfrgenes. En adelante citaremos el primero RPR, y el segundo RCY.
2. El «orden» de las vírgenes consagradas ha quedado contemplado en le canon hO·l
del vigente Código de Derecho Canónico.
528 Sacramentales 529
La celebración en la lglesiu

los libros litúrgicos, sino que cada Orden o Congregación Religiosa Entrega de insignias (n. 25- Entrega de insignias (n. 68- Unción y entrega de instru­
tenía su propio ceremonial para la profesión de sus miembros. A este 28) 69) mentos (n. 23-26)
nuevo ritual tendrán que adaptarse los elementos propios de cada Orden 4
o Congregación Religiosa. Abrazo de paz (facultativo) Abrazo de paz (N. 27-28)
Vamos a estudiar en primer lugar la estructura de estos dos rituales, (n. 70)
muy semejantes entre si; estudiaremos luego sus contenidos, para
esbozar, a partir de ellos, una teología de la virginidad consagrada y
ado la
de la vida religiosa. Nos asomaremos a la historia del rito de consa­ En los esquemas del RCV y del RPR ocupa, un lugar destac
gración de vírgenes y profesión religiosa, para terminar con unas breves plegaria de consagración; en ella se desarrollara fundam entalm ent � la
_ ada. Todos l s º os ntos
consideraciones de tipo pastoral. teología de la virginidad y de la vida � onsagr _ � �:
1tac10n de la
convergen y culminan en esta plegana, o son una exphc
misma.
ESQUEMA CELEBRATIVO DE LOS DOS RITUALES

. Los rituales de consagración de vírgenes y de profesión religiosa, II. ESTUDIO Y ANÁLlSlS DE LOS TEXTOS
tienen un esquema homologable con el esquema de celebración de
otros sacramentos que dicen relación con un ministerio o función en Visto el esquema de los rituales y su dinámica celebrativ_ a, estu­
la Iglesia. Sus elementos fundamentales son: una llamada, la homilía, diemos ahora los textos que constituyen y dan forma a los nusmos.
el interrogatorio, las letanías, la oración de consagración, y la entrega
de los instrumentos.
He aquí en cuadro sinóptico el esquema de los rituales, que com­ J. La plegaria de consagración de vírgenes
pararemos con el esquema del Ritual de Ordenación de Presbíteros,
ble
precisamente para hacer notar su convergencia fundamental. El RCV ha mantenido como oración de consagración, la venera
ense, la oraci � n Dei s castor um
y antiquísima fórmula del Veron :
a san León Magn o. La plegan a ha � 1do ret �cada
RCV RPR ROP3 corporum atribuida
5
_
negativa Y
en algunas frases que eran ex.ponentes de una concepc1on
Llamada de las candidatas Llamada de los candidatos Llamada de los candidatos peyorativa del matrimonio. . ., . .,
nY
(n. 13-15) (n. 53-55) (n. 9-13) La plegaria está compuesta de tres partes: 1�vocac10n, pet1c10
nes entre las que se
epíclesis. La petición está dividida en dos secc10
Homilía (n. 16) Homilía (n. 50) Homilía (n. 14) intercala un paréntesis. He aquí el esquem a.

Interrogatorio (n. 17) interrogatorio (n. 57) Interrogatorio (o. 15-16)


I Invocación
Letanías (n. 18-21) Letanías (n. 60-63) Letanías (n. 17-19) II Petición
1 - Primera sección
Renovación del propósito Profesión (n. 64-66) 2 - Paréntesis
de castidad (n. 22-23) 3 - Segunda sección
III Epíclesis
Plegaria de consagración Plegaria de bendición o Imposición de manos y ple­
(n. 24) consagración (n. 67) garia (n. 20-22) vírgen�s y de la profesión
4. Presentamos solamente el esquema de la consagración sdeuernas
Hemos de advertir q • estos �q tienen que contem­
religiosa propiamente dichos. :� con la cual forman un
plarse dentro del ámbito más amplio de la celebrac1on eucanst1ca,
3. De ordinatione Diaconi, Presbyteri et Episcopi. Editio Typica (Typis Polyglottis solo conjunto celebrativo.
Vaticanis 1968). 5. Ve 1104; RCV 64.
530 La celebración en la Iglesia
Sacramentales 53/

a) Invocación
al derramar tu gracia sobre todos los pueblos (cf Hech 2, 5b), suscitas!�
de entre todas las naciones herederos del Nuevo Testamento, mnume­
En la invocación recuerda el misterio de la caída en el Paraíso, y rables como tas estrellas del cielo (cf. Gén 22, 17). Entre los dones q ue
el misterio de la redención llevada a cabo por Cristo concediste a tus hijos, nacidos no de la carne ni del amor car�al _ (Jn 1,
13), sino de tu Espíritu, quisiste otorgar� algunos el don d� la vug1n1d,'.d.
,
Oh Dios, que moras complacido en los cuerpos castos y runas con pre­ Así sin menoscabo del valor del matnmomo y sm pe1d1da de l<1_ ben­
dilección las almas vírgenes. Oh Dios, que en tu Hijo, por quien en todo dición que ya al principio del mundo diste � la unió� del hombre Y la
,
mujer, algunos de tus hijos, inspirados por u, renuncian ª esta !eg111111,1
fué hecho (Jn 1, 3), has restaurado la naturaleza humana, dañada en .
nuestros primeros padres por fraude del Maligno (cf Gén 3), tú, no sólo unión, y, sin embargo, apetecen Jo que en el matnmomo se s1gmf1ca ;
has devuelto la santidad original, sino que la llevas a e"'perimentar, ya en no imitan lo que en las nupcias se realiza, pero aman lo q�e en ellas
esta vida, los dones reservados para el mundo futuro; y así hace a quienes se prefigura. La virginidad ba reconocido a su Autor y, as puando a la
viven aún en la tie1Ta semejantes a los ángeles del cielo (Me 12, 25). integridad angélica (cf Me 12, 25), se entre�a. al tálamo de aquel que
es, del mismo modo, Hijo y Esposo de la vtrgrn1dad.
La redención de Cristo va más a11á de la santidad original, porque
hace posible experimentar ya en esta vida los dones futuros: La-fruición Después de este paréntesis, sigue la petición suplica�do a Dios
de los dones futuros es posible gracias a la virginidad, porque los que que conceda a las vírgenes la firm�;7-3- e� su santo propósito, no sea
renuncian al matrimonio viven ya como se vivirá en el cielo, en donde que pierdan aquello que debe tamb1en bnllar en las casadas.
no hay matrimonio, sino que los bienaventurados son como ángeles Te pedimos, pues, Señor, que protejas con tu auxilio y guíes con tu luz
de Dios (Me 12, 25). a estas hijas tuyas que desean que tu bendición confirme y cons�gre su
propósito. Líbralas del antiguo enemigo, 1�ás sutil �n sus enganos (� f
,
Gén 3, l) con aquellas que nenen asp1racwnes mas altas. Que no _las
b) Petición _
sorprenda nunca adormecidas (cf Mt 25, 1-13) par� empanar el bnllo
Nadie puede lograr por sus propios medios el carisma de la vir­ de su pertecta castidad, no sea que arrebate a estas virgenes aquello que
honra a la mujer casada.
ginidad porque es un don de Dios; lógicamente la petición comienza
suplicando a Dios que se fije en sus hijas, que acogiendo su don se
disponen a vivir en castidad.
e) Epíclesis
Mira, Señor, a estas hijas tuyas que, poniendo en tus manos su deseo
de continencia te ofrecen aquella virginidad que tu mismo les diste
Finalmente, la petición se convierte en epíclesis, en el�a se enu­
desear. meran una larga lista de virtudes que deben adornar a las vngenes, Y
que son como una regla de vida que las vírgenes deberán observar.
Se interrumpe la petición con unas consideraciones sobre como Que brille en ellas, Señor, por el don de tu Espíritu, uoa modestia
una mujer puede abrazar la virginidad. Sentado el principio de que prudente, una afabilidad juiciosa, una dulzura grave, una libertad casta;
solamente por puro don de Dios es posible la virginidad, se contempla que sean fervientes en el amor (cf. Rom 12, 11) que nada amen fuera
este carisma dentro del conjunto de carismas de la Iglesia. Para pon­ de ti. Que sean dignas de alabanza pero no busquen ser alabadas,_ que
derarlo se contrapone la virginidad al matrimonio, en el sentido de te glorifiquen, Señor, por la santidad de su cuerpo y por la pureza de
_
que las vírgenes solamente desean lo que el matrimonio, significa, sin su espíritu; que por amor te teman y con amor te sirvan. Que tu �eas
vivir el signo. su honor, su gozo, su descanso; encuentren en ti desc_anso en la _afücc16n;
consejo en la duda; fuerza en la debilidad, paciencia en_ la tnbulac1ón;
abundancia en la pobreza; alimento en el ayuno; remedio en la enfer­
¿C6mo, Señor, un alma, que vive aún en la came mortal, podría dominar .
medad. Que en ti, Señor, lo encuentren todo y sepan prefenrte sobre
las leyes de la naturaleza, limitar la liben.ad de escoger lo que es lícito,
todas las cosas.
elegir una vida no común y vencer los estímtúos de la edad, si tú, Señor,
no enciendes en ella el amor a la virginidad, si tú no alimentas conti­
nuamente este deseo, y no la fortaleces en su propósito? Pero tú, Señor, Podríamos sintetizar en cuatro puntos el conjunto de las virtudes
que se piden para la virgen:
532 lL, celebración en la Iglesia Sacramemales 533

a. el primer grupo se refiere a la virtudes que tienen relación con santidad, y Dios Padre, para la profesión de los religiosos; y las
el comportamiento de la virgen: modestia, afabilidad, dulzura. libertad. oraciones En verdad es justo, Señor, y Señor Dios, creador del mundo,
b. el segundo se refiere al amor total a Dios y a Cristo que tiene para la profesión de las religiosas.
que ser un valor absoluto para la virgen y la respuesta a todas sus La razón de este desdoblamiento de plegarias según sean religiosos
exigencias vitales. o religiosas los que hacen la profesión, es debido a que las. p_legarias
c.. �� tercero trata �e la repercusión de la vida de la virgen en la de consagración de religiosas acentúan el aspecto esponsahc10 de la
apreciac10n de los dcmas: que sean dignas de alabanza. virginidad, aspecto que no cuadra con la profesión de los religiosos.
d. el cuarto grupo se refiere a la virginidad física y espiritual. Por otra parte, este aspecto esponsalicio de la virginidad consagrada,
es una de las notas tradicionales de la teología de la virginidad.
2. Otros textos del RCV

a) La plegaria «Oh Dios fuente y origen de toda santidad» (pro­


a) Homilía fesión de religiosos) 7
En el texto de la homilía que presenta el ritual se puede distinguir
La temática general de esta oración gira en torno a la historia de
dos p �r�e�: una dirigida al pueblo congregado para la celebración,
y la salvación que continúa realizándose también hoy en la vida religiosa.
otra dmg1da especialmente a las vírgenes que van a ser consagradas.
_En la �rimer parte se pone de manifiesto que las vírgenes son A Al
muJeres salidas del pueblo de Dios, a las que Dios llama para el servicio
de la Iglesia. En la segunda parte, se contempla el carisma de Oh Dios, fuente y origen de toda El es la imagen de la santidad
Ia santidad que de tal modo has querida por ti: se hizo pobre para
virginidad en la historia de la salvación, acabando con una exhortación
a las vírgenes. amado a los hombres que los has e nriquecernos (2 Cor 8, 10), se
hechos partícipes de tu divini­ hizo siervo para devolvemos la
dad (lPe 1, 4) y no has permi­ libertad (cf. Flp 2, 7). Por su
b) Interrogatorio tido que este designio de tu amor misterio pascual redimió al
. En el interrogatorio de la consagración de vírgenes se ponen en lo extinguiera el pecado de mundo con amor inefable y san­
relteve estos tres puntos. a) perseverancia en el propósito de la vir­ Adán (Gén 3) ni lo cambiaran tificó a su Iglesia (Ef 5, 27) a
ginidad; b) seguimiento de los consejos evangélicos, y c) libertad los delitos del mundo la que prometió los dones del
en la decisión de ser consagradas vírgenes. Espíritu.

c) Entrega de insignias B B
Ya en el comienzo de los tiem­ Tú, Señor, bajo la inspiración
En la consagración de vírgenes se entrega el anillo y el velo como pos nos diste en Abel un ejem­ del Paráclito has atraído innu­
signos del desposorio con Cristo; desposorio con Cristo que supone plo de vida inocente; suscitaste merables hijos hacia el segui­
la total consagración a él y al servicio de su cuerpo, la Iglesia. además en el pueblo hebreo, va­ miento de Cristo para que de­
También se entrega el libro de la «Liturgia de las Horas» con el rones santos y mujeres ilustres jadas todas las cosas (Mt 4, 20)
cual cantarán las alabanzas de Dios e intercederán por todo el mundoº. en toda virtud, entre las que so­ y ligados con el vínculo del
bresale la Hija de Sión, la San­ amor, se unan a ti con ánimo
3. La plegaria de consagración en la profesión religiosa tísima Virgen María, en cuyas ferviente, y estén al servicio de
El RP� ?istingue entre la profesión de los religiosos y la profesión entrañas virginales se encarnó todos los hermanos.
de las rehg10sas. En ambos casos están previstas dos oraciones de para la salvación del mundo, tu
consagración. Son las oraciones Oh Dios, fuente y origen de toda- Palabra, Jesucristo nuestro Se­
ñor.
6. El RCV prevé que junto con el rito de la consagración se puede emitir también
la profesión religiosa en el caso de monjas o religiosas. 7. RPR 67.
534 fo celebración en la Iglesia Sacramenta/e,· 535

La historia de la salvación se describe en dos grandes etapas, la b) La plegaria «Dios Padre» (profesión de religiosos)".
primera que arranca de la creación y pecado del hombre y llega hasta
María, la madre de Jesús; la segunda que va desde Jesús, la plenitud En la primera parte de la oración formada por la invocación, se
de la historia de la salvación, hasta hoy, cuyos protagonistas son los describe en dos paralelismos la creación del mundo y la nueva creación
cristianos que van a profesar la vida religiosa. Los fragmentos A y escatológica; la construcción del mundo y la edificación de la Iglesia.
Al; y By B1 son correlativos. Dios Padre, por ti florece tu Iglesia santificada, a ti corresponde
En el fragmento A se recuerda a Dios origen de toda santidad; la alabanza de toda criatura.
en el Al, a Jesús, imagen de la santidad, que·redime al mundo. En
el fragmento B se nos demuestra que ya en el AT hubo hombres
que a pesar del pecado de Adán, fueron ejemplo de cómo en ellos A B
se realizaba el designio amoroso de Dios, en B1, se hace ver cómo En el comienzo de los tiempos Entregaste la tierra a los hom­
también hoy hay hombres en los que se realiza este mismo designio creaste un mundo feliz (cf. Gén bres para que la hiciesen fecun­
amoroso de Dios, continuándose correlativamente la historia de la 1, l. 31), y al quedar derrum­ da con su trabajo (cf. Gén 1, 28-
salvación. bado por el pecado de Adán (cf. 30), y caminm1do por ella diri­
En la súplica se invoca al Paráclito, para que los que se consagran Gén 3), tú prometiste unos cie­ giesen su pasos a la ciudad ce­
hagan realidad en su vidas el designio amoroso de Dios. los nuevos, y una tierra nueva leste. Sobre tus hijos iniciados
(cf. Gén 3, 15, Ap 21, l). en los misterios sagrados y reu­
Mira, Señor, a estos hijos tuyos a quienes has llamado según tu pro­ nidos en la Iglesia santa, distri­
videncia, y derrama sobre ellos el Espíritu santo para que puedan cumplir buyes los dones variados de 1os
fielmente con tu ayuda lo que hoy, llenos de alegría, han prometido. carismas (cf. l Cor 12), para
gue unos te sirvan en la vida
Sigue la tercera parte de la oración con las peticiones. matrimonial, y renunciando
otros a las nupcias por el Reino
Mediten atentamente y sigan con constancia los ejemplos del Divino de los cielos (cf. Mt 19, 12),
Maestro. (Abunde en ellos una castidad sin mancha, una pobreza
alegre, una obediencia generosa. Te agraden por su humildad, te
comuniquen sus bienes con los
sirvan con sumiso corazón, te amen con caridad ferviente. Sean pa­ hermanos, se amen mutuamente
cientes en la tribulación, firmes en la fe, gozosos en la esperanza, en caridad, y, formando un solo
activos en el amor). Su vida edifique la Iglesia, promueva la salvación corazón (cf. Hech 2, 44-47),
del mundo, sea signo preclaro de los bienes celestes. Señor, Padre manifiesten la imagen de la
Santo, sé para estos hijos tuyos apoyo y guía, y cuando lleguen al asamblea santa.
tribunal de tu Hijo, sé recompensa y premio, para que se alegren de
haber consumado la ofrenda de su vida religiosa, así, afianzados en
tu amor, disfrutarán de la compañía de los santos, con quienes te En el primer miembro del paralelismo, el texto eucológico refleja
al abarán perpetuamente.
la visión optimista del primer capítulo del Génesis, en el segundo
miembro se confronta la construcción del mundo y la edificación de
Al objeto de estas peticiones podríamos sintetizarlo así. la Iglesia. Cabe destacar que en esta oración, matrimonio y virginidad
a) imitación de Cristo; b) guarda de los votos religiosos; c) vir­ no se contraponen sino que se consideran como dos carismas al servicio
tudes bajo e1 común denominador de la humildad; d) proyección de de la Iglesia.
su vida en el servicio de la Iglesia, y e) el Señor, como guía en esta
vida y premio en fa futura. A continuación sigue la epíclesis.

8. RPR 97.
536 La celebraci6n en la Iglesia
Sacramentales 537

Te suplicamos que derrames desde el cielo el Espíritu Paráclito sobre


estos h1JOS tuyos que han aceptado las palabras de Cristo con fe cons­ B B 1
tante. Cuando ella por engaño del de­ Tu, Señor, en tu providencia
monio (cf. Gén 3) faltó a la fi­ dispusiste que innumerables hi­
Sigue a la epíclesis, la petición. delidad, rompiendo su alianza jas siguieran las huellas de Cris­
contigo, tú no la excluiste del to para que, siguiendo a tu Hijo,
Fortalece sus espírit �s y conforma su vida a la doctrina del Evangelio. pacto nupcial, sino que, impul­ merecieran llegar a ser sus es­
Abunde en ellos, Senor, la candad mutua y brille el amor a los hombres sado por tu amor constante, res­ posas. Por ellas florece la santa
para que sean signo claro de que tú eres el único Dios verdadero y amas tauraste la antigua alianza en Iglesia con admirable variedad
ª. todos los hombres con amor verdadero. Concédelcs, Señor, que re­ Noé, tu siervo (Gén 9, 8-17). de dones, como esposa ador­
sistiendo fmnemente los combates de esta vida, reciban ya ahora el Más adelante de la descendencia nada de joyas (cf. Is 61, 10b),
céntuplo que has prometido (Mt 19, 29) (Me 10, 30), y merezcan del fiel Abrahan, elegiste una como reina vestida de majestad,
alcanzar al final el premio eterno. estirpe, más numerosa que las como madre que se alegra por
estrellas (Gén 22, 17), y, por sus hijos.
Fortaleza y adecuación al evangelio, caridad, y firmeza en la lucha, medio de Moisés, tu siervo,
_ confirmaste tu alianza en las ta­
son !as virtudes fundamentales que se piden en la oración de consa­
gración para los que profesan la vida religiosa. blas de la ley (Ex 24, 12). En
este pueblo de tu predilección
siempre florecieron santas mu­
c) La plegaria «En verdad es justo» (profesi6n de religiosas)9. jeres, insignes de piedad y for­
taleza, preclaras por la justicia
La oración de b�ndición o consagración de religiosas, temática y y la fe. Cuando llegó la etapa
e�tructui:almen_te es igual a la oración de bendición de religiosos, Ja final de la historia (cf. Gál 4, 4)
diferencia estnba en que en esta oración la historia de salvación se suscitaste de la raíz de Jesé una
contempla bajo el aspecto nupcial. virgen (J s 11, 1), y sobre ella
vino el Espíritu Santo y la cubrió
con su sombra (Le 1, 35a) para
A A 1 que, por medio de un parto in­
En verdad es justo, Señor, que El Hijo de la Virgen se hizo po­ maculado, diera a luz al Reden­
cantemos tus alabanzas, pues bre, humilde y obediente, y fue tor del mundo.
eres tú, quien hacer germinar los para todos causa y ejemplo de
santos propósitos, tú quien los santidad; Jurnló la Iglesia, su es­ La historia de la salvación empieza cuando Dios, por amor, se
lleva a término. Por medio de posa, y tanto la amó que por ella asocia a si a la humanidad que ha creado (A); Jesús, por amor, se
tu Hijo, en el Espíritu santo (cf. se entregó y la purificó con su entrega a su esposa, la Iglesia, que él ha fundado (Al).
Jn 1, 3. 10) creaste con amor sangre (Ef 5, 25-26). El pacto nupcial de Dios con la humanidad es roto por el pecado
inefable la familia humana, y tu de Adán; pero dios sigue fiel al pacto nupcial y lo restaura con Noé,
amor para con ella fue tan gran­ Abrahán y Moisés, y culmina en María (B). Actualmente Dios suscita
de, que la enriqueciste como a a mujeres, que siguiendo a Cristo, sean sus esposas; en ellas la Iglesia
una esposa, haciéndola seme­ se realiza como esposa, reina y madre (Bl).
jante a ti y dándole parte en tu A continuación sigue la epíclesis en la que se invoca al Espíritu
misma vida eterna. para que alimente la llama del propósito que hizo germinar en los
corazones de las que profesan la vida religiosa.
9. RPR 72.
538 úi celebración en la Iglesia
Sacramental(�S 539

Te pedimos, Padre, que envíes sobre estas hijas tuyas el fuego del A) Señor Dios, creador del mundo y Padre de los �ombres, te ,1laba111os
Espíritu para que alimente siempre la llama de aquel propósito que él y te damos gracias po rque de la estirpe de Abrahan elegiste un pue blo
mismo hizo germinar en sus corazones. y lo consagraste llamándolo pueblo de Dios. A este pueblo , m1e�'.1:'.1s
peregrinaba por el desierto, lo confortabas con t� palabra_ Y lo p�ote� 1 1s
Después de la epíclesis siguen las peticiones. La primera hace :
con tu brazo. A pesar de ser pobre y desgraciado, lo ums�e ª. ti �n
referencia al bautismo que se presenta como el fundamento de la vida alianza de amor. Cuando se desviaba de tu dilección, con m1sencord'.a
religiosa. lo llamabas par que volviera al camino de la santidad, y cuando volvta
a ti con amor de Padre salías a su encuentro, hasta que lo llevaste a lu
Resplandezca en ellas, Señor, todo el esplendor de su bautismo y la tierra prometida.
ejemplaridad de una vida santa; que, fortalecidas por los vínculos de la
profesión religiosa se unan a ti en ferviente caridad. En la segunda sección se contemplan � os misterios ?e Crist�, des?e
su nacimiento hasta la misión del Espíntu santo, _quien suscita cris­
Del terna bautismal se pasa al tema nupcial formulado en términos tianos para que se consagren al seguimiento de Cnsto.
de caridad, amor que tiene que extenderse también a la Iglesia y a los
hombres, para que sean signo de los bienes futuros. B) Te bendecimos, Padre, ante todo, porque has qu�rido ll�varnos al
conocimiento de la verdad (ef. lTm 2,4) por Jesucnsto, HIJ O tuyo �
-
Sean siempre fieles a Cristo, su único Esposo, amen a la Madre Iglesia Hermano nuestro: El, nacido de la Virgen María, con su muerte red1m10
.
con una caridad activa y sirvan a todos los hombres con amor sobre­ a tu pueblo del pecado, y con su resurrec� ión, le ?�ó la esp eran;- ª de
natural, siendo para ellos testimonio de los bienes futuros y de la bie­ la vida futura. Sentado a tu derecha, env10 el Espmtu santo yara que
naventurada esperanza. llamase a innumerables disc.ípulos, que, siguiendo los conseJOS evan­
gélicos, consagren toda su vida a la gloria de tu nombre y a la salvación
de los hombres.
Finalmente se pide al Señor que proteja a sus hijas por el camino
de la vida, para que puedan alegrarse de oír la voz del esposo al final
de la misma vida. Es el tema de las nupcias eternas. En la tercera sección se dan gracias al Padre porque aun hoy, hay
mujeres que se consagran al servicio de Dios.
Señor, Padre santo, dirige los pasos de estas hijas tuyas y protégelas en
su camino, para que cuando lleguen al tribunal del Rey supremo no e) Pero es justo que hoy tu familia te cante un cántico nuevo p? rque
_
estas hermanas nnestras, atendiendo a tu voz se consagran a tu serv1c10.
teman la sentencia del juez, sino reconozcan la voz del Espow que las
invita a las nupcias eternas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
En la segunda parte de la plegaria se formula una epícle�is muy
breve, a la que siguen las peticiones: que las profesas seai:i �1gno de
la presencia de Dios en la Iglesia; que se entregu�n al serv1c�o. de los
d) La plegaria «Señor Dios» (profesión de religiosas 10 hombres con un corazón totalmente libre para Dios; que ant1c1pen la
La primera parte de este texto está formulada en términos de ben­ venida del Reino escatológico.
dición y alabanza, que de alguna manera nos recuerdan los prefacios Derrama, pues, Señor, sobre estas hijas tuyas, que por ti han dejado
romanos. El motivo por el que se alaba a Dios, es la historia de la _
todas las cosas, la abundancia del Espíritu santo. Brille en ellas, '. adre
salvación. el rostro de tu Cristo para que todos, al verlas, reconozcan q�e el esta
'.

En esta primera parte podemos distinguir tres secciones: en la presente en la Iglesia. Que s�pat�, Señor, entregarse al serv1e10 de su�
primera el tema de la historia de salvación se centra en la elección de h ermanos, conservando su corazon libre para li; que, ,ayudando ª los
.
un pueblo de la estirpe de Abrahán, y en la peregrinación del pueblo afligidos, consuelen a Cristo que sufr�, y �] contem�lar las maravillas
por el desierto; la historia de infidelidad del pueblo y amor de Dios. del mundo, vean siempre que tu providencia las gobierna. Con la <lu­
_
nación de su vida apresuren el advenimiento del reino y puedan asoc1arn.:
a tus santos y con ellos tener parte en el reino eterno. Por Je sucnslt>
LO. RPR 104. nuestro Señor.
541
Sacramentales
540 La celebración en la Iglesia
verancia total para
En la colecta se pide a Dios el don de la perse
4. Otros textos del RPR a empiezan, es decir, la
poder alcanzar la plenitud de la obra que ahor
plenitud de la virginidad.
las diez vírgenes; la
En la secreta se hace alusión a la parábola de
a) Interrogatorios nidad les abrirá la puerta
perseverancia en el santo propósito de la virgi
. En el interrogatorio (sustancialmente igual para religiosos y reli­ del banquete del reino eterno. s hacen también
gi s�s) se subraya el aspecto de segundo bautismo de la profesión Los texto s propios para las plegarias eucarística
� subra yar el aspecto de
re_ giosa; consa�ados por el bautismo, la profesión intensifica esta referencia a la parábola rnateana, además de rna, inherentes a
a la vida frate
mISma _con�agrac1ón. S� especifican los tres votos de pobrez� castidad seguimiento de Cristo y la referencia
Y obed1��c1a, y se considera la vida religiosa como un servi¿io a D"!OS la virginidad consagrada.
que la vida de las
y al prÓJIIDO. En la oración después de la comunión se pide
nidad huma na y sea u n in­
nuevas consagradas aproveche a la comu
cremento constante para la Igles ia.
b) Entrega de insignias
En layrofesión de religiosos se puede entregar alguna insignia de
1a profe s16!1·. Acabada la entrega de la insignia, puede manifestarse iosa
2. Formularios de misas para la profesión relig
que los rehg1osos profesos quedan incorporados al Instituto religioso
con el abraz? de paz o unas palabras oportunas
. . del supeno
· r. sas para la profesión
" .,
·t de pro1es10n El Misal romano ofrece dos fomlularios de mi
En cambio ' e� e. ¡ no de rel1g1osas, se hace entrega propi o y con la c rre pond ientes fórmulas de
d�1 am·11O ;º':1º signo de sus desposorios con Cristo, además de ma­ religiosa, con prefacio s o s
13 Temáticamente los dos formularios
mfestar pub!Jcamente su incorporación al Instituto religioso con el recambio para todas las anáforas •
son semejantes.
abrazo de paz o unas palabras oportunas de la superiora i1. nta la profesión re·
En las colectas de las dos m isas se nos prese
en la oración sobre las
ligiosa como un fruto ubérrimo del bautismo; sión como se­
acent o obre la profe
III. ESTUDIO DE LOS FORMULARIOS DE MISAS ofrendas, en cambio, se pone el s
que en la oración
ejos evan gélic os; mien tras
guimiento de los con s
oblac ión y como
como
después de la comunión se trata de la profesión
. El Misal_ rom�o ofrece �nos formularios de mi sas con su consi­ servicio a los hermano s.
guiente lecc1onano para el nto de la consagraci
· ón de las v1rgenes y
presenta a Cristo
. .
de la pro¡:;es1-6n re11g1osa. Analizados los textos rituales hemos de El prefacio, eminentemente cristológico, nos eración de la
_ nte pond
completar su _es tud10 con el análisis de los formularios d� las misas como fruto de la virginidad, con la consiguie mont afia referidas
del serm ón de la
La consagración,de las vírgen�s y la profesión de los religiosos s; misma virtud, citando las palabra s
obed ienci a total al
h ace en el corazon ón (Mt 5, 8); a Crist o en su
de la eucanstía. a los limpios de coraz o que prom ete el
y a Crist
Padre ofreciéndose como víctima (Flp 2,8); por su amor ,
a los que deján dolo todo
tesoro del Reino de los cielos Mt 6, -20).
10, 28 ;
se dedican a su servicio (cf. Mt 19,27.29; Me
19
1. Formulario de misa para la consagración de las vírgenes
fórm ulas varia bles del cano n en la misa de profesión reli­
En las
El �i��l romano. ofrece un formulario de misa para el día de la dedic ació total a Dios que entraña la
giosa, se pone el acento en la n
Igles ia. En las
para la
co�sagrac1on de �a vugen, con un texto propio y variable para cada vida religiosa, convirtiéndose así en signo las relig iosas, l os
sión de
una de las pleganas eucarísticas ' 2• fórmulas variables del canon para la profe
l E s �tu º emo o�itido eitpresamente.el análisis de los ritos de iniciación (Typis Polyglottis Vaticanis 1975) 766·
a ]a �ida �e�g�:s� , 1! 1! pro�es10n 13. Mis.rnle Romanum. &litio Typica Altera
temporal y el nto de la renovación de Jos v os . mismo Misal Roman o ofrece un fommlario de misa para
772; RPR y RCV 174• 182. El 25 y 50 aniversario de la profcsi,ín.
Pen samos que l_eologicamente y litúrgicamente el Rilo de la profesión pem ..,etua es e¡°1que y otr para el
el día de la renovación <le los votos o
más_ eitpresa la ident,da<l de la vida religiosa. os los corres pondientes textos rituales, tampoco
Por la misma razón que no estudiam
764i�PR�¡;�� �:;�w;;r &litio Typica Altera (Typ is Polyglottis Vaticanis 1975) 762·
estudiamos estos fonnularios de misas.
i

542 La celebración en la Iglesia


Sacramenlales 543

temas son_ más variados: consagración más profunda a Cristo con la (lCor J, 22-31); la elección de Dios para la santidad (Ef 3, 1-4); la
contrapartida de la esperanza escatológica; renuncia a todo para en­ exigencia fundamental de la vida cristiana: el amor (Col 3: 12-17);
contrarlo todo en Jesús; seguimiento de Cristo y ejemplo de vida nuestra santificación como cumplimiento de la voluntad de Dios ( 1 Tes
fraternal. 4, 1-3.7-12); el amor a Cristo, a pesar de no verlo corporalmente (lPe
1, 3-9); y el amor a los hermanos como signo de que poseemos a Dios
3 El leccionario (lJn 4, 7-16).
Finalmente, las dos lecturas de Apocalipsis hacen referencia a la
El leccionario del Misal romano es común para cena escatológica (Ap 3, 14b.20-22), y al anhelo escatológico de la
las misas de con­ Iglesia (Ap 22, 12-14.16-17.20).
sagración de vírgenes y profesión religiosa. Hay
10 lecturas del AT, El verso de respuesta es lo que interpreta concretamente los salmos
1 6 del �T, 9 salmos responsoriales, 8 aleluya
y versos antes del responsoriales; en él se pone de manifiesto el sentido del salmo referido
evangelio, y 16 lecturas evangélicas. Es un leccio
nario abundante y a la consagración de las vírgenes o a la profesión rcligosa. Se usan
un buen exponente de la rica temática de la virgin
idad consagrada y como salmos responsoriales los salmos 23, 26, 32, 33, 39, 44, 62,
de la vida religiosa' 4•
Abre la se��ión de las primeras lecturas, la períc 83 y 99. Los versículos de respuesta subrayan los temas de búsqueda
opa del Génesis del Señor, de cumplimiento de su voluntad, los temas del ansia de
sobre la vocac1�n d� Abrahán (Gén 12, 1-4a). Le
_ siguen tres lecturas
de los libros h1stóncos: '.ª
vocación de Samuel (lSam 3, 1-10); la
teofam_a del Horeb de Elias (!Re I9,4-9a. l 1- 15a);
Dios, y de la alegría de vivir en la casa del Señor.
En la sección de lecturas evangélicas abundan las lecturas del
y finalmente la primer evangelio, del que se leen seis; dos del segundo; cuatro del
vocación de Elíseo (lRe 19, 16b.19- 21).
Siguen dos lecturas del Cantar de los Cantares: tercero y cuatro del cuarto.
la invitación o La bienaventuranzas, código de la santidad (Mt 5, l -12a) solamente
llamada del Esposo (Cant 2, 8-14); y la donación de
amor de la esposa son comprendidas por los pequeños, no por los sabios a quienes Dios
al Esposo 9ue es más fuerte que la muerte (Cant
8, 6- 7). ha ocultado esta sabiduría (Mt 11, 25-30); uno ha de estar dispuesto
A co�tmuac1?n se proponen cuatro proféticas:
dos a perder la vida para ponerlas en práctica (Mt l6, 24-27).
restauración glonosa de Israel (Is 44, 1-5), y la misió de Isaías, la
n del profeta (Is La perfección cristiana, además de renunciar a todo y seguir a
61 , 9� 11). La lectura de Jeremías hace referencia
al nuevo pacto de Cristo (Mt 19, 16-26), supone la renuncia al matrimonio a causa del
Yahve con la cas� de Israel (Jer 31., 31-37). Final
mente la profecía Reino de los cielos (Mt 19, 3-12). Así, libre de todo, quien se ha
de Oseas, baJo la imagen del matrimonio y la seduc
ción ' descr·ibe la consagrado al Señor está a punto para recibir al Esposo que viene (Mt
unión de Dios con su pueblo (Os 2, 16.21-22).
25, 1-13).
La sección de las segundas lecturas, como también
g�lios, adem�s de 1� �emática propia referente la de los evan­ La intimidad con el Señor no se consigue por unos vínculos de
a la consagración vir­ parentesco carnal, sino haciendo la vol untad de Dios_(Me 3, 31- 35).
ginal Y a la vida religiosa, mcluye la temática de _
la vida cristiana en Quien sigue a Jesús recibe mucho más de lo que ha de.1ado por segmrle
general.
(Me 10, 24b-30).
Las dos lecturas de los Hechos de los Apóstoles
son norn1ativas María, acatando la voluntad del Señor, diciendo su fiat, es la
para l� organi_z�ción com nitaria de la vida consa
_ � grada, ya que la imagen perfecta de la vida consagrada (Le l, 26-38)_.
c?mumdad r�h�1?sa no qm re hacer otra cosa más .
� que reproducir la El seguimiento de Cristo supone la perseverancia hasta el fmal,
vida de la pnm1tiva comunidad de Jerusalén (Hech
2 ' 42-47·' 4 ' 32- sin volver la vista atrás (Le 9, 57-62).
35).
Las figuras de Marta y María tipifican dos estilos de vida cristiana:
Las dos lecturas apost�li a , excepto la de 1 Cor
� � 7, 25-35 que la activa y la contemplativa (Le 10, 38-42); ambas necesitan nutrirse
habla expresamente de la vrrg1mdad, tratan temas
de vida cristiana en de la Palabra de Dios (Le 11, 27-28).
general: la predicación de Cristo crucificado sabid
uría del cristiano La vida consagrada supone, al igual que el grano de trigo, una
transformación para poder fructificar (Jn 12, 24-26), solamente así
14, Ordo Lectionum Missae. Eclitio Typica Altera (Libreria Editricc Vaticana 1981) será posible permanecer en el Señor (Jn 15, 1-8) y convertirse en
811-815; RPR y RCV 193- 234.
amigo de Jesús cumpliendo los mandamientos (Jn 15, 9-17); per-
544 La celebración en la l,: lesia Sacramenta/e, 545

manencia en Jesús y amistad con Jesús que llegarán a su culminación nidad, enlazándolo así con la doctrina de Me 12, 25, aunque siguiendo
al estar con Jesús donde está él, es decir, en la gloria del Padre (Jn un razonamiento distinto.
17, 20-26). En primer lugar, Pablo afirma la provisionalidad de este mundo;
Los temas más sobresalientes de las primeras lecturas son ]os de por esta razón el cristiano tiene qu� vivir e� �a situación exist�ncial
la �ocación tipificada en los personajes del AT o en las profecías bajo en la que se encuentra, pero como s1 no la v1v1era. P?r esta r�zon: el
la imagen del pacto entre Dios y su pueblo. ,
que no se ha casado, el célibe no se compromete con nmguna s1tuac1o n
Al proponemos las segundas lecturas temas básicos de la vida _ _ _
existencial a causa del apremio del momento, ya que quiere v1v1r
cristiana, indirectamente nos presenta a la vida de la consagración completamente libre para el Señor.
virginal o a la vida religiosa como una profundización o radicalización
de ]a misma vida cristiana.
La� lecturas evangélicas, además de ofrecernos la regla básica de 2. Vida religiosa
toda vida consagrada, las bienaventuras, nos proponen el fundamento
teológico de la virginidad, la continencia a causa del Reino de los Al contrario de lo que sucede con la teología de la virginidad, la
cielos. Junto a estos elementos fundamentales, tenemos el ejemplo de teología de la vida religiosa no es directamente bíblica, �ino q�1e_ sus
la Virgen María y temática juánica de la amistad e intimidad con Jesús. fundamentos teológicos son los mismos que los de la vida cns�1ana
de la cual es una profundización. Cosa por otra parte comprensible,
ya que la vida religiosa es una manera peculiar, elaborada a través de
JV TEOLOGÍA DE LA VIRGINIDAD Y DR LA VIDA RELIGIOSA diversos movimientos y experiencias religiosas, de vivir el celibato o
]a virginidad.
Después de haber estudiado el Ritual, sus textos, los formularios Los punto básicos de la teología de la vida religiosa son:
de las misas, el leccionario, podemos hacer una breve síntesis teológica Segundo bautismo. La profesión religiosa es concebida como un
sobre la virginidad y la vida religiosa. segundo bautismo. Si la vida religiosa se mueve dentro de las coor­
denadas de la vida cristiana, lógicamente la profesión de este género
de vida será un equivalente del bautismo, que nos consagra a Dios,
1. Virginidad iniciándonos a una nueva vida.
Dentro de esta misma línea hemos de considerar la dimensión
La teología de la virginidad es eminentemente bíblica, aunque no eclesial de la vida religiosa, si el bautismo es incorporación a la Iglesia,
sean abundantes los textos que tratan de ella. Fundamentalmente son la profesión religiosa que profundiza el bautismo, tiene que subrayar
tres: Mt 19, 12; Me 12, 25 y 1 Cor 7, 28-40. Mateo y primera Corintios la inserción del religioso en la vida de la Iglesia.
están recogidos en el leccionario, en cambio se omite el texto de El evangelio, regla de vida. Si el religioso es un bautizado que ha
Marcos. Examinémoslos brevemenle. radicalizado su compromiso bautismal y su Comunión ecles) al, la
Mt 19, 12 es el texto que fundamenta la razón del celibato que no Regla suprema de su vida no puede ser otra que la R�gla de vida de
es otra que el Reino de los cielos. La renuncia al matrimonio por otras todo cristiano: el evangelio, y en general toda la Escntura.
Vida apostólica. Este es el aspecto de la vida religiosa que dice
causas que no fueran la causa del Reino de los cielos no sería vir­
relación más directa con la Escritura. Los Hechos de los apóstoles nos
ginidad; a su vez, la causa del Reino de los cielos es c�usa suficiente presentan la imagen de la primitiva comuni�ad cris�iana; si l_a vida
para no casarse, y da una dimensión positiva al celibato. relioiosa es una radicalización del compromiso bautismal y ttene el
Me 12, 25 subraya el aspecto de vida angélica de la virginidad. Eva°ngelio como norma suprema de vida, es lógico q�e _ vea en la
No porque los vírgenes sean ángeles, sino porque viven como los primitiva comunidad de Jerusalén una imagen perfecta a 1m1t�r, y que
ángeles, los moradores del cielo, en donde no hay matrimonio. El la vida consagrada comunitaria fuera llamada por los Padres vita apos·
género de vida angélica del célibe lo proyecta hacia el reino futuro· tolica, no porque hiciera apostolado, sino por que quería ser una rép lica
de aquí rurnnca la dimensión escatológica de la virginidad. de la vida de la comunidad apostólica de forusalén.
l. Cor 7, 28�4�. La doctrina de Pablo sobre el celibato en la primera Consejos evangélicos. Si la vida consagrada es una profundizaciún
carta a los cormt10s se centra en el aspecto escatológico de la virgi- del bautismo, es lógico que el religioso no cumpla solamente 1.:(lll lo
547
Sacramentales
546 La celebració11 en la Iglesia.
quiera
extendiéndolo a toda mujer, sea monja, religiosa o laica, que
que �stá prescrito para todo ciistiano (sin cumplirlo no podría llamarse
consagrarse a Dios .
17

c�stiano), sino 9ue dé un paso más, y observe también aquello que u n camino totalmente
El rito de profesión re ligiosa ha seguido
solo esta aconse1ado por el Señor. nga la virg inida d, comprende no sólo a
Jiverso, porque, aunque supo
De esta t�rminología de los consejos evangélicos, que poco a poco
las mujeres, sino también los hombres. tenemos ya noticia en el
se _v� reduciendo a tres, se pasa a la formulación de los tres votos Si del rito de consagración de vírgenes
rehg10sos que se concretizan en pobreza, castidad y obediencia15 • y la Regu la Mon aster iorum o benedictina,
s. IV; la Regula Magistri 1
a '.
establecerán el rito de profesión monástic
A partir de ahí, algunas orac ione s litúr gicas relacionadas con los
V los sacra men tario s gelasianos del s. VIII
HISTORIA DEL RITO DE CONSAGRACIÓN DE VÍRGENES Y DE PROFESIÓN
ritos monásticos entrarán en
rito de profesión monástica
RELIGIOSA
y en los Ordines romani, pero nunca el no como lo ha tenido el
al roma
tendrá un Jugar en el Pontifical o Ritu
1;! esbozar un bre ve resumen de la historia del rito de consagración rito de consagración de vírg enes .
los Clérigos Regulares y
de v1rgenes, no_ podemos menos de recordar que la Iglesia nace ador­ Las órdenes medicantes, lo mismo que
rán sus propios rituales de pro-
nada con el cansma de la virginidad. Sociedades de Vida Apostólica tend
Los te stimonios patrísticos son suficientemente claros a este res­ fesión religiosa. entado como típico por
pecto. �mp?zando por e� pr!mer escrito no canónico, la carta de Ignacio El actual 1itual de Profesión Religiosa pres En él se subraya el
una inno vaci ón.
de Ant10qma a los esmirmotas, escnto que enlaza con el testimonio el Concilio Vaticano II, resulta l, ya
de los escrit?s canónicos, la línea de testimonios es ininterrumpida. aspecto sacramental de la misma, ya sea por la estructura ritua
sea por su contenido' •
9
. Ahora_ bien, hemos de esperar el s. IV para tener noticias de un
nto especial de cons agración �e vírgenes; es el texto de Ambrosio que
recuerda a su ?eTI?1ana como fue consagrada virgen el día de Navidad
por_el Papa Libeno en la basílica del apóstol San Pedro. A este texto VI. APLICACIONES PASTORALES
se tiene que añadir los textos de los concilios que se van multiplicando vírgenes y de la Pro­
a este respecto en los últimos años del s IV' 6• Acercarse aI Ritual de Consagración de a o espiritualista, es
jurid icist
El sacr�mentar,io Veronense nos ofrecerá la primera fórmula de fesión religiosa desde una perspectiva
ia de estos rituales. La di­
co�sagraci�n de v1rgenes, la plegaria Deus castorum corporum, at1i­ condenar al fracaso la misma existenc clave de su comprensión
s la
b�1da a Leon Magno. Esta fórmula es la que pervivirá hasta nuestros mensión eclesiológica y sacramental e

d1as. más profunda . los votos religiosos? Sí,
¿No es suficiente el voto de castidad o
. A los sacramentarios romanos, poco a poco se añaden elementos n que significarse, tienen
g�hcanos, �orno son las oraciones de bendición de los vestidos de la pero estos votos son para la Iglesia y tiene
v1rgen, crean�ose paulatinamente una estructura ritual, que desarro­ que visibilizarse. inidad para embellecer
El Señor no concede el carisma de la virg
llada en 1� sene de los Pontificales, desde el Romano-Germánico hasta esar y significar la dimensión
el de Gmllermo Durand, pervivirá en el Pontifical Romano de la el alma de la virgen; lo concede para ex.pr a la Iglesia. El signo que
bato dice relac ión
virginal de la Iglesia. Celi
reforma tridentina hasta nuestro días, aunque este rito estuviera en
desuso. es, en A. G. Martimort, La Jg lcúa
17. Cf. A. Nocent, La consagración de vírgen
Restaurado e� el siglo pasado para una cierta categoría restringida en oración, Barce lona 1987. 779-7 91.
icti 58. Cf. I. Gómez, Regla del Maeslm
de personas, ha sido revisado y reformado en e l concilio Vaticano II, 18. Regula Magistri 87, 89; Regala Bened
. Edició n Sinóp tica = Espiri tualidad monástica, fuentes y e,lu<lius
. Reglade San Benito
18, Zamora 1988.
y profesión religiosa, en A. G. Martimort.
/.11
15 Cf. G. Ramis, El ritual de profesión religiosa y consagración de vírgenes (Apro·
, _- _ 19. Cf. A. Noccnt, Ritos monásticos
x,mac,ón reológrca): Pb 20 (1980) 225-228.
Iglesia en oraóón ... , o.e. 861-876.
ritual de consagración de vírgenes : l'h
2·2
16 - CL G. Ramis, La consa.gració,i de la m�jer e11 las liturgias occidentales, en
>
. _ _ 20. Cf. G. Ramis, ¿Para qué sirve el
Y,mos. Mu¡eres del Absoluto. El monacato femenino, historia, i11stituciones, actualidad=
(1982) 385-398.
S1ud1a S1lensia, Abadía de Silos 1986, 21- 43.
548 L,¡ celehraci6n en la Iglesia

vis ibiliza esta relación es la consagración de víroe


_ _ º nes O Ja profesión
rehgwsa.
De�de esta perspectiva tendría que afrontarse 2
estos rituales q�e no son más que la expre la utilización de
_ sión de una realidad LA DEDICACIÓN DE IGLESIAS Y ALTARES
ecle�ial: la Ig)es�a virgen y m �re. Los que se consa
. � gran a Dios pro
medw de la virg1mdad hace VISlb]e el aspecto virginal de la Iglesia; Antonio Lara
com� los que se casa� en el Señor hace visible
el aspecto maternal
Y fe cundo de la lgl�s1a. Solamente ha habido
_ una persona que ha
reahzado en ella misma estas dos dimension
es: María, ]a madre
virgen.

Como el bautismo y la confirmación, la dedicación de una iglesia


es un rito que se celebra una sola vez. Y, así como los ritos de
iniciación señalan etapas esenciales para la vida cristiana, también
la dedicación señala u.n momento característico y festivo en la vida
de la Iglesia local. Una Iglesia puede existir y vivir sin una cons­
trucción material: Cristo es la razón de su existencia, y el Espíritu
la fuente de su vida. Pero la Iglesia peregrina sobre la tierra, ya no
vive desencarnada de las categorías «tiempo-espacio)), ordinaria­
mente levanta edificios de piedra, que son proyección visible de su
invisible ser «edificio de Dios» (l Cor 3, 9), habitual lugar de
encuentro para sus asambleas.
Por esta razón, la dedicación de una iglesia es sobre todo una
ocasión propicia para que la Iglesia local tome conciencia de ser ella
misma el verdadero «Templo de Dios», para que renueve su empeño
de «edificarse» como Iglesia, promoviendo el crecimiento de sus
miembros, las piedras vivas, y para que, viendo su edificio levantado
en medio de los demás edificios de la ciudad temporal, se interrogue
sobre el significado de su presencia en el mundo y sobre el valor de
su servicio a los hombres.
Este enfoque simbólico, y estos criterios, han sido los utilizados
en la redacción del nuevo ritual de la dedicación.
El presente estudio se centrará fundamentalmente en el nuevo ri­
tual, pero teniendo en cuenta el substrato bíblico y sus estructuras a
lo largo de la historia, para terminar con una breve reflexión teológico­
pastoral.

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