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Trabajo y esclavitud infantil en Costa Rica


Presentación personal
Buenas tardes y noches a todas las personas presentes mi nombre es Patricia Castro
Monge y tengo el gusto de representar en esta ponencia a Costa Rica.

Los niñ os, niñ as y adolescentes histó ricamente han sido una població n vulnerada por
una perspectiva adultocéntrica, la cual ha contribuido en invisibilizar sus derechos como
lo son la participació n, opinió n y autonomía siendo a la vez doblegada su voluntad a la
autoridad de los adultos, incurriendo asimismo en diversos tipos de esclavitudes, abusos
y maltratos en los ambientes de interacció n cotidiana como el á mbito escolar, familiar y
la calle. Espacios en los que resulta fundamental intervenir para defender sus derechos.

Ahora bien, en cuento al tema que nos compete Costa Rica no es país que escapa de la
realidad sobre la vulneració n de los derechos humanos de los niñ os, niñ as y
adolescentes, ya que prevalece el trabajo infantil y adolescente concentrado en las
zonas urbanas, costeras y vulnerables del país, en donde segú n el Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social para el 2016 se registraban 30.369 personas entre los 5 y 17 añ os de
edad que trabajaban en actividades principalmente agropecuarias y comerciales.

Referente a la esclavitud infantil esta se caracteriza por 3 elementos que implica el


sometimiento a la autoridad de un adulto, el trabajo en tiempo indefinido y no recibir
compensació n o beneficio econó mico alguno.

Por lo que, segú n el Ministerio de Educació n Pú blica ademá s, del trabajo infantil y
adolescente se ha percibido una incidencia de esta població n en actividades vinculadas a
la sservidumbre, es decir actividades domésticas no formativas en el hogar y el
trabajo domé stico a terceros, asimismo, el trabajo forzoso a través de trabajos ya sea
de construcció n, empaques y traslados de mercaderías, ganadería, pesca, ventas en la
feria del agricultor, entre otros.

La Mendicidad es otra problemá tica en la que se encuentran involucrados los niñ os,
niñ as y adolescentes incurriendo en pedir limosna y cantar en buses, al igual que, la
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venta de drogas y estupefacientes y la explotación sexual comercial infantil. Es


importante mencionar que, generalmente son inducidos por sus propios familiares.

Por otra parte, de acuerdo con la Ministra de Niñ ez y Adolescencia entre el 2010 y el
2020, 114 niñ os, niñ as y adolescentes fueron acreditados como víctimas de trata de
personas, y solo en el 2020 ya se habían acreditaron 17 personas menores de edad
víctimas en las modalidades de explotació n sexual, servidumbre doméstica, explotació n
laboral, adopció n irregular y pornografía infantil.

En cuanto al campo de la educació n pú blica los centros educativos no dejan de ser


espacios en donde se habilitan los cobros ilegales hacia la població n estudiantil, ya que si
bien es cierto los cobros de matrículas está n prohibidos, la normativa permite a las
instituciones solicitar las mal llamadas contribuciones voluntarias, las cuales se
prestan para ser imposiciones y generar abusos econó micos, esto bajo la justificació n de
la compra de artículos de limpieza, papelería, etc.

Referente a estas contribuciones los centros educativos no son ongs ni iglesias, por ende,
dichas acciones constituyen los delitos tipificados en el Có digo Penal costarricense como
corrupció n, extorsió n y concusió n, sin embargo, por décadas se han normalizado a tal
punto de no considerarse socialmente como delitos sino como aportaciones para el
funcionamiento de las instituciones educativas.

Cabe señ alar que, en el 2021 se dictaminó un proyecto de ley que regularía la lotería y
los juegos de azar sancionando con penas de prisió n y multas, sin embargo, excluyen los
sorteos realizados en los centros educativos, debido a que, estos tienen fines sociales.
Solo durante el 2007 las escuelas y colegios recaudaron má s de 1000 millones de
colones con este tipo de actividades.

Desde lo anterior, es importante recordar que es el Estado costarricense es el


responsable de dotar a las instituciones de los recursos necesarios, para garantizarles a
los estudiantes una educación gratuita, obligatoria y de calidad y el ambiente ó ptimo
para el desarrollo de sus potencialidades, por ende, no es obligació n de los estudiantes o
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de sus padres realizar actividades econó micas y brindar colaboraciones para acceder al
derecho a la educació n de la població n estudiantil.

Por lo tanto, es necesario enfatizar que, la norma interna o las decisiones de personas o
de funcionarios pú blicos en uso de su autoridad y poder, no pueden estar por encima de
lo que dictamina la propia Constitució n Política de Costa Rica y del derecho
internacional referente a los derechos de las personas en etapa de niñ ez y adolescencia.

Cabe agregar que, estos tipos de explotació n y abusos por parte de familiares, terceros e
instituciones pú blicas limitan el goce de los derechos, la educació n, recreació n y el
bienestar de los niñ os, niñ as y adolescentes, teniendo asumir niveles de responsabilidad,
cargas de trabajo o la exposició n a peligros que son inadecuados para su edad y
desarrollo.

Por otro lado, a pesar de que, distintas entidades cuentan con aproximaciones sobre los
contextos de riesgo en los que se encuentran los niñ os, niñ as y adolescentes a través de
denuncias, estudios y estadísticas, la realidad es que no se cuenta con datos exactos ya
que desde el nú cleo familiar, educativo y social se desarrollan las vulneraciones de los
derechos humanos; que a causa de la naturalización de la violencia y del trabajo
infantil, ademá s, de la normalización de acciones que implican algú n tipo de
esclavitud y la indiferencia de la sociedad, es que hasta la actualidad han prevalecido
situaciones que representan delitos, que a la misma vez lesionan la integridad, la
dignidad humana y el desarrollo de esta població n.

Ahora, Costa Rica adquirió el compromiso de brindar protecció n a los niñ os, niñ as y
adolescentes a través de la ratificació n de la Convención sobre Derechos del Niño el 9
de agosto del 1990 en donde en el artículo 19 señ ala la obligació n de los Estados de
proteger a los niñ os de toda forma de malos tratos, ademá s, del Pacto de San José
ratificado el 3 de febrero del 1970 en el cual se plasma segú n el artículo 19 los derechos
de los niñ os y por supuesto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de
1948 que en su artículo 4 prohíbe la esclavitud, la servidumbre y trata de esclavos, sin
embargo, en un país como lo es Costa Rica que inclusive cuenta con la sede de la Corte
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Interamericana de Derechos Humanos, resulta inamisible que se incumplan dichos


compromiso internacionales.
Es por esta razó n que, se hace un llamado de atenció n a las autoridades
gubernamentales a ser conscientes de la realidad que está n enfrentando los niñ os, niñ as
y adolescentes en el país, a fin de prevenir y atender integralmente la problemá tica, al
igual que, cumplir con los pactos y derechos humanos en protecció n contra la esclavitud
infantil.

Finalmente, resulta necesario impulsar cambios en las leyes nacionales tomando


como referencia la importancia de las acciones asociadas a prevenir, garantizar,
restituir, defender y sancionar los abusos y vulneraciones hacia los Derechos
Humanos, en donde también la normativa internacional sea atendida y adaptada por la
norma interna, acatando el fundamento de que los niñ os, niñ as y adolescentes precisan
de cuidados y atenciones especiales y las medidas que se realicen a su favor, deben estar
orientadas en los principios sobre el Interés superior, participación, el
reconocimiento de que son personas sujetas de derecho, la no discriminación y el
desarrollo y supervivencia, en donde el Estado está en su deber de cumplir y
fortalecer la promoción, prevención y la protección de esta població n en conjunto con
la sociedad y la familia.

Muchas gracias por su atención

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