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Surrealismo

El movimiento surrealista nació en París en 1924 en torno al poeta André Breton (1896-
1966), quien publicó ese año el Manifiesto Surrealista. Los artistas de este grupo se
encontraron profundamente influidos por las investigaciones en psicología de Sigmund
Freud y buscaron liberar su imaginación a través del inconsciente. Los caminos para
acceder a este eran variados: desde el alcohol, las drogas o el ayuno, hasta métodos para
buscar recordar los sueños y producir obras a partir de estos. También crearon el
automatismo que se basaba en la asociación libre.

El Surrealismo fue una vanguardia muy exitosa, que logró reunir en sus filas a muchísimos
artistas y también a buena cantidad de dadaístas, ya que su grupo se fracturó en 1921.

Es una vanguardia que se inserta en el contexto de la década del 20 en París: alejados de


las consecuencias de la Primera Guerra Mundial y todavía seguros de la violencia que
desencadenará la Segunda Guerra. Aun así, el camino del Surrealismo se encamina, por un
lado, hacia la reconstrucción de las bases de las artes (regreso a la pintura), pero, a su vez,
se evade de la realidad más cercana propiciando las vías antirracionales para la
producción artística.

Entre los artistas no hay una unidad estilística (como sucede en todas las vanguardias),
sino que la línea conductora se da a partir de los elementos conceptuales que aúnan a las
producciones bajo el amparo de una búsqueda surrealista.

El foco surrealista en París se extendió hasta 1945, aunque muchos artistas se dispersaron
del grupo cuando Breton declaró, en 1928, que el Surrealismo era comunista. Con el
estallido de la Segunda Guerra en 1939, muchos artistas emigraron difundiendo las ideas y
fundando nuevos grupos en México (Leonora Carrington, Remedios Varo), Argentina (José
Planas Casas, Juan Batlle Planas) y Estados Unidos (Breton), entre otros.

La pintura surrealista tiene distintos caminos, desde el extrañamiento de la


representación y un cuestionamiento al lugar de la pintura explorado por René Magritte
(1898-1967), los famosos paisajes rocosos con fuertes alusiones sexuales de Salvador Dalí
(1904-1989) y las búsquedas más cercanas a la abstracción de Joan Miró (1893-1983).

© Universidad de Palermo. Prohibida la reproducción total o parcial de imágenes y textos. 1


René Magritte (1898-1967). La condición humana. 1933. Óleo sobre tela. 100 x 81 cm.
National Gallery of Art (Washington) disponible aquí.

Salvador Dalí (1904-1989). La persistencia de la memoria. 1931. Óleo sobre tela. 24 x 33


cm. MoMA (Nueva York) disponible aquí.

Joan Miró (1893-1983). Figure à la bougie. 1925. Óleo sobre tela. 116,2 x 89 cm. Colección privada.

© Universidad de Palermo. Prohibida la reproducción total o parcial de imágenes y textos. 2

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