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Primer Año Profa.

Valeria Vega
Idioma Español

Cuando la información se recupera en el texto, si es cohesiva , se le da el nombre de endófora. Esta


puede ser de dos tipos: anáfora o catáfora.
● La anáfora se da cuando existen elementos presupuestos que se resuelven en la oración
anterior.
Ejemplo: El hombre enfermo aceptó, y se fue a vivir al monte, lejos, más lejos que Misiones todavía.
Hacía allá mucho calor, y eso le hacía bien. Vivía solo en el bosque, y él mismo se cocinaba.
Horacio Quiroga, Cuentos de la selva.

El pronombre (él) es la referencia anafórica de “el hombre enfermo”.

● La catáfora se da cuando la presuposición opera en la dirección opuesta a la anáfora, es


decir, hacia adelante.

Ejemplo: Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: “Se acabó la escritura. La


literatura está condenada a morir. De ahora en adelante solo existirá la cultura del ruido y de la
imagen”.

.Mario Benedetti, El ruido y la imagen.

En este caso, el pronombre “lo” refiere catafóricamente a lo que se dice luego sobre la escritura y la
literatura.

Anáfora y catáfora generalmente se dan con pronombres personales, demostrativos, y posesivos.

Elipsis:
Es una forma especial de sustitución en la que el sustituto es cero. Hay elipsis cuando algo que es
estructuralmente necesario no se dice (falta de completud estructural). La elipsis alivia a un texto de
redundancia.
También la elipsis, al igual que la sustitución puede ser nominal o verbal. Hay elipsis nominal
cuando, bajo ciertas circunstancias, el nombre común puede ser omitido.
Ejemplo:
María aprobó todos los exámenes que rindió.
Juan aprobó solo tres (en este caso el grupo nominal se elide).

Elipsis verbal cuando el lugar que corresponde a una forma verbal, sola o acompañada de todos o
alguno de sus adyacentes está vació por presuponerse en el contexto verbal.

Ejemplo: ¿Estuviste nadando? Sí estuve (nadando)


¿Qué estuviste haciendo? (estuve) nadando.

Actividad:
Reconoce los elementos cohesivos presentes en el siguiente fragmento:

Esa noche el entrenador me presentó al patrón, resultaba que eran amigos, cuando me dijo el
nombre casi me agarro de las sogas, apenas lo vi que me miraba yo pensé: “vino para verme pelear”,
y cuando el entrenador me lo presentó me quería morir.
Cortázar, Torito.

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