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Y en la amargura de la cuarentena, algunos jóvenes se refugiaron bajo sus sábanas,

mientras la melodía fúnebre de la peste merodeaba silenciosamente. Al ritmo en el que, sin
previo aviso, mostramos las espinas de nuestros corazones.

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Contenido
Caminar ............................................................................................................................................... 4
La sonata de los muertos ..................................................................................................................... 4
Hablar del amor ................................................................................................................................... 5
Inagotable ............................................................................................................................................ 6
Respeto ................................................................................................................................................ 6
Préstamo .............................................................................................................................................. 7
Afortunados ......................................................................................................................................... 8
Las aristas ............................................................................................................................................ 9
Templo de huesos ................................................................................................................................ 9
También soy débil ............................................................................................................................. 10
Arte.................................................................................................................................................... 11
Algunos porqués................................................................................................................................ 11
Depresión .......................................................................................................................................... 12
Niña tímida ........................................................................................................................................ 13
Yo amé .............................................................................................................................................. 13
El primer beso ................................................................................................................................... 14
Una lengua de corbata ....................................................................................................................... 14
La costumbre que antes fue amor ...................................................................................................... 15
Cuarentena......................................................................................................................................... 16
No esperes ......................................................................................................................................... 16

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 Caminar

Algunos crecemos con la idea de la autosuficiencia.

De que nacimos para estar solos.
De que aferrarnos o apoyarnos es la autodestrucción de nuestras capacidades.
Les ha ido bien a quienes edifican esta idea:
¿Quién soy para cuestionarlo, sino un simple mortal?
Otros han construido muros en vez de puentes.

¿Y si es un acertijo de los misterios incognoscibles de la vida estar juntos?

Nunca hemos caminado solos, hay creencias que nos abrazan.

Algunos han tomado una mano correcta, otros no son afortunados.
Pero también hay quienes entrelazan sus dedos con el orgullo;
Me ha dicho una parte de mí que, no he de juzgar,
aun así, dicen que nuestros valores han caído por su propio peso.

Y continuamos con el orgullo,

un cuchillo de apéndices que enterramos en nuestro pecho
hasta anclarlo a las costillas:
Pedir disculpas siendo orgullosos,
requiere de remover este cuchillo y astillar nuestras costillas al sacarlo.

¿Somos lo suficientemente valientes, humanos y maduros para hacerlo?

Algunos caminan de la mano con una religión.

¿Quién soy yo, sino un simple mortal para cuestionar tu felicidad, de ser así?
Caminan solos, sin un cuerpo al lado, pero desde el panteón de los cielos,
seguramente un ser divino, les pasa el brazo sobre los hombros.

La sonata de los muertos

Mi vida es una tierna y débil sonata

de piano, cuyas notas son
producidas por un famélico músico
funesto que palpa las teclas
con el ánimo de un perezoso.

La intermitencia de los tintineos es lánguida,

agonizante como el cáncer en su etapa terminal;

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se arrastran como los roedores en la oscuridad
y llenan el pecho de un dolor
que amenaza con estallar
para dar bienvenida al llanto.

La composición irreconocible,
como algo que no puede producirse en la tierra,
está emparentada con un chelo llorón.
Un instrumento que, como su amigo, el piano,
solloza compungidamente como en la orilla
de un bello acantilado que la plateada luna
hace resplandecer de manera fantasmal.

Esa sonata de oscuridad,

despierta a las más arcaicas almas
que duermen un sueño eterno bajo tierra.
Tan pesada es su melodía que,
juntos, nos hemos arrinconado para llorar
por lo que fue y jamás será.

Hablar del amor

Hablar sobre el amor es vergonzoso.

Como si expusiéramos nuestros cuerpos desnudos a una multitud.
Es como padecer dishabiliofóbia.
¿Realmente la padecemos como si fuera el producto de un viejo trauma?
Hablar del amor de forma positiva, apasionada y ferviente
como un devoto entregado en cuerpo y alma,
es dar un centímetro de hilo a corazones despiadados
que deshuesarían nuestra concepción.

«No echéis vuestras perlas delante de los cerdos,

no sea que las pisoteen,
y se vuelvan y os despedacen»

Está perfectamente escrito en la biblia.

Y no hay que ser de un bando ni otro
Para saber que,
No todos son buenos apreciando ni entendiendo.

Ahora bien; hablar del amor es sentirse ridículo.

Porque nuestros semejantes, estos, en bandadas,

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han decidido, sin darse cuenta que,
han hecho del amor un rasgo de los débiles.

Una gran porción del mundo ha venido por amor,

han crecido con amor y han impartido este.

Así que, el amor, ¿qué es?

Son tantas concepciones imposibles de retomarlas,
pero que una es elemento de otra,
formando un complejo, pero maravilloso sistema.

Solo me queda decir,

antes de irme,
que será el misterio jamás concluido.
Una teoría para cada ser humano, y a su vez,
una realidad sin duda,
pero tan común para todos que,
seguro estoy,
vale mucho más que el tiempo.

Inagotable

Inagotable son los sentimientos y emociones.

Inagotables si se riegan como plantas.
Inagotables porque no debes pagar para sentirlos.
Inagotables porque hice reír, también amé, o hice llorar y no se me gastaron.
Inagotables porque sin ellos, las estatuas parecerían más animosas.
Inagotables porque sería un títere.
Inagotables porque me han dado amigos.
Inagotables porque di mucho de ellos.
Inagotables porque me los han robado, pero no se han acabado.
Inagotables porque mi mamá se siente orgullosa de mí y le dije que la amaba.
Inagotables porque solo al morir se ha acabado el espectáculo.
Inagotables porque habrá quienes los hurten y quienes te obsequien.
Inagotables como el espacio.
Inagotables porque te amaré.
Inagotables porque te daré tanto de ellos que,
nos tomará miles de reencarnaciones vivirlos.

Respeto

Precaria ha sido la vida del que no respeta

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porque si no respeta, no valora.
Pues, una piedra sería su esposa.
Malo es el que no respeta la vida
en todas sus magníficas y perfectas expresiones.
Quien no respeta puede ser él o ella.
Cruel porque ha robado la confianza,
y ha tomado atribuciones de manera impertinente.
Porque ha abierto la boca para soltar calamidades como demonio sumerio.

¿Por qué tanto peso en la falta de respeto?

No es desmedido que el que carece de educación
deba ser ignorado.
Deba ser ignorado porque el respeto,
damas y caballeros,
es la cuerda floja que sostiene el buen trato que se gesta en la vida.

El que no respeta nos destruye.

El que no respeta ha envenenado lagos, ríos,
y también ha contaminado mares.
Ese que carece de respeto,
con sus industrias
oscurece el cielo con el humo.
El que no respeta roba la vida.

Préstamo

La vida es… lo es todo.

Quiero, por ahora, pensar que es una dimensión que nos han prestado.
También somos prestados a nuestros padres,
después nos desprendemos de ellos.
No son tuyas las mascotas a las que les das de comer;
algunas no pueden valerse por sí mismas.
Nuestros ancestros las domesticaron haciéndolas,
en cierto grado, inútiles.

Deja que las aves vuelen, no te gustaría ser prisionero;

Que no hablen, no significan que no sientan.
Que no sean semejante a ti, no significa que no tengan emociones y se entristezcan.

No es tuyo el aire para que lo contamines.

Tampoco los mares son el depósito de tu basura.

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No olvides que el mundo es un préstamo,
lo menos que debes hacer es cuidarlo para que,
otros como tú, puedan pulular de aquí allá con la seguridad
que muchos como tú tienen que propiciar.

Tu vida es un préstamo
porque tus papás merecen tu gratitud.
Pues ellos se han arriesgado al tenerte,
y te han dado su vida hasta el último aliento.

Tus hijos son prestados, edúcalos.

Diles que la naturaleza estuvo antes que ellos y que tú.
Enséñales a cuidarla y a respetar a los seres vivos.
Nunca olvides que son nuestra única esperanza.
Y son prestados porque no son de nadie.
Pues, eventualmente recorrerán sus propias sendas.

Afortunados

Seamos felices en este momento.

No hurgues en nuestras carencias materiales.
No mires atrás y hagas refulgir errores muertos.
Toma mi mano, y aquí sentados, agradezcamos a la suerte o al destino.
A lo que haya en el universo mirándonos plácidamente.

Sé feliz conmigo ahora mismo.

Pues, en este instante, un hombre,
en alguna parte del mundo, ha muerto de un balazo.
Alguna mujer ha descubierto la infidelidad de su marido.
Puede también que, algún ratero esté robando a una anciana.

Seamos felices, mi amor:

En otro continente un niño ha muerto de inanición.
Un mendigo tiembla por el frío hacinado en sus huesos,
mientras tú y yo tomamos el sol del majestuoso firmamento.

Te lo pido, seamos felices.

Sé, y quisiera estar equivocado,
pero alguna foca será devorada por un tiburón.
Hoy una persona apostó su fortuna y perdió la lotería.
Una familia se ha quedado sin luz, ni agua, ni gas.

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Seamos finalmente felices,
que la suerte de nosotros es una bendición.

Las aristas

Nuestra personalidad en un ser «común»,

un ser cuyo comportamiento regular no amerita
de una calificación particular, o etiqueta de extrañeza.
Nuestra personalidad son dos espejos mirándose mutuamente;
ambos fijos, sondeando en la multiplicidad de sus propios reflejos.

Somos esos reflejos compactados en uno.

Muchas versiones de nosotros habitando en un solo cuerpo.
Que esto no signifique que padecemos de
Trastorno de Personalidad Múltiple.

Por el contrario, nuestras aristas

son un estante ordenado con ciertos criterios de nuestra versión.
Hay una arista para cada ser humano.
Algunos equívocamente le llaman hipocresía,
pero en el mundo no podemos todos tener la misma capacidad de discernimiento.

Hay algo más o algo menos de nosotros cuando estamos con alguien.
No somos del todo la misma persona con nuestra pareja.
Tampoco con nuestros padres.
Ocurre lo mismo con amigos.
Y claro, con un extraño.

¿Cómo somos realmente?

Estar solo permite explorarnos y reconstruirnos.

Es estar desconectado de la mayoría de las aristas.
No obstante, eso es lo que somos;
somos un complejo que sujeta sus versiones
formando una única figura.
Nos parecemos a un panal de abejas.
Cada entrada a este, constituye nuestras partes.

Templo de huesos

Recordaba, al mirar cosas tan pedestres

como la brisa remover las hojas de un higo,
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esa mirada triste que resurgía todos los días
con el poniente.
Los ojos de miel en los que miraba
cicatrices desconocidas e inmensamente misteriosas que,
a veces, me intranquilizaban como lo haría el ciclón de una tormenta.
Pero estabas calmado como el bebé que reposa en su cuna.
Incluso, había algo de pétalos de rosas sobre aquellas mejillas
que te delataban cuando pasaba mis dedos por tu cabello.

Si el café que ahora bebo es el licor de mis recuerdos,

y el cigarro que fumo el incienso de esos momentos,
Seré algún día un templo de huesos
bajo un bello sauce,
donde los amantes irán a rezar
por un amor perdido en el tiempo
y atrapado en la distancia.

Los insectos me adornaran,

así como el verdín le dará un nuevo color al osario.
Las mariposas rebotaran sintiendo mi espíritu,
y tú y yo yaceremos en el misterio de la muerte.

También soy débil

No siempre he sido la sonrisa que resplandece.

Soy humano, suelo caer.
Hoy necesito tu mano y de tu fuerza.
Quiero que tu ternura sea la lámpara en la oscuridad.

Hoy no soy fuerte, aunque así lo parezca.

Que mi cuerpo alto y robusto no te confunda,
porque los corazones no están blindados
y he recibido balaceras.

Que mis logros no te dejen suponer que soy perfecto;

Que no hayas sido testigo de mi miseria,
no significa que no las haya tenido.
Algunos cerramos la puerta para que nadie vea.

No miento cuando digo que no soy fuerte.

Un vaso de agua puede resbalar de mis manos
tal como mis emociones han sucumbido

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ante situaciones incontrolables.

Si me ves llorar, no me señales.

Siéntate a mi lado, tómame de los hombros,
incluso la mano, o solo abrásame y
silenciosamente, cántame hasta quedarme dormido.

Arte

Desgraciado, porque una lucha interna de intereses

Lleva sus actos belicosos a barreras que limitan
los pensamientos y el comportamiento humano.
Es un cuadrilátero donde se disputa una indefinida
normativa social que se ve escandalizada ante
una expresión artística que expone los deseos más
solapados y animales del hombre.

Los artistas de ahora no temen

usar las obscenidades como argollas en
las orejas de una dama atestada de joyas y maquillaje.
Aquella proeza, muchas veces, para martillar la cabeza del injusto.
Escandalizarse es una mera pantomima producida por la hipocresía.

Qué llueva hasta que las montañas sean removidas,

pero, le apuesto que el epitafio de un
artista le hará una irrisión tan grande que tendrá que pegarse un tiro.

Qué los viejos se molestes y en un drama dirigido por una oportuna regresión,
hagan berrinches cual niño antojado y caprichoso.
Sepa el mundo posmoderno que, de aquí en adelante,
la expresión dejó de tener cadenas, mordazas y vendas.
Será como el amoniaco para los estirados y presuntuosos.
Hoy por hoy, será el toro que le clavará los cuernos al torero.

Algunos porqués

Algunos «porqués»
que derivan de una calamidad que nos ha lastimado,
han sido contestados incluso antes de cometer una falta.
Ningún tonto puede creer que,
a quien conocemos por su reputación desfavorable,
va a convertirse en un ángel al estar con nosotros,
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como si en nuestra piel se sitiara un poder divino.

En otras palabras:
No llores por una herida que te causaste
gracias a una decisión que sabías que te flagelaría.

Depresión

¿Quién no se ha dejado seducir

por los misterios insondables de la noche?
Tantos son, como el cabello de una princesa en su tumba.
No obstante, solo a uno
he conocido como mi mejor amigo:

Posee tristeza, ansiedad y sombras

en las que se perfilan demonios del pasado.
Le encanta que ponga música triste
porque baila conmigo sobre la cama.
Toma mi mano bajo la suya,
me acaricia con aquella pálida y suave piel.

Ha sido tan amable de

permitirle a mi imaginación la forma que yo desee sobre sí.
Su juego favorito es el de abrazarme
y escuchar las plegarias que no son atendidas.
Educado ente que embelesa mis sentidos e intimida mi valentía

Las noches han transcurrido

como las aguas del rio, y
en cada una de ellas, he perdido la cuenta
de las tantas veces en las que sus brazos
fueron el reemplazo de mi cama,
y el resto de su cuerpo el suplente de las sabanas.

Aun así, sabe que, de tener la oportunidad,

le sacaría los ojos y destriparía su presencia
porque me ha hecho débil e inseguro.
Sabe que, como el cigarro, mata con lentitud.

Llegará el día, y lo sabe, en el que

le seré infiel con alguien mucho mejor.
le seré infiel con el amor propio y el amor a la vida.

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 Niña tímida

Niña tímida, que te ruborizas al verme.

No son tus mejillas de fiar,
hablan de ti cuando me miras.
Y el sudor de tus manos es su cómplice.

Yo que quisiera besarte, ser el aroma en tu piel.

Ser tan necio como una bestia,
y unirme tan pronto a tu cuerpo.

Creo que el cielo existe,

Y has cometido un grave pecado
Al fugarte del nido de ángeles.

Yo amé

Alguna vez amé como si fuera el final.

Amé desmedidamente con todo lo que escondía mi piel.
Amé desde los caminos metafísicos.
Me entregué como un esclavo en la Antigua Roma.

Yo quise tanto…
Amé hasta jadear
y casi morí de sed.

Amé con todo el riesgo.

Amé conociendo el cuento,
aquel final infeliz al que
estamos destinados los jóvenes.

Pero ¿qué importa ahora?

Qué importa si fue incorrecto.
Solo me atrevo a decir que…
Amé para aprender,
amé por querer ser sabio.
Adoré por sentirme amado.
Amé porque el amor es un maleficio cíclico e inevitable.

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 El primer beso

Aquella persona del primer beso,

suelo pensarla al mirar el cielo,
Porque la cosmogonía no es diferente de ella;
pareciera que todo lo maravilloso de la bóveda celeste
puede ser copiado en un simple beso.

La simpleza de un beso dulce

que sabe a todas las frutas.
Un beso que se dibuja sobre los labios
de aquella decena de personas que
toman nuestro autobús
para ser parte del viaje.
Pasajeros que son maestros y alumnos.

Es como un grano de arena

que puede recorrer el mundo entero
mecido por la ventisca.
Como un lago seco que ha dejado
grietas como si fueran huellas.
Incluso la marca del ganado
hecho a hierro ardiente.

El beso de aquella persona,

será una tinta indeleble.
Un recuerdo etéreo e imborrable,
nada dañino.
Pues es solo un enorme trofeo
colocado en la cima de una estante.
Un logro, quizás, un sueño, a lo mejor.

Una lengua de corbata

Una lengua de corbata para los soplones,

porque su única fe es la grandeza
de un cuento infantil donde falta la verdad.
Porque su felicidad es un eslabón hermano
de la traición.

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Triste son ellos, porque la lengua que les cuelga
es una cinta pútrida y corroída.

Son ignorantes de la amistad

y atraen malos seres para el cotilleo.
Como las hienas devoran, pero por gusto,
no por necesidad.
Como felinos cazan, por mera pasión
a las causas injustas.

Así pues, colgarán sus lenguas, como corbatas,

Porque son los Judas Iscariote de la actualidad.

La costumbre que antes fue amor

La costumbre que antes fue amor,

Es ahora una enfermedad asintomática.
No sientes plenamente los estragos de esta dependencia,
porque es un parasito que descansa
de acuerdo a la tregua entre dos.

Cuando reconocemos la costumbre,

no vamos lejos para saber que es una sarna
que hace aparecer grandes salpullidos en la dignidad.
Incluso, sometemos nuestros propios deseos de libertad.
Como aves, nos enjaulamos, y aunque nos dejasen libres,
no aletearíamos en dirección a los árboles
por miedo a lo inexplorado, por miedo a caer de nuevo.

Yo ruego por no cegarme,

temo al apretón de la venda.
A la ceguera de no reconocer que,
me he vuelto esclavo de una relación
donde murió hace mucho el amor.

El pulso, además, tiembla,

se nos van las agallas
y aferrados, seguimos sin ver la verdad
tras los látigos que se ciernen sobre nuestra piel.

Cómo desearía yo que,

el amor jamás se acabase,

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que viniera en grandes baldes.
Que no se hiciera migajas,
porque ha sido ese el causante de la esclavitud
voluntaria a la que nos sometemos
cuando la ausencia de amor nos lleva a una costumbre.

Cuarentena

En esta cuarentena,
Los que rezaban, lo harán más fuerte.
Los libros con telarañas, serán desempolvados.
Algunos sabrán que el hombre domesticó al lobo,
Otros conocerán que, Cleopatra fue la última de los faraones.
Muchos se sorprenderán lo que siempre debieron aprender.

Habrá más bailarines cuando todo esto acabe;

Porque ahora mismo practican sus pasos de baile.
El que no regaba sus plantas, ahora también les habla.
Habrá bilingüe y poliglotas.
Y los flacuchos tendrán cuerpos macizos.

Los amantes serán puestos a prueba.

Habrá también silencio,

habrá tristeza por los que partieron.
Recordaremos a los ancianos
y pensaremos, al menos por una vez en la vida,
al borde que nos ha llevado el virus de la realeza.
El virus portador de una corona.

No esperes

No esperes ambiciosamente
el florecimiento de una planta marchita
que hace tanto tiempo dejaste de regar.
Como todas las cosas en la vida, requiere de atención
para su propio estímulo.

No esperes que el ave en tu jaula produzca su propio alimento.

Tampoco el amor de tu vida será fiel y tierno si
le abandonas como un libro en el estante que has terminado de leer.

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Así como para recibir hay que dar,
para ser amado hay que valorar.

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