Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. LA N E C E S ID A D D E R E G U L A R EL E JE R C IC IO D E LA P O T E ST A D
A D M IN IST R A T IV A SA N C IO N A D O R A EN EL P ER Ú
Cuando fue elaborado el anteproyecto de la Ley N ° 27444 - Ley del Pro
cedimiento Administrativo General, existía conciencia cierta de la necesidad
de dotar de un régimen legal específico que tornara predecible el ejercicio de
la potestad sancionadora por parte de las entidades públicas. Como de ordina
rio nos encontramos frente a la potestad pública más aflictiva para legítim a
mente gravar patrimonios, limitar o cancelar derechos o imponer restricciones
a las facultades ciudadanas, el contexto del fin de la década de los noventa hacía
indispensable acometer esta tarea. N o en vano estábamos frente a dos fenóme
nos convergentes que potenciaron dicha potestad administrativa. De un lado,
la consolidación de los roles normativos, inspectivos y ordenadores de la Admi
nistración Pública, dejando su anterior rol de prestador de servicios y de bienes
públicos. Por otro lado, teníamos la sostenida tendencia a la despenalización de
ilícitos penales que condujo al proporcional incremento de los supuestos de ilí
citos administrativos y a contar con organismos con competencia sancionadora.
En este sentido, fuimos conscientes que la potestad sancionadora constituía
y constituye una competencia de gestión necesaria complementaria a la potes
tad de mando y corrección para reforzar el adecuado cumplimiento del orden
administrativo establecido en procura del interés público. Pero a su vez, quienes
conformamos la comisión elaboradora del anteproyecto adoptamos conscien
temente la decisión de diseñar las pautas mínimas comunes para que todas las
entidades administrativas con competencia para aplicación de sanciones sobre
los administrados, la ejerzan de manera democrática, previsible y no arbitraria.
N o consideramos que el control judicial posterior fuera suficiente para discipli
narla, sino que, por el contrario, sería más conveniente dotarle de un régimen
positivo claro que permita su control preventivo y concurrente, por los admi
nistrados y las propias autoridades superiores. En este sentido, seguimos la ten
dencia inaugurada en el Derecho comparado, de manera decidida, por la legis
lación española y seguida en nuestro continente, por México, Venezuela y Brasil.
Es conveniente para caracterizar mejor esta institución diferenciarla del
procedimiento administrativo trilateral y el procedimiento inspectivo con los
que se les suele confundir en la teoría y en la práctica.
3871
D E L P R O C E D I M I E N T O T R I L A T E R A I . , D E L P R O C E D I M I E N T O ...
II. EL P R O C E D IM IE N T O SA N C IO N A D O R Y EL P R O C E D IM IE N T O
T R ILA T E R A L
La ley considera diferenciado al procedimiento sancionador del procedi
miento trilateral, pues sirven a intereses públicos distintos. Los aspectos más
resaltables en los que podemos advertir diferencias son los siguientes:
i. La intensidad de la intervención administrativa (la intervención administra
tiva es más intensa en el procedimiento sancionador que el procedimiento
trilateral);
ii. La relación procedimental establecida entre los sujetos procesales (la rela
ción procedimental en el sancionador se establece entre la Administración
Pública y el administrado infractor, mientras que en procedimiento trilate
ral es entre dos administrados y una dependencia administrativa con capa
cidad resolutiva);
iii. La posibilidad de seguir mecanismos de autocomposición de intereses o fór
mulas conciliatorias en la decisión del procedimiento (en los procedimientos
trilaterales es procedente y hasta preferible una fórmula conciliatoria por
tratarse de aspectos disponibles por la partes, mientras que en los temas
sancionadores ello es difícilmente posible, salvo un régimen no conciliato
rio sino de prácticas de clemencia o acuerdos convencionales debidamente
disciplinados.
N o obstante es necesario precisar que la normativa preexistente a la dación
de la Ley N ° 27444 creó una serie de procedimientos en los que confundían
ambos, asumiendo caracteres de ambos. Así, por ejemplo, tenemos procedimien
tos iniciados por un administrado contra otro ante una dependencia adm inistra
tiva estableciendo una relación procedimental en controversia, pero cuyo objeto
fundamental es determinar la existencia o no de una infracción administrativa.
Entendemos que mientras subsistan estos procedimientos especiales, les serán
aplicables —en aquellos que corresponda a su naturaleza—las normas pensadas
para ambos regímenes. Sin embargo, no podemos dejar de advertir la tendencia
a convertir en procedimientos trilaterales verdaderos procedimientos sanciona
dores, de manera indebida, con el objeto de pretender trasladar al administrado
la mayor carga de promover e impulsar el procedimiento, aligerar las responsa
bilidades a los funcionarios a cargo de estos procedimientos, y finalmente, per
cibir tasas por estos procedimientos.
III. E L P R O C E D I M I E N T O S A N C I O N A D O R Y LA P O T E S T A D
FISC A LIZ A D O R A
La doctrina reconoce en la actuación administrativa de inspección o com
probación administrativa una función especial que tiene por objeto cautelar
y/o constatar el cumplimiento de lo previsto por el ordenamiento vigente en
el desempeño de determinadas actividades sujetas a regulación por normas de
1388
P R O C E D IM IE N T O SA NCIO N ADOR
3891
D E L P R O C E D I M I E N T O T R I L A T E R A L , D E L P R O C E D I M I E N T O ...
1390
P R O C E D IM IE N T O SA NCIO N ADOR
IV. LA N E C E S ID A D D E L P R O C E D IM IE N T O A D M IN IS T R A T IV O
S A N C IO N A D O R
El procedimiento sancionador es, entonces, el conjunto concatenado de
actos que deben seguirse para imponer una sanción administrativa.
Dicho procedimiento tiende, fundamentalmente, a cumplir dos objetivos.
En primer lugar, constituye un mecanismo de corrección de la actividad admi
nistrativa, desde que permite al órgano con potestad sancionadora comprobar
fehacientemente si se ha cometido algún ilícito; en segundo término, es el medio
que asegura al presunto infractor, ejercer su derecho a la defensa, alegando y
probando lo que le resulte favorable y controlando, a la par, la actuación inqui
sitiva de la Administración Pública.
En consecuencia, la emisión de un acto sancionador sin cumplir el pro
cedimiento respectivo, y fundamentalmente, sin garantizar la participación
activa del interesado, apareja su nulidad no siendo posible su conservación. Las
actuaciones producidas a su interior pueden ser analizadas a efecto de meritar
su conservación excepcional, si se diesen las condiciones previstas en el numeral
13.2 del artículo 13 del T U O de la LPAG, sin embargo, la existencia de prue
bas evacuadas o actuadas unilateralmente por la Administración Pública para
comprobar los hechos que dieron origen a la medida punitiva, no pueden con
servarse, ya que son inválidas e insuficientes las pruebas sin que el sujeto sancio
nado hubiere tenido participación en su desarrollo, ni dispusiese de los medios
y recursos para contradecirlas o invalidarlas.
3911
ART. 247 D E L P R O C E D I M I E N T O T R I L A T E R A L , D E L P R O C E D I M I E N T O ...
CONCORDANCIAS EXTERNAS
• Ley N ° 27972: Ley Orgánica de Municipalidades (ares. 46-49,
competencia sancionadora municipal).
• D.S. N ° 043-2003-PCM: TUO de la Ley N ° 27806, Ley de Transparencia
y Acceso a la Información Pública (art. 17, inc. 3,
confidencialidad de la información del procedimien
to sancionador durante 6 meses.
(815) El texto original de este artículo fue contemplado en el artículo 229 de la Ley N ° 27444.
P R O C E D IM IE N T O SA NC IO N AD O R ART. 247
Comentario
I. N A T U R A L E Z A C O M Ú N D E LAS N O R M A S D E E ST E C A P ÍT U L O
Las normas de este Capítulo, desde su versión original, tenían como pro
pósito ser un régimen común para toda actuación sancionadora de cualquier
entidad pública sobre los administrados. Sin embargo la práctica y el desarrollo
normativo sectorial posterior procedió de manera contraria: multiplicó los pro
cedimientos administrativos sancionadores especiales pretendiendo diferenciarse
del régimen para —con poco disimulo—excluirse de alguna de las reglas exigi
das por este Capítulo para la validez de un acto sancionador. N o solo ello, sino
que algunas de estas entidades argumentaban que tan solo una mención acce
soria en alguna ley sobre su potestad sancionadora, bastaba para considerarse
un régimen especial y así excluirse de la exigencia de tipificar exhaustivamente
el hecho sancionable, tener un plazo de prescripción mayor, tener causales adi
cionales para suspender plazos prescriptorios, entre otros. Así, estas entidades
se consideraban incluso con licencia para mediante reglamentos o directivas ale
jarse del cuadro de garantías y reglas que posee este Capítulo en favor de demo
cratizar la potestad sancionadora y diseñarlo de otra manera.
Por ello, la reforma introducida mediante el Decreto Legislativo N ° 1272
persiste en este intento de contar un régimen único común básico para todas
las entidades públicas con atribución para sancionar a los administrados. Así,
la norma ahora establece que las disposiciones de este Capítulo disciplinan la
facultad dada a cualquier entidad para establecer infracciones administrativas y
las consecuentes sanciones a los administrados y además impone tres condicio
nes para la regulación de cualquier procedimiento sancionador especial: i) N o
pueden apartarse de todos los principios de la potestad sancionadora adminis
trativa (art. 248 del T U O de la LPAG); ii) N o pueden apartarse de la estruc
tura y garantías previstas para el procedimiento administrativo sancionador
(arts. 249 a 257 del T U O de la LPAG), y, iii) que los procedimientos especiales
no pueden imponer condiciones menos favorables a los administrados, que las
previstas en este Capítulo1816).
D e este modo, no podrán considerarse excluidos de estas condiciones la
p otestad sancionadora otorgadas a las autoridades adm inistrativas en m ate
rias de tráfico y seguridad vial, extranjería, laboral, dominio público, portu a
rio, patrim onio histórico, competencia, bancario, financiero, regulación de
servicios públicos, pensionario, mercado de capitales y de valores, seguros,
energía, telecom unicaciones, seguridad ciudadana y orden interno, depor
tes, urbanism o, medio ambiente, pesca, consumo, derechos de autor, salud
3931
ART. 247 D E L P R O C E D I M I E N T O T R I L A T E R A L , D E L P R O C E D I M I E N T O ...
1394
P R O C E D IM IE N T O SA N C IO N A I)O R ART. 247
(817) Estos dos escenarios no son excluyentes, puesto que un mismo administrado puede asumir ambas
formas de relación según sea el rol que asuma y el procedimiento de que se trate.
3951
ART. 247 D E L P R O C E D I M I E N T O T R I L A T E R A L , D E L P R O C E D I M I E N T O ...
administrativa por cuanto estamos en ámbitos que son ordenados por la Adm i
nistración Pública y su ius punendi, que sin este privilegio sería imposible orga
nizados. Las notas características de esta relación especial de sujeción son la pre
sencia de deberes específicos de cumplimiento a cargo del administrado, su rol
esencial de subordinación en función de los objetivos públicos, y una regula
ción dada por la autoridad en forma estatutaria, por ejemplo, servidores públi
cos, soldados, internos de establecimientos penales, etc.
En este escenario se explica que exista la normativa particular para regu
lan la disciplina sobre los funcionarios y servidores del Estado, en sus múltiples
variedades, sin quedar vinculado por este régimen sancionador externo. Aque
llas normas especiales, tenderán a atenuar algunas de las garantías individuales
por la prevalencia de la carga de deberes que su estatuto establece y la deslega
lización necesaria para que la Administración Pública logre una subordinación
de estas personas. Principalmente este debilitamiento(8I8)se aprecia en:
• Tendencia a emplear normas reglamentarias para establecer o completar
las infracciones y sanciones. Debilita el principio de legalidad.
• Tendencia a estipular sanciones en función de tipos genéricos y abstractos
de infracciones. Debilita el principio de tipicidad.
• Tendencia a tornar más eficiente y rápido el procedimiento administrativo san
cionador con cargo al control posterior. Debilita el principio de debido proceso.
• Tendencia a permitir sanciones administrativas independientes de las judi
ciales. Afectan el alcance del iíon bis in Ídem.
Como las relaciones especiales de sujeción configuran un estatus ventajoso
para la Administración Pública y restrictivo para el administrado, debe tener
un establecimiento legal y no meramente reglamentario.
Pero debe tenerse presente que estamos frente a una legítima atenuación
de las garantías en favor de los cometidos del servicio público, que no implica
SU estado de indefensión, puesto que su régimen privativo siempre va a dar vía
de protección a su debido procedimiento.
Mientras que el Derecho Administrativo sancionador se orienta a discipli
nar la actuación de la Administración Pública p ara así m an ten er in có lu m e la
zona de libertad que corresponde constitucionalmente al administrado, en las
relaciones especiales de sujeción, precisamente los administrados no gozan de
esa esfera, por ser la esencia de su estatuto una subordinación frente a la A dm i
nistración Pública y la posibilidad legítima de organizar su actividad, incluso
bajo amenaza de coacción y pena.
(818) Este debilitamiento no constituye un ámbito exento de los principios y garantías constitucionales,
sino solo una atenuación en función del interés público.
1396