Está en la página 1de 5

1.

Bienvenida
2. Explicación de la Actividad – Significado del COMPARTIR
3. Lectura del texto lema - Filipenses 4: 6-7
4. Audio Cuento “Buscando la paz*
5. Reflexión “PAZ EN LA TORMENTA” - Canciones
6. Oración para tener paz en medio de la tormenta
7. Momento de gratitud a Dios por traer paz a nuestras vidas en medio de las
tormentas.
8. Actividad de la hoja de nuestras tormentas.
9. Compartir

Compartir es el acto de dar, sin esperar nada a cambio, sólo por el placer de hacer feliz a
otra persona. Sin duda, se trata de una habilidad social fundamental para los pequeños.
El hecho de compartir hace referencia al darlo a otras personas en común de un recurso
o un espacio. En sentido estricto, hace referencia al disfrute simultáneo o uso alternativo
de un bien finito, como un monte públicos o un lugar de residencia.

Lectura del texto lema - Filipenses 4: 6-7

En Filipenses 4:6, Pablo exhortó a los creyentes a hacer


algo que parece imposible: 
“Por nada estéis afanosos”.
El mundo hoy está lleno de eventos catastróficos a gran
escala: guerra, pandemias, incertidumbre económica,
violencia sin sentido y agitación social. Cosas que jamás
pensamos que sucederían nos han sobrecogido,
afectándonos a todos. Y no nos podemos escapar:
recibimos actualizaciones constantes en una cinta
transportadora de noticias las 24 horas del día. ¿Cómo
podemos no estar afanosos? ¿Es irrazonable la palabra
de Pablo en Filipenses 4:6 para nosotros hoy?
Examinemos Filipenses 4:6-7 con notas del Nuevo
Testamento Versión Recobro para ver cómo podemos ser
salvos de la ansiedad.

La Palabra de Dios nunca


cambia
La Palabra de Dios es inmutable, sin importar cuáles sean
las circunstancias. Así que, nosotros los creyentes
tenemos que tomar todo lo que está en la Biblia
seriamente, incluyendo este versículo sobre no estar
afanosos. Pero ¿cómo tuvo Pablo el denuedo para decir
“por nada estéis afanosos”?
Simplemente no es posible que no estemos afanosos. De
hecho, mientras más tratamos de ser librados del afán,
más afanosos estamos y más imposible se hace este
versículo para nosotros. 
Pero un principio importante de estudiar la Biblia es nunca
aislar un versículo e interpretarlo por sí solo. El contexto
es importante. Necesitamos ver qué viene antes de esta
palabra con respecto a no estar afanosos y qué la sigue.
Lo que precede a “Por nada estéis afanosos” es una de
las certezas más reconfortantes de toda la Biblia:
“El Señor está cerca”.
Mientras que este hecho ciertamente se aplica a la pronta
venida del Señor, también se aplica a Su presencia con
nosotros hoy. Él está cerca de nosotros ahora mismo. De
hecho, Él está lo más cerca posible porque Él está dentro
de nosotros, viviendo en nuestro espíritu humano. Esto
significa que podemos contactarlo fácilmente en cualquier
momento, bajo cualquier circunstancia.

Oración y súplica, con


acción de gracias
Así que antes de la exhortación de no estar afanosos,
tenemos la palabra que nos dice que el Señor está cerca
y listo para socorrernos. Pero ¿qué sucede con nuestra
lista de preocupaciones que nos causa que estemos
ansiosos? 
Ahora veamos qué sigue a la palabra acerca de estar
afanosos en el resto de  Filipenses 4:6. Estas palabras
son cruciales para que seamos salvos de la ansiedad de
manera práctica:
“Por nada estéis afanosos, sino en toda ocasión sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios por medio de
oración y súplica, con acción de gracias”.
Así que en todo —en cada asunto, cada circunstancia,
cada situación— podemos orar y suplicar con acción de
gracias y dar a conocer nuestras peticiones delante de
Dios.
Las notas 3 y 4 del Nuevo Testamento Versión Recobro
nos ayudan a ver cómo aplicar este versículo. La nota 3
en cuanto a oración dice:
“La oración es general y su esencia es la adoración y la
comunión; la súplica es especial, y se hace por necesidades
específicas”. 
Y la nota 4 sobre con acción de gracias dice:
“No dice y sino con. Tanto nuestra oración como nuestra
súplica deben ir acompañadas de nuestras acciones de
gracias al Señor”. 
El Señor está cerca de nosotros y listo para ayudar. Así
que mediante la oración podemos tener comunión con Él
y simplemente decirle por lo que estamos pasando.
También podemos suplicarle y hacer peticiones
específicas con respecto a nuestras necesidades. Pero
tanto nuestra oración como nuestra petición deben
ser con acción de gracias. Sin importar por lo que
estemos pasando, tenemos mucho que agradecer al
Señor. Podemos agradecerle por Su cuidado para con
nosotros en todas nuestras circunstancias. Podemos
agradecerle por estar cerca y por tantas otras cosas.

Pasar nuestras cargas al


Señor
Con el Señor en nosotros, no hay necesidad de que
llevemos nuestras cargas por nosotros mismos.
Watchman Nee, un maestro de la Biblia y autor, una vez
usó la ilustración de tres obreros de construcción
subiendo ladrillos al tercer piso. Un hombre pasa ladrillos
del primer nivel al siguiente, y el segundo hombre los
pasa de su nivel al tercero. Todo va bien siempre y
cuando los ladrillos sigan moviéndose. Pero si el segundo
hombre deja de pasar sus ladrillos y se aferra a ellos,
pronto será aplastado por el peso creciente de la carga.
A menudo nos encontramos en la posición de este
segundo hombre. Todo el día nos llegan preocupaciones,
problemas y cargas. Y si nos aferramos a ellos, pronto
nos sentimos abrumados por el peso de los afanes. ¿Qué
debemos hacer? Tan pronto como recibamos las
preocupaciones y nos sintamos amenazados bajo su
peso, debemos pasarlas al «nivel más alto».

También podría gustarte