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Posimpresionismo

Mientras que el Neoimpresionismo funciona como un grupo, el Posimpresionismo es una


etiqueta historiográfica que se utiliza para denominar artistas que estuvieron ligados a la
búsquedas impresionistas o a su interés antiacadémico pero hacia 1880 se orientaron
hacia obras personales que, en muchos casos, cuestionaron el ideario impresionista. Cada
artista posimpresionista implica una búsqueda particular y alejada de la intensa red
cultural parisina.

Paul Cézanne
Paul Cézanne (Aix-en-Provence, 1839-1906) era un artista que trabajó aislado del grupo de
artistas modernos que circulaban por París en su época. Se formó en París (1862-1870) y
entró en contacto con Pissarro, quien lo introdujo en el estudio directo de la naturaleza.
Expuso con el grupo de los Impresionistas, pero su vehemencia y su torpeza social lo
alejaron del grupo. De cualquier forma, Cézanne no compartía los mismos intereses que
los impresionistas, ya que mientras que estos se preocupaban por la superficie, Cézanne
exploraba la estructura y la representación tridimensional de la naturaleza en el lienzo.

Paul Cézanne (Aix-en-Provence, 1839-1906). Manzanas y naranjas (c. 1899). Óleo sobre tela. 74 x 93 cm. Museo d’Orsay,
París.

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Cézanne trabajaba lenta y minuciosamente en cada una de sus obras, y buscaba
representar la tridimensionalidad de los objetos representados sin acudir a las
herramientas heredadas del Renacimiento. En ese sentido, el artista busca reducir las
formas a los elementos tridimensionales básicos que la componen y las pinta con una
pincelada que construye estructuralmente las formas para lograr composiciones sólidas.
Cézanne realizó seis variaciones sobre los mismos elementos que conforman esta
naturaleza muerta pintada en su estudio de París en 1899.

Buena parte de sus obras están ligadas a su tierra natal, la Provenza, donde trabaja el
paisaje y a las personas del pueblo. El artista parte de una realidad visual y realiza un
proceso analítico que se empeña en organizar la compleja estructura del hecho a
representar. Así, se produce una apropiación de la realidad y una reflexión sobre esta que
se plasma en la obra de arte. Este proceso analítico será la base para las investigaciones
de los artistas que lo sucedan (entre ellos Picasso, quien parte del análisis de Cézanne para
el desarrollo del cubismo).

Vincent van Gogh


Vincent van Gogh (Groot-Zundert, 1853 – Auvers-sur-Oise, 1890) es, quizás, el artista más
famoso de la historia de arte. Luego de diversas búsquedas vocacionales, van Gogh
comenzó a estudiar para formarse como artista con intensa pasión y llegó a París en 1886.
Su carrera fue corta (duró apenas una década, hasta su fatal muerte en 1890) pero
intensa, legando al mundo casi dos mil obras.

Desde su llegada a París se interesó por las búsquedas impresionistas, dejando atrás un
periodo ligado al realismo. Su pintura se aclaró y se llenó de color. Sus composiciones
también se nutrieron de las estampas japonesas y del pensamiento simbolista.

Sufrió problemas psiquiátricos que lo volvieron inestable, lo cual fue agravado por el
consumo de alcohol. Falleció a los 37 años de un tiro en el pecho en la localidad de
Auvers-sur-Oise, donde se había establecido con la voluntad de crear una comunidad de
artistas. Las últimas investigaciones dudan que la muerte de van Gogh haya sido un
suicidio (se recomienda ver la película Loving, Vincent al respecto de este tema).

A pesar de los intentos de su hermano Theo, que trabajaba junto a galeristas en París,
Vincent no tuvo éxito con sus obras. Fue descubierto casi 10 años después de su muerte y
es hoy por hoy uno de los artistas centrales de la historia del arte.

Se recomienda escuchar esta canción mientras se continúa con la lectura del apunte.

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Vincent van Gogh (1853-1890). Noche estrellada (1889). Óleo sobre tela. 73,7 x 92,1 cm. MoMA, Nueva York.

Vincent le escribió una carta a Theo en la que le decía: “esta mañana vi el campo desde mi
ventana un largo rato antes del amanecer, no había nada excepto la estrella de la mañana
que se veía muy grande”. Se encontraba internado en el Asilo Saint-Paul, en Saint-Remy al
sur de Francia, donde buscó ayuda para calmar el sufrimiento emocional a causa de la
fuerte depresión que estaba padeciendo desde 1888.

Desde su memoria pintó este paisaje nocturno que parece ser el de una festividad que
ilumina el cielo con fuegos artificiales. Sin embargo, solo son las estrellas, las nubes y la
luna la que nos acompañan en el energético cielo. La obra, producida en el último año de
vida del artista, concentra las características de las obras de su mejor periodo. La
construcción de las formas está dada por robustas pinceladas en forma de rayas, cargadas
de materia que construyen complejos y coloridos remolinos en el cielo.

Bajo el cielo, el humilde pueblo se ve simple y prácticamente perdido en medio del


campo. En primer plano domina el ciprés que funciona como equilibrio visual de la luna.

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A van Gogh no le interesaba la plasmación inmediata de la realidad de los impresionistas,
sino que pintaba desde la memoria y desde la emoción. Cargaba a sus cuadros de las
sensaciones que el paisaje o las personas producían en él. En muchos casos, evitaba la
representación de la perspectiva y obviaba los colores locales para reemplazarlos con
colores que enfaticen sus sentimientos. Según van Gogh, “la noche estaba mucho más
viva y ricamente colorida que el día” y por eso la pinta así.

Paul Gauguin
Paul Gauguin (París, 1848 – Atuona, 1903) abandonó su rica vida como corredor de bolsa
para dedicarse a ser artista. Comenzó como aficionado y coleccionista hasta que decidió
dejar atrás la vida burguesa y adentrase en su verdadera vocación. Se inspiró en los
pueblos de la Bretaña francesa y terminó por aislarse del “mundo civilizado”,
estableciendo residencia en Tahití y las Islas Marquesas.

Paul Gauguin (1848-1903). Manaò tupapaú (El espíritu de los muertos vela) 1892. Óleo sobre tela. 73 x 92 cm. Albright-
Knox Gallery, Buffalo, Nueva York.

Paul Gauguin viajó intensamente y se sintió fascinado por las culturas indígenas de Tahití.
Pintó sus costumbres y sus tradiciones. En esta obra retrata el día que volvió a la noche en
su casa y se encontró con su vahine (mujer) de 13 años, recostada desnuda en la cama y

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aterrorizada porque se había apagado la luz y estaba convencida que el tupapaú (espíritu
de los muertos) vendría a buscarla.

El estilo sintético y el uso de la línea de contorno son características que Gauguin


mantiene en su obra madura, que además desborda con una paleta de colores vibrantes.
El artista se aleja de la representación mimética para abrevar en herencias no europeas,
se desentiende de la representación del espacio y de las veladuras, para pintar planos de
color apenas matizados para aludir a los volúmenes. La obra pone de relevancia el gusto
por lo decorativo que inunda al artista, ya sea en el tratamiento de la guarda en la cama,
como en las flores sobre la pared.

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