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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


VICEMINISTERIO DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD MILITAR BOLIVARIANA
CENTRO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO TÁCTICOS, TÉCNICOS Y LOGÍSTICOS
ESCUELA DE ESTUDIOS DE ORDEN INTERNO
UNIDAD DE INVESTIGACIÓN

“Materia: Comprensión de la Realidad Nacional


Resumen
Parte VII del libro: Salir de la Colonia del Profesor Vladimir Acosta.

INSTRUCTOR:
Jorge Berrueta Simancas

ESPECIALIZACIÓN:
Operaciones Contra el Tráfico de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas.

Caracas, Mayo del 2022


Lo que pervive de estos Cinco Siglos de Coloniaje. algunas propuestas
relativas al Tema Central de Salir de la Colonia

En la colonia las clases o grupos sociales estaban muy divididos,


lamentablemente no se respetaban los derechos de las clases bajas, estaban los
negros que eran traídos como esclavos desde África y en condiciones inhumanas,
muchos morían durante el viaje en barco. Luego aquí eran vendidos en el
mercado para realizar diversas tareas.

La ruptura con la colonia fue principalmente política y militar, un sistema


que nos formó como sociedad y nos dejó modelos económicos que no han podido
ser superados. En Venezuela, la colonización fue absoluta; nos dejó una
mentalidad de colonizados, propia de la clase dominante “élite criolla” que
manifestaba un culto a la piel blanca. Nos impusieron la religión cristiana y
destruyeron nuestras culturas indígenas.

La mentalidad colonial o colonialismo mental se refiere a una noción cultural


de inferioridad considerada a veces entre poblaciones subyugadas y colonizadas
previamente por entidades extranjeras. Esto, aunque inicialmente no nos suene
familiar, lamentablemente es la realidad que las grandes elites mundiales han
creado con la intención de apoderarse de los países, tras la creación de un estado
de dependencia total, producto del modelo económico.

Difundir por todos los medios a su alcance esa mentalidad e imponérsela al


resto de las clases sociales era y es una herramienta de pensamiento que los
europeos y los españoles, se dieron a sí mismos para justificar la imposición de su
cultura o su religión a los territorios conquistados. La inefable clase media,
colonizada hasta la médula y orgullosa de serlo, era la primera en compartirla y en
hacerla suya. Los sectores empobrecidos de nuestros pueblos, también eran
manipulados por esa perversa ideología de inferioridad, la cual era reforzada a
diario en su rutina cotidiana, familia, escuela, religión y medios.

En un mundo en el que la religión y lo moral lo arbitraba todo, era necesario


poder revestir de moralidad la esclavitud y la conquista en la idea básica que
Vladimir Acosta plasma en este libro, que es demostrar con mucho detalle y con
muchos hechos históricos, las intenciones de países como los Estados Unidos,
quienes se propone mantener esa colonización en América Latina, capturando la
mente y los corazones de los países que necesitan dominar.

Al igual que ahora, parte de esa dominación la ejecutaba a través del


control del comercio mundial, factor principal para mover sus ejércitos y descubrir
nuevas rutas y fuentes de ingresos. Bajo la falsa idea de que exportaban
modernidad a las colonias que conquistaban. Creando la ideología que todo lo
extranjero, procedente de los países ricos y desarrollados es mejor que lo nuestro.

Los colonizadores crearon una dependencia poderosa de América Latina


hacia los europeos, obteniendo así el máximo poder y control, y como
consecuencia del colonialismo está el desequilibro en cuanto a los aspectos
económicos, políticos, sociales, culturales y una muy fuerte en cuanto a la
identidad.

Para contrarrestar esa mentalidad que arrastramos del pasado, debemos


ser capaces de luchar sin miedo y enfrentar todos los temores que tengamos para
poder liberarnos del sometimiento imperial; hay que defendernos y defender lo que
es nuestro y nuestros derechos para poder fortalecernos como nación y no
dejarnos caer ni vencer. Debemos cambiar esa mentalidad de que somos
inferiores por un hecho del pasado, hay que superarnos y enfrentar con fuerza a
aquellos que nos quieren destruir, desvalorizar y subestimar.

La colonización de América tenía, en la esfera ideológica, tenía una misión


evangelizadora: cristianizar heroicamente el mundo, por conversión o por miedo,
realidad que aún se vive en el mundo. Y ejemplo de ello es la arbitraria aplicación
de la “Doctrina Monroe”.

Durante las últimas décadas y su aplicación hasta nuestros días, ha tenido


un propósito claro, el expansionismo de EEUU en América, con la única diferencia
que esta guerra no convencional va dirigida a apoderarse de las mentes y los
corazones tras venderse como un país incomparablemente excepcional que lo
hace superior y único.

Por un lado, nos ocultan su miseria y sus crímenes, y por el otro, nos
imponen su lenguaje, su música, sus modas, sus histerias, su embellecido
macartismo político y religioso, su insaciable violencia, y su acendrado e
irreductible racismo. Esta es la nueva forma de colonizar que se alimenta de la
vieja, y nos mantiene sometidos utilizando para ello todo su descomunal poder
mediático.

En este sentido, el proceso histórico de la política venezolana ha llegado a


un punto álgido y los acontecimientos así lo manifiestan; al igual que en la época
de la Guerra Federal por un lado tenemos a un sector de la oligarquía rancia con
sus aliados mercenarios de la cuarta republicana y con apoyo mediático e
internacional, y por el otro lado a una gran mayoría de ciudadanos venezolanos y
extranjeros que han despertado a los cambios que vivimos en nuestro pais.

En la actualidad se pueden observar muchos tipos de colonialismo,


comenzando por el racismo y la discriminación por parte de aquellos que se
sienten más y que hacen sentir a los otros como menos, son aquellas personas
que necesitan tener un dominio sobre otras para sentirse mejor, para estar bien.
Este pensamiento colonialista, dominante y completamente discriminatorio, es el
que no nos deja progresar no solo como país sino como personas, este
pensamiento es el que nos estanca muchas veces y no nos deja obtener una
libertad plena

Si queremos ser países soberanos e independientes, debemos vencer ese


sentimiento de colonizados y luchar por lo nuestro y por los nuestros, armando al
pueblo con conciencia nacionalista, adentrándonos a la dinámica del progreso, a
deslastrarnos de todo un falso concepto de democracia que en vez de lograr un
mejor estilo de vida; nos aprisionó, nos dividió, nos paralizó por décadas bajo el
manto cómplice de la religión; en este caso el catolicismo español.
Venezuela se ha enrumbado hacia otro destino; tenemos hoy un pueblo con
mayor conciencia política, organizativa y con participación directa en la lucha
contra las hegemonías imperiales que intentan imponerse. Esto es muy importante
porque a mayor conciencia política, mayores avances en la revolución.

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