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Contenido ................................................................................................................ 1
Técnicas de limpieza:........................................................................................... 2
Bibliografía ......................................................................................................... 11
Técnicas de limpieza:
Partículas sueltas finas lo suficientemente pequeñas como para flotar por el aire:
polvo.
Partículas pequeñas: arena, tierra, pelos. Estas partículas pueden ser mas ligeras,
pero no flotan en el aire. Entran en un lugar indebido a través de las personas, (como
barro en los zapatos, por ejemplo).
Objetos diversos: aquellos que deben su presencia a la acción de personas en
lugares determinados (colillas, papeles, restos de comida…).
Restos de líquidos y fluidos: la dificultad de su limpieza radica en la capacidad de
absorción del medio en el que se deposite.
Como primer objetivo de la limpieza hay que señalar la higiene, que consiste en
eliminar una superficie sucia que retiene microorganismos. También sería un
objetivo la imagen, dejar todo en orden, ya que es la primera impresión que
permanece en la memoria. En un 80%, la suciedad proviene de la calle, a través de
puertas y ventanas, y un 20%, por otros medios (colillas, chicles, papeles…).
Hay muchas clasificaciones, pero aquí nos vamos a centrar en las más generales y
usuales. Fundamentalmente, la limpieza puede ser manual (en la que se utiliza la
fregona, escoba, mopa…), en la que el operario trabajará empleando su propio
esfuerzo físico; o por medios mecánicos (aspiradora, abrillantadora, pulidora…), es
decir, máquinas específicas.
Barrido húmedo:- Es, sin lugar a dudas, una técnica muy rápida y eficaz para el
mantenimiento de suelos medianamente sucios. Este tipo de barrido trata de
eliminar el principal inconveniente del barrido seco tradicional: el de levantar polvo.
Lavado del suelo:- El lavado de los suelos es importante porque permite conseguir
un buen nivel de higiene, además de eliminar manchas que no salen con el barrido
húmedo. Puede realizarse en todo tipo de superficies, siempre que sean resistentes
a la humedad. Para el lavado de los pavimentos necesitaremos una fregona con un
cubo y una prensa escurridora, en la que se pondrá detergente o un producto de
limpieza y protección. Hay que cambiar el agua cada vez que se aprecie que ésta
está sucia, pues en caso contrario la limpieza no resultará satisfactoria porque parte
de la suciedad contenida en el agua volverá a depositarse en el suelo.
Los suelos no soldados, como los realizados con baldosas plásticas, deben secarse
bien para evitar que el agua pueda penetrar por las juntas y despegue las baldosas.
Para la eliminación de manchas en los suelos plásticos podemos tratar de utilizar
las mismas técnicas y productos que en los suelos duros, aunque es preciso tener
siempre presente que un producto desconocido debe probarse siempre en una zona
poco visible de la superficie a tratar. Una vez que se ha comprobado la solidez de
los colores y la resistencia del material ante el nuevo producto, puede aplicarse
sobre la mancha. En los revestimientos textiles el polvo se acumula más que en otro
tipo de pavimentos más lisos, y debe ser eliminado con frecuencia por aspiración.
Comenzaremos por abrir ventanas, si las hay, para ventilar la pieza. A continuación
se retiran las toallas sucias y se vaciarán las papeleras y ceniceros. Para limpiar los
lavabos se usará, preferentemente, un detergente cremoso, aclarando a
continuación y secando bien para que no queden marcas de agua.
Los espejos se limpian con un paño suave que no deje pelusa y un producto
limpiacristales o con alcohol. Para evitar que las papeleras se ensucien
innecesariamente deberá colocarse en su interior una bolsa de plástico, de forma
que pueda ser retirada con su contenido y sustituida por otra nueva.
Los muebles encerados se limpian únicamente con trapos limpios y secos para
eliminar el polvo y productos abrillantadores superficiales. No emplear nunca aceites
u otros productos pues el mueble perdería color claro.
Para la limpieza de muebles de metal no deben utilizarse productos abrasivos si
disolventes, pues la mayoría de los metales suelen tratarse con un barniz especial
o laca que podría resultar dañado con estos productos. Después de la limpieza
puede aplicarse una capa de cera especial o un producto spray con silicona para
renovar la película protectora.
http://www.carm.es/fpublica/bici/oferta/BICI/validados/6722.pdf