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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES

(UNIANDES)

ASIGNATURA: CLÍNICA JURÍDICA

CARRERA DE DERECHO

MODALIDAD: Hibrida

NIVEL: 7mo

PARALELO: A

DOCENTE: Dr. Javier Lizcano.

NOMBRE DE LOS ESTUDANTE: Delhani Fante, Johanna Chachalo, Damián


Hidalgo, Darío Morales.

IBARRA- ECUADOR

Mayo- septiembre 2022


CLÍNICA JURÍDICA

La educación jurídica clínica, como modelo de


formación en Derecho, se basa ineludiblemente en la
conexión entre realidad social y jurídica, su paternidad
se atribuye a Jerome Frank, quien en 1933 expuso la
necesidad de copiar de las Facultades de Medicina una
enseñanza del Derecho práctica y real con un positivo
impacto real en la sociedad, como sucedía con los dispensarios médicos universitarios.

Desde una perspectiva finalista, el objeto principal de las Clínicas es el acceso de los
estudiantes de Derecho a la práctica, de esta manera, refuerzan sus enseñanzas teóricas y
adquieren capacidades profesionales para la práctica litigiosa, la negociación, la técnica

legislativa, incluso para la defensa de intereses representativos de un sector, como es el caso

actual, en concreto, la Economía Social, todo ello bajo la supervisión de profesores que
simultanean esta tarea con su actividad docente e investigadora.

Aproximación al método clínico en el marco de las Ciencias Jurídicas El método


Clínico nace en el marco de los estudios universitarios de Medicina como un instrumento
docente eminentemente práctico, dirigido a diagnosticar una enfermedad y determinar el
tratamiento del enfermo mediante un conjunto de pasos entre los que la observación directa
del paciente constituye una pieza clave.

Ventajas:

Según Sánchez (2005) manifiestas que:

En cuanto el instrumento docente dirigido a proporcionar al alumno el aprendizaje


y la experimentación necesaria para el ejercicio de la actividad profesional, la clínica
jurídica proporciona una serie de ventajas sobre otros métodos de enseñanza que
conviene ahora destacar(p,43).
a) El conocimiento de la vida jurídica y de sus conflictos, que no pueden lograrse por
ningún otro medio fuera de la observación, que aquí corresponde directamente al
estudiante conducido por el maestro, pero no reemplazado. Una metodología
conectada con el caso, asumido en exclusiva por las Escuelas de Negocios, pero con
otra aproximación, en la que el profesor acompaña, pero no filtra las preguntas que
surgen del caso. Y el alumno aprende haciendo.
b) La consolidación de los conocimientos teóricos, sea porque la realidad proporciona
elementos indispensables para su comprensión, sea porque la aplicación de estos a un
caso real los graba con más fuerza en la memoria que su simple lectura.
c) La comprensión del Derecho como un concepto integral, que difícilmente puede
llegar a perfeccionarse cuando su estudio se afronta a través de la división —por otra
parte, necesaria de sus distintos aspectos en compartimentos prácticamente estancos.
d) La formación la inteligencia y carácter del alumno con relación al ambiente donde
pretende desarrollar sus competencias jurídicas.
e) La ética profesional, el lenguaje del derecho, el estilo propio de los escritos y
sentencias y por fin la práctica forense tiene su natural cabida en nuestro laboratorio
y permiten salvar una deficiencia de los programas actuales;
f) La valoración de la utilidad de sus conocimientos de acuerdo con las tendencias
jurisprudenciales imperantes en la aplicación de la teoría al caso concreto o con las
formas de actuar de otros órganos relevantes en el campo de la realidad socio-jurídica
en la que pretenda hacer valer los mismos.
g) El beneficio social que se deriva de la mejor aptitud de los egresados de las
Facultades. La puesta en práctica de un instrumento docente tan particular exige la
creación de estructuras diferentes a las que tradicionalmente se han ocupado de la
formación fijada en los planes de estudio de las distintas titulaciones universitarias, y
que pongan al alumno en contacto con
h) los problemas que afectan a la comunidad.

En las Clínicas Jurídicas hay un componente esencial a nivel social, sin que el que no es
posible que exista la Clínica Jurídica. Estas solo tienen sentido para ser creadas y
desarrolladas si la sociedad se beneficia de forma directa del trabajo que los propios alumnos
realizan al tiempo que aprenden en ella.
La enseñanza Clínica Como Recurso de Aprendizaje Jurídico

Las clínicas jurídicas nacieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en
las Facultades de Derecho de Estados Unidos en base a unos programas deasistencia legal
donde los estudiantes de las facultades de Derecho trabajabancomo voluntarios.

La propuesta de este modelo educativo basado,fundamentalmente, en la


práctica y en la conexión con la realidad social, seatribuye al jurista norteamericano Jerome
Frank, quien en un famoso artículocriticó el mundo académico de Norteamérica en
los años treinta del siglopasado, al estar basado en la exposición de casos.

Resulta comúnmente admitido entender la


educación jurídica clínica también desde la proyección de
sus actuaciones, se aporta, ante todo, una visión práctica y
real del Derecho al estudiantado.

El método clínico radica en su orientación


eminentemente práctica y consiste en que los estudiantes
aprenden haciendo, lo que permite que aprendan más y que
aprendan mejor. Los estudiantes, aprenden el Derecho en
profundidad y en su integridad, al estudiarlo desde los problemas que plantea su aplicación.

El método clínico promueve, además, la adquisición de habilidades y destrezas,


capacidades y competencias, generales y específicas, que son esenciales para el desarrollo de
la profesión jurídica.

En concreto, es imperativo de una enseñanza que combine los referentes teóricos y la


solución práctica de situaciones fácticas que el estudiante debe enfrentar como problemas
profesionales, ha sido reconocido por los estudiosos de las ciencias médicas, potenciando la
aplicación del método clínico.
La enseñanza clínica del Derecho emerge dentro del actual panorama educativo,
como uno de los temas de total importancia para formar a los nuevos abogados que
demanda la actual sociedad, no solo supone un cambio de método, si no de la
concepción misma del proceso de enseñanza aprendizaje, de los roles importantes
que juegan el docente y el alumno, de la responsabilidad de las universidades como
centros formativos. (Vásquez, 2018, p. 18)

El método clínico, se enfrenta y confronta con diversos aspectos de la enseñanza


tradicional, desde la concepción que del Derecho se tiene, hasta las habilidades y
competencia que desean desarrollar en los alumnos.

Esta visión metodológica superadora de la enseñanza tradicional, cobra importancia


dentro del foro educativo nacional, a raíz de la implementación del programa de la
Licenciatura en Derecho del Centro de Investigación y Docencia Económica, que tiene como
principal peculiaridad la aplicación de una enseñanza clínica del Derecho.

En definitiva, la experiencia del abogado en su estudio con clientes y ellos tribunales


con jueces y jurados consistía en lo material impropio para el profesor y sus estudiantes
quienes debían, insistió, cerrar los ojos a esa información.

Debía solo abocarse a lo que se podía descubrir en la biblioteca, de este modo se


expreso acerca de la esencia de su filosofía de enseñanza: Primero, el derecho es una
ciencia; segundo, todos los materiales necesarios para desarrollar esta ciencia se
encuentran en los libros. (Langdell, 2012, p. 23)

Es importante destacar que estas clínicas comenzaron como parte de un movimiento social,
donde los profesores querían usar el Derecho como un instrumento de cambio social y
representar a personas de bajos recursos.

Durante el proceso de formación de juristas se aboga por que los estudiantes reciban
una docencia legible, competente, conexa y ajustada a las motivaciones y necesidades que le
exige la formación universitaria. Una mirada al proceso de enseñanza-aprendizaje de las
Ciencias Jurídicas, en especial las Penales y Criminológicas, revela que la selección de
métodos no es adecuada para propiciar un aprendizaje que revista significatividad para el
estudiante.

En definitiva, la sociedad contemporánea, desde su compleja y creciente red de


relaciones socio- económicas y científico-técnicas, demanda de la Universidad la formación
de profesionales dotados de un alto compromiso social y con niveles de suficiencia tales que
el egresado pueda transformar e impactar con pertinencia la realidad que lo rodea.

Se ha convertido en una necesidad, la búsqueda de métodos de estudio que garanticen


la revisión de mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, si tenemos
presente que cada minuto que pasa surgen miles de publicaciones con resultados
científicos nuevos y muchos que hasta ese momento eran lo más actual pasan a ser
obsoletos, por lo que se desprende que el estudiante de la Educación Superior, debe
y tiene que dominar, estilos, métodos de estudio, planificación del tiempo y tener
claro los motivos por los cuales estudia una profesión determinada, que en ocasiones
es un elemento de peso. (Witker, 2016, p. 23)

Si la Universidad se convierte en un ente activo, significa que reconoce al proceso


de enseñanza-aprendizaje como vehículo que, sustentado en métodos científicos coherentes,
formará profesionales más creativos y dispuestos a innovar.

La dimensión desarrolladora determina, por ende, el imprescindible nexo entre lo


instructivo-educativo con lo laboral. Es la vía fundamental para que el estudiante se ponga
en contacto con el objeto de su profesión, lo conozca, interactúe con él, desde sus aspectos
más simples hasta los más complejos durante todo el ciclo de formación y logre el nexo
indispensable con los modos de actuación, su esencia es el vínculo del estudio con el trabajo.

En este sentido hay que tener en cuenta que los alumnos se encargarán de prestar un
servicio social y que van a conocer de una manera muy directa acerca de las necesidades del
país en el que se encuentran y de la realidad.

Actualmente, en una situación muy delicada por la crisis económica, que ha


provocado situaciones de necesidad en gran par de la ciudadanía, es necesario el esfuerzo de
todos los ciudadanos, de diferentes ámbitos y profesiones. Lógicamente, los profesionales
del Derecho no pueden estar ajenos a estas circunstancias, por lo que se trata de un valor que
debe ser fomentado por las Clínicas Jurídicas entre sus alumnos. Esto debe formar parte de
su formación ética y moral.

Enseñanza Clínica
La enseñanza clínica intenta desarrollar en los alumnos habilidades y destrezas
argumentativas y analíticas de entrevista al cliente, asesoría, interrogatorios, estrategias de
litigio, de acuerdo con Robison, las facultades de Derecho enfrentan los problemas generales
de la enseñanza superior, claro esta que es;

Es un modelo transformador de la enseñanza tradicional del derecho que busca crear


estudiantes con capacidades analíticas, críticas e innovadoras mediante el uso de casos reales
en la clase. Son dos los objetivos principales: educar al estudiante al mostrarle cómo puede
utilizar algunas herramientas adecuadas para su desarrollo profesional y otorgar servicios
legales a personas de recursos materiales escasos, contribuyendo con ello al desarrollo del
Estado democrático de derecho. (2016, p. 77)

Conclusión

El modelo de enseñanza basado en


las Clínicas Jurídicas debe ser distinguido
por sus propios fines, no solo por abrir
espacios de discusión, investigación y
reflexión, sino porque, además, propone
una redefinición a la metodología clásica de
enseñanza del derecho y de los consultorios
jurídicos establecidos en esas facultades.
Igualmente se resalta la función como espacios académicos trascendentales de la universidad
para la sociedad generando resultados de impacto social y científico.
Referencias Bibliográficas

Castellanos, D. Aprender y enseñar en la escuela. La Habana: Pueblo y Educación; 2005.

Molina Saldarriaga, César A. Fundamentos teóricos y metodológicos del método clínico de


enseñanza, en revista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Medellín, Colombia.
[Internet]. 2016; [citado 10 Mar 2016]; 38(108):187- 213 y 195. Recuperado
de: https://revistas.upb.edu.co/index.php/derecho/article/view/608

Langdell, C. C. (2012). Concretamente las Concepciones del Derecho. New Boston: Legal Classics
Library.

Vásquez, J. E. (2018). Fundamentos para la creación de una Clínica Jurídica como enseñanza
práctica del Derecho. Buenos Aires: Clínica Jurídica.

Witker, J. (2016). La enseñanza clínica como recurso de aprendizaje. Chicago: Columbus.

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