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las grandes corporaciones. Cada socio de la S.A. responde únicamente con su porción de
capital, el cual se divide en acciones.
La definición de sociedad anónima (S.A.) es la de una sociedad mercantil donde los socios
adquieren una responsabilidad limitada al capital que han aportado.
Dichas acciones pueden ser vendidas libremente en los mercados, siempre y cuando los
accionistas hayan tomado la decisión de hacerlo.
Dichas acciones pueden ser vendidas libremente en los mercados, siempre y cuando los
accionistas hayan tomado la decisión de hacerlo.
Análogamente, de cara a responder ante deudas con terceros, los accionistas responden por la
sociedad únicamente por el valor de las acciones cuya propiedad ostentan.
Es importante señalar que los accionistas, pese a estar vinculados con la sociedad mediante el
capital correspondiente a sus acciones, no tienen por qué asumir ningún cargo ni realizar
ninguna función laboral en el seno de la empresa: ostentan simplemente el nombre de socios
capitalistas, y pueden permanecer en el anonimato.
Las sociedades anónimas tienen personalidad jurídica propia, y tributan por el Impuesto de
Sociedades. Órganos obligatorios de una S.A.
Junta General de Accionistas. En este órgano se reúnen todos los accionistas para discutir
aspectos relevantes del funcionamiento y organización de la empresa, y en su seno se realizan
los nombramientos de cargos y se eligen a los administradores de la sociedad.
La Ley de Sociedades Anónimas recoge los requerimientos que deben cumplir aquellas
sociedades que deseen adoptar esta forma; su constitución ha de realizarse mediante escritura
pública, según dicta el Código de Comercio, y debe ser inscrita en el Registro Mercantil con un
nombre (denominación o razón social) seguido de las siglas S.A.
Datos completos de los otorgantes (en caso de que sean personas físicas) o denominación /
razón social (en caso de que sean personas jurídicas).
Datos completos de los administradores (en caso de que sean personas físicas) o
denominación / razón social (en caso de que sean personas jurídicas).
Para constituir una sociedad anónima, es preciso aportar un capital social mínimo de 60 000
euros: este capital se divide en acciones nominativas (al portador). Tiene que desembolsarse al
menos un 25 % del mismo en el momento de la constitución, y se acuerda el reembolso de la
cantidad restante; esta cantidad recibe el nombre de dividendos pasivos.
Como dijimos previamente, los accionistas de una S.A. solamente responden ante terceros por
la cantidad de sus acciones, y nunca con sus bienes personales.
No obstante, en los casos en los que la S.A. haya perjudicado algún interés público o privado,
es posible que los órganos de Justicia requieran a los socios responder con su patrimonio
personal para evitar que, amparados por la limitación de responsabilidad, estos la eludan ante
un procedimiento sancionador por actos ilícitos o fraudulentos.
Las posibilidades de crecimiento de una sociedad anónima son sensiblemente superiores a las
de otras formas jurídico-societarias, puesto que no se requiere un número mínimo de socios
para el aporte de capital en el momento de la constitución de la sociedad. Captación de
inversores Además, la posibilidad de fragmentar el capital social de la empresa en unidades
mínimas (acciones) hace que se favorezca su crecimiento al obtener nuevas fuentes de
inversión. Si bien la venta de acciones o participaciones está muy restringida en las sociedades
limitadas (la otra gran forma jurídico-societaria de nuestro país), en las sociedades anónimas
se propicia la atracción de nuevos inversores que permitan allanar el camino de la expansión
financiera de la organización.
Alta inversión inicial La condición de reunir un capital social inicial tan elevado es un escollo
que muchos emprendedores no pueden salvar, y por ello verse disuadidos a adoptar esta
forma. Inconsistencias entre el control operativo y jerárquico No es de extrañar que, ajenos al
día a día de la empresa, los accionistas puedan tomar decisiones estratégicas erróneas.
Esto significa que pueden inmiscuirse en cualquier aspecto de la sociedad (porque así lo
justifica su condición de socios): su autoridad siempre prevalece sobre la de los mandos
directivos designados.
Ahora que sabes lo que es una S.A. (sociedad anónima), sus requisitos de constitución y sus
puntos fuertes y débiles, tendrás más datos para constituir tu sociedad de la forma más
ventajosa para tus intereses. Prueba STEL Order y comprueba lo sencillo que resulta gestionar
una empresa, independientemente de su tamaño o capital.
Para la constitución de una sociedad anónima se requiere por lo menos de dos socios
El administrador de la sociedad puede ser nombrado de entre los socios o bien ser un tercero
extraño a la sociedad. Sólo puede ser administrador único las personas físicas.
El consejo de administración de la sociedad anónima estará integrado por dos o más personas.
Es el órgano de administración de la sociedad encargado de tomar las decisiones para
desempeñar las actividades de la sociedad.
No pueden ser administradores quienes conforme a la ley estén inhabilitados para ejercer el
comercio.
Las personas que estén inhabilitados para ejercer el comercio conforme a la ley.
Las acciones son las aportaciones de los socios en la sociedad anónima y que integran el capital
social. Las acciones pueden tener un valor nominal o un valor real. Además las acciones
pueden ser ordinarias o preferentes
Las acciones ordinarias son aquellas que confieren derechos patrimoniales y corporativos a sus
tenedores.
¿Qué son las acciones preferentes?
Las acciones preferentes son aquellas que confieren a sus tenedores derechos corporativos
limitados a cambio de mayores derechos patrimoniales. Además dan a sus tenedores el
derecho a votar en las asambleas extraordinarias.
El importe del capital social, número total y valor nominal de las acciones.
La sociedad considerará como dueño de las acciones a quien así aparezca inscrito en el registro
de acciones de la sociedad anónima.
Sí, las acciones pueden transmitirse, conforme a las disposiciones legalesLas acciones
ordinarias son aquellas que confieren derechos patrimoniales y corporativos a sus tenedores.
Las acciones preferentes son aquellas que confieren a sus tenedores derechos corporativos
limitados a cambio de mayores derechos patrimoniales. Además dan a sus tenedores el
derecho a votar en las asambleas extraordinarias.