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ÉTICA Y HABILIDADES DIRECTIVAS EN EL SECTOR PÚBLICO

tengan, con la experiencia respecto a las tareas y la actitud que presentan para
aceptar mayores responsabilidades.

Los estudios, formación y experiencia son elementos que determinan la madurez


o disposición de las personas y, por tanto, el estilo más adecuado para aplicar en
la tarea. Los objetivos y conocimientos de los colaboradores son importantes para
determinar el estilo de liderazgo situacional a aplicar. Veamos:

 Estilo 1 (S1). Se caracteriza por un comportamiento de tarea por encima


del promedio, y un comportamiento de relación por debajo. Se le conoce
como estilo directivo, y se aplica cuando las personas son nuevas y
requieren conocer el puesto, para lo cual el directivo se enfoca en la
transmisión de los conocimientos requeridos para el desempeño del
puesto. El enfoque busca que las personas aprendan lo que se requiere lo
más pronto posible.

 Estilo 2 (S2). Se reconoce porque ambos comportamientos están por


encima del promedio. Se le
conoce como estilo de
persuasión, y se aplica
para perfeccionar los
conocimientos y habilidades
de las personas a cargo,
dado que ya conocen el
trabajo a realizar; estas
personas, producto de la
relación que mantienen,
también se van conociendo
más entre ellos, y pueden ir
forjando mayor confianza.

 Estilo 3 (S3). Este estilo se caracteriza por un comportamiento de


relación por arriba del promedio, mientras que el comportamiento de tarea
se encuentra por debajo. Se le conoce como estilo de apoyo o
participación; se aplica cuando la persona ya está preparada en lo
necesario; las decisiones son tomadas en forma conjunta, el refuerzo y
apoyo para tal cometido constituyen comportamientos destacados del
líder.

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 Estilo 4 (S4). Este estilo se configura cuando el comportamiento de


relación, como el de tarea, se encuentran por debajo del promedio. Se le
conoce como estilo delegador, y se aplica cuando la persona ya se
encuentra con la experiencia suficiente para tomar sus propias decisiones
y se le deja actuar con mayor libertad.

FIGURA 1. ESTILO DE LIDERAZGO

Alta
Conducta de relación

Baja
Baja Conducta de tarea Alta

Fuente: Adaptado de HERSEY, Paul; BLANCHARD, Kenneth H. & JOHNSON, Dewey E. Administración del
comportamiento organizacional – Liderazgo situacional.

Independientemente del líder, también es necesario considerar a los


colaboradores; según Paul Hersey, Kenneth H. Blanchard y Dewey Johson, el
líder debe empezar por determinar los resultados concretos de las tareas y
actividades que los seguidores deben lograr, ya sea como individuos o como
grupo. Sin determinar resultados, objetivos, tareas parciales, entregables, al líder
le faltará la base para determinar la preparación de los seguidores o el estilo de
liderazgo para ese nivel de preparación del colaborador.

En tal sentido, los dos principales componentes de la preparación del colaborador


son su capacidad y su disposición:

 Su capacidad comprende el conocimiento, habilidades y experiencia que


la persona o el grupo aporta a determinada tarea o actividad.
 Su disposición es el grado en que el individuo o el grupo muestra la
confianza, compromiso y motivación para llevar a cabo las tareas.

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Sobre la base de lo expuesto, podemos obtener los diferentes grados de


preparación del colaborador y cómo se relacionan (R) con cada una de las
conductas de un directivo:

 Cuando el estilo es directivo (S1), el colaborador se sentirá incapaz,


indispuesto o inseguro (R1), producto de que recién está por aprender las
tareas.
 Cuando el estilo es de persuasión (S2), el colaborador se sentirá más
capaz, pero requiriendo todavía acompañamiento, además de dispuesto y
confiado (R2), producto del apoyo de su jefe.
 Cuando el estilo es de apoyo o participación (S3), el colaborador se
sentirá capaz, pero posiblemente inseguro (R3), producto que ya
aprendió, pero se le está dejando con libertad a la cual probablemente no
está acostumbrado, aunque solo es cuestión de tiempo que desarrolle
confianza.
 Cuando el estilo es delegador (S4), el colaborador se sentirá capaz y
confiado (R4), producto de que ya puede contar con las capacidades y
libertades necesarias para hacer las cosas por sí mismo.

Aquí se puede apreciar la necesidad de ir llevando a las personas de a pocos,


hasta que se sientan seguras, y puedan realizar sus tareas de manera adecuada.
Veamos algunos indicadores al respecto:

 Nivel de relación 1: incapaz, indispuesto o inseguro

 No realiza la tarea al nivel aceptable.


 La tarea lo intimida.
 No tiene claras las directivas.
 Vacila, duda.
 No termina las tareas.
 Hace preguntas acerca de las tareas.
 Evita las tareas.
 Está a la defensiva o incómodo.

 Nivel de relación 2: incapaz, dispuesto o confiado

 Ansioso.
 Interesado y sensible.
 Demuestra una capacidad moderada.
 Receptivo a la información.
 Atento.

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