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La Carta de Jamaica, escrita por Bolívar en respuesta a un importante hombre en la

ciudad de Kingston en 1815, su título original es la “Contestación de un Americano


Meridional a un Caballero de esta Isla”, pero es mejor conocido como la Carta de Jamaica.
Es un documento diplomático y dirigido a dar explicación de la causa justa de la lucha de
independencia, extendido a las potencias de Europa; a Inglaterra, potencia que fue crucial
en el proceso independentista; el llamado a la América del Norte frente a la insensibilidad
por su parte de la situación vivida en él, y más que todo un llamado a la unión sur-
Americana, paradigma de gran importancia no solo en aquel contexto, sino en este contexto
mundial contemporáneo que exige la misma unidad decretada por Bolívar para enfrentar los
embates económicos y políticos vividos actualmente.

Después de la caída de la Segunda República, abatido por la pérdida, Bolívar se ve


obligado a huir a Jamaica, debido a que había comprendido que la ayuda del gobierno
británico era necesaria para alcanzar el objetivo independentista. Se dio cuenta del contexto
internacional, ningún estratega como él comprendía la importancia de la confrontación
subterránea entre las potencias del viejo continente; una España que tenía en decadencia y
una Inglaterra en ascenso, a la cual no le convenía el monopolio económico y político de
España sobre gran parte del nuevo mundo, por ende, su apoyo pragmático mas no
diplomático.

Lo que expresa Bolívar en la Carta de Jamaica es una alerta que describe y analiza las
causas de las derrotas de los primeros movimientos de independencia y en el caso de
Venezuela las pérdidas de la Primera y Segunda Republicas, sin embargo, es también un
llamado de atención a todos los americanos a interesarse por la difícil situación de
abandono y falta de unidad entre las filas de los patriotas.

A su vez, se pasea por todo el continente americano describiendo la idiosincrasia de los


dominantes y dominados y realza las figuras de los lideres aborígenes como Moctezuma en
México y Atahualpa en el Perú; en un intento por despertar la fiebre revolucionaria
subyacente en los genes de los pueblos de la nueva raza americana.

Se destaca que la fuerza de los sucesos presentes para el momento de la redacción del
documento, lo lleva a profetizar y plantear una visión futurista de lo que serán o podrán ser
las naciones que salgan del movimiento de independencia de América, esta cualidad hace
del Libertador una las figuras más impresionantes de la Historia Universal pues su
pensamiento fue capaz de mostrar la realidad y los caminos que transitarían las naciones
que poco a poco fueran logrando sus propósitos libertarios. En tal sentido, el siguiente
párrafo así lo confirma: “De todo lo expuesto podemos deducir estas consecuencias: la
provincias americanas se hallan lidiando por emanciparse; algunas se constituirán de un
modo regular en repúblicas federales y centrales, se fundaran monarquías casi
inevitablemente… y algunas serán tan infelices que devorarán sus elementos, una gran
monarquía no será fácil consolidar, una gran república, imposible”.

También describe la falta de experiencia de los americanos para gobernarse al señalar


que “…la América no estaba preparada para desprenderse de la metrópoli…”, intentando
explicar con ello el por qué los nuevos países americanos establecieron sistemas de
gobierno inadecuados a su realidad toda vez que formuló fuertes críticas al sistema federal
de gobierno cuando afirmaba que “…Venezuela ha sido el más claro ejemplo de la
ineficacia de la forma democrática y federal para nuestros nacientes Estados…”.

Bolívar escribe el documento estando exiliado en un momento de derrota de la causa


independentista. Derrota debida al conflicto de intereses entre las diversas clases sociales
que conformaban la sociedad colonial hispanoamericana, antagónicas entre sí y que no
encontraban un interés y un liderazgo común.

Por ello, se requería de nuevas circunstancias, generadas sin duda a partir de las
profundas reflexiones realizadas por él mismo en este exilio, para ayudar en el proceso de
recuperarse de las derrotas sufridas en la fase inicial de la independencia, que permitieran
además superar las divisiones y dar pasos hacia la victoria definitiva en la emancipación.
He allí la importancia fundamental de la Carta de Jamaica.

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