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MODULO II
Sexualidad y embarazo
Angela Grebenc
Revisado y actualizado por Alina Villavicencio
Primer trimestre:
Cuando una mujer se entera que está embarazada puede sentirse orgullosa, dichosa,
temerosa, irritada, deprimida o ambivalente depende de múltiples factores, pero
principalmente de si el hijo es deseado o no y de la autoestima que tiene la mujer.
Los cambios fisiológicos que se producen (cambios hormonales, aumento del flujo
sanguíneo, aumento del tamaño de las mamas, tumefacción de los pezones y la areola,
vasocongestión pelviana, etcétera.) y los requerimientos por parte del embrión, que se
expresan en una mayor actividad cardiaca, respiratoria y metabólica, provocan en la
mujer sentimientos de confusión y ansiedad, que se manifiestan de distintas maneras:
ensimismamiento, nauseas y/o vómitos, insomnio, somnolencia, disfunciones
intestinales, apetito insaciable o falta de apetito .
Esta nueva situación hace que la embarazada se sienta vulnerable y necesite de los
mimos y el apoyo de su pareja y de todo su entorno.
Tercer trimestre:
En el último trimestre la mujer puede sentir malestar e incomodidad. Cada día parece
más largo que el anterior y con frecuencia se desvela buscando una posición más
cómoda, la despiertan los movimientos del feto o la necesidad de micción.
También se puede ver mujeres que siguen con el deseo aumentado, pero ahora se
nota una disminución del deseo por parte de la pareja (se analizaron estos datos en
parejas heterosexuales) debido a que este tiene miedo de dañar al feto por mitos
culturales establecidos.
Posparto o puerperio
El erotismo en esta etapa está en relación directa con la lactancia, la pelvis esta
crónicamente congestionada, a causa de esto muchas mujeres sienten un aumento de la
tensión sexual y una sensación de plenitud pélvica Se recomienda no reanudar las
relaciones antes de las 6 semanas del parto, pero esto depende de los deseos de la
pareja y de la alta médica de acuerdo con la recuperación de la puérpera y su deseo.
El caso de las parejas heterosexuales (hombre y el embarazo)
Como la que expresa los cambios por estar embarazada es la mujer a veces al
hombre se lo suele relegar a un papel secundario. A muchos, esta nueva situación les
produce conflictos. El embarazo modifica su estilo de vida, sienten que aumentan las
responsabilidades y las presiones en general (Abramovich: 2003). Es posible que ante la
noticia del embarazo tengan una reacción de alegría, sorpresa o de preocupación y que
tarden un tiempo en captar la idea de un niño y esto les puede generar sentimientos
ambivalentes Algunos hombres es posible que lleguen a compartir los síntomas propios
del embarazo con su pareja.
Los cambios que se producen en la vida cotidiana y social a lo largo del embarazo, la
suspensión de los pasatiempos comunes, hace que algunos hombres ansíen que todo
vuelva a la normalidad. Pero hay otros que se sienten unidos a su pareja, mantienen la
fidelidad y aumenta la gratitud hacia ellas; se preocupan por atenderlas para que se
sientan cómodas y están comprometidos con el momento del parto.
El parto también afecta a los padres, si han participado del mismo y han tomado
conciencia de todos los cambios que se han producido en el cuerpo de la mujer, es
posible que hayan ganado más conocimientos con respecto a la sexualidad femenina.
Sin embargo, también hay miedos por parte del hombre, hay que rearmar la imagen
corporal de su mujer, los pechos se han preparado para amamantar, la vagina se ha
transformado, existe la fantasía de que los puntos de episiotomía se abran y causen
dolor a la mujer.
Conclusión
Si bien hay incomodidad por una panza voluminosa, o sienten molestias cuando hay
una penetración brusca, se puede recurrir a posiciones donde no se ejerce presión sobre
el abdomen y en las cuales la mujer puede controlar la penetración para que esta no sea
profunda ni dolorosa.