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CAUSAS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

La Guerra Civil enfrentó a los españoles, divididos en dos grandes grupos


(republicanos y nacionales) entre el 17, 18 y 19 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939.
Los republicanos defendían el sistema político de la II República (instaurado el 14 de
abril de 1931) y la gestión del Gobierno del Frente Popular (vencedor en la primera
vuelta de las elecciones generales de febrero de 1936). Los nacionales protagonizaron
una sublevación contra el Ejecutivo del Frente Popular en toda España a partir del 17 de
julio de 1936, frente a la deriva revolucionaria del Gobierno de la República.

Las causas clave de la Guerra Civil son las siguientes:

-La cuestionada legitimidad de la II República. El cambio de régimen fue de dudosa


legitimidad, porque se produjo en unas elecciones municipales (no generales), las del 12
de abril de 1931, sin conocerse los resultados definitivos del escrutinio, desechando la
totalidad del voto rural (supuestamente secuestrado totalmente por el caciquismo, según
los republicanos), y con una amenaza de golpe de Estado contra el monarca Alfonso
XIII por parte de los líderes republicanos, con el apoyo de la Guardia Civil, dirigido por
el general José Sanjurjo.

-La injusticia social. España se caracterizaba por las grandes diferencias sociales, entre
una minoría con poderosos recursos económicos y una mayoría que sufría malas y hasta
miserables condiciones de vida en el campo y la ciudad. Obreros y campesinos
(incluyendo a la población infantil) trabajaban un gran número de horas, a cambio de
sueldos ínfimos. Esta situación de injusticia social no era criticada por una parte
importante del clero de la Iglesia Católica. La ausencia de una clase media mayoritaria,
acomodada e instruida dificultaba la paz social y la consolidación de la democracia
republicana.

-El fracaso de la clase política. Los partidos políticos (de izquierdas y derechas)
fracasaron en la tarea de mejorar las condiciones de vida de obreros y campesinos, y de
mitigar las graves diferencias sociales. La Reforma Agraria se aplicó de forma lenta,
ante la falta de recursos económicos, y encontró la férrea oposición de los terratenientes,
con miedo a perder sus grandes posesiones de tierra, base de su poder político,
económico y social.

-El proceso revolucionario. Los obreros y campesinos se lanzaron en brazos de la


Revolución en 1934 para solucionar su mala situación socio-económica, ante la falta de
soluciones de la clase política. Socialistas, comunistas y anarquistas alentaron el
proceso revolucionario ante la inacción o la pasividad del Gobierno frentepopulista. La
deriva revolucionaria se tradujo en la ocupación ilegal de hectáreas de tierra a sus
legítimos dueños en el campo, sin indemnización. Estas expropiaciones fueron
legalizadas por el Gobierno durante la primavera de 1936, para evitar enfrentarse al
campesinado. El líder socialista Largo Caballero reconocía: "La clase obrera marcha
hacia la dictadura del proletariado", afirmó en un mitin en la Plaza de Toros de Madrid
el 5 de abril de 1936.

Julián Besteiro, representante del ala democrática del PSOE, realizó una dura
autocrítica contra la política desarrollada por el Frente Popular. "La verdad real:
estamos derrotados por nuestras propias culpas, por habernos dejado arrastrar a la
línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás
los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción
contra un estado de fracaso interior, se ha convertido en un crimen monstruoso, que
supera en mucho las más macabras concepciones de Dostoievski y de Tolstoi. La
reacción contra ese error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique la
representan genuinamente, sean los que quieran sus defectos, los nacionalistas, que se
han batido en la gran cruzada anticomintern".

-El anticlericalismo. Los republicanos desarrollaron una política represiva contra el


clero católico, mediante la disolución de órdenes religiosas, la incautación de bienes
eclesiásticos, la prohibición de ejercer la enseñanza y el desarrollo del laicismo pleno de
la sociedad. Además, la Iglesia sufrió ataques violentos contra sus templos y clérigos
por parte de las masas revolucionarias (liberadas de cualquier acción policial o judicial
en su contra). Los autores de los atentados justificaban sus ataques contra la Iglesia por
la supuesta connivencia de parte del clero con los terratenientes y caciques, que
perpetuaban la injusticia social en España.

-El nacionalismo. La aprobación de los Estatutos de Autonomía de Cataluña y


Vascongadas encontró la oposición firme de la derecha española, por el miedo al
movimiento independentista, principal amenaza para la unidad de España. La
Generalidad (Generalitat) de Cataluña llegó a proclamar el nacimiento del Estado
Catalán (Estat Catalá), dentro de la República Federal Española, durante el intento de
golpe de Estado de la Revolución de Octubre de 1934. El Partido Nacionalista Vasco
(PNV) reclamaba la concesión de un Estatuto de Autonomía (al igual que Cataluña) y
reivindicaba las diferencias étnicas y culturales con el resto de España.

-La radicalización de la vida política. La polémica instauración de la República; los


problemas agrario, religioso y militar, y los golpes de Estado de 1932 y 1934
radicalizaron la vida política y del Parlamento. Además, el Frente Popular acabó con la
independencia judicial mediante la creación de un Tribunal de Responsabilidades
Políticas (10 de junio de 1936) para depurar a los jueces, magistrados y fiscales, que
dictaran sentencias en contra de la línea ideológica del Frente Popular. Un síntoma del
clima de guerra civil era que muchos diputados acudían con pistola a las Cortes.

El enfrentamiento parlamentario llegó a su clímax con las amenazas de muerte al


diputado José Calvo Sotelo. El líder del Partido Comunista de España (PCE), José Díaz,
declaró en la sesión del 15 de abril de1936. "Si se cumple la justicia del pueblo, morirá
con los zapatos nuevos". Ángel Galarza, del Partido Radical Socialista (PRS), realizó la
siguiente afirmación en la sesión del 1 de julio de 1936. "Pensando en Usted encuentro
justificado todo, incluso el atentado que le prive de la vida". En la noche del 12 al 13 de
julio de 1936, José Calvo Sotelo fue secuestrado en su domicilio y asesinado por
miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. El crimen quedó impune y los autores
del asesinato fueron encubiertos por diputados del Parlamento. El líder de la CEDA,
José María Gil Robles, salvó la vida porque estaba de viaje en Francia. Un grupo de
agentes de seguridad habían ido a su domicilio a buscarlo para asesinarlo.

-La radicalización de la sociedad. La convivencia resultaba cada vez más difícil en


España, debido a la radicalización de la sociedad hacia posturas extremistas, ante la
falta de soluciones de la clase política. El paro era uno de los principales problemas de
la Nación. En la provincia de Murcia había 42.000 obreros en paro forzoso. La calle se
convirtió en el lugar preferido para los ajustes de cuentas (asesinatos) entre izquierdistas
y derechistas, en aplicación del "ojo por ojo y diente por diente".

La violencia callejera iba acompañada de numerosas huelgas obreras. Entre el 16 de


junio y el 13 de julio de 1936 se sucedieron en España 15 huelgas generales y 129
parciales. El Heraldo de Madrid publicaba lo siguiente: "Huelgas por todas partes,
todos los días y sin orden ni concierto". Ángel Pestaña, líder del Partido Sindicalista
(PS), reconocía lo siguiente: "No hay seguridad alguna en la vida económica y social de
España". El jefe de la CEDA, el conservador José María Gil-Robles, realizaba la
siguiente profecía el 19 de mayo de 1936: "Si no existe esa política de justicia, España
irá a una situación de guerra civil, en la cual no tendrán nada que hacer los partidos
que se mueven dentro de la órbita legal". Indalecio Prieto, uno de los líderes del PSOE,
reconocía la gravedad de la situación en España el 24 de mayo de 1936. "Vivimos, es
cierto, en una intensísima guerra civil".

-El analfabetismo. La falta de cultura democrática en una sociedad con un alto


porcentaje de analfabetismo suponía un obstáculo importante para la consolidación de la
II República. El analfabetismo constituía un caldo de cultivo para el triunfo en la
sociedad de ideologías extremistas de izquierdas (comunismo) y derechas (fascismo),
ante la falta de soluciones a los graves problemas de España. Este problema afectaba al
50 por ciento de la población de la provincia de Murcia.

-Los golpes de Estado. El general José Sanjurjo amenazó en 1932 la estabilidad de la


naciente II República con un golpe de Estado, frustrado por las fuerzas de seguridad,
ante la falta de apoyo popular. En 1934, los líderes marxistas crearon un clima
guerracivilista en España mediante el estallido de la Revolución de Octubre, golpe de
Estado contra el Gobierno de derechas. En 1936, el éxito y, a la misma vez, el fracaso
parcial del golpe de Estado del general Francisco Franco, apoyado por parte del ejército
y la sociedad, contra el Gobierno del Frente Popular de izquierdas desencadenaron
definitivamente la guerra civil entre republicanos y nacionales.

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