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ARTÍCULOS POSGRADO

¿Cómo se articula la indignación


sociodigital? El caso de
#JusticiaParaElizabeth en México
Raúl Anthony Olmedo Neri
Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen
Las plataformas sociodigitales establecen nuevas formas de interacción social. Con ellas se
desarrollan procesos comunicativos y de acción colectiva, que permiten intervenir en la esfera
pública monopolizada por los medios de comunicación masiva tradicionales. Este proceso
de intervención social posibilita difundir en la esfera pública las manifestaciones, denuncias
y acciones provenientes de sectores poblacionales históricamente estigmatizados por la so-
ciedad como la comunidad LGBT+. Así, mediante estas plataformas es posible observar las
formas en que se estructuran procesos de difusión de información y denuncias, desde orga-
nizaciones civiles, activistas y simpatizantes de los nuevos movimientos sociales. En este sen-
tido, el presente trabajo analiza las redes de interacción-comunicación alrededor del hashtag
#JusticiaParaElizabeth, el cual hace alusión a la indignación generada en México por el caso de
María Elizabeth Montaño, mujer transexual que fue encontrada sin vida diez días después de
su desaparición. Se ha empleado el método de Análisis de Redes Sociales (ARS) para analizar
y visualizar la red generada en Twitter durante junio de 2020. En base a ello, se han obtenido
diversos indicadores para abordar la estructura de la red y el flujo de información en esta es-
tructura reticular.

Palabras clave: redes sociodigitales, grafos, movimiento LGBT+, hashtag, indignación.

Abstract
Sociodigital platforms establish new forms of social interaction. With them, communicative processes
and collective action are developed, which allows the intervention in the public sphere monopolized
by the traditional mass media. This process of social intervention makes it possible to disseminate in the
public sphere the demonstrations, denunciations and actions coming from population sectors historical-
ly stigmatized by society, such as the LGBT+ community. Thus, through these platforms it is possible to
observe the ways in which processes of dissemination of information and denunciations are structured,
from civil organizations, activists and sympathizers of the new social movements. This paper analyzes
the interaction-communication networks around the hashtag #JusticiaParaElizabeth, which alludes to the
outrage generated in Mexico by the case of María Elizabeth Montaño, a transsexual woman who was
found lifeless ten days after her disappearance. The Social Network Analysis (SNA) method has been

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used to analyze and visualize the network generated on Twitter during June 2020. Based on this, various
indicators have been obtained to address the structure of the network and the flow of information in this
reticular structure.

Keywords: social digital media, graphs, LGBT+ movement, hashtag, outrage.

1. Introducción
El uso de las plataformas sociodigitales1 por parte de los movimientos sociales ha crecido
gracias a las ventajas informativas y de difusión que suponen para ellos dentro del espacio
público híbrido. De hecho, su uso ha incrementado el alcance de sus acciones, estrategias y
denuncias, así como el de las demandas que como colectivo reivindican constantemente a
través de discursos alternativos que constituyen sus propias agendas (Olmedo Neri, 2019).

De esta manera, el espacio que se configura dentro y entre estas plataformas hace posible
que se estructuren redes sociales entre diferentes perfiles/cuentas que no necesariamente
comparten el mismo espacio físico, pero sí experiencias en la vida cotidiana con las cuales es-
tablecen un marco contextual y experiencial común. Estas redes son, por un lado, una réplica
de aquellos vínculos sociales que entran en un proceso de digitalización (lazos familiares, de
amistades, laborales, grupos de afiliación, por ejemplo); y, por otro lado, vínculos nuevos con y
entre artistas, líderes de opinión, organizaciones civiles, partidos políticos, medios de comuni-
cación, y una infinidad de actores de la vida social con los que en la cotidianidad material sería
difícil vincularse, sea por cuestiones espaciales o por las restricciones de los marcos culturales
que facilitan y restringen identidades y flujos de información.

Al existir una infinitud de información y de perfiles/cuentas en dicho espacio, Internet adquiere


un carácter comunicativamente caótico: se amplían las fuentes de información, las opiniones,
los razonamientos analíticos, las demandas de justicia, pero también los rumores, fake news,
discursos de odio, historias no oficiales y, en general, la incertidumbre propia de la abundan-
cia de información. Como consecuencia de este crecimiento de información, sus fuentes y sus
flujos, la opinión pública se descentraliza de los medios de comunicación tradicionales y ex-
tiende sus límites mediante la visibilidad de agendas pertenecientes a un conjunto de grupos
sociales que han sido estigmatizados, o bien desplazados comunicativa e informativamente
por esos conglomerados mediáticos tradicionales.

Esta visibilidad de largo alcance que ofrece Internet es identificada y aprovechada por di-
versos movimientos sociales para incidir en las metanarrativas y estereotipos del imaginario
social contemporáneo, que cuestionan su reconocimiento y su horizonte de posibilidades. La

1 Se emplea este término y no el de ‘redes sociales’ para referirse a Facebook, Twitter, Instagram, y todo ese conjunto de espa-
cios digitales donde los individuos, convertidos en usuarios, establecen novedosos procesos de socialización. Los vínculos
que cada usuario desarrolla con los demás entes (humanos o no) en estas plataformas conforman las redes sociales, es decir
arquitecturas reticulares con un sentido cultural, informativo, biográfico, ideológico, territorial o de poder, que son usadas
permanentemente para fines específicos.

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pluralidad de la información y la estructura reticular de Internet permiten que se desarrollen
intervenciones en el contenido y en los flujos informativos de la opinión pública, sobre acon-
tecimientos que afectan de manera particular a un grupo social, en este caso la comunidad
Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero (LGBT+).

Estas intervenciones encuentran eco entre los miembros de la extensa red digital, ya sea por
su pertenencia a la comunidad o por su simpatía hacia las causas o denuncias que se realizan
de manera constante. En otras palabras, estas formas de visibilidad y resistencia de la comu-
nidad LGBT+ son resultado de la interpelación del individuo por las redes dispersas y, ahora,
potencialmente cercanas. Existe, por tanto, un elemento de afiliación (emocional, racional o
de identidad) que interviene en la interacción y difusión de la información por parte de los
usuarios y los movimientos sociales (Castells, 2015). Ese proceso de difusión permite a la vez
que se construyan redes de interacción-comunicación (Olmedo Neri, 2020), es decir, estruc-
turas reticulares más o menos constantes que derivan de la interacción entre usuarios, a partir
del contenido que fluye de manera ubicua y de forma transmedia, en las plataformas como
Facebook, Twitter e Instagram, entre otras.

El hashtag #JusticiaParaElizabeth es un ejemplo de cómo un sentimiento, en este caso de in-


dignación, puede estructurar una red a partir de la información, el contenido y la interacción
en el espacio virtual. La identificación del cuerpo sin vida de la Dra. María Elizabeth Montaño
diez días después de su desaparición, dio lugar a la creación de dicho hashtag y a toda la red
que es analizada en este trabajo.

Para dar cuenta de dicho análisis, el presente ensayo se estructura de la siguiente manera:
primero se establece un marco teórico entre los movimientos sociales y las plataformas socio-
digitales, con la finalidad de identificar de qué manera se articula la noción de red en Internet.
Posteriormente, se define el marco metodológico empleado, en este caso el Análisis de Redes
Sociales (ARS), para definir la muestra, la temporalidad de los datos y los indicadores a utilizar
para visualizar la red alrededor de #JusticiaParaElizabeth. Después de ello, se hace una con-
textualización del caso y el análisis de la red obtenida, con la finalidad de identificar los nodos
(perfiles/usuarios) más relevantes en el proceso de difusión de este hashtag. Finalmente, se
presentan las conclusiones obtenidas en torno a este tipo de análisis.

2. Movimientos sociales y plataformas


sociodigitales
Las plataformas sociodigitales han adquirido una multifuncionalidad en la vida cotidiana. Su
innovación desaparece en la medida en que el individuo las incorpora en las actividades y
prácticas que constituyen su realidad social. En ese momento se establece una relación de
dependencia con la cual el individuo ya no puede pensarse sin dichos dispositivos ya que for-
man parte de ellos como extensiones de sus sentidos, finalidades y de su propia experiencia
(Pisani y Piotet, 2009).

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Por ello, estas plataformas han dejado de ser consideradas como un medio para el mero flujo
de información y se han convertido en espacios donde la sociedad, el Estado y el capital de-
sarrollan procesos de organización, interacción, acumulación y regulación (García Calderón y
Olmedo Neri, 2019). En este sentido, la empleabilidad social de estas plataformas sólo está
limitada por la imaginación del sujeto que las utiliza y por las condiciones preestablecidas de
cada interfaz. Existe una relación dialéctica porque la interfaz modifica las finalidades del su-
jeto o los colectivos y viceversa; cada uno moldea la experiencia y usos de la tecnología para
fines de movilización e identidad colectiva.

Respecto al uso de estas plataformas por parte de los movimientos sociales no es nuevo, mu-
chos han sido los autores que han realizado estudios pioneros sobre la incorporación de estos
desarrollos tecnológicos como parte de sus repertorios de acción conectiva (Reguillo, 2017).
Bajo este orden de ideas, independientemente del tipo de movimiento social que se aborde
(obrero, campesino, feminista, estudiantil o LGBT+, entre otras), resulta relevante asumir que
el ámbito comunicativo en su constitución y acción no posee un carácter secundario, por el
contrario, se ha vuelto un eje directriz que deriva del expertise que adquieren los movimientos
sociales para materializar sus demandas, articular discursos y ampliar sus vínculos dentro de su
comunidad y fuera de ella (Olmedo Neri, 2021).

En términos generales, el campo teórico alrededor de la vinculación entre los movimientos


sociales y estas nuevas formas de hacer comunicación reconoce dos posiciones opuestas. Por
un lado, se encuentran diversos autores (Rheinngold, 2004; Castells, 2015; Rovira, 2017) que
hipostasian el impacto y función de estas plataformas sociodigitales, al grado de plantear un
determinismo tecnológico que se sobrepone a la acción social. Por otro lado, la segunda pos-
tura realiza una crítica sistemática sobre los riesgos de asumir que las revoluciones y cambios
radicales se darán de manera inevitable, como consecuencia del ciberactivismo (Innerarity,
2011; Fuchs, 2015; McChesney, 2015).

Estas dos corrientes de pensamiento no son más que partes extremas de un mismo fenómeno,
entre ellas existe una infinidad de claroscuros y perspectivas que reconocen la complejidad
existente en este proceso. A partir de ello, se ha ido construyendo una tercera postura cuyos
autores pretenden analizar el proceso convergente entre la acción online y la offline de los
movimientos sociales, ya que consideran que ambas estrategias se complementan para al-
canzar sus objetivos (Candón, 2011, Pleyers, 2018; Olmedo Neri, 2020). Esta última posición
teórico-analítica no pretende diezmar las aportaciones de las demás posturas, sino recuperar-
las bajo la delimitación que el propio campo de estudio exige, mediante la complejidad que
encierra el mundo contemporáneo que no es ni offline ni online, sino onlife (Floridi, 2015).

En esta tercera postura se reconoce con mayor profundidad analítica que tanto los denomi-
nados ‘nuevos movimientos sociales’ como las acciones colectivas altermundistas y juveniles
contemporáneas encuentran en Internet y en las plataformas sociodigitales un espacio útil
desde el punto de vista estructural porque los dota “de una autonomía para desarrollar sus

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actividades de incidencia y resistencia sin perder su capacidad de organización y trabajo con
otros integrantes en momentos de coyuntura” (Olmedo Neri, 2021, p. 126).

Esta afinidad estructural está dada por la flexibilidad en la organización colectiva, por la au-
tonomía de ser, hacer y actuar; así como por la constante lucha para evitar la instalación de
estructuras verticales de orden afiliativo (como los sindicatos, partidos políticos, grupos re-
ligiosos-conservadores o confederaciones) o de posiciones individuales que concentren el
poder, imagen y misión del movimiento en sí (como los caudillos o representantes sindicales
o corporativistas).

Internet, por tanto, se vuelve un espacio factible para que los movimientos sociales con una
estructura reticular puedan dedicarse a diferentes temas que les afectan de manera individual
y conjunta, extendiendo su intervención y profundizando sus vínculos. En este proceso, queda
claro que los movimientos sociales organizan sus estrategias conforme a sus agendas, intereses
y recursos; sin embargo, esto no los hace ajenos a procesos emocionales que motiven sus ac-
ciones, por el contrario “requieren una movilización emocional desencadenada por la ira contra
la injusticia flagrante y por la esperanza de la posibilidad de un cambio” (Castells, 2015, p. 241).

Lo anterior da la posibilidad a una convergencia de motivaciones: estas pueden ser emocio-


nales, aspiracionales, identitarias o racionales. Incluso existe la capacidad de interrelacionar
dichas motivaciones, es decir, cuando se trata de procesos en los que lo racional se vincula con
lo emocional para potenciar su reivindicación dentro del colectivo; o cuando se justifica racio-
nalmente una acción nacida de una emoción, con la finalidad de evidenciar su relevancia más
allá de la catarsis provocada por las asimetrías de poder, materializadas en la vida cotidiana.

Como resultado de esta apropiación de las plataformas sociodigitales, se han generado cam-
pañas sociales a favor de los derechos de la comunidad LGBT+, de la visibilidad de las movi-
lizaciones feministas, así como de las denuncias en contra de prácticas culturales, sociales e
ideológicas que, en el siglo XXI, se sustentan en la estigmatización de la diversidad sexual o la
desvalorización de la reivindicación social de las mujeres.

Son justamente estas motivaciones las que permiten que el flujo de información dentro de las
plataformas sociodigitales se encuentre en permanente movimiento y se mueva en diferentes
direcciones. A partir de ese flujo de información se crean las relaciones de interacción-comu-
nicación, es decir, relaciones efímeras (que pueden volverse perdurables) que se desarrollan
cuando dos o más individuos interactúan entre sí mediante el contenido y la información. Estas
relaciones forman, de manera temporal, redes de interacción-comunicación (Olmedo Neri,
2020), que pueden ser visualizadas y analizadas bajo diferentes métodos, entre ellos el Análisis
de Redes Sociales (ARS).

A partir de lo anterior, la noción de red dentro de la red adquiere materialización: es el con-


junto de interacciones que realizan los usuarios dentro de cada plataforma, lo que permite
que se generen redes en las que los perfiles se posicionan estratégicamente en función de su

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capacidad de diseminar información o de poseer una cantidad relevante de vínculos dentro


de esa estructura reticular. Se remarca la factibilidad del ARS como método para analizar la red
porque “se encuentra en disposición de afrontar transversalmente el sujeto de estudio, apor-
tando conceptos válidos tanto para analizar el modelo de comunicación en internet como las
redes sociales de los movimientos” (Candón, 2011, p. 170).

3. Metodología
El Análisis de Redes Sociales (ARS) permite analizar al individuo a partir de los vínculos que
desarrolla con otros sujetos dentro de un grupo social delimitado por una variable específica.
El origen de este método es multidisciplinario ya que posee contribuciones analíticas desde
la sociología, la antropología, las matemáticas, las ciencias computacionales y la física (Watts,
2006). Desde estas perspectivas, el ARS se configura como un método viable que permite
identificar las estructuras de poder que subyacen a grupos sociales definidos, ya que “las re-
des son mecanismos de comunicación, transmisión de información y aprendizaje, pero repre-
sentan también estructuras de poder” (Sanz, 20013, p. 24).

Dentro de este método, los nodos corresponden a un individuo, instituciones, empresas o


colectivos, dependiendo el tipo de estudio, mientras que los vínculos son las relaciones que
cada nodo posee con los demás miembros de la red. Son los vínculos los que posicionan es-
tratégicamente a los nodos dentro de la red, ya que con ello se define la direccionalidad del
flujo de información así como la centralidad de un nodo (Barabási, 2011). Por ende, los enlaces
de un nodo son la materialización de las relaciones sociales que el individuo construye desde
su devenir histórico y biográfico. De hecho, los vínculos son “una serie de atributos que los
individuos van generando sobre sí mismos, además del que se les atribuye por parte de otros”
(Olmedo Neri, 2019, p. 126).

La aplicación de este método al ámbito digital no es nueva. Su uso ha estado presente desde
los primeros estudios de Internet (Rogers, 2018). Sin embargo, el constante crecimiento de la
relevancia de las plataformas sociodigitales, así como del establecimiento de nuevos procesos
generadores de vínculos, hizo que este método cobrara notable importancia en los últimos
años (Ricaurte y Ramos-Vidal, 2015).

El empleo del ARS en el espacio digital tiene una serie de implicaciones metodológicas ya que
se requiere el uso de softwares que puedan procesar, almacenar, analizar y visualizar grandes
cantidades de información. En este análisis se ha utilizado el software NodeXL para dar aten-
ción a la recolección del big data, y se ha empleado el programa Gephi para la visualización de
la red alrededor del hashtag #JusticiaParaElizabeth, considerando sus aportaciones estéticas a
la red y los indicadores que se pueden calcular en dicho programa.

Para que una red se pueda visualizar y analizar es necesario identificar una variable bajo la cual
se constituya la estructura y se delimiten los miembros de dicha arquitectura reticular. En el

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ámbito digital, la variable puede ser un nodo (del cual se generaría una red egocéntrica) o un
elemento comunicativo que fluya en la red como un hashtag, un meme, un video o link. En el
presente estudio se ha utilizado el hashtag dentro de Twitter dado que posee una capacidad
de trazabilidad, es decir, la posibilidad de rastrear e identificar aquel flujo de interacción “que
deriva de la réplica de dicho signo por parte de los usuarios, sea mediante el retuit de una pu-
blicación que lo contenga o la integración del hashtag en una publicación personal” (Olmedo
Neri, 2019, p. 110).

Se ha delimitado al análisis de la red en Twitter no sólo porque los hashtags son construccio-
nes simbólicas que se ajustan a la lógica operativa de esta plataforma sociodigital, sino porque
otras plataformas han deshabilitado la posibilidad de recopilar información, sea porque va
contra sus términos y condiciones, o porque existen intereses particulares que sesgan per se
la propia información (Poell y Van Dijck, 2018).

La recopilación de información fue sometida a una delimitación espacial y temporal espe-


cíficas. En términos espaciales, la red se construyó a partir de la información de los nodos y
vínculos que tuvieran una ubicación dentro de México. En el ámbito temporal, la recolección
de datos se limitó del 18 al 20 de julio de 2020 dado que esta acción online posee una base
sentimental y pragmática: sentimental porque nace de una injusticia, por lo que su carácter
temporal es difuso (puede durar pocos días de acuerdo con el flujo de información o conver-
tirse en parte de una demanda del movimiento LGBT+ a largo plazo, hasta que se dé solución
jurídica al transfeminicidio); y pragmática, dada la ineficacia del Estado mexicano para encon-
trar a las personas responsables de este transfeminicidio.

Finalmente, al definir el método y delimitar la muestra del estudio, se identificaron aquellos


indicadores factibles para analizar la red construida. En la siguiente tabla se pueden observar
dichos indicadores.

Tabla 1. Indicadores de red

Indicador Definición
“Puede ser dirigida (donde los vínculos poseen una dirección y
pueden ser recíprocos) o no dirigida (que sólo establece la exist-
Tipo de red
encia de vínculos entre los nodos sin conocer su origen)” (Olmedo,
2020, p.152)
“Es el porcentaje de los vínculos establecidos con base en todos
Densidad de grado los posibles que pueden establecerse dentro de la red” (Olmedo,
2019, p. 120)
“El grado de un nodo es la suma de las líneas que tiene ese nodo,
Grado
los vínculos directos que tiene cada uno” (Paniagua, 2012, p. 34)
“Un actor es central si se encuentra entre otros actores justo en sus
Grado de geodésicas, lo que implica que para tener una gran centralidad de
intermediación «intermediación» el actor debe estar entre muchos de los actores a
través de sus líneas geodésicas” (Wasserman y Faust, 2013, p. 210).
Fuente: elaboración propia

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Con estos indicadores no sólo es posible atender la estructura de la red construida alrededor
del hashtag #JusticiaParaElizabeth, sino también identificar aquella información bajo la cual se
estructuró la red. Este doble propósito coadyuva a estudiar este tipo de acciones en el ámbito
sociodigital.

4. El movimiento LGBT+ y
#JusticiaParaElizabeth
El también denominado movimiento de la diversidad sexual se constituye como un movimien-
to social de carácter global dado su inicio en sociedades ‘postindustriales’ (Monferrer, 2010)
y su posterior réplica en otros países, con contextos culturales, políticos y sociales diversos.
Con el paso del tiempo, este movimiento no sólo ha crecido en cuanto a número, impacto y
logros, sino también respecto a estrategias pues ha sabido articular acciones convergentes
mediante el uso de Internet (Martel, 2013) para sortear las restricciones de los gobiernos y la
propia sociedad.

En el caso mexicano, el movimiento LGBT+ posee una trayectoria de más de 40 años (Diez,
2018). Sus objetivos y demandas se han diversificado con el paso del tiempo para poder mate-
rializar los derechos culturales que son de carácter universal (Touraine, 2005) y de un profundo
rasgo simbólico que pretende desmantelar las metanarrativas propias de la Modernidad. A
pesar del trabajo de incidencia realizado por los activistas y organizaciones sociales a favor del
movimiento de la diversidad sexual en estos 43 años de activismo, en la actualidad persisten
los ataques o crímenes en contra de la población LGBT+. Este contexto, aún adverso, se ma-
terializa de diferentes maneras en la vida cotidiana de las personas cuya preferencia sexual o
identidad de género no binaria es objeto de estigma o exclusión, dado que su presencia en el
ámbito público entra en conflicto con los marcos culturales que se desarrollan en los territorios
offline. En la siguiente tabla se muestra la distribución de los crímenes de odio contra la pobla-
ción LGBT+ en México, entre el año 2013 y el 2018, según la orientación sexual.

Tabla 2. Distribución de los crímenes de odio según la orientación sexual de víctimas (2013-
2018)

Orientación sexual Frecuencia Porcentaje


Gay/Hombre homosexual 192 40.6%
Lesbiana/Mujer homosexual 9 1.9%
Mujer trans 261 55.2%
Mujer Bisexual 1 0.2%
Hombre bisexual 5 1.1%
Otro 5 1.1%
Total 473 100%
Fuente: Brito (2019, p. 22)

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Este contexto sociocultural hostil evidencia que aún dentro de la misma comunidad existen
grupos que son más afectados que otros. La comunidad trans es, como se observa en la tabla,
la que mayor ataques ha sufrido durante los últimos años en México. De hecho, de acuerdo
con Loyola (2020), durante el año 2020 se han registrado 14 asesinatos de mujeres transexua-
les en el país, lo cual posiciona a México en el segundo lugar a nivel mundial, detrás de Brasil,
con el mayor número de asesinatos a mujeres trans (Rivera, 2016).

Por tanto, el transfeminicidio de la Dra. María Elizabeth Montaño se une a la larga deuda his-
tórica y política de la sociedad mexicana hacia la comunidad LGBT+. La Dra. María Elizabeth
desapareció el 8 de junio de 2020 después de salir de su trabajo en el Centro Médico Nacional
Siglo XXI (Ciudad de México); el 10 del mismo mes se había emitido la ficha de búsqueda,
pero lamentablemente su cuerpo fue encontrado sin vida en un tramo de la carretera federal
México-Cuernavaca (Arteta, 2020).

Su caso adquiere relevancia en el ámbito comunicativo por el seguimiento que se le dio


en los Medios de Comunicación Digitales Independientes (MCDI), como Escándala, Soy
Homosensual, Animal Político, Seis Franjas Mx, entre otros; así como por la construcción del
hashtag y la red de indignación que derivó después de que su cuerpo haya sido encontrado
sin vida.

La red que se originó no nació precisamente de una demanda previamente planeada por el
movimiento, sino de la indignación ciudadana por el hecho perpetrado hacia una profesionis-
ta y activista por los derechos de la comunidad trans en México; y por la ineficacia institucional
para darle pronta solución. De esta manera, este tipo de red no se fincó con una finalidad a
largo plazo, sino que surgió como una acción de corte pragmático e instantáneo, propio de la
indignación mencionada. Aunque el uso del hashtag ha disminuido con el paso del tiempo, lo
cierto es que se ha constituido como un antecedente pues se ha identificado su réplica modi-
ficada para dar atención a otros transfeminicidios, como por ejemplo el realizado el 28 de julio
en Minatitlán, Veracruz (Fuera del Clóset, 2020).

De acuerdo con los datos obtenidos, el 18 de junio de 2020 se creó el hashtag


#JusticiaParaElizabeth. En la siguiente figura se puede observar el primer tuit que se obtuvo
de la recopilación de datos.

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Figura 1. Primer tuit con el hashtag #JusticiaParaElizabeth

Fuente: Ruiz (2020)

Este tuit fue publicado a las 10:17 pm de dicho día, por lo que ya para el 19 de junio empezaría
a recorrer una parte de la red, alcanzando un total de 217 interacciones. Para el 20 de junio
su alcance llegaría a 15,798 interacciones, por lo cual se puede observar que la red adquiere
un peso mayor después de que la noticia sobre su muerte sea difundida en medios locales,
nacionales y sociodigitales.

La red identificada está constituida por 13,933 nodos (vínculos/perfiles) y 15,779 vínculos,
lo cual muestra que cerca de 14,000 personas participaron en su formación y difusión. En la
siguiente figura se puede observar la red identificada, junto a los nodos con mayor nivel de
grado; es decir, las personas/perfiles con la mayor cantidad de vínculos dentro de la red, lo
cual los posiciona estratégicamente en la misma.

Figura 2. Red #JusticiaParaElizabeth con nivel de grado

Fuente: elaboración propia con datos de NodeXL y Gephi.

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La visualización de la red se hizo mediante el algoritmo Force Atlas 2 y mostrando el atributo
de modularidad de la red, con el cual se pudo identificar los subgrafos que se desarrollaron
en la estructura reticular. De esta manera, los nodos con el mismo color son aquellos que se
encuentran intrínsecamente vinculados en comunidades; en ellas existen procesos propios de
significación de dicho hashtag que permiten diferenciarse de otras comunidades sea por el
significado o por el contenido que articulan junto a esta etiqueta

Dicha red posee una densidad de 0.008%, lo que muestra que esta estructura reticular tiene
una cohesión baja. Aunque esto podría interpretarse como un problema, la realidad es que
este nivel de densidad debe entenderse a la par de la finalidad del hashtag; es decir, llegar al
mayor número de personas posible. En ese sentido, la creación de vínculos fuertes o débiles
es importante pero se encuentra como un objetivo secundario: lo realmente relevante de este
hashtag es su intento por viralizarse y llegar al mayor número de personas, con la finalidad de
visibilizar el acto perpetrado y posicionar esta denuncia en el espacio público híbrido.

Los nombres de usuarios que se presentan en la figura 2 son aquellos nodos que, dentro de
la red, lograron una muy alta cantidad de vínculos ya sea a partir del contenido con el que
interactuaron o por su relación profesional/individual en el espacio público. Por ello, en la si-
guiente tabla se muestran los indicadores más relevantes de los cinco nodos con mayor nivel
de grado.

Tabla 3. Nodos con mayor nivel de grado

Grado de Grado de Nivel de Grado de


Nodo Rol1
entrada salida grado intermediación
ajplusespanol MCDI 7,183 1 7,182 0
Líder de
warkentin 1,583 2 1,585 1,927
opinión
Cuenta No
saiorfag Identificada 443 1 444 0
(CNI)2
coralia_sp Feminista 384 1 385 0
abrahamendi- Miembro
352 1 353 0
eta LGBT+
Fuente: elaboración propia con datos de Gephi

Como se observa, en esta red sociodigital, quienes generan más vínculos no son medios de
comunicación convergentes, es decir, medios masivos con una representación digital (perió-
dicos, programas de televisión o estaciones de radio); y tampoco son políticos en campaña
o función, ni instituciones estatales encargadas de atender y evidenciar este tipo de actos.
Los promotores de este hashtag, y del contenido junto a él, son simpatizantes/miembros
de los denominados nuevos movimientos sociales, feministas, personas de la comunidad
LGBT+, líderes de opinión que no poseen una relación especial con algún conglomerado me-
diático, y Medios de Comunicación Digitales Independientes que están dando visibilidad a

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acontecimientos que tendrían poca difusión en el ámbito mediático tradicional, o que serían
difundidos bajo estereotipos o estigmatización.

En la siguiente figura se muestra el tuit de @ajplusespanol que generó 7,183 interacciones.

Figura 3. Tuit de @ajplusespanol (19 de junio de 2020)

Fuente: AJ+ (2020)

El recurso audiovisual generado por este MCDI presenta una construcción simbólica acerca
del papel activista que Elizabeth Montaño realizaba desde su ámbito laboral y personal. Por
tanto, la representación que de ella se hace en este tipo de recursos adquiere una base emo-
cional pura: era una mujer trans que trabajaba desde su trinchera para reconocer a la comuni-
dad trans en México y se le arrebató su vida.

Por otro lado, al ser una red de tipo dirigida es posible reconocer el atributo de direccionali-
dad de los vínculos en la red. A partir de esta característica de los enlaces, se puede identificar
aquellos vínculos que son de entrada y salida. En términos generales, “el grado de entrada
hace alusión a los vínculos referidos hacia un nodo, el grado de salida alude a los vínculos que
los nodos crean” (Olmedo Neri, 2019, p. 123).

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Cuando se conoce el grado de entrada y salida de un nodo es posible identificar la lógica ope-
rativa de la red ya que, por ejemplo, en el caso de @ajplusespanol se realizó una publicación
(grado de salida) durante el periodo analizado que incluyó el hashtag, y el perfil tuvo 7,183
interacciones (grado de entrada) debido al tuit que publicó o por la interacción con los otros
usuarios (que dicha cuenta fuera etiquetada en un tuit con el hashtag, por ejemplo).

Resulta relevante identificar que, a pesar de que estos nodos poseen una mayor cantidad de
vínculos, el grado de intermediación es prácticamente cero, a excepción de @warkentin. Lo
anterior se debe, por un lado, a la autonomía de los indicadores y, por otro, a la propia direc-
cionalidad de los vínculos que posee el nodo.

La direccionalidad adquiere relevancia dado que si todos esos vínculos son de un solo sen-
tido, entonces el flujo de información se verá reducido a un canal unidireccional, donde un
nodo puede ostentarse como un centro de conexión que evita el flujo multidireccional de la
información. Así, el grado de intermediación resulta relevante para conocer cuáles son los no-
dos cuya pluralidad de vínculos los convierten en difusores de la información o hubs (Barabási,
2011).

En la siguiente figura se muestra la red con el nombre de los cinco nodos con mayor grado de
intermediación.

Figura 4. Red #JusticiaParaElizabeth con grado de intermediación

Fuente: elaboración propia con datos de NodeXL y Gephi

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De acuerdo con esta red, es posible identificar que, conforme se establece un atributo o in-
dicador dentro de la estructura reticular, los nodos pueden mantener su posición estratégica
o ser desplazados por otros integrantes de la red. Esto se debe a la propia dinámica reticular
de la red, donde no existe un principio ni un fin, por el contrario, sólo se encuentra delimitada
por sus propios integrantes. Esta estructura sociodigital concuerda con la esfera de Pascal, es
decir, “aquella esfera inteligible, cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ningu-
na” (Peirone, 2012 p.49). A partir de este nuevo posicionamiento, la siguiente tabla muestra los
cinco nodos con mayor grado de intermediación dentro de la red.

Tabla 4. Nodos con mayor grado de intermediación

Grado
Grado de Nivel de Grado de
Nodo Rol de
entrada grado intermediación
salida
nastyfeminasty MCDI 257 3 260 2,257
warkentin Líder de opinión 1,583 2 1,585 1,927
alexandrargz Feminista/política 15 5 20 1,739
soycriszis Activista LGBT 152 5 157 601
yaajmexico Organización LGBT 8 6 14 599
Fuente: elaboración propia con datos de Gephi.

Según el atributo que se analice dentro de la red, los nodos que la integran se reposicionan
estratégicamente, de modo que esta se transforma internamente. Esto muestra que incluso
una red delimitada encierra un conjunto de redes que se manifiestan según los atributos y vín-
culos de los nodos. De esta manera, con el cambio de atributo, en este caso del nivel de grado
al grado de intermediación, se puede observar que solo un nodo (@warkentin) se mantuvo
dentro de los cinco más relevantes.

En este nuevo escenario destaca el caso de un MCDI que está enfocado en generar y difundir
información para el movimiento feminista y LGBT+. Junto con este perfil se encuentran una
feminista, una líder de opinión, un miembro de la comunidad de la diversidad sexual y una
organización LGBT+.

Como se mencionó anteriormente, el grado de intermediación de un nodo se construye por la


cantidad de vínculos que posee y la relevancia en el contenido que transita por estos enlaces.
Estos elementos contribuyen a que el nodo adquiera un atributo ambivalente sobre la difusión
del contenido en la red: puede incrementar el alcance del contenido o restringirlo dependien-
do del interés de dicho nodo.

Así, la intermediación mide las veces que un nodo participa en una ruta para conectar dos no-
dos cualquiera dentro de la red. Bajo este aspecto, la direccionalidad de los vínculos adquiere
relevancia ya que si un nodo posee exclusivamente grados de entrada, difícilmente podrá
participar en más rutas en las que se encuentran dichos vínculos. Con estas premisas, la lógica

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ARTÍCULOS POSGRADO
operativa del grado de intermediación se presenta como la cantidad de veces en las que un nodo participa
en el camino geodésico para que dos nodos cualesquiera en la red puedan conectarse. De esta manera, el
MCDI @nastyfeminasty se ostenta como el nodo con mayor grado de intermediación porque par-
ticipa en 2,257 caminos geodésicos.

Resulta importante el caso de @warkentin dado que no sólo posee una gran cantidad de vín-
culos, sino que su grado de intermediación le permite mantenerse en esta lista. Aquí, la inte-
racción con los nodos y la direccionalidad de los vínculos adquieren relevancia para que se
mantenga en esa posición. En las siguientes figuras se presentan el tuit de @nastyfeminasty y
@warkentin.

Figura 5. Tuit de @nastyfeminasty (19 de junio Figura 6. Tuit de @warkentin (19 de junio de
de 2020) 2020)

Fuente: Feminasty (2020) Fuente: Warkentin (2020)

Como se observa, la red prácticamente adquiere forma desde el 19 de junio de 2020 después
de que se reconoció y difundió el hashtag, junto a los diferentes recursos audiovisuales para
exigir la investigación del transfeminicidio y encontrar a los perpetradores.

Con estos datos y contenidos, se puede confirmar que este hashtag, y por tanto la red que
se ha construido alrededor del mismo, es resultado de un proceso ciudadano en el que se

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aprovecharon los recursos digitales y sus lógicas operativas. Así, se difundió la indignación
provocada por el transfeminicidio de la Dra. Elizabeth Montaño en la Ciudad de México, que
inició con su secuestro y terminó con la identificación de su cuerpo sin vida en el estado de
Morelos, entidad federativa que comparte límites estatales con la capital mexicana.

Por tanto, la red sociodigital generada posee un carácter comunicativo y sentimental: comuni-
cativo en tanto se pretende llegar al mayor número de personas posibles; y sentimental por-
que no expresa una demanda previamente planeada por el movimiento o la ciudadanía, sino
que representa la indignación pragmática ante este transfeminicidio.

5. Conclusión
Las plataformas sociodigitales se han convertido en herramientas que potencian la presencia
de la ciudadanía en la esfera pública y mediática. A través de ellas se puede insertar en la opi-
nión pública temas que difícilmente tomarían relevancia en medios de comunicación masiva
tradicionales. Por ello, estas plataformas se han incorporado no sólo como dispositivos dentro
del repertorio de acción de los movimientos sociales, sino como un campo donde se replica la
lucha por tener el derecho de ser y estar en la sociedad contemporánea.

En este trabajo se ha analizado el caso de la red sociodigital generada alrededor del hashtag
#JusticiaParaElizabeth. Su construcción no emanó de una institución pública o de un medio
de comunicación tradicional, sino que se generó y difundió a partir de la gente simpatizante,
aliada y miembro de la comunidad de la diversidad sexual, particularmente la comunidad
transexual y el movimiento feminista.

Dentro del análisis realizado se ha identificado que entre los nodos más relevantes, tanto en la
estructura como en el flujo de información dentro de la red, se encuentran dos MCDI, una líder
de opinión, una feminista y tres miembros del movimiento LGBT+ (2 miembros individuales y
una Asociación Civil). Esto demuestra que, en este tipo de acciones onlife, quienes difunden y
participan con mayor relevancia son los miembros de la comunidad afectada. Es decir, los que
ostentan la centralidad en la red, no son instituciones ni medios de comunicación tradicionales
sino aquellas personas que participan de manera activa en la construcción de una sociedad
plural, diversa e incluyente, y quienes viven la estigmatización y discriminación en su día a día.

Esta red no nace de una acción planeada, sino que se va constituyendo de forma espontá-
nea como una acción a largo plazo para reconocer y recordar que el caso sigue impune. Así,
mediante el uso de estas plataformas no sólo se difunde el transfeminicidio, sino también se
materializa la indignación provocada como parte de la memoria colectiva del movimiento, el
cual se alberga en estos espacios de comunicación y socialización. De hecho, el uso del has-
htag se ha replicado recientemente en el marco de otro transfeminicidio en Veracruz, donde
#JusticiaParaDenisse se articula con el mismo sentido de indignación ante los crímenes en
contra de la comunidad Transexual. Esto permite entender cómo la construcción sentimental

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ARTÍCULOS POSGRADO
y práctica de este primer hashtag es reapropiado para mantener en la memoria digital de la
comunidad Trans las acciones violentas hacia ellas, mismas que se encuentran ancladas en la
exclusión y violencia que sustentan el estigma hacia estos grupos sociales en las sociedades
contemporáneas.

Finalmente, queda claro que ante la impunidad de estos hechos, parte de la sociedad se or-
ganiza para construir, desde la memoria pública, este tipo de acciones con la finalidad de
recordar que aún se tiene que seguir luchando por un mundo mejor, y denunciar que hechos
como este no deben quedar sin esclarecimiento por parte del Estado, porque, como diría una
de las primeras consignas del movimiento LGBT+ en México, nadie es libre hasta que todos
seamos libres.

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