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Fuente:

Aplicación notarial del Código Civil y Comercial de la Nación.


Director: Claudio KIPER
Coordinador: Luis O. DAGUERRE.
Contrato de cesión de derechos
Autor: Pablo D. HEREDIA
Rubinzal Culzoni Editores 2015

CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS


por PABLO D. HEREDIA

SUMARIO: l. ¿Cesión de derechos o de créditos'.' JI. La cesión de derechos como


contrato. lII. Definición del contrato. IV. Subespecics. A. Cesión-venta. l. Ce-
sión-venta por dinero. 2. Cesión-venta por remate, dación en pago y adjudicación
judicial. B. Cesión-permuta. C. Cesión-donación. V. Caracteres del contrato de
cesión de derechos. VI. Similitudes y diferencias con otras figuras. VII. Derechos
cesibles y no cesibles (objeto del contrato). A. Principio de cesibilidad. l. Derechos
o créditos condicionales. 2. Créditos a plazo. 3. Derechos o créditos futuros, de-
rechos eventuales y derechos en expectativa. 4. Derechos aleatorios. 5. Derechos
litigiosos. 6. Acciones legales. 7. Los derechos resultantes de títulos valores. 8. De-
rechos de propiedad industrial o intelectual. 9. Derechos sobre universalidades.
10. Cesiones parciales de créditos. B. Derechos no cesiblcs, 1. Exclusiones deri-
vadas de la ley. 2. Exclusiones derivadas de la convención (pactwn de non ce-
dendo). 3. Exclusiones derivadas de la naturaleza del derecho. VIlI. Forma. A. La
forma escrita como regla. B. La escritura pública como excepción. 1. La cesión
de derechos hereditarios. 2. La cesión de derechos litigiosos. 3. La cesión de
derechos derivados de un acto instrumentado por escritura pública. C. Transmisión
por endoso o entrega manual. IX. La entrega de los documentos prohatorios del
derecho. X. Efectos de la cesión de derechos con relación a las partes. A. Trans-
misión del derecho. l. Generalidades. 2. Momento en que se produce la transmisión.
Alteraciones convencionales. 3. Limitaciones convencionales para el ejercicio por
el cesionario del derecho cedido. 4. Transmisión de garantías y accesorios del
derecho. 5. Transmisión de las restricciones, cargas y vicios del derecho cedido.
6. Transmisión de la facultad de realizar actos conservatorios. B. Las garantías
prestadas por el cedente. 1. Garantía por evicción legal (existencia y exigihilidad
del derecho). 2. Garantía de evicción convencional (insolvencia del cedido). C. Ce-
sión de derecho inexistente. D. Relaciones entre el cedente y el cesionario en
caso de cesión parcial. E. Cesión de crédito prendario (remisión). XI. Efectos de
la cesión de derechos con relación al cedido. A. Eficacia de la cesión. l. La
notificación al cedido como modalidad primaria. 2. La aceptación del cedido como

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modalidad alternativa. 3. Supuestos de flexibilización o dispensa de la notificación


al cedido. 4. Consecuencias comunes. 5. Actos anteriores a la notificación de la
cesión. 6. Régimen de la mora del cedido antes de la notificación o aceptación.
7. Concurrencia de cesionarios sucesivos. B. Perjuicios que el cedido puede sufrir
en razón de la cesión. XII. Efectos con relación a los garantes del cedido. XIII. Efec-
tos con relación a terceros. A. Acciones individuales. l. Embargo posterior a la
notificación de la cesión o a su aceptación. 2. Embargo anterior a la notificación
o aceptación del cedido. 3. Embargo anterior al contrato de cesión. B. Acciones
colectivas. 1. Concurso preventivo o quiebra del cedente. 2. Cesión de créditos
concursales (remisión). XIV. Cesión de derechos en garantía. A. Situación bajo
el Derecho anterior. 1. Tesis del negocio fiduciario. 2. Tesis de la constitución
de una prenda de créditos. B. Solución del Código Civil y Comercial de la Nación.
C. Principios cuestiones involucradas. XV. Cesiones en pago: pro soluto y pro
solvendo. XVI. Cesión de derechos o créditos futuros con finalidad de garantía.
XVII. Cesión de acciones de sociedad anónima. XVIII. Cesión de cuotas de so-
ciedad de responsabilidad limitada. XIX. Cesión de dividendos societarios futuros.
XX. Cesión de créditos verificados en procesos concursales. A. Concurso pre-
ventivo. B. Quiebra.

l. ¿Cesión de derechos o de créditos?


El Código Civil redactado por Vélez Sársfield reguló la "cesión de
créditos" (arts. 1434 a 1484). Tal denominación del instituto mereció
crítica pues, en rigor, mediante cesión no sólo pueden transmitirse cré-
ditos, sino también derechos, tal como lo confirmaban los artículos 1442,
1444, 1447, 1455, etcétera, de ese cuerpo legal, que referían a la cesión
de derechos de toda categoría: créditos, acciones judiciales de cualquier
naturaleza, objetos incorporales, derechos y acciones sobre cosas que se
encuentren en el comercio, sobre cosas futuras, frutos naturales o civiles
y, en general, todo derecho no conexo a la persona misma'.
El Código Civil y Comercial de 2014, haciendo suyas tales críticas
y siguiendo, además, conocidos proyectos de reforma-, alude correc-
tamente a la "cesión de derechos" (art. 1614).

1 BIBILONI, Juan A., Reforma del Código Civil. Anteproyecto, Kraft, Buenos
Aires, 1939, t. II, p. 291, nota al Título I1, Capítulo I, del Libro I1, Parte especial;
REZZÓNICO, Luis M., Estudio de los contratos en nuestro Derecho Civil, Depalma,
Buenos Aires, 1958, t. 1, p. 433; LAFAILLE, Héctor, Derecho Civil. Tratado de las
obligaciones, Ediar, Buenos Aires, 1947, vol. 1, p. 259, W 286.
2 Anteproyecto Bibiloni, arts. 1506 y ss.; Proyecto de 1987, art. 1434; Proyecto

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11. La cesión de derechos como contrato


Vélez Sársfield reguló la "cesión de créditos" (rectius: de derechos)
como un contrato, después del de compraventa y antes del contrato
de permuta.
Su tratamiento como un contrato fue criticado por un sector de la
doctrina, bajo la idea de estar en presencia, antes que frente a un tipo
contractual autónomo, a un instituto vinculado a la modificación del
aspecto subjetivo de la obligación, es decir, a su titularidad (por lo
cual debía tener consideración en el capítulo concerniente a la trans-
misión de las obligaciones en general), y que en su faz estrictamente
contractual quedaba aprehendido por las reglas que gobiernan otros
contratos típicos como la compraventa, la donación o la permuta.
En tal sentido, Lafaille sostuvo que su lugar debía estar "...junto
con la transmisión en general, o bien dentro de lo relativo a las obli-
gaciones, subordinada siempre a las normas de aquélla...", y ello debía
ser así pues "...cuando se estudian los contratos en particular se observa
bien, que la cesión de créditos no constituye una figura autónoma con
relación a las otras. En efecto, la cesión de créditos puede hacerse
gratuitamente, en cuyo caso es una donación; puede hacerse por precio
y entonces es una venta; puede, por último, hacerse a cambio de otro
crédito y entonces es un caso especial de permuta ..."3
El mismo punto de vista fue compartido, entre otros, por Rezzónico,
quien, además, observó que Códigos más modernos, tales como el alemán
(1896), el suizo (1911), el brasileño (1916) y el italiano (1942), ubicaban
a la cesión de créditos -y de derechos en general- dentro de la teoría
general de las obligaciones, no regulándola como un contrato".

de la Comisión designada por el decreto 468/92, arts. 1037 y ss.; Proyecto de la


Comisión Federal de la Cámara de Diputados, art. 1434; Proyecto de 1998, arts. 1527
y ss.; Proyecto de 2012, art. 1614.
3 LAFAILLE, Héctor, Curso de obligaciones, Tip. A. G. Rezzónico, Buenos Aires,
1926, t. l, p. 173, N" 326.
4 REZZÓNlCO, ob. cit., t. Il, ps. 436/437. En el mismo sentido: BORDA, Guillermo,
Tratado de Derecho Civil. Contratos, Perrot, Buenos Aires, 1969, t. I, p. 372, N° 489.
También regulan la cesión de créditos como un capítulo del sistema general de
las obligaciones, los Códigos Civiles de Perú (arts. 1206 a 1217), Paraguay (arts. 524
a 537), Bolivia (arts. 384 y ss.); Guatemala (arts. 1443 y ss.); México (art. 2029);
Portugal (arts. 577 y ss.),

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Aunque en los códigos civiles de cuño latino no ha prevalecido el


criterio de considerar a la cesión de derechos como un tipo contractual
autónomo sino, por el contrario, como una disciplina de efectos que
pueden ser desencadenados por cualquier negocio transmisivo", lo cier-
to es que las críticas precedentemente reseñadas no puede decirse que
tengan un valor indiscutible, máxime por estar referidas a un tema
cuya ubicación dentro de la temática del Derecho Civil no es nada
fácil" y ponderando, además, que ni siquiera la doctrina interpretativa
de los códigos extranjeros antes mencionados ha sido completamente
excluyente de una consideración contractual del instituto".

5 TELES DE MENEZES LEITÁO, Luís Manuel, Cessáo de créditos, Almedina,


Coimbra, 2005, p. 277, W 23.3.
6 LLAMBÍAS, Jorge J., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, Perrot, Buenos
Aires, 1970, t. I1, p. 608, W 1299.
7 La lectura de dicha doctrina confirma lo expuesto en el texto.
En efecto, en el Derecho alemán se distingue el negocio jurídico de transferencia
(Abtretung)y la propia transferenciadel crédito (Übertragung),la cual resulta normalmente
de un contrato, pero también puede serlo de una disposición legal o judicial (conf. TELES
DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 191, N° 19.1). El negocio jurídico de transferencia
importa,para un criterio, un acto de disposición(von Tuhr) y para otro un negocio abstracto
(Enneccerus), y si bien no se confunde con el contrato que puede ser su base, se le aplican
las normas sobre contratos en lo pertinente, con lo cual se comprueba la apuntada con-
sideración contractual del instituto. Al respecto, explica Andreas Von Tuhr que "...La
cesión es, por recaer sobre un crédito, un contrato que forma parte del Derecho de Obli-
gaciones y reglamentado, por tanto, en el Código de Obligaciones, pero no constituye un
contrato en sentido estricto, es decir, una convención creadora de obligaciones, sino un
acto de disposición, por medio del cual el crédito sale del patrimonio del cedente y entra
en el patrimonio del cesionario. No obstante, a la cesión son aplicables los preceptos
destinados primordialmente a reglamentar los contratos como fuentes de obligaciones y
principalmente las normas sobre contratación, vicios de la voluntad y representación..."
(VON TUHR, Andreas, Tratado de las obligaciones, Reus, Madrid, 1934, t. II, p. 286,
N° 92). De su lado, Ludwig Enneccerus escribió: "...1. La cesión es un contrato, siendo
por tanto ineficaz la declaración unilateral de cesión si no subsigue la aceptación (que
con frecuencia es tácita). 2. El contenido de este contrato es la transmisión del crédito.
Por tanto, la cesión no ha de confundirse con el contrato por el cual se asume una obligación
de ceder, por ejemplo, la venta del crédito. Verdad es que con frecuencia la cesión va unida
externamente a este negocio básico [...] pero, aunque sea así, la cesión es un contrato
abstracto..." (conf. ENNECCERUS, Ludwig; KIPP, Theodor y WOLFF, Martín, Tratado
de Derecho Civil. Derecho de Obligaciones, Bosch, Barcelona, 1933, t. II, vol. 1, p. 377,
N° 79).
La idea de que la cesión es un acto jurídico abstracto independiente de la

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CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

A todo evento, el criterio aprobado por el Código Civil y Comercial


de 2014 en el sentido de mantener a la cesión de derechos en el campo
de las figuras contractuales (Libro Tercero, Título IV, Capítulo 26,
Sección la -arts. 1614 a 1631-) no merece un indisputado reproche
porque: 1) aun aceptando que la cesión de derechos muestra una com-
posición intrínseca dual pues, por una parte, ofrece un fenómeno de
transmisión subjetiva obligacional (aspecto propio de las obligaciones
en general) y, por otra, un vínculo convencional del que derivan as-
pectos jurídicos diferenciales (relación entre cedente y cesionario; si-
tuación del tercero cedido; garantía de evicción; etc.), lo cierto es que
el desdoblamiento de ambas facetas jurídicas a los efectos de su re-
gulación, esto es, para disciplinar en el libro de las obligaciones lo
primero y en el libro de los contratos lo segundo", no parece una
convención que es la base del derecho cedido está también presente en la doctrina
interpretativa del Derecho suizo, a propósito de lo dispuesto por los arts. 164 y
ss., del Código de las Obligaciones (conf. DAEPPEN, Osear y REYMOND, Charles,
Le Code Fédéral des Obligations, Éditions Polygraphiques SAo Zurich, 1937, p.
240, ap. II). Sin perjuicio de lo cual en Suiza la cesión es considerada, además,
como un contrato sujeto consiguientemente a las reglas generales relativas a su
conclusión, interpretación, objeto, vicios del consentimiento y representación (conf.
BONOMI, Andrea, Transmission de créances dans le monde des finances modernes,
en Institut Suisse de Droit Compraré [org.], Rapports suisses présentés au XV
Congrés International de Droit Comparé, Bristol, del 27-7-98, Zurich, Schultess
Polygraphischer Verlag, 1998, ps. 109/126, citado por TELES DE MENEZES LEI-
TAO, ob. cit., ps, 196 y ss.), en las que además son mencionados fallos del Tribunal
Federal Suizo que muestran ser menos categóricos en el sentido de aceptar la pre-
sencia de un contrato abstracto.
En Italia, más allá de la ubicación legislativa del instituto, no es negado su
perfil contractual. Dicen Bianca, Patti y Patti que "...Come atto di trasferimento
la cessione e un contratto che si perfeziona col consenso del cedente (l'originario
creditore) e del cessionario (il nuovo creditore), de per sé produttivo del trasfe-
rimento del crédito in applicazione del principio del consenso traslativo ..." (conf.
BlANCA, C. Massimo; PATTI, Salvatore y PATTI, Guido, Lessico di Diritto Civile,
Giuffre, Milano, 2001, p. 116). La cesión nace -como regla general- de un contrato
(contrato de cesión), en el cual las partes son el originario acreedor y el nuevo
acreedor, dice MESSINEO, Francesco, Manual de Derecho Civil y Comercial, Ejea,
Buenos Aires, 1955, t. IV, p. 189, N° 110. Igualmente se expresa Domenico Barbero:
"...E un contratto, cioé un negozio bilaterale, in cuí intervengono due parti ..."
(conf. BARBERO, Domenico, Sistema del Diritto Privato italiano, Utct, Torino,
1965, vol. n, p. 228, N° 714).
8 Criterio propiciado por el Proyecto de 1936 (arts. 669 a 676 y 948 a 968), el

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adecuada técnica legislativa, desde que provoca dispersión en vez de


concentración normativa, restando claridad al intérprete; JI) la circuns-
tancia de que los derechos que se pueden ceder son los que emergen
de las obligaciones cuyas fuentes varían (donación, compraventa, per-
muta), no importa negar que la transmisión de un patrimonio a otro
pueda cumplirse mediante una figura jurídica con características pro-
pias, que le dé fisonomía de un contrato autónomo"; 1II)el tratamiento
contractual resulta ser el criterio aprobado por la mayoría de los pro-
yectos de reforma'? y el seguido por variadas expresiones del Derecho
Comparado!': IV) la perspectiva contractualista es la adoptada en los
Principios Unidroit sobre los Contratos Comerciales Internacionales
(arts. 9.11 y ss.), Y V) la regulación particularizada se justifica dada
la amplia utilización de la cesión de derechos en el campo negocial'".
En definitiva, en nuestro Derecho -a diferencia de otros- la ce-
sión de derechos no consiste simplemente en una forma de trans-
misión de un derecho que se opera en virtud de un negocio jurídico
distinto. Es el propio negocio jurídico que sirve de base a esa trans-
misión. Dicho con otras palabras: el Código Civil y Comercial no
regula en sus artículos 1614 a 1631 una disciplina de efectos jurí-
dicos desencadenados por cualquier negocio transmisivo, sino un

Anteproyecto de 1954 (arts. 952 a 959 y 1135 a 1150), y por LLAMBÍAS, ob. cit.,
t. 1I, p. 609, N° 1301.
9 PIANTONI, Mario A., Contratos civiles, Lerner, Buenos Aires-Córdoba, 1975,
vol. Il, ps. 7/8.
En época reciente, particular importancia tiene la crítica que Galgano hace a la
jurisprudencia y doctrina que no ve en la cesión un tipo contractual, sino un negocio
de causa variable; conf. GALGANO, Francesco, Le obbligarioni in genera/e. 2' ed..
Cedam, Padova, 2011, ps. 13]/132, N" 21.
10 Con la excepción de los citados intentos de 1936 y 1954. todos los Proyectos
de reforma mantuvieron a la cesión de derechos como un contrato autónomo. Bibiloni
en su Anteproyecto dijo enfáticamente: "...No consideramos, por consecuencia, jus-
tificada una reforma del Código en su método, y pensamos, al contrario, que está la
cesión de derechos bien entre los contratos particulares..." (nota al Título Il, Capítulo
1, del Libro Il, Parte especial).
II Códigos Civiles de Chile (arts. 190 I Y ss.); Colombia (arts, 1959 y ss.); Ecuador
(arts. 1868 y ss.); Honduras (art. 1(66): Venezuela (arts. 1549 y ss.).
12 LORENZETII, Ricardo L., Tratado de los contratos, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2004, t. 1I, p. 12.

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CONTRATO DE CFS¡ÓK OE DERECHOS

tipo negocial autónomo, cuyo fin no es crear, modificar o extinguir


relaciones jurídicas, sino transmitirlasl3.

111. Definición del contrato


El artículo 1614, primera oración, del Código Civil y Comercial
de 2014 dice: "Hay contrato de cesión cuando una de las partes trans-
fiere a la otra un derecho..."
La definición es idéntica a la del artículo 1614 del Proyecto de
2012 y coincide sustancialmente con la del artículo 1037 del Proyecto
de la Comisión designada por decreto 468/92 y la del artículo 1527
del Proyecto de 1998.
Supera la del artículo 1434 del Proyecto de 1987 ("...Habrá contrato
de cesión cuando una parte se obligue a transferir a otra un derecho ..."),
que parecía apuntar a un contrato real o bien a un preliminar de cesión
y, desde ya, la del artículo 1434 del Código Civil redactado por Vélez
Sársfield.
Al respecto, cabe recordar lo expuesto en la nota al artículo 1037 an-
tes citado: "...Los precedentes nacionales continúan caracterizando a la
cesión de derechos, como lo había hecho el Código Civil en la cesión de
créditos, como un contrato mediante el cual el cedente se obliga a trans-
ferir el derecho cedido. Sin embargo, ese modo de definir la cesión ha-
bía sido censurado por inexacto e inconveniente. Inexacto, porque pue-
de llevar a la idea de que la cesión es un contrato real que se perfecciona
con la entrega del título, o bien un contrato consensual que obliga a
entregarlo, con lo que sería imposible a falta de título. El contrato de
cesión versa sobre un objeto inmaterial, no sobre una cosa; por lo
tanto, no es concebible que necesite integrarse con la tradición ..."

13 El arto 259 del Código Civil y Comercial de la Nación afirma que el acto
jurídico es aquel cuyo fin inmediato es la adquisición, la modificación o extinción
de relaciones o situaciones jurídicas. Omite afirmar que un acto jurídico puede tener una
finalidad transmisiva, como lo refería el art. 944 del Código Civil de Vélez Sársfield.
Empero, esa omisión no es del todo objetable porque la "transmisión" puede ser
explicada corno una adquisición derivada y, entonces, está aprehendida en el vocablo
"adquisición" del arto 259. En otras palabras. la cesión de derechos, como contrato,
es acto jurídico patrimonial. cuya finalidad transmisiva se concreta en una adquisición,
bien que derivada, a favor del cesionario.

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En definitiva, es un contrato "consensual" celebrado (con sujeción


a las formas exigidas en cada caso) entre una parte, llamada "cedente",
y otra denominada "cesionario", por el cual la primera transmite a la
segunda un derecho que le compete. El sujeto obligado por el derecho
transmitido es el "cedido".
Son, pues, notas de la cesión de derechos: 1) que un nuevo sujeto
sustituye al primitivo, ocupando en la titularidad del derecho el mismo
lugar y condiciones en que se hallaba este último, y JI) que no obstante
el cambio, el derecho permanece inalterado, de donde se sigue que el
nuevo titular lo es también de los derechos accesorios, garantías y
acciones que derivan de él, y que el cedido puede oponer al nuevo
titular las mismas excepciones que le competían contra el primitivo.

IV. Subespecies
Dispone el artículo 1614, segunda oración, del Código Civil y Co-
mercial de la Nación que e e ••• Se aplican a la cesión de derechos las
reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación, según que
se haya realizado con la contraprestación de un precio en dinero, de
la transmisión de la propiedad de un bien, o sin contraprestación, res-
pectivamente, en tanto no estén modificadas por las de este Capítulo".
La norma recoge, con variantes, las soluciones que estaban previstas
en los artículos 1435 a 1437 del Código Civil de Vélez Sársfield, y
que habían sido omitidas por el Proyecto de Unificación de 1987.
Particularmente, la segunda oración del artículo 1614 en comentario
reproduce el artículo 1038 del Proyecto de la Comisión designada por
el decreto 468/92, de donde pasó a los Proyectos de 1998 (art. 1528)
y de 2012 (art. 1614, segunda oración).
El precepto hace alusión a subespecies o subtipos de cesión de
derechos que merecen un análisis más detenido.

A. Cesión-venta
1. Cesión-venta por dinero
Es la subespecie a la que se refiere en primer lugar el artículo
1614, segunda oración, ya recogida por el artículo 1435 del Código
Civil de Vélez Sársfield.

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CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

Si la cesión de derechos es onerosa, o sea, si es convenida por un


precio en dinero (calificación que, a los efectos aquí ponderados, co-
rresponde tanto a la moneda de curso legal como a las divisas extran-
jeras), el contrato se rige por las normas de la compraventa. En otras
palabras, al cedente le son aplicables las obligaciones del vendedor,
y al cesionario las del comprador.
La solución se justifica por la similitud que hay entre la compraventa
y la cesión de un derecho por precio. Pero esa similitud, que en el
Derecho francés, español y uruguayo ha llevado a que la cesión onerosa
de derechos sea tratada como una especie de compraventa':', no significa
identidad ya que existen diferencias notorias que resultan del propio
Código Civil y Comercial, a saber: I) la compraventa se refiere a
cosas, es decir, objetos corporales muebles o inmuebles (arts. 225 a
234, 1123 Y concs.), y las normas reguladoras de ella sólo se aplican
supletoriamente en materia de transmisión de derechos (art. 1124); la
cesión de derechos, en cambio, no se aplica a objetos corporales, sino

14 En Francia la consideración de la cesión de derechos como una especie del


contrato de compraventa (arts. 1689 a 1695. del Cód. Civ. de ese país) deriva de que
las "cosas" que pueden ser objeto de este último contrato según la letra del art. 1582
del Código Civil francés no son solamente las corporales sino también los "derechos"
de crédito, intelectuales, etc. Al respecto véase: MAZEAUD, Henri, Léon y Jean,
Lecons de Droit Civil, Éditions Montchrestien, Paris, 1963, t. lII. ps. 683/684. W
836; BONNECASE, Julien, Tratado elemental de Derecho Civil. Harla, México, 1993.
p. 898, W 1810 y SS.; SAVATIER, René, Cours de Droit Civil, Libraire Généralc
de Droit ct de Jurisprudence, París, 1949. t. n, p. 216, W 455; PLANIOL M. y
RIPERT, G., Tratado práctico de Derecho Civil francés, Cultural. La Habana, 1943,
t. X, p. 340, N° 307 y SS.; MALAURIE, Philippe y AYN~:S, Laurent, Les contrats
spéciaux; 6" cd., Defrénois, París, 20J 1, p. 115, N° 168.
En España. como se observa en el texto, se regula la figura como un apéndice de
la compraventa (arts. 1526 a 1536 del Cód. Civ.), encuadramiento fuertemente criticado
por la doctrina, que estudia la "transmisión de créditos y demás derechos incorporales"
como un negocio de enajenación distinto. Sobre el tema. véase: CASTÁ~ TOBE:\IAS,
José, Derecho Civil español, común y Foral, Reus, Madrid, Il)S8, t. I1I, ps. 253 y ss.;
DÍEZ-PICAZO, Luis, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial, t. 2, Las relaciones
obligatorias, Civitas. Madrid, 1996, t. 2, ps. 804 y ss.; ALBALADEJO, Manuel,
Derecho Civil. Derecho de Obligaciones, Bosch, Barcelona, 1994, t. Il, vol. 1, ps.
334/335, N° 7; LACRUZ BERDEJO, José Luis y otros. Elementos de Derecho Civil.
Derecho de Obligaciones, Dykinson, Madrid, 201 L t. Il, vol. 1, p. 211, N° 134 y ss.
En Uruguay la cesión de créditos también está regulada dentro del contrato de

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exclusivamente a derechos, sean personales o reales'>; I1) el vendedor


se obliga a entregar la cosa vendida, mientras el cedente se obliga a
transferir el derecho que le pertenece; IIl) en la compraventa el com-
prador adquiere un derecho absoluto sobre la cosa, mientras que en
la cesión el cesionario tiene derecho a exigir del cedido lo que éste
debía al cedente"; y IV) la compraventa ordinaria sólo afecta direc-
tamente a dos personas, comprador y vendedor, mientras que la cesión
de derechos afecta a tres: el cedente, el cesionario y el cedido.
La aplicación de las normas de la compraventa determina, entre
otras consecuencias posibles, por ejemplo, que los gastos de entrega
del derecho cedido sean a cargo del cedente, salvo pacto en contra-
río'? .

2. Cesión-venta por remate, dacián en pago y adjudicación judicial


El Código Civil y Comercial de 2014 no reprodujo el texto del
artículo 1435 del Código Civil de Vélez Sársfield en cuanto hacía
aplicables las disposiciones referentes al contrato de compraventa cuan-
do el derecho era cedido como resultado de su remate público, dación
en pago o su adjudicación judicial.
Sin embargo, como se expuso en la nota explicativa del artículo
1038 del Proyecto de la Comisión designada por el decreto 468/92
(fuente del arto 1614, segunda oración, según se ha visto), al caso de
la cesión contra el pago de un precio en dinero, que queda sujeto a
las normas sobre compraventa, se asimilan las hipótesis de remate,
dación en pago y adjudicación por sentencia".

compraventa (Cód. Civ., arts. 1757 y ss.), lo que ha levantado la crítica de la doctrina;
conf. GAMARRA, Jorge, Tratado de Derecho Civil uruguayo, Martín Bianchi Altuna,
Montevideo, 1981. t. IV, p. 187.
15 CNCiv., sala E, 10-9-85, L. L. 1986-A-325.
16 SPOTA, Alberto G., Instituciones de Derecho Civil. Contratos, Dcpalma, Bue-
nos Aires, 1980, t. IV, p. 897; GARRIDO, Roque f. y ZAGO, Jorge A., Contratos
civiles y comerciales, Universidad, Buenos Aires, 1991, t. Il, p. 169.
17 Art. 1138 del Código Civil y Comercial de la Nación: SCJBA, 7-12-43, J. A.
1944-[-306.
18 Por ello, la doctrina interpretativa del art. 1435 del Código Civil de Vélez
Sársfield resulta útil para interpretar esas particulares situaciones no previstas explí-
citamente en el examinado arto 1614, segunda oración. Al respecto, por todos, véase:

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B. Cesion-permuta
La cesión de un derecho (o crédito) puede hacerse a cambio e e ••• de
la transmisión de propiedad de un bien ...", es decir, permutando el
derecho por el bien.
La palabra "bien" que utiliza el artículo 1614 debe entenderse tanto
comprensiva de una cosa'? como referente a un derecho. Y aunque
pueden establecerse diferencias conceptuales que tengan en cuenta,
precisamente, si el bien entregado a cambio del derecho es una cosa
u otro derecho-", lo cierto es que en cualquier caso la normativa apli-
cable será la de la permutación (arts. 1172 a 1175).

C. Cesión-donación
Cuando la cesión de derecho es e e ••• sin contraprestación ...", o sea,
a título gratuito, se aplican las reglas del contrato de donación, dice
el artículo 1614 del Código Civil y Comercial de la Nación. Se trata
de una solución concordante con lo dispuesto por el artículo 1543.
Para definir el carácter gratuito u oneroso de la cesión de derechos
(de lo que derivará, respectivamente, la aplicación de las normas sobre
donación o compraventa) corresponde recurrir a un criterio objetivo,
esto es, examinar la estructura económica del acto y detectar si en él
existen atribuciones o ventajas patrimoniales para ambas partes o sólo
para una de ellas (arg. art. 967), aun cuando estas ventajas pudieran
en ocasiones ser indirectas". Sobre el particular, es de observar que
el Código de 2014 no reprodujo el texto del artículo 1435 del Proyecto

BELLUSCIO, Augusto C. y ZANNONI, Eduardo A., Código Cil'il y leves comple-


mentarias, comentado, anotado y concordado, Astrea, Buenos Aires. 1998. t. 7. ps.
23/28.
19 La expresión "con valor en SI' contenida en el arto 1436 del Código Civil de
Vélez Sársfield era inadecuada. como lo observó SPOTA, ob. cit.. t. IV, )/°898.
20 En este sentido, véase LÓPEZ ])E ZAVALÍA, Fernando J .• Teoría de los
contratos. Parte especial, Zavalía, Buenos Aires, 1976, t. 1. p. 563, quien califica
"cesión-permuta" a la cesión de crédito que se hace a cambio de una cosa. y "ce-
sión-cesión" a la que tiene lugar a cambio de otro crédito.
21 DÍEZ-PICAZO, ob. cit., t. 1, p. 84.
La cesión debe reputarse gratuita si no existe ninguna prueba en contrario y esa
condición consta en la respectiva escritura pública; conf. CNCiv., sala F, 22-6-83, L.
L. 1983-])-146.

483
PARLO D. HEREDlA

de Unificación de 1987, según el cual " ...La cesión se presume one-


rosa ..." y que, interviniendo en la cesión un comerciante, tampoco ha
dejado vigente la presunción que resultaba del artículo 218, inciso 5°,
del Código de Comercio de 1862 (" ...Los actos de los comerciantes
nunca se presumen gratuitos ..."). De tal suerte, la duda no podría re-
solverse a base de presunciones legales, sino inexorablemente con arre-
glo a dicha indagación de la estructura económica del acto.
La cesión puede hacerse para tener eficacia después de la muerte
del cedente, dándose en tal caso un acto entre vivos in diem mortis
dilati, que se rige por las reglas de la donación si la cesión es gra-
tuita-".

V. Caracteres del contrato de cesión de derechos


El contrato de cesión de derechos presenta los siguientes caracteres:
1. Es un contrato consensual, es decir, se perfecciona por el simple
acuerdo de voluntades de las partes, cedente y cesionario, no preci-
sándolo del cedido, ni estando subordinado el nacimiento del contrato
a la entrega de los documentos probatorios mencionada por el artículo
1619, ya que no se trata de contrato real y dicha entrega no es más
que un efecto incidental del negocio pues, por hipótesis, el derecho
cedido puede no estar instrumentado.
2. Es contrato formal, pues debe hacerse por escrito. Como regla,
la forma escrita se exige ad probationem, esto es, no como solemnidad
cuyo incumplimiento cause la nulidad del acto. Sin embargo, en algunos
casos, se requiere la escritura pública, como forma ad solemnitatem
(art. 1618).
3. Puede ser gratuito (cesión-donación) u oneroso (cesión-venta y
cesión-permuta), de conformidad a lo descripto para cada caso por el
artículo 967.
Eventualmente, puede tener una condición mixta", hipótesis en la
que será aplicable lo dispuesto por el artículo 1544 del Código Civil
y Comercial de la Nación.

22 CNCiv., sala D, 27-10-97, L. L. 1998-B-763.


23 LÓPEZ DE ZAVALÍA, oh. cit., t. t. p. 564.

484
CO!\TRATO DE CES¡Ó:'" DE DERECHOS

4. En la cesión-venta y en la cesión-permuta, el contrato es bilateral


y conmutativo con independencia del carácter aleatorio o no del crédito
o derecho. En cambio, en la cesión-donación, el contrato es unilateral
(arts. 966 y 968).

VI. Similitudes y diferencias con otras figuras


A primera vista, cuando su objeto es un crédito, la cesión guarda
cierta similitud con la novación por cambio de acreedor. ya que en
ambos casos hay una sustitución subjetiva activa. Sin embargo, las
diferencias son netas porque: 1) la novación por cambio de acreedor
requiere el consentimiento del deudor"; en cambio, la cesión de un
crédito no precisa del consentimiento del cedido (art. 937); 2) la no-
vación extingue la obligación, que es reemplazada por otra (art. 933);
en cambio, la cesión transmite el mismo derecho>; 3) la cesión de
derechos es un acto formal; mientras que no lo es la novación; 4) en
la cesión onerosa el cedente responde por la existencia y legitimidad
del derecho al tiempo de la cesión (art. 1628); alternativa a la que es
ajena la convención liberatoria novatoria, y 5) en la cesión el derecho
cedido pasa al cesionario con todos sus accesorios y garantías (hipo-
tecas, prendas, privilegios, etc.); en la novación, en cambio, tales ac-
cesorios y garantías se extinguen, siguiendo la suerte del principal,
salvo expresa reserva y consentimiento del constituyente de las garan-
tías reales o personales (art. 940).
La subrogación accesoria del pago se asemeja tanto a la cesión de
un crédito a título oneroso que, a veces, es muy difícil distinguir ambas
institucioncs=. Ello es así pues en la subrogación derivada del pago
se presenta una verdadera transmisión del crédito, que pasa con ciertas
particularidades del acreedor que recibe el pago al tercero que lo ha

24 Es un acto triangular porque requiere el concurso de la voluntad de las tres


personas implicadas: el acreedor primitivo, el nuevo acreedor y el deudor; conf, LLAM-
UÍAS, ob. cit., t. I1I, p. 53, N" 1786-1787.
25 CSJN, 9-12-93, "Prodesca SA", IMP 1994-A-1256.
26 CASTÁN TOBEÑAS, ob. cit., p. 258.
La cesión a título gratuito (cesión-donación) queda fuera del planteo pues no
tiene puntos de comparación con el pago por subrogación; conf. BELLUSCIO y
ZANNONI, ob. cit., t. 7, p. 13.

485
PABLO D. HEREDIA

satisfecho sin oposición del deudor". Sin embargo, conceptualmente


difieren porque: 1) si bien en la subrogación el subrogado, lo mismo
que el cesionario en la cesión, adquiere los derechos y acciones del
acreedor pagando el precio, en la primera el fin principal no es adquirir
el crédito sino liberar al deudor pagándolo (acto desinteresado), en
tanto que en la segunda el propósito del cedente y cesionario es realizar
un acto de especulación, de obtener un beneficio-": 2) la cesión tiene
origen convencional, mientras que la subrogación lo puede tener tam-
bién legal (art. 914 in .fine); 3) en la cesión el cesionario sólo puede
ejercer contra el deudor la "misma" acción que tenía el cedente y que
él le ha transferido; en cambio, el pagador que se subroga puede optar
por ejercer la acción que por derecho propio le compete como man-
datario del deudor -o según el caso como gestor de negocios- o bien
la acción que tiene como subrogado en los derechos del acreedor-", y
4) en la cesión de créditos onerosa funciona la garantía de evicción
(art. 1628), lo que no ocurre en la subrogación derivada del pago.
Entre la acción subrogatoria u oblicua (cuyas analogías y diferencias
con la subrogación derivada del pago han sido examinadas por la doc-
trinaj'? y la cesión de derechos o créditos también existen analogías
y diferencias. Por ejemplo, se parecen en que ninguna de las dos se
aplica a derechos inherentes a la persona, y en ambas intervienen tres
sujetos: acreedor, deudor y tercero, con la diferencia de que en la
acción oblicua son dos acreedores, uno deudor del otro, y un deudor
del segundo, que es el tercero demandado. Pero difieren en que el
cesionario adquiere en propiedad los derechos del acreedor cedente,
mientras que el acreedor subrogado sustituye en el ejercicio de sus
derechos al deudor sin despojarlo, ni apropiarse de los mismos".
Igualmente hay diferencia entre la cesión de un crédito y la dación

LLAMBÍAS, ob. cit., t. !l, ps. 656/657, N" 1343.


27
ACUÑA ANZORENA, Arturo, Cesión de créditos, en Enciclopedia Jurídica
28
Omeba, Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1955, t. Ir, p. 939, esp. p. 993, N" 8:
REZZÓNICO, ob. cit., t. 1, p. 450.
29 LLAMBÍAS, ob. cit., t. n, ps. 656/657, N" 1343, y ps. 737/738, N" 1423:
REZZÓNlCO, ob. cit., t. 1, ps. 451/452.
30 SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, Miguel, Acción oblicuo, indirecta o subro-
gatoria, Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires, 1945, p. 75. N° 183 a 185.
31 SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, ob. cit., p. 76, W 196 y 187.

486
CONTRATO DE CES¡Ó;>; DE DERECHOS

en pago de un crédito-", al menos cuando la primera no es hecha pro


soluto sino pro so/vendo. Es que la cesión pro so/vendo no produce
automáticamente la extinción de la obligación sino hasta el momento
en que se haga efectivo el crédito cedido, mientras que la dación en
pago extingue con su misma realización la obligación. Diversamente,
si en reemplazo de la prestación adeudada se cede pro soluto un derecho
o crédito, la obligación se extingue sin más, aplicándose lo previsto
por el artículo 942 del Código Civil y Comercial de la Nación'",
Una figura que presenta cierta analogía a la cesión de un derecho
(o de un crédito) es el usufructo de un derecho (o de un crédito),
admitido por el artículo 2130, inciso b, del Código de 2014:14. Este
particular usufructo debe concebirse, en general, como "poder de ejer-
cicio" del derecho que se transfiere al usufructuario, pero en forma
que, aun no desapareciendo en el titular del derecho (acreedor, cons-
tituyente del cuasiusufructo) el poder como tal, el derecho del usu-
fructuario se ejercita "directamente" frente al deudor'). Y a la manera
como el usufructuario de una cosa material de utilidad simple deviene
propietario de ella, con la obligación de restituir su equivalente al
extinguirse el usufructo, el usufructuario de un derecho que sólo pueda
prestar utilidad en una ocasión, como, por ejemplo, el de un crédito
sin interés, se coloca en el lugar del titular, obligándose a entregarle
un equivalente al final del usufructo ". La diferencia, empero, está
en que mientras el usufructuario, como se acaba de decir, después
de cobrar el crédito, debe restituir al nudo propietario el equivalente
una vez que se extingue el usufructo, el cesionario no tiene esa obli-
gación.

32 ACUÑA ANZORENA, ob. cit., p. 993, texto y nota W 32.


33 BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 3, ps. 612/613, comentario al arto 780;
LORENZE'ITI, ob. cit., t. 11,p. 72.
34 LAFAILLE, Héctor, Derecho Civil. Tratado de los Derechos Reales, Ediar,
Buenos Aires, 1944, t. n, ps. 460/461, W 1419; CAZEAUX, Pedro N. y TRIGO
REPRESAS, Félix A, Derecho de las Obligaciones, Platense, La Plata, 1980. t. 2,
ps. 397/398.
35 MESSINEO, Manual de Derecho Civil y Comercial cit., 1954, t. 1Il, p. 474,
W90.
36 VENEZIAN, Giacomo, Usufructo, LISO y habitación, Librería General de Vic-
toriano Suárez, Madrid, 1928, t. 1, p. 10, N" 6.

487
PABLO D. HEREDIA

VII. Derechos cesibles y no cesibles (objeto del contrato)


El artículo 1616 del Código Civil y Comercial de la Nación pres-
cribe que "Todo derecho puede ser cedido, excepto que lo contrario
resulte de la ley, de la convención que lo origina, o de la naturaleza
del derecho", y el artículo 1617 complementa el régimen atinente al
objeto del contrato de cesión de derechos disponiendo que "...No pue-
den cederse los derechos inherentes a la persona humana ..."

A. Principio de cesibilidad
Al decir el artículo 1616 que todo derecho puede ser cedido, es-
tablece el principio general de la materia (principio de cesibilidad), o
sea que pueden cederse todos los bienes que no sean cosas, a menos
que exista prohibición legal, contractual, por la naturaleza de las cosas
o que se trate de derechos inherentes a la persona.
Por cierto, el derecho cedido, en cuanto objeto del contrato, debe
ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valora-
ción económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando
éste no sea patrimonial (art. 1003). Son de aplicación los artículos
1004 a 1010 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Desde tal perspectiva, son cesibles todos Jos derechos o créditos
nacidos de contrato, acto ilícito, ley o cualquier otra fuente.
Entre muchos otros supuestos, son cesibles los siguientes conceptos:

1. Derechos o créditos condicionales


Se denomina condición a la cláusula de los actos jurídicos por la
cual las partes subordinan su plena eficacia o resolución a un hecho
futuro e incierto (art. 343).
La condición puede ser suspensiva o resolutoria. Si lo subordinado
es la adquisición de un derecho (aparición de su plena eficacia), la
condición es suspensiva. Si lo subordinado es la resolución de un
derecho ya adquirido, la condición es resolutoria.
En el caso de cesión de derechos sujeta a condición suspensiva
el cesionario no adquirirá el derecho en el momento de la celebración
del contrato, sino cuando se cumpla la condición, permaneciendo
entretanto el cedente como titular del derecho y si fuera un crédito

488
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

como su acreedor. La protección del cesionario consistirá en la im-


posición al cedente de un deber de actuación según las reglas de la
buena fe (arts. 9°, 729 y 961), para no perjudicar la integridad de
su derecho resultante del contrato. En tal sentido, el cedente no podría
realizar nuevas disposiciones del derecho, las cuales, a todo evento,
estarán sujetas a la eficacia o ineficacia del negocio condicional. El
cesionario, por su parte, solamente podría practicar actos conserva-
torios (art. 347).
De su lado, si la condición fuera resolutoria, el cesionario adquirirá
el derecho o crédito en el momento de la celebración del contrato
de cesión, pero 10 perderá si la condición se cumple. En este caso,
el cedente debe verse protegido por una actuación de buena fe del
cesionario y este último puede realizar actos conservatorios (art. 347).
¿Qué pasa si el deudor del crédito cedido lo paga antes de cumplirse
la condición?
Tal situación, valga aclararlo, puede darse no sólo cuando el plazo
para el pago del crédito venza antes del momento tenido en cuenta
para el cumplimiento de la condición, sino incluso en el caso inverso
habida cuenta el derecho del cedido de anticipar el pago de su deuda
(aI1. 872). Pues bien, si el cedido pagó antes de ser notificado de la
cesión, su pago tiene efecto liberatorio para él (art. 1621). Pero es
opinable si el cedido, notificado ya de la cesión hecha bajo condición
suspensiva, puede pagar su deuda pendiente la condición. No podría
pagar al cesionario, pues todavía no es acreedor y podría no llegar a
serIo. De su lado, si el pago lo recibiera el cedente su aceptación
podría ser interpretada como un acto de este último contrario a la
buena fe referida por el artículo 347. Y, en ambas hipótesis, bien se
ve, la situación del cedido que paga la deuda podría entenderse des-
protegida, especialmente en el caso de pago al cedente pues, cumplida
la condición, el abono podría entenderse como no liberatorio para el
cedido, desde que se ha afectado el derecho de cesionario, quien incluso
podría invocar el conocimiento del cedido sobre la existencia de la
condición. Sobre esta base se ha pensado que el cedido debería recurrir
al pago por consignación". No obstante, no sería esta última una so-

37 VON TUHR, ob. cit., t. n. p. 226, W 84-III.

489
PABLO D. HEREDIA

lución admisible dado que, en rigor, no existe duda sobre quién es el


acreedor en el momento del pago, no dándose entonces el requisito
del artículo 904, inciso b, aparte de que la consignación genera costos
que perjudican la normal circulación del crédito. Por ello, parece más
apropiado pensar que el cedido que paga al cedente antes de cumplirse
la condición suspensiva se libera eficazmente de la obligación ya que
paga a quien es en ese momento acreedor y, fundamentalmente, porque
el contrato de cesión en el que no intervino no puede colocarlo en
peor posición frente al pago del crédito que la que tenía antes de
celebrarse aquél. En otras palabras, las reglas atinentes a la pendencia
de la condición no pueden funcionar contra el cedido. Asimismo, no
ha de considerarse que la situación del cesionario se vea afectada,
toda vez que al aceptar la subordinación de su derecho al cumplimiento
de la condición suspensiva, celebró un negocio de riesgo, teniendo
que asumir las consecuencias de esa opción": Juega a favor de esta
interpretación el hecho de que la condición, como regla, no opera
retroactivamente (art. 346).

2. Créditos a plazo
Siendo cesibles los créditos condicionales, con mayor razón deben
serlo los sometidos a plazo, toda vez que el plazo no afecta la existencia
de la obligación y únicamente difiere (plazo suspensivo) o resuelve
(plazo resolutorio) el derecho a exigirla (art. 350)39.
En otras palabras, los créditos pueden ser cedidos antes de su ven-
cimiento+'.

3. Derechos o créditosfuturos, derechos


eventuales y derechos en expectativa
Un derecho o crédito es futuro siempre que exista en acto una
relación jurídica de la que pueda derivar y en la que encuentra su

38 Véase en el sentido del texto: TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., ps.
475/478, donde también trata los casos de compensación y de remisión del crédito
cedido pendiente la condición suspensiva.
39 CAZEAUX y TRIGO REPRESAS, ob. cit., t. 2, ps. 405/406; BELLUSCIO y
ZANNONI, ob. cit., t. 7, ps. 56/57, N° 6 y sus citas.
40 CI'CCom. de La Plata, sala 2, 2-11-97, Juba B151942.

490
CONTRATO DE CES¡Ó" DE DERECHOS

propio origen", Es el caso, por ejemplo, que concierne al acreditado


en el contrato bancario de apertura de crédito, pues esta relación ju-
rídica, que es actual, le atribuye a aquél la disponibilidad futura de
los fondos depositados, por un lapso determinado+'; e igualmente el
del derecho del comprador a la garantía por eventual evicciórr"; lo
mismo el derecho del socio a la cuota de distribución del activo social
en caso de disolución y liquidación?"; etcétera.
De su lado, como lo explica Jean-Maurice Verdier, el derecho even-
tual es una etapa de la formación sucesiva del derecho subjetivo. El
derecho eventual es un derecho futuro cuya adquisición está ya pro-
tegida, organizada la misma por el derecho positivo, y que, de hecho,
presenta cierta relación con el presente. De su dominio son excluidos
los derechos sin titular y las simples expectativas".
Finalmente, los derechos en expectativa o derechos en estado de
pendencia son aquellos en los cuales su adquisición se halla pendiente
del advenimiento de elementos que vienen a completar el factum que,
conforme el derecho objetivo, los haee surgir plenamente, pero que-
dando la incertidumbre, mientras ello no ocurra, de si sobrevendrá o
no la adquisición del derecho".
Pues bien, la posibilidad de que un derecho futuro pueda ser objeto
de una cesión deriva de lo dispuesto por el artículo 1007.17, estableciendo
el Código de 2014 ejemplos particulares de ello en los artículos 1247
y 1423.
En cuanto a los derechos eventuales, corresponde la misma res-

41 MESSINEO, Manual de Derecho Civil y Comercial cit., l. IV, p. 27, N° 3.


42 MOLLE, G.. 1 contra/ti bancari, Giuffre, Milano. 1966. ps. 158/159. N° 4;
GARRIGUES, J., Contratos bancarios, Madrid, 1958. p. 189, donde destaca que el
derecho de disposición es consecuencia de un derecho de crédito concedido por el
banco al cliente.
43 MESSINEO. Manual.: cit., t. IV, p. 27. ]\'0 3.
44 OERTMANN, Paul, Transmisión de obligaciones, Revista de Derecho Privado.
Madrid, año X, W J 15, abril de 1923, ps. 99 y SS., esp. p. 106.
45 VERDIER, J., Les Droits Éven/uels. Contribution a l'etude de la [ormation
succesive des droits, Rousseau & Cie., Paris, 1955, ps. 301/302, N° 376.
46 SPOTA, Alberto G., Tratado de Derecho Civil. Parte general, Arayú-Depalma,
Buenos Aires, 1953, t. 1, vol. 3-5 (el objeto del derecho), p. 119, W 1592.
47 En el Derecho francés se acepta la misma solución incluso en ausencia de toda
norma en el Código Civil; conf. VERDrER, ob. cit., ps. 41/42, W 47.

491
PABLO D. HEREDIA

puesta, que estaba explícita en el Derecho anterior", y presente en los


Proyectos de reforma'". Por lo demás, si se califica al derecho eventual
como un término medio entre el derecho ya existente y la esperanza
de su adquisición", corresponde entender que su situación no está
alcanzada por lo previsto por el artículo 1629 del Código de 2014.
Finalmente, las expectativas, que son derechos subjetivos in itinere
como gráficamente lo expresa Candian>', también pueden ser objeto
de cesión pues son derechos "adquiridos" pero con la característica
de imperfectos o no acabados'". Cabe advertir, si algún reparo cupiera,
que el Código de 2014 incluso admite la cesión de un derecho "dudoso",
tal como se desprende de la letra del artículo 1628.
Es necesario, eso sí, que el objeto de la cesión se concrete sufi-
cientemente para que no pueda caber duda acerca de cuál es el derecho
futuro, eventual o en expectativa cedido. En tal sentido, no habrá fun-
damento alguno suficiente -dice Paul Oertmann- sobre el que pueda
basarse la cesión de todo posible derecho futuro más o menos fantástico;
de otro modo, se daría entrada dentro del campo del Derecho a negocios
de contenido en absoluto indeterminado y de la más dudosa legitimidad
económica y ética".
Nada obsta, por lo demás, a la cesión de derechos o créditos que
podrían resultar de convenciones no concluidas, lo mismo que con-
cluidas, tal como lo autorizaba el Derecho anterior>'.
Ciñendo el examen, de ahora en más, a la cesión de derechos

48 Art. 1446 del Código Civil de Vélez Sársfield. En doctrina, véase por todos
REZZÓNICO, ob. cit., t. 1, p. 473 Y sus citas, estableciendo una equiparación entre
el crédito futuro y el eventual.
49 La nota explicativa del arto 1041 del Proyecto redactado por la Comisión de-
signada por el decreto 468/92 refería a la cesibilidad de los derechos eventuales. Véanse
también: Anteproyecto Bibiloni, art. 151L Proyecto de 1936, art. 949. inc. 30.
50 En este sentido: DEMOGUE, René, De la nature el des effets du droit eventuel,
en RTDCiv.5 (1906), ps. 231/319, citado por TELES DE MENEZES LEITÁO, ob.
cit., p. 418, nota N" 365.
51 CANDIAN, Aurelio, Instituciones de Derecho Privado, Uteha, México, 1961,
p. 25. N" 19.
52 SPOTA, Tratado... cit., t. J, vol. 3-5, p. 119, W 1592.
53 OERTMANN, ob. cit., p. 106.
54 Código Civil de Vélcz Sársficld, arto 1448.

492
COKTRA TO DE CES¡ÓK DE DERECHOS

futuros por ser la que más interés presenta, corresponde decir, para
comenzar, que no parece prohibida la cesión "gratuita" de derechos
futuros, pues remitiendo esa hipótesis a la aplicación de las reglas
de la donación (art. 1614), se encuentra entre ellas la del artículo
1551 que prohíbe que sean objeto del contrato de donación las "cosas"
determinadas de las que el donante no tenga el dominio al tiempo
de contratar, 10 cual deja de lado a los derechos en tanto bienes
incorporales-". Distinta sería la solución si el artículo 1551 utilizara
la palabra "bienes", como lo hace el Derecho portugués, en el cual,
por ello, se concluye en la imposibilidad de la cesión gratuita de
créditos futuros".
Según una exposición que seguimos en este punto?", existen en
doctrina tres teorías para explicar los efectos de la cesión de créditos
futuros. Según una primera posición, llamada "teoría de la inmedia-
ción", la cesión del crédito futuro tiene efectos directamente en cabeza
del cesionario, de suerte que el cedente nunca es considerado acreedor;
en otras palabras, cuando el crédito nace en el futuro, lo hace direc-
tamente en cabeza del cesionario, no del cedente'". Oponiéndose a lo
anterior, aparece la llamada "teoría de la transmisión", según la cual,
por el contrario, en el caso de cesión de créditos futuros, al nacer el
crédito no se verifica su constitución directa en cabeza del cesionario,
sino que ello ocurre en la esfera del cedente, donde el crédito pennanece
por un "segundo lógico", siendo inmediatamente transferido al cesio-

55 El Código Civil de Vélez Sársfield prohibía la donación de "bienes futuros",


esto es, cosas y derechos, en el art. 1800. Tal norma fue objeto de encontradas in-
terpretaciones; véase por todos: BELLUSCIO y ZJ\NNONI, oh. cit., t. 9, ps. 27/31,
N° 1 a 3.
56 Código Civil de Portugal, arto 942, inc. la; TELES DE MENEZES LElTAO,
ob. cit., p. 420.
57 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., pS. 421/425.
5R Es el criterio, según podemos constatarlo, de VON TUIIR, ob. cit., t. Il, ps.
302/303, quien observa que "...el cedente, vinculado por su acto prematuro de dispo-
sición, no puede impedir que este resultado se produzca. Así, por ejemplo, una segunda
cesión del crédito futuro sería tan nula como una segunda cesión de un crédito ya
existente. De aquí que el crédito futuro cedido no pueda ya ser embargado por los
acreedores del cedente. Los efectos del acto anticipado de disposición se producen
aun cuando el cedente fallezca o pierda su capacidad de obrar después de efectuada
la cesión ..."

493
PABLO D. HEREDIA

nario, en virtud del contrato de cesión celcbrado'". Una posición in-


termedia entre las anteriores distingue entre los créditos futuros con
relación a los cuales ya existe un fundamento de su vigencia (v. gr.,
los créditos cuya futuro nacimiento está determinado por un negocio
ya celebrado) y los créditos futuros en los que falta totalmente ese
fundamento de vigencia (como los que pueden resultar de un negocio
a celebrarse en el futuro); en el primer caso, el crédito futuro nace
directamente en cabeza del cesionario, mientras que en el segundo
caso el crédito nace en cabeza del cedente para pasar inmediatamente
a la del cesionario'".
Más allá de la reseñada controversia, conviene examinar con más
detenimiento las posiciones del cedente y del cesionario con relación
a la cesión de derechos o créditos futuros.
Veamos.

a) Posición del cedente de créditos futuros


Mientras el crédito no nace, es obvio que sobre el cedente no pesa
la garantía de evicción prevista por el artículo 1628. Esa garantía, en
efecto, es incompatible con la cesión de créditos futuros, en la que
las parles asumen la falta de actualidad del crédito.
Ahora bien, siendo la cesión onerosa podrá en todo caso aplicarse
el régimen de la compraventa de cosas futuras (art. 1131). Habrá, por

59 De acuerdo a las citas de Teles de Menezes Lcitáo es el criterio seguido en


Alemania por Planck, Hahnzog, Philipp, Egert y Serick; en España por Navarro Pérez,
y en Portugal por Vaz Serra, Mota Pinto y Ribeiro de Faria.
Asimismo, podemos leer en OERTMANN, ob. cit., p. 109, que "...si se trata de
la cesión de un crédito futuro ha de suponerse necesariamente que el crédito tendrá,
no obstante, que surgir en primer término en cuanto a la persona del cedente, si bien
del patrimonio de éste pasará inmediatamente al cesionario en virtud del acto precedente
de cesión; es ésta la llamada teoría del traspaso. Y ocurrirá esto siempre y en tanto
que la constitución futura del crédito descanse, aun después de operada la cesión,
sobre hechos que afecten a la persona misma del cedente [...] Las consecuencias de
esta teoría del traspaso son extraordinariamente importantes; según esto, el cesionario
sólo podrá adquirir el derecho que surja en cuanto surja en la persona misma del
cedente. Y lo adquirirá siempre gravado con las excepciones que ya. bajo la titularidad
del cedente, se hallase sometido, en el momento de nacer..."
60 Es la posición aceptada por Larcnz, Müller, Busche, Zeiss, Weber, ctc., según
las referencias de TEJ,ES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 423.

494
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

ello, un deber del cedente de desencadenar el surgimiento del derecho


o crédito cedido, el cual no reconduce a una obligación de efectuar
una transferencia del mismo, pues la transferencia a favor del cesionario
no deja de ser automática, sin perjuicio del cumplimiento de la entrega
de documentos ordenada por el artículo 1619 si correspondiera.

b) Posición del cesionario de créditos futuros


Con relación al cesionario de crédito futuro, se plantea el problema
de los alcances de la protección que el contrato le concede hasta el
nacimiento del mismo crédito. En tal sentido, la doctrina alemana ha
entendido que, en rigor, la cesión de créditos futuros no es un negocio
obligacional, sino más bien un negocio de disposición que, consecuen-
temente, estaría sujeto al principio de prioridad'". Desde tal perspectiva,
la cuestión quedaría aprehendida por lo dispuesto por el artículo 1622
del Código, que no distingue según que la cesión sea de derechos (o
créditos) presentes y futuros, y cuyo examen se abordará más adelante.
Para concluir, corresponde destacar que el Código de 2014 no re-
produjo el texto del artículo 1453 del Proyecto de 1987, según el cual
e e ••• Los cedentes deben indicar en sus estados contables la cesión de

créditos futuros, incluyendo la cobranza por contratos en curso de


ejecución ..." La referencia era innecesaria y acaso impropia de un
Código de fondo, cabiendo observar que la Resolución Técnica N° 16
de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Eco-
nómicas determina en su artículo 14 que integran el activo de los
estados contables los beneficios económicos de un hecho ya ocurrido'<.

4. Derechos aleatorios
Admitida la cesión de créditos aleatorios por el Código Civil de
Vélez Sársfield (art. 1446), no se aprecia razón para descartarla en el
marco de la regulación aprobada por el Código Civil y Comercial de
2014.

61 LEMPENAU, Gerhard, Direkterwreb oder durchgangserwerb bei übertragung


künftier [ordenrungen, Bad Homburg, Berlin-Zurich. 1968, ps. 71 y
SS., citado por
TELES DE MENEZES LEITÁ.O, ob. cit., p. 426.
62 FOWLER NEWTON, Enrique, Cuestiones contables fundamentales, La Ley,
Buenos Aires, 2005, p. 97.

495
PAHLO D. HEREDlA

Un ejemplo es la cesión de derechos hereditarios, porque su con-


tenido es variable e incierto, hasta el momento de la partición (arts.
1618, inc. a, y 2302 a 2309 del Código de 2014).
Asimismo, suele darse como ejemplo la cesión de la clientela'",
pero ello es desafortunado pues no puede la misma ser autónornamente
objeto de actos jurídicos, siendo su tratamiento siempre indirecto'".

63 LLAMBÍAS, ob. cit., t. Il, p. 618, W 1309; BORDA, ob. cit., t. 1, p. 3R2, N"
507: BELLUSClO y ZANNONI. ob. cit.. t. 7, p. 56, !\,O 5.
64 Fue Francesco Camelutti quien sostuvo que " ...EI derecho a la clientela no es
un derecho a la clientela, sino una expresión del derecho sobre la hacienda. como la
estimación o la fama no es el derecho sobre la estimación o la fama. sino una expresión
del derecho sobre la propia persona. La mencionada clientela no es, en los hechos.
sino la reputación de la hacienda frente a los clientes, y por consiguiente una, y
digamos también la principal, de las cualidades de la hacienda ..." (conf. CARNELUTTI,
r:., Proprieta della clientela, en Riv. Dir. COIllI11.,1930, t. 1, p. 330, esp. p. 333. citado
por SUPERVIELLE, ob. cit., ps. 75/76, W l20).
A la luz de esta última perspectiva se ha dicho que la clientela, formada por
la atracción sobre el público es, en realidad, una cualidad o elemento esencial del
fondo, inseparable del mismo, pero no una cosa, aunque pudiera rcconocérsclc valor
(conf. FERNÁNDEZ, Rayrnundo. Código de Comercio comentado, Wolter, Buenos
Aires, 1950, t. 1I). Es, pues, inviable hablar de un derecho real de propiedad sobre
la clientela (conf. SATANOWSKY, M .. Tratado de Derecho Mercantil, Tea, Buenos
Aires, 1957, t. 3, p. 117), debiendo entenderse que ella es, antes bien, una mani-
festación exterior del aviamiento (conf. SEARA, Jorge. Transferencia delfondo de
comercio, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1965, ps. R3IR5), o la principal determi-
nante del valor llave (conf. BERTORA, Héctor R., Llave del negocio, Oresrne.
Buenos Aires. 1956. p. 26).
En otras palabras, no puede hablarse de un derecho de propiedad de la clientela.
sino que esta última es una situación de hecho que es fruto o consecuencia de la ac-
tividad y de la organización impuesta por el empresario y que viene a integrar otra
noción más compleja: la llave del negocio (conf. FONTANARROSA, Rodolfo, De-
recho Comercial argentino. Parte general, Zavalía, Buenos Aires, 1979. p. 228,
N° 191).
Y, por ser ello así, la doctrina mayoritaria extranjera y nacional ha terminado
por concluir que la clientela no es susceptible de un tratamiento juridico aislado,
en el que pueda fundarse un derecho de propiedad, por no poder ser objeto de
derecho, sino cualidad de la empresa. De donde se sigue que la clientela no es
transferible autónomamente (conf, GARRlGLJES, J., Tratado de Derecho Mercantil.
en Revista de Derecho Mercantil, Madrid, 1947, t. I, vol. 1, p. 254; LANGLE Y
RUBIO, E., Manual de Derecho Mercantil español, Bosch, Barcelona, 1954, t. Il ,
ps. 40 y 41; DEL VALLE FUENTES, E., Sobre la llamada venta de clientela,
Revista de Derecho Privado, Madrid, enero-diciembre de 1942, t. XXVI, ps. 464/475:

496
CO~TRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

En cambio, la cesion de los derechos sobre un contrato de seguro


representa, ciertamente, la de un derecho aleatorio pues en el momento
de la cesión el cesionario no sabe si recibirá o no la indemnización
comprometida por la aseguradora, lo cual depende de un acontecimiento
incierto (el siniestro) que puede o no ocurrir. Otro tanto pude decirse
de la cesión de los derechos derivados de un contrato de renta vitalicia,
cuya duración depende de la vida del beneficiario.

5. Derechos litigiosos
La posibilidad de ceder derechos o créditos litigiosos no puede ser
negada, ya que a ella hace específica referencia el artículo 1618, inciso
b, del Código Civil y Comercial.
Desde una perspectiva amplia, se comprende todo derecho sometido
a la acción de la justicia, incluyéndose en el concepto de litigioso,
por ende, no sólo a los juicios contradictorios, sino también a los
voluntarios sin contienda interna. En otras palabras, como lo explica
Machado, por derecho litigioso se entiende todo aquel que esté ante

BRACCO, R .. L'impresa del sistema del Diritto Commerciale, Cedam, Padova,


1960, p. 513, N° 202; ASCARELLI, T., Introducción al Derecho Comercial, Buenos
Aires, 1947, p. 137; LORDI, L., lstitutioni di Diritto Commerciale . Cedam, Padova,
1943, t. 1, ps. 123/124, N° 3; FERRARA, F., Teoría jurídica de la hacienda, Revista
de Derecho Privado, Madrid, 1950, ps. 120/122, N° 45; ROTONDI, M., El "avia-
mento" en la teoría general del fondo de comercio, en L. L. 51-1127, esp. Caps.
VI y SS.; COHEN, A., Traite théorique et pratique des Fonds de Commerce. Libraire
du Recueil Sírey, Paris, 1948, t. 1, p. 24. N" 37; SUPERVIELLE. ob. cit., ps.
79/80, N° 126 Y 127; SPOTA, Tratado de Derecho Civil. Parte general cit.. t. 1,
vals. 3-5. ps. 237/238; HALPERÍN, 1., Curso de Derecho Comercial, Buenos Aires.
1973, p. 93, N° 42; GARO, F., Derecho Comercial. Parte general, Buenos Aires,
1955, p. 222, N° 274; Tratado de las compraventas comerciales y marítimas, Buenos
Aires, 1945, t. II, p. 206, N° 681; ARECHA, W., La empresa comercial, Buenos
Aires, 1948, ps. 234/235, nota N" 237; FERNÁNDEZ, oh. cit., t. Il, p. 39; FER-
NÁNDEZ, R. y GÓMEZ LEO, O., Tratado teórico-práctico de Derecho Comercial,
Buenos Aires, 1984, t. 1, ps. 428/429; ORIONE, F., Fondo de comercio, en Enci-
clopedia Jurídica Omeba, Buenos Aires, 1960, t. XII, p. 388, Cap. V-3; ETCHE-
VERRY, R., Derecho Comercial y Econámico. Parte general. Buenos Aires. 1987,
p. 530, N° 203; MARTORELL, E., Tratado de Derecho Comercial, Buenos Aires,
2010, t. r, ps. 989/990; CNCom., sala D, 27-2-2014, "First Medical SA s/Quiebra
c/Ccmic s/Ordinario", voto del juez Heredia).

497
PABLO D. HEREDIA

la justicia por cualquier causa'". Es necesaria la existencia de un juicio


al respecto en el momento en que se efectúa la cesión=.
El derecho o crédito es litigioso o lo sigue siendo aun cuando
hubiese recaído sentencia a su respecto declarando su existencia o
condenando su pago, si la decisión es susceptible de recurso. En cambio,
no queda involucrado en el concepto litigioso el derecho o crédito ya
reconocido por sentencia firme'", sin perjuicio de admitirse la cesión
del crédito originado en ella'", pero no ya como litigioso, lo que tras-
ciende en la forma exigible.

6. Acciones legales
Las acciones, sean personales o reales, pueden ser cedidas.
Dentro de las primeras, por ejemplo, la acción de reparación de
daños y perjuicios. Es que la acción indemnizatoria tiene carácter
patrimonial y, por tanto, en principio, nada impide su cesión a un
tercero, tratándose de la reparación del daño material'", Empero,
para el caso de cesión de la acción por resarcimiento del daño moral,
la doctrina mayoritaria -que compartimos- se inclina por su ince-
sibilidad, como consecuencia dc la prohibición de ceder los derechos
inherentes a la persona humana (art. 1617)l°. De su lado, es dudoso

65 MACHADO, José O., Exposición y comentario del Código Civil argentino,


Lajouanc, Buenos Aires, 1899, t. 4, p. 181. Igual perspectiva amplia comparten LLAM-
BÍAS, ob. cit., t. n, p. 618, N° 1309; BORDA, ob. cit., t. 1, p. 383, N° 509.
66 CSJN, "Denegri, Carlos c/Provincia de Buenos Aires", Fallos: 184:517.
67 CNCiv., sala C, 11-7-80, L. L. 1980-D-377.
68 BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., p. 58, texto y jurisp. cits. en notas 36
y 37.
69 BARROS BOURIE, Enrique, Tratado de la responsabilidad extracontractual,
Jurídica de Chile, Santiago, 2006, p. 942, N° 738; BCSTAMA::\fTEALSINA, Jorge,
Teoría general de la responsabilidad civil, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1983, p. 502,
W 1566.
La cesión no altera las obligaciones de la aseguradora respecto de la víctima del
daño; conf. CFed. de Córdoba, Sala Civil y Comercial, 28-7-78, L. L. 1979-A-201.
70 LE TOURNEAU, Philippe, La responsabilité civile, Dalloz, Paris, 1982, p. 321,
W 996; BARROS BOURIE, ob. y lug. cits.; ORGAZ, Alfredo, El daño resarcible,
Depalma, Buenos Aires, 1967, p. 218, W 67; TRIGO REPRESAS, Félix A. y LÓPEZ
MESA, Marcelo, Tratado de la responsabilidad civil, La Ley, Buenos Aires, 2004,
t. IV, p. 517; BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 5, p. 296, N° 5.

498
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

que el cesionario pueda ejercer la acción de reparación civil en sede


penal, negándolo el Derecho francés 71.
También son cesiblcs, como acciones personales, la de simulación
que puede ser ejercida por el cesionario, bien que con las limitaciones
que pudieran alcanzar al cedente."; la de desalojo."; la acción para la
percepción del crédito proveniente del muro medianero?"; etcétera.
En cuanto a las acciones reales, tratándose de la reivindicatoria
(arts. 2252 y ss.), el cesionario puede intentarla aunque no hubiera
recibido la posesión de la cosa objeto de la acción, si el cedente la
hubiese poseído, ya que aquél como sucesor singular se coloca en el
mismo plano que este último 75. Las acciones negatoria y confesoria,
de su lado, no pueden ser materia de cesión en el objeto principal de
cada una definido, respectivamente, por los artículos 2262 y 2264,
pero sí en la parte pecuniaria de la condenación, si la hubiera".
Es cesible, desde ya, la acción hipotecaria, pero inseparable de la
hipoteca, por ser un accesorio del crédito que tiene por objeto garantir?",
Desde perspectiva afín pero distinta, en razón de la inseparabilidad de
la hipoteca con relación al crédito al que accede (art. 2186), corres-
ponde observar: a) que si el crédito se cede, en dicha cesión va com-
prendida la hipoteca; en cambio, no puede cederse la hipoteca inde-
pendientemente de la deuda garantizada", y b) no cabe admitir en

71 LE TOURNEAU, oh. cit., p. 41\, N° 119.


72 CÁMARA, Héctor, Simulacián en los actos jurídicos, Depalma, Buenos Aires,
1958, p. 364, N° 273.
73 CApel. de Concepción del Uruguay, Sala Civil y Comercial, 6-12-96, L. L. L.
1999-264.
74 CNCiv., sala R, J 6-11-2009, L. L. Online, AR/JUR/58328/2009.
75 CSJN, Fallos: 46:372 y 59:324; LAFAILLE. Derecho Civil. Tratado... cit., t.
IlI, p. 407, N" 2047; PEÑA GUZMAK, Luis A., Derecho Civil. Derechos Reales,
Tea, Buenos Aires, 1973, t. 1Il, ps. 648/649, N" 2133; MARIANI DE VlDAL, Marina,
Curso de Derechos Reales, Zavalía, Buenos Aires, 1993, t. 3, p. 315.
76 Nota al arto 1445 del Código Civil de Vélez Sársfield, cuya doctrina ha sido
compartida por la doctrina; véase, por lodos: BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t.
7, p. 63.
77 Nota al art. 1445 del Código Civil de Vélez Sársfield; REZZÓNICO, ob. cit.,
t. 1, p. 483.
'/8 MARIANI DE VlDAL, Marina, Derecho hipotecario, Zavalía, Buenos Aires,
1972, p. 35, texto y nota N° 53.

499
PABLO D. HEREDIA

nuestro Derecho la llamada cesión de prioridad, es decir, la convención


por la cual un acreedor hipotecario cede a otro acreedor con hipoteca
sobre el mismo inmueble, el rango que le corresponde, con el efecto
de que el grado de los hipotecarios se invierte.".
La cesibilidad de la acción prendaria deber ser admitida con alcances
análogos al de la cesión de la acción hipotecarias".
Importante es señalar, en fin, que si del derecho nacieran dos ac-
ciones, no puede cederse una separada de la otra, pues esa situación
implicaría una duplicación de la titularidad del derecho contraria a la
idea de una sucesión singular (art. 400).

7. Los derechos resultantes de títulos valores


Existen modos específicos, propios de los títulos valores, atinentes
a su transmisión y que se justifican por la propia naturaleza y función
económica de aquéllos.
Así, el derecho resultante de un título "al portador" cartular se
puede transferir mediante la tradición del documento respectivo (art.
1837), y la tradición confiere a quien la recibe la investidura en la
posesión del título'". De su lado, el modo de transmitir el derecho
surgente de títulos de valores cartulares "a la orden" es siempre la
tradición acompañada del endoso del título (art. 1838); el simple endoso
en los papeles "a la orden" sin la investidura en la posesión del título
no basta para transmitir el derecho perdiéndolo el endosante=. En fin,
los derechos resultantes de títulos valores cartulares "nominativos" no
sólo requieren para ser transferidos de la posesión del título por quien

79 FERNÁNDEZ, Raymundo, Tratado teórico-práctico de la hipoteca, la prenda


y demás privilegios, Talleres Gráficos de Luis Rubino, Buenos Aires, 1941, t. 1, ps.
222/223, N° 317. En contra: SALVAT, R. Y ARGAÑARÁS, M., Tratado de Derecho
Civil argentino. Derechos Reales, Tea, Buenos Aires, 1960, t. IV, ps. 37/38, N° 2203.
80 Para el caso de la acción prendaria originada en el régimen de prenda con
registro regulado por el decreto 15.348/46, véase: ALVO, Sebastián E., Prenda con
registro, estudio jurídico, analítico y comparado, Depalma, Buenos Aires, 1969, t. 2,
p. 507, W 787.
81 MESSINEO, Francesco, 1titoli di crédito, Cedam, Padova, 1964, t. I, ps. 268/269,
N° 124-A; ASQUINI, Alberto, Titoli di crédito, Cedam, Padova, 1966, p. 113, N° 48.
82 MESSINEO, 1 titoli... cit., t. 1, ps. 269/270, W 124-B; FERRI, Giuseppe, Titoli
di credito, Utet, Torino, 1965, p. 120.

500
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

los invoque como adquiridos, sino que también de un endoso o de


una cadena regular de endosos (siempre que no se trate de títulos
valores cartulares nominativos no endosables), seguida de la inscripción
de la transmisión en los registros del emisor o librador del título (arts.
1847 y 1849)83. En cualquiera de los tres casos precedentemente enun-
ciados, el portador adquirente de buena fe tiene un derecho autónomo
y le son inoponiblcs las defensas personales 4ue puedan existir contra
los anteriores portadores (art. 1816), jugando a su favor, además, lo
dispuesto por el artículo 1819 del Código Civil y Comercial de la
Nación.
A su tumo, tratándose de derechos representados en títulos valores
"no" cartulares, la posición del tercero adquirente también encuentra
tutela en el plano obligatorio (autonomía: arto 1816) y real (adquisición
a 110ndomino: arto 1819), tal como resulta de lo previsto por el artículo
1850, último párrafo, del Códigos".
Ahora bien, independientemente de lo anterior, los derechos repre-
sentados tanto en títulos valores cartulares como no cartulares pueden
igualmente transmitirse mediante el contrato de cesión si las partes
así lo dispusieran'", pues a ello no se opone la comprensión amplia
del artículo 1616 del Código Civil y Comercial de la Nación, ni lo
dispuesto por el artículo 1618, primer párrafo, que solamente preserva
la posibilidad de transmisión por endoso o por entrega manual en los
casos que se lo admita, sin negar lo anterior.
A todo evento, bien se advierte que con una transmisión hecha por
vía de contrato de cesión, se pierden las condiciones de simplicidad
y seguridad que ofrecen los modos transmisivos primeramente men-
cionados que facilitan la eficaz circulación del derecho o crédito, pues
la adquisición ya no se considerará autónoma sino que será derivada,
y serán oponibles al cesionario las defensas no reales que el cedido

83 VIVANTE, César, Tratado de Derecho Mercantil, Reus, Madrid, 1936, t. III,


ps. 1791180, N° 992 y SS.; GÓMEZ LEO, Osvaldo. Títulos de crédito, Cooperadora
de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1976, t. 1, ps. 148 y ss.
84 PAOLANTONIO, Martín E.. Títulos valores, en la obra Comentarios al Provecto
de Código Civil y Comercial de la Nación, dir. por J. Rivera y coord. por G. Medina.
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2012, pS. 998/999, N° 5.5.
s,; CCCom. de San Martín, sala 2, 15-8-20ü(), Juba B2001646.

501
PABLO D. HEREDIA

tenía contra el cedente, además de que frente a sucesivas transmisiones


por cesión se van acumulando contra el nuevo titular (último cesionario)
las defensas o excepciones personales de sus relaciones con todos los
titulares anteriores y, en tal virtud, a medida que se amplía el proceso
circulatorio, disminuye lógicamente la seguridad de realización del
crédito o del ejercicio del derecho cedido'".

8. Derechos de propiedad industrial o intelectual


Las marcas de productos o servicios pueden ser objeto de ccsión'".
También las patentes de invención'< y los modelos y diseños indus-
triales'".
Los derechos patrimoniales de autor son también cesibles?".

9. Derechos sobre universalidades


Las universalidades de hecho pueden ser objeto de actos jurídicos
y de acciones. Así se deduce de diversos preceptos del Código Civil
y Comercial de la Nación (arts. 1188, 1670, 2245 y 2252). Cabe en-
tender, por ello, que también pueden ser objeto de cesión.
Así, por ejemplo, puede ser cedido un fondo de comercio'", apli-
cándose las reglas de la compraventa si la cesión es onerosa'".

86 YADAROLA, Mauricio L., Títulos de crédito. Tea, Buenos Aires, 1961. ps.
42/43, W 14.
Asimismo, véase: CARNELUTTI. Francesco, Teoria giuridica del/a circolatione.
Cedam, Padova, 1933, ps. 144 y SS., N" 47 Y SS., donde desarrolla ampliamente el
problema della sicurezza della circolarione.
87 Ley 22.362, arts. 6°, 7° Y 9°; decreto 558/81, arto 2:1; BERTONE, Luis R. y
CABANELLAS DE LAS ClJEV AS, Guillermo, Derecho de marcas, Heliasta, Buenos
Aires, 1989, t. n, pS. 3J 8 Y ss.
88 Ley 24.481, arto 37; ley 20.744, art. 83.
89 Decreto 6673/63, art. 15.
90 Ley 11.723, arts. 51 y eones.; SATANOWSKY. Isidro, Derecho intelectual,
Tea, Buenos Aires, 1954, t. 1, p. 431, N° 235 Y ss.
91 La posición que considera a la hacienda como una universalidad de hecho es
la dominante en doctrina yjurisprudencia. Véasc por todos: CÁMARA, H., Transmisión
de establecimientos comerciales e industriales (ley 11.867), Imprenta de la Universidad
de Córdoba, Córdoba, 1947, ps. 32/35, N" 12 Y sus citas.
92 ZUNINO, Jorge O., Fondo de comercio, Astrea, Buenos Aires, 1982, p. 267,
N° 151.

502
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

10. Cesiones parciales de créditos


La cesión puede tener lugar no sólo por la totalidad del crédito,
sino también por una parte de él, tal como se desprende del artículo
1627 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Debe admitirse también, desde luego, la cesión parcial de una plu-
ralidad de créditos, verbigracia, por un porcentaje del valor de ellos.
La cesión parcial tendrá como efecto una separación del destino
del crédito, por lo que las vicisitudes que puedan afectar a la parte
cedida (incumplimiento, mora, interrupción de la prescripción, etc.),
no tiene repercusión en la otra parte?'.
El citado artículo 1627 determina, en particular, la no postergación
del cedente frente al cesionario en cuanto al derecho de cobro del
crédito parcial cedido. En otras palabras, frente a la hipótesis de que
el cedido no pueda pagar en su totalidad cada uno de los créditos
parciales, el pago se hará a prorrata, sin preferencia alguna del cesio-
nario sobre el cedente (y viceversa), ya que ambos poseen un igual
derecho de cobro.
Lo anterior, sin embargo, puede alterarse por el convenio de partes.
Como lo expresa el artículo 1627 in fine, el cesionario no goza de
ninguna preferencia sobre el cedente, a no ser que este último se la
hubiera acordado expresamente, lo cual implica un caso de subordi-
nación crediticia convencional según se verá más adelante.

B. Derechos no cesibles
Existen supuestos en que los derechos (o créditos) no pueden ser
objeto de cesión, sea porque así lo establece la ley, porque lo han
pactado las partes o en atención a la naturaleza del derecho (art. 1616).
Cualquiera sea el caso, la cesión de un derecho (o crédito) no apto
para ser cedido está afectada de nulidad, no sólo con respecto al cedido,
sino también con relación a las partes (cedente y cesionario) y respecto
de terceros. El derecho o crédito permanece en el patrimonio del ce-
dente, pudiendo ser embargado por sus acreedores (si fuera embarga-
ble).

93 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cít., ps. 318/319.

503
PABLO D. HEREDlA

1. Exclusiones derivadas de la ley


Ante todo, la incesibilidad puede derivar del imperio de la ley, que
así lo dispone atendiendo a razones variables.
Algunos supuestos resultan del propio Código Civil y Comercial
de la Nación.
El primero de ellos es el principalísimo caso estatuido en el artículo
1617: no pueden cederse los derechos inherentes a la persona humana.
Lo que caracteriza a los llamados derechos personalísimos o inhe-
rentes a la persona es su dependencia de la persona misma del titular
o de quien la ley faculte para darles vida y ejercerlos. El Código Civil
derogado entendía por tales " ...Ios derechos no transmisibles a los
herederos del acreedor, como las obligaciones no transmisibles a los
herederos del deudor" (art. 498) y los que no pueden cederse "por
razón de que el ejercicio de esos derechos es inseparable de la indi-
vidualidad de la persona" (art. 1445 y su nota). De su lado, en el Código
Civil y Comercial de la Nación, aparte de la referencia contenida en el
artículo 1617, el concepto de derecho inherente a la persona aparece en
los artículos 356, 464, inciso ñ, y 1024. Asimismo, el Código de 2014
introdujo un estatuto de los derechos personalísimos (arts. 51 y ss.).
Resulta, ciertamente, un problema dificultoso determinar cuáles son
los derechos inherentes a la persona. Desde una concepción amplia,
los derechos inherentes a la persona comprenden derechos del más
diverso género, que pueden hallarse tanto en el Derecho de Familia
como en los derechos reales y creditorios, e igualmente los derechos
pcrsonalísirnos?', La inherencia del derecho con relación a la persona
puede provenir de la naturaleza del mismo derecho o de la disposición
de la ley'". Se está en presencia de un derecho inherente a la persona
por su propia naturaleza cuando su ejercicio está influido por la apre-
ciación de un interés moral, sin que corresponda comparar la impor-
tancia de ese interés con el monto pecuniario que pueda representar
el reconocimiento de tal derecho". En cambio, cuando la inherencia

94 BUSSO, Eduardo, Código Civil anotado, Ediar, Buenos Aires, 1949, t. IlI,
p. 52, N° 10 Y l L
9S Arg. arto 741, inc. a, del Código Civil y Comercial de la Nación.
96 LLAMBÍAS, ob. cit., t. 1, p. 512, N" 435. texto y autores citados en nota 99.

504
CO"TRA TO DF CESIÓN DE DERECHOS

del derecho con relación a la persona humana surge de la ley, ello


puede ser de modo expreso o implícito?". Así, por ejemplo, es un
derecho inherente a la persona humana según la calificación expresa
de la ley el derecho moral de autor?"; de su lado, lo son por declaración
implícita de la ley los derechos personalísimos, los derechos vinculados
con los atributos de la personalidad aun si no se consideran incluidos
entre los derechos personalísimos, los deberes-derechos del estado de
familia, etcétera.
Desde la perspectiva de lo anterior, no son cesibles: el derecho
derivado del beneficio de litigar sin gastos, por su inherencia a la
persona que lo obtuvo?", el derecho de accionar por nulidad del ma-
trimoruo!"; etcétera.
Dejando de lado los derechos inherentes a la personalidad, son
incesibles por disposición legal: T) la obligación de prestar alimentos
(art. 539), pero pueden cederse las prestaciones alimentarias devenga-
das y no percibidas (art. 540); TI) el derecho real de habitación no
puede ser cedido, pues pesa sobre él la prohibición de su transmisión
por actos entre vivos, extremo que se funda en que se trata de un
derecho constituido en mira a la necesidad personal del habitador (art.
2160); TII)el derecho que otorga el pacto de preferencia, por su carácter
personal (art. 1165); IV) es prohibido al progenitor ser cesionario de
los créditos, derechos o acciones contra su hijo (art. 689), y V) es
prohibida toda cesión de derechos entre quien ejerce la tutela y el
tutelado antes de aprobada judicialmente la cuenta final de la tutela
(art. 120)101;la cesión-donación que tuviera el alcance previsto por el
artículo 1551; etcétera.
Otros casos surgen de leyes específicas, verbigracia. no pueden
ser cedidas las remuneraciones que deba percibir el trabajador, las
asignaciones familiares y cualquier otro rubro que configuren créditos

97SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE. ob. cit., p. 115, W 291.


464, último párrafo, del Código Civil y Comercial de la Nación: SATA-
9X Art.
NOWSKY, ob. cit., t. Ir, ps. 514/515, 1\°255.
99 CNCom., sala A, 22-6-2006, D. J. 2007-1-117.
IDO CNCiv., sala F, 5-2-Rl, L. L. 1981-B-427.
101 La prohibición en este caso está ratificada para la cesión-donación por el art.
1550 del Código Civil y Comercial de la Nación.

505
PARLO D. HEREDIA

emergentes de la relación laboral, incluyéndose las indemnizaciones


que le fuesen debidas con motivo del contrato o relación de trabajo
o su extinción (art. 148 de la ley 20.744); las prestaciones previsionales
(art. 14, incs. a, y b, de la ley 24.241); los derechos sobre aportes
futuros respecto al Fondo Partidario Permanente y aportes públicos
extraordinarios de campaña definidos por la Ley de Financiamiento
de los Partidos Políticos (art. 70, ley 26.215); etcétera.
La consecuencia de la violación a la prohibición legal de cesión
es la nulidad absoluta de la cesión (arts. 386 y 387 del Código de
2014).

2. Exclusiones derivadas de la convención


("pactum de non cedendo")
Derechos que son de suyo susceptibles de cesión pueden dejar de
serlo mediante pacto. Este convenio puede establecerse, sin sujeción
a forma'?', antes o después de nacido el derecho o de creada la obli-
gación. Su eficacia descansa en el principio de libertad contractual.
Su finalidad puede estar dada, por ejemplo, en asegurar al deudor que
no estará expuesto a las incomodidades y agobios que lleva consigo
el cambio de acreedor. Y del mismo modo que puede pactarse la
imposibilidad absoluta de cesión, cabe también restringirla o dificul-
tarla, verbigracia, prohibiéndola durante un plazo o con relación a
determinadas personas, o bien subordinando su eficacia a una notifi-
cación hecha al deudor o a la ratificación de éste?'.
La consecuencia de la violación del pactum de non cedendo es la
nulidad relativa de la cesión (mis. 386 y 388 del Código de 2014).
Pero el asentimiento del deudor cedido basta para atribuir eficacia a
la cesión operada en contravención al pacto'?'.

3. Exclusiones derivadas de la naturaleza del derecho


No hay lugar a la cesión por virtud de la naturaleza del derecho

102 Puede ser expreso o tácito, o bien resultar de una cláusula contractual en un
contrato más amplio o de un acuerdo individual, según la opinión de TELES DE
MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 305, W 2.3.3.
103 VON TUHR, ob. cit., t. Ir, p. 301, N° 3.
104 OERTMANN, ob. cit., p. 107.

506
COI"TRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

0, más bien, de la naturaleza de la relación jurídica, cuando no sea


posible hacer efectiva la prestación al cesionario sin alteración de su
contenido, o cuando la cesión pueda frustrar o poner en peligro la
finalidad del derecho o crédito'".
Entran en esta categoría, por ejemplo, los derechos fundados sobre
una calidad personal, esto es, los que sólo una determinada persona
puede ejercer, y también las prestaciones intuitu persona; ° sea, aque-
llas en las que la persona del deudor es irreemplazable para el debido
cumplimiento.

VIII. Forma
A. La forma escrita como regla
El contrato de cesión debe hacerse por escrito. Tal lo que prescribe
el artículo 1618, primer párrafo, del Código Civil y Comercial de la
Nación, determinando ello que deba tenerse al contrato como "formal"
(art. 1015). La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos
públicos o particulares, de acuerdo a lo previsto por el artículo 286 y
según lo que las partes determinen en ejercicio de la libertad garantizada
por el artículo 284.
El artículo 1454 del Código Civil derogado establecía que la forma
escrita se exigía "...bajo pena de nulidad ..." Ello hizo que un sector
de la doctrina afirmara que se trataba de un requisito de forma exigido
ad solemnitatem y que, en consecuencia, a falta de él la cesión no
podía ser demostrada por otros medios de prueba'P". El Código de
2014 no reprodujo, empero, la mencionada exigencia, limitándose a
requerir la forma escrita sin advertir que su ausencia conduce a la
nulidad. Debe concluirse, por ello, que la forma escrita resulta impuesta
simplemente ad probationem'í" y que su omisión hace aplicable lo

105 VON TUHR. ob. cit., t. 11,p. 299, W 2.


106 SALVAT, Raymundo L. y ACUÑA ANZORENA, Arturo. Tratado de Derecho
Civil argentino. Fuente de las obligaciones, Tea, Buenos Aires. 1954, t. 1, p. 434. N° 653.
107 Criterio sostenido por la mayoría de la doctrina en el Derecho anterior, véase
por todos: BUERES, Alberto y HIGHTON, Elena, Código Civil y normas comple-
mentarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial. Hammurabi, Buenos Aires, 2007, t.
4-A. p. 97 y sus citas de doctrina y jurisprudencia en nota 4,

507
PABLO D. HEREDIA

dispuesto por el artículo 1018 del Código Civil y Comercial de la


Nación (solemnidad relativa).

B. La escritura pública como excepción


El artículo 1618 del Código Civil y Comercial de la Nación pres-
cribe tres supuestos en que la forma escrita exigida es, inexorablemente,
la de la escritura pública regulada por los artículos 299 y siguientes.
Se trata de algunos de los supuestos referidos genéricamente por el
artículo 1017, inciso d, del mismo cuerpo legal. En estos casos la
forma exigida ya no es ad probationem sino que lo es ad solemnitatem.
De tal suerte, faltando la forma legalmente exigida no habrá cesión
válida sino precontrato de cesión lOS.
Los casos mencionados por el Código de 2014 son los siguientes.

1. La cesión de derechos hereditarios


El Código Civil derogado sólo se refería a la cesión de derechos
hereditarios en normas aisladas (arts. 1175, 1449, 1184, inc. 6°, 2160
a 2163, 3322 y 3732).
En cambio, el Código Civil y Comercial de la Nación aprobó una
regulación integral del instituto (arts. 2302 a 2309), que se complementa
con la disposición del artículo 1618, inciso a, relacionada con la forma
exigida para tal contenido contractual 109.
La solución prevista por el citado artículo 1618, inciso a, por la
cual se exige que la cesión de derechos hereditarios se instrumente
por escritura pública, tiene su antecedente en el artículo 1184, inciso
6°, del Código Civil derogado.
Ella, valga señalarlo, concuerda con la doctrina aprobada en un
fallo plenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, según
la cual: "La escritura pública es la única forma idónea para instrumentar
la cesión de derechos hereditarios'"!"; precedente que se entendió como
superador de las divergencias que el tema había planteado en doctrina

LÓPEZ DE ZAVALÍA. ob. cit., t. l. p. 576. N° 89-Il, l.


108
Una referencia al instituto también puede verse en el art. 2409.
109
110 CNCiv. en pleno, 24-2-86. "Rivera de Vignati, María E. s/Sucesión", L. L.
1986-B-155 Y E. D. 117-311.

508
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

y jurisprudencia 111, en cuanto a la posibilidad de que la cesión pudiera


formalizarse en otro instrumento público como el acta judicial, o bien
en instrumento privado protocolizado presentado al juicio sucesorio] 12.
Estas últimas formas, pues, quedan erradicadas.

2. La cesión de derechos litigiosos


Cuando los derechos son litigiosos, no basta para cederlos la forma
escrita del instrumento privado, sino que es necesario recurrir a la
escritura pública (art. 1618, inc. b), la cual es exigida por la seguridad
y plena fe que brinda (arts. 299 y eones.).
Esta prescripción resulta de cumplimiento inexorable en materia
de cesión de derechos litigiosos sobre inmuebles, verbigracia, cuando
se cede el derecho de usufructo sobre un inmueble estando controvertida
la calidad de tal del usufructuario cedente; cuando la cesión versa
sobre un crédito hipotecario estando planteada la nulidad de la hipoteca:
etcétera (art. 1017, inc. b).
Sin embargo, tratándose de cesión de derechos que no involucran
derechos reales sobre inmuebles, el Código Civil y Comercial de la

111 CABULI, Ezequiel. Forma de la cesión de derechos hereditarios. en L. L.


2011-F-II02; D' ALESSJO, Carlos M., Cesión de derechos hereditarios: IÓ17l1a.pu-
blicidad y registracián, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, N° 2000-2,
Sucesiones, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, p. 9.
1]2 Sosteniendo factibles tales formas alternativas a la escritura pública se pro-
nunciaron BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Sucesiones. Pcrrot, Bue-
nos Aires, 1987, t. 1, p. 557; GOYE]\;A COPELLO, Héctor R .. Tratado de Derecho
de Sucesián, t. 3, p. 549; SPOTA, Instituciones de Derecho Civil. COJl(IY/toscit., t.
IV, ps. 313/314, W 915; CNCiv., sala A, 28-5-80, "Fernández, Ricardo s/Sucesión":
íd., 11-8-81, "Barbieri de Terpin, María s/Sucesión"; sala F, 9-5-73, "Spragon, Jorge
A. s/Succsión"; íd., 19-3-76, "De Mattheis, Rómulo s/Sucesión": sala G, 10-8-8 L
"Ludueño de Mercado, Luna J. y otro s/Sucesión"; íd., 27-6-85, "Korinman, Sofía
s/Succsión".
En contra, afirmando que la escritura pública era la única forma admitida, se
expidieron: GUASTAVINO, Elías P., Elementos sustanciales de los contratos,
en Boletín del Seminario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional del Litoral, 1953, t. 4, p. 210; FORNIELES, Salvador, Tratado
de las sucesiones, Tea, Buenos Aires, 1976, t. JI, N° 470; ZANNONI, Eduardo,
Manual de Derecho de las Sucesiones, Astrea, Buenos Aires, 1980, p. 271, N° 375:
MAFFíA, Jorge, Tratado de las sucesiones, Depalma, Buenos Aires, 1981, t. 1, ps.
591/594, W 461.

509
PABLO D. HEREDIA

Nación aclara para tal caso que la cesión "...también puede hacerse
por acta judicial, siempre que el sistema informático asegure la inal-
terabilidad del instrumento ..."
La posibilidad de que la cesión pueda realizarse por aeta judicial
hecha en el respectivo expediente ya estaba admitida por el Derecho
anterior (art. 1445 del Cód. Civ. derogado). Ha agregado el Código
Civil y Comercial de la Nación la exigencia de que el acta judicial
que instrumente la cesión se vuelque a un sistema informático que
asegure la inalterabilidad del instrumento, solución concordante con
el artículo 2299. La provisión de un sistema informático de las carac-
terísticas indicadas es responsabilidad de las respectivas jurisdicciones.
Para el ámbito de la jurisdicción nacional y federal la Corte Suprema
de Justicia de la Nación implementó el Sistema Informático de Gestión
Judicial (acordada 14/2013 y posteriores).
Se excluye que la cesión de derechos sobre bienes que no sean
inmuebles pueda hacerse por "escrito ratificado ante el secretado del
tribunal", posibilidad que resultó admitida por diversos proyectos'P y
que fue aplicada con frecuencia por los tribunales en el entendimiento
de que ello equivalía a un acta judicial' !4, pero que no reprodujo el
Código Civil y Comercial de la Nación, siguiendo en ello al Proyecto
de 2012 (art. 1618, inc. b). Esta restricción parece estar fundada en
la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que
fue contraria a flexibilizaciones en la materia!".
La notificación del cedido (contraparte del cedente) tiene lugar:
a) cuando se hace por escritura pública, desde que queda notificada
por ministerio de ley la incorporación al expediente del respectivo

!U Proyecto de Código Civil Unificado de 1987, art. 1443; Proyecto Federal de


1993, art. 1043, inc. 2°; Proyecto de 1998, arto 1532, inc. b.
114 PALACIO, Lino, Derecho Procesal Civil, Abeledo-Perrot. Buenos Aires, J 970,
t. 111,p. 335, N° 294, jurisprudencia citada en nota 30; BCERES y HIGHTON, ob.
cit., t. 4-A, p. lOO; BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 7, p. 73.
115 En la causa "Méndez Valles, Fernando e/A. M. Pescio S. C. A. sfEjecución
de alquileres", sentencia del 26-12-95, el alto tribunal no encontró arbitraria la sentencia
de la instancia anterior que había hecho una aplicación estricta del art. 1455 del Código
Civil derogado en cuanto a que las únicas formas válidas para realizar una cesión
eran la escritura pública y el acta judicial, no así la realizada en instrumento privado
con protocolización notarial (Fallos: 318:2639, considerando 6°).

510
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

instrumento, y b) cuando se hace por acta judicial desde su fecha si

;
el cedido participó y, en caso contrario, desde que se notifica per-
sonalmente o toma conocimiento ministerio legis del contenido del
acta.
Por tratarse de derechos litigiosos, esto es, sometidos a la acción
de la justicia en un proceso, la cesión da lugar a una sustitución
procesal según la cual el cesionario ocupa el lugar del cedente en
la calidad de parte, con las cargas, derechos, obligaciones y deberes
que ello importa'!". Mas esto tendrá diversas connotaciones según
que el cedido (contraparte del cedente) preste o no su conformidad
a la sustitución. Tal lo que resulta del artículo 44 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, y normas provinciales concordantes.
Así pues, si el cedido brinda conformidad, la que incluso puede ser
tácita'!", se produce la expromisión del cedente, continuando el ce-
sionario en lugar de este último. No dada la conformidad, extremo
que el cedido (contraparte del cedente) puede justificar en motivos
de Derecho material o de índole procesal! 18, no se produce la ex-
promisión del cedente y el cesionario solamente podrá participar a
título de interviniente adhesivo simple o coadyuvante. En ningún
caso, se podrá retrogradar el procedimiento, ingresando el cesionario
a él en el estado en que se encuentra!".
La eficacia de la cesión de derechos litigiosos no está subordinada
a su aprobación judicial, la que es innecesaria e improcedente en cual-
quier caso, por tratarse de un contrato que las partes pueden celebrar
sin ese recaudo.

116 RIVAS, Adolfo A., Tratado de las tercerías, Ábaco, Buenos Aires, 1993, t.
1, p. 217, W 145.
117 PASSI, Santiago C., Cádigo Procesal Civil .1.' Comercial de la Nación, co-
mentado, anotado y concordado, Astrea, Buenos Aires, 1978. t. 1, p. 160, ]\'0 346.
118 Son motivos de Derecho material la inexistencia de la transmisión, la invalidez
de la cesión y hasta la alegación de la extinción del crédito; en cambio, son motivos
de índole procesal la falta de capacidad procesal del cesionario, la falta de personería
si operara por representante, etc.; conf. RIVAS. oh. cit., t. 1, p. 237, ]\'0 164.
119 PALACIO, ob. cit., t. III, p. 335, N° 294; MORELLO, Augusto M. y otros,
Códigos Procesales en lo Civil)' Comercial de la Provincia de Buenos Aires v de
la Nación, comentados y anotados, Platense-Abeledo-Perrot, La Plata-Buenos Aires,
1984, t. U-A, ps. 800 y ss.

511
PARLO D. HEREDlA

3. La cesión de derechos derivados de un


acto instrumentado por escriturapública
La prescripción contenida en el artículo 1618, inciso e, del Código
Civil y Comercial de la Nación responde al principio de paralelismo
de formas, según el cual la forma bajo la cual se instrumenta un derecho
es la exigida para la cesión de este último.
No cabe distinguir, ya que la ley no lo hace, si la instrumentación
del derecho por escritura pública nació de lo ordenado en ese sentido
por ley, o bien porque las partes voluntariamente acudieron a esa ma-
nera de expresar su voluntad. Cualquiera sea el caso, la cesión del
derecho derivado de un acto instrumentado en escritura pública se
hace por escritura pública. En otras palabras, aun si el derecho deriva
de un acto instrumentado por escritura pública no impuesta por ley,
su cesión debe efectuarse bajo esa formal 20.

C. Transmisión por endoso o entrega manual


El artículo 1618 del Código Civil y Comercial de la Nación deja
a salvo " ...los casos en que se admite la transmisión del título por
endoso o por entrega manuaL."
Ya se ha hecho referencia a tal cuestión con ocasión de examinar
los derechos resultantes de títulos valores como posible objeto del
contrato de cesión.
Cabe reiterar aquí, a todo evento, que la entrega manual y el endoso
son las formas típicas de transmitir el derecho resultante, respectiva-
mente, de títulos valores cartulares "al portador" y "a la orden" (arts.
1837 y 1838).
Particularmente, el endoso no es sólo el modo típico de transmitir
letras de cambio, pagarés (arts, 12 a 21 y 103 del decreto 5965/63) Y
cheques (arts. 12 y ss., ley 24.452), sino también la forma de transmitir
otros documentos continentes de derechos o créditos tales como el wa-
rrant (art. 8°, ley 9643), la factura de crédito (art. 7°, ley 24.760), los

120 En el Derecho anterior podía darse una respuesta distinta fundada en una
interpretación armónica de los arts. 1454 y 1184. inc. 9°, del Código derogado, tal
como lo hizo LÓPEZ DE ZAVALÍA, ob. cit., t. I, p. 577, W 89-I1, 2. Sin embargo,
la letra del art. 1618, inc. e, del Código de 2014 no permite diferencias.

512
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

certificados de depósito bancario a plazo (arts. 2 de la ley 20.663, y


0

1392 del Código de 2014), etcétera. Empero, no pueden transmitirse por


endoso las acciones de sociedades anónimas (arts. 1 y ss., ley 24.587)121.
0

IX. La entrega de los documentos probatorios del derecho


Ordena el artículo 1619 del Código Civil y Comercial de la Nación
que "El cedente debe entregar al cesionario los documentos probatorios
del derecho cedido que se encuentren en su poder. Si la cesión es
parcial, el cedente debe entregar al cesionario una copia certificada
de dichos documentos".
Ya fue dicho que el contrato de cesión de derechos es consensual,
o sea, se perfecciona por el solo acuerdo de voluntades del cedente y
cesionario, no interviniendo en ello el cedido.
No es, pues, contrato real, cuya perfección está subordinada a la
entrega de cosa alguna. De ahí que la entrega de los documentos pro-
batorios mencionada por el artículo 1619 no es otra cosa que un efecto
incidental del contrato, que integra la etapa de cumplimiento de la
convención. No tiene, pues, efecto constitutivo de la transmisión.
Particularmente, la entrega de los documentos se debe hacer para
permitir al cesionario la prueba del crédito, y el derecho al documento
representa un específico derecho accesorio de lo cedido.
En la cesión parcial de derechos, el cedente debe entregar copia
certificada de dichos documentos al cesionario, solución que está pre-
vista en otras legislacionesl=. Ello es así, para posibilitar el ejercicio
independiente de los derechos que, parcialmente, conserva el cedente
y de los que, parcialmente, adquiere el cesionario. Entendemos que la
certificación mencionada por la norma puede ser notarial, administra-
tiva o judicial.
Todo esto sin perjuicio de que en materia de títulos valores cartu-
lares, como ya se dijo, la entrega material del título (tradición) resulta

121Lo atinente al contrato de cesión de acciones de sociedad anónima es examinado


más adelante; véase el Capítulo XVII.
122 Código Civil italiano de 1942, art. 1262-II; Código Civil de Portugal, art. 882,
inc, 3°.

513
PABLO D. HEREDIA

necesaria para conferir a quien lo recibe la investidura en su posesión,


no bastando el endoso.
En fin, la obligación de entrega de documentación a cargo del
cedente no existe en todos los casos, sino solamente en aquellos en
que el derecho cedido conste en un documento'>, y lo dispuesto en
tal sentido por el artículo 1619 debe entenderse como una prescripción
normativa supletoria, que las partes pueden dejar de lado por acuerdo'>'.

x. Efectos de la cesión de derechos con relación a las partes


A. Transmisión del derecho
1. Generalidades
El efecto principal de la cesión es la transmisión del derecho del
cedente a favor del cesionario, la que tiene lugar, como ya se dijo,
por el mero consentimiento de las partes y sin dependencia de la entrega
documental mencionada por el artículo 1619.
El cesionario ocupa el lugar del cedente, pasando a ser, en conse-
cuencia, quien tiene las facultades de ejercicio del derecho que le
permitirán, por ejemplo, exigir la prestación al cedido. En otras pala-
bras, la cesión implica para el cedente la pérdida de la totalidad o de
una parte del derecho cedido, no pudiendo ser utilizado el contrato
examinado en el caso que se pretenda conservar en la titularidad del
cedente algún elemento cualitativo del derecho. En este sentido, por
ejemplo, no es admisible que a través de la cesión de derechos se
pretenda establecer una cotitularidad conjunta del crédito gobernada
por el régimen de la solidaridad activa'<',
Cabe observar, antes de avanzar más, que si el derecho cedido tuviera
origen en un contrato, su cesión (la del derecho) no impide que el cedente
pueda seguir siendo considerado como "parte" de dicho contrato origi-
nante. En efecto, para transmitir la cualidad de "parte" en el contrato
originante, resultará preciso que se celebre una cesión de posición con-

123SAVATIER, ob. cit., t. u, p. 220, N° 469.


124TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 359, texto y nota 196 con cita
concordante de PERLINGIERI, Pietro, La cessioni dei crediti ordinari e d'impresa.
E. S. J., Napoli, 1993, ps. 53/54.
125 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 319.

514
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

tractual, no bastando de suyo la cesión del derecho (arts. 1636 a 1640).


De tal suerte, por ejemplo, la cesión del crédito por alquileres que co-
rresponde al locador no implica la pérdida de su condición de tal. Una
cosa es, entonces, la cesión del contrato, y otra distinta es la transferencia
por cesión de uno o más de sus elementos pasivos ex contractus (v. gr.,
la deuda por alquileres), permaneciendo los elementos activos en la per-
sona del cedente, quien después de la transmisión permanece en la ti-
tularidad de la relación de reciprocidad preexistente!".
Ahora bien, sin perjuicio de lo expuesto precedentemente, lo cierto
es que la cesión no provoca una escisión absoluta entre el derecho cedido
visto aisladamente y la respectiva posición contractual del contrato ori-
ginante. En tal sentido, si bien de acuerdo a los principios generales de
la transmisión, el cesionario asume la condición de titular del mismo
derecho cedido, ni mejor ni más extenso (art. 399)127,lo cual se explica
desde una perspectiva sucesoria, ya que el cesionario es un sucesor sin-
gular del cedente (art. 400, infine), lo cierto es que el contrato originante
influye en la configuración del derecho cedido, como también en su
interpretación. De ahí que, por ejemplo, las garantías o accesorios del
derecho cedido que correspondan al contrato originante son transmitidas
al cesionario con los alcances que resulten de ese contrato (art. 856); si
el cedido no puede exigir contra el cesionario el cumplimiento de la
contraprestación contractual asumida por el cedente en el contrato ori-
ginario, puede el cedido oponer al cesionario las excepciones que tuviera
contra el cedente, incluso -en el caso indicado-la exceptio non adimpleti
contractus (art. 1031); la cesión del derecho no implica alterar las reglas
relativas a la interpretación o integración del negocio, ni de las cláusulas
estipuladas en punto al plazo o la condición del derecho cedido, el lugar
de cumplimiento de la prestación, etcétera.

2. Momento en que se produce la transmisión.


Alteraciones convencionales
Ya fue dicho que la transmisión del derecho cedido se produce,

126 A"IDREOLI, M., La cesión del contrato, Revista de Derecho Privado, Madrid,
1956, p. 22, W 4.
127 CSJN, "Moreno, Emilio c/Provincia de San Luis", Fallos: 132:161.

515
PABLO O. HEREDlA

entre cedente y cesionario, en el momento en que tiene lugar el mutuo


consentimiento de las partes.
¿Pueden las partes alterar convencionalmente ese momento?
La pregunta es válida pues las partes pueden entender conveniente
anticipar ese momento o postergarlo por diversas razones, como, por
ejemplo, para repartirse los intereses del crédito cedido.
La primera hipótesis sería, pues, la de que las partes pretendiesen
fijar el momento de la transmisión entre ellas del derecho cedido en
una fecha anterior a la celebración del contrato de cesión, atribuyéndole
así una eficacia retroactiva. Corresponde entender, sin embargo, que
semejante posibilidad no es admitida por la ley, pues es inherente al
régimen del contrato de cesión la protección brindada al cedido, para
quien el negocio nunca podría tener eficacia retroactiva ya que a su
respecto siempre la tiene ex nunc (arg. arts. 1620 y 1621)128.
Por lo que toca a la segunda hipótesis, se ha entendido que las
partes podrían postergar la transmisión del derecho cedido, sujetando
la cesión a una cláusula de reserva de dominio. Se afirma, en tal
sentido, que la indicada cláusula puede funcionar como una forma de
alterar (suspender) el régimen de transmisión inmediata del crédito!".
y ello puede asumir las siguientes alternativas: 1)si las partes establecen
que la cesión no será notificada al cedido antes de verificarse defini-
tivamente la transmisión del crédito entre ellas, habrá un diferimiento
completo de la eficacia del negocio, según el cual el cedido podrá
pagar al cedente; 11)si, en cambio, las partes establecen que, a pesar
de mantenerse el derecho en cabeza del cedente, la cesión sea igual-
mente notificada al cedente, ello valdrá como indicación a este último
de hacer el pago a un tercero (el cesionario) con eficacia liberatoria
por ante el acreedor, independientemente de que después tenga o no
lugar la transmisión del crédito, ya que frente a este último evento el
128TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 320.
129TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 320, y su cita de Savatier en
nota 76.
Sobre el pacto de reserva de dominio como condición suspensiva y no resolutoria
del acto, véase: HEREOlA, Pablo D., La venta con pacto de reserva de dominio en
el Derecho argentino y en el Derecho Comparado, frente a la quiebra del comprador,
en el Supl. Contratos Comerciales, Instituto de Derecho Empresarial, Academia Na-
cional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Buenos Aires, 2014. p. 76.

516
CO)';TRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

cedente podrá reclamar al cesionario lo que recibió del cedido, con


fundamento en el enriquecimiento sin causa 130.

3. Limitaciones convencionales para el ejercicio


por el cesionario del derecho cedido
Cedente y cesionario pueden acordar que este último quede sujeto
a ciertos límites para el ejercicio del derecho que recihe, como, por
ejemplo, que le sea impuesta la prohibición de efectuar una nueva
cesión del crédito, o la exigencia de autorización del cedente para que
pueda cobrarle al cedido. La práctica de los negocios puede justificar
cláusulas de esa naturaleza, que restringen los efectos de la transmisión.
En todo caso, la autonomía de la voluntad configuradora de cláu-
sulas de ese tipo tendrá el límite de que no podría impedírsele al
cesionario el ejercicio de sus facultades de titular del derecho o crédito
cedido en términos absolutos o ilimitados temporalmente, pues ello
equivaldría a negar los erectos jurídicos de la cesión misma, debiendo
en tal caso considerarse nulo el negocio. Solamente serían admisibles,
pues, restricciones limitadas o temporarias al ejercicio de las facultades
del cesionario, en tanto sean compatibles con el negocio de cesión,
no sean abusivas, y no causen daño al cedido!".

4. Transmisión de garantías y accesorios del derecho


Salvo pacto en contrario, la transmisión del derecho cedido se hace
cum omnia sua causa, es decir, con todos sus accesorios 132.
Ello da lugar a las siguientes particularidades.

a) Transmisión de las garantías reales y personales. Consideración


particular de las garantías unilaterales o a primera demanda
De la conjunción del régimen atinente a las obligaciones accesorias

UD TELES OE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 32 I.


131 Tal es la posición dc la jurisprudencia alemana citada por TELES OE ME-
~EZES LEITAO, ob. cit., ps. 322/323. El autor, empero, propicia una interpretación
más amplia que la de tal jurisprudencia, descartando la nulidad de la cesión en cualquier
caso, pues no habiendo daño al cedido, corresponde al interés del cedente y cesionario
establecer los límites de sus derechos contractuales.
132 CNCiv., sala B, 17-6-82, L. L. 1982-0-136.

517
PABLO D. HEREDIA

(art. 856) con el de la sucesion a título singular (art. 400), resulta


que la cesión del derecho conlleva la transmisión de sus garantías
tales como la fianza, la prenda o la hipoteca, que pasan a favorecer
al cesionario 133.
Con referencia específica a la cesión de un crédito garantizado con
prenda, prescribe el artículo 1625 que el contrato de cesión no autoriza
al cedente o a quien en su poder tenga la cosa prendada a entregarla
al cesionario. La disposición, tomada del Proyecto de Unificación de
1987 (art. 1449), se funda en que el acreedor prendario, responsable
de la pérdida o deterioro de la cosa prendada ocurridos por su culpa,
impedido de servirse de la cosa sin consentimiento del deudor, y de
ejercer sobre ella derechos que no le son propios (art. 2226), no puede
desligarse unilateralmente de sus obligaciones transfiriendo la tenencia
de la cosa a un tercero 134.
¿Qué ocurre con las garantías autónomas, unilaterales o a primera
demanda?
El Código define a este tipo de garantías diciendo que son aquellas
por las que se establece que el emisor garantiza el cumplimiento de
las obligaciones de otro y se obliga a pagarlas, o a pagar una suma
de dinero u otra prestación determinada, independientemente de las
excepciones o defensas que el ordenante pueda tener, aunque mantenga
el derecho de repetición contra el beneficiario, el ordenante o ambos
(art. 1810).
Cuestionadas en el Derecho italiano en cuanto a su validez!", pero
aceptadas en el Derecho español-", y especialmente en el francés+",

133LÓPEZ DE ZAVALÍA, ob. cit., t. JI, p. 582; SPOTA, ob. cit., t. IV, p. 329.
134Proyecto de la Comisión de Reformas designada por decreto 468/92, nota al
art. 1051.
135 GIORGIANNI, Francesco y TARDIVO, Carla-Maria, Manuale di Diritto Ban-
cario e degli operatori finanziari. Giuffre, Milano, 2012, p. 373.
136 VÁZQUEZ GARCÍA, Ramón J., Garantíasen la contrataciónbancaria,en NIETO
CAROL, U. (dir.), Contratos bancarios y parabancarias, Lex Nova, Valladolid, 1998,
ps. 1247/1248, N° 3; ESTRADA ALONSO, Eduardo, Las garantías abstractas en el
tráfico civil y mercantil, Civitas, Madrid, 2000, ps. 179/187, quien destaca, no obstante,
la presencia de jurisprudencia del Tribunal Supremo de España contraria a la figura.
l37 Código Civil, arto 2321: "La garantie autonome est l'engagement par lequel
le garant s'oblige, en considération d'une obligation souscrite par un tiers, a verser

518
CONTRATO m: CESIÓN DE DERECHOS

el Código Civil y Comercial de la Nación regula las garantías unila-


terales o a primera demanda destacando su principal carácter diferen-
ciador de la fianza, a saber, que el acreedor no queda expuesto a las
defensas que el ordenante pueda tener contra él, quedando el dador
de la garantía autónomamente obligado (de modo irrevocable, salvo
pacto en contrario, arto 1814).
En este tipo de garantías, en efecto, se pierde el carácter de
obligación accesoria que corresponde a la fianza. Las garantías au-
tónomas, unilaterales o a primera demanda no son accesorias. A
diferencia de la fianza, no son garantías subsidiarias, sino directas.
La obligación que deriva de la garantía autónoma, unilateral o a
primera demanda es exterior al derecho o negocio garantizado. Y
todo ello no se desvanece por las referencias que la garantía uni-
lateral o a primera demanda pudiera reproducir con relación al con-
trato de base, ya que ello no les hace perder su carácter autónomo
sino que esas indicaciones simplemente pueden ser reguladoras de
las modalidades de ejecución, de la fijación de los montos garan-
tizados, o del término de duración 138.
Pues bien, a la luz de tales notas diferenciales, puede ser discutido
si la cesión del derecho o crédito conlleva la de la garantía autónoma,
unilateral o a primera demanda.
Para una postura, no siendo una garantía accesoria sino autónoma
y directa, corresponde negar que cedido el crédito, la garantía unilateral
o a primera demanda se traspase como un derecho accesorio. Desde
esta perspectiva, se dice, la garantía unilateral o a primera demanda
no se destina para asegurar un crédito principal cuya transmisión puede
acompañar, sino que por ella se establece un deber de prestar que

une sonune soit a premiére demande, soit suivant des modalités convenues. Le garant
n 'est pas tenu en cas d'abus Oll de fraude manifestes du bénéjiciaire ou de collusion
de celui-ci avec le donneur d'ordre. Le garant ne peut opposer aucune exception
tenant a l'obligation garantie. Sauf convention contraire, cette süreté ne suit pas
i 'obligation garantie ..." (texto según ordenanza 2006/346, del 23-3-20(6).
138 GAVALDA, Christian y STOUFFLET, Jean, Droit Bancaire, T' ed., Litec,
París, 2008, p. 418, W 779, y pS. 419/420, N° 784. Véase, asimismo, BlANCA, C.
Massimo, Diritto Civile, Giuffre, Milano, 1994, t. 5. ps. 512 y ss., W 231 y SS.; DE
BONIS, D., Le garanzle atipiche ed innominaie, en NAPOLlLLO, Ernesto, [ nuovi
contratti, Casa Editrece La Tribuna, Piacenza, 2002, ps. 279 y ss.

519
PABLO D. HEREDIA

corresponde él mismo a un crédito principal, cuya cesion, entonces,


debe ser expresamente convenida o ratificada por el dador de la ga-
rantía-".
Otra opinión, en cambio, interpreta que la garantía autónoma es
una garantía del crédito como cualquier otra, por lo que constituye un
formalismo exigir un segundo acto para obtener su transmisión; dicho
sea ello, sin perjuicio de la posibilidad de su transmisión aisladamente
del crédito, en razón de su condición de garantía autónoma+".
La cuestión es resuelta por el artículo 1813 del Código Civil y
Comercial de la Nación con la siguiente prescripción normativa: "Los
derechos del beneficiario emergentes de la garantía no pueden trans-
mitirse separadamente del contrato o relación con la que la garantía
está funcionalmente vinculada, antes de acaecer el incumplimiento o
el plazo que habilita el reclamo contra el emisor, excepto pacto en
contrario. Una vez ocurrido el hecho o vencido el plazo que habilita
ese reclamo, los derechos del beneficiario pueden ser cedidos inde-
pendientemente de cualquier otra relación. Sin perjuicio de ello, el
cesionario queda vinculado a las eventuales acciones de repetición que
puedan corresponder contra el beneficiario según la garantía".

b) Transmisión de los privilegios


El privilegio crea un orden de prelación (art. 2573), pero -como
señala Molinario- éste no es más que un continente desprovisto de
contenido propio. Es preciso que los particulares realicen un contrato
y que éste origine un crédito a favor de uno de los contratantes, para
que, si ese crédito goza del favor de la ley, encaje dentro de alguno
de los privilegios. El privilegio, pues, por sí solo no puede existir, ya
que tiene su razón de ser en la existencia de lo principal que es el
crédito!".

139 BONELLI, Franco, Le garanrie bancarie autonome a prima domanda nel


cornrnerciointernazionale. Giuffre, Milano, 1991, p. 35; SCIARRONE ALl13RANDI,
Antonella, La circolarione delle garanrie bancarie autonome e i termini della sua
ammisibilita nell'ordenamento italiano, en BBTC, año 1991, N° 54, ps. 570 y ss.
140 TELES DE MENEZES LEITÁO, oh. cit., ps. 327/328. texto y citas en nota 94.
141 MOLINARIO, Alberto D., Los privilegios en el Derecho Civil argentino,
Abeledo, Buenos Aires, 1941, p. 34, W 16.

520
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

De ahí, entonces, que el privilegio, como accesorio del crédito, se


transmite al cesionario como parte del objeto cedido!".
Esto es así, salvo determinación contraria, en cuyo caso se transmite
el crédito sin el privilegio que queda automáticamente extinguido, ya
que no puede separarse para transmitirse a un tercero a favor de otro
crédito'<.

e) Transmisión del derecho de retención


El artículo 2592, inciso b, del Código Civil y Comercial de la
Nación determina que la facultad de retención se transmite con el
crédito al cual accede.
Como la facultad de retención garantiza la satisfacción de un crédito,
sólo se admite para servir a ese crédito y sólo existe en la medida en
que éste exista y mientras subsista. De ahí que sea un accesorio legal.
Por ello, cedido el crédito al cual accede, el derecho de retención se
transmite al cesionario por su condición accesoria+'. Por cierto, la
transmisión autónoma de la facultad de retención no sólo vulneraría
dicha condición accesoria, sino que también obstaría a la concurrencia
del debitum cum re junctum, es decir, la conexidad que debe existir
entre el crédito y la cosa retenida!".

d) Transmisión del derecho a los frutos e intereses


Salvo pacto en contrario, la cesión del derecho ()crédito comprende
la de los frutos o intereses accesorios a é1146•

142 CORDEIRO ÁL VAREZ, Ernesto. Tratado de los privilegios, Depalma, 1969,


p. 17, N° 8; CORTÉS, Hernán, Los privilegios en el Derecho Civil. Talleres Gráficos
D·Accurt.io, Mendoza. 1959, p. 29, N° 18.
143 FERN.ÁNDEZ, Raymundo, Tratado teórico-práctico de la hipoteca, la prenda
y demás privilegios, Talleres Gráficos de Luis Rubino, Buenos Aires. 1941, t. I, ps.
90/91, N° 80 y 81.
144 OERTMANN, ob. cit., p. 110.
145 LEIV A FERNÁNDEZ, Luis F.. I::J derecho de retención en el Proyecto
de Código Civil, en L. L. 2013-D, del 21-8-2013, Cap. XXXI. En igual sentido:
VÁSQUEZ, Alejandro A., Derecho de retención, Depalrna, Buenos Aires, 1962,
p. 133, ::--10 143-A, h.
146 CSJN, "Casanova, J. y Santato, M. c/Provincia de Buenos Aires", Fallos:
127:87.

521
PABLO D. HEREDlA

No interesa si los intereses están vencidos y aún no cobrados, o


si son intereses a devengarse. En ambos casos, pasan al cesionario.

e) Transmisión de las cláusulas penales


A salvo el pacto en contrario, la cesión del principal confiere al
cesionario el derecho de exigir la pena en los casos de incurnplimien-
to147,

f) Transmisión del "commodum representationis"


El commodum representationis consiste en la posibilidad de exigir
la cesión de las acciones y derechos que existan contra aquéllos por
cuyo hecho o culpa la obligación se ha tornado de cumplimiento im-
posible!",
Ha de interpretarse que el commodum representationis se transfiere
del cedente al cesionario, dado que a partir de la cesión éste pasa a
ser el titular del crédito!".

g) Transmisión de derechos potestativos, de los deberes inherentes a


la cualidad de acreedor y de los deberes accesorios de conducta
La cesión del derecho transmite al cesionario los derechos potes-
tativos inherentes al objeto cedido, o sea, conexos al derecho o crédito,

147 KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, La cláusula penal, Depalma, Buenos


Aires, 1981, p. 82, N° 60; BORDA, ob. cit., t. 1, p. 419, N° 573.
En lo relativo a las cláusulas penales moratorias, según una opinión correspondería
hacer una distinción. Si la mora se verificó antes de la transmisión del crédito, la
transferencia no se debería dar, salvo acuerdo contrario de partes, pues la exigencia
de la cláusula corresponde al cedente. En cambio, si la mora se produjo después de
la transmisión del crédito, el derecho a la cláusula penal moratoria viene adquirido
por el cesionario, quien lo puede ejercer; conf. TELES DE MENEZES LEITAO, ob.
cit., p. 341.
148 DÍEZ-PICAZO, ob. cit., t. Il,ps. 657/662; MONTES, Ángel C; El "commodum
representationis" del artículo 1186 del Código Civil, en Anuario de Derecho Civil.
Madrid, 1987, vol. 40, W 2, ps. 601-614; ALCALDE SILVA, Jaime, El "commodum
representationis" del artículo 1677 del Código Civil de Chile, en Revista de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso XXX!, Va1paraíso, Chile, 20 se-
mestre de 2008, ps. 37/161.
149 TELES DE MENEZES LETTAO, ob. cit., p. 336.

522
CONTRA TO DE CESiÓN DE DERECHOS

verbigracia, la facultad de interpelar para constituir en mora al cedido;


el derecho de determinar la prestación en las obligaciones alternativas
:- genéricas; el derecho de reclamar por cumplimiento defectuoso del
cedente; etcétera. No se transmiten, empero, los que resultan de la
relación contractual de donde el crédito emerge, los que permanecen
en cabeza del cedente y sólo pueden ser transmitidos mediante la cesión
de la posición contractual 150.
Dudosa es, como transmisión de derecho potestativo, la correspon-
diente al ejercicio de la acción de resolución por incumplimiento y
de nulidad por vicio del consentimiento. Entre nosotros, se admite por
la generalidad de la doctrina la cesibilidad de la acción de resolución
contractual'>', empero algunos autores niegan que el cesionario pueda
ejercer la de nulidad indicada'F, mientras que otros, en cambio, sos-
tienen que el cesionario puede ejercer la acción de nulidad si ésta es
absoluta, ya que puede ser invocada por cualquier interesado, pero no
si la nulidad es relativa, caso en que la acción no pasa al cesionario
cuando la cesión deba reputarse como confirmación del acto viciado;
para ello será necesario: 1) que haya desaparecido el vicio, y 11)que
el cedente tuviera conocimiento de é1153. En el Derecho Comparado
~e han dado todo tipo de respuestas'".
No es opinable que los deberes secundarios inherentes a la calidad
de acreedor pasan al cesionario. Así, por ejemplo, pasa al cesionario
el deber de restituir el título en caso de que la obligación sea cumplida.
Tampoco es discutible la transmisión de los deberes de conducta
inherente a la cualidad de acreedor, verbigracia, el deber de colabo-
ración para posibilitar al cedente el cumplimiento de su obligación'>".

150 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., ps. 343/344.


151 Véase por todos: BUERES y HIGI-ITON, ob. cit., t. 4-A, p. 114.
152 SALVAT y ACUÑA ANZORENA. ob. cit., t. 1, p. 441, W 665 y 666.
Una respuesta más restrictiva parece la de SPOTA, ob. cit., t. IV, ps. 330/331,
V 923.
153 BORDA, ob. cit., l. 1, ps. 420/42 L ~o 575: BUERES y HIGHTON, ob. cit.,
L ..j.-A, p. 115.
154 Véase las distintas posiciones en TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit.,
F"5. 344/347. También: REZZÓNICO, ob. cit.. t. I, ps. 521\/529, nota a pie de p. 16.
155 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 348.
Pesa sobre todo acreedor un deber de colaboración que posibilite el cumplimiento,

523
PABLO D. IIEREDIA

h) Transmisión de la fuerza ejecutiva del título


No reproduce el Código Civil y Comercial de la Nación la letra
del artículo 1458 del Código Civil derogado en cuanto disponía que
la cesión comprende por sí la fuerza ejecutiva del título que comprueba
el crédito, si la tuviere.
El silencio, empero, no es óbice para sostener que el cesionario
recibe el derecho con ese alcance.
En efecto, el derecho de proceder a la ejecución forzada (esto es,
la acción ejecutiva) que la ley confiere a algunos títulos se transfiere
al cesionario con la cesión misma del derecho que comprueba el título,
pues es una cualidad accesoria de aquél.

5. Transmisión de las restricciones, cargasy vicios del derecho cedido


La transmisión del derecho al cesionario lo es no sólo con sus
ventajas, sino también con sus imperfecciones, verbigracia, las tachas
de que pudiera estar afectado y que lo hacen anulable, rescindible,
resoluble 156.

6. Transmisión de la facultad de realizar actos conservatorios


Desde el momento mismo en que se produjo el consentimiento de
las partes, el cesionario adquiere la facultad de realizar actos conser-
vatorios de su derecho'?".
Ahora bien, mientras no se produce la notificación de la cesión en

el cual, obviamente, debe ser ejecutado de buena fe, pues en las relaciones obligatorias
lo que se exige es una actitud positiva de cooperación, una actitud a favor del interés
ajeno, y la hona fides consiste en un criterio de conducta inspirado e informado por
el interés de la otra parte; conducta dirigida al cumplimiento positivo de la expectativa
de cooperación de la contraparte; conf. BETII, E., Teoría general de las obligaciones,
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1969, t. JI, p. 86; sobre el deber de colaboración
del acreedor, en general, véase: BUSSO. ob. cit., t. V, p. 315, N° 214; VON TUHR,
ob. cit., t. TI, p. 4, N° 54-IV; BELTRÁN DE HERbDIA y CASTAÑO, J., El cum-
plimiento de las obligaciones, Revista de Derecho Privado, Madrid, 1956. ps. 60 y
SS.; PUIG BRUTAU. 1.. Fundamentos de Derecho Civil, Bosch, Barcelona, 1959, t.
r, vol. 1I, p. 265.
156 JOSSERAND, Louis, Derecho Civil, Ejea, Buenos Aires, 1950, t. Il, vol. 1,
p. 642, N° 807.
157 CApel. de Concordia, Sala Civil y Comerciallll, 21-3-97, L. L. L. 1998-1-333.

524
CO:-.lTRA TO DE CESrÓ:-; DE DERECHOS

los términos del artículo 1620, el cedente no pierde de su lado el


ejercicio de la misma facultad 158.
Dicho con otras palabras, desde el momento en que el contrato de
cesión se perfecciona, hasta el momento en que se produce la indicada
notificación, ambas partes, cesionario y cedente, pueden realizar actos
conservatorios del derecho cedido.
Tal lo que resulta del artículo 1624 del Código Civil y Comercial
de la Nación 159, con lo que se da, entonces, una situación particular
consistente en la transmisibilidad de la facultad resultante del derecho
cedido a favor del cesionario, pero a la vez de conservación de ella
por el cedente, con la posibilidad, por ende. de un ejercicio de ella
conjunto o separado, sucesivo o simultáneo.
La ratio legis de la adquisición por el cesionario de la referida
facultad se encuentra en el hecho de que, entre las partes de la cesión,
aquél es el titular del derecho, cuya condición frente a terceros, mientras
no se cumple la notificación del artículo 1620, es equiparable -en este
particular aspecto- a la de un acreedor bajo condición suspensiva, a
quien la ley también le otorga la posibilidad de solicitar medidas con-
servatorias (art. 347).
De su lado, que el cedente pueda realizar actos conservatorios
no obstante haber traspasado el derecho al cesionario, se justifica
porque mientras la notificación del artículo 1620 no tiene lugar,
frente a terceros él sigue siendo el titular del objeto cedido (su
acreedor si fuera un crédito). Además, su legitimación para cumplir
actos conservatorios se justifica en el genuino interés que tiene en
cumplir su compromiso con el cesionario y evitar alguna responsa-
bilidad propia.
Los actos conservatorios mentados por el artículo 1624 pueden ser
de la más diversa índole: interrumpir la prescripción, incluso por de-
manda; suspender la prescripción en curso; pedir medidas cautelares;
entablar la acción subrogatoria; renovar el registro de la hipoteca o
prenda para evitar su caducidad; insinuar el crédito en el concurso o
quiebra del cedido; etcétera.
158 CNCiv., sala K, 16-9-96. L. L. 1997-C-569.
159 La norma refunde el contenido normativo de los arts. 1472 y 1473 del Código
Civil derogado.

525
PABLO D. HEREDlA

B. Las garantías prestadas por el cedente


1. Garantía por eviccián legal
(existencia y exigibilidad del derecho)
Prescribe el artículo 1628 del Código Civil y Comercial de la Nación
que "Si la cesión es onerosa, el cedente garantiza la existencia y le-
gitimidad del derecho al tiempo de la cesión, excepto que se trate de
un derecho litigioso o que se lo ceda como dudoso.. "
El precepto significa establecer una aplicación particular del régi-
men general regulado por los artículos 1044 a 1050 del mismo cuerpo
legal. A la vez, implica no reiterar la letra de los artículos 2155 a
2158 del Código Civil derogado, preceptos que la doctrina consideró
innecesarios.
La de evicción es una garantía de naturaleza lcgall'" y natural del
contrato, que las partes pueden excluir o limitar por acuerdo, expreso
o tácito, o incluso agravar, ya que con ello no se afecta el orden
público, la moral o las buenas costumbres (art. 958).
No opera en la cesión-donación, habida cuenta el requisito de que
la cesión sea onerosa exigido por el artículo 1628, 10 cual se justifica
porque no se puede responsabilizar al cedente que nada a recibido a
cambio. Pero el cedente gratuito podría mutatis mutandi responder por
evicción en los casos previstos por el artículo 1556.
Sin duda, en cambio, la garantía funciona en la cesión-venta (cuando
hay contraprestación en dinero) y en la cesión-permuta (cuando la
contraprestación es la transmisión de la propiedad de un bien), ya que
en estos dos últimos casos se da la condición de que la ventaja que
procura una de las partes tiene su correspondiente contraprestación a
que se ha obligado la otra, esto es, hay onerosidad (art. 967).
Si la cesión fuese mixta, de acuerdo a la regla del artículo 1544
del Código Civil y Comercial de la Nación, la garantía de evicción a
cargo del cedente funcionará parcialmente, o sea, limitada a la pro-
porción en que la cesión pueda entenderse onerosa.
Pues bien, en los supuestos indicados el cedente garantiza al ce-
sionario la existencia (veritas nominis) y legitimidad del derecho trans-

160 Funciona. pues, ministerio legis; conf. CNCom., sala C, 2-12-83, E. D. 108-1S7.

526
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

mitído!", mas no su eficacia práctica, verbigracia, la insuficiencia del


asiento del privilegio con relación al quantum del crédito cedido.
De acuerdo al reenvío autorizado por el artículo 1631, se comprende
en la garantía:
1. Toda turbación de derecho, total o parcial, que recayera sobre
el derecho cedido, por causa anterior o contemporánea a la adquisición
por el cesionario (art. 1044, inc. a). Por ejemplo, que el derecho trans-
mitido no pertenecía al cedente, ya que nadie puede transmitir un
derecho que no tiene (arg. arto 399); cuando el acto del que resulta el
derecho cedido es falso o bien nulo por vicios del consentimiento;
cuando el derecho cedido está afectado por una causa cualquiera de
extinción (pago, prescripción, resolución, compensación, ctc.); si el
crédito fue cedido con alguna seguridad especial, o como solidario
entre varios deudores, y no existiera la seguridad o no fuese solidario;
etcétera.
JI. Los reclamos de terceros fundados en derechos resultantes de
la propiedad intelectual o industrial, si lo cedido fuese una obra del
intelecto, una marca, patente, modelo o diseño industrial, etcétera (art.
1044, inc. b), En esta materia, en efecto, el reclamo de tercero es un
típico supuesto en que la garantía funciona, como, por ejemplo. en
los casos de marcas notorias protegidas por el artículo 6° bis del Con-
venio de París 162.
Este caso tiene excepción si el cedente -cnajenante- se ajustó a es-
pecificaciones suministradas por el cesionario -adquirente- (art. 1044,
inc. b).
lIT. Las turbaciones de hecho causadas por el cedente (art. 1044,
inc. e), pero no, desde luego, por las turbaciones de hecho causadas
por terceros ajenos al cedente (art. 1045, inc. a).
Cabe observar que en caso de turbación de hecho causada por el

161 En este precepto la palabra "existencia" comprende la "legitimidad" y, por


tanto, habría bastado con ella. Como enseñó la antigua doctrina francesa: "...en parlant
de l'existence de la créance, a entendu comprendre SOllS cettes expression, tant le
droit de propriété du cédant et la légitimité de la créanse, que SOIl existence proprement
dite ...", conf. AUBRY, C. y RAU, c., Cours de Droit Civil Francais, Impremerie et
Librairie Générale de Jurisprudencc, Paris, 1871, t. 4, p. 442, nota 60.
162 BERTONE Y CABANELLAS DE LAS CUEVAS, ob. cit., t. 11,p. 345.

527
PABLO D. HEREDIA

cedente la garantía de evicción funciona aunque hubiera sido renunciada


por el cesionario, ya que el ejercicio de la autonomía de la voluntad
(art. 958) no llega al extremo de desamparar por completo al renun-
ciante de la garantía, pues no puede quedar sin efecto la responsabilidad
del cedente cuando se pierde el derecho por causa de sus hechos o
actos, como el caso en que el crédito cedido se hubiera extinguido
por haber recibido el pago del cedido, o si lo cedió a otro cesionario
a quien se notificó primerol'-'.
El cedente no responde por las turbaciones de derecho provenientes
de una disposición legal (art. 1045, inc. b).
Refiriéndose al aspecto temporal, precisa el artículo 1618 que lo
garantizado es la existencia y legitimidad del derecho e e ••• al tiempo de
la cesión ..." En consecuencia, el cedente no responde de la evicción
producida por causa posterior, verbigracia, por una prescripción cum-
plida después de la cesión'>'. Y, como lo determina igualmente el
Código, tampoco si la evicción resulta de un derecho de origen anterior
a la transferencia, y consolidado posteriormente (art. 1045, inc. e).
Desde el punto de vista de su alcance, la garantía de evicción com-
prende al derecho cedido en toda su extensión, de manera que incluye
el principal y sus accesorios, esto es, no sólo las obligaciones accesorias
tales como intereses, sino también los derechos accesorios tales como
prenda, hipoteca, fianza, privilegios, etcétera.
En cambio, la existencia y legitimidad del derecho no es garan-
tizada por el cedente si se trata de un derecho litigioso o que lo
cedió como dudoso (art. 1628). Derecho litigioso y dudoso son, desde
nuestro punto de vista, conceptos diferentes. Todo derecho litigioso
es dudoso, pero no todo derecho dudoso es litigioso. Por derecho
dudoso puede entenderse, por ejemplo, la mera expectativa, cuya

BELLUSCIO y ZANNONL ob. cit., t. 7, p. 139, texto y autores cits. en nota 23.
163
REZZÓNICO, ob. cit., t. I, p. 588. Se invoca como situación de excepción,
164
en la que el cedente debería responder. la de la prescripción cumplida después de la
cesión, pero con tanta cercanía a ella que el cesionario no hubiera podido razonable-
mente interrumpirla; conf. BORDA, ob. cit., t. 1, p. 424, N° 5R2. La excepción es
aceptable y la responsabilidad se justifica pues, por razones de buena fe, corresponde
entender que el cedente debe avisar al cesionario que el crédito se encuentra sujeto
a una inminente prescripción que corresponde interrumpir: conf. TELES DE ME-
NEZES LEITAO. ob. cit., p. 352. nota a pie de p. 174.

S2R
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

cesibilidad ya ha sido señalada, que no está en juicio'<'. En cualquier


caso, la solución es la misma: el cedente no responde por cvicción,
lo que se justifica por el carácter aleatorio del derecho cedido y el
hecho de que, en consecuencia, el cesionario ha debido ponderar el
riesgo de su adquisición, incluso midiendo el valor de lo entregado
a cambio de lo recibido.

2. Garantía de evicción convencional


(insolvencia del cedido)
El cedente no garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus
fiadores, excepto pacto en contrario o mala fe (art. 1628). Pero si "...el
cedente garantiza la solvencia del deudor cedido, se aplican las reglas
de la fianza, con sujeción a lo que las partes hayan convenido" y el
"...cesionario sólo puede recurrir contra el cedente después de haber
excutido los bienes del deudor, excepto que éste se halle concursado
o quebrado" (art. 1630).
Se desprende interpretativamente de las normas anteriormente trans-
criptas lo siguiente:

a) Regla general
La posible insolvencia del cedido pasa al cesionario como un riesgo
que ya tenía el cedente. De ahí que, como regla, el cedente no garantiza
al cesionario la insolvencia del deudor cedido (bonitas nominisi. Es
que el cesionario recibe la transmisión cum omni sua causa, según se
ha dicho. No puede, por tanto, unilateralmente mejorar su situación
frente a las posibilidades de cobro del crédito cedido. Si esas posibi-
lidades eran buenas, ello lo beneficiará; pero si eran malas, debe el
cesionario asumir lo propio, máxime ponderando que el cedente ga-
rantiza, según se ha visto, la existencia y legitimidad del derecho al
tiempo de la cesión, pero no su cobro o efectividad.
y si, como regla, el cedente no garantiza la solvencia del deudor
cedido, tampoco garantiza la solvencia de los fiadores de este último.
\65 En análogo sentido: COLMO, Alfredo, De las obligaciones el! general, Jesús
Mcnéndcz, Buenos Aires, 1920, p. 729, N° 1082; LÓPEZ DE ZAVALÍA, ob. cit., t.
2-1, p. 596. En contra: BORDA, oh. cit., t. 1, p. 431, N" 592: CAZEAUX y TRIGO
REPRESAS, ob. cit.. t. 2, p. 422, nota 19.

529
PABLO D. I-IEREDIA

b) Primera excepción: garantía


de eviccián convencional
La regla general precedentemente referida es meramente supletoria
de la voluntad de las partes. Pueden ellas, en efecto, excluir su apli-
cación pactando que el cedente garantizará al cesionario la solvencia
del cedido (art. 958).
La asunción de esta garantía por el cedente debe ser expresa, no
pudiendo ser meramente tácita. Tiene que existir una voluntad clara
y precisa del cedente en el sentido de renunciar a una irresponsabilidad
por evicción que es la regla legal con relación a la solvencia del cedido.
Una excepción a esto último se encuentra, sin embargo, en el caso
de cesión de créditos a una sociedad por parte del socio, hipótesis en
la cual este último (cedente) asume frente a la entidad (cesionaria)
una inexcusable garantía de solvencia respecto del deudor del crédito
(cedido). En efecto, en nuestro Derecho el aportante de un crédito a
una sociedad no sólo responde por la existencia y legitimidad del crédito
como lo expresa el artículo 41 de la ley 19.550, sino también -aunque
no lo diga expresamente la norma- por la solvencia del deudor cedido
ya que, como lo impone ese precepto, si el crédito no puede ser cobrado
a su vencimiento el socio cedente debe ingresar su equivalente dine-
rario, o la diferencia no cobrada, dentro de los treinta días, aplicándose
lo dispuesto por el artículo 37 de esa leyl66. La razón de ser por la
cual el socio-cedente es responsable de la solvencia del deudor del
crédito aportado reside en el principio de integridad del capital; el
crédito ha de valorarse en cierta cantidad, y si no se cobra el crédito
del deudor, habría que reducir el capital por la suma que fue valorado
el crédito o permitir que el patrimonio sea, desde el origen de la so-
ciedad, inferior al capital, lo que la ley no quiere'?", En otras palabras,
el equilibrio quedaría roto sin la acción de garantía atribuida a la so-

166 ZALDÍV AR, Enrique y otros, Cuadernos de Derecho Societario, Abeledo-


Perrot, Buenos Aires, 1980, t. I, p. 216; VERÓN, Alberto V., Sociedades comerciales.
Ley 19.550, comentada, anotada y concordada, Asrrea, Buenos Aires, 1993, t. 1, ps.
360/361, W 4.
167 GARRIGUES. Joaquín y URIA, Rodrigo, Comentario a la ley de sociedades
anónimas, Aguirre, Madrid, 1976, t. r. ps. 349/350, N" IV.

530
CONTRA TO DE CES¡Ó:S DE DERECHOS

ciedad contra el socio que no cumple con la obligación de convertirla


en propietaria de lo aportadol'".
La garantía de solvencia de que se trata se distingue de la solidaridad
pasiva. En esta última, en efecto, el acreedor puede exigir el pago a
uno, a varios o a todos los codeudores, simultánea o sucesivamente
(art. 833). En cambio, en la garantía de solvencia, el cedente responde
una vez que resulta comprobada la insolvencia del cedido y en los
límites del perjuicio sufrido por el cesionario, esto es, limitándose a
pagar el daño que resulta de la insolvencia. Y, en esa medida, la
garantía de solvencia se asemeja a la fianza, ya que el cedente pasa
a garantir la satisfacción del crédito en caso de insolvencia del deudor
cedido'?'. De ahí que, justamente, el artículo 1630, primer párrafo,
prescriba que si el cedente garantiza la solvencia del deudor cedido,
se aplican las reglas de la fianza, con sujeción a lo que las partes
hubieran convenido.
La aplicación de las reglas de la fianza, aunque aceptable por su
proximidad analógica, no debe impedir apreciar las diferencias que
ella tiene con relación a la garantía de solvencia.
En efecto, aunque hay cierto parecido entre una y otra figura, lo
real es que: 1) la garantía de solvencia no genera una obligación ac-
cesoria del cedente con relación a la obligación del deudor cedido;
por el contrario, mientras que en la fianza la obligación del fiador es
accesoria de la obligación afianzada (art. 1574), en la garantía de sol-
vencia la obligación del deudor cedido es independiente de la obligación

168 BRUNETTI, Antonio, Tratado del Derecho de las Sociedades. El Foro. Bue-
nos Aires, 2003, t. Il, p. 267, nota 14 y su cita de Troplong.
En algunas legislaciones la garantía de solvencia del socio-cedente de créditos es
presumida por la ley: arlo 984, inc. e, del Código Civil de Portugal.
En Italia, en cambio, se entiende que el socio-cedente no garantiza la solvencia
del deudor, salvo pacto en contra. Pero el régimen es criticado y resulta incoherente,
pues dándose esta última alternativa (pacto en contrario) se entra en contradicción
con el arto 1267 del Código Civil de 1942, según el cual el cedente no responde por
el valor de lo cedido, sino por el precio que le hubiera pagado el cesionario, y por
cuanto el socio no recibe de la sociedad-cesionaria un precio, sino acciones por su
valor nominal; véase: FRE, Giancarlo, Societa per arioni, Nicola Zanichelli Editore-
Soe. Ed. Del Foro Italiano, Bologna-Roma. 1956, p. 133.
169 TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., pS. 355/356.

531
PABLO D. HEREDlA

asumida por el cedente, siendo la eficacia de su obligación de garantía


limitada a la relación entre cedente y cesionario; II) el fiador responde
por una obligación ajena; el cedente responde por una obligación propia,
y I1I) el fiador puede oponer al acreedor las excepciones que corres-
ponden al deudor principal, aun cuando éste las haya renunciado (art.
1587); en cambio, el cedente no puede oponer las excepciones que el
deudor cedido podría invocar contra él, ya que ello representaría una
violación a la garantía de exigibilidad del crédito 170.
A todo evento, la aplicación de las reglas que gobiernan la fianza
lleva a considerar, entre otros aspectos, los siguientes:
i) La garantía de solvencia debe convenirse por escrito (art. 1579),
lo cual es compatible con lo dicho más arriba en el sentido de la
existencia de una manifestación expresa y clara del cedente sobre el
particular.
ii) La prestación a cargo del cedente debe ser equivalente a la del
deudor cedido, o menor que ella, y no puede sujetarse a estipulaciones
que la hagan más onerosa (art. 1575). Tales son los límites a los que
las partes deben someterse en el marco de la autonomía de la voluntad
que, en este punto, les reconoce el artículo 1630, primer párrafo, in
[ine ("...con sujeción a lo que las partes hayan convenido...").
En afín orden de ideas, cabe observar que a contrario de lo que ocurre
en otros ordenamientos jurídicos 17l, nuestro Derecho no limita la garantía
de evicción al precio recibido por el cedente, pudiendo por tanto la
garantía extenderse a aquello que recibió el cesionario. Ello no impide
que, a todo evento, las partes limiten en su acuerdo la garantía de solvencia
del cedido a un cierto monto, inclusive colocando la responsabilidad del
cedente en un límite inferior al precio del derecho cedido 172.
iii) Excepto pacto en contrario, la garantía de solvencia comprende
los accesorios de la obligación del deudor cedido (art. 1580); por lo
que asumida la garantía de solvencia, salvo que estipule lo contrario.
el cedente garantiza la insolvencia de los fiadores del cedido.

170 PANUCCIO. Vincenzo, La cessione volontaria dei creditti nella teoría del
trasferimento, Giuffre, Milano, 1955. ps. 197 y SS.; TELES DE MENEZES LEITAO.
ob. cit., ps. 356/357.
171 Código Civil francés, arto 1694; Código Suizo de las Obligaciones. arto 173-1.
J72 TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 355.

532
COl\TRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

iv) El cedente no puede excusar su responsabilidad en la incapacidad


del deudor cedido (art. 1576).
v) El cesionario no puede ir contra el cedente sin previamente
haber excutido los bienes del cedido (arts. 1583 y 1630, 2° párr.).
vi) Hace salvedad a lo anterior el caso en que el cedido sea declarado
en quiebra o solicite su concurso preventivo (arts. 1584, inc. a, y 1630.
2° páIT.)173,solución que se justifica porque ante la quiebra o concurso
del deudor principal sería contrario a la naturaleza de la garantía, que
es de cobro, pretender que el cesionario (acreedor) verifique su crédito
y espere los trámites hasta tanto se le pague o no un dividendo, para
ir después contra el cedente!".
vii) Cesa la garantía de solvencia del cedente si se prorroga el
plazo para el cumplimiento de la obligación cedida sin su consenti-
miento (art. 1596, inc. b),
Dos últimas precisiones se imponen sobre este tema:
l. Materialmente, la garantía de solvencia se traduce en la afirmación
bonitas del crédito, o sea que él seguramente será satisfecho por el
deudor. Para las partes, de tal manera, la garantía es vista como un
aseguramiento de las cualidades del crédito, siendo el incumplimiento
del deudor cedido un desvío del programa contractual, que por ese
motivo detona una indemnización del daño al interés positivo (o interés
de cumplimiento) del cesionario'?".

173 Cabe observar que al establecer el Código de 2014 que el cesionario no debe
cxcutir previamente los bienes del cedido cuando se halle concursado o quebrado, se
superó la disputa doctrinaria que sobre al particular había en el Derecho anterior.
En efecto, en opinión de BORDA, ob. cit., t. 1, p. 429, ]\0 588. si el cedido era
declarado en estado de quiebra o concurso, el cesionario no estaba obligado a esperar el
resultado de la liquidación de bienes de aquél para ir contra el cedente, pues el auto de
apertura de la quiebra o concurso comprobaba objetivamente el estado de insolvencia.
Contrariamente, LÓPEZ DE ZA V ALÍA, ob. cit., t. 1, p. 592. interpretaba que la
opinión anterior representaba una inadmisible aplicación analógica del arto 2013, ine.
S°, del Código Civil derogado.
Bien se ve, el Código Civil y Comercial de la Nación adoptó la respuesta propiciada
por Borda.
174 Con relación a la fianza hemos dado la misma respuesta en otro lugar; véase:
HEREDIA, Pablo, Verificaciones de créditos concursa/es de caracteristicas o en si-
tuaciones atípicas, en RDCO, 2012-B, p. 1, Cap. IV -1 (esp. p. 17).
175 TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., ps. 357/358.

533
PABLO D. HEREDIA

Il. La garantía de solvencia se distingue de la cesión pro solvendo


que más adelante será estudiada. En efecto, en la cesión pro solvendo
la obligación del cedente se mantiene salvo pacto en contrario; en
cambio, la garantía de solvencia debe ser expresamente convenida.
Asimismo, en la cesión pro solvendo se mantiene la primitiva obliga-
ción del cedente por ante el acreedor; en tanto que en la garantía de
solvencia el cedente asume una nueva obligación por ante el cesionario
para el caso de incumplimiento del cedido.

e) Segunda excepción: garantía de eviccián


fundada en la mala fe del cedente
La mala fe del cedente hace que pierda la posicion que, como
regla, le reconoce el ordenamiento jurídico en punto a no responder
por la solvencia del cedido.
Así lo dispone el artículo 1628 in fine.
El cedente es de mala fe cuando, al tiempo de la cesión, sabía de
la inexistencia o ilegitimidad del derecho cedido, de la insolvencia del
cedido, o que el crédito era incobrable.
La buena fe del cedente se presume, por 10 que su mala fe debe
ser probada por el cesionario.
Acreditado 10 propio, el cedente responde como un garante frente
al cesionario pero, en rigor, no tanto teniendo en mira la situación del
cedido, sino por el hecho propio de haber contratado sin cumplir de-
bidamente con sus deberes de información objetiva y veraz.

C. Cesión de derecho inexistente


Dispone el artículo 1629 del Código Civil y Comercial de la Nación
que "Si el derecho no existe al tiempo de la cesión, el cedente debe
restituir al cesionario el precio recibido, con sus intereses. Si es de
mala fe, debe además la diferencia entre el valor real del derecho
cedido y el precio de la cesión".
Se trata de una adaptación del contenido normativo de los artículos
1477 y 1478 del Código Civil derogado.
La norma se refiere a un supuesto muy particular: la "inexistencia"
del derecho cedido. Tal condición se refiere a que el derecho no ha

534
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

nacido a la vida jurídica, integrando el patrimonio del cedente!". No


se refiere, por lo tanto, a aquellos casos en que el derecho integra el
patrimonio del deudor, pero su posibilidad de cobro por el cesionario
se encuentra afectada, verbigracia, porque se trata de un crédito cuya
acción de cobro está prescripta; porque el cedido es insolvente; porque
el crédito está embargado; etcétera. No es inexistente, tampoco, el
derecho (o crédito) que existe al momento de la cesión pero se encuentra
afectado por un vicio que acarrea su nulidad. En rigor, el derecho (o
crédito) es inexistente cuando nunca existió, o cuando existió pero se
extinguió con anterioridad a la cesión, verbigracia, por pago, compen-
sación, etcétera!", y que, por tanto, no pudo ser objeto de negocio
alguno por no haber nacido a la vida jurídica o por haber desaparecido
de ella.
En otras palabras, la inexistencia del derecho cedido planteada con
los alcances precedentemente indicados implica lógicamente que el
propio objeto del contrato de cesión no ha existido y que, por tanto,
la cesión misma es un acto inexistente.
El Código Civil y Comercial de la Nación de 2014, adoptando
el criterio de Proyectos anteriores, no reguló sobre la inexistencia
de los actos jurídicos'?", pero sin embargo la categoría es recono-
cida, incluso diferenciándola de los actos "ineficaces" (esto es, los
nulos e inoponibles, según el art. 382) y sometiéndola al régimen
de la nulidad, en el texto del artículo 1647, inciso a, que coinci-
dentemente con la hipótesis del artículo 1629 da cuenta de un su-
puesto de inexistencia porque el objeto del acto es una cosa que
no existe!".

176 SPOTA, ob. cit., t. IV, p. 341, N° 930.


177 LORENZETTI, ob. cit., t. JI, p. 47.
17R En el Proyecto de Reformas al Código Civil de 1993 (Comisión designada
por decreto 468/92), el Dr. Belluscio había propiciado una regulación, pero su opinión
quedó en disidencia. Una consideración crítica de la aludida propuesta puede verse
en BREBBIA, Roberto H., La teoría de la inexistencia el! la reforma del Código
Civil, en L. L. del 15-12-93.
179 De acuerdo a la propuesta del Dr. Belluscio mencionada en la nota anterior,
entre otras situaciones posibles, hay acto inexistente "...Cuando el objeto del acto es
una cosa que no existe..." (art. 687, inc. 3°, de su Proyecto).

535
PABLO D. HEREDlA

Bien se ha dicho, en un afín pero distinto orden de ideas, que al


no existir el derecho (o crédito) no podría hablarse de responsabilidad
contractual, sino de responsabilidad precontractual por nulidad de la
cesión debida a su carencia de objeto+'".
En suma, a pesar de que entre nulidad e inexistencia hay notables
diferencias!", la nulidad de la cesión por el motivo indicado (inexis-

180LORENZETTI, ob. cit., t. 1I, p. 48, Y su cita de Mossct lturraspc.


181Hay inexistencia de un acto o negocio jurídico cuando faltan los elementos
que supone su naturaleza, de modo que en su esencia él es inconcebible. La impo-
sibilidad de concebir el acto o negocio debe ser tal que se deba admitir incluso
prescindiendo de las normas singulares del Derecho positivo. El negocio inexistente.
se ha dicho, a diferencia del nulo, no existe como supuesto de hecho, no hallándose
ni siquiera la figura exterior, la apariencia de los elementos necesarios; es un "no
negocio" (conf. CARlOTA FERRARA. L., El negocio jurídico, Madrid. 1956, p.
276, N° 83). En tal sentido, comúnmente se acepta que la inexistencia de un acto o
negocio no involucra un problema de vicios, sino de presupuestos. Si los presupuestos
del acto están presentes pero hay vicios, se trata de una cuestión de nulidad; en
cambio, si no se dan los presupuestos, el problema es de inexistencia. En rigor, nulidad
e inexistencia atienden a dos niveles distintos de planteo: en el caso de la nulidad se
está ante un acto que tiene existencia pero cuya eficacia, por causas anteriores ()
coetáneas con el propio acto, está afectada en su validez o invalidez como productor
de los efectos propios al que el acto estaba destinado. En cambio, cuando el acto,
por circunstancias relativas a su esencialidad. no puede nacer a la vida del Derecho,
su ineficacia parte de su no existir y nada puede quedar de él más allá de la constatación
de su inexistencia, ni siquiera bajo la expresión de la obligación natural. El acto
jurídicamente inexistente tiene proyección como hecho jurídico. no como acto negocia!.
En suma, como lo sostiene Lópcz Olaciregui (en SALVAT, R., Tratado de Derecho
Civil argentino. Parte general, Buenos Aires, 1964. t. Il, p. 764, adenda N° 2641).
cuando hay "vicio" ha de recurrirse a la teoría de las nulidades, en tanto que cuando
no hay otorgamiento del acto se está frente a supuestos de inexistencia (conf. SCJBA,
17-11-92, "Ramos, Roberto M. c/Bagnardi, Martín", L L. 1993-13-365;sobre el tema,
además, véase: BETTI, E., Tcoria general del negocio jurídico, Madrid, 1959, ps.
351/352. N° 58; CORDEIRO ALVAREZ, E., El acto juridico inexistente. en Boletín
del Instituto de Derecho Civil de la UN de Córdoba. año VII, 1942, p. 254; LLA.V!-
BÍAS, L, Vigencia de la teoría del acto inexistente, en Revista de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la UNBA, año IlI, W 11, 1948, p. 650; BORDA.
ob. cit., L Ir, p. 425. N° 1263; LÓPEZ MESA, M., lneficacia y nulidad de los actos
jurídicos _\'procesales, Buenos Aires, 1998, ps. 83 y ss.; ABELENDA. c.. Derecho
Civil. Parte general, Buenos Aires, 1980, ps. 225/257, N° 729 y SS.; COMPAGl\UCCI
DE CASO, R., El negocio jurídico, Buenos Aires, ps, 512 y SS.; MOSSET ITU-
RRASPE, J., Teoría general del contrato, Santa Fe, 1970, ps. 403 y ss.; LORENZETTI,
R., Tratado de los contratos. Parte general, Santa Fe, 2004, ps. 549/550; CIFUENTES.

536
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

tencia del derecho o crédito cedido) es la solución que corresponde


aceptar'V, cabiendo entender, asimismo, que el cedente debe indem-
nizar, por ello mismo, el daño al interés negativo'<', esto es, las con-
secuencias derivadas de la frustración de la expectativa contractual,
que es lo propio en situaciones como la examinada de invalidez o
ineficacia del negocio'P', bien que con limitaciones, como se verá se-
guidamente.
Sobre el particular, el artículo 1629 distingue según quc el cedente
hubiera sido de buena o mala fe, siendo el régimen aplicable el si-
guiente:
1) La buena o la mala fe se juzga según que el sujeto la tuviera o
no "al tiempo de la cesión", lo mismo que la existencia o no del
derecho cedido.
S., en Código Civil y leyes complementarias. comentado. anotado _\'concordado, dir.
por A. Bclluscio y coord. por E. Zannoni. t. 4, nota al art. 1037: etc.).
Pues bien, las hipótesis de inexistencia pueden referirse a: (i) la falta de sujeto, esto
es, cuando el acto fue otorgado por una persona física o jurídica que no existe, o cuya
declaración de voluntad ya no puede tener lugar; (ii) lafalta de objeto, encontrándose en
tal situación el acto que recae sobre una cosa que ya ha perecido o que no ha existido
nunca, o sobre cosas futuras que no son susceptibles de existir. o sobre hechos ma-
terialmente imposibles, y también cuando, en los actos bilaterales o plurilaterales. no
coinciden las declaraciones de voluntad de las partes. y (iii) la falta deforma. entendida
esta última como la manifestación de la voluntad del sujeto respecto del objeto. o
cuando para el perfeccionamiento del acto se requiere. además de la voluntad de las
partes. la actuación de funcionario judicial o administrativo. y su actuación falta (conf.
LLAMBÍAS, J., Tratado de Derecho Civil. Parte general. t. Il, p. 501. N" 1877;
Diferencia específica entre la nulidad y la inexistencia de los actos jurídicos, en L.
L. 50-876; BELLUSCIO, A., su salvedad al arto 687 del Proyecto de Código Civil
redactado por la Comisión designada por dec. 468/92). Según una aislada opinión,
también la inexistencia podría darse por falta de causa final (conf. GARIBOTTO. J .•
Inexistencia del acto jurídico, en Prudentia Iuris. t. XIV. año 1984. p. I 15, esp. p.
123), pero pensamos que ello no es así porque la causa final no es un elemento
constitutivo del acto jurídico, porque ella -entendida como la causa impulsiva. el
móvil o fin determinante de la actividad- queda comprendida en la noción más amplia
de la intención, cuya ausencia determina un problema de validez del acto (conf. LLAM-
BÍAS, Tratado de Derecho Civil. Parte general cit., t. Il, p. 308, N° 1480).
182 En este sentido: BUERES y HIGHTON, ob. cit., l. 4-A, p. 165.
183 PINTO, Carlos Mota, Cessao da posicao contratual. Almenida, Coimbra. 1989.
ps. 462 y ss., citado por TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 353. texto y
nota 180; BUERES y HIGHTON, ob. cit., t. 4-A, p. 165.
\84 TRIGO REPRESAS Y LÓPEZ MESA, ob. cit., t. 1, p. 455.

537
PABLO D. HEREDIA

I1)La buena fe se presume (arg. arto 1919). Es a cargo del cesionario


la prueba de la mala fe del cedente.
III) La mala fe consiste en el conocimiento por el cedente de la
inexistencia del derecho cedido, esto es, cuando sabía que el objeto
del acto era una cosa que no existía o, por necesaria implicancia,
también cuando sabía que el ejercicio del derecho por el cesionario
era materialmente imposible.
IV) Si el cedente es de buena fe, debe restituir al cesionario el
precio recibido, con sus intereses. La devolución del precio se justifica
porque hay un pago sin causa (art. 726).
Los intereses son los que corresponden a esa situación y, por ello,
deben calcularse a partir del momento en que el cedente recibió el
precio (art. 390).
V) Si el cedente es de mala fe, además de quedar obligado a restituir
el precio recibido y sus intereses, debe pagar al cesionario la diferencia
entre el valor real del derecho cedido y el precio de la cesión. La
diferencia se calcula, obviamente, al valor real que tenía el derecho
al tiempo de la cesión.
VI) No corresponden otras reparaciones que las indicadas por el
artículo 1629 en cada uno de los casos contemplados en él. Si bien,
como se ha dicho, se trata de una indemnización del daño al interés
negativo, el legislador la ha limitado a los conceptos indicados, según
que el cedente sea de buena o mala fe. Otras indemnizaciones que
son propias del daño al interés negativo en supuestos de ineficacia o
extinción contractual, tales como los gastos que el acto hubiese oca-
sionado-" y el lucro cesante-", resultan excluidas en la especie, ya

185 La reparación del perjuicio al interés negativo aprehende el damnum emergens


resultante de haber realizado gastos o asumido obligaciones con terceros; conf. ZAN-
NONl, E., El daño en la responsabilidad civil, Buenos Aires, 1982, p. 82, N° 25;
BUSSO, ob. cit., t. IlI, p. 395, N° 12; LLAMBÍAS, Tratado de Derecho Civil. Obli-
gaciones cit., 1973, t. r, pS. 297/298, W 242; MORELLO, A., Indemnización del
daño contractual, Buenos Aires-La Plata, 1974, p. 142, nota 267.
186 CNCiv., en pleno, 22-2-90, "Civit, Juan clProgress SA", D. J. 1990-I-984;
MOSSET lTURRASPE, J., Incumplimiento, resolución y lucro cesante, en L. L. 1990-
D-1064; SPOTA, A., Resolución contractual por aplicación del pacto comisorio y
reparación integral, en E. D. 132-261; BUERES, A., Resarcimiento del lucro cesante
en el pacto comisorio, en La responsabilidad. Homenaje a Isidoro H. Goldemberg,

538
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

que la letra del artículo 1629 no brinda sustento para admitirlas, a


diferencia de lo que ocurría con el artículo 1477 del Código Civil
derogado que responsabilizaba al cedente con "indemnización de pér-
didas", esto es, con una mayor amplitud.

D. Relaciones entre el cedente y el


cesionario en caso de cesión parcial
Ya fue señalado con anterioridad que la cesión puede tener lugar
no sólo por la totalidad del crédito, sino también por una parte de él
(art. 1627), y que incluso puede admitirse la cesión parcial de una
pluralidad de créditos, verbigracia, por un porcentaje del valor de ellos.
Fue dicho también que, en estos casos, la cesión parcial tendrá como
efecto una separación del destino del crédito, por lo que las vicisitudes
que puedan afectar a la parte cedida (incumplimiento, mora, interrup-
ción de la prescripción, etc.) no tienen repercusión en la otra parte.
Asimismo, cabe tener presente lo dispuesto por el artículo 1619, se-
gunda oración.
Pues bien, corresponde ahora examinar el contenido normativo es-
pecífico del artículo 1627 en cuanto determina que "El cesionario par-
cial de un crédito no goza de ninguna preferencia sobre el cedente, a
no ser que éste se la haya otorgado expresamente".
La norma supone, desde ya, la escisión de un crédito, lo que se
puede dar en el caso de que la obligación sea divisible, esto es, con
prestación materialmente fraccionable (arts. 805 y concs.).
Concretada la división del crédito resultante del mismo contrato
de cesión, al igual que lo que ocurre con la subrogación derivada de
pagos parciales, donde Jos subrogados queden en un pie de igualdad
sin atenderse a la fecha de cada pago (art, 920)187, el cedente y el
cesionario reciben un tratamiento igualitario en sus reclamos contra

Buenos Aires, 1995, p. 719; ZAVALA DE GONZÁLEZ, M., Codigo Civil y normas
complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, Buenos Aires, 1997, t. 2-A,
ps. 222/223; PIZARRO, R. y V ALI~ESPINOS,c., Instituciones de Derecho Privado.
Obligaciones, Buenos Aires, 2006. t. 2, ps. 665/666; LORENZETTI, Tratado de los
contratos. Parte general cit., p. 629; ClFUENTES, S. y SAGARNA. F., Código Civil,
comentado y anotado, Buenos Aires. 2011, t. lII, p. 147.
187 LLAMBÍAS, oh. cit., t. n, ps. 981/982, 1\0 1661.

539
PABLO D. HEREDlA

el cedido, esto es, sin que el cesionario adquiera preferencia de cobro


alguno sobre el cedente. Ello se justifica porque no hay razón jurídica
para que el cedente que se ha desprendido de una porción del crédito,
pero conserva otra, pierda por ello un elemento cualitativo de su crédito
como es el rango que tiene en el orden de cobro.
En otras palabras, si el deudor cedido cae en quiebra o solicita su
concurso preventivo, el cedente y el cesionario concurren en paridad
de condiciones, tanto si el crédito es quirografario como si es privi-
legiado, dándose en este último caso una hipótesis de concurrencia de
acreedores privilegiados de igual rango.
El quantum de lo no cobrado debe ser soportado paritariamente
por cedente y cesionario, no pudiendo invocarse para eludir ese efecto
la prioridad del primer embargante ya que ella no funciona en la especie
atento que el cesionario "...no goza de ninguna preferencia sobre el
cedente..."
La ausencia de preferencia a favor del cesionario solamente puede
ser sorteada por pacto en contrario "...otorgado expresamente ...", como
lo señala el artículo 1627 infine. Ello implica una "estipulación expresa
de prioridad"188o, mejor dicho, una subordinación crediticia, según la
cual el cedente subordina el cobro de su crédito (parcial) a la previa
percepción del crédito (parcial) que corresponda al cesionario, pudien-
do aquél, por hipótesis, quedar total o parcialmente insatisfecho (art.
2575)189.Por hipótesis también podría ser pactado lo contrario, es decir
que el cobro del crédito parcial del cesionario quede subordinado al
previo cobro del crédito parcial que conserva el cedido; el Código no
lo prohíbe. Cualquiera sea caso, al subordinante se lo llamará acreedor
senior respecto del cedido, y al subordinado, acreedor junior, teniendo
ello consecuencias en caso de concurso o quiebra del cedido'?".

188SALVAT y ACUÑA ANZORENA, ob. cit., t. 1, p. 444, W 670.


189Sobre preferencias convencionales, véase: ALEGRIA, Héctor y BUEY FER-
NÁNDEZ, Pablo, Negocios jurídicos de subordinación crediticia, en L. L. 1991-D-
1041; ARAYA, Tomás M., Subordinación de créditos en los negocios jurídicos. Ábaco,
Buenos Aires, 1999, ps. 76 y ss.
190 Ley 24.522. arts. 42, último párrafo, y 250.
Sobre la verificación concursal del crédito en caso de suhordinación crediticia.
así como sobre los derechos del acreedor senior y junior con relación al cobro de la
cuota concordataria o de liquidación en concurso preventivo o quiebra. respectiva-

540
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

Otros aspectos implicados en la cesión parcial, distintos del anterior,


son los siguientes: 1) si el crédito parcialmente cedido es de prestaciones
periódicas, el cesionario parcial no tiene derecho alguno a que se le
satisfaga parte con la totalidad de las primeras cuotas a pagar por el
deudor cedido, y sólo puede pretender que de cada cuota se le pague
una porción; II) si el crédito es indivisible, cedente y cesionarios par-
ciales quedan en la posición de coacreedores de una obligación indi-
visible, y el cesionario no podría agraviarse de que el cedente reclamara
el cumplimiento íntegro, sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo
821, y lIl) cuando el cedente parcial cede su parte a otro cesionario,
ambos cesionarios concurren por sus respectivas porciones en la misma
forma en que lo hubieran hecho cedente y cesionarios parciales'?'.

E. Cesión de crédito prendario (remisión)


Lo dispuesto por el artículo 1625 del Código Civil y Comercial
de la Nación ya ha sido abordado anteriormente en el punto AA.a, de
este mismo apartado.

XI. Efectos de la cesión de derechos con relación al cedido


A. Eficacia de la cesión
1. La notificación al cedido como modalidad primaria
La cesión debe ser notificada al cedido, como surge de la letra de
los artículos 1620 y 1621.
Se trata de un acto de comunicación que no hace a la eficacia
"interna" de la cesión, a su validez como negocio jurídico, sino a su
eficacia "externa".
En efecto, la notificación de la cesión al cedido no es condición
de validez del contrato, desde que este último alcanza su eficacia "in-
terna", se perfecciona, con el mutuo y recíproco consentimiento de
cedente y cesionario. La cesión de derechos se hace válidamente sin

mente, véase: HEREDIA, Verificaciones de créditos concursales de características o


en situaciones atípicas cit., p. 1, Cap. V (esp. ps. 20/23).
191 BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 7, p. 132; BUERES y HIGHTON, ob.
cit., t. 4-A, ps. 156/157.

541
PABLO D. HEREDlA

requerir la voluntad, el conocimiento o la aquiescencia del cedido, y


aun contra su interés, por razón de dicho mutuo y recíproco consen-
timiento de las partes del contratol'". En su caso, la notificación aludida
hace a la eficacia "externa" de la cesión en términos de oponibilidad
con relación al cedido (aspecto que se examinará en este parágrafo)
y respecto de otros terceros (con el alcance, en este último caso, que
se explicará en el apartado XIII).
Así pues, mientras el cedido no es notificado de la cesión, el traspaso
del derecho del cedente al cesionario le es inoponible'?', esto es, no
tiene efectos a su respecto (art. 396). En otras palabras, mientras esa
notificación no se cumple, el cedido es un tercero con relación a la
cesión'?". De ahí que, como se verá con mayor detenimiento más ade-
lante, los pagos hechos por el cedido al cedente después de la cesión
pero antes de su notificación son liberatorios para él (art. 1621).
La idea de la diferenciación de dos planos de eficacia de la cesión
de derechos, correspondiendo el primero a la transmisión entre las
partes (cedente y cesionario) derivada de la simple celebración del
negocio, sin requerirse el concurso del cedido, y el segundo plano al
anoticiamiento de este último para alcanzar la cesión oponibilidad (efi-
cacia "externa"), corresponde a la formulación tradicional, según la
cual la cesión es negocio bilateral y nunca plurilateral en el que in-
terviene el cedido, quien, por tanto, tampoco puede oponerse a él.
Tal formulación puede encontrarse, por ejemplo, en los Derechos
francés'?", italiano'?", español"? y portugués!", entre otros.

192 El cedido no puede negarse u oponerse a la cesión; conf. CCCom. de Azul, sala
II, 23-4-97, L. L. B. A. 1997-987; CCCom. de Dolores, 4-3-93, L. L. B. A. 1994-677.
193 CNCiv., sala K, 9-8-2006, L. L. 2006-F-722 y J. A. 2006-IV-546.
194 CNCom. en pleno, 18-4-75, L. L. 1975-B-675 y E. D. 60-655.
195 Código Civil francés, arto 1690. GAUDEMENT. E.: DESBOIS. H. y GAU-
DEMENT, J., Théorie Générale des Obligations. Sirey, Paris, 1965, ps. 454/457;
MALINV AUD, Philippe y FENOUILLET, Dominique, Droit des obligations, Litec,
Paris, 2010, ps. 622/623, N° 793.
196 Código Civil italiano de 1942, arto 1264, párrafo primero; GALGANO, ob.
cit., p. 131.
197 Código Civil español, arto 1526; CASTÁN TOBEÑAS, ob. cit., p. 261; DÍEZ-
PICAZO, ob. cit., t. 2, ps. 815/816; ALBALADEJO, ob. cit., t. Il, vol. 1, p. 336;
LACRUZ BERDEJO, ob. cit., t. u, vol. 1, p. 214, N° 135.
198 Código Civil, art. 583, N° 1; TELES DE MENEZES LEITÁO. ob. cit., p.

542
CONTRA TO DE CESiÓN DE DERECHOS

La notificación de que se trata puede ser realizada por cualquiera


de las partes del contrato de cesión. Tanto el cedente como el cesionario
poseen legitimación para ello'?", justificada en un preciso interés en
cada caso. En efecto, al cedente interesa el cumplimiento de la noti-
ficación pues dc ese modo consolidará la transmisión del derecho al
cesionario frente a terceros, cumpliendo sus propias obligaciones, y
al cesionario le interesa también para obtener la oponibilidad de la
cesión que ingresa a su patrimonio frente a los terceros, especialmente
frente a los acreedores del deudor cedido. Desde luego, tanto el cedente
como el cesionario pueden recurrir a mandatarios u otro tipo de re-
presentantes suyos para concretar la notificación.
Incluso las partes pueden, de común acuerdo, encargar a un tercero
la realización de este acto comunicación, por su cuenta y orden, lo
que ocurre con frecuencia por delegación hecha al escribano actuante-?",
También pueden realizar la notificación los acreedores del cesio-
nario, interesados en que el derecho cedido ingrese en el patrimonio
de su deudor, ejerciendo para ello la acción subrogatoria-?'.
El destinatario de la notificación es el cedido o su representante
legal o voluntario.
Si se notifica al representante voluntario del cedido. la notificación
no sería efectiva si el cumplimiento del derecho o crédito cedido implica
un pago que no es ordinario de administración (art. 375, inc. h), ya
que lo decisivo para conceder eficacia a la notificación es que el re-
presentante tenga facultad para pagar válidamente por el cedido (arg.
arts. 362 y 366).
Habiendo pluralidad de deudores, se configuran las siguientes si-
tuaciones: 1) si la obligación resultante del derecho o crédito cedido
fuera mancomunada, siendo cada deudor legitimado pasivo de una
fracción de la deuda, todos deben ser notificados, cuando aquélla es
indivisible (arts. 813 y 826), pero si fuera divisible basta la notificación

360; ALMEIDA COSTA, Mario Julio. Direito das Obrígacoes, Almedina, Coirnbra,
2011, ps. 818/819.
199 VON TUIIR, ob. cit.. 1. Il, p. 311.
200 LORENZETTI, ob. cit., t. TI, p. 55.
201 SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, ob. cit., p. 202, W 508, texto y autores
citados en nota 11.

543
PABLO D. HEREDIA

a uno solo de los codeudores (arts. 805 y 826)202,y JI) si la obligación


resultante del derecho o crédito cedido es solidaria, debiendo pagarse
la totalidad por cualquiera de los deudores, la cesión puede notificarse
a cualquiera de ellos'?', pero resulta conveniente hacerlo a todos, ya
que los no notificados podrían pagar válidamente la deuda al cedente
(arts. 843 y 1621), quedando alterado el derecho del cesionario, ya
que debería ir contra el cedente para obtener de él lo que cobró cuando
ya no era titular del derecho crédito (recuérdese que entre cedente y
cesionario el traspaso del derecho o crédito se produjo por el mutuo
y recíproco consentimiento )204.
Si el cedido fuera persona humana, la notificación debe hacerse
en su domicilio real (art. 73), y si se tratase de'persona jurídica privada,
en su sede inscripta (art. 153). No es lugar hábil para practicar la
notificación el domicilio especial constituido por el cedido en el con-
trato del que nace el derecho o crédito objeto de la cesión, ya que la
constitución de tal domicilio especial representa una estipulación au-
tónoma y separada del contrato de cesión'?'.
De acuerdo a lo ya expuesto al tratar de la forma atinente a la
cesión de derechos litigiosos, la notificación al cedido (contraparte en
juicio del cedente) se produce: a) cuando la cesión se hace por escritura
pública, desde que queda notificada por ministerio de ley la incorpo-
ración al expediente del respectivo instrumento; b) cuando la cesión
se hace por acta judicial desde su fecha si el cedido participó y, en
caso contrario, desde que se notifica personalmente o toma conoci-
miento ministerio legis del contenido del acta.
Fuera del caso precedentemente expuesto, la notificación al cedido
está sujeta a formas y recaudos especiales: debe ser hecha por instru-
mento público o privado de fecha cierta (arts. 289 y 317) y. en algunos
casos, además, cumplirse con las reglas relativas a los bienes regís-
trables (art. 1620 in fine).
Por lo que toca a lo primero (notificación por instrumento público

BUERES y HIGHTON, ob. cit., t. 4-A. p. 122.


202
LORENZETTl, oh. cit., t. Il, p. 56.
203
204 BORDA, ob. cit., t. 1, p. 401, N° 541; BUERES y HIGHTON, ob. cit., t.
4-A, p. 122.
205 BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 7, p. 93 y sus citas.

544
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

o privado de fecha cierta), se trata de una notificación de carácter


recepticio, razón por la cual cumple su fin propio a partir del momento
en que llega a poder del cedido, sin necesidad de que llegue, además,
a conocimiento suyo=".
Puede considerarse igualmente concretada la exigencia legal en los
casos en que por culpa del cedido la notificación no pudo ser opor-
tunamente recibida=".
En cuanto al contenido de la notificación, no son exigidas fórmulas
sacramentales y tampoco una transcripción completa del contrato de
cesión o indicaciones sobre su contenido (v. gr., el precio de la cesión),
al cual es ajeno el cedido. Es preciso, eso sí, que la notificación refiera
con claridad cuál es el derecho cedido. cuál es la extensión de lo
cedido (supuesto de cesión parcial), quién es el cesionario (indicando
su nombre, domicilio y demás datos que permitan su adecuada indi-
vidualización por el cedido) y si tiene representante o indicado para
recibir el pago (art. 883, inc. e), la fecha de la cesión, y todo otro
dato que, impuesto por las reglas de la buena fe, sirva para que el
cedido pueda cumplir con sus obligaciones en tiempo y forma-".
El Código no establece plazo para realizar la notificación. por lo
que, por hipótesis, podría transcurrir un extenso lapso entre el otor-
gamiento del contrato de cesión y el momento en que es eficaz (opo-
nible) respecto del cedido. Entretanto, la relación obligacional no sufre
paralización alguna, por lo que nada impide que, por ejemplo, el crédito
cedido se pague y extinga.
Otros aspectos de importancia son:
a) Como regla, no es sucedáneo de la notificación al cedido, el co-
nocimiento indirecto que tuviera de la existencia de la cesión. Ésa era
la solución que expresamente aprobaba el artículo 1461 del Código Civi1
derogado, que interpretativamente debe entenderse como tácita pero cla-
ramente mantenida por el Código Civil y Comercial de la Nación, toda
vez que primariamente ordena la realización de una efectiva notificación
al cedido mediante instrumento público o privado de fecha cierta, con

206 VON TUHR, ob. cit., t. u, ps. 311/312.


207 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 361.
208 CNCiv., sala B, 19-2-96, L. L. 1997-D-837.

545
PABLO D. HEREDIA

el objeto de aventar dudas y evitar litigios. De tal suerte, el simple


conocimiento que tuviera el cedido de la cesión, basado en medios vagos
o inseguros, no sustituye la notificación que ordena la ley. Y, en particular,
el conocimiento indirecto de la cesión no podría invocarse por el cedido
o por un segundo cesionario para perjudicar a un tercero.
Lo anterior, empero, no representa una regla absoluta, ya que la
realidad de las cosas y la buena fe pueden justificar dejarla de lado,
como se verá más adelante.
b) Puede tenerse por cumplida la comunicación de la cesión referida
por los artículos 1620 y 1621 mediante la notificación de la demanda
del cesionario entablada contra el cedido+".
e) El cedido debe hacer caso de la notificación (es decir, abstenerse
de pagar al cedente) aun cuando dude de la exactitud y siga conside-
rando al cedente como titular del derecho o crédito cedido. No puede
exigir que se le pruebe la exactitud de la notificación. Y si, a pesar
de ella, paga al cedente, lo hace bajo su cuenta y riesgo, quedando
expuesto a cumplir nuevamente su obligación, esta vez respecto del
cesionario, si la notificación era exacta-!".
d) La notificación, aunque pueda probarse que es inexacta, da derecho
al cedido a exigir a quien la hubiera cursado que se atenga a la misma.
Pero la buena fe excluye que se invoque este derecho si el cedido,
sabiendo de la inexactitud, perj udica el derecho de quien lo notificó"!'.
e) La eficacia de la notificación se mantiene mientras quien la hizo
no la retira-P. Al respecto, cabe destacar que la revocación de la no-
tificación (hecha con el indispensable asentimiento) extingue su efecto
para lo futuro, pero no puede empeorar la posición jurídica que el

209 CSJN, "Denegri, Carlos c/Provincia de Buenos Aires", Fallos: 184:517; "López
Mansilla, Salvador c/Provincia de San Juan", Fallos: 186:521; CNCom., sala C, 4-
4-2006, L. L. 2006-D-645; sala E, 8-9-99, L. L. 2000-D-899; sala A, 7-9-98, L. L.
1999-A-7; CNCiv., sala A, 15-4-94, E. D. 160-66; sala B, 12-3-84, L. L. 1984-D-489
Y E. D. 109-116.
210 VON TUHR, ob. cit., t. n. p. 312.
211 ENNECCERUS, KIPP y WOLFF, ob. cit., t. 2, vol. I, p. 396, texto y nota
12, donde citan el caso del cedido que paga al designado como cesionario a pesar
de que el cedente le ha comunicado que la cesión, entonces, meramente propuesta,
no ha sido llevada a cabo.
212 VON TUHR, ob. cit., t. Il, p. 312.

546
CO:--¡TRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

cedido hubiera alcanzado, verbigracia, no puede privarle de un derecho


de compensación que hubiera alcanzado con el cesionario mencionado
en la notificación-!'.

2. La aceptación del cedido como modalidad alternativa


No lo dice el Código Civil y Comercial de la Nación pero, alter-
nativamente, podría el cedido aceptar la cesión en el mismo contrato
otorgado por cedente y cesionario, o por acto posterior. La ley no lo
impide y, en tal caso, una notificación a él sería ya innecesaria, toda
vez que la aceptación y el acto de comunicación previsto por los ar-
tículos 1620 y 1621 deben considerarse dogmáticamente equiparables.
La aceptación, se insiste, debe resultar del mismo contrato de cesión
o de instrumento posterior. En el último caso, es recaudo ineludible
de la aceptación que tenga fecha cierta, pues de no ser así el acto no
podría considerarse dogmáticamente equiparable a la notificación dada
la exigencia contenida en ese sentido en el artículo 1620.
La expresión de aceptación por el cedido no implica conformidad
y sólo vale como prueba de conocimiento de la cesión. No importa
conformidad porque, como ya se ha visto, el consentimiento del cedido
no integra el contrato de cesión.
Ahora bien, pudiera darse el caso, excepcional, de que el cedido
vaya más allá de simplemente tomar conocimiento de la cesión (lo
que de suyo no altera la situación del cesionario) y decida, por el
contrario, simultáneamente reconocer el derecho del cesionario mani-
festando, por ejemplo, que reconoce la existencia y exigihilidad del
derecho o crédito, que su pago no depende de ninguna contraprestación
pendiente o, más generalmente, afirmar que no tiene defensas o excep-
ciones que oponer al cesionario. La doctrina tradicional configura a
esta situación como una "aceptación recognoscitiva" que implica re-
nuncia al derecho de oponer las defensas o excepciones a las que
hubiera lugar, pero la cuestión es discutida en el Derecho alemán-!".

213 ENNECCERUSo KlPP y WOLFFoob. cit., t. 20 vol. lo p. 396, texto y nota 14.
214 TELES DE MENEZES LEITÁOo ob. cit.. ps. 388/390 y sus citas de doctrina
germana.
Sobre la oposición por el cedido contra el cesionario de las defensas y excepciones
que tenía el cedente, véase más adelante el punto 4 de este mismo parágrafo.

547
PABLO D. HEREOIA

3. Supuestos de flexibilización o
dispensa de la notificación al cedido
En ciertos casos, la notificación exigida por el artículo 1620 se
flexibiliza en cuanto a sus formas. Así ocurre, por ejemplo, con relación
al contrato de factoraje, ya que el artículo 1428 del Código Civil y
Comercial de la Nación determina que "La transmisión de los derechos
del crédito cedido debe ser notificada al deudor cedido por cualquier
medio que evidencie razonablemente la recepción por parte de éste".
Esta disposición es la respuesta dada por el legislador de 2014 al
reclamo de la doctrina de dotar alfactoring de una forma de notificación
al deudor cedido acorde con la dinámica financiera propia del negocio,
menos rígida que la establecida para el contrato de cesión de créditos-'".
Otras veces, en cambio, la notificación puede ser dispensada. Es
lo que puede acontecer cuando se trata de la cesión de derechos como

215 Reclamando esa tlcxibilización se expidieron: BORDA. Alejandro. El contrato


de "[actoring ", en L. L del 10-2-2006: PAOLANTONIO, Martín, El contrato de
"factoring" en la Argentina, en L. L. del 8-9-2010; GREGORI.'H CLUSELLAS,
Eduardo L., "Factoring", Un medio para incrementar negocios, en L. L. del 15-4-94;
BARRElRA DELFINO, Eduardo, El "[actoring" COI/W técnica de financiación, en
E. D. del 17-5-2001; etc.
La jurisprudencia ha admitido la posibilidad de que en elfae/oring que comprende
una cesión global de facturas, el cesionario (factor) notifique su condición de tal al
deudor cedido, mediante comunicación que acompañe copia de dicho contrato (conf.
CNCom., sala C, 23-4-2002, "l Ieller Sud Servicios Financieros SA clPolisur SA", L.
L. 2002-E-761, con nota de SCHOTZ, G., Reconocimiento judicial de la cesión glo-
bal anticipada de créditos futuros: "[actoring global": CNCam., sala D, 9-3-2009,
"Netway SA c/Caja de Seguros SA"). Es que en elfacloring la notificación al deudor
cedido indudablemente tiene no una finalidad constitutiva del contrato, sino informativa
de la operación, permitiéndole a aquél conocer quién es el nuevo titular del crédito
cedido y, a la vez, si fuera el caso, oponerse al pago por inexistencia de deuda (conf.
LEYVA SAAVEDRA, J., Contratos de financiamiento, Unilaw, Lima, 2004, t. Il, p.
70). En concreto, el acto de notificación de que se trata determina que el deudor co-
nozca la cesión realizada, y destruida la presunción de ignorancia de la cesión, legitima
al cesionario para los actos de cumplimiento frente al acreedor primitivo. Es decir,
la notificación aparece como el medio de vincular al deudor con el nuevo acreedor
(el factor) y evitar que el deudor pague al acreedor primitivo, así como toda mala fe
del cedente que cobra el crédito después de realizada la cesión, ocultándola al deudor
(conf. ROCA GULLAMÓN, 1.. El contrato de "[actoring' y SlI regulacián por el
Derecho Privado español, Revista de Derecho Privado, Madrid, 1977, ps. 91/92).

548
CO]';TRA TO DE CESlcí!' DE DERECHOS

componentes de una cartera de créditos para garantizar la emisión de


títulos valores mediante oferta pública; constituir el activo de una so-
ciedad, con el objeto de que ésta emita títulos valores ofertables pú-
blicamente y cuyos servicios de amortización e intereses estén garan-
tizados con dicho activo; o constituir el patrimonio de un fondo común
de créditos. En tales hipótesis, según lo dispone la ley 24.441, no es
necesaria la notificación al deudor cedido siempre que exista previsión
contractual al respecto, siendo la cesión válida desde su fecha-".
Puede ocurrir, asimismo, que el cedido no hubiera recibido notifi-
cación alguna de la cesión y que tampoco la hubiera aceptado en los
términos antes expuestos, pero que, no obstante, hubiera tomado efec-
tivo conocimiento de ella de alguna otra forma, pudiendo ello ser
probado fehacientemente. Esta situación merece una reflexión parti-
cular.
En efecto, ya fue dicho que el conocimiento indirecto de la cesión,
resultante de elementos vagos o inseguros, no es sucedáneo de la no-
tificación al cedido exigida por el Código de 2014. Pero también se
adelantó que ello no puede representar una regla absoluta. Es que si
se acredita el efectivo conocimiento de la cesión por el cedido a partir
de una prueba clara e indubitable, hiere el sentido común y la buena
fe mantener la exigencia ritual de una notificación por instrumento
público o privado de fecha cierta como la exigida por el artículo 1620.
Como lo ha expresado la COItc Suprema de Justicia de la Nación con
palabras aplicables a situaciones como la aquí considerada, en nuestro
sistema legal, la buena fe no se mide con un criterio objetivo sino
con pautas subjetivas que, con prescindencia del cumplimiento de cier-
tos recaudos formales, como pudiera ser una notificación, conceden
relevancia decisiva al conocimiento o desconocimiento que tenga el

216 Ley 24.441, arts. 70 y 72, inc. a; CNCom., 4-12-2012, "Alterlcib, Miguel
Angel e/Citibank N. A. s/Ordinario"; sobre el tema, véase: KIPER, C. y LISOPRA-
WSKI, S., Tratado de fideicomiso, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2012, t. 11, ps.
736/737, N° 4.1; ALEGRIA, 11., Securitizacián, en Revista de Derecho Privado y
Comunitario, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, N° 2005-3, p. 293, Y Reglas y principios
de Derecho Comercial, La Ley, Buenos Aires, 2008, p. 35, esp. p. 55: BUERES y
HIGHTON, ob. cit., t. 8-C, ps. 364/365, N° 7; VILLEGAS, Carlos G., Contratos
mercantiles y bancarios, Su Gráfica, Buenos Aires, 2005, t. 11,ps. 438/439.

549
PABLO D. HEREDIA

interesado de la realidad de una situación determinada-!", Y puesto


que, además, la buena fe implica un deber de coherencia de compor-
tamiento, que consiste en la necesidad de observar en el futuro la
conducta que los actos anteriores hacían prever=", bien puede ser afir-
mado que si el cedido, a pesar de no haber sido notificado, conoció
efectivamente la cesión, probado que fuera ello debe entenderse al-
canzada la finalidad del artículo 1620. Concluir de otro modo signi-
ficaría negar la realidad de las cosas, con olvido de la verdad jurídica
objetiva. Cabe observar, en tal sentido, que tal es la precisa respuesta
dada por algunas expresiones del Derecho Comparado: acreditado el
conocimiento efectivo del cedido, la cesión le es oponible-!''.
Lo anterior, que importa una virtual dispensa de la notificación al
cedido, tiene dos precisos límites.
El primero: que frente a la menor duda acerca de si el cedido tiene
o no conocimiento de la cesión, habrá de entenderse que no ha tomado
conocimiento de ella y que, por tanto, le es inoponible. Es menester,
pues, un conocimiento suficientemente seguro y digno de crédito+".
El segundo: que si se acepta que el cedente ha tomado conocimiento
efectivo de la cesión por un medio distinto de la notificación prevista
por el artículo 1620, ello servirá para vincularlo a él (oponibilidad
individual), pero no a otros terceros, ya que con relación a estos últimos
son siempre imprescindibles las formas notificatorias previstas en dicha
norma-". Ello es así, pues para que la cesión tenga eficacia contra
terceros distintos del cedido, es preciso que su fecha conste de modo
auténtico, para ponerlos a cubierto de simulaciones-".

CSJN, 30-6-87, "Kestner Sacifi", Fallos: 310:1380 y L. L. 1988-A-22.


217
218 CSJN,11-6-2003, "Exolgan SA e/Administración General de Puertos slProceso
de conocimiento", Fallos: 326:1851. DE LOS MOZOS, José Luis, El principio de la
buena fe, Bosch, Barcelona, 1965, ps. 183/185, N° 33.
219 En Italia existen numerosos fallos referentes a "...l'equivalenra afia notifica-
zione della prava della conoscensa dell'avvenuta cessione ..." como lo observa GAL-
GANO, ob. cit., p. 131, texto y jurisp. en nota 8.
220 ENNECCERUS, KIPP y WOLFF, ob. cit., t. r, vol. 2, p. 393.
221 LÓPEZ DE ZAVALÍA, ob. cit., t. I, p. 602; CNCiv., sala A, 8-9-94, L. L.
1995-E-234.
222 MOSSET ITURRASPE, Jorge, Negocios simulados, fraudulentos yfiduciarios,
Ediar, Buenos Aires, 1974, t. r. p. 77, W 18, a.

550
CONTRA TO DE CES¡Ór-; DE DERECHOS

Por último, corresponde señalar que el Código derogado declaraba


en su artículo 1462 que la cesión era eficaz contra el cedido que, no
habiendo sido notificado, actuaba en colusión con el cedente o con
imprudencia grave. Es decir, la norma excepcionaba la notificación
cuando el cedido, no obstante conocer la cesión, para favorecer al
cedente resolvía pagarle perjudicando dolosamente el derecho del ce-
sionario, o cuando se llegaba a igual situación por una imprudencia
grave suya. El Código de 2014 no contiene ninguna disposición pa-
recida, pero ello no es objetable ya que la cuestión involucrada no es
técnicamente de dispensa de la notificación sino de protección del
derecho del cesionario, el cual obtiene suficiente tutela: a) con relación
al cedido, en el hecho de que el pago que hiciera no puede entenderse
liberatorio pues no ha satisfecho el interés del verdadero acreedor,
encontrándose obligado a hacerlo otra vez a favor del cesionario (arg.
arto 880, a contrario sensu), y b) respecto del cedente, en las reglas
del pago indebido (arts. 1796, inc. e, y concs.).

-L Consecuencias comunes
Una vez que la cesión es oponible al cedido (sea por su notificación,
aceptación o conocimiento efectivo), se producen las siguientes con-
secuencias comunes:
a) Con relación al cedido debe considerarse verificada la cesión,
aun cuando ella no hubiera tenido efectivamente lugar entre el cedente
y el cesionario, o fuera nula. De ahí que si el cedido paga al cesionario
obtiene su liberación, aunque luego se declare en juicio que este último
no tenía ningún derecho para recibir el pago. El cedido, en efecto,
siempre que hubiera actuado de buena fe, está protegido por la regla
que otorga efecto extintivo al pago hecho al acreedor aparente (art.
883, inc. e). La buena fe de que se trata estriba en el desconocimiento
que el cedido tenía de la ineficacia de la cesión=".

223 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., pS. 362/363, sostiene que la con-
siceración del régimen del pago al acreedor aparente no ofrece al cedido suficiente
protección y, en su lugar, postula que la notificación hecha al cedido debe valer, aun
-i la cesión fuera ineficaz, como una indicación por parte del cedente de efectuar el
pago al cesionario. Esta alternativa interpretativa, de ser aceptada, colocaría las cosas
en el terreno del art. 883, inc. e, del Código Civil y Comercial de la Nación.

551
PABLO D. HEREDIA

b) El cedido puede rehusar cualquier reclamación que el cedente


le haga, pues desde el momento en que la cesión le es oponible, está
obligado a pagarle al cesionario.
e) La cesión del derecho no puede empeorar la situación del cedido.
De ahí que el cedido puede oponer al cesionario las mismas defensas y
excepciones que podía oponer al cedente. Tal solución estaba contem-
plada en el artículo 1474 del Código derogado. pero el Código Civil y
Comercial de la Nación no la reprodujo, lo que no es criticable pues el
hecho de que el cedido pueda oponer al cesionario las defensas y excep-
ciones que tenía contra el cedente, deriva lógicamente de la circuns-
tancia de que el cesionario es un sucesor individual del cedente, que
se coloca en su mismo lugar y posición jurídica, no pudiendo obtener
de la cesión un beneficio en perjuicio del cedido (art. 4(0). Los artículos
742 y 1638 del Código de 2014 responden a igual orden de ideas.
Se excluyen, desde ya, las defensas y excepciones que provengan
de hechos posteriores al momento en que la cesión se toma oponible
respecto del cedido.
Las excepciones pueden ser, dilatorias o definitivas, permitiendo
al cedido rehusar el cumplimiento de la prestación que es objeto del
derecho o crédito cedido.
En primer lugar, están las excepciones que obstan a la constitución
o nacimiento del derecho o crédito. ASÍ, por ejemplo, la nulidad del
contrato en el cual se origina el derecho o crédito objeto de la cesión,
incluyendo el supuesto de invalidez por ausencia de capacidad o vicio
de la voluntad del cedido que fue parte de dicho contrato originante,
la cual debe ser demandada contra el cedente, o puede ser planteado
por el cedido por vía de reconvención frente a la demanda deducida
por el cesionario-e'.
Distinta situación se plantea si el derecho () crédito cedido es si-
mulado. En efecto, el cedido que estipuló con el cedente una deuda
imaginaria no puede alegar contra el cesionario de buena fe la ficción
de la deuda, estando obligado a pagársela+". Se trata de una protección

TELES DE MENEZES LEITAa. ob. cit., p. 372.


224
FERRARA, Francesco, La simulación de los negocios jurídicos. Revista de
225
Derecho Privado, Madrid, 1953, p. 352, N° 65.

552
COi\TRATO DE CES)Ó~ DE DERECHOS

que se confiere al cesionario de buena fe, que adquirió el derecho o


crédito confiado en su realidad, y que hace nacer a su favor un crédito
que no tenía el cedente, el cual debe pagar el cedido aun no habiendo
sido deudor del cedente. Bajo la apariencia de una cesión existe aquí
un crédito creado por imperio de la ley y que no corresponde a la
voluntad del deudor+". En otras palabras, el cesionario puede ir contra
el cedido con sustento en la presencia de una lesión al crédito, por la
cual corresponde que el cedido responda'?",
En cuanto a las defensas que impiden provisoriamente el ejercicio
del derecho o el cobro del crédito cedido y que son oponibles al ce-
sionario se encuentran, entre otras, la que deriva del plazo o condición
para el cumplimiento de la prestación y la excepción de incumplimiento
contractual.
La defensa basada en el plazo establecido para el cumplimiento de
la prestación impide al cesionario ejercer sus derechos contra el cedido
pendiente que se encuentre el plazo. El cedente puede, asimismo, opo-
ner que la condición suspensiva a que está sujeto el derecho o crédito
no se ha cumplido todavía o que, en cambio, se ha cumplido la con-
dición resolutoria.
La excepción de incumplimiento contractual (art. 1031) funciona
en la cesión onerosa+", y mediante ella el cedido puede rehusar cumplir
frente al cesionario si previamente no cumple el cedente la que a él
le corresponde (exceptio non adimpleti contractus¡ o si cumplió de-
fectuosamente (exceptio non rite adimpleti contractusr?', La oponibi-
lidad de esta excepción determina que el cesionario para cobrar el
crédito tenga que cumplir personalmente la prestación del cedente si
no logra que este último cumpla. Por otra parte, opuesta por el cedido
la excepción de incumplimiento contractual, no tiene el cesionario la
posibilidad de rehusar su propia prestación, ya que no posee una obli-

226 VON TUHR, ob. cit., t. n, p. 3l7.


227 MOSSET ITURRASPE, Negocios simulados, fraudulentos y fiduciarios cír.,
t. Il, p. 207. En general, sobre la lesión al crédito, véase: CALVO COSTA, Carlos
A., DQ/l0 resarcible, Hammurabi, Buenos Aires, 2005, ps. 265 y ss.
228 GASTALDI, José M. y CENTANARO, Esteban, Excepcion de incumplimiento
contractual, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1995, p. 59.
229 CNCiv., sala C, 13-11-84, L. L. 1985-C-460.

553
PABLO D. HEREDIA

gación recíproca con relación al cedido, conservando entretanto el ce-


dente esa facultad en relación con su propia prestación, dado que en
la hipótesis contraria se quebraría el nexo sinalagmático existente-":
Puede oponer el cedente, además, las excepciones de prescripción,
pago, novación, compensación y enriquecimiento.
Con relación a la primera, cabe señalar lo siguiente: 1) la cesión
del derecho o crédito no perjudica el curso normal de la prescripción
que corresponda a la acción dc cumplimiento o cobro respectiva; II)
la suspensión de la prescripción por causas relativas a la persona del
cedente no puede beneficiar al cesionario; IJI) la cesión no es en sí
misma causal de suspensión o de interrupción de la prescripción, y
IV) la aceptación de la cesión por el cedido importa reconocimiento
interruptivo de la prescripción en curso (art. 2545)211.
Las excepciones de novación y pago pueden ser opuestas por el
cedente en tanto hacen a la extinción del derecho o crédito cedido
(arts. 865 y 933).
Por lo que toca a la excepción de compensación, cabe observar que
el Código Civil y Comercial de la Nación no la excluyó como sí lo
hacía el artículo 1474 in fine del Código Civil derogado. De otro lado,
el artículo 930 del Código 2014 no erradica a la compensación en el
marco de una cesión de derechos. Por lo tanto, el cedido puede invocar
contra el cesionario el derecho de compensación que tenía contra el
cedente-", a pesar de no darse aquí uno de los requisitos sustanciales
de la compensación, como es la reciprocidad de las obligaciones. La
razón de ello está en que el crédito cedido llevaba implícita la posibilidad
de una compensación, pasando a poder del cesionario con esta cualidad
inherente a él; si el cedido pudo contar con esa posibilidad contra el
cedente, no hay razón para que el acto de cesión celebrado a espaldas
suyas defraude sus esperanzas. En su caso, para que el crédito objeto
de la cesión (deuda del cedido) sea compensable contra el cesionario,
es menester que las acreencias del cedido, al igual que las objeciones
y excepciones derivadas de su relación con el cedente, hubieran existido

no TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., ps. 374/375.


231 TELES DE MENEZES LETTÁO, ob. cit., p. 376.
232 CSJN, "Marún, Nacib e/Provincia de San Juan", Fallos: 180:230.

554
CONTRATO DE CESiÓN DE DERECHOS

en el momento en que el cedido tenga noticia de haberse operado la


cesión-". Es decir, puede compensar aunque el crédito haya nacido y
vencido después de la cesión, pero antes de tomar conocimiento de la
misma-". La compensación, sin embargo, no podría tener lugar si tales
créditos no fueran exigibles en el momento de tener ella lugar (art. 923,
inc. e). En fin, si la cesión se hizo a varias personas, el cedido puede
oponer la compensación contra cualquiera de los cesionarios, ya que no
hay motivo para impedirla por esa circunstancia-".
Asimismo, puede hacerse valer contra el cesionario la excepción
de enriquecimiento que ampara al deudor contra una obligación abs-
tracta contraída injustificadamente-".
También son defensas oponibles al cesionario por parte del cedido:
a) la resolución del contrato que origina el derecho o crédito cedido,
cuando dicha resolución afecta la posición del cesionario, y b) la excesiva
onerosidad sobreviniente de la prestación adeudada por el cedido-".

5. Actos anteriores a la notificación de la cesión


Una cesión no notificada al cedido le mantiene a éste en la creencia
de que el acreedor no ha cambiado, que sigue siendo el mismo-".
y en ese escenario, es preciso que el cedido quede a salvo del
riesgo de tener que volver a pagar al cesionario cuando, por ignorancia
de la cesión efectuada, hubiera ya hecho efectiva su prestación a favor
del cedente.
Por eso es que, desviándose del principio de que el riesgo corre de
cuenta del deudor cuando paga a una persona que no tenga derecho de
cobrar, el artículo 1621 dispone que "Los pagos hechos por el cedido
al cedente antes de serie notificada la cesión, así como las demás causas
de extinción de la obligación, tienen efecto liberatorio para él".
Bien se aprecia que el efecto liberatorio de que se trata no se
produce por voluntad del cedido que paga, sino por imperio de la ley,

m VON TUHR, ob. cit., t. Il, p. 319.


234 ENNECCERUS, KIPP y WOLFF, ob. cit., t. 1, vol. 2, p. 394.
235 TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 377.
236 VON TUHR, ob. cit., t. 11,p. 318.
m TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., ps. 378/379.
238 DE LOS MOZOS, ob. cit., p. 267, texto y nota 17.

555
PABLO D. HEREDIA

aun cuando para el cedido fuera más ventajoso seguir siendo deudor
del cesionario y exigir del cedente la repetición de aquello que le
pagó-". No obstante, en función del principio invito beneficium non
datur puede interpretarse que está al alcance del cedente rehusar la
eficacia liberatoria que le confiere el ordenamiento jurídico, ya que
puede tener interés en que se considere extinguida su obligación por
ante el cesionario; de ahí su derecho a igualmente pagar al cesionario,
el que no puede ser afectado por el cedente ofreciendo la devolución
de la prestación que recibierae'".
De su lado, si el cesionario no quiere dejar que prevalezca la liberación
del cedido consagrada por el artículo 1621, solamente podría lograr ello
acreditando que el cedido conocía la cesión al tiempo de pagar, pese a
no haber estado en ese momento notificado de ella. De ese modo, des-
virtuará la presunción de ignorancia y de buena fe del cedido que supone
la norma. Es que, en efecto, el artículo 1621 tiene su razón de ser en
dicha ignorancia y buena fe del cedido, y deja de tenerla cuando el
cedido, conociendo la cesión, decide igualmente pagar al cedente, pu-
diendo en tal caso el cesionario invocar la situación a modo de una
exceptio doli. El conocimiento del cedido, desde ya, debe ser efectivo,
no dudoso, no bastando el mero desconocimiento por negligencia>".
La liberación del cedido implica que el cesionario deberá reclamar
contra el cedente el pago de lo que debía el primero. Tal reclamación
del cesionario no da cuenta de una acción de repetición, pues no ha
sido él quien pagó indebidamente. La cuestión, pues, no está alcanzada
por los artículos 1796, inciso e, 1798 y eoncordantes del Código Civil
y Comercial de la Nación. En rigor, la posición del cesionario que ve
afectado su derecho por el pago recibido por el cedente se resume en
la posibilidad de instaurar una acción de enriquecimiento sin causa
contra el cedente (art. 1794)242.

VON TUHR, ob. cit., t. n. p. 311.


239
TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., ps. 368/369.
240
241 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 364.
242 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 365.
Se ha dicho, con razón, que los supuestos de condictio indebiti de prestación que
no pueden calificarse estrictamente como pagos indebidos, generan una acción que
debe entenderse producida por la virtualidad de la doctrina del enriquecimiento in-

556
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

El artículo 1621 habla de " ...Los pagos hechos por el cedido al


cedente ...", pero en la expresión quedan necesariamente aprehendidos
todos los actos o los negocios celebrados entre ambos que pudieron
haber afectado la posición del cesionario ganada por el contrato de
cesión. Se incluyen, desde tal perspectiva, negocios tales como la tran-
sacción, o formas extintivas tales como la dación en pago (art. 942),
novación (art. 933), remisión (art. 950), compensación convencional
(art. 921), rescisión bilateral (art. 1076), etcétera>".
El pago por un tercero con asentimiento del cedido queda alcanzado
por la previsión del artículo 1621, pues debe juzgárselo como un pago
representativo. Lo mismo si quien pagó fue un fiador del cedido, quien
puede aprovechar la protección brindada por dicha norma al cedido>".
Un tema no contemplado por el Código de 2014 es el referente a
la suerte de los actos del cedido que, cumplidos antes de que se le
notifique la cesión, implicaron mejorar la condición propia del derecho
o crédito cedido con un alcance no previsto en la cesión misma, ver-
bigracia, cuando el cedido ofreció garantías suplementarias. La cuestión
lleva a observar que, después de la cesión, el cedente pasó a ser un
tercero, por lo que cualquier mejora posterior de la condición del de-
recho o crédito cedido no lo beneficia, pero como dicha mejora posterior
no integró el objeto de la cesión, el cesionario debe aceptarla para
que produzca efectos a su respecto.

6. Régimen de la mora del cedido antes


de la notificación o aceptación
Entretanto no se notifique al cedido la transferencia del derecho (o
crédito) operada a favor del cesionario, o no hubiera él aceptado la
cesión, el cedente, que ya se ha desprendido del derecho (o crédito)
frente al cesionario, no podría constituirlo en mora pues ha perdido
legitimación para ello. En efecto, como ya fue expuesto anteriormente,
la cesión del derecho transmite al cesionario los derechos potestativos
inherentes al objeto cedido, o sea, conexos al derecho o crédito, entre

justificado; conf. DÍEZ-PICAZO y PONCE DE LEÓN, Luis, La doctrina del enri-


quecimiento sin causa, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2011, p. 172.
243 cr de Salta, sala III, 20-10-65, L. L. 121-32l.
244 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 367.

557
PABLO D. HEREDlA

ellos, la facultad de interpelar para constituir en mora al cedido. Y,


desde que ello ocurre, el cedente no puede interpelar al cedido. Ahora
bien, no cabe confundir la notificación al cedido referida por los artículos
1620 y 1621, que sirve para hacerle oponible la cesión, con la interpe-
lación moratoria de que pudiera ser él objeto. No son actos fungibles.
Así, la mera interpelación moratoria dirigida por el cesionario al cedente
no es suficiente como notificación en los términos de los artículos 1620
y 1621, pues esta última ha de tener un contenido propio, que no es
coincidente con el exigible a un reclamo moratorio-". Además, la de-
claración interpelativa no está sujeta a forma ni solemnidad alguna-",
mientras que la notificación al cedido debe ser por instrumento público
o privado de fecha cierta.
De ahí, entonces, que mientras la notificación o aceptación de la
cesión no se concrete, el cesionario no puede interpelar al cedido para
constituirlo en mora. Adviértase, en tal sentido, que la interpelación
moratoria carecería incluso de sentido por parte del cesionario, pues
el cedido podría pagar válidamente al cedente (art. 1621). Ello repre-
senta, sin dudas, un beneficio que el cedido adquiere por el solo hecho
de la cesión entre cedente y cesionario-".

7. Concurrencia de cesionarios sucesivos


Dado que la cesión es un negocio de disposición y no un negocio
obligacional, la pluralidad de cesiones no puede ser tratada como una
sucesiva constitución de créditos sujeta a un régimen de concurrencia
por inclusión-", sino a uno de concurrencia (de los cesionarios) por
exclusión=".

245 El Código Civil y Comercial de la Nación consagra como principio el sistema


de mora automática, manteniendo la necesidad de la interpelación para el caso de obli-
gaciones sujetas a plazo tácito (arts. 886, primer párrafo. y 887, inc. a); conf. PIZARRO,
Ramón D., La mora del deudor en el Proyecto de Código, en L. L. del 3-9-2012.
246 WAYAR, Ernesto, Tratado de la mora, Ábaco, Buenos Aires, 1981, p. 378,
N° 58-d.
247 TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., pS. 386/387.
248 TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 393.
249 Sobre la distinción entre concurrencia de acreedores por inclusión y por ex-
clusión, véase: ANDRIOLI, Virgilio, Il concorso dei creditori nell'esecurione singo-
lare, Soco Ed. del Foro Italiano, Roma, 1937, ps, 27/28, N° 8.

558
CO;-;TRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

Ello implica, entonces, que en caso de cesionarios sucesivos de un


mismo crédito, corresponderá definir quién de todos tendrá derecho
de exigir la prestación debida por el cedido, quedando los demás ex-
cluidos de esa posibilidad.
Semejante definición solamente puede hacerse estableciendo un sis-
tema por cuya operatividad un cesionario pasa a tener una preferencia
o prioridad que lo separa de los demás cesionarios excluyéndolos.
La implementación de ese sistema está en el artículo 1622 del
Código Civil y Comercial de la Nación.
En efecto, colocándose en la hipótesis de que el cedente hubiera
cedido el mismo derecho (o crédito) a varios cesionarios sucesivamente,
prescribe la citada norma, a fin de resolver a quién de ellos debe pagar
el cedido, que "En la concurrencia entre cesionarios sucesivos, la pre-
ferencia corresponde al primero que ha notificado la transferencia al
deudor, aunque ésta sea posterior en fecha".
En otras palabras, la norma no resuelve el conflicto de concurrencia
en función de la fecha de cada cesión, sino atendiendo al momento
en que primero se notificó alguna de ellas al cedido por parte del
correspondiente cesionario-'". Gana, pues, el primero que notifica la
Lesión al cedido, no el primero que se convirtió en cesionario frente
a él.
Tal respuesta legal, valga señalarlo, es reiteración del artículo 1470
del Código Civil derogado con una diferencia, ya que este último
aludía a los cesionarios sucesivos "...de un mismo crédito...", aclaración
que ha desaparecido de la letra del artículo 1622 del Código de 2014.
Es de observar que el artículo 1470 reconocía fuente en los escritos
de C. Aubry y C. Rau, tal como lo señaló Vélez Sársfield en su nota
a dicho precepto.
Sin embargo, la doctrina nacional que interpretó el citado artículo
1-+70 lo hizo de manera desvinculada de su fuente y gracias a ello se
perdió de vista no sólo la situación fáctica que C. Aubry y C. Rau
examinaban en su obra, sino también, además, el sentido de la palabra
"preferencia" contenida en aquella norma, que sigue repitiendo el ar-
tículo 1622 del Código de 2014.

::'50 CNCom., sala E, 10-9-85, L L 1986-A-325 Y E. D. 116-251.

559
PABLO D. HEREDIA

En efecto, los autores nacionales que explicaron el artículo J 470


del Código Civil derogado, lo hicieron con los siguientes alcances: a)
la existencia de cesionarios sucesivos representa de suyo una situación
anómala, explicable en el error o la mala fe del cedente que procedió
a ceder "un mismo crédito" a varias personas-"; b) queda preferido
el cesionario que primero notificó, pues tal acto causa el embargo del
crédito a su favor="; e) dicho embargo ofrece al cesionario la prioridad
o prelación de pago del primer embargante='; d) para que se produzca
el indicado efecto el cesionario que notifica debe haber procedido de
buena fe y sin imprudencia'>', y e) el régimen es el mismo que rige
en materia de inscripción en el Registro de la Propiedad, donde se da
preferencia al que primero publicó su título=".
Las conclusiones interpretativas precedentemente enumeradas no
respondían, en rigor, a la situación fáctica examinada por C. Aubry y
C. Rau. El alcance de la "preferencia" a la que estos autores franceses
aludían, no era tampoco el del artículo 1470 del Código Civil derogado,
reiterado en el artículo 1622 del Código Ci vil y Comercial de la Nación.
C. Aubry y C. Rau partían, en efecto, de la hipótesis fáctica referida
a un cedente que, expresa o virtualmente, había acordado a varios ce-
sionarios sucesivos de porciones de una misma acreencia, una prioridad
para el cobro de la parte que a cada uno le competía. En tal caso, decían,
los cesionarios que habían obtenido esa ventaja y que, de otro lado,
hicieron notificar o aceptar la cesión, debían triunfar sobre los cesionarios
posteriores a los cuales no se les acordó preferencia, debiéndose regular
la preferencia entre los que la obtuvieron por la anterioridad de la no-
tificación o aceptación de sus respectivas cesioncs="

251 LLAMBÍAS, ob. cit., t. Il, p. 647. W 1334: BCERES y HIGHTO;-';.ob. cit.,
t. 4-A, p. 147; CAZEAUX y TRIGO REPRESAS, ob. cit., t. 2, p. 439. hablan de un
"cedente inescrupuloso",
252 SALVAT y ACUÑA ANZORENA, ob. cit.. t. I, p. 463, ;-';0 703.
253 REZZÓNTCO. ob. cit., t. I, p. 573: BELU;SCIO y ZANNONI, ob. cit.. t. 7.
p. 115.
254 MACHADO, Exposición y comentario del Código Civil argentino cit.. t. IV.
p. 206; SPOTA, ob. cit., t. IV, p. 374. N° 974; LÓPEZ DE ZAVALÍA, ob, cit., t. t.
p.606.
255 SALVAT y ACUÑA ANZORENA, ob. cit., t. 1, p. 463. W 703.
256 AUBRY y RAU, ob. cit., t. 4, p. 446, N° 359 bis. ap. 7°.

560
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

En otras palabras, el supuesto fáctico examinado por los citados


autores franceses suponía algo distinto a lo establecido por el artículo
1470 del Código derogado, toda vez que no se refería al caso de ce-
sionarios sucesivos e e ••• del mismo crédito ..." sino cesionarios sucesivos
de " ...portions d'une méme créance ..." y, dada esta última circunstancia,
el conflicto que planteaba la concurrencia de cesionarios de porciones
de un mismo crédito que habían convenido preferencias con el cedente
era resuelto a favor de quien primero notificaba al cedido o había
obtenido su aceptación. El escenario no era, pues, de cesión de un
mismo objeto a varios cesionarios, ni de error o mala fe del cedente:
tampoco de prioridad del primer embargante, ni de aplicación analógica
de las reglas atinentes a los registros de propiedad, y se refería a una
preferencia de cobro "convenida" entre cedente y cesionario (que "...Ie
cédant a expressément ou virtuellment acordé, a llll Oll plusieurs des
cessionnaires successifs ..."), aspecto inexistente en la interpretación
dada al artículo 1470 del Código derogado.
Ahora bien, más allá de lo anterior, lo cierto es que el conflicto
que da lugar a la existencia de cesionarios sucesivos de un mismo
crédito fue resuelto por la doctrina francesa más moderna con funda-
mentos próximos a los expuestos por los autores nacionales. En el
conflicto entre cesionarios sucesivos de un mismo crédito -dicen los
Mazeaud- debe triunfar no el que haya adquirido primero el crédito,
sino aquel cuya cesión haya sido primero de una de las indicadas
medidas de publicidad (notificación o aceptación); poco importa que
el segundo cesionario haya conocido la primera cesión, desde el mo-
mento en que la misma no haya sido publicada; se advierte todo el
interés que tiene el cesionario de proceder lo más rápidamente posible
a las formalidades lcgales+". Quien se apresura a realizar la notificación
al cedido, dijo otro autor, será preferido al primer cesionario, como
el adquirente de un inmueble que transcribe tiene mejor derecho que
el adquirente más antiguo que descuidó publicar su tttulo+".
Completando el panorama regulado por el artículo 1622, corres-
ponde observar:

257 MAZEAUD, Lecons de Droit Civil cit., t. 2, vol. J, p. 1144, N° 1264.


258 JOSSERAND, Derecho Civil cit., t. JI, vol. 1, p. 652, N° 821, ap. 4".

561
PABl.O D. HEREDIA

1) El régimen aprobado por la citada norma supone la siguiente


consideración jurídica. Duplicar la cesión de un mismo derecho (o
crédito) equivale a una inadmisible doble transmisión de propiedad,
ya que transmitido el derecho (o crédito) una vez, no se lo puede
transmitir por segunda vez. En ese marco, toda cesión posterior a la
primera debería entenderse como configurativa de una disposición a
non domino. No obstante, para evitar discusiones y facilitar la circu-
lación del crédito, la ley confiere eficacia a la primera que fuese no-
tificada al cedido, aun cuando fuese una de esas cesiones materialmente
hechas a non domino, como modo de protección al particular cesionario
de buena fe.
H) La prioridad (que no es privilegio) del cesionario que primero
notificó al cedido o que primero obtuvo su aceptación determina una
preferencia excluyente a su favor, porque desplaza (excluye) la pre-
tensión de cobro de cualquier otro cesionario.
IlI) Los cesionarios excluidos tienen, desde luego, una acción de
daños y perjuicios contra el cedente, ya que respecto a ellos, a la
postre, nada les ha transmitido.
No podrían, empero, reclamar ningún resarcimiento los cesionarios
de mala fe, es decir, aquellos que pactaron con el cedente sabiendo o
debiendo saber que el derecho (o crédito) ya estaba cedido con ante-
rioridad.
IV) Aunque no 10 diga, el artículo 1622 del Código de 2014 se
refiere, al igual que el artículo 1470 del Código Civil derogado, a la
hipótesis de cesión de un mismo crédito a varios cesionarios sucesivos.
Ahora bien, si se tratase de la cesión sucesiva de partes del mismo
crédito, ha prevalecido en la doctrina nacional la idea de que debe
aceptarse el pago a prorrata por analogía de lo dispuesto en el artículo
1475 del Código Civil derogado (art. 1627 del Código de 2014) en el
conflicto entre cedente y cesionario parcial>". Ello es aceptable, valga
señalarlo, si se trata de un conflicto de cesionarios sucesivos a quien
el cedente no ha acordado ninguna preferencia y en la medida, claro
está, que todos ellos hubieran notificado al cedido o logrado su acep-

259 SALVAT Y ACUÑA ANZORENA, ob. cit., t. 1, p. 464, N° 705: BORDA,


ob. cit., p. 413, N° 562.

562
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

tación en un mismo día, no siendo el patrimonio del cedido suficiente


para pagarles=". Pero si el cesionario hubiera acordado preferencias a
los cesionarios parciales sucesivos->', la solución podría resolverse acu-
diendo a la regla de que quien primero notifica o logra la aceptación
del cedido tiene preferencia sobre todo otro cesionario. Esta última
es, precisamente, la solución propiciada por C. Aubry y C. Rau a la
que se ha hecho referencia más arriba.

B. Perjuicios que el cedido puede sufrir en razón de la cesión


Si bien la posición jurídica del cedido es de alguna manera protegida
por normas como los artículos 1620 y 1621, lo cierto es que todo
cedido puede sufrir perjuicios de hecho derivados de la cesión que
debe soportar. En otras palabras, aunque la ley intenta brindarle una
protección jurídica, no lo protege frente a ciertas contingencias fácticas.
Uno de esos perjuicios de hecho puede consistir, por ejemplo, en
la pérdida de la tolerancia que el cedente podía prestar frente a una
demora en el pago, no acordada por escrito y que, en consecuencia,
no integró el objeto cedido, resultando inoponible al cesionario.
Otro perjuicio de hecho es el que deriva de la diferente extensión
de los daños que pudiera existir según que el cedido hubiera incumplido
frente al cedente o frente al cesionario. Pudiera darse el caso, en efecto,
que ante un incumplimiento del cedido posterior a la cesión, la in-
demnización que por ello deba pagar al cesionario sea mayor a aquella
que hubiera debido pagar al cedente si el incumplimiento se hubiera
verificado antes, ya que la reparación de los perjuicios sufridos por
el cesionario no está limitada por los daños que habría sufrido el cedente
de no haberse concretado la cesión. Es que la reparación de daños por
incumplimiento no está vinculada a la cualidad jurídica del derecho
o crédito transmitido, sino a la situación personal del damnificado,
pudiendo ser distinta la del cesionario que la del cedente.
También pudiera ocurrir que el cedido tuviera un crédito contra el

260 REZZÓr--<ICO,ob. cit., t. L p. 573.


261 La posibilidad de que el cedente parcial de créditos otorgue una preferencia
de cobro al cesionario resulta del ano 1627 del Código de 2014. Ello implicará una
subordinación crediticia (art. 2575), según ya ha sido referido al examinar el caso de
1.1>cesiones parciales.

563
PABLO D. HEREDlA

cesionario con aptitud para ser reclamado incluso judicialmente. A


partir de la cesión, sin embargo, toda vez que el cesionario pasa a
tener un crédito eontra el cedido, este último no conservaría la facultad
de entablar un reclamo por cobro de aquel otro crédito que tenía contra
el cesionario, salvo que el crédito del cesionario fuera de cuantía menor.
pues opera la compensación legal (art. 921)262.

XII. Efectos con relación a los garantes del cedido


Un aspecto que no es normalmente tratado por la doctrina es el
atinente a los efectos de la cesión con relación a los garantes del
cedido, como fiadores. terceros dadores de hipoteca o prenda, etcétera.
Ninguna duda existe en el sentido de que las garantías del derecho
(o crédito) cedido pasan al cesionario y, desde que ello ocurre. está
en condiciones de resistir cualquier reclamo del cedente.
Asimismo, podría el fiador del cedido rehusar cualquier reclamo
contra él si previamente su afianzado no fue notificado de la cesión o
no la aceptó. Ello es así, pues dicho fiador debe considerarse, a los efec-
tos de que se trata, uno de los terceros referidos por el artículo 1620.
No es necesario que el fiador del cedido sea personalmente noti-
ficado de la cesión.
Otro tanto cabe decir con relación a los terceros dadores de prenda
o hipoteca, sin perjuicio de las inscripciones registrales a que hubiera
lugar y de la publicidad que ello representa.

XIII. Efectos con relación a terceros


Aunque el cedido es un tercero en el otorgamiento del contrato de
cesión, no se considera aquí su situación (la que fue ya examinada),
sino la de los otros terceros distintos a él que pueden tener algún
interés legítimo en contestar la cesión, particularmente los acreedores
del cedente, pero podrían serlo también del cesionario<'.

TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., ps. 383/385.


262
Los acreedores del cesionario en general no son terceros interesados pues la
263
cesión implica aumentar el patrimonio de su deudor. Podrían serlo, sin embargo,
cuando entran en conflicto con los acreedores del cedente.

564
COl"TRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

Respecto de tales terceros, dice el artículo 1620, la cesión tiene


efectos desde su notificación al cedido. En otras palabras, la oponibi-
lidad de la cesión respecto de terceros distintos del cedido tiene lugar
con la notificación a este último, sin necesidad de notificaciones es-
pecíficas a ellos.
No es tal, valga señalarlo, el régimen que impera en algunas ex-
presiones del Derecho Comparado, como, por ejemplo, en el Código
Civil portugués de 1966, en el cual la cesión tiene efectos respecto
de los terceros independientemente de cualquier notificación, por lo
que, por ejemplo, a partir de su fecha, los acreedores del cesionario
pueden ejecutar al cedido en ejercicio de la acción subrogatoria, o los
acreedores del cedente impugnar la cesión por la vía pauliana>'.
La solución argentina es, sin embargo, la tradicional, que impera
en muchas otras legislaciones.
Corresponde distinguir la situación de los terceros, en el marco de
las acciones individuales y de las acciones colectivas (concurso y quie-
bra).

A. Acciones individuales
En el marco de las acciones individuales, los acreedores del cedente
pueden recurrir al dictado de medidas precautoria sobre el derecho (o
crédito) cedido, a fin de cautelar aquello que, formando parte de la
garantía común de su deudor, resultaría transmitido a otro sujeto (el
cesionario).
La medida precautoria por excelencia será el embargo, y con re-
lación a ella se dan las siguientes posibles situaciones:

1. Embargo posterior a la notificación


de la cesión o a su aceptación
Una vez que se produjo la notificación de la cesión al cedido o
que él la aceptó, la cesión es oponible frente a cualquier tercero. El
derecho (o crédito) que ya no estaba en el patrimonio del cedente en

En cuanto a los acreedores del cedido, la cesión les es normalmente indiferente


pues no altera la situación patrimonial de su deudor.
264 TELES DE MENEZES LEIT AO, ob. cit.. ps. 391/392.

565
PABLO D. HEREDlA

su relación con el cesionario deja de estarlo también con relación al


cedido y a cualquier tercero (art. 1620). Y si estos últimos son los
acreedores del cedente, no pueden embargar aquello que ya no está
en el patrimonio de él. En otras palabras, después de la notificación
o aceptación de la cesión, los acreedores del cedente no pueden em-
bargar lo cedido.

2. Embargo anterior a la notificación o aceptación del cedido


En el Derecho anterior, la cuestión estaba regulada por los artículos
1465, 1467 Y 1471 del Código Civil, cuya interpretación fue objeto
de profunda discrepancia doctrinaria.
El Código Civil y Comercial de la Nación, siguiendo a los Proyectos
de 1987, 1993, 1998 Y 2012, no reprodujo ninguno de aquellos pre-
ceptos, ya que las cuestiones planteadas en ellos pueden tener suficiente
respuesta en el principio general de la prioridad del primer embargan-
te265, regulado por el artículo 745, y por los efectos que le son propios,
entre los cuales está que el embargo no impide la transmisión que
determina la notificación de la cesión al cedido o su aceptación. pero
la torna inoponible respecto del acreedor embargante.

3. Embargo anterior al contrato de cesión


La cesión del bien embargado no está prohibida, sin perjuicio de
la inoponibilidad del acto al acreedor embargante del cedente, y de la
responsabilidad por daños y perjuicios a que hubiera lugar (art. 1009).
Se trata de un caso de indisponibilidad relativa, en el cual se establecen
límites al poder de disposición del cedente, pero únicamente en la
medida que sea necesaria para proteger el derecho del ernbargante-".

BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 7, p. 126, !\jU 7.


265
GUAGLIANONE, Aquiles B., La cesion del crédito embargado, Abeledo-
266
Perrot, Buenos Aires, 1962, p. 15.
Es sabido que la enajenación que se efectúa de una cosa embargada, declarándose
en el acto correspondiente la existencia de la cautelar. no es de suyo inválida entre las
partes enajenante y adquirente, sino inoponible al embargante ljue puede desconocer la
transmisión realizada y considerar el bien como existente en el patrimonio del embargado
(eonf. SPOTA. Instituciones de Derecho Civil. Contratos cit., 1977, t. lIJ, ps. 57/58, ~o
386: MOSSET ITCRRASPE. 1., Compraventa inmobiliaria, Buenos Aires, 1976. p. 190:

566
COl'TRA 10 DE CESIÓ~ DE DERECHOS

B. Acciones colectivas
1. Concurso preventivo o quiebra del cedente
Reiterando una solución que ya estaba -aunque con otras palabras-
en el artículo 1434 del Código Civil derogado, dispone el artículo
1623 del Código Civil y Comercial de la Nación lo siguiente: "En
caso de concurso o quiebra del cedente, la cesión no tiene efectos
respecto de los acreedores si es notificada después de la presentación
en concurso o de la sentencia declarativa de la quiebra".
La norma sugiere las siguientes cuestiones:
1) La palabra "concurso" contenida en el artículo 1623 debe inter-
pretarse como referida al "concurso preventivo" regulado por los ar-
tículos 5° y siguientes de la Ley de Concursos y Quiebras 24.522, que
se aplica a deudores comerciantes y no comerciantes. No hay otra
posibilidad, ya que los concursos civiles fueron eliminados de nuestra
legislación en 1983 con la sanción de la ley 22.917, que derogó el
artículo 310 de la ley 19.551, antecesora de la ley 24.522267.
11)La cesión cumplida antes de la fecha de presentación del cedente
en concurso preventivo o de la fecha en que se dicta la sentencia de su
quiebra -debidamente notificada al deudor cedido- debe considerarse
consumada jurídicamente, y no puede el juez del concurso o quiebra
del cedente dictar una medida cautelar para evitar que el cesionario
cobre el crédito cedido. Ello es así, sin perjuicio de que la cesión pueda
ser declarada inoponible frente a los acreedores del cedente por aplicación
de lo previsto por el artículo 118 o 119 de la ley 24.522268, normas que
operan con relación a una quiebra, pero no a un concurso preventivo-s".

LLA,\1BÍAS, Tratado de Derecho Civil. Obligaciones cit., 1967, t. l, p. 473.;-'¡o 395, nota
13; BELLUSCIO y ZANNO!'JI, oh. cit., t. 5, p. 802. N° 6: MORELLO, A. y otros,
Códigos Procesales Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación
comentados y anotados, Buenos Aires-La Plata, 1986, t. Il-C, p. 761: APARICIO, J.,
Contratos, Buenos Aires, 2001, t. 2, ps. 247/248, N° 799).
261 ROUILLÓN, Adolfo A. N., Reformas al régimen de los concursos. Comentario
a la ley 22.917, Astrea, Buenos Aires, 191\6, ps. 6/1\, N° 6: SAJÓN. Jaime V., La reforma
a la ley de concursos de 1983, Abcledo-Perrot, Buenos Aires, 1984, ps. 11 y 13.
268 DE LAS MORENAS, Gabriel A., Cesión de facturas: IInfallo en la buena
senda, en J. A. 2002-III-121, esp. Cap. lII, punto c.
269 La inoponibilidad respecto de los acreedores del cedente en caso de concurso

567
PABl.O D. HEREOlA

III) Si la cesión no sc notificó al deudor cedido antes de la sentencia


de quiebra del cedente o de la apertura de su concurso preventivo,
rige lo dispuesto por el artículo 1623 del Código Civil y Comercial
de la Nación.
En otras palabras, la notificación de la cesión puede hacerse
incluso después de que el cedente hubiera entrado en estado de
cesación de pagos, pero si se hiciera luego de la fecha de presen-
tación del cedente en concurso preventivo o de la fecha de la sen-
tencia que declara su quiebra, será de ningún valor frente a los
acreedores de aquél, sean anteriores o posteriores. ya que el artículo
1623 no distingue.
La justificación de la solución varía según que se trate de concurso
preventivo o de quiebra.
En el concurso preventivo. el deudor conserva, bajo la vigilancia
del síndico, la administración de su patrimonio, el cual no entra en
estado de liquidación (art, 15, ley 24.522). Puede, por tanto, cumplir
los actos de administración ordinaria (pagos incluso) que sean nece-
sarios para continuar con su actividad económica, que el concurso
preventivo no detiene. Pero tratándose de actos que excedan de la
administración ordinaria, el concursado debe pedir autorización al juez
para realizarlos (art. 16, última parte, de la ley 24.522). Pues bien,
cuando el artículo 1623 del Código Civil y Comercial de la Nación
establece que el cedente no puede realizar la notificación del artículo
1620 a partir de que se presenta en concurso preventivo y que si lo
hace la notificación no tiene efecto respecto de sus acreedores, lo es
sin perjuicio ele que pida autorización aljuez del concurso para practicar
tal notificación como acto de administración extraordinaria. Tal es la
interpretación que se impone para compatibilizar lo dispuesto por el
artículo 1623 con el particular status del concursado preventivamente,
que por seguir al frente de sus negocios mientras se tramita el proceso

preventivo de este último debe perseguirse a través de la acción revocatoria o pauliana


(arts. 338 a 342 del Código de 2014).
Sobre la actuación de los arts. 118 y 119 de la Icy 24.522 con relación a las
cesiones de créditos realizadas durante el período de sospecha, véase nuestro Tratado
exegético de Derecho Concursal, Ábaco, Buenos Aires. 2005, t. 4, p. 175. N° 2 Y
ps. 331/334, N° 21.

568
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

colectivo, puede verse necesitado de dar eficacia erga omnes a una


cesión pactada con el cesionario antes de la presentación en convoca-
toria de acreedores. La autorización del juez para cumplir la notificación
implicará dar oponibilidad a la cesión frente a los acreedores anteriores
y posteriores al concurso, incluso si hubiera una quiebra indirecta del
cedente (art. 121 de la ley 24.522). La cesión debería ser onerosa,
pues la gratuita (cesión-donación) sería un acto prohibido para el con-
cursado preventivamente de acuerdo a lo previsto por el artículo 16,
primer párrafo, de la ley 24.522.
IV) Si la cesión anterior al concurso preventivo del cedente que
se notifica después no tiene efectos respecto de los acreedores, sean
anteriores o posteriores (art. 1623), parece juicioso concluir que la
cesión que hiciera el cedente después de su presentación en concurso
preventivo (y su notificación al cedido) tampoco debería tener efectos
respecto de tales acreedores, pues no hay razón para distinguir.
Empero, nada impide que el juez autorice la cesión y su notificación
como acto de administración extraordinaria (art. 16, última parte, de
la ley 24.522), con los mismos alcances referidos en el parágrafo an-
terior.
V) En la quiebra, en cambio, a diferencia de lo que ocurre en
un concurso preventivo, el deudor es desapoderado y su patrimonio
entra en estado de liquidación para dar satisfacción a los acreedores
de causa o título anterior a la fecha de la sentencia de apertura, así
como a los créditos posteriores que califiquen como gastos de con-
servación y justicia (arts. 107, 125, 177, 203, 240 Y eones. de la
ley 24.522).
De tal suerte, después de dictada la sentencia de su quiebra, el
crédito del cedente queda afectado como elemento del activo liquidable,
destinado a la satisfacción de las deudas verificadas en su concurso y
de los créditos prededucibles-?",
Así pues, la notificación al cedido que hiciera el quebrado cedente
relacionada con una cesión anterior a la sentencia del artículo 88 de
la ley 24.522 no sólo no tendría efectos contra sus acreedores porque
lo dice el artículo 1623 del Código Civil y Comercial de la Nación,

270 BELLUSCIO y ZANNONI, ob. cit., t. 7, p. 103.

569
PABLO D. HEREOIA

sino fundamentalmente porque sería un acto suyo inoponible a ellos


por involucrar bienes desapoderados (art. 109 de la ley 24.522).
Es de advertir que aun antes de la sentencia declarativa de quiebra
la notificación podría resultar tardía si el juez hubiera adoptado una
medida precautoria que la obstaculizara (arg. arto 85, ley 24.522)271.
VI) Declarada la quiebra, no puede el fallido por sí realizar cesión
alguna de los créditos o derechos que tenga y que hubieran queda-
do alcanzados por el desapoderamiento, pues ello implica un acto
de disposición, sobre bienes desapoderados (arts. 107 Y 109, ley
24.522).
Pero la quiebra puede ceder dichos créditos o derechos por medio
del sfndico=". Como lo explica Provinciali, la posibilidad del concurso
de sustituirse en el contrato para cederlo después a terceros, puede
ser, en definitiva, un modo de realización del activo, y por consiguiente,
puede hacerse de acuerdo a las reglas aplicables?", que no serían otras
que las del artículo 144 de la ley 24.522 (arg. arto 159, misma ley).
VII) Sin perjuicio de lo anterior, cabe observar que es dado al
fallido, sin intervención del síndico, ceder su eventual derecho al saldo
que hubiere una vez satisfechos los acreedores del concurso, cesión
que es perfectamente válida puesto que no afecta los intereses de la
masa; en tal caso, invocando lo previsto por el artículo 739 del Código
Civil y Comercial de la Nación, puede el cesionario, en tanto acreedor
del cedente (fallido), subrogarse en el ejercicio del derecho que con-
serva este último para hacer determinar por los órganos del concurso
el remanente al que se refiere el artículo 228, segunda parte, de la ley
24.522, siempre y cuando aquél demostrase no tener interés en practicar
las diligencias respecti vas-?".

2. Cesión de créditos concursa les (remisión)


La cuestión será examinada en el apartado XX, al que cabe reenviar.

LÓPEZ DE ZAVALÍA. oh. cit., t. 1, p. 600.


27l
CIOTOLA, Eugenio, Le obbligazioni nel fallimento, Societa Editricc Libraria,
272
Milano, 1936, p. 164, W 74.
273 PROVINCIALI, Renzo, Tratado de Derecho de quiebra, ABR, Barcelona,
1958, t. n, pS. 327/328, N° 249.
274 SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, ob. cit., pS. 213/214, N° 544.

570
CONTRA TO DE CES¡Ó:-; DE DERECHOS

XIV. Cesión de derechos en garantía


A. Situación bajo el Derecho anterior
Si bien las subespecies antes examinadas (cesión-venta, cesión-per-
muta y cesión-donación) fueron contempladas por el Código Civil re-
dactado por Vélez Sársfield, no lo fue en cambio la cesión de un
crédito o de un derecho para garantizar el cumplimiento de una obli-
gación, o sea, una cesión con finalidad de garantía.
El vacío legal dio lugar a una extensa disputa en la doctrina
acerca de si la cesión en garantía de créditos era un negocio fiduciario
(cesión fiduciaria de créditos) o bien la constitución de una prenda
de créditos">. La elección de una u otra respuesta conducía a efectos
distintos.

1. Tesis del negocio fiduciario


Una corriente de opinión interpretó que la cesión de créditos en
garantía implicaba un negocio fiduciario por el cual se transmitía
la propiedad del crédito del cedente (fiduciante) al cesionario (fi-
duciario), asumiendo este último la facultad de cobro respecto del
deudor cedido.
Desde esta perspectiva, el acto jurídico debía entenderse integrado
por dos negocios jurídicos coligados: 1) uno de carácter dispositivo,
que es el contrato de cesión mismo, por el cual el sujeto cedente
(fiduciante) transmite el crédito en plena propiedad al sujeto cesionario
(fiduciario), por 10 que éste aparece, frente a terceros, investido de las
facultades que son propias de un cesionario en cualquiera de las mo-
dalidades típicas previstas por el Código Civil, debiendo el deudor
cedido cumplir, de tal modo, la prestación a favor del cesionario (fi-
duciario), y 2) otro que se corresponde con el pacto de fiducia, paralelo
a la traslación del derecho. celebrado entre el sujeto fiduciante (cedente)

275 MARTORELL, Ernesto, Tratado de los contratos de empresa, Depalrna, Bue-


nos Aires. 1996. t. Il, ps. 906/908; LORENZEITI, oh. cit., t. Il , ps. 75/76; CONTE-
ORAND, Julio, Cesión de créditos y fiducia. La relevancia de la causa para el ade-
cuado encuadre de la relación negocial, en El fideicomiso de garantía, dir. por G.
Cabanellas de las Cuevas y coord. por G. de Reina Tartiere, Hcliasta, Buenos Aires.
2008, ps. 197 y SS., esp. Cap. VI.

57l
PABLO D. HEREDIA

y el que aparece como fiduciario (cesionario) mediante el cual se re-


gulan y limitan las consecuencias de la fiducia, y por el que el fiduciario
se obliga a restituir el crédito cuando se le pague la deuda garantizada-".
Este último efecto jurídico, referente a la "restitución" del crédito
al cedente una vez que el cesionario es satisfecho, se explicaba por
razones lógicas. Es que si bien es cierto que al mediar cesión se trans-
mite al cesionario la titularidad del crédito haciéndose propietario de
él, no lo es menos que, como el crédito se cede "en garantía" de otro
crédito (el que tiene el cesionario contra su cedente), si este último
es pagado, la garantía no tiene por qué subsistir como accesorio del
crédito extinguido, actuando el respectivo abono como condición re-
solutoria de ella, debiendo consiguientemente el cesionario retrotraer
la titularidad de la garantía al cedente, o sea, a su exdeudor?", Dicho
con otras palabras, si la obligación principal que se garantiza se cumple,
la cesión en garantía del crédito queda sin efecto?", y es por ello,
precisamente, que se produce la restitución de la garantía misma al
cedente, esto es, la readquisición del crédito cedido fiduciariamente,
ya que una vez que el cesionario es satisfecho no tiene título para
retenerlo. Por lo demás, como lo observó la doctrina, tal retransmisión
del derecho al cedente (fiduciante) constituye una relación jurídica
inobjetable por los terceros, quienes no pueden inmiscuirse en ella
para desconocer sus efectos>", situación esta última que, indudable-
mente, es particularmente predicable con relación al deudor cedido,
quien sólo en la hipótesis especial en que el cedente (fiduciante) ob-
tuviese una medida precautoria contra el sujeto cesionario (fiduciario)

276 BUSSO, ob. cit.. t. V. p. 438, 1\0 8; GüI\STAVINO, Elías, [a transmision


de créditos en garantía, en J. A. 1973-18-504. esp. Cap. V, p. 508; PIZARRO, R.
y VALLESPINOS, c., Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones, Hammurabi,
Buenos Aires, 1999, t. 3, p. 362. ap. b: ARICO. R., Cesion de créditos en garantía.
en E. D. 173-856, esp. Cap. 6, ps. 865/866; BORETTO, Mauricio, Concurso, [idei-
comiso de garantía, cesión de créditos en garantía v descuento bancario, Ad-Hoc,
Buenos Aires, 2005, p. 153.
277 NIETO BLANC, Ernesto, Dacion en pago de créditos ("pro soluto" y "pro
solvendo"); cesión en garantía y prenda de créditos. Comparación, ventajas e in-
convenientes de cada una, en L. L. Sup!. Derecho Bancario, del 6-11-91.
'278 BUERES y HIGHTON, ob. cit., t. 4-A, p. 32.
279 GUASTAVINO, ob. cit., p. 508; ARICO, Cesión de créditos en garantía cit.,
p.866.

572
CONTRA 10 DE CESIÓN DE DERECHOS

o viceversa, que requiriese la actividad de dicho deudor (por ejemplo,


el embargo del crédito fiduciariamente cedido () retransmitido), podría
negarse a cumplir la prestación por él adeudada, pero ello sería un
efecto de la medida cautelar y no el ejercicio de un derecho propio+''.

2, Tesis de la constitución de una prenda de créditos


Para otro sector de la doctrina, la cesión de créditos en garantía
importaba la constitución de una prenda de créditos=", criterio aceptado
por algunos fa11os282,
Concebida de esta manera, la cesión de créditos en garantía no
transmitiría la propiedad del crédito al cesionario, a diferencia de lo
que ocurre si se entiende a dicha cesión como un negocio fiduciario
según lo expuesto en el parágrafo anterior.
En efecto, si la figura da lugar a una prenda de créditos, el acreedor
prendario no es titular del crédito cedido en garantía, y la propiedad
del crédito permanece en cabeza del cedente (constituyente de la pren-
da), sin perjuicio de la facultad de cobro que el acreedor prendario
adquiere en cuanto taF83, a cuyo efecto se entendía jugaba el artículo
587 del Código de Comercio?",

280 GUASTAVINO, ob. cit., p. 509; CNCom., saja D. 9-9-2008. "Constructora


Gramuglia Hnos. SA s/Quiebra e/Sindicato de Empleados Jaboneros s/Ordinario",
281 RIVERA, J., Cesión de créditos en garantía, en L. L. 1991-C-867, y Estudios
de Derecho Privado (/984-2005), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2006, ps. 497 y ss.;
RIV A, Jorge L. .Y ÁLV AREZ AGCDO, Graciela, Garantías modernas, Lexisxexis,
Buenos Aires, 2007, ps. 66 y ss.
En el Derecho italiano, véase: RUI3INO, Dornénico, Negocio jurídico indirecto,
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1953, p. 178.
282 CNCom., sala E, 14-6-90, "Flor de Lis SA"; íd., 4-4-97, "Foxrnan Fueguina
SA s/Concurso preventivo slIncidente de restitución de fondos", E. D. 173-445, con
nota de RIVERA, J., La cesión de créditos en garantía _\'el concurso preventivo del
cedente.
283 BORETTO, ob. cít., p. 138.
284 " ... El acreedor que hubiese recibido en prenda documentos de crédito, se
entiende subrogado por el deudor para practicar todos los actos que sean necesarios
para conservar la eficacia del crédito y los derechos de su deudor, a quien responderá
de cualquier omisión que puede tener en esa parte. El acreedor prendario está igual-
mente facultado para cobrar el principal y réditos del título o papel de crédito que
se le hubiese dado en prenda, sin que se le puedan exigir poderes generales y especiales
del deudor ..."

573
PABLO D. HEREDIA

B. Solución del Código Civil y Comercial de la Nación


Si la cesión es en garantía, dice el artículo 1615, las normas de la
prenda de créditos se aplican a las relaciones entre cedente y cesio-
nario285•
En otras palabras, el Código Civil y Comercial ha resuelto la disputa
doctrinaria reseñada anteriormente, optando por la tesis de la consti-
tución de una prenda de créditos y, desde esa perspectiva, ordenando
aplicar los artículos 2232 a 2237.
A nuestro juicio, empero, el artículo 1615 no excluye una necesaria
exégesis contractual pues para establecer si un crédito cedido "en ga-
rantía" debe ser considerado un negocio fiduciario -cesión fiduciaria
de créditos- con los alcances y efectos explicados o bien, por el con-
trario, la constitución de una prenda de créditos, ineludiblemente debe
examinarse cuál fue la voluntad negocial de las partes, ya que no
parece pueda brindarse para todos los casos posibles una única res-
puesta=". En otras palabras, lo dispuesto por el artículo 1615 debe
entenderse como una regla general de carácter prcsuntivo+".

C. Principales cuestiones involucradas


Ahora bien, aceptada la aplicación en las relaciones entre cedente
y cesionario de las normas sobre prenda de créditos, corresponden las
siguientes consideraciones:
1) El acreedor prendario (cesionario en garantía) adquiere la te-
nencia o cuasitenencia del bien cedido, no su propiedad, por lo que
no puede servirse de él (v. gr., no puede cederlo; gravarlo; enajenarlo;
etc.). No obstante, puede percibir los frutos o intereses que el derecho
o crédito genere, pudiendo imputarlos al pago de la deuda, sin necesidad
de pacto expreso en ese sentido (arts. 2225 y 2232, último párr.).

285 La respuesta legislativa reconoce fuente en el Proyecto de 1936 (art. 954) y


en los Proyectos de Unificación de 1987 (art. 1437). del Poder Ejecutivo de 1993
(art. 1039), de la Comisión Federal de la Cámara de Diputados de 1993 (art. 3 197 J,
del Proyecto de 1998 (art. 1529) y del Proyecto de 2012 (art. 1615).
286 BORETTO, oh. cit., ps. 139/140; DE LAS MOREI'<J\S, Cesión de facturas:
1In fallo en la buena senda cit., p. 118; SCJ de Mendoza, sala 1, "Banco de Mendoza
en j. 22.216, compulsa en Carbornctal SA s/Conc. prev.", E. D. 180-514.
287 LORENZETTI, ob. cit., t. Il, p. 78.

574
CONTRA TO DE CES¡Ó" DE DERECHOS

2) El acreedor prendario (cesionario en garantía) es titular de un de-


recho real sobre el derecho o crédito dado en prenda, pero no es bene-
ficiario o acreedor del derecho o crédito prendado desde que la titularidad
de este último, que la cesión no transmitió, corresponde al cedente en
garantía-'". Si se tratase de prenda de acciones, esta interpretación está
confirmada por la letra del artículo 219, primer párrafo, de la ley 19.550:
"...los derechos corresponden al propietario de las acciones ..."
3) No obstante lo anterior, el acreedor prendario (cesionario en
garantía) es considerado un mandatario del cedente y, por ello, no
sólo es su deber conservar el crédito prendado (ejerciendo las acciones
conservatorias a que hubiere lugar), sino que particularmente posee
facultad suficiente para cobrarlo, no sólo extrajudicialmente, ya que
se está en presencia de una garantía autoliquidablc-'", sino incluso
judicialmente (art. 2234 y su remisión al arto 2229).
4) Toda vez que el derecho o crédito prendado no ingresa al pa-
trimonio del acreedor prendario (cesionario en garantía) sino que per-
manece en el del deudor prendario (cedente en garantía), en caso de
quiebra de este último tal derecho o quiebra ingresa en la masa de
liquidación como efecto del desapoderamiento (art. 107, ley 24.522),
pudiendo eventualmente el síndico promover su cobro (art. 182, LCQ).
Con relación a este particular escenario, no resuelto por el Código
Civil y Comercial de la Nación, la doctrina ha discutido acerca de
cuáles son las vías de cobro del acreedor prendario (cesionario en
garantía) y si debe o no verificar en la quiebra del cedente la obligación
principal (garantizada) que aquél tiene contra este último, con el pri-
vilegio prendario pertinente. La misma interrogación puede ser plan-
teada mutatis mutandi con relación al concurso preventivo.
Según una corriente de opinión, representando la prenda de créditos
una garantía autoliquidable, el cobro que de ella hiciera el acreedor
prendario -que más que una facultad es una obligación para éF90_

288 PEPE, M., Prenda sobre derechos, en L. L. del 18-5-2011, Cap. IX.
289 LORENZETII, ob. cit., t. 11,p. 77; ALEGRIA, Héctor, Las garantías "au-
toliquidables", en Revista de Derecho Privado y Comunitario, N° 2, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 1993, p. 169.
290 ROUILLÓN, A. y ALONSO, D., Código de Comercio comentado y anotado,
La Ley, Buenos Aires, 2005, t. I, p. 1085.

575
PABLO D. HEREDIA

debe entenderse como un acto "de acreedor" que queda fuera del marco
del artículo 16, de la ley 24.522. Concursándose el cedente, dicho
acreedor prendario no está obligado a solicitar la verificación de su
crédito, pudiendo en todo caso sólo ser requerido para que rinda cuentas
en los términos del artículo 23 de la ley 24.522291.
Otros autores, en cambio, sostienen que el acreedor prendario de
créditos cedidos en garantía tiene la carga de verificar la acreencia
respectiva en el concurso del cedente, con el privilegio prendario res-
pcctivo-'". Desde esta última perspectiva, se afirma que, después de
presentado el pedido de verificación, puede el acreedor prendario eje-
cutar la garantía sin necesidad de esperar obtener la sentencia del ar-
tículo 36 de la ley 24.522293. Y en cuanto al cobro del crédito, esta
orientación tiene dos vertientes distintas: a) para unos, el acreedor
prendario puede hacer el cobro extrajudicialmente, debiendo presentar
a la sindicatura la liquidación de la operación y entregar el excedente
si lo hubiere-?", y b) para otros, las sumas que se obtengan de la
ejecución de la prenda deben depositarse judicialmente, a fin de acre-
ditar el resultado de la gestión de cobranza, permaneciendo ellas allí
a la espera del pronunciamiento verificatorio favorable o afianzamiento
ante la posible existencia de acreedores de mejor derecho'?".
Por nuestra parte, adherimos a la primera orientación indicada, pero
limitadamente respecto de los acreedores prendarios autorizados por
ley especial para hacer remate extrajudicial de la garantía, ya que la

291 RIVERA, La cesión de créditos en garantia ... cit.: TONÓN. A.. Derecho
Concursal, Depalma, Buenos Aires, 1978, t. 1, ps. 243 y ss.: SÁ~CHEZ CANf\A VÓ.
S. y CRAMER, G., La cesión de créditos en garantiafrente al concurso. Insinuacion
del cesionario en el pasivo concursa! del cedente, en Conflictos actuales de sociedades
y concursos. Ad-lIoc, Buenos Aires. 2002. p. 493: ARAYA. 1'. Y TERÁN, :'vi.. l~'l
fideicomiso de garantía y la cesión de créditos en garantía como g arantias autoli-
quidables ante la insolvencia, en Elfideicomiso en las sociedades _I' los concursos,
Instituto Argentino de Derecho Comercial. Legis. Buenos Aires, 2011. p. 20 l.
292 BORETTO, oh. cit., p. 15<): LORENZETTI, oh. cit., t. ll, p. 80: ARICO, ob.
cit., p. 867; NISSEN, R., Prenda de documentos y facultades del banco frente al
concurso preventivo de la deudora prendaria, en L. L. I995-C-201. esp. ps. 206/207:
DE LAS MOREKAS, ob. cit.. p. 209.
293 BORETTO, ob. cit., p. 160.
294 NISSEN, Prenda... cit., ps. 206/207.
295 BORETTO, oh. cit., p. 162.

576
CO'lTRATO DE CES¡Ó'l DE DERECHOS

cxcepcion al régimen verificatorio que resulta del artículo 23, LCQ,


se aplica solamente a ellos y no genéricamente a todos los acreedores
de prendas". Fuera de ese caso, la verificación se impone como con-
dición para proceder a la ejecución extrajudicial de la prenda, pero
sin necesidad de esperar la sentencia del artículo 36, LCQ.
Ahora bien, aunque el cesionario no tuviera la carga de presentarse
a verificar el crédito prendado (en el concurso del cedente) para pro-
ceder extraconcursalmente contra el deudor cedido, nada impide que
lo haga como defensa para el caso de impago de este último, esto es,
para ejercer su derecho de cobro contra el cedente, frente al incum-
plimiento del deudor cedido. Así lo ha admitido la jurisprudencia se-
ñalando que ello es así por cuanto la cesión se hace "en garantía del
pago" y no "en pago", y no es ni puede ser un pago, porque si así
fuera, la obligación pagada quedaría extinguida en la medida del mismo,
y nada habría por garantizar, y la dación hecha en garantía quedaría
sin objeto y resultaría ser un acto sin sentido jurídico; de tal modo,
existiendo tanto el crédito actualmente y su garantía, nada obsta a su
verificación pura y simple -ergo, no condicional o eventual- pues no
se encuentra sujeto a acto o hecho futuro alguno que limite su ope-
ratividad ahora y su inclusión en el pasivo concursal; así pues, el
crédito puede ser verificado en forma pura y simple, y con el privilegio
especial prendario reclamado, cabiendo solamente advertir que distinta
es la situación acerca del modo en que se evitaría la doble percepción
del crédito, cuestión que hace a la efectivización o instrumentación
del derecho, con la consiguiente improcedencia de un enriquecimiento
sin causa del acreedor-?".
Cabe observar, asimismo, que obrando el acreedor prendario (cesio-
nario en garantía), de acuerdo a lo previsto por el artículo 2234. como

296 HEREDIA, P., Tratado exegético de Derecho Concursal, Ábaco. Buenos Aires,
200 1, t. 1,ps. 594/595. De esta manera limitamos la adhesión que, en términos amplios,
hicimos al pensamiento de Rivera en nuestra citada obra, t. 1,p. 434, nota 21. Asimismo:
CNCom .. sala D, 29-R-2006, "Droguería Dronor SA s/Concurso preventivo s/Incidente
de apelación art. 250, CPCC".
297 eNCom., sala D, 20-5-2005, "Antonio Espósito SA s/Conc. preventivo slIn-
cidente de revisión por Banco Sudameris Argentina SA", L. L. del 26-8-2005, con
nota de CASADÍO MARTÍNEZ, c., ¿La cesión de créditos en garantía convierte al
crédito avalado en condicional o eventual ante el concursamiento del cedente?

577
PABLO D. HEREDlA

un mandatario del deudor prendario (cedentej'?", en la quiebra del cedente


puede: 1) requerir al síndico para que reclame al deudor del crédito su
pago en ejercicio de las facultades previstas por el artículo 182, LCQ
(vía judicial que, por no estar en juego la prenda de una cosa, es la que
naturalmente sustituye al concurso especial previsto por el arto209, LCQ),
o II) requerir él mismo (el acreedor prendario) el pago del crédito a su
deudor, debiendo depositarjudicialmente lo que perciba, a fin de acreditar
el resultado de la gestión de cobranza, permaneciendo las sumas indis-
ponibles a la espera del pronunciamiento verificatorio favorable'?'.
Obviamente, muy distinto sería el escenario si la cesión de créditos
en garantía fuera concebida, no como una prenda de créditos, sino como
un negocio fiduciario, posibilidad a la que, como se dijo, podría llegarse
a partir de una indagación de la voluntad negocial que descarte la solución
presuncional del artículo 1615del Código Civil y Comercial de la Nación.
En efecto, si la cesión se entendiera como un negocio fiduciario, toda
vez que el crédito cedido fiduciariamente ha salido del patrimonio del
cedente, no corresponde, en principio, que el acreedor verifique su acreen-
cia en el concurso preventivo del cedente para ejecutar y cobrar extra-
concursalmente al deudor cedido'?'. La misma solución se aplica en
caso de quiebra del cedente. Frente a la quiebra, dice Lorenzetti, si hay
transmisión fiduciaria el acreedor garantizado tiene una mayor protección.
porque es dueño, y no tiene que verificar el crédito ni reintegrar el
dinero que perciba de la ejecución del mismo contra el tercero'?'. En
suma, cobro del crédito en tales condiciones es un acto de propietario,
oponible a terceros, inclusive en caso de concurso del cedente=". No

298 En el Derecho anterior la actuación del acreedor prendario de un crédito era


justificada en función de la acción oblicua o subrogatoria; conf. SALVAT Y ARGA-
ÑARÁS, Tratado de Derecho Civil argentino. Derechos Reales cit., t. IV, ps. 395/396.
N° 2645, a; BORDA, G., Tratado de Derecho Civil. Derechos Reales, Pcrrot, Buenos
Aires, 1978, t. II, p. 384, W 1361.
299 BORETTO, ob. cit., p. 162;CNCom., sala D, 28-8-2012, "Santamarina, Ramón
y otro c/Gcxal SA y otro", RDCO 2013-A-477, con nota de KENNY, Mario O..
Alternativas para el "ropaje" jurídico de la cesión de créditos en garantía.
300 BORETrO, ob. cit., ps. 163/164; LORENZETTI. ob. cit., t. 11,p. 80.
301 1'oRENZETTI, ob. cit., t. 11,p. 80.
302 RIVERA, Cesián de créditos en garantía cit., p. 867. esp. Cap. 111.y Estudios
de Derecho Privado (/984-2005) cit., ps. 497 y SS.; HEREDIA. ob. cit., t. 1. p. 434.

578
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

obstante, puede admitirse la verificación del crédito cedido en el concurso


del cedente, para el caso de que el deudor cedido no pague extracon-
cursalmente la deuda al cesionario. En este caso, la verificación debe
ser entendida como "condicional", y desde luego, ella debe ser hecha
en el carácter de crédito quirografario'?',
5) Conservando, como se dijo, el cesionario en garantía (deudor
prendario) sus facultades de propietario del crédito cedido, puede ce-
lebrar negocios que tengan por objeto este último, verbigracia, trans-
mitirlo a terceros, fideicomitirlo, constituir ulteriores prendas por vía
de cesión, etcétera, dicho sea ello más allá de las dificultades que, en
ciertos casos, pudiera encontrar el cumplimiento de la entrega prevista
por el artículo 1619.
A todo evento, el ejercicio de tales facultades de propietario sola-
mente podría ser esterilizado mediante pacto expreso impuesto en la
cesión en garantía, o por decisión judicial.
6) Extinguida la prenda por cualquier causa sin haberse extinguido
el crédito dado en prenda, el acreedor debe restituir el instrumento
probatorio del crédito prendado y notificar la extinción de la prenda
al deudor del crédito prendado (art. 2237).

xv. Cesiones en pago: pro soluto y pro solvendo


La cesión de un crédito al acreedor, en lugar del cumplimiento de
la prestación debida, puede asumir dos variantes: pro soluto o pro
solvendo. Ambas modalidades tienen en común que el deudor lo que
hace es ofrecer al acreedor que acepte un crédito, del que a su vez es
titular, para extinguir la deuda. Cada una tiene, empero, efectos jurí-
dicos distintos.
La cesión pro soluto es un pago por entrega de bienes, al cual
hacía referencia el artículo 1435 del Código Civil redactado por Vélez
Sársfield ("...Si el derecho creditorio fuese [...] dado en pago ...") y
que debe considerarse aprehendido en la letra del artículo 942 del
Código Civil y Comercial de 2014. En tal caso, el cesionario da por

303 CNCom., sala D, 23-4-2012, "Indiecito SA s/Concurso preventivo slIncidente


de revisión por Provincia de San Luis", L. L. del 10-9-2012, con nota de LISOPRA-
WSKI, Silvio V., Negocio fiduciario atípico. La cesión de crédito en garantía.

579
PABLO D. HEREDIA

cumplida la obligación que con respecto a él tiene el cedente, por el


puro hecho de recibir en pago el crédito cedido+". Aceptado ese pago
por el acreedor (cesionario), el deudor (cedente) es liberado de su
obligación, quedando aquél legitimado solamente para ir contra el ter-
cero cedido, corriendo con el riesgo de la insolvencia de este último,
ya que por ella el cedente no rcsponde=". Es decir, el cedente que-
da desobligado una vez que el cesionario recibe el crédito en pago:
aunque el deudor resulte insolvente y el acreedor no pueda hacer efec-
tivo aquel crédito, la obligación anterior queda igualmente extingui-
da306.
De tal suerte, si el cedente se concursa preventivamente o quiebra,
el acreedor (cesionario) no tiene derecho a pedir verificación de crédito
alguna, por cuando aquél ya no es su deudor, desde que ha quedado
liberado con la datio in solutum realizada'?". Sin perjuicio de ello,
entendidas como daciones en pago, las cesiones pro soluto efectuadas
en el periodo de sospecha precedente a la quiebra pueden ser declaradas
inoponibles en los términos del artículo 119 de la ley 24.522308.

304 DÍEZ-PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil patrimonial cit., t. 2, p. 808,


W 8; PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. 3, ps. 360 y 363; CNCom., sala D,
10-9-2009, "Banco Extrader SA e/Banco Feigin SA s/Ordinario (acción de revocatoria
concursal)".
305 NIETO BLANC, Dacion en pago de créditos ("pro soluto" y "pro so/vendo");
cesión en garantía y prenda de créditos. Comparación, ventajas e inconvenientes de
cada una cit.
306 BELTRAN DE HEREDIA Y CASTAJ\;O, José. El cumplimiento de las obli-
gaciones, Revista de Derecho Privado. Madrid, 1956, p. 360.
307 NIETO BLANC, ob. y lug. cits.: LORENZETrJ, ob. cit.. t. JI. p. 72.
308 CNCom., sala D, 10-9-2009, "Banco Extrader SA e/Banco Feigin SA 5/0r-
dinario (acción de revocatoria concursal)", donde se dijo: .....dándose la condición
subjetiva exigida por el citado arto 119 de la ley 24.522 y concurriendo perjuicio para
los acreedores, las cesiones de créditos con función solutoria deben ser entendidas,
tal como lo sostiene la doctrina italiana, como medios de pago anormales, salvo que
la cesión hubiera sido prevista ab origine como instrumento de extinción del débito
(conf. GALLESIO-PIUMA, M., L'azione revocatoria [allimentarc, Cedam. Padova,
1995, ps. 373/374, punto 2.d; MAFf<tI ALBERTI, A., Commentario breve alla legge
[allimentare, Cedam, Padova, 2000, p. 256, N° XVI-15; BONSIGNORI, A., Il falli-
mento, en Trattato di Diritto Commercia!e e di Diritto Pubblico dell'economia, dir.
por F. Galgano, Cedarn, Padova, 1986, t. IX, p. 491)...", y que en general "...tipifica
como un pago anormal, susceptible de ser revocado, la cesión de crédito. cuando

580
CONTRATO DI' CESIÓNDE DERECHOS

Distinta a la cesión pro so/uta es la cesión pro so/vendo. Y ello


por un dato esencial: en la cesión pro solvendo la extinción de la
deuda que el cedente tiene con el cesionario no se produce con la sola
dación en pago que aquél haga del crédito que tiene contra el tercero
cedido, sino cuando el cesionario cobra efectivamente dicho crédito
cedido'?". Así pues, en la cesión pro so/vendo la liberación efectiva
del cedente está sujeta a que llegue a "buen fin" el cobro del crédito
cedido por el cesionario. Por ello, por ejemplo, la entrega de títulos
de crédito por parte del deudor no extingue la deuda hasta tanto el
acreedor no haya cobrado su importe, salvo que se haya convenido
una novación por cambio de deudor'!". En esas condiciones, y a di-
ferencia de la cesión pro soluto, en la cesión pro so/vendo el cedente
responde frente al cesionario por la insolvencia del tercero cedido, ya
que el cesionario no asume el riesgo de la insolvencia'!':
Por virtud de la cesión pro solvendo créanse a favor del acreedor
dos obligaciones paralelas, no acumulativas, ambas dirigidas a la sa-
tisfacción del mismo crédito. La primera obligación ve su exigibilidad
suspensa hasta que el acreedor proceda a la cobranza del crédito cedido
al deudor de éste, recuperando su exigibilidad cuando se verifica que
por esa vía no es posible obtener la satisfacción del crédito (v. gr.,
por la insolvencia del cedidoj'"-.
Como efecto propio, en la cesión pro solvendo el cesionario asume
un deber de diligencia en la realización del crédito cedido, que debe
observar antes de poder considerar alzada la suspensión de su acción
contra el cedente y de considerar que el crédito cedido no ha llegado
a "buen fin". En tal sentido, el cesionario tiene la carga de pretender

aparece como un medio de satisfacción diverso del dinero adeudado (conf. PAJARDI,
P., Codice del fallimento, Giuffre, Milano, 1994, p. 278; SATTA, S., Diritto Falli-
mentare, Ccdarn, Padova. 1996, p. 236, nota 53).."
309 NIETO BLANC, oh. y lug. cits.; LORE~ZETTI, ob. cit., t. Il, p. 72; PIZARRO
y VALLESPINOS, ob. cit., t. 3, ps. 363/364.
310 CNCom., sala C, J. A. 1963-IV-631; sala A, L. L. 92-96; sala B, E. D. 75-361.
BELLUSCIO, A. y ZANNONI, E., Código Civil y leyes complementarias, Buenos
Aires, 1981, t. 3, p. 613.
311 CNCiv., sala L, 20-5-96, "De Olazábal, Rafael c/Catanzaro, Nuncio", L. L.
1998-C-I.
312 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 465, W 6.1.

581
PABLO D. HEREDIA

la efectividad del crédito e intentar de manera suficiente el cobro del


mismo, aunque, de acuerdo con la regla de la buena fe, no le es exigible
la iniciación de un procedimiento judícial ">. En otras palabras, en la
cesión pro sol vendo el cesionario debe intentar satisfacer su acreencia
con la percepción del crédito cedido, dirigiéndose contra el deudor
cedido; sólo si fracasa puede dirigirse contra el cedente (deudor ori-
ginario), pero no antes-!".
Ahora bien, que en la cesión pro solvendo el cedente responda
frente al cesionario por la insolvencia del tercero cedido (ya que el
cesionario no asume el riesgo de la insolvencia) significa, en los hechos,
que si el tercero cedido no paga el crédito, el deudor (cedente) reasume
la titularidad de la deuda que tenía con su acreedor (cesionario), por
10 cual si aquél se concursa preventivamente o quiebra, puede este
último verificar la acreencia respectiva. Entretanto se espera el pago
del crédito por el tercero cedido, el crédito que el acreedor (cesionario)
tiene contra el deudor (cedente) posee naturaleza "condiciona!". Con-
cretamente, está afectado por una condición "suspensiva", por cuanto
el cedente reasumirá la condición de deudor frente al cesionario, si se
produce el evento determinado por el impago del tercero cedido!".
Puede, por ello, el acreedor (cesionario) verificar su crédito en el con-
curso o quiebra del deudor (cedente) con carácter "condicional", esto
es, "con reserva'? 16.
¿Qué pasa si el cesionario pro solvendo logra del tercero cedido
un pago por un importe mayor que el adeudado por el cedente?

m DÍEZ-PICAZO, ob. cit., p. 809, W 9; CNCom., sala D. 14-8-2009, "Exo SA


e/Banca Nazionale del Lavoro SA s/Ordinario".
:114 NIETO BLANC, oh. cit., Cap. 8, ap. b; ARICO, Cesión de créditos en garantía
cit., p. X56, Cap. 7; CNCom., sala D, 10-3-2010, "PBB Polisur SA c/Polímeros Mar
del Plata SRL".
:lI5 NIETO BLANC. ob, y lug. cits., quien explica que si la dación es pro so/vendo
hay dos efectos. El primero es inmediato. determinado por la transferencia del crédito
cedido al acreedor. En cambio, el segundo efecto, determinado por la extinción del
crédito originario, se difiere y queda sujeto a la condición suspensiva de que el deudor
cedido pague su obligación.
316 CNCom., sala D, 24-11-2010, "Asociación Mutual de Trabajadores Municipales
de La Matanza e/Compañía Financiera Argentina SA s/Ordinario"; íd.. 4-10-2001,
"Antonio Espósito SA s/Concurso preventivo s/lncidente por Banco Surinvcrst SA".
1. A. 2002-IlI-118, y su anotación por DE LAS MORENAS, ob. cit., esp. Cap. lIl-d.

582
CONTRATO DE CESIÓN DE DERECHOS

La respuesta al interrogante depende de la naturaleza jurídica que


se asigne a la cesión pro solvendo.
Si se entendiera que en la cesión pro solvendo anida un mandato
para el cobro, en el sentido de que la cesión es solamente un medio
para obtener el pago del crédito ccdido317, el cesionario (mandatario)
sólo podría aplicar el pago recibido del tercero cedido hasta el importe
de la deuda que con dicho cesionario tenía el cedente, debiendo restituir
a este último el resto'!". En este último caso, el cedente concursado
preventivamente (que conserva legitimación), o el síndico de la quiebra
si el cedente fuera fallido, podría reclamar a dicho cesionario tal res-
titución del excedente. La verificación que como crédito "condicional"
hubiera promovido el cesionario debería tenerse por desistida.
En cambio, si por el contrario se entendiera que la cesión pro sol-
vendo no es un mandato para el cobro, sino una verdadera cesión
traslativa del derecho, idónea para convertir al cesionario en titular
del crédito, no cabría ninguna restitución, pues el hecho de que la
cesión tenga finalidad de cobro no excluye la existencia de una ver-
dadera y propia cesión, y que el cesionario se convierta en titular del
crédito '!",
En caso de duda, si las partes nada especificaron, deberá entenderse
que se trata de una cesión pro solvendo, puesto que la pro soluto lleva
consigo la renuncia del derecho a exigir el primitivo crédito, la cual
no debe sobreentenderse, sino que sólo podrá ser reconocida cuando
así, de un modo expreso, se hubiese establecido-?".
¿Hay algún punto de contacto entre la cesión pro solvendo y la
cesión en garantía?
Se ha afirmado que una cesión pro solvendo puede responder en

317 LORENZEITI, ob. cit., t. Il, ps. 72173. Explica Luis Díez-Picazo que la cesión
en comisión de cobro atribuye al llamado cesionario exclusivamente un poder o au-
torización que le legitima para realizar las actividades precisas para llegar a recibir
el crédito cedido. El importe de éste, deducida la comisión que el gestor del cobro
puede percibir, pertenece al cedente y al cedente continúa perteneciendo la plena
propiedad del crédito; OÍEZ-PICAZO, ob. cit., t. Il, p. 8 I0, N° 11.
318 PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. 3, p. 364. Es la respuesta que propicia
TELES DE MENEZES LEITAO, ob. cit., p. 465, N° 6.1.
319 PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. 3, p. 364.
320 BELTRAN DE HEREDIA Y CASTAÑO, ob. cit., ps. 361/362.

583
PABLO D. HEREDlA

la práctica a un fin indirecto de garantía '?'. Pero, en verdad, no siendo


el de garantía un fin esencial de la cesión pro so/vendo, no puede
calificársela como negocio indirecto sin entrar en confusión+". Por lo
demás, la cesión pro so/vendo se distingue de la cesión de créditos
en garantía en la medida que, si bien en ambas existen créditos utili-
zados para asegurar la cobranza de otro, en la cesión en garantía el
acreedor puede obtener la satisfacción de su crédito mediante la rea-
lización de cualquiera de ellos, en tanto que en la cesión pro solvendo
el crédito cedido es considerado el único medio por el cual el acreedor
debe obtener la satisfacción de su derecho, pudiendo solamente cobrar
el crédito primitivo en caso de que no consiga satisfacción por esa
vía. En otras palabras, la cesión pro solvendo implica una sustitución
provisoria de medios de satisfacción del crédito, en tanto que la cesión
en garantía da lugar a una acumulación de los mismos='.

XVI. Cesión de derechos o créditos


futuros con finalidad de garantía
Una modalidad que combina la cesión de derechos (o créditos)
futuros con la cesión de derechos (o créditos) en garantía es la cesión
de derechos (o créditos futuros) con finalidad de garantía.
Bien se aprecia que, en este caso, la función de garantía de la
cesión tiene una menor certidumbre que aquella que comprende de-
rechos (o créditos) presentes, ya que el carácter futuro de ellos hace
que tenga una menor consistencia y seguridad.
Independientemente de ello, el negocio así concebido se diferencia
netamente de las figuras indicadas. En efecto, se distingue de la cesión
de derechos (o créditos) futuros examinada anteriormente (sin función
de garantía), ya que en la cesión de ellos pero con función de garantía
de otro crédito del cesionario contra el cedente, no aparece la trans-
ferencia a la esfera del cesionario de un derecho (o crédito) crédito
futuro. Por otra parte, se distingue de la cesión en garantía de créditos
presentes mencionada por el artículo 1615, ya que la cesión en garantía

.,21 CARlOTA FERRARA, El negocio jurídico cit., p. 215. N° 65.


322 RUBINO, ob. cit., ps. 178/179.
m TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., p. 467.

584
CO~TRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

dada al cesionario de derechos (o créditos) futuros no le atribuye la


facultad de cobrar el crédito en caso de incumplimiento del cedente,
teniendo que aguardar al nacimiento del mismo.
Con todo, en relación con el régimen jurídico aplicable a esta figura
mixta, habrán de aplicarse las reglas atinentes a la cesión de créditos
futuros en cuanto al proceso de surgimiento del crédito, y las soluciones
propias de la cesión de créditos en garantía con referencia al ejercicio
del derecho por el cesionario>',

XVII. Cesión de acciones de sociedad anónima


El artículo 214 de la ley 19.550 prescribe que la transmisión de
las acciones es libre, sin perjuicio de que el estatuto pueda limitar la
transmisibilidad de las acciones nominativas y escriturales, pero no
prohibirla. Complementa el artículo 215 estableciendo que la transmi-
sión de acciones nominativas o cscriturales debe notificarse por escrito
a la sociedad emisora o entidad que lleve el registro e inscribirse en
el libro o cuenta pertinente, y que surte efectos contra la sociedad y
los terceros desde su inscripción.
El régimen se completa con lo dispuesto por la ley 24.587, que
ordenó que "...Los títulos valores privados emitidos en el país y los
certificados provisionales que los representen deben ser nominativos
no endosables ..." (art. 1°), Y que la transmisión de los títulos valores
privados referidos debe inscribirse en el registro que debe llevarse a
esos fines y notificarse al emisor, produciendo efectos frente al emisor
y terceros desde la fecha de la inscripción, difiriendo a la reglamen-
tación de dicha ley la determinación de las constancias que deben
figurar en el título, en su caso, y en el registro, sobre las modalidades
de cada operación y los datos de las partes intervinientes, sin perjuicio
de las disposiciones de la ley 19.550 y sus modificaciones, referidas
a las acciones escriturales (art. 2°).
La reglamentación dictada en [unción de lo anterior es el decreto
259/96.
En otras palabras, la ley 24.587 implanta un régimen único de

324 TELES DE MENEZES LEIT AO, ob. cit., p. 456.

585
PABLO D. HEREDlA

transmisión al que se le agrega el requisito -no previsto en la ley


19.550 y tampoco en el artículo 1849 del Código Civil y Comercial
de la Nación- de anotación de la transmisión en el título.
Ahora bien, este régimen es especial y, en rigor, no se asimila a
la cesión de derechos pese a sus similitudes, habida cuenta del derecho
originario que adquiere el adquirente-cesionario de las acciones en
razón de serIe aplicables las normas sobre títulos valores (art. 226 de
la ley 19.550). En efecto, la transferencia de la acción no es idéntica
a la cesión de derechos ordinaria, ya que al ser la primera un título
de crédito la investidura del cesionario la proporciona la legitimación,
mientras que en la segunda está en el mismo acto de cesión, y solamente
los efectos respecto del deudor cedido dependen de la notificación o
aceptación de la cesión+".
Cuando la cesión es onerosa se aplican las reglas de la compra-
venta>" y, desde tal perspectiva, se discute si la garantía por vicios
redhibitorios que corresponde al vendedor comprende o no. como ele-
mento natural, la responsahilidad por la consistencia del patrimonio
social y/o pasivos ocultos!".

325 ROSSI, Hugo E., Nominatividad de las acciones y otros títulos valores pri-
vados, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1996, p. 244, texto y citas en nota 2.
326 RODRÍGUEZ ACQUARONE, Pilar M., La compraventa de acciones y sus
garantías, Ábaco, Buenos Aires. 2001, p. 32; CNCom., sala 13, 14-5-80, E. D.
88-408.
327 Negando que el vendedor responda por pasivos ocultos, se expiden: ZALDÍ-
VAR, Cuadernos de Derecho Societario cit., 1978, t. III, p. 232: ROCA, Eduardo,
Transferencia de paquetes de acciones, en E. D. 9-974; HALPERÍN. I., Sociedades
anónimas, Depalma, Buenos Aires, 1974. p. 316; PAOLA:--.JTOl\IO.Martín, Trans-
ferencia de acciones y patrimonio social: las garantías de consistencia. en Negocios
sobre partes, cuotas, acciones y otros títulos societarios, dir, por E. Favier Dubois,
Ad-Hoc, Buenos Aires, 1994, p. 89; LOVANGINJ, Ricardo, Consideraciones acerca
de la transferencia de paquetes accionarios, en L. L. 2000-13-998;GONZÁLEZ ROS-
SI, Alejandro, El contrato de transferencia de acciones .v 1(/ garantía por pasivos
ocultos, en L. L. del 17-2-2006; CNCom., sala C, 14-6-88, "Rocha, Ramón y otros",
RDCO, año 21, p. 230; etc.
Por el contrario, aceptan esa responsabilidad del enajenante: GARCÍA TEJERA,
Norberto, Compraventa de acciones, en E. D. 116-945: MARTORELL, Ernesto, Pa-
quetes accionarios de megaempresas: problemática derivada de su transferencia. en
L. L. 1999-A-802; FAVIER DUBOIS, Eduardo y NISSEN, Ricardo, El vendedor o
cesionario de acciones es responsable y garantiza la constancia patrimonial social

586
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

XVIII. Cesión de cuotas de sociedad


de responsabilidad limitada
Las cuotas de una sociedad de responsabilidad limitada son trans-
misibles, pero no negociables como títulos valores=". Las cuotas, en
efecto, a diferencia de las acciones de sociedad anónima, no pueden
considerarse títulos de crédito+".
De acuerdo al artículo 152 de la ley 19.550, las cuotas son li-
bremente transmisibles, salvo disposición contraria del contrato (pá-
rrafo primero); la transmisión de la cuota tiene efecto frente a la
sociedad desde que el cedente o el adquirente entreguen a la gerencia
un ejemplar o copia del título de la cesión o transferencia, con
autentificación de las firmas si obra en instrumento privado (párrafo
segundo), y la transmisión de las cuotas es oponible a los terceros
desde su inscripción en el Registro Público de Comercio, la que
puede ser requerida por la sociedad, el cedente o el adquirente exhi-
biendo el título de la transferencia y constancia fehaciente de su
comunicación a la gerencia (párrafo cuartoj=".
En general, la doctrina coincide en que se trata de un caso de
cesión de derechos con características propias-":

en la compraventa de paquetes accionarios, en Negocios sobre partes, cuotas, acciones


y otros titulas societarios cit., p. 74.
Una postura que podría clasificarse como ecléctica entiende que la cuestión
debe ser decidida en cada caso concreto de acuerdo a sus propias características;
conf. VERL Y, Hcrnán, En torno a los llamados pasivos ocultos, en L. L. 2003-
F-lI90.
328 POLAK, Federico, Sociedad de responsabilidad limitada, Ábaco,Buenos Ai-
res, 1999. p. 155.
329 VERÓN, Sociedades comerciales. Ley 19.550, comentada. anotada y concor-
dada cit., t. actualización leyes 22.903 y 22.985, p. 285, W 4.
330 Los requisitos del art. 152 de la ley 19.550 son de orden público; conf.
C¡aCCom. de Bahía Blanca, sala 1, 12-11-81, "Bollati, Arna1do C. crI'ala SRL", E.
D. 98-604.
331 MARTORELL, Ernesto E., Sociedades de responsabilidad limitada, Depalma,
Buenos Aires, 1989, p. 183.
Desde otra perspectiva, sin embargo, se ha sostenido que la cesión de derechos
nada tiene que ver con la cesión de cuotas, pues en la primera un sujeto es sustituido
por otro, mientras que en la segunda el sujeto permanece idéntico frente a sus acreedores

587
PABLO D. HEREDIA

La transmisión inter vivos de las cuotas de sociedad de responsa-


bilidad limitada puede ser entre socios o a favor de extraños a la
sociedad=". Cualquiera sea el caso, es discutido si la cesión de cuotas
importa o no modificación del contrato social=", pudiendo este último
limitar, pero no prohibir, la libre transmisibilidad de ellas, verbigracia,
el contrato puede válidamente establecer cláusulas que requieran la
conformidad mayoritaria o unánime de los socios o que confieran un
derecho de preferencia a los socios o a la sociedad si ésta adquiere
las cuotas con utilidades o reservas disponibles o reduce su capital
(art. 153, ley 19.550)334.
La cesión puede tener por objeto la totalidad de las cuotas de la
sociedad, y aunque tuviera ese objeto sigue siendo una cesión, no una
venta de los bienes que componen el activo de la sociedad, ni trans-
misión de fondo de comercio '".
En cuanto a la forma de la cesión, rige la escrita ordenada por el
artículo 1618, primer párrafo, del Código Civil y Comercial de la
Nación. La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos pú-
blicos o particulares, de acuerdo a lo previsto por el artículo 286 y
según lo que las partes determinen (art. 284). La omisión de la forma
escrita hace aplicable lo dispuesto por el artículo 1018 del Código de

o deudores y sólo media desplazamiento de algunos o de la totalidad de los integrantes


del ente pero no éste como entidad jurídica con individualidad propia; conf. CCCom.
de Junín, 29-10-81, J. A. l 982-Il-584.
332 DE SOLÁ CM1ZARES, Felipe, Las sociedades de responsabilidad limitada en
el nuevo Derecho español, Revista de Derecho Privado, Madrid. 1954, p. 97, N° 39.
333 HALPERÍN, Isaac, Sociedades de responsabilidad limitada, Depalrna, Buenos
Aires, 1980, p. 146, N° 62, texto y nota 200, afirma que el negocio de cesión al consocio
o a un tercero es ajeno a la sociedad. En la misma orientación, VERÓ]';, ob. cit., p. 285,
destaca que es un acto ajeno al contrato de sociedad y a sus modificaciones.
En cambio, afirmando que la cesión de cuotas importa modificación al contrato
social, se pronuncian: POLAK, ob. cit., p. 156, ap. e; MERCADO SALA, María C.;
Sociedad de responsabilidad limitada: cuotas sociales. Naturaleza y diferencias, en
J. A. 2000-Il-964; NISSEN, Ricardo, La nueva sociedad de responsabilidad limitada,
en L. L. 1984-B-609. Cap. V.
334 JURE RAMOS, María S., Limitaciones a la transferencia de cuotas sociales
en la sociedad de responsabilidad limitada. en J. A. 2000-Il-983.
335 CNCom .. sala E, 10-10-96, "Rama, Santiago y otro e/Testa, Héctor y otros",
L. L. del 24-8-98, fallo 97.685, con nota de BRACTOK Cesión total de cuotas
sociales y acreedores.

588
CO\lTRATO m: CLSIÓ\l DE DERECHOS

2014. No es necesario recurrir a la escritura pública, aunque el contrato


de sociedad hubiera sido formalizado en una336, ya que no se aplica
lo dispuesto por el artículo 1618, inciso e, del Código Civil y Comercial
de la Nación.

XIX. Cesión de dividendos societarios futuros


El accionista no puede exigir el pago del dividendo antes de su apro-
bación asamblearia-". Pero una vez que la asamblea aprueba el pago
de dividendos, el derecho subjetivo del accionista, antes preliminar, even-
tual o abstracto, se transforma en un derecho subjetivo actual, cierto y
concreto-". En otras palabras, el derecho sobre el dividendo nace con
su aprobación por la asamblea-" y ello es así con abstracción del día
fijado para el pago y de manera irrevocable por la propia sociedad'?".
A partir de ese momento, el derecho de crédito sobre el dividendo puede
ser cedido, sin necesidad de transmisión de las acciones>".
Pero la cuestión se toma dudosa cuando se trata, no ya de dividendos
aprobados, sino de la cesión del derecho sobre dividendos societarios
futuros, habiendo la jurisprudencia alemana negado esa posibilidad
porque implica una alteración de la posición societaria del socio, quien
no podría transmitir a un tercero su derecho "al" dividendo, sin antes
haber adquirido un derecho "sobre" el mismor".

336 HALPERÍN, Sociedades de responsabilidad limitada cit., p. 146, N° 63; MAR-


TORELL, Sociedades de responsabilidad limitada cit., p. 183: SANCHEZ HERRERO,
Pedro, Cesión de cuotas sociales, en L. L. 2014-C-746.
:137 SUSSINI (h), M., ViS dividendos de las sociedades anonimas, Depalma, Bue-
nos Aires, 1951, p. 249, N" 4.
338 FRE, G., Societa per azioni, en SCIALOJA, A. y BRAl\iCA, (J., Commentario
del Codice Civile, Nicola Zanichelli Editore-Soc. Ed. del Foro Italiano. Bologona-
Roma, 1956, ps. 168/169, N" 2.
339 C2aCiv. de Capital, 6-3-36, L. L. 1-543; CApel. de Rosario, en pleno, 6-10-48,
Digesto Jurídico, L. L. (1), t. ll, p. 1227, sumo 346; CNCom., sala B, 6-12-67, L. L.
129-560 Y J. A. 1968-11-273.
340 CNCom., sala A, 11-8-2003, "Arana, Martín Francisco e/Muelles y Depósitos
SA de Estibaje y Transporte s/Ordinario".
341 CSJN, 9-10-68, "Adúriz SA", Fallos: 272:25.
342 TELES DE MENEZES LEITÁO, ob. cit., ps, 437/439. y su cita del BGH,
del 19-9-83, en BGHZ 8S (1984), ps. 205/209.

589
PABLO D. HEREDlA

XX. Cesión de créditos verificados


en procesos concursales
A. Concurso preventivo
Lajurisprudeneia ha dicho que el crédito verificado puede ser cedido
por el acreedor, y tiene eficacia frente al deudor cedido a partir de la
notificación que a él debe hacerse de la cesión>".
Como se dijo en fallo344, la mera existencia de una cesión poscon-
cursal de un crédito verificado o declarado admisihle no constituye la
"compra de votos" reprimida por el artículo 180 del Código Penal.
En principio, por ello, no es pertinente invalidar o privar de todo efecto
ese negocio orientado a la transmisión del crédito. No existe norma
positiva que así lo autorice>". El artículo 45 de la ley 24.522 no prevé
como supuesto de exclusión del voto la adquisición de tal derecho por
vía de cesión de crédito posterior a la presentación del deudor en
concurso preventivo, y sólo lo contempla en caso de que tal cesión la
hubiere concretado alguno de los sujetos excluidos del cómputo de
las mayorías exigidas para aprobar la propuesta de acuerdo preventivo,
dentro del año anterior a la presentación. y al tratarse de una situación
de excepción, no puede extenderse la restricción legal a supuestos no
contemplados específicamente. Tal conclusión, a todo evento, nada
predica en punto a los eventuales efectos que pudieran tener la desa-
tención de los recaudos que exige el derecho adjetivo para que se
opere la sustitución procesal. Es que como lo prevé el artículo 44 del
Código Procesal, aplicable al concurso preventivo en función de lo
autorizado por el artículo 278 de la ley 24.522, es menester que el
acreedor cesionario cuente con la conformidad expresa del deudor con-
cursado para poder intervenir en el juicio universal y. como conse-
cuencia de ello, votar el acuerdo>"; recaudo que se puede tener por

3-13 CNCom .. sala B, 10-3-77, "Barberis Hnos. SA", L. L. I 977-D-373. En igual


sentido: CCiv. de Bahía Blanca, sala 2a, 9-9-97. "Bonita SA s/Quicbra s/lnc. rcv, por
Promel, Lelia", J. A. del 30-9-98, p. 68.
344 CNCom., sala D, 27-10-2009, "Reino SA s/Concurso preventivo", [J XXXVII,
p.944.
345 MARTÍNEZ FOLQUER, Eduardo, Imponiendo previsibilidad a la moraliza-
ción de los procesos concursa/es, en L. L. NOA, 2008 (julio), p. 55!.
346 HEREDIA, Tratado exegético de Derecho Concursa! cit.. t. I, ps. 472/473;

590
CONTRA TO DE CESIÓN DE DERECHOS

cumplido cuando es el propio concursado-cedido quien acompaña la


conformidad del cesionario con la propuesta de acuerdo preventivo.
Es verdad que diversas legislaciones han excluido del derecho a voto
al cesionario posconcursal (ley italiana de 1942, y arto 122 de la ley
española 22/2003). Pero en tales casos, la situación es claramente di-
ferente a la local, pues allí la exclusión del voto para quienes adqui-
rieron el crédito: "...por actos entre vivos después de la declaración
del concurso, salvo que la adquisición hubiera tenido lugar por un
título universal o como consecuencia de una realización forzosa" (ley
española ya citada), es derecho positivo. En la ley argentina, empero,
la cesión de créditos concursales durante el trámite previo a la obtención
de mayorías sólo sería reprochable, y eventualmente justificaría del
rechazo de la homologación del acuerdo, en caso de generar una si-
tuación de abuso o fraude a la ley (ley 24.522, arto 52, inc. 4°)347.

B. Quiebra
Por lo que toca a los acreedores de obligaciones adeudadas por el
fallido, está claro que la quiebra no les impide hacer cesión de sus
respectivos créditos, produciéndose la sustitución del sujeto activo de
la obligatio. La notificación de la cesión se cumple en la persona del
síndico>". Perfeccionada la cesión, la quiebra (como deudora cedida)
debe responder de la obligación con respecto al nuevo acreedor (ce-
sionario), el cual tendrá todos los derechos del acreedor cedente. Desde
luego, ese responder lo será en moneda de quiebra'?".

VÍTOLO, Daniel, Transferencia de créditos en el concurso y sustitución procesal, en


L. L. 2006-F-1375.
347Sobre la admisión de la cesión posconcursal de créditos verificados, véase
también: CNCom., sala A, 4-5-2010, "Hebos SA s/Concurso preventivo"; sala B,
2-10-2008, "Coppa, Osear José".
348 SANTILLÁN, G. L. y PIOSSEK, C. R., Cesión del derecho reclamado en el
concurso y en la quiebra. El tercero y la necesaria conformidad expresa, en AA. VV.,
La protección de los terceros en las sociedades y en los concursos, Ad-Hoc, Buenos
Aires, 2000, p. 327, señalan la insuficiencia de la sola notificación y exigiendo la expresa
conformidad del síndico. Sobre el tema, empero, cabe observar que la cesión opera in-
dependientemente de la voluntad del quebrado cedido, en cuyo lugar actúa el síndico.
349 CIOTOLA, ob. cit., p. 165, N° 74; PARRY, Adolfo E., Efectos de la quiebra y
el concurso civil en las obligacionesy en los contratos, Tea, Buenos Aires, 1950, p. 186.

591

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