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Lectio Divina: Presentación del Señor

Domingo, 2 Febrero , 2020


La presentación del Niño en el templo
Lucas 2, 22-40
1. Oración inicial
Oh Dios, nuestro Creador y Padre! Tú has querido que tu Hijo, engendrado antes de la aurora del
mundo, fuese miembro de una familia humana; revive en nosotros la veneración por el don y el
misterio de la vida, para que los padres se sientan partícipes de la fecundidad de tu amor, los
ancianos donen a los jóvenes su madura sabiduría y los hijos crezcan en sabiduría, piedad y gracia,
para gloria de tu Santo Nombre. Amén.
2. Lectura: Lucas 2, 22-40
22 Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a
Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón
primogénito será consagrado al Señor 24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos
pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
25 Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y
esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. 26 El Espíritu Santo le había
revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu,
vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía
sobre él, 28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29 «Ahora, Señor, puedes, según tu
palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; 30 porque han visto mis ojos tu salvación, 31 la que has
preparado a la vista de todos los pueblos, 32 luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo
Israel.» 33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34 Simeón les bendijo
y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como
signo de contradicción -35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al
descubierto las intenciones de muchos corazones.»
36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada
en su juventud, había vivido siete años con su marido, 37 y luego quedó viuda hasta los ochenta y
cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. 38
Presentándose en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban
la redención de Jerusalén. 39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron
a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la
gracia de Dios estaba sobre él.
3. Un momento de silencio orante
- para que la Palabra de Dios pueda morar en nosotros y la dejemos iluminar nuestra vida;
- para que antes de nuestros comentarios, sea la misma luz de la Palabra la que se imponga y brille
con su misterio de presencia viviente del Señor.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Por qué Jesús, hijo del Altísimo, y su madre María, concebida sin pecado, deben someterse a
las prescripciones de Moisés? ¿Quizás porque María no tenía todavía conciencia de su inocencia y
santidad?
b) Además de las palabras de Simeón, en su forma de obrar, como también en el de la profetisa Ana
¿hay un significado especial? Su obrar y su alegría, ¿no recuerdan quizás el estilo de los antiguos
profetas?
c) ¿Cómo explicar esta "espada que traspasa": se trata de una herida de las conciencias ante los
retos y los requerimientos de Jesús? ¿ O, más bien, se trata sólo de un íntimo sufrimiento de la
Madre?
d) ¿Puede significar algo esta escena para los padres de hoy, para la formación religiosa de sus
hijos, para el proyecto que Dios tiene sobre cada uno de sus hijos, para los miedos y angustias que
los padres llevan en el corazón pensando qué sucederá cuando sean grandes sus hijos?
5. Una clave de lectura
Para aquéllos que quieran profundizar más en el tema.
a) Según la ley de Moisés / del Señor: es una especie de estribillo, muchas veces repetido. Lucas
mezcla dos prescripciones, sin mucha distinción. La purificación de la madre era prevista por
el Levítico (12,2-8) y se cumplía cuarenta días después del parto. Hasta ese momento la mujer no
podía acercarse a los lugares sagrados, y la ceremonia era acompañada de una ofrenda de
animales pequeños, un cordero primal y un pichón o una tórtola. Sin embargo la consagración del
primogénito estaba prescrita en el Éxodo 13, 11-16: y era considerada una especie de "rescate" –
también con la ofrenda de pequeños animales – en recuerdo de la acción salvífica de Dios cuando
libró a los israelitas de la esclavitud de Egipto. En toda la escena los padres aparecen como en el
acto de presentar / ofrecer el hijo como se hacía con las víctimas y los levitas; mientras en la figura
de Simeón y Ana aparece más bien Dios que ofrece /presenta al hijo para la salvación del pueblo.
b) Las figuras de Simeón y Ana: son figuras cargadas de valor simbólico. Ellos tienen la tarea
del reconocimiento, que proviene tanto de la iluminación y del movimiento del Espíritu, como también
de una vida llevada en la espera más intensa y confiada. En particular a  Simeón se le define como el
"prosdekòmenos", a saber, uno que está todo concentrado en la espera, uno que va al encuentro
para acoger. Por eso, él también aparece obediente a la ley, la del Espíritu, que lo empuja hacia el
Niño, dentro del templo. También el cántico proclama manifiestamente esta su pro-existencia: ha
vivido para llegar a este momento: ahora se marcha, para que otros vean también la luz y la
salvación para Israel y para las gentes. A su vez Ana, con su avanzada edad (valor simbólico : 84 =
7x12: el doce es el número de las tribus; o también 84–7= 77, perfección redoblada), pero sobretodo
con su modo de vivir (ayuno y oración) y con la proclamación de quien "esperaba", completa el
cuadro. Ella es guiada por el espíritu de profecía, dócil y purificada en el corazón. Además,
pertenece a la tribu más pequeña, la de Aser: signo de que los pequeños y los débiles están más
dispuestos a reconocer a Jesús el Salvador. Estos dos ancianos – que son como una pareja original
– son símbolos del mejor judaísmo, de la Jerusalén fiel y dócil, que espera y se alegra, y que deja
desde ahora en adelante brillar la nueva luz.
c) Una espada que traspasa: en general se interpreta como anuncio de sufrimiento para María, un
drama visualizado de la Dolorosa. Pero debemos más bien entender aquí a la Madre como el
símbolo de Israel: Simeón intuye el drama de su pueblo, que será profundamente herido de la
palabra viva y cortante del redentor (cfr Lc 12, 51-53). María representa el recorrido. Debe confiar
pero atravesará dolores y obscuridad, luchas y silencios angustiosos. La historia del Mesías sufriente
será dilacerante para todos, también para la Madre: no se sigue a la nueva luz destinada al mundo
entero, sin pagar el precio, sin ser provocados a tomar decisiones de riesgo, sin renacer siempre de
nuevo de lo alto y en novedad. Pero estas imágenes de "la espada que traspasa," del niño "que hará
caer" y sacará a los corazones del sopor, no van separadas del gesto tan cargado de sentido de los
dos ancianos: el uno, Simeón, toma entre los brazos el niño, para indicar que la fe es encuentro y
abrazo, no idea o teorema: la otra, se hace anunciadora y enciende en "los que esperan" una
fulgurante luz.
d) La vida cotidiana, epifanía de Dios: finalmente, es interesante notar que todo el episodio da relieve
a las situaciones más simples y familiares: la pareja de esposos con el niño en brazos; el anciano
que goza y abraza; la anciana que reza y anuncia, los oyentes que aparecen indirectamente
comprometidos. También la conclusión del pasaje escriturístico hace entrever el pueblo de Nazaret,
el crecimiento del niño en un contexto normal, la impresión de un niño dotado de forma
extraordinaria de sabiduría y bondad. El tema de la sabiduría entrelazada con la vida normal de
crecimiento y en el contexto del pueblo, deja la historia como suspendida: ella se reabrirá
precisamente con el tema de la sabiduría del muchacho entre los doctores del templo. Y es
precisamente también el episodio que sigue inmediatamente (Lc 2, 41-52).
6. Salmo 122 (123)
¡Qué alegría cuando me dijeron:
Vamos a la Casa de Yahvé!
¡Finalmente pisan nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén!
Jerusalén, ciudad edificada
toda en perfecta armonía,
adonde suben las tribus,
las tribus de Yahvé,
según costumbre en Israel,
a dar gracias al nombre de Yahvé.
Allí están los tronos para el juicio,
los tronos de la casa de David.
Invocad la paz sobre Jerusalén,
vivan tranquilos los que te aman,
haya calma dentro de tus muros,
que tus palacios estén en paz.
Por amor de mis hermanos y amigos
quiero decir: ¡La paz contigo!
Por la Casa de Yahvé, nuestro Dios,
pediré todo bien para ti.
7. Oración final
Te alabamos y Te bendecimos, oh Padre, porque mediante tu Hijo, nacido de mujer por obra del
Espíritu Santo, nacido bajo la ley, nos has rescatado de la ley y has llenado nuestra existencia de luz
y esperanza nueva. Haz que nuestras familias sean acogedoras y fieles a tus proyectos, ayuden y
sostengan en los hijos los sueños y el nuevo entusiasmo, lo cubran de ternura cuando sean frágiles,
lo eduquen en el amor a Tí y a todas las criaturas. A Tí nuestro Padre, todo honor y gloria.

A SOLAS CON EL SEÑOR


HORA SANTA

1. Canto de entrada:
1.Junto a Ti, al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los
hombres el trabajo, el descanso y el amor.
2.Con la noche las sombras nos cercan, y regresa la alondra a su hogar; nuestro hogar son
tus manos, Oh Padre, y tu amor nuestro nido será.
 
2. Oración todos juntos:
Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a tí. Quizá no se nos ocurran muchas
cosas, pero queremos estar, queremos sentir tu amor, como cuando nos acercamos a una hoguera,
queremos amarte, queremos aprender a amar. Lo importante es estar abiertos a tu presencia. Y
agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar, no decir nada, simplemente estar.
 
Acógenos como discípulos que quieren escuchar tus palabras, aprender de ti, seguirte siempre.
Acógenos como amigos. Y haz de nosotros también tus testigos, testigos del amor.  
Señor Jesús, toca esta noche nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida que
sólo tú puedes dar.
 
3. El mandamiento del amor
AMAR COMO JESÚS NOS AMA
«Éste es mi mandamiento: amaos unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que
el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. Ya no os
llamo siervos, pues el siervo no sabe qué hace su señor; yo os he llamado amigos porque os he
dado a conocer todas las cosas que he oído a mi Padre. No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a
vosotros; y os designé para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca, a fin de que todo lo
que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Esto os mando: amaos unos a otros». Juan 15, 10-
16

CON UN AMOR QUE SIRVE


“Estando de nuevo a la mesa les dijo: «¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis el
maestro y el señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el señor y el maestro, os he lavado los
pies, también vosotros os los debéis lavar unos a otros. Yo os he dado ejemplo, para que hagáis
vosotros lo mismo que he hecho yo. Juan 13,13-17
 
4. Oración en silencio
 
5. Canto
Un mandamiento nuevo nos dio el Señor, que nos amáramos todos como El nos amó. (bis)
Lo que hagamos al hermano, a Dios mismo se lo hacemos.
Quien no ama a sus hermanos miente si a Dios dice que ama.
La señal de los cristianos es amarse como hermanos.

6. “Haced esto en memoria mía”


Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado
por vosotros; haced esto en memoria mía». Y de la misma manera el cáliz, después de la cena,
diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros.
Lucas 22,14-20
 (Música de fondo:
 
7. Meditación:
Un día, el Amor llegó tan lejos que se entregó a sí mismo hasta morir derramando su
sangre en un madero. Cada día, el Amor llega tan lejos que se entrega a sí mismo
para saciar nuestra hambre de amor en el pan compartido en una Cena.

Sacramento de un Dios encarnado que no ha venido más que a amar y a servir;


memorial de un Dios que se dejó despojar para abrir en el fondo de nuestro atolladero
una brecha nueva, pero tan estrecha que sólo el pobre puede pasar por ella, y sólo el
amor descentrado de sí puede atravesar.
 
Sacramento de una muerte única que recapitula todo don de sí liberador; memorial de un sacrificio
único en el que muere la muerte de un mundo pecador.
 
Sacramento del triunfo definitivo del amor, en el que el hombre se salva entregándose; memorial del
triunfo definitivo de la vida, en el que el hombre se hace inmortal amando.
 
 
8. Canto
1.Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar. (bis)
No te importen las razas ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien. (bis)
2. Al que sufre y al triste, dale amor, dale amor; al humilde y al pobre, dale amor. Al que vive a
tu lado, dale amor, dale amor, al que viene de lejos dale amor.
 
9. Oracion y meditación:

Lo más importante no es...

Que yo te busque, sino que tú me buscas en todos los caminos;


Que yo te llame por tu nombre, sino que tú tienes el mío tatuado en la palma de tus manos;
Que yo te grite cuando no tengo ni palabra, sino que tú gimes en mí con tu grito;
Que yo tenga proyectos para ti, sino que tú me invitas a caminar contigo hacia el futuro;
Que yo te comprenda, sino que tú me comprendes en mi último secreto.
Que yo hable de ti con sabiduría, sino que tú vives en mí y te expresas a tu manera;
Que yo te guarde en mi caja de seguridad, sino que yo soy una esponja en el fondo de tu
océano; Que yo te ame con todo mi corazón y todas mis fuerzas, sino que tú me amas con
todo tu corazón y todas tus fuerzas; Que yo trate de animarme, de planificar, sino que tu
fuego arda dentro de mis huesos;
Porque ¿cómo podría yo buscarte, llamarte, amarte... Si tú no me buscas, llamas y amas
primero?
El silencio agradecido es mi última palabra y mi mejor manera de encontrarte
 
10. Acción de gracias

Gracias Señor, por tu muerte y resurrección que nos salva


Gracias Señor, por haber instituido la Eucaristía que nos alimenta
Gracias Señor, por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte.
Gracias Señor, por todos los beneficios que nos concedes.
Gracias Señor, por esta hora de comunión contigo
Gracias Señor, por tus palabras que reconfortan y sanan
Gracias Señor, por tu cruz que tanto enseña
Gracias Señor, por tu sangre que a tantos salva
Gracias Señor, por tu amor sin tregua y sin fronteras
Gracias Señor, por la Madre que al pie del madero nos dejas
Gracias Señor, por olvidar nuestras traiciones e incoherencias
Gracias Señor, por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela
Gracias Señor, por ese pan partido en la mesa de la última cena
Gracias Señor, porque aún siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas
Gracias Señor, por tu sacerdocio que es generosidad, ofrenda y entrega
Gracias Señor, por tu amor sin límites y en la cruz hecho locura
Gracias Señor
 
11. Padrenuestro

HORA SANTA JUVENIL


(Exposición del Santísimo)
ORACIÓN:
Todos: Señor, ante tu presencia amorosa, todos los aquí reunidos te pedimos que nos bendigas; di
palabras buenas que día a día se nos vuelvan vida.
Queremos ser nuevos, estrenar nuestra vida recibida de ti y por ti hecha buena. Déjanos matar al
hombre viejo que vive en nosotros y que a nosotros se aferra. Déjanos enterrarlo muy hondo, bajo
tierra, y que de ti nazca en nosotros el hombre nuevo.
Danos un recto pensar y un actuar acorde. Queremos Vivir en paz, con la conciencia limpia de
mancha, aceptamos las penas. Nos hiciste de lodo amasado con lágrimas divinas, llanto divino de
divinos ojos que miraban el futuro. Aceptamos las penas... danos en cambio, fortaleza para
vencerlas, danos una vida nueva cargada de amor y amistad. Concédenos ser tus amigos y amarte
también en nuestros amigos.
Queremos sembrar cosas nuevas, pero danos también el consuelo de cosechar el futuro y gozar lo
sembrado. Danos el ser felices con lo que somos, sin dejar nunca el intento de hoy ser mejores que
como fuimos el día de ayer.
Déjanos sentirnos hijos tuyos, confiados entre tus brazos y recibir el sustento. Danos, Jesús, te lo
pedimos, el sentirnos por ti siempre llamados a vivir contentos nuestro vida, sabiendo que al final de
nuestro camino te encontramos a ti con los brazos abiertos; danos paternal cariño. AMEN.
CANTO EUCARÍSTICO
ORACIÓN DE LA ALEGRÍA
LECTOR: En la vida hay tantas cosas que nos entristecen. Vivir es un enfrentarnos continuamente a
aquello que nos causa pena, dolor y sufrimiento.
TODOS: La alegría sólo tú la das Señor
LECTOR: Algunos hombres luchan y vencen, otros se dejan llevar por la tristeza y viven sumidos en
la oscuridad, están enfermos del alma.
TODOS: La alegría sólo tú la das Señor
LECTOR: Algunos hombres buscan la alegría desesperadamente en fuentes falsas que sólo
producen falsa alegría, quisieran comprar alegría embotellada bajo prestigiosas etiquetas y sólo
adquieren vacío.
TODOS: La alegría sólo tú la das Señor
LECTOR: El tener no remedia la soledad; las cosas no pueden sustituir la compañía humana; el
consumismo que nos aqueja es el signo de una sociedad que busca la alegría por caminos
equivocados.
TODOS: Danos la alegría Señor Jesús
LECTOR: La alegría no se puede fingir por mucho tiempo; es un estado, una actitud de vida
permanente y responsable, una situación de ánimo; la alegría no se pierde ante la adversidad, sino
que nos ayuda a superarla.
TODOS: Danos la alegría Señor Jesús
LECTOR: Una alegría natural la encontramos en los niños, ellos no pueden estar mucho tiempo
tristes a no ser que ya estén enfermos del alma, por eso te pedimos.
TODOS: Danos la alegría natural de los niños, Jesús.
LECTOR: La alegría de los niños viene de la seguridad que les da el tener en quien confiar, viene de
la capacidad de asombro ante un mundo que todavía no conocen.
TODOS: Nosotros queremos confiar ciegamente en ti Jesús
LECTOR: Esa alegría de los niños viene de que mantienen abierta la puerta de la fantasía, viene de
su gozo y de su inmenso deseo de vivir.
TODOS: Nosotros tenemos deseos de seguir viviendo a pesar de las adversidades, por eso
queremos confiar ciegamente en ti Jesús.
LECTOR: Pero ante todo viven de la paz que existe en sus almas, ajenas todavía del conflicto que
causa el actuar en contra de la conciencia Esa tan mencionada inocencia que los adultos
lamentamos haber perdido, se llama paz interior.
TODOS: Nosotros queremos encontrar paz y sentido a nuestra vidas por eso nos acercamos a ti
JESUS, ya que sólo tu das sentido a nuestras vidas.
LECTOR: Dios es la fuente de la alegría porque es la causa de la felicidad del hombre, sólo en Dios
podremos encontrar una alegría auténtica y fe sobre la adversidad y los fracasos permanentes.
TODOS: Nosotros queremos tener un encuentro real y definitivo con CRISTO porque El es, la causa
de la felicidad del hombre.
LECTOR: La prueba más real que Dios es la alegría del hombre, se ha manifestado a través de la
historia, por medio de cada mártir y en cada auténtico cristiano que en momentos de tribulación y a
la hora de la muerte respondieron sólo con una tierna y agradable sonrisa, esperando siempre en
Dios como único consuelo.
TODOS: Danos valentía y fortaleza en las tribulaciones; que no perdamos de nuestra mente que tú
eres nuestro único fin y que siempre nos esperas con los brazos abiertos por medio de la
reconciliación, aunque nuestro pecado haya sido muy grande.
LECTOR: Cuando Dios nos perdona volvemos a ser como niños recién nacidos, somos hombres
nuevos. ¡Que sensación de paz nos embarga cuando salimos del confesionario, nos sentimos libres,
limpios y alegres!
TODOS: JESUS concédenos la valentía necesaria para que nos acerquemos al sacramento de
reconciliación y que hagamos el propósito firme de no volver a faltar nunca jamás.
LECTOR: Después de confesarnos de nosotros depende siempre, con la ayuda de Dios, el continuar
viviendo esa alegría todo el tiempo que queramos, siempre y cuando no volvamos a entrar en guerra
contra nuestra conciencia y contra la voluntad de Dios; esa es la alegría de los niños y de los que
son como ellos, la alegría de los santos que siempre es una participación del amor de Dios.
TODOS: Queremos afirmar que únicamente Dios hace al hombre feliz, porque “sólo Dios basta” y
proclamaremos a cuantos encontremos en nuestra vida y no nos cansaremos de ser camino de
acogida, y de amistad, para cuantos encontremos sentados en el aburrimiento y la soledad.
CANTO
LECTURA DE LA CARTA A LOS EFESIOS (4, 1-22-32)
Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja
naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su
mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y
santidad.
Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos
miembros de un mismo cuerpo. «Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando
aún enojados, ni den cabida al diablo. El que robaba, que no robe más, sino que trabaje
honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.
Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria
edificación y sean de bendición para quienes escuchan. No agravien al Espíritu Santo de Dios, con
el cual fueron sellados para el día de la redención. Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y
calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y
perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos Señor
LECTOR: Debemos formar una sociedad nueva, en la que se respete la vida, protegiéndola desde
su concepción hasta una muerte digna y humana.
TODOS: Jesús necesitamos hombres dispuestos a respetar la vida; que digan no al aborto y que
respeten a los ancianos.
LECTOR: Debemos formar una sociedad en la que se camine por rutas de valores y que declare que
la felicidad es un derecho de la persona humana y está en el orden del ser, no del poder, ni del
tener, ni del consumismo.
TODOS: Jesús, necesitamos hombres que se cultiven con valores, que digan no al poder, al tener y
al consumismo como único fin y única meta.
LECTOR: Necesitamos una sociedad que rechace todo lenguaje de terrorismo, revancha y
venganza, por eso le pedimos a Jesús...
TODOS: Danos hombres que rechacen la cultura de la muerte y promuevan una cultura de vida y
amor
LECTOR: Necesitamos una sociedad nueva con hombres que no vivan en el mundo de la droga, del
alcohol ni del sexo-objeto como caminos de felicidad, por eso le decimos a Jesús.
TODOS: Danos personas que digan no a las drogas y a los vicios, pidiéndote al mismo tiempo por
aquellos jóvenes que de alguna manera han caído en las drogas y el alcoholismo, para que
descubran que la verdadera libertad la das tú, Jesús.
LECTOR: No podemos esperar que haya justicia y honestidad, si nosotros no empezamos a luchar
por ejercer la justicia y a vivir como hombres honestos; por eso le decimos a Jesús...
TODOS: Queremos un México mejor, por eso te pedimos nos ayudes para que desde ahora
comencemos a ser más justos y honestos con todos los que nos rodean.
LECTOR: México es un país que vive una espantosa crisis. Buscamos muchas razones y pretextos
de esa crisis, pero la verdadera razón de la crisis es la falta de valores auténticos en todos los
hombres que formamos la nación.
TODOS: Nosotros no queremos estar como paralíticos ante esta situación, por eso le pedimos a
Jesús que nos dé hombres comprometidos en los campos de la política, en los grupos juveniles,
promoviendo siempre los valores auténticos en la sociedad que nos rodea.
CANTO
Lectura del libro de Samuel (18,32-33.37.40-51)
Dijo David a Saúl: «Que nadie se acobarde por ese. Tu siervo irá a combatir con ese filisteo»: Dijo
Saúl a David: «No puedes ir contra ese filisteo para luchar con él, porque tu eres un niño y él es un
hombre de guerra desde su juventud». Añadió David: «El Señor, que me ha librado de las garras del
león y del oso, me librará de la mano de ese filisteo». Dijo Saúl a David: «Vete, y que el Señor sea
contigo».
Tomó su cayado en la mano, escogió en el torrente cinco piedras lisas y las puso en su zurrón de
pastor, en su morral y con su honda en la mano se acercó al filisteo. El filisteo fue avanzando y
acercándose a David, precedido de su escudero. Volvió los ojos el filisteo y viendo a David, los
despreció porque era un muchacho rubio y apuesto. Dijo el filisteo a David: «¿Acaso soy un perro,
pues vienes contra mí con palos?» Y maldijo a David el filisteo por sus dioses, y dijo el filisteo a
David: «Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo». Dijo David al
filisteo: «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero Yo voy contra ti en nombre del
Señor de los ejércitos, Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo te
entregará el Señor en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entregaré hoy mismo tu cadáver
y los cadáveres del ejercito filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra
que hay Dios-para Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva el
Señor, porque del Señor es el combate y os entrega en nuestras manos.
Se levantó el filisteo y fue acercándose a David; se apresuró David, salió de las filas y corrió al
encuentro del filisteo. Metió su mano David en su zurrón, sacó de él una piedra, la lanzó con la
honda e hirió al filisteo en la frente, la piedra se clavó en su frente y cayó de bruces en tierra. Y
venció David al filisteo con la honda y la piedra; hirió al filisteo y le mató sin tener espada en su
mano. Corrió David, se detuvo sobre el filisteo y tomando la espada de este la sacó de su vaina, le
mató y le cortó la cabeza. Viendo los filisteos que había muerto su campeón, huyeron.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos Señor
Breve silencio.
LECTOR: Necesitamos comprometemos a dar testimonio de nuestra fe ante nuestros padres,
hermanos, compañeros y vecinos.
TODOS: Jesús, danos hombres valientes que quieran comprometerse de verdad a dar testimonio de
nuestra fe cristiana.
LECTOR: Necesitamos hombres comprometidos a ayudarse como amigos, a amarse como
hermanos y ha trabajar por la paz y la justicia.
TODOS: Danos hombres comprometidos con el amor fraternal
ORACIÓN FINAL:
Señor, te damos gracias por nuestra vida, el más grande de los regalos. Tu palabra sigue viva en
muchos hombres y mujeres, entre pueblos oprimidos y hombres sin esperanza.
Señor, queremos personas que se comprometan a fondo con el hombre, hasta arriesgar su vida y su
dinero; que amen con algo más que con palabras, al hombre solo, triste y abatido.
Señor, haznos hijos de tu Reino ante los descreídos poderosos y arrogantes; hijos de la civilización
del amor, en las calles de nuestros pueblos, en la tiendas, en las fábricas, sobre el asfalto de
nuestras ciudades, en las playas y los montes. Hijos tuyos que lleven la justicia y paz a todos; en fin,
Señor, que llevemos el amor más que con palabras, con obras. Amen.
(Canto final y bendición con el Santísimo)

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