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(Sale LIBIO)
LIDORO ¿Libio?
LIBIO ¿Señor?
Jornada I
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LIDORO Notable es mi alegría variedad, ya se canta y ya se llora.
viéndote vivo.
LIBIO ¿A dónde no se llora y no se canta?
LIBIO Cuál será la mía. Bien que a mí más me espanta
aquesta voz que dice...
LIDORO En fin, solos los dos hemos salido
a tierra. AQUILES ¡Ay mísero de mí!, ¡ay infelice!
MÚSICOS Venid, venid zagales, LIDORO Cuando festivos otros dicen graves...
al templo divino de Venus y Marte.
MÚSICOS Venid, venid zagales,
LIDORO Bien que este no es desierto juzgo agora; al templo divino de Venus y Marte.
República es entera, pues con tanta
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(Sale EL REY, ULISES, DEYDAMIA y LIDORO Sigámoslos, que ya no hay que temamos
ACOMPAÑAMIENTO) rigores, ni crueldades,
pues entre ellos deidades admiramos,
EL REY Esa eminencia que tan alta sube, y es fuerza ser piadosas las deidades.
que empieza en monte y se remata en nube, Dónde estamos sabremos,
asiento es peregrino y cúya fue la voz cuyos extremos
del templo que buscamos. nos asombró diciendo antes.
AQUILES Gran autor debe de ser AQUILES ¿Por qué con tal ligereza
el que con eterna palma huyó de la vista mía?
a cada cuerpo da un alma, Aunque si digo verdad,
y una vida a cada ser; no me hace ella soledad
¿quién eres tú? si tú me haces compañía.
LIBIO Un lobo que dio en la trampa. LIBIO O todas mis ciencias faltan,
o esa pasión es amor.
AQUILES ¿Quién eres?
AQUILES Luego, después de mirarla,
LIBIO Iré a saberlo; ¿otra más fuerte pasión,
ya vuelvo. hija de aquella, hay contraria?
¿Cómo se llama?
AQUILES ¿De qué te espantas?
LIBIO ¿Qué habías
LIBIO De poco, pues es de ti. visto?
AQUILES ¿Dónde pueden ir mis ansias, AQUILES ¡Ay de quien, vivo, sepulcro
cercado de tantos? esconde sin esperanzas
de que nunca ha de volver
(Sale EL REY) a ver el sol de Deidamia!
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(Vuelve a abrirse el peñasco y vese en él a
EL REY ¡Qué prodigio! AQUILES y TETIS luchando, y con los primeros
versos salen al tablado y el peñasco se cierra)
LIDORO ¡Qué portento!
AQUILES ¿Esta es piedad?
DANTEO ¡Qué maravilla!
TETIS Sí.
ULISES ¡Qué ansia!
AQUILES Pues no
DEIDAMIA Pues el centro de la tierra, quiero admitirla.
para escondérnosle, rasga
sus duros senos, ¿quién duda TETIS ¿Qué intentas?
que oculta deidad le ampara?
AQUILES Arrojarme despechado,
EL REY Si contra oculta deidad desde esa más alta peña
humano poder no basta, al mar, a donde mi vida,
desamparemos el monte. desesperada y resuelta,
de un sepulcro a otro sepulcro
DANTEO Al mar. pase de una vez, y tengan
fin tantas ansias.
LIDORO Al golfo.
TETIS Advierte.
TODOS A la playa.
AQUILES Es en vano.
ULISES Aunque todos huyan, yo
quedaré donde dé trazas TETIS Considera.
opuestas, deidad, de hallarle
donde quiera que le guardas. AQUILES No es posible.
TETIS Mira.
AQUILES ¿Qué
hay que mire?, ¿qué hay que advierta?,
¿qué hay que considere, cuando
sujeto a tirana fuerza,
segunda vez solicitas
reducirme a más estrecha
prisión que la que echó a mal
los años de mi edad tierna?
Cuando pensé que el abrirse
en duras bocas la tierra,
amparándome de tantos
como me sitiaron, fuera
para mi seguridad,
¿vuelve a ser para mi afrenta?
Pues no, no ha de ser, que ya
es tarde para obediencias.
Antes que viera del sol
Jornada II las luces, antes que viera
de los cielos la armonía,
de los montes la soberbia,
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de las flores la hermosura, TETIS Suspende la voz y piensa.
de las aves la belleza,
y la inquietud de los mares, AQUILES Ya te he dicho que es en vano,
ya toleraba mi estrella si ya no es que me convenza
en la fe de la ignorancia superior razón; y así,
el voto de la paciencia. mientras la causa no sepa
Pero después que los vi, que te obliga a que me ocultes
y vi que juraba reina quién eres, y soy, y mientras
de la hermosura a Deidamia no volviere a ver el cielo
toda la naturaleza: de aquella deidad, aquella
¿cómo quieres que otra vez sin quien ya será imposible,
sin ellos viva, y sin ella, que alivio mis ansias tengan,
y me consuele de hallarla, no ha de volver a domarme
tan solo para perderla? el yugo de tu obediencia.
Y así, pïadosa, cruel,
que me amparas y me fuerzas, TETIS ¿Tanto una beldad te arrastra?
que me crías y me afliges,
me halagas y me atormentas, AQUILES Tanto que seguirla es fuerza.
perdóneme tu respeto,
que aunque obedecerte quiera, TETIS ¿No hay olvido?
mi voluntad, mi pasión,
no quiere que te obedezca. AQUILES No sé dél.
Yo he de seguir de Deidamia
la luz, aunque la defiendan TETIS ¿No hay cordura?
los hados, o he de quitarme
la vida, porque no tenga AQUILES No sé della.
a pesar de mi valor
aqueste triunfo su ausencia. TETIS ¿No hay albedrío?
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TETIS Que sepas tú tu peligro, la campaña discurría,
y yo poner medio sepa cuando viendo mi belleza
con que tú a Deidamia asistas, (para desdichas, no es
y yo seguro te tenga. vanidad que la encarezca)
solicitó mis favores,
AQUILES Pues, ¿qué aguardas? y advirtiendo cuánto era
imposible a su deseo
TETIS Temo que ingrata mi resistencia,
no verosímil parezca. dispuso... Pero permite
que aquí, turbada la lengua,
AQUILES Al amor todo le es fácil. la retórica dispense
con el semblante, pues ella
TETIS ¿Si es terrible? menos dirá con la voz
que él dice con la vergüenza.
AQUILES No le temas. Basta pues, ¡ay infelice!,
que embrión de una violencia
TETIS ¿Si es temerario? fuiste, porque no te quejes
de mí, sino de tu estrella,
AQUILES ¿Qué obsta? pues eres tan desdichado,
que cuando todos se precian
TETIS ¿Si es extraño? que nacieron de un amor,
naciste tú de una fuerza.
AQUILES Que lo sea Yo ofendida, yo quejosa,
porque nunca se supiera
TETIS ¿Y si acaso... que tuvo logro su injuria,
ni que dio fruto mi afrenta,
AQUILES Di. a él le di muerte y la isla
quemé, no dejando en ella
TETIS ...peligra racional testigo en quien
en términos de dolencia? no sepultase mi ofensa
sin reservar, no mi ira,
AQUILES ¿Qué importara, si es mi vida sino superior clemencia,
fábula, que lo parezca? más que ese templo, que Marte
¿De qué manera si, pues, sobre sus cumbres conserva.
ha de ser? Entre este horror, este asombro,
este pasmo, esta inclemencia,
TETIS Desta manera. lidiando mi pecho al verte
Yo soy, prodigioso Aquiles, el rencor con la terneza
ya que declararme es fuerza, y que culpas de malicia
Tetis, hija de Neptuno, iba a pagar la inocencia,
primer deidad de su esfera. te crïe con el secreto
Algunas tardes, que el mayo que, encomendado a las peñas,
en su hermosa primavera creciste a merced de solas
conchas me ferió y corales silvestres frutas y yerbas.
a claveles y azucenas, Viendo, pues, tu prodigioso
con otras ninfas del mar nacimiento, quise atenta
discurría la ribera al discurso de tu vida
deste monte, coronada leerle en las doradas letras
de aljófares y de perlas. de ese volumen, usando
Peleo, príncipe altivo de la no adquirida ciencia,
de la isla, tras las fieras sino heredada, bien como
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deidad de mares y selvas. Astrea, de Deydamia prima,
Y hallé que al tercero lustro a quien en su infancia tierna
te amenaza la más fiera llevó al gobierno de Acaya
lid, la más dura batalla, su padre, muriendo en ella,
la campaña más sangrienta llamada fue de Deydamia,
de cuantos en sus teatros a que en sus palacios tenga
la fortuna representa. las dignidades de dama
Conque al ver por una parte con los honores de deuda.
que a mi decoro es decencia Embarcose pues, y al fiero
tenerte oculto, y por otra temporal de una tormenta
que a tu vida es conveniencia, dio al través, siendo la nave
quise, añadiendo razón su tumba, la quilla vuelta.
a razón y fuerza a fuerza, Con que yo agora, valida
que no salieses al mundo de la blanda primavera
hasta que mi diligencia, de tu edad, apadrinada
haciendo que la fatal crisis de tu divina belleza,
de la amenaza trascienda, en fe de que nadie puede
quebrase al hado los ojos. en Egnido conocerla,
Mas, ¡ay de mí!, ¡cuánto yerra puesto que de infante a joven
quien al poder de los dioses dan las facciones mil vueltas,
previene hacer resistencia! solicito, como dije,
Marte lo diga, pues viendo que el mundo en tu historia vea
que al ceño de sus violencias la más extraña que el tiempo
contigo el horror anima, repite en plumas y lenguas;
contigo el estrago alienta, pues como tú, Aquiles, tomes
en su oráculo ha mandado el traje y nombre de Astrea,
que en los centros de estas quiebras y yo bajel y familia
te busquen, porque tú solo y demás faustos prevenga,
importas en esta guerra, no dudo que, como el reo
tanto que sin ti no puede que delincuente se alberga
acabarla toda Grecia. a la sombra del cadahalso
Y dígalo Venus, pues donde nadie le sospecha,
siendo en el robo de Elena te ampares tú en tu peligro
cómplice, como soborno de ti, maginando señas
que fue de la competencia de que allí puedan buscarte
de Paris, con los estruendos ni el amor que te atormenta,
de agua, fuego, viento y tierra, ni el hado que te amenaza,
el oráculo impidió, ni oráculo que te arriesga,
dejando en su nombre y señas en cuyo disfraz tú agora
declarada la noticia discurre, imagina y piensa
y dudosa la certeza. cuál viene a estarte mejor:
Y siendo así que tu hado que de ti tu influjo sepan
y su oráculo convengan o estar sirviendo a tu dama.
a tiempo que tú vencido Y cuando no te convenzan
te ves de pasión tan ciega tres razones tan precisas,
que el retirarte a que vivas pensar será la más cuerda,
es retirarte a que mueras, que esto no ha de durar más
¿qué mucho que yo al delirio que solo hasta que trascienda
de una imaginada idea el punto que te amenaza,
procure hacer tiempo que hado, que ya se divisa cerca:
amor y oráculo venzas? y una vez pasado, yo
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seré, Aquiles, la primera TODAS Pues sabes que estamos
que de la rascada brida siempre a tu obediencia.
el tiento te dé en la rienda,
la noticia en el estribo, TETIS Que con los más sumptüosos
y en él borren la firmeza; adornos, joyas y telas,
que el blando acero te ciña, que en los archivos del mar
el limpio arnés te prevenga, la hidrópica sed encierra,
el duro yelmo te enlace, a aqueste bruto diamante
el fuerte escudo te ofrezca, pulir tratéis de manera,
para que glorioso vivas. que el que fue asombro de horror,
Mas deja hasta entonces, deja, pase a serlo de belleza,
que averigüemos al cielo cuando mujeriles pompas,
si tiene el ingenio fuerzas, tanto su forma desmientan,
contra el poder de sus hados que sea monstruo en los jardines
y influjo de sus estrellas. el que fue monstruo en las selvas.
LIDORO Con tal favor, que me atreva DANTEO Calla, que el Rey ha llegado.
a más que pensé, será
dicha, no jactancia. (Sale EL REY y gente)
EL REY Ya, Ulises, que la ocasión DEIDAMIA Las mías son más seguras,
de que esta obligación cumpla, que como lágrimas son,
cortó la plática nuestra, están más promptas.
a ella volvamos: no una
vez sola, pero mil veces LIDORO Fortuna,
doy a las deidades sumas, cuando el Rey se alegra, ¿ella
palabra de que en el día se entristece y se disgusta?
que el cielo a Aquiles descubra
daré contra Troya a Grecia DANTEO Si ese bajel es de Epiro,
todo mi favor y ayuda. verás cuán presto se muda
la tristeza en alegría.
AQUILES ¡Válgame Dios! ¿Tanto importa
que el cielo mis hados cumpla? LIDORO Ya tarde la espero, o nunca,
pero porque no se queje
ULISES Y yo vuelvo una y mil veces de mí mi omisión, la industria
a dar palabra a las sumas de hablarla en mi pretensión,
deidades también, de andar su afecto haré que descubra.
el orbe todo en su busca,
hasta que el valor le encuentre (Vanse LIDORO, DANTEO y LIBIO)
o el ingenio le descubra.
EL REY Vamos al muelle, que quiero
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desde su elevada punta, Mas, ¡ay de mí!, que sin duda,
ver ese nevado cisne opuesto poder le ampara;
nadar sobre las espumas. bien lo muestra y asegura
Adiós Deidamia. hacer cuando deja verse
que por los vientos nos huya.
(Vase EL REY y CRIADOS) Pues yo no me he de rendir
a dificultad ninguna,
DEIDAMIA Los cielos que si hay un dios que le guarda
te guarden: decid que acuda otros hay que le descubran.
la música a los jardines. Porque joven a quien Marte
Ven Astrea. para sus triunfos anuncia,
gran corazón le guarnece,
(Vase DEIDAMIA y damas) gran espíritu le ilustra;
y no es posible que quien
TETIS Antes escucha. ya en los vaticinios triunfa
¿Ya has oído los desvelos y en los oráculos vence,
con que tu persona buscan? oyendo este idioma, cumpla
con su mismo natural,
AQUILES Sí. si arrebatado no busca
la horrible voz de la guerra,
TETIS Pues no te digo más que sus aplausos pronuncia.
de que en conservarla oculta Pues antes... Mas, ¿qué instrumentos
está tu seguridad; la voz de mis labios hurtan?
y pues queda tu fortuna Músicos son de Deidamia,
en tu mano, adiós Aquiles; y por detrás destas murtas
y ten silencio y cordura, ella viene; embarazarla
pues ya falta poco para no quiero. ¿Dónde, fortuna,
que el término su hado cumpla. hallaré a Aquiles?
AQUILES No sé.
AQUILES No me injuries;
que si enojada te vi
sin culpa, quizá con ella
la costa hecha a lo infeliz,
me atreveré a verte.
DEIDAMIA ¿Cómo?
(Toma el escudo, pónese el sombrero, y hace (Salen EL REY, LIDORO, DANTEO y gente)
como que se ciñe la espada)
EL REY Deidamia hermosa, a tu cuarto
AQUILES Pues este escudo, este acero, vengo con dos novedades.
estas plumas y esta espada
tomaré. DEIDAMIA Venir contigo Lidoro,
no es, señor, la menos grande.
DEIDAMIA ¿Eso has eligido?
EL REY Importa para la una...
AQUILES Sí. Pero, ¿qué es esto que haces?
EL REY Y así es justo que repare DEIDAMIA Yo, señor, que hay en mí, sabes,
que allí perezca una Astrea, obediencia y no elección.
y aquí otra te acompañe.
EL REY Pues con la antorcha que traen
AQUILES Pues, ¿cómo, señor, si yo para ti y Lidoro, en muestra
cuando aquí llegué...? del amor que en los dos arde,
¡dando principio los dos!
LIDORO Notable
turbación. AQUILES ¡Ah, qué bien dijo, pesares,
pues siempre embestís en tropas,
ULISES Esta mujer quien dijo que sois cobardes!
el juicio ha de quitarme,
y más con esta sospecha LIDORO ¿Qué he de hacer?
del fingido nombre.
DANTEO Disimular,
EL REY Ya hacen pues de aquí a mañana cabe
la nueva y la turbación mil siglos, y un triste puede
mayor la duda. mejorar mucho un instante.
TODOS ¡Qué asombro, qué pasmo! ¡Qué susto! ULISES Tened; ¿ya no sabéis lo que esto sea?
¡Qué horror! TODOS No.
EL REY Gran Júpiter, ¿qué es esto ULISES Sí sabéis, pues ya lo dijo Astrea.
que en tanta confusión al mundo ha puesto? Yo, de Grecia caudillo, he fabricado
estos dos instrumentos
(Caja) que, voz de Marte y lengua de los vientos,
animen y gobiernen al soldado;
DEIDAMIA ¿Qué nueva fiera ha sido si bien ya me ha pesado,
la que ha dado tan bárbaro bramido? pues donde hay tantos hombres,
su ruidoso conceto
LIDORO ¿Cómo, sin que se rasguen pardos senos, solo en una mujer hizo su efecto.
se oyen puestos en música los truenos? (Vase)
TODOS Prodigio, asombro, escándalo y horror. EL REY Sí haré; pero aunque invente
AQUILES Vuestro discurso yerra, máquinas, no he de darle armas, ni gente,
que aqueste es el idioma de la guerra, mientras que sus sutiles
que a grandes cosas llama; trazas no sepan descubrir a Aquiles.
pues su concento grave, (Vase)
mezclando lo horroroso y lo süave,
el pecho anima, el corazón inflama DEIDAMIA Harto le han descubierto.
y la muerte apellida
SIRENE Ya sabido lo que es, ¿de qué turbada
(Caja) has quedado?
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Que te destruyes tú, y que me destruyes.
DEIDAMIA No sé; no me hables nada,
dejadme todos; ¿tú también me dejas, AQUILES ¿Para qué te me acercas, si me huyes?
Astrea?, ¿tú también de mí te alejas? Sepa el mundo que fui...
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AQUILES ¿En qué la quiebro? sino?
De callar la di y la cumplo,
pues no habla en mis sentimientos. DEIDAMIA ¿Qué?
AQUILES No hará; que estas dulces voces (Salen todos y dos CRIADOS con hachas)
son imán de mis afectos.
TODOS ¿Qué es esto?
DEIDAMIA Eso sí; viva el amor.
LIDORO Conocer quién es un monstruo
(Caja y clarín) desos jardines.
ULISES Esto
a todos importa.
TODOS ¿Cómo?
(Vuela a la cazuela)