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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía

Nacional”

CURSO: GRUPO 4
PSICOLOGÍA JURIDICA
TEMA:
Realizar un reporte de la lectura

DOCENTE: PSC. RICHARD VIVIANO LIZANO VILLATY


ESTUDIANTES:
- Arrieta Alberca, Yessica Liseth
Castro Armas, Katherin Nicold
Mitma Hinostroza, Anama Yojaira
Salazar Villarreal ,Milagros Katherine
Valentín Montero, Héctor Carlos

Clínica y Salud
1. El sistema pupilar: Situada en el centro de nuestro iris, es la encargada de regular la luz
entrante del exterior a nuestro
globo ocular, de la que dependen sus cambios de tamaño dilatación
pupilar es un indicador de enorme interés para la Psicología, pues en
él confluyen tanto aspectos cognitivos (atención, memoria, carga
cognitiva, interés, etc.) como emocionales (activación, sorpresa, etc.)
con relevancia para diversas condiciones clínicas. Según Beatty (1986)
y Beatty y Lucero-Wagoner (2000) los cambios en el tamaño de la
pupila se deben a tres tipos de reflejos: el reflejo de luz, el reflejo de
cercanía y el reflejo psicosensorial. Por su parte, el reflejo de cercanía o
acomodación se caracteriza por una marcada contracción de la pupila
a medida que un Finalmente, el reflejo psicosensorial consiste en una
dilatación pupilar asociada a una tarea o estímulo relevante
presentado en cualquier modalidad sensorial. los dos reflejos
anteriores, en este caso los cambios en el tamaño de la pupila son más
sutiles, están mediados por el sistema nervioso por un aumento en el
diámetro pupilar y asociado al procesamiento En cualquier caso y de
forma general, en la respuesta pupilar intervienen ellas, la teoría del
Modelo Neuronal, considera la dilatación pupilar los estímulos,
concretamente de aquellos que resultan novedosos por Para
Kahneman (1973), sin embargo, la condición que provoca la RO y la
dilatación pupilar tiene que ver no sólo con la novedad propuesto por
este autor, el aumento del diámetro de la pupila

2. Procesamiento de estímulos emocionales: ¿dilatación o contracción


pupilar?
Hess realizó una investigación en la reactividad pupilar que es el resultado del procesamiento de
estímulos que se considera como un índice fiable de la actividad mental, así mismo acuño el
termino “pupilometría” al grupo de estudio relacionados a estos. Por otro lado, la hipótesis que
formula es la “contracción – aversión” en la cual se interpreta que los estímulos agradables o
desagradables pueden estimular el tamaño de la pupila. Cabe mencionar que hubo pocas
investigaciones que corroboraron con la hipótesis de Hess, por ejemplo, Woddmansee que realizó
una investigación utilizando estímulos olfativos aversivos en la cual solo obtuvieron dilaciones de
las pupilas. Sin embargo, el psicólogo Janisse planteó un modelo donde la valencia del estímulo y
el tamaño pupilar se relacionan, esto se consideraría siempre y cuando el tamaño pupilar sea
modernamente positivos o negativos.
Con el tiempo se volvieron a retomar estos estudios en el cual de otras series de investigación
dedujeron que la contracción pupilar no es una respuesta usual en el ser humano, esto lo
podemos observar frente a situación relevantes que vive una persona ante un estímulo negativo
como observar un asesinato o presenciar un momento de felicidad puede provocar una
respuesta a nuestra pupila.
3. Dilatacion pupilar y carga cognitiva

Hess y Polt (1964) realiza investigaciones sobre una tarea de


deletreo, donde se obtiene como resultado que a mayor dificultad
se apreciaba una mayor midriasis. Asimismo, diferentes
investigadores llegaron a la misma conclusión a través de
diferentes trabajos experimentales.
Khaneman, señala que los cambios pupilares y la actividad
cognitiva son los que tuvieron mayor repercusión en el ámbito de
la psicología porque se encuentran dentro de la teoría atencional.
Por lo tanto, se confirmo que existe una relación entre el aumento
pupilar y grado de procesamiento cognitivo.
Mas recientemente varios trabajos han confirmado la relación
existente entre la midriasis y la carga mental. Investigaciones
recientes, mencionan que el sistema parasimpático esta
involucrado en el asociamiento del esfuerzo cognitivo.

4. Diámetro pupilar, procesamiento emocional y trastornos


psicológicos
En esta ultima década se abierto un campo de investigación en el terreno de la pupilometría
consistente en estudiar la respuesta pupilar en relación con diferentes trastornos mentales, en este
caso se centraron en dos cuadros clínicos que son la depresión y la ansiedad.
Según estos autores: Siegle, Granholm, Ingram y Matt (2001), opinan que los sujetos depresivos
deberían mostrar un mayor diámetro pupilar ante palabras de contenido negativo que ante palabras
positivas en comparación con los sujetos sin depresión, Según dichos investigadores, esta
interacción es esperable si se estima la medida pupilar como un índice del nivel de procesamiento
emocional desplegado por el sujeto, de tal forma que un más grande diámetro pupilar estaría
revelando mayores niveles de atención o procesamiento de dicha información emocional. Otros
autores, han obtenido un jefe semejante frente a estímulos negativos en una muestra de sujetos
sanos a los que se les deprivó de sueño a lo largo de una noche completa.

El tamaño pupilar asociado al procesamiento de estímulos negativos no es consecuencia de un bajo


estado de ánimo sino más bien podría revelar un factor estable de riesgo para desarrollar un
episodio depresivo futuro, en el experimento a estos sujetos se les indujo a un estado de animo
negativo con la escucha de una melodía triste y se le volvieron a evaluar y no se obtuvieron los
mismos resultados que en el anterior.
En este ultimo los tamaños pupilares fueron menores en comparación con los sujetos nunca
deprimidos que son parte del grupo control. Los autores consideran que el resultado se explica por
el embotamiento afectivo y cognitivo que presentan algunos pacientes que son vulnerables a la
depresión.

En las primeras investigaciones se centran en las características de los estímulos y no tanto en las
personales de los participantes. Con el paso de tiempo esa tendencia se ha invertido y en el
momento actual prima conocer cómo se comporta ese indicador psicofisiológico en muestras con
determinadas características clínicas. Sin embargo, el interés por las relaciones entre procesos
cognitivos, emocionales y fisiológicos no es precisamente reciente. Prueba de ello son las teorías de
James-Lange (1894, 1885) y Cannon-Bard (1927) sobre el origen de las emociones y su relación con
los cambios corporales.

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