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Agricultura de precisión y drones (parte 1)

(Tiempo de lectura 5 minutos)

El ejemplo de las 100 hectáreas

Imagina que tienes un cultivo agrícola de 100 hectáreas de árboles de cerezas.


Para hacerlas crecer de buena forma hay que realizar una serie de
actividades como por ejemplo: regar el cultivo, aplicar fertilizantes, combatir
las malas hierbas, etc.

Tu misión será gestionar todas estas actividades de la mejor forma posible. Y


para medir tu gestión evaluaremos los resultados.

La agricultura tradicional

Afortunadamente, la agricultura ya ha estudiado cuáles son las mejores


prácticas para hacer crecer cada cultivo de forma sana.

Por lo tanto, hay metodologías para saber con cuánta cantidad de agua hay


que regar, la frecuencia de riego, cuáles son los fertilizantes para mejorar el
crecimiento, cuáles son los pesticidas para combatir las plagas, qué hay que
realizar antes o después de una lluvia, etc.

Y como cada cultivo es diferente, cada uno de ellos tiene sus mejores


prácticas de gestión. Además hay que considerar que los climas son
diferentes y que los suelos de cultivos son distintos.

Ahora volvamos al cultivo agrícola de 100 hectáreas de árboles de cerezas.


El problema de los promedios

Como tu misión es gestionar de forma eficiente, utilizas estas mejores prácticas


para el cultivo de cerezas en tu zona:

 tomas algunas muestras de suelo


 tienes datos de cuánto ha llovido en los últimos años
 tienes el pronóstico de lluvia para este año
 conoces las temperaturas de los últimos años a lo largo del año
 conoces la época de heladas
 etc…. etc…

Por lo tanto, ya sabes qué cantidad de agua necesitarás durante el año,


conoces los fertilizantes y herbicidas que usarás, y también las cantidades
necesarias para aplicar al cultivo. Entonces haces lo siguiente:

 Usas “X” cantidad de agua por cada hectárea


 Usas “Y” cantidad de fertilizante por cada hectárea
 Y usas “Z” cantidad de herbicida por cada hectárea

Para todo el cultivo usarás las siguientes cantidades:

 100 veces “X” de agua


 100 veces “Y” de fertilizante
 100 veces “Z” de herbicida

En otras palabras, utilizas cantidades promedios para las 100 hectáreas,


asumiendo que cada hectárea del cultivo se comporta de forma uniforme.

Y aquí está el problema.

Resulta que el cultivo no es uniforme sino que es variable.

Puede variar de un metro a otro, puede variar a los 10 metros o a los 100
metros. Puede variar porque cambia el tipo de suelo, porque hay inclinaciones,
porque hay un río cerca o porque hay árboles que hacen sombra.

Hay muchas razones que hacen que los cultivos sean variables.

Entonces, es posible que algunas zonas del cultivo no necesiten “X” cantidad
de agua, sino “X/2” y otras “2X”. Lo mismo con los fertilizantes y herbicidas.
En conclusión: realizar una gestión de cultivos agrícolas basada en el
promedio, está bien. Solo, que no es la gestión más eficiente porque los
cultivos no son uniformes.

La bienvenida de la agricultura de precisión

Si nos basamos en lo anterior, la agricultura de precisión sería una forma de


gestionar los cultivos agrícolas tomando en cuenta la variabilidad de los
cultivos.

Si logramos identificar cómo varían las zonas de un cultivo, seremos capaces


de ejecutar una gestión específica por cada una de esas zonas identificadas,
y así, los resultados finales serán más eficientes.

Y para gestionar el cultivo según su zona, necesitamos realizar 2 actividades


esenciales: medir y actuar.

Primero la medición

Volvemos al ejemplo, sigues a cargo del cultivo de las 100 hectáreas de


cerezas, solo que ahora estamos en el año 1980.

Comienzas a recorrer a pie cada hilera del cultivo y te das cuenta que hay
zonas donde hay mayor cantidad de malezas (mala hierba), otras con menor
cantidad y algunas zonas sin maleza.

Entonces decides pasar a la acción. Vuelves a la oficina, sabes que se requiere


una dosis “Z” de herbicida alrededor de cada árbol.

Supongamos que hay 800 árboles por cada hectárea, en total serían 80.000
árboles, por lo cual terminarías comprando 80.000 dosis “Z” de herbicida para
aplicarlo a todo el cultivo.
Lo anterior sería una gestión de promedios. Pero como ya has leído este
artículo, decides hacer otra cosa.

Llamas a tus 3 mejores trabajadores y les das papel y lápiz. Luego divides el
cultivo en 4 partes y cada uno comienza a recorrer a pie su parte del cultivo (tú
incluido).

Cada papel contiene un dibujo de una parte del cultivo y la instrucción es la


siguiente:

 escribes un 0: si alrededor de un árbol no hay maleza


 escribes un 1: si alrededor de un árbol hay poca maleza
 escribes un 2: si alrededor de un árbol hay mucha maleza

Luego de varios días de caminar y anotar números, finalizan el recorrido de


los 80.000 árboles y entonces tienes en tu escritorio muchos papeles con
números 0, 1 y 2.

A continuación, sumas la cantidad de números que tienes (cantidad de


árboles) y sumas el valor de cada número (cantidad de herbicida requerido).

Esto que acabas de hacer es la primera actividad esencial de la agricultura de


precisión: la medición.
Ahora ya sabes cómo varía la cantidad de maleza (mala hierba) a través de
toda la superficie de tu cultivo y además la tienes “georreferenciada” en los
papeles.

Finalmente, la suma de los todos los números anotados fue 60.000, por lo tanto
terminas comprando 60.000 dosis “Z” de herbicida.

Acabas de ahorrar el 25% de costos en herbicida y vas camino a ser el


empleado del año.

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