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PRINCIPIOS GENERALES PARA LA REFORMA Y FOMENTO DE LA

SAGRADA LITURGIA

MELQUISEDEC ARANZALEZ NARVÁEZ

RESUMEN PARA LA ASIGNATURA DE LITURGIA FUNDAMENTAL

PROFESOR:

JOHN ÁLVARO JIMÉNEZ CARVAJAL

PRESBÍTERO

ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ

ESCUELA DE FORMACIÓN DIACONAL

2021
CONSTITUCIÓN SACROSANCTUM CONCILIUM
Sobre la Sagrada Liturgia

CAPÍTULO I
PRINCIPIOS GENERALES PARA LA REFORMA Y FOMENTO DE LA
SAGRADA LITURGIA

A manera de resumen:

Las presentes líneas tienen como objetivo presentar al lector un resumen de la


Constitución Sacrosanctum Concilium de Su Santidad el Papa Pablo VI y que fuera
publicada en el año de 1963.

En primer lugar, la Liturgia comunica y realiza en los creyentes la obra de nuestra


redención. El centro de la Constitución es una profunda meditación sobre el misterio de la
Iglesia, vista como un torrente de amor que brota del costado abierto de Cristo en la cruz.
Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en
la acción litúrgica. La liturgia, como signo, da la imagen más verdadera y plena de la
Iglesia, comunidad de culto reunida en torno al mismo altar, bajo la presidencia de sus
legítimos pastores.

De ahí que ninguna otra acción en la Iglesia alcance la eficacia de la celebración litúrgica.
Ella es la cumbre, el punto de llegada de toda la acción evangelizadora y pastoral y, al
mismo tiempo, la fuente de la vida sobrenatural que alimenta su vida y su acción. En la
Liturgia terrena pregustamos y tomamos parte en aquella Liturgia celestial, hacia la cual
nos dirigimos como peregrinos, venerando la memoria de los santos donde esperamos tener
parte con ellos y gozar de su compañía.

Es la meta a la que tiende la acción de la Iglesia y la fuente de la que deriva su vitalidad.


Pero la liturgia no agota toda la acción de la Iglesia, pues para que los hombres puedan
llegar a la liturgia es necesario que antes sean llamados a la fe y a la conversión (Rom. 10,
14 - 15). Por ello la Iglesia anuncia el mensaje de salvación a los no creyentes para que
todos conozcan al único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo y se conviertan de sus
caminos haciendo penitencia.

Ahora bien, la Madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a la
participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas, a la que tiene
derecho y obligación, en virtud del bautismo; es indispensable que se provea, antes que
nada, a la formación litúrgica del clero contando con la ayuda de seminarios e institutos
religiosos. Así pues, los sacerdotes deben fomentar con diligencia y paciencia la educación
litúrgica, así como la participación activa de los fieles, interna y externa, según su edad,
condición, género de vida y grado de cultura religiosa mediante ejercicios y prácticas
aprobados.

Seguidamente, el texto se introduce de lleno en la reforma de la Sagrada Liturgia


propiamente dicha donde el Sumo Pontífice nos habla de normas que hacen posible esta
acción salvífica, a saber: normas generales, normas derivadas de considerar la liturgia como
acción jerárquica y comunitaria, las que se derivan de su carácter didáctico y pastoral y las
que inciden en la adaptación de la Liturgia a la mentalidad y tradiciones de los pueblos.

Continúa el Papa Pablo VI su Constitución y resalta el fomento de la vida litúrgica en la


Diócesis y en la Parroquia, donde el Obispo debe ser considerado como el gran sacerdote
de su rebaño, de quien deriva y depende en cierto modo la vida en Cristo de sus fieles y
donde el sacerdote tiene la misión de hacer florecer el sentido comunitario parroquial sobre
todo en la celebración común de la misa dominical.

Finalmente, el Papa Pablo VI exhorta al fomento de la acción pastoral litúrgica donde la


autoridad eclesiástica territorial debe instituir una Comisión Litúrgica en la que colaborarán
especialistas en la ciencia litúrgica; ayudará a esta Comisión, en la medida de lo posible, un
Instituto de Liturgia Pastoral compuesto de miembros eminentes en esta materia. A esta
Comisión corresponderá dirigir la acción pastoral litúrgica dentro de su jurisdicción y
promover los estudios y donde también se cuente con comisiones de música sagrada y arte
sacro para promover un cambio del quehacer litúrgico y se rescate el verdadero sentido de
lo que debe ser la Sagrada Liturgia.

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