Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/228369610
CITATIONS READS
7 6,343
3 authors:
Isabel Puerta
Universidad Católica Luis Amigó
50 PUBLICATIONS 585 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Isabel Puerta on 17 May 2014.
Resumen
Se ha postulado que las alteraciones cognitivas en los jóvenes con trastorno
disocial de la conducta (TDC) pudieran relacionarse con la gravedad de los sínto-
mas. Se buscó determinar las diferencias entre grupos de adolescentes varones
infractores [AI] con TDC grave y leve con un grupo de adolescentes no infractores
[ANI] -sin TDC. La muestra fue de 228 adolescentes; 117 eran AI con TDC y 111
ANI sin TDC. Se aplicó una batería neuropsicológica breve y como patrón de oro
una entrevista psiquiátrica estructurada. Se identificaron diferencias estadística-
mente significativas en comportamiento verbal entre los ANI y ambos grupos de AI
con TDC. Al comparar los dos grupos de AI se observa que los AI-TDC grave pre-
sentan una menor capacidad de evocación inmediata de información verbal y más
lentitud para la denominación de colores (p <0,05). En conclusión, se corrobora
los hallazgos de otras investigaciones acerca de deficientes habilidades verbales de
los AI con TDC; además se observan deficiencias cognitivas en memoria y veloci-
dad de procesamiento verbal/visual en los AI-TDC grave, lo cual ameritaría futuros
estudios con diseños experimentales.
PALABRAS CLAVE: Cognición, conducta, infractores, habilidades verbales.
Abstract
Several cognitive impairments related with conduct disorder (CD) severity have
been reported. The present study attempted to determine the differences between
groups of adolescent offenders (AO) with mild and severe CD and adolescent non-
offenders (ANO) without CD. The sample was composed of 228 participants aged
12 to 16 years old, grouped in 117 AOs belonging to an education institution for
Correspondencia: Natalia Trujillo, Carrera 56C N° 51-90, Medellín (Colombia). E-mail: natalia.
trujillo@neurociencias.udea.edu.co
Programa jóvenes investigadores de Colciencias. Proyecto: “Factores de riesgo para la aparición
del trastorno disocial de la conducta en adolescentes del Valle del Aburra”. Código de Colciencias #
es12550414133 Contrato # 460-2003.
298 TRUJILLO, PINEDA Y PUERTA
young offenders (23 were classified as mild CD and 94 as severe CD) according
to DSM-IV-TR symptoms) and 111 ANOs from regular education institutions.
All participants live in the metropolitan area of Medellín city and belong to low
socioeconomic strata. Statistical significant differences were found on verbal
behavior tasks, when ANO and AO groups were compared. When the two groups
of AOs were compared, the AO with severe CD exhibited significant lesser capacity
of immediate verbal information recall and slower speed for color naming (p <
0.05). In our conclusions, findings that report significant lower verbal skills were
confirmed, and very specific cognitive deficiencies in memory and verbal/visual
speed processing were found in the AOs with severe CD group, which will oblige
to design more rigorous experimental studies.
KEY WORDS: Cognition, conduct disorder, offenders, memory, verbal skills.
Introducción
Método
Participantes
Instrumentos
b.2. Atención
b.3. Memoria
Procedimiento
Este estudio fue una investigación de fuente secundaria, derivado del proyecto
denominado: «Factores de riesgo para la aparición del trastorno disocial de la con-
ducta en adolescentes del valle del aburrá». Se revisó la base de datos acerca de la
selección de los participantes, el cumplimiento de la firma de los consentimientos
informados, y se compararon los datos de los protocolos originales con los consig-
nados en la base de datos en un 40% de los participantes elegidos de manera alea-
toria, con el fin de garantizar la calidad de la información a estudiar; a continuación
se describen los pasos para el establecimiento del diagnóstico, distribución de los
grupos y análisis estadísticos.
23 sujetos AI-TDCs con respuestas a los ítems del EDNA (Palacio et al., 2004;
Reich, 2000) para TDC que agruparon de forma exclusiva para los síntomas del A11
al A15 (violación seria de normas) del criterio A para TDC del DSM-IV-TR (American
Psychiatric Association, 2000), se clasificaron como con TDC leve. De otro lado, 94
sujetos AI-TDCs con respuestas al EDNA que agruparon para 3 o más síntomas del
A1 al A10 (Agresión a la gente y a los animales con destrucción a la propiedad),
independiente de si tenían síntomas adicionales del apartado de violación seria de
normas, del criterio A para TDC del DSM-IV-TR (American Psychiatric Association,
2000), fueron clasificados como TDC grave.
La muestra del estudio inicial de factores de riesgo asumió un poder mínimo
del 80% y máximo del 90%, para un alfa del 95% al 99%, suponiendo que la
prevalencia de factores de riesgo era del 1% para los controles y del 10% para los
casos. Para la comparación se supuso un nivel de significación estadística para una
p < 0,05, y se consideró que el tamaño de las muestras seleccionadas en el estudio
inicial era suficiente para hacer las comparaciones de las variables cognitivas.
Análisis estadístico
Resultados
El promedio de edad de los AI-TDC fue 15 ± 1 años y para los ANI sin TDC de
14 ± 1,5 años. La escolaridad de los AI-TDC fue significativamente menor (X = 7 ±
1,5 grados) que la de los ANI sin TDC (X = 8 ± 1,4), (p< 0,001), con un tamaño del
efecto de 0,7, el cual se estima como moderado.
El CIV de los AI-TDC grave fue de 68 ± 23,2 y el de los AI-TDC leve fue de 63 ±
17,8, el CIE fue de 75 ± 21,5 y 74 ± 19,8, y un CIT de 65 ± 22 y 68 ± 17 respec-
tivamente. Estas características intelectuales son significativamente más bajas (p<
0,001) que las de los controles (CIV: 88 ± 24,3, CIE: 90 ± 18,4 y CIT: 87 ± 21,2), con
tamaños de los efectos grandes, entre 0,8 y 0,85, al comparar los dos grupos de
AI-TDC con el grupo control.
306 TRUJILLO, PINEDA Y PUERTA
Tabla 1
Descripción estadística de tareas cognitivas de los adolescentes entre los 12 y 16
años, pertenecientes al grupo control y casos con TDC leve y grave. Comparación
con ANOVA no-paramétrica de Kruskal –Wallis para 3 grupos
Tiempo de copia Figura 164,42 (75,4) 166,7 (61,5) 192,91 (86,2) 6,8 0,033
de rey
Función n ejecutiva
Verbal
Fluidez Verbal (FAS)
Fonológico 25,83 (8,2) 24,08 (9,1) 22,02 (9,2) 9,40 0,009
Semántica 29,3 (6,3) 28,04 (6,2) 27,50 (5,8) 4,07 0,130
Prueba de Stroop
Tiempo de Lectura 29,61 (13,1) 29,91 (12,6) 34,36 (20,5) 3,45 0,178
Errores de lectura 0,16 (0,41) 0,13 (0,344) 0,27 (0,59) 1,90 0,386
Tiempo de 40,43 (15,8) 38,91 (12,3) 43,26 (16,5) 5,71 0,057
denominación de
colores
Errores de 1 (1,3) 0,82 (1,1) 1,47 (1,4) 9,25 0,010
denominación
Tiempo de conflicto 69,33 (20,3) 71,17 (20,8) 76,60 (25,1) 5,49 0,064
Errores de conflicto 4,25 (3,1) 4,7 (3,1) 6,30 (5,0) 9,79 0,007
Visomotora
Wisconsin
Aciertos 73,55 (11,6) 67,82 (17,9) 69,34 (12,9) 4,18 0,123
Categorías 5 (1,5) 4,26 (1,5) 4,10 (1,8) 13,87 0,001
Ensayos 109,6 (19,3) 118,30 (14,4) 116,02 (18,8) 11,24 0,004
Respuestas 20,24 (15,37) 27,72 (23,08) 31,22 (24,65) 12,58 0,002
perseverativas
Errores perseverativos 18,52 (12,65) 24,50 (17,68) 27,06 (19,06) 12,63 0,002
Errores no 16,87 (11,29) 21,09 (12,18) 18,41 (10,30) 3,7 0,157
perseverativos
Porcentaje de 15,92 (9,15) 20 (13,19) 22,03 (14,14) 12,13 0,002
perseveración
308 TRUJILLO, PINEDA Y PUERTA
Cuando se midió al tamaño del efecto (TE) de las funciones cognitivas que mos-
traron diferencias estadísticas, al comparar el grupo control y cada uno de los gru-
pos de casos, se identifico un TE de bajo a medio, lo que hablaría de la presencia de
entre un 40 y un 75% de características compartidas entre los grupos. El lenguaje
fue la única de las dimensiones que produjo un tamaño del efecto mayor de 0,80.
Cuando se comparan los grupos con TDC leve y con TDC grave sólo se encuen-
tran diferencias estadísticamente significativas en memoria inmediata y denomina-
ción de colores en el test de Stroop, alcanzando un tamaño del efecto medio (TE =
0,50). Cuando se midió el TE para el resto de las tareas, se clasificaron como negli-
gentes, lo cual significa que los grupos comparten la mayoría de las características
cognitivas, con diferencias muy puntuales en una tarea que parece relacionarse
con memoria operativa y en otra que evalúa probablemente velocidad de procesa-
miento viso/ verbal.
Discusión
cipantes, la edad, el CI, las variables de análisis, los resultados y las sugerencias de
17 estudios independientes publicados entre 1990 y 2002, se pudo establecer que
el grupo control tuvo un mejor o, en ocasiones, igual desempeño que el grupo de
casos, en las tareas relacionadas con lectura de colores. Como se puede observar,
no se describen de manera consistente alteraciones en la ejecución del test de
Stroop, lo cual pudiera indicar que el núcleo del problema pudiera relacionarse con
componentes comunes a otros dominios, y no a alteraciones medidas directamente
por la prueba, como es el control inhibitorio (Sergeant et al., 2002).
La comparación entre los grupos de AI con TDC (casos) y los ANI sin TDC (con-
troles), mostraron una ejecución significativamente inferior por parte de los casos.
Específicamente, tuvieron unos CIV y CIT más bajos, lo cual, por lo general, se corre-
laciona con bajos logros académicos. Esto también ha sido informado antes por
otros autores (Clark et al., 2002; Déry et al., 1999; Hogan, 1999). Un estudio con AI
de Medellín encontró alteraciones cognitivas globales en el 73% de los infractores
de sexo masculino con TDC (Puerta, Martínez y Pineda, 2002). Esta relación entre
TDC, deserción escolar y la baja capacidad intelectuales general ha sido un hallazgo
común en múltiples estudios (Clark et al., 2002; Déry et al., 1999; Hogan, 1999;
Kennedy, Richardson, Dixon y Kelly, 2003; Wilson y Herrnstein, 1985). También se
ha establecido la relación TDC, TDAH con problemas intelectuales y la resistencia
y gravedad de los síntomas de ambos trastornos en los adultos (Loeber, Burke,
Lahey, Winters y Zera, 2000; Mannuzza, Klein, Bessler, Malloy y LaPadula, 1993;
Mannuzza, Klein, Bonagura, Malloy, Giampino y Addalli, 1991), incluyendo la pre-
sencia de otras psicopatologías de los padres, de los niños y de los adolescentes
condiciones de adversidad social (Thapar et al., 2005).
En el estudio actual se encontraron además ejecuciones pobres en la vigilancia
continua visual, la memoria verbal inmediata, en la memoria visomotora, en las
habilidades visomotoras, en la fluidez verbal fonológica, en la flexibilidad cognitiva.
Estos hallazgos corroboran los resultados de otros autores, quienes han afirmado
que las alteraciones de la FE, los problemas de memoria y las alteraciones de la
fluidez verbal y el lenguaje narrativo estaría relacionados con el TDC aislado, o con
el TDC asociado al TDAH (Giancola et al., 1996; Schmitz et al., 2002; Séguin et
al., 1999). Estos elementos apuntan por tanto a que la búsqueda de alteraciones
cognitivas en el TDC debe orientarse hacia el desarrollo de un modelo que implique
dimensiones controladas de atención, memoria, FE y del lenguaje. Este modelo
debe partir del supuesto que el ajuste social es un constructo cognitivo elaborado
en la interacción regulada por las normas a través del lenguaje, para diseñar repre-
sentaciones mentales que permitan generar estrategias de afrontamiento para la
solución flexible de problemas sociales. Un pobre desarrollo de estas representacio-
nes, con incapacidad para elaborar destrezas metacognitivas, causaría alteraciones
en las predicciones de ajuste, con un deficiente control inhibitorio, lo cual conduci-
ría a respuestas conductuales agresivas y desadaptativas. Estas alteraciones pudie-
ran estar asociadas con factores genéticos de vulnerabilidad en interacción con
un ambiente social y una cultura que refuerzan y validan este estilo de conducta
descontrolado e intemperante (Barkley, 1997; Caspi et al., 2002; Marsh y Graham,
2001; Thapar et al.. 2005).
Gravedad del trastorno disocial y cognición 313
Los datos de esta investigación son consistentes con los descritos por Burke et
al. (2002), quienes han informado problemas neuropsicológicos similares en el TDC,
específicamente en las tareas de FE. Sin embargo Toupin, et al. (2000) mencionan
que sólo algunas áreas específicas de la FE se comprometen en el TDC. De otro lado,
algunos autores coinciden en que el CI verbal estaría especialmente alterado en los
adolescentes con TDC, hecho que se constituye en uno de los principales factores que
predicen la persistencia de los síntomas a lo largo del tiempo, lo que a su vez podría
relacionarse con fallas en el desarrollo moral, la metacognición, así como en procesos
básicos de adaptación al medio social (Lahey et al., 1995; Marsh y Graham, 2001).
En este estudio la presencia de diferencias estadísticamente significativas (p<
0,01) y un tamaño del efecto superior a 0,80 son evidencias de que el lenguaje
es el elemento con mayor compromiso en el grupo de casos de TDC con respecto
al grupo control. Hallazgos similares en el razonamiento verbal han sido descritos
por Loney et al. (1998). Estos datos sustentaría la idea de que el lenguaje es el
elemento primordial en la construcción de modelos sociales de comportamiento,
para el desarrollo de constructos morales, que son abstracciones conceptuales que
deberían tener el poder de inhibir las conductas violentas y desajustadas al orden
social, a través de la única vía de control disponible por el cuerpo humano: la acti-
vación de las respuestas emocionales (Kagan y Snidman, 1991; Lahey et al., 1995;
Marsh y Graham, 2001). Se plantea, entonces, que una limitación en las habilidades
lingüísticas puede reducir la capacidad de regulación social, con dificultades en las
estrategias de afrontamiento asertivo en la resolución de problemas sociales (Marsh
y Graham, 2001; Ollendick 2001). Por esta razón los niños que no están en capaci-
dad de pensar sobre sus propias conductas, si no tienen mecanismos de regulación
externo que les permita frenar sus impulsos, pueden llegar a promover el uso directo
de la agresión y generar un menor número de acuerdos verbales (Hill, 2002).
También se encuentra un bajo CIV, lo cual es concordante con el supuesto de
que una pobre inteligencia verbal es uno de los elementos que se suma al desarrollo
de conductas disruptivas en el adolescente, con estilos cognitivos y conductuales
irresponsables y explosivos (Wilson y Henry, 1985). Al mismo tiempo que habilida-
des verbales significativamente bajas y dificultades en tareas de este tipo, pueden
traer consigo mal desempeño académico, lo cual predice deserción escolar y persis-
tencia del TDC (Clark et al., 2002; Déry et al., 1999; Kennedy et al., 2003; Toupin et
al., 2000). Adicionalmente, se estima que el 57% de los niños con trastornos emo-
cionales y del comportamiento presentan diagnósticos simultáneos de alteraciones
pragmáticas del lenguaje, tanto en lo receptivo y como en lo expresivo (Benner,
Nelson, Ron y Epstein, 2002).
En síntesis, hay alteraciones cognitivas específicas y sutiles que caracterizan a
una proporción de los sujetos con TDC grave. Estas alteraciones se podrían hacer
más evidentes si las pruebas utilizadas son lo suficientemente sensibles al déficit, y
se controlan elementos como el tiempo de presentación y de ejecución, así como
los factores emocionales y motivacionales frente a las tareas. Estos elementos pue-
den ser medidos de manera más precisa con diseños experimentales, si es posible
con registros neurofisiológicos, para hacer las correlaciones con las áreas específicas
de activación cerebral.
314 TRUJILLO, PINEDA Y PUERTA
Limitaciones
En este estudio se aceptan las siguientes limitaciones, que hacen que los resulta-
dos deban ser aceptados con cautela:
1. Por tratarse de un análisis secundario hay que admitir que hubo una falla
desde el diseño, al no establecer previamente los criterios de gravedad, eso
implica que los criterios usados en este trabajo son relativamente arbitrarios,
aunque se apoyan en las directrices del DSM IV.
2. La falta de exploración de las comorbilidades asociadas al diagnóstico de TDC
a la hora de clasificar los grupos. Estas comorbilidades están relacionadas
directamente con la gravedad y la presencia de trastornos cognitivos.
3. La ausencia de datos acerca de los aspectos emocionales que influyen en el
diagnóstico de TDC, su gravedad y las alteraciones cognitivas
4. El hecho de no haber registrado la edad de inicio del TDC, variable que se aso-
cia con la gravedad y con la presencia de alteraciones cognitivas importantes.
Referencias
Benner, G., Nelson, J. y Epstein, M. (2002). Language skills of children with emotional and
behavioral disorder: a literature review. Journal of Emotional & Behavioral Disorders, 10,
43-59.
Benton, A. y Tranel, D. (1993). Visuoperceptual, visuospatial, and visuoconstructive disorders.
Clinical Neuropsychology, 141-167.
Blake, P., Pincus, J. y Buckner, C. (1995). Neurology abnormalities in murderers. Neurology,
45, 1641-1647.
Burke, J., Loeber, R. y Birmaher, B. (2002). Opositional Desafiantt Disorder and Conduct
Disorder: A Review of the Past 10 Year, Part II. Journal of American Child Adolescent
psychiatry, 41, 1275-1293.
Caballo, V. y Simon, M. (2002). Manual de psicología clínica infantil y del adolescente.
Trastornos específicos. Madrid: Pirámide.
Caspi, A., McClay J., Moffitt, T., Mill, J., Martin, J., Craig, L., Taylor, A. y Poulton, R. (2002).
Role of Genotype in the Cycle of Violence in Maltreated Children. Science, 297, 851
-853.
Castellanos, X. y Tannock, T. (2002). Neuroscience of attention deficit/hyperactivity disorder:
the search for endophenotypes. Nature Reviews Neuroscience, 3, 617-628.
Clark, C., Prior, M. y Kinsella, G. (2002). The relationship between executive function
abilities, adaptive behavior, and academic achievement in children with externalizing
behavior problems. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 43, 785–796.
Crawford, S., Kaplan, B. y Dewey, D. (2006). Effects of coexisting disorders on cognition and
behavior in children with ADHD. Journal of Attention Disorder, 10, 192-199.
Código de Infancia y Adolescencia, ley 1098 de 2006. Colombia.
Dery, M., Toupin, J., Pauze, R., Mercier, H. y Fortin, L. (1999). Neuropsychological
characteristics of adolescents with conduct disorder: association with attention deficit
hyperactivity and aggression. Journal of Abnormal Child Psychology, 27, 225-236.
Draeger, S., Prior, M. y Sanson, A. (1986).Visual and auditory attention performance in
hyperactive children: competence or compliance. Journal of Abnormal Child Psychology,
14, 411-24.
Duarte, A., Gómez, L., Aguirre, D. y Pineda, D. (2006). Caracterización neuropsicológica de
los pacientes adultos en diálisis de una Institución especializada de Medellín – Colombia,
Universitas Psycologicas, 5, 627-645.
Elliott, F. (1988). Violence: a product of biosocial interaction. Bulleting American Academy
of Psychiatry Law, 16, 131-143.
Finn, P., Mazas, C., Justus, A. y Steinmetz, J. (2002). Early-Onset Alcoholism With Conduct
Disorder: Go/No Go Learning Deficits, Working Memory Capacity, and Personality.
Alcoholism: Clinical & Experimental Research, 26, 186-206.
Frick, P., Cornell, A., Barry, C., Bodin, S. y Dane, H. (2003). Callous-unemotional traits and
conduct problems in the prediction of conduct problem severity, aggression, and self-
report of delinquency. Journal of Abnormal Child Psychology, 31, 457-470.
Fristad, M., Cummins, J., Verducci, J., Teare, M., Weller. E. y Weller, R. (1998). Study IV:
concurrent validity of the DSM-IV revised Children’s Interview for Psychiatric Syndromes
(ChIPS). Journal of Children and Adolescent Psychopharmacological, 8, 227-36.
Gatzke-Kopp,L., Raine, A., Phil, D., Buchsbaum, M. y LaCasse, L. (2001). Temporal Lobe
Deficits in Murderers: EEG finding undetected by PET. Neuropsychiatry and Clinical
Neuroscience, 13, 486-491.
Giancola, P., Martin, C., Tarter, R., Pelham, W. y Moss, H. (1996). Executive Cognitive
Functioning and Aggressive Behavior in Preadolescent Boys at High Risk for Substances
Abuse/Dependence. Journal of Studies on Alcohol, 57, 352-359.
316 TRUJILLO, PINEDA Y PUERTA
Gómez, L., Pineda, D. y Aguirre, D. (2005). Conciencia fonológica en niños con trastorno de
la atención sin dificultades en el aprendizaje. Revista de Neurología, 40, 1-6.
Gross, J. (1998). The Emerging Field of Emotion Regulation: An Integrative Review. Review
of General Psychology, 2, 271-299.
Heaton, R. (1981). A manual for the Wisconsin Card Sorting Test. Psychology assessment
resources: Florida: Odessa.
Hill, J. (2002). Biological, psychological and social processes in the conduct disorders. Journal
of Child Psychology and Psychiatry, 43, 133-164.
Hogan, A. (1999), Cognitive functioning in children with oppositional defiant disorder
and conduct disorder. En H. Quay y A. Hogan (dirs.), Handbook of disruptive behavior
disorders (pp 317–335). Nueva York: Kluwer Academic/Plenum.
Ishikawa, S. y Raine, A. (2002). Behavioral genetics and crime. En J. Glicksohn (dir.), The
neurobiology of criminal behavior (pp. 81-110). Norwell, MA: Kluwer.
Kagan, J. y Snidman, N. (1991). Temperamental factors in human development. The
American Psychologist, 46, 856-862.
Kalff, A., Hendriksen, J., Kroes, M., Vles, J., Steyaert, J., Feron, F., van Zeben, T. y Jolles, J.
(2002). Neurocognitive performance of 5- and 6-year-old children who met criteria for
attention deficit/hyperactivity disorder at 18 months follow-up: results from a prospective
population study. Journal of Abnormal Child Psychology, 30,589-98.
Kennedy, J., Richardson, G., Dixon, L. y Kelly, T. (2003). Intellectual ability in adolescents with
conduct disorder. Perceptual and Motor Skills, 97, 1089-1090.
Kim, J. y Mueller, C. (1978). Introduction to factor analysis. Londres: Sage Publication.
Lahey, B., Loeber, R., Hart, E., Frick, P., Applegate, B., Zhang, Q., Green, S. y Russo, M.
(1995). Four-year longitudinal study of conduct disorder in boys: patterns and predictors
of persistence. Journal of Abnormal Psychology, 104, 83-93.
Lara, H., Aceves, A. y Munguia, E. (1997). Disfunción cerebral y conducta delictiva en un
grupo de infractores juveniles. Archivos de Neurociencias, 2, 67-73.
Lara, E., Pineda, D., Henao, E., Arboleda, A., Aguirre, D. y Lopera, F. (2006). Descripción del
desempeño en memoria semántica en una muestra de la población antioqueña. Revista
de Neurología, 42, 272-276.
Lhermitte, F., Pillon, B. y Serdaru, M. (1986). Human autonomy and the frontal lobes. Part I:
Imitation and utilization behavior: a neuropsychological study of 75 patients. Annals of
neurology, 19, 326-334.
Loeber, R., Burke, J., Lahey, B., Winters, A. y Zera, M. (2000). Oppositional desafiant and
conduct disorder: a review of past 10 years, part I. Journal of American Academy of
Children and Adolescent Psychiatry, 39, 1468-1484.
Loney, B., Frick, P., Ellis, M. y McCoy M. (1998). Intelligence, Callous-Unemotional Traits,
and Antisocial Behavior. Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment, 20,
231-247.
López, X., Gómez, L., Aguirre, D., Puerta, I. y Pineda, D. (2005). Componentes de las
pruebas de atención y función ejecutiva en niños con trastorno por déficit de atención/
hiperactividad. Revista de Neurología, 40, 331-339.
McCarthy, R. y Warrington, E. (1990). Cognitive neuropsychology: a clinical introduction.
Londres: Academic Press.
Mannuzza, S., Klein, R., Bonagura, N., Malloy, P., Giampino T. y Addalli K. (1991). Hyperactive
boys almost grown up. V. Replication of psychiatric status. Archives of General Psychiatry,
48, 77-83.
Mannuzza, S., Klein, R., Bessler, A., Malloy, P. y LaPadula, M. (1993). Adult outcome of
hyperactive boys. Educational achievement, occupational rank, and psychiatric status.
Archives of General Psychiatry, 50,565-576.
Gravedad del trastorno disocial y cognición 317
Reich, W. (2000). Diagnostic interview for children and adolescents (DICA). Journal of the
American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 39, 59-66.
Reiss, D. y Neiderhisen, J. (2000). The interplay of genetic influences and social processes
in developmental theory: specific mechanisms are coming into view. Development and
Psychopatology, 12, 357-374.
Renou, S., Hergueta, T., Flament, M., Mouren-Simeoni, M. y Lecubrier, Y. (2004). Diagnostic
structured interviews in child and adolescent’s psychiatry. Encephale, 30, 122-34.
Roselli, M., Ardila, A., Flores, A. y Castro, C. (1990). Normative data on the Boston
Diagnostic Aphasia Examination in a Spanish-speaking population. Journal of Clinical and
Experimental Neuropsychological, 12, 313-322.
Rosselli, M. y Ardila, A. (1991). Rey Osterrieth complex figure: effect of age and educational
level. Clinical Neuropsychology, 5, 3706.
Rowe, D. y Hermens, D. (2006). Attention-deficit/hyperactivity disorder: neurophysiology,
information processing, arousal and drug development. Expert Review Neurotherapeutics,
6, 1721-1734.
Sánchez, J. y Sayazo, A. (2000). Diagnostico precoz y evolución de la enfermedad de
Alzheimer. Revista de Neurología, 30,121-127.
Sattler, J. (1996). Assessment of children. Revised and update fourth edition. San Diego:
Jerome M. Sattler.
Schmitz, M., Cadore, L., Paczko, M., Kipper, L., Chaves, M., Rohde, L., Moura, C. y Knijnik,
M. (2002). Neuropsychological Performance in DSM-IV ADHD Subtypes: An Exploratory
Study with Untreated Adolescents. Canadian Journal of Psychiatric, 47, 863-869.
Seguin, J., Boulerice, B., Harden, P., Tremblay, R. y Pihl, R. (1999). Executive functions and
physical aggression after controlling for attention deficit hyperactivity disorder, general
memory and IQ. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 40, 1197-1208.
Sergeant, J., Geurts, H. y Oosterlaan, J. (2002). How specific id a deficit of executive
funtioning for Attention – Deficit/Hyperactivity Disorder? Behavioral Brain Research, 130,
3-28.
Spreen, O. y Strauss, E. (1991). A compendium of neuropsychological tests, administration,
norms and commentary. Nueva York: Oxford University Press.
Sonuga-Barke, E., Taylor, E. y Heptinstall, E. (1992). Hyperactivity and delay aversion-II. The
effect of self versus externally imposed stimulus presentation periods on memory. Journal
of Child Psychology and Psychiatry, 33, 399-409.
Tannock, R., Martinussen, R. y Frijters. J. (2000). Naming speed performance and stimulant
effects indicate effortful, semantic processing deficits in attention-deficit/hyperactivity
disorder. Journal Of Abnormal Child Psychology, 28, 237-52.
Thapar, A., Langley, K., Fowler, T., Rice, F., Turic, D., Whittinger, N., Aggleton, J., Van den
Bree, M., Owen, M. y O’Donovan, M. (2005). Catechol-O-Methyltransferase gene variant
and bird weight predict early-onset antisocial behavior in children with attention-deficit/
hyperactivity disorder. Arcives of General Psychiatric, 62, 1275-1278.
Toplak, M., Rucklidge, J., Hetherington, R., John, S. y Tannock, R. (2003). Time perception
deficits in attention-deficit/ hyperactivity disorder and comorbid reading difficulties in
child and adolescent samples. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 44, 888-903.
Toupin, J., Dery, M., Pauze, R., Mercier, H. y Fortin, L. (2000). Cognitive and Familiar
Contributions to Conduct Disorder in Children. Journal of Children Psychology and
Psychiatry, 41, 333-344.
Van Der Meer, D. y Van Der Meere, J. (2004), Response inhibition in children with conduct
disorder and borderline intellectual functioning. Children Neuropsychology, 10, 189-
1994.
Gravedad del trastorno disocial y cognición 319
Van Mourik, R., Oosterlaan, J. y Sergeant, J. (2005). The Stroop revisited: a meta-analysis
of interference control in AD/HD. Journal of Child Psychology and Psychiatry, and Allied
Disciplines, 46,150-65.
Vermeiren, R., Schwab-Stone, M., Ruchkin, V., De Clippele, A. y Deboutte, D. (2002).
Predicting recidivism in adolescents from psychological and psychiatric assessment.
Comprehensive Psychiatry, 43, 142-149.
Volavka, J. (1999). The Neurobiology of Violence. Journal of Neuropsychiatry. Clinical
Neuroscience, 11, 307-14.
Wechsler, D. (1945). A standardized memory scale for clinical use. Journal of Psychology
Interdisciplinary Applies, 19, 87-95.
Wechsler D. (1993). Escala de inteligencia para niños-Revisada (WISC-R). Madrid: Tea
Editores.
Wilson, J. y Herrnstein, R. (1985). Crime and human nature. Nueva York: Simon &
Schuster.
View publication stats