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Lunes

“ Limpieza de nuestro templo ”

La limpieza de nuestro templo es de suma importancia, porque ya es hora de que, así como
nuestro Señor Jesucristo limpió su Templo, lo hagamos nosotros también para poder acceder al
Trono de la Gracia.
 “Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él,
diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de
ladrones. Y enseñaba cada día en el templo, pero los principales sacerdotes, los escribas y los
principales del pueblo procuraban matarle. Y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque
todo el pueblo estaba suspenso oyéndole”  (Lucas 19:45-48)
Jesús, nos lo muestra con un celo santo, al ver en lo que habían convertido el Templo del Señor.
Para los judíos el Templo era la máxima expresión de su fe; allí se reunían para adorar, para
ofrecer sus ofrendas, para recibir instrucción y consuelo espiritual.
Era el lugar donde el Señor se dedicaba a enseñar las verdades y principios del Reino.  “Sucedió
un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los
principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos” (Lucas 20:1) Era en el Templo donde
Jesús libraba fieras batallas con los líderes religiosos de la época; los cuales le asechaban y
hasta procuraban matarle, logrando su objetivo al crucificarle. Su religiosidad les había cegado el
entendimiento y no permitían que el pueblo escuchara la sabiduría del maestro Maestro.
En el preciso instante en que Jesús entra al Templo, se encuentra con una escena donde el
lugar se encontraba invadido por mercaderes y gente haciendo negocios, puede que hasta
ilícitos dentro de un lugar Santo, que estaba dedicado exclusivamente para tener un encuentro
con El Eterno. Jesús arremete violentamente contra aquellas personas, y amparándose en la
Palabra de Dios, les exclama: “Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis
hecho cueva de ladrones”; una casa dedicada a la oración, es una casa para tener un contacto
espiritual con nuestro Dios. Ellos la habían convertido en una “cueva de ladrones” . La habían
convertido en un lugar donde se transaban objetos ilícitos obteniendo ganancias deshonestas,
en un lugar totalmente impuro.
¿Cómo podemos nosotros mantener nuestro Templo Limpio?
La Biblia nos dice en 1 Corintios 3:16: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros?
Nuestro cuerpo, es el templo de Dios. Significa esto que el Eterno, el Poderoso, El Omnisciente,
El Omnipresente habita en nosotros.
También específicamente en 1 de Corintios nos los confirma: 1Corintios 6:19 ¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y
que no sois vuestros?
Acaso no nos compromete a llevar vidas santas y comprometidas con Dios? El solo hecho de
que el habita en nosotros, ya implica que tenemos parte con Dios, que nuestro ser interior posee
un tremendo potencial divino, no obstante muchas veces con nuestras prácticas y costumbres lo
ensuciamos y lo convertimos en morada de malos hábitos, malos pensamientos, de fornicación,
envidia, ira, egoísmo, orgullo, lujuria y glotonería. Todos estos factores nos debilitan
interiormente, construyendo una barrera entre nosotros y Dios. Nuestra naturaleza caída nos
conduce a pecar y a ser ególatras. Es como cuando permitimos que todo esto se arraigue en
nuestras vidas y eche raíces. Jesús lo enseño de esta manera, en Lucas 11:24-26:
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no
hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada.
Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer
estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero ”.
Muchas veces nuestras vidas se reflejan en esta enseñanza. Luchamos en nuestras fuerzas por
alejar de nosotros todo lo malo que ahí habita; nos aferramos a nuestra capacidad y no
desarraigamos de nuestro interior los apegos. Estos son los que no nos permiten vivir vidas
plenas. Es entonces cuando brotan nuevamente nuestros defectos interiores y vienen hasta con
más fuerza y acompañados de otros que ignorábamos que teníamos. Con mucha frecuencia
escuchamos decir: “Yo no sabia que podía ser capaz de hacer eso o aquello”; esto pasa porque
no hemos limpiado a conciencia nuestro interior, es cuando no hemos liberado de nuestro templo
interior los prejuicios religiosos (representado por los sacerdotes que asechaban a Jesús); los
estereotipos con los cuales estigmatizamos a las personas.
Es entonces cuando nuestra casa, se llena de mercaderes de falsedad e ignorancia, de dudas,
de temores, de angustias, de lujurias, de raíces de amargura, de envidia. Debemos limpiar, tal
como Jesús lo hizo nuestro Templo Interior; recordemos que ahí habita El Espíritu Santo, el cual
esta con nosotros para ayudarnos con la limpieza. Debemos dejar que actúe en nuestras vidas y
nos guie. Permítame decirle, que la mayoría de veces, por las cuales no cambiamos es porque
todo se lo dejamos solamente a Dios. Le decimos “Ayúdame a cambiar” y no hacemos nuestra
tarea de limpieza interior. La Biblia nos menciona en Gálatas 5:22-23 lo siguiente: “Mas el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley”. Es este fruto el que debemos cosechar en nuestras vidas. Es
todo lo contrario a lo que nuestra naturaleza caída nos inclina. Debemos iniciar esta cosecha
espiritual, reconociendo nuestra incapacidad, y permitiendo que el Espíritu de Dios actúe sin
ataduras dentro de nosotros. La oración y la meditación de la Palabra de Dios nos serán muy
útiles. También la practica de valores y solidaridad con nuestro prójimo nos permitirán ponerlos
en práctica cada día.
Es ahora cuando debemos despojarnos de todo peso que nos impide avanzar en la vida
cristiana. Iniciemos limpiando nuestro Templo interior, sacando todo lo que este estorbando
nuestra relación con Dios y llevando fruto espiritual. Es solo de esta manera que podremos
ayudar a otros a limpiar también su Templo.
“Por tanto,  nosotros también,  teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, 
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,  y corramos con paciencia la carrera
que tenemos por delante,  puestos los ojos en Jesús,  el autor y consumador de la fe,  el cual
por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,  menospreciando el oprobio,  y se sentó a la
diestra del trono de Dios”. (Hebreos 12:1-2)
Martes

"El maestro El Gran Sabio”

El día de hoy martes lo conocemos como de controversia o bien de preguntas.¿Pero a quien,


eran dirigidas las preguntas y quiénes las asían? pues en las Sagradas escrituras podemos
encontrarlos y no solo en un libro sino en los 4 evangelios, en los cuales nos narran los hechos
de este día desde 4 perspectivas diferentes.
En esta hermosa palabra podemos ver como Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos hablan que los
escribas y fariseos ya tenían miedo del maestro del Jesús.
A muchos de los que estamos aquí nos ha pasado ya sea en el trabajo, en la escuela o nuestro
propio ministerio, que llega una persona nueva talvez mayor preparada y que es lo que pasa nos
entra miedo de que talvez nos quiten del lugar o del cargo que tenemos.
Pero ¿Por Que? los escribas le tenían miedo al Maestro pues en aquel entonces ellos se
sentían con poder, con poder y a su conveniencia hablaban de la palabra pero como el Maestro
hablaba con verdad y autoridad ellos. buscaban algún error en el. Esto lo vemos en Marcos
12:13.
Y as, fue como en este día se le hicieron muchas Preguntas pero el día de hoy hablaremos de
dos:
La primera:
¿Cuál es el gran mandamiento? nosotros, como cristianos sabemos que hay 10 mandamientos
así también las personas de aquel entonces sabían esto, pero ellos también practicaban
sacrificios y holocaustos.
Nos narra Marcos que se acercó un escriba que había reconocido que el maestro estaba
contestado sabiamente, el acercándose le pregunto ¿cual es el primer mandamiento de todos,
entonces el le contesta El primer mandamiento de todos? Entonces el maestro le responde:
“El señor nuestro Dios, El señor uno es” “Y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón y con
todo la alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”.
ahora imagínate que el maestro te esta diciendo esto a ti, imagínate que nuestro Jesucristo te
diga ámame con todas tus fuerzas que le respondiéramos, pues déjeme decirle que el conoce
sus, actos sus hechos pues el conoce tu corazón y la pregunta es ¿verdaderamente amas a
Dios?. Así como el lo decreto. Hay veces que decimos hacerlo pero con nuestros hechos
hacemos todo lo contrario. No asistiendo a la casa de nuestro Señor llegando tarde no
colaborando en la casa del señor llevando una doble vida en el trabajo, en la casa, o la escuela,
la ofrenda es cierto que nuestro dios no nos necesita que demos pues, dice su palabra que el es
dueño del oro y de la plata y por eso hay veces que decimos para que ofrendo" Dios se fija en el
corazón" y nos justificamos sin darnos cuenta que hay veces que nosotros atrasamos las
bendiciones del maestro pues, dice el evangelio de Mateo en su capituló 10 verso 8 Dar de
gracia lo que en gracia recibiste entonces por que no apoyar en su obra si por su gracia y
misericordia hoy abrimos los ojos, fuimos al trabajo comimos etc. entonces por que no estar
agradecidos darle algo de lo mucho que el nos a dado, en esta tarde los invito a ponerse de pie.
Llamado conforme el espíritu nos guie
Miércoles

“Una gran ofrenda al señor”

“Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de
alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la
mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto
podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. Y entendiéndolo Jesús, les
dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre
tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este
perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo
que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que
ésta ha hecho, para memoria de el

 Mateo 26:6-13
Estos versículos del evangelio según Mateo le dan continuidad a los acontecimientos que
apuntan a la pasión de Cristo, es decir, los eventos relacionados con su captura, martirio y
muerte en la cruz del Calvario, lo cual a su vez darán paso a su resurrección y victoria final.
Ahora Jesús se encuentra en Betania, en casa de un tal Simón el leproso el cual lo ha invitado a
comer y aquí ocurre un evento que ha quedado registrado en los evangelios de Mateo y Marcos
para recuerdo de lo que una mujer hizo para el Señor. En el evangelio según Juan ya se
considero un estudio parecido, de hecho, hay algunos que dicen que se trata del mismo evento
ya que cuenta con muchas cosas similares, sin embargo, no dudamos que aun hay mas
verdades espirituales que podemos aprender con la ayuda del Espíritu Santo.

“Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de
alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la
mesa”.

Mateo 26:6-7

Mateo nos dice que Jesús estaba en Betania y allí paso a casa de un hombre llamado Simón el
leproso. Durante el tiempo que Jesús visitaba Jerusalén, nuestro Señor acostumbraba a pasar la
noche en Betania, una aldea cercana a Jerusalén, para que, al amanecer, se dirigía a Jerusalén
y al anochecer regresaba a Betania:  “Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó
allí. Por la mañana, volviendo a la ciudad…” (Mateo 21:17-18). Muchos creen que el lugar donde
Jesús se quedaba a dormir cuando iba a Betania era la casa de Marta, María y Lázaro, los
cuales eran personas que lo amaban profundamente y donde enseñaba en ocasiones grandes
verdades espirituales (Lucas 10:38-42). No obstante, en este momento se encuentra en casa de
Simón el leproso. Este acontecimiento es muy parecido al que ocurre en el evangelio según
Juan: “Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había
estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. Y le hicieron allí una cena; Marta
servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. Entonces María tomó
una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó
con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas
Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por
trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidará de los pobres,
sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces
Jesús dijo: “Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. Porque a los pobres siempre
los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis”,  (Juan 12:1-8). Si comparamos este
relato que está en el evangelio Según Juan y lo comparamos con el de Mateo y Marcos,
encontraremos tres diferencias principales. La primera es que Juan nos dice que Jesús estaba
en Betania en una casa donde estaba Lázaro y Marta su hermana le servía lo que nos sugiere
que posible mente estaba comiendo en la casa de ellos, pero Mateo y Marcos dice que estaba
en Betania en casa de Simón el leproso . La segunda diferencia que podemos notar entre estas
historias es que Mateo ya ha recalcado que faltaban dos días para que la pascua se celebrara
(Mateo 26:2), mientras que en Juan se dice que faltaban 6 días para que la pascua se celebrara
(Juan 12:1). Finalmente, en Mateo y Marcos no se menciona el nombre de la mujer, mientras
que en Juan se nos dice que es María, la hermana de Marta y Lázaro . Algunos opinan que estas
historias son dos eventos diferentes que ocurrieron casi por la misma época, al final del
ministerio de Jesús, pero con el tiempo la tradición oral llegó a combinar los detalles de cada una
entrelazándolas, y por eso hoy tenemos historias casi perecidas que parecieran que fueran las
.mismas

Ahora bien independientemente de que se traten de historias diferentes o que sean la mismas,
nos enseñan preciosas verdades espirituales que queremos estudiar y en este sentido podemos
ver cómo una mujer le ofreció a Jesús la más grande ofrenda que ella pudo ofrecerle : Y estando
Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de
perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa .
Podemos notar que esta mujer cuyo nombre no se menciona aquí derramó sobre la cabeza de
Jesús un vaso de alabastro de perfume de gran precio ,  la cual sugiere un producto altamente
valioso. Marcos nos dice el precio aproximado de este perfume: “Porque podía haberse vendido
por más de trescientos denarios…” , (Marcos 14:5). Más de trecientos denarios representa el
salario de casi un año de trabajo, considerando que el denario era el salario por un jornal de un
día de trabajo. Por tanto, su precio equivalía a los ahorros de casi una vida de una personal
normal y esta fue la ofrenda que aquella mujer le dio a Jesús como muestra de su eterno
agradecimiento. Desde el Antiguo Testamento, las ofrendas han sido una muestra de
agradecimiento a Dios y estas eran sacrificios de amor que se desprendían de un corazón
agradecido. En el Antiguo Testamento la mayoría de las ofrendas fueron relacionadas con
sacrificios,  la cual nos habla de un sacrificio de un animal, de aquí, que la ofrenda se relaciona
con el hecho de ofrecer un sacrificio agradable a Dios. Allá en el 2 Samuel, el rey David nos
enseñan como deberían ser las ofrendas que traemos a Dios: “Y Arauna dijo a David: Tome y
ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y
los yugos de los bueyes para leña. Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al
rey: Jehová tu Dios te sea propicio. Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré;
porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David
compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata”, (2 Samuel 24:22-24). En estos
versículos podemos encontrar estas palabras memorables que definitivamente nos tocan el
corazón y demuestran el gran amor que estos hombres le tuvieron a Dios: porque no ofreceré a
Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada . Definitivamente esta es una manera muy
especial de pensar, el ofrecerle a Dios lo mas preciado y costoso que tenemos, y esta mujer de
la historia de Mateo así lo hizo, ofreció algo carísimo, equivalente a un año de trabajo, algo de
gran valor y que requería sacrificio el desprenderse de él.
LA MURMURACIÓN DE LOS DISCÍPULOS

“Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto
podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres”.

Mateo 26:8-9

Como siempre la crítica surgió ante el acto de adoración y ofrenda que esta mujer hizo: Al ver
esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía
haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres . A lo mejor muchas personas
pudieron ver este acto como un desperdicio de recurso, algo de tan grande precio que pudo
haberse vendido y dado a los pobres, sin embargo, lo mas seguro es que estas palabras venían
de personas que escondían sus intensiones piadosas para sacar provecho de las cosas
espirituales, de hecho, el pasaje similar que hay en Juan nos dice que el discípulo que dijo este
fue Judas y lo dijo, no porque le importaban los pobres, sino porque era un ladrón que se robaba
las ofrendas: “Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de
entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa,
sustraía de lo que se echaba en ella”, (Juan 12:4-6). Hoy en día muchas personas son como
Judas, criticando las ofrendas generosas que pueden ir dirigidas a las iglesias con el fin de
engrandecer mas el reino de Dios, pero al final lo hacen, no porque quieran que realmente se les
ayude a los pobres, aunque ellos mismos no están dispuestos a hacerlo, sino porque tienen un
corazón egoísta y en ocasiones ambiciosos de ganancias deshonestas

EL TESTIMONIO PERPETUO DE ESTA MUJER

Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho
conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no
siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a
fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique
este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho para
memoria de ella

Mateo 26:10-13

Al escuchar la recriminación que los discípulos hacían en contra de aquella mujer,            


nuestro Señor Jesucristo la defendió y avalo su acción haciendo tres afirmaciones al respecto.
Primeramente, asegura que su ofrenda no era un desperdicio, aun considerando que con ella se
pudo haber ayudado a los pobres: Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta
mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros,
pero a mí no siempre me tendréis. En la Biblia encontramos que Dios nos exhorta a ayudar a los
pobres: “A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”,
(Proverbios 19:17). De hecho, la ayuda a los pobres era una de las principales prioridades de la
iglesia primitiva: “Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también
procuré con diligencia hacer”, (Gálatas 2:10). Sin embargo, a través de estas palabras, nuestro
Señor también nos dice que, así como hay que ayudar a los pobres, es bien visto por Dios las
ofrendas que se entregan con el fin de ayudar a la iglesia y engrandecer el reino de Dios. Por
ello, debemos recordar que no debemos olvidarnos de nuestras ofrendas dirigidas a la obra de
Dios, pero de igual forma, debemos ayudar a los pobres siendo generosos al compartir las cosas
que hemos recibido de parte de Él. En segundo lugar, el Señor avala la acción de esta mujer,
afirmando que fue oportuna ya que preparaba su cuerpo para completar la misión por la cual
había venido a esta tierra: Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin
de prepararme para la sepultura. De alguna manera, esta acción de ungirlo con perfume todo su
cuerpo, anunciaba lo que le iba a pasar a nuestro Señor Jesús, así que esta mujer se encontraba
en la voluntad del Padre. Finalmente, Jesús avala su acción diciendo que esta acción, lejos de
ser un error, iba a ser recordada por generaciones a través de la proclamación de este
evangelio: De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo,
también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. En este sentido, hoy hemos
recordado esta maravillosa historia de esta mujer que Mateo no menciona por nombre, pero que
sus acciones de amor hacia Jesús quedaron registradas para eterna memoria de todos, y de
igual manera, todo lo que nosotros hacemos para el Señor no es en vano, sino Dios sabrá
recompensar a cadauno,según sus obras

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