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Ética Profesional (Ruben Reyes Rivera)

Rosmariel Corporan Tejada


NO.100620195
La socia biología humana
La moral es lo que nos permite a las personas distinguir entre el bien y el mal,
respetar la ley, y brindarles a los demás un trato respetuoso y digno, siendo en el
plano de la conciencia donde se dirime esta cuestión tan íntima y personal, por
ende, la socia biología humana ha puesto de moda la tesis (de que la conducta
humana y la moral están determinadas biológicamente y, más precisamente, por
nuestra constitución genética.
Obramos y evaluamos como lo hacemos porque así está escrito en nuestro código
genético, al que no podemos escapar. Esta tesis se conoce con el nombre de
determinismo biológico. No es nueva: tiene raíces en la antigua creencia de que hay
grupos humanos, en particular razas, biológicamente superiores a los demás y
destinados a dominar la humanidad.
Él determinismo biológico es atractivo a primera vista, porque saca a los valores y
las normas de los dominios de la teología y la filosofía y los coloca en medio de la
vida. Por consiguiente, para saber qué es valioso y cómo debemos comportarnos
ya no es menester consultar tablas de mandamientos confeccionadas por jefes
religiosos ni tratados redactados por filósofos alejados de los problemas prácticos,
que son la fuente de todo conflicto moral. Según el determinismo biológico, la
autoridad máxima en cuestiones de valores y normas es la biología. Se acaban así
los mitos de la moral revelada y de la moral autónoma o independiente de la
situación real del hombre. La ética baja de las nubes y se convierte en objeto de
investigación científica.
El determinismo biológico contemporáneo es genético: sostiene que nuestro destino
está en nuestros genes, no en nuestras manos ni en las de la divinidad. Se nace
inteligente o poderoso, tonto o sumiso: la educación sólo puede reforzar o debilitar
los procesos controlados por los genes, en particular los procesos mentales. Otra
tesis del determinismo genético es que los genes son egoístas, en el sentido de que
controlan al organismo de modo que éste tienda a alcanzar la finalidad última de los
primeros, que es perpetuarse. El cuerpo no sería sino un envoltorio para proteger a
los genes, y la sociedad no debiera ser sino una cámara para proteger semejante
tesoro génico.
La moralidad del hombre y los animales
El trato a los animales no humanos, una consideración moral. El dualismo filosófico
de autores como Descartes ha servido históricamente para desarrollar una lógica
del dominio sobre los animales no humanos ajena a su sufrimiento.

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