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FRUTOS DE LA SIERRA

El aguaymanto (Physalis peruviana L.) es una fruta 100 por ciento peruana, oriunda de
los Andes que se cultiva desde tiempo ancestral. Ahora el mundo la conoce y disfruta
por su abundante concentración de vitaminas. Se conoce de ella desde la época de los
Incas.
En la actualidad, en el Perú destaca el potencial que tienen varias regiones para producir
este fruto como: Áncash, La Libertad, Cajamarca, Lambayeque, Ayacucho, Lima,
Junín, Huánuco y Cusco.
Esta fruta nativa peruana constituye una parte importante de la dieta alimenticia del
sector rural donde crece y se propaga en forma silvestre, especialmente en las áreas
calientes y secas cerca a los Andes. Sin embargo, últimamente la demanda local,
nacional y extranjera de este fruto se encuentra en estado creciente, tanto en frutos
frescos como en productos transformados. (Araujo E. 2007).
En el caso de Áncash, La Libertad, Lambayeque y Ayacucho el Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo (Mincetur) ha identificado el potencial de estas regiones para
la producción de aguaymanto con fines de exportación. En ese sentido, el Plan Regional
Exportador (PERX) de las citadas regiones lo considera prioritario para mejorar su
oferta.

El capulí (Prunus capuli) es oriunda de Sudamérica, naturalizándose en los niveles alto


andinos en territorios del Perú y otros países vecinos. Actualmente es una especie
ampliamente cultivada en áreas tropicales, subtropicales y de clima templado en muchos
países del mundo. Las observaciones de adaptación del capulí a los ambientes
ecológicos indican igual comportamiento con el tomate.
El capulí fue llevado a Sudáfrica a cabo de Buena Esperanza antes de 1807, donde
actualmente se le cultiva a escala comercial para su industrialización y comercio al
exterior. Asimismo, se ha logrado introducir y cultivar aun a pequeña escala en Gabón y
otras partes de África Central.
El capuli crece habitualmente entre 1200 y 3400 m.s.n.m. el consumo puede ser en
crudo o cocido, y se puede conservar en mermelada, en tamales especiales que es usado
como relleno. Con piel y semillas quitadas, el capuli puede mezclarse con leche, vainilla
y canela como postre; también puede ser fermentado para convertirse en bebida
alcohólica. En relación al valor alimenticio por 100 gr de porción se tiene a nivel de
proteína de 0.105 a 0.185 gr, en calcio 17.2 a 25.1 mg y fósforo 16.29 a 24.4 mg. Como
uso medicinal se hace jarabe para ayudar en problemas respiratorios.

De pulpa cremosa y refrescante con un cautivante sabor dulce, ligeramente ácido, y con
un aroma seductor que se percibe a la distancia, la chirimoya es otra de las frutas
oriundas del Perú que se erige como un superalimento disponible en este otoño gracias a
sus propiedades nutritivas y medicinales que optimizan el funcionamiento del
organismo y, sobre todo, del sistema inmune frente a las enfermedades.
Cultivada por los antiguos peruanos, según lo evidencian piezas de cerámica de la
cultura Mochica (siglos II al V d.C.), la chirimoya formó parte de una dieta balanceada
a la que aporta no solo su suculento sabor, sino un alto valor energético gracias a su
elevado contenido de vitaminas, minerales, carbohidratos, fibra y agua contenidos en su
pulpa color blanco.
La chirimoya se cultiva en los valles interandinos, entre los 1,500 y 2,000 metros de
altitud. Las regiones de mayor producción son Amazonas, Áncash, Apurímac,
Cajamarca, Cusco, Huánuco, Huancavelica, Junín, Moquegua, Pasco, Piura, Tacna y
Lima, que concentra alrededor del 40% de la producción nacional de esta súper fruta.
En el departamento de Lima destacan como grandes zonas productoras San Mateo de
Otao y Callahuanca, dos de los 32 distritos que conforman la provincia de Huarochirí.
En San Mateo se encuentra el centro poblado de Cumbe, considerado la “capital de la
chirimoya”, debido a su abundante producción, pero sobre todo por el enorme tamaño y
peso de los ejemplares cosechados. 
El Lúcumo es un frutal originario del área andina. En este ámbito todavía se encuentran
ecotipos de lúcumo que crecen de manera silvestre en territorio peruano. El lúcumo es
una especie arbórea, de la familia de las sapotáceas y del género Lúcuma.
Según cronistas e historiadores, el uso de la lúcuma proviene de épocas anteriores al
Incanato, el mismo que se evidencia en imágenes moldeadas en huacos de la cultura
Mochica, la misma que se desarrolló en la Costa Norte del Perú. Esto corrobora un
aprovechamiento ancestral como parte de la dieta alimenticia en esas y otras
poblaciones que se asentaron en localidades de la costa y sierra del Perú.
La mayor concentración de este frutal se encuentra en los departamentos de Ayacucho,
Cajamarca, Ancash, Moquegua y Lima, todos en el Perú. Su hábitat natural es la sierra
baja, pero prospera muy bien prácticamente desde el nivel del mar hasta los 3,000
metros de altitud, con temperaturas de 8 a 27 grados centígrados y humedad de 80% a
90%.
El fruto es una baya esférica, cónica o comprimida basalmente, con exocarpio o cáscara
delgada de color verde o amarillo bronceado, generalmente en la parte apical, rodeada
de una coloración bruno plateada. El mesocarpio es de sabor y aroma muy agradable,
color amarillo intenso, textura harinosa, y de consistencia suave. El endocarpio que
envuelve a la semilla es delgado y amarillo claro.
El pacay, también conocido como pacae, guaba, guamo o inga, es una leguminosa
presente en nuestro país desde hace muchísimos años. Para el siglo XVII, su valor era
importante por su pulpa blanca y suave como el algodón. 
Este fruto se puede encontrar en diferentes países de la región, principalmente en el
Perú, y algunas partes de Centroamérica. Su origen andino se remonta a la época de
nuestros ancestros incaicos. El pacay, que crece cerca de la orilla de ríos o en bosques,
es muy apreciado por su facilidad para adaptarse a condiciones climáticas tropicales
Respecto a sus características, destaca mucho por su bajo valor calórico: tan solo 52
calorías por cada 100 gramos. Contiene no solo las vitaminas A, B y C, sino también la
vitamina pro A. Esta es particularmente especial, porque permite reforzar la producción
de la vitamina A, que mejora y protege el sistema inmunológico.
Por sus propiedades antioxidantes, este fruto es admirado y altamente deseado en varias
partes del mundo. El pacay permite controlar los niveles altos de colesterol. Esto
significa que puede aliviar algunos malestares causados por la migraña. Sin embargo, a
pesar de tener un sabor muy dulce, tiene propiedades que le permiten balancear los
niveles de azúcar, gracias a ser una fuente de proteínas y fibras. Adicionalmente, puede
prevenir problemas cardíacos por sus propiedades antioxidantes, que actúan
directamente en el corazón. 
El pepino es una fruta nativa del Perú, crece en zonas de clima benigno, con algo de
humedad y temperaturas moderadas, se encuentra frecuentemente en la sierra de
Cajamarca y La Libertad. En la costa peruana se encuentran en cultivos puros y
comerciales, es un fruto muy versátil y de gran valor nutritivo.
sus usos son muy diversos, puede consumirse fresco, como bebida, o para postres, el
pepino puede ser usado en la elaboración de helados, enlatados, conservas.

Originario del Perú, el tumbo serrano es una planta nativa trepadora o enredadera que
crece en los valles interandinos, de tallo delgado algo redondeado, hojas trilobuladas y
flores que presentan una corola tubular muy larga de 6 a 10 centímetros, pétalos cortos
de color rosado. Pertenece a la familia de las pasifloráceas.
La pulpa de dicha fruta es similar a la del maracuyá, aunque ligeramente más ácida, en
virtud de su alto contenido de vitamina C o ácido ascórbico, un poderoso agente
antioxidante que incrementa la absorción de hierro a nivel gástrico, por lo cual es
recomendable consumir ambos elementos juntos para prevenir y tratar la anemia.

La tuna es una planta de gran importancia en los sistemas agro-pastoriles de los andes
peruanos. Esta cactácea se encuentra ampliamente distribuida en el país, especialmente
en los valles interandinos donde ha encontrado condiciones adecuadas para su
establecimiento.
Sus frutos son consumidos en forma natural tanto por campesinos como por pobladores
locales y son comercializados en los principales mercados del país. Con éstos también
se elaboran productos derivados como mermeladas y bebidas. Sus tallos se utilizan
como forraje para el ganado, especialmente en épocas de sequía, igualmente son útiles
en el establecimiento de cercos vivos y cuando la planta muere, sus restos se usan para
la elaboración de fertilizantes orgánicos.
Pero el uso más frecuente que se le da a esta planta es como hospedera para la crianza
de un insecto conocido como cochinilla (Dactylopius coccus Costa), en cuyo interior se
produce el carmín, pigmento natural usado en la industria alimenticia, textil y
farmacéutica. El Perú sigue siendo el primer productor de carmín a nivel mundial,
aportando entre el 85 y el 90% de la demanda internacional, y la actividad productiva se
basa en la recolección artesanal de estos insectos, principalmente en la zona de
Ayacucho.

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