Niveles de fluoruros en el agua de los pozos

de la ciudad de Durango
Rodolfo Trejo Vázquez
Instituto Tecnológico de Aguascalientes

María Teresa Alarcón Herrera

Instituto Tecnológico de Durango

Yolanda Martínez López

Secretaría de Salud, Delegación Durango

Pedro Romero Návar

Comisión Nacional del Agua, Gerencia Estatal Durango

Jaime Salvador Moysén

Universidad Juárez del Estado de Durango

Desde hace varias décadas, los habitantes de la ciudad de Durango, Durango en México, han
sufrido fluorosis causada por el agua que beben. El presente estudio se propuso determinar
cuantitativamente la presencia de fluoruros en los pozos de la ciudad, como un primer paso hacia
la solución del problema. Se encontró que el 96% de los pozos exceden lo permitido por la Norma
Oficial Mexicana, NOM, para fluoruros. El 84% de los pozos contuvieron entre 2 y 3 veces el Iími-
te fijado por la Norma Oficial Mexicana.

Palabras clave: agua, flúor, fluoruro, fluorosis, pozos, Norma Oficial Mexicana, Durango, México.

Introducción Espatoflúor. Contiene fluorita o fluoruro de calcio.

El elemento químico conocido como flúor, es un gas
que se combina activamente con otros elementos para
formar fluoruros. El flúor elemental es prácticamente
desconocido en la naturaleza; pero los compuestos
que contienen fluoruros se encuentran casi en todas
partes. El flúor constituye aproximadamente el 0.077%
de la corteza terrestre y, como tal, se clasifica como el
décimo tercero entre los elementos por orden de abun-
dancia. El agua de mar contiene aproximadamente 1.4
mg/l, lo cual hace que el flúor sea en ella el duodéci-
mo elemento por orden de concentración. En el cuer-
po humano existe sólo en trazas; pero no obstante,
ocupa el lugar número trece en orden de abundancia.
Los minerales de fluoruros que más comúnmente se
encuentran en la corteza terrestre son:
Criolita. Contiene fluoruros de sodio y aluminio.
Apatita. Es un complejo compuesto de calcio, fluo-
ruros, carbonatos y sulfatos.
Cuando el agua pasa sobre o a través de depósitos
de estos u otros compuestos similares que contienen
fluoruros, parte de ellos se disuelve y el agua lleva en-
tonces una concentración de fluoruros y otros iones
que se pueden medir en miligramos por litro (un mili-
gramo por litro equivale a una parte por millón ppm).
Al igual que ocurre con los fluoruros, el agua disuel-
ve otras muchas sales en su recorrido superficial o
subterráneo. La cantidad total de sales disueltas en el
agua fue designada como dureza por los químicos de
fines del siglo pasado, sin que se hicieran distinciones
entre los elementos componentes de estas sales.
 En 1916 el odontólogo F.S. McKay de Colorado ños al esmalte, sino que lo hacen más resistente a las
Springs en Estados Unidos de América, EUA, se per- caries dentales. Por lo que se recomendó que en re-
cató por primera vez de la existencia de una alta inci- giones donde el agua no contiene fluoruros, éstos se
dencia de defectos consistentes en moteado oscuro adicionaran deliberadamente como medida profilácti-
en el esmalte de los dientes de sus pacientes, y des- ca. Las primeras ciudades en EUA en adoptar la fluo-
pués de varias hipótesis llegó a la conclusión de que ración del agua para beber fueron Grand Rapids, Mi-
dicho defecto debía ser causado por una sustancia chigan, Newburgh, Nueva York y Brantford, Ontario, en
desconocida presente en el agua para beber. 1945.
A principios de la décadaa de los años 30 tres
gru-
pos de científicos que trabajaban en forma indepen-
diente, en zonas distintas y con instrumentos y méto-
dos diferentes descubrieron, casi simultáneamente, la
causa del esmalte moteado:

La ingestión de agua con fluoruros en alta propor-

ción.

Uno de los investigadores concluyó que las regio-

nes endémicas tenían aguas cuyo contenido de fluo-
ruros eran de 2 mg/l o mayores, en tanto que si la con-
centración estaba por debajo de 1 mg/l no se obser-
vaban defectos en el esmalte de los dientes. Por esta
razón se denominó fluorosis a la lesión del esmalte
dental debido a la ingestión de altas cantidades de
fluoruros.
Hacia los años 40 el doctor McKay pudo establecer,
haciendo acopio de un gran número de datos recaba-
dos en el campo, los siguientes criterios generales
relacionados con la fluorosis:

El esmalte moteado puede producirse sólo durante

el periodo de calcificación de los dientes, y no más
tarde. Esto es, que después de cierta edad (aproxi-
madamente a los doce años) no pueden producirse
dentaduras moteadas, sin importar cual fuera el
nivel de fluoruros en el agua.
Una vez que se forman esas lesiones no pueden
corregirse, ni durante el periodo de calcificación, ni
después.
De todos los líquidos y sólidos ingeridos por el hom-
bre como bebida y alimento, respectivamente, sólo
los fluoruros tienen influencia sobre la formación del
esmalte dental.

A partir de estos descubrimientos, otro investigador,

el doctor H.T.Dean realizó extensas investigaciones
epidemiológicas para confirmar la relación entre la
fluorosis y las concentraciones de fluoruros en el agua
para beber, y la relación entre las incidencias de caries
dental, las incidencias de fluorosis y la concentración
de fluoruros en el agua.
Los resultados mostraron que las bajas concentra-
ciones de fluoruros en el agua no sólo no causan da-
 La continuación de los estudios anteriormente des-
critos incluyó, además de la prevalencia de fluorosis,
exámenes de rayos X de varias articulaciones y partes
de la espina dorsal, pruebas de laboratorio de sangre
y de orina y exámenes clínicos minuciosos a diversos
grupos de niños, lo que permitió establecer que cuan-
do el nivel de fluoruros excede de 1.5 mg/l, cualquier
incremento subsecuente no disminuye significati-
vamente la incidencia de caries dentales, pero sí incre-
menta la ocurrencia y severidad de la fluorosis. De
aquí que la norma norteamericana para fluoruros en el
agua de bebida establezca como límite 1.5 mg/l.
También se descubrió que la proporción Óptima de
fluoruros en el agua es de 1 mg/l, con la que se redu-
cen las incidencias de caries en alrededor de 60%
entre niños de 12-14 años de edad, sin aparición de
fluorosis. Para niveles de fluoruros inferiores a 1 mg/l la
protección contra las caries decrece gradualmente.
Estudios más recientes indican que el consumo ex-
cesivo de fluoruros puede ocasionar en niños y adultos
propensión a otras lesiones, tales como reumatismo,
disfunciones del riñón y de la glándula paratiroides (la
cual regula el metabolismo del calcio en el cuerpo),
fragilidad, rigidez y otras deformaciones óseas (Foul-
kes, 19941), (Susheela, 1992), (Susheela, 1993), (Flo-
res-Montenegro, 1996).
Se demostró que la rápida absorción que ocurre
cuando los dientes hacen contacto con el agua para
beber es el mecanismo que permite a los fluoruros Ile-
gar al esmalte de los dientes de leche, se desechó el
de la vía sanguínea, que había sido propuesto inicial-
mente. Este descubrimiento permitió considerar a las
pastas dentales como una nueva opción para la fluo-
ración, misma que sigue vigente.
Otros estudios se han dedicado a establecer la im-
portancia de los alimentos como aportadores de fluo-
ruros (cuadros 1 y 2). Entre ellos detacan los trabajos
de F. J. McClure (1943), quien realizó estudios exhaus-
tivos que permitieron establecer las primeras relacio-
nes cuantitativas entre la ingestión de fluoruros a través

de los alimentos y el agua para beber, y la incidencia
y gravedad de las caries dentales en niños menores
de doce años.
Se ha encontrado que por lo general el contenido de
fluoruros en alimentos no depende del tipo de suelo en
que crezca la planta o el tipo de agua que consuma el
animal. Así, la leche, que por lo general contiene alre-
dedor de 0.2 mg/l de fluoruros, no aumentó a más de
0.3 mg/l cuando las vacas fueron abastecidas con
agua conteniendo 8 mg/l de fluoruros.
La mayoría de los vegetales y la carne contienen
menos de 1 mg/l de fluoruros en estado seco, con dos
excepciones notables:
El té, que puede contener hasta 60 mg/l.
Los pescados y mariscos con alrededor de 30 mg/l
de fluoruros.
No obstante, en una dieta balanceada, el aporte de
fluoruros por la vía del agua es mayor que el aporte por
alimentos. Los anteriores descubrimientos pusieron de
relieve la importancia de conocer a nivel mundial el
contenido de fluoruros en las aguas para beber.
Hoy en día se sabe que existen muchas regiones
del Planeta en donde el nivel de fluoruros excede a la
norma norteamericana y por tanto se presenta el fenó-
meno de fluorosis. Algunos de estos países son:
México (San Luis Potosí, Durango, Zacatecas y
Aguascalientes).
Estados Unidos de América.
Italia.
Algunos del norte de África.
India.
Alaska.
China.
Holanda.
Algunos del sur de América.
El presente es un estudio de las concentraciones de
fluoruros en el agua para beber que recibe la ciudad
de Durango, capital del estado del mismo nombre en
México, realizado en 1996, como un primer paso hacia
la solución del problema.
Materiales y métodos
Toma de muestras
Durante los primeros días de julio de 1996 se tomaron
muestras simples de 500 ml en frascos de polietileno
con tapa del mismo material, en cada uno de los pozos
de la ciudad (ilustraciones 1 y 2 y cuadro 3). Los pro-
cedimientos de muestreo y preservación practicados
se apegaron a lo descrito en el libro Métodos estándar
para el examen de agua y de agua residual y otros tex-
tos relacionados con el tema (Keith, 1990).
Determinación de fluoruros
El análisis de fluoruros en las muestras se realizó con-
forme a lo establecido en la NOM NMX-AA-77-1982,
basada a su vez en el procedimiento de análisis des-
crito en el libro antes mencionado (APHA, 1989). La
determinación es colorimétrica y comúnmente conoci-
da como el método SPADNS.
Criterios de calidad del agua
Estos criterios se tomaron de la Ley General del Equi-
librio Ecológico y Protección al Ambiente (México),
promulgada el 2 de diciembre de 1989 (CE-CCA-
001/89). En ella se establecieron los valores máximos
permisibles para compuestos orgánicos e inorgánicos
presentes en el agua, así como parámetros físicos,
químicos y bacteriológicos en los cuerpos de agua
que pretendan ser utilizados para consumo humano.
Para este estudio el límite máximo permisible para fluo-
ruros en el agua es de 1.5 ppm.
Resultados
El cuadro 4 muestra los resultados obtenidos del aná-
lisis de fluoruros en los pozos de la ciudad. Para facili-
tar la interpretación de esta información, se preparó la
ilustración 3, donde se clasifican en seis categorías, a
saber:
Categoría A: Entre O y 1.5 ppm de fluoruros
(dentro de lo permisible por la NOM).
Categoría B: Entre 1.5 y 2.25 ppm de fluoruros
(que representa entre 100 y 150% de lo permisible).
Categoría C: Entre 2.25 y 3 ppm de fluoruros
(que representa entre 150 y 200% de lo permisible).
Categoría D: Entre 3 y 3.75 ppm de fluoruros
(que representa entre 200 y 250% de lo permisible).
Categoría E: Entre 3.75 y 4.5 ppm de fluoruros
(que representaentre 250 y 300% de lo permisible).
Categoría F: Entre 4.5 y 5.25 ppm de fluoruros
(que representa entre 300 y 350% de lo permisible).
Se puede ver que de los 51 pozos investigados so-
lamente dos (el 3.92%) se encontraron dentro de los
valores permisibles para fluoruros, de acuerdo con la
NOM. La gran mayoría de los casos se encuentra entre
el doble y el triple de la concentración máxima permi-
tida. Esta situación se correlaciona claramente con las
manifestaciones de fluorosis exhibidas por la pobla-
ción.
 Es necesaria una defluoración parcial del agua de la
ciudad de Durango para bajar hasta 1 o 1.5 ppm el
contenido de fluoruros. Para este tipo de problemas, la
literatura reporta recomendable el uso de ósmosis in-
versa o adsorción con alúmina activada (Flores-Monte-
negro, 1996), (Maier, 1974), entre otros métodos.

Conclusiones

Las altas concentraciones de fluoruros encontradas en

el agua proveniente del subsuelo de la ciudad de
Durango hacen pensar que se trata de un acuífero
constituído por riolitas fracturadas, derivadas de mag-
mas originados por fusión parcial de la corteza terres-
tre, tal como sucede con otras ciudades mexicanas
con problemas de fluorosis, como la de San Luis Po-
tosí.

En su gran mayoría, los pozos de la ciudad de Du-

rango contienen entre 200 y 300% de la concentración
máxima permisible por la NOM. En concordancia con
lo anterior, una gran proporción de la población sufre
de fluorosis.
Algunas de las alternativas de solución son el uso
de alúmina activada o la ósmosis inversa; sin embar-
go, el costo de estos tratamietos pudiera resultar de-
masiado elevado para la ciudad. Hace falta desarrollar
investigaciones tendientes a determinar estos costos y
a probar otras opciones de defluoración, que resulten
ser efectivas y de menor costo.

Recibido: noviembre, 1996

Aprobado: febrero, 1997

Agradecimientos

Al Sistema de Investigación Francisco Villa (SIVILLA),dependiente

del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en Méxi-
co, el apoyo económico dado a este proyecto a través del convenio
9502160; a la ingeniera lsela Flores Montenegro;al personal del La-
boratorio de Análisis Químicos de la Comisión Nacional del Agua de
Durangoa (BlancaEstela Peña Ramos, Sandra Leticia Rodríguez Do-
zal, Ma. Berenice González Maldonado, Ma. Isabel Aragón Domín-
guez, Eva Rodríguez Escobedo, lria Verenice Torres Rubio, David
CuauhtémocSánchez Ibarra); a las autoridades de la Secretaría de
Salud, Delegación Durango y a las autoridades del InstitutoTecnoló-
gico de Durango.

Referencias

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pp 32-36.
Susheela A.K., Arbind-Kumar, Madhu-Bhatnagar y Rashmi-
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festations in People Living in some North India Villages.
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Susheela A.K., Das T. K., Gupta l. P. y Tandon R . K. (1992).
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Flores-Montenegro l. (1996). Diagnóstico de los daños a la
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ciudad de Durango y su relación con el agua de bebida.
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McClure F. J. (1943). lngestion of Fluoride and Dental Ca-
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Limusa, S.A. México. pp 11-59 y 228.
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(AWWA), Water Pollution Control Federation (WPCF).
Washington, D.C.
Keith, L.H. (1990). Environmental Sampling and Analysis.
Lewis Publisher, New York. p 26-27.

Abstract

Trejo-Vazquez R.; M.T. Alarcon-Herrera; Y. Martinez-Lopez; P. Romero-Navar; J. Salvador-Moysén “Fluoride

levels in well water in the City of Durango” Hydraulic Enginerering in Mexico (in Spanish). Vol Xll Num. 3, pages
51-57, September-December, 1997.
For a number of decades the inhabitants of the City of Durango in Durango, Mexico, have suffered the con-
sequences of fluorosis produced by the drinking water This study was designed to quantify the fluoride level
in the well water as a first step in the proposal of a solution to the problem. The fluoride concentration in sam-
ples taken from 96% of the well exceeded the Official Mexican Standard. The fluoride concentration from in
water taken from 84% of the wells was 2 to 3 times this standard.

Key words: Water, fluor, fluoride, wells, Official Mexican Standard, Durango, Mexico.