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Se conoce como palabras homógrafas a aquellas que, a pesar de significar cosas enteramente
distintas, poseen una misma manera de escribirse. De este modo, a cualesquiera dos palabras
que se escriban igual pero tengan referentes distintos, se las conocerá como homógrafos (del
griego hómoios, “igual”, y graphos, “escritura”).
Este fenómeno es común en los distintos idiomas del mundo. En algunos casos la semejanza de
escritura se rompe a la hora de pronunciarse, como en el caso de los vocablos
ingleses read (pronunciado [rid], “leer”) y read (pronunciado [red], leí).
Sin embargo, en la lengua española este tipo de discrepancias nunca ocurren, y absolutamente
todas las palabras homógrafas comparten también su pronunciación, o sea, todas las homógrafas
son homófonas (aunque no viceversa: cayo y callo se pronuncian igual, pero tienen distinta grafía).
Algunos ejemplos simples de palabras homógrafas en nuestro idioma son las siguientes:
En español, las palabras que se escriben igual, también se pronuncian de la misma forma.
Del mismo modo, algunas oraciones posibles con palabras homógrafas en ellas son:
En Lima compré una lima.
Las palabras homófonas son aquellas que suenan igual, a pesar de significar cosas enteramente
distintas. Por eso, a cualesquiera dos palabras que se pronuncien igual pero tengan referentes
distintos, se las conocerá como homófonos (del griego hómoios, “igual”, y phoné, “voz” o
“sonido”).
Algunos ejemplos simples de palabras homófonas en nuestro idioma son las siguientes:
Botar (tirar a la basura) / Votar (en unas elecciones) / Botar (rebotar una pelota)
En vacaciones van hacia Asia.